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18 SendaiMag D e este modo entran en escena los de- nominados órdenes del amor, propios de la vivencia familiar, y los órdenes del éxito, inherentes a la actividad laboral, empresarial. Así adquieren preeminen- cia, con respecto a la persona y a la empresa, respectivamente, sus objetivos de vida a partir del amor -relevancia de la familia, posibilida- des de vivir, ideas parentales del éxito- y del trabajo -relaciones con el producto, mirar el capital, atención hacia los colaboradores, trato con clientes y proveedores, el manejo de la administración-. La pieza clave es la persona, a la vez miembro de un sistema familiar y de una empresa, cualquiera que sea su rol en ambas entidades. La persona materializa en un solo espacio-tiempo una fusión específica de sus órdenes del amor con los del éxito (como los entiende), y así diluye muchas de las veces los linderos de la familia y de la empresa, las enseñanzas familiares con los requerimientos empresariales, de tal suerte que acaba creyen- do que aquello que resultó favorable en la fa- milia, aplicado a la empresa también resultará bienhechor (y viceversa), sin percatarse de que en ocasiones la vida laboral o empresarial pide un actuar diferente. Sean de ese tipo o de otro, tales diluciones traen consigo el desencuentro y la inefectividad, el conflicto, la sensación personal de fracaso, números rojos en la productividad, sobre una base de buenas intenciones. Y estas, así como la seguridad de estar haciendo lo correcto, la certidumbre de que quienes están desfasados son los otros, pueden estar presentes en uno o varios socios de una empresa, en un director general, en algún asistente, un gerente, un admi- nistrador, un trabajador de piso o un intendente. Justo allí la visión sistémica brinda un recur- so: “reconocer lo que es”. De modo comple- mentario a otros medios de estudio y evalua- ción, mirar el estado del arte de los órdenes del amor y de los órdenes del éxito en un grupo de una empresa (un equipo de colaboradores o directivo o de socios), en una sola sesión de unas cuantas horas, permite detectar con precisión los puntos a atender y otorgar a los participantes una posibilidad inmediata de acción que mejora o cambia o resuelve algo en sus quehaceres, no obstante se prevea una intervención de mayor envergadura. De esta manera, una entre varias posibilida- des consiste en penetrar en la situación que guardan los órdenes del amor de las personas en un grupo y los órdenes del éxito en la organi- zación. Esto se logra mediante la representa- ción, que es el acomodo de las personas en un espacio físico a cuyo través “hablan” los sistemas familiar y organizacional. Al representar a su sistema familiar, las per- sonas muestran por su posición con respecto a sus padres, su entereza para el mundo y para la vida, cuan libres de “lealtades invisibles” se en- cuentran, hacia dónde está orientado su amor primigenio y, por tanto, la meta de su vivir. Al representar al sistema organizacional, pueden advertir por ejemplo de qué forma Visión sistémica en las organizaciones empresariales La visión sistémica de las constelaciones familiares apli- cada a las organizaciones conquista un lugar cada vez más importante en la oferta de servicios para la empresa. Es que la aportación de Bert Hellinger ha introducido con fuerza el enfoque en el sistema sin disminuir en nada la atención en la persona, y además está centrada en la solución. Por: Alberto Beuchot y Jorge Olmos Fuentes contribuyen en la empresa: ¿respetan órdenes y jerarquías?, ¿responden a la creencia de que un brazo fuerte es necesario?, ¿sobrepasan a su autoridad inmediata superior, están en su mis- mo nivel o se colocan por detrás de ella? Pero también deja ver otras dinámicas ocultas, como cuánta libertad de movimiento tiene el líder del grupo; si está arropado, integrado o aislado del grupo, si miran todos en la misma dirección. Se puede explorar igualmente la situación de los miembros del grupo —quienes están juntos, quiénes separados, quiénes no encuentran su lugar—, el acomodo que hace el líder del personal —cuál es su punto de vista, a quiénes incluye, a quiénes aparta, cuántas líneas de mando opera—, la sensación de la empresa con respeto a las instancias con que tiene contacto, el estado de las relaciones entre los socios, y el de la empresa con instancias mayo- res cuando se trata de corporativos internacio- nales, y qué relación hay entre la empresa y la vida, el mundo, la naturaleza. De lo que se trata, mediante constelaciones familiares aplicadas a las empresas, y esta constituye una solución de por sí, es de volver transparentes los órdenes del amor para las personas (como hijos, esposos, progenitores) y los órdenes del éxito para las personas en tanto miembros de una organización (perte- nencia, orden y jerarquía, dar y tomar), con el objeto de que desenmarañen su lugar y enfo- quen su esfuerzo cabal en el cumplimiento de la tarea por la que han sido contratados en pro de las metas de la empresa. abril-mayo 2015

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18 SendaiMag

De este modo entran en escena los de-nominados órdenes del amor, propios de la vivencia familiar, y los órdenes del éxito, inherentes a la actividad

laboral, empresarial. Así adquieren preeminen-cia, con respecto a la persona y a la empresa, respectivamente, sus objetivos de vida a partir del amor -relevancia de la familia, posibilida-des de vivir, ideas parentales del éxito- y del trabajo -relaciones con el producto, mirar el capital, atención hacia los colaboradores, trato con clientes y proveedores, el manejo de la administración-. La pieza clave es la persona, a la vez miembro de un sistema familiar y de una empresa, cualquiera que sea su rol en ambas entidades. La persona materializa en un solo espacio-tiempo una fusión específica de sus órdenes del amor con los del éxito (como los entiende), y así diluye muchas de las veces los linderos de la familia y de la empresa, las enseñanzas familiares con los requerimientos empresariales, de tal suerte que acaba creyen-do que aquello que resultó favorable en la fa-milia, aplicado a la empresa también resultará bienhechor (y viceversa), sin percatarse de que en ocasiones la vida laboral o empresarial pide un actuar diferente. Sean de ese tipo o de otro, tales diluciones traen consigo el desencuentro y la inefectividad, el conflicto, la sensación personal de fracaso, números rojos en la productividad, sobre una base de buenas intenciones. Y estas, así como la seguridad de estar haciendo lo correcto, la

certidumbre de que quienes están desfasados son los otros, pueden estar presentes en uno o varios socios de una empresa, en un director general, en algún asistente, un gerente, un admi-nistrador, un trabajador de piso o un intendente. Justo allí la visión sistémica brinda un recur-so: “reconocer lo que es”. De modo comple-mentario a otros medios de estudio y evalua-ción, mirar el estado del arte de los órdenes del amor y de los órdenes del éxito en un grupo de una empresa (un equipo de colaboradores o directivo o de socios), en una sola sesión de unas cuantas horas, permite detectar con precisión los puntos a atender y otorgar a los participantes una posibilidad inmediata de acción que mejora o cambia o resuelve algo en sus quehaceres, no obstante se prevea una intervención de mayor envergadura. De esta manera, una entre varias posibilida-des consiste en penetrar en la situación que guardan los órdenes del amor de las personas en un grupo y los órdenes del éxito en la organi-zación. Esto se logra mediante la representa-ción, que es el acomodo de las personas en un espacio físico a cuyo través “hablan” los sistemas familiar y organizacional. Al representar a su sistema familiar, las per-sonas muestran por su posición con respecto a sus padres, su entereza para el mundo y para la vida, cuan libres de “lealtades invisibles” se en-cuentran, hacia dónde está orientado su amor primigenio y, por tanto, la meta de su vivir. Al representar al sistema organizacional, pueden advertir por ejemplo de qué forma

Visión sistémica en las organizaciones

empresarialesLa visión sistémica de las constelaciones familiares apli-cada a las organizaciones conquista un lugar cada vez más importante en la oferta de servicios para la empresa. Es que la aportación de Bert Hellinger ha introducido con fuerza el enfoque en el sistema sin disminuir en nada la atención en la persona, y además está centrada en la solución.

Por: Alberto Beuchot y Jorge Olmos Fuentes

contribuyen en la empresa: ¿respetan órdenes y jerarquías?, ¿responden a la creencia de que un brazo fuerte es necesario?, ¿sobrepasan a su autoridad inmediata superior, están en su mis-mo nivel o se colocan por detrás de ella? Pero también deja ver otras dinámicas ocultas, como cuánta libertad de movimiento tiene el líder del grupo; si está arropado, integrado o aislado del grupo, si miran todos en la misma dirección. Se puede explorar igualmente la situación de los miembros del grupo —quienes están juntos, quiénes separados, quiénes no encuentran su lugar—, el acomodo que hace el líder del personal —cuál es su punto de vista, a quiénes incluye, a quiénes aparta, cuántas líneas de mando opera—, la sensación de la empresa con respeto a las instancias con que tiene contacto, el estado de las relaciones entre los socios, y el de la empresa con instancias mayo-res cuando se trata de corporativos internacio-nales, y qué relación hay entre la empresa y la vida, el mundo, la naturaleza. De lo que se trata, mediante constelaciones familiares aplicadas a las empresas, y esta constituye una solución de por sí, es de volver transparentes los órdenes del amor para las personas (como hijos, esposos, progenitores) y los órdenes del éxito para las personas en tanto miembros de una organización (perte-nencia, orden y jerarquía, dar y tomar), con el objeto de que desenmarañen su lugar y enfo-quen su esfuerzo cabal en el cumplimiento de la tarea por la que han sido contratados en pro de las metas de la empresa.

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Systemic vision in business organizations The systemic view of family constellations applied to organizations has taken an increas-ingly important role in the provision of services for companies. This contribution by Bert Hellinger has introduced a hard focus on the system without diminishing in any way the at-tention given to people and is also concerned with the solution.

Thus we enter into two scenarios, referred to as the orders of love, our own family experi-ences, and the orders of success, those which arise from work and business. They acquire prominence, with respect to the individual and to the company, for their life goals through love, the importance of the family and chances in life; parenting ideas concerning success-and-relationships with the product at work, looking at capital, paying attention to employ-ees, dealing with customers and suppliers, and administrative management. The key piece is the individual, both as a member of a family system and part of an enterprise, whatever their role in either entity. The person materializes in one space and time in a specific merging of their orders of love with those of success (as defined) and thus the boundaries of family and business are very of-ten diluted, a mix of family teachings and busi-ness requirements, done so in such a way that one ends up believing that what was favorable

in the family should be applied to the company (and vice versa), and that that will be a benefac-tor, without realizing that sometimes the work or business life demands a different sort of tact. They are of that sort or another with such di-lutions bringing on disagreement and ineffec-tiveness, conflict, a personal sense of failure and entrance into the red in productivity, and all on the basis of good intentions. And these elements, in addition to the safety of doing the right thing and the certainty that those who are outdated are the others, can be present in one or more shareholders of a company, a CEO or, perhaps, an assistant, a manager, an adminis-trator, a floor worker or supervisor. Right there is where the systemic vision provides a resource: “Recognize it for what it is.” Complementary to other means of study and modes of evaluation, it looks at the state of the art of the orders of love and the orders of success in a group of companies (a team of as-sociates, directors or partners) and, in a single session of just a few hours, can accurately de-tect the points which require attending to and give participants an immediate chance at ac-tion so as to improve, change or solve anything which might apply to their duties. However, a more large-scale intervention is encouraged.Thus, one of several possibilities is to pen-etrate the situation which maintains a balance between the orders of love of people in a group and the orders of a successful organization. This is achieved through representation, which is the accommodation of people in a physical space wherein the familiar and organizational systems “speak”. To represent their family system, people show their position with respect to their parents, their mettle up against the world and life, how free “invisible loyalties” are, and

wherein their original love is oriented and, therefore, their life goals. Representing the organizational system can warn about, for example, how contributions are being made to the company: Are orders and hierarchies being respected? Are people responding to the belief that a firm hand is necessary? Has superior jurisdiction been surpassed and is it at the same level or has it been forced back? But it also reveals other hid-den dynamics, such as what sort of freedom of movement is being exercised by the group leader or the discussion about if you are a clothed, integrated or isolated group and if you’re all looking in the same direction. You can also explore the situation of the group members who are together, those who are separated and those who have not found their place, the arrangements made by the leader of the staff and what their point of view is, who is included, who is not, how many lines of command are in operation, the feeling of the company with respect to the other entities with which there is contact, the state of rela-tions between the partners and the company with higher-up entities when it comes to the international corporate level, and what the relationship is between the company and life, the world of nature. What comes through is family constellations being applied to business, and this is a solu-tion in itself, for returning to the transparency of the orders of love for people (like children, spouses, parents) and the orders of success for people as members of an organization (membership, order and hierarchy, give and take) in order to disentangle ones place and focus their full effort upon fulfilling the task for which they have been contracted and moving towards the goals of the company.

abril-mayo 2015