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:: portada :: Mundo :: 09-04-2009 Ingredientes para un desastre La OTAN, Estrasburgo y el Bloque Negro Diana Johnstone CounterPunch Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens La OTAN crea amenazas dondequiera va. Es su negocio. Sea en Afganistán o en Estrasburgo, la presencia militar extranjera provoca rebelión violenta, especialmente de jóvenes que se sienten provocados. Su rebelión violenta es citada para justificar un aumento en la violencia represora. Así es y siempre será así... Este ciclo de violencia tuvo lugar el domingo pasado, 4 de abril, en Estrasburgo, donde miles de policías y un pequeño número de combatientes callejeros del Bloque Negro captaron toda la atención de lo que debía haber sido el lanzamiento de un nuevo movimiento europeo de masas contra la política de guerra de la OTAN. La manifestación por la paz fue aplastada y disuelta por policías armados mientras jóvenes con capuchas negras lanzaban piedras y prendían fuegos. En este ciclo de provocación, no cabe duda de quién lo inició: La OTAN. La fastuosa celebración del 60 aniversario de la OTAN, realizada en las ciudades renanas de Estrasburgo, Kehl y Baden Baden durante el fin de semana, fue un insulto para los ciudadanos. Después de todo, si el presidente Obama y los otros dirigentes del autoproclamado mundo libre de democracias son tan populares, ¿por qué sus ciudades anfitrionas tienen que ser convertidas en fortalezas fuertemente armadas para recibirlos? Si los europeos saludan la protección de la OTAN, ¿por qué tienen que ser retenidos a mano armada a kilómetros de distancia de sus benefactores? Pero, claro está, la OTAN no es una fuerza defensiva. Desde el bombardeo de Serbia hace diez años hasta Afganistán actual, la OTAN ha sido progresivamente transformada en una fuerza expedicionaria extranjera. Las draconianas medidas de seguridad impuestas a tres pacíficas y conservadoras ciudades europeas, que confinaron a la gente a sus casas, parecían propias de una ocupación extranjera. A pesar de la momentánea popularidad de Obama, la cumbre de la OTAN ilustró la drástica y creciente brecha entre la gente común y sus dirigentes. Como gran vendedor, Obama trató de persuadir a los europeos de que están aún más amenazados por Osama bin Laden y al-Qaeda que los estadounidenses, y que debieran pagar su tributo en dineros públicos y soldados para erradicar esa amenaza de algún sitio en el lejano Afganistán, ¿o será Pakistán, o quién sabe dónde? Los medios europeos evadieron en gran parte esa noción embarazadoramente absurda, concentrándose en lo que llevaba puesto Michelle Obama. Pero decenas de miles de ciudadanos europeos fueron a Estrasburgo en la esperanza de registrar su desacuerdo. Tenían argumentos y querían que los escucharan. Terminaron atacados con bombas lacrimógenas, arreados como bestias hacia pocilgas y aterrorizados. Muchos de ellos probablemente nunca se aventurarán de nuevo a una manifestación de masas. La responsabilidad por un fiasco page 1 / 5

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:: portada :: Mundo ::

09-04-2009 Ingredientes para un desastre

La OTAN, Estrasburgo y el Bloque NegroDiana JohnstoneCounterPunchTraducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

 

La OTAN crea amenazas dondequiera va. Es su negocio. Sea en Afganistán o en Estrasburgo, lapresencia militar extranjera provoca rebelión violenta, especialmente de jóvenes que se sientenprovocados. Su rebelión violenta es citada para justificar un aumento en la violencia represora. Asíes y siempre será así...

Este ciclo de violencia tuvo lugar el domingo pasado, 4 de abril, en Estrasburgo, donde miles depolicías y un pequeño número de combatientes callejeros del Bloque Negro captaron toda laatención de lo que debía haber sido el lanzamiento de un nuevo movimiento europeo de masascontra la política de guerra de la OTAN. La manifestación por la paz fue aplastada y disuelta porpolicías armados mientras jóvenes con capuchas negras lanzaban piedras y prendían fuegos.

En este ciclo de provocación, no cabe duda de quién lo inició: La OTAN. La fastuosa celebración del60 aniversario de la OTAN, realizada en las ciudades renanas de Estrasburgo, Kehl y Baden Badendurante el fin de semana, fue un insulto para los ciudadanos. Después de todo, si el presidenteObama y los otros dirigentes del autoproclamado mundo libre de democracias son tan populares,¿por qué sus ciudades anfitrionas tienen que ser convertidas en fortalezas fuertemente armadaspara recibirlos? Si los europeos saludan la protección de la OTAN, ¿por qué tienen que ser retenidosa mano armada a kilómetros de distancia de sus benefactores? Pero, claro está, la OTAN no es unafuerza defensiva. Desde el bombardeo de Serbia hace diez años hasta Afganistán actual, la OTANha sido progresivamente transformada en una fuerza expedicionaria extranjera. Las draconianasmedidas de seguridad impuestas a tres pacíficas y conservadoras ciudades europeas, queconfinaron a la gente a sus casas, parecían propias de una ocupación extranjera. A pesar de lamomentánea popularidad de Obama, la cumbre de la OTAN ilustró la drástica y creciente brechaentre la gente común y sus dirigentes. Como gran vendedor, Obama trató de persuadir a loseuropeos de que están aún más amenazados por Osama bin Laden y al-Qaeda que losestadounidenses, y que debieran pagar su tributo en dineros públicos y soldados para erradicar esaamenaza de algún sitio en el lejano Afganistán, ¿o será Pakistán, o quién sabe dónde? Los medioseuropeos evadieron en gran parte esa noción embarazadoramente absurda, concentrándose en loque llevaba puesto Michelle Obama. Pero decenas de miles de ciudadanos europeos fueron aEstrasburgo en la esperanza de registrar su desacuerdo. Tenían argumentos y querían que losescucharan. Terminaron atacados con bombas lacrimógenas, arreados como bestias hacia pocilgasy aterrorizados. Muchos de ellos probablemente nunca se aventurarán de nuevo a unamanifestación de masas.

La responsabilidad por un fiasco

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La responsabilidad por este fiasco es triple. Los más responsables son, por cierto, las fuerzas deseguridad que se vuelven más y más inicuas en toda Europa en sus enfrentamientos con lasmanifestaciones. Con helicópteros sobrevolando ruidosamente, falanges de policías con cascos"encerraron" a la gente en espacios pequeños y separados, a veces rodeada por vallas metálicas delas cuales era imposible escapar. Es el equivalente de tratar a la gente como si fuera ganadodestinado al matadero. Grupos que tenían planeado reunirse no pudieron encontrarse. Más de diezmil policías emplearon un arsenal de armas antipersonal de última tecnología contra una cantidadigual de manifestantes indefensos, disparando cartuchos de gas lacrimógeno, balas de goma yusando armas paralizantes para disolver la manifestación y luego dispersar a gente que ya estabadispersa y que no tenía la menor idea de hacia dónde ir. El caos fue total.

Y todo fue deliberado.

Pero una parte de la responsabilidad recae en los organizadores, si es el término adecuado para unevento que carecía de manera tan deprimente de organización. La manifestación del 4 de abrilcontra la OTAN fue convocada por un colectivo de grupos activistas franceses, ninguno de loscuales tenía la autoridad necesaria para imponer un plan coherente. Por causa de su antigüedad, elrelativamente conservador Mouvement de la Paix parece haber ejercido la mayor autoridad, sobretodo por su apoyo a la desastrosa decisión de aceptar la selección del sitio para la concentraciónpor el gobierno francés. En lugar de que se les permitiera reunirse en una plaza en la ciudad ymarchar por las calles de Estrasburgo, con sus banderas, consignas y teatro callejero, losmanifestantes por la paz fueron exiliados a una isla periférica entre el Rin y un gran canal denavegación, con sólo dos puentes como acceso. Cualquiera que estudie un mapa puede ver que elsitio era inaceptable por diversos motivos. Es difícil llegar - unos ocho kilómetros desde la estaciónde ferrocarril - especialmente en un día en el que no hubo transporte público y el centro de laciudad era zona prohibida. El terreno era escabroso y complicado. Estaba fuera de la vista delpúblico con el que los manifestantes hubieran querido comunicarse - en breve, la "comunicación"con los demás ciudadanos era imposible. Y, lo peor de todo, era una trampa obvia, el sitio perfectopara que la policía practicara sus técnicas de encierro. Sin embargo, los organizadores aceptaronese sitio inaceptable, y luego no organizaron ningún servicio de protección propio.

A pesar de todo, la prefectura (autoridad regional) había hecho ciertas promesas a cambio delacuerdo a ese sitio inadecuado. Esas promesas fueron flagrantemente violadas. Calles y puentesque supuestamente debían estar abiertos fueron periódicamente bloqueados por la policía.Curiosamente, varios miles de manifestantes pacíficos fueron bloqueados en el lado alemán del Rin,y nunca pudieron unirse a la manifestación, mientras que miembros del Bloque Negro alemán semostraban activos en el lugar. En general, la policía trató a los manifestantes pacíficos comoenemigos en una guerra civil, y no hizo nada por proteger a la gente o a la propiedad de la minoríaviolenta.

La concentración propiamente tal, realizada en una entrada de la isla, fue distraída por elinquietante espectáculo del incendio de un hotel cercano. Los helicópteros acallaron los altavoces yla música. La marcha subsiguiente nunca pudo tener lugar. Manifestantes totalmente desorientadosfueron abandonados a su propia suerte, en un entorno extraño y hostil, mientras intentaban huirdel gas lacrimógeno pasando por un laberinto de trampas policiales.

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El Bloque Negro

Los manifestantes por la paz fueron totalmente eclipsados por el Bloque Negro, descrito en Franciacomo "casseurs", destrozadores. A diferencia de los manifestantes no-violentos,aparecen en vídeo pasándolo bien, combatiendo a los policías. Probablemente estén pensando ensus hazañas con orgullo y satisfacción.

El desastre de Estrasburgo deja en claro que el movimiento contra la OTAN, si quiere sobrevivir,debe encarar tres problemas: sus propias flagrantes debilidades organizativas, la represión policialy el Bloque Negro.

Una pregunta que circula por ahí es: ¿son los destrozadores del Bloque Negro provocadores de lapolicía? Sin poder investigar seriamente el tema, mi propia respuesta intuitiva sería:subjetivamente no, objetivamente sí. Ciertamente no pueden ser todos policías con capuchasnegras. Muchos de ellos seguramente creen que están "luchando contra el capitalismo," comoproclaman. Pero objetivamente, cumplen con la tarea de justificar la represión policial propiamentetal que combaten con tanto entusiasmo.

Errar es humano. Las malas intenciones florecen, pero errar es mucho más común. Un movimientoavanzado y civilizado por la paz debiera estar en condiciones de tratar de aplicar la alternativa a laguerra - el argumento razonable - bajo todas las circunstancias. Deberíamos discutir con gente quese equivoca sobre la OTAN, explicar lo que tiene de malo. Y deberíamos discutir con gente en elBloque Negro, explicar lo que es erróneo en su forma de protesta.

La forma de iniciar un diálogo semejante no es obvia. Suponiendo que no todos los del BloqueNegro no sean provocadores policiales, si pudiera, pediría a los presumiblemente sinceros queconsideraran lo siguiente:

Los luchadores del Bloque Negro deberían cuestionar sus propios motivos. Seamos realistas, através de la historia, jóvenes han gustado de agruparse para combatir a su enemigo. Latestosterona y la adrenalina no son argumentos políticos. Pero son grandes estimulantes paralanzar proyectiles al enemigo armado. Combatientes callejeros ligeramente armados se sientenfácilmente victoriosos y superiores frente a masas de policías fuertemente armados, que parecencobardes en comparación. Ganan el concurso de los machos, ¿pero qué logran fuera de satisfacersus propios egos?

Los combatientes del Bloque Negro deberían cuestionar el efecto que tienen sobre los ciudadanoscomunes, que pueden no estar decididos políticamente. La OTAN es una mafia de protección. Vivedel sentido de inseguridad de la gente. Las acciones del Bloque Negro alimentan ese sentido deinseguridad.

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Los combatientes del Bloque Negro deberían pensar en el efecto devastador que tienen sobre otrasformas de protesta pública. Junto con la policía, logran que manifestantes pacíficos no salgan a lascalles.

Los combatientes del Bloque Negro deberían reflexionar sobre la facilidad con la que sus accionesson explotadas por sus enemigos. En primer lugar, quieran admitirlo o no, es casi seguro que esténinfiltrados por agentes de la policía. Y se deberían preguntar por qué se permitió que algunos deellos destrozaran las ventanas del hotel Ibis en la isla del Rin en Estrasburgo, y luego lo incendiarancon tanta tranquilidad, sin intervención policial. Además, se permitió que el impresionante incendiocontinuara durante más de una hora antes de que llegaran los bomberos. ¿No servía perfectamenteel espectáculo de ese incendio para asustar y dispersar a los manifestantes por la paz y sobre todopara llenar las pantallas de televisión con evidencia de que "los manifestantes son destructivos"?Las autoridades citaron el incendio como prueba de que la fuerte presencia policial era necesariapara proteger a la civilización de sus enemigos. ¿Y por qué incendiar un hotel Ibis? Hay ochohoteles Ibis en Estrasburgo y éste era tal vez el más pobre. ¿Y qué medios semi-profesionalesfueron necesarios para montar un fuego tan espectacular? ¿Y por qué incendiar la farmaciacercana, que era un servicio público para gente enferma en ese vecindario pequeño y de relativobajo nivel? ¿Qué posible mensaje político envió algo semejante?

En breve, los militantes del Bloque Negro, sea cual sea su edad, deberían crecer y comprender quepara combatir a poderes injustos hay que utilizar ante todo pensamientos, razonamiento, hechos yargumentos. Jugar a la violencia es hacerles el juego, en un terreno en el que poseen todos losrecursos. La Intifada podrá ser el único recurso para los palestinos, pero en Europa todavía quedanotros medios para expresar la oposición política. Hay que inventar, explorar y desarrollar esosmedios.

El año 2008 fue un hito, con dos importantes eventos que cambiaron la visión del mundo de lagente: el colapso financiero y el ataque israelí contra Gaza. Las repercusiones, los cambios en laperspectiva, son continuos. Están preparando el terreno para la oposición popular a los poderesfinancieros y militares que gobiernan Occidente y que intentan, mediante la OTAN y otrasinstituciones, extender su régimen a todo el globo. Hay señales de que los que están en el poderestán entre los primeros en reconocer ese hecho y que están perfeccionando sus tecnologíasrepresivas como un ataque preventivo contra la protesta masiva que se viene. Es urgente proveeralternativas políticas en términos de programas y liderazgo. Si las manifestaciones de masas sonvulnerables a la represión policial y a las acciones provocadoras de destrozadores, hay que inventarotros métodos más variados y flexibles para comunicarse con los ciudadanos y ampliar unmovimiento coherente de comunicación con los ciudadanos y ampliar un movimiento coherentepara combatir la militarización y construir una economía basada en las auténticas necesidades dela gente. En todo caso, toda futura manifestación de masas contra la OTAN debe ser organizadacon su propio servicio de protección, con brazaletes, y que siga instrucciones claras. Hay queproteger a los manifestantes. No puede haber mezcla alguna con los "Bloque Negro" o con otrosgrupos que traten de provocar el tipo de problema que busca la policía.

Fue la lección urgente del fiasco de Estrasburgo.

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Gracias especiales a Karen Sharpe, quien lo vivió todo.

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Diana Johnstone es una escritora y periodista estadounidense especializada en temas de políticaexterior europea y occidental. Fue una participante activa del movimiento contra la guerra deVietnam. Entre sus últimos trabajos se encuentra Fool�s Crusade: Yugoslavia, NATO and WesternDelusions, (Monthly Review Press, 2003) un alegato contra la guerra emprendida en los Balcanesen 1999. Es colaboradora habitual de la revista Counterpunch.

http://www.counterpunch.org/johnstone04072009.html

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