8va estacion

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8VA ESTACION V. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos. R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo. [Comentario por S.Alfonso María de Ligorio] Considera cómo algunas piadosas mujeres, viendo a Jesús en tan lastimosa estado, que iba derramando sangre por el camino, lloraban de compasión; mas Jesús les dijo: no lloréis por mí, sino por vosotras mismas y por vuestras hijos. AFLIGIDO Jesús mío: lloro las ofensas que os he hecho, por los castigos que me han merecido, pero mucho más por el disgusto que os he dado a Vos, que tan ardientemente me habéis amado. No es tanto el Infierno, como vuestro amor, el que me hace llorar mis pecados. Os amo, ¡ oh Jesús, amor mío!, más que a mí mismo, y me arrepiento de todo corazón de haberos ofendido; no permitáis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de mí como os agrade. Amén. Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria. Amado Jesús mío, etc. [Alternativa al comentario anterior. Comentario por S.S. Juan Pablo II, El Grande] Es la llamada al arrepentimiento, al verdadero arrepentimiento, a pesar, del mal cometido. Jesús dice a las hijas de Jerusalén que lloran su vista: «No lloréis por mí; llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos» (Lc 23,28). No podemos quedarnos en la superficie del mal hay que llegar a su raíz, a las causas, a la más honda verdad de la conciencia. Esto es justamente lo que lo que quiere darnos a entender Jesús cargado con la cruz, que desde siempre «conocía lo que en el hombre había» (Jn 2,25) y siempre lo conoce. Por esto El debe ser en todo momento el más cercano testigo de nuestros actos y de los juicios que sobre ellos hacemos en nuestra conciencia. Quizá nos haga incluso que estos juicios

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8VA ESTACIONV. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.R. Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.[Comentario por S.Alfonso Mara de Ligorio]Considera cmo algunas piadosas mujeres, viendo a Jess en tan lastimosa estado, que iba derramando sangre por el camino, lloraban de compasin; mas Jess les dijo: no lloris por m, sino por vosotras mismas y por vuestras hijos.AFLIGIDO Jess mo: lloro las ofensas que os he hecho, por los castigos que me han merecido, pero mucho ms por el disgusto que os he dado a Vos, que tan ardientemente me habis amado. No es tanto el Infierno, como vuestro amor, el que me hace llorar mis pecados. Os amo, oh Jess, amor mo!, ms que a m mismo, y me arrepiento de todo corazn de haberos ofendido; no permitis que vuelva a separarme de Vos otra vez; haced que os ame siempre y disponed de m como os agrade. Amn.Padrenuestro, un Avemara y un Gloria.Amado Jess mo, etc.

[Alternativa al comentario anterior. Comentario por S.S. Juan Pablo II, El Grande]Es la llamada al arrepentimiento, al verdadero arrepentimiento, a pesar, del mal cometido. Jess dice a las hijas de Jerusaln que lloran su vista: No lloris por m; llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos (Lc 23,28). No podemos quedarnos en la superficie del mal hay que llegar a su raz, a las causas, a la ms honda verdad de la conciencia.Esto es justamente lo que lo que quiere darnos a entender Jess cargado con la cruz, que desde siempre conoca lo que en el hombre haba (Jn 2,25) y siempre lo conoce. Por esto El debe ser en todo momento el ms cercano testigo de nuestros actos y de los juicios que sobre ellos hacemos en nuestra conciencia. Quiz nos haga incluso que estos juicios deben ser en todo momento ponderados, razonables, objetivos -dice:No lloris-; pero al mismo tiempo, ligados a todo cuanto esta verdad contiene: no los advierte porque El es que lleva la cruz.Seor, dame saber vivir y andar en la verdad!