la princesa y el sapote

Post on 16-Apr-2017

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Category:

Entertainment & Humor

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Otra típica historia de

sapos y princesas

La princesa con los labios y ojos hinchados, lloraba su desdicha, pues los sapos que había recolectado esa mañana en la charca cercana al castillo no había resultado lo que la hechicera real le dijo:”besa cuanto sapos hay, alguno será tu príncipe”

Eran seis verdes y gordos sapos que la miraban con sus sobresalientes ojos desde tras de el vidrio del frasco que los contenía.Croaban haciéndose eco unos a otros y también haciendo eco a los lamentos de la desdichada princesa.

Y era doblemente desdichada, ¿cómo no serlo? Si ya pasaba de la edad casadera y ella nada más nanaís…

Regreso con la hechicera, contándole todo lo que había hecho, esta con sus grandes ojos la miro fijamente, recorriéndola de pies a cabeza. Con su mano sobre su boca cavilaba lo que le iba a decir. Se paro frente a ella, la tomo de los brazos, entreabrió los labios como quien va a hablar

suspiró profundo, se alejo dándole la espalda: camino hacía un pequeño librero señalando cada libro con su dedo índice , buscando el indicado.-Aquí esta- dijo al sacar el grueso libro de pasta verde olivo del librero. Lo abrió sobre la mesa, a la cual la princesa se acercó con curiosidad, mientras la hechicera leía apuntado las palabras con su huesudo dedo.

-Veamos, veamos- Decía la hechicera mientras iba leyendo.En un santiamén cerro el libro, con cara de haber descubierto algo importante añadió.-Lo que pasa, es que no lo has hecho con la plena seguridad de que ese mal oliente sapo se puede convertir en tu príncipe. Los besas con asco.La princesa asintió con la cabeza.- Debes besarlos como si besaras ya a tu príncipe.

Esta, afligida salió de la casa de la hechicera, se dirigió a la charca, ahí soltó a los seis sapos buscando otros.Regresó al castillo con otros rechonchos y verrugosos sapos.

Sacó al primero, cerro los ojos imaginando a su príncipe,

Enseguida se oyó un estrepitoso ruido y una luz ilumino toda la habitación

Abrió los ojos, ahí estaba el, su príncipe, lo miró con asombro, recorriéndolo con la mirada de arriba abajo, examinándolo con detenimiento por de atrás, por delante. Sin pasársele ningún detalle.¡OH! sorpresa que se llevó, al ver que tenía una oreja mas grande que la otra. No dudo tantito en aventarlo por la ventana

Tomó al siguiente sapo, al besarlo sucedió lo mismo, el ruido y la luz no se hicieron esperar, esta vez apareció un príncipe calzado en su traje dorado, con una melena rubia, ojos claros, una belleza de hombre.Lo volvió a examinar, casi estaba convencida pero… no, ¡no puede ser! – Grito. Al ver que ese hombre tan perfecto tenía un defecto que a ella se le hizo enorme: una pequeña verruga en el cuello, detrás de la oreja, casi imperceptible.

-¡Qué asco! – decía cuando lo aventó por la ventana.Así sucedió con los seis sapos que sobraban, a cada uno le encontraba defectos, aún el mas pequeño. La nariz es demasiado ancha, los ojos son desiguales, su cabello es muy áspero, tiene dientes muy pequeños; sus ropas no son de un verdadero príncipe, tiene muy prominente el vientre. No se le escapaba ningún detalle que no fuera de su agrado.

Así paso los últimos veinte años, vivió para besar sapos, sin ver los príncipes en que se convertían, sólo miraba defectos.

Lloraba y lloraba su amargura, ni su padre, el rey, ni su madre, la Reyna, aguantaban su genio; sólo por el amor que le tenían a su hija podían vivir ese tormento

Esta, cansada de tanto sapo, volvió a la charca, decidida a encontrar ese día a su amado príncipe.

(Me he olvidado decir que la princesa era muy friolenta, no aguantaba nada frío, ni siquiera tomarse una limonada con hielo, le dolía todo el cuerpo).

Bueno, ese día fue a la charcha, decidida tomó a un único sapo, el mas horrible y verrugoso, de un verde vómito. Lo escogió porque le pareció que a los demás ya los había besado y ese por ser tan feo no lo tomo en cuenta, hasta ese momento.

Lo llevó al castillo entre sus manos, ya en su habitación lo puso frente a su rostro, cerro los ojos, la luz y el ruido que se oyó y se vio fue aún más intenso.

Apareció un príncipe vestido de azul y plata, su rostro tenía un color a perlado, sus facciones eran perfectas, su cabello rizado bien peinado; calzaba unas botas de charol negro que le llegaban debajo de la rodilla. Resaltando su atlético cuerpo.

Era perfecto, sus orejas eran de una simetría jamás vista, igual que sus ojos, su nariz y boca. No tenía ningún lunar, verruga o algo similar en el rostro y cuello.La princesa estaba encantada, emocionada lo abrazó, al hacerlo, este sonrió enseñando unos dientes blancos perfectos. ¡Que emoción! La princesa estaba enamorada.

Todo su mal humor, sus berrinches, sus malos modos se convirtieron en alegría.-¡Me caso, me caso! Gritaba a sus padres con emoción.

El día de la boda llegó, el cielo estaba resplandeciente, no había mejor día que ese, perfecto para su boda.

Fue la mas maravillosa boda que se hubo celebrado de todas las comarcas cercanas y lejanas. Ella estaba feliz y emocionada con su príncipe junto a ella.

Eran las diez de la noche, la fiesta termino, la princesa subió a su habitación con su amado príncipe. Los dos estaban tan cansados que se metieron a la cama.La princesa se acerco al bello príncipe acurrucándose junto a el.

La princesa brincó hasta el otro lado de la habitación, gritando como una loca.- Sal de mi cama ahora, no te quiero cerca de mi

Los gritos alertaron al rey y a la reina, que aparecieron en la puerta de la habitación, espantados

El príncipe asustado y sin comprender los gritos de la princesa, se encontraba detrás de la cabecera de la cama.

-¡Que se vaya, mamá, que se vaya!Gritaba histérica la princesa. Los reyes extrañados por la actitud de su hija, sacaron al príncipe de la habitación.La reina regreso a hablar con ella- ¿Qué paso?¿Te trato mal?¿te hizo daño?

La princesa lloraba su desdicha, lloraba su suerte.-¿Cómo es posible?¿cómo es posible?-Decía entre chillidos con las manos cubriéndose el rostro.La reina se estaba espantando, le hablaba de un modo y de otro y ella no entendía, seguía con su berrinche

Tanta exageración de la princesa llevó a la reina a exasperarse, alzo la mano incrustándola sobre la mejilla de la princesa.Esta con la cara roja y mojada, al igual que sus ojos, la miro con el sollozo detenido en la garganta.

-¿Qué es eso tan grave que te hace perder la cabeza así?Preguntó la reina con firmeza.La princesa tomo aliento, trago saliva, se acomodo el camisón, sentándose junto a su madre, la miro. Su mirada era triste, una gran desilusión había tenido

-Madre –dijo quedamente, después grito la respuesta que la reina tanto había estado esperando.-¡Tiene los pies fríos!Y se hecho a llorar de nuevo.

Ilustraciones por cortesía del Internet

Historia original de:

GUADALUPE (PITAKA)

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