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Miguel A. Altieri con contribuciones de Susanna Hecht, Matt Liebman, Fred Magdoff, Richard Norgaard, y Thomas O. Sikor AGROECOLOGIA Bases científicas para una agricultura sustentable

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    Miguel A. Altiericon contribuciones de

    Susanna Hecht, Matt Liebman, Fred Magdoff,Richard Norgaard, y Thomas O. Sikor

    AGROECOLOGIABases cientficas para una

    agricultura sustentable

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    Primera parteBases tericas

    de la agroecologa

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    Captulo 1

    La evolucin delpensamiento agroecolgico

    Susanna B. Hecht

    El uso contemporneo del trmino agroecologa data de los aos 70, pero la cienciay la prctica de la agroecologa son tan antiguos como los orgenes de la agricultura.A medida que los investigadores exploran las agriculturas indgenas, las que sonreliquias modificadas de formas agronmicas ms antiguas, se hace ms notorio quemuchos sistemas agrcolas desarrollados a nivel local, incorporan rutinariamentemecanismos para acomodar los cultivos a las variables del medio ambiente natural, ypara protegerlos de la depredacin y la competencia. Estos mecanismos utilizan in-sumos renovables existentes en las regiones, as como los rasgos ecolgicos y estruc-turales propios de los campos, los barbechos y la vegetacin circundante.

    En estas condiciones la agricultura involucra la administracin de otros recursosadems del cultivo propio. Estos sistemas de produccin fueron desarrollados paradisminuir riesgos ambientales y econmicos y mantienen la base productiva de laagricultura a travs del tiempo. Si bien estos agroecosistemas pueden abarcar

    infraestructuras tales como trabajos en terrazas, zanjas e irrigacin, el conocimientoagronmico descentralizado y desarrollado localmente es de importancia fundamen-tal para el desarrollo continuado de estos sistemas de produccin.

    El por qu esta herencia agrcola ha tenido relativamente poca importancia en lasciencias agronmicas formales, refleja prejuicios que algunos investigadores con-temporneos estn tratando de eliminar. Tres procesos histricos han contribuido enun alto grado a oscurecer y restar importancia al conocimiento agronmico que fuedesarrollado por grupos tnicos locales y sociedades no occidentales: (1) la destruc-cin de los medios de codificacin, regulacin y trasmisin de las prcticas agrco-las; (2) la dramtica transformacin de muchas sociedades indgenas no occidentalesy los sistemas de produccin en que se basaban como resultado de un colapso demo-grfico, de la esclavitud y del colonialismo y de procesos de mercado, y (3) el surgi-miento de la ciencia positivista. Como resultado, han existido pocas oportunidades

    para que las intuiciones desarrolladas en una agricultura ms holstica se infiltraranen la comunidad cientfica formal. Ms an, esta dificultad est compuesta de prejui-cios, no reconocidos, de los investigadores en agronoma, prejuicios relacionadoscon factores sociales tales como clase social, etnicidad, cultura y sexo.

    Histricamente, el manejo de la agricultura inclua sistemas ricos en smbolos yrituales, que a menudo servan para regular las prcticas del uso de la tierra y paracodificar el conocimiento agrario de pueblos analfabetos (Ellen 1982, Conklin 1972).La existencia de cultos y rituales agrcolas est documentada en muchas sociedades,incluso las de Europa Occidental. De hecho, estos cultos eran un foco de especialatencin para la Inquisicin Catlica. Escritores sociales de la poca medieval talescomo Ginzburg (1983) han demostrado cmo las ceremonias rurales eran tildadas de

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    brujera y cmo dichas actividades se convirtieron en focos de intensa persecucin.Y no es sorprendente que cuando los exploradores espaoles y portugueses de lapost-inquisicin emprendieron sus viajes y la conquista europea se extendi por elglobo bajo el lema de Dios, Oro y Gloria, como parte de un proyecto ms amplio,existieran actividades evangelizadoras, las que a menudo alteraron las bases simb-licas y rituales de la agricultura en sociedades no occidentales. Estas modificacionesse transformaron, y a menudo interfirieron con la transferencia generacional y lateraldel conocimiento agronmico local. Este proceso, junto con las enfermedades, laesclavitud y la frecuente reestructuracin de la base agrcola de las comunidadesrurales con fines coloniales y de mercado, a menudo contribuy a la destruccin oabandono de las tecnologas duras tales como los sistemas de riego, y especial-mente al empobrecimiento de las tecnologas blandas (formas de cultivo, mezclas

    de cultivos, tcnicas de control biolgico y manejo de suelos) de la agricultura local,la que depende mucho ms de la transmisin de tipo cultural.

    La literatura histrica documenta cmo las enfermedades transmitidas por losexploradores afectaron a las poblaciones nativas. Especialmente en el nuevo mundose dieron colapsos de poblaciones muy rpidamente y de una forma tan devastadoraque es difcil de imaginar. En algunas reas hasta un 90% de la poblacin muri enmenos de 100 aos (Denevan 1976). Con ellos murieron culturas y sistemas de cono-cimiento. Los efectos desastrosos de las epidemias caracterizaron las primeras eta-pas del contacto, pero otras actividades, especialmente la esclavitud asociada con lasplantaciones del nuevo mundo, tambin ejercieron impactos drsticos en la pobla-cin y, por lo tanto, en el conocimiento agrcola, hasta bien entrado el siglo XIX.

    Inicialmente, las poblaciones locales eran el blanco de las incursiones para obte-ner esclavos, pero estos grupos a menudo podan escapar de la servidumbre. Los

    problemas de enfermedad en los indios del nuevo mundo hicieron que no fueran unafuerza ideal de trabajo. Por otro lado, las poblaciones africanas estaban acostumbra-das a las condiciones climticas tropicales y tenan una resistencia relativa a las en-fermedades europeas, por lo tanto ellos podan satisfacer las pujantes necesidadesde mano de obra para las plantaciones de azcar y algodn. Durante dos siglos, msde veinte millones de esclavos fueron transportados desde Africa a varias plantacio-nes de esclavos en el nuevo mundo (Wolf 1982).

    La esclavitud se impuso a la mejor fuerza laboral (jvenes adultos, tanto hombrescomo mujeres) y tuvo como resultado la prdida de esta importante fuerza de trabajopara la agricultura local y el abandono de los trabajos agrcolas a medida que lospueblos trataron de evitar el convertirse en esclavos, retirndose a lugares distantesde los traficantes de esclavos. La ruptura de sistemas de conocimientos, ocasionadapor la exportacin de mano de obra, la erosin de las bases culturales de la agricultu-ra local y la mortalidad asociada a las guerras que eran estimuladas por las incursio-nes en busca de esclavos, fue aumentada ms adelante por la integracin de estossistemas residuales a las redes mercantiles y coloniales.

    El contacto europeo con gran parte del mundo no occidental no fue benfico, y amenudo involucr la transformacin de los sistemas de produccin para satisfacerlas necesidades de los centros burocrticos locales, los enclaves mineros y de recur-sos, y del comercio internacional. En algunos casos sto se logr por medio de lacoercin directa, reorientando y manipulando las economas a travs de la unin degrupos elticos locales, y en otros casos de hombres claves, y por intermedio deintercambios. Estos procesos cambian fundamentalmente la base de la economa

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    agrcola. Con el surgimiento de las cosechas pagadas y la mayor presin ejercida portemes especficos de exportacin, las estrategias para el uso de predios rurales, quehaban sido desarrolladas a travs de milenios con el fin de reducir los riesgos agr-colas y de mantener la base de recursos, fueron desestabilizadas. Muchos son losestudios que han documentado estos efectos (Watts 1983, Wolf 1982, Palmer y Parson1977, Wasserstrom 1982, Brokenshaw et al. 1979, Geertz 1962).

    Finalmente, an cuando los cronistas y los exploradores mencionan positivamen-te el uso que los nativos daban a las tierras, fue difcil traducir estas observaciones auna forma coherente, no folklrica y socialmente aceptable. El surgimiento del m-todo positivista en las ciencias y el movimiento del pensamiento occidental haciaperspectivas atomistas y mecanicistas, las que se asocian con el iluminismo del sigloXVIII, alteraron dramticamente el dilogo sobre el mundo natural (Merchant 1980).

    Esta transicin de las epistemologas cambi el enfoque de la naturaleza, de unaentidad orgnica, viviente, se convirti en una mquina. De manera creciente esteenfoque hizo hincapi en el lenguaje cientfico, una forma de referirse al mundonatural que esencialmente rechazaba toda otra forma de conocimiento cientfico comosupersticin. En efecto, desde los tiempos de Condorcet y Comte, el desarrollo de lasciencias se identifica con el triunfo de la razn sobre la supersticin. Esta posicin,unida a un punto de vista muchas veces despectivo sobre las habilidades de los pue-blos rurales en su generalidad, y en especial las de los pueblos colonizados, contribu-y ms an a oscurecer la riqueza de muchos sistemas de conocimiento rural cuyocontenido era expresado en una forma discursiva y simblica. A causa de un malentendido del contexto ecolgico, de la complejidad espacial y de la forma de culti-var propia de los agricultores no formales, fue frecuentemente tildada despectiva-mente de desordenada.

    Dado este contexto histrico cabe preguntarse cmo la agroecologa logr emer-ger nuevamente. El redescubrimiento de la agroecologa es un ejemplo poco co-mn del impacto que tienen las tecnologas pre-existentes sobre las ciencias, donde,adelantos que tuvieron una importancia crtica en la comprensin de la naturaleza,fueron el resultado de una decisin de los cientficos de estudiar lo que los campesi-nos ya haban aprendido a hacer (Kuhn 1979). Kuhn seala que en muchos casos, loscientficos lograron meramente validar y explicitar, en ningn caso mejorar, lastcnicas desarrolladas con anterioridad.

    Cmo emergi nuevamente la idea de la agroecologa tambin requiere de unanlisis de la influencia de un nmero de corrientes intelectuales que tuvieron relati-vamente poca relacin con la agronoma formal. El estudio de sistemas de califica-cin indgena, de la teora del desarrollo rural, de los ciclos y sucesin de los nutrientesno est muy directamente relacionado con la ciencia de los cultivos, la patologa de

    las plantas y el manejo de las plagas en su prctica habitual. Las siguientes seccionesde este captulo resean brevemente como la antropologa, la economa y la ecologase encuentran reflejadas en el pedigr intelectual de la agroecologa.

    Qu es la Agroecologa?

    El trmino agroecologa a llegado a significar muchas cosas, definidas a groso modo,la agroecologa a menudo incorpora ideas sobre un enfoque de la agricultura msligado al medio ambiente y ms sensible socialmente; centrada no slo en la pro-duccin sino tambin en la sostenibilidad ecolgica del sistema de produccin. Aesto podra llamarse el uso normativo o prescriptivo del trmino agroecologa,

    Bases tericas de la agroecologa

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    porque implica un nmero de caractersticas sobre la sociedad y la produccin quevan mucho ms all de los lmites del predio agrcola. En un sentido ms restringi-do, la agroecologa se refiere al estudio de fenmenos netamente ecolgicos dentrodel campo de cultivo, tales como relaciones depredador/presa, o competencia decultivo/maleza.

    Visin ecolgica

    En el corazn de la agroecologa est la idea que un campo de cultivo es un ecosiste-ma dentro del cual los procesos ecolgicos que ocurren en otras formaciones vegeta-les, tales como ciclos de nutrientes, interaccin de depredador/presa, competencia,comensala y cambios sucesionales, tambin se dan. La agroecologa se centra en las

    relaciones ecolgicas en el campo y su propsito es iluminar la forma, la dinmica ylas funciones de esta relacin. En algunos trabajos sobre agroecologa est implcitala idea que por medio del conocimiento de estos procesos y relaciones los sistemasagroecolgicos pueden ser administrados mejor, con menores impactos negativos enel medio ambiente y la sociedad, ms sostenidamente y con menor uso de insumosexternos. Como resultado, un nmero de investigadores de las ciencias agrcolas yde reas afines, han comenzado a considerar el predio agrcola como un tipo especialde ecosistema -un agroecosistema- y a formalizar el anlisis del conjunto de proce-sos e interacciones que intervienen en un sistema de cultivos. El marco analticosubyacente le debe mucho a la teora de sistemas y a los intentos tericos y prcticoshechos para integrar los numerosos factores que afectan la agricultura (Spedding1975, Conway 1981, Gliessman 1982, Conway 1985, Chambers 1983, Ellen 1982,Altieri 1983, Lowrance et al. 1984).

    La perspectiva social

    Los agroecosistemas tienen varios grados de resiliencia y de estabilidad, pero estosno estn estrictamente determinados por factores de origen bitico o ambiental. Fac-tores sociales, tales como el colapso en los precios del mercado o cambios en latenencia de las tierras, pueden destruir los sistemas agrcolas tan decisivamente comouna sequa, explosiones de plagas o la disminucin de los nutrientes en el suelo. Porotra parte, las decisiones que asignan energa y recursos materiales pueden aumen-tar la resiliencia y recuperacin de un ecosistema daado. Aunque la administracinhumana de los ecosistemas con fines de produccin agrcola a menudo ha alteradoen forma dramtica la estructura, la diversidad, los patrones de flujo de energa y denutrientes, y los mecanismos de control de poblaciones biticas en los predios agr-

    colas, estos procesos todava funcionan y pueden ser explorados experimentalmen-te. La magnitud de las diferencias de la funcin ecolgica entre un ecosistema natu-ral y uno agrcola depende en gran medida de la intensidad y frecuencia de las per-turbaciones naturales y humanas que se hacen sentir en el ecosistema. El resultadode la interaccin entre caractersticas endgenas, tanto biolgicas como ambientalesen el predio agrcola y de factores exgenos tanto sociales como econmicos, gene-ran la estructura particular del agroecosistema. Por esta razn, a menudo es necesa-ria una perspectiva ms amplia para explicar un sistema de produccin que est enobservacin.

    Un sistema agrcola difiere en varios aspectos fundamentales de un sistemaecolgico natural tanto en su estructura como en su funcin. Los agroecosistemas

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    son ecosistemas semi-domesticados que se ubican en un gradiente entre una serie deecosistemas que han sufrido un mnimo de impacto humano, como es el caso deciudades. Odum (1984) describe 4 caractersticas principales de los agroecosistemas:

    1. Los agroecosistemas requieren fuentes auxiliares de energa, que pueden serhumana, animal y combustible para aumentar la productividad de organismosespecficos.

    2. La diversidad puede ser muy reducida en comparacin con la de otrosecosistemas.

    3. Los animales y plantas que dominan son seleccionados artificialmente y nopor seleccin natural.

    4. Los controles del sistema son, en su mayora, externos y no internos ya que seejercen por medio de retroalimentacin del subsistema.

    El modelo de Odum se basa principalmente en la agricultura moderna del tipo quese encuentra en los Estados Unidos. Hay, sin embargo, muchos tipos de sistemasagrcolas, especialmente en los trpicos, que no corresponden a esta definicin. Par-ticularmente las preguntas de diversidad y seleccin natural utilizadas en agriculturascomplejas donde un sin nmero de plantas y animales semi-domesticados y silves-tres figuran en el sistema de produccin, son sospechosas. Conklin (1956), por ejem-plo, describi agroecosistemas tradicionales en Filipinas que incluan ms de 600especies de plantas cultivadas y manejadas. Aunque esta agricultura no era tan diver-sa como la de algunos bosques tropicales, era definitivamente ms multiforme quemuchos otros ecosistemas locales.

    Los sistemas agrcolas son una interaccin compleja entre procesos sociales ex-ternos e internos, y entre procesos biolgicos y ambientales. Estos pueden entender-se espacialmente a nivel de terreno agrcola, pero a menudo tambin incluyen unadimensin temporal. El grado de control externo versus control interno puede refle-jar intensidad de administracin a lo largo del tiempo, el que puede ser mucho msvariable que el supuesto de Odum. En sistemas de roza, tumba y quema, por ejemplo,los controles externos tienden a disminuir en los perodos posteriores de barbecho.El modelo de agroecosistema de Odum marca un punto de partida interesante para lacomprensin de la agricultura desde una perspectiva de los sistemas ecolgicos, perono puede abarcar la diversidad y complejidad de muchos agroecosistemas que sedesarrollaron en las sociedades no occidentales, especialmente en los trpicos hme-dos. Ms an, la falta de atencin que el modelo pone en las determinantes socialesde la agricultura tiene como resultado un modelo con un poder explicativo limitado.

    Los sistemas agrcolas son artefactos humanos y las determinantes de la agricul-tura no terminan en los lmites de los campos. Las estrategias agrcolas no slo res-

    ponden a presiones del medio ambiente, presiones biticas y del proceso de cultivo,sino que tambin reflejan estrategias humanas de subsistencia y condiciones econ-micas (Ellen 1982). Factores tales como disponibilidad de mano de obra, acceso ycondiciones de los crditos, subsidios, riesgos percibidos, informacin sobre pre-cios, obligaciones de parentesco, tamao de la familia y acceso a otro tipo de susten-to, son a menudo crticas para la comprensin de la lgica de un sistema de agricul-tura. En especial cuando se analizan las situaciones de los pequeos campesinosfuera de los Estados Unidos y Europa, el anlisis de la simple maximizacin de lascosechas en sistemas de monocultivo se hace menos til para la comprensin delcomportamiento del campesino y de sus opciones agronmicas (Scott 1978 y 1986,Barlerr 1984, Chambers 1983).

    Bases tericas de la agroecologa

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    El desafo agroecolgico

    Los cientficos agrcolas convencionales han estado preocupados principalmente conel efecto de las prcticas de uso de la tierra y de manejos de los animales o la vegeta-cin en la productividad de un cultivo dado, usando una perspectiva que enfatiza unproblema objetivo, como es el de los nutrientes del suelo o los brotes de plagas. Estaforma de enfocar sistemas agrcolas ha sido determinada en parte por un dilogolimitado entre diferentes disciplinas, por la estructura de la investigacin cientfica,la que tiende a atomizar problemas de investigacin, y por un enfoque de la agricul-tura orientado a lograr un producto. No cabe duda que la investigacin agrcola basa-da en este enfoque ha tenido xito en incrementar el rendimiento en situacionesagroecolgicamente favorables.

    Sin embargo, es cada vez mayor el nmero de cientficos que reconoce que esteenfoque reduccionista limita las opciones agrcolas para las poblaciones rurales y enque el enfoque objetivo a menudo involucra consecuencias secundarias no inten-cionadas que frecuentemente han producido daos ecolgicos y han tenido altos cos-tos sociales. La investigacin agroecolgica se concentra en asuntos puntuales delrea de la agricultura, pero dentro de un contexto ms amplio que incluye variablesecolgicas y sociales.

    En muchos casos, las premisas sobre el propsito de un sistema agrcola difierendel enfoque que enfatiza la maximizacin del rendimiento y la produccin, expuestapor la mayora de los cientficos agrcolas.

    Como mejor puede describirse la agroecologa es como un enfoque que integra ideasy mtodos de varios sub-campos, ms que como una disciplina especfica. La agroecologapuede ser un desafo normativo a las maneras en que varias disciplinas enfocan los

    problemas agrcolas. Tiene sus races en las ciencias agrcolas, en el movimiento delmedio ambiente, en la ecologa (en particular en la explosin de investigaciones sobrelos ecosistemas tropicales), en el anlisis de agroecosistemas indgenas y en los estudiossobre el desarrollo rural. Cada una de estas reas de investigacin tiene objetivos ymetodologas muy diferentes, sin embargo, tomadas en un conjunto todas han sido in-fluencias legtimas e importantes en el pensamiento agroecolgico.

    Influencias del pensamiento agroecolgico

    Ciencias agrcolas

    Como Altieri (1987) lo ha sealado, el crdito de gran parte del desarrollo inicial dela agricultura ecolgica en las ciencias formales le pertenece a Klages (1928), quien

    sugiri que se tomaran en cuenta los factores fisiolgicos y agronmicos que in-fluan en la distribucin y adaptacin de especies especficas de cultivos, para com-prender la compleja relacin existente entre una planta de cultivo y su medio am-biente. Ms adelante, Klages (1942) expandi su definicin e incluy en ella factoreshistricos, tecnolgicos y socioeconmicos que determinaban qu cultivos podanproducirse en una regin dada y en qu cantidad. Papadakis (1938) recalc que elmanejo de cultivos debera basarse en la respuesta del cultivo al medio ambiente. Laecologa agrcola fue an ms desarrollada en los aos 60 por Tischler (1965) eintegrada al currculum de la agronoma en cursos orientados al desarrollo de unabase ecolgica a la adaptacin ambiental de los cultivos. La agronoma y la ecologade cultivos estn convergiendo cada vez ms, pero la red entre la agronoma y las

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    otras ciencias (incluyendo las ciencias sociales) necesarias para el trabajoagroecolgico, estn recin emergiendo.

    Las obras de Azzi (1956), Wilsie (1962), Tischler (1965), Chang (1968) y Loucks(1977) representan un cambio de enfoque gradual hacia un enfoque ecosistmico dela agricultura. En particular fue Azzi (1956) quien acentu que mientras la meteoro-loga, la ciencia del suelo y la entomologa son disciplinas diferentes, su estudio enrelacin con la respuesta potencial de plantas de cultivos converge en una cienciaagroecolgica que debera iluminar la relacin entre las plantas cultivadas y su me-dio ambiente. Wilsie (1962), analiz los principios de adaptacin de cultivos y sudistribucin en relacin a factores del hbitat, e hizo un intento para formalizar elcuerpo de relaciones implcitas en sistemas de cultivos. Chang (1968) prosigui conla lnea propuesta por Wilsie, pero se centr en un grado an mayor en los aspectos

    ecofisiolgicos.Desde comienzos de los aos 70, ha habido una expansin enorme en la literatura

    agronmica con un enfoque agroecolgico, incluyendo obras como las de Dalton1975, Netting 1974, van Dyne 1969, Spedding 1975, Cox y Atkins 1979, Richards P.1985, Vandermeer 1981, Edens y Koenig 1981, Edens y Haynes 1982, Altieri yLetourneau 1982, Gliessman et al. 1981, Conway 1985, Hart 1979, Lowrance et al.1984 y Bayliss-Smith 1982.

    A fines de la dcada de los 70 y a comienzos de la de los 80 un componente socialcada vez mayor comenz a aparecer en la literatura agrcola, en gran parte comoresultado del estudio sobre el desarrollo rural en los Estados Unidos (Buttel 1980).La contextualizacin social unida al anlisis agronmico ha generado evaluacionescomplejas de la agricultura, especialmente en el caso del desarrollo regional (Altieriy Anderson 1986, Brush 1977, Richards P. 1984 y 1986, Kurin 1983, Bartlett 1984,

    Hecht 1985, Blaikie 1984).Los entomlogos en sus intentos por desarrollar sistemas de manejo integrado de

    plagas, han hecho contribuciones valiosas al desarrollo de una perspectiva ecolgicapara la proteccin de las plantas. La teora y la prctica del control biolgico deplagas se basa exclusivamente en principios ecolgicos (Huffaker y Messenger 1976).El manejo ecolgico de plagas se centra en primer lugar en enfoques que contrastanla estructura y el funcionamiento de los sistemas agrcolas con aquellas de sistemasnaturales relativamente no perturbados, o sistemas agrcolas ms complejos (South-wood y Way 1970, Price y Waldbauer 1975, Levins y Wilson 1979, Risch 1981 yRisch et al. 1983). Browning y Frey (1969) han argumentado que los enfoques demanejo de plagas deberan hacer hincapi en el desarrollo de agroecosistemas queemularan la sucesin natural lo ms posible, debido a que estos sistemas ms madu-ros son a menudo ms estables que los sistemas consistentes en una estructura senci-

    lla de monocultivos.

    Enfoque metodolgico

    Una gran cantidad de mtodos de anlisis agroecolgico se estn desarrollando en laactualidad en todo el mundo. Se podra considerar que se utilizan principalmentecuatro enfoques metodolgicos:

    1. Descripcin analtica. Se estn realizando muchos estudios que miden y descri-ben cuidadosamente los sistemas agrcolas y miden propiedades especficas talescomo diversidad de plantas, acumulacin de biomasa, retencin de nutrientes y ren-dimiento. Por ejemplo, el Centro Internacional de Agroforestera (ICRAF) ha estado

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    desarrollando una base internacional de datos de los diferentes tipos de sistemas deagroforestera y los est correlacionando con una variedad de parmetros medioambientales para desarrollar modelos regionales de cultivos mixtos (Nair 1984, Huxley1983). Este tipo de informacin es valioso para ampliar nuestra comprensin de lostipos de sistemas existentes, de los componentes que habitualmente se encuentranensamblados y en qu contexto ambiental. Este es el primer paso necesario. Losestudios representativos de este tipo de pensamiento son numerosos e incluyen aEwel et al. 1986, Alcorn 1984, Marten 1986, Denevan et al. 1984 y Posey 1985.

    2. El anlisis comparativo. La investigacin comparativa generalmente involucrala comparacin de un monocultivo u otro sistema de cultivo con un agroecosistematradicional de mayor complejidad. Los estudios comparativos de este tipo involucranun anlisis de la productividad de cultivos especficos, de la dinmica de la plagas o

    del estatus de los nutrientes en cuanto estn relacionados con factores tales como ladiversidad de los campos de cultivos, la frecuencia de las malezas, la poblacin deinsectos y los patrones de reciclaje de nutrientes. Varios estudios de este tipo se hanllevado a cabo en Amrica Latina, Africa y Asia (Glover y Beer 1986, Uhl y Murphy1981, Irvine 1987, Marten 1986 y Woodmansee 1984). Dichos proyectos usanmetodologas cientficas de tipo estndar para iluminar la dinmica de sistemas loca-les de cultivos mixtos especficos, comparndolos con los monocultivos. Estos datosa menudo son tiles pero la heterogeneidad de los sistemas locales pueden oscurecerla comprensin de cmo stos funcionan.

    3. Comparacin experimental. Para establecer la dinmica y para reducir el nme-ro de variables, muchos investigadores desarrollan una versin simplificada del sis-tema nativo en el cual las variables pueden ser controladas ms de cerca. Por ejem-plo, el rendimiento de un cultivo mixto de maz, frijol y calabaza puede ser compara-do con el cultivo simple de cada una de estas especies.

    4. Sistemas agrcolas normativos. Estos se construyen a menudo con modelos teri-cos especficos en mente. Un ecosistema natural puede ser ilimitado, o un sistema agr-cola nativo podra ser reconstituido con mucho esfuerzo. Este enfoque est siendo eva-luado en forma experimental por varios investigadores en Costa Rica. Ellos estn desa-rrollando sistemas de cultivos que emulan las secuencias sucesionales por medio del usode cultivos que son botnica y morfolgicamente semejantes a las plantas que natural-mente ocurren en varias etapas sucesionales (Hart 1979, Ewel 1986).

    An cuando la agronoma ha sido sin lugar a dudas la disciplina materna de laagroecologa, sta recibi una fuerte influencia del surgimiento del ambientalismo y dela expansin de los estudios ecolgicos. El estudio del medio ambiente fue necesariopara proporcionar el marco filosfico en el cual el valor de las tecnologas alternativas y

    el proyecto normativo de la agroecologa pudieran apoyarse. Los estudios ecolgicosfueron crticos en la expansin de los paradigmas por medio de los cuales cuestionesagrcolas pudieran desarrollarse, y de las destrezas tcnicas para analizarlos.

    Ambientalismo

    Importancia de este movimiento. El movimiento ambiental de los aos 60-70 ha hechouna gran contribucin intelectual a la agroecologa. Debido a que los asuntos delambientalismo coincidan con la agroecologa, ellos infundieron al discurso agroecolgicouna actitud crtica de la agronoma orientada hacia la produccin, e hicieron crecer lasensibilidad hacia un gran nmero de asuntos relacionados con los recursos.

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    La versin de los aos 60 del movimiento ambiental se origin como consecuen-cia de una preocupacin con los problemas de contaminacin. Estos eran analizadosen funcin tanto de los fracasos tecnolgicos como de las presiones de la poblacin.La perspectiva Maltusiana gan una fuerza especial a mediados de la dcada del 60por medio de obras tales como La Bomba Poblacional de Paul Ehrlich (1966) yLa Tragedia de los Comunes de Garrett Hardin (1968). Estos autores presentaroncomo principal causa de la degradacin ambiental y del agotamiento de recursos alcrecimiento de la poblacin. Este punto de vista fue tcnicamente ampliado por lapublicacin de Los Lmites del Crecimiento del club de Roma, el que utiliz simu-laciones computarizadas de las tendencias globales de la poblacin, del uso de recur-sos y la contaminacin, para generar argumentos para el futuro, los que generalmen-te eran desastrosos. Esta posicin ha sido criticada desde perspectivas metodolgicas

    y epistemolgicas (Simon y Kahn 1985).Mientras que Los Lmites del Crecimiento desarroll un modelo generalizado

    de la Crisis ambiental, dos volmenes seminales posteriores contenan una rela-cin especial al pensamiento agroecolgico, porque en ellos se perfilaban visionesde una sociedad alternativa. Estos fueron Ante-Proyecto de la Supervivencia (ElEcologista 1972) y Lo Pequeo es Hermoso (Schumacher 1973). Estos trabajosincorporaban ideas sobre la organizacin social, la estructura econmica y valoresculturales y las convertan en una visin exhaustiva ms o menos utpica. Ante-Proyecto de la supervivencia argumentaba a favor de la descentralizacin de em-presas de pequea envergadura y acentuaba las actividades humanas que involucraranun mnimo de disrupcin ecolgica y un mximo de conservacin de energa y mate-riales. El santo y sea era autosuficiencia y sustentabilidad. El libro de Schumacheracentuaba una evaluacin radical de la racionalidad econmica (Economa Budis-ta), un modelo descentralizado de la sociedad humana (Dos millones de aldeas) yuna tecnologa apropiada. El significado especial de Lo Pequeo es Hermoso eraque estas ideas se ampliaron para alcanzar el Tercer Mundo.

    Interrogantes agrcolas. Los asuntos ambientales en su relacin con la agricultu-ra fueron claramente sealados por Carson en su libro Primavera Silenciosa (1964),que planteaba interrogantes sobre los impactos secundarios de las substancias txi-cas, especialmente de los insecticidas, en el ambiente. Parte de la respuesta a estosproblemas fue el desarrollo de enfoques de manejo de plagas para la proteccin delos cultivos, basados enteramente en teora y prctica en los principios ecolgicos(Huffaker y Messenger 1976). El impacto txico de los productos agro-qumicos eraslo una de las interrogantes ambientales, debido a que el uso excesivo de los recur-sos energticos tambin se estaba convirtiendo en un asunto cada vez mas importan-

    te. Era necesario evaluar los costos energticos de sistemas de produccin especfi-cos; especialmente a comienzos de la dcada del 70 cuando los precios del petrleose incrementaron. El estudio clsico de Pimentel (1979) demostr que en la agricul-tura de los Estados Unidos cada kilo-calora derivado del maz se obtena a unenorme costo energtico de energa externa. Los sistemas de produccin norteameri-canos fueron por lo tanto comparados con otros tipos diferentes de agricultura, losque eran de menor produccin por rea de unidad (en trminos de kilo-caloras porcada hectrea) pero mucho ms eficientes en trminos de rendimiento por unidad deenerga invertida. El alto rendimiento de la agricultura moderna se obtiene a costa denumerosos gastos, los que incluyen insumos no renovables tales como el combusti-ble de fsiles.

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    En el Tercer Mundo estos imputs son a menudo importados, y cargados a la ba-lanza internacional de pagos, empeorando la situacin de endeudamiento de muchospases en desarrollo. Ms an, debido a que la mayor parte de estos inputs no seutilizan para el cultivo de alimentos, la ganancia en la produccin no se puede tradu-cir necesariamente en un mejor abastecimiento de alimentos (Crouch y de Janvry1980, Graham 1984 y Dewey 1981). Finalmente, las consecuencias sociales de estemodelo tienen impactos complejos y a menudo extremadamente negativos en la po-blacin local, en especial en aquellos que tienen un acceso limitado a tierras y acrdito. Estos problemas se discuten en detalle ms adelante en este captulo.

    Los problemas de la toxicidad y recursos de la agricultura ensamblaron con losproblemas mayores de la transferencia tecnolgica en contextos del Tercer Mundo.La tecnologa Descuidada (editada por Milton y Farvar en 1968) fue una de las

    primeras publicaciones que intent, en gran medida, documentar los efectos de pro-yectos de desarrollo y transferencia de tecnologa de zonas templadas, sobre lasecologas y las sociedades de los pases en desarrollo. Cada vez en mayor nmero,investigadores de diferentes reas comenzaron a hacer comentarios sobre la pobreadecuacin entre los enfoques que se dan al uso de la tierra en el Primer Mundo yla realidad del Tercer Mundo. El artculo de Janzen (1973), sobre agroecosistemastropicales, fue la primera evaluacin ampliamente difundida de por qu los sistemasagrcolas tropicales podran comportarse de una forma diferente a los de las zonastempladas. Este trabajo y el de Levins (1973) plantearon un desafo a los investiga-dores agrcolas, que los llev a repensar la ecologa de la agricultura tropical.

    Al mismo tiempo, el problema filosfico ms amplio planteado por el movimien-to ambiental tuvo resonancia en la re-evaluacin de las metas del desarrollo agrcolaen los Estados Unidos y en el Tercer Mundo, y en las bases tecnolgicas sobre las

    que seran llevadas a cabo. En el mundo desarrollado estas ideas slo tuvieron unimpacto moderado en la estructura de la agricultura, porque la confiabilidad y dispo-nibilidad de productos agroqumicos y imputs energticos aplicados a la agriculturatena como resultado transformaciones pequeas en el patrn de uso de recursos enla agricultura. En situaciones en las que tanto los campesinos como la nacin estabanpresionando por los recursos, donde prevalecan estructuras distributivas regresivasy donde el enfoque de las zonas templadas no era apropiado a las condiciones am-bientales locales, el enfoque agroecolgico pareca de especial relevancia.

    La integracin de la agronoma y el ambientalismo ensambl con la agroecologa,pero los fundamentos intelectuales para una asociacin acadmica de este tipo eranan relativamente dbiles. Era necesario un enfoque terico y tcnico ms claro, es-pecialmente en relacin con los sistemas tropicales. El desarrollo de la teora ecolgicatendra una relevancia especial en el desarrollo del pensamiento agroecolgico.

    Ecologa

    Por varias razones los eclogos han tenido una importancia singular en la evolucin delpensamiento agroecolgico. En primer lugar, el marco conceptual de la agroecologa ysu lenguaje son esencialmente ecolgicos. En segundo lugar, los sistemas agrcolas sonen s mismos interesantes sujetos de investigacin, en los cuales los investigadores tie-nen mayor habilidad para controlar, probar y manipular los componentes del sistema, encomparacin con los ecosistemas rurales. Estos pueden proporcionar condiciones depruebas para un patrn amplio de hiptesis ecolgicas, y de hecho ya han contribuidosustancialmente al cuerpo de conocimiento ecolgico (Levins 1973, Risch et al. 1983,

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    Altieri et al. 1983b, Uhl et al. 1988). En tercer lugar, la explosin de investigadoressobre los sistemas tropicales ha dirigido la atencin al impacto ecolgico de la expan-sin de sistemas de monocultivos en zonas que se caracterizan por su diversidad y ex-traordinaria complejidad (Janzen 1973, Uhl 1983, Uhl y Jordan 1984, Hecht 1985). Encuarto lugar, varios eclogos han comenzado a dirigir su atencin a las dinmicasecolgicas de los sistemas agrcolas tradicionales (Gliessmann 1982a, 1982b, Altieri yFarrell 1984, Anderson et al. 1985, Marten 1986, Richards 1984 y 1986).

    Tres reas de inters acadmico han sido especialmente crticas en el desarrollo delos anlisis agroecolgicos: el ciclaje de los nutrientes, las interacciones de plagas/plan-tas y la sucesin ecolgica. A modo de ilustracin esta seccin se concentrar en elciclaje de nutrientes. A comienzos de los aos 60 el anlisis del ciclaje de nutrientes enlos sistemas tropicales se convirti en un tpico de inters y fue considerado como un

    proceso vital del ecosistema. Varios estudios significativos tales como la investigacinde Nye y Greenland en 1961 y ms adelante la serie de artculos y monografas quederivaron de trabajos realizados en San Carlos, Venezuela; Catie, Costa Rica y otroslugares en Asia y Africa han sido la simiente que clarifica los mecanismos de los ciclajesde nutrientes, tanto en bosques nativos como en reas que han sido cultivadas (Jordan1985, Uhl y Jordan 1984, Buschbacker et al. 1988, Uhl et al. 1988).

    Los hallazgos ecolgicos de esta investigacin sobre el ciclaje de nutrientes quetuvieron un mayor impacto en el anlisis de la agricultura fueron:

    La relacin entre la diversidad y las estrategias inter-especificas para captarnutrientes.

    La importancia de los rasgos estructurales para aumentar la captacin de nutrientestanto por debajo como por encima del suelo.

    La dinmica de los mecanismos fisiolgicos en la retencin de nutrientes. La importancia de relaciones asociativas de plantas con micro-organismos tales

    como micorrizas y fijadores simbiticos de nitrgeno. La importancia de la biomasa como lugar de almacenaje de los nutrientes.Estos hallazgos sugeran que los modelos ecolgicos de la agricultura tropical inclui-

    ran una diversidad de especies (o al menos de cultivos) para aprovechar la variedad deabsorcin de nutrientes, tanto en trminos de diferentes nutrientes como en la absorcinde nutrientes de los diferentes niveles de profundidad del suelo. La informacin produ-cida por los estudios ecolgicos sobre el ciclaje de nutrientes tambin sugera el uso deplantas tales como las leguminosas que con facilidad forman asociaciones simbiticas,y el uso ms extendido de plantas perennes en el sistema de produccin, como un mediopara bombear nutrientes de las diferentes capas del suelo y aumentar as la capacidadtotal de reciclaje y almacenamiento de nutrientes en el ecosistema. No es sorprendente

    hallar que muchos de estos principios ya estaban siendo aplicados en numerosos siste-mas agrcolas desarrollados por poblaciones locales en los trpicos.En la mayor parte de la literatura ecolgica, la comparacin entre ecosistemas

    naturales y agroecosistemas se ha basado en agroecosistemas desarrollados porecologistas despus de cierta observacin del ecosistema local ms bien que despusde observar sistemas locales verdaderamente desarrollados. Ms an, la investiga-cin se centr en parmetros tales como la diversidad de semillas, la acumulacin debiomasa y el almacenaje de nutrientes en sucesin. Esta investigacin ha proporcio-nado cierta comprensin de algunas dinmicas de los sistemas agrcolas considera-dos como entidades biolgicas, pero el manejo (con excepcin del llevado a cabo poralgunos alumnos relativamente inexpertos) influye en estos procesos que quedan en

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    un rea casi enteramente inexplorada (un caso excepcionalmente sobresaliente eneste aspecto es el de Uhl et al. 1988).

    Las limitaciones del enfoque puramente ecolgico estn siendo cada vez ms su-peradas a medida que los investigadores comienzan a analizar los sistemas campesi-nos y nativos en equipos multi-disciplinarios y desde una perspectiva ms holstica(Anderson y Anderson 1983, Anderson et al. 1985, Marten 1986, Denevan et al.1984). Estos esfuerzos tienen como intencin el colocar a la agricultura en un con-texto social; utilizan modelos nativos locales (explicaciones nativas del por qu serealizan ciertas actividades) para el desarrollo de hiptesis que ms adelante puedenser probadas por medio de modelos agronmicos cientficos. Esta es un rea de in-vestigacin floreciente con implicancias tanto tericas como aplicadas de muchaimportancia, y una gran inspiracin para la teora y prctica de la agroecologa.

    Sistemas nativos de produccin

    Otra influencia mayor en el pensamiento es aquella que procede de los esfuerzos dela investigacin de antroplogos y gegrafos dedicados a describir y analizar lasprcticas agrcolas y la lgica de los pueblos nativos y campesinos. Tpicamente,estos estudios se han preocupado del uso de recursos y del manejo no slo del predioagrcola sino de toda la base de subsistencia, y se han concentrado en cmo los pue-blos locales explican esta base de subsistencia, y en cmo los cambios sociales yeconmicos afectan los sistemas de produccin. El anlisis cientfico del conoci-miento local ha sido una fuerza importante para reevaluar los supuestos de los mode-los coloniales y agrcolas de desarrollo. La obra pionera en este campo fue la deAudrey Richards (1939) sobre las prcticas de roza, tumba y quema (sistema citamene)

    en el Africa Bemba. El sistema citamene involucra el uso de desechos de rbolescomo compost en las prcticas agrcolas de los terrenos montaosos en Africa Cen-tral. Este estudio, que acenta los resultados de las tecnologas agrcolas y de lasexplicaciones ecolgicas de los pueblos nativos, contrasta diametralmente con aque-lla percepcin despreciativa de la agricultura nativa que considera las prcticas loca-les como desordenadas y de inferior calidad.

    Otra importante contribucin al estudio de sistemas de cultivo nativos fue el tra-bajo de Conklin (1956), el que sent las bases para la re-evaluacin de la agriculturaitinerante, basado en datos etnogrficos y agronmicos sobre los Hanunoo de Filipi-nas. Este trabajo seala la complejidad ecolgica y diversidad de los patrones deagricultura itinerante y la importancia de los policultivos, la rotacin de cultivos ysistemas de agroforestera, en el marco total de la produccin itinerante. Es uno delos estudios ms tempranos y ms ampliamente conocidos sobre la estructura y com-

    plejidad del sistema de cultivo de roza, tumba y quema, y en el que se incorporamucha intuicin ecolgica.Fue de especial importancia el nfasis que Conklin puso en el conocimiento

    ecolgico nativo y la importancia que le asign a explotar esta rica fuente de com-prensin etnocientfica. Sin embargo, l haca hincapi en que el acceso a esta infor-macin requera habilidades tanto etnogrficas como cientficas.

    Investigadores tales como Richards (1984), Bremen y deWit (1983), Watts (1983),Posey (1984), Denevan et al. (1984), Brokenshaw et al. (1979) y Conklin (1956),entre muchos otros, han estudiado los sistemas nativos de produccin y sus catego-ras de conocimiento sobre las condiciones ambientales y prcticas agrcolas. Estecuerpo de investigacin se centra en el punto de vista nativo de los sistemas de pro-

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    duccin y los analiza con los mtodos cientficos occidentales. Todos estos autoreshan hecho hincapi en que la organizacin social y las relaciones sociales de la pro-duccin deberan considerarse tan de cerca como el medio ambiente y los cultivos.Este acento en la dimensin social de la produccin es una base importante para lacomprensin de la lgica de produccin de sistemas agrcolas.

    Otro resultado importante de gran parte del trabajo sobre los sistemas nativos deproduccin es la idea que se necesitan diferentes nociones de eficiencia yracionabilidad para comprender los sistemas nativos de campesinos. Por ejemplo, laeficiencia de produccin por unidad de labor invertida, ms bien que una simplerelacin de rendimiento por reas es bsica para la lgica de produccin de muchoscultivadores del Tercer Mundo. Las prcticas que se centran en evitar riesgos, puedeque no sean tan rendidoras a corto plazo, pero pueden ser preferibles a opciones de

    uso de tierras altamente productivas pero que tienen mayores riesgos. La disponibi-lidad de trabajo, en especial en pocas importantes como es la de las cosechas, puedetambin influir en los tipos de sistemas agrcolas favorecidos.

    Este tipo de investigacin ha influido en el desarrollo de los argumentos contra-rios a aquellos que atribuan el fracaso de la transferencia de tecnologa agrcola a laignorancia e indolencia. Este enfoque, con el acento en los factores humanos de lossistemas agrcolas, tambin pona ms atencin en las estrategias de los campesinosde diferentes estratos sociales, y cada vez ms en el rol de la mujer en la agriculturay el manejo de recursos (Deere 1982, Beneria 1984, Moock 1986).

    El anlisis etnoagrcola ha contribuido mucho a la expansin de las herramientasconceptuales y prcticas de la agroecologa. El enfoque (marco tnico) basado en laexplicacin de una cultura dada ha sugerido relaciones que los marcos tnicos (esdecir marcos externos , generalmente referidos a modelos occidentales de expansin) no

    capturan fcilmente, al basarse en los mtodos de la ciencia occidental. Ms an, estainvestigacin ha ampliado el concepto de lo que puede con provecho ser llamado agri-cultura, debido a que muchos grupos estn involucrados en la manipulacin de ecosistemasforestales a travs del manejo de la sucesin y la reforestacin actual (Posey 1985,Andreson et al. 1985, Alcorn 1984). An ms, la agricultura desarrollada localmenteincorpora numerosos cultivos cuyo germoplasma es esencial para el desarrollo deprogramas de mejoramiento gentico como el de yuca y frijol, y tambin incluye nume-rosas plantas con un potencial de uso ms amplio en ambientes difciles. Finalmente,dicho trabajo valora los logros cientficos de cientos de aos de mejoradores de plantasy trabajo agronmico llevado a cabo por las poblaciones locales.

    El estudio de sistemas agrcolas nativos ha proporcionado gran parte de la materiaprima para el desarrollo de hiptesis y sistemas de produccin alternativos para laagroecologa. Cada vez es ms amplio el estudio de la agricultura nativa realizado

    por equipos multi-disciplinarios para documentar las prcticas y se han desarrolladocategoras de clasificacin para analizar los procesos biolgicos y para evaluar as-pectos de las fuerzas sociales que influyen en la agricultura. El estudio de sistemasnativos ha sido fundamental en el desarrollo del pensamiento agroecolgico.

    Estudios del desarrollo

    El estudio del desarrollo rural del Tercer Mundo tambin ha sido una gran contribucina la evolucin del pensamiento agroecolgico. El anlisis rural ha ayudado a clasificar lalgica de las estrategias locales de produccin en comunidades que estn sufriendo grandestransformaciones, a medida que las reas rurales se integran a economas regionales,

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    nacionales y globales. Los estudios sobre el desarrollo rural han documentado la rela-cin que existe entre los factores socieconmicos y la estructura y organizacin socialde la agricultura. Existen varios temas de investigacin sobre el desarrollo, que han sidode especial importancia para la agroecologa, incluyendo el impacto de las tecnologasinducidas desde afuera, el cambio de cultivos, los efectos de la expansin de mercados,las implicancias de los cambios de relaciones sociales y la transformacin en las estruc-turas de tenencia de tierra y de acceso a los recursos econmicos. Todos estos procesosestn ntimamente ligados. Cmo ellos afectan los agroecosistemas regionales es el re-sultado de complejos procesos histricos y polticos.

    La investigacin de la Revolucin Verde fue importante para la evolucin delpensamiento agroecolgico porque los estudios sobre el impacto de esta tecnologafueron un instrumento que arroj luz sobre los tipos de prejuicios que predominaban

    en el pensamiento agrcola y de desarrollo. Esta investigacin tambin tuvo comoresultado el primer anlisis verdaderamente interdisciplinario de cuestiones de te-nencia de tierra y del cambio tecnolgico en la agricultura desde un punto de vistaecolgico, social y econmico; todo esto realizado por un amplio grupo de especia-listas. La extraordinaria aceleracin del proceso de estratificacin social del campe-sino que se asocia a la Revolucin Verde indicaba inmediatamente que sta no erauna tecnologa neutra en sus objetivos y resultados, sino ms bien que podra trans-formar dramticamente la base de la vida rural de un gran nmero de personas.

    Como lo hizo notar Perelman 1977, los ms beneficiados por dichas tecnologasfueron los consumidores urbanos. La estrategia de la Revolucin Verde se desarrollcuando los problemas de la pobreza y el hambre eran considerados principalmentecomo problemas de produccin. Este diagnstico implic varias estrategias que secentraban en reas agrcolas en las que rpidamente podran llevarse a cabo aumen-tos de produccin, suelos de mejor calidad y tierras de riego entre agricultores conbienes materiales y de capital sustanciales. Tuvo xito en trminos de elevar la pro-duccin; en el fondo era parte de una poltica de apostar conscientemente al msfuerte (Chambers y Ghildyal 1985, Pearce 1980). Es ahora generalmente reconocidoque solamente el aumento agregado de la produccin de alimentos no soluciona elproblema del hambre y la pobreza rural, aunque s puede reducir los costos de ali-mentos para los sectores urbanos (Sen 1981, Watts 1983).

    Las consecuencias de la Revolucin Verde en las reas rurales fueron tales que sir-vieron para marginalizar a gran parte de la poblacin rural. En primer lugar, centr susbeneficios en los grupos que eran ricos en recursos, acelerando as la diferencia entreellos y los otros habitantes rurales, por lo que la desigualdad rural a menudo aument.En segundo lugar, socav muchas formas de acceso a la tierra y a los recursos, tales

    como los cultivos de mediera, el arriendo de mano de obra y el acceso a medios de riegoy tierras de pastoreo. Esto redujo la diversidad de estrategias de subsistencia disponiblesa las familias rurales y, por lo tanto, aument la dependencia del predio agrcola. Lareduccin de la base gentica de la agricultura aument los riesgos porque los cultivos sehicieron ms vulnerables a plagas y enfermedades y a los cambios del clima. En el casode arrozales inundados o regados, la contaminacin generada por el uso de pesticidas yherbicidas a menudo afect una importante fuente local de protenas: el pescado.

    El anlisis de la Revolucin Verde hecho desde el punto de vista de diferentesdisciplinas, contribuy al primer anlisis holstico de las estrategias de desarrolloagrcola/rurales. Fue la primera evaluacin ampliamente difundida que incorporcrticas ecolgicas, tecnolgicas y sociales. Este tipo de enfoque y de anlisis ha sido

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    el prototipo de varios estudios posteriores sobre la agroecologa, y el progenitor de lainvestigacin sobre sistemas de labranza.

    Actualmente es reconocido que las tecnologas de la Revolucin Verde puedenser aplicadas en reas limitadas y ha habido peticiones de varios analistas del desa-rrollo rural en el sentido de redirigir la investigacin agrcola en la direccin decampesinos de bajos recursos. En el mundo existen por lo menos un billn de campe-sinos de recursos, ingresos y flujos de produccin muy limitados, quienes trabajanen un contexto agrcola de extrema marginalidad. Los enfoques que hacen hincapien paquetes de tecnologas generalmente requieren de recursos a los cuales la mayo-ra de los campesinos del mundo no tienen acceso (Tabla 1.1).

    Muchos analistas del desarrollo rural reconocen hoy las limitaciones para la agri-cultura de los enfoques tipo Revolucin Verde que enfatizan agricultura a gran esca-

    Bases tericas de la agroecologa

    TABLA 1.1 El contraste de condiciones fsicas y socioeconmicas de agricultores ricos en recursosvs pobres en recursos (segn Chambers y Ghildyal 1985).

    Estaciones Campesinos Campesinosexperimentales ricos en recursos pobres en recursos

    Topografa Plana o terrazas Plana o terrazas Ondulada o laderas

    Suelos Profundos, Profundos, Superficiales,pocas dificultades pocas dificultades no frtiles

    serias dificultades

    Deficienciade nutrientes Rara, solucionable Ocasional Bastante comn

    Peligro (fuego,derrumbe, etc.) Poco Pocos y controlables Comunes

    Irrigacin Frecuente, en Generalmente disponible, Rara,completo control de fcil control poco confiable

    Tamao de la unidad Grande, Grande o medianamente Pequea,adyacente adyacente irregular no adyacente

    Enfermedades, Controladas con Controladas con Control cultural,plagas, malezas agroqumicos, agroqumicos, cultivos vulnerables.

    mano de obra mano de obra

    Acceso a fertilizantes, Ilimitado Alto, Bajo,semillas mejoradas confiable confiable desconfiable

    Semillas Alta calidad Alta calidad Semillas propias

    Crditos Ilimitados Buen acceso Poco acceso conescasez temporal

    Trabajo Sin dificultad Mano de obra Familia, escasezde obtener contratada en temporadas crticas

    Precios Irrelevantes Bajos para insumos Altos para insumosAltos para productos Bajos para productos

    Prioridad parala produccinde alimentos Baja Media Alta

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    la, pero estos modelos agrcolas han dominado de una forma sorprendente los pro-yectos de desarrollo agrcola del Tercer Mundo. Mientras los resultados de las esta-ciones experimentales de investigacin se vean extremadamente promisorios, el bajogrado de adopcin por campesinos y de produccin exacta de los modelos en loscampos, ha ocasionado grandes dificultades en muchos proyectos. El enfoque detransferencia de tecnologas tenda a acelerar las diferencias en al situaciones polti-cas difciles, en donde las tecnologas slo eran parcialmente adoptadas y en muchoscasos no adoptadas del todo (Scott 1978 y 1986).

    Varias eran las explicaciones para la baja transferencia de tecnologas, incluyen-do la idea que los campesinos eran ignorantes y que era necesarios ensearles acultivar. Otro set de explicaciones se centr en las exigencias a nivel de finca, talescomo la falta de crditos que limitaban la posibilidad de los campesinos de adoptar

    estas tecnologas. En el primer caso se considera que la falla esta en el campesino; enel segundo se culpa a problemas de infraestructura de diferentes tipos, nunca se cri-tic a la tecnologa misma.

    Varios investigadores de terreno y practicantes del desarrollo se han sentido frus-trados por estas explicaciones y un nmero cada vez mayor han sealado que lastecnologas en si requieren de una re-evaluacin sustancial. Ellos han argumentadoque la decisin del campesino de adoptar o no una tecnologa es la verdadera pruebade su calidad. A menudo a este enfoque se le ha llamado El campesino primero yltimo o El campesino vuelve al campesino o La revolucin agrcola nativasegn dicen Rhoades y Booth (1982) La filosofa bsica en la que se apoya estemodelo es que la investigacin y el desarrollo agrcola deben comenzar y terminar enel campesino. La investigacin agrcola aplicada no puede comenzar aisladamenteen un centro de experimentacin o con un comit de planificacin que est lejos del

    contacto con la realidad campesina. En la prctica esto significa obtener informacinacerca del campesino y comprensin de la percepcin que el campesino tiene delproblema y la aceptacin de la evaluacin que el campesino hace de la solucinpropuesta. Este enfoque requiere una participacin mucho mayor de parte del cam-pesino en el diseo y la implementacin de programas de desarrollo rural (Chambers1983, Richards P. 1985, Gow y Van Sant 1983, Midgley 1986).

    Una consecuencia de esta posicin ha sido reconocer el gran conocimiento que elcampesino tiene de entomologa, botnica, suelos y agronoma, los que pueden ser-vir como puntos de partida para la investigacin. En este caso tambin, la agroecologaha sido identificada como una valiosa herramienta analtica asimismo como un enfo-que normativo para la investigacin.

    La agroecologa encaja bien con los asuntos tecnolgicos que requieren prcticas

    agrcolas ms sensibles al medio ambiente y a menudo encuentra congruencia del desa-rrollo tanto ambiental como participativo con perspectivas filosficas. La diversidad depreocupaciones y de cuerpos de pensamientos que han influido en el desarrollo de laagroecologa son verdaderamente amplios. Sin embargo, esta es la extensin de los asuntosque inciden en la agricultura. Es por esta razn que ahora vemos agroeclogos con unentrenamiento mucho mas rico que el encontrado corrientemente entre los alumnos deciencias agrarias centrados en una disciplina, como asimismo muchos ms equiposmultidisciplinarios trabajando en estos asuntos en el campo. Aunque es una disciplinanueva, y hasta el momento ha planteado ms problemas que soluciones, la agroecologaindudablemente ha ampliado el discurso agrcola.

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    Captulo 2

    Metodologa y prcticade la agroecologa

    Richard B. Norgaard y Thomas O. Sikor

    La metodologa y prctica de la agroecologa proviene de distintas races filosficasque difieren de aquellas de las cuales proviene la ciencia agrcola convencional. Eltener diferentes races significa ser radical en el verdadero sentido de la palabra. Estecaptulo demostrar cmo esas diferencias en las races filosficas afectan a lasmetodologas, a la organizacin y a las consecuencias sociales y ambientales tantode la agricultura convencional como de la agroecologa. La agroecologa toma encuenta tanto el sistema agroecolgico como el social en el que trabajan los agriculto-res, pone un nfasis relativamente bajo a las investigaciones realizadas en los centrosexperimentales y en los laboratorios y enfatiza fuertemente los experimentos de campo,permitiendo as una mayor participacin de los agricultores en el proceso de investi-gacin. Para ilustrar estas diferencias, se ha analizado la trayectoria de la agriculturaconvencional en Amrica Latina y el papel de las organizaciones no gubernamenta-les (ONGs) en la divulgacin de la agroecologa.

    La importancia de las premisas filosficas

    Los agrnomos convencionales siguen las premisas dominantes de la ciencia moderna(Norgaard 1994). Por ejemplo, suponen que la produccin agrcola puede ser entendidaobjetivamente sin considerar a los agricultores y su forma de pensar, ni a los sistemassociales y el agroecosistema que los rodea. De acuerdo con ello, realizan experimentoscontrolados en laboratorios y en estaciones agrcolas. An ms, ellos suponen que laagricultura puede ser entendida en forma atomstica, o en pequeas partes. Debido aesto, se dividen en disciplinas y subdisciplinas estudiando las propiedades fsicas delsuelo separadamente de las propiedades biolgicas y de la vida que ste mantiene. Exa-minan la toxicidad de diferentes elementos qumicos sobre los insectos, sin considerar lamanera como los insectos interactan entre s y con las plantas. Estos supuestos por

    separado conllevan a desarrollar tecnologas aisladas para la nutricin de las plantas y elmanejo de las plagas. Luego, suponen que estos hallazgos pueden transferirse a losagricultores en forma de nuevas tecnologas. Est de ms decir, que los agricultores nosiempre han encontrado que las nuevas tecnologas se ajustan a sus sistemas de agricul-tura. Adems de esto, las tecnologas derivadas separada e individualmente con frecuen-cia tienen efectos inesperados al ser usadas en una explotacin agrcola, especialmentecuando se usan combinadas. El efecto acumulativo de tecnologas agrcolas convencio-nales al ser usadas por todos los agricultores conjuntamente, tienen a veces impactosecolgicos y econmicos devastadores.

    Hace tiempo que los agrnomos convencionales se han dado cuenta de que sustecnologas presentan problemas. Se crearon servicios de extensin con especialistas

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    para hacer llegar las tecnologas a los agricultores. Ms tarde, los agrnomos con-vencionales trataron de disear paquetes tecnolgicos integrados que se ajustan en-tre s. Comenzaron a prestar ms atencin a las necesidades de los agricultores, trata-ron de orlos y comenzaron a realizar investigaciones en el campo. No obstante, loscientficos agrcolas convencionales slo han tenido un xito moderado en superarlos problemas de su tecnologa, puesto que an tienen que darse cuenta de que losproblemas son inherentes a las premisas filosficas de sus mtodos y prcticas. Porejemplo, no han sido verdaderamente capaces de escuchar lo que los agricultorestienen que decir, porque las premisas filosficas de la ciencia convencional no leotorgan legitimidad a las formas de aprendizaje y conocimientos de los agricultores.

    Las premisas dominantes de la ciencia moderna y de otras alternativas se listan enla Tabla 2.1. El atomismo postula que las partes pueden ser entendidas aparte de

    los sistemas en los que ellas estn insertas y que los sistemas son simplemente lasuma de sus partes. El mecanismo postula que las relaciones entre las partes de unsistema no cambian, condicin necesaria para la prediccin y el control. El univer-salismo establece como premisa que el mundo que nos rodea puede explicarse porla interaccin de un nmero relativamente pequeo de principios universales. Elobjetivismo postula que nuestros valores, formas de conocimiento y acciones,

    TABLA 2.1. Premisas dominantes de la ciencia moderna y sus alternativas.

    PREMISAS DOMINANTES

    Atomismo:los sistemas consisten en partes nointercambiables y que son simplemente la suma

    de sus partes.

    Mecanismo: las relaciones entre las partes estnfijas, los sistemas se mueven continuamentedesde un punto de equilibrio a otro y los cam-bios son reversibles.

    Universalismo:los fenmenos complejos y di-versos son el resultado de principios universalessubyacentes, los que son un nmero reducido yno cambian en el tiempo ni el espacio.

    Objetivismo: podemos permanecer apartadosde lo que tratamos de comprender.

    Monoismo: nuestras formas separadas e indivi-duales de entender sistemas complejos estnfusionadas dentro de un todo coherente.

    PREMISAS ALTERNATIVAS

    Holoismo: las partes no pueden comprender-se separadamente de sus todos y los todos son

    diferentes de la suma de sus partes. Las partespueden desarrollar nuevas caractersticas opueden surgir partes totalmente nuevas.

    Los sistemas pueden ser mecnicos pero tam-bin pueden ser determinsticos, aunque nopredecibles o continuos, porque ellos son ca-ticos o simplemente muy discontinuos. Lossistemas tambin pueden ser evolutivos.

    Contextualismo: los fenmenos son contin-gentes sobre un gran nmero de factores par-ticulares al tiempo y al lugar. Fenmenos simi-lares bien pueden ocurrir en distintos tiemposy lugares debido a factores ampliamente dife-rentes.

    Subjetivismo:los sistemas sociales y especial-mente naturales no pueden comprendersecomo parte de nuestras actividades, de nues-tros valores y de cmo lo hemos entendido,actuando sobre estos sistemas en el pasado.

    Pluralismo: los sistemas complejos slo pue-den conocerse mediante patrones mltiples ydiferentes de pensamiento, cada uno de loscuales es necesariamente una simplificacinde la realidad. Patrones diferentes son intrn-secamente incongruentes.

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    pueden mantenerse aparte de los sistemas que estamos tratando de entender. Elmonismo postula que nuestras formas de conocimiento separadas y disciplinariasse fusionan en un todo coherente.

    Las premisas alternativas de la Tabla 2.1, contrastan radicalmente con las premisasdominantes. Sus diferencias agudizan nuestra comprensin de la posicin dominan-te. Sin embargo, las premisas alternativas en la lista son meramente ilustrativas, puestoque existen muchas alternativas y combinaciones posibles.

    Los cinco ismos dominantes son suposiciones perfectamente correctas a partirde las cuales se puede razonar. Ellas han facilitado un nivel de prediccin y controlms all de lo conocido anteriormente. La prediccin y el control de la ciencia quesigue a los ismos dominantes, ha probado ser ms limitada sistemtica y temporal-mente de lo que creen los cientficos convencionales. Estas limitaciones son el ori-

    gen de las inesperadasConsecuencias y problemas que se presentan en otras partes del agroecosistema,

    fuera de la explotacin agrcola en los aos posteriores.Si las tecnologas y las instituciones agrcolas modernas no se hubiesen basado

    solamente en esas premisas y si se les hubiera dado igual importancia a otros patro-nes de comprensin, las consecuencias sistemticas y a largo plazo para las personasy para el agroecosistema pudieran haber sido previstas, aminoradas o evitadas. Losproblemas de la agricultura convencional se originan a partir de estos ismos.

    Generalmente, ni los agrnomos convencionales ni los agroeclogos estn total-mente conscientes de las premisas filosficas subyacentes en sus investigaciones, ocmo la filosofa estructura las organizaciones por las que ellos trabajan. No obstan-te, cuando surgen los problemas metodolgicos, lo ms probable es que losagroeclogos se sientan cmodos con los supuestos alternativos de la Tabla 2.1 yestn ms proclives a criticar muchas de las premisas dominantes. Al mismo tiempo,muchos agroeclogos razonan y a veces llevan a cabo la investigacin dentro delmtodo dominante. En efecto, algunas personas que se consideran a s mismas comoagroeclogos solamente llevan a cabo investigaciones con el mtodo dominante, perocooperan con otros que tratan de utilizar sus conocimientos en mtodos alternativos.De esta forma, la diferencia entre agrnomos convencionales y agroeclogos radicaen que estos ltimos, en conjunto, tienden a ser ms pluralistas metodolgicamente.

    Curiosamente, las premisas alternativas son las ms intuitivas y ms cercanas anuestro sentido comn. Al mismo tiempo, siguiendo los supuestos alternativos, unodescubre que las respuestas sern mltiples y menos claras. Esto significa que elpensamiento lgico per se no nos indicar lo que debe hacerse, porque la lgicamltiple sustentada por puntos de inicio alternativos originan diferentes discerni-

    mientos. La ciencia slo entrega respuestas nicas cuando los cientficos usan lasmismas premisas. El pluralismo metodolgico requiere el que se deba recurrir a mediosno cientficos considerando mltiples discernimientos. Este tipo de juicio se dejams bien a la toma de decisiones colectivas por parte de las comunidades directa-mente afectadas.

    Los agroeclogos son ms proclives a utilizar una perspectiva de sistemas. Enefecto, algunos investigadores consideran a la agroecologa simplemente como unacercamiento del ecosistema a la agricultura. Sin embargo, es importante tener encuenta que muchos agroeclogos estn interesados tanto en el sistema social comoen el sistema ambiental en el cual se desenvuelve el agricultor. Por ltimo, lainteraccin de los dos sistemas es lo que debe ser viable y benfico para la gente.

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    Una perspectiva coevolucionista del desarrollo

    El diagrama ilustrado en la Figura 2.1 es especialmente til para entender lasinteracciones de los diferentes sistemas. Se plantea el desarrollo como un procesocoevolucionista entre el sistema social y el sistema ambiental. An ms, se plantea elsistema social como si estuviera hecho de sistemas de conocimiento, valores tecno-lgicos y organizacionales. Cada uno de estos sistemas se relaciona con cada uno delos otros, y cada uno ejerce una presin selectiva en la evolucin de los otros. Me-diante la presin selectiva sobre cada uno, todos coevolucionan en conjunto. Porejemplo, dentro del sistema de conocimiento se llevan a cabo innovaciones delibera-das, hallazgos fortuitos y casi nunca se realizan experimentos.

    El hecho de que estos nuevos aportes de conocimiento comprueben que son aptos y

    sean conservados o no, depende de las influencias selectivas de los valores, la organiza-cin, la tecnologa y el medio ambiente. Con cada sistema ejerciendo una presin selec-tiva sobre cada uno de los otros, todos coevolucionan para reflejarse a s mismos. Deesta manera todo se conecta, aunque todo est cambiando constantemente.

    El desarrollo agrcola coevolutivo ha estado llevndose a cabo por milenios. Elsurgimiento del cultivo del arroz en el Sudeste Asitico es un ejemplo instructivo. Laprctica extensiva de la agricultura basada en la tala y la quema se abandon gra-dualmente, conforme a la investigacin realizada en diques, terrazas y sistemas desuministro de agua, durante siglos. Los beneficios de la transformacin ecolgicahacia el cultivo de arroz se hizo presente en la forma de un mejor control de lasmalezas y una mayor retencin de nutrientes. Sin embargo, la transformacin no fueunilateral. Tambin el sistema social evolucion para mantener la transformacinambiental. Los mecanismos sociales que reforzaban el comportamiento individual

    en el que se basaba la transformacin ambiental, evolucionaron selectivamente. Enresumen, el mantenimiento y la continuacin de la transformacin ambiental fueronsustentadas por complejas organizaciones sociales para el control de las aguas, dere-chos a la tierra e intercambios de mano de obra; los sistemas sociales y ambientalescoevolucionaron conjuntamente, cada uno reflejando al otro. De igual manera seseleccionaron nuevas tecnologas, nuevos valores y nuevas formas de conocimiento

    FIGURA 2.1 La coevolucin del conocimiento, los valores, la organizacin social, la tecnologa y lossistemas biolgicos.

    CONOCIMIENTO

    ORGANIZACIONVALORES

    TECNOLOGIASISTEMA BIOLOGICO

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    a la luz de la coevolucin entre organizaciones ambientales y sociales. Los sistemasde explotacin agrcola desde la tala, tumba y quema en los bosques tropicales hastalos sistemas modernos de energa intensiva en las regiones templadas, pueden enten-derse como sistemas coevolucionados.

    La perspectiva coevolucionista pone en relieve que los sistemas agrcolas se de-ben considerar como sistemas integrales. Enfatiza tambin que los sistemas agrco-las tradicionales no son estticos. Ellos han estado evolucionando por milenios y aveces incluso han mejorado. La perspectiva coevolucionista pone a las personas y asu forma de pensar dentro del proceso. Demuestra, por ejemplo, cmo losagroecosistemas modernos reflejan las premisas cientficas convencionales. Las pla-gas de la agricultura moderna han coevolucionado con los plaguicidas, que han sidoaplicados bajo la premisa de que las plagas podan combatirse individualmente apar-

    te del sistema, como un todo.Una de las caractersticas ms importantes de la perspectiva coevolucionista es

    que otorga legitimidad al conocimiento cultural y experimental de los agricultores.Sus formas de razonamiento pueden no traducirse como formas de razonamientocientfico, pero el cmo y qu entendido por ellos ha probado ser apto para susistema y puede usarse para comprender ese sistema. Con una perspectivacoevolucionista en mente, los agroeclogos pueden superar el vago adoctrinamientoque recibieron como estudiantes sobre la superioridad de la ciencia convencional,pueden sentir verdadero respeto por la sabidura de los agricultores, combinando susconocimientos con nuevas formas de conocimiento y trabajar juntos eficazmente. Laperspectiva entrega una fuerte base filosfica para las investigaciones participativasy para la incorporacin de agricultores en el proceso de investigacin, tcnica quelos agroeclogos utilizan cada vez ms.

    Mientras los agrnomos convencionales han tratado de disear sistemas agrcolasms completos, la perspectiva coevolucionista acenta que la adopcin de tecnolo-gas agrcolas es un problema selectivo de adaptacin a otros sistemas. Se puedendisear mejores tecnologas agrcolas si se est atento sobre cmo stas podraninteractuar con otros sistemas, pero las complejidades de tales interacciones sugie-ren que los cientficos ser debieran considerar como experimentadores que podraninfluenciar y acelerar el proceso coevolucionista introduciendo mltiples mutacio-nes, de las cuales slo algunas probarn se idneas. En un mundo coevolutivo, losimprovisadores son ms eficientes que los grandes diseadores. Los sistemas socia-les y ambientales coevolucionan constantemente, pero el rumbo del cambiocoevolucionista no siempre puede ser benfico para la gente o el ambiente de lagente en el futuro.

    Los patrones coevolutivos pueden cambiar significativamente, por ejemplo, a tra-vs de:1. Un cambio exgeno en el ecosistema.2. Nuevo conocimiento sobre cmo interactuar con un ecosistema.3. Un subsidio desde (o la transferencia a) otra regin.4. Una redistribucin del poder en el sistema social.La perspectiva coevolucionista no nos da ciertamente la ilusin de que tenemos el

    poder de disear nuestro futuro. Sin embargo, somos parte del proceso. Esto indicaque al estar alerta respecto del proceso de cambio, podemos intervenir ms efectiva-mente en l, facilitando cambios coevolucionistas que favorecen a la gente y lasustentabilidad ambiental.

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    Interpretacin coevolucionistadel desarrollo agrcola convencional en Amrica Latina

    La modernizacin agrcola en Amrica Latina a travs de tecnologas convenciona-les, trajo consigo incrementos en la productividad agrcola y utilidades en divisas.Aquellos productores cuyas tierras y posicin socioeconmica eran compatibles conlas tecnologas agrcolas convencionales se han integrado totalmente a la economade mercado. Pero la modernizacin tambin ha sido cultural, ecolgica y socialmen-te un proceso disociador. En nombre del progreso los agroecosistemas se han trans-formado, se han distorsionado las culturas tradicionales y se han cambiado funda-mentalmente las estructuras sociales. Los campesinos sin un acceso suficiente a latierra y a otros recursos productivos, no encajaron dentro de las condiciones ecolgicas

    y socioeconmicas de la agricultura convencional y permanecieron fuera de la din-mica del desarrollo rural. El nmero de campesinos en Amrica Latina, se incrementen un 43,6% entre 1950 y 1980 (de Janvry et al. 1989). Cerca de 1980, aproximada-mente el 22,5% de la poblacin latinoamericana perteneca a los pobres rurales. Estocorresponda porcentualmente a que dos tercios de la poblacin rural se encontrabaen la pobreza en todo el continente y hasta un 85% en algunos pases (FAO 1988).Alrededor del 40% de la poblacin rural ni siquiera era capaz de cubrir sus necesida-des bsicas de alimentacin.

    El sector alimentario de Amrica Latina se ha vuelto sumamente dependiente delas importaciones de productos agrcolas, insumos y maquinaria para el procesa-miento de los alimentos (de Janvry et al. 1988, FAO 1988, Redclift y Goodman1991). La mayora de los pases, incluso aquellos que poseen buenas condicionesgeogrficas y climticas para la agricultura, tales como Mxico (Toledo 1985, Calva

    1991), tienen que importar parte de sus requerimientos alimenticios, como cereales yotros alimentos bsicos. La distribucin de alimentos ha sido bastante dispareja, comolo indica la alta incidencia de desnutricin de hasta un 40% de la poblacin en loscasos de Per, Honduras y Guatemala. La inestabilidad en la produccin y en elconsumo alimenticio ha aumentado en los ltimos aos. Aunque la cantidad de cam-pesinos ha aumentado en toda Amrica Latina, su participacin en la produccinagrcola total ha ido decreciendo. Se estima que todava el 41% de todos los produc-tos se originan en familias campesinas y explotaciones agrcolas.

    La modernizacin tambin ha acarreado un dao ambiental masivo (FAO 1988,LACDE 1990). La colonizacin, extraccin y actividades de produccin agrcola hancreado perturbaciones y transformaciones masivas, especialmente en bosques tropica-les. La sobreexplotacin de recursos naturales debido a la pobreza, el abandono de lasprcticas agrcolas tradicionales y la transformacin masiva del medio ambiente en las

    reas de colonizacin reciente, ha provocado erosin, prdida en la fertilidad del suelo ysedimentacin aguas abajo. Se han erosionado los recursos genticos, comprometiendo:(1) los cultivos primitivos y especies de animales adaptadas, los que evolucionaron du-rante siglos como parte de culturas tradicionales; (2) las plantas silvestres y las especiesde animales no manipuladas; (3) progenitores silvestres y miembros de familias de plan-tas domsticas que se usan actualmente. Se han sobreutilizado y/o utilizadoinadecuadamente fertilizantes, insecticidas y herbicidas, ejerciendo efectos directos enla salud del hombre por la toxicidad y consecuencias ms indirectas por el dao ecolgico.En muchos casos, la destruccin ambiental y la pobreza rural estn estrechamente liga-das como un proceso de dos vas; por una parte, los pobres estn forzados a sobreexplotarsus recursos bsicos debido a la presin econmica. Por la otra, los campesinos que son

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    empujados a vivir en ambientes marginales estn reprimidos por la productividad limi-tada de sus recursos bsicos.

    La modernizacin no ha alcanzado a los campesinos de escasos recursos en Am-rica Latina. Ha aumentado la productividad agrcola y la produccin total, pero tam-bin ha trado consecuencias ambientales y sociales significativas en muchas regio-nes. La modernizacin no ha tenido xito en el mejoramiento de la agricultura cam-pesina, puesto que ha dependido de tecnologas que desplazan la naturaleza y au-mentan las distancias entre los procesos sociales y ecolgicos.

    Las prcticas agrcolas convencionales desplazan a la naturaleza. La conserva-cin necesita un cambio desde el ecosistema hacia el sistema social. Sustitutos defertilizantes producidos industrialmente para las relaciones entre las plantas y lasbacterias que fijan el nitrgeno, saturan a los agroecosistemas en vez de trabajar con

    ellos. Plaguicidas e insecticidas reemplazan los mecanismos de equilibrio natural,ejercido por depredadores y parsitos. Las medidas institucionales cada vez ms com-plejas, por ejemplo, seguros y mercado a futuro, reemplazan mtodos de control deriesgos que poseen una base ecolgica.

    La importancia relativa de la las caractersticas del agroecosistema vara desdesistemas agrcolas, que tienden a ser productivos y estables y an conservan un altogrado de sustentabilidad, hasta los sistemas de explotacin agrcola caracterizadospor alta productividad, pero con baja sustentabilidad y estabilidad. La investigacinagrcola en Amrica Latina se ha concentrado en la agricultura de zonas templadasen tierras planas, con suelos caracterizados por su alta capacidad de tampn (buffering)(de Janvry y Dethier 1985, Freire de Souza et al. 1985, Pieiro y Trigo 1983). Se hanproducido paquetes tecnolgicos simples adecuados slo para ambientes uniformes,organizados de acuerdo a cultivos y componentes agrcolas especficos, ignorando otrabajando contra los procesos ecolgicos.

    Las prcticas agrcolas modernas tambin aumentan las distancias entre los pro-cesos sociales y ecolgicos. El desarrollo agrcola convencional ha transformado loslazos entre productores y consumidores, proyectistas y beneficiarios, investigadoresy los que practican la agricultura con lazos ms indirectos y ms distantes, procesoque se puede entender como distanciamiento. Las decisiones agrcolas modernasestn basadas en seales transmitidas a travs de los mercados de capitales y produc-tos. Los aumentos de la produccin estn respaldados por subsidios desde regioneslejanas, la mayora de las veces a travs de hidrocarburos fsiles. El manejo delriesgo se traslada desde los productores individuales a los comerciantes en los mer-cados regionales y mundiales, reduciendo el riesgo total a los consumidores, peroaumentando la vulnerabilidad de los productos individuales. Las tecnologas moder-

    nas convencionales son muy intensivas cientficamente hablando, y el conocimientoagrcola es generado por expertos especializados, que dirigen investigaciones de ex-perimentos controlados en laboratorios y en estaciones experimentales. La centrali-zacin de las investigaciones en centros de investigacin nacionales e internaciona-les ha ignorado la diversidad de los medios ambientes locales. Tambin ha hechoque la programacin de la investigacin sea muy susceptible a las presiones polticasexternas, en vez de incorporar mecanismos de retroalimentacin de los extensionistasy agricultores en los procesos de investigacin (Pieiro y Trigo 1983, de Janvry yDeither 1985).

    Los esfuerzos de desarrollo rural y agrcola se han planificado en centros urbanos.Recientemente los programas de desarrollo rural dirigidos desde el exterior tomaron

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    la forma de programas de desarrollo rural integrado (DRI). Los programas DRI fue-ron motivados por la aparente falla de los esfuerzos previos de desarrollo para atacarlos problemas de pobreza rural, que actan en forma aislada de sus contextos socia-les (Lacroix 1985, FAO 1988, Martnez 1990). La complejidad institucional y loscostos para facilitar el desarrollo rural aument. Sin embargo, los programas DRI nopudieron superar las deficiencias de los esfuerzos de desarrollo que son guiados porfuerzas distantes. Las agencias no lograron implementar los planes centralmente con-cebidos y fueron incapaces de llegar hasta los miembros ms pobres de la sociedad.La concentracin en los componentes tcnicos los condujo a descuidar el componen-te humano del desarrollo. Carecieron tambin de una perspectiva a largo plazo en eldesarrollo de actividades para solucionar problemas y fueron ineficaces en la crea-cin de la capacidad para resolver problemas entre los pobres de las reas rurales.

    En resumen, la agricultura moderna incrementa el distanciamiento entre los pro-ductores y consumidores, proyectistas y beneficiarios, investigadores y los que prac-tican la agricultura. Las prcticas agrcolas desplazan los procesos en el sistemaecolgico en vez de trabajar con ellos. As, el sistema social debe invertir y mante-ner mecanismos institucionales mundiales cada vez ms complejos para regular susinteracciones con el sistema ecolgico. Bajo la presin selectiva de las prcticasagrcolas modernas convencionales, los agroecosistemas y las estrategias agrcolasque eran nicas a ciertas culturas y ecosistemas, se homogeneizaron en el procesode globalizacin. Esta senda de desarrollo ha probado ser exitosa en pases indus-trializados y para agricultores del tercer mundo de zonas templadas ricas en recur-sos. La modernizacin de la agricultura mediante tecnologas convencionales no hapromovido, sin embargo, el desarrollo para la mayora de los agricultores de Am-rica Latina.

    Las condiciones para el desarrollo rural en los aos 90

    Los pobres de las reas rurales de Amrica Latina viven en circunstancias muyheterogneas. Los ambientes ecolgicos locales se extienden en casi todas las 103 zonasde vida, identificadas por Holdridge (FAO 1988). La poblacin indgena conformadapor cientos de grupos tnicos, constituye una gran parte de los campesinos en muchospases. Adems, la modernizacin influy de diferentes maneras en los medios de vidarurales, transformando y diferenciando el sector campesino tradicional.

    Los medios ambientes locales en Amrica Latina muestran variaciones significa-tivas (Tabla 2.2). Cada ambiente impone diferentes limitaciones a la produccin ybrinda distintas oportunidades para que los agricultores locales exploten la fertilidadnatural. En la mayora de los pases las tierras sin mayores restricciones para la agri-

    cultura moderna, aquellas tierras que tienen un perodo de crecimiento de ms de 9meses y no tienen limitaciones fsicas o de fertilidad, son escasas. Los rurales pobresa menudo son empujados hacia tierras marginales y frgiles, tales como laderas em-pinadas (de Janvry y Garca 1988, FAO 1988). Las tierras marginales son tierras quetienen restricciones ambientales considerables y/o baja productividad si son maneja-das con prcticas agrcolas convencionales (Denevan y Padoch 1987). Las tierrasfrgiles, son tierras que sufren un deterioro significativo si no son cultivadas siguien-do principios apropiados.

    La diversidad en oportunidades y restricciones ecolgicas para el desarrollo se hatraducido en sistemas variados y diferenciados del uso de recursos embebidos pordiversas culturas. Existen ms de 460 grupos tnicos en Amrica Latina (FAO 1988).

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    Bolivia (95%), Per (73,1%), Guatemala (81,3%), Ecuador (58,4%) y Mxico (36%)que muestran una alta presencia de grupos indgenas en las reas rurales.

    Numerosos estudios de casos hechos por investigadores occidentales han recopi-lado los complejos sistemas indgenas de manejo de laderas, suelo, plagas, vegeta-cin, con los cuales los agricultores tradicionales han hecho un uso efectivo y eficazde los ecosistemas locales heterogneos (Altieri y Hecht 1989, Browder 1989,Gliessman 1990). Sus testimonios demuestran la habilidad nica de muchos gruposindgenas para disear estrategias sustentables de sobrevivencia en ambientes com-plejos en un juicio de 100 aos largos y lleno de errores.

    Puesto que los sistemas agrcolas tradicionales estn fuertemente entrelazadoscon la organizacin social, los valores, el medio ambiente y la tecnologa, las presio-nes sobre esos componentes presentan una grave amenaza a la sobrevivencia de las

    poblaciones indgenas y sus estrategias agrcolas.La modernizacin ha aumentado las diferencias entre las personas, dando por

    resultado un aumento en la heterogeneidad en las estrategias campesinas de subsis-tencia. La tierra y otros insumos productivos han sido distribuidos en forma disparejay los grados de integracin al mercado y la disponibilidad de empleos fuera de laexplotacin agrcola vara a travs de las regiones (de Janvry et al. 1988, FAO 1988,Gutman 1988). Se pueden identificar dos grupos principales entre los pobres ruralesde acuerdo a su acceso a la tierra (FAO 1988): (1) pequeos agricultores,minifundistas, que manejan propiedades basndose en el trabajo familiar y sloocasionalmente buscan oportunidades de empleo fuera de su propio campo. Losminifundios constituyen la mitad de los campos en la agricultura latinoamericana yun 42% de la poblacin rural como promedio; (2) los trabajadores sin tierra tienenacceso limitado o ninguno a la tierra y obtienen sus ingresos de otras fuentes que noson sus propios terrenos. El nmero de campesinos sin tierra est aumentando cons-tantemente (de Janvry et al. 1989). Adicionalmente, las diferencias de edad y sexodificultan an ms las estrategias de sobrevivencia hogarea. En aos recientes se haincrementado considerablemente la participacin de la mujer en la poblacin ruraleconmicamente activa (FAO 1988). Entre un 15% y un 30% de los hogares ruralestienen como jefe de familia a la mujer. La edad es importante puesto que hombres ymujeres jvenes entre los 15 y 24 aos, con frecuencia no encuentran oportunidadesde trabajo en las reas rurales.

    La diversidad ecolgica, cultural y socioeconmica se refleja en las diversas es-trategias de sobrevivencia empleadas por los rurales pobres. Para acomodar esta he-terogeneidad, cualquier enfoque al desarr