buenos días querida bellena
Post on 30-May-2015
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ESTOS SON ENRIQUE Y MARÍA SENTADOS
EN UN BANCO MIRANDO EL RÍO.
ENRIQUE ERA ANTES PESCADOR, PESCABA
TODOS LOS DÍAS EN EL RÍO PERO NUNCA
HABÍA LLEGADO HASTA EL MAR Y SE
PREGUNTABA SI ALLÁ, DONDE EL RÍO
TERMINABA, LAS OLAS SERÍAN MÁS
GRANDES QUE EN EL RÍO.
- Vete si te hace ilusión –le dijo María.
Pero no tardes demasiado en volver.
Me gusta estar sentada contigo en nuestro banco.
CARGARON EN LA BARCA LAS COSAS NECESARIAS Y SE DESPIDIERON.
-Si encuentras una ballena, salúdala de mi parte- dijo María
MARÍA PERMANECIÓ MUCHO RATO EN EL
EMBARCADERO DICIENDO ADIÓS.
ENRIQUE SIGUIÓ REMANDO Y PRONTO YA NO LA
PUDO VER.
YA EMPEZABA A NOTAR EL OLOR DEL MAR.
ENRIQUE LLEGÓ AL MAR Y PUDO COMPROBAR QUE ALLÍ LAS OLAS ERAN MÁS ALTAS.
EN EL HORIZONTE APARECIÓ UN BARCO, TAN GRANDE Y QUE LEVANTABA UNAS OLAS TAN GRANDES QUE ENRIQUE TUVO MIEDO
DE VOLCAR.
LUEGO, EL BARCO SE ALEJÓ.
ENRIQUE SIGUIÓ REMANDO Y SE HIZO DE NOCHE.
EL PESCADOR SE DURMIÓ APACIBLEMENTE MIENTRAS LAS OLAS MECÍAN SU BARCA.
AL DESPERTARSE VIÓ UNA ISLA.
PERO LA ISLA ASOMÓ UN POCO
MÁS Y RESULTÓ TENER UN OJO.
Y LUEGO UNA BOCA.
VAYA, LA ISLA ES UNA BALLENA.
-Hola- dijo Enrique quitándose la
gorra.
-Buenos días, me llamo Enrique,
saludos de mi esposa. No tengas
miedo de mi arpón.
LA BALLENA TAMBIÉN SE PRESENTÓ.
Mi nombre es ballena- dijo.
Buenos días, Enrique, me alegra
encontrarte.
ENRIQUE Y LA BALLENA
PERMANECIERON JUNTOS TODO EL DÍA
Y TODA LA NOCHE HABLANDO CADA
UNO DE SUS COSAS.
FINALMENTE ENRIQUE QUISO
VOLVER A CASA Y AMBOS SE
DESPIDIERON.
Vivo en Villafeliz -dijo Enrique, calle
de los Peces nº 9, al lado del río.
Yo vivo en el mar –contestó la
ballena.
ENRIQUE, DESDE AQUEL DÍA
VISITABA A SU AMIGA CADA SEIS
MESES. Y ERA SIEMPRE MUY
PUNTUAL.
PERO UN DÍA ENRIQUE NO
APARECIÓ.
LA BALLENA NECESITABA SABER
QUÉ LE HABÍA OCURRIDO AL
PESCADOR Y COMO TENÍA SU
DIRECCIÓN SE ECHÓ A NADAR
HACIA LA DESEMBOCADURA DEL
RÍO.
PERO ESTABA TAN NERVIOSA QUE
EN LUGAR DE LLEGAR AL RÍO,
LLEGÓ AL PUERTO.
SIGUIÓ BUSCANDO Y ENCONTRÓ UNA BOYA.
Buenos días, boya –dijo. ¿Sabrías decirme dónde
queda la desembocadura del río?
PERO LA BOYA NO RESPONDIÓ.
MÁS TARDE PASÓ JUNTO A UN FARO.
Buenos días, faro –dijo. ¿Sabrías decirme dónde
queda la desembocadura del río?
PERO EL FARO NO RESPONDIÓ.
CONTINUÓ LA BALLENA SU CAMINO
ADENTRÁNDOSE EN EL RÍO.
DE PRONTO, EL RÍO SE HIZO UN
POCO MÁS ESTRECHO.
CADA VEZ EL RÍO SE HACÍA MÁS
ESTRECHO, HASTA QUE QUEDÓ
ENCALLADA DEBAJO DE UN PUENTE.
-Qué barbaridad –exclamó la gente.
-¡Una ballena enorme en nuestra
pequeña ciudad!.
INTENTARON DESATASCARLA
EMPUJANDO HACIA DELANTE Y HACIA
ATRÁS, PERO NO SIRVIÓ DE NADA.
LA BALLENA NO HACÍA MÁS QUE
PENSAR EN ENRIQUE, ESTABA
TRISTE Y NO COMÍA NADA.
AL CABO DE UNOS DÍAS, LOS
HABITANTES DE LA CIUDAD
EXCLAMARON:
-Oh! Nuestra ballena adelgaza de
pena, pronto podrá salir.
EL RÍO SE ESTRECHABA CADA VEZ MÁS, PERO COMO LA BALLENA SEGUÍA SIN COMER PENSÓ:
-Pronto estaré en casa de Enrique.
EN EFECTO, PRONTO LLEGÓ
A LA CASA DE ENRIQUE Y VIÓ
QUE TENÍA UNA PIERNA
ENYESADA.
SE LA HABÍA ROTO AL
CAERSE DE UN MANZANO.
-Bienvenida, amiga ballena –
gritó Enrique. ¿Cómo es que
te has encogido tanto?.
Tienes que explicármelo.
Espera, voy a coger una
pecera.
ENRIQUE COGIÓ UNA PECERA, LA
LLENÓ DE AGUA Y METIÓ DENTRO
LA BALLENA.
LUEGO SE LA LLEVÓ A MARÍA.
-Tenemos visita –dijo Enrique. Es mi
amiga la ballena que acaba de
llegar.
- ¡Dios mío, qué mini ballena! La
verdad es que me la imaginaba
más grande.
AL DÍA SIGUIENTE IRÍAN A LA
CIUDAD A COMPRAR UNA PECERA
MÁS GRANDE. QUERÍAN QUE LA
BALLENA SE SINTIERA BIEN A GUSTO
EN SU CASA.
QUIZÁS ALGÚN DÍA, CUANDO ELLA
QUIERA, ENRIQUE LA DEVUELVA AL
MAR.
TAMBIÉN ES POSIBLE QUE
ENTONCES, LA BALLENA CREZCA DE
NUEVO.
PERO EN ESTO NO PIENSA NADIE,
POR AHORA.
¡TIENEN TANTAS COSAS QUE
CONTARSE LOS AMIGOS!
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