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El Cristo Negro de Portobelo

Por: Licda. Dilcia V. Illezcas M.

Cada año el 21 de octubre se celebran las fiestas en honor al Cristo Negro de Portobelo, estas fiestas se caracterizan por tener elementos que no son vistos en otras latitudes y que al mismo tiempo han provocado preocupación en la Iglesia panameña, al tener como parte de sus elementos, penitencias o "mandas" ofrecidas al santo que son extremadamente dolorosas.

Desde una semana antes se observa el peregrinar de los devotos hacia la ciudad de Portobelo, vistiendo la clásica túnica de color morado, también llegan personas de todas partes del mundo ya sea para cumplir con otro tipo de manda o por conocer la historia y detalles de esta celebración.

Cristóbal Colón llegó a la Bahía de Portobelo en el año de 1502, la ciudad de Portobelo se desarrolló con sorprendente rapidez convirtiéndose en el primer puerto del Atlántico en el occidente y en ruta de tránsito y comercio.

El inicio de las ferias de Portobelo se da alrededor del siglo XVII, donde estas duraban mas de dos meses, prolongándose a veces por mas tiempo.

La Ciudad de Portobelo

Portobelo era una ciudad próspera, pero con la aparición de los piratas, los robos y asesinatos producto de la aglomeración y la avaricia, además de las terribles epidemias por la falta de recursos sanitarios se vio envuelta en la decadencia al ser abandonada como ruta de tránsito.

Cuenta la leyenda que la imagen del Cristo Negro llegó a esta ciudad a finales del siglo XVII o a inicios del siglo XVIII. Entre las versiones que rodean su procedencia tenemos las siguientes:

La Leyenda del Cristo Negro de Portobelo

El capitán del barco decidió aligerar la carga para así continuar el viaje, y ordenó tirar por la borda una caja que llevaban en la bodega.

Un barco que transportaba la imagen se dirigía a Cartagena, Colombia, pero cada vez que intentaba zarpar de Portobelo se desataba una tormenta que obligaba a la nave a regresar al puerto.

Posteriormente, unos pescadores encontraron la caja flotando en el mar y la trajeron a la iglesia. La caja contenía al Cristo Negro.

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Se dice que un marinero propuso dejar la imagen en Portobelo para ver si cesaba la tormenta. Como ocurrió así, el hecho fue considerado como un signo de Dios.

Entonces subieron nuevamente la imagen, pero volvió la tormenta y decidieron lanzarla al mar, de donde fue recogida por un pescador, otros dicen que los marineros simplemente la dejaron.

Segunda Leyenda

La Iglesia de la Isla de Taboga ordenó la imagen de un Jesús Nazareno a un proveedor en España. Por otra parte, la Iglesia de Portobelo le solicitó al mismo artesano una imagen de Santo Pedro.

Se dio una equivocación al enviar las imágenes y el San Pedro terminó en la Iglesia de Taboga y el Nazareno en Portobelo.

Todos los esfuerzos que se hicieron para tratar de subsanar la equivocación resultaron infructuosos, pues siempre ocurría algo que impedía al Nazareno abandonar el pueblo.

De esta manera la comunidad interpretó las dificultades como un mensaje divino y desistió de la idea de intercambiar las imágenes.

Tercera Leyenda

Durante una epidemia de cólera, los portobeleños encontraron flotando en la bahía una caja que contenía la imagen de madera del Nazareno. Al abrir dicha caja, se sanaron todos los enfermos.

No importa realmente cual es la verdadera versión sobre la llegada a las costa de Portobelo del Cristo Negro ni la exactitud de la fecha lo cierto es que desde su aparición se le atribuyen grandes milagros y producto de ello es venerado a nivel nacional e internacional.

Cuarta Leyenda

No existen límites para el tipo de penitencia que el creyente ofrezca en pago del beneficio recibido y es indudable las muestras de fe que se aprecian durante todo el periodo ya que no sólo es la peregrinación hacia la ciudad, es igual durante la procesión que por su particular andar de tres pasos hacia delante y uno para atrás, hacen que esta procesión dure hasta mas de una hora, ya que muchas son las personas que desean cargar la imagen para “pagar las mandas” por los favores y milagros recibidos de Jesús Nazareno.

Un aspecto social de esta celebración es el hecho de que el peregrinaje de los devotos del Cristo no es solitario, durante todo el recorrido en Portobelo pueden encontrarse personas que tradicionalmente los acompañan o esperan en el camino

Las procesiones del Nazareno son una verdadera fiesta popular y religiosa porque el pueblo participa en ella y son una muestra de la religiosidad del panameño.