ensayo la genealogía del saber freudiano
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Para el presente trabajo elegí abordar el tema de sujeto, subjetividad y conciencia a partir
del análisis de la película de “El Pequeño Salvaje” con el objetivo de llegar a la conclusión
de ¿qué es ser sujeto? desde la perspectiva del Psicoanálisis y en conjunto con la visión
filosófica de René Descartes y Frederic Nietzsche, motivo de las lecturas de éste Módulo
II del Diplomado en curso. De manera inicial, me parece de suma importancia presentar
las definiciones de los conceptos en cuestión, para posteriormente enlazarlos y presentar
un análisis de la película mencionada, pudiendo llegar así a una conclusión y posible
respuesta de la pregunta planteada en inicio.
SUJETO: a) En cuanto a t érmino corriente en psicología, filosofía y lógica , es empleado
para designar al individuo en tanto es a la vez observador de los otros y observado por los
otros, o bien como nombre de una instancia con la cual se relaciona un predicado o un
atributo. b) En filosofía, desde René Descartes (1596-1650) e Immanuel Kant (1724-1804)
hasta Edmund Husserl (1859-1938), el sujeto es definido como el hombre mismo en tanto
que fundamento de sus propios pensamientos y funciones. Es entonces la esencia de la
subjetividad humana en lo que ella tiene de universal y singular. En esta acepción, propia
de la filosofía occidental, el sujeto es el sujeto del conocimiento, del derecho o de la
conciencia, sea esta conciencia empírica, trascendental o fenoménica. c) En psicoanálisis,
Freud empleó el término, pero fue Lacan, entre 1950 y 1965, quien conceptualizó la
noción lógica y filosófica de sujeto en el marco de su teoría del significante, donde "Un
significante es lo que representa al sujeto para otro significante". Con esto se transforma
al sujeto de la conciencia en un sujeto del inconsciente, de la ciencia y del deseo. Así,
distinto del individuo tal como lo percibimos ordinariamente, el sujeto es lo supuesto por el
psicoanálisis desde que hay deseo inconsciente, un deseo capturado en el deseo del
Otro, pero del que sin embargo debe responder. El sujeto, en psicoanálisis, es el sujeto
del deseo que Freud descubrió en el inconsciente. Este sujeto del deseo es un efecto de
la inmersión del pequeño hombre en el lenguaje. Hay que distinguirlo por consiguiente
tanto del individuo biológico como del sujeto de la comprensión. El sujeto no es el Yo “El
yo es una función que se despliega en la dimensión de lo imaginario”. Esta relación del yo
con su objeto imaginario estorba el reconocimiento, por el sujeto, de su deseo. El deseo,
se manifiesta en las «formaciones del inconsciente» De esta manera, el sujeto, para el
psicoanálisis, no sabe lo que dice ni tampoco que él lo dice. El deseo es un efecto del
lenguaje. El deseo no es la necesidad; no busca la satisfacción sino el reconocimiento.
Las necesidades del gran prematuro que es todo niño al nacer no encontrarán su
satisfacción sino a través del saber de la madre. Este no es un instinto. Es un saber hecho
de representaciones de la lengua materna y de la cultura. La dependencia absoluta del
pequeño hombre es una dependencia con respecto al Otro. Debe demandar, y este es el
origen de la omnipotencia de las representaciones maternas. En la demanda, lo buscado
ya no es más el objeto de la necesidad, sino el amor. Ahora bien, cuanto más se repite la
demanda de amor, tanto más abre ella una pregunta: la del deseo del Otro. El sujeto no
tiene ser, ex-siste al lenguaje: sólo está representado allí gracias a la intervención de un
acto simbólico. Así, en cuanto al planteamiento de una cura en el psicoanálisis,
contrariamente a lo que el término «subjetivo» sugiere (variabilidad, singularidad), un
sujeto, en tanto se reduce a su constitución, es estrictamente idéntico a otro sujeto. Sólo
su síntoma le confiere una originalidad, y sin duda por ello se aferra tanto a él. Con esto
damos paso al siguiente concepto en cuestión.
SUBJETIVIDAD: a) En cuanto a término corriente, es lo propio del Sujeto singular. Se
construye en la trama intersubjetiva, desde las experiencias infantiles tempranas, en la
pertenencia obligada a los vínculos. Ellos son producidos y a su vez producen distintos
tipos de subjetividad. La construcción de subjetividad implica un arreglo singular de la
pulsión, de la fantasía, de la relación de objeto y del discurso del otro, en la realidad
psíquica del sujeto. El Sujeto Singular es producto del vínculo intersubjetivo y al mismo
tiempo es productor de subjetividad. La subjetividad se forma en relación a la subjetividad
de los otros. Es lo que se intercambia entre los Sujetos. b) En filosofía, en teoría del
conocimiento, alude al ser que conoce en oposición al sujeto conocido, el yo que piensa
(Kant). El diccionario de Ferrater Mora llama concepto sujeto al que afirma o niega, y se
refiere a un objeto que es desde el punto de vista ontológico, el "objeto sujeto", porque
constituye todo lo que puede ser sujeto a un juicio. Desde la ontología tradicional es
substancia, pero además puede ser cualquiera de las realidades clasificadas por la teoría
de objeto (real, ideal, metafísica, un valor). Desde el punto de vista gnoseológico, el sujeto
es el sujeto cognoscente Lo propio del sujeto es lo subjetivo, depende de él, y tiene valor
para un solo individuo. Es subjetivo lo que no es necesario, ni universal y se opone al
objeto y a los otros individuos. La literatura escolástica utiliza el término subjetivo para
referirse al ser del sujeto. Habría dos acepciones: una que se refiere a lo que se afirma
del sujeto y otra a lo que el sujeto afirma que es. En la primera el sujeto depende del
predicado y en la segunda el sujeto es el sujeto cognoscente - objeto de conocimiento. c)
En el psicoanálisis, Freud transforma la noción tradicional de sujeto. Provoca una
revolución copernicana al postular la subordinación del sujeto a una estructura que lo
determina, y además al mostrarlo como escindido, lugar de ruptura. La otra sujeción del
sujeto es al orden de la cultura. La razón a partir de Freud "mostrando la subversión del
orden en que ya, al hablar de sujeto no se corresponde con el cogito Cartesiano, sino que
el ser del sujeto está donde no está la razón. El cogito freudiano propone "pienso donde
no soy", por lo tanto "soy donde no pienso". Pero esta ruptura no responde a una
irracionalidad caótica. El descentramiento del sujeto tiene que ver con que está "sujeto" a
un orden que lo preexiste, y en ese orden tiene un lugar. En síntesis en la obra de Freud
hay tres acepciones para designar al Sujeto, que se pueden mencionar aquí en cuanto a
Subjetividad: 1. Sujeto sujetado, subordinado descentrado de su eje, en la medida que
está condicionado, determinado por su inconsciente. 2. Sujeto partido, lugar de ruptura,
no hay síntesis ni unidad. Lo que Freud caracteriza como Sujeto es la escisión:
Consciente Preconsciente Inconsciente. 3. Sujeto interpelado, a partir del orden simbólico.
En función de esa interpelación adquiere su lugar. Así, el sujeto se constituye en el
vínculo y el vínculo exige la presencia irreductible del otro. Esta noción de subjetividad,
acorde con un sujeto del vínculo en permanente construcción está ligada a la noción de
aparato psíquico. El sujeto no preexiste para nada a un proceso, proceso implica tiempo,
que busca la verdad del sujeto, o sea su producción subjetiva. El sujeto en el vínculo está
expuesto a esta ruptura continua y es en esta perseverancia frente a lo que lo excede
donde se libra la batalla de la construcción y de- construcción de su subjetividad. Este
plus de tono sutil que circula en todo vínculo es el que convoca a que el sujeto no ceda en
su deseo, que lo sostiene como sujeto singular.
Para finalizar esta 1ª parte, se abre paso al último de los conceptos por definir.
CONCIENCIA: a) Término empleado en psicología y fisiología para designar, por una
parte, el pensamiento en sí y la intuición que tiene la mente de sus actos y de sus estados
y, por otro lado, el conocimiento que tiene el sujeto de su estado y de su relación con el
mundo y consigo mismo. Por extensión, la conciencia es también la propiedad que tiene
la mente humana de generar juicios espontáneos. b) En Filosofía, asociado al término
sujeto, el de conciencia se confunde, en la historia de las sociedades occidentales, desde
René Descartes (1596-1650) y Immanuel Kant (1724-1804) hasta Edmund Husserl (1859-
1938), con la filosofía en sí, en tanto ésta supone una universalidad y una singularidad de
la subjetividad humana, es decir, un sujeto de la conciencia, sea esta conciencia empírica,
trascendental, fenoménica, o esté dividida en una conciencia reflexiva y una
subconciencia de naturaleza automática. c) En este sentido, el término conciencia no
forma parte del vocabulario del psicoanálisis, aunque la teoría freudiana del inconsciente
tiene que ver con la historia de la filosofía de la conciencia, de la cual es heredera crítica.
Desde el punto de vista clínico, la cuestión de la conciencia se encuentra en todas las
escuelas de psicoterapia que toman como referente la fenomenología o la movilización en
la cura de la voluntad consciente de los pacientes. Desde el término de Bewußtsein: (acto
de) conciencia, que designa a la vez, en Freud, la conciencia y lo conciente, se ve llevado
a utilizar dos sistemas: 1) el sistema inconsciente-preconsciente-consciente, en el que lo
consciente es un lugar particular del aparato psíquico, lugar separado del inconsciente por
el preconsciente que constituye el pasaje obligado para un eventual acceso a lo
consciente. Se ve aquí inmediatamente la proximidad consciente-conciencia; 2) el sistema
percepción-conciencia, que aparece más tardíamente, donde la conciencia tiene el papel
de un órgano de los sentidos. Freud dice que la conciencia es una cualidad de lo psíquico.
El lugar que Freud da al inconsciente lo inscribe necesariamente en contra del
presupuesto básico de las filosofías de su tiempo, para las que la conciencia es la esencia
del psiquismo, es decir, la facultad que permite al hombre tomar conocimiento del mundo
exterior como de lo que pasa en sí mismo y dirigir sus comportamientos. Entre las
cualidades que reconoce está la relación con el tiempo, «ligada al trabajo del sistema
consciente». También a la conciencia le pertenece «el pronunciamiento del juicio
imparcial» y la trasformación «de la descarga motriz en acción», siendo ella la que rige la
afectividad. Freud considera también la introducción de la conciencia moral como «la
percepción interna del rechazo de ciertos deseos que experimentamos». A la conciencia
moral «la contaremos junto a la censura de la conciencia y la prueba de la realidad, entre
las grandes instituciones del yo». A partir de ahí el yo ocupa una posición central, y la
conciencia moral, a la que se encuentran ligadas la culpabilidad y la angustia, toma una
dimensión analítica.
Ahora bien, retomando a la filosofía de Nietzsche como punto de intersección con los
postulados de Freud y desde la lectura que realizamos y en relación a los términos
definidos, éste pone de manifiesto que es un error la concepción cartesiana del sujeto
como autoconciencia inmediata y origen del pensamiento: “El mayor error consiste en
admitir un alma que reproduce, reconoce, etc. No depende de mí hacer venir el recuerdo.
Aquí el yo es impotente al igual que en lo referente a la aparición de un pensamiento”. Es
decir que Yo no produzco los pensamientos que quiero y cuando quiero, más bien el
pensamiento me desborda y se impone a mí cuando el quiere, irrumpe. Todo lo que
sucede en el nivel de la conciencia es algo superficial, terminal, una conclusión incapaz
de producir, por ella misma, ningún efecto. La conciencia es un producto último en la
evolución del sistema orgánico. Por tanto, algo todavía muy imperfecto y joven. Así que la
unificación, coordinación, selección, etc., son cualidades más del cuerpo que de la
conciencia. El funcionamiento del cuerpo no entra en conciencia, ni tampoco lo que
determina, en última instancia, el qué y el cómo del almacenamiento intelectual. Todo esto
depende de otra instancia suprema, de la cual el placer y el dolor son sus indicios, así
como la sensación de querer o el sentimiento de poder. La identidad consciente del yo no
es, en definitiva, más que un reflejo superficial de la consistente y bien trabada unidad y
coordinación interna de las fuerzas del cuerpo. El sujeto, el yo, son tan sólo palabras con
las que se nombra unitariamente un conjunto complejo, dinámico e internamente plural de
actos de metaforización de interpretación determinados por el instinto de conservación y
de dominio. “Es esencial no equivocarse sobre el papel de la conciencia: nuestra relación
con el mundo externo es lo que ha desarrollado la conciencia”. Las nociones de sujeto y
objeto no son más que constructos imaginarios requeridos para poder vivir: para que una
especie determinada pueda conservarse y crecer en su poder es preciso que su
concepción de la realidad abrace bastantes cosas calculables y constantes, para que
pueda construir sobre ella un esquema de su conducta. La utilidad para la conservación
se sitúa como motivo detrás de la evolución de los órganos de conocimiento. Por tanto, el
sujeto no es nada dado, sino tan sólo algo “añadido, imaginado”, y que proporciona la
ilusión de un punto de referencia estable en medio del devenir universal. El sujeto es más
bien, un devenir de estados diferentes, una pluralidad de fuerzas que no se pueden
separar de la pluralidad misma de fuerzas que constituye el devenir del mundo y la
existencia de los demás individuos. Por lo tanto, lo que llamamos percepciones está
condicionado por las interpretaciones; nunca hay un mero funcionamiento del aparato
perceptivo humano, sino que éste opera a lo largo de un sistema de interpretaciones. Así,
la civilización busca consuelo en el haber trascendido la condición animal, en lugar de
encontrarlo en ser esa especie peculiar de animal mortal que, al describirse a sí mismo en
sus propios términos, se habría creado a sí mismo. Más exactamente, se habría creado la
única parte de sí que importaba, construyendo su propia mente. El proceso de llegar a
conocerse a sí mismo se identifica con el proceso de inventar un nuevo lenguaje, de idear
algunas metáforas nuevas. Para Nietzsche fracasar como ser humano, es aceptar la
descripción que otro ha hecho de sí mismo, y la única manera de hacer remontar a su
origen las causas del propio ser sería la de narrar una historia acerca de las causas de
uno mismo en un nuevo lenguaje.
Nietzsche demuestra el carácter ficticio de la noción de sujeto, no existe una “naturaleza
humana” un hombre genérico, la humanitas, sino que tan sólo existen individuos. El
hombre no tiene “naturaleza” (ser) alguna, es historia, devenir, y nada hay que perdure en
él como elemento invariable. El hombre ha aprendido, en realidad, a hacerse consciente
de sí mismo por exigencias de su vida en sociedad. De esta manera la conciencia no
forma parte de la existencia individual, sino más bien de lo que pertenece, en cada
individuo, a la sociedad, al rebaño. Determinados por nuestra sociedad, hemos aprendido
a fijar y a establecer las impresiones de nuestros sentidos en el lenguaje, en la
gesticulación, a medida que aumentaba la necesidad de comunicarlas a otras personas
por medio de signos. Este hombre inventor de signos es el hombre consciente de sí. Por
tanto si la conciencia se ha desarrollado a partir de esta necesidad de comunicación, su
trasfondo no está constituido por el núcleo de la individualidad, sino al contrario, por
aquello que en el individuo hay de pre-individual, de social. El yo del hombre primitivo
suele estar oculto por la vida de la colectividad.
Análisis de la Película “El Pequeño Salvaje” de Truffaut
Sinopsis: En el verano de 1799 tres cazadores de la región francesa de Aveyron
capturaron en el bosque a un niño de unos once años que iba desnudo, no hablaba,
andaba a cuatro patas y había permanecido aislado de todo contacto humano. La
educación del muchacho fue confiada a Jean Itard, un joven médico de 26 años que
recogería en dos libros sus experiencias pedagógicas. Las doctrinas cartesianas acerca
de las ideas innatas quedaron puestas en entredicho por Víctor, cuyo aislamiento habría
producido unos efectos que mostraban claramente los condicionamientos ambientales de
la naturaleza humana. Itard, tuvo que inventar y ensayar métodos pedagógicos que
aportaron contribuciones decisivas a la teoría de la educación. El caso del niño salvaje,
aunque excepcional y atípico, obligó a plantear nuevas cuestiones, referidas tanto a la
adquisición del lenguaje como a las técnicas de educación de sordomudos y niños
retrasados. El debate en torno a Víctor de Aveyron también tuvo importantes
repercusiones en las reflexiones filosóficas sobre la naturaleza humana y las relaciones
entre la herencia y el medio.
A grandes rasgos, algunos temas destacables que aparecen en el film son:
1.- El hombre en el estado puro de la naturaleza.- Itard intentaba mostrar cómo el hombre
depende enteramente de la sociedad, tanto en lo que se refiere a su presente como a su
futuro. El niño salvaje podía contribuir a responder a la pregunta central de la Ilustración
¿Cuál es la naturaleza del hombre? Existían tres posiciones fundamentales representadas
por Linneo, Descartes y Rousseau. Con estas se insistía en preguntas como ¿Qué es lo
que nos hace hombres? ¿Cuáles son nuestras relaciones con el resto de la creación? La
diferencia entre el hombre y el animal ¿es de grado o de naturaleza? ¿Cómo era el
hombre antes de poseer el lenguaje? ¿Tiene el hombre una idea innata de Dios? Linneo
afirmaba la naturaleza animal del hombre. Los niños salvajes eran por lo tanto de gran
interés para la búsqueda de criterios adecuados que contribuyeran a la definición del
hombre, su consideración resultaba igualmente pertinente para la controversia sobre la
existencia de las ideas innatas, vinculadas al nombre de Descartes y que era la segunda
discusión más importante de la época. Durante la ilustración existió una tercera gran
controversia en la que se llegó a mantener que el hombre no es nada sin la sociedad.
2.- La educación.- Algunos consideraron que era incapaz de ser educado, en vez de
sospechar la insuficiencia de sus métodos. Itard era partidario de una filosofía sensualista,
utilizar la vista, el oído y la experiencia sensorial directa para evocar las ideas
correspondientes. Para ello primero lo separó de la sociedad, de la relación social y el
lenguaje. Itard se oponía a pensar que el niño era un idiota de nacimiento, y rechazo
todas las nociones hipotéticas para centrarse en las impresiones sensoriales. Diseño un
tratamiento médico-pedagógico adaptado a las características de su paciente a diferencia
de la pedagogía de entonces que se basaba en el material que había que enseñar, en vez
de basarse en el alumno. Para Itard debía situarse al niño en circunstancias apropiadas,
crear un medio sano, alentador que satisfaciera sus necesidades, de este modo Itard se
convirtió en el creador de los materiales educativos adelanándose dos siglos a las
técnicas modernas de modificación de conducta.
3.- La vida en sociedad (Proceso de socialización).- Itard pretendió que la vida en
sociedad del niño fuera lo menos traumática, por ello Itard se lo llevó a su casa y le
complació en sus gustos e inclinaciones. Así el niño poco a poco redujo el tiempo
dedicado al sueño, excursiones y comidas y emprendió la enseñanza propiamente dicha.
Para estimular la sensibilidad nerviosa, Itard dispuso que el niño recibiera baños muy
calientes de dos a tres horas de duración, le vistió, acostó y alojó cálidamente. Con la
adquisición de la sensibilidad se podían enseñar algunos hábitos nuevos. Cada mañana
se le dejaba al niño expuesto al frío, con sus ropas al alcance de la mano, y pronto
aprendió a ponérselas. Asociando innumerables circunstancias secundarias, sobre todo
contactos sociales, con la comida y las visitas al campo, Itard fue logrando la socialización
del niño.
4.- La adquisición del habla.- Aunque al inicio del tratamiento el niño respondía solamente
a los sonidos que se hallaban asociados a la comida y la libertad, después comenzó a
reaccionar, ante las voces. Esta sensibilidad creciente hizo que le pusieran un nombre,
Víctor, al que aprendió a responder porque estaba interesado en hacerlo. A pesar de ello
el niño siguió sin poder hablar. Itard pensaba que un niño tarda dieciocho meses en
desarrollar el habla y Víctor probablemente había permanecido en la sociedad la mitad de
ese tiempo. Escogió la palabra agua -eau- porque era la bebida preferida del niño. Y
empezó a enseñar al niño los nombres de objetos familiares con dibujos emparejados a
objetos y terminó enseñándole a Víctor las habilidades alfabéticas previas, con una caja
de tipógrafo prototipo de los abecedarios didácticos actuales, hasta lograr situar la palabra
LAIT (leche) sobre la mesa del ciudadano Lemeri para demostrar lo que Víctor había
aprendido.
5.- Desarrollo de las facultades emocionales.- Gracias a Itard Víctor había aprendido la
gratitud, los remordimientos, el deseo de complacer a los demás e incluso un sentido de
la justicia y de la injusticia. Recompensó a Víctor durante sus lecciones, le consoló
cuando estaba triste o asustado. Sin embargo madame Guérin era probablemente la
causa de gran parte del progreso de Víctor; era quien lo alimentaba, limpiaba y acariciaba,
quien lo acompañaba durante gran parte de las horas del día. Al igual que muchos padres
en actos antisociales, Itard utilizó el castigo y también el premio ante conductas
deseables. Lo que más preocupaba a Itard era la sexualidad desbordada e incivilizada de
su alumno, mostrando una mezcla de prohibición con pudor e intensa curiosidad
adolescente.
6.- El desarrollo humano (psicología evolutiva).- El diseño de actividades educativas se
realizó según una progresión evolutiva basada en el individuo, es decir en Víctor. Itard fue
un perspicaz observador de la conducta de su alumno. Supo conducirlo a integrarse en la
vida social y a hacer que dicha vida le fuera reforzante. Y tuvo sentimientos sociales o
morales. Debemos tener en cuenta que Víctor vivió no sólo en estado salvaje sino
también en soledad y por tal rehuye la sociedad humana, pero cuenta con un gran deseo
de agradar y el ser mudo es consecuencia de su aislamiento en estado salvaje.
7.- El Legado de Itard (De Itard a Montessori).- Itard fue el creador de numerosas técnicas
pedagógicas, el precursor de la modificación de la conducta, el primer especialista en
habla y audición, el iniciador de la educación oral de los sordos, el padre de la educación
especial oara los niños disminuidos, tanto mental como físicamente. Actualmente la
educación para retrasados, deficientes, sordomudos, los materiales didácticos, etc.,
prosiguen su obra, siendo el primer exponente el método de Montessori.
CONCLUSIONES: Lo que a primera vista se puede observar en la película “El Pequeño
Salvaje” es la importancia y la necesidad del contacto social en la edad temprana: a. Se
observa que el desarrollo del autoconcepto requiere un entorno social que proporcione a
la persona lo necesario para aprehender información acerca de sí mismo. b. Que la falta
de contacto social y comunicación tiene efectos muy importantes sobre el desarrollo de la
mayoría de las capacidades humanas. c. Que como consecuencia de ese aislamiento, se
halla notablemente incapaz de expresar sentimientos, más allá de los estrictamente
necesarios para su supervivencia. d. Que, como ocurre con los autistas, tiene dificultades
importantes para interactuar con otros, anticiparse a otros y desempeñar distintos roles.
Además de las consecuencias de un aislamiento social prologando: 1. Obsérvese que
cuando se encuentra por primera vez al niño, éste va desnudo, camina a cuatro patas,
come con las manos y se desplaza entre los árboles. Hace movimientos repetitivos y
estereotipados, en particular movimientos de balanceo con su cuerpo, una conducta muy
común en niños autistas. 2. Que el pequeño no sabe hablar, sólo emite gruñidos y
gemidos. 3. Que vive al margen del mundo social y que los adultos que intentan
comunicarse con el niño tienen la misma sensación que si lo hicieran con un niño autista.
4. Que no reacciona ante estímulos auditivos fuertes, como el de un objeto que se cae de
una mesa o el de una puerta que se cierra con un fuerte golpe. Sin embargo, parece
reaccionar al ruido de una nuez al partirse. 5. Que al principio, el pequeño es insensible a
cualquier emoción, no ríe ni llora, ni expresa ningún sentimiento ni afecto por nadie. Su
umbral del dolor es extremadamente alto y continúa realizando constantes movimientos
de balanceo; no fija bien la mirada; hace muecas con la boca; y tiene un constante tic de
guiño en los ojos. 6. Que su potencial biológico y cognitivo facilitará la desaparición de las
conductas extrañas y antisociales y aprenderá a través de juegos conceptuales y de
memoria, el lenguaje hablado y escrito.
Retomando a Freud, una vez rechazada la asimilación del psiquismo a lo consciente, le
restaba investigar en qué condiciones precisas el psiquismo adquiere esa propiedad de
ser consciente, así también podemos ver que los términos de sujeto y subjetividad como
se reconocen comúnmente no los encontramos definidos por él. La cuestión podría
plantearse en dos terrenos: el reflexivo, en una determinación conceptual más o menos
en deuda con la tradición, o bien a partir de las adquisiciones del psicoanálisis. De esta
manera no podemos más que quedarnos con la idea de que en el caso de Víctor, lo
consciente no sería más que un órgano sensorial; el contenido psíquico sería una simple
ideación, y los procesos psíquicos seguirían siendo todos inconscientes. Los
desplazamientos de energía psíquica a lo largo de ciertas vías asociativas y de la
persistencia de huellas casi indelebles provocadoras de conflicto no se encuentran
presentes. La condición esencial de la conciencia, que es la verbalización del psiquismo,
tal como lo atestigua la cura, queda imposibilitada ya que no puede ser determinada
precisamente por el contraste con las características de lo inconsciente, pues no existe un
código de comunicación en Víctor que le permita manifestarlo y por tal es imposible
hacernos del conocimiento de cómo opera su sistema. Además, si ciertas
representaciones son incapaces de volverse conscientes, dentro del funcionamiento del
aparato psíquico como lo conocemos gracias a Freud, es a causa de una cierta fuerza
que se opone a ello; sin esa fuerza podrían volverse conscientes. Por tal, pienso que en
Víctor no existe conflicto en este sentido, pues el conflicto con que él se topa es
únicamente con el de responder a la supervivencia, pudiéndolo mencionar en función del
principio del placer y del principio de realidad en un plano primitivo en cuanto a adaptarse
a su medio animal, obtener comida, satisfacer su instinto sexual y defenderse de los
estímulos externos amenazantes. De acuerdo a lo anterior, podría decir que el yo recubre
al ello con su superficie formada por el sistema P (perceptivo), entre el yo y el ello no
existe ninguna separación tajante, por lo que podría pensarse que tienden a confundirse,
ya que el yo ha quedado primitivamente desarrollado en función de la adaptación al medio
y el superyo se encuentra inexistente debido a que no ha habido prohibición y enseñanza
de la norma. Víctor no contó con el medio humano y todo lo que éste conlleva, lo cual le
permitiera instaurar una relación entre la diferenciación cualitativa de las situaciones,
propia del sistema perceptivo, y el núcleo inconsciente del ello, rigiéndose solamente por
la ley económica de la menor tensión.
Desde la perspectiva de Nietzsche, podemos decir que Víctor era un ser libre, en cuanto
a que no estaba condicionado a lo que el otro deseara, sino que vivía en función de
procurarse su propia satisfacción en tanto que lograra adaptarse a las condiciones
externas de su medio y lo que éste le ofrecía. Así pues, al intentar Itard ubicarlo dentro de
un contexto social, violó las leyes de la naturaleza propia de Víctor, en función del
desarrollo que éste tuvo, siendo coherente con el pensamiento social de su época al no
aceptar la diferencia que éste niño conllevaba por sus características y confinándolo al
rechazo social y al intento de siempre de la sociedad de “normalizar” al individuo por no
aceptar la diferencia e insertarlo en la prohibición. Finalmente concluyo, que después de
poco más de un par de siglos y a pesar de nuestra ardua evolución en comparación con el
hombre primitivo, seguimos ocultando y desvalorizando al individuo mismo, al subjetivarlo
y llevarlo a la enajenación producto de la sociedad que niega y rechaza los deseos
propios de cada sujeto, estando por lo tanto, aún muy lejos de llegar a “la creación del
hombre por venir, del súper-hombre”.
Con respecto al análisis que se hizo de la película anteriormente, se puede decir que
Víctor sólo contiene huellas mnémicas, su representación de los sucesos queda
básicamente, de una forma primitiva, en el recuerdo de una percepción que no tiene
mayor complicación de simbolización, porque, reiterando, le falta la parte punitiva de la
norma de comportamiento humano y más bien le sirve a éste como parte adaptativa de
supervivencia para responder ante nuevos estímulos del medio y como función de
aprendizaje para protegerse de los peligros y procurarse satisfacción de sus necesidades
básicas. En cuanto al momento en que Itard experimenta con Víctor para intentar
insertarlo a la sociedad de su tiempo, se ve que logra darle ciertas nociones del lenguaje,
pero no parece lograr una representación como tal en el sentido de una comunicación
social normal, debido a que para Víctor sólo cobra sentido en cuanto a nuevas
condicionantes que le demandan nuevas formas de comportarse para obtener
satisfactores, pero no tiene importancia para él la relación con el otro. Sin embargo, se
puede ver que Víctor reacciona cuando le dan demostraciones de afecto e incluso él
reacciona para obtener lo que desea. En este sentido, se encuentra en un momento
primitivo de desarrollo del yo, instaurado en el principio de placer y enfrentando un nuevo
principio de realidad que ya no es el del estado animal. Víctor es entonces, una unidad
indivisible en su propio sistema, de acuerdo al concepto de individuo, es un ser con
características específicas de acuerdo al medio en el que se desenvolvió, siendo un ser
diferente que posee inteligencia y que por sus condiciones particulares no evolucionó
desarrollando sus cualidades de raza humana que lo harían entenderse desde el punto de
vista de estar inmerso dentro de una sociedad particular. Así, Víctor no puede ser
analizado desde los conceptos de Sujeto, Subjetividad y Conciencia que nosotros
conocemos como seres sociales, por lo que debido al contexto propio del caso del que se
trata no es posible juzgarlo en términos del contexto en que nuestra civilización se
desarrolla, ya que cada cual tiene características muy diferentes.
Por otro lado, probablemente Víctor pudo sacar su potencialidad humana al hacer actos
un tanto más inteligentes que otros animales en cuanto a supervivencia y en el tener que
demostrar, como se dice darwinianamente, la ley de la selva del más fuerte, pero en
términos internos no existe una estructura que de cuenta de las cualidades humanas, ya
que no se desenvolvió en un medio social humano, entendiendo que sólo desarrolló
aquellas cualidades y habilidades que le permitieron adaptarse al medio en que se
desenvolvió, siendo éste silvestre y entre animales, por lo que sencillamente otro tipo de
capacidades en sentido humano de evolución, no fueron necesarias para sobrevivir. Así
es que debido a que no existió una prohibición que le enseñara la representación de la
norma, Víctor no desarrolló el conflicto que desemboca en el proceso de construcción del
aparato psíquico que conocemos gracias a Freud, y debido a que aprendió a comunicarse
en términos de un código animal, no contiene la simbología y representaciones del
lenguaje humano siendo imposible comprobar lo contrario ya que la única forma de
conocer las manifestaciones del aparato psíquico es a través del lenguaje humano. El
Hombre actualmente, como raza humana, es comprendido como un ser bio-psico-socio-
cultural; por tal, cabe decir que el desarrollo afectivo es un proceso diferente del desarrollo
intelectual, así también están el desarrollo físico, el desarrollo social, el desarrollo moral,
etc., que en su conjunto conforman lo que hoy comprendemos como Sujeto, que se
instaura en la Subjetividad y que conforma su propia Conciencia en función del medio
social en el que éste ser humano en particular se desenvuelve.
De todo lo anterior, se concluye que Víctor no puede ser definido, en tanto al contexto
humano y de ambiente social propiamente dicho de la relación con el otro, bajo los
términos de Sujeto, de Subjetividad y de Conciencia Humanos.
BIBLIOGRAFÍA
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Sujeto. Intento Fallido de una Definición del Sujeto. http://www.enfocarte.com/7.31/filosofia1.html Nietzsche: La Ficción
del Sujeto y las Seducciones de la Gramática. http://www.elpsicoanalisis.org.ar/numero5/mesaredonda5.htm Mesa
Redonda: Subjetivación ¿un objetivo terapéutico del psicoanálisis?
http://www.fae.unicamp.br/br2000/trabs/1520.doc El sujeto y la subjetividad: algunos de los dilemas actuales de su estudio
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE LA CIUDAD DE MÉXICO
PLANTEL DEL VALLE
COLEGIO DE CIENCIAS Y HUMANIDADES
DIPLOMADO EN TEORÍA PSICOANALÍTICA FREUD ˙ LACAN • 2009
ENSAYO: SUJETO, SUBJETIVIDAD Y CONCIENCIA (A PARTIR
DE LA PELÍCULA “EL PEQUEÑO SALVAJE” DE TRUFFAUT)
QUE PARA ACREDITAR EL MÓDULO II
LA GENEALOGÍA DEL SABER FREUDIANO
PRESENTA LA ALUMNA:
ALEJANDRA DEL RAYO NOVOA MIRANDA
PASANTE DE LA LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA
FACULTAD DE PSICOLOGÍA. UNAM. CAMPUS CU.
EN ATENCIÓN AL PROFESOR:
MTRO. RAÚL CORONA FUENTES
VIERNES 06 DE NOVIEMBRE DE 2009.
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