camille y los girasoles

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Cuento sobre los girasoles de Van gogh

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Donde vivía Camille, los girasoles crecían tan altos que parecían soles de verdad.

Todos los días después del colegio Camille atravesaba el campo de girasoles para encontrarse con su padre, que era cartero.

Juntos descargaban las pesadas sacas de cartas

Un día llegó un hombre extraño al pueblo de Camille. Tenía barba amarilla, y unos ojos pardos y vivarachos.

-Soy Vincent, el pintor- dijo sonriendo a Camille.Vincent fue a vivir a la casa de color amarillo al final de la calle de Camille y no tenia ni dinero ni amigos.

- Intentemos ayudarle.- Dijo el padre de Camille. Cargaron la carretilla del correo con cazos, ollas y muebles para la casa de color amarillo.

Camille cogió un ramo de girasoles para el pintor y lo puso en un gran jarro de color marrón.

Vincent le preguntó al padre de Camille si le agradaría que le hiciera un retrato, vestido con su mejor uniforme de color azúl.-Debes quedarte muy quieto- dijo Vincent.-Camille lo observaba todo. Le encantaban los colores brillantes que usaba Vincent.

Vio la cara de su padre aparecer en la tela como por arte de magia. El retrato era extraño pero muy bello. Vincent dijo que retrataria a toda la familia.

Retrató a la hermana pequeña de Camille

A su hermano mayor.

Y a su madre.

Y al final al mismo Camille.

Camille estaba muy emocionado, llevó el retrato a su colegio. Quería que todos los vieran. Pero a los otros niños no les gustó el regalo, todos se rieron de él y esto hizo que Camille se sintiera muy triste.

Después de clase algunos de los niños mayores comenzaron a burlarse de Vincet. Corrían detrás de él cuando salía a pintar. Hasta los mayores se unieron a la burla.

Camille pasaba horas viendo como pintaba Vincent, Pintaba campos de girasoles e incluso el mismísimo sol. “ Es el hombre de los girasoles” pensaba Camille.

Una tarde, cuando Camille y Vincet regresaban de los campos, algunos de los niños del colegio de Camille los esperaban. Les gritaron y les tiraron piedras. Camille quiso detenerlos pero ¿qué podía hacer? Sólo era un niño pequeño. Al final se volvió a casa llorando.

- Escucha, Camille- dijo su padre- la gente suele reírse de las cosas diferentes, pero tengo la sensación de que un día aprenderán a amar los cuadros de Vincent.

Un día Camille tuvo un sueño extraño. Vio a Vincent de pie bajo la luz de la luna en las alturas.

Vincent había pegado velas en su sombrero para poder ver. ¡¡ El

hombre de los girasoles estaba pintando estrellas!!

A la mañana siguiente temprano unos golpes fuertes en la puerta despertaron a Camille. Algunos

hombres del pueblo habían venido a ver a su padre.

- Cartero, queremos que le entregues esta carta a tu amigo el pintor, pone que debe abandonar el pueblo.

Camille se escabulló por la puerta trasera, corrió calle abajo hasta la casa de color amarillo.

El interior parecía muy silencioso. Entonces Camille vio los girasoles que había cogido para Vincent: todos estaban secos y muertos. Camille estaba muy triste.

Vincent parecía muy cansado pero sonrió a Camille.- No te pongas triste- dijo. Ha llegado el momento de que pinte en otro sitio. Tal vez allí les gusten mis cuadros. Pero primero quiero enseñarte una cosa…

¡¡Eran los girasoles de Camille, mas grandes y brillantes que nunca!!

- Adiós hombre de los girasoles- susurró al salir corriendo de la casa de color amarillo a la luz del sol.

El padre de Camille tenía razón, finalmente la gente aprendió a amar los cuadros de Vincent. Hoy haría falta mucho dinero para comprar uno. Pero ahora la gente de todo el mundo va a los museos y a las galerías de arte sólo para ver los cuadros de Vincent Van Gogh.

FIN

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