abe, kobo - historia de las pulgas que viajaron a la luna

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"Historia de las pulgas que viajaron a la Luna", de Kobo Abe. Literatura japonesa.

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ConingenioysutilezaAbecombina lasexploracionestemáticasdela ficcióncientíficay losrecursosexpresivosde lanarrativapolicialpara generar situaciones tan absurdas como misteriosas.Empleados,suicidas,marcianos, lunáticos,dictadoresycientíficos,enfrentanunespectrodetensionesyproblemasquemuchasvecesencuentransalidastramposasquesolollevanalcaos.

Parodiae ironíapararevelar la lógicaperversadeciertossistemasy las paradojas de una época signada por la guerra fría, labúsqueda de soluciones a cualquier precio o la búsqueda delconfortenmediodelcongestionamiento.

Una oportunidad más para descubrir la magia narrativa de KoboAbe y comprobar por qué el escritor alcanzó en vida suconsagración como un autor clásico en la literatura japonesa delsigloXX.

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KōbōAbe

HistoriadelaspulgasqueviajaronalaLuna

(yotroscuentosdeficcióncientífica)

ePubr1.0T it ivillus9.7.15

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KōbōAbe,2013Traducción:RyukichiTeraoPrólogo:GregoryZambranoDiseñodecubierta:Titivillus

Editordigital:TitivillusePubbaser1.2

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LaficcióncientíficaseasemejaaldescubrimientorealizadoporCristóbalColón en la medida en que conjuga la construcción de una hipótesisextremadamente racional con una pasión extremadamente irracional,manifestadaenformadeilusión.

La poética de la ficción científica, producida por el enfrentamientoentrelatensiónintelectualylatentaciónaventurera,nosolonosconducealomodernosinotambiénalespírituoriginaldelaliteratura.

KOBOABE,1960

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PRÓLOGO

KoboAbe:poéticadelaficcióncientífica

Latensiónintelectual

Lapublicaciónen1962deLamujerdelaarena(Sunanoonna)revelólapresenciadeKoboAbecomounnarradordecondicionesexcepcionales.Tal vez esta novela, considerada por muchos de sus críticos ycomentaristascomounaobramaestra,generóuninusitadointerésporlaescritura previa del autor, que basaba sus ficciones en ambientesartificiales, desprovistos de esa condición “exótica” tan atractiva ymisteriosa al mismo tiempo que enmarca a buena parte de la narrativajaponesamoderna.Sibiensuincursiónenlaliteraturasediodelamanode la poesía, con su cuadernoPoemas de un poeta desconocido (Mumeisishu),1947,muyprontodefiniósucaminocomounnarradordispuestoaexplorar nuevos rumbos en la novelística japonesa. Este derroterocomienzaconLaparedoelcrimendelseñorKaruma(Kabe,S.Karumashino hanzai), 1951, novela con la cual recibió el premio Akutagawa ycontinúasobretodoconLacuartaedadinterglaciar(Daiyonkanpyouki),1959,conlaqueiniciaríalaaventuradeelaborarhipótesisfuturistas.Nose trataba solo de comprender su pertenencia a una larga tradición,moldeada sobre un gran prestigio, sino de definir hasta qué punto esaforma tan aparentemente austera de sus narraciones se articulaba con lanecesidaddeexpresarlaesenciadelserhumano,sussueños,búsquedasypesadillas,másquereproduciryreinventarlosíconosdesusantecesores.

Lamujerde laarenaganóel importantepremioYomiuriydosañosdespués fue llevada al cine, en una producción dirigida por HiroshiTeshigahara.LapelículaobtuvoelPremioEspecialdelJuradodelFestivaldeCannesen1964.AesteéxitosiguiósunovelaElrostroajeno(Taninno

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kao),1964,quetambiénfuellevadaalcine,porelmismodirector;ambasproduccionescontaronconlacolaboracióndeAbecomocoguionista.Elcrecimiento de sus lectores, más allá de las fronteras japonesas, estabagestandolaconsagracióninternacionaldelescritor,sobretododespuésdeque comenzaron a traducirse al inglés y al francés. Igualmente, latemprana filiación del escritor a la ideología de izquierda habíadespertadoel interésdeeditoresylectoresdelotroladodelacortinadehierro, principalmente en las antiguas repúblicas soviéticas. Pero habíaalgomásquefomentabaeseinterés.Alnoalinearseenlaformanarrativatan típicamente apegada al patrón sutil y exótico de autores comoKawabata,TanizakioMishima,elénfasisdeAbeestabapuestomásbienenlabúsquedadeunnuevolenguajequeseadaptaraalasensibilidaddelsujeto de posguerra, definiendo un nuevo estilo y asumiendo temasaudaces: el absurdo, la identidad, la incomunicación, la soledad, laalienación, todos ellos comprendidos como formas de desarraigo quesufrenlosindividuosenlavoráginedeunasociedadfracasadaycaótica.Esa exploración tan novedosa en el contexto cultural japonés llevó aMishima a considerar en un momento que el autor más auténticamentemoderno que había en Japón era Kobo Abe. Pronto surgieron lascomparaciones y la necesidad de ubicar su obra en determinadopanorama. Algo había en los personajes y sus conflictos que loemparentabanconKafka,DostoievskioBeckett,y tambiénconMelville,Carroll,CervantesyApollinaire.Algunapulsiónlatíaensusanécdotasyensuspreocupacionesfilosóficasqueloacercabanaciertascorrientesenboga,comoelexistencialismo.

KoboAbenacióenTokioenmarzode1924.SunombreverdaderoeraKimifusa Abe. Su infancia y adolescencia estuvieron marcadas por lainjerenciadeJapónenotrospaíses.PasósusprimerosañosenManchuria,región ubicada al noreste de China (hoy llamada Dongbei Pingyuan),ocupadaporJapónen1904yanexadaasuterritorioen1931,adondesupadre fue enviado a trabajar como profesor en el Colegio MédicoImperial. Creció rodeado de extensos desiertos que acaban a orillas delmarAmarillo,yallídespertósuinterésporlasmatemáticasysobretodopor el mundo de los insectos, que aparece referido en algunos de sus

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relatosynovelas.RetornóaJapónen1941yseradicóenHokkaidohastaquelellególahoradeproseguirsusestudiosuniversitarios,en1943.Eranlos años más intensos de la guerra. Se matriculó en la Facultad deMedicina en la antiguaUniversidad ImperialdeTokio,de laqueegresócomo médico en 1948. Ese mismo año publicó su primera novela, Laseñalde tráficoal finalde lacalle (Owarishimichinoshirubeni). Habíaseguidolospasosdesupadreycontinuabaesepatrónjaponésdeacuerdoconelcualunabuenauniversidadpuedegarantizarunbuenempleoparatoda la vida. Pero carente de una verdadera vocación, según su propiotestimonio,nofueunalumnomuydestacadoysusmaestrosloayudaronaculminarlacarrerabajolafirmepromesadequenoejerceríalaprofesióndemédico.Laverdaderavocacióneralaescriturayaellaconsagrótodoslosañossiguientes.Sucarreracomoescritorcreciódemaneraprodigiosayprontoobtuvoimportantesreconocimientos,ademásdelyamencionadopremioAkutagawaen1951porLaparedo el crimendel señorKaruma.TambiénmerecióelpremioYomiurien1962porLamujerdelaarenayen 1967 el premio Tanizaki por Amigos (Tomodachi), los más altosreconocimientos a que aspiran los escritores en Japón. Su obra abarcanovelas,cuentos,guionesradiofónicos,decineydetelevisión,asícomoobras de teatro. Entre sus títulosmás destacados, además de las novelasmencionadas,estánElmapaenruinas(Moetsukitachizu),1967;Elhombrecaja(HakoOtoko),1973;Reuniónsecreta(Mikkai),1977;Elarcasakura(HakobuneSakuramaru),1984;Elcuadernodelcanguro(KangaruNoto),1991,yunaantologíaen inglésquereúnealgunosdesusrelatosbreves,tituladaMásalládelacurva(BeyondtheCurve),1991.CuandomurióenTokiodeunataquecardiaco,enenerode1993,eraunautorconsagrado.Laaceptacióndesuobracomonovelista,dramaturgoycuentistalohabíaconvertidoalfinaldesuvidaenunodelosescritoresjaponesesdemayorprestigio internacional y fue considerado como un fuerte candidato alPremioNobeldeLiteratura.

Lacienciaficciónylaficcióncientífica

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Ante el uso generalizado del concepto de “ciencia ficción”, Kobo Abepreferíautilizarlanociónde“ficcióncientífica”porcuantosustentaba,deuna manera más amplia, las posibilidades de incorporar elementospropios de la ciencia objetiva en el marco de sus lucubraciones ehipótesis.Porellointentaalcanzarciertogradodeoperatividadenelusode la nomenclatura y de los conceptos científicos como elementosnarrativosy,almismotiempo,parodiaeironizaaspectosderivadosdelosmétodos de la ciencia.Así que no se trata de una búsqueda cientificista,sino de emplear distintas estrategias para alterar ese mismo lenguaje ylograr que el procedimiento sea más bien la concreción lúdica de ununiverso virtual que muchas veces deviene juego retórico. En el fondoexiste la convicción de que la ciencia y la tecnología en realidad no sehallanmuy lejosde la fantasía.Yen lamayoríade loscasos,elescritorbuscacomofinúltimosubvertirelsentidounívocodellenguajecientífico,parodiándolo.

Así, la “ciencia ficción” obedece más bien a una especie de“pseudociencia”,quepuedeversecomouna tendenciade la literaturadeficción,conlacualAbetuvodiferenciasyreparos.Másbiendiríamosquesusjuiciossocavanlasestructurasteóricasdeesatendencia,delacualseocupó en varios ensayos. A partir de sus reflexiones pudieronimplícitamentereconocersesuscriteriosdedistanciamientoymásaúnlaslíneasdesupropiaposturaestética.

KoboAbepudocomprender laciencia ficción,perono laconsiderócomoun género independiente que tuviera plenamente el control de suspropias reglas, más bien prefirió considerarla como una rama flexiblederivadadelavanguardia.

Enelensayo“Elaugedelacienciaficción”(SFnoryukonitsuite),de1962,señala:“Lapopularidaddelacienciaficciónsehavistofavorecidaporlaabrumadoraavalanchadeproductostecnológicos:lejosdereflejarun creciente espíritu científico, esta popularidad debe ser vista como elindicadordeunaconfusiónnocientífica.Enlosalboresdeunverdaderoespíritu científico, pseudociencias como la ciencia ficción seránrápidamente ahogadas, al igual que el sol ahuyenta la niebla de lamañana”.

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Enotroensayo,titulado“Lacienciaficciónparamí”(BokunoSFkan),de 1963, propone un nuevo nombre: “Yo personalmente prefierodenominarestatendencia‘literaturahipotética’,peronomeimportaquelallamen‘cienciaficción’.Amimododever,estasirvedeantídotoparalaliteraturajaponesa,quesehavueltodemasiadonaturalistaamedidaquehaobtenidocadavezmayornúmerodelectores”.

Ynosolocomounamerajustificacióndesusfiliacionesestéticas,enesemismoensayomencionaunalistadeautoresclaveparacomprenderlaorientación de sus lecturas y donde podría hallarse el origen de susexploracionestemáticas:“HistoriaverdaderadeLucianodeSamosata;Lahistoria del cortador de bambú; Viaje al Oeste de Wu Cheng’en; ‘Ellicenciado vidriera’ de Cervantes; Viajes de Gulliver de Swift;FrankensteindeMaryShelley;‘LaincomparableaventuradeuntalHansPfaall’dePoe;MobbyDickdeMelville;PinochodeCollodi;AliciaenelpaísdelasmaravillasdeCarroll;ElextrañocasodelDr.JekyllyMr.HydedeStevenson;Veintemil leguasde viaje submarino deVerne;El hombreinvisibledeWells;R.U.RyLaguerrade lassalamandrasdeCapek;Ladesaparición de D’Honore Sublac de Apollinaire; La reunión de té deRohanKoda;ElotromundodeHyakkenUchida;LanochedeltrengalaxiayLa biografía de Guskobudori de Kenji Miyazawa; El arca de Noé deSupervielle; La estrella hermosa de Yukio Mishima, más las obras engeneraldeMarkTwain,JunIshikawa,KiyoteruHanadayKoboAbe”.

Por último, en “Ciencia ficción: el innombrable” (SF Kononadzukegataki mono), de 1966, vuelve sobre su cuestionamiento yconcluyeconunaapreciaciónbasadaenunelementoquemirademaneracríticaeldesarrollohistóricodelaliteratura:“Conloqueyosueñoesconla rehabilitación del espíritu de la ciencia ficción en la literatura engeneral, la restauración del territorio de la literatura hipotética, que haestadoocupadoporelnaturalismo”.

CuandopublicasunovelaLacuartaedadinterglaciar,deproyecciónfuturista acercade las consecuenciasde lasguerrasatómicas,Abe lograunpuntode inflexiónen lanarrativa japonesa,por tratarseademásde laprimeranovela—ensentidoestricto—quetratabaeltema,trasladándoloauna forma canónica y con un lenguaje ambicioso. Desde entonces la

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ciencia ficción ha logrado interesar abiertamente a un considerablenúmerodelectores.Aunqueestetipoderelatosnoesmuyfrecuenteenlaliteraturajaponesa,esnecesariodestacaralescritorShinichiHoshi(1926-1997),consideradounmaestrodelcuentobreveyautordealgunosrelatosdecienciaficción.

Elmundodelaficcióncomoalteridad

LasnovelasdeKoboAbemuestranaunnarradordotadodeunasingularmaestríaparaconstruirdiálogosypresentarlosasuntosmásabsurdosenmediodeunaatmósferade totalnaturalidad.También logracimentarunmundoalterno,artísticamentehablando,enmediodelasdisonanciasdesutiempo. Así como enfrenta el problema de la pérdida y consecuentebúsqueda de la identidad, propia de muchos autores japoneses deposguerra,tambiénintentaproponerunespaciodereflexiónenmediodeelementossórdidos,desesperanzadosydisonantes,característicosdeunaépocaquenoteníamáscertezasqueladerrota.Peronosequedaallí.Talvezproductodeesaconcienciaesel impulsoque lo llevaaexplorarunnuevolenguaje,cuyostemasyformasexpresivasseríanorientadoshacialossentidosutópicosqueafectanalsujetodelamodernidad.Estostemastienensumásaltoniveldeexpresiónensunarrativabreve.

Talvezlosinterrogantessobreeldevenirmarcanlapsiquedealgunosde sus personajes, que procuran aventurarse fuera de su espacio-tiemposórdidoydesesperanzado.Quizásesasealafuentedesuescepticismo—que algunos han interpretado como nihilismo—, que lo lleva a postularunapoéticadelaficcióncientíficaquenoesmásquelasumatoriadetodaslasaristasdesupropiacuriosidadantelosmisteriosdeluniverso.

La exploración ficcional muestra su pasión por plantear problemasanalíticos y su afición por aventurar hipótesis. De esta manera susbúsquedastemáticasydiscursivaspasanporelludismo,queserevistedehumorensusmásconnotadasexpresiones,estoes, la innovaciónquesedesprendedesuconcienciaculturalylingüísticafrenteasutradición.

Larebeldía—quemarcaelderroterodesuexploraciónhacianuevos

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lenguajes— podría interpretarse como la necesidad de hallar respuestasantelasincertidumbresdesupresente.Laimaginacióneselrecursoquelepermitirámodelarsusmundosalternos,sinqueestoselementosevadanlacondicióndeverosimilitud.Sin embargo, el universo ficcional deKoboAbe, con toda su carga de hipotéticas lucubraciones, no deja que lospersonajes y sus conflictos se desprendan de manera absoluta de lacondiciónhumana.

Siconsideramosquemuchasdesusexploracionestemáticasvanenelsentido de la llamada ficción científica, debemos resaltar que tambiénaprovechafórmulasyrecursosexpresivosdelanarrativanegraopolicial.Todo ello sin renunciar a los artificios retóricos que dan sentidoexistencial a sus personajes: el humor, la ironía, la paradoja y porsupuesto la sátira, aun cuando no persiga necesariamente un fincorrectivo.Siconsideramosqueeldenominadorcomúndesusficcionesse sustenta en el sentido lúdico del lenguaje, podremos comprender losartificiosqueorganizansupoética,esosquehacendeloscuentosreunidosenestevolumenbrevesobrasmaestras.

Latentaciónaventurera

Nadamásestremecedoryatractivoquelaposibilidaddeimaginarmundosdonde lo insólito, lo absurdo y lo imprevisto se mueven en un mismoplano,causandounefectode realidaddisonanteycaótica.En los relatosdeKoboAbeesa sensación se intensificapor su recurrencia,potenciadamediante fuertes dosis de humor. También el absurdo y lo grotesco seplantean dentro de una lógica verosímil. Estos temas son desarrolladoscon absoluta naturalidad, considerando que el lector será espectador ypartícipe de las acciones solo dentro de los límites de una lógica quedesafíaelsentidocomún,comoocurreensucuento“ElGrupodePeticiónAnticanibalista y los tres caballeros” (Los cuentos siniestros, BuenosAires,EternaCadencia,2011),quesumergeallectorenunaatmósferadepesadilla.

Comounefectodelasparadojas,en“Elmétodo”,seironizafrenteala

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lógica burocratizada de los seguros contra accidentes. Considerar unvalormonetariopararesarcirlapérdidadeunapartedelcuerpoequivalea estimular en el protagonista el deseo irrefrenable de alcanzar unbeneficio súbito. Pero mientras el personaje pretende resolver unproblema económico sacrificando una parte de su cuerpo, realmente espresadeunvividorqueseaprovechadeunasituaciónfortuita.Quiennotiene nada que ganar es convencido de que estaría haciendo un buennegocio.Loquepareciera ser labúsquedadesoluciones fácilesante losproblemascotidianos,enrealidad,limitalaconcienciadelriesgoyabrelaposibilidaddeperderlotodo,inclusolavida.Laestrategiagiraentornoalocultamiento,esdecir,borrarlaintencionalidaddelaccidenteparaasídarcumplimiento a la condición de que este fuera “exterior, fulminante yfortuito”, lo cual permitiría cobrar la indemnización. El humor vaimplícito en la forma como se ironiza la búsqueda de soluciones acualquierprecioylalógicaperversadelsistemadeseguros.

En estos relatos coexiste el mundo de los empleados, oficinistas,maleantes,marcianos, lunáticosydesocupados,quea la larga funcionancomopícarosovividores.Tambiénsedejaaldescubiertounespectrodetensiones familiares, sumadoa losproblemaspropiosde lacotidianidaden ciudades altamente pobladas: congestionamientos, ruidos, máquinas,contaminación. Siempre bajo el sentido paradójico de la búsqueda delconfort o de lamejoría de las condiciones de vida.Las salidas posiblesquetienenlospersonajessetornanalaveztrampasquelosconducenporlaberintosytúnelesmarcadosporelcaosyelabsurdo.

El autor apela al recurso de la intertextualidad entre algunos de suspropioscuentos.Laestrategianarrativalepermitehacerpuentesentrelasperipeciasdesuspersonajesendiferentescircunstancias.Asícomoen“Elmétodo” el personaje es convencido por otro de que puede comprar unsegurodevidaenlaestacióndetrenesyluegosimularunaccidenteparacobrarlo, así en“Elvalorde lasorejas”, recurrealmismomotivoperoconuncambiodeperspectiva.Esdecir,produceendoscuentosdistintosun ejercicio de simultaneidad para mostrar el mismo mundo absurdodondenosoloelnarradorsinoelmismoescritorseautorrepresentan:

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—¿HasleídoalgodelnovelistaKoboAbe?—Soloheoídoelnombre.—Untipoqueescribepuroscuentosraros,queteenseñan,por

ejemplo, cómo hacer dinero mediante el compendio de leyes.Recuerdohaberleídouncuentosuyoenquenarraunaanécdotadeganar dinero con esta misma máquina. Seguro se me habíagrabadoenelsubconsciente.

VariostestimoniosdancuentadelavocacióncientíficadeKoboAbe,sobretododesupropensiónalashipótesisyelrigorconelqueprocurala exactitudde susdatos.Esdecir, auncuando losparodia,noabandonalos recursos de su propia formación profesional, a la que recurre endiversos momentos. Como conocedor de los tipos humanos presta suexperiencia a uno de sus narradores, quien llega a hacer diagnósticosprecisos:

Qué fastidio, habría de ser un tipo problemático, quizá algoesquizofrénico.Seveíapálidoconlosojosdesorbitados.Elcuellodemasiado estirado, los hombros caídos y los huesos demasiadosalientesentodoelcuerpo.TípicoSchizoidssegúnlaclasificaciónde Kretschmer. De haberlo sabido antes no lo hubiera atendidodesdeelinicio…

O también, hace gala de una de sus más destacadas aficiones: laentomología,quesepuedeconsiderarcomouncatalizadordelasaccionesen La mujer de la arena. En “Historia de las pulgas que viajaron a laLuna”,encontramosestareferencia:

Ya ven que no estoy al tanto del Congreso de Insectos Dañinosporqueseamédicooporquefueracoleccionistadeinsectosenmiépoca escolar, sino por la simple casualidad de haberlopresenciadoconmispropiosojos.

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Pero en verdad esta vocación tendríamás relación con su definitivacapacidad para la exploración de los mundos imaginarios. Así puedellevar a sus personajes a situaciones límite y procura mostrar lascircunstanciasporlasqueatraviesanlossereshumanos,sometidosaleyesabsurdasquecondicionansucotidianidad,esdecir,suvida.

No obstante, algunas de las ficciones de Kobo Abe plantean laexistenciademundosfuturistas,comoelquesemuestraensurelato“Elhuevodeplomo”(Loscuentossiniestros),ejerciciodeimaginacióndondemezcla ingredientesde la física, lamatemática, labotánicay labiologíaparaconstruirunahistoriadeprofundaraízexperimentalista.

Elespacioyeltiemposetrastocanmientrasseatreveacrearlavidadelaficciónenunaespeciede“afuera”delarealidad,quesorprendeporsuingenio, y que sin embargo permite también, de manera sorpresiva, elcontraste con el “adentro” de la experiencia cotidiana y presente. Asígenera en sus personajes la sensaciónde vivir una pesadilla.Este relatorepresenta un ejercicio de imaginación revestido de una versátilconciencialúdica.

Sin duda, la creación de estos instrumentos futuristas pasa por losobjetosmismos,talescomo“lacajadehibernación”,construidacomouna“máquina de congelación para mantener animales o seres humanos enestado somnoliento contra el avance del envejecimiento”, o un“reproductordelpasado”quepermitía“congelaralosprofesoresselectospara transmitir a la posteridad el patrimonio histórico y cultural de laraza”;asimismoel“aparatodetraducciónsimultáneaymultilingüe”oel“teléfono móvil inalámbrico”, que no existían para la época en que seescribieronestoscuentos.

Como hemos afirmado, la obra deKoboAbe escapa de losmoldestemáticosyestilísticosdelaliteraturajaponesatradicional.SumodernidadseentroncacondiversasexploracionesdelaliteraturaoccidentaldelsigloXX. Si bien es cierto que con su humor, a veces amargo, cuestiona lapérdida de la fe en el presente, apunta también hacia diversas utopíasfuturistas.

Kobo Abe tal vez fue un escéptico frente a las consecuencias de laposguerra,yporestarazónhizoénfasisenelfenómenodelaislamiento,

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comoocurre en lamáscélebrede susnovelas,Lamujer de la arena. Oindaga el problema de la identidad, como en El rostro ajeno, o laalienación, como en El hombre caja. Todo pareciera sumarse paraconstruir una gran metáfora acerca de la soledad del hombre, sinrenunciara laconcordiaquesubyaceensu reiterada ideadelordeny lapaz social. De manera no tan velada, también hay en sus ficciones unatoma de posición política, oculta bajo las máscaras de alguno de susnarradores,comocuandosedice,porejemplo:

Acertadoofallido,eljuiciosiempreesrelativo,porlocualunonopuededejardehacerloqueleparezcacorrecto;sinoexistemutuacomprensión en este punto, no funciona ninguna democracia. Elexcesodecríticassiemprenosconducealnihilismoqueanhelalaaparicióndeunhéroecarismático…

Ensusrelatosestáelhombreurbano,decepcionado,tristeysolitario,yporellosumiradasedejaveratrasluzdelapropuestahumorísticayalmismotiemporeflexiva.Sinembargo,nosepodríadecirquesunarrativase encuentra radicalmente de espaldas a su tradición, sino que asume sumomento histórico de otra manera, tal vez de forma elíptica, yprecisamente allí está representando ese presente suyo tan lleno deamarguraydeincertidumbre.

Algosemuevealláafuera

Envariasdelasficciones,relatosynovelasdeKoboAbe,aparecenseresquedicenserdeMarteyqueenaparienciasonigualesaloshabitantesdelaTierra.Eltemadeloshombresvenidosdeotrosmundosleapasiona.Yde ello trata su novela Idéntico al ser humano (Ningen sokkuri, 1967;ediciónenespañol:Barcelona,Candaya,2010);tambiéneselmotivodesurelato“Elmisionero”,quejuegaconelprincipiodeinferencia,apartirdelanecesidadquetieneunodelospersonajesdedemostrarsuprocedenciaextraterrestreydondeotrodesmonta toda laargumentacióndelprimero

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enprocuradeevidenciasconcretas.ElincrédulohaceexpresamencióndeLa guerra de los mundos (1898), la famosa obra de G. H. Wells, paraconcluirdiciendo:

—Olvidaeseviejotruco,queyanoestamosviviendoenlaépocadeWells.Marte es un planeta congelado, sin agua ni oxígeno, aligual que el desierto a la altura de veintemilmetros.A lo sumohabrámusgosomoho…

Noes casual encontrarse conpersonajes que insisten en afirmar quesonmarcianosyquealnopoderdemostrarloterminanenunmanicomio;sinembargo,elnarradordejasembradalasemilladeladuda.

“HistoriadelaspulgasqueviajaronalaLuna”podríaleersecomounaalegoría de los sucesos en boga durante la Guerra Fría y la carreraespacial. Comprendido como una fábula, el relato, en apariencia trivial,postula la condición efímera de la vida frente a los totalitarismos.Nuevamente la alianza entre el humor y el sentido lúdico construye unmundoficcionallogradocongranbellezayextremasutileza.

Paraunlectoravezadonoserásorprendenteencontrar—enlosrelatosreunidos en este volumen— un conjunto de mundos construidos por elarte de la imaginación, que responden a un momento definitorio de lapoética de la ficción científica. En ellos los animales hablan y hacenmilagros (“El diablo”) o en el cuento bifronte “Total Scope / Cineperfecto”,unpersonajeseconfiesacomounextraterrestreauténticoohayalguien a quien quieren convencer de que existe una máquina que lepermitirá proyectar una película no contra la superficie de una pantalla,sinoenelinteriordesupropiaimaginación,detalmaneraquepuedavivirpersonalmenteeldramadelpersonajecinematográfico.

Ante situaciones absolutamente extrañas, los relatos fluyendentrodeuna aparente normalidad. El artificio narrativo construye ambientescreíbles, pero hay un punto en que las acciones se desbocan y tomancaminosinsospechadosdondeelespacioreal,eltiempoolaacciónmismaadquierenunaaparienciamisteriosaoabsurda,comoocurreenlosrelatos“Lasoga”y“Elcuartodelosniños”.

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Pero es que estas ficciones tienen la doble virtud de perseguir elinterés del lector y de, cuando este menos lo espera, impactarlo en lalógicadesussentidos.Esallídondeeljuegoliterarioalcanzasumáximoefectolúdico.Estosrelatospuedenserleídosbajolasclavesdelacienciaficciónopuedenserdesmontadosconlasherramientasquesirvencomodisparadores del relato policial. Todo ello siguiendo un principioaristotélicocitadoexplícitamenteenunodelosrelatos:“lavidanoessinolaexperiencia”.

Estosrelatoscorrespondena lamaestríadeunautorque,comoAbe,posee infinitos recursos para crear los diálogos y sostener la tensióndramática en los razonamientos o argumentaciones de los personajes y,sobre todo,paraconstruiruna ilusióndenaturalidadfrenteasituacionesinsólitas, como en “La invención de R-62”. Demasiado consciente delefecto de intensidad que imprime a las acciones, Abe va revelandopaulatinamenteloselementosdisonantesparadosificarelinterésytensarmáseldesenlace.Elresultadotienevarias lecturas,perotodaspasanporcrear un efecto de desasosiego o cuanto menos una sonrisa cómplicefrentealafactibilidaddehechostaninsólitoscomolametamorfosisquetiene lugar en “El palo”. El lector podrá descubrir en estos relatos lamagianarrativadeKoboAbeycomprobarporquéelescritoralcanzóenvidasuconsagracióncomounautorclásicoen la literatura japonesadelsigloXX.

Criteriosdeestaselección

El conjunto de relatos reunidos en este volumen obedece a uno de susrasgosconcomitantes: laficcióncientífica.Esteeselejedesdeelcualseirradianotrostemas.TodosfueronextraídosdeObrascompletasdeKoboAbe (Abe Kobo zenshu, editorial Shincho, 1997-2000, 29 volúmenes).Cronológicamenteelordendelosrelatoseselsiguiente:“LainvencióndeR-62” (R62gounohatsumei), 1953, vol. 3, 1997, pp. 409-433; “El palo”(Bou),1955,vol.5,1997,pp.183-188;“Eldictador”(Dokusaisha),1955,vol.5,1997,pp.195-198;“Elmétodo” (Shudan), 1956, vol. 5, 1997, pp.

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375-386;“Elvalordelasorejas”(Miminokachi),1956,vol.6,1998,pp.57-69;“Elmisionero”(Shisha),1958,vol.9,1998,pp.295-309;“Historiade las pulgas queviajaron a laLuna” (Tsuki ni tonda nomi no hanashi),1959,vol.11,1998,pp.225-235;“Lasoga”(Nawa),1960,vol.12,1998,pp. 239-253; “Total Scope /Cine perfecto” (Total Scope), 1960, vol. 11,1998,pp.477-492;“Eldiablo”(Akuma),1963,vol.17,1999,pp.251-254y“Elcuartodelosniños”(Kodomobeya),1968,vol.21,1999,pp.441-455.

TodosfuerontraducidosdirectamentedeljaponésporRyukichiTerao,académicodelaUniversidadFerrisdeYokohama,quiensehadedicadoatraduciralespañolautoresfundamentalesdelanarrativajaponesa,comoYasunari Kawabata, Ryunosuke Akutagawa, Junichiro Tanizaki, ShinichiHoshi,YukioMishimayKenzaburoOe.DeKoboAbe,Teraohatraducidotambién la novela Idéntico al ser humano (Candaya, 2010), Los cuentossiniestros(EternaCadencia,2011),yElhombrecaja(Siruela,2012).Estaantologíahasidoposiblegraciasasudedicaciónyentusiasmo.AgradezcoalprofesorTeraolaoportunidadquemehabrindadoparaacompañarloalolargodeestatravesíaporlasficcionesdeKoboAbe,persiguiendoenellas las resonancias y los sentidos del idioma español. Igualmenteexpreso mi gratitud a la Fundación Japón por el patrocinio que mepermitió permanecer en Tokio como becario del Programa de EstudiosJaponeses (Japanese Studies Fellowship Program), durante el período2008-2009.

GREGORYZAMBRANO

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LAINVENCIÓNDER-62

Al caminar dispuesto a suicidarse, la ciudad le pareció dotada de unacalmaimprevista,comosifueraunobjetodecristal.

Uncanalcorríaconsucorriente turbiayblanquecinapor lasafuerasdel barrio S. El dique alcanzaba justo la altura que permitía apoyar loscodos sin apremio. Anocheció de repente, cuando una lancha de motoratravesabaremolcandounabalsaentreobjetosflotantes,comocalzadosdemadera,trozosderepolloycabezasdegato.

Sobre el puente de hierro, recogió un cigarrillo americano quealguien ya había fumado hasta la mitad. Caminó a lo largo del canal,evitandotoparseconlostranseúntes,hastallegaraunclaroubicadoentrelosalmacenes,asemejanzadeunojoabiertoyadormilado…Remolinosformados en la confluencia de los vientos correteaban bajo la luz delfarol.Unodeelloshizocosquillasenlosbatientesdeunalmacénylesacóunarisaaguda,desencajandolapuertaaceitosa.Paraensamblardenuevoesapuertatanjocosaharíafaltalafuerzadetresobrerosjuntos.

Prontollegaríaaunsitioidealparaarrojarse.Yalehabíandichoquehabíasuficienteprofundidad,comoladelmar,alrededordelpuntodondeunafluentedesembocabaabruptamenteenelcanal.Encontróunavisoquedecía:“Prohibidosuicidarse”.

(¿Deberíaquitarmeloszapatos?).En la otra orilla se veía la luzparpadeante del faropara guiar a los

aviones,instaladosobreunachimeneaalta.Haciaabajo,derepente,deunacompuerta salió con torpeza un chorro de vapor, levantando cenizasardientesquepermanecíanenelaireduranteunlargoratosinapagarse.

(…Parecequeengenerallossuicidassequitanloszapatos).Pero no llegó a quitarse los zapatos porque alguien lo llamó desde

atrás.Eraunestudiantequevestíaununiformeraído.

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Élsealivióalverquenosetratabanidelguardiándelosalmacenesnidel policía de turno. Accedió con presteza a la solicitud de entablar undiálogo,mientraselotro sedisculpabaconsucesivasyhumildesvenias.Trasaclararquesolohacíauntrabajotemporal,elestudiantelepreguntópor qué había decidido suicidarse. Él supuso que el estudiante realizabaalgunainvestigaciónpsicológica.

—Por una nimiedad —se rio distraído—. Me dedicaba a diseñarmáquinas,pero los inversionistasamericanosmedejaronsin trabajo.Sémuybienquenomesirvedenadamorir,perountécnicotanespecializadocomoyonotienevoluntadparaseguirviviendo.Mecuestamásvivirquemorir,¿entiende?

El estudiante asintió con la cabeza, con tanta humildad que parecíadespreciarseasímismo.Ibaadeciralgo,perotitubeócabizbajosinabrirlaboca.“Quéfrío,elaguadebeestarhelada”,balbuceóélpararecordarasuinterlocutorlacircunstanciaenqueseencontraban.

Elestudiantealzólosojosparaescudriñarlo.—Medapenadecírselo,pero…—alempezarseinfundióánimoscon

un susurro, para continuar de repente conmás fluidez—,me atrevo. Esque mi trabajo consiste en conseguir los cadáveres de los suicidas yentregarlos a una agencia para cobrar cierta comisión. Oiga, ¿usted noquiereconcedermesucadáver?…

—Quédisparate—dijoél,yestabaapuntodemarcharse sinhacerlecaso.Elmundo,queanteslehabíaparecidodiáfano,empezóamancharsede golpe. Deseó que el hombre, que le había recordado que aún vivía,fueseunescarabajodisfrazadoconununiformeescolaryque,pisoteado,sereventaraechandofuerasusentrañasblancas.

—¡Perdóneme! —insistió el estudiante, abordándolo con un poderinesperado,quenoeratansolosufuerzamuscular,sinosuhabilidadparatorcerle paulatinamente el brazo y llevarlo agarrado hasta dominarlo—.Claro—yahablabaconvehemencia—,untrabajotanextrañonoerarazónparapreocuparse,peronoestoyencondicionesdeescogerempleos,metengoqueconformarconloquesalga…

Se le dislocaría el hombro si se resistiera. No es verdad que ladecisióndesuicidioaligereeldolorfísico;alcontrario,lomultiplicacon

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lahumillacióndesaberqueseharesquebrajadolaconfianza.—Hazloquequieras,perodespuésdemimuerte.—No me está entendiendo. No me refiero al cadáver propiamente

dicho,sinoalcadávervivo.Solonecesitoquesehagaelmuerto.Disculpe,amítambiénmeparecióuntrabajodiabólicoalcomienzo,perolejuro,peseaqueignorolosdetallesenmicalidaddeempleadotemporal,quelaagenciagarantizaunmínimodecomodidades.Además,leconseguiránunempleo decente, relacionado con el suyo, ya que le preguntan por suprofesión en el momento de firmar el contrato. Ahora estoy un tantoaliviadoporqueyaséqueloscadáveresnoseránutilizadoscomomaterialde experimentos bioquímicos. Mire, ¿no cree que en realidad somosesclavos del sentido común, quemarca unadiferencia contundente entrevivosymuertos?

Derepenteelestudianteloempujólanzandounchillido.Unratónconpeloserizadospasóconindiferenciaentrelospiesdelosdoshombres.

—Odiolosratones.—Elestudianteperdióelcontroldesíaltratardeserenarse—.Perdóneme que le hable con tanta franqueza: se trata de untrabajo demasiado dificultoso.Últimamentemuchos prefieren suicidarsecon pastillas de Adorm, sin importar el lugar, y por lo tanto es difícilconseguirgentealbordedelsuicidio.Hayciertoporcentajequeselanzaalferrocarril,peroestostardantantoendecidirsequecasinolossoporto.Esrelativamentefácilubicaralosquesearrojandelosedificios,perolaagencia no los aprecia mucho porque siempre implican problemassentimentales o familiares. Nuestra opción número uno son losdesempleados. He realizado investigaciones serias hasta descubrir estelugar.Yallevounasemanaalaespera…

La neblina que subía del canal se dispersaba disipándose entre losalmacenes.Algoretumbaba.¿Porquéreinabatantainquietud?

—Siaccede,ahoramismolepuedoentregarmilyenesqueaquítraigoamododeanticipo.Perosino,melosrobaréparaconvertirmeyomismoenelpróximosuicida.

—¿Cuántocobrasdecomisión?—lepreguntónoporcompasión,sinoporcuriosidad.

Laneblinaseguíaemanandodelcanalcomosifueranalmasenpena,

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impacientesporlaespera.—Dosmilyenes.Además,mepagaránmildeextraensucaso,porque,

ahítambiénheacertado,lesurgeuningenieromecánico.Podrévivirtressemanasconloquecobraré…

—Nomecompadezcodeti.—Sinquererpensóenvozalta.—Disculpe.—Elestudianteseapresuróahurgarensuagendaysacó

unbilletedemilyenes,dobladoconmeticulosidad,queparecía tener supropiavida.

Al recibirlo,él sehizoconscientedequesolosabíaamedias loqueestabaenmarchaeneseinstante.Sesintiócomosielbilletedemilyeneslo hubiera contactado después de seguir desde el comienzo una cintainvisible.

—Laagenciaempiezaatrabajaralasdocedelanocheenpunto…—Elestudianteestabaembargadoporelmiedodequeelbilletevolvieraasusmanos—.Antes,puedeiracomeralgocaliente…Sinoesunaosadía,megustaríapedirlequesecortaraelcabello lomásquepudiera…hastaraparsesiesposible.Séqueleestoypidiendoalgoextraño,peroesloqueexige el director, un tipo un tanto estrafalario que, según dicen, fue unmilitarseverodurantelaGuerra…

Leresultabasedante,quizáporsuvalorinquebrantable, latexturadelbilletedemilyenes,que,sinsermásqueunahojadepapel,asegurabalavidacomounbarcoamarrado.¿Acasohabíavenidoalcanalparaabordarestebarco?Alomejorsoloseguíalarutanormal,puestoqueelobjetivodelsuicidionoconsistíaenlamuerte,sinoenlafuga…

Sinquerer empezaron a caminar casi almismo tiempo.Lospasóuncochedelujosobreelpuente.

—Qué bien huele la gasolina,me parece que nutre la realidad.—Elestudiantesepusoalegre.

“Soyhombremuerto”…Losdosapuraronelpasoensilencio.Elestudianteseparóensecocuandodivisaronlaciudad.—Le agradezco mucho. Aquí me despido de usted. Para cazar la

segunda anguila volveré al mismo sitio y estaré al acecho hasta lamedianoche. Gracias. Nos vemos en la oficina a las doce. Lleve estatarjeta,porfavor.Dice“R-62”,queessunúmero.Enelrevésestáelmapa.

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Alasdoce,sinfalta.Miagenciasolotrabajadenoche.

Era un edificio antiguo de tres plantas. El estudiante se encontraba a laespera en la entrada. Al llegar al fondo del pasillo entraron en unahabitaciónsinventanas,estabailuminadapordoshilerasdelámparascuyaluz intensa difuminaba las paredes recién pintadas, borrando la fronteraentre la superficie y el aire. Se endurecía la atmósferamezclada con laconsistenciadelasparedes.

Taconesdemasiadoaltos,aretesdecolor¿dorado?,gafassinmarco,faldas estrechas y cortas: una mujer, que a primera vista se suponíasecretaria, le abrió la puerta.Sospechóque estaba ebriaperoquizá solofuera el efecto producido por su cutis descolorido y los párpadoslegañosos.

Detrás del escritorio, cubierto por una capa de cristal, se sentaba unhombre vigoroso con un bigote ralo. Sostenía entre los dedos una pipalargayechabaunahumaredalentadesdelamitaddeloslabios.Losojosmuy separados, con la gruesa columna del humo almedio, le daba unaimpresióndetorpezaymaliciabestialasurostro.

—El señor Kusai, nuestro contratista —dijo el estudiante alpresentarlo,mientrasentregabalatarjeta.

—Bienvenido,señorR-62—dijoconvozgrave,lanzandounaojeadarápidaalacabezarapada,sinmovernienlomásmínimoelcuerpo—;asíte llamaremos para no tener que conocer tu verdadera identidad… —Luego de sacudir la pluma, confirmó la profesión y la causa delsuicidio…—.Aver,desempleado, ingenieromecánico,quécosa,nohayningún ser más humano que un intelectual que se suicida a causa deldesempleo, vea, señorita Hanai —llamó a la secretaria—, pásele unaplumayelformularioparaquelofirme.

Le entregaron solo un papel en blanco. R-62, desconcertado, “¿Quédebo firmar?”, y Kusai, sin inmutarse, “No sé, así es el reglamento,servirá de prueba para verificar que has accedido a la entrega de tucadáver, no conozco detalles, pues no soy más que contratista, peropodemosplantearlode lasiguientemanera:hayquiendiceque la leynoadmite la ignorancia; es decir, los seres humanos tenemos derecho y

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obligación de estar enterados; ahora, tú estás a punto demorir, lo cualsignifica que vas a estar fuera de la ley y que estás reclamando laignorancia”.

¿Quién sería capaz de refutarlo en esta circunstancia? Firmóenseguida. “Ya estás hecho todo un muerto…”. Las piernas de Kusai,satisfechas, se desplegaron largamente debajo del escritorio, como sidesearanestirarlacosturadelpantalón.

—Buen trabajo,quese repita…—dijoKusaientregandoeldineroalestudiante,que,trashacerveniasindistintasaKusaiyaHanai,sedespidiódeR-62diciendo“Queestésbien”.Cuandoestabaapuntodesalir,Kusailollamódesdeatrás—:Oye,esperaunsegundo…¿noquierescomprarmilibronuevo,LaestadísticasobrelossuicidasenrelaciónconlosaltibajosdelaBolsa?,telorecomiendo,esunlibromuyútil.

Hanaiseesmerabaencuidarselasuñasfrentealamáquinadeescribir.Lasrodillasenlazadasrelucíancomosifuesendehule.Kusaienvolviólapipaenunpañuelo…Transcurrióuntiempoocioso…

—Mira,tellevoalsiguientetrámite.—KusaiselevantóparaapuraraR-62—. Es algo muy sencillo. Tómalo como una ceremonia paracertificarlamuerte…

“¿Y para qué?”, iba a decir R-62, pero se tragó las palabras. “Debohacermealaideadeseruncadávervivo,eselúnicovalorquetengo”…

Aunasí,ladesazónsalíaaflotepormásquetrataradehundirla,comosi fuera una bola de caucho metida en el agua. Logró sellarla a duraspenas,imaginándoseasímismoconvertidoenuncadáverflotante.

Seatrevióahacerunapregunta:—¿Quésignifica“R”?…—Essolo—dijoKusai—laprimeraletradelapalabra“robot”.

Al salir del edificio, se encaminaron hacia la puerta trasera. Kusai seadelantó con una linterna en la mano, conduciendo a R-62 por unaescalera estrecha, forrada de neumáticos viejos para silenciar los pasos.Decuandoencuandoseoíanruidos,producidosporpisadasdezapatosdegomadesgastados.Al finalde laescalerahabíaundescansoque tenía laformadeundepósitodeherramientas.Kusaillamóaunapuertapomposa,

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que contrastaba con las otras, ya deterioradas. El golpe no repercutió,anuladoquizáporalgúnequipoinsonorizador.Unsilencioinquietantequepesaba en los oídos creaba un ambiente apropiado para cometer unhomicidio.Kusaipateóimpacientelapuertaycuandodijo,entreinsultos,“Esostontos,quesenieganacolocaruntimbre”seabriólapuertadetalmaneraqueparecióempujadaporlapared.R-62sesintióasfixiadoanteelespesordelaenormepuerta.

Los recibió una mujer idéntica a Hanai. No, fue solo un errorsensorial,producidoporelcolordeloslabios:eralamismaHanai,quieninclinabahaciaabajosulinternaparanoenceguecerlos,sacandounbrillode hojalata laqueada a sus zapatos de tacones altos. “¿Se fue la luz?”,preguntó R-62 con un aplomo simulado, pero Kusai se retiró sinresponderle;“Nomás”,dijo,“teloencargo”.“Pasa”,dijoHanaiconvoznasalizada.

Un cuarto pequeño y desolado, sin ventanas, con apenas una sillapolvorienta,colocadaenunrincón.Hanaialzólalinternaparailuminarelcielorasoy,mientrasgraduabalaintensidaddeluzasuantojo,seufanódelaparatodiciendoqueeradeúltimomodelo.Dearribacolgabauncabledesgajado.Enloscuatrorinconesseadheríantelarañasacumuladascomotraposmojados.

“Espérame aquí”, dijo Hanai, tomando la postura de una grulla,mientras salíapor lapuertadel otro lado.Los tacones altos le apurabanlospasos.R-62creyódetectarunasonrisaenelmomentoenquesevolvióhacia él.De repente se sintió fortalecido al encontrarse a solas con unamujerjovenenunahabitaciónoscura;uningenieromecánicovalemucho,pero pronto recordó que era un cadáver vivo: “No debo estar tanrelajado”…“Rsignifica robot”, esa frasedeKusai lo acuciabacomo lacoladeunaserpienteescondidaenunbosquecillo.

Además, qué habitación tan extraña. Probablemente estuviera endesusoylahabíahabilitadodeimprovisosoloparaél.Tentóelbolsilloenbuscadefósforosaversiencontrabaalgunapremonición.Soloquedabandoscerillas.Unaseapagóapenaslaraspó,peroalcanzóapercibirpasosdispersos sobre el piso cubierto de polvo. Le costó mucho trabajoencenderlasegunda,estabamojada,ybuscósolventarlofrotandolapunta

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entrelosdedos,hastaquefinalmentesepartió.Almismotiemposeabriólapuertaylalinternaleindicóquepasara.

Solohabían transcurridodosminutos.Legustó la rapidez.Nohaynadamejorque lasencillezen losnegocios.Sivisitanfábricasgrandesveránquemásdelamitaddelasventanassiempreestánrotas.

Entróenunpasilloestrecho,escondidoentrelasparedes,dondecabíaapenasunapersona.Olíaapaja secayapodrida.Era laprimeravezquesentía el olor a polvo con tanta nitidez… En cada lado se veían cabossueltosdehormigónqueparecíandedoslevantados.

Locondujeronaunasalavacía,muyalargada,otravezsinventanas.Dos focos descubiertos color naranja, una caja del tamaño de un ataúdforradahastalamitadconunatelablanca,juntoaunalámparaelevadaporuntrípodealto.R-62creyóqueahorasíibaaasistirasupropiofuneral.Amedidaqueseacostumbrabaa lapenumbra,sediocuentadequealotrolado de una mesa larga y rústica había un hombre sentado que loescudriñaba en una postura extraña. “Es el señor director”, le susurróHanai.Casi pegado a la pared se acuclillaba otro hombre con la cabezasostenida en una mano. Era Kusai. “Qué rodeos”, pensó R-62, “estánmontandounafarsa”…

—Bienvenido—dijoeldirectorconunavoztersayafeminada,enuntonosumamenteceremonioso.

R-62ibaapasardelargo,perolodetuvoHanai:—Quédateaquí.—¿Tedecidiste?—Otravezeldirector…Enlugardeasentircondocilidad,R-62sospechó,alverquelaagencia

no seencontrabaenbuenestado financiero,queconfiar solamenteen lacapacidadde su interlocutor le traería consecuencias calamitosas, y dijoenuntonoambivalentepararemarcarsududa:

—Estoycasidecidido…Yeldirector,asombrado:—Yosolotepreguntéamododerito,perotúcontestasconcasi.Qué

sorpresa.Adecir verdad, el verbo “decidir” no existe para losmuertos,quenotienenderechoaescoger,noteilusiones.

R-62leobjetó:

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—Elsuicidioesdelibrealbedrío…Yeldirectorseburló:—Peroeldesempleonoloes.“Quétontería,librealbedrío…”,balbuceóeldirectormientrassacaba

unos binoculares de la caja que tenía frente a él. Como por reacción,Hanai levantó la tela blanca del ataúd (¿sería un ataúd?) y reveló unaextrañacama,equipadaconaparatosenformadeescayolas.VolvióalladodeR-62y, tirándoloporelbrazoendiagonala laespalda, ledijoenuntono consolador: “Adelante”. Como acto reflejo R-62 forcejeó paralibrarse; enseguida terminaron enlazados y fueron trastabillando hastapegarsecontralapared.Nadiesupocómo,peroalinstanteunbotóndelamanga se enredó con un arete de Hanai, quien lanzó un chillidoescalofrianteymordiódesesperadalapuntadeldedodeR-62.Observandola escena a través de los binoculares, el director dijo con frialdad:“Imbéciles”.

—Noresistasenvano—dijoKusaienuntonocínico—.Yafirmasteelcontrato,paraquétratardetaparelpozoconelniñoahogado…

Leagarró losbrazosyse los llevóa laespalda, luego lo levantóenviloparadepositarlosobrelacama,comosiestrangularaunagallina.Sinperder tiempo,Hanai esposó sus extremidades con argollasmetálicas yacto seguido tiró de una manivela instalada al lado de la cama. Lasargollas que oprimían las muñecas se abrieron en dos direccionesopuestas,mientraslasdelospiesseclavaronenlosmismossitios;R-62se quedó inmóvil, crucificado horizontalmente sobre la cama. Como sifuerapoco,salieronvarioscinturonesdecuerodesdeabajoparasujetarloconmásfuerza.R-62empezóagritar,“Quéhacen,¡suéltenme!¡Nodejaréde gritar hasta queme dejen en paz! ¡Seguiré gruñendo a todo pulmónhastalaeternidad!”.

Cuandounfocoseprendióderepenteconcrudeza,comoparaborrarlos gritos con golpes de luz, R-62 se cohibió ante la posibilidad devolverseinvisible.Trasquitarlosojosdelosbinoculares,eldirectordijo:

—Quéhombretanrepugnante,peseasuaparienciadehombreserioyhambriento.¿Porquénodijistealcomienzoquenoqueríasentregarte,sinadietelosuplicó?Segurohasvistoaquellahabitaciónenlaentrada,que

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llamamos“saladereducción”.Estádiseñadaespecíficamenteparaatendera los arrepentidos imbéciles como tú.Conesta sillay el cablepodemossatisfacer tudeseosindificultadalguna,esdecir,devolvertealestadoenque te habrías encontrado si no hubieses tenido la suerte de toparte conunodenuestrosempleados…Anda,decídete.

—Sémásobediente—dijoHanai.—Comoquiendice,clavadoalataúd, recuperas lacalma,¿sabes?—

dijoKusai.YR-62apretólosojosconfirmeza.Almismotiempo,cerrólosojos

delalma,quizáporunataquedesomnolencia.

—Oye,notemuevas.R-62volvióensíaloírunavozgrave.Oprimidoporfuertesruidosy

unaluzintensa,noteníalibertaddemovimientos.Sonidosproducidosporremaches y tornos, luz de soldadura, olor a metal chamuscado… Seencontraríaenalgunafábrica.Sentíaunasatisfacción inexplicable,comosiestuvieraobservandounpaisajesoleadoatravésdeunresquiciodelatapia… ¿Desempleo?… Fue tan solo una pesadilla… ¿Qué tenía quehacer? ¿Llevar la lista de subasta a la sección de equipamiento? Claro,teníaquehacerelplanodelacabezadetorretaparalostornoscomplejosautomáticosantesdelcomitédetécnicosdeestanoche…¿Desempleo?…Votaríaporlacélulaenlaseleccionesparaladirectivadelsindicato…

—¡Cuidado!Se produjo un ruido horrible, como si un bloque de acero abrasado

cayera rodando a un tanque de aceite.Un ruido capaz de desgarrar unaroca,queenefectohacíaquelailusiónseaferraraalmomentopresente.

—¡Notemuevas,teestoydiciendo!Conlosgritostratódehuirdelasesinoqueloperseguíaamanotazos,

peroestabainmóvil,comosifuerauninsectoatrapadodentrodelaresinadeunárbolvetustodehacequinientosmillonesdeaños.Abriólosojosyvioqueloescrutabandoshombresdebatablancayunaenfermera.

Ahorasí,estabaclavadoalacama.Loqueparecíafuegodesoldadura,lo que parecía luz de foco, olor ametal chamuscado era en realidad…olorasangre,sinduda…Lasmanosdelostres,sostenidasenlosbrazos

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doblados, brillaban con una humedad roja. Uno tenía una pinza y unaespátuladelgadadeacero;otro,Kusai,untenedorconpuntaretorcida;laenfermera, un recipiente de acero inoxidable que contenía algunosutensilios,todosdispuestosconunaescrupulosidadextrema.

—Notemuevassinoquieressercadávermuerto.Era lavozdeldirector.Loveíaa travésde losbinoculares,montado

sobreelescritorio.Lepareciógraciosalaactitudyderepenteselealiviólarespiración.

Elhombrebajoygordo,depinzayespátula,asintiócon lacabezaymurmuró “Empecemos”. Las manos de los tres se estiraron al mismotiempo hacia la cabeza de R-62. El gordo sería el comandante de estamaniobra.“¿Quévana…hacer?”,ibaadecir,peroselequebrólavozenmitadde la frase,entre los labios resecos,yseconformóconpreguntarmoviendo losojos.“Hemos terminadode taladraryaserrarelcráneo,yahoravamosadespegarlo”,contestóelhombreconvozjovenytensa.R-62seestremecióanteeltamañodelsuceso,ysintiósucuerporeducidoalamitad.¡Quéhorror,seríapreferiblesercadávermuerto!Elcanalhabríasidounlechomortuoriomuchomáscómodo.

Zumbaba un enjambre de moscas sobre sus tímpanos. Una vozdolorosa…

—Úntalo con parafina… Esponja, por favor… Anda… Sonda ybisturí… Estamos abriendo la membrana cerebral —dijo el hombre,haciendounguiño.

—¿Quévanahacer?—¡Cállate, no te muevas! —gritó el director desde el escritorio—.

Lastímalounpoco,doctor.Quépuercotannecio.—Efectivamente, qué puerco —coreó el doctor—. Con cualquier

descuidosenosva,mira,yatenemosellóbulofrontal,estábastantealtalatensióncerebral,¡pásameelrespirador!Espátulanúmero5…Tienecolorde tofu podrido. Venas gruesas reptan entre los círculos como algas ytransparentanlasangredeadentro.¿Notepareceextraño?¿Esoerestúoerespartedeeso?…Comoves,mehasalidounafrasemuchomásbonitaque la de Hamlet, jaja… Anda, ¿cómo te sientes? ¿No ves el mundotorcido?Estamosvolteandoloshemisferiosdetucerebroconlaespátula

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número5.Aquíestálaglándulapituitaria.Quéinteresante…—Nohablesescupiendo—loamonestóeldirector.—No hay problema, los órganos cerebrales tienen una resistencia

misteriosamente fuerte, sabe, casi nunca se reportan casos de cerebrossupurados,nosepreocupe—continuóeldoctorsininmutarse,yR-62seodió a sí mismo por no haberse enloquecido—. Ahora viene la etapacrucial,vidaomuerte,porunpelo…ya,mehasalidobien,quéhabilidadtengo, ¿ves que estás vivo? Qué gracioso, ya eres cadáver vivo, jaja.Siguenlostálamos…Vamosapellizcarlo.

Trasunairarepentina,R-62lanzóungemidoprofundoygritócomosifueseelvientoanunciadordelinviernoquecorrerasgandoconsusuñassecasloscablesextendidossobretodalaciudad…Derepentesecongelóelviento.Tuvounasensacióndetristezacomosiloenvolvierauncristaldecolorhechopolvo…

—Jaja, ¿te asustaste? —se rio el doctor—. Pellizqué un poco lostálamos, como ves, se trata de un núcleo inferior, sin valor alguno, esmejor extirparlo para purificar la razón, al fin y al cabo el robot no esotracosaquelarazónpura.

—¡Perdóneme,nohagasemejantebarbaridad!—gritóR-62enuntonolastimoso.

—Conotraoperaciónpequeña,ahíva—dijoelhombrebajo—,yanosientesnada,¿verdad?

En efecto, el mundo se despejó por completo, como si lo hubierandespellejadocondestrezaparadejarlosolofrentealhorizonte.

—¿Yaheperdidoelsentimiento?…—Noexactamente,solotehaspurificado.¿Nosientesalivio?…—Me siento como si me cayeran encima gotas azules con una

frecuenciaregulada,vayaasaberdedónde…—Quépoéticotehaspuesto, jaja—serioelhombrebajo—,peroha

sidoundescubrimiento,yatenemoslarecetaparaproducirpoetas.—Bueno, entremos a la etapa de procesamiento—dijo el doctor—.

Exhalando, tira el respirador… Fórceps número 3…Corpus calosum…¿Lo alcanza a ver, director?, es una especie de cable que comunica elhemisferioderechoconelizquierdo.Aquíatraviesantodoslosconjuntos

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delacorteza.Esteengancheconvierteladiferenciadecorrienteeléctricaentrelosdoshemisferiosenvoltajeactivo.Recuerdebieneldatoporquelovaanecesitarcuandohagaundiscurso.Aquí…¡Esponja!…Elcorpusartificial, producido en la fábrica de California, propiedad de nuestraempresa… Tira, tira el respirador, 61 pulsos, tensión normal…Agarremoselcorpusartificialconlapinza,esteladoarriba,ybajémoslodespacio… Bien, ahora cortemos el septum y coloquemos una placainductiva y la válvula electrónica B… Lentes de polarizaciónelectrónica…Elcabledeplatino,noesese,sinoelnúmero31,conéctaloygíralodespacio…

A medida que la operación parecía complicarse cada vez más, lasvoces se fragmentaron enmurmullos casi inaudibles y solo repercutíanlos tintineos de los utensilios, intensificando la densidad temporal. Alpocotiempo,alguienemitióunsuspiroliviano,comounaleteodelprimerpajaritodelalbavioleta,quemarcóelfinaldelamaniobra.

—Cincominutosmás—dijoeldoctorconjúbilo—,insertaelfiltroenlacápsulainterna…Conectaelcabledeplatina…Yaestá…Mire,director,es lomás importante,elsegundoenlaceentrereacciónymovimientoyasehaindependizadodelresto,eldiscursoquedioelfindesemanapasadofuebastantetorpe,llenodeerrores…Retiraelfórceps…Deberíahaberloexplicado de la siguiente manera: la conciencia humana, la memorialingüística en primer lugar, se estabiliza al vincularse con conjuntosinferiores como la vista y los movimientos musculares para escribir;ahoraquehemosacabadoderomperlosvínculos,podemoscontrolar,almenosdemaneraselectiva,laconcienciadesdeelexterior…¡Aflójalo!…Loquelefaltaseríasolocitarunosclichéscomo:“Nohayfronteraentregenio y locura”; es decir, el genio consiste en la capacidad de olvido ydivisión,yhemosllegadoaponerestateoríaenprácticaanivelmasivo…

Eldirectorlointerrumpiódesalentado:—Desde lapróximavez, tú teencargasdeldiscurso,doctor,amíno

meinteresanmásquecuestionesfilosóficas…—Hombre, si la filosofía es una ciencia…Ahora,muévelodespacio

porlafrente…Sehasecadodemasiado,untaunpedazodegasaenlíquidocerebralparamojarlo…Devuélvelodespacio…ok…Hayquesuturarla

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membranacerebral, oye, ¡falta el hilo!…Mideel cráneo, ¿quénúmero?S4/8L2, qué hacer, solo tenemos L3… Pero este cráneo artificial essorprendente,segúnelcálculo,enunplatotandelgadocabeunaemisoraentera de antaño, qué maravilla, quién se habría imaginado hace cincoaños a un hombre con el cerebro cubierto por la emisora a cambio delcráneo.Prontollegaráunaépocaenquelagenteseburledequienesandantodavíaconelcráneodehueso…Perforaunpuntoparameterlaantena…Cúbrelo con piel… Jaja, qué bonito quedó, un hombre con cuernoscromados, como si su esposa lo hubiera traicionadomil veces…No tepreocupes, la antena mide solo tres centímetros, cuando te crezca elcabello,ladisimulasconelcorteespecial…

—Cómo no —dijo el director para seguir la corriente—, prontollegará una época en que se burlen de los hombres salvajes con cortesplanosdecabello…

—Tienerazón,mientrastantoutilizaréunsombrero—murmuróR-62conunadocilidadinusual.

El doctor empezó a lavarse lasmanos con el estrépito de un puercocorriendoenunacuneta.Eldirectorbajódelescritorioparadesabrocharlelos cinturones, aflojar lamanivela y quitarle las argollas. “Gracias”.Alescuchar esta palabra, el director frunció un poco la comisura de loslabios,perovolvióenmudecidoasuasiento.R-62sesentóalbordedelacama con las manos enlazadas sobre las rodillas, sintiendo la cabezapesada.

El asistente y la enfermera se retiraron con una carreta cargada deutensilios.

—¿EranR-30 yR-42?—preguntó el director, y el doctor asintió—.¿Cómolehaidoal42?—preguntóeldirectorconunasonrisainquisitiva.

Yeldoctor:—Muybien.Losmejoresrobotssiempresonfemeninos,jaja,creoque

sacanmayor provecho de las virtudes de lasmujeres japonesas. Prontotendremos aFujiyama, niña robot que será una atracción turística. Se lapresentaremosaMdelaasociacióndeturismo,jaja.

—A ver —dijo el director al fijarse en los ojos de R-62—, ¿estásbien?,tieneslosojosafilados…

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Eldoctor,todoorgulloso:—Solosetratadeunchoque.—Ydiouncapirotazoligeroalaantena

—.Ves,yaestásbien.—Vamosahacerunaprueba.—Eldirectorsacópordebajodelacama

unacajadecincuentaporcincuentacentímetrosdelado,treintadegrosor,con agarraderas, y la colocó sobre el escritorio. El doctor conectó uncablealenchufedelaparedyseplantóconlasmanosjuntasparaobservarpor encima de los hombros del director. Levantó la tapa y realizó unaserie de maniobras hasta que se encendió una luz verde que se reflejósobreelrostrodeldirectorcomoundiabloconrasgosoccidentales.

Habíavariosdiales,tablerosymanivelas.Derepentesonóalgocomounaflautilla.Habíasonado,pareciera,enlacajayenlacabezadeR-62almismotiempo.Debíaseralgunaseñal.R-62permanecióalacecho,conlarespiracióncontenidaantelapremonicióndeunsucesoinevitable.

Eldoctorabrióunossecosojosdeobservadorypreguntó“¿Cómotesientes?”…R-62escrutóelpaisajeinvisibleensuinterior.Quénostalgiatan dulce, el paisaje de la pintura se libra del marco para ponerse enmovimiento…

—Estoyfeliz,aunquemedueleunpocolasutura…—Mira,estálagrimeando—dijoeldoctorconunasonrisaamarga—,

lehasurtidoefecto…Eldirectorsesonólanarizyleclavóeldedomedioenelcentrodela

frente, pero R-62 no sintió nada. Sería capaz de mantenerse sonrienteaunquelecortaranlospiesconunasierra.

Eldirectorgiródenuevoeldialyprodujootrosilbatazodeflautilla.Actoseguido,R-62cambióbruscamentedehumorcomopasandodeunapáginaaotra.Derepentese inquietóysepusodepieconunasensaciónmolesta, como si algo se le hubiera olvidado. Al parecer, la máquinadetectóelcambio,pueslosdosasintieronconlacabeza,comosihubierantenidounacuerdoprevio.Eldoctordijoenuntonoburlón:

—¿Quierescantar?—…Claro, cómono—R-62 se riodandounapalmada—, sí, seme

antojabacantar.Conelorgullo inocentedeunniñoqueacabadedebutarenel teatro

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escolar,R-62empezóacantarconelpechoerguido.

Lasnubesazules,atestadasdelágrimasSeesfumarondetrásdelasmontañasAlserreprendidasporlasnubesmadres…

Cantando se dio cuenta de que era una canción completamentedesconocida.Pesealaignorancia,lamelodíaylaletralesalíansinpararcon espontaneidad. El director y el doctor soltaron una carcajada.Siguieronriéndosemientrasduraba lacanción.Parecíaunarisaforzada,untantocruel.Aunasí,R-62cantabaconunasinceridadinquebrantable.

—Ha sido un éxito, seguirá cantando hasta que apaguemos lamáquina…

Duranteunasemanaentera,R-62fueencerradoenunapequeñahabitaciónalnorte,alfondodelpasillooculto,aunquequizánoseaexactoutilizareltérmino“encerrado”.Conlapuertabloqueadanosesabíanadadeloquepasaba en el exterior, pero igual no le importaba saberlo. Al otro ladohabíaunapuertadisimulada,hechaconelespaldardeunasilla,atravésdelacual teníaplenalibertaddesaliryentrar.Sinembargo, jamásquisoirmásalládelbaño.Parcialmenteporfaltadeconocimientodellugar,peroenrealidadtansoloporquellevabaunavidaautosuficientecomoladeunaplanta.

Aunqueen lahabitaciónnohabíamásqueunsofácama,unamesayuna foto en color del Monte Fuji, nunca se sintió aburrido. Había unaventana grande que le permitía apreciar el paisaje exterior. Pese a lasmanchasdejadasporlalluvia,alcanzabaaverenelpanoramaunaglorietamuyconcurrida,cableseléctricosytechosdemilesdecasas.Denochelaciudadjamássedurmióantesqueél.

Además, se sentía en compañía de interlocutores invisibles, aunquenuncahubieranadiefrenteaél.Hanailellevabaviandastresvecesaldíaysosteníaconversacionesesporádicasconél,peroquizásoloeranilusionessuyas, pues apenas ella se iba ya no recordaba nada de lo que habíanestadohablando.Yalmismotiempo,sentíaquelacomprendíahastaenlos

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últimosdetalles.UndíaestuvosegurodequeHanailoamaba;fuecuandoella,con losdedossobre lacicatrizquehabíandejado losaretesaquellavez, lo observó con los ojos entornados a través de sus párpadosabotagados. Urgido por un impulso, R-62 se levantó con los brazosestiradosy tratódeabrazara lamujer.Derepentesonólaflautillaensucabezayalguiensoltóunacarcajadaensuinterior.

Hanai no se alteró en lo más mínimo, como si lo hubiera previstotodo.FrenteaR-62petrificado,ledijo“Sereno”,sacudiendolacabeza,“elotrodía,unrobotjoven,conocidocomoR-58,tratódeabordarme,comolo acabas de hacer, y murió al instante con la antena lastimada porgolpearsecontraelescritorio”…R-62sintiómiedoporprimeravez.

Noeracierto,habíatenidomiedoantes;fueeldíaenquevioeldesfilede banderas rojas y pancartas que avanzaba ondulante debajo de lasventanas.Seimpacientó,conlacabezaentrelosbrazos,alnoacordarsedesupropionombrepormásqueseesforzara…Paracolmo,nadielepedíaquecantara…Quizáestodurósolounsegundo.Sonólaflautillay,cuandorecobrólaconciencia,sonreíaconlamiradafijaenelglobopublicitariode una tienda de ropa. De paso, no se había sentido a gusto al tener lacabezaenrolladaconlaantena.

Pasó una semana sin mayores contratiempos. Era un día lluvioso,cubiertoporlaneblina.Durantelamañana,R-62permanecióobservandomovimientos ciliares de las columnas de humo industrial a través delvidriosobreelcualseresbalabangotasdeagua.Nosabíasi laambiguasensacióndenostalgiaseoriginabaenesasfigurasdeanimalesprimitivosqueseformabanoenelmismohumoqueseasociabaconlafábrica.R-62norecuerdacómopasóelrestodeldía.Escampóalatardeceryempezóahacercalor.

A esas mismas horas, se inauguraba el primer congreso del ClubInternacional R en el auditorio ubicado en el sótano del edificio. Lailuminación instalada en el acuario de peces tropicales proyectabaplieguesmisteriososde luz trémulasobreelcielo raso,y sobre lamesalargadecristal seafilabancóctelesen formademapamundi.Eldirectoracababadeempezarsudiscursoinaugural:

—… De modo que, con este R-62, nuestra producción robótica ha

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llegadoalrangodeindustriayestamoscelebrandoahoralafundacióndelClubR,amaneradepresentacióndenuestroúltimoproducto.

”Ahora,aunqueparezca redundante,megustaría resaltardenuevoelsignificadohistóricoquetienenuestroclub.¿QuésignificalaletraR,quesimboliza nuestro club y que reluce dorada sobre sus pechos?… R derobot,desde luego.Peronosoloeso,sinoque tienevariossignificados,complejos y profundos. Me permitiré citar solo algunos poquísimosejemplos: R de raza humana, R de regla y reino, R de riqueza, R deresurrecciónyreacción,Rderecolonización—aplausos—,Rderecto…—Aplausos.Eldirectortitubeóunmomento.Unmesero,quedebíaserunrobotajuzgarporsuantena,entróconunabandejarebosantedecócteles—.Todosloscóctelesqueofrecemoshoytienennombresquecomienzancon R; el que estamos repartiendo ahora se llama Robo, que tiene unaacidezuntantopicante…—Setapólanarizconunpañueloycontinuó—:Luego, al fijarnos en las señales del robot, R de racionalización —aplausos—, R de rompehuelgas —aplausos estruendosos—, R deregularización —aplausos—, R de refractario… —‘Saben, ¡hay más!’,gritó alguien, ‘rasetsu, que en japonés significa un hombre castrado,jajaja’…—. Claro, hay muchos más. Por lo tanto, me gustaría hacer lasiguiente propuesta: para agilizar las actividades del club, vamos aorganizarlo como un conjunto flexible de unidades con nombres quecomienzan con R. Solo voy a dar unos cuantos ejemplos.—Hojeó conrapidezsuagenda—:ClubdeRemilitarización,ClubdeReporteros,Clubde Ring para asegurar nuestro dominio sobre canchas deportivas yelecciones, Club de Recursos Naturales para empresarios, Club deRastrillo,ClubdeRedesarrollo Industrialparaexplotarnuevos terrenos,ClubdeReligiónparaintelectuales,ClubdeRefugioparacontrabandistasyexiliados…Aver,esperenunsegundo…—Tomóotrocóctelquehabíanempezado a repartir—.Brindemos esta vezpor el dios omnipotente quenosseleccionóanosotros.EstesellamaRejuvenecimiento,queresultadeuna mezcla especial de licor con esencia de wanda, planta extraña delPacíficodelSurqueproducehormonas.Adelante…—Ysetomótodalacopa de un solo trago, sin preocuparse por el desconcertado público—:Losmiembrosreunidoshoy,seanpolíticos,altosfuncionarios,banqueros,

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agentes de grandes empresas, son gente seleccionada por el dios, queestarágobernandoJapónenunfuturomuycercano.—Aplausos—.Sicadaunodeustedesalcanza,cadaquiensegúnsuespecialidad,liderazgodeunoovariosdelosclubesRqueacabodepresentar,¡nuestroRseconvertirásin falta en el símbolo de nuestro dominio sobre Japón!—…Aplausosefusivos…‘¡Unapropuesta!’,gritóalguien,‘¿noseráposibleincluiralgocomo Club de Romance?’. Era un hombre robusto con barba de foca,vestido con un kimono tradicional y adornado con una grancondecoración que colgaba de un lazo. Quién sería, los caballerosconcurrentes se rieron al unísono con buen humor, sin un asomo defastidio—. Preferiría que usted, señor —el director contestó con unasonrisa—, se hiciera cargo de organizar el Club de Regalía para loscondecorados…Bueno, tampocomeparecemala ideaorganizarelClubdeRomance.Yomismoibaaproponerunaideasemejante,puesnosolonosservirádecamuflajeparaguardarelsecretodelmundoexteriorsinotambién de diversión para echar una cana al aire. Creo que esindispensable organizar algo de entretenimiento—aplausos— que bienpodríaserRderelajamiento,Rderevolcón,RderuletaoRderotarios,oincluso,ClubdeRosaparapasarunanocheconunadama…Dehecho,lareunión de hoy también se convertirá, a partir del receso de mediajornada, en el tan archisonante Club de Rosa… —Aplausos—. Sinembargo, señores, mientras tanto, ¡presten oídos a lo que digo conrespectoaalgunosasuntosdetrascendencianacional!

R-62llevabaunbuenratoobservandoimpasiblelapuertadisimulada,conlosoídosaguzados.La luzdeneóndelHotelFlorida, alotro ladode lacalle, era una señal que anunciaba la llegada puntual de Hanai con lavianda…Pero,cosaextraña,esedíallegóconmediahoraderetraso,noHanaisinoKusai,paracolmo.Eralaprimeravezqueloveíadesdeeldíadelaoperación.

—Hola,¿cómohasestado?Oye, tequedabien laantena.Tienescaracomodejirafa—dijoKusai,malhumoradodesdeelprimermomento.

YR-62lepreguntósinningunaintención:—¿DóndeestáHanai?

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PeroKusai,convozáspera:—¿Para qué la quieres ver? Con razón, husmeaba algo desde antes,

comoquiendice,tímidosconholgura,tiemposdeamargura…PeroR-62loignoróporcompleto,comosinohubieseoídonadayse

concentróenladigestión.—Oye,másvalediabloconocidoqueángeldesconocido,¿porquéno

mecontestasnada?—Kusailoamenazó,peronohabíamaneradesacarlodel mutismo. Al terminar de comer a sorbos, sonrió somnoliento—.¡Puerco asqueroso!—Kusai se atusó el bigote y tanteó en busca de lasllavesdelaspuertascondenadas,quetintinearondentrodelbolsillo—:Enfin,yaparaqué,diceelloro,sillegóelgavilán,prontotesacarándeaquíynuncanosvolveremosaver.Aquí tieneselgorroparaquesalgasa lacalle.Aunqueesunproductodemasiadolujosoquenocombinabienconla ropa que tienes puesta…—Arrojó un gorro desgastado con cintilloscaídos en el escritorio…—. Qué cosa, literalmente margaritas para elpuercomuerto…

—¿VieneHanai?…—¡Hombre mal muerto! ¿Todavía te empeñas? Desde pequeño me

inculcaron: paraguas para el corazón.Nuncahabía conocidounhombretan descarado como tú. Nomemetomás contigo, porque, como dicen,sería matar la vaca por cuidar el cuerno y, también, pinchar el caballomuerto,perovasaver,nosoydelosquesedejanarrancarlosbellosdenarizporlamujerquesehaacostadoconuncadáver…

Enelsótano,elcongresoacababadeaprobarporunanimidadelplangeneraldelclubenmediodeestruendososaplausos.

—Pasemos al siguiente asunto—dijo el director mientras levantabadelpisounacajaverdebrillante—;nohaynadamejorquecomprobarlocon sus propios ojos. Antes de darles explicaciones detalladas,procederemosapresentar,segúnelacuerdoprevio,nuestronuevorobot,el número 62. Se trata de un producto completamente virgen que no hasalido de conserva desde su fabricación, pero lo traeré hasta aquí, sinayudadeguía,medianteestacajadecontrolremotoquetengoenlamano.

R-62noestabamuysegurodehabervistomarcharseaKusai.Apesarde que la lluvia reanudada afuera mantenía la habitación en penumbra,

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permanecíaalaesperadealgunanovedadsinpensarsiquieraenprenderlaluz.Unpardeminutos,oquizáveinte,treintaminutos…

Orgulloso, eldirectorgiróundial enmediode lasmiradas tensasycuriosas.

—Tranquilícense, señores, con los tragos de este otro cócteldenominadoResbaladizoqueestánrepartiendoahora…

SonólaflautillayR-62oyólavozdeunmisioneroinvisible.“Pontelagorray apúrate, anda”…Seoyó,vaya a saberdedónde, el ruidodeuntecleocomosifuesenvidriospulverizados.Sololasaladetrabajosextraestabailuminadaconunexcesoperturbador.Albajarlaescaleraseplantófrente al portal central. Encontró la bajada hacia el sótano al fondo delpasillo,que seextendíahacia laparte trasera.Cuandopasódelantede lamisma sala donde había firmado el contrato, percibió un aullidosollozantequenosesabíasieradehombreodemujer.Emanabaunairehúmedo desde el sótano. Enseguida distinguió la placa metálica, reciénhecha, que decía: “Club Internacional R”. “¡Adelante!”, le ordenó elmisionero invisible, yR-62 empujó con solemnidad la ostentosa puerta,forradadecueroconribetesdelatón.

Aplausosapasionados…—Silencio,porfavor.—Eldirectorcontuvoalpúblicoconlasmanos

alzadas—.Aceptaríacongusto losaplausossi fueranmanifestacionesdecariño paramí, pero sabenmuy bien que todo esto no esmás que unadiversióninsignificante.Aplaudancuantoquierandespuésdequeleshayaexplicado el verdadero significado de este nuevo robot… —Luego derecorrer con unamirada rápida a losmiembros eminentes que oteabanenmudecidos—:Nosepreocupen,voyasermuybreve…—Lapresenciade R-62 parecía irritar al director—. Para empezar, me referiré alsignificadohistóricoysocialdenuestrorobot.Comoustedesobservan…—EldirectorseñalóaR-62conlabarbilla—:Quétepasa,R-62,¡quítateelgorro!—gritóconvozestridente,yemitióunaseriedesonidosguturales,u,u,paraserenarlarespiración…—.Enapariencianohaynadasingularsalvo dos antenas con menos de tres centímetros de largo, pero en elinteriorestáintegradounsistemaextraordinario,u,yaunquequizálomásnatural sea aclarar ahora mismo su estructura y mecanismo lo omitiré

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para dejarlo enmanos del doctor Henry Ishii, aquí presente… cirujanocerebral de reputación mundial y a la vez productor sobresaliente derobots,quienhasidoenviadodirectamentedenuestrasedecentral.Luegolesbrindaráexplicacionesmásdetalladas,demomentosolomepermitiréhablardelasvirtudesfuncionalesdelrobot,u…—Conlamiradadetenidasobre loshuesosdepollo, chupadosydejadosenelplato—:Ahora, losinvitoaquereflexionenentornoalahistoriadelalabor.Esciertoquelatecnologíaganó importanciaamedidaque la labor sedesplazabade losmúsculoshumanosalamaquinaria,peroesta,almenosalcomienzodelaépoca tecnológica, no fuemás que algo auxiliar que complementaba elcuerpo humano, y la idea del robot como personificación de lamaquinaria se concibió como un sueño de losmecánicos. Huelga decirquelosrobotsincipientesnofueronmásquemuñecosqueimitabanalosseres humanos. El desarrollo auténtico de la maquinaria automáticacomenzó cuando superaron esta confusión entre las formas y lasfunciones. La máquina hiladora fue el primer paso para vencer lanecesidaddeimitar.Enadelante,cadapartedelcuerpohumanocrecióconplenalibertadmediantetransformacionesradicales:lospiesencoches,lasmanosenherramientas,losmúsculosenturbinas,losojos,lasorejasylasbocas en radios, televisores, cintas y radares, parte de los cerebros encomputadoras,etc.

Desdeluego,tenemosfundamentosparaconsiderarestosquiposcomounrobotmamut.Lamaquinariasuperaalossereshumanosnosoloporsupotenciamecánicasinotambiénporsucapacidaddepensar,seleccionarymemorizar. ¿Estoquieredecirque los sereshumanosyahanperdido surazónde ser?No, en absoluto, porqueno esposibleque algo exista sinseres humanos.Si es así, ¿quépapel deben jugar los seres humanos?Elpapeldeesclavosobedientesdelamaquinaria.Comobienlodemostróelreyautomovilístico,HenryFord,atravésdesuinvento,esdecir,lalíneade producción, pues la tarea de hoy consiste en cómomodernizar a lossereshumanosparaponerlosalcorrientedelatecnología.Enestesentido,es patética la situación actual en que algunos hombres incompetentes seagrupan con cada vez mayor solidaridad para sumergirse en ladegeneración biológica, representada por movimientos obreros —

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aplausosesporádicos—.Lostrabajadoressonsangredelamaquinaria,losmecánicossushormonasynosotros,laoligarquía,sucorazónyalma.—Aplausos—. Pormás noble que su alma semantenga, lamaquinaria nopodríaconservarsuestadosanoconlasangrecontaminada,ylapérdidade su sanidad nos conduciría de inmediato a la crisis de la civilización.Señores, ¡estamos obligados a organizar una cruzada en contra de estadegeneración global!… En otras palabras, nuestra civilización sana seencuentra al borde del abismo debido al retraso mental de los sereshumanos… Con fundamento en este gran planteamiento filosófico, nohemosregateadoesfuerzoshastallegaraproducirnuestrosegundorobot;esdecir,hemoslogradoextraerdelserhumanounapotenciamayorquelade cualquier ser humano. Fíjense bien, señores, en la actualidad, el serhumano es la materia más barata de todos los recursos naturales.—Eldirectorsepusodebuenhumorantelosmurmullosdeaprobación—.Locual significa que nuestro proyecto puede ser altamente rentable. —Aplausos—. Así que avancemos con valentía y sin recelos.—Aplausosestruendosos—.Segúnelplanpremeditado,iremossacandoprovechodela sangre de la maquinaria y convertiremos a gran parte de los sereshumanos en robots, pero demomento hemos perfeccionado amodo depromociónelrobotmecánico,elR-62.

Inquieto,eldirectorrecorriósualrededorconlamirada.Desdehacíapocosepalpabaunaatmósferaextrañaquenoerasinoconsecuenciadelaborracherageneral.Entodoelauditoriolagentehablabaasuantojodeloque le viniera en gana. Cuando alguien aplaudía sin razón alguna,reaccionabanalgunos.

—Señores, ¡les tengounapropuestaparacerrar la sesión!—gritóeldirector y algunos soltaron una risa sonora, jajaja—. ¡Sí, les tengo unapropuesta!Comoelprimerpasodelproyectoparavinculardirectamenteel robotcon laproducción,prestaremosaR-62aunafábricaapuntodequebrarylegarantizaremoselfinanciamientoacondicióndequelodejetrabajarconplenalibertad…—Aplausosyrisas;“¿CuándoletocaalClubRosa?”,murmurabanalgunos,enfin,yanadieprestabaoídos.Eldirector,apresurado,sacódelbolsillounpapelredactadodeantemanoy,mientrasdespertabaasacudidasalviejopresidentedelBancoMparaquetomarala

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pluma,lesusurróaloído—:Mire,siestádeacuerdoconloqueacabodeproponer,firmeaquíinmediatamente,porfavor…

—¿Firmar?…—EnseguidapasaremosalClubRosa…—Québueno…Al recoger el papel firmado, el director se levantó rápidamente, tras

dejarle dicho al doctor Ishii: “El resto te lo encargo”.Mientras subía laescalera oscura a toda velocidad hasta la sala de teléfono, dijo para susadentros:“¡Cucarachasmalmuertas!”.YmandóelsiguientetelegramaalproductorTakamizu:

APROBADOELASUNTODEROBOT_HASTAMAÑANAMEDIODIA.

Al encontrarse con R-62, el presidente Takamizu se asombró a talgradoquesedesplomóenelactoconlasrodillastemblorosas.Condujoaldirectoraunrincóny:

—Oiga, pero se trata delmismo hombre que despedí el año pasadocuandoustedmepreguntóporél.

Lanovedadtomóporsorpresatambiénaldirector,peroeste,enlugardebajarlavozcomoTakamizu,sealegró:

—Leconvieneaúnmás,señor,yaqueestáacostumbradoalambientedelaempresa.—YsevolvióhaciaR-62—:Oye,¿escierto?¿TedespidióelseñorTakamizu?…

R-62asintiósinapenarse.Sinembargo,Takamizu,todavíaincrédulo:—Esqueesehombrenoservíadegrancosa,ademássuhermanoes

activistadelsindicato…—No tiene que bajar tanto la voz, señor—se rio el director—; con

respecto a la labor, hemos realizado un análisis exhaustivo de ondascerebralesparaaveriguarqué trabajosha realizadoydequéhabilidadeshadispuesto;sehacíacargodetornoscomplejosautomáticos,¿verdad?…

—Sí,tienerazón…—Trasinvalidartodosesosantecedentes,hemoselaboradounsistema

para sacar la máxima capacidad del cerebro limitado de los hombrestorpes. Y lo hemos traducido en señales a fin de ajustarlo a sus ondascerebrales, instalándole así un mecanismo perfecto de reflejos

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condicionados. Le aseguro que es un mecánico genial, a la perfección.Déjelo trabajar nomás y verá cuánto rinde. Por mi parte, seguiréenviándoleórdenesdesde la cajade control remotodesde lasdiezde lamañana hasta las cinco de la tarde.Es decir, durante siete horas será ungenio,pero luegodéjelodescansar,por favor.Bueno,sudescansonoesmás que distraerse, y no le molestará para nada. Tener un hermanocomunista no importa de ninguna manera, recuerde que es un cadávervivo…

—¿Cadávervivo?…—¿Verdadquesí?…—SevolvióeldirectoryR-62asintiódenuevo

sinobjetar.—Pero sigue siendo un objeto grotesco para mí —dijo Takamizu,

sacudiendodubitativolacabeza—,esqueestabaconvencidodequemeibaatraerunmecánicooriundodeEstadosUnidos…

—Su cerebro es un producto cien por ciento americano, conveintinuevepatentes,además.Siacasolesucedealgúnproblemaoalgolefunciona mal, enseguida transmitiremos las ondas cerebrales a la sedecentral para que los expertos las analicen y le hagan los ajustesnecesarios…

—¿Deverdad?…—¿Lovaarechazar?…—Quéva,siesunsalvavidas.Apenasconunsíntomademovimientos

sindicales,elBancoempiezaameterlaboca…—Nosepreocupe,señor,puedereducirel tamañodelafábricahasta

lomínimo,yaquelainversiónesparaesterobot…—Gracias,pero¿yaestáconfirmadaesa inversión?…¿Yelcontrato

conmigo?…—¿Dequéhabla?…—No se haga el tonto, repartiremos mitad y mitad la ganancia,

¿verdad?…—Claroquesí,lapromesavivehastadespuésdemuerta…—¿Yladirectivayelsindicato?…—Créame,yomeencargocontodaresponsabilidad,hayqueganarla

confianzadelBanco…Elbanqueromehacecaso,tengaconfianzaenmí.

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Elrobotserálagarantíaabsolutadesuempresa.Conelregistrohecho,loincorporaremosalClubInternacionaldeRobot…

—Muchasgracias…—IncorporadoalClub,yaseráempresariodeprimerrango…—VamosaverquéinnovacionesrealizaR-62…—Téngaloporseguro,esungenio…—Es que, director, me da pena decirlo, pero todavía me asusta

recordarqueesuncadávervivo…—Acéptelotalcomoes…—Pero…—Tengaconfianza.Nuestrosempleadosestánpendientesdecadauno

de sus movimientos y, por favor, no dude en reportarnos cualquieranomalía. Sin falta lo dejaremos tal como usted desee. ¿Quiere que lehagamosunarregloparaquecantemientrasdescansa?…

Sietemesesdespués,unatardedespejadadenoviembre,estabanapuntoderealizar la marcha de prueba de la máquina-herramienta innovadora,primerproductodeR-62,enlasaladetrabajopertenecientea lasecciónde mecanología del productor Takamizu. No era una ceremonia ritual,sino una sencilla reunión privada en la que solo participaban losmiembrosdelClubInternacionalRyalgunosdirectivosdelaempresa.Enlaprimerafilasesentaronelpresidentedelbanco,eldoctorTakamizuyeldirector,esteúltimocercadelamáquinaconlacajadecontrolremotoasudisposiciónporcualquieremergencia.Alcomienzo,eldirector lanzóundiscurso titulado“El significadodehoy”con lapropuestadeque,enadelante, ese día fuera conmemorativo para el club. El presidente delbanco,sonrienteenapariencia,solodijo“Quéalegría”,amododesaludo,peroadecirverdadestabaresentidoporelcontratoquehabíatenidoquefirmar en estado de embriaguez, ahora convencido de que se trataba deunaestafa.

Mientrastanto,Takamizu,descompuestodepavor,manifestabarecelocada vez que veía caras conocidas. Sin embargo, su inquietud no teníanada que ver con lamáquina, sino con el fenómenodenominadopor eldirector“retrasomental”delosobreros,quehabíanexplotadodeiraante

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ladeshonestidaddeladirectivaylapresenciadelpícaroenviadoalfinporlosmiembros expertosdel clubpara aniquilar lashuelgas.Enteradosdeque Takamizu se encontraba en la fábrica, los sindicalistas habíanempezadoacongregarsepaulatinamentefrentealportalprincipaldesdeelmediodía.

Al final, elmismoR-62hablóconcaradealegría ingenua, según lainstrucciónenviadadesdelacajadecontrolremoto:

—EstamáquinaqueacabodeinventareslaconcrecióndelprogramadelClubR;enteoría,podemosproducirmáquinasautomáticascapacesderealizarcualquierlaborcompleja,peronodebemoslimitarnuestrametaaalgo tan sencillo al considerar el costoy la eficiencia;másbien, loquedebemospensarescómosacarprovechodelamanodeobrabaratadelossereshumanos;conelúnicoobjetivodehacerunamáquinaqueobliguealos seres humanos a ejercer esa capacidad laboral y que los explote almáximo,hellegadoaingeniaresteaparatoderacionalizaciónhumana…

Ciertamente,eraunaocurrenciaacertadahacerlemanifestar supuntodevistaaR-62,que fue recibidoporelpúblicoconaplausossincerosysatisfacciónunánime.

Alaseñalenviadaporeldirector,R-62revelóelnuevoinvento.SoloTakamizuseasombróalverlamáquina(laveíaporprimeravez,puessehabíadedicadotodoeltiempoaatenderalossindicalistas),peroelrestono sintiómás que una emoción común porque había aprendido con lasexperienciasqueunamáquinaeracomplejacasipordefinición.

R-62 se plantó frente al botón de encendido mientras Takamizu seacercabaaregañadienteshacialamáquina,cumpliendolaresponsabilidaddelpresidente.CuandoTakamizusubióalamesadetrabajo,R-62apretóel botón…Al instante, un bulto con estatura humana, colocado sobre lamesa rectangular, se multiplicó de tamaño con una celeridad inaudita yestiró sin ruido los brazos, doblándolos hacia símismo, hasta atrapar aTakamizudentrodelcírculo.Unengranajeterriblementecomplejoconunsistema de cambio automático de velocidad traqueteó con suavidad yapuntóaTakamizuunasarmasincisivasdesdevariosángulos.Dederechaaizquierda,deizquierdaaderecha,volaronsiniestrosbrillosmetálicos.

—Yabasta—gritóTakamizu.

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YR-62lerespondiósininmutarseenuntonoimpersonal:—Cuidado, señor. En cuanto se prenda la luz verde en la fila de

numerosaslamparitasqueestáfrenteausted,toquelacorrespondientesinperder tiempo.2,4 segundosde retrasoseránsuficientesparaquepierdaundedo.Yaunquepierdauno,manténgaseatentoparaseguirtocandolaslámparas. Tiene diez oportunidades, ya que tiene diez dedos, señor. Alfallaronceveces,moriráconelpechoapuñalado.

Cuando terminódedecirlo, losmovimientos se trasladaronalnuevoconjuntodeengranajesylamáquinaparecíaponerseenacciónatodoloquedabaelmotor,conzumbidosestruendosos.Seprendiólaprimeraluz.Aunquenosecortóeldedo,saltóunchorrodesangre trazandounarcorojo.

—Ya, ya, por favor —gritó con un júbilo simulado, tratando deconvencersedequeR-62sololeestabatomandoelpelo.

Con todo aplomo, R-62 le respondió en un tono casual, como siestuvierahablandodelclima:

—Unavezpuestaenmarcha,estamáquinanosedetienedurantecuatrohorasseguidas.

Los movimientos de la máquina eran sumamente irregulares. Habíamásdetreintalamparitasenfila,quedeunextremoalotronosepodíanabarcar con pocos pasos, y parpadeaban solo de vez en cuando con unordenprevisible,rotoderepenteporintermitenciasazarosas.Elritmodeparpadeos tampoco tenía regularidadmusical, sinoqueera interrumpidocon frecuencia por una complejidad incalculable. Todo este desordenmúltiplenodejabatranquiloniunsegundoaTakamizu.

Se voló el primer dedo. A estas alturas se había generado unaexcitación inusual entre los asistentes. El presidente del banco gruñíamientraseldoctorretrocedíapocoapocohastapegarseporcompletoalapared.R-62dijo:

—Cuandoyanodistingalaslamparitascubiertasporlasangre,toqueel botoncito rojo que está abajo.Así saldrá desde arriba elmetanol quelavarálafilaentera.

Cuando se voló el segundo dedo,Takamizu empezó a aullar con unsonido vocálico entre a y o, aferrado a la sola esperanza de que los

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obreros congregados forzaran el portal para invadir la sala detransmisión eléctrica y cortar de una vez la electricidad. Incluso creyópercibirenmediodeloszumbidosproducidosporlamáquinaelgritodelos obreros: “¡No nos vendan a los EstadosUnidos!”.Ya se confundíansangreysudorsobreelcuerpoviscoso.

Empezóaperderconfianzaensímismodesdeelmomentoenquesevolóeltercerdedo.Elcuartoyelquintosecortarondemanerasucesiva,yyanolequedabamásquelamanoizquierda.

Conlacaratapadaporlasmanos,elpresidentecontemplabalaescenaentre los dedos sin dejar de gruñir. Su emoción desbordada llegó a talgrado que se arrepintió de haber sospechado una estafa. El directortambién se encontraba conmocionado, lamiéndose sin parar los labiossecosy,depaso,mojándoselasfosasnasalesconlosdedosensalivados.Losdemásasistentes,quienmásquienmenos,estabanconvulsionadosporelmismoasombro.

Cuando se cortó el séptimodedo,Takamizu se dejó caer hacia atrássobreelfilodelespaldarconlosbrazosfláccidos.Elfilotemblorosoloperforódesdelaespaldahaciaelpecho.Elgritogruesoyoscuroseelevócomounacolumnahaciaelcieloraso.

El director se puso de pie y agarró por los brazos a R-62 parapreguntarleenuntonocariñoso:

—Oye,R-62,¿paraquésirveestamáquina?R-62escudriñóelrostrodeldirectorytratóderecordaralgomientras

sacudíadespaciolacabeza.Enesemismoinstante,separólamáquinaconaleteos,comolasmoscasen invierno.Enseguida,eldirectorsevolvióydescubrióqueseapagabalaluzdelacaja.Alolejosseescuchabaelcorodelosobreros,invadidopocoapocoporlasirenadelcamiónpatrullero.Los directivos, pálidos, se dispararon a la carrera. Acto seguido losmiembros del club se precipitaron hacia la salida, arrastrando los piesparalizados.Eldoctoryasehabíafugado,vayaasabercuándo.

Elúnicoservivoquequedóenlasala,sinincluiraR-62,yamuerto,eraeldirector,quienpermanecíaescrutandoelgestodelrobotconlacajadecontrolremotoinmóvilensusmanos.

—¿Para qué sirve? —dijo en voz baja como cuestionándose a sí

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mismo.Conlacabezaladeada,R-62sonriódistraídoconlosojosclavadosen

unpuntoinexistente.Lacaradeldirectorsefuetorciendodeterror.—¡Quémáquinaesesta!—gritóavozencuello,perosuspalabrasse

disiparonentreel clamor irritante,procedentede los forcejeoscercanosdelosobreros.R-62soloalcanzóaverlapalidezdelrostrocrispadoyloslabiostensos.

(1953)

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ELPALO

Unlunesdecalorhúmedoenjunio…En medio del gentío que atestaba la azotea de un gran almacén,

localizado enfrente de una estación, yo estaba con dos niños bajo mitutela,oteandolaciudadabotagadadeneblinadespuésdelalluvia.

Al encontrar un hueco, de tamaño justo para que cupiera una solapersonaentrelatorredeventilaciónylaescalera,memetíahí,abrazandoalternativamentealosdosniños,queprontosemostraronaburridospeseamientusiasmo.Noeranadafueradelocomún,yaquehabíamásadultosque niños adheridos al parapeto. Mientras estos, hastiados, prontoempezaban a decir que se fueran a algún otro lado, eran los adultosquieneslosreprendíanseveramente,comosihubieransidointerrumpidosen su trabajo, permaneciendo con la barbilla colocada sobre elpasamanos,embelesadosanteelpaisaje.

Quizánoestuvieradeltodolibredeciertoremordimiento,peroigual,no tenía importancia. Yome encontraba completamente distraído. Estoycasi seguro de que no estuve pensando en nada que valiera la penarecordarmástarde.Lociertoesqueestuveunpocoirritado,talvezporelclimahúmedo,yenfadadoconlosniños.

Elniñomayorgritóconvozimpaciente:“¡Papá!”.Sinquereradelantéelcuerpocomohuyendodelavoz.Setratabadeunmerocaprichoquenomeparecíanadaarriesgado,peroflotéinesperadamenteymevicayendoderepente,insensibleantelavozquegritaba:“¡Papá!”.

No sé si fue al caer o cuando topé con el suelo, pero me encontréconvertido en un palo: de tamaño estándar, sin una curva, ni grueso nidelgado,aproximadamentedeunmetrodelargo.Oídenuevolavozquegritaba: “¡Papá!”. Lamultitud que caminaba por la acera se separó paradejar un círculo vacío. Así, seguí desplazándome en línea recta, dandovueltassincesar,hastarebotarconunsonidoagudosobreunasuperficie.

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Megolpeécontraunárbolyquedéclavadoenunazanjaentrelaaceraylacalzada.

Lagente,molesta,miróhaciaarriba.Encimadelparapetodelaazotea,seveíanlaspequeñascaraspálidasdemishijos,quepermanecíanallísininmutarse. El vigilante que guardaba la entrada corrió escalera arriba,dejandolapromesadequeibaaamonestarconrigoralosniñostraviesos.Alborotada, la gente los amenazó con los puños levantados. Mientrastanto,mequedéenelmismositiosinserdescubiertopornadie.

Porfin,unestudiantesediocuentademipresencia.Ibaconotrosdoshombres,uno,quetambiéneraestudiantevestidoconelmismouniforme,yelotro,queparecíasuprofesor.Losdosestudiantesseparecíanentodocomosi fuerangemelos, desde la estaturay el gestohasta lamaneradetocarse el gorro. El profesor, con el bigote canoso, llevaba anteojosgruesosyparecíauntípicocaballeroparcoenpalabras.

Al sacarme de la zanja, el primer estudiante habló en un tonoextrañamentelastimero.

—Unobjetoasídeordinarioescapazdemataralguien,dependiendodecómolecaiga.

—Pásamelo —dijo el profesor con una sonrisa. Al tomarlo en susmanos, lo blandió un par de veces—. Es más ligero de lo que parece.Bueno, para qué exigir más. Puede ser buen material para tusinvestigaciones.Quizáidealparainiciarlapráctica.Aver,vamosapensarquésepuedesaberdeestepalo.

El profesor se puso en marcha y los estudiantes siguieron tras él.Esquivandolamultitud,lostresllegaronalaplazafrentealaestación,yal no encontrar ningún banco desocupado, se sentaron a la orilla de lazonaverde.Elprofesormesosteníaentrelasdosmanosparaobservarmeacontraluzconlosojosentrecerrados.Ahímedicuentadealgoextraño.Alparecerlosestudiantestambiénnotaronlaanomalíayhablaroncasialmismotiempo.

—Profesor,subigote…Erapostizo.Elextremoizquierdosehabíadespegado,yflotabaenel

viento.Elprofesorasintióconcalmamientrasselosujetabaconeldedoensalivado,y sedirigió a los alumnos,quepermanecíana ambos lados,

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comosinohubierapasadonada.—A ver, ¿qué se imaginan a partir de este palo? Analícenlo y

evalúenloparadecidircómocastigarlo.El estudiante situado a la derecha tomó primero el palo para

observarlodesdeángulosdiferentes.—Comencemos por aclarar que el palo tiene arriba y abajo—dijo

mientrasmedeslizabaentre lasdosmanoscerradasenformade tubo—.Lapartedearribaestábastantemanoseadayladeabajo,desgastada.Estoindica que no fue simplemente arrojado en la calle, sino que alguien lousóconunobjetivo específico.Peropareceque lomaltrataronbastante,porque está lleno de raspones.Al ver que lo siguieron utilizando en talestadohastaelúltimomomento,meinclinoacreerquehasidohonestoysencilloensuvida.

—Tienesrazón,perocreoquetehaspuestodemasiadosentimental—dijoelprofesor,matizandosuvozconunasonrisa.

Ahí intervino el estudiante situado a la izquierda enun tonobastantefuerte,comosifueraareplicarlafrasedelprofesor.

—Yopiensoqueestepalofuecompletamenteinútil.Esquesetratadealgo demasiado simple para un ser humano. Es un instrumento tanelementalquehastaunmonolosabemanejar.

—Sinembargo—respondióelestudiantede laderecha—,esposibleargumentarqueelpaloes labasede todos los instrumentos.Seprestaavariosusosjustamenteporsusimplicidadnoespecificada;puedeconducira un ciego, domesticar un perro, servir de palanca para mover objetospesadosygolpearaunenemigo.

—¿Dicesqueelpaloconduceaunciego?Yonoestoydeacuerdo.Noesqueelpaloconduzcaalciego,sinoqueelciegoseconduceasímismoapoyadoenelpalo.

—¿Noesjustamentelahonestidaddelaquehabléhaceunosminutos?—Puedeser.Peroconestepalo,asícomoelprofesormepuedepegar,

yotambiénlepuedopegar.Finalmenteelprofesorsoltóunacarcajada.—Esdivertidoverlosdiscutiraustedes,queseparecen tanto.En fin,

losdosestándiciendolamismacosacondiferentespalabras.Resumiendo

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loquehanplanteado, estepalo fue antesunhombre.Esa es la respuestanecesariaysuficienteentornoaestehombre…Esdecir,estepalofueunpalo.

—Pero —insistió el estudiante de la derecha— ¿no deberíamosreconocercomounatributolaposibilidaddehabersidounpalo?Hevistomuchostiposdesereshumanosenlasalademuestras,peronuncahevistounpalo.Esraroencontraralgotanhonestoysencillo.

—No,noesnecesariamenteraroporquenolohayasvistoennuestrasalademuestras—contestóelprofesor—.Puedesertodolocontrario.Esdecir, puede ser demasiado común para que alguien se fije en él comoobjetodeinvestigaciones.

Los dos estudiantesmiraron sin querer el gentío a su alrededor, tansincronizados como si siguieran un previo acuerdo. El profesor dijoriendo:

—No,noquierodecirquetodosellosseconviertanenpalos.Nomerefiero al aspecto cuantitativo sino al cualitativo cuando digo que lospalos pueden ser demasiado corrientes, de la misma manera que losmatemáticos dejaron de hablar del carácter del triángulo porque ya nopuedendescubrirnadanuevo.—Continuódespuésdedejarunapausa—:Aver,¿cómolovanacondenarentonces?

—¿Tenemos la obligación de condenar un palo tan simple? —preguntóperplejoelestudiantedeladerecha.

—¿Qué crees tú? —El profesor se volteó hacia el estudiante de laizquierda.

—Porsupuestoquesí.Nuestrarazóndeserconsisteencondenaralosmuertos.Nodebemosesquivarlamisiónmientrasexistamos.

—Entonces,¿cuálseráelcastigojusto?Losdosestudiantes,cadaunoasumanera,reflexionaronensilencio.

El profesor me tomó para hacer dibujos. Eran figuras abstractas, sinsentido,quepronto se transformaronenunmonstruoconmanosypies.Luegoempezóaborrartodo.Cuandodesapareciólafigura,sepusoenpieymurmuróconungestoabstraídocomoparacontemplaralolejos:

—Creoqueyapensaronlosuficiente.Larespuestaestansencillaqueresultadifícil.Sihanaprendidobienmilección,sabenquehayquienesse

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condenanalnosercondenados…—Sí,me acuerdo—los estudiantes dijeron al unísono—.El tribunal

mundanosolojuzgaaunpequeñoporcentajedesereshumanos,mientrasquenosotrostenemosquejuzgarlosatodos,amenosqueseaninmortales.Sinembargo,somosunaabsolutaminoríaencomparaciónconelnúmerodesereshumanos.Sijuzgáramosatodoslosmuertosdelamismamanera,nosextinguiríamosporexcesode trabajo.Por fortuna,haycasos fácilesenqueterminamosjuzgandopornojuzgar.

—Estepaloeseltípicocaso.—Elprofesormesoltósonriente.Caíyempecé a rodar. El profesorme detuvo con los pies—.Abandonarlo enesteestadoeselcastigomás justo.Alguien lorecogeráparaencontrarleusos,talcomocuandovivía.

—¿Qué pensaría este palo al escuchar nuestra conversación?—dijounodelosestudiantes,comorecordandoalgo.

Elprofesor lomiróa lacaraconafecto,peroempezóacaminarsindecir nada, apurando a sus alumnos. Ellos, todavía preocupados, sevoltearon varias veces para mirarme, pero me perdieron de vista almezclarseconlamultitud.Alguienmepisó.Mehundíhastalamitadenelterreno,fangosodespuésdelalluvia.

Oíungritoquedecía: “¡Papá,papá,papá…!”.No supe si erademishijos.Entrelosmilesdeniñosquepasabanenmediodelamultitudpodíahabermuchosquetuvierannecesidaddellamaragritosasupadre.

(1955)

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ELDICTADOR

EldoctorAire, como indica sunombre, se dedicó toda la vida a lasinvestigaciones sobre el aire. En uno de los últimos días de su vida, eldoctorsubióalestradoparadarundiscursodelantedelosestudiantes:

—Yo transformé el aire en algo tan flexible e inacabable como laarcilla entre los dedos del escultor.También alteré la disposiciónde laspartículas del aire para producir desniveles artificiales de presionesatmosféricasyasí logrécontrolar los tifones, la lluviay la temperatura,además de posibilitar el mayor aprovechamiento de la fuerza eólica.Incluso, logré que el aire fuera impermeable al sonido, en contra de sunaturaleza ingénita. Ahora bien, si la gente busca desentrañar misinvestigaciones a favor del progreso humano, tendrá en sus manos lafelicidad infinita. Sin embargo, no hay ni un sabio que me haga caso,porqueelprogresonosolosalecostoso,sinotambiénesperjudicialparalamoralidad.

Losestudiantes,abstraídos,dormitabanohacíanperforacionesenlosescritoriosconsusnavajassinprestarleatención.Eldoctoraspiróporlanariz y se quitó las lagañas de los ojos con la punta del dedo. Y seapresuróaañadir:

—Conestoterminomilección.Losestudiantesdormidossedespertaronderepente.Alcanzaronaver

solo la espalda del doctor, tan difusa y triste como su nombre, que seretirabadelestrado.

Todoestoseatribuíaaldictadorquegobernabaelpaís.Desdequesuhermano banquero había caído en cama por una gripe incurable, eldictador solopasabadías tediosos sinnadaquehacer, angustiadopor elocioimperantedurantelosúltimoscincoaños.Teniendoencuentaellemade su régimen: “Orden todo el tiempo”, el estado de tedio se podíaconsiderarcomolamáximarealizacióndesuideal.Dehecho,eldictadornoguardabani lamínima intencióndeoponerse a esta felicidadociosa.Entonces,ensecretoquisodedicarsealamúsicaparamatareltiempo…

Por desgracia, el dictador era un hombre tan torpe como nadie; susmanos se dividían en cinco gruesas ramas hacia la punta, a las cuales

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parecíannollegarleslosnervios.Fueporestamismarazónqueprefirióser vocalista.A diferencia de los instrumentosmusicales, la garganta lepermitía producir sonidos con relativa facilidad. No buscaba más quecomplacerseasímismoenprivado,locualeraimposiblealtratarsedeundictador.Prontoseenteraronlossúbditosylecayeronconunaavalanchadeelogios;acostumbradostansoloaexpresarlisonjasalmásaltonivel,insistieron en que debía dar un recital en el auditorio nacional. Desdeluego,eldictadornoteníanilamenorideadeloqueeralamodestia.Paraseguir el mecanismo automatizado de “Orden todo el tiempo”, un díaconvocaronatodoslosciudadanos.

Enmedio de una precaución extrema, el dictador llegó al auditoriosentadoholgadamentesobreuncojíndelcarrodevidriopolarizado,conunamentaafinadoradevozensuboca.Unsaludo.Sonólabandamarcial.Eldictadorcaminótambaleante.Altratarsedeundiscurso,nuncaperdíaelaplomoaunqueestuvieradelantedemillonesdepersonas;pero todo fuediferente ese día. Iba a cantar una canciónmelodiosa, algo sentimental.Quizá no fuera buena su selección. Mejor hubiera escogido un cantomilitar,másapropiadoasu investidura.En laantesalahojeóapuradoLacolección de mis cantos favoritos. Su corazón palpitó con pequeñosbrincos.Ingirióunpocodealcohol.Unodelossirvientesacudióasuladopara mostrarle el cronómetro: faltaban treinta segundos. El dictadorrespiróprofundoallevantarse.Conpasosinsegurosatisbóelauditorio.Seleocurrióunabuenaidea.Alvolverse,sedesplomódiciendo:“Mesientoasfixiado”…Hastaahíllegaronsuspretensionesartísticasytodoterminóenpaz.

Sin embargo, había emitido sin querer una frase fatal justo antes dedesmayarse: “Dentro de un mes voy a organizarlo de nuevo”. Quéresponsabilidadtandetestable.Denoche,cuandopensabaenesto,nopodíadormirporlapreocupación.UnodeesosdíasrecordóhaberoídohablardeuntaldoctorAire,quien,segúndecían,habíainventadounmétodoparahacerelaireimpermeablealsonido.Podíaserunapersonaútil.

Pronto se celebró el segundo recital. El dictador se presentó en elescenario, sin tropiezos esta vez. De repente hubo un estruendo quedesgarró el espacio, y se esfumaron todos los sonidos terrenales; la

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máquina del doctor Aire procesó el aire de una manera especial. Eldictador cantó a su antojo. Cuando terminó de cantar sin sonido, elauditoriotemblódeaplausosenunsilencioterrorífico.

Ensucaminoderegreso,eldictador,muycontento,seabstraíaanteelpaisaje,pensandoenquéclasedecondecoraciónleibaaotorgaraldoctorAire.Enuninstantesepercatódelaconfusiónquesehabíapropagadoenlaciudadporcausadelsilencio.Sonrióuntantoavergonzadoaltratardepedirle al sirviente que llamara al doctor Aire de inmediato para quedevolviera el aire al estado normal; claro, no servían ni la voz ni elteléfonoacausadeesteaireimpermeable.

Sucochefrenóbruscamente;yelqueibaadelantechocóconotroquehabíainvadidolaavenida,sinruido,deunamanerainesperada.Acudieronvariosoficialesparasacaralconductorimprudente:eraelmismodoctorAire.Habíasalido,sinsoportarmáselsilencio,cargandolamáquinaparaencontrarse cuanto antes con el dictador. El doctor estaba muerto, y lamáquinadestrozada.Eldictadorsesobrecogióalrecordarqueeldoctorlehabíadichounavezquenodejabaningúnregistrodesusinvestigacionespara evitar el abuso. Gritó sin querer algo ininteligible. Había muchagentequegritaba.Pormásquegritara,el silencioabsoluto lepesócadavezconmayorpresión.Eldictador secalló; secallóavozencuello.Yalcanzó a escuchar el desmoronamiento que se le acercaba con pasosfirmes,asícomolaoscuridadqueavanzabaalanochecer.

(1955)

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ELMÉTODO

Para evitar miradas ajenas no hay nada mejor que esconderse entre lamultitud.

Al lado sur del crucero más congestionado, todo el mundo seencaminabahacialamismadireccióncomounacorrientederío,pueseralahoraenquelosoficinistasseretirabandeltrabajo.Aldejarsellevarporel fluirde los transeúntes,uno llegabaautomáticamente al interiorde laestación.

GoroEdatodavíaestabaindecisosobresientrabaonoa laestación.Llegóalfrenteenunaocasión,peropasódelargoalreconocerlamismamáquinadesiempre,localizadaalasombradelacolumnajustoantesdelaentrada.Regresódenuevoalpuntodepartidayempezóavagar,comosi eso fuera su único objetivo, por el lado norte, donde no había tantostranseúntes. Se aferraba a la idea de que nadie se fijaría en él mientrascaminaba.

El hecho de que cualquier artículo periodístico sobre un crimenincluyera comentarios de testigos indicaba que no faltaba genteobservadoraenningunacircunstancia.Miróalarmadoasualrededorconojos escrutadores.Nohabíanadiequeparecieraprestarle atención, peroigual tenía que andar con cautela.Aun cuando uno caminaba por dondedebíacaminar,nofaltaría—esemuchachodelazapatería,porejemplo—quieneslointerpretarandeunamaneradiferente,comosisetrataradeunapresadecaza.

Yanopodíadarmarchaatrás.Avanzóderechohastamezclarseconlamultitud del crucero que se encontraba a la espera de la luz verde. Elsemáforocambióderojoanaranja,denaranjaaverde.Sintiéndosecomomandadoalamesadeoperación,sedejóarrastrarporelflujo,mientrasapretabaenlapalmadelamanolasúltimasmonedasdediezyenesquelequedabanenelbolsillo.Luegofuesoltándolasunaporunaentrelosdedos

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ycontóhastanueve;laúltima,queeramáspequeñaquelasotrasyconunagujeroenelcentro,debíaserladecincoyenes.

Se puso en la fila para comprar el pasaje y permaneció al acecho.Pensó que quizá exageraba en su precaución. Los pasajeros ordinarios,que hacían la ruta más corta de la ventanilla al portillo, dejaban en elamplio espaciodel edificio algunos clarosdispersos, en los cuales—sedio cuenta por primera vez al fijarse bien a su alrededor— secongregabandecenasdesospechosossinhacernadaenparticular.¿Cómonosehabíapercatadohastaentoncessiyahabíapasadovariasveces?¿Seborraríacualquierhombreenesesitiosinnecesidaddemagiaalguna?Enlaestación,losvagabundosmásnotoriossedestacabanmuchomenosquelosvagabundosdelacalleaúnmenosperceptibles.Quéextraño.Talvezlolograríaexitosamentealllevarloacaboconnaturalidad.

Recordóhaberescuchadodeciraunpolicíaconocido:alcontrariodelos inexpertos, lospolicíasveteranosolían sospechas en lagenteque secomportaba con perfecta naturalidad. Trucos improvisados terminabansiendomásdelatores,puestoquealsimularnaturalidad,unoyaactuabasinella.Asíquelomejorseríadejardesimulardeunabuenavezpara…No,québarbaridad.Sibieneraciertoqueloscobardessedejabanatraparconfacilidad, tampoco era necesario caer en la trampa a sabiendas.Deberíaaveriguarprimerolalocalizacióndelatrampaantesdeponerseenacción.Desde luego, no sabía siquiera si le habían tendido una trampa. Solo seasustabaconlasuposicióndeque,puestoenellugardelosenemigos,élmismono dejaría pasar la oportunidad de elaborar una trampa…Y esoeraunarazónmásquesuficienteparaalarmarlo.¡Carajo,eralógicoqueanduvieraasustado!

Derepente,loempujóelhombrequeesperabaasusespaldas;eraquemientrasdivagabaenestasreflexiones,lafilahabíaavanzadodejandounhueco como de tres personas. Debería mantenersemás despierto. Ya lohabríansorprendidosienverdadhubierapolicíasdeguardia.Le tocóelturno.Compróuntramodediezyenes.Procuródesviarsedelflujodelagentepero,sinánimoparasalirseporcompleto,avanzódespaciohacialaorilla,observandoesesitioconelrabillodelojo.Todavíanohabíahechonada.Probablementehubieracometidounoqueotroactoqueseprestaraa

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lasospecha,peropodíaregresarasísinmásparadefraudaralosguardias.Sedetuvoabruptamenteconteniendolarespiración.¿Regresarasísin

más?…El estuche de lápices, hecho a mano, que fue pisoteado sin

misericordia… Claro, fue hace mucho tiempo. Con la expectativa delnuevo semestre, su hija deseó un estuche de lápices; como cargabasiempre lápicessueltos,se lequebraban laspuntasenelcaminohacia laescuela.Segúnella,estabademodatenerunestucherojoydelgadocomoel que se usa para guardar cepillos de dientes. Le contestó con un bríodesbordado que él mismo lo iba a hacer a mano. A pesar de que unasombranefastasehabíaasomadoenelsemblantedesuhija,emprendiólalaborsinhacerlecaso,aserrandomaderacontrachapada.Erahábilconlasmanosytrabajóimaginándoseloquelehubieragustadotenerensuépocaescolar… “Anda, aplícale un papel rojo, ¿lo haces tú o lo hago yo?”…Luegodetomarloentrelasmanosconungestoigualdenefasto,lahijalodejócaerenelsueloylopisoteódegolpe.Paracolmo,lohizoconunaserenidadabsoluta,comosisetrataradeunproductohechoconeseúnicoobjetivo.Cuandoalzóinstintivamentelamanoparadarleunabofetada,lahija,anticipandoelmovimiento,seleabalanzóencimaconunaullidoparamorderleelbrazo.Alretirarloconfuerza,seledesgranarondosdientesde la boca con una chorreada de sangre… Sí, fue hace tiempo, hacealgunosmeses, pero la situación no habíamejorado.Desde entonces suhogar era como un barril vacío, que apestaba a humedad. La esposatratabadecalmarlo,explicándolequenohabíasidoparatanto,peronuncalograbaconvencerlo.Simplementeodiabaasuhija.Secompadecíadelahijaodiadaporsupadreyseodiabaasímismoporsersupadre.Enlosúltimos días se le fue aclarando el origen de todo el mal. Si dejara deactuarahora,yanotendríamásoportunidades.¿Yquéotrométodoestabaasualcance?Alvolveracasa,¿seríacapazdeenfrentarseconesapequeñaloba para emprender una lucha final?… Se le cruzó por la cabeza laimagen de su hija greñuda, con una cinta roja colgada de la punta delcabello. Recordó cómo levantaba la mirada para escudriñarlo; parecíaestarapuntodemostrarleloscolmillosconeselabiosuperiorhinchadocercadelascomisuras…Esaestuhija,unaniñadedoceaños,quéfea…

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¿Regresarasísinmás?Québarbaridad.Cambiódedirecciónde repentepara salirsedelgentíoqueavanzaba

hacia el portillo. Durante un rato lo sostuvo el odio. Había un clarotriangular con dos columnas paralelas en el centro, delimitado por lapared que colindaba con la ventanilla de pasajes. Detrás de la columnaderechasesituabalamáquina.Vioprimeroelrelojgrandeyluegoechóunamiradapasajeraasualrededor.Unsimulacrodeespera…Bien,muybien,sigueasí…Atravesóentrelasdoscolumnasyseacercóalamáquinacon aparente naturalidad, fingiendo prestar atención al diagrama desalidas y llegadas. En algún punto, debería volverse para mirar sinquerer…

Intentó hacerlo, pero no lo logró.Algo se lo impidió. Se detuvo denuevoconelademándeconfirmaralgoeneldiagramayregresóalpiedelaotracolumna.Semostróinquieto,comoenesperadealgúnconocido,ylanzóunaojeadasigilosaalamáquina.¿Deverdadhuboalgúnpeligroofuetansolounafalsaalarma?

Por cierto, ese sitio se mantenía en un silencio extraño; comparadocon otras partes, bulliciosas, el delta entre las dos columnas era unremanso tranquilo, apesardeque síhabíagente a la esperade algo.Senotaba un curioso vacío alrededor de la máquina. No podía haber otrarazón—enverdadsíhabíaalguna:todaesagenteguardabaensecretounplanparecido—…No,nopodíaser…Peroapenaslonegóensuinterior,presenció una escena desagradable que confirmaba la sospecha. Doshombresmiserablesconaparienciadejornalerosseplantaronabstraídosdelante de la máquina. “¿Eran estos los que me habían estorbado? Quétontos”. Solo enredarían la maniobra, previniendo aún más a losenemigos.Almismotiempoelevaronlosojosparamirarlo.Tomadoporsorpresa,nofuecapazdesostenerleslamirada.Conelcorazóntrabadoenla boca, se le acalambró la lengua. Pensó que todo el plan se habíadesplomadoenuninstante,yseviohundiéndoseenlaprofundidaddeunpozo oscuro. Cuando abrió los ojos, todo el paisaje se había vueltodesértico.Sesintiócomosifuerauncangrejometidoenlaarena,quesolosacabalosojosalasuperficieparamirarelcielo.Losdoshombresyasehabíanido.

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Encambio,sepercatódeotramiradaescrutadora.Conlaconviccióndequeyasehabíaacabadotodo,ledevolviólamirada,provocativa;eraun hombre casi sin peso, típico viejo despreciable. En un ánguloperpendicular a donde él estaba parado, el viejo se apoyaba contra lapared como si estuviera sentado en una silla invisible. Cuando seencontraron las dos miradas, el viejo echó adelante su cuerpo paraacercarse,conunasonrisadescarada.Éltratódeignorarlo,pensandoquetodavía no había hecho nada en particular que mereciera un reproche,peroelviejoavanzóen línearecta.Cuandose ibaamarchar,elviejo loagarróporelfaldóndeltraje,emitiendounsonidogutural:

—Noteasustestanto,joven.Élsehabríahechoel tontosielviejonolohubieratratadocontanta

impertinencia, pero le faltó confianza para rechazarlo. Su excesivacordialidadlosubyugabaconunpodermisterioso.Elviejoseleadelantóágilmente, señalando ostentoso la máquina, y le dirigió una miradainsinuantecomoenexpectativadealgodivertido;alreconocerlarigidezinexpresiva en el semblante del otro, hizo el ademán de pisotear algúnbichoconunarisadisfrazadadetimidez.Esaactitudlerecordóelsucesodelestuchede lápices.Loposeyóuna rabia irracional.Todavíanohabíacometidonadailegal.Aunquenoeraprecisamenteunviejoacabado,éleramuysuperiorencuantoalapotenciafísica.Seríacapazdevolarlodeungolpe.Perolefaltóconfianza.Siemprehabíacarecidodeconfianza.Habíahombresquepecabanconsolodesplazarse.

—Yaveo, joven—dijoelviejo.Élno supoquéhabíavistoelviejo,quecontinuódiciendo—:Esoeres,¿verdad?Oye,confíaenmí,eh.

Yaeraseguroqueelviejolohabíadistinguidoentreotros,peroélnoalcanzaba a comprender en qué consistía su propósito. Solo alcanzó adecirconfingidainocencia:

—¿Qué?—No te hagas el tonto, joven, soy el viejo zorro de este sitio. A

primeravistamedicuentadeloquebuscabas.Quieresprobarlo,¿verdad?—Esqueno…—Cómoqueno.Yoteheestadoobservandodesdeelcomienzo.Hay

muchos que lo buscan, incluso por ahí andan unos cinco con elmismo

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objetivoenesteprecisoinstante.Confíaenmí,joven,quesoyexpertoenesto, y no te voy a estafar. Tengo experiencia y estoy bien al tanto delreglamento.Fíjate,haymuchosquequierenaliarseconmigo,peronuncales hago caso, diciéndoles que no me interesa. Es mejor actuar solo,¿sabes?Peropensabaenbuscarunsocioquefueradeconfianza.Vasaverqueesprovechosoaliarseconmigo…¿Nocrees?

Al dirigir la vista en la dirección indicada, notó que se asomabandetrás de la columna los dos jornaleros que se habían alejado antes,atentos para saber lo que pasaba. Miedoso desvió la mirada antes depreguntar:

—¿Nosonpolicías?—¿Policías?Quéva…—dijo soltandouna risa sonora—.Songente

que busca lomismo que tú. Están celosos porque nos ven conversando.Como no saben cómo hacerlo, se muestran inútiles ante la máquina.Quierensacarmealgunainformación.

—¿Porquénolopruebanellossolos?—Porqueyalospillé.Selesacabaráeljuegocuandolosdelate.—Peroaustedtambién…—No se puede. —Se rio burlonamente—. Estoy bien enterado del

reglamento, tedigo.Poreso, joven,teestoyofreciendoayuda.Vasaverqueesprovechosoaliarseconmigo.

Noloconvencía.Podíaserunatrampaqueletendíaparaestafarlo.Elviejopercibiósusospecha.

—Déjameexplicarteque,porloqueveo,tútienescaradeexpertoencálculos.¿Nohastrabajadoenesaárea,joven?

—No,yosoyfogonerodeunbañopúblico,señor…—¡Cómo! Fogonero…Bueno, hay gente que no se da cuenta de su

vocación.Peroestoyseguro, joven, tú tienescaradebuencalculador: lanarizchataencombinaciónconesosojosseparados…Mira,megustaríaquemeayudarasenelcálculo…

—¿Peroparaquésirveelcálculo?—Yaloverás…Ven,joven,tevoyainiciarentodo.Elviejobrincósinmotivoconlasmanosenjarraysinperdertiempo

sepusoenmarcha.

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Encuantoelviejoseparófrentealamáquina,aparecieron,quiénsabededónde,cincohombresquelosrodearon.Indiferente,elviejoledijoagritos:

—Sacadiezyenes,joven.Unmuchachosecolocódetrásdelviejoyleseñalólacabezaconun

dedo,agitándoloenseñaldeburla.—Dejaesatravesuraimbécil—dijoelviejo,jactancioso,dándoleunos

golpessuavesalasuperficiedelamáquina—.Aquísereflejatufigura.Loshombres,alegres,serieronalmismotiempo.—Anda,diezyenes—repitióelviejo.“Venta automática de seguros postales de accidentes de tráfico: con

diez yenes se puede asegurar por el valor de veinte mil yenes”. En lacabezade lamáquina, cubierta por una capade esmalte color crema, seenrollabaunacintadealuminiocongrandesletrasincrustadas,yalcabohabía una flecha que indicaba la ranura, en forma de ojo de cerradura,para insertar lasmonedas.Cuando el viejometió lamoneda y giró unamanivela, salieron del compartimento, situado abajo a la izquierda, dostarjetasquedoblabaneltamañodeunpasajedetren.NúmeroS-1021.Unalíneapunteadaalmedio:lapartesuperioreralasolicitudylainferior,elrecibo.

—Tútequedasconelreciboyllenaslasolicitudcontunombre,edadylahoraactual.Luegomételaporesteagujero.Aquítienesellápiz.Anda,joven…

Nombre:GoroEda;edad:34;lasseisydiez…—Listo.De ahora en adelante vas a estar asegurado por el valor de

veintemilyenesduranteunasemana,joven.Vamosacomprardosotresmás. Tienes derecho a comprar veinte, hasta completar el valor decuatrocientosmilyenes.

—No,gracias—dijoconvozronca—.Nisiquieranecesitoveintemilyenes.Esqueeltiempo…

—Espera,vamosahablarasolas—dijodándolelaespaldaalagentequecurioseaba—.Nomesigan,quenolesvoyaenseñarnada.

Sinhacerlescasoaloshombresquesereíanacarcajadas,elviejosepuso en marcha, casi arrastrando al joven. Entre la sala de espera y el

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kioscoencontróunrincónoscuro,dondenohabíanadie.—Noteatrevasadecircosasindecentesdelantedegentedesconocida.

Tetomaránporestafador.—Pero… —Iba a continuar, sin embargo, se contuvo de pronto,

diciendo para sus adentros: “Claro, no debí haber confiado desde elcomienzo en un hombre tanmiserable; no debí haberlo consultado connadie”.

El viejo, sagaz, comprendió de inmediato que él se rebelabaespontáneamente.

—No, joven, estásmalinterpretando.Yo sé que no buscas el seguro,sinoeldinero,aligualqueyo.Loquemeinteresasaberesalgúnmétodocertero para ganar dinero: un método duradero, que no se preste a lasospechadenadie…

—Esquenecesitodinero,peroconurgencia.—Escucha.Hazlecasoalexperto…—Mihijatienequeirsedeviajeconlaescuela.Amástardar,pasado

mañana…—Escucha, teestoydiciendo.Túnosabesnada,nisiquieraelprimer

artículodelprimerapartadodelaestipulacióndelseguro.Mira,aquídice:“La compañía le pagará el seguro al asegurado según la presenteestipulación en caso de que sufra algún daño físico en un accidenteexterior, fulminante y fortuito, con excepción de los daños físicoscausados por intoxicación, anestesia, insolación, calentura o golpespsicológicos”. ¿Ves? Solo te pagarán cuando tengas “un accidenteexterior, fulminante y fortuito”. ¿Entiendes esto de “fulminante yfortuito”?¿Noteparececurioso?

—¿Haceninvestigacionesestrictasdespuésdelaccidente?—¿Cómo?Ah,no.Sonmerascuestionesformales.Noséquépasaría

enelcasodequetenganquepagarlasumacompleta,peroengeneralsolotecubrenunapequeñaparte…

—¿Unapequeñaparte?—¿Qué? ¿Ibas a cobrar el valor completo? Qué sorpresa. No sabes

nada,deverdad.Miralalista.Anótalaentuagendasiquieres.

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Elartículo2delapartado4:Lacompañíalepagaráelseguroalasegurado en caso de que este padezca de mutilación, siempre ycuando se descubra en menos de 180 días después del accidenteoriginario, por la pérdida, total o parcial, de alguna funcióncorporalcomoconsecuenciadirectadeldañofísico,establecidoenelprimerartículo,deacuerdoconlasiguientelista:

Parálisisdetodalavida:segurocompletoPérdidatotaldelavista:segurocompletoPérdidadeunadelasextremidades:cincuentaporcientoPérdidatotaldeloído:cincuentaporcientoPérdidaparcialdelavista:treintaycincoporcientoPérdidatotaldelanariz:veinticincoporcientoPérdidadeunpulgar:veinteporcientoPérdidaparcialdeloído:veinteporcientoPérdidadeunaoreja:diezporcientoPérdidadeuníndice:ochoporcientoPérdidadeunpulgarouníndicedelpie:ochoporcientoPérdida de un dedoque no sea ni pulgar ni índice: cinco por

cientoPérdidadeundedoquenoseanipulgarniíndicedelpie:tres

porciento

—Yaveo…—suspiró decepcionado—.Yopensaba quemepagaríanveintemilyenesporunafracturadepierna.

—No, por favor, joven.Tepagarán apenas diezmil conquepierdasunapiernaentera.Porunafracturasencillanotepagaránnimil…Mira,lointeresante radica en estamisma complejidad del sistema.Mientrasmáselaboradoseaeljuego,mássecomplicaelreglamento,¿nocrees?Unoseaburre pronto cuando no hay espacio para las habilidades…Otra cosa,joven:deberíasestarenteradodelcapítuloseis,queespecificaloscasosdemutilación temporal; o sea, el daño que se repone con el tiempo; unafractura,porejemplo.Entalescasos,tepagaránaldíadosporciento,esdecir, cuatrocientosyenesporcadaseguro.Sicomprasdiez, tepagaríancuatromilyenesaldíasinquehagasnada.¿Noteparecebien?

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—Yaveoquehacefaltainteligenciaparaganarbuendinero.—¿Ves?Telodije.Poresotepropusequenosaliáramos.Porejemplo,

unproblemaquemehaatormentadoestosúltimosdías:¿quéesmejor,eltrenoelautobús?Elautobúsestámásexpuestoalosaccidentes,perosalemás costoso, pues no puedes andar todo el día con un solo pasaje, talcomosucedecuandoandasentren.Además,laventajadeltrenesquehayestaciones, y al atravesar el portillo, ya estás asegurado. En resumidascuentas,eltrenequivaleaabundantecomidamalamientrasqueelautobúsequivaleaescasacomidarica.¿Cuálteparecemásprovechoso?

—Ciertamenteesunapreguntadifícil.—Me gustaría que analizaras bien el punto, joven. Todavía quedan

muchos detalles que aclarar.Mira, te propongo que nos dediquemos altrabajo de hacer una tabla, como la de las carreras de caballos, parafacilitar la ganancia.Al convocar aficionados, podremos fundarun clubdeaccidentadosparavenderlatabladepronósticos.¿Noteparecebuenaidea?…

—Pero…—Aver,dimecontodaconfianza.—Necesito…necesitodineroinmediatamente.—Esperaunsegundo.Elplacerdel juegonoconsisteenlaganancia,

sinoeneljuegomismo…—Esquemihijatienequesalirdeviajeescolar…—Noimportamuchoqueganesopierdas,sinoque…—¿Ustedestáinsinuandoquenopodréganar?—Sí, podrás, no te irrites tanto. Pero, a ver, yo, como experto, te

advierto que ni el tren ni el autobús brindan tantos accidentes como seimaginaunprincipiante.Dificilísimo,porque tienequeser“unaccidenteexterior,fulminanteyfortuito”.Notesucederásoloconquelodesees.Yunavezquecometasunerror,teempezaránamarcarcomosospechosoyteestorbaránlasmaniobras.

—Porelmomentonecesitomilquinientosyenes.¿Quépuedohacer?—Mil quinientos yenes… No será imposible, pero así no vas a

divertirte.Fíjate bien en la lista; te pagandosmil por la pérdidadeunaoreja.Porundedodelpie solo tepaganseiscientos, asíque tendrásque

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comprar tres. En el caso de que optes por la mutilación temporal,necesitaráscuatrodíasocuatroseguros.Entretantasopcionesquetienesatudisposición,decidespor laque teparezcamás favorable, tomandoencuentaelestadodelclima,elhorarioyellugar.Ahíradicalaemocióndeestejuego…

—Gracias,yaentiendo.Yoloharépormipropiacuenta.—No, no, joven, no te apures. ¿No ves que ni sabes por dónde

comenzar?Sinunplanprevionadatevaasalir.—Mevoyacortarlaoreja.—¿La oreja? Es difícil. La cosa no te sale como quieras. ¿Cómo es

posiblequeaunolecortenlaorejaen“unaccidenteexterior,fulminanteyfortuito”?Soloseríancasosmuyexcepcionales,comosipasarasal ladode un edificio en construcción y se te cayera el marco de una ventanaencima, o acaso cuando te pisaran en una caída… yo no apostaría porsemejantesanomalías.

—Noimporta.Yapensaré.Puedeserlamano,lapierna,loquesea…—Espera, joven. A un principiante no le saldrá nada bien. Mejor

fundemoselclubdeaccidentadosparaganarconmásplacer…GoroEdayanoloescuchaba.Conungestodedesesperaciónatravesó

el renovado flujo de oficinistas y acudió de nuevo al delta emparedadoentre lasdoscolumnas.Todavía lequedabansesentaycincoyenesenelbolsillo. Apartando quince para alguna emergencia, gastó el resto paracomprar losseguros:seisentotal,conelvalormáximodecientoveintemil yenes. Se alborotaron los hombres congregados. Lo acosaron concodazosyempujonesaversilesaclarabaelmotivodeunainversióntanatrevida. Después de insertar todas las solicitudes, se envalentonó, yadespojadoporcompletodelavacilaciónanterior,yseencaminórectoalportillo.Sinresignarsedeltodo,algunoslopersiguieronconrefunfuñoshastaqueloperdierondevistaentreelgentío.

Ahora,manosalaobra.Alecharunamiradahaciaelcieloraso,notóuna hilera de armazones gruesos, clavados con remaches. Se veían tanresistentesquejamásselecaeríanencima.

La escalera. Estaba demasiado llena de gente para rodar con untropiezo. ¿Qué tal si se caía en el medio para que lo pisaran?… Con

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osadía,¡ánimo!—¡Cuídese!—Fueagarradodelhombroporunbrazoextendidodesde

atrás,quelolevantócasienvilo.Atravesó a toda carrera el pasillo subterráneo, donde no parecía

ocurrirnadaanormal.La plataforma. Había una buena opción en las orillas, pues podía

insertarunpiecuandollegaraeltren.Mejorseríairalextremodelandénsi buscara engancharse al vagón para ser arrastrado, puesto que lavelocidad sería menor; pero mejor en la parte trasera si prefirieraquedarse atrapado en la puerta en el momento de cerrar, porque ahí lovería el controlador, siempre situado en el último vagón. En todo caso,habría que aprovechar la congestión, que podía generar condicionespropicias para un accidente fortuito, tan codiciado.A la cabeza pues. Segolpearíacontraeltren,simulandounempujón.Aunquefallaraencobrarel seguro, tanto la esposa como la hija le pedirían perdón al saber quehabía hecho un sacrificio tan enorme, arriesgando su propia vida. Searrepentiríandehabersecomportadodemaneratandesconsiderada.

—Pormásqueteesfuerces,nadatevaasalir,joven.Alvoltearseencontróconelviejo,quelohabíaalcanzadosinquese

dieracuenta.—¡Basta,déjemeenpaz!En ese momento entraba el tren. El viejo le tiró del brazo para

detenerlo,mientrasélforcejeabaparaliberarse.—Entonces—le gritó el viejo con voz de ave—, ¿me prometes una

porciónsiteayudo?…El gentío iracundo se precipitó en una manada compacta para no

perder el tren que ya entraba disminuyendo la velocidad. Apenasreconocióunlevecabeceodeasentimiento,elviejoloempujóchocandosu cadera con un tropiezo simulado. Al atraparlo, el tren lo hizo girarcomountrompoyloarrojócontraunpostedehierro.

Cuando losdejaronsolosen laenfermeríade laestación,elviejo lehabló:

—Québuenoquetodotehasalidobien.Fuesolounapequeñalesión,peroyadecidieronpagartedosmilochocientosyenes.Comoes tratode

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cuatro a seis, me quedo con mil ciento veinte yenes. Es mi tarifa desiempre,¿entiendes?Igual,ganastemilseiscientosochentayenes,másdeloquequerías,¿verdad?…Mira,¿quédicesdelclubdeaccidentados?¿Noteanimas?…Lástima.Bueno,búscamecuandoquieras,quesiemprevoyaandarporahí.

Él no dijo una palabra. Se quedó con los ojos cerrados. El dolorlatentey la rabia lohabíanconvertidoenunpostedeaceroardiente.Loúnico que deseaba en ese momento era regresar a casa cuanto antes ypegarlealahijahastaagotartodassusfuerzas.Despuésdequesemarchóelviejo,yalversesoloencimadelcatredemasiadorígido,lloróagritosimaginándosealahijamaltratada.

(1956)

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ELVALORDELASOREJAS

Un buen estudiante universitario fue detenido un día por una causadesconocida.Élmismonoseloexplicabadeningunamanera.Elpolicíaquelohabíaarrestadomurióalotrodíaenunaccidentedetránsito,ydepasoseperdieronlosdocumentosrelacionados,porlocualelcasoquedóenelmisterio.

Enlaceldayahabíadospresosque,desdeluego,sabíanperfectamenteporquéestabanallíyqueprotestabandevariasformasantelaautoridad,peroeluniversitario,desorientadoporcompleto,nopudopensarsiquieraenunreclamoporqueignorabaelmotivodesudetención.

Losdoscompañerostomaronsuactitudcomoundescaroinapropiadopara unpresunto criminal y los policías la consideraron, en cambio, unsíntoma de rebeldía incontrolable. Ambos realizaron una revisiónexhaustivadecasospendientesparaversialgunolecorrespondía.

Una noche el universitario tuvo un sueño extraño: habían decididosoltarlo; loscompañeros lodespreciarony lospolicíassemolestaronalsaberquenohabíainsistidoconsuficienteahíncoensuinocencia.Apesardeque,felizmente,lohabíanliberado,eluniversitarionodejódesentirseculpable. Llegó a pensar que mejor hubiese sido cometer un crimenauténtico.

Enmediode la luzprovocadaporelpolvo fosforescentedeuna tardeacomienzos del verano, el universitario, recién liberado de verdad, fuedirectoalauniversidad.Enlugardeentraralsalóndeclase,sesentóenunbancodeljardínfrenteaunapileta.Lapresiónenelestómagoleproducíavértigo.Semoríadehambre.

Podíaentrar a la clase,peropara llegar al salón teníaquepasarpordebajodeuncartel que contenía la listadequienesnohabíanpagado lamensualidad del colegio. Estaba en todo el frente y no, no lo podría

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soportar.Despuésdepermanecercomounahoraenelbanco,uncompañerode

sumismageneraciónseleacercóparahablarle:—Oye,túeresMegi,¿verdad?Leasintióconlosojos.—Nonosencontramosmuyseguidoenlauniversidad.—Aldecirlose

sentóasulado—.YosoyYokoyama,compañerodelamismageneración.¿Mereconoces?

—Recuerdohabertevisto.—Mira—dijoenuntonoamonestante—.Estásenla listarojadelos

atrasadosenelpago.Noveoningúnproblemaenquenovayasaclasesiesquenoteinteresa,perodeberíastenermáscuidadoconlascuestioneseconómicas.

La lista se publicaba cuando faltaban tresmeses para el límite final,pero la lista roja supuestamente era el ultimátum. Con un mes más dedemora,loexpulsaríanautomáticamentedelauniversidad.

—Losé—dijoMegicabizbajo,sujetándoseelestómagoquecasiseleiba saliendo por la boca—. En la última semana estuve detenido en lacárcel…

—¡¿Cómo?!… —Con los ojos muy abiertos, Yokoyama mirórepentinamente asombrado a su compañero—. Ya, ya veo.—Esta fraseemitida en un suspiro repercutió como un acto de profunda amistad yadmiración.

—Oseaquetramastealgoparaconseguireldinerodelacolegiatura.Ante laspalabras emocionalesdeYokoyama, lavozdeMegi tembló

poreltemordedefraudarasuamigo.—No es eso. Pero perdí un trabajo, ya prometido, a causa de la

detención.Conellohubieraganadolosuficienteparapagarlacolegiatura.—¿Peroquéhiciste,entonces,paraestarpreso?—…Esque,nosécómoexplicártelo.—¡Estábien!—Yokoyamaselevantóanimado—.Nohaynecesidadde

explicármelo.Séquetúeresunbuenhombre.Notepreocupes,ydéjameinvitarteelalmuerzo.

No parecía satisfacerse nunca por más que comiera. Tragándose la

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comidaalafuerza,empezóahablarcomoentonodeexcusa.—…Esetrabajosupuestamentemeibaaresultarbastanteprovechoso.

El jefe era un hombre solemne y gordo, de piel blanca, que habíatrabajadocomoperiodista.¿Novisteenlacarteleraeseanuncioquedecía:“Se solicitan estudiantes de derecho”?Hubo dieciséis solicitudes y solocuatrofuimosaceptados.Fueunagransuerteparamí.

—Lomereces.Cualquieraquetengabuenojosefijaríaenti.—No,porqueelexamenfueunacosa realmente rara.En lahojaque

me entregaron solo había dos oraciones: “El compendio de leyes es elmanualparaganardinero”y“Elcompendiodeleyeseslaprohibicióndeganardinerodemanera inmoral”.Entonces, uno teníaque adivinar cuálera la correcta y sustentar su respuesta con un argumento. Y soloaceptaronaloscuatroquehabíamosescogidolaprimera.

—Quéextravagancia.¿Ycómolosustentaste?—Yaquesomosestudiantesdederecho,enelfuturonosganaremosla

vidamedianteelcompendiodeleyes…—Claro.—Entresdíasnosllegóaloscuatrolacartadeaceptación.Ahíenla

oficinadeljefe,dondeseapilabaunmontónderevistasviejas,medijeronque el trabajo consistía en recopilar los nombres de personas, sitios yempresas de los cuales se hallaran menciones desfavorables en lashistorietaspublicadasenesasrevistas.

—Ciertamenteesraro.—Yluegocotejaresosnombrescon laguía telefónicayregistrarlos

enuncuadernosi salíancon losmismosnombres.Tienesqueaveriguarexhaustivamente la vida privada de cada uno de los casos registrados,hasta que el jefe te diga “basta”. Cada vez que completas una fichacorrespondiente a un caso, cobras doscientos yenes, y te pagan extra enproporciónconloqueganelaempresapormediodelaficha.

—¿Quéeseso?—Se tratadeunaaplicacióndel compendiode leyes.En la celdame

convencíaúnmásdequehabíasidounaidearealmentesabia,yahídecidíreleerelcompendiodesdeelcomienzo.

—¿Perotienesuncompendiodeleyes?

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—No,nolotengo.—Meloimaginé.Teprestaréelmío,tómaloconconfianza.—Gracias.Yokoyamaselevantóparairacomprarcigarros.Justoenelmomento

enquesepusodepie,unrayosolar,salidode laventana, le iluminólasorejas. A Megi le parecieron enormes. Yokoyama regresó con doscajetillasdecigarrosy,alcolocarunaenlamanodeMegialafuerza—obviamenteestetampocoseresistiódemasiado—,ledijoquesefueranaalgúnotrositio.Seguíaflotandolaluzdepolvofosforescenteenelaire.

Yokoyamalehablómientrascaminaban:—Cuéntamemásdeesetrabajoextraño.Megi se desplomó de repente, empalidecido. El primer cigarro

despuésdetantotiempolecayócomounapuñalada.—Nosé—gimióentrelosdientesapretadosconlacarahundidaentre

lasdosmanos—.Alasalidadelaentrevistaeljefemedijoqueestudiaramuchoenelcompendiodeleyeselapartadosobreladifamación…Desdeesaocasiónnolohevueltoaver.

Yokoyama lo condujo al pie de un árbol y le desabrochó la camisa,paraabanicarloconunpañuelo.

—Cuandoibacaminoacasamedetuvieron.Yolepedíalpolicíaquemedejarairahablarconmijefeparaexcusarmeporlaausencia,antesdequemellevaraalcuartel…Peronomehizocaso,conelpretextodequeyopodríaborrarmishuellas.Enrealidad,yanomehacíafalta,porquemedespidieronesemismodía.

—Quédescaro.Escompletamenteinjusto.—Bueno, no me perjudicó tanto al fin. Si pronto me sacan de la

universidad,yanotengoporquéseguirpensandoenlacolegiatura.—Todavíanotehansacado.—Ahíestáelproblema.—Creofirmementequetudetencióntienequeverconesejefe,queha

deserunhombresinvergüenza.Deberíasprotestar.—Nocreo.Lapolicíanomedijonadadeeso.Además,yofuielúnico

detenido.—¿Entoncesporquérazóntedetuvieron?…Claro,túnosabes…Pero

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igual,deberíasiraprotestar.—Esquesospechoque…—dijoMegi,untantoindeciso—loquehace

elhombreesunaespeciedechantaje…—Carajo—dijoYokoyamaconmásbrío—.¿Creesquemeasustopor

eso?No,porfavor,deningunamanera.Anda,vamos.Yokoyama loanimócon insistencia.Levantándose tambaleante,Megi

lehablósinquererensusurros:—Oye,tusorejassonenormes.—Sí, efectivamente —dijo Yokoyama sonriente, agarrándose las

orejas.

En la casa del jefe, que se ufanaba de haber sido periodista, se veíanrevistasviejasamontonadasentodoslados,yunestudianteestabasentadocon las piernas cruzadas en un rincón, hojeando una de ellas. Cuandolanzóungrito,diciendo“¡Maestro!”haciaelfondo,sinvoltearsesiquieraamiraralosvisitantes,elsupuestomaestroaparecióderepenteenmediode las revistas. Ciertamente se trataba de un galán solemne, que podríapasarcomoactordeteatro.Alveralosdosmuchachosenestadobrioso,lossaludóconun“hey”simpático, sonriendodeorejaaoreja.Atravesóágilmente los montículos de revistas apiladas sobre el escritorio hastaacudiralladodeMegi,ylediounapalmadarápidaenelhombro.

—No,no,yaestarde—ledijoconvozsuave—.Enunaempresacomolanuestra,quemanejaasuntoslegales,tenemosreglamentosdelicadosquenosimpidenempleargenteproblemáticacomotú.

Mientras los dos compañeros quedaban atontados ante el notablecontrasteentreeltonogentildesuhablayelcontenidosevero,elmaestrolossiguióacometiendo:

—Yotedijequeestudiaraselespíritudelcompendiodeleyes.Yaveoqueera inútildiscutirconvagabundoscomotú.—Luegosiguióconunavozcasiembelesada—:Váyanseya,lesordeno.

YokoyamacodeóaMegi,quienvolvióensí,atolondrado.—Perosalíinocente,señor.—Yamelodijeron.Dalomismo.EnlugardeMegi,Yokoyamahablómolesto:

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—Leadviertoquenosotrossísabemosqueustedsededicaaactoscasicriminales.

—Quéva.—Conlosojosentrecerradoselmaestrohablórascándoseelbigoteraloconlapuntadeldedoanular—.Bueno,lesdoyunalección:laleynogarantizaelhechomismodequeunonoharealizadonada.Lonecesario es la evidencia de que no has realizado nada en relación conalgún asunto concreto. Lo que se llama “vida legítima” es una vidaelaborada con esmero, demodo que cualquier acto se convierta en unacoartadadealgúnsucesoreal.Quégenerososoy,quelesestoyregalandoestaspalabrasreveladoras.Váyanse,queyaseacabólaconversación.

—¿Quédebohacerentonces,señor?—El compendio de leyes. —Blandió la mano con una rudeza

extrañamente elegante frente a la nariz de Megi, como si tratara deespantarunamosca,ycerró lapuertaconestrépitoante lascarasde losdoscompañeros,queretrocedieronasustados.

Lanzando un insulto, Yokoyama se dio de cuerpo entero contra lapuerta,quepermaneciótrancada,sinmoverseenlomásmínimo.

—Vamos —le dijo Megi, tomándolo por el brazo. Esquivando lamiradaescrutadoradeYokoyama,continuó—:Noimporta.Mejorvamosatucasaparaestudiarelcompendiodeleyes.

—¿Acaso el hombre terminó por convencerte? ¿Qué te pasa? —Yokoyamaestabairritadoaúneneltrenderegreso.

—Bueno,suactitudfuechocante,perocreoque tienerazónenalgúnsentido.

Yokoyamaquedóimpresionadoanteestafrase.—Yaveo,renunciasalaflorparaquedarteconlafruta.Oye,túeresun

genio,¡quésangrefría!Enverdadfuemuyconvincenteeseargumentoentornoa lacoartadade lavida.Podemospensaren lavida legítimade laquehablabaelhombre.

—Elmaestroeslamismaencarnacióndelcompendiodeleyes.—No seas tan humilde. Podemos hacer algo. Para competir con ese

maestro,¿quétalsidivulgamoslaleydedifamación?—Noesposible.Elmaestroesparientedeunchatarreroadinerado.Y

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ese comportamiento imponente jamás lo vamos a obtener. Pensemos enalgomáselemental,quenorequieraungrancapital…

—Esdecir,vamosaestudiarelcompendiodeleyes.—Esoyalodijimosdesdeelcomienzo.—Discúlpame —Yokoyama emitió un grito tan inaudito que los

pasajerosasualrededorvoltearonparaverlo—.Creíaqueteníaconfianzaabsolutaenti,peroenrealidadtodavíamefaltaunpoco.Perdóname.Túlo sabías, y tenías todobienplaneado.Bueno, simepermitesunaqueja,deberíashabérmeloreveladomuchoantes.

—No es eso —dijo Megi con desolación—. Es que ya tomé ladecisión.Enlacelda,medicuentadeque…

—¿Dequé?—Dequedebíhaberestudiadomáselcompendiodeleyes…Un tanto decepcionado, Yokoyama miró por la ventana mientras

alargabaellabioinferior.Ibacayendolatarde.EltrenentróenlaestaciónS. Después de llenarse de pasajeros, arrancó dejando fuera a un grupograndequenohabíallegadoatiempo…Ungritohizoquetodosmiraranhacia la puerta. Con una mano atrapada entre los pliegues, una mujercorría a la par con el tren, que se había puesto enmarcha. Por fortunafrenódeinmediatoparaabrirdenuevolapuerta,y lamujer,yaasalvo,fueatendidaporunoficialquelasosteníaentrelosbrazos.

—Menosmalquefueenlapartetraseradelaplataforma.Hubierasidofatalenlapunta.

CuandoYokoyamatodavíamurmurabaestaspalabras,Megilediounfuerte empujón, gritando inconscientemente un “ay” de asombro;indiferentesante laprotestadeotrospasajeros,ellossalierondelvagón,aprovechandolossegundosenquelapuertapermanecíaabierta.

Unoficiallosretóagritos.Eltrensefue.—¿Peroquétepasa?—Es que me acordé —dijo Megi, apresurado, mientras miraba de

soslayolasorejasdeYokoyamaconungestodeextrañamiento—.Fueenel momento en que me hicieron esa pregunta sobre la definición delcompendio de leyes. El compendio de leyes y el negocio fructífero seasociaronenmicabezaconunachispa.Enesemomentonosupecómo.A

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medidaquemeaproximabaalmétododetrabajodemijefe,lachispaseme hizomás intensa y frecuente. Durante mi estadía en la celda, jamáscesólachispa.Luego,alsalirinocente,creíqueyasemeestabadisipando.Ahíaparecistetúparahablarmedeminombreenlalistarojadeatrasadosenelpago.Otraseriedechispas.Yporfin,tusorejas.

—¿Mis orejas?…—Yokoyama se tapó perplejo con las manos lasblancas orejas estiradas en dirección horizontal, en forma de setas. Sindarse cuenta, habían llegado al extremo de la plataforma, dondecomenzabaabajarlaescalera.

—Sí,tusorejas—dijoMegi,colocandounpieenelprimerpeldaño.—¿Adóndevamos?—titubeóYokoyama,mostrándoseperplejo.—Notepreocupes.—Megisiguióhablando,confiado—.Alobservar

tusorejas, sememultiplicaron las chispas, queyahacían estruendo.Mesentímareadoyasfixiado,comosisemehubieraprecipitadoelcorazón.

—Esofueporelcigarro.—No tiene nada que ver. Fue a causa de tus orejas, estoy seguro.

Después de eso, cada vez que veo tus orejas, se me intensifica elestruendo,atalgradoqueavecesmedueledetansoloverlas.

—¿Porquénomelodijisteantes?—Nomelotomesmal.Soportétodoestoporqueestabasegurodeque

iba en camino al meollo del asunto. Además, estaba seguro de que elcompendiodeleyesmeibaadarlarespuesta.Sabes,cuantomássufresalparir,másgranderesultalacriatura…

—Dejalatontería.¿Quétienequeverelcompendiodeleyesconmisorejas?

—Claro que sí, cómo no. El compendio de leyes nos enseñará suprecio.

—A ver, déjame preguntarte por última vez —dijo Yokoyama,incrédulo,deteniendosuspasos—.¿Porquétearrestaron?

—Yatedijequenosabríaexplicártelo.—Bueno…—Conlosojosentrecerradoscomoparaescrutarlamente

de Megi, Yokoyama torció las comisuras de la boca en un gesto casiirónico.

—¿Nocreesen…?

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—¿Enelvalordemisorejas?Imposible.—Vamosacomprobarlo.¿Apuestas?—¿Apuestoqué?…—Tusorejas,porsupuesto.—Deacuerdo.Apuestoloquequieras.Alasentir,Megiavanzóprimeroenelpasajesubterráneo.—¿Adónde vamos? —Yokoyama estaba asustado—. ¿Por qué no

vamosamicasasiquieresconsultarelcompendiodeleyes?—Conozcounsitiomejorequipado.Sinnecesidaddehojearellibro,

podrécantarvictoriaasimplevista.Esquealveralamujerarrastradaporel tren, creí encontrar el compendio de leyes encarnado.En ese instantedescubrílaidentidaddelachispa.Soloalestaratento,unosedacuentadeque los compendios de leyes andan sueltos por todos lados.Ya lo estoyviendoentusorejastambién.

MegilocondujoaunrincónoscurodelaestaciónS,ubicadoentreelkioscoylasaladeespera.

—Esemismo.Al dirigir la mirada en la dirección que Megi señalaba, Yokoyama

distinguióunacajadeaceropintadadeamarillo,parecidaaunamáquinavendedora de chocolates, con una placa que decía: “Venta automática deseguros postales de accidentes de tráfico: con diez yenes se puedeasegurarporelvalordeveintemilyenes”.

Megiprosiguió:—¿HasleídoalgodelnovelistaKoboAbe?—Soloheoídoelnombre.—Un tipo que escribe puros cuentos raros, que te enseñan, por

ejemplo, cómo hacer dineromediante el compendio de leyes. Recuerdohaberleídouncuentosuyoenquenarraunaanécdotadeganardineroconestamismamáquina.Segurosemehabíagrabadoenelsubconsciente.Miestómagoprotestaporlapobrezayahíseproducenchispasenmicerebro,reclamando que me acuerde de aquel método fructífero, aprendido enalgúnmomentodemivida…

—Peroquécuentostanvulgares.—¿Perdón?… Ah, ya, te refieres a Kobo Abe, claro, no es gran

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novelista,peroalmenossabequeelcompendiodeleyeseselmanualparahacer dinero. Creo que ha investigado mucho sobre los métodos parasacarleprovechoseconómicos.

—¿Deverdad?…—Sí,fueronestudiosafondo.Hastaesbozóelplandefundarunclub

para explotar esta máquina. Yo, sin embargo, todavía no estaba encondicionesdellevarlavidasegúnelprincipiodelcompendiodeleyesenlaépocaenqueleíesecuento.Ahoraqueprofundizoenelestudiodelasleyes,no tengoelcuento frescoenmimente.Perode repente,estosdosfactoresseunieronantetusorejasylamujerarrastradaporeltren.

—¿Porquéinsistestantoenmisorejas?—Mira,enesainvestigación,mejordicho,enesecuento,habíavarias

descripciones. Esto de diez yenes para asegurar el valor de veinte milyenes solo se aplica a lamutilación completa o a lamuerte, y en otroscasossepagaenporcentaje,tantoporcientoparalosojos,cualporcientoparaunaarticulacióndeundedo,otracifraparaunbrazo,etc.Detodaslaspartes del cuerpo, la que resulta más fructífera y menos dañina es ellóbulodelaoreja.Meacuerdodeestomuybien,porqueeseanálisismeimpresionó mucho. En efecto, podrías estar perfectamente bien sin unlóbulo,¿noteparece?Además,lapérdidadeunlóbulorindemásqueladeundedo.Creoqueeraalrededordeldiezporciento.Esdecir,unaorejahumana vale dosmil yenes en proporción a la inversión de diez yenes.Como la inversión máxima son doscientos yenes, puede valer hastacuarenta mil yenes, o sea, treinta y nueve mil ochocientos yenes degananciapotencial.Mira…—Sacóunamonedadediezyenesdelbolsilloparainsertarlaenlaranuradelamáquinaytiródelamanivela.Salióporelcompartimentodel lado izquierdo inferiorunboletodepapelgrueso,quedoblabael tamañodeunpasajedetren,conunnúmeroinscripto:S-1021…Sedividíaendospartesporunalíneapunteadaalmedio:lapartesuperior para la solicitud y la inferior para el recibo…Se lo alcanzó aYokoyamaydijo—:Dosmilyenesconesto,¿ves?

Alrecibirelboleto,Yokoyamasequedómirándoloporelanversoyelreverso durante un buen rato. Tocó sus orejas y levantó la cara,derrochandoalegríaporlosojos.

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—Ya veo que no te entendía bien. Tus ideas me parecieron tandisparatadasquelleguéapensarquetehabíasvueltoloco.Yresultaquetúeresunpoetagenial,quedescubresunaaventuratanextraordinariaenunavidacompletamenteordinaria.

—Noladescubríyo,sinoquesetratadeunameraconsecuenciadeloqueformulaelcompendiodeleyes…

—¿Qué importan esos detalles? Anda, ofrezco mis orejas a tudisposición.Tómalascomoquieras.

—¿Enserio?…—Por supuesto. Si una oreja vale treinta y nueve mil ochocientos,

seránentotalsetentaynuevemil,¿yquémás?…—No,porahoraessuficienteconunasola.Podrécubrirlacolegiatura

conseismilyenes…—Noseastantímido.Anda,inviertedoscientosyenesdeunabuenavez

—dijoinsertandounatrasotralasmonedasdediezyenes—.Mira,delostreinta y nuevemil ochocientos que ganemos, vamos a apartar seismilpara tu colegiatura, y de los treinta y tres mil restantes compremos elsiguienteboletocondoscientos.¿Cuántosacaremosasí?…

—¿Noteimportaperderlasdos?—¿Paraquéotracosamesirvenestasorejas?—Bueno,entoncestambiényosacrificomisdosorejas.Conlapérdida

delascuatro,ganaremoscientocincuentamilyenes.—Magnífico.Quería regalarleunparde zapatos aminovia.Viva el

compendiodeleyes.Anda,vamos.

Primerodecidierondarseempujonesenlaescalera.Deberíanhacerlocontodas sus fuerzas, puesto que su objetivo consistía en despedazarse lasorejas. También había que cuidarse de que los vieran. En el segundopeldañodesdeelpisodearriba,MegifingióuntropiezoparaempujarporelhombroaYokoyama,quienvolóporlosairesparacaersedeoreja,talcomolohabíanplaneado.Hubounaconfusiónalpiedelaescalera.

Megiatisbabatodoaladistancia.LasvallasdelagentealaredondasesepararonderepenteparadejarentreverlacabezadeYokoyama,quienseencontrabaenestadodeestupefacción.Seleveíanlasdosorejasgrandes,

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intactasalosladosdelacara.—¿Quéfue?—No sé… La oreja rebotó contra algo blando como si fuera una

pelotadegoma.Paraprobarotrométodo,intentaronfrotarlasorejascontraeltrenque

venía entrando a la estación. Pero esta vez no lograron animarse losuficientecomoenlaprimerapruebadelaescalera;seasustaronanteeltren que avanzaba, imaginándose el dolor que les ocasionaría.Tuvieronquetomarsomníferosparaaventurarseenlaprueba.

Después de haber conseguido tres pastillas somníferas y sedantesdiferentes, se las tomaron mezclados. En cinco minutos, Yokoyama seruborizóembotadoconunasonrisadeidiota.

Ahoraselanzóbriosamentedeorejacontraeltrenenmarchayrebotódandovueltas en el extremode la plataforma.Cuando lentamente se fuequedandoquieto,verificaronquenohabíaniunaraspaduraenlaoreja.

—¿Quéme pasará?—Con la cabeza ladeada se tocó la oreja—. Lomaloesqueesdemasiadoelástica.Poresorebotacomogoma.

Enelpróximointento,Yokoyamainsertólaorejajustoenelmomentoenqueeltrencerrabalapuertaparaqueselaprensaraenvilo.Apesardequeel tren loarrastrómásdecienmetros, laorejasaliócompletamenteilesa sin cambiar de color siquiera.Al contrario, se veíamás resistentetodavía,despuésdehabersidoestiradaconfuerza.Selesocurrióherírseladeantemano,peroesoresultaría ilegítimo.Ladificultadcon laoreja lespesabacadadíamás.

Luego se fijaron en las tablas de acero, colocadas sobre elenganchador del vagón, que se deslizaban rechinantes una encima de laotra. Acudieron al lado del tren y Yokoyama se recostó con la cabezapuestasobrelastablassimulandounaborrachera.Alsostenerloentrelosbrazosconunafingidaasistencia,Megilosubióparaqueencajaralaorejaentrelastablasylapisócontodassusfuerzas.

Yokoyamalanzóungritoespantosoanteelevidentedolor.“¡Hey!”, ledijounode lospasajeros.Al levantar lamirada,Megi se

encontrócon la sonrisamaliciosadelhombre,que resultó serelmismopolicíaque lohabíaatendidoen lacelda.Bajó losojosapresuradamente

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para revisar laorejadeYokoyama,perosolovioalgunashuellasde lasrayas,marcadasporlastablasestriadas,sinpoderpercibirniunrasguño.Seasustaronanteesaoreja,queyalesparecíaalgomonstruoso.

De ahí en adelante, los dos compañeros anduvieron sin rumbo en trendurante varios días sucesivos para probar cuantos métodos se lesocurrieran: un día, estando dentro de un edificio en construcción,recibieron con la oreja un ladrillo que caía desde lomás alto; otro día,simulandomirarafueraatravésdeunaventana,dejaroncaerelmarcodeaceroencimadelaoreja.Pasarontres,cuatro,cincodías,yselesacercabala fecha de vencimiento del seguro, que solo valía por una semana.Misteriosamente,jamástuvieronéxito.Paracolmo,laorejaseponíacadadíamásentrenadayfuerte,yganabacadavezmayorvolumenypeso.

Megi se impacientó, mientras que Yokoyama se desesperaba. Ydecidieronacudiralúltimorecurso.EscogieronlaestaciónU,porquenoestabarodeadadeparedesyhabíaunpuentepeatonalquelaatravesabaasuficiente altura sobre los andenes. Sin embargo, pareciera que seafanarondemasiadodebidoal resentimientoacumulado,yestabancasiapunto de desbordarse, contra la oreja. Para colmo, se confiarondemasiadoeneléxitoinfalibledesuplan.MientrasYokoyamaseapoyabacontraelpostedelpuente fingiendoesperarel tren,Megientródelotrolado al puente y, justo encima de donde estaba Yokoyama, simuló untropiezoparadejarcaerunanavajaconelfilolevantado,quesesalióporun pliegue del bolso al abrirse casualmente. Reluciendo en el aire, lanavajadesapareciódetrásdelparapetosinhacerruido.

Hasta ahí todomarchó como habían calculado.Megi permaneció alacecho de lo que sucedería abajo. Sin embargo, no se produjo ningúnescándalo. Según la idea inicial,Yokoyama, al ver caer la navaja, iba acortarselaorejaconsupropianavajaescondidaylacambiaríaporlaotrasin perder tiempo. Al asomarse extrañado, Megi vio que Yokoyamamirabahaciaarriba,completamenteatontado.Lanavajasehabíaclavadoenunsalientedelpasopeatonal.

Trabajosamente,extendiólamanoyapenaspudorecogerlanavaja.Laguardóenelbolsoydecidióhacerlamismatrayectoriadesdelaescalera

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del otro lado, iniciándola con una breve señal previamente acordada.Cuandoibaatropezardenuevoanteunsupuestoempujóndealguien,esealguienloagarróporelbrazoyalavezlepusounaargollametálicaconunchasquido.

—¡Carajo!—gritóinconscientemente.—Idiota,esinfraganti.Quienlohabíaesposado,tirándolodelbrazo,fue,comoseesperaba,

elmismopolicíadelacelda.—Permítameunsegundo,quetengoquehablarconmiamigoqueestá

aquíabajo…—Deja de decir tonterías. Si fuera tu amigo de verdad, te vendría a

buscardetodasmaneras.—Peroelcompendiode leyes…—ibaadecirmás,perosecontuvo.

Nosupoquédecir.Sintiócomosinohubieranecesidaddepensarporsucuenta,yseleocurrióquetodoelsucesoseguíaunapistapremeditada.

En la celda, se encontró—otra coincidencia— con losmismos doshombres con quienes la había compartido antes. Megi se emocionóinesperadamentealverlosylossaludóconunavozmásfelizquenunca.

—Hola,aquíestoydevuelta.Medamuchogustoverlos.

(1956)

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ELMISIONERO

Llevandounamisiónsecretalostreintaydosmisioneros

sintenerconquéprobarsufesoportanlaburladequieneslosconducen

hacialatumbafríadelalocura

“Cancióndelosmisioneros”

Mientras esperaba su turno en la antesala, en la que se percibía un leveoloraletrina,elconferencistaJunpeiNara,sentadoconelcuerporígidoenunsofádemuellesdañadosquenolograbasostenerlelacaderasobreel asiento, dormía la siesta desde hacía un buen rato. Desde luego, nodormía de verdad; solo procuraba no perder el precioso tiempo dedescanso, actitud que reflejaba su espíritumoderno caracterizado por elracionalismo.En realidad,nopodía reposar serenamente,y apretaba losdientesparacontenerlarabia.

Fueundíade infortunio.Lapresentaciónde lapelícula,programadajusto antes de la conferencia, comenzó con veinte minutos de retrasodebido al estado de la cinta y, sumados los veinticinco minutos quegastaron para arreglar el proyector a mitad de la presentación, seperdieroncuarentaycincominutosentotal.Mejornohubierainsistidoenprogramar la conferencia después de la película. Ante el grupoorganizador, que con el nombre de “Esperanza” le sonaba como unaagrupacióndegenteinexpertaenaspectosprácticos,JunpeiNaradecidiótomarunaposturaseveraparaaceptarlaconferencia,porunladoconunobjetivo aleccionador, por otro para resaltar la magnitud de su estrictosentido cívico, que siempre exhibía como propaganda; después de

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exigirles con firmeza una suma bastante elevada como honorarios, losacometió aprovechando el momento de la turbación con preguntasinquisitivas: ¿quién era el protagonista del evento?, ¿era la película o elconferencista?Cuandotuvolacertezadequeeraelconferencista,JunpeiNara les dijo en enfático tono de reproche que programaran laconferenciadespuésdelapelícula,argumentandoqueelordenlógicoentaleseventosculturaleseracolocarprimerolomenosimportante.Habríaconferencistas despreocupados en los detalles, pero, según JunpeiNara,nunca sobraban estos esfuerzos para impactar a la gente. Luego lespreguntó qué clase de público iba a tener, y al enterarse de que habríamuchosestudiantes,lesofrecióunahojadepresentaciónapropiadaparaelcaso, diciendo que nadie lo conocíamejor que élmismo. Les prometióque se la iba a enviar por correo con suficiente anticipación para quepudieran consultar cualquier duda por teléfono… No había nada queagradecer,puessiempre teníaa lamanocincopresentacionesdiferentes,listasparacualquierclasedeevento.

Sin embargo, su destacado sentido cívico no servía de nada ante laresistenciaanticívicadelosorganizadores.Encasossemejantes,lonaturalseríaofrecerunasumaextraporlademoradecuarentaycincominutos;al recibir este ofrecimiento, que desde luego rechazaría gustosamente,tendría la oportunidad de insistir en que lo más importante no era lomaterial sino lo espiritual. En lugar de buscar alguna solución que losdejara a todos satisfechos, ellos solo se angustiaban en vano, con losrostrosdescompuestosporladesolación…Nodeberíaconfiarmásenlaretóricasentimentaldeunosorganizadoresprematurosydesinteresados.

Además, la pérdida de cuarenta y cincominutos parecía acarrear unresultado desfavorable, porque podía fomentar la malinterpretación deltexto.Paraempezar,aJunpeiNaranolegustabadirigirsealosestudiantesdehoy,que,irrespetuososdelintelecto,nodejabandebuscarvínculosconlapolíticaencualquier tema;apegadosa la superficiede la tierracomosapos, parecían incapaces de lograr un salto en sus pensamientos.Considerando la necesidad de estimular con un humor picante a estosseresembotados,habíapreparadountextountantorebuscado,quedecía:“ElmaestroJunpeiNara,unodeloscríticosculturalesmásimportantesde

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Japón, es columnistapermanentedel periódicoS, conocidopormásdelsetenta por ciento de los estudiantes universitarios fuera de los círculosatléticos…”.Asabiendasdequeesta,encomparaciónconotrasdestinadasadamasoempresarios,no teníabuenaacogida—inclusohabíapensadomás de una vez en rehacerla—, la dejaba tal cual, en fin, sin ánimo dehacerun trabajo extrapara agradar a losuniversitarios.Enestaocasióntambiénutilizó elmismo texto sin alterarle una solapalabra, solohabíallenado un espacio en blanco con esta frase: “Para el tema de hoy, Laperspectiva de la era espacial, tenemos el honor de contar con lapresenciadelcélebremaestroJunpeiNara,cuyopuntodevistatanlúcidoyapasionantesehaconvertidoenelfococentraldelperiodismonacional,dejandomaravillados a varios científicos especializados”.Una frase tanpomposa siempre terminaba ruborizando a los jóvenes estudiantes. Suobjetivo consistía, justamente, en enfrentarlos al hechomismodeque lasensaciónde superioridadqueguardabanen su interior ante la fraseeraalgorepugnante.Sineltextopreviamenteelaborado,estosorganizadoresseguro que defraudarían al público de entrada, presentando alconferencista con puros clichés, tan marchitos como gramíneas eninvierno.Noteníaporquédescuidarseelrótuloparavenderproductosdelmismocontenido.

No había nada que Junpei Nara odiara tanto como la llamadadisponibilidaddeconcesiónodenegociación.Acertadoofallido,eljuiciosiempre es relativo, por lo cual uno no puede dejar de hacer lo que leparezca correcto; si no existe mutua comprensión en este punto, nofuncionaningunademocracia.Elexcesodecríticassiemprenosconducealnihilismoqueanhelalaaparicióndeunhéroecarismático…Alllegaraestepuntodesureflexión,siemprelograbadespreocuparsedelareaccióndel público en estadonormal, pero ahora, ante la desesperación total delosorganizadoresprecoces,nolequedómásremedioquebuscaralgunamedidaparacambiarlasituación.Esahojadepresentaciónharíasuefectosolo en un ambiente propicio para la jovialidad ligera y un humorsofisticado;sinembargo,todoibademalenpeordespuésdeloscuarentay cinco minutos de retraso, para presentar, de paso, una película tanridículamentedidáctica,apenasmejorqueunacaricatura,coneltítulode

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Aventuras en el mundo nuevo. Le haría falta una jugada mágica paradomesticar un público tan irritado… Ya se sabía, por esta malaorganización, que se trataba de un grupo capaz de disponer de unmoderadortorpe,quecometieraerroresgravesqueexpulsaríaamásdelamitad del público, incluso antes de que el conferencista subiera a latribuna, y que, todo cohibido, leyera al pie de la letra el texto, como sifuera una súplica para calmar a los espectadores ya demasiadoaburridos… Claro, era lo que de seguro iba a suceder. “Uno de loscríticosculturalesmásimportantesdeJapón…columnistapermanentedelperiódicoS…setentaporcientodelosestudiantesuniversitariosfueradeloscírculosatléticos…puntodevista tan lúcidoyapasionante…elfococentral del periodismo nacional…”. ¡Qué horror! Literalmente peor queuna mujer fea vestida de gala. Casi se podía imaginar cómo losespectadoreslemostraríansuscaras,conloslabiosfruncidosenunrictusdeburlaalpresenciarsemejanteescena…

Sin poder aguantar más la inquietud, a Junpei Nara se le ocurrióaprovechar los minutos de demora para explicarles en detalle a losestudiantes organizadores en qué consistía el espíritu esencial del texto.Realizó una aclaratoria realmente exhaustiva; con una perseveranciaextremacomoparapelarunaporunalassemillasdemaní,leshablóenuntono enfático, destacando cada una de las frases con un frenesí deneurótico.Unotrasotro,sefueronretirandoconespantolosjóvenesquele prestaban atención por cortesía, y al cabo de diez minutos ya noquedabanadiealrededordelconferencista.

DemaneraqueahoraJunpeiNarapermanecíasolo,sincronizando larespiración con el ritmo del sueño para no malgastar ni un minuto deespera.

Sentíaqueyahabíapasadobastantetiempo,peroalverelrelojsediocuenta deque apenashabíanpasado cincominutos.Volvieron los pasos,que se detuvieron indecisos afuera de la puerta. Cuando empezó ainquietarseporelsilencioquedurabamásdelodebido,giróelpicaporte,y dejó pasar a un desconocido.Era un hombre huesudo, vestido con untrajeordinariocolorgris,un tantomayorque losorganizadores,quizásalrededor de los treinta años.No se fijómucho en él, por considerarlo

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comounmiembromásdelgrupo.Alcerrarlapuertaasusespaldas,elhombreavanzódosotrespasos

para hacer, con los pies juntos, una venia exageradamente cortés; luegohablóenuntonoelocuente.

—Disculpe,señor,¿mepermiteunainterrupción?Ante esta frase JunpeiNara se dio cuenta dequeno se tratabadeun

organizador, sino que era uno de esos descarados que nunca faltaban aestaclasedeeventosparaincomodaralosconferencistasconlaosadíadehablarlesdirectamente.

—No.Necesitopensarenlaconferencia…—dijoenuntonotajante.Elhombre,apenado,bajólacabeza.Agachadounpocohaciaadelante,

enlazóelpulgarizquierdoconlapalmadelamanoderecha.—Losiento,señor.Esquemeparecióunabuenaoportunidad.Siempre

heestadobuscandoelmomentoparahablarleaustedyportimideznuncalohe logrado.Yahora,alverqueasisteaunareunióntanmiserable,hepodido confirmar mi sospecha de que usted es un hombre realmenteaccesible.Desdeluego,jamáshedudadodesupasiónpordiscutirnuestrosproblemas, pero siempre había una pequeña posibilidad de que solo seestuvieraaprovechandodel“boom”espacialqueexplotódeunmomentoaotroconelescándaloprovocadoporesesatéliteartificial…

—No te entiendo nada. No tengo ningún interés en tus asuntos.¡Déjameenpazinmediatamente!

—Lo siento. Pero, señor, si usted colabora en un evento tan juvenil,cuandoel“boom”espacialyaestáendescenso…

—¡Atiquéteimporta!Dejadesernecio.—Discúlpeme, por favor, no lo tome a mal… Es que creo que a

nosotros…—Mira —dijo Junpei Nara con la respiración acelerada, como si

tuvieraunataquedeasma—.Nome interesa saberquiéneres,perodatecuentadelodescaradoeimpertinentequeimplicaelactodehablarasolascon el conferencista. Todos pagan lo mismo para escuchar miconferencia,ytútratasdesacarlemásprovecho.Esteesunrobo,¿sabes?

Esa respiración acelerada, tan característica de Junpei Nara,horrorizabaengeneralacualquieratrevido,peroelhombreselimitótan

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soloamostrarseavergonzadosinunasomodesusto.—Tienetodalarazón,señor.Debíhabermepresentadoprimero,pero

ya verá, se trata de un asunto muy complicado. Si le digo quién soy,probablementenomecrea…Eslomásseguro…Nigentetansabiacomousted… La gran mayoría es incapaz de comprenderme por más que leexplique, pero he guardado una secreta esperanza de que usted, tanenterado del problema espacial, sea capaz de seguir mi argumento endetalle…Mejor dicho, usted debe comprenderme, señor, que ya no mequedaotraalternativa…

JunpeiNaradirigiósigilosamentelamiradahacialapuerta.Malditosestudiantes, ¿adónde se irían?… Qué fastidio, habría de ser un tipoproblemático, quizá algo esquizofrénico. Se veía pálido, con los ojosdesorbitados. El cuello demasiado estirado, los hombros caídos y loshuesosdemasiadosalientesen todoelcuerpo.TípicoSchizoidssegún laclasificación de Kretschmer. De haberlo sabido antes no lo hubieraatendido desde el inicio… Cuanto más se quejaba, más le agradaba alhombre.Mejor hubiera sido sacarlo sin contestarle una palabra o irse aotroladosinfijarsesiquieraensupresencia.Soloenunaconferenciatandesorganizada podían aparecer estos indiscretos de mala calaña paraburlarse de los conferencistas. En perro flaco todo son pulgas, comodicen.

Despuésdeunabrevepausa,elhombrehablódubitativo,envozbaja.—Disculpe…usteddudademí,señor…Yaquemedalomismo,me

atrevoadecirdeunavezque…soymarciano…JunpeiNaraloobservóestupefacto.Conelcuerpodivididoendos,se

sintió extrañamente desgarrado, entre la parte delantera que quiso soltarunacarcajadaylatraseraquetemblabadeterror.Idénticoenaparienciaaljaponés,aunqueunpocofueradelocomún,lepareciódemasiadoridículoquesecreyeramarciano,yexperimentóunarepugnanciararaalsaberqueeste hombre ridículo se había fijado en él. Mientras pensaba que debíamantenerse indiferente, esperando con paciencia a que volvieran losestudiantes a su lado, se le despertabagradualmente el orgullo típicodelos profesionales letrados… Se encontraba a sí mismo lleno decombatividad, diciendo sin querer para sus adentros: “No me dejaré

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arrastrarporuntrucotanpueril,veráloquesucedeal tomarmeporunapresafácil”.

Frunciendolapuntadelanarizconactituddeburla,JunpeiNaraclavósumiradasañudaenlaspatasdelamesaydijodeuntirónconlafuerzadeunresorte:

—¿Marciano?… ¡Marciano!…Deja de decir tonterías, que enMarteno hay animales superiores. Esto está verificado científicamente. Tútambién eres un animal superior, ¿verdad? ¿O acaso no? Entonces nopuedessermarciano.Olvidaeseviejotruco,queyanoestamosviviendoenlaépocadeWells.Marteesunplanetacongelado,sinaguanioxígeno,aligualqueeldesiertoalaalturadeveintemilmetros.Alosumohabrámusgosomoho…

—Tienerazón,ustedsabemucho.—¡Dejadeburlarte!¡Nosoportotamañodescaro!—Claro,ustedtienetodalarazón…Nosoymarcianoenelsentidoen

quediceusted,señor.Perosílosoyenelsentidoenqueloseuropeosqueemigraronalnuevocontinenteahorasonamericanos.

—Ya veo. Compraste un terreno mediante la Asociación Marciana,querrásdecir.Sinembargo…

—Quéva.Nomeenojoporqueséquesoloestábromeando,perosepabienquenuestrogobiernonoreconoceunaasociacióntanestúpida.Dadoquenoestáreconocidaporelgobierno,escompletamentenula.

—Entonces,dicesquetúeresfuncionariodelgobiernomarciano.—No precisamente. Más que funcionario, soy delegado oficial del

gobierno,acargodelanegociaciónconlosterrícolas…—Ya…Bajotuautorizaciónfundaránunanuevaempresaparavender

másterrenosenMarte.Nocreoquehayasllegadoalapersonaapropiada.—No me está entendiendo, señor —dijo el hombre con una voz

afligida que se le enmarañaba en la garganta—. Soy un marcianoauténtico.HacemuchoqueemigramosdeotroplanetaparaestablecernosenMarte.

—¡Dejaesatontería,quetúeresunjaponéscomúnycorriente!—¡Eso,señor!Ahíestáelproblema.El hombre cambió de postura por primera vez y abrió los dedos

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esbeltosalposarlamanoenunrincóndelamesa.—Losmarcianosestamosmuyangustiadosanteelproblema.Hastael

momentoenqueestabaapuntoderealizarselaanheladavisitaalaTierra,no tomamos en serio esta apariencia física, tan parecida a la de losterrícolas, pensando que más bien nos iba a favorecer para infundirconfianza,peroal analizarbien la situación, caímosen la cuentadequeiba a ser un obstáculo fatal. Usted sabe, al llegar a la Tierra, ¡¿cómopodemosdemostrarquesomosmarcianos?!Yvea loquepasó.Mientrasnopuedaacreditarquenosoyterrícola,nadiecreeráquesoymarciano…

Junpei Nara sintió en su mente una chispa de curiosidad. Era unsilogismoabsurdoalfinyalcabo,peroconteníasuficientematerialcomoparatresartículosderevistasyhastanueveconferenciassucesivas.

—Tienes una lógica interesante. Peromira, ¿por qué nome enseñasalgún objeto típico de los marcianos? El vehículo en que viniste a laTierra,porejemplo.ObienpuedeseralgoquenoexistaenlaTierra…

—Claroquesíhemospensadoeneso,porquesíhaycosas típicasdeMarte,desdeelpaisajehastalavestimenta.Ynuestrovehículociertamenteesúnico…Mejordicho,tanúnicoquenosirveparaelcaso.Esquenosetrata de un vehículo, propiamente dicho, sino de un sistema…o sea, unestadodelaenergía…Aver,¿cómoleexplico?…Nosoyespecialistaenciencias,pero…Mire,ustedsabequeesposibletransformarunobjetoenenergía.Esuna técnicaantigua.Sinembargo, es sumamente complicadotransformar la energía en un objeto.Me han dicho que los terrícolas lohanlogradosoloenformamuyelementalyquetodavíanohanllegadoaproducir objetos con estructuras complejas,mientras que losmarcianosdescubrieron elmétodo hacemucho tiempo.Desde que formalizaron lateoríallamada“físicatopológica”,nodemoraronmuchoparainventarelsistema de convertir la energía en objetos y realizar el proceso endiferentes sitios. Desde luego, esta técnica puede ser un arma poderosasegún el uso. Imagínese qué sucedería si de repente un objeto aparecedentro de otro. Por ejemplo, al desplazar en un instante el Dimos o elFobos,quesonnuestras lunas,al interiordelaTierra,estasevaahacerañicosencincosegundos.Bueno,soloestoybromeando,yobviamentenotenemosunaintencióntaninsensata.Porfortuna,yanoexistennacionesen

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Marte…—¿Soloelgobiernointegral?—Podríamosllamarloasí.TienemáshistoriaquelamismaTierra…Mientraspensabaensuinteriorquehabríadeserunlocoacomienzos

deladécadade1950,sesintióacosadoporlacuriosidad.—Bueno,sigue.—Estatécnicatrajounrápidodesarrollodelsistemadetransporte.Al

principio fue tan solo la carga de objetos inorgánicos, pero prontocomenzaron a abordar objetos orgánicos. Hay una pequeña diferenciatemporal entre el transporte de objetos orgánicos y el de objetosinorgánicos,demodoquetuvieronqueconstruirdosformasdiferentesdeestaciones. La red de respectivas estaciones, que se extendió hasta losúltimosrinconesdelmundo,nosposibilitóviajaracualquierdistanciaenun segundo.En las estaciones de viaje, se ven varias hileras de cabinas,comolascabinastelefónicasdeestepaís.Despuésdesolicitareldestino,unoentraalacabinaindicadaparapulsarunbotóneinmediatamenteestáenlaotraestación…Amedidaqueprofundizaronenlasinvestigaciones,descubrieron que era posible hacer un viaje interplanetario mediante elmismo sistema.El únicoproblema consistió enquenopodían construirunaestacióneneldestinoparaevitarelchoque.Desdeluego,laubicacióndelasuperficieterrestresepuedecalcularfácilmente,ynohabráriesgosde llegarsangrando,con laspiernashundidasen la tierrade las rodillasparaabajo,comosisehubierapisadounamina.¿Peroquétalsidepuracasualidad pasa un perro? Una fusión nuclear en un instante. Esascasualidades están fuera del alcance de los cálculos. Hemos tenidomuchísimo cuidado para escoger un sitio que esté desierto, como lacanchadeunaescuelaprimariaamedianoche,peroigualfueunaaventuradevidaomuerteparauno.Tremendosustomepeguédeverdad.Mequedéempapado de sudor de pies a cabeza al encontrarme a salvo después deconsumarelviaje…

—Ya veo, así que no me puedes mostrar el vehículo. Qué ingenio.¿Peroyanovolverásenelmismovehículo?

—Claroquesí.Cadacuatrocientosdíasmerecogenenelmismopuntodelaterrizaje.

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—¿Cuatrocientosdías?—PorladiferenciaqueexisteentreMarteylaTierra,enrelacióncon

larotaciónylatraslación.—Perosinoexistelaestación,¿cómopulsaselbotón?—No, señor, quizá le parezca extraño, pero al tratarse de objetos

orgánicos,sepuederetrotransportarsinestación,contaldequeserealicedesdeunpuntoprefijado.Muchoscreenqueseríamásfácilmoverobjetosinorgánicos, que son de estructuras más sencillas, pero es al revés enrealidad; no solo no se pueden retrotransportar sino que, en el caso deltransporte inicial, se produce un desajuste en proporción, es decir, ladistancia al cuadradocuando llegaaldestino.Yonoentiendoendetalle,peroparecequelosobjetosorgánicoscontienenunaenergíaespecialquefuncionacomounrielenelferrocarril.

—PoresonopudistetraernadainorgánicodeMarte.—Exactamente.Hubierasidounpeligroinnecesario.—Pero—dijoconloslabiosretorcidosporunasonrisitasarcástica—

¿porquénotrajisteseresorgánicos,porejemplo,unperromarciano,unpájaro?…

Elhombrebajólamirada,untantoturbado,yasintiódesprevenido.—Quélío…Esquetodoparececomoinventado…Noentiendocómo

todoestosaletanpreciso…Adecirverdad,nohayanimalesniperrosnipájarosenMarte…Nuestrosancestrosemigraronsinllevarningunaclasede animales, porque ya tenían la técnica para procesar proteínasartificiales…

—¿Ypor qué no trajiste fotos?Una foto no te pesaría nada. Sea delpaisaje,laarquitecturaolavidacotidiana…

—Claroquelohicimos.Lospapelesqueusamosparaimprimirsondefibras minerales y son objetos inorgánicos, pero se pueden enviar sincorrer peligro al lanzarlos, primero hasta cierta altura y luego dejarloscaer a la superficie.Yahemosenviadodeestamaneradecenasde fotos,pero parece que se dispersaron en el viento y cayeron directamente enmanos de terrícolas. Nunca supe cómo, pero las imágenes, desde lospaisajes naturales hasta las ciudades embovedadas, se han divulgado anivel popular como esbozos imaginarios de Marte… Obviamente, esas

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fotosyanosirven,puesnopruebannada.AcasomereceríanunaburladelagentequelasconsideracomotomadasdelaspelículasdeDisney.

JunpeiNaradirigió lamiradaun tanto irritadaal rostrodelhombre,perohablóenuntonosuave,deteniendolavozdetrásdelalengua:

—¿Perocuándovolverás?¿Faltamuchoparacompletarcuatrocientosdías?

—No, la fechayaestámuyencima—dijoelhombre,mostrando losojosdetonalidadextrañamenteelegíaca.

JunpeiNarasoltóunacarcajada.—Entonces no hay ningún problema. ¿Por qué no invitas a los

periodistasparaquepresencienturegresoaMarte?Yotambiénaceptarétuinvitación con muchísimo gusto. Al llegar el instante del regreso,desapareces de repente de la cancha de la escuela primaria, muylejanamente brilla un planeta de color rojo…Así ya nadie dudará de tuidentidadmarciana…

—No,nopuedo—dijofirmementeelhombreconelcuerpoinclinadohacia adelante—. No puedo regresar antes de cumplir mi misión. EsdemasiadoriesgosoaterrizarenlaTierra,nopodrérepetirelviajetantasveces.Estoyaquísoloporlamisión.

—¿Perodequémisiónestáshablando?—Lamisióndeubicaraunterrícolarepresentativo,quemereconozca

comomarciano.—Ycuandoloencuentres,¿quésiguedespués?…—Lo nombramos promotor para poner en marcha el proyecto de

construirunaestaciónenlaTierra.LuegoloinvitamosaMarteparaqueconozca minuciosamente el estado en que nos encontramos. Con uninformeoficialqueentreguealaautoridad,empezaráafluirelprocesodenegociación.

—¿Cuántocostaríalaconstruccióndeunaestación?—Bueno,seráalrededordecincomilmillonesdeyenes.AJunpeiNaraleentróunaduda.Alomejornosetratabadeunloco

sino de un estafador. En tal caso, su método resultaba demasiadomalicioso. “Debería odiarmemucho al tramar algo tan elaborado, solopara convertirme en objeto de risa…”. No recordaba haber infundido

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tantoodioenalguien.¿Oseríaunlocodeverdad?“…Peroquélocotanprofundamenteconvencido.Aver,perosiesun

loco de verdad, le puedo sacar provecho. Puede servir de chiste pararemediar tantas torpezasabsurdasdehoy.¿Qué tal si loutilizoparaestaconferencia?Sí,noestámallaidea…nolefaltantoquessatíricos…Conel título de Marciano falso… ¿Será demasiado vulgar? ¿O ‘La lógicadentrode lacaja’?Suenademasiadosofisticado.Tengoquepensarenelintermedio”…

Elhombrelesusurróconunavozdesconsolada:—Señor,¿ustedmeacompaña?—Aver,perodimelaverdad,¿quiéneres?—Leestoydiciendoquesoymarciano.Nimásnimenos.Selosuplico,

señor, créame, por favor. Por lo que más quiera. Estoy seguro de queustedcreeenlaexistenciadelosextraterrestres,yyomismolosoy.Porfavor,señor,acompáñeme.

—¿Acompañarteadónde?…—Dentro de poco llegará elmomento demi regreso. Solome falta

media hora. Si perdemos esta oportunidad, tendremos que esperarcuatrocientosdíasmás.YaestoycansadoporestagravitacióntanfuertedelaTierra.Me cansomucho solo al estar de pie. Por favor, señor, vengaconmigo.

—¡Sinviolencia,hombre!—JunpeiNaraselevantóparasacudirselosbrazos que lo atrapaban por las mangas. Se le inflamó el corazón,olvidadodeloslatidos.

—Perdone… Yo no lo quiero forzar, pero póngase en mi lugar.Imagínese lo terrible que me siento al no poder demostrar que soymarcianosiendomarciano.Séquealafuerzanosedebe…Perosiustedinsiste enno creerme, señor, nomequedamás remedioque acudir a laviolencia…

—¡Quítatedeahí,dejadedecirestupideces!—Porfavor.—¡Vete!—Sé bien el peligro que implica ponerse violento. Hasta ahora han

llegadotreintayochomarcianosalaTierra,deloscualessieteexplotaron

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al fallarenelaterrizaje.En laoficinadebomberosse registraroncomoexplosiones o incendios con causas desconocidas. Los treinta y unrestantessehastiaronde lamisma luchahasta forzaraalguienaque losacompañara a Marte y terminaron en manicomios después de serentregadosalapolicía.Entrelosquellegamosvivos,yosoyelmisioneronúmero 32. Mis antecesores insistieron muchísimo en que no meapresurara y queme cuidara de caer en la desesperación de acudir a lafuerza, pero yo ya no puedo más, señor, estoy harto. Usted, tanimaginativoquees,mecomprenderá,nomevaaabandonar,¿verdad?

—¡Suéltame,tedigo!—No puede ser. Usted es un aliado nuestro. Por favor, señor, se lo

suplico. ¿O acaso tengo que llevármelo a la fuerza? ¿Me obligará amaltratarlo?Nomedigaqueestápensandoenmandarmealmanicomio.No, imposible. Usted no es como otros bichos apegados a la Tierra,¿verdad?Lostreintayunantecesoresmíosnotuvieronbuenosojosparaescogerycayeronenlatrampadeesosbichosinútiles,peroyonomeheequivocado, estoy seguro. Tuve la suerte de conocerlo a usted, ¿verdadquesí,señor?

Mientras el hombre lo acosaba con viscosidad, estirando susmanosinhábilescomosiestuvieraluchandoporlibrarsedeladoblegravitaciónterrestre,JunpeiNaraloempujóaciegasyescapóhaciaelpasilloatodacarrera.

Escuchando a su espalda las pisadas estrepitosas del hombre, que legritaba: “¡Espere, por favor, señor!”, atravesó a toda prisa el pasillo enpenumbrasparaalcanzarlaescaleraquesecomunicabaconelescenario.LosestudiantesquepermanecíanahíapoyadoscontralaparedparaverlapelículaaescondidassehorrorizaronanteelgritoamenazantedeJunpeiNara,ysedispersaronaladesbandadasindarsecuentadequeenrealidadlespedíaauxilio.HuyeroncontantaceleridadqueJunpeiNaranosupoendónde se escondían. Casi sin conciencia corrió escalera arriba y seencontróasímismoenfrentedelapantalla.Justoenesemomentoseveíaen la escena una nave espacial que, girando como un trompo, sedespegabadelaestacióncondestinoaMarte.Lasombradesubustoborróla nave espacial. “¡Quítate de ahí!”, gritaron algunos espectadores. Al

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mismo tiempo,desdeelbastidor seoyó lavozdelmarciano,quedecía:“Por favor, señor…”. Junpei Nara se lanzó apresurado al auditorio.Entoncesalguienseespantóconungritoycomenzóacorrerparaganarlavíadeescape.Fueunode losestudiantesescondidos,quecreyóhabersido descubierto por el conferencista. En reacción se oyeronsimultáneamente envariaspartes lospasosdesesperadosde los jóvenes,que,confundidos,tratarondehuircorriendo,perotodoslosruidosfueronabsorbidos por la música estruendosa que acompañaba el final de lapelícula; en la pantalla volaba con serenidad la nave interplanetaria enmediodelespaciooscuro.

Despuésdederrumbarlapuertacontodasufuerzaparasalir,irrumpióenlaoficinay tomóelauricularpara llamara lapolicíasinhacerlecasoanadie.

—Venganinmediatamente,porfavor,quesetratadeunlocoquesehapuestoviolento…

En diez minutos llegaron los policías y no demoraron mucho enalcanzar por un costado al supuesto marciano, que todavía andaba eninsistentepersecucióndeJunpeiNara.Lolevantaronenviloconfacilidad,sujetándolo por los dos brazos como si jugaran con un niño, y lometieronenunajaulablancaacondicionadaconunmotor.

Alpresenciartodoesteprocedimientoatravésdeunaventanilladelaoficina, JunpeiNara se sintió tan disgustado por la idea de que pudierahaber sido un marciano auténtico, casi a punto de verse con el ceñoagigantadoderepente…oconlacabezaestiradacomoportresmetrosendirecciónhorizontal…Nohabríanecesidaddeagregarquesuconferenciadeesanocheresultódemasiadotrastornadaparaelpúblico.Sinembargo,al terminarla, la cara se le iluminó con una extraña alegría, porque sesentíacompensadoporuntítulomaravillosoqueselehabíaocurridoporalgúnmotivomisteriosoamitaddesucharla:“Elsíndromeespacial”.

(1958)

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HISTORIADELASPULGASQUEVIAJARONALALUNA

1.

Haygentequenotieneningúninterésenlosinformesdereuniones.Losémuybien,peropiensoquenodejarándeinteresarsedeunauotramaneraen esta reunión, de la cual voy a hablar en adelante. Mejor dicho, lesaseguroqueesunahistoriainteresante,yaquesetratadeunareunióntanextrañaymodernaqueseconvocóbajoel títulode“CongresoNacionaldeInsectosDañinos”.

Mepermitohacerunapequeñaanotaciónentreparéntesis,por sihaygente terca que insiste en negar tanto lo extraño como lomoderno delcongreso en cuestión; para hablar con más exactitud, no es un merocongreso de insectos dañinos, sino el congreso de insectos dañinoshigiénicos. Comprenderán que son dos cosas bien distintas. Creo quequienes detestan las reuniones formales suelenmostrar, a la inversa, uninterésparticularenasuntoshigiénicos.

Al decir insectos dañinos higiénicos, desde luego me refieroespecíficamentealosinsectosvampiros,esdecir,losquechupansangrealoshumanosyalganado,talescomozancudos,pulgas,piojosychinches.En la épocaenqueprosperó la clasificaciónecológica,hubocientíficosquecometieronelerrordeclasificarlosenunaseccióndelCongresodeInsectosParásitos, debido a estemismo atributo, pero por fortunaya lorectificaron al otorgarles una posición merecida en la sección másrepresentativadelCongresodeInsectosDañinos.

Simepermitenotraintervenciónafindeevitarconfusiones,lesaclarodeunabuenavezquedichocongresonotienenadaqueverconelllamadocongresocontrainsectosdañinos.Apesardequeladiferenciaentre“de”

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y“contra”noparecetanpertinente,elunoyelotrosoncomodospolosopuestos en realidad. Por ahora nomemeto en detalles, ya que prontoveránenquéconsisteladiferenciasegúnlamarchadelahistoria;sololesruegoquesepandeantemanoquesíesimportanteladiferencia.

ElcongresosecelebróafinesdeagostoenelsótanodeunedificiodeShinjuku,Tokio.Habráquienesseextrañanantelaseleccióntananormaldel lugar, pero quizá los convenza al informarles que el CongresoInternacional de Nueva York, a comienzos de año, también fue en elsótano de un edificio localizado en una zona suburbana. Acuérdense dequenosetratadelcongresocontrainsectosdañinos,sinodelcongresodeinsectosdañinos.Ladiferenciaentre“de”y“contra”semanifiestadeestamanera.

Me han dicho que se reunieron miles o millones de insectos. Ladiferenciaentrelasdoscifrasparecedemasiadogrande,peroenrealidadno lo es.Al tratarsedemiembros tan inquietos, no esde extrañarsequesalieranoentraran tantos individuosenel transcursode lasdiscusiones,queporciertoduraronuntiempocasiexagerado.

El congreso se inauguró a las doce en punto de la noche, por lasencilla razón de que el lugar solo se desocupó a esa hora; es decir, secelebróenunlocalconocidocomúnmentecomobar,delcualsoyunodelosclientesmásasiduos.Encondicionesnormales,mesacandelbaralasdocemenos cinco y cierran la puerta amis espaldas en pocosminutos,peroesedíamehabíapasadodeginebra.Elexcesodeginebrasiempremeembota el juicio como si me envolvieran en una manta negra hasta elfondodelcerebro.Paracolmo,parecesurtirunefectocomodevolvermetransparente,yaquenosolonomeveoamímismo,sinoquetampocomeven losdemás.Aldespertarmeconundoloragudoenunade lasaxilas,meencontréamímismoabandonadoentredossillasenunrincóndelbar.Iba apresurado hacia la puerta cerrada cuando me invitaron a asistir alcongreso,queestabaapuntodeinaugurarse.Yavenquenoestoyaltantodel Congreso de Insectos Dañinos porque sea médico o porque fueracoleccionista de insectos en mi época escolar, sino por la simplecasualidaddehaberlopresenciadoconmispropiosojos.Alosinsectosnoles importó que alguien asistiera como observador, siempre y cuando

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fueraunserhumano;oquizánileshubieraimportadoquefueraungatoreciénnacido.

Al ver la puerta cerrada con candado, supe que tenía que pasar lanoche con ellos de todas maneras y que era inútil rebelarse en esascircunstancias,ydecidíobedecerlessinresistencia.Demanerainesperada,mefuedegranayudaelungüentoantihistamínicoquesiemprecargabaenelbolsilloparaaliviarladermatitisdelafeitado.

2.

Resultóquelagranmayoríadelosparticipantesdelcongresoeranpulgas.Quizáhubo tambiénpiojosychinches,peroestosapenassenotaban.Deseguro se extrañan ante el hecho de que ellos mismos lo denominasen“Congreso de Insectos Dañinos”. A mí también me pareció extraño alcomienzo.

—Meimaginoquesonmuymodestos.—¡¿Modestos?! —gritó atontada una que se ocultaba detrás de mi

oreja.Meapresuréacorregir:—Bueno,quierodecirquetienenbuensentidodelhumor…Miinterlocutora—enrealidadnosésifuelamisma,puesnuncasupe

distinguirlaspulgas—meespetódeinmediatoenuntonotanprovocativoquemedejódesorientado:

—¡¿Humor?!—Esqueustedesmismossereconocencomoinsectosdañinos…—¿Quieresdecirqueesunhonorreconocersecomoinsectosútiles?Era tan solo la diferencia de puntos de vista. Hay hombres que se

alegran al ser tratados como fascistas. Me limité a sonreír de maneraevasiva.

Sospecho que ya están aún más extrañados al ver que me pudecomunicar con los insectos. Tienen razón en términos generales; enprimer lugar, los insectos no están dotados de la capacidad para pensar.No niego que es posible atribuir todas estas peripecias al efecto de la

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ginebra, peromegustaría que reflexionaranunpoco antes de sacar unaconclusiónprematura.

Supongamos que los seres humanos tenemos aptitud para pensar eintercambiar opiniones gracias a la corteza cerebral altamentedesarrollada. Sin embargo, el cerebro en sí no sirve de nada si no loentrenamos a través de la vida social para que llegue a formularpensamientos; esto ya no es cuestión fisiológica sino filosófica…Entonces, ¿quién se atrevería a afirmar que no se les puede aplicar elmismoplanteamientofilosóficoalascomunidadesdepulgasodepiojos?

Porsupuestoqueyotampocotengoseguridad,porquesíesciertoquemehabíapasadodeginebraesedía.Aunasí,megustaría insistirenquetodograndescubrimientosueleoriginarseenunacontecimientodudoso.Demomento,soloprocuraréresaltarlaveracidaddeloquemesucedióenesaocasión.

3.

Pasaréarelatarelcontenidodelcongreso.Esanochehablaronentornoauntematanmajestuosocomo:“Enbuscadelasuperacióndelainminentecrisis de la paz”. Lamento tener que decirles que no me será posibledetallarlo porque el ungüento antihistamínico se me acabó apenasinauguradoelcongreso;merasquétodoelcuerpoempapadodesangreycasinomemantuvedespiertopuessentíamiconcienciaabrasadasobrelaarenahirviente.Asíquesolomelimitaréaesbozarelambientegeneraldelareunión.

Enresumidascuentas,lasdiscusionesseenfocaronenelproyectorusode lanzaruncohetea laLuna.Noesdesorprendersepor la rapidezconque se informaron de las novedades delmundo si se tiene en cuenta suinnatocarácteromnipresente,peronodejédeadmirarsuintuiciónpolíticaantelasituacióninternacional.

Segúnlos insectos, lossereshumanossehanconvertidoenanimalescada vezmás difíciles de tratar en estos últimos años, amedida que sealejan de su estado natural con ciertas innovaciones, como la

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modernización de la residencia, el sistema de alcantarillado, el jabónquímico,elDDTylalavadora.Soloquehastaahorasiemprehanestalladolasguerrasconciertaregularidadparadevolveralossereshumanosasuestado salvaje. Los soldados y la gente pobre del barrio han sido susaliadosmásfieles.¡Esosbuenosañosdeguerrassucesivas,enloscualesmillonesdeinsectosdañinosemigrabanenmanadashacialoscamposdebatallaylosescombros!

Han pasado quince años desde que terminó la última guerra… Hadurado demasiado el tiempo de paz. Los insectos han aguantado conoptimismo, creyendo en los especialistas y profetas que anuncian lainminente caída del régimen actual, pero no solo no ha habido grandesguerrassinoquelasituaciónhaidodemalenpeorconeldesarrollodelsentido higiénico, que ahora se observa hasta en los trenes y bañospúblicos. En tales circunstancias, el cohete lunar representa una crisisprofundaquelosobligaaplanearunasolución.

Elcohetesignificaunaamenazafatalenlamedidaenque—lomismosucedió con el satélite artificial—genera el temor a que disminuya aúnmás la probabilidad de las guerras, hasta que desaparezcan en sutotalidad…

Desde luego, no todos los insectos dañinos compartieron el mismopunto de vista.Me contaron que había surgido en el congreso anterior,celebrado en Nueva York, tanta disparidad de opiniones entre losparticipantes multinacionales que estuvieron a punto de escindirsedefinitivamente.

Lasopiniones,grossomodo,parecenclasificarseentrescategorías:laprimera, representada por las pulgas norteamericanas, consistía en eloptimismo americano de creer que la escasez de guerras no era ningúnsíntomadeladerrotadelsistemacapitalista;segúnellas,seconservaríanhastalaeternidadtantolasbatallasarmadascomolapobreza,auncuandodisminuyera la frecuencia de las guerras. La segunda la sostuvieron laspulgasrusas,enteradashastaciertogradodelmarxismo,queatribuíanlasguerras al régimen capitalista; se trataba de una especie de pesimismo,puesestabanconvencidasdequedesapareceríantantolasguerrascomolapobrezaenunfuturocercanoconeldesmoronamientodelcapitalismo.En

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eldebate,laspulgasrusasnoseesforzaronporimponersupuntodevista;en cambio, parecían resignarse con fatalismo a la pronta extinción detodas las especies de insectos dañinos higiénicos y se sumergían enunaeuforiacasireligiosa,imaginándoselabellezadelavidaefímeraparaeltiempoquelesquedabaporvivir.

La tercera, apoyada por pulgas de varias nacionalidades, incluyendolasjaponesas,resultóserlamásalentadora;estaagrupaciónmultinacionalcriticó con tono agresivo tanto el fatalismo ruso como el optimismonorteamericano,insistiendoenquelasnorteamericanasdeberíanrebelarseconmásdecisiónencontradelapazinternacionalmientrasquelasrusasdeberían impedir el lanzamiento del cohete lunar con todas lasmedidasposibles. Sin embargo, esta tercera opinión fue vencida por los dospoderes políticos, que la consideraron como un idealismo histérico,carente de sentido realista. Por un lado, las pulgas norteamericanas,ademásdesernumerosas,estabandotadasdeuncuerpograndeycerebrodesarrollado; por el otro, las rusas tenían como aliada a la inmensamayoría de insectos pusilánimes, como zancudos y chinches. Ante lafuerza abrumadora de las dos vertientes, las pulgas no aliadas semostraronincompetentesporcompleto.

Noobstanteladerrotaeneldebate,estasnoseconformarondeltodo;la decisión forzada del congreso en Nueva York solo sirvió parainfundirlesdesconfianzasinalterardeningunamanera supuntodevistaoriginal. Si bien era cierto que el oportunismo que se apoderó delCongresoInternacionaldeInsectosDañinoslosdejósinmuchaesperanzadeguerrasmundiales, laconvicciónbelicosaseconsolidóaúnmásentreellas.

Tenganencuentaestosantecedentesparacomprenderelfervorquesegeneró hoy durante los debates del Congreso Nacional de InsectosDañinosHigiénicos.

4.

—¿Qué tal? ¿No te parecemaravilloso?—murmuró entre suspiros una

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pulgaquepermanecíapegadaamicuello,mientrassacudíaelpesodesupanza repleta de sangre. Conteniendo las ganas de aplastarla de unmanotazo,meapresuréaresponderleconlosdientesapretados:

—Noentiendo…Eléxitodelcohetelunarsignificaquehabrámenosesperanzadeguerrasenelfuturo,¿noescierto?

—Claroquesí…—Ysiguenalborotadosporuneventotanrisible…—Quétontoeres…mira,yateloexplico…Hemosdecididoabrirun

porvenirpornuestracuentasinhacerlecasoalCongresoInternacional.—¿Peroconquémétodo?…—¿Cómo?…¿Acasonoescuchasteladeclaraciónfinal?—Sílaescuché,pero…esque…todavíanomequedaclaro…—Yaveoquetefaltasangreenelcerebro…—Esporquemelachupastedemasiado.Dejadeserimpertinente.—Ah, perdóname… En fin, hemos decidido aprovechar el cohete

lunarparadejaranuestroshijosenlaLuna,¿meentiendes?—Ya…—AuncuandonosextinguiéramossindejarrastrosaquíenlaTierra,

nuestrosdescendientessemantendríanalacechoenlaLuna.—Alaesperadelestallidodeunanuevaguerra,¿verdad?—Ojalá,peroesonoesmuyfactible.—Entonces,¿quéesperarían?—¿Cómoquequéesperarían?¡Lallegadadelossereshumanos!—¿Sereshumanos?—Claro,tenemosfe.—Tarde o temprano llegarán los seres humanos a la Luna… pero

esparciráninsecticidasencuantoaterricen,aligualqueenlaTierra.—¡Quéva,hombre!…¿Acasonoereshumano?Hablascomosifueras

una pulga rusa… Esos bichos rusos no tienen ninguna formaciónpsicológica…Tenemosfeenquelossereshumanos,aunquedemomentosesientanimpulsadosaaniquilara todoslosinsectosdañinoshigiénicossobrelaTierra…

—¿Y?…—¿Noteacuerdasdequehacetiempohubounpoetaquerecitaba…?

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Lamentodecirlesquenoescuchémás;sinpodersoportarmáselpesode la panza, la pulga se cayó al piso. Al mismo tiempo, el silbido delprimertrenanuncióelamanecer.Conlaspalabrasdeclausuraseoyóuncrujidocomodebosquedebambúyhubosalpiconesdeaguaen todoelespacio.Mentira,nofueronsalpiconesdeagua,sinobrincossimultáneosdetodaslaspulgasreunidas.

5.

¿Vencómosíesposibleunareunióntandivertidaenelmundo?Apesardel dolor físico que tuve que soportar, experimenté un gran placerpsicológicoalasistiralcongreso.

Después de una semana, leí por casualidad en la biblioteca—quizábajoeldominiodel subconsciente—unartículosobre loshábitosde laspulgas.

Ymeenterédequelaspulgas,alsercolocadasalvacío,vomitantodaslasvíscerasporlabocaparaquedarseinvertidasyalcanzanavivirmásdeveinticuatro horas en ese estado; en cuanto se ponen en contacto con elaire, se tragan de nuevo las vísceras para recuperar su estado normal.Además, dicen que sus huevas resistenmás de tres años de sequía. Estoquieredecirqueladecisióntomadaenelcongresonacionalporlaspulgasjaponesasnofueningunaexageraciónquimérica.

Para colmo, las investigaciones recientes han revelado que hayvolcanes activos en laLuna y que puede haber, aunque sea en un gradomínimo,aguayoxígenoentrelosresquiciosdelacortezaopordebajodela capa de polvo. Qué pesar. Me sobrecogí de repente. ¿Qué habríaqueridodeciresapulgaenrelaciónconlapsicologíahumana?Noestabadel todo fuera del alcance de mi imaginación, pero no me animaba acreérmelohastaquemeloaclarólamismapulgadesupropiaboca.

Varias veces estuve a punto de escribir al gobierno ruso paranotificarlo del plan de las pulgas japonesas, pero me faltó osadía parahacerloatiempo;mientrasyodemorabaendecidirme,Rusialanzóalfinel cohete lunar. Según la prensa, los técnicos tomaron precauciones

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extremas en contra de las bacterias, pero parece que no se les ocurrióconsiderarelpeligrodelaspulgas.

¿Esaspulgasabordaríanelcohete, talcomolohabíanplaneado,paraviajaralaLuna?

No habría necesidad de decirles que fui esa misma noche al bar desiempreparatomarginebra.Mesobresaltéapenasdiunpaso.Mellegóalanarizunfuerteolorainsecticidayvielpisoenteroemblanquecidoporcompleto.Lancéungritosinquerer:¡quiénseríacapazdetomarlicorenmedio de un olor tan espantoso! El dueño me pidió disculpas y meprometióquenuncamásrecurriríaalinsecticida…¿Cuándovolveríanlaspulgasalbar?

Pasaronalgunosdíasdedesasosiego.Notuvequeesperardemasiadohastaquemeencontrédenuevoconlapulga.Creoquefuealcuartodía.Cuandodisfrutabadelaginebrasinapuro,comodecostumbre,sentíunapicaduraenelcuello.Meextrañéalverquetodavíafaltabatiempoparalamedianoche.Detuvelamanoquehabíaalzadoporinstintoylehabléeneltonomásamablequemepudierapermitir:

—Oye,tencuidado;nocaigasalpiso,queestállenodeinsecticida.—¡Quéridiculez!—¿Cómo?—Detanpocoinsecticidanosescapamossoloconunestornudo…—Yaveo…Aver,cuéntame,¿cómolessalióelplan?—¿Elplandequé?—Acuérdate,esedeaprovecharelcohetelunar.—Ya…—¿Quétepasa?Estáscomodesanimada…—Sí…Alcomienzotodomarchabacomohabíamosplaneado…—¿Yluego?—Desgraciadamentehabíaotrospueblosquepensaronenlomismo,y

lasdosrepresentantesseenfrentaronenmalmomentodentrodelanave…Laotraeranadamenosquelaalemana,tantercacomonadie…

—Ya…—Estando a bordo, tuvieron una riña terrible. Esa bicha empezó a

decir que la japonesa debería abstenerse del viaje argumentando que la

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manchanegraennuestrapanzaeraunindiciodeladegeneraciónracial…—¿Creesqueesválidoeseargumento?—¡Qué va!A decir verdad, las rayas curvadas que tienen ellas en el

cuerponosonsinolasevidenciasdesuestadodegenerado…—¿Yquépasódespués?—Alcabodeunabatalladecomesotecomen…—¿Quiénganó?—Semataronlasdos…Esqueseestuvieronmostrandounaalaotra

lasvíscerastodoeltiempo…—¿Perocómosupisteeldesenlace?—Bueno,unolosabedespuésdedeliberacionesfilosóficas.Durante un largo rato permanecí en silencio, sorbiendo ginebra,

mientrasmiinterlocutoraseguíachupándomelasangresindecirpalabra.Enfin,laspulgasnollegaronalaLuna.Notuveningúnalivioalsaberlo.¿Porquésería?

—Apropósito…—¿Apropósito?…—¿Cómoterminaturelato?—¿Mirelatodequé?—Ese que comenzaste a contar en torno a la fe sobre la psicología

humana.—Ah, ya me acordé —al decirlo, me miró a los ojos con una

insinuaciónmaliciosa.No,unapulganomepodríamirar.Quizá fue tansolootrailusiónmía.

—¿Deverasloquieressaber?—Creosaberlosinquemelodigas,pero…—Cómono…—Es que todavía no entiendo… ¿Por qué las pulgas japonesas y

alemanasactúancontantaconvicción?…—No,hombre,graciasaustedes…—¿Enquésentidolodices?…—No soportarían el mundo sin insectos dañinos higiénicos… Si no

existiéramos nosotros, nunca tendrían la sensación placentera dematarnos,niderascarselapicadura…

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Casisinconcienciaahuyentécontodamifuerzaaesebicho,queveníasubiendo detrás de mi oreja. Cayó en línea recta al vaso de ginebra yempezó a girar. Mientras giraba, alzó los ojos para mirarme con unasonrisa cómplice.Qué extraño.Era imposible que el bicho sonriera, sinlabiosnipárpados…

—¿Quétepasa,hombre?Esloquesellamasonrisafilosófica.Tomado de sorpresa por esa voz, el hombre que estaba a mi lado

volteóparaexaminarmivaso.Apuradometraguétodoelcontenido,juntocon el bicho. Me arrepentí de haberlo hecho cuando recobré latranquilidad.Esosbichos,capacesdesobrevivirenelvacío,resistiránsindificultadal licorya ladigestión. ¿Porqué tuve tantoapurocomoparatragármelodeunsorbo?Hubierapodidoatormentarmásalbichodándolepicoteos con un fósforo encendido, para reírme con los otros clientes.Justamente son estos errores de juicio los que las pulgas sabránaprovecharmuybienasufavor.Permaneceránocultasconpaciencia,seaenmiestómagooenlaLuna,alaesperadelmejormomentoparasaltardenuevo.

(Luegomeparéconladecisióndeiracomprarunpurgante).

(1959)

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TOTALSCOPE/CINEPERFECTO

Hayunrefránquedice:galgoquemuchas liebres levantaningunamata.Pero soy tan avaro por naturaleza que no puedo dejar de perseguir dosliebres al mismo tiempo, y después de haber deliberado tanto, llegué aingeniarun trucopara fusionardos liebresenunasola.Asípodrécazardosliebresdeuntiro,aunquenosondosliebresenelsentidoestrictodelapalabra, pues sondospegadas enuna, que tienedos cuerpos—desde lacabezahastalacola—conlajunturabastantellamativa.Peseasuformagrotesca, me parece que este animal sí tiene doble valor, puesto que sepuededividirendosconuntajoenelmedio;desdeluego,sirvederegalopara dos personas. ¿Se dan cuenta de que no es tanmalo perseguir dosliebresalmismotiempo?

Ahora, para matar dos pájaros (¿o liebres?) de un tiro, he decididoofreceramislectoresestaliebrecondoblevalorendospartes,laprimeraparalosaficionadosdelacienciaficciónylasegundaparalosfanáticosdelanovelapolicial.

A ver, señor K, adelante, usted tiene la palabra… ¡Ah, espere unsegundo!…Creoqueesmejorquenorevelesuidentidadenestaprimerapartedecienciaficción…Quédeseenlaposicióndeunsimpleinformantehastaentrarenlasegundaparte,porfavor…

—Sí,comprendo.Paraacatarelpedidodelautor,nolesvoyarevelaramis estimados lectoresmi verdadera identidad hasta la segunda parte,correspondiente a la novela policial. Bueno, mi profesión aparte, estaanécdota esmuy divertida, se lo aseguro de antemano.Mejor dicho, lointeresante de esta primera parte consiste en algo que no tiene nada queverconmiexistencia…algototalmenteajenoamí…

(Sinmáspreámbulos,porfavor,señorK…).

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—Sí,sí,yavoy…Esque…setratadeunahistoria…Aver,vamospororden…Sí, antes de entrar en el relato, déjenme preguntarles una cosa:¿ustedes han oído hablar del proyecto T?… ¿No?… Entonces, ¿delproyecto Totasco?… ¿Tampoco?… ¿Qué tal si les aclaro que es unaabreviacióndeTotalScope?…¿Ahorasí?,yaveo…¿Cómo?…¿Quesisetrata del cine perfecto tridimensional?…No, qué va. O sea que casi nosaben nada… El Total Scope no tiene nada que ver con una idea taningenuacomoladelcinetridimensional…

Paraempezar,elcinetridimensional,pormásverosímilqueparezca,nodejadeseruncúmulodeimágenesproyectadasenunapantallaexterioralespectador.ElTotalScopenoesningúnsimulacrodeesaíndole,puestoque la pantalla se colocadentro del espectador. Fíjense bien:dentro, lesdigo.Esradicalmentedistintoalcineensusprimerostiempos,queapelaaestímulos sensoriales como la vista, el oído y el olfato. Lo podríamosdenominar con osadía “Cine perfecto” o “Cine absoluto” en lugar deutilizareltérmino“tridimensional”.

Es decir, elCineTotasco consiste en estimular demanera integral ysimultáneatodoslossentidosynerviossensorialesdelossereshumanos.En consecuencia, los espectadores ni ven ni escuchan, sino queexperimentanlaproyeccióncomounsucesoverídico.¿Mecomprenden?LoqueproduceimágenesenelCineTotasconoesnilaluznielsonido,sinounconjuntodeestímuloselectrónicosparaactivarcélulasynervioscerebrales.Ylapelículaseconcretaenunaespeciedecintamagnéticaquetraduce en formas onduladas la localización y la intensidad de losestímuloselectrónicos.

Ahora bien, este proyecto T, suprema cristalización de la cienciamodernaquereflejaelmáximofrutodeinvestigacionesneurofisiológicasy electrónicas, se puso en marcha firme con absoluta confidencialidadbajo el patrocinio del Cine Toyo. A pesar del control estricto de lainformación,nolograronguardartodoeltiempoensecretoestafórmulamágica, capaz de restituir la industria cinematográfica en contra de lainvasión televisiva; era lógico que intervinieran varios factores con laintención de bloquear, claro está, la vía de financiamiento. Parasobrellevar el apuro, el señor Hisayama, presidente del Cine Toyo,

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decidió fundar una nueva empresa llamada Industria TS y colocar algerenteUeda,susubalternodeconfianza,comodirectorrepresentante.

Bueno, estas son las vicisitudes del desarrollo en torno al ProyectoT… Ahora voy a contarles un suceso inaudito que tuvo lugar en laculminacióndelproyecto,cuandorealizaronlaproyeccióndepruebaconla primeramáquina delTotal Scope…Pero antes,me permito hacer unesbozodeloquefuelaproduccióndelaprimeracintadeprueba.

La dificultad a la que se enfrentaron al hacer el guión no fue nadapequeñaencomparaciónconlaqueimplicóelprocesodeelaboracióndelmismoTotalScope;unahistoriasimplenoveníaalcaso,yaquesetratabade un invento innovador. Se convocó a un grupo de guionistasseleccionados, que discutieron día y noche las particularidades de lamáquinaconelobjetivodesacarleelmayorprovecho.

¿En qué consiste lo singular del guión para el TS?… Sin lugar adudas,elespectadornopermanecealmargencomoobservadorexterior,sino que participa directamente en la historia como protagonista; desdeluego, el guión debía elaborarse para cumplir con este requisitofundamental.Despuésdevariassesiones,elcomitédeguionistasllegóalaconclusióndequehabíatresmodosdeproducción:

A)LarealizacióndeundeseoB)UnaexperienciaanormalendimensiónespacialC)Unaexperienciaanormalendimensióntemporal

Me permito explicar un poco más en detalle cada uno de los tresmodos, por ejemplo: el primero consiste en un asunto amoroso o estárelacionado con la vida de un rey; también pueden ser experienciasanheladas,talescomoembellecersederepente,adquirirunpoderabsolutoouna riqueza inagotable, etc.El segundo se refiere a actos comovolar,volverse invisible o viajar aMarte; o experiencias de horror, como unencuentroconmonstruosoalgúncrimen,comounhomicidio,unasalto,etc. En cuanto al tercero, losmiembros del comité nunca llegaron a unacuerdo definitivo; algunos sostuvieron que era posible condensar unavida larga en escenas breves, pero otros insistieron en refutarlo con el

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argumento de que la condensación del tiempo en el cine ordinario nodejaba de ser un simple simulacro y que solo compensaba lafragmentacióntemporalconsaltospsicológicos,mientrasqueelTSjamásse prestaría a esa forma de simulación temporal, pues posibilitaba quetodo se viviera como una experiencia propia. Por otro lado, losimpulsoressebasaronenlateoríadelarelatividadtemporalparailustrarsupuntodevistaconunejemploanecdótico;segúnellos,alreproducirundiscodesesentaminutosendiezminutos,lagentecorrientenoseríacapazdepercibirlamúsica,perounhombrepuestoenmovimientoalamismavelocidaddeldiscocaptaríasinproblemalamúsicademanerasimultánea.

Alexaminarelinformedelcomité,ladirectivasupremadelaempresatomólasiguientedecisión:

1)ElAyelBsepuedenfusionarosintetizarenunasolahistoria.2)EncuantoalC,deberánhacerunexperimentoaversilologrande

verdad,yaqueelseñorUedamuestrauninterésparticularalrespecto.Claro. En caso de que logren inventar unmétodo para condensar la

experiencia de cinco horas en cinco minutos, llegarán a producirespectáculosprovechosos.

…Demaneraqueelcomitéemprendiódeinmediatolaelaboracióndedosguiones tentativos,unoquefusionaraelAyelB,yelotrosegúnloquecontemplabaelC.

ParaunirelAyelB,lasoluciónlógicaeraunahistoriadeamorconla aparición de un monstruo. El primer guionista encargado esbozó elsiguienteargumento:

Un joven consigue unmapa que indica la ubicación de un tesoro enuna isla desierta del Pacífico Sur. Al llegar ahí, se enfrenta con unmonstruo salvaje llamado Zogaba. Después de sobrevivir a variospeligros,eljovenseapoderadeltesoroysehacemillonario…

—¡Faltaunamujer!—gritóunmiembrodelcomité.—Noquedamuyclarocómoelprotagonista sobrevivea losataques

delmonstruo—señalóotro.Ahíintervinoelsegundoguionistaparamodificarelargumento:Un joven consigue unmapa que indica la ubicación de un tesoro en

una isla desierta del Pacífico Sur. Llega a la isla después de una

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navegacióndificultosa.Enelbarcoseescondíaunamuchachaenamoradadel joven. Este se enfrenta en la isla con un monstruo terrible llamadoZogaba. La muchacha se convierte en un estorbo para él. El joven laregañahastahacerlallorarcopiosamente.ElataqueferozdeZogabaestáapuntodemataraljoven,ylamuchachalosalvaaldescubrirelúnicopuntodébildelmonstruo,que,carentedelsentidodelolfato,nosabedistinguirentre humanos auténticos y muñecos de apariencia humana. Los dosjóvenes se dedican a hacer muñecos para perturbar a Zogaba y al finlogran apoderarse del tesoro. El joven le agradece a la muchacha y leproponematrimonio…

Los miembros se soltaron a reír con ánimo ante la ocurrencia tanextravagante,muy apropiada para el gusto popular. Tras acordar que eljovenseríauncientíficoylamuchachaunamenuditaultrasexy, solo lesfaltaba afinar unos detalles triviales para cerrar la sesión. Sin embargo,intervino en ese instante un miembro especialista en psicologíacinematográficaparahacerunapreguntamuyimportante.

—Sáquenme de una duda, señores, ¿en qué papel se colocaría elmismoespectador?

—Por supuesto que en el del joven científico… Ah, ya veo, supreguntaserefierealcasodequeelpúblicoseafemenino,¿verdad?

—No, eso no me preocupa, ya que uno de los mayores deseosfemeninosconsisteenservarón;loquemepreocupaesqueelargumentoseasemejedemasiadoaldelcineordinariodepantallaexterior.

—Aver,¿enquésentidolodice?—En resumidas cuentas, pienso que el protagonista debe ser el

monstruoZogaba…—¡¿Cómo?!… ¡¿Zogaba, de protagonista?!—gritaron a una voz los

miembros—. Pero claro, ¡qué innovación!… ¡Sensacional!… ¡Una ideaespléndida!

—Vean,señores,permítanmedecirquenoesningúndisparoalazar,sino el resultado de razonamientos lógicos. ¿Saben por qué el cine demonstruos fascinó tanto al público hace algunos años?…No fue por elplacerdeacabarconlosmonstruos,compréndanlobien;másbienfueporel encanto que tenían esosmonstruos grotescos. ¿Qué tal si aparece un

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monstruomanso,pormáspoderosoque sea, conaparienciadebuda?Amuypoca gente le interesaría verlo, estoy seguro.No es sino elmismocarácter trascendentalysobrehumanoelquefascinaalpúblico…Sabránustedesquehaymuchagentequeadmiradeigualmanerapelículasferocesdelaguerra.Meatrevoadecirqueelcineordinariotambiénhabríatenidomás impactoconelmonstruodeprotagonista.Sinunca lohanrealizadohastaahora,esporquelapantallaexteriorseconvierteenunestorboparaqueelpúblicoseidentifiqueemocionalmenteconelmonstruo.Desdemipuntodevista,elguiónquesiemprecierra lahistoriaconelexterminiodelmonstruonoessinounproductodelconformismo.

—¡Claro!EnelcasodelCineTotasco,esposiblecolocaralmonstruodeprotagonistasinescrúpulos,puestoquelapantallainteriorlepermitiráalpúblicounaidentificacióntotalconcualquierclasedepersonajes.¿Meequivoco?

—Muy bien. Al estallar en una violencia desenfrenada, comocorresponde a un monstruo invencible, durante una hora el públicoexperimentaráunacatarsissana,propiciaparaconservarsusaludmentalenelmundomoderno,tandifícildesobrevivir,¿nolesparece?

—¡Tiene toda la razón!Con elmonstruo de protagonista, podremoscumplirbienalmismotiempoconelA:larealizacióndeundeseoyelB:una experiencia anormal en dimensión espacial. ¡Qué maravilla! ¡Meexcitotansoloalimaginarelresultado!

—Sinembargo—murmuróotromiembroparallamarlaatención—,meparecequefaltaelamor…

—Eslodemenos.PodemoscolocaralahembradeZogabaalladodelmacho para crear un amor salvaje y monstruoso. ¿No le parecemagnífico?

—¡Cómono!¡Claro,seráunamormonstruoso!Una vez más los miembros explotaron de risa hasta lagrimear. Así

llegaron a un acuerdo con respecto al guión de la primera película deprueba.

Sinembargo,elotroguión—laexperienciadetiempocondensado—originómásdiscordias,quizádebidoasuobjetivodemasiadoobvio.Unavidalargaconsucesosmonótonosseríamuyaburridaparaelpúblico;al

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tenerloencuenta, losmiembrossepusierondeacuerdoenproducirunapelículabiográficaquesetitularíaLavidadeunfulano,perolaseleccióndel personaje histórico se complicó con la acumulación de ideas quesurgíanunastrasotrassincesar.Alfinaldeladiscusión,rescataronsolocuatropersonajesparaelvotofinaldelosmiembros.

LavidadeNapoleónLavidadeHideyoshiToyotomiLavidadeBeethovenLavidadeladyChatterley

Pordiferenciadeunvoto,sedecidieronporlavidadeNapoleón.Ahora vino la producción de las películas. La primera etapa, cuya

división de trabajo se asemejaba a la creación de imágenes visuales,consistió en codificar y traducir el guión en el idioma del cerebroelectrónico. La segunda fue consumada con rapidez, sin necesidad deacudir ni al actor ni al plató cuando terminaron de colocar los datoscodificadosenelcerebroelectrónico,queyateníamemoriadetodoslospaisajes, sentimientos y acciones. Desde luego, se tenían que grabar deantemano algunas imágenes tan novedosas como la forma grotesca delmonstruoZogaba,segúnlamaquetapremeditada…

Asíeditaronlasdoscintas.Unosdíasdespués,cuandoterminarondefabricarlamáquinanúmero

unodelCineTotasco, fijaron la fechadelestreno.Entre los invitadosseencontrabantantocineastascomoperiodistas.

Apesardequeeleventosecelebróenelsótano,untantoinsípido,dellaboratorio, se generó un ambiente extraño de fervor y excitación. Eralógico. El éxito de la prueba significaba una revolución audiovisual,mediante la cual el cine recuperaría el trono supremo,yaperdido,de laindustriadeentretenimientosmasivos…

Losconcurrentesmiraronasualrededorconextrañezaymurmuraronunosaotros:

—¿Perodóndeestálapantalla?—No, hombre, me han dicho que la película no se proyecta en la

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pantallasinodirectamenteenelcerebro.—Ya veo… ¿O sea que cada espectador se tiene que poner algún

aparato?—Esemismo,miraesacabinadelescenario.—Bueno…¿Unoentraahí?Quéextraño…Se trataba de una caja reluciente demetal del tamaño de una cabina

telefónica.AlfrenteseparóelseñorUchiyama,presidentedelCineToyo,parapronunciareldiscursodeapertura.

—Muy buenas tardes, damas y caballeros, les agradezco de todocorazónatodosustedes,queestánaquípresentes,sacrificandosupreciosotiempo.Ya los hemos notificado a través de la carta de invitación, perohoymecomplacepoderpresentarleselinventomásmaravillosodelsiglo:el Total Scope, que se realizó gracias a la abnegación del señor Ueda,directorrepresentantedelaIndustriaTS.ElfilósofooccidentalAristótelesdijoenunaocasiónque lavidanoessino laexperiencia.El inventodelTotalScopeconstituyelaexpansióndelaexperienciay,claro,delavidamisma. Con un poco de dinero todo el mundo obtiene cualquier vidailustre y la puede vivir en cuerpo y alma como si fuera su propia vida.¡Qué maravilla! Cuando el señor Ueda me comunicó que habíanculminadoeltrabajo,dijeparamisadentros:¡quélindaeslavida!Yonodudodeléxitodelproyecto,queagradaráalosinversionistas.Ademásderenovar el cine, el Total Scope establecerá una nueva relación entre elespectador y la imagen audiovisual. Hasta ahora tanto el cine como eltelevisor solo nos brindaban diversiones pasajeras, pero nuestro TotalScopeseconvertiráenunanecesidadarraigadaenlavidadiaria.Mientrasexista este cine nuevo, la gente no tendrá necesidad de quejarse ante larealidad circundante, pues cualquier vida será suya. Habrá gente quequierapasartodalavidaenelcine,contaldequelealcanceeldinero.Yomismo desearía morir sumergido en el Total Scope, disfrutando de lasvidasjubilosasdelosadolescentes,despuésdehabervividolosuficienteen elmundo real. Amí personalmenteme gustaría fundar en un futuromuycercanoelseguroTSquegarantizalavejezpacíficaconlaposesióndeunacabina,acambiodelasreservasacumuladasdesdelajuventud.Asíseresolverálacontradicciónfundamentaldelavidahumana,queconsiste

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engastar lavitalidad juvenil en laborescotidianaspara llegara lavejezsosegadasinmásenergíasparavivir,ycualquierpersonapodráaspiraraunabella juventud idealal finaldesuvida.¿No lesparecemaravilloso?¡Viva la humanidad! ¡Viva el invento milagroso! El seguro TS seráacogidoconentusiasmoportodoelmundo.LaIndustriaTSmerecerálamáximagloriaalserlaempresamásexitosaenlahistoriahumana…

Ante sumirada,que recorría todos losángulosconpretensión,unosasintieron satisfechos y otros se pusieron cabizbajos, desolados,mirándoselaspuntasdelospies.Entrelosdeprimidosseencontrabannosolo los directivos de otras empresas cinematográficas y losinversionistas de la industria televisiva, sino también algunosrepresentantes del Cine Toyo, que se habían opuesto con tenacidad a lafundacióndelaIndustriaTS.ParecieraqueestosyaseresignabanalaideadecomprarunacabinaTSaljubilarse…

Después del discurso del señor Hisayama, el jefe técnico subió alescenarioparadarunabreveexplicaciónsobreelmecanismodelaparato.

—A diferencia del cine ordinario, el Totasco no utiliza una pantallaexterior, sino un sistema de pantalla interior; esto significa que esnecesario instalar una pantalla por cada espectador. Esta cabina, que seencuentraaquídelantedeustedes,noesprecisamentelapantalla;parasermás exactos, digamos que se trata de una fuente de luz para crear unapantallaenelinteriordelespectador.Unoentraaquí,sesientaenlasilla,se pone el aparato indicado sobre las orejas y sigue las instruccionesenviadasporeloperadorparaajustarlaseriedebotonesydialesquetienea lamano.Al terminar de examinar al espectador, lamáquina se ajustaautomáticamentealasdiferenciaspersonalesparaproyectarimágenesdemanera correcta. Por ahora, el emisor y el receptor se comunican pormedio de cables, pero pronto podremos instalar la cabina en todos loshogares al perfeccionar el sistema inalámbrico. Si les parece, pasemosahoraalaproyección,perolamentodecirlesquetodavíanotenemosmásque una cabina disponible. De manera que solo una persona podrádisfrutar del espectáculo en cada proyección. Hoy se lo ofreceremos acuantas personas se pueda en el límite del tiempo, pero el primerespectador de honor será la estrella del Cine Toyo, el célebre actor

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Kunihiko Oe. Luego lo seguirá el señor Ueda, quien hizo una labormeritoria para realizar este maravilloso invento del Totasco. Adelante,señorOe…LaprimeraobradelCineTotascose titulaLavisitaaTokiodelmonstruoZogaba.

Una serie de aplausos efusivos.El actorKunihikoOe tomó lamanodel señorHisayamaconnaturalidad, exhibiendouna sonrisa profesionalen su rostro, y entró en la cabina, ayudadopor un asistente.Se cerró lapuerta,seprendióunalámpara,queprontocambióderojoaazul.

—Estálistoelsistema—dijoeljefetécnico.Comenzó la proyección. El resto del público, que desde luego no

podíapresenciarelespectáculo,divagódenuevoencharlasincoherentesconcopasdecervezaycóctelesenlasmanos.

—Hombre,peroquétítulotanridículo.¿LavisitaaTokiodelmonstruoZogaba?¿Aquiénseleocurriría?

—Mehandichoque el espectador se siente como si fuera elmismomonstruoZogaba…

—UnpapelidealparaKunihikoOe.Quérisa.Elcolordelalámparacambiódeazularojo.Intervinoeljefetécnico:—Se terminó la proyección. Ahora el señor Oe les contará las

experiencias extraordinarias que tuvodurante el espectáculo, pero antes,les suplico a todos ustedes que se dirijan hacia el rincón durante unosminutos. Supongo que el señor Oe todavía está demasiado alteradodespuésdehaberpasadoporelTotasco.Imagínenseque,convertidoenelmonstruoZogaba,aventóalaZogabahembra,queestabaamarradaenelestadioKorakuenconcadenasdediezcentímetrosdediámetro.

En medio de la explosión de una risa colectiva, abrieron la puerta.Simultáneamente seescuchóunmugidogutural conelqueKunihikoOesalió de la cabina, mostrando los colmillos en busca de una presa, yacometióal asistente con lasmanosen formadegarras.MientrasOe loperseguía a todo correr, el asistente huía desesperado chillando deespanto.Eneseestadolosacometieronlosdisparosdeflashes.Cundióelpánicoentodoelsótano.

—¡Porfavor,señorOe,yaseterminólapelícula!Alpercatarsedelavozdeotroasistente,selelanzóencima.Losgestos

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vívidos del actor profesional resultaron tan impresionantes que lospresentes casi palparon al horripilantemonstruo Zogaba. Lo que estabafueradelaconsideraciónpreviaeraqueOenosecalmaríanunca.Yanoreía nadie ante el escándalo que dejaba paralizadas a algunas mujeres.Prontoaparecieroncincohombrescorpulentosparallevarsealactoralafuerzapordetrásdelescenario.

—¡Cálmensetodos,porfavor,quenohapasadonada!Elactoryasevaaserenar,porqueacabamosde inyectarleun tranquilizante.Pero fueunasorpresa hasta para nosotros,muchomás de lo que habíamos esperado.Quizá en adelante deberíamos equipar la cabina con un tranquilizante,claro,solocuandosetratedepelículasTotascodemasiadoimpactantes…Bueno,acontinuaciónpresentamosLavidadeNapoleón…aver,nocreoquehagafaltauntranquilizante,¿quécreeusted,señorUeda?

—Nosepreocupe,yanosoyunhombrejoven,tanvigorosocomomiamigoOe…

Sinsalirseporcompletode laexcitacióngeneral,elpúblicovioconuna sonrisa simulada al señor Ueda que ingresaba a la cabina con sucuerpomenudo,movidoporsuspiernascortas.

Lalámpararoja,luegoazul.—Tremendoimpacto,¿verdad?—¡Casidestructivo!Unusoequivocadopodríaserfatal…—A la vez podrá servir de buen instrumento para la educación

moral…—Uninventoúnicodelsiglo,sinlugaradudas…—Tantoelcinebidimensionalcomoeltelevisorprontoseconvertirán

enreliquiasdelaantigüedad…—Oye, ¿La vida de Napoleón se refiere a la vida entera, desde el

nacimientohastalamuerte?—Nocreo.—Perodicenqueesunproductodecondensacióntemporal…—No,mira,mehandichoquelapelículaseacabaconlacoronación,

quemarcalacúspidedelavidadelemperador,pueslamuertenoseríaunaexperienciaagradable…

—Claro…Aver,¿quétanprepotentesaldráelseñordelcine?…

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Deazul a rojootravez.Abrieron lapuerta enmediodeuna extrañaexpectativageneral.

El señor Ueda no salía. ¿Qué le habría pasado? ¿Le habría dadotaquicardiaacausadelaintensaexcitación?

Elasistenteseasomóadentroconmiedoylanzóungrito:—¡Nopuedeser!¡Nohaynadie!—¡¿Cómoquenohaynadie?!… ¡Imposible!…—Lagente acudió en

rueda alrededor de la cabina y verificó el misterioso pero irrefutablehecho:elseñorUedahabíadesaparecido.

Debajo de la silla se enrollaban en forma enigmática el traje y elpantalón.Lasorpresafuegrande;ademásdequelacamisapermanecíaenel interior del traje, tal como la había vestido el señor, el pantalón seajustabaporelcinturónyelnudodelacorbataestabaintacto.Noesqueelseñor se hubiera quitado el traje, sino que se había esfumado el cuerpoenterodentrodeeste.

—¿Quéhabrápasado?Todosmiraron al jefe técnico con ojos de reproche. Este alcanzó a

balbucearconelrostroempalidecido:—Nolopuedocreer…peroeslaverdad…unaverdadescalofriante…

Yo, que soy científico, nodebohuir de este hecho evidente…Novoy aescamotear laverdad, inventandounfenómenosobrenatural…Claro,nohayduda.Hayunasolaexplicaciónposible:LavidadeNapoleón es unaexperiencia condensada de casi veinte años de la vida humana. LaperfeccióndelTotascollegóatalgradoquelapelículasobrepasóelplanopsicológicoparaafectarelplanofisiológico.Suponiendoquefueestoloquesucedió,elseñorUedasealimentótansolodeestímuloselectrónicosdurantelosveinteañosquepasócomoNapoleón,sinprobarniunbocadode comida diaria.De estamanera, las células corporales se sustituyeronunatrasotraporestímuloselectrónicoshastadisiparseporcompletosindejar rastro… Lo siento muchísimo… yo soy el responsable, harécualquiercosaparacompensareldaño…

EnseguidallegóuninformedelmédicoqueatendíaaKunihikoOeenla otra habitación, que confirmaba la hipótesis planteada por el jefetécnico: se observó un cambio notorio en el cuerpo deOe; primero, el

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fortalecimientoaceleradodelosmúsculosyluegoelembrutecimientodelcarácter…

Unsilencio inquietantesepropagóentre losconcurrentes,yel señorHisayamaquedóestupefacto;contodarazón,yaqueeléxitofulminantesehabíaconvertidodeunmomentoaotroenunaderrotadevastadora…

De repente gritó unhombre.Eraunode los directivosque se opusohastaelúltimomomentoalProyectoT.

—¿Cuántas veces se lo dije, hombre? ¡Todo tiene su límite!¡Despilfarraronmásdelamitaddelosbienesempresarialesenunaparatotanestúpido!Yasabe,señorHisayama,¡ustedarruinólaempresa!

Unasucesióndesuspirospesados…Lospasossigilososconque losculpablesseretirabandelescenario…Losdisparosdeflashentrecruzadossiguieronacosándolossinmisericordiaduranteunlargorato…

—¡Pero yo no voy a renunciar! —gimió el señor Hisayama comoasfixiado.

—¡¿Cómo que no va a renunciar?!—lo acometieron los directivosopositores con burla—. Entonces, ¿por qué usted mismo no prueba laproyecciónenlacabina?¿Noseanima?

ElseñorHisayamasequedóensilencio,cabizbajo.Bueno, hasta aquí llega mi cuento. En medio de los reproches

agresivos de los inversionistas pertinaces, la Industria TS entró enbancarrota…EldesaparecidoseñorUedaseenterrósinincineración…ElseñorHisayamanotuvomásremedioqueretirarsedelCineToyo.

(¿Qué les pareció esta primera parte de la liebre, dedicada a losaficionadosdelacienciaficción?…Ahorapasemosalasegundapartedelaliebreparalosfanáticosdelanovelapolicial…peroantes,aver,señorK,creoqueyaeshoraderevelarsuidentidad…).

—Muybien.En realidad, yo soy un detective privado, jefe del equipo ygerente directivo de la Oficina K. Ahora les voy a explicar cómo meinvolucraronenelProyectoTyquécargotuveahí…

Vean, aquí tengo una cinta magnética que grabó la conversacióncuando recibí por primera vez la visita del señorHisayama.Escúchenla

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conatención,porfavor…—Hola,¿túereseldetectiveKdelaOficinaK?—Sí,soyelresponsabledeestaoficina.—Bueno,mira,vengodelCineToyo,ymellamo…—Losé.UstedeselseñorHisayama,¿verdad?—Entiende de antemano que se trata de un asunto confidencial, por

favor.—Leagradezcolaconfianza.Estoyasusórdenes.—Antesdeentraraltema,aclárameunpunto…esdecir…enelcaso

dequeacepteseltrabajo,megustaríaproponertequelohicierastúsolo…¿Quémedices?

—Lo entiendo perfectamente. Ha de ser un asunto de importanciasuprema, ya que usted en persona viene a hablar conmigo. ¿Quiere quesigalapistadealgunaestrella?

—Quéva.Nosetratadealgotantrivial.—Yaveo.¿Quierequeaverigüesobrealgúnproyectodesusrivales?—No, nada que ver. Mira, escúchame… pero dime primero si lo

aceptas, porque qué tal si no lo hicieras después de enterarte de todo elsecreto…Teaseguroquenovoyaregatearloshonorarios.

—Congustoloacepto.Nosepreocupe,señor.—Me quedo tranquilo entonces… Oye, ¿pero seguro que no hay

grabadorasescondidasenestecuarto?—¡Cómoseleocurre!(Yavenustedescómoloengañé…).—Mira, es que me gustaría que vigilaras una empresa llamada

IndustriaTS…—¿Vigilar,dice?—¿Acasonohaytalcategoríaentutrabajo?—Desdeluego,sí,pero,aver…—No es para menos, joven. Es que la Industria TS está a punto de

consumar un proyecto importante bajo el nombre de “ProyectoT”, queculminará con un invento extraordinario, y por lo tanto andanfisgoneandomuchosdenuestrosenemigos.

—¿ProyectoT,diceusted?

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(Seomitelaexplicaciónendetalle).—…Demaneraqueconeste invento llegaremosa tenerundominio

absolutoenelmundodelentretenimiento.Ahíseoriginalainmensaseriede sabotajes y bloqueos; fíjate que ha habido hasta ahora tres bajas deinvestigadoresprincipales:unosemurióenunaccidentedetránsito,otroenloquecióyelúltimodesaparecióderepente…

—Oseaquelamisiónconsisteenaveriguarsirealmentelasbajashansidoobradelosenemigos…

—No,nadadeeso.Yatehedichoquetutrabajoconsisteenvigilarlaempresa. No importa tanto lo que ha pasado como lo que va a pasar.Estamosapuntodeculminarelproyecto.Megustaríaquecolaborarasconnosotrosparaquetodomarchebienenadelante,¿meentiendes?

—Muy bien, señor. Le prometo que dedicaré todas mis fuerzas altrabajo.

Estodoloquemesucedióenesaocasión.Alomejorustedes,tansagaces,yaintuyeroneldesenlacedelahistoria…Bueno,porfortunaparecequeno. Entonces, pongan atención a la llamada telefónica que voy a hacerahoramismo…

Elnúmeroes3-28-33-88:—¿CineToyo?Porfavor,¿mecomunicaconelseñorHisayama?—¿Departedequién?—KdelaOficinaK…—Permítameunsegundo,señor.Mehicieronesperarcomotresminutos.Luegoseescuchóunsonido

alcambiardeauricular…—¿SeñorHisayama?—Hola,¿cómoestás?…Oye,muchasgraciasportodo…Lástimaque

tutrabajonosirviódenada…—¿Deverdad?—¿Cómo?—Yoconsumébieneltrabajode“vigilar”alpiedelaletra.—Aver, ¿qué quieres?…Ya te pagué todos los honorarios según la

facturaquememandaste.

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—Por esomismo,me siento obligado a informarle del resultado detodasmisaveriguaciones…

—No,hombre,yanohacefalta,quetodoseacabó…—¿Locree,señor?Esquedescubríalverdaderoresponsabledetodos

lossabotajes…—¿Quémequieresdecir?—Ledigoquedescubríalcriminal,ynotengoporquécallarme…—¡¿Quiénpuedeser?!—Usted,señor…¡Ustedeselcriminalmismo!—Noteentiendo…¿Dequéestáshablando?…—Medicuentaahíenelestreno.Todoelespectáculofueunafarsa…

Noesverdadquedesaparecierael señorUeda.Estoysegurodequeestáescondido en algún lado con un nombre diferente. ¿No quiere que lobusque,señor?

—¡Dejadedecirtonterías,hombre!—Bueno,entoncesmepermitocontarletodo,señor.Medicuentadela

trampaenelmomentoenqueelseñorKunihikoOeterminódeprobarlaproyección. Al salir de la cabina, él se portó como si se hubieratransformadoenelmonstruoZogaba.Claro,fueunbuensimulacro,perocreoqueloexageraron.

—¿Cómoquesimulacro?¿Acasotienesalgunaevidencia?—Claroquesí.Vea,siKunihikoOesehubieraconvertidodeverdad

enZogaba,¿habría reaccionadodeesamaneraalenfrentarsea lossereshumanosquemedíancasi lomismoqueél?Nopuedeser.Habríacreídoquesetratabadeunosmonstruosgrotescos,porqueenlacabinasoloveíahombres del tamaño de hormigas. ¡Y de repente se encuentra con unoshombresdiezocienvecesmásgrandes!Además,fíjese,señor,queenlapelículaOehabíatenidounnoviazgoconlaZogabahembra,quequizáleparecierabonitaasusojos;estábien,¿peroquétallossereshumanos?Noseríansinoanimalesespantososparaél…Lamentomuchodecirle,señor,perocalcularonmal.

—¡¿Paraquécreesquetedejéesetrabajoentonces?!—Supongo que tanto Kunihiko Oe como los investigadores de la

IndustriaTSfueroncómplices.Ustedacudióamíparaevitarquelagente

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husmeara algo sospechoso en la empresa. Por otro lado, es posible quelosprimerosinvestigadoresmuertosodesaparecidoscreyerandeverdaden la realización del Proyecto T. En el caso de que sea correcta mihipótesis,señor,elculpabledelasvíctimasfueusted…

—¡Quéestupidez!¿Quéganaríaconesaclasedetrampas?—¡Claro que hay una gran ganancia, señor! Usted logró reunir una

buenasumadedineroconesaempresafalsa.YoséqueelCineToyoyaseencontrabaalbordedelabancarrota.

—¡¿Ytúquéquieresquehaga?!—Nada…Me gustaría que aumentara un poquito el honorario para

compensarestapequeñalabor…

(¿Quélespareceestefrutoquesediodespuésdepracticaresemalditométododeperseguirdosliebresalmismotiempo?…).

(1960)

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LASOGA

Elhombre…sesentaydosañosdeedad…arrugasprofundasquecorrenverticales entre el cabello escaso y las solapas enmugrecidas del overolocre… una cicatriz rosada debajo de la oreja, que está a punto desupurar…Conlabarbillaprominenteentrelosbrazosestiradosalosdoslados de la cabeza, el hombre, pegado a la pared, observa condetenimientoelinterioratravésdeunagujero.

El agujero…bastante largo, con la anchuradedosdedos,perforadocon descuido en la pared de tablas al fondo de la habitación de trestatamis; un colchón ligero tirado en un rincón; la habitación, ubicadadetrás del zaguán de tres metros cuadrados, en la cual se dispersanaparatosdecocina…Elbordedelagujerodespideoloramadera,locualindicaqueestáreciénabierto,peroyasevenmanchasnegrasdemanoseosasualrededor.

El hombre sigue mirando… Al otro lado queda el cementerio de“herramientasmuertas”…eldepósitodehierroinservible,acorraladoentresladosportapiasdemaderaydelotroladoporelrío.Elvientoácido,juntoconlapolvaredalevantadadelagranvíaquepasaaciertadistancia,haceunremolinosobreelmontículodechatarrasoxidadas.Elhuecoquese abre entre las tapias y el embarcadero de cemento frente al río estátapado por un conjunto de alambres de púa enmarañados. Para pasar aldepósitosetienequecruzarunapuertaalladodelachozadelhombreoarrimarseporelríoenunalancha.

Sin embargo, los niños atrevidos son capaces de vencer cualquierobstáculo; ingenian un truco tras otro para colarse al interior,aprovechando el mínimo resquicio, como si fueran permeables a todo.Paracolmo,losniñossefascinansinrazónalgunaalencontrarseconlosdespojosdeotros seres:matanbichosy losclavanconagujas soloparaconfirmarquelosposeendeverdad;cazanpájarosylosentierranenuna

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tumba;rompenjuguetesadredeparaguardarsolounapiezaenelbolsillo.Eldepósitodeherramientasmuertasnopuedepasar inadvertidoante losojoscuriososdelosniños.

El hombre cambia de posición las piernas y siguemirando conmásatención…Desdeluego,quiereespantarlosdemanerainmediata,pueseneso consiste sumisión, pero hasta ahora ningunamedida le ha dado unresultado satisfactorio: si los regaña a gritos, le devuelven insultostriplicados en volumen. Es increíble la capacidad que tienen esos niñosparainventarcadaveznuevaspalabrotas.

Enlugardeespantarlos,podríaatraparlosydominarlosconviolencia;esdecir,entraríaconcautelaparatrancarlaúnicapuertadesdeadentroyperseguirlossindejarningunavíadeescape.Peroesoseríacomocorrerdetrásde las ratasenunbosquecillodeplantasespinosas; lospedazosyranuras de fierro, aun cuando estén oxidados, son tan filudos comocolmillos.Entallaberinto,divididoencompartimentosporesoscolmillosmortales, losniñossemuevenignorandocasiporcompleto lapresenciadelhombre.

¿Yquétalsileslanzaalgúnobjeto?Estánasualcancemuchosobjetosdesechadosqueleservirán.Lomaloesquelosniñosdeahorasabenjugarbienalbéisbol.Enunaocasión,casilecortaronlaorejaconunpedazodefierroquesevinovolandoagranvelocidad.Porfortuna,apenaslerozólacara, dejando solo un rasguño que, ya casi cicatrizado, le arde hasta elhueso; es una tremenda molestia, sobre todo cuando se emborracha yamanececonunaespantosaresaca.

Por otro lado, le es imposible pedir auxilio a alguien para que loayudeaconteneralosniños;esoequivaldríaaconfesarqueyanosehallaen condiciones de trabajar, a sus sesenta y dos años, con una rodillainhabilitadapor el reumatismo…Despuésde tantasdeliberaciones, se leocurriólaideadeperforarunagujero.

Alprincipioleparecióunaideagenial.Tardómediodíaparahacerloysesentóalacecho,conunojopegado,mientrasaguardabalallegadadelosniños.Alverlosentrar,ubicóelhuecoporelquepasabanalinterioryacudió sinpérdidade tiempoal sitiopara taparlodesdeel exterior. (¡Yalos tengo bajo control!)… Sin embargo, los niños no revelaron ni un

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asomodeturbación.Aloscurecer,encontraronotrasalidacomosinadaysefueronconceleridad.Bienpodríahaberotroshuecos.

Aldía siguiente sucedióexactamente lomismo.Asípasaronalgunosdías.

Elagujeronopareciódarningúnresultadofavorable;pesealfracaso,yanopudodejardemirar a travésde él por alguna razóndesconocida.Quizápor el hechomismodequehayun agujero en la pared, se sienteimpelido a aprovecharlo. Se ha clavado frente al agujero, sin podermoverse de ahí, como si su única razón de ser consistiera en atisbar elrecinto.Salvoenelmomentodecambiardeposiciónode limpiarse lasgotas de sudor que se escurren de la frente hacia los ojos, ya no puededesviar ni un minuto la vista, con el cuello endurecido y la caderaadormecida por el dolor…Al rato se retiran los niños, ya cansados dejugar…Seacuesta agotadocon losdorsosde lasmanos frías sobre losojoscerradosparacalmarlacongestión.Yallevamásdedossemanasconlamismarutina.

Sin embargo, hoyha sidoundía especial; por fin creyódetectar loquehabíaestadoesperandotodoestetiempo.

En total, solo llegaron cinco niños, uno menos que en los díasanteriores. Todos tenían alrededor de diez años, excepto el líder delgrupo, que se veíamayor.Y había un perrito de compañía, que parecíahabersidomaltratado,puesllególanzandoladridoslastimeros.Elhombrese quedó tieso sin querer ante la premonición. Más que ladridoslastimeros, lo pusieron tenso los gestos de los niños, que se endurecíanconunapalidezextraña,comosihubieranvenidopreparadosparaalgúnritohorripilante.Casisindecirpalabras,losniñosempezaronarecorrerconunainquietudmisteriosalaschatarrasdefierro.

Luego,descubrieronunatabladeacero,mediohundidaenlatierraenformadiagonal.Laexcavaronycuidadosamentelatendieronentretodos.Elmayor acostó boca arriba al perro sobre la tabla y lo sujetó con lasmanos.Elmuchachodelgorrodebéisbolconlaviseraverdetransparenteestirólamanohaciaelvientrerosadodelperro.Aunquelascincocabezassejuntaron,tapándolelavista,elhombresupodeinmediatoquelamano

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delmuchacho realizabamovimientos rítmicos con un pistón. Otro niñosoltóunarisaperturbadoraymoviósucuelloblanco,arqueadobajoelsoldelatarde.

Permanecieron así un largo rato. El perro dejó de lanzar ladridoslastimeros.Unoscohetesestallaron sobreel canaly seesfumaroncomopelusas en medio del humo amarillo que cubría la mitad del cielo,expelidoporlafábricadeneumáticos.

—¡Hombre, ya estoy cansado!—gruñó el muchacho con el cuerpoerguido,mientrasfrotabacontraelpantalónlamanoqueyahabíasoltadoelobjeto.

—Esquetodavíaesuncachorro…—contestóalguien.Elmayor,sinresignarseaún,intentóhacerlamismamaniobraunpar

devecescon lamanoextendidaporencimade lacabezadelperro,perolos demásniñosyaparecían aburridos.El perro aprovechó elmomentoparaponersedepieconunbrincoysearrastróhastacaerrodandodelatabladeacero.Tratódehuirenvelozcarrera.

Sinembargo,noleobedecíanlaspatastraserasyapenaslogróavanzarencuclillasconlacaderapegadaalsuelo.Losniñosserieronalunísono.

—Comounosomarino…¡Esidénticoalosomarino!…Elhombrequitóelojodelagujeroychasqueólalenguaconirritación.

Sesintióuntantodefraudado.Seaferródenuevoalagujerotrassecarseelsudor.Cosaextraña,seviourgidoporelmiedodequelosniñossefuerande ahí sin más. Pero los niños ya se concentraban en otro juego sinintención de retirarse. El hombre renovó su enojo desenfrenado (desdeluego no le cabía la serenidad para reflexionar sobre su propio estadopsíquico…).

Ahora losniñossededicabanaalgomáspueril;comovieronqueelperrosehabíametidoenunhuecoentrelaschatarras, loperseguíanconánimodesbordado,simulandolacazadeunafiera.Conpedazosdeaceroy palos en las manos, se afanaban por enganchar al perro, que seadentraba cada vez más hacia el fondo. Pero este juego tampoco durómucho tiempo; pronto sacaron al perro a rastras, hecho un estropajo,entre las chatarras. ¿Ahora con qué lo maltratarían?… En ese instantevieron una caldera roja muy oxidada… Era un tambor grande en que

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cabríanconholguratresniñosperoconunabocatanpequeñaqueapenaspermitíameterunperrito.Alverseencerradoenlacalderaporlosniños,elperrosevolvió tanfierocomoun leóncaídoenuna trampaoenunacueva.

La superficie del tambor estaba llena de resquicios y de agujerosdejadosporlastuercasdesatornilladas,ylosniñosmetíanporahípalitosypedazosdeaceroparaseguirgozandootroratodelacaza.

Mientrassacudíaunavarademetalintroducidaenunodelosagujeros,unodelosniñosgritóconvozexcitada:

—Oigan,¡vamosadespacharlodeunavez!¿Pincharíaalperroconlavara?Peroseopusootroniño:—Espera.Vaasangrarsilomatamosdeverdad…—Carajo,¡bum-bum!—¡Vendámosloalzoológico!—¿Selocomeráunleón?—¡Nofastidies!¡Elcueroesloquevale!—¡Bum-bum!—¿Valdrámásdediezmilyenes?—¡Másdetreinta!Lamayoríaparecíaoptarporlacaptura.Irritado,elhombreselimpió

elsudordelaspalmasdelasmanoscontraelpantalónfrotándoselassobrelasrodillas.Losniñosintentaronsacaralperro,metiendolasmanosporel extremo, pero el tambor resultó más largo que sus brazos y nuncallegaron a atraparlo. El perro empezó a emitir de nuevo los ladridosintermitentes. Pronto el mayor tuvo una ocurrencia; sacó un alambre,dobló la punta para hacer una argolla y trató de enganchar al perro.Montado a horcajadas en el tambor, apuntó al perro y lanzó la argolladesdearriba.

Hubo una ovación. Y retiraron con cuidado el alambre. Pero nolograronsacarloporcompleto.Alamitaddeltrayectoelperrocayóylaovaciónsedisipóenmediodesuspirosgenerales.Acambioseescuchóunclamormásestruendosoqueveníaflotandoconelvientodesdeelcanaldelaslanchas,ubicadoalotroladodelpuente.Unalanchademotorfueradebordacruzóacontracorriente.Mientraselhombresecabaelsudordesus

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dedos,losniñosajustaronlacurvadelaargolla.El sol de las cuatro de la tarde resplandecía como níquel derretido

bajoelcielocubiertodehollín.Elhumoamarillobrotabaenbloquesdelachimeneadelafábricadeneumáticos.Agarradosalbordedelaaberturade la caldera, los niños repitieron la mismamaniobra con la tenacidaddevotadelpescador,mientraselhombreseguíaobservándolosatravésdelagujerodelapared.

Seoyeronenuninstantedocenasdesilbatossobreelpuente;parecíanapurarauncochedetenido.Noeranadafueradelocomún,perounodelosniñosalzólavistaconungestocasualysevolvióhaciaelpuente.Ahílanzóungritodesorpresa:

—Miren,¡hayalgoextraño!Habíadosniñasquesalíandelrío,trepandoporlaescaleradepiedra,

anexaalmuelle.Las dos estaban empapadas; desde las cabezas y las orejas hasta las

faldaslesescurríanchorritosdeagua.Unaarrastraba,además,unalargasogadecáñamodemanila,quetambiéndespedíaborbotones.

Ajuzgarporlosojosgrandes,muyabiertos,ylaformadelasnarices,sepodíasuponerqueeranhermanas,perodistabanmuchounadelaotraenloquesereferíaalosgestos.Laquearrastrabalasogaeralamayor,dealrededor de diez años de edad.A pesar delmechón pegado que cubríabuena parte de su frente, la cara se le veía ovalada. Quizá por elloaparentaba sermáspequeñao era su actitud indiferente,queproducía laimpresión distante, marcada por su gesto de cansancio. La menor, quetendríaunosochoaños,vestíaunafaldagrisyunablusaroja.Encontrasteconlaotra,semostrabainocenteaprimeravista,peroselenotabaenlascomisurasdeloslabiosunrictushorizontalquesepodíatomarcomounagrotescasonrisaintencional.

Las dos niñas subieron despacio la escalera de piedras, chorreandogruesasgotasdeagua.Detrásdelamayor,quearrastrabalasogaconungesto tétrico, la menor erguía la cabeza en diagonal con esa sonrisaextrañaensurostro…Losniñospermanecieronmudosconlosojosmuyabiertos sin poder comprender lo que sucedía. El hombre también sequedó estupefacto, casi olvidado del dolor de rodillas. El viento que

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rebotaba con ímpetudentrode los tresmuroshacía flamear las camisascomobanderitas,perolosvestidosyloscabellosdelasniñaspermanecíaninmóviles.¿Dedónde,paraquéllegabanahí?

Lamayorlanzóunlevesuspirodespuésdemirarasualrededorcomopara confirmar alguna sospecha. La menor dirigía su mirada sigilosahacialosniños,siempreconlamismasonrisaextraña.

—Aquínohaypeligro—balbuceólamayor.—Sí—le respondió la menor con voz ronca, poco común para su

edad.Luego, las dos empezaron a estrujar los pliegues de las faldas,

adheridosalascaderasplanas.Unodelosniñoslespreguntóconosadía:—¿Dedóndevienen?La menor soltó una carcajada mientras que la mayor permanecía

callada.Seacercarona losniñosen línea rectay se abrieronpasoentreellosconactituddespreocupadaysesentarondeespaldasalladooestedelacaldera,contralasuperficiequemadaporelsol.

—¡Hey!¡Quítensedeahí!—¡Laestamosusando,oigan!Lamayorsemostróindiferenteporcompleto.—¿Quéproblemashay?Lamenormantuvolamismasonrisaextrañasininmutarse.—Queremossecarlaropaaquí.Los niños estaban demasiado asustados para enojarse realmente. Al

fin,elmayorsehincóparadirigirleslapalabra:—Entonces,¡préstanoslasogaacambio!—¿Acambiodequé?Ahoratodosseprecipitaronahablaralmismotiempo:—Esquesecayóunperritoaquíadentro.—Quésogatanresistente…—¡Lovamosacapturarvivo!Al asomarse al interior del hueco, la menor reaccionó lanzando un

gritojubiloso:—¡Sí,hayunperro,hermana!

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—¡Idiotas!Elhombrequitóelojodelagujeroysepusodepie,sonándoselanariz

conindignación.Empezóacaminartambaleanteconlasrodillasdobladasparaaguantareldolor.Luegodeatravesarelzaguán,searrimóalaorilladelríoconungruñidoyorinódepie.Idiotas,esosmalvadosconhuevosinmaduros…quenialcanzanamearlamitaddeesto…Unbarqueroconlacabezarapadaalzólosojosparamirarloyletiróunapiedra,gritandoalgoininteligible.Elhombreescupióconindiferenciaysiguióorinando.

Alavueltasedetuvouninstantedelantedelachoza.Justoenlaesquinadondesecortabaelmuroalguienatisbabaadentroporunahendija.

Elhombreconcentrófuerzasenlosmúsculosdelcuelloyadelantóellabio inferior.Dentrode labocaflotó ladentadurapostiza,originándoleuna extraña sensación de tener tres caras. Se sintió humillado por unacausaignota.Avanzóderechohaciaeldesconocido,queseretiróturbado,ylegritócomosisetrataradeunapersecución:

—¡Hey!¿Quéhacesahí,hombre?Pero la reacción del otro resultó completamente inesperada; en

realidad, no se había turbado por recelo. Con un gesto suplicante secolocó el dedo medio de la mano derecha —el índice había sidoarrancadodesdelaraíz—sobreloslabiosylasacudióadiestraysiniestracon énfasis delante de la cara.Ahora era el hombre el que parecíamásturbado.

—¿Quiéneres?…—¿Eresdeaquí?—¿Yqué?—¿No conoces algo así como una entrada al interior? —El

desconocido frunció los labios y tosió desanimado, bajando los ojosturbioshacialospies—.Esque,mira,sonmishijas…

—¿Tushijas?…¡Imposible!—Síesposible…Miraporaquí…Mira…Esosniñosmalvados…—Teadviertoqueestáprohibidoentraraquí…—Espera,teestoydiciendoquemiresporaquí.—¡¿Teatrevesaordenarme?!—¿Ordenarte?

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—Yatehedichoqueestáprohibidoentraraquí.—Qué hombre tan terco… Mira, y ahí verás… Niños malvados…

Ahoramismomelastengoquellevar…Porfavor,ayúdame,hombre…Alotearaldesconocido,querefunfuñabasinquitarsedelarendijadel

muro, el hombre sintió que la repugnancia original iba siendoreemplazadaporunamisteriosasuperioridad.Lacabezaleapestaba,llenademugre…La cara hinchada que rezumaría heces al ser aplastada…Apesardequenoparecíatanviejoconesosdedoscuadrados,provistosdeciertahabilidad,senotabaconsumidoporelalcohol…

De repente el desconocido gritó; mientras gritaba, repetía coninsistenciaelmismoademándeperforarelmuroconlapuntadeldedo.Elhombreacudióaotrarendijacercanaparapegarelojo.

Nofuecapazdeentenderlaescenaenelacto.Arrastrabanalperroencimadeltambor.Desegurolohabíansacadodelacalderamientrasélorinaba.A los lados del tambor las dos niñas se encontraban frente a frente. Aciertadistancialasrodeabanlosniños.Fuetodoloquevioynoencontrónadaquemerecieratantoescándalo.

La mayor apuró a la menor con palabras ininteligibles. Cuando sepreparó la menor, al hombre se le aclaró todo: las manos de las niñasapretaban la soga en el cuello del perro. De lasmanos de la mayor seextendía la soga hasta las manos de la menor, luego de dar una vueltaalrededordelcuellodelperro.Alaseñalde lamayor, lasdos tiraronalmismo tiempo en direcciones opuestas. Atormentado por la asfixia, elperroretrocedióenbuscadeauxilio,sacudiendolacabezaaunladoyalotro. No logró zafarse, pero tampoco alcanzaron a asestarle un golpemortal; eldesequilibriode fuerzas entre lasdosniñashacíaque la sogasiempresedeslizarahaciaelladodelamayor,antesdequelollegasenaestrangular.

Petrificadoscomosaposmuertos, losniñosnoseatrevíansiquieraaofrecerlesayuda.Lamayorrecogióelperroinerteparaabrazarlocontrasupechoeinclinólacabeza.

—¡Quéhorror!—¿Ves?¡Quéniñostanterribles!…

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Prontocomenzóalgopeor;luegodeentregarelperroasuhermana,laniñasujetóelcabodelasogaauntubogruesoqueseelevabahaciaelcielo en forma de “L” desde el costado del tambor; otra vez sobre lacaldera,enrollóelcuellodelperroconunavuelta.Juntasestabanapuntodetirardelasogaenlamismadirección.

—¡Quéhorror,deverdad!—Ysonmishijas…—Yalomataránenuninstante.—Porfavor,hombre,telosuplico…—Bien,haréunaexcepciónentonces…—Teloagradezco.Elviejovigilanteentróalachozaparasacarlallave;desdeluegono

lo hacía ni por compasión ni por deferencia. Tuvo que disimular laaceleraciónde lospies con los tembloresde las rodillas a findeque elotronosospecharaniunaniotra.

—Esperaahíunsegundo…Aprovechando elmomentode encontrarse en la choza, atisbópor el

agujero. Parecía que las niñas ya habían logrado su objetivo; los niños,preocupados, se encontraban en rueda alrededor del pequeño animalinmóvil,quesangrabaporlosojos.

Al detenerse frente a la puerta que conducía al interior, el viejovigilantesediocuentadequeeldesconocidoestabapálido,conlosojosinflamados que resaltaban un halo negro en las orillas de los párpados.Conteniendolasganasdeecharseareír,elviejolehabló:

—Anda,conánimopues.—Esosmalvados…Cuando se abrió la puerta, los niños se volvieron a un tiempo. El

perro, muerto, colgaba por el cuello, tenía la soga amarrada al tubo.Parecía no estar muerto del todo; las patas traseras, estiradas hacia elvacío,palpitabansinfuerzadecuandoencuando…

Con lasmanos enlazadas, el desconocido se acercó lentamente a lasniñas.Mientrasavanzabaconpasosamenazantes,leshablóenunsusurroacariciador:

—Anda,Yoshiko…mihija…vamosacasa,¿meoyes?…

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La menor se dirigió a su hermana con una sonrisa maliciosa. Lamayor posó la mano sobre el brazo de la menor y retrocedió conceleridad,apartándolaaunadistanciasegura.Elpadreintentóseguirlasalamismavelocidad, pero el terreno resultó tandificultosoque tuvoquedarunrodeo.

—Dejendesernecias…porfavor,háganlecasoasupadre…—Yonoquieromorir.¿Verdad,hermana?—Lamenor,esquiva,buscó

elapoyodesuhermana.—¡Tonta!¿Paraquégritas?¡Sinvergüenza!Mientras las hijas se alejaban tres pasos, el padre tenía que avanzar

seis;sieranseis,teníaquedardoce.—¡Sitantoquieresmorir,muéretetúsolo!—¡Quéidiotez!Ustedesnosabennada.Yosísétodoporquehevivido

casicincovecesmásqueustedes.—¡Noquierosufrir!—¡Novanasufrirnada!—Elperrotambiénsufrió,¿verdad,hermana?—Se tratadeunsufrimientoefímero,quenoduranada…Acambio,

mientrasvivan,tendránquesufrirtodalavida,¡entiendan!—¡Muéretetúsolo!—¡Dejadedecirestupideces!¿Cómopodríadejarlasabandonadas?…

¿Moriryosolo?…¡Jamásseríacapazdesemejanteinsolencia!…Anden,selosuplico…háganmecasoparatranquilizarme…

Parecíanoalcanzarlasnunca.Elperroseguíacon laspatascrispadasen la punta de la soga. El desconocido volteó hacia la puerta, como enbuscadesocorro,yescudriñóalosniños,quehuyeronapresuradoshaciaelmuroydesaparecieronunotrasotro.

—Bueno, me rindo… —dijo el padre, despojado del ánimo paraperseguirasushijas,ypermaneciódepieconlosbrazoshundidosentrelaschatarras—.Siganportándoseasíparatorturarme…Alfinyalcabo,no podré morir mientras ustedes sigan con vida… ¡Qué falta deconsideración!…¡Díganmecómovamosaconseguirelalimentodeestanoche!

—Tengocienyenes—dijolamayorcondesgano.

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—¡¿Cienyenes?!—Melosdiounseñorfulano.—Aver,¡muéstramelos!—dijoconvozexaltada.—Notepreocupes.Voyacompraralgoantesderegresaracasa.—Bueno…El padre, turbado, esquivó lamirada de la hijamayor y lamantuvo

durante un buen rato flotando sobre los pies. De repente se quitó loszapatos. Mientras les extendía los zapatos a las niñas, dijo en tonoapremiante:

—Bien, te los vendo por cien yenes… Es que, miren, el viento dehoy…¿Sienten?Elvientosureñoquevieneaplastante…

—Nosirvedenadaparalacarreradelanchas…—Espera…Undíaconestevientoesespecial…Séquepuedesuceder

algoinesperado…—Esoszapatosestándesfondados…—Tonta.Poresoteestoydiciendoquetelosvendoporcienyenes…

Conlassuelasfirmesmeloscompraríanpormásdetrescientosyenesencualquier tienda de segunda mano… Anda, dame los cien yenes…Apúrate,queprontoseacabalaúltimacarrera.

—¿Prometesquenovasamorirsitecomproloszapatos?—¿Todavíanomeentiendes?¡Teestoydiciendoquenovoyamorir

mientrasustedesesténvivas!

Al recibir la moneda de cien yenes a cambio de los zapatos, eldesconocidoyanovolvióalapuertaysalióreptandoalafuerzaporunode los huecos por los cuales se habían fugado los niños. A la vez seoyeron pasos trepidantes fuera de losmuros, que se dispersaron en unacarreraciega;losniñoshabíanestadoespiandoatravésdelosresquiciossinresignarsealaretirada.

Lahermanamayorpusocuidadosamenteloszapatossobreelsuelo.Lamenor les dio un leve puntapié con una sonrisa irónica. Juntasdesamarraron la soga del tubo y bajaron al perro, que había dejado demoverseporcompleto.Lamayorarrojóelcadáveralrío.

El vigilante cerró los ojos gruñendo. En la retina aparecieron dos

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sombras blancas tambaleantes. Ya no soportaba estar encerrado mástiempo detrás del agujero. Irrumpió en el depósito de chatarrasarrastrandolospiesycerrólapuertaasuespalda.

—Vean, chicas, ¿quieren cien yenes? —lo dijo en un tonodestemplado,mientrasseleerizabanlasvenascapilaresalosladosdelanariz.Casiselequebrólavozconunataquedetos—.Supadreesun…unvagoinsalvable…Seráelprimerhombrequecruzadescalzolagranvíaparallegaralcanaldelaslanchas…Aver,¿quierencienyenes?

Laschicaspermanecierondepie,deespaldasalrío,empequeñecidasyensimismadas.

—¿Quélespasa?Lesestoypreguntandosiquierencienyenes…Nosepreocupenporunhombre tandegenerado…¿Vientosureño?Quérisa…Nolevaasalirnada…¿nocreen?Pero,tú,niña,¿porquésonríesdeunamaneratangrotescatodoeltiempo?

Ellabioinferiordelamenorseensanchóaúnmás…ungestoquenopodíasersinounasonrisa…ydelosojosdesbordarongrandesgotasdelágrimas,fluíanaborbotonessinproducirelmenorgestoenelsemblante.

—¡No estoy sonriendo!—dijo entre sollozos y empezó a dar pasoshaciaelcentrodeldepósito—.¡Asíesmicarapornaturaleza!

Dejando atrás al hombre aturdido, la mayor también se puso enmarcha.Lamenorrecogióloszapatosmientraslamayortomabalasoga,y juntas atravesaron el montículo entre pedazos de fierro con la firmedecisióndeabandonarellugar.

—¡Esperen, chicas! ¿No quieren cien yenes?… Dejen tranquilo alpadrevago,quenovaaaguantarmucho…

—Peropuedequepapáganealgo…—Mira,¡cienyenes!…¡Paracadauna!…¡Doscientosyenesentotal!Lamenorsedetuvoabruptamentedelantedelacaldera.Pegóeloídoa

unodelosagujerosylanzóungritodesorpresa:—¡Hermana,seoyeelmar!Lamayortambiéndetuvolospies.—Seoyeelviento,querrásdecir.—No,enabsoluto,¡eselmar!Mira,ven,¡eselmar!¡Seveelmar!Lamayorimitóasuhermana.Enesemomentoelvigilantelasalcanzó

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sin pérdida de tiempo y agarró por lamuñeca a lamayor para dejar lamonedadecienyenesensumano.

—¡Aquítienesloscienyenes!Sin embargo, la niña escrutaba por el agujero con tanto entusiasmo

que ni siquiera resistió la fuerza del vigilante. ¿Por qué estarían tanabstraídas?Lacuriosidadloempujóhaciaunodelosagujeros.

Enelinteriordeltamborcruzabanendiagonalalgunosrayosclaros,yseveíaenel fondounbloquenegroque temblabasincesar.¿Quésería?Cuando quiso enfocarlo bien, creyó ver el mar. No, imposible… Elhombre, todavía incrédulo, cerróunavez los ojos y los abrió denuevoparaobservarlomejor…¡Sí,eraelmar!…¡Nopodíaserotracosa!…Seconvenció, era imposible verlo de otra manera… Del valle profundo,cortado limpiamente, subía una vertiente cada vez más empinada, y alquebrarse abríaunavista panorámicaquepermitía observar elmar a loanchohastaelhorizonte.

—Unbarco…—murmurólamayoraloídodelvigilante,quetambiénvioelbarcoenseguida;eraunpuntoblancoypequeñoqueflotabasobreelhorizonte.

—¡Elmarestádesbordandohaciaafuera!—gritólamenor,yelviejodespególacaradelagujeroalpercibirlomismo…Antesusojosseguíaexistiendoeldepósitodechatarras,talcomosiemprelohabíavistohastaentonces.

De repente el viejo sintió un agotamiento insoportable. Apenas sesostenía en pie con las rodillas temblorosas. Ya no le quedaban másfuerzasparallamaralasniñas,quesemarchabanconloszapatosviejosylasoga.Soloseangustiópor la incertidumbre,pues jamásseconvenciódeltododequeelrostrodelamenorfueraasípornaturalezayquenosetrataradeunasonrisaauténtica.

Anocheció.Lamayor,quearrastrabalasoga,ylamenor,quellevabacolgadosloszapatosviejos,caminarondespacioentrelascasas,alineadasdebajode lagranvía.Erauncaminooscuro,sin faroles, llenode tablaspara tapar lascloacas.Másadelantehabíaunabarracadesmoronadaconunaventanabaja,hechaconmaderaenchapadaenlugardevidrio.Cuandolaquitó,seveíatodoelinteriordelahabitación.Luegodeconfirmarque

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supadreestabadormido,avanzarondepuntillashacia laentrada trasera,deaccesolibre,quenisiquierateníapuerta.

Las hermanas se acercaron conmás cautela a la cabecera del lecho,dondedormíasupadre.Lamayorlepellizcólanarizparaverificarqueseencontraba profundamente dormido, acto brusco pero necesario pararealizar la labor planeada. El padre sacudiómolesto la cabeza, pero noalteró en lo más mínimo su respiración acompasada por el sueñoprofundo.

Primero, había que enrollar el cuello, pero resultaba difícil pasar lasoga,hechaflecosenlapunta,porelhuecoquesehacíaentreelcuelloyellecho,eracasicomoensartarunaagujadelgadaconunhilogruesodealgodón.Deberíanbuscaralgúnsostén.Vieronelmangodelaescoba.Alamarrarle la punta de la soga, lograron pasarla. Le dieron dos vueltasalrededordelcuello.

El restoya lohabíanprobadoconelperro.Conelcaboatadoaunacolumna,empezaronatirarjuntasdelasoga.Sinembargo,laposicióndelacolumnaydelcuellonoresultómuyapropiada,ytuvieronquearrastrarel lechoparacambiarlodesitio.Cuandoterminarondefijardenuevolasogaenlacolumna,elpadresediomediavueltaderepente;lasogaseleaflojóunpocoenelcuello,ytuvieronquevolveraapretarla.Peorhabríasido si se hubiera desplazado hacia el otro lado. No había tiempo queperder.Deunalientolasdosvertierontodassusfuerzasenlasoga.

Elpadreabriólosojosalinstante.Lasmirósinpodercreerloqueleestaba sucediendo. Trató de decir algo sin lograrlo, con la lenguahinchada que se salía de la boca. Primero arañó en vano el aire coninsistenciaenbuscadelasoga,peroprontosequedósinfuerzayexpiró,despuésdedarunpardebrincostemblorosos.

Terminaronlamaniobraconlospulmonesdesgarrados;sequedarontanjadeantesquenipodíandirigirselapalabra.Prontosedieroncuentadeque se asomaba un fajo de billetes demil yenes ymonedas de cien pordebajodelaalmohada.

Las niñas recogieron las monedas de cien y devolvieroncuidadosamenteloszapatosviejosalacabecera.

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La“soga”, juntoconel“palo”,esunode los instrumentosmásantiguosdel hombre. Ellos fueron amigos inventados por los seres humanos, el“palo”paraahuyentarespaciosnegativosyla“soga”paraatraerespaciospositivos. Tanto el uno como la otra se encontraban donde fuera quehubierahumanos.

Hastahoydía,ellosinvadenyhabitanentodaslasviviendas,comosifueranmiembrosdelafamilia.

(1960)

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ELDIABLO

Un día encontré una trampa ratonera al fondo del armario. Aunque norecordabahaberlacompradosemeocurrióprobarla,puessepercibía lapresenciaderoedoresdesdehacíaalgunosdías;lainstaléenunrincóndelahabitaciónconrestosdegranosdesojafermentadacomocebo.

Esemismodíahubounapresa.Alvolveracasadespuésdel trabajo,escuché un chillido en la oscuridad. Cuando prendí la luz, vi que habíaquedadoatrapadounpequeñoanimalextrañodecolorverdeazul.

Estanofue todamisorpresa;eseanimalito,alvoltearseparaverme,juntólasdosmanoscomodelagartijaymehablósuplicanteenunjaponéscorrectísimo,aunqueconciertaaspereza:

—¡Sálveme, por favor, se lo ruego, señor! A cambio le voy asatisfacertresdeseos,cualesquierasean…

—Aver,déjamedecirtequeestáscayendoenunacontradicción—dijesimulandoserenidadparacontrolarlaexcitación—.Siestásdotadodeunacapacidadtanenvidiable,¿cómonotehasescapadotúsolodelaratonera?

—Es el castigo queme tocó por un descuido.Hasta satisfacerle tresdeseos a mi vencedor, no podré recuperar mi infinita capacidad detransfiguración.

Ciertamente era coherente a su manera. Le quité la tapa, porque detodasformasnomeimportabaquemeestafara,yresultóqueerahonestodeverdad.

—Le agradezcomuchísimo—dijo con la cara azul, casi morada—.Adelante,señor,¿cuálessonsusdeseos?

—Eltiempo,porejemplo…¿Quéteparece?—¿Eltiempo?—El tiempo es oro, comodicen, y estoy tan ocupado todos los días

quecasinomequedatiempoparahacernada,¿sabes?—¿Cuántoquiere?

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—Cuantomás,mejor…—Deacuerdo,señor.Aldecirlo,elanimalalzólosbrazosporencimadelacabezayacercó

lentamentelosdedosdelasmanos.Enuninstantesaliódeentrelaspuntasde los dedos una chispa azul que produjo una descarga eléctrica, y sepropagóentodalahabitaciónunfuerteoloraazufre.

—¡No se mueva! —me advirtió el animal con firmeza al vermeasustado—.Ustedyadisponedecienvecesmásdetiempo.

—¿Cienvecesmás?—Eslomáximoque lepuedoofrecer.Noes tan insignificantecomo

quizásustedcrea,yaquelaenergíaestáenproporciónconelcuadradodela velocidad, ¿sabe? Con cien veces más de velocidad, tendrá diez milvecesmásdeenergía.Estoquieredecirqueustedyacuentaconunafuerzacasiequivalenteaun jet…Chist, ¡nosemueva,hágamecaso!Unbrincoasídegolpepuedesermortal,pueslaspiernasseharánañicosalgolpearel piso y el cuerpo en reacción saltará al vuelo, quién sabe adónde, yromperáelcielorasocomosifuerauncohete.

—¡Carajo,metendisteunatrampa!—¿Trampa?¡Cómoseatreveadecirsemejantebarbaridad!¿Acasono

conocíaesafamosafórmula:E=1/2mv2?—¡Nilamenoridea!—¡Nosemueva,leestoydiciendo!…Peroquéextraño.Estafórmula

está tan divulgada que hasta sale en cualquier libro didáctico desecundaria.

—¡No sé nada de eso! ¡Basta, qué necio eres! Desembrújame ahoramismo, que no soy ningún maniquí… —grité angustiado sin podersoportarmásesasituación.

—¿Mepermitetomarlocomoelsegundodeseo?—¡Comoquieras!¡Rápido,hombre!—Está bien—dijo sonándose los dedos—. Relájese, que ya pasó el

peligro.Ahora,¿quierepasaralúltimodeseo?Conteniendolasganasdeaplastarlodeungolpe,lerepliqué:—¡Dinero,entonces!—¿Dinero?

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—Ojoporojo,brutalidadporbrutalidad,pues.—Brutalidadaparte,¿deverasseconformaconalgotantrivialcomo

eldinero?—¿Acasohayotrafórmulainconvenientequeteloimpida?—No,quéva.Amímedalomismosiaustednoleimporta,señor…—¡Deja de hacer insinuaciones ambiguas! ¡Dime todo lo que tienes

quedecirsindarmásrodeos!—Con mucho gusto se lo digo, si es que lo puedo tomar como el

tercerdeseo…Sinatrevermea romperel silencio,permanecímudodurantemásde

diez minutos. Me sentí mareado, a punto de desmayarme, y terminégritandodesesperado:

—¡Carajo,cuéntametodo!—Unacosamuysencilla…—mecontestóelanimalconungestoensu

cara tan ingenuo como el de una muñeca de plástico—. Solo queríaadvertirle que, al hacer tantas compras, no iba a caber todo en estapequeñahabitación,señor.

—¡Malditodiablo!—¿Diablo?¡Nomeinsulte,porfavor!Soyunextraterrestreauténtico

—apenas lo dijo, volteó para hacer una venia de lado—. Hasta aquí lasegunda noche de la sección experimental de nuestro curso sobre lapsicologíaterrícola.

Alrecorrerlavista,caíenlacuentadequehabíaotrosdosanimalitosdelmismo tamaño que cargaban una videocámara para filmarme. En elacto les lancé un tintero. En ese mismo instante se esfumaron tanto laratonera como los animalitos, dejando tan solo el eco de una risasonora…

(1963)

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ELCUARTODELOSNIÑOS

—Mire por allí…Bueno, hoy no se ve bien…Es que por ahí se ve lapuntadelatorredetelevisióncuandoelcieloestádespejado.

Undíafestivo,oquizáundomingocualquiera.Unrincónen lazonaalegre,cercade laestación terminaldel trendecercanías,dondehayunbulliciorebosante.Enunpequeñorestaurantelocalizadoenelúltimopisodeledificiodesieteniveles,unhombreyunamujersesientancaraacaraalladodelaventana,separadosporunamesatrémula.Unacopadeheladoconfrutasalmibaradasychocolatedelantedelamujeryunatazadecaféconunchorritode lechedelantedelhombre.Este sorbeconpremuraelcafé antes de exhalar todo el humo del cigarro y se sofoca con unabocanadaenlanariz.Lamujer,indiferente,apenasloenfocaallímitedesuvistaconlosojosalzados.Ajuzgarporlosvestidosdegalaquetraenpuestos,demasiado llamativos, tantoelunocomo laotra todavíanohanllegadoaentablarunaestrechaamistad.

Elhombrecontinúaenuntonodificultoso:—Adecirverdad,megustaríasubirundíaalacúspidedelatorrepara

colocarunaplacaquediga:aquíhaypetróleo.¿Meentiende?Vea,elcielosucioaumentacadavezmásdepesoyyaestáaplastandolaciudadentera.Tarde o temprano todo esto se convertirá en un inmenso campo depetróleo. Se supone que el carbón es de origen vegetalmientras que elpetróleo proviene de los animales.Mire aquí abajo, que la avenida estállenadefuturopetróleo.Esporesoquequieroenseñarlesbienlastécnicasdeexplotaciónpetroleraamishijos.

Porprimeravezseleasomaalamujerunaarrugadesonrisaporlosrabillosde losojos.Sinembargo, frunce labocaparaborrar lasonrisa,mientras saca la punta de la lengua y retira de sus labios los restos delhelado;luegomurmuracomosiseexcusara:

—Mis amigos siempre me han dicho que carezco de sentido del

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humor,peroencuentromuygraciosasuformadehablar.—¿Estáresfriada?Elhombrelepreguntaentretosestanapuradasquelamujertambiénle

responde con una pequeña tos, cubriéndose con la mano sin soltar lacuchara.Seoyeun sonido al desgarrar la flema, y lamujer recupera lavoznormal.

—No.Soloquehefumadodemasiado.—Menosmal.Elheladonoseríaconvenienteparaalguienresfriado.Enunsegundolamiradadelamujerseposaenlaspupilasdelhombre

ysedesplazalentamentehacialaventana,dejandoatrásunlevetemblor.—Deverasnosevelatorredetelevisión…—No.Esporelhollín.—Quéodioso.—A ver, yo me pregunto si los seres humanos tenemos derecho a

quejarnosdelhollín.—Bueno, tienerazón.—Lamujersonríepor losrabillosde losojos

porsegundavez,perotodavíanoseharelajadodeltodo—.Quizásomosigualdesuciosqueelhollín.

Elhombrejuntalasmanosalbordedelamesayseenderezaconloshombrosuntantoretirados.Elcuellodescubiertodejaverelrastrodelaafeitada,justoencimadelanuezdeAdán,parecellamarlelaatenciónalamujer. Inquietoante lamirada,elhombrebaja losojoshaciasupechoyretira lasmanos enlazadas de lamesa para colocarlas sobre la corbata;luegoderespiraratodopulmón,empiezaahablarconunbríorenovado:

—Creoqueyadeberíamoshablar conmás franqueza,porque somosdemasiadomadurosparaavergonzarnos…

—Estoydeacuerdo.Lamujer se relajay endereza laposturade la cara,mientrasdesliza

losdedosconagilidada lo largodelassolapasdel trajebeige.Elcolorrosado claro resalta la belleza de sus uñas grandes, pero el hombre noparecefijarseenellas.

—Esque losdossabíamosdeantemanoqueesteencuentro ibaa serincómodo.

—¿Cómoseleocurrehablarasí?

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—Esdecir, hayunhecho evidente de quehoynos encontramos aquípormediodelasfichasdelaagenciamatrimonial…peronocreoqueseanecesariopreocuparseporunhechotaninsignificante…

—Amínomepreocupanada…—¿Deverdad?—Mire, sepa bien que solo hemos sido un poco más tímidos e

inhábiles,yquizámenoslistosquelosotros.—Qué alivio. —El hombre destraba las manos colocadas sobre la

corbataytientaelinteriordelsacoconelpechoinclinado—.Enrealidad,amítampocomepreocupadeningunamanera.Alcontrario,siemprehetenido una confianza absoluta en las fichas con respecto almatrimonio.Creo que se deben eliminar elementos fortuitos como el amor paracasarsedelamaneramásrazonable.

—Solohemossidoinhábiles,meparece.—Claro,tienetodalarazón.—Elhombreseencorvaporencimadela

mesaparaterminardetomarelcaféfríoquequedaenlataza,yenciendeel cigarro con precipitación, mientras enrolla la corbata desde la puntacon lamano desocupada—.Entonces,me gustaría saber cuanto antes loqueustedpiensademí…

—¿Loquepiensodeusted?—Sí, dígame con toda franqueza en caso de que no la convenza,

porqueamínomemolestaríadeningunamanera.—Bueno… mire… es que me gustaría verlo otras veces en un

ambientemásrelajado,parasabersi…—¿Porqué?¿Acasonohaexaminadobienlosdatospublicadosenla

ficha?—Casimelossédememoria.—Nohaynadafalsoahí.—Losé…perocomprendaqueestonoescomountest.—¿Un test? —El hombre asiente en diagonal con admiración,

quitándose la ceniza que le ha caído sobre las rodillas—. Claro, unametáforainteresante,muyapropiadaparaunamaestra.¿Peroquésehaceanteunhechotanevidente?Yoseréreprobadosiustedmeexigealgomásqueuntest,porquesoyunasalariadocomúnycorriente.Fueradeloque

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puseenlaficha,novaaencontrarnadanovedosoenmivida,pormásqueexplore.

—¿Ustedsíescapazdedecidirsoloconlosdatosdelaficha?—Claroquesí.¿Quierequeledigalaverdad?Ustednohadefraudado

laexpectativaquemegeneróalconsultarlaficha.La mujer, sorprendida, baja los ojos y se muerde el labio inferior.

Revelaunaclarísimaturbacióneneltonodelhabla:—Puedeserunaconclusiónapresurada.Niyomismaestoysegurade

habermereflejadoconexactitudenlaficha.—Loúnicoqueyoséesqueustedesunapersonanecesariaparamí.—Pero…—Unapersonanecesaria,ledigo.¿Quémásquiere?Lamujercontieneunsuspirosecretoentreloslabiosfruncidosycruza

laspiernasconelcuerpoapoyadoporenterosobreelrespaldodelasilla.Elcambiodeposturapareceproveerdehumedadalaaparentearidezdesufigura.

—Recuerde que somos inhábiles los dos… No podemos estardemasiado prevenidos… ¿No le parece?… Ya veo que usted es muysencilloycándido…Esporesoque…

—Qué va —dice el hombre, acercando el fuego al cigarro que hasacadolamujer—.¿Ustedsabequécargotengoenmiempresa?

—Segúnlaficha,trabajaenunlaboratoriodecosméticos.—Enunlaboratoriodementiras,mejordicho.Ahoralamujerseríedeverdad.Yfumaelcigarroconelegancia.—Meesimposibledesconfiardeunhombrequemeinculcaelsentido

delhumor,¿sabe?Elhombreapagaelcigarroconlacabezaladeadayalzalosojospara

escudriñarelrostrodelamujer.—¿Ustedsabecómosedefineelcosmético?Unobjetoqueembellece

la piel femenina, dirán los publicistas. Sin embargo, los técnicos comonosotros lo vemosdeunamanera inversa: el cosmético es unobjetodeaceite o plástico, fácil de producir en masa a bajo costo, que no causaningunainflamaciónnotoriapormásqueseapliquealapiel.

—Quécuentotanterrible.

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—¿Leparece?—Quizá sea como usted dice…—Lamujer saca un poco de helado

derretido con la cuchara para verterlo en el cenicero, que aún tienecolillashumeantes—.Peroigualnodejadeserdesagradable.

—A mí no me desagrada. Me dedico a los experimentos sin sentirremordimiento.De lamismamanera,nomequejodelhollín.¿Creequesoy cándido?… Le aclaro de una buena vez para evitar una malainterpretaciónquevivosumergidoenlasmentirasasabiendasdequesonmentiras.

—Ustedesdemasiadodelicado…—¿Delicado,yo?Nosabequehematadogente.—¿Hamatadogente?—Dieciocho hombres hasta donde recuerdo. Y nunca he tenido una

nochedeinsomnio.Conlosojosentrecerrados,lamujerretieneenuninstanteelhumodel

cigarroenlospulmonesylodespidehaciaelcieloraso.—¿O sea que estoy siendo cortejada por uno de esos tough guy que

salenenrevistasamarillistas?—Lamentodecirlequenofuisinounsoldadoordinario.—Ah,fueenlaguerra…—¿Leparecelógicomatargenteenlaguerra?—Enlaguerramatarseríaunadefensalegal.—En tiempos de paz es válida la idea de defensa excesiva para

controlarlacalidaddeladefensa,peroresultaqueenelcampodebatallalaofensivaeslamejordefensa.Estoquieredecirquelaguerranoessinolasucesióninterminablededefensasexcesivasenpúblico.

—Miintenciónnoconsisteenaprobarlaguerra,sépalobien.—¿Yporquéno?Yonoestoyencontradelaguerra.Esciertoquehe

matado,perotansoloadieciochohombres.Porfortuna,buenaomala,nosé, fuiun infantemediocreconmuymalapuntería.Peromireahíabajo:puede haber entre ellos varios expilotos o exartilleros que hicieron sulaborconmuchamáseficacia.Oquizáseanhijosdelossoldadosexitosos.¿Cuáldeesoshombrestendríaderechoareprocharme?

—Ninguno,desdeluego.Esdemasiadoobvio.

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—Porlamismarazón,yotampocolosreprocho.—Claro.Yaestoyentendiendo.Yaveoporquéustedhavividosoltero

durantetantotiempo.—Preferiríaquecomprendieraporquéquierodejardesersoltero.—Megustaríacomprenderlo,pero…—Leestoydiciendoqueustedesunapersonanecesariaparamí.—Comprendaquenosoytanpresumida.—Yaloveo…—Déjemereiterarquesomosinhábiles.Yaséqueustedesunapersona

muyatentaysimpática…Peromegustaríaqueaclararamásenconcretopor qué dice que me necesita… ¿Me entiende?… Los dos ya somosmadurosconunapersonalidadbienformada…

—Cómo no. Sepa que no recurrí a la ficha por un caprichomomentáneo.Estoyhablandoenconcreto,tanconcretocomoestamesaoestecenicero.

—Leagradezcolaatención…Pero,vea,tengolabarbillatancuadradacomodehombre,lasorejassingraciaalgunayloslabiosmaliciosos…

—Pero está segura de su vocación para educar a los niños, ¿no escierto?

—Por cierto,meparecequeusted tienemuchodeniño.—Lamujer,quesueltaunapequeñarisasinquerer,nopareceaburridadeestalargaylaberíntica conversación—. Pero hay una gran diferencia entre niños yadultosaniñados.

—Estoy hablando de niños reales. ¿Usted no se siente obligada arescatara losniñosdeestehollínqueestáconvirtiendoelmundoenteroenuncampodepetróleo?

Lamujermueve el cuerpo en diagonal e invierte la posición de laspiernascruzadasparamantenerlasmásaltas,posequehadesercomounremateelegante.

—Meparecequeusted tienevocacióndereligioso.Yo,quesoyatea,me inclino a creer en el refrán que dice: quien bien te quiere, te harállorar.Desdeelpuntodevistapedagógico,noesaceptableconsiderar laeducacióncomouncultivopuro.Enfin,prefieroseregoístaenloqueserefierealmatrimonio.

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—¿Me está diciendo que exponga a mis hijos al peligro de unaepidemia?

—¿Sushijos,dice?—Claro,mishijos.Nosoytanfilantrópicocomoparainteresarmeen

hijosajenosenelmomentodeproponerlematrimonio.—Meparecequeseestáadelantandodemasiado…El debilitamiento del tono hacia el final de la frase parece ser un

indiciodelatimidezfemenina.Elhombrelodetectasinpérdidadetiempoytratadereforzareltonodesuhablacomosiseempeñaraenocultarsuturbacióninterior.

—No,nomeentendió.Merefieroamispropioshijos,yaexistentes.Elsemblantedelamujeradquierederepenteuntonodepezmuerto.—Quéextraño.Segúnlaficha,ustednotienehijos.—Ah,laficha…—Elhombreselameloslabios,bajandolamiradaa

latazavacía—.Sí,tienerazón,ahíenlaficha…—¿Pusomentiras?—Noprecisamente…—Bueno, no serviría de nada escribir una mentira tan fácil de

descubrir…—Nosécómodecir…Esquenosonmishijospropiamentedichos…

almenosnocomolosquepodríanfigurarenlaficha…—¿Hijosclandestinos?—Hastaciertopunto…—O sea que todavía no los ha reconocido. ¿Son hijos naturales

entonces?—Nosetratadeunasuntotansencillocomodehijosnoreconocidos;

lesuplicoquemecomprenda.—Temonocomprenderlo.—Sonhijosquenoexisten enel sentidoestrictode lapalabrayque

tampocopuedenaspiraraunaexistenciareal…Con la mirada fija sobre el rostro del hombre, la mujer sacude la

cabezaconunmovimientorápidoycasiimperceptible,mientrashaceunademándeasentirseasímisma,conunasonrisatraviesaqueseasomaporentresuslabiosabiertos.

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—Yaloentiendo…Yaséloquequieredecir.—¿Cómomeentiende?—Bueno…Hadesercomounsueño.—Puedeser,perosetratadeunsueñovivo,querespiraaireymueve

extremidades.—Meencantasuformadehablar…—Déjeme insistir enque sonhijos realesyvivos.Desdeelpuntode

vista biológico son hijos de hombres existentes. Le ruego queme crea,porloquemásquiera…

—¿Dóndeviven?—En mi casa, por supuesto. En el sótano, que está completamente

equipado para que no haya ninguna incomodidad…Es un espacio idealparavivir,conlaexcepcióndequeestáaisladoporcompletodelmundoexterior.

—Quéinteresante…Siga,porfavor…—Noestamospracticandojuegosverbales,¿sabe?—Yohabloenserio.—Son dos niños, elmayor de trece años, elmenor de nueve recién

cumplidos… Pero dígame una cosa, ¿usted tendrá siquiera un mínimointerés en tutelar amis hijos? ¿Puedo esperar quehayaposibilidades dequeustedmeayude?

—Cómono,siustedmeaseguraquemenecesitadeverdad.—Entonces,permítameunapregunta:siustedsepusieraenmilugar…

No,mejorno,notienesentidoestaclasedepreguntashipotéticas…—Tengo una tía, pariente lejana de otro linaje, que cuidaba gatos

parecidos,¿sabe?—¿Gatos?—Treintaentotalatravésdecuatrogeneraciones.Ynadielosveía.—¿Ustedmeencuentratanchifladocomoesatía,entonces?—Mi tía no estaba chiflada de ninguna manera. Todos los días una

pescadería le suministraba el alimento para treinta gatos. Los gatos síexistían;yonunca lodudé.Esfacilísimocreeren laexistenciade treintagatosparasatisfacerlanecesidaddealguien.

—¿No ve que usted es una persona necesaria para mí? Ahora sí le

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puedo preguntar: ¿qué cielo prepararía para mis hijos en lugar de estaventanacubiertaporelhollín?

—Uncieloazulreverberantedeverano,alladodelaplaya.—¿Porqué?—Bueno, puede ser de otoño. El clima es más moderado y se dan

frutosparalacosecha…—Ustednoesmuyrealista.—¿Leparece?—LosdosniñostendránquesobrevivirasolasenlaTierradevastada.

Noestaránencondicionesdeescogerestaciones.Hayqueentrenarlosconseveridadparaquepuedansuperarcualquierdificultad.

—¿Hastaelhollín?—No,elhollíny los sereshumanospronto se atacaránentre sípara

extinguirseporcompleto.Porunmotivoeconómico,primerolespreparéelcielodeldesierto.

—Eldesiertoesdemasiadoduroparalosniños.—Claro,poresolesbrindéunoasisenlacercanía.¿Yquécreequeles

sucedió?—Niidea.—Losdossecapacitaronparadetectarlaubicacióndeaguasolocon

elolfato.—Muyinteresante.¿Noquierequepidamosotroté?—¿Quéleparecesivamosamicasa?Desdeluegoallítengoté,yasí

tendrá oportunidad de conocer a mis hijos antes de llegar a unaconclusión…

—¿Ensucasapuedoverelcielodeldesierto?—No, ya liquidé el desierto.Ahora los niños viven en la jungla del

tercer periodo interglaciar. Tiene un ambiente semejante a la épocamoderna en la medida en que se observa tanta variedad de fauna,incluyendodinosauriosdediferentestamaños,queluegoseconvertiránencarbónypetróleo.

—Así los niños solo terminarían llegando adonde estamos ahora,puestoquenuestrosancestrostambiénsobrevivieronalmismoperiododelosdinosaurios…

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—No,nadaquever,porquemishijosestándotadosdeconocimientoytecnología, ausentes en la época antigua. Además, con los aportessistemáticosqueustedlesofrezcaatravésdelentrenamiento,tendránunaformacióncompletamentedistinta.

—¿Quéleshaenseñadosobrelamodernidaddelmundoreal?—Quéva.Nohacefaltainculcarlessemejantebarbaridad.—Pero no será posible mantenerlos en un aislamiento total para

siempre.Seescuchanbocinasdeloscochesdesdeelexterior;tambiénlospuedensorprenderlasvisitasinesperadas…

—Esunsótanoconinsonorizacióncompleta.Soloenunaocasiónmevienunapurocuandohubogoterasenlostubosempotradosenlapareddeconcreto.Elsótanoseinundabayparallamarunplomeronotuvemásremedioqueesconderalosniñosenunacajadelrincón.Sinembargo,losniños atisbaron por una rendija de la caja y observaron al plomeromientrashacíalaobra.Searmóunlío.Nosupecómoexplicarles…

—Pero deben saber algo sobre los hombres, ya que conocen a supropio padre. ¿Cómo es posible que la llegada del plomero los tomaraporsorpresa?

—Es que les había dicho que no había otros seres humanos en elmundo,salvonosotrostres.

—Oseaquelestuvoquecorregirlahistoriaenteracuandovieronalplomero.

—Yolesdije:tengancuidado,queesehombrehadeserunmonstruodisfrazadoparahacersepasarporsupadre…

—Talcomosucedeen“Caperucitaroja”.—Exacto. De ahí en adelante, ha aparecido unmonstruo tras otro…

Fíjesequeesmuyconveniente…Anteshabíasufridounterribleproblemaal no poder ofrecerles comida procesada, pero ahora que ya existenmonstruos en el mundo, puede llegar cualquiera disfrazado paraproveerlosdesalchichasofideos…

Lamujersueltalaspiernasyconunasonrisacolocalasmanosjuntasencimade las rodillas.Una figuramuy femeninasin la rigidezanterior;las curvas ondulantes y profundas desde el cuello hasta los hombrospareceninfundirleconfianzaensímisma.

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—Vamos,entonces,avercómoseencuentranlosniños…Nosololesharáfaltaeducación,sinounpocodeentretenimientoconjuegospueriles.

—Apropósito,¿cómovealagentequepasaaquíabajo?¿Todavíaleparecensereshumanos?

—No, ya los veo como monstruos… no, son yacimientospetrolíferos…Yestamosenmediodelasmatasdehelechos,enunbosquesalvajedelperiodocarbónico…

Los dos se levantan al mismo tiempo, como si hubiera un previoacuerdo,yelhombrepagalacuenta.Enelascensorlamujercomparasushombrosconlosdelhombre,quellegancasialamismaaltura,yalzalosojos para mirarlo con una sonrisa tenue. En lugar de devolverle lasonrisa,elhombrecierralosojosconfuerzaysujetaelbrazodelamujerpor encima del vestido. Ambos salen al ambiente de hollín. En susespaldassevengrabadasarrugasdeformaidéntica,comosisetrataradeuna pareja que ha vividomuchos años en estado de dependenciamutua,apoyándoseenunsolosostén.

Albajarenlacuartaestacióndeunalíneadetrendecercanías,tomanuntaxi para viajar un par de minutos más. La ruta ordinaria se realiza enautobús,perohoysepermiteunpequeño lujo.Laresidenciadelhombreno deja de ser una casa normal, ubicada en una de esas vecindadesprefabricadas,típicasenlaspoblacionesdelasafueras,quesedividenenpartes iguales en forma rectangular. Se parece tanto a otras casas de lazonaquesolosedistingueporelcolordeltecho.Enefecto,hayalgunasque tienen techo de acero pintado de verde con conductos del mismocolor.Demomentolamujernolaencuentradiferenteaunacasacomúnycorriente,ynoleinteresasabernadamássobrelaresidenciadelhombre.

Luegosesientanfrentealamesa,caraacaradenuevo,paratomarelté.Ahoralamesatieneunaformadistinta,peroesigualdetrémula,atalgrado que la mujer tiene que insertar la cajetilla de cigarros dobladadebajodeunadelaspatas.

—¿Quéestaránhaciendolosniñosahora?—Aestashoras…—diceelhombre,ladeandolacabezaparamirarel

relojdepulsera—.Claro,estaránarreglandosusinstrumentosdecaza.

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Lamujersueltaunarisasusurrante,apoyándoseconmáspesosobreelrespaldo de la silla, y levanta un brazo para alisarse el cabello con lamano.Luegoempiezaahablarconungestodesorpresaantelovacíodelespacio:

—Yaveoqueustedsíllevaunavidadesoltero.El hombre le sostiene la mirada con ojos escrutadores y trata de

ocultarlelasorpresaconunacalidezacariciadora.—Losniñosnuncafallanen lacaza.Mire, ledigounacosacon toda

sinceridad: ya no quiero volver a llenar la solicitud de la agenciamatrimonial.

—¿Quétangrandeeslapresadehoy?—Losdinosauriossiempresongrandes.—¿Nohaytemordequeaparezcandinosauriosdisfrazados?—Yaleshehabladodeusted.—Procurarésercomprensiva.Al decirlo, la mujer levanta la taza de té a la altura de los ojos en

simulacrodebrindiscomosiagarraraunajarradecerveza,yelhombrele responde con elmismo gesto; sin embargo, se nota un desequilibrioambiguo en sus comportamientos, quizá porque los dos son conscientesdequeyaestándemasiadomadurosparaponerseeufóricosdeesamanera.

—Leadviertoquemishijossonbastanteinestablesemocionalmente…—Meimagino—dice lamujerconafán,enun tonodeexcusa—.He

venidoporcuriosidad,peronomequedarémuchotiempo…Desdeluego,vamosporetapas, sinprisa…Sémuybienquehace faltapacienciaparacomprenderalosniños…

—Nosepreocupe.Yolesvoyapreguntardirectamente,porquequizálaquieranconocerdeunavez.Asílospodráverhoymismo.

—Claro,cómono.—Lamujersesonrojacon losojoshumedecidos—.Vayaypregunteentonces.Lesprepararécomidasitienenhambre.

—Creoquetodavíaestempranoparacenar.—Bueno,pregúntelesquénecesitan.Lamujersesonrojaaúnmás,peroelhombrenosedacuentaydice

sorbiendoconruidoelté:—Sí,voyahoramismo…encuantotermineesteté…

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Ylosdospermanecenabstraídosenel técomosifuerandospájarosquepicoteangranos.

Elhombreselevantaderepente,enjugándoselabocaconeldorsodelamano.Lamujertambiénseponeenpieconelrostrotanluminosoquecasienceguece.Elhombreseadelantaylamujerlosigue.

—Aquíeslacocina.—Sí,loveo.—Enfrenteestáelbaño.Cuandoelhombreabrelapuerta,seveelcuartodebañocontodala

superficiecubiertadeazulejos;elhombreentrasintitubearylamujersesienteforzadaahacerlomismo.

Lamujersedetieneasustada.Contodarazón:alabañerarectangularle falta el pisode azulejosyde ahí sebajahacia el fondomedianteunaescaleraempinadayestrecha,armadaconmaderaásperaporunasmanosinexpertas.

Lamujersonríeparadisimularlaturbacióninteriorenesperadeunareacción natural del hombre. Sin embargo, él no se muestra sonriente.Bueno,el efectodeunabromaseriaaumentacuando laemitenconcaraseria…

—Prendalaluzycierrelapuerta,porfavor.La mujer obedece; al momento siente una presión asfixiante en los

oídos; no, no es la presión, sino el silencio.Cae en la cuenta de que elmarcodelapuertaestáforradodefieltrogruesoyquelaclaraboyaparaechar el vapor también está cubierta por algún material parecido alalquitrán,ynohayniunresquiciosiquiera.

—Aquíabajoquedaelcuartodelosniños.Silamujernohuyeespantadaenesemismoinstante,habrádeserpor

laextrañaentonaciónconqueelhombredice:“Elcuartodelosniños”…ese tono un tanto misterioso, divertido, despreocupado y casijactancioso…A lomejor no hay nada que temer…En cualquier hogarpuedehaberescondidouncuartosecretopara losniños.Quizáellaes laúnicaquenosabequeesaeslaformaoriginaldelcuartodelosniños…

Lamujer baja primero hasta lamitad de la escalera, y el hombre leextiendelamanocontaldeterminaciónqueellanovacilaniuninstante.

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—Adelante,cuidadoconlacabeza.Alpiedelaescalerahayotrapuertaforradaporcompletodefieltro,

tan voluminoso como un abrigo de piel, con una tranca gigantesca quesirve también de agarradero. Después de quitarla, el hombre empuja lapuerta.

Loprimeroque irrumpeen losojosde lamujeres laondadecolorverdeoscuro…unobjetotemblorosoconrayasverdeoscuroyclaro.Yseoyeelsonidogravecomoeldeunposteeléctricocuandoesarrastradoenlaplaya.

—Eslajungladelperiodocarbónico—diceelhombreconjactancia.¿Elsonidovendrádelosdinosauriosqueandanreptando?—Parecemuyamplio.—Es tan solo un laberinto creado por el efecto de pantallas

semitransparentes,combinadasconlaluznegra.Noesqueseaampliodeverdad.

—Yaveoquesonbosquecillosdehelechosauténticos.—Másalláhayunpantano.¿Alcanzaaverlosreflejosenelagua?—Sesienteunbochornoaquí…—Heinvertidolamayorpartedemisingresosenestecuarto…Venga,

vamosaexplorarunpoco.Derepenteseoyeelrugidoferozdealgúnanimalsalvaje.—¿Quéserá?—Argosauro,unaespeciededinosauriocarnívoro.—Pero…¿cómo?…—Es una grabadora. Bueno, quién sabe cómo gruñirían los

dinosauriosenrealidad.Entrelosreptiles,sehaconservadohastahoydíaunaespecieconocidacomo lagartijacantante,queemitesonidosneutrosen lugar de esos rugidos bestiales; creo que se asemejamás bien a lasranas.Peroloqueimportanoeselhecho,sinoelefectodidáctico.Seaenel cine o en la televisión, los monstruos gruñen con mayor volumencuantomásgrandeseasutamaño.Lavozdeahoratambiénlagrabédeunanimédetelevisión…Cuidado,queahínohaypaso.Esecaminitoesunailusiónproyectadaenlapared…Vengaporacá…

—¿Ylosniños?

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—Prontoapareceránparahacerletravesuras.Yasehanacostumbradoasorprenderalosseresdesconocidos.

—Bueno…Justoenelmomentoenquelamujercabeceatragándoselasaliva,se

mueven los helechos verrugosos que le tapan la vista por el hombroizquierdo, y el cielo gris azulado se ve despejado en diagonal sobre sucabeza;ahívanflotando,poralgúntrucodesconocido,losdosniños,quelaoteanconcuriosidad.

Uno de ellos—quizá el mayor— apunta a la mujer con una flechapuesta en el arco. Al lado queda el otro, que le extiende a su hermanoflechasderepuestoconunarodillaalzada,masticandounchicle.Losdossondetezblanca…mejordicho,depielsincolor,semitransparente…conlas cabezas que parecen arrugadas debido al escaso cabello, hecho conestopadealgodón.

Antes de que el hombre, turbado, alcance a gritar palabrasininteligibles, el niño dispara la primera flecha, que vuela rozando elcuellodelamujerconlaresonanciaagudadeunlátigo.Lamujer,quelahaesquivadopor instinto,percibeel impacto inmisericordede la fuerzadestructora,casiinimaginableparaunarcotanmenudo,cuandolaflecharebotacontralapareddeconcretosimulado.

Lamujer huye de prisa entre los pliegues de rayas verdes sin hacercasoalhombre,quegritadesesperadoasuespalda:

—¿Quépasa,niños?¿Quéestánhaciendo?—Esunmonstruo.—No,niños,essumadre,quevinoaenseñarlesmatemática.—Noescierto.Esunmonstruo.Lamujercierralapuerta,plegándolacomosifueraunabrigodepiel,

ysubelaescaleravelozmenteparasalirsearastrasdelabañera;sientequese le rasga la ropa interiormientras se dispara a ciegas en busca de lasalidaalacalle.Cuandoestáafuera,dejadesentirlaurgenciadecorrer;ya no hay temor de que la persigan los niños semitransparentes con elarco y la flecha en sus manos. Desde el comienzo, no fue ni miedo niterroranteelpeligroloquelahizocorrer.Caminaderechoalaestaciónsinfijarsesiquieraenlastrescabinastelefónicasquehayeneltrayecto.

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Eltrendecercanías,enelcuallamujerviajaderegresoacasa,sigueavanzando hacia el centro de la ciudad, hundido bajo la capa de hollínacumulado.Apesardequehayasientosvacíos,permanecedepiecon lamanoenunaargolla,abstraídaenelpaisajequeserenuevacadasegundocomo si fueran periódicos que salen unos tras otros de la rotativa. Supropiorostroreflejadoenelvidriosesobreponealflujodelpaisaje.Esacara asustadiza con los labios apretados hace un movimiento nerviosocuandoeledificiodelaescuelaprimariacruzaaaltavelocidaddelantedesus ojos. Ve en ese instante que hay niños dispersos, pocos por serdomingoodíaferiado,queseentretienen,cadaquienasumanera,enlosrincones de la cancha. Luego la mujer alza los ojos; observa conindiferencia y pereza el cielo gris que ha perdido altura. Su corazón harecobradoelritmonormal.Aprietamásloslabios;esloúnicoquepuedehacer por ahora. Mañana será un día como cualquiera, al menos tanordinariocomohoy,contaldequenoabralaboca;auncuandoestecieloseaunpaisajefalso,pintadoporalguien,asícomosucedeenesecuartodelosniños…

(1968)

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KOBOABE nació en Tokio en 1924 y falleció en la misma ciudad en1993. Heredero de Junichiro Tanizaki, Ryunosuke Akutagawa y OsamuDazai,esunodelosautoresclásicosdelaliteraturajaponesadelsigloXX.CursóMedicinaen laantiguaUniversidadImperialdeTokioperonuncallegó a ejercer la profesión. En su juventud acogió los postulados delmarxismo y militó en el Partido Comunista Japonés, del cual fueexpulsado por sus diferencias respecto de la libertad de creación y losderechos humanos en el entorno soviético. Es autor de las novelas Lamujer de la arena (1962),El rostro ajeno (1964) —ambas premiadas yllevadasalcine—eIdénticoalserhumano(1967),ademásdenumerososrelatos.