la atenciÓn temprana en la etapa de educaciÓn infantil
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LA ATENCIÓN TEMPRANA EN LA
ETAPA DE EDUCACIÓN INFANTIL
MÁSTER UNIVERSITARIO DE EDUCACIÓN ESPECIAL
Presentado por: Dª Gádor Clemente Villegas. Dirigido por: Dr. D. Joaquín Francisco Álvarez Hernández.
En Almería, a 16 de Junio de 2011
2
ÍNDICE
PÁG.
INTRODUCCIÓN………………………………………………………………… 5
DESARROLLO………………………………………………………………….... 7
CAPÍTULO 1. ESTUDIO DE LA ATENCIÓN TEMPRANA:
ANTECEDENTES, ORÍGENES Y EVOLUCIÓN HISTÓRICA.
1. Antecedentes y ámbitos o disciplinas sobre los que se sustenta la
Atención Temprana………………………………………………… 8
2. Evolución histórica de la Atención Temprana…………………….. 10
2.1.- Etapas de la formación de Atención Temprana………………. 11
2.2.-Evolución histórica del concepto de Atención Temprana…….. 14
2.3.- Origen y evolución de la Atención Temprana en España…….. 17
2.4.- Panorama actual de la Atención Temprana…………………… 20
3. Los nuevos cauces de Investigación en el ámbito de Atención
Temprana……………………………………………………………. 21
CAPÍTULO 2. LA ATENCIÓN TEMPRANA.
1. Principios básicos de Atención Temprana………………………… 25
2. Objetivos de Atención Temprana………………………………….. 27
3. Niveles de Intervención de la Atención Temprana………………... 29
4. Principales ámbitos de actuación…………………………………... 31
3
CAPÍTULO 3. LEGISLACIÓN DE ATENCIÓN TEMPRANA.
1. Normativa sobre Atención Temprana…………………………………... 36
1.1. Normas Internacionales…………………………………………….. 36
1.2. Normas Estatales…………………………………………………… 37
1.3. Normativa en la Comunidad Autónoma de Andalucía……………...39
CAPÍTULO 4. LA ATENCIÓN TEMPRANA EN LA ETAPA DE
EDUCACIÓN INFANTIL.
1. Importancia de la Atención Temprana en esta etapa………………… 41
2. La escuela infantil y la Atención Temprana……………………........... 42
2.1.- Relación y analogía………………………………………………… 43
2.2.- Necesidades Educativas Especiales en la Escuela Infantil………… 47
2.3.- Coordinación entre la Escuela Infantil y los Equipos de Atención
Temprana…………………………………………………………… 49
3. Conclusiones…………………………………………………………...... 51
CAPÍTULO 5. LA ATENCIÓN TEMPRANA EN ALGUNAS DE LAS
PATOLOGÍAS MÁS FRECUENTES EN LA ESCUELA.
1. Atención Temprana en alumnos con Deficiencia Visual…………… 54
1.1.- Atención Temprana a niños con deficiencias asociadas a la
ceguera………………………………………………………....... 54
1.2.- Atención Temprana en niños de baja visión……………………... 55
1.3.- La incorporación del niño ciego a la escuela……………….......... 57
2. Atención Temprana en alumnos con Deficiencia Auditiva………… 58
2.1.- Estimulación temprana para niños con deficiencia auditiva……… 59
4
3. Atención Temprana en alumnos con Síndrome de Down…………... 62
4. Atención Temprana en alumnos con Discapacidad Motora: Parálisis
Cerebral…………………………………………………….................... 64
5. Atención Temprana en alumnos con problemas de conducta……… 65
ANEXOS
Anexo I. Objetivos básicos del desarrollo de los niños con ceguera o
deficiencias visuales graves…………………………………… 68
Anexo II. Actividades de estimulación para niños con discapacidad
auditiva………………………………………………………….75
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………..... 79
5
INTRODUCCIÓN
La Atención Temprana es un ámbito de trabajo relativamente reciente que ha
cobrado gran relevancia social y académica en los últimos años. De hecho, se viene
observando, por un lado, una creciente sensibilidad de la sociedad ante las necesidades
de los niños pequeños y sus familias; y por otro, una mayor confianza de los
profesionales en poder ofrecer respuesta a esta creciente demanda social a partir del
avance en el conocimiento en el campo de la psicología, de la medicina, de la
fisioterapia, etc.
Las primeras experiencias en nuestro país tuvieron lugar en la década de los años
setenta del siglo pasado, con la implementación de unos programas llamados de
“Estimulación Temprana” cuyo objetivo o finalidad fundamental era el tratamiento,
desde sus primeros días de vida, de los niños que padecían alguna deficiencia física,
psíquica o sensorial. Pero en la actualidad, hemos pasado de un modelo de intervención
única y exclusivamente centrado en el niño a un modelo que tiene en cuenta al niño, a
su familia y a los distintos contextos en los que tiene lugar el desarrollo. Por lo tanto,
desde esta perspectiva, se está considerando la atención temprana no sólo como un
servicio asistencial, sino también como un servicio psicoeducativo.
De hecho, uno de los acontecimientos que supuso un paso adelante para la
consolidación de la atención temprana como área de trabajo fue la constitución del
Grupo de Atención Temprana (GAT). Con la formación de dicho grupo y con sus
publicaciones posteriores se establece que, en las intervenciones que realicen los
profesionales de este ámbito, se debe considerar la globalidad del niño. Y desde este
nuevo enfoque, la Atención Temprana se dirige a toda la población infantil de 0 a 6
años, ya que es durante los primeros años de vida cuando el desarrollo infantil está
sujeto a diferentes interacciones con el medio natural y social. Somos conscientes de
que los niños y niñas reciben una estimulación natural que suele ser suficiente para
garantizarles un adecuado desarrollo integral, pero no siempre se les proporcionan las
experiencias necesarias para su máximo desarrollo potencial. Es entonces, cuando la
Atención Temprana cobra su más amplia funcionalidad, convirtiéndose en una técnica
imprescindible.
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Por lo tanto, el objetivo de este trabajo es realizar un trabajo documental de
profundización sobre este tema en la etapa de Educación Infantil. Para ello, he
estructurado el trabajo en cinco capítulos bien diferenciados:
- En el primer capítulo, “Estudio de la atención temprana: antecedentes, orígenes
y evolución histórica”, haremos un recorrido partiendo de los orígenes de la
Atención Temprana en nuestro país hasta entenderla como actualmente es
concebida, como un apoyo a la infancia tanto en su carácter preventivo como
terapéutico, estimulador del desarrollo, formativo y conexionado con el entorno.
- En el segundo capítulo, “La Atención Temprana”, conoceremos el actual
concepto de Atención Temprana, así como los principales ámbitos de actuación,
para conocer en profundidad cuáles son sus objetivos, cuáles son sus niveles de
intervención y cuáles son sus principios básicos.
- En el tercer capítulo, “Legislación de Atención Temprana”, realizaremos un
breve recorrido por la normativa sobre Atención Temprana, a nivel internacional,
estatal y en la Comunidad Autónoma de Andalucía.
- En el cuarto capítulo, “La Atención Temprana en la etapa de educación Infantil"
teniendo en cuenta que no son sólo los niños discapacitados los que tienen
necesidad de Atención Temprana, sino todos los niños y que las escuelas
infantiles se convierten en el centro coordinador de todo el proceso de actuación
en Atención Temprana. En este apartado desarrollaremos la importancia de la
atención temprana en esta etapa, cuáles son las relaciones entre Atención
Temprana y Educación Infantil, cómo es la coordinación entre ambas, etc.
- Y en el quinto capítulo, se analiza “la Atención Temprana en algunas de las
patologías más frecuentes en la escuela”, como son: niños con discapacidad
visual, niños con discapacidad auditiva, niños con Síndrome de Down, niños con
discapacidad motora: parálisis cerebral y niños con trastornos graves del
desarrollo. En todos ellos se parte de una definición del trastorno, se
proporcionan una serie de signos de alarma y se sugieren unas pautas de
intervención.
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CAPÍTULO 1.
ESTUDIO DE LA ATENCIÓN TEMPRANA: ANTECEDENTES,
ORÍGENES Y EVOLUCIÓN HISTÓRICA
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1. ANTECEDENTES Y ÁMBITOS O DISCIPLINAS SOBRE LOS QUE SE SUSTENTA
LA ATENCIÓN TEMPRANA.
En los primeros años de vida la Atención Temprana ha ido evolucionando bajo la
influencia de cuatro campos distintos: educación infantil temprana, los servicios de
salud materno- infantil, la educación especial y la investigación sobre el desarrollo del
niño. A continuación, realizaré un breve recorrido por estos cuatro campos,
centrándome en las aportaciones o contribuciones de cada uno de ellos al ámbito de la
Atención Temprana.
La educación infantil temprana. Las raíces teóricas de la educación temprana se
sitúan en el reconocimiento de la infancia como período de la vida y en los
escritos de los filósofos europeos de los siglos XVII Y XVIII. En Comenius
(1592-1670) caracterizó la Escuela de las Madres como el vehículo más
apropiado para la educación de los primeros seis años de vida y defendió que el
niño aprende espontáneamente. Locke (1712- 1778), popularizó la noción de la
“tábula rasa”. Rousseau (1712-1778), sugirió un acercamiento del laissez faire
en la infancia temprana para permitir aflorar los talentos naturales del individuo.
A pesar de que los programas de intervención temprana han estado
influenciados significativamente por la historia de la educación de los más
pequeños antes de la escolarización obligatoria, he de destacar que los rasgos
centrales de los programas educativos tempranos incluyen las siguientes
características: colocan el foco de atención en el currículum centrado en el niño,
un énfasis en la socialización temprana del niño fuera de la familia, un intento de
profundizar en la comprensión del desarrollo del niño y la creencia en la
importancia de los primeros años como fundamento de la competencia social,
emocional e intelectual de las personas.
Servicios de salud materno- infantil. La alta tasa de mortalidad infantil promovió
una mayor preocupación por la salud física del niño. De hecho, pediatras de
finales del siglo XVIII señalan la necesidad de llevar a cabo campañas educativas
cuya finalidad sería prevenir enfermedades antes de los cinco años y fomentar
actividades encaminadas a promover el bienestar físico.
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La educación especial. La historia de la educación especial para niños con
discapacidades constituye la tercera lente a través de la cual podemos examinar la
evolución de la Atención Temprana. Las prácticas relativas a la educación de
niños con discapacidades han evolucionado a través de tres períodos históricos. El
primero, llamado “Olvidar y esconder”, consiste en retirar del ámbito público a
los sujetos con discapacidades para evitar crear situaciones molestas a sus
familias. El segundo, llamado “Pantalla y segregación”, corresponde a la actitud
de los años cincuenta y sesenta, en la que los niños con discapacidades son
evaluados, etiquetados y luego aislados, pero con la idea de proporcionarles
cuidados especiales. El tercer período, denominado “Identificación y ayuda”,
comienza a mediados de los años setenta y está marcado por encaminar todos los
esfuerzos en la detección de necesidades especiales en los primeros años de vida
con la esperanza de proveer intervenciones apropiadas tan tempranamente como
sea posible.
Investigación sobre el desarrollo del niño. Este cuarto ámbito, en el que se puede
examinar la historia de la Atención Temprana, se centra en las contribuciones que
realiza la comunidad académico-científica a la comprensión del desarrollo del
niño. Las investigaciones apoyan la idea de que las experiencias tempranas
influyen en el desarrollo posterior del niño, que el bebé aprende incluso antes del
nacimiento y que los efectos de las experiencias tempranas son modificables.
Todo ello refuerza la idea de que es posible intervenir en el curso del desarrollo
proporcionándole al niño experiencias optimizadoras, y que se debe intervenir lo
más tempranamente posible para optimizar el desarrollo o para paliar los efectos
nocivos del ambiente o de algún tipo de condición discapacitadora.
Otro aspecto a destacar son las investigaciones realizadas en este campo. En
este sentido, las investigaciones sobre el desarrollo de niños pequeños mostraron
la naturaleza transaccional de los procesos del desarrollo y revelaron los
beneficios potenciales de la Atención Temprana.
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Paralelamente, un importante número de investigaciones se dirigieron a
estudiar las consecuencias adversas de la deprivación en las relaciones tempranas.
Estos estudios documentaron el impacto destructivo que causa el aislamiento
social y la falta de estimulación típica de la vida de muchos orfanatos, sobre el
proceso de desarrollo infantil, e incluso las secuelas que esto puede producir en el
posterior desarrollo adulto.
Por otra parte, una línea complementaria de estudios se centra en estudiar el
grado en el que las secuelas de la deprivación temprana son modificables. Los
investigadores demostraron que un ambiente responsivo y estimulador puede
modificar los efectos de las experiencias negativas en la infancia temprana
(Dennis, 1973).
Pero es realmente a finales de los años cincuenta cuando se publicaron cuatro
estudios que marcaron dos líneas de investigación relacionadas con la conducta y
el desarrollo temprano.
La primera línea de investigación comienza en 1958 con las publicaciones
simultáneas de Fantz (1958) y Berlyne (1958), en las que demuestran que los
bebés pueden fijar su atención selectivamente a los estímulos visuales
dependiendo de los patrones y la complejidad de los estímulos. La segunda línea
de investigación también empezó en los años cincuenta con la publicación de la
monografía de Rheingold (1956), en la que el autor demuestra que es posible
modificar la responsividad de los niños en un orfanato proporcionándoles
oportunidades extras de maternaje durante un período de ocho semanas.
2.- EVOLUCIÓN HISTÓRICA.
El objetivo de este punto es analizar cómo ha ido evolucionando la Atención
Temprana tanto en sus aspectos conceptuales como en sus aspectos aplicados. Para
ello, nos centraremos, en primer lugar, en describir las diferentes etapas y sus
características principales; en segundo lugar, realizaremos un breve recorrido por los
cambios que ha experimentado el concepto y en tercer lugar, nos centraremos en el
origen y evolución de la Atención Temprana en nuestro país.
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2.1.- Etapas de la formación de Atención Temprana.
La Atención Temprana ha ido evolucionando a través de tres etapas:
Los años setenta:
La década de los setenta marca el inicio de la era moderna en la Atención
Temprana. En Estados Unidos se da un fuerte apoyo público para intervenir
en servicios sociales y se emplean números recursos para promover el logro
de ambiciosas metas. En esta década se establece La guerra contra la
pobreza.
La idea más extendida en este momento es que las experiencias tempranas
son experiencias especiales, que no sólo suponen la base del desarrollo
posterior, sino que además tienen un impacto desproporcionado en el curso
del desarrollo.
En 1965 se pone en marcha la investigación más amplia y ambiciosa: el
programa Head Start, elaborado por Zigler y su equipo. Este programa está
basado en la creencia de que las experiencias de la primera infancia
producen un impacto crucial en el desarrollo posterior. El Head Start fue
concebido como un servicio multidimensional diseñado para combatir o
contrarrestar las desventajas de los niños que crecen inmersos en la pobreza.
Este programa proporcionó un modelo en el campo de la Atención
Temprana que continúa vigente hasta la actualidad.
A partir de 1965, alrededor del Head Start comenzó a desarrollarse una
línea de investigación que se concretó en una gran variedad de proyectos, ya
que se constató que los efectos de la intervención cesaban al finalizar la
aplicación del programa. En la actualidad se considera que una de las
grandes lecciones del Head Start fue enseñar que los programas deben
establecer metas y objetivos explícitos y realistas.
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Por otra parte, durante el mismo período temporal, en los centros médicos
empezó a emerger una imagen más compleja sobre el niño y su desarrollo.
Además, hubo un creciente reconocimiento de que durante los nueve meses
de gestación el niño no está en un ambiente protegido de acontecimientos
externos ni está influenciado exclusivamente por factores genéticos. Así
pues, empieza a ser más evidente que el único momento de la concepción, y
que las influencias ambientales, tanto positivas como negativas, comienza a
funcionar nuevo meses antes del nacimiento por conductas maternas.
Los años setenta y ochenta:
Los años setenta y ochenta suponen un mayor compromiso hacia las
necesidades de los niños con discapacidades. Durante esta década se presta
una atención creciente al estatus social y a los derechos legales de las
personas que presentan alguna condición de discapacidad. La educación
especial se convierte en la principal prioridad, y como consecuencia de ello,
aumenta la demanda de profesores de niños preescolares con necesidades
especiales y comienza la especialización profesional en esta área de
conocimiento (Stile, Abernathy, Pettibone y Wachtel, 1984).
En cuanto a la investigación los estudios se centran en el tema de la
evaluación de los efectos de la intervención. Lazar (1977) realiza un
importante estudio sobre la persistencia de los efectos de la intervención en
el que encuentra resultados que muestran el beneficio a largo plazo de los
programas de Intervención Temprana, ya que, aunque los efectos cesen dos
o tres años después de la aplicación del programa, el seguimiento de los
niños a los que no fue aplicado.
A partir de mediados de los setenta diferentes estudios se dirigen a
determinar si existe un período crítico de intervención, tal como señala
White (1975), quien considera que todo lo que ocurre durante los primeros
tres años de vida del niño es crucial y determinante, puesto que con
posterioridad el curso del desarrollo es inalterable. Sin embargo, autores
como Clarke y Clarke (1976) ofrece un análisis que sugiere que la
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experiencia temprana no es más importante que la experiencia tardía, al
menos en los años preescolares. La principal implicación de dicho estudio
es que cualquier período del desarrollo es importante, no únicamente los
primeros años.
Los años noventa:
La característica básica de este período es la consideración de que los
límites entre los ámbitos de bienestar social, salud mental y física, y
educación temprana son cada vez más claros, y cuanto más profundizamos
en la comprensión de las complejidades del desarrollo temprano, más difícil
es delimitarlos.
Asistimos a una reconceptualización y reorganización de los servicios de
atención temprana con la aparición de modelos de colaboración entre
profesionales y el diseño de centros de coordinación. Uno de los avances
básicos de esta última década es el reconocimiento creciente de la necesidad
de una mayor colaboración y una relación menos jerárquica entre sus
proveedores de servicios y receptores de los mismos.
Es necesaria una coordinación interinstitucional entre los diferentes
ámbitos sanitario, social y educativo, de manera que el niño no reciba la
intervención desde compartimentos estancos, sino que la transferencia de la
información fluya entre ellos y todas las acciones que se desarrollen tengan
como objetivo el dar una respuesta integrada que garantice la salud, el
desarrollo intelectual y emocional y social del niño como persona con una
problemática específica.
En este sentido, una de las características de esta década ha sido centrar la
atención en la relación entre los padres de niños cuyo desarrollo era
vulnerable y los proveedores de servicios de atención temprana. Esto dio
lugar a la proliferación de programas dirigidos a padres.
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2.2.- Evolución histórica del concepto de Atención Temprana.
En cuanto a la evolución histórica del concepto de Atención Temprana, he de
destacar que antes de exponer una serie de definiciones del concepto que nos ocupa, es
necesario enmarcarlo dentro de la gran multitud de sinónimos conocidos que le
preceden a esta expresión, como son: la estimulación precoz, estimulación temprana,
atención precoz, atención temprana, etc. Por ello en Atención Temprana es
fundamental tener claros una serie de términos que han ido perfilándose a medida que
han ido aumentando el número de investigaciones, estudios y personas dedicadas a
ella. Los conceptos de “estimulación precoz”, “estimulación temprana” y
recientemente “atención temprana”, son los diferentes términos que se han venido
utilizando para denominar las actuaciones encaminadas a evitar o paliar las
dificultades de los niños con deficiencias o aquellos considerados de alto riesgo.
El vocablo Atención Temprana es fruto de una evolución conceptual que lleva
implícita una evolución metodológica. El concepto de Atención Temprana supera los
modelos de estimulación precoz (con énfasis en la aceleración del proceso normal de
desarrollo) y de estimulación temprana (donde se comienza a valorar el contexto del
niño). Supone el paso de un modelo clínico rehabilitador a un modelo
psicopedagógico (García Martín, 1986).
Como apuntábamos, en los inicios de esta disciplina se empezó hablando de
Estimulación Precoz, para posteriormente cambiar el término “precoz” por “temprana”
debido a que la concepción de precoz, en palabras de Cabrera y Sánchez Palacios: (…)
“Sugiere apresuramiento en el curso normal del desarrollo del individuo, cuando lo
que en realidad se pretende es la potenciación máxima de las posibilidades físicas e
intelectuales del niño mediante la estimulación regulada y continuada llevada a cabo
en todas las áreas sensoriales, pero sin forzar en ningún sentido el curso lógico de la
maduración del sistema nervioso central”. (Cabrera y Sánchez Palacios, 1987:14).
En este primer momento, algunos autores definieron la Atención Temprana bajo el
término “atención precoz” de la siguiente forma:
Para Molla (1978: 19): “Supone promocionar unos determinados
estímulos que van a facilitar el desarrollo global del niño y por lo tanto
que el organismo llegue al máximo de sus potencialidades” (Cit. En
Sansalvador, 1990:29).
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Para el Dr. Villa Elízaga (1976), pionero de la Estimulación Precoz en
España: “… es una forma de tratamiento que se debe aplicar durante
los primeros años de vida, para potenciar al máximo tanto las
posibilidades físicas como las intelectuales del niño” (Villa, 1976)
Pero Ramírez Cabañas es el primero, a la hora de definir su programa de
Estimulación Personalizada, en establecer una comparación entre Estimulación Precoz
o Temprana, afirmando que: “es un programa de rehabilitación que emplea un
conjunto de medidas establecidas desde el mismo momento de la detección de
cualquier retraso o alteración valorable del desarrollo psicomotor del niño, para
conseguir el mayor número de estímulos que faciliten dicho desarrollo” (Ramírez
Cabañas, 1992).
El término Estimulación Precoz evolucionó dando como lugar a una terminología
más precisa como es el de “Estimulación Temprana”. Este término aparece en el
documento de la Declaración de los Derechos del Niño, en 1959, definido como una
forma especializada de atención a los niños y niñas que nacen en condiciones de
riesgo biológico y social, en el que se privilegia a aquellos que provienen de familias
marginales, carenciales o necesitadas. Pero será Lydia Coriat, la primera autora que
proponga e inicie el cambio de Precoz a Temprana porque precoz le parece evocar un
deseo de aceleración en el proceso. Y define la Estimulación Temprana, como que:
“es una técnica que tiene por objetivo apoyar al niño en el desarrollo de sus aspectos
instrumentales, destinada a brindar impulso a funciones ya existentes en el sujeto, y
susceptibles de averiarse por medio del estímulo, actuando dicha estimulación a
través de la actividad que produce en el sujeto estimulado, dirigiéndose al niño en su
conjunto, siendo la acción el eje de datos en el desarrollo del niño, consistente en
crear las mejores condiciones posibles para que la misma familia del niño lo rodee y
lo incluya como uno más” (Revista Siglo Cero, 1977).
En 1998, Candel diferencia entre ambos conceptos diciendo: “Estimulación
precoz, como un tratamiento dirigido únicamente al niño, sino más bien atención
temprana como un conjunto de actuaciones dirigido al niño, la familia y a la
comunidad” (Candel, 1998). Y años más tarde, Sánchez define la Estimulación
Temprana: “Como un método pedagógico basado en teorías científicas y en estudios
neurológicos. Su razón de ser es que ciertos estímulos oportunos en el tiempo,
favorecen el aprendizaje y el desarrollo de las capacidades del niño” (Sánchez,
1999).
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Siguiendo con la evolución del término “Estimulación Precoz” llegamos al
momento de poder recoger las diferentes definiciones que existen de Atención
Temprana. A pesar de la definición dada por Vidal en 1990 y por Rueda en 1991,
hemos de destacar la definición dada por el Grupo PADI (Prevención y Atención al
Desarrollo Infantil) en 1999, en la que interpretan los términos utilizados:
“Conjunto de acciones planificadas”: aquéllas que reúnen y estructuran los
distintos elementos mediante una adecuada definición de objetivos y metas, y
una sistematización de las actuaciones propuestas, y que hacen uso y disponen
de los recursos necesarios para tales fines, tanto públicos como privados.
- Con carácter global: prevén todos los aspectos del propio niño, así como
los de su entorno familiar, de salud, educativo, social, etc.
- Con carácter interdisciplinar: implica la coordinación entre distintos
profesionales de los campos sanitario, educativo y de servicios sociales.
- Respuesta a las necesidades: para optimizar el desarrollo del niño
eliminando o atenuando los efectos de una alteración o deficiencia.
- Necesidades transitorias: de duración determinado e incidencia variable
en la vida del niño.
- Necesidades permanentes: presentes en el curso de la vida de la
persona; también de incidencia variable.
- Alteración del desarrollo: modificación significativa del desarrollo
madurativo en función de una determinada edad.
- Deficiencia: la OMS, en la XXIX Asamblea Mundial de 1976, define
dicho término como “toda pérdida o anormalidad de una estructura o
función psicológica, fisiológica o anatómica”
- Primera infancia: fase de desarrollo madurativo que comprende los 0 y
6 años.
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Finalmente, es en el año 2000, con la publicación del Libro Blanco de la
Atención Temprana, cuando se ofrece la última definición consensuada de Atención
Temprana: “Se entiende por Atención Temprana el conjunto de intervenciones,
dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que
tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades
transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su
desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que
deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un equipo
de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar”. (GAT,
2000). Pero más tarde, en el año 2001 Guralnick remarca la importancia de la
familia en su definición de Atención Temprana.
2.3.- Origen y evolución de la Atención Temprana en España.
La Atención Temprana, denominada anteriormente Estimulación Precoz, ha
adquirido singular importancia en los últimos 20 años en nuestro país, por lo
que resulta pertinente hacer una breve referencia al proceso de su nacimiento y
consolidación.
La implantación de la denominada Estimulación Precoz en España no tiene
una fecha precisa ya que no constituye un acontecimiento concreto que puede
considerarse su inicio, sino que se realiza de forma paulatina con el entusiasmo
de unos y la prevención inicial de otros. Por ello, podría afirmar que los
orígenes de la atención temprana se remontan a los años 70, que es cuando se
inician en España los programas de “Estimulación Precoz”, cuando el SEREM
(Servicio Social de Recuperación y Rehabilitación de Minusválidos Físicos y
Psíquicos) estableció subvenciones a entidades sin ánimo de lucro para el
desarrollo de programas de Atención Temprana.
Además, en el ámbito institucional fue el SEREM, quien a raíz de las
Jornadas Internacionales sobre Estimulación Precoz de 1979, impulsó la
creación de Equipos profesionales formados en la materia y creó la figura del
Estimulador Precoz en todos los Centros Base de Atención a Minusválidos en
España. En concreto la primera unidad de estimulación precoz fue en Madrid,
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en la Maternidad Santa Cristina en 1947, seguida por la Unidad Pediátrica de
Estimulación Precoz de la Clínica Universitaria de Navarra.
En 1981, con la Ley de Integración Social de Minusválidos (LISMI) se
crearon Servicios de Estimulación Precoz generalizándose a todas las
provincias. Además, los Equipos de Estimulación Precoz, se encontraban
integrados como unidades funcionales en los Centros Base, como servicios de
atención integral a niños mediante la modalidad de tratamiento ambulatorio, en
interrelación más o menos eficaz con los servicios de neonatología y pediatría
de los hospitales con los centros de educación infantil y con la especial
participación de las familias.
En el ámbito sanitario, aunque no se diseñaran programas específicos de
atención temprana, desde los Equipos de Rehabilitación y desde las unidades
de Pediatría y Neonatología se desarrollaron intervenciones dirigidas a niños
prematuros o con signos de deficiencia física o psíquica; como ejemplo
tenemos las aportaciones del Equipo de Rehabilitación del Hospital La Fe de
Valencia.
Desde la Administración educativa, el Plan Nacional de Educación Especial
de 1978, previó la estimulación precoz con la creación de Equipos
Multiprofesionales para detección precoz de deficiencias, valoración
pluridimensional, elaboración de programas de desarrollo individual y
seguimiento, en colaboración con el profesorado de los Centros Educativos.
Posteriormente, en 1982, en el Decreto de Ordenación de la Educación
Especial, se contempla la atención educativa precoz, y desde 1990 se crearon
Equipos de Atención Temprana y Equipos Especializados de Apoyo.
Desde el movimiento asociativo, las asociaciones de padres desempeñaron
un importante papel en la implantación de la atención temprana en España,
dado que algunos crearon sus propios centros de estimulación temprana. Este
interés se debió a las ayudas institucionales que concedía el INSERSO desde el
año 1980. Además, el INSERSO subvencionó programas de iniciativa social
con un carácter fundamentalmente rehabilitador.
19
En esa misma década el Real Patronato de Discapacidad (Ministerio de
Trabajo y Asuntos Sociales) creó unidades de desarrollo madurativo en algunos
hospitales adscritos a los Servicios de Pediatría.
Así, la Atención Temprana fue traspasada como competencia de las
comunidades autónomas, hasta que en 1993, se forma en España el Grupo de
Atención Temprana (GAT), que supuso una unificación de los criterios de la
Atención Temprana.
También en el año 2001 se constituye la Federación Estatal de Asociaciones
de Profesionales de Atención Temprana y se forman grupos de trabajo, como:
el grupo GEMA, el grupo PADI, GENSY, etc., que se han encargado de
trabajar en la organización y regulación de la Intervención Temprana.
Para finalizar, hemos de destacar que la situación actual en nuestro país
viene caracterizada por una importante variedad en lo que se refiere al nivel de
implantación y a la situación de los servicios de Atención Temprana en las
diferentes Comunidades Autónomas.
En concreto, en Andalucía la tasa de niños y niñas menores de 6 años con
discapacidad o limitación de un 2,7% de la población menor de 6 años.
Además, en Andalucía de los aproximadamente 80000 niños nacidos vivos
todos los años, existe un 10% considerado de riesgo.
En Andalucía, la Ley de Atención a personas con Discapacidad (1/99 de 31
de Marzo) otorga a la Consejería de Salud las competencias de Atención
Temprana entendiendo ésta como la intervención múltiple dirigida al niño, la
familia y a la comunidad, integrada por acciones de información, detección,
diagnóstico, tratamiento, orientación y apoyo familiar implementadas desde el
Sistema Público de Salud.
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2.4.- Panorama actual de la Atención Temprana.
En nuestros días, parece ya superado el modelo de intervención basado en la
adquisición de habilidades, dando lugar a otros modelos con otras
orientaciones: centrados en la familia y en el apoyo social, o bien centrados en
los procesos de interacción padres- hijo (Marfo y Cook, 1991). Desde esta
nueva perspectiva, los programas inciden en el papel de la familia, a la que se
proporciona información apoyo y asesoramiento.
Por otra parte, en la actualidad la estimulación de las primeras edades se
valora para todos los niños y niñas.
A pesar de que las contribuciones de múltiples orientaciones profesionales
continúan influyendo en la prestación de servicios de atención temprana, las
conceptualizaciones actuales de los procesos de atención temprana en niños
subrayan la poca utilidad de dividir las necesidades de los niños en
componentes discretos definidos por las disciplinas tradicionales.
En este sentido, existe una necesidad de traspasar los límites tradicionales
de las disciplinas y considerar a la Atención Temprana como impregnada de un
carácter interdisciplinar o multidisciplinar. En este punto es donde los equipos
de Intervención Temprana desempeñan un papel fundamental en la
administración de servicios.
Los equipos transdisciplinares son los que mantienen interacciones más
ricas, pero también son los que presentan más dificultades a la hora de
constituirse. Se comparte y coordina tanto la información como los puestos.
Estos equipos cuentan con profesionales de varias disciplinas que no se limitan
a realizar contribuciones dentro de su propia competencia, sino que van más
allá, aprendiendo de los demás e incorporando a su práctica individual los
conocimientos adquiridos. Los resultados se discuten en equipo y se redactan
en un único informe. En estos equipos la familia juega un papel activo.
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Para concluir diremos que, tal y como señala Guralnick (1997), en las
últimas décadas en el ámbito de la Atención Temprana se han conseguido
muchos logros, entre los que destacan: el reconocimiento de la Atención
Temprana en los niños con riesgo social o biológico o con una discapacidad
manifiesta como una responsabilidad social; el reconocimiento de que las
primeras edades constituyen una ocasión privilegiada para la intervención; la
implantación progresiva de una “filosofía preventiva” como guía de la
intervención, que se extiende también a los niños sin una discapacidad
manifiesta; el consenso sobre la necesidad de basarse en las necesidades de las
familias de integrar de forma eficaz las aportaciones de múltiples disciplinas.
Sin embargo, todavía quedan problemas o cuestiones por resolver , entre los
que se destacan las siguientes: existe poca investigación disponible que
permita identificar y escoger las posiciones más adecuadas y eficaces para la
intervención y la existencia de dudas e incluso quejas sobre la eficacia de los
programas de intervención temprana que se encuentran ante modelos a menudo
contradictorios.
3. LOS NUEVOS CAUCES DE INVESTIGACIÓN EN EL ÁMBITO DE LA ATENCIÓN
TEMPRANA.
Como hemos podido comprobar en la revisión de los estudios originarios de la
Atención Temprana, la preocupación que estuvo presente de forma prioritaria en todos
ellos fue la ya clásica cuestión: “Atención Temprana: Sí/No”; el peso de los resultados
han hecho, finalmente, inclinar la balanza hacia “Atención Temprana: Sí”, dado que
hoy en día nadie pone en duda sus resultados en la prevención de minusvalías.
Se pone en marcha la traducción de los modelos teóricos en modelos concretos de
actuación, entrando así a formar parte de las políticas sociales, sanitarias y educativas
de los distintos países más concretamente dentro del nuestro, entrando a formar parte
de las políticas desarrolladas por las distintas autonomías que lo conforman. La
Atención Temprana acaba convirtiéndose en un servicio público llevado a cabo de
forma interinstitucional: institución social, sanitaria y educativa.
22
Pero a partir de aquí, nos encontramos con un nuevo problema al que hacer frente:
“Atención Temprana: Sí, pero ¿cómo?”. A partir de los años 90, dejan de predominar
los objetivos de investigación destinados a la validación científica de la intervención
temprana como una disciplina que intenta originarse y abrirse camino dentro de la
comunidad científica, para pasar a la contribución del desarrollo y evolución.
Pero es necesaria una Atención Temprana dentro de unos niveles de calidad cada vez
más importantes. Pero, conseguir la calidad, entendida como la satisfacción de la
necesidad de prevenir la minusvalía de la forma más efectiva posible, se convierte en
el marco temático de la nueva labor de investigación emprendida en este campo. Por
tanto, podemos agrupar los nuevos objetivos de investigación bajo la doble vertiente
que se deriva del proceso de Calidad inherente a la Atención Temprana, por un lado, el
enriquecimiento del campo teórico ya existente y, por otro, la mejora de las
prestaciones de los servicios implicados en la misma.
1. Enriquecimiento del campo teórico ya existente:
Desde la Psicología:
- Ampliación del conocimiento de las variables ambientales que mayor
incidencia tienen sobre los procesos psicológicos del individuo,
concretamente y de forma especial, sobre los procesos de desarrollo de la
primera infancia.
- Un aumento del conocimiento de los procesos psicológicos que tienen
lugar en el individuo, así como de su configuración y desarrollo durante
los primeros años.
Desde la intervención psicopedagógica:
- Un mayor acercamiento al conocimiento de aquellas manipulaciones
sistemáticas del ambiente que mejores resultados producen, tanto sobre los
procesos internos y externos del individuo discapacitado o en riesgo, como
sobre el entorno familiar y social que le rodea al individuo.
23
2. Mejora en las prestaciones del Servicio de Atención Temprana:
A nivel de macroorganización:
- Asignar y distribuir las funciones entre las distintas instituciones.
- Establecer los mecanismos de coordinación interinstitucional de la labor
desempeñada por cada una de las instituciones.
A nivel de microorganización:
- Distribución y asignación de funciones entre los distintos miembros que
componen cada una de las instituciones.
- La formación del personal que forma parte de la institución en su labor de
intervención.
- Mecanismos de coordinación interprofesional dentro de cada una de las
instituciones.
24
CAPÍTULO 2:
LA ATENCIÓN TEMPRANA
25
1. PRINCIPIOS BÁSICOS DE ATENCIÓN TEMPRANA.
Los principios básicos de Atención Temprana son los siguientes:
1. Diálogo, integración y participación
El respeto a la condición de sujeto activo del niño que presenta un trastorno
en el desarrollo, es fundamental para la integración familiar, escolar y
comunitaria. La Atención Temprana debe facilitar el conocimiento social del
niño y estimular la expresión de sus necesidades. Implica un modelo en el que
participan y colaboran las partes implicadas: la familia, la sociedad y los
profesionales.
Según la Agencia Europea, “es necesario realizar el esfuerzo necesario para
que los servicios lleguen a las familias y los niños y dar respuestas a sus
necesidades. (…) Los profesionales deben iniciar la cooperación y tener una
actitud abierta y respetuosa hacia la familia, para entender sus necesidades y
expectativas y evitar cualquier conflicto que surja sobre las distintas
perspectivas de las necesidades y prioridades, sin imponer sus puntos de vista”.
(Agencia Europea, 2005)
2. Gratuidad, universalidad e igualdad de oportunidades, responsabilidad
pública.
Es necesario que la Atención Temprana sea un servicio público, universal y
gratuito para todos aquellos niños y familias que lo precisen, más allá de su
nacionalidad, condición social política y económica. La misma actúa para la
prevención y/o evitación de riesgos facilitando así la igualdad de oportunidades
en los distintos contextos de la vida social.
Según la Agencia Europea, “los servicios se costean por los fondos públicos
sanitarios, sociales o educativos, o por medio de compañías de seguros y
asociaciones sin ánimo de lucro. Estas opciones pueden coexistir e incluso
puede haber otras. Además, en un pequeño número de países, también existen
los servicios privados- no subvencionados por fondos públicos ni privados y que
son costeados totalmente por las familias”. (Agencia Europea, 2005)
26
3. Interdisciplinariedad y alta cualificación profesional.
El concepto de interdisciplinariedad va más allá de la suma paralela de
distintas disciplinas. La preparación de los profesionales que participan en la
Atención Temprana implica tanto la formación en una disciplina específica
como en un marco conceptual común a todas ellas que debe tener su propio
espacio de desarrollo a través de la reflexión y el trabajo en equipo. Una
formación y experiencia suficientes sobre el trabajo en equipo, dinámicas de
grupos, distribución de roles, estrategias de toma de decisiones, etc.
Por lo tanto, según la Agencia Europea, “los profesionales, para conseguir
un trabajo en equipo cooperativo, deben realizar algún tipo de formación
común, añadiéndolo al conocimiento adquirido durante su formación inicial”
(Agencia Europea, 2005).
4. Coordinación.
Corresponde a los servicios de Atención Temprana promover el trabajo en
redes locales organizadas, que se complementen y utilicen los recursos humanos
y económicos óptimamente, facilitando así, la calidad de vida del niño, la familia
y comunidad.
Por ello, la Agencia Europea (2005) afirma: “los equipos y/o profesionales de
Atención Temprana (…) necesitan compartir principios, objetivos y estrategias
de trabajo. Deben integrarse y coordinarse los diferentes enfoques, reforzando
el comprensivo y holístico, más que uno compartamentalizado. (…)”.
5. Descentralización.
Existe la necesidad de limitar el campo de actuación, garantizando de esta
manera un equilibrio entre proximidad y conocimiento de la comunidad y el
hábitat, calidad y funcionalidad de los equipos y volumen suficiente de la
demanda; para facilitar la inclusión de los servicios sanitarios, educativos y
sociales en el área en la que el niño desarrolla su vida.
27
6. Sectorización.
La sectorización hace referencia a la necesidad de limitar el campo de
actuación de los servicios para garantizar una correlación equilibrada entre
proximidad y conocimiento de la comunidad y el hábitat, funcionalidad y
calidad operativa de los equipos y volumen suficiente de la demanda a efectos de
que se facilite la inclusión de todo tipo de servicios sanitarios, educativos o
sociales en el área de referencia que se constituya.
2. OBJETIVOS DE ATENCIÓN TEMPRANA.
El objetivo general de la Atención Temprana consiste en ayudar al niño y a
su familia a encontrar nuevas formas de adaptación o compensación del déficit o
de sus dificultades, que le permitan conseguir en el ámbito cognitivo, una
estructuración coherente del mundo físico y alcanzar, en el aspecto emocional,
un desarrollo armónico de la personalidad.
El principal objetivo de la Atención Temprana es “que los niños que
presentan trastornos en su desarrollo o tienen riesgo de padecerlos, reciban,
siguiendo un modelo que considere los aspectos bio-psico-sociales, todo aquello
que desde la vertiente preventiva y asistencial pueda potenciar su capacidad de
desarrollo y de bienestar, posibilitando de la forma más completa su
integración en el medio familiar, escolar y social, así como su autonomía
personal”. (Libro Blanco, 2000)
También, partiendo de éste objetivo general se desglosan seis específicos que
según este mismo documento guían la práctica de la Atención Temprana:
1. Reducir los efectos de una deficiencia o déficit sobre el conjunto global
del desarrollo del niño.
2. Optimizar, en la medida de lo posible, el curso del desarrollo del niño.
3. Introducir los mecanismos necesarios de compensación, de eliminación
de barreras y adaptación a necesidades específicas.
28
4. Evitar o reducir la aparición de efectos o déficits secundarios o
asociados producidos por un trastorno o situación de alto riesgo.
5. Atender y cubrir las necesidades y demandas de la familia y el entorno
en el que vive el niño.
6. Considerar al niño como sujeto activo de la intervención.
(GAT, 2000)
En síntesis, hay dos objetivos básicos:
Favorecer, desde el nacimiento, el desarrollo de todo el niño en riesgo o
con dificultades.
Dar soporte a las familias desde el momento de la detección del déficit,
presentándole una atención individualizada.
Por lo tanto, partiendo de estos objetivos podemos decir que es
indispensable intervenir en edades tempranas, para detectar y/o prevenir
alteraciones o deficiencias que se puedan presentar, para desarrollar el máximo
de capacidades y habilidades en el niño. Además se debe aprovechar la
plasticidad cerebral en estos primeros años de vida para reducir los riesgos de
una lesión o minusvalía, y compensar el desarrollo del niño para que este sea lo
más normal posible.
Así mismo, es necesario plantear programas de sensibilización para eliminar
barreras arquitectónicas y atender de manera adecuada las necesidades
especiales. Sin olvidar que el centro de acción es el niño pero sin dejar de lado el
contexto familiar y el entorno en donde se desenvuelve.
29
3. NIVELES DE INTERVENCIÓN DE LA ATENCIÓN TEMPRANA.
Antes de comenzar, podemos decir que del modelo biopsicosocial de la
Atención Temprana se deriva la necesidad de establecer relaciones con los
programas y servicios que actúan en el contexto del niño y de su familia. Por lo
tanto, los centros y servicios de Atención Temprana deberán realizar sus
actuaciones de manera que se procure la coincidencia con aquellos esfuerzos
sociales que desde otras instancias de la administración y la comunidad
favorecen la salud, la educación y el bienestar social. De manera esquemática
podemos diferenciar tres niveles en los que tendría que basarse esta
colaboración.
Prevención primaria en salud:
Corresponden a la prevención primaria las actuaciones y protección
de la salud, orientadas a promover el bienestar de los niños y sus
familias. Son medidas de carácter universal con vocación de llegar a toda
la población. Comprende derechos como la asistencia sanitaria, el
permiso por maternidad o situaciones de acogida o adopción. Los
Derechos que genera la reciente Ley de Conciliación de la Vida Familiar
y Laboral (BOE 6 de Noviembre de 1999) también pueden incluirse es
este nivel.
A la Atención Temprana, en este nivel, le corresponde identificar y
señalar, ante las instituciones sociales, aquellas circunstancias que
puedan ser relevantes para la elaboración de normas o derechos
universales en el ámbito de la promoción y protección del desarrollo
infantil. La propia universalización gratuidad y precocidad de la
Atención Temprana que en este documento se reclaman sería una medida
muy trascendente de prevención primaria.
30
Prevención secundaria en salud:
La prevención secundaria se basa en la detección precoz de las
enfermedades, trastornos, o situaciones de riesgo. Se instrumenta a través
de programas especiales dirigidos a colectivos identificados en situación
de riesgo, como los niños prematuros de menos de 32 semanas o de
menos de 1500 gr., las unidades familiares con embarazos de
adolescentes menores de 18 años, en riesgo de disfunción relacional; las
unidades familiares con embarazos a partir de los 35 años, con riesgo de
cromosomopatías; los niños con tetraplejías espásticas y riesgo de
luxación de cadera.
La investigación epidemiológica nos permite identificar a los
colectivos de riesgo que serán objeto de una atención especial que
incluya un sistema de alerta social, como son las campañas de
sensibilización de los profesionales de las distintas redes y de la propia
sociedad para su detección precoz, así como unos protocolos de
actuación para cada uno de los colectivos incluidos en dichos programas.
En la mayoría de estos protocolos, especialmente cuando los factores de
riesgo se relacionen directamente con el desarrollo, será necesaria la
participación e intervención de los servicios de Atención Temprana.
Prevención terciaria en salud:
La prevención terciaria se corresponde con las actuaciones dirigidas
a remediar las situaciones que se identifican como de crisis
biopsicosocial. Ejemplos de estas situaciones son el nacimiento de un
hijo con discapacidad o la aparición de un trastorno en el desarrollo. La
instrumentación social para evitar que esta crisis profundice e impulsar
soluciones es precisamente tarea del servicio de Atención Temprana, en
el que recae la máxima responsabilidad de activar un proceso de
reorganización trabajando con el niño, con la familia y con el entorno en
el que vive. En ocasiones se puede logra un nuevo equilibrio de forma
más o menos rápida, pero en otras se pueden precisar períodos muy
31
largos de tiempo para su superación, al verse afectados proyectos
familiares y personales, al limitarse las posibilidades de movilidad, de
comunicación y de autonomía de un miembro de la familia. La
complejidad de estas situaciones hace necesaria la intervención de un
equipo interdisciplinario.
4. PRINCIPALES ÁMBITOS DE ACTUACIÓN.
En este punto señalaremos los diferentes escenarios en los que se desarrolla la
Atención Temprana para destacar el elenco de profesionales que van, o han de ir
de la mano durante todo el proceso de atención temprana. De hecho, la Atención
Temprana es en la práctica un proceso, en el que cada servicio (sanitario, social
y educativo) ha de participar y colaborar indefectiblemente si se pretende
atender a la globalidad del niño. A continuación, explicaremos cada uno de los
ámbitos de actuación:
Centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana:
Los Centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana (CDIAT)
serán aquellos servicios de carácter interdisciplinar destinados a la
población comprendida entre los cero y seis años que presentan alguna
alteración o disfunción en su desarrollo o riesgo a padecerla. Trabajan en la
elaboración de programas con otras instituciones, asociaciones y
profesionales sobre los aspectos relacionados con el desarrollo infantil.
El equipo de los CDIAT es un equipo multiprofesional de carácter
interdisciplinar y de orientación holística y está constituido por especialistas
de Atención Temprana procedentes del ámbito médico, psicológico,
educativo y social.
Las funciones de estos Centros incluyen las labores de sensibilización,
prevención y detección. Además, uno de los puntos clave a la hora de
detectar Trastornos de Desarrollo es la coordinación que se hace de los
CDIAT. Normalmente la coordinación con el resto de ámbitos suelen
seguirla los profesionales que dentro del CDIAT tienen más afinidad con
32
dicho ámbito, para ello debemos tener en cuenta que estos centros disponen
del mismo personal que los Equipos de Atención Temprana.
Servicios Sanitarios:
Dentro de los Servicios Sanitarios podemos destacar:
- Los Servicios de Obstétrica: Estos servicios se encargan de la
prevención primaria y su actuación se concreta en la detección y
diagnóstico de factores de riesgo previos al embarazo, durante el
embarazo y en el momento del parto y la adopción de las medidas
pertinentes.
- Los Servicios de Neonatología: Estos servicios se encargan de la
prevención primaria en el entorno perinatal, pero también realizan
una importante labor de prevención secundaria mediante la detección
y el diagnóstico de condiciones patológicas asociadas a trastornos en
el desarrollo.
- Las Unidades de Seguimiento Madurativo o de Desarrollo:
Actualmente se trata de un servicio, vinculado a los servicios de
Neonatología y Neuropediatría, que ofrece un programa de
seguimiento para aquellos niños considerados de riesgo.
- Pediatría en Atención Primaria: El pediatra es el profesional más
visitado en las edades tempranas, cumpliendo una importante labor
de prevención primaria. Esta tarea se materializa con los controles de
salud del Programa de Niño Sano.
- Servicios de Neuropediatría: El neuropediatra es el encargado de
realizar el diagnóstico funcional, sindrómico y etiológico de los
niños con trastornos en su desarrollo especialmente en aquellos
procesos de base orgánica. La disponibilidad de acceso a los
diferentes exámenes complementarios desde el medio hospitalario,
permite una coordinación con los diferentes servicios y ámbitos así
como la elaboración del diagnóstico.
33
- Servicios de Rehabilitación Infantil: Lo más destacado de estos
servicios es la creación de servicios de fisioterapia en los centros de
salud primaria y el área ortoprotésica.
- Servicios de Salud Mental: Estos servicios se encargan de la
intervención individual y de la intervención con la familia, además
de colaborar con otros servicios y programas preventivos.
- Otras especialidades médicas: Existen otros servicios que ofrecen
una ayuda inestimable de cara al diagnóstico y a la atención
terapéutica, y son principalmente: oftalmología, otorrinolaringología,
Cirugía Ortopédica, Radiología, Neurofisiología, Bioquímica y
Genética.
Servicios Sociales:
Los Servicios Sociales tienen una función y una responsabilidad clara
tanto en los programas de prevención como en las tareas de detección,
diagnóstico e intervención. Estos servicios intervienen en todos y en cada
uno de los niveles de atención primaria, promoción del bienestar social del
las familias, programas de prevención, programas de intervención temprana
en el ámbito psicosocial, diagnóstico e intervención social en el grupo de
Atención Temprana.
Dentro de los recursos que tienen los servicios sociales nos
encontramos dos:
- Centros Base: Son dependientes de servicios sociales y el trabajo que
realizan es; detección del niño, acogida del niño y su familia,
valoración del caso, realización del diagnóstico e indicar el
tratamiento. También son los encargados de conceder el porcentaje de
minusvalía (33%).
- Centros de Atención Temprana: Se trata de centros de carácter
autónomo, pero subvencionados, que desarrollan la labor propia de
34
atención/intervención terapéutica a la población de entre 0-6 años con
trastornos en el desarrollo o con riesgo de padecerlos.
Servicios Educativos:
Las escuelas infantiles se convierten en un lugar privilegiado desde
donde realizar una tarea de prevención de posibles retrasos en el desarrollo.
Además, la detección de las posibles necesidades educativas especiales de
los niños durante la etapa infantil es una de las funciones que deben realizar
los profesores de aula, en colaboración con los equipos psicopedagógicos.
35
CAPÍTULO 3:
LEGISLACIÓN DE ATENCIÓN
TEMPRANA
36
1. NORMATIVA SOBRE ATENCIÓN TEMPRANA.
Este apartado he podido elaborarlo gracias a una serie de trabajos de recopilación
que son: el capítulo sobre Atención Temprana, de José María Alonso Seco, en el
documento “Realizaciones sobre discapacidad en España. Balance de 20 años” del
Real Patronato de Prevención y de Atención a personas con Minusvalía y por último,
de Jesús Sebastián (Zaragoza) y del “Manual de Buenas Prácticas de Atención
Temprana”.
La legislación en Atención Temprana la podemos enmarcar dentro de la que existe
sobre Educación Especial, y a partir de ahí ha ido encontrando un camino propio. A
continuación, señalaremos las diferentes normas jurídicas que se establecen a nivel
internacional, nacional y en la Comunidad Autónoma de Andalucía.
1.1. Normas internacionales.
Declaración de los Derechos del Niño (ONU, 1959). La Declaración de
los Derechos del Niño, proclamada por la ONU el 20 de Noviembre de
1959. Establece en el principio V que: “el niño física o mentalmente
impedido debe recibir el tratamiento, la educación y el cuidado especial
que requiera en su caso particular”.
En la XXIX Asamblea Mundial de la Salud, celebrada en Mayo de 1976,
se adoptó la Resolución 29.35, mediante la cual se aprueba la publicación
de la “Clasificación Internacional de la Organización Mundial de la
Salud” (OMS), donde se establecen las definiciones de Deficiencia,
Discapacidad y Minusvalía.
Carta Social Europea. Ratificada el 29 de Abril de 1980.
Por Resolución 37/52 de la Asamblea General de NACIONES UNIDAS
de 3 de Diciembre de 1982, se aprueba el “Programa de Acción Mundial
para las Personas con Discapacidades”, donde se establecen medidas
sobre Prevención, Rehabilitación e Igualdad de oportunidades.
37
Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (1989).
Fue aprobada el 20 de Noviembre de 1989 y ratificada por España el 30
de Noviembre de 1990. Los servicios de Atención Temprana, pueden
basarse en los siguientes artículos: 23.1- 2- 3- 4, 24.1- 2, 28.1.
Convenio relativo a la protección del niño y a la cooperación en materia
de adopción internacional (1993), aprobado el 29 de Mayo de 1993, por
la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado.
1.2. Normas estatales.
Constitución Española de 1978. Destacamos los siguientes artículos:
- Artículo 14: Igualdad ante la Ley (capítulo 2º del título I, derechos y
libertades).
- Artículo 39: Protección a la familia y a la infancia (capítulo 3º,
principios rectores de la política social y económica).
- Artículo 49: Atención a los disminuidos físicos.
Real Decreto 620/1981, de 5 de Febrero, de régimen unificado de ayudas
públicas a discapacitados. (BOE 6-4-81)
Orden, de 5 de Marzo de 1982, por la que se desarrolla el RD 620/1981.
(BOE 8-3-82)
Ley 13/1982, de 7 de Abril, de Integración social de los minusválidos.
(BOE 30-4-82)
Real Decreto 383/1984, de 1 de Febrero, por el que se establece y regula
el sistema especial de prestaciones sociales y económicas previsto en la
Ley 13/1982 de 7 de Abril de integración social de los minusválidos.
(BOE 27-2-84).
Ley 39/ 1999, de 5 de Noviembre, para promover la conciliación de la
vida familiar y laboral de las personas trabajadoras. (BOE, 6-11-1999)
38
Dentro del ámbito sanitario, podemos destacar las siguientes leyes:
Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad. (BOE 29-4-86)
Real Decreto 63/1995, de 20 de Enero, sobre ordenación de prestaciones
sanitarias del Sistema Nacional de Salud. (BOE 10-2-95)
Orden del Ministerio de Sanidad y Consumo, de 23 de Julio de 1999, por
la que se modifica la Orden de 18 de Enero de 1996 de desarrollo del RD
63/1995, de 20 de Enero, para la regulación de la prestación
ortoprotésica. (BOE 5-8-99)
Dentro del ámbito de los Servicios Sociales, podemos destacar la
siguiente Ley:
Ley Orgánica 1/1996, de 15 de Enero, de protección jurídica del menor;
de modificación parcial del Código Civil y de la Ley de Enjuiciamiento
Civil. (BOE 17- 1- 96)
Dentro del ámbito educativo, podemos destacar la siguiente Leyes:
Real Decreto 334/1985, de 6 de marzo, de Ordenación de la Educación
Especial. (BOE 16-3-85) Modificaciones en el Real Decreto 696/1995 de
28 de Abril.
Ley Orgánica 1/1990, de 3 de Octubre, de Ordenación General del
Sistema Educativo (LOGSE). (BOE de 4 de Octubre). Aporta
modificaciones: Ley Orgánica 9/1995, de 20 de noviembre (BOE 21-11-
95); Ley 13/1996, de 30 de diciembre (BOE 31- 1296); Ley 66/1997, de
30 de diciembre (BOE 31-12-97); Ley 50/1998, de 30 de diciembre,
(BOE 31-12-98)
Real Decreto 1333/1991, de 6 de Septiembre, por el que se establece el
currículum de educación infantil. (BOE 9-9-91)
39
Orden, de 9 de Diciembre de 1992, del Ministerio de Educación y
Ciencia, por la que se regulan la estructura y funciones de los equipos de
orientación educativa y psicopedagógica. (BOE 18-12-92)
Real Decreto 696/1995, de 28 de Abril, de ordenación de la educación de
los alumnos con necesidades educativas especiales. (BOE 2-6-95) Este
Real Decreto está derogado, según ADIDE.
1.3. Normativa en la Comunidad Autónoma de Andalucía.
Dentro del ámbito sanitario, podemos destacar las siguientes Leyes:
Decreto 101/1995, de 18 de Abril, por el que se determinan los
derechos de los padres y de los niños en el ámbito sanitario durante el
proceso de nacimiento. (BOJA 17-5-95). En el artículo 3, se establece
como uno de los derechos del recién nacido hospitalizado el
tratamiento de estimulación precoz.
Ley 2/1998, de 15 de Junio, de Salud de Andalucía. (BOJA 4-7-98)
Decreto 195/1998, de 13 de octubre, por el que se regula la prestación
ortoprotésica. (BOJA 3-11- 98)
Dentro de la infancia, podemos destacar la siguiente Ley:
Ley 1/1998, de 20 de Abril, de los derechos y la atención al menor.
(BOJA 12-5-98).
Dentro del ámbito educativo, podemos destacar las siguientes Leyes:
Orden del 25-7- 2008, por la que se regula la atención a la diversidad
del alumnado que cursa la educación básica en los centros docentes
públicos de Andalucía. (BOJA 22-8-2008).
Decreto 167/2003, de 17 de Junio, por el que se establece la
ordenación de la atención educativa a los alumnos y alumnas con
necesidades educativas especiales asociadas a condiciones sociales
desfavorecidas. (BOJA 23-6-2003)
40
CAPÍTULO 4:
LA ATENCIÓN TEMPRANA EN LA
ETAPA DE EDUCACIÓN INFANTIL
41
1. IMPORTANCIA DE LA ATENCIÓN TEMPRANA EN ESTA ETAPA.
Todos sabemos que la Educación Infantil es el tramo de enseñanza, que comprende
la etapa 0-6 años de nuestro Sistema Educativo, cuya finalidad consiste en aprovechar
al máximo las posibilidades de desarrollo del niño, potenciándolas y afianzándolas a
través de la acción educativa, y dotar a los niños de las competencias, destrezas,
hábitos y actitudes que pueden facilitar su posterior adaptación a la Educación
Primaria. Además, he de señalar que coincide con la Atención Temprana en la
población objeto a atender, en cuyas semejanzas profundizaremos más adelante.
En esta etapa se considera imprescindible garantizar una educación de calidad, que
ayude a mejorar las desventajas, ya sean físicas o sociales, que se puedan establecer en
estas edades. Por ello, la educación infantil es una etapa perfecta para compensar las
desigualdades no sólo de tipo económico y social, sino madurativas y evolutivas en los
niños de estas edades, lo que hace que el uso de los recursos de la Atención Temprana
sea un marco inmejorable para trabajar conjuntamente de manera que sirva como
medio preventivo y rehabilitador en esta etapa para los niños con deficiencias o riesgo
de padecerlas.
Por este motivo, cuando un niño o niña asiste a la escuela infantil, los maestros y
educadores de la misma constituyen un importante agente de detección. En esta etapa
pueden apreciarse problemas en las capacidades y comportamientos básicos para el
aprendizaje: habilidades motoras, de socialización, de lenguaje, dificultades
atencionales y perceptivas y limitaciones cognitivas o emocionales que antes no
habían sido detectadas.
De hecho, las condiciones de la Escuela Infantil y las interacciones que se producen
en el contexto escolar, diferentes a las del medio familiar, permiten, en la mayoría de
los casos, poner de manifiesto la presencia de desviaciones en el proceso evolutivo,
desajustes en el desarrollo psico- afectivo del niño y/o alteraciones en su
comportamiento, que por su propio carácter o por la menor gravedad del trastorno,
pueden pasar fácilmente inadvertidas a los padres y también al personal sanitario y no
son detectadas hasta que el niño accede al contexto educativo.
42
Cuando el educador o maestro detecta la posible presencia de un trastorno,
comunicará su inquietud a la familia y a partir de los datos aportados por el medio
escolar y familiar se deberían establecer pautas de observación y actuación
coordinadas, así como la derivación y consultas oportunas al pediatra del niño o niña y
al Centro de Desarrollo Infantil y Atención Temprana, para poder establecer un
diagnóstico completo e iniciar una intervención terapéutica adecuada.
Para finalizar, destacar que la Educación Infantil reviste una especial trascendencia
ya que los primeros años de vida son determinantes para un desarrollo físico y
psicológico armonioso del niño, así como para la formación de las dificultades
intelectuales y el desarrollo de la personalidad. La educación a estas edades tiene un
marcado carácter preventivo y compensador, debido a la importancia que tiene la
intervención temprana para evitar problemas en el desarrollo, en la población en
general y especialmente, en aquellos niños que presentan necesidades educativas
especiales.
2. LA ESCUELA INFANTIL Y LA ATENCIÓN TEMPRANA.
La Educación Infantil y la Atención Temprana comparten muchas características
que legitiman el valor de la escuela infantil como marco privilegiado para la atención a
todos los niños y máxime para aquellos con dificultades en su desarrollo.
Desde un planteamiento globalizador e integrador, la escuela infantil se convierte
en el contexto idóneo para atender las necesidades especiales derivadas de una
dificultad o alteración en el desarrollo. La esencia de este planteamiento reside en una
máxima que, aunque resulte evidente, hoy día sigue sin ser asumida por el conjunto de
la sociedad: los niños y las personas con dificultades en su desarrollo viven y van a
tener que vivir en un contexto que, en términos absolutos, “es el mismo para todos”.
Según Sánchez Sainz (1990), la Educación Infantil surge con una doble vertiente:
social y compensatoria. Y es precisamente dentro de esta doble vertiente, la que hace
necesario que la Educación Infantil sirva para compensar cualquier desigualdad, y no
sólo de tipo social, sino como ayuda para aquellos niños que tengan o estén en riesgo
de padecer algún tipo de deficiencia. Previamente, vamos a señalar algunas
coincidencias entre ambas:
43
- La Atención Temprana supone la educación sistemática de la primera y segunda
infancia y permite dar la respuesta adecuada a las necesidades educativas de
cada niño desde el mismo momento de su nacimiento.
- La Educación Infantil y la Atención Temprana se erigen como principal
mecanismo de compensación de desigualdades.
- En este sentido, la Escuela Infantil, con sus recursos internos y con los servicios
de apoyo, se constituye como el contexto más idóneo para todo el proceso de
Atención Temprana: atención directa al niño, prevención de los efectos
secundarios de una alteración en el desarrollo, coordinación de los tratamientos
que reciben los niños entres sus profesores y otros profesionales (logopeda,
psicomotricista, rehabilitador, profesor de apoyo, etc.).
2.1.- Relación y analogía.
El interés del sistema educativo por la Atención Temprana es cada vez más
evidente. Los primeros años de la vida de un niño tienen una importancia vital
para su desarrollo normal y un posterior rendimiento en la escuela. Desde este
punto de vista, la precocidad, la calidad y la importancia del trabajo realizado en
los primeros años de vida de un niño con desarrollo normal o con discapacidad,
afectarán a las medidas educativas que habrá que tomar con posterioridad.
Es importante resaltar que la Atención Temprana es una acción preventiva
mucho más efectiva que las medidas de rehabilitación que después puedan ser
necesarias, y al tener en la Escuela Infantil personal capacitado observando el
desarrollo de los niños, estos pueden reconocer desviaciones en el desarrollo y
enseguida intervenir evitando consecuencias mayores.
Asimismo, la educación es importante para el desarrollo cognitivo, físico y
social del niño. Podemos observar como poco a poco los centros educativos
aceptan a niños cada vez más pequeños, y como padres llevan a sus hijos a la
escuela infantil ya no solo por que lo necesiten para incorporarse al campo
laboral, sino también porque ven los efectos positivos que tiene la educación en
44
los niños. A continuación, presentamos una serie de semejanzas y aspectos
comunes entre la Educación Infantil y la Atención Temprana.
a) Población a la que atienden:
Tanto la Educación Infantil como la Atención Temprana están destinadas a
la atención (planificada, intencional y sistemática) de la primera infancia (0-3
años) y la segunda infancia (3-6 años).
b) Objetivos:
En diferentes normativas se ha definido el objetivo de la Educación
Infantil como el “desarrollo de capacidades físicas, intelectuales, afectivas,
sociales y morales del niño”. Estos mismos objetivos también son
compartidos por los planteamientos de la Atención Temprana, que, superando
el modelo centrado en la discapacidad del niño, se orienta al desarrollo y
máximo aprovechamiento de las posibilidades de desarrollo del mismo, en
todos los órdenes de su vida: intelectual, físico, afectivo y social.
c) Principios:
La Atención Temprana y la Educación Infantil, además de compartir los
principios de universalidad, gratuidad, descentralización y sectorización,
también comparten tres principios fundamentales que las convierten en
recursos absolutamente análogos: son los principios de globalización,
individualización e integración.
Pero el principio más importante, que más va a condicionar la conexión
entre la Educación Infantil y la Atención Temprana, es la integración. Este
principio implica que todo niño es educable desde su nacimiento y conlleva
también que la educación se oriente al desarrollo de capacidades, es decir,
que se centre en el desarrollo de todas las posibilidades del niño y no
exclusivamente en la deficiencia/discapacidad. Por último, señalar que la
integración apela a un derecho inalienable. Por lo tanto, la escuela debe
concebirse desde el respeto de las diferencias individuales.
45
d) Funciones:
Tradicionalmente, tanto la Educación Infantil como la atención a la
deficiencia o discapacidad se concebían como tareas fundamentalmente
asistenciales. El niño no era educable a esas edades tan tempranas, y menos
aún en el caso de niños con deficiencias.
La escuela infantil tenía, exclusivamente una función propedéutica, de
preparación en aquellas habilidades necesarias para la fase verdaderamente
educativa (educación primaria). Los recursos existentes para atender a niños
con deficiencias o no existían, o eran sencillamente asistenciales, movidos
por el sentimiento filantrópico de algunas órdenes religiosas y determinados
particulares.
En la actualidad, y a medida que la concepción de la infancia ha ido
evolucionando hasta los conocimientos de que disponemos hoy en día, as
funciones de la Educación Infantil han cambiado muy positivamente y, con
ello, también la actitud que se tiene hacia la educación de niños con
problemas en su desarrollo. Así, tanto la Educación Infantil y la Atención
Temprana comparten las siguientes funciones:
- Preventiva y compensatoria: prevenir y, en su caso, compensar las
consecuencias negativas derivadas de deficiencias y de entornos
socio-culturales de alto riesgo.
- Educativa: hablar de educación parece una redundancia pero
concebirlo como un principio implica la estimulación, consciente,
rigurosa, intencional y planificada de los procesos madurativos y todo
ello sin forzar el curso natural del desarrollo.
- Integradora: la escuela infantil, desde el optimismo pedagógico, es
una de los pocos contextos donde se hace realidad el principio de
atención a la diversidad.
46
e) Principios didácticos y de intervención:
En función de las concepciones que reflejan diferentes manuales y autores,
se pueden establecer o delimitar los principios que rigen la didáctica de la
Atención Temprana. Tanto la Educación Infantil como la Atención Temprana
encuentran una total semejanza en:
- Principio de actividad: implica concebir al niño como un sujeto activo de
su aprendizaje. La esencia que subyace a este planteamiento es que no hay
que perder, en ningún momento, la subjetividad del niño, es decir, no
debemos desarrollar actuaciones directivas sin contar con los intereses del
niño, incluso con su “presencia física” en determinadas situaciones. Lo
contrario implica “materializar” al niño.
- Principio del juego: el juego va a estar presente en toda acción,
intencional o espontánea, que pongamos en acción. El juego es muy
importante, ya que sirve de enganche entre los intereses del niño y los
objetivos que se plantee el adulto, de acuerdo siempre con las necesidades del
primero.
- Principio de interés: este principio implica que toda acción educativa ha
de ser significativa, pero tanto para el niño como para el adulto. El adulto
simplemente debe decodificar las pautas que el propio niño le proporciona, a
la hora de planificar una acción educativa.
- Principio de globalización: ya comentado con anterioridad, supone
atender de forma global todas las necesidades y facetas del desarrollo del
niño.
- Principio de integración: ya suficientemente defendido, sólo queda
añadir que es el recurso que la Educación pone al servicio de la atención a la
diversidad, del reconocimiento de las diferencias individuales y de la igualdad
de derechos.
47
2.2.- Necesidades Educativas Especiales en la Escuela Infantil.
La escuela infantil tiene que prepararse tanto en instalaciones y material,
como en personal cualificad para recibir a aquellos niños que presenten algún tipo
de necesidad educativa especial.
Debe contar con el apoyo de los equipos de atención temprana que guíen a
los profesores de la escuela, de manera que los orienten para conseguir una
integración total de estos niños con los demás en todas las actividades que
realicen.
Además de los profesores, las escuelas infantiles deben contar con personal
de apoyo para los niños con necesidades educativas especiales, profesorado de la
especialidad de Educación Especial, Pedagogía Terapéutica, Audición y Lenguaje.
La organización de estos apoyos varía de unas escuelas a otras, según las
necesidades de los alumnos y la organización escolar, pudiendo llevarse a cabo en
el mismo grupo-aula o en agrupamientos específicos con un número reducido de
alumnos fuera del aula. En este sentido Medina (1993) afirma que: “el trabajo
realizado por el profesorado de Educación Infantil tiende a alcanzar un
planteamiento multidisciplinar, con un eje prioritario de la profesionalización del
educador de esta etapa, apoyándose en la didáctica general y en el desarrollo de
las áreas específicas, buscando una perspectiva integradora, partiendo del
análisis de la práctica de esta etapa”.
Además, las escuelas han de reunir los recursos materiales adecuados para
garantizar una atención educativa de calidad. También hemos de destacar que, los
padres son un punto clave para la buena integración de los niños a la escuela
infantil. Los profesores y los equipos de atención temprana que atiendan a estos
niños deben tener en cuenta a la familia, y mantener una relación abierta y
confiada con ellos, así será más fácil conocer al niño y facilitará la integración de
este con su nuevo entorno: la escuela infantil.
48
Dentro de la necesidad de realizar una estimulación en Educación Infantil
para compensar las desigualdades, en especial de los niños de riesgo, se enmarca
la atención a las necesidades educativas especiales de los niños en esta etapa,
quedando reflejados en la L.O.G.S.E., actualmente derogada, dentro su artículo
74.4 sobre la escolarización de los alumnos con NEE que decía: “Corresponde a
las Administraciones educativas para promover la escolarización en la educación
infantil del alumnado que presente necesidades educativas especiales y
desarrollar programas para su adecuada escolarización en los centros de
educación primaria y secundaria obligatoria”. Asimismo en la L.O.E. en su
artículo sobre los principios 71.3 señala que: “Las Administraciones educativas
establecerán los procedimientos y recursos precisos para identificar
tempranamente las necesidades educativas específicas de los alumnos y alumnas
a las que se refiere el apartado anterior. La atención integral al alumnado con
necesidad específica de apoyo educativo se iniciará desde el mismo momento en
que dicha necesidad sea identificada y se regirá por los principios de
normalización e inclusión”. De manera que le corresponde a la Educación Infantil
como etapa ser la primera en detectar las alteraciones en el desarrollo de los niños
que la sustentan.
Pero no debemos olvidar que, al incorporar a los niños con necesidades
educativas especiales a la escuela infantil, no solo se está contribuyendo a un buen
desarrollo físico y cognitivo, sino también a normalizar su entorno familiar, ya
que los padres tienen tiempo para seguir una vida normal (laboral o social). Por
ello a principio de cada curso se hace una valoración para hacer una adecuación
curricular individual partiendo del conocimiento tanto del niño como de la familia
y de la escuela infantil. Una vez detectadas las necesidades, el profesor dentro del
aula debe atender a los niños con necesidades educativas especiales de forma
normalizada, pero teniendo siempre en cuenta las limitaciones del niño. Debe
conocer el estado en que esta el niño, para ello debe tener comunicación con la
familia y con el equipo de apoyo. El centro debe facilitar al profesor todo el
material necesario para que pueda trabajar con los niños sin limitaciones, también
debe capacitarlo periódicamente para atender a estos chicos.
49
2.3.- Coordinación entre la Escuela Infantil y los Equipos de Atención
Temprana.
Según Nieto (1996), los Equipos de Orientación Educativa y
Psicopedagógica (E.O.E.P) se dividen en tres tipos según sus funciones. Los
Equipos Generales, los Equipos de Atención Temprana y los Equipos Específicos.
Pero de todos estos equipos, sólo trabajan en Educación Infantil dos de ellos, que
son:
1. Los Equipos de Atención Temprana:
Su campo de actuación es la Educación Infantil y le corresponde
identificar las situaciones y circunstancias de riesgo o desventaja,
anticiparse a la aparición de problemas, detectarlos en sus inicios y facilitar
la intervención adecuada.
El objetivo de estos equipos es mejorar las condiciones educativas de los
centros que escolarizan niños y niñas con NEE, asociadas a casuísticas
personales de discapacidad o situaciones sociales desfavorecidas en la etapa
de 0 a 6 años.
Entre sus funciones, podemos destacar; la prevención y colaboración con
los centros de Educación Infantil y sus equipos docentes, intervenir
directamente con los alumnos con NEE o en situación de desventaja y
apoyo a las familias, colaborar con los organismos e instituciones que
prestan atención a la infancia, evaluar necesidades y facilitar sus
escolarización y elaborar y difundir materiales e instrumentos
psicopedagógicos.
Para finalizar, hemos de destacar que estos equipos están compuestos por
un médico, un psicólogo, un pedagogo, un trabajador social y un maestro de
audición y lenguaje.
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2. Los Equipos Específicos:
Estos equipos comparten la misma finalidad que el resto de EOEPs que
es contribuir a la mejora de la calidad de enseñanza. Se diferencia de los
otros en que su marco de actuación es más amplio, siendo únicos para toda
la provincia y todas las etapas educativas.
Su objetivo es prestar servicios cualificados a alumnos con deficiencias
auditivas, visuales, motoras y alteraciones graves del desarrollo. Y entre sus
funciones, destacan: el conocimiento actualizado de los recursos
disponibles, la colaboración y el consenso generalizado de sus actuaciones,
el intercambio de experiencias y la evaluación y el diagnóstico muy
específico.
Es importante que exista una coordinación con la Escuela Infantil, ya que
los Equipos de Atención Temprana atienden a los niños con N.E.E. y en la
escuela infantil estos niños pueden desarrollar al máximo sus capacidades.
Por medio de esta coordinación pueden colaborar en la elaboración de
programas, currículo, compartir información sobre el niño, sus necesidades,
localizando posibles anomalías en su desarrollo y derivándolo donde fuera
necesario. También entre los dos orientarán a la familia dándoles a conocer
todo lo referente a la evolución del desarrollo de su hijo y apoyándoles en
sus necesidades.
51
3. CONCLUSIONES.
La educación infantil debe ser un servicio cualificado a la primera infancia, para
los alumnos que presenten Necesidades Educativas Especiales, de forma que pase de
concebirse como una opción asistencial y de protección, a ser una acción educativa y
generalizada como se refleja en la Legislación, de manera que se apoye y facilite el
proceso de integración de estos niños con Necesidades Educativas.
Todas las iniciativas legales van señalando la necesidad de compensar las
desigualdades sociales con un modelo preventivo de posibles alteraciones en el
desarrollo, ya que se sigue internacionalmente (Soriano, 1997).
Por lo que, la Atención Temprana y la Educación Infantil deben aparecer como
una responsabilidad asumida por la Administración Educativa y garantizada desde el
mismo momento en que se detecta la presencia de una deficiencia, de manera que
coincidimos plenamente con Gútiez en que: “Un fracaso en estas etapas supone un
factor determinante en la aparición del fracaso escolar”. De manera que, “La escuela
infantil debe configurarse como una oferta educativa generalizada para la población
comprendida entre los cero y los seis años, dirigida a lograr el crecimiento y la
optimización del desarrollo de los niños durante esa etapa”. (Gútiez, 1995)
De hecho, una de las ventajas de los programas de Atención Temprana en el
marco de la Educación Infantil es que suponen una prevención ante la eventual
aparición de secuelas en niños con alteraciones o riesgo de padecerlas, además pueden
atender múltiples necesidades, permiten realizar una educación compensatoria,
facilitan la integración y platean las necesidades y problemas de los niños desde un
encuadre educativo y no asistencial y/o rehabilitador.
La legitimidad de la conexión entre la Educación Infantil y la Atención Temprana
es que se produce una atención globalizada, favorece la integración, facilita las
posibilidades de mejorar la calidad de vida de los niños, enriquece y mejora el sistema
educativo.
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La Escuela infantil es el escenario privilegiado para la prevención y compensación
de desigualdades, en el marco de la atención a niños con deficiencias/discapacidades o
riesgo de padecerlas. El papel protagonista del Maestro de Educación Infantil en el
proceso de Atención Temprana como prevención de desigualdades o de
consecuencias negativas por las mismas, detección Temprana de signos de alarma,
intervención de carácter psicopedagógica y relación con los padres.
La Educación Infantil es la institución y el recurso más adecuado para atender a
los niños con alteraciones en el desarrollo o con riesgo de padecerlas. La escuela
infantil puede responder a las necesidades de todos los niños en el marco de un
contexto absolutamente normalizado. Como punto de reflexión final debemos destacar
que toda inversión hecha sobre la educación y la habilitación de las personas con
discapacidad durante los primeros años de vida y en las etapas escolares y formativas,
evita gran parte de las inversiones posteriores en otras etapas escolares y formativas,
evita gran parte de las inversiones posteriores en otras etapas de la vida adulta, que
siempre conllevan un mayor coste personal y social, con un resultado final
sensiblemente inferior que no se corresponde con el esfuerzo realizado. (CERMI
2002)
53
CAPÍTULO 5:
LA ATENCIÓN TEMPRANA EN ALGUNAS DE LAS
PATOLOGÍAS MÁS FRECUENTES EN LA ESCUELA
54
1. ATENCIÓN TEMPRANA EN ALUMNOS CON DEFICIENCIA VISUAL.
Aunque el número de niños ciegos y deficientes visuales graves, de entre 0 y 4
años, es relativamente pequeño, resulta difícil su descripción. Pues forman un grupo
muy heterogéneo. Mientras que algunos niños llegan a aprender fundamentalmente
a través de la vista, consiguiendo leer con los ojos, otros, aunque pueden
desenvolverse en el espacio y utilizar su resto visual para moverse, deben utilizar el
oído y el tacto para los aprendizajes; finalmente, unos pocos carecen de visión útil
tanto para fines de movilidad como educativos.
Pero para poder llevar a cabo con eficacia una intervención es necesario conocer
cuáles son los objetivos básicos en el desarrollo de estos niños (Anexo 1).
1.1. Atención temprana a niños con deficiencias asociadas a la ceguera.
Cuando hablamos de niños con deficiencias asociadas a la ceguera o
plurideficiencias, estamos abarcando a todos aquellos que presentan, además de
un déficit visual total o parcial, otro tipo de alteraciones, ya sean motrices,
intelectuales, sensoriales y/o de personalidad.
En la mayoría de los casos, el déficit concurrente con la ceguera es el
mental. Este déficit difícilmente puede ser compensado sin el concurso de la
visión, por lo que las dificultades para el niño crecen en progresión geométrica.
Nielson (1979) señala algunos aspectos que se han de tener en cuenta para el
establecimiento de conexiones entre la experiencia y las sensaciones registradas
por los sentidos:
La importancia que tiene hacer participar al niño en todas las
actividades que producen ruido y que se realizan a lo largo del día en
situaciones cotidianas (abrir y cerrar puertas, arrastrar una silla, etc.)
al mismo tiempo que se habla y se le cuente lo que se está haciendo
junto a él.
Las experiencias que obtiene y la habilidad lograda en la situación de
juego deben aplicarse a las situaciones diarias del cuidado personal,
comida, baño y vestido.
55
Hay que estimular sus capacidades en todas las áreas del desarrollo,
poniéndolas en relación con otras y permitiendo que el niño pueda
experimentar todas las relaciones posibles y pueda conectarlas por
asociación, algo muy difícil para un niño ciego deficiente mental.
Debemos despertar en ellos el deseo de imitar algo de vital
importancia para la adquisición de experiencias y conocimientos.
Una vez que el niño pueda sujetar un objeto con sus manos, debemos
permitirle que sea él quien lo coja, dirigiéndole su mano y haciendo
que lo palpe. El coger los objetos dirigiendo la mano al sonido sólo lo
logrará, en el caso de que alcance “la permanencia de objeto”.
Debemos insistir en el movimiento de las manos.
Cuando un niño no pueda mantener sentado, sólo tenemos que
prestarle todos los días, y durante algún tiempo, el apoyo necesario
para permanecer en esta postura, permitiéndole así desarrollar
habilidades ya adquiridas y, poco a poco, adquirir otras nuevas.
También es importante trabajar los esquemas de movimiento
(sinestesia). Dado que no pueden imita los movimientos, habrá que
hacerlos con él repetidas veces, hasta que pueda hacerlo solo.
1.2. Atención temprana en niños de baja visión.
A veces, la falta de reacción a los estímulos visuales durante las primeras
semanas, e incluso meses de vida, es lo que va a impedir que el niño fije su
mirada y siga los objetos. Sin embargo, con una adecuada estimulación, otra
zona de la retina podría asumir, al menos en parte, estas funciones y evitar que la
falta de visión inhiba el desarrollo estructural y funcional de la retina y nervio
óptico durante el primer año de vida.
En la adquisición de las distintas habilidades funcionales de la visión tienen
una gran importancia los siguientes factores:
56
- La motivación, muy relacionada con los sentimientos y actitudes
psicológicas de los padres.
- La capacidad cognitiva, cuyo techo en cada momento lo será también de la
percepción.
- Las oportunidades de ver que se le ofrezcan.
En este sentido Barraga y Morís (1983) nos ofrecen algunas sugerencias que
pueden ser útiles y que resumimos a continuación:
Cuando e bebé o el niño mira la luz o pestaña frente a una luz brillante,
es porque existe algún tipo de visión (aunque el bebé haya sido
diagnosticado como “ciego”).
Mientras el bebé está despierto y sus ojos abiertos, aunque sea por pocos
segundos, o cuando gira la cabeza hacia la luz, se le debe acercar a sus
ojos toda clase de objetos que reflejen la luz.
Colgarle alrededor de la cuna objetos brillantes. Los colores más visibles
son el blanco y negro y colores mezclados.
Mover lentamente los objetos de atrás hacia delante, para provocar el
seguimiento con los ojos.
Cuando el bebé comience a moverse, ayudarle a alcanzar cosas, a que
gatee y vaya hacia los objetos.
Cuando se pueda parar, la estimulación táctil, combinada con la visual,
motiva para moverse hacia algo.
Proporcionar al niño gran libertad para moverse, explorar y mirar y tocar
simultáneamente.
Estimular la exploración en lugares abiertos, parques, plazas, patios de
juego. (Los golpes y moratones son parte de la vida de todo niño,
incluidos ellos)
57
Llamar constantemente la atención sobre cosas interesantes.
Hacerle ver láminas y dibujos de cosas conocidas. Acercárselas a los ojos
para motivarlo a que mire.
Permitir caídas comunes a causa del mal cálculo de distancias o por no
haber visto un objeto.
Enseñar al niño que hay cosas que ver y cómo hacer para verlas. Para el
niño con baja visión, el mirar es necesario para que pueda llenar su
cerebro con memorias visuales.
Los adultos se deben acercar al niño y establecer el contacto visual.
Los padres suelen desear, que su niño parezca normal y, sin advertirlo,
dejan de lado el acercarle las cosas, porque puede parecer diferente y
provocar a veces preguntas molestas.
1.3. La incorporación del niño ciego a la escuela.
El trabajo en Atención Temprana no quedaría completo si no facilitáramos,
llegado el momento adecuado, la incorporación del niño a una vida social más
amplia que la que le ofrece el núcleo familiar y su terapeuta. Es preciso que el
niño sea presentado en sociedad y conozca sus reglas y atienda sus exigencias.
Esta función de inserción del niño en la sociedad se hace a través de la Escuela,
la cual, a su vez, tiene la misión de prepararle para su compromiso futuro con
ella.
A continuación, señalaré los principales criterios que han de tenerse en
cuenta a la hora de decidir el momento de incorporación del niño ciego en la
escuela. Estos criterios son los siguientes:
1) Haber logrado la deambulación y un cierto desarrollo manipulativo.
Como consecuencia del déficit visual, el desarrollo psicomotor del niño
puede verse afectado. Esto es debido en buena medida a la falta de
motivación, ya que no hay nada en el mundo exterior que le invite a
mirar y, posteriormente, a querer alcanzar.
58
2) Poder efectuar demandas mediante el lenguaje y ser, por tanto, capaz de
presentar. Es la forma lo verdaderamente distintivo de los objetos, forma
que, al igual que lo hace la vista, también el tacto puede percibir. El
universo del tacto sólo abarca la extensión de los brazos, por lo que
difícilmente pueden entrar en este espacio todos los objetos de la vida
percibe y menos aún establecer las relaciones espaciales que existen
entre ellos.
Es preciso el concurso del lenguaje, por su valor de representación, tal
como señalan abundantes estudios, concurso que, al menos en el caso de
las personas ciegas, actúa como organizador del pensamiento. Es notorio
que gracias al lenguaje las personas ciegas pueden alcanzar la mayoría
de los conocimientos, a los que no hay que confundir con las
experiencias visuales. Con la aparición del lenguaje, comenzará a
confeccionar los primeros “mapas espaciales”.
3) Haber alcanzado la permanencia de objeto afectivo. Para el niño ciego, la
madre es un principio, el único referente claro del mundo exterior. Una
ruptura del vínculo con la madre, realizada antes de tiempo, pondrá al
niño en una tremenda angustia y un profundo miedo, que le van a
impedir seguir avanzando en su desarrollo como persona.
2. ATENCIÓN TEMPRANA EN ALUMNOS CON DEFICIENCIA
AUDITIVA.
Antes de comenzar y aunque parezca una obviedad, todos los niños sordos no
son iguales, ya que no todos tienen la misma pérdida auditiva, ni se han detectado
con la misma precocidad y algunos tienen deficiencias asociadas y otros carecen de
ellas. Pero para todos ellos, los primeros años de vida son los más decisivos.
El problema que puede llegar a tener un niño sordo está condicionado por el
nivel de lenguaje en el momento de aparición de la sordera, por lo que el desarrollo
de un niño con el lenguaje oral y/o escrito es diferente al desarrollo de un niño que
es sordo de nacimiento. A continuación, distinguiremos entre los niños con sordera
congénita y los de sordera adquirida:
59
Los niños con sordera congénita son niños con una gran dificultad de
comunicación con el exterior ya que carecen de lenguaje. Estos niños
también tienen más dificultades para relacionarse con los demás e
interactuar con el medio. Pero, a pesar de esta deficiencia, el niño sordo
estimulándolo correctamente es capaz de desarrollar un nivel de
inteligencia normal.
En el caso de los niños con sordera adquirida, los trastornos varían en
función de si ha ocurrido antes de aprender a hablar y/o escrito o
después. Si no hay lenguaje en el momento de aparición, la situación es
parecida a la de los niños con sordera congénita y si hay lenguaje en el
momento de la aparición de la sordera, la dificultad para el desarrollo es
motor.
Por todo ello, el diagnóstico precoz y la aplicación de un tratamiento adecuado
son decisivos.
2.1. Estimulación temprana para niños con deficiencia auditiva.
En este ámbito, somos conscientes de que la atención especializada de 0-3
años es imprescindible y no admite retrasos, ya que es en este período cuando se
sientan las bases del desarrollo comunicativo y la adquisición del lenguaje. Por
lo tanto, la demora en el tratamiento del niño sordo afectará negativamente a su
madurez neurológica y cognitiva así como a su desarrollo global.
A continuación, explicamos las áreas en las que debemos intervenir, dentro
de este campo, con estos niños/as:
Estimular su audición:
- Partir de las realidades sonoras de la vida cotidiana.
- Aprender a relacionar causa-efecto y a oír como base para la
comprensión de diferentes contextos.
- Enseñarle a codificar el origen del estímulo para luego poder
relacionarlo.
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- Juegos de atender y esperar (debe realizar algo en función de un
sonido que produzca el adulto).
- Los sonidos que se utilicen pueden ser: largos- cortos, muchos-pocos
y fuertes- flojos.
- Oír y escuchar lo que pasa en la vida e identificar sonidos.
Estimular su voz:
- El niño debe sentir nuestra voz, que debe llegarle de forma nítida y
bien diferenciada del silencio.
- Mantener la voz natural de los bebes y hacerla evolucionar para
cuando sean capaces de sus primeras emisiones.
- Interacciones corporales.
- Aprender a hablar es un proceso largo y complejo.
- El pre-lenguaje se convierte en comunicación si se comprenden las
demandas.
- Estimular todas las entidades sensoriales.
- Que descubran que pueden ser productores de sonido.
- Ayudarles para pedir o dirigir la atención de los demás.
- Facilitar la imitación de juegos vocálicos en situaciones
comunicativas.
- Entrenamiento específico dirigido a la producción de palabras.
- Producción de palabras y frases usando diferentes contornos
prosódicos.
61
Estimular sus habilidades motoras básicas:
- Ejercitar músculos empleados en el habla: en la alimentación hacer
que beban en vaso y pajitas; en la conciencia oral debemos dejar que
chupe o ponga caras en el espejo; ejercicios de praxias burofaciales e
inspirar y espirar correctamente con diversos animales.
- Animar acciones motoras con su cuerpo por medio de canciones.
- Uso de la mímica de forma natural.
Estimular sus habilidades visuales:
- Propiciar la atención selectiva a estímulos visuales y en especial a los
sociales.
- Fortalecer el seguimiento ocular y el contacto visual.
- Fomentar la atención conjunta. Que mire a donde tú miras.
Estimular sus habilidades auditivas:
- Atención al habla.
- Localización e identificación de sonidos.
- Habilidades de escucha.
Estimular sus habilidades sociales y comunicativas:
- Fortalecer las relaciones con el niño.
- Favorecer la comunicación no verbal: gestos de anticipación y
demanda, gestos sociales y naturales, para pedir y compartir, de
afirmación y negación.
- Prestar especial atención a la forma que tienen de expresar sus
emociones y necesidades.
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Estimular sus vocalizaciones:
- Hablarle y cantarle desde el nacimiento, atendiendo y reforzando
todos los sonidos que produzca el niño.
- Observar donde y cuando emite más sonidos y favorecer esas
situaciones.
- Repetir los sonidos que emite.
- Vocalizar por turnos con emisión de sonidos de forma exagerada y
con diferentes entonaciones.
- Asociar sonidos vocálicos con rutinas de la vida diaria.
- Juegos y canciones donde se combinen gestos, acciones y sonidos.
Para finalizar, hemos de destacar que para llevar a cabo la estimulación en
todos los ámbitos que hemos mencionado anteriormente, queremos facilitaros
una serie de actividades que trabajan la estimulación. (Anexo 2)
3. ATENCIÓN TEMPRANA EN ALUMNOS CON SÍNDROME DE DOWN
Y RETRASO MENTAL.
La estimulación temprana ha demostrado ser el método más adecuado de
tratamiento para acelerar el desarrollo de los niños con retraso mental y disminuir el
retraso respecto al desarrollo normal.
Los niños con retraso mental y niños con Síndrome de Down, presentan
necesidades educativas tales como: ritmo, fatiga rápida de la atención, ausencia de
interés, falta de curiosidad, falta de memoria, falta de organización, falta de
creatividad, dificultad para adaptarse a problemas nuevos. Esto supondrá dificultad
en las áreas de aprendizaje especialmente en la comunicación, la lecto-escritura, las
matemáticas y sobre todo las habilidades de socialización y adquisición de hábitos
básicos (Candel, 2004).
63
Para estos niños, destacamos tres principios de intervención educativa:
Tomar como referente para el proceso de intervención el nivel de
desarrollo concreto del alumno. Este principio implica la identificación y
valoración de las necesidades educativas del alumno con retraso mental.
Significatividad y funcionalidad de los aprendizajes. Un conocimiento es
funcional cuando se ha aprendido de manera significativa, y se es capaz
de activarlo en las circunstancias que los exijan.
Aprendizaje autónomo. Debe partir de que el alumno es capaz de hacer y
aprender por sí mismo.
Cualquier programa educativo que pongamos en marcha va a estar condicionado
por las características evolutivas de la deficiencia mental:
Físicas: equilibrio escaso, locomoción deficitaria, dificultades en
coordinación compleja…
Personales: ansiedad, bajo autocontrol, menor control interno…
Sociales: retraso evolutivo en el juego, en el ocio, déficit en la
organización, déficit lingüístico…
Por tanto, a nivel didáctico, lo que podemos plantear desde edades tempranas
será el desarrollo de programas de conductas sociales, habilidades y hábitos de
autoestima personal, habilidades de interacción social y de comunicación,
habilidades perceptivo motrices, funciones cognitivas básicas, desarrollo de los
aprendizajes básicos, etc., teniendo en cuenta una educación individual y la
integración en aulas ordinarias, o en centros específicos cuando sea necesario.
64
4. ATENCIÓN TEMPRANA EN ALUMNOS CON DISCAPACIDAD
MOTORA: PARÁLISIS CEREBRAL.
Cada distorsión del desarrollo estado motor, con independencia del origen del
daño, trae consigo la alteración de factores en el desarrollo global del lactante y el
niño de primera infancia.
Los objetivos de la estimulación temprana para estos niños serán entre otros:
El mejoramiento de las habilidades motoras.
La estimulación de conductas adecuadas a la edad y ejercitación de
actividades.
El aprendizaje y práctica de diferentes conductas, adecuadas a distintos
roles.
La estructuración de un concepto de sí mismo positivo.
La estimulación del desarrollo emocional y motivación global.
En resumen, la Atención Temprana debe trabajar la práctica psicomotriz
teniendo como objeto de intervención la persona en su totalidad y la adaptación
positiva y armónica de ésta a su entorno. Desde este enfoque psicomotriz toda
intervención temprana llevada a cabo con estos niños debe siempre unificar
continuamente los dos grandes ejes que rigen el desarrollo psicomotor: el eje
madurativo, es decir, la organización de su neuromotricidad y el eje psicoafectivo.
Esto hace que el primer ámbito de intervención de la Atención Temprana sea la
relación entre padres e hijo puesto que sobre ella se apoyará todo el sistema
posterior de relaciones del niño con su entorno. También se pretende favorecer la
progresiva diferenciación y autonomía, y la formación y desarrollo de su propia
identidad. Esto favorece su construcción como sujeto y su relación activa con el
medio (García Sánchez, 1999).
65
Para los niños de espina bífida una estimulación temprana del bebé supondrá que
le permita ejercitar las piernas, los pies y los brazos, mejorando las deformaciones
presentes y evitando que surjan otras. Esto se consigue primero con la intervención
quirúrgica y después con la rehabilitación.
Esta rehabilitación debe incluir la fisioterapia, tratamiento especializado para
prevenir las malformaciones que puede provocar la falta de movilidad, con el
objetivo de potenciar el desarrollo de habilidades y capacidades para el
desplazamiento, conceder autonomía y por tanto mejorar la calidad de vida.
Asimismo, la Atención Temprana debe ayudar al niño a que su discapacidad física
no suponga un impedimento en su desarrollo socio-emocional.
5. ATENCIÓN TEMPRANA EN ALUMNOS CON PROBLEMAS DE
CONDUCTA.
Las necesidades que nos va a plantear el niño con alteraciones de conducta, se
van a agrupar en dos aspectos:
La acomodación de la competencia infantil a las normas sociales.
La adaptación de las normas sociales a la competencia infantil, producto
de una particular socialización.
Las áreas a estimular, según Bowlby (1979) y Martínez Hernández (2000), para
fomentar la autoafirmación y la cooperación en este tipo de niños serán:
1) Autoafirmación: sentimientos de autoestima, autoconcepto positivo de las
propias capacidades, estabilidad emocional, capacidad para imponerse:
resistencia, persecución de intereses y necesidades justificados.
2) Manejo de las necesidades: aplazamientos de estas, sublimación de las
necesidades, tolerancia a la frustración, control de la agresión, tolerancia a la
ansiedad.
3) Independencia: respeto a los adultos, capacidad de proponerse metas propias
y perseguirlas, independencia instrumental, independencia emocional.
66
4) Motivación para la efectividad, curiosidad: iniciativa, actividad,
espontaneidad, postura cuestionadora y motivación para el rendimiento.
5) Conducta de contacto: necesidad de contacto, aptitud para establecerlo.
6) Predisposición y aptitud para la cooperación: percepción social, conciencia
de responsabilidad por sí mismo y por otros, planificación conjunta, juegos,
expresión de conflictos, posibilidad de patrones sociales como escuchar,
negociar y concretar compromisos.
67
ANEXOS
68
ANEXO I:
OBJETIVOS BÁSICOS DEL DESARROLLO DE LOS NIÑOS CON
CEGUERA O CON DEFICIENCIAS VISUALES GRAVES
69
Tabla 1. Objetivos básicos del desarrollo de los niños con ceguera o con
deficiencias visuales graves ⁿ.
El niño de 0 a 6 meses
Comunicación,
lenguaje y
socialización
Comprensión
sensoriomotora
y cognición
Manipulación y
conducta
adaptativa a los
objetos
Motricidad gruesa,
esquema corporal
y organización
espacial
Hábitos y
autonomía
Se calma con
el contacto.
Sonríe y ríe
en situaciones
adecuadas.
Atiende
preferentemen
te a la voz de
la madre.
Vocaliza y
emite algún
sonido
consonántico.
Explora el
rostro y el
pelo de la
madre y/o
algunos
objetos
personales de
ésta.
Protesta
cuando tiene
hambre está
incómodo.
Da señales
de respuesta a
los estímulos
externos.
Presta
atención al
sonido y busca
la fuente.
Vuelve la
mano para
coger el
objeto.
Se muestra
atente cuando
le hablan.
Mantiene las
manos prefe-
rentemente
abiertas.
Juega con
sus manos y
con las del
adulto.
Sujeta
activamente.
Chupa los
objetos.
Agita para
obtener
sonido.
Recupera un
objeto
colocado sobre
el pecho.
Mantiene la
cabeza erguida,
tumbado boca
abajo y en los
brazos del
adulto.
Puede
colocarse de
costado
estando
tumbado boca
arriba.
Tumbado
boca arriba se
impulsa hacia
atrás.
Se mantiene
sentado con
apoyo.
Juega con sus
pies.
Vuelve la
cabeza hacia la
tetina cuando
se le toca la
mejilla.
Abre la boca
para recibir el
alimento.
Se alimenta
con cuchara.
Duerme fuera
de la
habitación de
los padres.
Mantiene
hábitos
regulares de
alimentación y
sueño.
n. Fuente: Rosa Lucerga y Elena Gastón, En los zapatos de los niños ciegos (Guía de desarrollo de 0 a 3 años),
Madrid (2004). Edt. ONCE
70
El niño de 6 a 12 meses
Comunicación,
lenguaje y
socialización
Comprensión
sensoriomotora
y cognición
Manipulación y
conducta
adaptativa a los
objetos
Motricidad gruesa,
esquema corporal
y organización
espacial
Hábitos y
autonomía
Acepta
generalmente las
propuestas del
adulto.
Reclama y
protesta
oportunamen-te.
Hace algún gesto
para continuar un
juego o actividad.
Establece algunas
relaciones
diferenciadas con
otros miembros de
la familia.
Hace extra-
ñamiento.
Tolera períodos
cortos de espera.
Bisílaba
repetitiva- mente.
Dice no con la
cabeza.
Aparecen las
primeras palabras
con intención
comunicativa.
Hace alguna
gracia familiar.
Responde
diferenciada-
mente cuando se
le llama por su
nombre.
Reconoce
sonidos
familiares y
juguetes
propios.
Muestra
preferencia
por un objeto
y lo retiene.
Busca entre
sus piernas
cuando cae el
objeto.
Coge por
coordinación
oído-mano.
Entiende el
“toma”.
Retira un
pañuelo de su
cara.
Retira una
pantalla para
encontrar un
objeto.
Cambia el
objeto de
mano.
Golpea
horizontal-
mente.
Da palmitas.
Saca objetos
de un bote de
boca ancha.
Aprieta un
muñeco de
goma blando
para obtener el
sonido.
Pulsa un
botón blandito.
Realiza y le
gustan los
juegos
corporales con
el adulto.
Se mantiene
sentado sin
apoyo.
Sentado,
hace apoyos
laterales
cuando se le
desequilibra.
Hace
rotaciones de
boca abajo a
boca arriba y
viceversa.
Se sienta en
una silla baja.
Repta o
avanza estando
boca abajo.
Se mantiene
de rodillas.
Se mantiene
de pie con
apoyo.
Pasa de
tumbado a
sentado.
Inclina el
biberón y bebe
independiente-
mente.
Chupa pan o
galletas.
Come
sentado en una
silla.
Hace algunas
conductas de
anticipación de
situaciones
cotidianas.
Se muestra
más activo en
los hábitos de
la vida.
71
El niño de 12 a 18 meses.
Comunicación,
lenguaje y
socialización
Comprensión
sensoriomotora
y cognición
Manipulación y
conducta
adaptativa a los
objetos
Motricidad gruesa,
esquema corporal
y organización
espacial
Hábitos y
autonomía
Echa brazos
a la madre
desde otro
adulto.
Dice adiós
con un gesto.
Tira besos.
Acepta a
otras personas
conocidas.
Tiene alguna
jerga
expresiva
imitación.
Dice 2 o 3
palabras con
sentido o
sonidos
consistentes.
Responde a
alguna
pregunta
sencilla.
Señala tres
partes de su
cuerpo.
Muestra
interés por los
objetos.
Entiende el
“dame”.
Busca
objetos
escondidos en
diversidad de
lugares.
Tira de una
cuerda para
conseguir un
objeto.
Explora los
objetos.
Destapa un
bote redondo.
Saca anillas
ensartadas en
un palo
vertical.
Saca las
chinchetas del
clavijero.
Mete objetos
en una cubeta.
Abre puertas
y cajones.
Se mantiene
en un balancín
o en un
correpasillos.
Salta sobre
una pelota o
cama elástica,
de las manos
del adulto.
Pasa de
sentado a de
pie.
Se desplaza
sentado.
Se desplaza
de pie con
apoyo.
Camina
sujeto a un
correpasillos.
Camina de
forma
independiente.
Toma
alimentos
blandos y
semitriturados.
Bebe de una
taza o vaso que
se le sujeta.
Conoce el
plato y la
cuchara y sabe
para qué
sirven.
Colabora en
las tareas de
vestirse y
desvestirse.
72
El niño de 18 a 24 meses
Comunicación,
lenguaje y
socialización
Comprensión
sensoriomotora
y cognición
Manipulación y
conducta
adaptativa a los
objetos
Motricidad gruesa,
esquema corporal
y organización
espacial
Hábitos y
autonomía
Aumenta la
ansiedad ante la
separación.
Soporta
pequeñas
frustraciones.
Obedece alguna
orden sencilla.
Comprende
muchas frases
familiares y
emplea algunas
expresiones con
intención
comunicativa:
- Utiliza
diferentes
entonaciones:
pregunta,
enfado, pena.
- Expresa deseos
o demandas de
forma verbal.
- Dice como
mínimo entre 4
y 6 palabras con
sentido.
- Imita termina
algunas
palabras.
- Puede
construir
frases de 2 o
3 palabras.
Mantiene la
atención
durante
periodos de
tiempo cortos.
Comprende
deprisa/des-
pacio como
actividad
sensoriomo-
tora.
Comprende
arriba/abajo
como
actividad
sensoriomo-
tora.
Inicia el
juego del
“como si...
Tapa un bote
redondo.
Mete una
bola en un bote
con presión
digitopalmar.
Ensarta
anillas en un
palo.
Vuelca el
bote para
sacar.
Trepa a un
sofá.
Avanza y
controla el
correpasillos.
Gatea.
Sube
escaleras de la
mano sin
alternar pies.
Lanza la
pelota.
Se quita los
calcetines y
zapatos como
acción de
desvestirse.
Toma
alimentos
sólidos y
variados.
Abandona la
alimentación
con biberón.
Permanece
sin chupete
durante el día.
Indica
cuando tiene el
pañal sucio.
73
El niño de 24 a 30 meses.
Comunicación,
lenguaje y
socialización
Comprensión
sensoriomotora
y cognición
Manipulación y
conducta
adaptativa a los
objetos
Motricidad gruesa,
esquema corporal
y organización
espacial
Hábitos y
autonomía
Besa y
acerca la cara
para que le
besen.
Habla por
teléfono con
familiares.
Muestra
conductas
oposicionistas
Amplia su
vocabulario y
emplea frases
más
complejas:
- Utiliza frases
de dos o tres
palabras.
- Imita e
incorpora
muchas
palabras que
oye al adulto.
Le gusta que
le cuenten
cuentos.
Se
enorgullece
de sus éxitos.
Contemple
los conceptos
lleno/vacío.
Identifica
objetos
familiares por
su uso.
Selecciona
un objeto entre
tres.
Identifica
algunos
juguetes
realistas.
Generaliza
acciones de
juego a varios
sujetos.
Parte
plastilina.
Inician tareas
de apilar.
Mete objetos
pequeños en
frascos de
boca estrecha.
Coloca
chinchetas con
una pinza de
tres dedos.
Explora un
relieve en una
superficie
bidimensional.
Se desliza
por un
tobogán.
Se desplaza
solo por la
casa.
Puede
guiarse
siguiendo una
pared.
Se baja del
correpasillos
apoyado en un
mueble.
Baja
escaleras con
apoyo.
Chuta
apoyándose.
Intenta
utilizar la
cuchara.
Bebe
sosteniendo el
vaso.
Controla
esfínteres.
Identifica su
ropa más
común.
Pasa la noche
en su
habitación.
74
El niño de 30 meses a 3 años
Comunicación,
lenguaje y
socialización
Comprensión
sensoriomotora
y cognición
Manipulación y
conducta
adaptativa a los
objetos
Motricidad gruesa,
esquema corporal
y organización
espacial
Hábitos y
autonomía
Es capaz de
hacer
compatibles
aspectos
positivos y
negativos de sus
figuras
significativas.
Puede soportar
la ausencia
temporal de los
padres.
Establece con el
padre una
relación
específica y
significativa.
Comprende y
acepta algunas
normas.
Empieza a
interesarse por
otros niños.
El lenguaje oral
predomina sobre
cualquier otra
forma de
comunicación
gestual:
- Utiliza palabras
que no son
nombres ni
verbos.
- Responde a
preguntas
sencillas donde
y qué.
Puede elegir
entre dos
alternativas
propuestas.
Realiza
diferentes
acciones
simbólicas de
forma aislada.
Inicia el trabajo
en espacios
bidimensiona-
les.
Domina los
conceptos dentro-
fuera.
Inicia la
diferenciación de
tamaños (grande-
pequeño).
Empieza a
distinguir los
conceptos
encima- debajo.
Inicia la
diferenciación de
formas: redondo-
no redondo.
Inicia
actividades de
clasificación.
Domina los
conceptos
mucho/uno/
ninguno.
Realiza una
exploración
organizada de
los objetos.
Desenrosca y
casi enrosca.
Hace torres
de piezas
sencillas con
ayuda.
Mete
monedas en
huchas.
Inserta bolas
gruesas en
cuerda
semirrígida.
Dirige una
mano donde le
indica la otra
en espacios
bidimensiona-
les.
Encaja
círculo en un
tablero
individual.
Se desplaza
con
intencionalidad.
Maneja el
triciclo sin
pedales.
Salta con los
pies en el suelo
con algún
apoyo.
Puede correr
de la mano del
adulto.
Experimenta
diferentes
formas de
desplazarse.
Puede seguir
un ritmo.
Puede
quitarse
algunas
prendas de
ropa.
Utiliza la
cuchara para
remover
líquidos.
Abre y cierra
grifos.
Intenta
secarse las
manos.
Pide ir al
lavabo.
Tira de la
cadena.
Colabora en
algunas tareas
de orden.
75
ANEXO II:
ACTIVIDADES DE ESTIMULACIÓN PARA NIÑOS
CON DISCAPACIDAD AUDITIVA
76
Actividades para detectar Presencia- Ausencia de sonido
- Ponemos una música (o golpeamos un tambor, etc.…)
- Sentamos al niño o niña en nuestras piernas y mientras suena la música (el
tambor), le cogemos de las manos y le hacemos seguir el ritmo con el
movimiento de las piernas.
- Paramos la música y paramos el movimiento de las piernas.
- Ponemos los dedos en los labios en señal de silencio, haciendo notar con la
expresión de nuestra cara que el sonido ha cesado.
- Reiniciamos el juego.
- En todos nuestros juegos auditivos debemos dejar un tempo de latencia, ya
que si continuamente estamos provocando sonidos probablemente el niño/a se
acostumbre y no de una respuesta diferenciada. En este sentido, es importante
destacar la importancia del silencio. Ya que además de evitar la habituación
pueden ser los momentos de silencia los que el niño/a utilice para dar una
respuesta, es decir, puede ocurrir que mientras provocamos un sonido no de
respuesta pero en el momento que el sonido cesa sí que da respuesta.
Actividades para estimular la audición
(Relacionar causa- efecto)
- Coger un juguete sonoro y acercarlo a la cara para que el niño pueda vernos al
mismo tiempo que se fija en el objeto.
- Asegurarse de que nos está mirando y poner cara de mucha atención cuando
miramos el juguete.
- Hacemos funcionar el juguete y justo en ese momento debemos mostrar por
nuestra expresión facial sorpresa o alegría (haciendo todo el teatro que nos sea
posible).
- Al mismo tiempo que utilizamos esta expresión facial podemos acompañarnos
de alguna expresión verbal: qué bien, cómo suena, qué susto. Que divertido…
- Después de esta primera vez, podemos volver a repetir la situación (captamos
su atención, nos acercamos a la cara, ponemos cara de atención…) pero n
hacemos funcionar el juguete.
- Ante esto ponemos cara de disgusto y la acompañamos de alguna expresión
verbal del tipo: no se oye, no funciona, está roto, nada…
- Dar el juguete al niño/a y observar qué hace.
77
Actividades para cuando haya conseguido detectar la presencia de los sonidos y
determinar su causa, pero esta vez con la voz
- Podemos aprovechar algún momento en el que estemos jugando con el niño/a
con las manos o con las piernas y estamos acompañando nuestros
movimientos con algunas vocalizaciones o canciones.
- De repente podemos seguir moviendo los labios, pero esta vez sin voz.
- Interrumpimos el juego y mostramos claramente que algo ha pasado (nos
tocamos la garganta y la cara con signo de preocupación).
- Recuperamos la voz y mostramos alegría al mismo tiempo que nos
acompañamos de expresiones orales: Ahora sí, ya esta, ya se oye…
- Otros momentos y actividades que nos pueden ser útiles para hacerle
consciente del sonido pueden ser: Cogerle en brazos y balancearle mientras
escuchamos una música.
- Mientras escuchamos una música o simplemente la radio, acercar su manita
para que pueda sentir las vibraciones.
Actividades para el desarrollo de la atención auditiva
En estos juegos, el niño/a deberá hacer algo en respuesta a un sonido que produzca
el adulto. A viceversa (a partir de los 10 meses).
- Podemos utilizar algún juguete o instrumento con el que ya hayamos trabajado
anteriormente.
- Cogemos un cubo, un aro, u otro objeto y nos lo acercamos al oído (siempre
asegurándonos de que el niño/a nos está mirando). Y hacemos sonar el juguete
o instrumento.
- En ese momento mostrando expresión de alegría tiramos el objeto a una caja.
- Ahora le damos la pieza al niño/a y le sujetamos la mano en el oído, le
hacemos esperar un poco antes de producir el sonido.
- Producimos el sonido.
- Soltamos su mano y le dirigimos hacia la caja.
- Cuando ha tirado el objeto en la caja le aplaudimos, le damos besos y le
decimos: muy bien, has oído, ya esta… (poco a poco iremos retirando nuestra
ayuda hasta que lo realice ella sola).
78
Actividades para el desarrollo de la atención auditiva (II)
- Podemos realizar el juego anterior también a la inversa, que el niño/a golpee el
tambor, y nosotros tiramos la pieza al cubo, teniendo en cuenta el ser lo más
expresivos posible cuando oímos el sonido.
- A partir de 13-14 meses podemos realizar el mismo ejercicio pero de tal forma
que el niño/a no nos vea.
- Otro paso que podemos dar, es hacer el mismo juego, pero en vez de utilizar
un sonido, utilizar la voz. Al realizar este ejercicio, debemos colocar el
muñeco cera de nuestra boca. Podemos empezar con sonidos vocálicos y
seguir con series silábicas.
Cuando llegue el momento de invertir los papeles, es conveniente ver si el
niño/a emita no sólo el movimiento sino también el sonido vocal. Es
importante reaccionar de forma clara (indicando que no oímos nada si sólo
mueve el muñeco, asustado si lo que hace es gritar y con cara de satisfacción
si lo que produce es parecido a lo que nosotros utilizamos).
79
BIBLIOGRAFÍA
80
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