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HERALDO DEL GRAN REY (AÑO 1208)
FRANCISCO SUÁREZ SALGUERO
~ 1 ~
A MODO DE PRÓLOGO
EL TUGURIO DE RIVOTORTO EN ASÍS
Y LOS COMIENZOS DE LA ORDEN FRANCISCANA
“San Francisco se recogía con los suyos en un lugar cercano a la ciudad de Asís,
llamado Rivotorto. Había allí una choza abandonada; en ella vivían los más valerosos
despreciadores de las grandes y lujosas viviendas, y a su resguardo se protegían de los
aguaceros, pues, como decía el Santo: „antes se sube al cielo desde una choza que des-
de un palacio‟. Todos sus hijos y hermanos vivían en aquel lugar con su Padre, pade-
ciendo mucho y careciendo de todo, privados muchísimas veces hasta del alivio de un
bocado de pan, contentos con los nabos que mendigaban trabajosamente de un lado a
otro por la llanura de Asís. Aquel lugar era tan exageradamente reducido, que mala-
mente podían sentarse ni descansar. Con todo, no se oía por eso murmuración o queja
alguna; antes bien, con ánimo sereno y espíritu gozoso, conservaban la
paciencia”.(Tomás de Celano, Vida Primera, 42).
Rivotorto es un riachuelo que nace por debajo del camino de Asís a Panzo, en la falda
del Subasio, y desemboca en el Ose, catorce quilómetros más abajo. De los varios arro-
yos que surcan la llanura asisana es el único que merece ese nombre, por sus retorcidos
meandros. A mitad del recorrido, en medio de la llanura, lo cruzaba mediante un puen-
tecillo el antiguo camino de Asís hacia Cannara y Roma, que las inundaciones hacían a
veces impracticable.
En ese cruce precisamente había un tugurio abandonado, tres paredes de piedra cu-
biertas de palos y ramas, tal vez refugio y lugar de descanso para campesinos y vian-
dantes que a diario circulaban por allí. Su estado debía de ser lamentable, pues los bió-
grafos dicen que estaba completamente abandonado y olvidado de todos. Allí se refugió
Francisco con sus primeros hermanos y allí permanecieron más de dos años, desde el 16
de abril de 1208 hasta una fecha incierta entre 1210 y principios de 1211, antes de la
conversión de Santa Clara. Y ese fue, con el tiempo, el escenario de algunos episodios
importantes, como la llegada de los once primeros compañeros de San Francisco, la re-
dacción de la primera Regla, la reparación de la cercana iglesia de San Pedro de la Es-
pina, fray “mosca”, la visión del carro de fuego, el fraile que se moría de hambre por
exceso de ayuno, el paso del emperador Otón camino de Roma, etc.
Aunque se suele decir que la cuna de la Orden es Santa María de la Porciúncula, tal
afirmación se basa en un error del biógrafo fray Tomás de Celano, que estaba conven-
cido de que el Santo había vivido allí y había reparado la iglesia antes de tener compa-
ñeros. Por eso, al referirse a Francisco moribundo en el palacio del obispo, dice que pi-
dió ser trasladado a Santa María, pues deseaba entregar su alma allí donde “como se ha
dicho, conoció claramente por primera vez el camino de la verdad”. Y en la segunda no
duda en asegurar que en aquella iglesia “tuvo su origen la Orden de los hermanos me-
nores y en ella, al crecer el número, como en cimiento firme, se levantó su noble edi-
ficio”.
~ 2 ~
San Buenaventura, que depende en buena parte de Celano, escribe también que el Santo
amó con preferencia a Santa María, “pues aquí empezó humildemente, aquí pro-gresó
en la virtud y aquí terminó felizmente el curso de su vida”. Y en otro momento dirá que
“este es el lugar en que San Francisco, por inspiración divina, dio comienzo a la Orden
de los hermanos menores”. Y al referirse al traslado de Rivotorto a la Por-ciúncula,
asegura que lo hizo “movido por la gracia divina, con el fin de que allí donde por los
méritos de la Madre de Dios tuvo su origen la Orden de los Menores, recibiera
también, con su auxilio, un renovado incremento”.
Tales afirmaciones, sin embargo, caen por su propio peso, pues del análisis de los he-
chos contados por ellos mismos y por otros biógrafos y testimonios resulta que Fran-
cisco se empezó a interesar por la iglesia de Santa María cuando ya vivía en Rivotorto
con sus primeros compañeros y que fueron éstos los que empezaron a restaurarla. Dicha
restauración, como resulta de un documento de la primera mitad del siglo XIII conser-
vado en el Sacro Convento de Asís, debió de durar hasta el 2 de agosto de 1215, fecha
de la nueva consagración de la Porciúncula.
El tugurio, según una constante tradición y antiguos testimonios documentales, estaba
en el lugar que hoy ocupa el convento, santuario y parroquia de San Francisco o Santa
María de Rivotorto. Giotto, antes de 1304, lo representó en la basílica superior de Asís
dividido en tres cuerpos, tal como se conserva ahora. Eso significa que el edificio actual
ya existía a finales del siglo XIII, pero sería un error identificarlo con el tugurio pri-
mitivo habitado por Francisco y sus primeros compañeros. Al menos podemos asegurar
que las dos habitaciones laterales (una cocina a la izquierda y un dormitorio a la dere-
cha) fueron añadidas con posterioridad, pero no después del siglo XIII. Seguramente fue
poco después de la canonización del Santo, cuando cada lugar habitado o visitado por él
empezó a ser objeto de devoción y meta de peregrinos. Entonces el tugurio se convirtió
en santuario y en ermita. Restos de una cerca de piedra en la esquina del edificio hacen
suponer además la existencia de un huerto junto a la casa.
Una lápida con inscripción gótica de la primera mitad del siglo XIV recuerda que allí,
“junto a Rivotorto”, vivieron el Beato Gil de Asís, que podría ser el tercer compañero
de Francisco, o fray Gil de Capoccio, muerto en 1270, fray Conrado de Offida, que mu-
rió en 1306, y un cierto Nicolás de Sebenic, que no hay que confundir con San Nicolás
Tavelic de Sebenico, martirizado en Jerusalén en el 1391. Antiguos cronistas del Sacro
Convento de Asís aseguran que fray Nicolás, en el año 1315, figuraba en los libros de
administración como “vicario de Rivotorto”, y a él le atribuyen la lápida conmemorati-
va, que dice así: “Aquí, junto al río sinuoso, el beato Gil de Asís y fray Conrado de
Offida Piceno descansaron en Dios muchas veces”. Alguien, más tarde, añadió en el
margen inferior, en letra más pequeña por falta de espacio: “Igualmente fray Nicolás de
Sebenic, dálmata”. La inscripción apareció mientras se excavaban dentro del tugurio los
cimientos para los pilares de la iglesia, entre 1597 y 1600.
En una carta del siglo XVII los frailes de la Porciúncula confirman que en el actual
santuario, anteriormente, nunca había habido más de un fraile. Esa es la razón por la que
el nombre de Rivotorto no aparece nunca entre los conventos franciscanos antes del si-
glo XVII.
~ 3 ~
El eremitorio quedó abandonado por causa de las continuar guerras, que obligaron a la
población asisana a refugiarse en las ciudades y castillos, hasta que el 12 de junio de
1455, el asisano fray Francisco Saccardino, o Saccardo, franciscano Conventual del Sa-
cro Convento de Asís, obtuvo permiso del vicario general de la diócesis, D. Francisco
Vitali, “para edificar una capilla, iglesia o majestad, con altar adecuado para celebrar
la Misa, en el condado de Asís, en el paraje llamado Ponticelli (Puentecillo) de Rivo-
torto”. Se dice edificar, pero fue, en realidad, una restauración de la ermita y transfor-
mación del oratorio (la parte central) en una iglesia dedicada a Santa María. Los archi-
vos notariales asisanos demuestran que los antepasados de Saccardo, aunque vivían en
Asís, tenían propiedades en los alrededores del tugurio, almenos desde los tiempos de
fray Conrado de Offida y de fray Nicolás de Sebenic.
A Saccardo no le preocupaba tanto la vida eremítica cuanto la restauración y conser-
vación de una reliquia del pasado, en trance de desaparecer, sobre todo después de la ca-
tastrófica destrucción de la ciudad ocurrida trece años antes. Esa misma preocupación la
tendrá, 35 años después, el ministro general conventual fray Francisco Sansón de Bres-
cia, al recomendar que “se mantenga la antigua devoción de Rivotorto”. En 1508, el
ministro general colocaba en el “convento” de Rivotorto a fray Antonio de Asís. Años
más tarde, en 1586, el custodio del Sacro Convento, de quien dependía el lugar, decidió
la rehabilitación de la capilla, que había quedado de nuevo abandonada. Pero fue el mi-
nistro general conventual fray Felipe Gesualdi quien emprendió la tarea de construir una
iglesia más grande que contuviera al santuario, animado tal vez por lo que se hacía en-
tonces en la cercana Porciúncula. Junto a la iglesia se construyó un conventito de dos
plantas, con seis celdas y las dependencias más necesarias. Cuatrocientos años después
de San Francisco, Rivotorto volvía a ser habitado de nuevo por una comunidad de frai-
les.
En el año 1654, fray Miguel Ángel Catalano, futuro ministro general, empleó el rico
patrimonio familiar heredado en 1647 en ampliar el convento añadiéndole un gran
claustro. Una antigua planta de la iglesia, publicada en 1693 por fray Carlos Rainiero de
Rímini demuestra que la iglesia no tenía otra función que la de proteger de la intemperie
la humilde y preciosa reliquia franciscana, puesto que la capilla de Saccardo ocupaba el
centro de la nave de la Iglesia, de planta cuadrada.
Un devastador terremoto arrasó iglesia y convento en 1854, pero la “majestad” o ca-
pilla, de la que algunas viejas fotos muestran su aspecto externo e interno, quedó intac-
ta. Sobre ella, el padre Bernardo Tini levantó la iglesia actual, de estilo neogótico. En
1925-1926 se eliminó de las paredes el revestimiento que las cubría, dejando al descu-
bierto los muros de piedra del primitivo tugurio y ermita. Hoy este santuario, tan im-
portante para la historia franciscana, es uno de los menos visitados de Asís, a pesar de
que los documentos y la tradición demuestran claramente que en este humilde lugar na-
ció la Orden de los Hermanos Menores y dio sus primeros pasos, en la mayor sencillez,
humildad y pobreza.
~ 4 ~
AÑO 1208
~ 5 ~
ASÍS
En 1207 no contamos nada destacado del joven italiano Francisco de Asís, célebre o
sorprendente en esta su ciudad por su modo de actuar.1 En el invierno de 1206, casi
desnudo y tiritando de frío tras haberse desprendido de todos sus bienes, Francisco tomó
el camino de Gubbio, no buscando sino estar a solas con Dios y no deseando sino ven-
cer sus miedos, o sus repugnancias, por ejemplo ante los leprosos,2 o en relación a la
soledad…
En aquel transitar hacia Gubbio fue apaleado por unos bandidos, ante quienes se pre-
sentó como “el heraldo del Gran Rey”.3
Las aguas en crecida del Chiascio4 lo obligaron a permanecer en un monasterio,
5 donde
no fue muy bien tratado por los monjes. En cuanto pudo se fue de allí y continuó hasta
llegar a Gubbio. Allí un comerciante de telas conocido y amigo suyo, Federico
Spadalunga, le regaló una túnica. Luego permaneció algún tiempo en un lazareto cui-
dando de los leprosos.6
Ahora, en este año 1208, recordando el mandato o súplica que le hiciera el Señor (el
Crucifijo de San Damián), Francisco, metido a constructor, se dirigió pronto a la iglesia
de San Damián para repararla. El sacerdote del lugar, conociendo su delicada vida an-
1 En años anteriores lo hemos hecho prologando en nuestros relatos.
2 Ya sabemos –podemos recordarlo– cómo tiempo atrás había podido acercarse y abrazar a un leproso, al
que atendió como pudo con limosna.
3“Cubierto de andrajos el que tiempo atrás vestía con ricas telas, marchando por el bosque cantando en
lengua francesa alabanzas al Señor; de improviso caen sobre él unos ladrones. A la pregunta, que le
dirigen con aire desafiante, intentando saber quién es, Francisco, seguro de sí mismo, con voz llena les
responde: „Soy el heraldo del Gran Rey; ¿qué queréis?‟ Ellos, sin más, le propinaron una buena paliza y
lo arrojaron a un hoyo lleno de mucha nieve, diciéndole: „Descansa, rústico heraldo de Dios‟. Él, mo-
viéndose de un lado para otro, sacudiéndose la nieve –ellos se habían marchado–, de un salto se puso
fuera del agujero, y, saltando de gozo, comenzó a cantar a plena voz, por los bosques, las alabanzas del
Creador de todas las cosas” (Tomás de Celano, Vida de San Francisco, 16).
Ir a Epílogo I.
4 Este río, también llamado Chiagio, es un afluente del Tíber. Nace entre los montes de Gubbio y los
Apeninos. Surge en la vertiente occidental del monte Cucco, en la confluencia de varios arroyos. Después
recibe a Scirca, Dorìa, Vercata, Saonda, Rasina y, cerca de Bastia Umbra, al Tescio... A lo largo del río,
atravesando Asís, se encuentra el Castello di Petrignano, de finales del siglo XIII. La desembocadura al
Tíber es en Torgiano.
5 Probablemente Santa María (de la Asunción) de Valfabbrica, uno de los monasterios benedictinos de
los benedictinos en Italia (Umbría) en tiempos carolingios. Es un lugar que se menciona desde antiguo
como priorato a la orilla izquierda del río Chiascio.
6 No se sabe si en Gubbio o en Asís.
~ 6 ~
terior y que mostraba debilidad corporal, le preparaba bien de comer, a lo que Francisco
replicaba –o se decía a sí mismo– que no era esa la vida de pobre que había escogido,
así que se propuso ir de casa en casa, escudilla en mano, a mendigar su comida, como
hacen los demás pobres que mendigan. El primer día casi vomitó, viendo aquellos co-
mistrajos mezclados en el plato, pero de nuevo se hizo violencia, comió y le supo a
gloria. Pidió al sacerdote que no le preparase más de comer, que él mendigaría la co-
mida.
También mendigaba piedras para la obra y aceite para el lampadario de la iglesia. A
veces pasaba su vergüenza. Su padre, al verlo recorriendo las calles de Asís de aquella
menesterosa manera, le echaba maldiciones, pero él encontró el antídoto en Alberto, un
anciano pobre de Asís, que lo bendecía a cambio de la mitad de sus limosnas. Francisco
fue aprendiendo a no echarse atrás.
Dos años (1207 y 1208) tardó Francisco en reparar la iglesia de San Damián, con-tando
con la ayuda de algunos pobres, a quienes anunciaba que aquel lugar llegaría a ser un
día un monasterio de mujeres santas por su dedicación a Dios. Francisco vestía de er-
mitaño, con túnica larga, sandalias, cinturón de cuero y bastón, usaba alforja y recibía
dinero, hasta que un día, en misa, oyó el evangelio de la misión de los apóstoles, en el
capítulo 10 según San Mateo, cuando Jesús los envía de dos en dos a evangelizar, a
curar leprosos y a echar demonios, sin nada por el camino.
Al oírlo, exclamó Francisco diciendo: “Eso es lo que buscaba, y lo que quiero prac-
ticar con todo mi corazón”, y se desnudó de nuevo, abandonando el bastón, la alforja, el
cinturón, las sandalias y el dinero, quedando sólo con los calzones, una túnica con capu-
cho grande cosido a la espalda, y una cuerda a la cintura. En adelante no quiso tener na-
da más.
A partir de entonces (primavera de este año 1208) Francisco empezó a saludar con la
paz, según el evangelio, y a invitar a todos a la conversión, bajo la mirada atenta de
algunos jóvenes que lo observaban con interés. Un día, Bernardo de Quintavalle, rico
como él, lo invitó a cenar y a dormir en su casa y le manifestó su deseo de seguirlo. Al
día siguiente, muy temprano, fueron a buscar a Pedro Cattanei, canónigo de San Rufino,
y se fueron con él a la iglesia de San Nicolás, atendida por los canónigos. Acabada
la misa, Francisco pidió a Pedro que les ayudara a encontrar en los Evangelios lo que te-
nían que hacer.7 Abrieron aquel evangeliario
8y dieron con estos pasajes, en los que se
detuvieron: “Si quieres ser perfecto, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y ten-
drás un tesoro en el cielo”,9“no toméis nada para el camino”
10 y “si alguno quiere ve-
nir en pos de mí, niéguese a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga”,11
tras lo cual 7 Estando los textos en latín.
8 Que ahora está en Estados Unidos, en la Walters Art Gallery de Baltimore.
9 Mt 19, 21.
10
Lc 9, 3.
11
Lc 9, 23.
~ 7 ~
exclamó Francisco: “Hermanos, esta es nuestra regla y vida, y la de todos los que
quieran unirse a nosotros. Id, pues, y cumplid lo que habéis oído”. Ambos vendieron
cuanto tenían, según sus posibilidades, y lo distribuyeron todo entre los hospitales, mo-
nasterios, leprosería y pobres de Asís, con ayuda de Francisco.12
Bernardo, Pedro y
Francisco se instalaron desde el primer momento en un tugurio o choza abandonada en
la llanura, junto a un riachuelo llamado Rivotorto.
A los siete días de aquello, el 23 de abril y siguientes, un joven de condición humilde,
de nombre Gil, después de oír misa en San Jorge, siendo esta fiesta del santoral, se fue
con ellos a Rivotorto, y Francisco lo recibió muy contento, invitándolo a alegrarse por
haber sido “elegido por Dios como caballero y servidor suyo amado en la perfecta ob-
servancia del Evangelio”. Pocos días después, ambos se fueron de gira “apostólica”
por la Marca de Ancona, dejando a todo el mundo perplejo por la manera extraña de
vestir y de saludar y por su aspecto desaliñado. Dos niños los tomaron por el “coco”,
unos campesinos los confundieron con hechiceros que embrujaban al ganado, las mu-
chachas corrían asustadas y la mayoría los tomaba por locos; pero Francisco animaba a
fray Gil, anunciándole que la nueva Orden llegaría a ser evangélica, cumplida como el
pescador que saca la red llena de peces y selecciona a los más grandes. En Gualdo
Tadino fueron tan mal recibidos, que Francisco no dudó en sacudirse el polvo de los
pies, como dice el Evangelio.
Pobres iban como Cristo y como su bendita Madre “pobrecilla”, siendo ya los meses de
mayo y junio, cuando se vieron de nuevo en Asís. Se unieron al grupo otros tres:
Sabatino, Juan de Capella y Morico el Chico. Francisco los quería fundados en la po-
breza, viviendo como pobres y peregrinos en este mundo; y en la humildad, sirviendo a
todos, sobre todo a los marginados, los pobres y débiles, los enfermos y leprosos y los
mendigos. Al principio, él mismo pedía limosna por todos, hasta que, viendo que era
superior a sus fuerzas, les explicó que no tenían que avergonzarse de mendigar, pues esa
era la herencia legada por Cristo a cuantos quieren ser pobres como Él y como su Madre
“pobrecilla”. Pero los parientes y paisanos casi no les daban nada, ya que les parecía
una estupidez darlo todo para luego vivir a costa de otros. Al obispo Guido de Asís
también le parecía demasiado áspera y rigurosa aquella forma de vida y el propósito de
no tener nada en este mundo, pero Francisco replicaba que las propiedades hay que de-
fenderlas con las armas, y de ahí nacen disputas y pleitos. La realidad de algunos mo-
nasterios de la región era, efectivamente, esa, decía o pensaba Francisco.
La oración del grupo de Rivotorto era más mental que oral, pues no tenían libros para el
rezo del oficio divino. Francisco les propuso que rezaran tres Padrenuestros por cada
hora canónica y oír misa cada mañana, y los exhortaba a “leer” el libro de la cruz de
Cristo, para lo cual plantó una cruz de madera en medio del tugurio. Además les enseñó
a repetir siempre esta oración, cada vez que encontrasen una: “Te adoramos, Señor Je-
sucristo, aquí y en todas tus iglesias que hay en el mundo entero, y te bendecimos, pues
por tu santa cruz redimiste el mundo”. Por último, les enseñaba a respetar a los sa-
12
Tanto desprendimiento dio qué pensar a otro canónigo, muy avaro, de nombre Silvestre, que acabará
por unirse al grupo, como veremos en su momento, tras la aprobación eclesiástica de la Regla.
~ 8 ~
cerdotes y demás ministros católicos, a quienes él mismo, según su testamento, honraba
como a sus señores, tratando de mirar en ellos no sus pecados, sino al Hijo de Dios.
Se agregó al grupo el octavo componente, fray Felipe Longo de Andria.13
Eran mo-
mentos en los que Franciscose dedicaba bastante a llorar o lamentar su vida pasada,
hasta que, en cierto momento, la gracia del Señor le concedió ver el futuro de cuanto ob-
servaba, el futuro de la Orden que se estaba fundando. Un día –fue lo que pasó– se reti-
ró con sus siete compañeros adentrándose en el bosque de la Porciúncula –solían ha-
cerlo los días festivos, a raíz, según se cuenta, del relato de un campesino que contó a
Francisco haber oído allí de noche cantos de ángeles o muy sonora música celestial– y
allí Francisco les habló así: “El Señor no nos ha llamado sólo para nuestro bien. Te-
nemos que dispersarnos para socorrer al mundo en peligro con la Palabra de Dios y
nuestro buen ejemplo”. Ellos se excusaron alegando su ignorancia, más él los animaba
diciéndoles que el Espíritu del Señor hablaría por ellos, y que soportaran todo con
paciencia y humildad. Y, para quitarles el miedo, les anunció que el Señor haría pronto
de ellos una gran multitud y que muchos nobles e intelectuales se unirían a ellos para
predicar a reyes, príncipes, naciones y pueblos numerosos, y los extendería por todo el
mundo. Después de haberlos animado con estos y otros consejos de inspiración evan-
gélica, los fue enviando de dos en dos –como enseña el evangelio–, un tanto al azar, ha-
cia los cuatro puntos cardinales, no sin antes haberlos abrazado uno por uno, dicién-
doles: “Confía en el Señor, que Él te ayudará”.
Los hermanos14
se esforzaron por cumplir todo lo mandado: se postraban ante el signo
de la cruz, saludaban con la paz, exhortaban a todos a temer y amar al Creador y a cum-
plir sus mandamientos. Unos los escuchaban con agrado, otros los acosaban con pre-
guntas que no siempre sabían responder, muchos los trataron con desprecio y como a
delincuentes. Tuvieron que padecer frío, hambre, sed y muchas tribulaciones, mas ellos
no se entristecían ni se quejaban por nada, nada reclamaban, rezaban por todos, se mani-
festaban un profundo amor mutuo y no aceptaban dinero, en vista de lo cual algunos
recapacitaban y les pedían perdón por haberlos maltratado.15
13
Castillo cercano al lago Trasimeno.
14
Durante este año 1208 y el siguiente 1209.
15
Fray Gil y fray Bernardo peregrinaron a Santiago de Compostela. En el verano de 1209 transitaban por
España, viéndose obligados a dormir muchas veces a la intemperie, al aire libre, en alguna era, y a comer
habas o lo que encontraban. Fray Gil anduvo 20 días sin capucho, porque no tenía otra cosa que darle a un
pobre. En el invierno estaban ya de regreso en Italia. En Florencia a duras penas lograron dormir en el
porche de una casa, junto a un horno, sin una manta siquiera con qué taparse. Por la mañana temprano se
fueron a rezar a la iglesia cercana, y allí conocieron a Guido Volto dell’Orco, que se interesó por ellos y
les ofreció su casa y todo cuanto necesitaran. De lo sucedido a los otros hermanos y a Francisco durante
esta misión no hay noticias, aunque podemos suponer que su suerte no fue distinta a la de Gil y Bernardo.
Francisco recorrió, al parecer, en esta ocasión el valle de Rieti. En Poggio Bustone, donde se cuentan
algunas leyendas sin fundamento, recuerdan su paso y su original saludo: “¡Buenos días, buena gente!”.
~ 9 ~
REAL MONSTERIO DE SANTA MARÍA DE SIGENA:
CORONA DE ARAGÓN
En el Real Monasterio de Santa María de Sigena,16
el 9 de noviembre de este año
1208, murió la que fue reina consorte de Aragón, Sancha de Castilla, esposa del rey
Alfonso II de Aragón (muerto en 1196) y madre de Pedro II de Aragón. Tenía 54 años
de edad. Había nacido en Toledo, hija de Alfonso VII de León el Emperador (muerto en
1157) y de su segunda esposa Riquilda de Polonia (muerta en 1185).
Como podemos recordar, el 18 de enero de 1174, en la catedral de Zaragoza, se casa-
ron Alfonso II de Aragón y Sancha de Castilla, roborando ella diplomas a partir de en-
tonces como regina Aragonie, comitissa Barcinone et marchissa Provincie. Del matri-
monio nacieron: Pedro,17
Constanza,18
Alfonso,19
Leonor,20
Sancha,21
Sancho, Ramón
Berenguer (muertos siendo menores estos dos), Fernando22
y Dulce.23
Doña Sancha fue la primera reina de Aragón que utilizó sello regio, de similares ca-
racterísticas a los sellos usados por su esposo el rey Alfonso II, mostrando en sendas ca-
ras una imagen de la reina entronizada con una flor de lis en una mano en el anverso,
16
Villanueva de Sigena (Huesca). El lector puede ir al año 1188 y considerar allí el relato fundacional e
histórico que hicimos de este monasterio.
17
Primogénito, nacido en 1174, heredero y sucesor de Alfonso II como Pedro II, rey de Aragón y conde
de Barcelona. Casado en 1204 con María de Montpellier. Su muerte será en 1213.
18
Nacida en 1179 y muerta en 1222. Casada en 1198 con el rey Emerico I de Hungría (muerto en 1204)
y en 1210 con el emperador germano Federico II, también rey de Sicilia y de Jerusalén.
19
Nacido en 1180 y muerto en 1209. Conde de Provenza como Alfonso II.
20
Nacida en 1182 y muerta en 1226. Casada en 1202 con el conde Ramón o Raimundo VI de Tolosa o
Toulouse.
21
Nacida en 1186 y muerta en 1241. Casada en 1211 con el conde Ramón o Raimundo VII de Tolosa o
Toulouse.
22
Nacido en 1190 y muerto en 1242. Ordenado presbítero y abad en el castillo-abadía de Montearagón,
en Quicena (Huesca).
23
Nacida en 1192. No se sabe la fecha de su muerte, fallecida como monja (doña) en Sigena.
~ 10 ~
siendo la imagen del reverso ecuestre montando a la amazona con vestiduras femeninas.
Esta iconografía muestra la relación de la reina con la autoridad real de su esposo.
Destacó en sulabor como mecenas de las artes, lo que se evidencia no sólo en la origi-
nalidad del mencionado sello que ostentó sino también en el monasterio de Sigena pro-
movido y fundado por ella, con función de panteón de los reyes aragoneses. Hizo mu-
chas donaciones a dicho monasterio, en el que murió, habiéndose retirado al mismo
cuando enviudó.
La reina Sancha testó en este año 1208 ordenando su enterramiento en la capilla de
San Pedro del monasterio de Sigena, donándole al mismo sus joyas, una tela de seda,
ciertas reliquias y cesión de varias heredades.24
24
Debió fallecer poco después del 6 de noviembre de 1208, fecha en la cual aparece por última vez, figu-
rando a partir de esa fecha la priora del monasterio así como su hijo el rey Pedro haciendo varias do-
naciones y confirmando las que había hecho su madre.
~ 11 ~
CERCANÍAS DE SAINT-GILLES (LANGUEDOC)
El 15 de enero de este año 1208, cerca de Saint-Guilles (San Gil),25
en el Languedoc,
fue asesinado Pierre de Castelnau, cisterciense, legado pontificio de Inocencio III. Al-
guien cercano al conde tolosano Ramón VI fue el asesino.
En 1203, Pierre se encontraba en la abadía cisterciense de Fontfroide, cuando el Papa
le encargó ser su legado en la zona de Languedoc, junto con Raoul Ranier, que ya ostén-
taba el cargo. Ambos tuvieron plena potestad pontificia para actuar intentando por todos
los medios de hacer entrar en razón a los cátaros y convertirlos.26
Tal potestad pontificia
de los legados llegó incluso a molestar a los obispos de una amplia zona, quienes veían
mermada su jurisdicción. No dejaron de ocultar sus quejas los obispos de Toulouse, Bé-
ziers o Vivers (Vivès), los cuales fueron suspendidos. El caso fue que predicaron la fe
católica y contra los cátaros Pierre de Castelnau, Raoul Ranier, Diego de Acebes (obis-
po castellano de Osma) y su canónigo Domingo de Guzmán.27
Pierre de Castelnau fue
25
La abadía de Saint-Gilles o San Gil, reconocido punto del Camino de Santiago en Francia, se en-
cuentra en el centro de esta población que lleva su nombre. Está dedicada a San Gil, que fue su fundador
y primer abad, benedictino.
San Gil (o Egidio) abad, de origen griego, ateniense, fue un cenobita del siglo VI. Vivió algún tiempo
cerca de Marsella, donde tomó la decisión de adentrarse en un bosque próximo al Ródano (hoy se llama
bosque de San Gil). Allí fue alimentado con la leche de una cierva que, perseguida por el rey Childeberto
cazando, se le acercó. El rey, uno de los cuatro hijos de Clodoveo, como podemos recordar, le hizo
ordenar como sacerdote y le erigió su correspondiente convento, para unos monjes benedictinos, llegando
Gil a ser el abad. Su fiesta en el santoral es el 1 de septiembre.
La historia, o más bien la leyenda del lugar, comienza cuando San Gil lo elige para retirarse como ere-
mita. La leyenda, en otra versión, dice que el Santo fue herido por una flecha que lanzó accidentalmente
el rey visigodo Wamba (672-680), bastante posterior al franco Childeberto. Como compensación por el
incidente, el rey le entregó unas tierras con el fin de que pudiera fundar la abadía. Este episodio habría
que situarlo en el siglo VII. Inicialmente el establecimiento estaba dedicado a los Santos Apóstoles Pedro
y Pablo.
La abadía probablemente había sido fundada en el siglo VII, siendo dedicada a San Gil a mediados del
siglo IX, siendo San Gil venerado en el lugar y supuestamente enterrado en la iglesia abacial. El hecho se
acompañó de la correspondiente campaña de promoción para el incremento de los peregrinos devotos.
Aquello dio resultado y la Santa Sede concedió a la abadía el privilegio de su exención para depender
directamente del Papa. Con todo, la abadía no dejó de ser bastante mediocre. En 1066 hubo intentos de
vincularla a Cluny, pero hubo oposición de sus monjes y todo quedó en vano intento. En 1077 fue el Papa
Gregorio VII (el Santo Hildebrando) quien propuso y aprobó la unión, aunque conservando la abadía su
independencia y privilegio de elegir abades propios. Posteriormente creció el esplendor y la importancia
monástica del lugar, disputándose su poder los condes de Toulouse.
26
De la herejía cátara ya nos venimos ocupando cuanto corresponde en este cronicón.
27
Santo Domingo de Guzmán.
~ 12 ~
quien más destacó en sus críticas o denuncias contra la política pro cátara del conde Ra-
món VI de Toulouse, excomulgándole en 1207.
Sello del conde Ramón VI de Toulouse
Al ser asesinado, tras haberse entrevistado con Ramón, Pierre fue considerado mártir
por el Papa,28
el cual se decidió ya sin que hubiera que demorarse a convocar la católica
cruzada albigense.29
El lío que se presenta es complejo, pues el conde Ramón VI es vasallo del rey Pedro II
de Aragón, el cual a su vez es vasallo del Papa. Como Pedro II se resistes y se niega a ir
contra sus súbditos herejes, el Papa Inocencio III lo excomulga. Pedro II, por tanto, se
ve obligado a participara del todo involucrado en la cruzada albigense, cosa que al rey
aragonés se le presenta como una tragedia que querría evitar sin que pueda ni deba. El
caso es que a 10 de marzo proclamó el Papa Inocencio III la cruzada o guerra santa con-
tra los cátaros, viéndola hasta más necesaria que la cruzada o las cruzadas contra el Is-
lam. Se dará, pues, el desarrollo de una campaña militar de cruzada albigense.
Recordemos que, en la segunda mitad del siglo XII se había difundido en las tierras
del Languedoc el catarismo, seria y preocupante herejía. Los señores de toda esta región
occitana, cuyo conde más poderoso es el de Toulouse, no se hicieron cátaros, pero si
apoyaban bastante a estos herejes y les permitían desarrollarse, independizarse de la
autoridad eclesiástica católica, ser otra iglesia, distinta de la romana, yendo por libre,
totalmente sueltos de toda vinculación. Por todo ello, la creciente preocupación que se
venía acumulando en el Papa Inocencio III le movió a enviar legados, entre ellos Ar-
naldo Amalrico (de quien ya hablaremos), con el fin de erradicar esta herejía. Para ello
depuró numerosos altos cargos eclesiásticos que sustituyó por prelados de la confianza
28
Como tal lo declaró posterior y oficialmente el Papa Inocencio IV (1243-1254), beatificándolo. Se
conmemora en el santoral el 15 de enero, sobre todo para las diócesis de Carcasona y Nimes.
29
Llamada así por la ciudad francesa de Albi, destacado foco de herejes cátaros, como Toulouse, etc.
~ 13 ~
de Roma. Los conflictos se desencadenaron y, en ese clima bélico, un criado de la corte
de Ramón VI mató aPierre de Castelnau, destacado legado pontificio, de cuya muerte
nos ocupamos, una muerte que el Papa consideró casus belli,30
predicando así la guerra
santa contra Ramón VI de Toulouse (considerado responsable del asesinato) y contra
sus vasallos. Esto significa y supone la aplicación de la legislación eclesiástica del mo-
mento, consistente en considerar a los herejes cátaros realmente como infieles enemi-
gos, como el caso de los sarracenos invasores, una legislación que valida, por tanto, la
expropiación de los bienes y los feudos, destruyendo y sometiendo a servidumbre a sus
poseedores.
Inocencio III considera que los herejes, por ser una amenaza interna y un peligro co-
rrosivo para la cristiandad, son peores que los musulmanes. Éstas son palabras del Papa:
“Los enemigos de la fe cristiana y de la Iglesia, los herejes, son, pues, por lo
mismo, los mortales enemigos de la Cristiandad, como los paganos, como los
moros. Es más, peores que ellos, ya que éstos son enemigos externos, mientras
que los herejes viven en medio del „pueblo cristiano‟, tanto más peligrosos
cuanto más difícilmente se escapa el lobo disfrazado de oveja y más a mansalva
comete éste estragos en el redil”.31
Las soflamas pontificias hacían ver a Occitania como territorio a purificar, y a los cá-
taros, y a quienes los consienten o se complacen permisivamente con ellos, los con-
vierten en demonios. El Papa proclama la cruzada albigense o contra los cátaros. Iremos
viendo el desenvolverse y el desarrollo de la misma.32
30
Casus belli es una expresión latina que podemos traducir como motivo o justificación, no superficial
pretexto, para declarar la guerra. El término se consolidó en el contexto del derecho internacional que se
establecía a finales del siglo XIX como consecuencia de la doctrina política del ius in bello, el derecho en
situación o circunstancia de guerra. Subyace en este asunto el debate o argumento sobre la legitimidad o
no de la guerra.
31
Sacado de Wikipedia. Inocencio III, cita de A. Oliver, “Táctica de propaganda y motivos literarios en
las cartas antiheréticas de Inocencio III”, en Regnum Dei (1956), Collectanea Theatina, XII, Roma,
1957, pp. 22-23. Apud Alvira (2000:744).
32
El Papa deseaba que fuera el propio rey de Francia, Felipe II Augusto, quien se pusiera a la cabeza de
la cruzada contra los albigenses, pero sus intereses políticos en el norte, presionado por el rey Juan I de
Inglaterra y por el emperador germano Otón IV, eran muy otros, no le permitían desviar sus recursos o
sus esfuerzos hacia un conflicto que consideraba secundario en sus prioridades; pero si bien no lideró la
expedición que se dispuso, permitió que se alistaran sus nobles, en considerable número de quinientos
caballeros, los que según las características de las tropas de esta época, serían acompañados por el doble o
el triple de escuderos (muchas veces a caballo, aunque más ligeramente armados) y peones, hasta llegar a
unos mil o dos mil efectivos en total. El ejército cruzado resultante se concentrará en Lyon en 1209.
Organizar aquello correspondió a la Santa Sede, particularmente al Papa, ya que el rey Felipe Augusto
de Francia había rechazado encabezar al ejército. Inocencio III dio el mando directo de las operaciones a
su legado Arnaldo Amalrico, joven y enérgico abad cisterciense, el cual resultará del todo eficaz en atacar
y reprimir con dureza la herejía a exterminar. De 1208 a 1213 fue el responsable máximo ostentando todo
el poder contra los cátaros en aquella cruzada, aunque en agosto de 1209 delegará la comandancia militar
en Simón de Montfort, de quien también hablaremos en su momento.
~ 14 ~
Pasó también que Durán (o Durand) de Huesca, un clérigo que había sido canónigo en
la catedral oscense, habiéndose exiliado al Languedoc, con sus seguidores, muy influen-
ciados por los cátaros (de filiación valdense),33
se arrepintieron de la herejía y, reinte-
33
De la Iglesia Valdense, surgida y desarrollada en el siglo XII, en cierto modo precursora de la pro-
testante Iglesia Evangélica que se origina a partir del siglo XVI.
Los historiadores no concuerdan fácilmente acerca de los orígenes de los valdenses. De acuerdo con las
fuentes y los archivos inquisitoriales, surgieron como movimiento de los “Pobres de Lion”, hacia 1170,
encabezados por un tal Vaudes, Valdés, Waldo o Pedro Valdo (éste es el nombre más prevalente).
En cambio, algunos protestantes afirman que los valdenses constituyen un eslabón en la cadena conti-
nua de disidentes que surgieron entre la época del emperador Constantino I (siglo IV) y los reformadores
protestantes del siglo XVI. Algunos historiadores protestantes opinan que el nombre de valdense, apli-
cado también a los procedentes del país de Vaud (cantón suizo), se deriva de la palabra latina vallis (va-
lle), refiriéndose al hecho de que aquellos disidentes a quienes se perseguía con persistencia como he-
rejes se vieron obligados a refugiarse en los valles alpinos de Francia e Italia. De acuerdo con este punto
de vista Pedro y sus seguidores llegaron a ser el punto de reunión para grupos similares de perseguidos o
mal vistos por la Iglesia Católica, algunos de los cuales habrían estado en las sombras o invisibles por lar-
go tiempo.
En este sentido, aunque los valdenses primitivos o previos al protestantismo en la Edad Moderna se
consideraban a sí mismos como un remanente fiel de la verdadera Iglesia cristiana tras la época cons-
tantiniana o del Papa Silvestre I (314-335), los valdenses mismos consideran que su movimiento fue fun-
dado por Pedro Valdo y los Pobres de Lyon.
Se dice que Pedro Valdo era un comerciante adinerado de Lyon que estaba casado y tenía dos hijas.
Siendo hombre devoto y católico practicante, en 1177, tras la muerte repentina de un conocido, pidió a un
amigo teólogo que le diera consejo de las Escrituras en cuanto a lo que debía hacer para agradar a Dios.
En respuesta, su amigo citó el evangelio de Mateo 19, 21, donde Jesús dijo al joven rico: “Si quieres ser
perfecto, anda, vende tus bienes y da a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme”.
Se cuenta que Pedro Valdo se tomó esto totalmente en serio. Así, después de proveer para el sustento de
su esposa y colocar a sus dos hijas en un convento, comisionó a dos sacerdotes que tradujeron los evan-
gelios y partes de la Escritura a lengua vernácula (occitana), para divulgar la Biblia. Luego distribuyó sus
bienes entre los pobres y su puso a estudiar las Escrituras. Además, predicó en las calles de Lyon, in-
vitando a los habitantes a que despertaran espiritualmente y regresaran al cristianismo según él lo enten-
día en las Escrituras, poniendo énfasis en algunas sentencias de Jesús como “No podéis servir a dos
amos, a Dios y al Dinero” (Mt 6, 24; Lc 16, 13). Y se incrementó el número de los valdenses, hombres y
mujeres.
Como Valdo había sido bien conocido como próspero hombre de negocios, muchas personas le
escucharon y pronto tuvo un grupo de seguidores. Les alegró oír el mensaje consolador de la Biblia en su
propio idioma, pues hasta entonces venía a ser bastante desconocida la Escritura, toda ella en latín, y no
habiéndose inventado aún la imprenta. Copiar a mano una Biblia ocupaba a un monje durante tres años.
Con Valdo muchas personas convinieron en renunciar a sus bienes y dedicarse a enseñar la Biblia en el
idioma de la gente común. Se les llegó a conocer como los Pobres de Lyon. Para ellos, cualquier cristia-
no, fuera hombre o mujer y no necesariamente clérigo, podía predicar siempre y cuando tuviese suficiente
conocimiento de las Escrituras. El movimiento valdense fusionó varios otros de índole religiosa y al mar-
gen del catolicismo oficial, como fuimos viendo o considerando en este cronicón. También vino mucha
difusión, a la que contribuyeron las excomuniones, los exilios por persecución, etc.
En cuanto a Durán de Huesca, cabe decir que nació hacia el año 1160. Probablemente sea el autor del
Liber Antiheresis, un tratado sobre la herejía fechado hacia finales del siglo XII. Parece ser que en 1207
participó en una serie de debates doctrinales que hubo en Pamiers, reconciliándose luego con la Iglesia
Católica. Inocencio III le aprobó su congregación de Pobres Católicos, de inspiración valdense. Al final
de su vida, compuso un tratado titulado Liber contra Manicheos. Murió en Languedoc, en 1224.
~ 15 ~
grándose en la doctrina católica, obtuvieron permiso del Papa Inocencio III para consti-
tuirse en la congregación de Pobres Católicos.
~ 16 ~
MONTPELLIER
Al rey Pedro II de Aragón, de su esposa María de Montpellier, precisamente en esta
ciudad de su señorío, en Montpellier le nació un hijo, su sucesor y heredero, el 2 de
febrero de este año 1208. Este hijo resultó engendrado por el rey mediante simulación y
engaño, ya que el rey no quería ni ver a su mujer, mucho menos acostarse con ella, pero
María, con ayuda de nobles y eclesiásticos, preocupados por tener legítimo heredero en
el trono, urdieron el engaño. María se quedó embarazada de Jaime –que así se llama el
niño–34
yaciendo con Pedro haciéndose pasar por una de sus amantes.35
34
El futuro rey Jaime I el Conquistador (1213-1276).
35
Ir a Epílogo II.
~ 17 ~
REINO DE LEÓN: LA CORUÑA, VILLA DE REALENGO
Alfonso IX, en junio, convocó y presidió Cortes en León, resultando entre otras cosas
al respecto que fue refundada la villa gallega de La Coruña, convertida en villa de rea-
lengo,36
con carta puebla basada en la que su padre Fernando II (1157-1188) otorgó a
Benavente (año 1167).37
Los habitantes de la aneja población conocida como El Burgo
del Faro hubieron de trasladarse a la parte vieja de la localidad.38
36
Un enclave a depender directamente del rey, libre de vasallaje al clero o a los señores feudales que se
repartían el resto del territorio gallego. Décadas más tarde, el rey Alfonso X el Sabio (1252-1284) con-
cederá a la villa la exclusividad de desembarcar y vender la sal sin pagar gravámenes, lo que producirá
una gran prosperidad económica y ciudadana.
37
El Fuero de Benavente, que tuvo su primera redacción en 1164, también conocido como Fuero de Mal-
grad.
38
La actual ciudad vieja de la localidad, importante puerto histórico que se halla en la costa noroeste de
la Península Ibérica (Rías Altas). El centro de la ciudad se extiende sobre una península unida a tierra
firme por un estrecho istmo, por lo que presenta dos fachadas marítimas distintas: la portuaria (hacia la ría
de La Coruña) y otra de mar abierto o hacia la Ensenada del Orzán, con playas.
La bahía de La Coruña es citada por los geógrafos clásicos con el nombre de Portus Magnus Artabro-
rum (GranPuerto de los ártabros), siendo uno de los puntos fundamentales en la “ruta del estaño”. El
nombre de Brigantium parece corresponder al actual Betanzos. Ptolomeo hace referencia a la ciudad de
Faro (que se corresponde sin duda con La Coruña actual) y cita la torre de Hércules. Dion Casio habla de
la llegada de César a las costas de Brigantium. Bajo los romanos, La Coruña fue final de una vía y puerto
de cierta importancia. Las tropas de Julio César llegaron en el año 52 a. de C. y los romanos acabaron
bautizando el lugar como Brigantium. Posteriormente, en el siglo I fue construido el faro que lleva el
nombre de Torre de Hércules, siendo ésta una prueba de la importancia que tenía la ruta marítima por la
zona ya en épocas remotas. Hay restos de necrópolis y de construcciones romanas por la zona.
Posteriormente al Imperio Romano, el pequeño asentamiento herculino caería sucesivamente bajo do-
minio suevo y visigodo. La llegada de los musulmanes a la Península Ibérica en 711 apenas se dejó sentir
en esta zona, siendo pronto parte del reino cristiano de Asturias. Bermudo II (1028-1037) otorgó a la Igle-
sia compostelana el dominio sobre La Coruña (Crunia) y la isla de Faro (que era como se llamaba en-
tonces la península en la que se erige la Torre de Hércules), pero entre los siglos IX y X, los periódicos
ataques de las flotas vikingas acaban con el despoblamiento de la zona, ya que sus habitantes prefirieron
establecerse en el área de Betanzos, una zona de la ría más protegida.
Emblemática de La Coruña es su patrimonial Torre de Hércules, un faro sobre una colina del terreno, el
único faro romano y el más antiguo en funcionamiento del mundo.
Hay varias leyendas relacionadas con la mítica construcción de la Torre de Hércules. Una de ellas cuen-ta
que Hércules llegó en barca a las costas que rodean actualmente la Torre, y que fue precisamente allí el
lugar donde enterró la cabeza del gigante Gerión tras haberlo derrotado. Es relato continuando la leyenda
tartésica y fenicia. Y es que la mitología local y antigua cuenta que “hubo un gigante llamado Gerión, rey
de Brigantium, que obligaba a sus súbditos a entregarle la mitad de sus bienes, incluyendo sus hijos. Un
día los súbditos decidieron pedir ayuda a Hércules, que retó a Gerión en una gran pelea. Hércules de-
~ 18 ~
Y con fecha 12 de octubre le fue concedido el mismo fuero a Belver de los Montes,39
donde se dispuso que “si fidalgus in Belveer vecinus fuerit, ille et uxor eius et filii sui
tale forum habeant sicut vicini sui”.
rrotóa Gerión, lo enterró y levantó un túmulo que coronó con una gran antorcha. Cerca de este túmulo
fundó una ciudad y, como la primera persona que llegó fue una mujer llamada Cruña (o Crunia), Hér-
cules puso a la ciudad este nombre”.
Históricamente hablando, sobre todo según datos arqueológicos, la Torre de Hércules fue construida por
los romanos como faro de navegación en el siglo I. En su base se encontró una piedra votiva con esta ins-
cripción en latín: MARTI AVG.SACR C.SEVIVS LVPVS ARCHTECTVS ÆMINIENSIS LVSITANVS.EX.-
VO, lo que ha permitido identificar al arquitecto autor de la misma como Cayo Sevio Lupo, originario de
Aeminium (la actual Coímbra, en Portugal).
La mención más antigua a la Torre, allá por los años 415-317, se encuentra en el Historiæ adversvm pa-
ganos de Paulo Orosio:“Secvndvs angvlvs circivm intendit, ubi Brigantia Gallæciæ civitas sita altissi-
mvm farvm et inter pavca memorandi operis ad specvlam Britanniæ erigit”.
39
Provincia de Zamora.
~ 19 ~
PALENCIA (REINO DE CASTILLA)
Tras la muerte de Arderico, obispo de Palencia (1184-1208), que había sido antes
obispo de Sigüenza (1178-1184),40
el nuevo obispo de la sede palentina es Tello Téllez
de Meneses, miembro de una poderosa familia de la Tierra de Campos, con 38 años de
edad en estos momentos.41
Es hijo de Tello Pérez de Meneses y de Gontrodo García,
fundadora del monasterio cisterciense de Santa María de Matallana.42
40
No sabemos su edad, pues se desconoce el año y circunstancias de su nacimiento. Sí se sabe que fue tío
de Pedro González Telmo (San Telmo), de quien enseguida habremos de hablar, como canónigo de Pa-
lencia, dominico, capellán del rey Fernando III el Santo, etc.
41
Si nació, como se supone, en 1170, en la localidad palentina de Meneses de Campos, que histórica-
mente se remonta a las repoblaciones que hubo en la zona durante los siglos X y XI, cuando un grupo de
familias provenientes del Valle de Mena, en el norte de la provincia de Burgos, se aposentó en las riveras
del río Aguijón, originando una serie de aldeas o villas, entre ellas Meneses de Campos, que fue señorío
de la preclara familia Téllez de Meneses, cuyos miembros más destacados fueron Alfonso Téllez de
Meneses (ricohombre de Castilla a quien veremos muy señero en la reconquista por la provincia de Bada-
joz, en su momento) y Tello Téllez de Meneses (obispo de Palencia, que al igual que su hermano parti-
cipará en la batalla de Las Navas de Tolosa en 1212), ambos hijos del primer señor de Meneses, Tello
Pérez, el genearca, muerto hacia el año 1200. Descendiente de esta familia, en su momento, hacia finales
del siglo XIII, será la reina castellana Doña María de Molina (María Alfonso de Meneses). Desde el siglo
XIV, el de Meneses será señorío de los Manueles (Casa de Manuel de Villena), y desde finales del siglo
XV de los Guzmán, que recibirán los títulos de marqués de Montealegre y señor de Meneses. Lope de
Vega se hace eco de los Téllez de Meneses en su obra literaria.
42
Se encuentra al norte del municipio vallisoletano de Villalba de los Alcores, siendo actualmente un
Centro de Interpretación de la Naturaleza. Tello Pérez y Gontrodo García lo fundaron aproximadamente
en 1185 merced a la donación que hiciera para ello el monarca castellano Alfonso VIII. La iglesia que hay
en el lugar actualmente es del siglo XIV. Fue construida siguiendo el modelo de la del real monasterio de
las Huelgas en Burgos.
Gracias a su ubicación, por donde se encuentra la Tierra de Campos y los Montes Torozos, y habiéndo-
se exclaustrado de allí los monjes cuando la desamortización decimonónica, se reutilizó como hospital
para los empleados del Canal de Castilla, más tarde como cantera en la construcción del ramal de Campos
de dicho canal y acabó como finca agropecuaria.
Su declaración como Monumento Nacional en 1931 y el hecho de que sea propiedad de la Diputación
Provincial de Valladolid, hace que este monasterio haya pasado a ser un Centro de Interpretación de la
Naturaleza que cuenta con una sala donde se puede observar una exposición sobre la fauna y la flora de la
zona de Matallana, habiendo un palomar, un parque temático de las distintas razas ovinas, un jardín
botánico, las ruinas propiamente del monasterio cisterciense, una pequeña laguna, un invernadero y
vivero, una senda medioambiental y un parque temático muy divertido para los más pequeños.
~ 20 ~
Tello tiene encomendado por el rey Alfonso VIII de Castilla potenciar la creación
cada vez más sólida y decidida del que ya se conoce con celebridad Estudio General de
Palencia. Queda oficialmente fundado como Studium Generale en este año 1208.43
Se constata también en Palencia un considerable crecimiento de la aljama judía, bien
protegida por el obispo y por el cabildo de la ciudad.44
43
Que será prácticamente la primera Universidad de la España cristiana, donde será invitado a formarse
el protegido y canónigo Pedro González Telmo (San Telmo), sobrino de Arderico, el obispo difunto, co-
mo hemos aludido en una nota anterior.
El Estudio General de Palencia, en el que ya, muy a sus inicios, se había formado el mismo Santo Do-
mingo de Guzmán cuando era joven, tendrá que cerrarse en 1217 por dificultades económicas.
Fue, como queda dicho, el primer centro cristiano de Enseñanza Superior en España. Algunos autores
sostienen que se trasladó a Valladolid, pero puede considerarse que la Universidad de Valladolid nació de
forma independiente respecto al Estudio General de Palencia. Aquí se enseñaba Teología, Artes (Trivium
y Quadrivium) y Derecho.
Durante el siglo XIII, la Corona de Castilla, se preocupó de crear las instituciones de enseñanza superior
al igual que estaba ocurriendo en otros lugares de Europa. El surgimiento de las universidades en Castilla
fue impulsado por iniciativa de los monarcas y de los prelados, aprovechando la existencia de escuelas
episcopales que resultaban potenciadas. Éste es el origen de las Universidades.
La fecha fundacional palentina suele situarse entre los años 1208 y 1212, durante el reinado de Alfonso
VIII de Castilla, según algunos autores por iniciativa del obispo electo Tello Téllez de Meneses, y según
otros por iniciativa del obispo de Osma y enseguida arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Rada; pero
lo cierto es que mucho antes de 1208 existía ya, muy prestigioso, el Studium Generale de Palencia.
Prueba de ello es que se tiene constancia de que en él estudiaba Santo Domingo de Guzmán allá por el
año 1184, y que se han conservado varias lecciones impartidas en Palencia por el maestro Ugolino da
Sesso hacia el 1196, todo esto antes de la fundación universitaria oficial.
Alfonso VIII de Castilla, haciendo cuanto pudo, favoreció mucho a la institución docente palentina, do-
tándola de importantes recursos económicos y contribuyendo a elevar el nivel de la enseñanza impartida
en sus aulas con la llegada de maestros extranjeros, sobre todo de Francia e Italia.Entre los maestros de la
primera época se encontraban don Odo, Lanfranco, Fornelino y Guillermo Lombardo.
Tras la muerte de Alfonso VIII, en 1214, el Estudio General de Palencia entró en crisis, agravada con el
paso y penurias de los años. Pese a los esfuerzos del monarca Fernando III el Santo por revitalizar la Uni-
versidad y la protección del Papa Honorio III, la crisis no se superaba. Ya en el año 1263, cuando la
Universidad de Palencia estaba a punto de cerrar, el Papa Urbano IV protagonizó el último esfuerzo por
mantenerla concediéndole los mismos privilegios con los que contaba la Universidad de París.
Hoy en día no queda ningún resto físico del edificio histórico de la Universidad de Palencia, aunque sí
hay varias teorías acerca de su ubicación.
44
Y no deja de ser raro que nada haya quedado de una aljama que figurara entre las más importantes del
reino de Castilla. Fuera de algunas lápidas expuestas en el Museo Provincial, de hecho nada se ha en-
contrado. Pero existen buenas razones para afirmar que en la ciudad palentina existía una de las más
numerosas y pobladas juderías de toda Castilla; y no hemos de olvidar que los monarcas castellanos acor-
daron un trato muy humano a sus vasallos judíos, aunque a veces el clero perpetraba injusticias o las
consentía mirando hacia otro lado. Si esto ocurría, los judíos acudían al amparo y protección de los
monarcas y éstos los atendían. La judería palentina, ciertamente diseminada por toda la ciudad, se re-
monta al siglo XI, continuando su expansión en los siguientes XII y XIII. La zona más habitada por ju-
díos era la localizada en las cercanías de la Puerta de Monzón. El crecimiento máximo de la judería se dio
en este año 1208 que ahora nos ocupa, siendo muy destacada la protección del obispo y del cabildo. La
Sinagoga estaba emplazada en la que hoy es calle de San Marcos, llamada antes de la Sinagoga, entre la
iglesia de San Miguel y la catedral. En esta zona surgió, en el siglo XVI, la Cofradía del Dulce Nombre
de Jesús, que era de origen italiano y celebraba la Circuncisión de Jesús. En la Iglesia de San Miguel fue
donde el Cid Campeador contrajo matrimonio con doña Jimena (año 1074). Las crónicas locales señalan
~ 21 ~
VALLADOLID (REINO DE CASTILLA)
Alfonso VIII incorporó Valladolid a la Corona de Castilla, tras haber sido señorío de
la familia Ansúrez desde 1074.45
La invasiva llegada de los musulmanes desde el norte de África a la Península Ibérica
no tardó en alcanzar el valle del Duero, asentándose por estas tierras, no de manera de-
masiado estable, etnias árabes y bereberes. Paso que eran etnias enfrentadas entre sí, a
mediados del siglo VIII, y terminaron replegándose al sur peninsular, también debido a
sequías prolongadas o períodos de clima adverso que se sucedieron.
A la despoblación ocasionada en las tierras del norte del Duero contribuyó también la
ofensiva del rey Alfonso I de Asturias (693-757) al aprovechar la mencionada rivalidad
entre etnias, la sequía y la consecuente hambruna, para llegar a Simancas, que posterior-
mente y hasta el siglo XII fue la capital de la zona vallisoletana, siendo entonces el nú-
cleo de población más importante del territorio vallisoletano.
No obstante, el despoblamiento del mencionado entorno no fue del todo extremo entre
los siglos VII y IX, perviviendo en esta zona una población o sociedad invertebrada y
activa, formada por comunidades reunidas en torno a poderes tanto cristianos como mu-
sulmanes, con identidad suficiente como para asentar los poderes políticos que dieron
carácter fronterizo al valle del Duero en el siglo IX.
Durante el siglo X se ordenó la repoblación de ciudades fronterizas que se hallaban,
según se decía, “desiertas desde antiguo”, siendo Simancas una de esas ciudades, im-
portante también desde el punto de vista estratégico y defensivo. No obstante, las cam-
pañas o aceifas de Almanzor46
durante el siglo X en el valle del Duero impidieron la
consolidación del proceso repoblador, retardándolo hasta el siglo XI en este territorio
fronterizo.
que durante el siglo XIII esa comunidad fue particularmente próspera, habiendo alcanzado su pico, como
decimos, en 1208, estando realmente dividida en dos aljamas. Se sabe, por ejemplo, que en 1291 cada
judío residente debía abonar en concepto de impuestos 33 maravedíes. Sin embargo, llegados los días
aciagos de 1391, el barrio judío fue asolado por la frenética y fanática turba, y todos los hebreos fueron
bautizados o eliminados o expulsados. Una de las principales sinagogas quedó convertida en hospital, que
luego pasó a ser cárcel, y otra pasó a ser matadero de animales. Los pocos judíos que quedaron poste-
riormente eran casi todos paupérrimos, marginados y obligados a exhibir el denigrante emblema amarillo
que los identificaba.
45
El genearca Pedro Ansúrez murió en 1118.
46
Muerto en 1002.
~ 22 ~
A mediados del siglo XI, Valladolid empezaba ya a evidenciar cierta vitalidad, desta-
cando como aldea agrícola.47
Valladolid se encontraba entonces rodeada por una cerca
defensiva que contaba con un rudimentario alcázar o alcazarejo y dos iglesias: la de San
Julián y Santa Basilisa48
y la de San Pelayo,49
que se cambió más tarde50
por la advoca-
ción de San Miguel.51
Fue a finales del siglo XI, durante la repoblación de la meseta castellana, cuando el
rey Alfonso VI encargó al descendiente de la muy linajuda familia Beni (o Banu) Gó-
mez, el conde de Saldaña y Carrión Pedro Ansúrez, y a su esposa Eylo Alfonso, que re-
poblasen por el territorio del curso medio del Duero, resultando así Valladolid, pobla-
ción de encrucijada clave entre los reinos de Castilla y león, cruce además entre las
ciudades del norte (con su Camino de Santiago) y las del sur (Toledo y las tierras de Al-
Ándalus). Valladolid fue clave en la organización y gobernación de su amplio entorno.
Cuando Alfonso VI otorgó el señorío de Valladolid al conde Pedro Ansúrez a partir de
1072, se inició el crecimiento y la expansión de la villa hacia el sureste. Don Pedro hizo
construir un palacio para él y su esposa en la zona extramuros donde se hallaba la
iglesia de San Pelayo. También edificó la colegiata de Santa María la Mayor (por la que
la población obtuvo su rango de villa) y una pequeña capilla privada que con el tiempo
evolucionó hasta ser la iglesia de Santa María La Antigua.
Se construyó ya un reforzamiento mayor o muralla y el primitivo alcazarejo fue trans-
formado en alcázar regio (en la confluencia del río Pisuerga y el ramal norte del río Es-
gueva). Además, el aumento de la población, la aparición de un incipiente sector mer-
cantil o de comercio y el fuerte sentimiento comunitario condujeron a la aparición
delconcejo concebido como “asamblea de vecinos” para el gobierno local, a cuyo
frente se encontraba el dominus.
En 1095 se fundó la abadía benedictina de Santa María, dotándola el conde Ansúrez de
posesiones y cediendo al primer abad, don Salto, un barrio, ultra Asevam,52
muy bien
comunicado.
Igualmente, a lo largo del siglo XII, siendo Valladolid una localidad cristiana mozára-
be, hubo también habitantes musulmanes53
y judíos. Valladolid adquirió ya gran impor-
tancia demográfica y comercial, habiéndose incrementado también la población con
47
En las tierras jurisdiccionales de Cabezón de Pisuerga.
48
Esposos mártires, santos cristianos egipcios, de muy extendida devoción, víctimas de la persecución de
Diocleciano hacia el año 304.
49
Joven martirizado en Córdoba (26 de junio del año 925).
50
En el siglo XII.
51
Devoción tan mozárabe como la de San Pelayo pero de más incrementada militancia o combatividad.
52
El barrio que se conoce como Cabañuelas, más allá del Esgueva.
53
En el barrio de San Martín, estableciendo su maqbara (cementerio) en el Prado de la Magdalena.
~ 23 ~
gente procedente de tierras pirenaicas, catalanas, francesas..., debido a las relaciones de
parentesco de los Ansúrez con los condes de Urgel, como fuimos viendo.
Ahora, en 1208, el rey Alfonso VIII de Castilla ha decidido nombrar a Valladolid co-
mo ciudad cortesana, enteramente perteneciente a la Corona de Castilla.54
Ya iremos
viendo más de la historia de esta ciudad, según sean los diversos momentos y circuns-
tancias en adelante.
54
Y en 1255 le otorgará el rey Alfonso X el Sabio el Fuero Real.
~ 24 ~
Toledo (Reino de castilla)
El 28 de agosto murió el granarzobispo de Toledo don Martín López de Pisuerga, que
destacó también como militar en la reconquista y político, como consejero del rey Al-
fonso VIII.55
Fue obispo de Sigüenza entre los años 1186-1191 y arzobispo de Toledo
desde 1192 hasta 1208, año de su muerte. Quien también murió en este año, el obispo
Julián de Cuenca,56
había sido antes su arcediano en Toledo. Luego lo contaremos.
Don Martín acompañó al rey Alfonso VIII a las Cortes de Carrión en 1188,57
dirigió
con bravura las incursiones militares en 1191 por el Campo de Calatrava y Al-Ándalus
almohade,58
participando luego también en la (nefasta) batalla de Alarcos (1195) como
en la defensa de Toledo (1197). En 1206 previó el rey castellano su nombramiento co-
mo canciller, cargo que no llegó a ejercer por estar aún con vida su titular Diego García.
55
No se sabe su edad. Hijo de Lope Díaz de Fitero, merino mayor de Castilla, era de Herrera de Pisuerga
(Palencia).
56
San Julián de Cuenca.
57
En Carrión de los Condes (Palencia), presidiendo el rey Alfonso VIII, se reunieron en destacadas
ocasiones las Cortes de Castilla, siendo una de las veces la del año 1188. Hubo lo siguiente: el rey caste-
llano armó caballero durante estas cortes a dos destacados hombres: el rey Alfonso IX de León (de quien
se dice que besó la mano del rey castellano reconociéndose vasallo) y el duque Conrado de Suabia, hijo
del emperador germano Federico I Barbarroja Además, aquellas Cortes sirvieron también para recibir
juramento de fidelidad del clero y de la nobleza, destacándose en este juramento: el arzobispo de Toledo,
los obispos de Burgos, Ávila y Calahorra; y varios condes, señores y caballeros, así como los mayores
(civitatum et villarum quorum majores juraverunt) de cuarenta y ocho ciudades, recogiéndose en la
escritura las siguientes: Toledo (que entonces era Gonzalo Pérez), Cuenca, Huete, Guadalajara, Coca,
Portillo, Cuéllar, Pedraza, Hita, Salamanca, Uceda, Buitrago, Madrid, Escalona, Maqueda, Talavera, Pla-
sencia, Trujillo, Ávila, Segovia, Arévalo, Medina del Campo, Olmedo, Palencia, Logroño, Calahorra, Ar-
nedo, Tordesillas, Simancas, Torrelobatón, Montealegre, Fuentepura, Sahagún, Cea, Fuentidueña, Sepúl-
veda, Aillon, Maderuelo, San Estéban, Osma, Caracena, Atienza, Sigüenza, Medinaceli, Berlanga, Al-
mazán, Soria y Valladolid.La presencia de estos mayores se interpreta que son merinos (funcionarios
reales para el gobierno de esas circunscripciones, sin que fueran procuradores).
En 1192 (o puede que en 1193 ó 1194) hubo otras Cortes de Carrión, igualmente convocadas y presi-
didas por Alfonso VIII, para acordar los medios de formar y prevenir mantenimientos con que sustentar a
los soldados cuando se preparaba la campaña militar que se sustanció luego en Alarcos (año 1195).
58
Sobre todo por las provincias de Ciudad Real, Jaén y Córdoba, por todo el Guadalquivir, casi hasta
Sevilla.
~ 25 ~
Por recomendación del rey Alfonso VIII, el navarro Rodrigo Jiménez de Rada,59
for-
mado en las excelentes enseñanzas de Bolonia y París, fue electo obispo de Osma,60
sin
ahora ir a ocupar esa sede sino la arzobispal de Toledo tras la muerte de Martín López
de Pisuerga, habiéndolo elegido al cargo el cabildo toledano. Ya iremos viendo el
desenvolverse de su pontificado.
59
A quien ya nos referíamos en 1207, diciendo que, en realidad, como obispo tan sólo electo en 1208
(con sólo la ordenación presbiteral), Rodrigo Jiménez de Rada, que se apodará el Toledano, tenía enton-
ces 37 años de edad, si nació, como se supone, en 1170, siendo de la localidad navarra de Puente la Reina.
Además de muy relevante prelado (será arzobispo de Toledo durante casi 40 años), destaca también como
erudito, políglota, historiador o cronista, militar, diplomático y político u hombre de estado, muy particu-
larmente como Canciller Mayor de Castilla. Ya iremos viendo, además de su bagaje pasado, sus inter-
venciones y su importancia histórica.
Era hijo de Jimeno Pérez de Rada, señor de las cercanas y navarras Cadreita y Rada, que sirvió en la
corte del rey Sancho VII de Navarra, y de Eva de Hinojosa (o Finojosa), siendo sus abuelos paternos
Pedro Tizón de Rada (que tuvo una intervención decisiva para que Ramiro II el Monje ascendiera al trono
de Aragón en 1134) y doña Toda; y siendo sus abuelos maternos Miguel Muñoz de Hinojosa (señor de las
sorianas Hinojosa del Campo y de Deza, que sirvió a Alfonso VII de León y Castilla, el Emperador) y
Sancha Gómez, señora de Boñices (Soria); de los hermanos de ésta, Martín y Munio fueron bien apre-
ciados por el rey Alfonso VIII de Castilla, el primero como obispo de Sigüenza (1191-1193) y abad del
monasterio de Santa María de Huerta (como santo se conmemora el 17 de septiembre) y el segundo como
militar y cortesano; primos suyos por parte materna fueron Rodrigo, obispo de Sigüenza (1192-1221), y
Martín, mayordomo de los reyes castellanos Alfonso VIII y Enrique I. La prosapia soriana de su familia
materna le facilitará el acceso a la corte castellana sobre la de su origen navarro. Tuvo varios hermanos,
entre ellos Bartolomé, que sucedió a su padre en los estados de su casa como primogénito, y María, que
fue monja en el Real Monasterio de Santa María de los Huelgas, en Burgos.
60
Provincia de Soria. La Sede de Osma la ocupará el obispo Melendo, destacado jurista, cuyo pontifica-
do se prolongará entre los años 1210-1225.
~ 26 ~
CUENCA (REINO DE CASTILLA)
El 28 de enero de este año 1208 murió el obispo Julián de Cuenca,61
a la edad de 80
años,62
siendo éste el décimo de su pontificado.63
Hombre lúcido y preclaro, se había
formado de manera excelente como filósofo y teólogo en Palencia, donde también ejer-
ció la docencia en los estudios superiores, cuando tan sólo tenía 24 años de edad. Lle-
gado un momento de su vida, se preparó para su ordenación sacerdotal.
Siendo presbítero, y durante veinte años, se dedicó a recorrer muchos territorios espa-
ñoles como misionero por todas partes, tanto en reinos cristianos como en dominios an-
dalusíes. Luego ocupó el cargo de arcediano eclesiástico de Toledo. Y en 1198 fue
requerido y obligado por el rey Alfonso VIII a aceptar el nombramiento como obispo de
Cuenca, cargo que ocupó hasta su muerte, habiendo sucedido al que fue primer obispo
de la diócesis, Juan Yáñez (1183-1195).64
Al obispo Julián le sucede en Cuenca García Ruiz, tercero en el episcopologio con-
quense hasta el momento.65
Ya iremos viendo el desenvolverse de su vida y pontificado.
De momento, por parte del recién nombrado arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de
Rada, metropolitano y primado, tuvo lugar en este año la consagración del ábside de la
catedral que se está construyendo en Cuenca, resultando ser dicho ábside de un estilo
gótico muy peculiar. Pero ya se irá viendo el resultado final de las obras catedralicias
según avancen y concluyan.66
61
San Julián de Cuenca. Se conmemora el 28 de enero. Ir a Epílogo III.
62
Nació en 1128, en Burgos según la tradición, aunque según la historiografía moderna perteneció a una
interesante familia mozárabe de Toledo, donde se le conoció como Julián ben Tauro o ibn Tauro (Julián
hijo de Tauro).
63
Fue enterrado en la catedral de Cuenca (de Santa María y San Julián), que entonces se estaba cons-
truyendo. Ya cuando su canonización en Roma (18 de octubre de 1594), por el Papa Clemente VIII
(1592-1605), sus restos (cuerpo incorrupto) se trasladaron a una arqueta de plata puesta en el altar de la
capilla construida bajo su advocación. En 1936, estas reliquias fueron profanadas por milicianos
republicanos, siendo quemado el cuerpo. Actualmente, en el mismo venerable sitio se conservan los
fragmentos óseos que Inocencio Rodríguez Díez, primero obispo de Cuenca tras la guerra civil, mandó
recoger y autentificar.
64
Sobrino de Santo Domingo de Guzmán por parte de madre.
65
Su vida y pontificado abarcarán desde este año 1208 hasta 1225. Recibirá sepultura en la catedral de
Cuenca.
66
En1257.
~ 27 ~
SEGOVIA (REINO DE CASTILLA)
En Segovia, el 13 de septiembre, como atestigua una inscripción en piedra, tuvo lugar
la consagración de la iglesia del Santo Sepulcro,67
construida sobre planta dodecagonal
que circunda a un pequeño templete o edículo central de dos plantas, habiéndosele aña-
dido68
ábsides (con sacristía) y torre.69
Todo resulta de un estilo románico sobrio.70
67
Posteriormente de la Vera Cruz, situada en el barrio segoviano de San Marcos, en el norte de la ciudad,
muy cerca del convento de San Juan de la Cruz, de carmelitas descalzos, donde el místico doctor tiene su
sepultura. También está cerca el monasterio jerónimo de Santa María del Parral. Desde allí se asciende a
Zamarramala, de la que la iglesia de la Vera Cruz fue parroquia.
La construcción de esta iglesia fue tradicionalmente atribuida a los caballeros templarios, pero actual-
mente se cree que sus constructores fueron los caballeros de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén
(que fundó Godofredo de Bouillón en 1098), siendo iglesia dependiente, como encomienda, de la cole-
giata de Toro (Zamora). La piedra que atestigua la fecha de consagración se halla frente a la puerta lateral
en el templete.
Como resultado de la unificación de la Orden del Santo Sepulcro y de la Orden de San Juan de Jerusa-
lén (año 1531), todo dependió ya de la Soberana Orden de Malta y Hospitalaria de San Juan de Jerusa-
lén, de Rodas y de Malta.
En 1692 dejó de ser parroquia de Zamarramala pasando a tener como titular o advocación la de la Vir-
gen de la Paz, cuya imagen, de estilo románico y realizada en piedra, preside uno de los ábsides.
Fue declarada Monumento Nacional por Real Orden del 4 de junio de 1919. El 31 de mayo de
1951 volvió a tomar posesión de ella la Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y
de Malta, encargada de su conservación y custodia.
68
Con posterioridad a esta fecha (licencia de relato).
69
Torre que en un primer momento estuvo separada de la iglesia.
70
En muy buen estado de conservación. Ir a Epílogo IV.
~ 28 ~
BÉJAR (REINO DE CASTILLA)
La villa de Béjar,71
fronteriza del reino de Castilla con el de León, incrementa su po-
blación castellana a partir del tiempo veraniego de este año 1208, ocurriendo esto por
decisiva voluntad y apoyo del rey Alfonso VIII de colonizarla con más habitantes.
Puede decirse que éste es el origen poblacional propiamente dicho de esta villa, antes
mera aldea o poblado serrano. Su privilegiado emplazamiento, estratégico y clave como
punto defensivo de frontera lo favorece. La nueva villa está situada también como fron-
tera de meseta entre el norte y el sur peninsulares.72
71
Situada al sureste de la provincia de Salamanca.
72
Las tierras de Béjar fue segregada del enorme concejo de Ávila entre los años 1205 y 1209. Cristianos,
judíos y musulmanes convivieron allí durante varios siglos. La primera mención documental por escrito
de esta localidad salmantina se corresponde con la fecha del 5 de enero de 1209, según documento en el
que Alfonso VIII demarca o delimita la linde entre el concejo del lugar y el de Ávila. Aunque proba-
blemente ya contó con fuero propio desde el comienzo de su repoblación, Béjar recibió oficialmente un
fuero en 1260. Base de la economía del lugar fue la ganadería, no siendo despreciable el cultivo y pro-
ductos de sus viñedos.
~ 29 ~
ALCOBENDAS Y ALCORCÓN (REINO DE CASTILLA)
También fue noticia en este año 1208 la fundación respectiva de dos localidades nue-
vas o partiendo de pequeñas aldeas en el reino de Castilla: Alcobendas y Alcorcón.73
Iremos viendo el devenir histórico y el sucederse de acontecimientos en ambas.74
73
Ambas en la actual provincia de Madrid.
74
La primera cita documental de Alcobendas en el año 1208 se relaciona con el hecho de pronunciarse el
rey Alfonso VIII sobre límites de alfoz o territoriales entre Madrid y Segovia.
De otra parte, el primer documento medieval que hace referencia a Alcorcón data del 28 de julio de
1208, haciéndose referencia a la Cañada de Alcorcón como camino de tránsito para el ganado lanar. Seis
meses después, el 12 de diciembre de 1208, se confirma en otra carta regia el límite de la Cañada de
Alcorcón entre los concejos de Segovia y de Madrid, siendo probable que en torno a la cañada se realizara
algún tipo de asentamiento de alfareros hispano-musulmanes o mudéjares. Si pensamos que el origen o
fundación de este municipio tiene que ver con la alfarería, se comprueba que ya durante el reinado de los
Reyes Católicos (siglo XV) están plenamente confirmadas no sólo la fabricación de pucheros sino su
venta y regulación en la que es actualmente la plaza madrileña de La Villa.
Fue pasando que grupos de cristianos procediendo del norte de Castilla, donde se fue registrando pre-
sión demográfica y necesidad migratoria, dando facilidades de tierras la monarquía castellana, van ocu-
pando tierras del entorno de Alcorcón.
Es muy probable que este movimiento poblacional de cristianos procediera sobre todo de zona riojana,
trayendo como ayuda celestial la devoción de Santo Domingo de la Calzada (una pequeña imagen se ve-
nera en Alcorcón conocida como San Dominguín). Aquellos pobladores levantaron una ermita junto a sus
pobres casas de adobe. Aquella población, llamada Santo Domingo de la Ribota, desapareció en el siglo
XVI.
~ 30 ~
REINO DE PORTUGAL
En Portugal se casaron en este año 1208 el infante portugués Alfonso y la infanta cas-
tellana Urraca, siendo ambos de 22 años de edad y primos en cuarto grado.75
Los es-
ponsales se habían celebrado en 1205.
75
El infante Alfonso de Portugal, de la Casa de Borgoña, hijo del reinante Sancho I de Portugal y de
Dulce de Aragón (o de Barcelona, muerta en 1198), reinará entre los años 1211-1223; será apodado el
Gordo, debido a la enfermedad que así le tenía.
La infanta Urraca de Castilla era hija del rey Alfonso VIII de Castilla y de su esposa Leonor de Planta-
genet. Su muerte será en 1220.
De este matrimonio nacerán: Sancho (el primogénito, que con el tiempo sucederá a su padre como San-
cho II de Portugal), Alfonso (conde de Boulogne, que sucederá a su hermano Sancho II reinando como
Alfonso III de Portugal), Leonor (nacida en 1211 y muerta en 1231, será reina consorte de Valdemar III
de Dinamarca), Fernando (nacido en 1218 y muerto en 1246, señor de Serpa) y Vicente (nacido en 1219).
~ 31 ~
BALEARES (IMPERIO ALMOHADE)
En este año (1208 en cristiano) Abu Yahya, designado desde Marrakech, sustituyó a
Abu Zayd76
como tercer valí o gobernantealmohade de Baleares.77
76
Abu Zayd (o Abuceit), almohade de sangre real, nacido en Baeza (Jaén), es luego uno de los persona-
jes clave de la reconquista cristiana de Valencia, de donde fue valí, por el rey Jaime I de Aragón el
Conquistador.
La conversión a la fe cristiana de Abu Zayd no ha estado exenta de relatos o tradiciones de leyenda.
Hay quienes le asocian al milagro de la Cruz de Caravaca (3 de mayo de 1232), que él mismo pudo
presenciar (un milagro de conversión de muchos musulmanes a la fe cristiana). Otros lo relacionan con la
muerte martirial de dos misioneros franciscanos, fray Juan y fray Pedro que llegaron a la ciudad de Va-
lencia en 1226 con la intención de predicar el Evangelio entre los musulmanes. Esta tarea, absolutamente
arriesgada en aquellos tiempos, llegó a oídos de Abu Zayd, por entonces gobernador de Valencia, que no
dudó en torturarlos y ordenar personalmente la ejecución de los frailes decapitándolos. Los religiosos no
titubearon en ofrecer su vida para la conversión al cristianismo del príncipe almohade, prediciendo
además su derrocamiento. Aquel doble martirio ocurrió el 29 de agosto de 1229, fiesta de la degollación
de San Juan Bautista. Abu Zayd acabaría tomando el nombre cristiano de Vicente y su palacio acabó
convertido en convento franciscano.
77
Será prácticamente independiente de 1212 a 1229. Abu Yahya Muhammad ibn Aíi ibn Abi Imran at-
Tinmalali (el toponímico Tinmalalí revela que procedía de Tinmel, la que fuera capital almohade en Ma-
rruecos entre los años 1121-1147), fue conocido también como Muhammad ibn Alí ibn Musa o Abu
Yahya ibn al-Hakam ar-Rashid; y en fuentes cristianas como Abu Iehie o Aboheihe. Fue el último valí o
gobernante musulmán en Mallorca, con dominio en las Baleares, desde 1208.
Abu Yahya residió en el Palacio de la Almudaina de Palma de Mallorca representando al Imperio
Almohade. Así fue hasta que el rey Jaime I de Aragón reconquistó las islas en 1229. Abu Yahya cayó
derrotado el 31 de diciembre de ese año 1229 y murió en febrero de 1230. Ya lo iremos viendo.
El hijo de Abu Yahya destinado a sucederle, un muchacho que en 1229 tendría 13 años de edad, fue
preso de Jaime I y posteriormente bautizado cristiano en la seo de Zaragoza, en 1234, cuando ya hubiera
cumplido 18 años de edad. El rey Jaime I fue su padrino. Se le llamó y se le conoció como “Don Jaime,
hijo del Rey Moro de Mallorca”. El caso fue que este hijo de almohades pasará a ser de la aristocracia
cristiana, teniendo que ver con el apellido Gotor.
El Palacio de la Almudaina en Palma de Mallorca es Alcázar Real y una de las residencias de la familia
real española, sujetas al patrimonio nacional español. Es un alcázar imponente que reconstruyó y agrandó
en 1309 por el rey Jaime II de Mallorca (1276-1311), inspirándose en el Palacio Real de Perpiñán. La
Almudaina es un sitio con mucha historia.
~ 32 ~
BAMBERG (ALEMANIA)
El 21 de junio de este año 1208 fue asesinado en Bamberg (Alemania) el duque Felipe
de Suabia (1196-1208), príncipe Hohenstaufen78
(rey de los alemanes desde 1198),79
margrave-duque de Toscana (1195-1197).80
Fue también obispo electo de Wurzburgo81
y ha sido el primer rey de los alemanes que muere asesinado. Tenía 30 años de edad.82
Felipe de Suabia fue el quinto y último hijo del emperador germano Federico I Bar-
barroja (muerto en 1190) y de su esposa Beatriz de Borgoña (muerta en 1184), hija del
conde Reginaldo III de Borgoña (muerto en 1148), y hermano del emperador Enrique
VI (sucesor de Federico I y muerto en 1197).
Decidiéndose por la carrera eclesiástica, Felipe fue rector de la histórica escuela pala-
tina de Aquisgrán, siendo luego elegido obispo de Wurzburgo en 1190.83
Tras haber
78
Gibelino o partidario imperial contra el papado, que es el partido güelfo.
79
El título rey de los alemanes (o rey de romanos) suponía ser elector y elegible imperial como empera-
dor del Sacro Imperio Romano Germánico. Desde los tiempos carolingios y posteriores al siglo IX, como
podemos recordar, fue el título usado en el Sacro Imperio Romano Germánico por un emperador en rango
o situación de futurible, que no había sido coronado por el Papa y que, por tanto, no podía ostentar el ti-
tulo de emperador, aunque lo deseara o aspirase a él.
80
Como sabemos, Toscana, con su capitalidad en Florencia, es una de las mayores y más importantes re-
giones italianas por su patrimonio artístico, histórico, económico, cultural y geográfico, en la zona central
y muy turística de Italia. En la Edad Media era territorio güelfo.
81
Wurzburgo, que había llegado a ser obispado-principado, en la Baja Franconia y al oeste del también
obispado-principado de Bamberg, fue diócesis como tal desde el año 743, cuando San Bonifacio de Ma-
guncia (apóstol, mártir y patrono de Alemania) colocó aquí al primer obispo, San Bucardo (muerto
probablemente en el año 754). La residencia del príncipe-obispo de Wurzburgo es uno de los más grandes
y hermosos palacios barrocos de Europa. La diócesis católica de Wurzburgo fue restablecida como tal, sin
poder temporal, en 1821.
Remontándonos en el tiempo, tenemos que en 1151, el emperador Enrique V (1111-1125) concedió el
territorio de Ostfranken (Franconia Oriental) a su sobrino Conrado de Hohenstaufen, quien utilizó el título
de “Duque de Franconia”, permaneciendo Franconia como una base importante del poder Hohenstaufen
desde entonces hasta 1168, cuando al obispo de Wurzburgo le fueron cedidos formal y oficialmente los
derechos ducales de Franconia Oriental. El nombre Franconia cayó en desuso, pero el obispado, con su
corresondiente escudo de armas, lo revivió en su favor en 1442 y lo sostuvo, con Concordato, hasta las re-
formas de Napoleón Bonaparte que lo abolieron.
82
Nació entre 1177 y 1179.
83
O en 1191.
~ 33 ~
acompañado a su hermano Enrique a Italia en 1191, Felipe desechó su carrera ecle-
siástica; viajando de nuevo a Italia, se convirtió en margrave y duque de Toscana
(1195), recibiendo el dominio de muy extensas tierras. En su séquito por Italia estaba el
célebreminnesängerBernger von Horheim.84
Desde 1196 ostentó Felipe el título de duque de Suabia al morir su hermano Conrado
II. En mayo de 1197 se casó con Irene Ángelo,85
la reina viuda de Sicilia, hija del empe-
rador bizantino Isaac II Ángelo (muerto en 1204) y viuda del rey Roger III de Sicilia
(muerto en 1193).
Felipe disfrutó en gran medida de la confianza de su hermano el emperador Enrique VI,
el cual, en caso de que muriese prematuramente, le nombró86
tutor de su hijo Fede-rico.
En 1197 había salido a buscar a Federico a Sicilia para su coronación como rey de los
alemanes o de romanos cuando se enteró de la muerte del emperador y regresó de
inmediato a Alemania. Nada salía como él quería o apetecía.Parece que quiso proteger
los intereses de su sobrino y sofocar el desorden que se produjo a la muerte de Enrique
VI, pero fue superado por los acontecimientos. Creció la hostilidad hacia el reinado de
un niño y después de que Felipe hubiera sido elegido como defensor del Imperio du-
rante la minoría de Federico, consintió su propia elección. Fue elegido rey de Alemania
en Mühlhausen, el 8 de marzo de 1198, siendo coronado en Maguncia el 8 de septiem-
bre de ese mismo año.
Mientras tanto, una serie de príncipes hostiles a Felipe, bajo la dirección de Adolfo de
Altena, arzobispo de Colonia, habían elegido a un rey opuesto, a Otón, güelfo, el se-
gundo hijo de Enrique el León, duque de Sajonia (que había muerto, como podemos re-
cordar, en 1195). En la guerra que estalló seguidamente, Felipe, encontró su principal
apoyo en el sur de Alemania, que reunió con un éxito considerable. En 1199 recibió
nuevas adhesiones a su partido y llevó la guerra al territorio de su oponente, aunque no
pudo obtener el apoyo del Papa Inocencio III, también su tutor (por el reino de Sicilia),
y sólo fue débilmente asistido por su aliado el rey Felipe II de Francia. Al año siguiente
(1200) le fue peor. Y en marzo de 1201 Inocencio III favoreció a Otón, pero mante-
niéndose rivales en el reinado alemán-romano Federico y Otón. Lo propio de una guerra
civil, en ventajas o desventajas según cuándo y cómo se considere.
En aquel año 1201, Felipe recibió la visita de su primo Bonifacio de Montferrato, el
nombrado jefe de la cuarta cruzada. Aunque se desconocen las razones exactas de Boni-
facio para reunirse con Felipe, en la corte alemana de Felipe II también se reunió con el
bizantino Alejo IV Ángelo, cuñado de Felipe. Alejo IV convenció a Bonifacio de Mont-
84
Minnesänger es el nombre que designa a los trovadores germanos que durante los siglos XII y XIII re-
corrían la actual Alemania. Se vinculaban formando comunidades o hermandades. Eran cantores en gran
parte relacionados con los conocidos como trovadores provenzales, cantando también al amor cortés o
minne (minnelied) en alemán, eso sí de un modo rítmicamente muy peculiar. También se dedicaron a la
poesía épica y a relatos legendarios (inspirando piezas operísticas, como Tanhäuser de Richard Wagner o
Guntram de Richard Strauss).
85
Muerta en agosto de este mismo año 1208, al dar a luz, como no tardaremos en considerar.
86
Al parecer.
~ 34 ~
ferrato, y más tarde a los venecianos, de que desviaran la cruzada a Constantinopla y
restauraran a Isaac II Ángelo en el trono, ya que recientemente había sido depuesto por
Alejo III, el tío de Alejo y de Irene.
Podemos resumir lo que contamos y lo que nos queda de la biografía de Felipe de
Suabia en los siguientes cuatro puntos o apartados cronológicos:
9 de junio de 1198: El gibelino y Hohenstaufen Felipe de Suabia, hijo menor del que
fuera emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico I Barbarroja y, por
tanto, hermano del que también fuera emperador Enrique VI, fue elegido, al frente de
los gibelinos, como rey de los alemanes (y de los romanos), rivalizando por el logro del
poder imperial con Otón de Brunswick. En consecuencia, se hizo inevitable la lucha
entre Felipe y Otón, ahondándose mucho en las diferencias y separaciones entre las tie-
rras alemanas y las italianas.
Año 1200: El Papa Inocencio III declara que, de darse discutida o disputada una elec-
ción del rey de Alemania, le corresponde decidir a él como Sumo Pontífice. De este
modo, al ver el Papa que los príncipes alemanes no llegan a un acuerdo en su elección
del nuevo rey de Alemania, él como Papa, apoyándose en el Dictatus Papae de Grego-
rio VII (1073-1085), declara en ese año 1200 que es a él a quien le corresponde decidir
quién ha de ser el rey de los alemanes (y de los romanos) y, por consiguiente, el futuro o
coronado emperador, todo eso porque convertirse en emperador germano requiere antes
ser coronado rey de Alemania o de Romanos (Deutscher König).87
Abril del año 1201: El Papa Inocencio III se declara a favor del güelfo Otón de Bruns-
wick, que se somete a su total obediencia y lealtad. Felipe de Suabia fue excomulgado
por persistir en su actitud reivindicativa de aspirar al trono alemán.
Los dos años siguientes fueron aún más desfavorables para Felipe de Suabia, siendo por
el contrario ventajosos para Otón, que contó con la ayuda del rey Otakar I de Bohe-
mia88
y del landgraveHermann I de Turingia.
87
Desde antiguo, los reyes alemanes fueron designados por elección. Al principio eran elegidos entre los
líderes de las cinco tribus más importantes: francos, sajones, bávaros, suabos y turingios, Posteriormente
entre los duques laicos y religiosos del reino, reduciéndose finalmente a los llamados Kurfürsten (Prín-
cipes electores). Finalmente, el colegio de electores quedará establecido mediante la Bula de Oro de 1356.
Inicialmente habrán siete electores, pero su número irá variando ligeramente a través de los siglos.
88
Una de las tres regiones históricas que componen la actual República Checa (que antes formó parte de
Checoslovaquia), Las otras regiones son Moravia y Silesia.
La primera o arraigada dinastía bohemia fue la familia de los Premyslidas en el siglo X. En el año 950,
Bohemia fue obligada a reconocer la supremacía alemana y se convirtió en parte del Sacro Imperio Ro-
mano Germánico.
Aprovechando la guerra civil alemana entre el reclamante gibelino y Hohenstaufen Felipe de Suabia, y
el candidato güelfo Otón IV, Otakar se declaró rey de Bohemia. Este título fue apoyado por Felipe de
Suabia, que necesitaba apoyo militar checo contra Otón (corría el año 1198).
En 1200 (con Otón IV en ascenso) Otakar abandonó su pacto con Felipe y se declaró por la facción
güelfa. Tanto Otón como el Papa Inocencio III posteriormente aceptaron a Otakar como rey hereditario de
Bohemia.
En 1212, el emperador Federico II creó el reino de Bohemia por medio de la llamada Bula de Oro de
Sicilia. Así pues, la invasión de Felipe de Suabia en Bohemia fue un éxito para él. Otakar, después de
haber sido obligado a pagar una multa, de nuevo se encontró entre los partidarios de Felipe y más tarde
fue uno de los partidarios del joven rey Federico II Hohenstaufen. La Bula de Oro de Sicilia concedida
~ 35 ~
El 6 de enero de 1205, Felipe de Suabia fue coronado de nuevo con gran pompa en
Aquisgrán por el arzobispo Adolfo de Colonia. La guerra civil proseguía, si bien pareció
suavizarse o calmarse cuando Felipe hizo su entrada en Colonia. Un mes o dos más
tarde, contó Felipe con el apoyo del Papa (en realidad, Inocencio III, negoció como pu-
do y en difícil equilibrio, estando como estaban muy igualadas las fuerzas de las dos
facciones). En marzo de este año 1208 parece ser que se firmó un tratado favorable a
Felipe por el que se acordaba que un sobrino del Papa se casara con una de las hijas de
Felipe, recibiendo en compensación el disputado ducado de Toscana. Felipe de Suabia –
éste era el momento– estaba preparándose para sofocar o aplastar la última chispa o atis-
bo de la rebelión en su contra del Electorado de Brunswick-Luneburgo89
cuando fue
asesinado en Bamberg, el 21 de junio de 1208, por el conde Otón de Wittelsbach, pala-
tino de Baviera. Otón, ya conocido por su carácter inestable, entró en cólera cuando se
enteró de la disolución de su compromiso con Gertrudis de Silesia por su padre, el du-
que Enrique I el Barbudo, de la Baja Silesia.90
Enrique fue aparentemente informado de
las tendencias crueles del conde de Wittelsbach y en un acto de preocupación por su hija
decidió dar por terminado el contrato de matrimonio. Otón procedió a culpar a Felipe,
sin motivos, por otra alianza matrimonial rechazada (de Beatriz de Suabia, hija de Fe-
lipe) y juró venganza contra el rey alemán, venganza que culminó en el asesinato.91
Tras el asesinato de Felipe de Suabia (21 de junio de este año 1208), Otón de Bruns-
wick acabó siendo reconocido soberano de Alemania. Ya iremos viendo el desenvol-
verse de su reinado, teniendo ahora 33 años de edad.92
por Federico de Suabia a Bohemia fue el documento que reconoció a Otakar y a sus herederos como reyes
de Bohemia. El rey ya no estaba sujeto a nombramiento por el emperador y sólo estaba obligado a asistir
a dietas cercanas o que le incumbieran en la frontera de Bohemia. Aunque súbdito del Sacro Imperio
Romano Germánico, el rey de Bohemia iba a ser el principal príncipe electoral de dicho Imperio y
proveedor para todos los posteriores emperadores de una guardia personal de 300 caballeros, cuando
fueran a Roma para su coronación.
El reinado de Otakar fue importante en lo concerniente a la fuerte inmigración alemana en Bohemia,
creciendo las ciudades populosas en lo que antes sólo habían sido tierras forestales.
89
Conocido también como Electorado de Hannover.
90
Será Gran Duque de toda Polonia entre los años 1232-1238, siendo este último el año de su muerte.
91
Otón de Wittelsbach, palatino de Baviera, muere en marzo de 1209.
92
Si nació, según se cree, en 1175. Será rey de Alemania entre los años 1208-1215 y emperador del Sa-
cro Imperio Romano germánico entre los años 1209-1215. Era hijo del güelfo Enrique el León, duque de
Baviera y Sajonia, y de Matilde Plantagenet, la hija mayor del rey Enrique II de Inglaterra y de su esposa
Leonor de Aquitania. Fue coronado rey de Alemania en Aquisgrán y reconocido por el Papa Inocencio
III, el cual le exigió a cambio que se comprometiera a reconocer la soberanía feudal de la Santa Sede so-
bre el (vasallo) reino de Sicilia. Pero sus aspiraciones sobre este reino le enemistarán muy pronto con el
Papa, quien le retirará su apoyo a raíz de las campañas militares que emprendió Otón en Italia, y será
excomulgado. En 1211, la Dieta de Núremberg decidirá deponerle, siendo Federico Hohenstaufen el
electo para sucederle. El Papa favorecerá la elección imperial de Federico II y alentará al rey Felipe II de
Francia a luchar contra él. Aliado con Juan Sin Tierra, rey de Inglaterra y tío materno suyo, Otón pudo
mantener su posición hasta ser derrotado. Ya lo iremos viendo y considerando.
~ 36 ~
Felipe de Suabia, a pesar de su buena labor militar, no logró afirmarse del todo en el
trono alemán. Había sido un hombre guapo y valiente. Gozó de sus alabanzas en vida y
sobre todo, como suele ocurrir, a su muerte. Walther von der Vogelweide, célebre min-
nesänger del momento, alaba en sus escritos la dulzura y generosidad que le caracterizó.
Irene Ángelo, hija del emperador bizantino Isaac II Ángelo, muerto en 1204,93
con
grandísimo disgusto hubo de afrontar los hechos que se llevaron a la sepultura a su ma-
rido Felipe de Suabia. No permaneció viuda por mucho tiempo, pues también murió en
este mismo año 1208, el día 27 de agosto.
Irene, joven aún a su muerte,94
lo era aún más en 1193, cuando se casó con el rey Ro-
ger III de Sicilia, muerto en aquel mismo año (el 24 de diciembre), de modo que aquel
matrimonio duró tan sólo unos meses. Irene, como podemos recordar, fue capturada por
los alemanes que invadieron Sicilia al año siguiente, el 29 de diciembre de 1194. Se la
llevaron a Alemania, donde, renombrada María, contrajo matrimonio con Felipe de Sua-
bia, el 25 de mayo de 1197.
Su padre, Isaac, que había sido depuesto en 1195, la instó a obtener el apoyo de Felipe
para su restablecimiento en el trono bizantino, y su hermano Alejo, como podemos re-
cordar, pasó algún tiempo en la corte de Felipe mientras se preparaba o fraguaba la
cuarta cruzada. Irene, por tanto, pudo haber tenido una pronta influencia sobre el desvío
final de aquella cruzada a Constantinopla en 1204.
Tras la muerte de Felipe de Suabia, estando Irene embarazada de él en esos momen-tos,
se retiró al castillo de la familia Hohenstaufen en Lucera (Italia). Y allí, el 20 de agosto
de este año 1208, dio a luz a su quinta hija (póstuma), a la que quiso llamar Bea-triz.
Pero a poco del parto, el día 27, murieron las dos, madre e hija. Y recibieron debi-
damente cristiana sepultura en el panteón familiar del ducado de Suabia.95
Felipe de Suabia e Irene Ángelo tuvieron esta descendencia: Beatriz de Suabia,96
Cu-
negunda de Suabia,97
María de Suabia,98
Beatriz Isabel de Suabia,99
dos hijos llamados
93
Sin que se sepa a ciencia cierta quién era su madre, probablemente Herina, primera esposa de Isaac II.
94
Nacida entre los años 1180-1184, tendría, como mucho, 30 años de edad. Walther von der Vogelweide
la describe como “la rosa sin espinas, la paloma sin malicia”.
95
No queda resto de esta sepultura.
96
Nacida en 1198, casada con el emperador germano Otón IV y muerta en 1212 sin descendencia.
97
Nacida en 1200, casada con el rey Wenceslao I de Bohemia, con quien tuvo cinco hijos, murió en
1248.
98
Nacida el 3 de abril de 1201 y muerta en 1235; estuvo casada con el duque Enrique II de Brabante
(entre Bélgica y los Países Bajos), con quien tuvo cinco hijos.
99
Nacida en 1203 y muerta en 1235; se casó con el rey Fernando III el Santo de Castilla, siendo madre,
entre otros, del también rey de Castilla Alfonso X el Sabio. Sus sepulturas están en la Capilla Real de la
Virgen de los Reyes de Sevilla.
~ 37 ~
Reinaldo y Federico (que murieron siendo niños en muy tierna infancia) y Beatriz (su
hija póstuma y difunta a la vez que la madre).
Felipe de Suabia y una representación matrimonial (Felipe e Irene)
~ 38 ~
FORTALEZA DEL ACROCORINTO (GRECIA)
Hay una elevación rocosa junto a la vieja ciudad griega de Corinto. Se conoce como el
Acrocorinto y se vino usando como acrópolis desde antiguo, habiéndose construido allí
una triple línea de fortificaciones, resultando todo muy consistente.100
El lugar más alto de este sitio albergó en la antigüedad un templo dedicado a Afro-
dita101
y en los albores del cristianismo llegó a convertirse en iglesia, pasando luego a
ser, cuando los moros llegaron, una mezquita.
Sitiado por los latinos en su fortaleza del Acrocorinto102
se suicidó en este año 1208
León Esguro, quien constituido en señor del Acrocorinto-Peloponeso (Nauplia) se había
hecho bizantino libre e independiente.
100
Una de las fortalezas medievales más importantes de Grecia.
101
Afrodita tenía sus propios festivales, unas fiestas llamadas las Afrodisias, muy afrodisíacas, que se
que se celebraban por toda Grecia, pero particularmente en Atenas y en Corinto. En el templo de Afrodita
ubicado en la cima del Acrocorinto (antes de que los romanos sembraran todo el lugar de destrucción y
ruinas, en el año 146 a. de C.) las relaciones sexuales con sus sacerdotisas eran consideradas un método o
ritual de adoración hacia la diosa. Este templo no fue reconstruido cuando la ciudad se refundó bajo do-
minio romano en el año 44 a. de C., pero es probable que los místicos rituales de fertilidad perdurasen en
la ciudad, cerca del ágora.
Afrodita, nacida y surgida de la espuma marina, se asociaba siempre con el mar, frecuentemente repre-
sentada con delfines, palomas, cisnes, almejas, veneras o vieiras, perlas y con árboles o plantas como el
granado, el manzano, el mirto y los rosales.
Un aspecto universal del culto de Afrodita y sus predecesoras en la mitología y la teogonía que muchos
mitógrafos de los siglos XIX y XX han omitido es precisamente la práctica de la prostitución sagrada en
sus santuarios y templos. El eufemismo griego para estas prostitutas es hieródula, sierva sagrada. Esta
costumbre fue una práctica inherente a los rituales dedicados a las divinidades antecesoras en Oriente
Medio: la sumeria Inanna y la acadia Ishtar, cuyas meretrices de los templos eran mujeres de Ishtar o que
conformaban el ishtarium. Esta práctica ha sido documentada en Babilonia, Siria y Palestina, en ciudades
fenicias y en la colonia tiria de Cartago, siendo el centro de culto de la Afrodita helénica de Chipre todo el
territorio de Citera (en las Islas Jónicas), Corinto y Sicilia. La Afrodita pagana era en todas partes la
patrona de las heteras o mujeres libres y cortesanas. En Jonia, por la costa de Asia Menor, las hieródulas
servían en el templo de Artemisa, la Diana de los romanos, que tuvo un muy famoso templo en Éfeso.
102
El lugar que estamos describiendo en texto y notas, un lugar de fácil defensa gracias a su geomorfolo-
gía. Su superficie total era superior a la de la propia ciudad de Corinto, por lo que en caso de invasiones
podría servir como refugio para todos los habitantes de la ciudad e incluso para cobijar el ganado. Las
primeras fortificaciones en el Acrocorinto se remontan a los siglos VII-VI a. de C. La importancia estra-
tégica del Acrocorinto era tal que para dominar el Peloponeso había que adueñarse primero de aquel rec-
into fortificado.
Tras vicisitudes y acometidas a lo largo del tiempo, el lugar vino a ser sólidamente fortificado durante el
largo período del Imperio Bizantino, siendo sede del estratego (general) de la thema de Hellas (Grecia).
~ 39 ~
En efecto, aprovechándose del caos provocado por el saqueo de Constantinopla en la
cuarta cruzada (año 1204), León Esguro se declaró independiente como uno más de los
varios gobernantes locales que aparecieron por todo el Imperio Bizantino durante el
declive de la dinastía imperial de los Ángelo.
León Esguro extendió y expandió sus dominios hasta Corinto y Grecia Central. Se
casó incluso con Eudoxia, hija del que fuera emperador bizantino Alejo III Ángelo, exi-
liado. Sin embargo, las conquistas de León Esguro fuera realmente poco consistentes,
pues los cruzados latinos le hicieron retroceder hasta replegarlo del todo en el Pelopo-
neso.
Ahondando un tanto en su historia, podemos decir que León Esguro103
había sucedido
a su padre Teodoro Esguro como gobernador de la zona griega del Peloponeso que se
corresponde con Nauplia y la Argólida, uno de los distritos conocidos como oria, donde
cobraba los impuestos y proveía de barcos a la armada bizantina. Allá por 1201-1202,
cuando una rebelión en Tesalia y Macedonia encabezada por Manuel Camitzes104
y Do-
bromir Crysós105
aisló el sur de Grecia de Constantinopla, se produjeron varios distur-
bios en el Peloponeso: León Camareto tomó posesión de Esparta y Monemvasía su-
friendo violentas disputas entre sus principales familias. El propio León Esguro aprove-
chó la oportunidad y se estableció como un gobernante independiente, capturando las
ciudades de Argos y Corinto. Fue grande y manifiesta su hostilidad hacia la Iglesia en
Grecia, muy defensora del orden tradicional. El obispo de Nauplia fue encarcelado y
vejado. El obispo de Corinto, al que había invitado a cenar, lo dejó luego y lo mató lue-
go arrojándolo al vacío desde lo más alto del Acrocorinto. Esguro fue por lo general
presentado siempre como hombre violento en extremo. En una carta, Miguel Coniates,
103
Hacia 1198.
104
Manuel Camitzes Comneno Ducas Ángelo fue un general bizantino, hijo de Constantino Camitzes y
María Angelina, que era nieta del emperador bizantino Alejo I Comneno (muerto en 1118) e Irene Du-
caina (muerta en 1133) a través de su madre Teodora. Por consiguiente era primo hermano de los em-
peradores Isaac II Ángelo y Alejo III Ángelo, y de Miguel I Comneno Ducas, déspota de Epiro.
Manuel dirigió las tropas imperiales bizantinas en 1189 cuando la tercera cruzada atravesó el territorio
bizantino. Después luchó contra el conspirador búlgaro Ivanko y fue hecho prisionero. El emperador no
hizo nada por rescatarlo. Por lo tanto, Manuel pidió a su yerno Dobromyr Crysós pagar el rescate y se le
unió, del lado búlgaro, en la lucha contra el Imperio Bizantino.
El nombre de la esposa de Manuel es desconocido. Se sabe, habiendo tenido una hija, que fue obligada
por el emperador Alejo III Ángelo a divorciarse de su marido y casarse con Dobromir en 1198. También
tuvo un hijo, llamado Juan Camitzes.
105
Dobromir, conocido por los bizantinos como Crysós, fue un jefe de valacos y búlgaros cuando era
emperador bizantino Alejo III Ángelo. Destacó en 1197 y es mencionado por última vez en 1202, siendo
un gobernante feudal en el este de Macedonia. Fue cuando las tierras de Dobromir fueron conquistadas
por el zar Kaloyan de Bulgaria (muerto en 1207).
Ya estaba casado, pero con el fin de consolidar una alianza con él, el emperador bizantino le ofreció una
hija del señor de la guerra o general bizantino Manuel Camitzes. Ella se vio obligada a divorciarse de su
marido y casarse con Dobromir en 1198. Alrededor de 1200, tomó una tercera esposa, Teodora Angelina,
nieta del emperador, que había estado casada con el conspirador y rival búlgaro Ivanko, y más tarde se
casará ella con el duque Leopoldo VI de Austria (muerto en 1230).
~ 40 ~
arzobispo de Atenas y cronista,106
relata cómo Esguro golpeó hasta la muerte a un joven
pariente suyo, que había sido entregado como rehén, sólo porque éste había dejado caer
un vaso mientras estaba en su mesa.
El gobierno imperial envió al megaduque Miguel Estrifno107
para combatirlo. Estrifno
pasó el invierno de 1201-1202 en Atenas, pero aparentemente no pudo contener el poder
de Esguro. Poco después, mientras el gobierno bizantino estaba preocupado por la cuar-
tacruzada, Esguro lanzó varios ataques navales contra Atenas, teniendo como aliados a
los piratas de Salamina y Egina. Miguel Coniates apeló a los ministros del empera-
dor, Teodoro Irénico108
y Constantino Tornicio,109
pero fue en vano. Al final, se vio
obligado a viajar a Constantinopla personalmente a buscar ayuda. Miguel Coniates re-
gresó y encontró Atenas aislada de la capital provincial, Tebas, atacada por las tropas de
Esguro.
En 1203, mientras Constantinopla estaba siendo amenazada por la cuarta cruzada, y a
pesar de los intentos y esfuerzos de Miguel Coniates, Esguro marchó contra Atenas,
afirmando que los habitantes de la ciudad estaban albergando a fugitivos de la justi-
cia. Sus hombres lograron tomar la ciudad, pero los habitantes, liderados por Coniates,
continuaron resistiendo con mucho valor en la Acrópolis, a pesar del duro golpear de las
armas de asedio al que se vieron sometidos por León Esguro. Éste León dejó de sitiar la
Acrópolis y, después de incendiar la ciudad, partió hacia Beocia. Tebas fue invadida y
Esguro continuó hacia Tesalia. Cerca de Larisa se encontró con Alejo III Ángelo, que
había huido del ataque de los cruzados en Constantinopla. A cambio de ofrecer protec-
ción al emperador fugitivo, León recibió en matrimonio a Eudoxia Angelina, la tercera
106
Miguel Coniates o Acominatus (muerto en 1220) era hermano del célebre historiador o cronista bizan-
tino Nicetas Coniates (muerto entre 1215-1216). En 1204 fue defensor de la Acrópolis de Atenas atacada
por León Esguro. Luego entregó la ciudad a los cruzados, en 1205. Luego se retiró a la isla de Ceos y a la
vida monástica hacia 1217. Haremos balance de su vida y obras al momento de su muerte en 1220.
107
Oficial de muy alto rango de los emperadores bizantinos Ángelo. Estuvo casado con una hermana de
la emperatriz Eufrosina Ducaina Camatera, esposa del emperador Alejo III Ángelo, llegando así a su alto
rango como megaduque.
Nicetas Coniates dice de Miguel Estrifno que era un hombre de “extraordinaria rapacidad y rara des-
honestidad”, que utilizó su posición para vender las velas, anclas y otros equipos de la flota, llegando a
vender hasta los mismos clavos de los barcos. Sus acciones marcaron el final de la flota bizantina, que, a
partir de ahí (y de él), fue incapaz de resistir a la cuarta cruzada en sus ataques unos años más tarde.
Como megaduque, era también el gobernador de la provincia conjunta de la Hélde y el Peloponeso, en la
parte meridional de Grecia, en calidad de lo cual fue a Atenas en 1201-1202 oponiéndose y enfren-
tándose a León Esguro.
108
Teodoro II de Constantinopla, llamado Irénico y conocido también como Teodoro Kopas, fue patriarca
griego ortodoxo de Constantinopla en el exilio entre los años 1214-1216. Destacó como alto funcionario
en el Imperio Bizantino, ministro principal en el reinado de Alejo III Ángelo. Tras la conquista de Cons-
tantinopla por la cuarta cruzada huyó al Imperio de Nicea, donde fue monje y finalmente patriarca.
109
Constantino Tornicio o Tornice, de origen armenio o georgiano fue uno de los más importantes fun-
cionarios del Imperio Bizantino durante los años 1195-1203, en el reinado del emperador Alejo III Án-
gelo.
~ 41 ~
de las hijas de Alejo (lo que supuso el tercer matrimonio de Eudoxia),110
y el título de
déspota (señor). Esguro estaba progresando bien en su proyecto de formar un Estado
independiente, soñándolo fuerte.111
En el otoño de 1204, los cruzados bajo el mando de Bonifacio de Montferrato (muerto
en 1207) marcharon hacia Tesalia y se dirigieron al sur, mientras Esguro se retiraba ante
el superior ejército cruzado. En un principio tenía previsto tomar una posición en el pa-
so de las Termópilas (histórico y peligroso desfiladero), pero finalmente optó por reti-
rarse al Peloponeso, estableciendo una defensa en el istmo de Corinto. El ejército de Bo-
nifacio tomó Beocia y el Ática sin resistencia, y ayudó al bloqueo de Atenas, donde Co-
niates, como ya dijimos, le entregó la ciudad. El primer asalto de Bonifacio sobre las
defensas de Esguro en el istmo fue rechazado, pero el segundo se abrió paso. Para la pri-
mavera de 1205 Bonifacio controlaba el noreste del Peloponeso, pero las ciudades forti-
ficadas aún no habían sido tomadas.
Esguro se retiró y fue sitiado en su fortaleza, la bien fortificada ciudadela del Acro-
corinto. El asedio duraba ya tres años. La resistencia de Esguro fue enérgica, de bélica
antología, con incursiones que hostigaron a los sitiadores. Para forzar el asedio, los fran-
cos o cruzados latinos construyeron dos fuertes, uno en la colina de Pendeskouphi y otro
al este, cercano a la ciudadela. Finalmente, Esguro112
se desesperó y saltó por el acanti-
lado en su propio caballo.113
Bajo el mando de un tal Teodoro, la fortaleza del Acroco-
rinto continuó resistiendo.114
110
Se cree que la muerte de Eudoxia fue en 1211.
111
A juicio del medievalista John Van Antwerp Fine (1903-1987), especialista en Europa del Este y Me-
diterránea, pudo haber sido un caso duradero de no ser por la llegada de los cruzados.
112
Como reza la leyenda.
113
O desde su propio caballo.
114
El asedio duró dos años más, hasta que finalmente cayó y se rindió la ciudadela, en 1210. Venció en-
tonces, para su total establecimiento, el principado franco o latino de Acaya o de Morea (el Peloponeso),
vasallo del Imperio Latino de Constantinopla desde 1205. Y ha de perdurar hasta 1432. Lo iremos viendo.
~ 42 ~
PARÍS (REINO DE FRANCIA)
En este año 1208 murió Eudes de Sully, obispo de París desde 1198, siendo, por tanto
el año décimo de su pontificado.115
Continuó impulsando las obras de su catedral gótica
de Notre Dame que con tanto empeño y acierto emprendió su predecesor Maurice de
Sully (1160-1196), con quien no tenía ningún grado de parentesco como podría parecer.
Eudes se enfrentó seriamente al rey Felipe II Augusto de Francia cuando éste repudió
a su mujer Isanbur proponiendo la anulación matrimonial.116
Además de por lo canónico y moral, Eudes de Sully estuvo muy interesado por lo li-
túrgico, muy particularmente por lo sacramental eucarístico. Puede decirse que pasa a la
historia como un verdadero reformador, muy celoso y sensible, de la liturgia. Se propu-
so corregir excesos, rarezas, irregularidades… En 1175 prohibió que los niños recibie-
ran indiscriminadamente la Comunión, indicando unas edades y una debida preparación.
Reguló ritos de la Misa y en torno a la custodia eucarística o de los sagrarios.117
De-
115
Conocido también como Odón de Sully. No se sabe su edad, pues no hay certeza de cuándo nació.
116
Felipe Augusto de Francia, pretendiendo una alianza danesa contra Inglaterra y viudo de Isabel de He-
nao (o de Hainuat, muerta en 1190) se casó son la princesa Isambur (o Ingeborg) de Dinamarca el 14 de
agosto de 1193. Los testimonios de la época dan cuenta de su belleza. Pese a ello, el rey, la misma noche
de bodas, manifestó una tal aversión por su joven esposa que le llevó a repudiarla de inmediato.
Felipe apeló al Papa Inocencio III para la anulación de su matrimonio alegando la no consumación del
mismo, pero Isambur aseguró que sí se había producido y la Santa Sede se negó a conceder la anulación.
Una asamblea de obispos y barones celebrada en Compiègne a finales de aquel año 1193 se encargó de
anular el matrimonio, aduciendo un cierto grado de consanguinidad entre ambos cónyuges, pero el Papa
no aceptó ni ratificó la anulación (nada hace pensar que lo hiciera o lo intentara hacer).
Felipe Augusto recluyó a su esposa Isambur como pudo o se le antojó, valiéndose tanto de un recinto
conventual como de un castillo. Y tres años después (1196), preocupado por una sucesión insegura,
puesto que sólo tenía un hijo habido de su primer matrimonio con Isabel de Henao, el rey Felipe se casó
con Inés de Méran (o Merania), provocando así una grave en las relaciones del rey con la Iglesia y con la
Santa Sede. El Papa Inocencio III declaró inválido el matrimonio con Inés y obligó a Felipe a repudiarla y
a reponer en su puesta de reina a Isambur. Ante la renuencia de Felipe Augusto a cumplir con la orden
pontificia, el Papa Inocencio III puso un interdicto a Francia, lo que suponía que se suspendía toda vida
sacramental y se impedían los funerales o cristianas sepulturas. Felipe entonces decidió ceder y obedecer.
Se separó de Inés e hizo regresar a la corte a Isambur, que ocupó su lugar como reina de Francia, aunque
nunca se reanudó la vida propiamente conyugal entre ellos. El 7 de diciembre de 1200 levantó el Papa el
interdicto.
Isambur se retiró mucho a Orleans, tanto que fue conocida como reina de Orleans sin que en verdad na-
die se atreviera a llamarla reina consorte. En verdad, sobre todo teniendo en cuenta el ceremonial que se
hubiera requerido en todo momento, Isambur no fue reina de Francia. Su muerte ocurrió en 1236.
117
Se considera que fue el primero en proponer y efectuar la elevación del Cuerpo y la Sangre de Cristo,
para adoración, en la Misa.
~ 43 ~
cretó, pues, también Eudes de Sully sobre la Eucaristía como sacramento “perma-
nente”.118
Reguló y matizó mucho acerca de la celebración de festejos profanos dentro
de las iglesias, tratando de evitar puestas en escena o teatros con más de mascaradas e
irreverencias que de unción sagrada o de verdadera cultura cristiana, cosas que, por
ejemplo, son habituales119
en Navidad o después, en las conocidas y denominadas Fies-
tas de Locos.120
En verdad, Eudes de Sully no ha destacado por ser un hombre lúdico o La elevación de la Hostia nació, principalmente, del ansia de ver allí a Dios, según propagaban los
autores místicos o de la espiritualidad devocional durante los siglos XII y XIII. Parece ser que esto tomó
cuerpo sobre todo en uno de los decretos, muchos de ellos sinodales, de Eudes de Sully, mandando que el
celebrante eleve la Hostia enseguida de la Consagración del Pan, cuando ya se puede mirar realmente a
Nuestro Señor, realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Así se empezó a practicar, en
efecto, en París, y de ahí se propagó la costumbre por toda la Cristiandad. Este afán o empeño de ver o
mirar la Hostia fue recomendado en el siglo XIII por Santa Gertrudis, considerando que ese mirar es algo
muy grato al Señor.
La elevación del Cáliz es posterior, pues empezó en algunas partes en el siglo XV, y no se generalizó
hasta el XVI. Ello se debió a que las ansias del pueblo sólo se dirigían a ver la Hostia, pero no el Cáliz, y
además a que los herejes tan sólo asestaban sus golpes contra aquélla, no contra éste.
Que no hubiera elevación del Cáliz quizá también se debió a la forma de los cálices antiguos, cuya copa
ancha y poco profunda ponía el líquido en peligro de derramarse, por lo que no era muy conveniente
elevarla. Con los cálices posteriores o actuales sí es posible.
De todo esto deben sacar los fieles, como conclusión, la belleza de tener la devoción de mirar la Hostia,
tanto en el momento de la elevación como en las Bendiciones con el Santísimo. Pero también el Cáliz en
el momento de la elevación, como lo sugieren las rúbricas en el Misal Romano.
La expresión del Misal es clara al utilizar el verbo mostrar, lo que no es posible hacer si cerramos los ojos
o bajamos la vista y nuestro rostro en estos momentos tan especiales.
118
Ir a Epílogo V.
119
En los divertidos tiempos medievales.
120
Las fiestas de locos (conocidas también como de los subdiáconos y de las calendas), se celebraron en
Europa desde la Edad Media (probablemente con origen pagano antiguo). Tenían lugar durante el
invierno, generalmente entre finales de diciembre y principios de enero, coexistiendo, por tanto, con la
liturgia y la espiritualidad típicamente de Navidad. Consistían en la recreación de parodias e irreverencias
jocosas de los ritos. Eran concesiones al juego y la risa, transgresiones festivas, tan consentidas como
condenadas por la propia Iglesia. Los locos a los que se refiere su nombre no son personajes enfermos ni
marginales, sino hombres enmascarados, liberados de la represión por medio del disfraz caricaturesco.
La fiesta se organizaba de la siguiente manera: se elegía a un obispo y a un subdiácono de los lo-
cos, líderes burlescos que, durante unas horas, disponían del privilegio de mandar y gobernar según pará-
metros lúdicos. El ritual se dividía en dos partes bien diferenciadas: la representación de ritos jocosos
dentro de la iglesia, y la cabalgata popular que recorría las calles. Durante la primera parte, y tras la de-
clamación de un discurso grotesco, los religiosos se entregaban libremente a la fantasía: se disfrazaban y
se ataviaban con máscaras carnavalescas, se travestían de mujeres, bebían y comían carne en el altar de la
iglesia o en un altar simulado, oficiándose misas aparentemente sacrílegas, echando humos en bastos
incensarios de cuero, jugando a juegos prohibidos como dados o ajedrez, bailaban bailes licenciosos y de
contoneos provocativos, simulando incitación a las mujeres… Concluido el festín, una cabalgata formada
por carros partía desde la iglesia. El obispo de los locos animaba a los espectadores a sumarse al cortejo, a
la vez que les reclamaba la entrega de monedas, pan y vino con los que rendir homenaje a su fingida
autoridad. Los asistentes participaban gustosos en la entrega simbólica del tributo, conscientes de que se
les brindaba una oportunidad para rechazar públicamente el sometimiento a la autoridad. Hemos de
suponer que las grandes cantidades de vino consumidas contribuirían al desenfreno propio de un festejo
~ 44 ~
amante de los juegos, llegando incluso a prohibir el ajedrez. Sin embargo, fue gran
impulsor de la música sacra, habiendo protegido mucho al compositor Perotin.121
Eudes de Sully pasa también a la historia por ser uno de los fundadores, en 1204, de
un convento cisterciense femenino en Chevreuse, al suroeste de París (Port Royal des
Champs).122
donde las bufonadas, los insultos y los gestos procaces se dirigían, muy particularmente, hacia el clero y
sus representantes.
La medieval fiesta de los locos constituye, por tanto, un espacio de libertad en el que la cordura resulta
sustituida por el disparate carnavalesco, entendido éste como locura. Mientras dura la fiesta, se invierten
los esquemas preestablecidos: se permite la exaltación del débil (de los desfavorecidos, los niños, y tam-
bién de los verdaderos dementes…) y los asistentes, desde su condición temporal de locos, condenan
abiertamente el exceso de poder que racionalmente desearían suprimir. Por este motivo, fue muchas veces
reprobada por los censores, que veían en este tipo de celebraciones carnavalescas un atentado o delito
contra los valores religiosos a mantener, según ellos.
La Iglesia hacía cuanto podía para desarraigar o encauzar de la mejor manera las irreverencias de las
fiestas de locos, tachándolas de impiedad en su labor pastoral. Se ve por la carta del cardenal Pedro de
Capua, legado pontificio en Francia, en el año 1198, mandando al obispo de París Eudes de Sully que
anule lo más pronto que pueda la fiesta de locos. Fue lo que hizo reiteradamente, sobre todo en 1198 y
1199, el obispo de París mediante ordenanzas. El concilio o sínodo de París en 1212 renovará similares
prohibiciones. Lo mismo se insistió, con reiteradas censuras, en más ocasiones y en muchos otros lugares.
Puede leerse; Heers, J. (1988): Carnavales y fiestas de locos, Barcelona, Ediciones 62; Cox, H. (1983):
Las fiestas de locos, Madrid, Taurus.
121
El más importante de los compositores musicales de la Escuela de Notre Dame de Paris, cuando co-
menzó a gestarse el estilo polifónico. Perotin muere hacia 1230.
122
Este convento será famoso, y de mucho ruido histórico, por el jansenismo herético que allí se desarro-
lle entre los años 1634-1708, como habrá ocasión de ver.
~ 45 ~
ISLANDIA
En Islandia hay serios conflictos internos. Kolbeinn Tumason fue un jefe o caudillo y
godi (goði)123
de Islandia, perteneciente al clan familiar de los Ásbirningar,124
muy des-
tacado en el período previo a la guerra civil que se libra en la Mancomunidad Islan-
desa,125
guerra conocida como Sturlungaöld.126
Ahora, en este año 1208, Kolbeinn Tu-
mason ha muerto, a sus 35 años de edad.
123
Goði o godi es un término de la antigüedad nórdica europea por el que generalmente se designa a un
sacerdote o jefe tribal en la Escandinavia pagana o precristiana. Están relacionadas con ellos las piedras
vikingas llamadas piedras rúnicas, que eran por lo general monumentos conmemorativos de ciertos
hombres célebres, dignos de recordar o poderosos.
El goði no era propiamente un jefe territorial sino más bien un líder de diversos grupos de interés que
continuamente pleiteaban o negociaban para favorecer su estatus. En la Islandia precristiana, los tem-
plos paganos pertenecían y eran mantenidos de forma privada por un hofgoði o sacerdote del templo. Fue-
ron parte importante en el sistema político islandés, incluso mucho después de ser introducido el cris-
tianismo. Su número, ilimitado en un principio, se fijó más tarde (hacia el año 964) en tres por cada dis-
trito judicial, número que se incrementó en los primeros años del siglo XI.
La autoridad de los godi desapareció en Islandia hacia 1262, cuando la Mancomunidad Islandesa se in-
corporó a la Corona Noruega.
124
De muy conocidos guerreros e influyentes políticos.
125
La Mancomunidad Islandesa, significando Estado Libre Islandés, fue un modelo de orden político y
organizativo en Islandia, basado en una critarquía o anfictionía de jueces, desde el establecimiento del
Althing (institución parlamentaria típicamente islandesa) en el año 930 hasta la declaración de vasallaje
de Islandia hacia la monarquía de Noruega en 1264. La Mancomunidad Islandesa no se puede compren-
der sin remontarnos a la época de invasiones y colonizaciones de la isla por los vikingos.
La estructura de la Islandia medieval resultó ser en forma de comunas. Sobre el plano nacional, el
Althing constituía a la vez un tribunal y una cámara legislativa; no había una realeza ni un poder ejecutivo
central. Islandia se dividía en numerosos goðorð, consistentes esencialmente en clanes o en alianzas diri-
gidas por jefes de clanes llamados goðar (en singular, goði). Los jefes de clanes aseguraban la defensa y
nombraban hombres de leyes para resolver los conflictos entre los miembros del goðorð, que no consis-
tían, estrictamente hablando, en zonas geográficas sino en grupos a los cuales cada individuo se adhería
por su propia voluntad. Era, pues, por lo menos en teoría, posible cambiar a voluntad de goðorð. Dos
hombres de cada uno representaban al pueblo en el Althing, una estructura más bien oligárquica. Ir a
Epílogo VI para abundar más de un modo sugerente.
La población de Islandia hacia el año 930 podría ser de unas 35.000 personas, siendo una población
resultante de mucha mezcla étnica o de procedencia. Los colonos islandeses vivían principalmente de la
cría extensiva de ganado vacuno y sobre todo ovino. La práctica de la agricultura era posible en el sur,
pero limitada, y el grano sería siempre un producto de importación insustituible. La pesca de salmón y
trucha era un recurso importante. El comercio con Noruega, Inglaterra e Irlanda ocupaba un lugar im-
portante. Los principales productos que se vendían eran madera, trigo, hierro, alquitrán, vestidos de lujo y
objetos de arte, a cambio de lana, sebo y pieles.
Los seguidores de un goði le debían a éste lealtad y servicio militar. Se organizaban en pelotones o
compañías basados en su estatus social y su equipamiento, que formaban, a su vez, ejércitos expedicio-
narios o leiðangrs. La tradición militar islandesa de la época se asemejaba estrechamente a la de Noruega.
Respecto a su formación se atestiguan formaciones de caballería y de infantería con equipamiento de ar-
~ 46 ~
Tumason era muy destacado, poderoso e influyente goði. Usó de su influencia para
posicionar a sus seguidores en cargos eclesiásticos y políticos relevantes, entre ellos al
obispo católico Guðmundur Arason127
de Hólar.128
Pero Guðmundur, sin que se percatara Kolbeinn, resultó ser un defensor de la inde-
pendencia y libertad de la Iglesia, resistiéndose a los intentos de interferencia de los se-
culares goði. Los dos manifestaron pronto sus desacuerdos.
Durante algún tiempo, previo a su cargo episcopal, Guðmundur sirvió como sacerdote
doméstico de Kolbeinn Tumason. Guðmundur no mostró en ese tiempo interés en forta-
lecer a la Iglesia como institución y no buscó riqueza ni otros bienes materiales. Sin em-
bargo, adquirió reputación como un hombre piadoso y devoto, haciéndose célebre sin
pretenderlo.
Con su nombramiento como obispo, recibió la misión de continuar la obra de sus pre-
decesores: la preservación del poder de la Iglesia. Sin embargo, Guðmundur se convirtió
en un visionario, o se mostró profético, al elogiar y buscar la pobreza y el más puro es-
tilo evangélico, asegurando que la Iglesia se había desviado con la adquisición de rique-
zas. Tanto sus contemporáneos como las generaciones posteriores lo compararon bas-
tante con el Santo Tomás Becket (muerto mártir en 1170).129
Guðmundur fue generoso
con los fondos de la Iglesia, no tardando en tener muchos pobres y necesitados benefi-
ciarios de sus ayudas en Hólar. Su generosidad ocasionó la preocupación, y hasta la ira,
de los jefes locales; y surgieron tensiones al respecto en los poderes judiciales de la
mas y proyectiles, pero el grueso de las fuerzas lo formaba una infantería ligera, media y pesada, con ar-
queros y honderos distribuidos entre las unidades de infantería como hostigadores de apoyo ligero.
Durante la medieval guerra civil islandesa se fue construyendo una significativa serie de castillos. Las
fuerzas en batalla consistían en un promedio de mil hombres, con una tasa de bajas de tan sólo un 15 %.
Esta baja tasa de muertes ha sido atribuida a la mentalidad feudal que poseía la sociedad islandesa y que
establecía que el ejército derrotado podía no ser sacrificado si había luchado con honor.
126
Sturlungaöld(la Era de los Sturlung o la Era Sturlung) fue un período de 42-44 años de luchas in-
ternas en Islandia hacia mediados del siglo XIII. Fue el más sangriento y violento período de la historia de
Islandia y se encuentra principalmente documentado en la saga Sturlunga.
Es un periodo marcado por continuas trifulcas entre poderosos caudillos islandeses, los goðar, quienes
negociaban alianzas y sumaban seguidores para las batallas. El Sturlung fue el clan más poderoso de la
isla en aquel tiempo. Al finalizar su dominio, la Mancomunidad Islandesa dejó de existir e Islandia se
convirtió en territorio vasallo de Noruega. Lo iremos viendo.
127
Guðmundur Arason el Bueno (Guðmundur goði Arason), por quien destacadamente la Iglesia Católica
incrementó su poder e influencia en la Islandia medieval sobre los jefes y clanes locales. Le llamaron
elBueno por su cercanía con todos y sus obras de caridad. Muere en 1237. Se le tuvo por Santo, incluso en
su sentido nacional, aunque la Santa Sede nunca se ha pronunciado al respecto.
128
La diócesis septentrional de las dos que existían en Islandia.
129
No faltan semejanzas al respecto.
~ 47 ~
diócesis. Guðmundur pretendía que la diócesis fuera independiente de los jefes y admi-
nistradores.130
Kolbeinn Tumason, siempre tan cercano a Guðmundur, tuvo que vérselas con una
disputa surgida entre ambos en 1205. La causa de la disputa fue un cobro de dinero
hecho por Kolbeinn a un sacerdote que se lo debía. Guðmundur hizo saber que la Iglesia
tenía sus propios procedimientos y sus poderes judiciales exclusivos en tales casos. En
el otoño de 1208, Kolbeinn viajó a Hólar con un grupo de hombres para ejecutar una
sentencia en contra de un sacerdote que había embarazado a una mujer. Los hombres de
Kolbeinn chocaron con los seguidores del obispo Guðmundur, entablándose la que se
conoce como batalla de batalla de Víðines. Kolbeinn y varios de sus hombres murieron
en la refriega, resultando victorioso el obispo.131
Tumason murió con la cabeza destro-
zada por una roca.
Puede decirse que la batalla de Víðines fue un conflicto armado entre fuerzas seglares
(de Kolbeinn Tumason) y eclesiásticas (de Guðmundur Arason) en este año 1208, por
estar en disputa los poderes judiciales eclesiásticos y los propiamente seculares o civiles
de los goði.
Kolbeinn Tumason, con su hermano Arnór Tumason (del clan Ásbirningar) y Si-
gurður Ormsson (del clan Svínfellingar) se dirigieron a la sede episcopal de Guðmundur
Arason y sus hombres. Ellos solicitaron que el obispo liberase a varios hombres en su
asamblea ya que afirmaron que tenían derechos legítimos. El obispo se mantuvo firme
en su posición que el clero debía mantener el poder judicial en sus propios asuntos, y así
siguió adelante la nombrada batalla, cerca de Hólar, territorio y jurisdicción del obispo.
Las fuerzas de los clanes que acompañaron a Kolbeinn Tumason se dispersaron tras su
derrota, pero Arnór Tumason quedó convertido goði aglutinando seguidores.132
Además de todo lo dicho y contado de Kolbein Tumason, hay que decir también que
él fue un escaldo,133
bastante educado, instruido y creyente. Se le conoce bastante por 130
Su actuar constituyó el primer intento documentado en Islandia de mantener el poder judicial de la
Iglesia por encima de sus propios miembros o de las instituciones políticas u organizativas.
131
Pero en 1209 será insostenible la posición de Guðmundur, viéndose obligado a huir de Hólar. Por or-
den del arzobispo noruego de Nidaros Guðmundur vivió en Noruega entre los años 1214-1218. Cuando
regresó a Islandia se comportó de un modo más moderado o prudente. Sin embargo, no tardaron en surgir
líos y conflictos. Guðmundur será hecho prisionero durante un año. Y tras otras muchas vicisitudes y cir-
cunstancias, habrá de morir, ya sin ningún cargo ni poder relevante, en 1237. Ya lo iremos viendo.
132
Continuó las disputas y desafíos con el obispo Guðmundur Arason. Las continuas desavenencias le
obligaron a huir a las montañas para más tarde exiliarse a Noruega donde permaneció varios años, para
regresar en 1218 y asentarse en Hólar, donde prendió al obispo Arason y lo mantuvo en custodia durante
un año. Arnór regresará a Noruega en otoño de 1221, con su esposa yparte de su familia. En Navidad de ese año
será su muerte, por enfermedad.
133
Los escaldos, así llamados, fueron poetas de condición guerrera e identidad vikinga en la cultura nór-
dica o escandinava durante la Edad Media. Se prodigaban en las cortes de los reyes escandinavos. Servían
a los monarcas ensalzándolos en composiciones poéticas como los drápar (piezas de poesía cortesa-
na) que principalmente tenían la función de exaltar la generosidad del monarca o el heroísmo que mos-
trara en alguna batalla.
~ 48 ~
componer antes de morir el himno Heyr himna smiður (Escucha, Herrero de los Cie-
los):134
Escucha, herrero de los cielos,
lo que pregunta el poeta.
Pueda venir a mí delicadamente
tu misericordia.
Yo te invoco,
por haberme creado.
Soy tu esclavo,
tú eres mi Señor.
Dios, yo te invoco
para sanarme.
Recuérdame, humildemente.135
Muchos te necesitamos.
Expulsa, rey de los soles,
generoso y grande,
todo lamento humano
de la ciudad del corazón.
Mira por mí, humildemente.
Muchos te necesitamos.
Verdaderamente en cada momento,
en el mundo de los hombres.
Envíanos, hijo de la Virgen,
buenas razones,
toda ayuda procede de ti,
en mi corazón.
Sus obras constituyen la llamada poesía escalda, caracterizada por el verso aliterativo y figuras retóri-cas,
una de las cuales era elkenning.
El verdadero papel de un escaldo no era únicamente componer poemas, pues en la Edad Media también
se les consideraba cronistas, escritores, testigos de la historia y algo así como lo que hoy entendemos co-
mo reporteros.
134
Es un clásico y típico himno islandés, musicalizado tras muchos siglos de su composición por Þorkell
Sigurbjörnsson.
135
O rey humilde, es una duda sobre la palabra mildingur.
~ 49 ~
EPÍLOGO I
EL HERALDO DEL GRAN REY
(Homilía pronunciada por Joseph Ratzinger en 1955
con ocasión de la Primera Misa de un amigo sacerdote)136
Era el mes de abril de 1207, en una Italia llena de sol. Era el mes en el que San Fran-
cisco de Asís había sido desheredado y repudiado por su padre. No tenía nada, ni si-
quiera era suyo el hábito que llevaba; y sin embargo, poseía algo que nadie puede robar,
a saber, el amor de Dios, a quien ahora podía decir “Padre” en una forma totalmente
nueva.
Y sabía que esto era mucho más que poseer el mundo entero. Por ello, su corazón se
llenó de gran alegría y cantando caminaba por los bosques de Umbría. Pero, de repente,
cerca de Gubbio, de entre los arbustos, aparecieron dos bandidos listos para atacarle; y
sorprendidos por su aspecto tan curioso le preguntan: “¿Quién eres tú?”. Y él responde:
“Soy el heraldo del Gran Rey”.
Francisco de Asís no era sacerdote, permaneció toda la vida como diácono; pero lo que
dijo en aquel momento es igualmente una descripción profunda de lo que es y debe ser
un sacerdote: el heraldo del Gran Rey, de Dios, anunciador y predicador del señorío de
Dios que debe ser extendido al corazón de cada uno de los hombres y al mundo en-tero.
No siempre el heraldo recorrerá su camino cantando; a veces sí, sin duda, porque el
buen Dios siempre concede a todo sacerdote nuevos momentos en los que, con asombro
y alegría, reconoce la inmensa tarea que Dios le ha encomendado. Pero contra este he-
raldo también se levantan los bandidos, por así decirlo, a los que no les gusta el anun-
cio: son, en primer lugar, los indiferentes, los que nunca tienen tiempo para Dios, aque-
llos a los que –en el mismo momento en que Dios les llama– piensan que, en realidad,
tienen cualquier otra cosa que hacer, les queda mucho trabajo por resolver; luego están
los que dicen que no es necesario construir iglesias, sino –y sobre todo– casas, pero les
parece bien que se construyan cines y lugares para divertimentos de todo tipo.
Para ellos, el sacerdote debe siempre anunciar de nuevo el hecho, a menudo incómo-do,
de que el hombre no vive sólo de pan, sino que en la misma medida, aún más, vive de la
Palabra de Dios. Y que el hombre no vive sólo vive de pan, sino de algo más, creo que
aún podemos verlo hoy en día. Cada vez más hay personas que poseen todo lo que
desean, tienen suficiente dinero para vestirse y para comer lo que quieran y, sin embar-
go, cierto día dicen: “Yo ya no puedo vivir”. Dicen: “No aguanto más, ya no tiene sen-
tido”. Es aquí donde se ve que el hombre necesita algo más que pan, que existe en él un
hambre más profunda, el hambre de Dios, que puede ser saciada con la Palabra de Dios.
136
Publicada en L‟Osservatore Romano, 15 de mayo de 2013.
~ 50 ~
Creo que con motivo de esta prédica y de la celebración de esta primera misa, po-
dríamos todos reflexionar hoy un poco si no nos encontramos, de una forma u otra, en-
tre los indiferentes que, con sus críticas, con su llegada tardía o su falta absoluta de pre-
sencia, dificultan o hacen perder al sacerdote el gusto por su trabajo.
También están los hostiles, aquellos que detrás de cada sacerdote ven al representante
del clericalismo, de un poder contra el que deben defenderse; y no hace falta que men-
cione consignas y pensamientos que hoy circulan a este respecto, porque las conocéis
tanto como yo; y todos nosotros –creo– no sólo vemos el sudor que cuesta el trabajo de
la cosecha, sino también cuánto sudor exige la cosecha del Reino de Dios para aquellos
que el Señor ha enviado como trabajadores a su campo, en el que, ciertamente, también
crecen los cardos y las espinas de una forma no muy diferente al campo de este mundo.
Y a pesar de toda oposición, el sacerdote debe siempre proclamar el anuncio del seño-
río de Dios que se quiere extender en este mundo, porque él es el heraldo del gran Rey,
de Dios, alguien que clama en el desierto del tiempo; o en palabras de los teólogos, de
modo más simple y directo: el sacerdote no sólo toma parte de la función pastoral de
Jesucristo, sino también de su función magisterial; no ha sido enviado sólo para admi-
nistrar los sacramentos, sino también para anunciar la Palabra de Dios.
¡Queridos cristianos! Lo que he dicho en esta homilía sólo son pocos, insignificantes y
pequeños detalles de la imagen completa de la existencia sacerdotal. Pero frente a la
gran realidad de Dios, en el fondo, cada hombre es como un niño que balbucea, e in-
cluso el hombre adulto no puede decir más que unos pocos detalles insignificantes. En
conclusión, me gustaría repetir una vez más la oración que os he dirigido anteriormente;
antes de introducirse en el milagro de la santa consagración, en la plegaria eucarística, el
nuevo sacerdote se volverá, una vez más, hacia vosotros, diciendo: “Orate fratres:
Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro sea agradable a Dios, Padre to-
dopoderoso”.
Por tanto, ruego que no se consideren estas palabras como una frase hecha que con-tiene
el Misal, como una fórmula que el sacerdote debe pronunciar porque es el mo-mento de
hacerlo; consideradla como una oración verdadera y propia que él dirige a todos
vosotros. Porque, tal vez, lo que más necesita hoy el sacerdote es que se ore por él; para
él es infinitamente reconfortante saber que las personas se preocupan de cui-darlo ante
Dios, que rezan por él. Es como si una mano bondadosa lo sostiene en una subida
empinada para tener esta seguridad: “Puedo avanzar tranquilo, porque me siento
respaldado por la bondad de aquellos que están conmigo”.
Y cada vez que en el futuro asistáis a la Santa Misa y escuchéis esta fórmula, Orate
fratres (¡Orad hermanos!), consideradla como una exhortación, como una verdadera
oración dirigida directamente a vosotros: Orad hermanos, porque la ofrenda de la vida
de este sacerdote y de todos los sacerdotes sea agradable a Dios, el Señor.
~ 51 ~
EPÍLOGO II
DE CÓMO FUE ENGENDRADO CON INTRIGAS
JAIME I EL CONQUISTADOR
Así lo escribe en ABC Mónica Arrizabalaga (26 de marzo de 2015):
Jaime I el Conquistador fue rey de Aragón, de Mallorca y de Valencia, conde de
Barcelona y de Urgel y señor de Montpellier, pero este monarca clave en la historia de
España bien pudo no haber nacido si su padre, Pedro II el Católico, no hubiera sido
engañado para consumar su matrimonio con María de Montpellier.
El propio don Jaime relató en su Crónica “en qual manera nos fom engenrat” seña-
lando que su padre no podía ver a la reina hasta que un día en que Pedro II se encon-
traba en Lates y doña María en Miravals, un rico hombre aragonés llamado Guillén de
Alcalá rogó tanto al monarca que fuera a Miravals que éste aceptó “e aquela nuyt que
abdos foren a miravals volch nostre senyor que nos foren engenrats”.
“Guillén de Alcalá llevó al rey donde estaba la reina, con el pretexto de que le cum-
pliría su voluntad cierta dama, pero Guillén la sustituyó por la reina, que aquella no-
che quedó embarazada”, relataba el fallecido historiador Ángel Canellas López. En su
estudio sobre “Relaciones políticas, militares y dinásticas entre la Corona de Aragón,
Montpellier y los países del Languedoc”, Canellas señalaba que el rey de Aragón, que
se intituló señor de Montpellier desde su matrimonio con María, se arrepintió poco des-
pués de su casamiento y procuró apartarse de la reina, que pasaba la mayor parte del
tiempo en Montpellier.
“Angustiada está la reina, y no sin mucha razón, porque su marido el rey don Pedro,
rey de Aragón, no hacía caso de ella más que si fuera varón, ni le pagaba la deuda que
tenía obligación; antes con muchas mujeres era su delectación...”, reza el romance de
Juan de Timoneda (siglo XVI).
La desolación de la reina “no era por el deleite de la tal conversación”, continúa el
romance, “sino que de su marido no había generación para gobernar el reino sin nin-
guna división”.
Ramón Muntaner (1265-1336) recogió en su crónica cómo “el dicho señor rey Don
Pedro, que era joven y fácilmente se enamoraba de las gentiles mujeres, no vivió con la
dicha señora Dª María, y ni siquiera se acercaba a ella cuando alguna vez venía a
Montpellier, por lo cual estaban descontentos sus vasallos y señaladamente los pro-
hombres de Montpellier”. Éstos, al saber que el monarca bebía los vientos por una
dama de la ciudad, hablaron con un noble “que era privado del dicho señor Rey en tales
negocios” –probablemente Guillén de Alcalá– y le convencieron para que le dijera al
rey que iba a llevar a dicha señora a su cámara, pero que no quería que hubiera luz para
no ser vista por nadie.
“Así que él esté acostado y se hayan retirado los de su corte, vendréis todos aquí al
Consulado de Montpellier, y estaremos allí los doce cónsules, y entre caballeros y otros
ciudadanos tendremos otros diez de los mejores de Montpellier y de su baronía, y es-
tará allí la reina Dª María, con doce dueñas de las más honradas de Montpellier y con
~ 52 ~
doce doncellas; e irá con nosotros ante el dicho señor Rey y vendrán con nosotros dos
notarios, los mejores de Montpellier, y el oficial del Obispo, y dos canónibos, y cuatro
buenos religiosos; y cada hombre y cada dueña o doncella traerá en la mano un cirio,
el cual encenderán cuando la dicha reina Dª María entre en la cámara con el señor
Rey. Y a la puerta de la dicha cámara estarán todos juntos hasta el amanecer”, con-
tinúa Muntaner.
Se cantaron misas en Santa María de les Taules y en Santa María de Valluert y se
guardaron ayunos durante la semana previa para que Dios concediera un hijo a los re-
yes. El monarca, enterado de los ruegos aunque no del engaño, decía: “Hacen bien, y
será lo que Dios quiera”.
La noche de autos, en mayo de 1207, allá fueron todos los nobles, notarios, dueñas y
doncellas con los cirios, que aguardaron tras la puerta mientras se cumplía el plan. Al
amanecer entraron en la cámara y pidieron al rey que reconociera a la mujer que dormía
a su lado. Éste, al ver a la reina, rogó porque se cumpliera el propósito que los nobles te-
nían.
Otras crónicas atribuyen la estratagema a la misma reina Doña María. Sea como fuera,
y aún descartados los aderezos novelescos que se fueron añadiendo a la leyenda, “que-
dan en pie, atestiguados por el mismo glorioso Conquistador, la extraña anécdota de su
engendramiento por sorpresa”, afirma Menéndez Pelayo en sus estudios sobre esta
leyenda que llevó al teatro Lope de Vega en La ReinaDoña María.
Jaime I el Conquistador nació el 2 de febrero de 1208 en casa de los señores de Tor-
namira en Montpellier y fue llevado a la iglesia de Santa María y a la de San Fermín. A
su regreso a palacio, la reina ordenó que se encendieran al mismo tiempo doce velas, del
mismo peso y tamaño, “y a cada una puso sendos nombres de los Apóstoles, y prometió
a Nuestro Señor que tendríamos el nombre de aquel apóstol cuya candela durase más”,
relata el propio monarca que fue llamado Jaime (Santiago) porque su vela “duró como
tres dedos más que las otras”.
“Y así hemos venido de parte de la Reina, que fue nuestra madre, y del rey D. Pedro,
nuestro padre... Y parece obra de Dios”, mandó escribir El Conquistador.
~ 53 ~
EPÍLOGO III
SAN JULIÁN DE CUENCA
San Julián fue el segundo obispo de la diócesis de Cuenca, habiendo sucedido en esta
sede a Juan Yáñez, que inició su andadura episcopal uniendo en Cuenca las antiguas y
visigodas sedes episcopales de Segóbriga,137
Valeria138
y Ercávica (o Arcávica).139
Las fuentes históricas sobre San Julián (Julián ben Tauro), de ascendencia mozárabe, no
son abundantes, si bien parece documentado que en 1197 era arcediano de Calatrava no
nos ofrecen mucha la información a cerca de San Julián.
San Julián recala en Cuenca como obispo en unas circunstancias muy singulares o
especiales del año 1198, cuando se estaba dando aún una consolidación del lugar tras su
reconquista cristiana. Fue obispo de Cuenca durante diez años. En ese contexto, todos
los esfuerzos del Santo, como buen mozárabe, fueron dirigidos a que se arraigaran la
paz, el bienestar y la instrucción en buena convivencia entre cristianos, judíos y musul-
manes.
En 1201 proporcionó estatuto al cabildo y bienes para que los canónigos desempeñar
debidamente sus funciones. Promovió la firma de acuerdos entre cabildo y concejo para
regular la mejor convivencia posible y las buenas relaciones de todo tipo. Organizó y
gestionó muy bien la diócesis, atendiendo también a las aldeas más dispersas,
ejerciendo y haciendo ejercer un poder controlado o una autoridad verdaderamente
servicial.
Podemos imaginar la preocupación de San Julián por la creación o implantación de
parroquias rurales en los lugares recién conquistados y en los que se continuaban asen-
tando sin parar grupos de cristianos venidos del norte.
San Julián era poco aficionado a la vida cortesana, pues era muy sencillo y cercano a
sus diocesanos, amando el retiro en la oración y el trabajo pastoral. Era consciente de lo
mucho que había que hacer y recuperar en una diócesis de reciente creación, de no fáci-
les comunicaciones, de suelo árido y de inseguro asentamiento todavía. Todo apunta a
que se movía bastante, que eran frecuentes los viajes que hacía de un lado para otro
acompañado de algunos canónigos.
No tenemos bastantes fuentes biográficas. La mayor parte de los detalles sobre su vida
nos llegan por la tradición y por ciertas historias piadosas, escritos devocionales sobre
todo del siglo XVI en adelante. Estos escritos de la tradición nos muestran a un hombre
Santo, proféticamente elegido por Dios desde el seno materno, hombre lleno de humil-
137
En torno al histórico y arqueológico que se conoce cerro de Cabeza de Griego en la localidad con-
quense de Saelices. 138
Centrada en el municipio conquense de Las Valeras.
139
En Cañaveruelas (Cuenca).
~ 54 ~
dad y de celo apostólico, gran benefactor de los pobres, con gran espíritu de oración y
muy devoto de la Virgen María.
Se cuenta que su nacimiento, de padres piadosos y honrados, estuvo acompañado de
determinadas señales que daban a entender cuánta sería su santidad y acerca de su
dignidad episcopal: su belleza al nacer –un niño muy lindo– causó la admiración de to-
dos; y aconteció en su bautismo que apareció un chavalito a guisa de obispo, con mitra
y báculo, indicando que el niño debería llamarse Julián.
En antigua lectura de oficio divino o litúrgico se leía que San Julián fue un verdadero
padre para los pobres, que ayudó, con su dinero y con su trabajo, remediando las nece-
sidades de los menesterosos, de las viudas y de los huérfanos. Empleó los réditos de su
iglesia tanto en ayudar a los míseros como en instaurar y ordenar los templos; conten-
tándose, para vivir con poco sustento que procuraba con sus propias manos. Era asiduo
en la oración, con cuya fuerza, ardiendo en paterna caridad, consiguió de Dios muchas y
grandes cosas a favor de su pueblo. De las cuales las principales fueron éstas: como toda
la diócesis padeciese escasez de grano, y nada quedase ya en los graneros episcopales,
compadecido de la calamidad popular, dirigió al Señor fervientes oraciones mezcladas
con lágrimas. Entonces sucedió, que fue transportada una gran cantidad de trigo, hasta
las puertas de palacio episcopal, por numerosos jumentos, los cuales, depuesta su carga
desparecieron.
Según la tradición San Julián se ejercitaba como cestero o canastero en sus ratos libres
o de soledad, acompañado por su criado San Lesmes, de modo que se ocupaba de estos
trabajos manuales del trenzado de mimbres; fabricando cestillas, las comercializaba
para mantenimiento de la diócesis y sobre todo para ayudar a los más necesitados.
Testigo de estos afanes de trabajo y caridad, espirituales y económicos a la vez, en bien
de los demás, es el Tranquilo, en el Cerro del Majestad, donde había un pequeño ma-
nantial al borde del cual crecían los mimbres. El lugar se conoce como Cueva de San
Julián el Tranquilo. Hay una ermita y se pude hacer senderismo de lo lindo.
En memoria y como homenaje a la caridad de San Julián, se instituyó por el cabildo
catedralicio, a principios del siglo XV, la llamada Arca de San Julián o de la Limosna,
que se convirtió en una institución benéfica para atender a las necesidades más perento-
rias de los más desfavorecidos. Fundamentalmente se dio limosna de pan a diario, se
procuró la crianza y acomodo de niños expósitos y se dotó para el matrimonio a aque-
llas jóvenes huérfanas, que de otro modo, sin dote, no hubieran podido casarse, dadas
las costumbres y la mentalidad de la época.140
Son muchas las incógnitas sobre la vida de San Julián antes de ser arcediano de Ca-
latrava. Cabe imaginar que, como cualquier muchacho (aventajado y con suerte) de su
época, estudiara Gramática y las demás disciplinar literarias del Trivium y del Qua-
drivium en alguna escuela catedralicia, y después Teología y Cánones, adquiriendo así
los conocimientos necesarios para ser sacerdote. Todo ello parece ser que hay que loca-
lizarlo en Palencia, o lo mismo en Toledo.
140
Esta Arca se perpetuó en Cuenca hasta no hace tanto.
~ 55 ~
Atendiendo a la tradición burgalesa, que señala la casa donde nació y vivió con sus
padres, habría realizado sus estudios superiores en la Universidad o Estudio General de
Palencia, de la cual habría sido después profesor. Hacia 1162, de repente se sintió con
deseos e impulsos de soledad y de entrega directa al trato con Dios, coincidiendo con la
muerte de su madre, por lo cual se preparó un retiro en la Vega de la Semella, junto al
río Arlanzón de Burgos, en el cual encontraría suficiente tranquilidad para darse por
completo a aquella vida. Allí aparece ya la figura del santo y ferviente Lesmes,141
el fiel
criado que ya no abandonaría la compañía de San Julián hasta su muerte.
Exponen después los biógrafos sus correrías apostólicas por toda España, una vez
abandonado el retiro de la Semella. Tanto los reinos cristianos del norte como las tierras
musulmanas habrían sido testigos de su celo por la salvación de todos, y de sus afanes
por reavivar o hacer nacer la fe de Cristo en todas partes y lugares que iba recorriendo
como predicador itinerante. Creció su fama entonces, llegando a conocimiento del
arzobispo de Toledo, que para cubrir la vacante del arcediano de Calatrava, ofreció el
cargo a San Julián y hasta tuvo que vencer su resistencia para que lo aceptase.
Su sepulcro en Cuenca no dejó de ser muy venerado, siendo muy recurrida la devo-
ción a este santo obispo con gratitud por sus milagros, manifestada dicha gratitud por
grandes y pequeños, por nobles y personas del pueblo, por reyes y reinas, poderosos y
emperadores, y por otros santos, como pecadores, en el transcurrir de los siglos.
Tal vez, por encima de todo, podemos considerar a San Julián de Cuenca como un
prelado fronterizo al ocupar una sede episcopal de nueva creación, la de Cuenca, recon-
quistada por Alfonso VIII en 1177. San Julián no fue un Miles Christi o un obispo ca-
ballero al estilo reconquistador. No compareció en batalla alguna, cuando era normal
que los obispos lo hicieran, pero se expuso a los peligros de frontera que había que asu-
mir al cruzar las marcas cristianas para adentrarse predicando en terrenos islámicos o
aún islamizados.
141
Este San Lesmes, amigo inseparable de San Julián, como podemos ver en la conocida como Capilla
del Transparente en la Catedral de Cuenca, testimonia a las claras que la vida se vive siempre mejor en
compañía que en solitario. El nombre Lesmes resulta ser de procedencia francesa que se castellanizó. El
portador del nombre a España fue el abad benedictino San Alleame (San Lesmes, patrón de Burgos), na-
ció en la aldea francesa de Loudun, de la región de Poitou. Su familia era rica. A la muerte de sus padres
vendió todo, se lo dio a los pobres y se fue de peregrinación a Roma. Se hizo benedictino y llegó a ser
abad del monasterio de La Chaise-Dieu en la Auvernia. Vino a Burgos por deseos de la reina Constanza
de Borgoña, que era francesa, esposa de nuestro rey Alfonso VI, para asesorar a la corte y contribuir a
remediar los males que aquejaban por entonces a Castilla. Fundó el monasterio burgalés benedictino de
San Juan Evangelista. En 1085 intervino en la toma de Toledo (según la leyenda haciendo el milagro de
separar las aguas del Tajo para que el ejército castellano pudiera entrar fácilmente en Toledo). Murió en
1097, siendo enterrado en el monasterio burgalés que fundó. Y de De este personaje tomó el nombre el
San Lesmes amigo de San Julián, habiendo nacido en Burgos, de familia pobre pero honrada, siendo la
honradez la cosa más preciada de los pobres que nunca deberían perder. Este San Lesmes fue uno de los
criados del hogar de San Julián y a éste le sirvió fielmente durante toda la vida. Se cuenta que este
Lesmes era fuertote, de recia configuración, de rostro curtido y tez morena, de semblante pacífico, so-
segado y hasta bonachón. Tanto San Julián como su criado San Lesmes eran realmente lo bastante anaco-
retas. San Lesmes acabó ordenado de diácono y de presbítero, destacando incluso como predicador,
acompañando también a San Julián estos menesteres.
~ 56 ~
La figura histórica de San Julián es, con todo, enigmática y susceptible de interpreta-
ciones varias, según la idea que tengamos acerca de la época y el contexto en los que se
desenvolvió. Son bien conocidas las posiciones encontradas que existen en torno a la
España de ese tiempo. Dos son las principales corrientes interpretativas, una debida a
Américo Castro, que aboga por una España fruto de la mezcla de tres culturas o reli-
giones, y la refutación de esta visión, propuesta por Claudio Sánchez Albornoz en
suEspaña. Un enigma histórico. El origen mozárabe podría hacernos pensar en un
Julián ben Tauro que, de raíces toledanas, habría sido fruto de las tres corrientes
aludidas; sin embargo, sus acciones parecen ir en sentido contrario, pues de no ser un
cristiano con-vencido de la superioridad de su fe, qué sentido tendría su aventurarse
misionero en te-rritorio hostil. Por otro lado, la Cuenca de la época, de la que él era
obispo, en absoluto puede considerarse como un ambiente de tolerancia intercultural.
Basta con consultar su Fuero, redactado poco antes de la llegada del Santo a la ciudad,
para que sólo podamos decir que las “tres culturas” simplemente cohabitaban y poco
más, como se puede ob-servar por la asimetría y falta de proporcionalidad con que se
castigaba un delito depen-diendo de la fe que profesara su víctima o realizador.
Por todos estos motivos, San Julián, debe ser interpretado como un Santo genuina-
mente español, cuyo hispanismo viene a ser reforzado, precisamente por su condición
originaria de mozárabe, es decir, de resistente o insumiso a la dominación islámica.
Todo ello explica el hecho de que las figuras más destacadas de nuestra católica monar-
quía española venerasen sus reliquias en su sepulcro conquense.
~ 57 ~
EPÍLOGO IV
LA IGLESIA DE LA VERA CRUZ DE SEGOVIA
La iglesia de la Vera Cruz de Segovia, originariamente del Santo Sepulcro, se caracte-
riza en cuanto construcción por reflejar como antecedente los baptisterios romanos de
los primeros tiempos del cristianismo, lo cual fue muy recurrente en las diferentes ór-
denes de caballeros durante las cruzadas medievales. Puede considerarse que la iglesia
segoviana tuvo como ejemplo o inspiración la misma Mezquita de la Roca y la Basílica
del Santo Sepulcro de Jerusalén. Los templarios, que tuvieron su sede jerosolimitana
en la Mezquita de la Roca, construyeron sus iglesias de París (Francia) y Tomar (Portu-
gal) basándose en esa tipología constructiva, e igual hizo la Orden del Santo Sepulcro,
por ejemplo en la localidad navarra de Torres del Río.
El muro exterior de la iglesia segoviana es de sillería, abriéndose en él pequeñas ven-
tanas saeteras de medio punto que dan luz al interior. Como única ornamentación de la
fachada vemos unas molduras que recorren los lienzos. En las aristas se ubican contra-
fuertes que refuerzan la estructura.
Hay dos puertas de acceso: la principal en la fachada oeste, que coincide con el eje del
ábside central, tiene un vano adintelado con un tímpano liso y cuatro arquivoltas deco-
radas con dientes de sierra. A cada lado, tres columnas poseen capiteles esculpidos que
muestran aves, lucha de guerreros, bustos humanos, demonios y sirenas-pájaro. Sobre
un tejado con canecillos se halla una ventana.
La otra puerta, lateral en la fachada sur, se halla frente al lugar donde se ubica la lápi-
da que contiene la dedicación o consagración de la iglesia. Está conformada por un arco
de medio punto y carece de tímpano. Tiene sobre ella, en la parte exterior, un relieve en
el que se representan las Santas Mujeres y el Ángel al pie del Santo Sepulcro vacío. Las
arquivoltas están sin ornamentar y los capiteles están decorados con motivos vegetales,
con alguna figura de bustos humanos y pájaros-sirenas.
La torre es de planta cuadrada con tejado a cuatro aguas. Tiene cuatro cuerpos y el úl-
timo, en donde se alojan las campanas, posee dos ventanas en cada lado con arco de
medio punto. En la base se refuerza con contrafuertes.
En capilla situada en los bajos de la torre se veneró una reliquia de la Santa vera Cruz
(LignumCrucis). Hay una hornacina del siglo XVI tallada en piedra con los escudos de
uno de los Comendadores de la Orden del Santo Sepulcro. La reliquia de la Cruz se en-
cuentra en la iglesia parroquial de Zamarramala, a donde fue trasladada, para más se-
guridad, después de sufrir varios intentos de robo.
En cuanto a los ábsides, digamos que:
En el centrar se halla una imagen de Cristo crucificado del siglo XVIII.
En el izquierdo se ubica la Capilla Sacramental o del Sagrario, donde encontramos
una copia de la imagen de San Juan Bautista, patrono de la Orden de Malta, cuyo
original se halla en la sede de dicha Orden en Madrid.
En el ábside derecho se halla la imagen románica de la Virgen de la Paz.
~ 58 ~
Situado en una de las paredes de la nave circular se halla el retablo de iconografía
cristológica que estuvo en el ábside central. Es un retablo del año 1516, de la escuela
castellana.
El edículo, central en la iglesia, es un templete de dos plantas. Se accede al interior por
una escalera doble bajo la cual se abre el acceso al piso inferior, enfrentado con la
puerta principal. La segunda planta está coronada por una cúpula califal y en el centro
se ubica un altar con decoración mudéjar. El piso inferior, con cuatro accesos de arcos
apuntados, orientados con los puntos cardinales, posee una bóveda de crucería.
Se desconocen los usos que se daban a estas salas. Se estima que en la superior se
realizaba la vela de armas antes de los cruzamientos de los caballeros y en la inferior se
realizaban actos o celebraciones penitenciales. En la actualidad en la planta superior se
escenifican los ritos religiosos de los Caballeros de la Orden de Malta.142
Para comprender el por qué de los edificios de planta centralizada hay que recurrir al
magnífico trabajo de Pedro Luis Huerta, secretario de la Fundación Santa María la Real
de Aguilar de Campoo publicado en las actas de sus cursos de 2005: “Exotismo y singu-
laridad de las iglesias de planta centralizada”(pp. 40-69). En el mencionado trabajo, al
que corresponden las imágenes pertenecientes a lo publicado por J.M. Merino de
Cáceres en lo referente a la Vera Cruz, Huerta se retrotrae su origen al año 325 en que la
emperatriz Elena, madre de Constantino el Magno motivada por las explicaciones de
obispo Macario de Jerusalén acerca del lamentable estado de los lugares donde ocu-
rrieron los episodios de la muerte de Cristo, fue hasta allí y localizó el lugar de la
crucifixión y la tumba de Cristo. Probablemente a este episodio haga referencia la
escultura del tímpano de la iglesia segoviana de San Justo, mostrando a Santa Elena
142
A lo largo de la nave hay diversas banderas de la Orden de Malta. En los muros hay restos de antiguas
pinturas.
Una leyenda cuenta que durante la vela de un caballero de la Orden, en un descuido de los demás her-
manos, que lo dejaron solo, fue atacado por unos grajos. El prior maldijo a estas aves impidiéndoles en-
trar o acercarse a la iglesia. Desde entonces nadie ha vuelto a ver grajos por allí.
~ 59 ~
acompañada de otras dos mujeres a semejanza del pasaje de las tres Marías ante el
sepulcro vacío de Cristo, con el obispo Macario tras las mismas.
~ 60 ~
El complejo Constantiniano edificado al hilo de estos dos lugares se compone de este a
oeste de un atrio, una basílica o Martyrium, un segundo atrio interior donde se hallaba el
Gólgota y una rotonda o Anastasis (Resurrección, en griego) donde se hallaba el
sepulcro de Cristo.
~ 61 ~
Será este modelo circular el que exportarán los cruzados de modo muy genérico en
recuerdo del lugar del Sepulcro de Cristo.
Pero no era solo este el origen de los edificios de planta circular. También con la misma
estructura se erigieron mausoleos –a los que la anastasis imita– y baptisterios.
~ 62 ~
~ 63 ~
~ 64 ~
La iglesia segoviana de La Vera Cruz no destaca por su magnificencia arquitectónica ni
por la decoración escultórica. Aparentemente de sencilla hechura a base de mampostería
reforzada con sillares en las zonas sensibles, su estudio en profundidad revela sin
embargo unos cuidadosos cálculos edificativos llevados a cabo en una sola vez.
~ 65 ~
Consta de una estructura interior central de doce lados y dos alturas alrededor de la cual
hay un deambulatorio anular cubierto por bóveda continua de medio canon. El muro de
cierre es simbólicamente poligonal –dodecagonal– al exterior mientras que al interior es
circular.
Las arquivoltas se decoran por medio de motivos geométricos en zig-zag y de baquetón
en la interior. Por fuera hay guardapolvo de ajedrezado jaqués. Las tres arqui-voltas más
externas apean en otras tantas parejas de capiteles con diferentes motivos decorativos.
EPÍLOGO V
~ 66 ~
LA EUCARISTÍA COMO SACRAMENTO PERMANENTE
En la tradición cristiana, remontable a la antiquísima costumbre y doctrina de San
Justino, por ejemplo, se dice que la Eucaristía es el “sacramento permanente” indican-
do que los elementos o especies sacramentales del pan y el vino permanecen“eucaris-
tizados” tras la consagración en la Santa Misa. Este pan eucaristizado, reservado tras la
celebración del Santo Sacrificio, es el Santísimo Sacramento, Misterio Eucarístico y
Presencia Real de Cristo Crucificado y Resucitado.
Misterio Eucarístico es la expresión que emplean los documentos del Magisterio del
Concilio Vaticano II, con el que se refieren a la Eucaristía en toda su integridad: es decir
la continuidad entre el momento celebrativo–la Santa Misa– y el contemplativo o culto
eucarístico fuera de la Misa. “La adoración de la presencia eucarística, es simultánea-
mente introducción a la celebración y fruto de la misma”.143
El Santísimo Sacramento
reservado en el Sagrario es un testimonio de que allí se ha celebrado el Memorial del
Señor. De ahí que el culto de adoración a la Eucaristía fuera de la Misa haya que
comprenderlo en el conjunto de todo el “Misterio Eucarístico”.
La presencia del Cuerpo y Sangre de Cristo en la Eucaristía, fue algo ya explicitado por
Jesucristo, testimoniado por los Evangelios y por San Pablo, transmitido en el pe-ríodo
Patrístico y acogido en la tradición de la Iglesia como verdad de fe, pese a muchas
dudas, las cualescesaron tras el Concilio de Trento. Pero la concepción de la celebra-
ción eucarística de los primeros siglos difiere mucho de la que en la actualidad disfru-
tamos, pese a que la verdad fue, es y será siempre la misma. ¿Cómo y por qué se modi-
fican las fórmulas y formas de la celebración?
Remontándonos a la primera o antigua Eucaristía, observamos que su finalidad no es la
adoración del Santísimo Sacramento, ni la conservación de las sagradas especies tras la
celebración, si bien tampoco se puede decir que dicha adoración sea ahora el eje central
de cristianismo, en cuanto a expresión de Amor de la Iglesia hacia Cristo. Su
trascendencia radica en que como “Cristo iba a dejar a los suyos bajo su forma visible,
quiso darnos su presencia sacramental”, para “que tuviéramos el memorial del amor
con el que nos había amado hasta el fin”.144
Durante los primeros siglos, la Eucaristía era adorada públicamente, pero sólo durante el
tiempo de la Misa. La conservación de la Hostia sagrada estaba prevista para llevar la
Comunión a los enfermos y ausentes.
Progresivamente va apareciendo la necesidad del culto a la presencia de Cristo; en
oriente se guardan las especies en anexos a los santuarios llamados sacrarium, respon-
sabilidad de los diáconos. En occidente, el templo se convierte en una casa para la ora-
ción aparte de para la liturgia y, al no existir sagrarios como tales sus oraciones se vol-
vían hacia el altar, símbolo del sacrificio del Señor. Tras la Regla monástica de San
143
Madrid. Comité para el Jubileo del año 2000 (1999): Eucaristía, sacramento de vida nueva.
144
Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1380.
~ 67 ~
Fructuoso de Braga (siglos VI-VII), en la Iglesia occidental se potencia la necesidad de
intimar con Jesucristo, de una búsqueda de la Humanidad Santísima del Salvador, que
desempeñó un papel fundamental en la evolución del culto eucarístico, en el cual la
alabanza y oración se dirige a Dios a través de su Hijo.145
En oriente, satisfacen la
necesidad de adorar la presencia de Cristo por medio de los iconos.
La evolución del culto eucarístico, seguido en occidente, se ve decisivamente influen-
ciada por los errores de Berengario de Tours (muerto en 1088), que interpretó de una
forma simbólica, y no real, la presencia de Cristo en el altar, lo que le valió que en los
diez siguientes años, se celebraran una docena de concilios para penarle e imponerle
profesiones de fe.146
Pero ya los monjes del Cluny habían dado un paso más, y comenzaron a reservar las
especies consagradas y a encender una luz cerca el lugar dónde se conservaban. En el
siglo IX la cajita–capsa– que contenía la Hostia Sagrada comenzó a colocarse en el
altar, con lo que comenzaron a cuidarse las formas y de capsa se pasó a cofres, torres y
palomas eucarísticas–columbarium, cofres suspendidos tras el altar y por encima del
mismo– y a partir del concilio IV de Letrán (año 1215), se exige que la Eucaristía quede
guardada bajo llave para evitar profanaciones.147
Tras el Concilio de Trento, a mediados del siglo XVI, se impuso el colocar la reserva
eucarística en la parte central del altar (movimiento impulsado por el obispo Matteo
Giberti y por San Carlos Borromeo). Esta nueva disposición se extendió rápidamente,
pero en aquellos templos grandes e importantes quedaba relegada a una capilla absidial
o lateral. Es el barroco el que retoma la importancia de la reserva, trasladando los
sagrarios al altar mayor, para así posibilitar las adoraciones prolongadas de los fieles,
costumbre que no se extendió hasta mediados del siglo XIX.
A modo de apuntes, he aquí otros aspectos relacionados con la Eucaristía celebrativa y
contemplativa a lo largo de la historia:
En el siglo XII se introduce el rito de la elevación de la Hostia consagrada en la Misa.
En el siglo XIII se acrecienta la afluencia popular a las procesiones del Corpus Christi.
En el siglo XIV se consolida el uso del ostensorio en la exposición de la sagrada
Hostia.
En el siglo XV es expuesto el Santísimo durante la recitación de las Horas Canónicas.
En el siglo XVI se afirma la práctica de las “Cuarenta Horas”en memoria del tiempo
que pasó el Señor en el sepulcro.
145
El II sínodo o concilio de Hipona (año 397), celebrado en presencia de San Agustín, había dispuesto
lo siguiente en su canon 21: “Cuando se está en el altar, la oración se dirija siempre a Dios Padre”.
146
Para Berengario de Tours, Cristo se halla en el altar como un signo o símbolo, pero no en su realidad
y verdad (DS 690 y 700).
147
MANSI, 22, 1007. Ya en el siglo XIII, Eudes de Sully, obispo de París, había prescrito: “El Santísimo
Cuerpo de Cristo debe custodiarse con sumo cuidado y honestidad en la parte más noble del altar, bajo
llave se es posible” (cf. Estatutos Sinodales de Paris, nº 21). En la actualidad, el canon 938, 5 del CIC de
1983 prescribe: “Quien cuida de la Iglesia u oratorio ha de proveer a que se guarde con la mayor
diligencia la llave del sagrario en el que está reservada la Eucaristía”.
~ 68 ~
En el siglo XVII se erige un Tabernáculo o Sagrario majestuoso sobre el Altar Mayor.
La oración ante la Eucaristía, reservada o expuesta solemnemente –señalaba el cardenal
Rouco Varela–, es el acto de fe más sencillo y auténtico en la presencia del Señor
resucitado en medio de su pueblo. Es el reconocimiento del señorío de Cristo en la
historia bajo el velo material de las especies. Es la fe hecha adoración y silencio.
Es ahí donde el discípulo bebe del celo del Maestro por la salvación del hombre; don-de
declina sus juicios para aceptar la sabiduría de la Cruz; donde desconfía de sí para
someterse a la enseñanza de quien es la verdad; donde somete al querer del Señor lo que
conviene o no hacer en su Iglesia; donde examina sus fracasos, recompone sus fuerzas y
aprende a morir para que otros vivan. Adorar al Señor es reconocer que ni el que planta
es algo ni el que riega, sino Dios que hace crecer, que al enviar a su Hijo al mundo nos
dio al Apóstol y Sacerdote de nuestra fe.
EPÍLOGO VI
~ 69 ~
LA ISLANDIA MEDIEVAL Y LA AUSENCIA DE GOBIERNO
(Por Thomas Whiston)148
Los que consideran que el gobierno es la fuente del orden social, dicen que si no exis-
tiera habría violencia, caos y un bajo estándar de vida. Nombran el caso de las guerras
civiles en África, los enfrentamientos por la droga en Suramérica o se remontan a
Gengis Kan en Mongolia. Dicen que estas cosas, que en realidad son ejemplos de go-
biernos en conflicto, muestran lo que sería la vida sin gobiernos.
Otra objeción común al argumento de los sistemas en los que la ley funciona sin Es-tado
es pedir “solamente un ejemplo de dónde una cosa así haya funcionado”.
La Islandia Medieval ilustra un ejemplo real e históricamente bien documentado de
cómo un orden legal sin Estado puede funcionar, y también ofrece percepción acerca de
cómo podríamos hoy día crear una sociedad justa y eficiente.
Debido a la localización geográfica de Islandia no existía la amenaza de una invasión
extranjera, así que la demanda de una fuerza militar nacional estaba ausente. Los colo-
nos islandeses tenían puntos de vista ideológicos y filosóficos acerca del Estado y las
Leyes que eran como los que tenían los Padres Fundadores de los Estados Unidos, in-
cluyendo el rechazo a un fuerte gobierno centralizado.
La razón principal por la que los vikingos se fueron desde Noruega a Islandia fue, en
primer lugar, el evitar la relación feudal entre el rey y sus barones y siervos, así que los
colonos islandeses desarrollaron un sistema descentralizado de gobierno.
Islandia no poseía una rama ejecutiva del gobierno. En vez de un rey, tenían caudillos
locales. Un oficial permanente en su sistema era el logsogumadr o “el que dice la ley”.
Sus funciones incluían la memorización de las leyes, el dar consejo en cuestiones legis-
lativas y el recitar los actos legislativos cuando se encontraba actuando de oficio.
En lugar de una rama judicial del gobierno, existían tribunales privados que eran res-
ponsabilidad de los godar. Para resolver disputas, los miembros de este sistema de tri-
bunal eran escogidos después de que fuera cometido el crimen. Tanto el demandado
como el demandante tenían derecho a escoger la mitad de los que actuarían como ár-
bitros.
Existía otro nivel de tribunal, denominado Varthing. Esta era un tribunal del Thing (o
asamblea de hombres libres), en el que los jueces eran escogidos por el godar delThing.
David Friedman (economista estadounidense) se dio cuenta de que estos tribunales se
reunían muy raramente y que se sabe poco acerca de ellos. Cada demarcación territorial
estaba representada por su propio Althing. Si una disputa no se resolvía por medio de
los tribunales privados, subía en la escala hasta el siguiente tribunal más alto hasta que
se resolvía.
No existía la propiedad pública durante la época vikinga en Islandia, toda la propiedad
era privada.
148
Internet (1 de febrero de 2013).
~ 70 ~
Los colonos de Islandia dividieron el país en cuatro regiones. Cada región poseía nue-
vegodord y los distritos estaban divididos en tres things. Los distritos estaban divididos
en grupos de tres, y cada thing poseía tres distritos.
La palabra godord tiene dos definiciones. Godord representaba un grupo de hombres.
Estos estaban aliados o juraban fidelidad a un godi específico. Un godi era el líder o jefe
que construía un sitio de culto pagano para sus seguidores. Los godord eran también
una colección de derechos, el derecho a representar el cuerpo legislativo de Islandia.
Señala David Friedman que los escaños en el cuerpo judicial estaban en venta de una
forma muy literal. Los hombres que actuaban como legisladores no poseían el poder
simplemente porque se titulaban godord. No tenían poder a menos que pudieran con-
vencer a algunos granjeros libres para que les siguieran. Esto mantenía a la tiranía y la
injusticia bajo control.
Jesse Byock, en su libro Viking Age Iceland (p. 119), señala que “el liderazgo evolu-
cionó de tal forma que el poder de un caudillo y los recursos que podía éste alcanzar no
se derivaban de un territorio explotable”. Eso sucedía porque los granjeros libres po-
dían cambiar de lealtad entre distintos godi sin moverse a una localización geográfica
distinta. “El lazo legal entre elgodi y el miembro de la asamblea se creaba por medio
de un contrato voluntario y público”. La capacidad de cambiar de sistema legal sin mo-
verse es clave en un sistema descentralizado. Crea separación hasta el nivel del propio
individuo, haciendo que todas las estructuras del gobierno se formen de un modo verda-
deramente voluntario.
Esta relación inestable entre el godi y los miembros de la asamblea en Islandia ayudó a
conservar, con bastante efectividad, al gobierno fuera de las vidas de los ciudadanos; la
ley y el arbitraje se hacían justamente.
¿Cómo se les pedían responsabilidades a las personas cuando cometían un crimen? Se
parecía mucho a la manera en que funcionan hoy los sistemas de tribunales civiles en
los Estados Unidos. Los criminales eran obligados a pagar multas. Estas multas no re-
vertían al Estado, sino que eran indemnizaciones. Si el criminal no podía pagar la multa
que le imponían, entonces iba a su godord o a su grupo de familia o amigos, o a algunos
otros aliados, y ellos pagaban la multa por él; si nadie podía representarle, entonces pa-
gaba la multa mediante la esclavitud. Los pobres no se encontraban en desventaja. El
pobre podía vender su derecho a la justicia a alguien, como un jefe u otro personaje res-
petado, que la recaudaba o que hacía justicia a la víctima. A este respecto, el derecho a
transferir la indemnización actuaba como un ecualizador para los pobres. En los casos
en que la víctima no quería restitución, la parte culpable no tenía ninguna obligación
impuesta.
Si un criminal no pagaba la multa o no se sometía a la esclavitud, o bien era puesto
fuera de la ley o perdía el apoyo de sus pares, dependiendo de la severidad del crimen,
desacreditándose de esta forma.
Incluso en tiempos de guerra se entendía que habría que pagar por cualquier hombre que
fuese muerto. Esto acortaba las querellas, nunca hubo “guerras” reales, y la vio-lencia
podía clasificarse como disputa familiar o escaramuza. Las pendencias eran cor-tas y
duraban un par de días como mucho. Las dos partes tenían el incentivo de com-
~ 71 ~
prometerse y llegar a acuerdos porque la violencia sostenida es muy costosa en este tipo
de esquema institucional.
Islandia se vino abajo en el año 1262, doscientos noventa años más tarde de haber si-do
fundada. El filósofo estadounidense Roderick T. Long señala que a Estados Unidos le
llevó solamente ochenta y cinco años el tener su primera guerra civil. Que Islandia lo
mantuviera tanto, es impresionante.
Este colapso no llegó hasta después de casi tres siglos de vida relativamente pacífica.
Roderick T. Long observa que debemos ser cautos al etiquetar como fracaso un expe-
rimento político que floreció durante más tiempo que el que llevan los Estados Unidos
existiendo.
Cuando se mira de forma objetiva la historia de Islandia, podemos ver cuáles fueron las
causas reales del colapso. La falta de competitividad y las cualidades de monopolio que
surgieron cuando cinco familias coparon el mercado de la jefatura fueron una razón.
Estas familias compraron la mayoría de las jefaturas. Controlaban los tribunales y el
sistema legal hasta un punto significativo. Esto suponía que no había ya tantos jefes
entre los que elegir. Esto llevó a menos competición, dando oportunidad a una explo-
tación creciente de los granjeros libres, lo cual llevó a una revuelta contra estas cinco
familias.
Roderick T. Long también advierte del hecho de que la introducción del diezmo en
1096 puede haber ayudado al colapso de Islandia. El diezmo era un impuesto que se pa-
gaba para mantener a la Iglesia Católica y para pagar a los clérigos. La única estipu-
lación era que el dinero que se obtenía para el mantenimiento eclesiástico fuera a manos
de un terrateniente privado, normalmente un jefe. Los jefes habían expropiado ganan-
cias de los campesinos libres y los campesinos libres no tenían forma de mantener con-
trolados a los jefes.
¿Qué implicaciones tienen las políticas de Islandia en la época vikinga y cómo las
aplicamos en el mundo moderno? Seguramente, después de tanto desarrollo como ha
habido en los últimos setecientos años existirían dificultades con un sistema político con
tanta simplicidad como el de Islandia, pero los grandes avances en la tecnología también
tienen un gran potencial para coordinar de una manera más descentralizada el sistema
de mercado.
La historia de Islandia durante la época vikinga nos proporciona lecciones y ense-
ñanzas. Una de ellas es la importancia de un poder ejecutivo descentralizado. El sistema
legal descentralizado de Islandia se las arregló para atar corto a sus líderes durante la
mayor parte de su historia. Los caciques sólo tenían poder si podían convencer a la
gente para que les siguieran, sin el uso de la coerción. Esto aminoraba el problema del
agente principal. ¿Quién quiere seguir voluntariamente a un líder malvado o incompe-
tente? Incluso cuando un líder malvado pudiera arrastrar a unos pocos campesinos a
seguirle, a la larga perdería su credibilidad.
Otra lección importante es que los agentes de la aplicación privada de la ley pueden
proteger a la gente en un mercado libre. Esto les permitía utilizar el cálculo económico.
Las fuerzas de Policía públicas no tienen esta guía. Como dice Murray N.
~ 72 ~
Rothbard:149
“Su asignación de fondos está entonces sujeta a todo el juego de la
política, el enredo y la ineficacia burocrática, sin que exista indicación de si el
departamento de policía está sirviendo a los consumidores de una forma que responde
a sus deseos o si lo está ha-ciendo eficazmente”.150
En el sector público no existen indicativos económicos del éxito, pero en el sector pri-
vado las empresas llevan la contabilidad de las ganancias y pérdidas.
La aplicación pública de la ley asume una protección absoluta. La protección de la
Policía no es un bien infinito que puede ser consumido sin límite superior. La policía
estatal siempre ha tenido un presupuesto limitado, derivado de los recursos limitados del
contribuyente. Otra razón por la que las agencias de policía privada serían más efectivas
es el hecho de que las empresas privadas buscan el máximo provecho.
¿Cómo puede una empresa maximizar el beneficio sin cumplir las demandas de los
consumidores? Una agencia de policía estatal obtiene su dinero por medios represivos,
de manera que no tiene que satisfacer los deseos de los ciudadanos de la misma manera.
Cualquier empresa privada que no pone el beneficio como su prioridad principal será
expulsada a la larga del mercado.
La Islandia de la era vikinga tiene mucho conocimiento que ofrecer en cuanto a la
privatización de la ley, los tribunales y las agencias que aplican la ley. El Estado Libre
Islandés duró más tiempo que los 106 años de existencia de Estados Unidos. Islandia no
tuvo una guerra civil en los primeros 300 años de su existencia. A los Estados Unidos
les llevó unos 80 años el tener su primera guerra civil y después de la guerra, se puede
argumentar que el sistema de gobierno ya no fue el mismo que había sido antes.
La provisión pública de la ley, los tribunales y la protección policial cuentan con los
mismos incentivos y cálculo de problemas que cualquier industria socializada. Si estos
149
Murray Newton Rothbard (1926-1995) fue un economista, historiador y teórico político judío estado-
unidense, perteneciente a la Escuela Austríaca de Economía, que contribuyó a definir el moderno libe-
ralismo de corte libertario (conocido también como libertarismo) y popularizó una forma de anarquismo
de propiedad privada y libre mercado al que denominó anarcocapitalismo. A partir de la tesis austríaca
sobre la accón humana favorable al capitalismo y en rechazo a la planificación central o estatal, junto
al iusnaturalismo jurídico respecto a la validez de los derechos individuales, y teniendo de precedente la
idea de anarquía de los anarcoindividualistas del siglo XIX, Rothbard llega a sus propias conclusiones
formulando la teoría política del anarcocapitalismo.
Sostenía que aquellos servicios útiles que presta el Gobierno, que están monopolizados por éste, podrían
ser suministrados en forma mucho más eficiente y moral por la iniciativa privada. Según Rothbard las
actuales funciones del Estado se dividen en dos: aquellas que es preciso eliminar, y aquellas que es
preciso privatizar. Las privatizaciones propuestas por Rothbard se basan en el principio de apropiación
original y un derecho natural fundamentado en el principio de no agresión.
Todos los filósofos están casi de acuerdo en considerar que el fundamento de la naturaleza humana es la
libertad, afirma Rothbard, pero así mismo dice que sólo los libertarios –en especial los anarcocapitalistas–
sacan de ello conclusiones coherentes. La libertad es el derecho natural, para todo individuo, de disponer
de sí mismo y de lo que ha adquirido ya sea por medio de la transformación, intercambio o la donación.
La libertad y el derecho a la propiedad son, pues, indisociables. Todo atentado a la propiedad es un
atentado a la libertad. Según Rothbard las sociedades que separan la libertad y el derecho a la propiedad
privan al hombre de las condiciones para ejercer realmente sus derechos.
150
For a New Liberty, p. 220.
~ 73 ~
servicios pudieran proveerse en el marco de un mercado, sería posible proveerlos más
eficazmente.
La Islandia Medieval ofrece la evidencia de que estas cosas pueden ser suministradas de
forma privada, sin violar los derechos de nadie y que los resultados no eran un caos. No
había luchas continuas. La “Selva Hobbesiana” no creaba un estado natural de gue-rra
de todos contra todos, en el que la vida fuera desagradable, brutal y breve. En com-
paración con muchos gobiernos del siglo XX, la Islandia medieval sería un sitio más
seguro en el que vivir.
En una sociedad sin Estado, los hombres se eligen por sus capacidades. El estatus, el
dinero, el poder y la codicia, todo lo que apoyan los que defienden un fuerte gobierno
centralizado, no eran requisitos previos para ser un líder. Los peores no eran selecciona-
dos para llegar a la cima. Los escogidos en una sociedad sin Estado son escogidos preci-
samente porque son emprendedores y los emprendedores que mejor satisfacen las de-
mandas de los consumidores serán aquellos cuyas empresas crezcan. En una sociedad
sin Estado, la única persona que es “Rey” es el consumidor.
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