almas en enero, 2013

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Enero 2013 Publicación de Misioneros de Guadalupe Año LXIV • Núm. 757 • Ejemplar gratuito Niños misioneros en África MG en el Amazonas de Brasil Niños misioneros en África MG en el Amazonas de Brasil

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Publicación mensual de Misioneros de Guadalupe

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Enero 2013

Publicación de Misioneros de Guadalupe

Año LXIV • Núm. 757 • Ejemplar gratuito

Niños misionerosen África

MG en el Amazonasde Brasil

Niños misionerosen África

MG en el Amazonas de Brasil

PaPa Benedicto XVi

El encuentro con Cristo renueva nuestras

relaciones humanas

Tener fe en el Señor no es un hecho que interesa sólo a nuestra inteligencia, el área del saber intelectual, sino

que es un cambio que involucra la vida, la totalidad de noso-tros mismos: sentimiento, corazón, inteligencia, voluntad, corporeidad, emociones, relaciones humanas.

Benedicto xvi

Audiencia general17 de octubre de 2012

Enero 2013 1

intenciones

P. Juan Antonio Muñoz Hernández, mg

General: Por la fe de los cristianos.

Que en este Año de la Fe los cristianos poda-mos profundizar el conocimiento del misterio de Cristo y testimoniar nuestra fe con alegría.

Misionera: Por los cristianos de Medio Oriente.

Que las comunidades cristianas de Medio Oriente, cuando sean discriminadas, reciban del Espíritu Santo la fuerza de la fidelidad y la perseverancia.

Un misterio es un aspecto de la realidad que escapa al completo conocimien-to racional, pero al cual accedemos por medio de la fe. Las diversas etapas de la vida de Cristo también las reconocemos como misterios; por ejemplo: su Pasión, su Muerte y su Resurrección. Si recordamos que Jesús dijo ante Pilatos: “Para esto he nacido y para esto he venido al mundo: a dar testimo-nio de la verdad” (Jn 18, 37), tendremos en cuenta que todo cristiano, como discípulo de Cristo, por medio de su fe, debe dar testimonio de la verdad en cualquier circunstancia de su vida; entregarse en aras de la verdad, por amor a Dios y a la humanidad.

Mediante la fidelidad permanecemos constantes en nuestras buenas disposi-ciones hacia los demás y hacia el cumplimiento de compromisos adquiridos. Esta cualidad es reflejo de la fidelidad divina, pues las promesas de Dios al pueblo de Israel fueron cumplidas en Jesucristo, quien nos amó, se inmoló por nosotros y nunca nos abandonará. Así mismo, la perseverancia es otra cualidad que nos lleva a no ceder ante las dificultades, sino a permanecer permeables y disponibles a las directrices de la voluntad de Dios. Este mes el Santo Padre nos invita a pedir para que nuestros hermanos en Medio Orien-te, aunque sufran discriminación, sean perseverantes y permanezcan fieles al Evangelio.

Almas es editada por Editora Escalante, sa de cv, Córdoba 17, pb, local 1, Col. Roma, Del. Cuauhtémoc, cp 06700, México, df; editor responsable: P. Juan José Márquez Echeverría. Distribuida por Misioneros de Guadalupe, ar, Cantera 29, Col. Tlalpan, Del. Tlalpan, cp 14000, México, df. Certificado de Licitud de Título Núm. 555 (Época SEP), y Certificado de Licitud de Contenido Núm. 4414. Certificado de Reserva de Derechos al uso exclusivo del Título Núm. 04-1999-050317152800-102. Impresa en Transcontinental-Reproducciones Fotomecánicas, sa de cv, Democracias 116, Col. San Miguel Amantla, Del. Azcapotzalco, cp 02700, México, df. Tel. 5354 0100. Registro Postal Publicaciones Núm. PP09-0298 autorizado por Sepomex.

El Instituto de Santa María de Guadalupe para las Misiones Extranjeras fue fundado en 1949 por el Episcopado Mexicano y la Pontificia Unión Misional del Clero para formar y enviar misioneros a los países no cristianos que le señale el Santo Padre. El Papa Pío xii aprobó sus Constituciones. El Primer Superior General fue Mons. Alonso M. Escalante. El Instituto es sostenido por los católicos mexicanos.

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Catequesis de niñospara niñosP. Francisco TrujilloZepeda, mg

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Una iglesia que remajunto al puebloP. Raúl NavaTrujillo, mg

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La siembra y sus misteriosP. José AusencioLópez López, mg

PortadaEl Padre José Alejandro Molina L., mg, comparte la fe con jóvenes de la comunidad de Nyakolo, en la

Parroquia de Guro, Mozambique.

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Papa Benedicto xvi

IntencionesEditorialPágina del lectorPastoral de la saludVida mg

Ad GentesPastoral vocacionalSólo para niños. Club de Niños mg Centro de Orientación VocacionalBienhechores

DIRECTORIO

Director:P. Víctor Manuel Zavala Contreras

Coeditor:Juan José Ramírez Escarza

Diseño editorial:Lourdes Reyes Esquivel

Ilustración:Daniel Baltazar Sarabia

Enlace administrativo:Mariana Valeria Córdova Sosa

Webmaster:Jorge Hugo Guerrero Luna

Sitio web:www.revistaalmas.com.mx

Ejemplar gratuito. Prohibida su venta.Año Lxiv • Núm. 757 • Enero 2013

Publicación de Misioneros de Guadalupe

Índice

Línea Misionera: 01 800 00 58 100 www.mg.org.mx

Enero 2013 3

editorial

Desde octubre pasado dio ini-cio el Año de la Fe, convocado por el Papa Benedicto xvi. Para vivir este año especial, se ha propuesto que hagamos del Credo nuestra oración diaria, pues ahí se encuentran sintetizadas las verdades de la fe católica. El Credo enuncia todo aquello en lo que creemos, aquello que guía nuestras vidas y debemos mostrar con nuestras obras.

La primera afirmación de nuestra profesión de fe es fundamental y dice que creemos en un solo Dios, que es todopoderoso y creador. Creemos en su omnipotencia porque Él lo ha creado todo y por ello puede regir sobre todo; puede darnos vida y guiar nuestros pasos. De ello dan cuenta diversos pasajes de la Sagrada Escritura.

Sin embargo, la fe puede ser puesta a prueba por las diversas expresiones del mal y del sufrimiento que ocurren día con día en nuestro planeta. No se trata de cosas que queden fuera del alcance de Dios, ni que Él se ausente de ellas, sino que el mal procede del mismo ser humano, a quien el Padre ha encarga-do la custodia de su creación.

La omnipotencia de Dios queda manifiesta en la libertad que ha dado al ser humano para adherirse voluntariamente a su plan de salvación, para vivir el Evangelio y ser discípulo de Jesús, quien ha vencido el mal. Así también que-da en evidencia su cualidad de Padre, al mostrarnos amor infinito y gran mi-sericordia, pues nadie sino Él puede perdonar nuestros pecados libremente.

Nuestras creencias deben notarse en los hechos, ya que sólo ellas dan sentido a nuestra vida y nos distinguen de las personas que no tienen fe. Este mes, el Padre Auscencio López reflexiona acerca de la siembra del Evangelio en Japón; el Padre Francisco Trujillo habla de la catequesis de niños para niños que promueve mg en Kenia, y el Padre Raúl Nava rememora su experiencia durante los primeros años de la Misión de Brasil. Esperamos que estos textos ayuden a nuestros lectores a fortalecer su fe en Dios Padre.

Creer en Dios, Padre todopoderoso

Queridos ahijados:

Les escribo con el deseo de que Dios Padre y la Virgen María de Guadalupe estén con ustedes. Tengo el gusto de recibir la revista Almas desde hace 25 años, cuando el Padre Pedro Moreno Álvarez nos la recomendó, pues pla-ticaba que él quería ser Misionero de Guadalupe. Sin embargo, Mons. Juan María Navarrete y Guerrero, Arzobispo de Sonora, le dijo: “Aquí también vas a ser un misionero”, y no se equivocó.

El Padre Pedro Moreno fundó numerosos centros de apoyo a la comunidad. El grupo con el que iniciaba cada centro era la Legión de María, y con ello nos enseñó a ser misioneros, casa por casa. Yo desde hace 33 años soy legionaria activa. También he sido catequista de niños y de adultos, y tomé un curso para ser Ministra Extraordinaria de la Eucaristía, labor en la que asistí a enfermos por 22 años. Al principio la gente no nos aceptaba, pero fue un servicio her-moso, que amé mucho.

Asimismo soy celadora del Santísimo desde hace 26 años, todos los lunes, cada semana, y coordinadora del boletín Esfuerzo, el cual se edita en el Semina-rio Mayor “Juan Navarrete y Guerrero”, de la Arquidiócesis de Hermosillo.

Por último, quiero comentarles que mis hijas y mi nieta (que ya es Ministra Extraordinaria de la Eucaristía) también desean recibir la revista Almas. Hace 12 años padecí cáncer y ahora la enfermedad volvió. Les envío, a ustedes, que están lejos de su patria, un abrazo muy fuerte. También les ofrezco mis oracio-nes y mis dolencias.

Su hermana en Cristo Jesús y María Santísima,Magdalena T. F.

Página del lector

Tengo el gusto de recibir la revista Almas desde hace 25 años, cuando el Padre Pedro Moreno Álvarez nos la recomendó...

Revista Almas4

Ella padeció una larga y dolorosa enfermedad, ante la cual siempre se mantuvo fiel y paciente. Constantemente repetía esta frase: “Es necesario padecer en la tierra para poder gozar de la gloria eterna” (cfr. Lc 24, 26). Fue una mujer con una fortaleza incalculable, pues ella sola nos sacó adelante a sus ocho hijos.

La extrañamos mucho, pero vivirá por siempre en nuestros corazones. ¡Que Dios les siga colmando de bendiciones!

Con amor y un grandísimo agradecimiento, sus hijosJosé Luis, Margarita, Rocío, César, Patricia, Jaime, Ricardo, Beatriz

Estimados Misioneros de Guadalupe:

Los saludamos con gran afecto y los felicitamos por la noble tarea que realizan.

Nuestra mamá, la señora Agustina M. V., que en paz des-canse, falleció el 22 de enero del año pasado. Ella era fiel Madrina de ustedes y siempre vivió con gran fe y fervor. Desde que recordamos estuvo al servicio de la comunidad y, dentro de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, a la

cual pertenecemos, se desempeñó en diferentes ministerios, como catequesis infantil, Legión de María, coros, colectora, entre otros.

Página del lector

Constantemente repetía esta frase: “Es necesario padecer en la tierra para poder gozar de la gloria eterna” (cfr. Lc 24, 26).

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Catequesis de niñospara niños

El Padre Francisco Trujillo explica las labores que realiza un grupo de niños misioneros en la Parroquia de Kainuk, en la Misión de Kenia.

Cuando hablamos de catequesis inmediatamente vienen a nues-tra mente imágenes de nuestros catequistas, que cuando éramos pequeños nos enseñaban a rezar y nos preparaban para recibir los sacramentos. También podríamos pensar en nuestros padres, que nos enseñaban a persignarnos y a rezar al levantarnos, a la hora de comer o al irnos a la cama. Incluso pensamos en nuestros párrocos o vicarios, cuando nos visitaban a la hora del catecis-mo. Pero ¿alguna vez pensamos en nuestros hermanos, primos o amigos como catequistas? Pienso que la respuesta sería negativa en general. Sin embargo, en la Parroquia de Kainuk, en Turka-na, Kenia, hemos cambiado esto.

Uno de los grupos más fuertes en nuestra parroquia es el de niños misioneros, quienes se reúnen para participar en la adoración al Santísimo, rezar el Rosario, estu-

P. Francisco Trujillo Zepeda, mg

diar la Biblia, recibir alguna for-mación y jugar. Hace unos años empezamos un programa para que ellos fueran los catequistas de niños más pequeños, lo llama-mos “escuela dominical”. Cuando celebramos la Eucaristía de los domingos, después de la oración colecta, llamamos a todos los pe-queños, les damos la bendición y los “despedimos” del templo para que vayan a la “escuela domi-nical”, donde el grupo de niños misioneros de Kainuk enseña a rezar, entona algunos cantos y habla del Evangelio. Es una expe-

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Enero 2013

riencia muy enriquecedora para los niños, tanto para los más pe-queños, que aprenden, como para los que son mayores y se esfuer-zan en su preparación para com-partir la Palabra de Dios.

Este programa lo hemos llevado a nuestras capellanías (Loyapat, Kakong y Lorogon) y nuestros niños misioneros realizan su la-bor bajo la sombra de un árbol, siempre con alegría. Cuando se presentan dicen: Mimi ni mtoto wa misionari, que significa Yo soy un niño misionero, y explican

por qué llevan la Pala-bra de Dios a sus her-manos de otras co-munidades.

Este grupo ha crecido día con día, no sólo en cantidad, sino en su búsqueda de Dios y en el servicio que pres-tan a la Iglesia y a la

comunidad. Cada vez que se re-únen también tratan de ver qué problema hay en la comunidad y cómo pueden ayudar: ya sea re-zar en la casa de algún enfermo, traer un poco de leña para una persona necesitada, o incluso en la construcción de una choza para alguna persona que haya perdido su casa, como ha sucedi-do en cinco ocasiones.

El grupo de niños misioneros es un claro ejemplo de que no hay determinada edad para compar-tir con otros la Palabra de Dios y nuestra fe en Jesús. La catequesis no debe ser responsabilidad úni-camente de sacerdotes, religiosas, catequistas o padres de familia, sino que todos estamos invitados a compartir la fe, a convertirnos en misioneros que, con alegría y entusiasmo, dan testimonio de su amor por Jesús.

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La siembra y sus misterios

El Padre Auscencio López narra el reencuentro con una antigua alum-na japonesa y las reflexiones que ello suscitó en torno al trabajo de la siembra del Evangelio en Japón.

Hay un dicho en Japón que afirma que en este país las siembras son lentas, tardías y de poca cosecha. Es un dicho que se refiere a la siembra del Evangelio, y pudiera ser cierto o no, según el ángulo desde el que se vea, pero la rea-lidad es que a veces sucede algo misterioso en esta siembra.

El año pasado, luego de pasar al-gunos días fuera de la Misión, a mi regreso, en el escritorio de la

P. José Auscencio López López, mg

oficina, me esperaba un sobre blanco que contenía una carta, la cual comenzaba de la siguiente manera: “Después del terremoto del año pasado no sé si usted viva o no, pero le escribo esperando que sea la persona a la que bus-co”. La misiva continuaba: “Hace 35 años usted me dio algunas cla-ses de español. Después supe que se había ido a Fukushima, donde ocurrió el terremoto pasado. Tal vez no me recuerde”.

Revista Almas8

Sin embargo, lo más importan-te del mensaje lo leí enseguida, e ilustra aquello que mencioné arriba acerca de la siembra: “Ha-ce 21 años me bauticé. Siempreque pasaba frente a la escue-la donde usted me dio clases, lo recordaba, y, aunque nunca me habló ni de cristianismo ni de bautizos, recordar aquello me lle-vó a bautizarme. Ya soy abuela, el último en recibir el Bautismo después de mis dos hijos fue mi esposo. Sí, todos en casa ya so-mos hijos de Dios”. ¡Sin duda una muy buena noticia!

En las parroquias que tengo a mi cargo este año hubo tres bauti-zos, lo cual considero un triun-fo ahora que escasean tanto. Sin embargo, que Verónica Ruriko, quien me escribió la carta, haya venido hasta aquí el segundo do-mingo de Pascua, después de re-cibir mi respuesta, fue, sin duda, un gran regalo pascual.

Dios nos da a lo largo de nues-tra vida encuentros, estampas e imágenes, muchos de los cuales se nos quedan grabados. Desde que fui maestro de Verónica pa-saron 35 años en los que no volví a saber más de ella, y ahora feliz-mente se había bautizado. Supon-go que algún pasaje del Evangelio se grabó en su corazón, o quizá alguna imagen de Jesús y por eso mismo escogió “Verónica” como su nombre cristiano.

Con esta experiencia confirmé que las siembras en Japón son lentas, pero a veces, sin siquie-ra saber si sembraste la semilla o no, el día que menos lo piensas, se da la cosecha. Sin duda esto es fruto también del apoyo espi-ritual de nuestros bienhechores y de los lectores de la revista Al-mas. ¡Que Dios los bendiga!

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Revista Almas10

De pronto se abrió una puerta

Enterarse que le quedaba poco tiem-po de vida había demolido interior-mente a un paciente del hospital y la amargura era notable en su ros-tro. No quería hablar con nadie. Su esposa y sus hijos pasaban ho-ras en silencio junto a su cama. Me informaron que era católico y fui a visitarlo. Me presenté como el cape-llán del hospital, él se volteó para el otro lado y no quiso dirigirme una sola palabra. Estaba en esa etapa en la que ciertos enfermos rechazan a Dios, a otras personas, y se encierran en sí mismos, rumiando su cólerainteriormente.

Comencé a visitarlo todos los días, pero él seguía negándome el saludo aunque lo llamara por su nombre cristiano: Esteban. Una vez le pre-gunté si quería que le rezara un poco y que le diera la bendición, pero dijo que no necesitaba nada de eso. En

otra ocasión le ofrecí una estampa de Jesucristo y un libro de oraciones, y también los rechazó fríamente.

Pastoral de la salud

“Jesús curando a los enfermos”, de Denis Calvaert

Le pregunté si quería reconciliarse con Dios y

contestó que sí. Después de su preparación se confesó y recibió

la Eucaristía varias veces.

Un día que no estaban sus familia-res me senté a un lado de su cama sin decir una palabra. No sé cuánto tiempo estuve pidiéndole en silencio al Señor que le tocara el corazón para que se dejara ayudar. Después de largo rato se volvió y se quedó mi-rándome con atención. Aproveché para preguntarle si había comido y dormido bien, si lo trataban bien las enfermeras, entre otras cosas. A todo respondía lacónicamente “sí” o “no”. Después le pregunté de dón-de era y me dijo que de Suncheon.

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Aquel enfermo de baja estatura, fornido y de cara redonda, fue internado en el

hospital debido a un diagnóstico de cáncer por el cual se esperaba que sólo viviera

dos o tres meses más.

“¡Ah, Suncheon fue mi pri-mer destino como sacerdote y ahí pasé algunos años! ¿De qué barrio es usted?”, le co-menté con sorpresa, y me contestó: “Bueno, no soy precisamente de allí, sino de un pueblito cercano que se llama Jodu”. No pude contener otra exclamación de asombro, pues Jodu era una estación misionera a la que iba una vez al mes a celebrar la Misa. Al saber esa coincidencia se iluminó su rostro y nos enfrascamos en una animada conversación sobre su vida y su terruño.

El enfermo llevaba más de 40 años sin regresar a Jodu. Le conté diver-sos cambios que habían ocurrido y hablamos de los católicos ancianos más conocidos y respetados de antes. Él me dijo que nunca conoció a los misioneros mexicanos. Se bautizó de chico, con misioneros irlandeses. Se

casó muy joven, se fue a vivir a Seúl con su esposa y desde entonces dejó la práctica de la fe. Le pregunté si quería reconciliarse con Dios y con-testó que sí. Después de su prepara-ción se confesó y recibió la Eucaristía varias veces. Había cambiado, se veía sereno, estaba en paz con Dios, te-nía buenas relaciones con los demás y aceptaba la muerte que se acerca-ba. Cuando estaba próximo a morir sus familiares lo llevaron a su casa.

Los caminos de Dios son admirables y en este caso se valió de que yo co-nocía la tierra y la gente que conoció aquel paciente, para abrirle su cora-zón otra vez. ¡Alabado sea el Señor por siempre!

P. José Sandoval Íñiguez, mg

Revista Almas12

Mons. Óscar Roberto Domínguez Couttolenc, mg

Obispo de Ecatepec

Mons. Óscar Roberto Domínguez Couttolenc, mg, quien fungía desde 2007 como Obispo de Tlapa, fue nombrado Obispo de Ecatepec el 17 de julio de 2012 por Su Santidad Benedicto xvi.

Mons. Óscar Roberto Domínguez nació en Puebla, Pue., el 13 de mayo de 1956. En 1972 ingresó al Semi-nario de Misiones y fue ordenado sacerdote el 11 de junio de 1983, por Mons. Rosendo Huesca Pache-co, Arzobispo de Puebla.

Sus primeros años de ministerio sa-cerdotal los dedicó a la promoción vocacional, la animación misionera y su labor como vicario de la Parro-quia de María, Madre de la Iglesia, en la Arquidiócesis de Monterrey. En 1986 fue nombrado a la Misión de

Kenia, donde realizó trabajo misio-nero en la Diócesis de Ngong.

En 1991 fue llamado a la patria para desempeñar el cargo de ecónomo general del Instituto, mismo que le fue ratificado para un segundoperiodo que culminó en 2003. También colaboró como directoradministrativo y jurídico de la Uni-versidad Intercontinental (uic). De 2003 a 2007 fue Vicario General y atendió la Formación Permanentede los sacerdotes Misioneros de Guadalupe.

Vida Mg

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En marzo de 2007 fue nombrado Obispo de Tlapa por el Papa Be-nedicto xvi, y recibió la ordenación episcopal el 11 de junio, de manos del Cardenal Norberto Rivera Carre-ra, Arzobispo de México. Durante su servicio episcopal en Tlapa tam-bién fue encargado de la Comisión Episcopal para Vocaciones y Minis-terios de la Provincia Eclesiástica de

Acapulco. A partir de 2009 se ha desempeñado como titular del Con-sejo Nacional de la Basílica de Santa María de Guadalupe, además de co-laborar en la Conferencia del Episco-pado Mexicano (cem) como tesorero general y miembro de la Dimensión de Creación de Diócesis y Provincias Eclesiásticas.

El 17 de julio de 2012 fue nombra-do Obispo de Ecatepec por Su San-tidad Benedicto xvi, y en septiembre tomó posesión de dicha diócesis, en una Celebración Eucarística que

contó con la asistencia de diversas autoridades religiosas y políticas de México. En un comunicado de pren-sa, Mons. Domínguez comentó: “Por la providencia de Dios he sido llamado a ser pastor en esta Iglesia diocesana ... Bajo esta consigna de vivir el encuentro con Jesucristo es como deseo dar comienzo al servi-cio que ahora la Iglesia deposita en

mis hombros, deseo colaborar con el Dueño y Señor de la historia de cada persona, desde el concebido hasta el que está por dejar este mundo, des-de el fervoroso católico hasta a aquel que por diversas circunstancias no comparte nuestra fe, ya que Dios me ha consagrado para servir a todos”.

¡Felicitamos a Mons. Roberto Do-mínguez y le deseamos éxito y bendi-ciones en su nuevo nombramiento!

ad gentes

En el marco de la celebración del Año de la Fe decretado por Su Santidad Benedicto xvi, y como respuesta a la invitación del Papa a reflexionar durante este año sobre los contenidos de nuestra fe desarrollados en los documentos del Concilio Vaticano ii, en Almas nos proponemos hacer una revisión del documento del Concilio que trata el tema de la actividad misionera de la Iglesia: el decreto Ad Gentes.

Los documentos surgidos del Concilio Vaticano ii son 16: cuatro constituciones dogmáticas, tres declaraciones y nueve decretos, uno de los cuales es Ad Gentes, promulgado por el Papa Pablo vi

el 7 de diciembre de 1965, después de ser aprobado casi uná-nimemente por los Padres conciliares. Su nombre procede de las primeras palabras del decreto en latín, las cuales pueden traducirse al español como “A las naciones”. Ad Gentes consta de 42 párrafos —a la manera tradicional como la Iglesia divide los documentos para su mejor comprensión—, los cuales cons-tituyen seis capítulos, una introducción y una conclusión.

La actividad misionera de la Iglesia nació con la Iglesia misma, tal como el mismo Concilio lo expresa en la constitución dog-

Presentación

mática Lumen Gentium. Por lo tanto, la finalidad del decreto Ad Gentes no es introducir una nueva iniciativa o una nueva tarea en la vida de la Igle-sia, sino delinear los principios de la actividad misionera que se realiza en la actualidad y unificar las fuerzas misioneras de la Iglesia, de tal mane-ra que, basados en los fundamentos de nuestra fe y teniendo como finali-dad la extensión del Reino de Cristo en el mundo, los cristianos podamos dedicarnos con entusiasmo a la difu-sión de la Palabra de Dios.

evangelización como una actividad que no conoce fronteras, es decir, como Misión universal.

En un momento en que la Iglesia buscaba que el Concilio promoviera el desarrollo de la fe, actualizara la forma de expresarla, la hiciera más accesible tanto para los fieles como para el mundo no cristiano, median-te la renovación de la manera de rea-lizar sus actividades, para responder más adecuadamente a nuevos y an-tiguos problemas, el trabajo de evan-gelización no podía sino convertirse en un tema obligado al cual habría de otorgarse un sólido fundamento teológico, así como los principios unificadores y rectores de esta tarea.

El marco doctrinal será la base sobre la cual se desarrollará el decreto, que habrá de considerar aspectos muy concretos y hasta prácticos acerca de la actividad misionera de la Iglesia.

En un momento en que la Iglesia buscaba que el Concilio promoviera el desarrollo de la fe, el trabajo de evangelización no podía sino convertirse en

un tema obligado al cual habría de otorgarse un sólido

fundamento teológico, así como principios unificadores

y rectores.

Para comprender mejor esta inten-ción debemos recordar que durante mucho tiempo prevaleció el con-cepto de que el Occidente cristiano (es decir, los países de Europa occi-dental, considerados tierras cristia-nas), debía evangelizar al resto del mundo (tierras de Misión). Pero diversos factores, como el fin de la dependencia colonial de algunos pueblos y la pérdida de fe en luga-res tradicionalmente cristianos, in-fluyeron para cuestionar la manera de considerar a la actividad misione-ra. Había que volver a replantear la

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Revista Almas16

Pastoral Vocacional

Los caminos del Señor muchas veces son incomprensibles. A continuación les comparto, estimados Padrinos, parte de lo que un joven seminarista nos relata en una de sus cartas.

Mi nombre es Francisco Javier Romero Díaz. A la edad de ocho años fue la primera vez que soñé con ser sacerdote. Mi mamá, que en paz descanse, me llevaba a la Iglesia, a Misas, a Rosa-rios, y durante Navidad, Semana San-ta y verano teníamos la visita de se-minaristas y hermanas religiosas que iban de Misiones.

Comencé a tener dirección espiritual con el sacerdote que cada mes cele-braba Misa en la comunidad. Debido a que para estudiar secundaria tenía que dejar la casa y la familia, y aquel Padre fue cambiado de parroquia, cuando tenía doce años mis papás me autorizaron ir con él para conti-nuar mis estudios y después entrar al seminario menor.

Cuando llegó el tiempo de iniciar la preparatoria siete de mis hermanos ya radicaban en Estados Unidos. Otra hermana y yo fuimos de visita, pero no hubo retorno. Durante ese tiempo asistí poco a la iglesia, la forma de vida en Estados Unidos me daba otra visión del mundo y las ganas de ser sacerdote pasaron a segundo plano.

Un año antes de terminar la pre-paratoria decidí ir a la universidad y regresé a México. A mitad de la carrera tuve nuevamente la inquie-tud de entrar al seminario, pero era difícil dejar los estudios y el dinero ya invertido en ellos. La forma de tranquilizar mi inquietud fue partici-pando en Misiones de Semana Santa con el grupo de la Misión Católica Universitaria.

En 2002, durante la ceremonia de graduación, me pregunté por qué no me iba a ordenar sacerdote cuando ese era mi sueño desde niño. Aquel día terminé con un título que me mo-tivó a trabajar para mejorar mi cali-dad de vida y la de las personas que me rodeaban. Fueron siete años de

P. Ignacio Flores García, mg

Cuando Dios llama

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Dejé un trabajo y una estabilidad económica que

cualquier joven desearía tener, entre otras cosas.

Sin embargo, hoy tengoalgo más importante:

mi vocación misionera.

jornadas laborales que disfruté, pero había un vacío que no podía llenar.

feliz. Dejé un trabajo y una estabilidad económica que cualquier joven desea-ría tener, entre otras cosas. Sin embar-go, hoy tengo algo más importante: mi vocación misionera. Quisiera que otros jóvenes perdieran el miedo de decirle “Sí” a Dios. Él nos ha regalado la vida, espera mucho de nosotros y jamás nos va pedir algo con lo que no podamos.

Actualmente este joven misione-ro cursa un año de espiritualidad y pastoral en el Estado de México. Les encomiendo en sus oraciones, que-ridos Padrinos, a sus ahijados semi-naristas y a tantos jóvenes que se-guramente escucharán la invitación que Jesús les hace.

En junio de 2008 Dios me llevó a la ordenación sacerdotal del P. Rigoberto Colunga H., Misionero de Guadalupe en Corea, y volvió a despertar la in-quietud del sacerdocio. En 2009 ingre-sé al Curso Introductorio al Seminario de Misiones y ahora me siento muy

Revista Almas18

Una Iglesia que rema junto al pueblo

Con motivo del 25 aniversario de la Misión de Brasil, el Padre Raúl Nava comparte su experiencia en los primeros años de presencia de mg en Brasil, los cuales también fueron el inicio de su ministerio sacerdotal misionero.

En la Pascua de 1987, cuatro me-ses antes de mi ordenación sa-cerdotal, el Consejo General me nombró, junto con los Padres mg Antonio Hernández Rodríguez y Gerardo López Vela, para iniciar la colaboración de nuestro Insti-tuto con la Iglesia de Brasil, en la Prelatura de Itacoatiara, Estado de Amazonas. Se trataba de un proyecto intercongregacional de evangelización, pues los Misione-ros de Scarboro, de Canadá, que trabajaban en la prelatura desde 1961, abrían sus puertas a los Mi-sioneros Javerianos de Yarumal, de Colombia, y a Misioneros de Guadalupe, de México.

El día 26 de abril de 1988 llegamos los mg a Brasil. El país había sali-do de una dictadura militar (1964-1985) que cobró muchas vidas, pero también fortaleció la fe. La Prelatura de Itacoatiara celebraba 25 años de haber sido erigida y

P. Raúl Nava Trujillo, mg

era una Iglesia joven y dinámica, guiada por su obispo, Mons. Jorge Eduardo Marskell, sfm, a la luz del Concilio Vaticano ii y de la Con-ferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe ce-lebrada en Medellín, Colombia, en 1968. Era una Iglesia abierta don-de los agentes de evangelización laicos encontraban un espacio para el ejercicio responsable de su vocación.

Itacoatiara optó por ser una Igle-sia local estructurada a partir de pequeñas comunidades cristianas,comprometida preferencialmente con los más necesitados, cercana a la vida de los demás, facilitadora de la reconciliación y del encuen-tro con Dios, con los hombres y con la creación. Esta opción la llevó a replantear su manera de ser Iglesia, a dejar el barco donde navegaba para remar una canoa junto al pueblo amazonense. La

prelatura entregó el hospital y la escuela recién construidos al go-bierno local y dejó de distribuir medicamentos y ropa de segun-da mano. Se puso al servicio de los indígenas, las mujeres, los obreros, los agricultores y los sin tierra, en los sectores de salud y educación, facilitándoles la for-mación, asesorándolos y acom-pañándolos día a día. Era una Iglesia pequeña, pero crítica con los grandes proyectos que ya se habían instalado en la Amazonia: empresas madereras que diez-maban la selva; construcción de hidroeléctricas y empresas de ex-tracción mineral que afectaban la cultura, el hábitat y la biodiversidad; empresas pesque-ras que arrasa-ban con el alimen-to básico de las

comunidades situadas en la orilla de los ríos y de los lagos, y les provocaban hambruna.

La tarea eclesial no se limitaba a la denuncia en los lugares de conflicto, sino que también parti-cipaba activa y creativamente en la búsqueda de fuentes alterna-tivas y sustentables de vida. Las pequeñas comunidades cristianas eran un espacio privilegiado para la escucha y la celebración de la Palabra de Dios, que iluminaba la realidad de aquellos pueblos, que además eran conscientes de

Revista Almas20

su papel como guardianes y cul-tivadores de la creación a fin de garantizar una vida plena y dig-na para todos. Estas comunida-des experimentaban el cansancio, pero no se desanimaban; estaban en problemas, pero no desespe-radas; eran perseguidas, pero no abandonadas; derribadas, pero noeliminadas (cfr. 2Co 4, 1-12), pues el Espíritu del Dios de la vida las sostenía y animaba.

Aún recuerdo una de las prime-ras impresiones en el Amazonas: un navío trasatlántico cargado de riquezas de la Amazonia, mien-tras se dirigía a países lejanos, iba rompiendo la paz de la sel-va. Las canoas de la ribera del río eran violentamente lanzadas y destruidas contra la playa. Un anciano, al recoger los restos de su canoa, gritaba: “¡¿Quién te autorizó para arrebatar y desa-cralizar nuestra casa?!”. El eco de

su voz se deslizó sobre aquellas aguas deseando ser escuchado, pero su voz era imperceptible para quienes iban en el barco.

Ciertamente, atreverse a remar junto al pueblo es peligroso. Sin embargo, era necesario asumir el plan de Dios y la causa de su pueblo como condición del ser auténtico discípulo misionero de Jesús. El proceso de transforma-ción puede ser lento y muchas veces contra corriente, pero es Dios quien guía la canoa misio-nera y nosotros sólo somos sus colaboradores. Agradezco infini-tamente al Señor por permitir-me iniciar mi ministerio sacer-dotal en la Iglesia de Itacoatiaray haber sido acompañado por Mons. Marskell durante mis pri-meros pasos en la evangelización ad gentes.

Año Nuevo, Año de la Fe

S

Queridos misioneros, el Club de Niños mg les desea un feliz año 2013, lleno de bendiciones. Una buena manera de vivirlo es trabajar por la paz y crecer en el amor a Jesucristo, único salvador del mundo.

El Papa Benedicto xvi nos ha invitado a vivir el Año de la Fe. Es un tiempo es-pecial para renovar el corazón de todos los miembros de la Iglesia, mediante el conocimiento de los principios básicos de nuestra fe. Dio inicio el 11 de octubre de 2012 y terminará el 24 de noviembre de 2013, día en que celebra-mos a Nuestro Señor Jesucristo como Rey del Universo.

¿Por qué el Papa ha convocado el Año de la Fe?

El Santo Padre nos dice que en muchos lugares de la sociedad existe una pro-funda crisis de fe, la cual afecta a millones de personas. Por eso durante este año estamos llamados a descubrir el camino de la fe, renovando nuestro cora-zón en el amor a Dios.

Para vivir este año podemos realizar las siguientes actividades:

• Descubrir qué significa la fe en Dios y el amor a Jesucristo. • Dar testimonio y anunciar el amor a Dios. • Conocer acerca de la vida de fe de los santos. • Cultivar y hacer crecer la fe con la oración. • Acercarse con mayor frecuencia al Sacramento de la Confesión y participar en la Comunión.

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www.clubdeninosmisioneros.org.mx

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Pasatiempo

De acuerdo al texto de la página anterior, relaciona cada uno de estos dibujos con las actividades que podemos realizar para vivir el Año de la Fe. Escribe en los renglones la frase que corresponda.

¡Tú puedes ser misionero!

Informes:

Joven mexicano, ¿has sentido el llamado de Jesús y quieresllevar su mensaje de salvación a las personas que no lo conocen?

Participa en las actividades que organiza su Centro de Orientación Vocacional (cov). Comparte experiencias recreativas y formativascon otros jóvenes que también buscan tomar decisiones acertadasque darán sentido a sus propias vidas.

Misioneros de Guadalupe te invitaa descubrir tu vocación.

• cov MéxicoTel. (01 55) 5573 3000

[email protected] Línea Misionera (sin costo): 01 800 00 58 100

• cov GuadalajaraTel. (01 33) 3601 0815 [email protected]

• cov MonterreyTel. (01 81) 8358 2101 [email protected]

Línea Misionera (sin costo): 01 800 83 15 350

• cov VillahermosaTel. (01 993) 315 2934

[email protected]

Recibos y Credenciales 2013

Queridos Padrinos y Madrinas:

Como cada año, hacemos de su conocimiento la información pertinente que esperamos tengan en cuenta acerca de los recibos y las credenciales de nuestros Promotores Misioneros.

Credencial dePromotores Misioneros

La credencial que identificará a nuestros Promotores Misioneros durante 2013 será plastificada, tendrá formato horizontal y con-tará con los siguientes elementos: logotipo institucional, distintivo de vigencia 2013, fotografía, nom-bre y apellidos del Promotor Mi-sionero, y descripción del puesto.

El Promotor Misionero que los visite debe entregar un recibo y un ejemplar de Almas en el momento en que reciba su donativo. Para cualquier anomalía, co-mentario o pregunta, por favor comuníquense con nosotros a: Línea Misionera (sin costo) 01 800 00 58 100, o pueden escribirnos a: [email protected], [email protected]

¡Gracias por su apoyo a las Misiones!

Recibos para Padrino o Madrina

Les pedimos que noten los siguientes datos:1) Fecha de vigencia 2013 en color negro.2) El número de recibo estará enmarcado con fondo negro.3) Contiene un código de barras al lado izquierdo.4) Comprobar que les sea entregado el recibo con la leyenda: COMPROBAN-TE PARA PADRINO/MADRINA, en color rojo.

www.revistaalmas.com.mxLínea Misionera: 01 800 00 58 100

Nació en la ciudad de México en 1970 e ingresó al Seminario de Misiones en 1986. Estudió Filosofía y Teología en la Universidad Intercontinental (uic). Recibió el presbiterado el 1 de octubre de 1999, de manos de Mons. Luis Morales Reyes, Arzobispo de San Luis Potosí. Ha desarrollado su sacerdo-cio, en dos periodos, en la pastoral vocacional de Misioneros de Guadalupe en Monterrey, nl. Durante algunos años también trabajó en la Misión de Mozambique, a la que ha sido nombrado nuevamente para colaborar en la evangelización ad gentes.

El Padre Alejandro descubrió su vocación cuando estudiaba secundaria, al asistir a pláticas en el Seminario de Misiones. Tú también puedes ayudar a los hermanos de otras tierras a conocer el Evangelio de Jesús.

¡Responde al llamado de tu vocación!

Padre José Alejandro Molina LaraMisionero de Guadalupe en Mozambique

Únete a la Misión

Ciudad de MéxicoCantera 29,Col. Tlalpan,Del. Tlalpan,

cp 14000, México, df.

Tel. (01 55) 5655 2691

GuadalajaraMadero 837,esq. Escorza,

Centro, sj, cp 44100,

Guadalajara, Jalisco.Tel. (01 33) 3825 2315

MonterreyHabana 105,Col. Altavista,

cp 64840,Monterrey,

Nuevo León. Tel. (01 81) 8358 2101

VillahermosaEjército Mexicano 167,Col. Atasta de Serra,

cp 86100,Villahermosa,

Tabasco. Tel. (01 993) 315 2934