laboreo electrico (1)

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CAPITULO N

LABOREO ELECTRICO (1)

nrimeros ensay^.

Los primeros ensayos de labranza aplicando la energíaeléctrica fueron realizados por ^Chrétién y Félix en tiel ras deSermaize (Marne, Francia), en el año ^8^g. Más tarde, ha-cia el 1894, se hizo una instalación en Fraforeano ( Italia), y,al mismo tiempo, la Casa Zirrnmermann, en Halle sur Saale(Sajonia, Alemania), realizaba importantes pruebas.

Las Saciedades Siemens Halske, Allgemeine Electricit^-itsGesellschaft (A. E. G.) y Schuckert y Campañía, en Alemania;la Sociedad Electrotécnica, de Torino, y la Casa Morelli, enItalia; la Societé Générale Agricole, de París; la Casa Fowl^er.de Leeds (Inglaterra), y o^tra^s varias Empresas, también ini-ciaron gran^des trabajos para mejorar su^cesivalnente la apli-cación de la electricidad al laboreo ^del ^cam^po. ^

(i) Interesa advertir que el autor de este Manual es el Ingeniero Dire^tor dela Explotación Agrícola "Ventosilla", de Aranda de Duero, máxima demostraciónde las posibilidades de la electrificación agrícola en el campo español. (Nota de laSección de Publicaciones del Servicio de Capacitació^^ y Propagana'a del Ministeriodt Agricultura.)

Ll citado Limmermann ensayó ^el sisteme de un me+or ce>locado sobre un arado basculante, llevándose hasta él la ener-gía par un conductor flexible arrollado en carretes, movién-dose el arado en los dos seniidos a^lo largo de una cadena an-clada en ^las lindes del terreno, en la que iba engranada unarueda movida por el motor. El motor estaba expuesto a losgolpes producidos par las irregularidades del terreno, al en-

L

L- LineeD• DeriuaciónM. MolorR• quedas impu/sorasA• Rs^as del areob

Fig. 39.--Laboreo e.léctrico por el sistema de tracción directa.

suciamiento por el polvo, barro, etc., dificultades que se agre-gaban a las propias de la complicación del método de tra-balo.

Todo lo demás que en este asunto se ha hecho ha resulta-do de la aplicación de la energía eléctri^ca al sistema d^e ararpar tracción funicular, que puede también instalarse con lo-carrl'óviles de vapor y con motores de gasolina o de a.ceite pe-sado

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Los problemas técnicos que plantea el laboreo eléctrico di-recto derivan de los ^dos hechos sigui•entes : hay que llevar lacorriente desde la red a los motores; y se h^t de procurar unapoyo sólido al arado que lleva encirna ^el motor, bien me-diante una fuerte adherencia de sus órganos impulsores al te-rreno, o bien mediante cabl•e^s bien anclados; en este últimocaso estos cables han de d•esplazarse al pasar de una faja cleterreno a otra.

Los sistemas de autopropulsión o tracción directa (coma

Fig. 4o.-S^istema de laboreo eléctrico con máquina tractriz y carro de anclaje.

los tractores de aceite •pesado o gasolina) simplifican bastantelos problemas plantea^dos a costa de un mayor gasto de ener-gía para el propio desplazamiento del mecani^smo autamotor.E1 laboreo elóctrico con motor sobr^e el propio arado es eImismo caso d•e los del tractor, pero al que se añade la difi^cul-tad de Ilevar la corriente al motor por medio de un cable queha de arrastrar por el suelo; o bien de adoptar otros ststemasmás complicados para su tendido. Es^te sist^emo no ^se usa.

Diver:sos si^t.emas de laboreo.

Quedan, pues, en d^iscusión sola^cnente los s,istemas de trac-ción funicular. Dentro d^ éstos hay dos importantes:

Con un carro tractor y otro de anclaje (fiig. 40).6

Con dos carros tractores (fig. 4 i).En ambos hay que resolver 4os problemas de llevar hasta

el motor la corriente derivada de las redes de electrificación,

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Fig. 4^.-Labranza eléotrica con dos carros tractores.

directamente o por me^dio de transformadores portátiles, se-gún clase y tensión d^e las líneas; ^de desplazar los carros trac-tores y anclajes después de labrar una faja de ti.erra; y demantener el cable, que tira de la máquina en labore^u, bi^en su-jeto, mientras se trabaja. Esto último ha qu^edado resueito

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aumentanda el peso de los carros po^rtadores de los motoresy cables, lo que ha^ce más difícil y costaso el desplazamiento;y el problema total se ha resuelto con la utilización de con-venientes cables conductores de la energía, bien aislados cor.vari^as capas con^céntricas d^e materiales propios para e1 caso,y mediante juegos de e^ngranajes para convertir en autamóvi-'les las carros de tra^cción, por la utilización de la misrr^a ener-gía y motar cuando los carros están bajo la acc,ión de las lí-neas ^eléctricas e in^cluyendo motores de gasolina o gas-oil paralos traslados fuera de dicha influencia.

El sistema de doble máquina, pes^e a su mayor caste ini-cial, es el más práctico, evitándose los juegos de anclajes, cuyamovil;ización y su je^ción resultan si^empre de realización pocosatisfactoria.

El si^sterna de cable es, pues, en definitiva, el único prác-tico, y con su aplicación se han llegado a realizar trabajos,bi^en con arados para labores profundas, arados de subsue^lo,cortador^es de subsuelo, arados desbrozadores-cortadores yabridores de aanjas; o bien labores más ligeras, con gradasde discos, s^embradoras, cultivadores y equipos ccrmbinados decultivadores, dis^co^s y se^rnbradaras,

Las dimensiones de los elemen^tos ^^tilizado^s, la potenciód^e los motores, la es^pecial construcci^án de la maquinaria con-veniente, etc., expli^can la denominación de gran electrificaciónque se debe aplicar ^en estos ca^sos.

Se ^comprende que s^u aplicación no sea fácil en todas lascircuns^tancias, pues exige e,xtensiones territoria^les de consi-áeración que justifiquen el uso de estos medios de trabajo.

Inat^Lación tle laboreo en la Expl^otacián Agrf^coLa. "Venf,o^illa".Estudio oomparativo con o^tras formas de t,rab^.jo.

Vamos a describir semeram^ente la única instalación denu^estro país para el gran laboreo por vía eléctrica, y que es

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la de la Explotación :lgrícola "Ventosilla", en Ar<<nda deDuero (óurgos), completandu esta referencia con algunasconsi^íeraciones económicas referentes a dicho laboreo, y va-rios comentarios relacionados con otras operaciones agrícolas.

Fig• 4z -Transformador portátil ato-plado a una línea de alta tensión, para

laboreo eléctrico.

La Casa Siemens-Sch^uckert es la constructora de los dosúni^cos grupos de arar que existen actualment^e en España mo-vidos p©r electricidad, y que fueron suministrados en elaño ^gza. Los dos se en^cuentran a-ctualmente en uso, en laexplotación mencionada.

E1 sistema aplicado en dicha instalación es el de traccián

funicular, y cada grupo de arar se campone de dos grand^scar:os, que Ilevan unos tambores de gran diámetro, donde ŝ earrollan los cables de tracción (fig. 43). "

Un motor en cada carro, por medio de un juego de palan-cas que acoplan engranajes convenientes, puede poner en mo-vimi^ento el tambor para ir arrollando el cable, o situar en mo-

Fig. q3. Uno de los carros motores para laboreo eléctrico en la ExplotaciónAgrícola "Ventosilla".

vimiento las propias ruedas del ca^rro para que avance sobre lalinde del terreno.

Colocados ambos carros frente a frente, siguiendo cadauno la linde ^correspondiente, se hace la tracción tirando elcable en trabajo de un potente arado basculante, que volteala tierra con cinco o seis rejas, segím los casos. A1 llegar elara^do al carro tractor en cada vuelta de trabajo, se bascula,y d^espués de avanzar el carro en su dirección sobre la linde,en la me^dida de la faja labrada, empieza a arrollar cable e1

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carrc, opuesto, que haee cíe tractor en la labranza dr la nuevafaja de tierra (figs. 44 Y 45)•

Aunque teóricamente, al te^:minar una de las fajas, debende avanrar lo^ dos carros, prácticamente se avanza uno solo

^

Fig, 4^.-Labor de alzar en la finca "La Ventosi-Ila", de Aranda de Duero ( F3urgos); tracción por cablr

y matores eléctricos.

cada vez, dada la gran longitud de la labor. E1 arado se guíadesd^e un asiento, donde va montadu el conductor.

La energía eléctrica se toma de un transformador portá-til, llevado sobre carro, que dispone de empalmes para aco-plarlo a la lín^ea de c:lectrificación de alta tensión (l i.ooo vol-

tios ), provi^ta, a su vez, de trecho en trecho I:.ada ^x^o metros lde las tomas ^correspondientes (fig. ^{z).

Lln cahle conductor eléctrico de unos 30o metrcr, hien pro-teg:do por sus revestimi_entos, va dextie el transfortnacíor alcarro motor inmediatu a la línea; otro de uno^ ;;o m^tros.a través del terreno, al carro opuesto, a empalmar con el cíe30o m. de este carru; ya que, en esta instaíaciím, existe t;na

b•^B• 45•-Arado basculante empleado en ia labran-r.a eléctri.:a.

sola línea d^e electrificación por parcela de tierra. Los carrostrabajan normalmente a distancia de unos 50o metros unocíe otro,

Siendo así, se puede labrar, 5in mover el transformador.una extensicín de 30o X ^ X 50o metros cuadrados, o sean3o hectáreas (fi^. ^i ).

l.a velocidad de trabajc^ es doble: de ^,5 mt^tros por se-

gundo para la pr;mera velocidad, y de o,g metros para la se •gunda. Oue se use una u otra, depende de la labor a realizary de la pendiente del terreno.

Hay que tener en cuenta que en la labor de alzar no esmu^chas ve^ces la mayor velocidad la más conveniente; en oca-siones la resistencia del terreno y la gran velocidad unidos,^.p:ietan la tierra moldeada por la vertedera, en perjuicio dela bu^ena labor. La ganancia de tiempo no resulta entoncesventajosa, y debe dejarse la rapi^dez para otras circunstanrias.

Tomando camo profundidad norrnal máxima para el tra-bajo de alzar la de o'35 metros y la anchura de 1'8 metrospara el total de ein^co rejas, tendremos una sección de trabajode t'8 X o'35 metros cuadrados = 0'63 znetros cuadrados.

Supuesta para esta profundidad y anchura la velocidadde o,g me^tros por segundo, y fijada la re^sistencia media delt^erreno e nos 5o kílos por decímetro cuadrado, vendrá eiesfuer ^^á do en 63 X 5o X o'9 = 2•835 kilográmetrospor seĝimdo, ĉSĜ sean, aproximadamente, unos 38 HP. (t).

Y st^pu^a ^ a resistencia de ^oo kilos por decímetro cua-drado, propia tierras fuertes, será nece^saria una tra^cciónde ^6 HP., a 4^que habrá que agregarse la fuerza necesariapara mav ^'• ^ cable pendien ^e en 50o metros y el aradu.

Los motores montados sobre los carros sdn de 6o kilowa-tios (8o caballos) (2) trifá^si^cos a ^5o voltios, 5o períodos, gi-rando a 9^5 revoluciones por m:nuto, con extremo de pje li-bre para acoplamiento de polea o piñón, segítn el modelo. EnIa m^encionada explotación hay dos grupos de arar: uno de pi-ñón sobre ej^e, y otro de polea ^sabre eje con transmisión porcorrea. Este ítltimo, más elás^tico en su funcionamienta, tie-n^e el inconven'ente de la mayor longitud y p^e^s^^ de los carros,consecuencia del us,o de ^d^icha transrnisión, pero la ventaja se-ñalada de ^su ^elasticidad comperrsa sabradamente este d^efecto.

(i) i HP equivale a qs kilográmetros.(a) Se ve que en tierras fuertes no puede utilizarse la velocidad grande con

efica ia, a menos que se redu2ca la anchura de la labor.

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1)ispone el equipo eléctrico de cada carro de controleurcon Kontactos d^e carbón, para arranque y reversión completa;con interruptor de estátor; reluis de máxima para carga límitede 6o a^m,peri^os y 75o voltios, y otros instrumentos necesariospara la ^seguridad en el trabajo.

Los cables de tracción son ^de 5^ 5^n^etros de largo (50o me-tras útiles), con Zo lnilímetros de diámetro y resistencia apro-piada (^5o-ZOO kg/mm2),

Un equipa d^e arar de esta clase (incluí^da ^el tendido de lí-nea) puede valer hoy, aproximadamente, unas 500.00o pese-tas. La reparación anual no d'ebe estimarse en menos de Zo 000pesetas, y hay que agregar otras tanta^s de amortización, comogasto anual.

Teniendo en cuerrta que 'la conveniencia ^de realizar lo an-tes pcs^ible, en ^ca7npaña de invierno, la l^abor ^de< alzar sólo per-mite disponer de unos cien días útiles para este trabajo; y con-siderando que en esa ópoca la labor media ha de hacerse en^^nas ocho horas, y que con l^a segunda v^el^^cidad no se hacendiaria y prácticamente^n consecuencia-má^s de cinca hec-táreas, resulta ^que son 500 ^las hectáreas qu^e permiten utilizarampliamente el trabajo en labor de alzar de cad^a uno de estosgrupos.

El gasto anual por reparaciones y alnortización resulta se^rde 8o pesetas por he^ctárea. La energía eléctrica uti^lizada será,

como máximo, de 60 5 s= ĉ 6 kilowatios-hora por hectárea,

que supanen un gasto de Tg;2o pesetas (tomando ^como pre-cio ^para la energía agrícola el d^e o,ao pe^setas por kilowatio-hora). Los jornales ^pueden importar unas 25 pesetas p^^r hec-tárea, y el todo da, como coste de la'labor unitaria, el de unas^25 ^pesetas por hectánea, en números redando^s.

Si com^paramas esta labor con la de las mulas, que puedeservir de término d^e co7nparación, por tratarse de la labortra^dicional, por un lado, y por otro, de la posible aplicaciónde una energía abundante en E^s^paña, tendremos el guián que

deb^e ser estímulo para el fom^ento de la labranta eléctricacuando las redes de electrificación se extiendan por las zonatirurale5 d^el país.

Aa^ra labrar bien a una profundidad de unos 2^ centímetroscon arado Brabant en tierras de resisrencia media u^na exten-sión de ,una hectárea hacen falta tres arados con cuatro mu-la^s cada uno en las ocho lr3ras de jornada útil a^ceptad^ parae^a época 1d^el año.

La mula a^Z.ocw pesQtas ( ► ) con un plazo ^áe amortiza-ciónd^e diez años y alimentada con piensos por valor de to pe-setas diarias, suponiendo que trabaja todos los días };ábiles

del año en una u otra labor, da `^^ -^- ^a = 16 pes^tas de

gasto diario (z ). Las ^ 2 mulas resul'tan a ig2 pesetas. El gastcpor jornales es, aproximadamente, ^l doble que para los ara-dos eléctricos; es decir, ^de unas 5o pesetas por hectárea, loque da un gasto total de 24a pesetas.

A^esto habrá que agi^egar el coste a^nual por hectárea enconceptos de re^paración y^d^e amortización de los arados, quees una pequeña cantidad del orden de unas 2o pesetas porh^ectárea, y ^que no es mecesario fijar con exactitu,d. En total,unas 26a pesetas por hectárea.

Es^te es el resultado de una labor de 25 ^centímetros de pro-fundidad (no ^es posible alcanza^r más normalmente con latracción animall, ^n compara^ción ^con las ^25 pesetas por hec-tárea, coste de una labor 7necánica de 35 centimetros hechac;on arad+os eléctricos.

La diferencia de i o centímetros-urr 4o por ^ oo m ás de pro-fundid^ad, en el ^movi.m.iento de la tierra asiento de la vida ve-getal-establece, por sí sola, la enorme y manifiesta ventaja

(i) No se señalan precios más elevados, por absurdos. La comparación estable-cida sigue 6rme al aphcarse los precios de todo momento, ya que vari^rán todosjuntos, proporcionalmente.

(2) Las i2 pesetas resultan de referir a los días hábiles el gasto anual de ali-mentación.

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CIe la lab°'anza mecanlGada eléCtrlca eri Es^paña, paíti Cat €randes dis^ponibilidades latentes ^en ^esta clas^e de energía.

No es suficiente, sin embargo, este estudio comp<<rativo,para deducir de él consecuencias definitivas : hemos de consi-derar otros puntos de vista. El aprovechamiento del ganado enel resto del año, para realizar otras mil labores superficiales eimprescindihles acarreos, es manifie^ta. Por otra parte, el usode esa maquinaria eléctrica ^hace que una densidad ganaderade trabajo pueda ser la exactamente conven,iente ^en una ex-plotación agrícela, ^sin el exceso de yuntas que e; mene^.ter enla misma +durante la época ,de las labores fuertes, para que és-tas s^e realicen bien y oportunamente. Indudablemente la la-bor mecánica, cualquiera que sea la energía puesta ^en juego,regulariza al cabo del año el equili^brio ne^esario en las dis-ponibl^es yuntas de ganado de labor.

Podría a;caso pensarse, si exagerada y s^istemáticamentese defiende el laboreo eléctrico, en que también +pueden reali-zarse con estos grupos ^citados otras 'labores rnás superficiales,con ^más velocida^d y^con más anchura de corte; pero tratán-dose ;d^e éstas nos parece mucho más útil, por eficaz y variado,el trabajo del gana^do. En este punto es dond^e podría señalar-s^e tam^bién la ventaja del uso de los tractores de gasolina oar^eite pesado, cuya mayor mavilidad resulta manifiesta, pesea sus incanvenientes, fundados ^en las pérdidas por su propioarrastre especialm^ente; en éstos, la economía d^el esfuerzo yla n^c^esida^d de agarrarse bien al suelo donde se mueven; re-sultan in^compatibles; pero nu^nca podrá negarse la solt^zra demovimiento de los tractores, ni a^quella fa^cilidad can que, conganado conveniente, se nealizan determinadas labores super-ficiales, como binas, gradeos, siembras y distribución deabonos (! ),

(t) Admitimos como nota favorable a! ganado la pérdida del estiércol, al sus-tituirse su trabajo por el mecánico. Pero, realmente, el estiércol pu^ede proceder de[gana^lo de renta, cuya presencia dehe forzarse en 1as explotaciones agrícolas, en tér-minos convenien'es a la mejora de las producciones.

Si agregamos ^que no s^e ha ^resuelto el problema de la apli-cación ventajosa de la electricidad para el accionamiento delas máquinas de recolección que se .des^plazan en el mcmentodel trabaja sabre terreno, como son agavilladoras, atadorasti^ ^coseChadaras; y aun, que éstas últimas usan motar-no eléc-trico-en diferentes formas de aplicación para el funciona-mi^ento d^el sistema d^e trilla, y hasta pa^ra su arrastre y trillaconjuntamente, tendremos señalados los límites de la co^nve-niente utilización de una y otra clase de esfuerzo-sea de mo-t ores ani^mados o inanimados-en las labores de la explotaCióna^grícola.

Aun cuando para los trabajos d^e barbechera, o para otrossobr+e cultivo, ^existen varios modos de aplic.ación de la ener-gía eléctrica mediante ^motores montados sobre ^tná^quinas entrabajo, con utili.zación de trol^es e hilos conductores de co-rriente, que se desarrollan y recogen adecuadamente, enten-demos--ya lo hemos dicho más arriba---que ningún si^stemaestá calificado como totalmente útil, con excepción del ci-tado del gran laboreo por tracción funi^cular.

Quédese, pues, la utilidad ^de los grandes arados ^eléctri-cos en su justo punto, que es el definido ^por ^las fuertes labo-res de alzar, cultivar o movil'izar sin desplazamiento el sub-suelo; y si esto puede ha^c^erse con medíos nacionales, comoson los que resultan de la apli^cación de la en^ergía eléctrica,la nota d^e utilidad aparece satisfactoria y evidente. No t;emosde dejar ^d^e señalar que, en definiti,va, cada caso de explota-ción, la naturaleza de los cultivos, el çli^ma lacal, etc., :^on losfactores que, en ,relación con la superficie laborable disponi-ble, defin^en la canveniencia agronómi^ca de aceptar o no, de laelectrifieación agrícola, las ventajas que, en definiti.va, ofrece.

Fig^ 46.-Pozo electrifica^lo (ele^^a^iún por nuria) en la ^^ru^^incia de Ciu^la^í kea^l.(Poto 1. N. ^.)

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