consuelo pabon construcciones de cuerpos
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GO()stro ~~io 11 ~ de cue.rp'?..) coNsuELo PABÓN ALvARAoo* 1 Introducción
En este texto la pregunta no es por el cuerpo como
unidad. ni como forma, ni como organismo.
Nos interesa preguntarnos primero por lo que puede
un cuerpo. qué fuerzas lo determinan, le dan
consistencia. lo construyen.
No partimos del cuerpo como identidad fija,
como código preestablecido; sino como masa
múltiple y cambiante. capaz de construirse.
luego de pasar por transformaciones y devenires.
dependiente de las fuerzas que lo determinan:
fuerzas que afirman o niegan la vida en el sentido
nietzscheano.
* Filósofa, Universidad de París VIII.
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1 pregunta no es por el cuerpo como
o forma, ni como organismo.
-eguntarnos primero por lo que puede
1 fuerzas lo determinan, le dan
'construyen.
el cuerpo como identidad fija,
reestablecido; sino como masa
biante, capaz de construirse,
por transformaciones y devenires,
! las fuerzas que lo determinan:
rman o niegan la vida en el sentido
;idad de París VIII.
Podríamos hacer "historias de los cuerpos". Mostrar cómo
esa masa cuerpo dúctil, maleable, es determinada en cada
época por fuerzas específicas. Podríamos adentrarnos en múlti
ples aventuras por las que pasan los cuerpos: aparatos de cap
tura y de terror, líneas de fuga y de transmutación.
Todo esto para preguntar por lo que pueden nuestros cuer
pos aquí y ahora, en este país, en esta guerra, en este aconteci
miento que nos ha tocado vivir.
Consideramos que el cuerpo (la vida) es el plano donde se
manifiestan todas las fuerzas (políticas, sociales, económicas,
eróticas, etc). Sobre el cuerpo recaen todos los ejercicios de poder
que determinan esta época (el llamado biopoder o control sobre
la vida). Entonces, el cuerpo es sin lugar a dudas el medio donde
se ejercen todos los poderes y por esto mismo, es el lugar privile
giado a través del cual se puede llegar a precipitar una transmu
tación de los valores de nuestra cultura, es decir, una destrucción
a martillazos del yo fascista que existe en cada uno de nosotros,
controlando y anestesiando nuestra potencia de vida.
La propuesta es entonces: sólo construyendo día a día, ins
tante por instante maneras de vivir activas, liberadas de la nega
tividad, en donde hagamos un esfuerzo enorme por salir de
nosotros mismos, lograremos que el nihilismo, q voluntad de
nada que nos dete~~ina se autodestruya (antes que destruya al
planeta entero).
Proponemos construir subjetivaciones o modos de existencia
experimentales en donde los cuerpos sean capaces y PUEDAN
afirmar trágicamente el esplendor de la vida, creando realidades
diferentes a la realidad del exterminio que hoy nos determina.
Lo que hoy vivimos es una tragedia. Ya lo anunciaba Nietzsche
en el Ecce Horno: "yo anuncio una era trágica, el arte supremo de
decir sí a la vida, la tragedia volverá cuando tengamos ante nos
otros las guerras más duras pero más necesarias: por la vida" 1•
' Friedrich Nietzsche, Ecce Humo, Madrid, Alianza Editorial, 1984, p. 71.
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38
expresión y vida pv-ÁcticAs e><- lA tli ftv-trtciA
Siguiendo la filosofía de Deleuze podemos decir que aquí no
se trata de guerras molares para conquistar el poder; se trata de
guerras moleculares para recuperar el poder del cuerpo, la
potencia de vida que nos roba el biopoder, venga de donde
venga. Guerras de resistencia en donde ya no se resisten los
hombres sino que se resiste la vida, se resisten los cuerpos. Y
estos actos de resistencia son ante todo poéticos, trágicos.
¿Cómo hacer de la vida una obra de arte en este aquí y ahora?
¿Cómo creer en este mundo tal y como es? La guerra molecular
consiste en hacernos dignos del acontecimiento que vivimos;
por doloroso que sea, él nos permite conocer lo que puede
nuestro cuerpo y entrar en otras dimensiones. Se trata de una
guerra imperceptible pero eficaz contra el biopoder que consis-
f te en trastocar los planos de la percepción para construir, desde
el cuerpo, desde lo más cotidiano, desde lo más esencial, otra
existencia, otras realidades que afirmen el esplendor de la vida2•
CAPÍTULO 1
Lo que puede un cuerpo
Spinoza, el filósofo de la Ética plantea el siguiente problema:
"ni siquiera sabemos lo que puede un cuerpo. Hablamos de la
conciencia y del espíritu, pero no sabemos de qué es capaz un
cuerpo, ni cuáles son sus fuerzas, ni qué preparan esas fuerzas" 1•
¿Hasta dónde va nuestro poder de afección? ¿Hasta dónde
nos dejamos afectar? ¿Qué es lo que puede nuestro cuerpo?
¿Qué es lo que está en potencia esperando volverse acto? ¿En
qué consiste "el despertar" como acontecimiento sensible?
' Gilles Deleuze, Foucault, Barcelona, Minuit, 1986, p. 101 y ss. ' Gilles Deleuze, Nietzsche y la filosofía, Barcelona, Anagrama, 1971, p. 59.
"Un caball
comparados el afectados: no s
tados de la mÍ!
Entonces, 1 ver directamen --·----·--dice Q,~~euze ~-la naturaleza y --·----·--
Dice Spino
No sabemos hasta dónde existencia se vas; estamos de actuar. Pe afecciones a única forma tado.-Mient: por afeccior solamente n cuál es esa 1 trarla. Y sin creta mente
¿Cómo in1
un problema
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de fuerzas. El
pluralidad de
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' Gilles Deleuze, ~
p. 208. ' Ibídem, p. 209. ' Ibídem, p. 216.
Deleuze podemos decir que aquí no
~ara conquistar el poder; se trata de
~cuperar el poder del cuerpo, la
oba el biopoder, venga de donde
ia en donde ya no se resisten los
la vida, se resisten los cuerpos. Y
on ante todo poéticos, trágicos.
obra de arte en este aquí y ahora?
al y como es? La guerra molecular
del acontecimiento que vivimos;
lS permite conocer lo que puede
~tras dimensiones. Se trata de una
caz contra el biopoder que consis
a percepción para construir, desde
~ié!_no, desde lo más esencial, otra
¡e afirmen el esplendor de la vida2•
tica plantea el siguiente problema:
1uede un cuerpo. Hablamos de la
l no sabemos de qué es capaz un
as, ni qué preparan esas fuerzas" 1 •
Joder de afección? ¿Hasta dónde
s lo que puede nuestro cuerpo?
:ia esperando volverse acto? ¿En
mo acontecimiento sensible?
. nuit, 1986, p. 101 y ss.
Barcelona, Anagrama, 1971, p. 59.
"Un caballo, un pez, un hombre o incluso dos hombres
comparados el uno con el otro, no tienen el mismo poder de ser
afectados: no son afectados por las mismas cosas o no son afec
tados de la misma manera por la misma cosa "4•
Entonces, la pr~~~_p_or ¿qué pue~e llll ~u~rpo? tiene qu~ ti
ver directamente con el poder _dea_fectar y de ser afectado. Como
dice Qeleuze a propósito de Spinoza "LC? que puede un~~erpo__~.~~ la naturaleza y los límites de su poder de ser afectado" 1
• -"' ·-- -·-
Dice Spinoza:
No sabemos ni siquiera de cuáles afecciones somos capaces, ni hasta dónde va nuestra potencia. Desde el comienzo de nuestra existencia somos necesariamente colmados de afecciones pasi· vas; estamos separados de lo que podemos, de nuestra potencia de actuar. Pero ... no sabemos aún cómo llegaremos a producir afecciones activas. Y sin embargo, la potencia de actuar es la única forma real, positiva y afirmativa de un poder de ser afee· tado.- Mientras nuestro poder de ser afectados se halle colmado por afecciones pasivas, está reducido a su mínimo y manifiesta solamente nuestra finitud o nuestra limitación ... No sabemos cuál es esa potencia de actuar, ni cómo adquirirla o reencontrarla. Y sin duda no lo sabremos jamás si no intentamos con· cretamente llegar a ser activos.''
¿Cómo intentar concretamente llegar a ser activos? He aquí
un problema ético y estético a la vez. Nietzsche nos da herra
mientas para enfrentarlo. Para Nietzsche el cuerpo es un campo
de fuerzas. El cuerpo es un medio nutritivo disputado por una
pluralidad de fuerzas. Recorrer la masa cambiante de un cuer
po nos parece un juego interminable. A cada instante, debido a
la relación entre fuerzas, nuevos rasgos se crean, nuevas inten
sidades se captan. En este sentido, Nietzsche define el c~~~P?
4 Gilles Deleuze, Spinoza y el problema de la expresión, Muchnik, Barcelona, 1975, p. 208 .
' Ibídem, p. 209. ' Ibídem, p. 216.
39
Fr.)~t,-<>·-
expresión y vida pv-.i.ctk;.s tK t;. tliftv-tKciA
f ('1 f" !' 'ít~ r.f' 1 -{~--
' ( r ; ;
como el resultado de la relación entre fuerzas activas y fuerzas
reactivas, fuerzas afirmativas y fuerzas negativas en relación
con la vida.
El cuerpo es una masa que varía a medida que es atravesa
do por diferentes fuerzas que se efectúan y se relacionan afec
tándolo: cada relación de fuerzas introduce sobre la textura
infinita del cuerpo ciertos gestos, ciertos rasgos, ciertas zonas
de intensidad. A medida que las relaciones varían, la textura del
cuerpo sufre ella misma deformaciones y transformaciones que
la hacen diferenciarse cada vez más de la textura procedente,
hasta crear una nueva textura, con nuevos rasgos y gestos, que
conformarán un nuevo cuerpo.
J Desde que nace, el cuerpo es marcado por diferentes fuerzas
culturales. Fuerzas que nos imponen modelos, códigos, formas,
__,... '.J ,' · ' () 't" ~ impidiéndonos con ello experimentar lo que puede nuestro
cuerpo, ya que separan al cuerpo de su poder afirmativo (afir
mación del deseo vital de crear) y le exigen plegarse a formas de
sentir y de pensar preestablecidas culturalmente. El cuerpo,
como esa masa dúctil, maleable, como esa multiplicidad de
intensidades gestuales, es capturado en una identidad, se con-
\ ~' (
r
40
vierte en un sólido, con un rostro, con una identidad y un com
, portamiento gestual estereotipado, homogeneizado. !--a fuerza
.. :, activa deviene reactiva. De la afirmación a la negación: el esta-r (•
· · do nihilista de nuestra cultura plantea de hecho ~a negación;
negar lo múltiple, negar lo que puede un cuerpo. Solo aceptar
la solidez del rostro, de la forma determinada. Sólo aceptar la
\e anestesia del cuerpo y la laminación de los cerebros.
Como escribe Deleuze en Nietzsche y la filosofía, "decir que
la negación ha dominado nuestro pensamiento, nuestras mane
ras de sentir y de valorar hasta el momento, es poca cosa. En
realidad, la negación es constitutiva del hombre, el mundo ente
ro se abisma y se enferma, la vida entera se deprecia, todo lo
conocido se desliza hacia su propia nada. Inversamente la afir
mación sólo se manifiesta por encima del hombre, fuera del
hombre, en lo que prod
que lleva consigd.
¿Qué puede un C\}~ nad;.por-est~- nu-~~-trc .._____ ahora por fuerzas des
cuerpo del agotado, de
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encima pareciera que
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mos, pero ellos están •
Sin embargo, un Cl '--~
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guerra de cada cualc
lie-v"iiños dentro. Gúe ción de las fuerzas n1
cuerpo, desde lo má!
~~~ación de la· c'uÍñii Veamos cómo-le
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condujera a la victo~i
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los valores, convertí.
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mación. Y jamás la 1
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- Deleuze, Nietzsche y la f ' Ibídem, p. 238.
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· fuerzas negativas en relación
·aría a medida que es atravesa
: efectúan y se relacionan afec
~s introduce sobre la textura
•S, ciertos rasgos, ciertas zonas
relaciones varían, la textura del
tciones y transformaciones que
más de la textura procedente,
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marcado por diferentes fuerzas
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o de su poder afirmativo (afir
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mede un cuerpo. Solo aceptar
l determinada. Sólo aceptar la
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el momento, es poca cosa. En
.va del hombre, el mundo ente
da entera se deprecia, todo lo
>ia nada. Inversamente la afir
:ncima del hombre, fuera del
hombre, en lo que produce de sobrehumano, en lo desconocido
que lleva consigo~.
{gué puede un cuerpo marcado por el nihilismo? Puede la
nada. Por e~to nuestros cuerpos están marcados hoy, aquí y '--··· ahora por fuerzas destructivas que precipitan la nada. Es el
cuerpo del agotado, del anestesiado, del que mata a sangre fría.
Es el último de los hombres, el que por más que tenga la guerra
encima pareciera que no la sintiera. Como le dijo Artaud a
Ana1s Nin luego de haber sido rechazado por el público de la
Sorbona al presentar El teatro y la peste: "ellos no se dan cuen
ta que están muertos, yo les mostré la agonía de los que vivi
mos, pero ellos están muertos y no pudieron sentirla".
. '1 '/
r 1 ¡'t.- - \
Sin embargo, un cuerpo marcado por d nihilismo Ql!~d~_ tam
bién autodestruir su propia negatividad. Como dice Deleuze,
guerra de cada cual contra sí mismo, contra el yo-fascista que
lk~-imos dentro. Guerra molecular que implica la autodestruc-,
ción de las fuerzas negativas. Intentar concretamente desde er"'
cu~rpo, desde lo más cotidian~~;}-d-~~~.!1~;-~~tivo: un~ trans
mutación de la cultura.
1.!. <"
Veamos cómo lo explica filosóficamente Gilles Deleuze:
uas fuerzas reactivas-supieron hallar por su cuenta el aliado que las
condujera a la victoria: .d nihilismO>) lo negativo, el poder de negar,
la voluntad de la nada que forma un devenir reactivo universal.
Separadas del poder de afirmar, las fuerzas activas por sí solas no
pueden hacer nada excepto convertirse a su vez en reactivas o vol
verse contra sí mismas ... "El hombre superior, pretende invertir
los valores, convertir la reacción en acción. Zaratustra habla de
otra cosa: transmutar los valores, convertir la negación en afir
mación. Y jamás la reacción se convertirá en acción sin esta con- . ,
versión más profunda: la negación debe primero convertirse en
poder de afirmar"H.
- Deleuze, Nietzsche y la filosofía, op cit, p. 246. ' Ibídem, p. 238.
r-~- . r
41
42
expresión y vida pY".ícticAs ti{ lA ..liftY"tuiA
En esto consiste el ocaso del hombre que anuncia Zaratus
tra. Acá no se está planteando la extinción de la especie huma
na, sino el surgimiento del superhombre como existencia
liberada de la reactividad que afirma la vida en todo su espl~ndor. Pero para construir el superhombre tenemos que pasar_p_Qr
"el último hombre", el último producto del devenir reactivg qe
las fuerzas. Es el cuerpo agotado; el que está cansado de querer
y sólo quiere la nada. Y también, al lado del "último hombre"
está "el hombre que quiere perecer". El segundo, producto de
una selección que hace la vida, es el hombre de la destrucción
activa: quiere ser superado, va más allá de sus propios límites,
autodestruye su propia negatividad. "La destrucción activa significa: el punto, el momento de
transmutación en la voluntad de nada ... En la transmutación no
se trata de una simple sustitución, sino de una conversión. Es al
pasar por el 'último hombre', pero yendo más allá que el nihilis
mo encuentra su fin: en el hombre que quiere perecer, que quiere
ser superado" 9• La transmutación se produce, la negatividad se
niega ella misma: "la negación sacrifica las fuerzas reactivas al
convertirse en despiadada destrucción de todo lo que presenta
caracteres degenerados y parasitarios al pasar al servicio de un
excedente de vida. Sólo así la negación encuentra su fin" 10•
Cuando la negación se transmuta en afirmación, el cuerpo
del agotado se transmuta, vive la crueldad: agotado de nada
autodestruye la nada y cambia de dimensión perceptiva: devie
ne activo, afirmativo. Y es aquí en donde la idea_ ?e "parar el
~undo" que propone Castaneda se hace necesaria. Es como si_
el cuerpo tuviera que pasar por un afuera para volver transmu
tado. qtvidarse de su historia personal, de su identidad,-~ sus_
rutinas, para asumir los personajes que la vida le asigne. Aquí
desaparece toda subjetividad y se construyen más bien mo~os
' Ibídem, p. 244. w Ibídem, p. 245.
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de existencia, subjetivaci<
~ste~;~ct6;~ ~~-~~~~ ñen activos. Ellos seresi~
sino como la vid::¡ mism¡u
más allá de toda subjetiy1
la resistencia en donde los
den. Y es aquí donde se
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ble? E~i punto de-trañ~i ;-transmutan en fuerzas
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de la vida. El ánima que e
lismo encuentra su fin cu
;¡conocer lo -que _imed~ -- ~ ·----- ---··
mente, construyendo nu~
CAPÍTULO 11
Historias de cuerpos
El cuerpo siempre ha "-- - - . .--.~·
nes; en toda sociedad, el
de poderes muy ceñido;
interdicciones, obligaci~ En su libro Vigilar y .
que el poder es una fu~
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comienza siendo active
cuando se dedica, no a e
poder, es decir, la poter
pensar el poder com~~
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e que anuncia Zaratus
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ICUentra SU fin" 10•
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lsión perceptiva: devie
~la idea_~e "parar el
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ruyen más bien modos ------
~ de existencia, subjetivaciones nómades en donde los cuerpos
;i~~~n y actúan en un ~fuera del control. Acá los cuerpos devie
nen activos. Ellos se resisten a morir, pero no como individuos,
/ ·I.•L"- .. ·''
1 ' •( t -sino como la vid~ misma que se resiste, que acecha, que exp ora ~ · , ,
más allá de toda subjetividad_ y se vuelve creativa. Tal vez es en ,
la resistencia en donde los cu~rpos empiezan a saber lo que pue- .~(· 1 ¡ < , :-- ,
den. Y es aquí donde se produce el despertar como aconteci- · c.r • ··o miento sensible. ~ < • ~-,
o • ~. ••
¿En qué consiste el despertar como acontecimiento sensi-
ble? E~l punto de transmutación, donde las fuerzas negativas
;·transmutan en fuerzas afirmativas. En ese instante, el cuerpo
a~~stesiado por la negatividad se despierta y capta elesplendor
de la vida. El ánima que estaba dormida es despertada.~! n!~i
lismo encuentra su fin cuando el cuerpo que se resiste empieza
~éonocer lo que _puede y hace el intento de actuar afirmativa
mente, constr:rend~ nuevas realidades.
CAPÍTULO 11
Historias de cuerpos_
El cuerpo siempre ha sido objeto de intereses y manipulacio
nes; en toda sociedad, el cuerpo queda suspendido en el interior
de poderes muy ceñidos que le imponen formas, coacciones,
interdicciones, obligaciones, códigos de comportamiento, etc. ~\
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En su libro Vigilar y castigar, Michel Foucault nos recuerda
que el poder es una fuerza primaria activa; es lo que pueden los ,
cuerpos a nivel de su poder de afección. El saber también
comienza siendo activo, pero puede convertirse en reactivo
cuando se dedica, no a crear, sino a controlar desde la forma el
poder, es decir, la potencia de los cuerpos. Por esto, más ql1e pensar el poder como una forma (la forma-Estado, la forma
Iglesia), es necesario entender que el poder es prim~riamente
una relación de fuerzas, "una acción sobre la acción, un con-
-r -' .. r f•Y" \• . - ' - -'-'
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expresión y vida pv-Actic;,s tK l;. d.iftv-t~<.eiA
junto de acciones sobre las acciones posibles" 11• De ahí se deri
van las tres grandes tesis de Foucault sobre el poder: 1. El poder ~-·- ......
no es esencialmente represivo (porque también suscita, produ-
v ce, se ejerce, afecta, etc.). 2. El poder se ejerce antes de poseer
lo, en una forma determinable por ejemplo, en las clases
sociales, y en forma determinada, por ejemplo, en el Estado. 3.
El poder se ejerce tanto sobre 'los dominados como sobre los
dominantes (porque pasa por todas las fuerzas en relación)12•
En este segundo punto mostraremos a través de tres histo-1".,.
lj- . , ·, \" ( rias de cuerpos, tres ejercicios diferentes de pode_r que se_~an
-~ _ ; dado en la cultura occidental y que corresponden exactamente •• • .
1 ' , . 'ca~ el saber de una época. A partir de estas tres historias, ~a da
/ '
44
cual puede ubicar su historia personal como a bien tenga: puede
ubicarse en el mundo de la Inquisición y la brujería; o puede ubi
carse en el mundo de los cuerpos dóciles y disciE_U~ados ~e~l~ Modernidad; o puede ubicarse en el mundo del biopoder con
temporáneo con sus desplazamientos de razas, sus extinc_iones
de especies, sus manipulaciones genéticas y sus genocidios
indiscriminados.
Primera historia
El cuerpo se semeja
Michel Foucault, en Las palabras y las cosas nos dice que
hasta finales del siglo XVI, la semejanza primó como modo de
pensar y de sentir y jugó un papel constitutivo en el saber occi
dental. Semejanza es ante todo amistad, consonancia entre las
cosas del mundo y entre éstas y el lenguaje que las enuncia.
Semejanza es continuidad entre lo divino y lo humano, y de lo
humano con lo natural, de manera que el mundo se ofrece
" Deleuze, Foucault, op cit., p. 77. " Ibídem, p. 78.
como un círculo cerrado
manentemente la obra d
que la semejanza se exprt
forman un tejido muy rit
Tales figuras son por e1 continuidad, la proporc antagonismo, la antipat la misma trama del per del mundo se conciben medio de fuerzas de apr
En este largo períod1
hasta finales del siglo X, naturaleza y el cosmos
divinas, creando de esta
rentes seres se ajustan ur
con las bestias, la tierra <
le rodea" 14•
Por esto, la concepci
~~l,y no. ~isconti~u~~ mente hacia el siglo )
relaciones mutuas la uni<
ses múltiples de la Antigi
demonio). L.os cuerpos __ :
que son quienes determ~
La danza del fuego o •
Es propio del mago p
La acción mágica consü
11 Edgar Garaviro, Escritos escog¡ " Michel Foucault, Las palabras
;ibles" 11• De ahí se deri
lre el poder: l. El poder ~-~- -..
ambién suscita, produ
~ferce a!_ltes de poseer
:jemplo, en las clases
emplo, en el Estado. 3.
1nados como sobre los
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i a través de tres histo
:s de poder que se ~an
espondeo exactame11:te
;tas tres historias, cada
moa bien tenga: puede
a brujería; o puede ubi
s y disciplinad~s de~!? ndo del biopoder con
_razas, sus extinciones
icas y sus genocidios
'as cosas nos dice que
primó como modo de
utivo en el saber occi
consonancia entre las
uaje que las enuncia.
'y lo humano, y de lo
: el mundo se ofrece
como un círculo cerrado aunque dinámico en el cual se lee per
manentemente la obra divina de la creación. Foucault señala
que la semejanza se expresa por medio de múltiples figuras que
forman un tejido muy rico q~e da consistencia al saber.
Tales figuras.son por ejemplo la amistad, la consonancia, la continuidad, la proporción, la similitud. Otras figuras como el antagonismo, la antipatía, la emulación, pertenecen también a la misma trama del pensar de la semejanza, ya que las cosas del mundo se conciben a partir del equilibrio obtenido por medio de fuerzas de aproximación y distanciamiento. 11
En este largo período de tiempo que va de la Antigüedad
hasta finales del siglo XVI, el hombre se ocupó por conocer la
1 '.
naturaleza y el cosmos desde su continuidad con las fuerzas ·'
divinas, creando de esta manera una amplia sintaxis: "los dife-
rentes seres se ajustan unos a otros: los planetas se comunican
con las bestias, la tierra con el mar, el hombre con todo lo que
le rodea" 14•
Por esto, la concepción del cuerpo es conjuntiva y relacio
~1,} n~ -~iscontirma ~ individual como se planteará posterior
mente hacia el siglo XVII. ~os cuerpos expresan en sus
relaciones mutuas la unidad con la divinidad (sea como los dio
ses múltiples de la Antigüedad, sea con el dios cristiano o con el
demonio). Los cuerpos son poseídos por esas fuerzas divinas }
que son quienes determinan su acción.
La danza del fuego o el martillo de las brujas
Es propio del mago poseer y desplegar el arte del simulacro.
La acción mágica consiste no solamente en hacer perder a la
" Edgar Garavito, Escritos escogidos, U. Nacional, Medellín, 1999, p. 84. " Michel Foucault, Las palabras y las cosas, Siglo XXI, México, 1978, p. 30.
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tplo, en el Estado. 3. 1dos como sobre los
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: cosas nos dice que
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'nsonancia entre las
.je que las enuncia.
lo humano, y de lo
:1 mundo se ofrece
como un círculo cerrado aunque dinámico en el cual se lee per
manentemente la obra divina de la creación. Foucault señala
que la semejanza se expresa por medio de múltiples figuras que
forman un tejido muy rico que da consistencia al saber.
Tales figuras son por ejemplo la amistad, la consonancia, la continuidad, la proporción, la similitud. Otras figuras como el antagonismo, la antipatía, la emulación, pertenecen también a la misma trama del pensar de la semejanza, ya que las cosas del mundo se conciben a partir del equilibrio obtenido por medio de fuerzas de aproximación y distanciamiento. Ll
/ '.:
En este largo período de tiempo que va de la Antigüedad
hasta finales del siglo XVI, el hombre se ocupó por conocer la
naturaleza y el cosmos desde su continuidad con las fuerzas
divinas, creando de esta manera una amplia sintaxis: "los dife
rentes seres se ajustan unos a otros: los planetas se comunican
con las bestias, la tierra con el mar, el hombre con todo lo que
le rodea" 14•
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Por esto, la concepción del cuerpo es conjuntiva y relacio
nal, y no discontinua e individual como se planteará posterior-...__... _____ - ----- --- ---- ----- --- -- - . .
mente hacia el siglo XVII. ~os cuerpos expre~an en sus
relaciones mutuas la unidad con la divinidad (sea como los dio
ses múltiples de la Antigüedad, sea con el dios cristiano o con el
demonio). Lps cuerpos son poseídos por esas fuerzas divinas}
que son quienes determinan su acción.
La danza del fuego o el martillo de las brujas
Es propio del mago poseer y desplegar el arte del simulacro.
La acción mágica consiste no solamente en hacer perder a la
" Edgar Garavito, Escritos escogidos, U. Nacional, Medellín, 1999, p. 84. " Michel Foucault, Las palabras y las cosas, Siglo XXI, México, 1978, p. 30.
1).
\.)
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46
expresión y vida pv-ÁcticAs tl1. lA .,\ifuti1.CiA
forma sus proporciones exactas, sino introducir un vasto paisa
je de artificios en donde ninguna imagen corresponderá exacta
mente ni a un modelo ni a una copia. Podemos decir en este
sentido, que el poder demoníaco que se le atribuye consiste fun
damentalmente en ser creadora de realidades, es decir, en tener
el poder de producir forzamientos sobre la forma.
La Iglesia del siglo XIII, habiendo retomado y acu_I.TI_~lado partes de la filosofía platónica y aristotélica, nos presen~a ,una
estética a seguir: la estética del modeló' y la copia extraída del
platorlismo. El modelo es la idea de la cosa en tanto que idea, la
copia es la imagen que intenta repetir fielmente la idea, es "el
segundo objeto parecido, copiado sobre el verdadero" 15•
Como dice Edgar Garavito
Para Platón, todo_ser q~e nace recibe una forma qli~- .e.~i~te anteriormente a su na~imiento como ser. En este sentido, !10
hay para Platón un nacimiento aislado sino que se nac~_Qarecido a algo ya existente. Tal es el primer momento en la vida de un ser, el momento en que se recibe la forma preexistente. Por esto nacer es en realidad ca-nacer, es decir, comenzar a participar de la forma. El segundo momento en la vida de un ser es, sin embargo, llegar a ser parecido a algún ser del Universo y llegar a conocer ese parecido. 16 El "conócete a ti mismo: recuerda" de Sócrates, nos plantea enigmáticamente este problema: es necesano recordar el modelo ideal para conocerse a sí
m1smo.
]:.n el caso del cristianismo, cuando decimos "Dios no_s <::r..e2 a
su imagen y semejanza", estamos respondiendo exactamente a la ,_ - " -- -- --
relación modelo-copia: la identidad suprema original es_QiQ.~;
/X para salvarnos debemos parecernos a_I;,l, imitar y ext:_ae~ del
modelo divino lo esencial. Aquel que se escapa de la relación - ~ ' .
modelo-copia introduciendo anomalías en la forma, es acusado
" Platón, Le Sophiste, París, Societé d'édition "Les Belles lettres", París, 1969. 1
" Garavito, op cit., p. 81.
YJ~~3~i~o !?~~!:~~:sil divergencia fundamental e
de todo problema político
~~~teó abiertamt:~
r.~2.~ _cuerpos q'\1~ s~_r_esi En efecto, la primera
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tido divergente a las cosa Uni~er~af;--~~~ q~is-~dc t~~~- orgánico que la
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El suplicio fue el te:
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1- Institorialis, Sprengler, Marteas
introducir un vasto paisa
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se le atribuye consiste fun
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o retomado y acunmlado
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cosa en tanto que idea, la
r fielmente la idea, es "el
Jre el verdadero" 11•
'S !lna forma qq~ -~~ige _§~r. En este sentido, no 1 sino que se nac~parecir momento en la vida de forma preexistente. Por
lecir, comenzar a partici-1 en la vida de un ser es, ún ser del Universo y lletcete a ti mismo: recuercarnente este problema: al para conocerse a sí
decimos "Dios no_s q:_eQ a
ndiendo exactamente a la
1prema original es_QiQ.~;
Él, imitar y extE_aer del
se escapa de la relación
¡ ~n la forma, es acusado
elles lettres ", París, 1969.
y perseguido por la Iglesia. Es entonces evidente encontrar una
divergencia fundamental entre la bruja y el inquisidor: más allá
de todo problema político o moral, el hecho de la quema de bru
jas planteó abiertamente un ejercicio c!_e__pod~r -;~¡;¡:~[¿;cuerpos, ,.__..____ - - .. . .
y unos cuerpos que se resistieron a ese ejercicio de pod~r.
En efecto, la primera pregunta que se plantean los inquisi
dores en su manual general sobre brujería y magia diabólica
(Malleus Malleficarum) es sobre la posibilidad de que una cria
tura pueda ser cambiada o transformaaa por algu1eri -diferente ' a Dios. ¿Es lícito que un cuerpo se transforme, se deforme o se ....
metamorfosee en otros por su cuenta propia? Al respecto dice
el Malleus Malleficarum o Martillo de las Brujas: "aquél que
cree que una criatura puede ser transformada en mejor o en
peor, o transformada en otra especie o parecido por alguien
diferente a Dios es peor que un pagano o un infiel" 17•
Imitar la forma modelo, llegar a la perfección de la forma;
de esta manera la Iglesia trató de dominar los cuerpos, impo
niéndoles una sumisión total frente a los poderes sobrenatura
les. El crimen cometido por la bruja o el alquimista consistió
fundamentalmente en romper con la rigidez de la forma e intro
ducir la transmutación en los elementos y los cuerpos.]{ en sen- .
tido divergente a las cosas que marchan ordenadas por el Motor
Universal; esto quiso decir introducir anomalías en el vasto
tf!rr~no orgánico que la Iglesia pretendía controlar. El movi
miento celeste es entonces modificado. Los cuerpos se transfor
man y se metamorfosean misteriosamente, debido a poderes
ocultos que utilizan algunos humanos, que se atribuyen el
poder divino de la creación.
El suplicio fue el teatro donde se castigaban los cuerpos
irreverentes con el modelo ideal, llámese Dios, Rey, Iglesia.
Se trataba de un espectáculo en donde se buscaba llevar el'
cue~po a sus límites, para "purificarlo". De ahí la ceremonia
,- lnstitorialis, Sprengler, Marteau des Sorcieres, PLON, París, 1973, p. 136.
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48
expresión y vida pv-ÁcticAs tK lA .:\iftv-tKciA
previa a la acción del verdugo. De ahí todos los símbolos que
poblaban la realización del castigo: sea la quema de Juana de
Arco, sea la quema de Giordano Bruno (los dos condenados
como herejes); sea el desmembramiento de Damiens, condena
do como parricida por intentar asesinar al rey; sean las cabezas
de los Comuneros en Santander, puestas a la entrada de los pue
blos por los españoles como escarmiento a la colonia insurrec
ta. En todos los casos el suplicio intenta "enseñar" a la gente, a
través del terror, lo "que no se debe hacer". La enseñanza entra,
·. no a través de la razón, sino a través de grados e intensidades
de dolor. El supliciado es el escenario del ejercicio de la violencia;
él encarna los pecados y a través de su carne deberá enmendarlos
simbólicamente. Los espectadores, por su parte, al participar del
espectáculo (casi siempre era obligación asistir), se mimetizaban
con él, entran en los grados de dolor que contemplan y "la ense
ñanza" recibida entra, cual hierro candente, en todo el cuerpo social.
El escritor Moritz de finales del siglo XVIII describe cruda
mente: "el horror de un suplicio", cuando asiste a la ejecución
de cuatro hombres "exterminados y partidos en pedazos"; los
pedazos de esos hombres "tirados sobre la calle"; la certeza de
que este espectáculo nos concierne directamente, todos noso
tros somos esa carne tirada; el espectador ya está dentro del
espectáculo "masa de carne ambulante". Desde ahí, la idea
vívida de que los animales mismos son el hombre, y que todos
nosotros somos el criminal o la bestia. Y entonces, la fascina
ción por el animal que muere (una vaca, la cabeza, los ojos, las - ) ¡~ pezunas... .
" Gillez Deleuze, Logique de la Sensation, La Différence, Francia, 1981, p. 21.
Segunda historh
El cuerpo se repre!
En el siglo XVII
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Al respecto dice Edg
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Representar es Cl
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1, la cabeza, los ojos, las
nce, Francia, 1981, p. 21.
Segunda historia
El cuerpo se representa
A.~ el siglo XVII, nos dice Foucault, la manera de pensar y
de sentir del hombre europeo se vuelve representativa. Surge
entonces una nueva manera de conocer el mundo que ya no
parte de la relación de seme¡'anza con las fuerzas divinas, sino
de la relación del individuo con el pienso, con la subjetividad.
Al respecto dice Edgar Garavito:
El pensar de la semejanza es señalado por Descartes como una mezcla confusa, sin reglas ni orden. Entonces Descartes lanza el grito filosófico que inaugura un nuevo modo de ser del pensamiento: De lo único que no puedo dudar es de estar pensando. Y si pienso, no puedo dudar que existo, luego soy una cosa que piensa ... Descartes fundamenta su discurso filosófico en el "yo pienso" y no en el cuerpo. El cuerpo está supeditado al pensamiento ... para Descartes el "pienso" es el límite interno del pensamiento, el cual no podría sustentarse en cosas aún desconocidas como sería un cuerpo ... La filosofía cartesiana produce el divorcio entre el pienso y la cosa en sí, tal divorcio es lo que nos interesa particularmente en la consideración del pensar de la representación que estamos realizando'•.
Representar es cubrir por la vía del lenguaje la existencia de
las cosas. Se ha roto la relación de continuidad entre las pala
bras y las cosas que existía en el pensar de la semejanza. Ahora
la binaridad significante-significado, como forma del signo, ya
no designa una cosa exterior al lenguaje. Ya no hay esa perte
nencia del cuerpo con el lenguaje del mundo. Ahora el lengua
je habla de las cosas, habla del cuerpo, determina la existencia
misma del cuerpo. El cuerpo es lo indeterminado que va a ser
determinado desde el pienso, desde la razón, desde la ciencia.
" Garavito, op cit., p. 96.
49
50
expresión y vida pv-.i.GtiGA~ tK l;. .li{tv-tui;.
Esto se empieza a plantear desde el Renacimiento, en dife
rentes campos del saber, por ejemplo en la física con Copérni
co, en la pintura con Leonardo. La representación como modo
de conocer, de pensar y de sentir inaugura una nueva era: la era
Moderna, en donde la pregunta ya no es por las fuerzas sobre
naturales, sino por la certeza en el conocimiento humano. El
sujeto conoce al objeto desde· el pienso, desde la distancia,
desde el análisis. El cuerpo deviene objeto de conocimiento. Así
como las otras cosas del mundo, él también es clasificado, nom
brado, organizado. Se habla del cuerpo, pero lo que puede un
cuerpo ha sido silenciado y su poder de afección, sus fuerzas
serán dirigidas hacia el trabajo, hacia la producción. El cuerpo
moderno es un cuerpo dócil, disciplinado, ágil y eficaz para el
trabajo. Es el cuerpo que necesitaba el capitalismo en su perío
do industrial. Es el típico caso del cuerpo que no sabe lo que
puede, o que sólo cree que puede lo que le dice la medicina, la
familia, la escuela, la fábrica, etc.
Cuerpos dóciles
Segunda mitad del siglo XVII: el soldado se ha convertido en algo que se fabrica; de una pasta informe, de un cuerpo inepto, se ha hecho la máquina que se necesitaba; se han corregido poco a poco las posturas; lentamente una coacción calculada recorre cada parte del cuerpo, lo domina, pliega el conjunto, lo vuelve perpetuamente disponible y se prolonga en silencio, en el automatismo de los hábitos; en suma, se ha expulsado al campesino y se le ha dado "un aire de soldado"20
•
Hemos pasado del cuerpo dado por la naturaleza, al cuerpo
fabricado: se le trabajan sus partes, se le colocan prótesis, se le
impone un ritmo, una velocidad, una verticalidad, una actitud:
2" Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo XXI, México, 1976, p. 139.
"llevar la cabeza derech
var la espalda, no pone
osadamente a aquellos :
Se trata de fabricar
que tengan una acepta
trabajo. Desde la farnil
el hospital, en la fábri<
vigilancia y la sujeción
po; garantizar la sujeci
la máquina humana qu
Como dice Foucaul
El gran libro dell ~ mente sobre dos regís cartes había compues1 y los filósofos contir constituido por todo escolares, hospitalari< xivos para controlar ' momento hfstóncüQi un arte del cuerpo h vínculo, que en el m diente como más útil ca de las cohercion cuerpo, l11!:a ~~I!P~ gestost de s~s compo
La disciplina fabri
dos a un mismo tie~E: mía política;, que está
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elementales, en el esp~ tar y penitenciaria.
" Ibídem. 22 Ibídem, p.140.
desde el Renacimiento, en dife
iemplo en la física con Copérni
'· La representación como modo
ir inaugura una nueva era: la era
a ya no es por las fuerzas sobre
en el conocimiento humano. El
: el pienso, desde la distancia,
ene objeto de conocimiento. Así
•, él también es clasificado, nom
:1 cuerpo, pero lo que puede un
poder de afección, sus fuerzas
, hacia la producción. El cuerpo
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del cuerpo que no sabe lo que
de lo que le dice la medicina, la :c.
el soldado se ha convertido en l informe, de un cuerpo inepto, e necesitaba; se han corregido mente una coacción calculada ~domina, pliega el conjunto, lo : y se prolonga en silencio, en el suma, se ha expulsado al camle soldado"20
•
1do por la naturaleza, al cuerpo
tes, se le colocan prótesis, se le
, una verticalidad, una actitud:
10(], México, 1976, p. 139.
"llevar la cabeza derecha y alta; mantenerse erguido sin encor
var la espalda, no poner nunca los ojos en el suelo, sino mirar
osadamente a aquellos ante quienes pasan"21•
Se trata de fabricar autómatas, con movimientos eficaces , 1
que tengan una aceptable organización interna, útiles para el
t:_abajo. Desde la familia, luego en la escuela, en el ejército, en
el hospital, en la fábrica o en la prisión, lo que se busca es la
vigilancia y la sujeeión minuciosa de las operaciones del cuer
po; garantizar la sujeción constante d~~fuerzas para lograr
1~ máquina humana que trabaja, al tiempo que es dócil y útil.
Como dice Foucault en Vigilar y castigar,
El gran libro deli ~~I11~_re-~águrñ-~\ha sido escrito simultánea-mente sobre dos registros: el-ªnatomo~metafísic() del que Des-cartes había compuesto las primeras páginas y que los médicos
1 ;}
y los filósofos continuaron, y el técnico-político \que estuvo constituido por todo un conjunto de reglamentos militares, escolares, hospitalarios y por procedimientos empíricos y refle- ::¡ r ·? •• r--
xivos para controlar o corregir las operaciones del c~~rpo ... El -r ~· · momento hi~rÓ~éo de la disdpfiñ·a·e·s-ef'rñomento en que-nace un arte del cuerpo humano que tiende a la formación de un .; _ vínculo, que en el mismo mecanismo lo hace tanto más o be- r .-, diente como más útil y al revés ... Fórmase entonces una políti- - · ca de las coherciones que constituyen un trabajo sobre el cuerpo, ~na manipulación caJculada d~ __ su_s elementos, de sus gestos
1 de -sti'~ comportamie~toé. - -
La disciplina fabrica entonces cuerpos sometidos y ejercita
dos a un mismo tiempq. Esto es lo que llama Foucault["la anato-• ·- ;¡
mía política" que está diseminada en todo lo S<?cial: se encuentra
actuando en los colegios desde edad temprana, en las escuelas
elementales, en el espacio hospitalario y en la organización mili
tar y penitenciaria.
'' Ibídem. "Ibídem, p.l40.
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51
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52
. 1
expresión y vida pv-;kticA~ ttt lA vliftv-tttciA
Con el Panoptismo, Foucault nos presenta visualmente la
pura función disciplinaria. Desde el panóptico los cuerpos_so_n
. r vigilados, sea en la escuela, en la fábrica o en la PEisión. El
pa-nóptico es una máquina 'Pe disociar la pareja v~r-ser visto; en
el anillo periférico se es totalmente visto sin ver jamás; en la
torre central se ve todo sin ser jamás visto. Como dice Deleuze,
refiriéndose al panóptico: se impone una tarea o una conducta
a una multiplicidad de individuos bajo la sola condición de que
la multiplicidad seá poco numerosa, el espacio limitado y poco
extendido23•
Poco importa si es para educar, curar, castigar, hacer produ-r .. .,
cir. Tampoco importa si los cuerpos que se ubican en el espacio
circular (espacio para vigilar), son cuerpos de escolares, de
enfermos, de prisioneros o de obreros. Lo que interesa es que el
/ panÓptié~ los atraviesa a todos, cumpli~ndo la fun~-ió!l discipli-
' naria de vigilar.
\ 1
Nada de rejas, ni de cadenas, ni de cerraduras formidables; basta con que las separaciones sean definidas y las aberturas estén bien dispuestas. La pesada mole de las "viejas casas de seguridad" con su arquitectura de fortaleza puede ser sustituida por la geometría simple y económica de una casa de convicción ... quien está sometido a un campo de visibilidad y lo saqe; reproduce por su cuenta las coacciones del poder, las hace jugar espontáneamente sobre sí mismo; inscribe en sí mismo la relación de poder en la cual juega simultáneamente los dos papeles: se convierte en el principio de su propio sometimient?.24
, El poder de afectar y de ser afectado de los cuerpos, se vuel-. \
ve entonces contra sí mismo. Fuerza reactiva, fuerza pasiva,
fuerza del resentimiento y la mala conciencia. Es el cuerpo gris
de la Modernidad: cuerpo dócil, apto para trabajar en 11n
mundo en donde todavía era importante el trabajo, y por lo
tanto la vida de los cuerpos que trabajan.
21 Deleuze, Foucau/t, op cit., p. 79. " Foucault, Vigilar y castigar, op cit., p. 206.
Tercera historia
Los cuerpos se atomiz
Desde finales del si ..
pero también con la físi1 ---...._
del siglo XX, · l<l_C:~l!~ nueva imagen del cueq
ha sido llamada\ postm<
contemporaneidad po
embargo, trataremos '
debido aJ<!_ urg~ncia ~e N u estros cuerpos '
Como dic~dgar Gara
qu~s~ está p~ lalera de la relatividad
estar colocando "frentl
Y_é)._ no nos representam
lo que h_:3: pasado_es .9Ü.~ je. Los polos binarios s
La era actual restituye 1
ya no más un cerebro mundo, un cerebro-m advierte fácilmente si mundo que es lenguaje sica y moderna de la re guaje ha sido aband representación que de! objeto. Hoy el mundo guaje, y el lenguaje a s1
Hemos entrado en
dades absolutas se eva¡
lan los simulacros. "P:
o; Garavito, op cit., p. 260.
presenta visualmente la
nóptico los cuerpos son -- " .. __.- --
rica o en la prisión. El -....... -- --a pareja v~r-ser visto; en
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~to. Como dice Deleuze,
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la sola condición de que
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e se ubican en el espaci~ 1erpos de escolares, de
Lo que interesa es que el
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) de los cuerpos, se vuel--~--,
reactiva, fuerza pasiva,
:iencia. Es el cuerpo gris
:o para trabajar en un
nte el trabajo, y por lo
m. "
Tercera historia
Los cuerpos se atomizan
Desde finales del siglo XIX, con Nietzsche, con Bergson,
pero también con la físic~, con las artes y las nuevas tecnologías
del siglo XX, la cultura occidentaÍ viene construyendo una
nueva imagen del cuerpo y el pensamiento que riesgosamente
/
ha sido llamada~ postmoderna, Resulta difícil hablar de nuestra i ' ·
contemporaneidad porque estamos inmersos en ella. Sin
embargo, trataremos de asumir y sobrepasar tal dificultad,
debido a la urgencia de pensar nuestrp aquí y ahor.al. · ·
Nuestros cuerpos han abandonado la ley gravitacional.
Como dic~dgar Garavito)hay un paso del sólido al gaseoso
que se está proaucleñao en nuestra cultura. Hemos entrado en ~~ :. , la'era de la relatividad: Hemos abandonado la verticalidad, el
est~i colocando "frente a"' propio del mundo representativo.
Ya no nos representamos el cuerpo constru'yendo un lenguaje;
lo que ha pasado es que nuestro cuerpo se convirtió en lengua-
je. Los polos binarios sujeto-objeto se diluy_en_)
La era actual restituye la inmanencia de la conciencia y el mundo; ya no más un cerebro frente al mundo sino un cerebro que es el mundo, un cerebro-mundo. El concepto de cerebro-mundo se advierte fácilmente si se piensa que hoy se nace y se vive en un mundo que es lenguaje, con un cuerpo que es lenguaje; la idea clásica y moderna de la representación del mundo por medio del lenguaje ha sido abandonada. Se trata de un abandono de la representación que desde Descartes había escindido el sujeto del objeto. Hoy el mundo es la representación inmediata de un lenguaje, y el lenguaje a su vez, es el mundo.2
''
Hemos entrado en la era de la relatividad en donde las ver
dades absolutas se evaporan, los referentes se destituyen y pulu
lan los simulacros. "Para un cosmonauta todas las posiciones
" Garavito, op cit., p. 260.
53
54
expresión y vida pi"ÁcticAs t~ lA ,\iftl"t~ciA
son relativas. Y estaría perdido si juzga a partir de la posición
central, absoluta que es la Tierra. Hay una relatividad de la
posición en el cosmos: el plano experimental del viaje cósmico
relativiza al máximo las posiciones del que conoce" 26 • Los cuer
pos han abandonado fa pesadez del sólido, su forma esrablc, > tienden a volverse inmateriale~, pura fuerza, energía, calor, luz,
velocidad. Por ejemplo, la voz se atomiza con los sonidos elec
tro-acústicos. Con el video, la imagen del cuerpo aparece ato
mizada, constituida por granulaciones luminosas que se
mueven. Los simulacros escapan a esa gravedad y suben a la
superficie como sombras y luces que se alternan. "He aquí que
ahora todo sube a la superficie. Ya no se trata simplemente de
simulacros que se esconden en el fondo y se insinúan por todas
partes. Lo ilimitado, lo múltiple sube a la superficie. Los simu
lacros han dejado de ser esos rebeldes subterráneos; ahora, en
lo cotidiano, ellos hacen valer sus efectos: efectos sonoros, efec
tos ópticos, efectos de lenguaje" 2-. Entramos entonces en la era
del Falsario que anuncia Nietzsche, que define Deleuze:
Un falsario no es alguien que está en el error sino aquél que escapa de la dicotomía verdad-error. Se llama verdad la distinción entre lo real y lo imaginario. La verdad y el error dependen de una forma que se piensa universal, necesaria y válida en todos los casos. Se llama en cambio falso lo que escapa de la dicotomía verdad-error, lo que vuelve indiscernible lo real y
lo imaginario. La verdad y el error dependen de una voluntad de verdad mientras que lo falso está impulsado por una voluntad de potencia. Lo falso se define desde la filosofía como aquello que no depende de una forma y un modelo. Lo falso no tiene forma; es más bien aquello que vive en permanente transformación. 2'
'' Ibídem, p. 260. ,- Gilles Deleuze, Logique du Sens, Minuit, París, p. 17.
" Cursos de Gilles Deleuze sobre la imagen directa del tiempo y citados por Edgar Garavito, op cit., p. 264.
Como dice Virili
locamiento del punt1
entorno: jugamos en
·"siias categorías ae pon¡ue e~' ,.:ar-d\.."t't.T &J
luz y sobre todo a su
Nuestro cuerpo y
modelo o referente id
po disciplinado, taml
"útil a la sociedad", ,
criminada de desemi
trabajo). Hemos per
pero tampoco creem<
mo de la enfermedad
es un cuerpo fatigado
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que puede, su negativ
bres", es la cultura li¡¡, y de pensar. De ahí el
pensar, no puedo sen
dos. Hay una potenc.
despertar: "Soy Anto
veréis mi cuerpo actu
múltiples formas. Un ,
Los poderes políti1
poder soberano que d do los cuerpos atental
del Estado burgués q
los individuos para OJ
recer. Ahora, el poder
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iza con los sonidos elec
del cuerpo aparece ato
nes luminosas que se
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se trata simplemente de , y se insinúan por todas
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subterráneos; ahora, en
::>s: efectos sonoros, efec
~amos entonces en la era
e define Deleuze:
el error sino aquél que :llama verdad la distinerdad y el error depenrsal, necesaria y válida 1 falso lo que escapa de •e indiscernible lo real y ~enden de una voluntad pulsado por una volunlesde la filosofía como 1 y un modelo. Lo falso ¡ue vive en permanente
17. i del tiempo y citados por Edgar
Como dice Virilio en La máquina de visión, vivimos un dis
locamiento del punto de vista, una división de la percepción del \.
entorno: jugamos entre lo actual y lo virtual, nos desdoblamos.
:"SiTaS categorías de espacio y tiempo se han vuelto relativas es
porque el carácter absoluto se ha desplazado de la materia a la
luz y sobre todo a su velocidad límite" 29•
Nuestro cuerpo ya no busca semejarse a Dios (pérdida del
modelo o referente ideal). Si bien es cierto que tenemos un cuer
po disciplinado, también es cierto que el individuo trabajador,
"útil a la sociedad", está siendo atomizado en una masa indis
criminada de desempleados (pérdida del referente material: el
trabajo). Hemos perdido nuestra relación con la naturaleza;
pero tampoco creemos en la cultura ya que ésta sólo es sinóni
mo de la enfermedad que nos acosa. El cuerpo contemporáneo
es un cuerpo fatigado que ya no tiene referentes divinos ni mate
riales. Es un cuerpo que está frente a su propia nada: no sabe lo
que puede, su negatividad es extrema; es el "último de los hom
bres", es la cultura light que anestesia toda posibilidad de sentir
y de pensar. De ahí el grito de resistencia de Artaud: no puedo
pensar, no puedo sentir. Estamos dormidos, estamos paraliza
dos. Hay una potencia dormida en el cuerpo que es necesario
despertar: "Soy Antonin Artaud, y si lo digo como sé decirlo,
veréis mi cuerpo actual saltar en mil pedazos, y confundirse en
múltiples formas. Un cuerpo que no podréis olvidar jamás".
Los poderes políticos también tienden a atomizarse: tanto el
poder soberano que disponía de la vida dando la muerte cuan
do los cuerpos atentaban contra el modelo ideal; como el poder
del Estado burgués que vigilaba y disciplinaba los cuerpos de
los individuos para optimizar su producción, tienden a desapa
recer. Ahora, el poder político también se atomiza. Como dice
Lyotard en La condición postmoderna, el Estado mismo empie
za a aparecer como un factor de opacidad y de "ruido" frente a
'' Paul Virilio, La máquina de visión, Cátedra, Madrid, 1989, p. 92.
55
56
,r"
expresión y vida py-,i.dicAs tK 1;. J.iftV"tKciA
las grandes multinacionales que son quienes en realidad poseen
el poder. Se trata de un poder internacional, totalitario, un
poder que ya no se puede ubicar dentro del panorama moder
no de las naciones10, y lo que se ejerce es el biopoder o control
sobre la vida. Cada centín:tetro de la tierra está controlado por
satélites. Cada cuerpo está computarizado, convertido en códi
go: cada pattícula del cuerpo puede ser captada por la técnica
médica contemporánea, e intervenida, bien sea para dar vida,
bien sea para dar muerte.
Poblaciones controladas
Michel Foucault nos dice en la Genealogía del racismo que
uno de los fenómenos fundamentales del siglo XIX es qu~_ el
poder se hizo cargo de la vida. Se trata de una toma de poder
sobre el hombre en tanto que ser viviente, es decir, una especie
de primacía de lo biológico como ejercicio de poder. Ya en los
siglos XVII y XVIII se ven aparecer técnicas de poder centradas
especialmente en el cuerpo individual, ejemplo de ello es el
panóptico. Aparecen pues técnicas gracias a las cuales se cuida
ba a los cuerpos y se procuraba aumentar su fuerza útil a travé~ del trabajo, el adiestramiento, etc. ~ero desde finales del siglo
XVIII aparece una tecnología no disciplinaria del poder. A dife-
, rencia de la disciplin~ ·que penetra en el cuerpo, la nueva técnica
de poder no disciplinaria se aplica a la vida, en último término
apresa al "hombre espíritu". Tras una primera toma de poder
sobre el cuerpo que se efectuó siguiendo el modelo de la indivi-
. ~-llalización,-ienemos una segunda toma de poder que procede
en el sentido de la masificacióm Se efectúa no en dirección al
hombre-cuerpo, sino en dire<:_c~ón al hombre-especie. Tras la
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"' Jean Franc;ois Lyotard, J2l condición postmoderna, Cátedra, Madrid, 1984, p. 18. ,(
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Madrid, 1984, p. 18.
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XVIII, a finales de ese mismo siglo se ve aparecer algo que ya.:.
no es una anatomo-política del cuerJ?O humano, sino algo que
yo llamaría unalpiopolítica de la especie humana31;
De ahí que la medicina va a ser uno de los ejercicios de
poder privilegiados, ya que siempre está presente en "el hacer ' ~- - - '.. . . '
vivir y en el dejar morir". Problemas de la vejez, de la invali~ez, de las 'enfermedades, de las anomalí~s. La biopolítica se inven
tará mecanismos como la seguridad social, el ahorro, para
sufragar esa asistencia médica y económica en caso de impro
ductividad, enfermedad y muerte32•
La medicina tratará a toda costa de dominar la mortalidad. ~ -~ .,_ .. - - .------- -- _,.___ ' -· .
Como dice Foucault, hay una descalificación progresiva de la
muerte. La muerte es hoy algo que se evita, que se esconde, la'
cosa más privada y vergonzosa. La medicina prolonga la exis
tencia de los cuerpos muchas veces hasta el cansancio: se llega
al punto de hacer vivir los cuerpos incluso más allá del momen
to en que estarían biológicamente muertos. Esta prolongación
de la vida, más que la fecundidad, ha producido de hecho un
crecimiento demográfico extraordinario; tanto es así que en
poco tiempo se <!_ejó_~e_hablar en términos de indi.Y.üluos para
empezar a hablar en térmir10s de masa y poblaéión: ¿Qué es la población?. Son cuer·p;s~~o;i~~~-~~i;··q-~~- ·;par;~e- ~s un
----~----- ..
_Euev? cu___erp_o~!-ln_~~-e_~p_~~últ~ple1 CQJ)_UJ:!.a cantidad imm_rnera-ble de cabezas. Se trata de la noción de población acompañada ...._ __ -de la noción de masa"l3. Y si los cuerpos se atomizan convir-
tiéndose en población, así mismo la medicina también se atomi
za a través de los seguros médicos: las decisiones sobre la vida
y la muerte de un paciente ya no las toma un individuo, sino
una junta de médicos. La seguridad social se ha encargado de
atomizar la relación médico-paciente volviéndola impersonal,'
volátil, y siempre mediatizada por la técnica más sofisticada
" Michel Foucault, Genealogía del racismo, La Piqueta, Madrid, pp. 250-251.
" Ibídem, p. 253. " Ibídem, p. 254.
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58
expresión y vida pv-.i.cticAs tll. lA .:li{tv-t~l.ciA
que se encarga de desmaterializar el cuerpo, convirtiéndolo en -ondas luminosas o sonoras, pulsaciones que hacen visible lo
invisible del cuerpo, sin abrirlo. Ejemplo de ello son las radio
grafías, las ecografías, los rayos láser. Como dice Foucault: la
medicina es un poder-saber que actúa a un tiempo sobre el
cuerpo y sobre la población, sobre el organismo y los procesos
biológicos. En consecuencia, la medicina tendrá efectos discipli
narios y efectos de regulación a través de la norma. Aparece ---entonces la sociedad de normalización.
y ento,~ces F~ucault nos habla de una gran paradoja. La
gran paradoja del biopoder. Y es que así como ha sabido a tra
vés de la ciencia prolongar la vida, también puede arrebatárse
la a grandes masas de población en un instante. Es el poder
atómico, es la guerra, es el armamentismo.
Lo que hace que para el funcionamiento del poder político actual, el poder atómico sea una paradoja difícil de esquivar, si no totalmente inesquivable, está en que, en el poder de fabricar y utilizar la bomba atómica, está implícita no sólo la puesta en juego del poder soberano que mata, sino de un poder que es el de matar la vida misma. En consecuencia, de suprimirse a sí mismo como poder de asegurar la vida. De modo que, o tal poder es un poder soberano que utiliza la bomba atómica y entonces ya no puede ser un biopoder, es decir, ya no puede asegurar la vida como lo viene haciendo a partir del siglo
XIX.34
:~~P?.<tev aparece acá con sus dos c<~,ras:_por un lªg_q_0l
control masivo de lp~u::y~IJ>_9S_ p<l:ra __ ase~_l!!_'lr __ la_ vida; p.or: otro
lac!_o, el as~s-~nato en masa 4e -~!~~~~11es~_11ter~~- Y entonces, como dice Deleuze, mientras que legalmente se tiende a suprimir
la pena de muerte, se permiten las hecatombes y los genocidios
más grandes, a nombre de una raza, de un espacio vital, de las
condiciones de sobrevivencia de una población que se juzga
" Ibídem, p. 262.
mejor que otra y que t1
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Aparece entonces ----- ·-.- --- - -------
resuelve la paradoja: !
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CAPÍTULO 111
Crueldad y ados
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lombina y que difiere
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se con la simple vioh
Yo empleo la palab de rigor cósmico y 1
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mejor que otra y que trata a su enemigo como un agente tóxico
o infeccioso, una especie de peligro biológico15•
~pare~e entonces uf\ nuevo tipo de -raCisiñol:¡ue es quien
resuelve la paradoja: se hace vivir pero a la raza super_ior; por
-esto se suprimen las otras razas enemigas. Al respecto, dice
Foucault:
Donde haya una sociedad de normalización, donde haya un biopoder, el racismo resulta indispensable para poder condenar a alguien a muerte, para hacer morir a alguien. Desde el momento en que el Estado funciona sobre la base del biopoder, la función homicida del Estado mismo sólo puede ser asegurada por el racismo. De ahí que los Estados más homicidas son forzosamente los más racistas, como por ejemplo, el Estado nazi.3
•
CAPÍTULO 111
Crueldad y actos creadores
Artaud introduce en Europa, a mediados del siglo XX, el
concepto de crueldad, que tiene sus raíces en la América preco
lombina y que difiere de la conceptualización romana y cristia
na, ya que no está hablando ni de un despliegue sistemático del
horror, ni de una tendencia a hacer sufrir o hacer sangrar. En
síntesis, la crueldad en el sentido artaudiano no debe confundir
se con la simple violencia:
Yo empleo la palabra crueldad en el sentido de apetito de vida, de rigor cósmico y de necesidad implacable. El cuerpo y la vida misma sólo se definen por una especie de rigor cósmico, de crueldad que conduce las cosas hacia su fin ineluctable y las transforma. El esfuerzo es crueldad, la existencia por esfuerzo es crueldad. Toda transformación implica crueldad. Hay en el
"Deleuze, Foucault, op cit., p. 98. '' Foucault, Genealogía del racismo, op cit., p. 268.
59
60
expresión y vida pvActicAs tot lA tl.i{tvtotdA
fuego de vida, en la impulsión irracional de la vida, una especie de maldad inicial: el deseo de Eros es crueldad, la muerte es crueldad, la resurrección es crueldad, la transfiguración es crueldad. Es con la crueldad que se coagulan las cosas, que se transforman los planos de lo creado.,-
En una primera aproximación, podemos definir crueldad .
como un forzamiento sobre el cuerpo de origen pulsional que lo
precipita más allá de sí mismo. El cuerpo es obligado a realizar
un gran esfuerzo por escapar de sí mismo, por escapar de
modelos, disciplinas, controles, organización de órganos ... etc.
El cuerpo hace un esfuerzo por desplegarse en lo que puede, por
abandonar sus límites y construir nuevas dimensiones vitales.
El teatro de la crueldad es un ceremonial, un ritual en donde
el cuerpo pone en escena la lucha entre las fuerzas reactivas y
las fuerzas activas; las fuerzas reactivas resisten al abandono del
cuerpo organizado, las fuerzas activas lo precipitan más allá de
sí mismo, buscando con el abandono del cuerpo organizado
una nueva vida. Artaud llama cuerpo sin órganos esa nueva
vida del cuerpo, liberada de la reactividad, de la parálisis.
El teatro de la crueldad es un ritual de pasaje: el cuerpo
pasa por un umbral en donde escapa del organismo y deviene
cuerpo sin órganos. Cuando Artaud es iniciado por los indios
tarahumara de México vive ese ritual de pasaje: "fue una
mañana de domingo cuando el anciano jefe indio vino a abrir
me la conciencia de ese otro cuerpo" 38• Este cuerpo no es ni
tuyo ni mío; no es femenino ni masculino. No es ni humano
ni animal. Todas las identidades son borradas, todas las binarie
dades son atravesadas por fuerzas, intensidades. En el cuerpo
sin órganos podemos encontrar intensidades femeninas, anima
les, vegetales, minerales, moleculares. En este cuerpo todo se
mezcla, todo penetra y todo es penetrado. Todo pasa y todo es
,- Antonin Artaud, Le Théatre et son Double. Gallimard, París, 1964, p. 159.
" Antonin Artaud, Los tarahumara, Tusquets, Barcelona, 1985, p. 18.
absorbido por él... En el teatr1
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Todo pasa y todo es
París, 1964, p. 159. 1985, p. 18.
absorbido por él... En el teatro de la crueldad el actor no repre
senta un personaje que posee sentimientos. El actor no represen
ta nada. El actor es un autómata de las fuerzas que atraviesan su
cuerpo. El actor presenta a través de gestos, de soplos, de un len
guaje físico, los diferentes estados del espíritu. Por ejemplo, los
balineses tienen gestos y una variedad de mímicas para todas
las circunstancias de la vida. El teat.ro balinés (teatro oriental)
nos da una lección de espiritualidad; vuelve denso el espacio
teatral, lleno de movimientos, jeroglíficos, colores, gestos que
presentan un combate de fuerzas, presentan el esfuerzo del
cuerpo por escapar de sí mismo. En este momento, año 2001, en este territorio, Colombia,
se hace cada vez más urgente pensar la crueldad, escribir desde
ella. "Nuestra Modernidad agoniza, nuestra Modernidad se
muere". Este es un grito que escuchamos a menudo en la actua
lidad. Estamos pasando vertiginosamente por una muerte de
los valores que nos identificaban, que nos daban seguridad con
sus límites: ".~o que Occidente había prometido a la humani- >
dad, la dirección de su destino mediante el conocimiento, la
:mancipación, la economía, la historia, no es ya creíble. El pro
yecto humanista creado en el Siglo de las Luces sólo provoca
hoy en día preguntas angustiosas más que respuestas"39
• Pasar
por la muerte de los valores de la Modernidad exige necesaria
mente una experiencia con la crueldad: en lo político, asistimos
al derrumbamiento de las ideologías: los ideales comunistas
caen igual que el muro que separaba Este de Oeste. Asistimos
también al fracaso de las promesas del capitalismo liberal: la ;.
poblaCión mundial está lejos de alcanzar las metas de progreso,
bienestar y desarrollo propias del proyecto humanista. Al res
pecto dice ~yotard en La condición postmoderna:
'" Modernes et aprés? Les Immateriaux. Libro colectivo bajo la dirección de Elie
Théofilakis, Autrement, París, 1985.
61
62
expresión y vida pv-ActicAs ttt lA i\iftl'ttteiA
El abismo entre el Tercer Mundo y los países desarrollados no cesa de crecer. El capitalismo liberal es creador de pobreza a escala planetaria. En este momento hay dos tercios de la humanidad que no están en posición ni material ni aún intelectualmente para participar en las decisiones de conjunto que conciernen a la humanidad entera.4
"
En la Segunda Guerra Mundial asistimos a un espectáculo
inaudito para el proyecto humanista del siglo XVIII: los cam
pos de concentración y la bomba atómica mostraron claramen
te que la tecnología y el progreso, el biopoder, construyó la
manera de acabar con grandes masas de población indefensa.
El progreso y la tecnología no sirvieron para suprimir la pobre
za pero sí para matar. Después de la Segunda Guerra Mundial,
después de Vietnam y la guerra del Golfo Pérsico, no podemos
estar seguros que nuestra especie sobrevivirá. Lo que constata
mos a diario es que a través de las guerras se promueve, en una
danza macabra de dinero y adquisición de tecnología de guerra,
el asesinato masivo. Y como dice Foucault "que quede bien
claro que cuando hablo de 'matar' no pienso simplemente en el
asesinato directo, sino en todo lo que puede ser muerte indirec
ta: el hecho de exponer a la muerte o de multiplicar para algu
nos el riesgo de muerte, o más simplemente, la muerte política:
la expulsión "41•
Ante esta situación, más que aspirar a la paz perpetua
hemos empezado a intuimos en la catástrofe. La catástrofe no
se refiere tan sólo a un cataclísmico fin del mundo; esa sería la
parte dramática. La catástrofe es actualmente existencial. Sin
embargo, al intuimos en la catástrofe, no caemos en el abati
miento y la angustia; la asumimos más bien afirmativamente,
como algo existencial que nos hace guerrear por la vida. Como
dicen Schérer y Hocquenghem, la melancolía de la catástrofe
"' Jean Fran<;ois Lyotard, Magazine Literaire. No. 225, diciembre 1985, p. 43. " Foucault, Genealogía del racismo, op cit., p. 266.
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a la paz perpetua
La catástrofe no
lucha contra esta desesperante determinación que acumula
cadáveres hasta el infinito42• Intuimos en la catástrofe quiere
decir que ya no vivimos proyectados hacia un futuro mejor; nos
sentimos más bien como absorbidos por un remolino cósmico
en donde la muerte es nuestra única compañera. "En un mundo
en donde la muerte es el cazador, no hay tiempo para lamentos
ni dudas. Sólo hay tiempo para decisiones" 43• En un planeta que
se convierte en desierto, en donde los ríos se secan o mueren
contaminados y los animales y las plantas se extinguen sólo hay
tiempo para la acción en y ante la catástrofe. Tal actitud es ética
y estética, y corresponde a la categoría del pesimismo activo.
Nuestra actualidad exige asumir frente al mundo una con-
dición guerrera, experimental. La guerra es crear nuevos valo
, res que afirmen la vida. Estamos obligados a experimentar con
~~uaciones inéditas. Por esto, la crueldad como problema deri
va en actos creadores. Tenemos que inventarnos las reglas del
jue~o, proponer y crear nuevas realidades. Por esto, la vida
tiende a parecerse a una práctica artística generalizada: el gue
rrero que ha pasado por la crueldad, es una creador de valores,
un artista que produce nuevas realidades y al hacerlo, produce
vida. _l-a guerra cruel consiste en crear estrategias para afirmar
la vida en un momento en el que existen las condiciones para
perecer a cada instante. Más allá de las ideologías, lo que inte
resa es la vida; después de todo, los ideales modernos sólo pro
dujeron un estado de nihilismo en donde la especie humana
construyó los medios para autodestruirse. La guerra cruel con
siste precisamente en luchar contra ese nihilismo reactivo que
sólo conduce a un querer: la auto-destrucción. Ese nihilismo
reactivo, diseminado en lo social, ha hecho posible un desarro
llo generalizado del fascismo, no sólo en los grupos así autode
nominados, sino en lo social, porque se manifiesta en todos
"Schérer-Hoquenghem, Alma atómica. Gedisa, Barcelona, 1987, p. 63. " Carlos Castaneda, Viaie a Ixtlán, Fondo de Cultura Económica, México, pp. 69-70.
63
64
expresión y vida p~'""-cticAs ti\ lA ,\ittl'"tttciA
nosotros, en lo más cotidiano. Se trata de una guerra molecular
que consiste en crear un modo de vida no fascista. Es el arte de
vivir por fuera de todas las formas de fascismo, construyendo
máquinas de creación. Más allá del nihilismo está la acción
guerrera de quien sabe que ya no hay tiempo para malgastar en
pequeñas mezquindades individuales. Más allá del fascismo
está el guerrero que sale de sí mismo para afirmar la vida en su
conjunto y vive afirmativamente la experiencia con la crueldad:
hace un esfuerzo enorme por transmutarse. Después de este largo análisis, ¿qué estrategias podemos
proponer para crear modos de existencia no fascistas? ¿Y cómo
hacerlo a partir del cuerpo? El cuerpo es sin lugar a dudas el
medio donde se ejercen todos los poderes y por esto mismo, es
el lugar privilegiado a través del cual se puede llegar a precipi
tar una trasmutación de los valores de nuestra cultura, es decir,
una destrucción a martillazos del yo fascista que existe en cada
uno de nosotros, controlando y anestesiando nuestra potencia
de vida. Por esto es con el cuerpo y desde el cuerpo que puede rea-
lizarse una transmutación. Porque más allá de las razones del
hombre, es la vida misma la que se resiste y nos enseña lo que
pueden nuestros cuerpos. Es una situación de guerra, estamos viviendo acontecimien-
tos inesperados, que rompen la linealidad de nuestra vida dia
ria y nos precipitan muchas veces al caos. El intento será no
dejarnos fulminar en esa condición de caos, sino conocer desde
ahí lo que puede nuestro cuerpo, cómo se resiste, cómo es capaz
de realizar hazañas inimaginables para sobrepasar lo insopor
table. El cuerpo deviene port_ª-QQJ _de_u_nª poética de la vida que
sobrepasa al hombre. Como dice Deleuze~ hacernos dignos de
la herida, hacernos dignos del aconteci_~iento que nos tocó
vivir. Porque ese acontecimiento que nos conduce al caos no
sólo es portador de desgracia sino también es portador de sen
tido, "que en todo acontecimiento haya mi desgracia", pero
taJDbién un
acontecimic ----el sentido, 1 ~
~ÍTULI
Prácticas
Tal vez
resistir, es <
cuerpo. La la muerte~
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de una guerra molecular
no fascista. Es el arte de
fascismo, construyendo
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Más allá del fascismo
para afirmar la vida en su
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y por esto mismo, es
se puede llegar a precipi-
y nos enseña lo que
se resiste, cómo es capaz
sobrepasar lo insopor
l!:::!"~~..,.,.,u,~a•..u. ..... vida que
nos conduce al caos no
bién es portador de sen
haya mi desgracia", pero
también un esplendor y un brillo::,...el sentido 'es el esplendor del
acontecimiento que seca la desgracia44• El cuerpo al encontrar
-----~--,
el sentido, halla su propia poética. ~-
CAPÍTULO IV
Prádicas de (r)existencia
Tal vez, cuando el sujeto es llevado al límite de lo que puede
resistir, es cuando empezamos a saber lo que realmente puede un
cuerpo. La guerra en Colombia nos notifica a cada instante que
la muerte es nuestra única compañera. Nuestros cuerpos enton
ces tienen que desplegar toda una maquinaria guerrera para
poder resistir, es decir, para poder seguir existiendo, incluso más
allá de nuestra historia personal, más allá de nuestros proyectos
y valores. Más allá de la imagen subjetiva que teníamos de no
sotros mismos, se despiertan en nuestros cuerpos toda una serie
de fuerzas, velocidades, ritmos que permanecían en potencia,
pero que nuestro propio yo se había encargado de anestesiar y
sojuzgar: acechar como animales, olfatear el peligro, visualizar
signos extraños y actuar. En suma, nuestros sentidos tienden a
agudizarse y nuestro cuerpo tiene que volverse el acechador que
intuye cuándo debe "abrirse", escaparse, desplazarse, exilarse,
o incluso desaparecer, volverse imperceptible. Pensemos en el
caso extremo de una masacre: allí no encontramos sujetos
humanos. Allí encontramos fuerzas, cuerpos que precipitan la
muerte y cuerpos que se resisten a morir realizando actos
inimaginables. Acá, no es el hombre con su subjetividad quien
se resiste; es la vida misma la que se resiste y nos muestra su
esplendor "más allá de nosotros mismos".
"Deleuze, Logique du Sens, op cit., p. 175 y ss.
65
66
Entonces desde el caos, desde las condiciones más catastró
ficas, los cuerpos se ven obligados a atravesar el límite, a entrar
en otras dimensiones que amplifican extraordinariamente su
poder de afección y su capacidad de percibir el mundo.
Aquí, el tiempo y el espacio oscilan, pasan de una condición
a otra. A nivel temporal, se hacen indiscernibles el pasado, el
presente y el futuro, porque ef sujeto no puede aceptar la pérdi
da del Gran Pref>ente que tenía y se niega a asumir como pasa
do lo que era, hasta el instante del acontecimiento-guerra, su
presente; el tiempo entonces se vuelve discontinuo. El cuerpo es
quien debe realizar un gran esfuerzo por atravesar esa discontinui
dad del tiempo, regresar de la muerte para construir una nueva
temporalidad. A nivel del espacio, lo que se vive es una des~rrito
rialización, un abandono del territorio que daba seguridad con
sus límites. Los cuerpos se ven obligados a abandonar su condi
ción sedentaria y nomadizarse; por fuera de la voluntad de un
sujeto, el cuerpo tiene que romper rutinas y costumbres y adaptar
se a las circunstancias.
Cuando la guerra marca un cuerpo, sea a través de la de
saparición, la muerte o la amenaza, desde ese instante, el cuer
po deja de ser quien era y entra performativamente en otra
condición. Por ejemplo, las personas que optan por el exilio,
asumen en otros países trabajos inimaginables en Colombia.
Otras personas, los desplazados, han tenido que ab<mdonar sus
tierras, su pueblo, sus animales y asumir la condición de eter
nos viajeros; extranjeros de su propio país, empiezan a ser tra
tados como desechables por una sociedad en crisis, llena de
miedos y mezquindades. En todos los casos, las desterritoriali
zación espacio-temporal es evidente. El secuestrado, por ejem
plo, al ser obligado a abandonar su territorio (relación con el
exterior), es paralelamente obligado a abandonarse a sí mismo
como sujeto (relación con el interior) y convertirse performati
vamente en una cosa, en objeto de intercambio material o polí
tico que depende exclusivamente de sus captores y de las
negociaciones. En otr
al pensar, determinab:
da por una sinrazón.
consiste en traspasar J
victorioso las de la
"buena salud", inclu
sinrazón esos cuerpc
violento. El sicario, I
que actúa sin reflexió
NN, no se sienten at
tienen historia pers<
destructivas abstract
ma, su lucha por la ·
muerte, hacia la des1
pósito de sus person:
llín: para ellos estar 1
muertos es un valor.
vida por vida". O <
morir mis amigos,
muerte tan de cerc2
mos que desde la sir
más constructivo, y:
lismo, en donde la!
extremo: aquí los e
truidos, o autodestr
mutan, y desde la
límite que vivimos 1
cia, trastocar la ex
marnos en creado1
poetas de la crueld:
par de sí mismos e<
dos. Como decía 1
" Gilles Deleuze, Critique " Alonso Salazar, No nac
:iones más catastró
ar el límite, a entrar
tordinariamente su
r el mundo.
1n de una condición
11ibles el pasado, el
de aceptar la pérdi
asumtr como pasa
:imiento-guerra, su
1tinuo. El cuerpo es
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Jandonar su condi-
la voluntad de un
;tumbres y adaptar-
a través de la de
e instante, el cuer
tivamente en otra
ptan por el exilio,
Jles en Colombia.
lUe abandonar sus
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en crisis, llena de
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~strado, por ejem
.o (relación con el
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~rtirse performati
io material o polí
:aptores y de las
negociaciones. En otras palabras, ya no somos los sujetos que '
al pensar, determinaban la existencia; ésta es hoy es determina
da por una sinrazón. Pero, el problema, como dice Deleuze no
consiste en traspasar las fronteras de la razón, sino en atravesar
victorioso las de la sinrazón: entonces, se puede hablar de
"buena salud", incluso si todo acaba mal45• Porque desde esa
sinrazón esos cuerpos se pueden volver lo más destructivo y
violento. El sicario, por ejemplo, es el ser de la violencia, por
q_ue actúa sin reflexión alguna, desde una apatía total: ellos son
NN, no se sienten autores ni responsables de lo que hacen, no
tienen historia personal, funcionan como agentes de fuerzas
destructivas abstractas. Determinado por la negatividad extre
ma, su lucha por la vida implica de hecho un camino hacia la
muerte, hacia la destrucción., Como dice Víctor Gaviria a pro
pósito de sus personajes extraídos de la dura realidad de Mede
llín: para ellos estar muertos es el mejor lugar. Piensan que estar
muertos es un valor. Como decía Mario, "nosotros cambiamos
vida por vida". O como decía El Alacrán, "sigo vivo viendo
morir mis amigos, viendo la muerte pasar; ¿será vida ver la
muerte tan de cerca o será muerte vivir tanto?" 46• Considera
mos que desde la sinrazón puede salir o lo más destructivo o lo
más constructivo, ya que estamos en el punto extremo del nihi
lismo, en donde las fuerzas negativas han llegado a su punto
extremo: aquí los cuerpos, o siguen destruyendo hasta ser des
truidos, o autodestruyen la negatividad que los define, se trans~
mutan, y desde la afirmación, construyen. Esta experiencia
límite que vivimos nos permite entonces, como acto de resisten
cia, trastocar la existencia en su conjunto: podemos transfor
marnos en creadores que inventan un pueblo que no existe;
poetas de la crueldad que realizan un esfuerzo enorme por esca
par de sí mismos construyendo modos de existencia transmuta
dos. Como decía un estudiante de artes de la Universidad de
"Gilles Deleuze, Critique et Clinique, Minuit, París, 1993, pp. 32-33. "Alonso Salazar, No nacimos pa'semil/a, CINEP, Colombia, 1991, pp. 69-70.
67
68
expresión y vida p~Actic;.s t~t \A ~ift~tuiA
Antioquia: "es que profe, en las comunas, o se es sicario, o se es
artista" .. O como dice Virilio, "o se vive como poeta o se vive
como asesino". Y añaden Deleuze y Guattari: "asesino es aquel
que bombardea el pueblo existente, con poblaciones molecula
res que no dejan de encerrar todos los agenciamientos, de pre
cipitarlos en un hueco negro cada vez más vasto y profundo. El
poeta es en cambio, quien deja l~s poblaciones moleculares,
con la esperanza que ellas engendren un pueblo por venir, que
ellas abran un cosmos"4~. Como dice Víctor Gaviria, otras eran
historias locas de bandas punk y heavyy metal, con guitarras y
baterías hechizas, formadas por muchachos místicos, poetas y
pobres que vivían en casas colgadas de las laderas de la ciudad.
Todos ellos son filósofos. Todos están enfrentados a su propia
muerte. Todos saben que los van a matar, que van a morir.
Entonces son filósofos, porque están enfrentados a algo único,
indecible, incomunicable. Estos poetas, filósofos de la crueldad,
llevan la muerte a su lado, pero actúan afirmativamente por la
vida, construyendo, creando modos de existencia, subjetivaci9-
nes que trastoquen la realidad del -~x-~erminio que hoy nos
determina.
La propuesta de "Construcciones de Cuerpos" se plantea
aquí como una práctica de (r)existencia. Si lg que el biop<:>der
precipita a través d~ l_a..g.\!e.rra~ es el acto de matar, la (r)exisi_en
cia estaría en transll!_utar el a<;;tQ: _de matar a qear. La crueldad
como curación, como acto crea-curador se plantea en Artaud
como el esfuerzo supremo que hace un cuerpo enfermo por
escapar de sí mismo, expulsar la enfermedad y curarse. La
crueldad implica una experiencia con el afuera: se entra en un
umbral de indiscernibilidad o indeterminación, en donde, el
sujeto reflexionante, el "yo pienso", son absorbidos por un
hueco negro. Y lo que regresa de ese afuera es el doble, es el ser
puro de la acción, que coagula las cosas y forma los planos de
,- Gilles Deleuze y Félix Guattari, Mil/e Plateaux, Minuit, París, 1980, p. 427.
lo creado sin resentimiem
conciencia, con la inocen
con un león. El yo con su
autodestruye. Ese fascist:
por la muerte. Entonces,~
crueldad, una transmuta'
muerte es el doble, es el aún actúa libre de reflexi1
res que permitan creer er
El reto es construir eJI
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como una militancia, s
salud. Reunir arte, pens:
necesaria para afirmar l
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Hacer actos de fabula'
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de ser artista, sino de
" Gilles Deleuze, Critica y cli~ "Michel Foucault, prefacio a
Archipiélago, No. 17.
se plantea
el biop<:>der
la (r)exist,en-
por un
doble, es el ser
los planos de
1980, p. 427.
lo creado sin resentimientos, sin espíritu de venganza, sin mala
conciencia, con la inocencia propia del niño que ríe, jugando
con un león. El yo con su pesada historia personal es lo ql}e se
autodestruye. Ese fascista que llevamos dentro es lo que pasa
_por la muerte. Entonces, se produce, desde la experiencia con la
crueldad, una transmutación de los valores: el que vuelve de la
muerte es el doble, es el cuerpo des-subjetivizado, sin yo, que
aún actúa libre de reffexión y produce realidades: actos creado
res que permitan creer en este mundo tal como es. El reto es construir existencias, modos de vida, subjetivacio
nes, como dirían Foucault y Deleuze, que permita~-~~a real
transmutación. Veamos un ejemplo: el artista Joseph Beuys en --~- .. --··
los años 70 y 80 al vincular arte, chamanismo y vida cotidiana:
busca el arte no como una complacencia estética, tampoco
como una militancia, sino más bien como una búsqueda de
salud. Reunir arte, pensamiento y cuerpo, como una condición
necesaria para afirmar la vida. Múltiples actos políticos, ecoló
gicos, académicos, chamánicos, escultóricos, constituyen su
proyecto artístico: un arte total ilimitado donde cada hombre es
un artista. Que el arte se abra a esas múltiples planicies de vida
para afirmarlas: en eso consiste la utopía de Beuys. Pero afir
mar la utopía no quiere decir plantear propuestas que se que
den en lo imaginario. ~firmar la utopía es exigir lo imposible.
!-facer actos de fabulación, que como decía Deleuze, inventen
un pueblo que todavía no existe48• Afirmar la utopía es crear
líneas de fuga a esos controles que tienden a suprimir la vida:
como decía Foucault, luchar contra todas las variedades de fas
cismo, desde aquellas enormes, que nos rodean y aplastan,
hasta esas otras insignificantes, "que constituyen la amarga
tiranía de nuestras vidas cotidianas" .49 Por esto, ya no se trata
de ser artista, sino de transformarse en artista, en hacedor, en
"Gilles Deleuze, Crítica y clínica. Anagrama, Barcelona, 1996, p. 16. •· Michel Foucault, prefacio a "El antiedipo: una introducción a la vida no fascista", en
Archipiélago, No. 17.
69
70
expresión y vida p'f;.cticAs tK lA vliftuuiA
pedagogo, en filósofo, en crítico de la actualidad. Pelar una
papa puede ser una acción artística, si se vive este acto como
una experiencia iniciática, política, filosófica y curativa. ¿Qué
pasa si en vez de lavar la ropa a golpes, gastando inútilmente la
energía del cuerpo, entramos en un campo de percepción mole
cular, valorando sensiblemente todos los elementos que se utili
zan en la actividad de lavar: el agu~ con su fluir, lo etéreo del
jabón, las transformaciones que sufre la prenda al pasar de
sucio a limpio? Evidentemente, cuando no es sólo un cambio de
actitud, sino una transmutación de la valoración de la existen
cia, estamos ante un acto creador y no ante una simple activi
dad. Es ahí cuando a nivel molecular se trastocan los planos de
la realidad, que la utopía se concreta. Beuys opone una fuerza
originaria al universo tecnológico que está convirtiendo al pla
neta en un desierto. Rechaza la perfección, porque la idea de
perfección produjo el nazismo. Busca más bien lo inacabado, lo
que está en vías de formación. Lo que le interesa, más que las
formas, es cómo extraer la espiritualidad de la sustancia, para
que la sustancia sea capaz de curar. La propuesta de Beuys nos
interesa porque dice que todo elemento de la vida, por simple
que sea, puede transmutarse en obra de arte: la sangre, la cera,
la miel, la grasa, la madera, el cobre, las piedras, el pelo, etc,
son elementos que surgen de lo más cotidiano y pueden conver
tirse en dibujos, pinturas, esculturas, acciones corporales; al
jugar entre sí construyen una poética, un espacio iniciático que
incita a cualquier cuerpo a abandonar su condición pasiva para
convertirse en creador. Pensamos que el arte debe poder abar
car toda acción humana. En este sentido, todos somos artistas
en potencia.
En El uso de los placeres, Michel F~mcault encuentra una
nueva dimensión, irreductible a las relaciones de poder y a los
estratos de saber, que es la subjetivación. Para ello invoca un
largo período que comienza con los griegos. En él encuentra
un arte de vivir, un cuidado de sí, un uso de los placeres, unas
prácticas que parten de
a los otros, es decir, ene
y la estética se hacen in
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Ritos y ceremonias
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la actualidad. Pelar una
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trastocan los planos de
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........ v.u, porque la idea de
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propuesta de Beuys nos
de la vida, por simple
arte: la sangre, la cera,
las piedras, el pelo, etc,
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el arte debe poder abar
todos somos artistas
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ello invoca un
En él encuentra
de los placeres, unas
prácticas que parten de un gobernarse a sí, para poder gobernar
a los otros, es decir, encuentra todo un terreno en donde la ética
y la estética se hacen indiscernibles y trazan una tercera posibi
lidad en su trabajo filosófico: más allá del poder y del saber,
está el problema de gobernarse a sí mismo. "El punto más
intenso de las vidas es ahí en donde se concentra su energía, en
donde las vidas se distancian del poder, se debaten con él e
intentan utilizar sus fuerzas y escapar de sus trampas" 50•
Las prácticas de (r)existencia actualizan la pregunta griega
E.~r J~;id~do de sí. Desde el afuera, el sujeto que se conocía a sí
mismo se ha transmutado en el cuerpo que se cuida a sí mismo.
Y al cuidarse a sí mismo evacua de múltiples maneras la
negatividad, como una enfermedad; se vuelve un acechador que
en cada instante actúa, crea, transmuta la realidad al pasar de
lo negativo a lo afirmativo, del matar al crear.
A continuación proponemos de manera general, tres expe
riencias corporales de (r)existencia que podrían desarrollarse
como ejercicios de curación:
l. Ritos corporales de evacuación de la enfermedad. Fluidos,
respiración, soplo. Del grito al canto.
2. Experiencia cuerpo-temporal: la recapitulación (transmuta
ción de los afectos).
3. Experiencia perceptual (construcción de espacios nómadas).
Primero
Ritos y ceremonias
Se trata de experiencias corporales que buscan ante todo la
evacuación de la enfermedad: evacuación de lo negativo desde
"' Michel Foucault, La Vie des Hornees Infames. Les cahiers du chemin, 1977 p. 16.
71
72
expresión y vida pv-ActicAs tK lA d.iftv-tKciA
los fluidos, desde la respiración, desde el soplo, el grito y final
mente el canto, la danza ... , la creación. Son experiencias iniciá
ticas, en donde, a través de una ceremonia, el cuerpo entra en el
umbral de la crueldad: hace ur¡. esfuerzo enorme por escapar de
sí mismo y por expulsar toda la negatividad que lleva adentro.
Cascada de lágrimas. Ventarrón de soplos. Palabras-grito. Pala
bras susurro. Sonidos guturales. Otra vez ventarrón de soplos.
Cascada de lágrimas. Más allá sólo está el silencio ... El cuerpo
necesita derramarse. Pero esta vez, no por placer , sino por una
urgencia superior: desintoxicarse, expulsar las fuerzas destruc
tivas que lo enferman y no le permiten vivir.
En la ceremonia del yagé, el cuerpo que ha bebido la plan
ta sagrada, evacua, a través del vómito y la diarrea, las fuer
zas negativas que lo enferman; y al evacuar, cuando el fluido
sale, el cuerpo entero deviene visionario, "ve", otras dimen
siones impensadas de la realidad que le permiten comprender
el sentido mágico de su vida. Esta práctica curativa, oracular,
guerrera, permite que los cuerpos se carguen extraordinaria
mente de energía y devengan activos, creativos, al precipitar
en ellos intensidades animales, vegetales, moleculares ...
Esas intensidades se convierten, durante, y luego de la cere
monia en actos creativos: gritos, sonidos, cantos, danzas, posi
ciones y gestos insospechados del cuerpo, visiones, tensiones,
etc, toda una puesta en escena del Teatro de la Crueldad. La
ceremonia del yagé es una práctica de curación ancestral que en
la actualidad sigue brindando experiencias terapéuticas innega
bles. Experiencia similar se vivió en Grecia a través de los miste
rios dionisíacos: desde un ritual iniciático, los cuerpos pasaban
de la vida a la muerte y de la muerte a la transmutación. Esto se
convirtió en arte, en actos creativos y así nació la tragedia. A
través de la tragedia, lo griegos lograron captar el esplendor de
los acontecimientos más dolorosos, encontrando con ello un
consuelo sublime: ellos supieron encontrar el sentido, el carác
ter noble y superior del cuerpo que se resiste y canta a la vida,
más allá de la
terror.
En esta prirr
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así nació la tragedia. A
1n captar el esplendor de
llcontrando con ello un
ttrar el sentido, el carác
resiste y canta a la vida,
más allá de la guerra, la destrucción, el exilio, la muerte, el
terror. En esta primera práctica de (r)existencia proponemos a los
cuerpos que han vivido situaciones límite, una ritualización, un
ceremonial en donde ellos p~ngan en escena, a través del cuer
po, de sus posturas, gestos y actitudes, los acontecimientos trá
gicos vividos.'· Que la memoria corporal expulse allí toda
negatividad con la respiración, con soplos, gritos, sonidos gutu
rales, fluídos, etc, hasta que el caos se empiece a llenar de rit
mos, movimientos, melodías. Cuando se pase del grito al canto,
es cuando podremos captar, en la repetición de los aconteci
mientos, su sentido trágico, poético, diferencial. Como dice
Deleuze en Repetición y diferencia: el teatro de la repetición se
opone al teatro de la representación ... En el teatro de la repeti
ción experimentamos fuerzas puras, trazados dinámicos en el
espacio que actúan sobre el espíritu sin intermediario y lo unen
directamente a la naturaleza y a la historia; sentimos un lengua
je que habla antes que las palabras, gestos que se elaboran antes
que los cuerpos organizados, máscaras antes que los rostros,
espectros y fantasmas antes que los personajes; todo el aparato
de la repetición como "terrible poder".
¿Qué quiere decir entonces repetir el acontecimiento trági
co pero desde la diferencia? Deleuze nos dice que la repetición es
esencialmente simbólica, el símbolo, el simulacro, es el soporte
de la propia repetición. Mediante el disfraz y el orden del sím
bolo, la diferencia está comprendida en la repetición ... La más
cara es el verdadero sujeto de la repetición. Debido a que la
repetición difiere en naturaleza de la representación, lo repeti
do no puede ser representado, sino que siempre debe ser signi
ficado, enmascarado por lo que le significa, enmascarándose él
mismo su significado51• Con el rito, con la ceremonia, lo que se
" Gilles Deleuze, Repetició11 y di(ere11cia, Cuadernos Anagrama, Barcelona, 1972, pp.
84-85.
73
74
expresión y vida pv-,i.cticAs ot lA .\iftaKGiA
hace es repetir simbólicamente el acontecimiento trágico,
dejando que el cuerpo explore, se haga consciente, despierte su
memoria corporal, hasta volver a vivir el hecho doloroso, para
purificarse de él, expulsándolo físicamente a través de su pro
pio derramamiento. Es un teatro de la crueldad en donde los
cuerpos no representan su pistoria pasada, sino que la repiten,
experimentando en esa repetición los instantes "crudos",
"traumáticos" que cambiaron de hecho sus vidas. Como dice
Deleuze, "si la repetición nos enferma, también nos cura; si nos
encadena y nos destruye, también nos libera ... Toda la cura es
un viaje al fondo de la repetición" 52• Pero no como repetición
de lo mismo, sino como repetición de la diferencia: en cada
repetición se expulsan, a través de derramamientos del cuerpo,
las fuerzas negativas que lo enferman, y se selecciona lo afirma
tivo, el esplendor mismo del acontecimiento, el nuevo sentido
que él traza a nuestra existencia. Entonces y sólo entonces
empezamos a ser dignos de ese acontecimiento trágico que nos tocó vivir.
Segundo
Experiencia cuerpo-temporal: la recapitulación
Don Juan, el indio tolteca, personaje iniciador en los libros
de Carlos Castaneda y Taisha Abelar, nos propone una práctica extraordinaria: la recapitulación.
La recapitulación es el acto de recuperar la energía que ya hemos gastado en acciones pasadas. Recapitular implica recordar a todas las personas y situaciones que hemos conocido, todos los lugares que hemos visto y todos los sentimientos que hemos tenido en toda nuestra vida -empezando desde el presente y volviendo a los recuerdos más remotos- para luego lim-
"Ibídem, p. 87.
piados uno por 1
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11 nos libera ... Toda la cura es
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dar, nos propone una prácti)n.
recuperar la energía que ya IS. Recapitular implica recor:iones que hemos conocido, y todos los sentimientos que la -empezando desde el prenás remotos- para luego lim-
piados uno por uno, con una respiración especial que barre
todo.11
En este sentido, la recapitulación es una práctica curativa
que consiste en, a partir de la concentración y del correcto
manejo de la respiración, remontarse a bloques del pasado con
el mayor -detalle posible y tocarlos con la respiración que los
barre para, de esta manera, liberar la energía atrapada en la
memoria y así poder olvidar activamente nuestra historia per
sonal sin resentimientos, sin espíritu de venganza, sin mala con
ciencia. Esta práctica curativa de recapitular con el cuerpo permite,
no tanto recordar como olvidar. Pero aquí no se olvida por
miedo a recordar (bloqueo), sino que se olvida concretamente:
entrando en bloques del pasado, volviéndolos presente, es decir,
actualizándolos, pero no siempre para conservarlos, sino tam
bién para borrarlos, especialmente cuando nos cargan de nega
tividad. La recapitulación es entonces, una limpieza corporal
que parte de una experiencia temporal: el cuerpo se limpia del
tiempo vivido a través de la respiración. Mientras vivamos en el
bloqueo, estamos ante un fenómeno temporal caótico: el pasa
do, el presente y el futuro se hacen indiscernibles. La recapitu
lación permite construir un plano de consistencia a ese caos,
para seleccionar desde allí lo que debe quedar y lo que debe ser
borrado por la respiración. Lo que se recupera aquí, básica
mente, es la energía perdida. Por esto, ese cuidado de sí implica
un reordenamiento del tiempo, acompañado por una selección
de bloques de memoria que se conservan, y bloques de memo
ria que se desvanecen. El criterio para seleccionar los bloques
del pasado es un criterio vitalista, nietzscheano. Sólo se conser
va aquel acto que el cuerpo volvería a hacer una y mil veces
para toda la eternidad 54•
"AbeJar Taisha, Donde cruzan los bruios, Gaia, Madrid, 1994, p. 54.
'~ Deleuze, Nietzsche y la filosofía, op cit., p. 240 y ss.
75
76
expresión y vida pYÁcticAs to<. lA tÁiftV"to<.ciA
Me indicó que inhalara por la nariz, mientras ella me volteaba la cabeza hacia la izquierda y que exhalara cuando la volteaba hacia la derecha. A continuación, debía voltear la cabeza hacia la izquierda y la derecha, en un solo movimiento, sin respirar. Afirmó que esa era una forma misteriosa de respirar y la clave de la recapitulación puesto que inhalar nos permite recuperar la energía que perdimos en el pasado, en tanto que exhalar nos permite expeler la energía ajena e indeseable que se ha acumulado en nuestro interior debido a la interacción con nuestros semejantes ... Me aseguró que al recapitular extendemos esas fibras elásticas de energía a través del espacio y el tiempo, hasta las personas, los lugares y los sucesos que estamos examinando. El resultado es que podemos volver a cada momento de nuestras vidas y actuar como si de hecho estuviéramos ahí."
A diferencia del psicoanálisis, esta práctica curativa no parte
del lenguaje sino del cuerpo y sus fuerzas. No busca reconstruir
una historia personal sino olvidarla. Y en vez de establecer la tra
dicional relación paciente-médico (yo-otro), establece la relación
del cuerpo consigo mismo, con su poder de afectar y ser afectado,
creando una especie de pliegue en donde, casi en posición fetal
(columna encorvada y rodillas pegadas contra el pecho), el cuerpo
en su actuar respira y selecciona imágenes, bloques de memoria, al
pasar de una situación temporal a otra. Más allá de conocer el
pasado (el sujeto es quien se interesa por recordar, por conocerse a
sí mismo) lo que interesa acá es limpiarse del tiempo vivido: trans
mutar selectivamente cada detalle de nuestras vidas, para expul
sar lo negativo e impulsar lo afirmativo. Ese es el reto temporal
que se propone con la recapitulación. Como dice Carlos Castane
da en El arte de ensoñar, recapitular es arreglar; arreglar quiere
decir reconstruir el acontecimiento, pieza por pieza, empezando
por los detalles físicos del medio ambiente, pasando luego a la
persona con la que se compartió lo ocurrido y, después, a uno
mismo, al examen de todo lo que uno sintió. Don Juan me enseñó
"AbeJar, op cit., p. 51 y ss.
a acompañar la recapitula
mica. Me guió a exhalar p1
manera lenta de derecha a
al volver a mover la cabez
esto "airear lo ocurrido". 1
principio a fin, mientras <
aquello en lo que la mente
de la antigüedad, inventan
respiración como un vehíc
sar la energía ajena que se 1
to que se está recapitulandc
la energía que uno dejó en
entrenamiento académico,
proceso de analizar la vid<
insistió en que era un asum
psicoanálisis.
Se trata, en efecto, de
cuerpo siente el pasado de~
toma conciencia del esplen
percibe desde la diferencia,
ral que produjo la respiraci
transmutadora: lo negativ'
(Ante la guerra colombian:
Tercero
Construcción de espacio Experiencia perceptual
Esta tercera práctica
colombiano se ve obligad1
Ha perdido su centro, su h
" Carlos Castaneda, El arte de enso1
la nariz, mientras ella me volteaba la r que exhalara cuando la volteaba lción, debía voltear la cabeza hacia la ~solo movimiento, sin respirar. Afirrusteriosa de respirar y la clave de la dlalar nos permite recuperar la enerlfo, en tanto que exhalar nos permite f<ieseable que se ha acumulado en ~interacción con nuestros semejan~pitular extendemos esas fibras elás~el espacio y el tiempo, hasta las ~cesos que estamos examinando. El rolver a cada momento de nuestras fho estuviéramos ahí."
' , esta práctica curativa no parte
y sus fuerzas. No busca reconstruir
'darla. Y en vez de establecer la tra
'co (yo-otro), establece la relación
. su poder de afectar y ser afectado,
~ en donde, casi en posición fetal
~pegadas contra el pecho), el cuerpo
~imágenes, bloques de memoria, al
j,oral a otra. Más allá de conocer el
~teresa por recordar, por conocerse a
~es limpiarse del tiempo vivido: trans
~lle de nuestras vidas, para expul
~ afirmativo. Ese es el reto temporal
llllación. Como dice Carlos Castane
capitular es arreglar; arreglar quiere
miento, pieza por pieza, empezando
pedio ambiente, pasando luego a la
!Jartió lo ocurrido y, después, a uno
1 que uno sintió. Don Juan me enseñó
a acompañar la recapitulación con una respiración natural y rít
mica. Me guió a exhalar prolongadamente, al mover la cabeza de
manera lenta de derecha a izquierda; y a inhalar profundamente
al volver a mover la cabeza de izquierda a derecha. El llamaba a
esto "airear lo ocurrido". La mente examina el acontecimiento de
principio a fin, mientras que el cuerpo continúa aireando todo
aquello en lo que la mente se enfoca. Don Juan dijo que los brujos
de la antigüedad, inventores de la recapitulación, consideraban la
respiración como un vehículo mágico; la exhalación para expul
sar la energía ajena que se quedó en uno durante el acontecimien
to que se está recapitulando, y la inhalación, para traer de regreso
la energía que uno dejó en dicho acontecimiento ... Debido a mi
entrenamiento académico, consideré la recapitulación como un
proceso de analizar la vida intelectual de uno" 16• Pero don Juan
insistió en que era un asunto mucho más complejo que un simple
psicoanálisis.
Se trata, en efecto, de un cambio de dimensión, en donde el
cuerpo siente el pasado desde diversos puntos de vista, despierta,
toma conciencia del esplendor del acontecimiento que vivió, y lo
percibe desde la diferencia, desde lo impersonal; el barrido tempo
ral que produjo la respiración recapituladora, produce la selección
transmutadora: lo negativo se expulsa y lo afirmativo se inhala.
(Ante la guerra colombiana, Nietzsche se disfraza de Tolteca.)
Tercero
Construcción de espacios nomades. Experiencia perceptual
Esta tercera práctica parte de un hecho ya planteado: el
colombiano se ve obligado espacialmente a desterritorializarse. ,
Ha perdido su centro, su lugar, su hábitat, y en muchos casos no
"Carlos Castaneda, El arte de ensoñar, México, Ed. Diana, México, 1994, pp. 166-167.
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expresión y vida pv.AdiGAs ~.._ lA Ai{~vtuiA
lo puede recuperar fácilmente. De pronto, el cuerpo se convierte
en el animal que escapa de sus cazadores. O en el animal amarra
do, quieto, pendiente de cualquier señal de sus captores. El cuer
po se ha visto, pues, obligado a adaptarse en cada circunstancia de
la vida a un lugar específico. Es una experiencia espacial con el afuera: se es extraño en todos hidos. El sujeto busca reterritoriali
zarse a toda costa, pero la vida misma, en la mayoría de los casos,
frustra esta intención. Por esto, más que aferrarse a un lugar espe
cífico, es necesario abrir las percepciones hasta el punto en que
seamos capaces de construir espacios en continua variación.
Como gitanos, como transhumantes, podemos encontrar que el
espacio más indicado para nuestro cuerpo es un campo perceptual
que seamos capaces de construir: un adentro más profundo que
toda interioridad, un afuera más lejano que toda exterioridad.
Como dice Edgar Garavito en La transcursividad, hay formas
del espacio que contribuyen directamente a crear una individuali
dad. Una de estas formas es el lugar. Otra es la distancia. Para deter
minar un lugar es necesario establecer marcas, fijar puntos y trazar
líneas. Estos elementos permiten que el lugar permanezca y pueda
ser reconocido. La distancia exige igualmente un tiempo definido
por el movimiento que conduce de un punto a otro. Tanto el lugar
como la distancia definen el espacio como extensión que pone en
relación dos o más puntos, pero ambos tienden a crear espacios
territoriales de cierre por medio de vectores o coordenadas y no
espacios dinámicos. Para encontrar esos espacios en continua
variación, introduce otra noción de espacio, retomándola de la
física contemporánea. Se trata de la noción de campo que nos
interesa especialmente: no se trata de perder un lugar para aferrar
nos a otro. No se trata tampoco de definir nuestro espacio a par
tir de las distancias: estás lejos, estás cerca. Se trata más bien de
construir nuestro propio campo. "Campo es un espacio dinámico
de transformaciones de materia y energía"57
•
,- Edgar Garavito, La transcursividad, U. Nacional, Bogotá, 1997, p. 187.
Entonces, como terce
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Entonces, como tercera práctica de (r)existencia propone
mos la construcción de campos perceptúales que nos permitan
;ctuar en el espacio abierto, desterritorializado que nos tocó
·~ivir. Llamamos campos perceptuales aquellos espacios que
Ciinamizan nuestra manera de percibir el mundo y nos permiten
interpretar de múltiples maneras la realidad. Por ejemplo, si
suprimimos durante un tiempo la vista como órgano centraliza
dor de las percepciones, nuestro cuerpo entrará inmediatamen
te en otro campo perceptual en donde se verá obligado a
despertar sus otros sentidos. El resultado, en este caso, será un
campo perceptual absolutamente nuevo, poblado con expe
riencias táctiles, olfativas, gustativas y sonoras, que al no ser
dirigidas por la vista, agrandan el espacio, lo dilatan, lo con
vierten en otro espacio, muchas veces indefinible con palabras.
Si construimos a partir de la experiencia corpórea diferentes
campos perceptuales nos daremos cuenta del dinamismo que
adquieren nuestros cuerpos: en cualquier lugar donde estemos,
en cualquier distancia, siempre podremos construir nuestro
propio campo de percepción. Como dice Deleuze refiriéndose
a "la vida en los pliegues": en esa pieza central ya no tememos
al vacío porque hemos metido allí la subjetivación: estamos en
una nave que funciona como el interior del exterior ... '~
'"Deleuze, Foucault, op cit., p. 130.
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