a muchas voces, testimonios de la lucha magisterial

5/11/2018 A MUCHAS VOCES, Testimonios de La Lucha Magisterial - slidepdf.com

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PROLOGO

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación(SNTE) tiene fama de ser el sindicato más grande deAmérica Latina; que lo sea o no poco importa, pero que setrate de un gigante de casi un millón de cabezas importa ysubraya su influencia en la vida del país. El gigante SNTEno es sino el acompañante obligado de otro monstruo: laSecretaría de Educación Pública (SEP). Semejantestamaños son consecuencia df una historia política queempezó en los años de la primera institucionalización(Obregón-Vasconcelos), y cuyo subsuelo lo constituye la

necesidad de una difusión del discurso ideológico quefundara una nacionalidad, y en el mismo acto, legitimara unEstado, un gobierno, una política.Hay qur decir que en materia educativa la RevoluciónMexicana ha cosechado buenos éxitos. Desde la difusiónculta de Vasconcelos, pasando por el proyecto populista

productivista de Bassols y los libros gratuitos (pero sobr etodo uniticadores) de Torr es Bodet, hasta la malogradarevolución educativa de Reyes Heroles, no pareceencontrarse solución de continuidad; y sin embargo ciertasconstantes existen:la permanente expansión del sistema educativo, laconce pción educacionista en el discurso del progreso y eldesarrollo, y el ininterrumpi- . do lengua je nacionalista.•Si en .ilgun.i área el Estado ha logrado construir unsistema unificado nacionalmente lia sido en el área

burocrática-educativa: construyó escuelas en todo elterritorio mexicano y ha repartido maestros y libros iguales.Ciertamente no ha podido erradicar el analfabetismo. vdespués de seis decadas no logra ofrecer índicessatisfactorios de es( (il.nid.id n;n ion.il ;i la población queconcluye el ciclo de educación primaria (sólo lo hace 52%de los que lo inician), etcétera. En cambio ha inipueslo imcalendario cívico en el que escuelas y maestrosdeseiiipeñ.tii un papel fundamental; ha ditundido unahistoria de bronce con\ inccnte: lia (ie;i<lo ex pectativas deascenso individual, y h.i mlluido en l.i moderni/in ion decieñas ar cas productivas, sobre lodo en los r englonesagropeí minos. No es poca tosa lo que h;> logr ado. y estodebe contemplarse como una de las claves de los años lar-gos de e.slal)ilidad social v consenso.Paralelamente, sobre todo a partir de la posguerra, elsindicato se convirtió en territorio de cacicazgos que fueronconstruyendo una pirámide poderosa. Si el subsistema



educativo era y seguirá siendo vital para el sistema, loscaciques sindicales exigían retribuciones proporcionales. Elúltimo episodio de lucha interna cupular desembocó enseptiembre de 1972: a partir de entonces se erigió unaestructura extensa y centralizada, cuyo vértice es una sola

persona, el jefe vitalicio, Carlos Jonguitud Barrios.Jefaturas máximas como la del SNTE, requieren de unaparato funcional y extenso y de una política clientelar y deconquistas laborales efectivas. Esto último falló en un

periodo largo y se acumularon tensiones y rezagos queabrieron una coyuntura en la que surgió una fuerzainsospechada: la insurgencia magisterial. La presenciaradical de decenas de miles de maestros, su capacidadorganizativa, su movilización ininterrumpida durante

periodos largos, la convirtieron en la fuerza popular másdestacada del periodo. En cierto momento, las cuarteadurasen el aparato de control sindical parecían profundas eirreparables. Pero si la insurgencia sorprendió por su fuerza,organización y continuidad, la estructura caciquilsorprendió por su resistencia, su capacidad política derecuperación.

A muchas voces

Este libro quiere ser la historia de la insurgencia magisterialcontada a muchas voces; se propone la reconstrucciónnarrativa a partir de los testimonios de muchos de los

protagonistas. Es el resultado de una investigación llevada acabo en el Seminario "México Contemporáneo" de laDirección de Estudios Históricos del 1NA H . A muchas vo-

ces está basado en testimonios recogidos en 1980 y 1981; lamayoría de las entrevistas son anónimas. En este trabajo derecuperación debo agradecer la colaboración de SaúlEscobar, Carlos San Juan, Josefina Ramírez, Diana Belloda,Luis Hernández, Francisco Abardía y José Luis Sánchez.La redacción del libro la hice como parte de mi programade año sabático en el Departamento de Historia Contem-

poránea de la Universidad de Roma La Sapienza, donde fuiinvestigador invitado en el periodo 1985-1986.Como la intención era ofrecer una historia narrativa, extrajede un total de 68 horas de grabación los fragmentos querelataban algún episodio e hice un trabajo de ensamblaje, demodo que resultara una narración continua. Cada uno de lostextos (salvo el primero "Los maestros vinieron del sur '' queofrece una visión en conjunto del periodo, y a excepcióntambién délos textos 7, 9, 10 y 11, que son crónicas escritasen el momento, está construido a partir de variasentrevistas, por lo que la versión resultante sólo puede ser responsabilidad mía. En algunos casos, sin embargo, como



en los dedicados al Valle de México, la estructura narrativaesta constituida por dos largas entrevistas a José LuisSánchez y Teodoro Palomino.

A muchas voces es un libro incompleto. La recopilación fue

insuf iciente para reconstruir a muchas voces la historia delmovimiento de cada una de las secciones rebeldes.

Insuficiente e irregular. El material es rico en algunos casos

y pobre en otros. Con este hecho lamentable se relaciona el

que a los movimientos del Valle de México o de Oaxaca le

dedique más páginas que, por ejemplo, a los de Chiapas o

Morelos, de ninguna manera con que les conceda mayor

importancia o calidad. Lamento no haber tenido los

materiales ni la capacidad para escribir el libro que hubiera

querido: el movimiento relatándose a sí mismo, a muchas

voces.

1. LOS MAESTROS VINIERON DEL SUR (la insurgencia magisterial, 1979-1982 )*

En 1979 se escuchó la primera protesta de los maestros,venida deChja;

p^s. Después, cuando parecía perderse, aumentó de

volumen; cuando parecía aislada, se enlazó a la de otros,

también del sur, de Qaxaca. La protesta fue entonces más

sonora, abarcó al país, conmovió a su capital inundada por

miles de maestros que invadieron sus calles céntricas ("pero

si éstos parecen campesinos") y puso al movimiento en el

primer plano de la escena nacional: se inauguraban los



"plantones" masivos a los que habrían de recurrir

intermitentemente. Oaxa-ca entró a escena en mayo de

1980. Los contingentes de Oaxaca y Chiapas sumaron más

de cuarenta mil maestros. A esta presencia masiva de los

maestros del sur se incorporó Morelos. Para no suscitar dudas, los morelenses vinieron caminando por la autopista

México-Cuernavaca, descansaron en Topilejo, al día

siguiente llegaron al ÜF y se hospedaron en los salones de

la ciudad universitaria. Los tres grupos confluyeron en el

centro. El movimiento corrió vertiginosamente entre mayo

y noviembre, sorpr endiendo a la dirección del sindicato de

la que obtuvo promesas firmadas, convenios favorables que

parecían abrir espacios democráticos en las secciones de lostres estados. Al terminar 1980 un nuevo contingente, el del

Valle de México, toma las calles. Pero no es el mejor

momento, entra cuando los otros ya tensaron sus fuerzas y

se replegaron, y cuando las vacaciones están a la vuelta de

unos días. Da la impresión de un movimiento desboca-d(».

Los del Valle se ven obligados á retirarse en espera de un

momento mejor. En enero están de regreso. La insurgrncia

magisterial vuelve con dos contingentes de re f resco:Guerrero e Hidalgo. Es el punto más alto del auge. Los

estados en r e beldía son seis, no habrá más, pero seis se

constituyeron en una fuer za muy importante, mostraron su

solidez resistiendo el prolongad'» ref lujo que se extendió du

rante todo 1981, y estarán presentes en las movilizaciones

de los primeros meses de 1982.

Se habla del movimiento magisterial, aunque con mayor

precisión debería hablarse de movimientos magisteriales.Es cierto que mucho los identifica: sus relaciones laborales

con un mismo patrón (la SKI'), su pertenencia a un mismo

sindicato nacional (SNTK), y demandas comunes salariales

y políticas. Pero también es cierto que en cada estado los

maestros viven en condiciones específicas, cada

contingente ha generado su propia organización y reconoce

su propia dirigencia, cada región, en fin, tiene una dinámica

especial con itinerarios e intensidades diferentes. Suscomunes enemigos y demandas hacen necesaria la unidad

nacional. Pero su naturaleza democrática, con intensa par-

ticipación de las bases, impuso una política regional



autónoma. En esta dualidad reside su fortaleza y su

debilidad: la capacidad para mantener un vínculo estrecho

entre las direcciones (las directrices) y sus bases, y la falta

de una estrategia unificada.

En un 'movimiento de largo alcance difícilmente se lograresolver esta contradicción adoptando estrategia y

direcciones únicas sin inhibir la participación entusiasta y

continua de la base en sus formas de organización. Más

difícil es alcanzar esta unidad en ausencia del tradicional

caudillo, y una característica afortunada de esta insurgencia

es la ausencia de un caudillo. No hay el dirigente

indiscutido, ni la "instancia" central indiscutida. Las

decisiones cruciales no han sido tomadas en laCoordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación

(CNTE) sino en los Consejos Centrales de Lucha (CCL)

constituidos en los estados con representantes directos de

las delegaciones y los centros de trabajo. En ningún caso la

Coordinadora ha vetado o modificado sustancialmente los

acuerdos tomados en los CCL. En cambio a menudo apoyó

acciones que habían sido planeadas y realizadas por uno de

los CCL sin a previa discusión en la instancia nacional.Desde luego que en esos casos no se eludió la crítica. Pero

esta dominación de los CCL sobre la CNTE no se modificó

en todo fl periodo. Es claro que la Coordinadora reconoció

siempre explícitamente la autonomía de las organizaciones

que la constituyeron. De esta manera la pluralidad fue

necesaria: las posiciones podían estar asociadas a corrientes

o partidos políticos de izquierda, pero eran tomadas en

cuenta, discutidas y respetadas en tanto que expresiones delas masas. Esto generó discusiones muy polarizadas, pero

sobre una unidad mucho más sólida de lo aparente, sobre

una unidad necesaria.

En el periodo de esta historia (1979-1982) apreciamos una

continuidad sorprendente. A esta apariencia (que algunos

han querido ver como un auge sostenido) contribuye la

incorporación encadenada de los seis contingentes

principales (Chiapas en mayo de 1979, Oaxaca en mayo de1980, Mor olos en noviembre de 1980, Valle de México en

diciembre de 1980, Guerrero e Hidalgo en enero de 1981;

otros como Michoacán, Guanajuato y Puebla realizaron en



su momento acciones importantes). También contribuyó a

esta imagen de continuidad la sobrevivencia, aunque en

momentos sólo nominal, de su organismo de coordinación.

Sin embargo, podemos distinguir claramente cuatro fases:

1) El periodo de ascenso: del estallido inicial en Chiapas ala incorporación de Oaxaca en mayo de 1980.

2) El primer auge: de mayo de 1980 a febrero de 1981. Este

periodo tiene dos cúspides: las movilizaciones de

noviembre (Morelos, Chiapas y Oaxaca) y las de enero-

febrero (Guerrero, Hidalgo, Valle de México).

3) Reflujo y repliegue: de los acuerdos de febrero de 1981 a

diciembre del mismo año.

4) Repunte y segundo auge: de diciembre de 1981 a losacuerdos de abril de 1982.

Educación para todos

Antes de definir los rasgos de cada periodo, importa

detenerse en las circunstancias económicas y políticas en

las que se gestó la insurgen-cia magisterial.

Educación para todos y austeridad en el gasto público

parecen piezas sacadas de rompecabezas distintos. Impulsar

un programa expansivo en el área educativa en un periodo

de austeridad fue posible debido a la hielera salarial

conectada a una estrategia sindical entreguista. A esto hay

que sumar el crecimiento del aparato burocrático. El in-

cremento notable en el número de plazas (63 mil nuevas

contrataciones en 1978 y 33 mil en 1979 se agregaron a los

400 mil maestros de preprimaria, primaria y secundaria queya había en 1977) significó un salto excesivo que desbordó

el sistema administrativo ya ineficiente. Tanto la SEP como

la Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP) deben

haber previsto esta situación y, aunque un poco tarde,

decidieron la desconcentración de múltiples funciones de la

SEP, creando delegaciones estatales (1978) y la

desconcentración de pagos (en vigor a partir de enero de

1981). En este conjunto de circunstancias se encuentran losmotivos centrales de la inconformidad de los maestros:



1) La demanda detonante fue provocada por los frecuentes

e increíbles rezagos en el pago de salarios. En casi todos los

estados (y no sólo en los que se consolidó la insurgencia)

hubo protestas airadas, en algunos promovidas por los

dirigentes charros, ante una situación insoportable:maestros que no habían cobrado sus salarios en varios

meses, y algunos incluso en años.

2) El primer impulso se enlazó a las demandas principales:

aumento salarial, descongelamiento de los sobresueldos y

democracia en el sindicato. El malestar se había acumulado

en tres años de austeridad salarial combinados con

inflación. El aumento fue entonces la demanda natural y

general de los maestros. Estas demandas brotaron con másrazón y más temprano en los estados de mayor carestía —es

el caso de Chiapas, donde el boom petrolero produjo

elevadísimos incrementos de precios, i

La lucha, por la democratización sindical es provocada en

primer lugar por la sistemática negativa de los dirigentes

"legales" a encabezar la lucha; y en segundo lugar porque el

deterioro sufrido por los salarios es responsabilidad del

grupo que detenta el poder sindical. En consecuencia r.stalucha es producto de la quiebra de la estrategia salarial

adoptada por Vanguardia Revolucionaria.

3) Las contradicciones entre la administración de la SK I' ylos dirigentes del SNTK se agudizaron al parecer conmotivo de la reforma administrativa promovida por aquella.Hubo repetidos enfrentamien-tos entre el sindicato y losllamantes delegados estatales. Vanguardia R evolucionaria

parecía advertir: "no hay reforma administraliva sin mí", y

exigió reiteradamente la destitución de delegados endiversos estados de la República: en San Luis Potosí,Mor olos, Ve rae ru/.,-Hidalgo, Oaxaca. Más queenfrentamienlos entre el cacique sindical de la región y unnuevo poder impuesto en su territorio, sf trataba de unalucha entre dos poderes centrales. El mismo conllicto sevolvió a pre.seniar en el siguiente sexenio, cuando elsecretario de Educación, jesús Revés Heniles, quiso llevar ;icabo la que llamó "revolución cducaliv.i". Después de su

muer te. el sci relalio sucesor. Miguel (»on/.;'ilc/ A velar. <ollgrió <•! proyecto lllli i.nlo (.sobr e lodo cu lo lele-relUr ;il.i (lesconceiltración) (rdiendn lerreno a Jonguitiid y .1V.m-giidrdi.i. 1'cro ese es oiro e pisodio que licin- (|iir ver



«•n l.i ¡iii|)oil.iiic¡u [)ii*ílii,i no s<'ilii (DIIIO (•siruciur anacion.il (Ir dif usión. sino COVIIIKU-iiilliiciltf. coino .ip.n ;i«iiniiv probado en el c.impo r l<'i lonil. H.iv que recordar que«•I s\ 11' es l.i ilnic.i eslni» nir.i o'u.iiiif.1 que ( m-m.i con

un agremiado aún en el pueblo más pequeño y aislado. Estehecho no es, bajo ninguna circunstancia, despreciable,mucho menos en tiempos preelectorales.Aquí hay que referirse a la estructura vertical y a losinstrumentos de control del sindicato. Las of icinas delComité Ejecutivo Nacional del SNTE se encuentran en laciudad de México, a media cuadra de las oficinas de la SEP.La centralización de funciones administrativas y de lasgestiones sindicales permitió erigir un sistema de controlférreamente piramidal minimizando la autonomía de lassecciones. Este poder centralizado y piramidal reduce lacapacidad gestora de las bases y permite a la cúpuladistribuir prebendas en todas las capas de la pirámide ycosechar agradecimiento e incondicionalidad, conserva asíel consenso pasivo y esperanzado de la base y fortalece la

posición de los dirigentes ante las autoridades. Por eso ladesconcentración propuesta e instrumentada por la SEPdañaba un nervio delicado del sistema, creaba expectativasen grupos disidentes de Vanguardia Revolucionaria o de los

viejos grupos contrincantes, y alentaba la acción autónomade las secciones (a pesar de los estatutos que prácticamentedejan toda la capacidad ejecutiva en el CEN) al posibilitar la solución de muchos conflictos en el ámbito estatal.

Ante esto reaccionó la dirigencia del SNTE. La actitudasumida por el grupo capitaneado porJonguitud Barriosdesde la gubernatura de San Luis Potosí y Ramón MartínezMartín desde la dirección formal del sindicato, no fue la deoponerse a la reforma, sino la de someterla mediante el

control de los delegados o de su sujeción. AI parecer la SEPoptó por eludir el enfrentamiento: removió a cuantodelegado fue necesario, pero la desconcentración avanzó.Ya en el periodo de Reyes Heroles (los primeros dos añosdel sexenio del presidente De la Madrid), se dieron pasosmucho más ambiciosos en la descentralización, f irmandoconvenios con los gobiernos de los estados que apuntaban aque éstos asumieran casi completamente la gestióneducativa;

procedimiento que se vio frenado en los cuatro siguientesaños.Esta contradicción entre la SEP y Vanguardia

Revolucionaria creó un campo propicio para el cultivo de la



insurgencia. El caso de Oaxa-ca es el más ilustrativo. Allí el

movimiento se originó precisamente por un emplazamiento

a huelga hecho por los dirigentes de la sección 22 en

demanda de la destitución del delegado estatal de la SEP.

Cuando el delegado fue removido, los charros levantaron lahuelga, pero los maestros (que no estaban invitados al

pleito) la mantuvieron y se siguieron de frente exigiendo

aumento salarial. Y cuando los dirigentes formales se

negaron a seguir encabezando la lucha, entonces

des(huyeron al Comité Seccional y demandaron el

reconocimiento de una Comisión Ejecutiva electa

democráticamente al calor de las movilizaciones. Todo esto

sucedió en menos de diez días.

Vanguardia Revolucionaria

Vanguardia Revolucionaria (VR) es un grupo político del

sindicato. Su jefe indiscutido y vitalicio es Carlos Jonguitud

Barrios, en esos años gobernador de San Luis Potosí. Los

jerarcas de VR son los jerarcas del sindicato. Es decir, VR

se encima en el sindicato y lo hace suyo. La relación entreella y las instancias dirigentes del SNTE es más simbiótica

que la que hay entre el Partido Revolucionario Institucional

(PRI) y el gobierno. Con el agravante de que en este caso el

maximato se estigmatiza y en aquél se institucionaliza y

alaba.

Vanguardia Revolucionaria nació del Movimiento 22 de

Septiembre de 1972 que, aprovechando un amplio

descontento"aé Fa base y eTapoyo gubernamental, llevó a

un nuevo grupo a la dirección del SNTE; el jefe desde

entonces era Jonguitud. Este nacimiento le dio una imagen

de legitimidad, de expresión de un movimiento de masas,

vocero de un descontento que efectivamente existía. Desde

entonces VR se ha sustentado en una ideología nacionalista,

en una política presi-dencialista y en un manejo clientelar

de la corrupción.

Desde que asumió el poder sindical, VR ha intentado

hacerse de una aureola antimperialista y nacionalista, por

ello ha dado importancia a la difusión ideológica en el

sindicato y creado escuelas sindicales para la formación de



sus cuadros. Pero sólo produjo cuadros incondicionales

mezclando esta difusión ideológica con una política

distributiva de corrupción y prebendas: desde los ascensos

escalafo-narios, las dobles plazas y el manejo de las

cooperativas escolares, pasando por las direcciones deescuela y las inspecciones de zona, hasta los puestos más

elevados de los comités seccionales y los codiciadísimos

del Comité Ejecutivo Nacional, todos estos puestos fueron

negociados a cambio de incondicionalidad y sumisión ante

la jefatura máxima. De este modo logró construir una red de

compromisos que se extendió a todas las zonas y escuelas

del país; la mayoría de los directores, la casi totalidad de

inspectores y la mayor parte de los secretariosdelegacionales tienen algo que defender (o que esperar) en

el bando de Vanguardia.

La médula de la estrategia sindical implantada por VR es lo

que se llamó "negociar en frío", que consiste en solicitar al

gobierno "aumentos sustanciales"de salarios, sin determinar

ni monto ni plazos, y por supuesto sin recurrir a la

movilización de la base, ni utilizar el recurso de la huelga,

limitándose a la negociación cupular. Esta política sometiólos intereses inmediatos de los maestros a los designios de

la política económica del Estado. Bajo el gobierno de Luis

Echeverría redituó paz y consenso, pero bajo la política de

austeridad salarial de López Portillo trajo resultados

opuestos. Tres años (1977, 1978 y 1979) fueron suficientes

para que la situación se tornara crítica, para que la presión

de la base creciera por demandas económicas, para que la

estrategia de VR quedara en evidencia y para que se frac-turara el consenso. Recuérdese que en esos años del calor

petrolero, el discurso oficial llamaba a prepararse para

administrar la abundancia al tiempo que los maestros veían

decrecer abruptamente su salario real. Es muy significativa

una de las primeras consignas coreadas en los actos de la

insurgencia: "País petrolero/ maestro sin dinero". Otra

actitud pudo esperarse en el siguiente sexenio, en el que el

propio discurso oficial hacía reiterados llamados alsacrificio para salir de la crisis.



Fases de la insurgencia Ascenso

(junio de 1979 a enero de 1980)

El primer brote nació arrinconado en el sur. Los

contingentes de Chia-pas y Tabasco libraron una batalla por la recuperación del salario perdido y contra el aislamiento.Lograron un aumento especial mínimo, suficiente paraacallar al contingente tabasqueño. Chiapas siguió solo. Ensu lucha contra el aislamiento (geográfico y político)convocó al primer Foro Nacional de los Trabajadores de laEducación y Organizaciones Populares. De ahí surgió laCoordinadora Nacional. En la Montaña de Guerrero sedesató un movimiento que no rebasa el nivel regional y

termina siendo reprimido; es otro de los movimientos pr ecursores, más tarde será uno de los contingentes mássólidos del C:(:l. de Guerrero. En este periodo inicial nohay una acumulación importante de fuerzas, en cambio seaporta una experiencia organizativa (la forma de Conse joCentral df Lucha) que servirá de modelo a otros estados;siembr a pcquc-ños grupos solidarios que después influiránen la lucha de sus propias secciones: un e jemplo en estesentido es el del Valle de México, donde ai tivisias

dispersos lograron unirse para brindar solidaridad ciChiapiis. más i.irde este misino grupo pr« moverá el apoyoa Oaxaca, para luego convertirse en el núcleo del CCL delValle. Fue un movimiento que hizo el camino de solidario a

protagonista. Finalmente, y quizá lo más importante, este periodo deja constituida la Coordinadora Nacional deTrabajadores de la Educación (CNTE). En adelante los

brotes regionales no estarían aislados.

Auge (mayo de 1980 a f ebrero de 1981)En enero de 1980 ya existía la CNTE pero su fuerza demasas era mínima, apenas hacía sombra. En el Congreso

Nacional del SNTE realizado ese mes en Chetumal, laaplanadora de Vanguardia arrasó ante la presencia muda deapenas cuatro o cinco delegados democráticos. El primerode mayo estalló el movimiento oaxaqueño. Fue un estallidoque sorprendió a todos por su radicalidad y por la rapidezcon la que se extendió al último rincón del estado. En unoscuantos días el movimiento estaba fuera de control

construyendo instancias organizativas con intensísima participación de base. Un mes después los maestrosoaxqueños llegaron a la ciudad de México. Entonces laexistencia de la CNTE adquirió una enorme importancia.



Organizó la solidaridad, difundió las demandas oaxaqueñas,fue punto de enlace con el movimiento de Chiapas y deotras regiones como la Montaña gue-rrerense. El contagiocundió, aprovechando las instancias construidas bajo la

influencia de Chiapas. Otra vez el ejemplo más notable esel del Valle. El grupo de activistas que se había organizado para promover la solidaridad con Chiapas acompaña a losmaestros oaxa-queños en brigadas conjuntas que recorrenlas escuelas de la periferia de la ciudad. La respuestasolidaria es inmediata y conmovedora. Las brigadasconjuntas también llegan al estado de Hidalgo. Empiezan aformarse los consejos del Valle y de Hidalgo con sus

propias demandas (que son las mismas o muy similares alas de los contingentes que vinieron del sur), al mismotiempo que se extendía la inconformidad en el estado deMorelos. Ahí otro motivo había prendido la llama: el tratonegligente en los servicios médicos del Instituto deSeguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado(ISSSTE) causó la muerte de una maestra; a esto y a lanegativa del Comité Seccional de encabezar la lucha, sesumaron las demandas de recuperación del salario y dedemocracia sindical.En noviembre de 1980 el panorama es sorprendente. La

insurgen-cia parecía tener una enorme fuerza expansiva.

Chiapas, Oaxaca y Morelos eran los únicos contingentes

que habían desarrollado accio nes de masas, pero hay brotes

importantes en estados como Puebla, Michoacán,

Guanajuato, Hidalgo, Guerrero, Tlaxcala y México. Ade-

más hay grupos de activistas en muchas otras secciones (se

reportan de Nayarit, Baja California Sur, Colima y

Veracruz) y fuerzas importantes y de larga tradición: La

Laguna en Coahuila, Nuevo León y Chihuahua. Noviembre es el mes de mayor optimismo para el

movimiento y su coordinadora: hay bases firmes para

generar acciones de masas en diez estados de la República.

Y hay conf ianza también de que esos diez arrastren a otros

y su influencia sea irreprimible. La presencia masiva de los

maestros del sur en la ciudad de México llama podero-

samente la atención de la opinión pública nacional, y

sorprende tanto al gobierno como a la dirigencia nacionaldel sindicato; se ven forzados a hacer concesiones en el

plano económico además de las reiteradas promesas de

solución a los rezagos y el aumento especial a los maestros



de zonas marginadas. Se promete la revisión de los sobre-

sueldos y se somete a estudio la demanda de aumento

directo en el sueldo. En el aspecto sindical se reconoce a las

comisiones ejecutivas (en sustitución de los comités

destituidos) en las tres secciones rebeldes, y el CEN secompromete a convocar a los congresos extraordinarios

para elegir a los nuevos comités y regularizar la vida

sindical.

La segunda punta del auge ocurre en el mes de febrero de

1981. Los contingentes protagonistas vienen de otras tres

secciones: Guerrero, Valle de México e Hidalgo. Es el

punto de mayor acumulación de fuerzas y por primera vez

se puede hablar de un movimiento nacional. Un añodespués de fundada, la CNTE por primera ocasión logra

concertar acciones conjuntas de gran envergadura con la

participación de estas tres secciones y el acompañamiento

de todos los otros grupos. Hasta entonces su acción se había

limitado a concertar la solidaridad con los movimientos de

los estados insurgentes: Chia-pas, Oaxaca, Morelos,

México.

Ciertamente en noviembre coincidieron las movilizacionesde tres secciones, pero podr íamos decir que sucedió de unmodo natural, como resultado de sus dinámicas locales, yen esa confluencia muy poco tuvo que ver la CNTE comoinstancia de planeación. Esa es la distinta calidad de las

jornadas de febrero: las acciones de los tres nuevoscontingentes fueron planeadas conjuntamente. Además, seelaboró un pliego petitorio nacional y por primera vez seintentó una negociación conjunta. Por otra parte este mescierra la fase expansiva del ciclo: ya no hay estadosemergentes. Puebla, Guanajuato, Michoacán, Tlaxcala,eincluso Chihuahua, se quedaron en la puerta, o decaye ron,o la inconformidad permaneció latente.

Desde otra perspectiva' la fuerza mostrada en las

manifestaciones de febrero, la trayectoria ascendente de la

insurgencia desde mayo del año anterior y la intensidad del

descontento en todo el gremio, impusieron mejoras

económicas, pusieron en alerta a los dirigentes de Van-

guardia Revolucionaria y unif icó (al menos

coyunturalmente) a las fuerzas enemigas del movimiento:las negociaciones en la cúpula no son del dominio público,

pero parece evidente que la presencia de la Secretaría de

Gobernación salvó las diferencias entre la SEP y CEN del



SNTE e impuso una solución que el movimiento no tuvo

más remedio que aceptar. Lo cierto es que las concesiones

aparentes en el plano sindical, y una dosis de represión,

lograron frenar el impulso expansivo de la insurgencia.

Desde el punto de vista del movimiento las conquistasinnegables y un repliegue oportuno le permitieron con-

servar sus fuerzas para sobrevivyr y consolidarse durante el

periodo de reflujo que entonces se iniciaba. •^

Reflujo (febrero a diciembre de 1981)

Hay un repliegue en su acepción más precisa: los

contingentes vuelven a sus dinámicas regionales. En los

momentos de auge el movimiento puso en la mira a laciudad de México: ahí se arrancan las demandas, se

trasciende a la gran prensa y se accede a la opinión política;

sólo ahí se constituye una fuerza política de dimensión

nacional. El repliegue significa un regreso a las batallas

silenciosas, a la defensa cotidiana de las conquistas de

papel, al enfrentamiento sordo con el poder en las gestiones

de asuntos individuales. Los nueve meses de reflujo

estuvieron caracterizados por acciones limitadas, recluidasen su dimensión regional y básicamente defensivas. Hay

que hablar otra vez muy claramente de movimientos

enfrentados a condiciones dispares y en ausencia de unidad

orgánica o política. Las direcciones aprecian de distinto

modo la situación y los contingentes enfrentan diversos

grados de desgaste. La Coordinadora Nacional sobrevive

formalmente en tanto que encarna una necesidad política dé

los movimientos. El balance que ella misma hizo en octubrearroja resultados desiguales: algunos estados se han

consolidado y fortalecido. Son los casos de Chiapas, donde

desde marzo se realizó el Congreso Extraordinario y cuenta

con un comité seccional reconocido; de Oaxaca, que sigue

funcionando con su Comisión Ejecutiva y su asamblea de

representantes y conserva intacta su impresionante

capacidad de movi lización, y de Hidalgo, que ha

fortalecido su organización de base y muestra unaextraordinaria combatividad. Secciones como la de Mo-

relos y la del Valle han sufrido procesos de desgaste debido

al enfren-tamiento de circunstancias particularmente



difíciles; sobre todo el magisterio morelense que se vio

obligado a mantenerse en continua movilización a lo largo

de todo el periodo. Y Guerrero que se vio muy debilitado:

ahí la represión fue más aguda y la intensidad con la que

participó el magisterio en las jornadas de febrero fueextenuante. Pero vista en conjunto, la insurgencia muestra

síntomas de reactivación. La Coordinadora considera que

hay un repunte y decide someter a prueba sus fuerzas.

Repunte y segundo auge (diciembre de 1981 a abr il de 1982)

De manera muy clara la lucha por la democracia sindical

está en primer plano. En las jornadas anteriores la

reivindicación salarial ocupó el lugar más destacado;después de febrero las demandas económicas ya no son el

motor principal de las movilizaciones. En los meses de

reflujo la lucha se dio por la defensa de los acuerdos

conquistados y por detener la represión, lo primero se

relaciona con los congresos extraordinarios que el CEN se

comprometió a convocar en tres secciones y con la gestión

de los comités ampliados con cinco secretarios

democráticos y que fue sistemáticamente obstaculizada enlos tres estados; la lucha contra la represión encarnó

nacionalmente en la exigencia de castigo a los asesinos

materiales e intelectuales de Misael Núñez Acosta, quien

fuera destacado dirigente del CCL del Valle de México.

La Coordinadora está por cumplir dos años de edad. Se

conoce bien. Los dirigentes regionales aún se saludan unos

a otros y se aprecian y se odian lo normal. La organización

se sabe f irme, sus contingentes han sobrevivido al ref lujo.Antes de elaborar un ambicioso plan de movilizaciones la

Coordinadora convoca a un paro nacional para el dos de

diciembre, quiere medir fuerzas. El balance es muy alenta-

dor: la Coordinadora estima su fuerza en más de cien mil

ma-°stros, quienes fueron al paro. En estas circunstancias

empieza el nuevo año, 1982.

Tras nueve meses de acciones descoordinadas y ante la

evidencia de que la fase expansiva del movimientoconcluyó en febrero, VR toma la ofensiva. Mantienen una

actitud de constante provocación (sobre todo en Morelos,

Guerrero e Hidalgo) y apuestan a que el tiempo desgastará



a los movimientos aislados. En plena ofensiva, los oaxa

queños logran por ñn la convocatoria a su Congreso

Extraordinario y lo realizan con buen éxito los días 21 y 22

de febrero. Esto fue feste jado como un gran triunfo por

parte de la CNTE y, desde luego, por el magisteriooaxaqueño. Aparece como contradictorio que el GEN

acepte convocar a ese Congreso precisamente en el

momento en que instrumenta una ofensiva contra todas las

secciones rebeldes; pero no lo es, si se piensa que Oaxaca

siempre fue, de las secciones rebeldes, la más fuerte, y la

que durante mucho tiempo dudó de incorporarse

formalmente a la CNTE; no sería descabellado pensar que

el cálculo apuntaba a desvincularla de los demás, sacarla dela dinámica nacional. En cualquier caso el resultado fue

precisamente el contrario, la sección 22 se coprometió más

con la Coordinadora, y festejó la elección del nuevo comité

como un triunfo propio.

Las reuniones nacionales de la CNTE realizadas en

octubre en Oaxaca, en diciembre en Hidalgo^ en enero en

Guerrero y en febrerp en Teotihuacán, registran el periodo

más intenso en la vida política de esta organización. Es unaorganización que se sustenta en experiencia y capacidad

efectivas de sus bases para actuar en pos de objetivos

declarados muchos meses atrás, y reiterados ahora tras

haber resistido los meses de reflujo. Es una organización

consciente de la necesidad de concertar acciones conjuntas

ante la ofensiva de Vanguardia Revolucionaria. Esta

sorprendente capacidad de r esistencia y la firme ofensiva

que se iniciaba con el paro del dos de diciemb _r g, seguía el29 de enero con otro paro y una marcha en la ciudad de Mé-

xico de 50 mil personas, y entró en su tase más intensa (y

extenuante) a partir del 3 de marzo, dan cuenta de un

movimiento que ya no es meramente covuntural.

Los convenios de abril

Marzo es un mes de grandísima actividad. Se suceden las

marchas, los mítines, los plantones. La situación llega a ser

muy difícil para los maestros. Finalmente el 2 de abnl el

CEN se vio obligado a f irmar un acuerdo con los



representantes de la Coordinadora Nacional, mediante el

cual se incorporarían seis secretarios a los comités

seccionales de Hidalgo, Morelos y Valle de México, y más

importante que eso, se comprometía (otra vez) a convocar

congresos extraordinarios en esas secciones para el mes deseptiembre.

Si algo demostró el movimiento desplegado entre el 3 de

marzo y el 2 de abril es que conservaba más parque del que

los charros y el Estado supusieron. Si algo apresuró a

Vanguardia a firmar los convenios (y a reconocer una vez

más implícitamente a la disidencia) fue la coyuntura

electoral y quizá también un debilitamiento de su alianza

con el candidato oficial a la presidencia (esto trascendió a laopinión pública a raíz de una frustrada concentración

infantil promovida por el gobernador Jonguitud en San Luis

Potosí para apoyar a Miguel de la Madrid, y de discursos

del mismo candidato en los que hizo referencia más o

menos explícita al conf licto interno del SNTE, en ellos

descalificaba la opción represiva buscada por VR y el

CEN). Si de alguna manera se puede caracterizar el periodo

que se abrió con los acuerdos de abril, es como un periodode tregua que salva la fecha de las elecciones federales y las

vacaciones escolares. La tregua fue violada continuamente

por el CEN. Como todos los convenios anteriores,

intentaron no cumplirlos, apostando al tiempo: dilatar y re-

primir, dilatar y reprimir.

Dos cuadras

Negociando en la Secretaría de Gobernación, un miembro

de la Coordinadora advirtió: "Licenciado, si no llegamos a

un arreglo vamos a ir más lejos". El funcionario, incrédulo,

preguntó: "¿Qué más pueden hacer? Por favor —no sean

ingenuos, quería decir— , ¿A dónde van a ir que sea más

lejos?"

Eran los momentos de las grandes manifestaciones,

cuando la expansión del movimiento parecía interminable.

El representante de los maestros no le quitó los ojos de

encima al funcionario que ostentaba una sonrisa paternal y

se limitó a mostrarle dos dedos: "Dos cuadras —dijo— ,



nada más dos cuadras más lejos". El funcionario borró la

sonrisa y no tosió sólo para evitar la escena trillada. Dos

cuadras es la distancia entre la Secretaría de Educación

Pública y el Zócalo, el centro político del país, territorio

vedado para las fuerzas de izquierda durante más de unadécada, un verdadero tabú de la política mexicana desde

septiembre de 1968 hasta 1982.

f^y ElJsrimerp de septiembre, con las medidas anunciadas

por el Presidente en su sexto informe de gobierno, se

inauguró una coyuntura desconocida. Se abría el periodo

de tránsito del viejo al nuevo gobierno entre inesperados

vientos progresistas y nacionalistas: el Zócalo que había

sido empleado por el Partido Socialista Unificado deMéxico (PSUM) para el cierre de su campaña electoral,

quedó ahora abierto para cualquier contingente que se lo

propusiera. Sin embargo seguía sien do un reto: el Zócalo

espanta: "¿Cuántos zócalos caben en un manifestante?",

solía ser la pregunta.

El Frente Nacional en Defensa del Salario, Contra la

Austeridad y la Carestía (organismo que fue promovido

de manera muy destacada por la CNTE, y acerca del cualun alto funcionario de Gobernación comentó: "Este sí les

salió bien, muchachos". Con ese "muchachos" al final,

muy condescendiente y comprensivo, muy propio de la

reforma política, más enigmático que propio tratándose de

un "último trimestre de sexenio") convocó a una gran

manifestación que culminaría en el Zócalo. A la cabeza

fueron los contingentes magisteriales. Transcurrieron las

dos cuadras prometidas. El grito de entonces tiene unenorme significado, una fuerza inusual: "que sí, que

no/que córnea chmggdos no''.

y. El 6 de noviembre la CNTE volvió a ocupar el zócalo.

Esta vez junto » con los trabajadores universitarios en

huelga del Sindicato de Trabajadores de la UNAM

(STUNA&l). El orador de la Coordinadora subió al

camión-estrado en el centro de la plaza, en la mitad del día,

ante una buena entrada (diría un cronista deportivo)enfrente del Palacio Nacional, con sus puertas abiertas

detrás de una valla policiaca nada ostentosa, y arengó en

una prosa extraña y atractiva: "El gobierno —dijo—



confunde la rueda de la historia con la rueda de la

fortuna..."; y luego: "Desde hace más de tres años los

maestros se levantan de sur a norte en una nueva,

didáctica".

De Congreso a CongresoEl movimiento tiene una demanda triple: que se lleven a

cabo los congresos extraordinarios en Morelos, en Hidalgo

y en el Valle de México, es decir, que se cumplan los

compromisos firmados en abril. En pláticas con la

Secretaría de Gobernación, ésta garantizó que se llevarían a

cabo y serían limpios. Ramón Martínez Martín recibió auna comisión y prometió que los congresos serían antes de

que terminara el año: la fecha tentativa era el diez de

diciembre. Pero como todo el mundo sabe, antes del diez de

diciembre hay que pasar por el primero de diciembre, y esto

es mucho más cierto cada seis años. La Coordinadora

Nacional preparaba nuevas movilizaciones. Los charros

apostaban a que el movimiento, ahora sí, estaba cansado.

En enero de 1980, en el Congreso Nacional Ordinario, todoera paz y consenso. Tres años después el nuevo Congreso

Nacional, enero de 1983, encontraba un SNTE que ya no

era el mismo. La Coordinadora Nacional estaba ahí, con

todo lo que representaba como proyecto, como fuerza,

como experiencia.

2. EL CONGRESO DE CHETUMAL*

(febrero de 1980)



En la sección XI nos estuvieron boicoteando. Estuvimos

presionando, hicimos movilizaciones, y finalmente

acreditaron a nuestros delegados. Ya en el Congreso

negociamos con Astudillo Bello (el representante del GEN

que por estatutos tiene que presidir el Congreso), yconseguimos una cartera en el Comité Ejecutivo Seccional,

y un delegado al XII Congreso Nacional del SNTE. A mí

me tocó ir al Congreso.

La increíble historia de un Congreso estilo Vanguardia

De entrada no me quisieron informar en dónde iba a

realizarse el Congreso. El mero día de la partida, de manera

vaga, me dijeron que iba a ser en el sureste, que llevararopa para el calor, y que me presentara a las seis de la

mañana (del 31 de enero) frente al edif icio de la sección.

Llegué con mucho miedo, ncTsabía lo que iba a pasar

rodeado como estaba de charros vestidos con sus mejores

trajes. Llegué, me presenté, f irmé la lista. El secretario

general de la sección, Luis Manuel García, me dijo que no

quería que hubiera problemas, que sien do gente razonable

nos podíamos entender.Dos horas después llegaron los camiones, todavía no

sabíamos a dónde íbamos. Ya estando arriba nos dijeron

que nos dirigíamos a Los Pinos, a un desayuno con el

Presidente.

Desde el primer momento me colocaron junto a un tipo

con pinta de oreja. Comenzó a hablarme de sus ambiciones

políticas; según él había participado en el henriquismo y

siempre había sido un disidente.£1 desayuno en Los Pinos

López Portillo se sentó al lado de Andrade Ibarra. Estaban

presentes Jonguitud, Solana, Rosa Luz Alegría.

El desayuno fue suculento: fruta que parecía sacada de

calendario, unas fresas enormes, unas peras jugosas, un

jugo riquísimo. Luego vinieron las puntas de filete, frijoles

refritos, enchiladas con queso gruyere, y pan dulce.

Siguieron los rollos: primero el de Andrade Ibarradiciéndole al Presidente que había cumplido, que la reforma

política se había introducido en el sindicato, que ahí

estaban representaciones del Partido Comunista, del Partido



Popular Socialista y del Partido Socialista de los

Trabajadores, y que algunos malos maestros infiltrados

habían causado problemas, pero que los conflictos de

Chiapas y Tabasco se habían solucionado. (Aquí hubo

muchas porras y vivas a Jonguitud.)En su turno López Portillo se dirigió personalmente a

Andrade y a su familia, dijo que era un buen muchacho, un

buen mexicano, y que su esposa e hijos podían estar

orgullosos de él. Luego dijo que el gobierno daría un

aumento salarial en la medida de sus posibilidades. Explicó

la inflación y por qué no podía echar a funcionar la má-

quina de fabricar billetes. Le dio una palmada en^a espalda

a Andrade y salió corriendo.Se cantó el Himno Nacional. Al terminar el desayuno

mucha gente se arremolinaba en torno a Jonguitud

queriéndolo abrazar, y todos se felicitaban entre sí por

motivos desconocidos. Luego, los elegantes cambiaron sus

corbatas por guayaberas y en los mismos autobuses salimos

rumbo a Chetumal. Sólo entonces supe que íbamos a

Chetu-mal. Era una inmensa caravana de autobuses.

Chetumal

Apenas estuvimos en la carretera, salieron a relucir los

pomos: puro Presidente. Surgieron las barajas y se

generalizó el juego de albur es. Nadie hablaba del Congreso,

ni siquiera se especulaba sobre quien sería el próximo

secretario.

Pasando Puebla nos paramos y nos dieron fruta (plátanos,

peras, manzanas). La gente se peleaba como niños en

tiempo de piñatas. En Chetumal hacía un calor espantoso.

Fuimos a parar a un hotel horrible, donde de plano nomás

esperábamos que nos dieran un palo para matar ratas. El

nuestro era el peor hotel. Se comentaba que mu chos

delegados fraternales no habían encontrado lugar en

Chetumal y se fueron a Cancún.

Me encontré a un cuate del Movimiento Revolucionario del

Magisterio (MRM), me dijo que el MRM llevaba dos

delegados, uno por Puebla y otro por la sección X; que

había un cuate del Poli, democrático, y ningún otro. Era una



sensación desoladora. Pregunté que cómo la veían, que qué

podíamos hacer: "Que nada".

Cuando entramos al lugar del Congreso, un cine cerca del

muelle, ya estaba abarrotado. Habían puesto televisiones, y

mientras se iniciaban los trabajos pasaban los videos deldesayuno con López Portillo y los discursos, como para

crear ambiente. La gente llegaba y se callaba. Cuando en la

repetición se cantó el Himno, la gente se puso de pie y lo

volvió a cantar.

El primer día nos tocó en gayola, nos perdíamos muchos

detalles. Junto estaban los de Chiapas que lograron colarse.

(No los habían reconocido como delegados efectivos, psro

ese primer día se colaron.) Adelante estaba la gente de Nuevo León, había muchas mujeres, todas muy de lacuchi.

Cuando entraron Andrade yJonguitud tronaron las porras.

Luego otra vez se cantó el Himno Nacional con mucha

solemnidad. Desde el principio mis compañeros de la

sección XI se destacaron como los más paleros. No que

fueran paleros pagados, tenían una motivación profunda: el

secretario general repetía que los técnicos, administrativos

y manuales eran los patitos feos del sindicato, y que habíaque hacerse oír; los demás tenían que darse cuenta de que

efectivamente estábamos ahí, había que darse su lugar, y

eso se lograba echando muchas porras, la gente se

desgañif aba poniendo en alto su seccción;

eran francamente escandalosos. En un primer momento

decidí no pararme, no aplaudir, entonces me aplaudían

detrás de las orejas, pero ni modo. Encontré el pretexto de

apuntar absolutamente todo lo que sucedía. La que era laamante del antiguo secretario general —una tal Mary que

siempre me llamaba Garlitos— me dijo "después me

enseñas todo lo que escribes". Cuando íbamos entrando al

Congreso, los cuates que venían detrás de mí comenzaron a

corear: ' 'Ins charros unidos, jamas serán vencidos''.

Por supuesto cuando llegamos al hotel lo primero que

hicieron fue acondicionarse en el lobby, hacerse de un

galón de Presidente y los correspondientes hielos, cocas ytehuacanes, y ponerse a chupar. Llegaban medio tomados al

Congreso.



Andrade fue el primer orador. Es buen orador, impetuoso.

Busca las frases más efectistas, dijo que "había enanos

celosos de la estatura deJonguitud", que por eso lo atacaban

(todavía no se pronunciaba la frase famosa de "los enanos

del tapanco"), usa ba metáforas de ese estilo. CuandoJiablo^dela disidencia, explicó que los disidentes lo

eran porque Jiabían .tenido problemas con su madre al

nacer, mala familia, deseos insatisfechos volcados al

interior del sindicato; quería decir que eranunos hijos de la

chingada^ Se ref irió específ icamente a Chiapas y en ese

momento Íos compañeros de Chiapas echaron una porra;

alrededor de ellos se hizo un silencio sepulcral. El discurso

abundó en cifras de lo que se había obtenido: cifras tanapabullantes que para alguien que no tenga una formación

mínima que le permita una visión crítica, resultan más que

convincentes.

Lo medular del rollo era su contenido exacerbadamente

nacionalista. Era un nacionalismo pegajoso, muy efectivo.

Cuando terminó fue ovacionado de manera increíble. El

sindicato se veía a sí mismo fuerte, entusiasta. Vanguardia

Revolucionaria se sentía poderosa y se mostraba desafiante.Contesta ba a la disidencia la crítica que ésta les hacía^por

no levantar una demanda económica precisa (en lugar de

pedir un "aumento sustancial"). "Si hubiéramos pedido un

aumento fijo, la situación nos hubiera rebasado". Se

presentaban como ultrademocráticos. Se insistió mucho en

que los funcionarios sindicales no debían simultáneamente

ocupar cargos públicos. Insistía en que los problemas

agudos del sindicato habían surgido mientras él eradiputado y Presidente del Congreso del Trabajo, se le

olvidó decir que también estaba en borrachera perpetua.

Indicaba claramente que había desatendido sus obligaciones

por atender otras, y que ello no debía volver a suceder.

Pienso que el mismo gobierno federal los había frenado en

sus pretensiones de concentrar cargos públicos; y por otra

parte una presión grande de los mismos dirigentes

sindicales por convertirse en funcionarios gubernamentales,que de esa forma adquirían un poder más allá del sindicato,

que por lo mismo quedaban fuera del control de

Vanguardia.



Como ya dije, el discurso fue muy aplaudido. En esa

ocasión Jon-guitud no habló. El ambiente del Congreso era

similar al del f útbol, las porras eran la forma de la

expresión política: porras aJonguitud, porras a Colín.

Se nombró una mesa de debates muy dura: Onofre,Estudillo, la línea dura del sindicato; por ahí no iba a pasar

nada.

Habló el Gobernador de Quintana Roo y nos ofreció un

banquete. Había ron jamaiquino y muy poca comida.

En todos los discursos se hacía sentir la institucionalidaddel sindicato. Se hablaba del apoyo de los funcionarios

públicos, sobre todo del Presidente de la República, a quiense le citaba constantemente;

pero, en cambio, no se mencionó al Secretario deEducación Pública. Al Presidente se le llamaba "el primer

maestro", "el compañero".

Se acordó instituir la medalla al mérito sindical "Carlos

Jonguitud Barrios" y al primero que se le entregó fue a

Andrade Ibarra.

A lo largo del Congreso, que duró tres días, no hubo el

menor atisbo de debate. Ni siquiera por fórmula. En una

ocasión se paró un delegado del Poli y propuso que seluchara por la escala móvil de salarios, y Onofre lo calló

diciendo que eso ya estaba incluido en las demandas de

aumentos que era una demanda superior a la de escala

móvil, y se acabó la discusión. No hubo incidentes, todo

marchaba sobre ruedas.

Por supuesto que no se desarrollaron las mesas de trabajo

para hacer las ponencias. Una de ellas debía estar

trabajando en el Club de Leones, pero fuimos y no habíanada. Las ponencias ya estaban hechas.

La lectura de las ponencias fue somnífera, tenían elsonsonete de:

"pugnaremos por esto, pugnaremos por lo otro".

Prácticamente estaban incluidas todas las demandas que

puedas imaginarte, pero bajo la forma de "pugnaremos".

Esto hace que el programa salga muy acabado, la gente

siente que sus reivindicaciones están contempladas;

aunque claro, se señala explícitamente que es un programa

de demandas que no se van a obtener de la noche a la

mañana, que hay que irlas dosif icando.



El Congreso duró menos de lo que se esperaba, estaba

planeado para cuatro o cinco días y se concluyó en tres.

Los problemas de la sucesión

Por medio de los compañeros del MRM que estaban en el

comité nos enteramos que la bronca por la sucesión estaba

muy aguda. Inclusc estaba acuartelado el Ejército en

Chetumal, por si la bronca llegaba a mayores. La segunda

noche del Congreso hubo una reunión con Enrique Olivares

Santana (secretario de Gobernación) donde f inalmente se

llegó a un acuerdo. Pero la cosa estuvo peleada. Había mu-

chos que querían el puesto. A algunos los habían quemado

previamente (habían salido unos pasquines anunciando a

Mendecuti como el bueno), hubo patadas y golpes bajos.

Pero cuando ya se resolvió, todo fue apoyo institucional,

grandes abrazos, fotografías.

Gran final

La elección del nuevo comité fue el momento cumbre. Erael último punto de la orden del día. Andrade tomó la

palabra, dijo: "Permítaseme hacer una proposición para el próximo comité". Se paró en el estrado, y primero puso avotación el cuerpo directivo de Vanguardia Revolucionaria.Como ya se había acordado hacer de Jonguitud el

presidente vitalicio, sólo se haría la elección del cuerpodirectivo, en el que estaban, luego de Jonguitud, AndradeIbarra y Ramón Martínez Martín. Inmediatamente despuésse leyó la planilla única para el comité ejecutivo delsindicato; y todo mundo aplaudió, se cantó el himno deVanguardia, y siguieron los abrazos. Por todos lados veías

caras satisfechas.A los congresistas se nos dio dinero en efectivo para lascomidas, nunca se nos pidió comprobar los gastos. A los dela sección XI nos dieron 2 mil pesos, menos que al resto,

pero era suficiente y hasta sobraba un poco para la fayuca,estábamos en Chetumal, lugar de fayuca. Se había corridofuertemente el rumor de que habría fayuca libre, y veías alos congresistas desatados comprando televisiones, es-téreos, grabadoras... era fayuca libre, ya se había dicho.

Fui a ver a los compañeros del MRM que estaban en elhotel del Comité Ejecutivo (el más lujoso de Chetumal,alfombrado, albercas, etcétera, gran contraste con el de lasección XI). Ahí vimos a Iván García Solís y a César



Núñez; estaba también el delegado de Puebla. Nosconsolábamos mutuamente ante la aplanadora. Es unasensación muy desagradable estar oyendo pestes de ladisidencia y no poderte parar a decir algo.

De regreso, la gente venía feliz, como en el regreso de unasvacaciones. Pasamos la primera aduana y no hubo problemas, pero en la segunda resultó que no había la tal"fayuca libre", y acá los congresistas alegaban que eranmaestros, y del SNTE y de Vanguardia y que CarlosJonguitud... pero a los aduaneros les venía valiendo. Erauna bronca, incluso se hicieron de palabras. Uno de loscharros más simpáticos, Gaudencio Guevara, le aventó un

platanazo a uno de los policías... afortunadamente no le dio.

¿Qué estamos haciendo aquí?

Realmente no estaba dentro de nuestros objetivos conseguir

un delegado al Congreso. Nos habíamos propuesto, sí,

ocupar una cartera en el comité seccional (la de trabajo y

conflictos) entre Antropología y Bellas Artes. Pero en el

transcurso de las negociaciones Onofre nos ofreció un lugar

en el Congreso, y la aceptamos, pensando que sería

interesante estar ahí, para conocer el sindicato en el que

estamos metidos. Así que más que con la idea de conseguir

algo, iba en plan investigador.

No podía ser de otro modo. Entonces no teníamos una

coordinación nacional, ni siquiera con el contingente de

Chiapas... habíamos tenido algún contacto, pero no era

todavía una coordinación efectiva. Por supuesto de haber

encontrado otras condiciones, habría tomado la palabra para

influir aunque fuera mínimamente, pero esa posibilidad

simplemente no existió. En el congreso seccional habíamostenido trece delegados entre un total de quinientos, poca

cosa pudimos hacer, como no fuera abstenemos de aplaudir

al himno de Vanguardia.

Los de Chiapas exigieron ser reconocidos como delegados

efectivos. Pero no lo consiguier on porque no se había

realizado el congreso seccional, y por lo tanto no los

acreditaron. El primer día se colaron, sólo el primer día, y

lo único que pudieron hacer fue echar muchas porras.



Es que aquello fue una función. Un acto de aplanadora. Es

como ir al cine y ser el único que no ha visto la película,

todos los demás ya se la saben.

La Coordinadora Nacional era todavía un embrión, una

sombra de lo que iba a ser. Realmente los vanguardistas noestaban preocupados, pensaban que el asunto de Chiapas

permanecería aislado y que ya a esas alturas estaban

acabados. Unos días antes la Coordinadora convocó a una

marcha en la ciudad de México a la que acudieron unos tres

mil maestros. Fue un acto muy combativo pero que no

mostró fuerza. Los maestros del Valle de México, que

entonces estaban agrupados en el Bloque Reivindicador,

habían hecho un acto en la Normal al que asistieron mil, alo mucho. También fue un acto combativo, pero el

contingente, poco numeroso, no fue lo que se esperaba. El

Valle ya había tenido efervescencia, pero en ese momento

no parecía avanzar mucho.

Durante ese mes de enero, los vanguardistas desataron unacampaña de difusión con la que pretendían abortar elmovimiento. A decir verdad, algunos pensamos que el

movimiento, apenas incipiente, entraría en una etapa dereflujo. Es decir, que los brotes de entonces, como sucedióen los años previos, quedarían aislados. No fue así, muy

pronto vimos que el movimiento traía mucha más potenciade la que nosotros mismos imaginábamos. No sólo porquesobrevivió el movi miento de Chiapas, supimos también delmovimiento de La Montaña; así pudimos tener unaincipiente coordinación y, encima de todo esto, en el mesde mayo vino la ola de Oaxaca, que le dio otra dimensión almovimiento. Lo hizo un movimiento de masas con

presencia nacional.

3. LA MONTANA DE GUERRERO *



Primera etapa: 1979

Podemos dividir al movimiento magisterial de Guerrero en

dos etapas: la primera (octubre-diciembre de 1979) abarca

solamente a La Montaña; en la segunda (empieza en enero

de 1980) participa todo el estado y llega a su punto más alto

en las jornadas de enero y febrero de 1981.

Guerrero está dividido en siete regiones: Costa Chica, Costa

Grande, Tierra Caliente, Región Centro, Acapulco, La

Montaña y Región Norte. En La Montaña sólo hay una

superficie de 8 mil hectáreas de riego, La Cañada. Fuera de

esa zona, el resto vive de una muy pobre agricultura de

temporal. Una de las actividades importantes es el cultivo

de la palma y la artesanía familiar del sombrero. Como la

tierra es muy pobre, no hay grandes terratenientes; en

cambio hay gravísimos problemas limítrofes entre los

pueblos.

La mayoría de los hombres trabaja medio año en temporal

(en los "tla-cololes", las tierras de los cerros, cultivadas con

sistemas arcaicos) y el otro medio año emigra a Veracruz o

a Morelos al corte de la caña o la cosecha del jitomate.

El problema principal de la región es la falta de maíz, que

junto con el chile y la calabaza, constituye la dieta de la

población. No es extraño encontrar grandes colas en las

tiendas de la CONASUPO para alcanzar unas cuantas

maquilas de maíz.

En la región hay 43 municipios, 80% de los cuales

preservan y utilizan su lengua indígena: náhuatl, mixteco,

amuzgo y tlapaneco. Debido a ello el proceso de enseñanza

es muy difícil. A los niños se les trata de enseñar lo de otro

mundo, el mundo indio es un mundo aparte, su proceso de

aprendizaje tiene una lógica diferente. A esto hay que

añadirle el problema de la desnutrición que es gravísimo.

Yo le pre guntaba a los padres de familia qué comían los

niños que iban a la escuela, la respuesta común era: "Una

tortilla en la mañana, una tortilla al mediodía y una tortilla

en la noche". Digo que es un mundo aparte porque ellos

entienden las cosas de otra manera.En la región de La Montaña hay cuatro zonas de la

Dirección Ex-traescolar para Indígenas de la SEP. Los



maestros de primaria son de la misma zona. Antes

reclutaban a muchachos que habían estudiado la primaria y

entraban con un sueldo muy pequeño, mucho menor que el

de un maestro titulado. Ahora se les pide secundaria y luego

continúan sus estudios en cursos de verano. Pero siguen percibiendo un sueldo muy bajo. En el 79, cuando se inició

el movimiento, ganaban tres mil o tres mil quinientos pesos,

mientras que un maestro fe-deralizado ganaba entre seis y

siete mil pesos. A estos maestros se les ve como poca cosa,

siendo que realizan doble labor, porque no solamente

enseñan su dialecto sino adepiás el castellano. Cuando

terminan obtienen un título de "maestro bilingüe" (lo que

limita su zona de trabajo), siendo que llevan el mismo programa que cualquier otro maestro.

A los problemas de la miseria de los pueblos y los bajos

salarios de los maestros bilingües, hay que sumar los de la

represión política (que se vio agudizada durante el gobierno

de Rubén Figueroa) y el caciquismo regional que, sin ser

muy poderoso, sí es muy violento. Ahí tenemos el cuadro

en el que se gestó el movimiento magisterial.

El centro de la región es Tlapa, por su función comercial y política. Ahí están los caciques y el PRI. Los presidentes de

los comités municipales del PRI son los caciques que a su

vez son los jefes de Vanguardia Revolucionaria.

Los antecedentesEl movimiento ya tenía su historia. Unos diez años antes los

maestros bilingües dieron una lucha muy importante, su

demanda principal era que las autoridades del magisterio en

esas regiones fueran electas democráticamente.

Argumentaban que ellos conocían la zona, y por tanto

debían inf luir en el funcionamiento de la Dirección de

Educación Indígena. Antes les imponían antropólogos o

licenciados en historia que llegaban con un

desconocimiento total de los problemas de la región. Los

maestros decían: "Esta gente tiene conocimientos teóricos

muy importantes, pero a la hora de la realidad no le

hallaban el hilo''. Ade más era gente generalmente

antidemocrática. El movimiento fue duro, costó mucho,



incluso les llegaron a matar gente, pero hicieron una alianza

fuerte los pueblos y los maestros, y al fin ganaron. A partir

de entonces ellos ponían a los directores regionales y la

cosa funcionaba bien. Durante el gobierno de López

Portillo se implantó lo que se llamó Plan Educativo de laRegión de La Montaña de Guerrero (se dice que en este

plan tuvo mucho que ver la esposa del Presidente porque su

familia, los Romano, son de la zona de Tlapa). El plan se

proponía instalar escuelas primarias, secundarias, albergues

para niños. Efectivamente se echó a funcionar; fue

importante porque traía una derrama grande de dinero. En

la ejecución del programa quedó gente progresista. Primero

estuvo un ingeniero Cañedo, duró como ocho meses, yluego entró un equipo con gente del Partido Comunista

Mexicano (PCM). Esto le dio un enfoque no tradicional, lo

hicieron realmente progresista. Investigaban en dónde se

necesitaban escuelas, y en un año pusieron alrededor de

diez secundarias técnico-agropecuarias. Abrieron muchísi-

mas primarias, albergues, dieron becas.

' En las elecciones para diputados el PCM postuló a Othón

Salazar. Othón es de La Montaña, de un municipiocolindante con Tlapa. El PCM tiene presencia en La

Montaña. Pero entonces el gobierno les exigió a los

funcionarios del programa que hicieran propaganda a favor

del PRI, diciendo que las secundarias y todo lo realizado, se

había conseguido gracias al PRI. La gente del programa se

opuso y entonces despidieron al director general, Rogelio

Sosa Pulido.

(j Así que el movimiento nació con una demanda rara; lareinstalación de los funcionarios del programa. De

inmediato surgieron más demandas; por ejemplo, había

unos cuarenta maestros bilingües despedidos hacía dos

años. Se sumó también el problema de los salarios, y ya

desde entonces se empezó a hablar de la democracia

sindical. Prácticamente todas, las más de cuarenta

delegaciones sindicales, eran dirigidas por maestros

democráticos, sólo unas cuantas seguían controladas por Vanguardia.



Los paros de octubre

El movimiento se gestó rápidamente. En los primeros días de octubre se citó alos comités ejecutivos delegacionales, como la mayoría son democráticos, deinmediato constituyeron el Consejo Regional Sindical Magisterial de LaMomaña de Guerrero. Este CORI^MQ es el antecedente del CCL. Era un

órgano muy representativo, contituido por los co mités ejecutivos de lasdelegaciones más un representante por escuela;de manera que funcionaba con alrededor de 180compañeros: correas directas con la base.Una cosa importante fue que se lograron unificar las

demandas de todos los sectores: preprimarias, albergues,

primarias y secundarias. Todas las demandas se integraron

en un pliego petitorio de 13 puntos; las más importantes

eran: aumento de 50% al sueldo base, aumento de 100% alsobresueldo; y además se incorporaron demandas populares

como: más albergues, eliminar la cuota de inscripción en

secundaria, quitar el requisito de la edad para entrar a la

secundaria (muchos niños tienen que trabajar y no pueden

asistir sino hasta grandes), becas, clínicas para el pueblo.

En fin, una serie de demandas populares de la región, que

los compañeros bilingües aportaron. Era, pues, un pliego

petitorio magisterial pero con características populares. Entorno a este pliego se formó el movimiento.

Se hicieron tres paros escalonados y se llegó al paro

indefinido. El periodo más agudo fue de octubre a la

primera quincena de noviembre. El Consejo Regional actúa

como órgano de dirección. Se hicieron varias asambleas

generales a las que concurrieron los cuatro mil quinientos

maestros de todas las regiones. Hay pueblos como El

Fuereño, muy alejados, que están a dos días de camino; ysin embargo los compañeros llegaban a Tlapa a las

reuniones.

Al principio las asambleas se hacían en alguna escuela

primaria, por ejemplo en la Altamirano, en donde hasta los

inspectores son democráticos. A veces, por la fuerza del

movimiento, los inspectores también jalaron, y los

directores. Más adelante tomamos como local la Pre-

paratoria 9 de la .Universidad Autónoma de Guerrero. LaUniversidad realmente sirvió para apoyar a los

movimientos populares.



Policías, caciques y máscaras de colores Nos alojábamos donde podíamos, muchos en la prepa. La

prepa de plano le dio vacaciones a su gente y nos

apropiamos del edificio. Recibíamos mucho apoyo:

llega ban costales de maíz, de frijol y otros productos de loscampesinos. Pero la cosa estaba muy difícil. Hubo una

asamblea general importante, _el^_í_ocl 5 de noviembre.

Nos preguntamos qué hacer; no había respuesta al pliego

petitorio. El Consejo Regional planteó algunas medidas que

me par ecieron incorrectas, como pr esionar por medio de

telegramas. Luego de la asamblea se hizo un mitin y

marchamos hasta la presidencia municipal, y ahí, de buenas

a primeras, algunos miembros del Consejo propusierontomar la subdelegación. Tomamos las oficinas por dos días

y dos noches.

Es claro que el órgano directivo lo había discutido y habían

decidido proponerlo en el mitin; me pareció un error que

no se consultara a la base tratándose de una medida tan

importante. La gente estaba muy efusiva, decía: "ya

tomamos las oficinas".

Esa medida radicalizó el movimiento de una forma muycanija. Algunos criticamos a los compañeros del MRM que

fueron los principales dirigentes, porque esta acción nos

llevó a un enfrentamiento para el que no había condiciones

favorables. En la segunda noche vino la represión dura.

A las dos de la mañana se cortó la energía eléctrica y en la

calle, de un lado se puso el Ejército y del otro la policía

judicial. Muchos compañeros estaban dormidos cuando se

vino la represión. Fue muy duro. Hubo aproximadamente500 heridos de golpes y algunos de bala;

un niño resultó lesionado porque a la hora de la estampida

su mamá estaba vendiendo garnachas. Una compañera

maestra sufrió un aborto.

El Ejército no le entró, se quedó por allá, pero la policía

llegó golpeando. Eran muchos, no puedo decir cuántos,

pero eran muchos. Nosotros estábamos tranquilos. Me tocó

ver a un compañero al que le habían amarrado las agujetasen broma, y se paró, y ¡al suelo! Había gente que estaba

envuelta en su sarape con tres vueltas y a la hora de la

estampida no sabía cómo salir.



Llegaron golpeando. Los caciques y sus pistoleros llevaban

máscaras, máscaras de madera, de colores, eso nos

atemorizó mucho. Los enmascarados pegaban gritos

desaforados y tiraban golpes; y nosotros estábamos

desconcertados, azorados, algunos todavía medio dormidos.Todo mundo corrió pa' donde pudo, unos al río, otros a los

cerros. En el pueblo algunas puertas se abrían y r escataban

a decenas d.; maestros. Pero muchos teníamos que seguir,

éramos más dr cuatro mil. Hubo más de .')() heridos,

algunos de gravedad.

Nos dimos cuenta que desde la presidencia munkipai

estaban observando el presidente municipal, el médico, d

secr etario del comité seccional. Moral Soto, el presidentedel comité estatal del l'R l, He-rófl Várela, que es del niunk

ipio de Alco/.auea y, le que son las cosas, en el u>o\

¡miento del 40 él participó y fue dirigente, v ahora estaba

presenciando la represión en la otra (rindiera, i iiiiio

funcionarin priísta. Esta ba tam bién Ruúl Pous Or í i/., que

era delegado general de la SKI".

Negociación por fuerza

A las seis de la mañana ya estábamos todos reunidos

nuevamente en la prepa; con mucho miedo y todo, pero

listos para seguir el movimiento.

Apenas se supo de la represión, tocaron las campanas en los

pueblos vecinos. Los campesinos se reunieron. Al otro día

llegaron en grupo, hablando dialecto para mejor entenderse

con los maestros. Nos dijeron que estaban dispuestos a

entrarle a una cosa dura. Nos dijeron: "Tenemos ya gente

lista rodeando todo, así que si ustedes dicen acabamos aquícon esta gente (los policías)". Cargaban costales, y en los

costales llevaban armas, así habían llegado hasta la prepa,

pasando junto al Ejército y la policía. Nosotros les dijimos

que no, que ese no era el camino. Les pedimos que nos

llevaran comida y ahí estuvimos como dos días en la prepa,

rodeados, en un clima muy caliente, y los campesinos

llevando maíz y lo que podían.

Así estuvieron llegando muchos grupos indígenas. Parecíaque estuviéramos en la época de la independencia:

campanas, indios de calzón y cotón, de huaraches .de pata



de gallo, hablando su dialecto con los maestros, y pensando

en una rebelión del pueblo.

Todo eso nos reanimó mucho.El movimiento estaba en su etapa más crítica. Su táctica fue

golpear y negociar.El movimiento se fortaleció cuantitativamente porque

siguió llegando gente que no le había entrado; muchos

campesinos se fueron a quedar con nosotros. Esto nos dio

fuerza. Pero políticamente el movimiento no tenía salida: o

negociábamos o negociábamos. La SEPdijo que iba a

mandar a Héctor Manuel Ezeta, director de recursos hu-

manos, como su representante; también iría Mario Mor an

Soto, secretario general del comité seccional del SNTE. Elgobernador Figueroa declaró por teléfono que a nuestro

movimientito de maestros revoltosos lo iba a tronar en dos

patadas si no aceptábamos lo que ofreciera la SEP.

En el curso de las negociaciones vimos que estaban

dispuestos a conceder las demandas populares (becas, más

albergues, quitar el requisito de la edad, quitar las cuotas de

inscripción, construir más escuelas), pero no lo salarial y

sindical. Sólo se acordó la formación de una comisióntripartita (con Hacienda y SEP) que estudiara el asunto

salarial. Así terminó esta primera etapa del movimiento. Me

adelanto a decir que la dichosa comisión tripartita no

resolvió nada. Siguieron las vacaciones, y un reflujo

obligado.

Las contradicciones internasEn la narración anterior se pueden detectar dos formas de

ver el movimiento: una es la del MRM y el PCM, y otra lanuestra, que desde esa época nos llamábamos Corriente de

Base. Nosotros contábamos con la mayoría de la gente. La

principal discrepancia con el MRM surgió con la toma de la

delegación. Sabíamos que ya venía la represión desde

Acapulco; nosotros dijimos que precisamente por eso no

debíamos hacerlo, que íbamos a acelerar la represión y a

darles un pretexto. En cambio pensábamos que podíamos

seguir ampliando el movimiento a nivel popular, y con más

fuerza enfrentarnos en mejores condiciones.

Ellos (el MRM) dijeron que ya venía la policía de

Acapulco, y que si nosotros no tomábamos la



subdelegación ellos la iban a tomar. Nosotros

contestábamos que en esos momentos la subdelegación no

representaba el punto crucial. Fue un error que ocasionó

llevar al movimiento a un callejón sin salida. Por otra parte

no había manera de informar al exterior. La Montaña estárealmente aislada.

Segunda etapa: el movimiento hacia afueraEn este momento el Consejo Regional prácticamente dejó

de funcionar. Es el momento en que el movimiento va hacia

afuera, intenta salir del aislamiento. Durante las vacaciones

hubo una comisión que fue a donde pudo, a donde quisieron

oírla: a otras regiones del estado, a la ciudad de México(sobre todo con los maestros del Valle), al INAH con los

trabajadores manuales. Sabemos que esto sirvió para

estimular la organización del Valle de México. Mandamos

imprimir una "sábana" (un periódico mural informativo)

que se distribuyó en Morelos, en Guerrero, en el Valle, en

la Normal Superior, y en muchas otras partes. También nos

relacionamos con los maestros de Chia-pas. Asistimos al

primer foro de organizaciones democráticas que se realizóen Tuxtia Gutiérrez, el 17 de diciembre de 1979.

El plan que entonces formulamos señalaba diferentes

objetivos: el primero era consolidar el Consejo Regional de

La Montaña. Entendíamos que el movimiento tenía que

seguir ya que las causas seguían. El segundo objetivo era

convertirlo en un movimiento estatal. Para esto la vía era

informar con brigadas; informar y agitar. Los compañeros

bilingües con sus brigadas son capaces de recorrer LaMontaña en una semana.

La región norte jugó un papel muy importante en la

expansión del movimiento a todo el estado. Ahí, en Iguala,

es dónde el MRM tiene mayor fuerza, en Hitzuco y toda esa

parte. Para nosotros es muy difícil la comunicación, así que

fueron los de la región norte los que más se movieron por

todo el Estado.

Esto se extendió. Se empezaron a hacer intentoscoordinados, se formó una comisión promotora del CCL,

partiendo del esquema del Consejo Regional de La

Montaña. En enero y febrero de 1981 se vino el



movimiento estatal. Se movilizaron 15 mil, de un total de

20 mil maestros que hay en Guerrero. Estuvimos más de 38

días en paro. Fue un movimiento duro. Cuando nos fuimos

al plantón nos sacaron de allí y nos llevaron a Cuernavaca;

prácticamente estuvimos exiliados.Pienso que de las siete regiones solamente dos estaban

listas, porque el Consejo Regional de La Montaña

funcionaba y en la región norte tenían una coordinadora

operando. En las otras regiones no había tal,

Al movimiento nos fuimos todos; la gente estaba dispuesta,

pero una cosa es estar decidida y otra contar con las

condiciones organizativas necesarias. Nosotros

estructuramos el Consejo Regional y más abajo lo que lellamamos Consejos Delegacionales (Codes).

¿Qué hacíamos? Había dos experiencias: la de los

compañeros del Valle, de un congreso de masas, y la de los

de Chiapas de una comisión ejecutiva. En el CCL se optó

por formar una comisión ejecutiva. Ahí se agudizaron

nuestras contradicciones con el MRM; una de tantas

diferencias era en cuanto a la elección de la comisión

ejecutiva, ellos proponían que se eligiera en el mismo CCL,nosotros que se consultara a los 15 mil maestros que

representábamos. En esta ocasión imperó nuestro punto de

vista. Pero siguieron las contradicciones hasta que se vino

la represión e hicimos una tregua.

Un buen día, en plena reunión del Consejo, como a las tres

de la mañana, nos informaron que Figueroa había dictado

orden de aprehensión contra todo el CCL, lo cual era cierto,

Al otro día apresaron a muchísimos compañeros de Iguala,de Hitzuco. A esa hora nos pelamos.

Cuando empezó la huelga en todo el estado, nosotros en La

Montaña ya teníamos una semana parados. Siempre

necesitamos movernos con varios días de anticipación. Por

ejemplo: nos vamos a Chilpancingo a la marcha, y se

decide un plantón para la semana siguiente en México,

¿cómo dar la consigna de regresar a La Montaña? Nos

implicaría muchísimo desgaste físico y económico. Los deotras zonas van a la marcha y de ahí a sus casas y una

semana después al plantón. Nosoiros le dijimos a nuestra



gente: "Vayanse a México de una vez, allá llegan a la

Normal o a ver cómo...".

Llegamos al plantón. 2 de febrero de 1981

Para entonces se soltó la represión en Guerrero; ocurrió el

asesinato de Misael, en el Valle, y había toda una atmósfera

de represión a nivel nacional.

Nosotros llegamos al plantón por el pliego. En esa reunión

se discutió qué negociaríamos en primer término: ¿el pliego

estatal o el pliego nacional? Otra vez hubo dos posiciones:

el MRM estaba por el pliego nacional; nosotros dijimos que

en primer lugar debía estar el pliego estatal. Ellos decíanque era una avance cualitativo negociar a nivel nacional;

nosotros sosteníamos que era un avance cualitativo irreal

porque el pliego nacional se había formulado unos quince

días antes, no lo conocía la base de Guerrero y, estoy

seguro, tampoco la de los otros estados. No se conocía,

menos aún se había discutido; las grandes bases no lo

habían hecho suyo.

Por otro^ado, quienes realmente íbamos a ir al plantón

éramos Guerrero, Hidalgo y el Valle. Entonces, ¿cómo

íbamos a negociar "nacionalmente" con ese contingente?

No representábamos una acción realmente nacional. En

nuestra opinión, levantar el pliego nacional como programa

inmediato podía debilitarnos en lugar de darnos fuerza.

En la asamblea de Guerrero ganó nuestra posición; sin

embargo al llegar a la Coordinadora Nacional nos dieron en

la torre.

Cuando llegamos a México, en las asambleas previas al

plantón, se nombró la comisión negociadora nacional. Yo

quedé en esa comisión, de parte de Guerrero, y ahí se iba a

discutir eso. Nosotros sostuvimos nuestra posición (algunos

de nosotros porque también había representantes de

Guerrero con la posición contraria). Los compañeros del

MRM, el CCL de Hidalgo y los del Valle estaban por la

negociación nacional. En la práctica sucedió que fueron

negociaciones por estado. Nosotros lo advertimos: vamos a

acabar negociando por estado. Pero por lo pronto se acordó

por mayoría la negociación nacional.



En esas negociaciones nos decían que íbamos con una

posición tibia, nos acusaban de compartir la política de

Chiapas, hasta se nos acusaba de ser de Línea Proletar ia. A

mí me parece criticable que los compañeros de Chiapas a

veces no le hayan entrado como se debe.Cuando se necesitaba reforzar el movimiento, k»s de

Chiapas, a pesar de que estaban ahí, no le entraron y nos

dejaron morir solitos.

Al plantón, los de Guerrero llevamos muchísima gente. A la

marcha —fue la marcha más grande— acudieron muchos

contingentes, pero a la hora del plantón ya no fue lo mismo;

de una marcha de cien mil, nos quedamos como 20 o 25 mil

gentes: la mayoría de Guerrero, Hidalgo en segundo lugar,y muy pocos del Valle.

El plantón fue algo impresionante. Se organiza todo de

manera colectiva: el problema de la comida, las letrinas, la

vigilancia. Hay un ambiente muy suave. Por todas partes

andan comisiones de Guerrero, de Hidalgo; marchitas por

aquí y por allá, grupos platicando por todos lados,

reuniones delegacionales. Una discusión permanente entre

maestros de diferentes estados.Tratamos de no dormir, de que nadie durmier a, estábamos

seguros que venía lo duro. A las cinco de la mañana

empezó todo. Nos dieron el ultimátum de desaLüjar, y la

gente tranquila. Llegó la policía y la gente tranquila. Pero

nos fueron metiendo en la calle, arrinconándonos, y hubo

reacciones de todo tipo. Algunos empezaron a gritar

consignas, otros a cantar el Himno Nacional, algunas

mujeres lloraban, los del CCL dando voces que querían ser tranquilizadoras. Adelante empezaron a echar bombas de

humo. Feo se vino. Nos empezaron a separar: los del Valle

aquí, los de Guerrero aquí, los de Hidalgo aquí.

Apretadísimos. Nosotros realmente esperábamos una cosa

canija. En ese momento ya no había nada de coordinación.

Nos metieron en los camiones.

Nos llevaron al Puente de Palos. Ahí hicimos una asamblea,

en plena carretera, y decidimos irnos a Cuernavaca, a pesar de que previamente habíamos acordado, para el caso del

desalojo, reunimos en la Normal Superior; pero eso porque



nosotros creíamos que nos desalojarían ahí mismo, y

caminando llegaríamos a la Normal.

De ahí mucha gente jaló para Iguala. En ese momento de

confusión surgieron tres directrices: a la Normal, a Iguala, y

a Cuernavaca. Pero dos o tres días después ya estábamostodos concentrados en Cuernavaca.

Algunos decíamos: "ya nos dieron en la torre". Yo, en

particular, veía la situación muy difícil, y contemplaba la

retirada como una posibilidad, nada más negociando la no

represión. Unos días después se vio que era una idea

incorrecta. A la hora de la reunión del Consejo, en

Cuernavaca, se empezó a ver qué opinaba la gente, y la

gente dijo: "Vamos a seguirle". Estaba muy molesta, y bien puesta: "Vamos a seguir le, vamos a traer a todos los que

están en Iguala y vamos a se guirie, no podernos regresar

así al estado", y era muy cierto. Para entonces había 15 mil

ceses: nos llegaban los informes: la delegación fulana,

todos cesados; la delegación sutana, todos cesados... Y ya

desde un mes antes no nos habían pagado. En fin, que

acordamos seguirle a como diera lugar. Los maestros de

Morelos tuvieron una actitud a todo dar, de no haber sido por ellos nuestro movimiento se habría desinflado. Llegan-

do a Morelos estábamos en la calle, pero de inmediato

conseguimos tres escuelas y ahí nos repartimos; ellos (los

maestros de Morelos) nos dieron alimentos y todo lo que

podían, nos mantuvieron económicamente durante una

semana. Sin esa solidaridad nomás no la hubiéramos hecho.

Las contradicciones internas se volvieron a presentar

cuando el MRM se comunicó con la fracción parlamentariade la Coalición de Izquierda pidiendo su intervención.

Nosotros sosteníamos que la negociación se abriría por

medio de la movilización y sin intermediarios.

La marcha de la dignidad

Decidimos hacer la "marcha de la dignidad": regresar a la

ciudad de México caminando desde Cuernavaca. No estábamos en las mejores condiciones para un esfuerzo

de esa magnitud, cargábamos ya muchos días de desgaste

físico, habíamos comido mal y mal dormido.



La marcha fue muy dura, sin embargo la gente respondió.

La iniciamos ocho mil maestros y fue creciendo creciendo

hasta que al final estábamos la mayoría.

Mientras tanto había negociaciones. La SRP, el SNTE y

Goberna-ción adoptaron una posición rígida, en la que sólose comprometían a la no represión: anular los ceses y las

sanciones administrativas, y detener la represión policiaca.

La marcha fue muy dura, pero muy alentadora, a nuestro

paso la gente de los pueblos nos brindaba (oda su ayuda,

nos alentaba, (lor-iníanios en las iglesias o en las escuelas,

nos daban tortas, f r uta, la gente nos detenía para ofreccrnus

agua fresca o lo que tmicran.

En el DF estuvimos 15 días. acampados en la N01 malSuperior. Ahí nuestro principal alinienlo eran sardinas

enlatadas. Muchos com pañeros se fnfennaroii del

estómago, todos salimos empiojítdos, durante todo ese

lapso no piulinii»-; bañarnos. La situación fue muy duru,

espe( ialnieiite par;» el < omingentc de Guerrero.

Los acuerdos de febrero

La posición final del gobierno y el SNTE, luego de la

fuerza que mostramos en marchas, mítines relámpago,

etcétera, fue, para la cuestión sindical: ampliación de los

comités ejecutivos con cinco carteras que ocuparían gente

nuestra y asambleas de consulta para la posible realización

de congresos extraordinarios. En lo económico: nada. Y en

lo político, un compromiso de no represión. (Incluía anular

los ceses y las sanciones administrativas.)

En Guerrero otra vez hubo dos posiciones: la nuestra, que

proponíamos aceptar el compromiso de la no represión yaceptar también las asambleas de consulta, pero rechazar

las carteras. La posición del MRM era aceptar las tres

cosas. Tuvimos una discusión bastante dura y finalmente

ganó su posición. Y cuando se discutió quiénes ocuparían

las carteras, propusimos que se eligiera uno por cada región

insurgente, y así fue., ¿I

De esta manera terminó para nosotros esa etapa del

movimiento. No f ue una derrota, pero tampoco ganamos loque queríamos, simplemente habíamos conseguido las



condiciones políticas necesarias para regresar a nuestros

lugares a reorganizarnos.

4. EL DETONADOR OAXACA

(del 1 de mayo al 16 de junio, 1980)*

Con la manifestación del primero de niayQ^dgJ98Q se

inicia el movi-movimiento de Oaxaca. Como todos los

años, el SNTE participó en el desfile oficial. Pero esta vez

en el contingente de los valles centrales (unos 3 mil

maestros) surgieron mantas con leyendas contra el rezago

en los pagos, y algunas sobre la democracia sindical. Ahí

arrancó el movimiento porque a los charritos lo único que

se les ocurrió fue impedir que los maestros desfilaran.

Maldonado (el secretario general de la sección 22) llamó a

la policía; la policía obedeció, y se armó el desmadre. El

Gobernador del estado intervino a favor de los marchis-tas

y mandó detener al comandante policiaco que les había

obstruido el paso. Entonces entraron al desf ile y de

momento la cosa terminó en un mitin frente al sindicato.

En los últimos días de abril se habían realizado paros en

algunas delegaciones de los valles centrales. Al ver que la

inconformidad crecía, los dirigentes de la sección

emplazaron a huelga. Aprovechando el viaje, además de la

solución del problema de pagos, exigieron la destitución deldelegado de la SEP. Era lo acostumbrado: exigen la des-

titución del delegado, el delegado se va, nadie mueve un



dedo, el paro lo acomodan en un puente, de manera que el

paro es realmente inexistente, y finalmente la destitución se

presenta como un triunfo del sindicato.

Lo habían hecho en 1978, precisamente en la misma fecha.

Llamaron a un paro el día primero, nadie se enteró porqueera día feriado, el dos y el tres de mayo era fin de semana,

el cuatro un puentecito, el cinco otra vez feriado, al quinto

día de este paro ficticio quitan al delegado y ya.

Esta vez se trataba de una medida preventiva, aunque

también ha bía contradicciones entre el SNTE y el delegado

Hernán Morales, a pesar de que él mismo provenía de la

burocracia sindical.

Los maestros nunca sintieron suya la demanda dedestitución de Morales, no era odiado por los maestros. El

caso del delegado anterior (Caso Llaguno, el que cayó con

el paro fantasma) fue distinto, porque era muy déspota. En

cambio, Hernán Morales había sido maestro rural durante el

cardenismo; nunca dejaba de recibir a una comisión de

maestros que solicitara audiencia, y además nunca decía

que no, aunque después no resolviera los problemas. En fin

que lo del delegado no era una cosa sentida. Lo de los pagos y lo del aumento salarial sí. En el emplazamiento que

hizo el comité seccional incluyeron la demanda de aumento

salarial. Así se llegó al paro de los días feriados.

Maldonado era además el secretario general del PRI estatal.

Se juntaron esas dos cosas: primero q^e pidió la

intervención policiaca contra sus propios representados \\e\

sindicato pidiendo a la policía que detenga a^sindicato!), y

por otro lado estaba mal visto que fuera jefe del PRI; no setrataba de una objeción a su militancia priísta, sino que se

pensaba que el puesto en el partido lo hacía descuidar su

trabajo como dirigente sindical.

Los comités de lucha y "la bola"

La bronca del primero de mayo generó el surgimiento de

los comités de lucha en los valles, y con elloel movimiento

empezó a agarrar forma. A partir del día 3 se realizaron

reuniones de una coordinadora de los comités de lucnS.



Algunos existían desde antes, pero eran pocos, quizá dos o

tres en la zona de Tlacolula. En esos días se generalizaron.

En las reuniones se planteó que, puesto que existía un

pliego de demandas, el comité seccional debía exigir su

solución. Se subraya como lo principal el aumento desalarios. Con esos acuerdos acudieron a la sección y

pidieron una asamblea de secretarios delegaciona-les para

impulsar el movimiento. En esos días, apegados a su

política, los dirigentes del Comité Ejecutivo Seccional

(CES) declararon que el movimiento ya había triunfado y

que había que volver a clases. No había ningún anuncio

todavía, ni siquiera el de la destitución de Hernán, pero

como vieron que la agitación estaba creciendo, quisieronabortarla. Sólo que ahora había un mínimo de organización

en los comités de lucha, y éstos exigieron la asamblea de

secretarios delega cionales. Había concentraciones todos los

días (en el local sindical, en la puerta, en los pasillos,

adentro del edif icio, en la calle), de mil o dos mil maestros

de los valles, exigiendo la realización de esa asamblea. Era

una concentración desorganizada, sin saber bien a bien qué,

no había programa ni oradores, ni nada; era una bola queestaba ahí. Finalmente se convocó a la asamblea de

secretarios delegacionales, y esa bola presionó ahora para

que la entrada fuera abierta, argumentando que los

secretarios generales no tenían por qué reunirse aparte y

que la base tenía derecho a escuchar lo que iban a discutir.

Hubo un forcejeo duro, porque los charros no quieren por

ningún motivo que la asamblea sea abierta. Pero la bola

estaba ahí, mañana y tarde, llegaban unos y otros se iban,era una bola permanente. Así obligaron a Maldonado a

aceptar la presencia de la base en la asamblea de

secretarios, y la presencia de la base transformó esa

reunión. La que pudo ser una reunión de dóciles borregos

incapaces de decir nada que contrariara al comité, se

convirtió en algo bien distinto: la base, los activistas de los

comités de lucha, increparon a los charros:

—¿Qué pasó, cuáles fueron las respuestas al pliego? —¿Qué hay sobre esto?Y callándolos y gritándoles. Los mismos secretarios

delegacionales se vieron presionados: para el secretario de



una delegación una cosa es encerrarse con el comité

seccional y acordar lo que el comité quiera para no meterse

en problemas, y otra cosa estar en esa reunión teniendo a su

gente encima. Eso obligó a muchos secretarios a jalar con la

raza.Los de la sección recurrieron entonces al nacional;

siempre que la cosa se pone dura, se les ocurr e llamar al

nacional. Trajeron a Ernesto Aguilar Flores, dd CF.N, quien

había estado en Oaxaca» y que, suponían ellos, tenía

arr astr e entre los maestros del estado.

La asamblea incontrolable

Se organizó una asamblea de secretarios con Ernesto

Aguilar Flores, y tam bién entonces entró la base. Desde el

primer momento ya no se pudieron quitar a la gente de

encima, ya no pudieron cerr ar las puertas dd auditorio. Lo

único que se atr evieron a plantear, tímida' mente, tue que

solo tuvieran derecho a la palabra los secretarios generales:

—La base está aquí, que escuche —dijeron— pero por

motivos de organixación no puede intervenir c-ualquiera.

Pero a esas alturas quién iba a controlar que sólo tomaran la

palabra los secretarios.

Ya no se pudieron quitar a la gente de encima; como que la

raza ya no tuvo miedo de si entramos o no, sino que ¡órale!

Incluso nosotros, que sí sentíamos cierto temorcillo de estar

en ese lugar, eran las primeras veces que íbamos a un

sindicato, se nos quitó el miedo y nos metíamos. Por lo

menos para nosotros era algo completamente nuevo.

Ernesto Aguilar Flores trató de calmar la bronca, pero fue

contraproducente porque la gente le dijo hasta de lo que se

iba a morir, le mentaron la madr e, lo callaron, le exigieron.

Todavía en esa época la exigencia era que los charros

abanderaran el movimiento. Una maestra, una señora ya

grande, se levantó a media asamblea y dijo:

—Ustedes nos prometieron esto y esto, y ahora nos

cumplen o nos dejan como estábamos. <

El caso es que se aferraron'. Cada vez que la raza exigía,

ellos salían con evasivas, y con rollos demagógicos

insoportables; y la raza más se enca br onaba.



En pocos días en todo el estado ocurría lo mismo. Esto

debido al brigadeo que hicieron los maestros de los valles

centrales. También los periódicos informaban sobre estos

hechos. Bueno, los periódicos locales no llegan mucho al

interior del estado, se distribuyen casi exclusivamente en laciudad de Oaxaca, pero no falta un maestro que venga, con

mayor razón habiendo paro, y se lleve las noticias. Las

brigadas de los maestros de los valles fueron muy

importantes, y su labor admirable, porque cubrir el estado

con brigadas es muy difícil.

Las brigadas salieron a pesar de las órdenes del sindicato de

que durante el paro los maestros permanecieran en sus

escuelas. Había una hojita donde se daban las instruccionesde lo que uno debía hacer. ¿Pues qué dice El Indicador a

(así se llama la hoja esa), pues dice que te quedes en la

escuela, que levantes un acta el primer día de paro, que

digas que estás en paro, que impidas la entrada de

agitadores y personas extrañas, y que no hagas nada más.

Salieron las brigadas, y para el día 11 se realizó otra

asamblea de secretarios en la que ahora se exigió voz y

voto para los comités de lucha.

La manifestación del 10 de mayoEl 8 de mayo hubo una reunión de secretarios (abierta

como ya iba siendo costumbre), que acordó nombrar una

Comisión Ejecutiva de los valles centrales. A través de

ella y los comités de lucha se organizó la primera

manifestación callejera.

El 10 de mayo, doce mil maestros de los valles marcharonen la ciudad de Oaxaca, desde El Llano hasta el Zócalo, ida

y vuelta. Fue una manifestación silenciosa, con un montón

de recomendaciones y advertencias contra los provocadores

y contra los gritos porque eso ya signif icaba "caer muy

bajo". La manifestación se realizó todavía con muchos

formalismos, pero eran doce mil maestros en la calle el día

de las madres.

Que fuera precisamente el día de las madres (cuandotradicionalmente el maestro se dedica a organizar la fiesta)

le dio un carácter muy especial. Las delegaciones sacaron

desplegados de prensa dirigi-~dos a las madres en el tono



de: "Madrecitas oaxaqueñas, las felicitamos, pero este día

luchamos por demandas justas", etcétera. Eso le — Táio

mucha difusión a la marcha; hubo miles de gentes

presenciándola. Y las madrecitas oaxaqueñas apoyaron. En

los diez días anteriores se habían realizado asambleas de padres de familia. Si El Indicador decía. simplemente:

quédense en la escuela sin hacer nada; los comités de lucha

organizaron asambleas de padres de familia para explicar

por qué continuaba el paro a pesar de las declaraciones de

los charros y los llamados de la SEP. El efecto de estas

asambleas se sintió el diez de mayo cuando se escucharon

los primeros gritos de simpatía por los maestros.

,Esa manifestación dio confianza a los comités de lucha.Hasta ese momento los comités no podían decir qué tanto

representaban al conjunto de los maestros. Esta

manifestación les permitió medir su influencia. Por eso, los

comités pudieron exigir voz y voto en la reunión de

secretarios generales del día 11. Antes de la manifestación

los secretarios no lo hubieran aceptado de ninguna manera.

Pero después de esa demostración de fuerza, los secretarios

no se atrevieron a negarse. Además algunos secretarioshabían empezado a ser destituidos por oponerse al

movimiento.

En esa misma asamblea se acordó dirigir un documento aMaído-nado (aún no se le desconocía corno secretariogeneral) pidiéndole nuevamente que abanderara lasdemandas de la base. Pero siguió encerrado en lo mismo. El12 de mayo se organizó la primera reunión estatal desecretarios delegacionales. Lo sucedido en esos once días

(brigadas, propaganda, la manifestación) hizo que muchossecretarios delegacionales del interior del estado empezarana presentarse aquí, en Oaxaca, y a incorporarse almovimiento. De todas partes llegaban noticias: de la mixteca, tantos

delegados se unen al movimiento; de Tuxtepec, tantos; del Istmo... y así.

De batallas y estatutos

El día 13 se realizó la primera asamblea estatal de

secretarios generales. Ahfse desconoció de maneradefinitiva al comité seccional por negarse a encabezar el

movimiento. La asamblea tuvo un carácter formal, se contó

con la presencia de un notario público que dio fe del



"numero de secretarios presentes. Quedó constituida una

comisión de honor y justicia que consideró los cargos

contra el comité y dictaminó su desconocimiento "por

traición a los intereses de los agremiados".

Fue interesante la forma en que se emplearon losestatutos durante la asamblea: para la mayoría de los

maestros es muy importante lo estatutario, de ahí que se

cuidara el cumplimiento de todas las formalidades (a^

excepción de una: la autorización del Comité Ejecutivo Na-

cional). El notario público, con los estatutos del SNTE en

mano, dijo:

"Señores maestros, de acuerdo con el artículo tal ustedes

tienen derecho a hacer esto, y según tal otro artículo, pueden hacer esto otro". Por supuesto faltaba el requisito de

la autorización del CEN.

La asamblea se instaló como "pleno de representantes

delegacio-nales" (forma contemplada en los estatutos).

También están previstos la comisión de honor y justicia, y

el juicio y el dictamen.

Entre los dirigentes de la asamblea estaban Pedro Martínez

Norie-ga y Fidel Faustino. Ahí mismo se formó unacomisión ejecutiva que sustituyó, otra vez estatutariamente,

al comité derrocado.

Este "culto a los estatutos" tiene su raíz en la política misma

del SNTE. En su lenguaje, los estatutos aparecen como el

non plus ultra de la legalidad, o mejor dicho: de la

legitimidad. En Oaxaca las delega-cionesJno eran capaces

de reunirse sin el permiso expreso del comité seccional.

Hay la experiencia de maestros de educación indígena queen pleno conflicto, en pleno paro, iban a pedir permiso para

hacer su asamblea.

Quizá haya algo más en esa actitud estatutaria: quizá

algunos maestros de los que quedaron en la comisión

ejecutiva, tenían la esperanza de que el Nacional los

reconociera. No sé hasta dónde sea cierto, pero gente como

Villalana probablemente estaban esperando un reconoci-

miento más o menos inmediato.Ese día 13_ej movimiento dio un brinco. Se convocó a una

manifestación para el 15 de mayo, día del maestro.

Marcharon 25 mil gen tes. La manifestación silenciosa



recogió grandes muestras de simpatía. El trayecto fue el

mismo: del Llano al Zócalo y de regreso. Por todo el

recorrido se veían grupos de padres de familia con

pancartas: "Maestros, felicidades en su día, los apoyamos".

En el movimiento dominaba la idea de que en unamanifestación de maestros no debía marchar nadie que no

fuera maestro; y que los maestros no debían andar gritando

por las calles. El resultado fue impresionante: 25 mil

maestros marcharon en silencio.

Lo primero que hizo la comisión ejecutiva fue llevar las

actas notariales del día 13 al gobierno del estado. Estuvo

bien, porque si en los actos públicos había demostrado tener

a la mayoría, con esto demostraba las intenciones de actuar dentro de la legalidad. De hecho el gobierno del estado

adoptó una actitud de neutralidad; lo cual ya fue ganancia.

Declaró que el gobierno era respetuoso de los sindicatos y

sus asuntos internos.

La prensa local jugó un papel importante; estaba

informando lo que sucedía y lo hacía bien. ¿Por qué razón?

Quién sabe. En un primer momento quizá simplemente

expresaba la opinión de la gente de Oaxaca.En cuanto al carácter legal de la comisión ejecutiva, hay

que decir que el grueso de los maestros desconocía los

estatutos; tiene un culto por ellos, pero los desconoce. Así

quedó la impresión de que se había actuado de manera

rigurosamente apegada a los estatutos. Algunos secretarios

delegacionales quizá tuvieran algún ejemplar de los esta-

tutos, y quizá los hubieran ojeado, pero en cualquier caso

eran muy pocos.¿Por qué ese desconocimiento de los estatutos? Creo que

responde a una política expresa del sindicato: su no difusión

entre la base, el manejo exclusivo de su contenido por sus

cuadros, y al mismo tiempo el mantenimiento del culto a lo

estatutario, son piezas de una misma política de

concentración del poder en el grupo de Vanguardia Revo-

lucionaria.

En vista de qut- no habían sido r esueltos los puntos del pliego; se acordó no levantar el paro. Esos días. del 15 cit-

mayo en adelante. hubo acciones r egionales que

consolidaron el movimiento: r ecuerdo las manifestaciones



en Huajuapan, en 1 eotitlán del Camino, en No-chistián, en

Nahuatlán, en Tuxtepcc. en el Istmo. Hulx ..nublen la

primera manif estación de padr es de f amilia aquí en Oaxac

a: mas de cinco mil se manif estaron el 18 de mayo

ex presando su apoyo ai movimiento. Sorpiende que, aunqueTa mavoría eran de !;i ciudad y de lugares circunvecinos,

también llegaron de otras partes del estado, in cluso de

lugar es desde los cuales hay que caminar horas o reconcr

rnalos caminos de terracería; y, sin embargo, llegaron a

manif estar su apoyo a los maestros.

El plantón del 29 de mayo

La comisión e jecutiva fue a la ciudad de México a buscar el

reconocimiento poi parte del GEN. Su respuesta es elusiva,

no los reciben, constantemente posponen las citas con el

secretario general: "Que Ramón Martínez Martín no está;

que tuvo un compromiso imprevisto, que mañana". Así

pasaron varios días. Entonces salieron de Oaxaca algunos

secretarios delegacionales y miembros de los comités de

lucha para reforzar la comisión.

El CEN se negó a reconocer a nuestra comisión ejecutiva.

Entonces se propuso hacer una marcha en la ciudad de

México (al mismo tiempo que se sugería como vía de

solución que el CEN convocara a un pleno de

representantes que repitiera el proceso, ahora sí con su

autorización).

A la marcha del 29 de mayo asistió la inmensa mayoría de

los maestros del estado, además participaron maestros del

DF, del Valle de México y otros lugares. Después de la

marcha nos quedamos en plantón frente al edificio sindical.

Estuvimos ahí el jueves 29 y lo levantamos el viernes 30.

"Aún no había una respuesta clara del CEN, pero la

comisión pensó que, con esa demostración de fuerza, la

solución era inminente y no era necesario continuar el

plantón; bastaba con que se quedaran los miembros de la

comisión para firmar los acuerdos. Se decidió que

permanecieran también los secretarios generales de todo el

estado. Los demás regresaron a Oaxaca.



El sábado 31 de mayo hubo una reunión de la comisión

ejecutiva y los secretarios delegacionales que permanecían

en México, en ella se habló de hacer un estudio del costo de

la vida en el estado para determinar el aumento del

sobresueldo. Llegó gente enviada del CEN trayendomontones de encuestas que debíamos levantar en nuestras

zonas; con las cuales demostraríamos indiscutiblemente la

necesidad del aumento. Algunos secretarios se fueron con

la finta y corrier en a Oaxaca a hacer las famosas encuestas.

La comisión se quedó toda la semana, del domingo primero

al sábado 7 de junio. Se suponía que en el transcurso de esa

semana~se~ iban a firmar los acuerdos. Pero la respuesta

del Nacional era de lo más burdos simplemente nunca estánen sus of icinas. El miércoles 4 no sólo no los reciben, sino

que los encierran en el edificio del sindicato; cuando

quieren salir, las puertas están cerradas con candados y

cadenas. El asunto trasciende a la prensa. El canal 13 de

televisión transmite "el secuestro de los comisionados

oaxaqueños". El escándalo llega a Oaxaca, donde los

maestros reciben las noticias como una burla del Comité

Nacional. Mientras la comisión permanecía en la ciudad deMéxico, en Oaxaca las cosas se iban calentando; se hicieron

asambleas de representantes y comités de lucha. En esas

reuniones se escuchan los informes que mandan por

teléfono los miembros de la comisión ejecutiva.

La noticia del secuestro provocó una movilización muy

amplia. Todas las delegaciones coinciden en una cosa: la

marcha del 29 no fue suf iciente para arrancarle al Nacional

el reconocimiento; hay que movilizarse de nuevo. Muchasdelegaciones de la sierra permanecían en la ciudad de

Oaxaca, como no había locales bastantes, se veían asam-

bleas en todos los parques: en el Llano había cinco o seis

asambleas al mismo tiempo; en los atrios de las iglesias, en

los jardincitos, en cualquier lugar donde pudieran reunirse

cincuenta o cien maestros.

El sábado 7 se hacía una asamblea estatal de

representantes. Las noticias de la semana llevaban a unasola conclusión: había que volver a México.

Hasta ese momento la comisión ejecutiva se cuidaba de

no vincularse a la Coordinadora (CNTE). Se negaba a



entrar en relaciones con ella y a cualquier tipo de acción

conjunta.

A la asamblea llegó una cinta grabada de una conversación

telefónica con uno de los miembros de la comisión

ejecutiva. (Los teléfonos de la sección estabandesconectados por falta de pago, y las llamadas a los

comisionados se hacían desde una casa particular; se

grababa y se llevaba a la sección). Decía que el Nacional se

negaba a firmar los acuerdos que supuestamente se habían

tomado e[ viernes 30. Hablaba del secuestro, decía que ya

estaban libres, y que para tomar nuevas medidas de lucha

los secretarios generales y la comisión ejecutiva se

trasladarían el domingo Jijde junio a Oaxaca y convocabana una asamblea estatal para eHunes 9. La totalidad de los

representantes de las delegaciones rechazaron la idea, en

cambio se ratif icó el acuerdo de acudir a la ciudad de

México a la manifestación del 9. y quedarse en plantón

hasta conseguir el reconocimiento. Dos miembros de la

comisión que estaban presentes, intentaron cambiar el

acuerdo;

pero la decisión era firme. Se les comunicó el acuerdo a losque permanecían en la ciudad de México para queesperaran. Algunos miem bros de la comisión llegaron el sábado a

Oaxaca en un intento desesperado por detener a la gente.

El plantón del 9 de junio

La gente ya estaba caliente. El sábado en la mañana, horas

antes del acuerdo definitivo de participar en la

manifestación del nueve, ya muchas delegaciones estabanalquilando camiones para salir el domingo temprano. La

raza estaba lanzada y ya no la paraba nadie. El domingo

todavía llegaron algunos secretarios tratando de detener a

sus delegaciones; pero todos estaban encarrerados. Sólo

unas cuantas, de la región del Istmo, cambiaron su decisión.

El domingo estábamos en camino. La comisión ejecutiva no

sabe qué hacer porque no quiere marchar junto con la

CNTE. Todavía el lunes por la mañana citaron a una

asamblea en el auditorio de la Normal Superior, con el

objetivo de impedir la marcha conjunta. Dijeron, y eso fue

un descaro, que el problema ya estaba resuelto, que no



había por qué ir a la marcha; entonces la raza les gritó hasta

la despedida, y tuvieron que aceptar que la asamblea

decidiera si se participaba en la manifestación. No había

ninguna duda, la gente había hecho el viaje para ir a la

marcha y hacer un plantón. La comisión ejecutiva planteóque cada quien se fuera a pasear el lunes por la mañana, y

que por la tarde, o el martes temprano, se hiciera el plantón,

aduciendo, además, que muchos maestros llegarían de

Oaxaca hasta el martes y que había que esperarlos. Pero la

asamblea no se movió ni un centímetro: "Vinimos a

marchar y vamos a marchar;

además hay razones para no esperarse, porque si el lunes,

con el apoyo de miles de maestros de o^ros estados, nologramos plantarnos, no Jo vamos a hacer cuando seamos

menos". Ese fue más o menos el argumento.

Todavía después de tomada la decisión de marchar con la

CNTK, la comisión ejecutiva propone otra cosa: que se

marche con la Coordinadora, pero que luego sf regrese y el

martes haya otra marcha, exclusiva de Oaxaca, y entonces

se instale el plantón.

La gente pidió que ya no le dieran vueltas, que se iba a lamarcha y se hacía el plantón. Y efectivamente así fue. En la

manifestación, el contingente de Oaxaca éramos como die/.

mil gentes. Con ese nú-'nttrn establecimos el plantón. Para

el martes éramos por lo menos el do ble, y para el miércoles

ya está bamos lodos, la inmensa mayoría del

niag¡stcJ¿¡_u¡ü.a<:ftir ñ(>.

Plantón, tianguis, brigadas

Del 9 al 11 de junio estuvo el tianguis oaxaqueño en lascalles de la ciuoaade México. Hubo un montón de cosas

im portantes: una de ellas fue que de inmediato se estableció

una coordinadora, se organizaron brigadas que salieron a

recorrer el DF y el Valle de México. De por sí estar

sentados en las calles, con ese aspecto de mercado de

pueblo, ya era un efecto de propaganda: miles de gentes

tuvieron que darse cuenta de ese extraño inmenso mercado.

Pero además estuvieron las brigadas, que salieron conmuchas dificultades porque no conocíamos la ciudad y

había el temor de perderse en la selva urbana. El lunes

salimos con dificultad, pero el martes el problema era que



no había suficientes maestros del DF para guiarnos. Desde

el martes empezaron a llegar maestros del Valle y el DF

que se ofrecían como guías, y diariamente salían alrededor

de cien brigadas que iban a visitar escuelas. El miércoles ya

fue una cantidad enorme. Estas brigadas multiplicaban suefecto porque con una escuela que visitaban, los maestros

de ahí se encargaban de extender la difusión, y entonces

caían montones de comisiones de diversas escuelas del

Valle y el DF con apoyo en dinero y en productos. En aquel

momento calculamos que se recogían alrededor de 200 mil

pesos diarios. El cálculo proviene de que el jueves y el

viernes fueron aproximadamente 400 mil; lo que se recogió

entr e el lunes y el miércoles lo ignoro, porque la comisiónno lo coordinó. Eran toneladas de víveres. Estaban llegando

a toda hora. Esto era importante no sólo por lo que

representaba en el ánimo de los que ahí estábamos, sino

porque nos ponía en contacto con otros maestros. Veíamos

que el movimiento tenía vuelo, que había otras fuerzas, que

no era Oaxaca sola. Podíamos darnos cuenta más

cabalmente del significado de la C.\ 1 E. Las brigadas

fueron grandes propagandistas. Pero el mejor propagandistaera el propio plantón.

Entre tanto, había pláticas con el Nacional; la fuerza del

movimiento lo sentó a la mesa de negociaciones.

El plantón fue cr eciendo: el miércoles llegó a su punto

máximo.-, Las brigadas empezaron a ir a'~Fuebla,

Morelos, Hidalgo, a un mon-. ton de lugares cercanos. ,E1

jueves por la mañana, como a las dos o tres de ki

madrugada, llegó la comisión e jecutiva y citó a una r euniónde secr etarios delegacionaics. Llegaron muchos jxilicías

vestidos de civil y de guaruras del sindicato y algunos

charros, del Nacional. La comisión e jecutiva simplemente

informó de los acuerdos, no los puso a discusión, a pesar

del acuerdo dt' que los r esultados de las ^¡Taúcas

scmlormanan _ aJoJ».secret VJestpsconsultarían a la.s

basr.s. Pero con la presión del gobierno, y con logros

efectivos, la comisión simplemente llegó a informar de losacuerdos. A las cinco de la mañana, luego de una asamblea

más o menos confusa, los secretarios salieron a informar a

su gente. Se provocó una enorme confusión. Algunas



delegaciones impugnaron el procedimiento y el acuerdo

mismo; otras aceptaron y se dispusieron a abandonar el

lugar utilizando los camiones que había dispuesto

Gobernación.

A las cinco de la mañana pasaba todo eso. Mientras unoslevantaban sus chivas, otros recorrían el plantón en

minimanifestaciones gritando consignas contra los que se

iban.

El plantón se redujo a la mitad. Todavía se intentó hacer

una asamblea de secretarios. Obviamente con una asistencia

de menos de la mitad, y en medio de la más amplia

confusión.

La solidaridad siguió llegando durante todo el jueves. Losque nos quedamos sentíamos que, a¡nte tanta gente que se

había mostrado solidaria, no podíamos largarnos así, sin

decir ni agua va. Permanecimos todo el jueves en plantón.

Por la tarde empezaron las provocaciones policiacas. La

asamblea de secretarios (de esa tarde) acordó que los

miembros de la CE que permanecían ahí, se dirigieran a

Gobernación en busca de garantías, para levantar el plantón

el viernes de manera ordenada. Gobernación no quisocomprometerse a nada.

La tensión aumentó y a las .ocho de la noche decidimos

levantarlo y retirarnos a la Normal Superior. La mayoría, en

efecto, se dirigió a la Normal, aunque algunas delegaciones

se encaminaron directamente a Oaxaca.

Ya en la Normal Superior se tomó el acuerdo de esperar al

vier-ne^, informar a los maestros del Valle (que tenían una

asamblea prevista para ese día) de los acuerdos firmados ytodo lo que había sucedido. El mayor logro había sido el

reconocimiento de una comisión ejecutiva compuesta por

miembros electos democráticamente, y un presidente

impuesto por el CEN, es decir un incondicional de Van-

guardia. Sin duda era un buen logro.

Todo el viernes estuvimos en la Normal y salían brigadas.

Discutí-, mos qué hacer con la enorme cantidad de víveres

que seguía llegando en solidaridad con nuestro movimiento.Durante el viernes se acumularon alrededor de doce

toneladas de alimentos. En la reunión de los que estábamos

en México decidimos enviar una parte de los víveres a los



mineros de Real del Monte que estaban en huelga, y la otra

' parte llevarla a Oaxaca. También entregaríamos a la

asamblea de secretarios generales los 400 mil pesos

recolectados en el boteo. El sába do por la mañana

cargamos los alimentos en un camión, y organizamos elregreso.

De regreso en Oaxaca

De regreso en Oaxaca se organizó una asamblea de

secretarios para decidir cómo continuar el movimiento. El

punto de discusión era el levantamiento del paro. Hicimos

un balance de las demandas conquistadas que resultó

positivo, por lo que aprobamos levantar el paro. Fue un

acuerdo unánime. Aunque no faltaron las críticas a la

comisión ejecutiva por la forma en que acabó el plantón.

Sobre el destino de los víveres (las ocho toneladas

restantes) hubo diversas propuestas: entregarlos a los

ancianos, a la penitenciaría, a los pobres de la ciudad, y al

gr u po campesino de El Desengaño. Estos últimos habían

sido desalojados de sus parcelas por los terratenientes, y les

habían quemado su pueblo un año antes. Por amplia

mayoría se optó por entregarlos al Desengaño.

Un último punto a discusión fue la posible ampliación del

periodo de clases. Los padres de familia habían apoyado

nuestro movimiento con mucha fuerza; incluso la

Federación, que normalmente es controlada por la SEP, se

manifestó públicamente en favor nuestro. El presidente de

la Federación se presentó a la asamblea y planteó algo muy

sencillo: los padres de familia, a pesar de las presiones de la

secretaría para que repudiaran el paro, habían sabido

responder a los maestros y no sólo no habían secundado los

llamados a clases, sino que se habían manifestado

abiertamente a favor del movimiento; lo cual, además,

había representado una lucha interna difícil contra

corrientes que estaban por condenar la huelga. Ahora

solicitaban que los maestros respondieran ampliando el

calendario de clases para recuperar, al menos en parte, el

tiempo perdido.



Hubo una discusión acalorada y predominó la opinión de

que no se podía ampliar el calendario. Probablemente si esa

discusión se da uno o dos años después, el resultado habría

sido distinto. En ese momento lo que hizo fue aislarnos de

los padres de familia; muchos de ellos lo sintieron comouna traición de los maestros.

Hubo desde los que se opusieron sencillamente porque,

decían, las vacaciones son vacaciones, hasta los que, desde

una posición supuestamente de izquierda, preguntaban

desde cuándo los obreros reponían a los patrones el tiempo

de las huelgas. Y con esa posición de apariencia sindicalista

se tomó el acuerdo de no ampliar un solo día el calendario

escolar; Ahí se cuarteó la alianza con los padres de familia.Después de eso f ue más fácil pai-a la SEP manipular a la

Federación. Ante cualquier paro o movilización,

inmediatamente salían las declaraciones en el sentido del

"daño irreversible a la educación, etcétera". Esa f ue una

rega-zón producto de la inmadurez.

Probablemente había muchos maestros dispuestos a dar

clases extras, pero como la decisión fue explícita: que no se

prolongaba ni un día el calendario escolar; ya era como una prohibición. En esas condiciones, ampliar el periodo de

clases no significaba solamente actuar por cuenta propia,

sino en contra de un acuerdo de la asamblea general. En ese

momento era importante evitar cualquier división, quizá por

eso no se insistió más en el asunto. Ahí acabó la primera

parte de la movilización de los maestros de Oaxaca. La

sensación general era que nos habíamos sacudido un yugo.

Creo que lo más importante f ue atreverse a tumbar a loscharros. '••

S La vida

sindical cambió

Aprendimos que para hacer asambleas nada más se necesita

querer hacerlas. Ahora todas las delegaciones se reúnen sin

pedirle permiso a nadie. Otra cosa es que, cuando se busca

la formalidad, se tomen los acuerdos y después se solicite

permiso para hacer una reunión en la que se van a tomar los

acuerdos que ya están tomados. Hoy sucede eso más



frecuentemente: que se llegue a acuerdos y después se

formalicen. También se aprendió a jugar con los estatutos.

Como que para nosotros ahí empezó la vida sindical, la vida

sindical moderna, por lo menos la del magisterio de

Oaxaca. La gente cambió secretarios delegacionales. In-cluso algunos de los que sí habían jalado (pero obligados)

fueron cambiados.

Aunque en menor grado, también hubo cambios en elcomportamiento autoritario de algunos directores deescuela y supervisores. Por ejemplo, al final de los cursos,cuando se hacen los cambios de adscripción, hubo casos dedestitución de secretarios por hacer cambios injustificados,

por dar preferencia a algún maestro que no tenía derecho

cuando a otros que tenían derecho se les negaba. En cuantoa los supervisores, hay zonas en donde la gente ya noacepta a cualquier supervisor, y ahora es frecuente que unadelegación envíe una carta al director de educación

primaria para vetar a determinado supervisor o inspector.En muchos lugares los inspectores tienen que someterse, lesguste o no, a las decisiones de la asamblea de la delegación.Pero toda vía es muy disparejo, el autoritarismo aún existe.Algo que resultó importantísimo fue la presencia de los

comités de lucha; definitivamente fueron los que

conservaron la energía de la vida sindical, aún cuando

formalmente desaparecieron porque el Nacional exigía

"normalización de la vida sindical", y para ellos quería

decir desaparición de los comités de lucha. Pero en la

práctica siguieron existiendo.

La lucha por el congreso

Todo el año de 1981 estuvo marcado por la lucha por el

congreso. En torno a esto se enfrentaban dos puntos devista: por un lado la comisión ejecutiva, interesada en que

el congreso se. realizara a toda costa para consolidar y

formalizar su poder (siendo comisión ejecutiva su legalidad

era endeble), y por otro lado, a amplios sectores de la base

no les preocupaba, o al menos no lo consideraban tan

urgente. Todo mundo estaba de acuerdo en que había que

conseguir el congreso extraordinario, pero no había la

misma prisa. Esas dos visiones hicieron que todo el año(1981) fuera de jaloneo. Por un lado la CE tratando de

normalizar la vida sindical, exigencia requerida por el Na-

cional para hacer la convocatoria al congreso, es decir



tratando de evitar que hubiera olas, pugnando por la

desaparición efectiva de los comités de lucha. Esa

preocupación por mostrar un sindicato pacificado, los llevó

una y otra vez a desestimar las demandas de la base y en

todo ese año se dieron una serie de enfremamientos entre laCE y la base, no como una lucha abierta, porque siempre se

entendieron como enfrentamientos en el interior del propio

movimiento.

El Comité Nacional aceptó convocar al Congreso siempre

que se admitieran dos condiciones: que todas las asambleas

delegacionales (para elegir a los delegados al congreso)

fueran presididas por un enviado del Comité Ejecutivo

Nacional; y que el propio congreso fuera presidido por elGEN. De las dos, se acepta, por inevitable, una, que el GEN

presida el congreso, porque así está estipulado en los

estatutos; pero se rechazó la otra. Luego que la asamblea

estatal había rechazado la primera condición, la comisión

ejecutiva volvió a México y el CRN insistió: sin esa

exigencia no habría Congreso. Se volvió a discutir en

Oaxaca y se rechazó nuevamente. Otra vez se insistió y las

asambleas mayoritariamente siguieron oponiéndose.Pero al mismo tiempo que el Congreso era el tema principal

de discusión, se desarrollaban otras batallas laborales.

Transcurrían los meses de le br ero y marzo de 1981 Los

compañeros de La Costa, unos seis mil maestros,

enfrentaban iin;i of ensiva d<: los grupos vanguardistas que

¡menta ban retornar el control. Aquí los charros juntan su

inf luencia sindical con el poder de los caciques locales.

Suf rían además un sistemático rezago en el pago de sussalarios. (En mar zo, por ejemplo, la mayoría no había

cobrado aún el aguinaldo.) I-a movilización logró detener la

ofensiva de Vanguardia. Este problema se juntó con el de

las maestras de educación preescolar: la Sl-.P ha bía tratado

de imponer en la Dirección de Educación Preescolar a una

persona cuyo único mérito era ser recomendada de la hi ja

del gobernador Jiménez Ruiz. Las educadoras la repudiaron

y le plantearon a Dante que no la aceptaban. Se desatóentonces una campaña en los periódicos tratando de

desprestigiar a las maestras. La directora impuesta agredió a

golpes a una delegada sindical en el edif icio de la SEP. La



situación se calentó. La comisión ejecutiva def inió su

postura: "Compañeras: cálmense, y después del Congreso»

arreglamos esta bronca. Acepten momentáneamente a esta

directora y después del Congreso nos lanzamos contra ella".

La compañeras responden que no la aceptan ni un día porque si la aceptan un día ya se amolaron.

En estas condiciones (rezago en el pago de los salarios, y

los conflictos de la Costa y de Educación Preescolar) se

llega a una asamblea que con base en los resultados de las

asambleas delegacionales discutiría el problema del

Congreso. El primer agarrón es por la "orden del día''. La

Costa está en paro indef inido y exige que se incorpore su

punto en la orden del día. Las educadoras hacen que

también el suyo sea considerado. El que era punto único, el

Congreso, se convierte en el tercero. La asamblea resulta

muy acalorada. Se apoya a la Costa y a las educadoras. Y

f inalmente se vuelven a rechazar las condiciones que

pretende el Comité Nacional. El Congreso por lo tanto

vuelve a quedar en suspenso. Sigue siendo una exigencia

del movimiento. Después de mucho tiempo, tras de haber

ganado varias batallas laborales, tras de haber logrado fre-nar a grupos vanguardistas en distintas regiones, se aceptan

formalmente las condiciones del nacional, y el Congreso se

lleva a cabo el 22 ue febrero s!ie 198,2. Pero antes se

sucedieron acciones nacionales importantes que culminaron

en el paro nacional del 29 de enero. Hubo marchas simultá-

neas en Tuxtia, Oaxaca, Chilpancingo y la ciudad de

México. En conjunto se movilizaron más de cien mil

maestros.Casi dos años después de aquel primero de mayo, el

movimiento conquistó un comité democrático. Los

vanguardistas no lograron ni una sola cartera. No es que

Vanguardia estuviera muerta, pero sí extraordinariamente

debilitada. Ahora el movimiento tenía reconocimiento y

experiencia.

En la sección ha habido cambios profundos. Ojalá que

irreversibles. No lo sé.



5. VALLE DE MÉXICO: DE SOLIDARIOS APROTAGONISTAS *

El movimiento en el Valle de México empezó con el

Comité de Apoyo a Chiapas. Ahí se fusionaron grupos que

andaban dispersos; se juntaron activistas de las diferentes

regiones del Valle. Este comité funcionó durante un periodo

breve: de diciembre de 1979 a enero de 1980. El paso

siguiente fue la creación de lo que se llamó Bloque Rei-

vindicador del Magisterio, formado principalmente por tres

organizaciones: el Frente Magisterial Independiente

Nacional (FMIN),la Comisión Nacional de Telesecundarias

y la Unidad Magisterial Independiente (UMI). Estas

organizaciones dan cuenta de una historia larga.

Los antecedentes La comisión nacional de telesecundarias

Telesecundarias, por su propia dispersión geográf ica, cubre

todo el Valle; sus escuelas están diseminadas desde

Amecameca hasta Netzahualcóyotl, Ecatepec, Naucalpan,

Tlalnepantla. Eso es importante, además de la experiencia

del movimiento que habían desarrollado durante variosaños: la lucha de los maestros coordinadores en todo el

país, por la democratización del sindicato. Convocaron a

congresos de masas y habían formado la Comisión

Nacional de Telesecundarias, que efectivamente logró

influencia nacional.

El origen del movimiento de telesecundarias está en la

política del Estado por abaratar el trabajo de los maestros;

una manera era a través del sistema de telesecundarias,donde el maestro se convierte en un monitor y un simple

conductor de la disciplina. Mientras una secundaria necesita



50 maestros, una telesecundaria suele funcionar con 15 o

menos.

Al maestro de telesecundaria se le piden iguales requisitos

académicos que al de una secundaria común, pero se le

paga menos. El problema es que la mayoría de los alumnosde las Normales Superiores (excepto los de la Nacional)

salen sin trabajo, y es muy difícil conseguir plaza: el

mercado de trabajo de las secundarias es restringido y

existe mucha oferta.

Su demanda principal es la equiparación salarial consecundarias;

piden también contar con delegaciones sindicales

autónomas. Tampoco tenían "base" de maestros federales,eran interinos; encima tardaban mucho en pagarles los

sueldos.

El golpe de Jonguitud (septiembre de 1972)

Cuando el charrazo al charro Olmos, hubo movilizaciones.

Fue cuando se impuso el grupo de Jonguitud, el 22 de

septiembre de 1972. Netza se sumó al paro convocado por

el MRM. También hubo paro en otras partes del Valle,como en el norte: San Agustín, Xalostoc, toda esa región.

En 1970-71 el país sufrió la primera escalada inflacionaria,

los mil 200 pesos que entonces ganaba un maestro de

primaria no servían para nada, de ahí que el Congreso

propusiera los 105 pesos por hora-semana-mes. El charro

Sánchez Olmos empieza como bocón a expresar a través de

la prensa y la televisión que se va a lograr, y que si no (esto

lo declara en julio y agosto del 72), habrá huelga. Muchosmaestros empiezan a prepararse efectivamente para este

movimiento. De repente sucede el "golpe de Estado" del 22

de septiembre.

Las bases y los charros tienen una reacción confusa:

muchos quedan dcscontrolados, otros inmediatamente

gritan "viva el rey". Me acuerdo: ¡Viva Eloy Benavides!

(secretario general que sustituyó interinamente a Sánchez

Olmos y que sirvió de transición para la llegada deJonguitud Barrios). Entonces, a la marcha que se convocó

luego del 22 de septiembre, llevamos una manta que decía:

"El hoy (Eloy) y el ayer son la misma corrupción". Fue una



mar cha grande, citada por el MRM, me acuerdo que Othón

Salazar fue el orador en Santo Domingo.

Una parte de la base opina que Oír nos ha traicionado la

demanda de los 105 pesos v por tanto está bien quese le

desconozca. Todos estamos a la espera del informe sobrelos aumentos conseguidos. Finalmente el Ejecutivo no

concede los 105 pesos hora-semana-mes. Dice que el país

no está en condiciones para ese aumento; concede en cam-

bio un aumento en los quinquenios. La oposición es grande,

en algunas zonas llega a haber protestas fuertes. Eso ocurre

en Netza, en muchas escuelas de la zona poniente y en la

región de San Agustín, Xalostoc, Valle de Aragón,

Chamizal. Pero es un movimiento sin una dirección única,quien mayor inf luencia tiene es el MRM. Los charros

intentaron desprestigiar a Othón Salazar diciendo que

vendió el movimiento del 58 y que busca posiciones para el

Partido Comunista. Las movilizaciones no continúan, pero

la demanda es manejada por mucho tiempo, y sostenida por

lo que será en 1973-1974 el FMIN, por el MRM y por el

Bloque de Delegaciones Independientes de Netza.

En ese tiempo, en la sección 36, el secretario general era untalJo^. sé González Juárez, quien se une aJonguitud. A él se

le opone Cele-nno^erantenór secretario general,

roblesmartinista). Hay una lucha entre estas dos tendencias

y gana la corriente deJonguitud distribuyendo prebendas:

dobles plazas, permisos, ciertos privilegios. En aquel

entonces llegamos a descubrir varias plazas muertas, es

decir, plazas de "aviador". A través de estas canongías va

ganando adeptos. A la gente más activa, más consciente, lainvitan continuamente a eventos (que nosotros llamamos

jaripeos) en los que tiran rollo muy nacionalista, muy

progresista, muy sindicalista, y luego los invitan a embo-

rracharse, y luego otra vez rollo muy encendido. Así van

logrando ese seguidismo hacia Vanguardia Revolucionaria.

Así se va imponiendo Vanguardia, mediante el

compadrazgo entre el charro y el inspector y el director y

las amistades y los favores, etcétera.La mayoría de los directores y los inspectores se inclinan

hacia Vanguardia, sobre todo porque les dejan las manos

libres en el manejo de las cooperativas y de las cuotas de



los padres de familia. Pero algunos nos apoyan: por

ejemplo hay directores que permiten que uno entre a las

escuelas a informar, a formar comités de lucha. La mayoría,

en cambio, se opone a estas acciones, son gente que ha

ascendido por su entreguismo y su servilismo desde 1972, yson los enemigos más acérrimos del movimiento, los más

furiosos.

Bloque Reivindicador (enero-febrero, 1980)El Bloque impulsó actividades ya no sólo en apoyo a

Chiapas, o a Ta-basco o a Guerrer o, sino en un movimiento

propio conicmplando las demandas locales. Su mayor

actividad se concentraba en la región norte: Ecatepec,Ciudad Azteca, San Agustín... En esa zona hay una ex-

periencia obrera que el magisterio conoció. Incluso hay

maestros, como el compañero Misael, con una trayectoria

importante asesorando huelgas y movimientos de fábrica.

Netzahualcoyolt (el 9 de junio)

Antes del 9 de junio hubo una asamblea muy numerosa. La

primera gran asamblea del Valle de México. De ahí se

impulsa el brigadeo. Las regiones menos desarrolladas en

ese momento son la región oriente (Netza y Chimalhuacán)

y la región sur (Chalco, Amecameca, San Rafael, Ayotia).

En Netzahualcóyotl los secretarios generales se pusieron al

frente del movimiento. Formaron w bloque de secretarios

generales que dijo proponerse desarrollar el movimiento en

la región Había tal inconformidad que a los charros no les

quedaba más que ponerse al frente o ser arrasados;

decidieron lo primero.

En ese momento hay diferencias profundas en la dirección

del movimiento. Por un lado está la tendencia del Bloque

Reivindicador que impulsa la formación del CCL (Consejo

Central de Lucha),y por otro lado la que surge en

Netzahualcóyotl, en donde se conjuntan los secretarios

generales delegacionales con el MRM y que después del 9

de junio formaron la que se llamó Coordinadora Regional

de Netzahualcóyotl. Esta tendencia se opone a la formación

del CCL y a la elaboración de un pliego petitorio propio



(del Valle) y tratan de frenar el apoyo a Chiapas y Oaxaca.

Pero los de esta tendencia que hablan en la asamblea son

reconocidos como charros y la gente les tiene mucha

desconf ianza, excepto a una compañera del MRM, que es

reconocida como luchadora honesta. •

La influencia de Chiapas y OaxacaLa asamblea está claramente inclinada a d^r solidaridad a

Oaxaca. Hay un apoyo majestuoso del magister io del Valle

al plantón de Oaxaca. Sentimentalmente, es una experiencia

pocas veces vivida por el pueblo, nos encontramos con

niños que vienen de escuelas del Valle o del Distrito, con

cobijas, con rupa, con niedit inas, montón de víveres,

cielitos de personas llegan de todas panes a apoyar este

plantón. Y salen muchísimas brigadas de maestros

oaxaqueños a las escuelas del Valle. Sobre todo en la región

norte y parte de Netza hay un apoyo, así, orgánico entre los

dos movimientos, una identif icación de las bases con las

bases, el abrazo del magisterio rural de Oaxaca con el

maestro del Valle de México.

Los movimientos de Chiapas y Oaxaca nos influyeron

decisivamente. La prensa y la radio informaron lo que pasaba en Chiapas, en Oaxaca, en Morelos. Entonces, en

mayo, se siente gran efervescencia porque tenemos los

mismos problemas. Además muchos de los maestros del

Valle trabajaron antes en provincia, y se vinieron al Valle

para estudiar, o para adquirir doble plaza, o para

incrementar el número de horas en las secundarias, aquí hay

mucha demanda de maestros y cada año aumentan los

servicios educativos, hay un aumento constante de las plazas de maestros; en provincia, en cambio, las horas de la

secundaria ya son muy limitadas, casi f ijas, no abundan las

dobles plazas, la mayoría de las escuelas son de un turno.

Esto limita a muchos maestros el mejoramiento en sus

condiciones de vida. Lo anterior explica que gran parte de

los maestros del Valle de México tengan mucha relación y

afinidad con Oaxaca, con Morelos, con la provincia.

Además la mayor parte somos egresados de Escuelas Normales Rurales y eso es otro elemento que nos identifica.

A muchos compañeros los conocí desde antes, en 1968,

cuando el movimiento de las Normales. Yo estudié en la



Normal de Atequiza. Los cuadros de ahora se formaron

entonces, al menos muchos de ellos.

Se terminó la asamblea con el acuerdo de formar, al día

siguiente, el CCL. Para eso se citó a la gente cuya

representatividad había sido avalada mediante actasfirmadas por los maestros de sus zonas.

Pero después de eso fue como aquello de las hormigas que

estuvieron inscritas durante años y años en diferentes zonas,

haciendo trabajo de organización, de democratización del

SNTE en las instancias locales, y que al llegar el huracán

las arrastra y no saben qué hacer. Así nos pasó.

El 12 ó 13 se constituyó el CCL, pero poniendo el acento en

el as-pectoformar' No se hizo el análisis de las fuerzasorganizadas que teníamos, y las que estaban dentro del

movimiento, pero desorganizadas. Se dice: "Eso lo veremos

después, en este momento lo que debemos aprovechar es la

ola". La ola aue se levantó el 9 de junio.

El CCL y el pliego petitorioSe forma el CCL, se hace un pliego petitorio entre el ISJtJel

17_deju nio. Ahí, efectivamente, se recogen las necesidadesdel magisterio en éÍValle de México. Cada zona lleva sus

planteamientos y son resumidos en una asamblea general

del CCL. Así se formuló nuestro pliego petitorio. Fue un

acierto haber formulado ese programa. Con él fuimos a

"brigadear" Netza. Nos dimos cuenta de la existencia de

una corriente opuesta al movimiento que está haciendo

labor de contrainformación. Plantean desligarse del CCL

para formar una coordinadora regional. Desinforman de lamovilización que se va a hacer el 19 de junio a Toluca para

la entrega del pliego. Eso restó fuerza aTacto de entrega del

pliego. De pronto nos encontramos que de esa gran ola del

9 de junio, queda una olita. La gente que seguía partici-

pando pertenecía, en su mayor parte al norte del Valle.

El plantón de Oaxaca

El plantón de Oaxaca hace que se desborde el magisterio

del Valle. Se dio una solidaridad gigantesca. Estábamos en

una asamblea cuando supimos que iban a desalojar el



plantón; entonces aquello fue la locura, se dijo incluso que

ya venían caminando hacia la Normal. Todo el mundo

quería hablar. Había gente que lloraba de coraje. Esa ma-

ñana el periódico informaba que se habían retirado

pacíf icamente, y que el problema estaba resuelto. InclusoIván García Solís, del MRM, decía en sus declaraciones que

el problema de Oaxaca estaba arreglado y que era un

triunfo. No era así, muchos de los que se subieron a los

camiones fueron dejados en Texcoco y esa gente volvió con

sus compañeros que seguían plantados, y fue hasta la tarde

cuando los desalojaron. (Lo que en realidad sucedió se

narra en el texto número 4.)

Los compañeros de Oaxaca estuvieron informando todoesto. Se habló de una guardia permanente en todas las

entradas del plantón, mucha gente dijo que era necesaria la

difusión y en ese mismo momento se juntaron cuarenta mil

pesos para un desplegado, incluso hubo una zona que llevó

catorce o quince mil pesos juntados entre su base;

había cuates que hasta pagaban con su cheque y se les daba

su cambio. Algunos proponían un paro de tres días para

exigir solución a Oaxaca. Otros, de plano querían la huelgade todo el mes de junio. Se propusieron marchas regionales

en Netzahualcóyotl, en Texcoco, en Naucalpan, en

Ecatepec, en todo el Valle; otros que a formar brigadas para

ir a las fábricas, a las colonias, a los mercados, a difundir el

problema de Oaxaca; otros que a formar brigadas conjuntas

del Valle y Oaxaca para informar a otros estados y tratar de

abarcar el país; otros ofrecieron sus casas para alojar a los

maestros oaxaqueños, que se podían llevar dos, que tres,que cinco. Otros que hacer paros escalonados, otros que

huelga iridefinida, otros que marcha a Los Pinos, que al

SNTE. Todas estas propuestas de la base eran como un

aviso a los dirigentes del Valle que estaban rebasados. Era

un movimiento espontáneo. Todo provocado por la

reacción de la gente ante la noticia del desalojo. Los

periódicos sacaban fotografías de los maestros plantados,

fue un impacto nacional, un chingadazo... Jamás esperaronque llegara un plantón y prendiera como prendió al

magisterio del Valle.



De julio a noviembre

Los meses julio y agosto son de reflujo, sólo se mantienen

las movilizaciones en la Normal Superior, sobre todo por

los maestros del Valle que también son alumnos. Las

primeras reuniones del CCL, a principios de septiembre,

son de no más de treinta ó treinta y cinco representantes, la

más nutrida llega a ser de cincuenta; la mayoría de ellos

vienen del norte y unos pocos de las otras regiones.

Desde julio se ha promovido una movilización para recibir

la respuesta al pliego. Esta movilización se citó para el 17

de septiembre en Toluca. El CCL promueve brigadas para

difundir esta movilización. Resulta muy difícil porque se

han perdido los contactos en la mayor parte de las zonas.

De ahí que, el 17 de septiembre, nos encontremos con una

asistencia de ochocientas personas. Hice un balance para

ver cuáles zonas estaban participando y la mayor parte eran

de Ecatepec, dos o tres del poniente, una de Netza, dos de

Texcoco, dos del sur, Amecameca y Chalco. Se mostró la

"formalidad" con la que se constituyó el CCL. La mayor

parte de los comités de lucha no funcionaban, la del 9 de

junio había sido una llamarada. Entonces las tareas que

urgían eran consolidar y ampliar el movimiento. Para

consolidarlo era necesario llegar a las zonas más

desarrolladas y tratar de ganarlas en su totalidad, hacer que

sus comités de lucha fueran operativos; y de ahí sacar

brigadas para llevar el movimiento a otras zonas.

Una de las regiones que no participaba era Netzahualcóyotl,

lo que parecía una herencia del bloque de secretarios

generales.

Nos propusimos desarrollar el movimiento en espiral: las

zonas consolidadas formarían brigadas para enviarlas a las

zonas circunvecinas. Desde luego había quien pensaba de

otra manera: "Si nosotros ya brigadeamos nuestra zona, los

compañeros de otras zonas que hagan lo suyo". R esur gí;)

un loralisrno antiguo. Ese localismo fue difícil de romper,

pero se logró: la zona 40 de Tulpetlac se dedicó a

consolidar el norte; lo mismo la Secundaria Azteca 1. Y asíen otros lados.



Un lema muy debatido en ese momento en el CCL era la

postura ante la Asamblea de la Coordinadora Nacional [se

refiere a la Conferencia de la CNTE de los

díasJ9y20dc_septiembr e de 19,80|. Y se dedica mucho

tiempo a eso. Gana la posición del FMIN que proponeexpulsar a las corrientes y los partidos de la CNTE y formar

un consejo nacional de consejos centrales de lucha. Esto

provoca una gran inconformidad del MRM y sus aliados, y

de otros grupos, contra el Valle. Creo que fue un error

plantearlo y darle la importancia que le dimos. En la CNTE

la posición del Valle recibió poco apoyo, y finalmente

aceptamos que era el momento de fortalecer a la Coordina-

dora tal como estaba constittiida.Más .que nunca urgía consolidar, organizar. Se adoptó una

táctica equivocada de organización que podría expresarse

en la frase "movilizar para organizar" olvidando la

contraparte: "organizar para movilizar". Me ref iero no a la

organización de la cúpula, del CCL, sino de los comités de

lucha por escuela y por zona.

Cuando se fundó el CCL se quiso impulsar un movimiento

con apoyo popular. Se acuerda que las brigadas vayan tantoa las escuelas del estado como a las federales. Se propone

conseguir el apoyo de sindicatos independientes y de otros

sindicatos. Todo esto para no enfrascar al movimiento en el

gremialismo. Esta línea encuentra oposición dentro del

CCL, pero fuerte, por parte de quienes nunca habían par-

ticipado en un movimiento de esta magnitud.

EHT^de septiembre la concentración en Toluca exhibió

poca fuerza. ¿Cómo la participación de diez o doce milmaestros el 9 de junio se redujo a ochocientos? Al menos

parte de la respuesta está en la falta de información a

amplios sectores de la base. Así como había nacido la

protesta, así se había acabado. También porque enjumo^el

Presidente de la República, en el Auditorio Nacional,

anunció un aumento de 22% a los salarios del magisterio,

aparte del aumento por material didáctico del 15 de mayo.

El Estado vio tan fuerte el movimiento (lo habíavisf 6~el9de junio) que intentó detenerlo cediendo un poco.

Además viene el periodo de vacaciones que siempre

desmoviliza- Muchos maestros dicen; "ya nos dieron lo que



pedíamos; pedíamos el 30 y nos están dando el 31 sumando

el 22 a lo que nos habían dado el 15 de mayo". Por otra

parte está la política seguida por los charros:

Instrumentaron una línea de concesiones; distribuyeron

préstamos para la compra de carros, rifaron créditos paracasas, concedieron cambios de adscripción que antes habían

negado sistemáticamente. Querían mostrar, a última hora,

que respetaban los der echos de los maestros. Finalmente

hay que recordar la falta de organización del CCL. Todo

esto hizo que el movimiento avanzara de manera desigual.

Los de Telesecundarias ya tenían alguna gente "a

disposición" (se trata de una sanción administrativa que

consiste en poner a un trabajador a disposición deldepartamento de personal, para su traslado a otra

dependencia), dicen que sus bases están planteando paros

desde septiembre, que ya hay que empezar a hacerlos y

seguir la táctica de Chiapas, donde primero fueron dos o

tres escuelas o algunas cuantas delegaciones las que

hicieron el paro, y paulatinamente fueron sumando a las

demás. A muchos nos parecía muy aventurado porque

sabíamos que contábamos con el apoyo del sector norte, pero no asegurábamos el resto. Podíamos contar con unos

cuatro mil maestros, y no nos parecía una fuerza suf iciente.

En el movimiento magisterial hay mucho culto a la

espontaneidad. Hay que aprovechar lo positivo de la

espontaneidad, eso es cierto, pero el error es esperar que

siga reproduciéndose a sí misma. Acabó imponiéndose la

crítica al espontaneísmo. Se crearon grupos regionales. Por

ejemplo, la zona 66 del Valle de Aragón (que es una zonaconsolidada) tiene alrededor cuatro zonas escolares, tres

secundarias y dos telesecundarias, juntamos a los activistas

y discutimos los problemas de cada escuela.

Las reuniones de microrregión prosperaron:• En la zona 41 sólo se llega a conquistar a cincuenta o

cincuenta y cinco maestros de un total de 130; el resto

tienen plazas dobles, son taxistas, tienen otros intereses

muy enraizados en el charrismo.• En la secundaria de La Impulsora están con nosotros

sólo diez maestros de 104. Llegan brigadas, el trabajo no se

había hecho antes de manera organizada. Con este trabajo,



de microrregiones, se pudo sumar fuerzas, y al mismo

tiempo detectar las áreas que de plano forman parte del

enemigo.

• Al consolidar la microrregión del norte de

Netzahualcóyotl sacamos como cinco brigadas y prontovuelven con la noticia de que ya se había cubierto la zona 4,

la zona 7, y que esa gente ya se sumó al movimiento.

• La zona 4 de Netza ya ha desconocido al ejecutivo

delegacional charro y tiene un comité democrático elegido

por la base. Lo mismo pasaba en la zona 66 y en la

secundaria Reforma 2. A partir de ahí se llevan brigadas al

sur de Netza, se consolidan comités de lucha y luego se

pasa a la zona 10. Llegamos a la secundaria 26 de AguaAzul, también ahí encontramos un gran deseo de participar,

son jóvenes que están en la universidad, o recién egresados

del servicio, gente muy dinámica.

Convocamos a una reunión de todos los activistas de

Nezaell6 deoctyhre., y asistieron de la mayor parte de las

escuelas; incluso van todavía algunos secretarios generales.

Los secretarios de la zona 7 van y dicen: "nuestra base está

toda con el movimiento, y aquí está una lana para volantes".Mucha gente se traga la finta: "son gente democrática",

dicen. Algunos charros adoptaron esta posición, jugando a

dos cartas por temor a que el movimiento ganara. Dijeron:

"toda nuestra gente está informada para el primer paro

escalonado" (el prj-mer paro fue el 28 de octubre), fuimos a

ver, no había nada,la raza no estaba enterada de nada.

En esa reunión de activistas hicimos un mapa de Netza,

localizando sus^zonas y escuelas. Así pudimos dividirnos eltrabajo para visitarlas todas. En la siguiente reunión, dos

JJ^a¿_después, detectamos que había gente charra o gente

irresponsable que se comprometió a visitar alguna escuela y

no cumplió. Entonces se ve que no basta con dividir el

trabajo, sino que debemos revisarlo. Vemos quién está

cumpliendo y quién no, y decimos: "señores aquí hay un

problema, estos no están cumpliendo", y se va quedando la

mejor gente, la realmente comprometida, y el trabajoavanza.



Marcha de apoyo a Morolos (16 de octubre)

El 16 deoctubre fue la marcha nacional en apoyo a la

huelga del magisterio morelense estallada el día i3. _

A f inales de octubre hicimos una asamblea general del

Valle en la Normal Superior. La asistencia no fue

numerosa. Hubo tres mesas de organización: la del sector

norte, la del oriente y la del poniente. Ahí procesamos la

información, con datos como: dónde está ubicada cada

zona, cuáles son sus activistas, cuál es la actitud de los

charros locales, cuáles los problemas que obstaculizan el

movimiento, qué actitud tiene la base, cuáles son las

demandas más sentidas. En la marcha del 16 habíamos

aplicado una encuesta por muestreo a unas quinientas

personas; preguntábamos cuáles eran las alternativas del

movimiento, qué medidas estaban tomando los charros, qué

opinión se tenía de los aumentos, y cuáles eran las

demandas más urgentes.

Pudimos hacer un diagnóstico sobre nuestras fuerzas y las perspectivas reales del movimiento,

Contábamos con representantes de setenta zonas (de un

total de 188). La consideramos fuerza suficiente paraimpulsar el movimiento. Entonces se plantearon los parosescalonados, muy defendidos por Telesecundarias y FMIN.Había temor de perder el momento oportuno. Lo deMor olos significó un nuevo impulso, y casi inmediatamenteviene el anuncio del plantón de Chiapas, propuesto para los

pr imeros^ días de noviembre. Se- penso~que eraconveniente planear nuestras actividades con base en lacorrelación de fuerzas nacional. Sabíamos que aún no

teníamos organización suficiente, pero por otra parte habíatemor en muchos miembros del CCL, de que el movimiento perdiera su momento. Se decidió acelerarlo. El primer parosería el 28 de oc-tubre, el 30 el segundo, y el 4 denoviembre el tercero.

Paros escalonados y brigadas

La asamblea no está convencida de los paros escalonados.Unos prefieren esperar, otros están indecisos, y los últimos

pujan fuerte por hacer despegar el movimiento. Gana la posición de los paros escalonados previos a la huelga.El 26 de octubre hicimos la reunión de Netza; vimos que las

brigadas habían abarcado toda la región, pero era necesario



reforzar algunas zonas. Según nuestro balance, exactamentela mitad, quince de las treinta zonas, no le iban a entrar. Delas secundarias había siete a favor y nueve en contra.Dividimos Netza en dos partes: otro cuate, un chavo muy

activo, es encargado de coordinar la región sur, y yocoordino desde el aeropuerto hasta la avenida LópezMateos, la región centro. El norte ya lo tenemos.La eona 10 tiene la característica de que en una manzanahay cuatro escuelas. Toda la zona cabe en una manzana, adiferencia de las escuelas del poniente o de las escuelasrurales. En Chiapas, el maestro entra en una zona y tardatres días en ir y venir; en el Valle en dos o tres horas serecorre la zona y está de regreso.Llegué a la zona 10 con los informes de las escuelas queestaban paradas y las que no; inmediatamente les dije a loscompañeros, tales están paradas, tales no están paradas,yahí mismo se armaron los grupos. Ese día salieron comoquince o dieciseis brigadas nada más de la zona 10. Lleguéa la secundaria 26 y me dijeron que ya habían en viado brigadasa todas las secundarias de Netzahualcóyotl.

De este modo los paros escalonados fueron progresivos. En el balance del28 encontramos que habían parado el 30%. En el del 30 rebasamos la mitad.

Paro indefinido 4 de noviembre

El cuatro denoyiemhre hubo confusión. La gente estaba

esperando otro paro escalonado, pero a partir de ese día

entrábamos al paro indefinido. Mucha gente no lo tenía

claro. Al paro del día 4 siguió la marcha del _5, de hecho

también se paraba ese día, con lo cual eran ya cuatro días de

paro, y entonces era difícil echarse para atrás porque en

muchos casos harían efectivas las actas de abandono de em-

pleo. No había otra que seguirle.

Pero algunos empezaron & sentarse. Decían: "no, esto está

grueso, hay. que quedarse en la escuela, dormir ahí, está

difícil". Esa gente ya no quiso parar. Otra gente estaba muy

decidida y se extendió el brigadeo. Incluso en algunos casos

se integraron padres de familia a las brigadas.

La zona 66 se volcó completa, como trescientos maestros,

sobre la secundaria de La Impulsora donde habría unos cien

maestros, y los alumnos salieron gritándole a los maestros

charros. Pero había otras zonas, como la 5, de dónde noscorrían los mismos maestros; o la zona 9 a la que no se



podía ni entrar, los mítines teníamos que hacerlos afuera, a

la salida.

El paro se estabilizó unos días y luego empezó a entrarle

nueva sangre; gente que hasta entonces no se había dado

cuenta del movimiento, se integró a la huelga. Se extendió por vías extrañas: por ejemplo no parecería lógico que de la

zona norte de Netza se influyera en una zona de Cuautitlán,

es una distancia enorme. Pero resulta que el esposo de una

maestra de esa zona de Netza, trabaja en Cuautitlán;

lo convence y el otro influye en sus compañeros. Y hay

zonas pivote, como Texcoco, desde donde se abarca

Chiconcuac, Chapingo y todas las secundarias del área.

Amecameca y Chalco están dispersas, nos resultaba biendifícil levantar los paros, pero se lograron por la influencia

de Morelos, vino la dinámica de Morelos y toda esa gente

se levantó.

La caminata de Morelos (vienen marchando desde

Cuernavaca) tiene un gran impacto en el Valle. El 5

denpviembreJiubo el encuentro de las dos marchas: por un

lado la que venía de Cuernavaca con universitarios de

Guerrero y maestros de Morelos, y por la otra los quehabíamos salido de la Normal Superior y los estábamos

esperando en las calles del centro. No llegaban y no

llegaban. Temíamos que los hubieran reprimido. Cuando al

fin llegaron fue un abrazo de masas. En las calles de la SEP

estábamos maestros de Puebla, el Valle y Chiapas. Cuando

llegaron hicimos una valla: y pasaron al grito unánime de

"Morelos, Morelos, Morelos". A algunos maestros les escu-

rrían las lágrimas. Fue una verdadera fiesta.Los maestros del Valle van a sus casas y regresan a la

Normal Superior y cargan sus coches de alimentos y cobijas

y se las llevan a los maestros de Chiapas.

Chiapas no tiene bien organizado el plantón: la comisión de

víveres no sabe qué hacer, no han estudiado cómo

repartirlos. Ahí ayudaron los de Oaxaca que ya tenían

experiencia. Sus comisiones dependen mucho de unas

cuantas personas. No había un "rol", de guardias.Al otro día llegamos con la intención de hacer brigadas

conjuntas. Nos interesaba ir a Tlalnepantia donde creíamos

vacilante el paro. Pero nos encontramos con una base de



Chiapas aterrorizada, al igual que la de Morelos: como a las

dos o tres de la mañana entraron los granaderos, golpearon

a la escasa guardia, les robaron el dinero de los botes y les

rompieron unas tiendas de campaña. Además la policía

montada estaba replegada unas cuadras atrás. La genteestaba asustada y de plano no quería salir para nada. Tenían

razón, era muy arriesgado. En la tarde se levantaron y

tuvieron que aceptar que los de Morelos regresaran a su

estado, y los de Chiapas se refugiaron en la Normal

Superior. En el Valle se argumentó que los maestros de

Morelos estaban muy desgastados debido a la caminata, y

cuando llegaron Ariel y Orihuela (dos de los dirigentes más

destacados de Morelos) se les criticó fuertemente. Pero nome parece que fuera una crítica justa.

El paro continúa (8 de noviembre)

El paro exige solución al pliego petitorio. Se intenta una

comisión negociadora conjunta de Morelos, Valle y

Chiapas. Ni la SEP ni Gobernación ni los charros la

aceptan: obligan a negociaciones por separado. Quienes

realmente logran abrir la negociación son Chiapas y

Morelos, nosotros no existimos. En los diarios la SEP

reconoce los movimientos de Chiapas y Morelos y en

ocasiones se refiere a "algunos maestros del Valle de

México".

En cierto momento la represión pareció venir. Había una

asamblea del CCL de Chiapas en el auditorio Rafael

Ramírez de la Normal Superior y un grupo de policías se

acercó a la escuela. Algunas personas empezaron a gritar y

todos los que estaban en el auditorio salieron en estampida.

Este tipo de pr ovocaciones quería crear una atmósfera de

miedo para forzar la retirada. Al fin Chiapas aceptó re-

tirarse. Morelos también se fue pero mantuvo el paro por

las demandas económicas.

El congreso de masasEn el Valle no hallábamos por dónde. No recuerdo a quién

se le ocurrió lo del congreso de masas; fue una salida

política acertada. Había el precedente del movimiento de



1959. La gente lo aceptó. Télese-cundarias, que ya habían

realizado congresos de masas, lo secundó. Yo temía que el

movimiento se hubiera desgastado en los días de paro y que

al congreso acudiera poca gente, incluso que resultara

minoritario. Mi temor, que resultó infundado, se apoyaba enla asistencia de no más de seis mil maestros a la marcha del

13 de noviembre (el contingente fue grandísimo, pero iban

muchos padres de familia y obreros y colonos). En fin, se

acordó convocar al congreso de masas para el 16 de

noviembre. Se organizó en tres días: Telesecundarias

mostró una capacidad de organización increíble, formaron

un equí-~ pazo que lo resolvió todo: lugar, aparato de

sonido, credenciales, etcétera. Miles y miles decredenciales, cientos de relaciones. Extrañamente, cuando

parecía que el movimiento no encontraba salida, vive un

momento de auge. También fue muy importante la par-

ticipación de los padres de familia, obreros, colonos, cuya

presencia en las escuelas aumentaba: en la zona 57 los

padres tomaron una escuela y corrieron a los charros que la

tenían en su poder. En la secundaria de La Impulsora, los

padres de familia, como dos mil, participaron junto a losmaestros en la toma de la escuela. Y hay muchos otros

casos del estilo. Ahora sí parecía que hubiera magia, en una

asamblea de maestros decaídos, de pronto un obrero o un

colono toma la palabra y dice un discurso en el que habla

de fábricas y movimientos populares y del compromiso del

maestro y cosas así, y la atmósfera de la asamblea cambia

totalmente. Cosas así sucedieron en los días previos al

congreso. En todas las escuelas hay aparatos de sonido congrandes bocinas hacia la calle. Siempre habíamos pensado

que la escuela tiene la función de reproducir la ideología

burguesa; pero durante esos días era diferente, tenía una

función crítica. En los mítines y reuniones se hablaba de los

problemas obreros, de las carencias de las colonias,

etcétera. Los maestros en huelga comían mejor que en sus

casas: que el mole, que la sopa de arroz, que los chiles

rellenos, que la fruta. Se comía bien en las guardias, eracomo un mercado.

Pero, por otro lado, enfrentábamos la oposición de los

caciques locales, del empresario de la fábrica cercana, del



delegado del PRI, del representante de la CNOP, de la

CNC. La prensa local satanizaba al movimiento. Los

charros gritaban amenazas en cualquier oportunidad, y la

policía nos amagaba a pesar de la promesa del gobernador

del Estado de México, Jorge Jiménez Cantú, de que lasfuerzas del Batallón de Radio Patrullas del Estado de

México (BARAPEM) se mantendrían al margen.

Al congreso de masas lo precede una gran campaña;

circularon miles y miles de volantes. Los padres de familia

organizaron un comité de apoyo al que se sumaron la

mayoría de las sociedades de padres de familia y publican

en la prensa varios desplegados.

Enfrentamos un volanteo intensivo de los charros, y no sólodel SNTE, sino de la CTM y de la CROC. Sentíamos un

poco de miedo por la magnitud que estaba tomando el

conflicto. Me tocó ir con una brigada a una concentración

que hicieron los charros en Tlalnepantia:

había como mil personas, acarreados, gente desconocida,

creo que la mayoría no eran maestros, al menos no del

Valle.

JSiudadJLJmyersitaria: día del congreso. La asistencia esde doce mil quinientos maestros, nos parece buena dado

que en total somos veinte mil maestros. Se eligió a los

veintiséis miembros del comité democrático. Muchos

todavía eran desconocidos para la gran base; el propio

Ramón era poco conocido, pero los del CCL se inclinaron

por él para secretario general. También ahí se dio a conocer

Misael dirigiendo la mesa de los debates.

El plantón del 26 de noviembre

La mayoría de la gente votó por el plantón; los doce mil

quinientos asistentes estuvieron de acuerdo. Se veía la

necesidad de esa acción porque ni la SEP ni el SNTE

habían abierto las negociaciones con el magisterio del

Valle. Los diarios daban por inexistente nuestro movi-

miento. La única salida que veíamos era aumentar la

presión: empezamos los preparativos del plantón.



Se dividió a la ícente en dos partes: una, la de mejor

disposición, iría al plantón; la otra se quedaría en las

guardias de las escuelas.

De inmediato se organizaron las comisiones de

urbanización, prensa, relaciones, higiene y f inanzas. En iade r elaciones nos encar gamos de visitar los diarios, citamos

a varias conferencias de prensa en la Normal Superior y en

el Centro de Comunicación Social (CENÓOS). Visitamos a

gente de la prensa internacional: Efe, Prensa Latina. Tam-

bién fuimos a Amnistía Internacional, nos dijeron que no

podían intervenir, pero que estarían pendientes del plantón

por si había represión. Los de Derechos Humanos de la

Organización de Naciones Unidas (ONU) nos dijeron lomismo.

Invitamos a los estudiantes a participar. Los de la Escuela

Nacional de Estudios Profesionales ENEP (Aragón)

anduvieron brigadean-do camiones por Aragón, Azteca,

todo aquel rumbo.

En diferentes zonas los maestros usaban carros de sonido

para informar del plantón. Tres días antes ya teníamos las

escuelas llenas de víveres.Ramón informó que la Unión Obrera Independiente (UOl)

llevaría un gran contingente a !a marcha y al plantón, y que

incluso estaba dispuesta a hacer un paro de 24 horas en

solidaridad con el magisterio. Eso animó mucho a nuestra

gente.

E126se inició la marcha más grande del Valle de México;

participaron muchísimos padres de familia. La zona 40 de

Tulpetlac era muy numerosa, su contingente de padres defamilia, grandísimo. Vinieron un contingente de Chiapas y

otro, muy grande, de Morelos. Al llegar a la SEP los de

Chiapas coreaban: "Avancen, avancen, decían los

granaderos/ Aquí, aquí, aquí nos reprimieron ".T.a

presencia de Chiapas animó mucho: fi Valle, hermano,/

Chiapas te da la mano'.', gritaban. "

"Teníamos un croquis preparado para la distribución de la

gente. En las entradas del campamento pusimos mantas conla leyenda:

"Campamento de la dignidad del magisterio".



Oaxaca sólo envió una comisión de apoyo. La magnitud del

contingente de Morelos se explica porque acababan de

levantar su paro:

elJLde-iiovienibre habían levantado el plantón, pero no el

paro porque entonces sólo se había resuelto la cuestiónsindical (aunque no de manera tan favorable, se constituyó

una comisión ejecutiva con seis miembros democráticos y

siete nombrados por la dirección nacional) y no las

económicas. El paro siguió por estas demandas: 50% de

aumento, descongelamiento del sobresueldo, desgravación

de impuestos y una, propia de Morelos, que fue el

detonante de su movimiento: derogación del artículo 79 de

la Ley del ISSSTE, que los pensionados tuvieran losmismos derechos que los que están en servicio; y el mejo-

ramiento de los servicios médicos. Levantaron la huelga

con el compromiso de las autoridades de descongelar los

sobresueldos en enero.

Al establecerse el plantón, después de la marcha, la gente

empezó a abandonar el campamento, pero en forma

tremenda. Nos quedamos como cuatro mil. Era un

plantoncito. La gente se miraba con tristeza: "nada másnosotros quedamos". En la noche se proyectaron unas

películas prestadas por la ONU sobre derechos humanos, y

otra que trajeron unos compañeros de Morelos, o de Puebla.

Eso sirvió mucho. En la noche supimos que

inmediatamente se abrieron las negociaciones, lo que ya era

un triunfo.

La negociación se estancó porque la SEP dijo que no podía

negociar nada si no estaba resuelta la cuestión sindical.Entonces, en la Casa del Maestro, se reunió nuestra

comisión negociadora con los del GEN y con los charros de

la sección 36. Estaban encabezados por Ono-fre y

Astudillo. Nuestra comisión se negó a que estuviera

presente González Várela, secretario de la sección 36,

porque el congreso de masas lo había desconocido. Los del

nacional aceptaron que los de la sección estuvieran

presentes sólo como observadores. En la primera plática diola impresión de que estaban dispuestos a desconocer al

comité de González Várela. Pero en la segunda ronda de

negociaciones dieron marcha atrás. Dijeron que el Comité



de la sección 36 tenía a la mayoría y que, aún en el caso que

no la tuviera, debíamos dejar terminar su periodo estatutario

para cambiar de comité. Además subrayaron que el Consejo

ordinario del SNTE de noviembre había acordado no tratar

con la disidencia, y que sostendrían a sus comités a todacosta. Esa era la posición de Vanguardia y del CKN. Ante

tal estancamiento se acordó de jar la cuestión sindical y

volver con la SEP a discutir las demandas económicas.

En la mesa de negociaciones, los charros tienen una actitud

pasiva. Incluso cuando la SEP ofreció dos mil quinientos

pesos de aumento, los charros lo vetaron arguyendo que en

ese caso tendría que darse al magisterio de todo el país. De

estas negociaciones se obtuvo el compromiso dedescongelar el sobresueldo de l;i zona metropolitana. (Esto

incluía a las secciones 9, 10 vil. lo que r esultaba una

medida pr eventiva para ellos, f r enando el dése omento en

esas secciones que son las más numerosas del país.)

líl plantón se hizo mas i hieu: de los euairo mil del primer

momento, en la noche quedábamos dos uní. Pero enionees

empe/.amn <i llegar obreros y padres de f amilia. Los

alunemos llegaban en grandes cantidades: había suficiente para una semana. Ante la experiencia del 5 de noviembre de

Chiapas y Mor olos, decidimos no dormir, nos mantuvimos

despiertos con mítines y canciones; así, en caso de desalojo,

nos iríamos en forma organizada. La gente estuvo muy

combativa. Incluso con humor, coreando consignas como

"maestro dormido/JJor eso estás jodido", y frases albureras.

" Á las cinco de la mañana teníamos organizada una

comisión de vigilancia encargada de recorrer las callesaledañas para ver los movimientos policiacos, de manera

que si se aventaban a desalojar, tuviéramos tiempo para

organizar la retirada. La Comisión de organización

decidiría si nos íbamos o nos quedábamos. Estábamos en el

tapanco (habíamos construido un tapanco), y ahí recibíamos

los reportes.

En la comisión organizadora éramos como cien. Se vieron

todos los detalles: agua, letrinas, lavaderos. A diferencia delos anteriores, en este plantón las condiciones de higiene

eran óptimas. Cada maestro traía una bolsita colgada para

llenarla de basura y luego llevarla al basurero colectivo, y



ya se tenía contacto con el camión de la basura que pasaba

en la mañana.

Para el control de la entrada se entregaron calcomanías que

identificaban como perteneciente al Campamento de la

Dignidad, de manera que se controlaban entradas y salidas.Pero de todas maneras los guaruras consiguieron su

calcomanía; nos dimos cuenta que era un poco infantil la

medida esa.

Había una comisión de enlace con los vecinos del lugar.

Cuando llegaba un vecino, un miembro de esta comisión lo

acompañaba hasta su casa. Teníamos miedo de que se

provocara algún incidente.

El 27 el plantón creció.Esa noche las negociaciones se hacían en la SEP. La

comisión era de cinco, primero fueron 18, pero la SEP no

aceptaba una comisión tan grande, entonces se redujo a

cinco: Altamirano, Ramón, Misad, Palomino y Germán.

La noche del 27 dormimos. La gente ya estaba rendidísima,

muchos se quedaban dormidos en cualquier lado, se

quedaban dormidos parados. En la mañana del 28_la

comisión negociadora convocó por micrófono a losmiembros del CCL. La reunión fue en el estacionamiento,

el lugar habitual. Se juntó mucha gente para presenciar la

discusión. Entonces se informó lo que se había logrado: una

fecha para el descongelamiento del sobresueldo y nada en

la cuestión sindical.

Finalmente se descongeló para todo el país. Pero en ese

momento el compromiso era descongelarlo para la zona

metropolitana. El acuerdo se manejó como victoria.Propusieron levantar el plantón y el pa ro. El CCL estaba

todavía dormido, y Ramón y Misael presionaron mucho

para que se aprobara. Alguna gente insistió en llevar la

discusión a la base. Entonces se dio un plazo de veinte

minutos.

La discusión fue muy apresurada (entre el sueño y los

veinte minutos). Las zonas más combativas se oponían a

levantar el paro y el plantón, como la zona 10 y lasecundaria 26 de Netza. Y también las escuelas recién

incorporadas al plantón, muchas apenas llegaron el 27, se

habían decidido y estaban llenas de entusiasmo para irse



así, sin haber conseguido realmente nada. El paro había

crecido, según nuestro balance llegó a cubrir 70%.

Lo que se manejó como victoria era una demanda

económica que ya habían concedido a Morelos.

Obviamente ya existía la intención de extender la medida atodo el magisterio nacional. Manejarlo como victoria

resultaba demasiado optimista. Después del congreso de

masas el motivo principal del movimiento ya no era la

demanda económica, sino la de democracia en la sección.

Convencer a la base de levantar el plantón, en esas

condiciones, signif icaba abandonar la posición más

importante.

La gente entendía que no habíamos logrado prácticamentenada, ni en lo económico ni en lo político. La otra cosa que

se manejaba como logro era la no represión. En el fondo era

eso, se levantaban e! plantón y el paro con el único f in de

evitar la r e pr esión.

El signif icado era claro: con esa fuerza no podríamos

avanzar más, se habían cerrado las negociaciones ante el

sindicato,y la SKP daba el descongelamicnto y nada más.

Lo que seguía era la represión. El calendario tampoco jugaba con nosotros, seguía diciembre que es un mes

desmovilizado!-. Hubiéramos entrado a un periodo largo de

desgaste. Por todo esto era corr ecto levantar el plantón y el

paro. Pero el problema fue la falta de discusión amplia. El

problema era hacer pasar el acuerdo por un triunfo.

Después de los veinte minutos se volvió a reunir el (:(;!..

Las votaciones tur r ón r eñidas. El levantamiento ganó por

¡loca dif er encia. Algunos propusieron hacer lo queMor olos: levantar el plantón y continuar el paro. Nuestro

temor era quedarnos sin ca pacidad de r espuesta ante un

previsible aumento en la represión. En f in, la mayoría

decidió levantar par tí v plantón, pero era unu mayoría inuv

discutible.

Luego de tomado el acuerdo, todavía se siguió discutiendo,lile lina discusión Iner te en la que se < rilicó el ( audillismo

y los métodos adoptados en la loma de dc( islones. Algunoscompañer os consideraban que habíamos iiienosprct ladonuestra pr 1 > pia luer/.a. que en eleeto en algún llioineiitosólo había paro en '.W r /t de las escuelas, pero que se logró



expandir a más de 70% y qué había perspectivas deampliarlo más.Habían pasado dos horas y todavía quedaba una lista detreinta oradores; preferimos suspender la junta para

organizar la retirada. Después habría tiempo para discutir.El CCL salió gritando: "¡Unidad, unidad!". Antes, cuandohabía reunión y el CCL salía gritando, toda la masarespondía. Ahora, la gente se quedó callada.Yo estaba preocupado. Por ejemplo, los compañeros de lasecundaria 26, que habían brigadeado todas las secundariasde Netza, fueron a vernos a Chucho Arellanes y a mí, adecirnos que eso era incorrecto, que era una traición, que de

plano no estaban de acuerdo. Empezamos a discutirlo, peroninguna razón los convencía. Muchas zonas tuvieron esa

posición. Después salió la comisión negociadora. Se armóel mitin. La gente empezó a gritar. La lluvia era fuerte enese momento. Eran las tres o las cuatro de la tarde.

6. HIDALGO: EN TIERRA DE CACIQUES*

La sección 15 fue el último reducto del sánchezvitismo.Sánchez Vite tenía su candidato para sucederlo en la

gobernatura, Otoniel Miranda, pero Echeverría quería

imponer al suyo, al candidato del centro. Estamos en 1972,el año en que Vanguardia tomó la dirección del SNTE. El

conflicto entre poder local y federal por la gubernatura, se

repitió entonces en la sección 15. Los vanguardistas toman



el edificio sindical, y el Comité Ejecutivo Nacional

reconoce una Comisión Ejecutiva presidida por el potosino

Sergio Velasco. Entonces, el sindicato que había servido

para lanzar a Otoniel Miranda, se convierte en un centro

opositor de Sánchez Vite.A través del sindicato los caciques habían conquistado la

estructura educativa. Los maestros habían sido (desde el

periodo cardenista) adversarios de los caciques. Los

caciques empezaron a mandar a sus propios hijos a estudiar

en las normales, incluso a las normales rurales, de donde

salían sus adversarios, y de allí surgieron dirigentes in-

condicionales de los caciques... Así también pudieron entrar

a la estructura sindical, como Onofre Hernández, miembrodel actual comité de vigilancia del Nacional. De esta

manera controlan al sindicato y crean toda una estructura

caciquil-burocrática. La gente de la sierra y la huasteca ha

controlado el sindicato. Ahí, en la sierra y la huasteca se

refugian los últimos clanes caciquiles. El Valle del Mez-

quita! está un poco más comunicado, la mayoría de los

maestros del Valle son de extracción indígena y conservan

su tradición anticaciquil. Como la zona empieza a ser penetrada por la industria, las carreteras, etcétera, los

caciques pasan a ser casi todos caciques menores, sólo

conservan el control del comercio. Si bien los cacicazgos se

han debilitado, mantienen su poder en el sindicato, pero

cada vez son más evidentes sus contradicciones con el

Comité Ejecutivo Nacional.

La misma dirigencia caciquil-burocrática que había

apoyado a Sánchez Vite lo abandona y se pasaconJonguitud. La estructura se mantiene la misma.

Al principio fue Tula

Los de Tula se vieron afectados por la ref inería, la

instalación de la gigantesca termoeléctrica de Pemex

dispara el costo de la vida. Los maestros federalizados de la

región se ven afectados y empiezan a organizarse.

Simultáneamente hay manifestaciones en México, Chia-

pas, Oaxaca. Son los primeros meses de 1980. Y grupos de



aquellos estados llegan a Tula. Aqu^en Pachuca ni siquiera

sabíamos que se estaban moviendo,

Paralelamente se desarrolla un conflicto entre el gobierno

del estado y la sección 15 que está muy ligada aJonguitud.

La sección 15 había apoyado al gobernador interino,mientras Rojo Lugo estaba en la Secretaría de la Reforma

Agraria, y al regreso de este se manifestaron abiertamente

las contradicciones. De ahí que haya quien quiera ver en el

movimiento la manipulación de uno de estos grupos y no

reconoce el movimiento de base con sus necesidades

auténticas. /A quién se le ocurre pensar que los

sánchezvitistas van a promover un movimiento como éste?

ProvocaciónLos dirigentes de la sección declaran, gratuitamente, sin

que el resto del estado estuviera al tanto de las acciones de

Chiapas y Oaxaca, que el estado está sólidamente unido al

Comité Nacional, y empiezan una campaña que sin darse

cuenta resulta una provocación. Reúnen a los secretarios

delcgacionales y convocan a una marcha, que se realizaría

en México para apoyar al Comité Nacional. Estamos rn junio de 1980. En esa reunión algunos secretarios

delegacionales hicieron preguntas sobre lo que realmente

estaba sucediendo en Chiapas y Oaxaca. Y los dirigentes se

ponen nerviosos y reaccionan autoritariamente: "Ustedes se

callan". Los secretarios salen desconcertados; los más des-

comemos son los de secundarias. Es la gente que conserva

mayor autonomía respecto a la sección, porque las

secundarias dependieron mucho tiempo (id 1)1' para las plazas, las horas, los aumentos, los cambios; es decir la

manipulación administrativa que da fuerza a la sección.

Entonces se reúne un turupe amplio de delegados que piden

al comité que apoye las demandas de Oaxaca. Aunque de

manera muy desorganizada convocan a una manifestación a

la que acuden unos mil c|uinientos maestros.

Las secundarias tienen una participación destacada en el

arranque del movimiento. Si bien tienen una situaciónlaboral un tanto privilegiada en relación a los demás,

porque los salarios son mejores, son gente más informada.



Las secundarias de Tulancingo e Ixmiquilpan, se movilizan

de inmediato. Espontáneamente brigadearon toda la /.ona.

La primera manifestación la hacen Pachuca y Tula. En esta

primera marcha encontramos el edificio del sindicato vacío,

abandonado.La segunda manifestación es mucho más grande, viene la

gente de Lula, y marchamos como dos mil quinientos. Era

el acto que habían soñado los charros, pero no era de

repudio, sino de apoyo a Oaxaca.

Por sus nexos con México, la gente de Tula sabe cómo

están las cosas; sabe que existe una coordinación nacional.

Ellos empiezan a darle una forma orgánica al movimiento.

Se formó una coordinadora que antes de la manifestación nisiquiera se había reunido. Como a la hora de la marcha

encontrarnos vacío el local del sindicato, hubo que hacer la

reunión en otro local. Los charros abandonaron el local con

un miedo espantoso. Hubieran sido más inteligentes si se

quedan en ese momento, habrían tenido alguna posibilidad

de mani pular el movimiento; pero no, se fueron a una

escuela a la salida de la ciudad y mandaron recaderos a que

nos dijeran que fuéramos a verlos, pero los enviados eransus pistoleros, su grupo de choque; claro que nadie les

creyó y nadie fue a oírlos.

En ese momento se decidió que la coordinadora tuviera su

propio pliego y lo entregara a la delegación.

Los puntos del momento son: apoyo a Oaxaca y susdemandas;

déscongelamiento y aumento salarial. Desde ahí hay una

actitud de solidaridad nacional. No se plantearon demandasmeramente locales.

A la tercera manifestación se sumaron los maestros

bilingües. Su contingente era como de cinco mil maestros.

Los bilingües nunca pudieron entenderse con los charros

del SNTE: nunca les cumplen sus peticiones. En las

asambleas procuraban emplear su lengua, para no ser

entendidos por los charros. No sé qué tipo de relación

hayan mantenido con la organización sindical, porque hay

mucha unidad entre ellos, y parecen tener una organización

buena, porque de pronto con toda tranquilidad aparecen

cinco mil de ellos marchando en Pachuca.



En las siguientes manifestaciones los charr os ya no no>s

esperaban con el local vacío, sino con senté armada.

Congreso de masas

En septiembre constituimos el Consejo Central de Lucha.En Hidalgo hay cinco regiones: Miquilpan, Tula, Pachuca,

Tu-lancingo y la Huasteca y Sierra Hidalguense. Esta

última participó muy poco en el movimiento. Realmente

fueron cuatro regiones las que constituyeron el CCL.

Pusimos nuestro cuartel general en la secundaria federal

número dos. Después de un amplísimo brigadeo, ahí

constituimos el CCL que sustituyó a la anterior Coordinadora.

El CCL estaba integrado por tres representantes de cada

delegación. En cohjunto éramos cuatrocientos maestros, y

de ésos se eligió un Consejo Central de 25, que más tarde se

amplió a 45. Entre éstos se formaron las comisiones de

prensa, de relaciones, de f inanzas y de asuntos jurídicos.

En el mes de octubre, en Morelos, el movimiento se

encuentra en un momento muy agudo. La Coordinadora

Nacional hizo una reunión en Morelos, a la que asistimos.

Ahí conocimos las experiencias de los otros estados.

Después de discutirlo mucho optamos por seguir el camino

del Valle de México: congreso de masas. Hicimos todos los

preparativos durante los meses de septiembre y octubre.

Fuimos calibrando fuerzas y nos dimos cuenta que

eramosTa enorme mayoría:

somos alrededor de dieciséis mil maestros, y al congreso de

masas del 13 de diciembre, asistieron diez mil, registrados

yor nosotros y constatados por los periodistas ahí presentes.

(En el Congreso hicimos una colecta para sostener el

movimiento, para desplegados y propaganda, y reunimos

alrededor de seiscientos mil pesos.) Ahí elegimos al Comité

Ejecutivo democrático de la sección 15 del SNTE. A partir

de entonces una de las demandas centrales del movimiento

sería el reconocimiento del comité democrático, y en

consecuencia la destitución del comité charro.

El periodo que sigue es el de mayor actividad. Salen

brigadas para todas partes. Realmente cubrimos todo el



estado. Entrábamos a una escuela, pedíamos permiso,

dábamos la información del momento... y si no nos daban

permiso, de todos modos entrábamos; si los inspectores se

ponían agresivos evitábamos el enfrentamiento, pero esperá

bamos a que los maestros salieran y ahí les repartíamosvolantes y hablábamos con ellos.

Constituimos una comisión de prensa que sacaba muchomater ial:

periódicos, folletos, volantes. En un principio lúe dif ícil que

los medios inf ormativos de Hidalgo publicaran nuestros

boletines y desplegados, sólo sacaban los de los charros.

Utilizamos entonces el periódico Uno más uno.

Posteriormente, cuando el movimiento ascendió, la prensalocal no tuvo más remedio que publicar lo que lleváramos.

SNTE versus SEP

Los charros locales atacaron a f uncionarios de la delegación

SEP, que no se habían metido para nada, señalándolos

como los instigadores del movimiento; y lograron su

destitución. En ese momento ya había pasado nuestro

congreso, estábamos bien organizados, y el CCL decidióexigir la reinstalación de los funcionarios despedidos, y el

cambio del director de educación, que era un incondicional

de los charros.

La dirección de educación primaria se enfrenta a la

delegación de la SEP. El equipo sánchezvitista que

conservaba muchos directores de secundarias y primarias,

ya no está de parte del sindicato; está siendo atacado por el

sindicato. En este momento hay una división profunda.Hicimos un plantón y conseguimos la reinstalación de los

funcionarios despedidos (sánchezvitistas) y la destitución

del director. Los charros de la sección, desesperados, se

lanzaron a tomar la delegación de la SEP y la dirección de

educación primaria; ocuparon también sus propias oficinas

sindicales. Para todo esto inventan un grupo que llaman

Reivindicador, que mostrara descontento por los acuerdos

firmados entre nosotros y el Comité Nacional presionados por el gobierno del estado.

Hay otros puntos para el primer plantón: demandábamos la

destitución de una bola de inspectores que reprimían a los



maestros, y exigíamos el reconocimiento del comité

democrático. El plantón lo hicimos unos días antes de las

elecciones para gobernador. Entonces el gobierno presionó

a los charros y firmaron un convenio gravísimo para ellos:

pasando por alto a la sección se acuerda una comisión en laque participa el Comité Nacional para tratar el problema de

los maestros de Hidalgo, lo que representa un

desconocimiento del Comité Seccional. En el acuerdo

intervinieron también la SEP y el gobierno del estado. Ante

esto sólo se les ocurre inventar al Grupo Reivindicador y

lanzarse a tomar las of icinas. Pero más tardan ellos en

tomar los ediñcios, que nosotros en hacer la manifestación

más grande de las que habíamos hecho: marchamoscatorce-miLl&aestros y unos ocho mil padres de familia.

—Los sacan ustedes o los sacamos nosotros —dijimos. Y

claro, al llegar una manifestación de ese tamaño, los que

estaban en la Dirección de Educación Primaria pidieron que

nos retiráramos para que ellos desalojaran el edificio;

damos una vuelta y salen un montón de charros. Fue su

primera derrota física, directa. Se fueron a refugiar al

sindicato.

El plantón de diciembre

Una cosa muy importante en el plantón del 13 de diciembr e

lúe la forma extraordinaria como respondieron los alumnos

de las primarias y secundarias y la soledad pachuqueña.

Nos llevaron alimentos y toda clase de ayuda. En las

mañanas no faltaban los tamales. El 16 de enero, día

lluvioso, cuando levantamos el plantón, tuvieron que

desecharse toneladas de alimentos.

Cada maestro formó un comité de apoyo entre los padres de

familia... se integraron miles de comités de apoyo. A los

dos días de estar "plantados" hubo una manifestación de

padres de familia que llegó a la SI-.P a exigir se resolvieran

nuestras demandas. Ahí estuvieron presionando por más de

cuatro horas.

La marcha nacional que organizaron los charros también la

hicieron en Pachuca, terminaron con un mitin frente al

Palacio. En ese momento había una reunión de consejo, y



salimos en pleno a volan-lear su marcha, volanteamos toda

la marcha charra. Hubo algún brote de violencia, pero leve;

en realidad los maestros no sabían ni a qué iban. En esa

marcha el director de educación marchó del hni/.o de los

charros, ostcntos.imcntc, cu la primera lil.i, todos lo vimos,y ;ihí decidimos clernandiir su destitución. Este dir ector

h;tl)í;i tenido un;> reunión con los inspectores pidiéndoles

que se solidariy.ar.tn con Vanguardia, y éstos iniciaron una

campana para destruir los comités de padres de familias, y

promover la represión administrativa contra los maestros

luchador es. Dccí.in cosas .ibsurdas. como que fb.unos ;i po-

ner 1.1 los hijos (•( iinra los padr es, qur ¡barios a asaltar

ticrms... N" hubo más r emedio que insistir en hi destituciónde los inspector es. La dcniandii ccntnil cr ;i el

r econocimiento del comité democrático. Incorporamos

también lu dciii.iiul.i de rcinslahición de los luiicioii.trios

despedidos; cstf punto COMO imiclio <igr eg;u'lu |'Mirquf ;i

iiiuch<i líenle no le gustaba la idea de defender a directores

y jefes de departamento, pero como tenían mucho prestigio,

sobre todo en el sistema de secundarias, especialmente dos

de ellos, pues la incluimos como demanda del plantón. Conrespecto a nuestra exigencia principal, las autoridades

gubernamentales sólo se comprometieron a "gestionar el

reconocimiento" del comité. En ese plantón ganamos

muchas cosas, en el papel y en los hechos. En los hechos, el

reconocimiento de nuestra fuerza, nuestra calidad de

interlocutores legítimos, aunque no reconocidos

formalmente. Pero se nos seguía presionando, obstaculizan-

do. Nuestra participación en la CN'1'E fue cada vez máscomprometida. En esas condiciones llegamos al plantón de

México.

El plantón de Guerrero, Valle e Hidalgo

Nosotros insistimos en la necesidad de hacer un pliego

petitorio único. Tuvimos que batallar muchísimo con esta

propuesta. También tuvimos cjuc batallar con una

desorganización tremenda de la CNTE. Dos días antes del

plantón todavía estábamos discutiendo cómo integrar la

comisión negociadora. Finalmente quedó compuesta por



quince personas, de ellas, cinco correspondían a Hidalgo,

quince a Guerrero y quince a Valle. Hubo algunos a justes y

nosotros cedimos lugares.

Como el acto se había pospuesto mucho, nosotros

estábamos muy bien organizados. Los de Guerrero llegaronmuy desorganizados de bido a la repr esión del gobernador

Figueroa, pero era un contingente enorme. En cambio los

del Valle eran muy poquitos. De los demás estados sólo

había'comisiones, r e presentaciones casi simbólicas.

Nosotros teníamos guardias bien sólidas y dispuestas a

entrarle, con gente de Ixmiquilpan, de la sierra; yo diría que

la región más débil era la de Pachuca que le había tocado

estar en d centro del plantón. Desde las 12 horas se dio laalarma: que todo mundo estuviera despierto. Así estuvimos

hasta las cinco, más o menos. Entraron por ese lado y

empezaron a hostilizarnos. Nos tumbaron la manta que

teníamos. Y ahí sí hubo patadas y palos v todo; nos

r e plegamos unos metros, todos cantando el Himno

Nacional. Junto, a Pachuca estaba la sierra, y estos querían

sacar la pistola... no entendían por qué no de bíamos

responder. El caso es que estuvo f uer te el entreniamiento ycasi media lioru estuvimos ahí, ellos avanzando v nosotros

r etrocediendo poco a poco. La gente no se daba por

vencida. Como a las cinco de la iiianaiia einpe/iiion a

presionar por otr os lados, no conseguían movernos. (;

Herrero e.sl.ib.i resistiendo, re.sisiiendo duro. l'.n traron por

el lado del Valle y barrieron, y llegaron a donde estaba

Pachuca, pero la guardia de Pachuca ya se había movido.

Entonces empezaron las granadas. Resistimos muchotiempo, nuestra gente llevaba vinagre en su paliacate, o sea

que los gases pudimos aguantarlos. No cundió el pánico. La

gente salió muy organizada, muy indignada, resistiendo

bien. Nos treparon a los camiones. Nos macanearon.

Tuvimos que ceder y subirnos a los camiones, con el mayor

orden posible, para evitar los apachurrones y el pánico.

Algunos obligaron al camión a detenerse, y se bajaron en

algún sitio. Otros llegaron hasta Hidalgo. Nuestrocontingente no sufrió mucha dispersión, salvo algunos de

Pachuca que acabaron en Cuernavaca, la mayoría pudimos

concentrarnos rápidamente en Pachuca.



Tizáyuca-Tulpetlac-Distrito Federal»

i

Des pués del plantón las condiciones de Guerrero eran muydifíciles;se concentraron en Cuernavaca y acordaron la marcha al

DF. Nosotros iríamos de Tizayuca y también caminaríamos

a la ciudad de México.

Llegamos a Tizayuca bien organizados y con muchas

ganas; algunos todavía no habían llegado a sus regiones

cuando ya les habían dicho que regresaran, y ahí estuvieron.

La reacción de la gente fue muy buena, muy combativa.

Tan era así que el primer día caminamos 35 kilómetros,

hasta Tulpetlac. Tuvimos una recepción extraordinaria de

este pueblo. Ya veníamos arrastrando los pies, pero ese

recibimiento nos dio mucha fuerza. Dormimos en la

escuela. Al otro día, temprano, empezamos la otra jornada.

Las negociaciones también fueron bien duras. Estuvimos

negociando 140 horas en total. Eran discusiones

interminables. En esas circunstancias llegaron las

propuestas de gobernación y el SN'1'E (5 carteras en cada

una de las tr es secciones, asambleas de consulta y no

represión). Nosotros estábamos por rechazarlas, queríamos

el reconocimiento o el congreso extraordinario.

Pero de inmediato vimos que la postura de Guerrero era

débil, por su misma situación. Nosotros insistimos en que.

<i pesar de todo, de bíamos sostenernos. Vulle también

quería ace ptar. '' C u anit as sec retar ías \ak_ la sangre de

Misad", exclamó un miembro del (;(:!-. Finalmente Valle y

Guerr ero ace ptaron. Nosotros toda\ ía mantuvimos nuestra

neu-.ilivu durante tr es días. En las r euniones con lo.s otros

(;(:1. no^i pre.sioiiilbtin pura que ace ptáramos; pero. por

o.tro lado, los compañeros de la base, muchos compañeros

que habían venido en la marcha y que se mantenían ahí, se

resistían a aceptar. Nosotros salimos de la negociación, y

Guerrero y Valle aceptaron. Entonces hicimos una consulta

a la base, en una asamblea de unas tres mil gentes en la

Normal Superior informamos de las negociaciones, y de la

posición de los otros dos estados, y ahí ya se tomó elacuerdo de aceptar.



Los cinco secretarios

Regresamos a Hidalgo y promovimos asambleas a todos los

niveles. Se trataba de evaluar lo que había pasado. Como

antes de aceptar todos los que estábamos en México, en la

Normal, habíamos discutido, la decisión fue comprendida.

Ya en Hidalgo estos compañeros hablaron en sus

delegaciones, explicaron, discutieron, de tal manera que

hubo una actitud favorable para continuar el movimiento.

De inmediato tuvimos que hacer manifestaciones y otros

actos, porque los charros del comité seccional se negaron

repetidamente a instalar a los cinco secretarios.

Llegamos de México con el acta (del Comité Nacional), y

para instalar a los cinco secretarios convocamos a unamanifestación, sólo con la gente de Pachuca éramos unos

dos mil maestros. Se negaron a recibirnos. Luego hicimos

una segunda manifestación en la que además exigíamos la

reinstalación de algunos compañeros cesados. El secretario

seccional se comprometió a respetar los acuerdos. Entonces

hicimos una tercera manifestación, esta vez sí vinieron de

todas las regiones, se trataba de mostrar que las masas

venían a instalar a los secretarios electos por ellas. Sevolvieron a negar. Argüyeron que veníamos en montón y

que eso no estaba bien, que veníamos en actitud

provocadora. Al día siguiente los cinco compañeros electos

nos presentamos solos.

—¿Qué pasó, nos van a recibir o no? —Pues no tenemos instrucciones de recibirlos. —Pero si ahora sólo venimos cinco.

—Pues sí, pero no tenemos instrucciones...

Ya estuvo suave

Así que organizamos la tercera manifestación. Los

compañeros, pero sobre todo las compañeras, estaban muy

enojadas porque las charras las insultaban desde las

ventanas del sindicato. Y otra vez no nos querían recibir.

Ahí mismo discutimos la situación y como el mitin era muy

numeroso y el ánimo de todo mundo muy caliente,

decidimos emplazar a los charros: o nos recibían o

tomábamos las of icinas.

—¿Nos van a recibir o no? —no contestaron.



Les dimos de plazo una hora... pero un poquito antes de la

hora la gente se desesperó: "Ya estuvo suave", dijo y

arrancó la cortina del local (una cortina metálica)... salió

volando. Estaba lleno de guaruras y pistoleros ahí adentro.

Lo bueno fue que actuamos un poquito antes de la hora, porque de otro modo hubieran estado bien preparados.

Todavía poco antes, los charros tenían una actitud desa-

fiante: asomados por las ventanas ostentaban sus pistolas;

las chavas masticaban chicle y desde las ventanas hacían

señas burlonas; no nos creían que íbamos a entrar.

Un compañero maestro que antes había sido policía

judicial, era uno de los que iban al frente, ^ nada más sacó

dos tubos de la cortina, después entre todos un jalón haciaarriba para botar los seguros y luego abajo para zafarlos y

luego el cuate se avienta sobre la cortina para que cayera

hacia adentro, y toda la charriza se echa a correr... la gente

coge de rebotador la cortina y entra en estampida... ellos se

paralizaron un momento con las pistolas en la mano, y se

las arrebataron.

Entonces sí los charros querían negociar.

—Vamos a negociar la salida —dijeron. Pero cuálnegociar, ya no era hora, ni aunque hubiéramos querido.

Uno de ellos, muy asustado, me entregó la pistola y me

dijo: "me voy contigo ¿verdad?", pero de todos modos le

llegaron como 200 patines en el trasero.

Muchos se escaparon por la azotea y es que cerraron una

puerta interior de vidrio y quedaron muchos picos y muchos

vidrios tirados;

no se podía pasar rápido, y ellos tuvieron tiempo paraescapar. Pero ya alguna gente les había cerrado las otras

salidas, y se fueron a refugiar al edif icio del consejo, ahí se

metieron todos los del comité, sólo que los agarraron los

bilingües.

Un cuate se iba escapando, intentó brincar una pequeña

barda pero del otro lado está un poco más alta, se le hizo

fácil, le avientan un palo y cae, encima le cayó uno de los

que lo iban persiguiendo: —¿Todavía está vivo, hijo de buey? —le dijo. Sacó la

pistola y alcanzó a tirar un tiro, pero luego luego le cayeron



como cinco garrotazos, y entregó la pistola... Así recogimos

muchas pistolas y hasta rifles.

Nosotros sacamos al secretario general y también a las

mujeres que estaban en los pisos de arriba. Pero donde las

encontraban las maestras que habían sido insultadas durantemeses, no las perdonaban y también se llevaron sus

madrizas; no siempre se pudo evitar. —¡No les peguen, no

les peguen! —le gritaba a una que me contestó:

—Pero si de todos modos van a decir que les pegamos.

Compañeros nuestros golpeados, no hubo en el local. Pero

sí en otros lados. Los charros golpearon a los que estaban

de guardia en algunas escuelas, o en camino de su casa.

Pero en el local, en ese momento no.Después tratamos de entregar el edificio porque no era

nuestra intención quedárnoslo, estuvimos hasta la noche,

hicimos la primera asamblea del CCL en el auditorio

(nuestro auditorio). El edificio lo entregamos a

Gobernación junto con las armas. Después de eso los

obligamos a darnos cosas que estaban pactadas. En primer

lugar ya nos llamaron para instalarnos (a los 5 secretarios

del comité ampliado). Logramos reinstalar a los cesadoscon cierta facilidad. Nos dieron un calendario para las

asambleas de consulta. Después de eso ya nosotros pudimos

ir a la delegación y proteger a los compañeros ad-

ministrativamente, ahora sí nos hacían caso en la

delegación. Logramos que no se nos descontara ni un solo

día de salario.

Nuevo plantón

No querían hacer las asambleas de consulta. Estaba

acordado que se harían las asambleas y se preguntaría sobre

la realización de un congreso extraordinario, eso sería lo

que realmente resolvería el conflicto. Ellos se resisten a dar

el calendario de asambleas y entonces nos vamos al

plantón, queremos aprovechar el momento de la toma de

posesión del nuevo gobernador. Fue un plantón muy difícil

porque empezaban las vacaciones. Hubo amenazas directas

de represión, así que decidimos levantarlo para la toma de

posesión y lo reinstalamos al día siguiente; eso nos desgastó



mucho. Finalmente sólo pudimos sacar el compromiso de

que el gobierno del estado gestionaría nuestras demandas...

Al ñn conseguimos el calendario de asambleas, incluso se

aceptó la participación de un representante del gobierno

estatal. Pero siguieron boicoteando las asambleas. Sabíanque en ese terreno no tenían nada que ganar, los

arrasaríamos y entonces no iban a poder negarse al

congreso extraordinario.

Hicimos un mitin grandísimo. Algunas asambleas

empezaron a llevarse a cabo, pero con muchas

irregularidades: no había orden del día, no se levantaba

acta, no se hacía la instalación legal, no llegaba el

representante del comité seccional, etcétera. Es decir buscaba la forma de que, de ser necesario, se pudieran

anular de acuerdo con la legalidad de los estatutos. Lo que

sí es que, aunque no tuvieran validez se convertían en foros

de denuncias. Después de mucho batallar se r ealizaron la

mayoría de las asambleas, y obtuvimos una amplia ventaja,

pero era claro que no iban a reconocer la validez del

proceso. De hecho ellos siempre lo vieron como una

manera de alargar el tiempo.

7. EL CONGRESO DE CHIAPAS(marzo, 1981)

Viernes 6 de marzo, Tuxtia Gutiérrez: asamblea delCCL

La discusión sumaba el calor del mediodía. Trescientos

asistentes entre delegados al congreso y miembros del CCL

llenaban el auditorio hasta los pasillos. Casi dos años



después de los brotes que inauguraron el movimiento

sindical más importante de la historia del magisterio, los

representantes de trece mil maestros federales preparaban lo

que podía ser la culminación exitosa de una etapa: el XI

Congreso Extraordinario de la sección 7 del SNTE.En febrero, f inalmente, el Comité Ejecutivo Nacional hizo

la convocatoria al Congreso de Chiapas; no fue una

concesión graciosa, la lucha recorrió meses. Era el

resultado de dos años de movilizaciones continuas que

rebasaron el estado: sin un magisterio insurgente en otros

lugares del país, la convocatoria no hubiera existido, ni

tampoco hubieran sido posibles logros como el

desconocimiento del comité repudiado y el nombramientode una comisión ejecutiva. Tuvieron que confluir

movimientos de seis estados para forzar a Vanguardia

Revolucionaria a una negociación. Aún cuando los

convenios de noviembre de 1980 establecían la realización

de congresos extraordinar ios en üaxaca7 Morelos y

Chiapas; en realidad entonces no estaban ganados: la gente

deJonguitud echaría mano, como despué se fue de-

mostrando, de artimañas estatutarias y de todo tipo paraescamotear las convocatorias. Cuando f irman en

noviembre, sólo querían tiempo en espera del desgaste de

las fuerzas democráticas. En ese sentido los chiapanecos

eran quienes enfrentaban las peores perspectivas: había sido

el movimiento más prolongado y, podía suponerse, el que

sufría un mayor desgaste. Quizá por eso tenían mayor

urgencia de obtener el reconocimiento legal de su

representación democrática.Mediante la movilización nacional deIjJje febrero se

buscaban, para tres secciones —Valle, Guerrero e Hidalgo

— conquistas por lo menos similares a las de Chiapas,

Oaxaca y Morelos. Pocos días des pues el GEN expidió la

convocatoria de Chiapas: con ello intentaban sacar de la

dinámica nacional a uno de los contingentes más destaca-

dos de la insurgencia.

Para tener su congreso el magisterio chiapaneco aceptócondiciones riesgosas: enviados del CEN presidirían las

asambleas delegacio-nales en las que serían electos los

representantes al congreso. Ello se traducía en reuniones de



base enfrentadas a viejos lobos de la política de trucos y

estatutos. Pequeñas juntas sin la seguridad y el calor de las

concentraciones masivas, en regiones donde no son

extraños los cacicazgos involucrados con los poderes

políticos. Parecían riesgos excesivos. Los pesos completosde la grilla buscarían las fallas, los huecos mínimos, para

intimidar, objetar, joder... buscar con lupa los residuos de

Vanguardia... recurrir a la eficacia, probada por años en el

SNTE, de la promesa y la compra: la corrupción "legal" a

través de la gestoría de pequeñas privilegios.

El 2 de febrero, en la ciudad de México, cien mil

manifestantes hicier on eT recorrido tradicional de la

Normal Superior a la SEP. Guerrero, Hidalgo y Valle deMéxico se quedaron en plantón. Estuvieron algunos otros

contingentes, notablemente Oaxaca. En Guerrero, al tiempo

que el gobernador Figueroa hacía declaraciones bravuco-

nas, el magisterio vivía la represión como un hecho

cotidiano. La demanda de cese a la represión va tomando

un lugar prioritario. Acaba de suceder el asesinato de

Misael Núñez; es una herida que le duele al movimiento.

(En la madrugada del 3_deJebrero, la brigada para control

de multitudes de la policía —congruentes con la reforma

política, deberían llamarla "para el control de minorías"—

desalojó a los plantados. Más de un ciento de autobuses

dispersaron a los maestros por las distintas salidas de la

ciudad. Los maestros de Guerrero se negaron a volver a su

tierra sin una solución. El magisterio morelense mostró una

conmovedora capacidad solidaria alojando a varios miles de

sus colegas sureños. El CEN endureció su postura y se negó

al diálogo. Valle e Hidalgo se declararon en paro

indefinido. La actitud intransigente del CEN se prolongó

durante varios días: convocaba a negociaciones y de

inmediato provocaba la ruptura. Su táctica era "dilatar para

desgastar ".)

Chiapas había ganado su congreso. Todo estaba listo. Pero

todavía hicieron una concesión, una concesión dolorosa

para el movimiento. El domingo 8 de febrero apareció en el

Uno más uno un desplegado a dos planas firmado por la

Comisión Ejecutiva de la Sección 7 en el que se



leía:\"Consideramos indispensable manifestar a usted [a

Martínez Martín] y a los miembros del CEN que si en otros

tiempos tuvimos que recurrir a procedimientos no ajustados

a nuestros estatutos, se debía medularmente a la falta de

comunicación respeto y respaldo hacia los trabajadores por parte de nuestros representantes seccionales..." Y más

adelante: "Al realizarse el XI Congreso Extraordinario...

habrá de elegirse un comité seccional capaz de promocionar

con dedicación las aspiraciones de todos los trabajadores y

de fortalecer con respeto estatutario al CEN y a su

secretario general, C. Profesor Ramón Martínez Martín, en

todas las acciones que en beneficio de nuestros

representados sean emprendidas/En la reunión de la CNTEhubo comentarios ácidos. Se sentía una traición de los

dirigentes chia-panecos, el primer contingente en lucha, el

fundador de la Coordinadora, la primera sección en

rebeldía, la que trajo la insurgencia desde el sur. El

representante de Chiapas quiso explicar: quien firma es la

comisión, no el CC;l.; eso no explicaba nada, ¿y los

democráticos de la comisión ejecutiva también firmaron?

Sí, los democráticos también firmaron. Pero no estabaconvenida su publicación en la prensa, fue una chicanada

de los charros. Las aclaraciones no disolvieron el ambiente

tenso de la asamblea, se sentía como si hubiera caído un

autogol. El desplegado del día siguiente, firmado por el

CCL, no borró la mancha.

(Eran días críticos para el movimiento nacional. Guerr ero

decidió emprender una caminata de Cuernavaca al 1)F. El

recorrido ya lo conocían los maestros inorelenses. Los

pueblos campesinos volvieron a saludar el paso de los

maestros, ahora de Guerrero, y les oirecieron techo, pan y

aliento. Los maestros de Hidalgo salieron di- su estado,

también en caminata; durmieron en Tulpetlac, donde los

habitantes se unieron al homenaje que iban a rendir a

Misad, quien luchó desde la escuela de Tulpetlac, y en

Tulpetlac cuyo asesinado. I,a recepción tue cálida y

estruendoso el silencioso homenaje.

(Los contingentes conf luyeron en la ciudad de México.

Se unirron un numeroso contingente del Valle y nutridas



r e presentaciones (k' Oaxaca, Mor olos, sección 1\, sección \

v oíros grupos solidarios. Jun-to.s hicieron la llamada

Marcha de la Dignidad Magister ial. La manif estación nías

gr ande hasta entonces, culminó con un mitin Imite a

Gobernación. Fue una [or nada brillante, un triunlo políticodel movimiento.)

Los dirigentes del movimiento chiapaneco se vieron

asediados por los representantes de otra corriente del CCL,

los de secundarias técnicas, quienes a través de su periódico

mimeografiado Chispa Sindical, los señalaron como los

nuevos enemigos: "Hasta el número anterior [el 9] el centro

de nuestra atención política hacia donde hemos dirigido

nuestras certeras críticas ha sido el char t ismo deVanguardia Revolucionaria, pero a partir de este número

nos comprometemos a combatir paralelamente también a

otro enemigo, al que es urgente identificar y combatir

política e ideológicamente: el neocharrismo, expresado ple-

namente en el grupo Línea Proletaria que hoy hegemoniza

nuestro GCL. A últimas fechas, so pretexto de la

realización del Congreso Seccional Extraordinario, este

grupo de compañeros ha venido expresando una política atodas luces aislacionista, sectaria, antisolidaria, pasiva y en-

treguista. Le ha sugerido a las bases: no movilizarse,

calmarse, no promover movilizaciones artificiales, no

responder en las asambleas delegacionales para que no se

sientan agredidos los comisionados del CEN\iel SNTE..."

(El 18 de febreroJos maestros de Guerrero llevaban quince

días en el exilio. Concentrados en la Normal Superior,

ocupando salones y pasillos, recibían la solidaridad de suscolegas del DF. Las condiciones de higiene no eran las

mejores. No había solución a la vista. Se respiraba la

decisión de resistir, pero no podía dur ar mucho, unos días

más y el contingente empezaría a desmoronarse, la gente

tendría que volver a su tierra. Hidalgo, Valle y Guerrero

decidieron una nueva manifestación, esta'vez a Los Pinos.

La marcha no llegó a su destino, unas cuadras antes la

detuvo la policía, y una comisión fue conducida ante unsecretario del Pr esidente. Esa misma noche llegó la

negociación forzada: cinco carteras nuevas en los comités

de Valle, Guerrero e Hidalgo, que serían ocupadas por los



impugnadores; cese a todo tipo de represión, quedaban

invalidados los despidos, las actas levantadas por abandono

de empleo y otras medidas administrativas. La negociación

fue ace ptada a r egañadientes. Cinco carteras en cada comité

seccional no eran solución para la demanda de democraciasindical. Sin embargo era un logro mínimo que podía

proteger 'el repliegue. Era la posibilidad de un regreso

decoroso para la gente de Guerrero. Las fuerzas del

movimiento permanecían intactas y se les abría un espacio

para la reorganización. El movimiento nitr o en una lase

cuyo rasgo característico seríu el dominio de las dinámicas

regionales. Chiapas preparaba su congr eso, lo mismo que

Mor olos; Oaxa ca regateaba mejores condiciones pararealizar el suyo; Guerrero, Valle e Hidalgo volverían a

reagrupar sus fuerzas.)

La dirección del movimiento chiapaneco llamó a un paro

solidario con Guerrero, Hidalgo y Valle, mismo que se

realizó paralelamente a la movilización del DF, pero no

descuidaron la preparación del Congreso. En las asambleas

delegacionales nada pudieron hacer los enviados del GEN;

por abrumadora mayoría resultaron electos los maestros quese habían distinguido en los dos años de lucha. Sólo diez

vanguardistas lograron asistir como delegados al Congreso.

Otros diez, aproximadamente, eran de Chispa Sindical. En

total, de 190 delegaciones, los democráticos conquistaron

180. El Congreso se llevaría a cabo los días 8y 9 de marzo.

Viernes 6 de marzo: asamblea del CCL

Se presentaron 160 delegados. Los vanguardistas decían

que era una reunión ilegal: "Estamos combatiendo —

alegaban— los métodos antidemocráticos y recurrimos a

esos mismos métodos... Hemos criticado a los charros

porque cocinan los acuerdos antes de los congresos, y los

delegados ya nomás llegan a levantar la mano, y nosotros

estamos haciendo lo mismo... deberíamos posponer las

discusiones hasta que el Congreso esté instalado." Eranobjeciones falsas; ahí estaban los representantes de la

enorme mayoría de los maestros del estado. Los acuerdos

se "cocinaban" en mayoría.



Cuidaron hasta el último detalle para evitar objeciones

estatutarias. Tenían que adivinar las maniobras. Revisaron

los documentos que acreditaban a los delegados: no

encontraron fallas. La asamblea terminó ya muy entrada la

noche. Las comisiones trabajarían por separado en las ponencias y la asamblea se reanudaría al día siguiente en la

mañana.

Sábado 7 demarao-,La fracción democrática de la comisión ejecutiva propuso

publicar un desplegado advirtiendo sobre posibles

maniobras de los enviados del. CEN. Llamaban a "todos los

trabajadores organjzadog dej pa|s para que permanezcan

vigilantes de este acto y se manifiesten por el respeto a la

voluntad de la mayoría". El debate se detuvo en un renglón:

el texto propuesto hacía responsable a "Vanguardia

Revolucionaria de cualquier anomalía que se presente". La

fracción de Chispa Sindical argumentó que era justo

reconocer los méritos de los miembros de Vanguardia

llamándolos "charros". Hubo intervenciones en uno y otro

sentidos: "Nada ganamos con decirles charros, sólo

haremos que los charros lleguen más polarizados" decían

unos. "Los hemos llamado charros durante dos años, lo

gritamos en las calles y lo pusimos en nuestras pancartas.

La base así los identifica, no tenemos por qué cambiar

ahora", contestaron los otros. "A votación". La mayoría

quiso que se les llamara por su nombre:

"Responsabilizamos a los charros de Vanguardia

Revolucionaria de cualquier anomalía que se presente..."

Así quedó el texto (Uno más uno^ 8 de marzo, 1981).

Los escasos delegados vanguardistas hicieron una última

intentona para evitar lo inevitable: convertidos en

defensores de la legalidad quisieron descalificar la

asamblea arguyendo que estaba interviniendo gente que no

había sido electa por la base para asistir al Congreso.

Pretendían excluir a miembros del CCL, luchadores

experimentados. Entre los delegados se contaba con gente

nueva, maestros que habían salido de la base. Los

vanguardistas calculaban que una reunión exclusivamente



de delegados sería un campo más fértil para su retórica,

mesurada y "realista" y respetuosa por supuesto de los

estatutos. Tenían razón en que habría menor experiencia,

pero no encontrarían un conjunto ingenuo: los delegados,

aún los más jóvenes, no surgieron de la rutinaria pazsindical, sino de dos años de continuas movilizaciones. En

ocasiones sostenían posiciones más radicales que los

dirigentes, quizá precisamente porque expresaban a la base

de manera más directa. De cualquier modo, la intentona

vanguardista no prosperó y la asamblea siguió adelante.

La discusión transitó fluidamente por las ponencias de las

comisiones; corrigieron detalles, señalaron omisiones,

añadieron, quitaron. Se subrayó la importancia de dostemas: "política sindical" y "demandas económicas". En la

primera, entre otras cosas, se proponía una modificación en

el destino de las cuotas: que 50% fuera para las

delegaciones, 25% para la sección y 25% para el GEN; lo

que significaba poner de pie lo que estaba de cabeza. En

"demandas económicas" se incluía una nueva revisión de

los sobresueldos exigiendo 100% y un aumento en el sueldo

base de 50%. A las diez de la noche se acordó un receso.Sólo quedaba un punto por definir: la elección de la planilla

única para el nuevo comité seccional.

Los charros en el hotel

Los enviados del CEN estaban alojados en el Hotel Safari.

Encabezaba la comisión Astudillo Bello, quien presidiría

los trabajos del Congreso. Astudillo llamó a los delegados

al Safari con el f in de revisar su documentación... La

asamblea del CCL decidió no acudir: no era un

procedimiento estatutario, la acreditación debería realizarse

el día, a la hora y en el local del Congreso. Sólo se presentó

una docena de delegados en el Safari. Para la noche del

sábads distribuyeron invitaciones para un banquete en el

hotel. Todo estuvo listo: meseros, discursos, bebidas y

tamales. Las mesas anochecieron desiertas: los tamales se

enfriaron.

Todo listo



El último jalón empegó a las once. Los asambleístas

llevaban trabajando treinta horas. Formar la planilla les

tomó otras cuatro. Salieron cansados, nerviosos. Ocho

horas más tarde debía instalarse el Congreso.

—¿Ya estuvo?— , pregunté a uno de los dirigentes comoquien pregunta a un mecánico que se aleja del cofre abierto

de un auto, "sí", me hubiera contestado limpiándose las

manos con un pedazo de estopa, "el motor está a tiempo, las

bujías son nuevas, revisé el carburador... ahora: a ver si

arranca".

—Listo —me dijo— , ni un solo vanguardista quedó en la planilla.

—¿No puede haber sorpresas? —pregunté. —Ya los tenemos —dijo. —En el desplegado de hoy advertían de posibles anomalías,

¿qué tipo de anomalías puede haber?

—Nada, no pueden hacer nada. Por las dudas, los

compañeros de los lugares cercanos se van a concentrar

aquí y harán guardia durante todo el Congreso... para lo que

se ofrezca... responderíamos con movilizaciones. Además

no creo que les convenga, una bronca ahorita en Chiapas

reactivaría el movimiento nacional. Sabrían qué esperar

Mor olos y Oaxaca y las demás secciones. Y no tienen de

dónde agarrarse. No pueden hacer nada. Ya los tenemos.

—¿Qué pueden hacer? —me preguntó cuando ya se iba— .

Nada —se respondió él mismo para no dejar la posibilidad

de otra respuesta, como quien toca madera o hace

changuitos. —Nos vemos a las diez.

El congreso

10:30. Cientos de maestros esperan frente al local de la

sección. No han llegado los del nacional. Los delegados se

pasean con una dosis de desvelo y otra de nerviosismo.

11:00. Miembros de la comisión e jecutiva se trasladan al

Safari para entrevistarse con los del Nacional y conocer el

motivo del retraso.

11:30. Siguen llegando maestros. Algunos delegados

duermen en automóviles, otros están en animadas reuniones

con su delegación.

12:00. Se rumora que el Congreso de la sección 40 ya se

instaló y avanza normalmente.



12:30. El rumor del momento indica que los charros

quieren condicionar la instalación del Congreso. La calle

está animada. El tráf ico ha sido completamente suspendido.

Siguen llegando maestros y se concentran en un parque a

dos cuadras del sindicato.13:00. La Comisión regresa del Safari y convoca al CCL y

a los delegadas. Los grupos dispersos se concentran en

espera de informes. Se dan a conocer las condiciones de los

charros: que se garanticen tres carteras del comité seccional

para la gente de Vanguardia. Argumentan que la reforma

política les da derecho de minoría. Otra condición es que se

modif iquen ciertos términos de algunas ponencias. La últi-

ma: que no haya una concentración masiva frente al localmientras se desarrolle el Congreso. El CCL rechaza las

condiciones.

14:00. Dirigentes del CCL establecen contacto con

Gobernación y con el gobierno del estado. No hay

respuestas def initivas.

15:00. La comisión reestablece las pláticas con los enviados

del Nacional quienes reiteran las condiciones.

15:30. El CCL avisa a todas las delegaciones que estén pendientes, y en caso de necesidad estallen un paro el día

siguiente.

16:00. Radio rumor informa que el Congreso de la sección

40 quedó en suspenso luego de un receso; los enviados del

CEN no volvieron a la hora indicada.

17:00. Se empieza a boletinar por la radio local la situación

de ambos Congresos. Los boletines incluyen entrevistas con

dirigentes del movimiento. De esta manera la informaciónestá llegando a los maestros de las zonas más aisladas del

estado.

18:00. Los comisionados convocan a nueva reunión del

CCL. Acuerdan convocar a un paro indefinido.

18:30. Los maestros que estaban concentrados en el parquese trasladan a una escuela cercana. Hay ambiente de

plantón. Menudean las guitarras, los jorongos y lossombreros. Se improvisa un festival que no logra relajar la

tensión.20:00. Muchos maestros dan por hecho que el Congreso

no se llevará a cabo. Un orador corajudo cierra el acto



diciendo: "Volveremos a los paros, a las marchas, a los

plantones... jijos de la chingada".

21:00. Se intenta un nuevo contacto con Gobernación.

Las respuestas son positivas pero no tienen nada de

preciso: "Hablen con Martínez Martín".21:30. Los charros rebajan sus condiciones: una sola

cartera en el comité. El CCL vuelve a decir no.

22:30. Martínez Martín acepta retirar las condiciones.

Lunes 9 de marzo

10:00. El paro es un hecho en todo el estado. La concentración en Tuxtia ha crecido notablemente.

11:00. Los enviados del CI-.N se presentan en el local y se inicia la acreditación de los delegados.

Hay alegría entre los cientos de maestros que esperan en la calle; la mayoría permanecen en laescuela cercana.

12:00. El Congreso está legalmente instalado. Los trabajos iniciales se realizan normalmente: la

elección de escrutadores y de comisiones.

14:00. Se decreta un receso de dos horas.17:00. El Congreso no se ha reanudado porque los charros no volvieron.

18:30. Una comisión se traslada al Saturi. Los charros imponen nuevas condiciones: ya no quieren

carteras, pero insisten en algunas modif icaciones a las ponencias. Estalla la indignación entre los

maestros. Vuelven los boletines a la radio.21:00. El (,(:!. concedí' algunas modificaciuncs. Una de ellas es la de las cuotas sindicales.

24:00. Lo.s díanos se presentan para reanudar el Congreso.

Martes 10 de marzo

2:00. Los inaesiros que esial»;»n ••11 la escuel.i cercana se dirigen al local del sindicato. Ahora son «los mil muestr es que

esper an. El am-bielilr es extrañuiiienlf silencioso. Del interior, de ve /, en ve/., se CSCIK l>uii aplausos.

3:30. Ahora se escuchan gritos eufóricos. El silencio de la calle se rompe cuando salen los primeros

delegados. El Congreso ha terminado. "Ganamos", se repiten incrédulos. Son las cuatro de lamañana, es una hora inusual para empezar una fiesta callejera. "Ganamos, ganamos", repiten, y

poco a poco se lo van creyendo.

8. VALLE DE MÉXICO: EN MEMORIA DE MISAEL



Hidalgo y Guerrero a la vista

El ambiente nacional se estaba caldeando: los estados emergentes eran Guerrero, Hidalgo, y se

hablaba de Guanajuato; pero Guanajuato (luego de la represión que sufrieron tras la toma del local

del sindicato, en diciembre) cayó en un reflujo. Quedaban Hidalgo y Guerrero. Del primero se decía

que tenía poca experiencia y que había que enviarles asesores del Valle. Había cierta

sobreestimación del CCL del Valle, y una franca subestimación del CCL de Hidalgo.

En enero de 1981 era urgente hacer un balance por zona que permitiera valorar la situación. No se

hizo. Sucedió, por ejemplo, que la zona 1 de Ameca, que había estado presente todo el periodo

(hasta diciembre de 1980), ya no se presentó en febrero. El responsable de la región debió ir a la

zona 1, y preguntar qué pasaba, qué problemas había. Como seguía asistiendo una gran número de

representantes al CCL, se decía que el CCL tenía su base; no se vio que se estaba dando una

separación entre el CCL y la amplia base del Valle.

El movimiento del Valle había quedado en suspenso. Entonces, o se aprovechaba la coyuntura que

surgía con la movilización de dos contingentes importantes (Hidalgo y Guerrero) o dejábamos que

el movimiento quedara latente o muriera en silencio. Decidimos entrarle. La Coordinadora convocó

a un plantón; en ese momento se pensó que solamente acudirían Hidalgo y el Valle, mientras

Guerrero declaraba no tener condiciones.

El CCL del Valle está convencido de la necesidad de apresurar el paso, de entrarle al plantón. Pero

faltaba que el CCL convenciera a la base. En el mes de enero se va zona por zona, organizando

reuniones para discutir la^decisioriTdel plantón. Me tocó ir a la zona 10 y a la secundaria 26. En la

primera, la gente dijo: "Después de la manera en que se levantó el otro plantón, nosotros no

queremos saber nada". Tras una larga discusión aceptaron: "Vamos a entrarle al plan ton", pero

también advirtieron: "Los padres de familia ya están cansados de la onda de los paros, marchas y

huelgas, nos están exigiendo mucho trabajo y muchos maestros están cansados, trabajaron en di-

ciembre después de un mes de huelga..." En otros lugares la respuesta fue simplemente que no le

entraban. El balance no es muy alentador. A pesar de todo le Í bamos a entrar.

Ya había empezado la represión en Guerrero; los de Hidalgo estaban dispuestísimos, entonces

había que entrarle. Además pensábamos que si el plantón duraba varios días, el magisterio del Valle

se iría integrando.

El asesinato de Misael

En eso ocurrió el asesinato. PueeLdía-^0* El CCL estaba reunido en la Normal Superior; recibimos

la noticia y nos fuimos todos a Ecaie-pec: éramos como 150. Estuvimos toda la noche esperando el

cadáver de Misael. No le querían hacer la autopsia. Al fin se la hicieron en un lugar oscuro, en un

panteón, con una lámpara de gas. Todos estábamos ahí, esperando. Salió como a las cinco de la

mañana. Nos fuimos tras él en los coches. Interrumpimos el tráfico en la Avenida Morelos y lollevamos a su casa.

Para el día siguiente- sábado, estaba previsto un foro para la discusión de los estatutos del SÑTÉ.

La gente llegó esperando eso, pero la noticia era otra: habría una marcha fúnebre el domingo para



despedir a nuestro compañero Misael Nuñez. El domingo fuimos unos mil. Eramos pocos porque la

gente estaba desmovilizada desde el viernes. No fue sino hasta el lunes que la información se

difundió en las escuelas- Por eso, en la marcha del2deJieh£er o, el contingente del Valle fue

grandísimo, í bamos a protestar por la muerte de Misael.

A la hora del plantón, el contingente del Valle, que había sido enorme, se redujo a unos dos milmaestros. Estuvimos en las calles de Venezuela. A pesar de que éramos pocos, logramos formar

cien brigadas que junto a las que formaron los de Hidalgo y Guerrero, saldrían el día siguiente a

recorrer las escuelas del DF y del Valle. Al otro día nos desalojaron.

"A mí me dicen el Brigadas"

Eran las siete de la noche del día 2. Después del desalojo muchos com pañeros indignados fueron en brigadas

abordando camiones para informar al pueblo de lo sucedido. EL3de febrero se reunió el CCL. La

gente está muy asustada: la muerte de Misael provocó una reacción de encabronamiento, todosacuden a la marcha, pero a la hora del plantón la mayoría ya no quiere entrarle porque temen la

represión. Los que se quedan son del movimiento organizado, los que asistieron a las marchas del

primero y del 12 de mayo. Son los brigadistas, la parte avanzada del magisterio del Valle.

Como a las siete de la noche hicimos una reunión. Teníamos cien coches listos. A las seis de la

mañana del día 3, ya estaban preparados los CCL de Guerrero e Hidalgo, íbamos a peinar la zona

metropolitana.

Yo le doy mucha importancia a las brigadas. Me dicen "El Brigadas" en el CCL. Son las que

hicieron al movimiento. De todos los plantones, el de Oaxaca fue el que organizó más brigadas,también fue el que tuvo más apoyo, un poco por ser el primero, era una novedad, pero también por

el brigadeo: los de Oaxaca hablaban de mil brigadas numeradas. ¡Mil brigadas! No sé si sea una

exageración, pero de todos modos eran muchísimas. Nosotros no sacamos tantas, no logramos

abarcar al Distrito, hicimos poco.

En la noche empezó el festival. Hubo canciones y mítines. La gente del Valle esa noche sí durmió;

nada más quedó la comisión de vigilancia en la puerta, tranquila, pero el resto se durmió. A

diferencia de los de Guerrero e Hidalgo, que anduvieron muy movidos, gritando consignas de buen

humor: "Maestro huevón/ por eso estás pan-zón" "maestro dormido/ por eso estás jodido", "elmaesfrcTtucEando/ eLSancho trabajando";

Era un plantonzote, el mayor de la historia, el de Oaxaca no le llegaba a éste, había representaciones

de muchos estados. El CCL de Chiapas brilló por su ausencia. Oaxaca envió un contingente, tam-

bién Morelos. Había muchísima gente.

El desalojo

De repente, a las cinco de la mañana, por la puerta del Valle, es decir El Carmen y Venezuela, por

donde estaba la Hemeroteca: —¡Granaderos! —empezó a gritar la raza, y nos acercamos haciendo cadenas. Hicimos unas seis

cadenas.



—El pueblo, unido/jamás será vencido —gritábamos. En noviembre Sa bíamos hecho lo mismo, yen aquella ocasión los granaderos no entraron. Esta vez fue distinto. Oímos una voz:

—¡Avancen! — y una bota aplastó el piso. Gritábamos consignas pero en voz más baja:

— "^LEUIeyo _ynl(^o/' Jamás será vencido —y nos echábamos hacia atrás— no se recorran, no se

recorran —gritaba alguno, pero al ver que los granaderos avanzaban haciendo un ruido fuerte conlas botas, se produjo la desbandada. Muchos que aún dormían se levantaron en estampida, como si

alguien hubiera gritado "¡Fuego!". La cadena intentaba retroceder lentamente. —Cálmense,

cálmense. Tranquilos. No va a pasar nada— les decía a unos compañeros, pero con una voz toda

temblorosa, y uno de ellos me contestó: —Pues andas más nervioso tú que nosotros.

Así fuimos reculando. Una comisión se acercó a los granaderos para tratar de negociar.

—¡Pinches elefantes de más de 1.80! Gordos, los cabrones, con mascarilla. Los macanazos eran

rfluy cabrones, sonaban feo; caían algunos compañeros de las cadenas y se reemplazaban; así

estuvieron aguantando la presión, aguantando y tratando de que la gente se fuera replegando demaner a organizada.

—Avancen hacia Santo Domingo —decían los granaderos tirando macanazos. La gente se seguía

replegando. En un momento todos empezamos a cantar el Himno Nacional.

Se fueron replegando y replegando, y el micrófono, a desconectarlo rápidamente y a llevárselo

cargando, los tambos y los tablones ahí los dejamos.

—Avancen hacia Santo Domingo —decían. —A la Normal Superior, a la Normal Superior —corríamos la voz. La comisión nos acercamos a

la cadena para tratar de hablar con

los jefes. Ramón era parte de esta comisión. Los jefes estaban comoa unos treinta metros. Queríamos negociar.

—Vengan para acá —respondieron. —Vengan ustedes —respondimos. Luego de un rato salieron Ramón, Palomino y otros, y hablaron

con ellos.

—Se van a ir todos en los camiones —les dijeron. Mientras, la apretura por la presión de los

granaderos, era bien dura. Estábamos en un callejón sin salida. Había niños de Guerrero, muchos

niños, y los levantábamos, nos los subíamos a los hombros. Perdimos la conciencia, nos volvimos

un hombre-masa sin capacidad de razonamiento, el temor nos invadió, era un aventadero tremendo.Ya la gente quería subirse a los camiones: que se la llevaran a donde fuera. Pero los granaderosquerían atemorizar aún más: empezaro a aventar gases lacrimógenos, las granadas cayeron en varias

partes;algunas pudimos regresar las a los policías, pero esos traían mascarilla... En cambio, aquí la raza no

sabía qué hacer, ya no se veía nada, y como hubo una revoltura de contingentes, ya nadie se conocía

entre sí. Algunos decían: "escondan a los de la Coordinadora", otros en cambio: "ahora sí que

salgan los de la Coordinadora". Y los niños llorando.

En ese momento en que las masas no tenían a dónde ir, que estaban en plena derrota, brincó un

compa de Guerrero a un balcón de la Secretaría de Educación y empezó a gritar: —Avancen los de Guerrero, avancen los compañeros que están acá y avancen los de más allá— . Y

empezaron a avanzar y a presionar sobre los granaderos, y los granaderos no resistieron el empuje y



se echaron para atrás, y empezó a salir el contingente. Los motociclistas encendieron los motores

haciendo un estruendo espantoso. Y el com pañero de Guerrero les gritó:

—¡Callen esas motocicletas, porque no nos hacemos responsables, no nos hacemos responsables

hijos de su puta madre, ustedes saben a lo que le tiran! —y se callaron.

Yo estaba a un lado, y un compañero me decía, muy caliente: —Hijos de la chingada... Mira, tócale —mostraba un bulto bajo la chamarra— , la voy a armar, me

cai que la voy a armar.

—No compa, no le hagas —decía yo. Creo que mucha gente venía armada. Muchos compañeros de

Guerrero estaban dispuestos a partírsela. Los de La Montaña habían tenido la experiencia del 1979

cuando les disparar on al aire con metralletas, asi que no se asustaban a la primera. Afortunadamente

nadie perdió la cabeza.

El de Guerrero que estaba subido en la ventana seguía dirigiendo:

—¡Háganlas pa tr as!—dirigiéndose a los de las motos. Y las hicieron para atrás. El compa estuvodirigiendo todo con un valor admirable. Empezamos a subir a los camiones.

En la subida de los camiones algunos policías se dirigían a nosotros amablemente, nos llamaban

maestros, y casi pedían disculpas por lo que sucedía: "es que nos mandan, ni modo". Algunos

maestros dudaban en subirse ya estando al borde de la escalerilla, preguntaban por un hermano, por

un sobrino, por alguien que habían perdido en la confusión. Algunos de plano se negaban a subir, y

entonces sí los policías los agarraban a empujones. Pero insisto en que algunos tenían una actitud

bien diferente:

—Súbanse maestros, que no sean más de cincuenta en cada camión para que vayan todos sentados, —decía el del camión que me tocó. También había policía femenina, y la mayoría se portó amable,

lo que decían estaba en un tono que casi pedía disculpas.

Salieron los camiones en fila. Los vecinos de las casas de enfrente de Santo Domingo se asomaban

y gritaban: "asesinos, cabrones, déjenlos".

Nos dejaron en el Metro. Unas compañeras maestras que iban con nosotros empezaron a llorar ,

í bamos en la ruta 2. Un pasajero que estaba enfrente de nosotros resulta que era maestro, y como

oyó lo que pasaba, que se suelta a llorar. Una maestra se levantó y habló fuerte, dirigiéndose a los

pasajeros: —Nos acaban de reprimir— . La gente callada. Llegamos a Indios Verdes y ahí hablamos por

teléfono a nuestro contacto del Comité de Organización.

Nos pidió que informáramos a los de Hidalgo que se concentraran en Pachuca. Fuimos a la caseta,

estaban llegando los camiones del desalojo con la gente de Hidalgo, y ahí estuvimos informándoles

que se concentraran en la secundaria "Niños Héroes" de Pachuca.

Httbo mucho robo en ese desalojo: se llevaron cobijas, alimentos, relojes, hasta los zapatos de los

maestros que en ese momento estaban descalzos. Por eso en otras marchas, cuando pasábamos

frente a los granaderos, coreábamos: "Esos son, esos son/ los ladrones del plantón''.~~~~~



Fmmos muy ingenuos, pensábamos que como ya eran las cinco de la mañana no nos desalojarían,

porque otras veces fue a horas en las que no había gente en la calle. A esa hora se dio cuenta todo

mundo, por dondequiera había patrullas y camiones llenos de maestros. Esa fue nuestra inocencia.

"Estoy con el movimiento pero no voy al paro"

En la asamblea de esa tarde había encabronamiento, pero también miedo. Ramón propuso un paro

indefinido, la gente votó a favor, y cuando se reunió la Coordinadora se dijo que era una

irresponsabilidad, era una decisión apresurada que además contradecía los acuerdos del CCL del 28

de enero, donde se rechazó la idea de un paro indefinido.

La base no respondió al paro. Llegamos a parar un 20 o si acaso un 25%. Y sólo en algunas

zonas, como en Ecatepec, el paro se hizo mayoritario.

Contratamos un camión y con sesenta brigadistas nos fuimos al po niente, iban con nosotros

maestros de Guerrero y de Hidalgo. Fuimos a las zonas 21 y 24 (Naucalpan). La gente nos

respondía: "Es tamos con el movimiento pero no paramos". Esa era la actitud de la mayoría de los

maestros del Valle.

A la marcha a Gobernación del 12 de febrero fue muchísima gente

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del Valle. Fue un acto muy importante porque logró detener la represión. Fue muy grande: doce mil

de Hidalgo, diez mil de Guerrero y unos diez mil del Valle, junto a contingentes menores se habrán

sumado treinta y cinco mil maestros, además de los solidarios: SUTIN, UOI, STUNAM, entreotros.

La marcha del 12 de febrero levantó mucho los ánimos, no para ir a la huelga, sino para seguir

en el movimiento. La gente no quería jugarse el todo por el todo, y la huelga era el todo por el todo.

Una actitud muy diferente es la de los maestros de Guerrero e Hidalgo. Hay que subrayar que en

este momento son mucho más combativos, a pesar de que en muchos sentidos han vivido

condiciones peores, o quizá por eso. El maestro de esos estados es muy pobre, o le aumentaban el

salario o ya no iba a comer frijoles o papas; la dieta del magisterio ha cambiado de la carne a las

pastas, ahorita el maestro come muchas pastas. Hay una gran inconformidad de los maestros rurales por sus condiciones de vida.

La marcha a Los Pinos

Los maestros de Guerrero y de Hidalgo estaban cansadísimos. Ya tenían como quince o veinte díasdurmiendo en el piso, no comían a sus horas, comían sólo lo que les llevaba la gente. Los deGuerrero se vinieron a la emergencia porque huían de la represión, con todo y sus niños, llegaronexiliados a Cuernavaca, luego a la Normal Superior. A pesar de ello estaban puestísimos. Cuandocontraté un camión para ir a brigadear, ellos dijeron que era una estupidez gastar en eso, que

estaban dispuestos para ir en el Metro y en camiones, y de paso difundían el movimiento entre el pueblo. Y efectivamente así lo hicieron. Estaban cansados pero no echados. Los dirigentes tambiénes'taban exhaustos: cuando no había reuniones se la pasaban pegados al micrófono en la NormalSuperior. Con todo este cansancio los contingentes de Guerrero e Hidalgo fueron grandes y



sorpr endentemente animosos. Los vi, y deveras me sorprendieron. El contingente del Valle fue más bien pequeño. No hay tanto cansancio, pero hay desgaste político y miedo. Incluso algunosdirigentes medios ya no par ticipan con tanto entusiasmo. La muerte de Misael sigue pesando,

porque Misael fue un ídolo, fue el exponente del congreso de masas, y el congreso de masas fue el

exponente del movimiento magisterial del Valle. Pesa también el desalojo, pero lo que más pesa esel desgaste político.

Los acuerdos de febrero. Plantones móvilesSe acordó que la negociación fuera conjunta (de Guerrero, Valle e Hidalgo), para evitar el error denoviembre cuando los destiempos de los diferentes movimientos restaron fuerzas. Se habíandeterminado los criterios de prioridad de negociación: el primero era detener la represión, ensegundo lugar las demandas político-sindicales, y en tercer lugar las económicas y laborales.Después de una reunión ma-ratónica, la comisión nos informó que los charros habían aceptado des-conocer a los comités seccionales y formar algo así como un comité de auscultación quedeterminara quién contaba con la mayoría, después de lo cual se formaría una comisión ejecutiva.Pero después retiraron esta propuesta y sólo ofrecieron ampliar en cinco carteras los comitésejecutivos para que fueran ocupadas por representantes democráticos. El Valle se opuso. Los

primeros que titubearon fueron los de Guerrero. Muy molesto, el CCL del Valle advirtió que estoabriría una f isura.

La aceptación de las carteras fue impuesta tanto al CCL de Guerrero como a los del Valle eHidalgo. Gobernación había advertido que o se aceptaban las carteras o se rompían las pláticas. Elmagisterio recuerda la experiencia de 1958-1960 cuando hubo efectivamente tres mil cesados.

La situación se deterioraba: el Valle de México tenía muy poca participación en el paro, y mucha

gente de Guerrero estaba en situaciones extremas.Aceptó Guerrero y posteriormente se discutió en el Valle. Hubo diferentes opiniones. Al final se

aceptaron las cinco carteras: era una salida que permitía mantener latente el movimiento. La ofertafue en paquete: si no se aceptaban las carteras no se sostenían los otros puntos. Hidalgo se resistía,

pero su posición, encontrándose aislado, perdía fuerza. Aceptaron después de discusioneslarguísimas, y con la inconformidad de amplios sectores de su base. También en el Valle huboinconformidad.Los charros de la sección 36 no perdieron la oportunidad, inme diatamente sacaron volantes que

decían: "Ya tenemos cinco charri-tos más". Y añadían: "Quedó demostrado que los democráticos

sólo querían puestos sindicales, a cambio de los cuales relegaron las demandas económicas que eran

la legítima aspiración de la base".

En este periodo se hicieron reuniones conjuntas de los tres CCL para delinear los planes inmediatos

(lo que no pudo hacerse en noviembre entre Valle y Mor olos). La primera de estas reuniones fue

antes de la marcha de Los Pinos, probablemente el 16, y en ella se acordaron los plantones móviles,

algo aprendido deTl968',"que consistían en plantarse durante el día y salirse rápidamente ante

cualquier intento de desalojo, para instalarlo de inmediato en otro sitio. Se acordaron también

brigadas conjuntas que estuvieran informando a la población, en los camiones, el Metro, los

mercados, y se planearon mítines en algunas embajadas.En las fábricas obteníamos diferentes respuestas. Por ejemplo, llegamos a una fábrica y salió un

industrial en su carrazo, y luego se bajó y nos dijo:



—Ustedes ¿qué hacen aquí? —Estamos esperando a los obreros. —¿Pero qué quieren? —Cosa que vamos a tratar con ellos.

—Porque si vienen agitando orita voy a llamar al Barapem.Dijimos: mejor vamonos. Pero los compañeros de Hidalgo y Guerrero: "ni madres". Les explicamos

los antecedentes del Barapem:

"aquí nos dan una madriza y nos meten al bote, está medio cabrón, mejor caemos a la mera hora y

sin avisar", y así lo hicimos. Después fuimos a otra y al salir los obreros repartimos los volantes y

les hablamos. Luego empezaron a aplaudir y a sacar el dinero para los botes. Era una fábrica de

aceros.

La cosa se ponía más sentimental en las escuelas que estaban trabajando. Informábamos y

repartíamos volantes, y muchos niños sacaban una moneda para los maestros de Guerrero y de

Hidalgo: "Que triunfe, maestr o, que Dios lo ayude". En los mercados, la gente de los puestos nos

daban fruta o aguacates o lo que fuera, llegábamos como Santaclós a las cocinas que los de Hidalgo

y Guerrero tfnían en la Normal Superior. Era un ambiente fraternal que yo no vivía desde los

tiempos del movimiento normalista.

En la Normal Superior h;ibí;i un ambiente contradictorio: los contingentes fslabílii c.insíulos,enf ermos. Las fnfernifdadfs gastrointestinales nu-nudcaron, la gcnic no comía a horas lijas, comíalo qur podía, lo que habí.i. y d hucinamifnto no facilitaba la higiene. I\T" también se respiraba todoeste ambiente de solidaridad.

En la Universidad, en la ENEP Iztacala, pero sobre todo en la ENEP Aragón recibimos

respuestas muy solidarias.Tuvimos algunos detenidos, pero iban comisiones de cien o doscientos maestros a Gobernación y

luego luego los dejaban libres.

Las asambleas de consulta

Los cinco electos para ocupar las carteras ampliadas fueron: José Al-

Q' Y ffl í"———»-^»tamirano (El Camarón), González Figueroa (El Pelechas), Germán Aguilar (La Foca), Teodoro

Palomino (El Palomo) y Galindo (El Tar-zán, o también El Yajalón). Los cinco, gente de lo más

combativa;

los primeros cuatro han estado en el movimiento desde 1973 ó 1974, el Yajalón es de la nueva

horneada, se integró en-noviembre al CCL.

No estaban claras las funciones de "los cinco". Asistirían a asambleas delegacionales, pero

algunos esperaban de ellos una labor de gestoría como si se tratara de un comité en condiciones

normales. Se les cargaba mucho el trabajo, y ellos, con razón, protestaban:

—Nosotros no podemos quedar como gestores, porque sería un error, caeríamos en su juego— .

Se acordó que su trabajo sería primordialmente político, de organización. Se dividió al Valle en



cinco regiones, y cada uno se ocuparía de una de ellas: poniente, norte, Ne-za, Texcoco y sur

(Chalco y Amecameca).

Estaba el compromiso del comité de hacer asambleas delegacionales de auscultación, cuyo

objetivo era "normalizar" la vida sindical. Los charros empezaron a hacer asambleas en los lugares

donde ellos tenían mayoría, como en la zona 42. Sin más ni más, sin avisar, hicieron la asamblea ynombraron comité. Aunque ganaron, de los 130 hubo cuarenta votos a favor del movimiento.

Fueron a otras zonas:

en la 41, en junio de 1980 había cinco maestros con el movimiento;en la asamblea ganaron los charros, pero cincuenta de los 120 votaron por el movimiento.

Conforme se informaba de los resultados de estas primeras asambleas, se producía cierto desaliento;

pero bien visto el asunto, estábamos obteniendo mejores resultados de los que nosotros mismos

hubiéramos esperado. Planearon un rol de asambleas que eludía nuestras zonas fuertes, se

proponían controlar sus zonas y esperar a que se desgastaran la nuestras distribuyendo promesas yamenazas. Ante esta situación hicimos un calendario de mítines en la sección 36, de cien o

doscientos maestros, de modo que hubiera mítines permanentes. El objetivo de los mítines era

exigir la realización de las asambleas de consulta: llegaban tres escuelas secundarias o tres zonas y

hacían su mitin, pedían hablar con el secretario general o el de organización, y le exigían que fijara

fecha para su asamblea dele-gacional. Se iban y al día siguiente estaban otras escuelas haciendo su

mitin. Así los charros fueron soltando las asambleas. Calculo que de las 188 delegaciones en total,

127 estuvieron de nuestro lado.

Reflujo

Las asambleas se fueron dando a cuentagotas. Si bien ganamos la mayoría, el proceso se alargó

muchísimo en el tiempo. Y ellos siguieron una táctica de desgaste: represión chiquita, callada,

administrativa y, al mismo tiempo, cortejo a los maestros para llevarlos a Vanguardia. En los meses

que siguieron a febrero hubo esa represión continua; incluso en algunos casos tuvimos gente

golpeada, hubo un sinnúmero de actas levantadas contra las agresiones que sufríamos. Los comités

delegacionales que ganábamos no tenían capacidad de gestoría, y quedaban entrampados. El

movimiento estaba fatigado. Asi se inició un largo periodo del reflujo.

9. LA LUCHA DE LOS MAESTROS MORELENSES*

Primero de abril, 1981

Manifestación del trébol a la plaza del palacio. Según la prensa, hubo 10 mil participantes, entre

maestros y padres de familia, estudiantes, obreros despedidos de Nissan, huelguistas de la Cruz

Roja y comisiones solidarias del SUTIN, INAH, CCL de Guerrero. La marcha duró tres horas.



IncidenteCuando nos acercábamos a las calles más céntricas, un automovilista quiso aprovechar un momento

ralo de la columna para ahorrarse la espera. Uno de los trabajadores del INAH se interpuso evitando

que rompiera la columna. El imbécil del carro grande hizo amagos que no intimidaron al

manifestante, en cambio se acercaron otros mar-chistas. El automovilista calculó que pronto estaríarodeado y soltó la máquina llevándose a un maestro. Varios corrimos tras el auto sin saber qué

íbamos a hacer. Asustado, el conductor frenó para deshacerse del sujeto que iba en calidad de

bandera, o mejor dicho de héroe de película policiaca, quien, seguramente, agarrado de los

limpiadores les hacía gestos a los ocupantes a través del parabrisas. Respetuoso de la inercia, el

maestro cayó unos metros adelante. Los perseguidores alcanzamos el auto que inmediatamente fue

rodeado y surtido generosamente de patadas. El tirado (se había levantado) sangraba de una mano;

verlo nos enardeció más. El pequeño idiota arrancó bruscamente: se iba sin la propina merecida.

Nuestro coraje de clase (ay) y nuestra enorme sed de justicia (ay) quedó colmada en el últimomomento cuando otro maestro sacó el martillo que llevaba al cinto y con elegancia, sin esfuerzo,

asestó un golpe al vidrio trasero que se desplomó de manera espectacular y completa lo que brindó

gran satisfacción al personal. Se escuchó ese suspiro colectivo de la masa que espera.

Los charros quieren hueso nosotros el CongresoLa maniobra de los charros fue indignante. El 9 de noviembre de 1980 se había firmado el convenio

que comprometía aTcEÑ a convocar al Congreso Extraordinario. Entre tanto funcionaba una

comisión ejecutiva con un presidente y seis miembros designados por el CEN, de un lado, y otrosseis miembros electos por la base morelense. Para que la convocatoria se hiuiera efectiva, el CCL

aceptó que las asambleas delegacionales (en las que serían electos los delegados al Congreso)"

fueran presididas por enviados de los charros. Los democráticos ganaron la mayoría de los casos,

con todo y las innumerables triquiñuelas de los enviados de colmillo y estatutos y traje y corbata y

aspecto de "aquí las puedo y háganle como quieran".

El balance fue favorable para los rebeldes: conquistaron 76 delegados (aunque sólo les

reconocieron 68) mientras los vanguardistas lograban 48, muchos de los cuales fueron impugnados.

El CCL estuvo denunciando maniobras de este tenor: separaban una delegación en dos partes paraobtener mayoría en una de ellas, o bien para dividir a los democráticos, que ante contrataciones de

última hora, quedaban en minoría.

De cualquier modo, aritméticamente tenían el Congreso ganado. Los charros entonces

pospusieron la fecha de la convocatoria esperando quién sabe qué milagro. Al f in lanzaron la

convocatoria definitiva que fijaba día y hora, pero no lugar. Llegado el momento los delegados

independientes se presentaron puntuales en el local de la sección.

£1 día del CongresoAl mediodía el Congreso no había sido instalado; de los charros no aparecían ni sus luces. Llegaban

rumores: "Que están concentrados en Cuautia con sus 48 delegados". Sale brigada para Cuautla.



"Pei naremos la zona", dicen los brigadistas; pero no estaban en Cuautla. Antes se dijo que estaban

en CIVAC; cuando llegaron habían desaparecido. Finalmente se supo que estaban en Cocoyoc... se

encontraban custodiados por doscientos guaruras traídos de San Luis Potosí. Los delegados

democráticos no podían ni acercarse. Era una reunión de vanguardistas que más tarde hicieron pasar

por congreso. Enviados del CCL intentaron establecer contacto con los del Nacional: imposible. Secomunicaron con Gobernación que recomendó la mediación del gobernador del estado: inútil. Los

democráticos seguían concentrados en el local del sindicato. Los charros llevaban a cabo su seudo-

congreso. Los delegados sintieron que era una burla para quienes los habían nombrado e iniciaron

una huelga de hambre, "hasta que se realice el Congreso".

El CCL llamó a un paro indefinido. Tres mil maestros se plantaron en la plaza de armas de

Cuernavaca para acompañar a sus delegados en huelga de hambre. La prensa nacional guardaba

silencio. En ese momento el famoso enroque político (SRA-PRI) parecía redundar en un

fortalecimiento de la camarilla Jonguitud-Martínez Martín. Otra vez el movimiento tenía quemostrar su fuerza. El CCL de Mo-relos convocó a una manifestación para el día primero de

abril_enCuer-navaca.

Primero de abril

Tras el incidente, la marcha se hizo más compacta. Después de casi tres horas llegamos a las calles

del centro. Las consignas arreciaron y también el paso. Conforme nos acercábamos a la plaza, el

público era más nutrido. En las últimas diez cuadras las banquetas eran insuficientes para la genteque había venido a presenciar la marcha. Había una valla continua que se volcaba sobre los

manifestantes, vitoreando y haciendo eco a las consignas coreadas cada vez con mayor energía. Era

una, sola, enorme manifestación, la de los maestros que corrían con sus mantas y pancartas, y la del

pueblo en las banquetas.

En la plaza se inició el mitin. Hubo dos momentos de enorme emoción: cuando intervino doña

Rosario Ibarra de Piedra, y cuando la conductora del mitin informó que ese día uno de los

delegados en huelga de hambre cumplía cincuenta años de servicio en el magisterio. Antes de que

diera su nombre la multitud ya lo estaba gritando:

'' ¡ Pablito-Pablito-Pablito!".

£1 III Foro Nacional de la CNTE

El fin de semana se llevaría a cabo el III Foro Nacional de la CNTE. El sábado al medio día, en el

auditorio de la Normal Superior, ya estaban casi todas las delegaciones. No faltó ninguna de las

grandes:

Chiapas, Guerrero, Valle, Hidalgo, Morelos, Puebla, Oaxaca (también Oaxaca, la gran ausente de la

Coordinadora, pero no de las acciones solidarias), Chihuahua, cuyo movimiento se desarrolló fuerade la dinámica de los otros estados, y las comisiones promotoras de Guanajuato, Tlaxcala, sección

nueve, etcétera. La inauguración del Foro fue un grito unitario. Hubo saludos de organizaciones

fraternas. Intervino Rosario Ibarra. Se recordó a Misael. El representante del CCL de Chiapas, que



presidía, declaró inaugurados los trabajos del III Foro. La asamblea se fue dividiendo en dos

corrientes cuyas fuerzas se mantenían equilibradas. Se llegó a momentos de polaridad extrema, pero

al final se conservó la unidad. El domingo, instalada la asamblea plenaria, después del trabajo por

mesas, enmedio de una aguda polémica, llegó de la mesa un anuncio que interrumpió el debate:

"Compañeros, acaba de llegar una comisión de colonos del pueblo de Tulpetlac encabezada por lamadre de nuestro compañero Misael Núñez Acosta". Un estruendoso aplauso que duraba y era cada

vez más nutrido llenó el auditorio mientras la comisión subía al estrado. Los prolongadísimos

aplausos cesaron de repente y se escuchó un grito unitario: "Misael/ camarada/ tu muerte será

vengada". Siguió un minuto de silencio más impresionante que los aplausos y gritos de los

quinientos delegados.

Tomaron la palabra la madre de Misael y otros miembros de la comisión: "Maestros, nosotros

seguimos en la lucha "."maestros, sigan ustedes en la lucha", "hasta la victoria", "Misael,

camarada'^, "Tulpetlac, Tulpetlac, Tulpetlac". Gritos de rabia. El paréntesis concluyó con laintervención de un representante de Chihuahua: "Queremos informar, ahora que están presentes los

representantes de Tulpetlac, que allá en Chihuahua hemos fundado una colonia magisterial tomando

unas tierras baldías. Más de mil maestros ocuparon sus lotes y en una asamblea general decidimos

que la colonia llevara el nombre de Misael Núñez Acosta".

En esos días el movimiento más importante era el de Mor olos. Los delegados continuaban una

huelga de hambre que cumplía cinco días ante la indiferencia de las autoridades y la intransigencia

de los charros. Estos declaraban que el Congreso se había realizado legalmente en Cocoyoc y que

ya había nuevo comité. La SEP callaba.Gobernación decía que sí, pero no decía sí a qué. El Gobernador del estado también callaba. Los

maestros permanecían plantados en la plaza de armas de Cuernavaca acompañando a los delegados

huelguistas. El paro se había extendido en todo el estado a más de 75% de las escuelas. Las

vacaciones empezarían al día siguiente.

El CCL de Morelos discutía la necesidad de buscar una salida política, apoyarse otra vez en las

movilizaciones, pero los delegados se negaban a abandonar la huelga de hambre. En la última parte

de su asamblea, la Coordinadora discutió las formas de solidaridad con Morelos. Había consenso en

la necesidad de levantar la huelga de hambre: hasta entonces había tenido un efecto movilizador, pero durante las vacaciones sería una arma que empezaría a jugar en contra produciendo un

desgaste innecesario. El magisterio de Morelos estaba fuerte, pero tenía que conservar su fuerza

para las jornadas difíciles ante el inminente reflujo nacional. Era previsible una actitud más in-

transigente del enemigo: su estrategia consistiría en golpear, guardar silencio, entretener a los

contingentes en pequeñas escaramuzas administrativas y dejar que el tiempo transcurriera.

El movimiento no podía tensar sus fuerzas por enésima vez. Mor olos estaría aislado en una acción

sin salida. La Coordinadora Nacional pidió a los delegados que levantaran su huelga de hambre

presentándoles un programa de acciones solidarias.El CCL y los delegados acordaron emplazar a la dirección nacional para que se instalara el

Congreso en un plazo de 48 horas. De no hacerlo ellos realizarían su Congreso democrático. Los

miembros del MRM que ocupaban puestos en el Comité Ejecutivo Nacional ofrecieron presidirlo



(los estatutos establecen que los congresos seccionales deben ser presididos por representantes del

CEN). El emplazamiento se hizo público a través del Uno más uno. Se levantó la huelga de hambre.

Congreso en la plaza pública

—Qué diferencia, qué gran diferencia... —dijo el presidente de la Federación de Padres de Familia

de Morelos en la inauguración del Congreso.

El Congreso Extraordinario se instaló en la plaza de armas de Cuernavaca. Frente al palacio de

gobierno estaba la mesa que lo presidía:

los compañeros Renato Rosas, César Núñez y Hugo Amao, del CEN, Ariel y Gelacio, de la

comisión ejecutiva, entre otros. Enfrente esta ban los 75 delegados democráticos que 48 horas antes

habían levantado la huelga de hambre. A derecha e izquierda había dos grupos de sillas para los

delegados fraternales. Formando un semicírculo en torno al Congreso, miles de maestros y gente

del pueblo estaban listos a presenciar la sesión. Este era su Congreso y se realizaba en plaza

pública.

—Qué gran diferencia —decía el padre de familia pensando en el remedo de Cocoyoc. En esa

encerrona vergonzante a la que los maestros no podían acercarse, más aún: que para ser localizada

salieron las brigadas a peinar la zona ("¿ No vieron por aquí a unos charros?", " No, pos no, por aquí

no han venido". "Dicen que los vieron por Cuautia"), Y cuando al f in la encontraron, los maestros

no pudieron ni acercarse debido a la guardia de golpeadores. Los charros se negaron a establecer

cualquier tipo de negociación.

—Qué gran diferencia —y el entusiasmo iba creciendo.

S Los oradoresEntre orador y orador se anunciaban las delegaciones fraternales (promotora de la novena,

promotora de la sección diez; también está con nosotros Valentín Campa). Gelacio anunció el

siguiente orador: "De Chiapas, estado que rompiera el silencio..." y el de Chiapas habló del ejemplo

que Morelos estaba dando al país (está con nostros una delegación del SUTIN). Luego un orador

del Valle: "La Coordinadora Nacional se ha venido fortaleciendo gracias a la participación de las

diferentes corrientes... ustedes están escribiendo una de las páginas más bellas... El magisterio deMorelos está rompiendo la noche de la corrupción..." (También vinieron campesinos. Hace acto de

presencia la Unión de Pueblos de Morelos de la CNPA). Un compañero del SUNTU habló del auge

del movimiento obrero democrático, subrayó la importancia del combate que protagonizan

telefonistas y electricistas contra la requisa, medida anulatoria del derecho de huelga. (Delegaciones

del INAH, CCL de Hidalgo, obreros de Nissan, comunidades cristianas, sindicatos, grupos

campesinos, padres de familia... siguió la lista).

Se procede a la inauguración del Congreso: están con nosotros miembros del GEN ("Venimos en

contra de la voluntad del grupo Vanguardia Revolucionaria"). Se pasa lista a los delegados: 74 pre-sentes, dos hospitalizados por la huelga de hambre y 48 ausentes. Cumplidos los requisitosformales, el notario público Alfredo Quintanilla declara legal el Congreso ("notario/ consciente/ nise rinde ni se vende"), la declaración inauguráTcorre a cargo de uno de los delegados, Pablo



González Alatorre (Pablito, el que estando en huelga de hambre festejó sus 50 años de servicio):"Siendo las 17:45 horas del día 8 de abril de 1981, declaro solemnemente inaugurados lostrabajos..." Estalla el griterío en la plaza de Cuernavaca. De pie, los asistentes cantan"Venceremos", canción que se ha convertido en himno de los maestros en lucha.

10 de abnL--Clausura del Congreso. Ha sido electo el nuevo comité de la sección. Mar iachis, ambiente festivo.Se inicia una marcha que culminará en el monumento a Zapata ("Zapata/escucha/tu pueblo sigue enlucha"). Era viernes por la noche y se intensificaba el flujo defeño del week-end en Cuernavaca. Lamarcha concluía precisamente en la confluencia de las dos carreteras. El entusiasmo de losmanifestantes se mezclaba con una dosis de fatiga. La concentración se desgajaba en medio de' uncongestionamiento automovilístico importado de la capital.

Difíciles días de mayoConcluido el Congreso, el magisterio morelense entró en una etapa difícil. El movimiento nacionalestaba en franco reflujo. Bajo distintas condiciones, los principales contingentes se hundíanregionalmente en una fase de resistencia. De las diferentes situaciones, la de Mor olos era la más

peligrosa; había dos comités, uno con el apoyo claro de la mayoría, y el otro con el respaldo del Nacional. Ante las movilizaciones que demandaban el reconocimiento del comité democrático, eldelegado de la SEP respondía que era un problema interno del sindicato, que estaban abiertas las

puertas a cualquier maestro que fuera a plantear sus problemas a título individual, pero que sólo podía reconocer a la representación avalada por el GEN del SNTE.

Fortaleza y debilidad del movimiento

La f uerza numérica y la presencia política del contingente democrático se mostró en la marcha oficial del primerode_mayoen Cuernava ca. En

Pachuca, ese mismo evento fue aprovechado para enseñar su organización y borrar dudas en cuanto

a su calidad de mayoría (Ros-sell, el Gobernador, tuvo que reconocerlo verbalmente ante el CCL).

Los maestros oaxaqueños marcharon en la capital del estado al cumplirse un año exacto de la

explosión inesperada de su movimiento. Un contingente relativamente débil del Valle de México

marchó con la UOI. En la marcha del DF, entre los más de un millón de participantes, pequeños

contingentes de las secciones 9, 10, 11, junto con otros no tan pequeños, lograron romper la

unanimidad institucional. Fue un primero de mayo disperso que, si bien dejó ver fuerzas en reserva,

no ocultó la evidencia de un reflujo; se iba a una fase defensiva. La Coordinadora Nacional se

reunía regularmente, pero su capacidad de movilización y de iniciativa eran pobres. El caso más

ilustrativo es el del Valle de México: el 12 de mayo no se reunieron más de mil maestros, y

tampoco fueron muchos los participantes del día primero en la marchar de la UOI. El movimiento,

sin embargo, no se ha desplomado: el CCL conserva una fuerza importante que participa en las

batallas delegacionales e, incluso, en acciones como los mítines de abril en las of icinas de la

sección que exigían la realización de las asambleas de consulta convenidas en febrero. Esta

situación dibuja la realidad del movimiento: se trata de un repliegue más que de una desbandada; deun reflujo más que de un desplome. De un "fuego en retirada '' que deja muy desprotegido al

contingente de la primera trinchera: Morelos. Es la situación del movimiento la que crea esa



semiparálisis de la CNTE; no podía ser de otro modo, sus características la han hecho expresión y

ref lejo del movimiento. Es sintomática la manera en que se convino la manifestación del 12 de

mayo. Originalmente era un acto convocado por la Coordinadora Nacional Plan de Ayala. Los

campesinos solicitaron a la organización magisterial respaldo en cuestiones organizativas y

participación solidaria. La CNTE, empujada por la necesidad de "cubrir" a Morelos, se ofreció acooparticipar en todo y convocar ella misma. Lo hizo sin que mediara mayor discusión; nadie

objetó la propuesta (quien haya presenciado una sola reunión de la CNTE sabe lo raro que eso era).

Nadie quiso hacer un análisis previo de la coyuntura. Y, extrañísimo, fue una decisión rápida.

El 12 de mayo

A las 11 horas los contingentes formaban una masa amorfa en torno a la Normal Superior. A esa misma hora se

iniciaba Ja toma de embajadas en la que resultó involucrado el CCL de Morelos. También a ^as

once, fue detenido a escasas tres cuadras de la Normal, un camión de estudiantes que se dirigía a lamanifestación. Dicen que sonaron cuatro balazos. Entonces, a los gritos de "la policía detuvo un

camión de compañeros", un grupo de manifestantes fue al rescate. Todo sucedía a las once en

punto; parecía una provocación planeada para-abortar la manifestación, haciendo aparecer como

responsable o cómplice al CCL de Morelos. \

La marcha partió con un tono distinto al habitual: los campesinos al frente con bandas de música

y cohetones (estos fueron luego recogidos por la policía, según informó la prensa, para evitar malos

entendidos). Tras los campesinos venía el magisterio: Morelos e Hidalgo eran los más numerosos.

Venían también el Valle, grupos pequeños de las secciones nueve, 9, 10, y 11, y algunas comisionesde otros estados. Finalmente los contingentes solidarios: agrupaciones de colonos, sindicatos y

estudiantes. Fueron unos veinte mil manifestantes de los cuales nueve mil eran maestros.

El rumor se extendió: "Los-de Morelos van a ocupar embajadas". "¿Qué?" Apenas hubo tiempo

para mostrar incredulidad; ya estaba ahila confirmación: "Sí, tres embajadas". Dominó cierta

inquietud. Cerca de las dos de la tarde llegamos a Gobernación. Por el lado del Reloj de Bucareli,

muchos morelenses rodeados de curiosos se apiñaban en torno a los dirigentes que llevaban

información. Las opiniones se dividían: "A lo hecho pecho", decía uno. "Debemos deslindarnos",

decía otro. Era evidente la sorpresa de todos. La decisión no había partido del CCL. "Un grupo decompañeros desesperados...", empezó a decir uno. "Debemos asumir una actitud serena.-.", dijo

otro. La intervención de su dirigente en el mitin fue cautelosa: la verdadera culpable de este tipo de

actos es la sordera de las autoridades y la intransigencia de los charros. La posición no podía ser

condenatoria y no lo fue, independientemente de la pr esunta participación de agentes provocador es.

Sin duda estaban involucr ados maestros de buena le que optaron por una medida políticamente

inoportuna.

Gobernación no quiso negociar mientras continuara la loma df las embajadas. Para entonces

dos df ellas habían sido desalojadas por la policía. La df Suena permanecí;! ocupada dfbidu a que eldiplomático enciriíaílo no solo no pidió la intcrvrnt ion policiaca sino que se molestó cuando los

granaderos merodearon.

Horas de confusión



El plan original contemplaba la bifurcación de la marcha una vez concluido el mitin de Bucareli: los

campesinos irían a la SRA, los maestros a la SEP. A la hora en que esto debía suceder predominó el

desconcierto: unos apoyaban lo planeado originalmente; otros sugerían acudir a la embajada de

Suecia; otros más propusieron marchar junto a los campesinos. Al f in un grupo reducido se dirigió a

la embajada y el más numeroso continuó con la marcha campesina. Muchos se desbandaron.La manifestación llegó a la SRA. El negociador de Gobernación y el dirigente del comité

democrático de Mor olos fueron a la embajada sueca y salieron acompañados de los ocupantes,

mientras una guardia de manifestantes esperaba en las calles aledañas al lado de no pocos

granaderos.

Tras haber pasado la, noche en la Normal Superior, los campesinos volvieron a la Reforma Agraria

porque en la tarde del 12 no fueron recibidos. El segundo día se abrieron negociaciones"TL.as

pláticas entre maestros y autoridades no prosperaron.

Los maestros de Mor olos conservaban fuerza suf iciente para resistir. La situación, sin embargo, eradifícil; los estados que habían brincado a la escena se hundían ahora en la dinámica regional de su

propio reflujo, en sus necesidades locales de reorganización y de descanso. Todos, mientras tanto,

seguían coreando: "Morelos/ les da/ lección de dignidad".10. HIDALGO: ENTENDER EL REFLUJO*

( f uñi ó, 1981)

"Recha z amos las caracteri z aciones que algunasfuer z as pr og r esi st a s nos asi gnan:

no somos ni apóstol e s ni burócratas. "

Del documento "Balance y Perspectivas" dd CCL de Hidalgo.

13 de junio, 1981

Cumplen un año de lucha los maestros de Hidalgo. Para festejarlo convocaron a este I Foro del

magisterio hidalguense. Buen momento para el balance, para revisar propósitos y medios, también

para cantar "Venceremos".

6 de junio: Reunión del CCL. El objetivo es preparar el Foro. Antes hay que cubrir la información

del día. Un Consejo Central de Lucha tiene que reunir la información de las regiones, es un

organismo representativo de millares de maestros dispersos en el estado, a menudo enfrentados a

condiciones distintas, (En el caso de Hidalgo algunas regiones están vinculadas a una tradición

caciquil que se filtra a la vida sindical; el ejemplo es evidente: Sánchez Vite era hasta hace poco

"hombre fuerte" del estado y jerarca del SNTE). La información recorre zonas y centros de trabajo:

da cuenta de escaramuzas, enfrentamientos, conatos de violencia, y llega a las negociaciones en el

comité seccional. Uno de los dirigentes informa: "Los charros estaban muy molestos, muy

agresivos... Nos acusaban de haber incitado a la base para que los echaran violentamente de algunas

asambleas delegacionales. Dicen que esto no puede seguir así: exigieron que desapareciera el CCL,

les dijimos que sí pero que ellos desaparecieran a Vanguardia Revolucionaria (risas)... Creo que no

les gustó la proposición (más risas)... Después cambiaron de actitud, hasta amables se pusieron."



ArmisticioEl momento más caliente de la pugna con el comité seccional llegó tras los acuerdos firmados entre

el magisterio democrático y el Comité Nacional con la presencia decisiva de la Secretaría de

Gobernación. El convenio del 21 de febrero ampliaba los comités seccionales del Valle de México,

Guerrero e Hidalgo, con cinco carteras que serían ocupadas por representantes democráticos. Elarreglo fue aceptado a regañadientes por los hidalguenses que habían ido por todas las canicas (eran

mayoría y su movimiento estaba en la cumbre), se tardaron en aceptar y lo aceptaron como una

imposición. "O aceptan esto o...", amenazó el gobierno. Asilo entendieron. "Lo aceptamos, pero el

movimiento no termina". Y volvieron a su tierra a no terminarlo.

Pero en Hidalgo los charros locales quisieron eludir el pacto. Y, peor para ellos, no apreciaron la

relación de fuerzas. Quisieron negarse a conceder las cinco carteras: cuando los democráticos

llegaron en manifestación (luego de haber electo a los nuevos secretarios) la sección estaba cerrada.

Sale comisión a México y asunto arreglado:"que se presenten en 4y"horas, los van a recibir", aseguró Martínez Martín. Nueva manifestación y

nueva negativa: los charros apertrechados, insolentes, provocadores, se burlaron de los

manifestantes, alardearon y no abrieron las puertas. Los maestros evitaron el enfren-tamiento y

viajaron de nuevo a México. Ahora el plazo fue más breve ("Que se presenten en 24 horas") como

para no dar tiempo a la movilización. A las 24 horas ahí estaban los cinco secretarios acompañados

de miles de manifestantes. Encontraron a los charros más preparados y prepotentes que nunca.

Provocadores, ostentaban armas de fuego y calentaban con insultos a los maestros reunidos: "Desde

la azotea nos insultaban, hacían señas obscenas, creían que regresaríamos por donde habíamosvenido como las otras veces..." Pero la tercera fue la vencida. La gente estaba indignada: "Vamos a

entrar", dijeron por todas partes, "vamos a entrar", repetían con rabia. Los dirigentes pusieron plazo:

"Les damos una hora para que salgan". Pasaron 45 minutos y la actitud de los charros no había

cambiado. Se sentían seguros, quién sabe por qué. Los maestros no respetaron su plazo. Minutos

antes ya estaban ardiendo. "Vamos a entrar". Uno de ellos dirigió la maniobra, había que derribar

una cortina metálica:

una hilera de compañeros empujó hacia arriba una, dos veces, "y ahora jalen". La cortina se

desprendió como cartulina. La sorpresa paralizó a los charros. Fue la desbandada: unos corrían paraescapar por la azotea, otros intentaron una resistencia inútil ante la ola que ocupó el edif icio. Pocos

lograron escapar. Los maestros formaron una valla para presenciar el desalojo. Ahí fueron

desf ilando los charros, sus incondicionales y sus golpeadores: eran la prepotencia humillada.

Algunos recurrieron dócilmente a los dirigentes del CCL en busca de protección, pero de todos

modos les tocó pamba. Más tarde los maestros entregaron las of icinas a las autoridades

gubernamentales, entregaron también las armas de fuego encontradas en el local. Días después los

cinco secretarios fueron instalados.

6 de junio



Uno de los secretarios informaba: los charros proponen una especie de tregua: "Dicen que no

pueden trabajar con la amenaza permanente de las movilizaciones, de eso ni hablar, es nuestra única

arma;

haremos tantas como la gente quiera, tantas como creamos necesarias... ¡eso sí, ni modo! Pero por

otro lado creo que debemos pasar a una fase de coexistencia...""Está el asunto de las asambleas de información y consulta. Ahí su actitud ha sido intransigente",

dijo otro compañero.


En los convenios del 21 de febrero se incluyó, con disgusto de los charros, una clausula que

imponía la celebración de asambleas delega-cionales para "información y consulta". El primer

problema fue forzar a que el comité seccional las programara. Para el CCL era la oportunidad de

criticar la política claudicante de la dirección legal del sindicato. Y de buscar el consenso para un

Congreso Extraordinario que eligiera a un nuevo comité: éste sí representativo, éste sí electo demo-

cráticamente. El procedimiento sería inobjetable.

¡ Nada más faltaba que los estatutos se volvieran contra sus dueños! Estos, es decir los dueños,

interpretaron lo convenido de esta manera: las asambleas eran de información y consulta, por lo que

no podían tomar acuerdos.

Cuando las asambleas se realizaban las presidía por fuerza un enviado del comité seccional, quien

se negaba a levantar el acta. Y sin acta no hay nada, por más que los miembros de la delegación

unánime o mayoritariamente se inclinaran por el Congreso. Ante innumerables maniobras y ante la

reiterada negativa de levantar actas, se suscitaron conflictos en los que a veces la indignación llegó

al borde.

Independientemente de los conatos de bronca, de supuestos secuestros de los enviados del comité

seccional, el caso es que sin actas ni asambleas hubo (como esa curiosa figura jurídica que declara

inexistente una huelga que está ahí). Como diría uno de esos sindicalistas self-service de lenguaje

vanguardista: "Los estatutos pueden estar equivocados, pero son los estatutos", o para que me

entiendan: "Los estatutos somos yo y mi compadre Jonguitud". (Una de las asambleas acordó

permanecer en el recinto hasta que el acta fuese levantada. El enviado del comité seccional se

dirigió al secretario democrático que con él presidía: "A usted lo hago responsable de este

secuestro", a lo que el otro respondió con gesto inocente: "Pero si yo también estoy secuestrado".)

6 de junio"Lo que es cierto —decía otro miembro del CCL — , es que nuestros objetivos son de largo

alcance»y nuestra lucha de largo plazo. Somos la mayoría, somos —subrayó— una mayoría

abrumadora, y lo que tiene mayor importancia, una mayoría actuante. Pero toda esta fuerza no ha

sido suficiente para arrancar un triunfo definitivo".




Independientemente de las actas, las asambleas tenían una importancia crucial en la política del

CCL. Permitían llevar el debate al último rincón del estado, de tener acceso incluso a las

delegaciones consideradas bastiones del charrismo, y de propiciar en todas partes la participación

de los sectores indecisos y apáticos. En suma, eran la oportunidad de remover la sección hasta sus

asientos. En delegaciones tradicionalmente desinformadas, sin otra vida sindical que la tramitación burocrática, sin más asambleas que lejanos monólogos en lenguaje esotérico-estatutario, con la sola

actitud del temor o la apatía: en esas delegaciones tiene una enorme repercusión el que se impugne

al comité seccional e incluso al nacional, que se les hable al tú por tú a los hombres de la

experiencia y el lenguaje, y que se les derrote con argumentos.

Más allá de posibles "triunfos definitivos", que además suelen no ser tan definitivos, como la

implantación de un comité democrático, los objetivos de largo alcance tienen que ver con el cambio

radical en la vida política de las delegaciones, en la actitud de los maestros ante sus asambleas, ante

su sindicato, ante sus dirigentes. Ahí pueden estar los avances irreversibles.6 de junioDecía un dirigente: "debemos entender la fase actual: durante un año completito hemos mantenido

nuestras fuerzas en tensión, llegamos a las jornadas de febrero en el momento óptimo de nuestra

fuerza. Esas jornadas fueron agotadoras. Y no obstante ello, nos volvimos a movilizar

repetidamente: primero para instalar a nuestros secretarios, después para impulsar las asambleas

delegacionales. El primero de mayo logramos una presencia masiva en la marcha oficial, al grado

de que el Gobernador reconoció que éramos una mayoría clara... Pero no podemos mantener el

mismo ritmo porque sería provocar un desgaste innecesario. Estamos en otra fase, debemoscombinar nuestros métodos de lucha, pasar de esta etapa de movilización continua a otra que

podríamos llamar de movilización intermitente".

Armisticio

Los charros se equivocaron al suponer que después de las jornadas de febrero el movimiento había

quedado en situación de debilidad extrema.

Tenían motivos para adivinar el cansancio: un numeroso grupo había asistido a un plantón en la

ciudad de México que fue desalojado. Los maestros volvieron a Pachuca indignados, cansados, no pocos desmoralizados, y unos días después regresaron en caminata. Habían permanecido varios días

en la Normal Superior en condiciones difíciles, organizando mítines relámpago, "plantones

móviles". En el breve lapso de quince días participaron en tres marchas nacionales por las calles

capitalinas. Encima de todo eso se habían visto obligados a aceptar un convenio que la base recibió

con más resignación que alegría.

"Este es el momento", habrán pensado los charros frotándose las manos. Pero calcularon mal y pagaron el precio de su pobr e aritmética.

Entender el reflujoLas asambleas fueron el motivo que mantuvo al movimiento. Con objetivos precisos se evitó el

declive y el relajamiento de la organización. Es cierto que no obtuvieron la satisfacción completa de



sus demandas, pero cuando se les quiso escamotear lo obtenido (las cinco secre(arias) hasta el más

escéptico estuvo dispuesto. Si de cualquier manera iban a marchar el primero de mayo, la enorme

mayoría prefirió hacerlo con el CCL. Por todo esto, el reflujo normal de un movimiento que

asciende con rapidez y llega a su climax, no tuvo tiempo de manifestarse. Pero en su primer

cumpleaños los dirigentes contemplaban la necesidad de una nueva política para enfrentar unasituación nueva, una fase necesaria de repliegue.

Para entender el reflujo hay que conocer la naturaleza de este sindicalismo. No se trata de uno

cualquiera con dos polos en conflicto. Además del contrato laboral entre el maestro y la SEP hay

una relación con los padres de familia. Con ellos se establece un compromiso tácito que se traduce

en clases extras los fines de semana o en días de vacaciones para que los programas escolares no

queden inconclusos después de huelgas, paros y plantones. El compromiso se expresa también en el

apoyo de los padres de familia al movimiento. En Hidalgo esta solidaridad sé materializó en

diferentes formas, desde el apoyo económico y la simpatía declarada, pasando por la asistencia amítines y otros actos públicos, hasta la actuación en las trincheras del movimiento: era notoria su

presencia en los plantones y en las guardias de las escuelas huelguistas. No fueron raros los lugares

donde la participación de "los padres" (abreviado en el lenguaje del maestro) fue decisiva.

Especialmente en las poblaciones rurales y en las comunidades indígenas, el maestro asume un

compromiso que trasciende el ámbito de la educación y entra en el de la problemática del pueblo.

"El movimiento magisterial ha tenido una repercusión que va más allá del marco puramente

sindical, para trasladarse al pueblo y en particular dentro del sistema educativo, permitiendo que

nuestros alumnos y sus padres asuman ante la educación el papel activo y crítico que les co-rresponde; esto nos ha colocado en directo choque contra quienes pretenden mantener la misma

situación, como los caciques de Tecozautia, Chilcuautia, Ixmiquilpan y algunos otros" (Del

documento "Balance y perspectivas").

6 de junioLa reunión avanzaba en los preparativos del primer aniversario. Se discutía el balance y las

perspectivas. Se formaron comisiones organizadoras: alimentos (varios miles de sandwiches),ornato para el auditorio, orquesta, grupos musicales, invitaciones al magisterio insurgente de otrosestados, etcétera. La semana estaba cargada de actividades:se atravesaba eMO de junio (comisión a México), mesa redonda del CCL del Valle (otra comisión).

Además era el periodo en el cual los maestros están más atareados: la organización del festival de

fin de cursos, los exámenes, las calificaciones, y, encima, la elaboración de las estadísticas exigidas

por la SEP, llenan las horas hábiles y las no hábiles de los apurados maestros que tienen una fecha

tope, tras la cual se abren, para muchos de ellos, los cursos de la Normal Superior. Con todo, el

CCL hacía cuentas alegres sobre la asistencia del día 13. Su optimismo se apoyaba en los resultados

de acciones recientes: cuando instalaron a sus secretarios, cuando rompieron el tono de gratitud

institucional del primero de mayo, cuando impusieron las asambleas delegacionales.

13 de ^unio _



El auditorio adornado con cinco estandartes rojos en los costados, un enorme puño izquierdo en

cada estandarte y los nombres de las cinco regiones: Pachuca, Ixmiquilpan, Sierra Huasteca,

Tulancingo, Tula. Cuatro arreglos florales completan el ornato.

Maestras del CCL uniformadas de rojo y negro, recibían a las delegaciones fraternas. El estruendo

de la orquesta del estado no oculta la decepción: el auditorio está semivacío y el ambiente no seenciende por más ganas que le echan a las consignas. Ya no se puede esperar el milagro: son las

once de la mañana y el acto tiene que comenzar. Luego de la presentación de los enviados de

sindicatos solidarios y personalidades simpatizantes del movimiento, se inicia la lectura de las

ponencias. Todas giran en torno al problema inmediato: ¿ref lujo?, ¿repliegue? Algunos matizan, le

cambian el nombre (descenso en el ritmo), lo caracterizan de diferente modo, lo atenúan, hay quien

lo niega y de plano inventa un auge sostenido. Pero no puede haber duda, el mismo acto lo

evidencia.

El Foro transcurre sin entusiasmo. El auditor io es demasiado grande. Por momentos el ánimo revivecon la jarana y los sones y las parejas espontáneas que dan lección de zapateado. Lo consigue

también la presencia de la sección 36 (Valle/ hermano/ Hidalgo te da la mano). Más tarde, cuando

el acto estaDa"por"terminar y ya nadie los esmeraba (su ausencia era otro motivo de decepción)

llegaron los morelenses (Morelos/ amigo/ Hidalgo está contigo). El ánimo achicó el auditorio

.''UnodeTo'sTecien llegados, Ariel, de Morelos, tomó el micrófono y con un estilo más convincente

que agitador, habló de la hermandad entre los dos movimientos, y con el mismo ritmo pausado, más

de cátedra que de arenga, terminó diciendo: "Hidalgo, Hidalgo no dejes de luchar / impulsa, impulsa

el triunfo ^nacional".

Entender el reflujo

"En un solo año de lucha hemos realizado exitosamente 93 acciones de masas, sin tomar en cuenta

las acciones regionales y municipales... 96 reuniones ordinarias del CCL y cerca de 40

extraordinarias... se han emitido más de medio millón de volantes, cinco boletines... se ha

participado en la mayoría de las reuniones de la Coordinadora Nacional, se ha realizado un brigadeo

nacional... en más de treinta reuniones de la comisión bipartita se ha conseguido reinstalar a los

compañeros desplazado? por el conflicto". (Del documento "Balance y perspectivas").

No fue casualidad. El movimiento se desató por un "error" del secretario general de la sección. Pero

esos errores no son casualidades. No son producto de la torpeza (que sin embargo abunda) de uno u

otro dirigente, sino consecuencia de la idea del sindicato que se hace el charrismo, de la paz

estatutaria que imaginan eterna, de su separación tajante de la base que los deja al borde del

antagonismo, de su amor al poder emanado de las instituciones y del profundo desprecio que siente

por sus representados. Por eso, cuando Ordaz Labra quiso formar un contingente de esquiroles entre

los maestros hidal-guenses para enfrentar el explosivo movimiento oaxaqueño, lo que hizo fue

llamar la atención sobre lo que allá sucedía. No hubo dif icultad para que los hidalguenses

entendieran a sus colegas sureños. No necesitaron mucha explicación porque vivían condiciones

semejantes. No quisieron ser esquiroles y en cambio formaron un enorme contingente solidario que



marchó con Oaxaca el 9 de junio de 1980 por las calles de la ciudad de México y ya no pudieron

detenerse, levantaron sus propias demandas, realizaron su propio Congreso de masas y siguieron

luchando hasta hoy, un año después.

Kl 13 dejy(io como íi las cuatro de l;i tarde f ueron dausumdos los trabajos del Foro. De pie, con el

puño en alto, cantaron "V encér enlos".

11. LOS DÍAS DE LA CNTE*

Oaxaca. 31_deoctubre^Jl9,81^Después de cuatro meses de ref lujo se reúne la Coordinadora Nacional. Desde temprano veo a gente

de varios estados. Por ahí andan los del Valle. En "La Flor de Oaxaca" me topo con un

representante de la sección 10. En una mesa vecina desayuna uno del FMIN. En la puerta de la

sección 22 saludo a miembros del comité democrático de Chiapas. Antes de inscribirse, los

delegados echan un ojo a las inevitables librerías de piso y se nutren de folletos, periódicos,

documentos. Diálogos apresurados: "¿Qué tal van?" "Vimos su desplegado. Muy bien..." "Tenemos

que hablar..." "Sí, sí, tenemos que discutir" "¿Leyeron nuestro documento?" "Ya ni la amuelan...

Nosotros". La primera persona del plural insustituible.

Todo mundo se conoce de nombre, sección, corriente y pie del que cojea. Pero hasta los de líneas

polares se saludan: "Aquí andamos, dos años más viejos". Algunos se conocieron mucho antes, en

los días de las normales rurales o en las jornadas veraniegas de las normales superiores. Pero los

más se encontraron aquí, en la Coordinadora, hace un par de años.

El ambiente es fraternal y tenso. Hay quien pronostica discusiones tormentosas y decisivas. Un

optimismo moderado se va generalizando conf orme se constata la nutrida asistencia. El ambientecontradice el estado del auditorio: excesiva humedad en el techo, pintura envejecida en la mesa del

presidium, un foco pelón la ilumina. Detrás hay una pantalla de cine, sucia. La inauguración es



solemne, como siempre. Puestos de pie,'"se declara...". Después, los saludos fraternales (SI'l L'AM,

en plena bronca, Normales, vapuleadas). El pase de lista confirma el optimismo: están los

importantes. Es la Coordinadora de los mejores tiempos. Presiden los estados fuertes: Valle,

Chiapas, Mo-relos. Guerrero, Hidalgo y Oaxaca. Hoy por hoy, los seis grandes.

El optimismo viene del contraste con asambleas previas. Era difícil reunirse, hacer coincidir a losgrandes. Ahora estaban en Oaxaca, tras varios meses de reflujo.

Las acciones de febrero habían marcado el punto más alto del movimiento. Los convenios,firmados entonces, y las difíciles condiciones impuestas por la ofensiva del enemigo, y por elrelajamiento natural de la fuerza del movimiento después de haberla tensado durante un tiempomuy largo, produjeron un efecto centrífugo que recluyó a los principales contingentes en susregiones, y los mantuvo ocupados en tareas de reagrupamiento, reorganización, defensa. Es ciertoque hubo acciones que llevaron la f irma de la CNTE, pero ello no borró el rasgo característico del

periodo: la regionalización del movimiento. Por eso esta reunión de Oaxaca resultaba tan

importante, tan alentadora. * '\I» Informes

Oaxaca realizó movilizaciones regionales el^^dc_se ptie_mbre. Valle ocupó, hace unos días, las

of icinas de la Delegación de la SK I', demandando destituir a Tomás Montealegre Corichi, reinstalar

a varios despedidos, y reiterando la exigencia de castigo los asesinos de Misael. Mor olos informa de

la represión administrativa y los obstáculos a las gestiones del comité democrático; el informante

considera que se encuentran en condiciones de movilizarse. Hidalgo se ha mantenido en actividad:

con actos de masas expulsaron a un funcionario que actuaba en complicidad con los charros

sindicales. Señalaron una serie de demandas no resueltas. Informaron que numerosas asambleasdele-gacionales se pronuciaron por desconocer al comité seccional y r ealizar el Congreso

Extraordinario. Chiapas es el estado más consolidado;

cuenta ya con un comité democrático r econocido tanto por el s\Tr :como por la SKP; hoy levantan un pliego de demandas y dan un plazo de tres meses para su

solución: "Son tres meses para ellos —dice el orador— pero también son yes meses de plazo para

nosotros", explica que será tiempo de pr e paración, no de esper a; un punto clave es fortalecer la

alian/.i con los pudres de familia, "su apoyo es decisivo, puede darnos fuerza o (oinmir.sf en nuestro

talón de Aquilcs". Guerr ero atraviesa un nial momento: "Enfr entamos un;i «.«uupaña difamatoria".A pesar de ello ya se empezaron a r ealizar las asambleas de consulta para "regularizar la vida

sindical" que se convinieron en febrero. En menos de la mitad de las que se llevaron a cabo se ha

reconocido el triunfo de los democráticos. "Vivimos una etapa de reflujo".

En el resto de los estados, la situación es "bastante mala" casi uniformemente. Salvo en Chihuahua

y Puebla, que viven condiciones peculiares: el inagisterio chihuahuense tiene una enorme tradición

de lucha. Durante muchos años fueron la única sección democrática (después vino el golpe

permitido por la división de la izquierda). Hoy mantienen un movimiento consistente. Sin embargo,

por su lejanía y su dinámica se han mantenido muy desligados de la Coordinadora y el movimientonacional. En Puebla la situación es otra: el movimiento tuvo su punto álgido a finales de 1980,

después cayeron en una pendiente pronunciada, hoy los democráticos serían capaces de influir sólo

en una tercera parte de su base.



Ambiente

(Incorporar un párrafo que trasmita el tono "agrio" de la polémica. Hidalgo hace alusiones críticas a

Chiapas. Morelos apoya a Hidalgo. Chiapas se defiende y subraya que su táctica ha sido correcta.

En todas las asambleas de la CNTE hay momentos tensos, en muchas ocasiones las intervenciones

fueron tan agresivas que cualquiera hubiera pensado que la escisión estaba a la vuelta de la esquina.Pero siempre, en el último momento hay la proposición mediadora que permite el acuerdo por

consenso. No es casual ni mágico, es que todos entienden que la unidad es una necesidad política,

una razón superior a los puntos de discrepancia. Pero para nadie es secreto que hay, detrás de cada

polémica, concepciones globales distintas.)

Acuerdos por consenso: 1) Estamos en una etapa de reorganización y acumulación de fuerzas.

2)Preparar nuestras fuerzas orgánicas y de apoyo para futuras movilizaciones. 3)Realizar un paro

nacional el 2 de diciembre.

—¿Pero como que nacional si solamente podemos parar seis estados? —No se trata de una cuestión nacional —aclara el de la mesa— , sino de una cuestión nacional en

lucha.

Al paro se le atribuye la calidad del termómetro: "Nos permitirá medir nuestras fuerzas, evaluar

este periodo de reorganización".

Pachuca, 5 de diciembre, 1981Inauguración: "El magisterio en lucha vuelve a reunirse en un estado donde la insurgencia ha tenido

avances signif icativos. Después de once reuniones nacionales: foros, conferencias y asambleas, el

magisterio está en pie de lucha..."La asistencia supera las expectativas: no solamente vinieron los que estaban en Oaxaca, sino que

llegaron representaciones nutridas y animadas. La espléndida organización del evento enmarcó un

ambiente más que optimista, casi eufórico. La ceremonia inaugural incluyó un acto inédito en este

tipo de asamblea: honores a la bandera. Todos los delegados de pie, en silencio y con la mano

derecha al pecho, escucharon el Himno Nacional siguiendo con la mirada a la escolta de la bandera

tricolor. La maestra abanderada vestía de rojo y negro. La escolta termina su recorrido por el

auditorio. El Himno concluye. Todo mundo sentado escucfia las palabras de la inauguración solem-

ne y estalla el grito: "maestros unidos" y "viva la Coordinadora Na-rional' .

Informes, comida, balanceGuerrero: hicieron varias movilizaciones en noviembre (Tlapa, Tax-co, Iguala y Chilpancingo). El

día 2 de_ diciembre pararon 5 mil 732 maestros —así de preciso fue el dato. Morelos: llevaron a

cabo asambleas delegacionales en todo el estado en su campaña de reorganización. El día 2 paró el

80% de los maestros; ese mismo día marcharon más de seis mil maestros en el centro de

Cuernavaca. Valle de México: mantienen oeuDada la delegación de la SEP. El día 2 pararon quince

mil maestros, y ocho mil marcharon a Los~PThós7 Ánté""el estancamiento de las pláticas con lasautoridades, cerca de tres mil maestros regresaron sobre avenida Reforma; en la esquina con In-

sur gentes fueron agredidóiTpor las fuerzas policiacas: "Sin perder la ser enidad regresamos a la

Normal Superior. Un éxito a pesar de los garrotazos. Los palos se los cobraremos a los charros. En



eso estamos, y por eso estamos aquí". Chiapas: el 30 de noviembre en San Cristóbal, después de

una marcha magisterial ocuparon la clínica y la tienda ISSSTE exigiendo la destitución de la

directora de la primera y de la administradora de la segunda, realización de auditorías y

construcción de una clínica nueva. Casi inmediatamente obtuvieron respuestas favorables. El día 2

de diciembre pararon 18 mil maestros, prácticamente el cien por ciento. Oaxaca: el día 2 pararon 34mil maestros (96%). Entregaron pliegos petitorios a la SEP y al ISSSTE. Hablan de un

acercamiento con otros trabajadores al servicio del Estado. "Seguimos en lucha y queremos

impulsar acciones unitarias, a eso venimos". Hidalgo: el 13 de noviembre convocaron a una marcha

que culminó con la toma del edificio sindical ("éste, en el que ahora estamos reunidos").

"Cuando llegamos, los charros se habían ido y dejaron el local convertido en basurero: vidrios

rotos, papeles tirados por todos lados, un desastre. La cortina metálica estaba cerrada con varios

candados, se nos puso rejega, pero ya la conocemos, nos costó trabajo porque no había de dóndeagarrarla, pero al fin le hallamos el . bajo. Ese cuarto estaba lleno de propaganda vanguardista,

también había montones de propaganda del PRI; las ventanas vomitaron toda esa basura. Pero mire

ahora como está nuestro local, también el cine es nuestro, Ci— neJSNTE se llama (en la

marquesina se lee: Hoy, Democracia Sindical, Permanencia voluntaria), ahí se reúne la

Coordinadora Nacional, vinieron de donde quiera: de Oaxaca, de Chiapas, hasta de Chihuahua

vinieron. Nosotros estamos aquí, haciendo guardia. En las guardias nos turnamos por regiones,

nosotros somos de Ixmiquilpan."

Sumando a tres mil maestros poblanos, el dato oficial de maestros que participaron en el paro del 2de diciembre fue de 82 mil 500.

Los maestros hidalguenses se lucieron en la organización. Los mejores anfitriones que ha tenido la

Coordinadora en lo que lleva de vida. Mole y arroz en el receso y un caldo inmejorable. Músicos

maestros amenizaron la comida.

La asamblea se reanudó para el punto de balance. Un compañero de Hidalgo empezó con esta frase:

"La lucha del magisterio no se agota en él magisterio". El discurso llamaba la atención sobre la

necesidad de ligarse a otros sectores populares. Hay acuerdo unánime en la urgencia de ese vínculo;

pero hay discrepancias en la forma y los mecanismos, quizá en el ritmo: unos apuestan a lasalianzas con organizaciones nacionales (Coordinadora Nacional Plan de Ayala — CNPA — y

Coordinadora Nacional de Movimiento Urbano Popular — CONAMUP — ), otros dudan de estas

relaciones globales y pref ieren extender sus alianzas, más lentamente, en el campo inmediato, vin-

culándose con movimientos municipales, con luchas campesinas regionales, con sindicatos al

servicio del Estado en torno a problemas comunes, etcétera. Los primeros no se oponen a lo que

sugieren los segundos, de ahí que se trate más bien de diferencias de "rit mo En este punto la

discusión no se polariza.

El debate acerca del "marco actual del movimiento" navegó por aguas tr anquilas. La asambleaaprobó el recurso de limitar las intervenciones a cinco minutos, la mesa cumplió con la tarea de

levantar un cartelito cuando terminaba el tiempo del orador. Este cumplía su parte de no voltear a

ver el cartelito, y cuando la mesa se ponía enérgica, el orador solicitaba tiempo para "redondear la



idea", a veces efectivamente demasiado cuadrada. Pero, con todo, el acuerdo permitió el desarrollo

fluido de la asamblea.

El resultado del paro evidenciaba un repunte del movimiento y había condiciones para emprender

acciones conjuntas a partir de enero. En eso hubo diferencias. Las votaciones, los rasguños y

codazos vinieron con un desacuerdo francamente secundario: la fecha de la gran acción. Se acordóla lista de demandas; las principales eran: 50% de aumento salarial, la realización de congresos

extraordinarios en Hidalgo. Guerrero y Valle, y el reconocimiento del comité democrático de

Mor olos. La acción principal sería el paro-marcha nacional del 29 de enero, de la Normal Superior

a la SEP pasando por Gobernación.

El 30 de enero se cumplía un año del asesinato de Misael. En la marchaTder 29 sería recordado.

"Misael/ camarada..."

a muchas voces, testimonios de la lucha magisterial

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