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Autor: Denise Tow
La búsqueda de la sabiduría y la libertad es un proceso que el Hombre viene atravesando desde el origen
de los tiempos.
La fe en una religión ha sido siempre un “escape” a la angustia del Hombre con respecto al origen de su
existencia y su destino en el mundo, así como una manera de explicar los sucesos que llevaron a nuestro
planeta a ser, hasta el momento, el único habitable por nosotros. No sorprende pues, que hasta la llegada
del Renacimiento y el surgimiento del Humanismo, la religión fuera el eje de la sociedad medieval, y se
condenara (o marginara) a todo aquel que osara desafiarla.
Hacia el final del siglo XV, el Hombre comienza a cuestionarse a sí mismo, y la sociedad medieval
comienza a desmoronarse. La comodidad y la seguridad que hasta aquel momento la ignorancia y la fe
ciega en una religión le proveían al ser humano, comienzan a desaparecer, y el Hombre entra, por
consiguiente, en una crisis existencial que marca el comienzo de la modernidad. Asimismo, el sistema que
anteriormente estaba preestablecido y marcaba las pautas de conducta de una sociedad como unidad,
comienza a decaer, otorgándole al Hombre una mayor libertad, a costa de la seguridad anteriormente
mencionada. El orden económico se modifica, ya no hay protección para las personas y sus actividades
comerciales, y quienes antes eran aliados, se convierten en competidores. Comer o ser comido, ganar o
perder, triunfar o fracasar, son maneras de pensar que en la actualidad prevalecen. La competencia es
feroz. El hombre es ahora libre, pero no duerme tranquilo por temor al vecino, al otro, y a su propio
fracaso. Nace lo que hoy conocemoscomoCapitalismo.
Hombre Medieval - Hombre Moderno
La religión busca evitar una mayor pérdida de adeptos, y se va transformando, busca maneras de atraer o
retener a las personas por medio del arte o actos de caridad doble intencionados.
En el ámbito artístico, la rigidez y orientación estrictamente religiosa que caracterizaba el arte medieval se
va transformando en algo más bello y atractivo. Surgen los grandes maestros, Leonardo Da Vinci y
Miguel Ángel, siendo este último un importante referente de lo que refleja el Renacimiento, puesto que
sus obras connotan, en gran parte, la angustia del Hombre frente a la incertidumbre de los tiempos que
corrían. Los artistas comienzan finalmente a estudiar el cuerpo humano, lo cual anteriormente era mal
visto. El arte por sí mismo toma forma, surgen las “bellas artes” y estas van desplazando al arte
“utilitario” de la Edad Media.
El lugar protagónico que tomaba el Dios cristiano en Europa, va cediendo ante el Hombre, convirtiéndose
este en la figura principal de la sociedad europea a partir del período renacentista. No obstante, la religión
mantiene una fuerte presencia a lo largo de la historia.
Son, hasta el día de hoy (y a pesar de los avances científicos), la mitad de los habitantes del planeta,
quienes continúan profesando las religiones abrahámicas (cristianismo, judaísmo, y el Islam). Si bien
actualmente seguir los principios y creencias de una religión no resulta igual de imprescindible que
durante la Edad Media, existe aún la intolerancia en diversas formas, así como un miedo a los cambios y a
la libertad, similar a lo que se experimentaba durante el período renacentista. La religión viene perdiendo
fuerza desde entonces, en pos del conocimiento científico, que avanza a pasos agigantados. Sin embargo,
los intentos de la primera por mantener a sus adeptos, tal y como fue el caso en el pasado, se
intensificaron. La religión cristiana ha comenzado a modificarse con el fin de adaptarse a los tiempos que
corren y ganar adeptos jóvenes, mostrándose más abierta a cuestiones antiguamente mal vistas, como el
divorcio o las segundas nupcias. Sin embargo, todo aquello considerado como pagano antiguamente,
sigue generando un efecto de aversión en el Hombre moderno. La brujería (hoy llamada Wicca), por
ejemplo, continúa siendo vista con resquemor, así como otras prácticas esotéricas, que se basan en la
adoración de la naturaleza, o de varios dioses en simultáneo, entre otras.
También se ha modificado la percepción del poder en la sociedad. Durante la Edad Media, el poder se
encontraba en manos de la nobleza, y los títulos eran otorgados por sangre. Durante el Renacimiento,
esto se modifica, y el burgués es quien va tomando el control de la economía y del mercado, al mismo
tiempo que la ciudad toma protagonismo. Surge la posibilidad de crecimiento económico individual del
Hombre. Esto marca el nuevo orden del poder que sigue vigente hasta nuestros días. Quien tiene mayor
poder económico, es quien tiene mayor poder. De esta manera, se fomenta el consumismo y se generan
necesidades adicionales en el Hombre. El tener una pantalla de última generación, o un celular moderno,
se vuelve de pronto necesario para la aceptación en grupos selectos. Esto nos reafirma que, en realidad,
nada cambia verdaderamente desde el surgimiento del Humanismo, más que los elementos o valores que
permiten la pertenencia del Hombre en la sociedad. El fanatismo religioso continúa existiendo, pero se
extiende a lo político, y a otras convicciones. La exclusión social de los pobres continúa existiendo, así
como la exclusión de algunas personas de determinados grupos por no seguir un patrón de
comportamiento típico de su entorno social (ej: no tener celular, no salir de noche a bailar, no seguir la
moda, etc.). Esto va en paralelo con lo pagano, que también resulta en cierta exclusión.
Como hemos mencionado anteriormente, con el avance de la ciencia, la religión fue perdiendo
credibilidad con el paso de los años. No obstante, la angustia del Hombre libre, siempre presente, lo lleva
a buscar respuestas a aquello que aún se desconoce dentro del circuito científico. ¿Por qué nacemos?
¿Qué hay después de la muerte? ¿Cuál es nuestro propósito en este mundo? Son algunas de las preguntas
a las que la ciencia no puede responder. Esto genera que el Hombre busque la seguridad de la fe. No
necesariamente entendemos por fe a aquella correspondiente a la fe católica, sino a cualquier fe. Puesto
que cualquier fe es válida en lo que a un sentimiento de seguridad refiere.
Al canalizar sus temores en la fe en algo, el Hombre se siente resguardado y protegido de la duda, y puede
responderse a sí mismo. La llegada del capitalismo, de la mano de la burguesía, no hizo más que
exacerbar la necesidad de pertenencia y de respuestas del Hombre, ya que su espiritualidad queda cada
vez más relegada en pos del triunfo económico que se persigue día a día. Hay quienes, sin embargo,
depositan su fe en la ciencia moderna. La diversidad cultural y, por consiguiente, de la fe, genera un
debate permanente entre los hombres, quienes continuarán buscando sostenerse en algo, dentro de un
mundo que resulta, para muchos, duro y amenazador.
La Angustia del Hombre Moderno
El período barroco se caracterizó por marcar el comienzo de lo que serían grandes cambios en la sociedad
occidental. La caída progresiva del poder tanto de la monarquía absoluta como de la Iglesia resultó más
adelante en un aumento de la importancia del rol de la burguesía en la sociedad europea.
El Hombre comienza aquí a cuestionar su existencia.
En un principio, la Iglesia busca acercarse a las masas por medio de un arte que todos pudieran entender,
puesto que la misma estaba perdiendo adeptos. Se busca complacer los sentidos mediante figuras bellas, y
romper el equilibrio. Podría decirse que Miguel Angel fue el precursor del barroco en este sentido, ya que
sus obras tenían cierto efecto inacabado, como si él mismo dudara de lo que estaba haciendo (Capilla
Sixtina). Asimismo, se busca “embellecer” a la nobleza con el fin de propagandizarla
Hay una suerte de “popurrí” en las obras barrocas, como si se mezclaran dos épocas en un mismo cuadro,
marcando una notoria transición hacia la era moderna. Asimismo, de a poco se van despegando de la
idealización de los cuerpos (Caravaggio). Esto no agrada a la iglesia, puesto que la misma no quería que
el Hombre se viera identificado en el arte, mientras que Caravaggio tomaba como modelos a personas
reales, y experimentaba con grandes contrastes de luces y sombras. El arte ya no busca solamente ser
bello en el barroco, ni está por encima del Hombre, sino que busca interactuar con el espectador, incluso
haciéndolo formar parte de su narrativa (Las Meninas, de Velasquez). Se expone la fragilidad del ser
humano.
En Holanda, debido a la mayoría burguesa, comienza el proceso de comercialización y subasta de obras,
que luego se extenderá al resto de Europa.
Vermeer, Rembrandt. Surge en Holanda la idea de la pintura que muestra la intimidad, la idea de
“mirilla”, con luces externas, para dar una imagen de exteriores amplios, de “oxígeno”. Se muestra la
relación entre el Hombre y los objetos. Rembrandt les da personalidad a los retratos (Danae y la lluvia de
oro).
“Los hombres actúan y las mujeres aparecen” Berger J. “Modos de ver”
En su ensayo, “Modos de Ver”, el crítico de arte John Berger expone la idea de la objetificación de la
mujer partiendo de la base de las obras de desnudos. La mujer, según Berger, toma el rol simultáneo de
dos personalidades a lo largo de su vida: la examinante y la examinada.
Deduce que, debido a cierto condicionamiento social, la mujer se ha encontrado desde el principio de los
tiempos a disposición del hombre, y que todas sus actitudes y palabras están destinadas a buscar la
aceptación y el deseo masculinos. Según ese criterio, la mujer no actúa, sino que meramente aparece, y su
conducta y palabras son condicionadas por su “yo” examinante, quien toma el rol del hombre y la juzga
acorde a lo que se espera de ella, mientras que su “yo” femenino acepta pasivamente dicho juicio y se
ajusta a sus requerimientos de manera automática. Se dice que la mujer simplemente aparece, ya que su
manera de conducirse, según este análisis, habla por sí sola acerca de cómo quiere (o busca) que la traten,
mientras que el hombre actúa en base al supuesto mensaje subliminal que la mujer le brinda con su mera
presencia.
Es real la objetificación que desprendemos de la gran mayoría de los cuadros de desnudos femeninos a lo
largo de la historia del arte. Si bien en varios de ellos, aparecen personajes secundarios, o incluso
amantes, el personaje femenino tiende a dirigir su mirada, gratuitamente, hacia el espectador, como si este
fuera su verdadero amante, invitándolo a observarla y deleitarse con su cuerpo, desprovisto, en la gran
mayoría de los casos, de indicio alguno de la propia sexualidad de la mujer. Lo llamativo es cómo esta
misma dinámica sigue apareciendo aun hoy, en revistas o páginas web para adultos, y cómo, aun hoy, no
se da con la misma frecuencia en absoluto, lo opuesto con el género masculino.
Con el crecimiento de las ciudades (y, por ende, de la burguesía) tras la caída del poder de la Iglesia y de
la Monarquía, el objeto principal del arte del momento pasó, de ser la religión y la nobleza, a tratarse
sobre la propia burguesía, y cómo la misma se maneja dentro de la sociedad.
La burguesía intenta desprenderse de la nobleza, pero manteniendo cierto “estatus” diferencial. Por tanto,
comienza a adoptar manierismos y formas de conducirse que la distinguen del resto de la sociedad y la
caracterizan.
Surgen artistas como William Hogarth, quien cuenta historias a través de sus pinturas, ridiculizando a la
aristocracia y la burguesía más acomodada. Hogarth se convertirá en el precursor del cómic europeo, ya
que cuenta historias a través de sus cuadros (Matrimonio a la Moda).
Hogarth nos presenta la historia de varios matrimonios “fallidos”, ya que los burgueses de la época se
casaban por arreglo y conveniencia a fin de mantener sus títulos, que todavía les otorgaban ciertos
beneficios económicos y poder político. El engaño era frecuente y los matrimonios eran claramente
infelices.
En Francia, encontramos a Honoré Daumier y a Charles Philippon, quienes realizan publicaciones
periódicas con caricaturas de Louis Philippe (el último monarca), de la corrupción de los políticos y la
justicia, y del “snobismo” burgués, a modo de cuestionamiento permanente de los manejos de la sociedad
del momento.
En todos estos casos, el artista busca transmitir la situación social de la época a modo de sátira, criticando
a la burguesía y los funcionarios públicos. Esto marcó un cambio en el modo de ver el mundo de las
personas, que hoy en día continúa. También, modificó la forma de ver el arte como algo “sagrado”, ya
que ahora las obras se encontraban al alcance de todos. Surge el concepto de ilustración gracias a las
publicacionesperiódicas
Durante el siglo XVIII, el ciudadano cobra importancia a través de la educación, la ilustración y el
enciclopedismo. El hombre reflexiona cada vez más sobre su existencia. Surgen las revoluciones ante el
descontento generalizado, provocado en gran parte por aquellos escritores y artistas que tenían el
poder del conocimiento, y por tanto, se oponían a la nobleza y al sistema vigente.
El romanticismo agrega a este conocimiento, la idea de la importancia del sujeto en sí mismo y sus
pasiones. La idea de boceto, de la representación espontánea de dichas emociones, deja de ser vista
como una imagen inacabada, y el arte comienza explayarse sobre diversas cuestiones que hacen al
hombre, tanto en sí mismo, como con respecto a los tiempos que corrían.
El romanticismo se opone a la rigidez y al aspecto científico y crítico propio del enciclopedismo,
buscándose representar, en su lugar, las emociones y los conflictos que atraviesa el Hombre y la
sociedad. Se busca, también, capturar la realidad por medio de la cámara fotográfica, y otros inventos
precursores del cine moderno (Diorama, panorama, praxinoscopio, linterna mágica, entre otros). Surge
la idea de lo “fugitivo”, aquello que uno experimenta una vez en la vida y busca capturar por siempre,
ahora posible de cierta manera, gracias a dichos elementos.
Asimismo, en el arte se busca transmitir las emociones por medio del uso del color y la luz, a modo de
apoyo de la expresividad y la gestualidad de los cuerpos (Goya).
Desde los comienzos del siglo XIX, la revolución industrial modifica completamente la estructura social, y
resulta en un aceleramiento importante en lo que respecta a los cambios. Hasta este momento, se
habían ya producido múltiples cambios en la sociedad y la organización de la misma, los cuales
abordamos en trabajos prácticos anteriores. Sin embargo, es a partir de la primera Revolución Industrial,
que esto va “in crescendo”, es decir, acelerando el paso de un cambio a otro hasta llegar a la situación
en la que nos encontramos en la actualidad.
Los avances industriales y tecnológicos, permitieron al hombre expresarse de diversas maneras en el
ámbito artístico, además de permitir un fácil acceso al conocimiento, que antes sólo tenían las clases
privilegiadas. Si bien esto le facilitó al hombre muchas cosas, al mismo tiempo le imposibilita una
adaptación completa a las nuevas tecnologías.
Aunque todo avanza, y el surgimiento del capitalismo lleva al hombre a buscar innovar
permanentemente, el mismo todavía duda sobre su existencia, y hay aún muchas preguntas sin resolver.
Esto provoca que el hombre comience a encontrarse en un estado de estrés permanente, y
preguntándose por qué se encuentra trabajando tan duro por obtener ciertas cosas que, en lo práctico,
son completamente innecesarias.
La gran contradicción del siglo XIX, es que el hombre, si bien cuenta ahora con muchos más medios para
educarse y gozar de una calidad de vida óptima de los que contaba en la Edad Media, por dar un
ejemplo, el mismo se encuentra a su vez “bloqueado” por el exceso de estos mismos medios.
Curiosame
nte, siguen sin responderse muchas de las preguntas que el Hombre se hacía tras lacaída del poder de la
religión, tales como la razón de su existencia y el origen de la vida. La situación de la mujer, si bien
opino que progresó significativamente en los últimos tiempos, continúa con la problemática de la
cosificación de la misma ante el hombre (y esto ha llegado a un punto verdaderamente nefasto e incluso
socialmente aceptado), y los manierismos propios de la burguesía, con los cuales se divertían los
caricaturistas, siguen existiendo, aunque bajo distintos códigos. Lo que antes era la nobleza, pasó ahora
a ser la política, y algunos países incluso aun no cuentan con un régimen democrático.
El crecimiento desmesurado del capitalismo y el abuso de los recursos naturales y económicos, está
produciendo un “derrumbe” socioeconómico a nivel mundial. El Hombre ya ha avanzado demasiado por
un camino determinado, como para poder dar marcha atrás fácilmente; y salir del círculo vicioso que
hemos creado resulta, hoy por hoy, prácticamente imposible.
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Hemos abarcado el período historico comprendido entre la Edad Media y el Siglo XIX.
Durante este período, el Hombre se ha encontrado con numerosos cambios en la organización de su
sociedad, que han derivado en la modernidad que conocemos actualmente.
Hemos mencionado que la religión contenía al Hombre. Lo protegía de sus miedos y le brindaba aquellas
respuestas que el mismo buscaba. El miedo a la muerte, así como la angustia que esta podía llegar a
producirle al ser humano, no existía tal y como la conocimos siglos después, puesto a que la Religión
prometía una continuidad de la vida en otro plano universal. Asimismo, la sociedad funcionaba de una
manera totalmente distinta a la que estamos acostumbrados hoy en día. Los gremios garantizaban la
rentabilidad (mayor o menor) de prácticamente todo oficio, y había un importante sentimiento de
seguridad y, a la vez, de conformismo, ya que, si bien la posibilidad de progreso era nula, cada
campesino "ocupaba su lugar" en la sociedad, y cumplía pues con su deber en ella, de modo tal de
mantener una suerte de equilibrio inquebrantable, a costa de su libertad y la limitación de sus
posibilidades individuales. El Hombre no era entonces un individuo, sino una pieza dentro de un enorme
tablero, en el cual cada pieza cumplía nada más que su función, garantizando así el funcionamiento de la
sociedad medieval. Esto se fue, poco a poco, reemplazando por un modelo que se asemeja más al que
experimentamos actualmente, tras el desarrollo del comercio con Oriente, entre otras cuestiones. El
valor del Hombre y el poder que este podía tener en el mundo comenzó a asociarse con el dinero en
este período, durante el cual surgieron nuevas clases adineradas que alteraron el orden preestablecido
durante la Edad Media. Esto permitió que el Hombre tuviera mayores posibilidades de progreso, y surge
la noción del Individuo. Sin embargo, este primer cambio importante en la sociedad del que hablaremos,
descolocó al ser humano, quien ya no contaba con la seguridad que solía contenerlo. En cierto sentido,
podemos decir que el Hombre retrocede aquí a su estado primitivo, donde tenía lugar la supervivencia
del más fuerte, por encima de la unión entre los hombres.
Desde aquí, los cambios subsiguientes que fueron aconteciendo en el mundo occidental, fueron no más
que un ida y vuelta sobre este nuevo orden económico y social. Si bien este nuevo orden brindó nuevas
oportunidades y amplió los horizontes del individuo, dicho individuo se encontró ahora completamente
sólo delante del universo, ignorando aun más el por qué de su existencia, y viéndose forzado a
adaptarse a los nuevos sistemas que vinieron, con el find e sobrevivir. Ya no sobrevive el más fuerte,
sino el que más dinero tiene. La Religión ya no brindaba respuestas satisfactorias a las preguntas del
Hombre. La ciencia, por otro lado, se desarrolla y logra dar respuesta a muchas cosas, sin embargo, la
razón de la existencia del hombre, y qué pasa con el mismo luego de su muerte, sigue siendo un
misterio. Asímismo, a la vez que la ciencia otorga sus respuestas, genera nuevos interrogantes
permanentemente. El hombre nunca llega a estar satisfecho en su búsqueda de conocimiento.
La monarquía, primeramente absolutista, pierde su poder ante el ciudadano. El burgués surge y toma el
poder rápidamente. Nace la política como la conocemos hoy en día. El paso de los años ha demostrado
que pareciera ser necesario para el hombre, un ente regulador, o bien una institución política que dicte
las normas de la sociedad. El Hombre se aferra a una figura que va rotando con el paso de los años.
Podemos, entonces, decir que es libre, realmente? O es acaso él mismo el que decide ser lo menos libre
posible? Incluso la religión mantiene hoy un cierto nivel de poder en el mundo, como si el hombre no
estuviera aun listo para despojarse de ella, de entre tantas otras cosas.
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