5 consejos para padres trabajadores que pasan poco tiempo con sus hijos
Post on 10-Dec-2015
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Por: Mtra. Yolotl P. R.
La realidad económica y social
es innegable, cada vez son
más las familias en las que
ambos padres trabajan, por
necesidad, decisión propia, o
ambas. Lo cual sin duda trae
un cambio significativo en el
desarrollo y la organización de
las familias, que a su vez
genera cambios psicológicos y
emocionales en los individuos
que las integran. Es por ello
que queremos ahora brindarte unos breves, pero sustanciosos consejos sobre qué hacer y cómo
actuar si tú y tu pareja trabajan para que tus hij@s no se sientan relegados, descuidados o peor
aún abandonados.
Esta es una realidad psicológica innegable: las razones para dejar a alguien (abandonar,
desatender, descuidar, etc.) pueden genuinamente impedirle a la persona estar ahí, desde una
enfermedad, problemas severos, hasta la muerte, pero ello no deja de marcar una profunda
herida en quien vive el abandono. Es decir, la necesidad económica muchas veces obliga a los
padres a dejar el hogar y pasar poco tiempo con sus hijos, pero aunque ésta sea una muy buena
razón de subsistencia, no deja de afectar a los hijos, aunque todo esto se les explique. Por eso te
ofrecemos aquí estrategias sencillas para que, aún estando lejos, tus hijos te sientan cerca.
1. Establece un momento del día, de forma rutinaria para pasar tiempo con tu hijo.
La realidad es que uno atiende y da tiempo a aquello que considera importante. Difícilmente
alguien anda por la vida todo sucio y desaseado, pretextando que “no le dio tiempo de bañarse”.
En ocasiones puede ocurrir, pero no como algo frecuente. Por eso es importante dedicar un
tiempo del día a tu hijo, pues con ello, en primer lugar le estás haciendo saber que para ti es
significativo, sin importar nada más. Debe ser rutinario, es decir, que ocurra todos los días y de
forma similar, de lo contrario, podrá tener la sensación de que improvisas y le das el tiempo que te
sobra. Durante ese tiempo y dependiendo de la edad de tu hijo, pueden platicar sobre cómo le fue
en el día, jugar (si es pequeño), o hacer algo que ambos disfruten. No se recomienda ver la
televisión como actividad, pues en sí, en ello no hay convivencia.
2. Está al pendiente de sus cosas.
Aunque te encuentres trabajando, el que estés al tanto de las cosas que necesita o vive en la
escuela, calificaciones, situaciones con amigos o eventos escolares le hace sentir que estás
presente y que te interesa. La manera de manifestar que estás pendiente puede ser desde
preguntarle y darle seguimiento a dichas situaciones, hasta participar e involucrarte en ellas.
Es importante aquí mencionar algo: el que la madre esté al tanto de las situaciones escolares, no
exime al padre de la responsabilidad. Es decir, nadie puede hacer por ti la tarea que te toca. Cada
vez es más frecuente el involucramiento de los padres en la vida de sus hijos, lo cual felicitamos.
3. Revisa que no estés compensando la falta de tiempo con dulces, juguetes o premios.
Esto ocurre frecuentemente y son ya muchos los estudios sobre el efecto nocivo que tiene. Lo que
ocurre es que al no estar y sentirse culpables por su ausencia, algunos padres tienden a
compensarlo comprándole cosas. Lo cual, en realidad no compensa y peor aún, daña la relación,
pues se establece un vínculo casi como de extorsión. El niño inmediatamente capta dicha culpa y
al no poder obtener el tiempo y la atención que necesita de sus padres, busca por lo menos
obtener ganancias materiales, porque en ocasiones entiende como igual a cariño. Todo ello
desemboca en los casos que frecuentemente atendemos en consulta, el típico adolescente
rebelde sin causa aparente y el padre o madre que no comprende por qué es así, si se “le ha dado
todo”, todo lo material, más no la atención y afecto que mencionamos.
4. No temas poner límites (reglas) y consecuencias.
Lo anterior también es una situación frecuente entre los padres que trabajan. Llegan noche,
después de no haber estado todo el día y quien cuida al niño da la lista de quejas de lo que el hijo
hizo, o no hizo, en la escuela o casa. El padre o madre se siente en una encrucijada, cómo
regañarlo y molestarse con él o ella, en las dos únicas horas en las que conviven al día.
Lo que sugerimos: por una parte quien cuida al niño en las tardes o el tiempo que no está en la
escuela, es la persona responsable de llevar a cabo la disciplina en el momento en el que ocurren
las cosas. Una llamada de atención o un castigo postergado hasta que llegan los padres pierde el
valor, pues ocurre mucho tiempo después de que se realizó la fechoría. Lo ideal es que quien
supervisa y cuida al niño, sea la persona responsable de establecer la disciplina.
Por otro lado es importante diferenciar una cosa de otra: las reglas con sus consecuencias
positivas y negativas, son distintas a la relación entre padres e hijos. Por lo que hay que establecer
reglas claras, entre padres y cuidadores sobre lo que niño tiene que hacer en casa y escuela, y las
consecuencias positivas y negativas que ocurrirán con cada cumplimiento o rompimiento de cada
regla. De tal manera que si el hijo está castigado sin ver la televisión porque no hizo la tarea, ya
está pagando su condena, por decirlo de alguna manera. Eso es independiente del gusto que
sienten sus padres al convivir con él o ella, tras llegar de trabajar. Seguirá sin ver la televisión pero
sus padres le hablarán con cariño y afecto, interesándose por su día.
5. Ponte de acuerdo con la persona que lo cuida respecto a las reglas y consecuencias.
Ya se mencionó en el punto anterior. Sólo valdría agregar que es frecuente que cuando son los
abuelos quienes cuidan a los hijos mientras los padres trabajan, suelen suscitarse algunas
dificultades. Los abuelos en ocasiones actúan bajo la premisa de “los abuelos son para consentir y
los padres para educar”. Sin embargo, cuando es el abuelo o abuela quien está mayor tiempo con
el hijo, en realidad está desempeñando más la parte educativa. Difícilmente un niño que está
todas las tardes consentido por sus abuelos sin cumplir obligaciones o recibiendo todos los mimos,
puede después estructurarse en una rutina de trabajo, reglas y consecuencias, dado que la mayor
parte del tiempo se le enseñó a ser consentido. Será fundamental hablar del tema con los abuelos,
y ponerse de acuerdo sobre las reglas a seguir, de tal manera que se evite la dinámica de “abuelos
buenos”, porque miman todo el tiempo y “padres malos”, porque solo llegan a regañar.
Finalmente ambos tienen un fin común, el bienestar y óptimo desarrollo de los hijos/nietos, con
esa punto en mente, será más fácil llegar a acuerdos.
Esperamos que esto les ayude, pues no es fácil sobrellevar las responsabilidad de manutención y
crianza, por ello hemos querido darles sencillos consejos que les faciliten un poco el camino. Es
importante recordar que el trabajar o tener mucho trabajo no sirve de alivio cuando un hijo se
siente relegado, solo o abandonado. Por ello es importante establecer en concreto situaciones y
acciones que les hagan saber a sus hijos que están ahí, los tienen en mente, les gusta pasar tiempo
con ellos y los quieren.
No duden en acudir a nosotros si tienen alguna duda o desean orientación.
www.psicologosenred.mx
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