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5.1. tributación para eficiencia asignativa
Se comienza por fijar como meta un nivel económicamente eficiente de las emisiones.
Se necesita identificar el nivel eficiente de contaminación, que es aquel que minimice la
suma del coste total de reducción más el coste total del daño. El coste de reducción es el
coste para la sociedad por la reducción de la contaminación. La reducción puede
implicar una disminución de la actividad que produce las emisiones o la aplicación de
algunas medidas de reducción de emisiones o una combinación de las dos.
El coste del daño es la valoración que hacen del daño las empresas individuales
afectadas. La suma de los costes totales se minimiza cuando el daño marginal y el coste
marginal de reducción son iguales.
Al equiparar el coste marginal del daño y coste marginal de reducción, se halla el nivel
económicamente eficiente de emisión de contaminación por periodo. La figura siguiente
muestra la interacción de estas dos curvas. La pendiente de la curva de del coste
marginal del daño es ascendente porque aumenta el daño por unidad adicional de
contaminación producida ya que una tonelada adicional de CO2, a un nivel de
contaminación alto, causa más daño ambiental que la misma cantidad emitida en una
situación con un nivel bajo de contaminación. La pendiente de la curva del coste
marginal de reducción es descendente porque cuando la contaminación es alta la
reducción marginal (una pequeña reducción) es relativamente barata, pero cuanto más
limpio es el ambiente, más caro resulta lograr mayores aumentos.
Figura N° 1: Nivel económicamente eficiente de contaminación minimiza la suma de
costes de reducción y de daños
Coste Marginal del daño
Coste Marginal de Reducción
S/.
MM*
t*
En la intersección del coste marginal de reducción y el coste marginal del daño se
encuentra el nivel de emisiones económicamente eficiente M*, que los economistas
neoclásicos llaman “nivel óptimo de contaminación”, y el tipo impositivo
económicamente eficiente t*. Si fuera la tasa cobrada produciría la cantidad requerida
de emisiones. Esto se explica mejor observando las cosas de manera distinta, en la
siguiente figura se mira la situación desde otro ángulo, es decir, el de la reducción de las
emisiones, en lugar del nivel de emisiones, aquí se busca el nivel eficiente de emisiones
Z*. En el eje horizontal. Z’ es emisiones cero, y cero significa que no hay reducción. La
curva de beneficio marginal es el daño marginal de la figura anterior pero desde la
perspectiva de la reducción de las emisiones. Z* corresponde al mismo nivel de
emisiones que M*. Éste es el nivel en el que los costes y los beneficios marginales de la
reducción de emisiones son iguales. Z* es igual al nivel de emisiones antes del impuesto
menos la cantidad económicamente eficiente de emisiones, es decir, la cantidad que se
debe reducir para llegar del nivel de emisiones original al nivel de emisiones
económicamente eficiente. Z* es eficiente, dado que todos los costes y beneficios
sociales están incluidos, por el ya conocido argumento acerca de la igualdad de los
valores marginales.
A la izquierda de Z*, el coste de reducción es menos que el coste de daño marginal, por
lo que una mayor reducción disminuirá la suma de los costes de reducción y de daño.
A la derecha de Z*, el coste de reducción disminuirá la suma de los costes de reducción
y del daño.
Figura N° 2: nivel económicamente eficiente de reducción de emisiones
Coste Marginal del daño
Coste Marginal de Reducción
S/.
ZZ*
t*
Z’
5.2. tributación para un nivel arbitrario:
Para identificar el nivel de contaminación de eficiencia asignativa como objetivo del
control de emisiones, la autoridad reguladora ambiental necesitaría saber los costes y
beneficios marginales de reducción. La intersección de las funciones de coste y
beneficio marginales determina la tasa de tributación t* adecuada (pigouviana o de
externalidades) y el nivel de emisiones deseado. Por lo general la información necesaria
para hacer eso no está a disposición de la autoridad.
Las cuestiones relevantes para las políticas se refieren a los métodos de control que los
economistas llaman “niveles arbitrarios”. Esta terminología quiere decir que el objetivo
de la política de no deriva de un equilibrio preciso entre los costes y los beneficios
marginales de la reducción. El arbitrio no necesariamente es adoptado de manera
impulsiva o caprichosa. Así, los arbitrios relativos a la contaminación pueden ser el
resultado de una investigación científica y deliberación política. De esa manera se puede
identificar el nivel de reducción correspondiente aunque ese nivel no sea un objetivo
asignativamente eficiente, sigue siendo cierto el argumento utilizado acerca de la
relación coste – eficiencia de la tributación utilizada como un instrumento. La autoridad
reguladora no necesita conocer la función de beneficio marginal agregado de la
reducción ni necesita conocer la función de coste de reducción de cada empresa.
En éste enfoque se establece una norma que se considera un nivel sostenible de
emisiones, es decir, un nivel que los vertederos ambientales pueden absorber durante un
periodo de tiempo indefinido, o al memos muy largo, sin perjudicar al medio ambiente
o a los seres humanos.
5.3. tributación y mercado de bienes
Gravar las emisiones, o los insumos que dan origen a las emisiones, aumenta lso costes
de producción, y el aumento de los costes de producción desplaza la función de oferta
hacia arriba. El impacto del impuesto sobre las emisiones o los insumos se muestra en la
figura siguiente, donde SS es la función de oferta para algún bien antes de la aplicación
del impuesto y ST CON EL IMPUESTO EN VIGENCIA. D es la función de demanda
para el mismo bien. Como resultado del impuesto, la cantidad de equilibrio cae de QM a
QT y el precio de equilibrio aumenta de PM a PT. la magnitud de esos cambios debida a la
aplicación del impuesto dependerá de la elasticidad de la oferta y de la demanda, como
lo hará la incidencia del impuesto entre los productores y los compradores del bien en
cuestión.
Figura N° 3: Impacto del Impuesto Ambiental sobre el mercado de bienes
5.4 los impuestos ambientales aumentan los ingresos
Los responsables de políticas acogen los impuestos a las emisiones, o impuestos a la
energía, por otro motivo. Generan recaudación para el gobierno. Los ingresos fiscales
generados por el impuesto dependen de la elasticidad de la demanda, que es el cambio
porcentual de la cantidad del bien gravado en respuesta al aumento de del precio del uno
por ciento. En este contexto, la elasticidad de la demanda mide cómo reaccionan las
empresas y los hogares al aumento de los precios de la energía.
Los ingresos fiscales provenientes de impuestos ambientales se pueden destinar o no a
financiar proyectos ambientales. Los impuestos ambientales se enfrentan a problema de
que la base del impuesto se reduce si éste es eficaz. Un argumento utilizado contra estos
impuestos (ambientales) ha sido el temor de que su implementación lleve a que el país
pierda competitividad en el comercio internacional.
6. precios negociables
Los precios negociables son otro tipo de instrumento de política basado en el mercado,
según el cual los derechos de liberar contaminación o de explotar recursos se pueden
intercambiar en un mercado de permisos libre o controlado. Al igual que los impuestos,
genera incentivos económicos para que los agentes económicos adopten un
S
D
P
QQM
PM
PT
QT
ST
t
comportamiento menos perjudicial para el medio ambiente. De la manera en que se los
ha utilizado hasta la fecha, su efecto ha recaído principalmente en las empresas de
forma directa.
Los permisos negociables difieren de los impuestos en un aspecto fundamental.
Considerando el control de la contaminación, en el caso de los impuestos, el incentivo
monetario que tiene el agente es el precio fijado que debe pagarse por cada unidad de
emisión. Con los permisos, el agente tiene un objetivo cuantitativo de emisiones que
está fijado por la cantidad de permisos que se posea, y el agente puede variar esa
cantidad comprando o vendiendo permisos a un precio variable. Desde el punto de vista
de la autoridad reguladora, los impuestos fijan el precio al que los agentes pueden
generar emisiones, pero no la cantidad que emiten individual o colectivamente, mientras
que con los permisos fijan la cantidad que los agentes pueden emitir colectivamente,
pero no el precio al que lo hacen o la cantidad que emiten individual o colectivamente.
¿Cómo funcionan los permisos negociables? Los permisos negociables son un
instrumento de política ambiental que organiza el intercambio de derechos de verter un
tipo particular de residuo en el medio ambiente o de utilizar un recurso natural en
particular. En el primer caso, en lugar de pagar por las emisiones, es necesario contar
con un permiso para verter la cantidad que uno efectivamente descarga. La autoridad
reguladora establece un límite (expresado en unidades biofísicas) sobre la cantidad total
de permisos de emisiones en existencia. Al controlar el número de permisos, la
autoridad reguladora puede controlar la cantidad de contaminación total. Aunque la
autoridad reguladora establezca la cantidad total permitida, no intenta determinar cómo
se asigna la cantidad total permitida a las fuentes individuales de emisiones.
Los permisos negociables se basan en el principio de que cualquier aumento en las
emisiones de una fuente se debe compensar con una disminución equivalente en otro
lado. Las fuentes pueden variar la cantidad de permisos en su poder y modificar sus
niveles de emisiones, mediante la compra y venta de permisos a otras fuentes. La
primera ventaja del sistema es que es rentable y genera incentivos dinámicos para la
reducción de costes. La autoridad reguladora podría emitir una cantidad total de
permisos equivalente al objetivo de la eficiencia asignativa, si supiera cuál es, o una
cantidad equivalente a un nivel arbitrario.
Los principios básicos son los mismos en el caso de los permisos para utilizar un
recurso natural: una autoridad reguladora determina cuál será el nivel de uso y emite
una cantidad total correspondiente de permisos, expresados en términos de toneladas o
número de individuos para un stock de peces por ejemplo. Una vez la autoridad ha
emitido los permisos, las empresas e individuos que cosechan esos recursos pueden
comprar y vender los permisos.
7. el teorema del coste más bajo
El teorema del coste más bajo establece que los costes totales de reducción se
minimizan cuando la autoridad reguladora grava las emisiones de todas las empresas a
una tasa uniforme por unidad. El teorema no establece una presunción en favor de los
impuestos sobre las emisiones y en detrimento de los instrumentos de planificación o
mando y control del tipo que especifican los niveles de emisiones permitidos. La
autoridad reguladora podría alcanzar el mismo objetivo al coste mínimo de otras
maneras:
Estableciendo el nivel de emisiones para cada empresa;
Creando permisos negociables entre las empresas, con una cantidad total de
emisiones permitidas igual al nivel arbitrario del total de emisiones.
Analizando primero el impuesto uniforme sobre las emisiones y luego esas alternativas:
La propiedad de coste más bajo del impuesto uniforme sobre las emisiones deriva del
hecho de que hacer recaer la reducción total entre aquellas empresas para las cuales el
coste de hacer mas es menor. Cada empresa reducirá sus emisiones hasta el nivel en el
que el coste marginal de reducción fuese igual a la tasa impositiva, para así minimizar
sus costes con impuestos incluidos. Como resultado, todas las empresas estarían
operando con el mismo coste marginal de reducción. De esta forma, no habría
reasignación del coste total de reducción entre las empresas que pudiera bajar el coste
total de reducción. La autoridad reguladora no necesita conocer la función de coste de
reducción de cada empresa para identificar los objetivos de reducción diferenciales de
cada empresa que minimicen el coste total. La reacción de las empresas al impuesto
uniforme identifica la solución del coste más bajo.
La siguiente figura muestra como funciona la propiedad de coste mas bajo en el caso de
dos empresas. La autoridad reguladora recauda un im puestoa la tasa t por unidad de
emisión. Las dos empresas se desplazaran hacia el punto t = CMR porque si t > CMR
convendría reducir más y si t < CMR convendría reducir menos. Reducirán sus
emisiones hasta los niveles R1¿ y R2
¿, que son la suma de la reducción total R¿. Para ver
que esa es la combinación de coste de reducción más bajo que la empresa 1 y la
empresa 2 que proporciona la reducción total R¿. Si la empresa 1 reduce menos que R1¿ y
la empresa 2 reduce una cantidad igual más para mantenerse en un nivel de reducción
total R¿. El aumento de coste para la empresa 2 es mayor que la disminución para la
empresa 1. Si la autoridad reguladora conociese los valores de CMR1 y CMR2, y deseara
alcanzar una reducción total R¿, podría calcular cuales serían los costes que minimizaran
R1¿ y R2
¿ y utilizaría el sistema de planificación o mando y control para exigir que las
empresas redujeran esas cantidades especificadas de emisiones. Pero el organismo
regulador no conoce los detalles necesarios de los costes de reducción de las empresas
individuales. Por tanto, no puede calcular esos niveles de reducción y, habitualmente,
establecerá un objetivo general de R¿ mediante recortes proporcionales iguales para
todas las empresas. Por lo general se considera que ese procedimiento es justo.
Figura N° 4: Teorema del coste más bajo
Si el sistema de planificación o mando y control debe involucrar el mismo coste total de
reducción que el impuesto uniforme, entonces los niveles de reducción que hará cumplir
la autoridad reguladora ambiental deberán variar de una empresa a otra de modo que
hagan más las empresas cuyos costes de reducción sean más bajos. Para que la
CMR1
S/.
R1
t
S/.
t
R2
CMR2
autoridad ambiental reguladora pueda emitir reglamentaciones adaptadas a cada
situación individual, debería conocer la función de coste marginal de reducción de cada
empresa. En general, eso no es factible, y se considera que la versión operativa del
sistema de planificación o mando y control implica que cada empresa reduzca las
emisiones en el mismo x por ciento para alcanzar una reducción total de x por ciento.
Dado que las funciones de coste de reducción de las empresas difieren, los recortes
porcentuales uniformes no serán eficientes.
El hecho de no requerir información completa sobre los costes de reducción de cada
empresa es lo que otorga el impuesto uniforme la ventaja en términos de costes respecto
del sistema de planificación o mando y control. Un problema del argumento a favor del
impuesto uniforme es que sin información completa, la autoridad responsable no puede
calcular el tipo impositivo que se corresponde con el nivel de reducción que se debe
alcanzar. En caso de que la autoridad carezca de información completa sobre las
funciones de coste marginal de reducción de las empresas, no existe una garantía de que
el impuesto uniforme permita alcanzar el nivel de reducción total fijado como objetivo.
Por tanto, el impuesto uniforme no es fiable.
Si carece de dicha información, la autoridad puede establecer un tipo impositivo, que
logrará el nivel total de reducción al coste más bajo posible. Cualquier medida
implementada se basa en el coste más bajo: la propiedad del coste más bajo se sigue del
hecho de que las dos empresas hacen frente a la misma tasa impositiva. Pero el nivel
total de reducción obtenido no se corresponderá con la reducción deseada de emisiones
totales, excepto por casualidad. La autoridad reguladora podría proceder por ensayo y
error; podría establecer una tasa impositiva, observar el resultado y subir o bajar la tasa
según fuese necesario. Eso implicaría costes de ajuste adicionales, y no tendría mucha
aceptación entre las empresas afectadas.
Los permisos negociables tienen el coste más bajo a la vez que son fiables porque la
cantidad total de permisos creados por la autoridad reguladora ambiental es igual al total
de emisiones correspondiente a la reducción total deseada. Tienen la propiedad de coste
más bajo porque el mercado de permisos los asigna a empresas para las que es más
barato comprar un permiso que aplicar una reducción. Dado que los permisos son
negociables, se establecerá un precio único para los permisos unitarios. El argumento
que explica por qué tienen el coste más bajo es igual que del impuesto uniforme. Todas
las empresas hacen frente al mismo precio. El precio dependerá de la cantidad de
permisos emitidos, y dadas las condiciones ideales, será igual al valor que habría debido
tener la tasa impositiva para alcanzar el objetivo deseado. Las empresas para las que la
reducción sea relativamente barata, reducirán en lugar de comprar permisos. La carga de
reducción total entre las empresas para minimizar el coste total se genera
automáticamente por el comportamiento de minimización de costes de las empresas.
8. garantías de cumplimiento ambiental
La mayoría de problemas ambientales conllevan incertidumbre y, ésta siempre ha sido
una dificultad para formular y aplicar políticas ambientales.
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