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POBRES Y RICOS EN LOS ÚLTIMOS DIEZ AÑOS La desigualdad en tiempos del peronismo “K” Por Américo Schvartzman ¿Qué ocurrió realmente con la desigualdad en estos casi diez años de gobierno peronista? ¿Se redujo la brecha entre ricos y pobres, o las políticas públicas se limitaron a incluir sin proponerse igualar? Mientras el relato oficial presenta a la Argentina como “el país más igualitario de América Latina”, la percepción cotidiana es que la igualdad sigue siendo una de las materias pendientes. Pero ¿qué dicen los “datos duros”? ¿Y qué debería hacerse para avanzar en serio en ese sentido? En este informe, algunas claves sobre esta problemática y las opiniones de los especialistas Ismael Bermúdez, Julio Gambina y Javier Ganem. Casi diez años han transcurrido desde que gobierna el peronismo en su versión kirchnerista. Al asumir Néstor Kirchner, en mayo de 2003, el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula cumplía cinco meses de gestión; Hugo Chávez llevaba tres años en el gobierno venezolano; su par de Colombia, Álvaro Uribe, cumplía un año; faltaban dos años para que Tabaré Vazquez y Evo Morales llegaran a presidir el Uruguay y Bolivia... Diez años después, todos estos presidentes, o sus partidos, siguen gobernando. La continuidad política de la región –más allá de las diferencias ideológicas– parece basada en que toda América Latina ha vivido una etapa de fuerte crecimiento y de reducción de la pobreza y del desempleo, en general a raíz de los ingresos derivados de los altos precios de las materias primas que exporta. Esos indicadores reflejan tendencias en todo el Cono Sur. Según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), los países latinoamericanos exhiben actualmente la tasa de desempleo más baja en treinta años. Pero la persistencia de la desigualdad también aparece como una característica común. “Pese a las mejoras registradas durante los últimos años, América Latina sigue siendo, de

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¿Qué ocurrió realmente con la desigualdad en estos casi diez años de gobierno peronista? ¿Se redujo la brecha entre ricos y pobres, o las políticas públicas se limitaron a incluir sin proponerse igualar? Mientras el relato oficial presenta a la Argentina como “el país más igualitario de América Latina”, la percepción cotidiana es que la igualdad sigue siendo una de las materias pendientes. Pero ¿qué dicen los “datos duros”? ¿Y qué debería hacerse para avanzar en serio en ese sentido? En este informe de Américo Schvartzman, algunas claves sobre esta problemática y las opiniones de los especialistas Ismael Bermúdez, Julio Gambina y Javier Ganem.

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POBRES Y RICOS EN LOS ÚLTIMOS DIEZ AÑOS

La desigualdad en tiempos del peronismo “K”

Por Américo Schvartzman

¿Qué ocurrió realmente con la desigualdad en estos casi diez años de gobierno peronista? ¿Se redujo la brecha entre ricos y pobres, o las políticas públicas se limitaron a incluir sin proponerse igualar? Mientras el relato oficial presenta a la Argentina como “el país más igualitario de América Latina”, la percepción cotidiana es que la igualdad sigue siendo una de las materias pendientes. Pero ¿qué dicen los “datos duros”? ¿Y qué debería hacerse para avanzar en serio en ese sentido? En este informe, algunas claves sobre esta problemática y las opiniones de los especialistas Ismael Bermúdez, Julio Gambina y Javier Ganem.

Casi diez años han transcurrido desde que gobierna el peronismo en su versión kirchnerista. Al asumir Néstor Kirchner, en mayo de 2003, el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula cumplía cinco meses de gestión; Hugo Chávez llevaba tres años en el gobierno venezolano; su par de Colombia, Álvaro Uribe, cumplía un año; faltaban dos años para que Tabaré Vazquez y Evo Morales llegaran a presidir el Uruguay y Bolivia...

Diez años después, todos estos presidentes, o sus partidos, siguen gobernando. La continuidad política de la región –más allá de las diferencias ideológicas– parece basada en que toda América Latina ha vivido una etapa de fuerte crecimiento y de reducción de la pobreza y del desempleo, en general a raíz de los ingresos derivados de los altos precios de las materias primas que exporta.

Esos indicadores reflejan tendencias en todo el Cono Sur. Según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), los países latinoamericanos exhiben actualmente la tasa de desempleo más baja en treinta años. Pero la persistencia de la desigualdad también aparece como una característica común. “Pese a las mejoras registradas durante los últimos años, América Latina sigue siendo, de acuerdo con los mismos indicadores, la región más desigual del mundo”, señala Hans-Jürgen Burchardt en un texto imprescindible en el que, estudiando el caso argentino, intenta desentrañar el origen de la paradoja1.

En la era “K”, el PBI de la Argentina promedió un crecimiento anual sin precedentes, cercano al 8%. La pobreza, que en 2002 llegó a ser del 52%, se redujo considerablemente, aunque las cifras varían hasta en casi 30 puntos, según qué fuentes se consideren.

Confusión de cifras

Precisamente este aspecto pone al desnudo uno de los costados más reprobables de la política oficial y cuánto ha disminuído la calidad institucional en Argentina. No

1 H.J. Burchardt. “¿Por qué América Latina es tan desigual? Tentativas de explicación desde una perspectiva inusual”. En Nueva Sociedad239. Mayo-Junio de 2012

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hay manera de precisar las cifras, desde el momento en que los “datos duros” son vergonzosamente manipulados desde 2006 por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), que el oficialismo controla. De esta manera, cada vez que se conocen datos sobre la distribución del ingreso se reiteran las controversias y, al cabo, la perplejidad.

En efecto, las mediciones sobre pobreza van desde el 34,9% acusado en 2011 en el Gran Buenos Aires, según el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina2, hasta el 5,7% según los devaluados datos del INDEC3. Incluso analistas adscriptos al oficialismo, como Artemio López, difieren con el instituto oficial, anclando en el 20,9% la pobreza en la Argentina. “Se trata de 8,4 millones de ciudadanos pobres, de los cuales 2 millones son indigentes, esto es, su nivel de ingresos no garantiza el acceso a una canasta de costo mínimo que garantice la sobrevida”, según ese informe4.

Que después de casi diez años de supuesto progresismo consultores oficialistas brinden estos números, no resulta muy halagüeño para una gestión que se ufana, como aseguró la Presidenta en 2010, de haber convertido a la Argentina en “el país más igualitario de América Latina”5.

Miradas diferentes

El grupo “Plataforma 2012” se formó a inicios de ese año con el objeto de aportar a un pensamiento crítico independiente de los poderes (políticos, económicos, mediáticos, etc.), “sin caer en los diferentes reduccionismos que encapsulan el debate en esquemas binarios o polarizaciones descalificadoras”. Este grupo de académicos, artistas y trabajadores de la cultura apareció públicamente con criticas severas al relato oficial, basadas en cuatro ejes: “las diferentes formas de desigualdad, los vínculos entre gobierno, poder político y grandes corporaciones, la violación y la falta de reconocimiento de derechos básicos hoy; en fin, la construcción de un relato mistificador de parte del gobierno y sus voceros en torno de estos temas”.

Los integrantes de Plataforma sostienen que una mirada compleja debe abarcar las diferentes dimensiones y registros de la actual desigualdad, que no se limita a su base económica. Señalan que “la destrucción del sistema estadístico nacional desde la intervención política del INDEC es utilizada para deformar el sistema de indicadores económicos y sociales, ocultando que persisten y en muchos casos se han reforzado las desigualdades, sea que nos refiramos a la educación, a la salud, a bienes y servicios culturales, a la justicia, a las distancias entre las provincias pobres y ricas y, de manera cada vez más dramática, a las angustiosas brechas territoriales y urbanas, relativas al acceso a la tierra y la vivienda”6.

Plataforma recibió respuesta por parte de un agrupamiento también independiente, pero más proclive al oficialismo, aparentemente constituido ad hoc: “Argumentos 2012”, que sostiene la profundización de la desigualdad “no puede

2 “La pobreza afecta al 34,9%, según un estudio de la Iglesia”. La Nación. 19/11/ 2011

3 “La pobreza bajó a 5,7% de los hogares y la indigencia, a 2,2 por ciento”. InfoBae. 26/09/2011

4 Publicado por A. López en Perfil. 23/09/2011

5 Discurso en el Día de la Bandera, en Rosario. Télam. 15/06/2010

6 Presentación de Plataforma 2012. 05/02/2012.

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afirmarse, y menos aún al pasar. Los compañeros saben que hay distintas formas de estudiar la distribución del ingreso y que en cualquiera de ellas la desigualdad no se ha profundizado desde 2003 a la actualidad (…) Nos parece muy preocupante que se realice una afirmación tan grave sin análisis ni datos”7. Pero la respuesta tampoco incluye datos. El débil argumento de Argumentos se limita a afirmar que la desigualdad no se profundizó. Ni siquiera que ha sido disminuida, tras diez años de gobierno nac&pop.

Datos duros

Las cifras que surgen de la Encuesta Permanente de Hogares que elabora el INDEC se contraponen incluso con las de investigadores vinculados con el oficialismo. La siguiente síntesis toma como base los datos del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), perteneciente al sector oficialista de la Confederación de Trabajadores de Argentina (CTA), encabezado por Hugo Yaski.

· Casi el 20% (19,9) de las personas son pobres en la Argentina· Unos 8 millones de personas viven en condiciones de pobreza · Unos 2 millones lo hacen en condiciones de indigencia-· El 34,5% de los trabajadores están“en negro”.CIFRA agrega en su informe: “Luego de casi una década que puede

caracterizarse en términos globales como de elevado crecimiento económico y fuerte recuperación en materia laboral, así como de relevantes avances en el ámbito de la seguridad social, resulta ineludible orientar las políticas públicas a atacar el problema de la persistencia de la pobreza y la indigencia”8.

En base a estos datos, La Vanguardia pidió a reconocidos economistas identificados con los valores de la izquierda democrática, su opinión sobre esta problemática. También sobre qué aspectos, soslayados por el kirchnerismo gobernante, debería atender un gobierno decidido a reducir la lacerante desigualdad argentina.

Las preguntas (ver recuadros) fueron las siguientes:· En relación con la brecha de desigualdad ¿qué variaciones se han producido en

los casi diez años de gobierno kirchnerista?· ¿Cuáles fueron las medidas más positivas en relación con la desigualdad

durante ese período?· ¿Qué medidas estima imprescindibles para un gobierno que se propone reducir

la desigualdad?.

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RECUADRO 1Julio C. Gambina*“La concentración continuó”

1- La concentración capitalista y la extranjerización de la economía continuaron su proceso en esta década. Es la información que surge del INDEC relativa a las 500 más grandes empresas del país. Las políticas sociales masivas, especialmente la

7 “Argumentos para una mayor igualdad”. Página/12. 11 /01/2012

8 Cifra. “Trabajo y pobreza: virtudes y desafíos de la posconvertibilidad”. Enero de 2013

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Asignación Universal por Hijo, APH, contribuyeron a mejorar los ingresos de los sectores sociales más desfavorecidos. La inflación emergente desde 2007 socava los bajos ingresos de la mayoría de la población.

2- Se destaca la política social masiva, que aún sin ser universal involucró a casi cuatro millones de menores y a dos millones de mayores que empezaron a percibir un ingreso jubilatorio mínimo, aún cuando no habían aportado al sistema jubilatorio. Puede señalarse la instalación y creciente presencia de las negociaciones colectivas de trabajo, que limitaron el efecto regresivo de la inflación sobre los trabajadores regularizados.

3- Instrumentar una reforma tributaria de carácter progresivo. Que el IVA no sea la principal fuente de ingresos. Que se grave la renta financiera y se eliminen las exenciones al impuesto a las ganancias. Que se elimine el impuesto a los ingresos salariales contemplados en el tributo a las ganancias. Reorientar el gasto público en beneficio de la salud y la educación. Ambos sumados apenas constituyen una parte de lo destinado a intereses de la deuda pública. Abonar el 82%móvil reclamado por los jubilados, votado por el Parlamento y vetado por el Ejecutivo.

* Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP

RECUADRO 2Javier Ganem*“La brecha es mayor que en 1994”

1- A pesar del fuerte proceso expansivo, no hubo mejoras sustantivas en la distribución del ingreso. La mejoría con relación a la caída más profunda (que fue en 2002), no ha quebrado la tendencia estructural que viene de los ‘90. La brecha entre el ingreso per cápita familiar promedio del 10% más rico con relación al 10% de menores ingresos, muestra esta persistente desigualdad: según el último dato disponible del INDEC (correspondiente al tercer trimestre del año 2012) es 20,04 veces más alto. En 1994 la población más rica ganaba 19 veces más que el 10% más pobre. En 2002 esa relación se incrementó a 33 veces, pero se observa una dificultad al quiebre de los valores verificados en la década del 90.

2-Dos medidas han influido en una mejora en términos distributivos del ingreso, que han sido la implementación de la Asignación Universal por Hijo y la moratoria previsional que propendió a la universalización de los beneficios previsionales. Los efectos beneficiosos de estas medidas se ven erosionados por el proceso inflacionario que deteriora principalmente el poder adquisitivo de los beneficiarios de estas medidas.

3 -Debe existir una fuerte política que combata la precarización en el mercado de trabajo. Si bien la tasa de desempleo cayó fuertemente en estos diez años, detrás se oculta el flagelo del trabajo informal. Según el Ministerio de Trabajo, el 33% de los trabajadores no se encuentra registrado, sus salarios son 50% más bajo que los formales y carecen de protección social. En este ámbito se incrementan las desigualdades de género (entre las mujeres el empleo no registrado llega al 37%) y por nivel socioeducativo (de las personas con escolaridad primaria incompleta que cuentan con trabajo, el 67% no se encuentra registrada).

*Decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR)

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RECUADRO 3Ismael Bermúdez*“No hay mejora en relación a los patrones históricos”

1- Los indicadores sociales solo han mejorado en relación a los años de la crisis (1998-2002) pero no en relación a los patrones historicos de la Argentina. Por ejemplo, hoy, el empleo en negro es del 35% y la pobreza real ronda el 25%. Esto se agrava porque en los últimos cuatro años los indicadores laborales y sociales se han matenido estancados por la crisis de 2009, el estancamiento de 2012, los altos niveles de inflación, la presión impositiva sobre un número creciente de asalariados y la pérdida del derecho a cobrar las asignaciones familiares por el mantenimiento de topes salariales bajos.

2-A través de planes sociales y otras medidas, como la AUH, sectores de bajos recursos reciben un magro ingreso, que no se financia con impuestos al capital o a la renta financiera –que sigue exenta del pago de impuestos– sino con imposiciones a los asalariados. El haber jubilatorio representa la mitad o menos del sueldo del trabajador activo y aumentan sin tregua las demandas judiciales de los jubilados. En 2012, el sector bancario tuvo utilidades extraordinarias a expensas de los consumidores, quienes pagan por créditos al consumo o personales tasas exorbitantes que más que duplican la inflación y triplican las tasas que los bancos pagan por los plazos fijos. 

3 - Los intereses de la deuda –que percibe la patria financiera doméstica y extranjera– sumaron en 2012 más de 50.000 millones de pesos, lo que equivale a 4 años de lo que insume la AUH. Sin un plan de transformaciones nacionales y sociales la “inclusión o igualdad social” no pasa de un slogan que se desvanece frente a una realidad cada vez más acuciante.

* Periodista y licenciado en Economía. Premio Konex 1997

(Publicada en La Vanguardia del PS, abril de 2013).