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El Conocimiento y el Relativismo Acciones de Documento Vista de contenidos Marcadores (bookmarks) Exportación de LTI Autor: Rocío Orsi Portalo EL CONOCIMIENTO Y EL RELATIVISMO “Yo, efectivamente, digo que la verdad es como lo tengo escrito: cada uno de nosotros es, en efecto, medida de lo que es y de lo que no es. Pero entre unas y otras personas hay una enorme diferencia precisamente en esto, en que, para unos, son y aparecen unas csas y, para otros, otras diferentes. Y estoy muy lejos de decir que no exista la sabiduría ni un hombre sabio, al contrario, empleo la palabra ‘sabio’ para designar al que puede efectuar un cambio en alguno de nosotros, de tal manera que, en lugar de parecerle y ser para él lo malo, le parezca y sea lo bueno. […] la persona que está enferma lo que come le parece amargo y es amargo para ella, mientras que a la persona que está sana le parece lo contario y así es para ella. Pues bien, no es necesario ni es posible atribuir mayor sabiduría a una que a otra, ni hay que acusar al que está enfermo de ignorancia por las opiniones que tiene, como tampoco puede decirse del que está sano que sea sabio por opinar de otra forma. Pero […] una disposición es mejor que la otra.” Teeteto, 166c-e En este texto Sócrates formula la teoría del conocimiento de Protágoras para contrastarla con la definición que ha ofrecido Teeteto del conocimiento como percepción. ¿Qué obstáculos plantea el relativismo del sofista al intento de Sócrates y Teeteto por dar con una definición de verdad? ¿Tienen que ver esos obstáculos con la definición del conocimiento como percepción? Si cada cual percibe las cosas de una manera distinta, podríamos vernos obligados a admitir que cada cual tiene su propia verdad.

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El Conocimiento y el Relativismo

Acciones de Documento

Vista de contenidos Marcadores (bookmarks) Exportación de LTI

Autor: Rocío Orsi Portalo

EL CONOCIMIENTO Y EL RELATIVISMO

“Yo, efectivamente, digo que la verdad es como lo tengo escrito: cada uno de nosotros es, en efecto, medida de lo que es y de lo que no es. Pero entre unas y otras personas hay una enorme diferencia precisamente en esto, en que, para unos, son y aparecen unas csas y, para otros, otras diferentes. Y estoy muy lejos de decir que no exista la sabiduría ni un hombre sabio, al contrario, empleo la palabra ‘sabio’ para designar al que puede efectuar un cambio en alguno de nosotros, de tal manera que, en lugar de parecerle y ser para él lo malo, le parezca y sea lo bueno. […] la persona que está enferma lo que come le parece amargo y es amargo para ella, mientras que a la persona que está sana le parece lo contario y así es para ella. Pues bien, no es necesario ni es posible atribuir mayor sabiduría a una que a otra, ni hay que acusar al que está enfermo de ignorancia por las opiniones que tiene, como tampoco puede decirse del que está sano que sea sabio por opinar de otra forma. Pero […] una disposición es mejor que la otra.”

Teeteto, 166c-e

En este texto Sócrates formula la teoría del conocimiento de Protágoras para contrastarla con la definición que ha ofrecido Teeteto del conocimiento como percepción. ¿Qué obstáculos plantea el relativismo del sofista al intento de Sócrates y Teeteto por dar con una definición de verdad? ¿Tienen que ver esos obstáculos con la definición del conocimiento como percepción?

Si cada cual percibe las cosas de una manera distinta, podríamos vernos obligados a admitir que cada cual tiene su propia verdad. ¿Qué problemas plantea la idea de una verdad personal, o subjetiva, al intento de dar una definición de conocimiento en general? ¿Podemos entendernos si cada cual tiene sus propios criterios de verdad?

¿Se puede relacionar este texto con el Fedro de Platón y las consideraciones que allí aparecen sobre la diferencia entre la retórica y la filosofía, o entre el sofista y el filósofo? ¿Se puede considerar sabio un sofista? ¿Qué es lo que puede enseñar?

LA VERDAD Y LA RAZÓN

Sóc. – Querido amigo, si fueran lo mismo la opinión verdadera, con relación a los tribunales, y el saber, el juez más eminente no podría emitir correctamente un juicio sin el saber. Pero en las presentes circunstancias, según parece, una y otra cosa son diferentes.

Teet. – Estoy pensando ahora, Sócrates, en algo que le oí decir a una persona y que se me había olvidado. Afirmaba que la opinión verdadera acompañada de una explicación es saber y que la opinión que carece de explicación queda fuera del saber. También decía que las cosas de las que no hay explicación no son objeto del saber –así era como las llamaba-, mientras que son objeto del saber todas las que poseen una explicación.

Teeteto, 201d

En este texto aparece la última de las tres definiciones de conocimiento que se dan en el diálogo platónico del Teeteto ¿Qué diferencias pueden establecerse entre esas tres definiciones? ¿Cuál es la más acertada?

¿Puede considerarse que el Teeteto aporta una definición concluyente del conocimento, o deja alguna puerta abierta al escpeticismo?

¿Se puede establecer alguna relación entre las definiciones del conocimiento del Teeteto y doctrinas posteriores sobre la verdad

¿Qué valor aporta la idea de la justificación a la opinión verdadera o a la percepción?

EL AMOR Y LA SABIDURÍA

“Que no es cierto el relato, si alguien afirma que estando presente un amante, es a quien no ama a quien hay que conceder favores, por el hecho de que uno está loco y cuerdo el otro. […] Pero resulta que, a través de esa demencia, que por cierto es un don que los dioses otorgan, nos llegan grandes bienes. […] Conviene, pues, en primer lugar, que intuyamos la verdad sobre la naturaleza divina y humana del alma […].

Y aquí es, precisamente, a donde viene a parar todo ese discurso sobre la cuarta forma de locura, aquella que se da cuando alguien contempla la belleza de este mundo, y, recordando la verdadera, le salen alas y, así alado, le entran deseos de alzar el vuelo, y no lográndolo, mira hacia arriba como si fuera un pájaro, olvidado de las de aquí abajo, y dando ocasión a que se le tenga por loco. […]

Así que […] toda alma de hombre, por su propia naturaleza, ha visto a los seres verdaderos, o no habría llegado a ser el viviente que es. Pero éstas [las almas], cuando ven algo semejante a las de

allí [el mundo de los seres verdaderos donde residían antes de reencarnarse], se quedan como traspuestas, sin poder ser dueñas de sí mismas, y sin saber qué es lo que les está pasando, al no percibirlo con propiedad. De la justicia, pues, y de la sensatez de cuanto hay de valioso para las almas no queda resplandor alguno en las imitaciones de aquí abajo, y sólo con esfuerzo y a través de órganos poco claros les es dado a unos pocos, apoyándose en las imágenes, intuir el género de lo representado. […] Plenas y puras y serenas y felices las visiones en las que hemos sido iniciados, y de las que, en su momento supremo, alcanzábamos el brillo más límpido, límpidos también nosotros, sin el estigma que es toda esta tumba que nos rodea y que llamamos cuerpo, prisioneros en él como una ostra.”

Platón, Fedro, 244a-250e

Ubica este pasaje en el contexto del Fedro de Platón y comenta brevemente su sentido en la estructura general de la obra.

En el texto se oponen continuamente dos mundos: el mundo “de arriba”, el de las “plenas y puras y serenas y felices”·visiones, y el mundo “de abajo”, donde las almas se esfuerzan a través de “órganos poco claros” por intuir las verdaderas ideas a partir del recuerdo que se suscita por la visión de las cosas de “aquí abajo”. ¿Puedes relacionar este pasaje con la teoría de las ideas de Platón?

¿Qué relación existe entre la teoría de las ideas de Platón, su defensa de la inmortalidad del alma y su doctrina del conocimiento como recuerdo o anámnesis?

¿Qué relación existe entre el amor, el deseo y el conocimiento en este diálogo de Platón? ¿Qué concepción de la filosofía subyace?

Comenta la metáfora del cuerpo como cárcel del alma.

¿DICE ALGO EL ESCÉPTICO?

[…] resulta evidente que no es posible dialogar con un individuo tal [con alguien que niega el Principio de No Contradicción] acerca de nada, puesto que nada dice. En efecto, no dice que es así o que no es así, sino que es así y que no es así para, a continuación, negar ambas cosas diciendo que ni así ni no así. Y es que, si no hablara de esta manera, habría ya algo determinado.

Aristóteles

Metafísica, IV, 1008a30-34

Y el escepticismo es la capacidad de establecer antítesis en los fenómenos y en las consideraciones teóricas, según cualquiera de los tropos; gracias a la cual nos encaminamos –en virtud de la equivalencia entre las cosas y proposiciones contrapuestas— primero hacia la suspensión del juicio y después hacia la ataraxia. […] La suspensión del juicio es ese equilibrio de la mente por el que ni rechazamos ni ponemos nada. Y la ataraxia es bienestar y serenidad de espíritu.

[…]

En efecto, los hombres mejor nacidos, angustiados por la confusión existente en las cosas y dudando de con cuál hay que estar más de acuerdo, dieron en investigar qué es la Verdad en las cosas y qué la Falsedad; ¡como si por la solución de esas cuestiones se mantuviera la serenidad de espíritu! Por el contrario el fundamento de la construcción escéptica es ante todo que a cada proposición se le opone otra proposición de igual validez. A partir de eso, en efecto, esperamos llegar a no dogmatizar.

Sexto Empírico

Esbozos pirrónicos, I, iv-vi

Para lograr su fin, la ataraxia, el escéptico tiene que rehusar sostener la verdad o falsedad de las proposiciones: tiene que evitar dogmatizar. Pero, si no puede decir que algo es así o no es así, ¿dice algo el escéptico? ¿Qué contenido tienen sus afirmaciones? ¿Es inteligible su postura?

Si el logro de la serenidad del espíritu está supeditado a que el individuo tenga una actitud escéptica frente al mundo, es decir, que no afirme ni niegue nada, ¿es la ataraxia un objetivo viable? ¿Y es realmente algo deseable?

¿Cabe sostener algo sobre el mundo, es decir, no ser escéptico, sin dogmatizar? ¿Podría decirse que esto es lo que pretenden algunas concepciones de la verdad que hemos visto durante el curso? ¿Se puede poner algún ejemplo de un filósofo que no sea ni escéptico ni dogmático?

El escéptico defiende la suspensión del juicio, es decir, pretende dejar incontestada la pregunta por la verdad. ¿Qué tipo de actitud vital atribuiríamos al escéptico: un conservadurismo oscurantista que quiere dejar las convenciones y tradiciones tal y como están, o un progresismo ilustrado que, aguijoneado por la duda, lucha contra el prejuicio y el dogma?

EL DUALISMO MENTE/CUERPO

Me pareció que había sucedido algo muy parecido a como si uno afirmara que Sócrates hace todo lo que hace con inteligencia, y, luego, al intentar exponer las causas de lo que hago, dijera que ahora estoy aquí sentado por esto, porque mi cuerpo está formado por huesos y tendones, y que mis huesos son sólidos y tienen articulaciones que los separan unos de otros, y los tendones son capaces de contraerse y distenderse, y envuelven los huesos junto con las carnes y la piel que los rodea. Así que al balancearse los huesos en sus propias coyunturas, los nervios al relajarse y tensarse a su modo hacen que yo sea ahora capaz de flexionar mis piernas, y ésa es la razón por la que estoy yo aquí sentado con las piernas dobladas.[…] descuidando nombrar las causas de verdad: que, una vez que a los atenienses les pareció mejor condenarme a muerte, por eso también a mí me ha parecido mejor estar aquí sentado, y más justo aguardar y soportar la pena que me imponen.

En este texto Sócrates está estableciendo una diferencia importante entre lo que uno hace desde un punto de vista material y las razones por las que uno lo hace. ¿Qué tiene esto que ver con el problema mente/cuerpo?

¿Hay alguna manera de reducir los fenómenos mentales a fenómenos físicos sin menoscabar la idea de libertad humana?

¿Se pueden reducir las razones a causas? ¿Qué consecuencias tiene?

¿Qué queremos decir cuando decimos algo voluntariamente?