a quin ockham
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TeologiaTRANSCRIPT
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Epistemologa
Las posturas epistemolgicas de Aquino y Ockham son radicalmente diferentes. Ambos
autores tan solo comparten el realismo epistemolgico (la conviccin de que conocemos la
realidad directamente, frente al idealismo epistemolgico tpico de la filosofa moderna) y la
aceptacin de las verdades reveladas de la Fe, dos caractersticas que de todos modos son
comunes a prcticamente todos los autores medievales. Pero difieren completamente tanto
en su manera de entender las relaciones entre Fe y Razn, como en el modelo de Razn que
aceptan, de corte racionalista en el caso de Aquino y marcadamente empirista en el de
Ockham.
Aquino considera que existe un campo comn entre la Fe y la Razn, al que denomina
prembulos de la fe, que comprende aquellas doctrinas que han sido reveladas en las
Escrituras, como la existencia de Dios, la creacin del mundo por parte de Dios o la
inmortalidad del alma, y que segn Aquino tambin pueden ser conocidas y demostradas
racionalmente al margen de la revelacin (y por tanto al margen de la religin, por lo cual se
tratara de doctrinas que tambin podran ser conocidas por los paganos). Estos prembulos
de la fe se refieren bsicamente a afirmaciones metafsicas acerca de la realidad ( es decir,
afirmaciones sobre el conjunto de la realidad, sobre la estructura ltima de esta o sobre entes,
tales como Dios, de los que no podemos tener experiencia directa). Por el contrario, Ockham
pretende separar radicalmente Fe y Razn, de tal modo que no exista ningn campo en
comn entre ambas, lo que en la prctica quiere decir negar la posibilidad de conocimiento
metafsico de ningn tipo. La intencin de Ockham con esta postura es defender la Fe de la
influencia del pensamiento grecolatino. Segn Ockham, la racionalizacin de la tradicin
propiamente cristiana, basada en las escrituras, a partir de su mezcla con el pensamiento
pagano, conducira irremediablemente al cuestionamiento de dicha tradicin (como de hecho
Aquino vs Ockham
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suceder sobre todo a partir del siglo XVII). Ockham pretende salvaguardar ambas tradiciones
mantenindolas separadas, y as defiende una teologa cristiana totalmente voluntarista
basada en el dogma de la omnipotencia divina y sin mezcla alguna de conceptos metafsicos
racionalistas, al tiempo que apoya un modelo de conocimiento cientfico basado en la
experiencia y en la tradicin grecolatina, pero ajeno igualmente a la metafsica aristotlica (la
cual Ockham rechaza al tiempo que acepta la fsica de Aristteles, como haba hecho
tradicionalmente el pensamiento de tendencia agustiniana de la orden franciscana, a la que
perteneca Ockham). Precisamente para eliminar la metafsica de una manera argumentada
(es decir, no simplemente rechazndola por su no coincidencia con los contenidos de la
Escritura) Ockham tendr que adoptar un modelo de razn que haga imposible el
conocimiento metafsico, y que difiere enormemente del modelo aristotlico de Razn
empleado por Aquino.
El modelo de Razn de Aquino se basa en el proceso de abstraccin. Este proceso
consiste en la extraccin de conceptos universales (formas) a partir de la experiencia sensible,
de tal modo que dicha experiencia es imprescindible para el conocimiento pero al tiempo es
tan solo el paso previo para la obtencin del conocimiento general, consistente en conceptos
inteligibles aplicables a muchos particulares diferentes, que es segn Aquino (igual que segn
Aristteles) el verdadero conocimiento cientfico. Ockham, por el contrario, se basa en la
intuicin, esto es, en la aprehensin inmediata de la realidad (y no en un proceso mediato
como es la abstraccin aristotlica). Por intuicin captamos sensiblemente la realidad exterior
y reflexivamente nuestros propios estados de nimo. La intuicin es el conocimiento ms
seguro que existe, y segn Ockham es el nico que puede garantizarnos la existencia de
aquello que conocemos: yo estoy seguro de que existe algo porque lo percibo sensiblemente.
El intuicionismo de Ockham supone por tanto una postura mucho ms empirista que la de
Aquino, y Ockham llega a decir que no podemos conocer nada naturalmente (esto es, por
nuestros propios medios racionales, como distintos del conocimiento sobrenatural que aporta
la revelacin) a menos que lo hayamos intuido (es decir, percibido sensiblemente). En
consecuencia, no puede demostrarse la existencia de nada que no haya sido percibido por
medio de la experiencia, y por tanto no puede demostrarse la existencia de los conceptos
universales que segn Aquino podan obtenerse por abstraccin. Aquino, siguiendo el punto
de vista tradicional del racionalismo de Platn y Aristteles, supone que debe existir algn tipo
de realidad general (una forma o concepto universal) que sirva de referencia para los nombres
comunes (es decir, supone que si muchos individuos particulares pueden recibir el mismo
nombre, por ejemplo caballo, debe existir algo comn a todos esos individuos que constituya
la referencia del trmino comn). Ockham aporta una explicacin completamente diferente
para el uso de los nombres comunes. Segn Ockham, cuando se produce una intuicin (por
ejemplo, veo un caballo), se dan al mismo tiempo dos intuiciones, una singular, por la que
conozco al individuo particular, y otra general por la que aprecio las semejanzas entre ese
individuo y otros (esta segunda intuicin general seria, en el modelo de Aquino, fruto de la
abstraccin, y no de la intuicin). Por tanto, segn Ockham no es necesaria la abstraccin para
percibir a un individuo como perteneciendo a un grupo de seres semejantes a l, sino que la
comprensin de dicha semejanza es tan inmediata como la percepcin de individuo.
Por otra parte, al recurrir a la lgica terminista, Ockham explica el uso pragmtico de
los nombres por medio de las convenciones del lenguaje, sin necesidad de recurrir a ningn
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ente diferente de los objetos particulares y del sujeto que emplea dicho lenguaje. Aquino, por
el contrario, utiliza la lgica silogstica, conocida como lgica antigua, frente a la lgica
moderna o terminista). En realidad, tanto la lgica terminista como la lgica silogstica son de
origen aristotlico (se basan en diferentes libros del rganon), pero fueron empleadas
respectivamente por los que se enfrentaban a la metafsica racionalista aristotlica y los que la
defendan. La lgica silogstica constitua segn Aristteles la forma de demostracin perfecta
a partir de principios evidentes, que constitua el conocimiento cientfico por excelencia. La
lgica silogstica supone, por tanto, que a partir de algunos principios conocidos racionalmente
(como por ejemplo el principio de causalidad) podemos deducir conclusiones acerca del
mundo real, superando de este modo las limitaciones de la experiencia (es decir, podemos
deducir hechos de los que no podemos tener experiencia, como es el caso de la creacin del
mundo). Este es precisamente el uso que hizo Aquino de esta lgica, siguiendo el modelo de la
demostracin del Motor Inmvil en sus cinco vas. Por otro lado, los lgicos terministas no
negaban la validez de las deducciones silogsticas, las cuales de hecho empelaban, pero al
centrarse en el anlisis pragmtico del lenguaje (que como hemos dicho, tambin se basa en
Aristteles) estn en la prctica dando de lado al supuesto racionalista que considera que la
realidad puede ser conocida por medio de la deduccin. Los terministas como Ockham utilizan
el anlisis del lenguaje precisamente para poner en cuestin la validez de los principios y
conceptos racionalistas (como por ejemplo la esencia), de manera que a pesar de aceptar la
validez de los silogismos, los aplican de una manera muy diferente, al excluir de los mismos
principios que no provengan de la experiencia. A su vez, los defensores de la lgica antigua,
como Aquino, no niegan las distinciones establecidas por la lgica terminista (lo cual habra
sido incongruente con su defensa del modelo aristotlico, que tambin las contiene), pero no
las emplean con la intencin de volverlas contra la metafsica aristotlica, como hace Ockham.
Esta relacin con los dos aspectos del rganon aristotlico es muy semejante a lo que ocurri
con la Fsica aristotlica: los aristotelistas como Aquino aceptaban por supuesto la Fsica de
Aristteles, pero en la prctica no se ocupaban apenas de ella, sino que se centraban en la
metafsica. Por su parte, los agustinistas, y posteriormente los nominalistas como Ockham, no
solo aceptaron sino que desarrollaron la Fsica aristotlica, al tiempo que rechazaban la
metafsica que estaba ntimamente unida a ella. Del mismo modo, los terministas aceptaron el
silogismo, pero rechazaron el modelo metafsico racionalista que, para Aristteles, estaba
ntimamente unido a la estructura silogstica.
Un elemento fundamental en la epistemologa de Ockham, y que ser la clave para su
crtica a los conceptos metafsicos, es el principio de economa, segn el cual los entes no
deben ser multiplicados sin necesidad y debe preferirse siempre la explicacin ms simple de
un fenmeno. A pesar de que este principio sea conocido como navaja de Ockham, Ockham
no fue su inventor, y era un principio no solo conocido sino aceptado por la prctica totalidad
de filsofos escolsticos. Aquino, por tanto, no rechaza el principio de economa. La diferencia
entre ambos autores no reside en la aceptacin o no del principio, sino en su aplicacin:
mientras que Aquino cree necesarios los entes que postula la metafsica (por ejemplo, las
esencias) porque considera que debe existir alguna referencia real para el uso de los
conceptos generales, Ockham afirma que son innecesarios porque dicho uso puede explicarse
por las propias caractersticas del lenguaje.
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Metafsica
Respecto a los temas metafsicos, el principal contraste entre Aquino y Ockham en
este terreno es el radical rechazo por parte de Ockham de toda metafsica racional, la cual
constituye el corazn del sistema filosfico de Aquino. Sin embargo, esto no significa que
Ockham carezca de creencias metafsicas, sino que defiende estas de un modo meramente
fideista, basndose en la Fe y no en la Razn. Entre las creencias metafsicas que defiende
Ockham, basndose en la fe, y Aquino, basndose tanto en la Fe como en la Razn, existen
algunos parecidos bsicos (dado que ambos defienden las mismas doctrinas cristianas), pero
tambin importantes diferencias, ya que Ockham interpreta de distinta manera las mismas
creencias cristianas, fundamentalmente con el objetivo de defender el dogma de la
omnipotencia divina.
La clave de dichas diferencias se encuentra por tanto en la distinta interpretacin que
hacen los dos autores del dogma de la omnipotencia divina, comn a todos los autores
cristianos. Aquino considera que la omnipotencia divina est limitada por la propia naturaleza
divina, esto es, por el Ser (ya que Dios es el ser por excelencia). Segn esta concepcin, el Ser
(o sea, Dios), no puede querer aquello que es contradictorio con el ser (o sea, el no-ser). Por
tanto, la naturaleza divina, y la creacin que de ella deriva, se basan en el principio de
contradiccin, o sea, en la Razn (ya que el principio de contradiccin es la base de la Razn
misma). Segn Aquino, esto no supone el rechazo del dogma de la omnipotencia divina, ya que
no se trata de una limitacin externa, sino de una limitacin interna, basada en la propia
naturaleza divina. Esto tiene dos consecuencias para la metafsica: en primer lugar, supone
considerar que la realidad (o sea, la creacin) es fundamentalmente racional, porque Dios lo
es. En segundo lugar, implica que dado que la realidad es racional en su estructura, puede ser
conocida racionalmente. Es por tanto posible una metafsica racional, cognoscible con
independencia de la Revelacin.
La postura de Ockham es radicalmente diferente. Ockham interpreta el dogma de la
omnipotencia divina de una manera extrema, afirmando que si Dios es omnipotente tiene que
poder hacer todo cuanto desee, y que no puede haber ninguna limitacin, ni externa ni
interna, a su voluntad. Dios, por tanto, no puede estar limitado por el principio de
contradiccin, y en consecuencia puede ser contradictorio si as lo desea. Esto, as mismo,
tiene dos consecuencias metafsicas: en primer lugar, la creacin no es racional, puesto que si
lo fuese, Dios se vera obligado a crear racionalmente, y por tanto estara limitado en su
voluntad. Por tanto, no existen relaciones necesarias en la realidad, de modo que toda la
realidad es contingente (si hubiera relaciones necesarias, estas serian cognoscibles
racionalmente al margen de la experiencia, lo que implica que no podran ser de otra manera y
por tanto limitaran la omnipotencia divina). Esto supone un planteamiento radicalmente
empirista respecto al conocimiento natural del mundo, y al tiempo una segunda consecuencia
para la metafsica, ya que hace del todo imposible la existencia de una metafsica racional:
todo lo que podemos conocer de la realidad depende de la intuicin de los sentidos, (o sea, de
la experiencia) y es por tanto imposible superar estos y conocer realidades metafsicas que
exceden la experiencia. La nica metafsica posible es por tanto dogmatica, o sea, basada en la
revelacin e indemostrable racionalmente.
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Ockham no se limita a rechazar la metafsica racional sobre la base del dogma de la
omnipotencia divina, sino que hace una crtica racional que pretende demostrar la
imposibilidad de tal metafsica, y a lo largo de dicha critica rechaza muchos de los conceptos
empleados por Aquino. El primero de dichos conceptos es la esencia, en tanto que universal
compartido por todos los particulares que pertenecen a un genero o especie. Aquino
consideraba que los conceptos universales, que l consideraba obtenidos por abstraccin,
implicaba la existencia de una esencia universal presente en los particulares (in re) y
previamente existente en la mente divina antes de la creacin (ante rem). Ockham niega
ambos tipos de esencias. Segn Ockham, los conceptos universales pueden ser explicados por
medio de las caractersticas del lenguaje (que describe la lgica terminista) y de la intuicin
general (que nos hace ser conscientes inmediatamente, sin proceso de abstraccin, de las
semejanzas entre los individuos). Por tanto, no es necesario postular universales in rem, y
por la misma razn, tampoco es necesario postular universales ante rem (con lo cual se
defiende la omnipotencia de Dios, que as no queda limitada por estos universales que Aquino
supona que estaban en la mente divina). Ockham no deja de utilizar el trmino esencia,
pero este deja en su teora de referirse al concepto universal para referirse exclusivamente a
las caractersticas que hacen que un individuo sea tal individuo. Dado que cada individuo tiene
caractersticas que los distingue de los dems, cada individuo tiene una esencia nica, y no
coparte nada con los dems individuos. Por tanto, solo los individuos concretos son reales.
Al desaparecer la esencia universal, tambin desaparece la distincion entre esencia y
existencia. Esta distincion, planteada explcitamente por primera vez por la filosofa rabe
(aunque basndose en doctrinas de Platn y Aristteles), supone que por un lado tenemos la
esencia universal (considerada como potencia) y por otro la existencia (considerada acto).
Aquino defendi esta distincion, identificando las esencias con los conceptos ante rem de la
mente divina, y la existencia con el propio Dios, de quien recibiran la existencia las criaturas
por participacin. En el modelo de Ockham, al no haber esencias universales, sino tan solo
esencias individuales, ya no es necesario distinguir entre esencia y existencia: ambas son
conocidas por intuicin al mismo tiempo (de hecho, Ockham afirma que el nico modo que
tenemos de conocer la existencia de algo es por intuicin). Tampoco tiene sentido la definicin
que da Aquino de Dios como el ser en que coinciden esencia y existencia: esto no implica que
Ockham niegue que Dios sea el ser necesario ni que exista desde toda la eternidad (por
supuesto, lo acepta por Fe), sino que tenga sentido la definicin, ya que esta solo puede
emplearse si se reconoce previamente la distincion entre esencia y existencia, algo que como
hemos visto Ockham rechaza sobre la base de que ambas son conocidas inmediatamente por
intuicin, y por tanto sobre la inexistencia de esencias universales.
Dos de los conceptos ms importantes de la metafsica de Aquino, la substancia y la
causalidad, van a ser admitidos por Ockham como supuestos necesarios que superan el criterio
del principio de economa, pero este va a utilizarlos de manera muy distinta a Aquino,
partiendo del intuicionismo propio de la epistemologa de Ockham. Aquino defini la
substancia como aquello que no procede de otro (reinterpretando la definicin de Aristteles
de la substancia como lo que no necesita de otro para existir, pero en el sentido de no
inherir en otro, no de no proceder de otro). Con esta definicin, Aquino va a identificar la
substancia con Dios (que es el nico ser que no procede de otro), y va a entender que los entes
individuales, las criaturas, solo son substancia en un sentido derivado, anlogo. Ockham
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parece basarse ms bien en la otra definicin que da Aristteles de substancia, como aquello
que permanece a travs del cambio. En primer lugar, Ockham constata que no conocemos la
substancia por intuicin, ya que solo intuimos (=percibimos) los accidentes (en este punto
estn de acuerdo tanto Aquino como Aristteles, puesto que en la teora aristotlica ya se
trataba a la substancia como un supuesto). Ahora bien, los accidentes son cambiantes,
mientras que nosotros consideramos que los entes tienen cierta identidad y permanencia, por
tanto debe haber algo que explique dicha permanencia, un ente postulado (la substancia) en el
que resida dicha identidad. Ahora bien, dado que la substancia no es intuida sino postulada, no
podemos conocer las caractersticas de dicha substancia (caractersticas que segn Ockham
solo podramos conocer por intuicin), y por tanto no podemos deducir nada racionalmente de
ella, puesto que en realidad nos es desconocida. De este modo, encontramos dos grandes
diferencias entre la forma de entender la substancia que tienen Aquino y Ockham: en primer
lugar, la diferente definicin empleada por cada uno implica que se entienda por sustancia, en
sentido primario, cosas distintas. Al definir sustancia como lo que no procede de otro, Aquino
considera que la nica substancia en sentido estricto es Dios, y los entes individuales (la
substancia primera de Aristteles) solo lo son en sentido secundario y derivado. Sin embargo,
Ockham define la substancia como un ente postulado que sirve de sostn a los accidentes y
que constituye la identidad de dichos entes individuales, cuya existencia conocemos por
intuicin de sus accidentes. Para Ockham, por tanto, son los entes individuales los que
justifican que se postule la substancia, y estos son por tanto la substancia en sentido primario
(curiosamente, en este punto Ockham est ms cerca de Aristteles que Aquino). En segundo
lugar, Aquino considera que podemos conocer caractersticas de la substancia, y por tanto la
emplea como premisa para obtener conclusiones (por ejemplo, en su especificacin de los
preceptos de la ley natural), mientras que Ockham tarta a la substancia como un mero
supuesto, y siguiendo su criterio intuicionista, rechaza que pueda ser utilizada como premisa
en un argumento, como si se tratara de algo plenamente conocido por nosotros.
Algo parecido ocurre con el principio de causalidad. Ambos autores admiten la validez
de este principio segn el cual, si algo comienza a existir, tiene que tener una causa. Para
Aquino (siguiendo en este punto a Aristteles) este principio va a ser un punto clave desde el
que podremos deducir conocimiento acerca de las realidades de las que no podemos tener
experiencia directa, esto es, conocimiento metafsico. Para Ockham, por el contrario, el
principio solo nos permite suponer la existencia de una causa, pero nada ms. Es decir, no nos
permite deducir cual es la causa a partir del efecto. El intuicionismo de Ockham implica que
para establecer una relacin de causa-efecto tenemos que haber intuido tanto la causa como
el efecto, de modo que no es posible ir desde un efecto conocido a una causa desconocida,
como hacia Aquino. Solo podremos establecer relaciones de causa-efecto sobre la base de la
experiencia, lo cual excluye el principio de causalidad como premisa de la metafsica, ya que
esta pretende precisamente ir ms all de la experiencia. Por otro lado, el que no podamos
conocer ms que aquellas relaciones de causalidad en las que tenemos intuicin tanto de la
causa como del efecto, hace que Ockham haga depender el conocimiento de la causalidad
completamente de la experiencia, y ello le lleva a afirmar que no conocemos relaciones
causales necesarias, sino tan solo contingentes (no puede conocerse nada necesario a partir de
la experiencia por el problema de la induccin: si el conocimiento de algo depende de la
experiencia, siempre es posible que una experiencia futura no cumpla con nuestras
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generalizaciones previas). Todo el aristotelismo (tanto la metafsica como el resto de doctrinas
aristotlicas) se basa en la existencia de dichas relaciones necesarias, que son las que nos
permiten conocer el mundo racionalmente (y no solo empricamente). Para superar la
experiencia y tener un conocimiento cientfico segn el modelo aristotlico (es decir, un
conocimiento consistente en deducir a partir de principios generales), que finalmente es
racionalista, son precisas dichas relaciones necesarias. As lo entendi Aristteles, y tambin
Aquino (y otros autores aristotlicos como Avicena o Averroes). Al negar que tengamos
constancia de relaciones necesarias (entre otras cosas para defender el dogma de la
omnipotencia divina) Ockham est no solo rechazando la metafsica racionalista, sino tambin
toda la ciencia racionalista, y sustituyndola por un modelo de ciencia mucho ms empirista
que el aristotlico.
Los dos entes cuya existencia es clave para la metafsica racionalista de Aquino (como
para cualquier metafsica cristiana) son Dios y el alma inmortal. Ockham, como telogo
cristiano, admite por supuesto la existencia de ambas entidades, pero rechaza que dicha
existencia sea demostrable racionalmente, como crea Aquino, y por tanto admite esta nica y
exclusivamente por Fe. Respecto a las demostraciones de la existencia de Dios, tanto Aquino
como Ockham rechazan las demostraciones a priori: en este caso el abstraccionismo de Aquino
(que es un empirismo moderado) y el intuicionismo de Ockham (que es un empirismo radical),
llegan a la misma conclusin: la existencia de un concepto no implica la existencia de un
referente real para dicho concepto, de modo que es imposible pasar del orden ideal (el de los
conceptos) al orden real (el de los entes). Sin embargo, Aquino admite las pruebas a
posteriori, y de hecho da cinco de dichas pruebas, mientras que Ockham las rechaza todas.
Aquino consideraba que partiendo de un dato de la experiencia (y por tanto del orden real) el
principio de causalidad nos permita llegar a una causa desconocida que produca ese efecto
que nos es conocido por la experiencia, y a continuacin identificaba esa causa con Dios. Como
hemos visto, Ockham no acepta ese uso del principio de causalidad, lo que en la prctica
supone invalidar todas las pruebas a posteriori aportadas por Aquino.
En cuanto al alma, Aquino sigue el modelo aristotlico que considera a esta como la
forma de los seres vivos. En tanto que forma, el alma es un concepto universal, comn a todos
los seres humanos, y por tanto una esencia universal que existe in re y ante rem (o sea, en la
mente divina). Adems, para justificar la objetividad del proceso de abstraccin Aquino
necesita (como Aristteles) que el entendimiento agente (el que realiza el proceso de
abstraccin) sea comn a todos los hombres. Uniendo dicho entendimiento agente la resto del
alma racional (y a esta con la sensitiva y vegetativa) Aquino va a intentar justificar la
inmortalidad personal (a diferencia de Aristteles o Averroes, que solo admiten la
inmortalidad del entendimiento agente comn). Ockham rechaza todos estos conceptos.
Ockham acepta que debe existir en el ser humano, como en el resto de los entes individuales,
una substancia que explique su identidad, pero afirma que no hay razn alguna para suponer
que dicha substancia tenga que ser de tipo espiritual (el alma) y no material. Ockham seala,
en efecto, que no tenemos intuicin alguna de dicha substancia espiritual en nosotros mismos.
De lo nico que tenemos intuicin es de accidentes, que son o bien percepciones o bien
estados reflexivos (como las emociones), y ambos se viven como actividades corporales. La
concepcin del alma como algo espiritual, inmaterial, se basa en Aquino (como en Aristteles)
en la teora hilemrfica, segn la cual los entes estn compuestos de materia y estructura
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(forma) siendo esta ultima comn a todos los seres del mismo tipo. Pero como hemos visto
Ockham no acepta la existencia de esencias (ni formas) comunes a diferentes individuos, sino
tan solo esencias individuales. Por tanto, la teora hilemrfica no pude ser admitida por
Ockham como base para postular que la identidad del ser humano (su esencia, su forma) tiene
que ser inmaterial, y no material. Por otro lado, siguiendo el principio de economa, Ockham
explica como actos corporales los actos intelectivos que necesitaban en el modelo de Aquino
de un alma racional y de un entendimiento agente comn. Al negar el proceso de abstraccin y
sustituirlo por la intuicin singular y la intuicin general, Ockham esta eliminando la necesidad
de postular un alma inmaterial para explicar el conocimiento conceptual como algo diferente
del conocimiento sensible. De este modo, no queda base alguna para afirmar que existe en
nosotros un elemento distinto de la materia, y mucho menos para afirmar que dicho elemento
sea inmortal. Por supuesto, Ockham acepta la existencia del alma inmortal, pero lo hace por
Fe, y no porque su existencia sea demostrable racionalmente.
tica
Los radicalmente distintos planteamientos ticos de Aquino y Ockham siguen el mismo
patrn de diferencias que sus posturas epistemolgicas y metafsicas. Del mismo modo que
Aquino encontraba una zona comn a la Fe y la Razn (los prembulos de la Fe) para justificar
la posibilidad de una metafsica racional, y Ockham separaba Fe y Razn para rechazar dicha
posibilidad, las relaciones entre Fe y Razn van a afectar a la posibilidad de una tica objetiva y
racionalmente demostrable. En el campo de la tica se produce una solapamiento de
tradiciones, igual que en la metafsica: por un lado encontramos la Revelacin cristiana, en la
que aparecen normas morales mandadas por Dios; por otro, la tradicin tica grecorromana
basada en el concepto de ley natural, y en particular el intelectualismo defendido por Scrates,
Platn y Aristteles, segn el cual la conducta ticamente correcta se basa en el conocimiento
racional de cul es esa conducta. Como en el caso de la metafsica, Aquino cree que ambas
tradiciones son compatibles, y Ockham cree que su combinacin pone en peligro la doctrina
cristiana y en particular el dogma de la omnipotencia divina. Por ello, para Aquino existen
normas morales objetivas y racionales, y para Ockham no.
Aquino distingue entre dos tipos de bienes (como es tradicional en el cristianismo
desde S. Agustn), los bienes naturales y los bienes sobrenaturales, siendo los primeros
cognoscibles por medios racionales (y comunes para todos los seres humanos), y los segundos
cognoscibles solo por revelacin (y por tanto solo accesibles a los cristianos). Aunque Aquino
da ms importancia a los fines sobrenaturales que a los naturales, como no poda ser menos
en un pensador cristiano, en la prctica desarrolla ampliamente una tica de los bienes
naturales basada en el eudemonismo aristotlico. Esta postura concibe el bien como la virtud,
esto es, como la completa realizacin de las tendencias inscritas en la esencia de cada cosa. De
ese modo, cada ente tiene una forma correcta de conducta marcada en su propia naturaleza, y
esa forma de conducta correcta puede ser conocida por medio de la razn. Hay por tanto una
moral objetiva y racional comn a todos los seres humanos (como es comn a todos la esencia
de ser humano). Ockham no pude admitir esto, puesto que ha rechazado la existencia de una
esencia comn para todos los individuos. Para Ockham, por tanto, no puede haber una ley
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natural puesto que no hay una naturaleza comn n la que pueda basarse dicha ley. Por otra
parte, en su desarrollo de los preceptos de la ley natural, Aquino emplea conceptos que
tampoco son admitidos por Ockham, como por ejemplo el concepto de substancia o el de alma
racional. Ockham admite la substancia como un supuesto necesario, pero especifica que no
sabemos en que consiste y que en consecuencia no podemos deducir nada de dicho supuesto.,
y eso es precisamente lo que hace Aquino en su desarrollo de la ley natural, al decir que todas
las substancias tienen, como ley tica natural, la tendencia a conservarse. Lo mismo ocurre con
el alma racional, a la que Aquino adjudica las tendencias al conocimiento y a vivir en sociedad.
Al no admitir Ockham que conozcamos racionalmente la existencia del alma (ni racional ni
ninguna otra) no tiene sentido decir que podamos conocer racionalmente las tendencias de la
misma.
Por otra parte, la defensa que hace Aquino de la ley natural, como racionalmente
cognoscible, se basa en su creencia en la intrnseca racionalidad del mundo, que ha sido
creado siguiendo la Razn, la cual se basa en la misma naturaleza divina: para Aquino, Dios es
racional y su creacin tambin lo es, as que podemos conocerla racionalmente al menos en
parte. Ockham, por el contrario, ha negado que tengamos constancia de relaciones necesarias
en el mundo, y por el contrario ha afirmado que todo en el mundo es contingente, lo que es lo
mismo que negar que la estructura del mundo sea racional (si fuera racional, sera necesaria).
Por la misma razn, Ockham niega que Dios tenga que ser racional. Para Ockham (como para
todos los pensadores agustinistas), en Dios predomina la Voluntad sobre la Razn. Segn
Ockham, esto se deriva del dogma de la omnipotencia divina: si Dios lo puede todo, puede ser
irracional si as lo desea. Aquino, por el contrario, cree que Dios es racional porque la razn se
basa en el ser, y Dios es el ser por excelencia, y afirma que esto no es una limitacin de la
omnipotencia porque no es una limitacin externa, sino que deriva de la propia naturaleza
divina. Por tanto, en el modelo de Aquino Dios ha mandado unas reglas morales porque son
las reglas racionales, mientras que en el modelo de Ockham Dios ha mandado las reglas que ha
querido, y podra haber mandado otras completamente diferentes si as lo hubiese querido,
porque ni hay nada racional en esas normas ni Dios tiene que limitarse a ser racional.
En la prctica, ambos autores admiten las mismas reglas morales, las que aparecen en
la Revelacin. La diferencia se encuentra no en las reglas concretas, sino en la forma de
justificarlas. Aquino hace una justificacin intelectualista de ellas, siguiendo la corriente
principal de la filosofa grecorromana que entenda que la tica era fundamentalmente una
cuestin de decisin racional. Aunque Aquino no es un intelectualista extremo (como si lo fue
Scrates) sino que siguiendo el modelo aristotlico le da un importante papel a la voluntad en
la formacin de hbitos, sigue siendo intelectualista porque considera que es la razn, y no la
voluntad, la que decide cual es el hbito correcto. Ockham, por el contrario, sigue la tendencia
voluntarista propia del agustinismo. Para esta tendencia, la tica es fundamentalmente una
cuestin de voluntad, de emocin, ms que de decisin racional, y afirma que las normas
morales no necesitan ser demostradas racionalmente. Ockham lleva esta tendencia al
extremo, puesto que no solo afirma que no es necesario ni posible demostrar la racionalidad
de las normas morales, sino que afirma explcitamente que Dios puede actuar irracionalmente
si as lo desea, y que por tanto las normas dictadas por Dios son meramente convencionales,
sin fundamento natural o racional alguno. Solo se basan en la voluntad divina. Por tanto, no
hay ms justificacin para dichas normas que el hecho de que aparecen en la Revelacin. La
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postura de Aquino ser el antecedente directo del iusnaturalismo de la poca moderna, el cual
defiende la existencia de una tica y unos derechos racionalmente cognoscibles, pero ya al
margen de su fundamentacin teolgica. Ockham ser a su vez precedente indirecto del
emotivismo del siglo XVIII, encabezado por Hume, que rechaza el intelectualismo la
mayoritario de la tradicin occidental y defiende que la tica se basa en las emociones y no en
las demostraciones racionales.
Por ltimo, la distincion entre ley eterna, ley natural y ley positiva que establece
Aquino, pierde parte de su significado en Ockham. Para Aquino, la ley natural es la parte de la
ley eterna cognoscible racionalmente, y se correspondera con los prembulos de la Fe. Dado
que Ockham no admite que haya una ley moral racionalmente cognoscible, ni que exista un
terreno compartido por Fe y Razn, para l no tiene sentido el concepto de ley natural. El
nico criterio moral fijo y objetivo es la Revelacin, o sea, la ley eterna dictada por Dios y
racionalmente indemostrable. Para Aquino, la ley positiva, esto es, la ley escrita del Estado,
tena que adecuarse a la ley natural para ser justa (y por supuesto, tambin a la ley eterna). En
Ockham no hay ley natural a la que tenga que adecuarse el Estado. La ley eterna, o sea, la
revelada, es el nico criterio para la ley del Estado. Sin embargo, hay muchos aspectos sobre
los que tiene que legislar el Estado y que no aparecen en la ley revelada. En esos casos, el
convencionalismo de Ockham aparece en la forma de consentimiento del pueblo: no hay una
ley natural que limite en esos casos el poder legislativo del Estado, siendo la nica limitacin la
aceptacin del pueblo, que es en quien reside la soberana otorgada por Dios.
Poltica
Las diferentes relaciones entre Fe y Razn que encontramos entre estos dos autores
(con una zona comn en Aquino, totalmente separadas en Ockham) se reflejan en su
concepcin de las relaciones entre Iglesia y Estado, que son las instituciones que encarnan
respectivamente la Fe y la Razn. El planteamiento de Aquino reconoce a cada una de estas
instituciones una labor independiente (como en el caso de los artculos de Fe y las verdades
naturales), pero la tiempo plantea una zona de confluencia en la que la Iglesia, como
intrprete de la ley natural a la luz de la ley eterna, puede y debe poner lmites a la ley positiva
del Estado. De este modo, aunque Aquino considera que le poder temporal es independiente
del poder espiritual (o sea, el Estado de la Iglesia) , considera al tiempo que la Iglesia tiene un
poder moral sobre el Estado, basado en la ley natural. Ockham, por supuesto, rechaza que
exista dicha zona de confluencia, ya que rechaza la ley natural, y por tanto rechaza igualmente
que la Iglesia tenga ningn tipo de poder sobre el Estado. En su modelo defiende la total
separacin de ambas instituciones (como defiende la separacin de Fe y razn) de modo que
cada una de ellas se fundamenta en ltima instancia en Dios, en el caso del Papa por eleccin a
travs del concilio, y en el caso del Emperador por eleccin de los prncipes electores, basada a
su vez en el consentimiento popular. En la prctica, Ockham tom partido activo a favor del
bando imperial en la disputa que enfrento al Imperio y la Iglesia, negando que el Papa tuviera
ningn tipo de autoridad sobre el Emperador. Aquino, por su parte, adopto una postura
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intermedia, que sin aceptar las pretensiones del papado de tener autoridad temporal sobre el
Imperio (lo que implicara que era el Papa quien nombraba al Emperador), le reconoca al
papado una autoridad moral sobre el Estado en general, y tambin sobre el Imperio.
En cuanto a la forma de gobierno recomendada por cada uno de ellos, podemos decir
que Ockham est algo ms cerca de los planteamientos democrticos caractersticos ya de la
edad moderna que Aquino. Aquino defiende un sistema combinado de monarqua, aristocracia
y democracia que en realidad no es sino la forma de funcionamiento de las cortes habitual en
su tiempo: un sistema monrquico que rene unas cortes consultivas en las que estn
representados los estamentos eclesistico, nobiliario y llano, siendo este ultimo elegido entre
los plebeyos como representantes de las ciudades (esto es, aquellas poblaciones que no
estaban sometidas al poder de ningn seor feudal). Lo que plantea Aquino no va por tanto
ms all del sistema aceptado en su poca, que en cualquier caso est muy alejado del
absolutismo, propio de la poca moderna. La postura de Ockham en este sentido es casi
idntica: Ockham defiende las estructuras existentes en el Imperio de su poca, que incluyen
las cortes tales como las hemos explicado. Por otra parte, Ockham seala que el poder del
Estado reside finalmente en la aceptacin del pueblo, que recibe la soberana de Dios. Es decir,
segn Ockham los seores no reciben la autoridad directamente de Dios, sino solo a travs de
la aceptacin del pueblo, que es quien es realmente soberano. Sin embargo esto no es un
planteamiento tan democrtico como pudiera parecer a primera vista. En realidad, Ockham
defiende el sistema de eleccin imperial en uso, por el que varios prncipes electores eligen
entre ellos al emperador, del mismo modo que defiende la monarqua hereditaria en los
diferentes reinos. Por tanto, la soberana popular no se ejerce como eleccin del gobernante,
sino tan solo como consentimiento. Si deja de existir el consentimiento est justificado el
derecho de rebelin. Pero tanto la soberana popular (en este sentido muy restringido de
consentimiento) como el derecho a rebelin es algo que planteaban casi todos los pensadores
medievales.
El aspecto ms democrtico de Ockham no se da respecto al Estado, sino respecto a la
Iglesia. Ockham fue un firme opositor a las pretensiones absolutistas del papado (el papado
fue quien primero planteo una teora poltica absolutista), y como freno al mismo propuso que
la autoridad mxima de la Iglesia fuese el Concilio y no el papa. Dicho Concilio deba ser
elegido a partir de las parroquias, lo cual supondra una democracia representativa. El
conciliarismo, que llegara en el siglo XV a ser una corriente importante dentro de la Iglesia,
puede ser considerado como el precedente directo de las teoras democrticas modernas, lo
mismo que la doctrina de la ley natural de Aquino lo es del iusnaturalismo, tambin vinculado
a las teoras democrticas de la edad moderna.