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Programa de Formación Pastoral
Obras Educativas de la Provincia de Venezuela
Itinerario 2 - Módulo 7
“DIDÁCTICA DE LA FORMACIÓN DE LA FE”
PLAN DE MÓDULO
I) CONTENIDO
Pistas que sirvan de orientación para la elección o construcción de una didáctica eficaz y efectiva en la formación de la fe.
II) FECHA DE REALIZACIÓN: 22 de mayo - 21 de junio 2013
III) RECURSOS
El PLAN DE MÓDULO, que expone las orientaciones sobre el proceso formativo a seguir.
El TEXTO BASE, que recoge en forma sustantiva el contenido del Módulo.
Evaluación del Participante.
IV) LECTURAS COMPLEMENTARIAS1
Marco Común de Pastoral de los Colegios de ACSI. (2010). CERPE
Pedagogía de la Autonomía (2004). Paulo Freire.
1 Los subrayados en las lecturas complementarias indican que se accede directamente a la versión digital del documento a
través de su vínculo en internet.
2
V) MOMENTOS DEL MÓDULO
ORIENTACIONES PREVIAS
Prever con anticipación los recursos y apoyos necesarios para el desarrollo del Módulo.
Atender cuidadosamente las orientaciones de este Plan de Módulo para asegurar el proceso formativo que se va a desarrollar.
A.- MOMENTOS: COMPRENDER Y AMPLIAR (1ª a 3ª Semana del Módulo)
Los momentos COMPRENDER y AMPLIAR se desarrollarán a lo largo de las 3 primeras semanas del Módulo.
1.- COMPRENDER
En este momento del Módulo, me hago una idea clara del tema, objetivando y contextualizando opiniones, conceptos y sentimientos en torno a contenidos y vivencias, para hallar su significado e implicaciones según la realidad donde se desarrolla mi acción pastoral. Las lecturas y reflexiones que realice deben estar en continua relación con mi experiencia y formación previa.
El momento COMPRENDER se desarrolla en dos partes:
1ª) LEO el Texto Base: “Didáctica de la Formación de la Fe”.
La finalidad de esta lectura es ahondar sobre la importancia de la Didáctica en la formación de la fe.
2ª) RELEO el Texto Base precisando las ideas fundamentales que se plantean en cada apartado.
El propósito de esta lectura más detallada es detectar las pistas que contribuyan con la elección o construcción de una didáctica para la formación de la fe.
2.- AMPLIAR
En este momento del Módulo, profundizo en aspectos específicos del tema tratado en el texto base. La ampliación implica reflexión, es decir, la reconsideración seria y profunda de las informaciones, conceptos, situaciones, acontecimientos y vivencias expuestas con el propósito de captar su significatividad para mi crecimiento humano espiritual.
El momento AMPLIAR se desarrolla en tres partes:
1ª) REFLEXIONO sobre los métodos, procedimientos, técnicas, recursos y demás ayudas que más he utilizado en la formación de la fe con alumnos/as o adultos.
2ª) IDENTIFICO, a partir de las Lecturas Complementarias, las FORTALEZAS y DEBILIDADES que observo en los métodos, procedimientos, técnicas, recursos y demás ayudas que utilizo en la formación de la fe.
3ª) VISUALIZO los CAMBIOS que necesito realizar para fortalecer o transformar mi didáctica.
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B.- MOMENTOS: COMUNICAR Y EVALUAR (4ª Semana del Módulo)
Los momentos COMUNICAR y EVALUAR se desarrollarán durante la última semana del Módulo.
3.- COMUNICAR
Este momento del trabajo consiste en dar razón de forma sencilla pero clara de mi aprendizaje. Esta comunicación la realizo a través de un Informe en el que relaciono lo sabido y vivido con mis nuevos aprendizajes, en orden a precisar, tanto los aspectos en que he notado un crecimiento de mi formación sobre la temática, como los aspectos que necesitan ser fortalecidos en la acción pastoral que realizo en la institución educativa.
En lo que respecta al momento COMUNICAR, conviene tener muy presente los siguientes presupuestos:
1º) Que la experticia o habilidad pastoral es el resultado de mi propio proceso de aprendizaje pastoral, el cual se logra a partir de lo sabido, vivenciado y practicado, a partir de lo que investigo, y a partir también de las socializaciones e intercambios con otros que me ayudan a confrontar tales vivencias y habilidades. Todo ello hace que la formación pastoral, como toda formación, sea siempre un proceso abierto a nuevos saberes y aprendizajes.
2º) Que COMUNICAR es exponer, transmitir con claridad y coherencia lo que siento, conozco y práctico para que las demás personas tengan información precisa y clara de lo que es mi acción pastoral y, a partir de ello, pueda establecerse un diálogo e intercambio de aportes para el enriquecimiento recíproco de la pastoral.
La COMUNICACIÓN consistirá en un trabajo muy sencillo, centrado en ENRIQUECER el apartado Nº 2 del Texto Base: “Énfasis en los procesos pastorales con alumnos y alumnas”
Previo 1: RELEER todo el apartado Nº 2 del Texto Base: “Énfasis en los procesos pastorales…”
Previo 2: ANALIZAR las 4 Etapas: Iniciación, Crecimiento, Desarrollo y Profundización, profundizando en los 5 aspectos que conforman cada etapa: convivencia, familia, fe, compromiso y vocación.
Recomendaciones: tal
El documento ÉNFASIS puede ser modificado en parte o en su totalidad. Esta transformación dependerá de la inventiva de cada participante.
Las modificaciones al documento COORde ÉNFASIS deben transcribirse con letra en color AZUL.
Sería muy interesante agregar o añadir alguna coordenada para precisar mucho más las acciones concretas de los aspectos convivencia, familia, fe, compromiso y vocación.
4.- EVALUAR
Este momento consiste en la apreciación crítica y el buen juicio del participante sobre el quehacer pastoral. La evaluación toma en cuenta el progreso que se logra a partir de la indagación, comparación e interrogación, para superar, tanto el proceder instintivo tan común en la acción pastoral, como la simple medición de resultados, y poder así desarrollar un re-aprendizaje que ayude a la transformación de la práctica pastoral.
El momento EVALUAR se hará a través de un instrumento que permita ponderar el proceso seguido por el participante en la apropiación de este módulo. (Ver instrumento: Evaluación del Participante)
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Programa de Formación Pastoral
Obras Educativas de la Provincia de Venezuela
Itinerario 2 - Módulo 7
“DIDÁCTICA DE LA FORMACIÓN DE LA FE”
Texto Base
Entre educar y aprender existe una unión inseparable, por tal motivo, la enseñanza-aprendizaje ha de
desarrollarse como ejercicio de reflexión crítica de las prácticas educativas. Este ejercicio de reflexión crítica
sobre las prácticas educativas se debe a que la educación se sirve de métodos, procedimientos, técnicas y
recursos que en su conjunto conforman lo que se denomina didáctica y que constituyen los medios para la
enseñanza y la evaluación. Por ello, la didáctica requiere de una competencia general, un saber de su naturaleza
y saberes especiales, ligados a la actividad formadora2.
Para la acción pastoral y más concretamente para la formación de la fe hace falta rigor metódico, una
didáctica, porque de lo contrario no habrá reflexión acertada. Este rigor metódico tiene su origen en aquella
curiosidad que comienza a indagar. Por eso mismo, la didáctica de la formación que une inseparablemente
enseñar-aprender ha de enfocarse en el desarrollo de la capacidad crítica del educando, su curiosidad, su
búsqueda.
El presente documento pretende ofrecer algunas pistas que sirvan de orientación para la elección o
construcción de una didáctica eficaz y efectiva en la formación de la fe dado que los desafíos actuales hacen
cada vez más urgente la necesidad de renovar nuestros modos de proceder pastoral. Fundamentalmente,
necesitamos pasar de una pastoral de “eventos” o “acciones” a una pastoral de “procesos”. Porque, “llegar a la
estatura de la vida nueva en Cristo, identificándose profundamente con Él y su misión, es un camino largo, que
requiere rumbos diversificados, respetuosos de los procesos personales y de los ritmos comunitarios, continuos
y graduales”3.
A continuación se presentan cuatro aspectos a tomar en cuenta para la escogencia o construcción de la
didáctica que más pueda contribuir en la pastoral de los colegios o centros educativos: 1) Dinamismos
formativos en la pastoral; 2) Énfasis en los procesos pastorales con alumnos y alumnas; 3) Lo simbólico en la
acción pastoral y 4) El uso pedagógico de la biblia.
1.- DINAMISMOS FORMATIVOS EN LA PASTORAL
Sin desestimar el gran valor que tienen las actividades y eventos pastorales, hay que decir que una Pastoral
basada en actividades o eventos nada más, se limita a planificar y ejecutar acciones, ya sean distantes o
frecuentes en el tiempo, con alta o baja participación y de modo aislado, que tan sólo responden a las urgencias o
demandas inmediatas de las realidades particulares4. Los procesos pastorales son aquellos dinamismos
formativos que articulan las actividades y eventos, por medio de acciones sistemáticas y continuas, que
2 Cf. FREIRE Paulo. (1997). La Pedagogía de la Autonomía: Saberes necesarios para la práctica educativa. Buenos Aires: Siglo XXI Editores. P. 67. 3 Aparecida Nº 281. 4 Cf. Informe Final del DBp (Diagnóstico Base – Pastoral). CERPE 2008, pp. 22 y 29.
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favorecen la gradualidad, la consistencia y la integralidad de la formación humano-cristiana, logrando así un
CONTINUO-PASTORAL de calidad5.
1.1.- Tener en cuenta los diversos ámbitos de la vida de las personas
a) Atención a la realización personal en su dimensión íntima y en su dimensión social que incida en el
cuidado integral de la persona, desde su interiorización humano-espiritual y su crecimiento psíquico-afectivo,
que cultive una sensibilidad que trascienda cualquier egoísmo y que le permita abrirse al otro y a la solidaridad
con aquéllos que más lo necesitan.
b) Atención a los diversos espacios y niveles de encuentro que incidan en una convivencia donde se
vivencie la alteridad y la tolerancia, la inclusión y valoración recíproca, la calidad y calidez humana.
c) Atención al tejido de redes primarias e institucionales, que sean de pertenencias plurales, de
comunidades más flexibles y abiertas, que den importancia a las relaciones personales auténticas y
personalizadoras, donde se valore el desempeño, la colaboración gratuita y el aporte personal y de equipo.
d) Atención a lo ecológico y a lo ambiental, que se traduzca en dedicación expresa al cuidado de un
ambiente agradable y acogedor, realmente ecológico y de comunión con toda la creación.
e) Atención a la espiritualidad cristiana centrada en la fraternidad y la anticipación del Reino tal como
lo ha revelado Jesucristo, como camino para profundizar de modo personal y grupal la experiencia de fe, que
promueve actitudes de fraternidad, sanación mutua y comunión, que evita en todo momento las múltiples
maneras de herir a otras personas y que cultiva la celebración festiva de lo que se vive como grupo.
1.2.- Articulación de procesos estables con actuación dinámica.
La formación ha de articular procesos estables y actuaciones dinámicas que permitan la combinación entre
sistematizaciones de lecciones y aprendizajes vividos que ayuden a crear la distancia necesaria entre emociones,
necesidades, deseos, y satisfacciones, respuestas y complacencias. Esta distancia entre estímulo y respuesta es lo
que en definitiva funda la auténtica libertad que llevará a la plenitud.
Sugerimos que la formación en los grupos gire en torno a ciclos formativos de cuatro (4) momentos
diferenciados a lo largo de 4 semanas continuas para que los temas o contenidos se enmarquen en procesos
formativos con un dinamismo y una articulación que permitan afianzar la integralidad del mismo hecho
formativo.
a.- Apertura Temática. La apertura temática se centra en el intercambio de las diversas informaciones,
saberes y sentimientos que tienen los participantes sobre el contenido temático. Con una metodología activa y
con los recursos que más ayuden (insumos, lugares, etc.) a la exteriorización de la mayor cantidad posible de
informaciones y sentimientos que tiene el grupo sobre el tema o asunto tratado: “comunicar lo que uno sabe y
vive”. Se trata de objetivar y contextualizar opiniones, experiencias previas, conceptos y sentimientos sobre el
tema.
Este momento permite que los participantes, con sus propias palabras, describan los diversos aspectos de la
temática u objeto de la reunión-encuentro tal como ellos las entienden. También, permite ubicar los diversos
tópicos del tema tratado desde la experiencia que tiene cada participante. Creatividad, agilidad y capacidad de
referir los contenidos al mundo personal de cada participante, es la clave de una buena apertura temática. Un
buen desarrollo de la apertura, ayuda a alcanzar mayor nivel de participación y objetivación.
b.- Ampliación de Horizontes. Consiste en la profundización de los diversos tópicos que estén aflorando en
el tratamiento del tema, a través de ejercicios ágiles de reflexión y análisis (y hasta con cine-foros, canciones,
videos, textos, etc.), que permitan relacionar los tópicos aflorados con la propia vida y lo que sucede en el
entorno y que den lugar a nuevas interrogantes vitales. Se trata de conectar y reflexionar lo que uno sabe y vive
desde la profundidad de cada participante con nuevos contenidos y experiencias.
5 Cf. Ibid, p. 34.
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Este momento posibilita hacer síntesis personales e impulsar nuevas claves de lectura sobre la vida y el
entorno para que cada participante haga sus propios equilibrios entre lo objetivo y lo subjetivo. Un buen
desarrollo de la ampliación de horizontes ayuda a elevar el nivel de cuestionamiento y reflexión.
Observaciones: 1ª) Ampliación de Horizontes, requiere de la habilidad del orientador o asesor para no
aburrir ni dogmatizar. 2ª) Tratándose de un encuentro en el que surgen cuestionamientos, afirmaciones y tomas
de postura (internas y externas), conviene que el animador, asesor o formador se desprenda de la excesiva
tendencia a decir la última palabra y deje que los participantes sean los que expresen lo más agudo y más crítico
para que surta mayor efecto. 3ª) Tener en cuenta que las dinámicas formativas necesitan tiempo suficiente para
ser digeridas y cuánto más si se trata de actitudes y tomas de postura. Por tanto, se requiere ser paciente para
esperar los procesos propios de cada participante.
c.- La Novedad. Consiste en leer a la luz de la fe lo que sienten, piensan y viven los participantes. Aquí
desempeña un papel fundamental la Palabra de Dios. Por ello conviene escoger con creatividad, gusto y sentido
aquellos pasajes de la Biblia que más ayuden a “sintonizar la propia vida con la novedad cristiana”.
Este momento permite buscar y encontrar el profundo sentido que ofrece la Palabra de Dios para la vida
personal y del grupo, así como el impulso de ideales auténticos que fortalecen la personalidad y la fe. Un buen
desarrollo de la novedad, ofrece al participante elementos básicos para la expresión personal de la fe personal,
fortalece el talante cristiano del grupo y ayuda a crear un clima de fraternidad.
Observaciones: 1ª) Novedad requiere la manifestación expresa de la fe. 2ª) Este momento puede diseñarse
como un gesto o símbolo religioso. 3ª) Se necesita aprender a buscar en los pasajes bíblicos aquellos aspectos
muy relacionados con la temática. 4ª) Si se utilizan símbolos hay que escoger aquellos que hablen al corazón y a
la mente de los participantes. 5ª) En lo simbólico conviene que el animador o asesor se atreva a soñar, innovar y
a ir más allá de los esquemas convencionales. Eso sí, que sus ritos tengan un profundo sentido evangélico: ¡Qué
haya efectismo, pero no magia! ¡Qué haya símbolos, pero no simplonería! ¡Qué haya rito (pasos), pero no
rigideces! ¡Qué haya emotividad, pero que se sepa encauzar!
d.- Algo más que las Palabras. Consiste en pasar a la acción o motivar a la realización de acciones
concretas. Toda formación en la fe ha de desembocar en expresiones o actuaciones que contribuyan a la
madurez humana y crecimiento en la fe que pretende lograr el tema o contenido tratado. El compromiso es lo
que ayuda a la profundización personal y grupal.
Este momento promueve el paso de la teoría a la práctica y puede desarrollarse mediante una alguna acción
específica en beneficio de otros. Téngase en cuenta que la acción que se motiva como expresión de compromiso
debe ser acorde al objetivo del tema o contenido. Recuérdese que el fortalecimiento de la expresión de fe y del
servicio generoso es lo que concreta el compromiso cristiano. Un buen desarrollo de algo más que las palabras,
fortalece personal y grupalmente la actitud de servicio y solidaridad. Y sirve para evaluar el tema, la
metodología y pedagogía empleados, así como para evaluar el talante cristiano o no del mismo grupo.
Observaciones: 1ª) Algo más que las palabras, requiere que el animador o asesor esté dispuesto a
implicarse. 2ª) Puede desarrollarse fuera del espacio común de reuniones o encuentros. 3ª) Se necesita aprender a
buscar aquellas acciones que más ganen a los participantes.
1.3.- Ejercicio permanente de Habilidades para la Vida.
En el acompañamiento de grupos es cada vez más necesario trabajar y cultivar habilidades y destrezas
psicosociales que habiliten a cada participante para enfrentarse a las exigencias y desafíos de la vida diaria y para
que la actuación personal sea más positiva y saludable consigo mismo, con los demás y con el mundo.
Habilidades para la Vida son aquellas destrezas que la persona pone en juego en el marco de su
desenvolvimiento cotidiano. Se trata de un modo de ser y hacer las cosas que conjuga los factores motivadores
del conocimiento, las actitudes, los valores y el comportamiento o estilo de vida positivo y saludable. Las
habilidades que intervienen tanto en el desarrollo integral como en la resolución de problemas psicosociales,
7
tienen que ver con lo físico, psicológico, social, cognitivo, moral y con vocacional6. Entre las habilidades para la
vida que se consideran fundamentales destacan las siguientes7:
a) Conocimiento de sí mismo. Implica reconocer nuestro ser, carácter, fortalezas, debilidades, gustos y
disgustos. Desarrollar un mayor conocimiento personal nos facilita reconocer los momentos de preocupación o
tensión. A menudo, este conocimiento es un requisito de la comunicación efectiva, las relaciones interpersonales
y la capacidad para desarrollar empatía hacia los demás.
b) Empatía. Es la capacidad de “ponerse en los zapatos del otro” e imaginar cómo es la vida para esa
persona, incluso en situaciones con las que no estamos familiarizados. La empatía nos ayuda a aceptar a las
personas diferentes a nosotros y mejora nuestras interacciones sociales. También nos ayuda a fomentar
comportamientos solidarios y de apoyo hacia las personas que necesitan cuidados, asistencia o aceptación, como
los enfermos de Sida, las personas con trastornos mentales o los desplazados por el conflicto interno, quienes
con frecuencia son víctimas del estigma y ostracismo social.
c) Comunicación efectiva. Tiene que ver con la capacidad de expresarse, tanto verbal como gestual, en
forma apropiada a la cultura y las situaciones. Un comportamiento asertivo implica un conjunto de
pensamientos, sentimientos y acciones que ayudan a un niño o un adolescente a alcanzar sus objetivos
personales de forma socialmente aceptable. La comunicación efectiva también se relaciona con nuestra
capacidad de pedir consejo o ayuda en momentos de necesidad.
d) Relaciones interpersonales. Esta destreza nos ayuda a relacionarnos en forma positiva con las personas
con quienes interactuamos, a tener la habilidad necesaria para iniciar y mantener relaciones amistosas que son
importantes para nuestro bienestar mental y social, a conservar buenas relaciones con los miembros de la familia
-una fuente importante de apoyo social-, y a ser capaces de terminar relaciones de manera constructiva.
e) Toma de decisiones. Nos facilita manejar constructivamente las decisiones respecto a nuestras vidas y la
de los demás. Esto puede tener consecuencias para la salud y el bienestar, si los niños y jóvenes toman
decisiones en forma activa acerca de sus estilos de vida, evaluando opciones y las consecuencias que éstas
podrían tener.
f) Solución de problemas y conflictos. Nos permite enfrentar de forma constructiva los problemas en la
vida. Los problemas importantes que no se resuelven pueden convertirse en una fuente de malestar físico
(trastornos psicosomáticos) y mental (ansiedad y depresión), y de problemas psicosociales adicionales
(alcoholismo, consumo de sustancias psicoactivas). Otro aspecto de esta habilidad se relaciona con la solución
de conflictos, orientada a la educación de niños, niñas y jóvenes en formas constructivas, creativas y pacíficas de
resolver los pequeños y grandes conflictos cotidianos, como una forma de promover una cultura de la paz.
g) Pensamiento creativo. Consiste en la utilización de los procesos básicos de pensamiento para desarrollar
o inventar ideas o productos novedosos, estéticos, o constructivos, relacionados con preceptos y conceptos, con
énfasis en los aspectos del pensamiento que tienen que ver con la iniciativa y la razón. Contribuye en la toma de
decisiones y en la solución de problemas, lo cual nos permite explorar las alternativas disponibles y las
diferentes consecuencias de nuestras acciones u omisiones. Nos ayuda a ver más allá de nuestra experiencia
directa, y aun cuando no exista un problema, o no se haya tomado una decisión, el pensamiento creativo nos
ayuda a responder de manera adaptativa y flexible a las situaciones que se presentan en la vida cotidiana.
h) Pensamiento crítico. Es la habilidad de analizar información y experiencias de manera objetiva. El
pensamiento crítico contribuye a la salud y al desarrollo personal y social, al ayudarnos a reconocer y evaluar los
factores que influyen en: nuestras actitudes y comportamientos y los de los demás; la violencia; la injusticia y la
falta de equidad social. La persona crítica hace preguntas y no acepta las cosas en forma crédula sin un análisis
cuidadoso en términos de evidencia, razones y suposiciones. El niño o el adolescente crítico aprenden a hacer
una lectura más personal y objetiva de la publicidad y la enorme avalancha de información transmitida a través
de los medios masivos de comunicación.
6 Cfr. Fe y Alegría, Colombia 1997, pág. 7. 7 Habilidades para la Vida, Colombia, pág. 8-9.
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i) Manejo de sentimientos y emociones. Nos ayuda a reconocer nuestros sentimientos y los de los demás, y
emociones a ser conscientes de cómo influyen en nuestro comportamiento social, y a responder a ellos en forma
apropiada.
j) Manejo de las tensiones y el estrés. Facilita el reconocimiento de las fuentes de estrés y sus efectos en
nuestras vidas; desarrollar una mayor capacidad para responder a ellas y controlar el nivel de estrés; realizar
acciones que reduzcan las fuentes de estrés, por ejemplo, haciendo cambios en nuestro entorno físico o en
nuestro estilo de vida, y aprender a relajarnos de tal manera que las tensiones creadas por el estrés inevitable no
nos generen problemas de salud.
Estas habilidades, dada su afinidad natural, pueden agruparse en cinco (5) grandes binomios: 1º)
conocimiento de sí mismo y empatía; 2º) comunicación efectiva y relaciones interpersonales; 3º) toma de
decisiones y solución de problemas-conflictos; 4º) pensamiento creativo y pensamiento crítico; 5º) manejo de
sentimientos-emociones y manejo de tensiones o estrés.
2.- ÉNFASIS EN LOS PROCESOS PASTORALES CON ALUMNOS Y ALUMNAS8
La Pastoral ha de tener como punto de partida la situación histórica y personal en la que se encuentran los
hombres y mujeres a quienes va dirigida, sin perder de vista: 1) que en la actualidad existe un sentido más
acentuado del individuo y la autonomía, al tiempo que cobran importancia los espacios cálidos como la familia y
los amigos; 2) que también se ha acentuado la libertad, junto a la supervaloración de la elección personal; y 3)
que se está dando una enorme apertura a nuevas ideas y valores del mundo9. Aspectos que la Pastoral puede
trabajar de modo estratégico, ampliando mucho más la propuesta formativa. Por ello, los procesos pastorales
requieren una gradualidad que atienda lo vivencial y lo sistemático para que sea posible el crecimiento humano-
espiritual, en orden a que se dé un continuo-pastoral de calidad.
Para que la Pastoral mida la gradualidad de los procesos, es necesario trabajar unos determinados énfasis
que tomen en cuenta las edades y etapas de los participantes, así como aspectos relacionados con la convivencia,
familia, fe, compromiso y vocación.
El desarrollo de procesos pastorales también requiere aprovechar al máximo, incluso recrear, las
posibilidades que todavía ofrece la estructura escolar. Porque esta estructura sigue siendo el espacio, el lugar y el
tiempo donde acontece la mayor interacción de las personas. Una interacción que no debiera reducirse a meros
encuentros interpersonales, sino avanzar hacia dinámicas que permitan la auténtica liberación de la propia
generosidad. Así podrán gestarse espacios y tiempos de referencia que incidan en el crecimiento humano-
espiritual, en el compromiso real y en la celebración gozosa de la fe.
Las etapas que se presentan a continuación tienen el propósito de ofrecer una visión diferenciada,
atendiendo los diversos tiempos de crecimiento de los alumnos y alumnas. En cada etapa es necesario trabajar
todos los énfasis, aunque existe la posibilidad de que en una determinada etapa se dé mayor fuerza a
determinado énfasis. Estas etapas corresponden también a distintos momentos del crecimiento personal que
posibilitan el proceso de hacerse adulto en la fe.
1) Etapa de Iniciación
Se denomina etapa de INICIACIÓN porque es la edad del descubrimiento y del inicio de una rica
experiencia. Esta etapa abarca desde Educación Inicial a 3º grado de Primaria. Conviene iniciar el desarrollo de
sus “capacidades” y “sentimientos” familiares, sociales, culturales y religiosos.
El niño o niña es una persona que necesita querer y sentirse querido, que necesita experimentar seguridades
básicas de afecto y autoestima. Es activo y dinámico, y expresa su vitalidad con alegría, imaginación, fantasía y
espontaneidad.
8 Cf. Marco Común Pastoral de los Colegios de ACSI. CERPE, 2010. 9 Cf. Congregación General 35. Decreto 3, Nº 20.
9
Los procesos pastorales que se desarrollen en esta etapa han de tomar muy en cuenta la alegría, la
imaginación y la capacidad de asombro, acompañando toda actividad con un gesto o símbolo que atraiga su
atención.
En cuanto a la CONVIVENCIA, ha de cultivarse actitudes de apertura hacia lo escondido, de esperar
con ilusión, de renuncia, de admiración, de agradecimiento y de valoración de los demás.
En cuanto a la FAMILIA, hay que favorecer actividades frecuentes en las que participen conjuntamente
los niños y sus familias para que se incida en una mejor relación entre padres e hijos, así como una
mayor implicación de los Padres y Representantes en el dinamismo del Colegio.
En cuanto a la FE, todo debe estar centrado en la amistad con Jesús. Iniciar en el diálogo-conversación
personal con Dios. Cultivar la familiaridad con la imaginería religiosa. Cultivar una sana iniciación en la
práctica del silencio y la devoción. Aprovechar todos los tiempos litúrgicos para innovar símbolos que
ayuden a recrear el imaginario religioso de los niños.
En cuanto al COMPROMISO, ha de cultivarse el compañerismo, la solidaridad, el compartir y el trabajo
en equipo.
En cuanto a la VOCACIÓN, ha de ofrecerse pequeñas acciones que cultiven el deseo de una mayor
generosidad. Ayudar a modelar un horizonte de realización personal basado en personajes significativos
para la fe-vida que profundicen la nobleza del corazón de los niños.
2) Etapa de Crecimiento
Se denomina etapa de CRECIMIENTO porque es la edad de la apertura a la vida de forma más consciente
que en edades anteriores. Esta etapa abarca desde 4º a 6º grado de primaria.
Su crecimiento y desarrollo en todas sus dimensiones les permite descubrir la propia vida y la del entorno
(personas, acontecimientos, naturaleza) de forma más autónoma y objetiva, ya que es la etapa en la que se
preguntan por todo: por ellos mismos, por las personas, por los acontecimientos sociales, por la naturaleza y el
mundo. Es una etapa caracterizada por la actividad.
Los pre-adolescentes son sinceros, naturales, espontáneos y muy participativos, lo cual les permite estar
muy dispuestos para hacer cosas y aprender.
Los procesos pastorales que se desarrollen en esta etapa han de tomar muy en cuenta la acción y el
movimiento, la curiosidad y el deseo de experimentar cosas nuevas, la búsqueda y la necesidad de comprobarlo
todo.
En cuanto a la CONVIVENCIA, hay que valorar la primera socialización propia de esta edad que surge
al margen de la familia y que se desarrolla en el grupo de iguales. Estos grupos, aunque todavía son poco
estables, se caracterizan por el compañerismo (el sentido de la amistad no está aún bien configurado), y
son cauce de seguridad y autoafirmación, donde se da el primer paso del “yo” al “nosotros”.
En cuanto a la FAMILIA, hay que seguir profundizando la relación entre padres e hijos, para que los
pre-adolescentes no adelanten procesos de emancipación indebidos. También hay que cualificar la
implicación de los Padres y Representantes en el dinamismo del Colegio.
En cuanto a la FE, hay que continuar centrando la vivencia de la fe en la amistad con Jesús y en el
diálogo-conversación personal con Dios. Debido a su afán estético, sienten especial gusto por lo ritual.
Por ello conviene cuidar especialmente lo celebrativo, aprovechando gestos, símbolos, acción y música
propios de la liturgia cristiana. Habrá que encontrar el modo de dar continuidad a lo vivido en el marco
de la primera comunión. Es importante favorecer la vida sacramental. Aprovechar de modo gradual,
creativo, pedagógico y cálido, tanto previa como inmediata, la preparación a la primera comunión
En cuanto al COMPROMISO, ha de cultivarse la colaboración, el servicio, la responsabilidad, el trabajo
en grupo, la honradez, la capacidad de perdón, sin perder de vista que es muy propio de esta edad la
presencia de sentimientos contrarios de rivalidad y competitividad.
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En cuanto a la VOCACIÓN, hay que ofrecer vivencias que cultiven el deseo de una mayor generosidad.
Que experimenten la alegría de crecer, descubriendo y valorando su propio desarrollo a todos los
niveles. Orientar positivamente su curiosidad por conocer y aprender para el bien de sí mismos y de los
otros. Ayudarles a descubrir el mundo que les rodea: la belleza de la naturaleza, la bondad de las
personas, los acontecimientos y los personajes significativos de la Biblia. Se trata de iniciarles en la
lectura de la vida y de la historia, desarrollando actitudes de admiración, de agradecimiento y de respeto
hacia la vida propia, la de los otros y del entorno, de manera que estas vivencias les puedan abrir a la
experiencia del Dios que se hace presente en esa realidad que se va descubriendo.
3) Etapa de Desarrollo
Se denomina etapa de DESARROLLO porque es la edad del torbellino de ideas, sentimientos, experiencias,
deseos, inquietudes, y que no resulta fácil de encajar, aunado a la carencia de recursos personales para expresarse
y verbalizar todo lo que piensan, sienten o viven. Esta etapa abarca desde 1º a 3º año de Educación Media.
Los adolescentes viven su crecimiento y desarrollo como una continua transición a la juventud. Su trato es
directo, valoran sus amigos, les conmueve una vivencia del perdón cuando les afecta directamente, les
entusiasma lo de la trascendencia. En esta edad cambian sus modelos. Sus padres, familiares y personas
cercanas, dejan de ser la referencia exclusiva, dando paso a los grandes “héroes” muy variados, como personajes
de la vida social, estrellas de la televisión, de la música, el cine, etc. con tres cualidades muy concretas:
físicamente atractivos, con dinero y con gran prestigio reconocido.
Los procesos pastorales que se desarrollen en esta etapa han de tomar muy en cuenta la iniciación a un
ejercicio del liderazgo que capacite para un protagonismo sano.
En cuanto a la CONVIVENCIA, hay que valorar la compleja combinación entre autoestima y relación
con los demás. Conviene acompañar la aceptación alegre y gozosa de sí mismo desde todas las
perspectivas: la valoración personal por lo que se es y no por lo que se tiene, las diferencias, las
cualidades propias, etc. Acompañar también la aceptación del otro con sus propias cualidades como
complementarias y no como amenaza. Lo relacional y lo grupal van adquiriendo progresivamente una
gran fuerza en la adolescencia. Y dado que en esto se cimienta cualquier tipo de experiencia, hay que
dotar al adolescente de herramientas para el manejo de conflictos.
En cuanto a la FAMILIA, hay que seguir ayudando a cualificar la relación entre padres e hijos, para que
los adolescentes encajen bien las contradicciones y aspiraciones. Habrá que crear nuevos modelos de
implicación de los Padres y Representantes en el dinamismo del Colegio que coloquen a los adolescentes
en un nuevo papel o desempeño para contribuir al logro de una familia sana.
En cuanto a la FE, hay que dar importancia a la supervaloración que el adolescente tiene del paradigma
en torno a los héroes. Por ello habrá que proponer el conocimiento y familiaridad con personajes de la fe
que les permita organizar de modo más sano sus propios paradigmas. La persona de Jesús, sus múltiples
aventuras, sus ideales y la calidad de su grupo de amigos (discipulado) son los aspectos que más pueden
ayudarles al desarrollo de su experiencia de fe.
En cuanto al COMPROMISO, hay que tomar en cuenta que los adolescentes tienen una gran
sensibilidad, la cual no se expresa de la misma manera que en los adultos. Habrá que proponer con
creatividad y audacia experiencias grupales cristianas que permitan al adolescente un ejercicio del
liderazgo compartido con sus compañeros en el marco de acciones de servicio significativas.
En cuanto a la VOCACIÓN, hay que tomar en cuenta que lo afectivo sigue siendo el motor, el elemento
definitivo de las decisiones y las pequeñas seguridades del adolescente. Debido a la gran diversidad de
cambios que experimentan en su personalidad es posible cultivar la interioridad. La propuesta de esta
vida interior ha de ser progresiva, no forzada, atractiva. Incluso, la contemplación, meditación, etc.,
debidamente guiadas, son elementos muy atractivos que favorecen en el adolescente la búsqueda del
sentido de su vida y lo que va a hacer con su vida.
4) Etapa de Profundización
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Se denomina etapa de PROFUNDIZACIÓN porque es la edad de los sueños y ensoñaciones, de
incertidumbres y confianzas, de tentativas y búsquedas, en la que los jóvenes buscan hacerse y crearse a sí
mismos como personas. Esta etapa abarca desde 4º a 6º año de Educación Media.
Los jóvenes no se conforman con orientar su vida desde la racionalidad científica, sino que incorporan otras
racionalidades (afectiva, emocional, intuitiva, deportiva, artística…) en plano de igualdad con la racionalidad
intelectual, formal, lógica. Se mueven con una gran versatilidad en el campo de sus opciones y decisiones,
valorando las experiencias que les sean más significativas, para hacer frente a las múltiples fuerzas internas y
externas entre las que van desarrollando su vida.
Los procesos pastorales que se desarrollen en esta etapa han de tomar muy en cuenta el ejercicio de un
liderazgo práctico, eficaz y de calidad.
En cuanto a la CONVIVENCIA, hay que tomar muy en cuenta que para los jóvenes ya no resultan tan
eficaces los tiempos formales del colegio como los desarrollados en el aula de clase u otros. La calidad
de la relación y convivencia se desarrollan en espacios y tiempos “no oficiales o no formales”. Por ello
tienen tanta importancia las aventuras, los actos donde desempeñan un rol destacado, el tiempo libre, las
acciones significativas, los pasillos, las canchas, etc. Adquiere relevancia la confidencia con pares o con
personas adultas que les son significativas. Para que haya un real adiestramiento en la convivencia y
relación de los jóvenes dentro del marco del colegio habrá que recrear la formalidad del tiempo escolar.
Así mismo hay que crear mecanismos para que como grupo, los alumnos de 4º a 6º año, amplíen el
círculo de relaciones vinculándose a nuevos espacios (otros colegios u obras apostólicas de la Compañía)
que les permitan mayor socialización.
En cuanto a la FAMILIA, hay que tomar en cuenta la enorme brecha que hay entre hijos y padres en
aspectos tan simples como amigos, gustos, relaciones, fiesta, decisiones, etc. Habrá que seguir creando
acciones, aunque sean puntuales, en las que los alumnos, de forma grupal-colectiva, protagonicen roles
de atención a los padres que les ayude a colocarse en una deliberada actuación para el logro de una
familia sana.
En cuanto a la FE, conviene tomar en cuenta que en la actualidad hay un agotamiento de la simbología
religiosa formal e institucional, al tiempo que se ha dado una gran presencia de lo espiritual-religioso en
el ambiente. Lo religioso se ha salido de los cauces convencionales. Para que haya fe en los jóvenes,
habrá que seguir trabajando los aspectos teóricos, pero sobre todo habrá que articular todo desde la
experiencia. Lo que no se ubique en el campo de la vivencia no pasará de ser un acto más, por demás
desaliñado y sin sentido. Conviene aquí también lograr que sean los mismos alumnos los que ensayen
una y otra vez, ritos, liturgias y simbologías que les permita vivir la experiencia de la fe.
En cuanto al COMPROMISO hay que tomar en cuenta el gran potencial de los jóvenes que reclama
cauces o canales que encaminen tanta vitalidad. Hay que pensar en un ejercicio del liderazgo donde los
alumnos dejen de ser meros destinatarios y pasen a ser actores-autores de muchos procesos dentro de la
estructura escolar. El colegio, por su enclave en la sociedad actual, favorece múltiples acciones que
pueden ser auténticas escuelas de compromiso. Organizar de modo sistemático la proyección social-
pastoral de los alumnos, con su correspondiente análisis, es un aspecto decisivo en la formación de su
propia cosmovisión. La formación ciudadana para la responsabilidad, el ejercicio del liderazgo, la
proyección efectiva a la comunidad y el trabajo en equipo son aspectos que deben entrar de lleno en la
dinámica del colegio.
En cuanto a la VOCACIÓN, no se puede perder la ocasión que ofrece la realidad actual para el
tratamiento del tema vocacional. Hoy, más que en otros tiempos, hay un caldo de cultivo que permite
preguntarse ¿qué voy a hacer con mi vida? Más aún, la presentación, animación y acompañamiento de lo
vocacional no puede seguir realizándose bajo la modalidad de evento. Tiene que ser el eje transversal y
longitudinal del quehacer educativo.
3.- LO SIMBÓLICO EN LA ACCIÓN PASTORAL
12
La Pastoral no se reduce a conceptos o concepciones sobre la vida o la fe, sino que ella misma ha de
convertirse en un aspecto dinamizador de la vida y de la fe. Y es allí donde lo simbólico tiene un papel y una
función insustituible.
Lo simbólico es expresión de una experiencia profunda en la que se juntan dos elementos inseparables:
Uno, la vivencia personal que adentra sus raíces en el inconsciente de la persona; y otro, la dinámica dialógica
que hace que la persona se conecte consigo misma, con los demás, con la realidad y con Dios. A partir de esta
dinámica dialógica se origina lo que llamamos experiencia religiosa, en la medida que la persona se abre y se
dispone a salir de sí para el encuentro fraterno que crea relación y comunión. El lenguaje simbólico es la mejor
forma -a veces la única- de expresar lo más profundo de la vida: el amor, la alegría, el dolor, el deseo de
felicidad, la fraternidad, el sentido de comunidad, la esperanza, la fe.
3.1.- Signo y Símbolo
El signo, de por sí, apunta a una cosa exterior a sí mismo: el humo indica la existencia de fuego, y el
semáforo verde nos hace saber que ya podemos pasar... El signo no “es” lo que significa, sino que nos orienta, de
un modo más o menos informativo, hacia la cosa significada. Es una especie de “mensaje” que designa o
representa otra realidad.
Un signo religioso, por ejemplo, tiene simplemente para una persona que se informa y no pertenece a esa
religión, un valor signitivo, pero, para quien pertenece a esa religión, tiene un carácter no sólo de signo sino de
expresión, es decir, desencadena el conjunto de vida religiosa que va expresada en aquella realidad.
El símbolo es un lenguaje mucho más cargado de connotaciones. No sólo nos informa, sino que nos
hace entrar ya en la dinámica propia. Para felicitar a una persona en su cumpleaños o en su aniversario de bodas,
podríamos emplear sólo palabras. Pero normalmente recurrimos a un lenguaje simbólico: regalos, felicitaciones
poéticas, un pastel con velas encendidas, una buena comida. El gesto simbólico de dos novios que se entregan el
anillo de bodas no sólo quiere “informar” del amor: es un lenguaje que vale por muchos discursos, y que
seguramente contiene más realidad que las palabras y que la vida misma.
Los símbolos litúrgicos no sólo informan, catequéticamente, de lo que quieren representar, sino que
tienen un papel mediador, comunicante, unificador, transformador, productor. Por ejemplo en la
confesión, las palabras y el gesto de la absolución elevan a su realidad el encuentro reconciliador entre Dios y el
pecador. El comer y beber de la Eucaristía es el lenguaje simbólico y eficaz de la comunicación que Cristo nos
hace de su Cuerpo y su Sangre, y de la fe con que nosotros le acogemos...
3.2.- Simbología y Experiencia10
¡Cuántos jóvenes han pasado al lado de un fuego, en una noche, y el fuego no ha sido para ellos otra cosa
que unas maderas ardiendo para calentar a un guarda de un edificio en construcción! Sin embargo, cuando con
una vivencia y relación determinadas, esos mismos jóvenes se han reunido en la noche en torno al fuego de
campamento, esas llamas tan viejas y obsoletas que se pierden en la noche de los tiempos, empiezan a ser vivas,
a brillar con nueva luz, a ser actuales; tan actuales que son el símbolo mismo de lo que en ese mismo momento
están viviendo. Cuando esto acontece, y ocurre de verdad, se acaba de inaugurar y estrenar el símbolo del fuego.
¿Por qué? Porque se han encontrado -abrazadas- la experiencia vital y su expresión.
La experiencia humana, es decir, la vida vivida, requiere de unos símbolos que expresen y enriquezcan todo
el sentido y profundidad de tal experiencia. Cuando se vive, el símbolo que expresa este vivir adquiere todo su
brillo y novedad. Cuando no se tiene experiencia, entonces todo símbolo, hasta el recién inventado, está
destinado al fracaso. No hay símbolo alguno que resista la ausencia de significado, y esto acontece cuando el que
realiza la actividad simbólica no tiene sentido que expresar. Cuando la expresión simbólica no está habitada por
la experiencia, no hay nada más caduco, carcomido, inútil, superfluo, viejo y muerto que un símbolo.
10 Cf. Jesús BURGALETA. La fe, ¿necesita símbolos y símbolos nuevos? En: http://2001.atrio.org/FRONTERA/24/MATERIALES.pdf
13
Si describiéramos los comportamientos de la vida en su estrato interpersonal, social, religioso o de fe, nos
encontraríamos con un bosque de símbolos, sin los cuales no podríamos respirar, ni perfeccionar la personalidad.
Somos, además de seres racionales, seres simbólicos. Gracias al símbolo llegamos a la profundidad de nuestro
ser y de la realidad. Donde el discurso no llega, accede el símbolo.
La actividad simbólica nos invade por doquier. Cuando se conserva con esmero un retrato, ¿es por el deseo
de ser coleccionista? El que baila con la persona a la que quiere, ¿es para hacer aerobic? Los que celebran un
aniversario, ¿lo hacen para arrancar y romper una hoja del calendario? Cuando dos se reconcilian, ¿toman juntos
unas copas sólo para ponerse eufóricos? Quien enciende una vela en la mesa para cenar, ¿sólo busca un detalle
estético? Los que en las reuniones queman una resina olorosa para que los envuelva con su humo y su aroma,
¿no buscan otra cosa que el exotismo oriental?
¿Qué acontece cuando uno busca la orilla del mar y pasea por ella perdiendo sus pies por las arenas y
desparrama la vista por el lejano horizonte? ¿Qué ocurre cuando contemplamos la mansa corriente de un río o la
transparencia de un riachuelo rápido de montaña? ¿Qué decir del pan, del vino, del aceite, de los aromas? Los
aromas: ¿qué hay detrás de tanto regalo de colonias? Detrás del qué, hay siempre un quién.
Toda la vida del ser humano, por ser humana y, por lo tanto, toda la vida de la fe, por ser fe humana, están
constituidas de acciones simbólicas. De lo contrario, no se podría expresar lo inenarrable, ni sacar a la superficie
la hondura, ni vivir corporalmente lo espiritual, ni hacer sensible lo invisible, ni patentizar lo oculto.
Lo importante del símbolo no es si es viejo o nuevo, sino la realidad y su expresión. Sin realidad la
expresión carece de sentido. Sin expresión, la realidad no alcanza su desarrollo humano y, por lo tanto, se
degrada y pervierte. Cuando se unen la realidad y su expresión, aparece con todo su vigor la actividad simbólica.
Si hubiera algún símbolo que no dijera hoy nada a nadie, la misma experiencia humana buscaría, como la
corriente de un río, su cauce adecuado de expresión. Porque, desde que el mundo es mundo y el hombre es
hombre, toda la realidad visible está puesta al alcance de nuestras manos para que llegue a ser acción simbólica,
medio de expresión.
En lo que respecta a la vivencia de la fe, hay que tomar en cuenta que las liturgias cristianas, dado su énfasis
simbólico, son las que más favorecen la experiencia de la fe tanto personal como comunitaria a partir del
contacto vital con Jesús. Por ello importa mucho el trato directo e inmediato con el relato evangélico, porque es
la fuente en la que se alimenta una fe nueva, no por vía de "adoctrinamiento" o de "aprendizaje teórico", sino por
el encuentro que tengamos con Jesús. Él nos enseña a vivir la fe, no por obligación sino por atracción. Nos hace
vivir la vida cristiana, no como deber sino como contagio. En contacto con el evangelio recuperamos nuestra
verdadera identidad de seguidores de Jesús.
4.- USO PEDAGÓGICO DE LA BIBLIA11
La Biblia es un libro religioso. En ella se apoya la fe de los creyentes, judíos y cristianos, protestantes y
católicos. La Iglesia la considera como la primera fuente de fe. La Biblia es fuente de la experiencia espiritual
cristiana, la doctrina, la oración, la predicación, la religiosidad y la catequesis para todos los que siguen a Jesús.
Los pastoralistas necesitan meditar, estudiar y profundizar continuamente la Palabra de Dios hecha
Escritura Sagrada para que puedan distinguir tanto la presencia de Dios como los datos humanos en los que se
afianzan los relatos bíblicos.
La Biblia no es un libro de ciencia, de historia o de sociología. Los estudiosos de la Biblia ahondan en
estilos, en lenguajes, en fuentes y en formas de expresión, etc. Tratan de dar luz sobre el ropaje y el lenguaje
humano que rodea el mensaje divino, sin que ello disminuya su misteriosa identidad de "Palabra divina" y la
autoridad y valor religioso del "Libro sagrado".
11 Tomado de: Biblia y Catequesis. En: www.archivalladolid.org/cateques/temas/40.doc
14
Para el pastoralista, catequista y el predicador, la Biblia no es un arsenal de frases o de hechos con los que
pueda adornar sus discursos o temáticas. La Biblia es otra cosa. No es preciso ser especialista, sino creyente,
para entender que en ella late la voz de Dios y es preciso ponerse a la escucha de esa voz divina hecha letra.
Los cristianos y cuánto más los pastoralistas, evangelizadores, catequistas, deben prepararse lo más que
pueda en el terreno bíblico. Hay que entender que, literaria y culturalmente, los documentos que la forman
proceden de otros entornos diferentes a los nuestros. Hay que saber interpretarlos.
Se necesita diferenciar una leyenda y un relato, una parábola y un hecho, un salmo y un código, etc. Los
elementos o géneros que puede encontrar en la Biblia son diversos y debe saber usarlos oportuna y
adecuadamente: mitos, himnos, sueños, plegarias, cartas, visiones, sentencias, leyes, discursos, genealogías,
diálogos, canciones, poemas, refranes y proverbios.
Cada pasaje bíblico hay que entenderlo en su lenguaje y en su mensaje, interpretarlo y referirlo
adecuadamente a la vida. No basta hablar de la Biblia, es preciso manejar sus páginas, pasearse por ellas, ser
capaces de admirar y valorar cada una de sus flores.
4.1.- Algunas pistas para el uso Pedagógico de la Biblia
Para que haya un real aprovechamiento de la Biblia se requiere su uso pedagógico para que contribuya en la
formación gradual y procesual de las personas.
1º) Tomar en cuenta a los destinatarios. La Biblia se debe usar en la catequesis con sus ricos y variados
elementos: estilos, fuentes, géneros literarios; pero se ha de hacer siempre con actitud de fe y con capacidad de
discernimiento.
El pastoralista hará bien en distinguir a quién habla, niños pequeños o gente culta, pueblo sencillo o
personas intelectuales, para adoptar posturas sensatas y dejar, con amplitud de miras, plenitud de opciones
personales.
Los mínimos necesarios que necesita manejar bien un pastoralista son: que Dios eligió un pueblo, que los
profetas anunciaron la venida de un Salvador, que Jesús nació, vivió, predicó y murió un día preciso en unos
lugares concretos, que llevó a la plenitud unas enseñanzas concretas reveladas: conversión de la mala vida,
necesidad de penitencia, prioridad del amor a Dios y al prójimo, voluntad de configurar una iglesia (comunidad
de amigos en la fe), anuncio de un Reino futuro que no es de este mundo, etc.
2º) Advertir que en la Biblia existen diversos tipos de textos. El pastoralista debe saber que hay pluralidad
de formas y elegir en cada momento lo más conveniente. Lo que más precisa es el tacto adecuado para esa
elección. Habrá de emplear con gusto y discreción diversos elementos.
Narraciones y relatos. Son los textos más interesantes para la catequesis, sobre todo con pequeños. La
historia bíblica no responde al género histórico técnico y al sentido crítico, cronológico o específico mirando
fielmente el acontecimiento, sino que contempla prioritariamente la intención o la significación.
En la Biblia predomina la presentación de la intención, sobre todo religiosa. Tanto en su contexto como en
su contenido, muchos de los libros del Antiguo Testamento son narraciones. Hay una trama, personajes, sucesión
de acontecimientos. Hay un hecho real. Pero hay un entorno visible o invisible: un pueblo elegido y una
presencia de Dios que protege al pueblo. Importante es ver ambas cosas y descubrir la intención con la que se
relata, que ordinariamente es proclamar la presencia divina.
No se pueden entender los acontecimientos, los números, los resultados, los tiempos, las relaciones, al estilo
occidental. Pero tampoco hay que caer en un exagerado alegorismo, como si todo fueran cuentos, parábolas,
metáforas y las cosas no hubieran sucedido.
Las narraciones del Antiguo Testamento son relatos más populares que críticos. Los autores recurrieron a
menudo a tradiciones orales, a mitos, a leyendas. Se compusieron con un intención didáctica, catequética.
15
Poemas, cantos, plegarias. Son especialmente interesantes en la Biblia. Se repiten géneros y estilos
comunes con los otros pueblos del entorno del mundo bíblico. Reflejan hermosamente la sensibilidad sobre todo
en signos de la naturaleza, sentimientos, gestos de solidaridad, inquietudes éticas, etc. Así aparecen el dolor en
Job, el amor en el Cantar de los Cantares, el valor en los Himnos arcaicos (Cánticos de Jacob, Débora, Moisés).
Sobre todo son especialmente aprovechables las invocaciones de los Salmos, que han constituido siempre la
plegaria preferida de los cristianos de todos los tiempos, como lo fueron de los antiguos judíos y lo fueron del
mismo Jesús.
Las Sentencias, refranes y metáforas. Recogen la sabiduría, la experiencia y el sentido común del mundo
antiguo de la Biblia: Proverbios, Sabiduría, Eclesiástico (Ben Sira), Eclesiastés (Qohelet), parte de Job, Libro de
Daniel. Implican uno de los más hermosos estilos bíblicos: sentencias, consejos, amenazas, lamentos, elegías,
reclamos, parábolas, referencias cosmológicas, citas y referencias, etc.
Cada texto posee su sabor propio. Se presta para una catequesis ética excelente. Reúnen las experiencias de
la vida. Aluden a la necesidad de la reflexión moral en el hombre sabio. Hacen referencia a Dios que da la Ley
suprema.
Los anuncios de los profetas. Los profetas eran muy conocidos en muchas regiones del antiguo Oriente.
Nadie valoró tanto su acción como el pueblo de Israel. En el fondo latía la conciencia de la acción divina que iba
preparando la venida de un salvador Mesías. Por eso es importante ver en todas las profecías la esperanza, la fe,
la presencia providencial de Dios en los acontecimientos.
Los primeros cristianos lo entendieron así y por eso todos los escritos del Nuevo Testamento rezuman
referencias a los Profetas, que fueron preparando el camino para la llegada del Salvador. Recordemos por otra
parte que el profeta bíblico no es el que anuncia hechos futuros, sino el que proclama, el que predica, el que
recuerda la presencia divina en el Pueblo y mantiene el corazón de los hombres vuelto hacia Dios, sin dejarle
orientarse a los ídolos.
Leyes divinas y humanas. El conjunto de normas de vida, de leyes y de imposiciones, el género jurídico, es
también abundante en el Antiguo Testamento. Las leyes regían por entero a los israelitas y tenían el sentido de
voluntad divina, aunque muchas veces eran simples prescripciones sacerdotales o de gobernantes. La Ley
absorbía tanto a los judíos, que toda la vida se regía por ella.
Llegaron a ser tan rutinarias que serían condenadas por Jesús si sólo se apoyaban en el mero cumplimiento.
Precisamente el sentido del Evangelio, sería la buena nueva de la liberación. La Nueva Alianza o Nuevo
Testamento, en el pensamiento de S. Pablo, seria entendido como el tiempo de la libertad del pecado y de la Ley.
Esto dará la originalidad al cristianismo. Es muy importante saber presentar esta dimensión evangélica en una
buena catequesis. Lo contrario sería el fariseísmo, tantas veces criticado y rechazado por el mismo Jesús (Mt.
23).
Entre las leyes que se recogen en la Biblia había unas sagradas y principales (apodícticas). Tales eran las del
Decálogo que Dios entregó a Moisés en el Sinaí (Ex. 20, 1-21; 34, 14-26; Dt. 5, 6-21). Pero había otras que
procedían de intereses particulares, como muchas de las prescripciones acerca del culto del templo o de los
tributos reales.
3º) La centralidad del Evangelio. El empleo constante de la Biblia en la Pastoral se desprende de lo
importante que la Biblia es para la formación de la fe. Entre los diversos modelos de comunicación del mensaje
religioso, hay algunos que deben ser considerados como prioritarios entre los que destacan los Evangelio.
Los Evangelios son los textos que recogen los dichos y hechos de Jesús. Ellos representan el modelo de
catequesis preferente entre los cristianos, más preocupados por el mensaje, el kerigma, que por las fórmulas, los
conceptos y las explicaciones. El modelo de actuar y de hablar entre los primeros evangelizadores era el mismo
Jesús. "Nadie ha hablado como este hombre", "Él no les hablaba como sus escribas", "les tenía cautivados" (Jn.
7. 46; Mt. 13. 13; Mc. 12. 1; Lc. 24. 32)
16
Pero también se dio importancia muy pronto a las Cartas de los seguidores de Jesús, apóstoles o no. En
ellas abundan las exhortaciones, las sentencias, las recomendaciones, los himnos o plegarias, las síntesis
doctrinales, las listas de virtudes o dones, las referencias, las oraciones.
El modelo evangélico quedaría reflejado en la glosa que alguien añadió luego como confesión para entrar en
la fe del Señor Jesús y que consta en textos tardíos de los Hechos: "Creo que Jesús es hijo de Dios" (Hech. 9.37)
Esta confesión, que parece una añadidura muy primitiva al texto escrito por Lucas, refleja el final de toda la
acción catequética: era la fe en Jesús. Para ella se preparaba al que recibía la gracia del Bautismo.
Un evangelio no es una biografía, aunque relate hechos y dichos de la figura de Cristo. No pretende ser un
relato cronológico, aunque esté escrito en esta forma narrativa, ni sistemático, aunque responda su presentación a
un plan preconcebido, ordenado y sucesivo. Lo que busca es narrar hechos y dichos de Jesús. El orden y la
lógica son secundarios. Por eso suele emplear fórmulas que no indican sucesión de hechos (en aquel tiempo, iba
Jesús, aconteció, etc.) El catequista no debe mirar el Evangelio como una hermosa historia, sino como una buena
noticia.
Los autores de los Evangelios, dos apóstoles (Mateo y Juan) y dos escritores relacionados (Lucas y
Marcos), suelen agrupar lo que quieren relatar: discursos, parábolas, acontecimientos, y los ofrecen con la
sencillez y entusiasmo con que se relatan cosas de Jesús. Ni más ni menos, es lo que se debe hacer en la
catequesis y en la predicación.
4.2.- Aprovechamiento Pastoral y Espiritual de la Biblia12
En la Biblia no sólo está el relato de una historia del pasado, sino el espejo de su propia historia de hoy. Y
mirándose en el espejo de la Biblia, va descubriendo su propia cara de ser humano y su misión en medio del
mundo, su identidad de Pueblo de Dios. Al descubrir en la Biblia el espejo de su vida, el pueblo de las
comunidades consigue que la Biblia llegue a ocupar el lugar que ella quiso tener siempre en la vida y en la
historia. La “carta de Dios” llega a la casa del destinatario. Así la Biblia queda situada en condiciones óptimas
para producir frutos abundantes.
Conviene que haya un proceso gradual para que las personas atendidas por la pastoral descubran la Biblia
como algo propio, como “su libro”, el libro del Pueblo de Dios, “escrito para nosotros”, en cuyo centro aparece
la presencia viva y vivida de la persona de Cristo y la fe en la acción del Espíritu Santo.
La Biblia y la Vida están unidas indisolublemente. Cuando se abre la Biblia es para encontrar en ella las
cosas de la vida, utilizándola como una imagen, un símbolo, o un espejo de lo que hoy les está pasando a las
personas.
Por ello, el objetivo de la lectura de la Biblia no es interpretar la misma Biblia de forma científica, sino para
interpretar la vida con la ayuda de la Biblia. No es para saber lo que les sucedió a los otros, sino para saber, sobre
todo, lo que Dios le está pidiendo a uno. Se lee y se estudia la Biblia para poder conocer mejor la realidad
presente y la llamada de Dios que en ella se esconde.
Una vez descubierta la Biblia, la vida forma un dúo con ella, armonizándose en los hechos más corrientes.
La Biblia ayuda a entender mejor la realidad, y la realidad ayuda a entender mejor el sentido de la Biblia. Es
imposible separar estas dos realidades.
El resultado de este rumiar constante de la Palabra de Dios es la pureza de la mirada, que consigue descubrir
y revelar los signos de la presencia de Dios en las cosas más sencillas de la propia vida. La lectura creyente de la
Biblia es el ejercicio de la propia fe. Cuando las comunidades o grupos se reúnen para leer la Palabra de Dios,
generalmente envuelven la lectura en oración. Hacen lectura orante...
La fe cristiana no apunta a tener fe en un libro (la Biblia), sino tener fe en alguien que nos habla a través del
libro. Lo que da sentido y vida al libro es precisamente esta fe en Cristo vivo en la vida y en la comunidad. La
luz que brota de la fe en Cristo encontrado en su Palabra no se apaga. Porque si se llega a apagar, se obscurece
12 Tomado de: Uso actual de la Biblia. En: http://mercaba.org/Caravias/biblia_fe_vida_04.htm
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también el texto de la Biblia, y la palabra escrita ya no sirve para nada. De ahí la necesidad de alimentar
continuamente esta luz.
Esta luz no es privilegio de algunos expertos o de algunas personas más cultas. Es un don de Dios,
concedido ante todo a la comunidad y a través de la comunidad, a las personas que pertenecen a ella. Por eso es
tan conveniente el contexto comunitario para la lectura de la Biblia. Incluso la lectura individual no es ni puede
ser una cuestión puramente privada: debe fortalecer y alimentar el compromiso con Dios y con los hermanos.
Conviene pues, leer la Biblia en ambiente de oración y, a ser posible, en ambiente de oración comunitaria.
Así el Espíritu Santo puede esclarecer su sentido y revelar a través de qué realidad nos está hablando el Señor.
Quien se toma en serio la Palabra de Dios no lee solamente para entender, sino que también procura
practicar la Palabra. Su lectura no es sólo “informativa“: se dirige a la práctica, a la acción, a la transformación
de las personas y de la sociedad. La lectura que hace de la Biblia revela muy concretamente el “anuncio” y la
“denuncia” que llevan a la conversión.
Ayudas para ORAR al final de la Lectura y Reflexión del Texto del Módulo LECTURA BÍBLICA: Ezequiel 37, 1-14 (Revivir con la fuerza del Espíritu)
Ponte en presencia de Dios. Pídele la gracia del encuentro personal… Haz conciencia de su presencia… Toma el texto
del Profeta Ezequiel. Léelo con calma… reviviendo la escena bíblica… saboreando cada palabra y su sentido…
18
Dios no se ahorra modos, formas y métodos para ayudarnos a entrar en la realidad del entorno para que
saquemos afuera toda la potencialidad que llevamos dentro y provoquemos más vida.
La pregunta de Dios ¿piensas que podrán revivir estos huesos? está muy relacionada con una ERE que puede
aportar sentido y resignificar las realidades, que lo hace todo de nuevo… De la mano de Dios puedes
descubrir caminos nuevos para crecer, soñar, contribuir a que muchos se realicen en generosidad y libertad…
Deja que la Palabra de Dios resuene en ti…
PARA REFLEXIONAR:
TÚ, ME MOLDEAS, SEÑOR
Tú, Señor, me estás trabajando por medio de todo lo que existe y resuena en mí, por medio de lo
que me dilata por dentro, por medio de lo que me excita, me atrae o me hiere desde fuera. Tú modelas
y espiritualizas mi arcilla informe. Tú me cambias en Ti.
Para adueñarte de mí, Dios mío, Tú que estas más lejos que todo y más profundo que todo, te
apoderas de mí y me asocias a la inmensidad del mundo, la inmensidad del universo.
Siento que abrigo en lo más secreto de mi ser la fuerza total de tu presencia. Por eso no quiero
dejarme llevar pasivamente a esas benditas pasividades. Pero a veces me ofrezco a ellas y las
favorezco con todo mi poder.
Sé perfectamente que tu gracia tropieza con mi libre albedrío. Pero, aunque yo cierre la puerta
de mi corazón y me quede en las tinieblas, no puedo resistirme a sus sensaciones, a sus ideas, a su
atracción, a su pureza. Y aunque vuelva la espalda, inmediatamente, Tú invades mi alma a través de
la intención pura para sostenerme, para despertar mi conocimiento y devolverme la vida.
Me has concedido, Dios mío, el don de sentir, aún en medio de las incoherencias, la unidad viva
y profunda que tu Gracia ha desparramado misericordiosamente sobre nuestra pluralidad.
Universalidad de tu amor y manifestación poderosa de tu forma de operar en lo humano. Ardo en
deseos, Dios mío, de propagar esa revelación que Tú me haces, y de realizarla.
Si me juzgas digno de ello, Señor, descubriré a quienes la vida resulta banal y carente de interés
y sentido, los horizontes ilimitados del esfuerzo humilde que puede, cooperar en la transformación
del mundo.
Porque, Tú, Señor, no destruyes los seres a quienes adoptas, sino que los transformas,
conservando todo lo que hay de bueno de ellos. Nada hay, por insignificante y vicioso que sea, que no
pueda cooperar, al menos mediante su repulsa o su reflejo, al perfeccionamiento del mundo.
Yo quisiera ser, Señor, con mi modesta aportación el apóstol, y así puedo decirlo, el evangelista
de tu Cristo. Quiero convertirme en parcela viviente del Cuerpo de Cristo. ¡Oh, Señor!, yo lo deseo así.
Que mi aceptación sea cada vez más completa, más amplia, más intensa. Qué yo me presente
cada vez más abierta, más transparente a tu influencia. Para que sienta tu acción cada vez más cercana
y, tu presencia, cada vez más densa, en todas las cosas, en todas las personas, por todas partes y en
toda mi existencia. Amén.
Himno al Universo
Teilhard de Chardín sj
19
Programa de Formación Pastoral
Itinerario 2 - Módulo 7
“DIDÁCTICA DE LA FORMACIÓN DE LA FE”
EVALUACIÓN PARTICIPANTE
Nº 6 - Mayo-Junio 2013
Enviar esta evaluación al correo: pastoral@cerpe.org.ve
Nombre y Apellido:
Institución:
Cargo / Desempeño:
[Ponderar del 1 al 4 los siguientes aspectos: 4= excelente; 3= bueno; 2= satisfactorio; y 1 insatisfactorio]
Promedio Total: 0,0
Nota (1-20): 0
1.- Aspectos Programáticos y de Contenido
Aspectos Puntos
1 Claridad y coherencia en el Diseño del Módulo 0
2 Profundidad de los Contenidos tratados en el Texto Base 0
3 Conexión entre el Tema del Módulo y la Acción Pastoral de la Institución 0
4 Pertinencia de los contenidos presentados en el Texto Base 0
Total 0,0
2.- Aspectos Organizativos, Estratégicos y Logísticos
Aspectos Puntos
1 Mi nivel de organización personal para realizar el Módulo 0
2 Nivel de orientaciones ofrecidas por el Programa de Form. Past. para mi desarrollo del Módulo 0
3 Mi nivel de comunicación con la Coordinación del Prog. Form. Past. para obtener orientaciones 0
4 Apoyo recibido de mi Institución para el desarrollo del Módulo 0
Total 0,0
3.- Aspectos sobre Mi realización del Módulo
Aspectos Puntos
1 Mi motivación personal para el Módulo 0
2 Calidad y profundidad de mi trabajo personal para el desarrollo del Módulo 0
3 Mi disposición a recibir aportes e ideas para profundizar en mi realización del Módulo 0
4 Mi capacidad de relacionar el Módulo con la Pastoral que realizo en mi Institución 0
Total 0,0
20
4.- Aspectos sobre la Estrategia de Aprendizaje empleada (CACE)
Aspectos Puntos
1 Coherencia entre los 4 MOMENTOS del Módulo 0
2 Sensibilidad lograda a través del momento COMPRENSIÓN 0
3 Profundidad alcanzada a través de los momentos AMPLIACIÓN y COMUNICACIÓN 0
4 Nivel de auto-crítica alcanzado en el momento EVALUACIÓN 0
Total 0,0
[Responder en forma sencilla, clara y precisa las siguientes interrogantes]
5.- ¿En qué me ha ayudado este Módulo para mi crecimiento Humano-Espiritual?
1º)
2º)
3º)
6.- ¿Qué aporta este Módulo para la Pastoral que realizo en mi Institución?
1º)
2º)
3º)
7.- A partir de lo trabajado en este Módulo ¿en qué temáticas o aspectos necesito seguir profundizando?
1º)
2º)
3º)
8.- Observaciones:
1ª)
21
2ª)
3ª)
9.- Considero que mi desempeño en este Módulo ha sido: [Marca X en una sola casilla]
[Marque X en un solo recuadro]
EXCELENTE
BUENO
SATISFACTORIO
INSATISFACTORIO
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