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INTERVENCIÓN PSICOSOCIAL CON ENFERMOS MENTALES
GRAVES Y CRÓNICOS: TERAPIA CANINA1
Blanca Lozano Maneiro
Patricia Larraondo de los Ríos
Iván Bravo Mora
Helena Vela Paal
Pedro Fernández Luque
Jesús Saíz Galdós
Datos de Contacto: Blanca Lozano Maneiro: blozano@cps.ucm.es
1 La presente investigación ha sido realizada en virtud del Convenio de Colaboración establecido con la
empresa Grupo 5.
2
RESUMEN
Esta investigación describe un Dispositivo de Intervención
Psicosocial Comunitaria realizado con usuarios con enfermedad mental
grave y duradera de la Residencia, del Centro de Rehabilitación laboral y del
Centro de Día de Soporte Social II del Municipio de Aranjuez, basado en la
Terapia Canina, con los siguientes objetivos:
- Favorecer la autonomía y aumentar la autoestima de los usuarios
con el objetivo de que adquieran la seguridad necesaria para que su
inserción en la sociedad no sea traumática.
- Fomentar las interacciones sociales entre los usuarios con el fin de
que las relaciones intra grupales sean óptimas.
- Incrementar la capacidad de los usuarios de trabajar en equipo.
- Ayudar al crecimiento emocional de los usuarios por medio de la
sensibilización que tiene lugar cuando se acaricia a un animal, lo que
fomentará y posibilitará en ellos cambios tanto actitudinales como
conductuales.
- Ampliar los conocimientos de los usuarios, ofreciéndoles una
formación profesional que les permita una salida laboral en su futura
inserción social.
PALABRAS CLAVES
Terapia canina; Enfermedad mental; Intervención Psicosocial
Comunitaria; Reinserción.
3
INTRODUCCION
Desde que el ser humano empezó a domesticar a los animales que
había en su entorno con el fin de que les ayudasen en sus quehaceres
cotidianos, son incontables las diferentes maneras en que los animales han
servido al hombre. Una de estas maneras que, en los últimos años ha
despertado un gran interés, es la contribución a la mejora de nuestra salud
física y mental. Por eso, en la actualidad existen colectivos de profesionales
de diversos ámbitos científicos que realizan investigaciones y ponen en
práctica Terapias Asistidas por animales. De hecho la terapia con perros
está ya muy difundida en muchos países de Europa y de Estados Unidos y
Latinoamérica y, está centrada en la diversidad . Los perros no solamente
se utilizan para la asistencia de personas con deficiencias físicas, como los
de la ONCE, sino que también se aplican programas de Terapia en cárceles,
hospitales infantiles y de cuidados paliativos, en centros de educación
especial, en hospitales psiquiátricos, en residencias para la Tercera Edad y
en instituciones para tratar problemas de conducta infanto- juveniles, así
como en centros de desintoxicación de adicciones.
Por este motivo, presentamos al Centro de Atención Social para
personas con enfermedad mental grave y duradera de Aranjuez, uno de los
4
proyectos más ambiciosos e innovadores de integración y enseñanza no
reglada, después de haber realizado un estudio de las necesidades que en
nuestra actualidad social pudieran ayudar a nuestros usuarios en su
proceso de integración psicosocial, socio-afectivo y personal.
Partiendo de diferentes estudios realizados por profesionales de la
psiquiatría, psicología y sociología, elaboramos este proyecto educativo-
terapéutico para ofrecer recursos cognitivo-emocionales, fundamentado en
las necesidades que nuestros usuarios requieren en la actualidad para
equilibrarse e integrarse en un ambiente que potencie entre otros, los
valores humanos, con una metodología basada en el compañerismo, en la
participación, en el aprendizaje, en el disfrute y en el respeto.
La terapia con animales debería ocupar un lugar destacado en los
centros terapéuticos, ya que constituye una pieza clave, porque permite al
usuario resolver con mayor facilidad los problemas que se le presentan, así
como dotarlo de la suficiente responsabilidad para mejorar su vida externa
y conseguir la absoluta autonomía. Y mucho más cuando comprueben que
el trabajo con los animales es el vehículo irremplazable para desarrollar
determinadas formas de percepción, potenciar ciertos procesos mentales y,
siendo prácticos, proporcionarles una salida laboral.
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De esta reflexión y experiencia surgió este proyecto, como un
proceso complejo en el que intervienen múltiples componentes de distinta
índole y naturaleza como son: Laborales, Psicológicos, Sociales, Sanitarios y
Educativos; y no como una actuación aislada.
La cultura de la terapia animal no es solo adiestramiento y educación
en cualquiera de sus niveles y modalidades, sino que es un servicio social, y
por ello ha de presentarse como un proceso formativo, integrador y
preventivo. Pero, francamente, como terapia no es más que eso, una ayuda
adicional, y no la panacea sustituta definitiva. No es un sustituto de las
terapias convencionales, o de los tratamientos educativos y reeducativos,
sino un complemento imprescindible. Por ello, lo que pretendemos es
introducir una nueva línea de investigación que contribuya a mejorar el
estado emocional de los usuarios y a proporcionar un ambiente
institucional óptimo y necesario para su desarrollo cognitivo, para su
actitud de inserción social y para el incremento de su autonomía personal.
6
ANTECEDENTES
En beneficio de la calidad de vida de los usuarios, tanto a nivel físico
como emocional, desde hace décadas, se trabaja con animales en
diferentes instituciones sociales: prisiones, residencias de ancianos,
hospitales psiquiátricos, centros de menores, centros terapéuticos,... La
Terapia Asistida con Animales está experimentando en la actualidad un
gran desarrollo, tanto dentro como fuera de España.
El trabajo con animales como ayudantes de terapias convencionales
tiene su origen en Inglaterra (1792), donde se aplicó a enfermos mentales.
Posteriormente, en 1867, se utilizó en el tratamiento para la epilepsia en
Bethel (Biefeld, Alemania). En 1944, la Cruz Roja Americana organizó, en el
Centro para Convalecientes de la Fuerza Aérea de Nueva York, el primer
programa terapéutico de rehabilitación de los aviadores.
En Estados Unidos, Francia, Australia e Inglaterra existen múltiples
evidencias científicas que demuestran los beneficios físicos y psicológicos
del contacto con perros para muy diferentes psicopatologías.
Diferentes investigadores multidisciplinares como: Cusack, Katcher,
Mc Cullogh, Friedmann, Linch, Levinson, Shapiro y muchos otros autores
han puesto de manifiesto los beneficios del contacto con estos animales en
diferentes medios. Por ejemplo, el Dr. Boris M. Levinson (1960), en su obra
"Psicoterapia Infantil Asistida Por Animales", cuenta las vivencias
experimentadas junto a su perro con pacientes introvertidos que se
desinhibían y perdían todos sus miedos gracias a la presencia del can en su
consulta, ya que éste favorecía la comunicación entre el terapeuta y sus
pacientes (Revista San Marcos al Día Nº 46 de la Universidad Nacional,
2002).
Otro ejemplo destacable de los beneficios de una terapia con
animales sería la que desde 1984 lleva a cabo la residencia Robert-Chiene
para personas ancianas en Montreal. Allí hay una pajarera en cada piso del
establecimiento, que los ancianos visitan diariamente, hablan a los pájaros
y se ocupan de cuidarlos, llegando incluso a dar a algunos ancianos que
nunca salían de sus habitaciones un motivo y una razón para hacerlo
(Chiene, 2002).
En España existen, en la actualidad, asociaciones y fundaciones
dedicadas a la terapia asistida con animales. Algunas de ellas son la
Fundación Bocalan y CTAC en Cataluña, el Club Harrycan en colaboración
de Ayuda Animal en La Rioja, ANDAS en Madrid., siendo los pioneros el
Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos que comenzó este tipo de
7
tratamientos mediante el proyecto de Terapia y Educación Asistida con
Animales, iniciado hace 4 años, con la colaboración de la Fundación
Affinity. En él, los usuarios se ocupan del cuidado de dos preciosas perras
llamadas Miss y Zara.
En el 2011, el hospital de Poniente de El Ejido permitía por primera
vez en Andalucía la entrada a sus instalaciones de un perro adiestrado para
que formara parte de la ponencia que se desarrolló en el centro sanitario
sobre terapia con animales para enfermos mentales, con la pretensión de
motivar a los usuarios En la actualidad dicho centro está realizando una
terapia con 8 individuos aquejados de esquizofrenia, sometidos a altas
dosis de tratamiento farmacológico y, como los propios terapeutas afirman:
“ Los resultados iniciales son ya sorprendentes porque para ciertas
discapacidades el perro suele servir mucho de motivador con personas que
normalmente no hablan y se encierran en sí mismos debido a su transtorno
mental. Está funcionando muy bien porque intentamos lograr la mejora en
la calidad de vida de las personas y el incremento de la autoestima”.
Si bien en España, todavía no se permite el acceso de los perros
terapéuticos a los hospitales y a los centros públicos, es evidente, que su
efecto en los pacientes, es positivo, y por eso todos los que amamos a este
bello animal, tenemos la obligación moral, de continuar ese camino
educando bien a nuestras mascotas y ayudando a que otros también lo
consigan.
JUSTIFICACION
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental
como un estado de bienestar en el que el individuo es consciente de sus
propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida,
puede trabajar de forma productiva y fructífera y está capacitado para
contribuir en su comunidad.
A la hora de abordar el concepto de Enfermedad Mental Crónica o, si
se quiere, Trastorno Mental Grave y Crónico, diversos autores (Saiz y
Chévez, 2009; Badallo, 2012) insisten en la necesaria diferenciación de, al
menos, dos dimensiones de la experiencia vital de la persona. Así, de un
lado habremos de tomar en cuenta los aspectos contingentes con la esfera
biológica, lo que aludirá propiamente al diagnóstico clínico de la
enfermedad mental, y, de otro, contaremos con aquellas cuestiones que
tienen que ver con las repercusiones que tales aspectos tendrán en la
8
realidad psicosocial, realidad ésta que se manifestará en situaciones de
discapacidad en tanto a la interacción social con el entorno de la
cotidianeidad personal. Una tercera dimensión a considerar es la
cronicidad, condición que lleva implícita la perdurabilidad de la situación de
enfermedad y discapacidad en el tiempo, e incluso durante toda la vida y
por ende, como apuntan Saiz y Chévez, se hace pertinente implementar
unas medidas especiales para su tratamiento.
Si nos paramos a analizar el fenómeno de la enfermedad o trastorno
mental crónico desde una óptica global, no tardará en cristalizar el estigma
al que se ven sometidos los enfermos mentales. “El medio social establece
las categorías de personas que en él se pueden encontrar” (Goffman, 2006,
p.12), de entre las cuales destacan los “normales”, considerados por
Goffman como aquellos que no se apartan negativamente de las
expectativas particulares en discusión. Los normales creemos que aquellos
que poseen estigma no son completamente humanos, argumento que
pretende justificar las prácticas discriminatorias de diversa índole que
infligimos contra el estigmatizado, siendo ésta la causa directa que impide
al individuo o grupo estigmatizado elaborar sus proyectos vitales con
integridad, imposibilitando el ejercicio y disfrute de los derechos de
ciudadanía y de la protección social, en definitiva coartando sus
posibilidades de una plena participación social.
Así, podemos decir que el rasgo central que caracteriza a la situación
vital del individuo que porta el estigma se refiere a la aceptación, cuya
ausencia se pone de manifiesto cuando ante el trato con otra persona no
recibe el respeto y la consideración que él esperaba recibir merced a los
aspectos no contaminados de su identidad social, siendo consciente del
rechazo al advertir que existen en él ciertos atributos que justifican esa
falta de aceptación. Y ante tal situación habrá ocasiones en las que será
factible intentar de manera directa corregir aquello que objetivamente
justifica su deficiencia, pero en otros momentos buscará la forma indirecta
de modificar aquello, haciendo un inmenso esfuerzo personal por manejar
áreas de actividad enormemente dificultosas para quienes poseen su
defecto. Ambos tipo de esfuerzo por corregir la situación, directos e
indirectos, muestran lo doloroso de la situación de las personas
estigmatizadas.
A lo largo de la historia, los enfermos mentales crónicos han sido
apartados de su entorno sociocomunitario mediante la aplicación de
9
tratamientos en el marco de “instituciones totales”, constructo
conceptualizado por Goffman en su obra Internados como “… un lugar de
residencia y trabajo, donde un gran número de individuos en igual
situación, aislados de la sociedad por un periodo apreciable de tiempo,
comparten en su encierro una rutina diaria, administrada formalmente”
(Goffman, 2001, p. 13). Las características y el modelo de vida desarrollado
en este escenario no solo afecta a todas las personas que allí conviven, sino
que de manera progresiva les va incapacitando para enfrentarse al mundo
exterior.
A principios del siglo XIX el manicomio se conforma como la
estructura institucional dedicada en exclusiva al cuidado y tratamiento de la
locura. La institución total se ensalza como entorno específico para
albergar a todas las personas con enfermedad mental grave convirtiéndose
así en un recurso idóneo para salvaguardar a la comunidad del mal de la
locura. “La reclusión toma la forma de aislamiento terapéutico. La locura
necesita como condición de posibilidad el internamiento en lugares
apropiados” (Rodríguez, 2006, p. 57). De esta manera la institución total
cumple su objetivo de desposeer al individuo del sí mismo anterior a su
institucionalización transformándolo en aquello que ésta quiere para sí. “La
atribución de identidad,…, es la condición general indispensable a
cualquier organización para conseguir cualquier objetivo. La creación de un
consenso en torno a las atribuciones de identidad es, por consiguiente, el
verdadero fin formal de todas las organizaciones sociales” (Lozano, 2004,
p.27).
En este contexto, en las personas institucionalizadas se evidencian
numerosas carencias asociadas a la situación de aislamiento social tales
como la falta de habilidades sociales y la ausencia de red social, ambos
elementos indispensables para poder emprender el camino de la
integración social.
Tras varios siglos de maduración de este tipo de tratamientos
asilares y discapacitantes, se hace patente el papel residual de la
rehabilitación en ellos y tras la Segunda Guerra Mundial, en diversos países
de Norte América y de nuestro entorno europeo, comienzan a forjarse los
procesos de desinstitucionalización y de reforma psiquiátrica, llegando a lo
que hoy conocemos como los modelos de rehabilitación psicosocial
comunitaria. España se suma a la corriente de la psiquiatría comunitaria en
los años ochenta.
10
Sabemos, merced al minucioso trabajo de Rodríguez (2006), que el
camino hacia la reforma psiquiátrica en nuestro país no fue un llano
sendero y que, por el contrario, resultó una ardua tarea llena de adelantos y
retrocesos sucesivos debido a los hitos históricos que durante los últimos
treinta años han venido aconteciendo.
Teniendo en cuenta el hito que representó la reforma psquiátrica en
nuestro país, creemos necesario dar unas breves pinceladas sobre los
principales acontecimientos que marcaron el proceso de reforma de la
concepción de la atención a los pacientes psiquiátricos en España.
Así, en el año 1985 es cuando dicha reforma adquiere entidad propia
tras la publicación en abril del Informe de la Comisión Ministerial para la
Reforma Psiquiátrica, en el que de un lado se hacía patente la falta de
interés por la atención a las personas con enfermedad mental en concreto
y, en general, por la Salud Mental, sobretodo desde los poderes públicos y,
de otro se sugieren los principios básicos que habrían de regir a partir de
entonces la atención a la Salud Mental. Del conjunto de tales principios es
de resaltar el interés por integrar a la Salud Mental en el ámbito de la Salud
General, así como la importancia del tratamiento holístico de las patologías
y trastornos asociados a la enfermedad mental (Guinea, 2007).
La Ley 14/86, de 25 de abril, General de Sanidad, en la que se
instaura el Sistema Nacional de Salud español bajo el compromiso con los
principios de universalidad, equidad, promoción de la salud y prevención
de la enfermedad, integralidad en el tratamiento de los procesos de salud-
enfermedad y la división de la atención al ciudadano en dos niveles
(primario y especializado), en su Capítulo III (De la Salud Mental) plasma los
principios enunciados por el Informe de la Comisión Ministerial para la
Reforma Psiquiátrica (Rodríguez, 2006).
Esta reorganización del sistema sanitario habrá de coexistir con otros
procesos cruciales en la historia reciente de España tales como la
descentralización político-administrativa fruto del desarrollo del estado de
las autonomías.
En la actualidad, la Comunidad de Madrid, desde la Consejería de
Asuntos Sociales, proporciona la atención pertinente a personas con
enfermedad mental grave y duradera mediante la articulación de una serie
de recursos que proporcionan atención integral e integrada que, en
estrecha colaboración con los Servicios de Salud Mental, atienden un
amplio elenco de necesidades que redundan en la rehabilitación psicosocial
y laboral, en la cobertura de necesidades residenciales y sociales con objeto
11
de apoyar e impulsar la integración social de estas personas,
fundamentando todas y cada una de sus intervenciones en la necesidad del
empoderamiento del propio usuario como sujeto miembro de pleno
derecho en y para su comunidad. Para ello está gestionando y
desarrollando la Red Pública de Atención Social a personas con enfermedad
mental grave y duradera. Esta red ofrece atención social gratuita a las
personas adultas entre 18 y 65 años con discapacidades psicosociales y
dificultades de integración por causa de trastornos mentales severos,
derivadas desde los servicios de salud mental de la red pública sanitaria
responsables de su tratamiento y seguimiento psiquiátrico. A comienzos
del 2013 esta red suma un total de 5.679 plazas distribuidas entre los
diferentes recursos que la componen: centros de rehabilitación psicosocial,
centros de día de soporte social, centros de rehabilitación laboral,
residencias, pisos supervisados y plazas de alojamiento en pensiones, así
como distintos programas y actividades para atender las diversas
necesidades psicosociales de estas personas. Por su parte, los Equipos de
Apoyo Social Comunitario desde el año 2005 desarrollan sus funciones en
el entorno sociocomunitario más próximo de la persona, su domicilio. De
esta manera, los recursos sociales específicos y especializados de esta Red
de Atención se distribuyen de manera equilibrada en todo el territorio de la
Comunidad de Madrid.
Este Proyecto fue desarrollado en los Centros de Atención Social para
Personas con Enfermedad Mental Grave y Duradera del Municipio de
Aranjuez, teniendo como protagonistas a usuarios del Centro de Día de
Soporte Social II, del Centro de Rehabilitación Laboral y de la Residencia de
Aranjuez.
OBJETIVOS
Dos de los fines primordiales de los Centros de Terapia para
personas con patologías mentales son la completa inserción social y la total
autonomía para llevar una vida cotidiana socialmente normalizada.
12
La puesta en marcha de proyectos de Terapia con animales como el
que hemos llevado a cabo, supone una buena herramienta para conseguir
estas metas.
Como han demostrado las múltiples experiencias realizadas en
centros terapéuticos, el contacto diario con perros contribuye a mejorar la
calidad de vida de los usuarios.
Por ello, nuestro principal objetivo era que:
Los usuarios pudieran desarrollar sus capacidades y alcanzar el
equilibrio emocional que les permita rehabilitarse para su vuelta a la vida
cotidiana y a su inserción social.
Además nuestro Programa Terapéutico pretendía:
1. Favorecer la autonomía y aumentar la autoestima de los usuarios.
2. Fomentar las interacciones sociales entre los usuarios con el fin de
que las relaciones intra grupales sean óptimas.
3. Incrementar la capacidad de trabajar en equipo, lo que nos
permitirá analizar la comunicación intra y extragrupal y mejorar la toma de
decisiones grupales.
4. Sensibilizar a los usuarios y fomentar y posibilitar en ellos
cambios, tanto actitudinales como conductuales, es decir, enseñarles:
a. A tener un contacto respetuoso con la Naturaleza y con los
animales.
b. Ayudarles a adquirir y aumentar su sentido de la
responsabilidad, consolidando de esta manera, el aprendizaje de
hábitos como: paciencia, tolerancia, comprensión…
13
c. Mejorar su autoestima, así como incrementar su motivación
y autonomía personal.
d. Promover habilidades sociales fundamentales como la
empatía y el sentimiento de éxito.
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e. Reparar desajustes emocionales.
f. Que sean capaces de sustituir sentimientos negativos como
aislamiento, monotonía, depresión,…por sentimientos positivos de
afecto, cariño, solidaridad,…
g. A través del dialogo no verbal con los animales, fortalecer
los lazos afectivos.
h. Que aprovechen significativamente el tiempo libre.
5. Despertar en ellos una verdadera vocación hacia el mundo de los
animales, con el fin de que en un futuro puedan desarrollar sus
capacidades en alguna de las múltiples ramas que conforman dicho mundo,
tanto de forma voluntaria como profesional (peluquería canina, auxiliar de
veterinaria, paseadores de perros, asistencia en protectoras,...).
6. Contribuir a la lucha contra el estigma hacia la enfermedad
mental.
15
HIPÓTESIS
El establecimiento de un vínculo afectivo con un ser vivo, que
proporciona afecto sin amenazas ni juicios, reforzará la auto-imagen de los
usuarios, su capacidad para asumir responsabilidades, la posibilidad de
confiar en el otro, aumentará su autoestima y su interés por cuidar y
cuidarse, facilitará la interacción (intra y extragrupal), aumentará la
integración y la motivación para relacionarse con los demás y con la
sociedad.
Por ello, estamos convencidos de que cuidar y educar un perro:
- Favorecerá la creación de un ambiente terapéutico más hogareño,
más amistoso, y más empático.
- Favorecerá la comunicación entre los usuarios y con el equipo
técnico.
- Ayudará a los usuarios a superar sentimientos negativos,
aumentará su sentido de la responsabilidad, hará que se sientan útiles,
recuperando así parte de su perdida autoestima y les permitirá observar,
analizar y reconsiderar su propia conducta y recibir apoyo para modificarla.
- Incrementará la autonomía personal de los usuarios facilitando así
su futura y completa inserción social.
- Despertará en ellos unas emociones de cariño y respeto por otros
seres vivos que podrán, en un momento dado, desembocar en una
verdadera vocación por el mundo animal y por sus múltiples y apasionantes
parcelas.
16
APLICACIÓN DE LA TERAPIA ASITIDA CON PERROS EN EL
CENTRO DE REHABILITACION LABORAL DE ARANJUEZ
Situado en la hermosísima ciudad de Aranjuez, el Centro de
Rehabilitación Laboral forma parte, junto al Centro de Día de Soporte Social
II y a la Residencia, de los Centros de Atención Social para Personas con
Enfermedad Mental Grave y Duradera, pertenecientes a la Red Pública de
Atención Social a Personas con Enfermedad Mental Grave y Duradera de la
Consejería de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, gestionado por
Grupo 5, Gestión y Rehabilitación Psicosocial.
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Estos Centros están ubicados en un edificio moderno, muy
bonito, con grandes ventanas que dejan que el sol entre constantemente y
rodeado por un jardín lleno de plantas y flores. Las habitaciones de los
usuarios son sencillas pero muy acogedoras y cuentan con todas las
prestaciones necesarias para hacer más agradable su estancia. También
disponen de aulas de informática, de espacios para desarrollar los
diferentes talleres que se imparten y, en el segundo piso, de una gran
terraza donde pudimos hacer las prácticas con los perros. Aquí se atiende a
personas mayores de edad, de ambos sexos, con patologías diversas y que
se encuentran en distintas fases del proceso de rehabilitación psicosocial.
18
Uno de los objetivos principales que persigue el Equipo Terapéutico
de estos centros es la lucha contra el estigma de la enfermedad mental. Por
ello, cuando planteamos a sus Directores Gemma de Frutos y Jesús Saiz
Galdós la posibilidad de realizar allí una Terapia Asistida con perros,
acogieron con entusiasmo la idea y pusieron a nuestra disposición todos
los recursos necesarios para que el proyecto saliera adelante2 .
Antes de comenzar la Terapia pedimos al Equipo Terapéutico que,
tras una evaluación psicosocial, seleccionara 10 usuarios susceptibles de
participar en ella, de los cuales, nosotros, a través de un cuestionario en el
que se indagaba sobre su conocimiento, su experiencia previa y su
motivación personal hacia los animales y hacia la plena inserción social,
escogimos cinco con los que trabaríamos a lo largo de cuatro meses. Uno
de ellos, César3 abandonó después de la segunda sesión alegando que
tenía miedo a los perros y que, aunque lo había intentado, no conseguía
superarlo.
De esta manera, el grupo con el que realizaríamos la Terapia quedó
integrado por cuatro usuarios4: Pedro, Ignacio, Christian y Víctor que, día a
día, demostraron su interés, su motivación, su compromiso y sus ganas de
trabajar y aprender todo lo que fuimos capaces de enseñarles sobre el
mundo canino. Hay que señalar que estos usuarios padecen diferentes
patologías mentales que, por supuesto, nosotros desconocíamos, pero que
están tipificadas como graves y duraderas.
En un principio quisimos que los perros que iban a realizar la Terapia
fueran aportados por un Albergue para animales abandonados ya que, el
hecho de que los usuarios se ocuparan de cubrir las necesidades básicas
tanto físicas (darles de comer, bañarlos, cepillarlos, pasearlos, etc.) como
psíquicas (darles cariño, jugar con ellos, evitarles sufrimientos
innecesarios, etc.) de los canes, les ayudaría a desarrollar y a expresar su
2 Queremos dar nuestras mas efusivas gracias a Jesús Saíz y a su equipo por su inestimable
ayuda sin la cual, no hubiera sido posible realizar este proyecto. Hay que decir que, en todo momento, se prestaron entusiasmados a facilitarnos los materiales necesarios para la terapia. Gracias por ello y por su cálida acogida.
3Para preservar su intimidad y asegurar la privacidad, los nombres de los usuarios han sido modificados.
4Queremos también dar las gracias a Pedro, Ignacio, Christian y Víctor por su actitud positiva, su
disponibilidad y el cariño que nos demostraron durante toda la terapia.
19
emotividad y su capacidad de ternura. Además la Miniresidencia se
convertiría, a su vez, en Casa de Acogida para animales abandonados,
comprometiéndose a impulsar su adopción. De esta manera el beneficio
sería doble: por un lado, los usuarios de la Miniresidencia podrían trabajar
con esos perros y, éstos, al estar educados por los usuarios, serían
fácilmente adoptables por familias que quisieran aceptar ese compromiso
(es un hecho comprobable que los perros educados son adoptados mucho
antes que los que no lo están). Sin embargo, ante las exigencias
inaceptables de la Directora del Albergue para animales abandonados,
decidimos desechar esa idea. Afortunadamente uno de los miembros de
nuestro equipo, Iván Bravo, es criador de Bull Terriers y se ofreció a aportar
tres de sus perros para llevar a cabo el proyecto.
Hay que decir que la idea nos entusiasmó porque nos permitía
contribuir a la lucha contra una doble estigmatización: la de los enfermos
mentales y la de los Bull Terriers, incluida dentro de las razas consideradas
peligrosas (¡nada más alejado de la realidad!). Estos perros que, durante
toda la Terapia, demostraron su nobleza, su paciencia, sus ganas de
trabajar y su cariño hacia los usuarios fueron tres: un macho, Tyson y dos
hembras, Jane y Kiara.
Así, durante los meses de octubre, noviembre, diciembre, enero y
febrero fuimos a Aranjuez, una vez por semana, con el fin de desarrollar
este programa terapéutico. Las 16 sesiones de las que constaba la Terapia
se dividieron en una hora de teoría donde se les explicó a los usuarios
diversas cuestiones relacionadas con el mundo del perro que iban desde
sus orígenes y antecedentes hasta las técnicas de modificación de
conducta, pasando por los cuidados básicos del perro, la educación del
cachorro, el comportamiento canino, la comunicación, los principios
20
básicos del adiestramiento, las reglas de oro del educador canino, etc., así
como casos clínicos diagnosticados y tratados por nosotros y, una hora y
media de prácticas donde aprendieron a enseñar a los perros a sentarse, a
tumbarse, a pasear junto a ellos sin tirar de la correa, a acudir a la llamada,
a mantenerse quietos, a modificar conductas indeseadas, a solucionar
hipotéticos casos clínicos, etc.
21
22
Desde la primera sesión en que los usuarios conocieron y acariciaron
a los perros y, gracias a la calidad de las interacciones entre ambos grupos,
se estableció un vínculo “animal-persona”, vínculo desarrollado a lo largo
del proceso evolutivo del ser humano y de los animales domésticos y en el
que se sustenta la Terapia Asistida por animales. Este vínculo, reforzado
por las respuestas positivas y por las muestras de cariño de los perros
hacia los usuarios, contribuyó de manera decisiva al aumento de la
motivación y de la responsabilidad de éstos que, como nos comentaron en
más de una ocasión, esperaban con ansia las sesiones de Terapia,
preguntándonos, constantemente, cuando volvíamos.
En este sentido, es importante resaltar que, de manera fortuita, a
mitad de la Terapia, se incorporó al Equipo Terapéutico la mujer del criador
y dueño de los perros que, tuvo que traer a una sesión, a su hija de tres
años. Teniendo en cuanta la calidad de las interacciones que, como
pudimos observar, se establecieron entre la niña y los usuarios y, cómo
éstos desarrollaron su capacidad de ternura hacia ella, decidimos
incorporarla al equipo y que participara de toda la terapia
A medida que fuimos avanzando en la Terapia y a medida que los
usuarios iban implicándose cada vez más en la tarea y dominando, por lo
tanto, las técnicas de obediencia canina, pudimos ser testigos de cambios
importantes en todos ellos. Los vimos más seguros con los perros y con
ellos mismos, más comunicativos, más contentos y más relajados. Además,
a través de sus testimonios pudimos constatar un incremento en su
23
autonomía personal, un aumento en su autoestima y la reaparición de ese
importantísimo sentimiento de sentirse socialmente útiles. Y, en verdad, no
es solo un sentimiento, sino una realidad comprobable porque, al terminar
la Terapia, tuvimos claro que cualquiera de los cuatro usuarios eran
perfectamente capaces de educar cualquier perro que así lo necesitara.
CONCLUSIONES
Tras analizar los datos obtenidos a lo largo de toda la Terapia,
podemos afirmar que tanto los objetivos que nos propusimos como las
hipótesis que habíamos planteado, se han cumplido. Pero hay que hacer
una advertencia: Ya que este programa terapéutico ha sido aplicado
conjuntamente con otras terapias, no es posible determinar con exactitud
qué beneficios se deben a la Terapia Canina y qué beneficios se deben a las
otras. Sin embargo, si creemos que nuestra Terapia ha contribuido en gran
medida a la adquisición por parte de los usuarios de los aprendizajes
técnicos necesarios para ser educadores caninos así como al aumento de
su propia motivación para afrontar expectativas de vida de una forma más
positiva y al refuerzo de su autoestima y valía social. Además, el
incremento de su propia confianza y de su autoseguridad, posibilitó el
establecimiento de unas interacciones entre ellos y nosotros que fueron
importantísimas para el discurrir de la Terapia y, el hecho de incorporar
24
una niña pequeña a las sesiones, despertó su capacidad de ternura y
proporcionó la calidad interactiva fundamental para la rehabilitación. Así,
en nuestro propósito de luchar contra el estigma social de este colectivo,
resultó clave la incorporación de dicha niña. Esta, sin duda, contribuyó a
reforzar la idea de que el estigma, junto con el estereotipo negativo que
siempre le acompaña, es un proceso injusto, humillante y aniquilador.
Como afirma J. Valverde Molina (1988): “Este diálogo terapéutico no
es una batalla para convencer al paciente de la bondad de nuestros
planteamientos acerca de su vida, sino para ayudarle a comprenderse a sí
mismo, a crecer como persona y construir su propio proyecto de futuro. El
terapeuta le puede ayudar, pero no suplantarle.”
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