etica conductapersonal

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SEMINARIOS LOGOI 2007

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, alma y mente

Hemos de amar al prójimo como nos amamos a nosotros mismos, no importa la raza ni el trasfondo.

Dijo Pablo:

“…habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo… conforme a la imagen de [Cristo] que lo creó, se va renovando hasta el conocimiento pleno; donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos” (Colosenses 3:10-11).

   

Interesantemente, comienza con la relación más cercana que tenemos,

la relación con nuestros padres

Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra

que Jehová tu Dios te da.

LO NORMAL: Padres e hijos en conflicto

Si no amamos a nuestros padres, ¿cómo amaremos al prójimo?

¿Cómo ha de ser la relación con nuestros padres?

El pecado hace pesada nuestra carga de amar a nuestros padres• No hay duda de que nos amamos a nosotros

mismos. El problema es encontrar dentro de nosotros ese amor adicional que necesitamos para otros, comenzando con nuestros padres.

• En este quinto mandamiento Dios nos dice: “HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE”.

• La palabra hebrea, kavod (honor), viene de kavad, que significa “algo pesado”. Es muy cierto que la responsabilidad de honrar a los padres no siempre es fácil; muchas veces (especialmente cuando llegan a una edad avanzada) representa una carga muy difícil.

La palabra “honrar” quiere decir: darle peso a;

colocar en un puesto de superioridad; estimar altamente; o reverenciar.

Jesús reprochó a los fariseos por hacer sin efecto este mandamiento, al permitir que por un acto religioso los hijos dejasen a sus padres destituidos (Mateo 15:3-9).

¿Por qué es tan importante este mandamiento?

• La unidad básica de la sociedad es la familia; cuando la familia no es estable, cuando no muestra amor, desestabiliza a la nación entera.

• La familia representa la unidad espiritual básica por medio de la cual se levantan los líderes cristianos que nuestro pueblo tanto necesita.

• Los hijos realmente le deben a sus padres inmensa gratitud por los años de beneficios que recibieron: alimentación, vestimentas, techo, y educación.

• Los hijos necesitaron más de lo que se dan cuenta de la protección, amor, y cuidado de sus padres.

• En nuestra sociedad los padres dependen de sus hijos para el cuidado y protección que necesitan en su vejez.

El mandamiento hace una distinción entre el padre y la madre.

No dice: “Honra a tus padres”, sino:

“Honra a tu padre” en primer lugar, y en segundo lugar, “y a tu madre”.

LOS HIJOS APRENDEN DEL PADRE. El rol de la madre es reforzar lo que el

padre enseña.Conocerán al Dios que ven vivido por su padre.

Conocerán lo bueno y lo malo como exhibido por el padre.

Aprenderán la obediencia al ver a su padre obedecer a Dios.

Aprenderán el respeto al ver el trato de su padre con su prójimo.

Aprenderán el amor al ser amado sinceramente por su padre.

Aprenderán cómo tratar a una mujer al ver a su padre tratarlas.

Aprenderán a decir la verdad al ver que su padre no miente.

Aprenderán a amar a Dios al ver cómo su padre lo ama.

Llegarán a ser buenos ciudadanos según el ejemplo del padre.

Llegarán a ser fieles cristianos siguiendo el ejemplo de su padre.

Dice la socióloga Sonia Montecino:

La ausencia del padre potencializa la figura materna y empequeñece la paterna en la imaginación infantil. Al crecer, el niño se identifica con una imagen paterna negativa o ausente y una materna poderosa.

Así recrea el mito de la supermadre y el padre irresponsable.

No hay duda que al padre Dios ha dado

la responsabilidad de enseñar a sus

hijos.

En hebreo la palabra para padres, horim,

está relacionada con la palabra

moreh, “maestro”.

“El padre”, dice la Biblia, “hará notoria tu verdad a los hijos”

(Isaías 38:19).

Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y [padre, tú] las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos (Deuteronomio 6:6-8).

Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor (Efesios 6:4).

El padre ha llegado a pensarse como el que provee la comida, la ropa, la casa, y la educación de sus hijos —para eso trabaja y gana un sueldo.

¿Cuándo se dará cuenta que, como padre de la familia, él es el que representa a Dios?

EL DEBER DE LOS HIJOS

Debemos honrar a nuestros padres para que nuestros días se alarguen en la tierra donde vivimos (Éx 20:12).

Debemos honrar a nuestros padres para que nos vaya bien (Dt 5:16).

Debemos honrar a nuestros padres porque esto es justo (Ef 6:1).

El deber nuestro es aplicar estas verdades a nuestra

conducta en familia, y exhibir ante la comunidad donde vivimos la riqueza de una familia que vive en

conformidad con este mandamiento de Dios.

EL SEXTO

MANDAMIENTO

Este mandamiento tiene que ver con el valor de la vida: el don más grande que Dios nos ha dado.

La palabra hebrea que se ha traducido “matar” es tirtzach, que en su correcta

traducción sería “asesinar”, y da a entender una muerte no justificada.

Es necesario explicar con bastante detalle el preciso intento de este mandamiento y aprender como la Biblia diferencia entre el asesinato, el derecho a la defensa propia, la pena de muerte, el suicidio, el aborto, la eutanasia, y las guerras.

La vida es el gran regalo de Dios. Es la cosa más valiosa y sagrada del mundo.

Puesto que toda vida carga con la imagen de Dios, tiene un potencial enorme y debe ser protegida.

Esto en si es lo que le da tanta importancia a cada ser humano…y a este mandamiento.

SÓLO DIOS TIENE EL DERECHO DE PONERLE FIN.

La vida representa el enlace eterno que existe entre el hombre y su Creador

Al haber sido creado “a la imagen de Dios” cada humano porta un sello que anuncia que es propiedad especial del Todopoderoso.

Para hablar de los derechos de la mujer, primero tenemos que considerar los derechos de Dios, ya que fue Él quien dio vida a la criatura que carga la mujer (Éx 21:22-23).

EL ABORTO

Dios dice: No asesinarás.

Quitarse uno su propia vida es violar el mandamiento.

“El suicidio”, dice el Dr. J.I. Packer, “es un acto de una mente que pierde su sentido y se vuelve demente, pero por tal hecho no quiere decir que se coloca fuera del alcance de la gracia de Dios.

es el concepto del “suicidio asistido” para personas que sufren sin solución médica.

La idea: un enfermo puede solicitar asistencia médica para poner fin a su vida para así evitar el extremo dolor y los altos costos médicos, de hospitales, y medicinas.

No tenemos el derecho de jugar a ser Dios. Sólo Él decide cuando poner fin a un ser humano que él ha creado a su imagen.

Dr. Jack Kevorkian

Un estudio del Pentateuco y de la

historia de Israel nos da a entender que Dios

permitió a su pueblo a defenderse de sus

enemigos.

De esa historia y de otros ejemplos (y la historia del Buen Samaritano) se ha

sustraído la doctrina de lo que se clasifica como

“guerras justas”.

Se comienza con el concepto dado por Dios en Génesis 4, que somos guarda de nuestro hermano, cosa que es enfatizada por Jesucristo al pedirnos que amemos a nuestro prójimo.

Dejar de ayudar a una persona o a un pueblo cuando está sufre a consecuencia de malvados sería negar las enseñanzas del parábola del Buen Samaritano (Lucas 10).

“No te quedarás impávido mientras que se derrama la sangre de tu prójimo” (Levítico 19:16, traducción de la Biblia Hebrea).

Tomemos como ilustración a la Segunda Guerra Mundial.

• Con el concepto nazi de que eran una raza superior, Hitler se propuso exterminar a todas las razas inferiores, particularmente a los judíos.

• Colocándonos en aquel tiempo, ¿cuál sería nuestra responsabilidad hacia los países débiles de Europa, y particularmente hacia los judíos muriendo por los miles de miles en los hornos en Auschwitz?

Hacer nada sería actuar como el sacerdote en la parábola del Buen Samaritano.

Dejar de involucrarnos equivaldría a portarnos como el levita.

EL SÉPTIMO

MANDAMIENTO

Sobre la faz de la tierrano hay ciudad, país, ni sociedad que no esté

teniendo graves problemas

con este mandamiento

¿Qué hay detrás de este mandamiento?

• ¿Será que Dios no comprende nuestras vicisitudes?

• ¿Que no ha visto la insatisfactoria vida que vivimos con la presente pareja?

• ¿Que no se da cuenta del resentimiento que sentimos cada tarde al tener que regresar a una casa llena de niños gritones y una esposa que le culpa a uno por todo lo malo que ocurre?

• ¿Será que Dios no toma en cuenta nuestros deseos sexuales frustrados?

• ¿Que no reconoce la necesidad humana que tenemos de hacer cambios ocasionalmente?

Adulterar, lo define Dios en Malaquias, como deslealtad a la

esposa de nuestra juventud.

Al entrar en intimidad con otra mujer, ese acto representa un repudio de la mujer que es nuestra compañera legal, a la cual juramos un pacto de fidelidad ante Dios.

Dios creó el matrimonioHabía correctamente reconocido que no es bueno que el hombre

esté sólo; le haré ayuda idónea para él… Esta

criatura fue una respuesta perfecta para

el varón.

Su plan era que al juntarse un hombre con

una mujer el resultado fuera una sola carne.

Cuando una tercera persona se introduce en la ecuación matrimonial, la perfecta unión que Dios quería establecer se desbarata totalmente.

De esta forma el propósito divino para el matrimonio es frustrado.

Por tanto, un encuentro casual, una escapada nocturna, o una deliberada trasgresión, Dios la denuncia: No te acostarás con la mujer de tu prójimo: te quedarás impuro (Levítico 18:20).

El matrimonio ha de reflejar a Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo

El matrimonio según la Biblia, toca hasta la última fibra del corazón, alma y cuerpo de ambos en la pareja, produciendo:

1. Un compañerismo indisoluble2. Una entrega total de los afectos3. Una satisfacción que llena el

vacío de la soledad4. Un reconocimiento que se

necesitan uno al otro para completarse integralmente como seres humanos

La fidelidad y el amor de una pareja es la muestra máxima de lo que significa amar al prójimo.

El adulterio es un acto egoista, donde el interés es la

satisfacción personal, sin importarle los daños

ocasionados al prójimo.

El propósito de los mandamientos

No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios (1Corintios 6:9 y 10).

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