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AGUSTIN UBIETO ARTETA

EDUCACIoN ABIERTA.26

CONSEJO DE DIRECCION:

Direttor:Agustin Ubieto Arteta, Director del I .C.E.

Vo<'ales:Arana P€rez, Juan.Barrios Ad6n, Crist ina.Bernad Mainar, Juan Antonio.Bueno Garcia, Concepci6n.Escudero Escorza, Tom6s.Estrada Diez, Eugenio.Garc€s Campos, Ram6n.Garcia-Amorena S6nchez, Luis.Gargal lo Sanjoaquin, Manuel.Cim€nez Alvira, Jos6 Angel.Palaci6n Gil . Emil io.Querol Insa, M.u Pi lar.

Redac<'i6n:I.C.E. Universidad de Zaras.oza.

tOS MAPAS HISTORICOS:ANATISIS Y COMENTARIO

Z A R A G O Z A1 9 8 7

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I.S.B.N.: 84-6004803-9

Dep6sito Legal: Z-21 49-86

Cometa, S. A. - Ctra. Castell6n, Km. 3,400 _ Zaragoza

INDICE

Introdurci6n.

I. EL LENGUAJE DE LOS MAPAS HISTORICOS. l 5

l 5I. SIGNOS Y SIMBOLOS DESCRIPTIVOS

a) Punto y cuadrado...b) Figuras geomdtricas. .....:............c) Sombreado.. . . . . . . . . . . . . . .d) Ideogramase) Sfmbolos lineales.......l1R6tulos.. .

2. SIMBOLOS CUANTITATIVOS Y PROPORCIONALES...

a) Figuras bidimensionales y tridimensionales.......b) Grdficas lineales.......

- Gr6fica lineal simple- Gr6fica lineal mriltiple...............- Grdfica lineal compuesta.............- Histograma.. . . . . . . . . . . . . . .

c) Diagramas- Diagramas de columnas.- Rectdngulos divididos.- Cfrculos divididos.....- Estrella de sectores...- Bandas semicirculares.. .. .. .. .. .. ... ..

d) Ideogramas mfltiples.....e) Bloques de tacos.......

l 5l5l6l6t920

2 l

2 l22232324242626262930303233

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3. EL MOVIMIENTO EN LOS MAPAS

a) Flechas...b) Diagramas en estrella..c) Diagramas de radios. . . .. .d) Lfneas de flujo.......e) Manchas..

I I . LA CARTOGRAFIA HISTORICA: TIPOS DEMAPAS Y SU REALIZACION

I. TIPOS DE MAPAS

a) Mapas no cuantitativos...............- Mapas corocrom6ticos...............- Mapas simb6licos...

b) Mapas cuantitativos- Mapas coropl6ticos.- Mapas isocronos.....- Mapas simb6licos...- Mapas de orla........

z.P.EALIZACION DE MAPAS PROPIOS

a) Consideraciones previas- Finalidad-lncalizaci6n, seleccidn y ordenacidn de los datos....- Selecci6n del tipo de mapa.......- Elecci6n del lenguaje cartogrdfico..

b) Fases de reah2aci6n................- El mapa-plantilla........- El mapa-borrador........- El mapa-prototipo.......- El mapa-hist6rico........

33

3435353637

I I I . EXPLOTACION DIDACTICA DE UN MAPAHrsToRrco. . . . . . . . .

I. LOS MAPAS HISTORICOSI ESENCIA Y FUNCIONES.. 75

757-I787980

8 l

a) Qud es un mapa hist6rico.b) Funciones de un mapa histdrico

- Medio de aprendizaje de la historia- Desarrollo del espiritu critico.- Funci6n motivadora.

2. POSIBILIDADES DE EXPLOTACION DIDACTICA .......

a) Descubrir un mapa...... 8l- Aspectos te6ricos....... 8l- Aspectos prdcticos..... 89- Ejemplo. 89

b) Leer un mapa...... 95- Aspecns te6ricos....... 95- Aspectos prdcticos..... 98- Ejemplo. 98

c) Comentar un mapa...... 100- Aspecos te6ricos....... l0l- Aspectos pr6cticos..... ll2- E jemplo 1 . . . . . . . . . . . . . . . . l l 2- E jemplo 2 . . . . . . . . . . . . . . . . 120-E jemplo 3 . . . . . . . . . . . . . . . . 140

d) Datar un mapa...... 157- Aspectos te6ricos....... 157- Aspectos pr6cticos..... 159- E jemplo 1 . . . . . . . . . . . . . . . . 159- E jemplo 2 . . . . . . . . . . . . . . . . 16 l

e) Preguntar a un mapa.... 170- Aspecos te6ricos....... 170- Aspectos pr6cticos..... 172

75

39

39

40404 l4343454750

50

52525962656565677072

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3. LA CARTOGRAFIA EN IMAGENES.

a) El medio a utilizar...... 177b) Er comenurio base;; ; ; ; ; ; . . . . . . . . . . . . . . . . 178c) El gui6n literario....... 178d) El gui6n tdcnico.. .. .. . . I 80e) la producci6n.. . . . . . . . . . . l8 lf) Ejemplos prdcticos de gui6n tdcnico........ .. l8l

- E jemplo 1 . . . . . . . . . . . . . . . . 185-E jemplo 2 . . . . . . . . . . . . . . . . 202

172174

t76

INTRODUCCION

Enseflar Historia no consiste s6lo en repetir historias. A nadie se le

oculta que el proceso es mucho miis complcjo. Como tampoco la prepa-

raci6n dcl futuro profesor de historia consiste fnicamente en suministrarle

conocimientos hist6ricos m6s o menos profundos, en virtud del nivel

cducativo en el que va a ejcrcer su vocaci6n; supone tambiin la profun-

dizaci6n y el adiestramiento en los mils variados aspcctos de su diddctica.

A estas alturas, creo supcrada la pugna enuc aquellos para los quc lo

inportantc es saber algo que transmitir y quiencs dcficndcn quc lo primor-

dial cs sabcr comunicar, con indepcndencia dc la matcria, como sc ha rs-

cogido cn algunas pdginas imprcsas.

En dclinitiva, cl equilibrio se impone y, como ya hemos sefralado cn

otras ocasiones, <importa mucho saber qul va a ser enseflado, pero no

menos por qui cnscflar, a quiin enseflar y, sobre todo, c6mo enseflar. El

qud y el c6mo se convicrten, sin duda, en cuestiones capitales de todo

proceso diddctico, en tanto el porqud y el a qui6n matizan y mediatizan a

aqu6llos>.

- Si la falu o deficiencia de los conocimientos propios de la ma-

tcria podrfa dificultar seriamente la tarea docente, la carcncia de formaci6n

didilctica resta asimismo posibilidades de €xito a los futuros profesorcs,

cxigiindolcs una constante y costosa tarea de autoformaci6n posterior en

este terreno.

Sin cmbargo, las didiicticas especiales, entre ellas la de la Historia,

no han gozado dc gran predicamento en nuestro pafs, en el que la Uni-

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vcrsidad, autdntico lugar de profundizaci6n en la adquisici6n de conoci-

mientos y conceptos, falla en la formaci6n diddctica de la gran mayorfa de

los estudiantes que pretenden dedicarse a la docencia de una materia con-

creta.

Algo tan elemental como el conocimiento de los m6todos didiicticos,

de las t6cnicas diddcticas y de los modos de presentacidn son desconocidos

o, lo que es peor, denigrados por muchos docentes. Como es inverosimil

que se pueda ser profesor sin dominar determinadas t6cnicas instrumenta-

les sobre cartografia hist6rica, comentario de textos, gr6ficos y estadisti-

cas o lectura e interpretaci6n de im6genes grdficas de todo tipo (etnogr6fi-

cas, fotogriificas, arqueol6gicas, erc.). Tampoco se concibe c6mo se puede

pretender la transmisi6n hist6rica sin la adquisici6n de los m6s elementa-

lcs conocimientos y destrezas para elaborar los materiales didilcticos que

su docencia especffica requiere. Y, sin embargo, lales evidencias y pretcn-

siones Son reales, cOmo hemos pOdidO Cgnstatar en numerosas y reitera-

das ocasiones.

La explicaci6n es bien sencilla. Si en el caso de quienes pretenden ser

profesores de ensef,anza bSsica se procura ofrecerles una doble formaci6n

cient(fica y didiictica, en el de los docentes de los niveles medio y superior

la realidad es bien distinta. Basta repasar, para darse cuenta de ello, los

planes de estudio de nuestras facultades de Historia para dane cuenta del

divorcio existente entre esos planes y la actividad docente a la que estiin

abocadoS sus alumnos. En encuestas obtenidas entre licenciados de las

riltimas promociones, cerca del 80 Vo de ellos manifiestan su deseo de

convertirse en futuros profesores, bien por vocaci6n bien por necesidad, al

no ofrecer la carrera una gama suficiente de salidas profesionales.

Pero si el simple repaso de los planes de estudio pone de manifiesto

una carencia casi absoluta de formaci6n diddctica, las encuestas realizadas

rarifican no s6lo la existencia de tal laguna, sino rambifn la falta de

enseflanzas priicticas dentro de los planes actualmente existentes.

- Mas a esta realidad se le viene a sumar otra evidencia no menos

il

alarmantc: la carencia de didactas especiales, aunque si los haya generales.En otra ocasi6n, creo haber escrito que <aceptar o no que el qud y el c6moenseflar se hallan intimamente relacionados no es cuesti6n baladi. Defen-dcr a ultranza que lo importante es saber enseflar con independecia de quese domine o no la materia conespondiente, puede llegar a constituir unautdntico fraude. Porque diffcilmente se podr6 aplicar un juego para pro-fundizar en los matices de un idioma si no se domina ese idioma: dificilmentc se podr6 profundizar en la mddula de un texto literario si no sedomina la casufstica de la lengua propia; dificilmente se podrii extraer laenscfranza hist6rica de un paisaje humanizado o de un archivo si no secuenta con los conocimientos socioecon6micos suficientes o con las mf-n irnas aptitudes metodol6gicas>.

- Fallan los planes de esrudio y faltan profesores de diddcticas espe-ciales, o viceversa. Son dos evidencias inefutables. Pero el caso es quetambidn vivimos una carencia casi absoluta de aportaciones bibliogriificasen este tcrreno, salvadas las naturales y aisladas excepciones. La lista decstas carenc ias serfa interminable.

Se ha investigado y escrito poco sobre el desanollo cunicular de laHistoria, asf como sobre el papel que, en la did6ctica de esta materia,rcpresentan las mal denominadas ciencias auxiliares; prdcticamente nadasobre la Historia sin textos: escasamente sobre los testimonios hist6ricossonoros, fotognificos y cinematogrilficos. Faltan trabajos sobre el comen-tario de la obra artfstica, sobre la utilizacidn de la prensa como recurso

didiictico en Historia, sobre la explotaci6n did.4ctica de museos y archivos,sobre el entorno como recurso diddctico en Historia, o sobre realizaci6n,comentario y utilizaci6n de griificos y diagramas. Algo mds hallamos so-brc cl comenurio de textos hist6ricos, incluida nuestra propia aportaci6n.

- Mas existe un tema accrca del cual la penuria es total: la realiza-ci5n, comcntario y explotaci6n de mapas hist6ricos. Algo inconcebiblecuando estamos llegando al umbral del siglo XXI. Analizar las causas decllo podrfa resultar aleccionador.

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El presente libro, que no tiene vocaci6n pionera ni pretensiones depcrfccci6n, tan s6lo intenta provocar reacciones que supongan avances en

el campo de la cartografia histdrica, tal como ocurriera en el caso del co-

menhrio de textos.

Como se dice en las pdginas que siguen, <la cartografia hist6rica no

ha atrafdo excesivamente la atenci6n de los historiadores, en general, y de

los espafloles, en particular.

Por otra parte, los investigadores del acontecer histdrico no suelcn

scntir la nccesidad, en la mayor pafle de los casos, de presentar cartogr6fi-

camente el resultado de sus estudios, de modo que, los atlas al uso, al

funcionar como compendios o antologias de mapas, dificilmente inco4po-

ran algunos que vayan mr{s alld del t6pico.

En tcrcer lugar, la carencia apuntada de didactas en materia histdrica

ha dado origen a una absolula falta de sistematizaci6n en todo lo concer-

nicnte a los mapas histdricos como instrumentos de aprendizaje, mucho

mds que cn los casos del texto hist6rico, el entorno, la prensa o la obra

artistica, campos en los que la bibliograffa, con mds o menos consisten-

cia, es relativamente abundante>, aunque falta todav(a mucho por hacer.

- La prcsente aportaci6n a un campo tan AesasistiOo como el de la

cartografia hist6rica constituye una mezcla de reorganizaci6n de cosas miis

o mcnos conocidas y de incorporacidn de propueslas nuevas, surgidas es-

tas dltimas de la propia experiencia acumulada a lo largo de varios afros

de caminar por las rutas de la diddctica histdrica.

El primcr capitulo, dcdicado al <lenguaje de los mapas hist6ricos>,

cs, quiziis, cl miis conocido, aunque generalmente de una manera asiste-

nr/rtica. Se trata de mostrar c6mo hablan los mapas a traves de un c6digo

. cspccial dc signos y simbolos, signos y sfmbolos que, si son corrientes

cn la cartograt(a gcogrdfica, no lo son tanto en la hist6rica, de ahf que,

apartc dc rccordarlos y sistematizarlos en funci6n de la Historia, hemos

l 3

intentado adecuarlos, mediante ejemplos concretos, d las necesidades deexpresi6n de esta dltima disciplina.

En el capitulo segundo, se abordan dos aspectos relacionados entre si:los <tipos de mapas y su realizaci6n>>. La primera parte, basada en ejem-plos concretos, como es norma de toda la obra, constituye tambi6,n un in-tento sistematizador de lo ya conocido, aunque con aportaciones propias;la segunda, la referida a la <realizaci6n de mapas propios>>, supone la na-rraci6n y ofrecimiento de una tdcnica personal, con la cual se han reali-zado varias series propias de mapas hist6ricos, sobradamente conocidrs.

El capftulo t€rcero constituye una aportaci6n absolutamente personaldcstinada a la <<explotaci6n diddctica de un mapa hist6rico>, en la que,aparte de hablar de la <<esencia y funciones> de los mapas, se abordan endetalle las distintas posibilidades que esta actividad did6ctica plantea, des-velando, paso a paso, c6mo descubrir, leer, comentar, datar y preguntar aun mapa hist6rico, para finalizar con una propuesta de conversi6n en im6-genes diniimicas, en cine y video, el resultado de un comentario carto-grdfico.

Ahora bien, la propuesta de rabajo que estas p6ginas comportan nopretende ser fnica ni exclusiva. Ni tampoco la mejor posible. Se trata deuna aportaci6n personal que podrd satisfacer o no las expectativas existen-tes en un terreno en el que, al menos por ahora, pocos se han com-prometido.

Adelantindome a previsibles y razonables reacciones, anticipard eneste momento un pdnafo que aparece en el lugar dedicado al <(comentario>cartogrdfico: <Conviene adelanmr que no existe un modelo ni prototipo decomenl.ario de mapas hist6ricos. Estos, como ocurre en el caso de lostextos, son lan variados que cada uno de ellos exige un enfoque distinto.Recudrdense estas palabras porque, si, en un intento de ayudar a quienesdan sus primeros pasos en el comentario cartogr6fico, damos algunasindicaciones que ayuden a ello, €stas nunca deben ser tomadas como unaplantilla o norma aplicables a cada mapa posible. Esta advertencia, puesta

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de manifiesto en su dia con motivo del comenmrio de tcxtos, parccc noscr tcnida en cuenla por algunos lectores, achacando, a quien solo prctcndcproporcionar ayuda, intenciones que no son ciertas. No existcn plantillas,

si ayudas>.

La puesta en prdctica del contenido e ideas de las pdginas que sigucnrequiere saber previamente que va a ser enseflado del conocimiento hist6-rico; su pretensi6n no es otra que la de facilitar el c6mo pucde ensefrarsc.

I . EL LENGUAJE DE LOS MAPAS HISTORICOS

Los mapas hist6ricos hablan mediante un cddigo especial, los llama-dos signos convencionales y sfmbolos, acerca de los cuales no existe nor-ma alguna de utilizacidn.

La variedad de sfmbolos y signos convencionales es inmensa y, sincmbargo, acertar con los adecuados para cada caso concreto es importante,con objeto de facilitar la lectura y la comprensi6n del mapa. Noobstante, incluso en colecciones de mapas debidas a un mismo autor,constituyendo un atlas monogrilfico, la carencia de sistematizaci6n designos convencionales suele ser corriente, hecho que desconcierta allcctor, que espera un mfnimo de coherencia.

Veamos algunas posibilidades de expresi6n, seflalando previamenteque €stas se basan tan s6lo en la utilizaci6n del blanco y negro. La gamase amplia de manera considerable cuando se usan colores.

I. SIGNOS Y SIMBOLOS DESCRIPTIVOS

a) El signo m6s sencillo de expresi6n estd constituido por el puntoy el cuadrado:

b) Las figuras geom6tricas (Grrifico 1), bien s6lidas bien per-filadas ---colocadas lo mds cerca posible de los lugares a los que hacenreferencia- constituyen el c6digo de signos mayoritario, signos quepueden tener significados distintos, a juicio del autor.

Io

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Gr(ftco I

oaoc DOOO€ DCr rtAooaa )'rrl

IXffirrlcaonEErIoLotrNXrllal

t 7t 6

GrQfico2

c) El sombreado o las manchas superficiales (Grdfico 2) sirven pararcpresentar fen6menos que se pueden zonihcar; afectan a comarcas, regio-nes o pafses enteros e indican una cierta homogeneidad.

Cuando en el hecho o idea representados caben matices, escalas o den-sidades distintos no cuantihcables necesariamente, podemos graduar la in-tcnsidad de la mancha, para lo cual se debe acudir a la utilizaci6n de <tra--

mas>, realizadas por uno mismo o adquiridas en el mercado.

d) En los mapas histdricos, siempre que sea posible, debe acudirse alsistema de ideogramas (Gr6fico 3) o ilustraciones m6s o menos esque-mdticas de la idea u objeto a representar.

Algunos de estos ideogramas, por su universalidad, sencillez y fiicilinterpretaciSn se han generalizado m5s o menos. Veamos algunos.

Pcro la fndole del mapa, en cada caso concrelo, exige del aulor un es-

fuerzo en este sentido. Conviene lener en cuenta que en cualquier mapa se

(FUENTE: F.J. MONKHOUSE y H.R. WILKINSON,

Mapas y diaqranas, pag. 70)

ABCDEF

IffiffiIWIm=mffiffiffi=mmmmmmr-lE==mm

tltrIn=SERTES GRADUADAS [.JJ=] n

' - :F t t t t t t t t l

SOMBREADO PROPORCIONAL

l - lI - l

l,-t^--l| ,-{^ll v v v v v l

t Y v y v v l

Em-?l16vo" odl

WW

TT'-T'T'-T'IfT'-r.-i4tl-r'a-'-r-r-t

P--ll o o o l

t . ; ; ll r ' o r r ll^-1',',.i),'4f.) ll {; i,i4

NF"."j-Tlffi

NOEJEMPLOSGRADUADOS

l . . . . l

t....1

1 . . . . ll . o . . 1

--r

L,--J

CONTRASTE

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l 8

acumulan muchas ideas, datos y mensajes distintos, de modo que el idco-grama pucde aligcrar y facilinr la comprensi6n.

GrQfico 3

cruoAoA M U R A L L A D A

NF A B R I C A

F O R T I F I C A O O S S U B L E V A C I O N ,C O N F L I C T O S

Un mapa en el que las distinus producciones econ6micas aparezcancomo un amasijo de simples figuras geom6tricas (Griifico 4) para repre-

scntar cada una de ellas es sicmpre mucho m6s costoso y dificil de <<lecr>

quc aqu6l que las mucstra mediante ideogramas (Gr6fico 5).

I N D . N A V A L

rPUEI iTE

Veamos una posiblegralnas:

l 9

traducci6n del griifico anterior basada en ideo-

rxo..ouiurce rNo.N A V A L

Grdfico 5Ideogramas

I - | l-tY,llIr___r-l | ,F I

P A P E L I N D .uecAt rc rB A T A L L A roLEsrA.

MONA9TEBIO

LINEA FOR-TtF tcAoA

F-rl ^ l

P I E L E 8

MA C E I T E S

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T R A C T O R E S

Grgtco4

F I G U R A S O E O M E T R I C A 9

c-vvP A P E L I N D .

uecirrce

M A T E R I A LF E R R O V I A R I O

Las dos claves anteriorcs de signos convencionales (de figuras geom€-

uicas, por un lado, e idcogramas, por ono) se refieren a realidades y datosidi.nticos. Sin embargo, la dificulrad de lectura es difercnte, lo que impor-

ta mucho desde el punto de visra diddctico. No obstante, la utilizaci6nmasiva e indiscriminada tanto de figuras geomd.tricas como de idcogramaspucdc complicar la visi6n general, por lo que deberd tenderse ala realiza-

ci6n de varios mapas, que pueden aparecer, en tamaflo menor, enfrcnhdos

unos junto a ouos.

e) Interesa, en ocasiones, la uti l izaci6n de simbolos l iterales(Grrifico 6), sobre todo cuando el mensaje del mapa es mriltiple. Ima-ginimonos un mapa econ6mico e institucional.

Grffico 6E

lNo . v l oR lo

0l l {o .

CALZADO

fIl l l

I N D .T E X T I L

eenonrUT lcA

,9.!!

rNo .coNsERv .

L'M A O E R A

Ir N P . S | D E - l N O . M I L I T A RR U R G I C A

G O B I E R N O C O R T E SR E G I O N A L

AUOTENCTA JUZSADOT E R R T T O R I A L

OOBIEFNO OOBIEFNO OBISPADOC I V I L M I L I T A R

l U lS E O E

EPISCOP

E N C L A V Euusut-uir

nIND. QUIMICA

zlperRcileo

0 q R ry FF F 7M A T E R I A I A C € I T E 8F € R R O V I A R I O

T R A C I O F E S

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Con independencia de la base del mapa, que podria estar constituidapor manchas superficiales (para seflalar comarcas, regiones, provincias onacioncs, por ejemplo), la actividad econ6mica podria ser representadamcdiante <<figuras geom6tricas> o <ideogramas>>. En este caso, para repre-scntar el tercer componente, el aspecto institucional, deberfan elegirseconvcnciones distintas que lo individualizaran, por un lado, y que nocntorpecieran la lectura global, por otro.

Normalmente estos sfmbolos literales suelen aparecer concentradoscn cartclas indcpendientes para cada una de las ciudades o localidadcs im-plicadas, situadas en lugares vacios del mapa y unidas mediante lineas alpunto geogriifico correspondiente (Gnifico 7).

GrQficoT

l) Aunque sin abusar de ellos, los mapas requieren a veces el auxiliotlc r6tulos (Gnifico 8), gencralmentc cuando se traLa de hacer referencia apcrsonas, cantidadcs y fechas que deben ser destacadas.

trEEEJ Etrtr

T A R A Z O N A

2 l

GrScoS

2. SIMBOLOS CUANTITATIVOS Y PROPORCIONALES

a) Dentro ya del dmbiro de los sfmbolos cuantitativos y proporcio-nalcs, es decir, no meramente informativos, como los considerados hastaahora, detcngdmonos en las figuras bidimensionales y tridimen-sionales (Grdfico 9). Entre las primeras se encuentran cuadrados, cfrcu-los y triiingulos; entre las segundas, cubos, esferas y pinimides.

Estos sfmbolos se utilizan cuando se trata de representar cantidadesproporcionales enEe sf.

Grffico9

o .-...ooooooo

) o.'-Er,-trxnnl-l [l

c

6

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Supongamos que se desea representar tres cantidades (200, 1.300 y20.000) mediante circulos, cuadrados y tri6ngulos (figuras bidimensiona-lcs) o mediante esferas, cubos y pir6mides (figuras ridimensionales).

* En el caso de las ftguras bidimensionales, hallariamos la rafz cua-drada de las tres cantidades y el resultado (14,36 y 141) represcntaria cldidmetro (para el cfrculo) y la altura (para el cuadrado y el tridngulo) dclas tres figuras proporcionales.

Reduciendo la escala a efcctos de transcripci6n gnifica (14 = 1'4 mm;36 = 3'6 mm; l4l = 14'I mm) obtendremos el siguiente resulrado (Grii-fico l0):

r . )c . z c, oa.

* En el caso de lasfiguras tridimensionales se procede de maneraandloga, con la diferencia de que las cantidades resultantes son fruto de ha-llar laruz cribica de las cantidades proporcionales a representar.

b) Los mapas hist6ricos nos hablan, asimismo, mediante diversos ti-pos de gr6ficas lineales (Grrlfico ll). Se trata de grSficas cartesianas

23

en las que se sitdan punlos diversos entre ejes rectangulares. Las orde-

nadas se miden sobre una escala vertical y las abscisas sobre oua hori-

zontal. Por otra parte, mientras unas miden variables independientes (por

cjemplo, una serie de divisiones temporales iguales), las otras miden va-

riablcs dependientes (valores cuantitativos o proporcionales de un fen6-

meno).

lsdas las gr6ticas lineales pueden ser localizadas y situadas en puntos

concretos de un mapa.

-La grdftca lineal simple, de utilizaci6n corriente en la cartografia

hist6rica, sirve para presentarnos rinicamente una serie de valorcs unidos

por una linea:

-La grdfica lineal mrtkiple (Gr6fico 12) se utiliza m5s en los ma-pas gcogriificos que en los hist6ricos, pero no es inusual, denro de estos

riltimos, cn los de indole econ6mica.

Sc trata, cn rcalidad, de varias gr6ficas lineales simples, cuya contcm-placi6n conjunla pcrmite la comparaci6n directa de un mismo fendmeno

cn divcrsos puntos gcogriificos. Generalmente, por sus dimcnsiones, cstc

GrQfico 10

2 c , o o c

36

30

25

20

15

10

6

17@ 1750 rqro 1800 lg)o le60

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24

tipo de gr6ficas aparecen independizadas dentro de cartelas y separadas,unidas a los puntos a los que se refieren mediante lineas. De esa manera,la superficie del mapa puede recoger oras realidades historicas.

25

Grdfico 13

N U M E R O D E A F l L I A D O S A P A R T I D O S P O L I T I C O SE N U N A L O C A L I O A D D E T E R M I N A D A

s000

4000

3000

2000

1 000

t 9 8 1 1 9 8 2 1 !

EEWMCENT.IZDA CENTRO CENT.OCHA. EXT. OCHA

Grdfico 14

80

7 0

60

60

4 0

3 0

20

1 0

o

clcCD

EXT.

1

ffiT. tzoAE X

=IZCUIERDA

ffiDERECHA

'1965 1S60 1067 1968 19eS 1970 197rttcnrct Papclcs.dc Economia Espaioh, nrim. I, pig. g9.

Crjer dc Ahorros.

1972 1973,197,1

Confcdcraci6n Espanolr dc

-La grdfica lineal compuestct (Gr6fico 13) o <grdfica en cadena>sirve para poner de manifiesto tanto la totalidad como los componentes deuna tendencia de valores, mediante una serie de lineas dentro de un mismomarco grdfico. Su uso es bastante restringido en los mapas hist6ricos,pero se dan algunos.

Por fltimo, entre las griificas lineales m6s utilizadas en la cartografiahist6rica se encuentra el histograma (Grr{fico 14), que sirve para represen-tar frecuencias de hechos o fen6menos concretos en lapsos de tiempodeterminado. Veamos, como simple ejemplo, el caso de las <donacionespiadosas> realizadas por los fieles a San Juan de la Pefla (A) y a la Seo deZuagoza @), a la luz de la documentaci6n medieval publicada:

BA

Grdfico 12

1 983

? F F F F F F F F F F F F

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26

c) Reseflemos, aunque sea de manera sucinta, los diagramas co-mfinmente utilizados en la realizaci6n de mapas hist6ricos.

En efccto, una de las manifestaciones mds completas y complcjas dcllcnguaje empleado en la cartografia hist6rica lo constituyen los diagramascn sus distintas variantes: columnas, rect6ngulos divididos, cfrculos divi-didos, estrellas de sectores, bandas semicirculares, etc.

-El diagrama de columnas (tambi6n llamado <<grdfica de barras>)olrcce una gran variedad de posibilidades de utilizaci6n como lenguajchist6rico. B6sicamente esti constituido por barras o columnas cuyas lon-gitudes son proporcionales a las cantidades que se desean representar.

El hecho de poder rellenar el interior de cada barra o columna consombreados distintos permite no sdlo la comparaci6n cuantital.iva sinotambidn la cualitativa y temi{tica. Es m6s, una barra puede ser simple (yrcprcsenlrr un valor total), pero otra u otras pueden ser compuestas (demodo que en cada una se pueden representar las partes integrantes deltotal).

Las disponibilidades de espacio, o incluso la estdtica, permitcn dise-flarlas con o sin separaci6n entre si, con independencia de que las barrassc dispongan vcrtical, horizontal o piramidalmente (Gr6fico 15, figurasA, B y C, rcspcctivamente).

- Los rectdngulos divididos (Gnlfico 16, figuras A, B y C) se ase-mcjan a los diagramas en columna, s6lo que los valores no se distribuyencn scries. Sus longitudes, tanto en un caso como en otro, son dircchmen-tc proporcionales a los valores que representan.

Por otra parte, los rectdngulos divididos pueden representar bien valo-rcs absolutos bicn rclativos o porcentuales, como ocurre en el caso de lascolumnas.

27

Grdfico 15

P R O Y E C I O g O E L E Y E L A 6 O R A O O S

POR LA8 CORTES€ v o L u c t o N o E L A

P O S L A C I O N

t -4ooool

l_ $ .oooo lt E \ \ l

| -tN**'l| 1 | [NrooooI| | I l \ |

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FRANCIA

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C rNcFEsos y GAsros Mur { rc rpALEs

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|NGRESO9 E7- 19z6Nf l GASTOS

1977

1978

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1903

18A4

1985

5@4{D30m16 0 0

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28

Se trata de una representaci6n gr6fica muy adecuada para el establecl-mienlo de comparaciones paralelas de un mismo fen6meno, en una locali-dad o regi6n, o en regiones o localidades diferentes.

Grdfico 16

APOALACION RURAL Y URBANA

BNIVEL OE I i lSTRUCCION OE

U N A R E O | O T { . x .

cCOMPOSICION POLITICA DEL AYUNTAMIENTO

29

- Los circulos divididos (Grdfico 17) son diagramas porcentualescuando se divide el circulo en cien sectores iguales, es decir, cuando desdecl centro del circulo se divide 6ste en cien dngulos iguales de 3'6 gradoscada uno.

Su funci6n equivale a la del rect6ngulo dividido, aunque aporta unavcntaja sobre 6ste: permite la reducci6n del tamaflo del simbolo sin perderclaridad, por lo cual es m6s utilizado en la realizacidn de mapas hisrdricos(compiirese con el gr6fico 16, figura C).

GrQfico 17

C O M P O S I C I O N P O L I T I C A D E L A Y U N T A M I E N T O

4 6 % 2 8 %

44%

Por otra parte, en funcidn del espacio libre disponible en determi-nadas partes del mapa, los circulos pueden ser mayores o menores, cir-cunstancia que no afwta a los dngulos, por lo que la comparacidn entrecfrculos pequeflos y grandes sigue siendo v6lida e igualmente ilustrativa.

Tambidn se pueden conjugar la proporcionalidad de los distintoscfrculos entre sf con su distribucidn superhcial homogdnea (Gr{fico l8).

IffiNflilbrnu

o o o o o o oo F c o t o oo o o o o o o

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303 l

GrQfico 18

- Cuando se pretcnde comparar, en un espacio geogriffico-histdrico,un hecho o fendmeno cuantificable en tdrminos absolutos durante un nd-mcro relativamente corto de unidades temporales (5/12 aflos, por ejcm-plo), resulra muy ilustrativo recurrir de manera grdtica ala estrella desectores o <margarita> (Griifico l9), bien <simple> (Figura A) bicn<compucsta> (Figura B), como altcmativa al <diagrama de columnas>.

No obstante, conviene advertir que las superficies o 6,reas resultantesno son proporcionales entre si, puesto que la base de comparaci6n es, encada sector, solarnente el radio del cfrculo correspondiente, donde se midela cscala.

- Por iltimo, cnre otros muchos diagramas posibles, aunque pocoutilizirdos cn la cartografia hist6rica, scflalemos las fundas semicirculares(Grifico 20), utilizadars casi exclusivamente con carlrcter porccnl.ual.

Es raro encontrar bandas scmicirculares <simples>, puesto que lacscasa informaci6n proporcionada de ese modo prefiere el <rectiingulo di-vidido> (viase grrifico 16) o el <circulo dividido> (v6anse grd"lcos 17 yl8), mucho mils necesitados de espacio. Sin embargo, las bandas semi-circularcs <compuestas> s( pueden competir con ventaja con unos yotros, pucsl,o quc ahorran espacio cartogrSfico.

Gnlfico 19

'srsAs' RECAUoAoAs PoFLAS CORTES M O R T A N D A D P R O O U C I O A P O R

L A P E S T E

A

Bcuerrie oe los BtENEs eclesrrislrcos

TOOO BEALES

ffi.tl aeHres rrennrffi orezurs y pRrMrcrAs

! r-ruosnrs PoR BULA'E INOULTOS

€ J € } { t L A q i 3p c l t o c t c o

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Gr$ico20

COMPOSICION POLITICA DEL

AYUNTAMIENTO

PROYECTOS OE LEY ELABORAOOS POR

LAS CORTES RECIONALEA

Mff i=Nff i

32

d) Los ideogramas (v6anse gnificos 3 y 5) adquieren carfutst cuantita-

tivo cuando se les considera en grupos homog€neos o cuando algunos de

ellos se representan proporcionalmente de tamaflo mayor que la unidad'

dando lugar a los ideogramas mriltiples. Este tipo de simbolos (v6a-

se grillico 2l) es indicado especialmente en la cartografia diddctica, por su

claridad expresiva y expositiva.

33

c) En muchas ocasiones, la dilicultad de aprecrar el volumen en las

l'iguras uidimensionales (v€anse gr6ficos 9 y 10) se ha tratado de paliar

rncdiante la utilizaci6n de los llamados bloques de tacos, fruto de la

subdivisi6n de los s6lidos geomdtricos en unidades contables (v6ase gd-

fico 22).

Como en el caso de los <ideogramas mriltiples>>, los <.bloques de ta-

cos> son muy indicados en la realizaci6n de mapas cuyo objetivo funda-

mcntal sea el diddctico, puesto que, ademds, permiten fiiciles compa-raciones.

3. EL MOVIMIENTO EN LOS MAPAS

En un elevado porcentaje, los mapas hist6ricos t"ienen cardcter esrd-

tico. No obstante, algunos implican movimiento, expansi6n, peneuaci6n

o direcci6n, como los de fndole belico-militar, algunos lingiiisticos, Ios

de influencia cultural o econ6mica, etc. En todos estos casos conviene

utilizar signos apropiados que denoten o sugieran ese movimiento, lo

cual es dificil, porque los signos en si son estdticos. Veamos algunas po-

sibilidades.

Grdfico2l

/ '

iilr1 26 50 100

trr b,?r.ooo 25.ooo

d- 6-60.qx) 100.0q)

Grdfico22

fl1

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34

a) El signo m6s simple utilizado para indicar el movimiento hori-zontal Io constituye la flecha, signo que, aun sin contar con la ayuda delcolor, se puede multiplicar de manera suficiente en blanco y negro (Gr5-tico 23), incluso cuando se enfrentan dos o tres movimientos, influen-cias, tcndencias o fuerzas contrapuestas, siendo suficiente con elegir paracada uno de ellos una serie homog6nea de flechas:

A, B, C, D, E, F, G, I, J, K,'V, AE (rasgos)H, L, T, W, X, Y, AD, AF, AJ (grafismos perfilados)M, N, N, O, p, Q, Z, AA, AB, AC, AG, AH, Ar (grafismoscompactos)

GrdJico 23

35

No obstante, sc puede utilizar un solo tipo de flecha para cada serie de

l'cnrimcno a reprcscntar, pero en ese caso conviene acudir a la ayuda de los

r<itulos (viase gri{fico 8).

b) Una manera eficaz de indicar relaciones proporcionales, a la vez

quc movimiento direccional, la constituyen los llamados diagramas en

estrella (Gr6fico 24), puesto que, a la vez que indican la intensidad, per-

mitcn sefralar la orientaci6n geogriifica del fen6meno representado.

Grdfico 24

Este tipo de convenci6n es muy adecuado para el tratamiento de lapoblaci6n, en mriltiples facetas; tambi6n para indicar influencias de todaindole (econ6micas, ideoldgicas, sociales, culturales, etc.) en un lugar ozona gcogrdfica determinados. Esa relacidn se puede establecer tanto demancra absoluta como porcentual.

c) El movimiento direccional se puede representar, asimismo, me-diante diagramas de radios (Gr6fico 25), sobre todo cuando se trata demostrar influencias expansivas de car6cter cultural, econ6mico, artfstico,juridico, etc. Mediante los radios, como en el caso del <diagrama de es-trclla>>, se pone en relaci6n el centro emisor con los puntos destinatarios,aunque en esta ocasi6n no se establecen relaciones proporcionales, sinosimplcmcnte tendencias y afi nidades.

- -+A6**1r*flr+r+r*u+l)

DAAAAAAAAAATaiA)

G+)+)))+>))Jr-+or-+r-o+)Mf f i ,o+€r.4af+.)R

{-,AeAsAE qg,'q)

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AAqfiftnfirrf)AD.AG

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3736

Grdfico25

tl) Las dcnominadas lineas de flujo (Griifico 26) no s6lo se usan

para indicar rutas, direcciones y movimiento, sino que' a su vez' merced

al mayor o mcnor grosor dcl trazo, seflalan la importancia cuantitativa'

rclativa o total, del fendmeno representado. Para su realizacidn precisan

un elcmcnlal soporte estadfstico, lo cual limita su utilizaci6n'

Grffico26

FLUJO DEL AHORRO AGRICOLA

e) Por fltimo, tambidn se puede indicar el movimiento mediante la

utilizaci6n adecuada de manchas (Grdfico 27), bien con gamas de coloresbien con tramas en blanco y negro. Si las flechas, por ejemplo, denotan

Grfico27

ETAPAS OE LA POBLACIOi l SANJUANISTA EN LA COMARCA'X '

Iff iff i7-NUCLEO t160/ l le2 1192-t?00 i200-. t210 1210-12l t 1217-1222

ORIGINAL

A

EL ASEDIO DE'X''CUERPOS DE EJERCITO

5 4 3 2 1

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38

una cierta rapidez de actuacidn y poca profundidad o permanencia, las

manchas se utilizan para sugerir expansiones direccionales miis amplias y

permanentes. En ocasiones, incluso, se usan conjuntamente'

. En resumcn, (al como se ha indicado, los mapas hist6ricos se valen

dc un c6digo especial de signos y sfmbolos para proporcionar informa-

ci6n, c6digo consti tuido fundamcntalmente por:

a)

b)

oe)

0s)h)

t l

j)

k)

l)

El punto y el cuadrado.

Las figuras geom6tricas.

El sombreado.

Los ideogramas.

Los simbolos literales.

Los rdtulos.

Las figuras bidimensionales y tridimensionales.

Las griificas linealcs (simples, mfltiples, compuestas e histo-

gramas).

Los diagramas (en columnas, rect"5ngulos divididos, circulos

divididos, estrellas de sectores y bandas semicirculares).

Los ideogramas mriltiples.

Los bloques de lacos.

Los signos que implican movimiento (flechas, diagramas en

esrella, diagramas de radios, lfneas de flujo y manchas).

I I . LA CARTOGRAFIA HISTORICA: TIPOS DE MAPASY SU RBALIZACION

I. TIPOS DE MAPAS

Como se ha indicado, la cartograffa hist6rica no ha atraido excesiva-mente la atenci6n de los historiadores, en general, y de los historiadoresespafr oles, en particular.

Por otra parte, los investigadores del acontecer hist6rico no suelenscntir la necesidad, en la mayor parte de los casos, de presentar cartogrilfi-camente el resultado de sus estudios, de modo que, los atlas al uso, alluncionar como comp,endios o antologias de mapas, dificilmente incorpo-ran algunos que vayan m6s all6 del t6pico.

En tercer lugar, la carencia de didactas en materia hist6rica ha dadoorigen a una absoluta falta de sistematizaci6n en todo lo concemiente alos mapas hist6ricos como instrumentos de aprendizaje, mucho miis queen los casos del texto histdrico, el entorno, la prensa o la obra artistica,campos en los que la bibliografia, con mds o menos consistencia, es rela-tivamente abundante.

Naturalmente que existen y se utilizan los mapas hist6ricos en nues-tras aulas, pero, en general, de una manera asistemdtica, sin convenci-miento pleno de las posibilidades diddcticas que ofrecen y, sobre todo, conuna cierta ausencia de sentido critico acerca de la calidad intr(nseca de cadamapa. No es lo mismo, desde el punto de vista de su explotaci6n did6c-tica, un mapa cuantitativo que otro que no lo sea. Comenzar por distin-

La utilizacidn adecuada, en cada caso concreto, de esta gama de sim-

bolos vincula no s6lo la calidad del mapa histdrico sino tambi6n sus

posibilidades de explotaci6n como instrumento de aprendizaje'

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4 l40

guirlos es comenzar a valorarlos, de ahf que se imponga tanto un intento,aunque simple, de sistematizacidn, cuanto algunas notas sobre los proble-mas que entrafla su realizaci6n.

a) Mapas no cuant i tat ivos

La mayor parte de los mapas hist6ricos pertenecen al grupo de los nocuantitativos, es decir, de los que no precisan o no pueden proporcionarreferencias a cantidades ni valores por falra de datos cuantificables oestadfsticos, limitindose fnicamente a indicar la distribucidn espacial deun hecho o fen6meno histdrico, sea de la fndole que sea. Las referenciasque aporta no son, pues, matizadas, sino que aparecen como conjuntoshomog6neos.

De realizacidn sencilla, los mapas no cuantitativos restan posibilida-des al comentario histdrico, que requiere en demasia la convocatoria de lahistoria conocida, con lo cual el resultado suele consistir en una mera des-cripci6n o una somem pardfrasis.

Dentro de este grupo, dos son los tipos m6s usuales de representacio-nes cartogrdficas: los mapas corocromdticos y los simb6licos.

. Mapas corocromdticos

Una buena parte de los mapas no cuantitativos manifiestan la infor-macidn mediante la simple distribuci6n de <.manchas de coloo (en el casode que se utilice la policromia) o de <tramas>>, como las indicadas en elGnifico 2 (cuando se realizan en blanco y negro).

Se rata, por lo tanto, de una informaci6n meramente superficial, des-criptiva. No obstante, aun sin recurrir a la informaci6n cuantitativa espa-cial, se pueden indicar ciertas matizaciones o intensidades inconcretas uti-lizando <<tramas gnd uadas>.

Se expresan mediante mapas corocromSticos multitud de hechos his-tdricos: Ias compartimentaciones polftico-administrativas, las etapas deun proceso de anexiones territoriales, los fen6menos expansivos de fndoledivcrsa; idiomas, producciones de todo tipo de bienes, etc.

. Mapas simb6licos

En lugar de manchas, este tipo de mapas, para proporcionar la infor-maci6n, se valen de diversos sfmbolos no cuantitativos: figuras geom€tri-cas (Gri{ficos I y 4), ideogramas (Grdficos 3 y 5), sfmbolos lirerales(Griificos 6 y 7), r6tulos (Gr6fico 8) o flechas (Grdfico 23),acada uno delos cuales se le asigna un significado o contenido (Grdfico 29).

Como en los mapas corocromdticos, hmpoco en los simb6licos nocuantitativos se indica la importancia relativa o numdrica de cada signo,aunque la repetici6n y cercanfa de varios sfmbolos puede indicar un cierto

LA TA|FA ZARAGOZANA OE AL-MUOTAOTR (1oaC-10621

! oourxtos oE AL-MuorADtR

ffi Um E rxexroNEs DE ̂L-MuorAorRl- l rtennrs soMETrDAs EN VASALLAJE

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42

lcndmeno de concentraci6n, como ocurre en el mapa represenlado en elGrrifico 29.

Suclcn expresarse mediante este tipo de mapas realidades muy varia-das: distribucidn de restos arqueoldgicos y art(sticos, todo tipo de produc-ciones y realidades econ6micas, etc.

43

GrSco29

TAFAZONA

D0a

LIMITE OE SO8RECOLLIOA

CENTFO DE COILIOA (r 'r9!)

P€AJES HTERNOS

It oARDERECAT OACIOXDE LA8 OEilERALDADES

A

AtAGt

ll

I. l

t l

i ^^^1

06lt EEGA

{do^"o"^

i ^ ^ ^ lr A i . t ^ /

SoERECOLL|DAS v pEAJES (StcLOS Xty-XV)

b ) Mapas cuan t i t a t i vos

Como los no cuantitativos. los cuantitativos son asimismo fruto de

la claboraci6n sintitica de su autor. Pero la base de la misma no es sola-

rncnte el resultado de una historia descriptiva, sino que se fundamenta cn

datos estadisticos, a veces lan dificiles de lograr, sobre todo para los de

ipocas o etapas hist6ricas preestadisticas.

Van mds all6 de Ia localizaci6n de un hecho hist6rico, puesto que,

adcmds de manifestar su intensidad, permiten poner en relaci6n distintos

puntos del mapa entre sf. Es como si los mapas no cuantitativos fueran

rcpresentaciones planas en tanto que las cuantitativas adquirieran volu-

rncn, bicn real (mediante representaciones grdficas adecuadas, aunque cos-

tosas) bicn imaginario.

En el caso de los mapas no cuantitativos destacaba su sencillez de

realizacidn, tanto fueran corocromdticos como simb6licos. Pues bien, en-

tre los mapas cuantihtivos existen diferencias de elaboraci6n segrin sc

trate de mapas coropl6ticos (de relativa sencillez) o de mapas simbdlicos,

algunos de los cuales exigen c6lculos prolijos y formas de representaci6n

complicadas.

A la hora del comentario hist6rico, los mapas cuantilativos contiencny proporcionan asideros y datos suficientes como para que la llamada a la

historia conocida y circundante sea menos necesaria que en el caso de los

no cuant.intivos.

. Mapas coropldticos

Como los corocromSl-icos no cuantit"ativos, los mapas coropliticos

informan de la distribuci6n espacial de un hecho o fen6meno mcdiante la

utilizacidn de <manchas de color', diversas (en el caso de que se utilice lapolicrom(a) o de <tramas>> (cuando se realizan en blanco y ncgro). La diic-

rencia con los corocrom6ticos estriba en que los coropldticos cuantifican

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4

cantidades absolutas, valores relativos (generalmente en tantos por ciento)o valores medios por unidad de superficie.

t os coropldticos, por lo tanto, son mapas cuantitativos de superficie.Se basan en datos estadfsticos (de poblaci6n, explotaciones, rendimientos,etc.) distribuidos en zonas administrativas, polfticas, fiscales, militares,industriales, etc., que se pueden comparar entre sf.

No obstante, al representar en la mayor parte de los casos valoresmedios o porcentuales de una zona o zonas determinadas, mds o menosextensas, se producen desfases o desajustes respecto a sus unidades inte-grantes (ayuntamientos, organizaciones, instituciones, etc.). Cuanto miisextensas son las zonas representadas mayor es el indice de generalizaci6ny menos se tienen en cuenta las unidades integrantes.

Suelen expresarse mediante este tipo de mapas una gmn cantidad dematices relacionados con la poblaci6n de momentos hist6ricos determina-

Grdfico 30

coxsuro oordsnco DE ErEncu eldcrntce (reorl(POeccitAJE PeOYilCtAL)

@^EffimV%mIffiffiI

o /o,a

o,3/ 17 / a

2 / t

t / a

a /6

a / l

I I , r t

I c , l t

45

dos, siempre que se posean daos estadfsticos suficientes (tipos, densida-

dcs, profesiones y actividades; razas, credos y religiones; migraciones y

variaciones poblacionales; etc.); asimismo sirven para la representaci6n

dc realidades econ6micas (producciones agdcolas, ganaderas o indusriales;

comercio y excedentes; transportes; banca, etc.) o realidades culturales (re-

laci6n de la poblaci6n con la prensa escrila, i,ndice de analfabetismo, erc.).

El Gr5fico 30 es un ejemplo de ello.

Los mapas coropl6ticos se pueden transformar en diagramas isomdtri

cos, es decir, los colores o las tramas dejan paso a la perspectiva. No obs-

tante, se utilizan en contadas ocasiones, dada la relativa dificultad que

cnl.rafla su diseflo (vdase grdfico 3l).

. Mapas isocronos

En los estudios geogtdficos proliferan los mapas que proporcionaninformacidn cuantitativa mediante lineas que unen entre s( puntos deigual valor (isobaras, isotermas, isoyetas, isohalinas, isohelias, etc.): sonlos mapas isopldticos.

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4746

La cartografia histdrica, por el contrario, dificilmente puede hallar

ejcmplos semejantes fuera del campo de la poblaci6n, miis propio, por

olra parte, de la geograffa humana.

Sin embargo, deteminados fendmenos hist6ricos requieren un trata-miento semejante al isopl6tico tomando como base cuantitativa la crono-logia, cs dccir, una serie de fechas iguales o pr6ximas entre si en las que

han tenido lugar acontecimientos scmejantes. Surge as( el mapa isocrono,viilido tanto para el estudio de amplias zonas (un reino, un impcrio, ctc.)

como para trabajos parciales (un monasterio, un sefiorfo, etc.) o mds lo-

calizados.

I-os mapas isocronos se prestan para representar etapas bclicas (todo

cl proceso reconquistador, por ejemplo), influencias juridicas (la expan-

sitjn de determinados textos legales medievales); procesos restauradores(eclesi6sticos, institucionales), etc. El Grdfico 32 constituye una muestra

de ello.

. Mapas simb6licos

Los mapas simb6licos de cardcter cuantitativo se pueden presentar demaneras muy diversas para indicar hechos, datos y relaciones de formacuantificada, permitiendo, a la vez, establecer comparaciones internasdcntro de un mismo mapa.

La variedad de este tipo de representaci6n cartogrdfica radica en lariqueza y multiplicidad de simbolos cuantitativos para su realizaci6n: fi-guras bidimensionales y tridimensionales (Gr6ficos 9 y l0), gr6ficas li-neales (Grdficos 11, 12,'13 y 14), diagramas de columnas (Grdfico 15),rect6ngulos divididos (Gr6fico 16), circulos divididos (Grdficos 17 y l8),estrellas de sectores (Grdfico 19), bandas semicirculares (Grdfico 20),ideogramas mfltiples (Gr6fico 2l), bloques de tacos (Gr6fico 22), dia-gramas en estrella (Gr6fico 24), lineas de flujo (Gr6fico 26) y manchas(Gr6hco 27).

La realizaci6n de esta modalidad cartogrdfica exige, en primer lugar,una buena base estadistica; en segundo lugar, el tratamiento selectivo delos datos estadfsticos, que deben ser reducidos a unidades que permitan lacomparaci6n entre si; por riltimo, es importante la selecci6n adecuada delc6digo de transmisi6n, selecci6n que debe basarse en dos principios: cla-ridad expositiva y economfa espacial. En el caso de la realizaci6n de unatlas, conviene tener presente un tercer principio: la variedad de c6digos.

Los Grrificos 33 y 34 muestran dos ejemplos de c6digo, mediante cfr-culos divididos y diagramas de columna, respectivamente.

A pesar de que, te6ricamente al menos, los mapas simb6licoscuantitativos son los m6s completos por su capacidad analftico-sintdticaes diffcil encontrarlos en colecciones cartogrdficas, de modo que, en elconjunto de mapas hist6ricos existentes hoy en el espectro bibliogr6ficoespecializado, este tipo de mapas parece representar un 10/15 por cientodel total.

Grffico 32

h E S T A U h A C T O N D E f A a a E O E S E P t a C O P A ! E 3

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48

Y, sin embargo, el abanico tem6tico, siempre basado en fundamentosestadfsticos, es bastante considerable. Tiene cabida cualquier tema: politi-co, social, cultural, religioso, institucional, econ6mico, militar, educati-vo, laboral, sindical, lingiiistico, etc.

GrQfico 33

49

Grdfico 34

EVOLUCIdN DE LA POBLACIdN EN EL SIGLO XVI I I

( P o R c o R R E G I M I E N T o S )

zARAGOZA

Tf ro.ooo xra.

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I l

50

Cabc soliciur un esfuerzo a los especialistas, a los doctorandos, a losinvestigadores para que, a la par que acompaflan sus obras con los impres-cindibles indices tem6ticos, insusti(uibles en cualquier obra que se precie,la; complementaran con mapas temdticos simbdlico-cuantitativos, siem-pre que sea posible. Ya se encargar6 el didacta en adecuarlos a sus espe-cificas necesidades.

. Mapas de orls

Por fltimo, conviene indicar que, para resolver la falu de espaciomatcrial provocado por la acumulacidn de simbolos cuantitativos, cuandoistos afrctan a muchos puntos de un mapa, se puede recurrir a los deno-minados mapas de orla, de modo que la detallada informacidn que pro-porcionan los gr6ficos (circulos y rectdngulos divididos, columnas, estre-llas de scctores, etc.) puede distribuirse a lo largo y ancho de la orla omarco dcl mapa, de forma que el interior de 6ste aparece despejado o ad-m i Lc, i ncl uso, otra informaci6n complementaria.

El Grdfico 35, que utiliza como lenguaje simb6lico la <<estrella oescctorcs>> (vdase gnifico l9), constituye un ejemplo de <<mapa de orla>.

2. REALIZACION DE MAPAS PROPIOS

Con frecucncia, mds bien diria que con exclusividad, solemos trabajarcn clase con mapas realizados por terceras personas; pocas veces procu-ramos adaplarlos y transformarlos para que satisfagan las necesidades do-ccntcs rcales; casi nunca los confcccionamos nosotros mismos.

M6s adclante sc hablar6 dcl aprovechamiento, lectura y comentario dernapas que nos son dados. De momento, nos dctendremos en el plantca-rnicnto dc algunas considcraciones acerca del diseflo y de la confecci6n demapas propios.

5 l

GrSco 35

DONACIONES PIADOSAS A MONASTERIOS E IGLESIAS(1 O25-1 3251

iii;Fi- rr..o*T-try*

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a) Consideraciones previas

A efectos educativos, no siempre es necesario valerse del apoyo de unmapa. En unas ocasiones, su utilizacidn puede ser alternativa; en otras,para el estudio de determinado fendmeno, la ayuda y complemento de unmapa quizds sea imprescindible. Por lo tanto, antes de acometer su cos-tosa realizacidn, se imponen algunas consideraciones previas, dictadas porla experiencia, relativas a la finalidad del mapa, a los datos bdsicos dispo-nibles para su confecci6n, al tipo de mapa que se precisa y al lenguajecartogrdfico a utilizar.

. Lalinalidad del mapa puede ser de fndole variada. Depende de aspec-tos tan diversos como los motivadores, o la necesidad de mosfiar griifica ysintdticamente aspcctos histdricos diffcilmente comprensibles dada la

53

rrrultiplicidad y dispersi6n de los datos, o la carencia de otros instrumen-tos o medios de aprendizaje. Estos y muchos otros mds son motivos queaconsejan la realizaci6n y explotaci6n de un mapa hist6rico.

Muchas veces, cuatro o cinco instantdneas carlogrdficas pueden suplirc-on creces priginas enteras de contenido hist6rico, permitiendo, ademiis,interrelacionar unos datos con otros, por simple deducci6n o compa-raci6n.

Tomemos un ejemplo concreto: <La sociedad:ragonesa postmedievaldc los siglos XVI y XVII>, tema sobre el que no existe excesivabibliografia accesible al alumno. Seis instanuineas, seis mapas, almcnos, podrfan suplir esa carencia, con objeto de trabajar con ellos enclasc: <La emigracidn aragonesa a Amdrica (1509-1534)> (v6ase griifico36), <Las alteraciones sociales del siglo XVI> (v6ase grdfico 37), <Elbandolerismo en el siglo XVI> (v€ase grdfico 38), <La densidad depoblaci6n (1591)> (vease griifico 39), <la peste bub6nicade l&1.-1654>>(vdase griifico 40), y <La posesi6n de la tiena a comienzos del sigloXVII> (vdase gr6lico 4l).

Estos seis mapas, junto con algunas lecturas seleccionadas, seriansuficientes no s6lo para introducir el tema, sino tambi6n para fijar elconocimiento de varios datos concretos y terminol6gicos y para seleccio-nar una scrie de hechos especfficos y de tendencias. l-os alumnos, con lasimple lectura de estos mapas, serian capaces de traducir el lenguaje grd-fico a tdrminos verbales, o de interpretar una buena parte de la realidadhist6rica del momento. Asimismo, tendrian elementos de juicio razona-blcs para analizar las partes constitutivas del problema, las interaccionesdc las mismas, las posibles relaciones causa-efecto; pero tambidn dispon-drian de datos suficientes como para aventurar las consecuencias de talsituaci6n, para suponer otro tipo de relaciones abstractas, como el tipo delitcratura que pod(a espeftrse de una sociedad tal, las secuelas econ6micasprcsumibles, etc.

La finalidad de estos seis mapas, de costosa realizaci6n por parte delprofcsor, cs, pues, doble: motivadora y supletoria.

Grdfi.co 36

LA EMIGRACION ARAGONESA A AM€RICA(1 509-1 534)

@nNUM. De Ent6e,A{Tet

f f i D ( t . t cA r l r t , s o

% D r t r r { o o

f f i l l l l : r o { . r l o

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E x t o { . t . o

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Grfico 37 Grdfico 38

EL BANOOLERISMO EN EL SIGLO XVI(SEGUN COLAS Y SAI.AS}

ft---lTl toNlt t.3 ̂ (rrvr )aD\:-is,, Gf ,osDrq

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Grhfico 39Grff ico40

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DENSIDAD DE POB|AC|ON (1591)(SEGON A. DOMINGUEZ) LA PESTE BUBONICA DE 1647-1654

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58

Grdfico 4I

59

. Concretada la finalidad expresa de un mapa y analizada la conve-rricncia o no de su realizaci6n, procede la localizaci6n, selecci6n v orfurc-ci6n de los datos necesario para ello.

Es(,a tarea suele ser ardua y requiere un conocimiento profundo tantodc la bibliografia existente cu:lnto de los repertorios, fndices, fuentes y da-tos estadfsticos de indole diversa miis significativos.

Veamos, mediante dos ejemplos, la diferencia que existe entre profun-dizu o no en el tratamiento de un tema.

Ejemplo 1a

<Ciudades y villas de Arag6n con representaci6n en Cortes(Baja Edad Media)t

Mientras un mapa se puede limitar tan s6lo a enumerar simplementelas localidades que, con categoria de ciudad o villa, tuvieron representantesen cortes alguna vez (v€ase grdfico 42), otro mapa, con el mismo tftulo,pero fruto del andlisis de las <<actas>> de las cortes, nos puede revelar nos6lo de d6nde asisten sino tambi6n la frecuencia matizada (mdxima,media, poca) de las asistencias en cada uno de los siglos XIII, XIV y XV;la pdrdida o el aumento de su importancia, etc. (v6ase gnifico 43).

tA POSESION DE LA TIERRA A COMIENZOS DEL SIGLO XVII

EmIc_l

T l 5 l , R A 5 ! t . . ,

R[AuNGo

55iolb rq611'^g,.

SCiclio C<Llaratrr(o

r {o tx { r ra . (A ia !

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Gnifico 42GrQfico 43

CIUDADES Y VILLAS DE ARAGON COi l REPRESENTACION

E N C O R T E S ( 8 A J A E D A D M E D I A I

,,,-ro O OLoARRE

' rrYwv^ ALoUEZAR O

trr^."tttli^ oornsesrrALIIUOEVAR

ioeuot ozuERA BERBEOAL g ao ^ aEL cAsrEr | ̂ a

"onztn O;

oaEL CASTELL^a o_

roNzor{

ALAGOil SAR|nENA

EPIL^O .^"^uo?^ ̂ l*r^"^ tORtcL^ OptNA FRAoAO

CIUDADES Y VIL1AS DE ARAGON CON REPRESENTACIONEN CORTES (BAJA EOAD MEOIAI

WL ,r r -ai;..erg l\DrfuW::^ 8I

- . - - - - . t \ v / - a c a \"?ila y bA @u,u,_iry*n^atct,iQ

''+tr= @ ,

a (&lrlv-a

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f&!<irt'rlCll ^trtcNqr l Caaftg

x trr^ !g/l ,ocarr6rDxn.

@ @ oifo-rv A A at, . . rxy O O a

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62

Ejemplo 2e

<Lugar donde se reunieron las Cortes medievales aragonesos>

Un minimo conocimiento de la historia, en este caso de la aragonesa,

lc puede permitk a cualquier profesor realizar un mapa descriptivo de las

ciudades y villas en las que se convocaron Cortes de Arag6n (vease grii-

fico 44).

Pero s6lo el andlisis pormenorizado y la sistematizaci6n de los <re-

pertorios>) y <listadou de las Cortes aragonesas celebradas, asi como el

conocimiento de noticias indirectas pueden permitir profundizar en el con-

tenido del mapa anterior, proporcionando de manera grdfica el nfmero de

veces que tal circunstancia tuvo lugar y en qu6 siglo al menos (Grrffico

45), lo cual nos facilitar:r{ hablar de frecuencias, las preferencias de locali-

zaci6n, el desplazamiento del centro de gravedad politico, etc.

. Una vez precisada la finalidad del mapa a realizar y localizados, se-

lcccionados y ordenados los datos necesarios, procede seleccionar el tipo

de mapa.

Sobre los tipos de mapas se ha insistido con amplitud anteriormente.

Una vez conocidas las distintas posibilidades, y en virtud de la canridad y

calidad de datos acumulados, se impone la elecci6n entre un mapa cuanti-

tativo (coropl6tico, isocrono, simb6lico o de orla) u otro no cuantitativo

(corocromdtico o simb6lico).

Conviene advertir que con los mapas no cuantitativos sucede lo mis-

mo que con la formulacidn de pruebas objetivas de opci6n mriltiple que

miden simples conocimientos: son sencillos de realizacidn, pero tambi6n

reiterativos y muy limilados de aplicaci6n.

Siempre que sea posible, debe tenderse a la ejecuci6n de mapas cuan-

titativos, no s6lo por la mayor profundidad de los datos que aponan, lo

cual implica una llamada a los meros conocimientos, sino, y sobre todo,

63

por las posibilidades diddcticas de aplicaci6n, comparaci6n, andlisis, ex-

trapolacidn, etc. que llevan implicitos.

GrSco 44

LUGARES DE REUNION DE LAS CORTES MEDIEVALES

z A R A O O Z A

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- conviene disponer de varios modelos de cada zona territoriar,puesto que ello facilita el rabajo: mapas con el simple conr.orno, con lasprincipales localidades sefraladas, con la red hidrognifica esencial, con lasdivisiones administrativas, etc. y, en el caso de mapas regionales, unocon el entramado de limites municipales (v6ase grdfico 46).

Grdfito 46

67

- En la canograf(a hist6rica no interesa tanto la escala cuanto elcontar con una superficie suficiente para distribuir los datos disponibles.'[6ngase

en cuenh que el mapa-plantilla sufrir6, en el transcurso del pro-ccso, ampliaciones o reducciones que modificardn la escala inicial. Noobshnte, conviene indicar que las escalas que se suelen utilizar son lassiguicntes:

= Para los mapas del/25.000.000

= Para los de Espafla yl/r3.000.000

= Para los regionales (Arag6n, por ejemplo): de l/1.000.000 al/4.000.000

- De cada mapa-plantilla deben hacerse las reproducciones nece_sarias, teniendo en cuenta que suelen inutilizarse bastantes.

. La segunda fase de la realizaci6n consiste en el diseflo del mapa-borrador.

- De acuerdo con el tipo de mapa y los sfmbolos elegidos (temasdc los que ya se ha hablado), se distribuyen 6stos, los colores,los nom-bre s, Ias fechas, erc. en la superficie del mapa-plantilla elegido, sinpreocuparse excesivamente, de momento, por la posible falta de espacioen una zona determinada. Si esa carencia de espacio fuera generalizada,habria que recurrir a otro mapa-plantilla de escala menor.

- No obstante el car6cter provisional del mapa-borrador, convienevigilar la proporcionalidad de los s(mbolos respeclo al 6rea total del mapay en funci6n de la mayor o menor abundancia de aqudllos.

- Como los mapas suelen presentar una superficie inegular,conviene prever el lugar destinado ala banderola, es decir, al recuadro encl que habrd de colocarse el titulo. Aunque pudiera parecerlo,6ste no esun dctalle superfluo, puesto que con ella se puede enmarcar el mapa,

cont inentes: de l /17.500.000 a

dem6s pafses: de l/5.000.000 a

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68

llenar huecos demasiado ostensibles o equilibrar el contenido gri4fico delmapa. convendrd, incluso,rcalizu varias pruebas de ubicaci6n de la ban-derola, si previamente se ha redactado el tftulo en una tira m6vil de papel.

- Conviene pensar, asimismo, en el marco u orla que requicre cadamapa en cuesti6n, teniendo en cuenta que muchos datos quc pudieran apa_rcccr descolgados en los extremos del mapa son <cmpujados> hacia adcn-tro por el marco, ayudando a conferirle unidad y equilibrio. En cualquiercaso, el marco dcbe ser simple (una linea o una doble lfnea), puesto quelos adornos, por muy artfsticos que scan, distraen ra atcnci6n del <lecr.or>dcl mapa.

- Interesa sobremanera ubicar, organizar y representar gnificamentela clave del mapa. Este elemento cartogr6fico tiene suma importanciapucsto que es el que permite <leer>> el mensaje hist6rico. De una buena omala clave puede depender que un mapa <funcionc>> o no.

La clave se ubica generalmente en un vano, fuera del contomo delmapa, entre 6ste y el marco, pero puede situarse asimismo dcntro de lasupcrficie dcl mapa, aprovechando zonas vacias dc datos. para aisrarla. in-dividualizarla y darle entidad propia, la clave se cnmarca dcntro de un cua-drado, rcctingulo o poligono.

Todos los simbolos, lfneas, sombreados (o colores) que aparecen encl mapa dcbcn quedar reflejados en la clave de manera ordcnada, secucn-cial, con economia de espacio y con dcscripcioncs o definiciones sucintas.pcro claras, dc su significado exacto.

- Por rlltimo, uno de los elementos dc importan.ia, que facilitan ocntorpccen la lectura de un mapa, es el rotulado. El mapa-bonaclor pcrmi-tc cnsayar cl miis adecuado, dcbi€ndose ajushr a unas minimas normas dccjccuci6n.

Los r6tulos (nombres de top6nimos, gencralrnente, aunque no falLancn los mapas hist6ricos los onomdsticos y las fechas) dcben disponersc

69

horizontalmente, sin entrecruzarse, y sin coincidir o sobreponerse a loselcmentos simb6licos. Por otra parte, se procuran{ que no aparezcan exce-sivamente concentrados y siempre deben seflalar e indicar, sin duda algu-na, el sfmbolo al que se refieren.

- Limites, simbolos, banderola, marco, clave y rotulado (Gri{fico4?) deben ser el reflejo de la idea que el autor querfa expresar y repre-sentar.

No obstanle, el resultado grdfico tiene seguramente imperfeccionestecnicas: algunos rdtulos que se entrecruzan, simbolos quizi{s pequefros ydcsproporcionados, tramas o colores poco diferenciadores, desplazam ientode la clave, etc. Es, en definitiva, un mapa-borradar qte necesita ser puli-do y revisado. En estas condiciones, dificilmente podrd ser utilizado enclase.

Grifico 47

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7 l70

. l,a tercera fase de la realizaci6n carogrdfica consiste en preparar elmapa-prototipo, que va a tener utilidad por si mismo o que puede dar

origen a la transparencia, a la diapositiva y al mapa mural.

- Es el fruto de <pasar a limpio> el mapa-borrador, subsanando lasimperfecciones cometidas en 6ste: se mueven los r6tulos de posici6n, seagrandan o achican los simbolos, se cambian tramas o colores para que elcontraste sea mayor, se altera el orden de la clave...

- Ahora se debe garantizar la secuencia de Iss tramas (o de loscolores) en relaci6n con los mapas anteriores o posteriores. Por ejemplo:si en los precedentes los territorios musulmanes se identificaban con elcolor verde (o con trama de puntos) y los castellanos con el azul (o contrama oblicua), en el mapa-prototipo que nos ocupa debe quedar g:ran-Lizada esa continuidad. Exactamente igual convendrd actuar en el caso delos simbolos.

- Es el momento de revisar el titulo y adecuarlo lo mds ajustada-mente posible a lo que realmente dice el mapa. Quizds entre la idea inicialy el resultado de'la ejecuci6n cartogrdfica se haya cometido un desfase,que debe quedar subsanado.

- Si el mapa va a ser presentado como objeto de reflexidn pnrparte de los alumnos, o va ser editado, es conveniente, incluso necesario,redachr una leyenda a pie, consistente en unas pocas lfneas en las quequeden recogidas la fuente (de no fatarse de un mapa propio), una expli-caci6n sucinta (que ponga en relaci6n el mapa con la clave) y cuantrsnotas aclaratorias sean precisas para ayudar a su comprensidn (vease gr.{-fico 48).

- El <<mapa-prototipo> puede ser mostrado a toda la clase medianteun proyector de opacos, luego tiene yaun valor instrumental propio. Pe-ro cualquier profesor conoce las limitaciones de este medio visual. Porello es recomendable pasar a la siguiente y riltima fase de realizaci6n.

Grffico48

tAS TENOENCIAS AUTONOMICAS 119771

! . P ^ F A

46'a4A'L

[:-:-T) cerrrrug.o(Uh auro$ltsao

ffi ruxnrutxo

ffi txxrrxotxrtfro

(--l x.6rzx.c.

(LEYENDA)

IJasada en datos del INFORME FOESSA

Prcvio a la Constituci6n de 1978, Foessa elabor6 un informe basado en una

cncucsta nacional . Arag6n, como puede obsewarse, rozaba la media nacional .

Aparecia por debaio de Extremadura (85), Murcia (71), Castilla-La Mancha (57),

Castilla-Lc6n (56) y Andalucia (55) en la tendencia centralista; enla autonomista,

aparccia detrls de Canarias (56), Catalufia (51), Asturias y Valencia-Baleares (48), Pais

Vasconavarro (47) y Madrid (42); en cuanto al federalismo, s6lo tenia por detrds a

Andalucia y Cast i l la-La Mancha (3) y Extremadura ( l ) ; e l independent ismo era

propugnado por un I 7o, detris del Pais Vasconavarro (13), Catalufia (5), Canarias y

(ialicia (3). Madrid y Valencia-Baleares (2), a la altura de Asturias, Castilla-Le6n y

Murcia (l) y de Andalucia, Castilla-I-a Mancha y Extremadura, que no optaban por esta

soluci6n. En dcfinitiva, la Constituci6n de 1978 estructuraria el Estado en forma

auton6rnica.

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't2

. Del mapa-prototipo, mediante sencillos procedimientos tdcnicos,

se puede llegar al mapa hist6rico, que permitir6 ser observado a la vez

por rrn elevado nfmero de alumnos.

- Por un procedimiento fotomec6nico, el mapa-prototipo puedc

ser copiado en una transparencia de acetato. Si el original esri discflado en

blanco y negro, el resultado se obtiene rdpidamente mediante una simple

fotocopia. Si el diseflo incluye los colores biisicos, la industria grSfica

dispone actualmente de fotocopiadoras en color con buenas calidadcs. Un

retroproyector ser6 suficiente para mostrar el resuludo, aun cuando con

lers limitaciones obvias de este medio visual.

- Otro proceso, algo miis costoso en tiempo y trabajo nos condu-

ce al mapa mural y 6ste, a la diapositiva.

La cartograffa geogrdfica, para reducir o ampliar mapas (cual es el

caso que nos ocupa) se vale de mdtodos diversos de gran exactitud, como

los grdftcos (cuadriculado y trii4ngulos semejantes son los mds usualcs),

los instrumentales (ente los que destacan el compils de divisi6n propor-

cional, el pant6grafo y la cdmara lfcida) y losfotogrdficos*

El mapa hist6rico-diddctico que normalmente pretende un profesor

de historia no requiere, la mayor parte de las veces, una tccnica tan exacta,

por lo que se propone a continuaci6n una mds sencilla.

= Con un rotulador adecuado, se calca en liimina de acctato el con-

torno (lo m6s fielmente posible) del mapa-prototipo y sc scflalan los

lugares exactos donde deben ir los simbolos, r6tulos, titulo, clavc, etc.

= En una pared (o en una plancha de corcho, tabla de madcra o

pizarra,dispuestas verticalmente) se hja una cartulina, cuyo color dcbc ser

t ravds de obras diversas' como las de

MONKHOUSE, F.J. y WILKINSON, H.R., Mapas v diagranas Oikos-tau, lJarcelona,

1968; o I|AISZ, 8., Cartorroffu. Omega, Barcelona,l914.

73

claro (hueso, amarillo, blanco, azul, etc.) o de aqu€l que sea predominanteen el mapa-prototipo. Esta cartulina debe tener una superficie cercana alos 100 cm por 150 cm.

= Con la ayuda de un retroproyector, se proyecta el mapa de laldmina de acetato en la cartulina, procurando darle las dimensiones adecua-das y vigilando que no se produzcan deformaciones excesivas debidas a laproyecci6n. Con la ayuda de un l6piz, se ir6 bosquejando el mapa.

= Una vez conformado el mapa en la cartulina y seflalados d6ndedcbcn situarse simbolos y r6tulos, se recortan, como si de un puzle setralara, cartulinas de los colores precisos y forma conveniente, y se vanpcgando a la base. Tambidn se utilizan adhesivos comerciales en forma decirculos, cuadrados, triiingulos, etc., desestimando siempre la utilizaci6nde rotuladores de color.

= Con una m5quina rotuladora, se escriben los r6tulos en su propiopapcl engomado, que, con la ayuda de una escuadra, se iriin disponiendoen los lugares prefijados.

- El resultado del proceso anterior es un mapa hist6rico mural,que puede ser utilizado como tal en clase. No obstante, con motivo deconservarlo y para evitar el efecto de puzle aludido, se impone la realiza-ci6n de una diapositiyc en color, cuyo proceso, por conocido, sencillo y

ascquible ev itamos rescfr ar.

- Por riltimo, conviene indicar que este procedimiento del mapa

mural es pcrfectamente viilido asimismo para la preparaci6n de mapas

destinados a ser filmados en video o cine, pudiendo incluso, en este caso,

producir mapas animados.

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ITI . EXPLOTACION DE UN MAPA HISTORICO

Hasta ahora hemos hecho hincapid en aspectos tdcnicos rclativos a la

confecci6n y realizaci6n de mapas hist6ricos. En efecto, por un lado, se

ha abordado y sistematizado el lenguaje utilizado en la expresidn cartogrS-

fica histdrica; y, por otro, se ha tratado, con cierto detenimiento, de la

realizaci6n propiamente dicha. Procede hablar, por lo tanto, a continua-

ci6n, de la explotacidn de tales gr6ficos considerados como instrumentos

educativos, ya sean realizados por el propio profesor ya tomados de tcrce-

ras personas.

Ahora bien, abordar la explotaci6n de un mapa hist6rico requierc pre-

viamente no s6lo definir qud es, sino tambi6n delimitar las funciones que

se espcra realice lo que, en esencia, no es mds que la mera reprcsentaci6n

sr6fica de un tema.

I. LOS MAPAS HISTORICOS: ESENCIA Y FUNCIONES

a) Qu6 es un mapa h is tdr ico

. Un mapa, por la indole intrinseca de sus componentes, se puede

constituir en documento hist6rico y, en del.erminadas circunstancias, en

fucnte hist6rica. Es el resultado y reflejo del estudio analftico o sint6tico

de una serie de datos hist6ricos; es, pues, una elaboraci6n mental.

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l /

76

Dicho de otra manera, un mapa hist6rico es un registro de datos ofuentes y un medio de comunicarlos de manera codificada: registran he-chos enumerables y conceptos abstractos.

Ahora bien, esos datos no s6lo se refieren a un escenario geogrilfico

determinado, sino tambi6n a un momento cronol6gico concreto. Por lotanto, ademds de un registro temporal, un mapa hist6rico constituye unainstanuinea y, en consecuencia presupone, unos antecedentes y unas deri-vaciones ulteriores.

. En muchas ocasioncs, cuando el mapa es producto de los datos pro-

porcionados por una investigaci6n analitica, del documento grdfico resul-tante puede derivarse un proceso interpretativo del que surge la Historiamisma. Por el sistema carlogiifico se pueden deducir intenciones, accio-nes politicas y econ6micas, el porqud de ciertas confrontaciones y accio-ncs violentas ,laraz6n de determinadas alianzas...

El mapa, como documento histdrico, es fundamental para el estudio

de mfltiples temas, como el reparto de la tierra, el andlisis de los bienes

muebles e inmuebles adquiridos por instituciones variadas (monasterios,

iglesias, hermandades, sindicatos, corporaciones), etc. (GrShco 49).

Cuando, como en el caso precedente, la base cartogr6fica es fruto de

una metodologia cientificamente correcta y presenta datos homog6neos y

suficientes estadisticamente hablando, el resultado puede ser un mapa-

documento, susceptible de interpretaci6n, y sabido es que de la interpre-

taci6n surge la historia.

Ahora bien, desde el punto de vista docente, cuando de lo que se trala

es de adquirir, o hacer adquirir, en el sentido mds amplio de la palabra,

conceptros e ideas bdsicos, normalmente se recurre al mapa-t6pico, fun-

damentado en circunstancias y hechos hist6ricos que ya nos son conoci-

dos. Pasamos del documento hist6rico al instrumento para enseflar his'

toria.

77

En definitiva, un mapa hist6rico surgido de un procedimiento carto-grdfico serio tanto puede ser un documento como un instrumento que re-gistra y comunica datos dentro de un marco cronol6gico concreto.

Grdfi.co 49

b) Funciones de un mapa h is t6r ico

Si nos ceflimos, en adelante, al 6mbito exclusivamente docente, con-vicne aclarar desde el principio el papel que le vamos a atribuir al mapahistdrico, porque una representaci6n cartogr6fica histdrica les un fin o unmedio?

SANTO DOMINGO DE LA CATZADA: ACUMULACION DE BIENESPOR NUCLEOS (1 lOO_12501

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. Todo cuantro viene a continuaci6n se basa en el hecho de conferir al

mapa histdrico la funci6n de omcdio, del aprendizaje hist1rico: un medio

que siwe para aprender y para valorar lo que se ha aprendido.

El instrumento que nos ocupa consiste en ser un medio grdlico est6-

tico, que tra(a de poner al alumno en conlacto con un hecho real o intelec-

tualizado por su autor, aunque por sus caracterfsticas intrinsecas, como

simple s(mbolo visual que es, se halla muy alejado de la experiencia real.

No obstante, en muchas ocasiones es la manera mejor posible de acercar-

se a esa realidad, sobre todo cuando la ora alternativa es el sfmbolo oral o

escrito, es decir, la palabra.

En historia es prdcticamenl.e inviable aprender a travds de la <expe-

ricncia directa> y dificil mediante la <experiencia simulada>. Cabe, eso sf,

la <dramatizaci6n>, pero 6sta se ve doblemente dificultada por la laborio-

sidad de su preparaci6n y por las limitaciones tem6ticas. [a <demostra-

ci6n> en historia, desde el punto de vista diddctico, constituye una vfa ce-

nada, en tanto que son v6lidas las <visitas>, <<excursiones> y <<exposicio-

nes>), pero con un coste econ6mico considerable. La <televisi6n> y los<filmes>>, al asociar sonido e imagen, se convierten en los medios audio-visuales mils perfectos, pero la falta de apoyo, generalmente econdmico einstitucional, pant su utilizaci6n en el campo de la didiictica los hace toda-

vfa prohibitivos en gran medida. En <<imdgenes fijas> se pueden convertir

casi todos los mapas por el simple hecho de su diapositivaci6n.

En este recorrido, a travds de los diversos modos de ponerse en con-

tacto con un hecho*, en este caso historiable, hemos partido de la expe-

riencia mds directa para finalizar en la mds alejada de la realidad: los<simbolos visuales>> (entre ellos los mapas) y los <<sfmbolos orales', (la

palabra).

' DeLr, Edp,ard, Ardiovbul methods in teoching,

York, p6gs. 42 y ss.

79

Aquf, exactamente, queda incardinado nuestro mapa histdrico. Lo que

ocurre es que, por unas u otras rzvones, los recursos que le preceden en la

escala que acabamos de ver son inviables en la mayor parte de los casos,

con lo cual el mapa hist6rico salta a primer plano.

. No obstante, a este medio grdfico estdtico no se le puede valorarsolamente en funci6n de su lejania respecto a la experiencia mds o menosdkecta de la realidad. Diddcticamente existen otros par6metros, porque elmapa, aparte de la de aproximador a la realidad, ejerce otras funciones.

Si el mapa hist6rico se convierte en medio habitual de estudio, puedey dcbe ejercer una funci6n esencial: desarrollar el espiritu critico.

Estii claro que la cartografia hist6rica permite ganar conocimientosnuevos, pero esta funci6n es tambidn propia de cualquier procedimientodocente. El mapa permite mucho mds:

- Facilita la comprensi6n del hecho hist6rico desde el momentro quelo representa, traduce o transforma en un lenguaje griifico, aprehensiblepor el sentido de la vista. Pero tambi€n ayuda a la comprensi6n la capa-cidad que todo mapa posee de interpretar, explicar y distinguir fen6menoshist6ricos y el subsiguiente proceso: predecir.

- En historia, al conrario de lo que ocurre en otras materias (len-gua, latin, fisica, matem6ticas o qufmica entre otras), es dificil potenciary ejercitar la capacidad de aplicaci6n No obstante, ello es posible. Es re-lativamente sencillo, por ejemplo, relacionar el actual mapa hispano,

aunque s6lo sea con sus top6nimos mayores, con el proceso reconquis-tador. Detectar los nombres que deben su origen a personas individuales,grupos, instituciones humanas e instituciones juridico-administrativas se

pucde conseguir perfectamente a trav€s de la canografia hist6rica.

- Cualquier mapa hist6rico que utilice una simbologia basada en

diagramas (columnas, rectfngulos divididos, circulos divididos, estrellas

de sectores, bandas semicirculares, bloques de trcos, diagramas de radios,

Holt Rinehan and Winston, New

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8 l80

etc.) o cualquier mapa cuantitativo (coropl6tico, isocrono, simbdlico o de

orla) permite potenciar la capacidad de andlisis, porque f6cilmente induce a

distinguir, diferenciar, descomponer o comparar sus partes constitutivas.

- En las condiciones previas descritas anteriormente, es posible,

asimismo, facilitar la facultad de sinresis de los alumnos. Indudablemen-

te, los datos parciales proporcionados por cualquier mapa pueden permitir

aventurar relaciones entre si, resumirlos y ordenarlos para producir un

mensaje hist6rico aglutinador, reconstruir una totalidad desde sus elemen-

tos analiticos, etc.

- En fin, previo un conocimiento suficiente del periodo hist6rico al

que se refiere un mapa, es perfectamente posible valorarlo, justificar sus

lagunas o defectos, juzgu el inter6s que pueda tener, contrastar su mensa-

je con otros medios de informaci6n. En definitiva, un mapa hist6rico per-

mite fomentar la capacidad de valoraci6n.

Desarrollar el espiritu critico es, por lo tanto, otra de las funciones

esenciales de cualquier mapa hist6rico'

. Por riltimo, adem6s de ejercer la doble funci6n de medio para en-

frentarse a la realidad y de medio para desarrollar el espfritu critico

-ganando con ello en ambos casos conocimiento global del hecho hist6-

rico al que alude- el mapa hist6rico puede ejercer tambi6n una tercera

funci6n, la funci6 n mo tivdo r s.

En efecto, a traves de la cartografia hist6rica se puede despertar el

inter€s y la curiosidad del alumno, por cuanto su utilizaci6n supone el

destierro de la memoria mec6nica y del verbalismo, por una parte, y la

lucha contra el exceso de esqucmatismo en el mecanismo del aprendizaje,

por otra.

. Sentadas las premisas que anteceden y aclarada la toma de posici6n

ante qu6 se entiende por mapa hist6rico y cudles son sus funciones desde

el punto de vista diddctico, procede adentrarnos en las distintas formas y

fases de explotaci6n.

2. EXPLOTACION DIDACTICA DE UN MAPA HISTORICO

Abordar un mapa desde el punto de vista de su explotaci6n didiictica

consiste en descubrirlo, leerlo y comentarlo, tres fases distintas y diferen-

ciadas, con objetivos diferentes cada una de ellas y con una relaci6n entre

sf no necesariamente vinculante. Con ello se pretende decir que una pcr-

sona, conocedora de la historia, por supucsto, no tiene que pasar lorzosa-

mcnte por las fases de descubrimiento y lectura o, al menos, no ds la ma-

nera que necesita el ne6fito. Por el contrario, Ilevar a cabo la primera eta-pa de aprendizaje que conduce al comentario, el <<descubrimiento>, no im-

plica la necesidad de conocer la historia, sino de adquirir una tecnica.

Analicemos, por lo tanto, paso a paso las caracteristicas, objetivos y

proceso de las tres fases aludidas: <descubrir un mapa>>, ,.leer un mapa> y(comentar un mapa>).

a) Descubr i r un mapa

Aspectos tedr icos

. Ia primera aproximaci6n a un mapa hist6rico es siempre necesaria,

tanto si se posee experiencia en el comentario cartogr6fico como si se es-

tiin dando los primeros pasos en este teneno. En el segundo supuesto, es-

tc <descubrimiento> inicial debe convertirse en ejercicio obligado y repc-

tido. Se trata de que el ne6fito se habitrie a saber qud tiene que buscar y

c5mo debe hacerlo.

Para un iniciado, el ejercicio talvez pudiera parecerle pueril y supcr-

fluo, pero la experiencia demuestra que la falta de sistematizaci6n en este

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terreno, en el enfrentamia,nto con un mapa, ha dado origen a mriltiplesfrustraciones y abandonos lamentables. Si no la necesita, s6ltese el inicia-do esta fase que, como ejercicio diddctico, le es precisa a quienes dan losprimeros pasos en tal terreno.

. Estimo recomendable ocultar el tftulo y la clave, de manera que elalumno ejercitante no pueda dar por sentados a priori acontecimientos yhechos que no manifiesta el mapa, aunque luego, en las fases de lectura y

de comentario, s( sea preciso tenerlos en cuenta.

El <descubrimiento> de un mapa se basa en la consideraci6n exclusi-va de lo que se ve en 61, en ir descifrando cada uno de sus elementos cons-titutivos. <Leerlo>, fase segunda, supondrd relacionar lo que se ve con laclave y el titulo.

Esta es una tarea, incluso un juego, semejante a la llamada <<mesa derelojero>> de los cuadernillos de pasatiempos. Al identificar cada grupo deletras y colocarlos en el casillero base, vamos dando sentido paso a paso ala totalidad.

. El primer paso del <<descubrimiento> consiste en fijar los limitesgeogrdficos reales a los que se refiere el mapa (un continente, un pais,

una regi6n, una comarca, una zona), puesto que pueden darse espaciosmuertos.

83

Por otro lado, conviene fijarse si el espacio geogrdfico m6ximo esrS

subdividido o no, si existen fronteras (baneras fisicas, artificiales o admi-

nisfativas) o si sdlo se destacan puntos concretos del espacio total.

Tcndrcmos asf una idea inicial de la extensi6n del fendmeno o hecho

concreto del que trata el mapa y del escenario exacto en el que se desa-

rrolla.

. Si existe, el rotulado de los nombres es un objetivo inmediato a

considerar. Conviene dilucidar a qu6 o a quidnes se refieren, si se trata de

anFop6nimos, hidr6nimos, or6nimos o top6nimos, al menos.

A continuaci6n, se indagarii si tales nombres se repiten o no; si

siempre aparecen dentro de un mismo tipo de rotulado; si los colores (en

cl caso de mapas cromdticos) son iguales o distintos; si unos r6tulos lle-

van marco Y oros nO, etc.

ffiffi+ #-E Etrr -E|_ -ld

ffiF#rytr +P EL tAl;l'|-r

l7r 'i'-J l'l'l

Eh

ddEffi -# dA

N F ' l D5 M s N

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A s A l.,t

oE o

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Los nombres que encierran los r6tulos nos empiezan a dar claves se-

guras para leer el mapa a continuaci6n, pues cada 6poca hist6rica tiene

sus nombres especificos.

. Importa mucho descubrir algrin vestigio cronol6gico, bien porque

se indique expl(citamente bien porque se deduzca mediante alg(n dato im-

plicito o indirecto.

Si aparecen fechas, procede determinar la m:ixima y minima; si con-

servan un orden determinado. si se concentran en zonas concretas. En el

caso de que el mapa utilice grdficos y dstos se hallen subdivididos en pe-

riodos cronoldgicos, cMl es el intervalo entre cada uno de tales periodos'

Si no aparecen fechas, ;puede algfn top6nimo o antrop6nimo pro-

porcionarnos algfn indicio de temporalidad? Un r6tulo con el nombre de

VANDALOS ya nos retrotrae a una 6poca determinada, como los de

HANSA. San JUAN DE ACRE, TOBRUK, ATILA, RICARDO CO-

RAZON DE LEON, GARIBALDI, O MOLA.

. Mucho tienen que decir los simbolos utilizados por el autor delmapa.

Si ha utilizado simples <figuras geomdtricas> o <<tramas>) (v6anse

griificos ly 2), serd diffcil arrancar informaci6n concreta en este sentido;

si se han representado <<ideogramas> (v6anse griificos 3 y 5), este repaso

inicial ya puede proporcionarnos pautas. La aparicidn de <figuras bidi-mensionales>) o <<tridimensionales>> (vfunse grdficos 9 y l0) induciril ap€ns:r en diferencias existentes entre unos y otros, en funci6n de sus

6reas distintas.

La existencia de <grdficas lineales> (v6anse grdficos ll a 14) o de<diagramas>, de cualquier tipo que sean (veanse grdficos 15 a22), puede ono darnos pistas sobe el tema, pero lo que si nos proporcionar6n son da-

tos para el andlisis, objeto de la lectura y del comentario posteriores.

85

. Es conveniente determinar si el mapa que va a ser objeto de "des-cubrimiento> constituye una representaci6n est6tica o din6mica, es decir,

si indica movimiento.

I-a utilizaci6n de flechas direccionales indicard, sin duda alguna, no

sdlo hacia ad6nde se expande el fen6meno, sino tambidn la amplitud geo-

gr6fica del mismo, las interrelaciones y los puntos de fricci6n y enfren-

tamiento. Si tales flechas van acompafladas de r6tulos antroponimicos,

ffiffiWffffiFffiffitr+FrLm,-r

l?l L-r r'r'r

t##ff

-d d

L U A N D o H {I L N T I F ' l D L os E M E T s c o N

T u T V o 5 D E L IA E s A R trl o 5 ID 5 o I

E L I o R

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sin duda nos van a indicar que nos hallamos ante un fen6meno expansivode grupos de gentes; si los r6tulos denotan hechos culturales, religiosos,econ6micos, etc., el movimiento se estar6 refiriendo a trasvases e influen-cias de tales caracterfsticas. Las flechas, en definitiva, suelen indicar rapi-dez, urgencia, movimiento rdpido y acelerado, aunque en historia esa cele-ridad puede comportar aceleraciones que exigen aflos y decadas. Si el mapasoporte es uno de Europa, se puede presumir que los mdrgenes cronoldgi-cos de cada flecha, desde su inicio hasta su tdrmino, serdn mayores que enel caso de que se trate de una zona geogrilfica mds reducida (regidn,comarca, zona).

Tambidn se <descubre> el movimiento direccional a travds de los<diagramas de radios>> (v6ase grdfico 25) y de los <diagramas en estrello>(v6ase gr6fico 24), qlue, incluso, nos pueden dar a entender la intensidaddel fen6meno, intensidad que queda reflejada magnificamente cuando elsigno utilizado es la <<linea de flujo> (vdase grdfico 26).

Si el movimienlo expansivo y direccional esti representado superfi-cialmente, con tramas o con colores (vdase gr{fico 27), en esta fase de<descubrimiento>), a falta de la ayuda de la clave, aqudl puede no ser iden-tihcado, dado que tales tramas o colores pueden no tener nada que ver conhechos dirulmicos.

. Oro aspecto a considerar en la prospecci6n o <descubrimiento> ini-cial se refiere alaprofundidad o intensidad del fen6meno que recoge elmapa.

Como se acaba de indicar, los <grdficos en estrella>> y las <lineas deflujo>, por ejemplo, aparte de indicar direccidn tambi€n demuestran inten-sidades mayores o menores. Pero no son precisamente 6stos los signos osimbolos que mejor las expresan.

Si aparecen distribuidas por la superficie del mapa, o en su orla, <<fi-guras bidimensionales o tridimensionales>>, <<grdficas lineales> o <<diagra-mas>> de cualquier tipo, conviene detenerse en ellos para detectar si el fe-

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ntimeno o hecho que tratan de resaltar, cuyo contenido todavia desconoce-mos, es homogdneo en todos sus puntos, identificando espacial o geogf6-ficamente d6nde se dan las diferencias mayores, cudles son los extremosmiiximo y mfnimo; si existen coincidencias o si se repite el dato.

En el caso de que los simbolos utilizados sean meramente descripti-vos, es dccir, que no presenten estructura interna compleja, procede, almenos, detectar si se repiten con frecuencia o, si, por el contrario, apare-cen espaciosamente distribuidos. El agrupamiento cercano de varios sfm-bolos meramente descriptivos tambidn puede denotar intensidad o profun-didad. ;D6nde o en qu6 partes del mapa ocurre eso? ;Qud zonas des[acanpor la profusidn o penuria de tales signos?

. En esta exploraci6n inicial o <descubrimiento>> del mapa, adem6sde efectuar los pasos del proceso anterior, es conveniente detectar los po-sibles sfgnos especiales, es decir, aquellos que son rinicos o que el rea-lizador del mapa ha destacado de manera deliberada. htede consistir en unr6tulo mayor, en una lfnea quebrada, en un simbolo roto o troceado, enun punto del que parten -s6lo en este caso-- circulos concdntricos o fle-chas; tambidn un simbolo desproporcionado respecto al resto, la represen-tacidn de una llama, una ventana que se abre fuera de los limites del mapapara tratar de explicar con mayor detalle un punto concrelo de aqudl, etc.

Pero adcmds de detectarlos, conviene profundizar cuanto sea posible

en el descubrimiento de su significado: en qud zona se hallan respecto alesccnario global; c6mo afectan a los dem6s signos; si se trata de simbo-los atractivos o repelentes de los otros; si denotan facilidad de tritnsito o,por el contrario, parecen constituir bareras, etc.

En muchas ocasiones, una buena parte del mensaje del mapa se hallarecogido precisamente en estos signos especiales que, naturalmente, estdnrelacionados con los dem6s del conjunto.

. En virtud de los resultados alcanzados hasta este momento del pro-

ceso (<descubridoo de un mapa, quizds se hayan acumulado datos suficien-

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temente claros como para determinat su temdtica. No obstante, la brisque-

da de 6sta no debe constituir un objetivo prioritario aalcanzar, incluso ni

siquiera debe proponene como meta, puesto que no lograrlo puede condu-

cir a crispaciones innecesarias. El proceso siguiente, es decir, la <<lectura

del mapa>, aborda precisamente este aspecto de su explotaci6n.

Es m6s, segrin como se nos muestre el mapa a descubrir, se puede

incluso realizar un juego, consistente en inventarse un tema cualquiera y

tratar de darle sentido. Tal vez se llegue a alguna situaci6n chocante o es-tramb6tica. No importa, lo importante es que los datos respondan allenguaje y a las condiciones expresados por el mapa a trav€s de sus sim-bolos.

. Es posible que aigunos mapas concretos puedan contener otros

asideros ademds de los descritos: tipos de nexos, leyendas, datos analiticosseparados, situados en ventanas aparte, etc. Precisamente por su car6cter

exnaordinario deber6n ser tenidos en cuenta en esta aproximacidn inicial o<descubrimiento ) cartogrdfi co.

Este primer repaso o paseo tratando de indagar cuanto sea posible so-

bre el escenario, el rotulado, la cronologia, los sfmbolos, el movimiento,la profundidad, los signos especiales y la tem6tica del mapa ayuda sobre-manera en el proceso de su comprensidn, incluso para quienes la tecnicadel comentario es habitual. Es una manera efrcazy ri{pida de centrarse, deprepamrse para <leer el mapa>.

Wffidffiffffi}qHryWw*4

89

Aspectos pr6cticos

Veamos un ejercicio aplicado a un mapa concreto. Conviene noolvidar que tanto la clave como el tftulo deben ocultarse, de modo que, enel ejemplo siguiente, cada mapa aparece sin ambos, aun cuando al finaldel descubrimiento serdn indicados, pueslo que con este mismo mapa po-drfa efectuarse el paso leguiente: leerlo.

EIEMPLO

. Repasemos uno a uno los elementos constitutivos m6s destacadosdel mapa siguiente (Grdfico 50):

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GrQfico 50

< Descubr im ie nto>

. Desde el punno de vista geogrdfico, aun cuando el mapa represen-

tado comprende toda la Peninsula lbdrica, el tema o asunto del que trata sc

refiere, sin duda, directamente a Espafla o, dicho de otro modo, Portugal

no participa en €1, aunque por la distribuci6n de los sfmbolos, Ie debe

afectar indirectamente, como ocwre con el caso de Francia. A simple

vista, no se aprecia qu6 papel reprcsentan Andorra y Gibraltar'

9 l

concretdndonos a Espafla, 6sta se nos muestra profusamente divididaen circunscripciones que, desde ruego, no obedecen a condicionamientosgcogr6ficos. V6ase por ejemplo, la uni6n de las tierras de la Montafla can-tabra y las de Burgos, que parece olvidarse de roda la cordillera cant6brica.

Por una parte, la divisi6n debe tener una base hist6rica (aparecendilerenciados Arag6n, catarufla, valencia, los antiguos reinos de seviilao Granada, Extremadura, Galicia, Asturias, Navarra, etc.); pero, por otrolado, se vislumbra otra divisi6n, que debe ser adminstrativa, del tipo quesea' como lo demuestra el troceamiento castellano-leonds. Todo parece in-dicar una fragmentaci6n <<pre-provincial>, siendo su dato miis significati-vo el terrir.orio que afecta a ras actuales provincias de L,e6n, valladolid,Palencia y Zamora, en cuyo interior parece que se disefla la circunscrip_cidn de Toro, por ejemplo.

. El rotulado se refiere, sin gdnero ds (urtas, a nombres toponimicosmayores en su acep'ci6n moderna. Se trata de ciudades, villas y puebrosconcretos y conocidos, sin que ninguno de ellos destaque de los dem6s. Elhecho de que el rotulado afecte por igual a tres tipos de simbolos (de loscuatro que aparecen, pues uno no lleva), confiere unidad al mapa, y parecequerer decir que esos tres signos se refieren ar mismo asuntro, aunque conmatizaciones diferentes.

. Crornl6gicomente hablando, aunque el mapa no proporciona ni unasola indicacidn en este sentido -por lo que es imposibre adjudicarle unadata concreta a priori-, sf que exisren elementos grdficos que podrfanproporcionar al menos las fechas miixima y minima, es decir, los t6rmi-nos cronol6gicos <ante quem> y <post quem>.

, INo obstante, el eiercicio anterior imprica poseer conocimientos his-tbricos y su aplicaci1n al mapa concrero entre de n,o de una de ras fasesdel comentario hist6rico propiamente dicho: Ia dataci1n, cuyo m1todo seexplicard en su momenlo.

si quien realiza er <descubrintiento> posee wa buena base hist6rica,por simple deducci6n-4unque no se le deba exigir ahora al ne6fito_

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lwllard entre otros los siguientes dztalles o contastes quz Ie proporciorun

pistas cronol6gicas:

* El Grao y Valencia aryrecen como dos entidadcs dislintas, cwn-

do es biensabido que hoy constituyenunaunidad.

* Algunos de los razonatnientos argumentados aI hablar del marco

geogr'fico nos han conducido, casi con seguridad,4 un momento <pre'

provincial>, es decir, anterior a la configuraci6n de las actuales provin-

cias, cuya realidad es d.atable (1833).

* Porrugal no porece ser gobernado desde Madrid, luego ya ha

tenido lugar Ia crisis secesionista de 1640.

* La plaza de Olivenza, tan disputada entre Portugal y Espafia,

pertenece a esta illtima, a la quz pasa definitivamente en 1801 , dwante Ia

derwmirnda <Guena de lss Naranias r.

* Mahin es espafiola, recuperaci6n gue tuvo lugar definilivamente

en 1782.

Con un minimo de conocimientos histdricos, por lo tanto, se podrta

cslcular la crorwlogfu del nwpal .

. l os simbolos ayudan muy poco en la tarea del <descubrimiento>> al

utilizar tan s6lo figuras geom6tricas, lo cual nos conduce a una represen-

taci6n cartogrdfi ca eminentemente descriptiva.

. Ninguna seflal de movimiento en el mapa y, sin embargo, el movi-

miento de lo que sea (ideas, personas, bienes, etc.) tiene que existir. Si no

;para qud hacen falta barreras como las que se intuyen?

A pesar del estatismo del mapa, el movimiento subyace en 61. iQu6

es lo que se muevs y hay que controlar? Simplemente bienes, sea mercan-

)3

cias sea dinero. La deducci6n es l6gica, en parte. Ningrin navarro es trata-do personalmente como extranjero, puesto que forma parte de la Coronahispana dentro de los limites cronol6gicos de la modernidad. Tampocoexiste con ellos ningrin anatema conocido para sus ideas o religi6n que,por cierto, es la misma que la del resto de los espafloles. Sin embargo, sesabe que Navarra ha disfrutado de un r6gimen foral propio respecto a laHacienda priblica general. iEs 6ste el indicio que nos puede conducir altcma bdsico del mapa?

. El hecho de que el rotulado, como se ha indicado, sea homog6neo,nos conduce, quiz{s, a un tema dnico, pero con distinta graduacidn, mati-zaci6n, importancia, especializaci6n o profundidad, como parece denotarel uso de tres tamafros distintos de circulos, cuando el aulor afn tenfaotras posibilidades gr6ficas (faltan el cuadrado, el rectdngulo, el rombo,etc.).

Los signos, por falta de complejidad, son meramente descriptivos,pero, no obstante, llama la atenci6n su disribuci6n: parecen configuraruna fronl.era. La aut6ntica cadena que constituyen los circulos menores ymcdianos se encuentra siempre tierra adentro, es, pues, un limite conti-nental; la cadena formada por trii{ngulos se da en la costa. Si la temdticaes una, se trata, sin duda, de representar una barrera contra algo que entrao sale de Espafla, con la excepci6n de Navarra, al menos.

La circunstancia de que los circulos mayores aparezcan lanto en elinterior como en el litoral puede indicar una especiali zacifn distinta, unaprofundizaci6n del hecho de que participa o una funci6n iglutinadora delos otros signos (circulo pequeflo, circulo mediano --{nuy abundante- ytriiingulos).

El que dentro de cada simbolo (circulos grandes, medianos, pequefrosy triSngulos) todos ellos sean iguales entre sf, nos describe un fen6menoque se generaliza en los l(mites fronterizos (lo indica la profusi6n de sig-nos), pero cuya cuantificacidn aislada, para cada signo, es imposible. To_dos los signos dentno de su especie parecen rener el mismo valor; se trata.por lo tanto, de la narraci6n o instantdnea de un hecho, simplemente.

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. En realidad, no se destaca ningrin signo especial. Sin embargo, la

solcdad en la que se halla el circulo grande que encabeza Madrid le conltere

a iste un cardcter distinto de los dem6s, todos cercanos a la costa o fron-

tcras exteriores. 1,Es punto de confluencia y atracci6n de los oros?

. Por los datos que proporciona el mapa, es imposible determinar

cxactamcnte la temdtica del mismo, aunque indirectamente hayamos dedu-

cido que se trala de algo que entra o sale de Espafia.

. En conclusi6n, parece que se trata de un mapa descriptivo de un

hecho que afecta a Espana en un momenlo cercano a la divisi6n de 6sta en

provincias. Una barrera costera y otra continental frente a Portugal y

Francia, por un lado, y frente a Navarra, por otro, deben suponer un freno

que no es de car6cter ideol6gico ni religioso, sino m6s bien un freno de

tipo econdmico o material, destacando Madrid como centro aislado del

conjunto, quizds como polo de confluencia general del fen6meno.

. Mediante el ejercicio prilctico que se acaba de realizu, se han tratado

de descubrir las fuerzas intemas del mapa, la amplitud del fen6meno repre-

scnhdo y cuyo con@nido desconocemos todavia, a qui6n o qui{nes afecta

y en qu6 6poca.

Al desvelar ahora el titulo y la clave:

TITULO:CLAVE:

ADUANAS EN EL SIGLO XVtrI

O Generales

O De importaci6n Y exPortaci6na AduanillasA Maritimas

las hip6tesis se desmoronan y confirman, pero de lo que no cabe duda

alguna es que se han pensado, sopesado y medido todos los signos, sfm-

bolos y r6tulos y su disnibuci6n espacial. Al desvelarse titulo y clave,

un nuevo proceso comienza, el de las ratificaciones o rectificaciones, en

dcfinitiva, la <<lecturo> del maPa.

b) Leer un mapa

Aspectos te6r icos

. Bien sea con miras did6cticas bien como primera aproximacidn al

contenido de un mapa, el <<descubrimiento>> abre las puertas a la <<lectu-

ra>. Esta supone poner en relaci6n el contenido del mapa (expresado me-

diante signos, sfmbolos y r6tulos) con el t{tulo y la clave, de modo que,

si cn el paso anterior podia proceder su ocultaci6n (sobre todo en el caso

del ne6ho), ahora su aparici6n es imprescindible.

ADUANAS EN Et SIGLO XVIII

I"d'a-?I O . r r ^ . t : a I h h f n q i v . r t s a u s a . a u r , B . , a r * r r y {

FUENTE: "Adrurus lenestes y nsritinas de Espafra o fines del sinlo WIII>

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- La lectura consiste en mantener un permanente didlogo entre la

clave y los simbolos y signos, di6logo en el que el alumno, el profesor oel simple <lector> cartogn4fico actrian como intermediarios e int€..rpretes.

Cuando se tiene hdbito en la explotaci6n de mapas, <<descubrimiento>> y<<lectura>> se realizan alavez,

. Para este momento conviene estar avisado de algunos de los proble-

mas que pueden presentarse respectro al titulo y a la clave.

-El titulo suele delimitar la temdtica general o concreta del mapa y

la cronologia m6s o menos exac[a. Pero, en muchas ocasiones, mediantela lectura pormenorizada del mapa y, sobre todo, merced a su comentarioulterior, observaremos que se suelen producir imprecisiones tanto temS-

tica como cronol6gicamente hablando. Como puede suceder asimismoque el titulo se refiera fnicamente a un solo hecho y el mapa a dos o

mds.

. Respecto ala clave, conviene estar tambidn avisados de posibles

anomalfas.

Por un lado, si el autor del mapa no pone excesivo cuidado en laconfiguraci6n de la clave, circunsl,ancia que ocurre a menudo, alguno oalgunos de los simbolos o signos de los incluidos en el mapa pueden noaparecer en la clave, quiz4s porque le hayan parecido excesivamente clarospara su interpretacidn.

Por otra parte, la ordenaci6n de los signos y sirmbolos en la clavepuede aparecer de manera an6rquica o con criterios no excesivamente l6gi-cos, disponi6ndolos de manera no secuencial o desordenada, por ejemplo.

Por riltimo, las definiciones o descripciones de cada signo o simbolo,en un intento sint6tico que ahone espacio, puede adolecer de defectos deredacci6n y, por lo tanto, de alguna inexactitud o desviaci6n.

. Cada uno tiene una manera propia y caracteristica de leer un mapa,pero pensando en el nedfito o en quien no camina muy suelto en el rcne-

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no de la explotaci6n diddctica de ra cartografia histdrica, la siguiente cons-tituye una especie de socorrida plantilla o ayuda para acometer tal empresaintelectual.

- Si hemos <descubierto>> el mapa previamente, la tarealectora sesimplifica de manera considerable. En principio, conviene corroborar omodificar, segrin proceda, la idea que previamente nos habiamos formadodel mapa, cuando careciamos de ritulo y crave. ciertamente, con toda se-guridad, ahora tendremos que modificar o al menos maizaren algo, o entodo, a veces, algunos de los aspectos ya considerados, pero, en general,la visidn previa o <<descubrimiento> nos va a servir.

- Repasemos ahora, uno a uno, los pasos anteriores, pero con laayuda que supone saber, por el tftulo, de qu6 trata exactamente el mapa.Para poner en comunicaci6n a 6ste con ra crave, las deducciones e hipoie-sis establecides durante el <descubrimiento> se toman ahora en preguntasque, formuladas a la clave deben quedar contestadas ar indagar en er mapa.

. <<Leer>> un mapa, por lo tanto, supone, como se ha indicado, poneren relacidn crave, tftulo y contenido interno mediante pregunhs referidasa los limites geogrdficos, rotulado, cronologia, signos y sfmbolos, movi_miento, profundidad e intensidad del fen6meno hisroriado y signos espe-ciales, porque la emdtica ya la conrcemos.

- Quede claro que <<leer>> el mapa no comporLa todavfa ni larealizaci6n de un aniilisis profundo, ni su valoracidn ni ra convocatoria dela historia para tratar de dar sentido a las lagunas gu€, sin duda alguna,presenta cualquier mapa, pues no olvidemos que, en definitiva, se trata deuna insanl6nea y, ademds, de la revelacidn de un trecho o tema concreto.

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El mapa muestra una autdntica frontera de <aduanillay y <aduanas deimportacidn y exportaci6n>>, tanto terrestres como marftimas, que conflu-yen en otras llamadas <generales>>, sin duda de mayor importancia admi-nistrativa. De lo que no habla nada el mapa es de la importancia cuan-titativa de cada uno de los puntos de esta cadena fiscal, para lo que hubierasido preciso tanto una buena base estadistica o de datos cuanto la utiliza-ci6n de oro c6digo de signos m6s complejos, como <<recttrngulos> o <<cir-

culos>> divididos, por ejemplo. Tampoco hace referencia el mapa a las ac-tividades represivas que, con toda seguridad, originaria el inevitable con-trabando que nace siempre en torno a cualquier polftica recaudadora.

- Cuando en la fase de <<descubrimiento> se echaban en falta signosespeciales, se poniia no obstante de relieve la soledad del enclave de Ma-drid -ahora sabemos que en su calidad de.<aduana general>>-, en el cen-tro peninsular.

Al desvelarse el tema y la clave del mapa, as obligado recapaciur so-bre este hecho y completar el argumento. Los circulos mayores -las<aduanas generales>>, aunque mds separadas entre s(- tambidn parecenconstituir otra cadena o frontera, como la de los cfrculos medianos, peque-flos y tri6ngulos.

Mas obsdrvese c6mo cada circunscripcidn administrativa, es decir,cada <<intendencia> perifdrica posee al menos una <<aduana generalr>, peroahora, a la vista de la clave, hay cuatro de €stas que llaman poderosamentela atenci6n: las de Tortosa, Fraga, Agreda y Logroflo, todas ellas en losconfines entre antiguos territorios independientes entre sf: Caulufla/Va-lencia, Catalufla/Aragdn, Arag6rVCastilla y Navarra/Castilla, respectiva-mente. Tal hecho, de ser cierta la deducci6n, parece indicar que aun ha-biendo sido abolidas las barreras polfrico-administrativas, continfa exis-tiendo una divisidn hacendfstica, basada en antiguas realidades hist6ricasque el centralismo bor$nico parece no haber podido abolir.

. El mapa ha sido <<descubierto> y <<leido>. Al enfrentar los resulta-dos alcanzados hasta aqui con la historia que nos es conocida para tratar de

Aspectos pr6cticos

EIEMPLO

. Para poner un ejemplo priictico de lo expuesto como teoria de la

lcctura cartogrdfica, nos servir6 de base en este caso el mapa referente a

las <Aduanas en el siglo XVIII> (vease grdfico 5l), del que previamente

hcmos realizado su <<descubrimiento>>.

<Lectura>

- Se trata de una instantilnea o visi6n del sistema aduanero existen-

tc, segrin el titulo, en la Espafla del siglo XVIII, cuya composici6n o dis-

tribuci6n administrativa interna parcce corresponder a la de las <intenden-

cias> borb6nicas, precedente inmediato de las provincias actuales.

- Todo el mapa se refiere a un mismo y fnico tema, el aduanero,

tal como en el <descubrimiento> inicial se habia intuido al considerar la

homogeneidad del rotulado. Ahora, a t€nor de los signos de la clave, esta

intuici6n se confirma.

- Cronol6gicamente hablando, el titulo proporciona una fecha am-

plisima, todo el siglo XVIII; sin embargo, la pertenencia de Mah6n a

Espafla (dcsde 1782) y de Olivenza (desde 1801) nos obliga a retrasar el

t6rmino <ante quem>>, a la vez que el <<post quem>) debe ser anterior a

1833 (aparici6n de las provincias actuales). En consecuencia, el mapa re-

fleja la realidad existente a fines del siglo XVIII, aunque la data correcta

scria la de 180l-1833.

- El mapa nos muestra una infraestructura fiscal est6tica, pero' en

cfccto, tal como se argumentaba en el <<descubrimiento> inicial, en el

londo subyace un movimiento: el de las mercancias, cuyo tr6nsito de un

Estado a otro se trata de gravar.

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comprender, analizu o valorar en profundidad el mapa, entraremos de lle-no en la tercera fase de la explotaci6n diddctica del mismo, el <comenta-rio> hist6rico.

c) Comentar un mapa

. Hay quienes a esta tercera parte de la explotacidn didrictica de unmapa histdrico, tras el <<descubrimiento)) y la <lectura>, la denominan<andlisis'>. Naturalmente que esta riltima fase requiere tal proceso mental,pero tambi€n otros muchos, como la <<comprensi6n>, la <<comparaci6n>>,

la <<sfntesis> y la <<valoraci6n>>, por ejemplo. De ahi que piua denominar atal conjunto de operaciones deba acudirse a un t€rmino globalizador y

comprensivo de odos esos procesos. Es en este sentido amplio en el que

utilizamos el t6rmino <<comen!ario>, que no debe confundirse con el deexplicacidn extenn, en la que se cae a menudo, ni con el <<mapa-pretexto>>para llamar sin mds a la hisoria conocida y repetirla

- Un mapa hist6rico, como sucede con los tex[os, no s6lo consti-tuye un instrumento para el conoclmiento y la comprensi6n de la histo-

ria, sino tambidn un medio diddctico para hacer pensar, reflexionar y ta-

bajar a la mente. Esta segunda faceta es la que suelen desestimar algunosprofesores de Historia, para quienes la tarea de enseflar a discurrir y razo-nar siempre es competencia de los dem6s.

- Conviene adelantar que no existe un modelo ni prototipo de co-mentario de mapas histdricos. Eslos, como ocurre en el caso de los textoshist6ricos, son tan variados que cada uno de ellos exige un enfoque dis-tinto. Recudrdense estas palabras porque, si, en un intento de ayudar aquienes dan sus primeros pasos en el comentario cartogr6fico, damos al-gunas indicaciones que ayuden a ello, 6stas nunca deben s€r tomadas co-mo una plantilla o norrna aplicables a cada mapa posible. Esta adverten-cia, puesta de manifiesto en su dfa con motivo del comentario de textos,parece no ser tenida en cuenta por algunos lectores, achacando, a quien sGlo pretende proporcionar ayuda, intenciones que no son ciertas. No exis-ten plantillas, si ayudas.

l0 l

- Por otra parte, conviene recordar que el comentario de un mapaprecisa del conocimicnto hist6rico. Si se carece de 6ste, a lo miiximo quese puede aspirares a su <lectura>.

- Por rlltimo, aparte de poseer conocimientos hist6ricos, el comen-tario propiamente dicho entrafra comparaci6n, comprensi6n, an6lisis, ca-pacidad sintdtica y valorativa, lo cual significa que quienes pretenden<<comentar)) un mapa deben poseer todas esas capacidades apliCadas a estatarea concreta. Por lo tanto, ese puede decir que los alumnos de sexto cur-so de EGB, en general, pueden comentar mapas hist6ricos? Creo, sincera-mente, que estiin en condiciones de <<descubrirlos> y de <leerlos>, pero node <comenlarlos>>.

. Como se ha indicado, no existe un m6todo rinico para el comenta-rio cartogrdfico, ni mucho menos una plantilla. No obstante, con notableriesgo, vamos a intentar proporcionar algunas ideas referidas a dos aspec-tos distintos de todo comentario: qud se debe pedir a cualquier mapa y c6-mo ordenar las respuestas de 6ste para emitir un <<informe> o comentario.

Aspectos te6ricos

Ie) C6mo se opera intelectualmente ante un mapo

. Todo mapa, a tmv6s de sus signos y sfmbolos, no s6lo aporta co-nocimientos, mensajes, hechos y conceptos concretos y visibles, sinoque funciona asimismo como palanca o reclamo de otros conocimientos,mensajes, hechos y conceptos histdricos que el comentarista debe aportar.Todo mapa hist6rico proporciona y solicita informacidn, a la vez; et co-mentario hist6rico surge de la confluencia y engiuce entre lo que propor-ciona y lo que reclama.

- Todo mapa proporciona y solicita determinados conocimientos;aporta y pide datos para su comprensi6n; da y requiere informacidn e ideaspara hacerlo aplicable; muestra y reclama datos para el ani{lisis y la sin-

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tesis; patentiza y solicita claves para valorarlo. Este mfltiple proceso dia-l€ctico es el que conduce al comentario, en tanto que el comentarista actriade ordenadm.

. Todo mapa, a la hora de abordar su comentario, proporciona deter-minados conocimientos, pero, por su cardcter parcial e instantlneo,tambidn solicita otros complementarios, que no accesorios, que den sen-tido a los primeros.

- Generalmente los mapas suelen proporcionar y requerir datos acer-ca de conocimientos concretos sobre terminologia o sobre hechos especf-ficos, es decir, datos terminol6gicos y fen6menos de todo tipo.

- No obstante, con el mero conocimiento de datos, fechas, nombreso acontecimientos dificilmente se puede ir m6s alld de la simple lecl.urade cualquier mapa. Es preciso conocer tambidn otros aspectos del desano-llo hist6rico y del quehacer del historiador, como los procesosy tenden-cras (por ejemplo, la evoluci6n seguida por la institucidn de la que hablael mapa); las distintas clasificaciorws y categorias (por ejemplo, las divi-siones administrativas o partidos polfticos afectados en el mapa); los an'-terios segu.idos en la realizaci6n cartogrdfica (por ejemplo, los que permi-ten valorar la informaci6n aportada o el grado de autenticidad de los da-tos); y, si es posible, el tipo de metodologfa seguida para la recogida dedatos.

- Por riltimo, para comentar plenamente un mapa hist6rico, espreciso tener conocimientos de determinados pincipios y gercralizaciones(por ejemplo, conocer los mds elementales sistema.s econ6micos, polfti-cos, religiosos, etc.) y conocer asimismo teorfas y estructuras (por ejem-plo, aqudllas en las que se basan los distintos sistemas econ6micos y laes tructura or gantzaiv a de servicios priblicos e instituciones).

- En resumen, para comentar un mapa hist6rico no basta s6lo conposeer conocimientos terminol6gicos o de hechos especfficos, sino que,para profundizar en su comprensidn, es preciso pose€r un bagaje de cono-

103

cimientos sobre principios, teorfas, clasificaciones, metodologia' etc' del

lcn6mcno hist6rico, pues, de lo contrario, es imposible ir mds all6 de la

mera lectura.

. Todo mapa proporciona y exige conocimien0os histdricos a la hora

de su comentario, pero este tiltimo implica tambidn la comprensi6n

del contenido gr6fico, es decir, cudl es la pretensi6n del mensaje carto-

grilfico, cuiil es su traducci6n.

- Por otra parte, con toda seguridad serd preciso interpretar,conla

ayuda de sus signos y simbolos, el contenido global del mapa, asf como

los aspectos o puntos parciales. Para ello habr6 que compaginar la infor-

macirin griifica que Se nos presenta con el conocimiento hist6rico, lO cual

nos conducird muchas veces a completar el mapa o a descifrar su mensaje

y su intenci6n.

- En muchas ocasiones, proceder6 extrapolar los datos suministra-

dos por un mapa, desembocando en conclusiones o deducciones que no se

hallan explicitadas en aqudl.

. Aparte del conocimiento y la comprensidn de todo mapa, procede,

si es posible, aplicar las ideas que contiene, o sea, hacer referencia, por

ejemplo, a la disposici6n legal, acuerdo o nolma de los cuales deriva la

situaci6n reflejada grdficamente, o sea, conviene tansferir a casos concre-

tos el mensaje del mapa: articulado de una ley, decreto u orden; clarisulas

de un tralado comercial, politico, militar, etc.

- En ocasiones, el comenurista, mediante los datos gr6ficos aporta-

dos y el concurso de lapropia historia,puede llegar a predtcir posibilida-

des y consecuencias.

. El anSlisis es consustancial al comentario hist6rico cartogrdfico,

tanto que, en muchas ocasiones, se suele denominar como andlisis a la

operaci6n global de comentar, lo que, a nuestro juicio' empobrece o mi-

nimiza el mriltiple proceso mental requerido, puesto que, frecuentemente,

el comentario sobrepasa los limites del andlisis'

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Centrdndonos en el simple proceso analftico, es decir, aquel que exigedescomposici6n o disociacidn de los elementos constitutivos de un mapahistdrico, las relaciones internas entre ellos y las causas posibles, tal pro-

ceso debe centrarse, al menos, en dos aspectos.

- En primer lugar, es conveniente analizar los elementos historia-bles constitutivos del mapa, tratando de identificar y comprender tanto losrecogidos explfcitamente por el cart6grafo como de suplir o rellenar lasposibles lagunas, deficiencias o carencias.

- En segundo lugar, quizds proceda analaar las posibles relacionesexistentes entre los distintos elementos que configuran el mapa o entre6stos y otros elementos externos a los que sea necesario convocar parahallar explicaciones o causils.

- Este doble proceso analitico aplicado a un mapa nos permiteseleccionar lo verdaderamente relevante del mismo, detectar sus lineas di-rectrices, descubrir lagunas y silencios y hallar razonamientos.

. Como parte integrante de su comenCario, todo mapa exige un pro-ceso de sintesis, es decir, de ensamblaje de sus elementos constitutivos,previamente analizados. Durante la realizacidn de este proceso, normal-mente hay que recurrir a elementos ajenos al mapa para rellenar lagunas osuplir datos inexistentes pero precisos para conferir sentido al referido en-samblaje.

- Normalmente, fruto de la s(ntesis nace una comunicaci6n ilnica,una redaccidn aglutinadora de las diversas partes presentadas en el mapa.Se podria decir que, por sintesis, surge el mensaje, la redacci6n o el re-sultado del comentario. Nace el compendio de las ideas aisladas que encie-rra el mapa.

- Ahora bien, el comentario quedaria corto si, en la redacci6n ril-tima, s6lo nos limitiramos a emitir una comunicaci6n deslabazada de lasideas contenidas en el mapa. Procede profundizar algo mds, es decir, hay

105

que proporcionar una ligaz6n de las ideas aisladas, producir lo que se de-nomina un plan de trabajo o, lo que es lo mismo, la formulaci6n de al-gfin tipo de teorfa o idea de conjunto surgida de la conjunci6n de los dis-tintos datos, elementos o ideas del mapa.

. Por dltimo, el comentario de un mapa histdrico puede y debe con-llevar la emisi6n de algrin tipo de juicio de valor sobre el mismo, o sea,evaluar su importancia dentro del contexto hist6rico en el que se enmar-ca. Esta valoracidn puede referirse a los elementos, a las ideas, a los plan-teamientos, a las lagunas, etc. Ahora bien, tales juicios de valor cabe aco-meterlos desde dos perspectivas distintas, aunque no excluyentes la una dela otra.

- Por una parte, la valoraci6n o emisi6n de juicios de valor sobre elmapa puede formularse desde denfo, es decir, enfunci6n de evidencias odalos internos, que aparecen explicitados en el mismo. Tal valoraci6n im-plica determinar hasta qud punto son exactos y veraces los datos y ele-mgntos reseflados en el propio mapa, si son los mds id6neos, si son losfnicos, etc.

- Por oro lado, cabe una valoraci6n basda en evidencias o criteriosexternos o, lo que es lo mismo, evaluar el contenido del mapa vali€ndo-nos de datos, ideas o elementos ajenos al mapa.

- De la conjunci6n de ambos criterios evaluadores deben derivarseresultados variados referidos a la valoraci6n de cada mapa. Ahora es elmomento de reafirmar o contradecir sus datos, juicios o conceptos; es elmomento de apostillar o modificar los aciertos o errores; en esta parte delcomentario se procede a comparar las evidencias mostradas por el mapacon ofos resultados o conocimientos hist6ricos externos a dl: es el ins-rane de aventurar hip6tesis, etc.

. En funci6n de cuanto acabamos de ver, y, a modo de resumen, con-viene recordar que el comentario de un mapa hist6rico requiere, al menos,dos condiciones: pos@r suFrcientes conocimientos histdricos en tomo a la

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tematica del mismo y adentrarse en su contenido de manera critica, com-

prensiva, analitica, sintetizadora y evaluadora.

Pero, por otra parte, este mriltiple proceso mental no puede some-

terse a una plantilla ni a un orden preestablecidos, porque cada mapa es

distinto, como diferente es la base de partida de cada comentarista. Y, sin

embargo, ic6mo sitematizar el crimulo de ideas, conceptos, datos y valo-

raciones que se acumulari desordenadamente al abordar de manera critica el

mapa?

2e) C6mo ordcnar el comentario de wt mapo

. Aunque, como se ha indicado reiteradamente, no exisle uno monera

inica decornentar un mapa, dada la diversidad tem6tica y la posibilidad de

enfocarlos desde perspectivas distintas, cab, no obstante, proporcionar

algunas ideas que pueden servir de ayuda. El autor de cada comentario debe

decidir en cada caso el mejor camino a seguir, marcando su propia im-

pronta personal.

. El <<descubrimiento>> Y, sobre todo, la <<lectura> del mapa nos han

desvelado la temdtica y la idea general del mismo. A continuacidn, antes

de proceder al comentario del mapa concreto, conviene situarlo dentro de

un contexto mds amplio. Hay que tener en cuenta que casi todos los

mapas suelen ser instantdneas cronol6gicas, temdticas y espaciales de

carfucler parcial. Interesa, por lo tanto, realizar una escueta intro-

ducc i6n .

- Es conveniente fijar mfnimamente su ruturalezs y oigen, adelan-

Ur su temdtiCa concreta dentro de un contexto mds general. Indicar si se

refiere a un hecho parcial y de qu€ tipo; si es fruto de una elaboraci6n

cientifica (obra de la sintesis mental de un aubr) o si se trau, por ejem-

plo, de un mapa nacido como resultado de una determinaci6n politica,

adminisrativa, militar, etc'

107

- Aunque de manera somera, parece asimismo conveniente cenlrarel mapa dentro del periodo histdrico al que se refiere. Un mapa, asf comolos hechos e ideas que recoge, siempre tiene unos antecedentes y unasconsecuencias. Aqudllos deben ser recordados al menos en esta fase ini-cial, en tanto que las consecuencias deberdn ser tenidas en cuenta en laconclusi6n, tras el comentario.

Centrar el mapa significa, asimismo, hacer una llamada a su ampli-tud cronol6gica, a las partes que interesa e involucra, a qud aspectos no serefiere, a qu€ otras instituciones y personas puede afectar, aunque no apa-rezcan en el mapa.

- Por riltimo, si es factible, deben trazarse algunas pinceladas o re-ferencias sobre otas posiblesfiuntes cartogrdficas o bibliogr.{frcas acercadel tema.

. Tras la introducci6n, nos adentramos en la explicacidn, comen-tario o explicaci6n propiamente dichos. Como en el caso de los tex-tos hist6ricos, esta es la parte que menos se presta a un esquema prees-tablecido y, sin embargo, es la mds importante. Tampoco caben paralelis-mos exaclos entre el comentario de texto y el cartogr6fico, puesto que elmodo de expresi6n es distinto en ambos y, por lo tanto, el m€todo deaproximaci6n varia sensiblemente.

- En general, cualquier texto y, en particular, todo texto hist6rico,al estar compuestos por frases u oraciones, poseen una estructura tangi-ble. En sus lineas, aunque quiziis entremezclados, el autor explicita ymantiene ideas y conceptos de graduaci6n divena.

- l-a primera tarea para cualquiera que desee comentar un texto con-siste en lwllar cuanto sntes las ideas principales o directices, las subordi-nadas a 6stas y, por fltimo, los datos complementarios. Basta para ellocon aplicar una tecnica adecuada de subrayado, aquella que conduce al sub-rayado lineal y esructural. Este entramado de ideas graduadas y matizadasrepresenta una ayuda importante para ordenar el posterior comentario.

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- Ahora bien, el asidero de un mapa es distinto que el de un textohist6rico. Las frases y oraciones de 6ste se convierten en signos y simbo-

los en el caso de aqu6l. Pero tales signos y simbolos pueden carecer de

sentido sin el complemento de la clave y del tftulo.

Al leer el mapa, es decir, al poner en relaci6n signos/sfmbolos, clave

y titulo, si el comentarista es capaz de formularse pregunlas adecuadas e

intencionadas, se encontrard, sin duda, con algunas, realmente pocas,

ideas directrices o b6sicas.

- No obstante, a veces es diffcil hacer comprender qu€ diferenciaexiste entre una idea principal, directriz, y las que le son subordinadas. Anuestros alumnos, incluidos los universitarios, en general, les cues[a en-tresacar de un texto unas y otras. No digamos, pues, de un mapa, que tie-ne menos asideros.

Hay que recurrir frecuentemente a un ejemplo comprensible y casitangible: la estructura de un templo cldsico (Grdfico 52).

Grffico 52

109

* Sus columnas, sostdn del edificio, constituidan las ideas principa-les. Si se derribaran 6stas, el conjunlo caeria.

* Las paredes no son fundamentales, de modo que se podrian susti-tuir, en todo o en parte: son las ideas subordinadas.

* Los adornos son accesorios, incluso superfluos, a veces: son losdatos complementarios.

Por lo tanto, durante la <lecturo> del mapa, interesa reflexionar sobreesta graduaci6n, puesto que es fundamental para el ulterior comentario.

-El andlisis sucesivo de cada idea principal, de cada una de lassubordinadas mds el de los datos complementarios nos proporciona comoresultado girones de su interpretaci6n, comprensi6n, aplicaci6n (Gr6fico

53).

- Porque, en efecto, procede trabajar con cada una de las ideas prin-cipales, por separado, es decir, una tras otra, con ayuda de las subordina-das a ellas, de los datos concretos aportados por el mapa y de los conoci-mientos que imprescindiblemente debemos poseer sobre el hecho hist6ri-co al que se refiere.

Cada idea debe ser completada, cuanto nos sea posible, con la aporta-ci6n de otros datos, conocimientos e ideas subordinadas, y analizada encada uno de sus elemenlos constitutivos, hasta llegar a su comprensi6n,interpretaci6n o aplicacidn.

- El resultado de este sucesivo proceso analitico, que conviene reco-ger por escrito, constituye una suma de parcialidades. Faltan la visi6n

sintetizadora, de conjunto, y su valoraci6n, riltima fase del comentariocartogrSfico.

. En efecto, uas la introducci6n y el an6lisis, el comentario requierefinalmente una conclusi6n, basada lanto en el reagrupamiento sintdtico

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l l 0l l l

de los elementos esenciales previamente annlizados y desmenuzados cuan-to en una valoraci6n del conjunto.

- Es esencial resumir o sintetizar de manera clara, encadenada y

secuencial las ideas b6sicas mantenidas por el mapa, e incluso, si es fac-tible, las tesis e hip6tesis expuestas y defendidas.

Si en la fase analitica procedia desmenuzar al m6ximo las partesconstitutivas de cada idea principal (sus subordinadas y los datos comple-mentarios), de modo que la visi6n de conjunto podfa quedar desdibujada,ahora interesa odo lo contrario: reagrupar lineal y ordenadamente la esen-cia fruto del an6lisis.

- Pero no basta con sintetizar; es preciso asimismo valorar el mapahasta donde sea posible, bien en funci6n de datos internos bien bas6ndoseen criterios extemos, como ya se ha indicado.

Es en este momento en el que el bagaje histdrico personal adquiereautdntica dimensi6n, porque es ahora cuando debemos juzgar acerca de laveracidad, exactitud, ejemplaridad e idoneidad del mapa para determinar sualcance y su inter6s como instantdnea del momento hist6rico al que serefiere.

- Por fltimo, si es posible, esta es la ocasi6n de indicar otras fuen-tes altemativas o complementarias para una mejor comprensi6n del mapaobjeto de comentario.

. Esquemdticamente hablando, por lo tanto, el comentario de un ma-pa podria responder a un sencillo modelo, cuya puesta en prdctica tienemucho que ver con el mayor o menor grado de los conocimientos hist6ri-cos alcanzados por el comentarista.

l. Introducci6n.- Naturaleza y origen del mapa.- Cenuado y ubicaci6n del mapa.

GrQfico 53

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ffi

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r l

[ 2 l l 3

torios integrantes fueron abolidos los fueros por los Decretos de Nueva

Planta, de modo que solamente permaneci6 vigente una parte del Derecho

privado de Arag6n, Catalufla y Baleares, pues Valencia lo perdi6 por com-

plcto.

No obstante, a pesar de la concentraci6n del poder en la persona delmonarca ---que le lleva a denominarse de manera frecuente como <rey deEspafia> o <{ey de las Espanas>-,6ste sigui6 utilizando la larga lista dedlulos correspondientes a los disrintos y antiguos territorios: <<rey de

Castilla, de Le6n, de Arag6n, de Navarra, de las Dos Sicilias..., archidu-que de Ausria..., duque de Borgofla..., conde de Flandes, Tirol, Barcelo-

na..., seflor de Vizcaya..., etc.>).

Los Decretos de Nueva Planta supusieron asimismo la abolici6n de

las Cortes de Arag6n, Catalufla y Valencia, de modo que los representan-

tes de estos tres territorios pasaron a fornar parte de las Cortes comunes

para toda Espafla, excepto Navarra, que conserv6 las suyas. Pero en la

prdctica estas nuevas Cortes nacionales carecieron de toda representativi-

dad y funciones.

Por otra parte, los territorios de la anterior Corona de Arag5n per-

dieron la categoria de virreinatos, subsistiendo s6lo el de Navarra. lns

virreyes fueron sustituidos por generales-gobernadores y las nuevas cir-

cunscripciones se denominaro n capitanias 8e nerale s, que podfan aglutinar

una o varias provincias o intendencias. El nrimero y la extensi6n de estas

intendencias variaron continuamente, y tal divisi6n territorial de Espafra

costituyd el precedente inmediato de la que se efectu6 en 1833, que ha lle-

gado hasta hoy.

En cuanto a la integridad territorial, cabe decir que Olivenza fue por-

tuguesa hasu 1801; Menorca estuvo en manos de franceses o ingleses

hasta 1782 y Gibraltar continu6 dependiendo de Inglatena, hasta hoy. En

el Norte de Africa, Espafla posefa Ceuta, Alhucemas, Melilla y la zona de

Ordn-Mazalquivir, si bien esta riltima se perdi6 en 1791.

2. Comentario.- Determinacidn de las ideas directrices.- AnSlisis sucesivo de cada idea directriz.

3. Conclusi6n.- Sintesis o visi6n de conjunto de las ideas principales.- Valoraci6n del mapa.- Indicaci6n de fuentes alternativas o complementarias.

Aspectos pr6cticos

. Con objeto de conferir unidad a cuanto llevamos dicho, tras el ..des-cubrimiento> y la <<lectura>> iniciales, nos vamos a servir, en principio,del mismo mapa para la realizaci6n del subsiguiente <comentario> (v€asegr6fico 5l). A continuaci6n se propondrdn dos ejemplos mds.

<Comentar io>

EJEMPLO 1

A) Introducci6n

Centrado del mapa

Con el triunfo de Felipe V de Borb6n Q7n-n24 y 1724-1746) enlaGuerra de Sucesi6n al trono espaflol, culmina el proceso de centraliza-ci6n iniciado por los Reyes Cat6licos. Todo el poder polftico recay6 en lapersona del rey, que se convirti6 en la encarnaci6n del Estado, situ6ndoseincluso por encima del ordenamieno juridico. El centralismo castellanose impuso sobre el federalismo de la Corona de Arag6n, en cuyos terri-

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Por fltimo, y entre otros muchos aspectos del cambio, la construc-ci6n y conservaci6n de las principales vfas terrestres de comunicaci6npas6 de la municipalizaci6n a su asunci6n por pafle del Estado. La saviafrancesa aportada por la nueva dinastia borMnica produjo un cambio lentopero notable, tomando como modelo los logros de la ingenierfa gala, demodo que, en 1718, Felipe V promulgaba la primera serie de Ordenanzassobre la construcci6n y mejora de los caminos espafloles, hasta culminarcn la que Carlos In (1759-1788) firm6 en l76j,que supuso la renovaci6nde la red que, partiendo de Madrid, conducia a Andalucia, Valencia, Cata-lufla, Extremadura y Galicia, una renovaci6n que signific6 la pri nera pa-vimentaci6n que se hacia en Espafla desde la €poca romana, cuando sur-gieron las <<calzadas>. Asf es como vieron la luz los <<caminos reales>>.

Naturaleza

Es en este contexto general centralizador en el que se encuadra elmapa. Constituye la instantdnea de un hecho que nos aparece aislado,pero que, en realidad, supone un eslab6n mds de una serie de medidasadoptadas por la administraci6n borb6nica. El mapa recoge, de maneramds o menos confusa, el resultado de una determinaci6n de politica eco-n6mica y arancelaria de importantes repercusiones.

B) Comentario o explicaci6n

Isidca: Se trata de un intento general de supresi6n de

las barreras aduaneras interiores

Si, como se ha indicado, en el campo de las comunicaciones, sobretodo en el aspeco de su infraestructura, los Borbones hispanos heredaron

un sistema que se diferenciaba muy poco del organizado por Roma, en eliimbito de la estrucnrra comercial interna se encontraron tambidn con una

l l 5

realidad juridica totalmente arcaica, fruto del largo proceso de gestacidn dela Espafla medieval.

La pervivencia de las fronteras politicas entre los distintos Estadoshispdnicos durante el reinado de los Habsburgo se reflej6 naturalmente enmuchos otros aspectos, que van desde la inicial exclusi6n de los territo-rios no castellanos en el proceso de la conquista y colonizacidn de Am6-rica hasta el distinto grado de participacidn y contribuci6n en la politicamilitar de Europa. No es extraflo, por lo tanto, que a las fronteras politi-co-administrativas correspondieran otras de tipo aduanero, de modo que,

desde el punto de vista del comercio interior hispano, la Espafla que seencuentra la nueva dinastfa encabezada por Felipe V estaba jalonada de<puertos secos> o aduanas internas que, entre otros efectos, gravaban y

encarecian los produclos intercambiados.

Entre 1707-1716, los sucesivos Decretos de Nueva Planta dictadospor Felipe V terminaron con las fronteras politico-adminisrativas aludi-das, lo que condujo a la abolici6n de los <<puertos secos>), de modo que,por Real Instrucci6n de l7l7, tales aduanas intemas fueron rasladadas allitoral o a las fronteras terrestres con Francia y Portugal. Fundamental-mente, la medida afectd a la frontera entre las antiguas Coronas de Casti-lla y de Arag6n, que quedaron despejadas de puertos aduaneros. Este hechoy su concentracidn en la periferia queda reflejado de manera palpable en elmapa.

2eidea: iCu6les fueron las reacciones en los antiguos

territorios forales adictos a la causa borb6nica?

El mapa no es, ni mucho menos, el ideado por los polfticos refor-mistas borbdnicos. Se trata, en realidad, de la modificaci6n o correcci6nde otro inicial.

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Porque, en efecto, la inedida arancelaria centralizadora, al tratar de ser

aplicada en Navana y en las Provincias Vascas, provoc6 reacciones tan

violentas que el monarca se vio obligado a transigir. Recordemos que los

fueros de estos territorios fueron tambidn respetados, dado que ambos ha-

bian permanecido fieles al nuevo monarca Borb6n, Felipe V, de modo que

no pudo aducir, como en el caso de Arag6n y Catalufia, el pretexto de la

rebeldia.

La transigencia en esta faceta arancelaria se concret6 en todo un cin-

tur6n de <aduanas generales> en torno a dichos territorios, lo que dio

origen a un r6gimen especial que ha llegado hasta nuestro dfas, el r6gimen

foral. Si los territorios de la antigua Corona de Arag6n --{ue se habianpueslo de parte del pretendiente austriaco, perdedor, frente al borbdnico,vencedor, en la reciente contienda de Sucesi6n- p:tsaron a denominarse<Provincias Unidas>, Navarra y las Provincias Vascas serian, en adelante,las <Provincias Exentas>, haciendo referencia al rdgimen arancelario y

hacendfstico que distinguia a unas y otras.

' Al sancionarse reglamenhriamente la situaci6n, en 1721 , se incorpo-

16 a este rdgimen especial aduanero la villa de Santander, de modo que,

aun cuando en el mapa el signo que seflala esta poblaci6n no se diferenciagr6ficamente del de otras <aduanas generales>), el puerto montafl6s 9oz6 deexenciones semejantes a los vasco-navarros.

El mapa que se nos muestra es, pues, el fruto de una correcci6nforzada y cuya realidad condujo a una dinSmica interna que, en principio,

no se habfa previsto. Pronto el aparato hacend(stico y fiscal del Estadotuvo que hacer frente a la intensa actividad ligada al contrabando surgido alo largo de las fronteras aduaneras vasco-navauras y en la montafla cdnta-bra, actividad fraudulenta de diffcil soluci6n dados los escasos medios

coercitivos disponibles. El efecto inmediato de esta realidad fue el co-mienzo del auge econ6mico de las provincias vascas.

n7

3q idea: trCu6les fueron los efectos de la supresi6n

aduanera entre las Coronas de Castilla y Ar

Una vez abolidos los fueron valencianos y aragoneses y conquistada

Catalufla por las armas, la nueva administraci6n borbOnica suprimi6, en

1714, los <<puertos secos>) existentes hasta entonces entre los territorios

de las antiguas Coronas de Castilla y de Arag6n, lo mismo que entre Cas-

tilla-Navarra y Castilla-Provincias Vascas, aunque en estos dos tiltimos

casos ya hemos seflalado las correcciones que el nuevo gobierno tuvo que

arbitrar inmediatamente.

La medida, por lo tanto, s6lo fue definitiva en la frontera comfn de

las antiguas Coronas de Arag6n y Castilla, de modo que los territorios

integrantes de aqu6lla pasaron a constituir, en adelante, las <Provincias

Unidas>, como se ha indicado. En efecto, el mapa recoge gr6ficamente

esta realidad, es decir, la ausencia de <<aduanaso, medida que se complet6,

en l7ll,con la supresidn de las aduanas internas y su traslado a la fron-

tera francesa y al litoral.

Ahora bien, una vez recuperados de los efeclos devastadores de la gue-

na, hacia 1740, la supresi6n de las barreras aduaneras internas estimulS

tanto a la iniciativa mercantil catalana, de antigua tradici6n, que sus hom-

bres de negocio llegaron casi a monopolizat el comercio interior hispano

en detrimenlo de castellanos, valencianos y aragoneses. Las quejas de to-

dos 6stos obligaron al Gobierno a establecer dos aduanas en los confines

de Catalufra (1742), una en Tortosa y otra en Fraga, en las que se recrga-

ban fiscalmente los productos que salian de Catalufla hacia el interior.

Por lo tanto, tambidn en este dmbito geogr6fico se modific6 el pro-

yecto inicial y el consiguienrc mapa, como ocurriera con el caso de Carta-

gena, en la linea fronteriza entre el antiguo reino valenciano y Castilla'

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lrente al empuje de los comerciantes catalanes, quienes, en realidad, mo-

nopolizaron todo el comercio interior hispano.

Rectificaci6n cartogr6fica

El mapa trata de mosffzunos una cierta unidad de acci6n y, sobre todo,

parece referirse a un mismo momento cronol6gico. Ninguno de estos dos

hechos son ciertos. De ahf que, a la vista de los argumenlos aducidos al

analizarlo, debamos rectificar su propuesta con la aportaci6n de un mapa

nuevo que sustituya al inicial (v€ase grdhco 54).

Gr$co 54

C) Conclusi6n

Sintesis o visi6n de conjunto de las ideas principales

En resumen, el mapa objeto de consideraci6n y comentario intenta

mostrar una acci6n de polftica arancelaria consecuente con otras muchas

medidas de carScter cenralizador, llevadas a cabo por la nueva administra-

ci6n surgida de la Guerra de Sucesidn. No se tra[a, por lo tanto, de un he-

cho aislado.

En sintesis, caben deslacar res ideas fundamentales subyacentes en elmapa. Por una parte, el intento general de supresi6n de las barreras adua-neras interiores heredadas; por otra, las reacciones que suscit6 tal medidaen determinados tenilorios que se habian inclinado a favor de la causa delbando borb6nico, que result6 triunfador en la contienda civil; y, en tercerlugar, los efectos que produjo la qupresi6n aduanera entre las antiguas Co-ronas de Castilla v de Aras6n cn esla riltima.

Valoraci6n

La medida adoptada debfa significar el establecimiento de la libertad

aduanera interior, pero, en realidad, su alcance se vio minimizado al me-

nos por cuatro circunstancias: a) la no existencia real de libertad de tr6-

[ico, dado que multitud de productos y mercancias precisaban <.gu(as> o

<pases> para poder circular; b) el fracaso de los intentos de unificacidn de

las pesas y medidas, tratando de reducirlas al patr6n castellano, pero la

reforma era de tal envergadura (t€ngase en cuenta que aun dentro de cada

regi6n existia diversidad de pesos y medidas), que la oposici6n genera-

lizada abort6 la iniciativa borb6nica, por el momento; c) la reaccidn de

vascos y nav:uros, cuyos tenitorios, merced a la oposici6n llevada a cabo,

tecibieron la calificaci6n de <Provincias Exentas>; y d) la rectificaci6nque supusieron las <aduanas generales> de Fraga, Tortosa y Carugena

ADUANAS EN EL SIGLO XVIII

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l2r

<Comen ta r i o>

EJEMPLO 2

. Veamos a continuaci.n otro ejemplo de <<comen,urio>>, basado en latoponimia actual, es decir, en los nombres de puebros que atravesamostras el volante de un autom6vil. En es* segundo ejemplo, eleminaremosya las indicaciones que en el anterior se intercalaban acerca de cada uno deIos pasos a dar (Introducci6n: centrado, naturaleza; ComenErio: lr idea,2! idea, etc.). No obstante, conviene aclarar que es,os pasos se siguen, deacuerdo con la exposici6n tedrica que se ha indicado. El mapa en cuesti6nse titula <<Topdnimos numerales en tomo a Huesca y Zanagozarr* (Grdficos5).

A) Introducci6n

' viajando por las tierras de Espafla, uno se sorprende de la variedadde nuestra toponimia: de evocacidn vascuence, germiinica, romana, 6ra_be... Unos, nombres patronimicos; otros hacen referencia a accidentesgcogrdficos, de situaci6n, de color; a su cardcter agrario, a la hidrologfa.A su posici6n dcfensiva, a su ubicaci6n respecto de las vias de comunica-cici,n. Err rrasiones delatan la procedencia de sus pobladores, etc.

' Dc entre todos elros nos vamos a detener en determinados top6ni-mos numerales o que sugieren guarismos. Basten algunos ejemplos:Tierzo (Guadalajara), Tercio, municipio de paderne (La Corufla), tosTercios munic. de Puerto de Santa Marfa (Cddiz), Tercia (l'lurcia), Tercia,munic. de Rute (c6rdoba), La Tercia, caserfo del munic. de Moratalla

Grgco 55

TOPCJT ITTOS NUMERALES EN TOFNO A HUESCA Y ZARAGOZA

o u t N z A N o | tuE No

4

r G A S T E J O i l

o\o'ac

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\l tsexror

c U A R T E -

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Z A R A G O Z A

,, Fl .r.".pl^o_:srd tomado de_mi libro C6-mo se conenra un texto hbttrico.va lenc ia , 1976 , pdes . 156_ l r c . Anubar,

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(Murcia); LaTercia, caserio del munip. de Murcia;Tercia, munic. deTorre-Pacheco (Murcia), Tercias de Abaio (Lugo), Tercias de Arriba(Lugo), Terzas (Orense), Tierz (Huesca), Cuart de les Valles (Valencia),Cuart dc Poblet ffalencia), Cuarte (Huesca), Cuarte de Hucrva (7.arago-za), Quart (Gerona), La Quart (Barcelona), Quinto @aragoza), Sieste(Huesca), Sexmiro (Salamanca), Siitamo (Huesca), Utebo (Zaragoza),Nueno (Huesca), Diezma (Granada), Villadiezma (Palencia), Quinzano(Huesca), etc. Todos elloS son nricleos de poblaci6n existentes en la ac-tualidad, y para los fil6logos no ofrece duda la evoluci6n sufrida por loscorrespondientes cardinales romanos. L.a bibliograffa es variada y abun-dante, pero no es el aspecto hloldgico el que nos importa ahora.

. Si salimos de nuestras fronteras los hallamos igualmente:

-En Francia son conocidos los varios casos de Cars, Quarto,Quint, Quinto, Sixte, etl.

-En Suiza alemana, en la antigua calzada romana de los Gri-sones, de Sargans a Zurich, a orillas del Wallensee, se conservan actual-mente Oberterzen (disttito 8884), Unterterzen (distrito 8882), Quarten(5057), Quinten (8877), en lomo a la ciudad de Wallenstadt.

Asimismo existe otro Quinto (6777). Por otra parte, en otra calzadaromana, de Summus Lacus (en la orilla septentrional del lago Como) aCuria, por Tinnetio (Tinzen), se halla Septimer , actualmente puerto demontafra.

Tambidn a unos 20 kil6metros de Coira (Chur), en direccidn a Sar-gans (7320), sehallaLandquart (73V2),nombre de rfo y de pueblo.

Existen, por fltimo, otros top6nimos actuales que recuerdan numera-les romanos: Quartino (6572), Ktinten (5444).

- En Italia son mriltiples los ejemplos de topdnimos numeralesactualmente existentes. Veamos algunos:

Cerca de B6rgamo hallamos Borgo di Tierzo; en el Trentino Trenta,Trento,Tiers.

r23

En torno a Treviso, provincia de Venecia, recogemos S. Miclnele del

Quarto, Quinto deI-reviso, Noale, Noventa, Azzano de Decimo.

Pr6ximo a Florencia se encuentra Sesto Fiorenrino; junto a Aosta,

Quart;al lado de Miliin, Sesro S. Giovanni. Turfn cuenta con Settimo y

None.En las cercanfas de Alessandria hallamos Sezze, y en las de Gdno-

va, Ponte de Cinco. Cagliari se rodea de Quarto y Decimomanna.

Otros top6nimos no cercanos a grandes ciudades actuales pueden ser

Sesto Campano, Ventimiglia 1de Niza?, Te Quinto y Villa Quintili, en

torno a Roma. Sobre Palermo bascula Ventimiplia de Sicilia.

- En Portugal suenan o se asemejan a nfmeros los siguientes:

Quinta, cerca, respectivamente, de Seta Ilharo y Vila Real; Quintas, cerca

de Aveiro; Quinta de Pero Martins, pr6ximo a Figueira de Castelo

Rodrigo; Quintela, cerca de Aguiar da Beira y de Mangualde, respectiva-

mente.

Existen varios Serio, prdximos a Montemar, Velho, Tabua, Nelas,

Carrazeda d'Anciais, Belmonte y Vinhais; Seixezelo, pr6ximo a Espinho;

Seixinal, al lado de Cacem. Santa Catarina de Sitimos,junto a Alcdcer do

Sal.

B) Comentario o explicaci6n

i) Impuestos y gravdmenes como explicaci6n de estos top6nimos

. Un intento de explicaci6n aunque parcial de tales top6nimos se lo

dcbemos a Ram6n Men6ndez Pidal, al identificar los t6rminos Tercia,

Tercio,Tierzo,Tierz... con las <terciaz ronanorumr, fruto del reparlo de

ticnas originado por el asentamiento visigodo en tierras imperiales roma-

nas. Si bien tal aserto significaria haber solucionado un caso, ic6mo ex-

plicariamos los restantes?

- Si siguidramos por esta via, intentando rzvonar estos top6nimos

a base de impuestos territoriales o fiscales llegarfamos a que:

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t24

le) la <tercia ecclesiarum>, es decir, la tercera parte del diezmo ecle-sidstico destinado a la reparaci6n de las iglesias, o

2a) la <tercia redl>, recurso fiscal impuesto en Castilla-Leon desdeFernando III, ambos podrian haber dado igualmente nacimiento a Tercio,Tercia, Terza, Tierz.

- Sin embargo, en ambos casos el topdnimo de origen romano esanterior a la aparici6n tardfa de ambos impuestos medievales.

Por otra parte, la <rcrcia resl, es castellano-leonesa, no aragonesa,donde este top6nimo queda suficientemente recogido. En tercer lugar, elimpuesto solfa ser recaudado en especie o dinero, no en tierras.

. Quinto: Cronol6gicamente el gravamen m6s antiguo que pudierahaber dado origen a este top6nimo es la <quinta et vicessima venaliummancipiorumr, impuesto romano que se cobraba por la venta de esclavos.

-El <quinto del bottn> fue un recurso extraordinario con el que par-ticipaba el rey o prfncipe en el reparto del botfn de guena caprurado alenemigo. Su origen data de la alta edad media.

- Por oua parte, hallamos el denominado <quinto de las presas> oderecho a hacene con la quinta parr de las embarcaciones capturadas alenemigo.

- Excepto en el primer ejemplo, los otros dos son impuestos mdstardios que el propio topdnimo. y, en el primer caso, se trata de la <qtin-ta et vicessimc), no s6lo de la quinta o quinto, y ademds es un gravamenpersonal, no territorial, que dificilmente podrfa dar origen al <quinto>toponfmico.

. Sexto: el t€rmino de los concejos de grandes proporciones se soliadividir en <(semtos>, es decir, en seis partes, recordando el antiguo repartode sextas partes del <<alfoz>> con vistas a su colonizaci6n y explotaci6n.Aun cuando la divisi6n del tcrmino municipal no lo fuera hecha en base a

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seis partes, sino en tres, cuatro, etc., a cada una de ellas se le denomin6<sexmor.

Sin embargo, no puede haber dado origen al topdnimo <sexto, por

cuanto que 6ste es anterior al nacimiento de esta instituci6n y, en segundolugar, el <sexto, toponimico guarda siempre una relaci6n de lejania

respecto del municipio del cual es <sextor.

. Noveno-a: equivale al impuesto de determinada renta territorial, pa-gadera normalmente en especie, y que se estipula en un porcentaje de la

cosecha, generalmente el <diezmot, aunque en Aragdn se generaliz6 la<(novent> durante la edad media.

Este impuesto es tambidn posterior al nacimiento del top6nimo<<nono), <nuenoD, de origen romano.

. Diezmo: tendrfa su origen en el <<diezmo> eclesidstico, o en el mds

tardio nacido de la nadici6n de <diezmarr los rebaflos trashumantes a supaso por determinados lugares de su recorrido, como en la colina Ciesmao Diezma, pr6xima aTarczona,lo hiciera la Mesta.

. Ctnrto, septimo y octavo: cada uno de estos impuestos, digamosinstitucionalizados, que acabamos de ver, en ocasiones se agravaron o dis-

minuyeron a cuantias mayores o menores pudiendo haber dado origen a<cuartot, <septimo, y <octavor.

. En general, pues, siguiendo el camino que abriera Mendndez Pidalpara la explicaci6n de Tierz, Terzo,Tierzo, Terza, etc., no nos conduce a

un lugar seguro. Incluso para dicho topdnimo concreto estimamos que en

algunas ocasiones le puede asistir la raz6n, pero en los casos que luego

estudiaremos podrd verse que su aplicaci6n no es vflida.

ii) P atronimicos romanos

. Los top6nimos que nos ocupan son sin duda de origen romano.Hay que hallar el fundamento de una explicaci6n l6gica, razonable y

verosimil.

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-;Puede tener algo que ver con el modo romano de nominar? Mu-chos romanos llamaron a sus hijos con un <prenomen> o un <nomen> &car6cter numeral: Cayo Plinio Cecilio Secundo, Junius Quartus Palla-dius, Quinto Curti Rufi, Titus Sextizs Lateranus, P, Septimus GetaCaesar ll, S. Octaviru laerias Pontianus, Lucius Nonius Torquatus As-prenas, Decimo Junio Juvenal. La lista podr(a ser interminable.

- Ahora bien, ;de qu6 modo pudieron transformarse estos patronf-micos en top6nimos? Se nos ocurren algunas hip6tesis:

a) Los adinerados hombres de todo el orbe romano acostumbraron aconstruirse <villae>, casas derecreo, en torno a las ciudades, generalmenteen las vegas de los rios. ;,Pudieron ser las casas de recreo de <Quartus>,oQuintus>, <Sextius>, etc., como las de Lucius, Publius o Titus?

b) Podria obedecer a legados territoriales testamentarios, de acuerdocon el sistema romano de transmisidn hereditaria. Asf el legado del hijo<< s e c undus >, < t er t iw >, < quar tus D, < q uintus >, etc,

. Cualquiera de estas dos soluciones parecen improbables dado queestos top6nimos numerales siguen las vias romanas de comunicaci6n yguardan una constante relaci6n de menor a mayor a pafiir de un punto de-terminado. Las <villae> estaban desigual y arbitrariamente repartidas yfuera generalmente de las calzadas.

Por otro lado, en el caso de obedecer a legados terrioriales testamen-tarios, no tendrfan por qud guardar esa relaci6n de menor a mayor deacuerdo con su cercania o lejanfa a la ciudad de partida. Adem6s, si 6stefuera el fundamento, deberian haber quedado varios <tierz> o <quartos, o<quintosr, etc., en todos los sentidos y direcciones, alejados unos, pr6xi-

mos los otros, sin relacidn progesiva entre sf.

127

iii) Divisiones de cardcter temporal

. Una manera de medir en la antigtiedad y en la edad media estuvo ba-sada en la posibilidad que tenia el hombre de recorrer, andando o vali6n-dose de animales, ciertas distancias en un tiempo determinado.

- Son numerosas las cartas de poblacidn que otorgan a los repo-bladores la tierra que puedan alcanzar a recorrer entre sol y sol. Mas entreesos lfmites marcados por la naturaleza caben divjsiones horarias meno-res: una, dos, tres, cuatro, etc. Nuestros topdnimos numerales ipuedenresponder a estas divisiones?

- Entendemos que nada tuvieron que ver aquf las horas candnicas nila divisi6n del dia efectuada por los romanos, mdxime cuando su duraci6nera distinta en verano que en invierno. En todo caso, si los top6nimosrespondieran a tiempos empleados para desplazarse de un punto hjo a otroindeterminado, serian relativos a cada punto de partida fijo.

. El dia romano, tiempo de luz, tenfa doce horas. Tierz, i,corespon-derfa a tres horas de distancia? | Cuarte ia cuatro?; etc. Esta posibilidadconfiguraria unas 6reas conc6ntricas de cardcter temporal en tomo al puntofijo de partida, siempre que el teneno fuera uniforme. Veamos el ejemplo:

Z.nr tcrn

Zqr ostr

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r29r28

- Pero ello significaria que podrfamos hallar estos top6nimos encualquier direcci6n. Y, sin embargo, s6lo los encontramos junno a restosde calzadas o viejos caminos. Ademds <tierz> , <terzor, <lercia> , etc. equi-valdrian a estar a una distancia de tres horas o a tres medidas temporalesde las doce diumas, mas ninguno de los topdnimos <<tierzr, <lerzor, <ter-

ciar que consideramos sobrepasa los 5 Kms. del nricleo principal fijo depaftida. Y cinco kil6metros cuestan poco mds de una hora a pie. Y asf su-cesivamente con los demds numerales.

. Para nosotros estd claro, por consiguiente, que los top6nimos quecomentamos no tienen como fundamento una divisidn de cardcter tem-poral.

iv) Asentamiento dz las legiones romanas

. La posibilidad de que las legiones romanas, con sus asentamientoscampamentales, pudieran haber dado origen a estos top6nimos, tan repe-tidos y repartidos algunos de ellos no s6lo por nuestra Penfnsula sinotambi6n por el occidente europeo, debemos desecharla por imposible.

v) Los miliarios

. Podriamos seguir aventurando hip6tesis m6s o menos brillantes,pero significaria apartarnos cadavez miis de la linea recta. [.os topdnimosnumerales que hallamos en torno a Huesca y Zuagoza, incluidos losTierz esludiados por Mendndez Pidal, nacen como consecuencia de lahiuci6n de las calzadas romanas en millas. No estamos descubriendo nadanuevo; s6lo tratando de corroborarlo con la aportaci6n del caso deT,aragozz.

El caso de Huesca

. Porque el caso de Huesca ya fue puesto de manifiesto por FedericoBalaguer en su dia, al explicar la existencia de Tierz, Cuarte y Nueno(nfcleos poblados actualmente) y de Quinto, Sexro (conservados en la to-ponimia rural) y Septimo (solamente conocido por la documentacidn me-dieval). Afladiremos Si4tamo y Quinzano.

* Direccidn Hucsca-Barbastro (can. N.240)

= TIERZ: existe hoy como barrio de Huesca y estd situado por ca-rretera a 5.500 metros, pero a 4.500, aproximadamente, desde la catedraloscense (zona alta de la ciudad), por el viejo camino que transcurre a laderecha de dicha caretera. Si estimamos la milla romana en 1.4?8 me-tros, veremos la casi exacta coincidencia con el miliario romano nfmerotres.

En 6poca medieval nos aparece citado como Tierz, Terch, Terz, Tierg,Terg, Terta y documentado por primera vez en 1.043.

= QUINTO: hoy desparecido como nricleo poblado, persiste en latoponimia dando origen al llamado <estrecho de Quinto>, cdlebre araiz dela guerra civil espaflola.

Su antiguo emplazamiento se desconoce, pero sdlo pudo haber estadoen:

a) cerca de donde se desvia la carretera que conduce a l.opozano, des-de la general, salvado el esrecho de Quinto, en El Algar, o

b) sobre el viejo camino de Tierz a Si€tamo, que antigua y actual-mente se desvia hacia Ola, y es hoy todavia vSlido, excepto las curvas quesalvan el llamado localmente <Tozal dc la Miseria>.

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De estar en este camino, su distancia desde Tierz deberfa ser de 2.957mts., aproximadamente, una vez salvadas las cuestas del Tozal de la Mi-seria, cerca del desvio a Ola, entre el Saso Bajo y el Alto. Este camino,para tiempos pasados, es mds l6gico que el actual puesto que salva sindificultades los banancos que lo cruzan por sus correspondientes vados.

La documentaci6n medieval ha sido esquiva con este top6nimo.

= SIETAMO: los 10.349 metros que por la carretera actual corres-ponderian aproximadamente a siete millas romanas, partiendo desde la zo.na alta de Huesca, los alcanzariamos sustancialmente, lo mismo que por

el camino viejo de Tieny Quinto, en el asentamiento del Sidtamo actual,antes Sethamo, Septimo, Setemo, Setimo, documentado por vez primeraen 6poca medieval el5 de mayo de 1093.

* Direcci6n Hucsca-Taragoza (carr. N. 123)

= CUARTE: el fnico top6nimo numeral existente en estadireccidn, actualmente poblado. Por carretera, los aproximadamente 5.914mts. que _corresponden a cuatro millas romanas nos situarian en el ce-menterio, muy pr6ximo al pueblo, pero sabido es que la actual czureterano sigue exactamente el antiguo camino. Por €ste la distancia es corecta.

Como Quart, Quane, Quarto nos aparece ya documentado entre abrily mayo de 1097.

* D ir e c ci6n H ue sc a-Ay erbe-P amplona ( carr. N . 240 )

= SEXTO: por la carretera general, la sexta milla (8.871 mts.,

aproximadamente) coincide exactamente con un '<tozal> o elevaci6n deno

minado *el Carrascal>, igualmente cdlebre durante la riltima contienda

civil.

t 3 l

El antiguo camino se puede seguir en algunos tramos por la derechade esta carretera, y aproximadamente la sexta milla coincide con estapequefl a cadena montafl osa.

A casi todos los pueblos situados a la derecha de la carretera actualhay que acceder por un desvfo desde 6sta: Chimillas, Castej6n de Becha(caserio), Esquedas, Quinzano, I-oscorrales. El antiguo camino debfa pa-sar por todos ellos.

Cerca de <<el Carrascal>>, a unos 1.300 mts. por el camino, existenhoy los edihcios del caserio de castej6n de Becha, con su hermosa iglesiaromdnica, y mfltiples restos de antiguas edificaciones. Incluso innumera-bles sillares aprovechados. Fundamentalmente deben ser los restos deCastej6n de Siesto, o castillo de Siesto.

Como Siesto-Sesto se remonta al siglo XII; el primer documentofechado en el que aparece es de 1188. como castillyon de Siesto, caste-llo o Castielyo no lo hallamos antes del siglo XIII.

= QUINZANO: plantea algfn problema por cuanto que significapasar de ordinales a cardinales. Pero es admirable que los aproximada-mente 22.197 mts. que corresponden a quince millas romanas casi coin-cidan con la distancia actual desde Huesca.

Por la carretera, mds el desvio, se alcanza los 21.100 mts. El antiguocamino no lo hemos medido <in situr>, pero si en el mapa l:50.000 y ladistancia es aproximadamente la misma. De cualquier manera es demasia-da casualidad, con un error de un4Vo.

Quinzano o Quingano estd datado en el mismo documento en lllgpor Sangorrin y en agosto de I123, por Antonio Ubieo.

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* Direcci6n Huesca-Arguis-Sabindnigo (carr. C . 1 36)

= SEPTIMO: en sepl.iembre de 1098 nos aparece menci6ndocumentada dela <almunia que dicitur Septimo que est subtus Savaiesinter illa turre de Aquilare y Arascuasse>, si bien actualmente se desco-noce su exacta ubicaci6n, ya que subsisten Sabayds y Arascu6s, pero noAguilar (aunque s( Aguila, demasiado alejado, junto a Arguis). Dur6nnos habla del monasterio mozdrabe de San Pedro de S6ptimo, abandonadoen el siglo XI y donado porPedro I al obispo de Huesca, en 1908.

Ese incansable viajero que fue Josd Cardfs nos indica las ruinas delmonasterio. Sin embargo, estimamos que no es el originario San Pedro

Oe Septimo. Es m6s, en Nueno, en cuyas proximidades lo sitria, s6lo sele conoce como San Pedro.

Desde Huesca, el s€ptimo miliario deberfa estar en trorno a Ia carreteraactual de Huesca a Arguis, a 70.349 mts., aproximadamente, cerca dedonde nace el camino que conduce al campamento de Igri6s. Lasprimitivas ruinas de San Pedro de Sdptimo podrfan ser cualquiera de lastres o cuatro que hoy se observan a simple vista en el rio, en tomo a estepunto, en los alrededores del molino de lgri6s, que se asienta en el rioIsuela. No negamos que las ruinas descritas por Cardris puedan ser las deSan Pedro de S6ptimo, pero lo serian en todo caso por raslado del primi-tivo cenobio.

= NUENO,Nueno o Nonno lo hallamos fechado por vez primeraen €poca medieval en 1029, aunque con ciertas dudas. Medio siglo m6starde aparece suhcientemente documentado.

El actual poblado habitado estd a 15.100 ml.s., desde Huesca. Los13.306 mts., aproximadamente, correspondientes a las nueve millas ro-manas se cumplirian poco despu€s del cruce de la carretera general con eldesvio de Arascu€s, exactamenle en el llamado <Hospitalet>, donde que-dan reslos de ruinas recientes y pasadas.La diferencia enEe la muga nove-na y el poblado actual serfa, pues, de 1.800 mts., aproximadamente. Ello

133

nos induce a pensar qlue el Nueno actual sea tambien un traslado. E[ec-tivamente, el camino anliguo, luego denominado <camino real> no pasa-ba gxactamente por Nueno, sino cerca; desde Hospitalet (inicial Nuenosegfn las mediciones) el <camirn real> se desviaba a la izquierda, quedan-do Nueno desplazado a su derecha, y continuaba hasta unirse a Ia actualczuretera en el molino de Arguis. De cualquier manera este pcquefro dcs-plazamiento actual carece de importancia dada la pequefla diferencia quesupone. Desde luego el emplazamiento actual es mds l6gico, al amparodc la montafia.

. En resumen, Huesca ciudad cuen[a a su alrededor con una serie detop6nimos numerales todos los cuales, poblados o no en la actualidad, se-fialan certeramente antiguos hitos miliarios de calzadas romanas, bien mi-litares bien comerciales. La n6mina la componen, como queda dicho,Tierz, Cuarte, Quinto (despoblado), Castej6n de Stesto, Septimo (despo-blado), Siitamo,Nueno y Quinzano.

El caso de Zaragoza

' Al preparar mi <Toponimia aragonesa medievalt y los ,rCartulariosPequefio y Magno de la Seo de Zaragoza>, hallamos varios topdnimosnumerales documentados en torno a la ciudad del Ebro. Conocidos sonCuarte y Utebo, por ser nricleos de poblaci6n actuales; ahora afladimos

Tierz, Quinto y Sexto (duplicado).

* Direcci6n Taragoza-Logrofto ( carr. N . 232)

= TIERZ (despoblado): no cabe duda alguna de que la carretera

actual no sigue el viejo camino. De ahf que Monzalbarba, Utebo, Torres,

etc. queden desplazados.

Partiendo de las murallas romanas por la canetera de Logroflo, los

4.435 mts. de la tercera milla romana,Tierz, estar(an en el kil6metro

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155; desde el mismo punto de partida, pero por el viejo camino que por la

Almozara conducia a Monzalbarba, las tres millas alcanzarfan m6s o me-

nos la <<torre de las Roederas>.

En29 deabril de 1156 nos aparece el <termino quivocaturTerz>; de<termino> nos habla asimismo Ana Bonet para 1156, sito junto a las

acequias llamada Almudafar y Celtdn (6sta en la Almozara). En abril de

1192 hallamos el <loco et castello... que dicitur Tercio>. En enero de1199 se habla de <in termino Cesaraugustano, in loco qui dicilw Terge>.

= QTIINTO (o Quintiello), hoy despoblado: lo localizamos en 19

de noviembre de 1141, cuando entre los confirmantes de un documento se

consigna a Guillermo de Quinto; el2l de agosto de ll49' otro documen-

to nos habla de oquando ibant de Lerida succurre illo comite etfuit illa

acechia de Quinto aperta et porylard),' sabmos de heredades <in termino

de QaragoEa ubi dicitur Quintiello>, en mayo de 1187. En agosto ll92

hallamos wa ohereditate de Quinto et de suis terminis in erema et popu-

lata, qui est prope Megatbalbat:r. Quinto de Almozara se le llama en

ocasiones.

Hoy subsiste la acequia de Quinto, que nace en la de Ia Plana. Pre-

cisamente allf debi6 estar el quinto mitiario, sobre el viejo camino de

Monzalbarba.

= SEXTO: como m6s adelante se indicard, hubo un Sexlo en direc-

ci6nZaragoza-Ldrida, pero iexisti6 otro nfcleo de poblaci6n o cuando

menos un tdrmino semejante en este camino que pasando por Tierz y

Quinto conducia aUtebo (octavo)?

En el <Cartulario Pequcfio de la Seo dc Taragoza> hallamos un docu-

mento, de 14 de abril de I168, que nos narra c6mo el obispo Pedro de Za-

ragoza consagr6 en Monzalbarba la iglesia romdnica, hoy desaparecida,

dedicada a la Virgen Maria, y aparte de algunas concesiones y beneftcios,

le confirma las posesiones que le pertenecian' odas ellas en tomo a Mon-

135

zalbarba: <<4lmacemes de Mezalbarbar>, <Quinto>, oSoto de Mezalbar-bar>, <loco qui diciur las Almecora.r) y un campo <<in termino de Sext>.Parece l6gico pensar que estuviera por este lado del Ebro y en estos con-

tornos, precisamente en el lugar que hoy ocupa la ermita moderna deNuestra Seflora de la Sagrada, antes de llegar aMonzalbarbadesde Zarago-za, por el camino viejo.

= UTEBO: la distancia deZaragoza a Utebo,por el camino deMonzalbarba, equivale a ocho millas romanas, I1.828 meFos, aproxima-damente.

Octevo, Octeuo, Octeua, Otevum, Oyteuo y Hocteuo son diversasacepciones del nombre, que aparecen por primera vez en 6poca medievalen mayo de I 131 , una vez reconquistada Z,aragoza.

* Direcci6n Ttragoza-Valencia (carr. N . 330)

= CUARTE: desde la ciudad romana deZaragoza hasta el Cuarte

actual hay 9.750 mts., por carretem, y 9.300 mts., aproximadamente, por

el viejo camino que cone por la derecha del Huerva. Demasiada distancia.

Partiendo al revCs, desde Cuarte aZaragoza,los 5.914 mts. que co-rresponden aproximadamente a curEo millas romanas alcanzarian al barriodc Casablanca, por c:uretera, mientras que por el camino viejo se llegaria

hasta el puente que salva el canal Imperial, en Torrero. Y, si bien losromanos no tenian un punto fnico de partida en cada ciudad, lo cierto esque ni Casablanca ni Torrero formaron parte del recinto de la Cesaraugus-

[a romana.

;No pudo haberse desplazado el pueblo de Cuarte en €poca posterior?t

Es una posibilidad. iEs el ocuartor de otra ciudad romana pr6xima? Pocoprobable. I.o cierto es que Quarte, Quart o Quart de la Ribera de la Huer-

ba lo hallamos citado en julio de 1121.

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136 t37

Ebro respecto a Quinto. ;Hubo ona ciudad romana hoy enterrada? No se-ria dificil descubrirla.

C) Conclusi6n

. Los nombres de lugar de cardcter numeral que rodean a las ciudadesde Huesca y Z,aragoza (algunos de ellos todavia existentes, otros ya perdi-dos) tienen un decidido origen romano tanto filol6gica como cronol6gica-menle hablando. t.a edad media nos los ha conservado.

. Su nacimiento, a lo largo de las antiguas calzadas y caminos roma-nos, se debe a la hitaci6n miliar de dichas rutas, como ha quedado conve-nientemente demostrado en cuanto antecede.

* Direccion Ttragoza-Uida ( can. N. I I )

= SEXTO (Siest, Sexto o Sext), hoy desaparecido: estuvo antes en

el lugar de Cerddn. Lo tenermos documentado como <<brazal>> en tdminode Cortada, cerca de la acequia de Ord6n, en agosto de 1173 y el 12 demarzo de 1182; en 1177 se nos define como tdrmino deZuagoza, y en

ese mismo afio, el 2 de junio, se le denomina <lug,ar de Cerddn, en tirmi-

no de hragoza>.

. En resumidas cuentas, Zaragoza congrega a su alrededor seis trop6-

nimos numerales: Tierz, Cuarte, Quinto, Sexlo (dos veces) y Utebo.

El caso de Quinto de Ebro

. Hemos tomado Quinto de Ebro @aragoza) como ejemplo, peroigual pudiera haberlo sido DIEZMA o CIESMA (cerca de Tarazona),SIESTE (Huesca), etc., nombres de lugar de origen numeral que se nosmuestran aislados o demasiado alejados de una ciudad romana conocida.

Se ha visto que todos estos numerales corresponden a seflalamientosmiliares. Entonces, Quino de Ebro ide qui6n es <quinto>? iQu6 ciudadromana estuvo a7.392 metros, aproximadamente, de Quinto de Ebro?

Ia actual poblaci6n de Gelsa fue importante nricleo romano, pero sudistancia es evidentemente corta como para tratarse de la poblaci6n de par-tida que andamos buscando. Se hace necesario pensr en otro punto.

Si trazamos una circunferencia en la que Quinto de Ebro sea su cen-tro, con un radio de 7.392 metros ---+inco millas romanas-, pasaria so-bre Pina de Ebro y Velilla de Ebro. i,Cudl de las dos es la ciudad romanaque origina el <quinto>? Ambas estdn ubicadas en la orilla contraria del

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138

Variosopdnimosdelosconocidosest6nubicadosexactamenl€

en el ndmero de millas que sus nombres indican: Tierz, cuarte, siitamo,

en torno a Huesca; utebo,en torno azzragoza. Algunos est6n ligerisima-

mente desplazados en metros m6s o menos de su milla correspondiente:

Nueno y Quinzano, en Huesca; Cuarte, enZatagoza, excesivamente esco-

rado. Demasiada coincidencia para que el origen atribuido no sea cierto.

56lo Quinto, en Huesca; plantea un problema de localizaci6n' no de

distancia.

De los topdnimos desaparecidos, el Se.rto de Huesca coincide

con una pequefla cadena montaflosa, lo cual debi6 dar origen al medieva-l

castillo o Caste.i6n dz Siesto. Hoy, en sus proximidades, una iglesia ro-

miinica delata una posibilidad. El primitivo Septimo de Huesca, camino

de Nueno, ha desaparecido por completo; sdlo es recordado por la docu-

mentaci6n, que habla de la <<almunia> y el <<monasterio> de este nombre.

En tomo aZaragoza hemos ubicado Tierz (en funci6n de la documenta-

ci6n existente) ,Quinto (como consecuencia de la acequia que afn hoy se

dcnomina asi y cuyo nacimiento est6 a cinco millas romanas) y los dos

Sexto (gncias a la descripci6n de varios documentos medievales).

. Ahora bien, ;,por qu6 unos se han conservado y otros no? En todas

las direcciones debi6 haber otierz>, <quarlo), <quinto>, (<sextot, etc. pero

s6lo nos han llegado algunos. De los ocho estudiados en Huesca, cinco

persisten hoy poblados; tres, despoblados. De los seis estudiados en tomo

aZuagoza,dos perviven y cuatro s6lo se conocen por la documentaci6n'

Parece ser, que en parte, han perdurado aquellos en torno a los cuales na-

cid algrin nfcleo poblado m6s o menos impor{,ante, independientemente

de que en la actualidad unos sobrevivan y otros no.

Puede que, en ocasiones, fnicamente se diera el nombre numeral

al t{rmino que rodeaba la muga correspondiente y luego a las acequias,

brazales, ermitas o casas de labor nacidas dentro de dicho t6rmino: asi la

acequia de Quinto y el brazal de Sexto, enZanagoza; el castillo de Sexto,

en Huesca.

139

. Por fltimo, determinados miliarios pudieron haber recibido en prin-cipio un nombre numeral para cambiarlo posteriormente o desparecer porcompleto. Hemos tratado de rehacer, en las direcciones en las que tenemostopdnimos conocidos, todos los miliarios para intentar ver si coincidfancon algfn poblado actual y el resultado ha sido el siguiente:

En torno a Huesca

Direcci6n Huesca-Barbastro: Cuarte coincidiria con lascuestas del <<tozal de la Miseria>> y Sexto, con el vado del barrancoRambleta.

Direccidn Huesca-Zaragoza:Tierz estzria en la <<alberca deLoreto>; Quinto, en pleno qmpo; Sexto, a la altura del castillo de Ords.

Direcci6n Huesca-Ayerbe: Tierz, pr6ximo a Chimillas.

;Qud significa esa terminaci6n <millas>?; Quarto, a unos mil metros unavez pasado Chimillas; Quinto, en el campo; Septimo, en el campo; Ocla-

vo, en el campo; Noveno coincidiria mds o menos con Esquedas.

Direcci6n Huesca-Arguis:Tierz pudo haber estado ubicado

en el castillo de Manjarrds, sobre el viejo camino de Igri6s; Cuarte debi6

estar en lorno al actual Y6queda; Quinto, en el monte; Serra, coincidente

con lgri6s.

En torno a Zara,gozt

Direcci6n Zaragoza-Logrofro: Cuarte y Septimo, en la

huerta.

Direcci6n Zaragoza-Yalencia: Tierz, alli donde el canal

Imperial cruza el rio Huerva; Quinto, Sexto y Septimo, en la vega del

Huerva: O ctavo, cerca de Cadrete.

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Direcci6n Zaragoza-Lfirida: Tierz, en el camino del Vado.junto al Gdllego; Quane, Quinto, Septimo y Octavo,en la huerta.

Como vemos bien poca cosa. Casi todos ellos coinciden condescampados' sdlo en torno a Huesca, chimillas seriaTierz;Esquedas unnoveno; Igri6s coincidirfa con un sexro. Dos antiguos castillos hoy enruinas serian asimismo coincidentes: el de onis (sexto) y cl de Manjarrds(tercero).

Alrededor dezuagoza, todos lo miliarios coincidirfan hoy condespoblados. 56lo Cadrete podrfa ser octavo.

' Interesarfa estudiar los casos de las demds poblaciones espaflolas decierta importancia en 6poca romana, a base no s6ro de los topdnimos nu-merales actualmente existentes, sino tambi€n de ros recogidos por la do-cumentaci6n m6s tardia. Sin embargo, esdmamos que Huesca y Zaragozason privilegiadas al contar entre ambas con catorce top6nimos de origennumeral, los cuales nos permiten asegurar, sin ningdn genero de dudas,que se tra[a del recuerdo de las antiguas millas romanas de sus calzadas vviejos caminos.

<Comentar io>>

EJEMPLO 3

' Los dos mapas anteriormente considerados (v6anse los ejemplos Iy 2) proporcionan datos suficientes, aunque no todos los precisos, para,apoyiindose en ellos, efectuar su comentario. Su comprensi6n surge de lainterrelacidn de las ideas y hechos hist6ricos que 6l mismo aporta y losque demanda al comentarista. Porque pr6cticamente no existe ningrin ma-pa hist6rico, por rica y abundante que sea su informaci6n, que no requieraayudas externas para suplir laguna-s o completar ideas. De ahi la impor_tancia que el conocimiento hist6rico tiene para comprender y comentarplenamente un mapa.

t4l

En algunos casos, esta llamada a los propios conocimientos hist6ri-cos puede ser trotal, dada la parquedad de datos suministrados. El mapapuede convertirse asf en un pretexto, en una especie de sacacorchos de lahistoria.

veamos a continuacidn uno de eslos mapas (Gnrfico 56), ran temidoscuando no se posee o no se puede disponer de material de apoyo o deconsulta*.

Grdfico 56

El eiemplo estd tomado de mi libro c6mo se concnra un tcTto histhrico. Anubar,Valencia, 1976, pdgs. l4 l -155.

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t42

A) Introducci6n

LA CRISIS GENERAL

. El siglo XIV europeo es de crisis general. Crisis social, eco_nomica, demogrdfica, polftico-militar, institucional, espiritual, de con_ciencia...

i) Aspectos sociales: las revucltas

. Las revueltas que se haneucedido a lo largo del siglo (1324, la delos Kerels, en el Flandes maritimo; a partir de 1457,comienza la <jacque-rie> en Francia, etc.), se recrudecen en el riltimo tercio de siglo en:

- Florencia (1378), los tejedores;

- Flandes, primero los tejedores (1379) y luego los artesanos, hastaser sometidos en la batalla de Roosebeke (13g2);

- Frdncia (1380-1383), revueltas urbanas y campesinas, dentro delmarco de la <jacquerie>;

- Inglaterra (1381), conflictos rurares y una aut6ntica revuelta aI es-tilo franc6s, en 1384, bajo la direcci6n de Wat Tyler;

- la Peninsula lbdrica: matu,nzade judios, en Castilla (1391); plan_teamiento de la cuesti6n de los <payeses>) en Cataluf,a, que estall6 entre1404-1413; en Portugar (r383-13g5), revorucidn burguesa conr,ra ra no-bleza, que dar6 origen al cambio de dinastia.

' En general, es en las ciudades donde estall6 er descontento socialcontra la burguesfa, tratando de provocar la reforma de los gobiernos mu-

t43

nicipales. Falt6 una politica comfn entre los revolucionarios rurales yciudadanos, pero aun asi Europa fue un hervidero social. Una consecuen-cia de tal estado de cosas fue el bandolerismo. sobre todo en Italia.

ii) Ruina econ6mica

. Econ6micamente, con el comienzo del siglo, se entra en una fasede cstabilizaci6n, pero ya hacia 1350 se cae en un largo periodo de con-lracci6n que alcanzaria hasta fines del siglo XV.

- Asistimos, desde la segunda mitad del siglo XIV, a un descensode la producci6n del campo, a la escasez de mano de obra y a la inmovi-lizaci6n de capitales.

- Mientras, los productos agrfcolas se desfondan, los salarios seclevan por falta de mano de obra. La vida econ6mica se desarticula, vi-niendo a complicar las cosas una importante serie de malas cosechas, lasintermitentes gueras y sucesivas epidemias de c6lera: 1347-1351, 1360-1363, l37l-1374, l38l-1384, 1392, 1406, 14l l , 1414, 1420.. .

. Todo ello condujo a pasar por momentos muy dificiles que vandesde la crisis econ6mica general (138G1420), pasando por una etapa decierta recuperaci6n (1420-1445) y por otra de fuerte depresi6n (1445-1455), para llegar por fin a la inmovilizacidn deflaccionista (1455-1490).Los impuestos serSn uno de los grandes azotes de la 6poca.

iii) D escenso demogrffico

. Desde el punto de vista demogr6fico, las consecuencias de las ham-bres, guerras y epidemias son aterradoras:

- Inglaterrave descender su poblaci6n en un 40 7o (de 3.750.000 a2.250.000 habitantes).

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t4

-En Provenza, se han sabido los estragos de la gran peste; entre1338 y los primeros aflos del siglo XV, algunas aldeas han quedadototalmente despobladas (en Clamensane, de 30 hombres quedan 2; en Dro-mon, de 60 pasan a l1; Apt, Forcalquier y Riez pierden 4/5 partes de supoblaci6n.

- Francia y Catalufia pierden el65 Vo de su gente.

- Nortuga desciende un73 Vo. Ello representa mucho dada la escasapoblaci6n absoluta de los pafses n6rdicos antes de la peste (Sueciq =

250.000; Noruega = 125.000; Dinamsrca = 195.000; Finlandia =

60.000 habitantes).

. Europa, en 1360 habia disminuido en un 35/40 7o; en 1385, qued6reducida enun40/50 Vo.

iv) Militarmente, Europa es un lurvidero

. Son mfltiples las acciones bdlicas que ensangrentaron Europa enestos momentos:

- Por una parte, la guerra del vino y de la lanz: Inglaterra y Casilla(productoras) y Frantiay Flanfus (compradoras y tejedoras), todo ello en

cl marco de la guerra de los Cien Aflos; Castilla apoyard a Francia contraInglaterra, y Flandes ser6 presionado por ambos bandos, a la vez que pre-

tcnde el logro de su propia independencia al convertirse en rirbitro de las

d ispu tas anglofrancesas, surgiendo un nuevo territorio independendiente.

- Qvs77s en Castilla, entre Pedro el Cruel y la burguesia contraEnrique de Trastdmara y la nobleza, versi6n hispana de la guerra de losCien Afios, que entronizar6 una dinastia bastarda en el trono castellano(1369). Pedro ser6 ayudado por Inglaterra, Navarra, Granada y Portugal;Enrique, ayudado por Francia, pais que contar6, tras la victoria enriquina,con la aportaci6n inapreciable de la marina castellana en su lucha contra

145

los ingleses, lo cual motivar6 el cambio de signo en la guena de los CienAflos, dando tdrmino a su primera fase.

- Guerra civil entre borgoflones y armagnacs en Francia, en elpar6ntesis de la guerra de los Cien Afros.

- Cambio de dinastfa, asimismo, en Inglaterra, durante el par6ntesis

de la guera de los Cien Aflos, con la ascensidn al trono de la casa de Lan-

caster (1399), y segunda etapa de la guerra contra Francia.

- Aunque fuera ya del periodo temporal del mapa, pronto dar:i co-mienzo la guena de las Dos Roscs , de la que deberd salir la reafirmacidndel autoritarismo mon6rquico del primer Tudor, Enrique VII.

- Guerra ente Cas tilla y P or rugal, que desembocard en Alj ubarrota(1385), instauriindose en el pafs luso la dinastfa bastarda de Avfs.

- Guenas civiles enla Corona de Arag6n, primero del rey contra la

Uni6n, y luego de Fernando I contra los descontentos de la elecci6n

caspolina.

- En el Imperio, a la muerte de Enrique Vtr de Luxemburgo (1314),

se producir6 una doble elecci6n (Luis de Baviera y Federico de Ausria), lo

que implic6 una guerra civil de siete aflos de duraci6n, aunque el proble-

ma no se solucione hasta la promulgaci6n de la Bula de Oro, de 1356,

con el emperador Carlos IV (1346-1378).

- Guerras enddmicas enla Peninsula ltaliana entre las diversas <se-

florfas> y Repfblicas del norte.

- Guerras de los Caballeros Teut6nicos por la expansi6n en el

B6ltico.

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v) Cumbios generales de dircstias

' Prdcticamenle toda Europa asiste a un cambio general de dinastias:

- En la Peninsula lbdrica, castilla ve ascender ar trono a la casa deTrastdmara (1369); en Portugal, prospera la casa de Avfs (13g5), oonJuan I; en Arag6n, toma las riendas del trono la casa de Trastdmara(lal0); en Navarra, la casa de Trastdmara igualmente (1425);en las Ba_leares, se extingue su propia dinastia en 1349, ras Lluchmajor.

-En Flande.r, nace la de Felipe el Atrevido, tras su matrimonio conMargarita de Flandes (1369).

-En Francia, rras la muerte de Carlos IV Capeto (132g), y renien_do en cuenta que estd en vigor la Ley S6lica, la corona pasa a ra nuevadinastia valois, en la persona de Felipe vI (132g-1350). Al pretender estetrono Eduardo.III de Inglaterra, comienza la guerra de los cien Aflos.

-En Escocic, tras la batalla de Bannockburn (1314), denro del pro_ceso independentista de Robert Bruce, 6ste, denomindndose Roberto II.funda la dinasrfa de los Estuardo.

-En Inglaterra, la dinastfa plantagenet termina con Ricardo II(1371-1399), entronizando Enrique rv (1399-1413) la dinastfa de Lancas-ter.

-En los Estados pontificios, Cota di Rienzo, en 1341, y 1354,asumir6 la magistratura de tribuno romano con poderes dictatoriales, ytmta de restaurar el rdgimen de la Roma republicana. El resto de los Esta-dos Pontificios estd dividido en un mosaico de <<seflorias>>.

- En la ltalia del Norte,los Visconri serdn sustituidos por los M6_dicis (1434).

t47

-En el Imperio, el riltimo Luxemburgo-Segismundo, l4l1-

1437- es sustituido por un representante de la casa de Austria, Alberto II(l 437 - | 439), afianzdndose luego con Federico trl ( I 439- I 49 3).

- Hungria, gobernada en el siglo XIV por la dinastia francoitaliana

de los angevinos (1309-1392), vio sustituir esta dinastfa por la de Lu-

xemburgo, con el emperador Segismundo.

- Cambiaron asimismo de dinastfa Bohemia, Polonia, Lituania,

erc.

vi) Crisis espiritual

. En el campo del pensamiento, el siglo XIV asiste al despertar de la

corriente misticista, encontrando resonancia adecuada en las angustias y

dificultades que de todo tipo se dan en este momento:

- [a tradicional filosofia tomista es atacada a fondo en las personas

concrelas de los dominicos parisinos. La difusi6n de la ciencia y filosofia

musulmanas en Europa alcanz6 a las universidades, y las ideas de Ave-

noes hicieron mella en la conciencia europea. Pero la verdadera revolu-

ci6n espiritual se debe a Duns Scoto: nueva concepci6n de la fe, la idea de

un Dios m6s libre, accesible por un impulso humano, por un acto de ca-ridad espiritual y no por el razonamiento. En resumen: la religidn no pue-

de ser explicada por la raz6n, siendo un articulo de fe.

- Todo ello llevard a un nuevo pro$eso de los estudios, bas6ndose

en observaciones cientificas, teniendo en Dwand de Saint-Pourqain y en

Guillermo de Ockham, sobre todo, a sus lideres.

- A pesar de las condenas de las obras de Ockham y de quienes le

siguieron, su obra es proseguida en Parfs por Juan Buridan y NicolSs

Oresme; en Viena, por Alberto de Sajonia; y en Heidelberg, por Marsilio

de lnghen. Era la tentativa hacia un conocimiento nuevo del mundo, con

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moldes y presupuestos nuevos, como preludio de un nuevo espfritucientffico.

. Todo ello condujo a un movimiento misticista que da explicaci6n

al nacimiento de una cierta reforma religiosa: cofradias de penitentes y

flagclantes, la Cruzada de los Niflos, las nuevas 6rdenes religiosas y, fru-

to de todo ello, las nuevas herejias. Se prenden las hogueras que devoran

vestidos, muebles, objetos decorativos; en una palabra, los objetos de

lujo. En el arte, los temas patdticos se ponen de moda, alcanzando su

crispide en el siglo XV.

B) Comentario o explicacidn

CRISIS DE CONCIENCIA

i) La <cautividad de Babilonia>

. A fines del siglo XIII asistimos a la decadencia del sistema organi-zativo del mundo cristiano ideado por los Pontfhces romanos tras la refor-ma gregoriana, y a un divorcio entre ese sistema y los derroteros seguidospor la civilizaci6n occidental:

- Bonifacio VIII intentd reactivar la politica religiosa romana, perofall6 lo que podia haberle servido de propaganda -la cruzada que habiaideado-, ante la negativa de los reyes de Francia e Inglaterra a secundarla,pues estaban enfrascados en la comfn lucha por Aquitania.

- No quedaba otra soluci6n que tratar de amoldar la Iglesia a lasnuevas condiciones e ideales surgidos en los paises occidenules. Y estaserfa la tarea que quisieron llevar a cabo los papas msladados a Avignon,faltos de seguridad en Roma.

. Tras el par6ntesis de Benedicto XI (1303-1304), Clemente V (1305-1314), con gran alegria de Felipe el Hermoso, traslada la corte pontfficiaa Avignon, enclave pontificio en suelo francds (1305).

- Independientemente de la historia y hechos desarrollados por lospapas de Avignon, que ahora no interesan, diremos que hubo un intentode regresar a Roma en 1367 (Urbano V), pero la reiniciaci6n de la guerrade los Cien Aflos (1369) decidi6 a Urbano V a regresar a Avignon (1369).Su sucesor, Gregorio XI (1370-1378) traslad6 definitivamente la cortepontificia a Roma (1377).

- Pero el pontificado, salido de la llamada <<cautividad de Babilo-nia>, iba a entrar en una crisis nueva todavfa peor: el Cisma de Occidente.

ii) Intento dc centralizaci6n moruirquica de la lglesia

. Conviene no olvidar que el paso del papado por Avignon supusoun fuerte impulso hacia la centralizaci6n de los asuntos de la Iglesia encuanto a su constituci6n, al nombramiento de los beneficios (cargos ecle-si6sticos en el mundo cristiano) y a la percepci6n de impuestos comoconsecuencia de dichos beneficiados.

. No obstante, todo fueron inconvenientes para est€ intento de evolu-ci6n centralizadora:

- Frente a la tesis mondrquica mantenida por los papas, el ColegioCardenalicio propondria una Iglesia oligdrquica (poder compartido).

- Asimismo, frente a estas dos tesis, nace la denominada democrii-tica, basada en la supremacia del Concilio.

- Por otra parte, el espiritu de cruzada que animaba al pontificado(toda la centralizaci6n giraba en tomo a este fin) no podfa llevarse a cabosi los reinos occidentales no prestaban su colaboraci6n, colaboraci6n que

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de momento resultaba imposible de lograr eruarzados como eshban entresi por cuestiones territoriales y problemas sociales y econdmicosinternos.

- Otro obstiiculo no menos importante lo constituia el enfrenta-miento ideol6gico del franciscanismo conventual (defensor de que la po-breza impuesta por el fundador debe suavizarse y atemperarse) y del fran-ciscanismo espiritual (la pobreza debe seguir siendo la base de las virtudesdel eremitismo). La soluci6n pragm6tica de Juan XXII (la pobreza abso-luta no deja de ser una aspiraci6n del espirritu), odavia soliviant6 m6s losiinimos, granjedndose la enemistad de los espirituales y parte de los con-ventuales, con el aditamento de los llamados <<fraticellos>, prontamenteexcomulgados.

- La teorfa centralizadora y jerarquizante de la Iglesia fue duramentecombatida por Marsilio de Padua y por Guillermo de Ockham, JuanWyclef y Juan Huss. Los frailes menores, exaltando la pobreza, colabora-ron en esta tarea contraria a los designios pontificios.

-La opini6n pfblica, desorientada y escandalizada por el <cisma>que se va a producir, vio en el Concilio la solucidn de la reforma eclesial.

. La irisis del universalismo cat6lico y la lucha diplomdtica, politicay militar de los nacionalismos, concretamente francds e italiano, originardel <Cisma de Occidente> (1378-1417), al lomar sus respectivas defensaslos distintos componentes del Colegio Cardenalicio.

EL DOBLE PONTIFICADO

i) Planteamiento del problema

. A la muerte de Gegorio XI (1370-1378), quien en 1377 habiatrasladado la corte pontificia a Roma, el c6nclave eligi6 al obispo de Bari(por presi6n del pueblo que queria un papa iraliano), Urbano VI (1378-1389).

l 5 l

- El nuevo papa, carente de tacto, se enemist6 con el cuerpo carde-nalicio, de forma que trece cardenales franceses, reunidos en Anagni, de-

nunciaron la elecci6n <porque no se hizo libremente, sino por el lerror> .Cuentan con el apoyo de Carlos V de Francia, y eligen undnimemente al

cardcnal Roberto de Ginebra, que pasaria a denominarse Clemente VII( 1378- 1394), instaldndose en Avignon.

. En 1378, la doble elecci6n del papa iraliano (Urbano VI) y del papa

franc6s (Clemente VII) divide a la cristiandad occidental en dos campos

antag6nicos, ala vez que debilitaba a la misma autoriadad pontificia fren-

te a la de los monarcas europeos.

- A Urbano VI le seguir6n en Roma Bonifacio IX (1389-1404),

Inocencio VII (1404-1406) y Gregorio XII (1406-1415), sucesivamente;a

Clcmente VII, el avignonds, le suceder6 el aragon6s Pedro de Luna, deno-

minado Benedicto XIII (1394-14 16).

ii) Ampliaci6n de Ia crisis

. Los cardenales, origen de la doble eleccidn, pretenden poner fin al

cisma (aunque no sin el interds de imponer el sistema olig6rquico que

propugnaban), reunidos en Pisa (1409). Sin embargo, agravan el proble-

ma ante la elecci6n de un tercer papa, Alejandro V. Roma y Avignon se

oponen, desacreditando al Sacro Colegio Cardenalicio.

- Las cancillerias europeas nabajan intensamente, para solucionar

el cisma: Roma logr6 la adhesi6n del rey de Francia y el papa Luna hubo

de refugiarse en Pefliscola; Gregorio XII consigui6 seguir siendo apoyado

por Hungr(a y N6poles.

. Fracasado el intento cardenalicio oligi6rquico, se impone poco a po-

co la tesis conciliar, que quedard plasmada en el Concilio de Constanza,

con el apoyo del emperador Segismundo. El Concilio trabaj6 entre 1413

y l4l7,finalizando su tarea con el nombramiento de un papa rinico: Mar-

t in V (1417-1431).

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. Hubo brotes de crisis en l43l debidos a la ruptura entre el Conci-lio, reunido en Basilea, y el Papa Eugenio IV, llegando a complicarse elasunto, cuando, en 1439, se nombraba un nuevo antipapa, derivando latensi6n hasta 1449, aunque sin los efectos del anterior cisma.

iii) Aspectos sociales y espirituales entremezclados con el cisma

. La lucha desencadenada en el seno de la Igtesia y las distintasteror(a enfrentadas que originan el cisma y que dificultan el logro de unasoluci6n viable (tesis autoritaria = Papa; tesis oligdrquica = Colegio Car-denalicio; tesis democrdtica = ConcilQ tiene suparalelismo en el seno delas sociedades politicas estatales temporales (doctrina monArquica autorita-ria = monilquia; tesis oligdrquica = nobleza; tesis pactista = burguesia ypueblo en general).

. Por otra parte, el mundo occidental asiste a una oleada misticista ya

ciuda que, ademiis de alcanzar logros importantes de cara al futuro, anid6nuevas herejias abonadas al socaire de los problemas sociales y econ6mi-cos y de conciencia.

. Solucionado el problema cismdtico, el Concilio de Constanza ten-drd como misi6n especialfsima conseguir el reagrupamiento de la cristian-dad, zarandeada por esos problemas socioecondmicos y por la presi6n dela herejia que, fundamentada en el dogma y extendidndose principalmentepor Inglaterra y centro Europa, tiene sus jefes de fila en Juan Wyclef(1329-1384) y Juan Huss (1369-1415).

CONSECUENCIAS POLITICAS DEL GRAN CISMA

i) Las das obediencias

. A pesar de la oposici6n del monarca francds, Gregorio XI abandon6Avignon en 1377:

1 5 3

- Su sucesor, el italiano Urbano VI (1378-1389) fue aceptado a

regafladientes por Francia y con alegria inusitada por Inglaterra. Pero la

cancilleria francesa de Carlos V, alentada por el hermano del rey, Luis de

Anjou, removid el tema, denunciando la improcedencia del nombramiento

de Urbano VI, por haberse realizado en circunstancias de fuerza, puesto

que se supo que, en realidad, el Sacro Colegio Cardenalicio habfa elegido

a Clemente VII.

- Carlos V, tras consultar al clero francds y a la universidad, se pro-

nunci6 a favor de Clemente VII, elegido de nuevo por los trece cardenales

franceses reunidos en Anagni. Esta toma de partido por Clemente VII

tiene lugar el 16 de noviembre de 1378.

- Estos escnipulos de conciencia no habian tenido en Inglaterra el

mismo eco. El parlamento ingl6s, reunido en Gloucester el 20 de octubre,

juzg6 el asunto como <una criminal empresa cismdtica fomentada bajo

mano por el rey dz Francia>.

. Aparte de los c6lculos m6s o menos cinicos y diplomdticos que es-

tas dos opiniones puedieran encelrar, la divisi6n politica europea imperan-

te en el momento, mezclada con el problema religioso, conducia inevita-

blemente a un cisma, puesto que se daba a los conflictos politicos un ca-

riz de guerra de religi6n.

. De ahi que hasta en los detalles mds nimios, el mapa de las alian-

zas politicas y diplomiiticas coincidiera absolutamente con el mapa de las

obediencias a cada uno de los pontffices. Quiere ello decir que la cristian-

dad se dividi6.

CLEMENTE VII, el avignonds, cont6 con el apoyo de Francia y sus

aliados, muchos de los cuales lo eran por oposicidn a Inglatena. Del lado

franc6s y clementino estuvieron Sicilia, Escociu (enemiga mortal dc

I-ondres), Irlanda, Castillq, Arag6n, Navarra, Chipre, Saboya, Cerdefia,

Brabante, Luxemburg,o, I'orena, Austria y Portug,al (luego, por oposici6n

a Castilla, cambiaria de bando):

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- Los Habsburgo de Austria, con Wenceslao, rivales de la casa deLuxemburgo denno del Imperio, se aliaron con el de Avignon. La deposi-ci6n de Wenceslao, en agosto de 1400, cambiaria el signo de la alianza, eincluso el nuevo emperador Segismundo (1411-1432) serfa uno de losafl.ifices de la soluci6n del cisma.

- Brabante, Luxemburgo, Juliers, Lorena, Limburgo, Borgona ySaboya hab(an obrado siempre al dictado de Francia. Si Flandes fue<urbanisa> (cuando se esta constituyendo el patrimonio territorial y potitico de Felipe el Atrevido), fue por oposici6n a Francia, en un deseo dedesligarse de su iimbito politico.

- Castilla era oponente de Inglaterra por motivo de la lana, yPortugal, primero partidaria del avignon6s, se pas6 al bando contrario poroposici6n a castilla, que trataba de inmiscuirse en sus asuntos internosen el proceso que desembocaria en Aljubarrota.

- Ndpoles vacild mucho. Su soberana, Juana I, se puso de parte deClemente vII; pero vencida por su sobrino carlos Durazzo,Ndpoles cam-bi6 de bando, hasta que el propio Carlos, enemistado con Urbano VI, vol-vi6 al de Clemente VII.

- Navsrra estaba en manos de una monarquia de origen franc6s, tan-to que algunos de sus reyes lo fueron a lavez deFrancia y Navarra.

-En Arag6r, Juan I (1387-1396) orienr6las relaciones de su pafshacia Francia, estrechando sus vinculos con Clemente VIL Juan I y Bene-dicto XIII (el Papa Luna) serian grandes amigos personales.

URBANO VI, el romano, aglutin6 a los territorios de Inglaterra ysus aliados: Flandes, Polonis, Hungria, Lituania, Imperio, la mayor partede ltalia,los pafses dela Uni6n de Kalmar (Dinamarca, Suecia y Norue_ga) y Porngal:

- Inglaterra y el Imperio sellaban su alianza en 1381, como res-puesta a la de Francia con Castilla. Poco despuds se les uniria Hungria yIas tierras que le obedecfan.

155

- Portugal, amenazada, como hemos dicho, por Castilla, se aliariacon Inglaterra y el papa romano (1385). De ahf la campafla militar ingle-sa a las costas de Galicia (1386). Francia, por el contrario, llevaria a cabocn Italia varios actos militares, que van a tener importancia para la histo-ria futura de Europa.

. Unas y otras acciones militares toman el sesgo de cruzadas biencontra el papa de Avignon bien contra el pontifice romano.

C) Conclusi6n

i) El papa pierdc su autori.dad interrwcional

. Los dos papas enemigos seguian a sus respectivos partidarios,lransformando en cruzadas las empresas militares. Pero, en definitiva,eran simples marionetas:

- Ademds, cuando Bonifacio IX (1389-1404) sucedi6 a Urbano VI,en Roma, y Benedicto XIII (1394-1416) a Clemente VII, en Avignon, sedemostr6 que la soluci6n del cisma no se podia esperar que viniera desdedentro, desde el propio pontificado, por la simple abdicaci6n de ambospontffices.

. La soluci6n definitiva se deber6 a la iniciativa de los prfncipes lai-cos de ambas obediencias, cansados de este duelo; es decir, a ellos se debe-rd la soluci6n de los asuntos internos de la Islesia.

- Ricardo II de Inglatera deseaba el t6rmino de la contienda, y en1395 apoyard la soluci6n franco-castellana que abogaba por la soluci6nllamada de la "cesi6n>), o sea, la abdicaci6n simultdnea de los dos papas.

Incluso el emperador Wenceslao, luego depuesto, ser6 partidado de ello( l 398).

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- Pero el intento fracasd, aun cuando ten(a mucho de significativo:

los principes y soberanos tendian a convertirse en principio ordenador de

la Europa cristiana.

. El intento de soluci6n <<conciliar> de Pisa (1409), llevado a cabopor cardenales de las dos obediencias, fracas6 por no haber obtenido elapoyo de los principes y monarcas europeos.

- Sin embargo, cuando el emperador Segismundo, oabogado y

defensor de Ia Santa lglesia>, tome el asunto en sus manos, apoyado por

el conjunto de reinos, llegard la solucidn de Constanza (l4l3-l4l7),

rehaciendo la unidad cristiana de Europa.

- Habri{ nacido una nueva sociedad fundamentada en el consenso delos prfncipes y de las naciones. [,os soberanos no dudardn en adelante deque han adquirido un derecho y un deber alavez para, si es necesario,

ratar de reformar la Iglesia.

ii) El papado pierdc su poder sobre las iglesias rucionales

. La solucidn de Constanza dio al poder temporal de los monarcas

una autoridad moral y efectiva ante sus cleros nacionales respectivos que

antes no poseian. Se trata de un hecho fundamental para la futura historiade la Iglesia occidental.

. Se ver6, en adelante, al poder real convocando y dirigiendo asam-bleas con el clero de sus respectivos pafses, en especie de concilios nacio-nales; como en el caso de Inglaterra, con Ricardo II, en 1398, los monar-cas designar6n prdcticamente a los obispos. La Santa Sede, impotente, de-berd aceptar el hecho consumado. Se esti{ acercando el tiempo hist6rico delos concordatos, nacidos en Constanza (1418).

t57

d) Datar un mapa

. Normalmente, todo mapa incluye en su banderola el tftulo y la fe-

cha. No obstante, conviene tener en cuenta que, respecto a esta fltima,

caben algunas pre ciiones.

- Por una parte, muchos mapas presentan una data muy concreta,

un afro exacto, por ejemplo. Su autor se constituye en nohrio y nos ga-

rantiza la exactitud del dato, lo cual, normalmente, es asf. Sin embargo,

cabe la comprobaci6n y, en cualquier caso ---como ejercicio didiictico o

como ejercicio evaluador de conocimientos hist6ricos- puede omitirse la

fecha para tratar de hallada por un procedimiento deductivo, proceso que

se basa, a su vez, en el conocimiento del periodo hist6rico al que hace

referencia el mapa.

- Por ouo lado, determinadas representaciones cartogriificas se refie-

renaperiodos cronol6gicos mds dilatados, como <<siglo XVI>, <1215-

1270> 6 <1808-1814>, por ejemplo. Y, si bien es cierto que, en mflti-ples ocasiones, no se puede aquilatar m6s la fecha concreta, en otras mu-

chas sf cabe esa posibilidad, y siempre, como en el caso anterior, se pue-

de proponer como ejercicio did6ctico o evaluador.

- Por riltimo, podemos ocultar lafecha de un mapa y tratar de ha-

llarla bas6ndonos en los datos que el propio mapa facilita.

Aspectos te6ricos

. Concretar la feclu de un napa dependc , en gran pafie, de los daosmds o menos precisos y datables que aqu6l proporcione y de los conoci-mientos histdricos que posee quien lo pretende. Desde luego, sin conocery comprender la historia del periodo concreto es pr6cticamente imposible.

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- Para datar cualquier mapa no caben mds ayudas que las que 6lmismo proporciona, siempre que se hallen regisEadas en la memoria his-t6rica de quien se ejercita, o pueda acudir a apoyos bibliogr6ficos preci-

sos. Estas ayudas hay que buscarlas fundamentalmente en:

le) El r o tul ado, qte proporcionar6 antrop6nimos, hidr6nimos,or6nimos o top6nimos muchas veces datables, sobre ndo los primeros ylos riltimos.

20) los espacios geogrQficos en los que se halla compartimentadoel mapa, pues toda divisidn es datable.

3q) L^as indicaciones cronol6gicas concretas y parciales que el car-t6grafo haya incluido.

4q) I-as instituciones a las que pueda hacerse referencia.

5a) Los hechos econ6micos de cualquier naturaleza que pudieranquedar reflejados.

6a)Los fen6menos sociales recogidos grdficamente de una u otramanera.

7e) Los acontecimientos politicos que se constatan directa o indi-rectament€.

8q) l,os signos o simbolos especiales puestos de relieve para des-lacar algrin hecho o fen6meno concrelos.

- Cualquier mapa hist6rico, por lac6nico y parco que sea su mensa-je, posee datos que pueden ser cronol6gicamente abordados. [a relaci6nentre si de tales datos debe permitir fecharlo con mayor o menor pre-cisi6n.

. Para datar un mapa, en definitiva, debemos hallar, mediante laconsideracidn de cualquier indicio cronol6gico, los tirminos <ante quem,

159

y <post quem>, es decir, aquellos momenlos antes y despuds de los cualcs

ha sucedido un hecho historiable. Al relacionar entre si las fechas limite

de varios, podremos ir acortando los lfmites cronol6gicos entre los cuales

se puede incardinar un mapa.

. A efectos de hallar los tdrminos <<ante quem>> y <post quem>' vea-

mos a continuaci6n dos mapas, dos ejemplos.

Aspectos pr6ct icos

MAPA I

. Nos vamos a valer del mapa titulado <Aduanas en el siglo XVIII>

(vdase gr6fico 5l), que ya nos ha servido para la realizaci6n pr6ctica del

<descubrimiento>>, la <<lectura>> y el <comentario> hist6ricos.

- Aunque no muy rico en datos fechables, sf se pueden entresacar

en dl los suficientes como para aproximar bastante los t6rminos <<ante

quem> y (<post quem>> y, por lo tanto, modificar la parte del tftulo que

hace referencia a la temporalidad del mismo.

. Veamos los datos fechables miis significativos, aunque la relaci6n,

como podni comprobarse, no es exhaustiva:

^) Portugal y Espafia aparecen separadas polftica y territorialmente,

luego ha tenido lugar la crisis de 1640, por la que el pafs vecino lograba

definitivamente su independencia:

1640 +

b) Mahon aparece como <<aduana maritimu de Espafla, y es sabido

que su incorporaci6n a la corona espaflola, tras ser francesa e inglesa, tu-

vo lugar en 1'182:.

1782 +

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r60

c) El enclave de Olivenza, por el que lucharon secularmente portu-gueses y castellanos, se halla dentro de las fronteras hispanas, circuns-tancia que tuvo lugar a paflir de 1801, con motivo de la <<Guerra de lasNaranajas>>:

1801 +

d) Abolidos los <puertos secosr, por Real Instruccidn de 1717, talesaduanas internas fueron trasladadas al liloral y a las fronteras terrestres conFrancia y Portugal, tal como muestra el mapa:

l 7 l 7 +

e) l^as protestxs vasco-navanas originadas por la reforma arancelariade Felipe V dieron origen, en 1727, al nacimiento de las <provinciasExentas> y al cintur6n aduanero en los l(mites entre Castilla y Navarra-Provincias Vascas, alavez que surgia la <<aduana general> de Santander:

t12'.t +

f) Subsisten las divisiones administrativas en <capitanias generales>e <intndencias>, luego afn no ha aparecido la divisi6n en <<provincias>,,hecho que tuvo lugar en 1833:

+ 1833

g) Aparecen las <<aduanas generales>> de Fraga y Tortosa para frenar alos comerciantes catalanes, que casi habian monopolizado el comerciointerior hispano en detrimento de castellanos, aragoneses y valencianos.Tal cortapisa se instauraba en 1742

l '742+

. El cuadro restanen de los datos suministrados, y que han sido teni-dos en cuen[a a la hora de tratar de hallar los t6rminos <ante quem> y<pos[ quem>, seria:

Tirmirc (post qlum>

l 6 l

b) . . .

c ) . . .

d ) . . .

e ) . . .

f ) . . .

s). . . t742 ->.. . . . . . .

Tirmino <ente qucm,

. . .<_ 1933

. En conclusi6n, el tftulo de <<Aduanas en el siglo XVIII> deberia ser

modificado y sustituido por el de <<Aduanas entre 1801-1833>.

MAPA 2

. Veamos ahora un mapa sin fecha ni titulo (v6ase gr6fico 57). Aph-cando las m6s elementales t6cnicas del <descubrimento>> y la <<lectura>,inmediatamente se llega aurr doble evidencia:

le) Avignon y Roma son los dos fnicos top6nimos que no s6loaparecen escritos en <versales>> o .<maydsculas>, sino que, adem6s, hansido inscritos en sendos rectdngulos, doble circunstancia que les distinguede todos los demds.

2e) Europa se nos muestra compartimentada en dos bloques depaises, en virtud de dos tipos distintos de <<tramado>. Avignon y Roma sehallan, respectivamente, en territorios con tramado diferente.

- Por simple deducci6n, esta doble realidad nos conduce, inme-diatamente, al confrontarla con la historia que conocemos de tal periodo, auna conclusidn, a la casi certeza de que nos hallamos ante un mapa quepodriamos titular (<El Cisma de Occidente>) y fechar (.1378-1417>).

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163162

Gr$ico 57

- Sin duda alguna, nos hallamos ante lo que parece un inexpre-

sivo y sdrdido mapa, que nos presenta, al parecer, los dos bloques politi-

co-religiOsos en los que se dividi6 la Cristiandad durante el llamado CLs-

ma de Occidznte (1378'1417)'

El primer paso esld dado, pero, por los restantes datos que propor-

ciona el mapa, ese puede confirmar lo que casi es certeza? Y, supuesto

que sea cierto, ;se podria llegar a encontrar una fecha m6s concisa?

T6ngase en cuenta que durante los treinta y nueve aflos que dur6 el <Cis-

ma> tuvieron lugar mriltiples circunstancias que modificaron alianzas y

fronteras. Deteni€ndonos en la consideraci6n de qu6 pafses obedecen a uno

u oEo Papa y de cudles son las fronteras en la instantdnea cartografiada

lpodemos acerc:u algo mds los tdrminos <ante quem>) y <<post quem>>?

. Analicemos paulatinamente cada caso concreto, procurando ha-

llar hitos cronol6gicos evidentes.

a) En la Penfnsula lb6rica debemos tener en cuenta que:

- Castiltay Arag1n no se han unido todavia, luego el mapa es an-

teior a 1479.

- Rosell6n no se ha incorporado afn a Francia, hecho que tiene lu-

gar en 1463, luego el mapa debe ser anterior a esa fecha.

-El Estrecho de Gibraltar aparece todo 6l como perteneciente a

Castilla, lo que significa que han caido Talfa(1292) y Algeciras (134),

aun cuando Gibraltar, como enclave, parece pertenecer todavia al Reino

granadino, hasta que caiga en manos cristianas en 1457; en consecuencia,

nos proporciona: 1344 (t€rmino <ante quem>)) y 1,457 (tdrmino <post

quem>).

-En Portugcl aparece reconquistado todo el territorio colrespon-

diente a la monarquia lusa, luego el mapa tiene que ser posterior a 1249

(toma de Albufeira y Faro), si bien todavia no ha conquistado al otro lado

dcl estrecho el enclave de Ceuta (1415).

- Las Baleares forman parte de lir Corona de Arag6n, lo que equi-

vale a que Jaime III de Mallorca ha sido derrotado y muerto en Lluch-

major (1349).

. Los aspectos considerados en la Peninsula Ibdrica nos llevarian a

situar el mapa entre 1349 y 14l5:

t]/;9+ | + l4l5

b) En Francia:

. En el siglo XIV, Inglaterra y Francia se disputan el suelo francds:

gucrra de los cien Aflos (133?-1453), que pasa por diversas alternativas

tcnitoriales.

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164

. En el mapa se ven dos enclaves no franceses, en torno a Burdeos yBayona; el reslo de Francia occidental aparece unido:

-El mapa tiene que ser anterior o posterior alapaz de Brdtigny(1360), porque por ella Inglaterra se quedaba con m6s tienas de las rese-fladas: Poitou, Perigord, Limousin, Guyena y parte de Picardia, posesio-nes que no aparecen en nuesFo mapa.

- Calais habia sido tomada en 1347. En todo caso. tendriamos lasfechas:

1347+ | <-1360

- Sin embargo, esta cronologfa no coincide con la del Cisma deOccidento, luego hay que buscar ora explicaci6n.

. El mapa no puede ser de 1360 a 1369, aflos en los que Inglaterra,vencedora en la primera fase de la guerra, posee los territorios ganados enBrdtigny, y que no aparecen resef,ados.

. Carlos V (1346-1380) recuperard para Francia, ayudado por DuGuesclin, las tierras perdidas en Br6tigny, mediante un tratado de paz

signado en 1380. Desde esta fecha, Inglaterra sdlo conservar6 regiones entorno a Burdeos y Bayona y las plazas de Calais y Cherburgo. Estas cir-cunstancias coinciden bastante con el mapa propuesto. Todo apunta,pues, hacia 1380.

- Una nueva fase de la lucha har6 que los ingleses tomen Norman-dia y Partu (1415, batalla de Azincourt). Entre 1415 y 1419, Enrique V deInglatena lomar6 Bretafla, Guyena, Normandia, Borgofla, de forma que elnuevo Tratado de Troyes (1420) deja todo ello a los ingleses. El mapatiene que ser, pues, anterior a Azincourt" los que nos lleva a:

1380 + | +t+tS

165

. El mapa no puede ser fechado entre 1420 (Paz de Troyes) y 1429(primeras victorias de Juana de Arco). Podrfa corresponder a 1449-1450,

cuando Inglaterra pierde Normandfa, y solamente anterior a 1453, cuandopierde tambidn Guyena y tinicamente le queda Calais, es decir, entre 1449y 1453, pero estas fechas son posteriores al Cisma de Occidente.

. 56lo, pues, en 1380 coincide plenamente el mapa de la guerra delos Cien Aflos con el propuesto, y este <<statu quo> llega hasta 1415,

cuando tiene lugar un nuevo ataque ingl6s, con las consiguientes ganan-

cias territoriales:

1380 + | + t+tS

c) En los Pafses Ba. ios-Rhin: Flandes, Borgofra, Limburgo'Brabante:

. Todos estos territorios se han emancipado y consolidado como in-

dependientes por el matrimonio de Felipe el Atrevido con Margarita, here-

dera del condado de Flandes, enlace celebrado para tratar de eliminar la in-

fluencia inglesa en los Pafses Bajos; la boda era celebrada en 1369.

- Son pafses desgajados poco a poco del Imperio en beneficio de

Francia. Flandes y Borgofia, asociados personalmente, tmtan de unirse a

travds de Champafla y Lorena, con lineas expansivas hacia el Zuidener-y

curso del Rhin, por el norte, y hacia los cantones suizos, por el sur:

1369+

. Pero Felipe el Atrevido, mediante una inteligente politica matrimo-

nial, casa a su hijo y heredero, Juan, con Margarita de Baviera, y a su hija

Margarita con Guillermo de Baviera, hermano de la primera (1385)' El

fruto serd la incorporaci6n de Limburg,o y Brabante, territorios que aparc-

cen en el mapa desgajados de Francia y del Imperio:

385 +

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. El hijo de Felipe el Atrevido, Juan Sin Miedo (1404-1419), se alia-rd con Inglaterra, colaborando en el desastre francds de Azincourt (1415),luego el mapa es anterior a 1415, pues los territorios flamencos apareci-dos en el mapa participan del mismo signo que cubre el territorio francds.

-Esta alianza con Inglatena se reafirmard con el sucesor de JuanSin Miedo, Felipe el Bueno (t419-1467).En 1421, el borgofl6n sumabael condado de Narrutr, y Jacdueline de Baviera le cderia Henaut, Hotanda yZclanda, que no aparecen en el mapa.

- En 1435, Felipe el Bueno firmard con Francia lapaz de Arriis, loque le permitiria consolidar su situacidn independentista. Si bien elEmperador no le concedi6 el tftulo de rey, Felipe el Bueno podrd ser con-siderado ya como tal.

. En resumen, teniendo en cuenta todos estos territorios, el mapa@ria estar fechado entre:

1385+ | < - l4 l5

d) En Italia:

. El mapa es muy somero e inexpresivo cuando trata la peninsula eislas iu{licas. sin embargo, puede observarse que sicilra parece estar liga-da a la corona de Arag6n, lo que equivale a decir que se ha celebrado elmatrimonio de Martin, hijo del futuro Martin el Humano, con la reinaMaria de Sicilia (1390), entrando a formar parte de la federacidn:

1390 +

- En cambio, en relacidn con esta idea, vemos que no aparecen losducados de Atenas y Neopatria en Grecia, perdidos en 1388.

. Todavfa no hemos llegado a 1443, ya que el reino de Ndpoles apa-rece independiente de la Corona de Arag6n:

+ 1443

167

. El mapa no nos da detalle alguno de los Estados-Repriblica italia_nos, englobando a todos ellos con el mismo signo.

. En ltalia, pues, las fechas extremas serian:

1390+ | +ruq3

ll! lti:I

j

i

c) En el Imperio Germdnico:

. Pocos datos nos proporciona el mapa para poder datarlo con preci_si6n, excepto los territorios limftrofes con Francia, ya considerados; elmosaico que es el Imperio no se destaca.

. Podemos indicar, sin embargo, que el emperador Wenceslao (137g_1400) se puso personalmente con sus tierras patrimoniales (Austria y Lu-xemburgo) al lado del rey francds y del papa de Avignon (13g0), rom_picndo con la polirica de carios IV (1346-1378) de estar al lado del ponti-fice romano.

- Los cuatro electores del Rhin (nacidos de la Bula de Oro, en 1356)dcpusieron a Wenceslao, en agosto de 1400, eligiendo Emperador aRoberto de Baviera (1400-1410), pro romano (incluso se quiso hacer co-ronar en Roma), como su sucesor Segismundo (l4|l-1437), uno de losartilices de la finalizacidn del Cisma.

. Los datos aportados en el Imperio nos llevan a:

1380+ | + t+00

f) En Hungria:

. Estaba gobernada por la dinastia franco-italiana de los Angevinos(1309-1392):

- Carlos | (1309-1342) y Luis el Grande (1342-t382) cubren elsiglo XIV; este riltimo orient6 su principal actividad hacia el Adridtico,

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168

llegando incluso al mar Negro y bajo Danubio, a travds de las llamadasProvincias del Sur y Bosnia, Semia, Bulgaria, Valaquia, Moldavia yGalitzia.

- A la muerte de Luis el Grande (1382), Hungria pas6 a manos delque pronto serd emperador Segismundo (1382(14 I l)-(1437) con lo cual elpais cae de nuevo en la 6rbita del Imperio.

. Al aparecer en el mapa Polonia separada de Hungria, quiere decirque estamos, por lo menos, en 1382, pues desde 1370 hasta 1382 Luis elGrande fue rey de ambos pafses. En 1382, serfa rey de Polonia ladislao IIJagellon (1382-143D:

1382 ->

g) En Suiza:

. La aparici6n de la Confederaci6n Helvitica no nos aporta nada nue-vo; surgida en 1315, tras vencer a los Habsburgo en Morgarten, sabemosque asegura su existencia tras una nueva vicloria de los cantones federadosen Sempach (1386), frente a Leopoldo III de Ausria.

h) En Polonia y Lituania, unidas:

. La uni6n de Polonia y Lituania tiene lugar en 1386, si bien Lrarc-nla seguird como condado independiente, aunque bajo la soberania polaca,de acuerdo con los tratados de Osriv (1392), Haroldo (1413) y Grodno(r432):

1386 +

i) En Prusia:

. La Orden Teut6nica poseerd la isla de Gottand desde 1398 hasta1408:

t398-+ I + 1408

t69

. El cuadro resumen de todos los datos que acabamos de reseflar serfuel siguiente:

Tdrmino <post (Wmt

a) Peninsula lbdrica

b) EnFrancia

1349 -> . . . . . . . . . . . .

1344 -> . . . . . . . . . . . . . .

l24g -> . . . . .

1337 -> t<- 1360l3g0 _>

c) Paises Bajos-Rhin

d) Italia

e) Imperio Germdnico

f) Hungria

g) Suiza

h) Polonia y Lutania, unidas

i) Prusia

j) Uni6n de Kalmar

k) Cisma de Occidente

1369 ->..

l3g5 _>

1390 ->

1390 _>

1392 ->

1396 ->

l3g6 _>

1398

1397 ->

1378 ->' .

Tdrmino <ante quem>

<- l40g

.. .< t4t7

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170

.LazonadeSamagitia es teut6nicadesde 1404 hasta 1410, cuandoLadislao II vence a los Teutones en Tannenberg. Como en el mapa toda-vfa es de la Orden, estamos anoes de:

e l4 l0

j) En la Uni6n de Kalmar:

. Los reinos de Norueg,a, Succiay Dinamcrca, inscritos dentro de uncfrculo en el mapa, muestran que se han reunido ya en la llamada Uni6nde Kalmar (1397):

1397 +

. En conclusi6n, de todos los datos suministrados por el mapapodemos deducir que nos muestra la Europa de 1398-1400, dentro del pe-riodo cismdtico occidenral (1378-1417). por atribuirle una fecha rinica,podrfamos terminar diciendo que et mapa presentado es del ano1 4 0 0 .

e) Preguntar a un mapa

Aspectos te6ricos

. En el 6mbito de la enseflanza de la Historia, es relativamente co-rriente, aunque menos de los que debiera serlo, la utilizaci6n de mapashist6ricos, en tres aspectos,.f6cetas o momentos diferentes:

la) Como apoyo ilustrativo y grdfico de la palabra del profesor en lasclases expositivas magistrales.

t7 l

2a) Como instrumento de priicticas didiicticas para la adquisici6n y elafianzamiento de conocimienlos y conceptos hist6ricos.

3a) Como documento para el proceso evaluador del alumno o, en otrotcrreno, para la seleccidn de quienes aspiran a ser profesores de Historia.

Sobre todo en este tercer supuesto, el mapa puede aparecer fuera decontexto, es decir, aislado, desambientado y desmembrado, lo cual sueleoriginar no s6lo el rechazo a un instrumento didiictico tan v6lido comocualquier otro, sino tambi6n la aversi6n hacia su utilizacidn.

- Ya de por si, el comentario de un mapa, en el m6s estricto ypleno sentido del t6rmino, tal como se ha indicado, entraila ciertas dificul-tades, cifradas en el mayor o menor conocimiento del hecho hist6rico alquc se refiere y en las diferentes alternativas, posibilidades o dngulos deenfoque que cada mapa presupone.

- En muchos casos, dependiendo normalmenle de la riqueza infor-

mativa inrfnseca de cada ejemplo, la propuesta de un mapa puede cons-

tituir una charada o acertijo, como en el caso de los texlos histdricos; en

otras ocasiones, el comentario puede coincidir o no con las expectativas

de quien ---con tiempo, conocimienfo de causa o finalidad determinada-

lo ha seleccionado, lo cual supone un problema afladido.

- Teniendo en cuenta, por lo tanto, las dificultades apuntadas, la

propuesta de comentario de todo mapa deberia ir acompaflada de un mini-

mo <cuestionario orientativo>>, guia que -inservible para quienes no

han adquirido los conocimientos y conceptos bdsicos de historia- debe

permitir, a quienes s( los poseen, sentirse seguros de la calidad de su

nabajo.

. El cuestionario orientativo qlue debe acompaflar a todo mapa para

que 6ste pueda ser abordado sin problemas interpretativos o posibles de-

senfoques respecto a quien ha de juzgarlo, no tiene que ser exhaustivo,

sino m6s bien conciso y abarcador de lo esencial. No obstante, dependeni

siempre de la mayor o menor riqueza informativa del propio mapa.

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172

- Deber6 incluir indicaciones para ligar el mapa con hechos o

circunstancias que actfan como precedentes; interesard, sin duda, que,

mediante preguntas razonadas y ajustadas, el comentarista dirija sus miras

hacia las ideas esenciales; se deber6 procurar conducirle a una ligaz6n

correcta de las distintas ideas principales, a entender la din6mica internadel mapa; se incluirdn <<items>> destinados a entresacar los daos anatitic-oso subsidiarios mds relevantes; se procurar6, en fin, mediante preguntas

adecuadas, conducirle a una conclusidn verosimil, si es que la hay.

- Por otra pzlrte, quien propone el mapa y el consiguientecomentario tiene en sus manos una herramienta insustituible para lograr

una mayor o menor profundizaci6n en el tema cartografiado, solicitando,mediante cada item o pregunta, los procesos mentales que estime opor-tuno.

- Los cuestionarios orientativos no son ventajas para el mal estu-diante, sino apoyos para todos, teniendo en cuenta que la ensefianza nodebe ser competitiva.

Aspectos prSct icos

. A titulo meramente ilustrativo, vearnos dos posibles cuestionarios

orientativos de sendos mapas que ya han sido tenidos en cuenta con ante-

rioridad. Se trata de los recogidos en los gr6ficos 54 y 56, respec-

tivamente.

EJEMPLO I

<Aduanas en el siglo XVIII > (v6ase gr6fico 54)

. Este cuestionario orientativo, de manera deliberada no ha sidoestructurado, es decir, su propuesta no sigue una secuencia l6gica (intro-

t73

ducci6n, ideas principales, conclusi6n), de modo que el comentarista debe

ordenarlo, lo cual supone una dificultad afladida. Se trata de un ejemplo dec6mo no debe formularse un cuestionario de estas qracterfsticas.

Cue s tionario no e s tntc tur ado

-;Cu6ntos tipos de aduanas distingue el mapa?

- La medida centralizadora que muestra el mapa, ies aislada o

forma parte de un proceso general?

- iQud tipo de divisi6n administrativa recoge el mapa y qu6

indica?

-;,subsisten las antiguas Coronas de Castilla y Arag6n?

- eQud evidencias nos permitir(an concretar mds la fecha del

mapa?

- iQud diferencias esenciales existen entre la estructura aduanerainicial y la modihcada?

- iQud funciones desempeflan las <<aduanas generales> de Fraga,Tortosa y Cartagena?

- Desde el punto de vista de Castilla y, en funci6n de la distri-buci6n aduanera, lcudles serian las nuevas <<Provincias Exen-[as> y cMles las <Provincias Unidas>?

- iQu6 sugiere la aparici6n de Madrid dentro del contexto generaldel mapa?

- iQu6 pueblos hispanos se vieron favorecidos por esta nuevaestructura fiscal?

- La reforma fiscal emprendida por la monarqufa borb6nica,

l,implicaba la libertad de riifico interno de todos los productos?

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174 175

- iCu6les son las tendencias econdmicas de este periodo?

- Desde el punto de vista demogrSfico, icudl es la situacidn?

- iCu6l es la realidad de la situacidn militar de la Europa del

momento?

- Polfticamente, ;cu6l es la t6nica dominante?

- A la crisis religiosa, ile conesponde una crisis espiritual?

. Comentario o explicaci6n

- ;Cudl es la situaci6n intema de la Iglesia durante este periodo?

- iCudles son los principales protagonistas religiosos de la

crisis?

-;Qui6nes son los actores polfticos mds relevantes que inter-

vienen en la crisis?

- iC6mo se explica la identidad de las Coronas de Castilla y de

Arag6n con el Papa de Avignon?

- ;Cu6les son los condicionantes politicos del sistema de alian-

zas con cada uno de los PaPas?

- El mapa propuesto, i,fue inamovible durante los 39 aflos que

dur6 el cisma?

- iQud importancia tuvo la deposici6n del emperador Wenceslao

en la soluci6n de la crisis?

- i,Qud influencia tuvieron en el planteamienrc del problema las

ideas de Marsilio de Padua, Ockham, Wyclef y Huss?

EJEMPLO 2

<EI Cisma dc Occidente (1378-1417)> (vdase grAfico 56)

. Este cuestionario orientativo --{ada la parquedad informativa delmapa y, por lo tanto, supuesta la necesidad de convocar constantemente ala historia conocida del periodo al que se refiere- se ha estructurado demanera m6s sistemdtica que el anterior, incluyendo items referidos a laintroducci6n, al comentario propiamente dicho y a la conclusi6n.

. Por otra parte, tal como se ha indicado con reiteraci6n, los posiblesenfoques a la hora de comentar un mapa pueden ser mriltiples. De ah( que,en este caso concreto, se propone un cuestionario orientativo que coincidecon el comenErio que se ha realizado (uno de los muchos posibles) almapa en cuesti6n (v6ase grdfico 56).

C uc stio nario e s tnrc rur ada

.IntroducciSn

- iA qu6 se refiere el mapa?

- r,Qu€ significan Roma y Avignon?

- iCudles son los antecedentes de la situaci6n que revela elmapa?

- USe trata s6lo de un problema religioso?

-;Cu6les son los aspectos sociales mds significativos de la cri-sis del periodo?

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r76

. Conclusi6n

- ;Cudl fue el papel representado por Pedro de Luna (BenedictoXIII) en la soluci6n del cisma?

- En 1395, Ricardo II de Inglaterra se adhiri6 a la soluci6n de la<<cesi6n>> abogada por los franco-castellanos, iqud significadotiene ese giro?

- lPor qu6 fracasd en Pisa (1409) la solucidn <<concilian> defen-dida por los cardenales de ambas obedtencias?

- iQu€ importancia tuvo el Cisma en la aparici6n de las llama-das <iglesias nacionales>?

3. LA CARTOGRAFIA EN IMAGENES

Una buena parte del capitulo II se ha dedicado a la realizaciSn demapas propios, proponiendo un proceso que va desde el <<mapa-plantilla>hasta el <mapa hist6rico> propiamente dicho, pasando por el <mapa-borradon> y el <mapa-prototipo>>.

Por otro lado, m6s de la mitad del presente trabajo se ha encaminado arcpasar las distintas posibilidades de explotaci6n did6ctica de los mapas,sn un recorrido que nos ha conducido a descubrir, leer, comentar, datar ypreguntar a un mapa hist6rico.

Entre las muchas posibilidades todavfa existentes en torno a la uti-lizaci6n de mapas hist6ricos (frisos, paneles, reportajes, etc.), se halla elcomentario cartogrdfico en im6genes, a realizar tanto por el profesor co-mo por los propios alumnos, como nabajo extraescolar.

En definitiva, se trata de ilusrar con imSgenes el resultado de un co-mentario cartogr6fico. El punto de partida es, pues, un mapa.

t77

a) El medio a utilizar

. Para adentrarse m6s en esta temida, por desconocida, sin duda, acti-

vidad educativa hacen falta deseos, decisi6n, tiempo y algunos medios.

Nada he de decir respecto a los dos primeros aspectos, tan personales, por

otra parte.

-Respecto al tiempo, conviene precisar que la actividad requiere

bastante y que, por lo tanto, sdlo cabe realizada como trabajo extraescolar

y una o dos veces, a lo sumo, a lo largo de un curso lectivo' Pero posee

la gran ventaja de que se trata de un trabajo cuyos resultados son acumu-

lativos, de modo que los logros alcanzados durante un afio acad€mico son

aprovechables en los siguientes, creandose, poco a poco, una amplia fil-

moteca propia o del centro, de la que f6cilmente se puede hacer part(cipes

a otros alumnos y a otros profesores, por curnto cabe la reproducci6n y el

intercambio.

- En cuant o al medio a utilizar, desestimaremos los m6s caros y

sofisticados para cenEamos en los accesibles tanto econ6mica como tec-

nicamente hablando.

. La calidad del producto final, un cortometraje, es sensiblemente

mejor cuando se utiliza una c6mara de 16 mm (para cine) o una cSmara

<<Umatic>> (para video), pero ambas no s6lo requieren una inversi6n ini-

cial elevada, sino tambien instrumental sofisticado despu6s, como el <la-

boratorio de revelado>, una <<moviola>) o una ..mesa de montaje>).

- Aunque la calidad es inferior, para la finalidad exclusivamente di-

dSctica que se penigue es m6s que sufrciente una cdnara de Super 8 (pan

cine) o xna cdmara dom,stica (para video), cuyo costo inicial esu{ al

alcance de cualquier centro, mfxime si se convence, con resultados, por

supuesto, de su utilidad a las Asociaciones de Padres o a los Consejos Es-

colares. Ejemplos de ello podrfamos indicar infinitos'

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- El tratamiento ulterior, ennadora>, de m6dico coste.

este caso, s6lo requiere una <visio-

b) El comentario base o <pre-gui6n>

. Conviene elegir como tema a cartografiar uno que sea cercano a lasexpectativas de los alumnos o aqudl que permita aclarar audiovisualmenteun periodo o tema especialmente diffcil. El primer paso, por lo tanto,consiste en el logro de un mapa histhrico, ya sea de realizaci6n propia yaaprovechdndolo de un atlas o libro determinados.

. El paso siguiente va encaminado a la realizscihn de un <comenta-rio> adecuado del mapa en cuesti6n.

- En esta segunda fase, el profesor (o el grupo de alumnos que rea_liza la experiencia o trabajo) deben aplicar la adecuada tdcnica del comen-tario cartognifico, haciendo aspecial hincapie en sus tres partes constituti-vas: introduccidn, explicaci6n y conclusidn, seflaladas posteriormente consendos <fundidos en negro>).

- Este comentario bav-.funcionard como <pre-gui6nt. Es decir, elresultado del mismo contiene todo lo necesario para hacer comprensible elmapa, pero el vocabulario utilizado, asf como la concreci6n de las ideas.suelen ser densos, excesivamenk sintdticos, farragosos, a veces.

c) El gui6n literario

. El <<pre-gui6n>> o comentario escrito debe ser repasado, tratando dealigerar las ideas, de flexibilizar el lenguaje, de hallar palabras adecuadas;de buscar ejemplos clarificadores; de eliminar datos superfluos; de expre-sarse con frases cortas.

Grdico 58

VIDEO

t79

AUDIO

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- En definitiva, se treta de convertir el texto del comenturio inicial,sin renunciar a la exactitud, en un texto literario que incite a la curiosidad,que evoque y prcvoque.

- Su extensi6n, pensando en un film de 20/25 minutos, no debesobrepasar los 617 folios mecanografiados a doble espacio.

d) El gui6n t6cnico

. El texto del <gui6n literario> es ya definitivo, es el que va a oir elespectador. Pero, a la vez que esto ocure, en la pantalla deberdn aparecerimdgenes que reafirmen, aclaren o simplemente acompaflen a la palabra.El texto se convierte en <<audio>> y la imagen, en <<video>>. para relacionaruno y otro, deben prepararse previamente varios folios, base del gui6ntdcnico (vdase grdfico 58), en el que se delimitan los espacios ffsicos paraindican

lo) Las imdgenes que debemos grabr.

2) El texto que acompafla a las im6genes anteriores.

3) El tiempo de lechiua del texto o del di6logo.

4e) El tiempo en el que s6lo aparece la imagen, sin lectura detexro ni di6logo.

. Conviene saber que veinte segundos de una imagen en la pantallapueden suponer una eternidad para el espectador, en frlmes de esta fndole.Procede, por lo tanto, trocear al mdximo el texto, en fragmentos meno_res, que tengan sentido propio, y diversificar las imdgenes, ala vez.

- Es important€ que la lectura reposada de cadafragmcnto del texto,recogido en el apartado <<audio>>, no sobrepase los 30/45 segundos; las

l 8 l

im6genes elegidas, por el contrario, deben suponer m6s tiempo de pan-

talla, de modo que, antes y despu6s de oirse el texto, queden espacios enlos que la palabra estd ausente.

- En el lugar destinado al <<video>, y siempre enfrentdndose al co-rrespondiente texto, deben seflalarse las imdgenes a grabar, bien sean to-madas de la realidad, de l6minas y gr6ficos o de escenas previamente ensa-yadas y dramatizadas. En esta fase, la colaboraci6n conjunta profesor-

alumnos es estimulante.

-El minutado elegido nos proporcionarS, en parte, el ritmo de lapelfcula.

e) La producci6n

. Antes de grabar, los alumnos deben preparar y disponer tod.o aque-llo que serdfilmada, de acuerdo con el <<gui6n tdcnico>>.

- Se buscan las l6minas, fotografias y cuadros; se realizan diseflos,dibujos y maquetas; se alquilan trajes y ensayan escenas; se seleccionanescenarios, etc.

- Cada logro o hallazgo debe ser anotado en el <gui6n t6cnico>, demodo que, preparado todo lo necesario, pueda comenzar la filmaci6n,

aunque €sta no tiene que seguir necewiamente por el orden correlativo de

escenas. El montaje vendr6 despuds, una vez completada la filmaci6n.

fl Ejemplos prfcticos de gui6n t6cnico

. Tras esta escueta y rdpida descripci6n de los pasos a dar para la rea-

lizaci6n de un cortometraje que tenga como base la cartografia hist6rica,

veamos dos ejemplos de <gui6n t6cnico>>.

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r82

- Corresponde el primero a un mapa titulado <Los castillos y suposesi6n>> (v6ase grdfico 59); el segundo, a otro denominado <Las di6-cesis aragonesas> (v6ase grffrco 60).

- Al gui6n tdcnico correspondiente al primer mapa se le ha denomi-nado <<El lenguaje de los castillos>>; al del segundo, <Las di6cesis ango-nesas: el c6mo y el porqu6>. Estos ser6n los titulos de los documentalesresultantes, cuya explotaci6n en clase abre una amplia gama de posibi-lidades.

r83

Grdtco 59

LOS CASTILLOS Y SU POSESION

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Grdfico 60

185

VIDEO

GUIONTECNICO*

<EL LENGUAJE DE LAS CASTILLOS,

E

AUDIO

INTRODUCCION

(De fundido en negro)Desde un coche en marcha, seven varias ruinas: Sora, Me-quinenza y Fraga.

Varias seffales de tnifico, quese suceden con rapidez.

En la curva de cualquier carrer.erat enel recodo del camino rural, perdido ypedreqoso; entre el caserio de unpueblo de adobe, el viaiero tropiezauna y otra vez con ruinas. Iglesia,ermita, iglesia, molino, ielesia,puente, iglesia, casr.illo...

Pero sigue caminando, cada vez m6sdeprisa.iStop! lCeda el paso! ;Cur-va! lPeligro!... Ni un minuto de re-flexi6n ante aquellas piedras amrm-badas, ni una mirada atrds, a sus rai-ces. No desea saber de d6nde viene.s6lo ad6nde va.

se trata del gui6n t6cnico del conomerraie titulado <El lenguaie de los castillos>>,nrim. 141 de la serie did5ctica <<Comprendcr Arag6n>>, producida por el ICE de laUniversidad de Zaragoza.

L A S D I O C E S I S A C T U A L E S

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VIDEO

Coches en marcha, muy ve-loces.

Carteles en los que aparecenletreros de <Cotott, <Prohibi-do el paso>>, <ProPiedad Par-ticulan>.

Castillo de Navardrin(Futdido eil nelro)

AUDIO

Viajero de urgencias, se siente ara-gon6s, pero apenas ha reparado enel porqu6. Con qu6 limiraciones ycon qu6 derechos lo es. Si tuvieraunos minutos para dedicarle al cas-tillo que acaba de iAnorar con mira-da fugaz, tal vez supiera m6s de simismo prcguntando a las piedras delaver.

i,Para gu6 lo constnryeron alli y noen otro lugar? i.Qud y a qui6n defen-d(a? ,r,Qu€ tierras de labor domin6 yde qui6n son ahora? LPor qu6 paraentrar ha tenido que pedir la llave alcura y no aI alcalde? 7,Por qu€ un le-trero <Propiedad paniculan>- leprohibia el paso al castillo? r'.Porqu€ da la canetere ese rodeo absurdoen terreno tan llano?

Nuestros castillos atesoran respues-tas variadas para los hombres dehoy, pero es necesario preguntarlescon intenci6n. No son simples pie-dras erosionadas por siglos de aguay viento; son testigos de timidez afuerza de ser ignorados.

VIDEO

COMENTARIO

Castillo de Cadrete(De fundido en negro)

Mapa del reparto de castiIosmusulmanes.

Castillo de Maria

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AUDIO

Muros y troneras, saetetas Y torreshan defendido siempre ideas, modosde vida. credos religiosos y formasde pensar de personas concretas. Noes extrafio, pues, que en lo que hoYes Arag6n, los cast i l los surgancuando dos concepciones distintasde la existencia se Ponen frente afrente: musulmanes Y cristianos.

El primero que se fortifica es elmundo musulrnin aragonds. Del pre-Pirineo para abaio nace lodo un en-tramado de castillos en cuya cons-trucci6n se utilizs con frecuencia elhormig6n, mezcla de piedras, arena,cal y agua.

El color gris6ceo v blanquecino deeste conglomerado hace que las for-tdezas musulmanas se confundan Ydisimulen con el paisaie, formandoparte de 61.

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VIDEO

Tres escenas de corte

l 0

Castillo de Calatayud

l l

Exteriores de la Aliaferia

VIDEOAUDIO

Pero ademi{s de contra los cristia-nos, los moros construyeron loscastillos contra si mismos. l-a leia-nia del poder central, afincado enC6rdoba, alent6 y favoreci6, desdeel mismo sielo VItr, los intentos deindependencia de varios grupos fa-miliares. De ahi oue la historia ouese teie entre sus muros est6 salpica-da de revueltas, traiciones, asesina-tos, compromisos, alianzas y matri-monios de conveniencia. Determi-nadas familias fueron aut€nticasmaestras en este arte de la intriga.

Brotaron asi unas a modo de peque-ffas cortes tribales. Albarrac(n.Huesca, Tarazona, Barbastro, Calata-yud o Zaragoza fueron centros neu-r6lgicos de esta urdimbre politica,econ6mica, de poder atomizado. Noes extrafio que los salones hoy va-c(os de sus zudas y castillos aleso-ren abundantes leyendas de aquel pa-sado misterioso.

De entre todos los castillos de mo-ros aragoneses destaca el mandadoedificar, en el siglo XI, por Abu-iafar a l -Moctadir . de la fami l iaBanu Hud, uno de los eiemplos m6ssobresalientes de las construccionesmusulmanas en Espaffa, que es comodecir en el mundo occidental.

T,{I{t, tI,,I?

a;!

t2

Escenas de danzas' mrisicos Yliteratos

l 3lnreriorcs de la Aliaferia

t4

Castillo de la Aliaferia(Frutdido en ncqlo)

t89

AUDIO

kvantado alavez que la catedral deJaca, la Aliaferia, donde el Cid fuehuesped reiterado, alberg6 una de lascones mis fastuosas de EuroPa. lnsmds destacados cientificos Y hom-bres de letras del momento encon-traron en los reyes musulmanes zara-gozanos el apoyo necesario para ha-cet avanur( la ciencia Y el Pensa-miento.

Un poeta an6nimo, que vivi6 enesta Constantinopla del Ebro, nosha deiado unos versos delatores:<<iQu6 pais tan admirable al-Anda-Ius, que no me regatea ninguna ale-gria!/iPor todas partes p6iaros amr-lladores, sombras frescas Y espesas'aguas que murmullan, y palacios!>>.

Una buena parte de los castillos quecontomean hoy el horizonte arago-n6s son. por lo tanto, de origen mu-sulmdn.

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VIDEO

l 5

(De futdido en negro)Paisaie de la zona montaffosadel Norte cristiano.

r6Dos ldminas de construcci6nde fortalezas

t ]Mapa de la distribuci6n de Ioscastillos cristianos del None.

AUDIO VIDEO

En el Norte aragon6s, entre el pre-Pirineo y las altas crestas dridas deqranito. los cristianos hallaron sumejor defensa en la pobreza de lat ierra, poco apel i tosa, y en loabruDto de sus valles v foces-

De cualquier modo, tambi6n tuvieronque afianzsr las escasas Rananciasterritoriales con la construcci6ncostosa de toda una red de torres deviqilancia y castillos roqueros encada nueva <extremadura> o regi6nfronteriza surgida de la lucha.

Famosa es, por e iemplo, la l ineafonificada por Sancho III el Mayory sus inmediatos sucesores en elsielo XI: Ruesta, Sos, Uncastillo,Bie l , Luesia, Cacabiel lo, Loarre,Nocito y Peramia, entre otros.

l 8

Castillo de Sibirana

l 9

Castillo de Biel

20

Tres ldminas de s i r ios vasedios

l 9 l

AUDIO

Esta cadena de sillares de arenisca vgranito, labrados a golpe de gubia ycincel, nos ha legado loda una seriede eslabones que juegan capricho-samenle con las rocas oue les sirvende asiento.

No son raras Ias torres 6nicas, so-litarias, aisladas, de varias plantas,como la de Biel, a las que muchasveces no se puede acceder mfs quecon escala exterior m6vil.

56lo el sitio y el asedio prolon-gados son capaces de rendir una for-taleza en estos momentos, puestoque la capacidad ofensiva de las ar-mas es inferior al poder defensivode muros tan espesos.

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VIDEO

2 l

Castillo de Luesia

Castillo de Peramia

22Castillo de Loarre:a- exteriorcsb- murallasc- escalerasd- caballerizase- ventana geminadaf- palaciog- iglesia

-rt-

AUDIO VIDEO

La famosa linea de Sancho III y sussucesores aragoneses es todaviaperceptible hoy, pero bastante mo-dificada. Los castillos que surgenentonces han sufrido adiciones yacomodaciones posteriores para ade-cuarlos a las nuevas necesidades.

De toda esta linea fonificada en elsiglo XI, destaca la ioya de Loarre,elemplo singular de los castillos ro-mdnicos hispanos.

Recinto bien murado alli dondela roca viva no se yergue en baluar-te, encierra todos los elementos paradefinirlo perfecto. Siruaci6n privile-giada para hostigar el llano peligro-so y para comunicarse con el inte-rior del Reino con celeridad. monta-fra arriba y salir a la foz de Escalete.

Caballerizas a las que se accedepor escaleras para caballos y caba-lleros, siemprc iuntos en aquel mun-do de guerra. Habitaciones de tropasdefensoras de cruces. Ventanas de vi-gilancia y ventanas de murmullos ennoches de luna limpia. Amplio pala-cio de Violanres v Urracas. donde seanidan leyendas amorosas en Ios si-glos postreros. Iglesia de can6nigosagustinos, semillero de hombres deletras en un mar de lanzas y arcos deguelra.

Loarrc es aparte, es el castillo conmayriscula, pero no el flrimo ni el6nico en esa linea de seguridad, quetodavia se alarAa hasta los riosEsera e Isibena.Conforme avanza la reconquista,hasta el siglo XItr, hubo m6s <ex-tremaduras>>. Todas ellas se fonifi-caron.

a A

Maoa de tenencias

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Dos ldminas de gente rraba-iando

26

Dos/tres l{minas de corte

r93

AUDIO

Naci6le asi al Reino poco a pocotodo un samullido de castillos que elrey no podia defender solo, puestoque no disponia de un eidrcito regu-lar como hoy. Necesit6 el monarcaapoyarse en los iefes militares que,con guerr€ros a su costa, tenian for-talezas en nombre de la Corona. Seles nombr6, pues, tenentes o senio-res.

Y cobraron sus servicios no s6loordenando v administrando los terri-torios aledaffos, sino explotandotambidn sus tierras. Lucharon lostenentes para que estos castillos ysus bienes, entregados en principiocon car6cter personal, se vincularana sus familias. es decir, se hicieranhereditarios.

En definitiva, la defensa del Reinocristiano desde estos castillos, con-vertidos en tenencias, acab6 por darorigen a dos hechos fundamentales.Por un lado, de entre los tenentesnaci6 la nobleza aragonesa en lossiglos XI y Xtr v, por otro, parte delas tierras reales fueron pasandopoco a poco a manos de estos no-bles. Los casrillos son. por lo tan-to, origen de un sistema socialnuevo.

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VIDEO

27

Dos liminas de guerreros

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Mapa de castiLlos de las Orde-nes Militares.

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Castillo de Monzbn

VIDEOAUDIO

Todavia m6s. Tuvo el rey que acudiraslmlsmo a otros brazos armados vlos encont.r6 en unos hombres que,mitad monjes mitad soldados. s jagrupaban en mi l ic ias especia lesllamadas Ordenes Militares.

Aparte de castillos aislados en elinterior del Reino, las Ordenes delTemple, Hospiral, Calalrava v San-tiago quedaron encargadas, en el si-glo Xtr. de defender la frontera con-tra los moros levantinos.

Naci6 asi una tupida rcd de cas-tillos defensivos e intereses econ6-mrcos cuyas consecuencias ser6n se_cularcs. Destaquemos entrc esas for-talezas tan s6lo dos: Monz6n v Al-cafiiz.

Fue Monz6n, desde I 143 hasra1317, e l pr incipal reducto de losTemplarios en Arag6n y centro deuna importante Encomienda. LueAo,disuel ta la Orden, e l casr i l lo i r i 'aparart como tantos otros. a la delHosoital.

30

Castillo de Alcafriz

3 l

Mapa de la formaci6n territo-rial de Arag6n

32

Gn{fico de distribuci6n de lascasas en 1364,

195

AUDIO

Alcaffiz fue calatravo. Castillo-con-vento, sede de Encomienda mavor deuna orden castellana enraizaia eneste Baio Arag6n de olivares, viocomo, una vez cumplidr su misi6ndefensiva en esta nueva (ertrema-dura>, se fue quedando en solitario,mientras muchos hermanos menorespasaban a manos de sefforcs nuevos.Los. reyes de Espafia, Austrias yBorbones, tuvieron a gala nombmrcomendadores de Alcaffiz a sus hi-ios. N-o debe extrafiar, por lo tanto,que al estilo arquitect6nico inicialse le afiadieran otros posteriores,cgmo- !q fachada hoy principal, delsiglo XVItr.

A fines del sielo Xn, el contorno deArag6n est6 pricdcamente dibuiado,sobrcpasando incluso los limites ac-tuales. Pero el 6xito milirar de lamonarquia tuvo su precio. Como seha indicado, el rey pag6 con casti-llos y tierras, que deiaron de estarbalo su control direco.

Una idea del poder de estos gruposprivilegiados, dueffos de casrillos,tierras y haciendas -nobleza laicay eclesidstica- nos la muestra elsondeo efectuado en las Cortes de1364. De 34.200 casas censadas enel Reino. s6lo un tercio radicabanen tierras de realengo, del rey.

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V I D E O

J J

Mapa de la distribuci6n de latierra

J+

Mapa de castillos fronterizos

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Castillo de Ruesta

AUDIO VIDEO

A comienzos del s ig lo XVII , laCorona controla el 45Vo de las tie-rras, concentradas primordialmenteen las fronteras francesa, navarra ycastellana. La nobleza laica poseetodavia el 28Vo sobre todo en Riba-gorza, somontano pirenaico, altasCinco Villas y rierras baias delEbro. l,os sefrorios eclesi5sticos su-ponen el 269o muy repartidos, perodestacando en el Balo Arag6n, don-de una buena parte de las tierras delas Ordenes Militares han ido a pa-rar a manos del arzobispo de 7,ara-POza.

Esta realidad es importante paraacabar de completar y comprcnder elmapa de los castillos aragoneses,puesto que todav(a nos faltan losfronterizos y los sefforiales.

Por el Este del reino no fueronprecisos castillos fronteros, puestoque Arag6n limit6 con Cataluffa,primero, y Valencia, despu6s, terri-torios ambos integrantes de la Co-rona de Arag6n. Es por el Oesre ySur por donde, en los siglos XIV vXV, estf el peligro de Navarra y,sobre todo, de Castilla, con quienlas guerras fueron abundantes. Lafrontera con Francia fue mucho m6spacifica y bastante mris fdcil de gua-recer, incluso por la propia natura-teza.

Si recordamos el mapa de la propie-dad de Ia tierra, observaremos que lacasi toral idad de estos cast i l losfronterizos est6n construidos entierras de realengo. Es decir, loscontrola direciamente el rey, quenombra a sus alcaides.

Tomemos tan s6lo cuatro elem-plos de este entramado de defensas:Uncastillo, Roita, Peracense y Jaca.

36Castillo de Uncastillo

) I

Castillo de Roita

38

Castillo de Peracense

197

AUDIO

El de Uncastillo naci6 en la <<extre-madura>> del siglo XI para ser anti-musulm6n: lueqo se remozat6 Pataser antinavarro, aunque su historiabdlica se alarga hasta las guerrascarlistas. En encruciiada de caminos,defiende el pueblo recostado en susfaldas.

Roita, nacido corno Cercastiel en eIsielo XI, parece un solitario en tie-Ita agreste. HoY no tiene acceso di-recto y s6lo se le alcanza arafi6n-dose por tierras de iabalies. Vistodesde arriba, enlre sus mutos gana-dos por el abandono, no tiene m6sque el sentido estrat6p,ico de servirde apoyo a la primera linea de cas-tillos fronteros y de ser a su vezquardidn, a rctaguardia, del enclavenavarro de Petilla en tierras de Ara-s6n.

Peracense, en Teruel, se yergue teta-dor a escasos siere kil6metros de Iafronlera castellana. Ignorado y casidesconocido en plena era del auto-m6vil, merece, sin embargo, una visita s6lo para 61, confundido en unbosque de rocas fantasmag6ricas deareniscas y conglomerados.

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VIDEO

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Ciudadela de Jaca

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Mapa de castillos sefroriales

4 l

Castillo de S6daba

AUDIOVIDEO

Jaca, su c iudadela, como la deAinsa, reponde a otro concepto de laquerra, como todas las fortifica-ciones erigidas contra Francia.

Son las flrimas, de enrre lossiqlos XVI y XD(. Ya no se enfren-tan a arietes, ballestas y saetas. Sedefienden y atacan a cafrones y fusi-les. y su estructura est6 pensada paraello.

Para completar este mapa de urgen-cia de los castillos aragoneses, afra-damos, por f in, a los f ronter izos,los que la nobleza levant6 en sus se-fiorios territoriales y iurisdicciona-les.

Desde el siglo XIII, los noblesaragoneses, al quedar finalizada lareconguista del Reino, no tuvieronmds tierras que ganar. [-as anterioresestaban repartidas.

Tampoco les interesaron las aven-turas comerciales que podian pro-porcionar la exoansi6n mediterrdneade la Corona. Se encerraron en simlsmos, en sus cortes fortificadas,en medio de su sefiorio, en el queeiercian aut6nticas funciones prjbli-cas.

A '+ L

Castillo de Valderrobrcs

A a.+J

Castillo de Mesones

M

Castillo de Sora

r99

AUDIO

El rey no les podia conceder m6stierras, pero si m6s privilegios ymayor poder. Durante el resto de laEdad Media y parte de la Modemaesta actitud es constante. Llegaron aorganizarse en Uniones y se levan-taron incluso en arrnas contra surey. Pero tambi6n lucharon entreellos mismos. Y ellos eran los Ala-g6n, Hiiar, [,una, Femindez de Herc-dia, Gurrca, Urrca, Antill6n. Comel,Azagra, etc.

Sus castillos, aparte de reductos desu seguridad, son asimismo simbolodel ooder ante sus vasallos.

Desde sus dependecias, toda unapl6yade de oficiales, merinos y sa-yones, organiza la vida social yecon6micr del sefforio. El seffor ad-ministra iusticia, percibe tributos,mantiene el orden, exige serviciosde indole militar, etc.

Los Reves Cat6licos lucharon porconvertir en palatina a esta noblezaenraizada en el campo, llegando aconfiscar deteminados seffor(os. co-mo los de las Ordenes Militares, eincluso a hacer dem.rir varios de suscastillos. Desdc el sielo XVI, endefinitiva, las atribuciones de losseffores se vieron mermadas, perono fue hasta las Cones de Cddiz, en1811, cuando quedaron abolidos losseftor(os .iurisdiccionales, aunque nolos latifundios.

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200

VIDEO

45Castillo de Mequinenza(Fund.ido en ncsro)

CONCLUSION

46

(De fundido en nerro)Libros donde aparece la pala-bra <Derecho>>

A 1

Pantano de la Peffa

v201

VIDEO AUDIOAUDIO

La nobleza sigui6 poseyendo granparte de Ia tierra, de modo que,durante la tr Repriblica, bien cerca-na, entre los diez mayores propieta-rios nisticos aragoneses se contabansiete representantes de este estamen-to.

Los sefiorios, desde el punto devista de la orqanizaci6n del territo-rio, se mostraron insustituibles du-rante siglos. Hoy los delatan partede los castillos que rasgan los hori-zontes de Arag6n.

l,Por qu6 para entrar he tenido quepedir la llave al cura y no al alcal-de? Poca gente lo piensa.

;,Por qu6 da la carretera ese rodeoabsurdo en tierra tan llana? lAhoraque caigo, no me habia dado cuenta!i.Por qu6 un letrero <<Propiedadparticulan>- le prohibia el paso alcastillo? lExisten tantas prohibicio,nes!

Estas y otras semeiantes son pre-guntas que el hoy puede hacer alayer. Como el maffana se las har6 alhoy. ;.Es que mafiana, en el afio2100, no habrd nadie que nos pre-gunte por qu6 se hizo un pantano ental lugar y no en otro mds id6neo?

48 / r"l Visiones rr[pidas de:- Danzsntes- Itlgsslqg- Alguacili.llos en plaza deloroS- Cheso- Escudo dc Arag&r- Iusricia de Ara*6n2e) Contraluz de Ruesta, conla puesta de sol o una toma decastillo que se rcerquc a unsventana.

la) Viaiar un fin de semana es tans6lo hacer kil6metros si imagrna-ci6n e inquietud se han quedado encasa. Conocer el porque del colorazul de la camiseta del equipo delpueblo donde merendamos el domin-go puede dar sent ido a un v ia ie.Indagar por qu6 todos los hombresse concentran en el coro de la iele-sia y no las muieres iustifica un via-ie. Detenerse en el castillo que apa-rece de Dronto en la curva de cual-quier carretera puede merecer unvlale.

2q) ;.Hasta qu6 punto no tenemosderecho a preguntarle al fantasmadel castlllo por qu6 somo quienessomos? l.No pretendemos compren-der Arag6n?

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VIDEO

GUIONTECNICO'

<LAS DIOCESIS ARAGONESAS: EL COMO Y SU PORQUE,

a) L6mina de rey con obispos(30")b) Mapa de Arag6n, de cart6ndel que se separan Iaca y laparre oriental (15")c) Caia que ponga <frigib> essubida a un coche o va encami6n (15")

Maqueta. Escenario visto defrente, subi€ndose el tel6n.(Funde en nexro corto).

COMENTARIO

(De negro corto). Escenario,con cartel (7").Mapa de Espaffa que va cam-biando de morado a verde.

VIDEO AUDIO

Tres mapas, pasados como slestuvieran en un bloc. (Cadamapa, 10")

56lo un fragmento del DerechoCivil que indult6 Felipe V, reci6nestrenado el siglo XVIII, ha singu-larizado a los aragoneses, porquecon el primer Borb6n murieron Reino, Cortes, Diputaci6n, Justicia ma-yor y monedas que nos eran pro-Dtos.

Desde entonces, intereses variosde fuera, fuerzas escasas de dentro,se encargaron de desdibuiar Arag6n.

a) V Regi6n Militar: Arag6n mdsSoria; III Regi6n A6rea, falra Teruel,pero estd toda Caralufia; DistritoUniversitario de Zaragoza, no deAng6n, seis provincias.b) Confederaci6n Hidrogrrifica delEbro: castellanos, vascos, navatros,catalanes y araqoneses mezclados.c) Limites distintos para la milicia,el comercio, la defensa del agua o elestudio. Surqi6 Espafia en buenahora, pero T.sobraba Arag6n?

Se trata del gui6n t6cnico del conometraje titulado <Las di6cesis araqonessa: elc6mo y_zu porq!q>, nrim. 93 de la serie didrictica <Comprender Arag6n>, producidapor el ICE de la Universidad deZaragoza.

INTRODUCCION

(De negro)Mapa de AraR6n de barro, conrelieve en montafras pinradasde verde y color tierra en lazona llana.- La cimara lo toma de leiosy se va acercando. Cuando es-t6 pr6xima, el mapa es rotocon una maza o martillo.Mantener la vista en los frag-menlos.

203

AUDIO

a) Tanto fue la Iglesia de la manodel Estado que no repar6 que ellatambi6n dividia a los aragoneses,ayudando a alimentar asi, muy a supesar, sin duda, reivindicaciones quenada tienen que ver con la religi6n.Y, naturalmente, se agolpan las pre-guntas: b) i,Por qu6 no lo solu-cion6?

;.Por qud la pareja casadera de Po-mar debe acudir a la <curia>> de Ldri-da y la de Castelflorite, a diez kil6-metros de aqu6l, a Huesca? ;,C6mose han llegado a producir en el mapade Aras6n tales dentelladas dediezrnos y primicias?

c) El patrimonio de la catedral deRoda, costeado con sudor aragon6sl,no podria ir a parar a un museo le-ridano? ;C6mo y qui6nes han inter-venido en el disefio del rompeca-bezas diocesano aragonds?

La contestaci6n a tantas preguntases larga, compleja y hasta compro-metids a veces. pero podriamos limi-tarla en un drama de seis actos conepilogo.

Acto primero: historia de unainvasi6n y una resistencia

Cuando los musulmanes invadieronHispania en el afio 7ll, Arag6n nohabia nacido todavia. Los habitan-tes del valle medio del Ebro. allidonde luego se gestar6 Arag6n, eranhispanogodos: su lengua, el latin;la religi6n, mavoria de cristianos,

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VIDEO

En el mapa anterior se colo-can lres riaras de cart6n sobrBArag6n.

a) Evangelio, que se desen-foca (10").b) Cor6n. de desenfoque a en'foque (10").

8a) Mapa fiio de Aras6n (car-

tulha) en el que aParecen Po-co I poco las ciudades (20")

b) Tomas fiias de 4 arcosmozirabes distintos (20").

Y, r r

VIDEOAUDIO

En el momento de la invasi6n is-

lCmica, Ias tierras hoy aragonesasesbban orqanizadas religiosamentehablando. en tres di6cesis de limites

imprecisos. Sus obispos residian en

Huescs. Tarazona Y Zaragoza'

9a) Vistas montaflas Pirineo(20")b) Mapa (10").(Desenfoqrc)

a) Pero las raices de este Cristia-

nir-o no debian ser muY Profundasporque l" mayor parte {e. !a oo!l.a-liOn a"t valli se convirti6 al Isla-

.ir-o. ".

decir, a la religi6n predi-

cada Dor Mahoma. b) Buscaban en

ello. iin duda, la libenad que antes

no ien(an. la exenci6n de rributos Yel libre disfrute de las tierras que

cultivaban.

a) Pero ahondemos un Poco mds' En

la zona llana del Ebro o' meior a[n,

del Pir ineo Para abaio, los mu-

iul."tt.t dominaron las principalespoblaciones, permitiendo-' a qulen

lii to aet"o, seguir Profesando. la

religi6n cristiana. b) A esros crts-

tianos en minoria se les conoce con

"i no^Ut. de <mozirabes> Y sabe-

mos muy poco de el.los: que se con-

ierv6 alguna iglesia, Santa Maria de

Z^r^eo:a o Sin Pedro el Vieio en

Huesca, Dor eiemplo; que un obisPo

iioso; "

[amado Eldeca asisti6 a

la consaqraci6n del monasteno astu-

riano de-San Salvador de Valdedi6s'y poco mas.

l 0(De desenfoque), escenarlocon cartel (?").a) Ldmina con guerreros (20")

bi En maPa de Arag6n con

muro (v. l0) se Ponen dos

iq lesias, en Roda, Sasave(15") .

nVisns de Roda (35")

205

AUDIO

a) En el Norte, del pre-Pirineo hacia

"lriU". ""utA6 algo muY dislinto'

Aqui los musulmanes parece que pre-

i"nOi"t"n tan s6lo asegurarse Ia per-

;";;i6; d" tributos mds que la domi-

"""iOn. Et hecho cierto es que' des-

i"."ai"ao. del siglo VIII,-los cris-

tianos de los valles pir€nalcos co-

*"""".on a organizarse adminis-

i*1it-".""t" en dos comunidades di-

i'"reniiaa". b) -Aras'6n v- Ribasor-

,^-. a"Pat"a"s Por las tierras de

5lUt"tu"-qu", mfs abiertas geogrdfi-

""tn"nt" por'el rio Cinca,. debieron

soponar la Presencia musulmana'-La relaci6n de estos cristianos

del-liorte con su obispo natural' el

de Huesca, era casi imPosible. Porlo que los srag,oneses -se apoyaron

"" it a" Pamplona Y los ribagor-

zanos en el de Urgell.

Acto segundo: A nadie Ie

agrada soportar un yu8o

a) A frnales del siglo X-Y.comten-;lrr-iJ-x, la frania cristiana del

norte montafi.oso se ensanch6' Era

i" p.i..t" reconquista' Se sum6 So-

Lt".U", t" Riola Y una minfscula

oun" d" las Cinco Villas' Poco Ydemasiado a la vez. Habia que reor-

;;;i;;; el territorio en todos los

!;iid"., incluido el religioso' b)

!"ini"t"n asi nuevas di6cesis, de

*-"io q"", ademis de los.obispos de;A;;;;, "d".6t

d" los obisPos de

N6iera y Tobia, en la Rioia'. nact;-

;;f d" mu"e*', --de-s8lriado deli;;"u t "mptilao

con el.Sobrarbet""l6n .onquirudo- Y el de Sasau oSasave.

Mientras PamPlona no Plante6 Pro-6ti.., . Sasave Por la seParaci6n,

.i lo hi"i"ton los obispos urgellen-ses con el Patrimonio ribagorzano

h"st" pl"t o iiglo Xil. los <obispos

Riparcucienses>>. hostigados stem-

;;;;; Ursell, eiercian su acci6n

lasr6ta sobrc Ribagorza Y Sobrar-

Le. Su sede o caPiralidad estaba en

[J" a" lrnu"na, cuYa catedral, aho-

ra s6lo parroquia de vida monecrna'

todavia Permanece en Pie con sudo-

res de dedicaci6n'

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VIDEO

12

Vistas San Adri{n de Sasave(35")

1 3

Visras de Jaca (30")

t4

Mapa ( D e s e nfo q uc ) (3O" )

AUDIO VIDEO

Los nuevos <obispos suborensis>>--el rio Arag6n Suborddn, en elvalle de Echo. nos lo recuerdatodavia hoy- levantaron una mo-desta catedral, cuyos restos rom6ni-cos, ahora osamenta de sillares. sedebaten indefensos y olvidados antelas aguas del anoyo vecino que in-unda a menudo su nave r in ica.Luego, cuando la di6cesis Suborensese en-sanch6 por la Canal de Berdfn-tie-rras s6lo onduladas del prirnerAra-g6n- sus obispos pasaron alla-marse <aragoneses>. Corria elaffo once del sislo once.

Por fin, cuando faca, aldea hastaentonces, se convirti6 en ciudad en1077, surgi6 alli una catedral nueva,modelo de modelos romdnicos. SanAdridn de Sasave comenz6 su ago-nia. [.os obispos, primero <Subo-rensis> y luego <Aragonenses>, pa-saron a denominarse desde ahora<obispos de Jaca>, mientras que losde Ribagorza, por estas mismas fe-chas, no son ya <Ripacurcienses>,sino de Roda.

En 1080, Jaca y Roda ----el rey San-cho Ramircz lo ordena- delimiransus di6cesis, p€ro con tantas defi-ciencias que rotenses y iaqueses ha-brln de pelearse durante siglos.

Cuando el siglo XI agoniza, el.Arag6n liberado cuenta dos di6cesis:Jaca y Roda; en el terr i ror ioinvadido del llano. tres rccuerdossolErnente: Huesca, Taragoza y Tan-zona.

r f

15(De desenfoque). Escenariocon cartel (7").Vista del llano, desdeo Marcuello (30").

[.oarre

16a) Bandera con cruz roia essustituida por otra con lunaverde (25").b) Vistas catedral de Huesca(40").c) Cubo con vistas catedral deJaca es engullido por otro deHuesca sobre un mapa deArag6n (10").

20'r

AUDIO

Acto tercero: La fuerza del

suele imponerse al chico

A finales del sislo XI, los cristia-nos aragoneses suefian. Desde lassierras que lindan con el llano, sue-ffan que son suyas las principalesciudades moras del valle ancho:Efea, Huesca, Barbastro, Wida... Za-raAoza, en fin. Poco a poco --asal-tos, asedios, capitulacioncs entre-mezclados- el suefto se va haciendorcalidad.

a) 1096, primera gran ilusi6n cum-olida.

Huesca, en cuyo cerco ha colabo-rado el mitico san Jorge en caballoalbo, pasa a ser cristiana. En el to-rrc6n. la bandera con la cruz sustilu-ye al pend6n de la media luna verde.Dentro de los muros no hav igle-sias, s6lo mezquitas para A16.

b) Destruir, construir, instaurar,restaurar... Se piensa en restaurar lasede de un obispo que no existe,pero Roma es reacia a crear di6cesisnuevas. Trasladar la se/e de Jaca aHuesca es la soluci6n, pero i.c6moiustificarlo? Se falsificaron asi lasactas de un supuesto Concilio cele-brado en Jaca en 1063. Entre el tex-to, camuflada con habilidad, unaclafsula: cl asentamiento de la sedeen Jaca es provisional, hasta que seconquiste Huesca, de donde se ha-bian exiliado, montaffa arriba, losobispos temerosos.

c) Burda trama del poder que dei6a Jaca, moment6neamente, con unacatedral sin pastor. Roma se aline6al lado del poder.

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t7a) Cubo con vistas de Roda escubierto con otro de Barbas-tro, (sobre un mapa de Ara-g6n) (25").b) Cubo de Barbastro, cubier-to por olro de L6rida (20").

l 8

a) Mapa desaparcce (5").b) Surge mapa nuevo (5"),

19

a) Retrato de Jaime I (15").b) Vista de un rio, de leios acerca (25").c) Vista de un rio, de cerca ale ios (15") .d) L6mina tribunal (15").

AUDIOVIDEO

a) Leyenda paralela despoi6 tam-bi6n a Roda de lo que el pueblo ri-baqorzano habia querido, y afn seviven hoy las consecuencias. Letrafalsa asimismo quiso hacer creer, ylo consigui6 -1Qu6 fuerza tiene elfuerte!-, que los obispos de L6ridallevados Dor el miedo de la inva,si6n, habian huido a Roda. de dondedeberian baiar en su dia a Barbastrob) para tornar por fin, a la seo leri-dana cuando los araqoneses la con-quistaran. Y asi ocurri6; de otro en-gafio surgi6 otra realidad.

En 1100, Barbastro era crisriana;Roda, sin obispo. Treinta y nueveafros despu€s, l.6rida eclipsaba aBarbastro y extendia sus terriloriosdiocesanos por Sobrarbe y Riba-EO|7A.

a) En definitiva, Jaca, por un lado,y Roda/Barbastro, por otro, b) des-aparecerian transitoriamente comodi6cesis, en beneficios de dos gran-des: Huesca v l-6rida.

a) Pero el acto tercero no finalizaah(, porque, casi cien affos despu€s,cuando Jaime I quiso repanir reinosentre sus hifos, en el siglo XIII, enbusca de paz familiar, comenz6 pordelimitar fronteras. Pero b) ;,d6ndeterminaba Arag6n y d6nde empezabaCataluffa, tan unidas desde los tiem-pos desde dofia Petronila? Si L6ridatodavia seguia rigi6ndose por lascostumbres d,e Z.aragoza, en 1255,por esas mismas fechas Barcelonaorganiz6 una amplia campaffa depropaganda para hacer de lirida unaciudad catalana, c) lo que precis6-sin radio, ni televisi6n, nr pe-ri6dicos- de la invenci6n de unacanci6n de gesta, como ha demos-trado Ferrdn Soldevilla. historiadordel principado.

d) l-a soluci6n. preparado el am-biente, un luicio propiciado por elrey. En el tribunal, dos catalanes yun araqon6s. La sentencia, ta iante.Ldrida seria catalana.

20

a) Con un cuchillo, se rasgade arriba abaio un papel( 1s").b) Retraro de Jaime tr (15").

2 l

Mapa( Des e nfoq ue) (15" )

22

4. ( D e de s e nfoqlrz). Escenariocon canel (7").a) Baio 6rboles, se ven es-padas entrecruzdndose (20").b) Estatua Batallador del Par-quei de pies a cabea (17").

AUDIO

a) Pero quedaba pendiente el Pro-blema de la frontera none-sur, enma-rafiado por los sucesivos testamen-tos del Conquistador, rey anl.iarago-n6s donde los haya. b) 56lo Jaime trzar.i6 el litigio con la historia, latradici6n y los derechos como base.Y, en 1304, Corles solemnes etZa-raqoza, Ribagorza era confirmadaaragonesa.

El resultado de todo ello alcanza alhov momento de reivindicaciones:la sede, en lirida; la mayor Parte dela di6cesis, en Arag6n. El Pastor, enCaralufia. el rebaffo, aragon6s casipor enlero.

Acto cuarto: En el llano se

impuso la tradici6n

a) Toda una Cruzada precrs6TaraPo-za para volver a ser cristiana, cua-trocientos afios mis tarde de perder-se. Al srito de <<Deus lo vol> (Dioslo quiere) se reconquist6 Zaragozzen ll18: poco tiempo despu6s, Ya1119, se rindi6 Tarazona.

b) Batallador fue apodado el reYdel triunfo. Ambas ciudades --Zara-qoza, la blanca; Tarazona, la de lasfuentes claras- habian sido cabezade obispado antes de la invasi6n delas cimitarras. l-a resmuraci6n deambas sedes fue f6cil Para Roma, dela que el rey era vasallo.

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210

VIDEO

ZJ

a) Ventanas rom6nicas ydecoraci6n muddiar de la Seode7-angoza Q5").

a A

a) Vista Catedral Tarazona( I 5") .b) Idem (15") .c) Idem (12").d) Idem (12") .

25

a) Sobre mapa de AraA6n cnamarillo, se colocan tres igle-s i as ( 15 " ) .b) Sobre mapa anterior eiglesias, manchones de colo-res en las zonas ciradas (30").(Desenfoquc)

AUDIO VIDEO

Afn anres de la conquista de laciudad, Gelasio ll habia hecho dePedro de Librana obispo de Zarago-za. El territorio de la di6cesis cesar_augustana vari6 poco desde enton_ces, abarcando toda la frania longi-t^udinal llana del Ebro, mds'el BaloArag6n y, poco despu6s, las tierrasde Tenrel, hasta que naciera esta di6-cesis, en el siglo XVL

a) Tarazona, ciudad mud6jar, porquepermanecieron amparados por la leylos moros de la derrota. renaci6 co_mo sede con el obispo Miquel, quehlzo de su palacio centro defensor vtransmisor de la cultura musulmani.b) Mucho antes que Toledo, la ciu-dad del Queiles rradulo del 6rabe allatin la ciencia que devor6 Europa,vacia de ideas. Su di6cesis fue am_plia en principio, pues suyas eranlas tlerras sorianas ganadas por eltsa!1llador. c) Lueso, entre l-lT7 v1136, cuando aragoneses y castella-nos negociaron los limiies de susreinos, Tarazona perdi6 la extrema_dura sor iana, que pas6 entera aOsma. d) Gan6, en compensaci6n,las tierras de Calatayud, obedienteipor-entonces a Sigiienza, excepto elconfin de Ariza, dependiente de esradi6cesis hasta 6poca contempord-nea.

a) A mediados del siglo XII, enconsecuencia, e l Arag6n cr is t ianocuenla con las mismas di6cesis quequlnlenlos afros antes cuando era vi-sigodo el rey: Zaragoza, Huesca yI arazona-

b) Y, adem6s, var ias afrentasdesde nuestro punto de vista actual:de Sigtienza es Ariza: las Cinco Vi-U.a1, \ast1 el correr del G6llego, delsiglo X al XV[I, son pamplonesas;Sobrarbe y Ribaeorza dan sus primi-cias y diezmos al obispo de L6rida:pastorea, en f in en Alqu6zar, e lobispo de Tonosa. Todas eUas sonrealidades mfs fruto de la voluntadreal y de la irama politico-econ6mi-ca que de una estrateqia religiosa.

26

5. (De desenfoqla). Escenariocon canel (7").Vista general de Albarracin(22").

27

Murallas de Albarracin (22").

28

Vista de Albarracin desde elrio (27"\.

2tr

AUDIO

Acto quinto: Una di6cesis a

la medida de un sefror feudal

En 1170, Pedro Ruiz de Azagra, uncaballero de la Navarra asfixiada porCastilla y Arag6n, salt6 y se asen-t6, con vasallos propios, en tierrasquebradas de Temel. Un simple se-fforio cristiano, rcdeado de rcyes, su-cedia al reino moro secular de losAben Razines. Se tirul6 a si mismodon Pedro <sefior de Albarracin vvasallo de Santa Mar(a>.

Celoso de su independencia. dese6que el territorio obedeciese a suobispo propio, que sefiorio y di6ce-sis fueran una misma cosa. Dilicilempresa la del navarro porque IaSanta Sede, cada vez meior conoce-dora de la realidad hispana, no esu-ba dispuesta a crear sino a restaurarlas oue fuercr.

Hall6, no obsrante, D. Pedro solu-ci6n a su problema porque Romahabia aceptado como buena. iunto aotros documentos, la <Hiraci6n deWamba>, una divisi6n diocesanafalsa de la Iqlesia hispanogoda. Bus-c6 y hall6 en la lista un nombre ig-noto y lo hizo coincidir con Alba-rracin. As( de f6cil restaur6 una lla-mada Arcivica, de la que Femandoseria su primer obispo.

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r2t2

VIDI ]O

29a) Vista Caredral de Alba-nacfn (20").b) Idem (15").

30

Mapa de Arag6n con cuatroig lesias (12") .(Desenfoquc),.

3 l6. (De desenfoqzz). Escenariocon carrel (7").a) Escudo de los Habsburgo,de general a cuartel de las ba-rras aragonesas (15").b) Retrato de Felipe tr (15").

AUDIO VIDEO

a) Temeroso por si un legado ro_mano rndagaba, atjn busc6 afros des-pu6s m6s plausible soluci6n resrau_radora, aunque tambidn falsa. Logr6resl.aurar ahora Ia sede Segobricenieerr6neamente identificada con Se_gorbe, donde iria a parar la seo unavez reconquistada. b) Cuando asilue, surgi6 una di6cesis b ic6fala-Albarracin/Segorbe-, ci udadeshermanadas hasta que Felipe II aco_met i6 su reorganizaci6n eclesi6s_t ica. Sus l imi tes, estables, inamovr_bles, como el Azagra mismo.

Desde que Albarracin entr6 a formarp,a,lt3 de_Arae6n, a fines del sislo^.ul, el Kelno conl.5 co;l una di6ce_sls nueva, debida a la volunrad feu-dal de un hombre.

a) La monarquia hispana del eui-nrentos se mostr6 muy celosa de suspreBogativas. frcnte a la Santa Sede.Lualqurer d lsposlc i6n eclesi6st icapodia verse afectada por el (derechode retenci6n> real, aut6ntica censu_ra. . b) Defendieron asimismo lostlabsburgo su <derecho de patrona_to> en el nombramiento de los altoscargos eclesi6sticos: se inmiscuye_ron, en fin, en la organizaci6n es-tructural de la iglesia hispana.

Acto sexto y riltimo: El miedoal morisco y al protestanismo

origin6 las riltimas di6cesis

32a) Vista Catedral de Barbastro(15").b) Idem (10").

J J

a) Vista Catedral Teruel (15").b) Idem (10").

5+

Vista Catedral de Jaca (15")

2t3

AUDIO

a) No es de extrafiar, puesr quedurante el siglo XVI la Corona, ym{s concretamente Felipe II, patro-cinara reformas sustanciales en elpanorame diocesano aragon€s. b) Secreaba, por eiemplo, el obispado deBarbastro para tratar de acabar conlas disputas seculares entre esta ciu-dad, antigua sede episcopal desarrai-gada, y Huesca.

a) Por otra parte, el miedo a la con-taminaci6n de los moriscos exigi6,buscando eficacia correctora, la dis-minuci6n territorial de algunas di6-cesis existenres. b) Se desgai6 asidg'Iaragozz -erigida en el sigloXIV como metrr6poli o arzobispa-do- la nueva circunscripci6n deTeruel, a la par que se separaba Al-barracin de Segorbe.

La amenaza. en fin, del protestan-tismo, en alza al none del Pirineo,aconsei6 la creaci6n del obispado deIaca, rcstafiando asi heridas vieias.

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2t4

VIDBO

35a) Mapa de Arag6n, que rienecuatro iglesias y se le afiadentrcs m6s (20").b) En el mismo mapa, convallas de can6n previamentepreparadas, acotar dos zonas(15"). (Funde en nesro).

CONCLUSION

367. (Parle de zefro,). Escenariocon canel <epilogo> (7").Reuni6n de politicos.. Puedehaber en TV (15").

Gente en la calle (15").

AUDIOVIDEO

Epilogo

a) Era el final de un proceso creadoremprendido siglos antes porque, ex-cepto modificaciones limitrofes decorto alcance, el mapa diocesanoquedaba dibuiado en esre sigo XVI.Qe None a Sur, siere di6ceiii: Jaca,Huesca, Barbastro, Zaragoza, Tara-zona, Albarracin y Teruel. b) peroJaca pertenecia y pertenece ti arzn-bispado pamplon6s, mientras que!n-a pane entraffable del Reino, laRibaqorza, obedecia y obedece a li-rida, sede enclavada en otra entidadhist6rica.

Cualquier mapa que se contemplesuele ser siempre reflejo de opinio-nes e mtereses contrapuestos. Siopiniones e intereses fueran id6nti-cos para (odos no habria mapas, niatlas que no fueran geognificos. Pe-ro los hay, y demasiados

Ba jo unos limires, unos colores,unos srgnos convencionales, gene-ralmente se ocultan muchos porqu6s,pocas personas y escasas colecti-vidades. Y, parad6iicamenre. sonestas Uhimas quienes soportan lasconsecuencras.

38Varios caneles de elecciones(25").

39Dos libros de Derecho Civil,uno aragon6s y otro catal6n.Se pasa de uno a otro (15").

40Mapa de Arag6n en verde,excepto Jaca y Ribagorza, enamarillo. Se mueve cartulinaamarilla y queda todo verde(20").(Desenfoque lento)

2r5

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El mapa diocesano aragon6s Io hancontomeado m6s guerreros y poli-ticos que los propios religiosos. Y,desde luego, el pueblo apenas si haintervenido. Es mds, cuando lo in-tenla. como en momentos de reivin-dicaciones y de regionalismos, sesiguen argumentando en hechos po-liticos las negativas de un cambio.Nada habria que oponer a las decardcter estrictamente religioso.

El cat6lico de Monz6n, en Arag6n,v el de AUarr{s, en L€rida, son iddn-ticos ante el matrimonio can6nico,pero diferentes snte los efectos desu matrimonio civil v de sus secue-las econ6micas, porque su DerechoCivil es distinto.

A nadie le aqrada que la llave de al-guna de las habitaciones de su pro-pia casa la posea otra persona, pormuy familiar que 6sta sea. Compren-der las razones de quienes reclamanesas habitaciones es, en cierto mo-do, comprender Arag6n como hechohist6rico.