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ADOBO AREQUIPEÑO
INGREDIENTES:
-1/2 Kilo de lomo de chacho!
- " a#$e% colo&ado% molido%!
- A#o molido!
- ' ce(olla%!
- )ocho de chicha!
- 1 *i+ca de comio!- O&,ao
- Sal al .%o!
- Pa de ' *.a% 0$*ico de A&e.i*a . o&o i*o de *a .e de%ee%!
PREPARA)ION:
3ace&a& *o& 4a&ia% ho&a% 0oda la oche lo% lomo% de chacho co %al5 a#$ molido5 a#o%
molido%5 do% ce(olla% co&ada% e &a#a% &.e%a% 6 el o&,ao!
7ace& coce& el mace&ado e .a olla 0de *&e8e&ecia de (a&&o ha%a .e el l$.ido del
mace&ado %e! %*e%e
A medio coce& %e le a&ea m9% ce(olla5 co&ada a lo la&o!
).ado la% ca&e% e%, ie&a% 6 el ado(o ea co%i%ecia e%*e%a5 %i&4a el *lao!
El ado(o %e acom*aa co ;*a de &e% cachee%;5 el .e %e em*a*a e la %al%a del
ado(o!
Al 8ial %e %i&4e . ;, *iiao;!
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A)ROSTI)O DE AREQUIPA:
A&e.i*a5 *.e(lo *e&.ao5R iqueza generosa de costumbre ii.ala(le5
Eiedo aho&a *o&.e .ie&e
4ol4e& a iQ.e&ida 6 (ella *a&e del Pe&<
Ua 4e+ m9% admi&o . &i.e+aa%&o=mica
Im*&e%ioae l.a&e% .&$%ico% .e*o%ee%
Pode&o%a c.a de h,&oe%5 de4oo%5
*oea% 6 m9%
Ahelado &ec.e&do me lle4a&e de i
*o& %iem*&e!
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LA MANO DE LA CONDENADA
Una leyenda nos cuenta sobre una muchacha
condenada, que después de tres días de haber sido
sepultada en el cementerio, inició su espantosa
labor de mostrar, de vez en vez, una de sus pálidas
manos por sobre la tierra; como si quisiera agarrar o
asirse de algo o de alguien. ue en este a!án que el
sepulturero del lugar se percató, no sin llevarse
menudo susto primero, del inusual acontecimiento, y
!ue a dar aviso al cura del pueblo, para que éste
pusiera !in o santo remedio a tal género de
situaciones de ultratumba. "uando el curita, al ir al
cementerio, con!irmó el suceso, sin quererlo !ue
víctima de la mano que cogió !uertemente uno de
sus pies; lo que lo llevó, desesperadamente, a
de!enderse de los terribles #alones y ara$azos de lacondenada; esto gracias a la ayuda de un
látigo que había tenido a bien llevar. Una vez
resuelto el impasse, no tuvo me#or idea que
acercarse a la casa de la madre de la
muchacha, y preguntarle cómo había sido la
susodicha en vida. %l saber el cura sobre los
acostumbrados maltratos que durante
dieciocho a$os tuvo por costumbre recibir
la madre, resolvió con el
consiguiente permiso de los