cuentos infantiles gabriel corona ibarra córdoba
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Cuentos Infantiles 1
LA BARRA DE HIELO
—Papá está haciendo muchísimo calor.
—Si hijo, este verano está sofocante, que calor; pero no te preocupes tráeme por favor el
teléfono.
Le lleve a mi papá el teléfono y llamó para que le trajeran una barra grande de hielo; me
emocioné, pensando en helados de chamoy, grosella, vainilla y muchos otros sabores que
viven en mi boca.
Mientras el tiempo transcurría era mayor mi ansiedad sintiendo ya en la boca la sensación
del hielo derritiéndose y de poder mordisquear aquella agua solida.
Cuando llego el repartidor del hielo, le preguntó a mi papá — ¿Señor donde pongo el hielo?
—
Mi papá le respondió de la siguiente manera — pase al fondo, y si me puede hacer el favor
de subir al techo de la casa para colocar la barra de hielo en el tinaco —.
El repartidor con una cara de asombro, subió por la escalera trasera de la casa y colocó la
barra de hielo dentro del tinaco. Mientras mi papá me dijo que me pusiera unos shorts;
cabe recordar que aquel día de guerritas de agua; fue el más memorable de todos los
veranos, que viví al lado de mi padre.
Cuentos Infantiles 2
Pero siempre me quedó la duda, si hubiera abierto la llave del fregador de la cocina… ¿de
qué sabor habría sido su manantial?…
EL DULCE MÁS RICO
En la mañana del sábado; llego mi papá del trabajo, y me dijo —Buenos días Carlitos; te
traje una pulpa muy rica.
—El niño, tomó el dulce entre sus pequeños deditos; comenzó a investigar; primero lo
estrujo poco a poco, para después comprimirlo por completo y sin miramientos; así que sin
mayores detenimientos dirigió su búsqueda al área visual; se paso todo el día viendo
detenidamente su pulpa de tamarindo; la veía por un lado, por el otro, con una lupa, con los
anteojos de la abuela, con los binoculares del tío solterón, bajo los rayos del sol, con la
lámpara del desván, por fin después de mil intentos y sin haber encontrado nada, puso su
pulpa de tamarindo en la mesita de noche y se fue a dormir…
Mañana disfrutaría de más tiempo para encontrar la riqueza a su pulpa de tamarindo, y
tendría más suerte en la búsqueda…
Cuentos Infantiles 3
CAJA MÁGICA DE IC
Aquel día viernes al salir de la escuela, como siempre mi madre pasó por mí, pero esta vez
estaba muy apurada…
Me dijo —corre hijo… apúrate…
Corrimos por entre los carros…como tres cuadras,
Llegamos a una zapatería, donde le entregaron una caja gris…
Sin decir más nos fuimos a la casa.
Al entrar lo primero que hizo fue dirigirse a su closet y guardar aquella misteriosa caja
gris…
Con cuidado colocó la caja encima de sus cobijas, como arrullando a un bebe; como
depositando al niño Dios sobre el pesebre…
Cuentos Infantiles 4
Con aquel cuidado, como si se fuera a romper la caja…que no veía mi mamá que la caja era
de cartón, solo eso; de cartón… ¿qué pasaba, qué contenía esa caja…porqué tanto misterio
y cuidados?…
Tomo la llavecita plateada que colgaba de su cuello y cerro el closet…
Pasó el sábado, le siguió el domingo…y la caja gris continuaba en el closet…mi madre no
la abría, no dejaba al descubierto el mistérico contenido…si fueran simples zapatos,
mínimo se los abría probado frente al viejo espejo de vanidad del corredor, espejo que
perteneció a la abuela.
Pero nada…
Acaso temía desatar los demonios y la destrucción de la tierra si esa caja fuere violada en
sus misterios.
Realmente no se…pero el miércoles llegaron sus amigas con un vestido blanco, pletórico
de organdí, de encajes y una máquina de coser, con gran algarabía decían todas que para
probarle el vestido…
Cuentos Infantiles 5
Entraron a su cuarto, mi madre tomo la llavecita y abrió el closet, tomo varios adornos para
presumir con sus amigas, y descuidó aquel tesoro gris…ahí estaba, solo; sin un vigía que lo
cuidara, era la invitación perfecta para descubrir el contenido de aquel tesoro…
Me escabullí al interior de la recamara, con la gallardía de un gato me pare frente a la caja
gris, sentí mucha angustia, miedo, un frio sepulcral me recorrió la espalda del principio al
fin y de regreso, las manos me temblaban, pero esta era la oportunidad perfecta, así que
volteé de reojo a ver a mi madre, la cual estaba poniéndose un gran trapo blanco, que le
cubría los ojos por completo, ahora o nunca, así que con mi mano derecha, que sudaba a
mares tome la tapa de aquel obstáculo entre mi persona y el descubrimiento del secreto.
Cuando tuve por fin entre mis pequeños dedos la tapadera, lentamente me asomé al interior
de la caja…lo único que vi fueron unas zapatillas cerradas de charol color blanco, era todo,
mire con mayor detenimiento, si….era lo único que contenía aquel cofre de los tesoros.
Pero porque mi madre lo guardaba con aquel celo, porque no había visto que se probara las
zapatillas, si en ocasiones anteriores, hasta me pedía consejo sobre si el vestido de la noche
combinaba con su bolso o su color de ojos, ¿qué pasaba el día de hoy?, ¿cuál era el secreto
que guardaba esa caja gris?
Cuentos Infantiles 6
Mientras entre mis pequeños dedos estaba la tapadera de la caja, la cual me empezó a dar
cosquillas en mi mano, vi detenidamente aquel pedazo de cartón, simple, sin dibujos, por
fuera tenía unos garabatos, empecé a leerlos, porque yo ya era un niño grande, estaba en
primero de primaria y ya me sabia el abecedario; aquellos trazos eran el nombre de mi
madre, y un numero, el 21, esto me pareció mágico, así que sin decir nada me encaminé a
mi cuarto, con el hurto perfecto de mi infancia; con aquella tapadera mágica, nadie notaria
su ausencia.
Ya en mi cuarto me puse a jugar con la tapadera, con mi dedo índice de la mano derecha,
el cual lo coloque en la esquina superior del mismo lado, para jugar, por lo que empecé a
girar la tapadera, primero despacio, luego un poco más recio, así conforme giraba; un
pequeño ruido, un golpeteo rítmico, se apodero de los espacios, del cartón; como si
estuviera siendo castigado con algo, aquel ruidito mecánico me sumió en un trance
hipnótico, del cual fui brutalmente despertado, justo en el momentos en que se escuchó el
timbre de la puerta; clásico; tres timbrazos pequeños y uno largo, quien más podía ser que
el detestable noviecito de mi mamá.
Mi madre alzó la voz para ordenarme — Ic, hijo ve abre la puerta, ve quien es.
Mi mamá, como si no supiera que era el enfadoso de su novio.
Cuentos Infantiles 7
Pero cual va siendo mi sorpresa; de repente de la tapadera todavía en giro vertiginoso, saltó
un pequeño dado de colores, rodó por debajo de mi cama hasta el otro lado; no sabía qué
hacer o decir, si gritar o llorar, pero corrí a verlo…
Ahí estaba, junto a mis patines, a un lado de la rueda delantera del patín izquierdo, un
pequeño dado que marcaba el número cinco en su cara azul…
Pero el momento mágico se interrumpió de súbito, cuando la madre le hablo a su retoño —
Ic, apúrate hijo, ve abre la puerta —…
TEPICQUE
Aquella noche el mensajero celestial empezó su recorrido atreves de las estrellas.
Avisando que la reunión de los dioses sería en un paraje hermoso, verde, lleno de luz, el
ombligo del planeta tierra.
Tal fue el alboroto que todos dijeron —vamos a Tepi-c, aquel pequeño lugar creado por
Dios —
Cuentos Infantiles 8
Otro lo corrigió y le dijo:
—Nada, nada será un TEPEC, cuando estemos todos los dioses reunidos, un lugar de
mucha gente.
Otro de los dioses gritó desde el fondo del universo y dijo:
—Están equivocados, ahí haremos la masa para crear el primer hombre, por eso será el
lugar del maíz.
Una voz más que se escuchaba, un dios de esos muy serios, que se toman todas las cosas a
pecho, con una voz cacofónica, pero solemne, les dijo:
—Vamos al lugar para conocerlo. Entonces los cometas poblaron el cielo.
La infinitud del firmamento se vio ahogada en innumerables colas de papagayos
diamantinos; que formaban un enrejado en el cielo, entramado de luces, que anunciaban la
grandeza de un advenimiento.
Cuentos Infantiles 9
Las plantas de los seres primigenios se posaron sobre la tierra de Xalisco, y al contacto con
sus plantas el suelo se empezó a calcinar, la tierra transmutaba en una lava incandescente de
un rojo color, tan sólo para que al momento que su pie dejaba el espacio limitado de su
huella, quedara en su lugar, un montón de piedras blancas y livianas, paso a paso los dioses
se fueron reuniendo alrededor de TEPIQUE, sentándose en los cerros del rededor, y uno
gritó, —este es un lugar entre cerros, vean al centro esta una piedra de basalto llorón.
Cuando dijo esto último, apareció entre truenos y centellas, el Dios de Dioses, con un
penacho cuajado de esmeraldas, rubís y diamantes del más fino corte; con plumas de aves
místicas; que al movimiento dejaban rastros de colores tornasol; en el espacio vacío de las
pupilas; corona que gritaba a los cuatro puntos cardinales, su grandeza y el origen de
esplendor.
Aquel dios descendió disipando la bruma y el polvo; posó con lentitud inefable sus pies en
aquel lugar. Metió la mano y con yerbas que traía en su morral, marco una cruz, en el justo
lugar donde pondría una gran piedra que cayó del cielo.
El guijarro meteórico rasgaba las nubes a su paso y aun en vuelo e hirviendo por el roce con
la atmósfera, fue entonces cuando aquel ser inefable; con un movimiento real, tomó con su
mano derecha el pedrusco, la llevó hacia su rostro en un arrebato divinal, y con la fuerza de
Cuentos Infantiles 10
los mares, sopló sobre aquel basamento hasta enfriarlo, ya maciza la roca, la coloco en el
centro de la cruz.
El arquitecto de todos los universos: con sus manos, que no son las manos de cualquier
mortal, comenzó a devastar aquella roca, con la maestría del artífice de mil vidas, le dio la
forma que solo él podía darle. Entonces sin más, volteó y barrió con su mirada los
alrededores.
Hablo solemnemente, con una voz que no es de este mundo:
—Desde hoy este será el lugar donde Dios devastará la piedra fundamental de todas sus
obras, por eso la llamaré Tepic.
Dicho esto, el aire se volvió más denso que de costumbre, apareciendo una niebla espesa, y
en el horizonte, por los cielos se dibujaron las serpientes, los dioses se volvieron invisibles
y la piedra que Dios tuviera entre sus manos transmutó por artes de la alquimia celestial en
una pareja de mortales…
Cuentos Infantiles 11
TE CONVERTIRÉ EN UN DULCE DE GOMITA
Aquel día, estaba la Doña fumando su acostumbrado cigarrillo, volteó con sus ojos que
dejaban centellas a su paso, y sin más; los ubicó en los de su presa.
Su víctima un muchacho entre veinte y veinticinco años.
De todos era sabido que la Doña era una hechicera fría y calculadora.
Entonces, en aquel momento que se convirtió en todo un milenio… interminable, sus labios
se abrieron amenazantes, a la ocasión; lanzó un conjuro zodiacal; hechizó con palabras de
una voz sensual, pero hiriente aun a los oídos menos sensibles, artificioso que decía así:
—Por los poderes del humo, por los seres que habitan la llama incandescente que se forma
en el carbúnculo de este cigarro, y las ondinas de mi saliva, te convertirás en una figura de
gomita.
Cuentos Infantiles 12
DEBERÁS SERÁ UNA BRUJA…LA HECHICERA
Quiero que le digas a esa bruja con la que vas…
Sí… a la mujer aquella de los pelos platinados y despeinados, que trae todo el día la bata
roída, con la medalla en su mano derecha, los dedos nudosos y engarrotados, las chanclas
de plástico, y las uñas llenas de tierra; que ni sabe, que no es una hechicera de verdad, que
si fuera una bruja se diera cuenta el día que yo fuera a ir a su territorio, cosa que no se
asomaría al balcón; cada vez que me acerco a su casa…para impedirme el paso cual dragón
que cuida una doncella…
CUENTO
Este día me resisto a comenzar este cuento con la frase por todos conocida, no diré: “ESTE
ERA”, ni “ERASE QUE SE ERA”, o “EN UN PAÍS MUY LEJANO”; porque este
cuento no es cuento, es solo la elucubración de una mente que quisiera tocar por un
momento los más fríos bordes de la realidad, o los mas rojos símbolos de lo onírico:
La luna llena, brillante, brillando con luz azul y tenue, luna azul de los ancestros, que brilla
cual linterna de algún mago alquimista que busca la sabiduría en las profundidades oscuras
de una caverna…
Cuentos Infantiles 13
La choza de muros blancos cual la nieve que cubre los volcanes, casita de tejas rojas,
recibía los dardos luminosos de la luna, que se asomaban entre el corazón de los negros
nubarrones, dardos de amor que venían desde la princesa del cielo, que se engalanaba con
la blancura de los iluminados…
Dentro de la choza, una anciana fuma un cigarro forjado con hojas de maíz; sobre su cabeza
cuelgan millardos de hilos de plata, corona tejida de experiencia que le donó el vivir…
frente a la chimenea, donde el fuego juega con las chispas, el carbón y la luz, la anciana
piensa…piensa su tristezas…recuerda las hazañas y aventuras de su juventud…
Magia, hechizos, embrujos…juegos de niños, sin saber a lo que juegan…juegan a sufrir,
juegan los mortales a vivir…mientras la anciana se pierde en las nubes de humo del cigarro
de maíz…
TEMPLO DE LA LUNA
En el Metztli = Calli = Tlan: El Templo de la luna, un hombre cansado de buscar, que su
rostro ya pintaba arrugas, de entre su cabello brotaban algunas canas; se decide hojear el
libro de magia primitiva; primero lee entre líneas, recorre sus hojas al azar, para luego ir en
Cuentos Infantiles 14
un orden aparente; de pronto sus manos no responden; se detienen, sus ojos negros
azabache clavados en la hoja, mira por encima de su hombro a diestra y siniestra, frunce el
entrecejo, se cerciora de que nadie lo ve; entonces con mano sudorosa, temblorosa y casi
muerta; toma de entre sus ropas una hoja arrugada y un lápiz…
El hombre no se dio cuenta que Selene lo observa…el disco platinado y el Sol se
encuentran en oposición, los rayos de plata se proyectan en la esfera celeste con dirección
opuesta, la princesa de blanca cabellera está totalmente iluminada, está en fase de Luna
llena. …cuando el hombre posa la punta de su lápiz sobre el papel; la segur de plata con
un giro del más delicado baile de flamenco, se coloca en la misma dirección del Sol; en
conjunción, la superficie que otrora fuera iluminada, al momento transforma en invisible;
plenilunio; Luna nueva…negrura del papel innominado…el ladrón de misterios ha
quedado hechizado…
PRIMAVERA
Con este calor del verano, me baño en otoño, me duermo en invierno para despertar en
primavera.
Cuentos Infantiles 15
CAMPO DE ESTRELLAS
Aquella noche del nueve de mayo, cuando el cielo oscuro se vistió de diamantes, y la tajada
de coco, engalanaban el cosmos; supe lo que dibujaría una sonrisa en los labios amorosos
que exploran mi cachete.
Sin pensarlo más fui directo al cielo, di tres vueltas, nadé entre el Zodiaco; solo para cortar
un ramillete de estrellas; segué las de Andrómeda, se vería bien el arado cual rosa blanca
nacarada. Entonces Dios me vio; quedé petrificado, sin hablar, en silencio, esperando el
castigo divino, pero aquel ser henchido de amor arrancó de la profundidad del espacio un
cometa en fuga para ti.
EL CLÁSICO
El día domingo se había jugado el clásico de futbol, en las instalaciones del estadio Azteca,
en especial la recepción de las ondas televisivas fue excelente; miles de mexicanos
estuvieron pendientes de los resultados; entre algarabía y gritos festejaron a sus equipos.
El lunes la euforia de los seguidores seguía siendo noticia, los comentarios fluían y en el
primer grado del jardín de niños.
Cuentos Infantiles 16
Un niño y su amiguito no fueron la excepción, y estaban platicando:
El niño dijo — ¿Viste el partido?
— Sí; estuvo buenísimo.
— ¿Viste el primer Gol?
— Sí; pero a mi papá no le gusto.
— A mi papá si le gusto mucho ese gol, pero cuéntame; ¿Qué fue lo que te gusto más?
— Todo.
— ¿Cómo que todo?
— Te voy a platicar:
Cuentos Infantiles 17
Estaba dormido y mi papá me levanto con mucho entusiasmo, para que lo acompañara al
mercado a comprar la comida, también me compro un regalo, una camisa.
En la casa hicimos un día de campo, mucha comida, refresco, papitas, palomitas,
cacahuates, pollo, salchipulpos, y muchas cosas más
— ¿Y te dejaron comer de todo?
— Que si me permitieron comer. Yo solo me tomé una botella grandota de refresco.
Pero cuando metieron el primer Gol, mi papá y yo gritamos mucho, nos enojamos con el
señor de negro, le aventamos palomitas a la tele, pero la alegría continuó.
Cuando metieron el segundo gol, gritamos, reímos, me abrazo muy fuerte mi papá, y por
toda la casa se escucho ¡goooooooool!; pero fue más fuerte cuando metieron otro gol, mi
papá se hinco, me abrazo, me levanto en brazos y gire en el aire, saltamos, jugamos y
ganamos, ¡ganamos!…¡GANAMOS!.
Cuentos Infantiles 18
Cuando el partido termino; Apagamos la televisión; pero ese domingo no había terminado;
fue entonces que salimos a pasear; llegamos a una fiesta, donde había mucha gente, y mi
papá quería que todos se dieran cuenta lo felices que estábamos, así que me sentó en sus
hombros, corrimos, jugamos a los caballitos, me divertí bastante.
El niño se quedo un momento en silencio; llevo sus manitas a la frente; y frunció el
entrecejo. El pequeño que lo acompañaba; lo miraba con detenimiento, desconcertado;
había detenido de un solo corte la plática… ¿qué estaba pensando su amigo?
Después de un rato, y con el análisis de lo bello que le resultó el domingo al lado de su
padre; el niño comento, con la inocencia que solo existe en un alma llena de amor…
— ¿Sabes qué acabo de descubrir?
El pequeño, con la curiosidad digna de su edad; hablo — No, dime qué descubriste —
— ¡mi papá me quiere mucho!
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