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  • SEMANARIO DE INFORMACIN RELIGIOSAN 9/3-II-1996

    La inevitable sed de vivir

  • Etapa II - Nmero 9

    Edita: Fundacin San Agustn. Arzobispado de Madrid.Redaccin: Casa de la Familia. Pza. del Conde Barajas,1. 28005 Madrid.

    Tlfs.: 365 18 13 - 366 78 64 Fax: 365 11 88Director: Miguel Angel Velasco Puente

    Imprime y Distribuye: Prensa Espaola, S.A.Depsito legal: M-41.048-1995

    A

    22-23

    18-19

    En este nmero

    EN PORTADA

    4 de febrero: Primera Jornada pro-Vida

    ESPAA

    Monseor Fernando Sebastin:Ha comenzado

    un perodo nuevoen la Iglesia espaola

    ESPAA

    Monseor Rouco Varela:La enseanza religiosa es vital para la libertad de la Iglesia

    Sumario

    la foto 6

    criterios 7

    iglesia en madridMensaje del arzobispo:Anuncia el evangeliode la vida 10-12

    santos de ayer y hoyPaolo, un san Agustnde nuestro tiempo 13

    testimonios 14

    el da del seor 15

    racesCuando la fese hace cultura 16-17

    mundoDeclaraciones del nuevoobispo de Macedonia 20-21

    maestrosSanto Toms 24-25

    la vida 26-27

    desde la feCine, libros y televisin 28-31

    contraportada 32

    3-5, 8-9

  • Vivimos en una situacinnueva: en nuestras socie-dades desarrolladas haynuevas amenazas contra la vidahumana. El progreso cientfico ytcnico ofrece la posibilidad denuevas agresiones contra la dig-nidad del ser humano. En mu-chos pases, incluido el nuestro,hay amplios sectores de la opi-nin pblica que justifican algu-nos atentados contra la vida. Esun eclipse de la conciencia moralsobre el valor y la dignidad de lavida humana. En esta situacin,qu debemos hacer?:

    ANUNCIAR EL EVANGELIODE LA VIDA

    La expresin Evangelio de lavida no est en la Sagrada Es-critura, pero expresa muy bienun elemento esencial de mensajebblico. El Evangelio del amor deDios al hombre, el Evangelio dela dignidad de la persona y elEvangelio de la vida son un ni-

    co e indivisible Evangelio. Elhombre viviente constituye el ca-mino primero y fundamental dela Iglesia. El Evangelio de la vi-da consiste en el anuncio de lapersona misma de Jess: por lapalabra, la accin y la persona deJess se da al hombre la posibili-dad de conocer toda la verdadsobre el valor de la vida huma-na. El agradecimiento y la alegrapor la dignidad inconmensura-

    ble del hombre nos mueve a ha-cer a todos partcipes de estemensaje: la vida humana, donprecioso de Dios, es sagrada e in-violable y por esto son absoluta-mente inaceptables el aborto pro-curado, la eutanasia y otros aten-tados contra la vida. Contra laviolencia homicida de los fuertesse alza el valor incomparable decada vida humana. Las razonesque se aducen para justificar el

    aborto o la eutanasia equivalen,en ltimo trmino, a poner pre-cio a la vida de un ser humano,dbil e inocente.

    Es preciso que el Evangelio dela vida penetre en el corazn decada hombre, en lo ms recndi-to de la cultura, en el alma de lasociedad.

    CELEBRAR EL EVANGELIODE LA VIDA

    La fe en el Dios de la vida noslleva a cultivar en nosotros unamirada contemplativa que des-cubra en cada cosa el reflejo delCreador y en cada persona suimagen viviente. Esta miradacontemplativa nos lleva a pro-rrumpir en himnos de alegra,alabanza y agradecimiento porel don inestimable de la vida hu-mana, en el que Dios llama a ca-da ser humano a participar enCristo de la vida de gracia y a unaexistencia de comunin sin fincon Dios Creador y Padre.

    /3en portadaN 9/3-II-1996

    DOMINGO 4 DE FEBRERO: 1 JORNADA PRO-VIDA

    Debemos anunciarel Evangelio de la vida

    Vivimos en un eclipse de la conciencia moral sobre el valor y la dignidad de la vida humana y lo primero que debemos hacer esanunciar el Evangelio de la vida, afirm monseor Elas Yanes, en su exhortacin con motivo de la 1 Jornada pro-Vida,

    que celebra la Iglesia espaola maana, domingo, 4 de febrero. La finalidad de esta Jornada explica es suscitar en las conciencias, en las familias, en la Iglesia y en la sociedad civil

    el reconocimiento del sentido y del valor de la vida humana en todos sus momentos y condiciones, prestar atencin a la gravedaddel aborto y no olvidar los dems momentos y aspectos de la vida que merecen atenta consideracin en nuestra situacin

    histrica, tales como la guerra, el hambre, el subdesarrollo, el terrorismo, la tortura, la drogadiccin, el SIDA, etc.

  • Durante el ao pasado, ungrupo numeroso de pro-gresistas espaoles in-tent desesperadamente, hasta elltimo momento, aprobar una leyque de hecho supone implantarel aborto libre. Por fortuna, el in-tento ha fracasado, aunque lospro-abortistas ya nos han anun-ciado, como era de esperar, queno cejarn en su empeo.

    Coincidiendo con la campaapro-abortista, una pequea noti-cia que pas desapercibida parala mayora de los espaoles nosinform de la supresin de la pe-na de muerte en Espaa. Estamedida en pro de la vida fue apo-yada sin titubeos por todos losgrupos polticos y supongo quepor la gran mayora de los espa-oles.

    No cabe duda de que la co-rriente est a favor de la supre-sin de la pena de muerte. Losdefensores de la vida, aun paralos protagonistas de los crmenesms abominales, esgrimen argu-mentos que a m me parecen muydifciles de rebatir. Pienso que lle-gar el da en que la pena demuerte merecer para la inmensamayora de los hombres una con-dena tan unnime como la quehoy nos merece a todos la escla-vitud, que fue aceptada por la hu-manidad durante milenios comoalgo natural.

    En este sentido, la decisin delParlamento espaol al suprimirsin excepciones la pena de muer-te ha sido un gesto no slo razo-nable sino necesario. Puede de-cirse lo mismo del deseo de tan-tos parlamentarios espaoles deimplantar el aborto libre?

    Sin duda que no. Defenderpor un lado el respeto a la vidade un criminal que asesina a ni-os inocentes, y defender al mis-mo tiempo la licitud de ejecutaral ser ms inocente imaginable,que es el nio que todava no hanacido, es un contrasentido de-mencial.

    No es sta una muestra msdel lamentable desconcierto enque est sumida nuestra socie-dad? Debemos creer que la ma-yora de los espaoles est a lavez contra la pena de muerte y afavor del aborto?

    El amor a la vida, comenzan-do por la propia y la de nuestros

    seres queridos, es algo tan con-sustancial a todos los seres vivoscomo que nos viene impuesto porel instinto de conservacin, algotan imborrable como muchosotros instintos. Pero este amor a lavida puede tener efectos perver-sos cuando se desorbita y llega-mos a considerar no ya la vida si-no nuestra calidad de vida comoun bien supremo. Como dice esedocumento admirable, Evange-lium vitae, los valores del ser sonsustitudos por los del tener y elnico fin que cuenta es la conse-cucin del propio bienestar ma-terial. De esta manera hemos lle-gado a una sociedad que se incli-na a permitir la interrupcinde la vida de un ser inocente si sunacimiento exige recortes no de-seados en el nivel de vida de sumadre (el padre parece no existirpara nuestros legisladores).

    El mundo actual nos ofrece ca-da vez ms medios para amorti-guar el dolor y para prolongar lavida, muchas veces hasta extre-mos crueles. Los movimientosdefensores de la vida, tanto de losnios ya nacidos, como de las fo-cas de Canad, o de las ballenasdel Antrtico, tienen cada vezmayor aceptacin, y est bien queas sea. Pero estos buenos senti-mientos desaparecen frecuente-

    mente cuando se trata de un serhumano que todava est en elvientre de su madre. Es un serhumano que siente, sin duda al-guna, pero que todava no pue-de hacernos llegar sus senti-mientos y que est oculto a nues-tros ojos y odos. De esta manera,es menos incmodo condenarlea morir de una manera discretay lo ms rpido posible, en lafrialdad asptica de una clnica.

    La aceptacin del aborto tieneconsecuencias devastadoras pa-ra la humanidad. Si se anteponenconsideraciones econmicas o so-ciales al derecho a la vida de unacriatura inocente, se abre la puer-ta al espectro de un legislador po-sedo de una mentalidad de de-sarrollo econmico puro y duro, osencillamente de una mentalidadhedonista, que el da menos pen-sado puede proclamar leyes quepermitan privar de la vida a losancianos inproductivos, a los en-fermos incurables o a los minus-vlidos. Ante este riesgo aterra-dor no cabe otra actitud que lade mantener categricamente elderecho a la vida, aun compren-diendo que en determinados ca-sos la primaca de este principiopueda exigir sacrificios heroicos.

    Javier Oyarzun

    Esta celebracin ha de hacer-se de modo especial en la oracinpersonal y comunitaria, en lascelebraciones del ao litrgico,en las celebraciones sacramenta-les, en la vida cotidiana.

    SERVIR EL EVANGELIO DE LA VIDA

    En unin con Jesucristo hemosde promover el respeto a toda vidahumana, mediante el servicio dela caridad cristiana que es, ante to-do, amor a Dios y amor al prji-mo: Hemos de hacernos cargodel otro como persona confiadapor Dios a nuestra responsabili-dad... Se trata de hacerse cargode toda la vida y de la vida de to-dos. Ms an, se trata de llegar alas races mismas de la vida y delamor. Es preciso promover for-mas discretas y eficaces de ateciny ayuda a la vida naciente, con es-pecial cercana a las madres, yapoyo a las familias; ayuda a la vi-da que se encuentra en la margi-nacin, en el sufrimiento, en susfases finales: recuperacin de dro-gadictos, residencias de enfermosmentales, centros de acogida a en-fermos del SIDA, enfermos termi-nales, residencias para ancianos.

    Para colaborar en esta Jorna-da hacemos un llamamiento a lossacerdotes y religiosos, a los edu-cadores y catequistas, a las ins-tituciones asistenciales, a los mo-vimientos familiares, a los movi-mientos apostlicos, a losprofesionales del derecho y de lamedicina y a las personas que ac-tan en los medios de comuni-cacin social, a todos los que sesienten llamados a la animacinsocial y al compromiso polticoen nuestra sociedad.

    Elas Yanes lvarezArzobispo de Zaragoza

    Presidente de la Conferencia Episcopal

    4/ en portada N 9/3-II-1996

    ABORTO Y PROGRESO

  • N 9/3-II-1996

    El compromiso al servicio dela vida humana obliga a to-dos y cada uno. Es unacuestin urgente recordarlo antela agudizacin de las amenazascontra la vida de las personas.

    Las opiniones contra la vidanaciente proceden a veces de si-tuaciones difciles, de profundosufrimiento, soledad, miedo alfuturo, falta de perspectivas eco-nmicas y de trabajo. Pero msall de estas situaciones perso-nales o familiares, existe un pro-blema en el plano cultural, socialy poltico: la tendencia a inter-pretar los delitos contra la vidacomo si fueran una expresin delibertad individual que debieraser reconocida como un derecho.

    En una poca en que se pro-claman los derechos de la perso-na y se afirma pblicamente elvalor de la vida, el derecho mis-mo a la vida queda en la prcticanegado, en particular en los mo-mentos en que ms necesita delos dems: cuando viene al mun-do y cuando siente que su muer-te se acerca. Cmo pueden sercompatibles las declaraciones so-bre derechos humanos y este des-precio del ms dbil?

    Convendra redescubrir la au-tntica cultura de la vida, cuyasede es la familia en su capaci-dad de amar y de sacrificarse, yque cada hijo, aun representan-do una carga, es un don en s mis-mo.

    Numerosas parejas tienen hoyda dificultades para decir s a loshijos, porque contemplan el por-venir con visin pesimista. Segnalgunos, dar la vida a un nio se-

    ra una irresponsabilidad. Perorenunciar al hijo no significa de-sesperar del futuro y entregarse auna resignacin pasiva y apti-

    ca? Con esta forma de desamor,no se corre el riesgo de que elfuturo sea ms sombro todava?

    No tenemos derecho a limitar

    nuestra mirada solamente a losdiez o veinte prximos aos; de-bemos situarnos ante un hori-zonte ms amplio. Cada nio espara la familia y el pas la prima-vera de la vida y el anticipo delfuturo.

    Es necesario apoyar y animara los padres a quienes sobrevie-ne una paternidad no prevista,para que acepten y acojan a suhijo, sin subestimar sus dificul-tades. Los ciudadanos, todos ycada uno, tenemos el deber deestar atentos a las situaciones deangustia familiar presentes oprevisibles, trabajando para quelas instituciones pblicas y deiniciativa social provean ayudaseficaces e inmediatas a la mater-nidad, prestaciones familiaressuficientes, desgravaciones fis-cales proporcionadas, asistenciaadecuada a la familia, a la ma-dre y al nio. Es tarea de todostrasmitir a los jvenes la ilusinpor la maternidad y la paterni-dad. Ni las necesidades demo-grficas, ni las directrices polti-cas, ni las ayudas econmicasbastan para lograrlo. Lo querealmente anima a tener hijos estener una razn de vida, propiade personas humanas dotadasde corazn y de inteligencia. s-ta es la clave para superar acti-tudes y comportamientos demiedo o rechazo a la vida, y fo-mentar una cultura que la acep-te y la respete.

    Dolores VoltasSecretaria General

    Federacin Espaola de Asociaciones pro Vida

    /5en portada

    Cada hijo es un don

    EL DERECHO MISMO A LA VIDA

    QUEDA EN LA PRCTICA NEGADO, EN PARTICULAR EN LOS MOMENTOS

    EN QUE EL SER HUMANO

    MS NECESITA DE LOS DEMS: CUANDO VIENE AL MUNDO

    Y CUANDO SIENTE QUE SU MUERTE

    SE ACERCA

  • El Papa da el primer pasoAqu no lo ha contado nadie, o casi nadie. Todos los que, en su da, dedicaron pginas y pginas al polmico obispo de Evreux, cuando fue revocado de sudicesis por el Papa a causa de su curiosa manera de entender su servicio pastoral en la Iglesia, se han callado ahora, cuando Juan Pablo II, como siempre,ha dado el primer paso, el de la misericordia, el de la comprensin, el de la mano tendida. Despus de media hora con el Papa, sin ms reproches que el derecordarle que un obispo debe ser testigo fiel de la Iglesia y de su enseanza, monseor Jacques Gaillot ha dicho que est contento, que ha comprobado lavoluntad del Papa de superar mi situacin. Me ha dicho: Es necesario encontrarle una relacin con el conjunto de los obispos. Y hasta ha recordado

    cmo sonri el Papa cuando el obispo le dijo: Afortunadamente, Santidad, no tiene muchos obispos como yo.

    6/ la foto N 9/3-II-1996

  • /7criteriosN 9/3-II-1996

    Juan Pablo II dijo al Congreso eclesial dePalermo, que, en un momento tan dif-cil como el que hoy vive toda la socie-dad, parece elevarse hacia la Iglesia unapeticin: la de que ella sepa, ante todo, de-cir Cristo, la nica palabra que salva... Loshijos de la Iglesia podrn as contribuir areavivar la conciencia moral de la nacin,hacindose artfices de unidad y testigosde esperanza para la sociedad. sa es lacontribucin que a los cristianos nos es pro-pia.

    Es bueno recordar estas palabras del Papaen vsperas de la I Jornada pro-Vida, que secelebrar maana, en pleno clima preelecto-ral. Y es bueno, porque no pocos catlicosparecen bastante perdidos, y no slo a la ho-ra de tomar decisiones polticas. En mediode esa crisis de identidad da la impresin deque la ltima trinchera poltica, en torno ala cual los cristianos pueden cerrar filas, es lade ser defensores de la vida; hasta tal punto,que, para muchos, ese pro-vidismo se haconvertido en la sea de identidad pblicadel catolicismo.

    La autorizada voz del Papa viene a arro-jar luz sobre este panorama porque re-plantea el problema en unos trminos a losque, lamentablemente, no estamos acos-tumbrados. No se trata tanto de pregun-tarnos como siempre qu debemos ha-cer, como de preguntarnos para qu sirve,de qu trata, qu es el cristianismo (noslo para el mundo, sino, para empezar,para cada uno de nosotros). No respondera esta cuestin, puede terminar convir-tiendo a la Iglesia de Jesucristo en una es-pecie de ONG que propone a una sociedadinmoral un rearme moral, por otra parte

    justo y dignsimo. Es verdad que defenderla vida humana es prioridad absoluta nohomologable a otras reivindicaciones. Perosi se prescinde de la Encarnacin del Hijode Dios, que nos ha hecho partcipes de suVida, qu clase de vida se est defendien-do? No vayamos a confundir las cosas. Lavida es mucho ms que un slogan de unacampaa electoral.

    La militancia cristiana reducida a una es-pecie de alerta moral que fustiga los malesdel siglo desvirta su misma raz, la perso-na de Cristo, que no es un predicador moralque seala los males muy reales, por cier-to que existen a nuestro alrededor y,sobre todo, dentro de cada uno de noso-tros, sino que es Aquel que dice: He ve-nido para que tengais vida; sin M no po-deis hacer nada.

    Sin esperar a solucionar todos los pro-blemas e injusticias del mundo, es posiblecomenzar a experimentar, aqu y ahora, lavida verdadera que Jesucristo nos hace po-sible vivir. Esa vida nueva algo previo atoda poltica es la principal actividad po-ltica de los cristianos: permitir que cuan-tos entren en contacto con ellos puedan com-partir hoy la propuesta cristiana, hecha rea-lidad en la Iglesia, que no es una asociacinsimplemente humana, sino el Cuerpo visi-ble de Cristo en medio del mundo.

    La Jornada pro-Vida es una gran ocasinde celebrar esa vida nueva posible para to-dos. El gozo por este bien presente permite alos cristianos luchar, con libertad, por el cam-bio de leyes injustas contra la vida, pero sa-biendo ante todo que ese empeo es una con-secuencia de la verdadera actividad propiade la Iglesia. No su premisa.

    Mucho ms que una trinchera

    A

  • Una buena definicin decultura es la de materiaimpregnada por espritu.Una piedra en s no es cultura,pero una piedra esculpida opuesta de una determinada ma-nera ya es una manifestacin cul-tural.

    En la actualidad hay clarossntomas de cultura de la muerteen la sociedad espaola. En el l-timo censo electoral realizado elao 1991 se recogen tres grficosespecialmente espectaculares:

    La pirmide demogrfica:se convierte en una pirindolademogrfica.

    La evolucin del nmerode hijos por mujer desciende demodo abismal a 2,2 en 1980 a 1,1,en 1991, siendo el nivel de reem-plazo de 2,1.

    El estancamiento de la evo-lucin de la esperanza de vida,que en la actualidad es de 78aos.

    Estos datos demogrficos sonmuy definitorios de una socie-dad demogrficamente en deca-dencia. En la actualidad el pro-blema es reversible, pues la po-blacin joven todava no estmarcada por la dramtica dismi-nucin de la poblacin. Pero seha trivializado tanto el valor dela vida humana, que es difcil enocasiones defenderla.

    La cuestin del aborto es unaclara muestra de cultura de lamuerte. Causa y efecto de la pr-dida de futuro. La falta de un sen-tido profundo de la vida generamiedo al futuro. Los nios son re-cibidos con temor y desnimopor lo que les sobrevendr.

    Crear las condiciones necesa-rias para que se respete a la mujerembarazada, ayudar a fomentarla maternidad, generar una espe-ranza en el futuro ms respetuosocon la vida humana es tarea detodos los que apostamos por lacultura de la vida y para esto hayque controlar la hemorragia so-cial, familiar y personal que su-pone el aborto. Desde el 85 se han

    realizado ms de 350.000 abortos,reconocidos por el Ministerio deSanidad; es, segn algunos estu-dios, la tercera causa de muerteen nuestro pas. Hasta las perso-nas ms recalcitrantemente abor-tistas reconocen que el aborto esun fracaso. No lo aceptemos co-mo solucin. Busquemos alter-nativas. Propaguemos entre to-dos una cultura de la vida que noslo respete, en ocasiones la vidade los animales y de algunos sereshumanos, sino la naturaleza, em-pezando por la misma naturalezadel hombre, su dignidad desde elmomento de la concepcin.

    Es cuestin de elegir: no se tra-ta de estar frente a una cultura dela vida o frente a una cultura dela muerte, sino dentro de todauna cultura de la vida, en la quese den razones, condiciones y sa-tisfacciones para respetar la vidade cada ser humano. Impregne-mos de espritu de vida y no demuerte lo que nos rodea. Unasonrisa, un saludo, una manoabierta son efectos y causas de lacultura de la vida.

    Jess Poveda de AgustnSecretario General

    de proVida

    8/ en portada N 9/3-II-1996

    Cultura de la vida. Cultura de la muerte.

    T eliges

  • Yt, Maite, qu has pedidoa los Reyes?

    Alfa y Omega, en su portadadel pasado 6 de enero, planteabacon toda la fuerza de las imge-nes uno de los problemas ms gra-ves a los que se enfrenta la socie-dad espaola: el descenso de na-cimientos.

    El nmero mnimo de hijos pormujer, para que la poblacin nodisminuya, es, segn los dem-grafos, de 210: 2 para reemplazara los padres y el 010 restante parahacer frente a los casos de parejasestriles, personas que no se ca-san, muertes prematuras, etc. Puesbien: Espaa, que en 1970 tena unndice de natalidad de 284 hijospor mujer, ha pasado datos delInstituto Nacional de Estadsticaa 129 en 1990, 125 en 1991 y 121en 1993. El pas con el menor n-dice de natalidad del mundo!

    Las causas son mltiples. In-dividuales: prdida de valores, re-chazo a los sacrificios que com-portan los hijos, anticonceptivosque permiten el placer sin que sesiga la procreacin, etc. Familia-res: dificultades que conlleva com-patibilizar el trabajo de la mujerfuera del hogar con la materni-dad, temor a disminuir el nivel devida, incomodidades, etc. Socia-les: ausencia de una poltica deproteccin a la familia, escasez deviviendas, aborto, etc.

    Y stas son las consecuencias: Perjuicio para los padres: al

    decir no a la vida, dicen no a to-do lo que sta tiene de ms bello yque hubiera irrumpido, con los hi-jos, en su existencia; se privan dela experiencia que ellos aportan;carecen de su ayuda como educa-dores es sabido que, junto a lospadres, los grandes educadoresde los hijos son los propios her-manos.

    Perjuicio para los hijos: quecarecern de hermanos mayoresy menores que les haran vivir enun ambiente, de nios primero yde jvenes despus, en el que, demodo natural, iran aprendiendoque no son nicos en el mundo,de que han de renunciar a cosasque les gustara tener porque tam-bin hay que contar con los otros...

    Perjuicios para la sociedad:envejecimiento de la poblacin,peligro de quiebra del sistema deSeguridad Social, descenso del ni-vel cultural, disminucin del con-sumo, etc.

    El problema es muy serio. Elmismo Gobierno lo reconoce en

    el Informe que elabor para laConferencia Internacional sobrela Poblacin y Desarrollo de ElCairo:

    LA ACTITUD DEL AVESTRUZ

    La evolucin demogrfica enEspaa dice el mencionado in-forme ha supuesto una consi-derable reduccin de la propor-cin de menores de 15 aos en el

    conjunto de la poblacin de28% a 19% entre 1970 y 1991.De persistir las actuales tenden-cias, el nmero de jvenes conti-nuar reducindose hasta llegara la mitad de los actuales ocho mi-llones en el ao 2020. Correlativa-mente, la proporcin de personasde ms de 65 aos ha aumentadoen el mismo perodo del 10% al14%. Al comienzo del prximo si-glo, es probable que esa propor-

    cin llegue a representar el 17%de la poblacin, en el ao 2020ms del 20% y en el 2030 una cuar-ta parte del total.

    El problema est perfectamen-te detectado. Pero lo asombroso esque, aun reconocindolo, no sepiensa aportar ninguna solucin:La posicin del Gobierno dicetextualmente el Informe es deno intervencin en las tendenciasdemogrficas. Posicin tan ca-rente de lgica como sera la de de-cir: La posicin del gobierno es lade no intervenir en las tendenciasa la drogradicin, en las tenden-cias a la insumisin, en las tenden-cias a utilizar indebidamente loscargos pblicos, etc. Para qu es-t el Gobierno si no es para tratarde poner remedio respetando,por supuesto, la libertad de los ciu-dadanos a los problemas colec-tivos que se presentan?

    SE IMPONE UN CAMBIO DE RUMBO

    Se impone un cambio derumbo en la Administracin, lasleyes y las familias. En la Admi-nistracin, estableciendo condi-ciones que favorezcan la llegadade nuevos hijos subvenciones ala maternidad, guarderas, etc;actualizando las ayudas a las ma-dres que trabajan; estableciendounas condiciones laborales quepermitan a la mujer armonizar eltrabajo fuera del hogar con lasobligaciones familiares; valoran-do el matrimonio y la familia;creando centros de acogida paralas madres solteras, etc.

    En las leyes, promulgandouna ley de proteccin a la familia;protegiendo la estabilidad del ma-trimonio; derogando la ley delaborto como atentatoria contra elprimero de los derechos el dela vida y como daina para lamadre, etc.

    En las familias, ejercitandouna partenidad responsable, ge-nerosa y abierta a la vida; acep-tando con alegra el embarazo, in-cluso el no deseado, y valorando alas familias medias y numerosas.

    El problema, especialmentegrave en Espaa, afecta a todo elnunca mejor dicho Viejo Conti-nente. Por ello parece oportunocerrar este trabajo con unas pala-bras del Informe que, sobre estacuestin, elabor en su da el Co-mit Econmico y Social de laCEE: Un nio encarna la espe-ranza. No hay ningn nio queno sea necesario.

    Luis Riesgo Mnguez

    /9en portadaN9/3-II-1996

    Espaa, hacia

    un suicidiocolectivo?

    Espaa, hacia

    un suicidiocolectivo?

  • 10/ iglesia en madrid N 9/3-II-1996

    Mis queridos hermanos yhermanas en el Seor:

    En este domingo, 4 de febre-ro de 1996, veris en las puertasde vuestras Iglesias un cartelanuncindoos una Jornada provida con la invitacin: Anun-cia, celebra y sirve el Evangeliode la vida. Los obispos espa-oles hemos querido acoger as,y de forma inmediata, la pro-puesta que haca a todas lasConferencias Episcopales el San-to Padre el ao pasado en su en-cclica Evangelium vitae. OtrasConferencias Episcopales euro-peas se haban adelantado conesta iniciativa en la ltima d-cada ante las enormes propor-ciones que haban alcanzado ensus pases, al amparo de una le-gislacin permisivista, los aten-tados contra la vida de los nonacidos, de los ancianos y en-fermos terminales, es decir, antela implantacin social generali-zada del aborto y de la eutana-sia. Quin lo iba a decir a loseuropeos de los aos treinta ycuarenta, testigos atnitos de lasbarbaries eugensicas nazis,alimentadas por las teoras deslebensunwerten Lebens de la vi-da indigna de vivir, que no me-rece vivir!

    ANORMALIDAD NORMAL?

    Cmo ha podido ocurrir unfenmeno semejante? Pues por-que una teora segn la cual el nonacido, especialmente en el pri-mer perodo de su gestacin, per-tenece a la madre como un objetoo parte de su cuerpo del que pue-de disponer como le plazca, in-cluso hasta causarle la muerte, seha ido imponiendo como normalen la conciencia social y en la opi-nin pblica europea. Como erade esperar, esta negacin del de-recho a la vida se ha extendidopronto a las personas que se venen situaciones de completo des-valimiento y de dependencia res-pecto a sus prjimos, como es el

    caso de los enfermos, especial-mente de los terminales, los an-cianos, los nios. Y, naturalmen-te, esta forma de pensar y de ar-gumentar ha llegado tambin aEspaa.

    Tambin aqu se afirma comolo ms civilizado y acorde con laspautas de un comportamientodemocrtico y tolerante que el serhumano no nacido no tiene de-recho a la vida. Tambin aqu el

    Estado consiente en ello bajo cier-tas condiciones o de acuerdo conciertas indicaciones. Y tambinaqu se parte de las situacionesde las madres, a veces muy do-lorosas, a las que un nuevo em-barazo acarreara sinsabores, pro-blemas y conflictos. En vez de co-locarse a su lado y ayudarlas contodos los medios personales y so-ciales para que puedan aceptarla maternidad sin traumas y congozo, se las deja abandonadas an-te una tremenda decisin: el sa-crificio de las vidas de sus hijos.Cundo nos llegar a Espaa lalegitimacin jurdica de la euta-

    EN UNA GRAVE CRISIS DE LA CONCIENCIA MORAL DE LA SOCIEDAD

    Anuncia, celebra y sirve

    EN VEZ DE COLOCARSE A SU LADO Y AYUDARLAS CON TODOS

    LOS MEDIOS PARA QUE PUEDAN ACEPTAR LA MATERNIDAD

    CON GOZO, SE LAS DEJA ABANDONADAS ANTE UNA TREMENDADECISIN: EL SACRIFICIO DE LAS VIDAS DE SUS HIJOS

    Con ocasin de la Jornada pro-Vida, el arzobispo de Madrid dirige a sus fieles el siguiente mensaje:

  • /11iglesia en madridN 9/3-II-1996

    nasia en todas sus formas? Apli-cada a los enfermos terminales,a los discapacitados, a los ancia-nos...?

    PERSONA HUMANA

    Llaman la atencin dos as-pectos, extraordinariamente alar-mantes, de esta evolucin de laconciencia social en los pases eu-ropeos: Que empieza a dudarse delconcepto mismo de persona hu-mana, como sujeto trascendentede derechos fundamentales, porencima y ms all de lo que lasleyes del Estado puedan o quie-ran otorgarle. Hay quien no va-cila en sostener que es el Estadocon su ordenamiento jurdico elque confiere al hombre la perso-nalidad en todas sus dimensio-nes (incluida, por tanto, la antro-polgica) y, por ello, el que leconstituye como titular de los de-rechos fundamentales.

    La Constitucin y las leyes nose limitaran a reconocer y a pro-teger los derechos innatos al serhumano, sino a crerselos y aproporcionrselos. Que se vaya perdiendo rpidae hipcritamente el sentido socialpara los ms dbiles e indefen-sos, despus de un siglo de tantasluchas y tantas esperanzas porconseguir una sociedad autnti-camente justa y solidaria. Habla-mos con toda naturalidad del lo-gro irrenunciable del Estado debienestar y, simultneamente, ig-noramos a los ms pobres y des-

    validos, a los ms inocentes: elnio en el vientre de su madre yen el primer perodo de su exis-tencia, los disminuidos fsicos opsquicos, todos aquellos que porsu enfermedad y/o por su edadno pueden valerse ya...

    Es que el hombre slo valepor lo que puede y tiene en el or-den de las realidades contables,utilizables y manipulables? Esque el derecho de la persona hu-mana sus derechos slo hande ser reconocidos y protegidospor el orden jurdico del Estadocuando le convenga?

    DESPRECIO DE LA VIDA

    No resulta extrao que se hayadicho y con toda razn quela aceptacin social del abortoes, sin excepcin, lo ms graveque ha acontecido en este siglo

    que se va acercando a su final.Ciertamente el clima moral quese est creando entre nosotros demenos-precio a la vida humanase desliza insensiblemente hastaun des-precio del hombre quenos hace presagiar lo peor.

    El contraste con la visin cris-tiana de la dignidad de la perso-na humana no puede ser mayor.Nosotros creemos en el Evangeliode la vida: en el Evangelio delDios Creador y Redentor delhombre, del Cristo que ha dadosu vida por la salvacin y la vi-da de toda y cada persona hu-mana desde el momento de suconcepcin hasta su defuncin.Creemos en el Evangelio delAmor, en el Evangelio de la Gra-cia y del Don del Espritu, pro-clamado a los humildes, a los d-biles... los verdaderamentebienaventurados, los que alcan-

    zarn la Vida y la Gloria eternas. Y no vamos a estar dispues-

    tos a vivirlo al menos en aquellaexigencia bsica del antiguo man-damiento de la Ley divina: en elno matars? Ms an debemosde vivirlo hasta la plenitud denuestros compromisos privados,familiares y pblicos.

    Pidmosle a la Virgen, Nues-tra Seora de La Almudena, laMadre de los nios, de los pobresy desvalidos, de los que slo pue-den ofrecer y suplicar amor, quenos haga testigos del Evangeliode la vida, instrumentos dciles ytransparentes para que el cora-zn de nuestra sociedad se con-vierta de un corazn de piedraa un corazn de carne .

    Con mi saludo ms cordial ymi bendicin,

    Antonio M Rouco Varela

    EL CLIMA MORAL

    QUE SE EST CREANDO

    ENTRE NOSOTROS

    SE DESLIZA INSENSIBLEMENTE

    HACIA UN DESPRECIO DE LA VIDA HUMANA

    al Evangelio de la vida

  • 12/ desde la fe N 9/3-II-1996

    Ayer Alcobendas celebr el da de las candelas con latradicional procesin en la que su Patrona, la Virgende la Paz, es trasladada a la ermita de la Moraleja, que seconvierte en centro de peregrinacin al que acuden los al-cobendenses para seguir mostrando su amor a la Madrede Dios, y para seguir dando testimonio del vigor de su fe. Aslo han hecho, una vez, ms estos das en sus fiestas pa-tronales.

    Monseor Jos Mara Conget, obispo de Jaca y consi-liario de la Accin Catlica Espaola, ha presidido estasemana la presentacin de la Accin Catlica de la dice-sis de Getafe. La realidad social de la dicesis, mayorita-riamente joven y obrera, facilitar la integracin de muchosfieles a sus movimientos especializados de Juventud Obre-ra Catlica (J.O.C.), y de la Hermandad Obrera de Accin Ca-tlica (HOAC). En la fotografa, algunos jvenes catlicos deGetafe, en una experiencia misionera, en Bolivia.En Alcal de Henares se ha programado una peregrinacindiocesana a Tierra Santa, que ser presidida por su obis-

    po, don Manuel Urea, para los das 12 al 19 de agosto. Elpadre Jos Ignacio Figueroa atender desde esta semanalas inscripciones en el obispado de Alcal, telf. 8882700.Las oficinas de este obispado han sido trasladadas estasemana al viejo palacio de los arzobispos de Toledo, re-cientemente reconstruido.

    A NUESTROS LECTORESSi usted quiere ayudar a la Fundacin San Agustn en la pu-blicacin de Alfa y Omega, y en otros proyectos de la Pro-vincia Eclesistica de Madrid en medios de comunicacin,puede enviar su donativo al Banco Popular Espaol (Agen-cia n 52, Plaza de San Miguel n7) a la Fundacin SanAgustn (cuenta n 0075-0615-57-06001310-97)

    El da a da

    La Universidad Complutense celebr el pasado da 29 lafiesta de santo Toms de Aquino. El arzobispo de Ma-drid, monseor Antonio Mara Rouco, presidi la Eucaris-ta en la iglesia de Montserrat, de los padres Benedictinos,a la que asistieron el Rector Magnfico, don Rafael Puyol, ysu equipo de gobierno. A continuacin, en el Paraninfo de laUniversidad, tuvo lugar un acto acadmico en el que se nom-br Rector Magnfico Honorario y se le concedi la medalla deoro de la Universidad a don Gustavo Villapalos, Consejerode Educacin y Cultura, de la Comunidad de Madrid.Tam-bin asisti el Presidente de la Comunidad Autnoma.

  • Esta es la humansima y con-movedora historia cier-tamente singular, pero talvez no tanto como se puede pen-sar de un ser humano equivo-cado y hundido hasta la exte-nuacin, hasta la propia aniqui-lacin de s mismo, pero que, enun determinado momento de suvida, con la gracia de Dios acier-ta a levantar su cabeza y su cora-zn y encuentra en l lo que ibabuscando sin saberlo. Bien pu-diera ser un san Agustn de finesdel siglo XX. Paolo Caccone. Italiano, deMdena. Nace en tiempos dur-simos, de extrema dificultad, tresaos despus de la II Guerramundial, en una familia obrera.Dotado de gran inteligencia na-tural, desde muy pequeo lee to-do cuanto cae en sus manos. Bus-ca. Crece en un ambiente no cre-yente. En 1967 se inscribe en laFacultad de Biologa de su ciu-dad natal. Es un autntico ratnde biblioteca. Sigue buscando.Se va de casa. Vive en una comu-na y empieza a drogarse. Se aturde a caballo entre la an-gustia y el placer, la poltica y elmarxismo. La Universidad, quehaba mitificado, le decepciona.No encuentra all, entre vanidad,envidias y orgullos, lo que andabuscando. No poda entenderque hombres a los que yo consi-deraba eminentes en su dimen-sin y proyeccin docente y so-cial fueran tan mezquinos e inte-resados en su vida personal entima... Deja la Universidad,hastiado, cuando slo le faltan al-gunas asignaturas para acabar lacarrera. En algunos textos budis-tas cree descubrir un horizonte,un mas all, un cierto respiro ysentido, una brizna de sabiduray, como l escribe, una cierta em-briaguez que experimentar.

    EL VRTIGO...

    Se va a la India y Pakistn ycae en el vrtigo de la droga. Sedroga con todo lo que cae en susmanos y habla de experienciasfalsamente exaltantes y aniquila-

    doras al lmite. Rock, budismo,sexo, herona le esclavizan. Aca-ba vendiendo droga en Roma. Esdetenido en 1975 y pasa dos aosen la crcel devorando ms libros(literatura, filosofa, religionesorientales, alquimia, magia): si-gue buscando apasionadamente.Apenas le dan libertad vigilada,huye a Pars y luego a Londres,donde, para vivir, mendiga consus amigos. En 1982 recae en elpozo sin fondo de la herona. Suvida se reduce a un vaco aluci-nante, a una esculida supervi-vencia. Un clico terrible le hace ir aurgencias de un hospital y le des-cubren el sida. El terror a la muer-te se apodera de l y, por fin, pasauna noche llorando desesperado,gritando a nadie el SOS de su im-potencia. Relata: Ped a Dios que,si exista, viniera en mi ayuda; pe-ro qu Dios puede recoger estefardo de miserable podredumbreque soy yo? A quin puedo re-zar? Ya est preparado y pasa-do por el crisol definitivo. En suproceso de desintoxicacin en-cuentra a un monje que le hablade su comunidad y de su monas-terio. Decid irme all. No haba

    tenido contacto con lo religiosodesde mi primera Comunin, alos seis aos. Contra mi yo, porprimera vez en mi vida me en-contr con la idea de pecado y de-cid confesarme. Una tarde tuveuna experiencia arrolladora y to-tal: algo se impuso en mi mentey en mi corazn: Jess es Dios.Es a quien t buscas... Fue tal micerteza de haber descubierto laPlenitud que, por vez primera enmi vida, agradec haber nacido ypoder participar de tal Vida parasiempre; me pas la noche llo-rando, desahogndome de felici-dad, como en un mar de perdn yde paz interior.

    ...Y EL XTASIS

    En 1989, Paolo entr en aquellacomunidad monstica, la Pe-quea Familia de la Anuncia-cin, fundada por don Dossetti.Nadie me pregunt nada. Todosme quieren y sacian el hambre demi alma. He encontrado la Euca-rista, la Escritura, todo lo que an-duve buscando espasmdica yerrneamente, algo definido, con-creto, determinante, definitivo.Mi alegra ntima, que nadie me

    puede quitar, es la cercana de Je-sucristo. Paolo vive en santa yserena paz la Revelacin y la ca-ridad cristiana y para l ser mon-je es buscar y vivir a un Dios quese deja encontrar en la Iglesia, enel amor a los hermanos. Descu-bre el misterio de la comunidadeclesial abierta a la solidaridadreal con los hombres y mujeresque sufren: Antes slo vea lo defuera de la Iglesia, no vea a lossantos ni a los pequeos, que sonel corazn de la Iglesia.Paolo muere, de sida, el 21 deoctubre de 1992. Momentos an-tes, la comunidad haba celebradoel rito de su definitiva profesinmonstica in articulo mortis. DonGiuseppe Dossetti en la misa deexequias dijo de l: Ha vivido ennuestra Familia como un monjeperfecto. Nos ha dado un ejem-plo escalofriante de bsqueda, deencuentro y de vivencia plena dela verdad cristiana y nos haconmmovido a todos. Ha sidotestigo perfecto del esplendor deQuien es Camino, Verdad y Vi-da.

    Emmanuela Ghini Avvenire-Alfa y Omega

    /13santos de ayer y hoyN 9/3-II-1996

    Paolo, un san Agustnde nuestro tiempo

    Del vaco letal de la droga se puede salir, y ser santo, como Paolo

  • Tengo 29 aos y la alegra de ser cristiana.Crec dentro de una familia en la queme sent amada y tal vez por eso me re-sult sencillo amar a los dems. Mis padrestambin me ensearon a perdonar y a estaren camino. Tuve la dicha de desarrollarme enuna parroquia que me anim a convertirmey a luchar por parecerme a Cristo.

    En mi bsqueda de Jess me separ du-rante mi juventud de muchos de mis amigosde la infancia y en la distancia fue difcil sen-tir su aliento. La libertad que nos ha dado serhijos de Dios me orient hacia personas que noLe conocen o que Lo rechazan.

    Hoy para la mayora de mis amigos soy lacristiana que prcticamente conocen ms cer-ca. Para algunos mis creencias no son ms queuna aficin, un pasatiempo, como jugar al aje-drez o tocar la guitarra.

    Como es un hobby, le dedico tiempo. Asven que los domingos voy a Misa. Irnica-mente y en tono burlesco me dicen: Pero, to-dava crees esas esas petraas? o vas a es-cuchar ese pelmazo? Y les sorprende que acu-da semanalmente a un grupo de reflexin defe. Porque lo ven como una aficin compren-den que tenga en casa la Biblia, los textos delConcilio Vaticano II, algunas encclicas, re-vistas religiosas y libros sobre moral y ticacatlica. Ellos tienen en sus casas cancioneros

    y partituras de guitarra o caballetes y pinturasal leo o relojes de ajedrez y libros de los gran-des maestros rusos.

    Cuando pienso en que lo consideran unentretenimiento, me irrito profundamente. Yo

    deseara que mi cristianismo se notara ms.No quiero una fe de domingo o de consuelo enel sufrimiento. Quiero que venga el Reino deDios a mi casa, a mis amigos, a quienes estnapartados, a los que no lo conocen, a mi mun-do y al planeta entero. Quiero que reine la paz,la justicia y el amor y yo lucho por construir-lo. l ha dado un sentido diferente a mi vida,a mi matrimonio, a mis hijos, a la rutina diaria,a la alegra y tambin al dolor...

    Sin embargo, que no lo vean me hace cues-tionarme mi vida. En lo profundo de mi co-razn resuenan las frases evanglicas de: Mi-rad cmo se aman, ... y en eso os conoce-rn, si os amis los unos a los otros. Por esocreo que si no encuentran a Cristo, es porqueyo se lo muestro poco, porque no les s amar,o porque les amo demasiado poco.

    Cuando todo me da vueltas y me tambaleo,cuando creo que seguir a Cristo es como ser deotro planeta, l siempre aparece, me tiende lamano y me habla a travs de mis hijos, de mimarido, de un amigo, de mis padres o en laoracin. Hasta el momento, l nunca me haabandonado y desde que soy madre estoy con-vencida de que no me dejar. Si yo, agotada yharta, acudo da y noche a la llamada de mishijos, cmo no va a hacerlo l?

    Beln Rodrguez

    14/ testimonio N 9/3-II-1996

    Yo soy cristiana; Para mis amigos es una aficin

    Digo yo, Seor, que cmo andaremos... cuando tenemos quededicar una Jornada a la vida, como si todos y cada uno delos das no fueran jornadas de vida merecedoras de celebra-cin. As nos luce el pelo, metidos como estamos hasta las ce-jas en algo que, encima, tenemos la desfachatez de llamarcultura de la muerte. Para que luego digan que no es posiblela cuadratura del crculo; ms crculo cuadrado que unir cul-tura y muerte...

    Quera esta tarde, Seor, agradecerte, en sencilla verdad,la vida. Toda y totalmente: la ma y la de todos los dems, des-de que la iniciaste hasta hoy; la de todos los de casa: los quevivimos en familia en este mundo y los que viven en familiacompartiendo para siempre ya tu Luz inapagable; las semanaso los meses que vivieron aqu los hijos que esperbamos yque no llegaron a nacer. Los esperbamos con gozo y T,Dios que cada maana eres una sorpresa para Ti mismo, nosdiste la sorpresa, dolorosa, de llevrtelos contigo. Gracias portanta vida perenne y gozosa, Seor, Dios de la vida.

    Gracias tambin por la vida que tantos desperdician alo-cadamente...; por la maravillosa e inocente vida que ha sido

    asfixiada hoy, sin ir ms lejos, en esos centros de exterminioque se disfrazan de clnicas. Te pido perdn por ellos y porellas. No saben lo que hacen. Es imposible que lo sepan. Silo supieran, Seor, cmo iban a hacerlo? Si supieran quelo ms importante que ha sucedido y sucede en el mundo,desde siempre, despus de la Encarnacin de tu Hijo, es el na-cimiento de un nuevo ser humano... cmo iban a hacer se-mejante barbaridad?

    Gracias, Seor, por toda la otra vida: animal, vegetal, mi-neral, que tambin es obra de tus manos: gracias por el aguay el pan, por la nieve, la piedra y la estrella, por el mar, la ro-sa y el caballo, por la hormiga y los pinos y el viento, por la fru-ta y las galaxias... por la msica, el romnico, la luz y todo loasombroso que T haces brotar del corazn y de la inteli-gencia de los hombres

    Y, por favor, Seor: que quienes creemos en la vida y laamamos no olvidemos jams, con Rabindranath Tagore: quela vida se nos da y que la merecemos dndola....

    Miguel Angel Velasco

    ORACIONES DE ANDAR POR CASA

    PARA AGRADECER LA VIDA

  • Puedo imaginarme muybien lo que dira un ag-nstico, de inteligencia meri-diana, si le cedieran el lugardel predicador en el plpito elda de la fiesta de santa Te-resa de Lisieux:

    Amigos mos, yo no com-parto vuestras creencias, pe-ro la historia de la Iglesia mees probablemente ms fami-liar que a vosotros, porque lahe ledo, y no hay muchos fe-ligreses que puedan decir lomismo. Si me engao quelevanten la mano los intere-sados! Os apruebo en alabara los santos, y me alegro deque el seor Cura me hayadejado unir mis alabanzas alas vuestras, pero perdo-nad me costara creer que,si han sufrido y han combati-do tanto, sea slo para per-mitiros a vosotros unos re-gocijos a los que no pueden

    asociarse miles de pobresdiablos que no han odo ensu vida hablar de estoshroes y que, para conocer-los, no pueden contar msque con vosotros. Nosotros,los no creyentes, no respon-demos ms que de nuestrosactos y de sus consecuen-cias materiales. La solidari-dad que os liga a vosotros alos dems hombres es deuna clase muy superior. Meda la impresin que ese donde la fe que os ha sido con-cedido, lejos de emancipa-ros, os liga a ellos con lazosms estrechos que los de lasangre o los de la raza. Vo-sotros decs que sois la salde la tierra; pues bien, si elmundo se vuelve inspido, aquin queris que eche lasculpas? Vosotros, cristianos,desde la ascensin de Cristosois aqu abajo su persona

    visible. Reconoced que no esalgo que se note siempre asimple vista.

    Ante vuestros santos, osparecis a esos soldados queestaban esperando la hora delasalto. De repente el coronellevanta su sable, salta por en-cima del parapeto, y empren-de solo la carrera a travs delterreno de fuego gritando:Adelante! Adelante! Mien-tras sus soldados, que siguenagazapados en la lnea departida, electrizados por tantavalenta, aplauden, con lgri-mas en los ojos: Bravo! Bra-vsimo!

    Mis queridos amigos: Sihubirais seguido a los san-tos en vez de aplaudirlos, Eu-ropa, y el mundo, no habranconocido tanta guerra y tan-to desastre...

    Georges Bernanos

    /15el da del seorN 9/3-II-1996

    Evangeliode maana

    Mateo 5, 13-16

    En aquel tiempo dijo Je-ss a sus discpulos: Vosotros sois la sal de latierra. Pero si la sal se vuel-ve sosa, con qu la sala-rn ? No sirve ms que pa-ra tirarla fuera y que la pisela gente.

    Vosotros sois la luz delmundo. No se puede ocul-tar una ciudad puesta en loalto de un monte. Tampo-co se enciende una velapara meterla debajo del ce-lemn, sino para ponerla enel candelero y que alumbrea todos los de casa.

    Alumbre as vuestra luza los hombres para quevean vuestras buenasobras y den gloria a vuestroPadre que est en el cielo.

    Vosotros sois la sal de la tie-rra. No habis de tener in-ters solamente de vuestrapropia vida, sino de la de toda latierra. A vosotros no os envo, co-mo hice con los profetas, a dos ciu-dades, ni a diez, ni a veinte, ni si-quiera a una sola nacin. No.Vuestra misin se extender a latierra y el mar, sin ms lmites quelos del mundo mismo. Y a una tie-rra que hallaris mal dispuesta. Enefecto, por el hecho mismo de de-cir: Vosotros sois la sal de la tie-

    rra, el Seor les hizo ver que lahumanidad estaba inspida y po-drida por sus pecados. No pen-sis dice el Seor a sus discpu-los que os lanzo a combates sinimportancia y que os encomien-do negocios de poco ms o menos.No. Vosotros sois la sal de la tie-rra. Pues qu? Curaron losapstoles lo ya podrido? De nin-guna manera. Lo ya corrompidono podemos recuperarlo por mssal que esparzamos encima. Tam-poco hicieron eso los apstoles. Lo

    que el Seor renovaba y a ellos en-tregaba, lo que l libraba del malolor de la podredumbre, eso sala-ban ellos, conservndolo y man-tenindolo en la novedad que delSeor haba recibido. Porque li-brar de la prodedumbre de los pe-cados fue hazaa exclusiva deCristo; hacer, empero, que loshombres no volvieran a pecar fueobra del celo y trabajo de sus aps-toles.

    San Juan Crisstomo

    La sal de la tierra

  • 16/ races N 9/3-II-1996

    Las tres dicesis de la Provincia Ecle-sistica de Madrid han promovidouna bella publicacin para dar aconocer el rico patrimonio artsticode nuestra Iglesia madrilea. Setrata de sencillos cuadernillos con ilustra-ciones a todo color, el primero de los cualesya ha sido editado, bajo el ttulo de Fe y cul-tura de la Provincia Eclesistica de Madrid.En su presentacin de la obra, el arzobispo

    metropolitano, monseor Antonio MaraRouco, recuerda cmo la importancia de lavida religiosa de Madrid, desde que fue de-clarada dicesis sufragnea de Toledo, ha si-do, por su carcter civil de capital del Reinoa partir de 1561, tan rica en aspectos cultu-rales, que Madrid se ha convertido en cen-tro y eje para comprender la Historia de Es-paa. Cultura tan ntimamente ligada al hu-manismo cristiano, que su proyeccin fue

    Cuando la fe se hace c

    Renacimiento: Anunciacin. Retablo Mayor, iglesia parroquial de Horcajo de la SierraBarroco: Retablo Mayor, iglesia parro-quial de Colmenar Viejo

    Gtico: Retablo Mayor, iglesia

  • /17racesN 9/3-II-1996

    eminentemente evangelizadora para granparte del mundo.

    El Siglo de Oro espaol tiene su cuna enMadrid y sus caractersticos representantes oson clrigos o personajes vinculados estre-chamente al culto religioso. El lector podrseguir con sencillez rigurosa, la evolucin his-trico-cultural y religiosa de aquella villa en laEdad Media que, a travs del correr de los si-glos, ir mostrando su sentir y forma de vi-vir la fe que se plasmar en este Patrimonioque es digno de admiracin tanto de nativoscomo de forneos.

    En estas pginas de Race sofrecemosuna muestra que sirva de recorrido visual porlos distintos momentos de la historia de la fedel pueblo madrileo, una fe que se hizo cul-tura de modo admirable en los siglos pasa-dos, dejndonos un riqusimo patrimonio, yque sin duda es un reclamo para la fe de loscristianos madrileos de hoy.

    Romnico: bside, Monasterio de Santa Mara de Valdeiglesias

    Contemporneo: Iglesia parroquial de Nuestra Seora de Guadalupe

    Contemporneo: Santa generacin, JosLuis Snchez. Iglesia parroquial de Santa Anade Moratalaz

    Renacimiento: Piedad. Retablo de la Ca-pilla del Obispo (detalle)

    cultura

    a parroquial de Robledo de Chavela

  • Ante todo tengo que decir acla-ra que yo no tengo una es-pecial responsabilidad en lapreparacin de este Congreso. S pre-par para la Comisin Permanente lasprimeras ideas que nos permitieran re-flexionar y darle forma; pero luego hasido la Secretara General quien se en-carg de hacer las ltimas precisionesy los planteamientos definitivos.

    Qu se quiere que sea este con-greso?

    Este proyecto ha quedado defi-nitivamente encuadrado en el marcode la preparacin de la Iglesia espao-la para celebrar el inicio del tercer mi-lenio cristiano. Cada cosa llega en sumomento y en el contexto de unosacontecimientos determinados. Porotra parte, no queremos sobrecargar elcalendario de celebraciones extraordi-narias.

    Estamos convencidos de que, devez en cuando, en la vida moderna, ha-cen falta estas celebraciones colectivas,solemnes, extraordinarias, que aviveny fortalezcan la conciencia de los queparticipan en ellas, y recuerden lo queellas significan ante la sociedad en ge-neral.

    En concreto, los obispos, mayorita-riamente, quieren que este Congresode Evangelizacin sea, por s mismo,un acto de evangelizacin, un anunciode Jesucristo, del Dios de la salvacin yde la salvacin de Dios, a toda nuestrasociedad espaola, precisamente en losfinales de este siglo y en el umbral deltercer milenio.

    OBJETIVOS DEL CONGRESO

    Qu objetivos persigue? Ya quedan dichos, o por lo me-

    nos insinuados, en lo que precede.Queremos que sea:

    respaldo y aliento para cuan-tos ahora mismo trabajan en la evangeli-zacin de los diversos sectores de nuestrasociedad (jvenes, enfermos, ancianos,marginados, pobres, descredos, etc);

    lugar de encuentro y enriquecimien-

    to para todos los grupos y proyectos deevangelizacin;

    altavoz nacional de la evangelizacin,del anuncio de Jesucristo y del Dios de la sal-vacin;

    invitacin a todos los hombres debuena voluntad para que se acerquen aCristo y a la Iglesia en busca de la ver-dadera salvacin y de inspiraciones es-timulantes, liberadoras, portadoras deverdadera humanidad y de esperanzafirme de salvacin; convocatoria a todos los cristianospara celebrar el fin del segundo milenioy preparar el ingreso en el tercero conrenovada fidelidad y firme confianza.El tiempo pasa, pero Cristo permanece.Y la Iglesia con l mientras el mundodure.En qu fase de preparacin se en-cuentra? No lo s muy bien. Creo que porparte de los organismos de la Confe-rencia estn ya aprobadas las lneas ge-nerales del congreso. Me parece que esla Secretara General quien tiene quepresentar la composicin de una pe-quea comisin operativa que, una vezaprobada por la Comisin Permanen-te, ser la que ponga en marcha los pre-parativos inmediatos.

    UN PERODO NUEVO

    Cmo ve el momento actual de laIglesia en Espaa? Lo veo difcil por muchas razones.Sentimos fuertemente la debilidad in-terior de la Iglesia por falta de voca-ciones para la vida religiosa y para elministerio sacerdotal.

    Veo que la cultura del descreimien-to se ha ido instalando poco a poco enmucha gente, con entera normalidad.El fenmeno del disentimiento se haestabilizado tambin en no pocos cl-rigos, religiosos, religiosas y fieles. Noacabamos de conseguir en nuestra Igle-sia un tono vital de unidad, alegra,confianza, vitalidad misionera.

    Pero, a la vez, es cierto que hemosdado muchos pasos adelante, tenemos

    una visin ms clara de lo que hemos de ha-cer, hay mucha gente que trabaja con fideli-dad, constancia, y abnegacin, por todas par-tes hay grupos de jvenes y de familias cris-tianas que viven su vocacin cristiana con

    18/ espaa N 9/3-II-1996

    MONSEOR SEBASTIN, A ALFA Y OMEGA: NUESTRA IGLESIA PREPARA SU CONGRESO NACIONAL

    Ha comenzado un perodoLa Iglesia catlica en Espaa prepara un gran congreso en el que va a someter a anlisis detenido y profundo su realidad actual.

    Hemos hablado con monseor Fernando Sebastin Aguilar, arzobispo de Pamplona y vicepresidente de la ConferenciaEpiscopal, a quien inicialmente los obispos encargaron unas primeras lneas generales de preparacin de tan importante

    asamblea eclesial:

    TENEMOS LA VISIN

    MS CLARA

    DE LO QUE HAY

    QUE HACER

    Y MUCHA GENTE QUE TRABAJA

    CON FIDELIDAD

    Y CONSTANCIA

  • ilusin y generosidad; los seminarios y no-viciados poco a poco se van repoblando ynormalizando. Hay muchos signos de queha comenzado un perodo nuevo, en el que,sosegadamente, nuestras Iglesias viven yanuncian el Evangelio de la salvacin deDios.

    Ve signos de renovacin en nuestraIglesia?

    S, los veo, y muchos. La llegada de unnuevo Nuncio y los nombramientos de losnuevos obispos nos ayudarn a seguir en es-te camino. Pero la renovacin de la Iglesia vie-ne por caminos ms profundos y mucho msamplios: la conversin sincera de las perso-nas, el buen tono espiritual de las comunida-des cristianas y religiosas, el trabajo humildey tenaz de cada da, la educacin religiosa ycatequtica de los nios y jvenes, la atencinamorosa a los pobres, ancianos y enfermos, lasolicitud sincera por los marginados, los pre-sos, enfermos terminales, inmigrantes, etc. Entodas partes las comunidades cristianas, gran-des o pequeas, tratan de centrarse en lo fun-damental de la vida cristiana, tanto en la vidapersonal y sacramental, como en el servicioal prjimo. Eso es fuente segura de renova-cin y de fecundidad; por otra parte, a pesarde algunas estridencias, todo esto se hace conun espritu sereno de unidad y comunin, sinhacer ruido, pero con una grande constancia ysinceridad.

    A su juicio, los medios de comunica-cin favorecen o dificultan este resurgir denuestro catolicismo?

    La Iglesia utiliza profusamente los pe-queos medios de comunicacin, hojas, pe-queos peridicos, radios locales, etc. Noscuesta ms trabajo entrar y actuar en los gran-des medios nacionales. Pero es que a los due-os y dirigentes de estos grandes medios tam-poco les interesa la temtica religiosa; piensan

    que no vende, que no interesa al pblico, queno va de acuerdo con las grandes tendenciasdel momento. No s quin tendr razn.

    Yo soy partidario de la existencia de algu-nos medios catlicos, en la medida en que sepueda, porque garantizan mejor la libertadde intervencin para hablar de las cosas dela fe y de la Iglesia, sin manipulaciones deninguna clase. Pero, a la vez, soy decidida-mente partidario de la presencia de buenosprofesionales cristianos en los otros medios

    comunes y abiertos, oficiales y privados, quesean capaces de hacerse valer por su gran pro-fesionalidad y, a la vez, tengan el valor y ladecisin de hablar y actuar en catlico de ver-dad, en las cosas fciles y en las difciles. Loestamos deseando, impulsamos lo que pode-mos, pero son muy pocos los que se decideny se preparan. Hay muchos intereses, muchaspresiones y muchos miedos.

    Jos Antonio Ullate

    /19espaaN 9/3-II-1996

    Juan Pablo II, en una de sus visitas pastorales a Espaa

    NO ACABAMOS

    DE CONSEGUIR

    UN TONO VITAL

    DE UNIDAD, ALEGRA

    Y ESPERANZA

    nuevo en la Iglesia espaola

  • En los pasillos de una casade peregrinos, en Roma, elnuevo obispo de Macedo-nia se encuentra con muchoscompatriotas suyos que no levean desde hace aos. La gue-rra nos ha dispersado a todos,me dice un sobrino suyo. La actual situacin de supas es la de una paz estable ybien asentada, o la de una pazdebil y forzada? Lo nico que puedo decir, da-do que debo ser extremadamen-te prudente al hablar de esteasunto, es que en ningn aspectode la vida se respira normalidad.Hay una enorme tensin polti-ca que repercute en una tensinque abarca todos los aspectos dela vida. Tambin entre los mismoscristianos? Polticamente hay grandes di-vergencias entre los cristianos,pero se da una convivencia pac-fica. No es una situacin particu-larmente negativa, pero tampo-co positiva. Entonces, un gran reto parala misin de la Iglesia... La Iglesia se est volcando pa-ra ayudar a todo el pueblo. Evi-dentemente desde la urgencia, enuna situacin de tanta precarie-dad y miseria, de una ayuda ma-terial, fundamentalmente con lasgentes del sur. Pero esta avalan-cha de solidaridad debe ir acom-paada de un rearme moral, quees an ms necesario. Cul es la situacin ahora desu dicesis? Despus de haber trabajadocuatro aos en Albania con otrosacerdote, el Papa me ha devuel-to a mi dicesis de origen, ahoracomo obispo. Vuelvo obedientey esperanzado. La dicesis queel Papa me ha confiado es ms omenos de un milln de habitan-tes, la mayora albaneses, y contan slo 60.000 catlicos. El restoson, fundamentalmente, musul-

    manes. Tengo una enorme con-fianza en los sacerdotes, cuyopromedio de edad es de 30-35

    aos y cuya entrega es ejemplar.Yo soy el mayor de la dicesis.Tambin estn surgiendo mu-

    chas vocaciones femeninas parael apostolado. Adems de las 23parroquias, los pocos sacerdotesde la dicesis, unos cincuenta,han de atender a muchos feligre-ses emigrantes. Qu siente hoy, que el Papale ha consagrado obispo? Siento a la Iglesia universal, laIglesia de Cristo, que nos apoya,nos ayuda, nos quiere, est pen-diente de nosotros. Qu les pedira a los catli-cos espaoles? Que estn unidos a nosotrosen la oracin. Que pidan a Diosque nos ayude a ser capaces dedar testimonio de Cristo entrenuestros hermanos ortodoxos es-lavos y musulmanes. Tambin,que busquen los medios para po-der socorrernos, por lo que les es-tamos agradecidos uno a uno. Ypido a los lectores de Alfa yOmega que tambin ellos seantestigos del Evangelio all dondeestn.

    Manuel M Bru

    20/ mundo N 9/3-II-1996

    MONSEOR SIPI, NUEVO OBISPO DE MACEDONIA:

    Pido a los espaoles oraciny solidaridad para nuestro pueblo

    El mismo da que es consagrado obispo por Juan Pablo II, habla para Alfa y Omega monseor Marko Sopi, de la dicesis de Skopje-Prizren, que ocupa toda la Macedonia y parte de Kosovo, en la antigua Yugoslavia.

    Con fronteras casi siempre identificadas y par-tes de su territorio bajo soberana blgara,griega y serbia desde 1913, la parte de Macedo-nia correspondiente a la antigua Yugoslavia pro-clam su independencia en 1991.

    Este nuevo Estado encara desde entonces mu-chos problemas: tanto en sus peculiares relacionesexternas, como en su situacin interior.

    Reconocida en su momento por Turqua, Bul-garia, Eslovenia y Croacia, Macedonia hubo deaguardar una homologacin internacional que sepostergaba por la actitud contraria de Grecia, cu-ya hostilidad, que reflejaba su temor a un eventualnacionalismo macedonio en el interior de la pro-pia repblica helnica, fue compensada en 1993por la admisin de la Antigua Repblica Yu-goslava de Macedonia en la ONU. En octubrede 1995, se llega a un acuerdo con Atenas, supri-miendo de la bandera macedonia el Sol de Ver-gina, smbolo de Grecia, que por su parte levant

    el embargo comercial que mantena contra estarepblica exyugoslava.

    Los mayores problemas de la actual Macedoniaremiten a su compleja situacin interna. La habi-tan ms de un milln de macedonios de origeneslavo, medio milln de albaneses que son ma-yora en el oeste de la repblica, limtrofe con Al-bania y la provincia serbia de Kosovo, cien milturcos y minoras gitanas, serbias y blgaras, en-tre otras.

    Las condiciones de vida son muy difciles, yla tasa de paro es superior al 30%. Las diferenciastnicas tienden a acentuarse a medida que se de-teriora la realidad cotidiana. Si no encuentra unapronta salida a la axfisia econmica que padece, elriesgo de enfrentamiento civil crecer, y con ellosufrirn nuevas y grandes amenazas para la paz enla torturada regin europea de los Balcanes.

    Carlos Bru Alonso

    El polvorn de Macedonia

  • Diez aos despus de ha-ber escrito El nombre de larosa, Umberto Eco havuelto a llamar a las puertas deun convento. En esta ocasin laescena no se ambienta en el Me-dievo. Nos encontramos en la Ro-ma de vsperas del ao 2000, enVilla Malta, la sede de la re-daccin de la Civilt cattolica, elrgano cultural ms prestigiosode la Santa Sede, dirigido por losjesuitas. En Roma todos los va-ticanistas saben que los borra-dores de la revista son ledos yaprobados por la Secretara deEstado. El escritor y semilogode la Universidad de Bolonia pa-rece estar recorriendo un caminode conversin. Una carta enviadapor el mismo Eco al crtico lite-rario de la revista, el padre Fer-nando Castelli, parece avalar lasospecha de que el profesor estviviendo una estacin de interspor los problemas relacionadoscon la fe cristiana.

    En todo caso, los redactoresde la Civilt Cattlica desde ha-

    ce algn tiempo han cambiadode opinin sobre el pensamientodel escritor. Hasta el punto dellegar a definir sin miedo al au-tor de Lisola del giorno prima co-mo un hombre en busca deDios. Las seales de esta sedde lo absoluto se pueden en-contrar, segn el padre Castelli ysus colegas de redaccin y reli-gin, en una lectura atenta y pro-funda de sus ltimos escritos, enlos que es posible constatar lasuperacin del nihilismo y delescepticismo de los que estabapreado El nombre de la rosa, suprimer best-seller.

    El prestigioso crtico literarioCastelli no suelta prenda sobre lacarta que ha enviado el semilo-go a los jesuitas. Se trata de unmensaje confidencial, ha decla-rado el padre jesuita a una agen-cia de noticias; me parecera po-co elegante hacerlo de dominiopblico. Lo nico que puedo de-cir es que la ha enviado paraagradecernos las crticas que he-mos hecho a sus libros. Ha apre-

    ciado la seriedad y profundidadcon que se exponen.

    En su juventud, Umberto Ecofue dirigente de la Accin Cat-lica, se vio beneficiado por unabeca de la Conferencia EpiscopalItaliana, y como estudiante en laUniversidad Catlica de Milnse destac por el gran conoci-miento de santo Toms. Eran losaos en los que el nihilismo ha-ba conquistado sus obras y, co-mo es natural, chocaba frontal-mente con la concepcin antro-polgica trascendente de larevista romana.

    No niego ha declaradoahora el padre Castelli que enlos escritos de Umberto Eco elnihilismo y el agnosticismo estnarraigados y que en ocasiones losostente. Pero me parece observarque en Lisola del giorno primaemergen con evidencia las dudasy la nostalgia de quien en el pa-sado fue con seriedad un hom-bre religioso.

    Jess Colina. Roma

    /21mundoN 9/3-II-1996

    Umberto Eco

    oscila hacia Dios?

    HABLA EL PAPA

    LOS MEDIOS:SERVICIO

    A LA CULTURA

    Y LA LIBERTAD

    Los medios de comunicacinofrecen una posibilidad extra-ordinaria para el anuncio delEvangelio, como ya subrayabael decreto Inter mirifica, del Con-cilio Vaticano II. Pero a los pa-dres conciliares no se les ocultque los hombres pueden usarlos medios contra el plan deDios, y subvertirlos. Y cmonegar que esta ambivalencia seha manifestado cada vez ms.

    Bien usados, los medios pue-den dar un servicio inestimablea la cultura, a la libertad y a lasolidaridad. Son un modernoarepago en el que se forjancomportamientos y donde, dehecho, se va delineando unanueva cultura. Puede un cam-po tan delicado quedar privadode reglas y orientaciones ticasy morales? A este respecto elConcilio recuerda que el rectoejercicio de este derecho recla-ma que la comunicacin seasiempre veraz en su contenido.Y se preocupa del modo de in-formar, que debe ser honrado yconveniente, o sea, respetuosode las leyes morales, de los leg-timos derechos, de la dignidaddel hombre.

    Un sector tan decisivo nopuede dejarse a los juegos delmercado. Ha de estar debida-mente tutelado para garanti-zar la democrtica confronta-cin de opiniones, para salva-guardar los derechos de losmiembros de la comunidad,especialmente de los ms j-venes y de los menos dotadosde sentido crtico.

    (28-I-96)

    El escritor italiano Umberto Eco

  • La clase o enseanza de la Religin es unproblema hoy en Espaa. Su actualidadaparece velada por otros aconteci-mientos. Es un problema con aspectos o ele-mentos jurdico-polticos y tambin eclesial-pastorales.

    UN PROBLEMA JURDICO-POLTICO

    El desarrollo normativo de la LOGSE enel punto de la enseanza moral y religiosa(Real Decreto de 1994 y Real Orden de 1995)gira en torno a dos principios:

    El reconocimiento de la clase de Religincatlica segn una interpretacin unilateral delAcuerdo entre la Iglesia y el Estado, de 1979,que rompe el status quo establecido sobre la ba-se del desarrollo administrativo primero de losaos 1980/81; as la clase de Religin queda dis-

    criminada acadmicamente; tanto la asignatu-ra, como los alumnos y los padres de alumnos.

    La formacin tica es obligatoria para to-dos a travs de una asignatura ordinaria enla ESO (Enseanza secundaria obligatoria) y atravs del principio de transversalidad. ElEstado impone los programas y contenidosde esta formacin.

    De acuerdo con la tesis que mantienen elEpiscopado espaol y las organizaciones ca-tlicas de la Enseanza, se ha infringido elAcuerdo Concordatario; se han lesionado losderechos de los padres y de los alumnos; elEstado se ha sobrepasado en su pretensin deinstancia tica obligatoria.

    Son elementos a tener en cuenta en eldebate de la cuestin, y en sus procedimientos:

    el dilogo Conferencia Episcopal-Gobier-no, siempre ofrecido y nunca interrumpido.

    las notas y declaraciones de los distin-tos rganos de la Conferencia Episcopal, y demuchos obispos en particular.

    las Organizaciones catlicas de la Ense-anza y la opinin pblica.

    el recurso a los tribunales. la imposibilidad de acceder a la va di-

    plomtica.

    PROBLEMA ECLESIAL PASTORAL

    Se trata tambin de un problema eclesial ypastoral por el deterioro vertiginoso que su-pone para la enseanza de la Religin; por eldesfondamiento simultneo de la formacinmoral y del clima tico en los ambientes juve-niles; por el problema pastoral, y tambin la-boral, que implica para los profesores de Re-ligin.

    Las soluciones al problema siempre cabenpor diversos caminos: la recuperacin de lava diplomtica? un nuevo consenso poltico? nuevos empeos y acciones pastorales de laIglesia en el campo de la educacin, en con-creto, de la formacin de los profesores de Re-ligin ?

    LAS ENSEANZAS DE LA HISTORIA

    La Iglesia est en la raz misma del naci-miento de Europa. La Edad Media fue untiempo y una cultura de cristiandad, con elmonacato y el Episcopado como vectores in-dispensables. En el Renacimiento se da larevivencia del modelo clsico de la visindel hombre. La Iglesia contina como la edu-cadora de Europa en los pases catlicos y pro-testantes. Los colegios de la Compaa de Je-ss aportan una nueva pedagoga cristiana.La victoria del Estado laicista despus de laRevolucin francesa supone el nacimientodel Estado educador, en dos versiones: lasectaria latina y la pluralista alemana yanglosajona. Ya en nuestro siglo, se da laescuela nica adoctrinadora de los Estadostotalitarios: fascistas, nacionalsocialistas ycomunistas.

    Ante todo ello, la respuesta de la Iglesiaes la de una escuela catlica, creada y fo-mentada por innumerables fundaciones de

    22/ actualidad N 9/3-II-1996

    MONSEOR ROUCO VARELA:

    La enseanza religiosa es vital MIENTRAS NO SE RESUELVA ESTE PROBLEMA, NO HABR RELACIONES NORMALES IGLESIA-ESTADO

    Presente y futuro de la enseanza religiosa en Espaa; su incidencia en las relaciones entre la Iglesia y el Estado es el ttulo dela conferencia pronunciada anteayer, en el Crculo de las Artes de Lugo, por el arzobispo de Madrid, monseor Antonio Mara

    Rouco Varela. He aqu el esquema de su disertacin:

  • nuevas congregaciones religiosas: una escuelapara los nuevos pobres de la masa proleta-ria, para la mujer, para una educacin cris-tiana ntegra. Los conflictos en torno a la es-cuela y educacin religiosa en la escuela es-tatal desaparecen por la va del dilogo y delpacto escolar despus de la II Guerra mun-dial. Queda la leccin de la experiencia to-talitaria del Estado.

    En Espaa, frente al laicismo sectario enla legislacin de la Segunda Repblica, se pro-duce la reaccin confesional despus de laguerra civil. Los nuevos Acuerdos con la San-ta Sede, de 1979 con el trasfondo de la Cons-titucin de 1978, constituyen una buena ba-se para resolver los problemas histricos. Hoycabe el interrogante: Hay va abierta parauna solucin pactada del problema, o se tra-ta de una esperanza frustrada para el futuro?La legislacin posterior, includa la de los l-timos doce aos, no la cierran: se ha inte-rrumpido la nueva andadura, pero no se hacerrrado el camino.

    PRINCIPIOS CRISTIANOS DE LA EDUCACIN

    Los supuestos tericos de una buena doc-trina y praxis de las competencias educativas,en el contexto de una recta concepcin del Es-tado, han de tener en cuenta que:

    la educacin es y supone un proceso in-tegral e integrador de formacin de la per-sona humana: incluye, por tanto, como bsi-cos, los aspectos ticos y religiosos.

    Los responsables primeros de la educa-cin son los padres y los propios alumnos, ad-quirida su mayora de edad, su autonomapersonal.

    Los primeros colaboradores de la familiason los que ofrece la sociedad misma y ocupanun lugar especial las instituciones religiosas.

    Es singular el papel de la Iglesia catlica,vista desde la fe y desde la historia.

    El Estado tiene un papel subsidiario enuna doble vertiente: en la garanta de que elderecho a la educacin pueda ser ejercido portodos, y en el establecimiento de las condi-ciones bsicas para un desarrollo del sistemaeducativo que est al servicio del bien comn.

    Con respecto a la educacin tica y reli-giosa, la subsidiaridad del Estado es abso-luta: no puede imponer ni puede impedir enel sistema educativo ninguna visin de la vi-da y del mundo.

    Su responsabilidad propia es la salva-guarda del orden pblico y la promocin edu-cativa de los principios y valores del ordenconstitucional.

    Ante la hiptesis de una minora deedad del pueblo y/o de la sociedad, que pue-de aparecer a veces en nuestro horizonte, elpostulado central de una concepcin dinmi-ca del principio de subsidiaridad exige: pro-mover las opciones, tradiciones y cosmovi-siones morales y religiosas del pueblo, den-tro del respeto escrupuloso del derecho a lalibertad religiosa y del fomento de la infor-macin y de la formacin en las artes y en lasciencias.

    CLAVES PARA EL FUTURO

    Las claves actuales tericoprcticas parauna solucin de futuro estn en:

    Volver a la solucin polticojurdica de

    1979, artculos 16 y 27 de la ConstitucinEspaola y a los Acuerdos EspaaSanta Sede.

    La solucin jurdica es impecable en suselementos bsicos. Con un sentido obviode su interpretacin se resolveran los pro-blemas de la enseanza de la Religin satis-factoriamente.

    La solucin social y poltica que la sus-tentaba el consenso necesita un desarrollosocial que incluya a todos los sectores impli-cados de la sociedad, y un desarrollo institu-cional que no tenga miedo al pacto escolar

    Por qu no va a ser posible un encuadreescolar de la clase de Religin que satisfagapor igual: su dignidad y consistencia cientfi-ca y acadmica, su carcter confesional y suoptatividad libre y no discriminada; y quepermita a todos los grupos sociales atender

    escolarmente la demanda de formacin ti-coreligiosa y/o ideolgica de sus hijos?

    Por qu no va a ser posible, ya, garanti-zando a todos la igualdad real de oportuni-dades a familias y a alumnos , la eleccinlibre del tipo de escuela que quieren para sushijos?

    Colocar la cuestin escolar o, lo que es lomismo, las bases del sistema educativo porencima de disputas o controversias de partido.

    Reanudar y vitalizar el dilogo entre todaslas partes, en especial el de la Iglesia y de laAdministracin pblica en el problema centralfundamental de la configuracin acadmicade la clase de Religin.

    Buen punto de partida puede ser la anun-

    ciada intencin de volver a constituir la Co-misin Mixta GobiernoSanta Sede, previstaen los Acuerdos para los casos de dificulta-des de interpretacin y/o aplicacin de losmismos.

    Se trata de un asunto vital para la libertad dela Iglesia: poder llegar con su accin evange-lizadora y educadora de la Fe, sin impedi-mentos, a donde estn sus familias y sus hijosen situacin eminentemente educadora. Im-pedirlo equivaldra a reducirla, en el mbitoeducativo, al recinto de las sacristas.

    No resuelto este problema, y mientras no seresuelva, las relaciones IglesiaEstado no po-drn considerarse ni normalizadas ni satis-factorias, en perjuicio ltimo de la sociedad yde los ciudadanos.

    /23actualidadN 9/3-II-1996

    para la libertad de la Iglesia

  • Cuando Toms de Aquino entra en esce-na, la universidad medieval ya est enmarcha, con sus programas, estatutos,privilegios, normas... Sin embargo, una luznueva llega con l, una luz antigua y joven,porque no es otra cosa que la verdad, a la quesiempre am y sirvi Toms de Aquino. Optpor la verdad, venga de donde viniere, por ladefensa de la razn humana y su capacidadpara conocer la realidad; defendi el recto usode la filosofa en teologa, que en absoluto esaguar el vino de la Revelacin; antes, al con-trario, es reconocer que el Dios revelado en Je-sucristo es el mismo Dios creador de la razn.Un prrafo autobiogrfico de Toms de Aqui-no nos resulta especialmente expresivo: Con-fiando en la misericordia divina yo he asumi-do el oficio del sabio, si bien soy consciente deque sobrepasa mis fuerzas; por ello me he pro-puesto dedicarme a dar razn de la verdadque profesa la fe catlica, conforme a mis po-sibilidades, y a combatir los errores contra-rios.

    Toms parte de una base antropolgica,que sirve de fundamento a todo el procesode su labor universitaria: la condicin racio-nal del hombre. Esta condicin de la natura-leza humana,Toms la ha asumido con todassus exigencias. La Universidad es el lugaradecuado para el desarrollo de la humani-dad del hombre, dirigido por su condicinde ser inteligente, racional; y la racionalidaddel ser humano tiene un centro orientador,designado con la palabra verdad. El ser hu-mano ha nacido para la verdad, en su estruc-tura radical est conformado para apropir-sela intencionalmente y, desde su condicinde ser libre, se siente interpelado para dejar-se modelar y transformar por ella.

    La verdad dice Toms de Aquino tie-ne que ser el fin ltimo de todo el universo, ytodo saber tiene que ocuparse ante todo debuscarla y contemplarla.

    TRADICIN

    La vida de la Universidad es el ejerciciodel ser racional en su bsqueda y compren-sin de la verdad; es siempre una conquistasolidaria, una empresa en comn. Est com-probado que es mucho ms lo que recibimosque lo que cada uno aporta al proceso. Esmuy poco lo que puede uno solo en compa-racin con las exigencias de la verdad. Slodesde la base firme de la tradicin se puededar un paso ms adelante.

    Toms de Aquino trataba de que no se leescapase nada del pasado, de la palabra deDios, de las obras de los pensadores, de los

    filsofos griegos y musulmanes. Prefiri Aris-tteles, pero mantuvo el anhelo de beber tam-bin en las fuentes neoplatnicas. Estudi lospadres latinos, se procur las traduccionesde los griegos, de los documentos de los pri-meros concilios de la Iglesia, nada se le ocul-t de los telogos y escritores medievales, nide los maestros principales de su tiempo. Pue-de decirse que est siempre muy bien infor-mado. Busca la verdad y la busca donde-quiera que se encuentre. Porque, en definiti-va, la verdad, venga de donde viniere,siempre procede del Espritu Santo. Hay se-millas de verdad en todos los pensadores.

    PRESENTE

    La segunda tarea arquitectnica de la uni-versidad est en la transmisin de la verdaden el presente.

    La Universidad est llamada a ser el ae-rpago de encuentro de los hombres, de lasescuelas y de las diferentes visiones de las co-sas. Pero al mismo tiempo se le impone otratarea corporativa, la del encuentro de los doc-

    tos entre s para disputar y comprobar la fir-meza de lo que se ensea y se investiga. Laverdad no se impone desde la autoridad, sinopor su propia fuerza y por su propio peso.

    FUTURO

    La tercera tarea universitaria est orientadahacia el futuro. En Toms se concilian muy bienlas dos tesis que pueden a veces verse comoopuestas: la solidez de los principios y el procesointerminable de la conquista de la verdad.

    El hombre ha nacido para la felicidad, y staconsiste en la posesin gozosa de la verdad, en elgozo de la verdad, segn la expresin de sanAgustn.

    La conquista de la verdad, siendo tarea de laHumanidad en el tiempo, sometida a los errores,dbil en sus procesos, ser una tarea inacabada.Cientficos, filsofos, telogos nunca dirn la l-tima palabra. Alcanzamos la verdad y la verdadnos excede.

    La figura de Toms de Aquino, comprometi-do con toda su persona con la verdad, es todo unparadigma de la compleja tarea universitaria.

    24/ maestros N 9/3-II-1996

    SANTO TOMS DE AQUINO

    Siempre am y sirvi

    Visin de santo Toms de Aquino. Stefano di Giovanni. Pinacoteca Vaticana.(Siglo XV)

  • La Universidad debe ser espejo de la rea-lidad cultural, tribunal de juicio de su orien-tacin y sus desvos, instrumento de promo-cin del bien comn. Son muchos los agen-tes de la vida social. La Universidad es uno deellos, no ciertamente el de menor importancia.La conexin de la Universidad con la vidareal de los hombres, que en Toms de Aquinotiene un testigo ejemplar, hace de la tarea uni-versitaria un instrumento de primer ordenen la construccin de un mundo autntica-mente humano.

    VERDAD Y LIBERTAD

    Construir el hombre, construir la sociedad,llamados a la verdad, es decir, llamados auna plenitud ms all de s mismos, es tareaque sobrepasa la razn y las fuerzas humanas.Por eso, nada es ms razonable que el hombrejustamente siendo hombre, siendo ser racio-nal se abra a Dios en este proceso de cons-truir su vida y la vida de la sociedad. Y la ra-cionalidad del hombre requiere que el procesosea libre, y que llegue libremente a su fin. Elhombre es un ser libre, y la libertad es el gran po-der de promocin y destruccin del hombre.

    El Evangelio de Juan lo haba propuestopara todos de modo admirable y nico: Co-noceris la verdad y la verdad os har li-bres.Toms de Aquino lo experiment demodo excepcional, y es maestro de maestros.Su magisterio se ha prolongado a lo largo desiglos, y es justo afirmar que podemos des-cubrirlo con especial viveza en el magisteriodel Papa actual. Juan Pablo II ha desarrolladode modo magistral el itinerario libre del hom-

    bre hacia el bien, desde la verdad de s mismocomo un itinerante hacia Dios.

    TOMS DE AQUINO, HOY

    En Toms hay algo de valor permanente:una doctrina acerca del hombre, de la cultura, dela sociedad. Su obra y su doctrina siguen en pie.

    La Universidad de masas, como los Esta-dos, olvida a las personas y se ocupa de la or-ganizacin y la burocracia, necesita ingentesrecursos econmicos y se hace mendiga delos polticos, los cuales quieren dominarla.

    En la situacin actual, con sus logros ysus defectos, ambigua y problemtica, qui-z la laguna ms notable y la carencia msradical es de tipo antropolgico. No hay unacomprensin de la racionalidad humana, desu funcin humanizadora e integral. A ellose debe que dos grandes dimensiones delhombre han quedado fuera, reducidas a loprivado: la moral y la religiosa. La moral essolo externa, mera costumbre, la religin escosa privada. Lo racional queda reducidoal campo de los fenmenos observables,cuantificables. Esa razn envilecida es laque se ha aliado a las ideologas, a las dic-taduras, la que se ha prostitudo como au-xiliar de los genocidios y barbaries del si-glo presente.

    La nueva universidad siguiendo las hue-llas de Toms de Aquino tiene que volver arecuperar la fuerza de la razn, la funcin queella tiene al servicio de la inteligencia, la cualtiene como fundamento el ser y la verdad. Ennuestra situacin de eclipse de la razn, y porello de angustia y peligro, Toms de Aquinopuede ser una preciosa ayuda para que laUniversidad recobre su vigencia en la cultu-ra y la sociedad.

    (de la leccin magistral del padre Abelardo Lobato, O.P.,

    en la Universidad San Pablo- CEU deMadrid, en la fiesta de santo Toms)

    /25maestrosN 9/3-II-1996

    Porque me rogaste, carsimo en CristoJuan, que te orientara cmo te conviene es-tudiar para adquirir el tesoro de la ciencia, teaconsejo lo siguiente:

    Que prefieras entrar por los ros, y noenseguida por el mar, puesto que convienellegar por lo ms fcil a lo ms difcil; sta es, por lo tanto, mi advertencia y tumodo de conducirte. Procura ser parco depalabras, y difcil en acudir a lugares de dis-traccin; cuida la pureza de conciencia; no dejes de darte a la oracin; permanece frecuentemente en tu celda,

    si quieres ser introducido en el trato delamor divino; mustrate amable con todos; en nada te preocupes de los hechos delos dems; no seas muy familiar con algunos, por-que excesiva familiaridad engendra el me-nor aprecio y trae consigo prdida del tiem-po de estudio; huye sobre todo el vagar y salir fuera de casa; no dejes de imitar los ejemplos de lossantos y los buenos; no mires quin ha dicho las cosas, sinoque todo lo bueno que se diga, encomin-dalo a la memoria;

    procura entender lo que lees y lo que oyesen las clases; procura cerciorarte en las dudas; y, como quien desea llenar su recipiente,esfurzate por conservar en el archivo de tumente lo que puedas; no persigas lo que sobrepasa tus posibi-lidades.Siguiendo estos consejos, dars y producirsramas y frutos tiles, mientras vivas, en la vi-a del Seor. Si siguieres estos pasos, po-drs llegar a lo que desees.

    (Esta carta se atribuye a santo Toms de Aquino )

    CARTA DE SANTO TOMS A UN JOVEN ESTUDIANTE SOBRE EL MODO DE ESTUDIAR

    Vidriera de Santa Mara Novella. (Florencia)

    a la verdad

  • 26/ la vida N 9/3-II-1996

    Solamente dos eventualidades pueden evi-tar que el cardenal espaol Eduardo Mar-tnez Somalo sea quien d a conocer urbi etorbi el nombre del prximo Papa: que no pue-da hacerlo a causa de grave enfermedad o fa-llecimiento, o que los cardenales reunidos encnclave le hayan elegido a l sucesor de JuanPablo II. Ya fue nombrado por el Papa Ca-marlengo de la Santa Iglesia, es decir, quienasume interinamente en la Santa Sede todaslas funciones desde la muerte del Papa hastala eleccin de su sucesor. Este nuevo cargoque le confa el Papa, de protodicono de laSanta Iglesia tiene entre sus misiones la deanunciar al mundo el Habemus Papam, elnuevo Sucesor de Pedro que ha sido elegidoen el cnclave.El cardenal riojano que ya fue Sustituto en laSecretaria de Estado, tiene actualmente 68aos, y es Prefecto de la Sagrada Congrega-cin para los Religiosos e Institutos de Vidaconsagrada, adems de Camarlengo. Todoello indica la singularsima estima que JuanPablo II siente y demuestra hacia l.

    Documento sobre sexualidadCon todos los tpicos de rigor habitua-les en este mbito y antes de ser co-nocido su texto, el documento sobre fa-milia y sexualidad, que acaba de ser apro-bado por el Pontificio Consejo para laFamilia, ya haba recibido ataques y des-calificaciones que por su apriorismo y sucarencia de fundamento slo descalifica-ban a sus autores partidarios del ms no-civo permisivismo que es la negacin mis-ma de la verdadera libertad humana. To-dos los aspectos sociolgicos, morales ycientficos, adems de morales, del temason abordados en este muy recomendabletexto titulado Sexualidad humana:ver-dad y significado. Orientaciones educati-vas en la familia.Es una trabajo de orientacin realistarealizado con la ayuda de padres y ex-pertos. Pone de relieve la necesidad deque la familia reconquiste la obligacin deeducar integralmente a sus hijos, tareaque no puede delegar del todo a otros.Recuerda que los padres tienen el dere-cho y el deber de seguir la educacin se-xual impartida a sus hijos en las institu-ciones educativas, para la que es im-prescindible utilizar criterios claros. Padresy jvenes han de ser conscientes de queel cuerpo humano no puede entenderseseparado de la persona en su totalidadmaterial y espiritual.

    Reina de la familiaEl Papa Juan Pablo II,aceptando las peticio-nes que le han llegado detodo el mundo desde la ce-lebracin del Ao Interna-cional de la Familia, ha dis-puesto que en las Letanasde la Virgen que se rezanal final del santo Rosariose incluya la invocacinReina de la familia, in-tercalndola entre las in-vocaciones Reina del san-tsimo Rosario y Reinade la paz, para que por in-tercesin de Mara, Madrede Dios en cada hogar bri-lle la luz de su ejemplo ycada familia goce de suproteccin maternal.

    Ahora, muecas monjasYa se sabe que todas estas cosas suelen venir de Estados Unidos. Aho-ra les ha dado por lanzar al mercado toda una coleccin de muecas,hasta dieciocho, vestidas con los hbitos talares de otras tantas rdenes yCongregaciones religiosas catlicas: desde las Carmelitas descalzas y lasMisioneras de la Caridad, hasta las Hermanas de san Casimiro de Chicago.Al parecer, la Nun dolls collection est siendo todo un xito comercial

    El cardenal Eduardo Martnez Somalo, nuevo Protodicono

  • /27la vidaN 9/3-II-1996

    El Ejrcito Nacional deLiberacin Zapatista,que recientemente cele-br el segundo aniversa-rio de su organizacin enMjico, anuncia que esttrabajando en la forma-cin de un nuevo movi-miento poltico de oposi-cin al Gobierno del PRI,que defienda los dere-chos de los pobres delpas. En la foto, una desus ltimas manifestacio-nes, llevada a cabo enCiudad de Mjico.

    Prximarenovacin de cargosen laConferenciaEpiscopal

    La prxima Asamblea ple-naria de los obispos espa-oles, que se celebrar enMadrid del 12 al 16 de febrero,ser electoral. La ComisinPermanente del Episcopadoespaol ya dej aprobado ensu ltima reunin el orden delda de este prximo Plenoepiscopal, as como el proce-dimiento a seguir en la reno-vacin estatutaria de todossus cargos principales, me-nos el de Secretario Generalque monseor Snchez, obis-po de Guadalajara, seguirejerciendo dos aos ms, yaque el cargo de SecretarioGeneral no se renueva cadatres aos, sino cada cinco.

    Han sido reorganizados ya,asimismo, los Servicios de laCasa de la Iglesia que, porcierto, ya ha recibido la pri-mera visita del nuevo Nuncioen Espaa, monseor LajosKada. Por otra parte, los obis-pos espaoles realizarn a lolargo de 1996-97 la preceptivavisita ad limina que todoslos obispos del mundo hacencada cinco aos para informaral Santo Padre sobre la di-cesis que le ha sido confiada.Del 19 al 22 de febrero tendrlugar en Madrid un Congresonacional sobre Pastoral evan-gelizadora, nica accin pro-pia prevista en el Plan pasto-ral trienal de la ConferenciaEpiscopal.

    Ya est aprobado el borra-dor del documento Moral ySociedad que ser someti-do a debate y eventual apro-bacin de los obispos en laprxima Plenaria. Todo indicaque el documento ser unaactualizacin de los dos do-cumentos anteriores de losobispos en esta materia: Ca-tlicos en la vida pblica yLa verdad os har libres.Preparan tambin los obisposun texto para el Jubileo delao 2000, a la luz de la Cartadel Papa Tertio millennio ad-veniente.

    Grficos que hablan por s solos

    La revolucin zapatista

    India Indonesia Pakistn Bangladesh Nigeria Brasil China Estados Unidos Somalia Sudn Afganistan Pakistn Hait Brasil Suiza Espaa

  • La pelcula Seven est llenando los cines.Podra ser por la vibrante puesta en es-cena de David Fincher..., o por el enor-me tirn popular de Brad Pitt... Aunque, des-graciadamente, quiz la razn principal sea elmorbo explotado descaradamente por lapublicidad que despierta su argumento,sobre una serie de atroces asesinatos que secorresponden con l