el escritor s u tiempo mauricio magdaleno · nas. su teatro revolucionario fue edita ... césar...
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20 UNIVERSIDAD DE MEj{ICO
que se hallaba don Vicente, llevando dela mano a Mauricio- quemaron cofradías, conventos e iglesias, asaltando loscentros de la reacción y del dogmatismocatólico.
-Recuerdo a mi padre narrándome laepopeya de Ismael García de la Cadena,quien fue ejecutado hacia los años de 83u 84, por levantarse en armas contra elgobierno nacional. Tuvo este revolucionario un programa: el reparto de tierrasa los indígenas y a los pueblos.
Hacia 1920 estaba Mauricio Magdaleno en México. Ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria; pasó después a la facultad de Altos Estudios de la Universidad Nacional, siendo Rector de la mismaJosé Vasconcelos, quien sería, más adelante, Secretario de Educación.
-Teatro de Ahora
Magdalena colaboró con Narciso BassoIs siendo éste Secretario de Eduo'ación' Pública, a quien recuerda con cariño y gratitud.
-Fue un Secretario de Educación tanextraordinario y dinámico como Vasconcelos. Hizo una labor creadora realmentesingular. Bajo su gestión se organizó ~ITeatro de Ahora, ensayo de teatró mexIcano que vino a romper el estrecho moldecolonial. Hasta entónces nuestro teatro sealimentaba de influencias españolas yfrancesas. En el momento en que el Teatro de Ahora salió a la brega, Un grupode jóvenes escritóres nós esforzamos porhacer teatro de inspiraCión nacional. Teatro realista, quizá bronco, escaso de pulimento literario, pero, sin duda, teatro vivo, pleno de sugestión, dramático, fuerte,que llevó a la escena el1en'guaj~ yla pen
Días vasconcelistas
-Por ese entonces militaba yo er'o laoposición a Vasconcelos. Años despuéshube de reconocer la importancia tie culabor al frente de la Universidad y dé laS'ecretaría de Educación y fui, en'J ",ccs,en compañía de muchos otros jóvenes,
•entusiasta sostenedor de su candid:üllf:-la la presidencia de la República. -Haceuna pausa, y luego añade:- Recuerdoque formamos un grupo beligerante y tle,·cidido. En él se hallaban Andrés Iduarh~,
Antonio Acevedo, Moreno Sánchez, CiJr..los Pellicer -quien se incorporó al grupoen plena lucha electoral- y Agustín Yáñez, entre otros. Esta campaña fue ohrade los estudiantes y Vasconcelos resultóun candidato peligroso. i Y pensar que élse había rehusado y que fuimos sus postulantes quienes debimos persuadirlo!
El rostro del escritor se anima con laluz de aquellas horas de vicisitudes, devivir a salto de mata.
-El gobierno opuso la fuerza de lasarmas, la violencia, al entusiasmo de lajuventud mexicana que a~ompañaba .aVasconcelos. Muchos conocnnos las pnsiones. En siete oportunidades fuí detenido y pasé diversos períodos en la Penitenciaría. En la manifestación del Jardínde San Fernando cayó un joven' y brillante dirigente, un orador que sabía levantar la esperanza en el pecho de la multitud: Mauro Germán del Campo, muertoa los veinticinco años ... Así fue como elrégimen logró detener la avalan.cha p'!iante de la juventud, entonces 11111da baJO¡as banderas revolucionarias de Vasconcelos ...
TIEMPOS U
, , ,creyente dr la libertad,.,
y
en la aCClon revolucionaria, que se frustraría con la ruptura de Villa y EulaliaGutiérrez.
-Recuerdo haber mirado, absorto y almismo tiempo conmovido, la imponentefigura de Francisco Villa, cuando a caballo y seguido de aguerrida escolta, acudía al Teatro en que deliberaban los convencionistas. No he olvidado su aspectoimponente y rústico: los ojos encendidos
Por Mario PUGA
MAURICIO
MAGDALENO
ESCRITOREL
CREO que el escritor tiene una
_ misión en la sociedad, y creoque es factor dinámico en sudesarrollo. Si bien el hombre de
letras llega a su empeño, para expresarsu propia individtfalidad, más adelantesu impulso se adentra en la realidad, enla que le circunda y de la cual es, él mismo, parte indesligable.
Con palabra lenta, Mauricio Magdalena afirma la importancia social del escritor y de la obra bien lograda. Estamosen la Dirección de Acción Social del Departamento del Distrito Federal, al frente de la cual cumple una labor tesonera ysilenciosa. Tiene una actitud militante.Creyente de la libertad, piensa que éstaes la base de la dignidad y el decoro, sinlos cuales es imposible toda creación decultura.
-Contra la dignidad y el decoro delhambre contemporáneo combaten el miedo, la crueldad y la anarquia - nos dice.Creo que el hombre de letras, cualquieraque sea su acervo ideológico, está contraestos males. Porque el escritor, al exprcsar la realidad, al recrearla, busca hacerla inteligihle para los demás, dar una visión congruente con las aspiraciones, losanhelos legitimas de su especie. Esta esuna obra de libertad, ya que la obra literaria, qne es hablar de cualquier obra dearte, la Pl-:supone y la realiza a la par.
Los primeros pasos.
Mauricio Magdalena nació de padrejacobino y liberal y de madre católica,respetuosa del pasado y del status queconocieron sus mayores, en la Villa delRefugio, Zacatecas, el 13 de mayo de1906. Don Vicente Magdalena, su padre,se afilió al movimiento contra don Porfirio Díaz desde sus prolegómenos, participando en la campaña de don Francisco I.Madero. Al triunfar el movimiento, donVicente ingresó a la administración pública. Más tarde fue designado pagador deHacienda en la administración de Venustiano Carranza y en la de Alvaro Obregón. Cuando la Decena Trágica, don Vicente se retiró de la ciudad de México, ydesde Aguascalientes, donde residía la familia, emprendió la lucha contra Victoriano Huerta, afiliándose al Constitucionalismo. Durante el réginien obregonista,decidió retirarse de la administración pública, volviendo a su casa, pobre y satisfecho de haber dado lo mejor de sus díasa la emprcsa de construir un México nuc-va. en la mirada perspicaz y aguda; los cabc-
Magdalena recuerda sus años en 1I0s rojizos sobre la frcnte, bajo el amAguascalientes, en cuyas escuelas hace los plio tejano ...estudios de primaria y secundaria. En los El niño criado en el hogar antiporfidías de la Convención ve desfilar a los je- rista no se sustrajo a los azares y luchasfes de la asamblea depositaria de las es- de la época. Los días de la Convenciónper;m~as qel pueblo, u!'giendo a la unid~d • condujer<~n a e~ce?os. La,sWrbas ~n la::; .'
.... contacto extensa y permanente con el público ..
UNIVERSIDAD DE MEXICO
sonalidad del pueblo, sus problemas, susreclamos de justicia y de libertad, su vozrudc: de campesino y de pobre, su alientod,e, tIerra sedienta, huérfana de comprenslOn ... El Teatro de Ahora fue una experiencia decisiva en la historia del artemexicano. Bustillos Oro tuvo en esa experi;ncia sus mej'ores aciertos, porquelogro hacer teatro del pueblo, que el pueblo entendió y supo aplaudir.
Fue precisamente con el Teatro de Ahora que la obra de Mauricio Maadaleno
b ' '"re aso las fronteras del país. Las tresobras que le dieron merecida fama y queforman el volumen "Teatro Revolucionario Mexicano", fueron representadaspor el Teatro del Pueblo de Buenos Airespor los grupos experimentales de las uni~versiclades de los Estados Unidos y porgrupos profesionales de España. Pánuco137, Emiliano Zapata y Trópico fueronaclamadas por los públicos más diversos,que encontraron en ellas un valiente reclamo a la conciencia de los gobernantes,para resolver los problemas de la Revolución aún no atendidos.
. ~El Teatro, de Ahora rompió con laVIeja y decadente tradición, introduio elrumor de los campos, el drama del 'pueblo, sus voces y demandas: dio tm nasofundamental en el desarrollo de este 'artedentro de las fronteras de México. , .
-La primera representación del Emiliano Zapata desconcertó al público -- nosdice sonriendo: A los pocos mi11l1~ClS lasala se llenó de chiflidos y gritos df: protesta del público. A medida que avanzóla representación, se hizo el silencio, y elacto, t.erminó con prolongados aplausos.~l, exJto d; la obra creció sin interrupclOn y llego a ser una de las más solicitadas del repertorio.
Aiíos más tarde, convocado el Concurso Hispanoamericano de Teatro, en Madrid, en 1933, esta misma obra que abriera nuevos caminos a la escena mexicanaobtuvo el primer premio. El es fuerzo d~Magdalena había logrado el reconocimiento no sólo de su patria sino de España y de las repúblicas hispanoamericanas. Su Teatro Revolucionario fue editado por Zenit de Madrid, por Claridad de
Buenos Aires, y en México se sucedieronlas ediciones.
Primer áclo novel'íst'ico
Se ha in iciado la década de los añostreinta. Mauricio Magrlaleno siente necesidad de un medio expresivo más ampliode un contacto más extenso y permanen~te con el público. Va a la novela. Lograen este genero una obra de creación másnumerosa y tan importante como el teatr? Sus primeras producciones en estegenero no ~e atreven aún con el problemasocIal meXIcano, aunque aquí y allá encontrat:nos toques reveladores de la preoCup~clon que desgarra al escritor. CmnpoCelloS y Concha Bretón fueron las novelasque pre~~dier~n a El Resplandor (1936),la creacJOn mas cabal, profunda y trágica de su talento. Su personaje más terrible .es el ~acique, 110 tanto el viejo y rutinano caclqu.e colonial, cuanto el nuevo,el audaz cacIque"revolucionario", el Coyotito, aquel mestizo de otomí y blancoque explota la sana credulidad de sus gen-
... . la obra bien Pog1'ada ....
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tes para auparse a la silla de la O'obernación. N o hay otra de Magdalena "'que traduzca con tmtes más sombríos, más enérgIcos y tremendos la grave desolación delos indios otomíes, reducidos a la miseriaen el páramo sin agua, en la tierra calizacastI¡;ada por el sol, calcinada de fuego,escualida de hambre.
El lenguaje de El R~splando'r es direct?, per~ desenvuelto en períodos largo,temansandose por momentos, amoroso,en la palabra escasa de Jos indios esquilmados por jos revolucionarios de bIsocuño, como antes lo fueron por los amosencomenderos, los latifundista de LaBrIs~. (Por momentos, i qué fuerte evocacton de El Resplandor hallamo en elPedro Páramo de Juan Rulfo! El realismo crudo, la mi rada penetrante que desgarra !as carnes, que roe por dentro laslmpatta; una atmósfera agobiadora, turbIa, densa. El mismo problema, igual drama tremendo de abandono, la ausencia desolidaridad humana; la fria crueldad convertida. en sistema de enriquecimiento yde gobIerno, que envilece. Pero en Rulfola realidad está del revés, en negativo, entre los muertos.)
La tertulia de M adr'id
Magdalt'no viajó a España en 1932, becado por la Secretaría de Educación PÚblica. Se radicó en Madrid y siguió eldoctorado en letras en la UniversidadCentral,· optando el grado en 1933. Frecuentó el Café Regina, asistiendo a latertulia que presidiera don Manuel Azaña.Cipriano Rivas Cherif, dueño de un nombre eri los escenarios españoles, le presentó a Azorín. Conoció en la tertulia a Enrique Díez Canedo, a Francisco MéndezFlores y otros, políticos y escritores republicanos.
-En esa época conocí en Madrid aCésar Vallejo, el extraordinario poeta peruano, que visitaba España, cumpliendosu anhelo de conocer a ese pueblo, de vivir su experiencia. - Magdalena enciendeun cigarrillo. Se nos sirve café. El escritor parece reunir sus memorias, mientrasexhala el humo en una delgada columnaque se quiebra al soplo de su voz. Nosdice: -Pero nadie era esperado en latertulia con más cariño, con tanto interéscomo don Ramón del Valle-Inclán, de figura mítica. El viejo legendario, barbado,ojillos vivaces, imaginación sin trabas,echaba a volar a la menor incitación delos amigos. Entonces yo, el joven mexicano -él me suponía soldado de la Revolución, veterano de las guerras contra la dictadura-, lanzaba al ruedo los toros luminosos de su fantasía. Y cuando alguien,con sonrisa incrédula, dudaba de la veracidad histórica del relato, don Ramón sevolvía a mí, diciéndome: "Aquí está estemuchacho, él 10 sabe .bien, i preguntádselo 1" La duda era acallada, y don Ramónseñoreaba en la tertulia con su aire majestuoso de coronel de los ejércitos deTierra Caliente ...
Reímos nosotros, sín poder evitarlo,conmovidos. Creemos asistir a una reunión de esta tertulia incorporada a la leyenda áurea de la España culta, la España del pueblo que dijera Antonio Machado. Nos parece ver al escritor mexicano,un joven apenas, turbado y en el desconcierto, por la necesidad de testimoniar laveracidad de 10 que, un momento antes, noexistía siquiera en la propia imaginación
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caudalosa de don Ramón. Magdalena reflexiona.
-Y, vea usted -añade- i qué lamentable fue después! Don Ramón, que conotrps fuera padre de la República, se convirtió en uno de sus enemigos más encarnizados. ¿ Por qué? No lo sé, pero es indudable que no le satisfizo la creación, yle negó su apoyo ...
Otras novelas, cuentos y ensayos
La obra de Magdalena siguió ,:reciendo.Desde 1936 continuó su producción _novelísÜca. Aparecieron en los años siguientes, Sonata (recuerda el mismo título deuna de las más gustadas obras de ValleTnclán), La tierra grande, Cabello de elote. Estas, pudiéramos decir, forman unsegundo ciclo.
Hay cambios evidentes en el estilo. Sehan acortado los períodos, le preocupanmás la construcción y el lenguaje : éste haperdido reciedumbre y populismo en prode su corrección gramatical y sintáctica.Pero, sin duda, ha perdido fuerza; esadensa y oscura savia terrenal que alimentó su primera produoción en el teatro y lanovela, que tiene a El Resplandor comoexponente cabal.
En el segundo momento Magdalena esmás narrativo y, sin embargo, no es mejor narrador; es más novelista, pero noes- mejor testigo del drama que novela.Hay un cambio patente en las páginas deLa tierra grande (1947), novela que expresa bien el carácter de su segundo ciclo.Esta novela, a la vez, cierra e! primer período y da paso a una obra más permeadade influencias y lecturas, más atenta a loliterario que a lo humano, más a los medios que al conflicto insoluto de! hombrey sus condicioncs de vida, su hambre fisiológica y crónica y su urgencia de valores culturales. Observemos también queotra de sus obras, Cabello de elote, es latrasposición del tí tu lo P oil de Carotte(Cabello de zanahoria) del francés JulesRenard.
Pero la obra de Magdalena no se agotaen el teatro y la novela. Trazando un tercer ciclo entrega en el curso de los diezaños últimos diversos \Tolúmenes de cnsayos y cuentos. En los ensayos produjo:Rango, Tierra y viento (1948), hOlgarde JVIartí: En los cuentos, El ardienteverano (1952) y Ritual del mio (1954)que participa de la crónica y del ensayo.Actualmente el Fondo de Cultura Económica tiene en prensa otra novela, en querecuerda a través de sus personajes, lacampaña presidencial de Vasconcelos.
Mauricio Magdalena ha trabajado, también, para el cine mexicano. En los añosinaugurales, cuando la preocupación pore! argumento era tanta como por la excelencia de la fotografía y la veracidad deltratamiento, Magdalena fué quien proporcionó los mejores textos a nuestro cine.Con Bustillos Oro y Emilio Fernándezformó durante años el equipo más brillante y certero de este arte. Textos deMagdalena son los que hicieron películasC0l110 "Flor silvestre", "María Candelaria", "Río escondido", "La malquerida","Pueblerina" y otras más.
El escritor y el pueblo
Entran y salen empleados trayendo papeles. Observamos al escritor. Delp"ado~le ojos claros y penetrante mirarla. aYt;¡ 1~
frente, castaño el cabello, es ejemplar delcriollo mexicano, alerta, sereno, con mucha actividad interior, difícilmente trasparentada en el rostro. ¿ Cuál es su actitud hacia los pueblos hermanos de América?
-Soy hombre alimentado por la enseñanza americanista de José Martí, apóstol de la libertad y la unidad hispanoamericana - nos dice. Creo como él, que"hemos de estar juntos -cito de memoria al maestro- como va la plata juntaen las entrañas de los Andes". En mi vida he estado y estaré siempre al lado delos pueblos de este Continente, como estuve con Venezuela, la Venezuela de Rómulo Gallegos, maestro admirado por suobra y por su vida; como he estado al lado de la Guatemala revolucionaria, a lapar que otros escritores mexicanos querepudiamos toda intervención y agravioa la soberanía de nuestros pueblos ... Sí
.... una lobor tesonera.
-reafirma con énfasis-, el caso de Guatemala abrió una herida en r1 corazón deAmérica.
Recupera su serena inmovilidad; y, luego, mirando a México, nos dice:
-Creo que los escritores mexicanos ennuestra obra, hemos registrado su historia. Pero no sólo dejamos meras constancias, sino que en los mejores ejemploshemos dado nuestra voz de alerta, encendiendo una luz guiadora. Creo, así, quela obra de los escritores de la Revoluciónha contribuido en parte considerable a definir el movimiento mismo de nuestro pueblo. Es por todo esto y por el valor intrínseco de su obra que tanta admiracióny gratitud profeso a ese hombre ejemplarque fue don Mariano Azuela. Además deque la amistad estrecha que me une a suhijo, el doctor Salvador Azuela, es unarazón poderosa, del maestro don Marianorecibí consejo y auxilio. Ha sido para mícomo un segundo padre -nos dice pronunciando lentamente las palabras, comoclándole peso y significación singulares-oUn segundo padre, eso ha sido para míel autor de Los de abajo y de una docenade obras maestras de nuestra novelística.Quizás a mi cariño por el maestro se deba el que se me hubiera escogido para cuidar de sus obras inéditas y que bajo miatención. van saliendo a luz. La maldición
UNIVERSIDAD DE MExtcO
es una de éstas. En el presente año apareció otra novela, ES(1 sangre, también enla colección Letras mexicanas de F. C. E.
Le preguntamos por sus simpatías ylazos ~on otros autores nacionales.
-He querido mucho y lealmente almalogrado Gabriel Méndez Planearte sacerdote liberal, po1'ígrafo y huma~ista.Y, si usted me pregunta por los autoresmexicanos que yo prefiero, debo deci rleque, para mí, siguen siendo los mejoresMartín Luis Guzmán y José Vasconcelos.Aquél autor de la novela maestra denuestra literatura, La sombra del cm!diUo, ej,emplo de CÓmo ;puede lpgrarsela solución más elegante, vigorosa y realista de un conflicto de la compleja dificultad del que ahí se planteó; y, éste,Vasconcelos, autor de algunas de las páginas lpás brillantes de nuestras letras,padre del incomparable Ulises criollo.Descubriendo la Revolución.
Recordamos a Magdalena que algunosautores y comentaristas adjudican signonegativo a la obra de los escritores queretratan la Revolución, calificándola enn1l1chos casos de ser antirrevolucionaria.
-Sí, no ignoro esas afirmaciones. LuisAlberto Sánchez echó a rodar esa moneda falsa por los caminos de Américaen alguna de sus obras. Pero, j qué malconncen nuestra obra, si es que en verdad la conocen! El mejor servicio quepuede prestar el escritor a su pueblo esrevelarle la proyección de sus valoresy sus desvalores, como hombre que busca superar los males y como ente biolóe-ico, que se rinde a los imperativostorvos y bárbaros de la especie; aquellamezcla profunda y ancestral que es elhombre; a veces demoníaco, otras tantasfeérico . .. N o, esos juicios· ligeros noprivarán a la literatura meXÍ'cana revolucionaria de su auténtico significado deexpresión, síntesis y valuación de una épica popular, todavía única en nuestra América. -Se detiene unos segundos y, luego-: Fíjese usted, somos los escritoreslos que más hemos contribuído a la revaluación de nuestra historia, y en especialde la Revolución. Como en el caso deGarcía de 1'a Cadena, puedo citar otrosprecursores cuyo sacrificio fue puestoa luz del pueblo no por historiadores sinopor escritores. Tal es la reivindicación dela gallarda figura de Manuel Lazada,apodado e! Tigre de Alica, primer agrarista que se alzó en armas, reclamandoel reparto de haciendas y la dotación detierras a los pueblos. La gesta de Lazadase prolonga desde 1864 hasta 1873, añoen que muere fusilado. Desde 1906 donMariano Azuela se preocupó por l'a importancia de este precursor. Y en 1947logramos reunir un congreso, en el queparticiparon Azuela, el que habla, Agustín Yáñez, Calderón y otros.
Sin duda Magdalena es un creyentefervoroso en la Revolución, pero queremos ratificar nuestro pensamiento consus palabras.
-La Revolucíón no ha muerto, comotampoco ha terminado, exclama afirmativo y en fátÍ'co. Algunos intelectuales mexicanos han proclamado esa tesis. No,por lo que yo entiendo y conozco, creoqué esta Revolución, iniciada con las armas en las manos y por los estratos másabandonados y explotados del pueblo,está en marcha, transformándose en sumovimiento, pero avanzando siempre porencima de contradicciones y obstáculosmuchas veces tremendos. Es verdad quela Revolución desde que se hizo gobier-
UNIVERSIDAD DE MEXICO
Por Alvaro CUSTODIO
FUENTE-OVEJUN A
VIDA
ción de "Fuenteoveiuna" al aire libre, intento de formidabl~ envergadul-a que 'notenía precedente en la ciudad de México.Por mi parte. había presentado al aire libre en Cuernavaca, pero siempre sobretablados improvisados, "Don Juan Tenorio", de Zorril1a, en la plaza de toros, "LaCelestina" en el patio de la Escuela Benito Juárez y "La Hidalga del Valle", enel atrio de la catedral.
-Tengo un plan ranc],ero - díjoll1ecampechanamente Celestino Gorostiza, jefe del Departamento de Teatro del 1. N.B. A., cierto día del pasado noviembre.y agregó: -Montar al aire libl'e "Fuenteoveiuna". Usted es la persona indicada: busque lug'ar y ponga a trabajar asus huestes ..."
Al principio se pensó escoger una plaza céntrica: ¿el viejo ex-mercado de flores de la Avenida Hidalgo? ¿La plaza deSanto Domingo? ¿La plaza de Loreto?Se temía que un espectáculo de esa índole no pudiese sostenerse con perspectivasde éxito mediano más lejos del primercuadro de la ciudad. Se planearon tímidamente diez únicas representaciones; elteatro clásico no goza fama de taquillero.El ensayo era estrictamente cultural sinprópositos comerciales, como todos los eSpectáculos del Instituto Nacional de Bel1as Artes. Yo hice notar que mi TeatroEspañol de México, pese a su escasez demedios. había logrado éxitos económicostan notables como el de "La Celestina" ylas jiras a Cuernavaca, Guadalajara ySan 'Luis Potosí. El único fracaso eConómico decisivo 10 había tenido con· unaobra moderna: ."La Manzana", de LeónFelipe en la Sala Chopin.
Gorostiza me ac'onsejó que nos aventuráseinos a trasladarnos a las típicas pla'"zuelas del remoto San Angel, aconseján..
yGESTACION
DE
"LA Celestina" y "Fuenteovejuna" han constituído los dr)smayores éxitos populares cidteatro clásico hispano en la
ciudad de México en los últimos veinteaños. Dos obras eminentemente realistas;la primera, con expresiones y escenas aveces tan detonantes que a cuatro siglos ymedio de compuesta siguc escandalizanJoa los mojigatos; la segunda, aunque (~S
Cl-ita en verso, posee tal vigor en la acción y es reflejo tan auténtico de la cólera popular contra la injusticia de los fuertes, que resulta subversiva para la mayoría de los gobiernos de nuestro tiempo.i Milagro del genio! Esos dos españoles,Fernando de Rojas y Lope de Vega, antieipáronsc en siglos a muchos de nuestros contemporáneos que aun :l1antienenuna mentalidad medieval o troglodita. L'1verdad -no el veri smo- ele "La Celestina" y de "Fuenteovejuna". junto con laacabada belleza de su forma literaria-condición indispensable en toda obrapara derrotar al tiempo- realizaron esaprodigiosa ósmosis del pasado al presente con la jocunda resultante del éxito popular.
Me ha tocado a mí revivir sobre la eScena, desde que fundé en 1953 el "Teatro Español de México"', esas dos obrasextraordinarias. En los dos años v medio que separan la puesta en escena deuna y otra, maduró mi experiencia -todavía corta- al dirigir y montar también"Las MOl-edades del Cid" de Guillén deCastro, "La discreta enamorada" del propio Lope de Vega, "Reinar después elemorir" de V élez de Guevara, "La Hidalga del Valle" de Calderón de la Barca y"La Manzana" de León Felipe. Tal erami bagaje escénico al encargarme el Instituto Nacional de Bellas Artes la direc-
Los escritores jóvenes.
Y, ahora, pensamos en los escritoresjóvenes, los que han venido entregandosu obra en esta última década, lo queno conocieron por sí mismos los años agitados y dramáticos de la lucha en loscampos de México, la acefal ía y el caos.
-Creo en la literatura mexicana -afirma Magdaleno- y creo en los esnitares jóvenes. Ellos son quienes recogerán los frutos de esa amarga y cruda experiencia revolucionaria, son elloslos !herederos 'elel acervo histórico denuestro pueblo. Y ya ha dado frutos excelentes. No lo digo sólo por cuanto aestilo, a dominio del oficio, sino tambiénpor el descubrimiento de nuevos ángulos críticos, nuevas modalidades expresivas, nuevos temas. Hay un vigorosoempuje juvenil en nuestras letras, imposible de ignorarlo. Pero de toda estarumorosa hueste de jóvenes, me quedocon Juan Rulfo y con Juan José Arreola,tan distintos entre sí y tan extraordinélrios escritores ambos. j Qué fuerte, quéintenso, qué tremendamente dramático esRulfo! i Y qué fino, sutil, irónico y aUllsatírico, es Arreola! Entrambos están lasdos caras de la medalla de nuestras letras contemporáneas. Me es imposibleestablecer prefencias entre uno y otro.El realismo de Rulfo, quizá ... Pero, no,imposible. 'Ambos son excelentes escritores.
Mauricio Magdalena nos ha dado supensamiento con generosa confianza. Para 1Í1is compañeros universitarios siempreestaré a mano -nos había dicho, cualldole solicitamos nos recibiera. Pero, nos explica: En realidad, soy enemigo de entrevistas. Me parece un recurso publicitario que no viene bien a mi naturalintrovertido. Aunque parezco blanco, soyindio, y de verdad, por dentro. Pero,vamos. .. estoy con usted
N os despedimos de él', en su despachode la Dirección de Acción Social, en losaltos del Mercado Abelardo Rodríguez,cuyos muros exhiben todo un período dela gran pintura mexicana. Tiene muchoqué atender. AlCanzamos a enterarnos:tres casas de asistencia y rehabiltaciónde menores abandonados, quince talleresde asistencia social para mujeres, asilospara ancianos y mendigos. Le reclamamos su última respuesta:
-Sí, a finales del presente año semontará la VII Feria Mexicana del Libro, con la participación de los editoresde la repúblicas hermanas incluyendo aPuerto Rico, como es natural -nos explica-o Hasta la fecha han aceptado unadocena de países. Esperamos que asistala totalidad. Esta feria será de muchamayor impor,tancia que la última,. ,
110 tiene otro cariz, y es natural; así debía ser. Pero de este régimen han surgido fuerzas ocultas, capacidad creadoraque pocos se atrevieron a reconocer anuestro pueblo. Y México ha crecido, hacobrado conciencia, ha dado muchos pasos adelante. ¿Cómo se puede negar loque es este México de ahora, en marchainconfundible hacia nuevos modos de vida, en otro nivel de satisfacciones, conuna personalidad vigorosa, coherente, históricamente bien definida? Pero está bienque se discuta este asunto, fundamentalsiempre al destino de nuestro pueblo, yque la discusión mantenga alerta a loshombres de pensamiento, políticos e intelectuales, hombres de ciencia y maestros.
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