ambientacidn ecologica e. balcells rdcamora p. … · depresión ibérica (creus, 1983) o la transi...

22
AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. MONTSERRAT RECODER CI PEDROCCHI RENAULT San Juan de la Peña SUMA DE ESTUDIOS Coordinación: Ana Isabel lapeña Paul Mira Editores, Zaragoza 2000

Upload: others

Post on 16-May-2020

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

AMBIENTACIDN ECOLOGICA

E. BALCELLS RDCAMORAP. MONTSERRAT RECODERCI PEDROCCHI RENAULT

San Juan de la PeñaSUMA DE ESTUDIOS

Coordinación: Ana Isabel lapeña PaulMira Editores, Zaragoza 2000

Page 2: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco
Page 3: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

100. Graeílsta tsabelae nU::l.rlpo..<¡:a ..;:on:oumidoro de ac!cufas de pino albar (. Pínus S)'h.>estris) o ro~'O y tam!:J~n el negroJo (aric!o de Sclzmcnn (.. Pínus nlgra saEnnannlf)

AMBIENTACiÓN

'1

Page 4: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

99. Gr~Usta jsabelee mo-riposa OOMtmlIdoro <le. odcu/o.s de .,.lno cíbcr ("" Ptnus .53-'¡"'~rts) o-royo 3.'tombrén el rlegrLJlo larklo de Scízmann (~ Pinus nfgra Mlzm..annlf)

LA MONTAÑA

Simboliza la vanacron ambiental, conoportunidades para muchos seres que necesi­tan diversidad; así, la riqueza en plantas yanimales de los montes ya indica un amblen­te muy alejado de la monotonía que reina entierra llana. En el Génesis destaca el Dios queayuda y protege desde "su" montaña. Losganaderos aprecian el pasto fresco de altamontaña con sombras para el sesteo junto albosque; los caminos prehistóricos discurrenpor los Interfluvios con mucha visibilidad y alpairo del ataque Imprevisto. También la visIónde un paisaje dilatado Influye, sugestiona yaumenta en nosotros la sensación de poder.Son muchas las vivencias ancestrales, y el"prestigio" -casi adoración- de la montañanos viene desde la lejanía de los tiempos.

Nuestro monte Pano es singular y acu­mula muchas vlvenclas de los antepasados;aquí, en esta parte del libro, los especlallstasdel ambiente montano presentamos a lasplantas, animales, y un hombre Integrado,hecho paisaje, con sus acciones históricasrealizadas en la maravilla plnatense, naturaly humana, en esa "cuna" de la naclonalldadaragonesa.

EL MUNDO GEOFíSICO

Flora y Fauna dependen del Climamodificado por variaciones importantes delrelieve, el clima topográfico. Existen traba­jos en relación con el clima general de laDepresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi­ción de un ambiente húmedo y fresco cantá­brico al verano jacetano más seco y caluro­so (Montserrat, 1971b).

Las plantas prosperan sin movilidad yacusan así cualquler variación climática local;tenemos, por lo tanto, unos árboles situadosen el relieve y ahora destacaremos esos [ito­dimas que nos detectan la varlacl6n subcan­tábríca mencionada o la mediterránea dematiz continental (tormentas frecuentes) con

algunas peculiaridades climáticas importan­tes. Veamos ahora la base geológica del rcltc­ve.

SUSTRATO GEOLÓGICO

El zócalo pIrenaico antiguo esPaleozoico con núcleo granítico (panticosa­Cauterets-Balaltús) y unos esquistos cubier­tos por el Permotrias (areniscas rojas) carac­teñstico del Pirineo occidental (Oza, AguasTuertas, Estanés, Somport, etc.). Las rocaspaleozoicas jacetanas tienen poco calcio ydan suelo áctdo, con subsuelo Impermeable yalgunos ibones. En el Eoceno-Oligoceno selevantó el Pirineo joven, las Sierras interio­res de caliza dura carstlftcada, como esponjaenorme que sanea los suelos del Perdido­Cotiella-Turb6n, con Tendeñera-Collarada,Picos de Aísa-Blsaurfn-Ezcaurre, más elflysch y los ValleS con margas eocénicas dela Depresión Media (Jaca-Pamplona·Vltoria), donde creció nuestro monte; ade- .más, tenemos las Sierras Exteriores (Guara­Santo Domingo) en contacto con losSomontanos, en ampllo pledemonte hacia elEbro. Las margas grises erosionadas delEoceno dan suelo arcilloso poco permeablecon muchas paúles (humedales) en losbarrancos erosIonados; es el "paisaje lunar"de Berdún, tan original y contrastado.

La Depresión media estuvo rodeada dealtas montañas y en ella se acumularon unoscantos rodados, los conglomerados sobrearena y las margas grises, con el flysch yarrecifes coralinos. Durante millones deaños la erosl6n ha rebajado esas margas yahora destacan los conglomerados de SanJuan de la Peña, Oroel, Oturía, Canclás, etc,como testigos mudos de tanta erosión, delTerciario hasta nuestros días.

Son montes formados en la mencionadaDepresión Media, que ahora se levantan tantocomo las Sierras Exteriores y juntos forman elllamado Prepíríneo. Los conglomerados enmonte Pano y Oroel están fisurados, actúan

AMBlE1\7ACIÓN ECOLÓGICA 258 E. Balcells. P. Montscrrat, C. Pcdrocchí

Page 5: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

Figura 8. Al final de la quinta fase lar­varia, se inicia la confección del capullo quealbergará la pupa durante los ocho próxl­mas meses; buscando para ello, mediantealejados desplazamientos un lugar adecua­do, donde poder apoyarlo y ligarlo pertlnen­temente. Dlcha fase de desarrollo es, sinduda, la más larga pues la Graellsía isabe­lae da un máximo de una generaci6n/año,de modo que la pupacl6n requiere largosmeses antes de renovar la reproducción,puesta y reIniciar así, el ciclo biológicoreproductor en la primavera siguiente(abrlVmayo). No sería la primera vez, ade­más, que, según el clima estival e invernal,la pupa requiera más de un período de vera­no e Invierno para producir la eclosión aadulto. El desarrollo de puesta, huevos yorugas durante la prlmavera en cambio, secompleta en menos de cuatro meses.

Figura 9. Pone de manifiesto cómo seva sucesivamente engordando el capullopara la pupacl6n.

Figura 10. Al cabo de breves días sefinalizó la elaboración del capullo; apoyán­dose, para dicha elaboración, en las hojasde pino artlficlalmente Introducidas en lacápsula de Petri, donde evolucionarondíchas pupas.

Figura 11. Transcurridos unos días, seseccionó el capullo, sólidamente elaborado.Operación que permltló observar la futurapupa en estado de prepupa o prenlnfa, esdecir: antes de mudar o abandonar la exuvlao muda larvaria.

Figura 12. Oruga de aceptable tama­ño, en fase CS" y bien visIble y estudiable enel mes de julio. En vista dorsal, cabe dife­renciar: el conjunto cefálico, los tres seg­mentos toráclcos siguientes y 8 de los 10

.abdomlnales, Finalmente, una vez más, lascondlcíonas ambientales de humedad insufi­ciente no han pennltido a la larva en S" fasedesprenderse totalmente de la muda de 4"fase que todavía arrastra la oruga, tapando,además, los dos últimos s?gmentos abdomi­nales.

Tal sería el ciclo de "bondadosa" ypoco numerosa oruga y luego mariposa,más bien de baja demografía, muy buscadapor numerosos criadores, Interesados en suventa, ora a especialistas y coleccionistasde mariposas, ora a público que muy agusto alberga ejemplares entre vidrio, for­mando elegantes y vistosos "pisa papeles",muy usados en los despachos de amuebladomodernlsta"•

como gran esponja y el agua sale por distintasfisuras o bien al contactar con las margas eocé­nieas impermeables de su base (700-800 m).

Para los ecólogos, este macizo ya esuna "montaña media" accesible, humaniza­ble, con ambiente forestal y enorme diversi­dad f\orístlca.

GEOIlOTANlCA HISTÓRICA

El Cuaternario se caracteriza por susvariaciones climáticas, unos trasiegos deplantas en emigración por el frío, la sequía oel calor en aumento, que deterrnlnaron suacantonamiento en reductos apropiados paraplantas con exigencias dispares, pero sítua­das -cada WIa- en su microamblente topo­gráfico. La montaña medla no tuvo glaciaresy pudo conservar unas plantas que desapare­cieron del Pirineo axll cubierto por el mantode hielo de cien o más metros, WIacapa pocoapta para el bosque y los pastos de montaña.

Las migraciones del oeste al este y vice­versa provocadas por el clima fueron favo­recidas en la Depresión Medla mencionada,con su Canal de Berdún que recibe del Estepor la Val Ancha y del Oeste por la Burunda­Pamplona. Cuesta poco Imaginar la umbríacon su frescor en época cálida y WI calormínimo de solana en período frío. Además,la Irregularidad en los valles transversales(norte-sur), junto con la propia del macizoque comentamos, ofrecían refugios variadosen cada migración, con una riqueza f\orístl­ca que aument6 y comentaremos.

EL AMBIENTE VEGETAL

VEGETACIÓN

En el esbozo Introductorio destacamosunos refugios preparados para mantener en

poco espacio muchas plantas de origenvariado: siberianas, europeo-atlánticas, pire­naicas, esteparias, mediterráneas, etc. Ladirección (E-W) del crestería, con solana­umbría destacadas y fuerte pendiente, man­tuvieron unos contrastes entre la cresta ven­teada y su depresión septentrional de sueloprofundo, con abetal frondoso en el montePano, y una réplica en el Oroe! próximo.Veamos ahora los aspectos generales rela­cionados con tantas plantas asociadas (bos­ques, pastos, matorrales, riberas) en unosconjuntos botánicos (l,Iegetación) con susárboles y arbustos característicos.

El carrascal

Es un ambiente mediterráneo que pre­domina y viene caracterlzado por la encinacarrasca (Quercus üex subsp.rotundlfolkú,como bosque de hoja dura (esclerofilo) en .cada solana seca. La carrasca es muy sufrl-

c da y tolera sequías prolongadas, pero porfalta de agua en el suelo se ha secado algu­na vez y con la lluvia cuantiosa del otoñosiguiente rebrotaron las que parecían muer­tas. Es una climatología que -con leñas ycarboneo- explica el aspecto arbustivo demuchas carrascas, tanto en Botaya-Bemuéscomo la solana del Cuculo, hacia Santa Cruzde la Serós. Dichas carrascas se usaroncuando escaseaba el combustible, hasta lallegada del butano. El nombre del barrancoCarbonera ya recuerda esa utilidad histórlcadel monte mediterráneo, una fuente de com­bustible para nuestros abuelos,

El carrascal más seco e Incendiado confrecuencia viene Indicado por J'a domInan­cia del xinebro (Juniperus oxyedrus), con'su semlparáslto (Arceuthoblum oxycedrl) ,un -"coral verde" y diminuto pegado a susramas- junto con otras plantas mediterrá­neas poco frecuentes en el Pirineo. Cercade Bernués vemos este xlnebral que detec­ta la solana venteada, reseca, pero llena deplantas Interesantes, raras en estos mon­tes. En la Canal de Berdún -Bínacua, p.ej.- tenemos otro xínebro, el arborescente

AMBIENTACiÓN ECOLÓGICA ~v E. lJ"¡cdk. p. Monf""\""~, C. P"rrrocchi SAN JUAN DE lA PEÑA

Page 6: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

2

4

98. Gtae!Wa tsabeíee mariposa (:onsumJC:oro d~ cclc,ulas de pIna efbcr (-- PlnU$ sylYeStrls)<1 royo !1 t,pomblén el m:gro/o latido de Salzmanlt (e. Pínus nJgra salzmanaífl

3

TIenen mayor Importancia ahora losquejigales en la Canal de Berdún, comovemos hacia Santa Leocadla y los boalaresde Atarés.Jaca, pero al dlsmInulr los apro­vechamientos ganaderos entra un pinoraquítico, birrioso, apenas maderable.

Pinares

Son robles de hoja marcescente(Querct/s gr. [aqinea e híbridos) que seca enotoño y cae despacio en Invierno. Forman elbosque normal en ambiente mediterráneo,poco lluvioso, pero con suelo margoso queretiene la humedad en verano. Formabanantes unos bosques que fueron roturadospara "tener pan", o bien los pastaban inten­samente¡ ahora la chunqueta (Aphyllantllesmonspefiensís) -una planta característica ymuy buscada por la oveja- ya crece dema­siado e indica la falta de rebaños, de los bue­y¿s y mulos que pastaban en épocas sin tra­bajo.

Los quejigos o cajicos

En el paisaje propio del monte pinaten­se ya predominan los pinares, un bosqueque aprovecha bien el aumento de pluvlosl­dad en la montaña y frena la erosión provo­cada por fuertes tormentas.

Los cultivos cerealistas, p. ej., enBotaya, aprovecharon esa capacidad delsuelo margoso para seguir con unas laboresancestrales que por su escasa producciónapenas compensan ahora los gastos de trac­tor y exigen subvenciones. El quejigal, por lo'tanto, sufrió roturaciones, artigueos, y ahoracon tantas aliagas y otras plantas inflama­bles, es muy peligroso por los incendiosgeneralizados, hasta catastróficos, queaumentan con el abandono y la despobla­ción de pueblos y pardinas.

Forman el bosque normal en estas sie­rras, en especial, donde hace poco calor enverano y los musgos "almacenan" el agua detormenta; los pinos resisten una explotación

Lo más seco de las crestas mantiene unmatorral espinoso, el erizón, carpín o "cojínde monja", y muchas plantas geofítas (conreserva subterránea para brotar y florecercon facilidad) tan adaptadas al clima extre­moso de las cumbres. Es un ambiente lumi­noso y seco que podemos denominar oro­mediterráneo, del páramo topográfico, y locomentaremos.

Enebros y sabinas resisten la roza y [osIncendios porque rebrotan de cepa, hastade raíz, y así prosperan en solanas incen­diadas por los pastores desde la prehisto­ria. Por ello, los destacamos ahora comounos Indicadores ambientales extraordina­rios.

(Juniperlls oxycedms subsp. badia) que,por su talla, resiste la competencia de otrosárboles y fue diezmado por dar una made­ra muy valiosa y aromática; además, entodos los bosques, encontramos formasoromediterráneas del J. connnunts, losenebros que también detectan el incendioreiterado, una sequía con viento Impetuo­so.

El carrascal roza la parte alta de lassolanas y allí detecta la persistencia delambiente de paramera (un complejo depáramos áridos con bosquetes en cadadepresión), que persistió durante millonesde afias en las mesetas peninsulares máselevadas e Irradió hacia las montañas pire.nalca-cantábricas. Carrasca, gayuba, losescambronas con enebro y sabina, detectanesos bosquetes tan antiguos que por suadaptación al frío y sequía prolongada per­sistieron hasta nuestros días. Entre la erml­ta de Santa Teresa (derruida) y San

. Salvador, vemos' esos carrascales monta­nos que ocupan rellanos del acantiladosoleado y seco, pero con Infiltraciones deagua por las grietas que así mantienenotras plantas Interesantes, muy antiguas yJamás sofocadas por la sombra forestaldensa, ni afectadas por la niebla helada(inversión térmica del valle) que no alcanzala parte alta..

AMBIENTACiÓN ECOLÓGICA 260 E. Ba1ceUs, P. Montserraf, C. Pedrocchí !?AN lUAN DE lA Pf:1\'A

Page 7: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

to aspecto, algunas representadas en foto­grafías, Según edades y sumariamente des­critas. Cada subperíodo dentro de los cuatroprimeros dura unos 5 días, mientras que elúltimo, termínando en la búsqueda de Jugaradecuado para crisalidar, (v. figs. 7 a 12),por la misma oruga al final de su quinta fase,supone unos 15 días a los que hay quesumar un día consumido en la elaboracióndel capullo y cinco posteriores, en que ter­mina la elaboración de la crisállda, y engeneral, dentro de las sedas del capullo, seproduce la muda, pasando el animal de pre­ninfa a crísállda o pupa, durante la segundaquincena de junio.

Alcanzada esa fase, se Inicia el largoperlado de crisalldacl6n que, según la evolu­clón anual del clima, como ya se ha dicho,no finaliza antes de la mitad de la primaveradel sIguIente año.

En la leyenda que Ilustra las fotografíassobre el clclo biológico de Graellsia lsabe­lae que se transcribe a continuaclón, el lec­tor hallará las descripciones de la morfolo­gía de la especie en las distintas fases de suciclo bIológico arriba descrito.

Las fotografías aportadas son doce, dis­tribuidas en tres adjuntas láminas. Cadalámina, por 10 tanto, contiene cuatro fotos;las fotograf!as se han numerado sucesiva­mente de la primera a la doce, a razón de 4por lámina. A continuación, cada párrafoilustra el contenido de la foto y completa losaspectos sobre el ciclo biológico y los requl­sitos ecológicos del lepIdóptero descrlto.

Figura 1. Macho y hembra adultos enprimavera (abril), con las delicadas alas algogastadas por corresponder a las últimasfases del celo. El macho es el ejemplar queostenta alas posteriores provIstas de sendaslargas "colas". La envergadura de cadaejemplar -hembra o macho-- se aproxima alos 80 mm.

Figura· 2. Una puesta; el alfiler puededar Idea de la talla de los huevos (alcanzan

2'65 mm..x 2'1 mm.), son de brillo cereo "tonalidad de fondo verde-mar claro; alteradapor manchitas de color Ora pardo, ora siena.

Figura 3. Orugas al final de su prime­ra fase. Una de ellas, aquietada ya, hamudado la quitina de la cabeza; que ostentatodavía sin pigmento; en la segunda fase lar­varia suelen ser todavía muy negruzcas omelántcas.

Figura 4. Muestra un conjunto de oru­gas, todavía jóvenes, en el transcurso de laprlmera fase larvarla, en el momento en quese alimentan Intensamente de hojas de pino.En el transcurso de dichas fases, en la cutí­

.cula, dominan talios oscuros o ' melánlcospor toda la superficie del cuerpo.

Figura 5. Orugas de tamaño casi natu­ral, provistas de más anImados tonos verdo­sos, rojos y pardo rosados, propios del finalde la tercera fase y el ínlclo de la 4&, en quelos esclerítos de quitina son menos espesos.Junto a una ramilla de pino con hojas ente­ramente "podadas", se conservan excre­mentos (v. también figura 7), traduciendo-una vez expulsados-, las arrugas típicas delintestino; mejor representados en fotos 7 y12.

Figura 6. Al flnal de la 4& fase larvaría,ostentan brillante colorido, que Se confirmaal ínlclarse la 5& fase final en la figura 7, con­trastando con el dominio de melánlcos ypardos qué domina en la quitina de las oru­gas juveniles.

Figura 7. Quizás la humedad lnsufí­clente fue causa de las dificultades ostenta­das por la oruga fotografiada, para abando­nar o desprenderse correctamente y en sutotalidad de la muda al Iniciar su quinta yúltima fase de desarrollo previo a la pupa­clón; soportándola enrollada al final delabdomen [v, también foto 12), Su coloridoes más Intenso, federándose, más que en lasfases anteriores, a la coloradón de los adul­tos y, por lo tanto, con dominio de verdes,sobre los tonos pardos.

IIi!iI

, jI

moderada, como fue la ejercida por los mon­jes desde la Edad Media (una gestión monás­tica poco comentada). Tenemos dos pinos:el pino albar o royo (Firws sylvestris), decorteza rojiza en la mitad del tronco, resistefrío y calor, pero sufre por las nevadascopiosas, con sus ramas deformadas por elpeso de la nieve. Es un pino "pariente pró­ximo" de los que forman la Taiga boreal,pero con unas razas nuestras de rama largay propias de la montaña mediterránea.

Más nuestro aún es el pino negral(Pinus nlgra subsp, salzmanli) conocidotambién como pino Jarlclo, es autóctono(España y raro en el sur de Francia), de mon-

- taña mediterránea, y domina entre SantaBárbara-Las Peñas de Riglos; también formabosquetes de pino joven junto al carrascalde Santa Cruz-Cuculo, más unos pInosmajestuosos entre Mirador y MonasterioViejo, donde destaca por su tronco esbelto yuna corteza caracterfstica. Sin ninguna dudaes el pino espafiol más bello, alto y longevo,que nos indica la tormenta de primavera­verano, precisamente cuando aumenta elcalor y se forman con facilidad las nubesconvectlvas aquí, en las sIerras preplrenal­caso

Al describir biocenosis pInatenses consus plantas y anImales, se comentarán tam­bién los pinares con acebo en suelo profun­do y. una capa de musgos protectores, el"Pinar musgoso" (Montserrat, 1971a) con elflujo de agua regulado después de cada tor­menta estival.

Hayedos y abetales

No todo es ambiente mediterráneo y almonte Pano llegaron las hayas con otrosárboles subcantábricos que precisan aire.húmedo; persistieron las hayas en laderascon viento del océano canalizado por laDepresión Media menclonada. Las hayasdetectan esa niebla frecuente -la mojadura y"capa" que abriga en inviemo--, y tambIén lapresencIa de otras plantas de hayedo que

son de Europa occidental; así, sobre unsuelo sano y con niebla frecuente, se. man­tienen esos hayedos residuales (Vi1Iar & al.,1999) de gran significación ecológica.

Tenemos una gran concavidad o vallo­nada tfpica de la cumbre pinatense que con­serva un suelo húmedo y profundo, con eldenso abetal relicto que lo indica; los abetosde la umbría descienden además por elbarranco Carbonera, hasta contactar con elcarrascal Seco de la solana, en la carreterasobre Santa Cruz de la Serós, en el recododonde se construyó el depóslto-alberca con­tra los Incendios. Haya y abeto forman elbosque templado más húmedo: el abetodrena el suelo que así puede tener las hayasexigentes en suelo sano, mientras el abetoprecisa tul suelo húmedo: "haya pie seco ycabeza mojada. mientras el abeto con piehúmedo y cabeza seca". Asl lo sintetizabael botánico LuIs Ceballos, maestro de tantosforestales.

Esos bosques boreales ya escasean en elPreplrineo y se han mantenido gracias a lanIebla que moja o a las fuertes rociadas endías serenos (debidas a la Irradiaclón noc­turna en días de elevada humedad relativa,con lo que se alcanza fácilmente el punto derocío), así se mitiga el contraste térmico desolana-umbría, liberando el calor latente queregula, eleva la temperatura media en laumbría. En Oroel los abetos alcanzan tam­bién la cresta, gracias a las rociadas pordicho contraste térmIco (Montserrat, 1986).Es importante tener en cuenta esa dinámicadel aire-niebla y los enfriamientos humee­tantes, con calor liberado que dIsminuye asílos daños por la helada invernal, en un climapropio de montaña subatlántlca.

Bosque mixto

Bajo la cueva del Monasterio viejo seacumuló fertilidad edáflca por el agua resi­dual del Cenobio durante siglos; el fresno(Fraxil1use.xcelsior) -con olmo de montaña,tilo, mostajo, acírón, iIlón y avellanos-,

SAN JUAN DE LA PEÑA

Page 8: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

forma un bosquete muy variado y rico, conafinidades europeas, por tener un suelo fér­til y fresco. Es realmente una excepción pre­pirenaica y la hemos mostrado a muchosbotánicos extranjeros, en especial durante laExcursión Internacional de Fítosocíóloqos(Bolos y Montserrat, 1960). Tantos árbolesde hoja caediza reunidos y vigorosos no for­man ahora nuestros bosques normales, yaque se simplificaron durante las glaclaclonescuaternarias; aún quedan fresnos y earpescon árboles variados en algunos suelos pro­fundos europeos, pero allí la mayorla fueronroturados. En alguna garganta pirenaica yriberas de montaña tambIén persisten. Jostilos, olmos, ilIones y fresnos, un bosquemixto, la representación genuina del bosquecaduclfollo en clima templado.

Recapitulación

Los árboles mencionados, mejor dichosu comunidad natural -el bosque consolida­do durante mllenlos-, representan elambiente moldeado por unos seres vivosque además lo saben utilizar. Se forma real­mente un "bioclima", el conjunto annónicode seres vivos que dan su retoque y expre­san así el clima local topográfico. Es poresta razón que los hemos destacado paracomentar a continuación sus plantas caree­terlsticas (flora) y algunos animales que las"usan" (fauna); se nutren y protegen allí, en"su casa", una maravilla de la Creación que"les atiende" con total espontaneidad y efi­cacia.

FWRA PINATENSE

Si es interesante la vegetación, ese con­junto de árboles con plantas que visten elmonte y barrancos indicándonos el fitocllmaen cada tesela del paisaje, no lo es menos sudiversidad específica, con muchas especiesen el Oroel-Boalar de Atarés y San Juan dela Peña. Veremos ahora unas plantas quedestacan por su rareza o significación palsa-

jística. También conviene comentar otraspeculiaridades relacionadas con la botánicalocal, con quienes dieron a conocer las pri­meras plantas plnatenses: algunas fueronprimicias para la flora española o para laciencia.

Por ¡10m de una región entendemos elconjunto de sus plantas con tallo y hojas.las Bacterias, Algas, y Hongos tienen suflora peculiar y dan las setas que abundanen los bosques pinatenses. Los Musgos for­man masas importantes en los pinares. losHelechos con su hoja grande (fronde) noabundan, así como escasean también lasplantas superiores acuáticas. Las Gímnos­permas son muy antiguas y están especlall­zadas, tanto que simbolizan esos paisajesáridos comentados al describir la vegetaciónpinatense; el tejo (Taxus baccata) está tam­bién y Ephedra major se conservó en elOroel próximo.

Entre las plantas superiores -con flor ysemilla- predominan las Gramíneas yCompuestas, con muchas Carloñláceas,Leguminosas, Crucíferas, Labiadas, Escro­fulariáceas, Orquídeas y Liliáceas, comofamilias importantes; escasean las especiesde humedal, como Juncáceas, Clperáceas y,en especial, las plantas acuáticas.

Aspectos corológioo5

Los elementos florístlcos, las afinidadesgeográficas de la flora pinatense, ya se men­cionaron al describir las variaciones fítocll­máticas; la Infuencia de las nieblas que apor­ta el aire húmedo cantábrico, en contraposi­ción a la cresta venteada, reseca, de altamontaña mediterránea, similar a las para­meras. Hay un elemento euroslberlano conplantas boreales y otras subatlántlcas que seextienden por Europa y alcanzan la cordille­ra Pirenaica, pero más al sur, en elPrepirineo, ya son escasas. Por el contrario,las plantas mediterráneas, en especial dellevante peninsular, son más abundantes enesas zonas solanas.

propio medio natural de residencia ecológi­ca, intervino y cooperó el mismo perro de D.Mariano, pertinentemente detenido ante laprimera hembra localizada de la especie enlos pinares del Guadarrama: advirtiendo así asu dueño, que le mantenía sujeto, de la pre­sencia de una hembra de mariposa, tan sin­gular (foto 98), posada en un tronco de pinoy cooperando, por lo tanto, a la captura delprimer ejemplar, entonces bautizado (en1848), como Saturnia Isabelae y segura­mente presentado en danza de la corte porS.M. la Reina, que lo lució a modo de pre­cioso dije·pendiente o medallón, rodeado deesmeraldas.

La descripción del adulto, no fue fácil;se apoyó al principio en la captura de laprimera hembra en 1848; pero no se obtu­vo ejemplar macho hasta 25 años mástarde. Cabe hoy no obstante, anotar lossiguientes caracteres referidos al adulto (v.folo 98),

• Envergadura media, unos 80 mm.

• Alas posteriores amplias y caudadas a dis­tancia, si bien son más breves en la hem­bra.

• Cuerpo pardusco, mezclado de manchasamarillas y colores vinosos.

• Frente amarillo. Con collar pardo bordea­do de amarillo; las "pterigotas" son ama­tillas, pero están teñldes de pardo en subase y de rosa en su extremidad.

• Alas de tonos generales verde-azulados.Aclarándose y amarilleando hacia los bor­des externos; terminando en línea margi­nal y antes del margen, apareciendo unadoble línea negra.

• Costado de las alas anteriores, lo mismoque las nervlaclones de las cuatro alas, detonos gris-rosados.

• Presenta un ocelo en medio de cada ala,transparente en el centro; amarillo en sumitad externa; azul-rojizo en su mitad

interna y enteramente rodeado (cadaocelo). por un círculo negro.

El macho de esta linda especie (en partese puede apreciar en la iconografía presen­tada sobre los dos sexos) difiere de la hem­bra: por sus antenas, ampliamente bipecti­nadas o pectinado plumosas. Los coloresson más vivos. La "cola" del ángulo de lasalas posteriores es mucho más larga yrevuelta en espiral.

Tanto por su belleza, que a todo elmundo atrae cuando la ve, como por loextraño de su forma y coloración, deviene uninsecto inolvidable para quien por primeravez lo contempla. Conviene así mantener alos visífantes de San Juan de la Peña adver­tidos, para que no pierdan ocasión -con o sin"can cooperante"- de poder observar tantoadultos como orugas, unos y otras, sin dudade Interés y belleza singulares, como adjun­tas fotografías ponen de manifiesto.

Durante el año y partiendo de la mitadde la primavera (entre el 15 de abril y lamitad de mayo), la especie alcanza fase adul­ta, vuela y se reproduce, copulando y ponían­do huevos, sobre las cortezas del arbolado delos pinares. En el sector NE. de España laspuestas termínan hacía el 26 de abril con lamuerte de la hembra, realizándose la cópulaen semanas anteriores, pues el macho prece­de en días al fallecímíento de la hembra.

El número de huevos en la pareja estu­diada, agrupados en puestas de menos de10, en algunos casos aislados, fue de unos82 y casi todos depositados entre el 18 al21 de abril.

Los avivamientos más tempranos tuvíe­ron lugar 22 días más tarde; el último fuedel 14 de mayo. Todos los huevos llegaron atérmino. A una temperatura promedio enlaboratorio de 20" ± 1'S"C. La fase larverladuró entre 39 y 42 días, a temperatura algomás elevada de 21 ± 2'" C. Oportuna inter­calación de 4 mudas divide la vida larvariaen cinco subperíodos, con orugas de distin-

AMBIENTAcróN ECOLÓGICA 262 E. BalceU9, P. Mcnteerret, C. Pedrocchi AMBlEI\'TACfÓN ECOLÓGICA. 292 E. B.a1c~JJs, P. Moní!;'crr«;í, C. PeÓIOU".h¡:

Page 9: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

• Abetar: drenaje obllcuo, explotaciónforestal, eUmlnando la competencia con elhaya.

• Pinar con acebo: drenaje endopercolatl­va; explotación maderera y, probable­mente, cultivo.

• Pinar con boj y hayas: drenaje oblicuo;pastoreo y explotación maderera.

• Pinar con boj y gayuba: derrubiospedregosos, con suelo poco profundo;explotación maderera.

• Pinar tennófilo: drenaje oblicuo enclima local resguardado¡ pastoreo yexplotación maderera.

• Pinar en substrato arcilloso: escasapermeabJlidad en el substrato; pastoreo.

• l\fatorral de boj y enebros: escasa peromeabilldad del substrato; pastoreo yfuego hasta la actualídad,

En total, se han diferenciado una quin­cena de comunidades o biocenosis.

3. Graellsla isab~lae. mariposaconsumidora de aciculas de pinoalbar o royo (Pinus sylve&trIs)y también de negral (J lariciode 8alzmann (= Pinus nigrasalzmantJií).

leyenda de las fotografías 98, 99 Y 100corto resumen sobre descripción y caracte­res biológicos de la especie de lepidóptero

No siempre las orugas o larvas de marí­posas, Incluso cuando se trata. de pinos-soportando ciertos afias duras plagas deproceslonaria-, aportan una desdicha más anuestros bosques. En el Macizo de San Juande la Peña, se hallan, casi como únicas espe­cies de pino, las dos (Plnus sylvestris y P.nigra salzmann/l), hospedadoras de la mari­posa --de origen típicamente lbértco-, la más

bella de Europa, o, por lo menos, aquellaque todos los especialistas reconocen comouna de las de mayor calidad. Se trata deGraellsia isabelae; una de las especies deínsectos calificada de las más hermosas,interesante y representativa de nuestrafauna Ibérica y cuyo parentesco y afinidadcon especies himalayanas, serian lejanos enel espacio y en la historia.

Se trata de un lepidóptero de la familiasisfíngidos. Especie, en primer lugar, halla­da y reconocida como nueva para laCiencia en bosques de pino royo o albar enEspaña central, que años más tarde locali­zaron entomólogos franceses en los AlpesOCCidentales y, dentro del presente siglo,descubierta como capaz de alimentarse,además, de las hojas de pino negral, sobretodo en montes andaluces (como Cazarla ySegura).

Dedicada por su descubridor o descríp­tor, D. Mariano de la -Paz Graells -dIrectordel Museo español de Ciencias Naturales ensu día-, en 1848 (a mediados del siglo XIX,por lo tanto), a S.M. la Reina Isabel Il y deahí su nombre específico. Fue al principio,no considerada un nuevo sisffngtdo. sinoIncorporada al género Saturnia. Recono­cida más tarde como perteneciente a ungénero desconocido y nuevo para la Cienciade lejllno emparentamlento, razón por laque fue re-descríta e Incorporada a los catá­logosde mariposas, utilizando para su géne­ro, el nombre de su primer descriptor, D.Mariano de la Paz Graells, y, por lo tanto.Incorporándola a los referidos catálogos delepidópteros con el nombre de Graellsia isa­belae,

Sin embargo, está rodeado su descubrí­miento de una serie de "simpáticas" clrcuns­tanelas que quizás merezca recordar. Alguienen su día dijo: "desde su nae/miento para lae/elle/a a mediados del siglo XIX, al conju­ro de ia perspicaz mente de Graells su des.cubrldor, se hall escrito cosas realmenteperegrinas y pintorescas a propósito deGraellsia isabeloe". A su localizaclón en el

SAN ,nJAN DE 1..11. PENA

El área de cada especie se describe condetalle en el "Atlas de la Flora" (Villar & al.,1998) con el segundo volumen que se ultimay completará esa descripción de áreas enplantas de la flora pirenaica.

La cresta sin árboles

Es llamativo el crestería pinatense consus plantas almohadilladas;' algunas sonespinosas, como el erizón o carpín (Echi­nospartum llOrridum), que prospera tam­bién más al este (Sobrarbe-Ribagorza) y esraro en Navarra, pero abunda en laJacetanla y Guara-Grata]. Con esta planta,que simboliza lo más seco y venteado de lacresta, prosperan muchas especies de"paramera" Qa estepa de montaña medite­rránea) en especial pertenecientes a losgéneros Arenaria, Minuartia. Cerastium,Silene, Saponaria, Dianthus, Draba, Eri·symum, AetlJionema, Arabis, Blscutella,Allíum y el raro Chenopodlum [oliosum(Blitum u/rgatum), con Astragalus depres­sus, varios tomillos, y muchas leguminosaso gramíneas del pasto adaptado a la insola­ción prolongada con sequía, pero querebrota vigorosamente cuando termina elverano.

Esta adaptación, el revivir tan prontollueve, caracteriza muchas plantas geofltas{con tubérculo, cebolla o rizoma grueso}como es la célebre quitameriendas(Merendera pyrenaica), indicadora del díaque se acorta y de las primeras tormentasdel verano, el jacinto pirenaico (Brimeuraalllethystina) de flor preciosa, con "tulipa­nes" (Tulipa auetralis, FritilIarla /usitan/­ca), las "gageas" (Gagca bohemlca, G. pTa­tensls) y el gamón (AsplJOde/os albus), queabunda y resiste los Incendios gracias a susraíces tuberosas tan especiales; además, los"clavos de Cristo" il.eopoídia comosa) soncélebres por sus largos cromosomas tanestudiados por genetlstas, los Muscarl,Dlpcadi, con muchos ajos (Allium senes­cens, A. sphoerocephalum, A. moly, A.ursinum, etc.), más otras plantas especiali-

zadas, que dan una enorme variedad florístí­ca y atraen a muchos botánicos.

En lo más alto del crestería, cerca ya deSan Salvador, hay un tejo y haya juntos, dosárboles hermanados que coronan el abetalde la umbría con más tierra. Este suelo pro­fundo se acidifica si no hay árboles yesca­sea la hojarasca fertilizadora, como vemosjunto a los árboles mencionados; allí el vien­to barre las hojas necesarias para mantenerla vida del suelo, las que mantienen su ferti­lidad; son pastos con muchas plantas deloeste peninsular, de las dehesas salmantinasy extremeñas con suelo lixiviado; es el"pasto lusitano" {Montserrat, 1971a}, quefue propagado por los rebaños de siglospasados y ahora desaparece por poco pas­toreo. El narciso amarillo (Narcfssus jaceta­nus), próximo al N. asturlellsis, Indica tam­bién acidificación edáflca en esos montes,mientras el más extendido de flor blancacasi nutante (N. alpestris) está más extendi­do en los pastos de la umbría y pinares pocodensos.

La escasez actual de rumiantes en "sucresta" o querencia para veritearse (acalora­dero), propicia un aumento del cerrillo agrio(Nardus strlcta) en el césped densolFestuca nigrescens) y también de la blancaY' llamativa Antennaria dioica, como plan­tas indicadoras del pasto en suelo acidifica­do y con mucha materia orgánica. Así se for­man unos mosaicos de suelo calizo con esosenclaves humíferos casi turbosos que alber­gan gran variedad de plantas, algunas rarasen el Pirineo aragonés, como Trifoliumstrla/um, T. rerusum, T. dubil//lI,T. aruen­se, Herniaria g/abra y con seguridad T. sub­rermneum, un trébol que no vimos, peroalcanza otros pastos jacetanos similares.

Este crestería presenta también unasformaciones leñosas, orlas, los bujedos yacebedas con matas o arbustos, algunosespinosos, que Inician el bosque húmedo(hayedo y abetal) de la umbría o también elmás seco de la solana, del carrascal tan ricoen plantas mediterráneas mencionado antes.

Page 10: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

las orlas forestales

Son muy ricas las que culminan el abe­tal pínatense, no lejos del tejo-haya mencío­nados, y también bordean los hayedos de laumbría pedregosa con tantas especies inte­resantes. Se trata del ambiente forestal másdinámico y sus plantas defienden al bosquedel herbívoro: frente al desbrozadar, losarbustos tienen espinas o unas sustanciasrepelentes. Al exterior del bosque, ya encontacto con el espinal de cresta y hozadade jabalí, predominan las plantas jugosas yricas en sales nutritivas -muchas megafor­bias, como son la chordonera o frambuesa,zarzas, ortiga, bledos, romazas- que conser­van la fertilidad y asf facilitan la recupera­ción forestal posterior, sobre un suelo ricoen sales nutritivas. El azafrán silvestre(Crocus nudfcaulis) coloniza ·Ia hozada deljabalí (Pulgdefábregas, 1980) e Indica la fre­cuencia de sus visitas.

En esas montañas están casi todos losrosales peninsulares, con Rosa slcula. de losmontes levantinos y pararneras, más sushíbridos o formas intermedias con R. rub/gi·nosa, R. pimpinellifolla, R. glauca, R.vlllosa y, en especIal, la recientemente des­crita (Montserrat,1997) R. jacetana (endé­mica y afín a la R. pouzinli mediterránea),propia de las depresIones que acumulan elagua de tormenta estival. Además tenemosR. micl'antha, R. agrestis, R. glauca y unasformas notables de la forestal R. canina. Esrara R. pendulina (R. alpina), muy acanto-­nada en el Oroel y San Salvador; podríamosencontrar también R. elliptica, que abundaen Jaca o la R. tomentosa, especie rarísimaen pocos montes jacetanos. Esta riqueza enrosales que damos sln destacar los híbridosfrecuentes, nos demuestra la eflcacla delrefugio plnatense durante las migracionescuaternarias mencionadas antes.

Los Rhamnus forman parte de la orlamencionada (R. alpina R. catharttca, R.saxattlis, R. a[aternus) junto con sauqueros(Sambucus racemosa, S. nigra) y otrosarbustos (Cotoneaster nebrodensis, C.

integrifolia, Vibumul71 lantona, Loniceraxylosteum, L. pyrenaica, L. etrusca, Liqus­trum europaeum, Cornus sanguinea, etc.)con zarzas variadas (Rubus sp.), una riquezabotánica dei bosque y exponente claro de lablodtversldad tan necesarla para su dlnarnís­mo, Muchos arbustos de la orla son dísemí­nadas por pájaros y los veremos más ade­lante. El bosque denso suele tener pocasespecies umbrófllas y algunas son preverna­les (en flor antes de que broten las hayas)como Scilla Iiliohyacinthus (geofita íbero­atlántica característica del hayedo), conLuzula sylvatlea, Carex sy/vat/ca, C. dlgl­tata, Helleborus virid/s subsp, occldenta­115, Gallum odoratum, G. rotundlfolium,Arabis alpina, Meconops/s cambrlca, etc.,pero aumenta su riqueza sI se aclara el vuelopor la caída de pedruscos y árboles abatidospor un viento impetuoso, los incendios, etc.;bajo el dosel poco denso entra la orla fores­tal mencionada. Veamos un caso curioso deplanta rara que se descubrió aquf comonueva para la Penfnsula Ibérica en 1947,durante un Cursillo de Botánica por laEstación de Estudios PIrenaicos, del ConsejoSuperior de Investigaciones Cientlflcas enJaca.

Una pirófita extraordinaria

El Geranium bohemlcum tiene semillasque pueden permanecer con vitalidad en elsuelo forestal durante decenios, hasta siglos,y germInan después del incendio. Es plantajugosa, rica en sales, preparada para con­servar -contra la lixivIación pluvial- unassales nutritivas esenctales para el bosquerenovado con rapidez. Cumplen este papeltambién las ortIgas, zarzas, etc., pero estegeranio destaca por su especlallzaclón quepudimos comprobar.

Entre el Monasterio Nuevo-Mirador y lacarretera, hay una explanada de suelo pro­fundo que sufrió una corta casi total en1966 o 1967, quedando una capa de serríncon otros restos vegetales que se descompo­nían lentamente. Se hicieron fuegos y acaso

depresión. Otras dos menos conspicuascorresponden al Garumnense y al Keuper,produciendo ciertas depresiones arcillosas yalargadas según la dirección de los pliegues.Los macizos caJrZ05 más Importantes son:Sierras de Guara y Balees al E. y de SantoDomingo al W.

7. Somontano-Cinco Villas: unidad cons­tituida por materiales de origen continental,con gran predominio de arcillas en elSomontano (con relJeves suaves al E. del ríoGállego). El llano está cubIerto por extensosglacis (bIen visibles desde Riglos), actual­mente disecados por la red fluvial. Hacia elW. del Gállego, abundan las areniscas y losrelieves son. más abruptos (destacan paleo­canales).

2. Esquema de distribuci6~

topográfica de biotas,comunidades o biocenosis másrepresentativas del Macizode San Juan de la Peña.

La diversidad geomorfológica del maci­zo que nos ocupa permite Identificar muydiferentes comunidades; las cuales, ade­más, se hallarían controladas por dos prin­cipales grupos de factores. Los unos, pura­mente ambientales¡ los otros, en cambio,serían de origen ético o humano. Ambosmodelan el paisaje actual, en el macizocuyo paisaje, pese a ser abrupto en aspectoy hasta selvático, se halla en realidad muyhumanizado.

Las comunidades más maduras, esdecir: las propias. de estadios avanzados dela sucesión y, por lo tanto, relativamenteíndependlentes del puro control ambiental,son raras. Sus dos tipos principales loshayedos por un lado, y quejlcales o cajíca­res, por otra parte, ocupan s610 retazos dls­tribuidos en el seno de biocenosis muy ini­ciales.

Los primeros, o sea, los hayedos, for­man rodales en la parte alta del escudo de

conglomerados [consúltese mapa topoqráíl­ca), donde, a no ser por desbroces practica­dos por el hombre, se extenderían a costadel abetar o parte del mismo pinar conabeto.

Los segundos mencionados, o sea, loscajlcares, apenas representados en el extre­mo oriental del maclzo, ocuparían la parteinferior del pinar con acebo, en ausencia deexplotación de este último.

Entre las comunidades ecológicaso biocenosis más estrictamente contro­ladas por factores ambientales cabecitar:

• Cantiles, roquedos o Iitosuelos casl. ver­tlcales,

• Erizales o, más correctamente, designa­dos como "eriales" son ambientes culmí­nales, ventosos, con suelos esqueléticos e,Incluso en ocasiones, afectados por elfuego.

• Canaseat en sectores de exposición alsur; sobre roca dura, además, y suelopoco profundo.

• Bosques mixtos: aporte coluvlal conagua y nutriente.

• Matorral de boj y áreas erosionadas:sustrato Inestable y. con tendencla a laerosión.

• Aparte, cabe recordar las tascas, consti­tuyendo, no obstante, una unidad ecológi­ca esenclalmente controlada por un factorhumano o étnico, tal la elevación de lacarga pastoral.

Entre ambos extremos generadospor las seis mencionadas comunidadesya descritas, fluctúan los bosques deconíferas, cuya existencia se debe a facto­res ambientales, pero íncldldos por étnicosde similar Importancia:

t-\MB!E~LV-)\' ECOLÓGICA 264

Page 11: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

su misma situación en el centro de lacomarca, parece oportuno apoyarse en laorografía y geología del conjunto comarcal,para precisar la descripclón de sus rasgosmás importantes. la comarca a revisar-como en el mismo título se Inslnúa­corresponde a la vertiente sur, con dominiomediterráneo-continental de los Pirineoscentro-occidentales. Administrativamentecorresponde a la parte NW. de las provin­cias de HuescalZaragoza y del extremo NE.de Navarra (Valle del Roncal), 42<> 05'y 420

15' LN. Y los 00 30' y los 10 10'LW. deGreenwlch.

La Cadena Pirenaica, de dirección gene­ral fronterlza E-W., en su lado meridional sedebe a dos movimientos tectónicos impor­tantes, diferenciando depósitos sedlmentoló­gicos diferentes, constituyendo siete franjasde tales siete unidades Iito-morfológlcas;presentadas o esquematlzadas en oportunomapa adjunto, que se comentan y. describenen el texto general. Cuatro de ellas se dis­tinguen al norte del Macizo que nos ocupa.El Macizo forma parte de la quinta y, las dosúltimas son meridionales. Su descripciónsumaria sería la siguiente:

1. Zona axll: relieve muy antigiJo, debidoa la caótica disposición de los materialesque han sufrido toda clase de deformacio­nes y, por otra, la importante erosión gla­ciar, en 105 macízos graníticos más eleva­dos, de Panticosa y Balaltous (= picoMoros), alcanzando más de 3.000 m. s/m.en las cimas.

2. Sierras Interlores: alineación monta­110saformada por areniscas cretácicas y cali­zas eocenas, con relieves muy importantes yabruptos (Peña Forca, Bísanrín, Aspe, PicoCollarada, Telera, Tendeñera y Macizo delMonte Perdido).

3. Colinas de flysch: franja meridionalInmediata, ancha, por donde transcurrenvalles de dirección general N.S. Muy homo­génea, predominan relieves ondulados,exceptuando donde se desarrollan barras

calizas fruto de corrimientos, bastantepotentes e intercalados (Foz de Binies ySierra de San Miguel).

4. Canal de Berdún-Campo de Jaca-ValAncha: depresión real y aiargada, descen­diendo de E. a W., constituida por zócalo demargas grlses, quedando limitada al nortepor flysch y al sur por depósitos continenta­les ollgocenos. La característica más notablees el desarrollo que adquieren ahí lo recu­brimientos cuaternarios en forma de terra­zas y glacis, debido a la dureza de los mate­riales y a la uniformidad litológica. Dichasterrazas y glacis están hoy disecados por lared fluvial, de forma que, entre ellas, se ori­gInan pequeñas depresiones que suelenrecubrirse de limos.

5. Zona de molasas y cuenca delGuar ga (E.)-Onsella (W.): complejosdepósitos de areniscas y margas de tipo con­tinental, con presencia frecuente, pero sóloeventual, de conglomerados. Conjunto querecibe el nombre de serie molasa, Materialesen general bastante plegados, de forma queel relieve está a la vez controlado por la lito­logía y por la estructura. Los relieves fuertescorresponden así, tanto a mayor proporciónde materiales coherentes (= areniscas y con­glomerados), como a mayores buzamientos[Canclás, Peña Oroel y San Juan de laPeña}. Los materiales disminuyen en eltamaño del grano de E. a W.; más arcillososal W. de la cuenca, pero por ser esta últimazona intensamente plegada sigue siendomuy accidentada. Hay que destacar sinembargo, ciertas zonas deprimIdas, hoy (deW. a E., cabe destacar: Valle del Onsella ydepresiones de Bailo, Ena, Caldearenas,Abena, Valle del Guarga, Nocilo-Used ycabecera del río Balces).

6. Sierras Exterlo..es: nueva alineación(general de E. a W.) de materiales calizos delCretáclco y del Eoceno, existiendo tres detales alineaclones arcillosas (o margosas)que alternan con las formaclones calcáreassiendo la más importante, la de las marga~de Arqufs-La Peña, que constituyen una

la sequía en verano de 1968 propició la ger­minación masiva otoñal del geranio, concentenares de pies robustos en 1969.Después, ya en 1970, sólo encontrábamosplantas pequeñas fuera del zarzal invasor ypersistente, hasta ser eliminado por la som­bra del pinar renovado que así redujo suvitalidad. Quedan por lo tanto en el suelocantidad enorme de semillas para germinardespués del incendio, o una corta que pro­picie la desecación y caldeamiento superfi­cial del suelo.

El nombre ya nos indica que se trata deuna planta europea, de Bohemia, y no seconocía en España, hasta que M. T. Losa laencontró en 1947 Y los dos vimos queabundaba en Sanabria el año siguiente,sobre Rivadelago, antes de la catástrofe quelo arrasó todo. En la cordillera litoral catala­na encontramos otra especie (G. lanugino­sum) que se comporta igual y prosperaba enlas carboneras. Lo dicho muestra la impor­tancia de las plantas que guardan fertllldadpara una recuperación forestal posterior alincendio que arrasa y al mismo tiempo evi­dencia la complejidad del bosque natural,conjuntado en milenios de coevoluclón, conel dinamismo propio de cada comunidadvegetal, de sus plantas y animales, de la blo­cenosis al completo.

El bosque templado

Ya mencionamos el abetal que persistecon vitalidad en la depresión o vallonada tanimportante de la parte superior y desciendecon el haya por el barranco Carbonera hastalos 800 m. Hay en esos bosques muchasplantas Interesantes, más por estar en sulímite areal que por la singularidad taxonó­mlea (Montserrat, 1971, ViIlar & al., 1998).

El aire del oeste cargado de humedadforma niebla tan pronto encuentra el relievepinatense, con nubes que se agarran duran­te días, una mojadura constante con "precí­pltación horizontal" que moja el hayedo,incluso donde hay suelo escaso. El abeto

está en suelo profundo con agua freátlearetenida y lo vemos más localizado. Ya men­clonamos al bosque más rico, el formadopor árboles variados que se sitúa bajo elMonasterlo Viejo.

Estos bosques forman un ambiente raroen la región mediterránea y son apropiadospara mantener la diversidad biológica, comodijimos, con plantas nórdicas que aquí estánen su límite merldlonal; además, en lospeñascos sombreados encontramos las plan­tas propias, unas endémicas que caracterí­zan esta región de la Península Ibérica.

El endemismo jacetano

La sombra, el calor aportado por con­densación frecuente del vapor bajo doselforestal, nos muestra las peculiaridades denuestra flora endémica más genuina, la delOroel y montes plnatenses. Veamos antesalgo de historia botánica, la protagonizadapor nuestro botánico del siglo XVIII y poste­riormente por M. Willkomm y C. Pau.

Ignacio Jordán de Asso escribió en latínla primera flora de Aragón en 1779, centra­da en el estudio directo de los MontesIbéricos y Maestrazgo. Dedicó su primerapéndice (Asso, 1781) al norte de Zaragoza­Guara y nuestro Pirineo, con recorridodesde Leciñena y Almudévar a Huesca yGuara con la Guarguera hasta Jaca y Oroel;terminó su recorrido en San Juan de la Pefiay Santo Domingo. En pág. 5 del Prefaciocomenta que salló de Jaca hacia poniente:"Htnc me ad occldentem converti, ut l/lvl·serem celeberrilllum iugum, quaPínncrense Coenoblum anostri Reqn! pri­mordlis origlnem clucens, superestrucrumesto Locus est plantarull1 [eracitate exi­lI1i[/s... ". Añade una lista de plantas.

En esta Manüssa cita muchas especiesy no pudo dar nombre al n" 1098, pero lodescribió con mucho detalle. Se trata delPetrocoptis pyrenaica varo hispanlca deWi11komm (1853), un endemismo que abun-

~)

Page 12: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

da (Oroel y monte Pano) hasta en los viejosmuros del cenobIo y fue consIderado especieindependiente por Pau (1916). Más tarde(Asso, 1784), aporta nuevos datos y elta denuestra montaña las plantas de humedalDrosera rotundtfolta y Anagal1ls tenelIa quehan desaparecido o no hemos podido enconotrar aún, más la Pamassta palustris querecolectamos en el barranco Carbonera. DeGuara cita su Valeriana "eaxatiiis", que fuedescrita después del Monasterio viejo, por M.Willkomm (1852), como V. "excapa" y, final­mente (Wl1Ikomm, 1881), como V. long/folia,un endernlsmo propio del Prepirineo arago­nés, muy raro en Hecho y la RJoja.

Es notable, como endemlsmo bellísimo,la célebre oreja de oso (Hamonda myconi)que tapIza los peñascos sombríos de unbarranco próximo al Cenobio, el más húme­do, sombrío y bien conservado. Cada peñas­co se llena de flores moradas y sus hojas"barbudas en el envés" reverdecen con lalluvia después de una sequía prologada, talcomo hacen los musgos y pocos helechos.Esta planta indica la bondad del clima local,con mucha humedad y poca oscilación tér­mica, sIendo testigo de una flora terciariaque pudo superar -en pocos montes- losrigores del Cuaternario. Con ella vemos a lacorona de rey (Saxlfraga longifolia), unaplanta que florece y muere, como el "cantodel cisne", al dar en cascada Innúmeras flo­res blancas bellísimas que contrastan con elmorado de la oreja de oso comentada.Hemos sido testigos de la emoción produci­da en muchos botánicos europeos (deAlemania, Moravla, Sulza, Franela, etc.),que no cesaban de tomar fotos en esas pare­des musgosas y floridas en [unío-jullo, tanpróximas al viejo Monasterio.

Hasta en los suelos margosos deBarnués-Blnacua-Ena, ya en la solana pina­tense y el sur de la Peña Oroel, tenemos unamargarita endémica recientemente descrita,el robusto Leucanthemum [aoarqert, dedi­cado al botánico suizo C. Favarger que, consu discípulo Ph. Küpfer, ha estudiado la florapirenaica comparándola con la de los Alpes.

Plantas subcantábrlcas

Tenemos en esos montes una gramínearobusta (lielictotrichon cantabricum) queabunda en laderas Inestables del montePano y Atarés, con irradiación a Caldea­renas y Guara. Es una planta de los Picos deEuropa que termina su distribución orientalen nuestros montes jacetanos; coloniza losderrubios con sus grandes macollas de hojarecia, como un juncal denso y protector queconserva el suelo Inestable. Más tarde, elprogreso y densidad forestal la debilita hastaque desaparece sofocada. En los pinares ycarrascales de Botaya, junto a la vleja carre­tera. aún quedan muestras de dicha evolu­ción, con la gayuba (Arctostaphylos uva·ursl) rastrera en los lugares más erosiona­dos, sin suelo, un testigo de la parameraresidual casI esteparla.

También una saxífraga (S. hirsuta) esatlántica y se acantona en el toscar, comoveremos; tenemos una umbelífera riojana(Laserpftlllm ellasil), que abunda en nues­tro monte y alcanza el Boalar de Jaca e Indi­ca la influencia cantábrica. Hay dos especiesdel mismo género (L. nestlerl, L. latifolillm)que prefieren las gleras sombrías próxlmasal Monasterlo viejo.

Plantas acuáticas

Son las más raras en este monte conmanantiales en la parte baja y sin charcaspersIstentes. Había una presa en el llano deSan Indaleclo que recogía el agua de lluvia ytenia muchas plantas hidrófilas, hasta batra­cios y otros animales, pero ya lleva variosaños seca; es probable que sea dífícll recu­perar la vida que había tenido y testifican laspublicaciones del Instituto Pirenaico deEcología.

Son dos los arroyuelos con mucha pen­diente y, además, algunos tascares. perofalta el agua estancada con cáríces, juncos yplantas flotantes. Tanto el Oroel comomonte Pano tienen un conglomerado fisura-

;1·

,~

"

peligroso cuando hay maleza muerta, tanfea y seca.

Las 269 Has del actual monte de laComunidad Aragonesa, junto con los dosMonasterios, fueron declarados en 1920"Sitio Nacional" y se reforzó así la gestiónprotectora. La recuperación del pinar provo­có la muerte de muchos pInos dominados yfueron necesarIas labores de limpieza(1952, 1962 y 1969). El violento Incendio-relativamente pequeño en 1919- fomentóel erizón desde las crestas que siempre lohan tenido, y se instaló en las áreas incen­diadas próximas.

El ganado buscaba las hayas jóvenes,que así crecían retorcIdas ("hayas bravas"),pero también aclaraba el matorral, lo quefacilitó la instalación de árboles, la regene­ración del pinar. Esta falta de repoblacióncausó problemas a la nueva gestión y fuenecesario. activar la ordenación forestal. Porfin, en 1969, se ordenó el monte de SantaCruz (Pedro, J. de, 1969).

Es compleja la dinámica del ecosistemaforestal y la conservaelón de los árbolesexIge una explotación con herbívoros muycontrolados, manejados de tal forma quesImulen las' acciones ejercldas antes por losherbívoros salvajes, unas manadas quejamás agotaron el recurso. Algo así logra­ron los monjes y quienes pudieron conti­nuar su gestión. Ante la falta de hombresdedicados al monte, conviene usar bien alos animales.

LA MIRADA DEL BIÓLOGO ARAGONÉS,

PIRENAICO

Las consideraciones anteriores, de tresecólogos entrenados en la Interpretación denuestras comunidades naturales, y teniendoen cuenta las Interacciones de animales sal­vajes con [os domésticos y el hombre "culto"que los guIaba, nos permiten sugerir -parael futuro-- una evolución de la gestión que

conserve sin destruir la maravilla de los sis­temas forestales Implicados, como son losque conservan el suelo y mantienen indefini­damente su fertilidad, la belleza del paisajenatural, con el humanizado también.

Al ser un "monte aragonés". tan ligado aun munlclplo (Santa Cruz de la Serós), deberlaservir para potenciar la vída montaraz sin perojudlcar el desarrollo rural de qulenes tradicio­nalmente han disfrutado la "hospitalidadmonástica" y desean lo mejor para su monte.Hay pocas oportunidades, en nuestro mundomoderno, para lograr un "desarrollo ruralarmónico" y ahora tenemos una que deberíaculminaren el regreso de los benedictinos, dequlenes alaben "por oficio" al Creador de tantabelleza y nos anime para ser mejores cada roa.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Remitimos al apartado de Naturaleza enlas páginas dedicadas a la blbllografía deSan Juan de la Peña.

APÉNDICES

1. Situación orográuca del Mamo deSan Juan de la Peña en elPrepirineo mt!ridional (portadilla)

El relieve en el conjunto del territoriocomarcal

El Macizo ocupa una situación centralen el conjunto comarcal del Alto Aragónoccidental, que conviene contemplar desdela cumbre del mismo Macizo, distribuyéndo­se el entorno en siete franjas litológicasrepresentadas en el mapa y cuya descripciónse completa más abajo.

Dado que, para llegar al mismo macizo,es necesario atravesar buena parte de lacomarca y que, desde sus elmas y balcones,se ofrece una buena perspectiva, secuela de

A¡,mIENT;\CIÓ~ ECOLÓGICA 266 E. Ba!cdl,." P. ~foiltserrat, C. Pwro<x:h¡

Page 13: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

invierno y otro de verano; eran montescon árboles que les guarecían del vientoinvernal y ofrecían pasto en los rodalescon buen césped. En Carbonera Alta te­nfan el boalar de verano, donde los bueyespermaneclan hasta el momento de lasiembra en otoño; este boalar aún 10vemos adehesado, con los viejos pinosesparcidos en una tasca densa; ahoranacen pinos por disminución de la cargaganadera.

Actualmente, tras la supresión delvacuno y cabrío, se utiliza menos el montey aumenta el aporte de piensos compradosfuera. Aún podemos detectar los restos deuna organización pastoral que nos parececompleja, pero tenia la experiencia desiglos. Así, aparece una división en parti­das que se pastaban desde puntos estraté­gleos donde pernoctaban; esos "cubllares"solían estar en la~ cumbres, la divisoria .deaguas que siempre ha sido preferida por elrebano para ventearse y descansar; eranutilizados en primavera· y otoño, principal.mente. Cada cubllar estaba cubIerto al finalpor varios centímetros de sirle, una capa de"abono" que así fomentaba las plantasnltrófllas y el aumento de la diversidadvegetal; esta fertilidad descendía de la cres­ta con el agua de lluvia y así se formó latasca densa más productiva, un céspedvalioso que desaparece ahora y es aprove­chado por el bosque.

UTILIZACIÓN DE LA CABAÑERA

Una muestra importante de la explota­ción ganadera tradicional la tenemos en lavía pecuaria utllizada por los grandes reba­ños trashumantes de Ansó y Hecho, cuandobajaban a la estepa de tierra baja, o subfanhacia los aborrales preplrenaleos. Es un iti­nerario que atraviesa el macJzo de San Juanpor el monte de Santa Cruz. Ahora se utili­za mucho menos, pero sigue mostrando lahuella del paso de tantos rebaños durantesiglos. Es tan importante que mereció una

guía (Agudo & al., 1994); viene jalonada decubilares y reposaderos cubiertos de cés­ped, una tasca que no se improvisa. Se dleeque, tanto al subir como durante la bajada,los trashumantes abonaban clerta cantidada Santa Cruz de la Serós que así les hacíamás holgado el camino, en especlal durantela bajada con ovejas pariendo (Gallego,1966).

APOYOS INFORMATI\lOS SOBRE lA

EXPLOTACiÓN FORESTAL

La de los monjes fue una explotaciónprudente, mitigada, preparada para uso enlas construcciones locales, la leña tan nece­saria, y --a pesar del topónimo- no existerecuerdo de manufactura de carbón.Sabemos que había especlallstas y venían delejos, no habría carboneros locales. Es casiseguro que se carboneaba cuando los mon­jes administraban el monte; el porte de lascarrascas en la solana de Carbonera es elpropio de todos los carrascales carboneados"por especialistas" y desde hace siglos.

El empleo de abetos, quejigos Y. pinospara la construcción naval no fue posibleantes de tener carreteras adecuadas para eltransporte pesado (segunda mitad del sigloXVIII); al f1nallzar el siglo XIX aún quedabanpinos enormes en la umbría. El abandono delos monasterios después de la desamortiza­ción parece que fomentó la explotación abu­siva. J. Pulgdefábregas (1973,1981) encon­traba pocos pinos con edad superior a los80 años.

El Estado hizo repoblaciones en elPinar de San Voto y Campo Clavero. Seestablecieron viveros junto a la balsa men­cionada y bajo el Monasterio Viejo, intro­duciendo el pino negral y pinsapos que aúnpersisten. Se desbrozaron el matorral y sequemaba esa leña en pilones cubiertos detierra (combustión lenta), como los "hormi­gueros" del pasado, esparciendo despuéslas cenizas. Así evitaban el incendio muy

.'

'.

do, como esponja que acumula el agua en elcontacto con arenas y la marga eocénlea,precisamente donde vemos los manantialescaudalosos y se sitúan los establecimientoshumanos antiguos y modernos.

Una planta de los monjes

Hace años el ecólogo F. .GonzálezBeméldez descubrió una planta balcánica enlas ruinas del Monasterio Nuevo. Con segu­ridad la Introdujeron los monjes porque noestaba en España; es planta bella, de uncolor garzo-tomentoso y con s!Hculas redon­deadas casi tan grandes como las deLunaria, una planta cultivada y guardadaseca en muchas casas por la belleza del tabl­que de sus frutos ("hojas. plateras", Villar,1998, pág. 234). Ahora aún nacen muchasplántulas en las tapias del huerto que hansido protegidas.

La presencia de plantas Introducidaspor su belleza y acaso propiedades medici­nales, hace pensar en la existencia de unhuerto-botlca, como sabemos que tuvieronmuchos monasterios, tanto para las plantasmedicinales como las aromáticas o textiles ycolorantes, ahora en desuso.

Eltoscar

Conviene terminar la mención de plan­tas peculiares, en especial las utl1tzadas porel hombre medieval, destacando la existen­cia de una comunidad de musgos que pro­porciona la tosca o toba caliza utilizada enbóvedas del ábside románico por ser liviana,tanto que puede flotar en el agua.

Hay musgos impregnados de agua cali­za que precipitan carbonato cálcico graciasa su metabolismo; así "petrifican" dlchosmusgos y al flnal se pudre la materia orgá­nica, quedando una trama de tubitos yestructuras llenas de aire. En el tosear deSanta Cruz, bajo la calda en cascada deltorrente que baja del antiguo Cenobio, tene-

mas un tascar magnífico con plantas dehumedal extraordinarias, raras en esas mon­tañas de bosques con suelo sano, pocohúmedo. El Rhamnlls alpina desciendehasta el tascar y con él encontramos unaplanta cantábrica en su límite occidental, laSaxifraga hirsuta, mencionada con lasplantas sub cantábricas.

Conclusión

Las plantas Indican unos ambientesnaturales y las veremos también al describirlas biocenosis normales, con plantas y ani­males, tras varios años de estudios realiza­dos desde el Instituto PIrenaico de Ecologíade Jaca. En un libro sobre la evolución his­tórica del Monasterio pinatense, parece útilel intento de sistematizar la Indicación tantode unas especies aisladas como la de susconjuntos, esas fltocenosls Indicadoras, Inte­gradoras, que tanto ayudan para compren­del' ciertas actitudes de los hombres y sucomunidad. Son muchos siglos con hombresque aquí vivieron disfrutando sus posibilida­des, hasta crear otras nuevas, con roturaclo­nes en lugares apropiados, lejos del bosqueprotector del suelo. Por eso, junto a losmonasterios encontramos casi sIempre bue­nor bosques, los que más, se aproximan alnatural, que se conserva solo. .

lA FAUNA DE SAN JUAN DE lA PEÑA

EL AGUA

CaJ:'acterísticas de los mediosacuáticos

El macizo de San Juan de la Peña esmuy permeable al agua, dado que la matrIzcaliza de los conglomerados se agrieta ydisuelve de modo similar a cualquier siste­ma cárstlco. Cuando llueve, el agua perco-

SAN ~'UAN VE LA PEÑA

Page 14: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

'"e

e ·0

"'" e

":>

e :': o.:o x 2"'O -¡;; ,11 '- ee ¡; e. 7.; a. "e D <.).n ;;

" vD <;l ~ " e <;le 'Q. .t>... " :;.. .c;.e o " " ".~ .~ .. " " "=: " " :o "C) :> t: it {!.(j ji: ~

Wrn~ <Jo .. ~+- x ~

e .s"'"'0 e., .¡¡;"e e .~

.Q "~, :s e.e o<> a. c.

;g '"o'0 ·0 "'g -c.Q .Q

o-e "O

"., e e

-c "Q~ ~

"t "§ -c -o .,o " " s" " o e(j .,

~ ~ '- " <;:;. ~ <.( u ca

Wl11"I~n~llL~tLL-J 'f1

<>v

'"ot"'"

ex'E

o

:oE

o.o

">- o.o u

'" :ª' o&>

·0 '0..,V

.Q e» e

r\¡

superar unas situaciones visigótico-prehistó­ricas. Así creció el patrimonio temporal quefue adquiriendo una magnitud considerableal sumar su notable valor cultural con elpolítico del reíno que lnielaba su andaduraen estas montañas. A causa de ello, tanto elmonte Pano como la Carbonera se donaron

. a dichos monasterios. El apogeo medievalplnatense tan notable declinó de manerapaulatina. La comunidad de monjas bene­dictinas de la Serós se trasladó a Jaca en elsIglo XVI. Los monjes tras la edificación delmonasterio nuevo y sufrir varios Incendios,abandonaron San Juan de la Peña definiti­vamente, dentro ya del primer cuarto delsiglo XIX.

lA EXPLOTACIÓN AGRARIA EN SIGWS

RECIENTES y SUS TRES ASPECTOS.

HASTA 1960

A lo expuesto, nos cabe mencionar laintervención humana muy intensa, en todoel macizo, que ha llegado hasta una fechareciente. Así, la toponimia Indica, y elrecuerdo de los ancianos de Santa Cruz loconfirma, que hubo una organización inten­sa del monte para facilitar las actividades delhombre y el movimiento de sus rebaños.

Cuarenta años atrás, los campos culti­vados por el guarda forestal ocuparían lamayor parte del llano de San Indalecio.Según datos de los ancianos, todo el pInarde San Voto estaba cultivado a principiosdel siglo XX. Había una balsa en el céspedactual y bajo ella aún se aprecian los már­genes de antiguos cultivos. Con seguridad,allí estarían los huertos del Monasterio.Finalidad similar debería tener la partida"Los Campos", situada por debajo delMonasterio Viejo; también habría cultivosocasionales en las partidas conocidas como"La Artica" y "Campo de Piedras". El cultl­va en tierra llana fue constante, sin erosión,pero en las dos partidas últimas hubo pérdi­da de suelo y discontinuidad en la ocupa­ción,

La presión pastoral sobre los montes hadisminuido notablemente, no tanto por elnúmero de cabezas como por las variacionesen el aprovechamiento sírnpltíícado actual,respecto a los más complejos del pasado. EnSanta Cruz la cabaña lanar aumentó .desdefines del siglo XIX hasta su máxlmo en1963. Sin embargo los "bueyes de trabajo"experimentaron una regresión continua,hasta que al final desaparecieron.

Podríamos esquematizar el aprovecha­miento tradicional que aún seguía el ganadolanar hace medio siglo de la siguiente mane­ra. En primavera se aprovechaba el llanodel Pano, La Socarrada y el espinal deCúculo. Al finalizar el mes de mayo entra­ban las ovejas en la parte alta de la plata­forma de conglomerados, entre SanSalvador y Carbonera Alta. A principios dejulio, junto con el rebaño de Atarés, trashu­maban a las estivas del alto Plrlneo.Descendían a los "balantes" en otoño, o sealos pinares de la umbría (Horcal yLacuandra). En invierno se recoman los ras­trojos y articas del somontano, ya en laCanal de Berdún, al norte del poblado deSanta Cruz. Actualmente sólo se aprovechala Carbonera Alta un par de semanas, antesy después del puerto pirenaico; el restoestacional lo pasan en los rastrojos próxi­mos al pueblo y se completan los recursoscon pienso en la cuadra.

El ganado cabrío era fundamental en elpasado y constituía la principal fuente lácteade la comunidad; su presión pastoral eraintensa y permanecían en el monte todo elaño; se utilizaba "El Carrascal" a fondo.Había un cabrero extraordInario que condu­cía el rebaño y ordeñaba las cabras cuandoregresaban al corral.

Los 50 bueyes del siglo pasado, enSanta Cruz, eran una carga pesada para elmonte, ya que permanecían cerca, "apar­cados", para ser utilizados en labores delcampo y jamás subían a las estivas pire­naicas. Había dos boalares para pastar enépocas de "holganza boyal", uno de

AMB1EI\'TACIÓN ECOLÓGICA 286 E. Baloelle, P. Montserrat, C. Pedrocchí

Page 15: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

PortOtól11loodel mCJdto de.San JUan de la Peña por-,su t'erllente de pol1fel1te. de:sdelos oll'ed~r~ del pobl(Jdo dé Bailo;10 que pe-nnUe- o-predar el elecado .sIncllnoJ Jo' su forma generoI de reUew lnr.>erlJJCt.

La liebre que puebla el macizo es la lie­bre europea, la liebre grande, farnaca enAragén (Lepus europaeus), que llega aalcanzar los cuatro qullos de peso. El cone­Jo (Orlctolagus clllliculus) tiene una presen­cia anecdótica, desde que la mlxornatosísdiezmó sus poblaciones.

La ardilla común (Sciurus vulgarls),tiene una distribución ampliamente paleártl­ca, por toda Europa y Síberla, hasta elJapón.

Dos lirones se encuentran en el escudosuperior del macizo, el común (Elyomisquerc/nus), de amplla distribución enEuropa y alrededor del Mediterráneo, y ellirón gris, típicamente europeo, que se hallaen su limite meridional de distribución en laPenínsula Ibérica.

El ratón de campo (Apodemus sy/vati­eus) y el ratón común (Mus spretus) son fre­cuentes en el macizo, muchas veces en lasconstrucciónes humanas.

Algo similar ocurre con los toplllos, yaque, en la pradera de San Indaleclo y enotros lugares desforestados, encontramos almuy mediterráneo toplllo común (Pitymysduodecimeostatus), mientras que en el bos­que se hallan los más atlánticos toplllo rojo(Clethrionomis nlareo[us) y ratUla agreste(Microtus agrest/s).

Entre los mustélidos ocurre algo simi­lar, ya que, junto a la garduña (Martesfoina), aparece en los bosques más frescosla marta (Martes martes). Completa elespectro de los carnívoros la comadreja(Mustela n/vaUs), la mediterránea gineta(Genetta genetta), el gato montés (Felissylvestrls), el tejón (Meles meles) y el zorro(Vulpes 1)[Ilpes). Un reciente avistamlentode lobo (Canis lupus) parece que no hapermitido el asentamiento de una nuevapoblación (el lobo desapareció del entornoa principios del siglo XX).

Los ungulados, antes representados úni­camente por el jabalí (Sus scroplw), cuentan

con dos nuevas especies, actualmente enexpansión a partir de sendas ralntroduccío­nes: el corzo (Capreolus capreolus) y elciervo (Cervus elaphust,

NOTICIAS mSTÓmCAS SOBREUTILIZACIÓN DE LOS RECURSOSTERlUTORIALES

Como es sabido, los montes de SanJuan de la Peña muestran la huella de lastradlciones aragonesas más antiguas, tantoa nivel humano como el espiritual y de ges­tión; sin embargo, ahora no pretendemosrelatar los aspectos admtntstratívos, cultura­les o artísticos, tan ligados a los monasteriosde San Juan y Santa Cruz. Es evidente quemuchas decisiones históricas, las del hom­bre, tuvieron Incidencia deflnitlva en losrecursos naturales, dejando su huella en elpaisaje, por lo que resulta Imprescindibleahora referimos a ellas.

FUNCiÓN IMPORTANfE DE lA COMUNIDAD

MONACAL DURANTE lA EDAD MEDIA

A principios del siglo VIH, los habitan­tes de la depresión del Ebro y la Canal deBerdún, al huir del control musulmán,encontraron refugio en esos montes.Abderramán I en el 781 aplastó a ungrupo de tales refugiados en el llano delPano, el que actualmente ocupa el monas­terio nuevo.

Se tiene noticia de que los condes ara·goneses decidieron favorecer, al iniciar elsiglo siguiente, la Instalación de cristianosen la ribera izquierda del rio Aragón, lo quealentó la vida eremítica y cristalizó en losmonasterios de San Juan y Santa Cruz, quepasaron de simples eremitorios a gozar delfavor de los monarcas navarros primero ydel naciente reino de Aragón; la reformamonástica de Cluny al finalizar el siglo Xl yotras decisiones importantes les permitieron

la a través de un no muy profundo suelo, yluego desaparece por infinidad de poros ygrietas, para renacer en numerosos manan­tiales, unos temporales, otros permanen­tes.

El agua percolada a través de los con­glomerados del macizo de San Juan de laPeña brota aquí y allá en relación a laestructura de simas y grietas que ro atravie­san, en general, sin necesidad de alcanzarningún sustrato Impermeable. Vierte a doscuencas distintas: por su vertiente sur, elagua se dirige hacia elrío Gállego, mientrasque por el norte lo hace hacia el Arag6n.Hacia el río Aragón se dirigen los barrancosde Carbonera y Atarés, hacia el Gállego, losde Paternoy, Triste y Ena. El estado de estosbarrancos es bastante aceptable, dada lapureza de sus aguas, con la excepción deCarbonera, algo eutroflzado en su tramoinferior, por debajo de Santa Cruz de laSerós,

Es, sobre todo, hacia el norte (máximapendiente) donde vierten los manantiales amayor altitud, a veces cerca del borde delacantllado rocoso, muchas veces a mitad desu calda. De esos manantiales el más nota­ble es el de la Fuenfria, donde se recogeagua para abastecer al llano de Pano, y, porlo tanto, a la casa forestal, a la hospedería(hoy abandonada), a la fuente y a los servi­cios recientemente Instalados. Otros manan­tiales en similar situación, entre la Fueníría y

el collado de Cuculo, están acondicionadoscomo abrevaderos abastecidos por fuentesque manan todo el año,

Una hondonada (posible doUna) en elsureste del claro del llano de Pano se llena­ba de agua con las lluvIas equinocciales.Aproxímadamente en los años cuarenta, fuerecrecida con una pared de hormigón y seInstaló, en sus proximidades, un lavaderoque se abastecía de su agua sobrante enépoca de replecclón,

.La lluvia no fue suficiente para mante­ner la nueva charca llena durante todo elaño, así que una pequeña fuga de la tubería,que abastecía de agua desdefuenfrla, man­tenía un cierto nivel. La reparación de lafuga de agua, junto a la sequía de los últimosaños, son responsables de la deseca.c!ón dela charca del Monte Pano.

También corresponden a los manantia­les de la cara norte la formación de la cas­cada de AiguasaUent, que cae desde lasproximidades del Monasterio Viejo a unagran badlna excavada en la roca, próximaa otro rezume que crea un gran toscar. Esebarranco, en general caudaloso, se une conel de Carbonera, antes de Santa Cruz de laSerós y tras atravesar una serie de huertosque se construyeron en este siglo, a basede encauzar el barranco y rellenar con tie­rra robada al bosque los espacios rescata­dos al agua.

AMBlEl\'TACIÓN ECOLÓGICA 270 E. Balcclrs, P. Moníserrat, C. Pedrocchl

Page 16: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

En estos ambientes se desarrollan laspoblaciones de peces y de anfibios que pue­blan el macizo de San Juan de la Peña.

Los peces

Pequeños barrancos, de aguas limpiasy permanentes, albergan una fauna de ele­vado Interés. Los Pirineos han constituidouna barrera muy Importante para las pobla­ciones de peces y no es de extrañar quebuena parte de las especies que pueblanIberla sean endémicas. En los barrancosplnatenses es tradicional que remontaranlas truchas (Salmo trutta fario) para des­ovar, junto a dos endemlsmos, el barbo culí­rroyo (Barbus haasl) y la madrilla(Chondrostoma toxostoma mlegli). Buennadador, Introducido por los pescadorescomo pez cebo, se halla el piscardo(Phoxinus phoxinlls), mientras que en loslugares donde abunda la sedimentación dearenas finas, arcillas y materia orgánica,pueden pescarse otros dos pequeñas espe­cies endémicas, la lamprehuela (Cobltiscalderonl), pez serpentiforme, muy peque­ño, que en muchas ocasiones, se confundepor el profano como erra de la angulla y lacolmilleJa (Cobít/s maroccana). En los luga­res someros, de mayor corriente y fondopedregoso, el pez lobo (Noemachellus bnr­batulus) espera sus presas descansandosobre el fondo del no.

Los anfibios

Muy Ugados a los escasos medios acuá­ticos, numerosas especies de anfibios pue­blan las charcas, corrientes y aljibes delmacizo de San Juan de la Peña. La fáciltransformación de los precarios mediosacuáticos del lugar ha hecho que en los últi­mos años se reduzca alarmantemente elnúmero de lugares de reproducción conoci­dos.

Pero de los lugares conocidos y actual­mente perdidos, el más importante es la ya

mencionada charca del llano de SanIndaleclo, que alimentada de pocas esco­rrentfas y más pérdidas de la conducciónde agua a la antigua hospedería, arregladaésta, permanece seca, incluso en los mesesmás lluviosos. Nótese cómo en párrafosanteriores mencionamos la desaparición delas distintas plantas acuáticas que antigua­mente allf se mantenían, hasta prospera­ban. Vale la pena describir, aunque seasomeramente, alguna escena que allf sedesarrollaba y que, si los responsables dela conservación del lugar quisieran, sepodría muy probablemente recuperar.Cuando finallzaba el Invierno, entre las últí­mas placas de nieve, llegaban desde el bos­que los tritones jaspeados (Trlturus mar­moratus), andando sobre la tierra y pastohúmedos, al cabo de pocas semanas, eranlos tritones palmeados (Triturus ñelvett­cus) los que llegaban, las ranas comenza­ban con su coro en los momentos de máscalor y amerizaban en la charca varios indi­viduos del gran coleóptero carnívoroDit/scus marglnalis. Los coleópteros seafincaban por separado en sendos territo­rios, donde se dedicaban a dar caza y acomerse, en parte, a los tritones palmea­dos, abundantíslmos y totalmente distraí­dos en los quehaceres de la reproducción.Es en esta tarea donde las plantas acuáti­cas desarrollaban un gran papel, ya que eltritón palmeado envuelve cada huevo, delos cientos que pone, en una hoja quedobla expresamente. Escasas, pero algunapareja de sapos comunes se reproducíatambién en la charca del llano de SanIndaleclo y, más tarde, cuando comenza­ban a templarse las noches, hasta se llegóa ver alguna pareja de rana de San Antonio(Hyla arborea), posiblemente una de laslocaltdades de mayor altitud para tal espe­cte.

En la actualidad, la población de tritónjaspeado puede estar desapareciendo, lasúltimas citas son de las albercas de la zonade Bailo. El tritón palmeado permanece,escaso en los abrevaderos de la zona deFuenfría, en Atarés y probablemente en

pajarillos perdidos durante la migración y

topillos o musarañas que no han sobrevividoal invierno.

y si las piezas son tan grandes que nolas puede ingerir, las eleva sobre una roca,para que se rompan al dejarlas caer. Así,con su lengua de cuchara, come el tuétanode los grandes huesos de rumiantes, míen­tras que su amplio esófago admite el pasode los fragmentos resultantes.

llene otras estrategias de alimentaclón,por ejemplo, en Grecia come tortugas, querompe por el mismo procedimiento que loshuesos (recordemos que Esquilo murió enSicllla, porque, como castigo, "los dioses" leenviaron un águila, que le arrojó una tortu­ga sobre la cabeza) y, en ocasiones, aprove­cha su excepclonalmente acrobático vuelopara robar sus presas a las águilas, al estilode los rabihorcados.

A princlplos de siglo, el quebrantahue­sos era abundante en el entorno mediterrá­neo, colonizando las penínsulas Ibérica,Itálica y Griega, los Alpes y resto de cordi­lleras alpinas, las islas del Egeo y las delTIrreno y el norte de África. En la actuali­dad, está extinguido o casi de sus antlgua~

áreas de cría, quedando la población pire­naica como más importante, con el 50 porciento de las aves de Europa, unos 90 terrí­torIos ocupados entre la vertiente española(43) y la francesa (21) y unos 150 preadul­tos, no reproductores. Además, existendatos casi seguros de que esta poblaciónestá en expansión.

El quebrantahuesos nidifica en generalen cuevas suspendidas, pero también enpequeñas repisas, en grandes nidos elabora­dos con abundantes ramas secas, alguna deellas de gran tamaño. En el interior, unagruesa cazoleta de lana de ovejas. Allí depo­sitará dos huevos en enero, que incubaránambos progenitores durante unos 58 días.De los dos pollos que nacen en general, sólosobrevivirá uno, sin excepción conocida. Elpollo vuela en julio y permanece junto a los

padres hasta el siguiente invierno, en oca­siones más.

Los pollos son de color oscuro, que vaevolucionando hasta ser adultos, cosa quesucede a partir de los seis años aproximada­mente. Es entonces cuando muestran sulibrea en todo su esplendor, con cabezablanca y partes Inferiores del cuerpo decolor entre blanco y anaranjado intenso yalas y partes superiores de un bello colorgris pizarra.

En San Juan de la Peña, desde queexisten datos, ha anidado una pareja dequebrantahuesos. Hace cuarenta años,tenía un nido en el gran agujero de formapentagonal que está encima del MonasterioViejo, hace veinticinco años, tuvo nido enun agujero triangular frente al monasterio.Desde el claustro, tuve la oportunidad deseguir sus tareas paternales. Actualmente,el macizo está tan humanizado que el que­brantahuesos se esconde. Hace bien, pues­to que así queda a salvo de ladrones dehuevos y pollos y otros pe!lgros, como losbienintencionados naturalistas que, a fuer­za de mirarlo y violar su íntlmldad, llegan amalograrlo.

Los mamíferos

De nuevo se hace evidente, al estudiarlos mamíferos del macizo de San Juan de laPeña, que nos hallamos en un lugar deencuentro entre el Mediterráneo y elAtlántico. Pares de espeélés hacen evidenteesta situación.

Entre los insectívoros, hallamos dosespecies" ligadas al Mediterráneo, unaestrictamente, la musarañlta (SuncusetrllScus) con una distribuclón similar a ladel olivo, y otra más eurlolea, la musara­ña común (Cl"Ocidllra russula). Frente aestas especies, aparece otra atlántica, dis­tribuida por la cornisa cantábrica y

Francia, es la musaraña de MiIlet (Sorexcoronnrus),

SAN JUAN DE lA PEÑA

Page 17: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

Como una gran ballesta, con una enver­gadura de más de cincuenta centímetros, elvencejo real (Apus melba) evoluciona avelocidad sorprendente, produciendo sonidode reactor al cortar el viento. Entre otroslugares del macizo, también anida en lacueva del Monasterio Viejo, habiéndoseadaptado muy bien a sortear la malla metá­lica que proteje la roca.

Otras aves, también Insectívoras, captu­ran sus presas en la misma roca o en vueloscortos desde posadero. Pueden ser másabundantes al pie del cantil, en el canchalque recoge todo lo que se desprende de laroca y, por lo tanto, con una producciónligeramente mayor, Entre ellas, el más abun­dante es el colirrojo tizón (PlJOenlcurus och­ruros), también colono de los edificios ptna­tenses.

También podríamos incluir en la omíto­cenosis del roquedo al halcón común (Falcaperegrlnus), que en este caso tambiénImporta energía al sistema, capturando avesal vuelo.

En invierno, varias de estas aves emi­gran a tierras más cálidas, pero otras llegan,sobre todo de roquedos y canchales del pisoalpino plrenaíro. El treparrlscos (TIcho­drama murarla) es abundante en invierno,época en la que es más rupícola que en vera­no. El acentor alpino (Prunella collar/s)busca en las rocas su alimento Invernal,compuesto no sólo de insectos, sino quetambién de pequeñas semillas.

Otras aves rupícolas

Numerosas aves anidan o se refugian enlos roquedos, ~mientras que precisan de laextensa planfcle para encontrar alimento.Encontramos a varios córvldos, como elcuervo (Corvus corax) que anida en cuevasy salientes rocosos, construyendo un nidogrande y bien estructurado; las chovas plquí­rrojas (Pyrrhocora;1; pyrrhocorax) anidan enorificios coloníalmente y tienen también una

colonia sobre el viejo monasterio, mientrasque las chovas piquigualdas (pyrrllocoraxgracu/us) sólo frecuentan el macizo en rarasocasiones, para refugiarse en días excepcio­nalmente fríos. Todos estos córvidos son ági~

les voladores, que, con la más mínima brisade aire, pueden remontar a gran altura sinesfuerzo alguno.

La única pareja de águila real (Aquflachrysaetos), anida en la roca de la umbría.

El buitre común (Gyps fulvus), es colo­nial criando en las paredes sobre Santa Cruzde la Serós y bajo la ermita de San Salvador,esta última colonia puede ser la de mayoraltitud de los Pirineos.

El alimoche (Neophron percnopterus),es territorial, al menos tres parejas de estarapaz anidan en el macizo y pueden observar­se en la zona desde marzo hasta setiembre.

El quebrantahuesos (Gypaetus barba­tus), por su condición de ave en vías deextinción en Europa y su relativa abundanciaen las Sierras Exteriores, merece un brevecapítulo aparte.

El quebrantahuesos

Ocupando la cúspide de la pirámide tró­flca, el quebrantahuesos es tul sorprendentecaso de adaptación. Se alimenta fundamen­talmente de huesos, huesos frescos en oca­siones. con sus restos de carne, tendones ymédula, que, dentro de lo que cabe, slgnifl­can un buen bocado. Otras veces huesos vie­jos, huesos en los que poco queda más quela esderoproteína que constituye la parteorgánica de los huesos, la ostefna. El que­brantahuesos puede disolver con eficacia loscarbonatos y fosfatos minerales y aprovecha­rá el resto orgánico. Es comprensible que susexcrementos tengan la textura de la tiza.

También come aquello que no comenotras aves, buscando en vuelo rasante, en lalínea de fusión de la nieve, las momias de

III'í"

alguna balsa más. Aparece una tercera espe­ele de tritón, el pirenaico (Euproctus asper),que habita las aguas corrientes y, por lotanto. nunca estuvo en la charca de! llano deSan Jndalecío, pero sí en el barrancoCarbonera y en la badina bajo la cascada deAiguasalient.

El resto de anfibios es más común y, sinque existan muchas citas es de suponer queno faltarán en la zona ni rana común (Ranaperezi), ni los dos sapos, el común y elcorredor (Bufo bufo y B. calamita). Másescasas resultan la ranita de San Antonio(Hyla arborea), el sapillo moteado (Pelo­dytes punctatus) y el sapo partero (Alytesobstetrlcans). Mucho más raro y citado enArbués por primera vez para prácticamentetodo el noreste ibérico, está el poco conocí­do sapillo pintojo ibérico (DIscoglossus gal·ganoi).

Desde un punto de vista blogeográflco,la comunidad de anfibios emplaza a mos­trar tímidamente cómo el macizo es puntode encuentro entre dos regiones, la delmediterráneo, representada por el tritónjaspeado, la rana común. el sapillo pintojo,el sapo partero y el sapillo moteado, mien­tras el tritón palmeado y el sapo corredorson elementos atlánticos. El sapo común esrepresentante de las especies paleártlcasde amplia distribución. mientras que el tri­tón plrenalco es un endemismo de la cordi­llera.

Las COMUNIDADES DE VERTEBRADOS

TERRESTRES

Características de las comunidades

Ya hemos descrito la heterogeneidadde ambientes que encontramos en SanJuan de la Peña. Sólo cabe ahora destacar,aunque sea repetitivamente, las caracterfs­ücas de "lugar de encuentro" que tiene esemacizo. Las biocenosis se desarrollan

sobre una masa de conglomerados dematriz caliza que se comporta como un sls­tema cérstíco, muy poco ahorrador de losrecursos hídricos. A lo anterior hay queañadir una punta de sequía en julio y agos­to, lo que da al sistema un claro caráctermediterráneo. Contra estas características,el cierzo envía aire húmedo desde el cua­drante noroeste, provocando condensaclo­nes que permiten el buen desarrollo de loshayedos y su correspondiente acompaña­miento de especies atlánticas y europeas.SI añadimos a todo esto las diferencias dealtitud y las de orientación solana-paco, noes dificil comprender que nos hallamosante un auténtico mosaico de comunidadesy que, considerando al macizo en su con­junto, podemos hallar en él una biodíverst­dad difícil de encontrar en otros lugares:desde un punto de vista faunfstlco, el macl­zo de San Juan de la Peña es una joya dlfl­cll de igualar.

Los reptiles

Como ya se ha empezado a comentaren el capítulo de los anfibios, el papel deisla y frontera que tiene el macizo de SanJuan de la Peña, se hace más evidente aúnen los. reptiles. Podemos hallar varios paresde especies vlcarlantes, conviviendo en elmacizo•.

Entre los saurios (cinco especies entotal, que reúnen lagartos y lagartijas, con ysin patas), encontramos como elementosmediterráneos a -"la lagartija colilarga(Psammodromus algirus), muy probable­mente en el extremo septentrional de su dís­trlbución. Por el contrario, la culebra decristal (Anguis fragilis), una lagartija sinpatas a la que muchas veces se le atribuyenpropiedades malignas, sin ninguna [usttííca­clón, representa el elemento paleérttco, deamplia distribución por Europa y Asia, ycon requerimientos de humedad que leimpiden colonizar el Mediterráneo.

SAN ~JUANDE Ll',. pa{,.., AMBIENTACIÓN ECOLÓGICA 272 E. BakcJl:;, P. lifontGerrat, c. Pe(1~·<J·lch¡

Page 18: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

Como especies ctcartantes, encontra­mos a la pareja formada por el lagarto oce­lado (Lacerta lepida), un grande y bellolagarto endémico de Iberia y el sur deFrancia, y al lagarto verde (Lacerta uíri­dis), una esmeralda brillante, que tiene unadistribución europea.o auropeo-turquestaníy a la pareja lagartija ibérica (Podareis híe­panIca), lagartija toquera (Podareis mura­lis). La primera de ellas es un endamlsmcibérico. que halla su frontera septentrionalen los Pirineos, mientras que la segunda sedistribuye únicamente por el norte peninsu­lar.

En el macizo de San Juan de la Peña,hallamos ocho especies de ofidios (culebrasy víboras). Representan el elemento medite­rráneo varias especies, como la culebra deescalera (Elaphe sealarIs), endemísmo ibéri­co, que se extiende hasta el sur de Francia,la culebra bastarda (Malpolon monspessu­lanus) que se distribuye por el Mediterráneohasta Grecia y la culebra viperina (NatrIxmaura), que habita la península Ibérica, surde Francia y algunas de las islas mediterrá­neas.

Natrix natrix, la culebra de collar,representa a las especies de ampUa distribu­ción paleérttca. Además podemos añadirdos parejas de vícarlantes que imbrican susterritorios en la frontera plnatense, entre elMediterráneo y Europa: la primera estáconstltulda por la culebra lisa meridional(Coronella glrondica), vicariante con laculebra lisa europea (Coronella austrIaca).cuya distribución es ampliamente paleártica.La segunda pareja está constltulda por lavíbora áspid (Vipera aspis) europea-medite­rránea y la víbora hocicuda (Vipera Iatasti),un endemismo ibérico.

Trece especies de reptiles supone unariqueza en bíodíversldad muy elevada, con­secuencia de las características fronterizasdel macizo.

Las aves

La facilidad de desplazamiento de lasaves permite que aprovechen los recursostróficos a medida que éstos van aparecien­do. De hecho. existe una coevolución, desdeel Jurásico. entre vertebrados, insectos yplantas. de modo que hay una clara coordi­nación entre los ciclos biológicos de todosesos grupos.

Sin embargo, las aves tienen en su cicloanual una época de esclavitud que no pue­den evitar: es la época de la reproducción,en la que han de incubar los huevos y pos­terlonnente atender a los pollos, hasta queéstos puedan volar. Blogeográficamente, esla época que caracteriza las poblacionesomitlcasr después, toda suerte de trashu­manclasy migraciones dependerán exclusl­vamente de los recursos tróficos y del clima.

En el papel de encrucllada biogeográfi­ca que tiene el macizo de San Juan de laPeña, encontramos una gran diversidad depoblaciones omítlcas, en directa relacióncon los ambientes vegetales antes mencio­nados.

Desde los carrascales y quejigales sub­mediterráneos hasta los hayedo-abetaleshay una Importante variación de las especiesy sus densidades, marcando unas la ínfluen­ele mediterránea, la atlántica, otras. Sinembargo, consideramos como comunidadtípica el pinar de pino albar o royo (PinussylvestrIs). en el montano húmedo, paradestacar a partir de él las diferencias queprovocan las dos tendencias del eje que seestructura entre lo mediterráneo y lo atlánti­co.

El paisaje se complica con las activida­des del hombre, que, ante un paisaje fores­tal. provoca cambios para conseguir allmen­tar a sus rebaños y cultivar sus semillas. Elmosaico se hace aún más de grano fino y labiodiversidad aumenta.

btén en orificios y tras las cortezas anidan eltrepador azul (Sítta europaea) y el agatea­dor común (CertlJia brachydactyla). En lasramas de los árboles y ocasionalmente enlos arbustos, si existen, anidan el reyezuelosencillo y el listado (Regulus regulus, R.ignicapiJlus), el papamoscas gris (Muscí­capa striata), el pinzón común (Fringlllacoelebs), el arrendajo común (Garrlilusglandarlus) y en los abetales el piquituerto(Loxía curvlrrostra).

Precisan del matorral para colonizarbosques el mosquitero común (PhyIlos­copus collyblta), la curruca mosquitera(SyIIJIa borin), la curruca capirotada (S.atricopHla) y el zorzal común (Turdus phi­lomelos). el mirlo (1: merula), el petirrojo(Er1tJJOcus rubecula). el chochfn (Troglo­dytes troglodytes). el acentor común(Prunella modularis) y el camachuelocomún (Pyrr/lUla pyrrhula). El cuco(Cuculus canorus) continúa en este pisoparasitando nidos de pasertformes y elzorzal charlo (Turdus vlsclvorus), al igualque las palomas mencionadas, seleccionapara anidar la orl1la de Jos bosques. bus­cando su alimento en las zonas desfores­tadas limítrofes.

Zonas desforestadas del plso montanohúmedo

En las pequeñas extensiones de praderarodeadas por setos, se acumula la vida orní­tlca. Sin embargo, son raras las especiesque, únicamente en el estrato herbáceo,pueden cumplir todo su ciclo; la alondracomún (Alauda arvensis) y la codorniz(Coturnlx coturnix) serían las únicas; esasespecies. debido a la escasa extensión de losclaros, casi nunca alcanzan a colonlzarlos.Por el contrario, los setos sirven de refugioa numerosas aves, que se alimentan en laspraderas próximas o bien en ellos. Entre lasque cumplen todo su ciclo en los matorralescabe mencionar al ruiseñor común, a lacurruca mosquitera, a la capirotada y al

mosquitero común. Son abundantes los gra­nívoros en tales setos; así. se pueden hallarnidificando al escribano soteño, al jilguero,al verderón común y al verdecillo.

Aves de los roquedos

Introducción

Enormes paredes de conglomeradosenmarcan el macizo de San Juan de la Peñapor el norte, sur y oeste, dominando la lla­nura. Es el lugar adecuado para que unaserie de aves busquen refugio y Jugar segurodonde anidar. mientras que hallan su ali­mento en la amplia llanura que se extiendea sus pies. Sin embargo, no todas las avesdel roquedo necesitan la llanura para cum­plir con todas sus necesidades vitales. Unaspocas especies constituyen una auténticablocenosls de lo que podemos llamar el eco­sistema roquedo.

La omitocenosis del roquedo

Durante el día, Incluso en invierno, laroca expuesta al 501 se calienta rápidamen­te. El aire caliente asciende y con él arras­tra pequeños insectos voladores o pequeñasarañas que vuelan a lomos de un hilo deseda. Es el aeroplancton, abundante enverano, más raro en Invierno, que alimentaa varias especies de aves, privilegiadas vola­doras.

El avión común (DellcllOn urblca). ade­más de en los roquedos, anida bajo el alerode las casas. Esa especie tiene una coloniafácilmente visible en la cueva ocupada por elMonasterio Viejo. Junto a él vuela cerca dela roca, en busca de insectos, una golondri­na de plumaje pardo; es el avión raquero(Hirundo rupestris), bien adaptado a esehábitat, que abandona durante los mesesmás rigurosos del invierno.

8fd; JDhN DE LA. PEÑA AM.BlEI\'TAClÚN LCOLÓGICr\ 282 E. l3alcdls• .P~ Morrtserr-ar, C. P'eoro-::chi

Page 19: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

Matorrales y cultivos de secano

Anidando, Indudablemente en los alia­gares en tránsito a bujedos, pero también enlos menos desarrollados y sulrutlcosos, cabemencionar a las aves que nidifican en elsuelo: perdiz común (Aleetoris rufa), tarabi­lla común (S(V(ico/a torq!tata), escribanohortelano (Emberiza hortu/ana) y escribanomontesino (E.ela), mientras que currucarabilarga (Sy/via undata) y pardillo común(Carduelis cannablna) pueden aprovechar,para resguardar su nldo, las aliagas demayor porte. Además, a las aves anterior­mente referidas, pueden añadirse las quecolonizan las etapas más degradadas, dondeúnicamente existe vegetación herbácea, osea, los yermos y rastrojos: anidan en elsuelo alondra (Alauda arvensis), totovía(Lullula arborea), las cogujadas montesinay común (Galerlda iheklae y G. cristota) yblsblta campestre (Anthus campestris); lacodorniz (Coturnix coturnfx) seleccionaríade preferencia los cultivos de cereal.

Piso montano Juímedo

La contlnentalidad del clima [acetanono permite una gran extensión del piso mon­tano húmedo, que se caracteriza por susbosques de haya (Fagus sylvatica) y abeto(Ables alba), puros o mezclados, lo mismoque los de robles más nobles a nivel subme­diterráneo o subatlántlco. En el piso monta­no, al![ donde la humedad atlántica llegamás intensamente, domina el haya sobre elabeto, mientras que en los lugares conmayor humedad freática, pero sequíaambiental, sucede al revés, siempre prescin­diendo de altitud y temperatura. En laszonas desforestadas son características laspraderas de gran producción entre las quese Intercalan frondosos setos. La influenciaoceánica, a poniente de la comarca, rarificael dominio de las coníferas subalpinas: Josplanlcaductfollos alcanzan así mayorescotas, entrando en directo contacto con unmatorral alpinlzado, más o menos transfor­mado en pasto.

La avífauna toma un mayor caráctercentroeuropeo, por adquisición de nuevasespecies más hlgrófilas, sin embargo, lascondlcíones de progresiva mayor dureza cli­mática, hacen descender el número total deespecles. Desde el punto de vista ornítlco, elpaisaje puede caracterizarse de la sIguientemanera.

Hayedo-abetales

Continúan explotando este nivel fores­tal el azor y el gavllán (Accipiter genllils yA. nisus), dependiendo su presencia deldesarrollo y extensión del bosque. Otrasrapaces, que allí nidifican, pero que explo­tan las áreas desforestadas próximas, son elhalcón abejero (Pemls apiuorus), el ratone­ro (Buteo buteo), el mllano real (Mllvus lIIi/­

vus) y el águl1a culebrera (Cireaetus gall1­cus).

Queda ellmlnada por altitud la tórtolacomún, persistiendo, en cambio, las palo­mas torcaz y zurita (Colllmba palumblls yC. oenns], esta última sIempre que encuen­tre orificios en los árboles adecuados paranidificar. El cárabo (Strlx aluco) sigue sien­do el depredador nocturno por excelenciade los ambientes forestales.

Aparece aquí gran riqueza de pícldos,ya que el medio les es favorable (árboles noresinosos, abundante madera muerta); sepueden observar, por lo tanto, las tres espe­cies mencionadas en otros pisos de vegeta­ción, el pito real, el pico picapinos y el pitonegro (Picus viridls, Dendrocopos majal' yDryocopos marUus). También muy raro yseleccionando los bosques más maduros ytranquilos del macizo se halla, extraordina­riamente escaso, al urogallo (Tetrao ¡¡roga­lIus).

Presdndiendo del matorral, anidan enorificios de los árboles los párldos, carbone­ro garraplnos, herrerillo capuchino, carbo­nero común y herrerillo común (Parus ater,P. crismtus, P. major, P. ca€ru/e!ls). Tarn-

El esquema que proponemos para ladescripdón de las comunidades de aves enel macizo pinatense es el siguiente:

a) Las aves de los pinares de pino silvestre

1) Variadón de la ornitocenosis a lolargo del año

Primavera y época de nídlflcaclón

El verano

Otoño, la migración

Invierno

2) Grandes especies y aves no federadasal pinar

3) Setos y bordes del bosque

b) Hacia el domInio submedlterráneo:

1) Bosques submedíterráneos

2) Sotos y setos

3) Matorrales y cultivos de secano

e) Piso montano húmedo:

1) Hayedos y abetales

2) Zonas desforestadas del piso monta.no-húmedo .

d) Los roquedos:

1) Introducción

2) La ornítocenosís del roquedo

3) Otras aves rupícolas

4) El quebrantahuasos

Las al/es en los pinaresde pino albar o royo

La mayor parte de la vegetación delescudo SUperior del macizo está formadapor pinares de pino silvestre. Esos pinaresson muy diversos, pero los más caracte­rísticos son los de Campo Clavero, SanVoto y Paco Pano, con mezcla de hayas ytemblones y un subvuelo, bien desarrolla­do o potencial, de acebo (Ilex aquljo­1ft/m). A continuación describimos lacomunidad ornítica y su variación a lolargo del año,

Prímuvel'u y élJOCU de Ilídificuclón

La primavera es la época de mayor irre­gularidad, entre uno y otro año, debido a laInestabllidad atmosférica de la reglón. Aunos días "primaverales" se suceden otroscon nevadas.

Los frutos y semillas, alimento básicoInvernal, se terminan, pero aparecen dosnuevas fuentes alimentarlas de primerorden: por tul lado las semíllas de Pinussy/vestris, que atraen a numerosas granívo­ras y no pocas insectívoras y, por otro,comienza -con las primeras subidas termo­métricas- la pululaclón de insectos, muyirregular de todos modos y en función de latemperatura.

De momento vamos a citar la faunasedentaria, propia de cada parcela estudia­da. A lo largo de las descripciones estacio­nales se señalarán las aves que emigran oInmigran. La suma o resta de ellas, más labase constante de las sedentarias, nos darála población existente en cada parcela ycada estaclón,

Las parcelas de pinar, con y sin arbus­tos,mantienen prácticamente las mismasespecies sedentarias, con escasas dlferenclasY. de hecho, son raras las especies forestalesque, con mayor o menor regularidad, no fre­cuentan también los árboles y arbustos aísla­dos en el prado de San Indaleclo.

En las primeras parcelas Con arboladose halla un único depredador, el cárabo(Strix aluco). Los pícldos pito real (Picusuirtdis), pico picaplnos (Dendrocoposmajor) y pito negro (Dryocopus marfius)con sus grandes territorios, se observan Indl­ferentemente en cualquier parte. Comoalguno de los pfcldos anteriormente citados,el trepador azul (Sitia europaea) y el aga­teador común (Certllia brachydaetyla)explotan los troncos de los árboles.

Las aves que explotan el suelo y sonsedentarias, en general, pueden también

AMBlENlACJÓN ECOLÓGICA 274

Page 20: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

consumir en otros estratos -generalmente,el arbustívo- sobre todo, cuando la nieverecubre el suelo, Impidiendo el acceso al ali­mento ordinario. Aparte de pito real (Picusviridis) especialista mirmecófago l' cárabo(Strix aluco) depredador, ambos ya citados,hallamos cinco especies, chochín [Tro­glodytes traglodytes), miria (Turdus meru­la), acentor común (Prune1Ja modularis),pinzón común (Frlngllla coelebs) y arrenda­jo (Garrulus glandarlus), mientras que úní­camente a los lugares con subvuelo cabeadjuntar zorzal común (Turdus phi/omelos)y, en las que no lo tienen, zorzal charlo (T.viscivorus).

Otras sels especies explotan el ramaje,tanto de las copas de los árboles como, oca­sionalmente, del matorral. Son reyezuelo lis­tado (Regulus ignicapilJus), carbonerogarrapinos (Parus ater), herrerillo capuchino(P. cristatus), carbonero común (P. major),herrerillo común (P. caeruleus), todos ellosInsectívoros, y plqultuerto (Loxla cureírros­tra) y el antes citado pico plcaplnos(Dendrocopos majar), granívoros, allmen­tándose de las semillas de Plnus sylvestrls.

En la época primaveral las parcelasforestadas pueden sufrir grandes .varíaclo­nes: emigran así hada sus cuarteles de críanumerosas especies, algunas totalmente,otras, sólo en parte, fenómeno detectableúnicamente mediante el c-álculo de su dismi­nución cuantitatlva. Princlpalmente del bos­que con acebo, pues solamente estaban pre­sentes en número muy reducido en el des­brozado, marchan la totalidad de chochaperdiz (Scolopox rustico/a) y zorzal alirrojo(TurdtlS /lIactls) mientras que, Indlferente­mente de ambos bosques, emigran reyezue­lo senct!lo (Regulus regulus), camachuelocomún (Pyrrhula pyrrllUla), lúgano(Carduelís splnus) y -salvo en condicionesextraordinarias en que llega a nidificar ensus cuarteles de invierno- verderón serrano(Serinus c1trinella). DIsminuye el número depiquituertos (Loxia curulrrostro) (despuésde la dehiscencia de los piñones), y tambiénde herrerillo común, carbonero común y

herrerillo capuchino. El zorzal charlo, pobla­dor únicamente de los bosques desbrozadosy bordes de bosque, también disminuye sen­siblemente sus efectivos. Las condiciones cll­mátícas adversas pueden prolongar la estan­cia de las aves antes mencionadas, sobretodo las altlmontanas, que permanecen ensus cuarteles de Invierno hasta que los dereproducción les ofrecen condiciones' devida adecuadas.

Al mismo tiempo llegan las aves esti­vales, mientras otras (trashumantes)aumentan sensiblemente su número. Existeun orden cronológico en las llegadas, pri­mero las trashumantes, que pueden mar­char y regresar varias veces, según varíe eltiempo atmosférico. Entre estas últimas:petirrojo (Erlthacus rubecula), currucacapirotada (Sylvla atrlcapll1a) y mosquite­ro común (P!Jylloscopus col1yblta)' (las dosúltimas exclusivas de los bosques conImportante matorral); otras Incrementan sunúmero y son chochín y mirlo. Dos avessedentarlas en la reglón, una bastanteforestal, el pinzón, y otra esporádica inva­sora de bosques, el jilguero (Carduelis caroduells), aumentan su densidad, para volvera dlsmlnuir posteriormente, un comporta­miento debido a la dehiscencia de los piño­nes, que son aprovechados por ambas graonfvoras.

Las inmigrantes transaharianas, de lle­gada tardía son: cuco (CI/cull/s canorus),curruca mosquitera (Sylvia borln), papa­moscas gris (Musclcapa str/ata) y mosquite­ro papialbo (Phylloscopus honellñ, esteúltimo poblador exclusivo de los bosques sinmatorral.

En primavera las aves que, procedentesdel sur, anidan más al norte, debido a que lamigraclón primaveral es más directa, tienenuna presencia poco Importante en los bos­queso

Los cambios en las proporciones delnúmero de especies de distinto comporta­miento y residencia tróficos es notable.

SAN JUAN DE lA PEÑA

Cuando el bosque posee subvuelo abun­dante -y variando la abundancia de especiessegún la dlversldad de aquél-, lo colonizanmirlo común (Turdus merula), chochfn(Trog/odytes troglodytes), curruca mosqui­tera (Sylvia borln), curruca capirotada(Sylv/a atrlcapl1la) y mosquitero común(Phylloscopus collyblta). Las zonas máshúmedas acogen al ruiseñor común(Lusc/nla megarrhyncha), y alguna otraespecie que, como se ha mencionado, eligenpreferentemente para anidar los matorralesde la olmeda.

Una larga serie de aves (rapaces diur­nas y nocturnas y córvidas) que explotanlos terrenos desforestados exigen la pre­sencia de árboles para anidar, construyen­do el nido en ramas o en orificios de tron­coso Tales nidos pueden estar en cualquierzona con árboles (olmeda, quejigal, árbo­les aislados), pero algunas ellgen los luga­res más densos (y que, por lo tanto, sonmás raros en las olmedas, por su menordesarrollo y ser más frecuentadas por elhombre), mientras otras pueden utilizarárboles aislados que destacan de los res­tantes del bosque. Serían especies propiasde vegetación espesa el águila culebrera(Clrcaetus gallicus), el milano real (Mllvusmilvus), el milano negro (Mllvus mlgrans),el águila calzada (Hleraetus pennatlls), elratonero común (Bureo butco) y el búhochico (Asia otus). En los mismos lugares,pero también en árboles incluso del todoaislados, anida la corneja (Corvus corone)y la urraca (Pica pica), siendo raro que lohaga el cuervo (Corvus corax), que prefie­re los acantilados, aun los de escasapotencia. El alcotán (Falco subbuteo), elcernícalo (E tlnmmculus) y el búho chico(AsÍo otus) crfan en nidos abandonados delas mencionadas córvldas, mientras que lohacen en orificios de los troncos elmochuelo (Atllene noctua), el cárabo(Strix aluco) y el autillo (Otus scops), esteúltimo algo más hlgrófilo y con cierta pre­ferencia por la olmeda y zona de huertas,donde halla los Insectos de gran tamañoque habitualmente ingiere.

Sotos y setos

Las olmedas de árboles bien desarrolla­dos acogen prácticamente la misma faunaque los quejigales, sln embargo algtmasespecies más hlgrófilas muestran clara pre­ferencia por ellas. As! es frecuente observaren tal bíotopo a la oropéndola (Oriolus orlo­llls) y al torcecuello (Jynx toquilla), este últi­mo anidando también en oríflclos dé frutalesde las huertas próximas. Otro tanto sucedecon las aves de matorral; así, prácticamentetodas las del quejigal pueden hallarse en la'olmeda, pero algunas -muy hlgrófllas o depisos de vegetación superlores- habitan elsubvuelo de tales residencias o lugares simi­lares, como sotos húmedos de taludes y cur­sos de agua temporales; podemos citar enellos: ruiseñor (Lusclnla megarrhyncha),zarcero común (Hlppolals po/yglatta), peti­rrojo (Erlthaclls rubecula) y acentor común(prunella modularis).

Son, sin embargo, más abundantes lasaves que eligen para anidar los setos antesmenclonados y huyen del bosque, ya queéste no permite un buen desarrollo delestrato herbáceo, su principal fuente de alí­mento, especies que, aún en época dereproducción, mantlenén una buena partede su dieta de origen vegetal; er-tre ellaspodemos menclonar: escribano soteño(Emberlza clrlus), jilguero (Carduells caroc/uelis) y verdecillo (Serlmls canaria); eltriguero (Emberlza calandra), el alcaudónreal (Lanllls excubitor), el alcaudón común(L sen atar) y el mito (Aegithalos cauda­tus), se hallan indiferentemente en lossetos húmedos y en los bujedos más áridos,siempre que el terreno sea abierto en lasproximidades del nido (excepción hecha delmito, que explota también los bordes de losbosques); cabe añadir a la urraca (Picapica) -a veces anidando a menos de unmetro sobre el nivel del suelo-, pero que,sin duda, es más frecuente en los sotos flu­viales y formaciones antróplcas derivadas(choperas). Además, con cierta preferenciapor los setos secos, anida la curruca común(Sylvla cormnunis).

Page 21: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

collrrojo ttzón (Phoenicurus ochru ros) ,golondrina común (Hlrundo rustica),gorrión común (Passer domestic!/s), gorriónchillón (Petronla petrcnia) y aves forestales,como herrerillo común (Parus caeru/eus),herrerillo capuchino (Parus cr/status), car­bonero común (Parus majar), carbonerogarraplnos (Parus ater) y agateador común(Certhia brachydactyla).

Mucho más abundantes son las aves enpaso durante el otofio, en el prado delMonasterio Nuevo, atrafdas en gran partepor la pronta maduración de los frutos dela orla forestal y de los múltiples insectosque vuelan en las horas de mayor tempera­tura.

El vencejo común (Apus apus) y lagolondrina común (Hlrundo rustica) sonexplotadores del aeroplancton y frecuentesen vuelo rasante sobre la hierba de los cla­ros. Especies poco comunes en el lugar,como torcecuello (Jynx torquil/a) y estor­nino pinto (Stumus vulgar/s), también sehan observado. Papando Insectos ycomiendo los abundantes frutos deCrataegus, Sambucus, Rubus, Rosa, yotros arbustos de la orla forestal, muchosmigradores transaharianos acumulan gra­sas para el largo viaje: papamoscas cerroji­llo (Musclcapa hypoleuca), colirrojo real(Phoenlcurus phoenicurus), tarabilla nor­taña (Saxicalu rubetra) y común (S. tor­quata), collalba gris (Oenanthe oenanthe)y.lavanderas blanca y cascadeña (Motacillaalba y M. e/nerea) y camachuelo común(Pyrr/wla pyrr/m/a).

Sin embargo, durante el paso primave­ral, el espectro ornítlco es más sencillo.Desde luego, las bayas y otros alimentosabundantes y fáciles de conseguir se hanagotado. Sólo son los invertebrados queaparecen ofreciendo alimento a un caudalde aves que tiene prisa por !legar a suscuarteles de reproducción. El recurso trófl­

ca que más se ofrece es el de los inverte­brados y entre éstos abundan las lombricesde tierra, que emergen tras las primeras llu-

vías, Recalan, durante más o menos días,en esa situación, sobre todo, los túrdldos(entre ellos destacan el mirlo collarizo(Turdus torquatlls), y todos los demás zor­zales (común, allrro]o, charlo y real: 1: phi­/amelos, 1: //iacus, 1: ufscluorns y 1: plla­rls), que "peinan" el pasto de los cubllares.Es el momento en el que el pito real acude,lejos de la protección del bosque, paraencontrar hormigueros en el comienzo desu despertar primaveral. Además, se vanlas Invernantes estrictas, lavandera blanca(Motacilla alba), pardtllo común(Carduelis cannablna), carnachuelo común(Pyrrhula pyrrhula), verderón común(Carduelis ch/oris) y escribano montesino(Ember/za cla), mientras que llegan dostrashumantes, colirrojo tizón (Phoen/curusochrurus) y gorrión chillón (Petron/apetronia) con la Inmigrante transahariana,golondrina común (Hirundo rustica).

Bosques suhmediterráneos

Los quejigales mejor desarrollados (engeneral, si son umbrosos con cierta riquezade vegetales euroslberianos, como los con­vertidos en boalares), pennlten la nídíftca­clón del azor (Acelplter gentilis) y si existenárboles viejos de tronco grueso y hendido,anidan cárabo (Str/x aluco), paloma zurita(eolumba oenas), pito real (Plcus viridis),pico picaplnos (Dendrocopos majar) y elgrupo de los párldos, más el agateadorcomún (Parus caeruleus, P. major, P. crts­tatus, P. ater y Certhia brachydacty/a).Sobre las ramas de los quejigos el arrendajo(Garru/us glan dar/lis) , reyezuelo listado(Regulus 19n1capíllus) y pinzón común(Frlngl1la coe/ebs); el mosquitero papialbo(Phylloscopus bonel/l) explota principal­mente el ramaje, pero construye su nidoexcavando bajo el musgo o alguna mata dehierba. En el borde del bosque, preferente­mente -debtdo a que con frecuencia salen deél para allmentarse-, cabe hallar nidos dezorzal charlo (TIlrdus uiscivonls), palomatorcaz (Co/lImba palumbus) y tórtola(Streptopel1a rurtur].

La estación vernal comienza así con unapoblación compuesta por aves sedentarias einvernantes y termina con la misma base desedentarias, adjunta a un grupo de estivalesque sustituye a las Invernantes.

La variación es general en todo el bos­que, se observa que aumentan las Insectívo­ras y disminuyen las granfvoras. Ello ocasio­na, con la aparición de Insectos en los vege­tales (tanto frutlcosos como arbóreos), elincremento de especies que Se alimentanentre ramas y hojas, mientras que disminu­yen las explotadoras del suelo.

Establecida la población ornítíca, alfinal de la época vernal se desencadena elcelo y la reproducción.

Podemos clasificar las aves nidificantesen San Juan de la Peña del siguiente modo:

• Constantes:

- Sedentarias.

Estivales. * mlgrantes corto curso• mlgrantes transaharlanos

• ESporádicas:

- Invernantes.* sedentarIos esporádlcos

- Estlvales trashumantes.~ Mlgrdntes corto curso* Migrantes transaharlanos

En las llamadas "constantes", nldífícan-. tes habituales en la localidad, se observa cla­

ramente un comienzo de la nidiflcaclón enetapas distintas, siendo las sedentarias másprematuras en la cría, con casi un mes dediferencia con respecto a las estivales yentre ellas, las más tardías, son las tran­saharianas. No obstante, existen diíerenclasen el inicio a causa de la evolución del tiem­po atmosférico, sobre todo cuando sobrevie­nen nevadas tardías

El verano

En prlncipío se distingue por su estabi­lidad: las aves comienzan la nídlfícaclón yno abandonan sus territorios hasta haberlaterminado. Sin embargo, al existir aves denidiflcaclón más temprana -como ya se haindicado, las sedentarias anidan antes--, ytambién diferencias específicas en la dura­ción del proceso reproductor -aves querealizan únicamente una nidada, mientrasque otras realizan varlas-, se producenalteraclones de la referida estabilidad, apartir de principios de julio. Asf,· algunasespecies continúan con sus requerimientosgenésicos hasta mediados de agosto, otras,-terminada su reproducción, abandonansus territorios e Inician las dispersionespostnupciales.

A partir de este momento, el bosque depino silvestre pierde carácter, debido a queparte de las aves se distribuyen por todaspartes. Los jóvenes de algunas especies(párldos, reyezuelos, mosquiteros, etc.) sereúnen en bandos erráticos, al parecercomo defensa a la depredación. Además,como ya se ha mencionado antes, sineróni­cemente aparece un esbozo de sequía estí­val, con lo que el medio adquiere un carác­ter más "mediterráneo" o, por lo menos,más xérico, lo que permite la entrada orefugio de aves de pisos de vegetación demenor altitud (del dominio de quejigal ycarrascal submedlterráneo] y también algúnmlgrante precoz.

De una manera general cabe Indicar queexiste cierta correlación entre la alteracióndel medio y el número de aves Intrusas queentran para explotarlo tróficamente.

Así, en el bosque menos alterado, consubvuelo de acebo, únicamente se ha loca­lizado un dlvagante, insectívoro y explota­dor del ramaje de los árboles, el mosquite­ro papialbo, mientras en el bosque sinsubvuelo hallamos tres, el mosquiterocomún, el mito y la curruca capirotada,todos ellos insectívoros y dos de ellos

N.H3U:.Í\'YACIÓT\'ECOLÓG!C· 276

Page 22: AMBIENTACIDN ECOLOGICA E. BALCELLS RDCAMORA P. … · Depresión Ibérica (Creus, 1983) o la transi ción de un ambiente húmedo y fresco cantá brico al verano jacetano más seco

arbóreos, mientras el tercero explota elescaso estrato sufruticoso. En bosques sinsubvuelo y aclarados (adehesados), pue­den observarse numerosos intrusos al ter.minar la nidificación. Entre ellos, se haanotado la presencia de petirrojo, mosqui­tero común, mosquitero paplalbo y papa­moscas gris.

Las variaciones de nicho tróflco de algu­nas especies, que pasan de ser consumido­ras de semillas a alimentarse de Insectos(pico plcaplnos, pinzón común, escribanos ygorrión chillón permite que aumenten sinapenas variar las especies granívoras a costade insectívoras. La única granívora, común aambos pinares, es el especialista piquituerto.

Otoño, la migración

Terminada la nldlílcaclón, las aves tien­den a dispersarse, abandonando sus bloto­pos óptimos. y algunas, -las rnIgradorastransaharíanas-, comienzan lentamente lamigración hacia el sur y por lo tanto elpaseo. La fauna así, se enriquece, puesmientras que las aves nldlfícantes en el lugarse mantienen, el paso migratorio aportanuevas especies.

La producción de alimentos es máxima:continúan abundando los Insectos y ademásmaduran los frutos de la mayoría de lasespecies arbustivas en el manto marginal.Las aves pueden, por lo tanto, acumularreservas para la migración y mudar el plu­maje. La muda, desde agosto para lasmigradoras transaharlanas, más tardía entrashumantes y sedentarias, vuelve amuchas especies muy desconfiadas, de talmodo que a pesar de ser una época muyabundante en individuos, los censos tiendena infravalorar su número.

La temprana migración de las transaha­rianas que -corno se ha dicho- enriquece lapoblación con aves de paso, termina amediados de la estación. Al final de ella,

entrando en la época invernal, marchantambién las trashumantes, pero éstas sinfechas fijas pues depende su trashumandadel tiempo atmosférIco, mientras quecomienza el aporte de Invernantes quecaracterizará la siguiente estación.

Como en la estación anterior, las mayo­res variaciones las sufren los medios másalterados: las aves, observadas accidental­mente en los bosques plnatenses, lo son ennúmero menor en las comunidades máscomplejas; así están representadas: 30 porciento en bosques con subvuelo, 40 porciento en los bosques desbrozados y 50 porciento en los claros y prados.

En el bosque con acebo, únicamente seobserva un mlgrador, el papamoscas cerroji­llo (Musclcapa hypoleuca) y al final de laestación llegan las invemantes chocha per­diz, zorzal alirrojo, camachuelo común y ver­derón serrano. En los bosques sin matorralse ha hallado el mismo número de especies,pero en lugar de chocha perdiz se ha obser­vado --en paso- al miria capiblanco (Turdustorquatus).

Se observa el cambio Inverso al de laépoca primaveral, disminuyen las Insectí­voras, aumentan las granívoras y tiende aexplotarse tróflcamente el suelo y lasbayas de los matorrales, mientras que losInsectos de las ramas y hojas disminuyenen número y por lo tanto se reducen tam­bién las especies que explotan tales estra­tos.

Invierno

Durante la estación termlna de estable­cerse la población de invernantes, que varia­rá según la cantidad de producción vegetalasequible como alimento y la benignidad delinvierno.

Colonizan los bosques aves en generalprocedentes de los pisos elevados pirenaicoso de Europa central, no constituyendo apor-

tes elevados de especies, siendo la inverna­da más discernible cuantitativa que cualltatl­vamente.

En los pinares aparecen el reyezuelosenclllo (Regulus regu/us), el carboneropalustre (Parus palustris) y el lúgano(Carduelis spinus).

La proporción entre consumidores pri­marios y secundarios es similar a la expues­ta para el final de la época otoñal y no varia­rá hasta la primavera,

Más Importante que el espectro cualita­tivo es el cuantitativo, que pone de mani­fiesto lo escaso de las variaciones que sufre .la blomasa de insectívoros en los mediosforestales plnatenses.

En prlnclplo, no hay alteraciones a lolargo de la época invernal, pero las gran­des nevadas, Impidiendo el acceso al ali­mento, pueden provocar bruscas trashu­mancias; la situación vuelve a la normali­dad tan pronto como las condiciones vuel­ven a ser favorables. De todos modos lanieve no afecta por igual a todas las aves,siendo las más sensibles a ella las queexplotan el suelo.Grandes especies y aves no federadas alpinar

Son numerosas las especies de aves degran tamaño: que se han podido observar eno desde los pinares plnatenses. Debido aque para muchas de ellas el área estudiadarepresenta sólo una pequeña porción de suterritorio (de nldiflcaclón o de caza) y queotras son foráneas al medio presentándosesólo esporádicamente, las mencionamosaparte. En conjunto, su Impacto es mínimoen los medios forestales.

En las parcelas arboladas, poco propi­cias al vuelo de aves grandes, han sido esca­sas las observaciones. El gavilán (Accipiternisus} y el azor (A. gentilis), de los que nose ha podido demostrar la nldlflcaclón, seobservan raras veces, quizás más por sus

costumbres desconfiadas y rápido vuelo, quepor su escasez real. La paloma torcaz(Co/umba pa/umbus} en cambio, es fre­cuente en tales medios forestales y muchomás rara la zuríta (Co/umba oenas). En elbosque desbrozado de San Voto, atraídospor la existencia del vertedero de San Juande la Peña, es casi cotidiana -sobre todo enépoca turístlca- la presencia del cuervo(Corvus corax), mientras que en alguna oca­sión en las zonas más claras del Paco Pano,se ha observado cazando desde oteadero alratonero (Buteo buteo).

Aparte de las mencionadas especies,otras que nada tienen que ver con el ecosis­tema estudiado pueden observarse en susdesplazamientos, podemos citar a los fre­cuentes buitres, quebrantahuesos, águilasreal, calzada y culebrera y halcón común yabejero entre las rapaces. En migración pri­maveral, a las grullas y, en una ocasión, unapareja de la muy rara cigüeña negra.

Setos y bordes del bosque

Las zonas desforestadas ofrecen esca­sos lugares donde nidificar, También, pocadiversidad en los nichos tróflcos y, debido aello, la oferta es puntual, poco diversa, peromuy abundante, lo que caracteriza a taleslugares como zona de "engorde" durante lasmígraclones, siendo las especies nidiflcantesescasas, - tanto en número de Individuoscomo en el de especies. No se debe tomar lodicho como absoluto, puesto que nos esta­mos refiriendo exclusivamente a los clarosque hallamos en los pinares pinatenses, que,además de lo dicho, cuentan con el Inconve­niente de ofrecer una extensión reducida, loque impide la Instalación en ellos de nume­rosas especies de aves.

Nidifican en estos claros jilguero(Carduelis carduelis), escribano soteño(Emberiza cirlust, acentor común (PruneIlarnodularls), mirlo (TIlrdus meru/a). Y pocasespecies más se observarían de no ser porlas paredes JI ruinas que permiten anidar al

AMBlEl\'TACIÓN ECOLÓGICA 278 E. Balceils, P. MontselTat, C. Pe.deocchl