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    ALFREDO RAMOS MARTNEZ

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    ALFREDO RAMOS MARTNEZ

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    UNIVERSIDAD AUTNOMA DE NUEVO LEN

    Jos Antonio Gonzlez TrevioRECTOR

    Jess ncer RodrguezSECRETARIO GENERAL

    Rogelio Villarreal ElizondoSECRETARIO DE EXTENSIN Y CULTURA

    Celso Jos Garza AcuaDIRECTOR DE PUBLICACIONES

    FONDO EDITORIAL DE NUEVO LEN

    Carolina Faras CamperoDIRECTORA GENERAL

    Dominica Martnez AjuriaDIRECTORA EDITORIAL

    Primera edicin, 2008D.R. Universidad Autnoma de Nuevo LenD.R. Fondo Editorial de Nuevo LenD.R. Obra: Alfredo Ramos Martnez Research Project,reproducido con autorizacin.D.R. Texto: Xavier Moyssn L.

    ISBN 978-607-7577-07-2

    Impreso en Monterrey, MxicoPrinted in Monterrey, Mexico

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    ALFREDO

    RAMOS MARTNEZ

    LECTURAS UNIVERSITARIAS NUESTRO ARTE

    COLECCIN 75 ANIVERSARIO

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    PRESENTACIN

    La serie Nuestro Arte se presenta como un museo de papelabierto y accesible, donde se hallan representados artistas plsticos

    notables de diversas generaciones, tanto figurativos como abstrac-

    tos, de entre los ms significativos y reconocidos de Nuevo Len.Concebida como parte de las celebraciones de nuestro 75 ani-

    versario, Nuestro Arte se inscribe en Lecturas Universitarias y busca

    propiciar un acercamiento a la obra de los creadores imprescindibles

    para entender la cultura de nuestro estado. Nuestras publicaciones

    se amparan en la doble certeza de que el libro es un instrumento

    privilegiado de divulgacin, y la lectura un modo de seduccin.Las obras de Alfredo Ramos Martnez incluidas en este volumen

    muestran la influencia de sus aos en Europa y, al mismo tiempo, su

    fidelidad al deseo de crear un arte autnticamente nacional.

    La Universidad Autnoma de Nuevo Len y el Fondo Editorial

    invitan a los lectores a disfrutar de estos recorridos a travs de la

    creacin artstica de nuestra poca.

    Jos Antonio Gonzlez Trevio

    RECTOR

    UNIVERSIDAD AUTNOMA DE NUEVO LEN

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    Se suele incluir a Alfredo Ramos Martnez en la historia del arte en Mxico

    por su decisivo papel en la creacin de las Escuelas de Pintura al Aire Libre y

    su posterior impulso, hecho, al igual que su oposicin a las enseanzas que se

    impartan en la antigua Escuela Nacional de Bellas Artes, sin duda alguna de

    apreciable valor, reconocido incluso por sus ms acerbos crticos.1No obstante,

    es opinin de quien estas lneas escribe, que su importancia no se encuentra

    por completo en esta introduccin de las tendencias llamadas plenaristas en

    la enseanza, puesto que stas ya se encontraban arraigadas en el nimo de

    los pintores nacionales desde las prcticas impuestas al trmino de la centuria

    anterior por Eugenio Landesio y Jos Mara Velasco,2en las que, por lo dems,

    se insista en la creacin de un arte nacional. Asimismo, a juicio de quien fuera

    su amigo de juventud, Jos Juan Tablada, desde sus primeros trabajos, Ramos

    Martnez, se haba mostrado como asiduo paisajista al aire libre.3

    Por tanto, me parece, los comentarios al respecto deberan dirigirse me-

    jor hacia una ms explcita posicin del pintor mostrada a lo largo de toda

    su obra, misma que nos explica, por un lado, parte de sus influencias tem-

    1Vanse al respecto las caricaturas y comentarios de Jos Clemente Orozco,Autobiografa, Mxico,

    Era, 1970. O, Raquel Tibol, Las Escuelas al Aire Libre en el Desarrollo Cultural de Mxico, en Ho-

    menaje al Movimiento de las Escuelas de Pintura al Aire Libre, Museo Nacional de Bellas Artes, SEP/

    INBA, Mxico, 1981, pp. 16-41.2Fausto Ramrez, La renovacin de la pintura en el cambio de siglo, en Historia del arte mexicano,

    vol. 11, vol. 11, SEP/SALVAT, 1982, pp. 1582-1583.3Vase, Ramn Favela, Apuntes documentales para un estudio de la obra de Alfredo Ramos Mar-

    tnez (1871-1946)durante la poca de la Academia (Escuela Nacional de Bellas Artes, 1890-1899)

    y de Pars (1900-1909), en Alfredo Ramos Martnez (1871-1946): Una visin retrospectiva, Museo

    Nacional de Arte, Mxico, 1992, p. 22. En adelante se citar como MUNAL.

    Alfredo Ramos Martnez:el cambio y la fidelidad

    XAVIER MOYSSN L.

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    pranas y las recibidas en su estancia europea, y por otro, las caractersticas

    que tom su quehacer y a las cuales mostr fidelidad completa, me refiero

    concretamente a su afn por crear un arte de raigambre nacional.

    Este propsito no era ajeno al medio ambiente artstico tanto de finales

    del XIXcomo durante la primera dcada del XX, por lo que no es difcil imagi-

    nar que el artista se haya visto contagiado del mismo espritu. Transcurrido el

    tiempo en una de las cartas que da a conocer Ramn Favela, dirigida a Phoebe

    A. Hearst, primera mecenas del artista, Ramos Martnez hace clara alusin

    a su necesidad de retornar a nuestro pas a fin de crear un arte americano.4

    Ms adelante, tanto en sus declaraciones a favor de los alumnos huelguistas

    de la Escuela Nacional de Bellas Artes, como en las hechas con motivo de la

    creacin de la Escuela de Santa Anita, el pintor vuelve a repetir su creencia en

    la posibilidad de que, al seguir los mtodos por l impuestos, se logre el acceso

    a la creacin de un arte que refleje las realidades nacionales.5

    Ahora bien, para entender el nacionalismo por el que propugnaba nues-

    tro pintor, es necesario asociarlo a la idea, ampliamente difundida, del valor de

    la raza, en el entendido de que en su pureza se encerraban, intrnsecamente,

    potenciales creativos que al ser estimulados daban por resultado un autntico

    arte enraizado en su propio ser. Ideas que con toda seguridad Ramos Martnez

    escuch, discuti y comparti en Europa. A su regreso a Mxico encontrar

    similitud en la filosofa de Jos Vasconcelos, y reforzamiento de ellas en la

    visita que el psiclogo francs Pierre Janet hiciera en 1926a la exposicin de

    obras de las Escuelas de Pintura al Aire Libre y en la evaluacin que del sistema

    educativo mexicano hiciera el tambin psiclogo John Dewey.6Y lo que es ms

    importante, el privilegiado sitio que se conceda a los aspectos tnicos, an no

    contaminados por Occidente, era tambin idea cara para el Romanticismo.

    4Ibid., p. 25.5Pilar Garca de Germenos, Alfredo Ramos Martnez y la Academia Nacional de Bellas Artes (1919-

    1920), en MUNAL, op. cit., pp. 45-50.6Raquel Tibol, op. cit., pp. 30-31.

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    Digamos que la verdadera aportacin de Ramos Martnez, como de

    muchos otros de sus contemporneos, fue su fe, ms que en la libertad

    de creacin, en las posibilidades de forjar un arte autnticamente nacional

    basado en la simiente del propio pueblo; creencia que recoge parte de la

    tradicin decimonnica, que fue influenciada por los movimientos vigentes

    en Europa, reforzada por el ambiente posrevolucionario del pas y que se

    entronc con posiciones ms avanzadas que la suya, aqullas que la lleva-

    ron a lo que en su momento se denomin el Renacimiento mexicano. Esta

    fe del pintor regiomontano hizo que, en un primer momento, la opinin

    pblica, las autoridades gubernamentales, los artistas de su generacin, se

    sensibilizaran al respecto y encontraran en sus propuestas el filn necesario

    para que, al explotarlo, se lograra el triunfo de la nueva pintura mexicana,

    incluso, por encima de su propia posicin.

    APUNTES PARA LA INTERPRETACIN DE LA PRIMAVERA

    Salvo la crtica artstica norteamericana, quienes se han ocupado de la obra de

    Alfredo Ramos Martnez, coinciden en sealar la aparente contradiccin entre

    la accin del pintor como educador innovador y su obra, o, en otras palabras,

    cmo fue que sta no pudo ponerse al da respecto a lo que en su propio pas

    se estaba gestando con su ayuda. Justino Fernndez lo describe as:

    Volviendo a Ramos Martnez como pintor, hay que decir que por un lapso tuvo

    gran xito como retratista y por sus cuadros con temas florales, que produjo en

    buen nmero; si bien tena conocimientos, habilidad y sentido decorativo, su obraadolece de una banal y atildadajoie de vivre.7

    Para Raquel Tibol tan slo merece el siguiente comentario:

    7Justino Fernndez, La pintura moderna mexicana, Pomarca, Mxico, 1964, p. 33.

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    Desmoralizados por la prolongacin de la huelga [de la Escuela Nacional de Bellas

    Artes] y la falta de un lder de la visin del Dr. Atl, los estudiantes que no se dedica-

    ron, como Orozco, a producir caricaturas y a pintar los bajos fondos, se refugiaron

    en una bohemia que debilit los impulsos y prepar el advenimiento a la direccin

    de un artista menor, afrancesado por conviccin: Alfredo Ramos Martnez.8

    Ms completas y definitivas son las observaciones de Karen Cordero:

    La obra personal de Ramos Martnez en estos aos [la dcada de los veinte] demues-

    tra que nunca consigui asumir y trasladar a la prctica artstica, los giros ideolgicos

    y estticos que dio a nivel de retrica y prctica pedaggica; se limit a reproducirsus logros anteriores y a experimentar con algunas innovaciones iconogrficas y

    estilsticas introducidas por sus colegas. () Aun cuando realiza algunas obras que

    resaltan por su calidad tcnica y unidad conceptual, no consolida una propuesta

    plstica contundente, equiparable a las propuestas educativas que fomenta.9

    Es claro que lo que ponen en evidencia estos comentarios, sin negar su per-

    tinencia, es una hasta cierto punto injusta comparacin entre la obra de un

    hombre que se form dentro del ms estricto canon acadmico y el medio

    ambiente finisecular europeo, con el vigoroso trabajo de unos jvenes que no

    haban sufrido la misma impronta. Es cierto que Ramos Martnez abrev de

    las tendencias del fin de siglo, las hizo suyas para siempre y procur que su

    obra, a pesar de los cambios estilsticos que sufri al tono de las transforma-

    ciones sociales, polticas y artsticas que observaba, las mantuviera presentes.

    De acuerdo con Fausto Ramrez, son las tendencias del cambio de siglo

    a las que se mantuvo fiel nuestro pintor, las que, a la vez, le dieron las ideas

    que animaron su creacin de las Escuelas de Pintura al Aire Libre y las que

    8 Raquel Tibol, Historia general del arte mexicano. poca moderna y contempornea, t. II, Hermes,

    Mxico, 1981, p. 243.9Karen Cordero, Alfredo Ramos Martnez: Un pintor de mujeres y flores ante el mbito esttico

    posrevolucionario (1920-1929), en MUNAL, op. cit., p. 77.

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    procur llevar al lienzo; fidelidad, cierto es, que pes ms que su deseo por

    ajustarse a los cambios que viva.

    De hecho [nos dice Ramrez] en el pensamiento crtico de principios de siglo,

    el realismo, el simbolismo y pronto el impresionismo constituyeron alternativas

    igualmente vlidas de la expresin esttica moderna. Algo as como una red de

    caminos abiertos a las exigencias que su temperamento particular impona a cada

    artista, pero que venan a desembocar todos en el mismo punto: el culto de la

    belleza, mltiple y una a la par.10

    As pues, tenemos a un Ramos Martnez comprometido, ms que con el Im-presionismo, con el Romanticismo y el Simbolismo (al observar la obra del

    pintor, lo que me parece distinguir es que lo que buscaba expresar en sus

    obras, no eran tanto aspectos formales el color y sus manifestaciones, por

    ejemplo como el inters por crear belleza), corrientes que repetimos una

    vez ms, guiaron su obra de principio a fin y que, entre otros resultados, lo

    llevaron a la creacin de La primavera.

    Para quienes contemplen la extensa produccin del regiomontano pu-diera parecer fuera de lugar el tomar esta pieza como la representativa o

    emblemtica de su quehacer, no obstante, considero que si bien es cierto

    que su obra, principalmente en los aos concernientes a su estancia en los

    Estados Unidos de Amrica, muestra un cambio estilstico tajante, lo es ni-

    camente a ese nivel, en lo formal, y que si en otros casos parece abandonar

    lajoie de vivrede la que habla Fernndez para ajustarse a la temtica na-

    cionalista, en el fondo, en ambos casos, contina latiendo el mismo esprituque logr concretar en sta; de aqu que considere su posible interpretacin

    como clave para entender su posicin y trayectoria esttica.

    La primavera (leo sobre tela, 188x 286cm) fue pintada en 1905, es decir,

    al trmino medio de su estancia en Europa y su regreso a Mxico, la exhibe

    10Fausto Ramrez, La renovacin de la pintura, op. cit., p. 1585.

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    por vez primera en el parisino Saln de Otoo de 1908. Por supuesto estuvo

    presente en la primera exposicin individual que el pintor tuvo en su patria, 15

    de agosto de 1910, e inmediatamente despus, la vuelve a presentar en la fa-

    mosa exposicin del Centenario de la Independencia de artistas mexicanos,11

    en la que coincidentemente, por la temtica, se expone una Florade Francisco

    Romano Guillemn y un grabado,Alegora de la pintura, de Emiliano Valadez,

    junto, tambin, a una serie de tintas y grabados de Roberto Montenegro. Diez

    aos ms adelante, se presenta de nuevo en la exposicin de fin de ao de

    la Escuela Nacional de Bellas Artes. A partir de entonces carecemos de datos

    que nos indiquen nuevas presentaciones en pblico; a decir de Alfonso de

    Neuvillate,12en el texto de presentacin de la exposicin homenaje al artista

    en 1969, haca 59aos que no se expona. Corresponde a la muestra que

    recuerda la realizada en el centenario independentista, 1991, traerla nueva-

    mente al pblico capitalino y, en 1996en la exposicin de MARCO, hacer su

    primera presentacin pblica en la tierra natal del pintor.

    De acuerdo con el talante temtico de Ramos Martnez, La primavera no

    es una obra nica en el sentido de que slo en esa ocasin el pintor haya

    abordado el tema, existe, por supuesto, el boceto de la misma que ms bien

    parece su reproduccin a menor escala y otra serie de obras que por, fecha de

    realizacin (todas ellas durante su estancia en Europa), temtica y tratamiento

    bien se pueden asociar (por ejemplo, Muchachas junto al lago, Mujeres en el

    jardn, Manolas) tanto por la similitud que guarda con la obra que aqu anali-

    zamos, como por lo tardo de su ejecucin, 1929, no se puede pasar por alto

    Flores mexicanas, obra de encargo que Emilio Portes Gil regal, con motivo

    de su casamiento a Anne Morrow y Charles Lindbergh; versin nacionalista

    del mismo motivo y composicin, lo mismo que algunas otras que sin regresar

    11Esta ltima se llev a cabo el 19de septiembre del mismo ao. Sobre estos datos consltese: Pilar

    Garca de Germenos, op. cit., pp. 36-37.12Alfonso de Neuvillate, La obra visionaria de Alredo Ramos Martnez, en el catlogo de la exposi-

    cin Homenaje a Alfredo Ramos Martnez, Instituto Nacional de Bellas Artes, Mxico, 1969, p. 4.

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    explcitamente a su composicin s retoman un aspecto central de ella, la

    alegora de la mujer-flor (Las muchachas de Monterrey).

    El solo ttulo de esta obra hace inevitable su relacin con aquella otra

    que pintara, hacia 1478Sandro Botticelli; sabemos por una carta de Rubn

    Daro,13que el pintor renacentista se encontraba entre los favoritos de nues-

    tro artista, similitud que no escapa al juicio de Ramn Favela: Es una versin

    modernista tanto en el asunto como en el estilo, de la alegora del periodo

    rubio de Botticelli (sic) La primavera; la cual, estoy seguro, Ramos Martnez

    debi haber tenido en mente cuando conceptu la gran composicin.14Si

    bien se puede coincidir en que el regiomontano tuviera en mente la obra de

    Botticelli al realizar la suya, es difcil hacerlo en cuanto al asunto cmo est

    elaborado en una y otra tela y al estilo. Creo, por otra parte y puesto que no

    se recurri a las fuentes iconogrficas de esta obra, lo que sera otro estudio,

    que en donde s son pareja es en lo que una y otra trataron de materializar,

    salvada, obviamente, toda la distancia e intereses que median entre ellas.

    En un revelador ensayo sobre La primaverade Botticelli, en el que Pierre

    Francastel15rene esta pieza con los poemas de Lorenzo el Magnfico, se

    deja en claro cmo ms all de la discusin sobre si en ellos se representa o

    no la filosofa neoplatncia del grupo en cuestin, o mejor an, cmo junto

    a sta y otras lecturas, la obra encierra, precisamente, una amplia serie de

    significados, entre los cuales destacamos el amor, el jardn y el buen gobier-

    no. Parece casi innecesario apuntar que al hablar del amor, se trata de una

    idealizacin en la que van contenidos los temas de la muerte y la renova-

    cin, del principio y del fin, mas para lo que aqu nos importa, es necesario

    subrayar que este amor entra y tiene su descanso en los ojos:

    13Carta de Rubn Daro reproducida en Federico Gmez, Impresiones Artsticas. Alfredo Ramos Mart-

    nez, el Primer Acuarelista Mexicano, en El Porvenir, Monterrey, 19de septiembre de 1920, p. 6.

    14Ramn Favela, op. cit., p. 30.15Pierre Francastel, La realidad figurativa, II, Barcelona, Paids, 1982. En particular el captulo Un

    mito potico y social del Quattrocento: La primavera, pp. 353-377.

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    Los ojos de la dama son el lugar de descanso del Amor; tambin son semejantes

    unas veces a las estrellas y otras a los rayos del sol. En este ltimo caso poseen las

    mismas virtudes que el mismo sol; en particular, hacen nacer las flores al paso de

    la amada (). La poesa y el cuadro expresan pues en ciertos detalles el poder

    encantador de la belleza, poder capaz de cautivar16

    Nos hemos detenido en este aspecto, tanto porque se enlaza al tema del

    jardn, como por ser esos ojos una de las caractersticas estilsticas que ms

    llaman a la atencin no slo en los muchos retratos de damas annimas que

    pint Ramos Martnez, o en el caso de la figura del centro de La primavera,

    sino tambin porque es este rasgo el que se repite en prcticamente la tota-lidad de la obra en que aparece la figura de la mujer, desde su Maternidad

    bretona, pasando por la China poblana, hasta los inexpresivos de Mujer de

    Tehuantepeco la Malinche. Posiblemente la pintura que enlaza a uno y otro

    de estos momentos la encontramos en la figura femenina que aparece en el

    extremo izquierdo del mural de Ensenada, o bien en la que va al centro de

    Ofrenda. Ms an, creo reconocer en esta relacin mujer-ojos-amor, el me-

    dio con el que dio el pintor para expresar su concepto ideal de belleza. Noscuenta Federico Gmez:

    A continuacin, nos refiere [Ramos Martnez] que va a hacer a su modelo. Y co-

    giendo un cartn ms fino, porque dice quesi ella se veen papeles corrientes se

    disgusta, pone manos a la obra. En pocos instantes vemos ya concluida una cara

    graciosa y bella; un valo que es una maravilla de perfeccin iluminada por unos

    ojos maravillosos, de una expresin inefable.17

    El jardn, no es nicamente el sitio en que se desarrolla la escena de las

    primaveras, es el paraso que lo mismo evoca el ideal de la vida campirana

    16Ibid., p. 358.17Federico Gmez, op. cit.Cursivas mas.

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    para el caso de Botticelli que, al estar cerrado, como en la de nuestro pin-

    tor, la femineidad, e incluso, la virginidad, atributos de esta estacin, con lo

    que se cierra el crculo de su tema. Interpretacin sta que se complementa

    con la que nos ofrece Fausto Ramrez sobre la ya descrita metfora de la

    mujer-flor18o con las referentes a la unin del hombre con la naturaleza:

    Se pintaron as cuadros en que el hombre y la naturaleza parecen palpitar y crecer

    al unsono (Muchacha con hortensiasde Ramos Martnez), establecindose una

    correspondencia estrecha entre la exuberancia de las flores y la vitalidad de las fi-

    guras, por lo general femeninas, que avanzan o se recuestan en medio de ellas (La

    primavera, de Ramos Martnez; la Ninfa del manantial, de Romano Guillemn).19

    Para Francastel, el cuadro de Botticelli no es slo la glosa pictrica de la

    poesa de los Mdicis:

    Al materializar los sueos secretos del poeta, el pintor, igual que el poeta mismo,

    desempea un enorme papel en la formacin del vnculo social, ya que contribuye

    a la formacin del lenguaje y de los smbolos que son la condicin necesaria para el

    establecimiento de grupos sociales.20

    Y en stos, sus prioridades estn ordenadas en funcin de su permanencia y

    estabilidad, de ah que las obras de arte producidas bajo la gida de los grupos

    que se encuentran en el poder echen mano de aquellos smbolos que sean, a

    los ojos de sus contemporneos, los representativos de su buen gobierno:

    Flora, Palas, todas las divinidades dispensadoras de riquezas y garantes de su

    renovacin peridica son el smbolo necesario de una sociedad que se apoya en el

    18Fausto Ramrez, Saturnino Herrn: Itinerario estilstico, en Saturnino Herrn Jornadas de Home-

    naje, UNAM, Mxico, 1989, pp. 18y ss.19Fausto Ramrez, La renovacin de la pintura op. cit.20Pierre Francastel, op. cit., p. 367.

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    movimiento regular de la riqueza La obra genial de Botticelli, cortejo del mayo

    florentino, reino mitolgico de Venus, paraso de la nueva Flora, es tambin una

    representacin del Buen gobierno.21

    Al comparar lo anterior con la referencia que Alfonso de Neuvillate hace de

    la tela de Ramos Martnez:

    Su obra maestra esLa primavera, puesto que es en ella en donde resume estudios,

    influencias, deseos, preocupaciones e ideales romnticos y, a la vez, filosficos.

    El cuadro, de tamao monumental, es una alegora jubilosa de la vida y

    sus placeres cotidianos, as como una exaltacin de ciertos valores propios de esemomento histrico

    El goce de la vida, la anttesis del drama, la glorificacin de las virtudes, el

    efectismo difcil, el apenas sugerido paisaje que sirve de fondo a las damiselas que

    parecen presagiar por lo que hace a Mxico, el fin de la llamada paz porfiria-

    na. No en balde su exhibicin coincidi con las fiestas del Centenario. Empero,

    esta obra maestra de la pintura nacional, sublima ciertos conceptos plsticos as

    como algunas ideas fundamentales de la esttica finisecular: su mismo alegorismo

    y simbolismo de carcter descriptivo ostenta visible signo de su tiempo22

    Es posible que Alfredo Ramos Martnez hizo de su quehacer lo que postula

    Francastel, que ste cumpliera con diversas funciones de beneficio a sus

    contemporneos, mas todas ellas quedaron reunidas a esa visin ideal y

    simblica de la belleza como condicin primera del arte y de una sociedad,

    estable, ordenada y permanente. De ah que a pesar de los cambios de

    estilo, de sus esfuerzos por adecuar su obra a las transformaciones queperciba, su fondo permanezca inalterable. Fiel hasta el final, nuestro ahora

    conocido Ramos Martnez, hizo de su vida y obra, lo que ya otros han dicho,

    una bsqueda romntica de la verdad, de su verdad, en su momento.

    21Ibid., p. 372.22Alfonso de Neuvillate, op. cit., p. 2.

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    AutorretratoCAT 1

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    MaternidadCAT 2

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    MaternidadCAT 3

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    Mujeres bretonasCAT 4

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    Bretonas con fondo amarilloCAT 5

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    CasaCAT 6

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    Paisaje de BrujasCAT 7

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    Sin ttuloCAT 8

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    PaisajeCAT 9

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    Retrato de ancianoCAT 10

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    Bretonas al atardecerCAT 11

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    Paisaje con rbolesCAT 12

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    PaisajeCAT 13

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    China poblanaCAT 14

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    China poblanaCAT 15

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    PaisajeCAT 16

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    Paisaje con casa y magueyesCAT 17

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    La primaveraCAT 18

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    Mujeres en el jardnCAT 19

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    Retrato de muchachaCAT 20

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    La MalincheCAT 21

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    Casamiento indioCAT 22

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    Casa de CoyoacnCAT 23

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    CURRICULUM

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    Alfredo Ramos MartnezMonterrey, Mxico, 1871- Los ngeles, California, EUA, 1946.

    1871

    Nace en la ciudad de Monterrey.

    1890

    Ingresa a la Escuela Nacional de Bellas Artes, y estudia con maestros como

    Jess F. Contreras, Santiago Rebull y Flix Parra, entre otros. Obtiene sucesivos

    reconocimientos por su buen desempeo.

    1899

    Phoebe Hearst, primera mecenas del printor, le otorga una beca para conti-

    nuar sus estudios en Europa.

    1900

    Se instala en Pars. Su obra de este periodo muestra la influencia del po-

    simpresionismo y, especialmente, de la corriente simbolista de finales del

    siglo XIX.

    1904

    Su obra empieza a cobrar popularidad entre los crticos y las galeras de

    Pars.

    1906

    Expone por primera vez La primaveraen el Saln de Pars. El Gobierno mexi-

    cano le otorga una beca que le permite viajar por Italia y Holanda.

    1909

    Regresa a Mxico.

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    1910

    En agosto, presenta una exposicin de su obra en la Escuela Nacional de

    Bellas Artes. Al mes siguiente, participa en la exposicin del Centenario de

    la Independencia.

    1911

    En un ambiente de discordia entre los estudiantes y los directivos y en ple-

    na huelga de pintores, es nombrado subdirector de la Escuela Nacional de

    Bellas Artes.

    1913

    Es nombrado director de la Academia Nacional de Bellas Artes. Organiza la

    primera Escuela al Aire Libre en Santa Anita, Iztapalapa.

    1914

    Por estar vinculado al Gobierno de Victoriano Huerta, es destituido de su

    cargo.

    1920

    Nuevamente es designado director de la Academia, contando con el apoyo

    del secretario de Educacin, Jos Vasconcelos, y se dedica a abrir nuevas

    Escuelas al Aire Libre en zonas como Chimalistac, Coyoacn, Xochimilco y

    Tlalpan, con la intencin de descentralizar la enseanza y poner a los alum-

    nos en contacto con ambientes menos urbanizados.

    1925

    Se presenta la primera exposicin de las obras de los alumnos de las Es-

    cuelas de Pintura al Aire Libre en el Palacio de Minera. Poco desps se

    realizaron otras exposciones en Europa que llamaron la atencin del nuevo

    sistema de enseanza.

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    1928

    Deja la direccin de la Academia Nacional de Bellas Artes. Contrae nupcias

    con Mara Sodi de Romero.

    1929

    Nace Mara, su nica hija.

    1930

    La familia se muda a Los ngeles, California. Durante esta poca su estilo

    experimenta un cambio, empieza a pintar obras sobre temas mexicanos.

    Realiza exposiciones en Los ngeles, lo cual le abre las puertas a los crculos

    culturales norteamericanos.

    1931

    Comienza a trabajar en murales, entre ellos: los frescos en el rancho de

    Yuca Loma en Apple Valley, la casa de Jo Swerling, la capilla del cementerio

    en Santa Brbara y el Hotel Chapman Park.

    1942

    Regresa a la Ciudad de Mxico. El secretario de Educacin, Octavio Bjar, le

    encomienda la pintura de los frescos de la Escuela Normal para Maestros.

    1945

    Presenta exposiciones individuales en Los ngeles y Nueva York y se le en-

    comienda realizar los frescos del Scripps College de Claremont, que dejara

    inconclusos.

    1946

    Monta su ltima exposicin en San Diego, California. El 8 de noviembre

    muere de un ataque cardiaco.

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    CATLOGO

    1.Autorretrato1943 pastel sobre papel

    56 x 46 cmColeccin particular

    2. Maternidadca.1904 carbn y pastel sobre papel

    49 x 63 cmColeccin particular

    3. Maternidadca.1904 pastel sobre papel

    30 x 42 cmColeccin particular

    4. Mujeres bretonasca. 1904 acuarela y tinta sobre papel

    28 x 36 cm

    Coleccin particular

    5. Bretonas con fondo amarilloca. 1904 acuarela y tinta sobre papel

    59 x 64 cmColeccin particular

    6. Casas.f. pastel sobre papel

    55 x 42 cm

    Coleccin particular

    7. Paisaje de Brujasca. 1904 pastel sobre papel

    30.5 x 36.5 cmColeccin particular

    8. Sin ttulos.f. pastel sobre papel

    29.5 x 42 cmColeccin particular

    9. Paisajes.f. pastel sobre papel

    48 x 69 cmColeccin particular

    10. Retrato de ancianoca.1895 leo sobre tela

    47 x 39 cmColeccin particular

    11. Bretonas al atardecerca. 1904 gouache y tinta sobre papel

    24.5 x 18.5 cm

    Coleccin particular

    12. Paisaje con rboless.f. tcnica mixta sobre papel

    18.5 x 25.7 cmColeccin particular

    13. Paisajes.f. pastel sobre papel

    19 x 25.7 cm

    Coleccin particular

    14. China poblana1922 pastel sobre papel

    138 x 86 cmColeccin particular

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    15. China poblanas.f. pastel sobre papel

    99 x 68 cmColeccin particular

    16. Paisajes.f. pastel sobre papel

    35 x 43 cmColeccin particular

    17. Paisaje con casa y magueyess.f. pastel sobre papel

    61 x 105 cmColeccin particular

    18. La primavera1905 leo sobre tela

    188 x 286 cmColeccin particular

    19. Mujer en el jardns.f. leo sobre tabla

    48 x 68 cmColeccin particular

    20. Retrato de muchachas.f. pastel y acuarela sobre papel

    64 x 82 cmColeccin particular

    21.La Malincheca.1935-1940 leo sobre tela

    127 x 102.6 cmPhoenix Museum of Art. Adquisicinpatrocinada por Friends of Mexican Art

    22. Casamiento indioca.1931 leo sobre madera

    71.8 x 80.6 cm

    Coleccin FEMSA

    23. Casa de Coyoacnca. 1922 leo sobre madera

    42 x 55 cmColeccin particular

    D.R. Obra: Alfredo Ramos Martnez Research Project,reproducida con autorizacin.

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    Agradecemos a

    lvaro Castillo Olmedo

    Salvador Castillo Torres

    Clara Garza Arciniega de Ramos Prida

    Marie-Thrse Hermand de Arango

    Francisco Zertuche

    Phoenix Art Museum

    por permitirnos reproducir obras de su coleccin,

    al museo MARCOpor su colaboracin, a Mara Ramos-Martnez Bolster,

    Margarita Nieto y Louis Stern por su apoyo a esta publicacin.

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    Xavier Moyssn L.Maestro asociado del Departamento de Arte de la Universidad

    de Monterrey. Historiador, crtico de arte y curador.

    La versin original del texto que acompaa esta edicin,

    se public en el catlogo Un homenaje a Alfredo Ramos Martnez

    (1871-1946), MARCO, Monterrey, 1996. Fragmento publicado

    con autorizacin del autor.

    COORDINACINEDITORIAL

    Carolina Faras Campero y Celso Jos Garza Acua

    DISEOGRFICODELACOLECCINNUESTROARTE

    Vicente Rojo Cama

    FORMACINTIPOGRFICAYCIUDADOEDITORIAL

    Rafael Garca y ngela Palos

    FOTOGRAFADELAOBRA

    Kochen y Santos Uribe: pp.17-19, 25, 27-29

    Javier Orozco: pp. 31-36

    Francisco Kochen: p. 30/ Cortesa Museo Estudio Diego Rivera/INBA

    Craig Smith: p. 38

    Se imprimieron 1500ejemplares, en los talleres de Proceso Grfico,en octubre de 2008, Monterrey, N.L.

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    Alfredo Ramos Martnez (1871 - 1946) estudi en la

    Escuela Nacional de Bellas Artes y despus en Europa.Su obra muestra la influencia del posimpresionismo y

    del simbolismo. En 1906expus en el Saln de Pars y en

    1910, de regreso en Mxico, particip en la exposicin

    del Centenario de la Independencia. En 1930se traslada

    a California donde pinta obras y murales sobre temas

    mexicanos.

    La verdadera aportacin de Ramos Martnez fue su fe,

    ms que en la libertad de creacin, en las posibilidades

    de forjar un arte autnticamente nacional basado en la

    simiente del propio pueblo; creencia que recoge parte

    de la tradicin decimonnica, que fue influenciada por

    los movimientos vigentes en Europa y reforzada por elambiente posrevolucionario del pas.

    Xavier Moyssn L.

    COLECCIN 75 ANIVERSARIO

    LECTURAS UNIVERSITARIAS NUESTRO ARTE