mp3 especiales (13)
Post on 26-Dec-2015
9 Views
Preview:
DESCRIPTION
TRANSCRIPT
RECONOCER LO QUE ES
Constelaciones Familiares y Sistémicas
Método Bert Hellinger
Constelación de Familia
Entrevista con Bert Hellinger, Revista Recto-Verseau
Suiza, Enero 2006
Nuestra vida, a pesar de lo que pensemos está muy influenciada por
nuestra historia familiar. Esta historia constituye la trama viva,
orgánica, cuyos acontecimientos familiares pasados todavía nos
salpican.
El método de la Constelación Familiar creada por Bert Hellinger tiene
como meta explorar, poner a la luz nuestro sistema familiar
proyectando afuera una imagen clara y significativa de modo a tres
soluciones.
Pregunta: ¿Qué entiende por Constelación Familiar?
Bert Hellinger: Como método la Constelación Familiar fue utilizada
por otros antes que yo. Me permitió realizar algunas experiencias,
gracias a ella obtuve más precisiones sobre las relaciones humanas.
El uso de ese método muestra que los representantes perciben inmediatamente, directamente, lo que ocurre en el sistema familiar
sin haber recibido ninguna información sobre el tema. Recibo la
información que necesito para trabajar al observar a los
representantes, a través de lo que hacen se produce un movimiento en el sistema. Vemos dónde el movimiento se interrumpe, dónde se
produce un problema, de qué modo el movimiento puede continuar y
llegar a una solución. Es por ese motivo que en mi trabajo confió
totalmente en lo que expresan los representantes.
La Constelación Familiar empezó de un modo más bien superficial. El
cliente elegía a los representantes para los miembros de su familia y los colocaba en el espacio, relacionándolos los unos con los otros. Yo
preguntaba a los representantes lo que sentían en ese lugar y las
respuestas que daban me permitían ver lo que ocurre en el sistema.
Por lo tanto, yo confiaba en las respuestas verbales que daban los representantes. Confío en lo que se manifiesta. Esto es el aspecto
externo.
Pregunta: Usted habla de un campo espiritual, ¿es en referencia a
los descubrimientos de Rupert Sheldrake y a sus campos
morfogenéticos?
Bert Hellinger: Sí, es la pregunta importante.
Rupert Sheldrake, del que soy amigo, observó esos campos, no sólo
en los sistemas familiares sino también en sistemas más amplios.
Participó en mis seminarios. Me dijo que había visto actuar los
campos morfogenéticos en las constelaciones familiares. Desde entonces Sheldrake sigue con sus investigaciones. Habla ahora de
campos espirituales, de campos del espíritu, llamándoles espíritu
ampliado, espíritu ensanchado.
En la filosofía occidental, en Descartes y Kant, por ejemplo,
encontramos la idea, según la que existe una libertad humana y que
por sí mismo el hombre reconoce lo esencial y por lo tanto puede actuar en consecuencia. Esa opinión muy expandida entró en nuestra
cultura occidental, forma parte de nuestra cultura.
A partir de las observaciones de Sheldrake y de las mías, la
exigencia de autonomía por ejemplo, la idea de que cada uno es
responsable de su comportamiento y que hay que darle por
responsable de lo que hace, ya no se puede mantener.
A través de las constelaciones familiares se ve que cada uno está vinculado con otras muchas personas y elementos del sistema.
Sheldrake llama a esto estar en la resonancia. La consecuencia
extremadamente importante que resulta de ello es que en ese campo
nada se puede perder.
La idea muy extensa de que podríamos deshacernos de algo, incluso
hacer desaparecer algo, vencer otro pueblo, por ejemplo, destruirle o deshacernos de una enfermedad, es por lo tanto aberrante. De hecho
esas ideas de exclusión, el hecho de que sería posible deshacernos de
algo y que después ya estaríamos libres de ello, ya no pueden ser
defendidas, mantenidas.
En un campo todo sigue presente y sigue actuando sobre todos los demás elementos del sistema, en particular los que fueron excluidos
del sistema, son ellos los que promueven la acción más profunda.
Tomemos un ejemplo sencillo, que se manifiesta frecuentemente en
las constelaciones de familia. Los miembros de una pareja que
anteriormente tenían otra relación conyugal. En la nueva relación
tienen hijos y de pronto se extrañan del comportamiento de uno de sus hijos. Muy a menudo cuando alguien se separa de su pareja le
hace reproches, dice que él es el culpable, y la pareja acusada se
enfada. En el campo que constituye la nueva pareja, la pareja
desechada sigue presente y actuando a través del hijo que manifiesta los mismos sentimientos que al que representa. Este hijo no está
libre, está intrincado en el campo del sistema. Las consecuencias de
una exclusión siempre son las mismas, el campo busca reintegrar a
las personas excluidas por medio de la intrincación con algunos
descendientes.
Pregunta: ¿Este sistema familiar funcionaría por ejemplo como una
célula, un cuerpo orgánico que intentaría cueste lo que cueste
mantener una forma de homeostasis?
Bert Hellinger: Muy exactamente, es una imagen muy bonita, muy
bella.
Pregunta: Por lo tanto, partiendo de un problema o desequilibrio, ¿la
Constelación Familiar tiene como meta restablecer un equilibrio y una
armonía?
Bert Hellinger: Prácticamente la solución consiste siempre en
reintegrar a la persona excluida en el sistema. Después la persona
que representaba a la excluida estará libre y dejará de estar perjudicada por la influencia de la excluida. Sin embargo no está libre
de hacer todo lo que quiere, sólo la mala influencia desaparece. Esa
persona está entonces en otro vínculo con el campo entero y en vez
de excluir, el campo integra. La persona se siente a partir de entonces completa y entera. Es en ese vínculo cuando la persona
siente libertad. No se trata de una libertad contra alguien sino de una
libertad que tiene en común con otros.
Constatamos pues que nuestra filosofía occidental está superada. La
realidad que manifiestan las constelaciones familiares muestra que
esa filosofía es incompleta aunque sigue influenciando ampliamente
nuestra cultura.
La masa de las críticas contra las constelaciones familiares viene de
los que piensan que deben mantener la antigua filosofía occidental,
filosofía que afirma que tal idea es exacta y que por lo tanto tal otra
no puede serlo.
Las Constelaciones Familiares y los conocimientos que han permitido
descubrir no son fruto de una reflexión, se fundan sobre las observaciones, pues lo importante es la realidad y el reconocimiento
de la realidad tal y como se manifiesta.
Pregunta: ¿Qué entiende por intrincaciones? ¿Perturban un
ordenamiento sutil, energético?
Bert Hellinger: La intrincación es el resultado de un desorden.
En un sistema el desorden esencial es la exclusión de uno de sus
miembros. Prácticamente la solución consiste en reintegrarle en el sistema.
Escribí un libro titulado “Los órdenes del amor”. Allí muestro lo que conduce al desorden y cómo es posible restablecer el orden. Orden y
desorden tienen la misma dinámica. Hay desorden cuando alguien se
cree o se pone en un lugar superior al de otro, diciéndole por ejemplo: “tú no eres de nuestro sistema”, es decir, “soy superior a
ti”. Si observamos entonces lo que pasa en el alma, lo que dice
significa: “tengo derecho de vivir y tú no”.
Es muy extraño cuando se piensa en ello. La moral o la que tenemos
como tal lo exige incluso, y lleva a la exclusión. Es por lo que los que excluyen a otros se sienten bien, tienen buena conciencia. La
conciencia colectiva intenta entonces sin éxito restablecer la
integralidad del sistema dejando que un descendiente represente
inconscientemente a la persona excluida. No es posible ayudar a ese
descendiente a no ser que se sepa cómo el desorden se produce y como puede ser restablecido. El orden es restablecido cuando todos
los miembros del sistema se consideran como iguales y del mismo
valor. Entonces la paz se instaura y es eminentemente democrático.
La democracia como respeto del otro que tiene el mismo valor que
yo.
Una de las bases de una vida de pareja exitosa entre dos personas
diferentes es que consideren que tienen el mismo valor. Para cada uno eso consiste en reconocer y decir al otro: “te necesito”. Y
haciéndolo, los miembros de la pareja, velan por la armonía entre dar
y recibir. Cuando cada uno toma lo que el otro le da, nadie es mejor
o menos que el otro. Se instaura una igualdad, una equivalencia y el
orden se establece.
Pregunta: Pero si en la pareja una persona da más, ¿eso puede
crear una forma de poder?
Bert Hellinger: Exactamente, el que da más piensa que tiene más
derechos.
Muchos terapeutas dan mucho y por lo tanto creen tener mucho
poder e influencia y el cliente se resiste.
Cuando uno da un buen consejo a un niño, ¿el niño lo sigue?,
generalmente no. Cuando un consejo viene desde arriba nadie, ni
siquiera los adultos lo siguen. Cuando se muestra a un niño cómo hacer ciertas cosas, él puede comparar, hacer experiencia. Lo hace
porque tiene derecho a hacerlo, no para seguir.
Durante un seminario una participante contó que su hijo de doce
años todavía se hacía pis en la cama. No podía participar en las
carreras de la escuela. La madre fue a consultar a muchos terapeutas
por su hijo, les contaba lo que ocurría y el hijo se sentía miserable.
Esa madre vino a ver a mi esposa. Lo primero que mi mujer le dijo
fue: “no hables de eso con nadie más”. La madre entonces se enfadó
con mi mujer. Una semana más tarde, mi mujer recibió una carta de esa madre diciéndole que desde el día que le había dicho que dejara
de hablar de ese tema, su hijo había dejado de hacer pis. En el
campo, el chico había percibido el respeto que se le manifestaba.
Pregunta: ¿Y eso, cómo funciona?
Bert Hellinger: Las Constelaciones Familiares muestran de un modo
evidente que los representantes perciben inmediatamente lo que
pasa en el campo de la familia, y que los miembros de la familia que son representados sienten lo que pasa en la constelación. Es por lo
que no es necesario contar a esas personas lo que ocurrió, el campo
se transforma por sí mismo y éste niño percibió que mi mujer lo
respetaba.
Pregunta: ¿Estaremos entonces dotados de una sensibilidad mucho
mayor de lo que podríamos pensar?
Bert Hellinger: Exactamente. Platón ya notaba que la comunicación no es posible más que dentro de un campo. No podríamos
comunicarnos, tener esta entrevista los dos, si estuviéramos aislados.
Podemos hacerlo porque estamos en un mismo campo. Este campo
Platón lo llama el alma. El alma es lo que vincula, lo que une.
Pregunta: Desde su enfoque, usted habla a menudo del movimiento
del alma ¿Qué es eso?
Bert Hellinger: Aristóteles habla del alma de las plantas, de los animales y de los humanos. El alma tiene dos tareas: vincula, une
ciertas cosas y hace una unidad con ella. Todo lo que está vivo, está
vinculado por el alma. Mi cuerpo se mantiene gracias al alma. Lo
mismo para un animal y para un árbol. De este modo, el alma está en mí y al mismo tiempo me supera, es más que yo. Sabe lo que
necesito, está vinculada con otra cosa. El metabolismo que conoce
mis necesidades fisiológicas sólo puede funcionar por estar conectado
con algo más grande. ¿Cómo podría una vaca encontrar la hierba que
la cura? La adaptación se hace porque el alma está vinculada con el
todo y me integra.
En ese sentido también existe un alma de la familia, un campo del
espíritu. Sheldrake me contó que un filósofo, un tal Driesch (biólogo y
filósofo alemán, iniciador de una teoría vitalista: la filosofía del
organismo) estudió esas cosas y las llamó “alma”. Puso entonces en ebullición al mundo filosófico de su época y para calmar las cosas,
reemplazó el término alma” por el de “campo”. El alma es algo
espiritual cuya actividad consiste en unificar. En La Constelación
Familiar, tal y como las practico, vemos los movimientos del alma.
Pregunta: Para un observador externo que mira el trabajo de las
Constelaciones, lo que emana del conjunto le puede parecer muy
simple y se presta a confusión, es un método demasiado simple como
para ser realmente eficaz…
Bert Hellinger: Los sucesivos desarrollos que se han producido en la
Constelación Familiar hacen que ya casi no intervengo más que muy
esporádicamente. Observo el movimiento que actúa a través de los
representantes. Es siempre el mismo: une algo. Vuelve a conectar
cosas que se oponían hasta entonces.
Evidentemente esto tiene consecuencias muy saludables en las
familias.
Podemos ver cómo una pareja puede reencontrarse después de un conflicto causado por intrincaciones con relaciones anteriores o
vínculos de la familia de origen. De pronto, se dan cuenta de que no
están libres y que, en su sistema, existe una fuerza buena que les
une, si se dejan llevar por ella.
Lo mismo ocurre con las relaciones de los hijos con sus padres. Cuando los hijos son difíciles, algunos piensan que son “malos” hijos…
pero de hecho en el sistema, lo que desean es algo bueno. No es algo
en lo que piensan. En el sistema existe un movimiento que quiere
alcanzar algo benéfico. Cuando lo sabemos podemos establecer una
relación distinta con los hijos. Dentro de las familias, las
constelaciones tienen efectos muy benéficos.
Una Constelación puede también mostrar cómo una enfermedad está
vinculada con una intrincación; a través de la enfermedad una
persona excluida se manifiesta obligando así al sistema familiar a
considerar a esta persona. Cuando el sistema vuelve a integrar a la excluida, es posible que la enfermedad disminuya o desaparezca. Es
especialmente visible en los casos de cáncer.
Pregunta: Usted está hablando de enfermedades graves, ¿es
también el caso para las enfermedades crónicas?
Bert Hellinger: Sobre todo para las enfermedades crónicas. Hemos
tenido el caso de un chico que sufría de una enfermedad crónica de la
garganta, hice representar a su enfermedad, ella estaba mirando a un muerto. El representante del joven fue dando una vuelta alrededor
del muerto. Era un movimiento muy bonito. Y sólo se trataba de un
simple dolor de garganta...
Estos conocimientos, por supuesto, tienen consecuencias para la
medicina. Si uno sigue el movimiento de una enfermedad, llega a una
persona excluida esperando que la reintegren. Por lo tanto, puede
haber una colaboración muy fructuosa entre Constelaciones
Familiares y Medicina.
Pregunta: ¿Usted piensa que tenemos cada uno un guión de vida, un
destino?
Bert Hellinger: acaba de utilizar la palabra “guión”. Este término
nos viene del Análisis Transaccional. Eric Berne, fundador del Análisis
Transaccional, se dio cuenta de que cada uno obedece a un guión, un
programa de vida, pensaba que era la misma persona la que determinaba su guión. Por mi parte, me di cuenta de que sí, existe el
guión, pero tiene que ver ante todo con las intrincaciones. Nuestro
sistema nos obliga a este guión, por así decirlo. Cuando las
intrincaciones salen a la luz, uno puede dar un giro a su vida, puede tomar una nueva dirección. Un nuevo elemento de libertad creativa
puede entrar en juego.
Pregunta: ¿Qué ocurre con nuestra visión de la libertad y de nuestro
libre-albedrío, a la que tenemos tanto apego, si estamos bajo la
influencia invisible de alguna fuerza...?
Bert Hellinger: Hay algo de cierto en el libre-albedrío. Por ejemplo,
ambos, hemos acordado encontrarnos hoy, de alguna manera, es una
elección libre.
Cuando observo los movimientos del alma en una constelación familiar, adopto una postura, me pregunto si es bueno o no. Si ayuda
o no. Existe pues un elemento de libertad. Pero no se trata de una
libertad arbitraria: es mi vivencia que hace que sea así.
Participé a un simposio en el que un conocido filósofo afirmaba que la
persona humana es totalmente independiente de los demás. Le dije: “Sin embargo, vemos muy claramente que nos necesitamos los unos
a los otros.” Pienso que este tipo de afirmaciones contribuye a la
propagación de ideas filosóficas locas.
Lo que acompaña a estos movimientos del alma más amplios y más
grandes es vivido como libertad, como un acuerdo, como una
recompensa. Y no se limita a los humanos. Allí donde existe
aprendizaje, hay acuerdo. Un perro aprende, una planta también...
Este proceso proviene del movimiento de la vida misma.
Pregunta: ¿Piensa entonces que el universo entero es vivo y
sagrado?
Bert Hellinger: Existe una conciencia. Pienso que todas nuestras
consideraciones sobre Dios se aplican con más propiedad todavía a la
misma vida. No hay nada más espiritual que la vida. De algún modo,
la vida es un movimiento divino y creador. Pero la vida es incompleta
ya que sigue aprendiendo.
Aprender o crear presupone que, anteriormente, algo estaba
incompleto, que, anteriormente, hubo error y nueva adaptación. Son
movimientos divinos y el error también es divino.
Pregunta: al observar su trabajo, advertí una calidad muy particular
de presencia, de atención, de escucha... y tuve la impresión de una
ceremonia desarrollándose en un espacio sagrado...
Bert Hellinger: exacto. Cuando entro en ese trabajo, me vinculo con una fuerza mucho mayor que yo y resulta en una especie de ritual. Es
un espectáculo sagrado. La tragedia griega era una constelación
familiar. Todo el público estaba integrado en la constelación, para
todos era una especie de purificación. En las tragedias los elementos
importantes de un campo están claramente presentes.
A esta altura de la entrevista, debo decir una palabra sobre la conciencia. El trabajo de constelación familiar ha desmitificado la
conciencia. Es ahora manifiesto que la conciencia tiene como función
principal el atarnos a un determinado grupo. Todo lo que vivimos con
este grupo lo experimentamos como bueno. A la inversa, todo lo que amenaza este apego, lo sentimos como malo, y la mala conciencia
nos impulsa a reintegrar el grupo.
Existe otra conciencia todavía, que, en nuestra cultura, es oculta, por
decirlo de alguna manera. Se trata del movimiento elemental del
campo del espíritu. Dos leyes rigen esa conciencia:
Primero, nadie tiene el derecho de excluir a un miembro del grupo.
Y segundo, los miembros del grupo nacidos más tarde no tienen el
derecho de inmiscuirse en los asuntos de los que estaban antes.
Las constelaciones familiares muestran claramente que lo peor ocurre
cuando un hijo quiere resolver un asunto de sus padres en el lugar de ellos. El hijo se pone entonces en una posición superior con
respeto a ellos, evidentemente con toda buena conciencia ya que sólo
desea ayudar. Se siente inocente. Sin embargo el campo castiga esta
arrogancia con el fracaso y la muerte.
Todas las tragedias obedecen al mismo esquema fundamental: el
héroe, nacido más tarde, desea, con buenísima conciencia, resolver por amor un problema ajeno, de alguien nacido antes que él. En la
tragedia griega, los dioses sustituyen a esa conciencia inconsciente y
castigan al héroe con la muerte. Resulta evidente que esa conciencia
es más importante que la moral y que es precisamente el conflicto
entre estas dos formas de conciencia el hilo conductor de la tragedia. Era lo que las tragedias griegas ofrecían al publico. Permitían que los
espectadores se purificasen y cambiasen de actitud. Era un
espectáculo religioso y esto se manifiesta en parte en las
Constelaciones familiares.
Pregunta: ¿Era una especie de iniciación colectiva?
Bert Hellinger: Lo dice muy bien.
Pregunta: Usted dice que los secretos de familia deberían seguir
siendo secretos mientras que en psicogenealogía se tiende a
preconizar todo lo contrario...
Bert Hellinger: Lo que se plantea es: ¿quién quiere desvelar el secreto? Siempre alguien nacido más tarde; creyendo que hace algo
bueno. Pero al hacerlo se siente superior a los que estaban antes. Allí
empieza la tragedia.
El terapeuta que participa al levantamiento de un secreto se pone
también en un lugar superior, y se encuentra sumido en la tragedia al igual que los otros. Un ejemplo bonito es el de Hamlet. El rey se le
aparece a Hamlet y le dice: “no he muerto, he sido asesinado”.
Entonces revela el secreto e incita a su hijo a que haga la luz sobre
ello.
Y ¿sabe cómo termina?
Mueren todos...
Pregunta: parece que, para Usted, la familia es muy importante y
que el hecho de honrar a los ancestros constituye una base
fundamental en su sistema...
Bert Hellinger: estas dos realidades, la importancia de la familia y los ancestros, no constituyen para mí una especie de ideología al
servicio del salvamento de la familia. En la vida, ambas realidades
actúan a diferentes niveles. No someto la familia a unas cuantas
leyes. Observo cuales son los efectos de esas realidades y me dejo
conducir por los acontecimientos. No todo el mundo es capaz de asumir esas consecuencias, por estar intrincado por ejemplo, y esto
también lo respeto.
Durante todo el trabajo, me mantengo en la misma actitud: quiero a
todos de la misma manera.
Pregunta: según Usted, ¿perdonar consistiría en ponerse en una
posición superior al otro?
Bert Hellinger: existen varios niveles en el perdón. En una pareja,
cuando uno de los dos ha hecho daño al otro y se dicen
“olvidémoslo.” Se trata de hecho de un perdón mutuo, el tema está
zanjado. Es un perdón benéfico.
Ahora bien, tomemos el caso de un esposo que ha tomado una
amante. El hecho más grave no es que lo haya hecho, sino que lo
confiese... y que su mujer le perdone. ¿Qué ocurre entonces? ¿El
amor puede resistirlo? Con su perdón, la mujer hace pequeño al
hombre y a la vez lo condena. Pero si nadie es mejor que el otro.
Cuando alguien ha cometido algo contra el otro, suele esperar que este último le perdone. Cuando han existido abusos en una familia y
el padre le pide a su hija que le perdone, vemos que ese padre no
considera su culpabilidad y que la hija no mira lo que ocurrió. La hija
se siente invitada a hacerse superior a su padre, como si tuviera derecho de hacerlo. Lo mejor que pueda hacer esa hija es que diga a
su padre: “te dejo tu culpabilidad. No tengo derecho de perdonarte”
el padre entonces conserva su dignidad, la hija también y
posteriormente se pueden separar. Pero si la hija perdona, siguen
atados el uno al otro.
Lo que hago pues en mi trabajo es verificar las consecuencias
cuando, por ejemplo, alguien dice: “te perdono”. En varios niveles.
En un congreso sobre las Constelaciones Familiares en Colonia, participaban unos periodistas de África del Sur. Eran miembros de la
comisión de investigación sobre la verdad durante el apartheid. Se
trataba de hecho de perdonar a los perpetradores. En África del Sur
perdonar funciona de otra manera que aquí. La víctima siente que el culpable le ha limitado en su humanidad y espera que, gracias a su
comportamiento, él manifieste que es humano. Si lo manifiesta con
una actitud constructiva, ayudando por ejemplo, la víctima puede
decirle: “ahora puedo perdonarte”. Es muy profundo y no va de un superior a un inferior. Vincula a la víctima con el perpetrador. En el
debate que siguió, pregunté a estos periodistas: “en realidad, ¿qué
significa perdonar?” Me contestaron: “significa que le digo al otro: soy
como tú”. Evidentemente es distinto del perdón que gastamos...
Acabo de utilizar el método de la filosofía fenomenológica. Es decir
que he tomado la palabra perdonar, he observado en qué contexto esta palabra se utiliza y cuáles son las consecuencias de ese uso, por
ambas partes. Perdonar se transforma entonces en algo lleno, en
distintos niveles. Cuando uno actúa así, aprende la prudencia en la
utilización de una palabra como “perdón”. Uno siente donde es
acertada y donde no.
El caso extremo es la situación en la que hay víctima y asesino. La
pregunta entonces es: ¿cómo se puede llegar a la reconciliación?
¿Cómo puede haber un encuentro entre ellos para que se resuelva? No hay solución posible mientras el criminal no es reconocido como
ser humano y amado como ser humano.
Por ejemplo cuando un descendiente de la víctima mira al criminal y
le dice: “sí, te considero como un humano, te veo como un humano,
como todo el mundo, con una culpabilidad particular”. Cuando
alguien dice a este perpetrador “te quiero” él ya no necesita defenderse, su cara cambia, se suaviza. Luego se acercan el uno al
otro... y se ha terminado.
Pregunta: ¿Qué piensa del sentimiento de culpabilidad con respecto
a la responsabilidad?
Bert Hellinger: el sentimiento de culpabilidad viene del hecho que l
persona no asume la responsabilidad de sus actos. El que asume sus
actos no siente culpabilidad, tiene fuerza y hace las cosas inherentes a las consecuencias, lo que, al final, es positivo para los demás. El
sentimiento de culpabilidad es un sentimiento barato, mientras que
asumir los actos y sus consecuencias es grande y tiene fuerza.
Pregunta: Le he oído decir que los sacerdotes, pastores y terapeutas
buscan evitar que la gente pague las consecuencias de sus actos.
¿Puede precisar su pensamiento?
Bert Hellinger: efectivamente debo precisar lo que dije. Algunos sacerdotes, algunos pastores y algunos psicoterapeutas se las
arreglan efectivamente para que la gente no tenga que asumir
plenamente las consecuencias de sus actos. Intentan suavizarlas.
Pregunta: Las palabras “amor” y “benevolencia” vuelven a menudo
en sus intervenciones. ¿Qué es lo que las sostiene, en un recorrido
como el suyo?
Bert Hellinger: Voy a considerar esas palabras de un modo fenomenológico. La palabra amor tiene numerosos significados,
puede ser vivo de maneras muy distintas: el amor entre hombre y
mujer, entre hijos y padres... Es un amor que viene del corazón, del
sentimiento, es el fundamento de la vida. Todo lo que ocurre en la vida es amor logrado. Es un amor que permanece dentro de un cierto
espacio, sobre todo el de la familia.
Pero existe también un amor del espíritu que proviene de un saber y
obedece a un saber. Uno de sus elementos es que, en lo esencial,
todos los hombres son iguales. Este amor quiere el bien a los demás
y la mayoría de las veces es un amor sin sentimiento.
No podemos querer a todo el mundo como queremos a nuestros padres o a nuestros hijos, es imposible. Pero sí, podemos respetar a
todo el mundo. Es un amor del espíritu. Y este amor es el
fundamento de la verdadera ayuda.
Entrevista de Laurent Montbuleau
Traducción de Brigitte Champetier de Ribes
Gracias a la amabilidad de la Revista Recto-Verseau
www.recto-verseau.ch
EL AMOR QUE NOS HACE ENFERMAR, EL AMOR QUE SANA
Bert Hellinger en París, 3-4-5-X- 2005
TEMAS TRATADOS
¿Dónde empieza la felicidad? Ejercicio Psicosis Intrincación Los reproches a las Constelaciones Familiares La enfermedad La madre La percepción Ejercicio con un acúfeno Ejercicio: la vida colmada Los problemas no existen El movimiento del alma El campo espiritual Encontrar la solución Dimensiones del amor El error es divino Los padres imperfectos Logro espiritual Investigar El síntoma El Yo (Ich) La purificación del Yo Movimiento de amor Abortos Expiación El miedo Incubadora Visualización para prematuros Psicoterapia Política Libertad Enfermedad del nervio óptico Tagore La muerte
Bert Hellinger trabaja para ayudar a vivir.
Con tomas de conciencia sobre cómo llevar la vida de otra forma, como sentirse colmado, como tener éxito en las relaciones.
Cuando trabaja con una persona mantiene la mirada sobre el grupo.
¿DÓNDE EMPIEZA LA FELICIDAD?
¿Cómo se manifiesta la vida?
¿Cómo ser un ser vivo? ¿De qué modo vivimos felices o infelices?
Al estar vinculados.
Vivir significa estar vinculado. Una vida feliz significa estar en un vínculo de amor. Una vida desgraciada significa que un vínculo no se consiguió.
¿Dónde empieza la vida feliz? ¿Con qué vínculo? ¿Dónde empieza el amor? ¿Dónde empieza la desgracia? ¿Dónde empieza la carencia?
Junto a la madre.
La relación con la madre es la clave para una vida conseguida.
EJERCICIO
Mira a tu madre, a su lado, tu padre, están juntos y miras primero a la madre.
Te acuerdas quizás de este vínculo con tu madre
Un recuerdo muy profundo
Cuando estabas en su seno
Cuando eras uno con ella
Sus emociones eran tus emociones
Sus miedos eran tus miedos
Sus alegrías eran tus alegrías
Su amor era tu amor
Su dolor era tu dolor
Hacías uno con ella
Esa felicidad no podía durar, hacía falta vivir la separación, nuestra experiencia fundamental, de felicidad y desdicha.
Y descubrimos un nuevo modo de ser uno, a la vez unido y separado, a la vez vinculado y distinto, ahora enfrente de ella.
Y sentimos esa felicidad, con su mirada,
Y ahora vamos creciendo muy despacio,
Cada vez un poco más lejos, unidos por la mirada y separados.
Cada vez que perdemos el vínculo mientras seguimos creciendo volvemos a esa unión de antes de la separación y luego a ese otro momento cuando aprendimos la separación y el amor,
Y cuando nos sentimos otra vez totalmente vinculados seguimos creciendo,
muy despacio,
muy despacio.
PSICOSIS
Un comportamiento sicótico viene de una dinámica que concierne a toda la familia, a todos de la misma manera. Por lo tanto se trabaja con todo el sistema, se busca el origen del problema y se resuelve en el origen. Esto es lo que sana el sistema.
Cuando dos personas que tenían que estar unidas no lo están, una persona, en cada generación siguiente, representa a esas dos personas unidas. Es el sicótico.
INTRINCACIÓN
Cuando alguien está en una intrincación, se sitúa al lado de un antepasado, se le saca de la intrincación (se le aleja físicamente del pasado). En la intrincación, el muerto espera algo del vivo, le atrae hacia la muerte para que haga, resuelva algo en su lugar.
A veces, en una constelación hace falta un esfuerzo increíble para resistirse a la atracción de la muerte, del muerto que incluso se puede enfadar.
Una vez que ya nadie se inmiscuye en el asunto inconcluso, los dos muertos pueden resolver el problema y alcanzar la paz.
La intrincación se basa en dos fantasías infantiles: - el amor que lo puede todo, - el poder sobre la vida y la muerte.
Inclinarse ante el Destino permite reducir ese poder.
¿Por qué existe el desorden? El desorden nace cuando se excluye a alguien, no se le mira, por miedo a su destino. Mientras que el niño no tiene miedo a esos destinos tan duros y se atreve a mirar a los que los demás no han mirado.
El no-ser-mirado crea una fuerza nociva en el sistema. El yo de otro se hace con el yo de la persona y le impide vivir su propio destino.
Los que quieren matar son los niños.
Detrás de todo esto hay otra fuerza. Frente a ella no hay diferencia entre vida larga o vida corta, si alguien muere en el lugar de otro o no. ¿Es horrible o no? Podemos inmiscuirnos en esa fuerza o podemos asentir a todos estos destinos, sin miedo de hasta dónde nos lleva. Y es cuando algo puede cambiar. Algo se muestra entonces, algo que va a servir a la vida de un modo especial: el respeto al destino de los que nos precedieron.
Después se le puede rogar Por favor al Destino. Así sí se puede ayudar
Muchos son presa de la mirada tradicional de la psicoterapia que sólo mira al individuo. Freud creó un movimiento importante, pero al seguirle a menudo sólo se piensa en una sola persona y así el cliente cree que su vida sólo tiene que ver con lo que él ha vivido, mientras que la mayor parte de los problemas son tomados de alguien del sistema.
LOS REPROCHES A LAS CONSTELACIONES FAMILIARES
Los reproches a las Constelaciones Familiares, en el debate actual, vienen de los que las practican como si fueran una terapia individual
LA ENFERMEDAD
Muchas enfermedades representan un vínculo con un excluido que vuelve en los recuerdos a través de la enfermedad. Por lo tanto debemos cambiar nuestro trato a la enfermedad, no deshacernos de ella sino, en nuestro corazón nos estamos deshaciéndonos también del excluido.
Debemos entonces permitir que ese excluido se manifieste de otra manera. Gracias a la enfermedad miramos al excluido, lo llevamos a nuestro corazón. La enfermedad entonces puede irse, ya que el sistema ha vuelto a encontrar su orden.
Por lo tanto primero tomar la enfermedad en nuestro corazón. Luego mirar hacia donde antes la enfermedad miraba, y lo tomamos también en nuestro corazón. Entonces algo cambia en nosotros y en la familia.
LA MADRE
Sin madre no hay pareja. Para los que buscan pareja sin encontrarla, primero tomar a la madre.
Nadie puede huir ni de su madre ni de su patria.
Observar si el cliente está en la lucha o en la desolación. La lucha se sitúa en el origen, con la madre. El terapeuta no debe dejarse crucificar por la madre.
Es inútil trabajar sobre la relación de pareja mientras uno de los dos no esté en armonía con su madre.
LA PERCEPCIÓN
La percepción está conectada con la sabiduría. La percepción nos dice si algo es posible o no.
EJERCICIO CON UN ACÚFENO
Escucha con el oído del acúfeno.
Lo que oyes ¿a qué distancia está?
Es la voz ¿de un hombre, de una mujer? ¿De qué edad?
¿Cuáles son las palabras detrás del acúfeno?
Di a la persona ahora te escucho.
¿Has oído algo?
Ahora mira a la persona, y detrás de ella hay alguien. Poco a poco te retiras, les dejas a los dos.
EJERCICIO: LA VIDA COLMADA
Recuerdas como de niño estabas totalmente en el presente. Recuerda, de niño, lo que miras te llena y no piensas en nada más.
Tus descubrimientos, estás en ellos, eres ello, lleno de lo que estás descubriendo,
Tus deseos, estás totalmente en ellos
Tu movimiento, eres uno con el, te colma, cuando andas, corres, nadas...
Tus ganas, todo lo que vives, miras, sientes, hace uno contigo, no cabe otra cosa, todo te colma, estás totalmente presente. Eso es la vida colmada.
Y ese niño totalmente presente lo integras a tu presente.
Eso es la vida colmada, la plenitud.
LOS PROBLEMAS NO EXISTEN
Los problemas empiezan en el pensamiento, están siempre ligados al pasado. En el presente no hay problemas. El pasado se pega al presente.Sin pasado no hay problemas.
El terapeuta que trabaja sobre el pasado hacer perder el presente.
La purificación interior consiste en liberarse del pasado, dejarlo atrás.
Las imágenes internas son las que dan el permiso para no actuar. El que no actúa debe algo a su madre, o ha terminado con la vida, entre otras razones.
La mayoría de los problemas son fantasías, los soñamos. Sólo basta despertar.
Casi todos los problemas se resuelven tomando un desvío.
EL MOVIMIENTO DEL ALMA
Cuando se pone un representante sin hacer nada, el movimiento del alma va siempre en la misma dirección: reunir lo que ha sido separado, devolver al excluido, hasta que la familia esté de nuevo completa y unida.
En el recogimiento existe un amor distinto, nuevo, el amor adulto.
Entreguémonos al movimiento del alma. La Conciencia Colectiva Inconsciente Familiar, el Alma, tiene un movimiento fundamental: une lo que ha sido separado y libera a los vivos.
El amor ciego es el que crea los problemas en las familias, reemplazando, inmiscuyéndose, yendo contra la vida con su pensamiento todopoderoso, de estar por encima de la vida y la muerte.
El sistema no permite ninguna exclusión. En caso de una exclusión un descendiente retoma sus sentimientos hasta que alguien lo mire con amor.
EL CAMPO ESPIRITUAL
Toda la familia pertenece a ese campo, y cada uno entra en resonancia con él. Nadie puede salir de este campo, y no nos podemos deshacer de nadie que pertenezca al campo.
Todos los que han sido rechazados olvidados ejercen un gran poder sobre los descendientes.
Este campo que sabe, el alma más grande, actúa en cada uno de la misma manera: devuelve a la familia a los que fueron excluidos. Nuestro trabajo está en resonancia con esa alma, con ese campo.
¿Cómo acceder a la fuerza completa? ¿A la integridad? ¿Al amor adulto? Dando a cada uno un lugar en nuestro corazón.
ENCONTRAR LA SOLUCIÓN
No se trata de orientar la constelación hacia la solución, sino llevar hacia el principio de un movimiento de amor hacia alguien.
LAS DIMENSIONES DEL AMOR
Se conoce al amor a través de nuestras emociones, de los sentimientos primero para con los padres, luego para con el resto de la familia, mas tarde a través de las emociones más intensas de la relación de pareja.
El amor está en la base de todas las relaciones colmadas. A veces se trata de un amor ciego, quiere algo del otro que puede ir más allá de las fuerzas de ese otro; también lo que se espera con respeto al amor está sobredimensionado, sobre todo con respecto a los padres, a la madre.
Lo que se espera de la madre supera a veces toda medida humana y a veces cuando ese mismo adulto encuentra dificultades en su vida las achaca a sus padres, les hace sentirse culpables de ellas. Piensan Ojala mis padres hubiesen sido distintos...
¿Y qué va a pasar con su cónyuge? Va tener con él la misma exigencia, y es la catástrofe.
Las fantasías que están detrás de esto: los padres son Dios. Dios es un padre/madre perfecto.
Todos los que han realizado algo grande han tenido una infancia difícil.
La mente es rápida y el alma es lenta. Los cambios son lentos. Cómo todo lo que está en crecimiento.
EL ERROR ES DIVINO
Todo lo que ha permitido avanzar a la humanidad, al mundo, ha sido posible gracias a que había algo incompleto, imperfecto.
La creatividad sólo puede existir cuando se reconoce algo incompleto y se inicia un movimiento para colmarlo.
Cuando se colma, el movimiento y la creatividad se detienen.
Lo que es perfecto es inmóvil.
Sin incompletud no hay progreso.
Si imaginamos que la fuerza que está detrás de la vida es perfecta, entonces ya nada puede cambiar.
Por lo que lo Divinamente Creativo es incompleto y se puede equivocar. Sus condiciones para existir son las resistencias. Todo lo que es creativo tiene como raíz un conflicto, un error, es la condición necesaria para que la fuerza creativa se pueda desarrollar. El conflicto es divino. El error es divino.
El movimiento creador es incompleto y se pone en movimiento cuando se reconoce que algo de antes es incompleto.
LOS PADRES IMPERFECTOS
Las exigencias hacia los padres van en contra de la vida, del deseo de evolucionar, de ser creativo. Sólo podemos evolucionar gracias a que nuestros padres han sido imperfectos. Las dificultades son la fuente de la fuerza que nos hace actuar y evolucionar.
Por lo tanto, ¡dichosos los que han tenido padres imperfectos!
Lo mismo se aplica al terapeuta que tiene miedo de cometer un error. Es una de las creencias del terapeuta, que el terapeuta no se debe equivocar, debe ser perfecto. Los pacientes que se enfadan con el terapeuta, cuando descubren la imperfección del terapeuta, son los que se estancan en el niño resentido, en vez de aprovechar la fuerza y la libertad que da esa imperfección. No quieren tomar a sus padres tal y como son, no tienen ninguna energía, no la quieren tomar.
En la relación terapéutica, allí donde se da transferencia-contra transferencia, el niño en el terapeuta se vincula con los padres en el cliente.
LOGRO ESPIRITUAL
Es un logro espiritual el liberarse del amor infantil prepotente que quiere morirse por los demás.
El crecimiento, el desarrollo espiritual consiste en ponernos a un nivel en el que vemos y respetamos a todos, a cada uno y su destino.Después, miramos a nuestro destino, captamos una señal y hacemos entonces algo que nos es propio, al servicio de nuestro destino.
Por lo tanto en vez de morirnos, debemos realizar nuestro futuro, realizar algo al servicio de la vida.
A un perpetrador: dejo la culpabilidad contigo, con todas las consecuencias. Respeto tu grandeza.
INVESTIGAR
Investigar el pasado es volver al pasado en vez de dejarlo en su sitio. Es inmiscuirse, con un cuchillo en la mano, sin respeto, sin amor e interrumpir la fuerza hacia el futuro.
EL SINTOMA
En los síntomas hereditarios el deseo de los ancestros es que ese síntoma se detenga con ellos. El amor infantil desea imitar a sus padres, para así sentirse más vinculado, sentir más pertenencia. No ve el amor de sus padres que desean otra cosa para él. El amor infantil no ve el amor de los padres para los hijos. Es un amor de una sola dirección.
Entonces el amor adulto consiste en hacer algo nuevo, distinto, dejar de imitar, con el permiso de los padres.
La desventaja con respeto a la imitación es que eso conlleva la independencia, menos vínculo, y ser más grande, crecer.
Es difícil deshacerse de la imitación.
Con una enfermedad crónica te pones al servicio de tu familia.
La pregunta es ¿hacia dónde va esa fidelidad?
La enfermedad puede representar a alguien al que no se le miró.
La felicidad es siempre un poco incompleta, sino es la muerte.
Cuando los padres se preocupan por los hijos lo ponen peor para esos hijos. Preocuparse por alguien es inmiscuirse en su destino, querer sustituir a Dios y es un modo de pasar al lado de nuestra propia vida.
EL YO (ICH)
¿Dónde está el Yo? ¿En el cuerpo o fuera? Disponemos de nuestro cuerpo, le hacemos daño como si el YO estuviera al exterior. ¿Está en el alma?
En el amor o en el rechazo ¿dónde está el Yo?
Si rechazo un duelo ¿quién rechaza, el alma, el Yo? El Yo. Pero ¿dónde está?
Nuestra mente, nuestra razón, ¿el Yo está frente a ellas?
Cuando la conciencia nos empuja, el Yo sigue a la conciencia.
En las intrincaciones, un Yo mas grande está obrando, un SuperYo que pone el Yo a su servicio.
En los movimientos sociales, políticos, populares, colectivos, el Yo desaparece y un Superyó se pone a dirigirlo todo. Son los momentos y movimientos en los que los individuos renuncian a su Yo a favor de un conjunto mayor.
LA PURIFICACIÓN DEL YO
El Yo, para que sea individual y personal, necesita una purificación, necesita desprenderse, desprenderse de los padres.
Uno se hace más sobrio, el Yo cambia, se va vinculando, se va haciendo amor. Y los Yoes van creciendo, asumiendo el propio y respetando el del otro.
Así se llega al Yo purificado.
Al final cada uno estará sólo, vinculado con su propio Yo.
Cuando se respeta al Yo del otro, sin inmiscuirse, cada uno puede crecer dentro de su Yo, y la relación está llena de respeto. Eso es el verdadero amor.
¿Cuál es la finalidad del Yo?
El Yo es en nosotros lo más divino que exista. En nuestro Yo lo divino se revela, fuera del cuerpo, fuera del alma, fuera de la mente. Está encima de todo ello.
Este Yo es la imagen de un Yo divino, obrando en cada Yo individual, en cada uno de un modo distinto.
Bajo la influencia de este Yo divino todo Yo individual sigue siendo un Yo individual y va siendo una manifestación particular del Yo divino.
La última purificación del Yo es cuando se abandona al Yo más grande, se funde en él, de algún modo es uno con él, no en el ser, sólo en el movimiento. Entonces se realiza la unidad total del Yo con el Yo divino. Eso es la entrega más avanzada, última, y la libertad más avanzada, última.
MOVIMIENTO DE AMOR
EL Yo divino, el Yo creador se hace visible y alcanzable en los movimientos del alma. La fuerza que anima a los representantes es el Yo creador, el que provoca un movimiento, un movimiento que siempre va en el mismo sentido: es un movimiento de amor q ue une. Y ese Yo es amor puro.
Entregarse a ese movimiento no puede dañar a nadie, trae la verdadera dicha.
ABORTOS
En el caso de aborto terapéutico la madre está en un dilema. No hay solución buena a la vez para ella y para el hijo.
Es necesario ir mas allá de las fronteras del bien y del mal, de la culpabilidad y de la expiación, de los limite de la psicoterapia y situarse al nivel del destino, de un último Yo, del amor puro. Dentro de los límites del bien y del mal no existe más que la desgracia.
Nadie es libre. No importa lo que decida el Yo, las consecuencias serán imprevisibles.
En un aborto la madre está mas vinculada que el padre por que además de perder un hijo pierde algo de su cuerpo.
En caso de aborto voluntario no hay solución dentro de las Constelaciones, no hay solución para la madre principalmente, tampoco para el padre, ni para el hijo abortado, ni para los demás hijos.
El hijo abortado sólo estará en seguridad con su destino.
EXPIACIÓN
La necesidad irresistible de equilibrar ganancias y pérdidas hace que el alma se sienta bien con la compensación y la expiación. Cuando mato a alguien, si quiero morir yo también es para librarme de mi culpabilidad, es para expiar.
En la expiación uno sólo se mira a sí mismo, está desprovisto de amor.
Por el contrario mirar al otro con amor y hacer frente a la culpabilidad y a las consecuencias de mi falta eso da fuerza, la fuerza de hacer el bien, y produce un efecto de reconciliación.
EL MIEDO
El miedo, igual que el deseo, crea un campo energético de necesidad, de espera de algo. Lo que se espera, para bien o para mal, está presente en el campo y alguien lo tiene que realizar. Es el miedo lo que crea esa necesidad de que alguien haga algo malo.
Para contrarrestar la fuerza creativa del miedo crear un campo benevolente, mirando al problema con amor.
Ejemplo: visualizar un monstruo y regalarle algo bueno.
INCUBADORA
El niño en incubadora, prematuro vive un dolor muy profundo de separación, dolor que vuelve más tarde en su vida de adulto, cada vez que quiere ir hacia alguien su movimiento de amor se interrumpe, cada vez que ama a alguien entra en movimiento circular de ir hacia y volver al principio, volviendo al sentimiento de abandono profundo que vivió en el momento de nacer.
VISUALIZACIÓN PARA NIÑOS PREMATUROS
Imagina que tomamos tu camino de vida, pasando de nuevo por la incubadora.
Cada vez que hay algo duro haces un alto.
Estás en la incubadora.
Haces un alto:
Te sientes mantenido por tu madre, cogido y sostenido por ella. Siente la incubadora, a la vez sientes que eres sostenido por tu madre y tu padre con amor.
Mucha gente te miró entonces con amor, cuidaron de ti, y sobreviviste.
Sigue tu camino, muy despacito, mes a mes, año tras año.
Cuando algo no va, haces un alto para sentirte sostenido por tu madre y quédate con ella hasta sentirte bien de nuevo.
El parto es el primer movimiento interrumpido.
Para restablecer el contacto perdido con los padres se puede rehacer el nacimiento, o terapia primal, o terapia de contención, luego decir las frases de la oración al amanecer de la vida y luego hacerle andar por su camino de vida.
PSICOTERAPIA
La finalidad de la psicoterapia es unir lo que fue separado, servir al amor que sirve la vida.
Es importante que cada psicoterapeuta reconozca sus particularidades, su unicidad y le diga sí, sin comparar. Estar en acuerdo con nuestra unicidad nos permite vincularnos con los que son diferentes, aprender de ellos, darles algo. Permite crear un vínculo humano en el que cada uno gana.
POLITICA
En política se entra en competencia, en rivalidad con los demás por poder, por dinero.
¿Qué ocurre en ellos?
Pueden reconocer la unicidad de cada uno, reconocer que cada uno actúa al servicio de una fuerza más grande y con unas capacidades particulares.
Esto permitiría un servicio más profundo.
LIBERTAD
La libertad es vacio; es un sentimiento agradable pero tan vacío que no dura toda la vida.. Cuando empieza el amor, desaparece la libertad.
ENFERMEDAD DEL NERVIO ÓPTICO
Miraré mientras me sea permitido
Disfrutaré de ver mientras me sea permitido.
¿Cómo conservar la vista durante más tiempo? Mirando con amor, mirar diciendo sí al destino. Mirar el presente y alegrarse del momento presente, en vez de pensar en el futuro.
TAGORE
Bajo la forma de mi madre, lo inconocible me abrazaba
Ya que quise la vida, sé que querré a la muerte
LA MUERTE
La imagen del inconsciente es que en la muerte estamos reunidos con la madre, por lo tanto con una madre viva.
A alguien que desea seguir a su madre en la muerte: cuando te mueras no encontrarás más que huesos, tu madre no estará. Te sentirás sola como nunca. Verás tu vida, desesperándote por no poder cambiar algo, por hacer algo distinto de lo que has hecho en vida, arreglar algo. En la muerte uno está realmente sólo. ¿Los muertos están en paz? Los muertos quieren acabar algo que dejaron sin hacer.
Y si te mueres será demasiado tarde.
La muerte más importante, más difícil es quizás la que viene después.
El trabajo por realizar, trabajo de amor, de reunificación más difícil es quizás el que ocurre después de la muerte.
Bert Hellinger en la Ecole Bert Hellinger de París. 3-4-5 de octubre 2005
Transcripción y traducción de Brigitte Champetier de Ribes
El amor, ¿qué es?
2-3 de febrero de 2.007, París.
El amor es la base de la vida. Estamos vivos unidos a otros por
vínculos de amor, si el amor se logra, la vida también.
¿De dónde viene el amor?
Claro cuando pienso “amor” pienso en el amor entre hombre y mujer. Pero en primer lugar pienso en el amor de mis padres. Nuestra vida
se enraíza en su amor, es la fuente de mi vida. Sin su amor de
hombre y mujer no estaríamos aquí.
Por lo tanto, el amor esencial es el de Hombre y Mujer, de donde viene la vida. Y éste amor es el que acompaña a la persona desde
que nace hasta que se enamora a su vez.
Mucho antes de ser capaz de dar amor recibimos amor, lo tomamos
de nuestro padre y de nuestra madre, y cuanto más cogemos este amor, más amor damos después.
Tomar el amor de nuestros padres
Nuestro amor comienza a tomar el amor de nuestro padre y madre, y el principio de nuestro amor en acto es el amor para nuestros padres.
Luego, ¿qué ocurrió con nuestro amor hacia ellos? Se inmiscuyeron
cosas, de modo que ese amor dejó de fluir como al principio.
Algunos saben cómo deberían ser los padres perfectos, y sólo si son
perfectos se pueden amar… qué raro.
Esto nos aleja de ellos y de nosotros mismos tal y como somos. Pues con un concepto ideal de ellos, también tenemos un concepto ideal de
nosotros mismos; y al apartarnos de ellos nos apartamos también de
nosotros mismos.
¿Qué es lo más importante? ¿El hecho de tener padres o cómo son esos padres?
¿El hecho de tener pareja o qué tipo de pareja es?
Lo mismo con los hijos… Pues si imaginamos cómo deberían ser
nuestros hijos ¿los queremos como son? Es más importante pertenecer que saber a qué o a quien
pertenecemos.
Cuando se dice mi madre, mi padre, mi destino, mi hijo, mi..., mi…
¿tenemos derecho a decirlo? ¿Los poseemos? ¿Tenemos un derecho
sobre ellos?
Y todo nos es dado, predestinado, venido de otro sitio, sin que tengamos derecho a ejercer influjo sobre ellos.
Entonces si miro a mi madre y a una fuerza más grande, vemos que
la madre es dada tal y como es, el padre es dado tal y como es. Y sólo me queda tomarlos como son. Poco importa lo que han hecho,
no interfiere aquí, pues tal y como son, han sido mis padres para mí,
y se transforman en mi destino, el destino tal y como me es
asignado.
Y entonces digo: querida mamá, tal y como eres te tomo, tal y como
eres tomo la vida, tal y como me la has dado.
Y así eres justa para mí, lo tomo todo de ti, tal y como viene de ti. Abro todo mi corazón a lo que me das, incluso lo que fue duro o
malo. Así eres mi madre, y así soy tu hijo.
Y ahora empezamos a tomar todo de ello, empezando por la
concepción, el embarazo, los nueve meses en su vientre, con sus
expectativas y miedos, tomamos su asentimiento a nuestra existencia tal y como fue.
Y luego el nacimiento con riesgos para su vida, y luego nos tomó, nos
alimentó, durante muchos años, y ahora le decimos: querida mamá,
lo tomo todo de ti, ligero y pesado, y ahora hago algo con ello para que sepas que tu amor no fue en vano, lo transmito
Y podemos sentir lo que pasa en nuestra alma al decirlo y nuestro
amor como se transforma, y lo transmitimos
Y lo mismo con nuestro padre.
Y hemos sido aptos para la vida porque hemos tenido estos dos
padres.
He pensado mucho en esto. Cuando a veces he pensado que podía hacer cosas independientemente de la madre o incluso en línea
directa con dios. Pero dios ¿dónde se manifiesta en su plenitud?
¿A lo lejos? o ¿muy cerca?, primero en nuestra madre y padre.
Si rechazamos a nuestros padres, con reproches, a nosotros mismos, a quién rechazamos, a dios, claro.
Para nosotros nuestros padres están inmediatamente vinculados a
dios.
¿Cómo se puede acceder a lo divino?
¿El amor qué es?
El amor es primero la experiencia del amor de nuestros padres, y
primero el amor para cada uno de ellos. Eso es el fundamento del
amor. Y fundamento del amor posterior de pareja.
Las antiguas parejas están potencialmente presentes mientras no
estén reconocidas.
Nunca es siempre posible descifrarlo todo.
Muchos tienen dificultades en pareja.
Primero hay que ir a mirar si quiere a su madre. El que rechaza a su
madre no puede querer a una pareja. Pues al cabo de poco tiempo la pareja va a vivir lo mismo que la madre.
El déficit con la madre se va a repetir en el amor con la pareja, y
luego con los hijos.
Muchas madres que no han podido tomar a su madre, no aceptan a su hija, pues la toman por su madre, y tiene con ella expectativas de
su madre, y la hija se transforma como su abuela.
La base para todo amor logrado es el amor logrado para la madre.
El mayor problema en terapia tiene que ver con el rechazo de la
madre.
¿Qué permiten las Constelaciones Familiares? depende del que anima
la constelación, si está de acuerdo con su madre puede querer a la madre del cliente.
Cuando el constelador renuncia a un movimiento voluntario, la
relación con la madre se restablece. Aquí podemos iniciar ese
movimiento hacia la madre.
Escribir una carta para mi madre, mi amor la alcanza, aunque haya
muerto.
¿El amor que es?
Con qué derecho exigimos a una persona corriente que sea perfecta.
Hay distintos amores según su extensión: está el amor estrecho, sólo
quiero a algunas personas y excluyo a otras. Y existe un amor que va más allá.
El amor estrecho, el de la buena conciencia
Existe un amor que sigue nuestra conciencia, que nos une a nuestra familia.
La conciencia está al servicio de la fidelidad a la familia.
¿Cuándo tenemos mala conciencia?
Cuando hacemos algo que va en contra de los valores de nuestra
familia.
Mala conciencia: miedo a haber perdido el derecho a la pertenencia.
Por el contrario, si actúo como para sentirme de la familia, tengo buena conciencia.
¿Quién tiene mala conciencia?
Los hijos. La mala conciencia le ata a su familia. La conciencia sirve / permite nuestra supervivencia.
Hay otras conciencias, conciencias distintas con el padre, con la
madre, etc.
Gracias a nuestra conciencia sabemos exactamente lo que tenemos que hacer para pertenecer en una pareja es lo que crea problemas.
Los dos tienen dos conciencias distintas, y se enfrentan, y sobre todo
cuando hay hijos, cada uno quiere hacer respetar los valores de su
familia. Y cuando acuerdan respetar los valores de las dos familias, hace que
ambos tengan mala conciencia, y eso es bueno, sobre todo para los
hijos, que toman los valores de los dos en su corazón.
Y nos hacemos adultos cuando vamos más allá de los valores de nuestra familia. Y cuando respetamos los valores de otra familia,
aunque nos de mala conciencia. La mala conciencia es señal de
crecimiento.
Toda persona que escucha su buena conciencia rechaza alguien.
La buena conciencia nos obliga a rechazar a alguien para pertenecer
a nuestro grupo.
Todo moralista rechaza a alguien, desea que el otro se muera. Incluso los que siguen mucho su conciencia.
Los que quieren la justicia ¿están en el amor? Los que quieren la
justicia ¿qué desean profundamente? que el otro se muera.
Lo importante en nuestro crecimiento es ir más allá de las fronteras de nuestra conciencia, para poder concebir que los otros son
igualmente buenos.
Tienes tanto derecho a ser como eres, como yo tengo el derecho de ser tal como soy.
Por favor quiéreme tal y como soy.
Consecuencia de la buena conciencia, consecuencia
de la exclusión
Si todos tienen el mismo derecho de ser como son ¿qué pasa cuando
alguien es excluido de una familia? ¿Qué pasa cuando se le quiere
matar, por ejemplo con los abortos? ¿Qué efecto tiene en la familia?
La otra conciencia, la colectiva, familiar, tiene una fuerza mucho más
grande que la conciencia personal. Esa conciencia colectiva vigila el
hecho de que todos pertenecen y si alguien es excluido (un abandono, un aborto) más tarde, por la presión de ese campo, una
persona representará a la persona excluida y tendrá sus mismos
sentimientos, y eso se llama “intrincación”.
Ahora constelamos con una sola persona, y a menudo la mirada va al
suelo, mirando a un muerto excluido, y ese cliente tiene una
atracción por la muerte, quiere reunirse con ese muerto excluido.
Muchas enfermedades están ligadas a este fenómeno. La enfermedad
mira al excluido y nos obliga a mirar al excluido. Y esto permite que
el excluido sea acogido de nuevo. Y el cliente se libera de la
intrincación.
El amor grande
El amor es eso: toda persona tiene el mismo derecho de pertenecer.
Si le abro mi corazón soy más rico y él vuelve a la familia.
La Conciencia colectiva familiar sigue otra ley del amor. Cada uno en
un grupo tiene un lugar preciso, su lugar. Y ese lugar es definido por
la antigüedad en la pertenencia. Es un orden del amor. Y en nuestra
cultura ha desaparecido, a veces por amor, y el castigo por violar el orden hace peligrar la vida, uno tiene el deseo de morir.
Nuestro justo lugar está fijado de antemano, es importante estar en
él, permanecer allí. Uno estará bien y los otros también. Para los hijos es importante que los padres estén en su sitio, y los hijos en su
sitio y si se les impide tener acceso a su padre o a su madre el hijo
estará mal.
Tiene que tener acceso a ambos padres con la misma intensidad.
El amor en el terapeuta
En nuestra alma debemos dar el buen sitio al hijo y sus padres. Es en
nuestra alma donde se crea el buen orden, y el orden justo para el otro, sus padres o sus hijos; y así ellos también pueden dar el buen
orden y tener acceso de la misma manera a ambos padres.
No importa lo que se diga sobre estos padres, no nos dejamos distraer del respeto por esos padres. ¿Cómo se hace? Cuando
reconocemos que su padre o madre es lo más grande que existe,
independientemente de cómo son.
La grandeza del padre o madre simplemente viene por el hecho de
que sean padre o madre. Transformarse en padre o madre es lo
primero. De allí surge su dignidad, todo lo demás es secundario. No
importa lo que dice el cliente sobre sus padres, o sus hijos. Esto no nos apartará de nuestro respeto por sus padres, o su hijo.
Y al hacerlo, creamos algo que se llama Amor.
No es un sentimiento, es un saber con respeto a una grandeza, es el
reconocimiento de una grandeza.
Miro su madre, su padre, los pongo en mi corazón.
El destino de su familia, los honro, me pongo en el último lugar,
debajo de ellos, no me inmiscuyo y así siento lo que puedo hacer y hasta donde.
Y así, allí, se siente en seguridad.
Así le he dejado en su lugar, y yo en el mío.
Los comentarios
Cuando alguien hace un comentario, se sitúa por encima de mí. Si es
una pregunta está bien, está por debajo de mí.
Un ejercicio
Buscamos a la madre en el cuerpo. Está en todo el cuerpo.
Ahora entramos en contacto con nuestras emociones, las buscamos en el cuerpo, la nostalgia, ¿Dónde están?
Entramos en contacto con ellas, luego buscamos de nuevo a nuestra
madre.
¿Dónde está el amor?… ¿Dónde está el dolor?…
¿Dónde está la madre?...
El movimiento del espíritu Todo está en movimiento.
¿De dónde viene el movimiento de nuestro cuerpo?
Millones de información son manejados para nuestra supervivencia,
es inalcanzable por nosotros. Viene desde fuera, de otra conciencia, de un espíritu, con benevolencia hacia todo tal y como es.
Para ese espíritu no existe el mal, no hay nada mal ni malo.
Todo es como es porque él lo piensa como es.
Cuando aquí imaginamos una buena solución, no estamos en acuerdo con este espíritu, no respetamos el movimiento del espíritu con lo
que se pone a la luz, nos ponemos encima, queremos algo distinto de
lo que sale.
Aquí es “seguir el movimiento del espíritu” y al seguirlo recibo
informaciones que me vienen del acuerdo con ese movimiento y esas
informaciones se revelan justas.
Hay otra cosa también, esos movimiento están siempre imperfectos, no acabado, no es una buena solución “acabada” como deseamos.
Cuando quiero una solución acabada, soy una traba para el
movimiento, y precisamente porque no es acabado sigue en movimiento, por eso es importante detener el trabajo para que el
movimiento siga.
Estos movimientos vienen del espíritu, llevan a la reconciliación. Ponen a la luz alguien que fue rechazado.
Si se pregunta ¿qué quieres conseguir? el movimiento del espíritu
habría sido detenido, lo habríamos usurpado.
Y el movimiento dentro de la persona sigue y siempre es un
movimiento de amor. Nos podemos fiar de este movimiento.
¿Cómo podemos entrar en resonancia con éste movimiento?
Cuando nos giramos con benevolencia hacia todos como son. Su efecto: nos ponemos en paz, recogidos, sin preocupación, pues
nos dejamos llevar por los movimientos del espíritu.
Es una perspectiva muy bella.
Sobre la muerte
Ahora con alguien con enfermedad grave.
¿Cuánto vas a vivir? ¿Cuánto tiempo quieres vivir? Dentro de cuando
eres feliz de morir
Cuando alguien muere, ¿Cómo es para él cuando se da cuenta que
algo sigue, que la muerte no es el final? Pensará, tendría que haber
vivido algo más, podría haber hecho algo más, y ahora ya no. Del otro lado ¿podrá seguir amando? no lo sé, quizá sea mejor
hacerlo, de vivo. Amar es tomar a alguien en su corazón, eso es lo
que no quiere hacer, prefiere morir. Y una vez muerta, ¿habrá
ganado o perdido algo?
Preocuparse
¿Qué ocurre cuando nos preocupamos por alguien?
Lo que digo es para todos menos padres con sus hijos pequeños. ¿Qué ocurre a estos que se preocupan por otros?
¿Les va peor o mejor a esos otros? ¿Les da o les quita fuerza?
No es amor la preocupación.
El que ama es capaz de soltar.
La frase
Yo me armonizo con un movimiento interno para elegir a una frase
que servirá a todos a la vez. El movimiento del espíritu no va nunca a un solo individuo sino que
todo lo que ocurre en resonancia con el movimiento del espíritu sirve
a otros muchos.
La agresividad de los hijos
Los hijos agresivos quieren mantener vivos a alguien gracias a su
agresividad. Luchan contra la muerte, quieren vencer a la muerte.
Evolución de las Constelaciones Familiares
Las Constelaciones Familiares evolucionan.
Primero fue ordenar la familia del cliente y con éxito a un cierto nivel (lo he hecho).
Pero cuando se trata de vida y muerte, y muerte de un inocente,
ajeno al problema, pero sí intrincado, diciendo “yo por ti” en una situación en la que él que debe actuar se retira, no actúa y deja hacer
a un hijo sería peligroso utilizar el primer método en ese caso,
peligroso para el constelador, que cree poder constelar sin estar en
armonía con los movimientos del espíritu.
A menudo es lo que hacemos en psicoterapia. Pero si sólo hago
psicoterapia y la persona se limita a eso, no está en contacto consigo
mismo, su destino ni su movimiento interior, le he pegado algo mío
encima, que le es ajeno.
Y que me puede pasar ¿estoy en contacto con mi centro o con algo
externo, enseñanza, conceptos…?
Ayudar así es un alejamiento de la persona de sí mismo. Alejo el individuo de su propio destino.
Los movimientos del Espíritu son lentos.
Sentirse culpable
Cuando nos sentimos culpables con alguien y queremos repararlo de
verdad ¿el otro está mejor?
¿Qué ejercicio interno se debe hacer? Ponerse al lado, a distancia de la persona, mirando en la misma
dirección, mucho tiempo, hasta que el otro se mueva y nosotros nos
quedamos atrás.
Nos hace sentirnos en nuestro lugar y el otro se libera de nosotros.
A veces se piensa que siempre hay que hacer algo para una pareja o
algo es responsable de lo que nos pasa. Y ¿eso sirve para algo? Explicar sería interpretar.
Sólo sirve ver el movimiento o no movimiento que hay, el
movimiento que viene de las profundidades.
¿A nombre de qué tendría que intervenir de otra manera? En nombre de una imagen personal que yo proyectaría.
Por eso tengo que estar en mi sitio, en el sitio justo, en el último y el
más bajo.
Algunos me preguntan sobre el trabajo ¿qué tomo? ¿Esto o lo otro?
pues esto y lo otro. Lo tomo todo.
La filosofía de Bert Hellinger Se trata de una filosofía y sabiduría particular. Muchos no se han
dado cuenta que mis tomas de conciencia son revolucionarias.
A nivel humano, desechan todo lo que ha sido dicho hasta ahora, con
los padres, sobre la pareja, sobre la relación entre pueblos... y muestras cómo algo que ha sido separado se puede reunir.
Lo más importante es sobre el funcionamiento de la conciencia en
Occidente y en el Catolicismo que dice: hay que seguir la conciencia e
incluso a través de ella nos habla Dios. Y esta conciencia tiene consecuencia en toda la filosofía occidental y
fue el “campo” que no pasó por “la lumière” de los filósofos
franceses. Kant tampoco se dio cuenta.
Cayeron en la trampa de la conciencia. No se atrevieron a mirar su efecto.
Por un lado, la conciencia nos ata a nuestra familia, es su función
fundamental y por otro lado nos separa de los demás.
Cada vez que rechazamos a alguien, es desde nuestra buena
conciencia. Sólo él que tiene buena conciencia, rechaza a alguien, le
da la energía suficiente para el conflicto, la guerra, el agredir a otros.
Pero en cada bando hay una buena conciencia con Dios de su lado.
Ambos bandos tienen buena conciencia, se sienten bien, en estado de
santidad mientras matan, como los santos que predicaban las
cruzadas. ¿No es lo más peligroso que hay, la buena conciencia?
¿Lo más opuesto al amor?
Es lo que he puesto a la luz: el peligro de la buena conciencia.
Y va muy lejos pues muchos miran a Dios con buena conciencia y
separan a los buenos y los malos. En los frescos de Miguel Ángel los
malos están en el infierno y los buenos se alegran con alevosía de
verlos.
La conciencia viene de un movimiento de equilibrio, tiene muy
buenos efectos, cuando nuestra pareja nos hace un bien nosotros
queremos devolvérselo. Y cuando alguien nos pega, también queremos pegarle, cuando alguien nos hace una injusticia queremos
matarle, por justicia.
Comprender la gravedad de la buena conciencia e ir más allá, es una hazaña, una hazaña de amor. Cristo lo muestra. Por ejemplo, el
Apocalipsis es lo más horroroso que hay. Pero Jesús no está ligado a
la conciencia; los piadosos suelen olvidar esa frase, se olvida que era
el amigo de los pecadores (homosexuales, adúlteros, asesinos). La frase de Jesús: “Soy misericordioso como mi padre en el cielo”. No
habla de justicia, sólo de amor. “Deja brillar el sol sobre los buenos y
sobre los malos”.
¿Qué hace la gente que transforma a Jesús en un juez?
Ejercicio:
Con los que son los buenos y los malos para ti, haz brillar el sol para todos, haz llover para todos.
¿Qué ocurre en ti?
Esto es el amor del espíritu.
Es la inocencia lo que va en contra del amor, inocencia como buena
conciencia.
¿Cómo dar un paso más allá? ser culpable con amor, por amor. El
movimiento del espíritu es de amor, y pasa a través de todas las
fronteras.
No hay nada mejor que lo que ya tenemos.
Hay otro descubrimiento revolucionario: cada ser humano es único y así es bueno para todos.
Trascripción de Brigitte Champetier de Ribes
La felicidad que permanece
Jornadas didácticas de Bert Hellinger,
En Barcelona, 1, 2, 3 y 4 de marzo de 2007
Este es un curso de formación en el que os voy a mostrar cómo se hace este trabajo. Cuando trabajo con casos personales no puedo
decir todo lo que veo, para proteger al cliente. Con los casos de
supervisión si puedo hacer comentarios.
Me alegro de estar de nuevo en Barcelona, después de tantos años y
viéndoos a todos aquí, siento que se ha hecho un buen trabajo. Me
siento muy unido a todos vosotros.
Vamos a empezar con música. Con la música vibramos todos, con ese
algo más grande que sale a través de ella a la superficie, algo
espiritual sale aquí a la luz.
A lo largo del curso entraremos en un movimiento del Espíritu, en
resonancia con los movimientos del Espíritu. Esta es la manera en
que han evolucionado y se han desarrollado las constelaciones familiares. Os lo mostraré aquí y al tiempo os llevaré de la mano a lo
largo de las constelaciones. No sólo vamos a trabajar algo, no sólo
vamos a ayudar a otros, también vamos a entrar en un movimiento
del amor, para todos tal cómo son y para todo tal cómo es. Este es el amor del Espíritu: No conoce ninguna diferencia entre lo bueno y lo
malo, entre lo mejor y lo peor. A través de este movimiento vamos a
crecer más allá de nuestras propias fronteras y también aquellos a los
que ayudemos.
Os diré algo sobre los movimientos del Espíritu y luego os lo
mostraré. Os llevaré a través de lo que se percibe en las
constelaciones y os mostraré la posición que debemos tener durante
ellas y la manera de proceder en ellas.
Al final de este curso todos sabrán moverse con las constelaciones del
Espíritu.
Primero debemos hacer algunas reflexiones
filosóficas: Vivimos de manera muy amplia respecto a nuestras propias imágenes
interiores que muchas veces limitan nuestra percepción y trabajo. La
filosofía deja estas imágenes tras de sí, por ejemplo imágenes de paz
total o de un mundo justo o imágenes de personas a las que les va
bien y de otras a las que les va mal, que nos llevan a la envidia y así
no estamos en concordancia con todo tal como es.
Esta forma de pensar, la de este trabajo, es pura, renuncia a todas
estas imágenes y se queda fundamentalmente con aquello que es,
aquello que puede ser pensado.
Todo aquello “que es” lleva un movimiento, ¿de dónde sale este
movimiento? ¿De aquello que realmente es o de fuera? Todos los
movimientos vienen de fuera y todo movimiento tal como, es
pensado ¿por quién es pensado? ¿puede existir alguna cosa sin haber sido pensada? Todo lo que se mueve ha sido pensado, de acuerdo a
como se mueve. Detrás de todo aquello que se mueve y que funciona
se encuentra “aquel que piensa”. Lo llamamos Espíritu. Pero esta es
solo una palabra que no dice nada. Aquello que realmente funciona no puede ser nombrado. Cuando hablamos de movimientos del
Espíritu no nos referimos a nada palpable.
Aristóteles afirmaba que “todo aquello que es ha sido pensado”. Este
Espíritu que ha pensado todo tal cómo es, está en concordancia con todo lo que él mueve. No puede no estar en concordancia con todo lo
que ha pensado y ha puesto en movimiento.
Resonamos con él cuando entramos en la misma dirección de movimiento, movimiento de amor y unidad con todo aquello que es
“tal como es”. Esto significa mucho para nuestro trabajo ¿podemos
sentir pena o compasión por alguien? Cuando así hacemos estamos
acusando al Espíritu y su movimiento. Cuando nos arrepentimos por lo hecho no estamos viendo los movimientos de este Espíritu.
Los movimientos del Espíritu se manifiestan a través de este trabajo
¿Quién mueve a un representante? Es un movimiento del Espíritu. Si
no intervenimos, sólo estamos permitiendo que el movimiento se de. Entonces el movimiento del Espíritu une lo separado. Todos los
problemas nacen por la separación, por la exclusión de otros o de
partes de nosotros. Entonces estamos separados y rompemos
nuestro movimiento del Espíritu. El movimiento del Espíritu une lo separado y cuando se encuentra lo separado se llega a la felicidad.
Esta es la felicidad y la suerte que permanece. Este es el tema del
seminario.
Casos de Supervisión
Caso 1
(Cuando alguien presenta un caso, para expresar el problema, ha de hacerlo con un máximo de tres frases y mejor si fuera sólo en una.
Cualquier otra cosa que se diga sobre el problema es una imagen
interna que no está en concordancia con los movimientos del Espíritu.
Quién no es capaz de enunciar su problema, no tiene problema y
sobre todo no quiere hacer nada)
Cliente: niña de once años que rechaza a su madre. La niña está separada de su madre, no logran estar juntas. Este es el
hecho con el que vamos a trabajar.
Tomamos una representante para la niña, que se centrará y se
moverá desde su interior y de esto recibiremos la información más importante que nos mostrará que es lo siguiente que vamos a hacer.
Estos movimientos suelen ser muy lentos. Alguien no centrado se
mueve rápidamente. Los representantes no ven al terapeuta y no
deben estar hablando.
La representante (R) de la niña mueve mucho la mano derecha y
todo el brazo, llora, gira hacia la izquierda y se tira al suelo. Nos está
mostrando que no es un problema de la niña, porque es demasiado grande para ella.
Hellinguer (H) coloca a alguien para la madre (M) delante de la niña,
que no mira a la niña, mira al suelo y luego le da la espalda. Nos muestra como se está girando de un muerto. Ahora coloca a un
muerto en el suelo, delante de la madre. La madre lo mira. Ahora la
niña se calma y mira a su madre. La niña le dice a su madre: “Por
favor”.
La madre se gira, la muerta mira en otra dirección, a otra persona.
Aquí está el problema. Pone a esa persona. La muerta empieza a
temblar como lo hacía la niña al principio.
Ahora H coloca a la madre de espaldas a esto con lo que ella está
implicada sistémicamente. Entonces los muertos se miran.
H toma a la niña y la lleva delante de su madre, se abrazan, la niña
llora. La madre muerta toma a su hijo y también la viva.
La madre le dice a la hija: “Ahora me quedo”.
Entonces la hija puede abrazar a su madre.
La hija le dice a la madre:”Por favor mamá sostenme para que pueda
quedarme” “Ahora me quedo como la pequeña tú eres la grande”
“Sostenme como mi madre” “Yo solamente me quedo como hija”.
Ahora la hija se arrodilla delante de su madre
Ahora está bien el orden del amor. Ahora está todo en orden.
Cuando alguien gira y da vueltas está indicando una culpa, al igual que el temblor de la mano. Por eso una niña de once años no puede
ser culpable. La madre miró al suelo, a un muerto y este giró su
cabeza y no la miraba a ella, indicando que no tenía que ver con ella.
Esa otra persona tiene expresión de ira asesina y ante ella la muerta tembló. Saco a la madre de eso porque no tenía que ver con ella.
Cuando la muerta extendió sus brazos, la otra persona se fue hacia ella. Es el asesinato de un niño.
Lo que sentía la niña era ira asesina y miedo a la vez (movimiento esquizofrénico) como la muerta. La madre quería morir. La niña
sentía que su madre se quería morir por su antepasada y dice: “yo
me muero en tu lugar”. Con esto la niña se está poniendo por encima
de su madre. Cuando la madre dice “me quedo”, la hija se queda
también.
Cuando asesina y víctima se toman de la mano se trata de un
movimiento del Espíritu. Entonces se vuelven iguales, ya no hay diferencia.
Caso 2
Cliente: padres con un hijo de quince años que se
hace caca encima y tiene conductas autodestructivas.
H toma como representante para el niño al terapeuta que presenta el
caso. Sale y mira al suelo, dice: “Yo también”.
H coloca a tres muertos delante, en el suelo.
El niño se aparta de ellos y sigue mirándolos. Los dos primeros
muertos están cogidos de la mano y el tercero mira para otro lado.
Coloca a alguien en esa dirección: se trata de un hombre. Es el
agresor. Los muertos se alejan de él. El muerto de en medio tiembla.
Ahora pone a otro hombre. El niño lo mira, se aleja de él y sigue
mirando a los muertos. Es por quien se hace caca en los pantalones.
Ese hombre mira al niño.
Ahora el agresor le dice a este hombre: “Nosotros ganamos”. Tiene
los puños apretados.
H le dice al niño que se tumbe entre las víctimas y le pregunta si se siente mejor o peor. El niño se siente mejor, con menos miedo.
Entonces el niño les dice a las víctimas: “Yo también”.
En ese momento el segundo hombre se ablanda y no deja de mirar.
El niño tumbado le dice al agresor: “se acabó” y entonces este mira
hacia arriba y empieza a girarse lentamente, hasta que se queda de
espaldas. Las víctimas se toman de la mano. El agresor se pone de rodillas, honrando esto. Una de las víctimas le toca y le toma.
H levanta al niño y lo coloca delante del segundo hombre. El niño le dice: “Yo como tú” “Yo también”. Ambos se miran y se aproximan. El
niño se sienta delante de él y lo mira. El hombre le toca la cabeza.
H: se ha terminado. Aquí lo dejamos. Es la guerra civil española. El
niño representa a los asesinos y a las víctimas, como el asesino
principal.
Hablar inmediatamente sobre la constelación que acabamos de hacer no es bueno. Si no lo hacemos permanecemos en concordancia con el
Espíritu y nos ponemos en posición humilde, en último lugar.
A veces creemos que somos independientes, libres, autónomos y que podemos decidir nuestro destino. Todos estamos unidos con los
destinos de los otros, de toda la humanidad. Todas las personas que
han tenido que ver con nosotros viven dentro de nosotros y gracias a
su sufrimiento hemos aprendido y ellos han resuelto problemas que nosotros ya no necesitamos resolver.
Nuestra vida tiene un principio y un fin, pero antes de ella ya había algo y después de ella seguirá habiéndolo. También había algo de
nosotros ahí y algo quedará de nosotros cuando ya no estemos.
Caso 3
Lo primero que el terapeuta tiene que hacer es entrar en resonancia
con el cliente, sin prisas.
H dice al terapeuta que está junto a él: cierra los ojos, imagínate a tu
cliente y retírate de él. El terapeuta tiene que poder mantener el control.
¿Quién es tu cliente?
Cliente: mujer de 42 años con baja autoestima, que
bloquea su vida. H: este es el típico paciente que no quiere hacer nada. No podemos
asumir eso. Si ella quisiera hacer un cambio en su vida no lo
plantearía así. Si alguien dice ayúdame ¿Qué puedo hacer yo? Esa
persona no quiere hacer nada. No podemos hacer más en este caso y yo no me estreso por eso.
Ahora trabajaré con la terapeuta. Ella no me respeta, ni respeta a su
madre y tampoco, por lo mismo, puede respetar a su cliente. Ella es arrogante con su madre, con su cliente y conmigo. Su madre tiene un
lugar en mi corazón.
¿Por qué alguien se hace terapeuta? Si creen que es para ayudar a los otros, no podrán tener éxito, porque están retando a su madre,
permanecen en su niño y tienen una actitud arrogante. Ella no logró
ayudar a su madre y por eso busca a alguien que necesite ayuda para
con ella si conseguirlo. Trabaja mucho y se quema, pero no logra el
éxito.
Todo falla cuando no se respeta el orden fundamental en las
relaciones padre-hijo, pareja, trabajo y pueblos.
Tomemos como ejemplo algo lejano, no un conflicto personal, el
conflicto entre judíos y árabes.
Este conflicto se debe a la ruptura de un orden fundamental, que
comenzó con Abrahán. Su esposa Sara no podía darle hijos y le dijo:
“Toma a mi sirviente y ten hijos con ella”. Abrahán tuvo un hijo con esta esclava: Ismael. Entonces Sara le pidió a Dios concebir un hijo y
quedó encinta. Entonces le dijo a Abrahán que mandara a Sara y a su
hijo al desierto y así lo hizo. Dios le dijo entonces a Abrahán: “no te
preocupes, los hijos de tu hijo serán un gran pueblo”. Ismael es el
padre de los árabes. E Isaac, el hijo de Sara, el padre de los judíos. Para resolver el conflicto los israelitas han de decirle a los árabes
“vosotros los primeros y nosotros en segundo lugar”.
También en Sudamérica no se respetaron los órdenes fundamentales. Pero de eso no hablaré ahora.
Un ejemplo empresarial de esto es el caso de la BMW que compró la
Robert en Inglaterra. Tuvo después de eso pérdidas millonarias y terminó vendiendo la Robert por un euro. Y así muchas empresas que
no mantienen el orden fundamental tienen muchas pérdidas y
grandes conflictos e incluso llegan a la ruina.
¿Qué dicen estos órdenes?
Nuestra conciencia colectiva sigue dos órdenes fundamentales:
Órdenes de vida
Órdenes de amor
¿Cuál es el pensamiento autónomo? Yo soy el primero y este viene
detrás de mí. Las reglas de la conciencia colectiva, por su parte, son que todos tienen el mismo derecho de pertenencia. Si se excluye a
alguien por decir: yo soy el primero y tú debes irte, más tarde,
alguien de la familia, del sistema, representará al excluido.
El que llegó el primero está delante de el que llegó después. Lo
anterior tiene preferencia sobre lo que llegó después. Si no se respeta
este orden, habrá fracaso. En las familias este orden se rompe
frecuentemente por parte de los niños, cuando quieren salvar a los
padres. No se dan cuenta de estar rompiendo el orden, porque lo hacen por amor, amor infantil, que es muy peligroso, lo más
peligroso de todo, porque llega hasta el límite, hasta decir: “yo me
muero en tu lugar, yo quiero morirme”.
Todas las grandes tragedias se producen por haber alterado los
órdenes fundamentales. Cada héroe de una tragedia es un niño. Al
final de las tragedias siempre aparece un dios que restablece el
orden.
Los terapeutas agreden muchas veces el orden fundamental y
lógicamente fracasan.
Ahora la cliente ha decidido restablecer el orden en su caso. H la saca y la coloca delante de una persona que representa a su madre. Hay
dos muertos entre las dos. Las manos de la hija se mueven y cierran.
Ella se tumba sobre el primer muerto y la madre se mueve sobre el
segundo muerto, mueve las manos y da botes y mueve la cabeza. A la madre le atrae un muerto y la hija lo hace en su lugar. Al romper
el orden todos acaban en la muerte. El terapeuta en este caso ha de
decir: “este caso es para mi demasiado grande”. Y entonces ambos,
terapeuta y cliente se liberan.
Caso 4
Imagínate a tu cliente unido a todos los miembros de su familia:
padres, hermanos, pareja, hijos, y tú estás vinculado de la misma
manera con cada uno de ellos, y así cada uno tendrá un lugar en tu
corazón. Y ya estás en una posición distinta a la que tenías al
principio. En este momento te pones en concordancia con el Espíritu,
sin preocuparte para nada por ellos. Tú sabes que estás bien dirigido. Este es un buen ejercicio.
¿Quién es tu cliente?
Cliente: Familia en la que los hijos tienen miedos: el
mayor tiene fobia social y el segundo, de 18 años es
psicótico, es violento, tiene dolores y no quiere
relacionarse con otros. El pequeño de 7 años también
tiene ya miedos.
Se trata de una familia psicótica en la que todos son psicóticos o tienen miedo a volverse psicóticos.
El abuelo materno era psicótico y también lo era un tío del padre. Al
haber síntomas psicóticos en ambas ramas es importante mirar
ambas partes, primero una familia y luego la otra. Escogemos a alguien para representar al padre y a la madre y los enfrentamos y
miramos cual de los dos sistemas es el más cargado.
Ponemos también a alguien para el hijo psicótico de 18 años.
El padre cierra los puños (energía asesina) y baja la cabeza. Siente miedo y este miedo expresa la energía asesina. A partir de este
miedo se convierte en la víctima y así tiene en sí mismo las dos
energías, la agresiva y el miedo, la del perpetrador y la de la víctima.
De ahí la psicosis. Pero esto no es suyo, porque él no ha matado a
nadie.
Frente al hijo, la madre se inclina del lado derecho y se va doblando
hasta caer al suelo. También para ella esto es sistémico. H da la vuelta al hijo y entonces este suelta las manos.
Saca al padre de la madre. Tiene el puño derecho cerrado y los brazos abiertos. Ahora coloca una víctima delante de él. Se trata de
una mujer, que también tiene el brazo extendido y el puño cerrado.
Ahora H gira a la madre, de esta situación. El hijo se tapa los oídos
para no escuchar a la mujer víctima. H gira también al abuelo y lo levanta. Saca a otro hombre, al perpetrador. Coge al hijo y le pone
delante de este hombre, que está delante de la víctima. El hijo le
dice al perpetrador: “Por favor”. Ahora el hombre mira a su víctima.
Este por favor es un símbolo de amor y solamente cuando el
perpetrador puede ser amado, podrá girarse. Ahora el perpetrador se
arrodilla delante de su víctima y los dos se toman de la mano. Este es
un movimiento del Espíritu, que une lo que estaba separado. La
mujer víctima ha cerrado los ojos, ya está en paz. El hijo ya está
mejor. La madre y el abuelo miran al perpetrador. Han de tomarlos a
los dos al mismo tiempo y de la misma manera en su corazón. Han de mirarlos con amor.
Ahora H coloca a la madre frente a su hijo y al abuelo detrás de la madre. En un movimiento lento se van aproximando, hasta que se
abrazan. La madre aún tiene energía asesina y no se atreve aún a
abrazar al hijo, por miedo a hacerle daño. La madre le dice al hijo:
“Gracias” “Tú lo has llevado por mi”.
H coloca al abuelo detrás del hijo y este le dice a la madre: “gracias”.
La víctima y el perpetrador se han tumbado juntos en el suelo.
La madre aún no se atreve a abrazar a su hijo. Entonces su padre se
coloca detrás de ella y la sujeta por atrás y entonces la hija si puede
empezar a tocar a su hijo. También el abuelo acaricia al nieto.
Los movimientos del Espíritu son largos. La sanación es lenta.
Después de un crimen suele haber esquizofrenia en todas las
generaciones. En cada generación uno lleva los síntomas y de esta
manera los demás quedan protegidos. Todos en la familia se benefician de esto y por eso suelen apiñarse en contra de la sanación.
Es preciso tomar a toda la familia para la sanación.
En la familia de los psiquiatras suele haber un asesinato. Los pacientes salvan a los psiquiatras de su propia psicosis y los
psiquiatras se esfuerzan en no sanar a sus pacientes. Si nos fijamos
en la historia de la psiquiatría veremos las cosas terribles que los
psiquiatras les han hecho a sus pacientes: electroshock, camisas de fuerza, abertura del cráneo. Aquí hay mucha energía asesina. Esto ha
evolucionado y actualmente son los medicamentos los que salvan a
los psiquiatras de alguna manera de su agresión médica.
Cuenta a la familia lo que ha pasado aquí y no hagas nada más.
Déjalo que actúe por un tiempo, porque estos procesos necesitan
largo tiempo. Por ahora hemos dejado al padre fuera porque con la
madre estaba el peso más fuerte y si esto empieza a solucionarse,
puede empezar a hacerlo lo otro también.
Cuando estamos resentidos con los que han dañado a un cliente,
cuando tomamos partido en contra de alguien nos convertimos en
víctimas del cliente y este se alegrará. Cualquier resentimiento lleva energía asesina, no es amor.
La tartamudez es semejante a la esquizofrenia, un vínculo con un
perpetrador y su víctima, que no han podido encontrarse. También
ocurre esto en otros problemas del lenguaje. Tenemos el ejemplo de
un niño que se tragaba las sílabas con “n”. Esto está indicando que alguien faltaba. El abuelo del niño estuvo en la Legión Extranjera, a
donde, sin duda, se va a matar y a morir. Entre las víctimas del
abuelo estaba una mujer. Entre ellos había mucho amor. En la
constelación se abrazaron profundamente. Existía un hijo de esa pareja, una niña. Había que poner al niño junto con esa niña, su “n”
era esa hermana que le faltaba.
Pasa algo similar con el autismo.
Pero en todos estos casos hay muchas capas, niveles e influencias, a
la vez.
Este tipo de trabajo, moviéndonos con el Espíritu, no puede
perjudicar a nadie, porque todo está al servicio del amor.
La mayor dificultad de todo esto reside en la “conciencia” que se
opone siempre a las soluciones. La conciencia mantiene a un grupo unido, todos aquellos que se sienten vinculados se unen en una
conciencia colectiva, por ejemplo la conciencia católica o la
musulmana. Por eso algunos católicos se llaman entre sí, hermanos
en Cristo. Si respetamos esto y lo honramos, no los estamos atacando. También los grupos de trabajo tienen una conciencia
grupal: los médicos, los abogados, los militares, etc. Si no tenemos
esa misma conciencia seremos excluidos por ellos. Ellos se
encuentran atrapados en un “campo mórfico” que cuenta con un pensamiento colectivo que permite ciertas cosas y otras no. El
pertenecer a un campo puede hacer que sus miembros “no tengan
permiso” para escuchar otras cosas, y entonces aunque las escuchen,
no las entenderán.
Separarse de una conciencia de grupo a la que se ha pertenecido da
miedo. Este miedo previene de la envidia que el alejarse del grupo
puede suscitar.
Los que se mueven con los movimientos del Espíritu no necesitan de
estos grupos, de estas conciencias, porque el movimiento del Espíritu
lleva hacia los demás y las cosas pasan en el momento correcto.
Cuando viene gente a las constelaciones de grupos de estos
(médicos, abogados, etc) es bueno. No todos necesitan aprender
constelaciones familiares. Cuando vuelvan a su campo donde ellos no
son una amenaza para el resto, si retornan con amor y lentamente van mostrando cosas, lentamente el grupo empezará a interesarse y
no verán ya este trabajo como una amenaza.
Cuando estamos en los movimientos del Espíritu no nos sentimos
mejores que nadie y los demás no nos viven como una amenaza.
Aprender, interiorizar esto y luego se utilizará en el momento
adecuado, cuando las circunstancias lo permitan y lo pidan.
Caso 5
Cliente: mujer de 45 años con arritmias cardiacas,
fibrilación ventricular, desde hace tiempo.
Cuando el corazón late con calma es cuando todo está bien para
todos. Encima del monte Everést el corazón no late bien, y habrá que
bajar de la montaña para que el corazón se calme. Las preocupaciones afectan al corazón.
Cuando nos dejamos llevar por los movimientos del Espíritu,
domesticamos los vicios, porque el Espíritu no permite nada en contra de los movimientos del amor.
Cuando estuve en Japón me contaron que había un millón de
hombres que ya no salen de su casa. Empecé a pensar en lo que podría hacer yo con esto. Entonces me sentí en el lugar más bajo y
empecé a tener taquicardias ¿en que me estaba equivocando? Las
palpitaciones eran una domesticación por parte del Espíritu. Yo no
podía hacer nada para tanta gente. Cuando me retire de eso, las
palpitaciones desaparecieron.
La prisa interior, la intranquilidad, los celos, todo eso hace que el
Espíritu empiece a domesticarnos. Tenemos entonces que recogernos
y preguntarnos en que momento nos hemos distanciado de los movimientos del Espíritu, a quien rechazamos, o que rechazamos de
nosotros, y al reconocerlo, volvemos al Espíritu.
El que está muy cansado ha perdido el amor. En el amor hay mucha fuerza.
Saca a una representante para su cliente. Ella tiene la mano derecha
en el pecho y está enfadada, está excluyendo a alguien de su
corazón. Tiembla y se echa para atrás. H coloca a otra mujer enfrente. Las dos se miran. A la cliente le cuesta mantener los ojos
abiertos. Poco a poco se aproxima a la otra mujer, que está llorando.
Finalmente se abrazan. Es la madre. Ahora el corazón late con calma.
La cliente está separada de su madre y eso no le hace bien a su
corazón. Lo primero es que ella le de un lugar a su madre en su
corazón.
Recordemos que siempre nos llegan los clientes que necesitamos
para nuestra propia curación.
Muchos problemas se producen porque no puede tomarse a la madre. Cuando la madre toma su lugar y su amor se ve y es reconocido,
muchos problemas se resuelven.
Quién está en resonancia con los movimientos del Espíritu tendrá una respuesta que viene de dentro y es esta la que actúa, la que
funciona. Si no hay preguntas ni respuestas, actuará la imagen y en
ella está el movimiento del Espíritu. Si decimos algo al respecto nos
inmiscuimos.
Caso 6
Cliente: es una mujer de 40 años, separada, con
problemas de pareja. Vive muy cerca de su ex
marido. H dice que ella necesita que la consuelen. No necesita más. La
terapeuta siente celos. Es necesario que vaya el marido a la
constelación. En ese momento la terapeuta tendrá el control que
ahora tiene la cliente.
Si la terapeuta cae en el juego de su cliente ¿qué pasa con el
hombre? Sea lo que sea lo que necesite la cliente, el hombre se
enojará. La terapeuta no puede involucrarse porque entonces excluye
al hombre.
Con la mujer está claro el problema: no tiene ninguna relación con su
propia madre. Siempre es el mismo problema.
Caso 7
Cliente: un transexual, que nació hombre y se siente mujer.
H le pregunta a la terapeuta que plantea este caso ¿y entonces?
La terapeuta siente pena por el hombre y considera que lo que su
cliente vive es menos humano que lo otro, no ve la transexualidad como algo humano, que se da muchas veces. Seguramente también
este hombre piensa que algo no está en orden. Él debe asentir a sí
mismo tal como es, y también la terapeuta, que entienda que él no
puede ser distinto a como es y que así está bien. La terapeuta ha de
decirle a este hombre: “Yo secretamente también he tenido este tipo de pensamientos”. En este momento se restablecerá el orden y
funcionará.
Si consideramos y sentimos que el Espíritu actúa en todo entenderemos que no puede ser nada, distinto de cómo es. Cada
destino tiene su exigencia. Si el hombre lo ve así, entonces tendrá
mucha fuerza. Esa es la ayuda que podemos darle y nosotros en ese
momento seremos libres.
El Espíritu también actúa en los perpetradores y en sus víctimas. Hay
muchas resistencias para aceptar esto y exige mucho.
Hay un hombre que juega con los presos y los esquizofrénicos.
Cuando lo hace dice que “sólo veo la imagen de Dios en ellos”. Los
presos y esquizofrénicos mejoran. Esto es estar en concordancia con
el Espíritu. El juego en este caso implica respetar a cada uno como es
y el movimiento es que cada uno se encuentre.
Las constelaciones son también juegos de amor.
Caso 8
Cliente: Mujer de 44 años que dice: “no puedo más,
tiro la toalla” con su hijo de 19 años que no estudia,
que está descentrado y que toma hachis. Está muy preocupada por él.
Saca a un representante para la madre y otro para el padre. Pone a
los padres enfrentados y al hijo entre medias. La madre cierra los
puños y mueve los dedos. El marido se aproxima a ella.
H saca a otro hombre. La madre sólo lo mira a él. Entonces el padre
se siente excluidos y mira hacia fuera. El hijo se coloca delante del padre.
El hijo debe ir con el padre que es con quien está seguro. Pero no puede hacerlo. El hijo se siente caer. Entonces H coloca a un muerto
entre los dos y ambos, padre e hijo, lo miran. El niño se rie con él, es
su hermano. H coloca a los dos hijos vivos cerca. El mayor se
recuesta sobre el pequeño, que se toca el corazón. Coloca al muerto
entre los dos, y este mira a sus hermanos y sonríe. El hermano mayor lo mira mucho. El padre se coloca junto a sus hijos. Falta otro
hermano, el mayor de todos. Al no considerarlo el hermano mayor de
los vivos no está en su lugar y no sabe que hacer.
Este trabajo nos conduce a la concordancia con algo más grande y eso nos hace sabios y aunque no nos demos cuenta, lo tenemos y
actúa en nuestra alma.
Los que toman notas quieren darse cuenta, pero haciéndolo pierden
la concordancia y no les sirve. Es como el que asiste a un banquete y en lugar de comer de los manjares copia las recetas.
La agresión siempre está orientada hacia la muerte. Agresividad
contra la muerte por miedo a perder a los padres. Hay mucha agresividad, por ejemplo, en los fumadores que le dicen a la muerte:
“yo te voy a ganar”.
Hay que aprender a confiar en los Movimientos del Espíritu. Esto pone nuestra paciencia a prueba, y es una prueba dura tanto para los
clientes como para los ayudadores. Vibrar, dejarse llevar, así actúa
esto.
Cuando alguien está bien con su madre se le nota en la cara, la cara tiene brillo.
El hijo le dice al padre: “por ti hago cualquier cosa”.
Los buenos excluyen algo. Los moralistas excluyen algo. El que
excluye algo o a alguien se convierte exactamente en eso que
excluye. Existe una justicia que está por encima de todo esto. Los
que se sienten injustamente tratados excluyen al que lo trató mal y con él se comportan de manera injusta.
“Aquello que excluimos, en eso nos convertimos”. Nos hemos
convertido en el que excluimos cuando nos ponemos celosos.
Cuando un hombre dice estar decepcionado de su mujer, en realidad está decepcionado de su madre.
Caso 9
Cliente: mujer con un hijo con agarofobia y una hija psicótica. Son gemelos.
La madre adoptiva de la mujer tenía esquizofrenia.
En los hijos adoptivos la esquizofrenia se da con una frecuencia dos
veces mayor que en el resto.
H saca a alguien para la mujer, para los gemelos y para la madre
adoptiva.
La madre adoptiva tiene el puño izquierdo cerrado y la mano derecha
en el pecho. Se agacha y dobla y se queja mucho. La mujer no quiere ver esto. Se da la vuelta, se sienta y se sujeta la cabeza con las
manos.
El pie derecho de la madre adoptiva empieza a golpear el suelo. Los
gemelos miran este movimiento y a la abuela. La hermana mira al
hermano y este a la abuela. Ahora se miran y el chico mira a la
madre y también lo hace la hermana. El chico le dice a la abuela: “gracias”.
La madre adoptiva empieza a temblar y se agacha y chilla mucho
delante de un muerto: su gemelo. La hija adoptiva le sigue.
Ahora los hijos gemelos se miran y sonríen con amor. La madre
esquizofrénica se tumba con su gemelo muerto, en paz y el gemelo
vivo se da la vuelta.
La mujer le dice a su hija: “todo ha sido pagado”.
Ahora se abrazan los tres, la mujer y sus dos hijos gemelos.
La imagen que he tenido: la madre de los gemelos pagó el precio de su adopción, tomó algo que era de ese lugar y lo pagó con su vida,
con la esquizofrenia. Los padres que adoptan necesitan que alguien
lleve algo por ellos y el niño adoptado se siente obligado y es
arrastrado por ellos.
En este caso ha habido dos palabras definitivas: que el gemelo
pudiera decir “gracias” y que la madre le dijera a su hija “ya todo se
ha pagado”.
La madre adoptada ha de decir a sus padres adoptivos: “lo tomo de
vosotros como un regalo” “gracias”.
El niño que toma el destino de los padres se siente grande, se siente bien y por eso no necesita dar las gracias: Muchos para no dar las
gracias a los padres, les hacen reclamos y así se sienten grandes y
vuelven pequeños a sus padres.
Cuando el hijo dice: “voy a hacer algo con ello para vuestra felicidad”,
ya no hay que hacer nada a cambio. Solamente se toma por amor y
se dé por amor a otros. Esta es otra forma de compensación y de
equilibrio.
Os voy a decir algo sobre la dinámica del equilibrio. Hay una profunda
necesidad de equilibrio. Cuando algo se nos regala queremos
devolverlo de vuelta y en esa medida pagamos por el regalo.
Esto se da en el amor entre hombre y mujer. Uno da y el otro
devuelve algo, un poquito más, por amor, y de este modo crece el
amor entre el hombre y la mujer.
El equilibrio cuando se hace daño también es necesario, pero en este caso hay que hacer algo menos. Perdonar pone las cosas peor. Hay
que dejarlo estar, hacer que uno no se entera. Así cada uno le
permite al otro 10 pecados. Esto es hacer la vista gorda. Y así
después del conflicto llegará la paz.
Aquello que lleva al gran conflicto y a la vez a la gran paz, ese odio
repentino, aparece desde la necesidad de supervivencia. Cuando los
hombres vivían en pequeños grupos de no más de 50 personas, para no ser matados por otros grupos, intentaban matar ellos primero. Así
atacamos para que no nos maten, ese es el instinto de supervivencia,
de protección.
Cuando no hay ningún poder establecido, toma el poder el instinto de protección, cuando se han destruido los ordenes del amor. Las leyes
nos protegen de los deseos de protección de unos hacia otros. Esto
ocurre por ejemplo con la prensa, con la que algunos sacan su
instinto de protección y así no han de ser condenados. Franco protegió a todos del instinto de destrucción, porque finalmente
logro el orden. Fue un gran triunfo para España.
Cuando se conquista también se expresa el instinto de destrucción. Y también en la moral se expresa este instinto. Debajo del manto de
amor del cristianismo también aparece este instinto de destrucción.
Muchos han sido destruidos porque muchos se pusieron por encima
de ellos.
Nos colocamos por encima de este instinto a partir de desear lo mejor
para todos y cuando tomamos todo tal como es, en concordancia con
los movimientos del Espíritu.
Caso 10
Cliente: mujer con dos hijas que sufrieron abusos por
parte de un hermano suyo, tío de las niñas.
Hellinger saca representantes para la mujer y su hermano y para las dos hijas.
El hermano está en el suelo como un feto y la hermana gira a su
alrededor.
La mayor de las hijas de la mujer pone sus manos en el pecho y se
aparta y protege a la pequeña. La madre las mira.
H levanta al hermano y lo pone de espaldas. Ahora la madre y sus
hijas pueden abrazarse. Pero la hija mayor va a por el tío, se pone
detrás y lo toca. Le está sujetando y atrae a su madre para que toque
a su hermano. Él se suelta y se va. Tiene la mano derecha cruzada sobre el pecho, hasta el hombro y mira al suelo, se toca la cabeza.
Sale otra mujer y extiende el brazo derecho. La hija mayor llora.
El hermano representa a un niño entregado. La mujer se gira y mira
al suelo.
H lleva al hermano frente a esta mujer. Ella le abre los brazos y le
abraza. Otro hombre colocado detrás de la mujer abraza a ambos. Los dos abrazan al hermano y la mujer acaricia al hombre. Él es hijo
de otro hombre, no del marido de la mujer, sino de un amante de
esta.
El incesto tiene razones muy extrañas.
En Rusia vi el caso de un hombre que había sufrido abusos de su
padre cuando era un niño. Saque a un representante para ellos y los
enfrenté. El padre mostraba mucha rabia y tenía las manos apretadas. El hijo también. Ambos estaban en una intrincación. El
hijo dijo: “Querido papá”. Entonces se abrazaron profundamente.
En nuestro caso la que buscaba el incesto con el hermano era la madre y su hija lo impide amando ella al tío. El incesto entre
hermanos estaba al servicio de mantener el orden en la familia.
En Brasil vi un caso de un hombre con tendencias pedófilas. Su representante cruzaba los pies hacia dentro, como si representara a
un minusválido. Entonces coloqué al minusválido delante y el hombre
sintió un gran amor por él. Así sus tendencias pedófilas
representaban su intenso amor por el niño minusválido,
probablemente abandonado o entregado a alguien.
Todo está movido por los movimientos del Espíritu.
Casos personales
Caso 1
Cliente: hombre con cáncer de testículos. Viene con su mujer. No tienen hijos.
Coloca al hombre frente a una mujer que representa la muerte. El
hombre cierra los puños y los aprieta. Se da la vuelta. Ella le busca,
tiene una mirada dulce y sonríe. El hombre no quiere mirarla y mira a lo lejos. Ahora se pone de cuclillas y se tapa los oídos.
La mujer realmente es su madre. El hombre no la toma.
Luego de un rato él la mira y ella llora. El hombre se levanta y vuelve
a girar. Mira al suelo. Esta mujer también representa a la vida. El hombre la aparta. Ella le agarra una mano y la sujeta.
Este hombre está por encima de su madre, coloca sus brazos encima
de los hombros de la mujer.
El hijo le dice a su madre: “prefiero morir”.
Ahí se acaba.
Hemos observado varias cosas: que el hombre está completamente
separado de su madre y se siente por encima de ella.
He observado en algunos pacientes de cáncer que le dicen a sus
madres: “prefiero morir a honrarte” y en ello está su triunfo. Pero el
triunfo sobre la madre se paga caro, con la vida.
Con un enfermo grave a veces sirve imaginarnos a su muerte colocada casi delante y a una cierta distancia y pedirle una indicación.
La enfermedad es amada por el Espíritu y ella está a su servicio para
algo bueno. Está al servicio del amor.
Caso 2
Cliente: Mujer con leucemia.
H saca a un representante para la enfermedad y saca también a la
cliente y las enfrenta.
La mujer lentamente va levantando los brazos hacia la enfermedad en un gesto de llamada.
La mujer le dice a su enfermedad: “yo voy”.
Otra vez la enfermedad es la madre. Pero la enferma dice: “prefiero
morir a ir”.
Morir es más fácil que vivir.
Este tipo de trabajo nos exige algunas cosas solo en apariencia. Si
permanecemos en el amor hacia la madre, esto es muy sencillo.
Primero hay que poder sentir el amor hacia nuestras propias madres
y darles un lugar en el corazón.
El que el paciente no produzca en nosotros ninguna compasión, ya es una ayuda importante. Sobre la enfermedad está prohibido hablar.
Ahorrarle a alguien que nos hable de su enfermedad, nos hace y le
hace feliz.
Os cuento cual ha de ser la actitud terapéutica.
La empatía es el final de toda posibilidad de ayuda. La empatía
implica una relación con el cliente de madre a hijo. Así el cliente se
vuelve pequeño y el terapeuta queda por encima de él. Así el control es del cliente y el terapeuta es un niño. Crea en el terapeuta el temor
de no tener éxito y el paciente mostrará al terapeuta repetidamente
que va a fracasar. El terapeuta temerá que el paciente se vaya o
suspenda la terapia.
Esta relación terapéutica es el fin de la ayuda. Constituye una
prostitución terapéutica, el cliente pone al terapeuta a su servicio y
encima le dice: “yo te pago”.
La manera de trabajar es estar en el Espíritu.
Yo me quedo dentro de mí mismo y permito que el cliente se quede
en sí mismo. Tenemos que resistirnos al intento del cliente de movernos a la compasión. No le permitimos que cuente nada, lo
constelamos. Tampoco nos preocupamos de cómo se queda el cliente
o de cómo le va. Así la persona está libre de el terapeuta y no está
obligado a decirle nada.
Es una relación de acción y esta le muestra al terapeuta que puede o
debe decirle al cliente y sale a la luz algo que le puede ayudar. El
terapeuta se queda en el lugar más bajo. Sirve en concordancia con el Espíritu y sólo va hasta donde el Espíritu lo permite. Dice lo que
tiene que decir y luego se olvida. Así uno puede vivir cómodamente
sin tener que preocuparse. El cliente se sentirá bien, honrado e
independiente.
El terapeuta está en conexión, no pregunta y entonces aparece una
impresión. A veces el terapeuta dice: “por favor”.
Es muy importante empezar la constelación con quien se debe.
Cuando alguien gira en círculo es porque se siente culpable por algo
de mucho peso, que puede ser suyo o de otro.
Si el terapeuta no puede continuar, espera y entonces interiormente
dice: “por favor”.
Las frases no se oyen, se saben y se sabe también que tiene que decirlas el representante.
El terapeuta confía plenamente en que va a ser llevado, conducido.
Así, paso a paso.
La compasión por un paciente corresponde a un: “YO ME MUERO EN
TU LUGAR”.
Cuando un niño se preocupa por su madre, es la misma situación:
“yo en tu lugar”.
La palabra locura en alemán indica algo movido de su lugar concreto,
fuera de orden, fuera de lugar. Es semejante a trastornado. En
castellano se emplea a veces el término de “se le ha ido la olla” o “se le ha ido la teja”.
H evita mirar al cliente durante la constelación, lo deja consigo
mismo para que se sienta seguro. Lo siente más profundamente si no lo mira. Y entonces el cliente no tiene miedo ni se siente exigido.
La drogadicción es muy fácil de manejar. Es un trabajo para
hombres; en principio las mujeres no pueden trabajar con
drogadictos. El drogadicto es alguien a quien le falta algo y normalmente es el padre. La madre está separada del padre y se
pone entre el padre y el hijo e impide a este acercarse a su padre.
Restaurar la relación con los padres exige sólo de tres palabras, que por otro lado sirven para todos los casos, las tres palabras que
resumen esta terapia:
GRACIAS
POR FAVOR
SI
En las relaciones de pareja, el orden es otro:
SI
POR FAVOR
GRACIAS
Caso 3
Cliente: hombre mayor con problemas de corazón,
con el sistema nervioso y circulatorio alterados.
H: Quién tiene esperanza ¿qué tiene? A partir de la esperanza uno se
pierde de la realidad y del presente por darse más tiempo del que tiene.
H saca a un representante para el hombre. Este se pone una mano
en el pecho y mira al suelo, ligeramente inclinado hacia delante, con la cabeza baja. El brazo izquierdo colgando, ligeramente inclinado del
lado izquierdo.
Coloca a dos muertos delante de R, un hombre y una mujer. R mira
al hombre muerto. El muerto no le mira.
Saca a una mujer para representar al corazón de R.
R se agacha y abraza a la mujer muerta y ella empieza a temblar.
El hombre muerto se aparta y tiene sus brazos cruzados y tapa sus
manos.
El corazón se balancea y extiende sus brazos, parece que acunara a
un niño. Tiene los ojos cerrados, con lo que indica que se cierra ante
alguien a quien debería amar.
R mira a su corazón y le dice: “por favor”.
Entonces el corazón empieza a temblar y a llorar y mira a R y ambos
se balancean a la vez. Luego abre los brazos con mucho amor y le dice a R que vaya. Se va acercando mientras sonríe.
El hombre muerto se levanta, se sienta y mira esto.
R se levanta, acaricia a la mujer muerta y mira a su corazón.
Permanece de rodillas y extiende sus brazos hacia su corazón. R toca
a su corazón y lo abraza y toca a la muerta. El hombre muerto está fuera ya. El corazón llora apenado, los tres se arrodillan y se abrazan.
El muerto que mira para otro lado le dice al corazón: “Por favor”.
Entonces el corazón le llama y ambos se enfrentan. R y la mujer
miran esto un momento. El corazón abre sus manos al muerto y le
dice: “por fin”.
Lentamente se aproximan y el corazón abraza al hombre. R y la
mujer se levantan y miran esto y se miran. Los dos hombres, R y el muerto, se tocan.
Finalmente los dos hombres se abrazan, mientras las dos mujeres giran lentamente alrededor, con los brazos abiertos, propiciando esto,
abrazándolo.
Cuando el cliente baja del escenario está feliz, abraza a los que le ayudan a bajar y saluda emocionado y feliz a todo el mundo
Ahora tiene su corazón dentro de sí. Ahora tiene amor. Su corazón
puede latir tranquilo porque tiene paz y nadie está siendo excluido.
Caso 4
Cliente: mujer joven que quiere morirse.
Tiene los ojos cerrados. H: no hay nada grave en querer morirse.
Ella no sabe cuál es su problema. No puede nombrarlo. Pero sabe que
lo tiene.
La saca y empieza a moverse como si bailara.
Está bailando con la muerte, juega con la muerte. No está centrada,
por eso H la retira y saca a una representante para ella.
La R sale y tiembla y gira y extiende los brazos apartando algo de ella. Hay un muerto que la atrae y ella se resiste. Coloca a un muerto
delante. Finalmente ella se pone encima y lo abraza. Otro hombre
está delante y los mira, es el agresor.
Los movimientos del Espíritu unen lo que está separado. Son
movimientos del amor. Y esto está bien.
Los detalles no nos interesan y pueden permanecer ocultos para
nosotros.
Caso 5
Cliente: mujer madre de un hijo que no quiere vivir.
Ella está muy bien y está así porque a l hijo le va mal.
Ella le dice a su hijo: “Gracias a ti yo permanezco viva”
Ahora le dice a otra persona (madre, padre…): “a través de él
también vosotros podéis permanecer con vida”
Después de los veinte años un padre no debe estar preocupado por
su hijo, porque estándolo, lo debilita.
Saca a un representante para la madre y a otro para el hijo. Se ve enseguida que el hijo está en la muerte y que la madre es
esquizofrénica. Saca a un representante para la abuela. El hijo muere
por ella. H saca al hijo de ahí. La madre le dice ahora al hijo: “ahora
por mi parte ya eres libre”
Caso 6
Cliente: un chico que dice sentir rabia furibunda.
La rabia furibunda es sólo de los niños, los adultos lo resuelven, dialogan. Furibundo se muestra alguien que no está dispuesto a
actuar.
H: ¿de dónde nace la ira de los niños? De una decepción
H: ¿qué te pasó de pequeño?
C: ¿no me sentía querido?
H: ¿Qué significa eso? ¿qué pasó?
C: Sentía rechazo
H: ¿tienes hermanos?
C: si 4, yo soy el último
H: diles a tus hermanos: “yo soy el pequeño” “yo llegué de último”
H: ¿cómo te sientes ahora?
C: pequeñito y protegiéndome
H: dile a los otros: “este es mi lugar y yo permanezco en mi lugar”
H: ¿qué hacen tus hermanos?
C: me protegen
H saca a tres chicas que representan a las hermanas mayores y a un
chico para el cuarto y sale el cliente y ocupa el quinto lugar.
Poco a poco van apareciendo más hermanos, hasta trece. Hay tres
parejas de gemelos, uno de la tercera chica viva y otro del cuarto chico vivo.
Los niños agresivos lo son porque no se sienten en su lugar correcto.
El lugar correcto es importante para cada uno.
Ahora el cliente se siente sorprendido y bien, su ira ha desaparecido.
¿Qué hay que decirle a un muerto?
“Tienes un lugar en mi corazón”
“Te puedes quedar conmigo”
“después de un tiempo yo también iré”
“pero ahora me quedo un tiempo con vida”
Y luego uno se gira de esto, hacia el otro sentido.
El muerto no reconocido, a quien nadie mira está esperando que
alguien lo mire con amor. Cuando así ocurre el muerto está ya en
paz, podrá cerrar los ojos y descansar.
Y decirle a la fuerza que ha sostenido con vida hasta ahora: “Gracias”
“ahora lo sostengo con fuerza, con amor”
Caso 7
Cliente una chica que no siente ganas de vivir
Ella desde su silla dice: “yo voy”
Entonces empieza a agacharse en su silla y a llorar. H coloca a un representante de un muerto delante de ella y entonces
ella se tumba con el muerto y se abrazan. Después de un rato le dice
al muerto: “gracias” y finalmente se levanta.
Se acaba ahí.
Muchas veces los muertos sólo logran descansar cuando se les dice
“Gracias” con amor y entonces también uno puede quedarse con
vida. Las gracias conducen a la felicidad que permanece y además nos hace libres.
Caso 8
La cliente tiene su corazón temblando.
H: tu corazón dice una palabra, permítele decir una palabra: “por
favor” “por favor mamá”.
Entonces la chica se recuesta sobre el pecho de H y él la sostiene así
un tiempo.
Cuando los hijos no pueden ir hacia sus madres podemos sostenerlos.
Es la contención. Los chicos que van de acá para allá de forma
impaciente es porque han tenido un movimiento interrumpido, de pequeño fueron separados un tiempo de su madre, a veces por
enfermedad o accidente. La forma de resolverlo es que la mamá tome
al niño en su regazo y lo sujete con fuerza. El niño no lo permite y
grita y patalea. A veces se necesita de la ayuda del padre para
contenerlo así. Finalmente el niño se calmará y todo habrá acabado.
Las personas que mantienen la distancia, que no permiten que nos
acerquemos a ellas tienen un movimiento interrumpido.
Caso 9:
Cliente: una mujer que dice que su problema es que
quiere trabajar. H: Ah, tú eres una de esas. Tú dices: “yo no voy a hacer nada, Tú
eres el que trabaja”.
Eso no lo voy a hacer.
Puedes volver a tu sitio. Ella también le dice eso a su madre. Así como las personas se portan
conmigo, se portan con su propia madre.
Caso 10
Cliente: Una mujer que dice tenerle miedo a la soledad.
Ha tenido dos divorcios. Tiene cinco hijos, tres de su primera pareja y
dos de la segunda, de 34, 28, 25, 14 y 12 años.
H: has tenido una vida muy plena, muy llena.
Saca a la mujer y a un representante para cada una de sus dos
parejas.
La mujer tiene los brazos cruzados y se muestra enfadada, no recibe
a la pareja.
H saca a una representante para una muerta y la tumba en medio.
El primer hombre se da la vuelta y se aleja de esto. La muerta empieza a temblar. La mujer respira con dificultad.
La mujer le dice a la muerta: “no te quiero” “quiero deshacerme de ti” y le dice al segundo hombre: quiero deshacerme de ella”. La mujer
mantiene las manos en los bolsillos.
Al cabo de un rato la mujer y el segundo hombre toman a la muerta y
se arrodillan junto a ella.
Caso 10:
Un hombre……
H le dice di: “yo te mato” y permite que esta frase actué sin hacer
ningún juicio.
H: frases como estas a uno le dan vueltas a veces y dan miedo.
Tenemos que ver si no son del cliente sino de otros a quien esté
vinculado.
Se trata de la Guerra Civil Española. Hay muchos muertos, todos
españoles, hijos de la misma madre, que llora por todos.
En la muerte todo se reconcilia. Esto es muy grande ¿qué hace uno
con algo así?
Estas guerras civiles se quedan actuando en las almas de los que llegan después y de esta manera la guerra no acaba. Por eso
tenemos pensamientos asesinos. Los que perdieron la guerra aún
están pensando en ganarla y los descendientes le dan vueltas a esto
para ver qué pueden hacer al respecto. Pensamientos como “yo te
mato” vienen de ahí. No tienen nada que ver con el cliente.
Caso 11
Una cliente con problemas
Una vida sin problemas es muy difícil de aguantar. Algunos tienen la
idea de que los infelices son amados por Dios. Sobre todo la infelicidad es muy barata, no cuesta nada, viene ella sola, sin que nos
esforcemos. La vida así es cómoda ¿por qué? Porque los infelices no
necesitan amar a nadie.
H: cierra los ojos. Te voy a dar una frase para el camino, sanadora
“Ahora voy a comenzar con ello”
Sale la chica, cierra los ojos y dice: “ahora estoy ahí para vosotros”
La mujer siente más fuerza al cabo de un rato.
Con este modo de trabajar, al principio es muy sencillo. Se producen
movimientos muy pequeños de acción y de pronto todo se
transforma.
El secreto de la felicidad está en desear a todos los mejores deseos.
Donde se quedan los mejores deseos, ahí está la felicidad. Es el cielo
en la tierra.
Os deseo lo mejor a todos.
Todas las leyes naturales son un pensamiento que se repite
Hay que trabajar la paciencia, para no intervenir desde el impulso. En
el momento correcto aparece la mirada correcta. Pero generalmente
esta mirada correcta aparece un poquito después.
El Espíritu es como la música de las esferas. No se puede definir la
música, tampoco al Espíritu, sólo puede sentirse, experimentarse.
Cuando aparecen imágenes estas son del alma, no hay imágenes del Espíritu. Por tanto las imágenes no son racionales, aprehendidas por
la razón.
Existe un orden invertido en que los posteriores tendrás que estar delante de los anteriores. Cuando alguien se casa, la nueva familia va
primero que la de origen. Entre sistemas, el nuevo sistema siempre
tiene prioridad sobre el antiguo.
Cuando alguien se separa y vuelve a casarse el nuevo sistema está
por delante del anterior, pero si ha habido hijos de la primera relación, estos irán primero que la nueva pareja.
Si en la segunda relación se tiene un hijo, es de nuevo otro sistema.
¿Hacia dónde va nuestra plenitud?
La plenitud tiene que ver con el Espíritu. Nos convertimos en uno con
su experiencia y su saber. Es esta una experiencia mística.
¿Qué hace Dios? Dios piensa y la unidad con Dios es: “yo encuentro
el camino para pensar como él” y llegamos a la plenitud cuando
nosotros nos convertimos en el pensamiento de Dios, cuando somos
uno con el pensamiento de Dios. Esto es mística, sin ideas religiosas. Ya Aristóteles dijo: “el Espíritu está detrás de todo, pensando, es el
Pensamiento puro”. La plenitud es ser uno con el Pensamiento Puro.
Caso 12
Cliente: Mujer cuyo hermano mayor desapareció hace 22 años, cree que fue asesinado. La hermana que
sigue a ese hermano ha intentado suicidarse y es
esquizofrénica.
H: ¿sabes quién eres tú?
H: en este momento te ha abandonado Dios porque en este momento
estás resentida.
Todo está bien, sea cual sea el destino de cada uno.
H saca a una representante para la hermana y uno para el hermano desaparecido y los pone uno frente al otro. La hermana tiembla y se
acerca al hermano. El hermano le dice: “estoy en paz” “me va muy
bien”. La hermana se calma y los hermanos se abrazan. Sale la
cliente y los tres se abrazan. El hermano dice: “por favor, dejadme descansar en paz”.
Esta es una constelación del Espíritu. Todo está siendo arropado por
algo más grande.
Caso 13
Cliente: es una madre de una mujer de 35 años con
trastorno bipolar.
Si la hija está mejor, a la madre le iría peor.
La hija está haciendo algo por su madre y por la familia.
Maniaco significa no mirar, mirar por encima. Depresivo significa
mirar lo que hay.
¿Qué es lo que no quiere mirar una familia con un miembro maniaco-
depresivo? A un muerto
H saca a una representante para la hija. Ella mira a un muerto y se inclina hacia la izquierda. También saca a un hombre. El muerto grita
mucho. Se trata de un niño sacrificado. El hombre finalmente se
tumba junto al muerto. Es el médico.
La manía-depresión muchas veces se relaciona con un asesinato.
Indica el miedo a mirar lo que hay, mirar hacia fuera. En la fase
maniaca la persona quiere suicidarse, quiere irse. El maniaco está
fuera de la vida, por encima.
Caso 14
Cliente: un chico que dice sentirse rechazado por su
familia.
Es homosexual.
H toma a alguien para su padre y para su madre. Los enfrenta. El padre mira al suelo. Saca a una muerta y la pone delante. El padre
muestra los puños cerrados, los pone para atrás y luego como si
tomara un cuchillo, con mucha rabia, asesina. La madre se da la
vuelta, no quiere ver.
El chico homosexual lleva con mucho amor a la mujer y con mucho
amor al padre, víctima y verdugo.
El chico le dice a su padre: “querido papá” “yo la amó y la llevo en mi
corazón” y el padre se suelta. Ahora le dice a la mujer: “te llevo con amor”
Ahora le dice a su madre: “la llevo con amor”
Se trata de un asesinato secreto. El chico representa a la mujer y
también a su padre.
El chico tiene cuatro hermanos varones mayores que él y una
hermana más pequeña. H le explica que era necesario que alguien
llevara a esa mujer asesinada y que la hermana llegó demasiado tarde. Por eso tuvo que tomarla él y por eso es homosexual. Le
explica que él con su homosexualidad está siendo fiel al Espíritu, que
su destino es duro y que encierra mucha dignidad. Hay muchas
razones detrás de la homosexualidad.
Os voy a contar un cuento:
Un abejorro volaba hacia las flores de un cerezo y chupó el néctar de una de esas flores. Se sentía pleno y se fue de allí y entonces empezó
a tener malos sentimientos, pensó que no había dado nada a cambio
de la comida y se preguntó ¿qué hago para darle las gracias a la flor
del cerezo?
No se podía decidir y así pasaron muchas semanas y muchos meses.
Finalmente decidió volver al cerezo a buscar la flor que chupó y
cuando llegó al árbol, la flor ya no estaba. En su lugar había una
cereza muy roja y el abejorro se puso triste.
Y entonces sintió un delicioso aroma en su nariz y con mucho placer se encaminó hacia una nueva aventura.
Caso 15
Cliente: es una chica con sordera, que usa audífonos.
Saca a una mujer para que represente a su oído izquierdo y a un
hombre para su oído derecho. Coloca a la chica entre los dos. La mujer muestra tener miedo, rechaza y aparta algo, se tapa los oídos,
no quiere oír. Tiembla y solloza, se angustia y desespera. El hombre
está frente a ella.
H saca a la chica de ahí, fuera del escenario y enfrenta al hombre y a
la mujer. Hay un muerto entre ambos, y finalmente ambos se
agachan sobre el muerto.
H vuelve a subir a la chica y ella les dice: “yo llevo vuestro secreto”.
Luego la chica se da la vuelta y se va de aquí.
H le dice que se quite los audífonos y que si puede oírle y ella dice
que sí.
¿Para qué sirve este trabajo? Para que entendamos las funciones del saber, las dimensiones de la
conciencia.
Según lo que yo veo las funciones de la conciencia son la base de este trabajo. Cuando yo entendí lo que significaba la conciencia no
me daba cuenta aún de la dimensión de este conocimiento. Hace
posibles soluciones antes impensables. Nos lleva a un camino de
conocimiento y comprensión antes bloqueado.
Me ha costado seis años esta comprensión. En este tiempo he
observado que me estaba pasando interiormente cuando pensaba en
la conciencia, o cuando actuaba según ella o me sentía inocente o
culpable. También observaba qué estaba ocurriendo en los demás.
¿Qué consecuencias hay cuando alguien dice: “yo sigo a mi
conciencia”?
Todo lo malo se hace con buena conciencia. Cualquier agresión,
cualquier guerra, cualquier rechazo, proviene de la buena conciencia.
La buena conciencia impide que percibamos. Nos dicta lo que
podemos ver y percibir y lo que no y así nos hace ciegos.
La buena conciencia ha vuelto ciegos a todos los filósofos. Kant no
entendió lo que significa la conciencia y tampoco lo ha hecho la
Iglesia y esta ha llegado tan lejos que ha llegado a considerar a la
buena conciencia como la voz de Dios.
¿Qué hace alguien que sigue a su conciencia? Esa persona rechaza, actúa contra otra persona. Cuando una persona dice: “tengo que
seguir a mi conciencia” entonces siempre actúa en contra de alguien.
Padres que siguen a su conciencia, actúan contra sus hijos.
¿Habéis encontrado a alguien que haga algo bueno siguiendo a su
conciencia?
¿Alguna vez alguien dijo “te quiero porque sigo a mi conciencia”?
Las personas que siguen a su conciencia creen que sólo ellos son
correctos, porque ellos siguen a la voz de Dios en su interior. E
ignoran que los que actúan como ellos también tienen buena conciencia.
La conciencia nos vincula a nuestra familia y nos separa a la vez de
todos los demás. Por eso uno no puede amar a alguien diferente si no
es con mala conciencia. Sólo quién traspasa las fronteras de su propia conciencia puede amar a otro de verdad.
Jesús lo dijo: “tened misericordia como mi padre del cielo que hace
salir el sol sobre buenos y malos, sobre todos de igual manera y hace que caiga la lluvia sobre justos e injustos”.
Este es el amor del Espíritu ¿y qué ha hecho el cristianismo con ello?
Lo que le hicieron a Jesús y en su nombre han matado a millones y dicen que él vendrá como juez y mandará a unos a un cielo eterno y
a otros a un infierno eterno. Esto es terrible. Pero ellos siguen a su
conciencia. Es de esta conciencia de donde surgen estas imágenes
terribles de Dios.
¿Puede alguien pecar contra el Espíritu? Son los movimientos del
Espíritu los que llevan a pecar.
¿Alguien puede ser culpable de ello? Lo hace culpable el Espíritu.
Lo que rechazamos tiene que ver con el desarrollo de nuestra
conciencia. Dónde acaba lo malo, a la vez acaba lo bueno. Ambos no
pueden existir separados.
Cuando seguimos a los movimientos del Espíritu, seguimos estos
movimientos donde sea a donde nos lleven. Esto es estar en sintonía
con el Espíritu.
¿Cómo podemos superar esta distinción entre malo y bueno?
Poniéndonos en sintonía con el otro, siguiendo el movimiento del
Espíritu. Uno bueno nos lleva en sintonía con algo llamado bueno y el
malo nos llevará estando en resonancia con él a algo llamado malo. Y reconocemos ese movimiento en nosotros mismos y ahí se acaba la
conciencia.
Cuando percibimos en nosotros mismos, lo bueno y lo malo en los movimientos del Espíritu, sólo entonces nos sentimos enteros. Esto
tiene un gran significado en nuestro trabajo.
La resistencia mayor es que algunos se sitúan abajo, en la conciencia. Para pasar los límites de la conciencia necesitamos una mayor
valentía y una comprensión más profunda. Sin esta valentía la
distinción entre bueno y malo se mantiene.
Quiero animaros a dar este paso hacia este gran amor.
El resultado será la felicidad que permanece.
Vamos a acabar con música. La música es algo muy especial que está por encima del bien y del mal. Es un movimiento del Espíritu.
Apuntes de María Teresa Sánchez Fernández
La felicidad que permanece
Meditaciones
Jornadas didácticas de Bert Hellinger,
En Barcelona, 1, 2, 3 y 4 de marzo de 2007
A veces tenemos la idea de que somos independientes y libres y de que somos capaces
de decidir independientemente sobre nuestro destino. A través de este trabajo de las
Constelaciones Familiares podemos ver cómo estamos intrincados en la vida de los
demás, y de todo el mundo.
Porque lo que ya no está sólo está aparentemente pasado: vive dentro de nosotros. Los
conocimientos que manejamos los hemos aprendido a través de su dolor; lo que ellos
aprendieron y nos legaron, ya no tenemos que esforzarnos por conquistarlo: el precio ha
sido pagado.
Tenemos vagas ideas acerca del futuro, pero debemos reconocer que hubo algo antes
que nosotros y habrá algo después. Había ya algo nuestro antes de que naciéramos, y
habrá quedado algo nuestro cuando hayamos partido.
Juntos
Cerrar los ojos…
Imaginemos que estamos vivos en medio de todos los familiares que conocemos, y
también de los que nos precedieron…
Todos juntos a la vez, al mismo tiempo, en el mismo lugar…
Los que no están siguen estando…
Mucho no está concluido…
Muchos de los que nos antecedieron se quedaron con la sensación de que quedaron
cosas inconclusas…
Imaginemos qué cosas nuestras quedarán completas o no al morir nosotros…
Imaginemos que estamos junto a nuestros ancestros, todos al mismo tiempo…
A veces tenemos la sensación de que quieren algo de nosotros, y que nosotros queremos
algo de ellos…
Pero ahora imaginemos que cada uno está aquí sólo por sí mismo…
Independientes de lo que les haya faltado, y de lo que esperan de nosotros, y ellos
independientes de lo que nosotros esperamos de ellos…
Todos juntos allí, frente a algo que es más grande que todos nosotros..
Nadie es mayor ni más pequeño…
Todos envueltos en la misma fuerza más grande que todos nosotros…
Permanecemos reunidos, ensimismados, ante esa presencia más grande, solos como
todos…
Todos iguales ante ello…
Es importante sentir el efecto que nuestra presencia tiene junto a la de ellos, pero sin
que nosotros intervengamos sobre ellos ni ellos sobre nosotros…
Estamos todos al mismo tiempo allí…
Y al mismo tiempo unidos….
¿Qué pasa con nosotros si no nos metemos en nuestros respectivos asuntos, si cada uno
se hace cargo de la parte que le toca?
Que, todos conjuntamente, nos sentiremos felices….
Me preocupa
Cerrar los ojos…
Imaginar alguien que nos preocupa…
La pareja, un hijo, un padre, una madre, un amigo…
Estáis frente a frente y entre ambos un límite, una frontera…
En el sentido de “tú estás allí y yo estoy aquí”….. “yo me quedo aquí y a ti te dejo
allí”…
Por encima de los dos percibiremos algo más grande, la energía superior que todo lo
abarca, y sintonizaremos con eso…
Con confianza….
En el sentido que en la otra persona algo empiece a moverse que será bueno y correcto
para esa persona, y quedamos en resonancia con lo que se produce en nosotros y
también con lo que se produce en la otra persona…
Puede que podamos percibir lo que el otro siente o piensa y aún a dónde se dirige su
movimiento interior…
Y además prestaremos atención a dónde se dirige nuestro propio movimiento y si
podemos hacer algo, y más aún si tenemos derecho a hacer algo…
Y confiaremos en el movimiento interior del otro…
Valoremos la energía interior que sentimos al proceder de esta manera,
¡Qué distinta la energía del otro, qué distintos nos sentimos y qué energía adicional
recibe el otro!…
Yo, víctima y perpetrador
Cerrar los ojos…
Entraremos en nuestra alma, retrocederemos bien hacia atrás en nuestro pasado…
reviviremos en qué momento nos hemos sentido y comportado como víctimas…
Bien atrás…
Hacia nuestra infancia…
Y ahora vamos a unirnos al sentimiento que hay detrás de esto…
La rabia, el desear cosas malas al otro, frente al que me sentí víctima, desear aún la
muerte al otro…
O a otros…
Y entonces unimos los dos sentimientos sintiéndolos a la vez…
Y a los dos les decimos:
Así soy yo…. Ambas cosas a la vez…
Y sentimos como las dos respiran: la víctima y el perpetrador…
Permitimos que ambos suelten su postura y se abracen…
Y se miren a los ojos…
Y sentimos qué sucede dentro de nosotros: nos volvemos uno solo…
Si las dos cosas pueden ser simplemente tal como son, entonces estaremos completos…
Una buena sensación...
Sólo seres humanos todos….
Te deseo lo mejor
Cerrar los ojos…
Representaros a alguien a quien temáis… o rechacéis… o que os haya hecho algo… o
alguien a quien hayáis hecho algo…
Y entrad en una vibración o sintonía de tomar al otro tal como es, deseándole lo
mejor…
Tal como es…
Sentid cómo gradualmente el otro entra en esa sintonía y fluye a la par nuestra…
Cómo entramos nosotros en su fluir…
En esa vibración del otro que fluye hacia nosotros podemos descubrir algo propio…
Algo de nosotros mismos…
Y el otro descubre en nuestra vibración hacia él algo nuestro…
Éste es un buen ejercicio para un trabajo con parejas…
Para parejas
Cerrar los ojos…
Miradla tal como ella o él es…
Nos han sido dados tal como son…
Por una energía más grande que todos nosotros…
Tal como son adecuados para nosotros…
Al permanecer como son correctos para nosotros…
Miramos por encima de ellos a la gran fuerza superior y le decimos “sí”…
Lo tomo por el precio completo que a mí o a él nos ha costado…
Entramos en una vibración o sintonía de asentimiento de aceptarlos tal como son…
Y en esa vibración que emiten hacia nosotros recibimos una información…
Algo que nos faltaba…
Y todavía nos falta…
Y él / ella encontrará en nuestra vibración algo que les faltaba a él o a ella….
Diremos a esa fuerza grande “gracias”…
Y también a la pareja “gracias”…
Algunas veces una pareja termina, se acaba, y entonces miraremos por encima de esa
persona, por encima de la pareja, y de nosotros mismos, y aunque no comprendamos
por qué se acabó, diremos a eso también “gracias”…
Palabras mágicas
Relaciones de pareja:
“Sí”,
“Por favor”,
“Gracias”.
Recuperar el orden en relación a los padres:
“Gracias”,
“Por favor”,
“Sí”.
Dar las gracias significa:
“lo tomo con amor y lo conservo con amor”.
Las madres a su hijo o hija:
“Te agradezco y te desligo… ya puedes dejar de hacerlo por mí”
Separación temprana
Cerrar los ojos…
Vamos a ir atrás a nuestra infancia y exploramos situaciones en las que dijimos “no voy
a ir más a mi madre o a mi padre”…
Ahora sabemos que un movimiento interior hacia ellos fue interrumpido…
Nos acercaremos como niños pequeños a padre y madre de aquellos años...
Muy lentamente a pesar de todo el miedo…
La rabia…
Y la desesperación…
Con pasos muy pequeños…
Tal vez estiremos los bracitos hacia ellos..
Y en el fondo de nuestro corazón les diremos “por favor”…
Cuando lleguemos a tocarlos les diremos “querida mamá”.. O “querido papá”… y
“gracias”
Mirar con amor
Cerrar los ojos…
Iremos hacia nuestras familias con el alma…
Primero a nuestra familia de origen…
Miramos a nuestros padres, hermanos y demás miembros…
Con amor…
Y sentimos nuestra sintonía hacia ellos como mutua pertenencia….
Y les deseamos en esa sintonía amor y felicidad….
En todos los sentidos…
Y sentimos su benevolencia hacia nosotros y cómo también ellos nos desean que nos
vaya bien…
Sentimos su vibración afectiva y vibramos junto con ellos….
Con amor y estima…
Ahora miramos a nuestra pareja, y si hubo más de una, a todas ellas…
Con benevolencia…
Y en esa vibración de benevolencia permanecemos deseando que sean felices en todo
lo que hagan…
Tal vez ellos también vibren en sintonía con nosotros, con buenos deseos para
nosotros…
Y en ese vibrar compartido que va y viene los aceptamos y amamos tal como son…
Con todo lo que sucedió…
Con nuestros mejores deseos hacia ellos y de ellos hacia nosotros…
Y también miramos a nuestros hijos con los mejores deseos…
Sin preocupaciones…
Con benevolencia…
Simpatía y la mejor voluntad…
Permitiendo que sean como son….
Permitiendo que tomen el camino que más les guste…
A nuestro amor responden con su amor…
Vibraremos-resonaremos en concordancia con todos, con los mejores deseos, con
simpatía… benevolencia…
Y la mejor de las buenas voluntades…
La felicidad que permanece se basa en esta benevolencia y simpatía hacia todos…
Donde se mantiene esta actitud, es el cielo en la tierra….
Gracias
Cerrar los ojos…
Vamos hacia nuestros familiares y también hacia otras personas de las que sospechamos
o sentimos que ellos aún esperan un “gracias” de nosotros.
Se lo decimos con amor….
Agradecer significa “lo tomo con amor y lo conservo con amor”…
Agradecer nos lleva a una dicha duradera y tiene un segundo efecto estupendo: nos hace
libres…
Apuntes de Isabel Aschauer López
isabelconstelaciones@yahoo.es
www.geocities.com/isabelaschauer/isabel.html
La palabra
Originalmente la palabra se habla. La palabra se pronuncia. Con ella
se comunica algo, se nombra y se describe algo. La palabra sirve el
intercambio, sirve el dar y el tomar. Revela al otro lo que le era
velado. Le permite participar en algo personal y fomenta lazos y
confianza. Y sin embargo no se trata sólo de lo que se dice sino
también del cómo se dice, el tono, la expresión, la mirada, el
ademán. Gracias a todo ello la palabra no sólo se escucha sino que
también se contempla en el otro.
Ciertas palabras tienen peso. En ellas adquiere volumen un evento,
un acontecer, una realidad extendida al compás del tiempo. Por
ejemplo en la palabra “madre” o “padre” o “hijo”. La palabra con peso
provoca un movimiento en el alma, la conmueve, desencadena un
impulso, como el llamado “¡socorro!” o simplemente “por favor” o
“gracias”. También las palabras “vida” o “muerte”, “adiós” u “hogar”
nos emocionan y ponen algo en movimiento.
Algunas palabras nos impactan y, en función de la manera cómo son
dichas, nos transportan en el concepto que describen. Como por
ejemplo la palabra “hálito”. Con la palabra “árbol” percibimos un
movimiento interior involuntario que la mano reproduce al imitar la
redondez de su corona.
En la palabra hablada vibra algo que le falta a la palabra leída. De ahí
que la palabra hablada necesita tiempo, y sólo así llega a desarrollar
su efecto. En la lectura puede uno apresurarse e incluso sobrevolar el
texto, pescando tal vez sólo la información pero no el sentido pleno.
Para comprender la palabra leída, es imprescindible articularla en
voz alta y concederle el tiempo de una palabra hablada. Percibimos
intensamente este matiz cuando leemos un poema.
A menudo es preciso, al decir algo consistente, darle tiempo al otro
de sentirlo resonar en él hasta que interiormente lo haya podido
repetir. Sólo así llega a tocar su alma, a ser saboreado y a desplegar
su valor. Hablar de esta manera nos es posible cuando la palabra ha
cumplido ya en nosotros su obra, cuando al pronunciarla revela ser
un eco de lo que ya en nosotros mismos ha resonado.
Hablando por sí solas, tales palabras son poco numerosas, sin
afectación, directas, generosas y un regalo para los otros.
Traducido por Mónica Kunz
El amor adulto en la pareja
Bert Hellinger en el Congreso de Neuchatel, 3-4 de junio 2005
Temas:
El amor en la pareja
Vibrar
Ayudar a una pareja
¿Cómo tener éxito en una relación?
Pareja: relación entre dos grupos
Destino
Abortos, vida y muerte
Hijos anteriores
Ejercicio individual
El respeto a los hombres
El campo morfogenético
Nueva orientación
Los muertos de guerra
La justicia
El equilibrio en la pareja
El equilibrio negativo
El perdón
El instinto de venganza
Fidelidad ¿a quién o a qué?
La sexualidad
El lugar
El amor y la muerte
Rilke: No desesperes nunca, cuando se pierde algo, todo nos vuelve
mejor.
EL AMOR EN LA PAREJA
¿Qué ocurre cuando nos abrazamos? Abrimos los brazos, nos
aliamos, vamos el uno hacia el otro, nos abrazamos, estamos
cercanos. Estamos en un vínculo profundo. Y la pregunta es ¿Cuánto
tiempo lo podemos soportar? Al cabo de un tiempo nos tenemos que
separar un poquito. Los brazos permanecen abiertos. Y miramos
detrás del otro hacia algo mayor. Vemos a su familia, vemos su
destino, la vida en su conjunto. Y abrazamos el conjunto. Y miramos
de nuevo, nos acercamos pero esta vez sólo hasta cierta distancia,
nos miramos y vemos al otro, rodeado de algo más amplio. Y
nosotros también. Y a partir de allí la relación es segura y grande: es
la otra mirada, la mirada que alcanza lejos. A partir de allí hay
plenitud.
VIBRAR
Cuando estás en vibración, algo se ha puesto en movimiento en el
alma. Y basta. Mientras estamos en la vibración estamos en
movimiento, cuál sea la dirección que tome. Hacemos sitio en el alma
a alguien que no lo tenía. Mirar y buscar la vibración.
AYUDAR A UNA PAREJA
El terapeuta vibra, luego vibra con el mundo, luego vibra con el otro.
El terapeuta ayuda a la pareja a encontrar esa vibración. El terapeuta
se pone en vibración, luego vibra con la pareja. Y la pareja con él.
¿Qué es ayudar a una pareja? El terapeuta imagina lo que podría ser
lo más justo para la pareja, pero se trata de otras fuerzas. Es preciso
retirarse y dejar que la vida viva a través del hombre y de la mujer,
dejar que la vida viva como lo entiende, sólo esperar. Y sorprenderse
del movimiento del alma.
A menudo, cuando queremos ayudar, buscamos una solución y la
imaginamos. A veces es imposible, va más allá de una psicoterapia.
En lo profundo tenemos fuerzas de la vida hasta más allá de lo
imaginable. Entonces miramos más allá de cada uno individualmente,
hacia algo más potente, donde todo es grande. Y tal y como fue. Y
suele ser distinto de lo que imaginábamos. Si nos escuchamos para
sentir el efecto vemos como cambiamos. Cuando tenemos deseos con
la relación, ser humilde y sentirse llevado por otras fuerzas. Y allí
encontramos la plenitud.
Observar cuál de los dos miembros de la pareja necesita menos al
otro. La mejor relación es cuando los dos se necesitan. Observar cuál
de los dos tiene más dificultades.
¿CÓMO TENER ÉXITO EN UNA RELACIÓN?
¿Dónde empieza esta relación? En el amor a la madre. Si la relación a
la madre es lograda, la relación de pareja lo será también.
Madre igual a patria . El pueblo o país del que venimos es nuestra
madre. La relación con la madre y la patria es la condición para una
buena relación de pareja. La patria es algo nuestro. Es la madre. Va
unida a nuestro destino. Sólo en ella podemos crecer y servir a la
paz.
PAREJA: RELACIÓN ENTRE DOS GRUPOS
Una relación de pareja entre dos personas es una ilusión, no existe.
Se trata de una relación entre dos grupos, entre dos grupos potentes,
dos sistemas familiares. Un grupo está al servicio del otro. Cada
grupo busca otro grupo para poner orden en el suyo. Y a veces lo
consigue.
Cuando un grupo busca a otro grupo para resolver algo, lo que se
produce está más allá del amor entre hombre y mujer, hay otras
fuerzas. Ahí la mujer se transforma en el destino del hombre y
viceversa. Pero son los orígenes de cada uno los que se transforman
en el destino del otro. Cada uno está cogido en una red de
intrincaciones, luego en el destino común llevan parte del destino del
otro y a veces ejecutan en positivo su propio destino.
Los hombres mueren, la mujeres viven.
Pero a veces los destinos están tan en contradicción que se tienen
que separar. Cuando uno ha tenido que coger el destino del otro y
eso le impide crecer y realizarse se tiene que separar por fidelidad a
su destino.
La relación de pareja es el principio de una nueva familia. Hemos
crecido en una familia, salimos de ella y creamos una nueva. En esta
nueva familia seguimos experimentando lo que vivimos antes.
Vivimos siempre dentro de una familia. Y sólo dentro de una familia.
El principio de la familia: amor entre hombre y mujer. Y luego los
hijos.
Cada uno viene de una tradición distinta y se deben encontrar
aunque sean distintos, las dos familias se deben encontrar, en esa
nueva familia las dos encuentran su continuación.
DESTINO
Se trata de una comunidad de destinos. ¿Qué son los destinos?: los
muertos, sobre todo los muertos excluidos, rechazados. Tienen efecto
de destino sobre los que les siguen.
¿Cómo darle la vuelta al destino para que sea mejor? ¿Cómo escapar
a la intrincación?
Dando a esos muertos un lugar en nuestro corazón, en nuestra alma.
Vibramos con ellos, absorbemos su resonancia y vibramos juntos.
Entonces una plenitud mayor da fuerza a la relación. Para muchas
familias los hijos abortados se convierten en destino particular y si
vibramos con ellos, están bajo la protección de la familia y en vez de
ser el origen de un destino grave, se convierten en destino favorable.
ABORTOS, VIDA Y MUERTE
Lo que es grave para el hijo abortado no es el hecho de haber sido
abortado sino que hayan querido deshacerse de el.
Pues mirando el curso de la vida, la vida se alimenta de la muerte, la
vida continua porque otros se mueren. Y los que se mueren están al
servicio de la vida, incluso los abortados, por si mismo, en su alma,
están al servicio de la vida.
En el soneto a Orfeo de Rilke: “el hijo fruto de uno de mis encuentros
murió y se hizo un huequito en mi oído, allí tiene su camita y esta
muerte vibra en mi oído y duerme al mundo. Esta muerte lo percibe
todo a través de mi, ¿entonces donde está su muerte? Duerme al
mundo, vibra con todo lo que ocurre, lo que oigo, lo que digo y canto.
No le puede faltar de nada.” Escuchemos a los hijos abortados en
nuestro oído, vibremos con ellos, no les faltará de nada.
Con esa mirada se descubre una felicidad en la plenitud, en la que
vivos y muertos siguen vibrando con la vida como un todo.
HIJOS ANTERIORES
Cuando hubo hijos de otra pareja, con la nueva pareja algo nuevo
tiene que venir sin reemplazar lo que fue y así la unión será más
profunda. Sería demasiado fácil, demasiado barato, hacerlo de otra
manera, la antigua felicidad, la anterior, cabe en la nueva.
Lo nuevo es posible gracias a una nueva comprensión. Mirar lo que
fue o reproducirlo es un obstáculo a la vida.
EJERCICIO INDIVIDUAL:
Vuelve al pasado, vuelve a las relaciones anteriores, ve sus
resultados, a los hijos. Mira estas antiguas parejas en el contexto de
lo que hubo de grande y diles gracias.
Ve todo el pasado, todo lo grande y dile gracias.
Di a tu anterior pareja: lo tomo todo en mi corazón, con amor. Y lo
guardo, lo conservo con amor.
EL RESPETO A LOS HOMBRES
Pocos hombres son respetados. Para los hijos varones sería la clave
de la felicidad, que sus padres fueran respetados.
La hija de papá no tiene respeto para los hombres, ni para su padre.
Se siente mejor que su madre para su padre y así se pone por
encima de ambos padres,. Allí todos pierden.
EL CAMPO MORFOGENÉTICO
Al campo morfogenético pertenecen todos los miembros de la familia,
todos los secretos, todos los muertos. No hay secreto, sólo hay
memoria, todo está en el campo.
NUEVA ORIENTACIÓN
Cuando yo respeto el destino de uno, cuando es grave, y que por su
profundidad y su gravedad se que no debo intervenir, muchos de los
que ayudan, de los psicoterapeutas, se excitan al ver esto. La critica
contra mi y contra este trabajo viene de los que no soportan esto
último, la profundidad de esta realidad. Imaginemos qué desastres
causarían a esas familias. Por eso me retiro de este estilo de trabajo.
Voy hacia otra dirección de trabajo, voy con los movimientos
profundos de la fuerza del alma, un movimiento creador de la fuerza.
Y es distinto de lo que creemos que debe ser.
Animar este movimiento, vibrando con este movimiento y
siguiéndolo, sin escuchar a los demás, en una actitud de respeto
hacia este movimiento. Esto es servir la vida en su grandeza.
Es mi orientación actual, estoy al servicio de la vida.
No se aprende. No hay método. Este movimiento profundo vive. Me
pongo a su disposición, para entrar en él. Así es posible ayudar de un
modo que se esperaba desde hace mucho.
Si uno se queda solo se debilita, hace falta ir juntos en este
movimiento. La fuerza viene de la presencia de todos vosotros
apoyando lo que pasó y entrando a cada uno en ese movimiento. Así
podéis construir un círculo de amigos, una vez al mes, con más
gente. Y os entrenáis al servicio de la vida, una hora, y cada uno dice
lo que siente, lo que encuentra en la experiencia del otro, sin
consejos.
Cuando no hay ambición, ni ilusión, sólo amor, no perjudica.
LOS MUERTOS DE GUERRA
Los muertos se transforman en el destino de los vivos. ¿cómo se hace
para que sea un destino bueno? Son sobre todo los muertos de
guerra los que se transforman en destino de los vivos.
En un parque, en Belgrado, no podía avanzar había demasiada
energía en contra. Pregunté y me dijeron que había sido campo de
batallas, entonces en mi miré a los muertos olvidados, les di un sitio
en mi corazón y entonces pude seguir avanzando.
En Polonia, allí donde se llevaron a los judíos, o donde estuvieron los
campos de concentración, hay un peso sobre la vida de hoy. En el
alma de los polacos faltan los judíos muertos. Les dije que tenían que
darles un sitio en su alma y lo entendieron.
En Silesia me di cuenta que los que faltan son los nativos. Si vemos a
los alemanes vemos que faltan los judíos. La gente se ha enfadado
con los asesinos y se olvidan de los muertos.
Tengo que decir lo que veo, no tengo miedo de decirlo. Los
terapeutas suelen no soportar la evidencia. Si me retiro al ver algo
duro me puedo ocurrir algo terrible. Rilke dice: al que separa una
vez la verdad de su alma pierde para siempre el camino.
Apartar los ojos de la verdad es muy peligroso.
En la esquizofrenia hay un asesinato escondido. Al hacer ver lo que
estaba escondido se sanan. El esquizofrénico es libre cuando los dos,
víctima y asesino, se reconcilian en su alma.
Cuando uno nacido después deja de inmiscuirse con lo que pasó
antes, es cuando se libera todo.
La fuerza de las guerras viene de que los descendientes están
vengando a sus antepasados. Con alegría. Y de que, luego, les dan
medallas porque han matado a gente.
¿Y los muertos? Se transforman en espadas en manos de niños.
LA JUSTICIA
La justicia es un mito. Nunca ha existido. Se le busca, nunca se
encuentra.
¿Qué busco, en la justicia? La muerte del otro. El que ha sido dañado
piensa con ideas asesinas, o ¿piensa con amor? No, quiere ser
vengado. ¡Que lo maten, que vaya al infierno! ¿Tiene suficiente
castigo? No, la justicia no está nunca satisfecha.
En Canadá existe una tribu en la que no hay palabra para justicia,
culpable o asesino. Entonces ¿cómo se le llama a alguien que hace
daño a otro? Mal enseñado o enfermo. Y ¿Qué pasa cuando hay un
asesinato? La familia de la victima adopta al asesino.
Nuestra cultura occidental tiene un gran Dios, un Dios justo, que
condena. Un Dios justo no puede ser Dios porqué está al servicio de
otro Dios, de un ídolo. Está al servicio del ídolo supremo: la justicia,
el ídolo más sanguinario que exista.
Las guerras y represalias son sacrificios al ídolo de la justicia.
EL EQUILIBRIO EN LA PAREJA
El intercambio es posible por la necesidad de equilibrio. Cuando nos
dan necesitamos dar, devolver, de un modo irresistible. En la pareja y
en la historia entre pueblos también. Si un país se ha extendido
demasiado, luego hay una presión contraria hasta que sea como
todos. Por ejemplo Colombia, Venezuela: la vuelta de la conquista de
los españoles es la salida actual de los nativos. Vean los países
eslavos, como están encontrando su dignidad ahora.
La relación de pareja es de amor, se da con amor. Uno da con amor,
el amor da de vuelta con amor; da un poco más, el otro devuelve un
poco más, el intercambio y la felicidad aumenta, el vínculo se
profundiza.
El que da demasiado amenaza la relación. No debo dar más de lo que
el otro me puede devolver. Hay un límite a lo que se da y lo que se
pide al otro. El que da demasiado está en una postura de poder,
obligando al otro. Si doy demasiado actúo como una madre.
La libertad ¿qué es? Es: no doy nada, no recibo nada, no estoy
vinculado, estoy libre y vació.
El amor ¿qué es? Estar lleno y vinculado.
EL EQUILIBRIO NEGATIVO
Si uno hace daño el otro siente la necesidad de devolverle ese daño,
y sólo si lo hace se restablece la relación.
EL PERDÓN
¿Qué impide el restablecimiento de la relación? El perdón. El perdón
es un veneno. Uno se sitúa por encima del otro. El perdón separa.
EL INSTINTO DE VENGANZA
Si estoy herido, deseo herir al otro y hacerle más daño todavía. No es
mala intención, es un movimiento arcaico que se desarrolla en el
alma, quiero destruir al otro, tengo deseos asesinos. No es maldad,
es un proceso elemental que nos vincula con los movimientos
primitivos de nuestra historia, de supervivencia de la especie, para
tener seguridad con respecto a nuestro grupo.
Este instinto de supervivencia no se debe subestimar. Lleva a la
destrucción mutua.
Hay parejas que se juntan y dan el poder de destrucción a una
instancia superior - el estado – y eso les protege de su propia
voluntad de destrucción (es un instinto que existe dentro de todos
nosotros). Entonces empieza el pillaje y la destrucción mutua.
El orden nos protege porque amaestra nuestra voluntad destructora.
Entonces la desplazamos, la transferimos a la crítica, a los debates,
a través de los media sobre todo. La destrucción tiene allí toda
libertad.
El orden establecido permite canalizar la voluntad
destructora: denuncias, acusación, justicia. Dios también es movido
por la voluntad destructora: el infierno de los cristianos.
La expiación es voluntad de destrucción dirigida a uno mismo. El
deseo de sagrado es también lo mismo: los ascetas se destruyen a si
mismo.
En la pareja, algo se puede hacer si uno ha hecho daño: el otro debe
vengarse con amor, para salvar la relación. Le hace algo menor de lo
que le ha hecho, el otro se sorprende y el amor empieza de nuevo.
¿Cómo ir más allá de la moral en la relación? Cada uno da al otro el
permiso de diez faltas, y así, la relación permanece humana y
corriente.
FIDELIDAD ¿A QUIÉN O A QUÉ?
Te quiero y quiero a lo que nos guía, quiero a lo que te guía, quiero a
lo que me guía. Es una doble fidelidad.
En una relación es un error creer que hay que estar fiel en todo, hay
que poner primero la fidelidad al destino propio, a algo superior, a lo
divino en su alma, al movimiento profundo de su alma. A veces esto
obliga a la separación, por que el otro no le quiere seguir, o lo
obstaculiza. Entonces se tratará de una separación con amor. Quiero
al otro y a su destino, me quiero a mí. Cada uno puede apoyar al otro
incluso cuando se separan.
LA SEXUALIDAD
Cuando existe un problema en la sexualidad de la pareja, hay que
apoyar al hombre en sus ancestros masculinos, y a la mujer en sus
ancestros femeninos. Y cada uno dice al otro: Tú eres más que mi
madre, eres mi mujer y soy feliz contigo como esposa.
Cada uno sólo, de su sexo, en la pareja tendría poca fuerza, poca
valentía, sería poco fiable, pero si está con todos los de su sexo, de
su familia, ¡qué diferencia!
En las bodas antes se invitaban a toda la familia, eso daba más
fuerza. La pareja se unía a toda la tradición.
EL LUGAR
Muchos se colocan por encima de los padres, creen que son mejores
que ellos, entonces no tienen fuerza y pronto se caen.
Cada uno llega para el último lugar, en el valle. Allí se juntan todas
las aguas, abajo en el fondo están todas las aguas. Desde allí
mirando hacia arriba, a la fuente del agua, uno es pequeño y
tomando con los ancestros , apoyándose en ellos y mirando delante,
crezco y llego a ser igual. Primero soy pequeño y luego grande.
EL AMOR Y LA MUERTE
La institución de la relación de pareja es una institución contra la
muerte, contra el final, por los hijos. Cuando una pareja se constituye
debe hacer frente al adiós, cual sea su amor este se acabará.
El amor eterno es breve.
Algunos temen ese adiós. Temen que su gran amor se acabe,
entonces dudan frente a la relación de pareja, pues cuanto más
amor, más doloroso es el adiós.
Algunos quieren sufrir poco, entonces prefieren no tener relación de
pareja.
El gran amor mira frente a frente el adiós y el final. Gracias a eso es
incandescente. Y cuando más se mira eso, más fuerte es el instante
presente.
En la relación se entrenan al adiós definitivo, se despiden de lo que es
visible, de las ilusiones. Y cada crisis es despedida de una ilusión.
Después de la crisis los dos son más modestos, el amor más grande y
más fiable.
Luego llega la despedida definitiva.
En una enfermedad terminal, mirarse a los ojos y decirse: me quedo
a tu lado mientras puedo.
El amor es como una luz en el crepúsculo. Luego viene el adiós, la
muerte de uno de los dos. El que se queda se abandona al dolor.
Gran amor igual a gran dolor. Es bueno abandonarse a ese dolor,
permite la despedida, la separación y libera, prepara para lo que
sigue.
Algunos se imaginan que hay que seguir fiel al muerto. Hablando de
Wilson que se volvió a casar al año de morirse su mujer, Freud dijo
que aquello era la señal del gran amor por la primera mujer. El amor
está al servicio de la vida, es benevolente para el otro, más allá de la
muerte.
Decir adiós y luego mirar hacia delante, al servicio de la vida, eso
revela el amor.
Un largo duelo es una ausencia de amor, es una de manifestación de
expiación, de culpabilidad y de no amor.
Trascripción y traducción de Brigitte Champetier de Ribes
Ayuda y amor
Conflictos y reconciliación
Extracto de una conferencia de Bert Hellinger
el 13/02/06 en Karlsruhe
EL DESTINO
Más allá del deseo atávico pero ingenuo y característico del niño de proporcionar
una ayuda, existe la ayuda madura, la que resulta de un crecimiento, de un
desarrollo. Los niños y muchos ayudantes ven su ayuda como imprescindible para
el mundo y piensan con sinceridad que tienen en sus manos los destinos de otros
así como la misión de cambiar este mundo.
Pero ¿quién manda en este mundo? ¿Son los sicoterapeutas? ¿Los asistentes
sociales? ¿Los políticos?
Detrás de todo lo que vemos y experimentamos actúa un poderoso movimiento, un
movimiento de creación del cual todo depende. Nadie puede escapar de él. Todo lo
que acontece está abarcado y dirigido por él.
Esto es sin embargo una contemplación filosófica, más allá de nuestros deseos y
fantasías. Más que una adhesión mental, requiere ser comprendida con
penetración.
Llega alguien donde un terapeuta y le dice “de niño fui abandonado, tuve una
juventud atroz y ahora se me cierran todos los caminos”. A menudo el ayudante le
tiene lástima. ¿Qué es lo que se mueve en el alma del ayudante con lástima? Acusa
a Dios, o al poder de creación que actúa detrás de todo, y le dice: “has hecho algo
malo, ¿cómo puedes permitirlo?” Con estos pensamientos, se alza por encima de
esta poderosa energía primordial de la cual todo depende y se esmera en hacer
mejor que ella.
Aquí detrás actúa también la idea que una persona puede tener un mal destino.
Nadie puede tener un mal destino. Cada cual tiene su destino propio y particular, y
aquel es justo para él. Para aquellos que opinan que esto es escandaloso, aquí va
una analogía. Nos imaginamos a un niño con buenos padres, que lo han hecho
todo por él. A su lado nos imaginamos a otro niño con malos padres, que talvez
fueron brutales o que lo han abandonado. Este niño sin embargo dice: “esto es mi
destino, lo acepto y haré algo con ello.” Si comparamos este niño con aquel que fue
mimado y cuidado, ¿cuál de los dos posee la mayor fuerza? ¿Cuál de los dos es más
adulto?
Cuando nosotros mismos contemplamos nuestras vidas y dentro de ellas lo que fue
difícil, y cuando asentimos a ello y decimos: “ahora haré lo mejor con ello porque
es algo que me ha hecho crecer”, entonces todo adquiere para nosotros su valor
intrínseco.
De la misma forma, cuando se me acerca alguien quejándose de sus padres, pienso
a veces:” ¡cuánta suerte ha tenido éste! ¡Qué pena que no la haya aprovechado!”
Le ayudo pues a aprovechar esta suerte y de repente descubre él también su
destino bajo otra luz.
EL ESTAR DE ACUERDO
Entretanto, podemos hacer para nosotros un pequeño ejercicio a modo de
descanso.
Cerrad los ojos y volcaros hacia vuestra infancia.
Ahí, ved alguna cosa que tal vez lamentáis, sobre todo si os habéis sentido
culpables y si, a causa de vosotros, alguien ha sufrido. Mirad atentamente y
consentid a la culpa y sus consecuencias. Luego mirad al que talvez sufrió algún
daño por vosotros y devolvedle su destino, que es más fuerte que vuestra culpa.
Cuando él también consienta aquello como siendo su destino, podrá desarrollarse.
Si alguien nos ha perjudicado, asentimos a ello. Entonces nos encontramos
purificados por dentro, podemos relajar y abandonarnos, nos ensanchamos y en la
escala de la felicidad alcanzamos un peldaño más alto.
Quisiera enlazar con otra situación más. Cuando mirad a vuestra madre y a vuestro
padre y a aquello que era fastidioso y que habéis rechazado, y si ahora decid a
vuestros padres:”así como sois, sois mis padres, exactamente así. Y por esto soy lo
que soy ahora y tengo la fuerza que tengo. Con ello hago algo por mí mismo. Por
parte mía sois libres”, esto es amor. Pero no un amor emocional sino un amor
nacido de la comprensión y portador de una fuerza muy especial.
En conexión con esto, para integrar esta actitud de base, esta actitud de amor
especial, aún les ofrezco algo para reflexionarlo.
Al mirar a nuestros padres y al tomar de ellos la vida que con ellos nos llega, nos
damos cuenta que sólo la podemos tomar con todo lo mucho que con estos padres
nos es brindado. Por ejemplo, a través de ellos pertenecemos a una raza particular,
a un idioma particular, a una religión particular, a una cultura particular. Sólo
podemos recibir la vida dentro de este marco particular.
A veces algunos niños piensan:”este marco, mi familia, es el modelo para el mundo
entero. Él tendría que ser exactamente como mi familia o mi pueblo o mi raza o mi
cultura o mi religión.” Sin embargo este marco es para nosotros tanto una
oportunidad como una frontera, ya que cada existencia humana es limitada. Si
estamos en acuerdo con esta oportunidad y esta frontera tales y como son, con sus
consecuencias, pues esta es la entrega mayor que exista. Al lado está otro niño. Él
mira a sus padres, toma de ellos la vida pero con otra raza, otra cultura, otro
idioma, otra religión y asiente a ello con esta profunda entrega, con este fervor
religioso. El movimiento de base es el mismo aunque el contenido sea distinto.
EL VÍNCULO
La realidad es tal que estamos vinculados de modo profundo a nuestro grupo
familiar, a nuestra familia. Queremos y debemos sin duda pertenecer a esta familia,
a esta raza, a este idioma. No podemos huir de ello. Tampoco lo queremos ya que
una instancia interior nos mantiene unidos a este grupo. Hagamos lo que hagamos,
si es a pedido de este vínculo, aunque sea algo malo nos percibimos como
inocentes. Y todo lo que pone en peligro este vínculo, aunque sea algo bueno, lo
vivimos como culpa. Esta fuerza es la consciencia.
Esta consciencia nos maneja utilizando los sentimientos de culpa e inocencia con la
meta siempre de mantener nuestra pertenencia al grupo y de reforzar el vínculo
por nuestros actos. Claro está que personas de otras culturas difieren de nosotros
por lo que es para ellas bueno o malo. Ellas tienen otra conciencia, que las vincula
a su cultura y a su grupo. Así es como surgen conflictos entre los grupos, por su
fidelidad a la consciencia de cada grupo. Del mismo modo que nuestra consciencia
nos ata a nuestro grupo, de igual manera nos separa de los otros. Esta consciencia
es fuente de guerra y de todos los conflictos.
Una situación sencilla a modo de ejemplo. Un hombre se ha casado con una mujer.
Son originarios de dos familias distintas, con valores distintos cada una. Ella, la
mujer, tiene otra consciencia que el hombre. Ahora bien, quiere intentar
comportarse como en su propia familia corresponde. Si el hombre le cede, tendrá
mala consciencia. Y al revés también. Si ella le cede, tendrá ella mala consciencia.
Luego tienen hijos, el hombre queriendo educarlos según su consciencia y la mujer
según la suya. El niño queda confundido. Entonces adapta su comportamiento en
función de con quien está. Cuando tiene buena consciencia con su madre, le falla al
padre y viceversa. Por esto a menudo los hijos ocultan su fidelidad al otro
progenitor.
Empero, con esta consciencia nos mantenemos al nivel del niño. Progreso y
desarrollo sólo son posibles si crecemos por encima de los límites de esta
consciencia. ¿Qué significa esto? Pues, que podemos acoger dentro de nosotros lo
ajeno que hemos rechazado y darle en nosotros un lugar. Gracias a esta actitud nos
enriquecemos y servimos el bienestar de todos de manera óptima.
En relación con la ayuda, esto sería la ayuda madura. Ayudamos al individuo a
traspasar los límites de esta consciencia en vistas de un bien mayor.
LAS CONSECUENCIAS DE LA CONSCIENCIA
Podríamos seguir con el hilo de estas consideraciones. Pero quisiera una vez más
acercarme a las consecuencias de esta consciencia. Cuando observamos las
religiones, por ejemplo el cristianismo, y cuando miramos a las personas devotas
en su devoción, ¿qué edad tienen en su alma? No son más que niños. ¿Cuál es el
Dios al que rezan? Es el padre o la madre- algo ampliados. Luego nos imaginamos
los mandamientos que este Dios nos da y a los que obedecemos. ¿Qué
mandamientos son? Por supuesto ordenan lo que en nuestra casa ha sido válido.
Dios adopta nuestro código de conducta y lo impone al mundo entero. El que
contraviene termina en el infierno, el que se somete llega al cielo.
Otra vez tenemos aquí la separación entre el bien y el mal. Los que están en el
cielo somos nosotros desde luego, y en el infierno los otros. ¡Qué imagen de Dios!
Todo esto como resultado de la influencia de esta consciencia.
Al servicio de este Dios están los moralistas, que nos van diciendo lo que es bueno
y lo que es malo. Se toman el derecho de condenar los supuestamente malos, de
desearles algo dañino, de preferencia una ida sin retorno al infierno. En su alma se
transforman en asesinos.
EL OTRO NIVEL
No podemos librarnos de este ámbito dogmático de la moral si no es alcanzando
aquel otro nivel que nos permite una vista de conjunto así como una mirada hacia
este poder activo detrás de todo y para el cual no se da diferencias entre bueno y
malo ya que ambos están dirigidos por ello.
Con un ejemplo corto quisiera demostrar cuan desubicadas son las imaginaciones
detrás de una tal religión y una tal moral. En la religión se nos dice: “Tienes que
decidirte por Dios. Dios ajustará su comportamiento hacia ti en función de lo que
decidas”. Con esto, tú quedas libre y Dios no. Él se tiene que comportar en acuerdo
con lo que tú decidas. ¿No es algo increíble?
Pero en el plano superior estas diferencias entre bueno y malo acaban ya que todos
los movimientos esenciales sólo se conciben en función de este otro poder.
Hace poco, un amigo mío llamado Albrecht Mahr había estado en Rwanda. Organizó
posteriormente en Würzburg un gran congreso donde se encontraba una mujer
rwandésa cuyo marido y niños habían muerto en el genocidio. Mi amigo quería
averiguar cómo la gente se las arreglaba con este pasado. Se daban en el congreso
encuentros en que los perpetradores tenían que reconocer lo que habían hecho. Se
tenían que declarar culpables. Pero no lo querían. Decían:”No éramos libres. Un
potente movimiento nos llevó a todos. Si hay que armar un pleito, tiene que ser en
primer lugar a lo que desató este movimiento.” En realidad esto significa:”si hay
objeciones, pues primero contra Dios.”
Si reflexionamos acerca de todo aquello, nuestra actitud hacia la ayuda y el amor,
la muerte, los criminales y las víctimas cambiará.
RECONCILIACIÓN EN ALEMANIA
Si aplicamos lo mismo a Alemania, a nuestra historia ¿qué nos exige esto? Aplazaré
un poco más la respuesta para que no sea tan doloroso.
Un rabino dijo una vez en un grupo: “no habrá paz para los judíos mientras el
último de vosotros no haya rezado el rezo a los muertos para Hitler”. Luego, el
grupo se dispersó. A la mañana siguiente llegó uno del grupo, totalmente
cambiado. Su familia había perecido en el Holocausto. Aparentemente durante la
noche había conseguido pronunciar este rezo…
Y ahora mirad a los que se posicionan en contra de los criminales nazis y dicen:”
¡Nunca más! ¡Esto no se puede reproducir!” ¿Qué fuerza tienen? A veces salen a la
calle y tiran piedras y se parecen a los que están condenando.
Marcel Reich-Ranicki describe en su libro “Mi vida” cómo en el 1968 estaba con
otros escritores en una reunión del Pen-Club. De pronto aparecieron unos
estudiantes en plena rebeldía que armaron un escándalo. Él cuenta en su libro que
se parecían indiscutiblemente a los de las Juventudes Hitlerianas, en todo iguales,
ninguna diferencia.
Algo más que nos permitirá entender esto. Del que condenamos sacamos la
energía. El que se indigna, sea respecto a Hitler y los SS u otros, adquiere una
energía de perpetrador. Una energía asesina. Y se percibe como siendo el mejor,
como ellos. También ellos se han percibido como siendo los mejores. Todos los que
se sienten ser los mejores son fieles a esta misma energía. Sólo el contenido
cambia entre los unos y los otros. Pero la energía es la misma.
¿Cómo llegamos pues a la paz, en Alemania por ejemplo? Aceptándolos a todos
como a hermanos, incluso a los perpetradores, todos iguales frente a algo mucho
mayor.
AMOR AL PRÓXIMO
Tuve una vez un curso en Israel. El día anterior al curso fuimos con amigos al lago
de Genezareth. Haciendo una caminata por la zona llegamos al lugar donde Jesús
hizo el Sermón sobre la montaña, y a este otro lugar donde según la tradición
apareció a sus discípulos después de su resurrección. Ahí pescaron y él asó los
peces para ellos. Este lugar difundía una increíble paz. Lo percibimos todos, incluso
los amigos judíos que nos acompañaban, una paz maravillosa. Jesús ahí le
preguntó a Pedro: “¿Me quieres?” Repitió la pregunta tres veces. Pedro se puso
triste y contestó: “Señor, lo sabes todo, y también sabes que te quiero…”
¿Qué significa en realidad “amor” en este sentido? En el Sermón sobre la montaña
Jesús explica lo que es amor: “El amor es cuando sois como mi Padre en el cielo. Él
deja que su sol brille sobre justos como injustos”. Esto es amor, el amor maduro.
En el camino de regreso estas ideas me iban dando vueltas en la cabeza, con
relación también al mandamiento del amor al enemigo. Como mandamiento parece
terrible esto de “presentar la otra mejilla”. Esto fastidia al enemigo, porque no se le
hace caso. El verdadero amor al enemigo, realmente, es otra cosa.
Uno deja brillar el sol y deja llover, igualmente. ¿Cuál es el sentido entonces para el
fondo secreto del alma? Pues que reconozco que todos los humanos, los buenos
tanto como los supuestamente malos me son iguales ante algo mayor. Esto va más
allá de la consciencia. Esto es humildad: reconozco que todos me son iguales ante
algo mayor. ¿Y qué significa perdonar y olvidar? Pues que reconozco que todos me
son iguales ante algo muchísimo mayor.
Sanar y soltar
Alemania, febrero 2004
Conferencia de Bert Hellinger
Cuando observo cómo se han desarrollado las Constelaciones Familiares, desde el primer libro que editó Gunthard Weber, y cómo
se extendieron, no sólo aquí, sino también en otros países, de una
manera que a veces nos corta el aliento, percibo, que detrás de este
movimiento, actúa una fuerza poderosa, algo bueno, que nos ha
tomado – a mí y a Uds., a su servicio.
Por eso, lo que estamos haciendo, independientemente de aquello que imaginamos que estamos haciendo... bueno, lo que quiero decir
es: este movimiento nos arrastra, irresistiblemente. Nadie lo puede
detener. Esta fuerza es difícil de resistir… y aquellos, que desde su
pequeña mente piensan, que siempre tienen que dirigir todo, no lo entienden. Pero también ellos están al servicio de este gran
movimiento, porque, esta es mi convicción y se corrobora cuando
miramos las cosas como son, lo divino o la potencia primaria, esa
fuerza que mueve al mundo, quiere el conflicto.
Sólo nosotros anhelamos la eterna paz en un reino de ilusión, donde
nos saciamos y nos quedamos inmóviles, estancados. No, lo creativo está siempre en movimiento en contra de las resistencias. Recién
ante las resistencias lo viviente gana su pleno potencial.
Cuando me entero de cuántos variados Talleres son ofrecidos en este
Seminario por tantos colegas de larga experiencia, pienso:
¡Maravilloso, qué desarrollo! Cada uno aporta al Todo algo muy
especial. Sólo por esta plenitud, este caudal de diferencias, las Constelaciones Familiares se están desarrollando con una riqueza
extraordinaria y todos colaboran con su experiencia personal y con
sus enredos personales, como también con sus capacidades y sus
limitaciones. Ahora estoy pensando: ”soy uno entre tantos, que
también trabajo con ello”.
Las Constelaciones Familiares como psicoterapia
Ahora quiero decir algo sobre las Constelaciones Familiares desde mi experiencia, sobre su desarrollo y cómo sigue este movimiento. Al
principio las Constelaciones Familiares eran una especie de
psicoterapia. Las ofrecíamos en el marco de la psicoterapia para
personas que estaban buscando psicoterapia. Muchas veces eran
personas enfermas de cuerpo y alma. Las Constelaciones Familiares
les ayudaban. Desde nuestra formación psicoterapéutica
aportábamos nuestra actitud y esto le dio un sello especial a las
Constelaciones Familiares desde un comienzo.
¿Cuál era nuestra actitud? Se basaba en la suposición: aquí hay un
cliente que está necesitado y aquí hay un terapeuta, que le puede
ayudar. Este se preparó con diferentes métodos y ahora conoció las
Constelaciones Familiares y las aplica con el concepto de la psicoterapia. No como terapia individual, sino con un enfoque de
terapia familiar. Y nosotros, como terapeutas, hacíamos algo. Fuimos
entrenados para hacer algo, intervenir según nuestros conocimientos.
Así configurábamos también a las familias. Pedíamos al cliente que
elija y configurara representantes, luego interveníamos según nos parecía oportuno de acuerdo a nuestras formaciones anteriores y
según lo que aprendimos de los Órdenes del Amor y los vínculos
dentro del Sistema Familiar, con el propósito de encontrar una
solución. Primero mirábamos el problema y después buscábamos una
solución. Esto fue de mucha bendición.
Caminando con el alma
Luego se manifestó que los representantes tenían una función más importante de lo que suponíamos en un principio. Se pudo observar
que los representantes estaban en un contacto muy inmediato con un
campo más amplio y pudieron desde allí traer a la luz algo, que iba
más allá de lo que habíamos descubierto como Órdenes del Amor. Los representantes pudieron hacerlo, siguiendo un impulso que los ponía
en movimiento. De pronto estábamos confrontados con situaciones
nuevas y con movimientos nuevos. Estos movimientos muchas veces
contradecían nuestros conceptos preconcebidos.
Algunos entonces sentían la necesidad de interrumpir tales
movimientos, en vez de esperar y observar lo que se iba manifestando. Pasó cierto tiempo hasta que pude darme cuenta –
estoy hablando de mí ahora – que si yo soporto la espera y me abro
a lo que se muestra, llego a profundidades que superan de lejos
cualquier psicoterapia. De pronto estoy en contacto con fuerzas del
destino ante las cuales me siento impotente.
De pronto vemos, por ejemplo, que alguien es atraído fuertemente hacia la muerte. ¿Qué hacemos entonces? O alguien se siente
culpable de la muerte de otro. ¿Con qué método aprendido de la
psicoterapia podemos intervenir aquí? ¿O estamos llegando a un
límite en nuestros intentos de ayuda donde el “no hacer”, el ”soltar”
se hace imperante? Donde, recién cuando dejamos de actuar,
comienza la auténtica ayuda.
Una nueva fuerza toma la conducción. Yo me entrego a esa fuerza, y
de repente encuentro ese saber – me doy cuenta si tengo que
intervenir o no, si tengo que hacer algo, y en tal caso, qué es lo que tengo que hacer. Aún cuando en un momento parece absurdo. Pero
yo voy con el movimiento, y entonces se muestra, se despliega algo,
que de ninguna manera se podía prever.
Bueno, esto va más allá de la Terapia Familiar y más allá de toda
terapia. Lo que comenzó con las Constelaciones Familiares se
transforma ahora en un Caminar con el Alma. ¿Cuál alma? No con la propia., no con la del cliente, ni con la del representante, sino con el
alma que actúa en todos al mismo tiempo.
Cuando llegamos a una sintonía con aquella alma, sentimos paz. Nos
hemos detenido frente a lo inconmensurable y este inconmensurable
se nos acerca en el resultado.
El caminar con el espíritu
Pero, como sucede en la vida, todo fluye. Yo había pensado que el
Caminar con el Alma (conocido como Movimientos del Alma) había
sido la conclusión de estos descubrimientos. Pero no fue así.
De pronto me di cuenta que las experiencias que habíamos hecho con las Constelaciones Familiares y los Movimientos del Alma nos
llevaban a un conocimiento que demandaba de nosotros un accionar,
que excedía los fundamentos alcanzados hasta este momento. Y ¿qué
es lo nuevo ahora?
Más allá de las Constelaciones Familiares y los Movimientos del Alma yo ahora camino con el Espíritu. De pronto este trabajo se convierte
en Filosofía Aplicada. En vez de llevar nuestra mirada hacia los
sentimientos y a lo que percibimos a través de ellos, ahora entra el
plano del Espíritu y demanda un accionar diferente al Caminar con el
Alma.
Lo explico con un ejemplo. Un cliente tiene quejas sobre sus padres o se lamenta de los padecimientos sufridos en la infancia, todo lo malo
que vivió. Al principio trabajábamos con la empatía, y teníamos la
actitud: “Vamos a ver, cómo le podemos ayudar. Pero si pienso
filosóficamente, desde el espíritu (en español posiblemente diríamos
“mente”, R.J.), no existe nada malo.
Si detrás de todo actúa una potencia creativa, no existe nada que se le pueda oponer. Por lo tanto ahora miro la situación filosóficamente
y exijo del cliente que también él mire su situación filosóficamente y
que diga: "Sea como fuere lo que pasó ... Gracias. Lo tomo como una
fuerza. Yo tomo a estos padres, como los especiales, que me han
dado esta fuerza especial, importante para mi vida". De pronto todo
lo pasado se ilumina – se transforma en algo valioso.
¿Cómo actúa ahora el terapeuta? Bueno, ya no es terapeuta, ahora
es un filósofo. El no siente lástima. Al contrario, él asiente a la
realidad tal como es o como fue. Entonces se liberan potenciales, que
van mucho más allá de la psicoterapia.
Enfoquemos a los padres. Desde el punto de vista filosófico toda
pareja de padres es perfecta. Mirándolos con simple sentido común también vemos que aquello por lo que son padres, eso lo realizaron a
la perfección, sin que falte nada. Por esa razón merecen el mayor
respeto, por haber servido a la Vida de esta manera ... Por lo tanto,
filosóficamente, como filósofo, yo tomo a estos padres como a Dios – sea lo que fuere su significado – dentro de mi corazón, sin distinción.
En ese momento, súbitamente, me encuentro en otro nivel, donde el
horizonte es el infinito.
Ahora voy a mostrar mi trabajo aquí, ante Uds. Y lo voy a hacer en la
nueva modalidad – voy a caminar con el Espíritu. Ustedes tendrán la
oportunidad de interiorizarse de este procedimiento y se darán cuenta hasta qué punto son capaces y están dispuestos para esta
modalidad de trabajo.
No existe la perfección. Todo está en movimiento. Las Constelaciones
Familiares como fueron y los Movimientos del Alma, todo es
igualmente valioso. Todo pertenece al mismo movimiento. Aquél que tomó contacto con este trabajo y se abrió a él, reconoce y siente que
tiene que crecer. A través de este trabajo somos llevados a crecer
internamente. Y con esto nos damos cuenta que aquí no se trata
solamente de sanación o resolución de problemas. Al final estamos
hablando de la vida y su plenitud.
Lo que hacemos, sirve a la vida tal como ella, desde su esencia,
quiere desarrollarse.
Los órdenes del espíritu
Pregunta: ¿Qué es eso lo que tu denominas “espíritu” y qué es el
filósofo?
Cuando configuramos familias nos dejamos guiar por algo que se
puede percibir. Desde la experiencia reconocemos distintos patrones
dentro de los vínculos personales. Las Constelaciones Familiares
tratan sobre vínculos. Allí observamos que los vínculos dependen de
ciertos órdenes, como también el cuerpo, para permanecer sano,
debe seguir ciertos órdenes. Nosotros aceptamos esos órdenes y nos
comportamos de acuerdo con ellos.
Pero ¿de dónde provienen esos órdenes? ¿Del cuerpo? No. ¿Del
Alma? Tampoco. Porque el alma también sigue diversos órdenes. Por lo tanto debe existir algo que es anterior a esos órdenes y los
determina.
Luego existe el espíritu, el espíritu humano. Pero también éste sigue
órdenes. Emanuel Kant, cuyo aniversario de muerte se conmemora
en estos días, describió los Ordenes del Pensamiento.
Sólo podemos pensar dentro del marco de ciertos órdenes. Kant los denomina Categorías. Las categorías de Espacio y Tiempo nos son
impuestas, tanto como las de Causa y Efecto. Sólo podemos pensar
dentro de estas Categorías. También la Lógica sigue ciertos preceptos
que están preestablecidos. Por lo tanto nuestro espíritu, si bien
supera a nuestra alma, debe seguir ciertos órdenes.
Por lo tanto debe existir algo que postula – mejor dicho: establece
estos órdenes. Cuando miro al mundo filosóficamente, encuentro que
todo está en movimiento. Todo es movimiento. Nada es firme. Por lo
tanto detrás de todos estos movimientos debe existir un Movimiento
Primordial, que mantiene en movimiento a todo lo demás y lo condiciona. Ella es la Fuerza Creativa Primordial. Creativo significa
siempre que algo está en movimiento. Lo estático no puede ser
creativo, solamente algo que está en movimiento. Esa Fuerza
Primordial es la que determina los órdenes.
Ahora sucede algo extraño. Cuando miramos los Movimientos del Alma, observamos de pronto que se muestra un desorden, un
desorden en el sentido de cómo hasta ahora comprendemos los
órdenes. En los Movimientos del Alma sucede de repente algo
creativo que produce un nuevo orden.
Cuando acompañamos este Movimiento del Alma nos ponemos de
pronto en contacto con este espíritu y nos movemos con los
Movimientos del Espíritu. Eso sería lo importante ahora.
La filosofía, esa era la otra pregunta, por supuesto yo no me refiero aquí a aquella filosofía como está enquistada en algunas cabezas hoy
en día. Yo miro hacia la filosofía en su sentido original. ¿Qué hacían
los antiguos filósofos? Ellos se independizaron de los conceptos que
estaban en boga en su época, de los miedos, de los mitos, de las creencias y miraron al mundo como es – sin prejuicios y sobre todo
sin miedo.
Así obtuvieron nuevos conocimientos, pero esos conocimientos no
eran abstractos, sino que estaban dirigidos hacia la acción, hacia la
realización, basándose en esos nuevos conocimientos. Por eso los
nuevos conocimientos se afianzaban con los efectos que producían. Un conocimiento es vacío si no lleva a la acción y es probado en ella.
La filosofía en su origen era plena y estaba totalmente al servicio de
la vida.
Tomemos por ejemplo a Heráclito, uno de los grandes. El pronuncia
frases simples con amplios efectos, si los sabemos comprender. Por ejemplo la frase:”Todo fluye”, lo que esto puede significar lo expliqué
anteriormente de cómo se desarrollaron las Constelaciones
Familiares. O veamos la frase:”Nadie entra dos veces en el mismo
río”, por ejemplo, la podemos aplicar diciendo: Nadie hace dos veces
la misma Constelación. Eso no existe. Eso significa que todo lo que aprendimos sobre las Constelaciones Familiares en un caso
específico, sirve poco, porque el río que se contempló hace un rato y
que se guarda en la memoria ya fluyó hacia otros parajes. De esta
frase simple y de su compresión se derivan extensas conclusiones.
A este lugar corresponde también la frase irritante: “La guerra es la madre de todas las cosas”. Sin guerra no hay progreso. Esto anula
muchos de nuestros conceptos, por ej. nuestra idea sobre Dios y
sobre nuestros propósitos sublimes de salvar al mundo.
Cuando nos damos cuenta que esta frase también es una indicación
para el accionar (Handlungsanweisung en alemán, también podríamos traducirlo Manual de uso), nosotros nos comportaremos de
distinta manera. Por ejemplo, cuando nos critican - agradecemos la
crítica y no nos justificamos.
Al comienzo trabajábamos con las Constelaciones Familiares y los
nuevos conocimientos que surgían a través de ellas, sin pensar mucho en las derivaciones que de ellos surgían. Pero las experiencias
recogidas durante las Constelaciones nos mostraron que el mundo es
diferente de cómo lo habíamos imaginado. Con las Constelaciones se
descubrió que todo sistema tiene una instancia directriz que engloba
a todos los participantes. No importa el nombre que se le de: conciencia común, alma común o campo mórfico. Ni bien nos dimos
cuenta de esto tuvimos que pensar de otra manera, por ejemplo
sobre la conciencia y consecuentemente también tuvimos que actuar
de manera diferente.
¿Qué significan estos nuevos conocimientos para nuestro accionar
renovado?
De pronto se muestra algo que al comienzo de este Seminario se mencionó en el enunciado del tema en forma sucinta: “Ayudar y
Soltar” La pregunta es entonces: ¿Qué debemos soltar cuando
ayudamos? Pues cuando pienso filosóficamente y realmente veo que
todo está dirigido por una fuerza mayor, en presencia de esta fuerza
no existen los buenos o los malos. Esta distinción se diluye. Entonces,
la ayuda es exitosa cuando suelto todos los juicios, los suelto por
comprensión filosófica.
Cuando un cliente dice: “fui violado” o “soy víctima de abuso”, algo
se moviliza dentro de nosotros. Tomamos partido. Entonces no
podemos ayudar. Pero si me muevo con el espíritu, entonces veo a
los perpetradores en un mismo nivel que a las supuestas víctimas. Los veo como seres humanos de igual condición, de origen distinto,
con implicaciones distintas, pero con el mismo derecho.
Entonces, si en el momento donde escucho algo, me retiro un poco y
le doy a cada uno de los actores un lugar en mi corazón, estoy ligado
con el espíritu y recibo de allí, comprensión y fuerza que llevan hacia
delante.
Actualmente, cuando el trabajo de Constelaciones Familiares es atacado, es atacado por aquellos que hacen la diferencia entre
víctimas y perpetradores, que quieren que se persigan a los últimos,
convirtiéndose en asesinos en su alma. Estos ataques no son tan
fáciles de aguantar.
Pero si amplío esta comprensión adquirida también a ellos, también a
ellos les doy un lugar en mi corazón – también ellos están en el
espíritu. Lo que hago a partir de esto, esto es caminar en el espíritu.
Allí reside el futuro. Esto lleva a la reconciliación. Y esto sirve a la
vida y al progreso de la vida.
Tengo una pregunta más: ¿Cuando mi alma sufre bajo los Ordenes
del Espíritu, a quién debo hacerle caso, al alma o al espíritu?
La Reconciliación en el Espíritu
Voy a hacer una pequeña meditación. Pueden cerrar los ojos.
Concéntrense primero. Cuando el alma sufre, dónde la sentimos en el
cuerpo? Nos dejamos llevar por el sufrimiento del alma hacia el lugar
en nuestro cuerpo que también sufre. Entonces con el alma nos metemos en ese lugar del cuerpo, nos fusionamos con él y tratamos
de sentir e indagar, hacia dónde se dirige la mirada. Quizás hacia una
persona a quien he dañado, o hacia una persona que fue excluida o
también puede ser una persona con la cual estoy enojada/o.
Entonces en el espíritu miramos a la persona con amor - esperamos
lo que esta persona o esta situación nos brinda como una dádiva, un
regalo… y lo incorporamos en nuestro cuerpo y en nuestra alma.
Bien, algo más sobre el espíritu. El espíritu es liviano. El que camina
en el espíritu es ágil; no agrega mucho peso a la tierra. Y
apesadumbra al cliente sólo un poco. Y es feliz ante la realidad
tal cual es. En definitiva, el andar en el espíritu facilita todo.
Traducido por Ruth Junker
La noche oscura del alma
Bert Hellinger en la Universidad de Forham, Boston
Octubre 2004.
Quiero deciros algo sobre la noche oscura del alma. Es un concepto
de una tradición mística europea, muy cercana al pensamiento
asiático. Esa noche oscura significa que me abstengo de buscar, me
abstengo de toda curiosidad. ¿Y cuál es su efecto? La paz, para todo lo que me preocupa. Estoy en paz. No llevo más problemas ajenos.
Los demás ya no llevan mis problemas. No interfiero de ninguna
manera en los movimientos del alma. Nos respetamos mutuamente.
Si cediera de nuevo a la curiosidad, le faltaría al respeto a mi alma. Se daría cuenta de que no la respeto. Es pues un buen método. No
hay método, no hago nada, y al no hacer nada, hago mucho. (...)
También observé que cuando la gente toma un camino espiritual y se
vuelven esotéricos, suelen rechazar seguir ocupándose de sus propios
hijos o abandonan a su cónyuge. Rechazan hacer frente a su
realización humana común así como a las responsabilidades que cuestan algo. Se elevan hacia un nivel pretendidamente espiritual.
Son egocéntricos. Pueden hablar de perder el ego, y ¿sobre qué
meditan? Sobre su ego, por supuesto. Y ¿Qué hay de sus deseos de
ser iluminados? ¿Cuál es su meta al desearlo? Su ego por supuesto.
Hay un gran engaño en todo ello.
Sin embargo hay otro camino espiritual: la noche oscura del alma. En España, San Juan de la Cruz habló de ello. Es un entrenamiento
espiritual, y requiere tiempo. No puedes entrenarte a ello ni quererlo.
Te cae encima. La noche oscura te cae encima. Una vez que estás en
ella, ya no sabes a donde ir. Todo está oscuro, estás en la desolación, sin dirección. Pero eres (estás) bastante fuerte para mantenerte en
pie. Y al cabo de un tiempo, experimentas la noche oscura del alma.
La noche oscura del alma tiene tres partes:
Primero es la oscuridad de los sentidos, en la que ya no buscas lo que
gusta a los ojos o a los oídos ni a ningún otro sentido. No es porque
los desprecias de algún modo como podría ocurrir en otro nivel. No,
es porque estás conectado con algo más profundo, con un lugar lleno de calma, de silencio. En este nivel ya no necesitas mirar afuera ni
escuchar nada de fuera. Es un lugar muy vasto. En otras palabras, el
camino espiritual requiere una purificación, especialmente una
purificación de toda intención, de alcanzar una “meta superior”. Nos
quedamos abajo, atrás, en el último lugar, todo el tiempo.
La segunda parte de la noche es muy difícil. Es la noche de la mente.
Eso significa que abandonas tu deseo de saber. Ya no preguntas ¿por
qué?, ¿Qué es?, ¿Qué ocurrirá después?. No, permaneces alejado de
esa necesidad de saber.
Hay otra etapa más: la noche oscura de la voluntad. Ya no puedes realizar nada. Si tiene un proyecto, por ejemplo quieres aprender las
constelaciones familiares y asistes a muchos talleres. Puede que sea
bueno. Pero si tienes el proyecto de cambiar el mundo con ello, te
has cortado de la fuente de la realidad. Si abandonas esos grandes proyectos – si no quieres curar a los demás ni mejorar al mundo, si
sólo quieres quedarte contigo mismo – entonces se te abre otro
camino. Puedes tener el impulso de dar sólo un pasito muy pequeño,
y al seguir este impulso descubres mucho mas que con ningún otro
proyecto en el mundo. De repente estás en contacto con algo distinto, conectas con algo mayor.”
“La paz comienza en el alma: conflicto étnico y reconciliación”
Traducción Brigitte Champetier de Ribes
La paz ¿Qué significa?
Conferencia de Bert Hellinger en Würsburgo, 2003
Que lo que antes se enfrentaba ahora se una,
Que lo que antes se excluía ahora se reconozca mutuamente
Que lo que antes se combatía, se hería, se hacía la guerra e incluso
querría destruirse el uno al otro, se unan ahora en el dolor por las
víctimas de ambas partes y por el sufrimiento infringido a todos.
¿Qué consigue la paz?
Los que afirmaban su superioridad sobre los otros, considerándolos inferiores u hostiles, los reconozcan y acepten como iguales.
Confirman la especificidad de cada uno. Toman y reciben los unos de
los otros.
La paz entre ellos amplía sus fronteras personales, permitiendo,
dentro de esas fronteras, la diversidad y la peculiaridad respectiva así
como la acción conjunta.
La paz comienza en el alma individual.
Lo que anteriormente hemos desechado, reprimido y lamentado de
nosotros mismos, puede por fin ocupar un lugar en nuestro interior junto a todo lo que valorábamos hasta entonces. Se reconoce su
importancia y su contribución a nuestro crecimiento.
Esto exige que nos despidamos del ideal de la inocencia que, ni
fomenta ni exige el crecimiento, prefiere sufrir en vez de actuar y
pretende que sigamos siendo niños en vez de crecer.
La paz continua en la familia.
Muchas familias desean permanecer inocentes. Por ejemplo, dan gran
importancia a su reputación, e incluso esconden, niegan y manipulan
lo que creen que podría destruir su ideal de inocencia
De este modo, para proteger su imagen de inocencia, se transforman en culpables. Excluyen a miembros de la familia, se avergüenzan de
ellos, eliminan el recuerdo de ellos, porque sus destinos graves les da
miedo y recordarles es doloroso. De este modo la familia se atrofia y
se aísla.
La paz en la familia no es ni sencillo ni cómodo. El que ama la paz y
la sirve, mira de frente la carga, la culpa y el dolor, da a todos los
miembros de la familia un sitio en su alma, aunque sean diferentes a como los demás desearían o creían que eran. Se enfrenta al reto y a
la controversia que conlleva reconocer a los otros como iguales y
amarles.
¿Cómo podemos fomentar la paz, más allá de la familia, en
otros ámbitos más amplios?
Primero, posiblemente sólo en un círculo pequeño, como el de los
vecinos o el trabajo y después también allí donde tengamos una
mayor responsabilidad, como en organizaciones o en la política.
Allí sólo podemos ayudar a la paz respetando la dignidad y las cualidades específicas de todos; lo que son y lo que han aportado al
conjunto. Esto exige también que nos fijemos en los culpables y los
respetemos, sin liberarlos, ni de la responsabilidad de sus actos, ni de
las consecuencias de su culpa, porque esto pertenece a su dignidad.
La paz no evita los conflictos.
Gracias a los conflictos la gente muestra lo que es importante para
ellos y lo que sienten como amenaza. En el conflicto expresan y defienden sus intereses, hasta el momento en que tienen que admitir
hasta donde y hasta qué punto el interés de los demás actúa como
un límite para sus propios intereses. Sólo entonces es posible un
equilibrio y un intercambio entre ellos. Esto permite que cada uno madure y se enriquezca a través de las peculiaridades de los demás.
De este modo el conflicto es un requisito para la paz y la prepara.
La paz nunca se alcanza del todo.
La paz eterna, con la que muchos sueñan, podría compararse a una
parálisis. Sin embargo la paz concluye algo: aquello que
anteriormente agotó las fuerzas en el conflicto puede ahora retirarse,
apaciguado. Debemos permitir que el conflicto se retire sino renacerá, incluso después de resolverse. Y ¿Qué es lo que hace que
resurja un conflicto? ¡El recuerdo del mismo ! Por lo tanto, debemos
permitir que lo que está en el pasado esté en el pasado.
Los grupos son la mayor amenaza para la paz.
En ellos dejamos de mirarnos de individuo a individuo y nos
percibimos primero como miembro de nuestro grupo, percibimos a la
otra persona como miembro de su grupo, nos volvemos ciegos a los
individuos. Como parte de un grupo, nos enajenamos fácilmente, nos
volvemos como inconscientes y nos disolvemos en la colectividad.
La pregunta ahora es:¿Cómo podemos fomentar la paz entre
grupos?
Pues, frente a las fuerzas colectivas, los individuos son grandemente impotentes, incluso cuando conservan su capacidad de reflexión.
¿Qué posibilidad les queda entonces? Deben esperar el momento
justo, en el que las fuerzas destructivas se han agotado a si mismas.
Hasta entonces pueden preparar el camino de la paz, en ámbitos
reducidos, más íntimos. Esto exige de ellos el gran esfuerzo de soportar el conflicto, incluso de aceptarlo y estar de acuerdo como
algo inevitable.
En un nuevo libro "la paz empieza en las almas", aporto ejemplos de
los dos últimos años, ejemplos de cómo preparar la paz en las almas.
Se trata de una parte de la paz entre los pueblos: por ejemplo entre griegos y alemanes con respecto a la segunda guerra mundial, la paz
entre armenios y turcos después de la persecución, la paz entre Rusia
y Alemania, entre Japón y los USA, entre Israel y sus vecinos.
El libro habla también sobre la reconciliación entre religiones, como
los cristianos y el Islam, sobre la reconciliación entre conquistadores
y conquistados, la reconciliación de la guerra civil en Colombia y de la
reconciliación entre amos y esclavos en Brasil y los USA.
Con frecuencia esos conflictos tienen su origen en un pasado remoto y siguen actuando en el alma de los descendientes. Con la ayuda de
las constelaciones familiares pueden enfrentarse, a través de los
representantes, se consigue poner frente a frente las personas
originariamente implicadas. Entonces, quizá por primera vez, se miran a los ojos, ven a cada uno como un ser humano, igual que el,
con los mismos derechos, la misma dignidad. Consiguen ver lo que
han hecho a los demás, lo que lo demás han sufrido por ellos, y
empiezan a llorar a los muertos juntos, por todo lo que se perdió, se
reconcilian y encuentran paz.
Sólo entonces sus descendientes son libres para elegir la reconciliación, para honrar a los muertos, y en memoria de ellos
procuran reparar la injusticia pasada, tan lejos como sea posible.
Entonces, por fin, pueden dejar el pasado atrás y actuar de modo
constructivo en el presente.
En las constelaciones familiares el trabajo de reconciliación empieza en el alma individual y en la familia. Cuando se logra ahí la
reconciliación, ésta se extiende a grupos más amplios. Por lo tanto
permanecemos modestos en las constelaciones familiares,
conscientes de nuestras limitaciones.
La paz profunda y duradera se escapa de nuestras intenciones y
permanece más allá de ellas. Allí donde llega sabemos que fue un
regalo.
Publicado en Praxis der Systemaufstellung 1/2003 pp25-26
Extracto del libro "Der Friede beginnt in den Seelen", Familien-Stellen
im Dienst der Versöhnung. ISBN 3-89670-239-4, Carl-Auer-Verlag.
Traducido por Brigitte Champetier de Ribes
Temas tratados
Constelación familiar y conciencia El derecho de pertenencia
El orden de precedencia
La conciencia colectiva
La conciencia personal
La constelación familiar
Conciencia y alma
La conciencia personal
La conciencia colectiva
El alcance de la conciencia colectiva
La pertenencia colectiva
La compensación colectiva
El orden colectivo
Conciencia y enfermedad
La intención negativa
El aferramiento de los muertos a los vivos
La solución
La esencia del alma
Los movimientos del alma
Las líneas que siguen resumen los últimos conocimientos sobre el desarrollo de la conciencia, tanto la conciencia colectiva inconsciente como la conciencia personal. Describen, más allá de eso, la forma en que a través de la constelación familiar se pueden superar los límites de dicha conciencia, cuando ella nos conduce a conflictos. Porque en la constelación familiar se muestra cómo, si se consigue traspasar estos límites, salen a la luz los movimientos profundos que nos capacitan para reconciliar a un nivel más alto lo que anteriormente se oponía.
Constelación familiar y conciencia
Para entender la constelación familiar, y comprender su trasfondo, es importante tratar
con lo que actúa en una familia o grupo como su alma común, como su alma de familia
o grupo.
Intentaré trazar un boceto de las funciones que tenía el alma de grupo originariamente y
que, por supuesto, tiene todavía, y diré algo sobre los órdenes que resalta esta alma en el
Historia de la mala conciencia, el Bien y el
Mal
Der Austausch, Bert HELLINGER, 2002
grupo. Planteo este boceto sin verificar si ello corresponde realmente al desarrollo
histórico, pues mi objetivo no es reunir pruebas históricas, sino permitir a través de él la
acción en el presente. Se trata de elevar a la conciencia impulsos incomprensibles hasta
ahora, a menudo de naturaleza trágica, y desde allí encontrar caminos que nos ayuden a
resolver o prevenir tales intrincaciones trágicas.
El grupo originario era una horda de unos veinte a treinta miembros, cuyos integrantes
dependían los unos de los otros a vida y muerte. Nadie podía abandonar la horda sin
perderse. Era también inimaginable que se excluyera a un miembro, salvo, quizá, si
había matado a otro. Encontramos un eco de eso en la Biblia, en el relato de Caín y
Abel.
El derecho de pertenencia
En ese grupo regían dos órdenes fundamentales. En primer lugar, cada miembro tenía el
mismo derecho de pertenencia, y era impensable que alguien negara a otro ese derecho.
Pero, a la vez, cada miembro sabía que el bien del grupo tenía prioridad sobre las
necesidades personales. De ahí que, en una horda nómada, los viejos y enfermos que se
quedaran atrás en cuanto se convertían en una carga para el grupo. Estaban dispuestos a
morir y nadie se interponía en este camino por motivos como pudieran ser, por ejemplo,
el cariño personal.
Que esto rige todavía hoy entre ciertos grupos se muestra en un acontecimiento que me
contó un médico. Estaba en un hospital de Tanzania. Un día, unos hombres de la tribu
masai trajeron en unas angarillas a un hombre joven herido en una pierna. Cuando el
director del hospital lo visitó se dio cuenta de que la gangrena había avanzado
demasiado, que ya no se podría salvar la pierna. Hizo venir a los hombres y les explicó
que había que amputar la pierna del joven, ya que en caso contrario moriría. Los
hombres dijeron que primero tenían que hablarlo entre ellos. Volvieron al cabo de una
hora y le informaron: “hemos decidido que muera”.
Por el mismo motivo aquellas hordas abandonaban a los niños débiles o minusválidos.
También en este caso, la supervivencia del grupo tenía prioridad sobre la compasión
personal. ¿Eran crueles esas hordas? Conocían sus límites y los aceptaban. De modo
que el derecho de pertenencia encontraba sus límites en el bien común. Es decir, que
todo servía a la supervivencia y continuidad del grupo como conjunto.
El orden de precedencia
El segundo orden, en esos grupos, aseguraba la precedencia de los miembros anteriores
o mayores sobre los posteriores o más jóvenes. Gracias a eso, cada cual tenía su lugar,
del que se movía por sí mismo, en el curso del tiempo, de un lugar bajo a otro más
elevado. De ahí que en ese grupo tampoco hubiera conflictos con respecto al rango.
La conciencia colectiva
Estos órdenes, del derecho a la igualdad por la pertenencia y de la jerarquía según el
tiempo de pertenencia no surgían, sin embargo, de reflexiones racionales. Habían sido
fijados por una conciencia colectiva, de modo que cualquier quebrantamiento de este
orden llevaba a un malestar con sentimiento de culpa, que hacía retornar al individuo al
reconocimiento de dichos órdenes. Llamo colectiva a esta conciencia, en contraposición
a la conciencia personal, de la que hablaré más adelante. Dicha conciencia colectiva, a
la que también se podría llamar conciencia de grupo o conciencia familiar, es
inconsciente en la actualidad. Dentro del grupo arcaico u horda, sin embargo, tienen que
haber sido consciente, por lo menos en la medida en que llevaba a sus miembros a
sentimientos de culpa, y cuando la culpa era reconocida y reparada, también a
sentimientos de inocencia.
La conciencia personal
Al mismo tiempo, en el encuentro con otros grupos, también se producía
necesariamente la diferenciación de “nosotros y los otros”, de “perteneciente y no
perteneciente”; y con ello, además, de “bueno y mejor” y de “menos bueno o mal”. Más
tarde, esta diferenciación se trasladó a las relaciones de los individuos dentro del grupo,
en el sentido de “yo soy mejor que tú”, “yo tengo más derecho a pertenecer que tú”, y
con ello a la diferenciación entre bueno y malo, también en el sentido moral. Ante ese
telón de fondo se desarrolló la conciencia personal, que percibimos como buena o mala
conciencia, unida al sentimiento de inocencia o culpa personal. Esta conciencia también
delimita ahora a los miembros del grupo y conduce al desarrollo de la conciencia
individual. También, a la oposición de persona y comunidad, y de libertad o
autodeterminación, frente a las normas y exigencias del grupo.
En el curso de este desarrollo, las normas y órdenes de la conciencia colectiva se
reprimieron al inconsciente, de modo que ya no se podían hacer vigentes de forma
inmediata, como buena o mala conciencia. Así como el individuo se ha puesto en gran
medida en el lugar del grupo, también la conciencia personal ocupa ampliamente el
lugar de la conciencia colectiva. Esto llegó al punto de que la voz de la conciencia
personal se entendió como la voz de Dios en el individuo, la cual le daba el derecho de
decidir también contra el grupo. Con eso se había llevado al extremo la separación del
grupo y de su correspondiente conciencia colectiva. Pero con eso no se ha superado la
conciencia colectiva; es más, ni siquiera sería normal superarla, puesto que sigue y ha
de seguir siendo el fundamento de la convivencia humana. Por alto y lejos que un árbol
lleve su tronco y sus ramas, sin las raíces se hunde. Pero eso no significa que haya que
cuestionar lo alcanzado a través de la conciencia personal. Sólo hay que volver a ser
consciente de sus raíces y volver a dejarse llevar, nutrir y limitar por ellas.
La constelación familiar
¿Qué significa todo esto para la constelación familiar? En la constelación familiar se
ponen al descubierto y se hacen visibles como tales los diferentes modos de actuar de la
conciencia colectiva y de la personal. Esto significa, en el primer caso, que se
evidencian las consecuencias amenazadoras y peligrosas resultantes de reprimir y negar
los órdenes de la conciencia colectiva. Entre estas consecuencias se cuentan desde el
fracaso, a pesar de la mejor intención, hasta enfermedades mortales, accidentes graves,
criminalidad y suicidio. Estas consecuencias remiten a los órdenes previamente pasados
por alto o lesionados.
De ahí resulta también el conocimiento de cómo podemos evitarlas en el futuro. Se
muestra en ello que la conciencia personal maneja a su modo las cuestiones conectoras
de la conciencia colectiva, pero sin llevar al éxito, pues deja de lado el segundo orden de
la conciencia colectiva; a saber: el rango según el tiempo. Tras las frases, por ejemplo,
“te sigo” y “lo acepto por ti”, y detrás de la idea de poder sacrificarse por otros, actúa
ese eje de la conciencia colectiva, según el cual el conjunto tiene prioridad sobre las
necesidades personales del individuo. Pero el individuo que actúa por el impulso de
estas frases y de esta idea contraviene el orden de prelación de los mayores y anteriores
sobre los posteriores y más jóvenes, y la conciencia colectiva hace por tanto que fracase
en todos sus esfuerzos. Es decir, que la constelación familiar permite apreciar el telón de
fondo de los destinos trágicos y consigue su cambio a mejor para todos. Vuelve a dar
vigencia a los órdenes de la conciencia colectiva, pero sin renunciar a los logros de la
conciencia personal.
Por el contrario, une ambas en un nivel superior que permite al individuo integrarse,
más allá de los límites estrechos de su grupo, en un conjunto mayor que elimina las
diferencias entre personas y grupos singulares, ya que pueden superar lo que separa sin
sacrificar lo que les es propio. En este sentido, la constelación familiar sirve, sobre todo,
para la reconciliación.
Todo esto también significa que sólo puede ofrecer la constelación familiar aquel que ha
comprendido, interiorizado y reconocido las leyes de la conciencia personal y colectiva
y que, al mismo tiempo, las concilia entre sí a un nivel superior. De este modo se
cumple la cuestión básica de la conciencia colectiva, aunque ciertamente mucho más
allá de los límites imaginarios. Mantener unido, al servicio de algo Más Grande, lo que
debe estar junto, y que ese algo Más Grande permita al individuo crecer más allá de sí
mismo, y le otorgue su mayor posibilidad de realización personal.
Conciencia y alma
A veces nos sentimos impulsados a hacer algo que no sabemos para qué sirve. Y, no
obstante, el impulso es tan fuerte que no podemos resistirlo. Si cedemos a ese impulso,
resulta que con frecuencia advertimos luego que sólo así se podía alcanzar algo
importante o evitar algo grave.
Hemos seguido un movimiento el alma que nos ha conducido, protegido y guiado
sabiamente. Es decir, que el alma sabe más que nuestro yo. Ve el futuro que nos
aguarda, asume la dirección en momentos decisivos y, de este modo, se manifiesta
superior y antepuesta a nuestra planificación, determinada siempre por deseos y
reflexiones.
¿Cómo se muestra el alma? Para percibir su movimiento hemos de aprender a
distinguirlo de los impulsos de nuestra conciencia, tanto de los de la conciencia
personal. Que es lo que sentimos, como de aquellos de la conciencia colectiva
inconsciente, que sólo distinguimos por sus efectos.
La conciencia personal
Lo que vivimos como nuestra conciencia personal tiene una función múltiple. Sirve para
el enlace con la familia y los demás grupos importantes para nosotros, pero sirve
también para el equilibrio y el orden, dentro de esa familia y de las demás relaciones
significativas. A fin de alcanzar esos objetivos, esta conciencia nos guía mediante
sentimientos de desagrado y placer. Percibimos el desagrado como culpa y el placer
como inocencia. Pero para cada uno de los ámbitos descritos, la culpa y la inocencia se
perciben de modo diferente.
En el caso de la conexión grupal, la culpa se vive como miedo a la pérdida de la
pertenencia, y la inocencia como alegría de estar seguro de esa pertenencia y de formar
parte de ella. La conciencia percibe instintivamente todo peligro en nuestras relaciones e
intenta mantener o restablecer el orden, a través de una presión que se corresponde con
la magnitud del hecho.
Bueno en el sentido de la conciencia personal es, por lo tanto, todo lo que sirve a las
relaciones, y malo es lo que pone en peligro o anula esas relaciones. Todos los honores
y alabanzas que un grupo ofrece a uno de sus miembros no son, en el fondo, más que
aseveraciones de pertenencia. Todos los méritos que alguien adquiere en un grupo son
como un capital cuyos beneficios consisten en el derecho especial a la pertenencia.
La culpa al servicio de la compensación o del equilibrio se siente como obligación, si
hemos recibido algo de los demás sin haberles devuelto algo equivalente. La inocencia
se vive en este caso como liberación, si hemos devuelto al otro algo equivalente, y como
exigencia si hemos dado más de lo que hemos tomado.
En relación con la necesidad de pertenencia, la necesidad de equilibrio provoca un
intercambio incrementado. Para quien la pertenencia a otro es una necesidad, él está
dando algo mejor que lo que obtiene. Por ello obliga al otro a devolverle también algo
mejor. De ese modo aumenta entre ellos el intercambio de dar y tomar, y al mismo
tiempo se profundiza el vínculo entre ambos.
Esta necesidad de compensación actúa en lo bueno tanto como en lo malo. Si alguien
nos ha hecho un mal, nos sentimos con derecho a hacerle también algo mal. Pero al
sentirnos con derecho, puede ser que le hagamos al otro un mal mayor que el recibido, y
entonces él también se sentirá con derecho a hacernos otro mal aún peor. De ese modo
se incrementa el intercambio en lo malo y ello, finalmente, pone en peligro el vínculo o
incluso lo elimina.
Hay que agregar que la conciencia vela por el mantenimiento de las reglas del juego y
del orden legal, entre los miembros de un grupo, también en este caso con sentimientos
de inocencia y culpa. La inocencia se vive, en esta circunstancia, como escrupulosidad y
la culpa como miedo al castigo.
Las tres necesidades de vinculación, equilibrio y orden sólo sirven a nuestras relaciones
si actúan en conjunto, y ninguna se impone a costa de las demás. Es decir que el vínculo
no domina sobre el equilibrio y el orden; la necesidad de equilibrio no se impone a costa
de necesidades de vinculación y orden; y la demanda de orden también tiene presente la
necesidad de vinculación y equilibrio. Por tanto, quien sigue demasiado una necesidad
se pone en contradicción con otra. Demasiada inocencia por un lado lleva a culpa en
otro. Por ello no existe la inocencia pura.
Pero la conciencia personal sólo sirve a las relaciones dentro de un grupo limitado,
sobre todo a las relaciones dentro de la familia. Para asegurar las relaciones dentro de
ese grupo, lo delimita frente a otros grupos. Es decir, que sólo desarrolla su efecto de
enlace dentro de ese grupo. Entre los distintos grupos tiene efecto separador. Las
guerras muestran qué terribles consecuencias tiene cuando se toma como directriz, más
allá de ese estrecho ámbito. Casi todas se desarrollan, con buena conciencia, al servicio
del propio grupo. La conciencia personal, por tanto, no es sólo buena sino que también
es mala en ocasiones, y quien la sigue no sólo es bueno sino muchas veces también
malo. Porque esta conciencia no solo es sabia, sino también ciega.
La conciencia colectiva
Aparte de la conciencia personal (aquélla de la que somos conscientes), también actúa
en cada uno una conciencia inconsciente, que se vale de nosotros con muchísima mayor
fuerza que la consciente. A diferencia de ésta, a la que percibimos, sólo deducimos la
conciencia inconsciente de los efectos que manifiesta en un grupo, a lo largo de varias
generaciones. Lo primero que llama la atención es que esta conciencia es colectiva. Es
decir, que actúa a la vez en todos los miembros de un grupo y de tal manera como si ese
grupo fuera una persona ampliada. O sea, que si con la conciencia personas entramos
conscientemente en relación con otras personas y las vivimos como interlocutores, la
conciencia colectiva nos conduce conjuntamente, con los oros miembros del grupo, de
tal manera que no podemos distinguir entre nosotros y ellos. En este caso se cancelan
las diferencias conscientes.
Este conciencia vela también por la pertenencia, el equilibrio y el orden, pero de un
modo totalmente distinto a como lo hace la conciencia personal. En este último caso se
trata de las necesidades de pertenencia, equilibrio y orden del individuo. Pero en el caso
de la conciencia colectiva es al revés. El sistema tiene la necesidad de asegurar la
pertenencia de todos sus miembros y de cuidar del equilibrio y desorden dentro de tal
sistema. Eso significa que el sistema toma a su servicio a sus miembros, incluso en
contra de sus necesidades personales (de pertenencia, equilibrio y orden), siempre que
sea a favor de su necesidad colectiva (de pertenencia, equilibrio y orden). De ahí que
esta conciencia sólo sea justa desde el punto de vista del colectivo, pero a menudo
injusta para alguno o varios de sus miembros individuales. Comparada con la
conciencia personal, la conciencia colectiva es arcaica, y por ello, posee una fuerza
incomparablemente mayor.
El alcance de la conciencia colectiva
En la medida en que podamos comprobar los efectos de la conciencia colectiva (quién
se encuentra poseído y dirigido por ella y quién permanece fuera de su influencia),
podremos determinar con relativa exactitud sus límites hacia fuera. En síntesis, puede
decirse que esta conciencia relaciona a los siguientes miembros de un sistema:
Los hermanos
Los padres y sus hermanos
Los abuelos
Alguno o alguna de los bisabuelos
Fuera del parentesco de sangre, todos aquellos por cuya muerte o pérdida
obtuvieron una ventaja otros integrantes del sistema; por ejemplo,
parejas anteriores de padres o abuelos, o aquellos cuya muerte o
desgracia ha constituido un porte a las posesiones del sistema.
Además de esto, ha salido a relucir recientemente que todas las víctimas de un miembro
de la familia pertenecen al sistema (por ejemplo, los que fueron muertos por uno de sus
integrantes). A la inversa, los criminales pertenecen además al sistema de sus víctimas.
Esto se manifiesta cuando, en las familias de las víctimas, muchas veces uno de sus
miembros ha de representar a los criminales, y en las familias de los criminales a veces
uno de sus miembros representa a las víctimas.
Fuera de la influencia y el ámbito de esta conciencia quedan, por lo tanto, tíos y tías
políticos, primos y primas.
La pertenencia colectiva
La pertenencia colectiva mantiene unido un sistema. Porque vela para que no se pierda
ninguno de sus miembros. Vela, por tanto, para que sus integrantes estén al completo, y
por ello trata a todos en forma equivalente. A diferencia de la conciencia personal, no
permite la diferenciación de bien (en el sentido de mayor derecho de pertenencia) ni de
mal (en el sentido de menor derecho de pertenencia), y por supuesto no puede ni
plantear la pérdida de pertenencia. La exclusión de un miembro es una culpa colecita
por la que se le piden cuentas al sistema, en cuanto sistema, independientemente de la
culpa o inocencia personal de sus miembros singulares.
Eso significa que toda exclusión de un miembro conduce a que esta conciencia busque
dentro del sistema a un sustituto del miembro excluido, de modo que otro ha de
representar a éste sin ser consciente de ello.
La representación inconsciente de miembros excluidos lleva a que sus representantes
repitan los destinos de aquellos y traten de imponer sus exigencias. Eso conduce al
fenómeno del doble desplazamiento. En primer lugar, al desplazamiento en el sujeto,
que se produce cuando uno asume como propia una exigencia ajena. En segundo lugar,
al desplazamiento en el objeto. Es decir que estas exigencias se dirigen a otra persona
que a quien estaban dirigidas originariamente; o sea: a una persona que no tiene nada
que ver con ello y que, por lo tanto, tampoco puede satisfacer dichas exigencias. El
hecho de que esta representación inconsciente meramente repite los destinos de los
excluidos, sin llevar a su reincorporación ni a la satisfacción de sus exigencias,
demuestra que la conciencia colectiva es ciega.
Un miembro del sistema queda excluido por:
Olvido; muchas veces se niega la pertenencia por olvido, por ejemplo, a hijos
muertos tempranamente o nacidos muertos o entregados.
Represión, como cuando el destino de un excluido da miedo a los demás.
Negación del reconocimiento de las prestaciones de los excluidos en beneficio
del sistema; por ejemplo, cuando no se valoriza a antiguas parejas.
Condena moral.
Con todo esto se hace evidente que la conciencia colectiva no se atiene a las reglas de la
conciencia personal. De ahí que alguien pueda infringir sin conflictividad la conciencia
colectiva, y sentirse bien pese a ello y sentir que tiene razón. No obstante, esto no le
permite huir de las sanciones de la conciencia colectiva. La contradicción entre ambas
conciencias lleva a que alguien realice, sin que le parezca malo, precisamente lo que
traerá desgracia, fracaso y hundimiento, para él y sus descendientes. Por tanto, lo que es
inocencia según la conciencia personal, a menudo es culpa frente a la conciencia
colectiva, y lo mismo sucede a la inversa.
Si observamos esta oposición entre la conciencia personal y la colectiva, a la luz de las
tragedias griegas, vemos que el héroe representa la conciencia personal y los dioses la
colectiva.
La compensación colectiva
También la necesidad de compensación se muestra de otro modo en la conciencia
colectiva. En su caso no se manifiesta, como en la conciencia consciente, por el
equilibrio entre dos personas sino por el equilibrio dentro del sistema.
La conciencia colectiva no tolera que dentro del sistema alguien reclame una ventaja
sobre los demás miembros sin que otro lo compense más tarde con una pérdida.
La exclusión de uno se compensa con que otro repita su destino, y si un miembro no
lleva por sí mismo las consecuencias de su conducta, bajo la presión de la conciencia
colectiva, otro asumirá más tarde esta culpa y sus consecuencias, y lo hará sin ser
consciente de ellos.
Este proceso lo describe el profeta Jeremías con la frase: “Los padres comieron uvas
agraces y los hijos padecieron la dentera” (Jer. 31.29). Y en Éxodo se dice de Dios:
“Soy un Dios celoso que castigo la maldad de los padres en los hijos hasta la tercera y
cuarta generación de aquellos que me aborrecen” (Ex. 20.5).
El orden colectivo
No obstante, los miembros del sistema también son hechos responsables personalmente
por la conciencia colectiva si infringen el orden cuya observación exige. Con respecto a
la pertenencia, todos tienen el mismo derecho para la conciencia colectiva, pero con
respecto al equilibrio y la jerarquía no. Ya que, si bien la conciencia colectiva no
distingue entre lo bueno y lo malo en cuanto a la pertenencia, sí distingue entre ambos
extremos por lo que respecta al orden.
El orden que impone poderosamente esta conciencia de a los miembros anteriores del
sistema una preferencia sobre los que han entrado más tarde en él. Por ello, los padres
tienen prioridad sobre los hijos, los abuelos sobre los padres y los nietos, los bisabuelos
sobre los abuelos, padres y bisnietos, las antiguas parejas de padres y abuelos sobre las
parejas posteriores y los primogénitos sobre los segundones, para mencionar sólo los
ejemplos más importantes.
Esto significa que los miembros anteriores son prioritarios a los posteriores en rango.
Los anteriores son mayores, los posteriores menores. Los anteriores son más
importantes, los posteriores menos. Por eso también se sacrifica sin escrúpulos a los
posteriores por los anteriores: por ejemplo, cuando posteriores han de representar a
anteriores excluidos, sin consideración a su propio bienestar ni a sus propios deseos o
exigencias, o cuando los posteriores han de expiar la culpa de los anteriores, a pesar de
ser personalmente inocentes. Es decir que se carga a los posteriores con la
responsabilidad familiar, y por eso son sacrificados sin escrúpulos por el bien de los
anteriores, como demuestra en su expresión más cruel el ritual del sacrificio infantil.
Este orden de la preferencia de los anteriores sobre los posteriores exige, al mismo
tiempo, que éstos no se mezclen en los asuntos de aquellos. Lo cual significa, sobre
todo, que no se comporten como si fueran mayores o más eficaces o más importantes
que los anteriores, o como si debieran o pudieran asumir por los anteriores algo que ha
de seguir bajo la responsabilidad de ésos. Por eso, los hijos no pueden comportarse
frente a sus padres como si ellos fueran grandes y los padres pequeños; por ejemplo, si
intentasen representar ante los padres a una pareja adulta. Los posteriores tampoco
pueden ni están autorizados a asumir por los anteriores su destino o culpa, ni las
consecuencias de esa culpa. Todo intento en esta dirección fracasa.
Aunque la conciencia colectiva hace uso de los miembros posteriores para una
reparación interna del sistema, impide al mismo tiempo el éxito de este intento y lo
castiga con el fracaso. Porque con él los posteriores infringen el orden colectivo, que les
prohíbe estos intentos por ser una intromisión en los asuntos de los anteriores. La
conciencia colectiva, por tanto, obliga a los posteriores a algo que les exige. Es decir,
que no sólo existe la contradicción entre la conciencia personal y colecita, que nos hace
devenir culpables ineludiblemente. También dentro e la conciencia colectiva vivimos
contradicciones de este tipo, de modo ineludible. Ahí es donde encontramos los
modelos básicos de todos los vínculos dobles.
Conciencia y enfermedad
Después de esta preparación podemos entender mejor de qué diferentes maneras los
conflictos entre la conciencia personal y colectiva pueden conducir también a
enfermedades o a accidentes graves, e incluso al suicidio. De ello resulta cuán
importante es buscar vías para evitar los efectos mórbidos y destructivos de estas
conciencias.
Con respecto a la conciencia personal, se evidencia en la psicoterapia que la vinculación
de los hijos a sus padres y su familia a menudo es tan fuerte que están dispuestos
gustosamente a sacrificar su salud, su felicidad e incluso su vida, si eso les une con los
miembros de su familia, incluso cuando estos hayan muerto, o que por idéntico motivo
eligen con placer el mismo destino pesado que otros han padecido antes que ellos. En
ambos casos, esta decisión y las consecuencias que de ella resultan van unidas para el
hijo a una profunda satisfacción y a una felicidad íntima. Es la felicidad de la inocencia
vivida y del derecho irrenunciable a la pertenencia. Todos esos efectos se ven
fomentados e incluso exigidos por la conciencia personal, lo cual los premia y los
cobija. Tal comportamiento presupone una confianza ciega en esta conciencia, incluso
contra la propia convicción y contra la razón.
Las frases que el individuo dice entonces internamente a otro miembro de la familia
rezan, por ejemplo: “te sigo” o “quiero compartir tu destino” o “lo haré todo por
ayudarte”.
Unida a esta necesidad ciega de pertenencia actúa también la necesidad de
compensación. Pues también ésta actúa instintiva y, por lo tanto, ciegamente. Eso lleva
a la idea de que se puede librar a un miembro amado de la familia de sus padecimientos
mediante la desgracia y el padecimiento propio. Entonces, alguien seducido ciegamente
por su conciencia dice internamente frases como: “más vale yo que tú” o “yo muero
para tú vivas” o “yo llevaré tu carga”.
Algo parecido vale también, en relación con la necesidad de pertenencia y
compensación, para el principio de orden. Conduce a que, mediante la observación
exacta de leyes y la obediencia ciega frente a mandamientos acaso obsoletos desde hace
tiempo, se pretende asegurar la pertenencia para siempre y la salvación para sí y para
otros. Encontramos esta postura en muchos fundamentalistas, cualquiera que sea el
ámbito.
Acaso sea útil señalar aquí que nuestra conciencia personal no sólo determina nuestra
relación con los vivos, sino también con los muertos. Pero en este caso el movimiento
parte de los vivos, no al revés. Este movimiento es, por eso, unilateral y ciego frente a
los muertos. No se los consulta, cuando queremos hacer algo por ellos, y no se los
respeta como interlocutor.
En el caso de la conciencia colectiva es al revés. Ahí, el movimiento parte de los
muertos e involucra a los vivos con los muertos en sus asuntos y cuestiones no
resueltas.
Para la psicoterapia, el modo de actuar de la conciencia colectiva explica cómo se llega
a intrincaciones en los destinos de otros miembros de la familia, con todas sus
consecuencias de amplio alcance para la salud, y no sólo para la física, sino también
para la anímica. Si alguien está intrincado con dos miembros de la familia que tuvieron
un conflicto entre sí, por ejemplo con un criminal y su víctima, ello lleva a la
esquizofrenia.
La intención negativa
Pero aún quiero llamar la atención sobre otras influencias morbosas que están fuera de
los ámbitos mencionados hasta ahora. Existe también una influencia inmediata del
exterior, de persona a persona o de alma a alma, que enferma. Del modo más evidente
lo he visto hasta ahora con la neurodermatitis. Aquí actúa una intención negativa que, en
lugar de a un culpable, afecta a un inocente; es decir, por regla general, a un niño en
lugar de a un adulto. Lo observé por primera vez en el caso de parejas separadas.
Cuando una pareja anterior está enfadada con el miembro de la pareja que se ha
separado de ella, a veces un hijo de la relación posterior padece neurodermatitis. El
camino hacia la curación se plantea entonces a través de la reconciliación con esta
pareja; por ejemplo, honrándola y rogándole ser amable con el hijo, de modo que su
intención negativa se vea anulada por su bendición.
Lo mismo vale para otros contextos comparables; por ejemplo, cuando un muerto
todavía está enfadado con un vivo. Recuerdo aquí la constelación de una mujer en cuya
familia algunos miembros habían sufrido a lo largo de tres generaciones de una
enfermedad intestinal grave, de la que murieron. Salió a relucir que el abuelo había
tenido una relación con la mujer de su hermano, que luego perdió la vida durante una
revolución. El representante de ese muerto era inflexiblemente duro y airado con su
hermano, y con su hijo y su nieto. No se volvió conciliador y blando hasta que
hermano, y también el hijo y nieto de este, admitieron que se lo había tratado
injustamente y se inclinaron profundamente ante él. En ese momento se tendió en el
suelo y aceptó estar muerto.
El aferramiento de los muertos a los vivos
Últimamente se ha podido observar repetidamente en constelaciones que los muertos
atraen a veces hacia sí a los vivos. Éstos pueden enfermar mortalmente. En una familia,
por ejemplo, los tres hijos adultos tenían cáncer, y uno de ellos ya había muerto. La
abuela materna de esos hijos había muerto al nacer la madre. En la constelación salió a
relucir que quería atraer hacia sí, a la muerte, a esta hija y también a sus nietos. Pues no
era consciente de estar muerta. Esto aparece muchas veces en los casos en los que
alguien murió repentina e inesperadamente. Es como si estos muertos no pudieran
despedirse de su vida. Por eso hay que hacerles tomar conciencia de que están muertos y
de que, si atraen a los vivos, no sólo los atraen hacia ellos sino también hacia la muerte.
La solución
La pregunta, entonces, es: ¿cómo se puede ayudar en estos casos? ¿Existe una salida del
cautiverio de estas conciencias o permanecemos inermes en sus manos? Y ¿hay vías
para librar a alguien de la intención negativa de otras personas y del aferramiento de los
muertos?
En primer lugar hay que saber que ya el mero conocimiento sobre el modo de actuar de
estas conciencias tiene un efecto liberador. Anula la ceguera que previamente nos hacía
tantear a oscuras. Este conocimiento no se puede recibir de las conciencias mismas, sino
sólo de una fuerza que les está colocada delante y les es superior. Pero es no ha
engañarnos ni llevarnos a minusvalorar estas conciencias, o a creer que podemos o
estamos autorizados a sustraernos completamente a ellas. Porque son demasiado
poderosas y significativas. En este caso sólo puede tratarse de ampliar los límites que
nos ponen, y de satisfacer las necesidades y las leyes vitales que actúan en ellas, de tal
manera que hagan mayor justicia a sus cuestiones internas que si les seguimos ciega e
instintivamente. Se podría decir, por tanto, que también las conciencias esperan nuestro
desarrollo hacia algo Más Grande, que conserve y a la vez complete su función
originaria. Este desarrollo se hace posible a través del alma, más exactamente a través
de la Gran Alma. Lo mismo vale para lo que he dicho sobre la intención negativa y la
atracción de los muertos.
La esencia del alma
El alma (del latín animan: aire, aliento) es aquella fuerza que vivifica, mantiene unido y
dirige lo animal. Puesto que las condiciones para la vida presuponen un desarrollo
dirigido que la prepare y que cree las bases para su despliegue y su permanencia, es
obvio comprender también este desarrollo como movido por la misma fuerza. Es decir
que el alma es la fuerza que porta y dirige todo desarrollo. De ahí que la evolución, es
decir aquel proceso en el que, a partir de lo simple, surge a través de la diferenciación
algo cada vez más complejo, también esté animada.
Por lo tanto, forma parte de la esencia del alma su tendencia al progreso. De ahí que
también podamos entender la conciencia colectiva, evidentemente más vieja, y la
conciencia personal, más joven, como escalones en el desarrollo progresivo del alma.
Los movimientos del alma
En los últimos años, la constelación familiar ha deparado conocimientos nuevos y
sorprendentes que nos hacen comprender por primera vez la acción de la conciencia
personal y que nos permiten, sobre todo, una mirada a las leyes que sustentan la
conciencia colectiva. De ello resultan conocimientos sobre cómo podemos resolver
también conflictos procedentes de esa conciencia.
Pues en la constelación familiar resulta que los representantes de los miembros de la
familia, en cuanto son colocados en relación mutua, sienten como las personas reales
que representan, y lo hacen sin conocimientos previos sobre ellas. Eso llega tan lejos
que adoptan los síntomas de estos miembros y perciben los movimientos que empujan a
estos miembros en una dirección determinada. Esta percepción es posible incluso
cuando sólo se coloca a una sola persona. Es decir, que dicha percepción no sólo es
posible por la disposición espacial, sino que supone una relación inmediata entre el
alma del representante y la de la persona representada por él, una relación no sólo con
los vivos, sino también con los muertos. Eso también explicaría cómo se puede llegar al
efecto de una intención negativa o la atracción por un muerto.
¿Adónde conducen los movimientos del alma? En primer lugar prestan atención a que
se valore a toda persona, y no sólo a los miembros del sistema al que pertenecemos,
como lo exige la conciencia colectiva, sino también a todos los que están fuera de
nuestro sistema, incluidos los que consideramos amenaza o enemigos. La gran alma
reconcilia lo opuesto. Por ello, los movimientos del alma conducen más allá de los
límites de la conciencia colectiva.
En relación con eso, dichos movimientos anulan la distinción entre bien y mal (es decir,
lo que es la función propia de la conciencia colectiva), con lo que también anulan la
posibilidad de distinguir entre culpa e inocencia. Y, en cierta medida, anulan además la
distinción entre vivos y muertos.
Los movimientos del alma nos obligan a dejar atrás esta postura referida al yo y a la
persona, y a ver tanto lo bueno como lo mal acontecido en nuestra vida, así como el
destino de grupos y pueblos, como determinado y dirigido por fuerzas. Esta alma toma a
su servicio, usa y emplea para sus fines, incluidas las consecuencias que pueda tener
para ellos y otros, tanto a los que consideramos malos, criminales y culpables.
A veces tenemos, por ejemplo, la idea de que la muerte de una persona ha sido
provocada o causada por otras. Por ejemplo, en un accidente mortal de tráfico por un
conductor desconsiderado, en el caso de un enfermo por mala praxis del médico o en un
asesinato por el asesino. Todo eso es cierto desde el punto de vista de la conciencia
personal. El causante del accidente, el médico y el asesino se sienten culpables. Su alma
quiere resarcir en la medida de lo posible el mal causado e incluso quiere expiarlo como
corresponda. También los miembros supervivientes de la familia y los poderes públicos
quieren que lo criminales rindan cuentas y sean castigados, según la gravedad de su
responsabilidad.
Pero ¿lo quieren también los muertos? En la constelación familiar se pone al
descubierto que no consideran su muerte causada por hombres, sino que ella está en
manos de un poder superior, y ellos a su vez están en armonía y en paz con ese poder.
De esto resulta que entre los muertos no rigen las mismas leyes (en cuanto a bien y mal
y en cuanto a criminal y víctima) que entre los vivos; es decir, que han superado la
necesidad de justicia, tan importante para los vivos, y que nosotros, al persistir en ella,
trastornamos los movimientos del alma. Es decir que aprendemos en las constelaciones,
cuando hacemos representar a los muertos por vivos, en qué movimientos del alma han
de confiar los vivos, si quieren encontrar la armonía con lo que también para ellos
aparece como futuro.
Traducción de Mónica Kunz
Publicado también en El Intercambio, 2006, pp.227-249
Conferencia de prensa, Paris 2002
Pregunta: ¿No es agotador este trabajo?
Bert Hellinger: ¿Le parezco cansado? Hago este trabajo porque
todavía creo en él.
Pregunta: Muchas personas están esperando constelar. ¿Cómo las
selecciona?
Bert Hellinger: No es mi labor. Lo deciden los organizadores. Yo no
trabajo con las personas individuales, sino con su sistema. Trabajo
con el grupo entero. Siempre mantengo a los demás en mi mirada.
Los que están presentes en el grupo encuentran siempre
P.: Acaba de realizar una constelación sobre el exilio. ¿Alguien exiliado siempre debe volver a su país, reencontrar sus raíces?
Nuestro pueblo está constituido de personas de diferentes orígenes,
lo que representa un enriquecimiento. ¡No somos un pueblo fijo!
B.H.: Lo que se ha hecho en esta constelación sólo tiene sentido en
ese contexto. No se debe generalizar lo que se presenta en este
trabajo. No se deben excluir aspectos distintos que puedan existir y no es porque un aspecto es ocultado por lo que no se pueda admitir
otro aspecto particular. ¡Si hiciéramos una afirmación general a partir
de ese aspecto particular, ya dejaría de ser cierto!
P.: Cuentan que Vd. trabajó con los Zulúes. ¿Es real, o es una
leyenda?
B.H.: Es verdad, pero lo que se desarrolló entonces no tiene nada
que ver con este hecho. Todo lo que muestro proviene de la observación y, ¡desde hace veinticinco años, voy desarrollando esas
observaciones!
El trabajo entre los Zulúes fue enriquecedor y me he quedado con
algo de ello. Por ejemplo, el que no haya oído a ningún Zulú hablar
despectivamente de sus padres…
P.: En su trabajo, Vd. hace referencia al término de alma, eso es
molesto. Provoca mucha desconfianza hacia su enfoque. Es también el motivo por el cuál muchos periodistas hoy no estén presentes. ¿No
se podría hablar mejor de campo morfogenético?
B.H.: ¡Ya lo se! Si sólo nos manejáramos con lo científico, ¿cómo
sería nuestra vida? ¿Cuál es el porcentaje, la proporción de vida que
nos permite realizarnos científicamente? ¿Cuánto de lo que leemos en
la prensa es científico? Estas observaciones no son científicas pero sí
son rigurosas. Se las pueden verificar pero no con los instrumentos
de la ciencia. No se pueden hacer gráficas ni escalas. Los grandes descubrimientos científicos no fueron una conquista de las ciencias,
por ejemplo el de la relatividad, sino de las comprensiones de orden
fenomenológico y ¡sólo es a posteriori cuando se demuestra su
validez científica!
La ciencia se basa en fundamentos no científicos. Los efectos de estas constelaciones pueden ser verificados científicamente, y se han
verificado.
Esta otra ciencia no favorece el trabajo de las constelaciones, ¡Sólo se
puede evaluar después!
La ciencia tiene la pretensión de ser precisa y ¿cuál es lo contrario de
la claridad? La precisión.
En el trabajo de constelaciones, ¡tenemos claridad pero no siempre
precisión!
P.: ¿Lo que ocurre entonces en una constelación tendría que ver con
un estado de trance?
B.H.: Para inducir un trance tiene que haber una persona que ponga
el otro en trance. Si coloco a alguien que representa al abuelo, ¿quién puede inducir el trance? Para inducirlo, yo necesitaría saber algo
sobre este abuelo, esto va más allá del trance…
P.: Vd. habla de “Gran Alma”, ¿Qué definición le da?
B.H.: ¡El que defina la “Gran Alma” habrá recuperado las cenizas del
fuego!
P. Ha escrito treinta y cinco libros, ¿qué piensa de los que practican
en su nombre?
B.H.: ¡Treinta y tres exactamente!
El que lleva unas constelaciones familiares las puede utilizar para algo
distinto que yo…
Muchas de las personas que se refieren a mi hacen otra cosa…
Cada uno puede utilizar este método y hacer acopio de sus
experiencias. La comprensión que consiga dependerá de las
experiencias que haya realizado. Cuando alguien experimenta este
trabajo, algo sale a la luz. Si soy su referencia es que ya no confía en
lo que él mismo ve…
P.: ¿Cuál es el porvenir de las constelaciones familiares?
B.H.: No me interesa…Todo es efímero, incluso las constelaciones
cuando pase un cierto tiempo…
P.: ¿Ha tenido maestros en terapia?
B.H.: He visto la terapia familiar con algunas personas. Había gente
muy intuitiva pero las leyes eran desconocidas. Mis observaciones me
llevaron a una comprensión de las leyes, sobre todo en cuanto se refiere a los efectos de la conciencia. Esto me ha llevado a clarificar lo
que era una intrincación, lo que era el inconciente colectivo…
Sólo se puede hacer este trabajo de constelaciones familiares una vez
que uno ha conseguido distinguir esa noción de bien y de mal.
Sigue, y seguirá, evolucionando. Los nuevos elementos también
vienen de las numerosas personas que también realizan este trabajo.
P.: ¿Qué vínculo hay entre las constelaciones familiares y la
psicología?
B.H.: Este trabajo en constelaciones familiares es sólo un método,
detrás existe una actitud básica: una actitud fenomenológica, actitud
fundamental de observación y comprensión.
P.:¿Cómo sabe que se ha equivocado?
B.H.: Lo se por la reacción de los representantes, esto se manifiesta inmediatamente. Hay una agitación que crece entre los
representantes y en el grupo. Entonces, ¡interrumpo!
P.: Vd. ha sido psicoanalista. ¿Qué retiene del psicoanálisis?
B.H.: Del psicoanálisis, me quedé con “la atención flotante”, “la
transferencia y contra transferencia”, “la actitud fenomenológica”, “la
resistencia”… Aprendí mucho de su sistema conceptual.
Pero los psicoanalistas se mueven en un campo morfogenético en el
que los mismos patrones se repiten. Los psicoanalistas siempre
producen el mismo campo y los mismos efectos. Es necesario salir de este campo. Es difícil para un psicoanalista hacerlo pues corre el
riesgo de la excomunión, de la exclusión del campo por sus pares. El
que se atreve siente “mala conciencia”.
Estoy muy atento a que no se desarrolle un campo morfogenético
parecido alrededor de las constelaciones familiares, con los mismos
riesgos de exclusión…
P.: En psicoanálisis, los hechos no curan pero sí el expresar sus
sensaciones y emociones. ¿Podemos decir que ocurre lo mismo en las
constelaciones?
B.H.: La mayoría de las emociones expresadas en psicoterapia sirven
para mantener el problema. En las constelaciones familiares,
observamos que al llevar un representante un metro más lejos sus
sensaciones se modifican. ¿De qué dependen las emociones?
Constatamos que la emoción cambia inmediatamente al desplazar al representante, entonces ¿Cuál es la fiabilidad de las emociones del
cliente? Sus emociones son fluctuantes.
Existen cuatro tipos de emociones. Así, por ejemplo, la emoción
puede pertenecer a la madre que siente ira para con el padre. ¿Cuál
es el valor de esa emoción? Antes de constelar, el cliente no era consciente de ella. Las constelaciones familiares ponen a la luz que su
emoción pertenece al padre o a la madre. Otras muchas emociones
pertenecen a otras personas. Es necesario distinguir entre las
emociones que hay que tener en cuenta y las que no interesan, con
las que no se puede ni se debe trabajar.
Las constelaciones familiares no son algo mecánico. Si la persona consigue alejarse, se puede desidentificar de esa emoción, podrá
sentirse culpable, pero sí habrá visto… El fundamento de este trabajo
es una realidad que va asomándose y yo trabajo con esa realidad.
P.: En las situaciones que implican un culpable y una víctima, ¿puede
su trabajo explicarse también con la noción de “identificación al
agresor” evocada en el psicoanálisis?
B.H.: Cierto. ¿Pero cómo se sale de la identificación al agresor? La solución viene cuando ambos, víctima y perpetrador, respetan y
aman al otro como su igual.
P.: Las constelaciones familiares se están desarrollando en Alemania
y en Francia, ¿Hay diferencias de un país a otro?
B.H.: Las relaciones entre Alemania y Francia son buenas. Existe una
diferencia cultural entre los dos países pero no hay ninguna en las
constelaciones familiares. Todos los seres humanos tienen el mismo
valor y la misma bondad.
P.: ¿Cuales son las condiciones para ser constelador?
B.H.: No deseo nada sobre el tema. No es asunto mío. Si lo hiciera,
me pondría en una actitud de superioridad, ejercería un control.
Confío en la Gran Alma”.
De todos modos, es necesario, ante todo, mantenerse en una actitud
fenomenológica de base, confiar en esa humanidad oculta, estar en el respeto de los padres, de sus propios padres, de los antepasados,
también tener alguna experiencia de la vida…
P.: Muchos consteladores proponen seguir en contacto con sus
clientes después de una constelación, ¿Cuál es la importancia de este
apoyo?
B.H.: El terapeuta que hace eso se pone por encima de su cliente y,
de ese modo, obstaculiza el desarrollo de su alma…
P.: ¿Cómo reacciona Vd. a los ataques contra las constelaciones
familiares?
B.H.: Tengo un viejo amigo, muerto hace mucho, que dijo “la guerra es la madre de todo, sin conflictos no hay progresos”. Los ataques
sirven el trabajo de las constelaciones familiares. A su manera hacen
reflexionar, corrigen algo y, de algún modo, dan a conocer el trabajo
en constelaciones familiares. ¡Un buen artículo no consigue más del cinco por ciento del efecto de un artículo negativo! Por lo que observo
todo esto con mucha serenidad.
Todo desarrollo debe pasar por un proceso de purificación. Los
ataques contribuyen a ello.
Traducción de Brigitte Champetier de Ribes
Los movimientos del Alma
Bert Hellinger
El tema de mi conferencia de esta noche es “Los movimientos del alma”. ¿Qué significa eso exactamente? Hay que verlo en relación con el trabajo de Constelaciones Familiares. El trabajo con Constelaciones Familiares es el método más importante con el que yo intento ayudar a familias y a personas individuales. Para aquellos de vosotros que todavía no conocen tan bien este trabajo, lo explicaré brevemente. Cuando alguien tiene un problema, que quizás tenga que ver con su familia (por ejemplo si una persona ve que en su familia ha habido varios miembros que se volvieron psicóticos, a través de varias generaciones), se puede suponer que en la familia hubo algún suceso especial, por lo que se mira de encontrar soluciones para dar un giro positivos a estos destinos tan difíciles. Y para esto sirve el trabajo con Constelaciones. Por tanto, cuando un cliente viene a un grupo y relata el problema, con la ayuda de los demás participantes del grupo se configura su familia, bien sea su familia actual o la familia de la que proviene. Elige de entre los presentes a representantes, por ejemplo, para su padre, para su madre, para sus hermanos y también para sí mismo. Después configura estas personas, las va posicionando y relacionando en el espacio y, si lo hace de forma centrada, algo surge que a él mismo lo sorprende. Por ejemplo, ve de repente que todos miran en una misma dirección y con esto se puede deducir que todos están mirando a alguien que fue olvidado o excluido. Así, cuando uno pregunta, el cliente de repente se acuerda de que la madre de su madre murió en el parto. Donde algo así ocurre en una familia, los demás lo sienten como miedo. Por tanto, preferirían no mirarlo. Pero la Constelación muestra que todos están mirando allá, y el alma del individuo mira también hacia allá. Y así yo, como terapeuta, elijo a una representante para aquella mujer que murió en el parto y la pongo delante de los demás representantes. De repente los sentimientos de todos los implicados cambian. Quizá, antes estaban rígidos y ahora pueden moverse y se dan cuenta de la importancia que aquella mujer tiene para ellos. Quizá una hija de aquella familia se acerca a la abuela y la
abraza con un profundo amor y ahí se puede ver que esa hija, que nunca conoció a la abuela, está vinculada con ella mediante un profundo amor. Si uno luego investiga, la madre tal vez diga: “Si, esta hija ya varias veces dijo que quería morirse”. Es decir, esa hija quiere ir con la abuela muerta. De repente sale a la luz una conexión entre aquella abuela y la nieta. Eso es lo que yo llamo implicaciones sistémicas. Por tanto, a través del trabajo con Constelaciones Familiares muchas veces se muestra que alguien pretende imitar a otro miembro de la familia, es decir, que quiere tener el mismo destino que otra persona, sin que esa persona sepa nada de la otra. Y así de repente, a través del trabajo con Constelaciones, se revelan unas leyes, unos órdenes, según los cuales las personas se comportan, muchas veces en su propio detrimento, porque interiormente quisieran ayudar a otra persona, pero no pueden hacerlo. Si esa hija muriera, nada se solucionaría. La abuela no se encontrará mejor y todo el resto de la familia también estará peor. Por tanto, con la ayuda del trabajo con Constelaciones, haciendo pequeños cambios en la imagen, o sacando los movimientos profundos del alma o también las frases secretas del amor, uno puede liberar a otras personas de esas implicaciones. Es decir, volviendo sobre el ejemplo de antes, si aquella nieta va hacia su abuela, yo le pido que le mire a los ojos y le diga: “Querida abuela, me gustaría morir como tú, por amor hacia ti, para guardar tu memoria”. Así sale a la luz el profundo amor de esa nieta a su abuela. ¿Y cómo reacciona la abuela, entonces? Ella le dice: “Querida nieta, puedes venir conmigo más tarde, cuando ya te hayas hecho grande y vieja, entonces te esperaré. Pero ahora me alegro si sigues con vida. Te bendigo, si sigues con vida”. Así la nieta puede tomar aquello de la abuela y en vez de querer morir por amor a la abuela, ahora, por amor a la abuela, quiere vivir. De este modo, a través de las Constelaciones Familiares se pueden iniciar y también mostrar unas soluciones preciosas para toda la familia. Eso sería la parte de fuera, pero en el trabajo con Constelaciones ocurre algo extraordinario: los representantes, una vez configurados, sienten de la misma manera que las personas reales que ellas representan, sin que las conozcan. A veces incluso desarrollan los síntomas de las personas que ellos representan. De pronto, alguien se queda sin aliento, no puede respirar, y preguntando uno puede saber que la persona que él representa tiene asma... o la voz cambia... o alguien de repente tiene la expresión de una rabia asesina y recibimos la información de que la persona que representa tenía ese tipo de rabia asesina contra otro miembro de la familia. La pregunta es: ¿cómo es posible este fenómeno: que alguien lo perciba inmediatamente, sin saber nada de todo ello? Yo tengo una explicación, una imagen. No sé si es exacta. Todas estas cosas son misteriosas. Pero la imagen que yo me hago, es la mejor para explicarlo.
El alma
Ahora diré algo sobre el alma, ya que el tema de esta conferencia es “los movimientos del alma”. ¿De qué alma se trata en este caso? Aquí, entre nosotros, en el mundo de Occidente, bajo la influencia del cristianismo -pero si lo miramos bien, no fue el cristianismo, sino la filosofía
griega que más tarde fluyó también en el cristianismo-, tenemos la idea de que cada persona tiene un alma, le pertenece, tiene que cuidarla, incluso tiene que salvarla, como si se pudiera perder. Algunos incluso tienen la imagen de que el alma esté encerrada en el cuerpo, como en una prisión, y el alma desearía salir de esa prisión, para por fin dejar atrás al cuerpo y llegar al cielo, sin ese lastre. Es una imagen muy extraña. Solamente quisiera aportar una diferenciación, para que veáis lo absurdo que es. Un hombre ama a una mujer. ¿Cómo la puede amar, si ambos llevan un alma en su interior, presa de su cuerpo? ¿Cómo pueden entrar en relación el uno con el otro? ¿Cómo pueden amarse, cómo podrían comprenderse, y si se miran a los ojos, por qué pueden mirar al corazón del otro, si cada uno está con su alma? No. Ellos dos tienen un alma en común lo cual significa que ambos participan en un alma mayor. No es que cada uno de nosotros tengamos un alma, sino que todos nosotros pertenecemos a un alma más grande. Cuando lo comprendemos nos volvemos serenos, el corazón se abre de par en par. De repente podemos ver a todos aquí en una Gran Alma. Sabemos que estamos unidos con todos y que todos nosotros somos iguales en esta Gran Alma. Esto es una idea muy bella, y en el trabajo con Constelaciones se evidencia que nos hallamos en un alma grande. Así es posible que sepamos qué es lo que ocurre en otras personas que ni siquiera conocemos. Esas personas pueden influir sobre nosotros. De repente podemos sentir como ellos, como si nos poseyeran, como si tomaran posesión de nosotros, y así, cuando esto ocurre, ya no somos nosotros los que tenemos que hacer nada, sino que el alma obra para ayudar a todos - siempre y cuando nosotros nos entreguemos a ella y nos abandonemos a los profundos movimientos del alma. Pero, ¿quién sabe hacer esto? Muy pocos lo saben hacer. ¿Por qué? Hay algo que se opone.
La conciencia
Y ahora tocaré un tema muy difícil. Al alma y a los movimientos del alma, se opone algo que tradicionalmente estimamos muchísimo, como si fuera algo muy especial, incluso, pensamos que Dios mismo nos lo dio: la conciencia. Muchos dicen “la conciencia es la voz de Dios en mi alma”. Pero si os fijáis bien, cuando una persona dice “yo lo hago siguiendo mi conciencia”, “mi conciencia me obliga a hacer esto”, por regla general, ¿qué es lo que hace? Quien de esta manera se remonta a su conciencia, por regla general le hace daño a otra persona. ¿Y eso lo habrá hecho por un mandamiento de Dios? No, la conciencia no tiene nada que ver con Dios. Mirando cómo funciona esa conciencia, primero sentimos que tenemos un sentimiento de culpa y, a veces, muchas veces, un sentimiento de inocencia. Cuando nos sentimos inocentes nos sentimos bien, y también ligeros y serenos. Sintiéndonos culpables nos sentimos cargados, no nos encontramos tan bien. Es decir, la conciencia nos dirige a través de un sentimiento agradable, eso sería la inocencia, y a través de un sentimiento desagradable, lo cual sería la culpa.
Algo similar ocurre en nosotros con el sentido del equilibrio. Si estamos en equilibrio, nos sentimos seguros. En cuanto nos salimos del equilibrio, la sensación es tan desagradable, que inmediatamente procuramos recuperar el equilibrio. También el sentido del equilibrio nos va dirigiendo a través de un sentimiento agradable y otro desagradable. No es nada más que un sentido muy normal e instintivo, pero no es ciego, porque de inmediato percibe lo necesario. Por tanto, al mismo tiempo es sabio. Mirando este ejemplo, tal vez podamos comprender mejor, más fácilmente, cómo actúa la conciencia. También la conciencia es un sentido instintivo, con el que inmediatamente podemos percibir algo que para nosotros resulta bueno o peligroso. ¿Cuál es, pues, la meta de la conciencia? La conciencia nos vincula con nuestra familia. Cuando un hijo hace algo que le asegura la pertenencia a la familia, si se comporta -como nosotros decimos- “bien”, este hijo se siente inocente. Pero “inocente” no únicamente significa que puede estar contento de formar parte de la familia y puede estar seguro de poder formar parte. Si, en cambio, el hijo hace algo que en la familia se considera malo, este hijo desarrolla una mala conciencia y esa mala conciencia es tan desagradable que el hijo corregirá su comportamiento para volver a ser “bueno”, como solemos decir. Y así puede volver a estar seguro de su pertenencia. Es decir, con la ayuda de la conciencia, en cualquier momento percibimos aquello que asegura la pertenencia y aquello que la pone en peligro, y eso no solamente es válido para nuestra familia, también es válido para cualquier otro grupo. Por ejemplo, nosotros ahora aquí formamos un grupo, cualquiera de nosotros sabe cómo tiene que comportarse para poder permanecer aquí. Ahora estáis aquí sentados en vuestras butacas y me estáis escuchando atentamente y sabéis: “si me comporto así, puedo quedarme”. Si ahora alguno empezara a hacer ruido, molestando a todo este grupo. - ¿Qué hacemos entonces? Le echaremos y pierde la pertenencia a este grupo. Y cualquiera sabe de forma instintiva que si se comportara así, le pasaría eso. Por tanto, no lo hacemos, porque sería tan desagradable hacer ese ridículo, que lo dejamos estar. Todo grupo tiene determinadas reglas que uno tiene que respetar para formar parte, y uno sabe que si infringe esas reglas, pierde la pertenencia al grupo. Por tanto, no tenemos solamente una conciencia, sino que tenemos muchas. Por ejemplo, tenemos una conciencia con nuestra madre, y otra con nuestro padre. Aquello que le parece bien al padre, a veces para la madre no es nada. Y al revés. Con la ayuda de la conciencia sabemos exactamente cómo tenemos que comportarnos con la madre y cómo con el padre. O un niño sabe que en el colegio se tiene que comportar de una manera distinta que en casa, y entre los amigos, de otra manera que en casa. Y en el club de fútbol, diferente que en la iglesia... Siempre nos damos cuenta inmediatamente de qué tenemos que hacer para formar parte y qué tenemos que evitar para no perder esa pertenencia. Suena muy fácil, pero ¿qué es lo que esa conciencia hace realmente? Inicia una distinción en el mundo. A saber, la distinción entre el bien y el mal. Bueno es aquello que nos asegura la pertenencia, malo es aquello que la pone en peligro. Si ahora alguien infringe las reglas de una familia, ella, con la conciencia absolutamente tranquila, lo excluirá. Así, esa conciencia se vuelve mala, ese sería el marco estrecho.
Pero fijémonos ahora en las relaciones entre diferentes grupos. Por ejemplo, en un pueblo como la Argentina. Aquí hay diversos grupos: los unos se sienten mejores, otros son considerados inferiores; algunos son venerados, otros son desterrados. Y todo esto con la ayuda de la conciencia. Esta conciencia es la que sentimos y es relativamente simple de comprender. Pero volviendo ahora al ejemplo de un principio. Hablando, por ejemplo, de los movimientos que se van desarrollando cuando la nieta pretende seguir a su abuela a la muerte. Por una parte veremos que esa nieta se siente buena, ya que siente el amor hacia su abuela, y muy profundamente en su alma está convencida de hacer algo bueno. Pero si miramos a la familia como un conjunto, y no solamente a la familia más inmediata (el padre, la madre y los hijos), sino también las generaciones anteriores, vemos que existen patrones repetitivos. Toda la red familiar se comporta como si tuviera una conciencia común. Esa conciencia no se puede sentir, únicamente se muestra a través del trabajo con Constelaciones. Esta conciencia sigue a leyes totalmente distintas que la conciencia que nosotros sentimos. Os daré un ejemplo. Vino a verme un hombre que dijo que acaba de saber que en su familia durante los últimos cien años, varios hombres se suicidaron, siempre a la edad de 27 años y siempre un 31 de diciembre. Es curioso, ¿no? El hombre era abogado, y empezó a investigar para saber qué había ocurrido. Observando ese patrón en su familia, se dio cuenta de que un primo suyo iba a cumplir los 27 años y que el 31 de diciembre se estaba acercando. Así fue a verlo para advertirlo, y ese primo ya había comprado un revolver para pegarse un tiro. El abogado pudo disuadirlo. Al final, sus investigaciones dieron el siguiente resultado: el primer marido de su bisabuela murió con 27 años un 31 de diciembre. El hombre siguió investigando y supo que esa bisabuela, poco después, se casó con otro hombre, que fue su bisabuelo. Y estos dos envenenaron al primer marido de la bisabuela. Es decir, algo ocurrió hace muchísimos años y, sin embargo, seguía actuando a través de las generaciones en esa familia, de una forma que nos tiene que espantar. ¿Qué ocurre aquí? La conciencia común, la conciencia inconsciente colectiva de esa familia no permite que nadie sea excluido, que nadie sufra ninguna injusticia, sin que más tarde esta persona excluida, en este caso, el asesinado, fuera representado a través de otros miembros de la familia, que toman sobre sí el mismo destino. En este caso, el destino de morir a la misma edad el mismo día, hasta que aquel hombre del principio, el primer marido de la bisabuela, pueda salir a la luz de nuevo. De manera que surja la injusticia que él sufrió, para que le den la honra y sea reintegrado, y vuelva a ser de nuevo un miembro de esa familia. Esta conciencia sigue una ley importante. Esa ley dice: cualquier miembro de la familia, independientemente de cómo sea, tiene el mismo derecho a la pertenencia que todos los demás. Por tanto, en esta conciencia, la distinción entre bueno y malo, como lo establece la conciencia personal, no existe. En cambio, busca mantener la integridad de toda la familia, pero de una manera que no le ayuda a nadie. Porque no le ayuda nada al primer marido de la bisabuela el hecho de que, años después, tres hombres o más se suiciden a la misma edad, el mismo día. Lo único que ocurre es que la desgracia se perpetúa. ¿Cómo se puede salir de este círculo vicioso? No podemos hacerlo con la ayuda de la conciencia. Tienen que obrar otras fuerzas para que esto se logre y
eso es lo que yo llamo los movimientos del alma: los movimientos de la gran alma de la que todos participamos. Esta Gran Alma quiere reintegrar a todos los que están separados. En este caso lo hice de la siguiente manera. Ese abogado que encontró esos hechos terribles sobre el marido de su bisabuela acudió a mi, presa del pánico, en peligro agudo de suicidarse. Fui con él a mi habitación, le dije que se apoyara de espaldas en una de las paredes y en el otro lado se imaginara al primer marido de su bisabuela y le dijera: “Sé lo que hicieron contigo, yo te honro y te doy un lugar en mi corazón y, por favor, mírame con buenos ojos si sigo con vida”. E inmediatamente pudo sentir cómo ese primer marido de su bisabuela le miró amablemente. Este hombre había sido reintegrado en la familia y para mi cliente el peligro de suicidarse había acabado. Nunca más lo sintió. Al mismo tiempo también le dije que mirara a su bisabuela y a su bisabuelo y les dijera “Sé lo que hicisteis, vosotros le matasteis. Ahora vosotros tenéis que asumir la culpa”. De modo qué él ya no tenía que hacerse cargo de esa culpa, porque lo que estaba ocurriendo era que aquellos que se habían suicidado eran al mismo tiempo asesinos y víctimas. Es decir, al mismo tiempo estaban identificados con el primer marido de la bisabuela y también, con los asesinos, la bisabuela y su segundo marido. ¿Cómo actúa ahora la Gran Alma? La Gran Alma hace que tanto las víctimas como los perpetradores se encuentren en un mismo nivel. Al final, las víctimas tienen que admitir a los perpetradores muertos. Los perpetradores muertos tienen que ponerse al lado de las víctimas muertas, echarse a su lado y sentir con ellos el dolor. Y así quizá puedan encontrar la paz. Quisiera explicarlo también con otro ejemplo. El año pasado estuve en Israel y también allí hice Constelaciones Familiares y una mujer contó que su padre fue asesinado por un árabe. Así configuramos a tan sólo dos personas: al padre de esa cliente, es decir, un israelí, y su asesino, cuyo representante fue también israelí. Estaban el uno en frente del otro. El perpetrador tenía grandes dificultades para mirar a los ojos de su víctima. Primero se retiró moviendo el puño y después, muy poco a poco, empezó a mirar al otro. De repente entre ellos dos empezó a desarrollarse un amor muy profundo. El representante del asesinado extendió su brazo y el otro, bajo un dolor intenso, empezó a acercarse a él. Finalmente se abrazaron durante mucho tiempo, muy entrañablemente. Después el representante de la víctima se dejó caer al suelo, se echó de espaldas y el representante del árabe se puso a su lado y así estuvieron en paz. Todo transcurrió sin ninguna intervención exterior de parte del terapeuta. Se desarrolló por sí solo en el alma de estos representantes. Ésos serían movimientos del alma. Es lo que hace que aquello que estaba separado se vuelva a unir y hace que todos sean iguales. Por esta noche solamente he dado una idea global, una primera impresión de lo que sería posible. Gracias a Dios, ahora ya hay varios libros míos en español, también hay videos en español, donde uno puede leer y ver para aprender y comprender mejor. Y ahora pienso que daré la oportunidad de formular preguntas.
Pregunta: escuché atentamente lo que Ud. dijo y en muchos tramos habló de lo que es la conciencia, pero no nombra al inconsciente. De hecho lo nombró una sola vez cuando habló del sentimiento y el deseo de pertenencia a la familia y
aquel que no pertenece siente un rechazo absoluto. Primero no quedó claro de quién es el sentimiento de rechazo. Y hay ejemplos en la historia de la humanidad de personas que pertenecieron a la familia científica. ¿Por qué hablar de rechazo a la no pertenencia, si por ejemplo Galileo Galilei fue expulsado de la familia científica y a pesar de eso la humanidad tuvo avances inconmensurables? Hellinger: Creo que esas preguntas nos apartan en lo que aquí en realidad
cuenta. Lo que aquí cuenta es saber qué cosa ayuda cuando una persona está implicada en su sistema familiar y está haciendo algo que en realidad le hace daño. Quisiera explicarlo de una forma distinta también. Quien está sano, por regla general está bien. Eso se podría comparar al sentimiento de inocencia si yo hago aquello que me asegura la pertenencia. Quien cae enfermo, se siente mal y sintiéndose tan mal, hace todo para recuperar su salud, y eso sería comparable a la mala conciencia. Es decir, el efecto de la enfermedad sería similar al efecto de la mala conciencia. Pero también hay muchas personas que cuando escuchan que están gravemente enferma, se sienten aliviadas, incluso felices. Un amigo mío, un médico, participó en un proyecto de investigación en la Universidad de Heilbek con el que querían saber si, cuando mujeres acudían a un examen médico para averiguar si tenían cáncer, uno, aún antes del diagnóstico real, podía saber si la mujer tenía cáncer. Así pudieron comprobar, muy fácilmente, con un alto grado de acierto, que todas las que tenían miedo de morir, no tenían cáncer... El cáncer muchas veces muestra que no solamente se trata de una enfermedad del cuerpo, sino que esa persona desea morir. Por eso tampoco ayuda nada si esa persona tan solo recibe medicamentos, cuando el alma no está dispuesta a estar sana. Otro ejemplo, un amigo mío dirige una gran clínica y un jefe de departamento, de repente, desarrolló un tumor cerebral. Yo le pregunté, cómo reaccionó ese hombre al saberlo, cuando supo ese diagnóstico. Me dijo: Estaba encantado. ¿No es curioso? Es decir, aquí actúan fuerzas que hay que mirar muy detenidamente. Por tanto, cuando aquí hablamos del alma o de la buena o conciencia, se trata de ayudar a personas que se encuentren en una situación así. He trabajado mucho con pacientes de cáncer y muchas veces se puede ver, sobre todo en mujeres, que ellas se niegan a respetar a su madre y yo cuando en una constelación les pido que se inclinen ante su madre, que se inclinen profundamente, dándole la honra, estas mujeres se niegan de una forma que nos hace suponer que preferirían morir antes que dar la honra a su madre. ¿No es curioso?
Ejercicio
En este contexto, haré un ejercicio con vosotros acerca de los movimientos del alma, para que quizás podáis distinguir esa precisión en vuestra propia alma. Podéis cerrar los ojos y os imagináis que estáis delante de vuestros padres... están a alguna distancia el uno al lado del otro... y detrás de vuestros padres, están sus padres... y detrás de éstos, otra vez, sus padres... y después los padres de éstos... Una larga fila. Y así estáis delante de vuestros padres, y detrás de ellos veis a todos sus antepasados... y, lejos, lejos, detrás de todos... intuís una fuerza misteriosa, de
la que no sabemos nada, pero que reconocemos por sus efectos... Y de tan lejos, nos fluye la vida... a través de todas esas generaciones, hasta los padres, y de los padres hacia vosotros. Y esa vida que viene de muy lejos es absolutamente pura, sin ninguna perturbación... fluye a través de todos, sin disminuir, siempre sigue siendo la misma... y así esta vida fluye a través de vuestros padres hacia vosotros... Y después os inclináis profundamente ante los padres... ante sus padres... ante sus padres... más allá, lejos, de todas esas generaciones y también del misterio del que esta vida proviene... Ahora, ¿tiene alguna importancia saber cómo eran esos padres? Sean como sean, a través de todos ellos, la vida fluye pura y plenamente... Y ahora podéis abrir el corazón de par en par, recibir esa vida en vosotros. Os dais la vuelta, os apoyáis de espaldas contra los padres, y miráis hacia delante... hacia vuestros hijos, los nietos y las demás generaciones que aún vendrán... Vosotros estáis en medio de ese gran río y todos, a través de los que esta vida fluye, son iguales. Igual de grandes, igual de pequeños, igual de buenos... todos no son más que hombres...
(Tres minutos de silencio)
Creo que no habría una forma más bella de terminar esta conferencia.
Os deseo todo lo mejor y la plenitud de la vida.
Bert Hellinger con enfermos de cáncer, Octubre 2001
HOHNEN: los participantes han experimentado su trabajo aquí en
Washington con enfermos de cáncer como un “trabajo del alma”,
trabajando con y sobre el alma. ¿Alma, cáncer, el alma mayor,
armonizándose con el alma familiar?
HELLINGER: Las Constelaciones Familiares han aportado luz sobre el
cómo las intrincaciones dentro de la familia de origen pueden llevar al
cáncer. A veces un enfermo de cáncer debe representar a alguien de su familia de origen, por ejemplo a una víctima. Si esta víctima no
fue honrada en la familia, el enfermo de cáncer quiere expiar por ella
o ser como ella. Por un lado esto es debido al funcionamiento de la
conciencia colectiva, que es inconsciente. Por otro lado la conciencia
colectiva trabaja mano a mano con la conciencia personal.
Por ejemplo, cuando un niño quiere seguir a alguien fuera de la
familia, o quiere morirse en lugar de alguien dentro de la familia, o
quiere expiar por una injusticia que no fue rectificada en el lugar de otra persona, entonces ese niño se siente inocente y tiene buena
conciencia. Mi trabajo con enfermo de cáncer empezó investigando la
relación entre las intrincaciones de la conciencia personal y conciencia
colectiva.
Después de aquello, al empezar un seminario con enfermos de cáncer
en Salzburgo, nuestro objetivo se extendió incluso mas allá.
Llamamos ese taller con enfermos de cáncer en Salzburgo “El Alma Mayor”.
Lo que pudimos ver era que muchos enfermos de cáncer estaban
cortados, separados de esa Alma Mayor. Esa alma alcanza mas allá
del alma familiar, y es esencial para el alma del enfermo de cáncer que se rearmonice con algo mayor. Esto tiene entonces una cualidad
espiritual, el sentimiento de estar conectado con algo mayor y
contenido en ello. Uno suelta los deseos presuntuosos de ayudar. Uno
se hace humilde y así está conectado con algo mayor.
HOHNEN: No se si lo he entendido bien. Cuando habla de algo que
va más allá de la familia o del alma familiar ¿quiere decir con esto
que se refiere a un vínculo profundo con vida y muerte?
HELLINGER: El vínculo contacta con algo mayor que ambas. Ambas,
la vida y la muerte, deben someterse a ese algo mayor. Podemos
estar sintonizados con ello durante la vida lo mismo que durante la
muerte. También podrías decir: cuando estás sintonizado con ello,
estás sintonizado con la vida y con la muerte, con cada una según
toque. El método para ayudar a alguien para que contacte con esa Alma Mayor es muy distinto del método utilizado hasta ahora en
Constelaciones Familiares.
Empieza con que ni siquiera hago preguntas al cliente. De hecho, si quiere decirme de que va, ahora le paro. Le digo que se espere. Yo
mismo espero y hago que espere. Esto permite que cese su dialogo
interno. Se tranquiliza. Los mecanismos de defensa que están
contenidos durante la descripción del problema pueden revelar algo. Su alma tiene el permiso y el tiempo para mostrarse, para iluminar lo
que es esencial para ella. También se podría decir que hacemos sitio
al alma para que se revele.
Lo mismo ocurre dentro del terapeuta. Al sentarse tranquilo al lado
de su cliente, quizás mirándole a los ojos un rato y luego pidiéndole
que cierre los ojos, el mismo se recoge. Deja ir sus intenciones,
también sus ideas de lo que aquí se necesitaría, y se conecta
interiormente con algo mayor al que no da ningún nombre. Lo que me ayudaba en mi proceso interior es lo que el Gurú Gev Singh llama
“la profunda relajación en el nombre divino” y que yo llamo
“absorción en el nombre divino”. Es una descripción extraña, porque
no nombra nada. Al decir nombre, no nombro nada. El utiliza también otra frase: “rendirse a la verdad esencial”, “abandonarse a la verdad
esencial” como lo llamo yo. Cuando uno se abre a ello, uno llega a un
profundo recogimiento y profunda calma.
A veces me imagino haciéndome permeable como una membrana. Dejo que algo que viene de más allá fluya a través de mí sin dejar
ninguna huella, de modo que me transformo en un intermediario
entre una fuerza sanadora mayor y el cliente, sin yo hacer nada. Esto
también tiene el efecto de centrar al cliente. El también entra en
contacto con ese algo mayor, y eso puede trabajar dentro de él. Es importante dejarle todo el tiempo necesario para el proceso. No es
como si uno le dijera algo, o iniciara algo con lo que podría actuar
más tarde.
Aquí el proceso completo de sanación se realiza inmediatamente. A
menudo el cliente se queda inmóvil, a penas se mueve, pero se
puede ver que está profundamente centrado. El grupo entero también
permanece profundamente recogido aun cuando el proceso requiere mucho tiempo. Las fuerzas presentes aquí no solo afectan al cliente
sino al grupo entero.
Es claro cuando el movimiento interior llega a un fin. Entonces se para sin hablar sobre el. Lo que es esencial debe permanecer oculto.
HOHNEN: Como terapeuta Vd. está al servicio de la relación con el
Alma Mayor. ¿Es correcto?
HELLINGER: Si estuviera al servicio de algo, estaría activo, yo sólo medio.
HOHNEN: Vd. es el que provoca esa relación. Cuando miro al grupo
veo que está también recogido, pero creo que no es por lo que el cliente hace sino por como el terapeuta, aquí Vd., da espacio al
proceso y como está con el cliente.
HELLINGER: soy el medio, el intermediario, por así decir, a través del cual algo fluye. El proceso es extraño. No lo puedo describir. Sólo
ocurre cuando estoy libre de deseos, cuando soy humilde, en el
sentido en que me olvido completamente de quien soy, no soy
consciente de lo que pasa a mi alrededor, a menudo ni siquiera del cliente. Ni miro nada. Estoy simplemente recogido dentro de mi
mismo y estoy consciente de que algo está ocurriendo.
HOHNEN: ¿se podría decir que hay una extensión del campo de
energía?
HELLINGER: algo llega desde fuera. “Campo de energía” es un
término demasiado neutral y aquí no es apropiado. Es una presencia
activa que tiene un efecto sanador. El alma del cliente entra en contacto con una Alma Mayor que influye en una sanación muy
interior, no sólo en el nivel físico de la enfermedad. Por ese proceso
alguien que haya sido cortado de la fuente de su existencia, bien a
través de problemas o intenciones o efectos de su conciencia, puede volver a conectarse otra vez con ella. Se vuelve a conectar muy
despacio, sin desear nada, sin hablar de nada, sin hacer nada. Está
siendo llevado de nuevo a su propia existencia.
HOHNEN: a veces antaño cuando Vd. necesitaba ayuda Vd. encaraba la muerte de la persona y entonces esperaba para ver si una palabra
o un consejo permitían avanzar. Ahora se trata de estar recogido,
centrado para dar espacio a algo mayor, si he entendido bien, y ni
siquiera esperar una palabra.
HELLINGER: exacto. Ya no busco ninguna ayuda más ni imagino
nada como la muerte del cliente ni espero una respuesta. Ahora es
más allá de todo eso. Incluso allí recibo a veces una señal.
HOHNEN: sin embargo me gustaría preguntarle sobre aspectos
técnicos de este contexto. A veces, visto desde fuera, parece ser un
proceso totalmente quieto, parece que no ocurre nada en absoluto. A veces al cabo de unos minutos se vuelve muy despierto y saca a una
persona. ¿Qué ocurre entonces?
HELLINGER: a veces introduzco a alguien, pero no puedo explicarlo
bien. Siento que el cliente se ha desvinculado de una persona con la
que tiene algo que resolver antes de conectar con el Alma Mayor.
Entonces coloco a alguien frente al cliente para comprobarlo. Suelo percibir que se trata de la madre pero estoy abierto a cualquier otra
persona. A veces demuestra ser otra persona.
HOHNEN: pero no lo ha definido.
HELLINGER: no.
HOHNEN: el cliente sigue con los ojos cerrados. ¿Depende de a dónde va la mirada del cliente o sencillamente es un movimiento
abierto?
HOHNEN: Lo describes muy bien, es un movimiento abierto.
HOHNEN: coloca a una persona, a veces a dos, y el cliente sigue con
los ojos cerrados. ¿Qué pasa después? ¿Espera una reacción?
HELLINGER: tengo un ejemplo concreto en la mente. Era claro en ese caso que la cliente estaba separada de su madre. Era muy obesa.
Esto indica que estaba desvinculada de su madre. Y tenía resistencias
muy fuertes, también era claro. Le puse un espejo colocando
representantes para ella y su madre. Ella seguía con los ojos cerrados. Mi imagen era que cuando ella abriese los ojos se viese a si
misma. Toda la situación que ella había experimentado internamente
la podía ver como una realidad a fuera. Demostró ser así. La persona
que la representaba había dado la espalda a la madre, y estaba totalmente rígida. Cuando abrió los ojos dijo: Sí, es exactamente
como yo. La representante hacía de espejo suyo y de este modo
existía una influencia sanadora más sobre ella, esta vez desde fuera.
HOHNEN: más adelante Vd. dijo con insistencia que el trabajo trataba fundamentalmente de conectar y reconectar al cliente con su
madre y su padre. ¿Puede decir algo más sobre ello?
HELLINGER: sorprendentemente casi siempre concierne a la madre. El padre apenas entra en eso. Lo que demuestra que no se trata de
hacerlo sólo con la madre actual. Madre en ese contexto es una
imagen para algo mayor. Es una imagen para la vida, o digamos que
la madre es la puerta de entrada de la vida. Cuando se alcanza una profunda conexión con la madre entonces la
conexión con el Alma Mayor también puede ser posible. Cuando
conseguimos conectar profundamente con la madre también
conectamos profundamente con el Alma Mayor. En ese contexto suelo hacer un ejercicio, un ejercicio interior, en el que dejo a la persona de
rodillas frente a sus padres mirando a todas las generaciones detrás
de sus padres y viendo que la vida, muy pura y desde muy lejos,
fluye a través de todos ellos hasta ella. Luego si se inclina frente a su
madre y naturalmente también frente a su padre y si toma la vida de
ellos tal y como le llega, ella conecta con lo que es mas grande y viene de más allá de su madre actual.
HOHNEN: si le entiendo bien, esto es también un ejemplo de cómo
su trabajo se desarrolla en su forma minimalista. ¿Qué significa esto para las Constelaciones Familiares? ¿Significa que podemos
abandonar mucho de lo que estábamos haciendo?
HELLINGER: sería arriesgado decirlo así. Es cierto que las Constelaciones Familiares han hecho mucho bien y siguen haciéndolo.
Depende del terapeuta, de cuanto profundamente desea entrar en
ese otro reino. De algún modo, esto no se puede aprender, aunque
las Constelaciones Familiares apunten cada vez más hacia algo que trabaja más allá de la familia. Esto se hizo más claro para mí durante
un seminario con pacientes sicóticos en Wiesloch. De repente se
activaron enormes fuerzas que no se podían atribuir a reacciones
dentro de la familia. Uno podía sentir una gran fuerza que venía
desde fuera. Empiezo a ir más allá de los vínculos familiares, cuando veo que hay otras fuerzas activas. En esos casos, sólo se puede
ayudar cuando se las incluye. Esto va más allá de las Constelaciones
Familiares. En ese contexto más amplio el método descrito antes es
más eficaz. ¿Volver al minimalismo? Hay mucho más en juego aquí. Se trata de una renuncia total. Se trata de asentir a no actuar,
confiando, asentir que algo distinto surja sin mi intervención.
HOHNEN: si entiendo bien las Constelaciones Familiares tienen su aspecto positivo, pero no se ocupa de esa conexión con una Fuerza
más grande. Conectarse con esa fuerza, darle sitio, eso es lo peculiar
de cómo está trabajando ahora. Vd. se ha aliado con ello de un modo
especial actualmente. ¿Lo he cogido bien?
HELLINGER: lo podemos ver también en el contexto del desarrollo
de la psicoterapia en su conjunto. Esto empezó con la psicoterapia
individual que mira al individuo. Cuando se hizo visible que era
insuficiente, hubo un movimiento que incluyó a la familia. Se consiguió más así de lo que era posible con la terapia individual. Claro
que la terapia individual ha ayudado a mucha gente, pero la terapia
familiar ha ayudado mucho más, porque incluye más. Ahora me
parece que el desarrollo de la terapia trasciende la familia para incluir otra dimensión. Todos estos desarrollos tienen su lugar en el
conjunto y no deseo enfrentar a unas contra otras. Depende de la
situación en la que uno se encuentra, uno elige si sí o no sigue este
método o ese otro. En ese contexto se puede ver como la terapia familiar recoloca la terapia individual, las Constelaciones Familiares
recolocan la terapia familiar inicial; pero no es necesario constelar
nada ya que las cosas esenciales ocurren internamente. Lo que es
esencial se adquiere por un proceso interior.
HOHNEN: entonces en este contexto lo que es sistémico ¿es el cliente y la conexión con la fuerza más grande?
HELLINGER: llamarlo sistémico no va suficientemente lejos. Lo que
hay en el trabajo de ahora no puede ser un sistema. Uno baja dentro de esa Fuerza más grande, se armoniza con ella y se une a todo, a
cada cosa, sin que sea un sistema.
HOHNEN: me doy cuenta de que últimamente suele interrumpir el trabajo. También veo que vd. es claramente provocativo a veces.
HELLINGER: en efecto he cortado constelaciones, pero eso es ver
sólo de un modo superficial. La interrupción pone algo en movimiento en el alma del cliente y también en el grupo. Naturalmente que
provoca también una cierta consternación. Sin embargo yo mismo no
interrumpo el trabajo. Continúo con el proceso recogiendo
inmediatamente la reacción a la interrupción. Al interrumpir voy a un
límite extremo, confronto al cliente con el extremo, sin embargo permanezco a su lado. A la vez este extremo está incluido dentro del
mismo y el trabajo así se hace totalmente completo y global.
Interrumpir era por lo tanto sólo un paso dentro de un proceso
global, que continua mas allá de la interrupción. Lo mismo ocurrió aquí con varias constelaciones. Para mi cada vez era un final claro. Es
que no quería continuar, pero podía ver que algo se ponía
inmediatamente en movimiento al interrumpir y era muy útil.
HOHNEN: como terapeuta Vd. corre el riesgo de exponerse mucho a
las fuerzas que se oponen dentro del grupo. Tiene que ser capaz de
mucho resistir. Tiene que estar preparado para aceptar la derrota
cuando no hay otra opción o no hay nada que funcione. Pero en este
seminario realmente podemos ver cómo, a veces en menos de veinte segundos, el trabajo puede arrancar de nuevo. ¿Qué está ocurriendo
en su propia energía en ese momento?
¿Es Vd. consciente de algo? ¿Dónde está en ese momento?
HELLINGER: no pienso nunca en oposición, eso podría provocar un
antagonismo. Estaba demasiado centrado en el cliente. También es
verdad que permanezco no consciente de lo que ocurre en el grupo porque evito el contacto visual para no ser distraído. Sólo después
escucho de los demás que el grupo estaba muy centrado o que
mucha gente estaba llorando. Yo mismo no me doy cuenta. Estoy
totalmente retirado en mi mismo, para no ser influenciado de ninguna manera por lo que ocurre en el grupo. Aquí también permanezco
completamente en mi propio espacio.
HOHNEN: ¿pero sigue conectado con el cliente?
HELLINGER: por lo general sí, pero a veces me retiro también del
cliente por un ratito, para no molestarle. Al sentarme a su lado sigo
en contacto, pero no lo observo por ejemplo. Sólo después sí le miro
otra vez.
HOHNEN: quiero dejar la técnica unos segundos para preguntarle ¿si
recibe alguna nueva visión o toma de conciencia dentro del contexto
en el que visualiza el cáncer para trabajar ahora de esa manera?
HELLINGER: no tuve ningún pensamiento para el cáncer, no pensé
más en el cáncer aquí. Sólo veía a la persona y su conexión con algo
mayor, sin buscar ningún resultado y sin intentar realizar nada específico, salvo el dar al cliente la posibilidad de abrirse a esa fuerza
y dejarse guiar por ella.
HOHNEN: También tengo la sensación de que Vd. sabe en la parte
trasera de su mente que el paciente tiene cáncer, cuando le mira, pero que no lo utiliza como una lente a través de la que enfoca el ojo,
pero que por el contrario hace sitio para otras cosas.
HELLINGER: globalmente es así. A veces miraba el cáncer, también. Había un hombre allí, que visiblemente tenía una clase peligrosa de
cáncer de pulmón. También dijo que su cáncer crecía muy
rápidamente. Entonces miré dentro para ver como el cáncer estaba
creciendo y me quede con esa imagen. De repente me ocurrió una frase, que no recuerdo exactamente ahora, pero que era algo así: por
favor, se bueno, por favor trátame bien o por favor mírame con
cariño. Inmediatamente tuve la imagen de que ese cáncer tenía que
ver con alguien que no fue mirado con cariño, o que piensa que
alguien no le miraba con cariño. También tuve la imagen que el mismo podía haber hecho algún mal a otro que a consecuencia no le
miraba con cariño. Por lo que le pedí que imaginara a esa persona
diciéndole: por favor, mírame cariñosamente. Pienso que esto fue lo
decisivo para él en ese contexto.
HOHNEN: pensé mientras vd. trabajaba con ese cliente que la
palabra “trabajo del/con el alma” no iba, porque suponía demasiado
“trabajo”. Tenía más que ver con “observación del alma”.
HELLINGER: está claro que trabajo del alma no es adecuado. Pero
¿he dado alguna explicación sobre esa palabra, la que contuviera
todo lo que es esencial en el alma? Para mi la palabra es ANDACHT, recogimiento. Estoy en el recogimiento, y como estoy en
recogimiento, el cliente también entra en recogimiento. Durante
mucho tiempo pensé que no había una buena palabra en inglés para
ello, pero durante el seminario la palabra me vino: awe,
recogimiento. Lleva el alma a un reino de profunda devoción.
HOHNEN: cuando dice recogimiento es más allá de activo y pasivo.
HELLINGER: exacto. Es también la actitud básica en el trabajo: mas
allá de activo y pasivo, ni lo uno ni lo otro.
Bert Hellinger entrevistado por Harald Hohnen, en un seminario con
enfermos de cáncer en Washington DC, octubre 2001.
www.hellinger.co.uk
Traducción de Brigitte Champetier de Ribes
La actitud fenomenológica del terapeuta
Grenoble, Francia, Febrero 2001
Pregunta: ¿Se puede evaluar la terapia de las Constelaciones
Familiares?
Bert Hellinger: Si por evaluar quieres decir si existe un protocolo
que se puede repetir sabiendo de antemano el resultado que va a
producir, pues no. Esto es válido para la Física, la Mecánica, la
Medicina o el Conductismo.
La actitud fenomenológica en terapia significa lo siguiente:
El terapeuta se expone a un nuevo contexto, a un cliente sentado a
su lado. Estoy sentado y me dejo impregnar por la situación. Percibo,
estoy centrado en mí y percibo, estoy centrado en mi percepción. Veo
al cliente pero sin mirarle mucho, empiezo a percibir algo, sigo
centrado en mi, en lo que me viene internamente, en lo que percibo,
el cliente me habla, pero no le escucho mucho, me dejo impregnar,
entiendo a medias, estoy centrado en mi, abierto a todo, a todo lo
que se me muestra, me impregno, sin intención, pues no se si es
bueno para el curarse, así que no tengo ninguna intención, sobre
todo no tengo miedo a lo que puede surgir, ni tengo miedo a lo que
podrán comentar sobre ello. Me expongo a la situación hasta que algo
se muestre.
Y de repente, algo fulgurante, brevísimo, una imagen, una palabra, lo
sé, es eso. Inmediatamente después desaparece. Si dudo, si tengo
miedo, si no confió en ese instante de claridad, ya no volveré a
recibirlos. Es muy breve, es un fragmento del conjunto, es lo que
tengo que hacer ahora, sin pensar en después, confiando.
Trabajo con esa imagen sin saber lo que voy a hacer después.
Después, me vuelvo a centrar en mi mismo y espero hasta saber cuál
va a ser el segundo paso. Al exponerme a la situación algo se hace
claro de nuevo.
El terapeuta está en la oscuridad, esperando un flash, lo sigue y de
nuevo está en la oscuridad y de nuevo recibe un flash y así
continuamente, hasta que ya sienta que no puede, no debe ir más
allá.
Necesitamos tener mucha confianza en fuerzas que están por encima
del terapeuta. El terapeuta no puede decir que ha hecho algo, es algo
dado, regalado, él ha transmitido lo que le han entregado.
Este método es muy humilde, al final el terapeuta se tiene que
retirar, sólo debe ir hasta donde se le permite, hasta donde recibe
luz.
Pregunta: ¿Hay que hacer constelaciones completas?
Bert Hellinger: No, rotundamente, no. La eficacia está en hacer sólo
un trocito de camino y confiar en el alma del cliente. El terapeuta
debe renunciar a controlar el resultado. Este método necesita de un
entrenamiento a la humildad, la paciencia y el saber retirarse al final.
No preocuparse por el resultado. Sería nefasto para el cliente. Llamo
a esto minimalismo: centrarse sobre un tema importante, sobre una
sola cosa, todo lo demás se resolverá sólo si realmente he centrado
bien el problema.
Pregunta: ¿Y si el cliente quiere algo más?, ¿necesita algo más
sobre su tema?
Bert Hellinger: Tú te haces la pregunta ¿le va a dar más fuerza o
menos fuerza seguir trabajando? Piensa en un árbol, si sanas las
raíces del árbol, influenciarás todo el árbol, si te dedicas a cortar
ramas o sanar el follaje quizás consigas que el tronco se pudra…
Los Órdenes Ocultos en Los Sistemas de
Relaciones Humanas
Entrevista con Bert Hellinger en Santiago de Chile, Septiembre de 1999. Las preguntas fueron formuladas por Humberto del Pozo.
¿Cómo es su modelo cuándo se aplica a solucionar problemas de
relaciones en organizaciones?
Primero tendré que explicar de qué se trata mi modelo. El modelo deriva de mi trabajo
con constelaciones familiares. Eso significa que en un grupo, una persona puede
seleccionar representantes para los miembros de su familia y situarlos en un espacio,
unos en relación con los otros. Y tan pronto como esas personas han sido puestas en
su lugar sienten como las personas que representan sin siquiera conocerlas. Así,
mediante las Constelaciones Familiares, podemos obtener una representación real de
lo que está sucediendo en esa familia. Si aplicamos esto en una organización, por
ejemplo, si escogemos representantes para los gerentes de las divisiones de una
compañía, y uno de los gerentes los sitúa unos en relación a los otros, obtenemos una
imagen clara de la organización y de los sentimientos, emociones o sensaciones de sus
diversos integrantes.
¿Qué quiere decir con imagen clara de los sentimientos de los gerentes,
y por qué es importante tener una imagen clara de ellos?
Supongamos que el jefe de una organización escoge a representantes de los gerentes de
su empresa –incluyendo uno para sí mismo- y los sitúa en un espacio de forma intuitiva
y sin pensar en nada especifico. Con esto obtendrá rápidamente una imagen de cómo se
relacionan los gerentes entre ellos y con él. Así, puede que vea con sorpresa que algunos
de sus gerentes los situó mirando en dirección opuesta a él y hacia fuera de la
organización, lo que quizás no había notado antes.
Eso significa que ellos no están satisfechos con la manera en que las cosas están
transcurriendo en la organización. Por ejemplo, puede ser que el ejecutivo máximo no
ejerza su autoridad de una manera que apoye a sus gerentes, y ellos no se sienten
seguros y sienten que no pueden dar lo mejor de sí a la organización. Ahora, si son
gente competente, puede que estén buscando dónde irse a continuar trabajando.
La cuestión es que si uno ve esto, qué pasos puede dar para remediar esta situación.
Un consultor que hace este trabajo con constelaciones en la organización, dará ciertos
pasos para encontrar lo que sería una buena solución para todas las personas
involucradas. Por ejemplo, girará al ejecutivo máximo para que mire a los demás
gerentes, y los girará a ellos para que miren al ejecutivo jefe. Y puede que algunos de
ellos no estén situados en la posición correcta. Por ejemplo, si un gerente se ha unido
a la organización en una fecha posterior a los demás y trata de asumir el primer lugar,
esto puede que moleste a los otros. Entonces se puede poner a los gerentes de las
diversas divisiones en un cierto orden, en el que todos ellos sientan que se encuentran
en el lugar que les corresponde.
En una organización hay diferentes tipos de Órdenes que es preciso considerar. El
primero es aquél que dice relación con la función. Y el ejecutivo jefe siempre viene en
primer lugar. El administrador que es su mano derecha, como decimos, se sitúa a su
derecha. Luego los demás en el orden de importancia de su division. Pero no sabemos
de antemano cuál es exactamente la división más importante. Así que lo probamos
cambiando de lugar a los diversos representantes para encontrar cómo sienten cuál es
para ellos el orden adecuado según la función.
Hay un segundo Orden que opera en las familias y en las organizaciones, y éste es de
acuerdo con el señoraje. Esto significa que una persona que se une a una organización
más temprano que las otras, obtiene precedencia sobre los que vienen después. No se
trata de que tenga un derecho a mandarlos. Es sólo un rango, una dignidad que él
tiene, por permanecer en una organización por un tiempo más largo.
Ahora, si hay varios que están al mismo nivel en términos de su función, el que ingresó
primero a la organización debe tomar el primer lugar y ese lugar está a la izquierda del
ejecutivo clave, luego vienen los demás.
¿De dónde proviene esto?
Es una observación. Le daré un ejemplo. Una vez fui consultor de una organización en
la que estaban teniendo problemas para ponerse de acuerdo sobre la agenda de
trabajo para el año siguiente. Y yo pregunté, quién es el más antiguo aquí, y luego hice
que se pusiera a mi izquierda. Fui situándolos a todos hasta que estuvieron
exactamente en el orden de señoraje. Entonces se sentaron y se reclinaron hacia atrás
y dijeron: ¡qué alivio! Así, uno puede ver que tiene un efecto si el orden es observado.
¿Qué significa esto para las prácticas reales dentro de una
organización, por ejemplo para las reuniones?
Si se reúnen alrededor de una mesa, sería bueno situarlos en el orden de señoraje, y si
se encuentran dentro de una misma división y sus funciones difieren, entonces
aquéllos que tienen las responsabilidades más grandes vienen primero, de acuerdo
con la función. Pero si en la misma división la gente tiene los mismos derechos,
entonces deben situarse según su rango de señoraje.
¿Desde cuándo viene utilizando este método en organizaciones?
Antes fui profesor, y desde muy joven apliqué dinámica de grupos en un colegio.
Tuvimos mucho éxito en lo que se refiere a autodeterminación en ese colegio. Eso fue
en Sudáfrica. Allí aprendí cómo trabajar con un grupo muy grande de manera que los
individuos se sintieran por una parte ante un desafío, y por otra parte que sintieran
que tenían un lugar adecuado y asumieran la responsabilidad que les correspondía
según su rango y según su función.
Era un colegio con 140 jóvenes. Un internado, con sólo un hombre a cargo de todo el
colegio. Así que todo el colegio escogió representantes para representar a los
estudiantes. Ellos escogieron a cinco alumnos del curso superior y luego a un
representante para cada uno de los demás cursos. Y eran, en efecto, un consejo de
pupilos, y ellos administraban todo el colegio. Si había cualquier dificultad, ellos lo
manejaban por sí mismos. Una vez por semana ellos reportaban lo que estaba
sucediendo, y dábamos algunas órdenes, y funcionaba harto bien. Ésta fue la primera
experiencia que tuve en dinámica de grupos, y fue muy valiosa. Más tarde hice
psicoterapia y luego de un tiempo comencé a hacer constelaciones familiares y
entonces me pedían a veces que asesorara a varias organizaciones: hospitales, clínicas
psicosomáticas y otras instituciones, sobre cómo resolver problemas organizacionales.
Y fue así como probé en organizaciones algunos de los esclarecimientos que había
logrado a través de mi trabajo con constelaciones familiares. Y desarrollé un cuerpo de
conocimientos que pueden ser aplicados fácilmente en organizaciones.
En los contextos de negocios, ¿qué sería un desafío para cada uno de
los miembros de un equipo de gerentes y qué sería su contribución a la
organización?
Lo primero es que tendrían que aceptar la autoridad del ejecutivo jefe. Ahora, el jefe
debe usar su autoridad para hacer posible que los gerentes de las subdivisiones den lo
mejor de sí. Él está, de hecho, al servicio de los demás gerentes. Y si ellos comprenden
esto, que él está a su servicio mediante el ejercicio de su autoridad, entonces tendrán
una cierta libertad, que les permitirá desarrollar su propia esfera. Ahora, si se trata de
varias divisiones, es importante que éstas sean coordinadas, y esto se hace, por
supuesto, a través de un intercambio periódico, en el que primero cada uno reporta lo
que de hecho está haciendo en su división, segundo, lo que necesita en su división, y
tercero, qué está planeando hacer próximamente. Ahora, si cada uno de los gerentes
reporta eso en una reunión, todos tendrán una idea de qué está sucediendo en la
organización como un todo. Es muy importante que mientras cada uno de ellos
reporte ninguno interrumpa. Nadie habla hasta que todos hayan presentado lo que
está sucediendo en su organización. Si eso se ha hecho, todos los demás comprenden
lo que los otros requieren en sus divisiones. Ahora pueden contribuir para apoyar lo
que ocurre allí y también ven lo que los demás pueden hacer por ellos. Entonces habrá
un intercambio. Ellos verán cómo pueden cooperar realmente para lograr lo mejor
para todas las divisiones individuales.
En su experiencia, ¿cuáles son los problemas principales con que se ha
encontrado en su trabajo como consultor de organizaciones?
Uno es el asunto de si el ejecutivo jefe ejercita su autoridad al servicio de todos los
demás. A veces, alguien quiere ser muy democrático y parece como que apoya a los
otros, pero hay muchas cosas que deben ser decididas desde la cumbre. Puesto que si
todo el tiempo tienen que discutir todos los detalles que un sólo hombre podría
decidir, todos pierden un montón de energía y hay demasiado desperdicio. Así que el
jefe debe ser una autoridad real, y la autoridad es aceptada con gusto si todos los
demás sienten que él está a su servicio. La autoridad es rechazada y se la opone si un
hombre reclama poder sin usarlo en beneficio de los otros. Y éste es un punto muy
importante.
Segundo, los individuos deben tener una descripción clara de sus responsabilidades.
Tiene que haber límites claros entre las diversas divisiones, y a nadie se le debe
permitir que interfiera de una manera que obstruya el trabajo que se está haciendo
allí. Y por supuesto debe haber cooperación entre las diversas divisiones de la manera
que acabo de describir.
¿Qué clase de conflictos de autoridad son más comunes, por ejemplo,
cuando un dueño designa a un gerente general?
El dueño de una compañía siempre tiene la autoridad superior en ésta y el gerente
general sólo puede ejercer su autoridad si cuenta con el apoyo del dueño. Así que lo
primero es que respete al dueño y reporte a él, y obtenga su apoyo. En cualquier
organización, el paso más importante para mejorar es que la gente se respete una a la
otra, eso es lo más importante. La gente que es respetada da de sí lo mejor. Y la
persona que debe ser respetada en primer lugar es el gerente general – el jefe o el
dueño. Si es respetado, él da libertad y espacio a sus colaboradores para que tomen la
iniciativa y hagan lo que sientan es lo mejor.
¿Nos puede dar algún ejemplo en que el jefe no es respetado, para así
comprender mejor lo que usted quiere decir sobre el respeto?
Digamos que el gerente general piensa que él es mejor y quiere cambiar la
organización para adecuarla a sus ideas. Entonces habrá otros en la compañía que
serán leales al dueño, con lo que crea una división, lo que es muy pernicioso para el
desarrollo de la organización. Ahora, un gerente que no respeta a quien está arriba,
debe ser despedido. No hay otra solución. Con frecuencia se crean problemas serios
cuando alguien en una posición inferior es muy ambicioso y pretende subir hasta el
tope y quiere sacar a otros de sus puestos. Esto crea inseguridad entre los demás, y
entonces se obstruyen con frecuencia y la energía sólo fluye hacia disputas.
¿Cómo ve eso cuando se configura una constelación?
Esto se ve de inmediato, porque la gente siente odio o desconfianza hacia otros, y en
una constelación, los representantes sienten tal como siente la gente real. De manera
que si usted ve eso, puede hacer algo de tal manera que se arregle entre los
concernidos.
¿Cómo se hace eso?
El ejecutivo jefe debe hacerlo. Él convoca una conferencia, y lo mejor que se puede
hacer es permitir que todos digan cuáles son sus necesidades, y cuáles son sus fines,
de manera que puedan hacer su trabajo de la mejor manera posible. Y si todos han
escuchado, cada uno de ellos dice lo que debe cambiarse en el conjunto, o el todo,
para que los fines de todos los que han expresado sus preocupaciones queden
satisfechos.
En su papel de consultor, ¿cómo se las arregla para llegar a una
solución trabajando con los representantes de la gente involucrada y
configurando una constelación?
Si usted trabaja con un pequeño grupo de gerentes, incluyendo el ejecutivo jefe y
algunas otras personas que ni siquiera tienen que pertenecer a la organización, y que
por ejemplo, el gerente general configure una constelación y luego usted sitúe a las
personas en el orden correcto. Todos podrán ver dónde todos los demás -incluido su
propio representante- se sienten bien. Ahora, como usted tiene ahí a representantes,
nadie que realmente sea ambicioso por ejemplo, puede obstruir la constelación,
porque la gente refleja lo que de verdad está ocurriendo en la organización. Y los
realmente involucrados sólo están observando. Esto es, por supuesto, sumamente
efectivo. Nadie puede defenderse contra ello, ninguna razón podrá ayudarlos, porque
queda tan claro frente a todos los que están observando la constelación.
¿Sólo con reordenar a la gente en la constelación queda claro cuál es la
solución para los que participan en ella?
No sólo para ellos, también para aquellos que observan, puesto que ven cómo reacciona
la gente. Por tanto, ésta es una herramienta muy poderosa para demostrar lo que está
sucediendo y también para demostrar qué constituye una buena solución para la
organización.
Observando su trabajo he notado que usted también hace que la gente
en las constelaciones se diga cosas una a la otra o que haga algunos
gestos. ¿Para qué es eso, qué busca usted con eso?
Hago que una persona a veces se incline frente a otro a quién ha despreciado. Sólo una
leve inclinación de respeto. Y se puede ver como esto cambia el clima de inmediato al
hacer estos gestos. Y a veces, si alguien ha herido a otro, le hago decir: “Lo siento”, así
simplemente, nada más. Al expresarlo, cambia de inmediato el clima.
¿Qué ocurre si alguien ha sido despedido injustamente?
Si en una organización una persona es despedida injustamente, todos los demás se
sienten inseguros, de tal manera que su lealtad ya no sigue en pie de igual forma que
antes. Así, el beneficio que se buscaba con el despido debe ser comparado con la
pérdida que ocurrirá entre todos los demás empleados posteriormente. Por tanto, una
medida así debe ser considerada de manera muy cuidadosa.
Ahora, si una persona ha sido despedida injustamente y si es apropiado hacerlo, la
persona que lo despidió puede decirle: “He visto que lo despedí injustamente”.
Y si es apropiado, la persona que lo despidió, puede llamar a la persona y decirle: “Veo
que te despedí injustamente y quiero retractarme”. Esto reforzaría de inmediato la
lealtad de todos los empleados. A veces, eso no es apropiado, en tal caso debería
haber un gesto como “Lo siento”. Y si no puede ser reinstalado en su puesto, por lo
menos se siente respetado y a veces también es apropiado darle algún apoyo para que
encuentre otro lugar donde continuar trabajando.
¿Cómo maneja usted esto en las constelaciones, puesto que me parece
que está hablando ahora sobre lo que puede hacerse en un caso real, no
con los representantes en una constelación?
Como dije, en una constelación muestro eso. Si los demás repentinamente se sienten
inseguros, no felices o incómodos, haría que una persona represente a la persona que
fue despedida, y probaríamos cuales son las palabras o gestos apropiados. Así se verán
inmediatamente los efectos que tiene sobre la persona que fue despedida.
¿A qué se refiere con probar en una constelación?
Digamos que el gerente que despidió a un trabajador le dice: “Veo que fue injusto”.
Quizás el empleado no queda satisfecho. Entonces se puede probar a que el gerente
general, que detenta la máxima autoridad, asuma el caso y le diga lo mismo. Quizás
ahora sienta que es respetado. También se puede probar si es necesario reincorporar a
la persona despedida o no.
¿Puede dar otros ejemplos de la utilidad de este método en
organizaciones? Tengo en mente el caso en que vi configurar a los
representantes de gente que eventualmente podría participar en un
proyecto. Lo que usted hizo durante el taller que ofreció en Santiago.
En ese caso en particular recuerdo que no estaba claro quién exactamente era la
persona responsable clave para el proyecto. Si es la persona que lo diseña, o el que lo
financia, o el dueño del terreno en que se construirá el desarrollo inmobiliario. Así que
nos tomó algo de tiempo para reconocerlo por las reacciones de las personas
configuradas en la constelación. Al principio, mi opinión fue que el financista del
proyecto era el más importante, pero resultó que no, sólo por las reacciones de los
representantes. Luego resultó que el más importante era el diseñador, y que entonces
necesitaría el apoyo del financista, que se situó a su lado derecho, y del dueño de la
tierra, que se situó a su lado izquierdo. Pero luego resultó que el diseñador y el dueño
de la tierra ambos tenían el mismo interés y que al otro lado debía estar el hombre
que aportaría el financiamiento. Se hizo evidente que el diseñador no confiaba en el
financista, y quedó claro que debía buscar otras opciones de financiamiento, aunque
fuera sólo para fortalecer su propia posición frente al financista.
Entonces escogimos a alguien para representar el proyecto y la pusimos frente a todos
los involucrados, y repentinamente todos estaban mirándola y enfocados en el
proyecto, lo que los fortalecía a todos. Así, esto es lo que una constelación puede
mostrar. Cómo se puede llegar a una buena solución para estructurar las
responsabilidades en la realización de un proyecto.
¿Se puede usar este método para encontrar soluciones en proyectos de
marketing o de investigación?
Bueno, si esto surgiera, podría sustentarme en mi experiencia con los sistemas de
relaciones humanas, de tal manera de hacer lo que se requiera. Pero lo que debe usted
saber es que en este tipo de trabajo la experiencia de aquellos involucrados debe ser
respetada todo el tiempo. Por tanto, un consultor puede tener algo que aportar sólo
con respecto a las relaciones, pero no sobre el contenido. Eso debe quedar en manos
de la gente que sabe sobre su trabajo.
¿Qué puede hacer una organización para prevenir la emergencia de
problemas de relaciones en ella?
Bueno, si aquéllos que están a cargo tienen una idea sobre los Órdenes que operan tras las relaciones, por ejemplo, en el intercambio entre dar y tomar, y su necesario equilibrio. Si esto es considerado, pueden evitarse muchos problemas. Por otra parte, cada organización es algo vivo que se ve enfrentado a problemas de vez en cuando, y si hay una crisis, éstos son medios a los que se puede recurrir para encontrar soluciones para proseguir.
¿Puede aplicar este método alguien de la propia organización o es
necesario que sea un consultor externo el que guíe un proceso como
éste?
Si saben de estos Órdenes pueden hacerlo por sí mismos. Un consultor externo es
necesario sólo si sus propios recursos se han agotado. Se trata también del respeto a
su autoridad. Lo mismo que al hacer, por ejemplo, terapia de parejas. Yo no trabajaría
nunca con una pareja como tal, porque entonces interferiría en su autoridad. Pero si
ellos me piden individualmente una asesoría... puedo dársela a cada uno, y luego dejar
que ellos se las arreglen por sí mismos. Y de la misma manera trabajo con una
empresa. Si un ejecutivo jefe me pide asesoría, le puedo dar algunos consejos sobre
qué hacer, y puede que eso sea suficiente, y estar bien. Si necesita más, volverá a mí
por más. Yo sólo estoy a su servicio.
¿Cómo se puede ganar experiencia o conocimiento sobre los Órdenes
ocultos que operan en los sistemas de relaciones humanas?
Esto se puede lograr observando, participando o configurando constelaciones. Usted
gana rápidamente un montón de experiencia siendo el representante de algún
miembro de otro sistema en constelaciones familiares o de organizaciones, puesto que
así usted vivencia por sí mismo los sentimientos, sensaciones u emociones sobre lo
que es o no apropiado para quien usted representa y para los demás involucrados en
un sistema. Y así también gana una comprensión sobre la importancia de confiar y
articular en palabras sus propias sensaciones, emociones o sentimientos.
¿Cuándo propone configurar una constelación en una organización?
Bueno, si en una organización se encuentran en verdaderos problemas y no saben
cómo salir de ellos, esto es lo que hay que hacer. O cuando quieren aquilatar los
riesgos de una situación que los inquieta. Entonces es una herramienta sumamente
poderosa.
Humberto del Pozo: Gracias, profesor Bert Hellinger, por sus esclarecedoras
respuestas.
Bert Hellinger: Ha sido un verdadero placer para mí.
A: Home de Poiéticas
CUERPO Y ALMA, VIDA Y MUERTE
Bert Hellinger
El tema de mi ponencia es “Cuerpo y Alma, Vida y Muerte“, y les hablaré de la interacción entre cuerpo y alma, y de la vida con la muerte y con los muertos, teniendo en cuenta que las causas de
muchas enfermedades se hallan, al menos parcialmente, en el ámbito
del alma o de la historia familiar. Por tanto, su curación depende de
determinados procesos en el alma; es decir, junto con el tratamiento médico, también hay que reconocer y poner en orden algo en el
alma. En este contexto, también cuento entre las enfermedades los
accidentes graves y el suicidio, dado que aquí no sólo se trata de
salud y enfermedad, sino de vida y muerte.
El cuerpo
Pensando en la interacción entre cuerpo y alma, a veces aún nos encontramos atados por la idea de que el cuerpo es material y el
alma se añade como fuerza vivificante y gobernante. Esta idea se
basa en la experiencia de que los moribundos dan un último respiro,
pareciendo que con él también expiren su alma. Y del final de la vida,
esta imagen se transfiere también al principio de la misma, similar al relato bíblico de la Creación, según el cual Dios formó el hombre del
polvo de la tierra, soplando en su nariz el hálito de la vida.
Pero según nuestro saber, el hombre vivo nace porque las células
germinales ya animadas de sus padres se unen en él para formar un
nuevo ser humano. Nuestro cuerpo, por tanto, desde un principio se encuentra animado, convertido en un eslabón en una larga cadena
que une a todos antes y después de nosotros, y a todos los que
inmediatamente nos rodean, como si entre todos tuviéramos parte en
una vida y en un alma comunes. El alma, por tanto, va más allá de
nosotros, abarcando también nuestro entorno: nuestra familia, los demás grupos mayores, el mundo en su totalidad. A pesar de este
hecho, en un principio experimentamos el alma referida a nuestro
cuerpo. Ella dirige su principio, su crecimiento, la transmisión de la
vida por él, y, al cabo de un tiempo, también su muerte.
El yo
Sin embargo, también nos experimentamos como mirando desde fuera al cuerpo y al alma que lo anima, como si en nuestro interior
tuviéramos un centro que hablara con el cuerpo y su alma, asintiendo
a sus movimientos o resistiéndose a ellos, intentando elevarse por
encima de ellos, o sometiéndose de buena voluntad o con impotencia.
En este centro, pues, nos experimentamos tanto libres como atados
frente al cuerpo y al alma. Solemos definir este centro como el yo. Sin embargo, tan sólo disponemos de esta experiencia del yo porque
el cuerpo y el alma que anima a éste tienen su propia conciencia y su
propia voluntad, que tanto asienten como se resisten al querer del
yo. Esta interacción favorece o amenaza al cuerpo, y la observación y la experiencia nos permiten saber cuándo le sirve y cuándo lo
perjudica.
Yo y cuerpo
Por regla general, asociamos con el yo el estado consciente, la razón,
la libre voluntad, control y rendimiento. Sin embargo, no todo lo que
el yo pretende es razonable y libre, porque el yo es también impulsivo y, muchas veces, ciego. Este sería el caso de los
temerarios, los imprudentes o los ascetas, que enfrentan a su cuerpo
con exigencias que ponen en peligro su salud. El cuerpo se resiste,
por ejemplo, cayendo enfermo, perdiendo fuerzas, hiriéndose o doliendo. De esta manera hace reaccionar y entrar en razón al yo.
Así, el cuerpo y el alma que lo gobierna se muestran más
conocedores y sabios que el yo. A través de ellos, el yo encuentra sus
límites y, asimismo, se convierte en conocedor y sabio respetando
estos límites. En la Biblia se encuentra una historia que puede
servirnos de parábola:
Cuando el profeta Balaam, en contra de la orden de Yahveh, quiso ir
a los moabitas para bendecirlos en vez de maldecirlos, su burra lo
apartó del camino porque vio al Ángel de Dios delante de sí,
cerrándole el paso con la espada desenvainada. Pero Balaam la pegó
hasta que volvió al camino.
Después, pasaron por una cañada, y de nuevo la burra vio al Ángel de Dios con la espada desenvainada. Así, se arrimó contra la pared,
hiriendo a Balaam; y de nuevo la pegó hasta que volvió al camino.
Más adelante, la burra nuevamente vio al Ángel de Dios con la
espada y se echó en el suelo con Balaam encima, negándose a
seguir.
Balaam se enfureció de tal manera que hubiera querido matarla. Pero
en ese momento, la burra giró la cabeza y le dijo: “¿No soy yo tu burra, y me has montado desde siempre hasta el día de hoy? ¿Acaso
dejé de servirte alguna vez?“
Entonces también Balaam miró hacia delante y vio al Ángel de Dios
con la espada desenvainada, cerrándole el paso.
Es decir, existe una parte ciega del yo que le exige al cuerpo algo
negativo que le perjudica. El cambio hacia una mejora para el cuerpo
y el alma, por tanto, se inicia con la comprensión por parte del yo.
Esta comprensión es, sobre todo, un percatarse de los límites del cuerpo, de los límites de nuestra salud y de los límites de nuestra
vida. Esta comprensión resulta fructífera cuando el yo también
asiente a ella, lo cual es humildad. La comprensión nos hace
conocedores, pero sólo la humildad nos hace también sabios.
Frecuentemente, el yo tan sólo alcanza esta sabiduría a través de la enfermedad y del sufrimiento. La enfermedad y el sufrimiento
purifican al yo y repercuten de manera curativa en el cuerpo, una vez
llegado al conocimiento el yo. Así, muchas veces una enfermedad
primero tiene que concluir su influencia purificadora y aleccionadora
sobre el yo antes de poder cesar y desaparecer.
Por otra parte, también el yo influye de manera beneficiosa sobre el cuerpo, sobre todo el yo esclarecido. Esclarecido significa aquí que
sea consciente tanto de sus posibilidades como de sus límites, y que,
más allá de sus deseos y de sus miedos impulsivos, se atenga a la
mera verdad perceptible. Purificado significa que esté en sintonía y en armonía con el alma, inconsciente para él en gran parte, pero, a
pesar de todo, conocedora a un nivel mucho más profundo que el yo.
A este yo esclarecido le debemos la Medicina científica, el
conocimiento de las patologías, la Higiene, la Cirugía y la
Farmacología.
Pero también pienso en la Psicología y la Psicoterapia con sus
conocimientos del trasfondo inconsciente de comportamientos enfermizos y con sus métodos para actuar sobre tales
comportamientos, por ejemplo, a través del análisis, de la terapia de
la conducta, de hipnoterapia, de programación neurolinguística, para
sólo citar unos cuantos. De esta manera, el yo esclarecido disciplina
tanto al cuerpo como al alma, desarrollando las capacidades de éstos
más allá de la mera salud física.
Aún así, también la Medicina y la Psicoterapia, y con ellas también el
yo que intenta oponerse al carácter efímero de la vida, topan con
límites que los detienen. Ya que, al cabo de un cierto tiempo, toda
persona enferma, se debilita y se muere. El alma asiente a este movimiento hacia la muerte, porque alcanza a ambos ámbitos y, así
parece, perdura en ambos. Ella anhela volver y está en armonía con
este movimiento.
Freud llamaba este anhelo el impulso de muerte. No obstante, se
trata de un movimiento sumamente consciente y alerta, porque en lo hondo, el alma, y con ella el cuerpo, anhela volver al origen del que
nace y al que vuelve la vida.
Familia y alma
Pero el alma no sólo actúa en el cuerpo, ni está presa en él como
algunos dicen. Se encuentra en interacción con su entorno, ya que,
de lo contrario, no habría ni metabolismo, ni procreación. Este
entorno comprende, sobre todo, la familia y la red familiar en la que recibimos y en la que transmitimos la vida, si podemos.
Obviamente, la familia y la red familiar tienen un alma y una
conciencia comunes que vinculan y dirigen a los miembros de la
familia de acuerdo con un orden mayormente inconsciente, de manera similar que el alma también vincula y gobierna los miembros
y órganos del cuerpo.
Es decir, el alma actúa en la familia y en la red familiar como si de un
cuerpo extenso se tratara. Y de la misma manera que podemos, paso
a paso y a través de la observación y de la experiencia, comprender e
influir sobre los órdenes que determinan la interacción entre los diversos órganos del cuerpo, así también podemos, paso a paso y a
través de la observación y de la experiencia, aclarar los órdenes que
determinan la interacción entre los diferentes miembros de una
familia.
En un primer lugar nos llama la atención que, al igual que el cuerpo,
también la familia y la red familiar tienen unos límites exteriores. Es decir, el alma familiar únicamente vincula de esta manera especial a
determinados miembros de la familia, dirigiéndolos a través de una
conciencia común. Así, pertenecen a esta familia y a la red familiar:
los hermanos, los padres y sus hermanos, los abuelos, a veces, alguno de los bisabuelos, e incluso antepasados más lejanos si
tuvieron una suerte especial. Otros familiares, como por ejemplo
primos, ya no cuentan entre ellos.
Aparte de estos parientes consanguíneos, también pertenecen a la
familia y a la red familiar aquellas personas extrañas a la misma, por
cuya desaparición o muerte otros en la familia y en la red familiar tuvieron una ventaja. Entre éstos cuentan sobre todo parejas
anteriores de los padres y abuelos.
Sin embargo, aún existen otras similitudes entre el actuar del alma
en el cuerpo y el actuar del alma en la familia y en la red familiar. De
la misma manera que el alma vela por la integridad del cuerpo, también vela por la integridad de la familia y de la red familiar. Así,
procura, por ejemplo, compensar la pérdida de un miembro a través
de otro miembro que representa a aquél. Este es uno de los motivos
por los que determinados miembros de una familia se ven implicados
en el destino de otros miembros, especialmente, anteriores.
Y de la misma manera que, en caso extremo, el cuerpo tiene que
renunciar a uno de sus órganos que pone en peligro la salud de los
demás, así también la familia, a veces, debe separarse de uno de sus
miembros si su permanencia pone en peligro a otros en la familia.
Familia y enfermedad
A continuación, presentaré algunos ejemplos para ilustrar el
desarrollo de implicaciones familiares enfermizas y amenazantes para
la vida, y para señalar las posibilidades de evitarlas o de librarnos de
ellas.
Cuando la familia pierde a uno de sus miembros, por ejemplo
muriendo el padre o la madre tempranamente, frecuentemente uno
de los hijos le dice interiormente: "Te sigo."
Frecuentemente, un hijo en esta situación quiere morir también, sea por enfermedad, por accidente o por suicidio. Aunque el hijo no lleve
a la práctica esta frase pronunciada interiormente, muchas veces
siente una especial afinidad con la muerte, y el anhelo de morir. O
cuando un hijo pierde a un hermano, por ejemplo un niño nacido
muerto o fallecido en temprana edad, también le dice: "Te sigo."
Cuando un famoso corredor motonáutico durante una carrera volcó
con su lancha y murió, también su hija comenzó a participar en
carreras motonáuticas. También ella tuvo un accidente grave durante
una carrera, pero sobrevivió. Cuando, más tarde, la preguntaron qué
había pensado en ese momento, respondió: ? Sólo una cosa: „¡Papá,
ya voy!‟
Detrás de la frase de “te sigo” se halla el amor profundo con el que el
alma vincula al niño con su familia, actuando durante toda la vida de
una persona. Este amor es más fuerte que la muerte y es ciego. Cree
que a través de la muerte podría superarse la separación y que, por el propio sufrimiento y la propia muerte, otros en la familia podrían
ser redimidos. Una constelación familiar nos brinda la oportunidad de
sacar a la luz la inutilidad y la ceguera de este amor. A través de los
comentarios y sentimientos expresados por los representantes, el hijo
se da cuenta de que los muertos aman a los vivos con el mismo amor que los vivos sienten para a ellos; que el deseo de los vivos de
seguirles les duele en vez de alegrarles; que no quieren que su
muerte también traiga la muerte a otros; que se sienten aliviados
cuando los vivos se encuentran bien, y que bendicen a los vivos para
que aún se queden.
Detrás de la frase de “te sigo”, aún se halla otra dinámica más: la
necesidad elemental de compensación y expiación. Frecuentemente,
los vivos se sienten culpables cuando ellos viven, mientras otros
miembros de la familia ya están muertos, y se sienten aliviados
muriendo ellos mismos. En un caso así, les ayuda el inclinarse ante
los muertos y decirles: “Yo aún vivo un poco, después también moriré.“ Así, ya no experimentan la vida como una arrogación, y
pueden tomarla mientras dure. Otra frase beneficiosa para los vivos
es ésta: “En tu memoria, aún me quedo un poco.“ O, en el caso de
un hijo que pretende seguirles a sus padres muertos, le ayuda la siguiente frase: “Honro y valoro lo que me disteis. Le saco provecho
en vuestra memoria y lo mantengo mientras me esté permitido.“ Así,
la necesidad impulsiva de vinculación y compensación se cumple de
una manera más extensa. Este sería un logro superior y espiritual del yo, que pide un cierto desarrollo ?también podría hablarse de un paso
evolutivo?, abandonando lo estrecho para dirigirse a lo más amplio,
superando los límites del alma del grupo para llegar a las
dimensiones de la Gran Alma.
Vivos y muertos
Cuando una persona se siente irresistiblemente atraída por los muertos, se puede hacer un ejercicio muy simple con él. Se le pide
que cierre los ojos, que lentamente se centre en su interior, y que,
después, vaya más allá de ese centro, volviendo lejos, a los muertos
que le atraen. Una vez llegado allí, se echa a su lado, esperando que
algo le llegue de ellos, sea lo que sea. Él lo recibe en su interior hasta sentirse colmado. Después, nuevamente se pone en camino para
volver de los muertos a los vivos, hasta llegar a su centro, y aún más
hacia arriba ? y abre sus ojos.
Muchos vivos quieren ir con los muertos. Pero cuando los vivos
respetan a los muertos, éstos vienen a ellos ? y se muestran afables.
Vienen y, a alguna distancia, están presentes con afabilidad.
Algunos piensan que los muertos son desdichados. Pero también podríamos decir: “Han llegado y están en paz.“ Sólo los vivos aún
sufren vicisitudes; los muertos están en paz.
Una imagen muy difundida es que los muertos han desaparecido:
están enterrados y, por tanto, han desaparecido. Después, aún se les
pone una lápida para que no vuelvan a salir. Este era el significado original de la lápida, ya que, anteriormente, ésta se colocaba echada.
Pero que los muertos hayan desaparecido es una imagen extraña.
Martín Heidegger tiene otras imágenes a este respecto. El dice: De lo
oculto surge algo a lo no oculto, y después, vuelve a descender a lo
oculto. Lo oculto está presente a la manera de lo oculto. Pero no ha
desaparecido: surge y vuelve a descender.
También la verdad obedece a esta ley: surge de lo oculto, y vuelve a
descender. Por eso, tampoco podemos asirla. Algunos piensan que la
verdad es válida y eterna, como si la tuviéramos en nuestras manos.
Pero no: tan sólo se muestra brevemente para volver a descender. Por eso, siempre que surge, aparece de manera diferente. Es un
reflejo de lo oculto que sale a la luz.
Así, también la vida surge de lo oculto, que no conocemos, a lo no
oculto, y vuelve a descender. Lo realmente grande es lo oculto.
Aquello que está a la luz no es más que algo transitorio y pequeño en
comparación con lo grande.
También los muertos están en lo oculto; pero su influencia alcanza hasta lo no oculto. Cuando se les permite actuar, la vida es sostenida
por ellos.
Pero quien desciende a lo oculto antes de tiempo, peca contra este
movimiento. Asimismo, quien permanece en la vida más allá de su
tiempo, quien se agarra a la vida más allá de su tiempo, falta contra la corriente que sale a la luz y vuelve a descender a lo oculto. Ambas
actitudes se oponen a la corriente: el abandonar la vida demasiado
rápido, antes de tiempo sería como un desprecio de aquello que está
a la luz, y también el sujetar la vida aunque el tiempo haya
terminado. Una vez terminado el tiempo, corresponde soltarse y descender. Como terapeuta me sirvo de la ayuda de los muertos para
mantener con vida a los vivos, mientras corresponda y hasta donde
tenga el derecho de hacerlo. Pero cuando se muestra que el tiempo
se ha consumido, no sujeto a nadie. Espero atentamente, pero sin intervenir. No me opongo a los destinos ni a la corriente, como si
pudiera o debiera evitar el descenso, sino que estoy en armonía con
ellos.
En estos procesos tan profundos, tratándose de vida o muerte,
podemos ver cómo, a veces, se vislumbra una solución y que el
paciente la acepta durante un tiempo, pero después vuelve a descender. También aquí asiento. Porque no sabemos si la suerte que
el individuo elige, o a la que se rinde, en el fondo no será lo más
apropiado para él; si no tendrá una grandeza oculta que los ajenos no
llegamos a captar.
Esta actitud tiene algo tranquilizante, algo profundo. Nos permite movernos tanto en un ámbito como en el otro, estando unidos,
también en la vida, con el fundamento último.
La expiación
A veces, sin embargo, una persona viva debe ir con los muertos y
permanecer a su lado, por ejemplo, un asesino. De lo contrario, en su
lugar irán sus hijos, y aún sus nietos y bisnietos. Los asesinos quedan
vinculados de manera indisoluble con sus víctimas. Por tanto, deben abandonar a sus familias y ponerse al lado de sus víctimas. Este paso
parece duro, pero cualquier otro camino trae consecuencias nefastas
para personas inocentes, a través de muchas generaciones.
Aportaré un ejemplo. Una mujer joven comentó en un grupo que,
desde que nacieron sus dos hijas, tenía la sensación segura de que
debía morir pronto, y que había algo pendiendo sobre ella que no lograba captar. Configuró su familia de origen, y salió a la luz que su
representante miraba a alguien que no estaba presente. Al comentar
este hecho, la mujer dijo: ? Estoy mirando hacia el pasado, a mi
padre y a mi abuelo. Su padre se había suicidado cuando ella tenía un año, y el abuelo
había sido miembro de la SS y había fusilado a mujeres y niños
judíos.
A continuación, se introdujo un representante del asesino y otro del
hijo, y para los niños judíos asesinados se pusieron diez
representantes enfrente de la familia. La representante de la cliente ni siquiera miró a esos niños, ni dijo nada al respecto, como si, al
igual que su abuelo, no sintiera ninguna compasión con ellos. Su hija
menor, sin embargo, es decir, la bisnieta del asesino, dijo que sentía
la necesidad imperiosa de acercarse a los niños judíos muertos y de ponerse a su lado. Estos son los efectos de un asesinato, a través de
generaciones, cuando un asesino rechaza el vínculo que lo une con
los muertos y cuando éstos no son valorados ni respetados.
Como siguiente paso se le pidió a la mujer que se estirara en el suelo delante de los niños muertos, y que después de un tiempo en el que
lloró mucho junto con sus hijas se arrodillara delante de ellos y los
mirara. Así, los muertos encontraron un poco de paz. Se entristecían
y se sentían como si volvieran a vivir. Se compadecían de la mujer y
de sus hijas, especialmente de la más joven, que quería ponerse a su lado. Pero aún no se había encontrado la paz definitiva, pues del
asesino mismo percibían una amenaza, sintiendo una angustia
mortal. Sólo cuando a éste se le dijo que saliera de la sala ? gesto
que simboliza la muerte ?, los niños muertos empezaron a encontrarse mejor. Toda su atención y compasión se centraba ahora
en la mujer afligida y en sus hijas, y esperaban que de ella saliera
algo que pudiera librar a sus hijas.
Mientras tanto, el padre de la mujer, que se había suicidado, quiso
ponerse delante de su hija y de sus nietas para protegerlas y evitar
que les siguieran a los niños judíos a la muerte. Su deseo era ponerse
al lado de los muertos en lugar de ellas y en lugar de su padre. Pero,
en contra de lo que piensan los vivos, los muertos no querían la
muerte de los inocentes.
Después, se les pidió a las hijas que se pusieran entre sus padres.
Éstos las cogieron de las manos, se inclinaron profundamente ante los niños judíos muertos, les miraron a los ojos y les dijeron: “¡Por
favor!“
Pero la mujer aún sentía el impulso de ir con los muertos. Así, se
puso al lado de ellos y de su padre muerto, que ya antes se había
puesto con ellos. La mujer sentía que se lo merecía, y estaba
aliviada. Los comentarios de los representantes de los niños judíos muertos, sin embargo, expresaban algo totalmente diferente; los
citaré literalmente:
El primer niño dijo: Experimento el estar muerto como algo
impersonal, como si no tuviera nada que ver con el asesino, y menos
aún con su nieta. Para mí no corresponde que ella se ponga a nuestro lado. Debería ir con su familia. Yo no tengo ningún interés en que ella
pague alguna culpa. Este es un ámbito que no le corresponde.
El segundo niño dijo: Cuando vino, me empezaron a flaquear las
piernas. En seguida pensé que no pertenecía a nuestro grupo.
El tercer niño dijo: Simplemente es demasiado.
El cuarto niño dijo: No quiero este sacrificio; no le corresponde.
El quinto niño dijo: Para mí tiene una tarea que cumplir con sus hijas,
para poner fin a todo este dolor.
El sexto niño mostraba mucha tristeza y dijo: ? No tiene por qué
seguirnos ni a nosotros, ni a su padre. Su lugar está con su familia.
El séptimo niño dijo: Si realmente me mirara, sabría que no puede
estar aquí.
El octavo niño dijo: Empecé a sentir más calor, y ella significa algo
muy cercano para mí.
El noveno niño dijo: Cuando vino aquí, pensé: „No perteneces aquí.‟
El décimo niño dijo: Cuando se pasó a este lado, surgieron
agresiones.
Y el padre muerto dijo: A mí me dolió cuando vino, y tendría ganas
de decirle: “Tu lugar está con tu familia. De esto me ocupo yo solo.“
A través de estas respuestas, la mujer se dio cuenta de que era una
arrogación ponerse al lado de los muertos cuando no se pertenecía a
su grupo. Volvió al lado de sus hijas, miró abiertamente a los niños
judíos muertos y dijo: “Al cabo de un tiempo, vendré también.“ Después, miró a sus hijas diciéndoles: “Ahora aún me quedo un
poco.“ Lo mismo dijo también a su marido.
Después, se volvió a llamar al representante del abuelo. Este
comentó: ? Me sentí muy aliviado cuando se me dijo que saliera de la
puerta. Aquí no hubiera debido ni querido decir nada; y lo mismo
sentía mientras estaba fuera.
Hasta aquí este ejemplo
En este contexto también quisiera decir algo en relación a los
descendientes de las víctimas. Muchos conciudadanos judíos, cuyos
familiares fueron asesinados en los campos de exterminio, temen
mirar a sus muertos y darles la honra, pensando que no tienen el derecho de seguir con vida teniendo en cuenta la suerte de aquellos.
Se sienten culpables, deseando expiar como si ellos fueran los
perpetradores. En consecuencia, ni ellos pueden acercarse a los
muertos, ni los muertos pueden acercarse a ellos. Ahora bien, si los
supervivientes y descendientes encaran a sus familiares muertos, mirándoles a los ojos hasta que realmente los vean, inclinándose ante
ellos y dándoles la honra llenos de amor, entonces parece como si los
muertos resucitaran, como si el terrible estado de muerte terminara,
y como si, por fin, pudieran dirigirse a los vivos y bendecirlos para que se queden y para que su vida siga fluyendo a través de ellos. Lo
más consolador para los muertos, por tanto, es que en una de estas
constelaciones familiares los vivos les digan: “Mira, tengo hijos.“
Morir en lugar de otros
Aún existe otra dinámica desencadenante de enfermedades graves,
accidentes o suicidio en el seno de la familia o de la red familiar. Cuando un hijo percibe que el padre o la madre quieren marcharse o
morir, frecuentemente por querer seguir a alguien en su familia de
origen, interiormente les dice: “Mejor que sea yo que tú. Prefiero
desaparecer yo antes que tú. En consecuencia, quizás contraen alguna enfermedad, por ejemplo anorexia, o tienen accidentes graves
o se suicidan. Esta dinámica también existe entre cónyuges. A este
respecto contaré un ejemplo:
Una mujer enferma de cáncer contó que, hacía veinte años, su marido se había matado de un tiro. Ella había sido su segunda mujer;
de la primera se había separado porque ambos pensaban que el otro
era la persona equivocada, así lo comentaba la cliente.
En la constelación, el marido se encontraba enfrente de su primera
mujer, mirando continuamente los pies de ella. Ella, en cambio,
notaba sus pies curiosamente ligeros, como si pudiera despegar. Así,
pues, se le pidió al marido de arrodillarse ante su primera mujer y de postrar la cabeza ante sus pies. En ese momento, la mujer se cubrió
la cara con las manos, sollozando y temblando violentamente. Se
arrodilló junto a él, lo cogió del hombro, le miró a los ojos y lo abrazó
sollozando llena de dolor. Después, se levantó cogiendo al marido y levantándolo también a él; el uno al lado del otro, se cogieron de la
cintura y la mujer puso su cabeza en el pecho del marido.
Se le pidió a la mujer que le dijera al marido: “Lo tomo de ti como un
regalo. Lo respeto y lo valoro. Después, ambos se abrazaron largamente y llenos de cariño. Todos los presentes sabían: el marido
se había suicidado en lugar de su mujer.
Estos son los misterios del amor que a veces negamos con tanta
facilidad.
Es precisamente este amor el que actúa detrás de muchas
enfermedades, cuyas causas radican en el ámbito psíquico o en la historia familiar, bien expresándose a través de la frase: “te sigo“,
bien a través de la necesidad de expiar, especialmente de expiar en
lugar de otra persona, o a través de la frase: “mejor que sea yo que
tú“. En todo este proceso, la enfermedad o los actos nocivos concretos a través de los cuales se expresa este amor son
absolutamente secundarios: las dinámicas fundamentales son
similares o idénticas, incluso en enfermedades o suertes diferentes.
La Gran Alma
Pero el alma también alcanza más allá de los límites de la familia y de
la red familiar. Se encuentra en interacción con otros grupos y, finalmente, con la Naturaleza y con el mundo en su totalidad. Aquí
experimentamos al alma sin límites, como Gran Alma, sin ataduras de
espacio ni de tiempo. En ella, todos los opuestos se hallan referidos
unos a otros, quedando, por tanto, suprimidos; también los opuestos
de bien y mal, de antes y después, de vida y muerte.
Bien el cuerpo alcanza hasta el Reino de los Muertos, porque en él los muertos están presentes a través de su influencia, y también la
familia y la red familiar conservan la presencia de sus muertos, como
si ambas partes, vivos y muertos, aún dependieran unos de otros, y
como si el bien de unos dependiera también del bien de los otros. Para la Gran Alma, sin embargo, esta separación se borra en todos
los aspectos: ella también une a aquéllos que tuvieron que ser
excluidos de la familia; en ella, también éstos se vuelven a unir con
su familia.
Ahora bien, en primer lugar experimentamos a la Gran Alma como
fuerza que nos toma a su servicio para fines que van más allá de
nuestras propias ideas y metas. Ella nos sostiene y nos dirige cuando
logramos algo nuevo y grande y duradero, como si no fuéramos nosotros los que obramos, sino la Gran Alma, a través de nosotros.
Lo mismo se aplica también al mal y a los malos, por muy difícil que
nos resulte llegar a esta comprensión.
La paz
Sólo la unión con la Gran Alma nos permite mirar libremente y sin
prejuicios a las implicaciones, superándolas a través de la orientación
hacia lo más grande.
Frecuentemente podemos observar que pacientes que lograron dar
un primer paso para salir de sus implicaciones, al cabo de un tiempo
vuelven a caer en ellas. La razón se halla en que las implicaciones
sistémicas, por muy graves que puedan parecer para personas ajenas, a la persona afectada le dan la sensación de pertenencia, de
amor y de poder: la conciencia, aún donde nos asalta ciega e
impulsivamente, nos confiere una sensación infantil de plenitud y de
felicidad, de paz y de estar acogido.
Sólo extendiendo el esclarecimiento también a la conciencia,
desprendiéndonos de ella para avanzar hacia el ámbito de la Gran Alma, las necesidades impulsivas de pertenencia, de reconocimiento
y de compensación son despojadas de sus efectos enfermizos y
amenazantes para la vida. Tan sólo a este nivel superior el amor que
ciega cobra clarividencia; la compensación que únicamente perpetúa la fatalidad se convierte en compensación que pone fin a la fatalidad;
y la arrogancia convencida de que podría deshacer y cambiar los
destinos de otras personas, cede a la humildad, consciente de los
límites de nuestro amor. Es tan sólo esta humildad la que nos pone
en armonía con la salud y la enfermedad, con el bien y el mal, con la vida y la muerte. En último término, sin embargo, se trata de un acto
religioso: en él, yo y Gran Alma se hacen uno.
Traducción: Sylvia Gómez Pedra
Sobre Campos Morfogenéticos, Alma, Espiritu.
Sheldrake y Hellinger, en Wiesloch, Alemania, 1999
RUPERT SHELDRAKE:
Pienso que la primera vez que me di cuenta del potencial de las
memorias de las familias que surge del trabajo terapéutico, fue
cuando coincidí con Anne Ancelin en París, hace ya bastantes años. Me habló de una serie de cosas que ella había descubierto a través de
su trabajo. Me pareció muy sorprendente cómo se acarrean las
memorias en los campos del grupo, -mi propio trabajo es sobre los
campos y los campos de la memoria-, me quedé realmente atónito con estos ejemplos. Quería saber cómo esto puede ser comprendido
de una manera más sistémica. En su nuevo libro, “Las respuestas al
síndrome”, está este desarrollo. Es ésta una fase muy interesante de
su trabajo.
En cuanto al trabajo de Bert, supe de el por primera vez aquí, en
Alemania. Muchos de mis amigos alemanes me decían “Tienes que saber más sobre el trabajo de Bert Hellinger, seguro que te interesará
mucho”. Me lo dijeron tantas veces, que cuando me enteré que venía
a Londres, mi mujer y yo fuimos a su taller. Me quedé muy
sorprendido con lo que vi. He trabajado mucho con la idea de los campos morfogenéticos en los grupos sociales de animales, su
influencia en su desarrollo biológico y ahí, en el escenario delante de
mí, vi esas constelaciones familiares. Estaba perfectamente claro que
esos eran los campos de las familias que, de hecho, estaban actuando delante de mí en una especie de obra teatral, de forma
ritual, con una cualidad curativa impresionante.
Mi propio trabajo es sobre estos campos conllevan interrelaciones en
el espacio e implican memorias del pasado. Hay muchas teorías sobre
campos que proponen interrelaciones en el espacio, pero no
contemplan las memorias. Estaba claro que aquí había una teoría de
campos con una clara memoria en ella.
Al proceso que hace que surja esa memoria, yo lo denomino
resonancia morfogenética.
Fue para mi impresionante ver los campos morfogenéticos realmente
en acción. No como un concepto abstracto en papel, algo que
investigas simplemente a través de experimentación científica, sino
realmente actuando enfrente de uno. Esto fue una revelación
tremenda y quedé realmente conmovido con ello.
A Bert tuve la oportunidad de conocerle en Londres y posteriormente
pude asistir a un taller que Hunter hizo en Londres, fue también una
gran revelación. Una experiencia maravillosa. Estoy realmente impresionado por este trabajo y pienso que hay mucho en común con
el estudio, más teórico y biológico, que yo he estado haciendo sobre
los campos morfogenéticos.
(…)
HUNTER BEAUMONT:
Bert, este puede ser el momento de que hable de sus pensamientos.
De estar más en el alma que el tener alma.
BERT HELLINGER:
Bueno, cuando hicimos las constelaciones familiares también
teníamos la idea del campo morfogenético, porque algunas memorias
están activas en generaciones posteriores. Si hubiera alguien con una vida muy difícil o dramática, circunstancias de muerte trágica, luego,
en una generación posterior, de alguna manera se repetirá.
Pero por debajo de esto, parece que hay ciertas leyes según las
cuales algunos acontecimientos se repiten. (…)
Volviendo al ejemplo de Kosovo, me puedo imaginar que si los
serbios pudieran ver a sus soldados muertos durante todos esos
siglos, tumbados al lado de los musulmanes muertos, simplemente
mirándose unos a otros… y si de hecho los colocaras en una constelación familiar, habría un movimiento curioso en el que los
muertos se juntarían unos a otros, pudieron llegar a encontrar la paz
con un amor muy hondo. Quizás entonces los que quedan vivos
puedan ver la situación con una perspectiva muy diferente y puedan
mirarse los unos a los otros con otros ojos.
Ahora, este movimiento es sólo posible si los perpetradores y las
víctimas, ambos, están al servicio de una fuerza mucho mayor que
ellos. Si mirasen todos a esa fuerza mayor, entonces, el
antagonismo puede cesar y se vuelven muy humildes en el alma de
esa fuerza mayor.
A lo que une todo esto lo llamo el alma mayor. No tengo un nombre mejor. Pero va más allá de los campos porque el campo es fijo y el
alma es algo que se mueve y se pasea por el curso de la historia y de
la vida personal. De esta alma participamos.
En lugar de ver al individuo como poseedor de un alma, él participa
en un alma. Esta alma tiene varios niveles. En primer término, a
primera vista, hay un nivel muy duro, muy cruel que es el que actúa
en estas guerras y por debajo de él hay algo muy diferente.
Por ejemplo: Puedo colocar una familia de dos personas y no pasa nada. De repente, son llevados por una fuerza y afrontan el
verdadero problema. Esta fuerza les dirige hacia una solución que va
más allá de las leyes que operan en el primer nivel. Si llegamos a esa
alma, alcanzamos la fuerza sanadora. Esta sería una manera breve
de resumir…
(…)
RUPERT SHELDRAKE:
Me ha interesado mucho todo esto, especialmente la cuestión del
poder sanador y el alma mayor. Pienso en el alma siendo muy similar al campo, pero el campo es algo que tiene hábitos manteniendo la
estabilidad del sistema tal cual es. Como bien dice, no tendría por sí
mismo el poder de sanar.
Me pregunto, dado que cada idioma tiene sus propias expresiones. En
inglés la palabra que tendríamos para esto sería “Espíritu”, el poder que mueve es el Espíritu; tiene un significado más amplio en alemán,
pero lo que mueve, lo que trae cambios, lo que sana tradicionalmente
es el Espíritu y el alma es lo que dá estabilidad, forma y estructura.
Me pregunto si lo puede ver en términos del Espíritu que trabaja a
través del alma…
BERT HELLINGER:
Para mí, alma, aunque sea muy amplia y profunda, está limitada y
Espíritu va más allá. En este sentido lo que abarca el Espíritu es para
mí un gran misterio. Lo que contiene el alma es observable. Las leyes
que operan en ella son observables, las leyes que llevan a la
distracción son observables. Por lo tanto, yo me cuidaría de llamar alma a algo que puede de alguna manera tener una connotación
divina o religiosa. Lo religioso va para mí más allá de esto y
pertenecería al campo del Espíritu. Por eso, yo distinguiría entre estos
dos campos.
RUPERT SHELDRAKE:
También yo estoy de acuerdo en que el alma está limitada y el
Espíritu no, o lo está menos, pero de alguna manera, el Espíritu tiene
que trabajar a través o en el alma. En cierta forma, tocará el alma si
el poder del Espíritu trabaja en y a través del alma. Entonces, estoy
de acuerdo en que es un misterio pero, ¿ves al Espíritu trabajar a
través del alma o lo ves completamente separado del alma y que no
tiene nada que ver con el alma?
BERT HELLINGER:
No, no diría eso. La explicación que acabo de dar me suena bien a mí,
porque el alma misma no puede trabajar independiente de algo que
está detrás, más allá de ella, siendo así, estoy de acuerdo con lo que
dices.
(…) Bueno, lo que yo he observado en estas familias y puede ser
extendido, -ahora estoy bastante seguro-, es que hay algo como una
conciencia inconsciente que opera de acuerdo a algunas leyes y ya he
definido estas leyes. La primera ley es que esta conciencia o esta alma inconsciente, quiere preservar la integridad del grupo y cada
vez que un miembro del grupo es excluido u olvidado, esta conciencia
o alma coge a alguien de una generación posterior para representar a
la persona olvidada. Y esta persona posterior actúa y vive la vida de
su ancestro. Esta es una observación.
La segunda ley que he observado es que esta conciencia quiere establecer un equilibrio entre ganancia y pérdida y si alguien fue
culpable en una generación anterior pero no afrontó su culpa,
entonces alguien de una generación posterior se atormentará con
esta culpa. Por ejemplo, se matará, o muchos descendientes de hasta tres generaciones tendrán tendencias suicidas y tratarán de expiar la
culpa del anterior.
RUPERT SHELDRAKE:
Hablando de campos morfogenéticos, estos no están limitados a
grupos humanos o a mentes humanas, se extienden incluso a grupos
de animales. Los lugares también pueden tener campos
morfogenéticos.
Y por todo el mundo encontramos tradiciones con las memorias de
los lugares. De hecho, el peregrinaje está basado en recorrer lugares donde hay memorias poderosas de lo que aconteció en el pasado.
Y también hay historias de obsesiones y malas influencias alrededor
de los campos de batalla. Así que creo que cualquier hipótesis o
teoría tiene que tener en cuenta la memoria del lugar.
Traducción de la trascripción: Mónica Larrabeiti Loiz
Formación para Constelador Familiar
La "Hellinger Sciencia"
www.hellinger.com
En base a una demanda extendida, Bert Hellinger ha reconocido el
deseo e interés de muchas personas, que necesitan ser introducidas por él, personal e intensivamente, en las "constelaciones del
espíritu". Su propósito es el de guiarlas en el conocimiento y la
práctica de esta nueva vía.
Por lo tanto, Bert Hellinger, por primera vez se pone a disposición,
como profesor de la "Hellinger Sciencia", para enseñar y formar a
las personas interesadas en este enfoque avanzado de la constelación
de familias.
Numerosos consteladores se refieren a Bert Hellinger. Incluso ofrecen
formaciones, sin haber siquiera comprendido lo que él describe como
los órdenes del amor y sin haberlos aplicado ni en su propia vida, ni
en el trato con sus clientes. Por todo esto, Bert Hellinger ha pensado
que es una necesidad urgente, explicar y enseñar él mismo estos órdenes, haciéndolos accesibles a todas las personas que presenten
un sincero interés.
Todos los que conocemos a Bert Hellinger, sabemos ciertamente que
él se situa siempre en la corriente de la vida, guiando a otros por este
camino, sin juzgar, sin dejarse detener por nada ni nadie. Desde los comienzos de las constelaciones familiares, hasta lo que Bert
Hellinger nos ofrece hoy, ha recorrido una larga trayectoria. Él la
continua cada vez más lejos. Así es como se le abren constantemente
nuevas perspectivas y comprensiones que asoman a la luz en sus
nuevas constelaciones "del campo del espíritu".
La constelación del espíritu ha demostrado a Bert Hellinger lo que significa alcanzar una nueva dimensión desde la cual se percibe y se
actúa de otra forma. Sólo es posible a partir de una cierta actitud
interior. Poder llegar a esta actitud, es lo que él mostrará y ejercitará
con ustedes, si deciden seguirle en esta dirección. No se trata de palabras o de entendimiento intelectual, sino de experiencia y
vivencia personal. La constelación del espíritu será vivida por muchos
como un "retorno a casa". Bert Hellinger invita a cada uno, en
acuerdo con la intimidad de su alma, a resolver problemas y
dificultades que no se explican sólo con los meros hechos en esta
existencia. La muerte de una persona no es el fin de su "ser".
Este proceso permitirá vivenciar un desarrollo, ya que la constelación
del espíritu toma en cuenta todos los niveles y dimensiones que
llevan a un avance y a una solución.
La propuesta de la Hellinger Schule en la formación de consteladores,
ofrece una oportunidad a todos para obtener la experiencia necesaria y vivir de cerca esta valiosa forma de trabajo integrándola a su vida
profesional y privada.
Traducción de Mónica Kunz
"La palabra gracias nos hace libres"
CONSTELACIONES FAMILIARES: RECONOCER LO QUE ES
1.- SUFRIR ES MÁS FACIL QUE ASUMIR LA SOLUCIÓN
En terapia familiar sistémica se trata de averiguar si la persona, en el
ámbito de la familia extensa, se encuentra implicada en suertes de anteriores
miembros de la familia.
Implicación significa que alguien de la familia, inconscientemente, vuelve
a asumir y a vivir la suerte de otro miembro de la familia anterior a él, por
ejemplo, cuando en la familia se dio un hijo para la adopción (también puede haber
sido en la generación anterior), más tarde, alguien se comportará como si también
hubiera sido dado; uno repite una suerte que ni siquiera conoce y no puede
liberarse antes de saber que se halla cogido por una implicación sistémica.
En la familia existe una conciencia de grupo al cual pertenecen los hijos,
los padres, los abuelos, los hermanos de los padres, y todos los que hicieron
sitio, por ejemplo, cónyuges o novios anteriores de los padres. Si uno de estos
sufrió una injusticia, en el grupo surge la necesidad irresistible de compensación,
es decir, la injusticia ocurrida en generaciones anteriores, más tarde es
representada y sufrida nuevamente por otra persona para que, por fin, se arregle.
Sin embargo, tal compulsión repetitiva nunca arregla nada.
Aquellos que tienen que asumir el destino de un excluido son obligados
por la conciencia de grupo, ya que ellos son absolutamente inocentes. En cambio, los
realmente culpables, por ejemplo por dar o excluir a un miembro de la familia,
quizá se encuentren bien a pesar de todo. La conciencia de grupo no conoce la
justicia para los descendientes, sino únicamente para los antepasados. Este hecho
tiene que ver con un orden que rige en todo sistema familiar, orden que se rige por
la siguiente ley: quien una vez pertenece al sistema, tiene el mismo derecho de
pertenencia que los demás. Algunos, sin embargo, condenando o excluyendo a otro
miembro del sistema, dicen: “Tú tienes menos derecho de formar parte que yo”.
Esta es una injusticia que será expiada a través de la implicación, sin que los
afectados mismos lo sepan. Hay una excepción: los asesinos, por regla general,
pierden su derecho a la pertenencia. Quien es culpable y responsable de la muerte
de otra persona, tiene que abandonar el sistema. Ahora bien, si alguien que ha
perdido el derecho de pertenencia no se marcha, un hijo lo hará en su lugar. Por
tanto, la compasión con los perpetradores no aporta absolutamente nada. De esa
manera se es duro con los que en realidad son inocentes.
Tales implicaciones pueden ser descubiertas mediante el trabajo con
Constelaciones Familiares. En este trabajo nos fijamos en sucesos incisivos
acaecidos en la familia: separación de los padres, muerte de hermanos,
exclusión o expulsión de algún miembro, estancia en hospitales a temprana
edad, complicaciones durante el parto, muerte de la madre en el parto,… Estas
son cuestiones claves.
Las Constelaciones Familiares se hacen en grupo. El trabajo siempre
comienza con la pregunta al cliente por el motivo que le ha traído aquí. Buscamos
alguna cuestión clave de las citadas anteriormente, no lo que las personas piensan o
hacen normalmente. Cuando encontramos algún suceso incisivo que probablemente
eclipsará a todo lo demás, le pedimos al cliente que configure su constelación:
1.- Para configurar la constelación, le pedimos al cliente que de entre el
público escoja a representantes de las miembros de su familia, incluido un
representante de él mismo; por ejemplo, alguien que represente a su madre, a su
padre, a su abuelo, a su hijo, a su esposa, etc., a todos y cada uno de los miembros
que ha citado cuando nos expresó el asunto que le traía.
2.- Después, se le pide que los ponga en relación unos con otros, tal
como corresponda a la imagen interior de la familia, tal como resulte del proceso
mismo. Para ello ha de coger a cada uno de los representantes con ambas manos y
colocarlos en su lugar, en el que él crea, guiándose por su intuición, sin decir nada.
Los representantes tampoco dicen nada. Se encuentran personas absolutamente
desconocidas, elegidas por casualidad, sin conocer al cliente ni a su historia
familiar, y lo curioso es que las personas elegidas que representan a los miembros
de la familia sienten como las personas reales en cuanto se hallan en esta
constelación.
3.- El siguiente paso es que la persona que acaba de configurar a su
familia se sienta y observa lo que el terapeuta hace a continuación. Éste pregunta
cómo se encuentran los miembros de la familia representados en la constelación:
¿Qué tal el padre?
…
¿Qué tal la madre?
…
¿Cómo se encuentra el hijo?
…
Así con todos y cada uno de los miembros que aparecen en la
constelación. El cliente mira como el terapeuta va cambiando la constelación de
modo que todos los miembros de la familia se encuentren mejor.
4.- El siguiente paso, cuando en una constelación familiar se ve que una
persona se encuentra excluida (se la niega el honor, la pertenencia o la igualdad de
rango), es hacerla entrar en juego nuevamente, introducirla. Para ello, el terapeuta
le pide al cliente que escoja a alguien del público que represente al miembro
excluido y lo coloque en el sitio que el propio terapeuta cree que debiera estar en
función de lo ocurrido en el paso anterior, y se vuelve a preguntar a cada uno de los
miembros de la constelación, incluido el miembro agregado, ¿cómo se sienten
ahora?, ¿Qué ha cambiado ahora?... y se continúa trabajando. Si lo cree necesario,
el terapeuta cambia a los miembros de la constelación de sitio, a ver cómo se van
sintiendo, etc.,
Durante la constelación, el terapeuta le hace preguntas al cliente, y al
final, también mira la constelación con el cliente o éste ocupa el lugar de su propio
representante en la constelación. A través de esto, el cliente se da cuenta de la
dinámica familiar y puede llegar a ver realidades ocultas familiares que antes
desconocía.
… La dignidad de una persona que es culpable de un acto horrible, exige
que los demás miembros de la familia dejen que él lo lleve solo. Entonces es grande
porque él solo es capaz de llevar su carga. No debe inmiscuirse nadie. Nadie de su
familia debe consolarlo.
LO QUE EN LA FAMILIA LLEVA A LA ENFERMEDAD
(Dinámicas familiares de fondo)
El cáncer tiene ver con una reverencia no realizada, los dolores
abdominales con una relación confusa con la madre. Las dinámicas familiares de
fondo llevan a diversas enfermedades. En las familias existe la necesidad de que
algún hijo quiera seguir a algún miembro muerto de la familia, bien sea un hermano,
la madre o el padre. Así, le dice interiormente: “Te sigo”. Cuando una persona se
encuentra en esa situación, es posible que se suicide, que desarrolle un cáncer u
otra enfermedad. Es decir, la misma dinámica de fondo puede manifestarse de
maneras diferentes.
Sólo existen tres dinámicas de fondo:
1.- La tendencia de: “Te sigo a la muerte, o a la enfermedad, o a tu destino”.
2.- La de: “Prefiero morir yo antes que tú”, o “Prefiero marcharme yo antes que
tú”.
3.- La expiación de una culpa personal.
Se actúa así de manera inconsciente. También los hijos actúan así, por
ejemplo si ven que uno de los padres tiende a seguir a otra persona, el hijo le dice:
“Prefiero caer enfermo o morir yo antes que tú”.
Los asesinos, por regla general, pierden su derecho a la pertenencia.
Quien es culpable y responsable de la muerte de otra persona, tiene que abandonar
el sistema. Ahora bien, si alguien que ha perdido el derecho de pertenencia no se
marcha, un hijo lo hará en su lugar. Así, la dinámica del hijo, será: “Prefiero
desaparecer yo antes que tú”. En lugar del asesino, es el hijo el que prefiere
marcharse (irse o caer enfermo y morir).
LA ARROGACIÓN Y SUS CONSECUENCIAS
Un hijo no debe ni comprender ni perdonar a sus padres, ¡qué arrogación!
Si se trata de la culpa de los padres (el padre asesinó a alguien) o de la
relación íntima de éstos, cualquier pregunta de los hijos es una arrogación inmensa.
Sobre todo al tratarse del tema de la culpa, citan a los padres ante su propio
tribunal y les exigen: “Justificaos ante mí”. No hay arrogación más grande.
Si un hijo hace eso, posteriormente se castiga duramente. Lo mismo
ocurre si los padres mismos cuentan algo de su relación íntima, por ejemplo, la
mujer dice: “el padre es impotente”, o: “entre él y yo no hay nada”, o algo por el
estilo. O el padre habla con desprecio de la madre y el hijo lo oye; en un caso así, el
hijo se castiga ya sólo por saberlo. Y tanto más si después sigue investigando.
Para el hijo sólo existe una solución: “el olvido espiritual”. El hijo tiene
que retirarse totalmente de este asunto.
El hijo tiene a sus padres tal como son. Los padres no pueden ser
distintos de como son, ni tampoco tienen porqué serlo. Ya que un hombre y una
mujer se convierten en padres no por ser buenos o malos, sino por unirse como
hombre y mujer.
Por tanto, el hijo debe tomar su vida de los padres de la manera que
éstos la dan. Los padres no pueden ni añadir ni suprimir nada. Tampoco el hijo
puede añadir ni suprimirle nada: tiene que tomar la vida tal como se la dan los
padres.
Hay que decirles a los padres que tienen que separar las esferas entre
la vida de los adultos y la de los niños. El hijo no tiene ninguna culpa cuando se le
obliga a escuchar confidencias, pero los efectos son exactamente los mismos. El
mero hecho de escuchar, aunque sea obligado, confidencias de los padres, relativas
a sus culpas o a sus relaciones íntimas, atribuye al hijo una posición que no le
corresponde.
PERPETRADORES Y VÍCTIMAS
En la mayoría de los casos de abusos hay dos perpetradores: uno de
primer plano y otro de segundo plano.
Una familia con muchos hijos, da a una de las hijas a otra familia. Una
hermana de la niña dada (excluida) se casa y tiene una hija, dos hijos y un niño que
muere a los tres días. El padre abusa de la hija, ésta se lo cuenta a la madre que le
responde: “no le digas nada a nadie, que lo meten en la cárcel”.
Aquí hay dos perpetradores, el padre, en primer plano, y la madre, en
segundo plano. Entre los hermanos existe un amor y una unión muy profundos.
Cuando no le va bien a uno de ellos, los demás lo imitan. En éste caso, la madre
quiere abandonar al marido por querer seguir a la hermana que fue dada, como se
siente en deuda con el marido, le presenta a la hija para compensarlo. Esto no
disculpa al padre, evidentemente, pero hay que tener la imagen completa, porque no
bastaría con que la hija estuviera enojada con el padre, también debería estarlo
con la madre.
Cualquier ataque al perpetrador tiene efectos nefastos. Aunque el
perpetrador sea castigado, el hijo sigue siendo leal y se castiga así mismo. Y si no
lo hace él mismo, a veces, más tarde, lo hace un hijo suyo. Frecuentemente, esta
dinámica se reproduce a través de varias generaciones. El terapeuta tiene que
aliarse con el malo. Sólo actuando así puede poner en orden algo para los demás. En
cuanto se alía con la víctima y se indigna, el resultado es fatal para todos; y, sobre
todo para la víctima.
La solución se ve por las caras, en cuanto éstas se iluminan y todos los
miembros de la constelación se relajan, se ha encontrado la solución.
En terapia familiar se llega a la solución cuando se encuentra el punto
justo para todos en la familia; cuando uno se encuentra en el lugar que le
corresponde, cuando asume lo que tiene que asumir, y cuando se centra en sí mismo
sin interferir en la esfera de los demás. Entonces, de repente, todos se sienten
bien, con su plena dignidad. Y ésta es la solución.
RESUMEN:
- En terapia familiar sistémica, se trata de averiguar si la persona se
encuentra implicada en la suerte de anteriores miembros de la
familia (hijos, padres, abuelos, hermanos de los padres y otros que
hicieron sitio).
- Por implicación se entiende el asumir y el vivir de manera
inconsciente de la suerte de otro miembro anterior de la familia, con
el que se cometió una injusticia. Entonces surge una necesidad
irresistible de compensación, por lo que esta injusticia es
representada y revivida en generaciones posteriores, por otro
miembro de la misma familia totalmente inocente, y que además
desconoce la injusticia.
- Ley: “quien pertenece una vez al sistema familiar, tiene el mismo
derecho de pertenencia que cualquiera de sus integrantes”. Hay una
excepción, los asesinos, que si deben ser excluidos. Si alguien es
excluido, deshonrado o disminuido de rango, se comete una injusticia,
que será expiada en generaciones posteriores a través de la
implicación por otro miembro ajeno a la injusticia, y por lo tanto
inocente.
- Tales implicaciones pueden ser descubiertas mediante el trabajo con
Constelaciones Familiares.
2.-ME SOMETO A LA REALIDAD TAL COMO SE PRESENTA.
Psicoterapia fenomenológica
Fenomenología significa: me expongo a un contexto mayor sin
comprenderlo. Me expongo a él sin intención de ayudar, y sin intención de
demostrar nada. Me expongo a él sin miedo de lo que pueda surgir, ni siquiera que
pueda surgir algo espantoso. Me expongo a todo tal como es.
Al mirar los fenómenos, con esta actitud, purificado de toda finalidad y
de todo temor, de repente destella, sale a la luz algo que no es visible y que se
halla detrás de los fenómenos, algo que es esencial para la comprensión de la
persona.
Sin embargo, este mirar tiene un marco que delimita los aspectos de los
fenómenos que observo, porque es imposible mirarlo todo a la vez, me puedo fijar
en los fenómenos relacionados con la conciencia, con la culpa, con la evitación de la
experiencia, etc.,
EL AMOR
Amor no quiere decir que quiera algo del otro o de la otra, sino
únicamente que admito a la persona tal como es, sin juzgarla. Cuando trato con una
persona que no conozco, es más fácil mirarla con amor.
Amo a las personas que quiero percibir tal como son. Para percibir a
alguien tiene que haber cierta distancia, si me vuelco, y lo hago cuando pretendo
ayudar a otros, ya no puedo percibir.
Cuando percibo al otro y lo admito, se produce una intimidad intensa.
Esta intimidad no puede darse nunca en la proximidad, tan sólo es posible
manteniendo una distancia. Es sin intenciones personales, en un espacio en el que
únicamente es válido aquello que es y actúa, donde puede mantenerse esta
distancia que facilita la percepción de la otra persona, que admitida tal como es,
sin juicios de valor, posibilita el que se cree ese espacio de intensa intimidad.
El amor es el reconocimiento de que es bello y bueno tal como es.
LOS ANTÓNIMOS
En el pensamiento dialéctico, toda antítesis destruye al menos
parcialmente a la tesis, descubriendo su insuficiencia. Existe la posibilidad de que
cualquier elemento sea puesto en duda, ya que otro elemento puede desenmascarar
su relatividad. El pensamiento fenomenológico funciona de distinta manera, si yo
por ejemplo, acabo de conocer algo de los órdenes sistémicos y otra persona aún
encuentra otros órdenes más, que me comunica, añade algo a mi conocimiento. Su
conocimiento no es una antítesis, con él no anula mi tesis, sino ambas
comprensiones se unen en una síntesis sin que haya ninguna antítesis. Lo
destructivo en la antítesis, se desarrolla porque únicamente es pensada sin basarse
en una nueva percepción.
La antítesis crea la ilusión de que tenga la libertad de pensar lo que
quiera. Cada vez que una persona me comunica algo, puedo formular una antítesis a
su afirmación, sin estar atado a ninguna realidad. Si procedo de manera
fenomenológica, exponiéndome a una realidad tal como se presenta, renuncio a la
libertad de pensar o quererla de manera distinta, y me someto a la realidad
reconocida. Sin embargo, sometiéndome a la realidad, pierdo la libertad de pensar
y gano la libertad de actuar.
El pensar acerca de la realidad, me separa de ella y me limita mi vida.
Sin embargo, el actuar en función de los fenómenos que acontecen a mi alrededor,
me acercan a la vida. Es un actuar dialéctico que tiene en cuenta lo que está
ocurriendo y no está en función de lo que yo pienso, interpreto o imagino, que
evidentemente, no son la realidad fenomenológica.
top related