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UUNNIIDDAADD OOAAXXAACCAA
MAESTRÍA EN CIENCIAS EN CONSERVACIÓN Y APROVECHAMIENTO DE RECURSOS NATURALES
Protección y Producción Vegetal
“EVALUACIÓN DE METÓDOS DE INJERTACIÓN EN GENOTIPOS DE TOMATE (Lycopersicon spp.)”
TESIS
Que para obtener el grado de Maestro en Ciencias
Presenta: Manuel Martínez Palma
Director de tesis: Dr. Gabino A. Martínez Gutiérrez
Santa Cruz Xoxocotlán, Oaxaca. Julio de 2009.
RESUMEN En el cultivo de tomate en suelo se están presentando serios problemas de
plagas y enfermedades como; gallina ciega, nematodos, pythium sp., phytophtora
sp., Fusarium sp. Verticilium sp. etc. Ocasionando una drástica disminución en
los rendimientos y en el caso de la desinfección del suelo con productos
químicos aparte de su elevado costo, su manejo es peligroso y altamente
contaminante. Una alternativa tecnológica al cultivo en suelo de tomate, es el uso
de germoplasma silvestre como patrones, injertados con variedades comerciales,
binomio que permitirá la resistencia a enfermedades del suelo, sin disminución
del rendimiento, para esto es necesario conocer el comportamiento del
germoplasma silvestre a técnicas y métodos de injertación, por tal motivo en el
CIIDIR-IPN - Unidad Oaxaca, de febrero del 2007 a abril del 2009, se realizaron
experimentos cuyo objetivo principal fue la evaluación de las técnicas de
injertación; aproximación, empalme y púa, sobre patrones de tomates silvestres
L. cerasiforme y L. pimpinellifolium injertados con las variedades comerciales
“Cid”® de habito de crecimiento indeterminado y “toro”® de habito determinado.
Los experimentos se desarrollaron a nivel de plántula bajo un diseño factorial 2 x
2 x 3 en una distribución completamente al azar con 4 repeticiones, siendo la
unidad experimental 30 plantas injertadas. Los resultados indican que las plantas
de tomate silvestre L. pimpinellifolium y L. cerasiforme utilizadas como patrones,
respondieron significativamente a la técnica de injertación por aproximación para
grosor y altura del patrón, mientras que los hábitos determinado e indeterminado
de tomate comercial (c.v. toro y cid) utilizados como injertos mostraron una
respuesta positiva a las diferentes técnicas de injertación utilizadas, pero mas a
la de aproximación y no existieron diferencias entre los patrones nativos L.
pimpinellifolium y L. cerasiforme. La técnica de injertación por aproximación
presentó mayor porcentaje de prendimiento y la técnica de púa el menor, sin
importar el hábito de crecimiento. Concluyendo que se pueden utilizar los dos
materiales silvestres como patrones de variedades comerciales y la técnica de
injertación más adecuada es la de aproximación.
ABSTRACT
In the cultivation of tomato in soil are serious pests and diseases such as chicken
blind, nematodes, Pythium sp., Phytophthora sp., Fusarium sp. Verticilium sp. etc.
which leads to a drastic decrease in yields and in the case of disinfection of the
soil with chemicals products, its handling is dangerous and highly polluting
besides its high cost. An alternative technology for the cultivation of tomato in soil
is the use of wild germplasm as roots grafted with commercial varieties, which will
allow the resistance to soil diseases, without reduction in yield; this requires
knowing the behavior of wild germplasm in techniques and methods of grafting.
This is why at CIIDIR-IPN - Unidad Oaxaca from February 2007 to April 2009
were conducted experiments whose main objective was the evaluation of
techniques of grafting, approach, intersection and thorn on roots of wild tomatoes
L. cerasiforme and L. pimpinellifolium grafted with commercial varieties: "Cid" ®
indeterminate growth habit and "Bull" ® of habit determined.
The experiments were conducted at the plant under a factorial design 2 x 2 x 3 in
a completely random distribution with 4 replications so, the experimental unit was
the 30 grafted plants.
The results indicate that the wild tomato plants L. pimpinellifolium and L.
cerasiforme used as roots, responded significantly to the technique of grafting by
approach to weight and height of the pattern, while the indeterminate and
determined habits of commercial tomato (c.v. bull and cid) used as transplants
showed a positive response to the different techniques of grafting used; however,
there was a better response to the technical approach and there were no
differences between the roots native L. pimpinellifolium and L. cerasiforme. The
technique of grafting by approach showed the highest percentage of ignition and
the thorn technique the lowest, regardless of growth habit.
As a conclusion, the two materials can be used as wild roots of commercial
varieties and according to the results the technique of grafting by approach is the
most appropriate.
AGRADECIMIENTOS Al Dr. Gabino A. Martínez Gutiérrez, por haber dirigido la presente tesis, por su
amistad, sabios consejos, desinteresada enseñanza y paciente orientación,
muchas gracias. Al CONACYT por la beca otorgada para la realización de mis estudios de
Maestría. A los miembros de la comisión revisora de tesis: Dr. José Antonio Sánchez
García, Dr. Jaime Ruiz Vega, Dra. Yolanda Donají Ortiz Hernández y Dr.
Rafael Pérez Pacheco, por sus comentarios y sugerencias para la mejora
del presente trabajo. A todos y cada uno de los compañeros de maestría por que colaboraron para
hacer inolvidable mi posgrado. Gracias principalmente a Malinalli, Santos
por el gran cariño y amistad que nos une. A mis padres por creer siempre en mí, por sus sacrificios, dedicación, apoyo
moral, los ánimos de seguir adelante. Gracias mamá, esto también es tuyo.
A mi Familia en especial a mi hermana Lidia por el apoyo, amistad y cariño de
familia que me ha brindado, por sus consejos. Y principalmente a Dios por darme vida, sa lud y por quererme al estar
conmigo todos los días.
CONTENIDO GENERAL
INDICE
CAPITULO CONTENIDO PÁGINA I. INTRODUCCIÓN. 1 1.1. Situación actual del tomate. 1 II. OBJETIVOS. 5 2.1. Objetivo General. 5 2.1.1. Objetivos específicos. 5 2.2. HIPÓTESIS. 5 III. REVISIÓN DE LITERATURA. 6 3.1. Antecedentes del injerto. 6 3.1.1. Antecedentes de la técnica del injerto. 6 3.1.1.1. El injerto como método de manejo de nematodos
formadores de agallas. 8
3.1.1.2. Definición del injerto. 12 3.1.1.3. Objetivo del injerto. 12 3.1.2. Finalidad del injerto. 15 3.1.2.1. El uso de portainjertos en tomate y otras solanáceas. 15 3.1.2.1.1. Resultados obtenidos con los diferentes métodos de
injertación. 16
3.1.2.1.2. Evolución del injerto. 17 3.1.2.2. Tendencia del mercado. 18 3.1.2.3. Perspectivas de los injertos. 19 3.2. Patrón o portainjerto. 19 3.2.1. Cualidades del portainjerto. 20 3.2.2. Injerto (variedad). 20 3.2.3. Factores climáticos durante el periodo de soldadura y
climatización. 21
3.3. Técnicas de injertación. 21 3.3.1. Injerto de aproximación. 21 3.3.2. Injerto de empalme. 22 3.3.2. 1. Injerto de púa. 22 3.3.2.2. Injerto por inserción. 22 3.3.2.3. Injerto de perforación lateral. 23 3.4. Factores que influyen en la unión del injerto. 23 3.4.1. Temperatura. 23 3.4.1. 1. Humedad. 23 3.4.1. 2. Oxigeno. 24 3.4.1.3. Actividad de crecimiento del patrón. 24 3.4.2. Técnicas de injerto. 24 3.4.2.1. Contaminación con patógenos. 24
iii
CAPITULO CONTENIDO PÁGINA 3.4.2.2 Empleo de reguladores del crecimiento. 25 3.4.2.3. Condiciones ambientales en la fase posterior al injerto. 25 3.4.2.4. Aclimatización y curación. 25 3.5. Incompatibilidad. 25 3.5.1. Interacción patrón-variedad. 26 3.6. Importancia estatal del tomate. 27 3.6.1. Generalidades del tomate silvestre. 29 3.6.1.1. Principales problemas fitopatológicos del suelo cultivado
con tomate bajo invernadero y a cielo abierto. 31
IV. MATERIALES Y MÉTODOS. 32 4.1. Localización. 32 4.2. Material vegetativo 33 4.3. Arreglo de los tratamientos. 33 4.3.1. Factor A= Especies o variedades silvestres utilizados
como patrones. 33
4.3.1.1. Factor B= Material genético utilizado como injerto. 33 4.3.1.2. Factor C= Diferentes métodos de injertación. 34 4.3.1.3. Obtención y manejo de la plántula. 34 4.4. Técnicas de injertación utilizadas. 37 4.4. 1. De aproximación. 37 4.4. 1.1 De empalme. 38 4.4.1. 2 De púa. 39 4.4.1.4. Endurecimiento del injerto 40 4.4.2. Descripción de los tratamientos. 41 4.4.2.1. Diseño y unidad experimentales. 41 4.4.3. Materiales utilizados. 42 4.5. Variables medidas. 42 4.5. 1. Patrón. 43 4.5.1.1. Injerto. 43 4.5.1.2. Porcentaje (%) de prendimiento. 43 4.5.2. Análisis estadístico. 43 V. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 44 5.1. Respuesta del patrón a diferentes técnicas de
injertación. 44
5.1.1 Patrón L. cerasiforme. 44 5.1.2 Patrón L. pimpinellifolium. 45 5.2. Respuesta del injerto a diferentes técnicas de injertación. 46 5.2.1. Injerto con hábito de crecimiento determinado (c.v. Toro). 46 5.2.1.1. Injerto con hábito de crecimiento indeterminado (c.v.Cid). 48 5.2. 2 Respuesta del injerto sobre numero de hojas verdaderas
de plántulas de jitomate en dos patrones silvestres utilizando diferentes técnicas de injertación.
48
7
CAPITULO CONTENIDO PÁGINA 5.3. Porcentaje de prendimiento del injerto. 49 5.3.1. Porcentaje de prendimiento del injerto de tomate de dos
hábitos de crecimiento utilizando patrones silvestres (primer ensayo).
49
5.3.1.1. Prendimiento del injerto (segundo ensayo). 50 5.3.1. 2. Prendimiento del injerto (tercer ensayo). 51 5.3.1.3. Prendimiento del injerto (cuarto ensayo). 52 5.3.1.4. Prendimiento del injerto (datos promedio de 4 ensayos). 52 VII CONCLUSIONES. 55 6.1. Recomendaciones. 56 VIII. LITERATURA CITADA. 57
v
ÍNDICE DE FIGURAS NUMERO CONTENIDO PÁGINA
1 Croquis de localización del experimento 32 2 Invernadero experimental 33 3 Plantas de tomate para injertar 35 4 Calendario de operaciones de injertos en el cultivo de
tomate 37
5 Esquema de la técnica utilizada para el método de injerto de aproximación
38
6 Esquema de la técnica utilizada para el método de injerto de empalme
39
7 Esquema de la técnica utilizada para el método de injerto de púa.
40
8 Endurecimiento de la injertación. 41
ÍNDICE DE TABLAS NUMERO CONTENIDO PÁGINA
1 Factores climáticos durante el período de soldadura y climatización del injerto.
20
2 Principales países productores de tomate a nivel mundial en el año 2004.
27
3 Disolución nutritiva utilizada en el cultivo de plántulas de tomate.
35
4 Tratamientos utilizados en los experimentos. 41
vi
ÍNDICE DE CUADROS NUMERO CONTENIDO PÁGINA
1 Efecto de diferentes técnicas de injertación en el tallo del patrón silvestre de plántulas de tomate L. cerasiforme.
44
2 Grosor y altura del patrón de tomate silvestre L. pimpinellifolium, bajo diferentes técnicas de injertación.
45
3 Respuesta del injerto de crecimiento determinado a diferentes técnicas utilizando como patrones dos especies silvestres.
47
4 Respuesta del injerto con hábito de crecimiento indeterminado a
diferentes técnicas, utilizando como patrones dos especies
silvestres.
48
5 Hojas verdaderas de plántulas de tomates con diferentes hábitos de crecimiento injertadas en dos patrones silvestres.
49
6 Efecto de las diferentes técnicas de injertación sobre el prendimiento de plantas de variedades comerciales injertadas sobre especies de tomate silvestres de L. cerasiforme y L. pimpinellifolium.
50
7 Efecto de las diferentes técnicas de injertación sobre el prendimiento de plantas de variedades comerciales injertadas sobre especies de tomate silvestres de L. cerasiforme y L. pimpinellifolium.
51
8 Efecto de las diferentes técnicas de injertación sobre el prendimiento de plantas de variedades comerciales injertadas sobre especies de tomate silvestres de L. cerasiforme y L. pimpinellifolium
52
9 Efecto de las diferentes técnicas de injertación sobre el prendimiento de plantas de variedades comerciales injertadas sobre especies de tomate silvestres de L. cerasiforme y L. pimpinellifolium.
53
1
I INTRODUCCIÓN
1.1. Situación actual del tomate
El tomate (Lycopersicon esculentum Mill.), es la hortaliza mas cultivada en el
mundo. En el 2004, la producción nacional de tomate fue de 2 303 807 ton,
obtenida principalmente en los estados de Sinaloa, Baja California Norte,
Michoacán, San Luís Potosí y Baja California Sur (INEGI, 2005). En Oaxaca y
para el año 2005, la superficie cultivada se estimó en 534 hectáreas, de las cuales
24 fueron bajo invernadero (Gobierno del estado de Oaxaca, 2005) y las restantes
en campo. En ambos sistemas de producción (campo e invernadero) existe una
clara tendencia a aumentar y se pronostica que al menos para el cultivo bajo
invernadero en el 2008 se alcanzaran las 100 hectáreas. En este sistema de
producción, la mayor superficie de cultivo se realiza en suelo natural o mejorado,
en el cual se esta presentando serios problemas de plagas del suelo como; gallina
ciega, nematodos y enfermedades como Pythium sp., Phytophtora sp., Fusarium
sp.y Verticilium sp. Ocasionando unas drástica disminución en los rendimientos y
en ocasiones el abandono del cultivo. La lucha reciente a nivel mundial contra el
uso del bromuro de metilo, metan sodio o metan potasio para la desinfección de
sus suelos, es muy costoso, peligroso y altamente contaminante, tanto en el
propio suelo como al medio ambiente, además de eliminar la microflora benéfica
que de forma natural existen en todos los suelos (Velasco, 2004; Messiaen, Ch., et
al, 1995).
En el cultivo de hortalizas, como defensa contra diversos problemas bióticos
(enfermedades del suelo y nematodos) y abióticos (déficit hídrico, encharcamiento,
temperaturas extremas, salinidad, etc.), se plantea la práctica del injerto en
variedades con alto potencial productivo. Su empleo incrementa la tolerancia de
las plantas a los nematodos y las enfermedades del suelo, incrementa la
resistencia a la sequía y mejora la absorción de agua y nutrientes, cuyo resultado
final es un mayor vigor en la planta, favoreciendo con ello el desarrollo de la
agricultura sustentable del futuro.
2
A la par con el déficit de agua para riego por el que atraviesa el campo en
todo el mundo, el cultivo intensivo ha propiciado la presencia de enfermedades en
los suelos agrícolas agravando la situación, considerándose por ello prioritario
buscar nuevas técnicas de producción en el sector agrícola. Aunado a lo anterior,
las restricciones en cuanto al uso de productos como el bromuro de metilo dan un
incentivo al desarrollo e implementación de nuevas tecnologías que permitan al
agricultor afrontar el problema de enfermedades presentes en el suelo, a saber de
otras condiciones adversas, siendo el uso del injerto una técnica innovadora en
nuestro país.
En países con serias normas medioambientales, el uso de productos
químicos para la desinfección del suelo o control de plagas esta muy restringido y
en ocasiones prohibidos como es el caso del bromuro de metilo en Holanda,
España y Francia. En estos y otros países, se están buscando alternativas
compatibles con el medio ambiente como el uso de agentes de control biológico
de gallina ciega; enemigos naturales (insectos, hongos u otros microorganismos),
el cambio del cultivo en suelo por el cultivo sin suelo y el uso de patrones nativos,
resistentes a la plagas y enfermedades del suelo a través del injerto entre un
patrón y la variedad comercial que se desee cultivar. Esta técnica no solo se esta
desarrollando con éxito y aplicando en flores, frutales sino que también en
hortalizas de familias como cucurbitáceas, solanáceas etc.
El injerto de plantas herbáceas ha sido documentado desde el siglo pasado
(Garner, 1988); sin embargo, su uso en programas de mejoramiento apenas ha
sido explotado.
Recientemente, los injertos en hortalizas han despertado interés en países
de Europa y Suramérica, en donde las hortalizas más comúnmente injertadas son:
sandía, melón, berenjena y jitomate (Nuez, 1995).
El uso de portainjertos resistentes en combinación con las prácticas del
manejo de plagas (MIP) permite reducir el uso del Bromuro del Metilo para
muchos cultivos. El injerto se utiliza en la agricultura comercialmente para
incrementar los rendimientos de los cultivos y extender su tiempo de cosecha. Se
han desarrollado investigaciones para identificar germoplasmas resistentes a
3
enfermedades del suelo y nematodos en varios cultivos que recibían tratamientos
con Bromuro de Metilo.
La técnica del injerto en hortalizas, es el resultado de la unión de dos plantas
afines (Patrón + Variedad), modificadas mediantes la técnica de injertado,
permitiendo cultivar especies sensibles a ciertos patógenos, sobre suelos
infectados, utilizando el sistema radicular de patrones resistentes y la parte aérea
de la variedad a cultivar (De la Torre, F., 2005), actualmente son empleados
especies silvestres o variedades resistentes o tolerantes a plagas y enfermedades
presentes en el suelo y a factores climáticos y edáficos que disminuyen la
producción del cultivo de tomate, obteniendo una serie de beneficios de forma
natural y ecológica.
En la actualidad, Japón y Corea son los principales países productores de
plantas injertadas, con 750 y 540 millones de plantas al año, respectivamente,
seguidos por España, con 154 millones, siendo sandía y tomate los principales
cultivos que se injertan (Leonardi y Romano, 2004). En México esta técnica es
relativamente reciente, llegándose a injertar poco más de 60 mil plantas de
tomate, pimiento y sandía en los estados de Sinaloa y Jalisco (Burgueño y Barba,
2001).
En México no se conocen trabajos documentados de injerto sobre hortalizas,
por lo que la riqueza del germoplasma nativo ha sido desaprovechada, se conoce
la existencia de una amplia variabilidad genética de tomates o “tomatitos criollos”
que puede ser utilizado como patrones, en las cuales se ha reportado resistencia
natural a diversas enfermedades del suelo presentes en cultivos comerciales.
Entre las cuales destacan las especies y variedades silvestres o
semidomesticadas, Lycopersicon esculentum var. cerasiforme y pimpinellifolium
(Lesur, L. 2006). En Oaxaca, estos materiales se encuentran ampliamente
distribuidos en regiones de la Costa, Papaloapan, la Cañada,Sierra Norte y Sierra
Sur con variaciones en tamaños, formas y coloraciones de fruto. En a ambas
especies los frutos se distinguen por ser esféricos y pequeños, en promedio, 1 cm
de diámetro o menos, corresponden a L. pimpinellifolium (Lesur, L. 2006). Crecen
en condiciones adversas y observaciones previas sugieren una baja incidencia del
insecto de las solanáceas Bactericera cockerelli, otras enfermedades y
principalmente a enfermedes del suelo como hongos y nematodos (Méndez-
4
Inocencio et al., 2006), Además ciertos agricultores han seleccionado híbridos
resultantes de las variedades cultivadas y los tipos semidomesticados.
Actualmente no existen híbridos comerciales de solanáceas y cucurbitáceas
resistentes a todas las especies de nematodos presentes en los suelos de los
sistemas de producción protegidas; sin embargo esta resistencia pudiera
encontrarse en gran parte de híbridos y especies de origen silvestre, que puede
servir de patrones a los cultivares comerciales, a través de la técnica de injerto.
Por esta razón es necesaria la investigación inicial en métodos y formas de
injertación entre genotipos nativos y variedades comerciales, para que en una
segunda etapa evaluar su comportamiento productivo en campo e invernadero.
Por lo anterior la presente investigación tiene como propósito alcanzar los
siguientes:
5
II. OBJETIVOS
2.1. Objetivo general
Desarrollar metodologías de injertación en genotipos regionales de tomate
que nos permitan utilizar esta técnica como alternativa tecnológica de producción
2.1.1. Objetivos específicos
• Evaluar tres métodos de injertación en tomate utilizando especies
botánicas como patrones y variedades comerciales como injertos
• Determinar los mejores métodos de injertación y la interacción patrón-
injerto más sobresaliente.
2.2. Hipótesis
• Al menos una técnica de injertación entre patrones silvestres y variedades
comerciales de tomate es compatible.
6
III. REVISIÓN DE LITERATURA 3.1. ANTECEDENTES DEL INJERTO 3.1.1. Antecedentes de la técnica del injerto
La técnica del injerto en plantas leñosas es una práctica conocida por los
chinos 1.000 años antes de Cristo. Aristóteles (384-322 a J.C.) en su obra,
describe los injertos con gran detalle. Durante la época del imperio Romano el
injerto era muy popular y se utilizaban distintos métodos para su realización. En el
renacimiento hubo un interés renovado por las prácticas de injerto. En el siglo XVI,
en Inglaterra el injerto era de uso general (Peil., 2002).
El injerto de las plantas herbáceas comienza en Japón en 1914 para prevenir
Fusariosis en sandía. La Universidad de Nara publica en 1917 la técnica de púa.
En 1923, se describe el injerto de púa oblicua en sandía. En Europa el injerto de
hortaliza se utiliza desde 1947 entre los horticultores holandeses y se aplica desde
esa fecha en solanáceas y cucurbitáceas. En 1950 se introduce en Japón el injerto
de aproximación en solanáceas (González J., 1999).
El empleo de esta práctica es reconocida con amplia difusión a partir de 1970
en España, Francia, Italia y Japón. En Japón se estima en la actualidad una
producción de 651 millones de plantas injertadas por año para una superficie de
30 000 ha en pleno campo y 15 000 ha en invernadero. Es muy popular la
utilización de injertos para el manejo de enfermedades causadas por patógenos
de suelo como bacterias, hongos Fusarium spp. y nematodos, en los cultivos de
sandía, pepino, berenjena, tomate y melón. Este autor planteó que se continuaba
incrementando la tecnología del injerto, aumentando la tolerancia y/o resistencia a
enfermedades y el vigor de las plantas, ya que sería muy útil para la horticultura
sostenible de bajos insumos (Oda M., 1999).
7
Países europeos y asiáticos han desarrollado técnicas de producción en el
sistema de injertos para el control de algunas enfermedades fungosas en el cultivo
de chile, tomate, melón y sandía (Oda M., 1995).
En Taiwán se informa el uso de injertos de tomate y chile pimiento sobre
berenjena y chiles silvestres respectivamente, reportando resistencia a virus
trasmitido por mosca blanca. Esta alternativa fue desarrollada por investigadores
del Asian Vegetable Research and Development Center (AVRDC) con la finalidad
de contrarrestar la marchitez bacteriana en tomate, logrando una alta
compatibilidad en las líneas evaluadas y patrones resistentes a la marchitez
bacteriana (AVRDC., 1971).
El uso de esta técnica en Italia ha sido progresivo. En el año 2000 como
respuesta a la problemática fitopatológica de los cultivos, se estimó una
producción aproximada de 14 millones de plántulas injertadas de las principales
especies hortícolas: solanáceas (tomate, pimiento, berenjena) y cucurbitáceas
(melón, sandía, pepino). Casas comercializadoras italianas como ¨Vilmorin¨ y
¨Sementi¨, poseen patrones resistentes a Meloidogyne spp., por ejemplo
berenjena (Energy F1), tomate (Kyndia F1 y Cosmic F1) (Morra L., et al., 2001).
En las principales regiones donde se encuentra difundido el injerto en Italia
se desarrolla con la finalidad de sustituir el uso del Bromuro de Metilo, aumentar la
resistencia a las principales plagas del suelo, reducir las aplicaciones de
agroquímicos costosos y recuperar las características productivas de la variedad
que se pretende cultivar (Privivitera., 1999).
En España está muy difundido el cultivo de sandía, entre otros como: tomate,
berenjena y pepino. El 90 % de la producción de sandía en Almería proviene de
plantas injertadas sobre patrones resistentes. En Francia, dada la actividad de
investigación del INRA, se producen portainjertos híbridos de tomate x tomate y de
melón x melón como una alternativa para afrontar problemas fitosanitarios cuyos
agentes habitan en el suelo (Gómez., 1997).
8
3.1.1.1. El injerto como método de manejo de nematodos formadores de agallas
Actualmente a nivel mundial el interés general de esta técnica se basa en la
siembra de portainjertos interespecíficos de origen silvestre resistentes a
determinados patógenos del suelo. Entre las principales plagas del suelo que ha
creado problemas en el cultivo de solanáceas y cucurbitáceas se encuentran los
nematodos formadores de agallas (Greco N., 2002).
El injerto ha sido utilizado tradicionalmente en la agricultura, ya que es una
técnica que permite la resistencia o tolerancia de las plantas a determinados
patógenos del suelo incrementando el crecimiento rendimiento de las plantas
injertadas con relación a las que no se injertan (Lee M., 1994).
En Europa se utiliza este método para el manejo de nematodos y junto al uso
de la solarización del suelo, variedades resistentes y cultivo sin suelo, son
alternativas que ganan en interés por parte de los productores (Gaur., 2002).
En Italia, Francia y España, el cultivo del tomate se ha injertado sobre
híbridos intraespecíficos Solanum Lycopersicum L., Solanum pimpinellifolium L. y
recientemente los más utilizados son: híbridos interespecíficos obtenidos del
cruzamiento de dos parentales silvestres (Solanum lycopersicum L. x Solanum
habrochaites S. Knapp y D. M.), conocidos comercialmente como KVNF, KNVF2,
Beaufort, Brigeor, Hemam, Hirés, son resistentes o tolerantes a Meloidogyne spp.
(M. incognita, M. arenaria y M. javanica) inducido por el gen de resistencia Mi.
Estos portainjertos actuales aportan, además, los genes Ve, I, I2 de resistencia a
Verticillium dahliae y Fusarium raza 0 y 1 (Privivitera., 1999).
La resistencia genética es uno de los pilares del manejo integrado de plagas
y enfermedades. Las plantas injertadas son utilizadas principalmente para conferir
resistencia a enfermedades y nematodos. En España la técnica del injerto se
encuentra muy difundida y se han realizado numerosos trabajos investigativos de
gran interés (Gómez., 1997).
9
Estudios recientes en España demostraron la efectividad de la resistencia del
gen Mi en el patrón de tomate SC 6301 para reducir la densidad poblacional de
Meloidogyne javanica en un invernadero infestado por nematodos. Con la
utilización de este patrón se logró reducir el número y grado de agallamiento así
como la población final de M. javanica en un (58 y 65%). La moderada
reproducción de este nematodo sobre el patrón confirma su alto nivel de tolerancia
a dicho patógeno, además de alcanzar rendimientos sustanciales (420 kg por ha)
con relación a las plantas no injertadas (Sorribas., 2006).
En investigaciones conducidas en California concluyeron que las altas
densidades poblaciones de M. incognita fueron encontradas sobre patrones
portadores del gen Mi de la cv. Beaufort considerando a este como tolerante y no
resistente al nematodo (López., 2006).
En el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina se
han realizado ensayos con el objetivo de conocer el efecto del uso de portainjertos
resistentes sobre la incidencia de enfermedades ocasionadas por nematodos y
patógenos del suelo en el cultivo del tomate en un invernadero. Se probó la
combinación de dos cultivares sobre el portainjerto Heman, el cual demostró un
buen comportamiento en un suelo con alta infestación de nematodos, al poseer
resistencia y tolerancia a dichos organismos. Las plantas injertadas mostraron
menor incidencia de síntomas aéreos asociados al ataque de nematodos y hongos
del suelo Fusarium spp. La técnica del injerto es promisoria, ya que permitió
obtener una cosecha aceptable y de calidad sin utilizar agroquímicos (Mitidieri.,
2007).
El injerto en pimiento sólo se puede realizar sobre plantas de su misma
especie o género Capsicum. Se ha trabajado con patrones resistentes o tolerantes
a nematodos del género Meloidogyne de la firma Italiana Esasem spa. De dichos
portainjertos se ha comprobado la tolerancia de las líneas P2 y P4 y la resistencia
de pimientos de origen silvestres cuyos nombres comerciales son: AF21-91, 0040
y WAN 872 (Peil R. M., 2002).
Líneas y variedades de pimiento se han informado como materiales
resistentes, empleados como portainjertos. En Estados Unidos las líneas de
10
Capsicum chinense (Jacq.) PA-353, PA-398 y PA 426, así como C. annumm
cutivares Carolina Cayenne, Carolina Wonder y Charleston Belle (Smith) han
mostrado resistencia a M. incognita en invernaderos y campos (Fery., 1998).
En el cultivo de la berenjena uno de los principales objetivos del injerto ha
sido obtener resistencia a nematodos, para ello se ha utilizado patrones de tomate
Solanum lycopersicum L. e híbrido interespecíficos de Solanum lycopersicum x
Solanum habrochaites S. Knapp y D.M o portainjertos de su misma especie
silvestre del género Solanum (Morra L., 1998).
Varios especies de Solanum silvestres son empleados como portainjertos de
berenjena en Italia entre ellos están Solanum integrifolium, S. aethiopicum,
S.sysimbriifolium y S. torvum, los dos últimos, dotados de resistencia a nematodos
de agallas Meloidogyne spp. Investigaciones realizadas en este país demuestran
la gran compatibilidad de S. torvum con diversas variedades de berenjena y se ha
observado que posee un sistema radical extremadamente vigoroso que le confiere
a la planta un alto grado de resistencia a M. incognita (Rodríguez, et al., 2005).
Por otra parte, en estudios más recientes realizados en Bangladesh, se
informa que el injerto de berenjena sobre patrones resistentes de S. torvum y
S.sysimbriifolium es una técnica efectiva para el control de nematodos del género
Meloidogyne, lográndose además mayores rendimientos con relación a las plantas
no injertadas (Rahman, et al., 2002).
El injerto se ha empleado en las cucurbitáceas para el control de
enfermedades vasculares de origen fúngico, sin embargo algunas variedades de
sandía son más vigorosas y se injertan sobre patrones de calabaza. Esta especie
tolera mejor la presencia de nematodos M. javanica y M. arenaria, ya que son
plantas con un amplio sistema radicular (Camacho F., et al., 2002).
El melón, en Italia, se ha injertado sobre patrones de calabaza Benincasa
cerifera y Benincasa hispida, los cuales toleran mejor la presencia de nematodos
Meloidogyne spp. En España se han iniciado ensayos de pepino tipo pepinillo
español injertado sobre híbridos de Cucurbita maxima x Cucurbita moschata. Las
11
plantas con un sistema radicular desarrollado toleran mejor la presencia de
nematodos y se utilizan como patrón para este cultivo (Morra L., et al. 2001).
Cuba en la actualidad cuenta con resultados prometedores en cuanto a
compatibilidad injerto-patrón, porcentaje de sobrevivencia de las plantas injertadas
y utilización de biorreguladores que faciliten el prendimiento del injerto. De igual
manera numerosos estudios se han realizados, hacia la selección de patrones
foráneos y nacionales resistentes a M. incognita. Entre ellos se destacan dos
patrones de tomate´LAO- 7002´ y ´LAO 7003´ procedente de la firma D´Ruiter
Seeds, uno silvestre del género Solanum (S. torvum) y uno de pimiento de
procedencia nacional ´LINEM´ obtenido por el Instituto de Investigaciones
Hortícolas ¨Liliana Dimitrova¨ (González., et al. 2006).
El empleo del injerto es una técnica que se descubrió hace 3,000 años por
los chinos, pero éstos no han sido los únicos en emplearlo, ya que diversas
culturas como la romana, la inglesa del siglo XVI, la japonesa, holandesa, que
progresivamente han ido aportando nuevas facetas muy interesantes para los
cultivos. Desde que se descubrió que para realizarlo bien había que hacer
coincidir el cambium de la planta, hasta los distintos tipos de injertos (Chieri
Kubota y Francisco Viteri, 2007).
El injerto se utiliza ampliamente en la horticultura para una variedad de
razones. En árboles frutales, se utilizan para controlar el tamaño y el vigor del
árbol. Con campo cultivado de hortalizas, el injerto se utiliza para aumentar la
resistencia a las enfermedades del suelo. Cada vez más productores de tomate
de invernadero están utilizando un injerto para la disminución a la susceptibilidad a
las enfermedades de raíz y para aumentar la producción de frutas a través de
mayor de energía en la planta (Richard, 2005).
Esta práctica inició como un intento de solucionar problemas con
enfermedades del suelo, tales como Fusarium, Verticilium y nemátodos, causados
por la falta de rotación de cultivos. El injerto cumplía el papel de otro cultivo, ya
que las enfermedades del suelo en su mayoría son específicas para cada cultivar
(Chieri Kubota y Francisco Viteri, 2007).
12
El primer cultivo de la familia de las cucurbitáceas en ser injertado fue la
sandía, injertada a Langeraria siceraria, conocida como jícara. Otra cualidad de
usar injertos para controlar problemas causados por enfermedades del suelo
debido a que los patrones utilizados son resistentes o tolerantes a las
enfermedades antes mencionadas. Conforme se fue desarrollando el uso de
diferentes variedades como patrones, que en muchos casos provenían de
materiales silvestres, los agricultores se percataron de que estos son más
vigorosos y hacían que la planta rindiera más (Lee, 1994; Scheffer, 1957).
La producción de plantas injertadas comenzó en Japón y Corea a fines de
1920 con sandía (Citrullus lanatus Matsum. Et Nakai) injertada sobre patrón de
calabaza (Lee 1994). La berenjena fue injertado en berenjena escarlata (Solanum
integrifolium Poir.) en la década de 1950. Desde entonces, la producción de
hortalizas, sobre la base de las plantas injertadas se ha incrementado. La
producción de la superficie en Japón de plantas injertadas de sandía, pepino,
melón tomate y berenjena ha alcanzado el 57% del total de área de producción en
1980 y 59% en 1990 (Oda, 1993).
3.1.1.2. DEFINICIÓN DEL INJERTO
Los injertos o plantas injertadas son el resultado de la unión de dos plantas
afines (Patrón + Variedad), modificadas mediantes la técnica de injertado,
permitiendo cultivar especies sensibles a ciertos patógenos, sobre suelos
infectados, utilizando el sistema radicular de patrones resistentes y la parte aérea
de la variedad a cultivar (De la Torre, F., 2005).
3.1.1.3. OBJETIVOS DEL INJERTO
El principal objetivo de la injertación ha sido lograr el control de
enfermedades provocadas por organismos del suelo, tales como Fusarium sp,
Verticilium sp. y Pyrenochaeta sp., mediante el uso de portainjertos tolerantes a
dichos patógenos (Blancard et al, 1991; Messiaen et al, 1995). En este método se
aprovecha la tolerancia del sistema radicular del portainjerto y los caracteres
productivos favorables de una variedad susceptible. Adicionalmente, la injertación
13
se ha utilizado para conferir vigor a la planta, tolerancia a bajas temperaturas ó a
la sequía, y para mejorar la calidad de frutos (Bulder et al., 1991; Oda 1995).
El uso de la injertación simplifica y acorta los programas de mejoramiento, al
reducir el objetivo de estos a un menor numero de caracteres, lo que permite por
separado líneas con características radiculares aptas, para portainjertos y líneas
aptas para la producción de frutos de buena calidad (Oda, 1995).
En especies herbáceas se han utilizado varias técnicas de injertación
(Honma, 1977; CTIFL, 1985; Lee, 1994; Oda, 1995). Los criterios mas utilizados,
según los autores, son: realizar la injertación en los primeros estados de desarrollo
de las plantas (cotiledones extendidas o primeras hojas verdaderas), mantención
de las plantas bajo condiciones controladas de temperatura y humedad ambiental
durante el periodo de formación del callo unión entre los haces vasculares de
ambos individuos.
Para la injertación de cucurbitáceas y solanáceas algunos autores (CTIFL,
1985; Oda, 1995; Camacho y Fernández, 1999), recomiendan la técnica de
aproximación de lengüetas, ya que en ésta tanto el patrón como el injerto
conservan su sistema radical durante el proceso de soldadura y aclimatación,
asegurando la sobrevivencia del injerto. A pesar de su alto prendimiento, esta
técnica es muy laboriosa y de alto costo. En función a esto, países como Japón,
Italia, España etc., permanentemente están evaluando e implementando técnicas
más rapidas, entre las que incluye la posibilidad de mecanizar esta labor (Oda y
Nakjima, 1992; Kurata, 1994; Oda et al., 1994).
Técnicas más simples y rápidas como los métodos de empalme y púa se
utilizan en tomate (Lycopersicon esculentum) y berenjena (Solanum melongena
L.). En estas especies el injerto se establece directamente sobre el patrón, sin
conservar sus raíces, y posteriormente es mantenido en condiciones controladas
de humedad ambiental y temperatura durante el periodo de soldadura y
aclimatación (Oda, 1995).
En plantas herbáceas la unión entre portainjerto e injerto se lleva a cabo
mediante la formación de un callo de tejido parenquimático, estructura que luego
14
se diferencia a tejido cambial, que dará origen a xilema y floema, permitiendo
restablecer la unión entre los haces vasculares de ambos individuos (Camacho y
Fernández, 1999).
Según Lee (1994) la producción creciente de plantas injertadas también se
cree ser debido ala cantidad de agua y del mineral proporcionado a las plantas.
El proceso de unión entre portainjertos se debe cumplir en condiciones de
alta humedad ambiental para evitar la deshidratación de las plantas, y bajo rangos
de temperaturas que favorezca la formación del tejido de cicatrización. La
temperatura óptima para la producción del callo de unión varía en cada especie.
En el caso de cucurbitáceas, la temperatura óptima se encuentra entre 25 y 30°C
(Oda, 1995).
Entre las especies hortícolas, sólo se han realizado en especies de la misma
familia por ejemplo; las solanáceas (tomate, pimiento, berenjena) y cucurbitáceas
(melón, sandía y pepino). Su buena afinidad para el injerto parece estar unida a la
extensión del cambium (Louvet, 1974).
Países Europeos y Asiáticos han desarrollado técnicas de producción en el
sistema de injertos para el control de algunas enfermedades fungosas en el cultivo
de chile, tomate, melón y sandia (AVRDC, 1971).
En Tainan, Taiwán, se reporta el uso de portainjertos de tomate y chile
pimiento sobre berenjena y chiles silvestres respectivamente, reportando
resistencia a virus del tipo gemini transmitidos por mosca blanca. Esta alternativa
fue desarrollada por investigadores de la AVRDC, con la finalidad de contrarrestar
la marchitez bacteriana en tomate (AVRDC, 1971).
En Almería España se reporta que el 70% del melón producido en la región
se debe a la utilización de injertos.
15
3.1.2. FINALIDAD DEL INJERTO
Las finalidades del injerto pueden ser muy diversas (Hartmann et al., 1991):
* Perpetuar clones que no pueden mantenerse con facilidad con otros
procedimientos de multiplicación.
* Cambiar los cultivares de plantas ya establecidas.
* Acelerar la madurez reproductora de selecciones de plántulas obtenidas en
programas de hibridación.
* Obtener formas especiales de crecimiento de las plantas.
* Estudiar enfermedades virales.
* Obtener beneficios de ciertos patrones.
3.1.2.1. EL USO DE PORTAINJERTOS EN TOMATE Y OTRAS SOLANACEAS
La implementación de los cultivos injertados en campo, dependerá
principalmente de la aparición de nuevos patógenos del suelo (plagas,
enfermedades fúngicas, enfermedades bacterianas o virosis), que limiten el cultivo
tradicional, dependiendo además de otros muchos factores: económicos, época de
cultivo, producción, rentabilidad, exigencias del mercado, etc. (De la Torre, F.;
2005).
Las plantas injertadas son utilizados en Europa (Louvet, 1974; Mazollier,
1999; Poëssel, J.L. y Ermel F. F. 1996; Miguel, A. 1997;), para conferir resistencia
a enfermedades y nematodos en solanáceas y cucurbitáceas, como alternativa al
uso de bromuro de metilo para desinfectar el suelo. También están siendo
desarrollados en países asiáticos de clima tropical, donde las condiciones
climáticas dificultan el manejo sanitario del cultivo (AVRDC, 1998).
En el INTA San Pedro, se han realizado ensayos para poner a punto la
técnica del injerto, habiéndose observado muy buen comportamiento en dos
portainjertos, híbridos interespecíficos entre L. hirsutum y L. esculentum, en un
invernadero con alta infestación de nemátodos (Mitidieri et al, 2002).
La técnica del injerto herbáceo está siendo reconocida con gran fuerza desde
la década de los 80´s. Países como Japón, Holanda, España, Italia. Han
16
intensificado sus investigaciones en este campo. En Europa, el injerto en
hortalizas es utilizado desde la década de los 40´s, principalmente por agricultores
holandeses. También se ha desarrollado en países asiáticos de clima tropical,
donde las condiciones climáticas dificultan el manejo del cultivo (González, 1999).
La transferencia de esta tecnología de países de clima templado a países de
clima tropical, se ha venido realizando con una gran difusión comercial; por parte
de firmas de diferentes países sin tener en cuenta la diversidad climática entre
diferentes regiones del mundo. El principal objetivo del injerto ha sido lograr el
control de enfermedades provocadas por patógenos del suelo por medio de
portainjertos resistentes a estos. Adicionalmente, se ha utilizado para conferir vigor
a las plantas, mejorar la calidad de los frutos, incrementar la cosecha y aumentar
la tolerancia a condiciones ambientales adversas provocadas por altas
temperaturas, salinidad, sequía u otros factores abióticos (Oda, 2003).
3.1.2.1.1. RESULTADOS OBTENIDOS CON LOS DIFERENTES MÉTODOS DE
INJERTACIÓN
Sobre la eficacia de los distintos métodos de injerto (Miguel et al., 1993),
comprobó que con el método de injerto por aproximación se ha obtenido un
porcentaje mayor de prendimiento que con el de púa (90% en 1981 y 92.3% en
1982, frente al 70% y 62.6% respectivamente). Estos resultados coinciden con los
de García, (1990), que indica que con el injerto de aproximación se consigue un
95-100% de prendimiento, mientras que con el de púa terminal el prendimiento es
del 85.7%; y con los de Suzuki, (1972), que también indica que en injerto de púa
deben mantenerse unas condiciones de temperatura y humedad relativa mucho
más estrictas que con el injerto de aproximación. Durante el proceso de soldadura,
con este último método, tanto la planta patrón como la del injerto (variedad)
conservan su sistema radicular, lo que les permite seguir vegetando sin "shock", si
el injerto está bien realizado. Con el sistema de púa, el brote del injerto, cortado
por debajo de los cotiledones, es extremadamente sensible a deshidrataciones
hasta que no se produce la soldadura con el patrón. Una elevación de temperatura
por encima de 35º C o la bajada de la humedad relativa a menos del 80%, supone
una reducción en el porcentaje de prendimientos y también en la calidad del
injerto: las plantas quedan mal soldadas y su desarrollo posterior es deficiente.
17
La elección de uno u otro procedimiento viene marcada por las condiciones
ambientales que es posible mantener en el semillero, más estrictas con el método
de púa y empalme, más flexibles para el injerto de aproximación. El injerto de púa
tiene la ventaja de que no necesita una manipulación posterior, mientras que el de
aproximación requiere el corte del tallo del injerto y, a veces, un reatado del injerto,
dado que el peso de la variedad descansa sobre una lengüeta del hipocotilo del
patrón (Miguel, 1993).
En experiencias realizadas en los años 1982, 1983 y 1984 en Algemesí
(Valencia) por el Dr. Miguel et al., para conocer el efecto de la densidad de
plantación en la producción de tomate injertado, no se observó, en ninguno de los
tres años, diferencias significativas de producción precoz entre las distintas
densidades de plantación (entre 4.000 y 7.000 plantas/ha.).
Limitar los efectos de marchitez por fusarium (Lee, 1994; Scheffer, 1957).
Resistencia contra bajas temperaturas (Rivero et al., 2003).
Resistencia a altas temperaturas (Bulder et al., 1990).
Mejorar la producción cuando las plantas se cultivan en los suelos infestados
(Bersi, 2002; Kacjan-Marsic y Osvald, 2004).
Para aumentar la síntesis de hormonas endógenas (Proebsting et al., 1992).
Para mejorar producción de semilla (Lardizabal y Thompson, 1990).
Para incrementar la tolerancia vegetal a la sequía, a la salinidad y a inundaciones
(AVRDC, 2000; et al., 2005).
En plantas herbáceas la unión entre portainjerto e injerto se lleva a cabo
mediante la formación de un callo de tejido parenquimático, estructura que luego
se diferencia a tejido cambial, que dará origen a xilema y floema, permitiendo
restablecer la unión entre los haces vasculares de ambos individuos (Camacho y
Fernández, 1990).
3.1.2.1.2. Evolución del Injerto
El constante avance de la horticultura mediterránea de los últimos cuarenta
años ha llevado consigo el desarrollo de todos los sectores hortofrutícolas y de su
18
industria auxiliar, tales como: sistemas de riego, estructuras de invernadero,
plásticos, semillas, fertilizantes, sistemas de cultivo, control de clima, semilleros,
etc.
De forma paralela al desarrollo de todas las técnicas agronómicas de cultivo,
se han desarrollado y aplicado las técnicas de injertos en hortalizas. Hoy se puede
asegurar la realización de la técnica del injerto con éxito en las siguientes
especies: Sandía, Melón, Pepino, Tomate, Pimiento y Berenjena (Oda, 2003).
3.1.2.2. Tendencia del mercado
La producción de plántulas injertadas es una tecnica natural, contribuye con
la reducción de uso de productos químicos altamente contaminantes al suelo,
agua y medio ambiente. Estas condiciones favorables de la técnica, así como la
prohibición del Bromuro de metilo (Miguel, A., 2005) ha influido enormemente en la
expansión de los injertos.
Actualmente se realizan injertos hortícolas en muchos de los países productores
de hortalizas: Japón, Corea, Francia, Italia, Holanda, Alemania, Marruecos,
México, España, etc.
En la horticultura no se realizan demasiados injertos, por lo que su principal
objetivo es obtener resistencias en el suelo de los patrones y así poder cultivar
otras variedades que presentan beneficios importantes para el agricultor. Esta
resistencia radica en el conjunto raíz - hipocótilo, manteniéndose el control del
patógeno por parte de la raíz sin que afecte a la planta (Oda, 2003).
Para que el injerto pueda prevenir de enfermedades tan importantes como a
Fusarium oxyporum se deberá realizar la combinación del injerto correctamente ya
que si el patrón es resistente a la enfermedad pero la variedad no, se deberá tener
mucho cuidado con que la planta no emita raíces adventicias y que éstas se
pongan en contacto con el suelo, porque será entonces cuando la planta se vea
afectada por dicha enfermedad.
Normalmente se suele mantener el sistema radicular del portainjertos y la parte
aérea de la variedad (Miguel, 1993).
19
3.1.2.3. Perspectivas de los injertos
El injerto es muy laborioso y que consume tiempo, los productores están
tratando de reducir la implementación de mano de obra necesaria. Se ha intentado
mecanizar las operaciones de injerto a partir de 1987. Itagi et al. (1990) ha
desarrollado el método de injerto de Tubo como un manual de operación con
pequeñas clavijas, y redujo el tiempo necesario para el injerto manual de por lo
menos la mitad.
Morita (1988) y Oda y Nakajima (1992) han aplicado un adhesivo y un
endurecedor de apoyo a la unión del injerto en los cultivos varios. Con el
adhesivo, cinco tapones de tomate en una hoja de dos etapa se injertadas al
mismo tiempo, utilizando placas de injerto (Oda et al 1994a). También se han
desarrollado robots de injerto de plantas, combinando el adhesivo y placas de
injerto (Kurata 1994, Oda, 1995). Este robot permite que los ocho plantas de
tomate, berenjena, pimiento o para ser injertadas al mismo tiempo. El Robótico
injerto es de aproximadamente diez veces más rápido que un injerto realizado
convencionalmente. Tomate (Oda et al. 1995) y berenjena (Oda et al. 1997)
injertadas por robot ha producido un rendimiento de la fruta similar a la de las
plantas injertadas por métodos convencionales.
La curación también ha sido mecanizada. El porcentaje de supervivencia es
alta cuando se utilizan cámaras de curación desarrollados. Las cámaras de
curación en el medio ambiente que es artificialmente controlado se utilizan en la
actualidad por muchos viveros que producen plantas injertadas.
Con el desarrollo de nuevos métodos de injertación, el injerto de cultivos de
hortalizas puede llegar a ser popular en todo el mundo. Desde obtener plantas
tolerantes o resistentes a enfermedades, aumentar el vigor del injerto, incrementar
la producción, el injerto de hortalizas puede ser útil en el de bajos insumos, la
horticultura sostenible del futuro.
3.2. Patrón ó portainjerto
El patrón o portainjerto es la planta que recibe el injerto pone las raíces y
ofrece una mayor resistencia a suelos malos, calizos, encharcados, con hongos,
plagas depende del patrón que sea.
20
El portainjerto (o patrón) resistente permanece sano y proporciona una
alimentación normal a la planta, a la vez que la aísla del patógeno. En la mayoría
de los casos se deja el sistema radicular del portainjerto y la parte aérea de la
variedad (Louvet, 1974).
3. 2.1. Cualidades del portainjerto
- Ser inmune o tolerante a la enfermedad que se desea prevenir.
- Que no exista algún otro parasito del suelo que le pueda afectar.
- Vigor y rusticidad. Un patrón vigoroso hace que la planta injertada también
lo sea y permite instalar menos plantas por unidad de superficie sin
disminuir la producción.
- Tener buena afinidad con la planta que se injerta.
- Presentar buenas condiciones para la realización del injerto.
- No modificar desfavorablemente la calidad de los frutos.
3.2.2. Injerto (variedad)
Es trozo de tallo o la yema que se fija al patrón para que se desarrolle y dé
ramas, hojas, flores y frutos.
El injerto, como método de lucha contra patógenos del suelo, tiene como
finalidad evitar el contacto de la planta sensible con el agente patógeno. La
variedad a cultivar se injerta sobre una planta resistente perteneciente a otra
variedad, otra especie u otro género de la misma familia (Louvet, 1974).
El injerto es la fusión de dos porciones de tejidos vegetales vivientes de
modo que se unan, crezcan y se desarrollen como una sola planta, siendo ésta de
la misma familia.
21
3.2.3. Factores climáticos durante el período de soldadura y climatización del
injerto (tabla 1).
Características climáticas Humedad relativa (%) Temperatura (Cº)
Interior de la cámara 78.3 27.9
Exterior de la cama 71.8 25.9
Optima (Gómez, 1997) 95.0 22.0 Tabla 1. Factores climáticos durante el período de soldadura y climatización del injerto.
3.3. Técnicas de injertación
Las principales técnicas de injertación de hortalizas son: de aproximación, de
empalme, oblicuo, de púa, de tubo y de aguja. Aunque todas se basan en los
mismos principios, algunas implican más labores o son más seguras que otras. La
técnica de aproximación es la que tiene mayores probabilidades de prendimiento,
ya que el injerto conserva conexión con su raíz durante el período de soldadura y
aclimatación.
3.3.1. Injerto de aproximación
Es una de las técnicas más conocidas y que asegura mayor posibilidad de
alto prendimiento, ya que el injerto conserva la conexión con su raíz durante todo
el período de soldadura y aclimatización. Ambas plantas se trabajan a raíz
desnuda para facilitar su manipulación. El patrón es desbrotado dejando sólo los
cotiledones y se les hace un corte diagonal descendente por debajo del nudo
cotiledonar. Al injerto se le practica un corte similar, pero ascendente, también por
debajo de los cotiledones.
Las lengüetas formadas se encajan y se afirma la unión con una pinza.
Luego se planta en un contenedor para ser llevado a la cámara de soldadura.
Termina la aclimatación (8 a 10 días después), quedando la planta definitiva.
Tiene como desventaja el exceso de labores. No requiere diámetros iguales, se
recomienda especialmente en cucurbitáceas, aunque se puede usar en otras
especies, como el tomate.
22
En ensayo realizado en Almería, España, para estudiar el rendimiento de
tomates injertados y el efecto de la densidad de tallos en el sistema hidropónico.
Con el objetivo evaluar los efectos de la densidad de tallos sobre el rendimiento y
la uniformidad de los frutos de un cultivo de tomate injertado y no injertado. La
practica fue con el método de aproximación descrita por (González, 1999). Los
resultados muestran que las plantas de tomate injertadas y transplantadas a dos
tallos tuvieron igual producción total, pero frutos de tamaño más uniforme, que
plantas no injertadas transplantadas a un tallo y con doble densidad de plantas
(Peil et al, 2004)
3.3.2. Injerto de empalme
Injerto de empalme de corte oblicuo, se hace un corte diagonal eliminando
uno de los cotiledones y el brote al patrón y al injerto el corte se hace similar
obteniendo el brote más de un cotiledón, pero perdiendo su parte radical.
3.3.2.1. Injerto de púa
La planta es normalmente un poco más grande que con el procedimiento
anterior. El patrón se cambia previamente a alvéolos de tamaño más grande de
cuatro a seis centímetros de lado para que su manipulación sea fácil, se corta el
patrón horizontalmente de uno a dos centímetros por arriba de las hojas
verdaderas y se hace un corte diametral. Hacia abajo en su extremo la variedad se
despunta por debajo de la segunda o tercera hoja más joven y se hace un bisel en
su extremo inferior, se incrusta la púa en el patrón y se sujeta con cinta o pinza.
En todas las técnicas se debe utilizar un bisturí desinfectado en alcohol y
flameado antes de cada corte, (Oda, 1995).
3.3.2. 2. Injerto por inserción
Existen diferentes técnicas de injerto adecuadas para diferentes cultivos. Las
más populares para cultivos herbáceos son las de inserción, aproximación y
solape (método japonés). La técnica de inserción es la más común en sandías,
23
debido al menor tamaño del injerto en comparación con el patrón (portainjertos), lo
cual facilita el proceso. Este método produce una unión muy resistente; no se
necesitan pinzas de unión, requiere buenas condiciones de control ambiental para
la cura; puede hacerse con o sin raíces (más fácil de manejar y permite el
desarrollo de una fuerte raíz adventicia).
3.3.2.3. Injerto de perforación lateral
Se prepararan las plantas igual que en el caso anterior y a partir de ahí
mediante un cuchillo de bambú 1 cm por debajo del cotiledón haremos una
hendidura de forma que este llegue a salir un poco. La variedad se cortara 1 - 1.5
cm por debajo de los cotiledones y se realizara un bisel de 5 - 6 mm en su
extremo. Se introducirá la púa en el bisel de tal manera que al tocarla con el suelo
no se mueva. La planta se mantendrá en ambiente cálido y húmedo, y se regara
sin mojar el injerto.
3.4. FACTORES QUE INFLUYEN EN LA UNION DEL INJERTO 3.4.1. Temperatura
Esta afectará directamente sobre la formación del tejido de callo,
aumentando ésta con la temperatura pero hasta los 29ºC ya que a partir de ahí se
producirá un callo fácilmente degenerable con las operaciones de plantación. Si
esta es inferior de 15ºC, no se realizara la producción de callo.
3.4.1.1. Humedad
Las responsables de la formación de callo son las células parenquimáticas
que son muy sensibles al contacto con el aire, ya que si pierden la fina capa de
agua que las recubre, comenzará la desecación reduciendo también la formación
de callo.
24
3.4.1.2. Oxigeno
Dado que la continua división y su posterior crecimiento supone una gran
tasa de respiración, el oxigeno será imprescindible para que se pueda realizar la
unión del injerto.
3.4.1.3. Actividad de crecimiento del patrón
Dependiendo del estado vegetativo del patrón, las formas de realizar el
injerto serán diferentes; En el caso de que el injerto este esté en pleno periodo
vegetativo, se deberán dejar diferentes órganos por encima del injerto para que
actué de tira savias.
Si por el contrario está en periodo de reposo, es más difícil la producción de
cambium en el injerto.
3.4.2. Técnicas de injerto
Se sabe que cuanto mayor sea la herida hecha para realizar el injerto,
mayor tiempo tardará en cicatrizar, pero también será mayor la zona de contacto
entre el cambium del patrón y la variedad, y aunque su crecimiento sea normal,
llegara un tiempo posterior en el que se impedirá el movimiento de la planta y se
dará un colapso de la planta.
Por esa razón lo mas apropiado es encontrar un equilibrio entre estos dos
factores, para que esta se desarrolle en las mejores condiciones posibles.
3.4.2.1. Contaminación con patógenos
Normalmente los patógenos se suelen introducir por las heridas producidas
para realizar el injerto, por lo que habrá que evitar en la mayor medida de lo
posible que estas sean demasiado grandes, y se procurará realizar el injerto en las
mejores condiciones de asepsia posibles, utilizando también algún cicatrizante
químico que evite dichas infecciones.
25
3.4.2.2. Empleo de reguladores del crecimiento
Existe una clara relación entre la presencia de los reguladores de crecimiento
y la formación de callo de la planta, pero aun no se han obtenido resultados
convincentes que lo demuestren.
3.4.2.3. Condiciones ambientales en la fase posterior al injerto
Las condiciones de temperatura y humedad deberán ser adecuadas para
facilitar la soldadura del callo más rápidamente (Oda, 1995; Miguel, 1997).
3.4.2.1.3. Aclimatación y curación
La curación y la adecuada aclimatación son muy importantes para las plantas
injertadas para sobrevivir. Después que los injertos se realizan, las plantas
deben ser protegidas de marchitamiento hasta que el corte termina de unirse
(curar). Mantener las plantas injertadas alrededor de 86 ° F y con más del 95% de
humedad relativa por 3-5 días, mientras que el corte finaliza sanar juntos. Esto se
puede lograr poniendo las plantas injertadas en un área sombreada, reducir los
niveles de luz.
Después de la curación, las plantas se deben aclimatarse a condiciones de
invernadero o medio ambiente por un periodo de 3 a 4 días. Iniciar el aumento
de la exposición a la luz por la mañana y tarde. Seguir con las aspersiones según
sea necesario para evitar el marchitamiento.
3.5. Incompatibilidad
Para que el injerto se realice correctamente deberá haber una "adecuación"
entre especie portaijertos y la variedad que se injerta. No se sabe ciertamente que
especies son compatibles y cuales no, lo que si que se sabe son las especies que
presentan mayores beneficios al estar injertadas con otras (Oda, 1995; Miguel,
1997).
26
Esta no compatibilidad se manifestará mediante los siguientes síntomas,
cuya aparición de forma aislada no significa que la unión sea incompatible, sino
que pueden ser consecuencia de otros factores como la presencia de
enfermedades, malas técnicas de cultivo o condiciones ambientales
desfavorables:
- Porcentaje de fallos de injerto altos
- Falta de crecimiento, defoliación y amarilleo de las hojas.
- Muerte prematura de la planta.
- Diferencias marcadas en el crecimiento entre el patrón y la variedad.
- Desarrollo excesivo entre la unión, debajo o encima de la unión (miriñaque).
- Ruptura por la zona de unión del injerto.
Incompatibilidad localizada: es aquella que exclusivamente se da en la zona
de contacto entre el patrón y la variedad, cuyo síntoma principal es la débil unión
mecánica, produciéndose también un lento desarrollo de las partes de la planta
(Oda, 1995; Miguel, 1997). La única solución posible para este problema es la de
emplear un patrón intermedio.
Incompatibilidad traslocada: Es una clara degeneración del floema debido a
las claras diferencias genéticas entre el patrón y la variedad. Se denota por un
claro color pardo en forma de una línea o zona neurótica en el injerto (Oda, 1995;
Miguel, 1997). En las solanáceas, los factores implicados en su compatibilidad
estarán presentes como constituyentes normales en los tejidos de la planta, están
relacionados con la pared celular, y se liberan por contacto entre el patrón y
variedad.
3.5.1. INTERACCION PATRÓN – VARIEDAD
Los injertos se realizan fundamentalmente con el fin de evitar las posibles
enfermedades del suelo que puedan existir, pero además pueden producir los
siguientes beneficios:
- Reacciones de incompatibilidad.
- Resistencia a enfermedades.
- Tolerancia a ciertas características del clima o suelo.
27
- Interacciones especificas entre patrón y variedad que pueden producir
alteraciones en el desarrollo de la planta, tamaño del fruto.
Además pueden producir modificaciones en el crecimiento, floración y
fructificación de la planta, debido a la absorción y utilización de nutrientes y la
translocación de los mismos y el agua, y las posibles alteraciones en factores de
crecimiento endógenos (Oda, 1995; Miguel, 1997).
3.6. IMPORTANCIA ESTATAL Y NACIONAL DEL TOMATE
La demanda del tomate aumenta continuamente y con ella su cultivo,
producción y comercio; en el año 2000 la producción mundial se situó alrededor de
120 millones de toneladas y, para el 2004, en 128 millones (FAO, 2005) lo cual
representó un incremento de cuatro veces la producción de México. Este
incremento de la producción en los últimos años se debe principalmente a la
demanda del producto y al incremento del rendimiento por unidad de superficie
cultivada y en menor proporción al aumento de la superficie cultivada (Infoagro,
2003). Para el año 2004, los principales países productores fueron China, Estados
Unidos y Turquía; México ocupó el décimo lugar (Tabla 2). Tabla 2. Principales países productores de tomate a nivel mundial en el año 2004.
País Producción (Ton)
China 33 22 5 571
Estados Unidos 13 668 520
Turquía 8 818 400
India 8 377 480
Egipto 7 473 594
Italia 7 164 950
España 4 298 970
Brasil 3 741 952
Irán 3 472 245
México 2 367 884
Federación de Rusia 2 303 807
Grecia 1984 140
Chile 1432 990 Fuente: (FAOSTAT, 2005).
Cook y Calvin (2005) mencionan que los rendimientos por hectárea a cielo abierto
para Estados Unidos y México son de 32 y 28 ton/ha respectivamente, y en
sistemas de invernadero para estos mismos países fue 484 ton/ha para Estados
unidos comparado con 156 Ton/ha para México, esto dado los altos niveles
tecnológicos implementados por E. U.
A nivel nacional, la hortaliza con mayor volumen de producción:2,303,807
toneladas en el año 2004 fue el tomate, siendo los estados de Sinaloa, Baja
California Norte, Michoacán, San Luís Potosí y Baja California Sur, los más
importantes desde el punto de vista de su volumen de producción, aportando
juntos el 73 % de la producción total nacional (Fundación produce , 2006).
La cosecha de tomate en el Estado de Oaxaca hasta mayo del 2005, en el
ciclo O.I. 2004 – 2005, fue de 442 hectáreas de las 514 sembradas obteniendo
una producción de 7,080 toneladas con un rendimiento de 16 toneladas por
hectárea (SIAP, 2005).
Oaxaca representa el 0.7% de la producción nacional, La mayor producción
se cultiva a cielo abierto en un 97 %, registrando muy bajos rendimientos por
hectárea de tan solo 16 ton por hectárea, todavía mas bajo que el promedio
Nacional. Lo que nos obliga a realizar trabajos de investigación para brindar
aportaciones al sector agrícola.
Figura 3. Producción Estatal de Tomate en Oaxaca.
0
1000000
2000000
3000000
Producción
7080 2303807
Oaxaca Nacional
Fuente: (Subsecretaria de Agricultura, C.D.G. y SIAP, 2005)
28
29
La horticultura protegida bajo invernaderos se ha desarrollado básicamente
en las regiones de Valles Centrales, Sierra Norte, Mixteca y Cañada. En donde las
condiciones climáticas son favorables para estos sistemas de producción,
humedades relativas de 50 a 70 % y temperaturas de 18-27 °C. (INEGI, 2005)
Uno de los mayores problemas en el cultivo de jitomate es infestación de los
suelos con plagas y enfermedades patogénicas que incrementan tanto la
aplicación de agroquímicos como los costos de producción. Algunos hongo
fitopátogenos comunes en los terrenos de producción de jitomate son: Phytium
sp., Phytophtora sp., Fusarium sp.
3.6.1. GENERALIDADES DEL TOMATE SILVESTRE
El tomate cultivado (Lycopersicon esculentum var. esculentum Mill.) es una
especie autógama con una reducida base genética debido a los intensos procesos
de selección a los cuales fue sometida (Rick et al., 1976; Nuez, 1991). Las
distintas especies del género Lycopersicon difieren morfológicamente en
caracteres tales como color, tamaño del fruto, forma de hoja, tipo de
inflorescencia, etc. Entre otros, Rick (1976) y Taylor (1986) han propuesto que las
formas silvestres más promisorias para ampliar la variabilidad genética de la
especie cultivada serían L. esculentum var. cerasiforme y L. pimpinellifolium
debido a la diversidad que presentan y a la facilidad con que se obtienen los
cruzamientos con ellas.
Si bien algunos caracteres morfovegetativos (longitud de entrenudos,
perímetro del tallo en las partes basal, media y apical, número de flores por
racimos, entre otros) son importantes per se para la determinación de la aptitud
agronómica de una variedad, los trabajos de Stevens (1986), Vallejo Cabrera et al.
(1994) y Pratta et al. (1996) han propuesto que también podrían estar asociados
con el rendimiento final de los genotipos. Por otro lado, el tamaño de los frutos es
una de las características con mayor influencia en la determinación de la calidad
comercial del tomate para consumo en fresco. Otro factor adicional, que está
ligado a la evolución de la madurez del fruto, es la vida en estantería. En el taxón
cultivado se han identificado diversos mutantes que prolongan la madurez del fruto
entre los que se encuentran los genes rin (ripening inhibitor) ubicado en el
cromosoma V y nor (non ripening) ubicado en el cromosoma X (Stevens, 1986).
30
L. esculentum var. cerasiforme: (tipo cherry), de hábito de crecimiento
indeterminado, con frutos esféricos de tamaño reducido, color rojo intenso a la
madurez y vida en estantería intermedia.
L. pimpinellifolium: de hábito de crecimiento indeterminado, frutos esféricos
de tamaño muy reducido, color rojo intenso a la madurez y vida en estantería
intermedia.
En México se encuentran una amplia variabilidad genética de los jitomates o
“tomatitos criollos” destacándose las especies Lycopersicum esculentum var.
cerasiforme y Lycopersicum pimpinellifolium. En Oaxaca se encuentran
ampliamente distribuidos en regiones de la Costa, Papaloapan, la Cañada, Sierra
Norte y Sierra Sur con amplias variaciones en tamaños, formas y coloraciones de
fruto. En ambas especies los frutos se distinguen por se esfericos y pequeños, los
de un cm de diámetro o menos corresponden L. pimpinellifolium. Además ciertos
agricultores han seleccionado hpibridos resultantes de las variedades cultivadas y
los tipos semidomesticados.
El tomate cultivado y las especies silvestres relacionadas se agrupan en la
sección Lycopersicum (Mill.) Wettst. del género Solanum. El ancestro más
probables del tomate cultivado es el tomate cereza o cherry silvestre (usualmente
identificado como Solanum lycopersicum var cerasiforme), el cual crece en forma
espontánea en varias regiones tropicales o subtropicales de todo el mundo,
escapado de cultivo o accidentalmente introducido (Peralta et al, 2006).
El desarrollo de nuevas cultivares en tomate ( Lycopersicon esculentum Mill.)
tiene como objetivos mejorar la productividad, calidad y adaptación a distintas
condiciones de cultivo. A veces, estos propósitos son difíciles de alcanzar dada la
reducida base genética disponible (Warnock, 1991). Las especies silvestres de
Lycopersicon, de cercano parentesco y con cruzamientos fértiles con tomate
cultivado, son recursos genéticos valiosos para el desarrollo de nuevos cultivares
(Hermsen, 1984).
Zorzoli et al. (1998) demostraron que los frutos de tomate silvestre (L.
pimpinellifolium) tuvieron mayor vida en estantería que los frutos de cultivares
comerciales. No obstante, esta fue menor que la de genotipos homocigotos para
los mutantes nor (non ripening) y rin (ripening inhibitor) de L. esculentum. Además,
31
los efectos pleiotrópicos desfavorables asociados a los mutantes nor y rin sobre
los caracteres de calidad de fruto disminuyeron en híbridos resultantes entre
germoplasma cultivado y genotipos silvestres. Esto debido al efecto del aporte de
los genotipos silvestres (Pratta et al., 2000).
3.6.1.1. Principales problemas fitopatológicos del suelo cultivado con tomate bajo invernadero y a cielo abierto.
Algunos de los problemas de la producción del tomate en condiciones de
invernadero ó a cielo abierto, como el ahogamiento y pudrición de raíces, son
causados por los hongos del genero Rhizoctonia solani (lév.), Pythium spp. y
Fusarium spp. (Messiaen, Ch., et al, 1995).
El ahogamiento del tallo, es común en tomate en climas templados y
tropicales en todo el mundo. La enfermedad afecta semillas y plántulas en
semilleros y almácigos de diversos cultivos hortícolas. Se consideran dos tipos de
síntomas. Uno ocurre en la germinación, donde es común encontrar a Pythium
spp. y Rhizoctonia solani. El segundo, ocurre cuando las plántulas recién
emergidas del suelo se marchitan rápido debido a la pudrición de los tejidos del
cuello de la raíz y presentan un estrangulamiento en esa zona (Rhizoctonia solani)
y, en ocasiones se observa coloración negrusca arriba del cuello. Se ha
encontrado P. aphamidermatum, P. ultimun, P. debaryanum y Fusarium spp. Este
complejo de hongos se presenta con, frecuencia, en los almácigos, pero también
puede presentarse en campo. (Cuadrado Gómez, et al. 2005).
IV MATERIALES Y MÉTODOS
4.1. Localización
La presente investigación se realizó en el campo experimental del Centro
de Investigación Interdisciplinario para el Desarrollo Integral Regional
dependiente del Instituto Politécnico Nacional Unidad Oaxaca (CIIDIR-IPN
OAXACA), localizado en Santa Cruz Xoxocotlán, Municipio del mismo nombre.
Se localiza en las coordenadas 17° 02’ latitud norte, 96° 44’ longitud oeste y a
una altura de 1,530 msnm. Su clima es templado, con una temperatura media
anual de 21º C y una precipitación media anual de 706mm, el tipo de suelo es
vertisol pélico. El 3% de la población se dedica a actividades del sector
primario (Álvarez, 1994), (figura 1).
Figura 1. Croquis de localización del experimento.
El experimento se estableció en un invernadero con cubierta de polietileno
blanco al 25% de sombra, con estructura de metal, tipo túnel de 30 m de largo por
15 m de ancho, con sistema de ventilación manual y con ventilas cenitales (figura
2).
32
Figura 2. Invernadero experimental
4. 2. MATERIAL VEGETATIVO
Se recolecto el germoplasma de las dos especies silvestres o
semidomesticados, L. ceraciforme (C), L. pimpinellifolium (p), como patrones,
procedentes de la Sierra norte y la Cañada, los materiales comerciales utilizados
como injertos fueron de dos tipos, L. esculentum var “Cid” de crecimiento
indeterminado (C) y L. esculentum var “Toro” de crecimiento determinado (T).
L. esculentum var. cerasiforme: De hábito de crecimiento indeterminado, con
frutos esféricos de tamaño reducido, color rojo intenso a la madurez y vida en
estantería intermedia, (Rick et al., 1976; Nuez, 1991).
L. pimpinellifolium: De hábito de crecimiento indeterminado, frutos esféricos
de tamaño muy reducido, color rojo intenso a la madurez y vida en estantería
intermedia, (Rick et al., 1976; Nuez, 1991).
4.3. ARREGLO DE LOS TRATAMIENTOS 4.3.1. Factor A = Especies o variedad silvestres utilizados como patrones. a1 = L. cerasiforme
a2 = L. pimpinellifolium
4.3.1.1 Factor B= Material genético utilizado como injerto
b1= Variedad Comercial (c.v.) de habito de crecimiento determinado (El Cid).
33
34
Tomate saladette indeterminado de larga vida (LSL) de buen sabor, con
frutos de 240 a 260 gr., redondo, ligeramente achatados, frutos muy firmes,
multilocular y de muy buen sistema radicular. El Cid destaca por su alta
productividad.
Ventajas: - Frutos extra-grandes y grandes.
- Frutos de color rojo brillante con paredes gruesas y prolongada vida de
anaquel.
- Adaptado a condiciones templadas.
- Planta con excelente vigor.
b2= Variedad Comercial (c.v.) de habito de crecimiento Indeterminado (Toro).
Tomate saladette determinado, madurez intermedia, fruto saladette cuadrado,
planta muy vigorosa con buena cobertura foliar.
Ventajas:
- Altos rendimientos
- Fruto muy firme, perfecto para embarque.
- Tamaño grande y color rojo intenso.
- Fruto de gran sabor.
- Comportamiento muy estable en diversas condiciones de cultivo. 4.3.1.2. Factor C = Diferentes métodos de injertación
C1 = Aproximación.
C2 = Empalme.
C3 = Púa. 4.3.1.3 Obtención y manejo de la plántula
Las plántulas se obtuvieron en el invernadero del CIIDIR-Oaxaca. Se
utilizaron charolas de unicel de 220 cavidades, la siembra de la semilla se llevó a
cabo colocando una semilla por cavidad, primero se sembró la semilla de tomate
silvestre L. cerasiforme y L. pimpinellifolium, porque su germinación y desarrollo
de las plántulas son mas lentas, a los 8 días se sembraron las semillas de las
variedades de tomate de habito de crecimiento determinado (Toro) e
indeterminado (Cid), las plántulas en condiciones de injertación son las que se
muestran en la (figura 3).
Figura 3. Plantas de tomate para injertar
El sustrato utilizado para la germinación de las semillas, tanto comerciales
como silvestres fue 80 % de la turba peat mos + 20 % de agrololita® ambas
previamente humectadas y depositadas en charolas de unicel con 220 cavidades
la cuales fueron lavadas y desinfectadas con alcohol al 50%. Primero se
sembraron las dos especies de germoplasma silvestres utilizados como patrones,
L. cerasiforme y L. pimpinellifolium, porque su germinación y crecimiento son mas
lentas que la variedad comercial, diez días posteriores se sembraron las semillas
de las dos variedades comerciales. Con esto se obtuvieron plantas de 40 y 30 días
respectivamente.
Los riegos periódicos fueron realizados y junto con ellos la fertilización, sobre
la base de lo anterior la fertirrigación utilizada fue la indicada por Urrestarazu
(2001) misma que se especifica a continuación (tabla 3).
Tabla 3. Disolución nutritiva utilizada en el cultivo de plántulas de tomate.
pH dsm mmol-1
CE NO3 H2PO4 SO42+ NH4
+ K+ Ca2+ Mg2+
5.8 2.2 15 1.75 1.25 1 7.75 4 1.25 Fuente: Urrestarazu (2001).
Esta solución nutritiva se consiguió utilizando las cantidades correctas de los
siguientes fertilizantes 35
36
- Nitrato de amonio
- Nitrato de calcio
- Nitrato de potasio
- Fosfato monoamonico
- Sulfato de magnesio
- Micro elementos preparados comercialmente
Para el control de enfermedades de tallo y raíz se aplicó 1.5 mililitros por litro
de agua de previcur (propamocarb) y para prevenir la presencia de insectos se le
aplico 1.5 mililitros de thiodan (endosulfan) por litro de agua, asperjados con
mochila manual.
Figura 4. Calendario de operaciones de injertos en el cultivo de tomate.
4.4. Técnicas de injertación utilizadas.
Para la aplicación de las técnicas de injertación, se utilizaron las
metodologías propuestas por Hartmann y Kester, 1991, Oda 1975 y Miguel 1997 y
Suzuki, 1972).
4.4.1. De aproximación
Consistió en arrancar con raíces la planta del patrón y de la variedad, al patrón se
le hizo un corte ascendente de aproximadamente 1-1.5 cm, al injerto se realizo un
corte descendente por debajo de los cotiledones. El siguiente paso fue ensamblar
el injerto en el patrón y por ultimo sujetarlo con una pinza plástica. Posteriormente
se plantaron en vasos de unicel de 10 cm de diámetro separando los tallos de
ambas plantas para facilitar el corte posterior, como se muestra en la figura 4.
37
Figura 5. Esquema de la técnica utilizada para el método de injerto de aproximación.
a) corte del patrón b) empalme del injerto
con el patrón
a) colocación de la pinza
a) colocación de la planta injertada en el vaso
4.4.1.1. De empalme
Las plántulas utilizadas como patrón e injerto se les realizaron un corte en bisel
por debajo de las hojas cotiledonares, enseguida se coloco la pinza plástica sobre
el patrón, posteriormente se empalmo la parte inferior del patrón con la parte
superior de la variedad, por ultimo las plantas injertadas fueron colocadas en las
charolas.
38
Figura 6. Esquema de la técnica utilizada para el método de injerto de empalme.
39
a) corte del patrón c) colocación de la
pinza plástica b) corte del injerto
d) unión del patrón
y del injerto e) colocación de las plantas
injertadas en charolas
4.4.1.2. De púa
La planta que se utilizó como patrón se le realizó un corte transversal y al injerto
se le hizo un corte n forma de bisel en la parte inferior de la variedad, el siguiente
paso fue incrustar la púa en el patrón, después se colocó la pinza para sujetar al
injerto, para después colocarlo en las charolas y llevadas al invernadero para su
endurecimiento “soldadura” y aclimatización.
Figura 7. Esquema de la técnica utilizada para el método de injerto de púa.
a) corte del patrón b) corte del injerto en forma de púa
a) insertación del injerto en el patrón
a) colocación del la pinza plástica a) colocación de las plantas
injertadas en las charolas
4.4.1.3. Endurecimiento del injerto
Las plantas recién injertadas deben mantenerse, mientras se efectúa la
“soldadura” del injerto en condiciones que favorezcan la multiplicación celular y la
formación del callo, esto es a temperaturas de 20 a 30 grados centígrados,
humedad relativa del 80 al 90 por ciento. Estas condiciones deben mantenerse en
el proceso de unión especialmente los primeros días luego se va ventilando
progresivamente.
40
Figura 8. Endurecimiento de la injertación.
4.2. DESCRIPCION DE LOS TRATAMIENTOS Tabla 4. Tratamientos utilizados en los experimentos.
Tratamientos Factores a evaluar
T1 = a1 b1 c1 Silvestre L. ceraciforme/Var. comercial determinado/aproximación
T2 = a1 b1 c2 Silvestre L. ceraciforme/Var. comercial determinado/empalme
T3 = a1 b1 c3 Silvestre L. ceraciforme/Var. comercial determinado/púa
T4 = a1 b2c1 Silvestre L. ceraciforme/Var. comercial indeterminado/aproximación
T5 = a1 b2 c2 Silvestre L. ceraciforme/Var. comercial indeterminado/empalme
T6 = a1 b2 c3 Silvestre L. ceraciforme/Var. comercial indeterminado/púa
T7 = a2 b1 c1 Silvestre L. pimpinellifolium/Var. Comercial determinado/aproximación
T8 = a2 b1 c2 Silvestre L. pimpinellifolium/Var. Comercial determinado/empalme
T9 = a2 b1 c3 Silvestre L. pimpinellifolium/Var. Comercial determinado/pua
T10 = a2 b2c1 Silvestre L. pimpinellifolium/Var. Comercial indeterminado/aproximación
T11 = a2 b2 c2 Silvestre L. pimpinellifolium/Var. Comercial indeterminado/empalme
T12 = a2 b2 c3 Silvestre L. pimpinellifolium/Var. Comercial indeterminado/pua
4.4.2.1. Diseño y unidad experimentales
Factorial 2 x 2 x 3 en una distribución completamente al azar con 4 repeticiones.
Unidad experimental: 30 plantas injertadas
41
42
En total se realizaron 5 ensayos experimentales con cada uno de los tratamientos
indicados
4.4.3. MATERIALES UTILIZADOS A).- Materiales para la producción de plantas
Charolas de polietileno de 200-280 cavidades.
Vasos de unicel n. 5
B).- Infraestructura para la injertación Acondicionamiento de las instalaciones.
Humidificación.
Taller de injerto
Material de corte Bisturí.
Material de desinfección Alcohol 30%.
Para la desinfección del material de corte y las manos de la persona que
realizaron los injertos.
Material de sujeción
pinza plástica.
4.5. VARIABLES MEDIDAS
Se midieron las siguientes variables en plántulas de tomate silvestre L.
esculentum var ceraciforme y L.pimpinelifolium, injertados con plántulas de tomate
de habito de crecimiento determinado (Toro) e indeterminado (Cid), en dos
tiempos de crecimiento, a los 8 y 30 días posteriores a la injertación
43
4.5.1. Patrón
- Diámetro (mm)
- Altura (cm)
- Longitud de raíz (cm)
- Peso fresco
- Peso seco
4.5.1.1. Injerto
- Diámetro (mm)
- Altura (cm)
- Longitud de raíz (cm)
- Peso fresco
- Peso seco
- Numero de hojas verdaderas
4.5.1.2. Porcentaje (%) de prendimiento.
Determinado por las plantas que superaron el endurecimiento del injerto y
estuvieron aptas para el transplante.
4.5.2. ANÁLISIS ESTADÍSTICO
Los resultados se sometieron a un análisis de varianza (ANOVA) y al existir
diferencias entre tratamientos se les aplicó la prueba de medias por Tuckey al 95
% de nivel de confianza (p = 0.05).
44
V RESULTADOS Y DISCUSION
5.1. Respuesta del patrón a diferentes técnicas de injertación. 5.1.1. Patrón L. cerasiforme
Los resultados obtenidos para las variables diámetro del tallo y altura de plántulas
de tomate silvestre L. cerasiforme, utilizando diferentes técnicas de injertación se
muestran en el cuadro 1. No se encontraron diferencias significativas para la
variable diámetro del tallo a los 8 y 30 días posteriores a la injertación, utilizando
técnicas de aproximación, empalme y púa, como tampoco influyó en esta
característica el hábito de crecimiento de la plántula (determinado e
indeterminado). Contrariamente, el crecimiento (altura) del patrón (L. cerasiforme)
tanto a los 8 como a los 30 días mostraron diferencias significativas para todas las
técnicas de injertación evaluadas. El injerto de púa en la variedad comercial “Cid”
de tipo indeterminada, fue el que promovió mayor crecimiento del patrón tanto a
los 8 como a los 30 días. En la primer fecha de muestreo (8 días) el patrón, fue
superior en 1.93cm que al utilizar la técnica de empalme y en la segunda (30
días) en 2.67 cm, también comparada con el injerto de empalme.
La técnica de injertación que mejor promovió el crecimiento (altura) del patrón
utilizando como injerto una variedad “Toro” de hábito determinado, fue la de
aproximación en las dos fechas de crecimiento.
Cuadro 1. Efecto de diferentes técnicas de injertación en el tallo del patrón silvestre de plántulas
de tomate L. cerasiforme.
Diámetro (mm) Altura (cm) Días
Técnicas de injertación
8 30 8 30 c.v. Toro (determinado) Aproximación 2.60a 3.60a 2.16a 3.33a Empalme 2.00a 3.60a 1.26b 2.33b Púa 2.00a 3.60a 1.80a 2.66b Significancia n.s. n.s. * * c.v. Cid (indeterminado) Aproximación 2.60a 3.60a 1.76b 3.33a Empalme 2.00a 3.00a 1.10c 2.33b púa 2.60a 3.60a 3.03a 5.00a Significancia n. s. n. s. * * c.v.: Variedad comercial; ns: no significativo, *: significativo p ≤ 0.05
45
Medias con letras iguales no son estadísticamente diferentes (tukey, 0.05).
5.1.2. Patrón L. pimpinellifolium
Los resultados obtenidos para las variables diámetro y altura del tallo (patrón) de
plántulas de tomate silvestre L. pimpinellifolium, bajo diferentes técnicas de
injertación se muestran en el cuadro 2. No se encontraron diferencias
significativas para la variable diámetro del patrón a los 8 y 30 días posteriores a la
injertación, utilizando las técnicas de aproximación, empalme y púa, como
tampoco influyo el habito de crecimiento determinado (Toro) e indeterminado (el
Cid) de las variedades comerciales utilizadas como injerto. Contrariamente, la
altura del patrón L. pimpinelifolium, en los dos tiempos de evaluación 8 y 30 días
posteriores a la injertación, mostraron diferentes significativas para todas las
técnicas evaluadas. Los injertos por la técnica de púa fueron los que promovieron
menor crecimiento del patrón tanto a los 8 como a los 30 días, mientras que al
utilizar la técnica de aproximación esta promovió los mayores crecimientos tanto
en injerto con hábito de crecimiento determinado como indeterminado y para las
dos fechas de muestreo.
Cuadro 2. Grosor y altura del patrón de tomate silvestre L. pimpinellifolium, bajo diferentes
técnicas de injertación.
Diámetro (mm) Altura (cm) Días
Técnicas de injertación
8 30 8 30 c.v. Toro (determinado) Aproximación 3.33a 5.33a 2.88a 4.33a Empalme 2.66a 4.33a 1.55b 3.00b Púa 2.00a 3.00a 1.11c 2.33c c.v. Cid (indeterminado) Aproximación 3.66a 5.00a 2.88a 4.00a Empalme 2.66a 3.66a 1.76b 3.33b púa 2.00a 3.00a 1.11c 2.33c Significancia n. s. n. s. * * c.v.: Variedad comercial; ns: no significativo, *: significativo p ≤ 0.05 Medias con letras iguales no son estadísticamente diferentes (tukey, 0.05).
De acuerdo a los resultados obtenidos, el comportamiento de los patrones L.
cerasiforme y L. pimpinellifolium, esta fuertemente contrastado con diversos
Autores como Leoni et al., 1991; Oda, 1995; y Camacho et al., 1999, quienes
indican que diferencias en el desarrollo de plántulas suelen presentarse entre
46
variedades de una misma especie, entre lotes de semillas y cuando se utilizan
patrones de especies diferentes al injerto. En esta ultima consideración, el patrón
debe ser sembrado mas tarde y en condiciones ambientales diferentes con el
injerto, para lograr en ambos, un estado óptimo al momento de su unión (CTIFL,
1985; Oda, 1995).
Los resultados de Lee (1994), Leonardi et al. (2002) encontraron que las plantas
injertadas de tomate, son más altas y más vigorosas y obtuvieron un diámetro más
grande del patrón.
5.2. Respuesta del injerto a diferentes técnicas de injertación. 5.2.1. Injerto con hábito de crecimiento determinado (c.v. Toro) Los resultados obtenidos para las variables diámetro del tallo y desarrollo (altura)
del injerto de plántulas de tomate de variedades comerciales de hábitos de
crecimiento determinado (toro), injertados sobre plántulas de tomate silvestre L.
cerasiforme y pimpinellifolium, utilizando las diferentes técnicas de injertación se
muestran en el cuadro 3. No se encontraron diferencias significativas para las
variables diámetro del tallo y altura del injerto a los 8 y 30 días, utilizando como
patrón de tomate silvestre L. cerasiforme con las técnicas de aproximación,
empalme y púa. Contrariamente, el diámetro del injerto al utilizar patrón de tomate
silvestre L. pimpinellifolium, tanto a los 8 como a los 30 días mostraron diferencias
significativas para todas las técnicas de injertación evaluadas. La técnica de
aproximación, fue la que promovió mayor diámetro de tallo del injerto tanto a los 8
como a los 30 días. En la primer fecha de muestreo (8 días) el injerto, fue superior
en 2.66 cm que al utilizar la técnica de púa y en la segunda (30 días) en 3.33 cm,
también comparada con el injerto de púa. En el desarrollo (altura) del injerto
utilizando patrón de tomate silvestre L. pimpinellifolium, no mostraron diferencias
significativas para las dos fechas de muestreo como tampoco influyó las practicas
de injertación aproximación, empalme y púa.
47
Cuadro 3. Respuesta del injerto de crecimiento determinado a diferentes técnicas utilizando como
patrones dos especies silvestres.
Diámetro (mm) Altura (cm) Días Patrones / Técnicas de injertación 8 30 8 30
L. cerasiforme Aproximación 2.66bc 4.66b 15.06a 24.99a Empalme 2.33bc 4.00b 14.66a 24.00a Púa 3.00bc 4.33b 13.22a 22.99a Significancia n.s. n.s. n.s. n.s. L. pimpinellifolium Aproximación 4.66a 6.33a 12.00b 21.83b Empalme 2.66bc 4.00bc 11.73b 21.76b Púa 2.00c 3.00c 11.56b 21.36b Significancia * * n. s. n. s. ns: no significativo, *: significativo p ≤ 0.05 Medias con letras iguales no son estadísticamente diferentes (tukey, 0.05).
Los resultados obtenidos en las variables diámetro del tallo y crecimiento (altura)
del injerto de plántulas de tomate de variedades comerciales de hábito de
crecimiento indeterminado (Cid), injertados sobre plántulas de tomate silvestre L.
pimpinelifolium y L. cerasiforme utilizando las diferentes técnicas de injertación se
muestran en el cuadro 4. No se encontraron diferencias significativas para las
variables diámetro a los 8 días y crecimiento (altura) del injerto a los 8 y 30 días
posteriores a la injertación, utilizando plántulas de tomate de crecimiento
indeterminado (Cid) injertado sobre plántulas de tomate silvestre L. cerasiforme.
Sin embargo a los 30 días y con la técnica de aproximación, el injerto aumentó 1
mm en comparación a las otras técnicas, similar respuesta mostró el injerto al
utilizar el patrón silvestre L. pimpinellifolium, siendo también con la técnica de
aproximación con las que se obtuvieron los mayores diámetros y la de púa el
menor grosor. De manera general las plántulas de jitomate de habito
indeterminado desarrollaron mejor en el patrón L. cerasiforme que en L.
pimpinellifolium.
Los resultados obtenidos concuerdan con los de López et al. (2005a), quienes
comparando diferentes técnicas de injertación en dos cultivares de sandía
observaron que utilizando la técnica de aproximación obtuvieron mayor altura de
planta.
Respecto a los hábitos de crecimiento; determinado e indeterminado de los
tomates y su respuesta a la injertación, Stevens. et al. (1986) indicaron que el
48
injerto no afecta el hábito de crecimiento del tomate y citan que en ensayos
realizados, la variedad de crecimiento indeterminado “Red Rock” (RR) continuó
con el mismo porte cuando se injertó sobre la de crecimiento determinado Patio
(P), aunque redujo su vigor, pero al injertar una de porte determinado sobre una
de porte indeterminado, la primera continuo con su mismo porte determinado
aumentando su vigor en comparación a las de porte determinadas que no fueron
injertadas. El aumento del vigor en plantas injertadas han sido citadas por
(Stevens. et al., 1986).
5.2.1.1. Injerto con hábito de crecimiento indeterminado (c.v. El cid). Cuadro 4. Respuesta del injerto con hábito de crecimiento indeterminado a diferentes técnicas,
utilizando como patrones dos especies silvestres. Diámetro (mm) Altura (cm) Días
Patrones / Técnicas de injertación 8 30 8 30 L. cerasiforme Aproximación 2.66b 5.00a 16.66a 26.55a Empalme 2.66b 4.66a 14.86a 25.11a púa 2.66b 3.66b 13.53a 20.77a Significancia n.s. * n.s. n.s. L. pimpinelifolium Aproximación 3.33a 5.00a 12.23b 21.99b Empalme 2.66b 3.66b 11.66b 22.00b púa 2.33b 3.66b 10.99b 22.99b Significancia * * n. s. n. s. c.v.: Variedad comercial; ns: no significativo, *: significativo p ≤ 0.05 Medias con letras iguales no son estadísticamente diferentes (tukey, 0.05).
5.2.2. Respuesta del injerto sobre el número de hojas verdaderas de
plántulas de jitomate en dos patrones silvestres utilizando diferentes técnicas de injertación.
Los resultados obtenidos para la variable número de hojas verdaderas del injerto
de plántulas de tomate de hábitos de crecimiento determinado (toro) e
indeterminado (Cid), injertadas sobre patrones de tomate silvestre L. cerasiforme y
L. pimpinellifolium, utilizando las diferentes técnicas de injertación se muestran en
el cuadro 5. No se encontraron diferencias significativas para el número de hojas
verdaderas del injerto, a los 8 utilizando el patrón L. cerasiforme, como tampoco
49
entre hábitos de crecimiento, para este mismo patrón silvestre, como era de
esperarse a los 30 días posteriores a la injertación, el injerto de aproximación en
plántulas de habito indeterminado, mostró diferencia significativa y las plantas
mostraron un mayor numero de hojas, contrariamente el patrón L. pimpinellifolium
con el injerto de aproximación fue el que tuvo el menor número de hojas.
Cuadro 5. Hojas verdaderas de plántulas de tomates con diferentes hábitos de crecimiento injertadas
en dos patrones silvestres.
L. cerasiforme L. pimpinellifolium Días Hojas
Métodos de injertación
8 30 8 30 Crecimiento determinado (c.v. toro) Aproximación 4.00a 8.00b 4.00a 8.00a Empalme 4.00a 7.00b 4.00a 7.00b Púa 4.00a 7.00b 3.00a 7.00b Crecimiento indeterminado (c.v. cid) Aproximación 5.00a 9.00a 5.00a 6.66c Empalme 4.00a 7.00b 4.00a 8.00a Púa 4.00a 7.00b 4.00a 8.00a ns * ns * c.v.: Variedad comercial; ns: no significativo, *: significativo p ≤ 0.05 Medias con letras iguales no son estadísticamente diferentes (tukey, 0.05).
Para el caso de la edad del injerto las diferencias encontradas muestran una
relación en la cual, a medida que las plántulas usadas como injerto eran de más
edad, el número de hojas observado fue mayor. Esto estaría asociado con el
número de hojas que tenían las plántulas respectivas al momento de efectuar la
injertación (Miguel, 1993). También Pulgar et al. (1998) observaron el aumento en
el número de hojas en plantas injertadas como resultado de una absorción
creciente de agua y de nutrientes.
5.3. Porcentaje de prendimiento del injerto 5.3.1. Porcentaje de prendimiento del injerto de tomate de dos hábitos de crecimiento utilizando patrones silvestres (primer ensayo)
Los resultados obtenidos en el primer ensayo del experimento para la variable
porcentaje de prendimiento del injerto, utilizando dos patrones silvestres de tomate
(L. cerasiforme y L. pimpinellifolium) y como injertos dos variedades comerciales
50
de tomates de habito de crecimiento determinado (Toro) e indeterminado (Cid), en
las diferentes técnicas de injertación aproximación, empalme y púa se muestran
en el cuadro 6. El análisis mostró diferencias significativas en el porcentaje de
prendimiento del injerto, utilizando como patrón plántulas de tomate silvestre L.
ceraciforme y como injerto plántulas de variedad comercial de hábito
indeterminado (Cid), el mayor porcentaje de prendimiento se obtuvo por la técnica
de púa. Por lo contrario el menor porcentaje de prendimiento se obtuvo por la
técnica de empalme. Se encontró diferencia significativa al utilizar como patrón
plántulas de tomate silvestre L. pimpinellifolium y como injertos variedad de hábito
indeterminado (Cid) con el injerto de aproximación.
Cuadro 6. Efecto de las diferentes técnicas de injertación sobre el prendimiento de plantas
de variedades comerciales injertadas sobre especies de tomate silvestres de L.
cerasiforme y L. pimpinellifolium.
Métodos de injertación Prendimiento (%) L. cerasiforme L. pimpinellifolium Toro Cid Toro Cid Aproximación 72a 72ab 61a 75a Empalme 50ab 60c 63a 60b Púa 72a 90a 63a 60b ns * ns * c.v.: Variedad comercial; ns: no significativo, *: significativo p ≤ 0.05 Medias con letras iguales no son estadísticamente diferentes (tukey, 0.05).
5.3.2. Prendimiento del injerto (segundo ensayo) Los resultados obtenidos en el segundo ensayo del experimento para la variable
prendimiento (%) del injerto, se muestran en cuadro 7. Los resultados obtenidos
en el segundo ensayo del experimento mostraron diferencias significativas en la
variable prendimiento del injerto, el mayor porcentaje de prendimiento se obtuvo
por la técnica de aproximación, utilizando plántulas de tomate L. cerasiforme,
como patrón y la variedad comercial de hábito determinado (Toro) como injerto,
por lo contrario el menor porcentaje se obtuvo con la técnica de púa. No se
encontraron diferencias significativas al utilizar como patrón plántulas de tomate
silvestre L. pimpinellifolium y como injertos variedades comerciales de hábitos de
crecimiento determinado (Toro) e indeterminado (Cid) con las diferentes técnicas
de injertación de aproximación, empalme y púa.
51
Cuadro 7. Efecto de las diferentes técnicas de injertación sobre el prendimiento de plantas
de variedades comerciales injertadas sobre especies de tomate silvestres de L.
cerasiforme y L. pimpinellifolium.
Métodos de injertación Prendimiento (%) L. cerasiforme L. pimpinellifolium Toro Cid Toro Cid Aproximación 80a 80a 80a 83a Empalme 60ab 70ab 73a 76a Púa 50c 60ab 73a 70a * ns ns ns c.v.: Variedad comercial; ns: no significativo, *: significativo p ≤ 0.05 Medias con letras iguales no son estadísticamente diferentes (tukey, 0.05). 5.3.3. Prendimiento del injerto (tercer ensayo)
Los resultados obtenidos en el tercer ensayo del experimento para la variable
prendimiento (%) del injerto, se muestran en el cuadro 8. Los resultados obtenidos
en el tercer ensayo del experimento mostraron diferencias significativas, el mayor
porcentaje de prendimiento se obtuvo por la técnica de aproximación, utilizando
como patrón plántulas de tomate L. ceraciforme y como injerto la variedad
comercial de hábito determinado (Toro), por lo contrario el porcentaje más bajo se
obtuvo por la técnica de púa. No se encontró diferencia significativa al utilizar
plántulas de tomate silvestre L. pimpinellifolium como patrón, injertados con
variedades comerciales de hábitos de crecimiento determinado (Toro) e
indeterminado (Cid) con las diferentes técnicas de injertación de aproximación,
empalme y púa.
Cuadro 8. Efecto de las diferentes técnicas de injertación sobre el prendimiento de
plantas de variedades comerciales injertadas sobre especies de tomate silvestres
de L. cerasiforme y L. pimpinellifolium.
Métodos de injertación Prendimiento (%) L. cerasiforme L. pimpinellifolium Toro Cid Toro Cid Aproximación 88a 88a 88a 91a Empalme 70ab 80ab 83a 86ab Púa 60c 70ab 83a 80b * ns ns ns c.v.: Variedad comercial; ns: no significativo, *: significativo p ≤ 0.05 Medias con letras iguales no son estadísticamente diferentes (tukey, 0.05).
52
5.3.3. Prendimiento del injerto (cuarto ensayo) Los resultados obtenidos en el cuarto ensayo del experimento para la variable
prendimiento (%) del injerto, se muestran en el cuadro 8. Los resultados obtenidos
en el cuarto ensayo del experimento mostraron diferencias significativas en la
variable porcentaje de prendimiento del injerto, el mayor porcentaje de
prendimiento se obtuvo por la técnica de aproximación, utilizando plántulas de
tomate L. cerasiforme, como patrón y variedad comercial de hábito determinado
(Toro), por lo contrario el porcentaje más bajo se obtuvo por la técnica de púa.
contrariamente al utilizar plántulas de tomate silvestre L. pimpinellifolium como
patrón, injertados con variedades comerciales de hábitos de crecimiento
determinado (Toro) e indeterminado (Cid) con las diferentes técnicas de injertación
de aproximación, empalme y púa no se encontraron diferencias significativas.
Cuadro 8. Efecto de las diferentes técnicas de injertación sobre el prendimiento de plantas
de variedades comerciales injertadas sobre especies de tomate silvestres de L.
cerasiforme y L. pimpinellifolium.
Métodos de injertación Prendimiento (%) L. ceraciforme L. pimpinelifolium Toro Cid Toro Cid Aproximación 80a 80a 80a 83ª Empalme 60ab 70ab 73a 76a Púa 50c 60ab 73a 70a * ns ns ns c.v.: Variedad comercial; ns: no significativo, *: significativo p ≤ 0.05 Medias con letras iguales no son estadísticamente diferentes (tukey, 0.05).
5.3.4. Prendimiento del injerto (datos promedio de los 4 ensayos)
Los resultados promedios de cuatro ensayos realizados del experimento de
injertación, para la variable prendimiento (%) del injerto, utilizando dos patrones de
plántulas de tomate silvestres L. cerasiforme y L. pimpinellifolium y como injertos
dos variedades de tomates comerciales de habito de crecimiento determinado
(Toro) e indeterminado (Cid), con las diferentes técnicas de injertación
aproximación, empalme y púa se muestran en cuadro 9. Los resultados obtenidos
para la variable porcentaje de prendimiento del injerto, el mayor porcentaje de
prendimiento se obtuvo por la técnica de aproximación utilizando plántulas de
53
tomate L. cerasiforme, L. pimpinellifolium como patrón y variedades comerciales
de hábitos determinado (Toro) e indeterminado (Cid), por lo contrario el porcentaje
más bajo se obtuvo por la técnica de púa en ambos casos. No se encontró
diferencia significativa al utilizar plántulas de tomate silvestre L. pimpinellifolium
como patrón, injertados con variedades comerciales de hábitos de crecimiento
determinado (Toro) e indeterminado (Cid) con las diferentes técnicas de injertación
de aproximación, empalme y púa. Por lo contrario, si hubo diferencia significativa,
cuando se utilizó plántulas de tomate silvestre L. cerasiforme como patrón y como
injerto la variedad comercial de crecimiento determinado (Toro), injertado con la
técnica de aproximación que fue mayor el prendimiento con el 80% y en contraste
con la técnica de púa con un prendimiento al 50% en la variedad de crecimiento
determinado (Toro).
Cuadro 9. Efecto de las diferentes técnicas de injertación sobre el prendimiento de
plantas de variedades comerciales injertadas sobre especies de tomate silvestres de L.
cerasiforme y L. pimpinellifolium.
Métodos de injertación Prendimiento (%) L. cerasiforme L. pimpinellifolium Toro Cid Toro Cid Aproximación 80ª 80a 70a 80a Empalme 60ab 70ab 60a 70a Púa 50c 60ab 50a 60a * ns ns ns c.v.: Variedad comercial; ns: no significativo, *: significativo p ≤ 0.05 Medias con letras iguales no son estadísticamente diferentes (tukey, 0.05).
Sobre la eficacia de los distintos métodos de injerto (Miguel et al., 1993),
comprobó que con el método de injerto por aproximación se ha obtenido un
porcentaje mayor de prendimiento que con el de púa (90 % en 1981 y 92.3% en
1982, frente al 70% y 62.6% respectivamente). Estos resultados coinciden con los
de García, (1990), que indica que con el injerto de aproximación se consigue un
95-100% de prendimiento, mientras que con el de púa terminal el prendimiento es
del 85.7%; y con los de Suzuki, (1972), que también indica que en injerto de púa
deben mantenerse unas condiciones de temperatura y humedad relativa mucho
más estrictas que con el injerto de aproximación. Durante el proceso de soldadura,
con este último método, tanto la planta patrón como la del injerto (variedad)
conservan su sistema radicular, lo que les permite seguir vegetando sin "shock", si
el injerto está bien realizado.
54
En el caso donde se obtuvo mayor prendimiento de los injertos, fue cuando se
utilizó la técnica de aproximación, donde las plántulas que se utilizaron como
patrón y como injerto, mantuvieron la conexión con sus raíces hasta haber sido
concluido la aclimatación, por tal efecto estuvieron menos expuesto a la
deshidratación, las plántulas no requiere diámetros iguales.
En la técnica de púa, resulto difícil lograr un contacto pleno entre las dos
superficies cortadas, principalmente porque la púa del injerto debió entrar la mayor
parte en la cavidad natural del hipocolito de la planta que se utilizó como patrón,
donde gran parte de la superficie no estaba herida, y por lo tanto no produjo callo
de cicatrización.
El injerto de púa tiene la ventaja de que no necesita una manipulación posterior,
mientras que el de aproximación requiere el corte del tallo del injerto y, a veces, un
amarre del injerto, dado que el peso de la variedad descansa sobre una lengüeta
del hipocotilo del patrón (Miguel, 1993).
Resultados similares fueron obtenidos en sandia (Citrullus lanatus), por Miguel et
al., citado por Camacho y Fernández (1999), al comparar diferentes técnicas de
injertación. La técnica de púa provoco alta mortalidad producto de la
deshidratación del injerto, mientras que en las mismas condiciones, la técnica de
aproximación alcanzó los porcentajes de prendimientos más altos.
La comparación entre las variedades para cada una de las técnicas, muestra que
solo utilizando la variedad comercial (Toro) injertada sobre la especie de tomate
silvestre L. cerasiforme, existió diferencia significativa entre la técnica de
aproximación y púa. En las demás combinaciones no hubo diferencia significativa.
Esto estaría asociado a la calidad de las plántulas obtenidas en cada variedad,
más que a algún aspecto anatómico o fisiológico inherente a la variedad misma.
Respecto a esto, numerosos autores especializados en injertos de hortalizas no
hacen mención de limitaciones de esta naturaleza en melón (CTIFL, 1985; Lee,
1994; Oda, 1995; Camacho y Fernández, 1999).
55
De igual modo, estos autores, indican que el control de la humedad relativa,
temperatura e iluminación durante las etapas de soldadura y aclimatación de las
plantas injertadas es fundamental para obtener alto prendimiento. Especialmente
cuando se utilizan técnicas en las que el injerto es separado de sus propias raíces
antes que se complete su unión con el patrón. Los resultados de este experimento
demostraron que las dos variedades tanto (Toro y Cid), presentaron una alta
susceptibilidad a los efectos provocados por la injertación, a pesar de su
aclimatación en condiciones ambientales controladas. Este fenómeno se expresó
significativamente cuando se utilizó técnicas como empalme o púa, y el efecto fue
menor con la técnica de aproximación.
Una posible explicación para el caso del injerto de púa, que en nuestra
investigación fue la que mostró menor porcentaje de prendimiento, lo podemos
encontrar en lo que indican Oda, 1995; Camacho y Fernández, 1999 que cuanto
mayor sea la herida hecha para realizar el injerto, mayor tiempo tardará en
cicatrizar, pero también será mayor la zona de contacto entre el cambium del
patrón y la variedad, y aunque su crecimiento sea normal, llegara un tiempo
posterior en el que se impedirá el movimiento de la planta y se dará un colapso de
la planta, por esa razón lo mas apropiado es encontrar un equilibrio entre estos
dos factores, para que esta se desarrolle en las mejores condiciones posibles.
VII CONCLUSIONES
Las plantas de tomate silvestre L. pimpinellifolium y L. cerasiforme utilizadas
como patrones, respondieron significativamente a la técnica de injertación por
aproximación para grosor y altura del patrón
Los hábitos determinado e indeterminado de tomate comercial (c.v. toro y cid)
utilizados como injertos mostraron una respuesta positiva a las diferentes técnicas
de injertación utilizadas, pero mas a la de aproximación y no existieron diferencias
entre los patrones nativos L. pimpinellifolium y L. cerasiforme.
La técnica de injertación por aproximación presentó mayor porcentaje de
prendimiento y la técnica de púa el menor, sin importar el hábito de crecimiento.
56
VII RECOMENDACIONES
El potencial que presentan los materiales fitogenéticos nativos de Lycopersicon
esculentum var. cerasiforme y L. pimpinellifolium., para ser utilizados como
patrones, es sumamente alto, por lo que la conservación de estos recursos
naturales debe ser primordial para los involucrados en esta línea de investigación.
57
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