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ANTONIO LÓPEZANTONIO LÓPEZ

En el MUSEO THYSSEN BORNEMISZAEn el MUSEO THYSSEN BORNEMISZA

Sobre mi exposición

“En esta exposición, que abarca desde unas pinturas de 1953 hasta ahora, quería mostrar, sobe todo, los trabajos, pinturas, esculturas y dibujos realizados a partir del año 1993, en el que tuvo lugar mi restrospectiva en el Reina Sofía. Desde entonces, hace ya dieciocho años, he trabajado como siempre sin dejarlo, y como siempre en muchas cosas al mismo tiempo y de una forma aparentemente anárquica, pero es mi manera de trabajar. Algunas de las obras terminadas en estos años estarán aquí. También estarán otras que sigo elaborando y que se mostrarán en el proceso de realización. Otras quedarán para las exposiciones siguientes.

Pienso que los motivos que me han movido, como punto de partida, han sido los mismos casi desde el principio: figuras humanas solas o emparejadas, vestidas y desnudas, dentro de sus espacios, que son los míos: habitaciones; paisajes, casi siempre urbanos; árboles; flores; alimentos.

Las diferencias o cambios en la forma de interpretarlos no han sido voluntarios, en general, sino derivados de la transformación del paso del tiempo, que marca nuestro ser físico y que inevitablemente pasa a todo lo que hacemos. Será interesante ver en conjunto estos cincuenta y ocho años que abarca la exposición. Sobre todo para mí.

Creo que encontré pronto mi mundo, pero que he tardado mucho en hacerme, en purificarme y ser yo mismo. Y sueño en la continuidad; mi voluntad es seguir representado el mundo visible y volver a la figura humana, tan abandonada por mí por motivos que no alcanzo a interpretar, en su individualidad y en sus acciones.”

Antonio López.Madrid, mayo de 2011.

Música.: Erik Satie, Gymnopedie nº 1

1. Memoria

La distribución de las salas es “extraña y no previsible” según Guillermo Solana, comisario de la exposición. Cuatro cabezas griegas nos recuerdan la presencia de la escultura clásica en la formación de Antonio López. Carmencita jugando (1959-1960) y Terraza de Lucio (1962-1990) evocan Tomelloso y Madrid, los dos escenarios de su vida. El tema de ambos cuadros es la azotea como espacio intermedio entre la casa y el mundo, entre la intimidad y el horizonte.

Carmencita jugando. 1960

Terraza de Lucio.1962-90

2. Ámbitos

La sala denominada Ámbitos se convierte en “una especie de tumba egipcia, de monumento fúnebre, muy imponente”, según Guillermo Solana, con el doble retrato de Antonio López y su mujer María Monero como en el centro de la casa y rodeados de pinturas de formato vertical que se configuran como visiones del interior doméstico: ventanas, puertas, la nevera, el aparador y la alacena.

Antonio y Mari. Esculturas de madera policromada. 1967-68.

La alacena. 1962-63 El aparador. 1965-66

Nevera nueva. 1991-94.

El cuarto de baño. Lápiz.1970-73

Ventana grande, 1972-73

Ventana por la tarde. 1974-82Ventana por la noche. Chamartín. 1980

3. Madrid

Madrid, que para Antonio López es “como el Purgatorio para Dante”, en sus propias palabras, es parte fundamental de la exposición, que reúne prácticamente todas sus famosas vistas de la ciudad: desde su Gran Vía, el Madrid desde Vallecas, el Madrid desde las afueras, hasta las panorámicas desde Torres Blancas o Capitán Haya.

En sus vistas, el artista subraya el anonimato radical de la ciudad contemporánea, su paisaje sin cualidades, el mar de casas que se pierde hasta el horizonte. Las vistas de Madrid son obras de largo proceso. Ejecutadas al aire libre, el artista depende de la luz natural y sus variaciones. Para captar una cierta luz, tiene que trabajar a cierta hora, durante cierto tiempo cada día y durante sólo unas semanas al año. Cada vista de Madrid ha crecido a través de muchas interrupciones: dejar el trabajo y reanudarlo más tarde es, como dice Antonio, “una gimnasia de años muy unida al carácter de mi pintura”.

Atocha. 1964

Madrid Sur. 1965-85

Madrid, desde Torres Blancas. 1976-82

Madrid desde Capitán Haya. 1987-94

Madrid. El campo del Moro. 1990-94

Afueras de Madrid desde el cerro Almodóvar. 1990-2004

La más fascinante visión de la ciudad es la más reciente, Madrid desde la torre de bomberos de Vallecas, donde la ciudad aparece como “una inmensa maqueta, como una escultura enorme, construida por todos los hombres.” Los rasgos inquietantes de anteriores paisajes urbanos están llevados aquí al extremo, hasta la visión pavorosa de un lugar inhumano.

Madrid desde la torre de bomberos de Vallecas. 1990-2006.

María. Lápiz. 1972

Carmencita. 1966

4. Gran Vía

Gran Vía. 1974-81.

Más que cualquier otro paisaje urbano, la Gran Vía es el retrato de un lugar único. Bajo el reloj que marca las 6:30, la ciudad es un escenario desierto. Antonio López no pretende excluir la figura humana, sino que se concentra en la descripción de lo inerte y va aplazando indefinidamente el trabajo sobre todo aquello que se mueve (figuras humanas, automóviles, nubes).

En los últimos años, Antonio ha vuelto a la Gran Vía con toda una serie de vistas que difieren de su cuadro ya clásico: están pintadas desde un punto de vista elevado, con una perspectiva que ya no es rectilínea, sino curva, este rasgo, unido a la presencia del balcón o azotea donde trabaja el pintor, confiere a la visión un carácter vertiginoso. Antonio López ha trabajado en estas nuevas granvías hasta el mismo momento de inaugurar la exposición y se trata de obras todavía en proceso de realización. La serie recorre la arteria principal madrileña a siete horas distintas del día 1 de agosto, con los efectos que produce la luz a las 7:30, las 10:15, las 13:00, las 13:45, las 16:00; las 19:15 y las 21:00.

Gran vía. 1 de agosto. 7:30 h. 2009-11

Gran Vía, 1 de agosto, 19:15 h. 1990-2011

Gran Vía, 1 de agosto, 13:45 h. 2010-11

Gran Vía, 1 de agosto. 10:15 h. 2008-11 Gran Vía, 1 de agosto. 13:00 h. 2010-11

Gran Vía, 1 de agosto. 16:00 h. 2008-11 Gran Vía, 1 de agosto. 21:00 h. 2009-11

5. Árbol

El árbol y su huerto de frutales particular, con pinturas y dibujos de sus membrilleros, desde 1961 a los años 90 (incluido el de la película “El sol del membrillo” de 1992). El árbol es el reverso y el antídoto de la ciudad. Frente a los vastos paisajes urbanos, la intimidad del pequeño huerto. En contraste con la visión aérea y lejana, esta visión cercana, táctil, que palpa los contornos de las ramas, las hojas y las frutas. El árbol representa al artista enraizado con su pasado campesino y manchego, el de su familia labriega. La parra. 1955

Membrillero. 1961

Membrillero de Ciudad Florida. Lápiz. 1970

En sus dibujos de los membrilleros, el dibujo se vuelve puro contorno. La sustancia material de las frutas, las hojas y las ramas se evapora, dejando sólo un residuo muy sutil, como una filigrana. El artista compara sus dibujos de árboles con mapas. Sus líneas forman una geografía laberíntica, un territorio de grietas y fisuras.

Árbol del membrillo. Lápiz. 1990

Membrillero. 1992

Calabazas. Lápiz. 1994-95.

6. Desnudo

La figura humana es el tercer gran tema de su obra, representado a través del dibujo y especialmente de la escultura, una faceta en la que está especialmente volcado en la actualidad.

Su más ambicioso proyecto escultórico es sin duda Hombre y mujer, dos figuras en las que trabajó a lo largo de veintiséis años, con largas interrupciones y cambios de rumbo. Hombre y mujer nació de una preocupación por el canon de las proporciones humanas, pero el crecimiento de la figura del hombre terminó imponiendo una abismal desproporción entre la figura masculina y la femenina.

Hombre y mujer. Esculturas en madera policromada. 1968-94

En la sala tenemos dos de sus últimas creaciones escultóricas: el horizontal y grave Hombre tumbado (2011), y la ascendente y leve Figura de mujer. Eva (2010), junto con sus dibujos y bocetos y prototipo de su última gran escultura urbana, La mujer de Coslada de cinco metros y medio de altura y que se instaló en octubre de 2010.

Figura de mujer, Eva. Cera blanca y escayola. 2010

Dibujos con medidas para la mujer de Coslada. Lápiz. 2009

Hombre tumbado. Bronce. 2011

Dibujo con medidas para una escultura. Lápiz. 1985

Perfil y frente para Hombre tumbado, Francisco. Lápiz. 2009

7. Personajes

Niño con tirachinas. 1953

A partir de este punto, en la segunda parte de la exposición, las salas están dedicadas a reconstruir la carrera de Antonio López desde sus inicios como artista hasta principios de los años 80. Esta parte reúne obras de los años 50 relacionadas con Tomelloso, figuras y retratos individuales o en pareja.

En esta época muy temprana emerge ya un tema tan central como el de la pareja humana, plasmado en una serie de dobles retratos pictóricos (de sus abuelos, sus padres, etc). Un rincón de la sala está consagrado a la presencia de Mari, la esposa del artista.

Josefina leyendo. 1953

Mujeres en diálogo. 1955-56Los novios. 1955

Cabeza griega y vestido azul. 1958, intervenido en 2011.

Sinforoso y Josefa. 1955

Mis padres. 1956

Emilio y Angelines. 1965-72

Antonio y Mari. 1961. Intervenido en 2011

Mari. 1961

Mari. Lápiz. 1961

Busto de Mari. Bronce. 1961-62

María dormida. Madera policromada. 1964

María de pie. Escayola. 1963

Mujer en la playa. Lápiz y carboncillo. 1959

La lámpara. 1959

8. Interiores

En la década de 1960, la obra de Antonio López se despoja progresivamente de lo mágico y lo romántico, para ceñirse a una objetividad cada vez más pura, especialmente en sus interiores con o sin figuras. Interiores de los años 60 y 70, con baños y cocinas. Pueden contemplarse sus mujeres en la bañera y sus relieves de Mujer durmiendo (el sueño).

Mujer durmiendo (el sueño). Madera policromada. 1963-64

Taza de water y ventana. 1968-71

Mujer en la bañera. Lápiz. 1971

Mujer en la bañera. 1968

Estudio con tres puertas. Lápiz. 1969-70

Interior de baño. Lápiz.1969

Luz eléctrica. Lápiz. 1973

Casa de Antonio López Torres. Lápiz. 1972-80

9. Alimentos

Fresquera, escayola. 1960

Esta sala de la exposición está reservada al bodegón y sus aledaños

La cena. 1971-80.

Conejo desollado. 1972

Medio conejo. Lápiz. 1972

10. Proyectos

La última sección de la exposición se centra en sus proyectos actuales, series que introducen un Antonio López íntimo y nos permiten asomarnos al mundo de su taller.

Son las obras de los tres últimos años, entre ellas las series de flores como la de rosas de Ávila, de los ramos de flores blancas que recibe su mujer cada año en un taller de pintura de Ávila que imparte el pintor. También aquí se pueden contemplar las pinturas y esculturas de las cabezas de sus nietos, como las del Día y la Noche que dan la bienvenida a los pasajeros en la Estación de Atocha.

Carmen dormida. Bronce. 2007.

Lirio blanco. 2011

Rosas de Ávila, 2007

Rosas de Ávila III. 2009

Rosas rojas. 2007

Andrés corriendo. Escayola y cera. 2004Composición de cabezas.1996-2011

El Día y la Noche. Estación de Atocha. 2008

Textos sacados del catálogo de la exposición y de la página web del Museo Thyssen.

http://www.museothyssen.org/microsites/exposiciones/2011/antoniolopez/

Fotografías tomadas de internet.

La mujer de Coslada. 2010

¡ CÓMO VOLVER A ESTAR ALLÍ !¡ CÓMO VOLVER A ESTAR ALLÍ !

Pilar M E

Julio de 2011

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