agamben - teratomorfo (lo abierto)

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Giorgio Agamben 1 - Lo abierto. El hombre y el animal. 1. Teratomorfo. “En las última tres horas del día, Dios se sienta y juega con el Leviatán, como está escrito: “tu has hecho al Leviatán para jugar con él”.” Talmud, Avoda zara. En la Biblioteca Ambrosiana de Milán se conserva una Biblia judía del siglo XIII que contiene preciosas miniaturas. Las dos últimas páginas del tercer códice están enteramente ilustradas con escenas de inspiración mística y mesiánica. La página 135v ofrece la visión de Ezequiel, pero sin la representación del carro: en el centro están los siete cielos, la luna, el sol y las estrellas, y, en los ángulos, campeando sobre un fondo azul, los cuatro animales escatológicos: el gallo, el águila, el buey y el león. La última página (136r) está dividida en dos mitades; la superior representa los tres animales de los orígenes: el pájaro Ziz (en forma de grifón alado), el buey Behemot y el gran pez Leviatán, inmerso en el mar retorcido sobre sí mismo. La escena que nos interesa en modo particular es, en todos los sentidos, la última, porque con ella terminan tanto el códice como la historia de la humanidad. Representa el banquete mesiánico de los justos en el último día. A la sombra de árboles paradisíacos, y regocijados por la música de dos intérpretes, los justos, con sus cabezas coronadas, se sientan en una mesa ricamente guarnecida. La idea de que en los días del Mesías los justos, que han observado durante toda su vida las prescripciones de la Torá, se reunirán en un banquete con las carnes de Leviatán y Behemot sin preocupación alguna porque su sacrificio haya sido o no kosher, es plenamente familiar para la tradición rabínica. Es sorprendente, sin embargo, un particular al que no nos hemos referido hasta ahora: bajo las coronas el minitaurista ha representado a los justos no con semblantes humanos, sino con una cabeza inequívocamente animal. No sólo volvemos a encontrar aquí, en las tres figuras situadas a la derecha, el pico característico del águila, la roja cabeza del buey y la testa leonina de los animales escatológicos, sino que también los otros dos justos que aparecen en la imagen exhiben grotescos rasgos asnales, el uno, y un perfil de pantera, el otro. Pero también los dos músicos comparecen con la cabeza animal, en particular el de la derecha, más visible, que toca una especie de viola con un inspirado hocico simiesco. ¿Por qué los representantes de esta humanidad llegada a su consumación se configuran con cabezas de animales? Los estudiosos que se han ocupado del problema no han encontrado todavía una explicación satisfactoria. Según Sofia Ameisenowa, que ha dedicado una amplia investigación a este tema, y que intenta aplicar a los materiales de la tradición judía los métodos de la escuela de Aby Warburg, las imágenes de los justos con facciones animales deben relacionarse con el tema gnóstico- astrológico de la representación de los decanos teratomorfos, a través de la doctrina gnóstica según la cual los cuerpos de los justos ( o mejor, de los espirituales), en su ascensión después de la muerte a 1 Adriana Hidalgo ED., Bs As, 2007, pp 9- 12

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  • Giorgio Agamben1 - Lo abierto. El hombre y el animal.

    1. Teratomorfo.

    En las ltima tres horas del da, Dios se sienta y juega con el Leviatn, como est escrito: tu has hecho al Leviatn para jugar con l.

    Talmud, Avoda zara.

    En la Biblioteca Ambrosiana de Miln se conserva una Biblia juda del siglo XIII que contiene

    preciosas miniaturas. Las dos ltimas pginas del tercer cdice estn enteramente ilustradas con

    escenas de inspiracin mstica y mesinica. La pgina 135v ofrece la visin de Ezequiel, pero sin la

    representacin del carro: en el centro estn los siete cielos, la luna, el sol y las estrellas, y, en los

    ngulos, campeando sobre un fondo azul, los cuatro animales escatolgicos: el gallo, el guila, el buey

    y el len. La ltima pgina (136r) est dividida en dos mitades; la superior representa los tres animales

    de los orgenes: el pjaro Ziz (en forma de grifn alado), el buey Behemot y el gran pez Leviatn,

    inmerso en el mar retorcido sobre s mismo. La escena que nos interesa en modo particular es, en

    todos los sentidos, la ltima, porque con ella terminan tanto el cdice como la historia de la

    humanidad. Representa el banquete mesinico de los justos en el ltimo da. A la sombra de rboles

    paradisacos, y regocijados por la msica de dos intrpretes, los justos, con sus cabezas coronadas, se

    sientan en una mesa ricamente guarnecida. La idea de que en los das del Mesas los justos, que han

    observado durante toda su vida las prescripciones de la Tor, se reunirn en un banquete con las

    carnes de Leviatn y Behemot sin preocupacin alguna porque su sacrificio haya sido o no kosher, es

    plenamente familiar para la tradicin rabnica. Es sorprendente, sin embargo, un particular al que no

    nos hemos referido hasta ahora: bajo las coronas el minitaurista ha representado a los justos no con

    semblantes humanos, sino con una cabeza inequvocamente animal. No slo volvemos a encontrar

    aqu, en las tres figuras situadas a la derecha, el pico caracterstico del guila, la roja cabeza del buey y

    la testa leonina de los animales escatolgicos, sino que tambin los otros dos justos que aparecen en

    la imagen exhiben grotescos rasgos asnales, el uno, y un perfil de pantera, el otro. Pero tambin los

    dos msicos comparecen con la cabeza animal, en particular el de la derecha, ms visible, que toca

    una especie de viola con un inspirado hocico simiesco.

    Por qu los representantes de esta humanidad llegada a su consumacin se configuran con

    cabezas de animales? Los estudiosos que se han ocupado del problema no han encontrado todava

    una explicacin satisfactoria. Segn Sofia Ameisenowa, que ha dedicado una amplia investigacin a

    este tema, y que intenta aplicar a los materiales de la tradicin juda los mtodos de la escuela de Aby

    Warburg, las imgenes de los justos con facciones animales deben relacionarse con el tema gnstico-

    astrolgico de la representacin de los decanos teratomorfos, a travs de la doctrina gnstica segn

    la cual los cuerpos de los justos ( o mejor, de los espirituales), en su ascensin despus de la muerte a

    1 Adriana Hidalgo ED., Bs As, 2007, pp 9- 12

  • travs de los cielos, se transforman en estrellas y se identifican con las potencias que gobiernan cada

    cielo.

    Segn la tradicin rabnica, sin embargo, los justos en cuestin no estn muertos en absoluto:

    son, por el contrario, los representantes del resto de Israel, es decir, de los justos que todava viven en

    el momento de la venida del Mesas. Como puede leerse en el Apocalipsis de Baruc, 29, 4, Behemont

    aparecer desde su tierra y el Leviatn surgir del mar: los dos monstruos que he formado en el

    quinto da de la creacin y he conservado hasta aquel da, servirn entonces de alimento para todos

    los que quedan. Adems, el motivo de la representacin teratocfala de los arcontes gnsticos y de

    los decanos astrolgicos est muy lejos de haber aquietado a los estudiosos y requiere l mismo una

    explicacin. En los textos maniqueos, cada uno de los arcontes corresponde as a una de las partes del

    reino animal (bpedos, cuadrpedos, pjaros, peces, reptiles) y a la vez a las cinco naturalezas del

    cuerpo humano (huesos, nervios, venas, carne, piel), de modo que el teratomorfismo de los arcontes

    remite directamente a la tenebrosa parentela entre el macrocosmos animal y el microcosmos

    humano (Puech 105). Por otra parte, en el Talmud, el prrafo del tratado en que se menciona al

    Leviatn como alimento mesinico de los justos figura despus de una serie de haggadoth que

    parecen referirse a un economa diferente de las relaciones entre lo animal y lo humano. Por lo

    dems, el que tambin la naturaleza animal sea transfigurada en el reino mesinico, es algo que ya

    estaba implcito en la profeca mesinica de l Isaas 11 (que tanto le gustaba a Ivn Karamzov) en la

    que se lee que sern vecinos el lobo y el cordero / y el leopardo se echar con el cabrito / el novillo y

    el cachorro pacern juntos / y un nio pequeo los conducir.

    No es imposible, por lo tanto, que al atribuir una cabeza animal al resto de Israel, el artista del

    manuscrito de la Ambrosiana haya pretendido significar que, en el ltimo da, las relaciones entre los

    animales y los hombres se ordenarn en una forma nueva y que el hombre mismo se reconciliar con

    su naturaleza animal.