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Biografía de Jose Ángel Acosta Arevalo
Mi Tesis de Graduación en la Universidad de la Vida. Primera Edición.
Editado por Dr. Francisco Acosta Arevalo
Agosto 16, de 2007
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Contenido
1. Presentación
2. Mi vida en El Salvador
En el Volcán de Guazapa. Donde deje mi ombligo
Mis primeros zapatos
Vendiendo huevos
Cortando café
Mi primera propiedad
Los Primeros Vienes. Por si a caso
El Sacristán que se tomaba el vino de consagrar
El Sacristán Capturado por la patrulla descalza
Mis primeras novias
En el Colegio Ricaldone con los Salesianos
En el Colegio Externado San Jose con los Jesuitas
Vendiendo Repuestos de Carro
Mi Boda y Velorio
En la cárcel de Suchitoto
En la ciudad de Guazapa
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Fui un empresario de buses
Mi experiencia política
En la lista negra de los Escuadrones de la Muerte
3. Primera Diáspora. Salida como refugiados a Costa Rica
Llegada a Costa Rica
Formación del Primer Refugio en el Barrio Fátima de Heredia
Llegan más familiares como refugiados de El Salvador. Nuevos centros de regugio.
Apoyo de Naciones Unidas a través de ACNUR
Salida del refugio de San Rafael de Heredia
4. La Segunda Diáspora. Salida para Australia.
Llegada a Australia
Los choques culturales
Proyectos Sociales en Australia
5. De Regreso a El Salvador. No encontré la rama de de olivo.
6. Reflexiones de mi vida
7. Reconocimientos Especiales
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Presentación
Mientras resido con mi familia en Melbourne Australia, decidí escribir estas historias no
contadas que deben ser conocidas por mis descendientes, por mis familiares y amigos
cercanos.
Esas son notas donde describo como era la vida aya donde nací, aya donde deje el
ombligo, en las faldas del extinguido Volcán de Guazapa en El Salvador; después,
describo las historias de mi juventud, incluidas la historia de mis actividades económica y
política en ese país.
En un segundo momento describo la primera diáspora,- o desparpajo, como decimos en
El Salvador-. Describimos la historia de como mi familia y yo tuvimos que salir de El
Salvador como refugiados en Mayo de 1980. Salimos de urgencia como refugiados para
Costa Rica con lo poco que pudimos sacar, justa mente después del asesinato de
Monseñor Oscar Arnulfo Romero.
Describimos aquí todas las vicisitudes que tuvimos que enfrentar durante cuatro anos
como refugiados en Costa Rica.
En un tercer momento, describimos la segunda diáspora, donde los familiares salimos
para diferentes países tan distantes entre si como Canadá, Suecia, y Australia. Yo con mi
esposa e hijos, y otros familiares, salimos para Australia donde hoy vivimos desde hace
23 anos.
En un cuarto momento cuento historias sobre que significa para mí y para mi familia
vivir en Australia, justamente al otro lado del planeta de donde nacimos. Después cuento
la historia de mi primer regreso a El Salvador en 1997, con la esperanza de que ya
hubiera terminado la guerra o estuviera por terminarse; sin embargo, la guerra civil
termino oficialmente hasta Enero 16 de 1992.
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Sin duda durante mis 62 anos de vida he aprendido muchas lecciones de vida,
especialmente lo que significa salir de la patria forzadamente y vivir en el exilio; por eso
al final de estas historias comparto algunas de esas lecciones de vida para que otras
personas, especialmente mis descendientes, no se tropiecen dos veces en la misma
piedra.
La compilación de estas historias personales es para mí como la tesis de graduación como
sobreviviente de una guerra civil que duro más de doce anos en El Salvador. Esta es mi
tesis de graduación de la universidad más importante del mundo, la universidad de la
vida.
Como dicen que cada quien cuenta de la feria de acuerdo a como le fue, pues aquí
comparto estas historias de cómo me fue en mi feria de mi vida.
2. Mi Vida en El Salvador
Nací en las faldas del Volcán de Guazapa. Ahi deje el ombligo
Mientras las mayores potencias mundiales se enfrentaban en la segunda guerra mundial,
mi mama, Otilia Arevalo de Acosta, daba a luz un niño el día cuatro de Enero de 1945.
Nací en el Cantón el Zapote, municipio de Suchitoto, ubicado en las faldas del extinguido
Volcán de Guazapa en el país más pequeño de Centro América, El Salvador.
Nací en una familia grande de trece hijos nacidos vivos, diez varones y tres hembras.
Otros no tuvieron la suerte de tener nombre. “Es que es importante que vengas los hijos
que Dios quiera”, decía mi papa y mi mama. Y así fue, “cada tiro, era un conejo”.
Alrededor del volcán vivíamos antes de la guerra (1980) unas 85,000 personas. Ahí no
había electricidad, ni agua potable en la casa.
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Soy el hijo numero seis de mis hermanos de un total de hermanos de 16, contando con
los que se murieron y los que nacieron muertos; también tuve y un medio hermano que se
llamaba Carmelo Calderón Acosta, que era hijo solo de mi papa.
Mi papa se llamaba Pedro Acosta Melgar y no sabia leer ni escribir español, pues no
existían escuelas cuando el creció. El solo sabía escribir su firma.
Foto: Pedro Acosta Melgar
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Mi mama si sabe escribir y leer, pues lo aprendió de una maestra que llego al Cantón
Palo Grande donde ella nació; esa maestra se llamaba Rosa Bogran, quien le enseno a
leer y a escribir a mi mama en la casa.
Ahora mi madre vive cerca de Toronto, Canadá y esta por cumplir sus 90 anos de vida.
Mi mama cuenta en este momento con, más o menos, 65 nietos y nietas, y unos 30 bis
nietos y bis nietas residentes en diferentes países.
Foto: Otilia Arevalo de Acosta, Belleville, Canadá 2006.
Nací en una familia pobre, grande y católica. Cuando nací el cuatro de Enero de 1945,
fui atendido por una señora de nombre Dolores (Lola) Landaverde de Ventura; ella era la
partera que atendía a mi mama.
Los hijos los tuvo mi mama en la casa, no en hospital. La señora Lola nos cortaba el
ombligo con un fiero caliente y después ella hacia un hoyo en la tierra y lo enterraba.
Eso quería decir antropológicamente para nuestra cultura, “aquí naciste, de aquí eres y
aquí perteneces”.
Ahi no había ni agua potable ni energía electricidad, nada de eso, era la ultima casa del
cerro de guazapa, y el trasporte era un caballo, una mula o un burro.
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Antes de irnos a la escuela teníamos que recoger la leña para cocinar, traer el agua del río
para cocinar en la casa, moler la el maíz en el molino para hacer las tortillas y ordenar las
vacas.
La comida básica era maíz, fríjol y leche. Esos productos nosotros los cultivábamos, pero
a veces se nos terminaba el abasto antes de que saliera la producción del ano; entonces
teníamos que cambiar en vez de hacer las tortillas de maíz, hacerlas de sorgo o maicillo,
que usualmente lo usábamos solo para alimentar a los animales domésticos.
Desde niño comencé a ayudar a mi padre a los trabajos del campo; solo hice segundo
grado y como yo era de los de en medio de la familia, había que trabajar. Suspendí la
escuela por vario tiempo y regrese varios anos después.
Costumbres de la familia
Como no había energía eléctrica donde vivíamos, nos alumbrábamos con candiles
usando gas natural como combustible. Siempre estábamos pendientes del ciclo de la luna,
pues cuando hacia luna llena, nos poníamos todos en el patio de la casa alrededor de mi
papa para que nos contara historias. Muchas veces eran historias de sustos.
Al levantarnos teníamos que saludar a mi papa y a mi mama con las manos juntas; y
decíamos: buenos días papa, buenos días mama”, si no lo hacíamos, mi papa lo hacia
para nosotros para que nos diera pena. Lo mismo hacíamos cuando nos visitaban los
abuelos o los tíos.
Cuando salía el sol, toda la familia teníamos que hincarnos a rezar una oración de frente a
donde salía el sol; y en la tarde, a las seis de la tarde, hacíamos lo mismo, pero esta vez
de cara a donde se escondía el sol. Esa oración se llamaba el Ángelus.
Mis Ancestros
Mis abuelos por parte de mama fueron Domingo Arevalo Martinez y Feliciana Álvarez.
Mi abuelo, Papa Mingo, como le decíamos, era de origen indígena de la nación de los
Nahoas (Pipiles). Los Nahoas, eran una nación indígena que emigró del sur de México,
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probablemente antes de Cristo. El lenguaje de Los Nahoas, o Pipiles, era el Nahuatl.
Suchitoto por ejemplo, significa en Nahuatl pájaro flor, que también le llamamos la
chiltota en El Salvador.
Tanto el idioma Nahuatl, como la vestimenta indígena se dejo de usar después de ano
1932, cuando el General Maximiliano Hernández Martinez mato mas de 40 mil
indígenas, después de una insurrección campesina, bajo el pretexto de que los indígenas
eran comunistas.
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Del lado de mi papa Pedro Acosta Melgar, mis abuelos fueron Ramón Acosta Gonzáles y
Luisa Melgar Rivera. Aparentemente ellos fueron descendientes de Portugal, quienes
exportaban añil (índigo) que se usaba como colorante durante la revolución industrial en
Inglaterra.
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Foto: Ramón Acosta Gonzáles y Luisa Melgar Rivera
En la escuelita del Cantón El Zapote. Segundo Grado
Desde mi niñez ayudaba a llevar el almuerzo en mi espalda a mi papa; mi papa cultivaba
café, maíz fríjol y arroz; en ese entonces yo tenia 10 anos; yo ya había hecho segundo
grado, pues ahi en ese cantón solo había hasta segundo grado. La profesora, Nina Nela
Mesas Duran daba clases hasta 50 alumnos ella sola. Durante la semana ella vivía en la
escuelita y el fin de semana viajaba a Suchitoto en una mula. Recuerdo que viajaba en la
mula con un sombrero grande y una perrita llamada la Pinga de ojos grandes. Con la
profesora Nela Mesas Duran saque hasta mi segundo grado y ya no podía avanzar por
que ya no había más grados en ese lugar. No fue sino hasta varios anos después que
llegaron otros tres profesores que establecieron hasta el sexto grado y yo me integre de
regreso a la escuela.
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Foto: Aquí estaba ubicada la escuelita del Cantón El Zapote. La escuela fue bombardeada
por aviones de guerra. Después de doce anos de guerra, solo quedaron los cimientos.
Esa escuelita del Cantón El Zapote y otras de la zona, fueron fundadas por mi tío abuelo
Doroteo Acosta, hermano de mi abuelo Ramón Acosta Gonzáles, con el apoyo de un
sacerdote que se llamaba Padre Suvirana.
Mis primeros negocios
Yo ya no pude estudiar mas en la escuelita del Cantón, pues en ese tiempo tendría que
salir del cantón Zapote para estudiar. Entonces me dedique a trabajar con mi papa en la
agricultura y con mis hermanos mayores, Leandro (Lando) , Jorge y Amadeo.
En horas libres y sembraba tomates para hacerme personalmente de unos centavos.
También compraba terneritos flacos y los engordaba para venderlos; también compraba
huevos para llevarlos a vender al pueblo de Suchitoto donde vivía a mí abuela Feliciana.
Mi abuela me pagaba dos colones y me quedaba de ganancia75 centavos de colon.
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La mayoría de las veces, me iba a pie hasta Suchitoto para ahorrarme el pasaje; eran 25
centavos de pasaje y con lo que me ahorraba compraba una pelota de plástico para jugar.
Football.
Como todavía era un niño, trataba de controlar a alguien que viniera a pie para hacerme
compañía. Casi siempre viajaba con un señor que se llamaba Francisco Menjivar; el me
ayudaba con el canasto con huevos cuando me veía muy cansado.
Después, cuando ya tenia 13 anos y tenia un ahorrito, compre unas dos manzanas de
terreno a una señora que se llamaba Anita Ortiz; pero como en ese momento yo era un
adolescente, no podían darme legalmente a mi la escritura de propiedad, por lo que tenia
que ser representado por mi papa. Un señor llamado Don Cundo Leiva era escribano y el
fue el que me hizo la escritura de la propiedad.
Con estas experiencias comencé a desarrollar el talento del negocio; aprendí que dos más
dos podía sumar cinco y no cuatro. Es una forma de usar un talento nato para ayudar a
otros mientras me ayudo a mi mismo.
Mis Primeros Zapatos Numero 11
Hablando de mis primeros Zapatos, quiero contarles que yo compre mis primeros zapatos
a la edad de 13 anos; después de una ganancia que tuve de la siembra de tomates.
Le compre los zapatos a don Luís Rivera Paz en suchitoto; los zapatos eran de color
negros brillantes. Les decían de charol, eran unas botillas y el número eran cinco y medio
cada uno. Cuando me preguntaban, cuanto calza? Yo les decía: “calzo numero cinco y
medio, once por todo”.
Usaba los zapatos solo para ir los domingos al pueblo de suchitoto. Solo tenia un par de
zapatos, y por temor a ya no poder comprar otro par de zapatos los cuidaba mucho; solo
los usaba para fiestas, o sea cuando repicaban duro las campanas. Cuando se me
terminaron los zapatos, tenia dificultad para comprar otros pero mi hermano mayor,
Lando Acosta, murió de catorce anos en de un tétano, una enfermedad que no tenia cura,
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y como yo era el hermano menor que le seguía a el, a mi me quedaron sus zapatos y así
pude continuar calzado por un rato mas.
Mis Primeras Novias
De unos 14 anos de edad, ya podía andar a caballo y los días domingos venia al pueblo de
Suchitoto en una mula a comprar los víveres; o sea lo que no producíamos como dulce de
atado, azúcar, papas, medicinas y otras cosas. Me transportaba en una mula que se
llamaba Limosina, muy buena para correr, yo hacia una sola carrera desde el cerro de
Guazapa hasta Suchitoto.
Ya tenía una novia cerca del pueblo Lucia Artiga y la veía cada ocho días.
Como adolecerte que fue un joven tímido hacia las muchachas era miedoso a hablarles
pero dicen que era un poco simpático o sea que caía bien alas muchachas además yo
había leído un libro que se llamaba energía y pureza donde hacia hincapié de que el
mejor regalo que un joven podría darle a su novia era ir casto puro o sea sin experiencias
sexuales antes del matrimonio.
Yo lo ponía en practica no pasaba mas que de novias, y a veces solo de vista, recuerdo
que había una mucha, media prima, que se llamaba Carmesita Menjivar Melgar. A mi
me gustaba pero los papas de ella, Leonardo Menjivar y Micaela Melgar, eran muy
delicados y no les gustaba que sus hijas tuvieran novio. Además yo sabía que Don
Leonardo Menjivar tenía una escopeta y la mantenía cargada por si a caso.
Carmencita nunca me dijo que yo le gustaba, y yo la buscaba pero fuera de la casa.
Cuando ella iba a traer agua al vertiente, yo la iba a ishpear; cuando ella venia con una
cántaro en su cabeza ahí yo iba a vijiarla ya en horas de tarde, algo oscurito. y para
conversar algo yo le quitaba el tarrito con el que ella llenaba su cántaro para dar mas
tiempo a conversar.
Mi competencia era Domingo Guzmán Acosta, quien vivía donde mi hermano Jorge y
Carmen Guzmán. Pero nunca nos peleamos por ella.
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A veces yo llega a casa de Carmencita, pues sus padres tenían una tiendita con ventas
de cosas de primera necesidad. En la tienda vendían cigarros y yo los compraba, pero
nunca me fume uno, los compraba solo como excusa de llegar a la casa para ver a
Carmencita.
Una vez me ocurrió hacerle una cartita, era un sábado, y mi mama me había dado la lista
de los productos que yo debía ir a comprar al pueblo; pero ese día , equivocada mente, en
vez de entregarle la carta de amor, le entregue a Carmencita la lista de las cosas que mi
mama me había dado para ir a comprar en Suchitoto; aahhhh , que pena!!!!! Me fui y no
volví a verla.
Después que me fui ala capital a estudiar. Ahi conocía otra muchacha que se llamaba
Zoila Cordero. Zoila era del Cantón Ichanqueso de Suchitoto y estudiaba de noche en
San Salvador. Yo la iba a esperar cuando salía del colegio y la acompañaba en el
camino a la casa.
Pero un día me dijo que había conseguido visa para irse a Los Estados Unidos; ella me
dijo: “me iré y te vendré a traer”, me dijo. Así me quede conforme, pero nunca supe de
ella mas. Me escribía cada ocho días, después cada 15 y después cada mes, y después
nunca mas.
La Serenata y las ratas
Don Cande Melgar, a quien Dios en gloria lo tenga, era violinista y varios de sus hijos
tocaban diferentes instrumentos musicales y cantaban con el. Cuando a un hijo de el le
gustaba una muchacha, Don Cande les acompañaba a los hijos a poner serenatas a las
muchachas.
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Pues un día decidieron ir le a poner serenata a mi hermana Zoila, quien tendría unos 17
anos para ese entonces. La luna estaba llena y estaba la noche como el día.
Para ese entonces, yo recolectaba semillas de maranon (pepas), conocidas en Ingles como
cashues. Yo las recolectaba y las ponía en la biga de la casa donde mis hermanos
menores no me las encontraran. Yo las acumulaba para jugar pepas con los hermanos o
para asarlas y comérmelas, cuando ya tenia suficientes.
Como a las cuatro de la mañana llegaron a la casa Don Cande Melgar y tres de sus hijos,
creo que era Rafael, Juan y Jeremías Melgar. Pues comenzó la serenata con canciones del
Trío de los Panchos. Con la serenata se asustaron unas ratas que se estaban comiendo
mis semillas de maranon y se cayó la caja con todas las semillas de maranon.
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Cuando los serenateros oyeron el ruido de la caja que se había caído, dijeron: “hoy, hasta
se cayo de la cama la Zoilita”. Pues, entre la serenata y el accidente provocado por las
ratas ya nadie pudo dormir, y mejor nos levantamos a hacer café y a cantar con ellos.
Cortando café en la cima del Volcán de Guazapa.
Durante el verano nos íbamos hasta por tres meses a la cima del Volcán de Guazapa
donde mi papa tenía dos fincas de café, una llamada Los Ángeles y la otra El Copinol. Mi
papa se la compro a un señor llamado Carlos Mayorga, quien obtuvo esa propiedad
regalada por un Indio que le llamaban el Pelón. Se decía que el Indio cambio esa
propiedad a cambio de un espejo y a condición de que lo enterraran en San Jose
Guayabal.
Cuando cortábamos café en esas pequeñas fincas, a menudo venia una hermana de mi
papa, tía Mercedes Acosta, con sus hijos a ayudarnos a cortar, secarlo y cuidarlo antes de
venderlo en San Salvador, la capital de El Salvador.
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Foto : Mercedes Acosta Melgar, San Isidro Labrador, Costa Rica,1988
Eso implicaba que había que cuidarlo, y también y ahi no había casa solo un rancho
hecho por nosotros, que la aviamos hecho debajo de un árbol de naranja. Pero eso si dos
perros o tres muy buenos eran los que nos acompañaban, pues ahi era hasta peligroso
porque había animales silvestres como culebras o otros animales salvajes gatos tigres y
pesotes y tacuazines, garrobos y otros animales. Los perros eran buenos para cuidar y
cazar y eran la esperanza de nosotros en caso de un ataque. Esos perros se llamaban uno
carbonero, el otro tirano, y la otra perla.
Como dije antes, mi papa no sabía leer y escribir pero si era historiador; nos contaba
historias de diferente índole. Como no había mucho que hacer después de cenar, y pronto
oscurecía, el nos contaba historias. Le hacíamos rueda al rededor de el para oír sus
historias.
Aya en la finca de los Ángeles, en la propia cima del Volcán de Guazapa, los hermanos
pasábamos hasta tres meses acampando mientras cuidábamos el café en proceso de
secamiento.
Al anochecer los hermanos nos íbamos a ver para todos lados al rededor del volcán y a
cantar canciones como la del pobre venadito, que mas o menos dice así: “soy un pobre
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venadito que habito en la serranía; soy un pobre venadito que habito en la serranía, y por
no ser tan mansito, no bajo a el agua del rió...”. Por supuesto que también el gorrioncillo
pecho amarillo de Pedro Infante, y el corrido del caballo blanco de Antonio Aguilar.
El León de Juincho
El gobierno tenia el monopolio de la producción de licor y producirlo era ilegal si se
producía fuera del control del gobierno. El gobierno creo una policía especializada para
perseguir a los productores de licor clandestino. La Policía que perseguía a los que tenían
fábrica de licor clandestino se llamaba Policía de Hacienda. A esa policía les llamábamos
también como “los chicheros”, porque perseguían también a los que hacían chicha, una
bebida que se hace fermentando las cáscaras de la pina.
Por el difícil acceso a la cima del Volcán de Guazapa, era el lugar ideal para establecer
las sacaderas (fabricas clandestinas de licor). Un vecino de nosotros que se llamaba Juan
Garcia, a quien también le llamábamos Juincho, tenia una fabrica de licor clandestino
cerca de la finca de café de mi papa. Juincho, regó el rumor de que el la zona un gran
león y un muluz; ambos eran enorme mente peligrosos decía Juincho. La razón era que el
no quería que la gente se diera cuenta donde tenia la fabrica clandestina de producción de
licor. Pero pronto nos dimos cuenta de las reales intenciones y a la fábrica de licor
clandestino le llamábamos el león de Juincho.
Con un ojo al gato y otro al garabato
En la cima del Volcán de Guazapa teníamos vacas, que se engordaban rápidamente con
un tipo de sácate llamado Jalinquero; el problema era que frecuentemente se
accidentaban. Las vacas se rodaban y se quebraban o se mataban frecuentemente. A
veces las podíamos recuperar; las deslazábamos y traíamos la carne a la casa. Como no
había electricidad en la casa, y por lo tanto no teníamos refrigeradora donde guardar la
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carne, asoleábamos la carne y una vez seca se le poníamos mucha sal y guardábamos en
el tabanco. El tabanco era la parte de arriba de la cocina, donde con el calor y el humo se
conservaba la carne sin arruinarse por vario tiempo.
Una parte de la carne se ponía en la cocina colgando en un garabato (o gancho) de
madera y usualmente los gatos brincaban para querer alcanzar la carne que estaba en el
garabato. Mi mama nos decía que estuviéramos pendientes de que los gatos no se
comieran la carne. Mi mama nos decia:” hay que estar con un ojo al gato y otro al
garabato”.
De regreso a la escuelita del Cantón El Zapote.
Bueno, de repente se oyó decir que ya había quinto y sexto grado en la escuelita del
cantón El Zapote. Y me dije a mi mismo: ya estoy grande, pero tratare de estudiar y así
fue. Llego un profesor llamado Julio Martinez, quien fue el profesor mió y de los demás
hermanos; también llegaron otros dos maestros ellos eran el profesor Berty Fernández y
la profesora Lolita Pineda. Ellos venían los días lunes a la escuela del Cantón Zapote y
se regresaban a Suchitoto los días sábados.
La escuela era una casa grande, sin agua potable, sin electricidad y con una sola letrina
para unos 200 alumnos. La letrina solo la usaban los maestros, porque a los demás nos
daba pena usarla porque estaba enfrente de la escuela y si uno iba a la letrina, todo mundo
se daba cuenta que uno fue a la letrina. Entonces los alumnos nos íbamos hacer las
necesidades al monte, ahí cerca en una propiedad de Leonardo Menjivar. Las hembras
decían que no usaban la letrina, porque les habían dicho que cuando los varones van a la
letrina dejan unos animalitos minúsculos y dejan embarazadas a las hembras.
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Foto: Letrina de la Escuelita del Cantón Zapote, reconstruida después 26 anos. Junto se
construyo el monumento al Guerrillero Heroico.
Como no éramos muy buenos para hacer las tareas de la escuela en la casa, lo que
hacíamos es que el tiempo de la cosecha de las anonas (fruta) le llagábamos anonas a la
maestra. En la casa los hermanos nos decían que a puras anonas habíamos pasado grado
en la escuela.
En la escuelita estudie hasta quinto grado. Mis campaneros de Estudio eran Domingo
Guzmán, Tula Lobos Acosta, Tila Lobos Acosta, Melita Enamorado, Jeremías Melgar,
Manuel Melgar, Maria Elena Jovel, y otros.
Anos después los ex alumnos del Profesor Martinez le hicimos un reconocimiento,
porque el, y los demás maestros, nos ayudaron enormemente. Ellos fueron héroes para
nosotros. A ellos les debemos mucho de lo que ahora somos.
El profesor Martinez iba a la casa a dar le las clases a mi hermana Zoila. A la hora de
almuerzo, el profesor Martinez se iba almorzar a mi casa y después le daba las clases a mi
hermana, a quien nosotros la protegíamos, pues era la única hermana para ese entonce.
Ese día que llegaba el profe, mi mama cocinaba sopa de gallina para el profesor y
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después de almuerzo le daba las clases a mi hermana; obviamente, por si a caso, siempre
estábamos “con un ojo al gato y otro al garabato”. Así fue como mi hermana Zoila, saco
su sexto grado y después se fue a un colegio en San Vicente donde se hizo monja.
El profesor Julio Martinez murió hace como tres anos como consecuencia de una
diabetes.
Foto Arriba: Francisco Acosta, profesor Julio Martinez, Ángel Acosta y profesor Jovel. Abajo: Domingo
Guzmán Acosta, Gertrudis Lobo Acosta, Elba Lobo Acosta, Magdalena Jovel, Carmen Menjivar Melgar,
mama d Magdalena, Melita Enamorado y profesor Julio Martinez. Foto tomada en Santa Tecla durante el
homenaje al Profesor Martinez.
El Sacristán que se tomaba el vino de consagrar.
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En 1960 hice curso para ser un sacristán, que les decían acólitos. El sacristán ayudaba al
sacerdote católico a celebrar la misa.
También mi abuelo Ramón Acosta trabajo en la construcción de la iglesia Santa Lucia de
la ciudad de Suchitoto, en el tiempo de la Administración del Presidente Quiñónez
Molina, quien nació en Suchitoto.
Foto: Iglesia Santa Lucia. Suchitoto
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Foto: Portal del Parque de Suchitoto.
Ahí fui a la escuela hasta que me gradué de sexto grado.
Mientras tanto, yo hacia pequeños negocios comprando terneros desnutridos, los
recuperaba y los venia. Los ahora desaparecidos durante la guerra Marco Antonio
Gallardo y su esposa Antonia Caceres, me vendían los terneros secos.
Hice un curso conducido por el padre Benjamín Rodríguez. En ese tiempo las misas
eran en latín; ni yo supe que decía, hablaba en una jerigonza y las misas eran de espaldas
a la gente, no de frente como ahora.
Mi trabajo era acercarle el vino y el agua al sacerdote y tocar la campanita en la hora mas
sagradas, así como ayudar a que no se le cayera una ostia a los feligreses poniéndole en el
momento de recibirla ostia. También tenia que tocar las campanas para llamar a los
feligreses del pueblo. Al último repique de tres, ya había que comenzar la misa.
Lo cierto es que, a escondidas, me tomaba de vez en cuando un poquito del vino de
consagrar.
Haciendo el Novenario de Los Primeros Viernes
Hacer un viernes, significaba que el primer viernes de cada mes, íbamos a Suchitoto, nos
confesábamos con el padre, oíamos la misa y comulgábamos. Eso se tenía que hacer por
nueve meses y eso era un novenario de primeros viernes.
Nos juntábamos varios cipotes en un lugar, en las faldas del volcán de Guazapa y nos
íbamos caminando hasta Suchitoto. El grupo era dirigido por mi primo Ricardo Acosta
Rivera.
Llegábamos a Suchitoto y nos hospedábamos donde mi abuela Luisa Melgar de Acosta,
que vivía en el Barrio la Cruz de Suchitoto. Ella vivía como a una cuadra de un centro
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ganadero, que le llamábamos la Ganadera. En la ganadera había toros de raza y un burro
que eran usados para mejorar la raza del ganado. En ese tiempo no se conocían los
relojes, o mas bien si había uno pero estaba en la torre de la iglesia Santa Lucia. Cuando
el burro rebuznaba, era señal que ya eran las cinco de la mañana y mi abuela nos
levantaba porque al rebuznar el burro, ya era hora de levantarnos para ir a misa.
Por si acaso, yo hice cuatro novenas con una confesión y comunión mensual era para que
la virgen os prometiera no dejarlos morir en pecado; aunque los pecados que le decíamos
al padre era solo de esos de malos, a lo mejor buenos, pensamientos. Así es que tengo ese
merito, en caso sea cierto
Hice cursillos de cristiandad con el sacerdote Marcos Rene Revelo quien en un tiempo
fue el párroco de Suchitoto. Posteriormente el fue Obispo de la Diócesis de Santa Ana y
su hermano Director Nacional de la Policía. Esos cursillos se trataba de tres días de solo
meditación y charlas cristianas y una buena confesión de padre y señor mió; esos
cursillos duraban tres días el convento de Suchitoto. También hice cursillos de
cristiandad en la capilla Santa Teresita de Apulo conducidos por el obispo Jorge Castro
Pena.
El Sacristán capturado por la patrulla descalza
Esta es la historia de cuando yo era el sacristán del padre Eduardo Alas Alfaro. Yo tenía
unos trece anos, y todavía no había comprado mi primer par de zapatos.
Pues un día que había llegado el padre Eduardo alas Alfaro a celebrar misa al Cantón
Zapote, yo era el sacristán del Padre Alas, el que le ayudaba a celebrar la misa, y después
de misa lo iba a dejar a Suchitoto en una mula que le llamábamos la Limosina. Yo iba
anancas de la mula y el Padre Alas adelante.
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Foto: Mons. Eduardo Alas Alfaro
Pues ese día como a las dos de la tarde, en el camino, en un lugar que le decíamos La
Flecha, estaban unos miembros de las patrullas cantorales, la descalza que le decíamos,
reclutando jóvenes para llevarlos al cuartel para ser reservistas como soldados en la
Fuerza Armada de El Salvador. Pues al llegar a La Flecha, me bajaron de la mula y me
capturaron y me amarraron; y el Padre Eduardo Alas les dijo que me dejaran que yo era
su sacristán. “Si, si no hay problema” le respondieron los patrulleros. Allá en Suchitoto se
lo vamos a dar; solo necesitamos cumplir con una cuota de reclutados que nos exigen,
respondieron. Y así convencieron al Padre Alas y no me soltaron. Pues me llevaron
amarrado con unas pitas como si fuera criminal. Me llevaron caminando como ocho
kilómetros hasta la ciudad de Suchitoto. Al llegar a Suchitoto, me llevaron a un lugar que
le decían la Comandancia Local que era la casa del comandante del pueblo de suchitoto.
Y cuando llegamos a suchitoto me metieron a dentro del solar de la casa de la
comandancia local; pero cuando llegamos ahí, ya estaba repleto con otros jóvenes que
habían sido capturados para el mismo fin. Éramos como unos 100 jóvenes. No daban
comida, y ya cuando eran ya las 10 de la noche mande a decirle al sacerdote Eduardo
Alas que fuera a la Comandancia a interceder por mi porque tenia hambre y frió y no
habían esperanzas de sacarme.
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Mas que todos los jefes de esa comandancia estaban borrachos ya el padre llego a
hablar por mi y le dijeron el mismo cuento: ya se lo damos, mentiras el se fue, y yo ya
desesperado miraba hacia la calle cuando abrían un poco la puerta. Yo quería escaparme
Foto: Calle de Suchitoto
Pero había que pasar por la sala principal, pero hubo un momento que nadie vigilaba, y
agarre valor y me dije: yo boy a intentar escaparme en este momento.
Y así fue, aproveche que el portero se descuidara un poco y salí en carrera en medio de
los comandantes; pero como estaban borrachos no pudieron seguirme mucho, pero si me
siguieron un montón de perros callejeros, pero no me alcanzaron. En esos pueblos hay
muchos perros en la calle, pues me siguieron como 10 perros. Pues yo corría descalzo a
una gran velocidad del miedo que me alcanzaran los patrullaros, y así me les logre
escapar; ni yo creía la hazaña que había hecho, pues yo no quería ir al cuartel a hacer la
platada, como le decían, era para un periodo de un ano y yo sabia que trataban mal a los
reclutas.
Pues el Padre Eduardo Alas, después de ser el párroco de Suchitoto lo hicieron obispo de
la Diócesis de Chalatenango. Eso fue ahí por 1980. Ya obispo de la Diócesis de
Chalatenango, junto con mi hermano Francisco y mi cunada Bárbara, y otros, fundaron
la Universidad Oscar Arnulfo Romero en Tejutla, en el Departamento de Chalatenango
en 1992.
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En el Colegio Ricaldone en San Salvador, con los Salesianos.
En1966 me fui a internar al Instituto Ricaldone en san salvador queriendo ser un
religioso salesiano como hermano coadjutor.
Foto: Ángel Acosta, 1965
Un día Mauricio Herrera, quien era un primo, llego a la casa de nosotros en Canton El
Zapote. Mauricio Herrera, quien estaba estudiando en un colegio de la congregación
salesiana llamado Colegio Ricaldone, convenció a mi papa y mi mama para que nos
dejara ir al colegio a estudiar. Pues mis papas estuvieron de acuerdo y un buen día, mi
papa vendió unos bueyes para comprarnos zapatos y otros enseres y así mis hermanos
Ricardo, Ramón y yo nos fuimos a San Salvador a estudiar..
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Pues mis hermanos Ricardo, Ramón y Zoila ya habían hecho el sexto grado y así fue
como el mismo ano nos fuimos tres hermanos a San Salvador, y mi hermana Zoila a un
colegio de monjas en Santo Domingo Departamento de san Vicente.
En el Colegio Ricaldone conocí a Víctor Caceres, que era en ese tiempo un hermano
religioso de la orden Salesiana, cuya sede esta en Turín, Italia. Victor era hijo de
Francisco Caceres y Amparo Escobar de Caceres, quienes después fueron mis suegros.
Después el se salio de congregación y se caso. Desde que nos conocimos con Víctor
tuvimos una muy buena relación hasta el momento de su fallecimiento. Estuvimos
siempre cerca en las buenas y en las malas; yo siempre podía contar con el y el con migo.
En el Colegio Ricaldone pagábamos poquito de colegiatura, pero nos hacían trabajar
hasta de noche; yo trabajaba en una imprenta de encuadernación sin sueldo, pero solo
pagaba como 10 dólares mensuales. Ahí estudie de día y éramos como 85 alumnos.
Todos éramos aspirantes a religiosos para llegar a ser hermanos coadjutores, salesianos,
una congregación religiosa enormemente conservadora.
El Terremoto del tres de Mayo. La Virgen, Maria Auxiliadora, casi me mata
Ahí estábamos 3 hermanos pero como yo era mayor casi no los miraba pues eran de otra
tanda con un asistente diferente para el tres de Mayo hubo un gran terremoto y yo dormía
al lado de la virgen y casi me mata pues callo junto a mi y se hizo pedazos. Así paso
temblando como tres meses y dormíamos en los corredores, lo que me acuerdo que a
pesar de la emergencia a las cinco de la mañana del terremoto bajamos en un gran orden
del tercer piso.
Bueno, así pase dos anos interno en ese colegio, pero después desapareció el aspirantado
y los salesianos nos sacaron a todos y nos dijeron que teníamos que irnos de regreso a
casa.
Al Colegio Externado San Jose, San Salvador
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Yo ya no quería regresar a casa en el Volcán de Guazapa, pues me tocaba trabajar otra
vez con mi papa en el campo aporreando frijoles y maicillo (sorgo).
Entonces me inscribí en el Colegio Externado San Jose administrado por los padres
Jesuitas. En ese colegio, donde atendían los hijos de los ricos, estaba un sacerdote de
apellido Rivera y el me ayudo a que me aceptaran como interno con la condición que
trabajara de día y estudiara de noche ahi mismo en el colegio.
Y así fue. Hice todo en ese colegio: de sacristán, cocinero, jardinero, limpieza, bueno de
todo. Así pase otros dos anos y ahí conocí al padre Rutilio Grande, y al Padre Segundo
Montes, quienes fueran asesinados posteriormente.
Vendiendo repuestos de vehículos en San Salvador
Después me salí del Colegio Externado de San Jose y conseguí un trabajo en venta de
repuestos en un lugar llamado Auto Palace, Frenkel y compañía. Ahi trabaje otros 2 anos
ganando un salario mínimo de 50 dólares mensuales. A penas me alcanzaba para comer.
Yo vivía en un cuarto, o más bien dicho, en un garaje de carros que se usaba como
dormitorio, mismo que compartía con mí tío Jesús Arevalo, hermano de mi mama. Tío
Jesús tenia una moto con la que me trasportaba en las emergencias. Esa moto mi tío
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Jesús la guardaba de recuerdo y recientemente me la vendió hace tres anos y la tengo
como recuerdo pues tiene ya como 38 anos.
Tío Jesús tenia una moto con la que me trasportaba en las emergencias, esa moto me la
vendió hace tres anos y la tengo como recuerdo, pues esa moto es histórica, ya tiene
como 38 anos.
Así saque mi plan básico (noveno grado) estudiando de noche. Recuerdo que el salario
no me ajustaba y para poder ahorrar un poco solo comía dos veces al día, desayuno y
almuerzo; la cena era un pan con crema.
Mi experiencia Política
Cuando yo comencé a tener entendimiento de las cosas, a pesar que vivía en el campo,
ya oía hablar de los presidentes de la Republica El Salvador. yo veía que solo militares
llegaban a hacer presidentes; por ejemplo, el Coronel Jose Maria Lemus, el Coronel
Julio Rivera , Coronel Sánchez Hernández (el tapón), el General Humberto romero y
otros,
Esos presidentes eran solo de Conciliación Nacional (PCN) quienes llegaban al poder a
través de engaños y fraudes. Los militares venían gobernando el país desde 1932, cuando
los cafetaleros pusieron al General Maximiliano Hernández Martinez como presidente,
quien cometió una enorme masacre de indígenas quienes se revelaron contra los
cafetaleros durante la gran depresión económica mundial de 1932.
Después de esa masacre, los terratenientes no permitían que llegaran presidentes civiles,
tenían que ser militares para que les cuidaran sus propiedades ante los descontentos de los
campesinos e indígenas. Especialmente los terratenientes dueños de haciendas que
producían para exportar a Estados Unidos tales como café, algodón y cana de azúcar. En
ese tiempo solo en el municipio de Suchitoto había 38 grandes haciendas y a los
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trabajadores les pagaban como medio dólar al día y no permitían que los trabajadores
agrícolas se organizaran legalmente.
Cuando yo tenia trece anos, se empezó a oír que salio un partido de oposición al partido
de gobierno. Ese nuevo partido fue el Partido Demócrata Cristiano (PDC) fundado por
el entonces arzobispo de San Salvador Monseñor Chavez y Gonzáles, y Monseñor Rivera
y Damas, en conjunción con otros civiles como el Ingeniero Napoleón Duarte, Julio Rey
Prendes, Antonio Morales Erlish y otros.
Como ese partido mencionaba lo de cristiano, a mi me llamo la atención. Me gusto la
idea, a pesar que yo no podía votar, porque era un menor de edad, pero comencé a apoyar
a los señores mayores que dirigían ese partido en Suchitoto. Muchos de la familia
Acosta, Melgares, y Caceres nos metimos de cabeza a apoyar el PDC.
Se sentía como que el PDC era un partido de línea cristiana y ahi teníamos cabida
nosotros. Los estatutos o reglamento del partido eran muy interesantes, pues se trataba de
ayudar a los demás necesitados, los descalzos, y a los pobres en general. Y comencé en
ese tiempo a acompañar a los mayores en los eventos del partido.
Durante las campanas políticas, salíamos a los diferentes cantones de Suchitoto con
Don Cande Melgar, tío Rufino Acosta. Toribio Flamenco, Lupe Caceres, tío Gonzalo
Caceres y otros más. Salíamos a los cantones como Las Delicias, la Caja, y otros, donde
no llegaba vehículos; entonces llegábamos en caballo o en mula. Los parlantes los
cargábamos detrás del caballo en la ancas del caballo.
A veces íbamos a pie cargábamos los parlantes en el hombro, pero la cosa es que las
reuniones publicas se hacían al aire libre. Se hablaba de un cambio donde el campesino
pudiera tener acción de elegir su presidente pues en ese tiempo solo ganaba el partido de
gobierno. Siempre el día de las elecciones había presión de la Guardia Nacional para que
se votara por el PCN.
Mientras tanto, el PDC comenzó a tomar fuerza. Yo no podía votar pues era un menor de
edad (14 anos) pero si ya podía ayudar a muchas tareas.
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En ese entonces, se alquilo una casa en Suchitoto como local del partido. Esa casa era
pagada por contribuciones voluntarias. La mayor parte de los militantes del PDC
vivíamos en el campo y la mayor parte de los habitantes de la ciudad eran del PCN. En el
local del PDC hacíamos las reuniones y a veces el PNC nos mandaba espías para saber
que estábamos diciendo. Una vez los detectábamos, nos poníamos a rezar el rosario y
entonces los espías se iban, pues no querian rezar con nosotros.
Yo en ese tiempo me fui ala capital a seguir estudiando por 6 anos, pero el Partido
Demócrata Cristiano se mantenía y crecía cada vez mas fuerte en Suchitoto.
En 1970 yo regrese a Suchitoto y cuando habían elecciones para alcaldes y diputados.
Me incorpore al partido Demócrata Cristino, me afilie al partido. Yo era ya mayor de
edad 25 anos. Trabaje en la campana; yo no era bueno para hablar en publico pero si
hacia otras tareas.
En esa ocasión en 1972, fui vigilante de urnas, como propietario. Se formo una coalición
de partidos de oposición que se llamo la Unión Nacional Opositora (UNO); los líderes
eran el Ingeniero Napoleón Duarte y el Dr. Guillermo Manuel Ungo. Ya había represión
para los opositores al gobierno, ya era un riesgo ser de oposición pero la conciencia nos
decía que teníamos que luchar por un cambio político, social y económico.
Pues durante esas elecciones, hubo un gran fraude electoral y fuimos burlados por el
partido PCN, rellenando papeletas de votación a favor de su partido un día antes de las
elecciones. Los las urnas las llenaban en la oficinas de la Guardia Nacional o en la Policía
de Hacienda. De esa forma siempre ganaban las elecciones y nos arrebataron el triunfo.
El gane fue de nosotros pero el PCN nos hizo fraude. En una de esas elecciones
golpearon l ingeniero Napoleón Duarte y le cortaron un dedo, debiendo el salir al exilio
a Venezuela, y le dieron el triunfo al Coronel Arturo Armando Molina. Es que en
realidad la mayoría no mandaba, sino quien tenia las armas y controlaba el poder del
estado.
Participación en las elecciones de 1977
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Después en 1977 hubo otras elecciones, llevábamos como candidato al Coronel
Claramon. Entonces creímos que como el era un coronel, aunque retirado, pero de
oposición ahi nos aventamos a la lucha otra vez.
Durante esa campana electoral, yo preste mi carro para la campana política por tres
meses. y así fue, se sentía que ganaríamos las elecciones, pues llevábamos de
candidato a un coronel retirado.
Pero la sorpresa que nos robaron el gane otra vez y pusieron al General Humberto
Romero como presidente.
El coronel Claramon se fue a Costa Rica a exiliarse y nos quedamos los simpatizantes al
peligro de ser asesinados pues ya los militares mataban muchos dirigentes o
simpatizantes de la oposición.
Yo ya en ese tiempo ya estaba casado, tenia dos hijos: Freddy y Ronald Acosta. Ya
vivíamos en el caserío la Mora en el Cantón el Zapote de suchitoto. Frente a la casa de
mi suegros Francisco Caceres y Amparo Escobar de Caceres. También cunados
Florentino y Roberto Caceres Vivian ahí. Ellos también habían participado como
vigilantes de urnas en las elecciones por parte de la oposición.
Recuerdo que en un momento bien temprano llegaron a el lugar de votaciones en
Suchitoto unas mujeres uniformadas con vestidos de la emblema de su partido. Eran
unas manitas. Llegaron como 15 mujeres y la mayoría eran prostitutas contratadas por ese
partido para que nos amenazaran. y así fue; los enseñaron los cuchillos que portaban y
nos dijeron: si no se va le meteremos este cuchillo. y otro rato mas tarde, llego la
Guardia Nacional a amenazarnos; después, otro del mismo PCN, un tal Mario Rivera,
conocido popularmente como Mario Prud; el me agarro del cuello y me aventó a la pared
y me dijo: “váyase, ya si no aténgase a su suerte”. En ese momento abandone mi puesto
de vigilante de urnas por parte de la UNO, y me fui a dar el reporte al partido de la UNO
donde yo pertenecía. Con ese método represivo nos quitaron el gane otra vez.
Y comenzó la persecución contra nosotros
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Inmediatamente después comenzó lo triste, pues comenzaron a desaparecer personas de
oposición y yo sabia que había participado en dar mi carro para la campana y había
participado como viajante de urnas; además, unas denuncias de injusticias.
Pues me fui a mi casa, pero yo sentía que en un momento durante la noche me podrían
sacar de la casa, pues vivía a la orilla de la carretera que conduce de suchitoto a
Aguilares. Cuando comenzó la noche comencé a sentir un miedo que me sacaran de la
casa de noche; entonces tome un costal un machete y me fui a dormir al monte.
Yo tenia dos perros, ellos se iban con migo, pero no era de mi agrado pues por ellos me
podían encontrar. Pero mis perros eran muy fieles y no me abandonaban, dormían por
un lado de mí. Yo sentía que los perros eran una alarma por si llegaban a buscarme; pero
por otro lado, sentía que eran un compromiso me comprometían al ser encontrado, pues
cuando alguien pasaba cerca ellos ladraban. En todo caso yo no dormía bien pues habían
muchas hormigas, y zancudos. El suelo era muy duro, de cabecera ponía una piedra .
Pero después también llegaron a dormir por ahi cerca mi, el suegro Francisco Caceres,
sus hijos Florentino y Roberto Caceres; pues ya éramos cuatro durmiendo en ese monte a
la orilla del Río Las Pacayas. Y después se incorporaron otros más a dormir en el monte
que también sentían miedo de dormir en su casa.
Eso fue duro, y duro como tres meses, hasta que la cosa se empezó a calmar. Pero el
carro que se utilizó para la campana electoral lo tuve que vender. Lo vendí despedazado,
en partes, pues era muy conocido por las autoridades.
Las cosas se pusieron peor después; la gente perdió la esperanza de hacer cambios por
las vías pacificas y se comenzó a organizar en una lucha armada. Yo ya en eso no me
incorpore a la lucha armada, pues mis principios que mi padre me había ensenado eran no
a la violencia, pero si al dialogo. Yo no participe en la lucha armada, nunca fui un
guerrillero, pero hacia tareas que ya eran peligrosas para mí; aunque yo quería cambios,
pero por la vía pacifica.
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Pronto me di cuenta que no había otra opción que la lucha armada, pero no para mi
porque yo era un pacifista activo. Entonces mejor me dedique ayudar en la parte
humanitaria hasta que me fui a refugiar a Cota Rica en Mayo de 1980. Justamente un mes
y medio después, que mataron a Monseñor Oscar Arnulfo Romero, el Arzobispo de San
Salvador.
Monseñor Romero denunciaba la represión contra el pueblo, por eso lo mataron.
Nosotros escuchábamos sus homilías el día domingo con mucho entusiasmo, porque no
había otra forma de saber lo que en realidad estaba pasando en el país, pues los medios de
comunicación estaban controlados, como hoy, por el partido en el poder. Así, la gente ya
no creyó más en las elecciones y siguió su lucha por la vía armada.
Monseñor Romero era un pacifista que luchaba por los derechos civiles, como Gandy en
la India, o el Dr. Martín Luter King para los Estados Unidos.
Mi boda y Velorio
Mi papa junto con Don Chico Caceres, compraron la Hacienda el Ixcanal en el Cantón El
Zapote. El casco de la Hacienda le quedo a los Caceres y la parte de arriba a los Acosta.
Cuando Elías Caceres se caso ahí en el casco de la Hacienda, ahí conocí a Romelia y me
tiro el flechazo. Ella estudiaba en un colegio en Suchitoto. El colegio se llamaba Colegio
Beata Imelda, era un internado para mujeres.
Un día domingo me hice pasar por su primo y fui a visitar a Romelia al colegio. Las
monjas que administraban el colegio no me creían que yo era primo de ella, pero al final
me dejaron entrar y la vi por un ratito.
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Foto: Ángel Acosta y su esposa Romelia Caceres Escobar
Como las monjas eran incrédulas de que éramos medio primos, le propuse a Romelia que
la podía ir a ver por la noche cuando todas las monjas y las demás internas estaban
dormidas. Romelia estuvo de acuerdo en mi idea y en adelante eso hicimos. Yo llegaba
como a las doce de la noche, ella salía al balcón adentro del colegio y yo llegaba por
fuera como Romeo y Julieta; o sea, que ella salía a una ventana. Ella me dijo que si que la
fuera a ver pero el balcón del colegio al lado de la calle. Pero el dicho balcón me quedaba
alto, entonces puse un rimero de piedras para subirme y alcanzar a verla y tocarle al
menos sus manos. Algunos comentan que no solo le tocaba las manos, pero no, esos son
chismes de la gente. Y así lo hacíamos casi cada domingo por las noches, como a las
doce de la noche, cuando las monjas estaban dormidas.
Un día alguien nos vio y aviso a las monjas del colegio, ahhhh que problema! Es que
nos encontraron “con las manos en la masa”, como se dice en El Salvador. Pues ante los
hechos, el papa de Romelia , Francisco Caceres, y su mama, Amparo Escobar, decidieron
llevársela a casa de regreso para que yo no la anduviera sun-saqueando; pero yo fui
categórico y le hice frente a la relación hasta llegar al matrimonio y cumplí con lo que el
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libro me había ensenado, pureza hasta el matrimonio!!! Y quien diga lo contrario, son
puras especulaciones.
Una vez saque el noveno grado, o plan básico como le llamábamos entonces, y como
Romelia y yo ya éramos novios y la veía cada domingo en la ciudad de Suchitoto, decidí
dejar el trabajo y me vine a Suchitoto a poner un negocio de productos de veterinaria y
abonos para la agricultura. Vivía en el Barrio de la Cruz de Suchitoto. Durante el día me
acompañaba un niño de como 10 anos pero en la noche la pasaba solo.
Así fue como decidí casarme, y le pedí a mi papa que fuera a donde Don Chico Cacers a
pedir la mano de Romelia para mi. Me papa accedió a mi suplica, y se fue a buscar un
pacho de aguardiente clandestino (no se pagaba impuestos) que producía en medio del
bosque un señor de nombre Benjamín Loyola. Nadie le decia su nombre todos los
borrachines le llamaban el Gueguecho. Pues mi papa se llevo la pacha de guaro
clandestino que le compro a Gueguecho y se presento a la casa de Don Chico Caceres a
pedir la mano de Romelia.
Pues como la cosa era ya de compadres hablados, Don Francisco (Chico) dijo que si,
pero que considerara que teníamos que pedir dispensa al Papa en Roma porque hermanos
medio primos. Mientras tanto mi papa y Don Chico se sentaron a tomarse los tragos de
licor clandestinos y se ponían hasta rojos como Santa Claus.
En mayo de 1970 me case con Romelia Caceres Escobar. Inmediatamente hicimos juntos
un cursillo de encuentro matrimonial en el Colegio de Ayagualo, en el pueblo de
Zaragoza, de Departamento de la libertad la libertad.
El 2 de mayo de 1970 me case con Romelia, pero fue una boda muy pobre, ho hicimos
fiesta pues fue un desayuno nada mas. Yo no tenia ahorros y el negocio que tenia, lo
había organizado con un préstamo de mil colones.
Recuerdo que solo dos vehículos estaban disponibles para el transporte; uno que yo
manejaba que era un camioncito viejo marcha chebrolett, y el otro era un taxi mi cunado
Víctor Caceres. Como no había vehículos suficientes, a mi mí me toco llevara a la gente
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que me acompaño a la boda desde la Iglesia de Santa Lucia hasta en Bario la Cruz de
Suchitoto donde fue el desayuno. Hice varios viajes; primero lleve a mi esposa y a mis
padres y así regresaba por los demás hasta llevar a todos.
Así Romelia la madre de mis hijos fue mi primera experiencia amorosa de mi vida,
habiendo procreado con ella 7 hijos. No tengo hijos por fuera, todos fueron por dentro.
Bueno, el día de la boda en Suchitoto, la casa donde fue la boda también fue la casa
donde se velo a un niño de una prima Margot Arevalo Acosta y Gerardo Murillo. Así se
tuvo que velar el niño en la misma casa donde teníamos el desayuno de la boda, así que
ese día fue boda y velorio al mismo tiempo.
La chancha para el Papa
De acuerdo al Derecho Canónigo que rige a la Iglesia Católica, si una persona se quiere
casar con alguien quien es un familiar cercano, tiene que pedir permiso al Papa en
Roma, a través del párroco local, y para eso hay que pagar una cantidad de dinero y a ese
tramite se le llama dispensa.
Pues el asunto fue que Romelia y yo compartimos la misma bis abuela por parte de
nuestros papas. Y pues si, salimos primos en tercer grado.
Pues el asunto fue que yo no tenia dinero para la boda, pero Romelia, que era mi novia
entonces, me dijo que ella engordaría una chancha (una cerda) para venderlo y así pagar
los costos de la boda; y así fue, engordo la chancha la vendió para los cubrir los gastos
de la boda; lo que no calculamos era que teníamos que pagar la dispensa al Papa en
Roma. El sacerdote que nos caso, Inocencio Alas, sabía que éramos medios primos y
nos cobro 50 pesos (veinte dólares de entonces) para pagar la dispensa, dijo; eso era para
que el Papa nos dejara casar. Entonces el dinero de la chancha casi solo alcanzo para el
Papa y casi no nos alcanzo para la boda.
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Lo curioso fue que después mi hermano Julio se caso con Ofelia, quien es también
hermana de mi esposa Romelia, y a ellos no les cobro dispensa el Padre Inocencio Alas;
o fue un favoritismo o probablemente todavía le deben una chancha al Papa.
Pero hay otros que también le deben una chancha al Papa, pues se casaron entre primos;
por ejemplo, mi hermano Jorge Acosta se caso con Carmen Guzmán Acosta; mi hermano
Amadeo con Elena Melgar; Florentino Caceres con Teresa Melgar; Roberto Caceres con
Amanda Melgar; Rafael Melgar con Guadalupe Caceres; y hay muchos casos mas. Si
todos ellos pagaran su deuda al Papa, ya tendría una porqueriza el Vaticano.
Le explicación del fenómeno social de casamientos entre familiares, hay que encontrarlo
en la historia cultural; es que nosotros descendemos de una zona con fuerte influencia de
los Indios Nahoas (pipiles) quienes para mantener sus costumbres, la raza y bienes se
casaban entre familiares. Ha sido hasta ahora que se dio la diáspora (dispersión por el
mundo) y que estamos en contacto con otras culturas que ese esquema social ya se
rompió y por supuesto al Papa ya no le llegan las dispensas, ni las chanchas.
Nacimiento de mi primer hijo, Fredy Acosta Caceres
Bueno, unos meses después nació mi primer hijo Freddy.
Pues me quede viviendo en la misma casa que era de mi papa en el Barrio la Cruz .ahi
nació mi primer hijo Jose Freddy Acosta. Antes que Freddy naciera ya le había comprado
un machete chiquito que era es instrumento de trabajo.
La casa donde vivíamos en Suchitoto no tenia divisiones; pues un día, cuando amaneció
nos dimos cuenta que un ladran había entrado y se había tirado por una defensa y nos
robo las pertenencias hasta la ropa del niño. El ladrón se robo todo y nos dejo, como
decimos, silbando en la loma.
En esos días mi suegro, Francisco Caceres, quien me quería mucho, me dijo: lléguese a la
casa en El Zapote y escoja una vaca con ternero tierno para la leche del niño; se la voy a
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regalar, me dijo. Así fue; me regalo el suegro una vaca lechera negra y luego compre
otra vaca más. Las ordeñaba dos veces al día.
Un día mi papa vino y me dijo “ tengo una urgencia económica y debo vender esta
casa; y cuanto quiere le dije? Yo quiero 3000 pesos, dijo. Eso era como 1300 dólares de
ese tiempo. Pero yo no podía comprarla y mi papa la vendió pero me dijo: he dicho que
te dejen aquí en la casa por meses mientras ves que haces para tu casa.
En ese tiempo compre un terreno a pagos a Don Juan Zamora Solis, justamente en
frente de donde vician mis suegros en el Cantón Zapote en las faldas al cerro de guazapa
donde yo había nacido. Ahi construí mi casa de ladrillos, bastante bonita, y ahi nació mis
otros dos hijos Ronald y Hugo Acosta.
En la Cárcel de Suchitoto
Un día alas tres de la tarde tocan la puerta y abrí, y era la Guardia Nacional y me
preguntaron: usted es Jose Angel Acosta? Si les dije, pues tiene acompañarlos a la
cárcel; y les dije porque? El juez lo pide, me dijeron. Pues me llevaron preso a la
bartolina de Suchitoto; eso fue duro, yo no savia porque me tenían ahí .
Ahí estaban otros dos mas pera eran locos borrachos una señora vecina señora Maria
Sinfora tenia un yerno guardia y me llego a ver y me dijo no se preocupe usted no de
estar aquí tratare por mi yerno que lo saquen luego pero no se pudo porque el juez no
estaba en el pueblo así que pase preso desde las 3 de la tarde hasta el siguiente dia a las 4
de la tarde.
Recuerdo que uno de los compañeros presos, le decían de apodo panza verde, que yo me
llamo Jose Ángel Acosta y había otro con mi mismo nombre que si había sido
denunciado la guardia se equivoco con migo ahí en la bartolina. Ahí no había agua había
un gran mal olor terrible. Bueno era triste estar preso, y aun mas ni saber porque, solo
me decían Víctor Campos lo ha denunciado. Yo les decía: no es posible, el es mi
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amigo, pero la cosa es que no era a mi a quien el había denunciado, era a otro, pero si
teníamos el mismo nombre.
Viviendo en Aguilares, mataron a mi medico
Ahi arrendé tierras y sembré cana de azúcar, maíz y arroz; después me fui a vivir a
Aguilares. En ese tiempo sufrí una depresión; yo no sabia que era una depresión, pero si
quise hasta morirme. Sufrí una decepción donde no podía morir ni podía vivir. Estuve en
tratamiento siquiátrica.
Estando en tratamiento siquiátrica, yo tenía cita un día martes por la tarde a las 5 de la
tarde, pero el día lunes, o sea un día antes, ala hora de mi cita llegaron los del escuadrón
de la muerte y mataron a mi siquiatra. El siquiatra fue acusado de que el ayudaba a las
fuerzas de izquierda.
Ahi yo me quede mas desamparado pues mi medico había sido asesinado. También se me
hizo una ulcera de la depresión, pues no comía, ni dormía y los problemas políticos cada
día mas graves en el país. En ese tiempo ya las cosas en El Salvador ya estaban feas
políticamente en todo el país.
Yo me había dedicado al trasporte de pasajeros públicos con buses y taxi. Un día en
Aguilares me robaron el camioncito estando yo presente. También yo me dedicaba a
comprar leche en las haciendas de la zona para venderla en Aguilares y también puse
una ferretería de materiales de construcción se llamaba la Ferretería Central. Y así me
ganaba la vida.
Residiendo con la Familia en la Ciudad de Guazapa.
Después me pase a vivir a Guazapa, pues ya tenía un bus con línea para ese pueblo.
Compre una casa en construcción y yo la termine de construir.
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Si bien nací en las faldas del volcán de guazapa, posteriormente me fui con mi familia
nuclear, mi esposa Romelia, y mis hijos Freddy, Ronaldo, Hugo y Delmy Arely a vivir a
un pueblito llamado Guazapa de no mas de unos dos mil habitantes ubicada a unos 30
kilómetros de la capital y en la parte del valle del extinguido Volcán de Guazapa.
Durante ese tiempo decidí visitar por primera vez otro país. Me invitaron a una excursión
que iba a costa rica. Visite consta rica y regrese encantado de ese país, pues cuida de los
recursos naturales, no tiene ejercito e invierte en educación de su población.
Fui un empresario de buses.
Yo tenía cuatro buses con diferentes rutas. Tuve esos buses por 10 anos. Los días
domingos los buses se llenaban y la gente se subía hasta la parrilla.
Como soy una persona de iniciativa y con habilidades para el negocio, pronto tenia dos
buses de pasajeros; uno que viajaba para suchitoto y otro para el pueblo de guazapa. En el
negocio de los buses me iba bien y progresaba económicamente, pero un día cuando
viajaba de guazapa a san salvador en uno de mis buses, a la altura de apopa tuve un
accidente y me quebré un brazo.
El negocio tenia sus riesgos y tenia que asumir la responsabilidad si había accidentes. Por
ejemplo, un día de 1977, yo manejando para San Salvador procedente de Suchitoto. En
ese bus iban unos ochenta pasajeros y cuando iba subiendo una calle sin pavimentar y
pedregosa cerca de Oratorio sucedió un accidente. Ese dia Iban mas pasajeros arriba en
la parrilla que adentro. Al llegar a una cuesta cerca de Oratorio, iba subiendo cuesta
arriba cuando no alcance a subir y se me apago en motor del bus y se me vino para abajo.
Esos buses marca Ford, una vez se apaga el motor ya no funcionan los frenos y cuando
yo frene en la cuesta no me respondieron los frenos y el bus se fue para atrás en la
cuesta. Pronto perdí el control y los pasajeros que podían se tiraban de la parrilla y yo
luchando por detenerme a la orilla de la carretera pero sin éxito. Hasta que por milagro
había unas piedras grandes en a orilla de la carretera y me logre detener antes de llegar a
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un gran precipicio. Creo que si nos hubiéramos ido en ese precipicio no hubiéramos que
dado ni uno vivo y ni viéramos quedado buenos ni para hacer chorizas.
Mi primo Oscar Hernández Arevalo, hijo de tía Carmen Arevalo, iba en la parrilla y
llevaba una gallina en sus brazos que le había regalado mi abuelita Feliciana Álvarez de
arevalo. En el apuro Oscar se tiro de la parrilla, tubo que soltar la gallina de sus manos
y se le fue la gallina volando.
Este accidente se publico hasta en unas noticias de una radio donde hacían criticas de las
cosas que pasaban; el programa se llamaba platillos voladores. Este accidente de transito
fue en el caserío San Rafael jurisdicción de Suchitoto .carretera a Oratorio en el
Departamento de Cuscatlan.
Ali tuve que dejar los pasajeros y llevar los heridos al hospital; yo de dicha no me paso
nada en ese accidente solo el gran susto. Yo poco manejaba los buses pues era el
propietario de cuatro buses y me dedicaba mas al manteniendo de ellos. Ese negocio del
trasporte de pasajeros la hice por diez anos, pues me gusto debido que era un buen
negocio que a lo menos se veía dinero todos los días.
En Enero de 1999 tuve otro accidente donde casi perdí mi brazo derecho eso fue en otro
de mis buses fue un choque con un camión de carga y el espejo de ese camión me callo
en mi brazo habiendo perdido casi mi brazo. Fui operado en una clínica parpara no ser
imputado de mi brazo.
Ese accidente fue el fracaso mas grande de mi vida, pues hasta ahí llegaron muchos de
mis buenos proyectos, pues casi ya no puedo hacer fuerza con ese brazo y quede
deshabilitado en la practica.
Como me involucre en apoyo del movimiento popular?
A final de los anos 70s, la situación política del país estaba delicada, y había mucha
tensión en todo el país. Fue en el periodo de la pre-guerra civil de El Salvador.
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Había muchas marchas de campesinos y obreros en ese tiempo en la capital. También
había muchas tomas de tierras por parte de los campesinos. Es que el 90 por ciento de los
campesinos ganaban menos de un dólar al día. Constantemente se oía de masacres de
campesinos en diferentes partes del país ejecutadas por las Fuerzas Armadas de El
Salvador, por los para-militares y por los escuadrones de la muerte dirigidas por el mayor
Roberto D’wison.
Mis hermanos mayores Jorge y Amadeo Acosta, y otros familiares, ya estaban activos en
las organizaciones revolucionarias, pero yo solo cooperaba de vez en cuando.
Un día a finales de 1979, mi cunada Sofía Caceres Escobar, una monja del colegio
Sagrado Corazón, vino a mi casa en Guazapa y me solicito si yo podría colaborar en
recoger niños huérfanos cuyos padres habían sido matados por las Fuerzas Armadas de El
Salvador, policías, y fuerzas paramilitares organizada en la llamada Organización
Democrática Nacionalista (ORDEN).
Entendí que la tarea era muy riesgosa, pero como yo conocía muy bien la situación,
especialmente por que mis hermanos Amadeo y Jorge me tenían informado de la
situación, con gusto acepte mi cooperación para recoger a los niños huérfanos.
Los niños estaban desamparados en la zona norte del salvador. La herma Sofía trabajaba
en la parroquia de Aguilares con el Jesuita padre Rutilio Grande, a quien conocí en el
Colegio Externado San Jose y quien fuera asesinado posteriormente por los escuadrones
de la muerte en esa ciudad.
Pues acepte la invitación de la hermana Sofía y haciendo uso de mi vehiculo, comencé a
trabajar voluntariamente para recoger los niños que quedaban húrganos y llevarlos a
centros de refugio que ya se habían instalado por la iglesia católica y otras iglesias en san
salvador, la capital de El Salvador.
Mi trabajo era ir a las comunidades a recoger a los niños huérfanos y los llevaba a los
refugios que se habían creado bajo la conducción de Caritas de El Salvador,
organización vinculada a la iglesia católica de ese país. Había un refugio en un lugar
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llamado Domus Maria y otro en el Colegio los Somascos ubicado cerca de la iglesia
llamada La Ceiba de Guadalupe en san salvador. Recuerdo que fui a recoger
aproximadamente unos cuarenta niños que habían sido abandonados en Aguilares y en la
zona de Chalatenango.
Advertencia de estar en la lista negra
La lista negra era la lista de las personas de oposición al gobierno a las cuales los cuerpos
represivos del gobierno los señalaba para capturarlos y posteriormente desaparecerlos.
Aparentemente, mientras yo estaba haciendo el trabajo voluntario de recoger niños y
llevarlos a los refugio, la Policía de Hacienda con cede en guazapa, uno de los cuerpos
represivos del país, me acusaron de que estaba colaborando con las organizaciones de
populares de izquierda. Y eso se pagaba con la pena de muerte.
En ese tiempo también cooperábamos con Maria Nela Garcia Villa, coordinadora de la
Comisión de Derechos Humanos de El salvador, quien fue después asesinada en el cantón
Las Bemudas de Suchitoto, mientras investigaba durante la guerra el uso de el fósforo
blanco y el agente naranja, usado antes por los Estados Unidos en la guerra en Vietnam.
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Foto: En memoria de Maria Nela Garcia Villas, Cantón las Bermudas, Suchitoto.
Un amigo llamado Juan Zamora Solis, quien tenia un pariente que colaboraba con el
ejército, se entero a través del pariente que yo esa noche, o la noche siguiente, seria
sacado de mi casa por los escuadrones de la muerte para matarme. Los escuadrones de la
muerte eran los mismos policías o guardias nacionales, pero vestidos de civil.
Pues bien, Don Juan Zamora Solis llego a mi casa como a las 7.00 de la noche para
informarme de lo que le habían dicho de mi. Don Juan Zamora me dijo: “Don Ángel,
váyase de esta casa esta noche, por que me he enterado que lo quieren matar, dicen que
usted esta cooperando con la guerrilla”.
Yo le agradecí a don Juan Zamora Solis por la información, pero sentí miedo y a esa hora
ya era peligroso para andar fuera de la casa. De inmediato sentí miedo pero ya era de
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noche no me podía ir a esa hora las alternativas eran ir a dormir al monte o a san
salvador. Yo esa noche ya no pude dormir y me quede esperando que amaneciera para
salir de la casa.
Como a las 5 de la mañana salí de mi casa de Guazapa hacia San Salvador. Deje a mi
esposa y a los hijos en la casa y salí solo yo en mi carro para San Salvador. En ese tiempo
la persecución era fundamentalmente contra los hombres y no contra las mujeres y niños.
Casi no se oía decir que les hacían algo a las mujeres, niños y ancianos.
Recuerdo que mientras manejaba, miraba por el espejo retrovisor para ver si me iban
siguiendo. Llegue a la colonia santa lucia a la casa de mi hermano ricardo y le pedí
refugio ahí.
Ya mis papas en las faldas del cerro de guazapa ya no dormían en la casa por miedo a que
llegaran a matarlos, pues la persecución era enorme y ya habían matado varios de mis
familiares. Tampoco mis otros hermanos dormían en sus casas, por temor a la represión
del gobierno.
Fui fiel oyente de las homilías de Monseñor Romero. En ese tiempo tuve una
sensibilización mas por los pobres; podría decir casi una conversión, pues yo estaba
materializado al dinero o casas materiales.
Mientras estaba en san salvador inicie los trámites para sacar documentos migratorios
para mí, para mi esposa e hijos. Pronto decidimos salir para costa rica a buscar suerte.
Primera Diáspora. Salida para Costa Rica como Refugiados.
Pronto decidimos salir para costa rica toda la familia, donde conocíamos a un sacerdote
salvadoreño de nombre Higinio alas, quien había sido párroco de Suchitoto y que por la
reexpresión se había ido a vivir a costa rica.
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En 18 de mayo de 1980, deje el país de emergencia porque había sido acusado de ayudar
a las organizaciones de izquierda y porque estuve el entierro de Monseñor Romero en la
Catedral de San Salvador. El día del entierro de Monseñor Romero, la catedral y el
parque frente a ella estaba repleta de gente. Cuando de repente hombres vestidos de civil
comenzaron a disparar a la masa de gente que asistía al funeral. Esos hombres que
disparaban estaban pertrechados en los techos de bancos y del Palacio Nacional de San
Salvador, ubicados al frente y al lado del parque.
Mis hermanos amadeo y Julio, junto con su esposa Ofelia y sus dos niñas, Daysi y Sonia,
también decidieron salir a Costa Rica al mismo tiempo con nosotros. Ofelia y mi esposa
son hermanas y ambas iban embarazadas. Mi esposa Romelia estaba embarazada
esperando a Jendry, y Ofelia esperando a Tony. Ese día once familiares salimos del
Aeropuerto Internacional de Comalapa de El Salvador par Costa Rica. Amadeo mi
hermano, dejo a sus ocho hijos y a su esposa Elena Melgar en la ciudad de Guazapa; ellos
se quedaron únicamente con techo, pero sin comida.
Pues como medida de seguridad pagamos un taxi que nos fuera a dejar al Aeropuerto
Internacional de Comalapa. Mi suegro Francisco Caceres, quien era un santo hombre,
nos acompaño al aeropuerto; y antes de partir nos dio la bendición. “así como están las
cosas aquí, no se si los voy a volver a ver, nos dijo’. Era la primera vez en la historia que
uno de la familia de nosotros volaba en un avión.
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Llegada a Costa Rica
Pues llegamos después de una hora de vuelo al aeropuerto internacional Juan Santamaría
llegar a San Jose Costa Rica, salimos del aeropuerto pero no sabíamos donde ir. Las
cosas se complicaban porque mi hijo Fredy llevaba fiebre por una infección en las
amígdalas. Solo llevábamos el teléfono de Higinio Alas quien era el párroco de la Iglesia
del Barrio Fatina de Heredia. Pues le llamamos por teléfono desde el aeropuerto
internacional pero Higinio estaba fuera del país. Quien nos contesto fue su hermana
Raquel Alas quien ya conocía a mi hermano amadeo. Cuando le llamamos ella nos
pregunto: en que hotel están hospedados? Por cuanto tiempo vienen de vacaciones?
Continuaba preguntando Raquel.
Pues le explicamos que no estábamos en un hotel ni estábamos de vacaciones. Estamos
justamente en la calle aquí frente al aeropuerto y tenemos un niño enfermo le dijimos.
Pues vengase para acá nos dijo Raquel. Al llegar al convento de la iglesia Raquel nos dio
un cuarto para las once personas. Y donde están las valijas? Pregunto Raquel. Pues solo
trajimos esas bolsas plásticas con la ropa que logramos sacar, le dijimos.
Mi esposa estaba vomitando por el estrés y el embarazo, y yo con mucho miedo y hecho
un nudo de nervios por la decisión que habíamos tomado de dejar todo mi trabajo y
bienes botados en el salvador.
Mas tarde llego el padre Higinio alas y nos saludo entusiasmado y nos pregunto, donde
están hospedados? Pues aquí en su casa, le respondimos; y el se sorprendió y se puso su
rostro de colores pues éramos once personas refugiadas. Nosotros le explicamos la
situación en El Salvador y porque tuvimos que salir. Salimos corriendo dejando casi todo
abandonado a fin de salvar nuestras vidas.
Yo tenía dos casas en Guazapa; una donde vivía y otra para alquilar. Esas casas las perdí
cuando salí del país, pues una no la había terminada do pagar. La otra casa estaba en el
centro de Guazapa y es donde vivía con mi familia. Como yo era fundador de la Cruz
Roja de Guazapa, cuando llegue a Costa Rica, llame por teléfono a los demás directivos
de la Cruz Roja en Guazapa para decirles que usaran mi casa sin alquiler como local para
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esa institución, a fin de que ahi fuera un lugar para curar heridos como resultado de la
guerra civil. Y así fue.
Foto: Local de la Cruz Roja Salvadoreña, Sección Guazapa, donada por Ángel Acosta.
Fundación del Primer Refugio para Salvadoreños en Costa Rica
Minutos después el Padre Higinio tenía que celebrar misa en la iglesia de Fatima de
Heredia, ubicada aledaña a su casa, oportunidad que el uso para pedir apoyo a los
feligreses para que se solidaricen con los refugiados recién llegados de El Salvador. El
Padre Higinio Pidió apoyo material como colchones, comida y un medico para que
atendiera a Freddy que tenia fiebre. Pronto comenzó a llegar gente con apoyo material
para nosotros.
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Foto: Después de misa, Ángel Acosta explica del porque salieron de El Salvador para
Costa Rica, 1980
Después de tres días, el Padre Higinio Alas se reunió con la feligresía de la parroquia de
Fatima para discutir la situación de los refugiados. Yo fui a la misa y explique que estaba
pasando en El Salvdor y porque salimos para Costa Rica.
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Foto: Padre Higinio Alas y otros, parroquia de Fátima de Heredia, Costa Rica.
Unos proponían que nos dieran una galera que servia como bodega de la iglesia; otros se
oponían porque decían que eso cambia la dinámica de la parroquia y la del pueblo y que
se convertiría en refugio. Al final votaron y aprobaron que nos dieran el bodegón con
láminas como techo, pero se filtraba el agua cuando llovía y había culebras venenosas.
Cinco días después, el padre Higinio Alas preparo una reunión en San Jose con una
organización de derechos humanos. Ahí Amadeo, mi hermano, y yo explicamos lo que
pasaba en la zona norte de El Salvador de donde nosotros proveníamos. Amadeo explico
la situación de la represión gubernamental en el salvador donde la gente ya no la pueden
enterrar en los cementerios y se las comen los perros y los zopilotes.
Y con lagrimas en los ojos amadeo dijo: “yo me siento salvado aquí, pero he dejado mi
esposa y mis hijos en el salvador solo con techo pero sin comida” cuando termino de
hablar se le acercó un señor llamado Cistifeles..
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Yo también me acerqué para indagar que quería el senor y resulta que era el representante
de del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR). El señor
nos dio una tarjetita y pregunto a Amadeo: “puede usted comunicarse con sus hijos?” Si
le respondió Amadeo. “es bueno que se lleguen a esta dirección en Salvador donde están
las oficinas de ACNUR y me los voy a traer para acá, no tienen que pagar nada ustedes”,
nos dijo
Esa fue una gran noticia para nosotros, pues no teníamos dinero para llevar a los hijos de
Amadeo a Costa Rica. Unas semanas después llego Elena, esposa de mi hermano
amadeo, y sus hijos de El salvador. Hasta la piedra de moler masa para hacer tortillas se
llevaron de El Salvador.
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Foto: Pedro Acosta, Bárbara y Margarita, Mama Tila, Elena, Napo, Carlos, Sonia
Amadeo, Reina, Jeremy. Sentados: Evelyn, Reyes, Xiomara, liset, Marta Otilia Acosta.
Atenas, Costa Rica.
Una vez estábamos en el refugio del Barrio Fátima de Heredia, un canal de televisión
local llego a entrevistarnos; el segundo día salimos en el canal 11 de la televisión
anunciando que se había abierto un refugio para salvadoreños en Heredia. Así se dieron
cuenta otros salvadoreños que andaban ambulando por las calles de costa rica que no
tenían donde llegar y al mes éramos como 85 personas las que estábamos en el bodegón.
Recuerdo que solo llegaban hombres solos sin sus esposas he hijos. Mi esposa y mi
cunada Ofelia, ambas embarazadas, hacían la comida para todos.
Bueno, como seguían llegando salvadoreños por cantidades, se formaron otros refugios,
uno en san Rafael de Heredia, otro en paso ancho y el Murciélago en guanacaste. Así es
como se abrió un programa de refugiados más amplio. Un ano después habíamos llegado
unos 35000 salvadoreñas refugiados a Costa Rica.
La verdad que solo Dios lo puede librar a uno los riesgos en estas cosas son muchos pero
lo lindo es haber tenido la oportunidad de hacer algo en las vías pacificas. Mi papa nos
enseño a no matar, si al dialogo.
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Estando en Costa Rica todos los días escuchaba la radio de oposición radio llamada
Radio venceremos.
Cuando estábamos viviendo en el refugio del Barrio Fátima de Heredia, habíamos
construido dentro del bodegón, una celdita de mas o menos cuatro metros cuadrados, y de
cama era una mesa de pin-pong. Arriba de la mesa dormían los varones y abajo Romelia
y yo. Un día Hugo, mi hijo de 2 anos, se cayo de la mesa al suelo dormido y le cayo al
estomago a Romelia estando ella embarazada de Jendry.
Haciendo posta por la noche en el refugio
Nos enteramos que El Gobierno de El Salvador nos mandaba expías para detectar quien
llegaba al refugio, por lo que decidimos tomar todas las medidas de precaución y vigilar
el refugio aun durante la noche. Entre los ochenta refugiados decidimos que nos
turnaríamos para cuidar durante la noche mientras los demás dormían.
Un día me pusieron a mi a hacer posta o periférica, como le decíamos. Yo tenía que
cuidar la puerta principal del refugio, eso lo hacíamos todas noches mientras los otros
dormían; de arma solo teníamos un machete; pues un día me toco a mí y me dormí en una
silla como a las cuatro de la mañana. Estando dormido alguien llego y me quito el
machete mientras estaba dormido; y el siguiente día, hicieron una reunión para
reclamarme y ponerse una sanción por haberme dormido. Sin duda estaba muy cansado y
estresado, pues habíamos llegado de El Salvador sin dormir por mucho o dormir mal.
Bueno es esa otra historia de refugiado.
Yo iba a comprar colchones de sácate para los refugiados y un día fui a la tienda y le
pedí rebaja al colchonero y le dije que ya le había comprado bastantes y que me hiciera
rebaja. Entonces el me dijo el dueño del negocio: “no, no, no, porque para ser puta y no
cobrar, mejor hay que ser honrada, si doy barato mejor sierro el negocio”. y no quiso
rebajarme en los colchones el señor..
Llegada de otros familiares a Costa Rica.
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Poco a poco fueron llegando mi papa Pedro Acosta Melgar, mi mama Otilia Arevalo de
acosta, mis hermanas Mirian y Reina Acosta. Después llegaron mi cunada Carmen
Guzmán de Acosta, esposa de Jorge, con sus ocho hijos, solo habían quedado en El
Salvador, Estela, Esperanza y Salvador. Pronto habíamos unos setenta familiares
refugiados en Costa Rica, todos procedentes del Municipio de Suchitoto.
Pronto llegaron mis suegros, Francisco Caceres, Amparo de Caceres, mis otros cunados y
cunadas con sus familias. También llego la hermana de mi papa Mercedes Acosta, su
esposo Oscar Mejia y sus hijos. Pronto habíamos como 70 solo familiares del Volcán de
Guazapa.
Foto: Mercedes Acosta Melgar y familia en San Isidro de Heredia, Costa Rica, 1988.
Muchos costarricenses fueron buenos con nosotros; eso paso cundo se dieron cuenta que
no éramos personas malas, que solo andábamos salvando nuestras vidas y así se fueron
solidarizándose con nosotros la cual hemos dejado muchos amigos; por ejemplo, Don
Carlos y Dona Isabel Lara les proporcionaron un lugar para vivir a mi papa y a mi mama
en Bárbara de Heredia.
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En ese tiempo mi hermano Francisco estaba en Estados Unidos haciendo las gestiones
ante el Congreso de los Estados Unidos para conseguir un acuerdo negociado a la guerra
civil en Centro America. Durante ese tiempo se caso con la Norte Americana Bárbara
Dole. La boda tomo lugar en Philadelphia, Estado de Penylvania, Estados Unidos. Ellos
hicieron los tramites ante el Senador Alan Expector, Senador por el Pensylvanya, para
conseguir una visa para mis papas y que que pudieran asistir a su boda; sin embrago, por
el carácter de refugiaos en Costa Rica, la visa les fue negada por la Embajada de Estados
Unidos en Costa Rica. Después, los ahora Doctores, Bárbara y Francisco Acosta,
vinieron a Costa Rica, y a constatar en la situación en que nos encontrábamos los
familiares y el resto de refugiados salvadoreños en Costa Rica. Muchas de las fotos en
este documento, fueron tomadas por ellos durante su visita.
Foto: Isabel y Carlos Lara, Francisco Acosta, Papa Pedro Acosta, mama Tila,
hijos de Isabel y Carlos, Bárbara, Reina, Margarita Acosta ( hija de Bárbara y
Francisco), Santa Bárbara de Heredia, CR 19787
Capturan a mi hermano Ramón en El Salvador
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En esos días, supe que mi hermano Ramón Acosta había estado preso en El Salvador
acusado de colaborar con la izquierda de oposición a gobierno; Ramón estuvo preso en la
sección de inteligencia de la Guardia Nacional llamada G-2, conducida por el Mayor
Roberto D’wison. Se sabia muy bien que quien entraba a esas celdas de la G-2
difícilmente salía vivo. Entonces fuimos a buscar como sacarlo para que se viniera para
Costa Rica. Fuimos a hacer los tramites y nos pidió migración una garantía hipotecaria
para poderle dar visa.
Pues no se pudo conseguir la visa, pero después mi hermana Zoila, quien era la Directora
del Colegio Maria Auxiliadora en Chalchuapa, Departamento de Sana Ana, en El
Salvador, tenia una amiga que se llamaba Gloria Salguero Gross y ella le ayudo a salir; y
a través de otra amiga en las oficinas de migración, conseguimos la visa para que Ramón
pudiera venirse a Costa Rica como refugiado.
Mi hermano Ramón no aguanto estar como refugiado en Costa Rica y pronto se regreso
para El Salvador nuevamente; además, estaba muy enamorado y estaba desesperado por
casarse con quien es hoy su esposa Delmy Valle. El mismo decía: “es que un pelo de
mujer hala mas que un tractor”.
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Foto: Ramón Acosta Arevalo y Delmy Valle, Chalchuapa, El Salvador.
Apoyo de las Naciones Unidas
El Programa del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados, conocido
como ACNUR, era el responsable de registrarnos a la llegada a Costa Rica.
Esa oficina nos proporcionaba una contribución económica mínima para que
subsistiéramos mientras estábamos en Costa Rica, pero legalmente no estábamos
autorizados para trabajar en ese país; pero como las necesidades eran enormes, por
debajo de agua lo hacíamos porque no teníamos de otra.
Cada mes íbamos a las oficinas de la ACNUR a recoger el cheque de la ayuda, teníamos
que hacer unas enormes colas en la calle frente a las oficinas de ACNUR. Como somos
un poco desordenados, las colas eran un relajo y los policías ticos venias con sus garrotes
a ordenarnos. Era muy humillante.
Con el apoyo de ACNUR, mi hermano Julio y yo, conseguimos unos fondos para
comprar unas vacas, mismas que las ordenábamos para vender la leche a los
costarricenses.
Con el correr del tiempo, muchos de nuestros familiares se han casado con
costarricenses pues se dieron cuenta que éramos gente trabajadores honrados . Por
ejemplo mi hermana Miriam se caso con un costarricense, Gerardo Carballo, mi
hermano Ricardo con Floria Salas Villegas; mi y is sobrino Carlos Acosta Melgar con
otra costarricense y mi sobrino reyes con otra costarricense y muchos otros. Como dije
dejamos fama de trabajadores.
No todo era color de rosa
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Obviamente no todo era flor de rosa, se decía que hasta unos patos del parque Morazán se
perdieron, o sea, decían los ticos que los salvadoreños se los habían comido y hasta un
lagarto en Orotina que lo tenían los ticos como mascota en el río desapareció.
Bueno también pasaron cosas feas como en la celebración en la Catedral de San Jose del
aniversario de Monseñor Romero. Pues se acostumbraba celebrarlo todos los anos, pero
el ultimo ano, ya para comenzar la misa, vimos que estábamos rodeados de policías y no
se pudo comenzar la misa. Entonces salimos cantando alabados a la virgen; en esos
momentos nos sentimos como si estuviéramos en El Salvador en la guerra.
Monseñor Arrieta, el obispo de ese entonces, dijo en la televisión que cada costarricense
de deberá convertir en cada extranjero, en principal a los salvadoreños.
La Oficina de Migración de Costa Rica nos tenia controlados y no teníamos que pasar
un día ilegal; un día iba yo con mi hijo mayor, Freddy, a refrendar el permiso de
migración, cuando antes de llegar a la oficina de migración estaba un agente de
migración y nos hizo parada. El oficial de migración nos pidió el documento. El mío esta
todavía vigente, pero el de mi hijo no, el tenia 9 anos, y nos dijo el de migración que nos
presentáramos el siguiente día y nos quito el permiso vencido.
En una ocasión capturaron a una salvadoreña llamada Viviana Gallardo acusada de un
secuestro y la mataron los vigilantes en la cárcel de Costa Rica. dijo el vigilante que el
no podía ver aun comunista y así se quedo ese caso. Esas cosas nos daba inseguridad a
nosotros; yo a veces me iba al aeropuerto Santa Maria a quererme ir a el Salvador y
cundo veía volar a COPA, una compañía aérea panameña, cuando se levantaba me queri
colgar de las alas y se me rodaban las lagrimas; tenia lo que le decían allá, mal de patria;
aquí le dicen en Ingles home-sick.
Trabajando como braceros en las cortas de café en Costa Rica
Entre en una depresión enorme. Entonces me integra a un grupo llamado neuróticos
anónimos que era una terapia al hablar de los problemas emocionales.
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A pesar de mi experiencia en la agricultura en el Cerro de Guazapa, ya se había olvidado
un poco el cultivo en el campo, o sea la agricultura, pues los últimos 10 anos trabaje en El
Salvador como transportista de pasajeros y ya no podía sembrar o cultivar .En el permiso
de migración decía claramente “no autorizado a trabajar”.
Pero los finqueros costarricenses se hacían los sordos pues necesitaban la mano de obra
barata para cortar el café. El trabajo en el campo era duro y el tico no le gusta ese tipo de
trabajo. Entonces comencé a sembrar maíz, fríjol y cana de azúcar y a pastear unas
vaquitas.
Éramos una espiga en el ojo del Presidente Duarte
Los refugiados en Costa Rica éramos un problema para los gobiernos de El Salvador,
Costa Rica y para el de los Estados Unidos.
El Ingeniero Duarte regreso a El Salvador de su exilio de Venezuela y se unió a una
junta de gobierno. Duarte regreso ya cambiado contra nosotros y con claras indicaciones
del Gobierno del Presidente Ronal Reagan de los Estados Unidos de que tenía que hacer
contra el movimiento popular en El Salvador. De hecho había un chiste que decía: El
presidente Napoleón Duarte llamo por teléfono al Presidente Reagan de Estados Unidos y
le pregunto: Presidente Reagan, que debo de hacer para manejar aquí en El Salvador?
Bueno le consto Reagan, busque a su derecha y quiébrese a su izquierda”.
Cuando Duarte regreso de Venezuela, quiso hacer un mitin en El parque Libertad de San
Salvador, donde un grupo de madres de presos y asesinados políticos tenían también un
evento. Pero las madres y familiares de presos y asesinados políticos de El Salvador
(COMADRES) corrieron a Duarte del Parque Libertad tirándole tomates y huevos.
En ese tiempo el presidente de la republica era Luis Alberto Monje y en El salvador
Napoleón Duarte. Duarte nos llamaba que nos fuéramos a El Salvador, pues el refugiado
representaba un problema para el, pues era una denuncia de lo que allá en El Salvador
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estaba pasando y el Presidente Monje como eran de l a misma línea de Duarte, nos
empujaba a que dejáramos el país, pues ya éramos como 35 000 salvadoreños refugiados
y unos 5000 que estaban con estatus de refugiados.
El argumento de Duarte era que ya había ganado la democracia y que nos fuéramos de
regreso, pero nosotros no creíamos, pues cada día perdíamos mas familiares asesinadas
por su gobierno en el Cerro de Guazapa y en otros lugares.
Nosotros escuchábamos vía honda corta la Radio Venceremos. Esa era la, radio de
izquierda del FMLN. Esa era la fuente de información de nosotros en Costa Rica, por eso
no creíamos en regresar a El Salvador en ese momento. En ese tiempo ya no estaba
ninguno de mis 11 hermanos ni mis papas, todos habíamos dejado El Salvador, Jorge en
México, Francisco en Canadá, Ricardo en Brasil, Zoila en Venezuela.
El resto de la familia ampliada que no pudo salir del país, o los mataron o salieron a
refugios en El Salvador. Otros, como mi primo Ricardo Acosta Rivera, entraron a la
lucha armada, unos con ayudando a la población civil como los ancianos y niños. Ricardo
hasta le hacia de sacerdote; el era el que casaba a las parejas en el Cerro de Guazapa.
Ricardo les decía: esto vale hasta que tengan la oportunidad de un sacerdote autorizado.
Aquí vinieron unas parejas casados por el.
Salida del Refugio del Barrio Fátima de Heredia.
Pues los hermanos Acosta, con el apoyo del Padre Higinio Alas, fundamos el primer
refugio en el Barrio Fátima.
Para todos nosotros estar en el refugio era enormemente incomodo. A mi esposa se le
hincharon los pies por la humedad. Como tenía unos ahorritos, se nos ocurrió buscar una
casa donde podamos vivir un poco más cómodo que en el refugio. Cuando iba a buscar
una casa para alquilar la gente me preguntaba: tiene niños? Y yo decía, si cuatro.
Entonces no, contestaban.
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Un día vino al refugio un señor salvadoreño quien tenia mucho tiempo de vivir en costa
rica que se llamaba Daniel Valdez Bonilla a visitarnos al refugio y trajo unas camas de
hierro para los refugiados. Aproveche para decirle que andaba buscando una casa donde
movernos dado que mi esposa tenía los pies hinchados por la humedad y además estaba
embarazada. El me dijo que conocía un amigo salvadoreño que se había casado con una
costarricense (tica), pero que no estaba seguro que nos alquilara la casa. En todo caso, me
dijo, lléguese a mi casa esta noche y de ahí le vamos a llamar por teléfono a mi amigo.
Pues me hice presente y con suerte que el amigo dijo que si, pero le dije que también
tenia un hermano, cuya esposa estaba también embarazada y que necesitaba también
casa. El contesto que estaba bien pero que no se fuera a dar cuenta su esposa tica porque
ella no estaría de acuerdo. Pues así fue; nos pasamos a vivir a la nueva casa ubicada en la
Urbanización el Zumbado.
Un mes después, comenzaron a llegar más familiares de El Salvador y como no tenían
otro lugar donde llegar, se vinieron con nosotros, a tal grado que en un momento dado
estábamos unas 30 personas viviendo en esa casa. Don Hernan Alfaro, el dueño, me
decía: ‘mire que no ven los vecinos que están muchos salvadoreños aquí, porque ellos le
van a decir a mi esposa y le ella le puede pedir la casa. Ella no entiende la cosa, decía.
Entonces hicimos un arreglo con los familiares que vivíamos juntos, yo les decía “durante
el día váyanse a andar afuera de la casa y vengan a la casa solo a dormir. Así lo hacían.
Como viciamos muchos en la casa, un día la fosa séptica donde llegaban los desechos de
los servicios sanitarios renvalso, y no quise llamar a los dueños por temor a que me
pidieran la casa; llame a la Cruz Verde.
Una vez se quedo mi suegra sola en la casa, mientras los demás nos fuimos a cortar café.
Entonces llego un hombre diciendo que llegaba de la compañía de Energía Eléctrica
(ICE); el le dijo a mi suegra que buscara un desatornillador para reparar algo y mientras
mi suegra buscaba el desatornillador, el nos robo los ahorritos que teníamos.
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Todos, excepto las mujeres embarazadas, nos íbamos a cortar café a las fincas de costa
rica. O como dicen en costa rica, a coger café. Así nos hacíamos de algunos centavos
para poder sobrevivir.
De cortar café se ganaba, dependiendo de la habilidad de cada uno, entre cinco y ocho
dólares diarios. El problema era que había que sacar el café en el lomo hasta los
recibideros. Todos los Díaz pagaban con unas fichas de metal que se deberían presentar
el día sábado para recibir el dinero real.
Yo no podía cortar café por mi brazo quebrado, pero yo me ayudaba comprando vacas
en el tiangue en un lugar llamado Montesillo. Todos los lunes me iba a comprar y vender
vacas. Para mi fue duro ese trabajo.
Yo tenia teléfono en la casa, y no se como, pero llegan muchos refugiados de El
Salvador y me buscaban a mi, ellos ya traían mi numero de teléfono desde El Salvador.
A veces tuve que ir en la noche a recoger a los recién llegados a un parque publico o al
aeropuerto internacional y tenia que dar les donde estar mientras los llevaba a un refugio.
Los niños tenían que trabajar
Bueno, yo viviendo en Costa Rica ya tenia cinco hijos y la situación económica me
apretaba cada día mas, pues yo como ya venia accidentado del brazo derecho, no podía
trabajar mucho en trabajos del campo. A mis hijos mayores Freddy, Ronald, Hugo y
Delmy los mandaba a vender naranjas y mangos a la colonia donde vivíamos, y ya en las
tarde hicieron un conjunto musical con unas guitarritas y unas maracas y salían a tocarles
a los vecinos.
Las primeras veces les daba a mis hijos pisto, como se dice en El Salvador, pero otras
veces solo comida; pero la cosa es que salían mis hijos con los primitos de ellos Carlos,
Rene caceres, y otros que no recuero bien, quienes tocaban canciones de El Salvador;
algunas canciones eran de protesta de El salvador.
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A través de ACNUR, conseguimos que los niños fueran a la escuela. En la mañana, mi
suegra Amparo llevaba la manchita de nietos a comer al Comedor Escolar. Ahí les daban
comida aun en vacaciones.
Ahí estuvimos hasta que nos dispersamos, unos para Canadá, otros para, Suecia,
Australia, y otros países.
Estando en costaría hice otro cursillo de cristiandad en el colegio claretiano de mercedes
norte de Heredia Costa Rica.
La Segunda Diáspora. Salida para Australia y Canadá
Como también había guerra en la vecina Republica de Nicaragua, muchos Nicas, como
les decíamos, habían salido también como refugiados para Costa Rica. La presencia de
los refugiados salvadoreños y nicaragüenses en Costa Rica estaba creando una enorme
incomodidad a la pacifica población de Costa Rica, que no entendía y ni quería entender
que estaba pasando en los otros países de Centroamérica.
Como los refugiados no éramos necesariamente pacíficos, siempre estábamos
denunciando que estaba pasando en el salvador, por eso el presidente monge de costa rica
estaba incomodo con nosotros. A eso se unían las presiones políticas del presidente
Ronald Reagan de los Estados Unidos para que el Gobierno Luís Alberto Monge de
Costa Rica impidiera la solidaridad de los refugiados con los que habían quedado en el
salvador.
Las cuestiones se complicaban porque muchos de los refugiados nicaragüenses en Costa
Rica eran base de apoyo de la contra nicaragüense, misma que era apoyada por el
Presidente Reagan, que peleaban contra el gobierno del Frente Sandinista en Nicaragua.
Así las cosas, el Presidente Luís Alberto Monge, en conjunción con otros gobiernos de
Centro América, promovieron para que saliéramos de Costa Rica para otros países como
Canadá, Suecia y Australia.
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Como mi hermano Francisco estaba ya en Canadá, promovió con sus contactos en las
iglesias de Canadá para conseguir patrocinadores para que ese país nos aceptara como
refugiados. Francisco hizo los trámites en Canadá para mi y mi familia, para mi hermano
Julio y su familia, para mi cunado Roberto y su familia y, para mi cunada Juana y su
familia. En mi caso y en el caso de la familia de Roberto Cacers, no fuimos aceptados por
tener una familia muy grande, y solo fueron aceptadas dos familias en Canadá, la de mi
hermano Julio y la de mi cunada Juana Caceres. Así es como unos salimos para Australia
y otros para Canadá.
Los que se fueron para Canadá, fueron aceptados como refugiados en la provincia de
Ontario en una ciudad llamada Belleville. Fueron recibidos por el Padre Patricio Kelly,
en la parroquia de Reed y ahí los tuvieron hasta que se estabilizaran.
Posteriormente llegaron a Canadá mi papa y mi mama, juntamente con mi hermana
Reina y mi hermano Manuel, quienes fueron aceptados en Canadá con residencia
permanente y después como ciudadanos.
Foto: Juana Caceres, Karen Salinas, Tony y Daysi Acosta
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Foto: de derecha a izq: Julio, Reina, Manuel Acosta. Otra, Mama Tila, Alex Papanicolao
Acosta, otra y Marlon Acosta.
Mientras tanto yo fui a recoger la solicitud par ir a Australia con mi familia, mis suegros
y los cunados. Yo tenía temor de hacer la solicitud y ser rechazado puesto que estaba
deshabilitado por el accidente de transito que tuve en El Salvador donde me quebré mi
brazo.
Yo tenia miedo porque yo entendía que los países anglo hablantes solo querían mano de
obra barata y yo no podía trabajar en asuntos manuales. Además tenía miedo de decir la
verdad del porque habíamos salido de El Salvador, porque pensaba que en esas oficinas
estaban los empleados del gobierno de El Salvador recogiendo información para ese
gobierno y para el de Estados Unidos. Pues no fue así e hicimos la solicitud ante el
gobierno de Australia bajo el auspicio de ACNUR, y unos 40 familiares fuimos aceptados
como refugiados en Australia.
La noticia de que salíamos para Australia salio por la radio en Costa Rica y el día que
salimos para Australia, el colegio donde iba Freddy, mi hijo, cerro las clases ese día y
todos fueron a despedirnos al aeropuerto Internacional Juan Santa Maria. Ahí se oían
muchos sollocillos y lloradas. Esa fue la despedida de Costa Rica.
El viaje y llegada a Australia
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Pues salimos del Aeropuerto Internacional Juan Santa Maria, hacia los Angeles,
California. Ahí esperamos la conexión para Australia. Estuvimos en el Aeropuerto
Internacional de los Ángeles como ocho horas Durante ese tiempo fuimos vigilados o
custodiados por agentes de migración de los Estados Unidos; vuelta que dábamos
nosotros, era vuelta que daban ellos también. Tenían temor de que nos escapáramos.
Pues a las 11 de la noche salio el avión para Australia. Era un enorme avión de la
empresa aérea australiana llamada Quantas. Recuerdo que pasamos por Hawai para
hacer escala; de allí fue lo triste, nunca llegaba ese avión a nuestro destino. Eran 25 horas
de vuelo desde Estados Unidos hasta Australia. Fueron dos noches juntas de viaje porque
íbamos al contrario de la luz del sol; entonces nos tocaron dos noches consecutivas sin
ver la luz del sol. Cuando yo creí que ya llegábamos a Australia, vi que las aeromozas,
lindas por cierto, comenzaron a darnos cobijas para dormir. Que tristeza!!
En este vuelo venia yo con mi esposa y mis cinco hijos; los hijos para entonces eran
Freddy, Ronaldo, Hugo, Delmy y Jendry; esta ultima había nacido en Costa Rica
mientras estábamos como refugiados en ese país. Con nosotros venían también mis
suegros Francisco y Amparo Caceres. Con mis suegros, al contrario de lo que usualmente
se dice de los suegros, nos llevábamos muy bien y me querían mucho.
Dos semanas antes habían llegado a Australia mi cunado Roberto Caceres, con su esposa
Amanda y sus cinco hijos. Paradójicamente, no fueron aceptados en Canadá como
refugiados, por ser una familia de siete como la mía, pero si fueron aceptados en
Australia.
Yo traía a mis hijos uniformados por si se me perdían, creía que así con uniforme los
controlaba más fácil. El grupo de refugiados era grande, llegamos unos 60 salvadoreños
en el mismo día desde Costa Rica. Llegamos a Australia en 1984, justamente hace 23
anos, y yo tenía 39.
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Foto: Fredy, Romelia Angel, Ronald, Hugo, Jedry, Delmy y Melina Acosta.
Yo no me sentía muy seguro de la decisión de aceptar venir a Australia, pues si sabia
que venial al otro lado de mundo, pero me acompañaba la esperanza de una vida mejor
para mi familia.
Del grupo que veníamos nadie hablaba Ingles y teníamos dificultad para comunicarnos
con las aeromozas de la línea aérea llamada Quantas. Recuerdo que en el viaje
fumigaban el avión cada rato; para mi el mensaje era que nos querían quitar las pulgas
que traíamos. Veníamos en un programa especial humanitario, no habíamos pagado el
pasaje pero algunos nos decían que veníamos a campos de concentración de refugiados.
Llegando al Aeropuerto Internacional de Tulamarin en Melbourne, estado de Victoria, a
mi amigo mas cercano le preguntaron en Migración si había trabajado en el campo y el
dijo la verdad que si. Entonces se los llevaron a toda su familia a un lugar para
fumigarlos.
70
Después salimos del aeropuerto internacional, ya estaban dos buses esperándonos para
llevarnos a un lugar que se llamaba Hostel, algo así como un hotel. En el hotel pase
nueve meses, pues me gustaba ayudar la gente que recién llegaba de El Salvador, y de
otros países como México y otros lugares como Brasil.
Yo traía como 500 dólares en mi bolsillo y compre un carrito modelo 70, así comencé a
ayudar a mover la gente. Recuerdo que no tenia licencia para manejar en Australia; pero
por suerte la policía no me agarro sin la licencia.
Después fueron llegando otros familiares, como Florentino Caceres, su esposa Teresa
Melgar y con sus nueve hijos; después llego Rafael Melgar y Guadalupe Caceres con su
hijo Rene, pues Margarita, su hija, se quedo en Costa Rica y se caso con un Tico.
Después desde El Salvador llego Elías Caceres y su esposa Marina; mientras que también
llegaban de Estados Unidos Lucia Caceres, su esposo Gilberto y sus dos hijas, quines se
radicaron en New Orleáns y después en Philadelphia, pero no lograron resolver el
problema de la residencia legal en ese país.
Foto: Familia ampliada, Caceres, Acosta y Melgares, Melbourne, Australia, 1988.
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Posteriormente, vino mi hermano Ricardo, quien estaba radicado en Brasil, quien se junto
aquí con su esposa Marta Gladis Arenivar y su hija Alicia, ambas procedentes de los
Ángeles, Estados Unidos.
También llego Carmen Guzmán, la esposa de mi hermano jorge con varios de sus hijos y
otros hijos que fueron llegando.
Foto: Hipolito, Jorge Stalin, Danilo, Oswaldo, Elmer, Sonia, Angela Davis, Estela,
Aracely, y Salvador Acosta Guzmán. Melbourne Australia.1999.
Bueno pronto estábamos aquí unos cuarenta familiares y después de 23 anos, ya habemos
unos ochenta, de los cuales 40 han nacido aquí en Australia la menor oportunidad todos
nos hicimos ciudadanos de este país.
Bueno, pues se dice que habemos unos 25,000 salvadoreños en Australia. Como los
mariscos son baratos y se como mucho ceviche, la familia ha crecido. Familiares entre
Acostas, Caceres y Melgares somos mas de 125, y de esos 64 han nacido en Australia.
Mis suegros, Francisco y Amparo, fallecieron aquí en Australia, y ambos están enterrados
en el Cementerio de Keilor en la ciudad de Melbourne de la provincia de Victoria.
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Un choque cultural
Aquí en Australia nos encontramos con otras culturas, con otros idiomas, y hasta los
carros se manejan a la izquierda.
El choque cultural para nosotros fue enorme. Para decirlo en palabras de algunos
salvadoreños, Australia es como un gran bistec, pero sin sal; el problema es que en El
Salvador hay muchas sal, (cultura nuestra) pero hace falta el bistec (la comida).
En Australia la Iglesia Católica es minoría, y la mayoría de la población es protestante,
pues este país fue conquistado por Inglaterra y con los que vinieron de Inglaterra fueron
fundamentalmente protestantes. Los que poblaron Australia, no sin oposición a los
aborígenes nativos, fueron gente que estaban en prisiones en Inglaterra.
Las familias son pequeñas en Australia. Las familias protestantes no tienen más de dos
hijos, y contrasta con los valores de la Iglesia Católica, en lo que se relaciona al control
natal a través del uso de anticonceptivos y el aborto. Una familia como la mía con cinco
hijos, se consideraba demasiada grande, y de acuerdo a los valores de Australia, no se
concebía que nacieran más hijos dentro de mi familia.
En esa época quedo Romelia embarazada, esperando a mi primera hija que nacería en
Australia. La sorpresa que cuando nos dieron la noticia que Romelia estaba embarazada,
los australianos nos dijeron que aquí en Australia es legal el aborto y que deberíamos
considerarlo, y para mi cultura de católico y de no al aborto, me sorprendió y nos
opusimos, pues mi esposa y yo nosotros queríamos una hija. Pues nació Melina, y con
ella ya serian seis los hijos e hijas. Después nació el séptimo hijo y se llama Melvin
Acosta Caceres, el fue el ultimo de mis hijos.
Pero el choque cultural no era solo eso. A los hombres machistas les iba muy mal aquí,
pues aquí las mujeres mandan. El orden de las prioridades es: primero las mujeres,
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después los niños, después los gatos y los perros, después los caballos, y por ultimo los
hombres.
Cuando las mujeres que llegan de Centro América y se dan cuenta de eso, le dicen a los
maridos:” no cambrón, aquí me las vas a pagar, aquí te voy a tener de los….” Y lo
primero que hacen es mandar a los maridos a lavar la ropa y a cocinar. Las
contradicciones entre las parejas se incrementan y en muchos casos terminan por
separarse. Que tragedia!
Aquí yo como sigo siendo de la cultura del maíz, no perdono las tortillas, pero yo las
tengo que hacer yo personalmente, y les juro que me quedan bien redonditas y hasta
azules.
Al llegar a Australia, el gobierno decidió darme una pensión de por vida por el accidente
que tuve en El Salvador donde se me quebró mi brazo. Eso cambio mi vida, porque ya
no tenia que trabajar a tiempo completo, pero si aproveche, y sigo aprovechando, para
hacer mucho trabajo social en la comunidad Latina en la medida de mi capacidad.
Ahora aquí en Australia, mis hijos tienen una orquesta muy famosa llamada “Cacique”
con 11 integrantes; ya hicieron dos discos compactos (CD) y ya se han vendido más de
4000 copias. Han sido un éxito.
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Foto : Angel , Melvin y Melina Acosta
Llegando a Australia hice un cursillo de renovación carismáticas trabaje en el proyecto de
comprar una casa patrocinada por las monjas del Sagrado Corazón. Ellas pusieron el
dinero y nosotros la administramos .Se llama Casa Pastoral Centroamericana. Ahí se
hacen primeras comuniones, misas de la comunidad de habla hispana y reuniones
religiosas y sociales.
En Australia es una nueva vida que no fue muy fácil para mi, pues son otras culturas,
otros idiomas, otros climas y como a 20,000 kilómetros de distancia de mi tierra. Si en
Australia hiciéramos un hoyo en la tierra tan grande que saliera al otro lado, ahí fuera El
Salvador.
Para hacerme de un dinerito mas de la pensión trabajo en reparto de repuestos de
vehículos con mi hijo Ronald, ya que el y mis sobrinos son dueños del negocio y
consideran mi situación. Además, ese trabajo lo hago casual y también viajo en un barco
a un estado de Australia donde voy a dejar repuestos de carro. El estado se llama
Tasmania.. Ya fui 16 veces en tres anos.
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Ha sido una experiencia muy linda, pues viajo de noche nueve horas en barco. Es un
barco grandísimo, mi carro o mi pick-up va bien cargadito de repuestos adentro del
barco; es como un hotel, o sea se duerme pero la mayoría de los pasajeros van de turistas
en ese barco; caben como 500 carros; es bello viajar ahí. Ese viaje lo disfruto pues esa
isla es un pedacito de cielo.
Mis proyectos Sociales en Australia
Una vez me recupere comencé nuevamente a trabajar como voluntario para apoyar a los
salvadoreños reciñe llegados; a veces el apoyo es con cosas sencillas pero para los
emigrantes recientes eran de mucho valor; por ejemplo, proveyéndoles de ganchos de
ropa, un televisor en blanco y negro, trasporte a sus lugares de asentamiento permanente;
en fin, cualquier apoyo era bien recibido.
Por tres anos y medio trabaje como voluntario llevando en un microbús de 15 pasajeros a
los salvadoreños recién llegados a misa dominical. Ese trabajo lo hice hasta que ya no
pude por una operación de una ulcera que me deshabilito para poder manejar por un gran
tiempo. También estuve recibiendo estudio bíblico en reuniones semanales con el padre
Miguel, un australiano que habla español.
Trabaje también en el esfuerzo de traer a Australia una monja salvadoreña del Sagrado
Corazón, Sofía Caceres; ella estaba trabajando en la comunidad de chalatenango en San
Antonio los Ranchos. Ella vino a Australia por iniciativa mía. Durante un mes ella
participo en s 34 reuniones y recolectamos un total de dinero de 4000 dólares para la
repoblación del San Antonio los Ranchos que habían sido repatriados de Honduras como
refugiados.
Con todos esas charlas yo sentí que hice una conversión personal hacia los mas pobres;
ahora asisto a misa regularmente los días domingos donde son celebradas por el padre
Delmar, un colombiano de la organización Calabrinianos; el es el encargado de los
emigrantes de el estado de Victoria y de la ciudad de Melbourne.
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Ese trabajo fue duro pues no había salvadoreños trabajadores sociales. Yo trabajaba como
voluntario y fracturado de mi brazo derecho y con una ulcera que traía desde el salvador,
pero yo sentía que era un momento histórico en la vida de los salvadoreños en Australia.
Pues la guerra no daba señales de ir para mejor.
Un día me llamaron para darme un reconocimiento el comité Centroamericano de
asistencia social por mi trabajo como voluntario en la comunidad salvadoreña en
Australia.
También trabaje con con el reverendo diego Fernández de la iglesia episcopal y con
Tony Triado, un italiano, que habla español y estaba como trabajador social en la
comunidad de Bromedows donde yo vivía.
Trabaje para organizar gente de habla hispana para unos proyectos de construcción de su
propia casa. Estudie para ser un trabajador social pero en esa época fui operado de mi
brazo derecho habiéndome sacado una platina y cuatro pines del brazo. Después fui
operado de una ulcera que no pude terminar mis estudios de trabajador social, pero como
voluntario trabaje para darle un reconocimiento a los 15 que se graduaron de trabajo
social.
Trabaje en un proyecto de recaudar fonos para comprar medicinas para un botiquín en la
comunidad la Mora Suchitoto El Salvador, siendo la primera ayuda que llego después de
la guerra a esa comunidad. Como mi casa era el local de la cruz roja en guazapa yo se las
había dado gratis pues yo era el fundador de esa sección Guazapa yo era de la junta local
por eso les di mi casa gratis y mandaba cien dólares por ano a esa institución en
Guazapa.
Trabaje también en dar charlas a personas mayores para que no tuvieran un accidente en
la calle. Se llamaba el proyecto Camine con Cuidado (Walk With Care), yo daba charlas
a los ancianos, por eso me pagaban 50 dólares por cada reunión organizada. Me pagaba
el gobierno de Australia, pues con mi accidente nadie me daba trabajo, pero si recibía un
sueldo de desempleo y así sobrevivía.
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Trabaje en un proyecto de recaudación de fondos en apoyo a las victimas del Huracán
Match en Centro América en 1998.
He organizado reuniones de soporte emocional como neuróticos anónimos. Asisto
actualmente a reuniones de alcohólicos anónimos no me considero un alcohólico pero si
me ayuda a crecer en conocimientos; he trabajado en aconsejar a gente que no caiga en el
vicio de jugar dinero (gamble).
En este momento asisto a reuniones en apoyo a un proyecto para tener un medico para las
personas de la tercera edad que no hablan Ingles.
La familia inmediata dispersa por el mundo
En este momento la familia inmediata vivimos en seis países del mundo. Pues el primero
de los hermanos fue uno de nombre Ramoncito, que murió a los seis meses; después
nació Jorge Alberto, quien vive en la Mora, Cantón Zapote en jurisdicción de Suchitoto;
después sigue Amadeo, quien vive en Atenas, Costa Rica; después le sigue mi hermana
Zoila, quien es monja y directora de un colegio en Venezuela. Después nació mi hermano
Orlando, quien murió a los 14 anos de un tétano; después soy yo y vivo en Australia;
después de mi, sigue mi hermano Julio, quien vive en Ontario Canadá; después esta
Ricardo, quien vive en Atenas, Costa Rica; después esta Ramón, quien vive en Santa
Tecla, El Salvador; después sigue Francisco quien vive en Washington, Estados Unidos;
después esta Manuel, quien vive en Ontario, Canadá; después esta mi hermana Mirian
quien vive en Carolina del Norte en Estados Unidos; y finalmente mi hermana Reina,
quien vive en Ontario, Canadá.
Somos parte de esa gran diáspora provocada por la guerra civil. De acuerdo a fuentes del
gobierno de El Salvador, se calcula que uno de cada cuatro salvadoreños vivimos fuera
de El Salvador, habiendo casi dos millones en Los Estados Unidos de América, 39,000 en
Canadá, 20,000 en Australia, 12,000 en Italia, y 50,000 en otros países.
Mi retorno primer a Centro América. En búsqueda de la rama de olivo
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Lo cierto es que desde que vine a Australia, no he tenido sueños de aquí, todos han sido
de El Salvador o de Costa Rica. Eso le llama aquí, mal de patria.
En realidad desde que mataron a Monseñor Romero, lo que estaba pasando era un
suname, que estaba creando un verdadero diluvio social y político, en todos los aspectos
de la sociedad salvadoreña. Afuera de El Salvador, se conocía más de lo que estaba
pasando ahí, que lo que se sabía dentro del país porque los medios de comunicación
estaban bajo control del gobierno.
Pues como yo no sabía Ingles, y no lograba adaptarme a estas tierras, por el idioma, el
clima, las culturas, y no lograba aceptar que me estaba convirtiendo en un nómada
internacional. La idea mía era regresarme para El Salvador, pero no quería arriesgarme
con mis siete hijos. Para eso convencí a mi hijo Fredy y a Raúl Caceres que me
acompañaran. En 1998, regrese a El Salvador la idea era sondear si ya estaba por
terminar la guerra civil en El Salvador, y la mejor forma para constatarlo era constatar
personalmente.
Con mucho miedo llegamos a El Salvdor. Nos encontramos con que había muchos de
nuestros familiares que habían muerto como consecuencia de la guerra.
Lleguamos a El Salvador y nos hospedamos donde mi cunada Luz Caceres y con su
esposo Francisco Rosa quines vivían en la Colonia Monte Fresco, en San Salvador. Ahi
nos encontramos con Don Cande Melgar, que había sido despasado a otros lugares del
país.
Con lo que me encontré es que la guerra estaba en su mayor apogeo. Los Estados Unidos
apoyaban la guerra contra el pueblo, con asesores militares, con armas y con dos
millones de dólares diarios. No pude ni llegar donde nací en el Volcán de Guazapa
porque estaba bajo el control militar por parte del Frente Farabundo Marti para la
Liberación Nacional (FMLN).
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Foto: Candelario Melgar y Luz Caceres Escobar,1988
En general había mucha desinformación de lo que ahí mismo pasaba dentro de El
Salvador, por que los medios de comunicación solo decían lo que le convenía al
gobierno. De hecho, habían unos que nos decían: Ya regresen, aquí todo esta ya bajo
control.
La estancia en El Salvador fue de mucho nerviosismo y estábamos ansiosos por salir del
país. Pues a los once días decidí salir del país, pero al llegar al Aeropuerto Intencional de
Comalapa, nos encontramos que no había cupo en el avión, pues la aerolínea había
vendido más boletos de los necesarios. Cuando nos dijeron que ya no había cupo, me dio
nervios, pero no tenia otra alternativa. Ventajosamente la compañía aérea nos envió a
hospedarnos al Hotel Presidente de San Salvador, corriendo por su cuenta, pero no nos
resolvía el problema de seguridad.
Pues el siguiente día pudimos salir para Costa Rica, donde visitamos a mi hermano
Amadeo, mi hermana Miriam y otros familiares que continuaban refugiados en ese país.
Aproveche para visitar las oficinas de ACNUR en Costa Rica donde les agradecí por el
apoyo que nos dieron para salir para Australia.
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Después salimos para Estados Unidos a visitar a mi hermano Francisco y a su nueva
familia en Washington; también pasamos a visitar a mi cunada Amanda Caceres en
Philadelphia. Posteriormente nos fuimos a Canadá a visitar a mi papa, mama y hermanos.
En Canadá hacia un enorme frío que sentía que se caían las orejas.
Después salimos de regreso para Australia, vía Filipinas; estando ahí, nos dimos cuenta
que no teníamos el boleto de avión para viajar de Filipinas a Australia; ahí nos decían que
teníamos que esperar un mes para conseguir vuelo para Australia y el problema es que ya
no traíamos dinero y nos estafaban en cada oportunidad que podían. Finalmente
resolvimos el problema y regresamos a Australia sin el ramito de olivo.
Mi familia nuclear en Australia.
En Australia esta toda mi familia nuclear. Aquí en Australia mis hijos ya hicieron su vida
y ya me hicieron abuelo. Los quiero a todos por igual. Tengo seis nietos y nietas.
Mis hijos son:
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1. Fredy, nació en Suchitoto, se caso con la salvadoreña Flor Andino de proveniente de
San Vicente. Tienen dos hijos, Iván de cinco anos, y Vanesa de 10 anos.
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2. Ronald, nació en el caserío la Mora del Cantón El Zapote de Suchitoto y se caso con
la salvadoreña Blanca Galdamez ( Hija de Tono Galdamez y Margarita Moya); ellos
tienen dos hijos; Daniel de cuatro anos y Nelson de dos.
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Foto: Ronald Acosta y Blanca Galdamez con su hijo Nelson
3. Hugo, nació en El Salvador y se acompaño con la Argentina Maria Noia, y no tiene
hijos todavía.
4. Delmy, nació en El Salvador y se caso con el Italiano Pascual Guigliotti. Ellos tienen
dos hijas; Tatiana de tres anos y Chantel de un ano.
5. Jendry, nació en Costa Rica, y se caso con el Uruguayo Miguel Charquero, no tienen
hijos todavía.
6. Melina, nació aquí en Australia, tiene 22 anos y esta sotera.
7. Melvin, nació en Australia, tiene 21 anos y esta soltero
Algunas Reflexiones de la vida
Durante la guerra civil en El Salvador perdimos más de 80 familiares, algunos en
combate contra las fuerzas del gobierno y muchos como población civil; la mayoría están
enterrados en el campo, en diferentes lugares del Volcán de Cerro de Guazapa. Otros, no
se pudieron enterrar y otros desparecieron después de haber sido capturados por las
fuerzas del Gobierno.
No por accidente, el Dr. Charlie Clements (Camilo) en su libro Guazapa, Testimonio de
Guerra de un medico norteamericano, sugiere que el ave nacional de El Salvdor, debería
ser el zopilote, por que se comió a los hombres y mujeres mas valientes del Volcán de
Guazapa.
La guerra civil, que duro unos doce anos, término mediante los así llamados Acuerdos de
Paz, que se firmaron entre el Gobierno de El Salvador y el Frente Farabundo Marti
(FMLN) en Chapultepec, México en Enero de 1992. Lo cierto es que termino
oficialmente la guerra, pero no llego la paz.
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Los costos en vidas de familiares, amigos, vecinos; eso aunado a perdidas materiales, y
tener que salir de El Salvador, ha sido tremendamente altos para los logros conseguidos
en los acuerdos de paz.
Foto: Casa donde vivian mis papas antes de la guerra en El Cantón Zapote, Suchitoto
Personalmente, y también como familia, paso la guerra y no nos manchamos de sangre en
ese conflicto; creo que aprendimos de mi papa Pedro Acosta Melgar a ser pacifistas
activos; aprendimos que hay formulas que aparentemente son perdedoras, pero en
realidad son ganadoras. Hay veces que es mejor perder que ganar. Aprendí que el dialogo
es mas importante de que la violencia. Termino la guerra después de doce anos de intensa
tragedia y ni yo, ni mis hermanos matamos a nadie. Que alivio!!!
Aprendí a usar mis talentos en el negocio, donde dos más dos me salen cinco; pero eso se
puede hacer de forma ética, sin engañar a nadie. Es muy lindo hacer un negocio donde los
dos actores salimos ganando y contentos.
Si bien yo era un empresario de buses que iba progresando rápidamente en El Salvador,
por mis actividades de apoyo a los más necesitados entre en problemas con el gobierno
de mi país. Paradójicamente estoy vivo porque un amigo, no de izquierda, me informo
que estaba en la lista negra de los escuadrones de la muerte en Guazapa, y por eso me
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pude escapar. Eso significa que uno no debe ser cuadrado ideológicamente, de donde uno
menos se espera, viene el ángel de la guarda.
Si bien hacer dinero es importante, eso no es lo más importante. Con el dinero se puede
comprar una casa, pero no un hogar; se puede comprar un reloj, pero no el tiempo; se
puede comprar sangre, pro no la vida; se puede comprar sexo, pero no el amor. El dinero
es solo un medio para hacer lo que uno quiere hacer en la vida. Al final, lo más
importante es la familia y aquellos que te rodean.
El conocimiento es un valor que nadie te lo quita, uno puede hacerse de muchos bienes
materiales como propiedades y otras cosas, pero eso lo puedes perder. Lo que no te
pueden quitar, es lo que aprendes a través de la educación. Yo perdí casi todo en El
Salvador durante la guerra, pero nadie me quito lo que aprendí en la escuela y en el
Colegio. Eso me acompaña donde quiera que voy.
Hacer trabajo social voluntario es muy importante para mí, es como una forma de pagar
la renta por vivir en este mundo; un mas, hay algo que le dicen el karma, que significa
que lo que haces por otros, de alguna manera te regresa multiplicado.
Con seguridad puedo decir que dos tipos de hechos me han realizado y provocado una
enorme satisfacción. El primer hecho son las reuniones de la familia ampliada que
celebramos en El Salvador. Con especial mansión la VI Reunión de la Familia Ampliada
realizada en Aguilares el ano pasado donde nos juntamos unos 165 familiares
procedentes de seis países diferentes y tuve el gusto de liderar el evento. Son eventos que
nos sirven para encontrarnos con nuestra historia y con nuestra cultura. Esta iniciativa fue
iniciada por mi hermano Francisco Acosta y la primera reunión ampliada tomo lugar en
Atenas Costa Rica en el ano 2000.
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Foto: Reunión familiar ampliada, Aguilares 2006.
El segundo hecho histórico para mi, es dar a conocer la presente biografía, que le he dado
en llamar “Mi Graduación de la Universidad de la Vida”. Estos hechos son históricos y
me hacen sentir que valido la pena vivir.
Un filósofo dijo que una persona aprende en diez días de guerra lo que no aprendió en
diez anos de paz. Imagínense lo que hemos aprendido en 12 anos de guerra.
En Australia siento que perdí mi país porque ahora no se exactamente de donde soy,
aunque siento que el ombligo enterrado en Volcán de Guazapa en El Salvador me hala de
regreso. En la guerra perdí parte de mi familia ampliada, casi mi idioma, pero salve mi
familia nuclear y me salve yo mismo, gracias a Dios.
Reconocimientos Especiales
Ha habido personas en el transcurso de mi vida que han marcado mi camino, otros que a
quienes debo de agradecer por sus consejos y por apoyos para mí y para mi familia que
nos brindaron en los momentos difíciles.
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Sin duda mi papa Pedro Acosta Melgar dejo un sello en mi carácter de pacifista; mi
mama Otilia Arevalo, me dio el carácter de emprendedor; gracias a su sabiduría puedo
decir que no he vivido en vano. También a mis hermanos, especialmente a Jorge y a
Amadeo, por haberme servido de modelo y ayudarme a entender que otro mundo más
justo es posible.
Sin duda, a mi esposa Romelia Caceres Escobar, por haberme aceptado como soy y haber
sido un pilar importante en mi vida, además de que hemos procreado juntos siete lindos
hijos y tenemos seis nietos.
Si bien la lista de esas personas a la que debo de agradecer es considerable, con especial
atención quiero expresar mis reconocimientos a:
1. A Don Juan Zamora Solis, por haberme informado a tiempo que estaba en la lista
negra de los escuadrones de la muerte en el pueblo de Guazapa, en El Salvador..
2. Al Padre Higinio Alas, por habernos recibido en su casa en Heredia, Costa Rica y
posteriormente apoyarnos para la fundación del primero refugio en el Barrio Fátima.
3. A don Hernan Alfaro, a dona Sandra, su esposa, y a dona Floria, su suegra, por
habernos proveído su casa durante cinco anos donde vivimos en Heredia,Costa Rica.
4. A Tony Triado, un italiano trabajador social aquí en Bromedows, Australia, que me ha
ayudado mucho.
5. A Rafael Melgar Henriquez, quien ha sido mi mejor amigo y consejero en los
momentos difíciles.
6. Al salvadoreño Don Salvador Núñez, quien es trabajador social en Australia.
7. A mi hermano Francisco Acosta Arevalo y a su esposa Bárbara, por haberme
estimulado para que escribiera esta biografía; sin duda, sin su estimulo y apoyo, esta obra
no hubiera sido posible. Un millón de gracias.
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Nota del Editor
Cuando iniciamos este trabajo con mi hermano Ángel, el tenia la idea de hacer algo, pero
no sabia exactamente como hacer su biografía. Le ofrecí mi apoyo y le dije que seria su
regalo de cumpleaños en celebración de sus 62 anos de vida y de sus 27 anos de vida en
el exilio, lejos de la patria que le vio nacer.
Además de ser este un homenaje al espíritu visionario y de servicio social de Ángel
Acosta, es también un recordatorio a sus descendientes de donde venimos, y por lo
menos, donde su papa y su mama dejaron el ombligo aya en el Volcán de Guazapa en El
Salvador, Centro América.
Ha sido un enorme gusto haber contribuido en la producción de la biografía de mi
hermano Jose Ángel Acosta Arevalo. Efectivamente esta obra es la tesis de su graduación
en la universidad de la vida. Cuando vemos la historia de donde venimos, en las
circunstancias donde nacimos y crecimos, por donde hemos tenido que pasar
especialmente en el periodo preguerra, guerra y post-guerra civil en El Salvador, solo
poder contar la historia ya es bastante, otros familiares no tuvieron esa suerte.
La historia no ha terminado, solo cambio de dirección. Es importante estimular a muchos
de nuestros familiares que escriban su biografía, pues muchas historia detrás de nosotros
y cada historia es única, y nadie mas la puede contarla igual mas que quien la vivió.
Washington, Agosto 16, 2007
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