2. primeros filósofos cristianos

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PRIMEROS

FILÓSOFOS

CRISTIANOS

El cristianismo es una

religión. Este hecho

puede hacernos pensar

en que no debemos

abordarlo en un curso de

Historia de la Filosofía.

Sin embargo,

también es

pensamiento.

Esto nos obliga a escudriñar

lo que tiene de filosofía para

considerar el devenir de la

sabiduría natural a través de

ese tiempo.

San Pablo muestra

cierto desdén a la

“sabiduría de los

hombres”,

sin embargo, predica en el

mundo griego, lo que le

obliga a abordar temas que

no son ajenos a la filosofía,

por ejemplo, la posibilidad

de que el gentil conozca al

creador a través de las

creaturas.

Además aborda temas de

ética, como lo hacían los

filósofos de su tiempo, aunque

él los trata de manera

dogmática y en el contexto del

pensamiento judeo-cristiano.

El Evangelio de San

Juan también aborda

temas religiosos con

lenguaje de la filosofía

griega.

En este caso, el

cristianismo toma ventaja

de la nomenclatura

griega para proponer

temas propiamente

cristianos.

Los apologistas

En el siglo segundo, hubo

dos grupos de cristianos

que asumieron actitudes

distintas

Por un lado, algunos

desdeñaron “la sabiduría de

los hombres” y dedicaron

todo su esfuerzo a

desarrollar la religión.

Por otro, hubo quienes

entablaron diálogo con la

sociedad no cristiana de su

tiempo y produjeron los

primeros escritos de índole

filosófica,

todos ellos

produjeron

apologías.

En este contexto la

probabilidad es que

suceda una de dos

opciones: t

o el cristianismo absorbe

la filosofía griega, y los

cristianos desarrollan su

pensamiento en términos

griegos,t

o la filosofía griega absorbe

al cristianismo, y los filósofos

griegos hablan de lo

cristiano como uno más de

los temas filosóficos. t

A lo primero, que

sucedió para fortuna

de occidente, le

llamamos filosofía

cristiana.t

Lo segundo también

sucedió, y tuvo varias

formas de pensamiento,

que luego llamamos

gnosticismo.t

Ambas corrientes

convivieron y polemizaron

durante varios siglos, hasta

que el gnosticismo fue

desterrado por la recta

doctrina.t

El primer escritor que aborda

la apología con temática

filosófica del que tenemos

noticia es Arístides, en el año

125.

También por ese tempo

Quadrato escribió una apología

que no se conservó, sino que

solamente tenemos noticia de

ella a través de escritores

posteriores.

Además hay una obra

antigua llamada Pastor (en

latín) de Hermas, que

aborda temas filosóficos.

La apología es un género

muy obvio en este contexto,

ya que los cristianos eran

perseguidos por adherirse a

una religión peligrosa para

el gobierno romano,

además se les acusó

de diversos delitos,

como el ateísmo.

Ellos vieron la necesidad de

dialogar con “el mundo” en

términos filosóficos, ya sea para

justificarse ante el imperio o para

presentar su propuesta religiosa a

fin de conseguir prosélitos.

Estos pensadores

sentaron las bases de

una filosofía cristiana

en sentido estricto,

es decir, un pensamiento

justificador expresado en

términos de la cultura

reinante: el estoicismo

impregnado de platonismo.

San Justino

Mártir

Nació en Siquem, Samaria,

actual Flavia Neápolis, de

padres paganos y se

convirtió al cristianismo en el

año 132.

Fue martirizado en

Roma bajo el

prefecto Junio

Rústico (163-157).

Al igual que muchos filósofos de su

tiempo, anduvo en busca de la

verdad, para lo que se inscribió

con maestros estoicos,

peripatéticos, pitagóricos y

platónicos, escuelas que por ese

tiempo estaban vigentes.

En su búsqueda se encontró

con el cristianismo y se

convirtió. Luego se fue a

Roma donde fundó una

escuela de filosofía.

Esta historia se repite en el tiempo

de San Justino. Tenemos casos

semejantes de quienes buscaron

la verdad y la encontraron ya

sea en una escuela filosófica o

en una religión.

Además es muy natural que

alguien pase de una filosofía

animada de espíritu religioso

como era el neoplatonismo

de entonces,

A una religión capaz de

consideraciones filosóficas y

que responde muy

rebosantemente a las

preguntas planteadas por

los platónicos.

El cristianismo ofrece en ese

tiempo una nueva solución

a los problemas que los

mismos filósofos estaban

planteando.

Una religión fundada sobre

la fe capaz de resolver los

problemas filosóficos con

mejores títulos que la filosofía

misma.

Sus discípulos tenían,

pues, el derecho a

reclamar el título de

filósofos.

Obras

Nos han llegado la Primera

Apología (150), la Segunda

Apología y el Diálogo con

Trifón, compuesto hacia el

160.

Sentido de su

pensamiento

En primer lugar, Justino dice

que “hemos conocido que

el Logos ilumina a todo

hombre al venir a este

mundo,

y por lo mismo, todo

linaje humano

participa del Logos”.

Y puesto que “Cristo es el

Logos encarnado, todos los

hombres que han vivido

según el Logos han vivido

según Cristo”.

Una frase de san Justino

Mártir que fue retomada por

filósofos posteriores es: “Todo

lo que de verdadero ha sido

dicho alguna vez, es

nuestro”.

La proposición la hizo en el

sentido en que lo bueno y lo

verdadero que han dicho

los filósofos, ya lo había

dicho la revelación en algún

lugar de la escritura,

como en el Antiguo

Testamento, y sobre

todo, en el Nuevo

Testamento.

Por tanto, se apropia, para sí

y para todos los cristianos,

de la verdad contenida en

el Antiguo Testamento y en

los escritos de los filósofos

anteriores al cristianismo.

Esta actitud se

reflejará en los

filósofos cristianos

posteriores.

Según Justino, Sócrates

pertenece a los discípulos de

Cristo porque pensó la verdad y

poseyó los gérmenes de la

verdad plena que la revelación

cristiana nos ofrece en estado

perfecto.

Dios

San Justino no se enfrenta

dramáticamente con un

supuesto politeísmo de la filosofía

grecorromana, porque de hecho

había una clara tendencia hacia

el monoteísmo en el pensamiento

de ese tiempo.

Sin embargo, el Dios

sobre el que reflexiona

San Justino es distinto del

Demiurgo grecorromano.

En primer lugar es un ser

innombrable (literalmente

le dice “anónimo”),

eterno y creador a partir

de la nada

El Dios de san Justino está

más cercano al Yahvé de

los judíos que al Demiurgo

de los griegos.

La novedad no reside en el

concepto mismo, sino en la

presentación de esta

reflexión en el mundo de la

filosofía grecorromana.

El hombre

San Justino Mártir no tiene una

reflexión sistemática sobre el

hombre, solamente dice algunas

cosas sobre el alma, que es el

equivalente en ese tiempo de

una antropología filosófica.

Para los griegos, el alma es

inmortal per se, y Justino se

enfrenta a este concepto

diciendo que ésta no tiene

vida por sí misma, sino que le

viene de Dios.

Por consiguiente, Dios

determina si el alma es

mortal o inmortal, pues

de Él le viene la vida.

El alma, pues, es inmortal de

hecho, no de derecho

pleno, porque Dios así lo ha

determinado, no porque sea

esencialmente inmortal.

En su Diálogo con Trifón,

Justino Mártir se enfrenta a

la filosofía griega con

respecto a la libertad

humana.

Según los griegos, el destino

del hombre está

previamente determinado y

debe someterse a él sin

remedio.

Justino afirma que el

hombre goza de libre

albedrío y que no se

somete a ningún destino.

Desde el principio del

cristianismo, los pensadores han

defendido la libertad humana y

la han contrastado con los

conceptos de destino

provenientes de la filosofía

griega.

El Logos en

San Justino

San Justino toma el

concepto de Logos a

partir del evangelio de

San Juan y de Filón de

Alejandría.

Sus influencias son muy obvias,

no ofrece una verdadera

novedad en relación al

concepto de Logos que no

venga en el neoplatonismo de la

época, como por ejemplo, en

Filón de Alejandría.

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