9572463 jose maria rosa el to de urquiza[1]

Upload: el-hombre-carbono

Post on 07-Apr-2018

221 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    1/52

    EL PRONUNCIAMIENTO DE URQUIZApor Jos Mara Rosa

    Indice

    Captulo I LA CONFEDERACIN Y EL IMPERIO

    2da. Guerra con Brasil - O Rosas o el Imperio - El Milagro de la casa de la casa de Braganza

    Captulo II -- EL COMANDANTE DEL EJERCITO DE OPERACIONES

    El Militar y el Comerciante - Rosas interrumpe el Trfico irregular (1849) Antonio Cuys ySampere Cmo ha credo, pues, el Brasil que el General Urquiza ser traidor? (20/04/50) Deixemosle e esperemos (07/50) Urquiza estar con nosotros o contra nosotros (01/51) Conjeturas

    Captulo III ACERCAMIENTO A BRASIL

    El Golphinho La negociacin de Cuys (24/01/51) En Entre Rios (en/feb 51)

    Captulo IV BRASIL ORDENA EL PRONUNCIAMIENTOEl Plan de Alsina (11/50) En Ro de Janeiro (02/51) Vamos a corresponder a Urquiza acondicin que se declare y rompa con Rosas (11/03/51) Otra vez el Golphinho - La circularescondida (3/04/51) Le llegan a Urquiza las instrucciones de Paulino (6/04)

    Captulo V EL TRATADO SECRETO

    Satisfaccin de S.M. el Emperador y de todo el Gabinete! (abr/51) Un balde de agua fra(18/04) Se empieza a redactar el tratado de Alianza (16/04 a 2/05) Mientras la nia se enamoratodo se concede (2/05/51) Llega la escuadra Brasilera (26/04 al 4/05) La Contrata secreta (13

    de mayo)

    Captulo VI EL PRONUNCIAMIENTO

    No parea que o pronunciamento de Urquiza foi uma condio que lhe impuzemos Oportunidad para pronunciarse El pronunciamiento oculto (18/05?) - Popularidad delpronunciamiento? - La repblica independiente de Entre Ros - Qu fue en realidad elpronunciamiento? El pronunciamiento en Brasil El pronunciamiento en Bs.As.

    EPILOGO

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    2/52

    Yo he permanecido dos meses en la Corte del Brasil, en el comercio casi ntimo de los hombres deestado de aquella nacin, y conozco todos los detalles, General, y los pactos y transacciones por loscuales entr S.E. en la liga contra Rosas. Todo esto, no conocido hoy del pblico, es ya dominio dela Historia, y est archivado en los ministerios de Relaciones Exteriores del Brasil y del Uruguay.

    SARMIENTO a URQUIZA.

    carta de Yungay, de 13 de octubre de 1852.

    I

    LA CONFEDERACIN Y EL IMPERIO

    2 GUERRA CON BRASIL.

    El 30 de septiembre de 1850 quedaron rotas las relaciones entre la Confederacin Argentina y el

    Imperio de Brasil. Ese da el ministro de Negocios Extranjeros brasileo, Paulino Soares de Souza,entregaba a su pedido- los pasaportes al ministro plenipotenciario argentino, general Toms Guido.Dos das despus, Guido y el personal de la Legacin abandonaban Ro de Janeiro.

    La ruptura culminaba una tensa situacin entre la Confederacin gobernada por Rosas y el Imperiode Pedro II. Desde 1843 saban perfectamente los sagaces hombres de estado brasileos que o elImperio terminaba con Rosas, o Rosas terminaba con el Imperio. Pues la presencia en BuenosAires de un gobernante como Rosas patriotismo, energa, astucia, coraje- significaba laconsolidacin de la nacionalidad argentina, y por lo tanto el lmite o el retroceso para la poltica deexpansin brasilea hacia el sur. Lmite, por cuanto la decidida defensa que haca Rosas del EstadoOriental gobernado por Oribe, impedira todo propsito brasileo de someterlo a su influencia; yretroceso, porque Rosas reclamaba la devolucin de las Misiones Orientales ocupadas ilegalmentepor los lusitanos desde 1801.

    No solamente eso. La poltica exterior de Rosas el sistema americano como la llamaba- tenda aestrechar los vnculos entre las distintas hijuelas de la herencia espaola en Amrica, o por lo menosentre aquellas que formaron el Virreinato del Plata, creado en 1776 precisamente como muro decontencin al expansionismo lusitano. A su vez, la poltica brasilea haba consistido en dividir alvecino (el Estado Oriental, independizado en 1828, como consecuencia de la primera guerraargentino-brasilea; la Repblica del Paraguay cuya formal declaracin de Independencia habaincitado en 1842 y reconocido en 1844)encontrando en esta tarea disgregadora la ayuda poderosa de

    Gran Bretaa, empeada en atomizar el antiguo dominio es paol en Amrica como medio demanejarlo econmicamente. El divide et impera de los britnicos en la herencia espaola enAmrica, coincida con el inters brasileo de mantener en Sudamrica un imperio fuerte y u nido,rodeado por diez o ms republiquetas espaolas, sin sentido nacional, anarquizadas y rivales entreellas.

    Pero Rosas se haba impuesto en el Plata, y su sombra amenazaba al Imperio. Del mosaico deprovincias enemigas dejado por los unitarios (la oligarqua argentina) haba emergido la fuerterealidad de la Confederacin de 1831, liga de gobiernos populares orientada por la firmeza delRestaurador porteo. No solamente era un peligro poltico para el Imperio, sino una amenaza social.La consolidacin de Rosas era el triunfo de las masas populares, pues su figura tena prestigio entre

    los demcratas y abolicionistas de Brasil.

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    3/52

    Rosas haba sabido imponer su sistema americano. Hizo la unidad de las catorce provinciasargentinas (la porcin remanente del escindido virreinato) con el Pacto de 1831 y sobre todo con sudura mano para hacerlo cumplir. Consigui luego, por la Ley de Aduana de 1835, el florecimientoindustrial de su pueblo en decadencia desde que los ingleses establecieron el librecambio de 1809.Defendi con gallarda la soberana argentina contra la intervencin francesa de 1838-40 y suscomplicaciones internas de ejrcitos libertadores, libres del sur, coaliciones del norte,

    estimuladas y pagadas por el almirante interventor. Y acababa de triunfar por los tratados conInglaterra de noviembre de 1849, y con Francia de agosto de 1850- de la segunda y temibleintervencin de ambos poderes mercantilistas coaligados.

    Ahora, arrojados del Plata los europeos disgregadores, Rosas ira necesariamente a la unidadpreconizada por su sistema americano.

    Qu se propona Rosas con el sistema americano? Hara la unidad del Plata como hizo la unidadargentina: sin prepotencias, sin herir susceptibilidades, por propia y decidida voluntad de losplatinos. Tal vez y eso teman en Brasil- un Congreso Oriental, legtimamente oriental, se reunieseen Montevideo liberado de extranjeros y extranjerizantes y suscribiese el Pacto Federal. O se

    formase una nueva Confederacin tripartita entre la Argentina, el Estado Oriental de Oribe y laRepblica de Bolivia, donde Manuel Isidoro Belzu, caudillo de fuerte naturaleza popular,simpatizaba abiertamente con el americanismo de Rosas. Quin podra impedirlo?...Inglaterra?... Acababa de ser ex pulsada del Plata y en el tratado de 1849 Rosas le haba impuestoel reconocimiento del libre derecho de la Argentina y el Estado Oriental para conducir su polticainterna y exterior... Francia?... Se encontrara en la misma situacin, si el convenio de paz firmadopor Lepredour en agosto de 1850 fuese ratificado por su Asamblea Legislativa.

    Solamente quedaba Brasil.

    Esta unidad del Plata bajo el sistema americano - gobiernos populares, identidad de propsitos,ideales patriticos- era mortal para el Brasil aristocrtico de Pedro II. Aunque alentaba lasesperanzas ocultas de otro Brasil, democrtico y abolicionista (1). Pero la aristocracia del caf y delazcar, basada en la obra de mano servil, podra obstar a esa unidad de los escindidos vecinos, ahacerse bajo el signo de gobiernos populares e igualdad de todos los hombres? Por lo menos debera

    jugarse la carta desesperada de una guerra en el Plata. Y como esa guerra no estaba Brasil encondiciones de llevarla contra el poderoso Rosas, toda su poltica desde 1844 en adelante haba sidopro curarse la alianza de los interventores europeos. Tras el desengao de los proyectos deconvenios de Southern y Lepredour en junio de 1849, alent una sola y desesperada esperanza: quela Asamblea Nacional francesa, burguesa e intervencionista, donde era predominante la influenciade Luis Adolfo Thiers, no ratificase el tratado de Lepredour que hera la susceptibilidad patriotera

    de los galos; y buscase como lo haba anunciado el mismo Thiers en enero de 1850- (2) la alianzade Brasil.

    Era una esperanza desesperada, pues la intuicin poltica del Canciller Paulino le haca temer elcompleto abandono de Francia a toda otra aventura en el Plata despus de la leccin severa recibidaen la Vuelta de Obligado. De all que el mismo da 30 de septiembre- en que Paulino entreg lospasaportes al general Guido, escriba a Jos Mara de Amaral, Encargado de Negocios de Brasil enFrancia, explicndole el alcance del paso dado y la necesidad para el Imperio de cesar todo motivode rozamiento con Inglaterra en la grave cuestin del trfico de esclavos:

    ...El pobre Brasil teniendo en s tantos elementos de disolucin, tal vez no pudiese resistir a una

    guerra en el Plata... (3)

    O ROSAS O EL IMPERIO.

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    4/52

    Desde que en setiembre de 1848 se afirm en Brasil la poltica de represin contra la olarevolucionaria social que llegaba desde Europa, a nadie escap que la consecuencia internacional deesa represin podra llevar a una guerra contra Rosas. El 29 de septiembre de 1848 tom el gobiernoel partido conservador brasileo (conocido generalmente por partido saquarema) con el vizcondeOlinda, antiguo Regente, en la jefatura del gabinete: su misin era postergar todo conflicto con

    Rosas, mientras yugulaba la grave revolucin de los praieiros republicanos y hasta socialistas- dePernambuco y estableca la ley marcial en los puntos neurlgicos del desunido Imperio. El astutovizconde o Maquiavelo da ra do Lavrado- cede sumiso a las arrogancias de Rosas, hasta dejarpoco menos que en jirones el honor imperial (4). No era cosa de enzarzarse en una guerrainternacional con el frente interno en pedazos.

    Tampoco Rosas poda ir a la guerra contra Brasil en 1848, sin acabar de solucionar sus problemascon Inglaterra y Francia. Pero la preparaba cuidadosamente, mediante el armamento yadiestramiento de los dos fuertes cuerpos militares de los Estados del Plata: el Ejrcito deOperaciones de la Confederacin Argentina acantonado en Entre Ros y Corrientes bajo el mandodel general Urquiza, que poda poner entre 15 16 mil hombres sobre las armas. Y el Aliado de

    Vanguardia, de un nmero aproximado de combatientes argentinos y orientales, comandado por elgeneral Oribe, presidente de la Repblica Oriental.

    En octubre de 1849, la noticia en Brasil de la ratificacin del proyecto Southern por Inglaterra y enconsecuencia su elevacin a tratado, obliga al Imperio a ponerse en mejores condiciones para laguerra. La revolucin democrtica ha sido extinguida, y el vizconde Olinda deja la presidencia delgabinete: el 8 de octubre (de 1849) lo reemplaza en la cartera de Negocios Extranjeros uno de losms tenaces y hbiles diplomticos del Imperio, Paulino Jos Soares de Souza, ms tarde vizcondede Uruguay. Su propsito, como lo dice Andrs Lamas en sus cartas a Montevideo (5) era disponersem bulha las cosas para una guerra inevitable.

    Por once meses, Paulino retardar la contienda (de octubre de 1849 a setiembre de 1850) mientrasespera la decisin final de Francia en el proyecto convenido en junio de 1849 entre Rosas y elalmirante francs Lepredour (al mismo tiempo que convena el proyecto ingls con Southern).Inglaterra haba acabado por resignarse a la imposicin de Rosas, y aceptado noviembre de 1849-que Southern la elevase a tratado. Pero no era la misma la posicin de ambas potencias agresoras.Lord Palmerston poda presentarse al Parlamento ingls y decir que se haba perdido una guerracolonial, porque la tenaz resistencia de los nativos la haca muy costosa, y seguirla resultaba un malnegocio. Sin que por eso se estremeciera el Imperio Britnico.

    Pero Francia era otra cosa. No poda anunciar el ministro Rouher a la Asamblea Legislativa que la

    guerra en el Plata se haba perdido y era imprescindible allanarse a las imposiciones de Rosas, sinque cayera el ministro, el gabinete, el presidente de la Repblica y hasta se erizaran de barricadaslas calles de Pars. El imperialismo francs no tena los mviles comerciales del ingls: era elansia de volver a antiguas glorias perimidas, de creerse todava la Francia poderosa de Napolen oLuis XIV. O una Francia mejor, campeona de la civilizacin, de la humanidad, de la libertady otras bellas palabras. Jams aceptara la afrenta infringida por un gaucho brbaro, sobre tododespus que las banderas de Obligado haban sido paseadas victoriosamente por las calles de Pars yllevadas a reposar como trofeos (sino gloriosos, por lo menos logrados) en el panten de losInvlidos.

    Por un momento (enero de 1850) el voto adverso de la Asamblea Legislativa al proyecto Lepredour,

    y el envo de una fuerza armada para amedrentar a Rosas y hacerle aceptar otro tratado digno delhonor de Francia, hace despertar el optimismo brasileo. No era Rosas hombre de amedrentarse, ypor lo tanto la guerra era inminente. Se haba hablado en Pars claramente de una guerra, en caso de

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    5/52

    no allanarse Rosas: el almirante orleanista Lain haba clamado contra ese gaucho ensoberbecidoque escupe la tricolor, el legitimista Larochejaquelin se haba mofado de los orleanistas yrepublicanos jaqueados por un "jefe de pandillas; el bonapartista conde Daru haba dicho que eltratado Lepredour no es un tratado: es una desconsideracin, y Thiers, ms arrogante que nunca,despus de leer algunos captulos de las indispensables Tablas de Sangre de Rivera Indarte(confeccionadas y pagadas para servir a esos menesteres) haba atacado duramente al gobierno por

    querer abandonar la Causa de la Humanidad tan slo porque un monstruo cruel, pero tenaz, semostraba in tratable, agregando que a falta de Inglaterra podramos encontrar otros aliados: allestaba el Brasil amenazado por Rosas con sublevarle sus inmensas poblaciones de esclavos, quese prestara a auxiliar a Francia; all estaban tambin los jvenes educados a la francesa, quequeran y admiraban a Francia prontos desde Montevideo y Chile a ayudar como en 1838 al pasde sus preferencias en la victoria de la Civilizacin contra la Barbarie (6).

    Lleg a mediados de abril (de 1850) la expedicin armada francesa al puerto de Montevideo. Conella, tremendas instrucciones al almirante Lepredour de hacer otra paz digna del honor de Francia,suavizadas en caso contrario con la orden de esperar la decisin del gobierno. El almirante sabeque Rosas no habra de amedrentarse y ordena que la es cuadra no pase de Montevideo para no

    irritar lo y hacer imposible una negociacin. El solo, se adelantar a tratar con el intratable Jefe delos argentinos; conoce a Rosas, y sabe que se le hace hacer un paso ridculo, un pasovergonzoso(7).

    Acompaado de Southern visita al Restaurador, e impasible oye la descarga del terrible mal humorde Rosas que sin consideracin diplomtica se acuerda de las madres de Thiers, de Rouher y delmismo almirante (8). El trmulo marino lo oye con resignacin: est acostumbrado a lasexplosiones del carcter de Rosas. Este no solamente no le a floja una coma en el proyecto de 1849,sino que logra, con paciencia, astucia y sobre todo energa, hacerlo an ms favorable a laConfederacin. El 31 de agosto se firma el tratado definitivo, que el gobierno francs (por lo menosla Asamblea patriotera) no podra aprobar sin mengua del honor de Francia. A lo menos eso creePaulino. Pero Rosas est perfectamente informado de que el Presidente de Francia Luis NapolenBonaparte- no va a crearse complicaciones internacionales en momentos en que debe preparar elgolpe de estado que habra de llevarlo al trono imperial como Napolen III. Entonces los franceses,pueblo de conversadores, tendran muchas cosas de qu hablar para hacerlo de una guerra contra laArgentina.

    El 31 de agosto se firmaba, pues el tratado Lepredour - Arana que pona fin a la intervencinfrancesa; el 30 de setiembre Rosas rompa relaciones diplomticas con Brasil. Segn Herrera yObes, Rosas, ante los preparativos imperiales de guerra, habra dicho Pobres brasileros! de suemperador voy a hacer mi mayordomo(8 bis). Y el mismo 30 de setiembre, da en que Paulino

    entregaba en Ro de Janeiro los pasaportes diplomticos al general Guido, el Canciller del Imperioescriba al Encargado de Negocios de Brasil en Francia, Jos Mara de Amaral, esas palabrastraducidas ms arriba: O pobre Brasil, tendo em si tantos elementos de disoluo, tal vez nopodesse resistir a uma guerra no rio da Prata...

    EL MILAGRO DE LA CASA DE BRAGANZA.

    Cuenta la historia de Prusia que, acorralado Federico II en la guerra de los Siete Aos, iba a librar labatalla definitiva contra los rusos: el ejrcito estaba extenuado, la desproporcin con el enemigo eragrande y la posicin estratgica comprometida. Los generales prusianos, convencidos de la derrota,le aconsejaban la capitulacin. No habra medio de vencer?, pregunt Federico; Tan slo un

    milagro, majestad. Pues bien: esperemos el milagro de la Casa de Brandeburgo. Y esa nochelleg a la tienda de campaa de Federico un mensajero del zarevitch Pedro de Rusia trayendo losplanes secretos del Estado Mayor ruso para la batalla; el zarevitch, general enemigo, torpe de

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    6/52

    inteligencia y admirador de Federico, se los obsequiaba. Federico rene a los suyos, les entrega losdocumentos que significaban la victoria prusiana, dicindoles alborozado: He aqu, seores, elmilagro de la Casa de Brandeburgo. Triunf al da siguiente, y gan la guerra perdida.

    A Pedro II de Brasil le ocurrira algo parecido. En momentos en que su pariente Francisco Jos deAustria le aconsejaba en una carta del Canciller Schwarzenberg al Canciller Paulino- rehuir a

    cualquier sacrificio la guerra con la Confederacin Argentina pues, segn la opinin de oficialesfranceses informados in locum, la balanza se inclinara a favor de Rosas (9), le llega en febrero de1851 una nota del Encargado de Negocios brasileos en Montevideo, informndole que un agentedel Comandante en Jefe del Ejrcito de Operaciones argentino lo haba visitado para hablarle de laposibilidad de neutralizar a ese ejrcito. Paulino alborozado redacta las instrucciones (fechadas el11 de marzo) a llevarse verbalmente al general argentino. En abril est convenido y garantizado elpase de ste y de su ejrcito; en mayo se hace el pblico pronunciamiento y la alianzacomprometedora y finalmente en febrero de 1852 ocurre la derrota de la Confederacin.

    Paulino pudo contestar en 1851 a Schawarzenberg para que tranquilizara a Francisco Jos deAustria sobre la suerte de su primo de Brasil: se haba producido el milagro de la Casa de Braganza:

    Le feu a pris a la maison de notre voisin, quand il songeait a le mttre a la notre...(10).

    El zarevitch que entreg los planos para derrocar a su propio ejrcito, fue estrangulado por lossuyos en la fortaleza de Ropcha no obstante su deficiencia mental; su memoria qued proscripta dela historia de Rusia.

    El general argentino sera ms afortunado.

    IIEL COMANDANTE DEL EJERCITODE OPERACIONES

    EL MILITAR Y EL COMERCIANTE.

    Justo Jos de Urquiza era, sin duda, el ms capacitado jefe militar de la Confederacin. Susmagnficas victorias en India Muerta, Laguna Limpia y Potrero de Vences, y la eficaz salvacin delas tropas entrerrianas despus de la derrota de Echage en Caaguaz, as lo acreditabansobradamente. Era gobernador de Entre Ros desde 1841, jefe del Ejrcito Federal de la Reserva en1845; en 1849, Comandante en Jefe del Ejrcito de Operaciones que, considerablemente equipado y

    armado por Rosas, sera la pieza maestra de la futura guerra con Brasil.En aquellos aos la provincia de Entre Ros viva una gran etapa de prosperidad econmica: losnegocios de campo se desarrollaban como nunca, corra el dinero en gran cantidad, progresaban suspequeos pueblos hasta transformarse en verdaderas ciudades; se instalaban casas de comercio,astilleros, saladeros, etc. Hacia 1849 la prosperidad entrerriana se traduca en mejoras edilicias,construccin de teatros, escuelas, etc., costeados en buena parte por el peculio personal delgobernador. Porque ste haba crecido parejo con el de la provincia, tal vez en mayor proporcin: elgeneral era un hbil militar y un firme gobernador, pero tambin un consumado comerciante. Nosolamente era el hombre ms rico de Entre Ros, sino tambin el distribuidor de la riqueza de losentrerrianos: nadie poda faenar sin su autorizacin, nadie exportar una libra de carne sin su visto

    bueno. Era el mayor propietario de campos en la provincia, el fletador de los buques de cabotajes ymonopolizador de los saladeros, y no haba tenido los escrpulos de Rosas para cerrar sus negociosal llegar al gobierno.

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    7/52

    El secreto del enriquecimiento entrerriano estaba en el largo sitio de Montevideo, iniciado en 1843.La verdad es que las estancias entrerrianas, ms que de los saladeros riograndenses, sala la carneconsumida en la ciudad sitiada.

    No era el solo rubro de su enriquecimiento. Desde 1847 las balleneras de cabotaje (de propiedad o

    fletadas por el gobernador en su casi totalidad), no solamente llevaban a Montevideo la carne enforma de charque o de ganado en pie, sino traan en retorno mercaderas de procedencia europea,reexpedidas inmediatamente a Buenos Aires. Era un gran negocio comprar manufacturas europeasen Montevideo, llevarlas a Entre Ros y reexpedirlas a Buenos Aires: entradas como deprocedencia interior eludan las prohibiciones y altos aforos de la Ley de Aduana portea. Era unverdadero contrabando trfico irregular, lo llama Herrera y Obes con eufemismo (11)- queperjudicaba a la Confederacin por la burla de la ley protectora de la produccin artesanal interna.

    La salida de oro hacia el extranjero por la puerta falsa de Entre Ros, formaba el tercer rengln degrandes ganancias irregulares. Rosas haba prohibido en 1837 la exportacin del oro a fin demantener una existencia que sostuviera el valor del peso e hiciera elsticas las reacciones del

    mercado. Naturalmente, la ley de Rosas prohiba la salida de oro de Buenos Aires al exterior, perolo permita hacia otras provincias. Pero las goletas y balleneras del gobernador Urquiza, quellevaban mercaderas europeas a Buenos Aires, retornaban con grandes cantidades de oro quellevaba a vender a Montevideo; el precio del oro, debido a su prohibicin de exportarlo, era msbajo en Buenos Aires que en Montevideo (11 bis).

    Si en la exportacin de la carne entrerriana a Montevideo tena el gobernador la parte del len, enlos otros dos trficos irregulares (introduccin de mercaderas europeas y venta de oro) era elexclusivo beneficiario. Sus libros de contabilidad demuestran que se vala de la gerencia o sociedadde dos fuertes comerciante catalanes, Esteban Rams y Rubert en Buenos Aires (para la colocacinde las mercaderas europeas y la compra de oro) y Antonio Cuys y Sampere en Montevideo,encargado a su vez de colocar la carne y el oro y adquirir productos europeos.

    ROSAS INTERRUMPEEL TRAFICO IRREGULAR (1849).

    Nada poda importarle a Rosas que Urquiza, o Entre Ros, se beneficiaran econmica ocomercialmente, siempre que no lo hicieran en perjuicio de la Confederacin. Legislar sobre lasformas del comercio entrerriano es taba por el sistema poltico vigente- fuera de su jurisdiccin: nopoda impedir que el gobernador de Entre Ros adoptase para su provincia el sistema de librecambio

    e introdujera sin derechos mercaderas extranjeras, como tampoco que permitiera la libreexportacin de oro a Montevideo. Cada provincia era duea exclusiva de sus aduanas, tantointeriores como exteriores. Pero no le hara gracia a Rosas que desde una provincia argentina sealimentase a la ciudad sitiada por el ejrcito de la Confederacin, ni tampoco que el trfico delgobernador de Entre Ros perjudicase a la Confederacin extrayndole su oro o abarrotando sumercado interno de mercaderas europeas. Por eso orden a Capitn del Puerto de Buenos Aires quenegare licencia para cargar oro en buques con destino a Entre Ros, o descargar de buques de esaprocedencia toda mercadera que no fuera de produccin nacional. Urquiza protesta invocando lafelicidad de esta provincia con las razones de toda prdica librecambista. Rosas queda impasible.El 26 de octubre Urquiza reitera su protesta con mencin de la gloria federal adquirida en IndiaMuerta, el Potrero de Vences, etc. Rosas da nuevamente la callada por respuesta.

    ANTONIO CUYS Y SAMPERE.

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    8/52

    Ambas notas, conocidas en Montevideo, hicieron suponer una ruptura de Urquiza con Rosas.Valentn Alsina, director del Comercio del Plata de Montevideo y activo jefe de los unitarios en laciudad, escribe a Brasil el 18 de noviembre de la necesidad de tantear a Urquiza (12).

    Hacia febrero (de 1850) recrudece el rumor de que Urquiza rompera con Rosas si ste no ledevolva sus negocios. Se lleg a hablar de que el rompimiento haba sido pblico. Silva Pontes, En

    cargado de Negocios brasileo, pregunta a Herrera y Obes, ministro de Relaciones Exteriores, el 14de ese mes lo que saba de cierto. Este no puede contestarle pues los peridicos de aquellaprovincia (Entre Ros) hasta el 7 del cte., muy lejos de apoyar aquel rumor, siguen mostrando queUrquiza sigue ligado en un todo a los principios de la poltica de Rosas (13).

    Se encontraba en Montevideo Antonio Cuys y Sampere, agente y socio de Urquiza. Se habaconvertido en un tremendo antirrosista desde que las prohibiciones del Restaurador mermaran suscomisiones en la venta del oro y adquisicin de mercaderas europeas. No vea el tiempo derestaurar las cosas al estado de antes, y hablaba en pblico de la necesidad de abatir al tiranoporteo que oprima a la libertad comercial entrerriana. Aos despus escribira unos valiososApuntes sobre la parte que le cupo en la gran poltica (as la llama) que desembocara en el

    Pronunciamiento de mayo de 1851. Atribuye la conversin de Urquiza a la causa de la libertad (lafrase va por su cuenta) a su ojo certero para hacerle ver sus mejores conveniencias.

    En sus Apuntes, Cuys dice con ingenua sinceridad que...

    ...para ayudar al Gral. Urquiza a salir de su atolladero y situacin comprometida con respecto aRosas, haca yo una activa propaganda para hacer olvidar a los pueblos sus yerros pasados, susactos de crueldad y tirana; para presentarlo como Jefe de un gobierno paternal y justiciero..." (14).

    Escritos en 1888, cuarenta aos despus de ocurridas las cosas, los Apuntes de Cuys tienenomisiones, confusiones y trastrueques explicables, pues el autor haba pasado largamente los 80aos. Pero estn escritos con sinceridad y con una noble admiracin comercial por Urquiza (a quienelogia principalmente por la habilidad en enriquecerse). Su valor, como documento histrico essubsidiario, pero sirve para aclarar algunas lagunas de los documentos diplomticos.

    Silva Pontes sabe la existencia de Cuys y sus palabras en marzo de 1850. En esa fecha escribe aBrasil:

    Afrmase en secreto que Urquiza tiene aqu un agente, y que este agente asegura que l, Urquiza,conoce perfectamente los riesgos de su posicin, pero que podra salir de ella apenas se convenza depoder hacerlo con buen xito (15).

    Con inocencia o cinismo, Cuys sola decir a quienes le preguntaban sobre Urquiza:

    No tiene plan fijo. Obrar segn las circunstancias se presenten y como lo demanden losintereses de la provincia y los suyos personales (16).

    El cataln visitaba a Valentn Alsina, al ministro Herrera y a otros prohombres de la defensa. Notena relacin, por entonces, con el Encargado de Negocios brasileo. Pero el ministro informaba aste de las sugerentes palabras del socio del general argentino. Alguna vez, a principios de abril (de1850), al tiempo de llegar a Montevideo la expedicin armada francesa que acompaaba lasegunda visita de Lepredour a Rosas, y parecer inminente una guerra franco - brasilea contra la

    Confederacin Argentina, solicit Silva Pontes algo ms explcito a Herrera. Segn Pontes no pasde una simple pregunta al ministro de una ciudad protegida por su gobierno, y que mantenarelaciones con agentes de generales enemigos. En qu condiciones podra contarse con un

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    9/52

    pronunciamiento de Urquiza? Pero Herrera y Obes la frondosa imaginacin de Herrera dirPontes a su gobierno en su descargo- tom la pregunta inocente por una en cuesta oficial delrepresentante del Imperio. El ministro montevideano llam a Cuys, y muy seriamente en nombredel Brasil, le formul una cuestin absurda para ser sometida a un militar argentino: En caso deuna guerra de la Con federacin con Brasil y Francia, podra contar Brasil con la defeccin deUrquiza a sus deberes? (17).

    Herrera, hombre poco discreto, debi exigir una contestacin urgente, y Cuys no es taba encondiciones de viajar a Entre Ros. Pues preguntas de esa ndole se llevan verbalmente, sin dejarrastros escritos. Lo cierto es que Cuys cometi la indiscrecin de deslizarla en una carta enviada aUrquiza el 9 de abril:

    Me consta de una manera positiva que el Encargado de Negocios del Brasil en esta ciudad harecibido rdenes de su gobierno para averiguar si, en el caso de una guerra con los Estados delPlata, podra contar con la neutralidad de V.E.; y en consecuencia de esta orden hace tres das queha estado en el Ministerio de Relaciones Exteriores pidiendo las explicaciones que ese gobiernopudiese darle a este respecto (18).

    El 11 Cuys vuelve a escribir a Urquiza para informarle de la llegada a Montevideo de la totalidadde los buques de la expedicin francesa. Y agrega, sugestivamente que habra de correr abundanteel oro como en 1838:

    Han llegado a ms dice -, grandes cantidades de dinero remitidas por el banquero de ParsRothschild, con el intento de comprar las letras que los agentes franceses giren contra el Tesoro deFrancia, y pertenecientes otras a la Caja de la Divisin Expedicionaria. Las primeras se hacen subira 40 mil onzas de oro, y las segundas a 10 mil.

    Ayer sali el almirante (Lepredour) para Buenos Aires (19).

    CMO HA CREDO, PUES, EL BRASIL QUE EL GENERAL URQUIZA SERTRAIDOR?(20 de abril de 1850).

    La respuesta de Urquiza sera terrible. Agraviado como argentino y como jefe militar por lapregunta del gobierno enemigo, escribe a Cuys el 20 de abril:

    Si las miras del gobierno francs fueran ambiciosas y de conquista qu prepare y vaya preparandosus francos y sus hombres, persuadido que la lucha ser terrible!.

    Entra luego al objeto de la carta de Cuys; lo indigna con estruendo la suposicin del enemigo:

    Crea Ud. que me ha sorprendido sobre manera que el gobierno brasilero, como lo asevera, hayadado orden a su Encargado de Negocios en esa ciudad para averiguar si poda contar con mineutralidad...Yo, Gobernador y Capitn General de la Provincia de Entre Ros, parte integrante de laConfederacin Argentina, y General en Jefe de su Ejrcito de Operaciones, que viese empeada asta o a su aliada la Repblica Oriental en una guerra, en que por este medio se ventilasencuestiones de vida o muerte vitales a su existencia y soberana... Cmo cree, pues, el Brasil, comolo ha imaginado por un momento, que permanecera fro e impasible espectador de esa contienda enque se juega nada menos que la suerte de nuestra nacionalidad o de sus ms sagradas prerrogativas,sin traicionar a mi Patria, sin romper los indisolubles vnculos que a ella me unen, y sin borrar con

    esa ignominiosa mancha mis antecedentes?El Gabinete imperial al expresarse as me ha inferido una grave ofensa, suponindome capaz defaltar a mis santos y obligatorios deberes, olvidando que siempre los he llevado del modo que

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    10/52

    mejor posible me ha sido, y que as lo verificar... Debe el Brasil estar cierto de que el GeneralUrquiza con 14 16 mil valientes entrerrianos y correntinos que tiene a sus rdenes sabr, en elcaso que ha indicado, lidiar en los campos de batalla por los derechos de la Patria, y sacrificar, sinecesario fuera, su persona, sus intereses, fama, y cuanto posee (20).

    En la misma fecha 20 de abril- el secreta ri de Urquiza, de apellido Cabral, se dirige a Cuys por

    separado hacindole saber que por orden del Gobernador debe mostrar la carta de S.E. al ministrobrasilero (21). Cuys acusa recibo el 6 de mayo:

    Hace tres das que recib la apreciable de V.E. del 20 del cte. (sic) y juntamente con ella las del Sr.Cabral, de que me he impuesto literalmente.De la V.E. no har ahora el uso que el Sr. Cabral me indica, por temor de que comprometiera miseguridad personal derramando la sospecha de ser un agente poltico de V.E.; mas estar a las mirasde un momento oportuno para hacerla saber del Sr. Encargado de Negocios del Brasil y demspersonas influyentes en sta, y entre tanto procurar que se traduzcan y generalicen suspensamientos y miras polticas tan abundantemente patriticos (22).

    Lo de abundantemente patriticos es exclusivamente para Urquiza, pues en sus Apuntes Cuyslamenta la carta del 20 de abril donde las esperanzas se desvanecieron, sin quedar ms quedesengaos y aumentos de desconfianza(23).

    DEIXEMOSLE E ESPEREMOS (JULIO DE 1850).

    Pero Urquiza quiere a toda que Silva Pontes lea su carta. La publica el 6 de junio en El FederalEntre-Riano, de Paran, callando el nombre del destinatario. En el mismo peridico hace escribir unelocuente editorial, posiblemente por la pluma del Dr. Severo Gonzlez:

    Sepa el mundo todo, que cuando un poder extranjero nos provoque, esa ser la circunstanciaindefectible en que se ver al inmortal general Urquiza al lado de su honorable compaero el GranRosas, ser el primero que con su noble espada vengue a la Amrica... (24).

    Mucho es el desagrado de Silva Pontes. La indiscrecin del agente de Urquiza o del imaginativoHerrera, dejaba a su pas y a l en una poco cmoda posicin. Redacta un formal desmentido, queeleva en consulta a Ro de Janeiro con la explicacin de su conducta. Es cierto: haba hablado sobreuna posible defeccin de Urquiza con el ministro Herrera, cuya frondosa imaginacin pudoentender que mi opinin individual se podra tomar por opinin del gobierno Imperial. El nombrede Cuys aparece entonces por primera vez en la correspondencia diplomtica brasilea:

    Aqu hay un conocido agente de Urquiza. Es un espaol de nombre Cuys, que seguramente noes un Cujaccio. Acostumbra ver con frecuencia a don M. Herrera. Es a este Cuys que parece habersido escrita la carta de Urquiza (25).

    Paulino dar en esa oportunidad una excelente leccin a Silva Pontes de conduccin diplomtica.Debera pasar por alto la carta de Urquiza no obstante sus injurias al Imperio:

    No me parece poltico le escribe- ocuparnos de Urquiza ni para decir bien de l, ni para decirmal. Si decimos bien, lo ponemos en la necesidad de practicar actos de dedicacin a Rosas, que conellos gana. Si decimos mal, irritaremos a un hombre del cual, en tiempo oportuno, habremos deprecisar, y que en tiempo oportuno puede ayudarnos. Dejmoslo y esperemos (26).

    Con esta carta, Paulino acaba de ganar la guerra.

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    11/52

    URQUIZA ESTAR CON NOSOTROSO CONTRA NOSOTROS? (enero de 1851).

    Entre esa fecha y noviembre de 1850 el nombre de Urquiza desaparece de la correspondenciadiplomtica brasilea. Solamente se lo menciona, como imaginativa esperanza, en la montevideana.El 14 de setiembre, Herrera dice a Lamas: De Urquiza he recibido una visita muy expresiva (subr.)

    No tengo perdidas mis antiguas esperanzas. Tal vez una de las peridicas charlas de Cuys, o lavisita de un joven oriental Manuel N. Muoz- que, como correo comercial y portador de dineroentre Urquiza y su socio cataln de Montevideo, haca continuos viajes de Concepcin del Uruguaya Montevideo.

    A fines de octubre se sabe en Montevideo (e inmediatamente en Brasil) que una misteriosaconferencia ha tenido lugar el 23 de setiembre entre Urquiza y el gobernador Virasoro deCorrientes; ha sido en Concordia con motivo o pretexto de unas carreras de caballos. Atentos atodos los pasos de Urquiza, renacen las esperanzas de los enemigos de la Confederacin. ValentnAlsina informa a Lamas que Virasoro habra dicho al regresar de Concordia que su provincia,Entre Ros y el Paraguay seran repblicas independientes y aade: lo que me gusta con el

    particular sentido del patriotismo de los unitarios (27).

    Como nada ocurre tras la conferencia de Concordia, Alsina empieza a desesperar. En cambioHerrera cree y as escribe a Ro de Janeiro- que: Urquiza parece firme en no tomar parte en laguerra si llega a tener lugar (28).A principios de enero el dubitativo parece del montevideano se trueca en un asertrico tengo laseguridad. Escribe a Lamas como post-data de una carta el 13 de enero:

    Dir a Ud. en suma reserva que al fin he logrado contestacin de Urquiza a mis aperturas yproposiciones. Estoy contentsimo: ella no poda ser mejor. Por lo pronto tengo la seguridad de queen el caso de una guerra con Brasil; Entre Ros y Corrientes sern neutrales. Es decir, estarn connosotros, porque Ud. sabe que Rosas no es hombre de admitir esas posiciones medias (29).

    Hubo realmente una respuesta afirmativa de Urquiza a las aperturas y proposiciones de Herrera,trasmitidas verbalmente por el joven Muoz o por don Antonio Cuys y Sampere? Lacorrespondencia de Herrera no permite admitirlo, y menos la actitud que tomar inmediatamenteUrquiza.

    Como en enero de 1851 no estaba en Montevideo Cuys y Sampere, y en cambio acababa de llegar(alrededor del 10 u 11) el joven Muoz, puede conjeturarse que el presunto mensajero de Urquizarecibido por Herrera sera este ltimo. No puede aceptarse que trajo algo serio una carta, unmensaje, unas proposiciones concretas- como para que el montevideano se pusiera contentsimo. A

    lo menos no hay rastros en su archivo, ni huella en su correspondencia. Debi tratarse de una visitade Muoz donde se habl de Urquiza, y el joven correveidile habr repetido por su cuenta, o parahacer el juego de Urquiza- la posibilidad de una neutralizacin del ejrcito de operaciones.

    La frondosa imaginacin de Herrera (como decan los brasileos) hizo lo dems. No estabadesacertado al creer que Urquiza dara un paso firme hacia el enemigo. Pero las palabras posibles deMuoz no eran an ese paso, aunque lo prometan; Urquiza no habra de valerse de los instrumentosmontevideanos para acercarse a Brasil. Cuando llegase el momento, lo hara directamente.

    Alsina, en cambio, no espera ya tanto de Urquiza. Ha pasado demasiado tiempo desde la misteriosaconferencia de Concordia y la actitud de Urquiza no se ha traducido en nada palpable. Tampoco

    Brasil se ha acercado al general argentino. Y sabe por su servicio de informaciones en BuenosAires...

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    12/52

    ...que Rosas est gastando mucho dinero para saber noticias y secretos. Item: que Rosas seha dejado decir -sern bolazos?- que para marzo armar grita en la Sala para declarar la guerra (aBrasil) venga de Europa lo que venga (la ratificacin o rechazo del tratado Lepredour). Y quesiendo contra brasileros cree que Urquiza, a pesar de su indiferencia actual, lo ha de ayudar porquelo detesta... ...escribe a Lamas a Ro de Janeiro el 14 de enero (30).

    CONJETURAS.

    Qu ha ocurrido para que, en el momento mismo de romperse relaciones con el Imperio yprepararse la guerra, el general del Ejrcito de Operaciones pareciera asumir una actitud deindiferencia, y no se encontrare plenamente dispuesto a sacrificar por los derechos de la Patria supersona, intereses, fama y cuanto posea, como lo expresaba en su carta del 20 de abril? (31). Porqu ha sugerido al gobernador de Corrientes una imposible independencia de sus provincias, si noha mentido el corresponsal de Alsina? Cmo podra ser neutral, como lo cree Herrera, en unaguerra donde se juega nada menos que la suerte de nuestra nacionalidad? Por qu, para decirlocon las crudas palabras del mismo Urquiza el 20 de abril hace tan poco!- su conducta dejaentender que estara dispuesto a traicionar a su Patria, a borrar de un plumazo todos sus

    antecedentes?

    Uno de sus secretarios Nicanor Molinas- lo explicar aos despus, y en su elogio, por mvilesmezquinos: Al pronunciamiento se fue porque Rosas no permita el comercio del oro por EntreRos (32). El brasileo Duarte da Ponte Riveiro al informar al Canciller Paulino del posible objetode la conferencia de Concordia del 23 de setiembre entre Urquiza y Virasoro, explica que...

    ...(Rosas) no permitiu que a Entre-Rios vao navios estrangeiros, nem que dai saiam paraultramar. No concedeu tambem que passem metais para Entre-Rios. Urquiza no s Governador,seno tambm o primeiro negociante de seua Provincia, e as negativas de Rosas... o perjudicamenormemente como negociante... (33).

    Muchos historiadores argentinos, aun para enaltecer a Urquiza, encuentran en su reaccin decomerciante perjudicado el mvil de lo que llaman gran poltica. Preferira, por Urquiza, suponerleotros motivos. Preferira encontrarle escrpulos liberales o constitucionales, no exteriorizados hastaentonces; quisiera creer que cambi repentinamente la idea sobre las condiciones de Rosas paradirigir la Confederacin, o sobre sus procedimientos para mantener el orden interno y el respetoexterno. Todo, antes de admitir que sus resentimientos de comerciante pudieran llevarlo al crimende los crmenes de las leyes antiguas.

    Cualquiera fuese el motivo de su actitud, de confirmarse las suposiciones de Herrera, Muoz y

    Cuys, esa conducta en el momento mismo de iniciarse la guerra con el Brasil pngase todos losatenuantes y explquese por los mviles ms nobles y elevados que se quiera- no tiene perdn en unargentino, y menos en un jefe militar comandante del ejrcito destinado precisamente a invadir aBrasil. Si busc con sinceridad liberal acabar con la tirana o se haba convertido a la prdica dequienes queran una constitucin como lo explicara dentro de poco- debe reconocerse que laoportunidad elegida para exteriorizarlo era sencillamente alevosa para la patria para darle el mssuave de los calificativos.

    Quiero creer, y existen abundantes presunciones, que Urquiza tom el camino del retraimiento yamag con pasarse a Brasil, a fin de hacerse valer ante Rosas. Supongo como lo crey Rosas-que Urquiza quiso aprovechar su condicin de Jefe insustituible del Ejrcito argentino de

    Operaciones y la proximidad de la guerra, para recobrar sus privilegios de comerciante irregular.Sin el Ejrcito de Operaciones y sin su Comandante en Jefe, la guerra estaba perdida para laConfederacin. Debi creer que Rosas le devolvera sus negocios aduaneros como premio por

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    13/52

    quedarse en las filas argentinas: el Restaurador no poda arriesgar la victoria definitiva de supoltica a un simple escrpulo de moral administrativa. Al fin y al cabo el precio pedido no era altoun poco de tolerancia y de vista gorda en los negocios aduaneros- y retribuido ampliamente con eltriunfo sobre el Imperio y la consolidacin en el continente de la poltica americanista.

    Urquiza demostr no conocerlo a Rosas; no era ste hombre de tolerar negociados ni amenazas.

    Hizo mal, tratndose de semejantes y gravsimas circunstancias? El problema evade el mbitopoltico para entrar en el moral. Si el Jefe de la Confederacin hubiera sido ms flexible; si hubiesesabido dejar de lado escrpulos y no tuviera un sentido tan recto de la justicia, el beneficio habrasido superlativo para la Argentina. Pero, puede en rigor de verdad, condenarse a Rosas por teneruna conciencia inflexible? pueden, por otra parte, condenar a Rosas por eso quienes absuelven aUrquiza por lo otro?

    La verdad es que Rosas no crey (hasta encontrarse frente a la evidencia) que la actitud de Urquizadesembocara en la traicin a la patria. Esper con obstinacin que al iniciarse la guerra contraFrancia, contra Brasil, o contra ambos- el entrerriano dejando para otra oportunidad sus ambicioneso apetencias, correra a tomar su puesto de honor en las filas argentinas: lo crea apegado a la tierra,

    criollo de corazn y pensamiento, descredo hacia ideologas liberales de importacin extranjera.No, no era un unitario, Justo Jos de Urquiza, gobernador de Entre Rios y Comandante del Ejrcitode Operaciones. Quera aprovechar una oportunidad comercial, solamente: pero no podra llegarnunca a la traicin. Todo era cosa de esperar sin expresar resentimiento, ni aflojarse tampoco en lasirregularidades que exiga. Cuando las cosas apretaran esa ser la circunstancia en que se ver alinmortal Urquiza al lado del Gran Rosas, ser el primero que con su noble espada vengue laAmrica como haba dicho en el mes de junio.

    No crea Rosas que ciertos deberes, como la lealtad a la patria, pudieran ponerse en el platillo de lasimblica balanza. Hasta abril de 1851, esper que el patriotismo de Urquiza se sobrepondra a susapetencias. Fue el ms grande, y el ms catastrfico error cometido por Rosas en su vida. Si alponer precio a su participacin en la guerra, Urquiza demostraba no conocerlo a Rosas; al negar eseprecio y confiar en su reaccin patritica, Rosas a su vez demostr no conocerlo a Urquiza.

    IIIACERCAMIENTO A BRASIL

    EL GOLPHINHO.

    Tena la Legacin brasilea en Montevideo un buquecillo de vapor sumamente veloz para la poca:

    el Golphinho (delfn) destinado a las comunicaciones urgentes entre Montevideo y Ro de Janeiro.En condiciones normales haca el viaje en siete das, y forzadas las mquinas poda reducirlo a seiso menos.

    Fue en el Golphinho que Herrera envi a Lamas la carta mencionada del 13 de enero, con la post-data sobre la optimista contestacin de Urquiza a mis aperturas y proposiciones. El 20 llega elvapor a Ro de Janeiro; la correspondencia es distribuida con suma lentitud a causa de la epidemiade fiebre amarilla. Lamas no est en la capital, sino en las alturas de Petrpolis libres de la peste;all recibe el 21 la carta de Herrera. No obstante la suma reserva pedida por su superior, se apresuraa transcribir el prrafo a Paulino, que se encuentra en la chacra del Macaco fuera del foco de laepidemia:

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    14/52

    Es mi deber comunicarle a V.E. el siguiente perodo de la carta del Sr. Ministro Herrera del 13del cte. Dice as: Dir a Vd. en suma reserva que al fin he logrado contestacin de Urquiza a misaperturas y proposiciones, etc., etc... V.E. me permitir decir que no me sorprende este resultado... Hoy tiene confirmado mucho de loque le he dicho... Ahora, en estos momentos, un simple paseo militar con menos, con mucho menos,de lo que hay en Ro Grande (cuartel general brasileo para la prxima guerra) acaba la cuestin en

    pocas semanas... lo veo, lo toco... (34).

    Qu movi a Andrs Lamas a poner la intriga en manos brasileas? Ms tarde explicar a Herrerahaber supuesto que el Golphinho trajo idntica noticia a Paulino, y para disminuir la malsimafigura que hara si me callara la boca (35) opt por hacer saber al gobierno brasileo el informedado en suma reserva por el suyo.

    De Andrs Lamas puede esperarse todo, menos un traspi semejante. Por sus actitudes anteriores (yms todava por las posteriores) demuestra ser un hombre de Brasil en cuerpo y alma. Quiso ponerla negociacin Urquiza en manos que supieran administrarla mejor que las inhbiles de Herrera.Se la retransmite, por lo tanto, a Paulino. Y aprovecha el momento (la frase est en la carta de

    Lamas a Paulino) para rogar una vez ms la concertacin de firmes tratados que unieran a laRepblica Oriental una vez eliminados del Plata Rosas y Oribe, por supuesto- con el Imperio deBrasil. Hay que aprovechar el momento, este momento. Tambin urge por algunos pesos, de loscuales estaba siempre necesitado.

    Paulino esperaba que Urquiza golpease las puertas de Brasil, y por eso no dio mayor importancia alprrafo de Herrera. Se limit a despachar al Golphinho de regreso al 27, con un mensaje a Pontes:Herrera tuvo respuesta satisfactoria de Urquiza con quien abri comunicacin. Vea si pesca lo quehay, para informarme (36).

    No era necesario. Mientras Paulino lea el prrafo de la carta de Herrera trasmitida por elcomplaciente Lamas, algo de mucha trascendencia para Brasil ocurra en Montevideo. La noche del24 de enero, a altas horas a fin de eludir indiscreciones, don Antonio Cuys y Sampere que acababade llegar esa tarde de Entre Ros, iba a golpear la puerta de la Legacin Imperial de la calleItuzaing. Muy en secreto y como cosa suya vena a proponerle al representante brasileo un planque llevara a la defeccin de Urquiza de la causa argentina y que l (Cuys) se ofreca a llevar anteel general como propuesta formal del Imperio (37).

    Era lo esperado, y Silva Pontes no se extra mayormente, aunque tuvo como veremos- sus dudasde que un general argentino pudiese hacer algo as. Bien claro le haba dicho su Canciller en juniopasado: a Urquiza deixemos-le esperemos; que un agente suyo vendra, tarde o temprano, a

    llamarlos si estaba resuelto, pese a sus escrpulos de la carta del 20 de abril, a entrar ennegociaciones con el Imperio enemigo.

    LA NEGOCIACIN DE CUYS (24 de enero de 1851).

    Cuys habl extensamente a Silva Pontes. Repiti una y cien veces, pidiendo un sepulcral silencio,que sus palabras eran cosa suya, que Urquiza nada saba, que l obraba por su cuenta. PeroPontes no era hombre de engaarse. Ni menos Paulino. Tanto ste como aqul, escriben sobre estaconferencia de Cuys como si el mismo Urquiza hubiera entrado en persona aquella noche de eneroen la Legacin de la calle Ituzaing.

    Tampoco podemos ponerlo en duda los historiadores. Cuys no se habra arriesgado a someterle aUrquiza en nombre del Imperio y personalmente, un plan rechazado con tan terribles palabras alserle llevado por el mismo Cuys, en su carta de abril del ao anterior. Adems su visita al brasileo

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    15/52

    a las diez de la noche ("altas horas dicen los Apuntes del cataln, y a la verdad que esa hora eraalta en el rgimen de la ciudad sitiada), la misma tarde de llegar de Entre Ros, no puede tener otraexplicacin que el cumplimiento de un encargo dado por el mismo Urquiza.

    Pero hay algo ms, y definitivo. Al da siguiente 25 de enero- Cuys despach a Muoz a EntreRos, con una carta a Urquiza dicindole escuetamente: Los encargos que me hizo he principiado a

    cumplirlos y seguir hacindolo. Cuento que todo se har de acuerdo a nuestros deseos (38).Solamente que por una elemental precaucin no puso este mensaje sibilino bajo cubierta a Urquiza,sino en la del secretario de Urquiza, Juan Francisco Segu.

    Despus de hablar largamente con Pontes esa noche, Cuys visita al ministro Herrera y le presentael mismo plan seguir cumpliendo sus encargos ha escrito a Urquiza el 25-: llevarle a Urquizacomo cosa suya (de Herrera) la propuesta de que Urquiza como cosa suya (de Herrera) lapropuesta de que Urquiza mediara en el conflicto. Nada dice a Herrera de su anterior conferenciacon Pontes (39).

    El 27 sale el vapor mensual de la carrera entre Buenos Aires-Montevideo-Ro de Janeiro. Es el Esk,

    buque ingls, y Pontes sabe que los espas de Rosas se enteran de toda la correspondencia que nosea llevada a mano. No puede arriesgarse a informar por el Esk a su gobierno de las proposicionesde Cuys; se limita a escribir por el paquete ingls que tena importantes nuevas que no mandabainmediatamente por cautela (40). An no haba llegado el Golphinho de Ro de Janeiro (sali elmismo 27 de la capital brasilea) con la orden de Paulino de que pescara lo que hubiera entreUrquiza y Herrera.

    El 31 zarpara un vapor brasileo, el Paquete do Sul, donde Pontes podra remitir su informe congarantas de seguridad. Aprovecha los cuatro das que quedan para sonsacarle algo a Herrera, puespresume que el cataln ha hablado tambin con el ministro; lo visita el 29 y confirma que hahablado con Cuys, pero Herrera le resta importancia: no es por Cuys cmo se entiende conUrquiza, y trata de despistarlo dicindole que las negociaciones las tiene emprendidas por va deRo Grande. Ambos se ocultan mutuamente al cataln.

    El 30 escribe Pontes un largo informe a Paulino de la entrevista de Cuys y las proposiciones queste se ofreca a llevar a Urquiza en nombre del Imperio. Lo despacha a Ro de Janeiro el 31 porel Paquete do Sul.

    Existe actualmente en esta ciudad un agente del general Urquiza de nombre Cuys. Me parece queya tuve ocasin de mencionar a V. Excia. el nombre de este individuo...

    De lo comunicado por ste hace pocos das, puedo deducir que el general Urquiza no desea ir a la

    guerra contra Brasil... y que se prestara de buen grado, no solamente a permanecer neutral,circunstancia que impedira a Rosas entrar en campaa, sino tambin a promover la cada de Oribey la elevacin de Garzn para la presidencia, asegurando que ste dara a Brasil todas lassatisfacciones y reparaciones que le son debidos.

    El brasileo se extraa. Urquiza, jefe del ejrcito que entrara en campaa contra Brasil podradejar de lado de esa manera sus deberes, y renunciar a la defensa de su patria, y hasta promover losintereses brasileos en el Estado Oriental por la imposicin de un presidente que dara a Brasiltodas las satisfacciones y reparaciones que le son debidas? Es decir: las Misiones discutidas, loslmites, la navegacin de los ros, la influencia preponderante.

    De all que se pregunte:

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    16/52

    Pero obrar Urquiza, en efecto, de buena fe?... No ser una comedia entre l y Rosas (paraprecipitar a Brasil en una guerra)?

    Una tal perfidia sera en verdad atroz: pero no siguen los caudillos la mxima propalada por eldictador de que es lcito armar lazos para cazar tigres?...Hago estas indicaciones por el inters natural que debo tomarme en que el Gobierno Imperial nosea sorprendido; y porque personas con experiencia en nuestros negocios y conocedores de los

    hombres de stos pases, piensan que los movimientos, posicin y marcha actual de Urquiza,siempre que no sean una pura comedia, tienen por exclusivo fin conseguir de Rosas que le beneficiecon menor yugo, sin tener ninguna intencin seria de romper con el Dictador...

    O una comedia urdida con Rosas para precipitar a Brasil en una guerra demorada, o simplesmaniobras de Urquiza para hacerse valer ante Rosas y recobrar sus negocios fluviales. Pero, por lasdudas, sigue el brasileo:

    Quiero suponer, empero, que Urquiza proceda de buena fe... Pretende Urquiza que, antes de hacerel Brasil el menor movimiento sobre el Estado Oriental, le avise lo que pretende hacer, los motivosque lo llevan a ello, y las satisfacciones que espera tener de la guerra.

    Si Brasil acepta esta exigencia, don Justo est dispuesto a presentarse como mediador, y concurrirpara que salgan del Estado Oriental las tropas argentinas, y a influir de manera tal en la eleccin delfuturo Presidente que el electo sea el general Garzn.Si el Brasil, sin hacer eso, hace entrar fuerzas en el Estado Oriental, el general Urquiza tomarparte en la guerra contra el Brasil, y arrojar en la balanza el peso de su ejrcito con el que amenazaa la tierra, al cielo y al mundo.

    Y eso propona nada menos que o general dos exrcitos da Confederaco Argentina!?

    Ante una tal manera de argumentar, y receloso de despertar las desconfianzas en Urquiza, guardpara m las reflexiones que naturalmente me ocurrieron, nacidas de ver a Urquiza con pretensionesiguales a las que podra tener el Jefe de un Estado independiente de la Argentina, y que fuesereconocido como tal, y tambin de la simplicidad con que el general de los Ejrcitos de laConfederacin Argentina exige del gobierno que va a romper hostilidades con el suyo ladeclaracin previa de que va a hacerlo!! (41).

    Si el plan sometido por Cuys no era aceptable, alguna coisa ha importante en el hecho de queUrquiza iniciase conversaciones con el enemigo. Por eso Pontes solicitaba de Paulino una respuestapara ser llevada al general argentino, pues...

    ...recelo que los sucesos se precipiten antes de llegar a un acuerdo y en el acto de Urquiza nos ser

    hostil. Para lamentar ser eso.Urquiza, si no aliado, a lo menos neutralizado con su ejrcito, podra concurrir mucho para lamejor y ms pronta solucin de nuestros negocios.

    El plan de Urquiza que Cuys transmitira al general era: 1) advertencia de Brasil a Urquiza deuna invasin al Estado Oriental; 2) Urquiza se presentara entonces como mediador entre supatria y el enemigo; 3) rechazado por Rosas, como habra de serlo, concurrira con los brasileos aexpulsar a las tropas argentinas que sostenan a Oribe; 4) influira en la eleccin del sucesor deste, asegurndole la presidencia al general Garzn; 5) Garzn se comprometera a arreglar a gustode Brasil los problemas que el Imperio tuviese.

    Era pueril. Pero convena seguir las negociaciones. Urquiza haba dado el primer paso en el camino,y el primer paso es el que cuesta.

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    17/52

    EN ENTRE RIOS (enero, febrero de 1851).

    El 5 de enero (de 1851) el oficioso de Concepcin del Uruguay La Regeneracin, dirigido por eljoven porteo Carlos de Terrada (42), publicaba un artculo resonante titulado El Ao 1851: el ao1851 no sera el de la guerra triunfante contra Brasil, ni de la victoria del sistema americano, sinode la paz completa y la organizacin constitucional.

    Organizacin llamaban los unitarios a una constitucin nacional escrita en forma de cdigo.Como Rosas, con sumo acierto, la pospusiera a la unidad real de la nacin, o le bastaba con el PactoFederal (donde las constituciones eran provinciales), o simplemente porque no crea en el valormgico de los cuadernitos como dijo alguna vez, era de ley que cada vez que se enzarzaba en unaguerra exterior, algn general se pasaba al enemigo llevado por el patritico propsito de darles unaorganizacin constitucional a los argentinos. As haba ocurrido con Lavalle en 1839, y con Pazen 1845. As pareca que iba a ocurrir con Urquiza en 1851.

    No contesta ni rectifica Rosas en sus peridicos de Buenos Aires al artculo de La Regeneracin;nada tampoco hace ostensiblemente Urquiza, mientras sus emisarios van y vuelven de Montevideo

    con mensajes a Brasil. Pasan los das, mientras Urquiza espera la reaccin de Rosas. Finalmenterecibe una carta del joven doctor Rufino de Elizalde, fechada el 15 de enero, dirigida a su hijoDigenes (compaero de estudios de Elizalde) o a su padre en su ausencia.

    A Elizalde no le haba gustado el artculo de La Regeneracin y esperaba que el mismo peridico lorectificase: lo aconsejaba al joven Digenes para que influyera ante su padre. El ao 1851 no podaser el de la organizacin, porque la Confederacin estaba perfectamente organizada por el PactoFederal desde veinte aos atrs; tampoco era el momento de planear reformas polticas,encontrndose el pas ante una guerra donde el general Urquiza estara llamado a la gloria deconducir el ejrcito argentino. Y expresa a Digenes el disgusto habido en Palermo, y desde luegoen Rosas, cuando se enteraron del mismo.

    Urquiza crey que el mismo Restaurador le diriga los reproches esperados a travs de la pluma deun joven muy vinculado a Palermo. Su poltica de hacer suponer la posibilidad de una posibleconversin hacia el enemigo, daba los esperados frutos. Por eso contesta personalmente la carta al

    joven Elizalde el 22 de febrero, como si lo hiciera al mismo Rosas. La dirige a Elizalde, pidindolela reservara para todos con la nica excepcin del seor general Rosas.

    Se queja de que la Gaceta Mercantil pierde hasta de vista los mritos del glorioso ejrcitoentrerriano al atribuir exclusivamente la victoria de Arroyo Grande a Oribe y Pacheco en losaniversarios de la batalla; que no se lo hubiera nombrado en el discurso de don Baldomero Garca

    en la Junta de Representantes el pasado 2 de noviembre junto al nclito general Oribe y al intrpidogeneral Pacheco entre los hroes mayores de la Confederacin; que el coronel Larrazbal lo hadetractado en el Cuartel de Serenos. Y sobre todo que Entre Ros ha prodigado el oro de suprovincia y la sangre gloriosa de sus soldados en sostn y mantenimiento de la Causa Federal y dela tranquilidad de los Pueblos sin haber encontrado apoyo en la poltica aduanera de Buenos Aires,siendo desoda cada vez que reclama en nombre de su perfecto derecho y de su natural inters,como ha sucedido y est sucediendo en la extraccin del oro. Est muy conforme con la direccinde los negocios exteriores que reasume el seor General Rosas, pero con la lealtad de un soldadorepublicano quisiera decirle a Rosas que...

    ...no me resolver a que La Regeneracin refute su propio artculo con el tacto que Ud. sugiere...

    mientras no se haya desmentido La Gaceta, satisfecho el Dr. Baldomero Garca, reprimido pblica yejemplarmente a los insolentes detractores del gobernador de Entre Ros. y suprimida la declaracin

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    18/52

    que el Capitn del puerto toma a todos los patrones de buques que van de esta provincia, como sifuera considerada enemiga de los principios de la causa nacional (43).

    Cinco das ms tarde, el 27 de febrero, Urquiza para reforzar su posicin interesante ante Rosas,haca publicar dos remitidos en El Federal Entre-Riano, de Paran que llamaron mucho la atencin:(44) uno, firmado por Un enemigo de la mentira llamaba a Rosas, como sin querer, encargado de

    entretener las relaciones exteriores en vez de Jefe de la Confederacin; el otro, suscripto por Unosfederales de hacha y tiza calificaba fuertemente al comandante porteo Juan Manuel de Larrazbalhombre de la confianza de Rosas- por haberse expresado contra Urquiza en el Cuartel de Serenosde Buenos Aires.

    Qued a la espera de la respuesta del joven Elizalde, que traera seguramente el esperadoachicamiento de Rosas. Pero result que Elizalde haba escrito a Digenes Urquiza por su cuenta, yno se crey autorizado a mostrar la carta del padre al Restaurador. Ni es de suponer que aunhacindolo, Rosas hubiera modificado su actitud.

    La carta a Elizalde es sobradamente expresiva sobre los mviles de Urquiza. Amor propio porque

    no se le daba el tratamiento que entenda merecer, y amenazas porque no se le permita el trficoirregular que tan considerables ganancias le haba dado. Modificara su posicin, si Rosas cambiabaestas cosas.

    Alcibades y Coriolano combatieron contra sus patrias movidos por el despecho y el amor propio.Urquiza confiesa iguales pasiones en la primera parte de sus agravios contra Rosas. De ser lasnicas de su actitud, si no disculparla, le hubieran merecido un paralelo con los traidores de lahistoria clsica. Lstima que otras mezquinas empequeezcan su acto. Plutarco haba desechado subiografa.

    IVBRASIL ORDENA EL PRONUNCIAMIENTO

    EL "PLAN DE ALSINA (noviembre de 1850).

    Muoz volvi a Montevideo el 20 de febrero trayendo un recado verbal de Urquiza a Cuys paraque solicitara de Silva Pontes se encontrase munido de las instrucciones de su gobierna paranegociar con Urquiza. Pues el 22, escribe Pontes a Paulino apurando la remisin de rdems einstruees para contestar uma pergunta que en nombre de Urquiza habra de formularle en breve

    Cuys (45).En el juego poltico que se le daba a Brasil, el naipe Urquiza significaba el triunfo. Mejor dicho, lasola posibilidad de triunfo. Pero haba de jugarse con cautela, pues los antecedentes del posibleconverso no eran muy recomendables para confiar en su palabra y hacer fe en sus agentes: elrecuerdo de Alcaraz, estaba presente en los hombres de estado brasileos.

    Solamente con la certeza de un pblico e irreversible pronunciamiento de Urquiza contra Rosas, yprevio compromiso formal y garantizado de dar al Imperio los gajes de la victoria (MisionesOrientales, libre navegacin de los ros, Garzr en la presidencia de la Repblica Oriental, tratadosque significaran el protectorado brasileo en el Uruguay, reconocimiento de la independencia

    paraguaya para que cayera igualmente en la rbita del Imperio, pudiendo quedarse Urquiza con losrestos del naufragio de la Argentina) se arriesgara Brasil a apoyarlo pblicamente.

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    19/52

    Con el naipe Urquiza en su poder, Paulino sabra jugar su juego. Nada de declarar la guerra a laConfederacin que Inglaterra podra obstar (o pedir una participacin) en virtud de la clusulafamosa del art. 18 de !a Convencin de 1828 (46). Adems no convena ni por Urquiza, ni por elImperio, ni por los eficaces argentinos del Comercio del Plata (47). Solamente una alianza delBrasil y Urquiza contra Oribe para vengar el cobro de impuestos a los ganaderos brasileos quehaca el Estado Oriental, o los atropellos de la guardia de fronteras uruguaya contra los

    aprovechados californios del Imperio y sus eficaces auxiliares unitarios (48). En esa guerra delImperio y el Ejrcito argentino de Operaciones contra Oribe, necesariamente vendra a envolverseRosas en apoyo de su aliado oriental. De esta manera no sera Brasil quien declarase la guerracontra la Confederacin Argentina, sino Rosas, quien lo hiciera contra el Imperio ya adquirido porste el Ejrcito de Operaciones y su general. Podra aceptarse entonces ese estado de guerra, sinmella de la honra de los aliados nativos.

    Era un plan expuesto en noviembre de 1850 por Valentn Alsina a Andrs Lamas, a fin de que eldiligente montevideano lo sugiriese a Paulino. En carta del 18 de noviembre, dice Alsina:

    Por qu el Brasil desde que se asegure a Urquiza, no aprovechara ese estado de cosas, haga la

    Francia lo que haga? No tendra que hacer una declaracin de guerra a Rosas ni a nadie, sinodirigirse solo a Oribe, que se ha negado a sus demandas y a quien no mira como entidad poltica.Rosas vendra en auxilio de Oribe, y desde ese momento l seria el primero en obrar contra elBrasil, y no ste en declararle la guerra a l? (49).

    Una franca guerra entre el Imperio y la Confederacin, pondra a los argentinos aliados de Brasil(los unitarios de Montevideo, y ahora Urquiza), en una postura desairada y poco explicable moral ypatriticamente. Porque y la palabra va por cuenta de Alsina lo de Urquiza sera llamado por lahistoria una apostasa y no una conversin a la causa de la libertad... (50). Y lo suyo?.

    Mi posicin como escritor argentino es delicada, explica Alsina a Lamas (51) instndole a que elImperio no declarase, ni aun con el naipe Urquiza en su poder, una guerra lisa y llana a laConfederacin Argentina. El 22 de noviembre, en postdata a una carta a Lamas de esa fecha, el

    jefe de los unitarios de Montevideo aclar a Ro de Janeiro su pensamiento:

    Para m, amigo - Alsina escribe a Lamas - esto es evidente (la apostasa prxima de Urquiza). Porlo mismo el Brasil debiera apresurarse a aprovechar la ocasin, a la que pintan calva, y dar a Rosasun golpe de sentido, con posibilidades y sin peligro, en el Estado Oriental (52).

    Lamas debi someter el plan de Alsina a Paulino, no bien recibidas las cartas de aqul. Pero loindudablemente cierto es que el Canciller brasileo comparta el pensamiento del tenaz unitario al

    recibir la nota de Silva Pontes donde le informaba la grata visita de Cuys a nombre propio lanoche del 24 de enero.

    Esa carta de Pontes, remitida el 30 de enero en el Paquete do Sul, debi recibirla Paulino entre el 10y 16 de febrero. Pero circunstancias ajenas a su voluntad demoraron cerca de un mes el envo delas instrucciones que Pontes debera encargarse de hacer llegar a Urquiza. No obstante la premurade Pontes y de Urquiza.

    EN RO DE JANEIRO (febrero de 1851).

    Porque la terrible epidemia de fiebre amarilla tena atemorizada a la capital brasilea. Nadie, por

    lo menos nadie con medios para escapar de la peste, viva en sus estrechas calles donde se recogandiariamente decenas de cadveres ese tremendo verano de 1851. Lamas se encontraba a cubiertoen las saneadas alturas de Petrpolis, y Paulino habitaba en una lejana quinta de nombre O Macaco.

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    20/52

    Al Macaco traslad Paulino la oficina del ministerio de Negocios Extranjeros. No eran muchoslos empleados, porque el brasileo saba que el eficaz sistema de espionaje de Rosas penetraba enlos secretos ms cercanos de su Cancillera. Las cosas de ndole muy reservada, como seran lasinstrucciones que Brasil dara a un general argentino, Paulino prefera hacerlas por s solo. Unamigo suyo, Pereyra da Silva, cuenta el incesante laboreo y el esfuerzo demandando al Ministro de

    Negocios Extranjeros en esas horas cruciales en que se jugaba el destino del Imperio:

    En su casa y por su letra, redactaba y despus copiaba lo que escriba y recomendaba a sus agentesen el Uruguay y Paraguay. Misteriosa y cautelosamente enviaba sus notas y rdenes por agentessecretos y jams por el correo. Guardaba las copias en un cofre particular que posea en sugabinete de trabajo. Escapaba de esta manera a la vigilancia que saba ejercida por los hombres deToms Guido. Nada iba para la reparticin, nada saba tampoco ningn empleado de la secretara(53).

    Solamente una pequea correccin, o mejor aclaracin, merece este prrafo elocuente de quien tuvola amistad del gran Canciller brasileo. Toms Guido no estaba en Ro de Janeiro en enero-febrero

    de 1851. Pero haba dejado montada la oficina de informaciones y de propaganda de laConfederacin Argentina en el Brasil. Pues Rosas no era hombre de descuidar estos menesteres,speros pero necesarios, de la poltica internacional. Al frente del servicio (que comprenda laoficina de informaciones, la confeccin de un diario brasileo O Americano, la compra de armas eimplementos y la distribucin de artculos y dinero a los peridicos opositores) que el generalGuido haba montado, dej a su hijo Carlos Guido y Spano al tener que alejarse de Brasil por laruptura de relaciones. Descubiertas a mediados de 1851 las actividades de Carlos, fue apresado yfinalmente expulsado del Imperio.

    Pero vuelvo a la confeccin de las instrucciones para el pronunciamiento de Urquiza por elCanciller Paulino en su quinta del Macaco, entre el 15 de febrero y el 11 de marzo de 1851.

    Un documento de la importancia de estas instrucciones, que dara el triunfo a Brasil, deberalaborarse con cuidado. En el Macaco lo estuvo trabajando Paulino en ese abrasador mes de febrerode 1851, mientras la fiebre amarilla rondaba por Ro de Janeiro, y le dejaban tiempo las demsactividades de su ministerio. La proximidad de la guerra le exiga un esfuerzo agotador. Habaque enviar un comisionado a las repblicas hispanoamericanas del Pacfico (que sera Duarte daPonte Ribeiro), para que stas no se plegaran a la Confederacin Argentina en la guerra; mover aParaguay, aliado desde diciembre; contentar a Inglaterra, la cual, como siempre, exiga su precio.Y todo eso debera hacerlo solo, sin ayuda de empleado alguno: redactando los borradores,pasndolos en limpio con su letra clara e inconfundible, tomando las copias necesarias, etc.

    A principios de marzo tuvo concluido el importantsimo documento. Acababa de llegarle la cartade Silva Pontes del 22 de febrero, donde urga la remisin de las rdens e instruces pues Cuysdeba formularle una pregunta en nombre de Urquiza. Llama entonces Paulino a Lamas; pero le esdifcil encontrarlo: Lamas, muy aprehensivo, no quiere salir de la cama donde se ha metido porquecree haberse contagiado la fiebre. No lee cartas, ni recibe a nadie. El tiempo urga, pues Paulinotiene la intencin de enviar las instrucciones a mano, por un agente seguro que partira en el vaporEsk a zarpar el 18 de marzo (el Golphinho no estaba en Ro de Janeiro). Finalmente saca a Lamasde la cama y lo hace llegarse al Macaco: es el 11 de marzo.

    Paulino le lee dos importantes documentos que ha preparado: una carta que ser llevada hasta

    Asuncin a Carlos Antonio Lpez, explicndole el pase de Urquiza a Brasil y las caractersticaspeculiares que va a tomar la guerra de acuerdo a la sugestin hecha por Alsina:

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    21/52

    Vamos a corresponder a las aperturas de Urquiza dice esta primer carta a condicin de que sedeclare y rompa con Rosas de una manera clara, positiva y pblica.Si este rompimiento se verifica, Rosas est perdido... La deelaracin de Urquiza es, por lo tanto,de la mayor importancia. Va a debilitar a Rosas extraordinariamente, facilitar y asegurar lascuestiones del ro de la Plata en la forma que conviene a Brasil, a Paraguay, a la Banda Oriental yan al inters bien entendido de las provincias argentinas... Pues Rosas es el principal obstculo

    para la paz y la tranquilidad de las fronteras del Brasil, y el principal obstculo a la independencia,paz y prosperidad de las Repblicas del Paraguav y el Uruguay, y a la apertura del ro de la Plata ala navegacin de las naciones ribereas.A Urquiza le diremos, muy positivamente, que en cualquier arreglo no prescindiremos delmantenimiento de la independencia de las Repblicas del Paraguay y Uruguay... Con l,arreglaramos fcilmente, y de una manera permanente, todas las cuestiones del Plata...Unmonos, Excmo. seor, marchemos de acuerdo, alimonos con todos aquellos que tienenintereses comunes con nosotros, y el menos tiempo y con seguridad conseguiremos nuestro fin(54).

    VAMOS A CORRESPONDER A URQUIZA A CONDICIN DE QUE SE DECLARE Y

    ROMPA CON ROSAS DE UNA MANERA CLARA, POSITIVA Y PUBLICA (11 de marzo de1851).

    El otro documento ledo por Paulino a Lamas en el Macaco (con omisin de algn prrafo ofensivoa esa ingrata gente de Montevideo) es una carta confidencial a Silva Pontes conteniendo lasrdenes e instrucciones que el Encargado de Negocios brasileo hara llegar, en forma segura, algeneral del Ejrcito de Operaciones.

    En ella dice Paulino que le remite copia de la carta a Lpez (mencionada ms arriba)recomendndole la queme despus de haberla ledo. Toda precaucin era poca, tratndose deuna negociacin de semejante gravedad. Y luego expresa:

    Si Lpez conviene, como espero, y Urquiza se declarase, entraremos en la lucha, que entonces serpoco duradera...Si Urquiza se declarase, y se resolviera a apoyar la candidatura de Garzn, golpe terrible y crimende lesa majestad para Rosas, nosotros romperemos con Oribe invocando los agravios que tenemos.Y auxiliados por Urquiza nos ser fcil expulsar a las tropas argentinas del territorio oriental.Si conseguimos eso... Rosas se ha de ver en la imposibilidad de luchar. Ha de desandarrpidamente la rueda de su fortuna.Garzn y Urquiza, no tendrn otro remedio que apoyarse en el Brasil y serles leales. Lascuestiones internas que nacern para ellos de estas novedades (las cadas de Oribe y Rosas) han de

    ocuparlos y molestarlos bastante, para que se acuerden de complicarse con nosotros. Ser entoncesfcil dar una solucin definitiva y ventajosa a nuestros problemas, que pueda asegurarnos para elfuturo.

    Garzn y Urquiza llevados a los gobiernos de Montevideo y Buenos Aires por las tropas brasileas,y advenidos tras caudillos del prestigio y de la popularidad de Oribe ; Rosas, tendrannecesariamente que apoyarse en los imperiales para mantenerse en el poder. Garzn, sera

    jaqueado no solamente por los oribistas decididos, sino por los colorados; Urquiza tendra en contrasuya no solamente a los unitarios y liberales de Buenos Aires, sino tambin a los rosistas de todo elpas. Para ambos, la necesidad de encontrarse en buenas relaciones con el Imperio sera vital.Brasil aprovechara esa circunstancia para arreglar definitivamente todos sus problemas en el

    Plata: lmites, libre navegacin, influencia brasilea en el Paraguay y Uruguay, arregloseconmicos, etc.

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    22/52

    Sigue el documento:

    Sin declararle la guerra a Rosas, le daremos un golpe mortal por baranda (tabella dice el originalbrasileo: intercalacin ma).Entrando Urquiza en este plan: presentado Garzn como candidato a la presidencia, y aceptadoesto por los orientales y an por los hombres de la plaza (Montevideo), quedar removida toda

    causa de celos y sospechas contra Brasil, y tranquilizada la susceptibilidad espaola. Tendremostambin que hacer mucho menos sacrificios, porque la guerra no pesar solamente sobre nosotros.Y tendremos muchos que nos ayuden.

    Tranquilizada la susceptibilidad espaola con la presencia de Urquiza y Garzn, se aseguraba laexpansin portuguesa. Y adems se ganaba la guerra, que de otra manera estara perdida.

    Este plan sigue el documento , desde luego, descansa todo en la suposicin de que Urquizaacceda y se declare.Vale la pena intentarlo, en vista de las buenas disposiciones de Urquiza. Si lno se prestase o exigiese cosas inadmisibles, nos tendramos que pasar sin l y seguir otro camino.Las primeras proposiciones de Cuys, que V.E. refiere en su carta del 30 de enero, son

    inadmisibles. Segn ellas, no debera Brasil hacer movimiento alguno sobre el Estado Oriental sinadvertir previamente a Urquiza sus intenciones. Entonces l se presentara como mediador entreBrasil y Rosas, y concurrira, para que salieran del Estado Oriental las tropas argentinas.Concurrira cmo? Por mediacin, buenos oficios? Ante Rosas!! Esto no lo esperaba yo!Rosas, que resiste a Francia e Inglaterra y a tantos negociadores, habra de ceder ante Urquiza? Lodeclarara traidor y rompera abiertamente. Y acaso, podra el emperador airosamente aceptar lamediacin ofrecida por Urquiza? Puede un general argentino, considerado todava como tal, sermediador entre un gobierno extranjero y el suyo?

    Puede un general argentino, considerado todava como tal .. ? escribe la pluma de Paulino:Pode um general argentino, considerado ainda como tal, ser mediador entre um governoestrangeiro e o seu? ... La finura de Paulino cuidaba a Urquiza ante la historia. No. Haba quebuscar el otro medio: el sugerido por Alsina, ms cuidadoso de su papel que el entrerriano. Este sepresentaba al brasileo como un condotiere sin mayores escrpulos para hacer las cosas. No tenala elegancia de Alsina en menesteres tan delicados.

    "Si no fuesen las cartas posteriores de V.E. en las cuales me dice que la posicin de Urquiza seest haciendo cada vez ms clara sigue el documento , si yo no viese que con Rosas no haytrminos medios : u obediencia ciega y absoluta, o rebelin abierta; si no viese que Urquiza, quenunca nos busc, nos busca ahora, y ltimamente Cuys mostr deseos de que V.E. se encontrasepreparado con rdenes, instrucciones, etc. Si yo no estuviese convencido que la adhesin y

    cooperacin de Urquiza ha de desmoralizar completamente el poder de Rosas y facilitar nuestratarea, sera de parecer que se dejara de mano completamente la negociacin iniciada por Urquiza..

    Hubiera sido ms digno para un Imperio luchar franca y abiertamente contra el enemigo. Pero lascircunstancias no permitan hacerlo. Era necesario asegurar la victoria, de la manera ms fcil; y lapaz posterior, de la manera ms firme. Urquiza era necesario, mejor dicho: imprescindible. Por lomenos ahora. Despus se vera.

    Conviene por lo tanto sigue la carta que V.E., correspondiendo a las aperturas de Urquiza,procure cuanto antes entenderse con l por medio de un agente suyo si lo pudiera encontrarcompletamente seguro (para lo cual podr pagarle el dinero necesario), o mismo por un agente de

    Urquiza que diese pruebas ciertas de que est autorizado por el mismo Urquiza.V.E. "se entender con Urquiza, bajo los principios y bases siguientes :

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    23/52

    1) Que Brasil, con o sin la adhesin y cooperacin de Urquiza, est resuelto a acabar con esteestado de cosas, y obtener seguridad y tranquilidad en el futuro. Para eso cuenta con las fuerzas demar y tierra que tiene preparadas y est preparando; con las tropas que mand enganchar en Europa;con la alianza del Paraguay (puede afirmarle a Urquiza que existe un tratado de alianza) ; con lasfuerzas que hay en la plaza de Montevideo; con las que ha de traer de Europa Pacheco y Obes, ycon los emigrados argentinos que estn en Ro Grande.

    Com ou sem Urquiza, que el general argentino lo entendiera bien. Como amigo o enemigotendra que vrselas siempre con Brasil.

    Con Urquiza, sin Urquiza, o contra Urquiza: poco despus Andrs Lamas las repetir a Herrera(55), para que Urquiza aventase sus ltimas dudas y se decidiera. Tambin Sarmiento, enterado deesta carta en su estada en Ro de Janeiro en junio de 1852 (despus de la cada de Rosas), lasrecuerda cruelmente a Urquiza en su spera carta de Yungay: Con S. E., sin S. E, o contra S. E. seacuerda, general, de estas palabras? (56). Y Pedro Lamas, hijo de Andrs, debi estar informado atravs de su padre despus de Caseros, se entiende del secretisimo documento, porque dice ensu libro Etapas de una gran poltica :

    A Urquiza, en un momento dado, ante sus reticencias y ambigedades, se le dijo con usted o contrausted. Se le dijo tambin, seguramente al odo, en ese o en otro momento de la negociacin conusted y para usted, aunque otra cosa se pensar. Lo esencial era derrocar a Rosas, despus se vera.Y as fue cmo, porqu y para qu se fue a la alianza (57).

    Pero volvamos al documento del 11 de marzo. Si la guerra con la Confederacin era inevitablepara Brasil con S. E., sin S. E. o contra S. E., bien saba el Canciller brasileo que solamente con S.E.. podra terminar en victoria para su Imperio. Que contra S. E. o sin S. E. sera un total desastre.Era jactancia intil ese desfile imaginativo de los 12 13 mil reclutas juntados malamente en elcampamento de Ro Grande, de los 8 mil mercenarios indisciplinados contratados por el ex ministrode Guerra Sebastian do Rego Barros en Alemania, los 3 mil garibaldinos que traera de GnovaMelchor Pacheco y Obes y para lo cual se le haba dado ms de un milln de francos (solamentellegaron 172, pues Melchor, desprendido y manirroto, se haba gastado el resto de la plata en Pars),y finalmente de los emigrados argentinos en Brasil, ninguno de los cuales el general Paz entreellos estuvo en Caseros.

    Urquiza, con su ejrcito de 14 a 16 mil veteranos y su indiscutible capacidad militar, era el solofactor del triunfo brasileo.

    Sigamos con las instrucciones. Base Segunda :

    2) El Gobierno Imperial cree que la presidencia del general Garzn podra reunr a todos losorientales y restablecer la paz y prosperidad de esa Repblica, afirmando su independencia...

    Un presidente impuesto por Brasil y Urquiza afirmara la independencia oriental!...

    ...pues l (Garzn) se entendera de muy buena voluntad y amigablemente en la solucin de todaslas cuestiones que pueden suscitar dificultades en el futuro, a fin de asegurar la armona y una pazpermanente entre Brasil y el Estado Oriental.

    Desde luego que con Garzn en la presidencia uruguaya, Lamas en la Legacin oriental en Ro de

    Janeiro, el ejrcito de Caxias ocupando la Repblica Oriental, y sobre todo Rosas y Oribedesplazados de su gobierno y alejados de Amrica, y Urquiza muy ocupado en combatir a lasunitarios porteos despus de haber contribuido a la instauracin del nuevo orden, estaba

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    24/52

    completamente assegurada a harmona e uma paz permanente entre o Brasil e o Estado Oriemtal.Quin puede suponer lo contrario? Sigue lo ms importante de la base segunda:

    Garzn deber comprometerse a arreglar amigablemente con Brasil las cuestiones pendientes.

    Hay que aprovechar el momento, este momento!, escriba Lamas en Ro de Janeiro a Paulino:(58) hacer tratados que ataran bien fuertes a lo que quedase del Estado Oriental con el Imperiovencedor.

    Y entra el documento en la base tercera :

    3) Es preciso, antes que nada, que Urquiza se declare y rompa con Rosas de una manera clara,positiva y pblica. Que se comprometa a concurrir para la expulsin de Oribe y las tropasargentinas del Estado Oriental, y para la presidencia de Garzn. El Gobierno Imperial har entrartropas en el Estado Oriental.

    Tales las tres bases que deberan llevarse hasta Urquiza. Lo dems que sigue, es para Silva Pontes:

    Todos los puntos sern desenvueltos en mayor extensin, cuando Urquiza y Garzn accedan. Loque es indispensable es que Urquiza se declare contra Rosas.Haga V.E. las convenientes aperturas en ese sentido a Urquiza (siempre con mucha cautela), ycomunqueme inmediatamente lo que ocurre. Para que lo pueda hacer con la rapidez que el casorequiere, sern dadas rdenes al jefe de las fuerzas navales".Es preciso mucha brevedad y decisin en todo esto (59).

    OTRA VEZ EL GOLPHINHO (17 de marzo).

    Lamas intenta alguna protesta. No est de acuerdo con la idea de Alsina ahora tomada porPaulino de no hacerle una guerra directa a Rosas, sino darle un golpe por baranda atacando aOribe. Si Brasil llevase la guerra a Oribe, era por reconocerle personalidad internacional.Entonces, cmo quedaran los hombres de la Defensa de la Montevideo?... Adems la presidenciade Garzn no le gusta: es hombre del partido blanco, y Lamas como los defensores de Montevideoson colorados. Pero Paulino no se va s echar atrs : no lo ha llamado a Lamas al Macaco parapedirle consejo, sino para notificarlo. Finalmente el montevideano se contenta con un documentodel gobierno brasileo que protegiera a los hombres de la Defensa. Y adems con algunos dinerospara las siempre exiguas arcas de la Legacin. Paulino se los promete, pero dicindoles que sernlos ltimos pesos. En cuanto a la garanta, Lamas se encarga de su redaccin. Al da siguiente

    12 lleva al Macaco el borrador de un impresionante documento por el cual Montevideo quedarabajo la proteccin de Brasil. Paulino lo rechaza por falta de cautela (60).

    Se demora la salida de las instrucciones, que no pueden hacerlo por el Esk el 13. El emperador esten Petrpolis, y Paulino debe someterlo a su aprobacin y la del Consejo Imperial, dispersado por lafiebre amarilla. Finalmente consigue su aprobacin y las instrucciones salen en el Golphinho el 17,que a mquinas forzadas las lleva a Montevideo.

    LA CIRCULAR ESCONDIDA (3 de abril de 1851).

    Mientras tanto ha llegado a Montevideo el joven Muoz con urgentes recados de Urquiza. El

    general est al borde de la desesperacin, pues Rosas perfectamente enterado de que en algo andasu Comandante en Jefe del Ejrcito de Operaciones no le ha aflojado todava en las cosaseconmicas. No tendra ms remedio que pronunciarse y sin haber llegado a un

  • 8/3/2019 9572463 Jose Maria Rosa El to de Urquiza[1]

    25/52

    entendimiento? Y en una guerra de Brasil contra la patria? Los escrpulos del entrerriano hanvuelto a surgir como en el pasado 20 de abril del ao anterior. Deberan encontrar en Montevideoy en Ro de Janeiro, y rpidamente, una forma que dejase a salvo la honra del general. Muozbusca al ministro Herrera a la hora exacta de desembarcar para decirle en nombre de Urquizaque aunque est decidido a unirse con nosotros, cuida su posicin honrosa. escribe Herrera aLamas el mismo 12, informndole los escrpulos de Urquiza para que eso no aparezca como una

    traicin :

    El hombre est decidido a unirse con nosotros escribe Herrera a Lamas el mismo 12 de marzo pero no quiere ni conviene que eso aparezca como una traicin... por consiguiente exige aquello(el previo aviso de Brasil) y que se lo coloque en una posicin honrosa, buscndolo con laproposicin de lo que el Brasil quiere obtener y se propone hacer. En ella dice que se apoyar paradirigirse a Rosas en trminos que no le dejarn eleccin sino entre perecer o ceder.

    Valga lo que valga el recado, creo necesario que usted lo ponga en conocimiento de ese gobierno(61).

    Muoz ha trado el mensaje verbalmente. Herrera escribe a Lamas ese da, y tambin empieza aredactar un Memorial destinado a convencer a Urquiza de que no puede haber traicin en supatritica actitud de ponerse al lado de la civilizacin contra la barbarie. Todo eso de patria, deConfederacin Argentina, etc., son pamplinas. Adems, piensa y escribe el originalconstitucionalista Herrera por qu habra traicin en que el gobernador de Entre Ros se separasedel gobernador de Buenos Aires en el problema de Brasil? No eran ambos, jefes de dos provinciasindependientes por el sistema federal que rega en la Argentina? (62).

    El 19 termina el Memorial:

    La coalicin que se prepara entre la Francia, el Brasil, el Paraguay y Montevideo dice eloptimista incurable que es Herrara para nadie puede ser un misterio... Este hecho es la obraexclusiva de Don Juan Manuel de Rosas, cuya pertinacia en sus arrogantes y atentatoriasexigencias, no slo han privado a la Repblica Argentina de las pinges ventajas con que le hanbrindado aquellos Estados en obsequio de la paz... no tiene de su parte ni la razn, ni la justicia, nilos medios de vencer...

    Despus de explicar al general del Ejrcito de Operaciones que no era patritico oponerse a esaformidable coalicin de naciones, sigue...

    ... por qu renunc