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JOSÉ ROMERA CASTILLO Universidad Nacional de Educación, a Distancia - Madrid Actualidad y formas lingüísticas de la escritura autobiográfica en la España actual No es la primera vez que tengo la suerte de intervenir en un Congreso como éste. En la bella ciudad de Ravenna, del 25 al 27 de octubre de 1985 - hace ya diecisiete años -, fui invitado, por mis queridas colegas - y sin embargo amigas -, las excelentes profe- soras e investigadoras Lore Terracini - presidenta entonces de la Asociación, tristemente desaparecida, a la que desde aquí recuerdo emocionadamente, y Maria Grazia Profeti - que actuaba entonces como secretaria - a dar una sesión plenaria, «De la lengua a la li- teratura, de la literatura a la lengua», en el acto de inauguración del correspondiente Congresso de l'Associazione spanisti Italiani, una de las entidades más sobresalientes y con gran peso específico dentro del dilatado hispanismo internacional. De nuevo he sido invitado a impartir una sesión plenaria en este (nuevo) Congreso, realizado en el marco incomparable de la Universidad de Salamanca, capitalidad europea de la cultura en este año de gracia de 2002. Y como en un evento en el que se trata de la Letteratura della memoria no deben - ni pueden - faltar ma- nifestaciones confesionales, por ser el español que más a mano tengo - como señalaba Manuel Azaña al referirse a su literatura testimonial - me van a permitir que haga algunas en este breve exordio. Dos son, en principio, las razones, de diferente índole, que, desde mi punto de vista, han podido contribuir a esta invitación: de un lado - la primera -, la generosidad de la actual Junta Directiva de la Asociación, con mi querido y admirado colega Gabriele Morelli a la cabeza, a quienes, de todo corazón, quisiera expresar mi agra- decimiento más profundo; y de otro - una hipotética segunda -, de

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JOSÉ ROMERA CASTILLOUniversidad Nacional de Educación, a Distancia - Madrid

Actualidad y formas lingüísticasde la escritura autobiográfica en la España actual

No es la primera vez que tengo la suerte de intervenir en unCongreso como éste. En la bella ciudad de Ravenna, del 25 al 27 deoctubre de 1985 - hace ya diecisiete años -, fui invitado, por misqueridas colegas - y sin embargo amigas -, las excelentes profe-soras e investigadoras Lore Terracini - presidenta entonces de laAsociación, tristemente desaparecida, a la que desde aquí recuerdoemocionadamente, y Maria Grazia Profeti - que actuaba entoncescomo secretaria - a dar una sesión plenaria, «De la lengua a la li-teratura, de la literatura a la lengua», en el acto de inauguracióndel correspondiente Congresso de l'Associazione spanisti Italiani,una de las entidades más sobresalientes y con gran peso específicodentro del dilatado hispanismo internacional.

De nuevo he sido invitado a impartir una sesión plenaria eneste (nuevo) Congreso, realizado en el marco incomparable de laUniversidad de Salamanca, capitalidad europea de la cultura eneste año de gracia de 2002. Y como en un evento en el que se tratade la Letteratura della memoria no deben - ni pueden - faltar ma-nifestaciones confesionales, por ser el español que más a manotengo - como señalaba Manuel Azaña al referirse a su literaturatestimonial - me van a permitir que haga algunas en este breveexordio. Dos son, en principio, las razones, de diferente índole, que,desde mi punto de vista, han podido contribuir a esta invitación: deun lado - la primera -, la generosidad de la actual Junta Directivade la Asociación, con mi querido y admirado colega Gabriele Morellia la cabeza, a quienes, de todo corazón, quisiera expresar mi agra-decimiento más profundo; y de otro - una hipotética segunda -, de

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mayor alcance, que supongo ha contemplado, además de mi estre-cha relación con el hispanismo italiano, haber realizado y promo-vido una serie de investigaciones sobre el tema que articula unasección de este Congreso.

Es cierto que, desde ya muchos años - sin duda alguna, másde los que yo quiera -, he estado vinculado con Italia desde diver-sas perspectivas: he estudiado aspectos de su literatura en relacióncon la española, he sido invitado a impartir cursos y conferenciasen diversas universidades, he asistido a diferentes congresos cele-brados allí, he contribuido a formar - y lo sigo haciendo - a diver-sos investigadores, que ejercen la docencia en diferentes centrosuniversitarios italianos, a través de sus tesis de doctorado (pre-sentes en este acto: Coral García Rodríguez y Nuria Pérez Vicente),parte del año sabático que disfrutaré este curso académico lo pa-saré en Italia, donde tengo muchísimos colegas y amigos, etc. Ensuma, he aprendido muchísimo del vigoroso hispanismo italiano.

Los méritos que justifican la invitación, podrían proceder,quizás, por haber publicado numerosos trabajos sobre lo autobio-gráfico, además de haber sido uno de los pioneros españoles en in-vestigar sobre el tema. Podría ser... Estoy aquí, con toda seguridad- al menos así lo percibo yo - como cabeza visible de un grupo deinvestigación que, bajo mi dirección, desde hace ya muchos años, seinteresa y trabaja sobre lo autobiográfico, desde que en 1980 apa-reciera mi primer trabajo al respecto. Me considero, por lo tanto, elrepresentante de un equipo que se siente muy honrado y muy sa-tisfecho por poder compartir con ustedes unas reflexiones sobre untema de tanta actualidad en España. Gracias, mil gracias por lagentil invitación.

1. La labor del SELITEN@T

Aunque sienta un cierto pudor, pero a su vez, a fuer de sersincero, una gran complacencia - por lo que a alguien le pareceríaque tendría que pedir disculpas -, en esta primera parte de mi in-tervención - referida a la actualidad del sintagma del título de mi

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ponencia -, continuando con las confesiones, quisiera referirme,brevemente, a la labor que estamos llevando a cabo sobre lo auto-biográfico en nuestro Centro de Investigación, como he expuesto enotro lugar1.

Tras la fundación, en 1983, bajo la presidencia de CesareSegre - entonces presidente de International Association for Se-miotic Studies -, por iniciativa mía, de la Asociación Española deSemiótica (AES)2, en el magno Congreso sobre Semiótica e Hispa-nismo, celebrado en Madrid, de la que he sido presidente, creamos,en el inicio de la década de los ochenta, un espacio de trabajo que,en la actualidad, lleva el nombre de Centro de Investigación de Se-miótica Literaria, Teatral y Nuevas Tecnologías3, cuya historia ytrayectoria pueden ver en nuestra página web (a cuya visita lesinvito cordialmente):

http ://www. uned. es/centro-investigacion-SELITEN@T/

El mencionado Centro, a través de los años, ha desarrolladovarias líneas de investigación. De entre ellas destacaré tres: una,sobre semiótica teatral, centrada en la reconstrucción de la vida es-cénica en España - de la que todavía no tenemos una visión pano-rámica completa -, en distintas ciudades de España y del extran-jero (ya que hemos ampliado el círculo hacia espacios internacio-nales hermanos: América - con el estudio de la presencia del teatro

1 José Romera Castillo, «Investigaciones sobre escritura autobiográfica enla Universidad Nacional de Educación a Distancia», en las Actas del Coloquio,organizado por la Escuela de Traductores (Toledo, 23-25 de noviembre de 2000),sobre La memoria del futuro. Literatura árabe y autobiografía: Miguel HernandoLarramendi et alii (eds.), Autobiografía y literatura árabe, Cuenca, Ediciones de laUniversidad de Castilla-La Mancha, 2002, pp. 165-183.

2 Cfr. José María Pozuelo Yvancos, «La Asociación Española de Semiótica(AES): crónica de una evolución científica», en Signa. Revista de la Asociación Espa-ñola de Semiótica (Madrid), 8, 1999, pp. 53-68. La revista puede leerse también en lasiguiente dirección electrónica: http://cervantesvirtual.coin/hemeroteca/signa/

3 Cfr. José Romera Castillo, «El Instituto de Semiótica Literaria, Teatral yNuevas Tecnologías de la UNED», en Signa. Revista de la Asociación Española deSemiótica (Madrid), 8, 1999, pp. 151-177 (Puede leerse también en la dirección elec-trónica reservada en nota 2).

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español llevado a los escenarios mexicanos4 - y Europa - con latesis de doctorado La vida escénica del teatro español del siglo XXen Italia (1960-1998) - defendida en la UNED, bajo mi dirección,en diciembre de 2000 -, de Coral García Rodríguez, lectora deespañol en la Universidad de Florencia; parte de ella publicada co-mo Teatro español en Italia: Valle-Inclán, García Lorca, Sastre yArrabal, Florencia, Alinea, 2004). Otra, sobre la relación de la lite-ratura y el teatro con las nuevas tecnologías. Y finalmente, nos in-teresa mucho la literatura española, la actual, principalmente.

Pues bien, dentro de este último espacio, estamos llevando acabo una serie de investigaciones sobre lo biográfico y autobiográ-fico en España, fundamentalmente desde 1975, a través de diver-sas actividades. Destacaré algunas:

1.1. CongresosEn primer lugar, es preciso referirse a los diversos Semina-

rios Internacionales dedicados al tema. De los XII llevados a cabohasta el momento, anualmente, bajo mi dirección, cuyas Actas hansido publicadas - tras previa selección de los trabajos -, hemos de-dicado cuatro a lo (auto)biográfico:

Ni que decir tiene que era preciso reflexionar sobre dos espa-cios (lo bio y lo autobográfíco) que, aunque emparentados, tienensus características propias. Por ello, dedicamos uno de nuestrosCongresos a lo biográfico5, el séptimo, que tuvo lugar en la Casa deVelázquez de Madrid, del 26 al 29 de mayo de 1997, y que puedeleerse en José Romera Castillo y Francisco Gutiérrez Carbajo(eds.), Biografías literarias (1975-1997)6. Los otros tres, están dedi-

4 Cfr. la tesis de doctorado de Alfredo Cerda Muños, La actividad escénica enGuadalajara (México) entre 1920-1990, defendida en la UNED, en septiembre de1999, bajo mi dirección (Guadalajara, Universidad, 2002; con prólogo de José Rome-ra).

5 Recordaré, ante todo, una de las mejores definiciones de la biografía, laestablecida por Daniel Madelénat: «Récit écrit ou oral, en prose, qu'un narrateurfait de la vie d'un personnage historique (en mettant l'accent sur la singularited'une existence individuelle et la continuité d'une personalité)» (La biographie,París, PUF, 1984, p. 20).

6 Madrid, Visor Libros, 1998, 647 pp.

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cados a lo autobiográfico, como se puede ver en las diversas entre-gas que recorren distintos géneros literarios y diversos espacios delgénero (memorias, autobiografías, diarios, epistolarios y autorre-tratos): el segundo Seminario, celebrado en la sede de la UNED enMadrid, del 1 al 3 de julio de 1992, se publicó por José Romera Cas-tillo et alii (eds.), Escritura autobiográfica1; el noveno, que tuvo lu-gar en la UNED de Madrid, del 21 al 23 de junio de 1999, fue edi-tado por José Romera Castillo y F. Gutiérrez Carbajo (eds.), Poesíahistórica y (autobiográfica (1975-1999)s y el duodécimo, celebradoen la UNED de Madrid, del 26 al 28 de junio de 2002, que puedeleerse en José Romera Castillo (ed.), a Teatro y memoria en la se-gunda mitad del siglo XX9, en el que se entrelazan dos líneas de in-vestigación muy importantes llevadas a cabo en el seno de nuestroCentro de Investigación.

1.2. Revista SignaAsimismo, el SELITEN@T publica, anualmente, desde 1992,

Signa. Revista de la Asociación Española de Semiótica10. La revistase edita en dos versiones: la impresa (por la UNED) - con 12 núme-ros publicados hasta el momento -, y la electrónica, desde el año2001, que puede visitarse gratuitamente en la siguiente páginaweb:

http^/cervantesvirtual.com/hemeroteca/signa/

Pues bien, como director de la mencionada revista he impul-sado la publicación de diversos trabajos sobre lo autobiográfico enalgunos números.

7 Madrid/Visor Libros, 1993, 505 pp.8 Madrid, Visor Libros, 2000, 591 pp.9 Madrid, Visor Libros, 2003, 582 pp.10 Para más datos, cf. Alicia Yllera, «Signa. Revista de la Asociación Española

de Semiótica» y José Romera Castillo, «índices de Signa. Revista de la AsociaciónEspañola de Semiótica», en Signa (Madrid), 8, 1999, pp. 69-72 y 73-86, respectiva-mente (también pueden leerse en formato electrónico).

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1.3. Espacios de investigaciónLa tercera gran actividad se centra en inventariar y analizar

lo producido en España, desde 1975 - sobre todo -, tanto en la crea-ción de escritura autobiográfica en los diferentes ámbitos intelec-tuales, artísticos y sociales como en los estudios críticos que se hanincrementado considerablemente. Para ello, hemos realizado variosestados de la cuestión:

Io) Sobre los estudios que versan acerca de la escritura auto-biográfica en España11.

2o) Sobre estudios teóricos tanto de lo biográfico12 como de loautobiográfico13.

3o) Sobre panoramas de la producción de escritura autobiográ-fica en la España actual, tanto en general14 como en determinados

11 Cfr. José Romera Castillo, «Estudio de la escritura autobiográfica española(Hacia un sintético panorama bibliográfico)», en Manuela Ledesma Pedraz (ed.), Es-critura autobiográfica y géneros literarios, Jaén, Universidad, 1999, pp. 35-52.

12 Cfr. José Romera Castillo, «Ante las biografías literarias» y «Unas biogra-fías de escritores españoles actuales», en José Romera Castillo y Francisco GutiérrezCarbajo (eds.), Biografías literarias (1975-1997), Madrid, Visor Libros, 1998, pp. 11-25 y 243-279, respectivamente), así como «Biografías literarias», en Adrián Gimate-Welsh (ed.), Ensayos semióticos. Dominios, modelos y miradas desde el cruce de lanaturaleza y la cultura (Actas del VI Congreso de la Asociación Internacional deEstudios Semióticos de la AISSñ.IS), México, Universidad Autónoma de Puebla /Asociación Mexicana de Semiótica, 2000, pp. 467-475 [Asimismo editado en CD-ROM].

13 Cfr. José Romera Castillo: «La literatura autobiográfica como género lite-rario», en Revista de Investigación (Colegio Universitario de Soria), IV (1), 1980, pp.49-54; «La literatura, signo autobiográfico. El escritor, signo referencial de su escri-tura», en José Romera Castillo (ed.), La literatura como signo, Madrid, Playor, 1981,pp. 13-56; «Escritura y vida», en Boletín de la Asociación de Profesores de Español(Madrid), 14, octubre de 1993, p. 1 (Cuadernillo Cálamo, sección «Rúbrica»); «Litera-tura autobiográfica y docencia», en Alfredo Rodríguez López-Vázquez (ed.), Simposio«Didáctica de Lenguas y Culturas», La Coruña, Universidade, 1993, pp. 11-28 -también en mi libro, Enseñanza de la Lengua y la Literatura, Madrid, UNED, 1996,pp. 251-278 -; «Literatura y vida», en Emilio López-Barajas Zayas (ed.), Las historiasde vida y la investigación biográfica. Fundamentos y metodología, Madrid, UNED,1996, pp. 77-93, etc.

14 Cfr. José Romera Castillo, «Spain: 20th Century», en Margaretta Jolly (ed.),Encyclopedia of Life Writing. Autobiographical and Biographical Forms, London /Chicago, Fitzroy Dearborn Publishers, 2001, voi. Il, pp. 829-830; «Panorama de laliteratura autobiográfica en España (1975-1991)», en Suplementos Anthropos (Barce-lona), 29, 1991, pp. 170-184; «Hacia un repertorio bibliográfico (selecto) de la escri-

Actualidad y formas lingüísticas de la escritura autobiográfica en la España actual 15

subgéneros15 y ámbitos16, sin dejar de lado los textos iberoamerica-nos de esta índole que se han publicado en España17.

4o) Sobre algunos autores y obras (novelistas18, poetas19, dra-

tura autobiográfica en España (1975-1992)», en José Romera et alii (eds.), Escrituraautobiográfica, Madrid, Visor Libros, 1993, pp. 423-505; «Senderos de vida en la es-critura española (1993)», en Manuel Criado de Val (ed.), Actas del II Congreso Inter-nacional sobre Caminería Hispánica, Guadalajara, Aache Ediciones, 1996, voi. Il, pp.461-478; «Senderos de vida en la escritura española (1995)», en Boletín de la Unidadde Estudios Biográficos (Barcelona), 1, 1996, pp. 57-67; «Senderos de vida en laliteratura española (1994)», en Estanislao Ramón Trives y H. Provencio (eds.), Estu-dios de Lingüística Textual. Homenaje al Profesor Muñoz Cortés, Murcia, Universi-dad / CAM, 1998, pp. 435-445; «Literatura autobiográfica en España: Apuntes biblio-gráficos sobre los años ochenta», en Antonio Vilanova (ed.), Actas del X Congreso dela Asociación Internacional de Hispanistas, Barcelona, PPU, 1992, voi. Ili, pp. 241-248; «Escritura autobiográfica de mujeres en España (1975-1991)», en Juan Villegas(ed.), La mujer y su representación en las literaturas hispánicas (Actas del XI Con-greso de la Asociación Internacional de Hispanistas), Irvine, University of California,1994, voi. Il, pp. 140-148; «Escritura autobiográfica», en José Romera Castillo (ed.),El placer de leer (Un canon de lectura de la literatura actual), A Distancia (Madrid,UNED), otoño, 1997, pp. 111-118, etc.

15 Cfr. José Romera Castillo, «Escritura autobiográfica cotidiana. El diario enla literatura española actual (1975-1991)», en Revista Marroquí de Estudios Hispá-nicos, 3, 1994, pp. 3-18; «Diarios literarios españoles (1993-1995)», en W . AA., Ho-menaje a José María Martínez Cachero. Investigación y crítica. Creación, Oviedo,Universidad, 2000, voi. Ili, pp. 389-401 y «Diarios de algunos poetas españolesactuales (1975-1993)», en José Romera Castillo y Francisco Gutiérrez Carbajo (eds.),Poesía histórica y (autobiográfica (1975-1999), Madrid, Visor Libros, 2000, pp. 105-117.

16 Cfr. José Romera Castillo, «Escritura autobiográfica en la España actual:Los pintores se retratan / los músicos se interpretan», en W . AA., RomanisticaTurkensis. Mélanges d'Études Romanes offerts à Lauri Lindgren à l'occasion de son60* anniversaire, Turku (Finlandia), Turun Yliopisto, 1993, pp. 207-220.

17 Cfr. José Romera Castillo, «Escritura autobiográfica hispanoamericanaaparecida en España en los últimos años», en Ferran Carbó et alii (eds.), Homenatgea Amelia García-Valdecasas, Valencia, Universitat de Valencia / Facultat deFilología, 1995, voi. Il, pp. 727-740.

18 Cfr. José Romera Castillo, «"Tiempo de silencio" ¿un relato autobiográficode ficción?», en W . AA., «Tiempo de silencio» de Luis Maríín-Santos, «Señas deidentidad» de Juan Goytisolo. Deux romans de la rupture? Toulouse, Università deToulouse-Le Mirail, 1980, pp. 15-29; «La memoria (auto)crítica del escritor incipienteFrancisco Ayala», en Antonio Sánchez Trigueros y Antonio Chicharro Chamorro(eds.), Francisco Ayala teórico y crítico literario, Granada, Diputación Provincial,1992, pp. 67-82 y «Escritura autobiográfica de Miguel Delibes», en Cristóbal CuevasGarcía (ed.), Miguel Delibes. El escritor, la obra y el lector, Barcelona, Anthropos,1992, pp. 267-276.

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maturgos20 y autores de otros géneros21).5o) Sobre traducciones22, que tanta importancia han tenido en

19 Cfr. José Romera Castillo, «Autobiografía de Luis Cernuda: aspectos lite-rarios», en L'Autobiographie en Espagne (Actes du II Colloque International), Aix-en-Provence, Università de Provence, 1982, pp. 279-294; «Polifonía literariaconfesional de la España peregrina (Con un solo de Juan Gil-Albert)», en CésarSimón y Pedro J. de la Peña (eds.), Homenaje a Juan Gil-Albert, Valencia,Consellería de Cultura de la Generalitat Valenciana, 1994, pp. 53-74 y «Junto aJuan Gil-Albert», en El Mono-Gráfico (Valencia), 9, 1996, pp. 65-74; así como«Jirones autobiográficos y literarios de Carlos Edmundo de Ory. Epistolario a GinésLiébana», en W . AA., Scripta Philologica in honorem Juan M. Lope Blanch, México,UNAM, 1992, voi. Ili, pp. 441-453.

20 Cfr. José Romera Castillo, «Escritos autobiográficos y teatro de la época(1916-1939)», en Dru Dougherty y Ma. F. Vilches de Frutos (eds.), El teatro en Espa-ña entre la tradición y la vanguardia (1918-1939), Madrid, CSIC / Fundación GarcíaLorca / Tabacalera, 1992, pp. 305-319; «Apuntes sobre la actividad escénica madri-leña (1919-1920) de García Lorca en su epistolario», en Pedro Guerrero Ruiz (ed.),Federico García Lorca en el espejo del tiempo, Alicante, Aguaclara / Caja de Ahorrosdel Mediterráneo, 1998, pp. 193-201; «Algunas fórmulas de despedida en el epistola-rio (1910-1926) de Federico Garda Lorca», en Pedro Carbonero Cano et alii (eds.),Lengua y discurso. Estudios dedicados al profesor Vidal Lamíquiz, Madrid, Arco /Libros, 1999, pp. 825-833; «Perfiles autobiográficos de la "otra generación del 27" (ladel humor)», en D. W. Flitter (ed.), Actas del XII Congreso de la AIH, Birmingham,Department of Hispanic Studies: The University of Birmingham, 1998, voi. IV, pp.241-247; «Escritores españoles en Hollywood y testimonios autobiográficos», en JoséLuis Castro de Paz, Pilar Couto Cantero y José Ma. Paz Gago (eds.), Cien años decine. Historia, teoría y análisis del texto filmico, Madrid, Visor Libros, 1999, pp. 277-289; «Los dramaturgos del otro 27 (el del humor) reconstruyen su memoria», en Ma-rieta Cantos Casenave y Alberto Romero Ferrer (eds.), El teatro de humor en la gue-rra y la posguerra española (1936-1948), Cádiz, Universidad / Fundación Pedro Mu-ñoz Seca, 2001, pp. 49-66 y «Edgar Neville y el cine (algunos testimonios)», en «Cua-dernos de Cultura» de A Distancia (Madrid, UNED), otoño de 1997, pp. IX-XIII.

21 Cf. José Romera Castillo, «Tres tipos de discurso autobiográfico sobre laguerra (in)civil española (Portela Valladares, Azaña e Indalecio Prieto», en Ma. Ca-milla Bianchini (ed.), I linguaggi della guerra. La guerra civile spagnola, Padua, Uni-press, 2000, pp. 37-51 - reproducido también en Fidel López Criado (ed.), El papel dela literatura en el siglo XX. I Congreso Nacional sobre literatura y sociedad, A Coru-ña, Universidade, 2001, pp. 11-27 - .

22 Cf. José Romera Castillo, «Escritos autobiográficos de autores literarios tra-ducidos en España (1990-92). Una selección», en Compás de Letras (Madrid), 1,1992, pp. 244-257; «El descubrimiento del yo: pensadores y científicos se investigan así mismos», en José Ma. Paz Gago et alii (eds.), Semiótica y Modernidad. Investiga-ciones Semióticas V, A Coruña, Universidade, 1994, voi. I, pp. 233-245; así como«Traducciones de literatura autobiográfica en España (1993-94)», en Actas del XIVCongreso de la Asociación Internacional de Hispanistas (The City University of New

Actualidad y formas lingüísticas de la escritura autobiográfica en la España actual 17

España últimamente tanto en el panorama editorial como en elafianzamiento de esta modalidad de escritura.

1.4. Cursos, tesis de doctorado y Memorias de InvestigaciónEl SELITEN@T ha impartido diferentes cursos de diversas

modalidades, muy especialmente cursos de doctorado, desde 1987hasta la actualidad, en los que se han formado numerosos inves-tigadores, bajo mi dirección. Frutos de ellos, son las tres tesis dedoctorado, realizadas hasta el momento: la de María Luisa Mai-llard García, María Zambrano. La literatura como conocimiento yparticipación23; la de Alicia Molerò de la Iglesia, La autoficción enEspaña. Jorge Semprún, Carlos Barrai, Luis Goytisolo, EnriquetaAntolín y Antonio Muñoz Molina2i y la Francisco E. Puertas Moya,La escritura autobiográfica en el fin del siglo XIX: el ciclo novelís-tico de Pío Cid considerado como la autoficción de Ángel Ganivet(defendida en 2003).

Asimismo se han realizado varias Memorias de Investigación(inéditas), algunas de las cuales se convertirán en tesis de docto-rado: Ángel Ganivet y el ciclo autoficticio de Pío Cid, de FranciscoErnesto Puertas Moya (2001); Parcelas autobiográficas en la obrade Gabriel Miró, de Francisco Reus Boyd-Swan (1983); Lo autobio-gráfico en "La realidad y el deseo", de Luis Cernuda, de María delMar Pastor Navarro (1985); El diario, escritura autobiográfica.Diarios y exilio español, de Eusebio Cedena Gallardo (2000); Laprosa autobiográfica de Carlos Barrai, de Cecilio Díaz González(1991); Autobiografía y novela en algunas escritoras de la genera-ción del 68, de Salustiano Martín González (1992); La escritura au-tobiográfica de Ramón Carnicer, de Helena Fidalgo Robleda (1994);La escritura autobiográfica de Terenci Moix en «El cine de los sá-bados» y «El beso de Peter Pan», de Thomas Fone (2001); Los ele-

York, 16-21 de julio, 2001) — en prensa - y «Sabor a mí. Selección de diarios deescritoras traducidos al castellano (1986-1996)», en Homenaje a Luis Quirante SantaCruz. Cuadernos de Filología. Anejo L, Valencia, Facultat de Filologia, 2003, pp. 741-748.

23 Lleida, Edicions de la Universitat, 1997, Ensayos /Scriptum n. 6.24 Berna, Peter Lang, 2000, 421 pp. (con prólogo de José Romera Castillo).

18 José Romera Castillo

mentos autobiográficos en la narrativa de Fernando del Paso, deAlfredo Cerda Muños (1995), estando otras en proceso de realiza-ción.

Como se puede colegir, toda esta labor es producto, en esen-cia, de una manera de trabajar, en modo alguno individual, sino, alcontrario, colectiva, en equipo. A este coro, del que soy impulsor ydirector, me toca representar aquí y ser portavoz de sus granadosfrutos.

Y algo más. No somos los únicos que formamos un grupo deinvestigación sobre lo autobiográfico, sino que hay empresas muydignas de destacar. Tal es el caso, por ejemplo, de la Unidad deEstudios Biográficos de la Universidad de Barcelona, dirigida porAnna Caballé, que promueve la investigación en este ámbito y quepublica una revista, el Boletín de la Unidad de Estudios Biográfi-cos, del que han aparecido hasta el momento cinco números. Asícomo no podemos dejar de mencionar las Actas de los cuatro Colo-quios Internacionales, organizados por Guy Mercadier, L'Autobio-graphie dans le monde hispanique, L'Autobiographie en Espagne,Écrire sur soi en Espagne. Modeles & Écarts y LAutoportrait enEspagne. Littérature & Peinture25; las coordinadas por AntonioLara Pozuelo, La autobiografía en lengua española en el sigloveinte26 y tantos otros Congresos y Seminarios que, como éste, sehan celebrado en los últimos años. Del mismo modo, no podemosolvidar los esfuerzos de investigadores que, individualmente, haniluminado mejor esta zona de la escritura autobiográfica enEspaña27. Entre todos se hace todo. Y entre todos, como es nuestrocaso, tenemos que seguir trabajando.

25 Aix-en-Provence, Univers i t é de Provence, 1980, 1982, 1988 y 1992, respec-tivamente.

26 Lausanne , Sociedad Suiza de Estudios Hispánicos / Hispánica Helvética, n°.1 ,1991.

27 Por poner un ejemplo italiano, citaré el volumen de Rosalba Campra yNorbert von Prellwityz (eds.), Escrituras del yo. España e Hispanoamérica (Roma,Bagatto Libri, 1999).

Actualidad y formas lingüísticas de la escritura autobiográfica en la España actual 19

2. Actualidad evidente

Finalizada la parte informativa, que no ha tenido otro sentidoque refrescar la memoria a unos - a quienes ya nos conocían enmayor o menor medida - y dar noticia a otros de nuestra labor, porsi les puede ser de algún provecho, paso a detenerme en algunasotras referencias - unas cuantas, no todas - sobre la actualidad enEspaña de esta modalidad de escritura.

No es del todo cierto - como se ha mantenido durante tantotiempo - que el español sienta una terrible aversión (al estilo de undolor de muelas) a la escritura autobiográfica, como sostenía Orte-ga y Gasset. La escritura del yo en las letras españolas - frente a laanglosajona o la francesa, por ejemplo - es cuánticamente menosnumerosa y cualitativamente, en general, menos valiosa desde elpunto de vista literario (como en tantos otros aspectos España, has-ta no hace mucho - tras el gran peso que tuvo en el mundo durantesu época áurea -, no se le podía comparar con otros países másavanzados de Europa). Pero si echamos la vista atrás y recorremosnuestra historia literaria - a la que me voy a referir fundamental-mente -, dejando a un lado lo autoficticio (tan presente en todas lasépocas: con el Arcipreste de Hita, la picaresca y tantos otros boto-nes de muestra que podíamos aducir), desde los escritos árabes enprimera persona del siglo XI - que también pertenecen a nuestracultura -, estudiados por García Gómez28, pasando por las memo-rias medievales (ya en castellano) de Leonor López de Córdoba -una mujer pionera del género en el siglo XV -, los escritos confesio-nales religiosos - un enjambre capitaneado por el Libro de la vida,de Santa Teresa - y militares - con Alonso de Contreras, Pasamon-te, Miguel de Castro y otros capitanes29 - en nuestra época áurea30,

28 Cfr. Emilio García Gómez, El siglo XI en Ia. persona. Las "Memorias" de'AbdAllah, último rey ziri de Granada, destronado por los almorávides (1090) tradu-cidas por E. Lévi-Provenzal (Ob. 1956) y Emilio García Gómez, Madrid, Alianza,1981.

29 Cfr. Margarita Levisi, Autobiografías del Siglo de Oro. Jerónimo de Pasa-monte, Alonso de Contreras, Miguel de Castro, Madrid, SGEL, 1984.

30 Cfr. Berverly Sue Jacobs, Life and Literature in Spain: Representative Au-tobiographic Narration from the Middle Ages to 1633, Ann Arbor, Michigan, U.M.I.,

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la bellísima Vida del salmantino Torres de Villarroel - una verda-dera joya de esta modalidad de escritura, magníficamente estudia-da por Rusell P. Sebold31, Guy Mercadier, etc. - y otros textos reco-gidos, por ejemplo, por Fernando Duran López, en su Catálogo co-mentado de la autobiografía española (siglos XVIII y XIX)32 - ade-más de la tesis de doctorado de Aurora Mateos, Memorias del sigloXIX (1875-1914) como fuente de información lingüística y literaria,presentada en la Universidad de Barcelona, en 1993 (inédita) -,hasta llegar al siglo XX, en el que, sin duda, el género va a dar unsalto cuantitativo y cualitativo importante, como ha estudiado, porejemplo, hasta 1975 - fecha de la muerte de Franco - Anna Caba-llé, en Narcisos de tinta. Ensayo sobre la literatura autobiográficaen lengua castellana (siglos XIXy XX)33 y por mí, desde ese emble-mático año, como ha señalado anteriormente.

En efecto - y muy sintéticamente -, en el siglo pasado brilla-ron con luz propia tres grandes etapas de nuestra historia literaria:el llamado 98, con destacados representantes: ahí está Unamuno -con toda su literatura egocéntrica y sus recuerdos de niñez y moce-dad, diario íntimo, etc. -; Baroja - con sus vueltas en el camino dela vida, que constituyen un monumento al género — o Azorín y susMemorias inmemoriales. El grupo del 27, con sus monumentales ybellísimos epistolarios (Lorca, Guillen, Salinas, Aleixandre, etc.),sus vidas en claro (Moreno Villa), sus vidas en verso (Cernuda - dequien celebramos este año el centenario de su nacimiento -, con La

1975; Nicholas Spadacini y Jenaro Talens (eds.), Autobiography in Early ModernSpain, Minneapolis, The Prisma Institute, 1988; Hans Rainer Goetz, Spanish GoldenAge Autobiography in its Context, Ann Arbor, Michigan, U.M.I., 1990; RandolphPope, La autobiografía española hasta Torres de Villarroel, Berna / Frankfurt, Her-bert Lang / Peter Lang, 1974; Isabel Barbeito Carneiro, Mujeres del Madrid barroco,Madrid, Dirección General de la Mujer de la Comunidad de Madrid, 1992 - volumenen el que se analizan y constatan voces testimoniales femeninas de diferentes esta-dos y condición social, como las de Santa Teresa y María de Zayas - , etc.

31 Russell P. Sebold, Novela y autobiografía en la Vida' de Torres de Villa-rroel, Barcelona, Ariel, 1975.

32 Madrid, Ollero & Ramos, 1997. Cf. además James Fernández, Apology toApostrophe. Autobiography and the Rhetoric of Self-Representation in Spain,Durham, N.C. y Londres, Duke University Press, 1992.

33 Málaga , Megazul , 1995.

Actualidad y formas lingüísticas de la escritura autobiográfica en la España actual 21

realidad y el deseo, magníficamente glosada en Historial de unlibro), etc. Y el grupo de la España peregrina, la del exilio, estudia-do certeramente por Rosa Maria Grillo, que produjo un conjunto deautobiografías pleno de nostalgia y literariedad: Rafael Alberti,Francisco Ayala, María Zambrano y Rosa Chacel, Juan Gil-Albert ytantos otros, que constituyen el corpus más relevante de esta mo-dalidad de escritura, con el añadido de otra joya literaria, la del au-toexiliado Ramón, Ramón Gómez de la Serna, con su espléndidaAutomoribundia.

Pero, sin duda, la gran pujanza del género emerge tras 1975,fecha de la muerte del dictador tanto en producción de textos comoen el estudio de los mismos, como he tenido la oportunidad de in-ventariar y analizar en diversos trabajos.

Varias razones podrían darse para explicar este auge (comohe señalado en otro lugar): la mayor libertad de expresión; el deseode los escritores tanto de incursionar en el palimpsesto del pasado,en el que el tiempo y la memoria tienen tanta importancia, como decontar la versión de su propia vida, en lugar de que sean otros (losbiógrafos) los que lo hagan; el auge del destape en la España de es-te periodo34; el empuje de las editoriales que encontraron en el ám-bito un terreno muy propicio tanto para el impulso del género - conla literatura también se pueden alimentar las expectativas del pú-blico - como para sus intereses (comerciales, sobre todo), convir-tiendo el relato de unas vidas en unos auténticos best sellers; eldecaimiento de la ficción, en general, en aras de un florecimiento dela literatura del ego35; y, en fin, otras tres razones más - según el

34 Francisco Ayala (en Recuerdos y olvidos, Madr id , Al ianza , 1988, p . 503),como sociólogo avezado, indica al respecto: «Ahora, e n 1980, e s t á b a m o s ya e n p l e n atemporada del "destape". La censura había desaparecido. En el lenguaje hablado yen la letra impresa irrumpieron en avalancha las expresiones malsonantes. Aun losmenos vistosos cuerpos se mostraban en cueros sobre el escenario y la pantalla. Y,enseñando las vergüenzas, impúdica o inadvertidamente, todo el mundo se echó apublicar sus memorias». Cf. además Manuel Martínez Barrios, Crónicas del destape,Barcelona, Planeta, 1979.

35 Recuérdese, por ejemplo, el hecho de la proliferación de los reality shows, enestos años, con gran éxito de audiencia, en la programación de las televisiones pú-blicas y privadas españolas.

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sociólogo Enrique Gil Casado36 - como son la reivindicación del in-dividualismo, frente al carácter social, de la sociedad posmoderna37,es decir, la prioridad del yo - cuya recuperación es un rasgo carac-terístico del final del milenio - antes que la clase social y el Esta-do38; la feminización del público lector; y la concepción de este tipode escritura como vidas ejemplares - una especie de «santoral laicosecularizado»: la hagiografía ha tenido siempre numerosos seguido-res -, que se toman como manuales de lucha por el éxito, tan leja-nas, en muchas ocasiones, de la lección moral buscada por Plutarcoen sus Vidas paralelas.

Pues bien, muerto Franco (casi) todo el mundo se puso a es-cribir sus memorias. El género se puso de moda y tuvo, en conse-cuencia, un gran eco. Un cambio de rasante se había producido. Deahí, que lo autobiográfico germinó con una inusitada fuerza y losespañoles — tan acostumbrados a perder el tren en otras épocas —se iban a subir en el de alta velocidad de la literatura íntima. Rotaslas mordazas impuestas por la censura, algunos destacados perso-najes pondrían en letra impresa recuerdos (y olvidos) de sus vidas,insertos en el contexto de la España del siglo XX.

Todo hombre público - sobre todo - y alguna que otra mujerpública - en el mejor sentido de la expresión: injusticias idioma-ticas ¡qué le vamos a hacer! - sacaron del armario (e incluso algunosalió del mismo) sus vivencias y las plasmaron en libro. Artistas(pintores, cineastas, arquitectos, músicos de todo tipo, incluidoscantantes e ídolos de la música popular, etc.), políticos, científicos ymédicos, religiosos y gentes de diversas profesiones se lanzaron,con un intenso frenesí, a fijar en los escritos las estelas de sus hue-llas vitales.

36 Opiniones recogidas en el reportaje de Ma. José Obiol, «La vida entrelíneas. Boom editorial de memorias, biografías, autobiografías, diarios y cartas»,en El País-Libros (Madrid) domingo 29 de abril, 1990, pp. 1-2.

37 Cfr. Victoria Camps, Paradojas del individualismo, Barcelona, Crítica,1993.

38 Alain Touraine y Farhard Khosrokhavar (en A la búsqueda de sí mismo.Diálogo sobre el sujeto, Barcelona, Paidós, 2001) establecen que el individuo de hoyse repliega deliberadamente sobre sí mismo para recuperar el sentido de su vida,descubriendo el deseo de construirse como sujeto de su propia experiencia.

Actualidad y formas lingüísticas de la escritura autobiográfica en la España actual 23

Los escritores, o mejor, el mundo de la literatura — sobre elque se centrará exclusivamente nuestra atención - no fue ajeno alhecho. Tras la muerte del dictador se rescatan algunos textos pro-hibidos por la censura de autores del exilio (Alberti con La arboledaperdida y tantos otros); los escritores del exilio, cuando vuelven,completan y culminan su obra autobiográfica (Alberti, Rosa Chacel,Francisco Ayala); produciéndose, además, unas recias incursionesen el género por parte de los escritores que se habían dado a cono-cer durante el franquismo, a cuya cabeza hay que poner - entonces- a los del grupo del 50 (Barrai, Juan Goytisolo, Gil de Biedma - lallamada Escuela de Barcelona ha tenido una gran importancia ennuestro ámbito -, Caballero Bonald, etc.), seguidos por escritoresmás jóvenes (Gimferrer, Trapiello, Sánchez-Ostiz, Luis A. de Ville-na, etc.) que no quieren perderse la actualidad del suceso; incre-mentándose, a su vez, el número de traducciones de textos autobio-gráficos (muchos de ellos publicados en versiones anteriores en paí-ses hermanos de habla española: Argentina, México, etc.).

Lo autobiográfico, en suma, ha tenido una gran actualidad enel último cuarto de siglo, del siglo pasado, tanto por la producción(en este periodo de tiempo se han publicado más libros que en épo-cas anteriores) y traducción de textos, como por su estudio, sobre loque me he detenido en algunas de mis investigaciones.

3. Sobre formas lingüístico-literarias

Una vez constatada la actualidad de esta tipología de escritu-ra, conviene echar un vistazo a lo lingüístico, o mejor, a la moda-lidad de lengua literaria que subyace en ella. En efecto, todos sa-bemos, por las teorías semióticas, que en el espacio de la lengua (detoda lengua) se pueden distinguir dos vertientes claramente dife-renciadas: la usual o común (aquella que empleamos en la comuni-cación ordinaria para relacionarnos directamente con nuestros con-géneres) y la literaria, la artística (aquella que, además de tener unsistema comunicativo distinto - a distancia -, posee unos rasgos deliterariedad - como formularon los formalistas rusos - que le hacen

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pertenecer al dominio connotativo-artístico).Pues bien, desde el punto de vista del discurso literario, de la

lengua literaria - doctores tiene la lingüística, la de la lenguausual, para determinar otros aspectos - es preciso señalar, en prin-cipio, que el discurso autobiográfico, desde la óptica de las formaslingüísticas39, puede tener los mismos rasgos de lengua y de estiloque cualquier texto narrativo y que, asimismo, puede estar escritoen prosa o en verso (frente a la opinión de Lejeune en la formula-ción de la primera versión de la teoría del pacto autobiográfico, pos-teriormente rectificada, como se puede ver la bibliografía que rese-ñaremos en la nota 43).

¿En dónde podría residir la literariedad de estos textos? Vea-mos lo que señala al respecto el teórico francés, Gerard Genette,quien proporciona una posible respuesta en una obra breve (122pp.), pero llena de enjundia, Ficción y dicción*0, en la que se reco-gen cuatro estudios sobre los regímenes, los criterios y los modos dela literaridad - según el término empleado en la traducción, defini-da desde Román Jakobson como «el aspecto estético de la litera-tura» -, con el fin de «precisar en qué condiciones puede percibirseun texto, oral o escrito, como una "obra literaria" o, en sentido másamplio, como un objeto (verbal) con función estética, género cuyasobras constituyen una especie particular, definida, entre otras co-sas, por el carácter intencional (y percibido como tal) de la fun-ción»41. Genette distingue dos tipos básicos de literaridad en losrelatos (dejando a un lado formas no narrativas como las dramá-ticas o las no verbales): uno, el relato ficcional, basado en un crite-rio temático (el carácter imaginario de su contenido) y en un régi-men constitutivo de literaridad constante - "bueno" o "malo", untexto de ficción es siempre literario -; y otro, el relato factual o dedicción, articulado por un criterio formal (que pone el acento en el

39 Cfr. William C. Spengemann, The Forms of Autobiography: Episodes inthè History ofa Literary Genre, New Haven, Yale University Press, 1980.

40 Barcelona, Lumen, 1993 (Fiction et diction, París, Seuil, 1991). He aquí elenunciado de los cuatro capítulos de la obra: «Ficción y dicción» (pp. 11-334), «Losactos de ficción» (pp. 35-52), «Relato factual, relato ficcional» (pp. 53-76) y «Estilo ysignificación» (pp. 77-122).

41 Ibidem, p. 7.

Actualidad y formas lingüísticas de la escritura autobiográfica en la España actual 25

mensaje verbal), llegando a la conclusión de que los textos autobio-gráficos - junto con los históricos y algunos otros -, se insertandentro de los relatos no ficcionales (o fácticos) y su literaridad que-da condicionada por «una apreciación estética subjetiva y siemprerevocable», es decir, queda relegada al libre juicio estético del re-ceptor, frente a los relatos ficticios (la mayoría de los textos quecomponen la literatura), cuyo régimen constitutivo de literaridad esconstante y está «garantizado por un complejo de intenciones, con-venciones genéricas y tradiciones culturales de todas clases»42.

Por lo tanto, podemos afirmar que en el discurso autobiográ-fico hay una serie de aspectos discursivos - como testifican los tra-bajos de Ph. Lejeune43, G. May44, G. Misch45, G. Gusdorf46, E. W.Bruss47, P.J. Eakin48, J. Derrida49, A. Battistini50, etc., entre la lar-ga nómina de críticos51 que se podrían señalar -, que poseen unasmarcas peculiares. Entre otras, por básicas (y por condicionamien-tos de tiempo), señalaré solamente dos:

42 Ibidem.43 Philippe Lejeune, L'autobiographie en France (París, A. Colin, 1971), Le

pacte autobiographique (París, Seuil, 1975) - reformulado en «Le pacte autobio-graphique (bis)», en W . AA., L'Autobiographie en Espagne (Aix-en-Provence, Uni-versité de Provence, 1982, pp. 7-26) - , Lire Leiris: Autobiographie et langage (Pa-rís, Klincksieck, 1975), Je est un autre (París, Seuil, 1980), Moi aussi (París, Seuil,1986), la recopilación de textos El pacto autobiográfico y otros escritos (Madrid,Megazul-Endymión, 1994; con traducción de Ana Torrent), etc.

44 Georges May , La autobiografía, México, F C E , 1982.45 Georg Misch, Geschichte der Autobiographie, F r a n k f u r t a m Main ,

Schul te & Bulmke , 1949-1969, 6 vols.46 Georges Gusdorf, Le découverte de soi (Par ís , P U F , 1948), Mémoire et

personne (Par ís , P U F , 1950, 2 vols.), Lignes de vie, 1: Les écritures du moi yLigues de vie, 2: Auto-bio-graphie (Par ís , Odile Jacob , 1991), etc.

47 Elizabeth W. Bruss, Autobiographical Acts: The Changing Situation of aLiterary Genre, Baltimore, The John Hopkins University Press, 1976.

48 P a u l J o h n Eak in , En contacto con el mundo. Autobiografía y realidad,Madr id , Megazul -Endymión, 1994.

49 Jacques Derrida, Glas (París, Galilée, 1974), L'oreille de I autre. Otobio-graphies, tranferts, traductions (Montreal, VLB Éditeur, 1982), Memoires for Paulde Man (Nueva York, Columbia University Press, 1986), etc.

50 Andrea Battistini, Lo specchio di Dedalo. Autobiografia e biografia, Bolo-gna, II Mulino, 1990.

51 Cf. el trabajo de Ángel G. Loureiro, «Bibliografía selecta sobre teoría de laautobiografía», en Suplementos Anthropos (Barcelona), 125,1991, pp. 137-142.

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a) Una, interna, referida a la identidad entre el autor, el na-rrador y el personaje (tres en uno: una trinidad sublime) que sepone de manifiesto (explícitamente, sobre todo, aunque pueda dar-se, en ocasiones, implícitamente en el pacto autor-lector) en estamodalidad de textos.

b) Y otra, pragmática, el vigoroso pacto de lectura que es ne-cesario establecer entre el emisor y el destinatario, ya que el prime-ro «es, a su vez, lector de sí mismo, en la tarea de receptor de su ex-periencia y constructor de su propia memoria» y el segundo, en laactividad lectora, «se transforma en autor que se escribe a sí mismocon la experiencia del otro»52. Al receptor, en este tipo de textos, espreciso proporcionarle unos rasgos lingüísticos de los que él se ser-virá para orientar su lectura dentro de la esfera autobiográfica.

Lo autobiográfico, plasmado en la escritura - sea más o me-nos ficticia; esté más o menos apegada a la realidad existencial -,sería inconcebible desligado de la experiencia tanto del creadorcomo del lector. La mejor obra de un autor - como con razón se hapostulado - es su propia vida; vida que queda plasmada, a veces, enla escritura autobiográfica, una narración del yo frente a lanarración de lo(s) otros. Ahora bien, teniendo presente que la escri-tura autobiográfica, al plasmarse en un escrito, siempre queda lite-raturizada y que todo escrito literario - aun el más fantástico -siempre está personalizado.

Sin poder profundizar - por razones de espacio - en algunosaspectos (lingüísticos y estilísticos) que determinan la literariedadde algunos textos autobiográficos, señalaré, siguiendo el aserto pla-tónico format dat esse rei, que el discurso de éstos, además de po-seer un artificio peculiar cada una de las modalidades en las que semanifiesta53 - no es lo mismo verter el líquido de las vivencias enuna vasija con forma de memorias y autobiografías, que verterlo en

52 Según Emilio Lledó en El silencio de la escritura, Madrid, Centro de Es-tudios Constitucionales, 1992, 2a ed°, p. 116.

53 El relato del yo en la escritura, aunque en su estructura profunda hayasiempre un ejercicio autorreferencial, no es un todo compacto, sino que tanto porsus aspectos temáticos como por sus formas estilísticas constituyen unos espacioscon elementos comunes y con aspectos diferenciados.

Actualidad y formas lingüísticas de la escritura autobiográfica en la España actual 27

otros recipientes en forma de diario, epistolario o autorretrato — yestar condicionado por circunstancias históricas - no es lo mismoescribir en el siglo XVI, en el XIX, que en nuestros días -, en estosúltimos años se ha caracterizado, desde mi punto de vista, en ma-yor o menor medida - y muy sintéticamente - por lo siguiente (ypondré sólo unos cuantos botones de muestra; la serie se podríaampliar qué duda cabe).

Al frondoso árbol de la escritura autobiográfica a finales del si-glo XX le han salido, al estilo machadiano, unas ramas secas y otras(menos, es cierto) muy vivas. Quiero decir, que no es oro todo lo re-luce en esta modalidad de literatura en la España actual. Muchas desus manifestaciones - como sucede en otros ámbitos intelectuales yartísticos - son más testimoniales que otra cosa. Pretenden recogervivencias y, sin más, plasmarlas en la escritura, sin ninguna volun-tad de estilo. Aunque en todo discurso escrito - como también sabe-mos - se produce una transustanciación de lo vivido a lo fijado en le-tra y las correspondencias entre lo vivido y lo narrado no poseensiempre coincidencias milimétricas, una nómina - más señera queamplia - de escritores han utilizado lo autobiográfico para dar testi-monio de sí mismos, de otros personajes o de elementos contextúales- de todo tipo - en el que sus vidas se hayan inmersas.

Me parece que a finales del siglo pasado y principios del pre-sente esta modalidad de escritura, estrictamente testimonial (lamemoria personal, diferente de la memoria histórica), ha quedadopara otros oficios (muy especialmente para hombres y mujeres delespectáculo, de la política, de la ciencia, o de otros ámbitos). Por elcontrario, una buena porción de nuestros escritores de hoy buscan,al verter explícitamente sus vivencias en sus obras - implícita-mente están en toda su producción -, una finalidad literaria, dandoa sus discursos un giro estético, una forma lingüística artística. Pa-ra ello, utilizan, fundamentalmente, dos procedimientos: ficcionali-zar lo autobiográfico54 y autobiografiar lo ficticio (y al hablar de fic-ción no tenemos más remedio que referirnos a su encarnación más

54 Paul John Eakin, Fictions in Autobiography. Studies in thè Art of Self-Invention, Princeton, Princeton University Press, 1985.

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prístina: la novela).El hecho puede deberse, desde mi punto de vista, a dos condi-

cionamientos básicos que vive la literatura entre estos dos siglos:de un lado, como consecuencia de la denominada posmodernidad,en la que todo se fragmenta y se mezcla, los géneros literarios -como en todos los géneros, incluidos los de la especie humana - hanperdido su ortodoxia y, en consecuencia, la mixtura, lo heterogéneo,es lo que predomina. Lo narrativo se mezcla con lo poético, lo poé-tico con lo narrativo, lo dramático con lo narrativo y lo poético (ypodíamos seguir haciendo combinaciones). Todo es un excitantecollage. La ortodoxia en la configuración genérica se ha derrumba-do (como las torres gemelas de Nueva York) e impera en la literatu-ra, afortunadamente, un espacio inter-genérico, heterodoxo, de(con)fluencias dignas del mayor encomio.

Y de otro, es indiscutible que estamos viviendo una nuevaetapa en la trayectoria literaria novelística. Sabemos que la novela- como recordaba no hace mucho mi distinguido paisano, el grana-dino Francisco Ayala - alcanzó su máximo esplendor como génerode influencia (aunque no como género en sí) a finales del siglo XIXy que, en la actualidad, aunque tenga su función — nunca jamás sehan publicado tantas novelas -, sin embargo su poder de influenciasocial ha sido reemplazado (suplantado) por los medios de comuni-cación social. La novela - o mejor, una parte de ese campo de Agra-mante - se ha refugiado en la escritura intimista, en la del yo, porlo que su discurso lingüístico se enmarca en lo que hoy llamamos laautoficción.

Veamos algunos - unos pocos - botones de muestra de estosdos aspectos.

3.1. Ficcionalizar lo autobiográficoEs cierto que escritores de la talla de Camilo José Cela55 - y

55 Cfr. Camilo José Cela y Trulock, bajo el título general de La cucaña, ha pu-blicado dos entregas: Tranco primero: Infancia dorada, pubertad siniestra, primerajuventud Libro primero: La rosa (Barcelona, Destino, 1959) y Memorias, entendi-mientos y voluntades (Barcelona, Plaza & Janes / Diario 16, 1993), donde Celarepasa la «pubertad siniestra» y la primera juventud, abarcando desde el año 1925,

Actualidad y formas lingüísticas de la escritura autobiográfica en la España actual 29

otros - han escrito textos autobiográficos más con una finalidadtestimonial que artística (aunque la maestría de su pluma se note).Pero a su vez, también lo es que otros escritores han querido prac-ticar la escritura testimonial como una rama más de su trayectorialiteraria. Mencionaré - por poner unos botones de muestra - los ca-sos de Carlos Barrai, con una sarta de textos autobiográficos, quienno se podía imaginar que, al intentar explicar su poesía, comenzabaa escribir un ciclo autobiográfico importante, compuesto por variasentregas56; Juan Goytisolo con varios textos autobiográficos57 (ade-más de una novelística plena de referencias personales); o JaimeGil de Biedma, quien ha realizado, junto con los testimonios auto-biográficos de su poesía58, una de las aportaciones más bellas alámbito de los diarios, en dos versiones: la primera, autocensurada,que apareció con el título de Diario del artista seriamente enfer-

fecha en la que el escritor se instala en Madrid, hasta finales de 1942, cuando sepublica su primera novela, La familia de Pascual Duarte. La tercera entrega, anun-ciada bajo el título de Turno de réplica, no llegó a publicarse por la muerte de suautor.

56 Cfr. Carlos Barrai, Años de penitencia (Madrid, Alianza, 1975; Barcelona,Tusquets, 1990), Los años sin excusa (Barcelona, Seix Barrai, 1978; Madrid,Alianza, 1982), Cuando las horas veloces (Barcelona, Tusquest, 1988) - recogidosahora en una nueva edición: Memorias: Memorias de infancia (1990). Años de pe-nitencia (1975). Los años sin excusa (1977). Cuando las horas veloces (1988),Barcelona, Península, 2001 (Prólogos de José Ma. Castellet y Alberto Oliart) - yLos diarios (1957-1989) (Madrid, Anaya & Mario Muchnik, 1993; con edición deCarmen Riera). Sobre Penúltimos castigos trataremos luego.

57 Cfr. Juan Goytisolo, Coto vedado (Barcelona, Seix Barrai, 1985), En los rei-nos de taifa (Barcelona, Seix Barrai, 1986) - las dos obras se han recogido ahora enun volumen: Memorias, Barcelona, Península, 2002 - , Diario de Sarajevo (Madrid,El País / Aguilar, 1993), etc. En la presentación de Coto vedado, el escritor afirmaba:«Los españoles habían resuelto la ausencia de un género como éste (el autobiográ-fico) en el sacramento de la confesión. Para mí esto [Coto vedado] no es una confe-sión, es sólo un libre examen de conciencia... es un libro que lo debe todo a España ynada a la tradición literaria española... En él se aborda un género que no ha sidocultivado en este país, salvo excepciones, y que sí ha tenido numerosos y magníficosejemplos en las literaturas francesa e inglesa».

58 Cf. An ton ia Cabani l les , La ficción autobiográfica. La poesía de Jaime Gil deBiedma (Valencia, Universitat, 1989); José Manuel López de Abiada, «Palabras delverbo y pacto autobiográfico en Jaime Gil de Biedma», en W . AA., La autobiografíaen lengua española en el siglo veinte (Lausanne, Hispánica Helvética, 1991, pp. 83-93), etc.

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mo59; y la segunda, publicada en versión completa un año despuésde su muerte (el 8 de enero de 1990), por voluntad expresa delpoeta, bajo el nuevo rótulo de Retrato del artista en 195660 - títuloque evoca a El retrato del artista adolescente, de James Joyce; yque el poeta inglés Dylan Thomas lo utilizó también para rotularuna de sus piezas narrativas, Retrato del artista cachorro -.

Pero descataré un peculiar caso. Me refiero al del polifacéticoy gran escritor José Manuel Caballero Bonald. El autor jerezano,como es bien sabido, ha escrito dos volúmenes de escritura autobio-gráfica: Tiempo de guerras perdidas61 y La costumbre de vivir62,que llevan como subtítulo La novela de la memoria I y II. ¡Qué bienestá escogido el rótulo!

En primer lugar, es preciso no perder de vista las declara-ciones de Caballero63: «uno de los estímulos que me llevó a escribireste segundo tomo fue haber perdido el gusto no sólo como autor,sino también como lector. Pensé que el uso de la memoria como ar-gumento novelístico podría suplir ese desinterés estrictamente lite-rario. La elaboración de una novela puede terminar resultando ar-tificiosa y pueril: elegir un tema, crear unos personajes... Todo esotiene algo de postizo, insuficiente, casi injustificado. Y no estoy ha-blando de la muerte de la novela, que se está muriendo desde Cer-vantes».

Su objetivo no es otro que el de cultivar lo autobiográficodesde los parámetros literarios (sin perder de vista los aspectos do-cumentales, testimoniales, históricos), como explica muy bien el au-tor: «en estas memorias yo me sitúo como personaje central de unanovela, tal vez porque me he apartado del gusto concreto por esegénero». Para proseguir luego: «En las memorias siempre hay al-guien más o menos disfrazado de protagonista. No es que unorefleje lo que ha vivido tal como lo ha vivido, sino que la fuente de

59 Barcelona, Lumen, 1974.60 Barcelona, Lumen, 1991.61 Barcelona, Anagrama, 1995.62 Madr id , Alfaguara , 2001 .63 Entrevista con Javier Rodríguez Márquez, en El País (Madrid), 15 de sep-

tiembre, 2001.

Actualidad y formas lingüísticas de la escritura autobiográfica en la España actual 31

la literatura es la memoria. Luego, todo se modifica y se inventamediante el proceso creador. Y no importa que se trate de memo-rias inventadas o de recuerdos falsos, de cosas que te han contado yterminan convirtiéndose en recuerdos propios, sino que uno llenalos vacíos del olvido con la invención», porque - dictamina certera-mente - «también la memoria es un género de ficción». Y lo explica:«Todo el que recuerda miente, porque el presente modifica el cursodel pasado y el tiempo diluye las fronteras entre lo fidedigno y loilusorio». Por eso, afirmar que las partes que componen la verdadno tienen porqué ser verdaderas «es una forma de justificar la fic-ción».

En La costumbre de vivir Caballero Bonald deja muy clarossus propósitos: «La historia de mi vida [- de una vida, podríamosdecir -] ¿a quién cono va a importar?». Todo contador de su vidadeberá ser «un fabricante de historias indistintamente ficticias overdaderas, según las necesidades de la mecánica argumental o lasconveniencias del propio entramado narrativo». Para proseguir mástarde: «el rescate de esos hechos vividos tenderían a ser en este ca-so imaginario o fidedigno a partes desiguales y de acuerdo con laspretensiones del autor, no ya como artífice de su más o menos fia-ble pasado, sino como mero creador de un específico modelo de es-critura» (p. 161). Ahí está, creo, el quid de la cuestión.

Pero es en la segunda entrega de sus memorias donde defineexplícita y claramente su tarea: «Lo que ahora escribo en absolutopretende parecerse a una autobiografía — que es género desplazadode mis gustos — sino a un texto literario en el que se consignen, porun azaroso método selectivo, una serie de hechos provistos de sureal o verosímil conexión con ciertos pasajes novelados de mi histo-ria personal» (p. 67)64. Dicho y hecho, enunciado y conseguido.

3.2. Autobiografiar lo ficáonalA su vez, como también es sabido, en la actualidad se produce

64 Cfr. mi intervención en la Mesa Redonda sobre «El memorialismo en la li-teratura española contemporánea», en las Actas del III Congreso de la FundaciónCaballero Bonald sobre Literatura y memoria (Jerez de la Frontera, FundaciónCaballero Bonald, 2002, pp. 195-199.

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en la novela española un cultivo muy importante del intimismo.Estamos ante lo que la crítica ha llamado la autoficción65. Ejemplosde esta modalidad de escritura son múltiples, aunque no me puedadetener en ello. Citaré, como botones de muestra, los casos de Car-los Barrai con Penúltimos castigos66 - novela autobiográfica, en laque uno de los personajes lleva el mismo nombre y apellido que losdel autor -; Luis Goytisolo, con Estatua con palomas61; AntonioMuñoz Molina con El jinete polaco68 y Ardor guerrero. Una memo-ria militar69. Asimismo, la obra de Francisco Umbral, en general, yalgunos otros escritores (Jorge Semprúm, por ejemplo), al igual queuna rama muy importante de la novelística escrita por mujeres70

65 Sobre ello, t an to desde el punto de vis ta teórico como práctico, a l ana l i za ra lgunas obras de novelistas españoles, se h a ocupado mi a l u m n a Alicia Molerò de l aIglesia en su obra, La autoficción en España. Jorge Semprún, Carlos Barrai, LuisGoytisolo, Enriqueta Antolín y Antonio Muñoz Molina (Berna, Pe te r Lang, 2000, 4 2 1pp.; con prólogo de José Romera Castillo), fruto de su tesis de doctorado, rea l izadabajo mi dirección.

66 Barcelona, Tusquets , 1983. Cf. los artículos de Pedro Carrero E r a s , «Auto-biografía y relato en Carlos Barrai», en su obra, Españoles y extranjeros: última na-rrativa, Sa lamanca , Universidad, 1990 y Cecilio Díaz González, «Presencia de CarlosBar ra i en Penúltimos castigos», en José Romera et alii (eds.), Escritura autobio-gráfica, Madrid, Visor Libros, 1993, pp. 169-179.

67 Los t res he rmanos Goytisolo (José Agustín, J u a n y Luis), const i tuyen u ncaso insólito en nuestra literatura al haber proyectado ámbitos familiares en escri-turas autobiográficas. En el caso particular de Luis - además de los rastros autobio-gráficos en la tetralogía Antagonía (Madrid, Alfaguara, 1983: I, Recuento; II, Losverdes de mayo hasta el mar; III, La cólera de Aquiles y IV, Teoría del conocimiento)— con estudio de Juan Goytisolo, «Lectura familiar de Antagonía», en Quimera (Bar-celona), 3, 1983, pp. 38-45 - , hay que destacar esta novela personal - intercalada confragmentos de un supuesto relato escrito por un autor romano del siglo I - , Estatuacon palomas (Barcelona, Destino, 1992), en la que «a la versión del pasado ofrecidapor sus hermanos, Luis Goytisolo opone otra que, desconfiando de los falseamientosde la memoria, asume de partida su propia precariedad y t rata de enderezarla en unmarco superior, que, paradójicamente, es el de la ficción», como señala Ignacio Eche-verría, «El delicado artificio de la memoria. Luis, con un espléndido ejercicio narrati-vo, regresa a la disputada biografía de los Goytisolo», en El País-Libros (Babelia 15),25 de enero, 1992, p. 13.

68 Barcelona, Planeta, 1991.69 Madrid, Alfaguara, 1995.70 Sobre las huellas autobiográficas de mujeres en la novelística española

más reciente, han tratado Biruté Ciplijauskaité, «La novela femenina como auto-biografía», en A. D. Kossoff y otros (eds.), Actas del VIII Congreso de la Asociación

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(Ana María Matute, Carmen Martín Gaite71, etc.), es preciso in-cluirlas en esta esfera.

3.3. Personas gramaticalesDesde la óptica lingüística también es preciso detenerse en el

uso de las personas gramaticales (yo, tú, él-ella, nosotros y formasimpersonales) en los textos confesionales, porque cada una de ellasadquiere un determinado valor literario. Es cierto que la mayoríade los textos autobiográficos usan la primera persona del singular- el yo -, ya que con ello se quiere dar más verosimilitud a lo ex-puesto; pero también lo es, que hay textos - aunque en menormedida - que utilizan la segunda persona del singular -el tú- (comoes el caso de las memorias de Juan Goytisolo), como técnica de im-

Internacional de Hispanistas, Madrid, Istmo, 1986, t. I, pp. 397-405 - inserto ensu libro, La novela femenina contemporánea (1970-1985). Hacia una tipología dela narración en primera persona, Barcelona, Anthropos, 1988 -; Geraldine C. Ni-chols, Escribir, espacio propio: Laforet, Matute, Moix, Tusquets, Riera y Roig porsí mismas, Minneapolis, Institute for the Study of Ideologies and Literature, 1989;Salustiano Martín González, «Hacia una tipología de las estructuras de la ins-tancia enunciativa en la escritura autobiográfica», en José Romera et alii (eds.),Escritura autobiográfica, Madrid: Visor Libros, 1993, pp. 289-294; I. Ballesteros,Escritura femenina y discurso autobiográfico en la nueva novela española, NuevaYork, Peter Lang, 1994; Concha Alborg, Cinco figuras en torno a la novela de pos-guerra (Madrid, Libertarias, 1993), obra en la que se reúnen cinco estudios, aun-que no desde un prisma autobiográfico pero precedidos por una entrevista con ca-da una de las novelistas, sobre Eulalia Galvarriato, Elena Soriano, Mercedes Fór-mica, María Dolores Boixadós y Josefina R. Aldecoa. Por su parte, Jochen Hey-mann y Monserrat Mullor-Heyman, en Retratos de escritorio. Entrevistas aautores españoles (Frankfurt, Vervuert, 1991), dialogan con Esther Tusquets,Rosa Montero, Cristina Fernández Cubas y Carme Riera. Cf. además el libro yacitado de Alicia Molerò de la Iglesia; así como Carolyn Galerstein (ed.), WornenWriters of Spain: An Annotated Bio-bibliographical Guide, Nueva York,Greenwood Press, 1986. Ni que decir tiene que también las escritoras han escritotextos autobiográficos, como han estudiado, por ejemplo, José Romera Castillo(1994) - artículo ya citado - , Lydia Masanet, La autobiografía femenina españolacontemporánea (Madrid, Fundamentos, 1998); Bettina Pacheco, Mujer yautobiografía en la España contemporánea (San Cristóbal, Venezuela, LitoFormas, 2001), etc.

71 Después de celebrado este congreso se ha publicado el volumen de MartínGaite, Cuadernos de todo (Barcelona, Debate, 2002; con una excelente edición y unesclarecedor prólogo de Maria Vittoria Calvi), en el que se recogen muchísimasnotas autobiográficas.

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plicación más recia del receptor en el relato, la tercera persona o laforma impersonal con la intención de dar un mayor distanciamien-to entre la vida y lo contado en la escritura.

Quisiera detenerme, aunque sea fugazmente, en un caso par-ticular, donde se utiliza en la narración la primera y la tercera per-sonas gramaticales con un claro propósito estilístico. Me refiero alas interesantísimas confesiones de un hombre de teatro, AlbertBoadella, Memorias de un Bufón12, en las que se alterna intencio-nadamente la primera y la tercera personas, como un ingeniosojuego de máscaras (tan acorde con el teatro). La primera, la utilizael bufón para manifestar sus vivencias (originalmente estos frag-mentos del relato estaban en catalán y tipográficamente van en ne-grita y entrecomillados) y la tercera, la emplea el narrador paradar una sensación de objetividad y distanciamiento73. El primerohace una autobiografía y el segundo una biografía. Aunque los dosconfluyen en la articulación de un «autorretrato cruelmente sin-cero» y sarcàstico de su propia vida. Esta escritura a dos manos (ados voces), posee, en el caso del componente y fundador de ElsJoglars74, una clara y rotunda voluntad de estilo, por otra partemuy afín a sus procedimientos teatrales.

4. Final

Son muchos y variados los aspectos que configuran la escri-tura autobiográfica, tanto desde el punto de vista del objetivo aquípropuesto, como desde otras ópticas. Lo que no cabe la menor duda

72 Madrid, Espasa Calpe, 2001.73 Boadella indicaba al respecto: «La tercera persona me permite una dis-

tancia más crítica para evitar que me salga un panegírico o un libro que intentejustificarlo todo» (Declaraciones a Xavier Moret, «Boadella se define en sus memo-rias como un hombre feliz que se ha divertido mucho», en El País, 4 de septiembre,2001).

74 Guillermo Ayesa, Joglars, una historia (Barcelona, La Gaya Ciencia,1978); Varios Autores, Mester de Juglaría. Els Joglars Q5 años (Barcelona, Gene-ralitat de Catalunya / Península, 1987); Moisés Pérez Coterillo, «Con Albert Boa-della», en Cuadernos El Público (Madrid), 21, marzo de 1982, pp. 28-37, etc.

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es que el género tiene un recio vigor actualmente en España y, so-bre todo, que, también, pese a que muchas de sus produccionessean estrictamente testimoniales, la nómina de escritores (los bue-nos) que consideran esta modalidad de escritura no como una li-teratura menor sino como una rama más del frondoso árbol de sutrayectoria literaria se va incrementando. Afortunadamente parala literatura y para sus amantes...

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