a quin ockham

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1 Epistemología Las posturas epistemológicas de Aquino y Ockham son radicalmente diferentes. Ambos autores tan solo comparten el realismo epistemológico (la convicción de que conocemos la realidad directamente, frente al idealismo epistemológico típico de la filosofía moderna) y la aceptación de las verdades reveladas de la Fe, dos características que de todos modos son comunes a prácticamente todos los autores medievales. Pero difieren completamente tanto en su manera de entender las relaciones entre Fe y Razón, como en el modelo de Razón que aceptan, de corte racionalista en el caso de Aquino y marcadamente empirista en el de Ockham. Aquino considera que existe un campo común entre la Fe y la Razón, al que denomina “preámbulos de la fe”, que comprende aquellas doctrinas que han sido reveladas en las Escrituras, como la existencia de Dios, la creación del mundo por parte de Dios o la inmortalidad del alma, y que según Aquino también pueden ser conocidas y demostradas racionalmente al margen de la revelación (y por tanto al margen de la religión, por lo cual se trataría de doctrinas que también podrían ser conocidas por los paganos). Estos “preámbulos de la fe” se refieren básicamente a afirmaciones metafísicas acerca de la realidad ( es decir, afirmaciones sobre el conjunto de la realidad, sobre la estructura última de esta o sobre entes, tales como Dios, de los que no podemos tener experiencia directa). Por el contrario, Ockham pretende separar radicalmente Fe y Razón, de tal modo que no exista ningún campo en común entre ambas, lo que en la práctica quiere decir negar la posibilidad de conocimiento metafísico de ningún tipo. La intención de Ockham con esta postura es defender la Fe de la influencia del pensamiento grecolatino. Según Ockham, la racionalización de la tradición propiamente cristiana, basada en las escrituras, a partir de su mezcla con el pensamiento pagano, conduciría irremediablemente al cuestionamiento de dicha tradición (como de hecho Aquino vs Ockham

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Teologia

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    Epistemologa

    Las posturas epistemolgicas de Aquino y Ockham son radicalmente diferentes. Ambos

    autores tan solo comparten el realismo epistemolgico (la conviccin de que conocemos la

    realidad directamente, frente al idealismo epistemolgico tpico de la filosofa moderna) y la

    aceptacin de las verdades reveladas de la Fe, dos caractersticas que de todos modos son

    comunes a prcticamente todos los autores medievales. Pero difieren completamente tanto

    en su manera de entender las relaciones entre Fe y Razn, como en el modelo de Razn que

    aceptan, de corte racionalista en el caso de Aquino y marcadamente empirista en el de

    Ockham.

    Aquino considera que existe un campo comn entre la Fe y la Razn, al que denomina

    prembulos de la fe, que comprende aquellas doctrinas que han sido reveladas en las

    Escrituras, como la existencia de Dios, la creacin del mundo por parte de Dios o la

    inmortalidad del alma, y que segn Aquino tambin pueden ser conocidas y demostradas

    racionalmente al margen de la revelacin (y por tanto al margen de la religin, por lo cual se

    tratara de doctrinas que tambin podran ser conocidas por los paganos). Estos prembulos

    de la fe se refieren bsicamente a afirmaciones metafsicas acerca de la realidad ( es decir,

    afirmaciones sobre el conjunto de la realidad, sobre la estructura ltima de esta o sobre entes,

    tales como Dios, de los que no podemos tener experiencia directa). Por el contrario, Ockham

    pretende separar radicalmente Fe y Razn, de tal modo que no exista ningn campo en

    comn entre ambas, lo que en la prctica quiere decir negar la posibilidad de conocimiento

    metafsico de ningn tipo. La intencin de Ockham con esta postura es defender la Fe de la

    influencia del pensamiento grecolatino. Segn Ockham, la racionalizacin de la tradicin

    propiamente cristiana, basada en las escrituras, a partir de su mezcla con el pensamiento

    pagano, conducira irremediablemente al cuestionamiento de dicha tradicin (como de hecho

    Aquino vs Ockham

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    suceder sobre todo a partir del siglo XVII). Ockham pretende salvaguardar ambas tradiciones

    mantenindolas separadas, y as defiende una teologa cristiana totalmente voluntarista

    basada en el dogma de la omnipotencia divina y sin mezcla alguna de conceptos metafsicos

    racionalistas, al tiempo que apoya un modelo de conocimiento cientfico basado en la

    experiencia y en la tradicin grecolatina, pero ajeno igualmente a la metafsica aristotlica (la

    cual Ockham rechaza al tiempo que acepta la fsica de Aristteles, como haba hecho

    tradicionalmente el pensamiento de tendencia agustiniana de la orden franciscana, a la que

    perteneca Ockham). Precisamente para eliminar la metafsica de una manera argumentada

    (es decir, no simplemente rechazndola por su no coincidencia con los contenidos de la

    Escritura) Ockham tendr que adoptar un modelo de razn que haga imposible el

    conocimiento metafsico, y que difiere enormemente del modelo aristotlico de Razn

    empleado por Aquino.

    El modelo de Razn de Aquino se basa en el proceso de abstraccin. Este proceso

    consiste en la extraccin de conceptos universales (formas) a partir de la experiencia sensible,

    de tal modo que dicha experiencia es imprescindible para el conocimiento pero al tiempo es

    tan solo el paso previo para la obtencin del conocimiento general, consistente en conceptos

    inteligibles aplicables a muchos particulares diferentes, que es segn Aquino (igual que segn

    Aristteles) el verdadero conocimiento cientfico. Ockham, por el contrario, se basa en la

    intuicin, esto es, en la aprehensin inmediata de la realidad (y no en un proceso mediato

    como es la abstraccin aristotlica). Por intuicin captamos sensiblemente la realidad exterior

    y reflexivamente nuestros propios estados de nimo. La intuicin es el conocimiento ms

    seguro que existe, y segn Ockham es el nico que puede garantizarnos la existencia de

    aquello que conocemos: yo estoy seguro de que existe algo porque lo percibo sensiblemente.

    El intuicionismo de Ockham supone por tanto una postura mucho ms empirista que la de

    Aquino, y Ockham llega a decir que no podemos conocer nada naturalmente (esto es, por

    nuestros propios medios racionales, como distintos del conocimiento sobrenatural que aporta

    la revelacin) a menos que lo hayamos intuido (es decir, percibido sensiblemente). En

    consecuencia, no puede demostrarse la existencia de nada que no haya sido percibido por

    medio de la experiencia, y por tanto no puede demostrarse la existencia de los conceptos

    universales que segn Aquino podan obtenerse por abstraccin. Aquino, siguiendo el punto

    de vista tradicional del racionalismo de Platn y Aristteles, supone que debe existir algn tipo

    de realidad general (una forma o concepto universal) que sirva de referencia para los nombres

    comunes (es decir, supone que si muchos individuos particulares pueden recibir el mismo

    nombre, por ejemplo caballo, debe existir algo comn a todos esos individuos que constituya

    la referencia del trmino comn). Ockham aporta una explicacin completamente diferente

    para el uso de los nombres comunes. Segn Ockham, cuando se produce una intuicin (por

    ejemplo, veo un caballo), se dan al mismo tiempo dos intuiciones, una singular, por la que

    conozco al individuo particular, y otra general por la que aprecio las semejanzas entre ese

    individuo y otros (esta segunda intuicin general seria, en el modelo de Aquino, fruto de la

    abstraccin, y no de la intuicin). Por tanto, segn Ockham no es necesaria la abstraccin para

    percibir a un individuo como perteneciendo a un grupo de seres semejantes a l, sino que la

    comprensin de dicha semejanza es tan inmediata como la percepcin de individuo.

    Por otra parte, al recurrir a la lgica terminista, Ockham explica el uso pragmtico de

    los nombres por medio de las convenciones del lenguaje, sin necesidad de recurrir a ningn

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    ente diferente de los objetos particulares y del sujeto que emplea dicho lenguaje. Aquino, por

    el contrario, utiliza la lgica silogstica, conocida como lgica antigua, frente a la lgica

    moderna o terminista). En realidad, tanto la lgica terminista como la lgica silogstica son de

    origen aristotlico (se basan en diferentes libros del rganon), pero fueron empleadas

    respectivamente por los que se enfrentaban a la metafsica racionalista aristotlica y los que la

    defendan. La lgica silogstica constitua segn Aristteles la forma de demostracin perfecta

    a partir de principios evidentes, que constitua el conocimiento cientfico por excelencia. La

    lgica silogstica supone, por tanto, que a partir de algunos principios conocidos racionalmente

    (como por ejemplo el principio de causalidad) podemos deducir conclusiones acerca del

    mundo real, superando de este modo las limitaciones de la experiencia (es decir, podemos

    deducir hechos de los que no podemos tener experiencia, como es el caso de la creacin del

    mundo). Este es precisamente el uso que hizo Aquino de esta lgica, siguiendo el modelo de la

    demostracin del Motor Inmvil en sus cinco vas. Por otro lado, los lgicos terministas no

    negaban la validez de las deducciones silogsticas, las cuales de hecho empelaban, pero al

    centrarse en el anlisis pragmtico del lenguaje (que como hemos dicho, tambin se basa en

    Aristteles) estn en la prctica dando de lado al supuesto racionalista que considera que la

    realidad puede ser conocida por medio de la deduccin. Los terministas como Ockham utilizan

    el anlisis del lenguaje precisamente para poner en cuestin la validez de los principios y

    conceptos racionalistas (como por ejemplo la esencia), de manera que a pesar de aceptar la

    validez de los silogismos, los aplican de una manera muy diferente, al excluir de los mismos

    principios que no provengan de la experiencia. A su vez, los defensores de la lgica antigua,

    como Aquino, no niegan las distinciones establecidas por la lgica terminista (lo cual habra

    sido incongruente con su defensa del modelo aristotlico, que tambin las contiene), pero no

    las emplean con la intencin de volverlas contra la metafsica aristotlica, como hace Ockham.

    Esta relacin con los dos aspectos del rganon aristotlico es muy semejante a lo que ocurri

    con la Fsica aristotlica: los aristotelistas como Aquino aceptaban por supuesto la Fsica de

    Aristteles, pero en la prctica no se ocupaban apenas de ella, sino que se centraban en la

    metafsica. Por su parte, los agustinistas, y posteriormente los nominalistas como Ockham, no

    solo aceptaron sino que desarrollaron la Fsica aristotlica, al tiempo que rechazaban la

    metafsica que estaba ntimamente unida a ella. Del mismo modo, los terministas aceptaron el

    silogismo, pero rechazaron el modelo metafsico racionalista que, para Aristteles, estaba

    ntimamente unido a la estructura silogstica.

    Un elemento fundamental en la epistemologa de Ockham, y que ser la clave para su

    crtica a los conceptos metafsicos, es el principio de economa, segn el cual los entes no

    deben ser multiplicados sin necesidad y debe preferirse siempre la explicacin ms simple de

    un fenmeno. A pesar de que este principio sea conocido como navaja de Ockham, Ockham

    no fue su inventor, y era un principio no solo conocido sino aceptado por la prctica totalidad

    de filsofos escolsticos. Aquino, por tanto, no rechaza el principio de economa. La diferencia

    entre ambos autores no reside en la aceptacin o no del principio, sino en su aplicacin:

    mientras que Aquino cree necesarios los entes que postula la metafsica (por ejemplo, las

    esencias) porque considera que debe existir alguna referencia real para el uso de los

    conceptos generales, Ockham afirma que son innecesarios porque dicho uso puede explicarse

    por las propias caractersticas del lenguaje.

  • 4

    Metafsica

    Respecto a los temas metafsicos, el principal contraste entre Aquino y Ockham en

    este terreno es el radical rechazo por parte de Ockham de toda metafsica racional, la cual

    constituye el corazn del sistema filosfico de Aquino. Sin embargo, esto no significa que

    Ockham carezca de creencias metafsicas, sino que defiende estas de un modo meramente

    fideista, basndose en la Fe y no en la Razn. Entre las creencias metafsicas que defiende

    Ockham, basndose en la fe, y Aquino, basndose tanto en la Fe como en la Razn, existen

    algunos parecidos bsicos (dado que ambos defienden las mismas doctrinas cristianas), pero

    tambin importantes diferencias, ya que Ockham interpreta de distinta manera las mismas

    creencias cristianas, fundamentalmente con el objetivo de defender el dogma de la

    omnipotencia divina.

    La clave de dichas diferencias se encuentra por tanto en la distinta interpretacin que

    hacen los dos autores del dogma de la omnipotencia divina, comn a todos los autores

    cristianos. Aquino considera que la omnipotencia divina est limitada por la propia naturaleza

    divina, esto es, por el Ser (ya que Dios es el ser por excelencia). Segn esta concepcin, el Ser

    (o sea, Dios), no puede querer aquello que es contradictorio con el ser (o sea, el no-ser). Por

    tanto, la naturaleza divina, y la creacin que de ella deriva, se basan en el principio de

    contradiccin, o sea, en la Razn (ya que el principio de contradiccin es la base de la Razn

    misma). Segn Aquino, esto no supone el rechazo del dogma de la omnipotencia divina, ya que

    no se trata de una limitacin externa, sino de una limitacin interna, basada en la propia

    naturaleza divina. Esto tiene dos consecuencias para la metafsica: en primer lugar, supone

    considerar que la realidad (o sea, la creacin) es fundamentalmente racional, porque Dios lo

    es. En segundo lugar, implica que dado que la realidad es racional en su estructura, puede ser

    conocida racionalmente. Es por tanto posible una metafsica racional, cognoscible con

    independencia de la Revelacin.

    La postura de Ockham es radicalmente diferente. Ockham interpreta el dogma de la

    omnipotencia divina de una manera extrema, afirmando que si Dios es omnipotente tiene que

    poder hacer todo cuanto desee, y que no puede haber ninguna limitacin, ni externa ni

    interna, a su voluntad. Dios, por tanto, no puede estar limitado por el principio de

    contradiccin, y en consecuencia puede ser contradictorio si as lo desea. Esto, as mismo,

    tiene dos consecuencias metafsicas: en primer lugar, la creacin no es racional, puesto que si

    lo fuese, Dios se vera obligado a crear racionalmente, y por tanto estara limitado en su

    voluntad. Por tanto, no existen relaciones necesarias en la realidad, de modo que toda la

    realidad es contingente (si hubiera relaciones necesarias, estas serian cognoscibles

    racionalmente al margen de la experiencia, lo que implica que no podran ser de otra manera y

    por tanto limitaran la omnipotencia divina). Esto supone un planteamiento radicalmente

    empirista respecto al conocimiento natural del mundo, y al tiempo una segunda consecuencia

    para la metafsica, ya que hace del todo imposible la existencia de una metafsica racional:

    todo lo que podemos conocer de la realidad depende de la intuicin de los sentidos, (o sea, de

    la experiencia) y es por tanto imposible superar estos y conocer realidades metafsicas que

    exceden la experiencia. La nica metafsica posible es por tanto dogmatica, o sea, basada en la

    revelacin e indemostrable racionalmente.

  • 5

    Ockham no se limita a rechazar la metafsica racional sobre la base del dogma de la

    omnipotencia divina, sino que hace una crtica racional que pretende demostrar la

    imposibilidad de tal metafsica, y a lo largo de dicha critica rechaza muchos de los conceptos

    empleados por Aquino. El primero de dichos conceptos es la esencia, en tanto que universal

    compartido por todos los particulares que pertenecen a un genero o especie. Aquino

    consideraba que los conceptos universales, que l consideraba obtenidos por abstraccin,

    implicaba la existencia de una esencia universal presente en los particulares (in re) y

    previamente existente en la mente divina antes de la creacin (ante rem). Ockham niega

    ambos tipos de esencias. Segn Ockham, los conceptos universales pueden ser explicados por

    medio de las caractersticas del lenguaje (que describe la lgica terminista) y de la intuicin

    general (que nos hace ser conscientes inmediatamente, sin proceso de abstraccin, de las

    semejanzas entre los individuos). Por tanto, no es necesario postular universales in rem, y

    por la misma razn, tampoco es necesario postular universales ante rem (con lo cual se

    defiende la omnipotencia de Dios, que as no queda limitada por estos universales que Aquino

    supona que estaban en la mente divina). Ockham no deja de utilizar el trmino esencia,

    pero este deja en su teora de referirse al concepto universal para referirse exclusivamente a

    las caractersticas que hacen que un individuo sea tal individuo. Dado que cada individuo tiene

    caractersticas que los distingue de los dems, cada individuo tiene una esencia nica, y no

    coparte nada con los dems individuos. Por tanto, solo los individuos concretos son reales.

    Al desaparecer la esencia universal, tambin desaparece la distincion entre esencia y

    existencia. Esta distincion, planteada explcitamente por primera vez por la filosofa rabe

    (aunque basndose en doctrinas de Platn y Aristteles), supone que por un lado tenemos la

    esencia universal (considerada como potencia) y por otro la existencia (considerada acto).

    Aquino defendi esta distincion, identificando las esencias con los conceptos ante rem de la

    mente divina, y la existencia con el propio Dios, de quien recibiran la existencia las criaturas

    por participacin. En el modelo de Ockham, al no haber esencias universales, sino tan solo

    esencias individuales, ya no es necesario distinguir entre esencia y existencia: ambas son

    conocidas por intuicin al mismo tiempo (de hecho, Ockham afirma que el nico modo que

    tenemos de conocer la existencia de algo es por intuicin). Tampoco tiene sentido la definicin

    que da Aquino de Dios como el ser en que coinciden esencia y existencia: esto no implica que

    Ockham niegue que Dios sea el ser necesario ni que exista desde toda la eternidad (por

    supuesto, lo acepta por Fe), sino que tenga sentido la definicin, ya que esta solo puede

    emplearse si se reconoce previamente la distincion entre esencia y existencia, algo que como

    hemos visto Ockham rechaza sobre la base de que ambas son conocidas inmediatamente por

    intuicin, y por tanto sobre la inexistencia de esencias universales.

    Dos de los conceptos ms importantes de la metafsica de Aquino, la substancia y la

    causalidad, van a ser admitidos por Ockham como supuestos necesarios que superan el criterio

    del principio de economa, pero este va a utilizarlos de manera muy distinta a Aquino,

    partiendo del intuicionismo propio de la epistemologa de Ockham. Aquino defini la

    substancia como aquello que no procede de otro (reinterpretando la definicin de Aristteles

    de la substancia como lo que no necesita de otro para existir, pero en el sentido de no

    inherir en otro, no de no proceder de otro). Con esta definicin, Aquino va a identificar la

    substancia con Dios (que es el nico ser que no procede de otro), y va a entender que los entes

    individuales, las criaturas, solo son substancia en un sentido derivado, anlogo. Ockham

  • 6

    parece basarse ms bien en la otra definicin que da Aristteles de substancia, como aquello

    que permanece a travs del cambio. En primer lugar, Ockham constata que no conocemos la

    substancia por intuicin, ya que solo intuimos (=percibimos) los accidentes (en este punto

    estn de acuerdo tanto Aquino como Aristteles, puesto que en la teora aristotlica ya se

    trataba a la substancia como un supuesto). Ahora bien, los accidentes son cambiantes,

    mientras que nosotros consideramos que los entes tienen cierta identidad y permanencia, por

    tanto debe haber algo que explique dicha permanencia, un ente postulado (la substancia) en el

    que resida dicha identidad. Ahora bien, dado que la substancia no es intuida sino postulada, no

    podemos conocer las caractersticas de dicha substancia (caractersticas que segn Ockham

    solo podramos conocer por intuicin), y por tanto no podemos deducir nada racionalmente de

    ella, puesto que en realidad nos es desconocida. De este modo, encontramos dos grandes

    diferencias entre la forma de entender la substancia que tienen Aquino y Ockham: en primer

    lugar, la diferente definicin empleada por cada uno implica que se entienda por sustancia, en

    sentido primario, cosas distintas. Al definir sustancia como lo que no procede de otro, Aquino

    considera que la nica substancia en sentido estricto es Dios, y los entes individuales (la

    substancia primera de Aristteles) solo lo son en sentido secundario y derivado. Sin embargo,

    Ockham define la substancia como un ente postulado que sirve de sostn a los accidentes y

    que constituye la identidad de dichos entes individuales, cuya existencia conocemos por

    intuicin de sus accidentes. Para Ockham, por tanto, son los entes individuales los que

    justifican que se postule la substancia, y estos son por tanto la substancia en sentido primario

    (curiosamente, en este punto Ockham est ms cerca de Aristteles que Aquino). En segundo

    lugar, Aquino considera que podemos conocer caractersticas de la substancia, y por tanto la

    emplea como premisa para obtener conclusiones (por ejemplo, en su especificacin de los

    preceptos de la ley natural), mientras que Ockham tarta a la substancia como un mero

    supuesto, y siguiendo su criterio intuicionista, rechaza que pueda ser utilizada como premisa

    en un argumento, como si se tratara de algo plenamente conocido por nosotros.

    Algo parecido ocurre con el principio de causalidad. Ambos autores admiten la validez

    de este principio segn el cual, si algo comienza a existir, tiene que tener una causa. Para

    Aquino (siguiendo en este punto a Aristteles) este principio va a ser un punto clave desde el

    que podremos deducir conocimiento acerca de las realidades de las que no podemos tener

    experiencia directa, esto es, conocimiento metafsico. Para Ockham, por el contrario, el

    principio solo nos permite suponer la existencia de una causa, pero nada ms. Es decir, no nos

    permite deducir cual es la causa a partir del efecto. El intuicionismo de Ockham implica que

    para establecer una relacin de causa-efecto tenemos que haber intuido tanto la causa como

    el efecto, de modo que no es posible ir desde un efecto conocido a una causa desconocida,

    como hacia Aquino. Solo podremos establecer relaciones de causa-efecto sobre la base de la

    experiencia, lo cual excluye el principio de causalidad como premisa de la metafsica, ya que

    esta pretende precisamente ir ms all de la experiencia. Por otro lado, el que no podamos

    conocer ms que aquellas relaciones de causalidad en las que tenemos intuicin tanto de la

    causa como del efecto, hace que Ockham haga depender el conocimiento de la causalidad

    completamente de la experiencia, y ello le lleva a afirmar que no conocemos relaciones

    causales necesarias, sino tan solo contingentes (no puede conocerse nada necesario a partir de

    la experiencia por el problema de la induccin: si el conocimiento de algo depende de la

    experiencia, siempre es posible que una experiencia futura no cumpla con nuestras

  • 7

    generalizaciones previas). Todo el aristotelismo (tanto la metafsica como el resto de doctrinas

    aristotlicas) se basa en la existencia de dichas relaciones necesarias, que son las que nos

    permiten conocer el mundo racionalmente (y no solo empricamente). Para superar la

    experiencia y tener un conocimiento cientfico segn el modelo aristotlico (es decir, un

    conocimiento consistente en deducir a partir de principios generales), que finalmente es

    racionalista, son precisas dichas relaciones necesarias. As lo entendi Aristteles, y tambin

    Aquino (y otros autores aristotlicos como Avicena o Averroes). Al negar que tengamos

    constancia de relaciones necesarias (entre otras cosas para defender el dogma de la

    omnipotencia divina) Ockham est no solo rechazando la metafsica racionalista, sino tambin

    toda la ciencia racionalista, y sustituyndola por un modelo de ciencia mucho ms empirista

    que el aristotlico.

    Los dos entes cuya existencia es clave para la metafsica racionalista de Aquino (como

    para cualquier metafsica cristiana) son Dios y el alma inmortal. Ockham, como telogo

    cristiano, admite por supuesto la existencia de ambas entidades, pero rechaza que dicha

    existencia sea demostrable racionalmente, como crea Aquino, y por tanto admite esta nica y

    exclusivamente por Fe. Respecto a las demostraciones de la existencia de Dios, tanto Aquino

    como Ockham rechazan las demostraciones a priori: en este caso el abstraccionismo de Aquino

    (que es un empirismo moderado) y el intuicionismo de Ockham (que es un empirismo radical),

    llegan a la misma conclusin: la existencia de un concepto no implica la existencia de un

    referente real para dicho concepto, de modo que es imposible pasar del orden ideal (el de los

    conceptos) al orden real (el de los entes). Sin embargo, Aquino admite las pruebas a

    posteriori, y de hecho da cinco de dichas pruebas, mientras que Ockham las rechaza todas.

    Aquino consideraba que partiendo de un dato de la experiencia (y por tanto del orden real) el

    principio de causalidad nos permita llegar a una causa desconocida que produca ese efecto

    que nos es conocido por la experiencia, y a continuacin identificaba esa causa con Dios. Como

    hemos visto, Ockham no acepta ese uso del principio de causalidad, lo que en la prctica

    supone invalidar todas las pruebas a posteriori aportadas por Aquino.

    En cuanto al alma, Aquino sigue el modelo aristotlico que considera a esta como la

    forma de los seres vivos. En tanto que forma, el alma es un concepto universal, comn a todos

    los seres humanos, y por tanto una esencia universal que existe in re y ante rem (o sea, en la

    mente divina). Adems, para justificar la objetividad del proceso de abstraccin Aquino

    necesita (como Aristteles) que el entendimiento agente (el que realiza el proceso de

    abstraccin) sea comn a todos los hombres. Uniendo dicho entendimiento agente la resto del

    alma racional (y a esta con la sensitiva y vegetativa) Aquino va a intentar justificar la

    inmortalidad personal (a diferencia de Aristteles o Averroes, que solo admiten la

    inmortalidad del entendimiento agente comn). Ockham rechaza todos estos conceptos.

    Ockham acepta que debe existir en el ser humano, como en el resto de los entes individuales,

    una substancia que explique su identidad, pero afirma que no hay razn alguna para suponer

    que dicha substancia tenga que ser de tipo espiritual (el alma) y no material. Ockham seala,

    en efecto, que no tenemos intuicin alguna de dicha substancia espiritual en nosotros mismos.

    De lo nico que tenemos intuicin es de accidentes, que son o bien percepciones o bien

    estados reflexivos (como las emociones), y ambos se viven como actividades corporales. La

    concepcin del alma como algo espiritual, inmaterial, se basa en Aquino (como en Aristteles)

    en la teora hilemrfica, segn la cual los entes estn compuestos de materia y estructura

  • 8

    (forma) siendo esta ultima comn a todos los seres del mismo tipo. Pero como hemos visto

    Ockham no acepta la existencia de esencias (ni formas) comunes a diferentes individuos, sino

    tan solo esencias individuales. Por tanto, la teora hilemrfica no pude ser admitida por

    Ockham como base para postular que la identidad del ser humano (su esencia, su forma) tiene

    que ser inmaterial, y no material. Por otro lado, siguiendo el principio de economa, Ockham

    explica como actos corporales los actos intelectivos que necesitaban en el modelo de Aquino

    de un alma racional y de un entendimiento agente comn. Al negar el proceso de abstraccin y

    sustituirlo por la intuicin singular y la intuicin general, Ockham esta eliminando la necesidad

    de postular un alma inmaterial para explicar el conocimiento conceptual como algo diferente

    del conocimiento sensible. De este modo, no queda base alguna para afirmar que existe en

    nosotros un elemento distinto de la materia, y mucho menos para afirmar que dicho elemento

    sea inmortal. Por supuesto, Ockham acepta la existencia del alma inmortal, pero lo hace por

    Fe, y no porque su existencia sea demostrable racionalmente.

    tica

    Los radicalmente distintos planteamientos ticos de Aquino y Ockham siguen el mismo

    patrn de diferencias que sus posturas epistemolgicas y metafsicas. Del mismo modo que

    Aquino encontraba una zona comn a la Fe y la Razn (los prembulos de la Fe) para justificar

    la posibilidad de una metafsica racional, y Ockham separaba Fe y Razn para rechazar dicha

    posibilidad, las relaciones entre Fe y Razn van a afectar a la posibilidad de una tica objetiva y

    racionalmente demostrable. En el campo de la tica se produce una solapamiento de

    tradiciones, igual que en la metafsica: por un lado encontramos la Revelacin cristiana, en la

    que aparecen normas morales mandadas por Dios; por otro, la tradicin tica grecorromana

    basada en el concepto de ley natural, y en particular el intelectualismo defendido por Scrates,

    Platn y Aristteles, segn el cual la conducta ticamente correcta se basa en el conocimiento

    racional de cul es esa conducta. Como en el caso de la metafsica, Aquino cree que ambas

    tradiciones son compatibles, y Ockham cree que su combinacin pone en peligro la doctrina

    cristiana y en particular el dogma de la omnipotencia divina. Por ello, para Aquino existen

    normas morales objetivas y racionales, y para Ockham no.

    Aquino distingue entre dos tipos de bienes (como es tradicional en el cristianismo

    desde S. Agustn), los bienes naturales y los bienes sobrenaturales, siendo los primeros

    cognoscibles por medios racionales (y comunes para todos los seres humanos), y los segundos

    cognoscibles solo por revelacin (y por tanto solo accesibles a los cristianos). Aunque Aquino

    da ms importancia a los fines sobrenaturales que a los naturales, como no poda ser menos

    en un pensador cristiano, en la prctica desarrolla ampliamente una tica de los bienes

    naturales basada en el eudemonismo aristotlico. Esta postura concibe el bien como la virtud,

    esto es, como la completa realizacin de las tendencias inscritas en la esencia de cada cosa. De

    ese modo, cada ente tiene una forma correcta de conducta marcada en su propia naturaleza, y

    esa forma de conducta correcta puede ser conocida por medio de la razn. Hay por tanto una

    moral objetiva y racional comn a todos los seres humanos (como es comn a todos la esencia

    de ser humano). Ockham no pude admitir esto, puesto que ha rechazado la existencia de una

    esencia comn para todos los individuos. Para Ockham, por tanto, no puede haber una ley

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    natural puesto que no hay una naturaleza comn n la que pueda basarse dicha ley. Por otra

    parte, en su desarrollo de los preceptos de la ley natural, Aquino emplea conceptos que

    tampoco son admitidos por Ockham, como por ejemplo el concepto de substancia o el de alma

    racional. Ockham admite la substancia como un supuesto necesario, pero especifica que no

    sabemos en que consiste y que en consecuencia no podemos deducir nada de dicho supuesto.,

    y eso es precisamente lo que hace Aquino en su desarrollo de la ley natural, al decir que todas

    las substancias tienen, como ley tica natural, la tendencia a conservarse. Lo mismo ocurre con

    el alma racional, a la que Aquino adjudica las tendencias al conocimiento y a vivir en sociedad.

    Al no admitir Ockham que conozcamos racionalmente la existencia del alma (ni racional ni

    ninguna otra) no tiene sentido decir que podamos conocer racionalmente las tendencias de la

    misma.

    Por otra parte, la defensa que hace Aquino de la ley natural, como racionalmente

    cognoscible, se basa en su creencia en la intrnseca racionalidad del mundo, que ha sido

    creado siguiendo la Razn, la cual se basa en la misma naturaleza divina: para Aquino, Dios es

    racional y su creacin tambin lo es, as que podemos conocerla racionalmente al menos en

    parte. Ockham, por el contrario, ha negado que tengamos constancia de relaciones necesarias

    en el mundo, y por el contrario ha afirmado que todo en el mundo es contingente, lo que es lo

    mismo que negar que la estructura del mundo sea racional (si fuera racional, sera necesaria).

    Por la misma razn, Ockham niega que Dios tenga que ser racional. Para Ockham (como para

    todos los pensadores agustinistas), en Dios predomina la Voluntad sobre la Razn. Segn

    Ockham, esto se deriva del dogma de la omnipotencia divina: si Dios lo puede todo, puede ser

    irracional si as lo desea. Aquino, por el contrario, cree que Dios es racional porque la razn se

    basa en el ser, y Dios es el ser por excelencia, y afirma que esto no es una limitacin de la

    omnipotencia porque no es una limitacin externa, sino que deriva de la propia naturaleza

    divina. Por tanto, en el modelo de Aquino Dios ha mandado unas reglas morales porque son

    las reglas racionales, mientras que en el modelo de Ockham Dios ha mandado las reglas que ha

    querido, y podra haber mandado otras completamente diferentes si as lo hubiese querido,

    porque ni hay nada racional en esas normas ni Dios tiene que limitarse a ser racional.

    En la prctica, ambos autores admiten las mismas reglas morales, las que aparecen en

    la Revelacin. La diferencia se encuentra no en las reglas concretas, sino en la forma de

    justificarlas. Aquino hace una justificacin intelectualista de ellas, siguiendo la corriente

    principal de la filosofa grecorromana que entenda que la tica era fundamentalmente una

    cuestin de decisin racional. Aunque Aquino no es un intelectualista extremo (como si lo fue

    Scrates) sino que siguiendo el modelo aristotlico le da un importante papel a la voluntad en

    la formacin de hbitos, sigue siendo intelectualista porque considera que es la razn, y no la

    voluntad, la que decide cual es el hbito correcto. Ockham, por el contrario, sigue la tendencia

    voluntarista propia del agustinismo. Para esta tendencia, la tica es fundamentalmente una

    cuestin de voluntad, de emocin, ms que de decisin racional, y afirma que las normas

    morales no necesitan ser demostradas racionalmente. Ockham lleva esta tendencia al

    extremo, puesto que no solo afirma que no es necesario ni posible demostrar la racionalidad

    de las normas morales, sino que afirma explcitamente que Dios puede actuar irracionalmente

    si as lo desea, y que por tanto las normas dictadas por Dios son meramente convencionales,

    sin fundamento natural o racional alguno. Solo se basan en la voluntad divina. Por tanto, no

    hay ms justificacin para dichas normas que el hecho de que aparecen en la Revelacin. La

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    postura de Aquino ser el antecedente directo del iusnaturalismo de la poca moderna, el cual

    defiende la existencia de una tica y unos derechos racionalmente cognoscibles, pero ya al

    margen de su fundamentacin teolgica. Ockham ser a su vez precedente indirecto del

    emotivismo del siglo XVIII, encabezado por Hume, que rechaza el intelectualismo la

    mayoritario de la tradicin occidental y defiende que la tica se basa en las emociones y no en

    las demostraciones racionales.

    Por ltimo, la distincion entre ley eterna, ley natural y ley positiva que establece

    Aquino, pierde parte de su significado en Ockham. Para Aquino, la ley natural es la parte de la

    ley eterna cognoscible racionalmente, y se correspondera con los prembulos de la Fe. Dado

    que Ockham no admite que haya una ley moral racionalmente cognoscible, ni que exista un

    terreno compartido por Fe y Razn, para l no tiene sentido el concepto de ley natural. El

    nico criterio moral fijo y objetivo es la Revelacin, o sea, la ley eterna dictada por Dios y

    racionalmente indemostrable. Para Aquino, la ley positiva, esto es, la ley escrita del Estado,

    tena que adecuarse a la ley natural para ser justa (y por supuesto, tambin a la ley eterna). En

    Ockham no hay ley natural a la que tenga que adecuarse el Estado. La ley eterna, o sea, la

    revelada, es el nico criterio para la ley del Estado. Sin embargo, hay muchos aspectos sobre

    los que tiene que legislar el Estado y que no aparecen en la ley revelada. En esos casos, el

    convencionalismo de Ockham aparece en la forma de consentimiento del pueblo: no hay una

    ley natural que limite en esos casos el poder legislativo del Estado, siendo la nica limitacin la

    aceptacin del pueblo, que es en quien reside la soberana otorgada por Dios.

    Poltica

    Las diferentes relaciones entre Fe y Razn que encontramos entre estos dos autores

    (con una zona comn en Aquino, totalmente separadas en Ockham) se reflejan en su

    concepcin de las relaciones entre Iglesia y Estado, que son las instituciones que encarnan

    respectivamente la Fe y la Razn. El planteamiento de Aquino reconoce a cada una de estas

    instituciones una labor independiente (como en el caso de los artculos de Fe y las verdades

    naturales), pero la tiempo plantea una zona de confluencia en la que la Iglesia, como

    intrprete de la ley natural a la luz de la ley eterna, puede y debe poner lmites a la ley positiva

    del Estado. De este modo, aunque Aquino considera que le poder temporal es independiente

    del poder espiritual (o sea, el Estado de la Iglesia) , considera al tiempo que la Iglesia tiene un

    poder moral sobre el Estado, basado en la ley natural. Ockham, por supuesto, rechaza que

    exista dicha zona de confluencia, ya que rechaza la ley natural, y por tanto rechaza igualmente

    que la Iglesia tenga ningn tipo de poder sobre el Estado. En su modelo defiende la total

    separacin de ambas instituciones (como defiende la separacin de Fe y razn) de modo que

    cada una de ellas se fundamenta en ltima instancia en Dios, en el caso del Papa por eleccin a

    travs del concilio, y en el caso del Emperador por eleccin de los prncipes electores, basada a

    su vez en el consentimiento popular. En la prctica, Ockham tom partido activo a favor del

    bando imperial en la disputa que enfrento al Imperio y la Iglesia, negando que el Papa tuviera

    ningn tipo de autoridad sobre el Emperador. Aquino, por su parte, adopto una postura

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    intermedia, que sin aceptar las pretensiones del papado de tener autoridad temporal sobre el

    Imperio (lo que implicara que era el Papa quien nombraba al Emperador), le reconoca al

    papado una autoridad moral sobre el Estado en general, y tambin sobre el Imperio.

    En cuanto a la forma de gobierno recomendada por cada uno de ellos, podemos decir

    que Ockham est algo ms cerca de los planteamientos democrticos caractersticos ya de la

    edad moderna que Aquino. Aquino defiende un sistema combinado de monarqua, aristocracia

    y democracia que en realidad no es sino la forma de funcionamiento de las cortes habitual en

    su tiempo: un sistema monrquico que rene unas cortes consultivas en las que estn

    representados los estamentos eclesistico, nobiliario y llano, siendo este ultimo elegido entre

    los plebeyos como representantes de las ciudades (esto es, aquellas poblaciones que no

    estaban sometidas al poder de ningn seor feudal). Lo que plantea Aquino no va por tanto

    ms all del sistema aceptado en su poca, que en cualquier caso est muy alejado del

    absolutismo, propio de la poca moderna. La postura de Ockham en este sentido es casi

    idntica: Ockham defiende las estructuras existentes en el Imperio de su poca, que incluyen

    las cortes tales como las hemos explicado. Por otra parte, Ockham seala que el poder del

    Estado reside finalmente en la aceptacin del pueblo, que recibe la soberana de Dios. Es decir,

    segn Ockham los seores no reciben la autoridad directamente de Dios, sino solo a travs de

    la aceptacin del pueblo, que es quien es realmente soberano. Sin embargo esto no es un

    planteamiento tan democrtico como pudiera parecer a primera vista. En realidad, Ockham

    defiende el sistema de eleccin imperial en uso, por el que varios prncipes electores eligen

    entre ellos al emperador, del mismo modo que defiende la monarqua hereditaria en los

    diferentes reinos. Por tanto, la soberana popular no se ejerce como eleccin del gobernante,

    sino tan solo como consentimiento. Si deja de existir el consentimiento est justificado el

    derecho de rebelin. Pero tanto la soberana popular (en este sentido muy restringido de

    consentimiento) como el derecho a rebelin es algo que planteaban casi todos los pensadores

    medievales.

    El aspecto ms democrtico de Ockham no se da respecto al Estado, sino respecto a la

    Iglesia. Ockham fue un firme opositor a las pretensiones absolutistas del papado (el papado

    fue quien primero planteo una teora poltica absolutista), y como freno al mismo propuso que

    la autoridad mxima de la Iglesia fuese el Concilio y no el papa. Dicho Concilio deba ser

    elegido a partir de las parroquias, lo cual supondra una democracia representativa. El

    conciliarismo, que llegara en el siglo XV a ser una corriente importante dentro de la Iglesia,

    puede ser considerado como el precedente directo de las teoras democrticas modernas, lo

    mismo que la doctrina de la ley natural de Aquino lo es del iusnaturalismo, tambin vinculado

    a las teoras democrticas de la edad moderna.