manifiesto en defensa del anarcosindicalismo
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MANIFIESTO EN DEFENSA DEL
ANARCOSINDICALISMO
A PROPOSITO DE LA USURPACION DE LAS SIGLAS CNT
REIVINDICAR CNT
“Manifiesto en defensa del Anarcosindicalismo”, es el texto conciso que a continuación te presentamos. Consisten en unos apuntes his tóricos y presentes que consideramos, en el momento actual, necesarios, esclarecedores y reivindicativos.
Necesario por los acontecimientos más actuales que se han decantado de nuevo hacia un ataque al anarcosindicalismo y su materialización orgánica: la CNT. La resolución judicial sobre el contencioso de las siglas que mantenía la CNT con un grupo minoritario de escindidos y expulsados de la Confederación, ha constituido un tremendo atropello al darles la posesión de éstas a dicho grupo minoritario (como el mismo juez reconoce) y al margen de nuestra organización sindical.
El Juez Jesús Nicolás García Paredes, del juzgado de Ia Instancia de
Madrid, después de damos la razón durante todo el texto de la sentencia y denominar al grupo escindido de “ilegal”, falla, contradictoriamente, en unas pocas líneas del final, a favor de este colectivo usurpador.
Esclarecedor, porque en él relatamos retrospectivamente todo el proceso orgánico y sindical de la CNT desde su legalización en 1977 hasta el momento actual; incluyendo con especial detalle los intentos reformistas de grupos introducidos dentro del sindicato que al no cuajar, por ser contrarios a la mayoría anarcosindicalista, derivan en las sucesivas escisiones y expulsiones, éstas últimas motivadas por la clara vulneración que estos detractores del anarcosindicalismo hicieron de los acuerdos mayoritarios de la CNT.
Igualmente ilustrativo os resultará el análisis sobre la sentencia, cuya única exhortación posible a dar lectura a su texto es la que escapa de los labios de cualquiera que tenga la oportunidad de hacerlo: ¡Increíble!
Finalmente, el presente texto es fundamentalmente reivindicativo. Reivindicar el anarcosindicalismo ante aquéllos que sin ningún derecho intentan alentar una denominada CNT reformista y descafeinada, aquéllos que para esta labor se encuentran apoyados y financiados por el Gobierno “socialista”, así como ya se encontraron financiados por UCD. Esos que precisamente por no encontrar eco sus planteamientos colaboracionistas sindicales y políticos (en las últimas elecciones generales apoyaron implícitamente al “paté de izquierdas”) dentro de la CNT tuvieron que escindirse o provocar su expulsión.
En definitiva, reivindicar y relanzar el anarcosindicalismo, en el que no caben ni elecciones políticas o sindicales, ni cualquier otro mecanismo reformista que anule nuestra voz y nuestra acción, la de los trabajadores.
Comité Nacional de la CNT
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NACIMIENTO Y EVOLUCION HISTORICA DE LA ESCISION
En Plena implantación de la democracia, todos los “ilustres” polí ticos y
sindicales, coinciden en una curiosa afirmación: el anarcosindicalismo en
España es un cadáver y como consecuencia la CNT carece de futuro. Sólo unos meses más tarde, acontecimientos, por ejemplo, como el mitin
de San Sebastián de los Reyes o las jomadas libertarias de Montjuich hacen
que se traguen sus palabras. La gran eclosión del anarcosindicalismo es ya un
hecho consumado, por más que para las ideas marxistas sea una de esas raras
excepciones que nunca confirman la regla. Grupos de la más variopinta ideología confluyen con los anarco-
sindicalistas en una gran organización sindical. CNT, intentando configurarla a
su imagen y semejanza. A la par las instituciones del Estado montan su alerta
contra el novedoso y repentino peligro del resurgir del anarcosindicalismo. Martín Villa invita oficialmente a D. Abad de Santillán ,para que
“reorganice” la CNT, tras dos años de imparable desarrollo confederal, y junto
a Mata Gorostizaga, ofrecen desde sus Ministerios a la CNT, las bendiciones
oficiales del Estado si la organización se institucionaliza, se convierte en fiel
servidor del sistema, y olvida para siempre su carácter revolucionario. Incluso
se prestan a negociar personalmente una presencia oficial de la CNT en la OIT. En esta tesitura, la Confederación afronta en 1979 su V Congreso,
auténtica prueba de fuego cara a su futuro. Hay que decidir, nada más y nada
menos, qué y cómo ha de ser la CNT. Junto a la natural preocupación o inexperiencia y tensiones entre los
varios centenares de nuevos sindicatos, se detectan y denuncian en el congreso
tres grupos principales de presión: a) Un grupo ligado con los cincopuntistas varios en el exilio, (insti-
gadores de un pacto con Franco para fundir la CNT con la CNS) y elementos
de organizaciones católicas, que mantenían reuniones regulares en la librería
Chueca con el secretario de Martín Villa, empecinados en integrar la CNT en
la CMT (Internacional Católica). Este grupo enarbola la bandera reformista
defendiendo sobre todo las elecciones sindicales y comités de empresa frente a
la secciones sindicales, coincidiendo con el decreto del gobierno UCD que ve
en dichas elecciones el método definitivo para domesticar al entonces
combativo movimiento obrero, y erradicar su asambleísmo, por medio de
Sindicatos institucionalizados. b) El pertinaz fantasma FAI, que debía maniobrar, según todos los
rumores, para someter la organización al control del exilio como medio de
defender la continuidad histórica del anarcosindicalismo. c) Un extraño grupo concebido contra-FAI, de raras siglas FIGA,
impulsor de una línea exclusivamente sindical y contrario a todo aspecto no
laboral. De siniestra creación y funcionamiento dejará siempre constancia de su pleno apoyo a las tesis reformistas y de una sospecho-
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sa facilidad para desarticular CNT, en cada localidad donde se detecta su
presencia. No obstante el Congreso lejos de ser, como algunos malintenciona-
damente pretenden, una pugna entre estos y otros grupos de presión, se
resuelve de forma serena y madura por más del 90% de un total de 750
sindicatos, sindicatos que por encima de todo hicieron prevalecer la validez
de sus acuerdos. El resultado de estos acuerdos fue diáfano y tajante. Se rectifican los
principios, tácticas y fines del anarcosindicalismo como concepción
ideológica general y se define la estrategia sindical en tomo a las secciones
sindicales y la asamblea como garantía de participación de los trabajadores
y desarrollo del sindicalismo en los centros de trabajo en pos de conseguir
reivindicaciones concretas a través de la acción directa. que rompan los
sucesivos pactos sociales con que los gobiernos ahogan las demandas
obreras. Se rechazan pues todos los vicios parlamentarios y politiqueros que
imponen al movimiento obrero las elecciones sindicales, así como sus
órganos funcionales, los comités de empresa, fuente de privilegios y
división entre los trabajadores y auténticos intermediarios que desvirtúan la
lucha patrón-obrero y suplantan el sindicalismo en la empresa. Este dictamen provoca la retirada del sector reformista que arrastra un
total de 53 delegados. Retirada preparada en frecuentes reunio nes
mantenidas de forma paralela a las de la sala de sesiones y que debía
realizarse antes de finalizar el Congreso si no conseguían imponer sus
criterios, base de que la mayoría de los delegados falsearan los acuerdos de
sus sindicatos. Así al no conseguirlo en vez de asumir su papel de minoría
con derecho a seguir defendiendo sus criterios en el seno de la CNT, nace
LA ESCISION con el objetivo de imponerlos desde fuera. Esta escisión sólo habría sido agua de borrajas, de no contar con la
inmediata colaboración de los medios de comunicación y el ministerio de
trabajo que la registra en el IMAC como otra CNT en igualdad de derechos
con la CNT legítima. Con esto y misteriosas ayudas económicas, celebran
su Congreso de Valencia donde ratifican su reformismo y rechazan el
comunismo libertario, reorganizando una primaria estructura nacional,
obviamente necesaria para pasar a disputar a CNT la legit imidad de las
siglas. Frente a ello, la CNT reacciona con prontitud. En Conferencia de
Sindicatos celebrada en Barcelona —marzo 1980— denuncia el montaje
escisionista y reafirma los acuerdos y dictámenes del V Congreso para-
lizando de momento la maniobra de la escisión. Sin embargo, militantes aislados recién convertidos al reformismo, que
ocupaban cargos en los comités regionales y en el propio comité nacional —
tal es el caso de José Bondia. Secretario del Comité Nacional y José Marc.
Secretario del C.R. de Cataluña, los más destacados y furibundos
detractores de los reformistas hasta esa fecha, preparan una especie de “golpe de Estado’' vía comités, para trabajar conve-
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nientemente el VI Congreso (Barcelona cara a imponer las tesis reformistas en
la Organización).
Esta sorprendente conversión reformista de algunos miembros de los
Comités a partir del verano de 1982 tiene su origen en una reunión secreta
que J. Bondia entonces Secretario Nacional, mantiene con Alfonso Guerra, de
espaldas a la organización e incluso de los demás miembros del C. Nacional.
Las promesas del PSOE por boca de Alfonso Guerra, auténtica oferta de
compra de la CNT, que hoy siguen siendo un misterio, serán las bases de esta
nueva estratagema en el VI Congreso. A la operación se suma el grupo FIGA
que había optado por seguir maniobrando dentro de CNT. Pero todo queda otra vez, en una nueva intentona fallida, que sólo
demuestra el desconocimiento real que tenían acerca de lo que la CNT es y
representa y de donde le viene su poder y capacidad de decisión, o sea su
ignorancia del verdadero protagonismo de los sindicatos confederales. Por eso, aunque sorprendidos al principio, más bien incrédulos an te el
nuevo montaje, los sindicatos neutralizan con sus acuerdos la intentona
reformista, convocando un congreso extraordinario en Torrejón de Ardoz,
para debatir en exclusiva y de una vez por todas, el punto álgido que señala la
frontera entre anarcosindicalismo y reformismo en la CNT (Acción Sindical y
Elecciones Sindicales). Es de señalar en este VI Congreso la actitud de la regional del exterior, el
“exilio” supuestamente vinculado al fantasma FAI controlador de CNT por
todos los difamadores, inhibiéndose en la problemática, lo que a punto estuvo
de facilitar el éxito a la operación reformista. Llegados ya a Torrejón de Ardoz, 1983, la CNT en congreso ex-
traordinario y prevenida ya de cualquier presión o montaje extraño, acuerda
tras extensos debates y por abrumadora mayoría, mantener la línea de
actuación iniciada en el V Congreso. Principalmente: el desarrollo de la
organización fuera de las instituciones oficiales, una acción sindical de inequívoco
carácter anarcosindicalista y dirigida sobre todo a romper el pacto social, y a
potenciar las secciones sindicales y las asambleas como ejes vitales del
sindicalismo revolucionario en la empresa.
Tras esta clarificación, el sindicato de Banca de Madrid, parte del
sindicato de Transportes de Barcelona y varios militantes aislados, algunos de
nuevo en cargos de comités, como el inevitable José Marc, son expulsados de
la organización por su reiterada actitud de boicot a los acuerdos confederales
y trabajo común con la escisión en detrimento de la CNT. Visto que la operación Congreso de Valencia no había fructificado y poco
a poco se consumía en su natural inoperancia, este nuevo grupo de
expulsados, antiguos enemigos irreconciliables de la escisión, esboza un
nuevo plan: un Congreso de reunificación. La CNT denuncia otra vez el hecho como un nuevo intento refor-
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mista, dejando claro que según sus acuerdos cualquiera que se haya ido puede
volver, de la misma forma, a su sindicato correspondiente, por lo que no hay
lugar a reunificación alguna, ya que no existe más que una CNT y una escisión
que si en verdad lo desea, puede retomar a la organización. Sin embargo al calor del apoyo prestado por los medios de comunicación,
la Iglesia Católica y demás interesados en facilitarles millón y medio de pesetas
de alquiler diario del Palacio de Congresos de Madrid, expulsados y escindidos,
reviven el abrazo de Vergara y celebran su farsa: Congreso de “Reunificación”. Valiéndose de su condición de “ex” secretarios en C. Regionales o en el C.
Nacional de la CNT, Bondia, J. March y compañía se pasean por las páginas de
los diarios y las ondas como únicos y legítimos representantes de la CNT, por lo
que dan por sentado el hecho definitivo de la reunificación CNT-Escisión,
aunque el propio juez en la sentencia reconoce que la finalidad “unifícadora” se
truncó. La realidad es que la CNT por medio de cientos de compañeros que acuden
al Palacio con el ánimo de denunciar “in situ” el nuevo engaño del que van a ser
víctimas algunos trabajadores, es bloqueada por medio de la Policía Nacional
que acordona el edificio y actúan de comisión revisora de credenciales —
insólito— en la puerta de entrada impidiendo el paso a la CNT. Este
bochornoso espectáculo de unos pretendidos congresistas confederales actuando
bajo el control y el amparo de la Policía Nacional queda reflejado en una
correspondiente acta notarial levantada a efecto por la CNT, para dejar
constancia del nuevo fraude al anarcosindicalismo. Pero la guerra sucia que el sistema democrático español viene practicando
de forma sibilina contra la CNT para desgastarla o vaciarla de contenido, si no se deja comprar, no termina por desgracia, aquí.
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UNA SENTENCIA INCREIBLE
Sí, cuando precisamente por razones profundas de racionalidad esperábamos la llegada de una solución jurídica favorable a nuestra organización sobre el problema de las siglas, nos llega con sorpresa la decisión del juez Jesús Nicolás García Paredes en favor de la esc isión.
Los Antecedentes de los Hechos con que empieza la sentencia re fleja nuestra versión del proceso que se da hasta el falso congreso de reunificación que nosotros impugnamos y dio lugar al contencioso. Estos hechos y los que siguen los reflejamos ya con extensión y claridad en el informe a la Organización del 25 de marzo de 1985 y en los documentos históricos que publicamos al cumplirse el 75 aniversario del nacimiento de nuestra CNT en 1910. Pero nos vemos hoy en la obligación de recordarlos para con ocimiento general como consecuencia de la sentencia dictada en favor de la escisión. Como decíamos. los Antecedentes de los hechos manifiestan en una extensión de casi 12 folios de manera clara y nítida nuestra razón apabullante. Sin embargo, acto seguido y en poco más de un folio, el juez dictamina en favor de la escisión. Ha tomado como hechos fundamentales para hacerlo el desarrollo del V Congreso y el del llamado congreso de “reu -nificación” (subjetivamente interpretados por el mismo). Ha ignorado que la primera escisión de la gente que no consigue imponer criterios por ser muy minoritarios, se da precisamente en el V Congreso. Estos minoritarios que rompen en lugar de presionar desde dentro de la or ganización en favor de un nuevo congreso, solución factible si lo acepta la mayoría, resuelven por el contrario ampliar la escisión por medio de los pasos conocidos: el primer falso congreso de Valencia, reunión minoritaria de escindidos del V Congreso, y otros pasos que culminan en el llamado “congreso de reunificación”. El juez que ha dado la sentencia de este caso conoce los antecedentes escisionistas, puesto que en los propios textos de éstos se hace referencia en varias ocasiones a que son escisión.
En su breve fase decisoria contenida en el veredicto , el juez alude al derecho de las minorías en un sistema democrático y a las dificulta des que aquéllas han encontrado dentro de la CNT. Esta es la razón que justifica todo lo demás y finalmente su veredicto en favor de la escisión. Es curioso y de escándalo, pero ha ignorado el respeto que, cuando menos y por la misma razón, se debe a las mayorías. Ha ignorado también que el número inicial de los responsables de estas escisiones era del 1% del conjunto de la organización al darse la primera de ellas en e l V Congreso, celebrado en la Casa de Campo de Madrid.
A este número se unirían posteriormente otros individuos, defen sores de alternativas como las elecciones sindicales, rechazadas por amplísimas mayorías en los congresos de Barcelona, 1983, y de Torr ejón de Ardoz, 1983, en Madrid. Unos doscientos serían expulsados poste riormente en todo el país por atacar y no respetar los acuerdos mayo-
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ritarios tomados en lo que a la acción sindical en la empresa se refiere. Entre ellos se halla el actual secretario de la CNT “reunificada”, a quien expulsó su sindicato de Barcelona, el de Transporte, precisamen te por no respetar los citados acuerdos mayoritarios. Conviene desta car que ésto ocurrió después de los congresos de Barcelona y de Torrejón, en los que estuvo presente como delegado el citado militante, de nombre José March. Es a él, asombrosamente, a quien el juez García Paredes “designa” como secretario general de la CNT en su sentencia.
La sentencia nos ha dejado estupefactos. Pero atención, compañeros y amigos: no nos ha hundido. Para empezar, nuestro abogado ha recurrido la sentencia de inmediato. Los fallos de ésta son espectacu lares. Abogados que la han leído se han quedado atónitos, entre ellos un ilustre del poder judici al. Este nos ha mirado al término de su lectura y ha hecho un comentario elocuente: “increíble”. Es evidente que la sentencia alienta hechos oscuros y en este sentido hay que poner en marcha una dinámica de investigaciones.
Es por esto, amigos, que nuestra respuesta no puede faltar. Hemos de empezar por asimilar el hecho duro e inesperado. Hemos de hacerlo con serenidad, sobreponiéndonos a cualquier tipo de sinrazón o de reacciones anímicas sin controlar. No nos queda más remedio que reaccionar con energía y decisión, desde luego, pero sobre todo con racionalidad, precisamente la racionalidad que hemos mantenido desde el principio para resolver con limpieza y claridad el contencioso. Por innecesario, además, cualquier acto irracional podría dificultar aún más a nuestro colectivo.
Creemos que el recurso, es decir, el acto de recurrir contra esta escandalosa sentencia, debe tender a poner al descubierto la indignidad de la gente que ha contribuido a gestarla.
Como conclusión afirmamos que la CNT luchará en to do momento contra cualquier intento de ¿legalización de la misma, lo que sería el resultado efectivo de la sentencia al pretender la legalización de una organización o grupos que han abandonado el anarcosindicalismo, con lo cual se mantendría formalmente las siglas CNT vaciadas de todo su contenido. A este respecto es muy significativa la frase de Indalecio Prieto (miembro destacado del Partido Socialista durante la Repúbli ca) que afirmaba que era imposible destruir a la CNT atacándola desde fuera pero que resultaba muy sencillo aniquilarla desde dentro.
Compañeros, amigos, para empezar mantengamos la fuerza y la ra zón que hemos puesto de relieve en todos los momentos claves de nuestra existencia. Salud y adelante. Venceremos.
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ANALISIS DE LA SITUACION CREADA POR LA SENTENCIA SOBRE
LA LEGITIMIDAD DE LAS SIGLAS CNT
El fallo absurdo e irracional en una sentencia de primera instancia, a
favor de un grupo de escindidos y expulsados de la organización
reconociéndoles como únicos y legítimos representantes de la CNT pasada,
presente y futura, sólo puede entenderse como un nuevo empeño, el
enésimo, por terminar con el anarcosindicalismo en este país. No importa
que esta nueva modalidad constituya un escándalo jurídico, incluso dentro
de los más ortodoxos cánones de la propia justicia burguesa. Si ahora es el aparato jurídico, antes fue el ministerio de trabajo. Su
siniestra oficina de registros de asociaciones sindicales del IMAC, consintió
interesadamente la “legalización”, de otra nueva organización paralela a la
CNT que de pleno derecho existe desde 1977, admitiéndole toda clase de
sindicatos fantasmas (tres firmas que se repiten constantemente), comités,
federaciones, etc. con el firme propósito de confundir a los trabajadores con
la supuesta existencia de dos CNT y desprestigiar ante los mismos , al
anarcosindicalismo, permitiendo y propagando al amparo de unas siglas
“CNT” falsas, una práctica sindical liquidadora del mismo por colocarse
justo en sus antípodas. Nunca un sistema democrático tuvo mejor coartada para deshacerse del
anarcosindicalismo, por más que todos lo intentaron. Paradójicamente. ahora
pretenden que sea CNT. “su CNT”, el increíble verdugo. La constante negación de los principios e ideas que animan el anar -
cosindicalismo, es convertida en su estrategia predilecta por el grupo
usurpador: aceptan las elecciones sindicales, apoyan tácitamente a la
“izquierda política” en las generales, institucionalizan su pseusindicato
sobre reuniones y acuerdos políticos con los sucesivos gobiernos donde
siempre mendigan su incorporación a las concertaciones y pactos sociales,
impulsan reivindicaciones laborales de claro e inequívoco carácter
corporativista. o. se suman a las “huelgas por horas” y paros parciales e
incluso se ofrecen “a negociar” planes de reconversión y reajustes de
plantillas, donde la clase obrera siempre es perdedora. Este es el bagaje que
escalona ese exquisito curriculum ¿ ¡cenetista!0
En suma, una actividad sindical de renuncia a la acción directa, co-
munismo libertario y demás ejes vitales del único anarcosindicalismo
posible, convertida en comparsa fiel, sumisa y lameculos de la política
sindical de CCOO, con el pretexto de hacerse un hueco en los medios
informativos a la sombra de Marcelino Camacho. Es de señalar, como los medios de comunicación, principalmente El País
jugaron y juegan un papel fundamental en todo el montaje. Cuántos
comunicados, noticias O acciones protagoniza la CNT eran y son
sistemáticamente ignorados, deformados e incluso atribuidos a la
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escisión, a quien estos medios empezaron denominando “Congreso de Valencia” y de quienes recibían a bombo y platillo cualquier noticia por insignificante que fuera.
Más, la CNT bautizada Congreso de Valencia por prensa, radio y TVE, frente a la CNT que sigue su normal desarrollo desde 1977 no consigue, pese a todo, romper su natural aislamiento en el seno del movimiento obrero. Por eso curiosamente tras la llegada al poder del PSOE, se produce un cambio de táctica. Se distingue a partir de ese momento de forma premeditada, entre una CNT-AIT peyorativamente tildada de obsoleta “sector histórico”, y CNT, a secas —la escisión antigua CNT “Congreso de Valencia”— a quien van a conceder toda su dedicación informativa, resaltando su carácter “renovador”. El paralelismo artificial creado interesadamente, con el proceso sufrido años atrás por el PSOE, es harto elocuente, aunque siempre fue claro que en el caso de CNT, los que abandonaron los principios de la organización, son flagrante minoría.
Sin embargo tras la criatura renovadora de los medios informativos, es obvio que sólo existe un grupo de “elegidos” para vaciar la CNT de contenido anarcosindicalista, y convertirla en un Sindicato domesticado, otra institución útil para el normal desarrollo del sistema capitalista. El disfraz “renovador” es puro eufemismo que encierra la verdadera esencia de la escisión: su carácter REFORMISTA.
Nunca en sus reuniones y acuerdos aparece un sólo planteamiento renovador, de puesta al día de los valores significativos del anarcosin-dicalismo, como puede ser el propio significado, actual del sindicato, el concepto de “clase obrera” hoy, el trabajo asalariado, la estratifica ción social dentro de la clase obrera... su única preocupación se centra en “salvar” la CNT de cualquier tentación revolucionaria. Es decir redimirla, reformarla o si es preciso destruirla.
En resumen queda claro el nuevo intento por parte de los poderes económicos y políticos de destruir a la CNT, en esta ocasión por la vía de ilegalizarla y poner en su lugar a una organización sindical sin
contenido alguno, pero que ostentara las siglas de CNT. Ante esta situación la actividad de la CNT ha de ser contundente: ni un
paso atrás. El anarcosindicalismo, como sindicato anarquista, seguirá adelante
con las siglas de CNT, pese a quien pese, hasta repetir la gran obra social que
hace cincuenta años asombró al mundo.
SALUD Y ANARCOSINDICALISMO
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Estos falsos anarcosindicalis tas que en su día celebra ron una farsa de
Congreso PROTEGIDOS POR LA POLICIA.
Cientos de manifestantes se congregaron a las puertas del Palacio
de Exposiciones y Congresos para denunciar la farsa que a ll í se
representaba.
LA EMANCIPACION DE LOS TRABAJADORES SERA OBRA
DE LOS TRABAJADORES MISMOS
EL ANARCOSINDICALISMO SU UNICA GARANTIA
DEFENDAMOSLO
Edita:
COMITE NACIONAL DE LA CNT (Adherida a la AIT ) Plaza
Tirso de Molina, 5. 6o Madrid 28012 Tlfno. 2.27.96.08
2.27.96.09
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