‘1117» .--- - la victoria hillsborough de espa-Á 2 qp...

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.vt D e3lio&I* ‘1117» SIeffie1d. 15. (Por teléfono.) ¡Menudo susto nos han ofrecido los jugadores de España antes de vencer a la selección helvética por ese tanteo mínimo en jorna da que se anunciaba como de re- paración y desagravio! Se sumaron 1o dos puntos, pa- ro no hemos quedado sin juego y easi más descorazonados que antes, totalmente rota otra de las lanzas ei la que esperábamos traspasar el muro del pronóstico desfavorable para la calificación de los cuartos de final. Ahora re. iulta que eliminados los defectos L4cticos, más valentón el conjun to, acm mejores hombres en la formación. con lateral izquierda, ya que en Hillsborough no hubo más lesiones que la de Pirri, con un Amancio que, sin hacer gra1- des cosas, su-pera de lago al ex- tenor Ufarte, se vienen a hacer ostensibles en evidente confirma- alón del anterior choque con los platenses, la inoperancia de los italianos, aunque Suárez. quede a cien codos por encima de Pci- y éste a otros tantos sobre el hambrón de pelota Luis del Sol, un lastre para el resto de sts compañeros. Un defensa i jugada nbsolu tatnente individual y el exterior, que hoy debutaba. en colabora cióti con el otro, el capitán del equipo, han tenido que marcar los dos goles del empate y la victoria cuando ya no nos - que- daba aliento y sólo conservába esos la esperanza de esas accio nes de genio inexistentes las de creación de juego qte acalan ievitablemente gol. PORQUE LOS SUIZOS, AFE&.. Después de la salida ls’c*nete dora de España, mur nvioso los dos conjuntos, corresporádió a nuestros adversarios alpinos, tan inocestes COtflO -ante los alama nes, serenar sns acciones de e traofensiva y ofrecer a lo cua renta mil espectadores. casos. que semnilienaban parte de a de las trilunas, y abarrotaban las otras das. y las localidades de pie, el escaso fútbol de cotijun to que se podia aplaudir. Que se hacía aplaudir por un público volcado hacia los que se consi deraba más débiles, «nazá refor zado am sus znan!festaciotes de júbilo. por los millares de ate manes que lovaden tevrenos y ciudades. a -la espera de un triun. fo final de su selaccin. Imprecisión co el pase. rega tes excesivos, Mita de apoyo al compañero en el bando español, más sncil1ez y menores precio- sismos, pero, una mayor efecti vidad en su tarea artes-ana, por parte de los adversarios, condu jeron inexorablemente al gol que se aceptaba en Sheffield, con ale. gría y que se premiaba con es- trucado durante un minuto casi, hasta el filo de la media hora, con la consiguiente herida san- grante en tierra de aceros, para los también muchos españoles que nos hallábamos en el campo del Sheffiel-d Wednesday. Wednesday, quiere decir miér coles en toda tierra de la «Cern. monwealth» y este anuncio asen- te ea letras gigantescas frente a nuestra tribuna, justamente en donde se hallaban situades las cá,. rnaras de televisión, nos hacía re- cardar el pasado miércoles la- fausto, en el que la sombra de la derrota se hizo noche, en nuca- tras esperanzas de un buen des- en’Ipeo, en esta «World Cup 1966». Aites de ese gol del minute 29. ya se había demostrado de un mo. do paladino algo que nos resis tíamos a creer, aunque lo estu viéramos contemplando con nues tros propios ojos : la falta de fuer za en el equipo nuestro, su len- titud de acción en la jugada y ¡pásmease ustedes! su cor tedad en la carrera. su faíta de fuelle, de zancada, de nervios. tN 20C0 DFISCON0CrD0 Nunca ha brillado el navarro, Ignacio Zoco, por una punta de velocidad excesiva. Sus largas san- cadas y sobrado de coraje, que pone en todas sus intervenciones han sufrido siempre esta falta de rapidez. Pero en Hillsborough. sea por el cansancio que arras- ‘aba hace 48 horas, fuere por esa laxitud que proporciona el de- sánimo, era evidentísirno que el muchacho no estaba en condicio nes fisicas, las que se pueden e*igir a un hombre que participa en uros Campeonatos del Mundo. ¿Qiándo se hubiera visto al na varro abandonar la persecúción de m contrario que pasaba a su lado, sin seguirle sus - pasos sa- &idsmente? - - Aquí hay que señalar, para me- oI. comprensión de lo expuesto, que el partido se llevaba al tren que marcaba Luis del Sol, poseo- doe casi constante del cuero, con l movilidad que se gastaba en las salvas de la entrada al ene- migo y que le dejaba más blan do para proseguir la jugada, con la pólvora húmeda y el bulón ata- do a los pies, como si sus cern- pañeros no -fueran dignos de re- cibir la bol-a, que pudiera persni tirles a todos la acción beneficio- sa y el triunfo anhelado. Los lid véticos carecen de una movilidad excesiva y pot ello es más de no- tar el defecto, que trabajaba en beneficio de sus propias conva niencias. Afortunadamente, los laterales, Sanchus y Reija, cataban realizan- do un buen partido y su nervio, con el del peligroso Gallego, muy fallón en diversas ocasiones, ve- alan a esterilizar la mayor parte de las incursiones suizas, con la colaboración última de Iribar, si se muy seguro en el momento de atenazar el balón, por lo menos eficiente en sus entradas en juego. MEJOR QUE CONPRA ALEMANIA No comenzaron los de le cruz blanca frente a España, mejor que como lo hicieron contra los germánicos. Luego se fueron cre- dando y hay que convenir que si sus siete hombres de refresco no eran muy superiores a los re- tirados, la formación presente sé- lo Elsener, Fubrer, Bani y Hoap, éstos no demostraron ningún can- sancio físico y estuvieron entre los mejores del conjunto. Qoro, que hablan descansado un. die más que los eaño1ez. Si España tenía un hombre de más en la zaga, con cuatro de- tensores ante las tres puntas de la venguurdla enémiga, idéntica circunstancia se producía en el otro lado del campo, en donde Fuhrer, Brodman, Leinigrubar y Stierle, aguardaban a Gento, Pat- i’ó y Amnancio, a los que se incor poraba cot frecuencia algún otro compañero que iba siempre es- coitado, naturalmente, por su co- rresponciiente adversario. Dicho de otra manera y para mejor comprensión, por si queda- be alguna duda. las dos formacio nos se sujetaban en aquellos mo- mantos, a ese clásico 4—3----3 que, para los entonces vencedores, pa- saba a ser 442 en las ocasio nes del premioso contrataque es- RICTIF!-CACION NOTABLE Unos hilitos de esperanza pro. porcionaban la manifiesta Inocen cia de los suizos, y el aprovecha- miento de los dos laterales pro- pios, muy dedos a profundizar en terreno enemigo y aceptablemen be cubiertos - - en sus incursiones, por los acertados relevos de los medios que se quedaran para cualquier eentue1idad ingrata en ‘7,’ pr*teceión de los restantes deten- sore-s. Severino R’eija, doblaba a Gen- to con frecuencia; Manuel San- chis, hacia lo propio con Aman- dio y esas coyunturas favorables podian dar fruto, por la insisten- cia con que se buscaban cualquier jugada de fortuna, en una galopa da con remate de los Peiró, Pirri o Suárez, más amenazante el pri mero, superiormente dotado para el paso que diera lugar al dispa ro, el interista gallego. Acabó el primer tiempo, sin ernbaxgo, con aquel ingrato 1—O, qe dejaba a la inspiración de los tres cuartos de hora del segundo tiempo, la enmienda absoluta con rornncia, desde Juego, a la go- leada conveniente para una re- mota posibilidad de utilizamiento del gol «average», al término de los tres partidos, en factible igua lada con Alemania o Argentina, o con ambas el mismo tiempo. PwRI AL ATAQUE )io quedaba otro recurso que lanzar lelia al fuego del ataque del eúbuentro. ASÍ se hizo desde los prime-ros instantes m.s ade lantado Pirri que en el tiempo anterior. El peligro de un nuevo tañto de los adversarios, quedaba debilitado por su decisión de se- guir al nuevo atacante, restando con ello un nuevo delantero para su bando. Olaro que esa mayor densidad en el área suiza. podría servIr para cerrar vías de penetración, a menos que se produjera el chis- pase de genio, frotado el poder. nal de ésta, para que prendiera en la yesca del abnegado triunfo. EMPATE Y VICTORIA El sobrado coraje de los mu- chachos españoles, pudo estirilizar un par de oportunidades, que bu- bieran podido aprovechar los ad versarios si su condición de mo centes se hubiera perdido en la vida fácil y comodona, con que se les tentaba en ocasiones. Antes de que se cumpliera el enarto de hora de esta parte se- gunda, recogió Sanchís un balón apenas traspasada la línea del centro del terreno. Su decisión y rapidez, corrieron parejas con una cierta indecisión de los enemigos que le fueron saliendo al paso y una última galopada entre dos za- guaros, que pretendían oponerse al disparo, acaisó con su tesonera decisión, favorecida con un re- bote, y culminada con el tiro a la red. Elsener se vio impotente para atajar el gol y el empate subió al mai-cador luminoso, po- ces instantes más tarde y debió ser conocido simultáneamente en muchos mi-llenes de hogares, y en los tres campos de juego ros- tanta, en los que se peleaban ma- giares y cariocas, chilenos y co- reanos, uruguayos y franceses. Un contratiempo iba a produ cirse pocos minutos después. Ne había pasado un par de ellos, galveniza-do el equipo por la po- sibilidad de enmienda, cuando chocaron Leinigruber y Pirri cer ca del área helvética. Tardó en incorporarse el madrileño y, cuan- do lo hizo, se manifestó muy mermado de facultades, lo que no ocluyó su pundonorosa manera de comportarse, yendo a la búsque da de balones que cruzaban más cerca de otros compañero-a de se. lección y de ambiciones. Un off-eide del taimo Pirrt, con disparo posterior de Gente, igualmente en fuera de juego, dio ccc el balón en las mallas, pero no fue tomado en consideración por el árbitro ruso, que ya había señalado la taita primera. En el mismo minuto de la se- gunda parte, el 29, después de anteriores ocasiones malogradas, llegó el tanto que acababa de en- mandar el triunfo de los suizos, que se había iniciado justamen te una hora antes. Otra galopada, esta vez a cargo de Gente, que fue lanzado por Zoco, dio lugar al más bello gol de la tarde: no sólo por la acción del exterior. sino por la precisión de su con- tro a media altura y por el ca- bezazo en plancha del otro ex- tremo, Arnancio, que cazó el ha- lón al vuelo y lo impulsé çqn enorme fuerza iejo del alánce de Elsener. Era la seguridad cii e! trhmfo, que ya permite pasar revista co. tao se hacen en las películas de cortada acción para recordar en sus anteriores, los momentos es- telares de un encuentro sin otras estrellas que los dos laterales que - empujaron al equipo, y los doe extremos, que plasmaron el se- gundo gol victorioso. EL ELULDIDE RANCIO Poco antes de las siete y medta de la tarde, hora señalada para los cuatro encuentros de la jor. nada, después de que la banda vistosa ofreciera pasacalles y mar- chas bajo la visera de la tribuna máxima en Sheffield, y para pro. tegerSe de la lluvia que venía ca. yendo sobre este Bilbao de los Midlanda, desde una hora y me- din entes, dio comienzo el nuevo período de otros seis cuartos de hora, que Iban a jugarse en ma mismas condiciones climatoIógi. cas, bajo un calabobos menudo, manso y persistente. Formé España, con Iribar; San- chis, Gallego, Zoco, Reija; Pirri, Suárez, Del 601; Amanojo, Peiv y Gento. Presentó Suiza, lo tambiSa anunciado, con Elsener; Fuhre Brodman, Leizogruber, Stierl Armbruster, Kuhn y Beni; 0 Hosp y Quentin, dado - ariete a salir desde atrás en apa’ - yo de sus compañeros. Dirigía el partido el colegiado soviético Bzakhamov, auxiliado en las bandas por Zsolt y Plil hipe, a los que ya habíamos vi to arbitrar en anteriores ocasI nes, relegados ahora a más n4. destas funciones, pero servtdsl con la misma eficacia. Cuarenta mil espectadores eeca sos, aplaudieron las jugadas m notables, a saber : Gento y Su$ rez, en la izquierda, con centd final del gallego desde la esqu&n e intento de palomita cabecead ra de Pirri, que entraba desde t ios, fue la primera jugada que sO aplaudió en la tarde. Once minutos después, al cua te de hora justo, una incursión de Sancliís, con doble disparo qu inutiliza Elsener, pudo haberse convertido en el primer gol. Bordeando la media hora, esc. pa Gottardi, centra y remata * placer Quentin, que nos amar la tranquilidad con su gol. Pirri y Gento, a un minuto d final de este tiempo, pierden un ocasión que les impide un z guero, que lanza el balón a COIht ner. SEG’UNDA PARTE En ésta, se observa la 1fle1U51d d.c Piar!, en la vanguardia. Hosp, con un dalparo ligera, (continúa en la página II q .-. , °• 1 .--- - - 1 A 7t4 EN HILLSBOROUGH J1 ..!- r 2 E; U, QP:/ 1 Mejoró la seccción en su dIspo-sitivo tácflco- a---rccó el cansaco se ugó Imprecisamente y con demasa-d-os nervios1 y resu]tó afortunad.a la pres»enc-a de os nuevos Sanchís logró el empate en jugada tan IndHvidua como corajuda y fue el mejo-r liombre sobre - el terreno de Sheftleld :: —Qu ntin inició la cuenta nquetante y A-rnan do alcanzó el- triunfo con su gol, a 16 minu tos del tinai - : ( De iwestro envído especial Ltis LAINZ) LA VICTORIA DE ESPA-Á PERMITE LA ESPERANZA S Ehiw el mflagro. Una jugada indtvduaZ de San- chis lo inició y una galopada de Gento, seguida de un fulminante remate de cabeza de 4mañcio, la cristalizó en victoria española. Jugadas, ambas, de recia u noble raigambre española. Decidida reacción a un estado de cosas que no nos va y qué tuvieron la virtud de endere2ar un camino que se iba por Za pendiente del fracaso. Nos alegramos dci triunfo que permite qi la esperanza no muera, que hace -posible que ¡a Uisión sobreviva, que permite esperar, que es tanto como una amplia Zicencia para vivir; Lo demds casi, carece de importancia. Como carece de importancia el cómo y el cuándo. Los valores absolutos. le ganan la pelea a las cuestiones de detalle y la victoria es vaTsr aliso- luto. Como lo son los puntos. Y -Espa1a cuEnta con dos putos. Los que le permiten esperar. Y ya es mucho. No es precisamente que hayan camb4ado las co- - sas, por cuanto todos estábamos convencidos de -que nuestros jugadores eran superiores a los suizos y que debian ganarles. La única cosa que ha cambia- - - do es el tiempo del verbo y ahora podemos decir que los hemos ganado. Y esto tiene una importancia enorme, no tan sólo en ¡a clasifiçación sino en algo que pesa tanto como Za clasificación: la moral d los jugadores. Ayer nosotros, nuestros jugadores, es- taban bajo el peso de una derrota. Hoy viven la eufo rfa de haber ganado y, con- esta- euforia, va a serles mucho más fácil la vida. y. Za espera en el curso de los dias que les separan de Za pruéba definitiva: el choqüe con Alemania. Posiblemente los que fían sólo de factores de or den material crean que estamos , intentando crear confusionismo pero nosotros, que hemos creido siem— pre y seguimos creyendo en Za alta importancia de tos valores morales, entendemos que se ha dado con fortuna un virale dijicil, que los acontecimientos ha— blan hecho más diflcil todavía. St el triúnfo de Es- paña ante sus contrincantes habiese llegado por los caminos trillados de un bien jugar, es posible que tuviésemos menor confianza en su valia y en su tras- cendencia, pero el echo de que el éxito hispano ile- - gara siguiendo el cauce de la inspiración, del nervio, de la clásica acómetit’idad española, nos obliga a darle una importancia espiritual que.pÓsb -- lenvente no podriamos dárseZa si nos fiáramos - iZnic4inente de los valores materiales. - Bien se nos alcanza que el porvenir es difiçiZ,. y nada nos induce a disimular esta evidencia, pero, sinceramente, nos sentimos más inclinados al opti mismo, un optimismo relativo y condicionado, desde luego, a causa de haber llegado la victoria por los - caminos de la inspiración, de lo que nos sentiriamos si hubiese sido simplemente fruto del normal des- enlace de jugadas que encontraron su objetivo en valores más fácilmente sujetos a una medida y a una valoración. Nuestros hombres encontraron el ca- mino en el que siempre hemos confiado, el que en- cuentra su punto de partida en las virtudes raciales, ya que, si se puede usar de la técnica y de los esque mas tácticos, nunca pueden aquellas ser sacrifica das a éstas. y, j seguimos esperando, es por Za sencilla y nica razón de que lo esperamos todo de las virtu des que están en nostros mismos, no de Zas cuaU dades que -podamos llegar a adquirir. Situándonos en el orden general, hemos de reco nocer asimismo que, para el mundo dei fútbol, tiene mayor importancia la derrota del Brasil ante los húngaros que Za victoria de España ante los suizos. Esta estaba, hasta cierto punto, prevista, pero aqué ha entraba dentro de lo inesperado, por lo menos - por los que todavia creen -que en el /iUboZse pueden mantener teorías, brillantes sin duda alguna y aun alegres, pero que, en el fondo carecen de jundamen to Los que eSim4fl que el trabago de equipo debe ceder szempre la rimacia a los valores Individuales hoy haDrdn de *ecOnocer su error Lo físico, lo tdc idco -y- -lo tdc tico, ineluyendo lo estratégico en lo t4c- tico, aun a sabiendas de que no es lo mismo, son valores que tienen su peso, pero que, hasta ahora, - no flan podido demostrar dónde se encuentra Za auténtica- primacía. El Brasil apoya -su juega -obre la técnica por encima de todo, y Hungría se siente mayormente integrada en Za bondad de los esque mas de conjunto. La derrota ha sido una sorpresa, pero -también puede haber sido, ha sido una gran lección. de modestia y de comprensión. - - Quizá valga la pena de añadir a estas conside raciones las - que tios brinda - el encuentro entre los franceses y ¡os uruguayos. También aquí había unu clara antinomia eiztre-. la habüidad personal, el do- minio de Za pelota, la genialidad y el arte, y los va- lores que -encierra el ,conocimlento. entendiendo por tales el dominio -de los sistemas tdcucos y Za posi ción de los ho,nbres éobre el terreno. El resultado fue que los franceses salieron por delante en el marca- dor y que los uruguayos, si flegaron al triunfo, fue por la mínima diferencia y no sin apuros. Finalmente, Los coreanos COnStgu*eTOfl- empatar con los jugadores chilenos. No se esperaba este re- sultado, ya que, una vez desvanecido el misterio que rodeabii a los asldtlcos, se creía que éstos iban a ser presa fácil para todos. Y no ha sido así y teat.a doe estamos de escribir que afortunadamente. AZguias cosas se han aclarado, como preveíamos, pero rneis de qs que podían haberse aclarado. José L LASPLAZAS Estt .., al gol de Sufra Momento descorazonador para España, da do el escaso rendImiento que nuesiro equapo estaba dando Lo marcó Quentin, al que vemos en el presente gráfico Pero el conjuntoespañol reaccionó rnuj bien en la segunda par . te y salió triunfante por 2 a 1. (Telefoto Cifra) - 1 :

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.vt D e3lio&I*

‘1117»

SIeffie1d. 15. (Por teléfono.)

¡Menudo susto nos han ofrecidolos jugadores de España antes devencer a la selección helvéticapor ese tanteo mínimo en jornada que se anunciaba como de re-paración y desagravio!

Se sumaron 1o dos puntos, pa-ro no hemos quedado sin juegoy easi más descorazonados queantes, totalmente rota otra de laslanzas ei la que esperábamostraspasar el muro del pronósticodesfavorable para la calificaciónde los cuartos de final. Ahora re.iulta que eliminados los defectosL4cticos, más valentón el conjunto, acm mejores hombres en laformación. con lateral izquierda,ya que en Hillsborough no hubomás lesiones que la de Pirri, conun Amancio que, sin hacer gra1-des cosas, su-pera de lago al ex-tenor Ufarte, se vienen a hacerostensibles en evidente confirma-alón del anterior choque con losplatenses, la inoperancia de lositalianos, aunque Suárez. quedea cien codos por encima de Pci-ró y éste a otros tantos sobre elhambrón de pelota Luis del Sol,un lastre para el resto de stscompañeros.

Un defensa i jugada nbsolutatnente individual y el exterior,que hoy debutaba. en colaboracióti con el otro, el capitán delequipo, han tenido que marcarlos dos goles del empate y lavictoria cuando ya no nos - que-daba aliento y sólo conservábaesos la esperanza de esas acciones de genio inexistentes las decreación de juego qte acalanievitablemente gol.

PORQUE LOS SUIZOS, AFE&..Después de la salida ls’c*nete

dora de España, mur nviosolos dos conjuntos, corresporádió anuestros adversarios alpinos, taninocestes COtflO -ante los alamanes, serenar sns acciones de etraofensiva y ofrecer a lo cuarenta mil espectadores. casos.que semnilienaban parte de ade las trilunas, y abarrotabanlas otras das. y las localidades depie, el escaso fútbol de cotijunto que se podia aplaudir. Que sehacía aplaudir por un públicovolcado hacia los que se consideraba más débiles, «nazá reforzado am sus znan!festaciotes dejúbilo. por los millares de atemanes que lovaden tevrenos yciudades. a -la espera de un triun.fo final de su selaccin.

Imprecisión co el pase. rega

tes excesivos, Mita de apoyo alcompañero en el bando español,más sncil1ez y menores precio-sismos, pero, una mayor efectividad en su tarea artes-ana, porparte de los adversarios, condujeron inexorablemente al gol quese aceptaba en Sheffield, con ale.gría y que se premiaba con es-trucado durante un minuto casi,hasta el filo de la media hora,con la consiguiente herida san-grante en tierra de aceros, paralos también muchos españoles quenos hallábamos en el campo delSheffiel-d Wednesday.

Wednesday, quiere decir miércoles en toda tierra de la «Cern.monwealth» y este anuncio asen-te ea letras gigantescas frente anuestra tribuna, justamente endonde se hallaban situades las cá,.rnaras de televisión, nos hacía re-cardar el pasado miércoles la-fausto, en el que la sombra de laderrota se hizo noche, en nuca-tras esperanzas de un buen des-en’Ipeo, en esta «World Cup 1966».

Aites de ese gol del minute 29.ya se había demostrado de un mo.do paladino algo que nos resistíamos a creer, aunque lo estuviéramos contemplando con nuestros propios ojos : la falta de fuerza en el equipo nuestro, su len-titud de acción en la jugada y— ¡pásmease ustedes! — su cortedad en la carrera. su faíta defuelle, de zancada, de nervios.

tN 20C0 DFISCON0CrD0Nunca ha brillado el navarro,

Ignacio Zoco, por una punta develocidad excesiva. Sus largas san-cadas y sobrado de coraje, quepone en todas sus intervencioneshan sufrido siempre esta falta derapidez. Pero en Hillsborough.sea por el cansancio que arras-‘aba hace 48 horas, fuere poresa laxitud que proporciona el de-sánimo, era evidentísirno que elmuchacho no estaba en condiciones fisicas, las que se puedene*igir a un hombre que participaen uros Campeonatos del Mundo.¿Qiándo se hubiera visto al navarro abandonar la persecúciónde m contrario que pasaba a sulado, sin seguirle sus - pasos sa-&idsmente? -

- Aquí hay que señalar, para me-oI. comprensión de lo expuesto,que el partido se llevaba al trenque marcaba Luis del Sol, poseo-doe casi constante del cuero, conl movilidad que se gastaba enlas salvas de la entrada al ene-migo y que le dejaba más blan

do para proseguir la jugada, conla pólvora húmeda y el bulón ata-do a los pies, como si sus cern-pañeros no -fueran dignos de re-cibir la bol-a, que pudiera persnitirles a todos la acción beneficio-sa y el triunfo anhelado. Los lidvéticos carecen de una movilidadexcesiva y pot ello es más de no-tar el defecto, que trabajaba enbeneficio de sus propias convaniencias.

Afortunadamente, los laterales,Sanchus y Reija, cataban realizan-do un buen partido y su nervio,con el del peligroso Gallego, muyfallón en diversas ocasiones, ve-alan a esterilizar la mayor partede las incursiones suizas, con lacolaboración última de Iribar, sise muy seguro en el momento deatenazar el balón, por lo menoseficiente en sus entradas en juego.

MEJOR QUE CONPRAALEMANIA

No comenzaron los de le cruzblanca frente a España, mejorque como lo hicieron contra losgermánicos. Luego se fueron cre-dando y hay que convenir quesi sus siete hombres de refrescono eran muy superiores a los re-tirados, la formación presente sé-lo Elsener, Fubrer, Bani y Hoap,éstos no demostraron ningún can-sancio físico y estuvieron entrelos mejores del conjunto. Qoro,que hablan descansado un. diemás que los eaño1ez.

Si España tenía un hombre demás en la zaga, con cuatro de-tensores ante las tres puntas dela venguurdla enémiga, idénticacircunstancia se producía en elotro lado del campo, en dondeFuhrer, Brodman, Leinigrubar yStierle, aguardaban a Gento, Pat-i’ó y Amnancio, a los que se incorporaba cot frecuencia algún otrocompañero que iba siempre es-coitado, naturalmente, por su co-rresponciiente adversario.

Dicho de otra manera y paramejor comprensión, por si queda-be alguna duda. las dos formacionos se sujetaban en aquellos mo-mantos, a ese clásico 4—3----3 que,para los entonces vencedores, pa-saba a ser 442 en las ocasiones del premioso contrataque es-

RICTIF!-CACION NOTABLEUnos hilitos de esperanza pro.

porcionaban la manifiesta Inocencia de los suizos, y el aprovecha-miento de los dos laterales pro-pios, muy dedos a profundizar enterreno enemigo y aceptablemenbe cubiertos - - en sus incursiones,por los acertados relevos de losmedios que se quedaran paracualquier eentue1idad ingrata en

‘7,’

pr*teceión de los restantes deten-sore-s.

Severino R’eija, doblaba a Gen-to con frecuencia; Manuel San-chis, hacia lo propio con Aman-dio y esas coyunturas favorablespodian dar fruto, por la insisten-cia con que se buscaban cualquierjugada de fortuna, en una galopada con remate de los Peiró, Pirrio Suárez, más amenazante el primero, superiormente dotado parael paso que diera lugar al disparo, el interista gallego.

Acabó el primer tiempo, sinernbaxgo, con aquel ingrato 1—O,qe dejaba a la inspiración de lostres cuartos de hora del segundotiempo, la enmienda absoluta conrornncia, desde Juego, a la go-leada conveniente para una re-mota posibilidad de utilizamientodel gol «average», al término delos tres partidos, en factible igualada con Alemania o Argentina, ocon ambas el mismo tiempo.

PwRI AL ATAQUE

)io quedaba otro recurso quelanzar lelia al fuego del ataquedel eúbuentro. ASÍ se hizo desdelos prime-ros instantes m.s adelantado Pirri que en el tiempoanterior. El peligro de un nuevotañto de los adversarios, quedabadebilitado por su decisión de se-guir al nuevo atacante, restandocon ello un nuevo delantero parasu bando.

Olaro que esa mayor densidaden el área suiza. podría servIrpara cerrar vías de penetración,a menos que se produjera el chis-pase de genio, frotado el poder.nal de ésta, para que prendieraen la yesca del abnegado triunfo.

EMPATE Y VICTORIAEl sobrado coraje de los mu-

chachos españoles, pudo estirilizarun par de oportunidades, que bu-bieran podido aprovechar los adversarios si su condición de mocentes se hubiera perdido en lavida fácil y comodona, con quese les tentaba en ocasiones.

Antes de que se cumpliera elenarto de hora de esta parte se-gunda, recogió Sanchís un balónapenas traspasada la línea delcentro del terreno. Su decisión yrapidez, corrieron parejas con unacierta indecisión de los enemigosque le fueron saliendo al paso yuna última galopada entre dos za-guaros, que pretendían oponerseal disparo, acaisó con su tesoneradecisión, favorecida con un re-bote, y culminada con el tiro ala red. Elsener se vio impotentepara atajar el gol y el empatesubió al mai-cador luminoso, po-ces instantes más tarde y debióser conocido simultáneamente enmuchos mi-llenes de hogares, y en

los tres campos de juego ros-tanta, en los que se peleaban ma-giares y cariocas, chilenos y co-reanos, uruguayos y franceses.

Un contratiempo iba a producirse pocos minutos después. Nehabía pasado un par de ellos,galveniza-do el equipo por la po-sibilidad de enmienda, cuandochocaron Leinigruber y Pirri cerca del área helvética. Tardó enincorporarse el madrileño y, cuan-do lo hizo, se manifestó muymermado de facultades, lo que noocluyó su pundonorosa manera decomportarse, yendo a la búsqueda de balones que cruzaban máscerca de otros compañero-a de se.lección y de ambiciones.Un off-eide del taimo Pirrt,

con disparo posterior de Gente,igualmente en fuera de juego, dioccc el balón en las mallas, perono fue tomado en consideraciónpor el árbitro ruso, que ya habíaseñalado la taita primera.

En el mismo minuto de la se-gunda parte, el 29, después deanteriores ocasiones malogradas,llegó el tanto que acababa de en-mandar el triunfo de los suizos,que se había iniciado justamente una hora antes. Otra galopada,esta vez a cargo de Gente, quefue lanzado por Zoco, dio lugaral más bello gol de la tarde: nosólo por la acción del exterior.sino por la precisión de su con-tro a media altura y por el ca-bezazo en plancha del otro ex-tremo, Arnancio, que cazó el ha-lón al vuelo y lo impulsé çqnenorme fuerza iejo del aláncede Elsener.

Era la seguridad cii e! trhmfo,que ya permite pasar revista co.tao se hacen en las películas decortada acción para recordar ensus anteriores, los momentos es-telares de un encuentro sin otrasestrellas que los dos laterales que -empujaron al equipo, y los doeextremos, que plasmaron el se-gundo gol victorioso.

EL ELULDIDE RANCIO

Poco antes de las siete y medtade la tarde, hora señalada paralos cuatro encuentros de la jor.nada, después de que la bandavistosa ofreciera pasacalles y mar-chas bajo la visera de la tribunamáxima en Sheffield, y para pro.tegerSe de la lluvia que venía ca.yendo sobre este Bilbao de losMidlanda, desde una hora y me-din entes, dio comienzo el nuevoperíodo de otros seis cuartos dehora, que Iban a jugarse en mamismas condiciones climatoIógi.cas, bajo un calabobos menudo,manso y persistente.

Formé España, con Iribar; San-chis, Gallego, Zoco, Reija; Pirri,Suárez, Del 601 ; Amanojo, Peivy Gento.

Presentó Suiza, lo tambiSaanunciado, con Elsener; FuhreBrodman, Leizogruber, StierlArmbruster, Kuhn y Beni; 0

Hosp y Quentin, dado -ariete a salir desde atrás en apa’ -yo de sus compañeros.

Dirigía el partido el colegiadosoviético Bzakhamov, auxiliadoen las bandas por Zsolt y Plilhipe, a los que ya habíamos vito arbitrar en anteriores ocasInes, relegados ahora a más n4.destas funciones, pero servtdslcon la misma eficacia.

Cuarenta mil espectadores eecasos, aplaudieron las jugadas mnotables, a saber : Gento y Su$rez, en la izquierda, con centdfinal del gallego desde la esqu&ne intento de palomita cabeceadra de Pirri, que entraba desde tios, fue la primera jugada que sOaplaudió en la tarde.

Once minutos después, al cuate de hora justo, una incursiónde Sancliís, con doble disparo quinutiliza Elsener, pudo haberseconvertido en el primer gol.

Bordeando la media hora, esc.pa Gottardi, centra y remata *placer Quentin, que nos amarla tranquilidad con su gol.

Pirri y Gento, a un minuto dfinal de este tiempo, pierden unocasión que les impide un zguero, que lanza el balón a COIht

ner.

SEG’UNDA PARTEEn ésta, se observa la 1fle1U51d

d.c Piar!, en la vanguardia.Hosp, con un dalparo ligera,

(continúa en la página II

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Mejoró la seccción en su d Ispo-sitivo tácflco- a---rccóel cansaco se ugó Imprecisamente y con demasa-d-osnervios1 y resu]tó afortunad.a la pres»enc-a de os nuevosSanchís logró el empate en jugada tan IndHvidua comocorajuda y fue el mejo-r liombre sobre - el terreno deSheftleld :: —Qu ntin inició la cuenta nquetante y A-rnando alcanzó el- triunfo con su gol, a 16 minu tos del tinai

- : ( De iwestro envído especial Ltis LAINZ)

LA VICTORIADE ESPA-ÁPERMITE LAESPERANZAS E hiw el mflagro. Una jugada indtvduaZ de San-chis lo inició y una galopada de Gento, seguidade un fulminante remate de cabeza de 4mañcio, lacristalizó en victoria española. Jugadas, ambas, derecia u noble raigambre española. Decidida reaccióna un estado de cosas que no nos va y qué tuvieronla virtud de endere2ar un camino que se iba por Zapendiente del fracaso.

Nos alegramos dci triunfo que permite qi laesperanza no muera, que hace -posible que ¡a Uisiónsobreviva, que permite esperar, que es tanto comouna amplia Zicencia para vivir; Lo demds casi, carecede importancia. Como carece de importancia el cómoy el cuándo. Los valores absolutos. le ganan la peleaa las cuestiones de detalle y la victoria es vaTsr aliso-luto. Como lo son los puntos. Y - Espa1a cuEnta condos putos. Los que le permiten esperar. Y ya esmucho.

No es precisamente que hayan camb4ado las co- -

sas, por cuanto todos estábamos convencidos de -quenuestros jugadores eran superiores a los suizos yque debian ganarles. La única cosa que ha cambia- -

- do es el tiempo del verbo y ahora podemos decirque los hemos ganado. Y esto tiene una importanciaenorme, no tan sólo en ¡a clasifiçación sino en algoque pesa tanto como Za clasificación: la moral dlos jugadores. Ayer nosotros, nuestros jugadores, es-taban bajo el peso de una derrota. Hoy viven la euforfa de haber ganado y, con- esta- euforia, va a serlesmucho más fácil la vida. y. Za espera en el curso delos dias que les separan de Za pruéba definitiva: elchoqüe con Alemania.

Posiblemente los que fían sólo de factores de orden material crean que estamos , intentando crearconfusionismo pero nosotros, que hemos creido siem—pre y seguimos creyendo en Za alta importancia detos valores morales, entendemos que se ha dado confortuna un virale dijicil, que los acontecimientos ha—blan hecho más diflcil todavía. St el triúnfo de Es-paña ante sus contrincantes habiese llegado por loscaminos trillados de un bien jugar, es posible quetuviésemos menor confianza en su valia y en su tras-cendencia, pero el echo de que el éxito hispano ile-

- gara siguiendo el cauce de la inspiración, del nervio,de la clásica acómetit’idad española, nos obliga adarle una importancia espiritual que.pÓsb -- lenventeno podriamos dárseZa si nos fiáramos - iZnic4inentede los valores materiales. -

Bien se nos alcanza que el porvenir es difiçiZ,. ynada nos induce a disimular esta evidencia, pero,sinceramente, nos sentimos más inclinados al optimismo, un optimismo relativo y condicionado, desdeluego, a causa de haber llegado la victoria por los

- caminos de la inspiración, de lo que nos sentiriamossi hubiese sido simplemente fruto del normal des-enlace de jugadas que encontraron su objetivo envalores más fácilmente sujetos a una medida y auna valoración. Nuestros hombres encontraron el ca-mino en el que siempre hemos confiado, el que en-cuentra su punto de partida en las virtudes raciales,ya que, si se puede usar de la técnica y de los esquemas tácticos, nunca pueden aquellas ser sacrificadas a éstas.

y, j seguimos esperando, es por Za sencilla ynica razón de que lo esperamos todo de las virtudes que están en nostros mismos, no de Zas cuaUdades que -podamos llegar a adquirir.

Situándonos en el orden general, hemos de reconocer asimismo que, para el mundo dei fútbol, tienemayor importancia la derrota del Brasil ante loshúngaros que Za victoria de España ante los suizos.Esta estaba, hasta cierto punto, prevista, pero aquéha entraba dentro de lo inesperado, por lo menos

- por los que todavia creen -que en el /iUboZ se puedenmantener teorías, brillantes sin duda alguna y aunalegres, pero que, en el fondo carecen de jundamento Los que eSim4fl que el trabago de equipo debeceder szempre la rimacia a los valores Individualeshoy haDrdn de *ecOnocer su error Lo físico, lo tdcidco -y- -lo tdc tico, ineluyendo lo estratégico en lo t4c-tico, aun a sabiendas de que no es lo mismo, sonvalores que tienen su peso, pero que, hasta ahora,

- no — flan podido demostrar dónde se encuentra Zaauténtica- primacía. El Brasil apoya -su juega -obrela técnica por encima de todo, y Hungría se sientemayormente integrada en Za bondad de los esquemas de conjunto. La derrota ha sido una sorpresa,pero -también puede haber sido, ha sido una granlección. de modestia y de comprensión. - -

Quizá valga la pena de añadir a estas consideraciones las - que tios brinda - el encuentro entre losfranceses y ¡os uruguayos. También aquí había unuclara antinomia eiztre-. la habüidad personal, el do-minio de Za pelota, la genialidad y el arte, y los va-lores que - encierra el ,conocimlento. entendiendo portales el dominio -de los sistemas tdcucos y Za posición de los ho,nbres éobre el terreno. El resultado fueque los franceses salieron por delante en el marca-dor y que los uruguayos, si flegaron al triunfo, fuepor la mínima diferencia y no sin apuros.

Finalmente, Los coreanos COnStgu*eTOfl- empatarcon los jugadores chilenos. No se esperaba este re-sultado, ya que, una vez desvanecido el misterio querodeabii a los asldtlcos, se creía que éstos iban aser presa fácil para todos. Y no ha sido así y teat.adoe estamos de escribir que afortunadamente.

AZguias cosas se han aclarado, como preveíamos,pero rneis de qs que podían haberse aclarado.

José L LASPLAZAS

Estt .., al gol de Sufra Momento descorazonador para España, da do el escaso rendImiento que nuesiro equapo estaba dando Lo marcóQuentin, al que vemos en el presente gráfico Pero el conjunto español reaccionó rnuj bien en la segunda par . te y salió triunfante por 2 a 1.

(Telefoto Cifra)

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