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COMENTARIO EXEGETICO Y EXPLICATIVO DE LA BIBLIA TOMO I: EL ANTIGUO TESTAMENTO POR Roberto Jamieson A. R. Fausset David Brown TRADUCTORES: Jaime C. Quarles Lemuel C. Quarles José M. Rodríguez Juan B. Garaño Francisco Macías PREFACIO AL PENTATEUCO Y LOS LIBROS HISTORICOS ——————————————— El Pentateuco, el nombre por el cual se designan los cinco primeros libros de la Biblia, se deriva de dos palabras griegas, pente, cinco, y teuco, volumen, o tomo, significando así el volumen quíntuplo. Originalmente estos libros formaban una obra continua, como todavía en los manuscritos hebreos están unidos en un solo rollo, sin división. Cuándo fueron divididos en cinco porciones, con títulos propios de cada parte, no se sabe, pero es evidente que la distinción data del tiempo de la traducción Septuaginta, o antes. Los nombres que estos libros llevan en nuestra versión, son tomados de la Septuaginta, y eran usados por aquellos traductores griegos como descriptivos de los temas principales, y el contenido más importante de los distintos libros. En las Escrituras posteriores frecuentemente están comprendidos bajo la designación general de La Ley, El Libro de la Ley, puesto que el dar un relato detallado de los preparativos para el divino código y la entrega del mismo con todas las instituciones civiles y sagradas que eran peculiares a la economía antigua, es el objeto al cual son exclusivamente dedicados dichos libros. Siempre han sido colocados al principio de la Biblia, no sólo por causa de su prioridad cronológica, sino porque forman una introducción apropiada e indispensable a los demás libros sagrados. Las referencias frecuentes hechas en las Escrituras posteriores, a los acontecimientos, al ritual y doctrinas de la antigua dispensación, no sólo habrían perdido mucho de su propósito y significado, sino que habrían quedado absolutamente ininteligibles sin la información que contienen estos cinco libros. Ellos constituyen el cimiento o base sobre el cual descansa todo el edificio de la revelación, y el conocimiento de la autoridad e importancia que hay en

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COMENTARIOEXEGETICO Y EXPLICATIVO

DE LA BIBLIATOMO I: EL ANTIGUO TESTAMENTOPOR Roberto Jamieson A. R. Fausset David Brown TRADUCTORES: Jaime C. Quarles Lemuel C. Quarles Jos M. Rodrguez Juan B. Garao Francisco Macas

El Pentateuco, el nombre por el cual se designan los cinco primeros libros de la Biblia, se deriva de dos palabras griegas, pente, cinco, y teuco, volumen, o tomo, significando as el volumen quntuplo. Originalmente estos libros formaban una obra continua, como todava en los manuscritos hebreos estn unidos en un solo rollo, sin divisin. Cundo fueron divididos en cinco porciones, con ttulos propios de cada parte, no se sabe, pero es evidente que la distincin data del tiempo de la traduccin Septuaginta, o antes. Los nombres que estos libros llevan en nuestra versin, son tomados de la Septuaginta, y eran usados por aquellos traductores griegos como descriptivos de los temas principales, y el contenido ms importante de los distintos libros. En las Escrituras posteriores frecuentemente estn comprendidos bajo la designacin general de La Ley, El Libro de la Ley, puesto que el dar un relato detallado de los preparativos para el divino cdigo y la entrega del mismo con todas las instituciones civiles y sagradas que eran peculiares a la economa antigua, es el objeto al cual son exclusivamente dedicados dichos libros. Siempre han sido colocados al principio de la Biblia, no slo por causa de su prioridad cronolgica, sino porque forman una introduccin apropiada e indispensable a los dems libros sagrados. Las referencias frecuentes hechas en las Escrituras posteriores, a los acontecimientos, al ritual y doctrinas de la antigua dispensacin, no slo habran perdido mucho de su propsito y significado, sino que habran quedado absolutamente ininteligibles sin la informacin que contienen estos cinco libros. Ellos constituyen el cimiento o base sobre el cual descansa todo el edificio de la revelacin, y el conocimiento de la autoridad e importancia que hay en

PREFACIO AL PENTATEUCO Y LOS LIBROS HISTORICOS

ellos, ampliamente dan la razn de los ataques porfiados que los infieles han hecho contra estos libros, como tambin del celo y ardor que en su defensa han desplegado los amigos de la verdad. El origen mosaico del Pentateuco est establecido en las voces concordantes tanto de la tradicin judaica como de la cristiana; y su testimonio unnime es apoyado por el carcter interno y las declaraciones de la obra misma. Que Moiss guard un relato escrito de las transacciones importantes relacionadas con los israelitas, est atestiguado por su propia afirmacin expresa. Porque al relatar la victoria sobre los amalecitas, que se le mand por autoridad divina registrar, el lenguaje empleado Escribe esto para memoria en un libro (Hebreo, el libro),demuestra que aquel relato haba de formar parte de un registro ya en formacin, y varias circunstancias se combinan para probar que aquel registro era una historia continua de la especial bondad y del cuidado de la Providencia divina en la eleccin, proteccin y direccin de la nacin hebrea. Primero, las repetidas afirmaciones de Moiss mismo de que los acontecimientos que diversificaban la experiencia de aquel pueblo, eran escritos a medida que sucedan (vase Exodo 24:47; 34:27; Nmeros 33:2). Segundo, hay los testimonios encontrados en distintas partes de los libros histricos posteriores al Pentateuco de que era obra bien conocida y familiar a todo el pueblo (vase Josu 1:8; 8:34; 23:6; 24:26; 1 Reyes 2:3, etc.). Tercero, hallamos en las obras de los profetas frecuentes referencias a los hechos registrados en los libros de Moiss (comp. Isaas 1:9 con Gnesis 19:1; 12:2 con Exodo 15:2; 51:2; con Gnesis 12:2, 54:9; con Gnesis 8:21, 22; Oseas 9:10 con Nmeros 25:3; 11:8 con Gnesis 19:24; 12:4 con Gnesis 32:24, 25; 12:12 con Gnesis 28:5; 29:20; Joel 1:9 con Nmeros 15:417; 28:714; Deuteronomio 12:6, 7; 16:10, 11; Ams 2:9 con Nmeros 21:21; 4:4 con Nmeros 28:3; 4:11 con Gnesis 19:24; 9:13 con Levtico 26:5; Miqueas 6:5 con Nmeros 22:25; 6:6; con Levtico 9:2; 6:15 con Levtico 26:16, etc.). Cuarto, el testimonio de Cristo y los apstoles se presta repetidas veces en favor de los libros de Moiss (Mateo 19:7; Lucas 16:29; 24:27; Juan 1:17; 7:19; Hechos 3:22; 28:23; Romanos 10:5). En realidad las referencias son tan numerosas, y los testimonios tan distintamente encaminados a sostener la existencia de los libros mosaicos al travs de toda la historia de la nacin judaica, y la unidad de carcter, designio y estilo de estos libros es tan claramente perceptible, a pesar de las afirmaciones racionalistas de que forman una serie de trozos distintos y sin conexin; que puede decirse con toda seguridad que hay evidencia inmensamente ms slida y ms variada en prueba de que son de la mano de Moiss, que la evidencia de que cualquiera de las obras clsicas griegas o romanas sean la produccin de los autores cuyos nombres llevan. Pero, aunque reconocemos que el Pentateuco fu escrito por Moiss, se suscita una cuestin importante, de si los libros que lo componen han llegado hasta nosotros en una forma autntica; si los tenemos genuinos y enteros tal como salieron de las manos del autor. En contestacin a esta pregunta, podra ser suficiente decir que, en las repeticiones pblicas y peridicas de la ley en las solemnes asambleas religiosas del pueblo, las que indican la existencia de ejemplares numerosos, se haca provisin para conservar la integridad del Libro de la Ley. Pero adems de esto, dos hechos notables, uno de los cuales sucedi antes del cautiverio, y el otro despus, proveen una evidencia concluyente de lo genuino y la autenticidad del Pentateuco. El primero es el descubrimiento en el reinado de Josas del ejemplar autgrafo que haba sido depositado por Moiss en el arca del testimonio, y el segundo es el cisma de los samaritanos, quienes levantaron un templo en el Monte Gerizim, y quienes, apelando a la ley de Moiss como la norma de su fe y culto igualmente con los judos, vigilaban con cuidado celoso toda circunstancia que pudiera afectar la pureza del relato mosaico. Hay, pues, la razn mas poderosa para creer que el Pentateuco, como existe en la actualidad, es substancialmente igual a como sali de las manos de Moiss. La aparicin de una mano posterior, es

verdad, se nota en el relato de la muerte de Moiss al final de Deuteronomio, y en algunas pocas interpolaciones, como la insercin de nombres de lugares cambiados, que habran sido hechos por Esdras, quien revis y corrigi la versin de las antiguas Escrituras. Pero substancialmente el Pentateuco es la obra genuina de Moiss, y muchos, que alguna vez impugnaban su pretensin a tal carcter, y lo miraban como producto de una edad posterior, se han visto obligados, despus de una completa investigacin, sin prejuicios, del asunto, a confesar su conviccin de que se puede confiar plenamente en su autenticidad. Admitindose lo genuino y la autenticidad del Pentateuco, siguen como consecuencia necesaria la inspiracin y la autoridad cannica de la obra. El acceso de Moiss al privilegio de la comunin frecuente y directa con Dios (Exodo 25:22; 33:3; Nmeros 7:89; 9:8); sus declaraciones repetidas y solemnes de que l hablaba y escriba por mandato de Dios; la sumisin reverente que era tributada a la autoridad de sus preceptos por todas las clases del pueblo judo, inclusive el rey mismo (Deuteronomio 17:18, 27:3); y el reconocimiento de la misin divina de Moiss por los escritores del Nuevo Testamento, todo prueba el carcter inspirado y la autoridad de sus libros. El Pentateuco posea los derechos ms grandes a la atencin del pueblo judaico, porque formaba la norma de su fe, la regla de su obediencia, el registro de todo su plan de accin civil y religioso. Pero es interesante e importante a todo ser humano, en vista de que, adems de revelar el origen y el temprano desarrollo del plan de la gracia divina, es el manantial de todo conocimiento autntico que da la verdadera filosofa, historia, geografa y cronologa del mundo antiguo. Finalmente, el Pentateuco es indispensable a la revelacin entera contenida en la Biblia; porque siendo el Gnesis el prefacio legtimo a la ley; siendo la ley la introduccin natural al Antiguo Testamento; y siendo todo esto el preludio a la revelacin del evangelio, no habra podido omitirse. Lo que son los cuatro Evangelios al Nuevo Testamento, lo son los cinco libros de Moiss al Antiguo Testamento. GENESIS, el libro del origen o produccin de todas las cosas, consiste en dos partes: la primera, comprendida en los caps. 111, da una historia general; la segunda, contenida en los captulos siguientes, da una historia especial. Las dos partes estn esencialmente unidas; la una, que empieza con el relato de la descendencia de la raza humana de una sola pareja, la introduccin del pecado en el mundo, y el anuncio del plan de la misericordia divina para reparar las ruinas de la cada, fu necesaria para preparar el camino para la otra parte, es decir, el llamamiento de Abraham y la seleccin de su descendencia para llevar a cabo los benvolos propsitos de Dios. Una evidente unidad de mtodo, pues, hay a travs de todo este libro, y la informacin en l contenida era de la mayor importancia para el pueblo hebreo, porque sin l ellos no habran podido entender las frecuentes referencias en su ley a los propsitos y a las promesas de Dios acerca de ellos mismos. Los argumentos ya presentados para apoyar el origen mosaico del Pentateuco, naturalmente prueban que Moiss fu el autor de Gnesis. Los pocos pasajes en que los racionalistas basaban sus afirmaciones de que era la composicin de una poca posterior, ya hemos mostrado con xito que no merecen semejante conclusin. El uso de palabras egipcias y el conocimiento minucioso de la vida y las costumbres egipcias, manifiesto en la historia de Jos, estn de acuerdo con la educacin de Moiss, y sea que recibiera su informacin por revelacin directa, o de la tradicin, o de documentos escritos, nos llega a nosotros como la obra autntica de un autor que escriba de la manera que era inspirado por el Espritu Santo (2 Pedro 1:21). EXODO, una salida, deriva su nombre del hecho de que se ocupa principalmente en relatar la salida de los israelitas de Egipto, y los incidentes que precedieron inmediatamente as como los que siguieron a aquella memorable migracin. La redaccin del mismo por Moiss, se afirma distintamente por l

(Exodo 24:4) como tambin por nuestro Seor (Marcos 12:26; Lucas 20:37). Adems el completo conocimiento que manifiesta de las instituciones y costumbres de los antiguos egipcios y los minuciosos detalles geogrficos de la marcha hasta Sina, establecen de la manera ms clara la autenticidad de este libro. LEVITICO.As llamado porque trata de las leyes relacionadas con el ritual, los servicios y sacrificios de la religin judaica, la superintendencia de los cuales era confiada al sacerdocio levtico. Sin embargo, son principalmente los deberes de los sacerdotes, los hijos de Aarn, los que describe este libro. Su pretensin de ser la obra de Moiss se establece por los pasajes siguientes: 2 Crnicas 30:16; Nehemas 8:14; Jeremas 7:22, 23; Ezequiel 20:11; Mateo 8:4; Lucas 2:22; Juan 8:5 Romanos 10:4; 13:9; 2 Corintios 6:16; Glatas 3:12; 1 Pedro 1:16. NUMEROS.As se llama este libro por contener un relato de la enumeracin y la colocacin de los israelitas. La primera parte del mismo, captulos 1 al 11, parece ser un suplemento de Levtico, pues se ocupa en relatar el nombramiento de los levitas a los oficios sagrados. El diario de la marcha por el desierto va en seguida hasta el captulo 21:20; despus de lo cual se relatan los primeros incidentes de la invasin. Slo una cita directa de este libro (cap. 16:5) se hace en el Nuevo Testamento (2 Timoteo 2:19); pero referencias indirectas a l por los escritores sagrados posteriores, son muy numerosas. DEUTERONOMIO, la segunda ley, ttulo que claramente demuestra cul es el objeto de este libro; es decir, una recapitulacin de la ley. Se da en forma de discursos pblicos dirigidos al pueblo; y, como Moiss hablaba con la perspectiva de su pronta partida del mundo, encareci la obediencia a ella con muchas apelaciones potentes a los israelitas, acerca de su larga y variada experiencia tanto de las misericordias como de los juicios de Dios. Las detalladas noticias de los pueblos paganos con los cuales llegaron a tener relaciones, quienes despus desaparecieron de las pginas de la historia, como tambin el relato de la fertilidad y los productos de Canan, y los consejos respecto a la conquista de aquel pas, fijan la fecha de este libro y el tiempo de su composicin por la mano de Moiss. La conclusin, sin embargo, puede haber sido agregada por otro; y, ms bien, algunos suponen que formaba el prefacio original al libro de Josu. JOSUE.El ttulo de este libro se deriva del piadoso y valiente gua, cuyas hazaas relata, y quien, se supone, fu su autor. Las objeciones a esta idea se fundan principalmente en la frase hasta hoy, que se menciona varias veces (cap. 4:9; 6:25; 8:28). Pero esto, por lo menos en el caso de Rahab, no es razn vlida para rechazar la idea de que l sea autor del libro; porque, suponindose, lo que es ms probable, que este libro fuera compuesto hacia el fin de la larga carrera de Josu, o compilado de documentos escritos dejados por l, todava habra podido estar viva Rahab. Una manera ms sencilla y satisfactoria de explicar la frecuente insercin de la frase hasta hoy, es la opinin de que es un comentario introducido por Esdras, cuando revis el sagrado canon: y quitada esta dificultad, las pruebas directas de que el libro fuera producido por un testigo de los acontecimientos en l relatados; las vvidas descripciones de las escenas sucesivas, y el uso de la palabra nosotros (cap. 5:16), visto junto con el hecho de que, despus de su discurso de despedida al pueblo, Josu escribi estas palabras en el libro de la ley de Dios,todo provee una prueba fuertemente presuntiva de que el libro entero fuese la obra de aquel eminente hombre. Su inspiracin y autoridad cannica se establecen plenamente por los repetidos testimonios de otros escritores de las sagradas Escrituras (comprese cap. 6:26 con 1 Reyes 16:34; cap. 10:13 con Habacuc 3:11; cap. 3:14 con Hechos 7:45; 6:1723 con Hebreos 11:30; cap. 2 con Santiago 2:25; Salmo 44:2; 68:1214; 78:54, 55). Como relato de la fidelidad de Dios en dar a los israelitas posesin de la tierra prometida, esta historia es de lo ms

valioso, y lleva el mismo carcter como secuela del Pentateuco, as como los Hechos de los Apstoles, de los Evangelios. JUECES es el ttulo dado a este libro, porque contiene la historia de aquellos dirigentes que no siendo reyes gobernaron a los hebreos desde el tiempo de Josu hasta el de Eli, y las funciones de los cuales en tiempo de paz consistan principalmente en la administracin de la justicia, aunque en ciertas ocasiones dirigan al pueblo en sus guerras contra sus enemigos pblicos. La fecha y el autor de este libro no se conocen exactamente. Es seguro, sin embargo, que anteceda al Segundo Libro de Samuel (comp. 9:35 con 2 Samuel 11:21), como tambin a la conquista de Jerusaln por David (comp. cap. 1:21 con 2 Samuel 5:6). Su autor fu, con toda probabilidad, Samuel, el ltimo de los jueces (vase cap. 19:1; 21:25). La fecha de la composicin de la primera parte se fija en el reinado de Sal, mientras que los cinco captulos finales, puede ser que no hayan sido escritos sino despus que se estableci David como rey de Israel (vase cap. 18:31). Es una historia fragmentaria, siendo una coleccin de hechos importantes y de libramientos notables en tiempos distintos y en distintas partes del pas, en el perodo intermedio de 300 aos entre Josu y el establecimiento de la monarqua. El carcter inspirado de este libro est confirmado por alusiones al mismo en muchos pasajes de las Escrituras (comp. cap. 4:2; 6:14 con 1 Samuel 12:912; cap. 9:53 con 2 Samuel 11:21; cap. 7:25 con Salmo 83:11; cap. 5:4, 5 con Salmo 7:5; cap. 13:5; 16:17 con Mateo 2:1323; Hechos 13:20; Hebreos 11:32). RUT es correctamente un suplemento del libro anterior, al cual, en efecto, estaba aadido en el antiguo canon judo. Aunque relata un episodio del tiempo de los jueces, su fecha exacta no se conoce. Parece seguro, sin embargo, que no habra podido ser escrito antes del tiempo de Samuel (vase cap. 4:1722), quien generalmente se supone habr sido su autor; y esta opinin, adems de otras razones sobre las cuales descansa, se confirma en el cap. 4:7, donde es evidente que la historia no fu compilada sino mucho tiempo despus de los hechos relatados. La inspiracin y autoridad cannica del libro son atestiguadas por el hecho de que el nombre de Rut es includo por Mateo en la genealoga de nuestro Seor. LOS LIBROS PRIMERO Y SEGUNDO DE SAMUEL.Los dos estaban unidos en uno por los antiguos judos, y en tal forma poda llamarse el Libro de Samuel con ms razn que ahora, pues el Segundo Libro se ocupa completamente en relatar acontecimientos que no se efectuaron sino despus de la muerte de aquel eminente juez. Por consiguiente, en la Septuaginta y la Vulgata, se llaman el Primero y Segundo Libros de los Reyes. La primera parte del Primer Libro, hasta el fin del captulo veinticuatro, probablemente fu escrita por Samuel; mientras que lo restante de l, y todo el Segundo Lbro, se atribuyen comnmente a Nathn y a Gad, fundndose la opinin en 1 Crnicas 29:29. Los comentadores, sin embargo, estn divididos acerca de este punto, suponiendo algunos de ellos que lo dicho en el cap. 2:26; 3:1, indican la mano del juez mismo, o de un contemporneo; mientras que algunos piensan, segn los cap. 6:18; 12:5; 27:6, que la composicin tiene que referirse a una poca posterior. Es probable, sin embargo, que estas supuestas seales de un perodo posterior fuesen interpolaciones de Esdras. Pero esta incertidumbre respecto al autor no afecta la autoridad inspirada del libro mismo, la cual es indisputable, porque se cita en el Nuevo Testamento (Hechos 13:22; Hebreos 1:5), como tambin en muchos de los Salmos. LOS LIBROS PRIMERO Y SEGUNDO DE REYES, en los antiguos ejemplares de la Biblia Hebrea, constituyen un libro. Se les han dado diversos ttulos; en la Septuaginta y la Vulgata se llaman los Libros Tercero y Cuarto de Reyes. El autor de estos libros es desconocido; pero la opinin general es que fueron compilados por Esdras o por uno de los profetas posteriores, de antiguos documentos a los cuales se hace referencia frecuente en el curso de la historia como de autoridad pblica y

reconocida. Su carcter de inspirados era reconocido por la nacin judaica que los consideraba como segundo canon; adems, su carcter es atestiguado por nuestro Seor, quien frecuentemente los cita (comp. 1 Reyes 17:9; 2 Reyes 5:14 con Lucas 4:2427; 1 Reyes 10:1 con Mateo 12:42). LOS LIBROS PRIMERO Y SEGUNDO DE CRONICAS tambin eran considerados por los antiguos judos como uno solo, quienes los llamaban palabras de das, es decir, diarios o jornales, siendo probablemente compilados con datos de los registros que guardaban los historigrafos de los reyes acerca de los acontecimientos diarios. En la Septuaginta el ttulo ddoles es Paraleipmenon, de cosas omitidas, o sea, los libros eran suplementarios, porque muchas cosas inadvertidas en los libros anteriores, estn registradas aqu; y no slo son suplidas las omisiones, sino que algunos relatos son ampliados, y otros agregados. Como autor comnmente se reconoce a Esdras, cuyo propsito principal parece ser el de mostrar la divisin de familias, posesiones, etc., antes del cautiverio, con miras a la restauracin exacta del mismo orden despus del regreso de Babilonia. Aunque muchas cosas son relatadas de nuevo, y otras son repeticiones exactas de lo que se contiene en Reyes, hay mucha informacin nueva e importante que, como dice San Gernimo, las Crnicas proveen medios para comprender partes del Nuevo Testamento, que habran sido ininteligibles sin ellas. Cristo y los apstoles hacen referencias frecuentes a que forman parte de la Palabra de Dios (vanse las genealogas en Mateo cap. 1; Lucas 3; comp. 2 Crnicas 19:7 con 1 Pedro 1:17; 2 Crnicas 24:1921 con Mateo 23:3235). ESDRAS, junto con Nehemas, era considerado como un solo libro por los antiguos judos, quienes los llamaban el Primer Libro y Segundo Libro de Esdras, como todava son llamados por los escritores catlicos romanos. Este libro naturalmente se divide en dos partes o secciones; una seccin, contenida en los seis primeros captulos, relata las circunstancias del regreso del primer destacamento de desterrados babilnicos bajo Zorobabel con la consiguiente reedificacin del templo y el restablecimiento del servicio divino. La otra parte, contenida en los cuatro captulos restantes, cuenta el viaje de la segunda caravana de cautivos que regresaron bajo la direccin de Esdras mismo, quien vena investido de facultades para restaurar, en todo su esplendor, todo el sistema del ritual judaico. La opinin general de la iglesia, de siglo en siglo, ha sido la de que Esdras es el autor de este libro. La objecin principal se funda en el cap. 5:4, donde las palabras entonces les dijimos, etc., han causado la conjetura de que la primera porcin del libro no fuese escrita por Esdras, quien no fu a Jerusaln sino muchos aos ms tarde. Pero un poco de atencin mostrar lo ftil de esta objecin, porque las palabras en cuestin no se referan al escritor, mas fueron usadas por Tatnai y sus compaeros. El estilo y la unidad del objeto del libro prueban claramente que fu el producto de un solo escritor. La autoridad cannica del libro est bien establecida; pero otro libro bajo el nombre de Esdras es rechazado como apcrifo. NEHEMIAS parece haber sido el autor de este libro por el hecho de que generalmente escribe en su propio nombre, y excepto en aquellas porciones que son evidentemente ediciones posteriores y copiadas de documentos pblicos, l emplea como regla general la primera persona. La porcin mayor del libro se ocupa en la historia de los doce aos de administracin de Nehemas en Jerusaln, despus de los cuales l volvi a sus deberes en Susn. Ms tarde volvi a Jerusaln con nuevas facultades, y comenz con medidas nuevas y vigorosas de reforma, las cuales se detallan en los ltimos captulos del libro. ESTER deriva su nombre de la dama juda que, llegando a ser esposa del rey de Persia, emple su influencia real para efectuar un memorable libramiento del perseguido pueblo de Dios. Existen varias opiniones acerca de quin sera el autor de este libro, atribuyndolo algunos a Esdras, a Nehemas y a

Mardoqueo. La preponderancia de autoridades est a favor del ltimo. El carcter histrico del libro es evidente, puesto que, adems de las evidencias internas, su autenticidad est probada por el fuerte testimonio de la fiesta de Purim, la celebracin de la cual puede trazarse hasta los acontecimientos que son descritos en este libro. Pero la tradicin uniforme tanto de los judos como de los cristianos, apoya esta pretensin, que nada en el libro tiende a debilitar; siendo l una seal del cuidado vigilante de la Providencia Divina sobre su pueblo escogido, seal con la cual es de suma importancia que la iglesia sea asegurada. El nombre de Dios extraamente est omitido, pero la presencia de Dios se siente a travs de toda la historia; y todo el tono y la tendencia del libro estn tan decididamente subordinados a la honra de Dios y a la causa de la verdadera religin, que ha sido generalmente recibido por la iglesia en todas las pocas como parte del sagrado canon.

PREFACIO A LOS LIBROS POETICOS

La poesa hebrea es nica en su clase; en esencia, la ms sublime; en forma, marcada por una sencillez y facilidad que fluyen de su sublimidad. El Espritu del Seor habl por el poeta hebreo, y su palabra ha sido en mi lengua (2 Samuel 23:2). Aun la msica se colocaba bajo la direccin de hombres espiritualmente dotados; y uno de los msicos principales, Hemn, se llama el vidente del rey en las palabras de Dios (1 Crnicas 25:1, 5). Se dice que el rey David invent instrumentos de msica (Ams 6:5). No hay en la poesa hebrea el ritmo artstico de la forma que aparece en la poesa clsica de Grecia y Roma, pero compensa ampliamente por esto su graciosa y fresca naturalidad. Aparecen ejemplares antiguos de la poesa hebrea, por ejemplo, la parodia de Lamec de la profeca de Enoc, o, como creen algunos, una lamentacin por un homicidio cometido en aquellos das desordenados, en defensa propia. (Gnesis 4:23; comp. Judas 14; Exodo 32:18; Nmeros 21:14, 15, 17, 18, 27; 23:7, 8, 18; 24:3, 15). El elemento potico aparece mucho ms en el Antiguo Testamento que en el Nuevo. Los libros poticos son exclusivamente los del Antiguo Testamento; y en el Antiguo Testamento mismo, las porciones que son las ms fundamentales (por ejemplo, el Pentateuco de Moiss, el legislador, en su cuerpo principal), son las que tienen en s menos del elemento potico. Elas, padre de los profetas, est exento del arte potico. Los profetas siguientes no eran estrictamente poetas, excepto cuando el estado exttico en la inspiracin los elevaba a modos poticos del pensamiento y la expresin. El profeta era ms bien maestro inspirado que poeta. Es cuando el escritor acta como representante de las experiencias personales de los hijos de Dios, cuando la poesa halla su esfera propia. El uso de la poesa en las Escrituras fu particularmente para suplir la falta no provista por la ley, es decir, de formas devocionales para expresar en privado, y en el culto pblico, los sentimientos de los israelitas piadosos. Las escuelas de los profetas alentaban y difundan un espritu religioso entre el pueblo; y los hallamos usando instrumentos lricos para acompaar sus actos de profetizar (1 Samuel 10:5). David, sin embargo, fu quien especialmente llev las efusiones lricas de devocin a una perfeccin que no haban alcanzado antes. Otro propsito al que la Salmodia, por las producciones inspiradas de David, serva, era hacer salir de entre las formas tpicas de los servicios legales su escencia y espritus ocultos, adaptndolos a las variadas exigencias espirituales de la vida individual y congregacional. La Naturaleza tambin en ellas se muestra hablando de la gloria y bondad del Dios invisible, aunque siempre presente. Se provea al israelita un manual de devocin, por medio del cual poda entrar en el verdadero espritu de los servicios del santuario, y as sentir la necesidad de aquel Mesas venidero, de quien testifica especialmente el Libro de los Salmos. Nosotros tambin, en nuestra dispensacin cristiana, necesitamos

su ayuda en nuestras devociones. Obligados como estamos, a pesar de nuestros privilegios superiores en muchos sentidos, a caminar por fe ms bien que por vista en un grado mayor que ellos, hallamos en los Salmos, con sus expresiones que hacen real la sentida proximidad de Dios, el mejor repertorio de donde sacar un lenguaje divinamente sancionado con el cual expresar nuestras oraciones y acciones de gracias a Dios, y nuestras aspiraciones por una santa comunin con nuestros hermanos santos. Acerca de la objecin presentada contra el espritu de venganza que se respira en algunos Salmos, la respuesta es, que hay que hacer una amplia distincin entre el espritu vengativo personal y el deseo de que el honor de Dios sea vindicado. La venganza personal, no slo en otras partes de las Escrituras, sino tambin en los Salmos, en la teora y en la prctica, es condenada (Exodo 23:4, 5; Levtico 19:8; Job 31:29, 30; Salmo 7:4, 5, 8, 11, 12; Proverbios 25:21, 22), lo que corresponde con la prctica de David en el caso de su enemigo implacable (1 Samuel 24:5, 6; 26:810). De la otra parte, el pueblo de Dios siempre ha deseado que, cualquier cosa que dae la causa de Dios, como por ejemplo la prosperidad de los enemigos de Dios y de su iglesia, sea destruida (Salmo 10:12; 30:27; 40:16; 79:6, 10). Es bueno que nosotros tambin, en nuestra dispensacin de amor, reavivemos la memoria por medio de estos Salmos de nuestras laxas opiniones en cuanto to al odio de Dios por el pecado; y de la necesidad que hay de que nosotros comprendamos bien la mente de Dios sobre tales puntos, al mismo tiempo que busquemos la conversin de todos los hombres a Dios (comp. 1 Samuel 16:1; Salmo 139:21; Isaas 66:24; Apocalipsis 14:10). Algunos Salmos se componen de veintids oraciones paralelas, o estrofas de versos, las que empiezan con palabras cuya letra inicial corresponde con las letras hebreas (veintids) en su orden (Salmos 37 y 119). Tambin Las Lamentaciones. Este arreglo era ideado como una ayuda a la memoria, y se halla nicamente en tales composiciones que tratan, no un tema distinto y progresivo, sino una serie de reflexiones piadosas, caso en que el orden preciso era de menos importancia. El Salmista, al adoptarlo, no lo sigue servilmente; mas, como en el Salmo 25, se desva, para as hacer que la forma, cuando es necesario, se amolde al sentido. De estos poemas hay doce en toda la Biblia hebrea (Salmos 25, 34, 37, 111, 112, 119, 145; Proverbios 31:1031; Lamentaciones 1, 2, 3, 4). La gran excelencia del principio hebreo de versificacin, es decir, el paralelismo, o ritmo de pensamiento (Ewald), es que, mientras que la poesa de todos los dems idiomas, cuya versificacin depende de la regular repeticin de ciertos sonidos, sufre considerablemente en la traduccin, la poesa hebrea, cuyo ritmo depende de la correspondencia paralela de pensamientos similares, casi no pierde nada al ser traducidahabindolo provisto as el Espritu Santo prescientemente para su final traduccin a todas las lenguas, sin la prdida del sentido. As en nuestra versin castellana, Job y Salmos, aunque son traducciones, son eminentemente poticas. As tambin se da una clave al sentido de muchos pasajes, porque el sentido de la palabra en una clusula se presenta ms cabalmente en la palabra correspondiente en la siguiente clusula paralela. En la puntuacin Masortica del hebreo, el arreglo mtrico se seala por los distintos acentos. Concuerda con la divina inspiracin de la poesa bblica, que el pensamiento sea ms prominente que la forma, el meollo de la nuez ms que la cscara. Hay un ritmo verbal superior al de la prosa; pero como est perdida la verdadera pronunciacin hebrea, se reconoce slo imperfectamente el ritmo. La particularidad de la edad potica hebrea es que era siempre histrica y verdadera, no mtica, como las edades poticas de todas las dems naciones. Otra vez, su poesa se distingue de la prosa por el uso de trminos decididamente poticos. El lamento de David por Jonatn proporciona una muestra hermosa de otro carcter distintivo hallado en la poesa hebrea, la estrofa: siendo sealadas las tres estrofas por la repeticin tres veces de la endecha cantada por todo el cuerpo de cantores, que

representan a Israel; la segunda, por nias; la tercera, por un coro de varones jvenes (2 Samuel 1:17 27). La poesa lrica, que es el estilo predominante en la Biblia, y es especialmente concisa y sentenciosa, parece haber venido de una clase ms antigua parecida al Libro de Proverbios que es ms moderno (comp. Gnesis 4:23, 24). La mente oriental tiene tendencia a incorporar el pensamiento con aforismos, mximas y proverbios. La poesa de los orientales es una ristra de perlas. Cada palabra tiene vida. Cada proposicin es la sabidura condensada. Cada sentencia es sorprendente y epigramtica. (Kitto, Biblical Cyclopedia.) Somos llevados a la misma conclusin por ser usado el trmino Mascal, proverbio o similitud para designar la poesa en general. La poesa hebrea, en su origen, era una pintura al ojo, una parbola o enseanza por medio de semejanzas descubiertas por la mente popular, expresada en la lengua popular, y adoptada y pulida por el poeta nacional. Salomn, bajo la inspiracin, incorporara en sus Proverbios tales de los dichos sabios preexistentes cuales fueran sancionados por el Espritu de Dios. El ttulo hebreo para los Salmos, Tehilim, quiere decir himnos, alabanzas gozosas (a veces acompaados por danzas. Exodo 15; Jueces 5), que no responde exactamente al ttulo de Septuaginta, Salmo, u odas lricas, o cnticos acompaados por algn instrumento. El ttulo Tehilim, himnos, fu adoptado probablemente por causa del uso hecho de los Salmos en el servicio divino, aunque slo una parte puede llamarse estrictamente cnticos de alabanza, siendo otros endechas, y muchsimos son oraciones (de suerte que en el Salmo 72:20, David intitula todas sus composiciones anteriores las oraciones de David). Sesenta y cinco llevan el ttulo odas lricas (Mizmorim), mientras que uno se llama Tehilah, o Himno. Como el ttulo Salmos se usa en la Septuaginta y en el Nuevo Testamento, como tambin en la versin Peshitta, es probable que Salmos (Mizmorim) u odas lricas fuera el viejo ttulo antes de Tehilim . La poesa pica, como tiene su esfera propia en una edad mtica, heroica, no tiene lugar entre los hebreos de la edad del Antiguo Testamento. Porque en sus pocas ms tempranas, la patriarcal, reinaban no la fbula, como en Grecia, Roma, Egipto y todas las naciones paganas, sino la verdad y la realidad histrica; hasta tal punto, que el elemento potico que es producto de la imaginacin, se halla menos en aquellas pocas tempranas que en las edades posteriores. El Pentateuco es casi todo prosa histrica. En la edad subsiguiente, no inspirada, en el libro de Tobit tenemos algn acercamiento al Epos. El Drama, en el sentido moderno completo, tampoco se halla en la literatura hebrea. Esto se debe no a una falta de cultura intelectual, como est demostrado ampliamente por la sublime excelencia de su poesa lrica y didctica, sino al carcter serio del pueblo y a la solemnidad de los temas de su literatura. El elemento dramtico aparece en Job, ms que en cualquier otro libro de la Biblia; hay dramatis personae, un plan, y la solucin del plan en el discurso preparado por Eli, el cuarto amigo, y efectuada dicha solucin por la intervencin de Jehov mismo. Pero en sentido estricto no es un drama, sino ms bien un debate inspirado sobre un problema difcil del gobierno de Jehov ejemplificado en el caso de Job, con relato histrico, prlogo y eplogo. El Cantar de Cantares tambin tiene mucho de lo dramtico. Vase mis Introducciones a Job y el Cantar de Cantares. El estilo de muchos Salmos es muy dramtico, apareciendo a menudo transiciones de una persona a otra, sin introduccin, y especialmente cuando se habla indirectamente de Dios, se hace un cambio para dirigirse a Dios; as en el Salmo 32:1, 2, David hace una introduccin general, Bienaventurado aquel cuyas iniquidades son perdonadas, etc.; entonces en los vers. 37 pasa a dirigirse directamente a Dios; luego en el v. 8, sin prefacio se

introduce a Dios hablando directamente en respuesta a la oracin anterior; entonces en el v. 10, otra vez el autor vuelve a hablar indirectamente de Dios, y al final se dirige a los justos. Estos cambios repentinos de persona no nos sorprenden, mas nos dan un sentido ms claro de su trato habitual con Dios, de lo que podran hacer las afirmaciones cualesquiera. Comprese tambin en el Salmo 132:810, la oracin, Levntate, oh Jehov, a tu reposo; t y el arca de tu fortaleza. Tus sacerdotes se vistan de justicia, y regocjense tus santos. Por amor de David tu siervo no vuelvas de tu ungido el rostro, con la respuesta directa de Jehov, que sigue en casi las mismas palabras de la oracin, En verdad jur Jehov a David, etc. Este es mi reposo para siempre. Asimismo vestir a sus sacerdotes de salud, y sus santos darn voces de jbilo. As tambin en el Salmo 2, se introducen varios personajes, obrando y hablando dramticamente: las naciones confederadas, Jehov, el Mesas y el salmista. Un rasgo frecuente es la sucesin alternada de partes, adaptndose los varios Salmos a la recitacin alternada por dos semi coros en la alabanza del templo, seguidos por el coro completo entre las partes y al final. As es en el Salmo 107:15, 21, 31. De Burgh, en su valioso comentario sobre los Salmos, dice: Nuestro servicio de catedral ejemplifica la forma de cantar de los Salmos, excepto que el semi coro canta alternativamente un verso entero, en vez de alternar, como de antiguo, en el medio verso; mientras que el coro completo es la gloria al final de cada Salmo. En conclusin, adems de su especial punto de excelencia, su divina inspiracin, la poesa hebrea se caracteriza por ser esencialmente nacional, pero eminentemente catlica o universal, hablando al corazn y a la sensibilidad de la humanidad entera. Simple y espontnea, se distingue por una frescura natural que es el resultado de su genuina veracidad. El poeta hebreo no buscaba su ego, o su propia fama, como todos los poetas paganos, mas era inspirado por el Espritu de Dios para llenar una necesidad urgente que sus propias aspiraciones y las de su nacin hacia Dios, hacan al mismo tiempo una necesidad y un deleite. Vase 2 Samuel 23:1, 2: Dijo David el suave en cnticos de Israel: El Espritu de Jehov ha hablado por m, etc. Ewald con razn observa, que varias odas de la ms elevada excelencia potica, no estn incluidas en el libro de los Salmos (por ejemplo, los cnticos de Moiss, Exodo 15 y 32; de Dbora, Jueces 5; de Anna, 1 Samuel 2:110; de Ezechas, Isaas 38:920; de Habacuc, Habacuc 3; y aun la endecha de David por Sal y Jonathn, 2 Samuel 1:17, 18). La seleccin de los Salmos, reunidos en un libro, fu hecha no tanto con referencia a la hermosura de las piezas, como por su adaptacin para el culto pblico. Sin embargo, un Espritu dirigente orden la seleccin y el arreglo del contenido del libro, pues un tono y tema penetrantes aparecen al travs de todo: Cristo en su propia vida interior como el Dios hombre, en sus relaciones pasadas, presentes y futuras con la iglesia y con el mundo. Isaac Taylor llama a los Salmos, La liturgia de la vida espiritual; y Lutero, Una Biblia en miniatura. El principio del orden en que se nos presentan los Salmos, aunque no siempre manifiesto, en algunos casos es claro, y demuestra que el arreglo es sin duda la obra del Espritu, y no meramente la del compilador. As el Salmo 22 claramente presenta las agonas morales del Mesas; el Salmo 23, su descanso tranquilo en el Paraso despus de su muerte en la cruz; y el Salmo 24, su ascensin gloriosa al cielo.

INTRODUCCION A LOS LIBROS PROFETICOS

La segunda divisin de las Escrituras, siendo las otras la Ley y Hagigrafos. Inclua esta segunda divisin Josu, Jueces, Primero y Segundo de Samuel, Primero y Segundo de Reyes, llamados los Profetas Primeros; e Isaas, Jeremas, etc. hasta Malaquas, los Profetas Posteriores. Daniel est excludo, porque, aunque altamente dotado de dones profticos, l no haba llenado el oficio de

profeta; su libro pues est clasificado con los Hagigrafos. Esdras tal vez empez, y otros ms tarde completaron, el arreglo del canon. Los profetas no eran meros pronosticadores. Su nombre hebreo, Nabproviene de una raz de brotar como una fuente (Gesenius); de ah el fervor de la inspiracin, 2 , Pedro 1:21 (otros lo interpretan como de una raz arbiga, Exodo 4:16, interlocutor, el que habla en nombre de Dios, suplindole las palabras el Espritu Santo); comunicadas por sueos, Joel 2:28, Job 33:1417 (ningn caso de esto aparece en Isaas); o visiones, hacindose pasar la escena ante su mente (Isaas 1:1); o rapto, xtasis (Nmeros 24:4, 16; Ezequiel 1:3; 3:14); sin privarlos a ellos, sin embargo, de su libre actuacin consciente (Jeremas 20:7, 9; 1 Corintios 14:32). Estas formas peculiares de inspiracin distinguan a los profetas, estrictamente llamados as, de Moiss y otros inspirados (Nmeros 12:68). De ah su nombre veedores. De ah, tambin el molde potico de su estilo, aunque menos restringido, debido a su tendencia prctica, en las formas externas observadas en los libros poticos. De ah, tambin, la unin de la msica con el acto de profetizar (1 Samuel 10:5). Este estado exttico, aunque elevado, no es el ms alto; porque Jesucristo nunca estuvo en l, ni Moiss. Se haca necesario por la debilidad de los profetas, y la torpeza espiritual del pueblo. Por consiguiente, este estado predomina en el Antiguo Testamento, pero est subordinado en el Nuevo, donde el Espritu Santo por la plenitud de sus dones ordinarios hace menos necesario el extraordinario. Despus del tiempo de la economa mosaica, la idea de profeta se asociaba regularmente con el oficio o cargo proftico, no conferido por los hombres sino por Dios. En esto ellos difieren de los msticos, cuya pretendida inspiracin es por ellos mismos; el profetismo es prctico, no iluso y apartado; la inspiracin de los profetas es propia slo como los mensajeros de Dios al pueblo. Los siervos ordinarios y maestros regulares del pueblo eran los sacerdotes: los profetas, distinguidos de ellos por la inspiracin, eran designados para despertar y excitar. En Israel, sin embargo, a diferencia de Jud, como no haba verdadero sacerdocio, los nicos profetas eran los ministros ordinarios de Dios. La profeca en Israel necesitaba ser apoyada ms poderosamente y entonces las escuelas fueron establecidas; y ms hazaas profticas llamativas (por ejemplo, las de Elas y Eliseo) son recordadas en Israel que en Jud. La ley era su base (Isaas 8:16, 20), tanto en su forma como en su espritu (Deuteronomio 4:2, 13:13); a veces ellos miraban hacia adelante al da cuando su espritu siempre viviente rompera su forma imperfecta de entonces a favor de un desarrollo ms libre y perfecto (Jeremas 3:16; 31:31); pero ellos no cambiaron ni un tilde en sus das. Eichorn bien llama al cntico de Moiss (Deuteronomio 32) la Magna Carta de la profeca. El cumplimiento de sus predicciones haba de ser la seal de que eran ellos verdaderos profetas de Dios (Deuteronomio 18:22). Tambin lo era el que ellos no hablaran en el nombre de ningn otro que no fuera el verdadero Dios (Deuteronomio 18:20). La profeca era la nica indulgencia sancionada por el vehemente deseo de conocer acontecimientos futuros, el cual es tan comn en Oriente (Deuteronomio 18:10, 11). Para una inspiracin momentnea el mero comienzo de la vida espiritual bastaba, como en el caso de Balaam; pero para una misin continua, el profeta tena que ser convertido (Isaas 6:7). En los das de Samuel (1 Samuel 10:8; 19:20) empiezan las escuelas profticas. Estas eran asociaciones de hombres, ms o menos dotados del Espritu, en las cuales los ms dbiles eran ayudados por los de poderes espirituales ms grandes: como en Beth-el y Gilgal (2 Reyes 2:3; 4:38; 6:21). Unicamente los dirigentes estaban en comunin inmediata con Dios, mientras que los dems se unan a Dios mediante su meditacin (1 Reyes 19:15; 2 Reyes 8:13); aqullos obraban por medio de stos como instrumentos (1 Reyes 19:16; 2 Reyes 9:1, 2). La concesin de los dones profticos, sin embargo, no se limitaba a estas escuelas (Ams 7:14, 15).

En cuanto a ACCIONES SIMBOLICAS, muchas de ellas no eran reales sino solamente partes de las visiones profticas, hechos internos, no externos, siendo imposibles o indecorosos (Jeremas 13:1 10; 25:1238; Oseas 1:211). Sin embargo, las acciones internas, cuando era posible y propio, eran a menudo expresadas exteriormente (1 Reyes 22:11). Aquellas puramente internas expresan el tema ms fuertemente de lo que pudiera una afirmacin seca. Otros CRITERIOS de un verdadero profeta, a ms de los dos mencionados arriba, eran: conformidad de sus discursos con la ley; el que no prometiera prosperidad sin arrepentimiento; su propia seguridad de su misin divina (a veces recibida de mala gana, Jeremas 20:8, 9; 26:12), el producir aquella seguridad interna de la verdad en otros, lo que era para ellos una prueba ms segura de parte del Espritu de Dios, que aun los milagros externos y argumentos; su vida piadosa, su fortaleza en el sufrimiento, exencin del fanatismo, confirman estos criterios. Los milagros, aunque son pruebas, no han de ser credos, sin los criterios negativos (Deuteronomio 13:2). Las predicciones cumplidas durante la vida del profeta, establecan su autoridad desde all en adelante (1 Samuel 3:19; Jeremas 22:11, 12; Ezequiel 12:12, 13; 24). En cuanto a su PROMULGACION, era generalmente oral, ante el pueblo reunido, y despus revisada por escrito. La segunda parte de Isaas, y Ezequiel 4048, probablemente no fueron dadas oralmente, sino por escrito. Antes del tiempo de Isaas y sus contemporneos, las profecas no eran escritas, porque no se destinaban al uso universal. Pero ahora se abre un campo ms extenso. Al poder mundano de las naciones paganas, que amenazaban destruir la teocracia, desde all en adelante se opone el reino de Dios, el cual estaba por conquistar a todos por medio del Mesas, cuya venida concierne a todas las edades. Los profetas menores dan la quintaesencia de sus respectivos autores. Ocurre un caso de la manera de juntar y publicar las profecas (Jeremas 36:414). Las de los profetas posteriores descansan sobre las de los anteriores (Zacaras 1:4; 7:7, 12). Ewald supone que un gran nmero de rollos profticos ha sido perdido. Pero el hecho de que los profetas frecuentemente hacan alusin a los escritos que tenemos, y nunca a los que se puede probar que no tenemos, hace probable que ya tengamos todas las predicciones que fueron dadas por escrito; el cuidado dado de ellas, y el conocimiento exacto de las mismas mucho tiempo despus (Jeremas 26:18, 19), confirman esta opinin. La COLOCACION es cronolgica; pero como los doce profetas menores son considerados como una sola obra, y los tres ltimos de stos vivieron ms tarde que Jeremas y Ezequiel, los primeros estn colocados despus de los ltimos. Los profetas menores estn arreglados en orden cronolgico, excepto Oseas, que siendo el ms largo, est puesto primero, aunque algunos eran anteriores a l: tambin Jons, quien parece haber sido el primero de los profetas posteriores. En cuanto al Mesas, ningn profeta por s solo da una vista completa de l. Esta se compone de los diversos aspectos de l en profecas diferentes combinadas; as como su vida en los Evangelios es una sola bajo un aspecto cudruplo. En la primera parte de Isaas, dirigida a todo el pueblo, la idea prominente es su triunfo como Rey, siendo el propsito all el disipar sus temores de las naciones circundantes; en la segunda, dirigida al resto elegido, se presenta como Profeta y Sacerdote, siendo l mismo el sacrificio.

PREFACIO A LOS PROFETAS DE LA RESTAURACION

El don proftico exista mucho tiempo antes que fuera institudo el oficio o cargo de profeta. As Enoc tena el don (Judas 14). Tambin Abraham se llama profeta (Gnesis 20:7), como tambin los patriarcas (Salmo 105:15). Se instituy el cargo primero bajo la economa mosaica; pero aun entonces

el don no siempre estaba unido con el cargo; por ejemplo, Daniel estaba grandemente dotado, pero nunca fu llamado al oficio, pues viva en una corte pagana donde no habra podido ejercerlo. As tambin David (Mateo 13:35; 27:35). Por esto, los escritos de ambos estn colocados en los Hagigrafos, y no con los profetas. Adems, aunque el oficio o puesto ces con el final de la dispensacin del Antiguo Testamento, el don continu, y estuvo entre los principales carismas de la iglesia del Nuevo Testamento. Profeta (en hebreo de una raz, brotar como una fuente) quera decir uno que habla en nombre de otro (Exodo 7:1); esto es, uno que hablaba con autoridad por Dios como intrprete de su voluntad. Vidente era el trmino ms antiguo (1 Samuel 9:9), lo que da a entender que hablaba mediante una comunicacin divina presentada a sus sentidos o su mente; como profeta indicaba su autoridad como que hablaba por Dios. Cristo era la nica fuente de la profeca (1 Pedro 1:11; Apocalipsis 19:10; tambin Hechos 16:7, la leccin ms antigua deca Espritu de Jess), y declaraba la voluntad de Dios a los hombres por medio de su Santo Espritu que obraba en las mentes de los profetas. As la historia de la iglesia es la historia de la revelacin que Dios haca de s mismo a los hombres en su Hijo. Las tres divisiones de esta historia, la Dispensacin Patriarcal, la Mosaica y la Cristiana, se caracterizan cada una por un modo distinto de las manifestaciones de Dioses decir, por una forma distinta del don proftico. El modo teofnico caracteriza a la dispensacin patriarcal: Dios se revela a s mismo en apariencias visibles, o teofanas. El modo teopnustico, la mosaica: Dios se revela por medio de hombres divinamente inspirados. El modo teolgico, la cristiana: Dios se revela a s mismo, no meramente a intervalos, sino permanentemente, por escritos inspirados (los orculos de Dios, 1 Pedro 4:11). En la primera o edad patriarcal, los hombres no obran milagros, a diferencia de todas las dems historias primitivas, que abundan en milagros obrados por los hombres, como prueba de la autenticidad. Todos los milagros son obrados por Dios, sin la intervencin de hombres; y las comunicaciones divinas son generalmente expresiones directas, de suerte que el don proftico es raro, pues en esta dispensacin slo excepcionalmente Dios emplea la agencia proftica de hombres; slo en Gnesis 20:7, se halla el trmino profeta. En la segunda, o dispensacin mosaica, Dios se aleja ms de las comunicaciones directas con la humanidad, y se manifiesta por medio de instrumentos humanos. En vez de obrar Dios milagros directamente, Moiss, Josu, etc., son sus agentes. As tambin en sus comunicaciones l habla no directamente, sino por medio de Moiss y sus sucesores. La teocracia necesitaba una nueva forma del don proftico: Hombres divinamente inspirados (teopnusticos) tienen que obrar y hablar por Dios, Cabeza de la teocracia, como administradores de l; el don proftico, pues, ahora se une con el cargo proftico. De consiguiente, estos profetas son profetas que obran, no escriben. Estos slo aparecen en las edades posteriores de esta segunda dispensacin. Moiss obraba como legislador; Josu, los jueces y Samuel como profetas ejecutivos; David y Salomn como profetas devocionales. Aun en caso de los profetas escritores de la ltima mitad de la dispensacin mosaica, su deber primario era el de hablar y obrar. Sus escritos tenan referenecia ms al uso de la dispensacin del Nuevo Testamento que a la suya propia (1 Pedro 1:12). De modo que aun en el caso de ellos, el carcter de la dispensacin mosaica era teopnustico; antes que teolgico. La tercera, o dispensacin cristiana, es teolgica, es decir, una revelacin de Dios por medio de escritos inspirados; 1 Pedro 4:11; 2 Pedro 1:1621, donde hace contraste entre los tiempos pasados cuando los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Espritu Santo, con los tiempos nuestros, cuando tenemos la palabra proftica ms permanente. De modo que Dios ahora revela su voluntad, no por teofanas directas como en la primera dispensacin ni por hombres inspirados, como en la segunda, sino por la palabra escrita, que vive y permanece para siempre (en contraste con las inconstantes manifestaciones

de Dios, y con la descontinuacin en la vida de los profetas, bajo las dos dispensaciones anteriores respectivamente, 1 Pedro 1:23; 2 Pedro 3:2, 16). La forma prxima futura ser el retorno de las manifestaciones teofnicas sobre la tierra, en una forma ms perfecta y permanente que en la edad primera (Apocalipsis 21:3). La historia del cargo proftico bajo la dispensacin mosaica cae dentro de tres divisiones. La primera termina con la edad de Samuel, y no tiene una sucesin regular de profetas, no haciendo falta stos, mientras Dios mismo gobernaba al pueblo sin ejecutivo hereditario. El segundo perodo se extiende desde Samuel hasta Uzzas, 800 A. de C., y es la edad de los profetas de accin. Samuel reuna en s los tres elementos de la teocracia, siendo juez, sacerdote y profeta. La creacin de un rey humano hizo que el cargo formal de profeta fuese ms necesario como un contrapeso al rey. De modo que la edad de los reyes es tambin la edad de los profetas. Pero a esta altura ellos eran profetas de accin antes que escribas. Hacia el final de este segundo perodo, las profecas devocionales y mesinicas de David y Salomn prepararon el camino para el tercer perodo (de 800 A. de C. a 400 A. de C.), que empez bajo Uzzas, y que era la edad de la profeca escrita. En este tercer perodo los profetas se vuelven del tiempo presente al futuro, y as el elemento mesinico llega a ser ms distinto. De modo que en estos tres perodos ms cortos, los grandes rasgos de las tres grandes dispensaciones vuelven a aparecer. El primero es teofnico; el segundo, teopnustico, y el tercero, teolgico. De la misma manera las grandes leyes orgnicas del mundo reaparecen en departamentos ms pequeos: la ley del rbol se desarrolla en formas diminutas en la estructura de la hoja, y la curva de la rbita del planeta reaparece en la lnea trazada por la bala de can que ha sido proyectada. (Moore.) Samuel probablemente estableci reglas que daban forma permanente al orden proftico; por lo menos en su tiempo ocurre la primera mencin de escuelas de los profetas. Estas estaban todas cerca una de otra, y en la tribu de Benjamn, en Beth-el, Gilgal, Rama y Jeric. Si hubiese sido el profeta un mero relator de acontecimientos futuros, tales escuelas habran sido intiles. Pero l era tambin el representante de Dios para asegurar la debida ejecucin del ritual mosaico en su pureza; de ah surgi la necesidad de escuelas en donde se estudiara aquella institucin divinamente ordenada. Las ms veces Dios elega sus profetas de entre los educados en estas escuelas, aunque no siempre; como lo prueban los casos de Ams (Ams 7:14) y Eliseo (1 Reyes 19:9). El hecho de que los hombres ms humildes pudieran ser llamados al cargo proftico, obraba como obstculo al poder hereditario de los reyes, y como estmulo para que se buscaran las cualidades necesarias para tan exaltado cargo. Los Salmos mesinicos, hacia el fin del segundo perodo, forman la transicin entre los profetas de accin y los profetas de la palabra, entre los hombres que se ocupaban slo con el tiempo presente y los que miraban desde el presente al porvenir glorioso. El tercer perodo, el de Uzzas hasta Malaquas, incluye tres clases de profetas: 1. Los de las diez tribus; 2. Los de los gentiles; 3. Los de Jud. Naturalmente ellos se juntaban alrededor de la sede de la teocracia en Jud. Por este motivo los de las diez tribus eran las ms veces profetas de accin. En la segunda clase estn Jons, Nahum y Abdas, los cuales eran testigos de la autoridad de Dios sobre el mundo gentil, como otros testificaban de la misma cosa en la teocracia. La tercera clase, los de Jud, tienen ms amplitud de vista y un tono ms lleno de esperanza y gozo. Estas caen bajo cinco divisiones: 1. Los que moraban en Jud en el punto culminante de su grandeza durante su estado de separacin de Israel; es decir, el siglo entre Uzzas y Ezequas, aos 800 a 700 A. de C., los profetas Isaas, Joel y Miqueas. 2. El perodo de decadencia de Jud, desde Manass a Sedecas; los profetas Sofonas y Habacuc. 3. La cautividad: profeta Jeremas. 4. El exilio, cuando el porvenir era la nica esperanza que poda avistarse; profetas Ezequiel y Daniel, que son principalmente profetas del

porvenir. 5. La restauracin; perodo al cual pertenecen los ltimos profetas escritores del Antiguo Testamento: Hageo, Zacaras y Malaquas. Juan el Bautista mucho despus, perteneca a la misma dispensacin, pero no escribi nada (Mateo 11:911); como Elas, Juan era profeta de accin y predicacin, preparando el camino para los profetas de la palabra, como Juan lo prepar para la Palabra Encarnada. Para entender el espritu de la enseanza de cada profeta hay que considerar su posicin histrica y las circunstancias del tiempo. El cautiverio tena por propsito extirpar la tendencia de los judos hacia la idolatra, y restaurar el espritu teocrtico que reconoca a Dios como gobernante nico, y las instituciones mosaicas como su ley establecida por un tiempo, hasta que viniera el Mesas. De modo que los profetas de la restauracin son mejor ilustrados mediante una comparacin con las historias de Esdras y Nehemas, contemporneos de Malaquas. De los tres profetas de la restauracin, dos, Hageo y Zacaras, estn en el principio del perodo, y el otro, Malaquas, a su final. El exilio no fu una sola deportacin del pueblo, sino una serie de deportaciones que se extendieron por un siglo y medio. Igualmente la restauracin no fu completada de una vez sino en regresos sucesivos extendidos por un siglo. Por esto se nota una diferencia de tono entre Hageo y Zacaras en el principio y de Malaquas al final. El primer regreso se efectu en el primer ao de Ciro, ao 536 A. de C.; 42,360 personas regresaron bajo Sesbassar o Zorobabel y Jesu (Esdras 2:64). Ellos edificaron un altar, y echaron los cimientos del templo. Fueron interrumpidos por las falsas representaciones de los samaritanos, y la obra fu suspendida durante catorce aos. La muerte de Esmerdis di oportunidad para renovar la obra, setenta aos despus de la destruccin del primer templo. Este fu el tiempo cuando se levantaron Hageo y Zacaras. Aqul para animar a la inmediata reedificacin del templo y la restauracin del ritual mosaico, y ste para ayudar en la obra y revelar el gran porvenir de la teocracia como un aliciente a la obra presente. La imposibilidad de observar el ritual mosaico en el destierro, gener una indiferencia antiteocrtica a ella entre los jvenes quienes eran extraos al culto de Jerusaln, del cual la nacin haba sido separada por ms de medio siglo. Adems, la vistosa pompa de Babilonia tenda a hacer que ellos despreciaran los humildes ritos del culto a Jehov en aquel tiempo. Por este motivo hacan falta un Hageo y un Zacaras para que corrigiesen estos sentimientos manifestando la verdadera gloria de las instituciones teocrticas. La siguiente gran poca d la restauracin fu el regreso de Esdras, en el ao 458 A. de C., ochenta aos despus de la primera expedicin bajo Zorobabel. Trece aos ms tarde, en el ao 445 A. de C., vino Nehemas para ayudar a Esdras en la gran obra. Ahora fu cuando se levant Malaquas para secundar estas obras, tres cuartos de siglo despus de Hageo y Zacaras. Como la obra de ellos era la de restauradores, la de l fu la de un reformador. Las propiedades de muchos haban quedado hipotecadas, y la depresin de las circunstancias llev a muchos a un espritu escptico en cuanto al servicio de Dios. No slo dejaron el culto del templo, mas tomaron esposas paganas, para perjuicio de sus esposas judas y deshonra de Dios. Por esta razn, adems de la correccin de los abusos civiles y la reedificacin del muro, efectuada por los esfuerzos de Nehemas, haca falta un reformador religioso tal como lo era Esdras, quien reform los abusos eclesisticos, estableci sinagogas, donde una enseanza regular de la ley pudiera ser recibida; restableci la observancia del sbado y la Pascua y la dignidad del sacerdocio, y gener una reverencia por la ley escrita, que ms tarde lleg a ser una supersticin. Malaquas ayud en esta buena obra, dndole su autoridad proftica. Cun cabalmente fu efectuada la obra, se prueba por el cambio completo en el carcter nacional. Antes siempre propensos a la idolatra, desde el cautiverio en adelante la aborrecieron. Antes amantes del gobierno monrquico, ahora llegaron a ser sumisos al gobierno sacerdotal. Antes negligentes de la Palabra escrita, ahora la

miraban con una reverencia que a veces lindaba con la supersticin. Antes amantes de las alianzas extranjeras, despus se apartaban con horror de todos los extranjeros. Una vez amantes de la agricultura, ahora vinieron a ser un pueblo de comerciantes. De pueblo voluble antes, ahora llegaron a ser fanticos y nacionalmente intolerantes. De esta manera la restauracin de Babilonia molde el carcter nacional ms que ningn acontecimiento desde el xodo de Egipto. Ahora desaparece la distincin entre Jud y las diez tribus. As en el Nuevo Testamento se menciona a las diez tribus (Hechos 26:7; Santiago 1:1). El sentimiento teocrtico generado en la restauracin atrajo a toda la nacin escogida alrededor del asiento de la teocracia, metrpoli de la verdadera religin, Jerusaln. Malaquas tenda a fomentar este sentimiento; as su profeca, aunque dirigida al pueblo de Jerusaln, se llama la palabra de Jehov a Israel. El largo silencio de profetas desde Malaquas hasta el tiempo del Mesas, era lo que se necesitaba para despertar en la mente juda el deseo ms ardiente por Aquel que haba de sobrepasar infinitamente en palabra y en obras a todos los profetas, precursores de l. Los tres profetas de la restauracin, siendo los ltimos del Antiguo Testamento, son especialmente claros en sealarlo a l, quien, como el gran tema del Nuevo Testamento, haba de cumplir todo el Antiguo Testamento.

EL PRIMER LIBRO DE MOISES, LLAMADO

GENESISCAPITULO 1 Vers. 1, 2. LA CREACION DEL CIELO Y LA TIERRA. 1. En el principioun perodo de antigedad lejano y desconocido, escondido en las profundidades de las edades eternas; y as se usa la frase en Proverbios 8:22, 23, tambin Referencia marginal. Diosel nombre del Ser Supremo, que significa en Hebreo, Fuerte, Poderoso. Es expresivo de poder omnipotente; y por su uso aqu en la forma plural, se ensea obscuramente en el mismo principio de la Biblia, una doctrina claramente revelada en otras partes de la misma; es decir, que aunque Dios es uno, hay una pluralidad de personas en la deidadPadre, Hijo y Espritu, que estaban ocupados en la obra creadora (Proverbios 8:27; Juan 1:3, 10; Efesios 3:9; Hebreos 1:2; Job 26:13). crino form de materiales preexistentes, mas hizo de la nada. los cielos y la tierrael universo. Este primer versculo es una introduccin general al tomo inspirado, que declara la grande e importante verdad de que todas las cosas tuvieron su principio: que nada por toda la ancha extensin de la Naturaleza exista desde la eternidad, ni se origin por la suerte ni por la pericia de algn agente inferior; sino que todo el universo fu producido por el poder creador de Dios (Hechos 17:24; Romanos 11:36). Despus de este prefacio, el relato se limita a la tierra. 2. la tierra estaba desordenada y vacao en confusin y vaciedad, como se traducen las palabras en Isaas 34:11. (En la versin inglesa, quiere decir el autor. Nota del Trad.). Habiendo sido convulsionado este globo terrqueo, en algn perodo desconocido, era una extensin desolada, obscura y anegada, hasta que, de entre este estado catico, surgi la actual estructura del mundo. el Espritu de Dios se movaliteralmente, continuaba cubrindola, como hace el ave empollando los huevos. La agencia inmediata del Espritu, obrando sobre los elementos muertos y discordantes, los combinaba, arreglaba y preparaba adaptndolos para ser la escena de una creacin nueva. El relato de esta nueva creacin correctamente empieza al final de este segundo versculo; y los detalles del proceso se describen de la manera natural como lo habra hecho un espectador, que vea los cambios que sucesivamente se efectuaban. 35. EL PRIMER DIA. 3. dijo DiosEsta frase, que se menciona tan repetidamente en el relato, quiere decir resolvi, decret, estableci; y la voluntad determinante de Dios fu seguida en cada

caso por un resultado inmediato. Sea que el sol fuera creado al mismo tiempo que la tierra, o mucho antes, la densa acumulacin de neblinas y vapores que envolva el caos, haba cubierto nuestra esfera con una obscuridad absoluta. Pero por el mandato de Dios, la luz se hizo visible; las grandes nubes lbregas fueron disipadas, rotas o enrarecidas, de modo que la luz se difundi sobre la expansin de aguas. El efecto se describe en el nombre DIA, que en hebreo significa calor; mientras que el nombre NOCHE significa ARROLLAR. pues la noche envuelve todas las cosas en un manto obscuro. 4. apart Dios la luz de las tinieblasse refiere a la alternacin o sucesin de la una a la otra, producida por la rotacin diaria de la tierra sobre su eje. 5. un dao da primero. Da natural, como lo determina claramente la mencin de sus dos partes. Moiss calcula, segn la usanza oriental, de puesta de sol a puesta de sol, y por lo tanto no dice da y noche como nosotros, sino la tarde y la maana. 68. EL DIA SEGUNDO. 6. expansinfirmamentocosa extendida a fuerza de golpear, como un plato de metal; nombre dado a la atmsfera por su apariencia al observador de ser una bveda de cielo, que sostena el peso de las nubes acuosas. Por la creacin de una atmsfera, las partes ms livianas de las aguas que cubran la superficie de la tierra, fueron absorbidas para arriba y suspendidas en los cielos visibles, mientras la masa grande y ms pesada quedaba abajo. El aire entonces estaba en medio de las aguas, es decir, las separaba; y como ste era el uso aparente del aire, es el nico mencionado, aunque la atmsfera sirve para otros usos, como medio de vida y luz. 913. EL TERCER DIA. 9. Jntense las aguas que estn debajo de los cielos en un lugarEl mundo haba de ser una esfera terrquea, y esto se efectu por una convulsin volcnica en su superficie, solevantando algunas partes, y hundiendo otras, y la formacin de grandes huecos en los cuales las aguas se lanzaron impetuosamente, como se describe tan grficamente. (Salmo 104:69). (Hitchcock.) As una buena parte de la tierra qued como la seca, y as tambin fueron formados los ocanos, mares, lagos y ros que, teniendo todos sus propios lechos o canales, estn unidos con el mar (Job 38:10; Ecclesiasts 1:7). 11. Produzca la tierraEl suelo desnudo se cubri de vegetacin, y es de notarse que los rboles, las plantas y las hierbastres divisiones del reino vegetal, aqu mencionadasno fueron llamados a la existencia de la misma manera que la luz y el aire; se les hizo crecer, y crecieron, as como todava crecen de entre la tierrapero no por el lento proceso de la vegetacin, sino por poder divino, sin lluvia, ni roco ni proceso alguno de trabajobrotando y floreciendo en un solo da. 1419. EL CUARTO DIA. 14. Sean lumbreras en la expansinEstando completamente purificada la atmsfera, por primera vez el sol, la luna y las estrellas fueron revelados en toda su gloria en el cielo lmpido; se les describe como en la expansin, o firmamento, como aparecen a nuestros ojos, aunque sabemos que estn a una distancia enorme de la tierra. 16. las dos grandes lumbreras Como el da se calculaba empezando a la puesta del sol, la luna sera vista primero en el horizonte, parecera una grande lumbrera, comparada con las pequeas estrellas centellantes; aunque el plido resplandor de ella sera eclipsado por la deslumbrante brillantez del sol. Cuando su brillante orbe se levantara en la maana y gradualmente llegara a su gloria meridiana, aparecera la grande lumbrera que iba a seorear en el da. Estas dos lumbreras, se dice fueron hechas en el cuarto dano creadas, pues aqu se usa una palabra diferente, sino constitudas, destinadas al importante y necesario oficio de servir como lumbreras al mundo, y de regular por sus movimientos y su influencia el progreso y las divisiones del tiempo. 2023. EL QUINTO DIA. Las seales de la vida animal aparecen en las aguas y en el aire. 20. de nima vivientetodos animales ovparos, entre las criaturas de aletas y las de plumasnotables por su rpida y aun prodigiosa multiplicacin. avestodo animal que vuela. La palabra traducida

ballenas, incluye tambin los cocodrilos, tiburones, etc., de modo que desde los innumerables cardumes de pececitos hasta los grandes monstruos del mar, desde el diminuto insecto hasta el rey de los pjaros, a las aguas y al aire repentinamente se les hizo abundar en criaturas formadas para vivir y prosperar en sus respectivos elementos. 2431. EL SEXTO DIA. En este da hubo ms progreso por la creacin de animales terrestres, todas las diferentes especies de los cuales estn includas en tres claseses decir, el ganado, herbvoros, capaces de trabajo y domesticacin. 24. animales de la tierraanimales silvestres, cuya naturaleza voraz fu entonces refrenada, y todas las diferentes formas de serpientestoda clase de reptiles hasta los insignificantes gusanos. 26. Llegando ahora a la ultima etapa en el progreso de la creacin, dijo Dios: Hagamos al hombrepalabras que muestran la peculiar importancia de la obra que estaba por hacerse, la formacin de una criatura, que haba de ser el representante de Dios, investida de autoridad y dominio como visible cabeza y monarca del mundo a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanzaEsta es una distincin peculiar, cuyo valor aparece en el hecho de que las palabras se repiten dos veces. Y en qu consista esta imagen de Dios?no en la forma recta o vertical o en las facciones del hombre, no en su inteligencia, porque a este respecto el diablo y los ngeles son muy superiores; no en su inmortalidad, porque no tiene, como Dios, una eternidad pasada como una futura, sino en las disposiciones morales de su alma, comnmente llamadas justicia original (Ecclesiasts 7:29). Como la nueva criatura no es sino una restauracin de esta imagen, la historia de la una arroja luz sobre la otra; y se nos informa que es renovada segn la imagen de Dios en conocimiento, justicia y verdadera santidad (Efesios 4:24; Colosenses 3:10). 28. Fructificad, etc.la raza humana en todos los pases y en todas las edades ha sido la descendencia de la primera pareja. De todas las variedades halladas entre los hombres, algunos negros, otros de color cobrizo como tambin blancos, las investigaciones de la ciencia moderna llevan a la conclusin, todas completamente acordes con la historia sagrada, de que todos son de una especie y de una familia (Hechos 17:26). Qu poder en la palabra de Dios! El dijo, y fu hecho; l mand, y existi. Cun muchas son tus obras, oh Jehov! Hiciste todas ellas con sabidura. Admiramos aquella sabidura, no slo en el progreso regulado de la creacin sino en su perfecta adaptacin al fin. Se representa a Dios como haciendo una pausa a cada etapa para contemplar su obra. No es maravilla que la contemplara con complacencia. Cada objeto estaba en su lugar correcto, cada proceso vegetal progresaba segn su estacin, todo animal estaba en su estructura e instinto ajustado a su modo de vida, y a su uso en la economa del mundo. Vi todas las cosas que haba hecho, respondiendo al plan que su eterna sabidura haba concebido; y, v. 31. HE AQUI QUE ERA BUENO EN GRAN MANERA. CAPITULO 2 Vers. 1. EL RELATO DE LA CREACION EN SEIS DIAS, CONTINUADO. El curso del relato fu inoportunamente interrumpido por la divisin del captulo. 1. los cielosel firmamento, o atmsfera, su ornamentoPalabra que en las Escrituras se refiere generalmente slo a los cielos, pero aqu a la tierra tambin, significando todo lo que ellos contienen. (Ms correctamente traducida, la palabra quiere decir hueste, ejrcito, como las estrellas innumerables se asemejan a un gran ejrcito.Nota del Trad.) fueron acabadosla obra consumada. Desde entonces ningn cambio permanente se ha hecho en el curso del mundo; ninguna especie de animales ha sido formada; ninguna ley de la naturaleza ha sido abrogada ni ninguna aadida. Habran podido ser acabados en un momento tan bien como en seis das, pero la obra de la creacin fu gradual para la instruccin del hombre, como tambin, tal vez, para la de otras criaturas (Job 38:7).

27. EL PRIMER SABADO. 2. y repos el da sptimono para reposar de agotamiento por el trabajo (vase Isaas 40:28), mas ces de trabajar, dando un ejemplo, que equivale a un mandato, para que nosotros tambin suspendamos toda clase de trabajos. 3. bendijo Dios al da sptimo, y santificlo.hacindole una distincin peculiar sobre los otros seis das, que muestra que fu dedicado a fines sagrados. La institucin del sbado es tan vieja como la creacin, dando origen a la divisin semanal del tiempo, la que prevaleci en las pocas ms remotas. Es una ley sabia y benfica, pues proporciona aquel intervalo regular de descanso que requiere la naturaleza fsica del hombre y de los animales empleados en su servicio, y la inobservancia del mismo trae en ambos casos una decadencia prematura. Adems, si el descanso fu necesario en el estado de la inocencia primitiva, cunto ms ahora, cuando el hombre se inclina a olvidar a Dios y sus demandas! (Nuestra palabra sbado viene del hebreo sabath, que quiere decir descanso.N. del Trad.). 4. Estos son los orgenes de los cielos y de la tierra.la historia o relato de su produccin. De dnde consigui Moiss este relato tan diferente de las ficciones pueriles y absurdas de los paganos? No de una fuente humana, porque el hombre no exista para poder contemplarlo; no de la luz de la naturaleza y la razn, porque aunque ellas proclaman el poder y la divinidad por las cosas que fueron hechas, no pueden decir cmo fueron hechas. Nadie ms que el Creador mismo podra dar esta informacin, y por lo tanto por fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios (Hebreos 11:3). 6. vapor.vase cap. 1:12. 7. Aqu el escritor sagrado nos proporciona algunos datos ms acerca de la primera pareja. formHaba formado al hombre del polvo de la tierra. La ciencia ha probado que la sustancia de su carne, tendones y huesos, consiste en los mismos elementos del suelo que forman la corteza de la tierra y la piedra caliza que est en el interior de la tierra. Pero de aquel material tan ruin qu admirable estructura se ha formado en el cuerpo humano! (Salmo 139:14). soplo de vidaliteralmente, en hebreo, vidasno slo la vida animal sino la espiritual tambin. Si es admirable el cuerpo, cunto ms el alma con todas sus variadas facultades! alent en su nariz soplo de vidane que el Creador literalmente ejecutara ese acto, pero siendo la respiracin el medio y la seal de vida, se usa esta frase para mostrar que la vida del hombre se origin de una manera diferente de la de su cuerpo, pues fu implantada directamente por Dios (Ecclesiasts 12:7), y por lo tanto tambin en la nueva creacin del alma, Cristo sopl sobre sus discpulos (Juan 20:22). 817. EL HUERTO DE EDEN. 8. Edn.fu probablemente una regin muy extensa en Mesopotamia, segn se cree, distinguida por su hermosura natural y la riqueza y variedad de sus productos. De ah su nombre que significa delicia. Dios plant un huerto al orienteun parque extenso, un paraso, en el cual fu puesto el hombre para ser enseado en la piedad y utilidad, bajo el cuidado paternal de su Hacedor. 9. el rbol de vidaas llamado por su carcter simblico como seal y sello de la vida inmortal. Su posicin prominente en medio del huerto, donde sera objeto de observacin e inters diarios, estaba admirablemente adaptada para hacerles recordar constantemente a Dios y el porvenir eterno. rbol de ciencia del bien y del malas llamado porque tena por objeto poner a prueba la obediencia por medio de la cual nuestros primeros padres haban de manifestar si eran buenos o malos, obedientes a Dios o rebeldes a sus mandamientos. 15. le puso en el huerto de Edn, para que lo labrarano slo para darle un empleo agradable, sino para ponerle a prueba, y como el ttulo del huerto, el huerto de Jehov (cap. 13:10; Ezequiel 28:13) lo indica, era en efecto un templo en el cual l adoraba a Dios, y se ocupaba diariamente en ofrecer los sacrificios de agradecimiento y alabanza. 17. no comers de l morirsno se da ninguna razn para la prohibicin, pero la muerte sera el castigo de la desobediencia. Un mandato positivo como ste, no slo era la prueba ms sencilla y ms fcil, sino la nica a la cual podra exponerse su fidelidad.

1825. LA CREACION DE LA MUJER, Y LA INSTITUCION DEL MATRIMONIO. 18. No es bueno que el hombre est soloEn medio de la abundancia y los deleites, el hombre era consciente de sentimientos que no poda satisfacer. Para hacerlo sensible a sus necesidades, 19. Dios trjolas a Adamno todos los animales existentes, sino los principales que estaban en las cercanas, y los que haban de serle tiles. todo lo que Adam llam a los animales vivientes, ese es su nombreSus poderes de percepcin e inteligencia estaban sobrenaturalmente aumentados para que conociera el carcter, los hbitos y usos de cada especie que le era trada. 20. mas para Adam no hall ayuda idnea para lEl propsito de esta escena singular era el de mostrarle que ninguna de las criaturas vivientes que l vea, era de condicin igual a l, y que mientras cada especie tena su compaero de la misma naturaleza, forma y hbitos, slo l no tena compaera. Adems, al darles nombres, l fu inducido a ejercer sus facultades de habla, y as prepararse para el trato social con su compaera, criatura todava a ser formada. 21. sueoprobablemente un xtasis o rapto como los de los profetas, cuando tenan visiones o revelaciones del Seor, porque probablemente toda la escena fu visible a los ojos mentales de Adam, y de ah su exclamacin maravillosa. tom una de sus costillasElla no fu de una parte de su cabeza para sobresalir a l, ni de sus pies para ser pisoteada, sino de su costado para ser igual a l, y de cerca de su corazn para serle querida. 24. una sola carnela pareja humana se diferenciaba de todas las dems parejas, en que, por la formacin peculiar de Eva, eran uno. A este pasaje apela nuestro Seor para probar que el matrimonio es institucin divina (Mateo 19:4, 5; Efesios 5:28). As, pues, Adam aparece como criatura formada a la imagen de Dios, mostrando su conocimiento al dar nombres a los animales, su justicia por su aprobacin de la relacin conyugal, y su santidad por sus principios y sentimientos, hallando la satisfaccin de ellos en el servicio y la felicidad con Dios. CAPITULO 3 Vers. 15. LA TENTACION. 1. serpienteLa cada del hombre fu efectuada por las seducciones de una serpiente. Que haya sido una serpiente verdadera, es evidente por el estilo claro y natural de la historia, y por las muchas alusiones hechas a ella en el Nuevo Testamento. Pero la serpiente material fu el instrumento o la herramienta de un agente superior, Satans o el Diablo, a quien los escritores sagrados aplican por este incidente el nombre infamante de la serpiente, el viejo dragn. Aunque Moiss no hace mencin de este espritu malvolodndonos slo la historia del mundo visiblesin embargo, en los descubrimientos ms completos del evangelio, se insina claramente que Satans fu el autor del complot (Juan 8:44; 2 Corintios 11:3; 1 Juan 3:8; 1 Timoteo 2:14; Apocalipsis 20:2). astuta, ms que todosEs proverbial la sabidura de las serpientes. (Mateo 10:16). Pero estos reptiles eran en el principio, muy superiores en hermosura y sagacidad de lo que son en su estado actual. la cual dijoNo habiendo en el corazn puro de la primera pareja ningn principio de mal sobre el cual obrar, una incitacin para pecar no podra venir sino de afuera, como en el caso anlogo de Jesucristo (Mateo 4:3); y como el tentador no pudo asumir la forma humana, habiendo en el mundo slo dos seres humanos, Adam y Eva, la agencia de una criatura inferior tena que ser empleada. El Dragn-serpiente (Bochart) pareca el ms apto para el vil propsito; y al Diablo le fu permitido por Dios, quien permiti la prueba, sacar sonidos articulados y claros de la boca del animal. a la mujerel objeto del ataque, debido al conocimiento que tena de la fragilidad de ella, por haber estado slo un corto tiempo en el mundo, y por su limitada experiencia de las tribus animales, y sobre todo estando ella sola, no protegida por la presencia y los consejos de su esposo. Aunque sin pecado y santa era ella agente libre, propensa a ser tentada y seducida. Conque Dios os ha dichoEs verdad que l os ha limitado en el uso de las frutas de este lugar delicioso? Esto no parece cosa de un ser tan bueno y bondadoso.

Seguramente hay algn error. Insinu una duda en cuanto a la opinin de ella acerca de la voluntad divina, y apareci como ngel de luz (2 Corintios 11:14), ofreciendo conducirla a la verdadera interpretacin. Es evidente por el hecho de que ella le consideraba como enviado especialmente con aquel mensaje que, en vez de asustarse de que el reptil hablara, lo recibi como mensajero celestial. 2. la mujer respondi Del fruto de los rboles del huerto comemosEn su contestacin, Eva ensalz la grande extensin de la libertad que ellos gozaban en andar libremente entre todos los rbolesexceptuando uno solorespecto a los cuales ella declar que no haba ninguna prohibicin de pena. Pero motivo hay para creer que ella ya haba recibido una impresin daosa, porque usando las palabras para que no muris en vez de seguramente moriris, ella habl como si pensara que el rbol hubiese sido prohibido porque su fruto fuera venenoso. Viendo esto el tentador, se hizo ms atrevido en sus afirmaciones. 4. No moririsl procedi, no slo a asegurarle una perfecta impunidad, sino a prometer grandes beneficios al participar de l. 5. sern abiertos vuestros ojos Sus palabras significaban ms de lo que percibi al odo. En un sentido sus ojos fueron abiertos; porque adquirieron una experiencia horrible del bien y del mal, de la felicidad de una condicin santa, y de la miseria de una condicin pecaminosa. Pero l ocult a Eva este resultado, quien, entusiasmada por un generoso deseo de conocimiento, pens slo en elevarse al rango y a los privilegios de su visitante celestial. 69. LA CAIDA. 6. Y vi la mujer que el rbol era bueno para comerSu imaginacin y sus sentidos fueron completamente vencidos; y la cada de Eva fu pronto seguida por la de Adam. La historia de todas las tentaciones, y de todo pecado, es la misma: el objeto exterior de atraccin, la conmocin interior de la mente, el aumento y triunfo del deseo apasionado; terminando en la degradacin, esclavitud y ruina del alma (Santiago 1:15; 1 Juan 2:16). 8. oyeron la voz de Jehov Dios que se paseaba en el huertoEl Ser divino apareci de la misma manera que antes, emitiendo las bien conocidas palabras de bondad, caminando en alguna forma visibleno corriendo con mpetu, como alguno impelido por la influencia de sentimiento de ira. Cun hermosamente expresivas son estas palabras referentes a la manera familiar y condescendiente en que antes tena comunin con la primera pareja! al aire del daen la tardecita fresca, escondise el hombre y su mujer de la persencia de Jehov DiosVergenza, remordimiento, temor, una sensacin de culpa, sentimientos a los cuales ellos hasta ahora haban sido extraos, trastornaron sus mentes, y los llevaron a esceparse de Aquel cuya llegada antes reciban con gozo. Qu torpeza pensar en escaparse de su presencia! (Salmo 139:112). 1013. EL EXAMEN. 10. tuve miedo, porque estaba desnudoaparentemente una confesin, lenguaje de pesar; pero evasivo, sin seales de verdadera humildad y penitencia; cada uno trata de echar la culpa sobre el otro. 12. La mujer que me disteEl culpa a Dios. (Calvino.) Como la mujer le haba sido dada por compaera y ayuda, l haba comido del rbol por amor a ella; y viendo que estaba arruinada, l resolvi no sobrevivirle. (MKnight.) 13. me engala engatuz con mentiras lisonjeras. Este pecado de la primera pareja fu atroz y agravante; no fu simplemente acto de comer una manzana, sino amor de s mismos, deshonra a Dios, ingratitud a un bienhechor, desobediencia al mejor de los maestros, preferencia de la criatura sobre el Creador. 1424. LA SENTENCIA. 14. Y Jehov Dios dijo a la serpienteEl juez pronuncia un juicio sobre la serpiente material, que es maldecida sobre todas las criaturas; de un modelo de gracia y elegancia en la forma, ha venido a ser el tipo de todo lo odioso, lo repugnante y lo vil (Leclerc, Rosenmuller.); o la maldicin ha convertido su condicin natural en castigo; ahora es sealada con infamia y evitada con horror. Luego sobre la Serpiente espiritual, el seductor. Ya cado, l haba de ser

degradado todava ms, y totalmente destrudo su poder, por la simiente de los que l haba engaado. 15. tu simienteno slo los espritus malvados, sino tambin hombres perversos. simiente de la mujerel Mesas y su Iglesia. (Calvino, Hengstenberg). enemistad pondr entre ti y la mujer Slos se puede decir que Dios obra as dejando a la serpiente y a su simiente a la influencia de su propia corrupcin; y aquellas medidas, seguidas para la salvacin de los hombres, llenan a Satans y a sus ngeles de envidia y furor. t le herirs en el calcaarLa serpiente hiere el calcaar que la aplasta; y as a Satans se le permitir afligir la humanidad de Cristo, y traer sufrimiento y persecucin sobre su pueblo. sta te herir en la cabezael veneno de la serpiente est en la cabeza; y una herida en esa parte es fatal. As, fatal ser el golpe que Satans recibir de Cristo; pero es probable que l no entendiera en el principio la naturaleza y la magnitud de la condena. 16. A la mujer dijo: Multiplicar en gran manera tus doloresElla fu condenada como esposa y madre, a sufrir dolor del cuerpo y angustia de la mente. De compaera y ayuda del hombre y partcipe de su cario, su condicin de aqu en adelante sera la de humilde sujecin. 1719. al hombre dijoobligado a ganar la vida labrando la tierra; pero lo que antes de la cada haca con facilidad y placer, no haba de conseguirse despus sin esfuerzos penosos y perseverantes. 19. hasta que vuelvas a la tierraEl hombre se conviriti en mortal; aunque no muri en el momento que comi la furta prohibida, su cuerpo experiment un cambio, y aquel cambio lo llevara a la disolucin. Habiendo sido disuelta la unin entre su alma y Dios, quedaba expuesto a todas las miserias de esta vida, y a los sufrimientos del infierno para siempre. Qu lgubre captulo es ste, en la historia del hombre! Nos da el nico relato verdadero del origen de todos los males fsicos y morales que hay en este mundo, mientras que apoya el carcter moral de Dios; demuestra que el hombre, hecho justo, cay por no poder resistir una leve tentacin; y hacindose culpable y miserable, sumi a toda su posteridad en el mismo abismo. (Romanos 5:12). Cun asombrosa la gracia que en aquel momento di la promesa de un Salvador; y confiri sobre aquella que tena la ignominia de introducir el pecado, el honor futuro de introducir al Redentor! (1 Timoteo 2:15). 20. llam al hombre el nombre de su mujer, Evaprobablemente con referencia a que ella sera la madre del Salvador prometido, como tambin de toda la humanidad. 21. Dios hizo tnicas de pielesLos ense a hacrselas. Esto abarca la institucin del sacrificio de animales, que seguramente era por orden divina, y la instruccin en el nico modo de culto acepto para criaturas pecaminosas, por fe en un Redentor. (Hebreos 9:22). 22. dijo Jehov Dios: He aqu el hombre es como uno de Nos no dicho con irona, como generalmente se supone, sino con profunda compasin. Las palabras deberan traducirse: He aqu, lo que ha llegado a ser el hombre que era como uno de Nos! formado al principio a nuestra imagen conociendo el bien y el malcun triste su condicin ahora! ahora, pues, porque no alargue su mano, y tome tambin del rbol de la vidasiendo el rbol una garanta de vida inmortal con la cual haba de premiarse la obediencia, el hombre, en la cada, perdi todo derecho al rbol; y por lo tanto, para que no comiera de l, o se hiciera la ilusin de que comiendo de l, recobrara lo que haba perdido, el Seor lo desterr del huerto. 24. puso querubinesEl pasaje debera traducirse: Y l habit entre los querubines al este del huerto de Edn, y un fuego terrible (o shechinah) desarrollndose para guardar el camino del rbol de la vida. Este era el modo de culto establecido ahora, para mostrar la ira de Dios por el pecado, y ensear la mediacin del Salvador prometido, as como el camino de la vida, y tambin de acceso a Dios. Estas eran las misma figuras que ms tarde estaban en el tabernculo y en el templo; y ahora, como entonces, Dios dijo: Hablar contigo de entre los dos querubines (Exodo 25:22). CAPITULO 4

Vers. 126. NACIMIENTO DE CAIN Y ABEL. 1. Eva dijo: Adquirido he varn por Jehoves decir: por ayuda de Jehov, expresin de gratitud piadosa, y le llam Can, una posesin, como si lo valorara sobre todas la cosas; mientras que la llegada de otro hijo, que le record la miseria que ella haba trado sobre su descendencia, la llev a llamarle Abel, vanidad (Salmo 39:5), o pesar lamentacin. Can y Abel eran probalemente mellizos; y se ha credo que, en este primer perodo de la humanidad, los hijos nacan en pared (cap. 5:4). (Calvino.) fu Abel pastor de ovejasliteralmente, alimentador de rabao, que en los pases orientales, siempre incluan cabras y ovejas. Aunque Abel era el menor, se menciona primero, probablemente por la preeminencia de su carcter religioso. 3. andando el tiempoHebreo al fin de das, tal vez en da de descanso y culto. trajo ofrenda a JehovAmbos manifestaron por el mismo acto de ofrendar, su fe en la existencia de Dios y en el derecho de l su reverencia y culto; y si la clase de ofrenda era dejada a la iniciativa individual, nada ms natural que uno trajera del fruto de la tierra y que el otro, de los primognitos de sus ovejas. 4. Mir Jehov con agrado a Abel mas no mir propicio a CanLas palabras mir con agrado o mir propicio, significan en hebreo, mirar una cosa con ojeada penetrante, ansiosa; que han sido traducidas inflamar en fuego de modo que la aprobacin divina del sacrificio de Abel, se vi en que fu consumido en el fuego (vase cap. 15:17; Jueces 13:20). 7. Si bien hicieres, no sers ensalzado?En el margen (versin inglesa), No tendrs t la excelencia? que es el sentido verdadero de las palabras, refirindose al alto privilegio y a la autoridad pertenecientes al primognito en tiempos patriarcales. el pecado est a la puertapecado, es decir, ofrenda por el pecado, sentido comn de la palabra en las Escrituras, como en Oseas 4:8; 2 Corintios 5:21; Hebreos 9:28. El intento de la divina reprensin es ste: Por qu te enojas, como si fueras tratado injustamente? Si bien hicieressi eres inocente y sin pecado, una ofrenda de gratitud habra sido acepta como seal de tu sumisin como criatura. Pero como no haces bien, y eres pecador, una ofrenda por el pecado es necesara, trayendo la cual t habras hallado aceptacin, y conservado los honores de primognito. (La interpretacin del comentador parece muy forzada, o an fantstica. Por qu no entender la palabra pecado por pecado para interpretar el pasaje con ms logica? (Nota del Trad.). El lenguaje indica que haban sido dadas instrucciones previas en cuanto al modo de adorar. Abel ofreci por fe (Hebreos 11:4). a ti ser su deseoLa alta distincin conferida por la prioridad de nacimiento est descrita en el Cap. 27:29; y fu la conviccin de Can de que este honor le haba sido quitado por el rechazo de su sacrificio, y conferido sobre su hermano. De ah la secreta llama de celos, que se encendi y lleg a ser un odio obstinado