alina

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Alina, se quita el camisón. Salvajemente se tira sobre mí en la cama e ingresamos al terreno de lo prohibido. Quiero tener un hijo, me dice. Un niño con ojos luminosos como los tuyos, pelo de oro, que pueda cambiar de piel si así lo desea, que luzca siempre joven y aleje de su persona la amenaza de la vejez. Ella es fantasiosa, especialmente cuando huimos del tedio mediante pasmosa actividad sexual. Lo que busca no está en mis manos. Me está pidiendo que altere genéticamente un organismo todavía no concebido. En el 2000 se enteró que por primera vez en la historia de la vida terrestre una especie había leído su propia receta. Por fin teníamos la posibilidad de construir y hacer funcionar el cuerpo humano. Alina experimenta desde entonces una extraña sensación llamada libre albedrío. Una tarde, nuevamente recostados y sudorosos, me comentó que nosotros, incluyendo a un par de miles de millones de humanos, somos una generación afortunada, seremos los primeros en leer el libro que constituye el genoma. Interesante observación, le dije, pero vas demasiado aprisa, no quiero que después te frustres y pague yo las consecuencias. Insistió en que poder leer el genoma nos dirá más sobre nuestros orígenes, evolución, naturaleza y nuestras mentes que todos los intentos de la ciencia hasta la fecha. Lo único

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relato de ciencia ficción

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Alina, se quita el camisn. Salvajemente se tira sobre m en la cama e ingresamos al terreno de lo prohibido. Quiero tener un hijo, me dice. Un nio con ojos luminosos como los tuyos, pelo de oro, que pueda cambiar de piel si as lo desea, que luzca siempre joven y aleje de su persona la amenaza de la vejez.Ella es fantasiosa, especialmente cuando huimos del tedio mediante pasmosa actividad sexual. Lo que busca no est en mis manos. Me est pidiendo que altere genticamente un organismo todava no concebido. En el 2000 se enter que por primera vez en la historia de la vida terrestre una especie haba ledo su propia receta. Por fin tenamos la posibilidad de construir y hacer funcionar el cuerpo humano. Alina experimenta desde entonces una extraa sensacin llamada libre albedro.Una tarde, nuevamente recostados y sudorosos, me coment que nosotros, incluyendo a un par de miles de millones de humanos, somos una generacin afortunada, seremos los primeros en leer el libro que constituye el genoma. Interesante observacin, le dije, pero vas demasiado aprisa, no quiero que despus te frustres y pague yo las consecuencias. Insisti en que poder leer el genoma nos dir ms sobre nuestros orgenes, evolucin, naturaleza y nuestras mentes que todos los intentos de la ciencia hasta la fecha. Lo nico que pens en ese momento es que resulta realmente imperceptible cundo pasas de un estado pasional a otro estrictamente racional. Nosotros seremos la primera generacin en adentrarse en ese misterio, volvi a comentar en tanto besaba mi cuello pausadamente como queriendo completar el borrador preliminar de todo el genoma humano.Alina, murmur entre suspiros, no lo niego, pero hay mucho, mucho ms en cada uno de nosotros que un cdigo gentico. Yo, al menos, no me considero un cmulo de veintitrs cromosomas. Mi personalidad no se define en el cromosoma 11, adems por lo poco que s la mayora de los genes son aburridos mandos bioqumicos intermedios. Nadie como t Alina, t si sabes ser divertida y con un plus: eres fogosa.La jerga de Alina es de una espesura formidable, para todo tiene respuesta, es como una especie de glosario narrativo en la intimidad. Su cuerpo contiene aproximadamente cien billones de clulas, la mayora de las cuales tiene un dimetro de menos de una dcima de milmetro. Eso, en realidad, no tiene mayor relevancia para mis afectos. Me importa ms que sea simtrico a mis contornos, que llegue a fotocopiarse en el mo y me sirva de bocado cada vez que despierto.Hace tres noches me explic entre sueos el porqu de mis ojos azules y de sus ojos castaos. Me pidi una vez ms recombinar nuestros cromosomas paternos y maternos. Eso no fue muy estimulante que digamos. Lo mejor vino despus cuando se propuso hacer una doble hlice amorosa y tocarme por los cuatro costados con sus filamentos originales, fue entonces que pasamos a ser una pareja complementaria entrelazada. Las rplicas se intensificaron.El nombre de Alina es poderoso, ella ingeniosa y a veces extrema. En un revoltijo de secuencias repetitivas y aleatorias de un acto sexual memorable, su palabra floreci por intervalos. Todava exhausta y esplendorosamente desnuda me dijo: En cuatro mil millones de aos de historia terrenal, tengo la suerte de estar viva hoy. Entre cinco millones de especies, tuve la fortuna de nacer como un ser humano consciente. En toda la historia , la biologa y la geografa del planeta, nac justo veinte aos despus del momento en que dos integrantes de mi propia especie descubrieron la estructura del ADN y con ello revelaron el secreto ms grande, simple y sorprendente de universo. De no ser porque me urga ir al bao probablemente Alina me hubiera envuelto en un viaje al mismsimo origen de la vida. Antes de vestirnos me dej para repasar toda la tarde una idea que me acompa hasta su regreso a casa: Qu artilugio es ese el cerebro humano, que puede descubrir y tener conciencia de la palabra misma? Mis reflexiones no me llevaron a ninguna parte, a lo ms a considerarme un materialista ridculo al dedicarle tal entusiasmo a una pregunta construida inmediatamente despus de probar posturas nada convencionales y de poca utilidad para futuros cientficos.Alina est empeada en crear un nuevo cuerpo. Dice tener la informacin necesaria para construir y mantener el material que configura el orden. Si bien es cierto que la vida es algo escurridizo de definir, su capacidad para replicar y crear orden por medio del metabolismo la alienta a no desistir en su propsito. Ella trabaja en el Instituto Crick y Watson, la mayor y mejor empresa a nivel mundial en manipulacin del genoma humano. Ya en casa me corrige: en la adaptacin del genoma humano a los deseos de cada cliente. A nosotros, presume, recurren miles de personas que apuestan racionalmente a la procreacin asistida. Hoy tuve un da muy agotador, me dice mientras se contempla en un espejo que le acababa de regalar su jefe E. Mller, un estrafalario alemn, quisquilloso y beligerante. El que la escuche o no es lo de menos, Alina medita cada palabra: Sabes?, durante horas me qued observando el ncleo de un vulo humano bajo el microscopio. Orden los veintitrs cromosomas por tamao, el ms grande a la izquierda y el ms pequeo a la derecha. Cada cromosoma tiene un brazo largo y otro corto que estn separados por una constriccin conocida como centrmetro. En el brazo largo del cromosoma 1 hay una secuencia de ciento veinte letras A, C, G y T, que significan adenina, citosina, guanina y timina. Alina no capta mi desinterses una secuencia que se repite una y otra vez. Entre cada repeticin se halla un tramo de texto aleatorio, pero el prrafo es tal vez lo ms cercano que podemos obtener a un eco de la palabra originalAlina quiero tener relaciones sexuales contigo. Necesito enfrentar lo que genetistas como t llaman una catstrofe por error. No estoy de humor para ms lecturas del cdigo gentico, y no pretendas que me quede en calidad de fragmento matemtico pasivo e intil, sin catalizar reacciones qumicas. Alina es obvio que ests obsesionada.Cedi a mis ruegos. Esa vez daba la impresin de que nuestro encuentro carnal consista en una batalla entre razas de amebas rivales. Alina adaptaba el tamao de su cuerpo a mis perversiones. En un abrir y cerrar de ojos se transform en escurridizos trilobites de casi noventa centmetros de longitud, luego tom la forma de un gusano viscoso an ms largo, y minutos despus adquiri la apariencia de un alga ondulante de casi medio metro de anchura. Se dijo satisfecha de haber representado criaturas unicelulares con grandes formas voluminosas. As, me revel, estoy labrando un nicho contigo. Nuestro ntimo acto de malabarismo ertico fue una explosin cmbrica.Quedaron secuelas de esa reaccin exotrmica y el cdigo mquina de genes empez a fallar desde entonces. Nada es para siempre. Presento una ligera tendencia a la obesidad, ya es visible en m una propensin hereditaria hacia la diabetes. Pudo haberme fabricado como un hombre violento, cruel y mezquino, pero Alina prefiri construirme como un replicante androide de tercera generacin sinttico-gentica. Si me hubiera dado a escoger habra elegido desarrollar trabajos muy pesados, peligrosos o desagradables. Por qu no introdujo en m la apata y la inmadurez emocional? Alina se niega a develar tenazmente su secreto. Mis ojos brillantes de replicante se van apagando. No puedo reclamarle absolutamente nada, carezco de derechos y de proteccin. Ella se va trabajar y se lleva consigo el gen egosta.Cunto tiempo habr estado con ella? No lo s, es ms fcil para Alina sacar las cuentas, gracias a su gentica de la conducta obsesiva. Me estoy desvaneciendo, mi programa interno de deficiencias de manufactura arroja el siguiente diagnstico: Gen en el cromosoma 3 ha dejado de funcionar. Presencia de alcaptonuria. Alargamiento del gen del cromosoma 4, causa de la corea de Huntington. Gen del asma en el cromosoma 5. Descubierto nuevo gen de la enfermedad mental. Autismo, vinculado al gen transportador de la serotonina. Un nuevo gen del mal de Alzheimer.Alina regresa del Instituto Crick y Watson. Se recuesta junto a m. Me empieza a contar lo fantstica que la hice sentir todo este tiempo. Slo ella sabe cunto. Me promete: voy a desbaratar todas esas enfermedades aburridas. En tu programacin no hay posibilidades de suicidio, por ese lado podemos estar tranquilos. Mira este espejo, me dice una vez que me lo pone a unos cinco centmetros de mi rostro. Ves? No tienes de qu preocuparte. Eres mi rplica. Aqu estoy yo, viva y sana. Alina no repara en mis ojos que se apagan. Los de ella son cada vez ms luminosos.Tus genes no son autnticos, me revela. Todo esto es engaoso. Lo nico que me has demostrado hasta ahora es que eres susceptible a las mentiras. Pens que eras ms complejo, pero tu simplicidad aflora. Soy un replicante, le contest sin caer en la trampa. No tengo herencia es cierto, pero es errneo que no tenga vida. Alina, hagamos un ltimo ejercicio de sexualidad compartida. Fue en vano mi invitacin. No quiero, respondi casi de inmediato. No quiero ms autobiografa.En ese instante mis ojos azules pasaron a ser los de ella y los ojos castaos se quedaron conmigo. Es determinante: ya no tengo ni siquiera una pequea influencia en Alina. No es un gen fatalista el que me induce a afirmarlo, es quiz slo una perspectiva deprimente de quien a partir de ahora es un aficionado al libre albedro.