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    10 EL MUNDO, SAN JUAN, f. R. - DOMINGO 23 DE OCTUBRE DE 1938.

    CONFIDENCIAS Y LENITIVOS SENTIMENTALES

    La esposa que se constituye en guardián de su marido termina* por perderlo ,

    Por KATHLEEN NORRIS temprana edad; nuestra hija es 1 casa. Está como una especie de muy delicada de salud. Todos nece- ' amenaza de que si lo peor viene, él sitamos a Tomás en esta casa y sin I tiene que conformarse con ella co- embargo, parece que su único pen-! mo sea. Le impone las relaciones

    Usted puede ser atractiva aunque lle- ve espejuelos si hace la prueba Por Patricia Lindsay ¡

    "Es una viuda bellísima y graciosa que podría conquistar al hombre que quisiera. ¿Por qué ha escogido a mi mari-

    do? No lo aé."

    ¿Qué puede hacer una mujer cuando su marido, después de años de feliz matrimonio, se torna sú- bitamente desagradable, injusta- mente critico y no hace secreto que sus afectos van ahora a otra mujer? Con frecuencia a los cinco, diez y muchas veces a los veinte anos de matrimonio, este fenóme- no ocurre. En verdad, el caso es tan frecuente que casi no puede lla- mártele fenómeno. Cuando el ho- garha cumplido su misión, cuando no .«s ya elegante y radiosa la es- posa y madre, cuando otra mirier llega cerca del marido que despier- ta fus ilusiones de joven y le hace sentir lo que creía del pasado, en- tonces lo inevitable ocurre.

    El hombre se pone inquieto, iras- cible, distraído: cuando se da cuen- ta de su injusticia irrumpe en mo- mentos de extraordinaria atención para los suyos. Los problemas dia- rios»de la casa ahora la abruman y n>olestan en extremo. Lo único que. le interesa son los encantos de la otra mujer. El hombre en este estado de ánimo, aunque bueno, es capaz de hacer cosas crueles y es- túpidas. Ya no le parece injusto ni crual sugerir a la compañera de su vida que seria mejor que regresa- ra a la casa de su madre. Dice que los niños "se beneficiarían del am- biente y ejemplo en casa de su "ex- celeate suegra"; que es preferible que haya una persona desgraciada en 1» familia que no hacerla des- gradada a toda.

    Y* suele llegar hasta hablar a su mujer de los encantos de la otra; lo buena y comprensiva que es y cómo es absolutamente cierto que a pesar de que fué casada dos ve- ces antes, sólo ahora con él ha venido- a darse cuenta de que por primera vez ama de veras...

    Lo que la mujer sufre en estas circunstancias constituye un triste capitulo de la historia que no se escribe de todos los países del mun- do. Una me escribe: "He sido una devota mujer durante 17 años. Te- nemos tres adorables hijos. Lo es peré años para casarme con él re- chazando las atenciones de otros cuatro pretendientes. Hasta hace pocos meses no tenía yo la menor idea de que otra mujer se habla cruzado en su camino". 'Tengo 47 años, me escribe otra. Una edad en la cual ya ninguna mujer tiene el frescor que conquista a los hom- bres. Hemos tenido veinte años de matrimonio sin grandes alzas y ba- jas. Nuestro bello hijo murió a

    Sarniento hoy es cómo librarse de nosotros."

    "La mujer que ha estropeado mi hogar, me escribe una tercera, es secretarla en la oficina donde mi marido trabaja. Es una viuda be- llísima y graciosa que podría con- quistar al hombre que quisiera. ¿Por qué ha escogido a mi mari- do? No lo sé. Nos casamos poco antes de la crisis económica hace 10 años; no tenemos hijos porque él pensó siempre que no teníamos

    | una situación económica para afrontarlos. Dediqué mí vida ente- ra a él. Lo iba a buscar a la ofici- na, sallamos de week-end juntos, tenemos un amable grupo de ami- gos, éramos grandes compañeros los dos. Cuando descubrí que me era infiel, creí que me moría. Con- fesó y lo perdoné; prometió no ha- blar más a la otra mujer. Pero du- rante mi ausencia de este verano reanudó su amorío y ahora se muestra desafiante. No responde a mis protestas, simplemente me es- tá abandonando para Irse con la otra. Con todo no me resigno a la separación. SI me divorcio, mí vi- da estará arruinada para siempre de todas maneras.

    Son miles las cartas semejantes. Es duro decirlo, pero, por lo gene- ral hay culpa de la mujer cuando el amor del marido es transferido a otra.

    No es que ella no lo ame; no es que no le dé hijos, no es que no lo mime y lo atienda y le haga con- fortable el hogar. Tampoco es que haya perdido la belleza y la Juven- tud, porque no es eso lo que re- tiene a los hombres y son muchas mujeres jóvenes las que me escri- ben sus cultas de esta naturaleza.. Nueve veces en diez cuando el hombre se deja atraer por otra mu- jer es porque a la suya le falta personalidad. No es una persona Interesada en cien cosas como debe ser, libros, música, teatro, amista- des, los negocios de su marido, de- portes los hijos, la cocina, etc. Ha pasado a ser una especie de "guar- dián" de su marido. Quiere saber

    ; siempre donde está o dónde ha ido, lo que desea y lo que piensa. Ella quiere gastar todo el dinero que é' gana, y del cual nadie más debe disfrutar. La enojan los noches que él pasa en el Club, o va con sus amigos o juega a las cartas. Le es- tá recordando una y mil veces que ella le entregó los mejores años de su vida y se ha sacrificado tanto

    I tiempo en el mantenimiento de la

    que ella le gustan y aleja las del agrado de él. Acepta invitaciones por él sin consultarlo. Relata a sus amigas intimidades en que él no sale muy airoso. Telefonea a la ofi- cina y si ocurre que él no está ahí ya hay caras largas o reproches para la hora de comida. A ningún hombre le gusta esto; no hay uno que pueda soportarlo eternamente. La mujer inteligente se maneja de otras maneras para conservar y acrecentar el amor de su marido cuando todavía existe en vez de te- ner que rehacerlo o reconquistarlo cuando ya a* ha perdido. Y una vez producido «>1 crfso de las cartas antes citadas, la mujer Inteligente se abstiene de dramatizarlo; no lo abruma a preguntas y reproches; toma las cosas como una nube pa- sajera. Se viste lo más elegante- mente que pueda. Se muestra con- tenta y dedicada como nunca a su casa y a sus hijos, con ellos reha- ce una' vida de hogar. Y en vez de llorar y amargarlos cuando pre- guntan por su papá les dice que ahora tiene que estar ausente con más frecuencia pero que ya pasa- rá. Así se le deja ver al marido que todo está listo en su hogar para volver a la vida feliz de antes, en vez de notificarlo que todo está ro- to para siempre y sin remedio Itf que lo ata más a la pasión pasajA ra con la otra mujer. Esto lo hace la mujer Inteligente no con pala- bras sino con actos.

    La infelicidad no es la más seria de las ofensas y faltas en la vida matrimonial de un hombre. Hay que perdonarlas si con eso se sal- va la felicidad del hogar. Por lo demás, la esposa inteligente sabe que el secreto de la tranquilidad del matrimonio esté en no mostrar jamás que cosa alguna que hace su marido tiene importancia suficien- te para alterar fundamentalmente la vida.

    nm i unas cejas bien arregladas y uno* labioa cuidadosamente pintado* ayu- dan a ls persona que UN espejuelo* a lucir mi» atractiva, rem la ma-

    nera en que peine au cabello es también muy Importante,

    Algunas autoridades en materia de beHeza dan importancia al ma- quillaje de los ojos en caso de que la persona tenga que llevar espe- juelos, pero yo doy más importan- cia al peinado y a la pintura de labios.

    En primer lugar, sí sus ojos son débiles y le es necesario usar es- pejuelos constantemente, lo menos posible que los toque será lo me- jor. Solamente practique dudados sencillos. Todo lo que debe hac»r es lavarlos todos los días con una loción reconfortante y ponerle al- gunas gotas saludables que hayan sido prescritas por un oculista. Mu- cho descanso y ejercicio necesitan loa ojos, y por supuesto, nada de máscaras ni sombra. Tampoco se deben pintar con lápiz.

    Retoque sus cejas ligeramente; consérvelas siempre arregladas. Ahora bien, procure no dejarlas muy finas, como si fuera una pince- lada ligera. Muchos doctores han dado su opinión en cuanto al arre- glo de las cejas y esa opinión con- siste en que #1 depilarlos con de- masiada frecuencia debilita la vis- ta. Y tienen razón sus aseveracio- nes.

    Concentre sus esfuerzos en el cabello y los labios

    Póngase los espejuelos y siénte- se frente a un espejo. Peine su ca- bello partiendo la raya a un lado y a otro. En fin, haga experimen- tos.

    En la mayoría de los casos, el traer el cabello hacia abajo, so- bre las orejas, un poco suelto, ca-

    yendo en las mejillas, ha dado re- sultados maravillosos.

    Si usted es de lai que peina su cabello hacia atrás, entonces debe concentrar la atención en el arra- glo de los labios para disminuir el efecto de los espejuelos. Unos la- bios bien pintados con un color ale- gre, no muy oscuro, le harán un gran beneficio al rostro.

    Un estilo de peinado muy feme- nino, la manera de ponerse el co- lorete y de pintarse los labios son detalles muy importantes. Pruebe dos pinturas de labios. Un color más claro para el labio superior, y un tono más oscuro para el In- ferior. Hay una pintura de labios en liquido, que se debe aplicar con pincel de cerdas finas, y mano fir- me, que es Ir. más duradera. To- ma un poco de tiempo el estar práctica en la aplicación perfecta de esta pintura en liquido, pero vale la pena de hacer el esfuerzo.

    Conserve el cabello sedoso cui- dándolo diariamente y arreglándo- lo con gracia. Conserve la piel clara y loa dientes blancos y bri- llantes. Con las cejas bien arre- gladas y los lahios bien pintados, estará segura de que apenas serán notados los espejuelos.

    Si Ud. aiente el deseo de usar al- gún maquillaje para los ojos, limíte- se a usar vaselina o aceite, los cua- les le serán beneficiosos y al mis- m» tiempo le darán un brillo v una sombra muy favorecedora. Frótese con dicho aceite o vaseli- na ligeramente en los párpados y pestañas.

    Cómo amueblar el cuarto del colegial Por EMZABETH M. BOYKIN

    i

    Dificultades de la adolescencia Por ANGELO PATRI

    Breves muv breves

    Conocimientos y curiosidades

    *»RiN\EX©S AUXIUOS IÍ*BÜBW*.0»

    DC MtNfcfr Dt LOS El.ua HA msmut

    UA KfcWOSlNK eVPAC»A tWUCCsO

    Conyugal A los dos dias de casados él mur-

    mura: —¿Por qué serla que ella consintió en '•asarse conmigo?

    A los dos años él grita: —¿Por qué demonios me casaría yo con ella?

    (Ahora.) • * •

    Tiempo Puede que el amor a primera

    vista no siempre resulte un éxito, pero por lo menos economiza tiem- po y el resultado es el mismo.

    fDatíy Express.) • • •

    Descortes El insomnio, escribe un médico,

    es causado por un microbio peque- flito y horrible. No me parece que sea una manera muy cortés para designar «'nuestros hijos pe- queños.

    fJ« Suis Par Tout.). * * •

    ¿Cuales? ¿De dónde sacan los escritores

    de argumentos para películas sus nuevas ideas? preguntó un colabo- rador. Y ¿quién dijo que tenían nuevas ideas?

    (Screenland.)

    ¿Qué error hay aqulí

    SI no encuentra si error busque la solución en lo* anuncio* clasificados

    Se trata de un muchacho que nunca habla perturbado a nadie, que nunca dio m sus padres causa de queja hasta que. al cumplir los catorce años, experimentó un cam- bio radical. Comenzó a crecer rá- pidamente. De muchacho, en calzo- nes cortos se convirtió en un gigan- te de más de seis pies. Un gigante de disposición y modales infanti- les, que le robaban todo aplomo y que con su estatura le negaban lu- gar propio en todas partes.

    En la escuela hubo que propor- cionarle mesa y «illa aparte, es- pecial, distintas a las del resto de la clase. A la hora del recreo, re- sultaba enteramente fuera de mar- co entre los de su propio grupo, sin ser, por otra parte, apto ara reunirse con los de más edad. Sus lecciones y deberes fueron de mal en peor. Los maestros comenza- ron a reprenderle. Al fin un gru- po de jovenzuelos de físico similar, pero de intelecto inferior al suyo, le acogió hasta con entusiasmo, y de eNos adquirió pronto nuevos manerismos y tendencias.

    —¿Cómo, Miguel, tú fumando? ■—No, no fumo. Este olor es de»

    garage. Allí todos los hombres y los muchachos fuman.

    —No trates de mentir. Ahora no haces más que mentir. No estudias, andas con la pandilla de la cua- dra, fumas y mientes. No te discul- pes, pues sé que es asi. Pero si no cambias; si no dejas de reunirte con ese grupo de holgazanes; si no estudias, si no dejas de fumar y no te conduces bien, no te compraré el automóvil que te prometí para cuando cumplieras dieciséis años, ni tampoco te obtendré la licencia para manejarlo. Cuanoo te lo pro- metí, lo hice pensando en que eras bueno y razonable, decente. Des- graciadamente veo que no es asi y, o cambias de modo de ser. o cam- bio yo mi conducta contigo.

    Después de esta filípica de su pa- dre, parecida a 1*5 de su madre, Miguel comenzó a mentir aún más sobre sus amigos, sus andanzas y sus cigarrillos. Sus labores lejos de mejorar empeoraron. Sus padres estaban cada dia más Inquietos. Sus maneras eran cada día más groseras, y por la noche comenzó a regresar a su casa tan tarde co- mo se atrevía. Ya casi no paraba ni en su casa ni en la escuela. Era un

    Rimas infantiles

    Gautier Benítez Por Juan B. Huyke

    ser completamente distinto. Un día regresó a su casa con do-

    lor de cabeza, y al cabo se ¡e de- claró fiebre. Hubo que llamar al médico.

    —¡Pobre mu hacho, está cansa- do! Necesita un largo reposo y hay que dárselo o... Ante el dictamen

    'del médico, el padre se enfureció: —¡Reposo! Reposo para éste! Nos

    está acabando la vida. Somos nos- otros los que necesitamos descan- so.

    —Eso es exactamente lo que yo pensaba —replicó el galeno. —Pa- ra crecer así este muchacho ha te- nido que emplear todas sus fuer- zas. No hay más que verlo. Quince años y 1 metro 38 de estatura. No le quedó nada para la escuela. Sin embargo, se los ha estado diciendo, demostrando. Esta es la causa de su conducta, para ustedes, extraña y el único consuelo que ha tenido es la compañía de muchachos en idénticas condiciones que él. ¿Qué podía hacer? Le ha sido imposible proceder como ustedes le pedían. Por lo general, el muchacho hace cuanto puede por complacer, pero cuando le faltan las fuerzas, su agotamiento es mayor de lo que puede expresar.

    —El remedio es --prosiguió— aprovechar la primavera. Pronto comienza la estación de pesca y us- ted debe llevarlo por tres meses a los bosques y jugar con él para que olvide todo esto. Usted acaso, lo necesita tanto como él, y no existe otro remedio. Llévelo, hága-

    lo cambiar de panorama y de am- biente. Créame cuando le digo que nunca se lamentará de ello.

    El remedio exigió tiempo y dine- ro, pero los resultados fueron ex- celentes.

    Un adolescente que ha crecido I demasiado pronto necesita más cambia y reposo que disciplina.

    Panelea de papel de pared con escenas deportivas lo gran muy buen efecto en el biombo de un cuarto de colegio. Ese biombo puede cubrir la esquina donde se deseen guardar o ocultar muchas cosas.

    Acaso le resulte trágico, Ester K., graduada del año 20 que ya tiene una hija lista también para el co- legio. Pero asi están las cosas. An- tes de que una se dé cuenta, una i niña s* convierte en una señorita, ■t|) importarle el hecho de que su madre luzca, por decirlo asi, tan joven como ella.

    No hay nada que pueda hacer respecto a este hecho evidente y i tangible, como no sea acompañar i a su pimpollo en la búsqueda de artículos con que arreglar bien su | cuarto del colegio. Porque toma mil que el uso de "pennants" o!

    Closet improvisado Y he aquí un truco oportuno qu

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