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. a , * , . FLACSQ- SEDE SANTIAGO
EL DERECHO EN EL PROCESO SOCIAL LATINOAMERICANO.
PROBLEMAS DE INVESTIGACION SOCIO- JURIDICA.
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>~ , - ~irculación
$ - ;' . X ' . , ; Se ruega no 7 ,
- , . C . - L . J "-
res t r ingida. \ citar,
I \ I
- - -- - Enero-Pebkero 1976 Santiago de C h i l e
L 4 s 2 a e i C 1 ) 6
Norbert Lechner
PERSPECTIVAS DE LA INVESTIGACION SOCIO-JURIDICA ---.. - \, ', - \ . * \ '.. --.. -- -=.- .*
E l objeto de l a invest igación socio-jurídica es e l Dese-
cho en cuanto producto soc ia l . Concebir e l fen6meno ju r íd i co co-
mo un fenómeno s o c i a l es hacer re fe renc ia a determinada sociedad
y sus conf l i c tos . Las contradicciones soc ia les son l a base mate-
r i a l y e l supuesto teór ico de todo a n á l i s i s socio-jurídico,
I Los primeros estudios latinoamericanos en e s t e nuevo enfo-
que abordaron e l con£lict? s o c i a l expresado en e l Derecho iden-
t i f icando l a posición soc i a l de l o s productores inmediatos de
determinado hecho jur íd ico, A esos t raba jos pioneros pertenecen
l a s invest igaciones sobre e l origen soc i a l de l o s jueces, irnpu-
tándoles determinados i n t e r e se s de c l a s e que son confrontados
.con l o s va lores sancionados positivamente en l a s sentencias , as?
como l a s invest igaciones que confrontan determinada l e y ( p .e j .
de reforma ag ra r i a ) con l a cmposiciÓn s o c i a l y p o l í t i c a del .
cuerpo legis lador . D e manera complmentaria y partiendo de l a
evidencia que e l derecho e s c r i t o no es idént ico a l derecho v iv i - 0 do, se in ic ia ron es tudios sobre l a s re lac iones j u r íd i ca s es table-
c idas contra o a l margen de l a norma posi t iva . Recuerdo aqut l a s L 1
encuestas rea l izadas en l a s poblaciones marginales de nues t ras
cap i t a l e s , especialmente sobre l a s formas de administración de b
J u s t i c i a ,
En una segunda fase, e l i n t e r é s del conocimiento se cen t ró
-. primordialmente en l a norma en cuanto discurso ideológico. Con-
frontando determinada l e y con su modo de aplicaci6n se descubre
l a divergencia en t r e l a motivación proclamada en e l proyecto de . l e y y l a s causas r e a l e s que definen l a efect iv idad y e f i c a c i a de
l a ley. Analizando la-norma posi t iva en función de l a si tuación
soc ia l que pretende regular se develan l o s valores en juego y,
por ende, e l modelo de dominación subyacente. de
Estas obras cumplen una importante f u n c i Ó n / d t i c a ideoló-
gica a l a aparente neutralidad de c lase de l a ley burguesa. Pero *
fio logran dar cuenta del fenómeno jurídico mismo. Se analiza e l
cardcter c l a s i s t a del contenido de l a norma s i n referencia a l a 1
forma. La norma parece ser un recipiente neutro que es posible - l l ena r de cualquier contenido; as$ e l problema e s si tuado exclu- 0 sivamente en l a re lación en t re l o s posibles contenidos y l a es-
t ructura sociaz. En su desdén por l a forma jurfdica, t a l plantea-
miento puede acercarse a aquellos que niegan l a relevancia del
fenómeno jurídico, puesto que todo es una cuestión de poder (1).
Ahora bien, l a s t r iv ia l idades no dejan de señalar algún grano de
verdad, La tarea c i e n t í f i c a e s problematizar e l sentido comih.
Esto es: buscar l a especifidad de "lo jurídicow en determinada
reiacibn de dominacibn.
M i opinidn es que, hasta ahora, l a investigaci6n socio-
jur ídica 1 ) ha descliidado anal izar e l carácter de c lase de l o s
fenómenos j&dicos a t ravés de su forma y 2 ) que e l l o es resul- 0
tado de una insuf ic iente ref lexión sobre su metateoria. 9
E l primer punto es más bien de orden hist6rico-desmiptivo.
Se t r a t a de l a ausencia de trabajos que estudien, por ejemplo,
(1) A l respecto e s muy sugerente l a discusión acerca de l a l la - mada Wia chilena a l socialismofl.
por qué un mismo i n t e r é s (p.ej. ld. propiedad privada) adquiere
d i ferente formalización según sea l a norma penal (robo) o norma e \ ."
d e l código C i v i l (enriquecimiento i l f c i t o ) o l a d i fe ren te manera
en que se expresa e l carácter de c l a s e s e g h s e t r a t e de una
cláusula general o de una norma pa r t i cu l a r . Fal tan asimismo aná-
lisis sobre l a r e l a c i h que b a r d a tan to e l auge de normas forma-
l e s s i n base mater ia l (caso c l&ico: l a l e y de presupuesto) como
l a creciente transformación de "actos de autoridadv (comprometien-
da l a responsabilidad p o l í t i c a ) en Itactos a d r n i n i s t r a t i v o ~ ~ ~ (limi-
tando demandas a l cumplimiento de l o s r equ i s i t o s formales) con
l o s rec ien tes cambios en l a s e s t ruc tu ra s de dominacijn. L a s in te -
r r o g a n t e ~ se s i t úan a diversos n iveles . No se r e f i e r e n s o l m e n t e
a cuestiones de semántica o técnica l e g i s l a t i v a , s ino a l a misma
forma jur íd ica . E s dec i r cómo y por qué se expresa e l c o n f l i c t o -
. de c l a se s bajo l a forma de norma ju r id ica a d i ferencia de l a nor-
m a socia l? . ~ q u í e l a n á l i s i s descr ip t ivo remite a una representa- . ciÓn categor ia l .
El segundo p m t o enfa t iza l a necesidad-dé una ref lexión ' de
c- ' orden lbgico-categorial: qué es e l Derecho?. Analizar l a rea l idad
de determinada norma en determinada e s t ruc tu ra soc i a l exige, no
s6io un marco teór ico que exponga l o s conceptos u t i l i z ados , s ino L
que Supone una metateoría que problematice esos conceptos. Por
I ejemplo: a l i n t e r p r e t a r fenómkno mediante l a autonomía r e l a t i - va del derecho me r e f i e r o -aunque implícitamente- a una t e o r í a
del derecho que 'da s ignif icado a esa autonomía r e l a t i v a . E s estu-
dio de l funciona&ento del derecho siempre supone una t e o r í a so-
bre l a natura leza de l Derecho, sobre su "moda de producciÓnv.
Fal tan en &&rica Latina más t r aba jos que desenvuelvan " lo jurí- e
dico? a p a r t i r del , sistema capitalista 'vigente. O sea, 'cual es
l a ley, desdoblamiento de l a s relaciones c a p i t a l i s t a s de produc- . .
ción, que r i g e l a s leyes?.
~l esta&amiento de l a discusibn sobre "derecho y cambio
soc ia l" a s í como -al nivel polstico- e l debate sobre l a es t ra te-
g ia de l a "via lega ln (Chile) 40 parecen estar ajenos .a es tas . .
lagunas en l a investigación socio- jurídica, Después de una mera
adaptación de técnicas sociol6gicas a materias legales , en l a
fase i n i c i a l , a l a creciente disoluci6q de l o s fenómenos jur5di- 0
cos en l o s a n s l i s i s socio-econ6micos, en l a f a se posterior, e s
t ia& de especificar l o juridico en mediación con e l proceso
social .
Para i l u s t r a r l o á n t e r i o r quieso presentar dos ejemplos,
que sugieren l a s dif icul tades de l a investigación, El, primero s e
r e f i e r e a c i e r t a "hemorragia l eg i s l a t ivan que se nota en l o s pro-
cesos au to r i t a r ios latinoamericanos (pero no solamente en e l los) .
QUE formas concretas y qué significado adquiere e s t a creciente
~ jur id i f icac ibnt* de l a s relaciones sociales y pol i t icas? . E l se- , .
gundo ejemplo es una reflexitjn sobre e l carácter nacional del (2 Derecho bajo las condiciones de dependencia es t ructural en ~ m & -
rica Latina. Tal ref lexión parece indispensable para abordar l o s
interrogantes del primer caso, Por ejemplo, suponiendo que e l
proceso de juridificación corresponde a un nuevo t ipo de control
p o l í t i c o (nuevo autoritarismo), su efectividad y ef icacia depen-
den de que e l Derecho sea una esfera de mediación entre todos
l o s individuos o sea, que tenga carácter nacional r ea l . En cam-
bio, si l a heterogenidad es t ruc tura l de l a s sociedades latinoa-
mericanas impide e l desarrollo de un Estado nacional y, por en-
de, de un Derecho nacional', la' l e y representa' una ,comunicaciÓn
social relativamente ficticia y la gran producci6n legislativa
n3 puede reemplazar la ausencia de un proyecto hegemhico al ni-
vel de la Sociedad Civil.
fl Recalco que en ambos casos no presento conclusiones de in-
vestigación. Se trata simplemente de un ensayo exploratorio de v
los que parecen ser problemas significativos de nuestras cocieda
des, llamando la atención sobre nuevas vetas de investigación.
' -LA JURII)IFIC&ION DEL N U ' O AüTüRITARI SMO
El proceso de internacionalizacih del capital significa
un proceso de racionaiizacibn de la economia. A& no se vislwn-
bra claramenteLla dimensión de talracionalizaci6n. Pero san e *
videntes sus límites: dado que el interés del capital en general #
no concuerda con el inter6s del capital en concreto,^ sea de los.
capi'sa2istas particulares en competencia, este proceso de ra- c.-) , *
cionaiizacibn (como.1a realización de todo interés gqneral en la
sociedad capitalista) requiere la mediación del Estado. El Esta-
do, que sigue siendo un Estado nacional, debe ser esfera de me-
diación para una praxis cuyo caracter social ya no est& determi-
nado por una delimitación territorial-nacional, Más aÚn: en la
medida en que el actual proceso de acwnuiaci6n del capital tiene
a la vez bases nacionales y transnacionales se debilita también
el carácter de clase de la praxis social. Por lo tanto, cambia
también la forma de la dominaci6n política que realiza la media-
ción de la praxis social. La racionalizaciÓn econ6mica da lugar
al nuevo autoritarismo caracteristico de un capitaiismo a escala i _ i mundial.
Quiero indicar algunas tendencias del nuevo autoritarismo
que muestran el desarrollo actual del Derecho: una creciente
1tjuridificaci6nn de las relaciones sociales (podrla hablarse
también de una "derechización socialw -respecto al derecho y a
la derecha) tendiente a asfixiar el conflicto social.
La calculabilidad siempre fue un principio básico del ca-
pitalismo y el desarrollo del Derecho moderno est& íntimamente
vinculado a esa función: reducir la complejidad del proceso so-
\
c i a l y econdmico para hacerlo p rev i s ib l e y calculable , aumentar
l a es fe ra de l a s decisiones r u t i n a r i a s (consecuencias j u r íd i ca s )
para obtener mayo2 margen para l a s decisiones innovadoras. E l
derecho es un t i p o de información económica en cuanto an t i c ipa
l a probabilidad de hechos fu turos (cumplimiento de contra tos ,
plazos, pagos, etc.), La p o l i t i c a , 'en cambio, estableciendo nor-
m a s , pero e l l a misma su j e t a a l a contingencia del con f l i c to so-
c i a l , es e l ter reno de l a voluntad.
Hoy, l a información e s an te todo un f a c t o r de con t ro l po-
l í t i c o . E l proceso de información es un doble movimiento: infor-
mar a l a población y ser informado por e l l a . Manipulación y de-
l a c i h , ambos movimientos se refuerzan mutuamente, Llamo l a a t en - ción sabre l a s novedosas formas de movilización de l a población
por l o s medios de comunicaci6n de masas. Apelando a sentimientos
p a t r i ó t i c o s o a deberes ciudadanos, l a poblacián e s i n v i t a d a a
cooperar con l a s autoridades: informar sobre l a apar ic i6n de po-
s i b l e s plagas o epidemias, sobre e l mal estado de c a r r e t e r a s o
ins ta lac iones públicas, sobre excesos burocrát icos, sobre cbmer-
c i an t e s fraudulentos, sobre del incuentes fug i t ivos , &abre cual-
quier movimiento sospechoso. Lo que comienza por & ' c r í t i c a , t q
mina por l a delaci6n de l vecino como enemigo p o l í t i c o , Porque to dos son enemigos potenciales, todos son po l i c í a s . Se trata de
controlar todo l o que no sea r u t i n a r i o , p r ev i s ib l e y por ende,
ya bajo control . Lo p rev i s ib l e e s l a act iv idad lega l . Se t r a t a
pues de ampliar e l 'ordenamiento ju r íd ico de l a c ~ a c t i v i d a d e s hu-
manas no só lo en términos de sanción negativa, s i n o sobre todo
como sanción posi t iva . La repres i6n post fachun es s u s t i t u i d a
imperceptiblemente por un ju i c io de intenciones. se 'trata de in-
t e r i o r i z a r l a delación como ant ic ipación de l a sanción. (Es e l
miedo de 1r1984w: Big Brother is watching you. Y t a m b i b l a moral
de aquel cuento de una madre que golpea a l hijo antes de enviar-
l o a l a fuente, afirmando que una vez r o t o el ja r ro es demasia-
do tarde). Al permitirse todo l o que no está prohibido, son de-
masiadas l a s a l ternat ivas . La calculabil idad requiere la in ter- I
d i c c i ó n de todo l o que no e s t a expresamente permitido (ordenado).
E l sistema jur idico deviene el marco de referencia para 1a.dela- . cibn y l a delación misma una norma posit iva. La inforrnaci6n ya
no es un derecho a informarse sino un deber. de informar. /3 La aparente transparencia del proceso social canufla l a o-
pacidad de l o s intereses . No es v i s i b l e l a f inalidad. La infor-
macibn l l eva en si su contradicción: e l secreto, S i e l control
p o l i t i c o radica en l a información, e l poder radica en l a infor-
mación no compartida. La delacibn implica l a conspiracibn. La
conspiracibn e3 l a defensa contra l a delación (ocultar informa-
ci6n) a l a vez que requiere l a delación (informar de informacibn
oculta) . ( C f . para e s t a d i n h i c a , t íp ica de l a s novelas policia-
l e s , l a obra de ~ h e s t e r t o n ) . En e l nuevo autoritarismo l a poli-
t i c a es conspiracibn. Tanto e l poder como l a res i s tenc ia se e je2 <-J
cen conspirando.
En consecuencia, e l derecho apunta principalmente a l a se-
guridad en cuanto Seguridad Nacional, La calculabil ldad se re-
fiere hoy m& a l a mantención de la dominación p o l í t i c a que a l
proceso econ6mico. Para jus t i f i ca r l a delación s e criminaliza
a l opositor (E conspirador). Para jus t i f i ca r l a conspiración se
criminaliza l a informaci6n de secretos (= t ra idor) .
~ u i e r o ya aquf destacar dos aspectos importantes del f en&
meno. En p r imer lugar, cómo l a dinámica del proceso de informa- a
ción (delación-conspiración) disgrega l a lucha de c lases y l a
susti tuye por una si tuación de guerra c i v i l . La movi~izacidn a-
punta a l individuo o agrupación de individuos aislados. E l ca-
so chileno e s e l ejemplo más i l u s t r a t i v o de un proceso en que
l a legalidad burguesa explota desde dentro por l a dinámica de
l a lucha de clases, obligando a l a burguesía declarar l a guerra 4
c i v i l para reafirmar l a ley (= l a lógica del capi ta l ) . S i l a le-
galidad burguesa se disgrega en l a lucha de c lases (y no por
una contra-legalidad soc ia l i s t a que sólo podría surgir de esa
(' lucha), e s niediante l a represión del antagonismo social que se
res taura (1). En momentos de c r i s i s , l a legalidad burguesa sólo
subsis te en cuanto l e y de l a guerra. Su base y su f ina l idad e s
l a atomización de l a sociedad y l a colectivizaciÓn.de1 individuo.
* E l segundo aspecto a destacar e s l a participación. L a so-
ciedad cap i t a l i s t a sólo puede lograr una particiyación popular
,haciéndola participacibn nacional: l a guerra. E s una participa-
ción mili tarizada. Pero en l a medida en que logra in te rna l i za r
a . una si tuación de guerra, aparece y e s percibida como r e a l i z a c i h
- de l a democracia: e l autoritarismo ejecuta (en doble sentido) e l ... .
O idea l democrático.
L a tendencia a l a part icipación, permanente y parcial izada
a a l a vez, sobresale en un rasgo c a r a c t e r ~ s t i c o del nuevo autori- 1
tarismo: l a adminigtracisn pública de las necesidades sociales . m
-. Lo que comenzó a f i n e s del s i g l o pasado y comienzos de é s t e co- . ~
(1) N o e s t á demás recordar que a l proclamar e l estado de guerra (de jure o de f ac to ) no s e elimina l a lucha de c lases . Se puede reprimir e l confl ic to soc ia l , pero no l iqu idar lo ( n i crear lo mediante decreto),
no legislacibn soci3l.y laboral defensa de los desposeidos, se
ha ido transformando en un sistema de asistencia global que no de - ja espacio y tiempo fuera de una fina red de servicios públicos.
A la asistencia social se agrega el plan habitacional, sistemas
de ahorro y préstamo, ayuda al menor, año del libro o de la mu-
jer. protección del medio ambiente y d a animacibn cultural de
cargcter industrial. Lo que no es administraci6n pbblica es to-
mado a su cargo por las iniciativas privadas, as5 todas empujan al mismo objetivo: "el Estado. somos nosotrosn(l) .
Toda actividad deviene participaci6n. El flasociacionicmofl,
inaugurado hace un siglo por la iglesia cat6iica y por el parti-
do socialdemÓwata ala&, para salvaguardar a toda hora y en to-
da actividad a sus miembros de un w d o percibido como hostil,
organiza ahora a la sociedad entera. El Estado aparece como un
gran tablero de organizaciones en torno a intereses parciales que
protege a los individuos de una vida sin sentido. Todos se benefl
cian de la asistencia y todos son vasistentes socialesfl (el mi-
madm cu l twa l recibe asistencia médica, el asesor jurídico parti - cipa de un taller de poesfa, etc.). Todos participan y la integra
ciÓn social mediante la pertenencia de todo ciudadano a múltiples
asociaciones es completa. No era eso el paradigma de la persona-
lidad democrática?.
En el grado que las necesidades devienen objeto de adminis
tración en el marco de asociaciones especializadas, las luchas
(1) Llama la atención que estas iniciativas proviniesen general-
mente de grupos progresistas que fomentan la intervención es-
tatal como freno a la explotación descontrolada del capitalis - mo liberal.
y las organizaciones populares se hacen obsoletas. Él conflicto
social se transforma en reforma administrativa y el partido po-
lftico es reemplazado por los nuevos gremios. La participación
j fraccionada en asociaciones, comisiones, grupos ad-hoc (foro 3
sobre la reforma agraria, urbana, comits de solidaridad con X, *
campaña en favor de la ley de divorcio, concurso sobre los ovnis,
. asociación de sociólogos en receso, etc.) ya no encuentra esfe-
ra de mediación, El Estado se asemeja a un Hyde Park en el cual
i todo individuo según temperamento participa de las más diversas
preocupaciones, ...
Los fen6menos sefíalados son caracter4sticos de los paises
metropolitanos, pero -bien mirado- tanbien de numerosos países
iatinoarnericanos. No es que la similitud en las tendencias 'auto-
ritarias signifique una base similar, Sin embargoy'en fa medida
que las relaciones capitalistas de produccibn son también en '
~mérica Latina, el elemento dinámico que hace la mediacibn con
el capitalismo a escala mundial, no parece errbneo reflexionar
sobre algunos rasgos c o m e s de esta nueva forma politica del
capitalismo. Las dificultades de &xito de los regimenes autori- C) tarios en ~mérica Latina no desdicen la referencia a un criterio
de eficiencia similar, B
. . . La. tendencia aut&itaria se caracteriza por una jddifica
.I)
. cibn. de la politica, o sea la transformacibn de relaciones
ciales en relaciones jurídicas, Tal proceso de formalizaci6n ra-
tgfica la generalidad que aparenta el Estado y dificulta una ar-
ticulacibn del conflicto de intereses en términos de las re>acii
nes capitalistas de producci6n. El conflicto de clases inherente
a las relaciones sociales es esterilizado mediante la sacraliza-
cibn del interés de una clase en norma general. La participación
no . va . . mbs allb de la c r i t i c a que hace e l sujeto como consumidor. .' La participación en el consumo deja' incuestionado el a proceso de ,
producci6n. E$ una, participación cosif icada.
- . Las clases sociales se constituyen no s61o par ia situa-
ci6n de lo s individuos en el proceso de -producci6n sino por l a
. conciencia de un in terés social común (clases en y para sí). E l
caracter difuso de las relaciones de clases provocado por i a he-
terogenidad estructural en América atina, f a c i l i t a a l régimen autor i tar io manipular l a comunicacibn social. por una parte, el
L
f l u j o excesivo de información parcializada sobre datos aislados
impide l a construcción de teorías (1). Por otra parte, inherente
a ese proceso de información y asistencialismo, existe una defi-
nición del ~ l in terés nacionaln como promedio social , determinado
por encuestas. Tanto e l $ndividuo como la clase social se encuen - tran reducidas a l promedio ponderado de l a s estadíst icas (cf .e l
reemploeo de los partidos pol í t icos por Gallup en Chile).
E l nuevo autoritarismohes l a ocupación m i l i t a r de -tende2
cialmente- todo ti'empo y todo espacioe Ya no quedan zonas francas;
- apenas a i g h o s huecos y bolsil los. La privacidad e%& abolida. la
Vida privada y l a vida p6blica se confunden bajo una misma admi- (3
nistración. E l doble movimiento de coiectivisaci6n y a'tomizaci6n
l leva a l a desaparición del sujeto burgués. En e l proceso de ..
bernetizaciónn de l a sociedad l a noción del individuo adquiere
un halo nostblgico de l o old-fashioned.' La muerte del individuo
(1) La ideología deja de ser expresión de una Itfalsa concienciaw; por l o dem6s pareciera que en ~mérica Latina l a s ideologías siempre fueron más bien ltpuntos de v i s taM.
es también l a muerte del ciudadano. Liberté e t éga l i t é son sus t i -
tuidos en e l nuevo mundo f e l i z por Community, Ident i ty y Stabi l i -
ty. 'No hay l iber tad fuera del' conformismo. E s sólo una l i b e r t a d
de l a s necesidades inmediatas. En ~ m b i c a Latina incluso no hay - . siquiera esa l iber tad , Pero a h bajo un autoritarismo exitoso no
existe l i b m t a d para. E l sujeto juridico ya no e s portado r d e "de
rechosfl, encarnación de una l ibe r t ad que trasciende el re ino de
l a necesidad. Laanorma agendiM ha sus t i tu ido l a n ~ a c u l t a s agendift
(- del derecho. ~61.o quedan sfibditos. La igualdad se estableció como
fa132 xdentidad entre e l yo y 'la sociedad disgregando tuda media-
.ciÓn. E l individuo se diluye en una tota l idad inmediata, no-deter .-. minada que no oferce referencia a l a praxis.
5 .
En %a decadencia de occidenteu Spengler describe l a atomi r-
&ación de l ' se r social ; e l ciudadano de las nuevas ciudades tr.&s-
formado en nbmade. Wientras e l hogar sigue siendo para l a mente
. piadosa centro r e a l e importante de l a familia, no se ha p e r e
do l a Ú l t i m a relación con e l campo, Pero cuando se pierde también
esto, y La masa de l o s inquil inos y hubpedes s i n derecho a coci-
f.\. na empieza su vida errante, de techo a techo, por ese océano de L 'casas, como l o s cazadores y pastores prehistóricos, queda configu
I
rado e l 'nbmide inte lectual . La gran ciudad es 'un mundo, e s e l m w - do. sólo como total idad tiene e l sentido de casa humana, Sus casas
', ; . . son m&o&dtomos que l a componenn. Para Adorno (ItSplenger tras e l
oc&orb) 'esa idea no expresa só lo temor y extrañeza, s ino también
L a l a t en te ahistoricidad de un estado en el cual l o s hombres'ño' a . .
se encuentran sino como objetos de incomprensibles proces'os, sin
s e r ya capaces de una continua experiencia del tiempo, sometidos
como están a l violento c h o p e de aquellos procesos y a l inmediato
olvido de l o s mismos. Spengler ha visto l a conexión que ex i s t e en -
t ~ e la atomieaci6n y el t ipo humano regresivd, t a l como se ha ma-
nifes tado en l a s explosiones t o t a l i t a r i a s cubsiguientes".(l) . E l individuo atomizado, adem&s de perder l a conciencia de
una praxis social , r e su l t a ser un nómada domesticado. E l autori-
tarismo moderno no permite vagabundos; nadie n i nada escapa a l a
regulación. Frente a l a sumisión feudal l a ciudad naciente proms
t í a l a XiberaciÓn (itStadtluf t macht f rei t t ). Su pendant e ra l a
'lexcomuniónfl de l a comunidad; l a l iberación mediante l a expuisibn n
(Wogeifrei t t ) . Declarado '< l ibre como pájarom el individuo e&.
fuera de l orden: l i b r e de p r o t e c c i h , l i b r e de derechos. E l orden
aparece como l a sumi$iÓn del individuo a sus necesidades inmedia-
t a s de sobrevivencia. La l i be r t ad del"owtlaatedtt s e encuentra fue-
r a de l orden social: una l ibe r t ad animal. D e tales procesos de
l iberación surge e l pro le ta r io y e l vagabundo. E l proletar io , 1i-
bre de servidumbre, l i b r e de vender su fuerza de trabajo, pronto
ve pacificada su l ibe r t ad por el orden que de aquella surge (cf .
l a l e y sobre l a jornada de trabajo, analizada por Marx, y toda l a
legis lación laboral posterior hasta l a ac tua l juridificacibn de
l a "paz soc ia lH en las
empresarios, obreros y
hombre que no reconoce
normas que cumplir, es
fuera de l a jaula (- y
denominadas Itacciones concertadasw ent re
burocracia e s t a t a l ) , ~ambién e l vagabundo,
señor, s i n derechos que l o defiendan n i 0 ltpacificadofi, E l pájaro no t iene l ibe r t ad
pocas veces e s una jaula dorada). Los
Rgens sans aveuu son cercados por l a legis lacibn y obligados a
confesar (= reconocer y declarar uno, obligado por l a razón o
(1) T.W.Adorno: Cr í t ica cultural y sociedad. Barcelona 1970. P.10 sg.
. , . por o t ro motivo, l o que s i n e l l o no reconocerfa o declarar ía) . ,-
Confieso que he vivido ( ~ e r u d a ) . Vivimos un "Estado confesionalh.
E l ordenamiento t o t a l ( t o t a l i t a r i o ) del espacio'y del
tiempo aparece s i n contenido: un orden per se. La lucha por e l
Estado de Derecho., en cuanto gobierno por l a s . leyes y no ,por l o s
hombres, ha llevado a una "juridZficaciÓnwde l a s relaciones so-
c i a l e s , o sea a una abolición de l a po l í t i ca como disposición sa I
bre e l orden. Limitando l a arbi t rar iedad individua& s e esta sa-
crificando l a l ibe r t ad del individuo a l orden de l a s ~ c o s a s .
E l autoritarismo del orden se constituye en América Lati-
na por referencia a un pr incipio de unidad nacional en cuanto .'' i
mito sacramental. Pero t r a s l a f orma t rad ic ional i s ta encontramos
o t ro principio constitutivo: l a racionalidad tecnocrática, Ape-
l a r a l a raz6n a espaldas del individuo concreto es o t ro mito
(el mito del iluminismo). Nacionalismo y desarrollismo, ambos
mitos hacen referencia a l a verdad. En el primer caso, una verdad
por reveiaci6n ( e l ser nacional, l a idiosincrasia del pueblo, etc) . En e l segundo, una verdad por comprobación empírica ( e l t e s t de
l a s ciencias exactas). En ambos casos, l a referencia es una ver-
dad tomada como instrumento de dominación. E l punto de referen-
a c i a no e s una "verdad por hacern: posibilidades de l a l ibe r t ad
del hombre. Sin embargo es en esta perspectiva que habría que . repensar e l derecho, los derechos humanos, e l derecho del hombre,
- cuál e s e l pr incipio de negaci6n f r en te a l nuevo a u t o r i t a
risrno?. Vemos funcionar e l sistma social como una rueda con eje
desconocido, L a s c iencias sociales encadenadas en e l "system a- . .
naiysisIV sólo reproducen los fen6menos y aparecen como l a profe-
c í a autocumplida de l a I1superf i c i e V V social . E l conocimiento cri-
t i c 0 de l a sociedad .se paraliza p&plejo ante l a nueva forma del
capitalismo. E l postulado autor i tar io del individuo (aunque sea
l a ut+iizacibn del egoísmo individual en contra del mismo indi-
viduo), de la participación (aunque se revele como terrorismo),
de l a razón (aunque sblo sea l a racionalidad del capi ta l ) , deja L
a l a idea democratica s i n punto de referencia. No es posible VOL ver hacia atr6s y recurr i r ingenuamente a l sujeto burgués o a .
l a s clases sociales. ES otro e l tiempo ñistdrico. s in embargo,
no han perdido vigencia e l gfsentidolt existencia1 ( e l dolor, l a
muerte, l a búsqueda de l a fel icidad) n i e l conflicto social (el O
carácter social de l a praxis). Hoy parecen impotencias s in pala-
bras. Pareciera que l a misma indeterminación de l a negación re-
presiva ( l a forma general de l a ley) impide l a negación de esa
négación .
En e l modo de producci6n c a p i t a l i s t a culmina e l proceso
de individualizaci6n. La disgregación de l o s lazos de parentes-
co t r iba les , gremiales o de l a comuna "liberalt a l individuo has - ta dejar lo desnudo: homo hominis' lupus. E l proceso de individu-
l i z a c i h e s un proceso de atomización social . a ' ,
Los individuos se relacionan ent re sí sólo en cuanto pro I
pietaiiios de mercancías. a as relaciones personales s e cosif ican,
devienen relaciones entré cosas. La comnkcacibn soc ia l es sus-
t ra ida a l a subjetividad, l a praxis pierde su sentido. ~ 6 1 0 e l
capital- da sentido, 9610 $1 relaciona a l o s individuos entre s f .
Cúanto pr+incipal relación soc ia l , e l cap i t a l a r t i c u l a a l con - junta social , t fsocializalf l a praxis atomizada. Pero l a soc ia l i -
zaciÓn.queda trunca. E l t fcapi ta l en generalN no se r e a l i z a s ino
a- t ravés de c a p i t a l i s t a s par t icu lares en competencia. S i l o ge-
nera l requiere una part icularidad concreta para no permanecer
como generalidad vacia, l o par t icu lar también requiere l a 1
referencia a l a generali.dad para r e a l i z w - s u especifidad. Los
cap i t a l i s t a s , cada uno pe~siguiendo su in te rés par t icular ; no
logran e s t a b l e c q l a s condiciones que t r a s c i e n d a su in te rés . . . - . ~1 i n t e rés general sq constituye y 'actualiza a espaldas de los sujetos econÓmicos. - .
E l Estaao aparece como'la forma de establecer l a s cohdi-
ciones generales de l a producción, Por qué l a esfera pol i t ica?.
Porque la praxis atomizaáa requiere l a mediacidn para reconoc-
se .cano &al. podría objetarbe cp'e ya- e l mercado establece t a l
mediación entre l o s individuos; a &aves del mercado s e r e l a c i o .ii.
nan en t re sf con l a l ibe r t ad y l a igualdad de propietarios p r i -
vados. Es cierto que ei proceso .de producción soc ia l iza l a pra-
x i s individual , pero sin que l o s productores obtengan e l poder
de d i s p o s i c i h s o b e t a l praxis social . En cuanto su je tos eco-
nbnicos sólo persiguen intereses par t iculares y l a suma de l o s
intereses particulares que concurren a l mercado no se transfor-
ma en a l& interés general, Hay que trascender las part icula-
r idades para que é s t a s puedan cons t i tu i r lo . E l Estado es l a
forma de generalidad que s i n t e t i z a l a Sociedad Civil.
E l surgimiento del capitalismo l ibe ra l a s relaciones de (3
producción de la t u t e l a po l í t i ca , pero no elimina l a po l í t i ca .
Requiere l a polf.tica para establecer l a s normas generales. sólo
en l a esfera de l o po l í t i co puede expl ic i tarse , aunque siempre
precariamente, el carácter soc ia l de l a producción (en e l senti - do l a t o de producción material de l a vida) que en l o económico
se consti tuye a espaldas de l o s productores (ley de l valor) .
A l su je to económico (atomizado) se sobrepone el su je to poli t ico-
juridico (mediatizado) ; s61o como ciudadano el individuo d ispo-
ne de l a praxis soc ia l consti tuida en e l proceso de producción.
E l Estado es l a esfera de mediación de l a praxis soc ia l y e l
Derecho e l momento formalizado de t a l mediación.
L a formalización s e fundamenta en e l sujet.0 j d d i c o ;
éste es e l centro de todo sistema jurídico. Pero t a l su je to ju-
r id i co es un ente abstracto, e l desdoblamiento del productor a-
tomizado (hombre concreto) en categoría po l í t i ca , No siendo po-
s i b l e l a mediacibn d i rec ta en t re l o s productores, e l Derecho só - l o puede formalizar l a mediación establecida entre l o s indivi-
duos en cuanto género abstracto. O sea, la formalización de l a
mediación supone l a abstraccibn del sujeto con&eto en su je to
,.-, . ,-3*.;L. < F . L \ . .> - - , - . . - -.' ' :. 2 J . ;. . . . . j-i%~d&6. La p&a?foja és: los--hdlV.idÜos . "& 'cúanto son hornbrks ' - - , . . concr'etto (pr;odüctor&) se . rd.%cioiian . a 't+avés de cosas y se be-
t
conocen mutuamente. como'individuos cuando po ion sino seres abs- r '.
tpactos (ciudadanos). E l Derecho requiere de tal abstbacción pa- 1 , . . , i
r a poder- afirmar un h t e r & s 'general ; que sea formulado 6sde
tia necesaria), mientras no respondan a l a s necesidades del pro- _ < , . , \ . . . . . 1 ,
F . -. -,.
c c e s o de pr,od~~cciÓn. Ekl o t ras :palabras : , - e l Derecho no ppede ir' . . : . .
&S a l l á de l a praxis social t a l . c-omo h se constituye en l a e h e r a , -
u - ... 8 . I *
económica'.' Sin embargo, ..- p,or .-.-,.,.,. &e ,, mismo proceso de abstrabción . ,~ ..+ r (1)
/ . J , . - e i Derecho adquiere una r e l a t i v a autonomi? de ias ' re iac iones 4;
. . L . . * ' -. , .', - . I 1 * .
producción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ._ ' S : .,,: -- c
.," .:,- . . . . . . . . . . . . , r - . . , , > .. -.? -:, ,: . . r - . . . . . ! , ,; ..... . . .... i. : S - . - . ........... L..'-.. .; . ; . ? i > : z . . . ' . . I.
. . . , Falta e$xdiar el sign$$icado d e . -t-a autonomia relat iva. . .-,. . , .
. .co~creta,. . . En tal- -so, :lo qug; aqu$ .vos, i n t ~ ~ e s a son las qqndicig ,
'nes: 1.a.tinoamericanas . * , d e h p estructural. E s . posi,blg :. 1 .
. -
,, S - . . > ., , ,
r e l a c ión sóc ia l
- - . . - - - - . - - . - laciones sociales Con racionalidades dif ~ e n t e s , ~ambién en ~ m & -
r i ca &tiña 'ei. sus t ra to reql es un p~aduc to r atomizado; pero e l - , ,
cmip-esino .ae l a s i e r r a ecuatoriana, e l inquil ino del, v a l l e Cen-
t r a l ,de C h i l e , :el minero., boliviano. y el. obrero industr ia l . de San
Pablo corresponden a lógicas diferentes. L a noción de. l tsujeto
j u r % d ~ c o ~ diluye las diferencias; a l meno$,. se sobrepone a e l l a s a . .
&'.una ap'arente cokterenci'ac No .existir%, , t r a s l a aparien&a de
. .. : . . . . . - t . , :: . .- . J , . * " - S I < , -
A . . , - . .. (1) E l Derecho e s -como e l valor- una abstracción r e a l y no una . ~. mera rreproducci6n mental ( idea) .
m Derecho Único, l a sobreposicibn de varios derechos?. La *a-.
dicibnal divergencia entre derecho e s c r i t o y derecho vivo ("se
acata, pero no se cumple"), l a s nociones de Volonialismo i n t e r - non, "dos países en unon; así parecieran indicarlo. En l a medi-
da en que no se constituye una praxis soc ia l Única, tampoco ha-
brfa una sola esfera de mediaci6n ( ~ s t a d o nacional) n i una fur-
maiizacibn ihica . La apariencia de unidad-generalidad s e r í a ca-
muflaje del poder desnudo: e l derecho no como fuerza legítima
( ~ s t a d o de ~ e r e c h o ) , sino como racionalización de l te r ror .
La pregunta remite a l estudio de l a praxis soc ia l en l o s
países latinoamericanos en cuanto contenido de l a mediación y
de su formalización. En torno a qué principios s e constituye e l
carácter social de l a praxis?.
En t&rminos generales, sabemos que son principios r e l i g i o - sos, p o l í t i c o s (en e l caso de l Imperio ~omano) o económicos (el
capi ta l ) . Bajo l a vigencia del-modo de pyoducci6n c a p i t a l i s t a .el pr incipio constituyente es la producción c a p i t a l i s t a de mercan-
c í a s ( l e y del valor ). L a . praxis individual deviene soc ia l por; .
regerencia a r i a producción y apropiacibn de l a plusvalia, o sea $e consti tuye como momento de un conjunto de relaciones de pro-
O ducción. E l individuo concreto,. el productor atomizado, que es
e l punto. de. partida, se encuentra pues determinado por una re la -
ción de c lases sociales. E l cardcter soc ia l de l a praxisaes un
carácter de clase. Por ende, una débil e s t r u c t w a de clases di-
luye e l car&cter soc ia l de l a praxis y deb i l i t a su percepción -
(conciencia) por p a r t e del hombre concreto.
Poco se ha,seflexionado sobre una segunda determinaci6n:
l a delimitación t e r r i t o r i a l de l a praxis por e l Estado nacional. .
4
-21-
. . QU& es e l Estado nacional y qué s igni f ica su surgimiento junto . '
a l desarrollo de l a acumulación capi ta l i s ta? . E s notoria e l si- -4 .-.-/ '
lencio con que l o s aná l i s i s histórico-estructurales envuelven
su supuesto, que l a acumuiacibn se da en e l marco de un Estado
nacional. Q U ~ s igni f ica para e l Estado, en cuanto esfera de ' l a
mediaci6n de l a praxis soc ia l , su &&ter ffnacionalff?. (1) . Los
a n á l i s i s socio-jurídicos generalmente se re f ie ren de manera'im-
p l í c i t a a un "derecho nacionalft dando por sentado que su susiza - to, e l monopolio de l a fuerza legitima, e s un poder nacional.
Pero t a l postulado explica tan poco como aquel o t ro que deduce
e l Derecho de normas t r iba les y/o de espacios cu l tura le l . '
Poco sabemos de l a determinación ftnacionalff del Derecho.
A qué se debe esa reducción de l a universalidad pretendida y sub -i.
yacente a l a noción de ciudadano (latentemente siempre: ciudada . . I
no universal) , t a l como l a encontramos originariamente en l a re- , .
ferencia de l Derecho Romano a l Populus Romanus?. Pareciera que
e l derecho burgués en general, a l igual que l a r e l a c i h de l ca- .. . -. .. . , . . I
p i t a l , e s tendencialmente universal , pe ro que sólo se r e a l i z a
en cuinto derecho nacional. E l punto de part ida de una invest i -
gacibn debiera ser 1a.explicacibn d e - l a delimitacibn espacial
de la acumulación del capi ta l . A+ me l imito a r e c o & r que l a
. , . . .
La precariedad -del Estado nacional &S palpable en ~ r n & r i :ca Latina, pero cabe recordar que a& en i.an pa ís t a n ~ t í p i c ~ 'para.un gobierno centralizado y y a fuerte tradición de "s ta tenessw como Francia l a lination bretonnetf o l a lfnation pro- vencalen eran una realidad en e l s ig lo X V l l l 'y siguen hoy dfa siendo un desafio a l a unidad nacional impuesta por l a evolución de 1789.
I
-22-
acwnuiacibn de cap i t a l se da, en determinado momento de su desa-
r r o l l o en hiropa, una ins t i twiona i i zac ión pol ' l t ica y que su de- lirnitaci6n t e r r i t o r i a l circunscribe e l car6cter s o c i a l de l a pra - x i c en términos de c lases soc ia les nacionales (1).
Aunque se t r a t e de un proceso único es 6ti1 destacar l a
doble determinacibn que sufre el individuo (clase social y espa-
c i o nacional) para notar cómo, en l a esfera po l í t i ca , l a formali-
%ación recurre a l elemento nacional para encubrir e l elemento de
clase. Eh l a medida en que se desarrolla el conf l ic to de clases
y e l populus deviene plebe y masa popular, ya no es e l pueblo e l
n ive l de generalidad que ofrece l a mediación ent re l o s individuos.
La mediación ent re l o s ciudadanos es formalizada en referencia a
l a nación, concepto re fer ido a l a tradici6n cu l tu ra l (lengua, re l ig i6n , raza) que nivela intereses antagónicos, aunque se m a n t e ~
ga l a referencia a l pueblo, un concepto pol í t ico , pero ahora res C
t r ingido a una expresi6n simbólica de l a llvolont& generalelt. E s
e l paso de l a soberada popular a l a soberania nacional.
,
(1) E l carácter social de l a praxis no se agota en e l h b i t o na- cional. Existe un "excedenteu de universalidad, L a expansi6n mundial del cap i t a l y e l intercambio han producido otro ni- ve l de generalidad, horizonte difuso pero cada día más r e a l en e l proceso de internacionalización. Este excedente laten- t e s e expresa en l a carga ideológica de las nociones de ciu- dadano (ciudadano del mundo) y sujeto jurídico (igual dere- cho para todos). Estas nociones proyectan u n nuevo ámbito de mediaci6n, A l a universalidad ingenua de l a u evolución Fran- cesa litodos l o s hombres del mundo son hermanosn, sigíaió l a rec t i f icac ibn explosiva "proletarios del mundo uníos". La mo
v i l izac i6n de ese excedente ideológico por e l internacionali; , mo prole ta r io como por cualquier " f r a t e rn i t én humanista f ra - casó. Hoy día, e l excedente es absorvido por l a s nuevas es- t ruc turas económicas.
-2 3-
' S
~h ~rnérica Latina, e s l a re lación de cap i t a l e l pr incipio
que constituye el carácter soc ia l de l a praxis?. Las relaciones
capi ta l i s . tas de producción son predominantes, pero no determinan
e l conjunto de l a s relaciones sociales. NO han logrado tejer una
red que a r t i c u l e un hito proceso s o c i a 1 , ' ~ a s t a ver Bolivia o
Ecuador o el mismo ~erÚ para notar l a yuxtaposición de unidades
h socio-econ6micas en archipi6layos de r e l a t iva autonomia. S e vin- "
.cuian entre si m6s a través- de l a administración cent ra l que me- 1 '
¿-.., diante una racionalidad económica común. La ibgica del c a p i t a l
s e impone administrativamente (de ahi e l Peso del aparato esta-. . . t a l ) 'y no surge de una dinámica avasalladora de l a s relaciones ,
cap ' i ta l i s tas de La no-integracibn de' l a sociedad en , .
un solo conjunto de relaciones soc ia les e s producto del desarro- .i ; , , . 138 his tbr ico del capitalismo en ~mérica Latina ( d e s a t ~ o l l b de ,
' 1 r ' . . - ~t
l a s relsaciones cap i t a l i s t a s de producci6n en función de l a s nece-
sidades de las fuerzas pro~Úct ivas en l o s centros metropolitanos).
ES unp y e l mismo e l proceso que produce l a heterogenidad e s w c .-
\ '
t u ra l en Ainérica Latina y r e t i ene l a dinámica económica a l exte- . , . .. . r i o r de el lar
D e ser c i e r t a e s t a h ipótes i s (aquí nos basta .su plausibi l&
dad) sobre l a heterogenidad estmxctural determinada externamente, =o l a praxis de l o s individuos concretos y su determinación por l a
% estruct¿lra de c lases y por l a delimitaci6n del ~ s t a d o - ~ a c i ó n , ad - q u i r i r h o t ro carácter , d i farente a l que t e k r í a s i l a considerá - ramos inse r t a . - en relaciones netamente c a p i t a l i s t a s de producci6n.
La yuxta y sobreposición de unidades parciales no permite que se
establezca una estructura de c lases n í t ida . Junto a l a s c lases
modernas ( cap i t a l i s t a s ) encontramos o t ros grupos sociales ( l o
&e 'se denomina oligarquía, plebe, masas, etc. ) , l o que da lugar
a una multiplicidad i n o r g h i c a de intereses , Pareciera que l a
determinación social por l a es t ructura de c lases sociales es me nor que l a determinaci6n por l a delimitacibn po l í t i co - t e r r i to r i a l
de es tos espacios heterogéneos. Dado que l a esfera económica en
su heterogenidad -no l l eva en s í misma e l pr incipio de coordinar
ciÓn a pos ter ior i de l o s productores atomizados (similar a l m e r - .
cado en i a producci6n c a p i t a l i s t a de mercancías) es necesaria 6
una coordinación a o t ro nivel ' La pol%tica es l a esfera de media m
ción, pero -a diferencia del "capitalismo puroN- e s una media-
cibn de praxis sociales diferentes. Aparece l a paradoja de que
l a mediaci6n po i i t i ca es necesaria no tanto por e l carácter so-
cial que tiene l a praxis (antagonismo de c lases) sino porque l a
praxis no l lega a cons t i tu i r se nacionalmente como soc ia l (hete-
xogenidad). En o t ras palabras: e s l a no-integración de Sacie dad Civil l a que transforma a l Estado en el sujeto social , E s l o
que vislumbramos en l a mayor autonomía r e l a t i v a del Estado en -14; <A-
&&rica Latina. Como generalización hipotét ica podría decirse , - - -
que cuanto mayor es l a autonoda r e l a t i v a de l a esfera pol i f ica ,
tanto más débi l es su fundamente y, por ende, tanto más limitado
es el contenido de l a autonomía. (2 La sociedad latinoamericana s e constituye solamente en
referencia a l ciudadano abstracto, no como conjunto de relacio- 0.
nes soc ia les entre individuos concretos. L a validez del Estado
sobrepasa aquella de l a Sociedad Civil. Frecuentemente parecie-
r a rad icar en una dominación eminentemente pol$tica. E s un fun-
damento débi l en l a medida en que l a dominacibn po l í t i ca no sur-
ge de una dominación económica en l a cual pueda apoyarse, A l con - t r a r i o , l a dominación económica s e construye a través de l a do-
minación p o l i t i c a y e s instrumentalizada por ésta. La dominación
S 1
p o l i t i c a empero, no reemplaza l a dominación económica, pues es A .
capaz de ser re lac ión de mediación solamente en t re "ciu&ádanosfl. P.
La misma forma de generalidad que requ ie re e l Estado p a r a ha-- de e s f e ra de mediación, l e impide asen ta rse de manera inmediata
en l o s individuos concretos. Tiene que transformar las cualida-
des concretas de l o s individuos en cantidades conmensurables, o
sea abs t rae r de las condiciones espec í f icas una cualidad general:
ser ciudadano, E l ciudadano no t i e n e determinación en s í mimo;
supone a l productor, só lo en cuanto productor concreto es deter-
minado ciudadano,
Cuando no existe un proceso de producción to t a l i zado r ,
cuando las re lac iones de producción no constituyen una p rax i s
s o c i a l común, tampoco pueden desa r ro l l a r se i n t e r e se s soc i a l e s ,
E s por e l carscter s o c i a l de l a p rax i s que l a pasi6n individual ,
l l e g a a ser un i n t e r é s socia l . En ausencia de 61 se forman gru-
por soc ia les en torno a i n t e r e s e s conunes. En América Lat ina l a
es t ruc tura de clases se const i tuye más en re fe renc ia a l a domi-
nación p o l f t i c a que a las re lac iones de producción, porque sÓlo
en l a es fe ra p o l í t i c a pueden es tab lecerse i n t e r e se s generaliza-
bles. Pero general izables sÓlo en l a e s f e r a p o l i t i c a . No surgen
de l a hegemonía de una clase s o c i a l n i pueden fundarla. Sin re-
ferencia a l a praxis soc i a l son i n t e r e s e s generales no-determina I
dos, abstracción vacía. Sin hegemonía en l a Sociedad C i v i l tam-
poco hay hegemonía en e l Estado; de ahí l a ausencia de l o que
se denomina "proyectos histÓricosu. De ah í t a m b i h l a debi l idad
normativa de l Derecho en ~rnérica Latina (1).
(1) Volviendo a l fenómeno de ju r id i f i cac ión mencionado: Esto ha# r í a comprensible ~ o r q u é l a ju r id i f i cac ibn puede repr imi r y /o neut ra l i za r e l con f l i c to s o c i a l , pero no logra generar un - proyecto p o l í t i c o hegemónico. E s an t e todo un mecanismo de- fensivo para amortiguar l a crisis de hegemonía, E l Derecho cumple una función de ucemento ideológicot ' s u s t i t u t i v o (en parte) de una e s t ruc tu ra s o c i a l y económica orgánica.