51 referencias canción 120 y oración - blog de...

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1 VIDA Y MINISTERIO CRISTIANOS GUÍA DE ACTIVIDADES PARA LA REUNIÓN 6– 12 FEBRERO ISAIAS 47 - 51 Referencias Canción 120 y oración Palabras de introducción (3 mins. o menos) TESOROS DE LA BIBLIA (Vea la Guía de Actividades para la Reunión) Pag. 2 Obedecer a Jehová trae bendiciones(10 mins.) Isa 48:17. La adoración verdadera se basa en obedecer las enseñanzas de Jehová (ip-2 pág. 131 párr. 18). (Isaías 48:17) Esto es lo que ha dicho Jehová, tu Recomprador, el Santo de Israel: “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar. *** ip-2 cap. 9 pág. 131 párr. 18 Jehová nos enseña para nuestro bien *** 18 Impelido por el espíritu de Dios, el profeta declara: “El Señor Soberano Jehová mismo me ha enviado, hasta su espíritu. Esto es lo que ha dicho Jehová, tu Recomprador, el Santo de Israel: ‘Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar’” (Isaías 48:16b, 17). Esta expresión amorosa del interés de Dios debería convencer a los israelitas de que Él los liberará de Babilonia. Jehová es su Recomprador (Isaías 54:5), y desea de todo corazón que restablezcan su relación con él y presten atención a sus mandamientos. La adoración verdadera se basa en la obediencia a los preceptos divinos. Israel no puede seguir la senda correcta a menos que se le enseñe “el camino en que [debe] andar”. Isa 48:18. Jehová nos ama y desea que disfrutemos de la vida (ip-2 pág. 131 párr. 19). (Isaías 48:18) ¡Oh, si realmente prestaras atención a mis mandamientos! Entonces tu paz llegaría a ser justamente como un río, y tu justicia como las olas del mar. *** ip-2 cap. 9 págs. 131-132 párr. 19 Jehová nos enseña para nuestro bien *** 19 Jehová expresa de forma hermosa su deseo de que el pueblo evite la calamidad y disfrute de la vida: “¡Oh, si realmente prestaras atención a mis mandamientos! Entonces tu paz llegaría a ser justamente como un río, y tu justicia como las olas del mar” (Isaías 48:18). ¡Qué exhortación tan sincera les dirige el Creador todopoderoso! (Deuteronomio 5:29; Salmo 81:13.) En lugar de ir al destierro, los israelitas tienen la oportunidad de disfrutar de una paz tan abundante como el agua de un río (Salmo 119:165). Sus actos de justicia podrían ser tan innumerables como las olas del mar (Amós 5:24). Jehová, que realmente se interesa por ellos, les muestra amorosamente el camino correcto y los exhorta a andar por él. ¡Cuánto le gustaría que lo escucharan! Isa 48:19. Si somos obedientes, tendremos bendiciones eternas (ip-2 pág. 132 párrs. 20, 21). (Isaías 48:19) Y tu prole llegaría a ser justamente como la arena, y los descendientes de tus entrañas como los granos de ella. El nombre de uno no sería cortado, ni sería aniquilado de delante de mí”. *** ip-2 cap. 9 págs. 132-134 párrs. 20-21 Jehová nos enseña para nuestro bien *** 20 ¿Qué bendiciones recibiría Israel si se arrepintiera? Jehová explica: Tu prole llegaría a ser justamente como la arena, y los descendientes de tus entrañas como los granos de ella. El nombre de uno no sería cortado, ni sería aniquilado de delante de mí” (Isaías 48:19). Dios recuerda al pueblo Su promesa de que la descendencia de Abrahán se multiplicaría “como las estrellas de los cielos y como los granos de arena que hay en la orilla del mar” (Génesis 22:17; 32:12). No obstante, estos descendientes del patriarca han sido rebeldes, por lo que no tienen derecho a recibir el cumplimiento de la promesa. De hecho, su historial es tan deplorable que, con arreglo a la Ley divina, como nación merecen que se corte su nombre (Deuteronomio 28:45). Aun así, Jehová no desea aniquilar a su pueblo ni abandonarlo por completo. 21 Los principios contenidos en este impactante pasaje son aplicables a todos los adoradores de Jehová de la actualidad. Como Fuente de la vida, él sabe mejor que nadie cómo debemos usar nuestra existencia (Salmo 36:9). Si nos ha dado directrices, no es para privarnos de felicidad, sino para que nos beneficiemos. Por consiguiente, los cristianos verdaderos buscan la guía de Jehová

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VIDA Y MINISTERIO CRISTIANOS GUÍA DE ACTIVIDADES PARA LA REUNIÓN

6– 12 FEBRERO ISAIAS 47 - 51 Referencias

Canción 120 y oración Palabras de introducción (3 mins. o menos)

TESOROS DE LA BIBLIA

(Vea la Guía de Actividades para la Reunión) Pag. 2“Obedecer a Jehová trae bendiciones” (10 mins.) Isa 48:17. La adoración verdadera se basa en obedecer las enseñanzas de Jehová (ip-2 pág. 131 párr. 18).

(Isaías 48:17) Esto es lo que ha dicho Jehová, tu

Recomprador, el Santo de Israel: “Yo, Jehová, soy tu

Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti

mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que

debes andar.

*** ip-2 cap. 9 pág. 131 párr. 18 Jehová nos enseña para nuestro bien ***

18 Impelido por el espíritu de Dios, el profeta declara: “El Señor Soberano Jehová mismo me ha enviado, hasta su espíritu. Esto es lo que ha dicho Jehová, tu Recomprador, el Santo de Israel: ‘Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar’” (Isaías 48:16b, 17). Esta expresión amorosa del interés de Dios debería convencer a los israelitas de que Él los liberará de Babilonia. Jehová es su Recomprador (Isaías 54:5), y desea de todo corazón que restablezcan su relación con él y presten atención a sus mandamientos. La adoración verdadera se basa en la obediencia a los preceptos divinos. Israel no puede seguir la senda correcta a menos que se le enseñe “el camino en que [debe] andar”. Isa 48:18. Jehová nos ama y desea que disfrutemos de la vida (ip-2 pág. 131 párr. 19).

(Isaías 48:18) ¡Oh, si realmente prestaras atención a mis

mandamientos! Entonces tu paz llegaría a ser justamente

como un río, y tu justicia como las olas del mar.

*** ip-2 cap. 9 págs. 131-132 párr. 19 Jehová nos enseña para nuestro bien ***

19 Jehová expresa de forma hermosa su deseo de que el pueblo evite la calamidad y disfrute de la vida: “¡Oh, si realmente prestaras atención a mis mandamientos! Entonces tu paz llegaría a ser justamente como un río, y tu justicia como las olas del mar” (Isaías 48:18). ¡Qué exhortación tan sincera les dirige el Creador todopoderoso!

(Deuteronomio 5:29; Salmo 81:13.) En lugar de ir al destierro, los israelitas tienen la oportunidad de disfrutar de una paz tan abundante como el agua de un río (Salmo 119:165). Sus actos de justicia podrían ser tan innumerables como las olas del mar (Amós 5:24). Jehová, que realmente se interesa por ellos, les muestra amorosamente el camino correcto y los exhorta a andar por él. ¡Cuánto le gustaría que lo escucharan! Isa 48:19. Si somos obedientes, tendremos bendiciones eternas (ip-2 pág. 132 párrs. 20, 21).

(Isaías 48:19) Y tu prole llegaría a ser justamente como

la arena, y los descendientes de tus entrañas como los

granos de ella. El nombre de uno no sería cortado, ni

sería aniquilado de delante de mí”.

*** ip-2 cap. 9 págs. 132-134 párrs. 20-21 Jehová nos enseña para nuestro bien ***

20 ¿Qué bendiciones recibiría Israel si se arrepintiera? Jehová explica: “Tu prole llegaría a ser justamente como la arena, y los descendientes de tus entrañas como los granos de ella. El nombre de uno no sería cortado, ni sería aniquilado de delante de mí” (Isaías 48:19). Dios recuerda al pueblo Su promesa de que la descendencia de Abrahán se multiplicaría “como las estrellas de los cielos y como los granos de arena que hay en la orilla del mar” (Génesis 22:17; 32:12). No obstante, estos descendientes del patriarca han sido rebeldes, por lo que no tienen derecho a recibir el cumplimiento de la promesa. De hecho, su historial es tan deplorable que, con arreglo a la Ley divina, como nación merecen que se corte su nombre (Deuteronomio 28:45). Aun así, Jehová no desea aniquilar a su pueblo ni abandonarlo por completo.

21 Los principios contenidos en este impactante pasaje son aplicables a todos los adoradores de Jehová de la actualidad. Como Fuente de la vida, él sabe mejor que nadie cómo debemos usar nuestra existencia (Salmo 36:9). Si nos ha dado directrices, no es para privarnos de felicidad, sino para que nos beneficiemos. Por consiguiente, los cristianos verdaderos buscan la guía de Jehová

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(Miqueas 4:2). Sus normas protegen nuestra espiritualidad y nuestra relación con él, y nos amparan de la influencia corruptora de Satanás. Cuando percibimos los principios que subyacen tras las leyes divinas, vemos que Jehová nos enseña para nuestro bien y que “sus mandamientos no son gravosos”. Además, si los obedecemos, no seremos cortados (1 Juan 2:17; 5:3).

BUSQUEMOS PERLAS ESCONDIDAS (8 MINS.):

Isa 49:6. ¿Por qué se dice que el Mesías es una “luz a las naciones” si su ministerio terrestre se limitó a los israelitas? (w07 15/1 pág. 9 párr. 8).

(Isaías 49:6) Y él procedió a decir: “Ha sido más que

asunto trivial el que hayas llegado a ser mi siervo para

levantar las tribus de Jacob y para traer de vuelta aun a

los salvaguardados de Israel; yo también te he dado por

luz a las naciones, para que mi salvación llegue hasta la

extremidad de la tierra”.

*** w07 15/1 pág. 9 Puntos sobresalientes del libro de Isaías (parte 2) ***

49:6. ¿Cómo es que el Mesías es una “luz a las naciones”, cuando su ministerio terrestre se limitó a los hijos de Israel? Es por lo que ocurrió tras la muerte de Jesús. La Biblia aplica Isaías 49:6 a sus discípulos (Hechos 13:46, 47). Hoy, los cristianos ungidos, con el respaldo de una gran muchedumbre de adoradores, constituyen una “luz a las naciones”, una luz que llega “hasta la extremidad de la tierra” para alumbrar a todos los pueblos (Mateo 24:14; 28:19, 20). Isa 50:1. ¿Por qué les preguntó Jehová a los israelitas dónde estaba el certificado de divorcio de su madre? (it-1 pág. 715 párrs. 5, 6).

(Isaías 50:1) Esto es lo que ha dicho Jehová: “¿Dónde,

pues, está el certificado de divorcio de la madre de

ustedes, a la cual yo despedí? ¿O cuál de mis acreedores

es aquel a quien los he vendido? ¡Miren! A causa de sus

propios errores han sido vendidos, y a causa de las

propias transgresiones de ustedes su madre ha sido

despedida.

*** it-1 pág. 715 Divorcio *** El divorcio en sentido figurado. Las

relaciones conyugales se emplean en la Biblia en sentido figurado. (Isa 54:1, 5, 6; 62:1-6.) Del mismo modo, se hace referencia al divorcio o a la acción de despedir a una esposa en términos simbólicos. (Jer 3:8.)

En 607 a. E.C., el reino de Judá fue echado abajo, Jerusalén sufrió destrucción y a los habitantes de la tierra se los llevaron al cautiverio

babilonio. Años antes de que esto ocurriese, Jehová había profetizado a judíos que llegarían a estar en cautiverio: “¿Dónde, pues, está el certificado de divorcio de la madre de ustedes, a la cual yo despedí?”. (Isa 50:1.) La “madre” u organización nacional había sido despedida por una razón justa, no porque Jehová rompiese unilateralmente su pacto e iniciase una tramitación de divorcio, sino debido a sus pecados contra la ley del pacto. Sin embargo, hubo un resto de israelitas arrepentidos que le oró a Jehová a fin de que los aceptase de nuevo en aquella relación de esposa y los restaurase a su tierra. Por causa de su propio nombre, en 537 a. E.C., cuando los setenta años de desolación terminaron, Jehová restauró de nuevo a su pueblo y lo condujo a su tierra. (Sl 137:1-9; véase MATRIMONIO.)

¿QUÉ ME ENSEÑA SOBRE JEHOVÁ LA LECTURA

BÍBLICA DE ESTA SEMANA?

Capítulo 47

*** ip-2 cap. 8 págs. 105-119 El anuncio del fin catastrófico de la religión falsa *** Capítulo 8 El anuncio del fin catastrófico de la religión falsa

Isaías 47:1-15 “EL RESURGIMIENTO de la religión.” Bajo ese

título, un artículo de la revista The New York Times Magazine indicó que la religión aún parece tener firme arraigo en el corazón y la mente de millones de personas. De ahí que pueda ser difícil creer que esté a punto de producirse un cambio radical en el ámbito religioso mundial. Sin embargo, así lo muestra el capítulo 47 de Isaías.

2 Las palabras del profeta se cumplieron hace dos mil quinientos años. No obstante, en Revelación (Apocalipsis) se cita Isaías 47:8 y se le da una aplicación futura. Dicho libro bíblico predice el fin de una prostituta simbólica, la organización llamada “Babilonia la Grande”, que representa el imperio mundial de la religión falsa (Revelación 16:19). “Babilonia” es un apelativo adecuado, pues en aquella antigua ciudad se originó la adoración falsa y desde allí se esparció a todo el globo terráqueo (Génesis 11:1-9). Algunas doctrinas paganas que surgieron en Babilonia, tales como la inmortalidad del alma, el infierno y el culto a tríadas de dioses, son comunes a casi todas las confesiones, incluidas las de la

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cristiandad. ¿Arroja luz sobre el futuro de la religión la profecía de Isaías? La humillación de Babilonia

3 Escuchemos este impactante mensaje divino: “Baja y siéntate en el polvo, oh virgen hija de Babilonia. Siéntate en la tierra donde no hay trono, oh hija de los caldeos. Porque no volverás a experimentar que la gente te llame delicada y melindrosa” (Isaías 47:1). Durante muchos años, Babilonia ha ocupado el trono de la dominación mundial. Ha sido “la decoración de reinos”, un próspero centro religioso, comercial y militar (Isaías 13:19). En el cenit de su gloria, los límites del imperio se extienden en dirección sur hasta la frontera de Egipto. Cuando derrota a Jerusalén, en el año 607 a.E.C., da la impresión de que ni el propio Dios puede detener su avance. De ahí que se vea a sí misma como una “virgen hija”, es decir, un pueblo que nunca sufrirá invasión extranjera.

4 No obstante, a esta altiva “virgen”, la potencia mundial indiscutible, la destronarán y le harán ‘sentarse en el polvo’, lo que indica su humillación (Isaías 26:5). Ya no la considerarán “delicada y melindrosa” como una reina colmada de atenciones. Así, Jehová ordena: “Toma un molinillo y muele harina. Descúbrete el velo. Quítate la falda amplia. Descubre la pierna. Atraviesa los ríos” (Isaías 47:2). La que en su día esclavizó a toda la nación de Judá recibirá el trato de una esclava. Los medos y los persas la depondrán del poder y la obligarán a servirlos en tareas humillantes.

5 Estos amos despojarán a Babilonia de su ‘velo y falda amplia’, con lo que perderá todo vestigio de grandeza y dignidad. “Atraviesa los ríos”, le mandarán. La profecía tal vez indique que forzarán a algunos babilonios a efectuar trabajos serviles al aire libre, o que literalmente les harán cruzar ríos cuando los lleven al exilio. En cualquier caso, Babilonia ya no viajará con la pompa de una reina, atravesando las corrientes en una silla o en un carruaje. Más bien, será como una esclava que al vadear el río tiene que olvidarse del pudor y remangarse la falda, enseñando las piernas. ¡Qué humillante!

6 Jehová prosigue con su reprensión irónica: “Debes descubrir tu desnudez. También, debe verse tu oprobio. Venganza es lo que tomaré, y no me encontraré bondadosamente con ningún hombre” (Isaías 47:3). En efecto, Babilonia sufrirá vergüenza y deshonra. La crueldad con que trata al pueblo de Dios se manifestará con claridad, y

ningún ser humano podrá evitar que Dios se vengue.

7 Después de setenta años de cautiverio en la poderosa Babilonia, el pueblo de Dios se alegrará mucho de su caída. Exclamará: “Hay Uno que nos está recomprando. Jehová de los ejércitos es su nombre, el Santo de Israel” (Isaías 47:4). De acuerdo con la Ley mosaica, si un israelita se vendía como esclavo para saldar sus deudas, podía redimirlo un recomprador (un pariente consanguíneo) con el pago correspondiente (Levítico 25:47-54). En vista de que los judíos habrán sido vendidos como esclavos a Babilonia, necesitarán que los recompren, es decir, que los liberen. Para los esclavos, la conquista por lo general solo significa un cambio de amo, pero Jehová inducirá al victorioso rey Ciro a emancipar a los judíos y le dará como “rescate” Egipto, Etiopía y Sebá (Isaías 43:3). El Redentor de Israel recibe con toda propiedad el nombre “Jehová de los ejércitos”, pues las aparentemente poderosas tropas babilónicas son insignificantes en comparación con las huestes angélicas invisibles. El precio de la crueldad

8 Jehová reanuda su denuncia profética de Babilonia: “Siéntate silenciosamente y entra en la oscuridad, oh hija de los caldeos; porque no volverás a experimentar que la gente te llame Señora de Reinos” (Isaías 47:5). A Babilonia solo le espera oscuridad y desgracia. Ya no va a dominar a otros reinos como cruel señora (Isaías 14:4).

9 Ahora bien, ¿por qué permite Dios que Babilonia haga daño a Su pueblo? Jehová explica el motivo: “Me indigné con mi pueblo. Profané mi herencia, y procedí a darlos en tu mano” (Isaías 47:6a). Dios tiene buenas razones para indignarse con los judíos. Les había advertido que los desterraría si desobedecían su Ley (Deuteronomio 28:64). Cuando caían en la idolatría y la inmoralidad sexual, Jehová, en prueba de su amor, les enviaba profetas para que los ayudaran a volver a la adoración pura, pero “ellos continuamente estuvieron burlándose de los mensajeros del Dios verdadero y despreciando sus palabras y mofándose de sus profetas, hasta que la furia de Jehová subió contra su pueblo, hasta que no hubo curación” (2 Crónicas 36:16). Por lo tanto, Dios permite que Babilonia profane su herencia, Judá, invadiendo la tierra y contaminando Su santo templo (Salmo 79:1; Ezequiel 24:21).

10 En vista de lo anterior, ¿acaso no se limita Babilonia a cumplir con la voluntad divina cuando

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esclaviza a los judíos? No, pues Dios asegura: “No les mostraste misericordias. Sobre el viejo hiciste muy pesado tu yugo. Y seguiste diciendo: ‘Hasta tiempo indefinido resultaré ser Señora, para siempre’. No pusiste estas cosas en tu corazón; no te acordaste del final del asunto” (Isaías 47:6b, 7). Dios no ha mandado a los babilonios actuar con crueldad excesiva, sin mostrar favor “siquiera a los viejos” (Lamentaciones 4:16; 5:12). Tampoco los ha incitado a que se mofen sádicamente de los cautivos judíos (Salmo 137:3).

11 Babilonia no comprende que su control sobre los judíos es temporal. Ha pasado por alto las advertencias de Isaías de que con el tiempo Jehová liberará a Su pueblo. Se comporta como si tuviera el derecho de dominar a los judíos a perpetuidad y ser señora de sus naciones vasallas para siempre. Hace caso omiso del mensaje de que su tiranía tendrá “final”. Se predice la caída de Babilonia

12 Jehová declara: “Ahora oye esto, tú, mujer dada a los placeres, la que se sienta en seguridad, la que dice en su corazón: ‘Yo soy, y no hay nadie más. No me sentaré como viuda, y no conoceré la pérdida de hijos’” (Isaías 47:8). Babilonia tiene fama de hedonista. El historiador Heródoto, del siglo V a.E.C., habla de una “costumbre [...] ignominiosa que tienen los babilonios”, a saber, que todas las mujeres deben prostituirse en honor de su diosa del amor. Otro historiador de la antigüedad, Curcio, escribe: “Nada más corrompido que las costumbres de esta ciudad; nada más a propósito para excitar y conducir a las concupiscencias [pasiones] inmoderadas”.

13 El ansia de placeres de Babilonia precipitará su caída. La noche de la toma de la ciudad, el rey y sus grandes estarán celebrando un banquete. Su estado de embriaguez les impedirá percatarse de que los ejércitos medopersas invaden la ciudad (Daniel 5:1-4). ‘Sentada en seguridad’ como está, Babilonia se imaginará que sus aparentemente impenetrables muros y foso la protegerán del enemigo. Se dice a sí misma que “no hay nadie más” que pueda ocupar su posición preeminente. No concibe la posibilidad de quedar “viuda”, es decir, de perder a su gobernante imperial y a sus “hijos”, sus habitantes. Con todo, ningún muro la protegerá del brazo vengador de Jehová Dios, quien dirá más adelante: “Aunque Babilonia ascienda a los cielos, y aunque haga inaccesible la altura de su fuerza, de mí llegarán a ella los violentos despojadores” (Jeremías 51:53).

14 ¿Qué le sucederá a Babilonia? Jehová prosigue: “Pero te vendrán estas dos cosas de repente, en un solo día: pérdida de hijos y viudez. En su medida completa tienen que venir sobre ti, por la abundancia de tus hechicerías, por el pleno poderío de tus maleficios... en sumo grado” (Isaías 47:9). En efecto, Babilonia perderá de súbito la supremacía como potencia mundial. En las tierras orientales de la antigüedad, enviudar y perder hijos eran las peores desgracias que podían sobrevenirle a una mujer. No sabemos cuántos “hijos” pierde Babilonia en la noche de su caída. En su debido momento, sin embargo, la ciudad quedará totalmente abandonada (Jeremías 51:29). También enviudará, en el sentido de que sus reyes serán destronados.

15 No obstante, los malos tratos que Babilonia inflige a los judíos no son la única causa de la furia de Jehová. “La abundancia de [sus] hechicerías” también suscita la ira divina. La Ley que Dios dio a Israel condena el espiritismo; pero ella lo practica con vehemencia (Deuteronomio 18:10-12; Ezequiel 21:21). Un libro sobre la vida social de los asirios y los babilonios dice que estos últimos “vivían en temor constante de los innumerables demonios que, según ellos, los rodeaban” (Social Life Among the Assyrians and Babylonians). Babilonia confía en la maldad

16 ¿Salvarán a Babilonia sus adivinos? Jehová responde: “Seguiste confiando en tu maldad. Has dicho: ‘No hay quien me vea’. Tu sabiduría y tu conocimiento... esto es lo que te ha descarriado; y sigues diciendo en tu corazón: ‘Yo soy, y no hay nadie más’” (Isaías 47:10). Babilonia considera que la sabiduría profana y religiosa, el poderío militar, la astucia y la crueldad le permitirán mantener su posición de potencia mundial. Cree que nadie puede ‘verla’, o sea, pedirle cuentas por su perversidad. Tampoco divisa ningún rival en el horizonte. “Yo soy, y no hay nadie más”, se dice a sí misma.

17 Ahora bien, Jehová advierte mediante otro profeta suyo: “¿[...] puede cualquier hombre estar ocultado en escondrijos y yo mismo no verlo?” (Jeremías 23:24; Hebreos 4:13). Por consiguiente, declara a Babilonia: “Sobre ti tiene que venir calamidad; no conocerás ningún encantamiento contra ella. Y sobre ti caerá adversidad; no podrás evitarla. Y sobre ti de repente vendrá una ruina que no estás acostumbrada a conocer” (Isaías 47:11). Ni sus dioses ni los ‘encantamientos’ de sus espiritistas evitarán la calamidad que se le avecina, la cual

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no se parecerá a nada que haya experimentado antes. Los consejeros de Babilonia fracasan

18 Con aguda ironía, Jehová ordena: “Quédate quieta, ahora, con tus maleficios y con la abundancia de tus hechicerías, en los cuales te has afanado desde tu juventud; para que tal vez saques provecho, para que tal vez infundas miedo a la gente” (Isaías 47:12). Jehová reta a Babilonia a ‘quedarse quieta’, o en otras palabras, a que no se reforme y que siga confiando en las artes mágicas. Después de todo, la nación se ha afanado en la práctica del ocultismo desde su “juventud”.

19 Sin embargo, Jehová le dice con sorna: “Te has fatigado con la multitud de tus consejeros. Que se pongan de pie, ahora, y te salven, los adoradores de los cielos, los contempladores de las estrellas, los que divulgan conocimiento en las lunas nuevas respecto a las cosas que vendrán sobre ti” (Isaías 47:13). La nación presenciará el fracaso rotundo de sus consejeros. Es cierto que la astrología de Babilonia refleja siglos de observación astronómica, pero en la noche de su caída, el fracaso miserable de sus astrólogos pondrá en evidencia la inutilidad de la adivinación (Daniel 5:7, 8).

20 Jehová concluye esta profecía con las palabras: “¡Mira! Se han hecho como rastrojo. Un fuego mismo ciertamente los quemará por completo. No librarán su alma del poder de la llama. No habrá brillo de brasas para que la gente se caliente, ninguna lumbre enfrente de la cual sentarse. Así ciertamente llegarán a ser para ti, aquellos con quienes te has afanado como encantadores tuyos desde tu juventud. Realmente irán vagando, cada uno a su propia región. No habrá quien te salve” (Isaías 47:14, 15). Estos falsos consejeros afrontarán el “fuego” que se avecina. Pero no el de una fogata acogedora que les serviría para calentarse, sino un fuego devorador que demostrará que son tan inútiles como el rastrojo. Así, no causará extrañeza que huyan despavoridos. Una vez desaparecido el último apoyo de Babilonia, no quedará nadie que la salve. Será objeto de las mismas penalidades que ella habrá infligido a Jerusalén (Jeremías 11:12).

21 El cumplimiento de estas palabras da comienzo en el año 539 a.E.C., cuando los ejércitos medos y persas dirigidos por Ciro capturan la ciudad y matan al rey Belsasar, que reside en ella (Daniel 5:1-4, 30). En una sola noche, Babilonia pierde la hegemonía mundial, lo cual marca el fin de siglos de dominio semítico y el

comienzo del control ario. La propia Babilonia inicia un período de decadencia que se extenderá por varias centurias. En el siglo IV E.C. ha quedado reducida a “montones de piedras” (Jeremías 51:37). La predicción de Isaías se realiza así en su totalidad. Una Babilonia moderna

22 La profecía de Isaías contiene muchos motivos de reflexión. Para empezar, resalta lo peligrosos que son el orgullo y la altivez. La caída de la arrogante Babilonia ilustra el siguiente proverbio bíblico: “El orgullo está antes de un ruidoso estrellarse; y un espíritu altivo, antes del tropiezo” (Proverbios 16:18). Es cierto que esta actitud a veces domina nuestra naturaleza imperfecta, pero si nos “hinch[amos] de orgullo” podemos caer “en vituperio y en un lazo del Diablo” (1 Timoteo 3:6, 7). Por lo tanto, hacemos bien en seguir el consejo de Santiago: “Humíllense a los ojos de Jehová, y él los ensalzará” (Santiago 4:10).

23 Las palabras que transmite el profeta también nos ayudan a confiar en Jehová, quien es más poderoso que todos sus enemigos (Salmo 24:8; 34:7; 50:15; 91:14, 15). En estos tiempos difíciles consuela tener presente este hecho. La confianza en Jehová fortalece nuestra resolución de permanecer intachables a sus ojos, sabiendo que “el futuro de[l] hombre [exento de culpa] será pacífico” (Salmo 37:37, 38). En vista de las “artimañas” de Satanás, lo sensato es acudir siempre a Jehová y no confiar en nosotros mismos (Efesios 6:10-13, nota).

24 La profecía nos previene en particular contra las prácticas espiritistas, y más concretamente contra la astrología (Gálatas 5:20, 21). Cuando cayó Babilonia, este arte adivinatorio no perdió su popularidad. Reviste interés el comentario del libro Great Cities of the Ancient World (Las grandes ciudades del mundo antiguo) de que las constelaciones delimitadas por los babilonios se han “alejado” de sus posiciones primitivas, “lo que demuestra lo absurda que es [la astrología]”. Aun así, esta sigue teniendo gran aceptación, como lo indica el hecho de que muchos periódicos publiquen una sección de horóscopos.

25 ¿Qué impulsa a tantas personas —muchas de ellas cultas— a consultar las estrellas o participar en otras actividades ilógicas y supersticiosas? The World Book Encyclopedia dice: “Mientras los seres humanos se teman unos a otros y sientan incertidumbre respecto al futuro, lo más probable es que las supersticiones sigan formando parte de la vida”. El temor y la incertidumbre llevan a algunos a refugiarse en las

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supersticiones. Los cristianos, en cambio, las evitan. Ellos no temen al hombre, pues se apoyan en Jehová (Salmo 6:4-10). Ni tampoco se sienten inseguros respecto al mañana, pues conocen los propósitos revelados de Jehová y están convencidos de que “hasta tiempo indefinido el mismísimo consejo de Jehová subsistirá” (Salmo 33:11). Si armonizamos nuestra vida con Su consejo, tendremos asegurado un futuro largo y feliz.

26 En los últimos años, algunos han intentado conocer el porvenir por medios más “científicos”. Existe incluso una disciplina llamada futurología, que se define como “conjunto de los estudios que se proponen predecir científicamente el futuro del hombre”. Por ejemplo, en 1972, un grupo de académicos y empresarios conocido como el Club de Roma predijo que en 1992 se habrían agotado las reservas mundiales de oro, mercurio, cinc y petróleo. Pues bien, aunque el mundo se ha enfrentado a problemas terribles desde 1972, el vaticinio no se ha cumplido en modo alguno. La Tierra sigue disponiendo de tales reservas. En realidad, pese a todos los afanes del hombre por anunciar el futuro de antemano, sus predicciones nunca son confiables. Es indudable que “los razonamientos de los sabios son vanos” (1 Corintios 3:20). El fin cercano de Babilonia la Grande

27 Las religiones actuales han perpetuado muchas doctrinas de la Babilonia antigua. De ahí que resulte adecuado llamar Babilonia la Grande al imperio mundial de la religión falsa (Revelación 17:5). Ese conglomerado internacional ya ha sufrido una caída como la que experimentó aquella potencia en 539 a.E.C. (Revelación 14:8; 18:2). En 1919, el resto de los hermanos de Cristo fue liberado del cautiverio espiritual y se deshizo de la influencia religiosa de la cristiandad, que constituye un sector dominante de Babilonia la Grande. Desde entonces se ha debilitado considerablemente la fuerte influencia que ejercía la cristiandad en muchos países.

28 Esa caída, sin embargo, fue solo un anticipo de la destrucción final de la religión falsa. Cabe señalar que la profecía de Revelación sobre la destrucción de Babilonia la Grande recuerda las palabras proféticas de Isaías 47:8, 9. Al igual que la ciudad antigua, Babilonia la Grande dice en la actualidad: “Estoy sentada como reina, y no soy viuda, y nunca veré lamento”. Pero “en un solo día vendrán sus plagas: muerte y lamento y hambre, y será quemada por completo con fuego, porque fuerte es Jehová Dios que la juzgó”. De modo que

el mensaje profético del capítulo 47 de Isaías sirve de advertencia a quienes no han cortado los vínculos con la religión falsa. Si no quieren ser destruidos junto con ella, deben obedecer el mandato de inspiración divina: “Sálganse de ella” (Revelación 18:4, 7, 8).

Capítulo 48

*** ip-2 cap. 9 págs. 120-135 Jehová nos enseña para nuestro bien *** Capítulo 9 Jehová nos enseña para nuestro bien

Isaías 48:1-22 CUANDO Jehová habla, las personas sensatas

lo escuchan con gran respeto y responden a sus palabras. Todo lo que él dice es para nuestro beneficio, pues está muy interesado en nuestro bienestar. Un ejemplo de ello es el modo alentador como se dirigió al antiguo pueblo del pacto: “¡Oh, si realmente prestaras atención a mis mandamientos!” (Isaías 48:18.) El valor comprobado de las enseñanzas divinas debería impulsarnos a escucharlo y seguir Su guía. El historial de profecías cumplidas disipa cualquier duda sobre la determinación de Jehová de hacer realidad sus promesas.

2 Aunque las palabras del capítulo 48 del libro de Isaías se escribieron aparentemente pensando en los judíos que estarían exiliados en Babilonia, encierran un mensaje que los cristianos de la actualidad no pueden pasar por alto. En el capítulo 47 de Isaías, la Biblia predijo la caída de Babilonia. Ahora Jehová revela sus intenciones para con los judíos desterrados en esa ciudad. Dios está apenado por la hipocresía del pueblo escogido y su terca negativa a confiar en sus promesas. Aun así, quiere enseñarles por su propio bien. Prevé un período de refinación que llevará a la restitución de un resto fiel a su tierra.

3 ¡Cuánto se ha alejado el pueblo de Jehová de la adoración pura! Las palabras de apertura de Isaías invitan a la reflexión: “Oigan esto, oh casa de Jacob, ustedes que se llaman por el nombre de Israel y que han salido de las mismísimas aguas de Judá, ustedes que juran por el nombre de Jehová y que hacen mención hasta del Dios de Israel, no en verdad y no en justicia. Porque ellos se han llamado a sí mismos como que son de la ciudad santa, y se han apoyado sobre el Dios de Israel, Jehová de los ejércitos por nombre” (Isaías 48:1, 2). ¡Qué hipócritas! Evidentemente, cuando “juran por el nombre de Jehová”, utilizan este nombre de forma mecánica (Sofonías 1:5). Antes del exilio en Babilonia, los

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judíos rendían culto a Jehová en “la ciudad santa”, Jerusalén, pero no lo hacían con sinceridad. Su corazón estaba muy alejado de Dios, y sus actos de adoración no eran ‘en verdad ni en justicia’. No tenían la fe de los patriarcas (Malaquías 3:7).

4 Las palabras de Jehová nos recuerdan que no se le debe adorar de forma rutinaria, sino de corazón. Un simple servicio de muestra, cuyo único objetivo tal vez sea agradar o impresionar a los demás, no constituye “hechos de devoción piadosa” (2 Pedro 3:11). El que alguien se llame a sí mismo cristiano no hace que su adoración sea aceptable a Dios (2 Timoteo 3:5). Reconocer que Jehová existe es vital, pero es solo el inicio. Él desea que lo adoremos de toda alma, movidos por un amor y un agradecimiento profundos (Colosenses 3:23). Predicciones de cosas nuevas

5 Quizá los judíos cautivos en Babilonia necesiten que se les refresque la memoria. Por eso Jehová les recuerda una vez más que él es el Dios de la verdadera profecía: “Las primeras cosas las he anunciado aun desde aquel tiempo, y de mi propia boca salieron, y seguí haciendo que se oyeran. De repente actué, y las cosas procedieron a venir” (Isaías 48:3). “Las primeras cosas” son actos que Dios ya ha realizado; por ejemplo, liberar a los israelitas de Egipto y entregarles en herencia la Tierra Prometida (Génesis 13:14, 15; 15:13, 14). Tales predicciones salen de la boca de Dios; son de origen divino. Él hace que los hombres oigan sus decretos, y lo que estos oyen debería inducirlos a ser obedientes (Deuteronomio 28:15). Jehová actúa de repente para cumplir lo que ha predicho. El hecho de que sea el Todopoderoso garantiza la realización de su propósito (Josué 21:45; 23:14).

6 El pueblo de Jehová se ha vuelto “terc[o] y rebelde” (Salmo 78:8). Dios le dice sin rodeos: “Tú eres duro y [...] tu cerviz es un tendón de hierro y tu frente es cobre” (Isaías 48:4). Al igual que los metales, los judíos no ceden fácilmente, son obstinados, y esa es una de las razones por las que Jehová revela los sucesos antes de que ocurran. Si no, su pueblo dirá de las cosas que él ha efectuado: “Mi propio ídolo las ha hecho, y mi propia imagen tallada y mi propia imagen fundida las han ordenado” (Isaías 48:5). ¿Tendrá algún efecto en los judíos infieles lo que Jehová les está indicando? Él añade: “Has oído. Contémplalo todo. En cuanto a ustedes, ¿no lo anunciarán? Te he hecho oír cosas nuevas desde la actualidad, hasta cosas mantenidas en reserva, que no has sabido. En la actualidad

tienen que ser creadas, y no desde aquel tiempo, aun cosas que antes de hoy no has oído, para que no digas: ‘¡Mira! Ya las he sabido’” (Isaías 48:6, 7).

7 Isaías puso por escrito la predicción de la caída de Babilonia con mucha antelación. Ahora se manda proféticamente a los judíos exiliados en Babilonia que contemplen su realización. ¿Pueden negar que Jehová es el Dios que cumple las profecías? Y puesto que los habitantes de Judá han visto y oído que es el Dios de la verdad, ¿no deberían también anunciar esta verdad? La palabra revelada de Jehová vaticina cosas nuevas que aún no han ocurrido, como la conquista de Babilonia por Ciro y la liberación de los judíos (Isaías 48:14-16). Estos sucesos tan asombrosos parecen tener lugar en el momento más inesperado. Nadie pudiera haberlos previsto con solo analizar la situación mundial. Llegan como creados de la nada. ¿Quién los origina? Teniendo en cuenta que Jehová los predice con unos doscientos años de anticipación, la respuesta es obvia.

8 Por otra parte, Jehová lleva a cabo su palabra de acuerdo con su propio horario. Las profecías cumplidas son una prueba de su divinidad no solo para los judíos de la antigüedad, sino también para los cristianos de hoy. Las numerosas profecías realizadas en el pasado —“las primeras cosas”— constituyen una garantía de que también se cumplirán las muchas cosas nuevas que Jehová ha prometido, entre ellas la inminente “gran tribulación”, la supervivencia de “una gran muchedumbre” cuando azote dicha tribulación y la “nueva tierra” (Revelación [Apocalipsis] 7:9, 14, 15; 21:4, 5; 2 Pedro 3:13). Tal garantía impulsa actualmente a quienes poseen un corazón justo a hablar de Dios con celo. Estas personas se sienten como el salmista, quien dijo: “He anunciado las buenas nuevas de la justicia en la congregación grande. ¡Mira! No restrinjo mis labios” (Salmo 40:9). Jehová muestra autodominio

9 La actitud escéptica de los judíos ante las profecías de Jehová ha impedido que presten atención a sus advertencias, de modo que él pasa a decirles: “Además, tú no has oído, ni has sabido, ni desde aquel tiempo en adelante ha sido abierto tu oído. Porque bien sé yo que sin falta seguiste tratando traidoramente, y ‘transgresor desde el vientre’ se te ha llamado” (Isaías 48:8). Judá ha cerrado su oído a las alegres noticias procedentes de Jehová (Isaías 29:10). La manera como ha actuado el pueblo del

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pacto divino demuestra que es “transgresor desde el vientre”, es decir, desde su nacimiento. A lo largo de toda su existencia, la nación de Israel se ha labrado un historial de rebeldía. La transgresión y la traición del pueblo son faltas arraigadas, no simples pecados ocasionales (Salmo 95:10; Malaquías 2:11).

10 ¿Hay que perder, pues, toda esperanza? No. Si bien Judá ha sido rebelde y traidora, Jehová es siempre fiel. Por respeto a su gran nombre, controlará la manifestación de su ira. Indica: “Por causa de mi nombre reprimiré mi cólera, y por mi alabanza me refrenaré para contigo para que no se te corte” (Isaías 48:9). ¡Qué diferencia entre Dios y su pueblo! Tanto Israel como Judá han sido infieles a Jehová, pero él santificará Su nombre y obrará de manera que redunde en alabanza y honra para este. Por tal razón no cortará a su pueblo escogido (Joel 2:13, 14).

11 Los exiliados judíos de corazón justo reaccionan ante la reprensión de Dios y se resuelven a prestar atención a sus enseñanzas. La siguiente declaración los tranquiliza muchísimo: “¡Mira! Te he refinado, pero no en la forma de plata. He hecho la selección de ti en el horno de fundición de la aflicción. Por mi propia causa, por mi propia causa actuaré, porque, ¿cómo podría uno dejarse profanar? Y a ningún otro daré mi propia gloria” (Isaías 48:10, 11). Las terribles experiencias por las que Jehová ha permitido que pase su pueblo —comparables a un “horno de [...] aflicción”— lo han sometido a prueba y lo han refinado, revelando así lo que hay en su corazón. Algo parecido sucedió siglos antes, cuando Moisés dijo a sus antepasados: “Jehová tu Dios te hizo andar estos cuarenta años en el desierto, a fin de humillarte, de ponerte a prueba para saber lo que estaba en tu corazón” (Deuteronomio 8:2). Pese a la actitud rebelde de la nación, Jehová no la exterminó entonces y tampoco la destruirá por completo en esta ocasión. De este modo no se pondrán en entredicho Su nombre y Su honor. Si el pueblo pereciera a manos de los babilonios, Jehová no sería fiel a Su pacto y Su nombre sería profanado. Parecería que el Dios de Israel es incapaz de salvar a su pueblo (Ezequiel 20:9).

12 También en nuestros tiempos ha necesitado refinación el pueblo de Jehová. A comienzos del siglo XX, muchos miembros del pequeño círculo de Estudiantes de la Biblia servían a Dios con el deseo sincero de agradarle, pero algunos tenían malos motivos, como el de alcanzar prominencia. Antes de emprender la predicación mundial de las

buenas nuevas predicha para el tiempo del fin, el grupo debía ser limpiado (Mateo 24:14). El profeta Malaquías vaticinó que tal refinación tendría lugar cuando Jehová llegara a su templo (Malaquías 3:1-4). Sus palabras se cumplieron en 1918. Durante la I Guerra Mundial, los cristianos verdaderos habían atravesado un período de duras pruebas que culminó con el encarcelamiento de Joseph F. Rutherford, entonces presidente de la Sociedad Watch Tower, y de algunos miembros destacados de esta. Aquellos cristianos sinceros se beneficiaron de la refinación. Al acabar la guerra, estaban más decididos que nunca a servir a su gran Dios del modo que él indicara.

13 Desde entonces, los testigos de Jehová han sido objeto una y otra vez de la persecución más despiadada. Pero no por ello han puesto en duda la palabra de su Creador; más bien, han tenido en cuenta lo que dijo el apóstol Pedro a los cristianos perseguidos de su día: “[Ustedes] han sido contristados por diversas pruebas, a fin de que la cualidad probada de su fe [...] sea hallada causa de alabanza y gloria y honra al tiempo de la revelación de Jesucristo” (1 Pedro 1:6, 7). La persecución intensa no quebranta la integridad de los cristianos verdaderos, sino que revela la pureza de sus motivos. Hace de su fe una cualidad probada y pone de manifiesto la profundidad de su devoción y amor (Proverbios 17:3).

“Soy el primero [...], soy el último”

14 Ahora Jehová apela con cariño al pueblo del pacto en estos términos: “Escúchame, oh Jacob, y tú, Israel mi llamado. Yo soy el Mismo. Yo soy el primero. Además, soy el último. Además, mi propia mano colocó el fundamento de la tierra, y mi propia diestra extendió los cielos. Llamo a ellos, para que sigan subsistiendo juntos” (Isaías 48:12, 13). A diferencia del hombre, Dios es eterno y no cambia (Malaquías 3:6). En Revelación declara: “Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin” (Revelación 22:13). Antes de Jehová no existía ningún Dios todopoderoso y después de él tampoco lo habrá. Él es el Supremo y el Eterno, el Creador. Su “mano” —su poder en acción— fundó la Tierra y tendió los cielos estrellados (Job 38:4; Salmo 102:25). Cuando llama a sus creaciones, estas se aprestan a servirle (Salmo 147:4).

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15 A continuación se dirige una invitación solemne a judíos y gentiles por igual: “Júntense, todos ustedes, y oigan. ¿Quién entre ellos ha anunciado estas cosas? Jehová mismo lo ha amado. Él hará lo que es su deleite sobre Babilonia, y su propio brazo estará sobre los caldeos. Yo... yo mismo he hablado. Además, yo lo he llamado. Lo he hecho entrar, y se hará que su camino tenga éxito” (Isaías 48:14, 15). Jehová es el único que tiene poder ilimitado, así como la facultad de predecir el futuro con precisión. Ninguno de “ellos”, los ídolos inútiles, puede anunciar estas cosas. Es Jehová, y no algún ídolo, quien “ha amado” a Ciro, en el sentido de que lo ha escogido para un fin determinado (Isaías 41:2; 44:28; 45:1, 13; 46:11). Es Él quien ha previsto su aparición en la escena mundial y lo ha designado futuro conquistador de Babilonia.

16 Jehová prosigue con un tono afectuoso: “Acérquense a mí. Oigan esto. Desde el comienzo no he hablado en ningún escondrijo. Desde el tiempo en que ocurrió esto, yo he estado allí” (Isaías 48:16a). Las predicciones de Jehová no se han comunicado en secreto o solo a unos cuantos iniciados. Sus profetas transmitieron el mensaje divino sin ambages (Isaías 61:1). Declararon en público Su voluntad. Por ejemplo, los sucesos relacionados con Ciro no fueron nada nuevo para Dios, ya que unos doscientos años antes los había predicho abiertamente por medio de Isaías.

17 Tampoco hoy en día mantiene Jehová sus propósitos en secreto. Millones de personas de cientos de países e islas proclaman de casa en casa, en las calles y en todo lugar donde les es posible, la advertencia de que se aproxima el fin de este sistema de cosas, así como las buenas nuevas de las bendiciones que traerá el Reino de Dios. Jehová es verdaderamente un Dios que da a conocer sus propósitos.

‘Presten atención a mis mandamientos’

18 Impelido por el espíritu de Dios, el profeta declara: “El Señor Soberano Jehová

mismo me ha enviado, hasta su espíritu. Esto es lo que ha dicho Jehová, tu Recomprador, el Santo de Israel: ‘Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar’” (Isaías 48:16b, 17). Esta expresión amorosa del interés de Dios debería convencer a los israelitas de que Él los liberará de Babilonia. Jehová es su Recomprador (Isaías 54:5), y desea de todo corazón que restablezcan su relación con él y presten atención a sus mandamientos. La adoración verdadera se basa en la obediencia a los preceptos divinos. Israel no puede seguir la senda correcta a menos que se le enseñe “el camino en que [debe] andar”.

19 Jehová expresa de forma hermosa su deseo de que el pueblo evite la calamidad y disfrute de la vida: “¡Oh, si realmente prestaras atención a mis mandamientos! Entonces tu paz llegaría a ser justamente como un río, y tu justicia como las olas del mar” (Isaías 48:18). ¡Qué exhortación tan sincera les dirige el Creador todopoderoso! (Deuteronomio 5:29; Salmo 81:13.) En lugar de ir al destierro, los israelitas tienen la oportunidad de disfrutar de una paz tan abundante como el agua de un río (Salmo 119:165). Sus actos de justicia podrían ser tan innumerables como las olas del mar (Amós 5:24). Jehová, que realmente se interesa por ellos, les muestra amorosamente el camino correcto y los exhorta a andar por él. ¡Cuánto le gustaría que lo escucharan!

20 ¿Qué bendiciones recibiría Israel si se arrepintiera? Jehová explica: “Tu prole llegaría a ser justamente como la arena, y los descendientes de tus entrañas como los granos de ella. El nombre de uno no sería cortado, ni sería aniquilado de delante de mí” (Isaías 48:19). Dios recuerda al pueblo Su promesa de que la descendencia de Abrahán se multiplicaría “como las estrellas de los cielos y como los granos de arena que hay en la orilla del mar” (Génesis 22:17; 32:12). No obstante, estos descendientes del patriarca han sido rebeldes, por lo que

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no tienen derecho a recibir el cumplimiento de la promesa. De hecho, su historial es tan deplorable que, con arreglo a la Ley divina, como nación merecen que se corte su nombre (Deuteronomio 28:45). Aun así, Jehová no desea aniquilar a su pueblo ni abandonarlo por completo.

21 Los principios contenidos en este impactante pasaje son aplicables a todos los adoradores de Jehová de la actualidad. Como Fuente de la vida, él sabe mejor que nadie cómo debemos usar nuestra existencia (Salmo 36:9). Si nos ha dado directrices, no es para privarnos de felicidad, sino para que nos beneficiemos. Por consiguiente, los cristianos verdaderos buscan la guía de Jehová (Miqueas 4:2). Sus normas protegen nuestra espiritualidad y nuestra relación con él, y nos amparan de la influencia corruptora de Satanás. Cuando percibimos los principios que subyacen tras las leyes divinas, vemos que Jehová nos enseña para nuestro bien y que “sus mandamientos no son gravosos”. Además, si los obedecemos, no seremos cortados (1 Juan 2:17; 5:3).

“¡Salgan de Babilonia!”

22 Una vez que caiga Babilonia, ¿habrá judíos que manifiesten una buena condición de corazón? ¿Aprovecharán la liberación procedente de Jehová para regresar a su tierra y restablecer la adoración pura? Sí. Las palabras que pronuncia seguidamente Jehová demuestran su confianza en que así será. “¡Salgan de Babilonia! Huyan de los caldeos. Anuncien aun con el sonido de un clamor gozoso, hagan oír esto. Háganlo salir hasta la extremidad de la tierra. Digan: ‘Jehová ha recomprado a su siervo Jacob. Y ellos no tuvieron sed cuando él estuvo haciéndolos andar hasta por lugares devastados. Agua de la roca hizo que fluyera para ellos, y procedió a partir una roca para que el agua saliera corriendo’.” (Isaías 48:20, 21.) Jehová insta proféticamente a su pueblo a salir de Babilonia sin demora (Jeremías 50:8). Las noticias de su redención deben llegar hasta los confines del mundo (Jeremías 31:10). Cuando los israelitas

atravesaron el desierto, tras su partida de Egipto, Jehová satisfizo sus necesidades, y lo mismo hará con su pueblo en el camino de regreso a su tierra desde Babilonia (Deuteronomio 8:15, 16).

23 Hay otro principio fundamental que los judíos deben tener presente con respecto a los actos salvadores de Jehová. Los que aman la justicia tal vez sufran a causa de sus pecados, pero no serán destruidos. Sin embargo, en el caso de los injustos será diferente. “No hay paz —ha dicho Jehová— para los inicuos.” (Isaías 48:22.) Los pecadores impenitentes no recibirán la paz que Dios ha reservado para quienes lo aman. Los actos de salvación no están destinados a los malvados incorregibles ni los incrédulos, sino solo a los que tienen fe (Tito 1:15, 16; Revelación 22:14, 15). La paz de Dios no es posesión de los inicuos.

24 En el año 537 a.E.C., los israelitas fieles se alegraron muchísimo cuando pudieron salir de Babilonia. De igual modo, en 1919, los siervos de Dios se regocijaron al ser liberados del cautiverio babilónico (Revelación 11:11, 12). Llenos de esperanza, se valieron de la oportunidad para ampliar sus actividades. Es cierto que aquel pequeño grupo de cristianos necesitó valor para aprovechar las posibilidades que se les abrían de predicar las buenas nuevas en un mundo hostil, pero, con la ayuda de Jehová, pusieron manos a la obra. Y la historia da testimonio de que él los bendijo.

25 Esta sección del libro profético de Isaías pone de relieve que Jehová nos enseña para nuestro beneficio. Es esencial, pues, que prestemos cuidadosa atención a Sus justos decretos (Revelación 15:2-4). Tener siempre presente que es un Dios de sabiduría y amor nos ayudará a actuar en armonía con lo que él dice que debe hacerse. Todos sus mandamientos son, efectivamente, para nuestro bien (Isaías 48:17, 18).

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Capítulo 49

*** ip-2 cap. 10 págs. 136-151 “Tiempo de buena voluntad” *** Capítulo 10 “Tiempo de buena voluntad”

Isaías 49:1-26 LOS seres humanos fieles han contado

desde antiguo con la aprobación y la protección divinas. Sin embargo, no todo el mundo es objeto de la buena voluntad de Jehová; tan incomparable bendición se reserva a personas que cumplen ciertos requisitos. Entre ellas estuvo Isaías, a quien Jehová concedió su favor y utilizó para dar a conocer su voluntad. Hallamos un ejemplo de ello en la primera mitad del capítulo 49 del libro de Isaías.

2 Este pasaje profético se dirige a la prole de Abrahán, que en el cumplimiento inicial es la nación de Israel, la cual provino de dicho patriarca. No obstante, es obvio que buena parte de sus palabras inspiradas se refieren a la ansiada Descendencia de Abrahán, el Mesías prometido, así como a los hermanos espirituales de este, quienes llegan a ser integrantes de esa misma descendencia y del “Israel de Dios” (Gálatas 3:7, 16, 29; 6:16). En particular, esta sección de las profecías de Isaías se centra en la especial relación que une a Jehová con su amado Hijo, Jesucristo (Isaías 49:26). Nombrado y protegido por Jehová

3 El Mesías cuenta con la buena voluntad de Dios, es decir, con su aprobación. Jehová le confiere la autoridad y las credenciales necesarias para cumplir con su cometido. Es propio, pues, que el futuro Mesías proclame: “Escúchenme, oh islas, y presten atención, lejanos grupos nacionales. Jehová mismo me ha llamado hasta desde el vientre. Desde las entrañas de mi madre ha hecho mención de mi nombre” (Isaías 49:1).

4 El Mesías dirige sus palabras a pueblos “lejanos”, pues si bien es verdad que su llegada se ha prometido a los judíos, su ministerio servirá para bendecir a todas las naciones (Mateo 25:31-33). Aunque no tengan ningún pacto con Jehová, las “islas” y los

“grupos nacionales” deben escuchar al Mesías de Israel, ya que se le envía para salvar a toda la humanidad.

5 La profecía indica que Jehová dará nombre al Mesías antes de que nazca como hombre (Mateo 1:21; Lucas 1:31). Cuando aún falta mucho para ese acontecimiento, se le denomina “Maravilloso Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Isaías 9:6). Emmanuel, probablemente el nombre de un hijo de Isaías, también resulta ser una designación profética del Mesías (Isaías 7:14; Mateo 1:21-23). E incluso se predice antes de su nacimiento el nombre por el que será conocido: Jesús (Lucas 1:30, 31). Este vocablo procede del término hebreo que significa “Jehová Es Salvación”. Es patente que no se trata de un Cristo autoproclamado.

6 El Mesías continúa su mensaje profético: “Y procedió a hacer mi boca como una espada aguda. En la sombra de su mano me ha escondido. Y gradualmente hizo de mí una flecha pulida. Me ocultó en su propia aljaba” (Isaías 49:2). En el año 29 de nuestra era, cuando llega la hora de que el Mesías de Jehová inicie su ministerio terrestre, sus palabras y acciones realmente son como armas agudas y pulidas, capaces de penetrar en el corazón de sus oyentes (Lucas 4:31, 32). Por otra parte, provocan la ira del gran enemigo de Jehová, Satanás, y de sus agentes. El Diablo se propone asesinar a Jesús desde que este nace, pero él puede confiar en la protección de su Padre, como si fuera una flecha escondida en la misma aljaba de Dios (Salmo 91:1; Lucas 1:35). En el momento señalado entrega su vida en favor de la humanidad. Sin embargo, vendrá el día en que avanzará como poderoso guerrero celestial, armado, en un sentido muy distinto, con una espada aguda que saldrá de su boca y que en este caso representa su autoridad para dictar y ejecutar sentencia contra los enemigos de Jehová (Revelación [Apocalipsis] 1:16). La labor de los siervos de Dios no es en vano

7 Ahora es Jehová quien pronuncia esta declaración profética: “Tú eres mi siervo, oh

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Israel, tú aquel en quien mostraré mi hermosura” (Isaías 49:3). Jehová se refiere al pueblo de Israel y lo llama su siervo (Isaías 41:8). No obstante, el principal Siervo de Dios es Cristo (Hechos 3:13). Ninguna otra criatura refleja como él la “hermosura” divina. De modo que estas palabras, pese a dirigirse en sentido literal a Israel, tienen su verdadera aplicación en Jesús (Juan 14:9; Colosenses 1:15).

8 Pero ¿acaso no sufre Jesús el desprecio y el rechazo de la mayoría de su propio pueblo? Así es. La nación de Israel en general no lo recibe como el Siervo ungido de Dios (Juan 1:11). Sus contemporáneos quizá consideren de escaso valor, sí, insignificante, todo lo que él logra durante su vida en la Tierra. En alusión a este aparente fracaso en su ministerio, el Mesías dice: “Para nada he trabajado con afán. Para irrealidad y vanidad he agotado mi propio poder” (Isaías 49:4a). Tales afirmaciones no son fruto del desánimo, pues a continuación señala: “Verdaderamente mi juicio está con Jehová, y mi salario con mi Dios” (Isaías 49:4b). El juez de los logros del Mesías es Dios, no los hombres.

9 El objetivo primordial de Jesús es obtener la aprobación de Dios, su buena voluntad. El Mesías prosigue: “Ahora Jehová, Aquel que me formó desde el vientre como siervo que le pertenece, ha dicho que yo le traiga de vuelta a Jacob, a fin de que Israel mismo sea reunido a él. Y yo seré glorificado a los ojos de Jehová, y mi propio Dios se habrá hecho mi fuerza” (Isaías 49:5). El propósito de su venida es volver los corazones de los hijos de Israel a su Padre celestial. La mayoría no responde, pero algunos sí. Sin embargo, el verdadero salario del Mesías procede de Jehová Dios. Su éxito no se mide según criterios humanos, sino de acuerdo con las normas divinas.

10 Es posible que los discípulos de Jesús de hoy día se sientan a veces desalentados, como si se afanaran para nada. En algunos lugares, los resultados tal vez parezcan insignificantes en comparación con el trabajo y esfuerzo invertido. Aun así perseveran en la obra, animados por el

ejemplo de Jesús y fortalecidos con esta exhortación del apóstol Pablo: “Por consiguiente, amados hermanos míos, háganse constantes, inmovibles, siempre teniendo mucho que hacer en la obra del Señor, sabiendo que su labor no es en vano en lo relacionado con el Señor” (1 Corintios 15:58). “Luz a las naciones”

11 En esta profecía, Jehová conforta al Mesías recordándole que ser el Siervo de Dios no es un “asunto trivial”. Jesús va a “levantar las tribus de Jacob y [...] traer de vuelta aun a los salvaguardados de Israel”. Además, Jehová le explica: “Yo también te he dado por luz a las naciones, para que mi salvación llegue hasta la extremidad de la tierra” (Isaías 49:6). Puesto que el ministerio terrestre de Jesús se limita a Israel, ¿cómo es posible que ilumine a los pueblos “hasta la extremidad de la tierra”?

12 La Biblia muestra que la “luz [de Dios] a las naciones” no se apagaría una vez que Jesús abandonara la escena terrestre. Unos quince años después de la muerte del Mesías, los misioneros Pablo y Bernabé aplicaron la profecía de Isaías 49:6 a los discípulos y hermanos espirituales de Cristo, pues dijeron: “Jehová nos ha impuesto el mandamiento con estas palabras: ‘Te he nombrado como luz de naciones, para que seas una salvación hasta la extremidad de la tierra’” (Hechos 13:47). Antes de morir, Pablo pudo afirmar que las buenas nuevas de salvación no solo se habían proclamado a los judíos, sino a “toda la creación que está bajo el cielo” (Colosenses 1:6, 23). En nuestros días, el resto de hermanos ungidos de Cristo sigue efectuando esta obra. Con el respaldo de “una gran muchedumbre” de millones de personas, constituye una “luz a las naciones” en más de doscientos treinta países (Revelación 7:9).

13 Jehová ha demostrado sin lugar a dudas que es la fuente de fortaleza de su Siervo el Mesías, así como de los hermanos ungidos de este y de la gran muchedumbre que, junto con ellos, sigue predicando las buenas nuevas. Cierto es que, al igual que Jesús, sus discípulos han sido objeto de desdén y

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oposición (Juan 15:20). Al debido tiempo, sin embargo, Jehová siempre provoca un cambio de circunstancias a fin de rescatar y recompensar a sus siervos leales. Respecto al Mesías, “despreciado de alma” y “detestado por la nación”, el Creador promete: “Reyes mismos verán y ciertamente se levantarán, y príncipes, y se inclinarán, a causa de Jehová, quien es fiel, el Santo de Israel, quien te escoge” (Isaías 49:7).

14 El apóstol Pablo escribió más tarde a los cristianos de Filipos en cuanto al predicho cambio de circunstancias. Dijo que se había humillado a Jesús en un madero de tormento, pero que luego Dios lo había ensalzado. Jehová elevó a su Siervo a “un puesto superior y bondadosamente le dio el nombre que está por encima de todo otro nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla” (Filipenses 2:8-11). Los fieles discípulos de Cristo están avisados de que a ellos también los perseguirán, pero, como el Mesías, tienen garantizada la buena voluntad de Jehová (Mateo 5:10-12; 24:9-13; Marcos 10:29, 30). “El tiempo especialmente acepto”

15 La profecía de Isaías continúa con una declaración de gran trascendencia. Jehová le dice al Mesías: “En un tiempo de buena voluntad te he respondido, y en día de salvación te he ayudado; y seguí salvaguardándote para darte como pacto para el pueblo” (Isaías 49:8a). En el Salmo 69:13-18 hallamos una predicción similar. En vez de “tiempo de buena voluntad”, el salmista lo llama “tiempo acepto”. Tales expresiones denotan que Jehová ofrece su buena voluntad y protección, pero solo durante un período específico.

16 ¿Cuándo transcurre ese tiempo de buena voluntad? En un principio, estas palabras eran parte de una profecía de restauración que predijo el retorno de los judíos exiliados. La nación de Israel disfrutó de una época de buena voluntad cuando se le permitió “rehabilitar la tierra” y recuperar sus “posesiones hereditarias desoladas” (Isaías 49:8b). Dejaron de ser “prisioneros” en Babilonia. En el viaje de regreso a casa, Jehová se encargó de que no padecieran

“hambre” ni “sed”, y de que no los consumiera ningún “calor abrasador ni sol”. Los israelitas dispersos se reunieron en su tierra natal procedentes “de lejos, [...] del norte y del oeste” (Isaías 49:9-12). La Biblia indica que este espectacular cumplimiento inicial de la profecía no sería el único.

17 En primer lugar, con ocasión del nacimiento de Jesús, los ángeles proclamaron la paz y la buena voluntad —es decir, el favor— de Dios para con los hombres (Lucas 2:13, 14). Dicha buena voluntad no se ofreció a la humanidad en general, sino solo a quienes ejercieran fe en Jesús. Posteriormente, este leyó en público la profecía de Isaías 61:1, 2 y la aplicó a sí mismo en calidad de proclamador del “año acepto de Jehová” (Lucas 4:17-21). El apóstol Pablo dijo que Dios protegió de un modo especial a Cristo “en los días de su carne” (Hebreos 5:7-9). De modo que este tiempo de buena voluntad corresponde al de la vida humana de Jesús, durante la cual disfrutó del favor divino.

18 Sin embargo, la profecía tiene aún otro cumplimiento. Tras citar el pasaje de Isaías referente al tiempo de buena voluntad, Pablo pasó a decir: “¡Miren! Ahora es el tiempo especialmente acepto. ¡Miren! Ahora es el día de salvación” (2 Corintios 6:2). El apóstol escribió estas declaraciones veintidós años después de la muerte de Jesús. Parece, pues, que en Pentecostés de 33 E.C., cuando nació la congregación cristiana, Jehová prolongó su año de buena voluntad para que alcanzara a los seguidores ungidos de Cristo.

19 ¿Qué puede decirse de los discípulos de Jesús actuales que no han sido ungidos para heredar el Reino celestial de Dios? ¿Se benefician de este tiempo acepto ellos, que abrigan una esperanza terrestre? Así es. El libro bíblico de Revelación indica que vivimos en un tiempo de buena voluntad para con la gran muchedumbre, la cual “[saldrá] de la gran tribulación” y disfrutará de la vida en un paraíso terrestre (Revelación 7:13-17). Por tanto, todos los cristianos pueden aprovechar este período limitado en el que Jehová ofrece su buena voluntad a los seres humanos imperfectos.

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20 Justo antes de proclamar el tiempo acepto de Jehová, el apóstol Pablo da una advertencia. Suplica a los cristianos que “no acepten la bondad inmerecida de Dios y dejen de cumplir su propósito” (2 Corintios 6:1). Por consiguiente, los discípulos de Jesús se valen de toda oportunidad para agradar a Dios y efectuar Su voluntad (Efesios 5:15, 16). Hacen bien en seguir este firme consejo de Pablo: “Cuidado, hermanos, por temor de que alguna vez se desarrolle en alguno de ustedes un corazón inicuo y falto de fe al alejarse del Dios vivo; pero sigan exhortándose los unos a los otros cada día, mientras pueda llamársele ‘Hoy’, por temor de que alguno de ustedes se deje endurecer por el poder engañoso del pecado” (Hebreos 3:12, 13).

21 Una vez que concluyen las expresiones proféticas entre Jehová y su Mesías, Isaías declara con júbilo: “Den un grito gozoso, cielos, y regocíjate, tierra. Alégrense las montañas con un clamor gozoso. Porque Jehová ha consolado a su pueblo, y muestra piedad a sus propios afligidos” (Isaías 49:13). Qué hermosas palabras de consuelo para los israelitas de la antigüedad y el gran Siervo de Jehová, Jesucristo, así como para los siervos ungidos de Dios y las “otras ovejas” que los acompañan (Juan 10:16). Jehová no olvida a su pueblo

22 Isaías transmite ahora varias declaraciones formales de Jehová, quien predice la tendencia de los israelitas exiliados a cansarse y perder la esperanza: “Sión siguió diciendo: ‘Jehová me ha dejado, y Jehová mismo se ha olvidado de mí’” (Isaías 49:14). ¿Es cierto lo que afirman? ¿Ha abandonado y olvidado a su pueblo Jehová? Por medio de Isaías, el Creador pasa a decirles: “¿Puede una esposa olvidarse de su niño de pecho, de modo que no tenga piedad al hijo de su vientre? Hasta estas mujeres pueden olvidar; no obstante, yo mismo no me olvidaré de ti” (Isaías 49:15). ¡Qué amorosa respuesta! Dios siente por su pueblo un amor más intenso que el de una madre por su hijo. Nunca deja de pensar en sus leales, pues los recuerda como si tuviera sus nombres grabados en las manos: “¡Mira!

Sobre las palmas de mis manos te he grabado. Tus muros están enfrente de mí constantemente” (Isaías 49:16).

23 En su carta a los Gálatas, el apóstol Pablo exhortó a los cristianos: “No desistamos de hacer lo que es excelente, porque al debido tiempo segaremos si no nos cansamos” (Gálatas 6:9). Y a los hebreos les escribió estas alentadoras palabras: “Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre” (Hebreos 6:10). Nunca pensemos que Jehová se ha olvidado de su pueblo. Al igual que la antigua Sión, los cristianos tienen sobrada razón para regocijarse y esperar en Jehová con paciencia, pues él cumple sin falta los términos y promesas de su pacto.

24 Jehová brinda más consuelo mediante Isaías. Quienes “demolieron [Sión]”, fueran los babilonios o los judíos apóstatas, ya no suponen una amenaza. Los “hijos” de Sión, es decir, los judíos exiliados que permanecen leales a Jehová, “se han apresurado”. Todos serán “juntados”. Tras su veloz regreso a Jerusalén, su ciudad capital se adornará con ellos, tal como “una novia” se viste “con adornos” (Isaías 49:17, 18). Dado que sus lugares han sido “devastados”, podemos imaginar el asombro de Sión cuando de repente se vea tan poblada que el recinto habitable parezca abarrotado (léase Isaías 49:19, 20). Naturalmente, preguntará de dónde vienen esos hijos: “De seguro dirás en tu corazón: ‘¿Quién ha llegado a ser padre de estos para mí, puesto que soy una mujer privada de hijos y estéril, llevada al destierro y tomada prisionera? En cuanto a estos, ¿quién los ha criado? ¡Mira! Yo misma había quedado sola. Estos... ¿dónde han estado?’” (Isaías 49:21). Sión, en otro tiempo estéril, rebosará entonces de felicidad.

25 Esta profecía tiene un cumplimiento moderno. En los difíciles años de la I Guerra Mundial, el Israel espiritual atravesó un período de desolación y cautiverio. Sin embargo, fue restaurado y colocado en un paraíso espiritual (Isaías 35:1-10). Al igual que la ciudad devastada de la que habló Isaías, se llenó de alegría al verse, por así decirlo,

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atestado de adoradores de Jehová activos y dichosos. “Como señal enhiesta para los pueblos”

26 Jehová traslada proféticamente a Isaías al momento en que liberará de Babilonia a Su pueblo. ¿Recibirán los israelitas alguna guía de parte de Dios? El Creador responde: “¡Mira! Levantaré mi mano hasta a las naciones, y a los pueblos alzaré mi señal enhiesta. Y traerán a tus hijos en el seno, y sobre el hombro llevarán a tus propias hijas” (Isaías 49:22). En el cumplimiento inicial, la que fue sede del gobierno y emplazamiento del templo de Jehová, Jerusalén, se convierte en Su “señal enhiesta”. Incluso extranjeros prominentes y poderosos, como “reyes” y “princesas”, ayudarán a los israelitas en el viaje de regreso a la ciudad (Isaías 49:23a). Los monarcas persas Ciro y Artajerjes Longimano, junto con los miembros de su corte, son ejemplos de ello (Esdras 5:13; 7:11-26). Además, este pasaje de Isaías tiene aún otro cumplimiento.

27 Isaías 11:10 habla de una “señal enhiesta para los pueblos”, y el apóstol Pablo aplicó esta expresión a Cristo (Romanos 15:8-12). Por tanto, en el cumplimiento mayor, Jesús y los ungidos con espíritu que con él gobiernan constituyen la “señal enhiesta” de Jehová a la que afluyen las naciones (Revelación 14:1). A su debido tiempo, todos los pueblos de la Tierra, incluidas las actuales clases dirigentes, tendrán que inclinarse ante el gobierno del Mesías (Salmo 2:10, 11; Daniel 2:44). ¿Qué se logrará con ello? Dice Jehová: “Tendrás que saber que yo soy Jehová, de quien no quedarán avergonzados los que esperan en mí” (Isaías 49:23b). “Ahora está más cerca nuestra salvación”

28 Es posible que algunos de los exiliados en Babilonia duden de que Israel en realidad vaya a ser liberado. Con esto presente, Jehová pregunta: “¿Pueden los que ya han sido tomados ser tomados de un hombre poderoso mismo, o puede el cuerpo de cautivos del tirano efectuar su escape?” (Isaías 49:24). La respuesta es afirmativa, pues Jehová les asegura: “Hasta el cuerpo de cautivos del poderoso será quitado, y

los que ya han sido tomados por el tirano mismo efectuarán su escape” (Isaías 49:25a). ¡Qué reconfortante garantía! Y por si fuera poco, la buena voluntad de Dios para con su pueblo va acompañada del firme compromiso de protegerlo. En términos muy claros, Él señala: “Contra cualquiera que contienda contra ti yo mismo contenderé, y a tus propios hijos yo mismo salvaré” (Isaías 49:25b). Este compromiso aún sigue en pie. En Zacarías 2:8, Jehová le dice a su nación: “El que los toca a ustedes está tocando el globo de mi ojo”. Aunque es cierto que ahora disfrutamos de un tiempo de buena voluntad, en el que los pueblos de toda la Tierra disponen de la oportunidad de afluir a la Sión espiritual, tal período llegará a su fin.

29 ¿Qué será de los que se empeñan en desobedecer a Jehová y hasta persiguen a quienes lo adoran? Dios mismo señala: “Haré que los que te maltratan coman su propia carne; y como con el vino dulce se emborracharán con su propia sangre” (Isaías 49:26a). ¡Qué sombrío porvenir! Tales adversarios obstinados carecen de futuro a largo plazo, pues serán destruidos. De modo que a Jehová se le considerará el Salvador, tanto por librar a su pueblo como por acabar con los enemigos de este. “Toda carne tendrá que saber que yo, Jehová, soy tu Salvador y tu Recomprador, el Poderoso de Jacob.” (Isaías 49:26b.)

30 Estas promesas tuvieron un primer cumplimiento cuando Jehová se valió de Ciro para emancipar a Israel del yugo de Babilonia. También se hicieron realidad en 1919, año en que, de modo similar, Jehová utilizó a su Hijo entronizado, Jesucristo, para liberar a Su pueblo del cautiverio espiritual. Por esta razón, la Biblia califica de salvadores tanto a Jehová como a Jesucristo (Tito 2:11-13; 3:4-6). Jehová es nuestro Salvador, y Jesús, el Mesías, su “Agente Principal” (Hechos 5:31). Verdaderamente, los actos de salvación que Dios ejecuta a través de Jesucristo son maravillosos. Mediante las buenas nuevas, libera a las personas rectas de las cadenas de la religión falsa. En virtud del sacrificio redentor, los libra de la dominación del pecado

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y la muerte. En 1919, salvó a los hermanos de Jesús de la esclavitud espiritual. Y en la cercana guerra de Armagedón, salvará a una gran muchedumbre de seres humanos fieles de la destrucción que les sobrevendrá a los pecadores.

31 El privilegio de ser objeto de la buena voluntad de Dios es inestimable. Utilicemos con sabiduría este tiempo acepto y actuemos en consonancia con la urgencia de nuestros días, prestando atención a lo que Pablo escribió a los romanos: “Ustedes conocen el tiempo, que ya es hora de que despierten del sueño, porque ahora está más cerca nuestra salvación que cuando nos hicimos creyentes. La noche está muy avanzada; el día se ha acercado. Por lo tanto, quitémonos las obras que pertenecen a la oscuridad y vistámonos las armas de la luz. Como de día, andemos decentemente, no en diversiones estrepitosas y borracheras, no en coito ilícito y conducta relajada, no en contienda y celos. Antes bien, vístanse del Señor Jesucristo, y no estén haciendo planes con anticipación para los deseos de la carne” (Romanos 13:11-14).

32 Jehová seguirá favoreciendo a quienes obedecen sus consejos. Les dará la fuerza y las facultades necesarias para llevar a cabo la predicación de las buenas nuevas (2 Corintios 4:7). Utilizará a sus siervos del mismo modo que a su Caudillo Jesús, haciendo que su boca sea “como una espada aguda”, para que puedan llegar al corazón de los mansos con su mensaje (Mateo 28:19, 20). Protegerá a sus siervos “en la sombra de su mano”. Los ocultará “en su propia aljaba” como “una flecha pulida”. Ciertamente, Jehová nunca abandonará a su pueblo (Salmo 94:14; Isaías 49:2, 15).

Capítulo 50

*** ip-2 cap. 11 págs. 152-164 “No cifren su confianza en nobles” *** Capítulo 11 “No cifren su confianza en nobles”

Isaías 50:1-11 “NO CIFREN su confianza en nobles, ni en el

hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna. [...] Feliz es el que tiene al Dios de Jacob por ayuda suya, cuya esperanza está en Jehová su Dios, el Hacedor del cielo y de la tierra.”

(Salmo 146:3-6.) ¡Ojalá los judíos contemporáneos de Isaías siguieran el consejo del salmista! ¡Ojalá cifraran su confianza en el “Dios de Jacob”, y no en Egipto o cualquier otra nación pagana! Entonces Jehová los protegería del ataque de sus enemigos. Sin embargo, puesto que se han negado a recurrir a su Dios, él permitirá la destrucción de Jerusalén y la deportación de los habitantes de Judá a Babilonia.

2 Judá no puede culpar a nadie más que a sí misma, ni afirmar que su destrucción se deba a que Jehová la haya traicionado o haya faltado a su alianza con la nación. El Creador no viola los pactos que establece (Jeremías 31:32; Daniel 9:27; Revelación [Apocalipsis] 15:4). Subrayando este hecho, pregunta a los judíos: “¿Dónde, pues, está el certificado de divorcio de la madre de ustedes, a la cual yo despedí?” (Isaías 50:1a). La Ley mosaica estipula que el hombre que se divorcie le dé un certificado a su esposa, lo que la deja libre para volver a casarse (Deuteronomio 24:1, 2). En sentido figurado, Jehová no ha extendido tal documento a Judá, sino solo a la hermana de esta, el reino de Israel. Por lo tanto, todavía es su “dueño marital” (Jeremías 3:8, 14). Judá no está libre, ni mucho menos, para comprometerse con naciones paganas. Dios mantendrá su relación con ella “hasta que venga Siló”, el Mesías (Génesis 49:10).

3 Jehová también pregunta a los habitantes de Judá: “¿O cuál de mis acreedores es aquel a quien los he vendido?” (Isaías 50:1b). Los judíos no partirán al cautiverio en Babilonia para pagar una deuda que Jehová haya contraído, como si él se asemejara a un israelita pobre que tuviese que vender sus hijos a algún acreedor para saldar las cuentas (Éxodo 21:7). Jehová indica la verdadera razón por la que su pueblo acabará esclavizado: “¡Miren! A causa de sus propios errores han sido vendidos, y a causa de las propias transgresiones de ustedes su madre ha sido despedida” (Isaías 50:1c). Son los judíos quienes han dejado a Dios, y no al revés.

4 La siguiente pregunta de Jehová pone de manifiesto el amor que siente por su nación: “¿Por qué, cuando vine, no hubo nadie? ¿Cuando llamé, no hubo quien respondiera?” (Isaías 50:2a). Mediante sus siervos los profetas, Jehová, por así decirlo, ha ido a la casa de Su pueblo para rogarle que se vuelva a él de todo corazón, pero solo ha obtenido el silencio por respuesta. Los judíos prefieren acudir al hombre terrestre en busca de ayuda, sí, en ocasiones al propio Egipto (Isaías 30:2; 31:1-3; Jeremías 37:5-7).

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5 ¿Es Egipto un salvador más confiable que Jehová? Los judíos infieles parecen haber olvidado los acontecimientos que condujeron al nacimiento de su nación siglos atrás. Jehová les pregunta: “¿Se ha acortado verdaderamente tanto mi mano que no pueda redimir, o no hay en mí poder para librar? ¡Miren! Con mi reprensión seco el mar; hago de los ríos un desierto. Hieden sus peces por no haber agua, y mueren a causa de sed. Yo visto los cielos de lobreguez, y hago que el saco mismo sea su cobertura” (Isaías 50:2b, 3).

6 En 1513 a.E.C., Egipto era el opresor del pueblo de Dios, no su ansiado libertador. Los israelitas vivían esclavizados en aquella nación pagana. Pero Jehová los liberó, y lo hizo de forma impresionante. Primero envió diez plagas contra aquella tierra, y después de la décima, especialmente desoladora, el Faraón rogó a los israelitas que salieran del país (Éxodo 7:14–12:31). Sin embargo, poco después de que partieron, él cambió de idea, de modo que reunió a sus tropas y se dispuso a hacerlos regresar (Éxodo 14:5-9). Con las huestes egipcias detrás y el mar Rojo delante, los israelitas estaban atrapados, pero Dios acudió en su ayuda y luchó por ellos.

7 Jehová frenó en seco a los perseguidores interponiendo una columna de nube entre ellos y los israelitas. Por el lado de la masa nubosa donde estaban los egipcios había oscuridad, mientras que por el otro, luz (Éxodo 14:20). A continuación, con el ejército de Faraón a raya, “empezó a hacer que el mar se retirara por un fuerte viento del este durante toda la noche, y que la cuenca del mar se convirtiera en suelo seco” (Éxodo 14:21). Una vez dividido el mar Rojo, toda la nación —hombres, mujeres y niños— pudo cruzarlo para ponerse a salvo, y cuando casi había alcanzado la orilla opuesta, Jehová retiró la nube. Los egipcios se lanzaron en loca persecución por el lecho marino, y cuando el pueblo ya estaba a salvo en la ribera, Dios soltó las aguas, ahogando a Faraón y su ejército. Así luchó Jehová por su pueblo. ¡Qué estímulo para los cristianos de la actualidad! (Éxodo 14:23-28.)

8 Para la época de Isaías han transcurrido setecientos años desde aquella victoria divina. Judá es ahora una nación por derecho propio. A veces entabla negociaciones diplomáticas con gobiernos extranjeros, como Asiria y Egipto, pero los dirigentes de esas potencias paganas no son de fiar, pues siempre anteponen sus intereses a cualquier acuerdo al que hayan llegado con Judá. Hablando en nombre de Jehová, los profetas

advierten al pueblo que no confíe en tales hombres, pero este desoye las amonestaciones. Los judíos acabarán desterrados en Babilonia, donde serán esclavos durante setenta años (Jeremías 25:11). Sin embargo, Jehová no los olvidará ni los abandonará para siempre. A su tiempo se acordará de ellos y les abrirá el camino de regreso a su tierra para que restauren la adoración pura. ¿Con qué propósito? Con el de prepararse para la llegada de Siló, a quien pertenecerá la obediencia de todos los pueblos. La llegada de Siló

9 Pasan los siglos y se cumple “el límite cabal del tiempo” para que se presente en la escena terrestre el llamado Siló, nuestro Señor Jesucristo (Gálatas 4:4; Hebreos 1:1, 2). Al designar a su allegado más íntimo como Portavoz ante los judíos, Jehová demuestra cuánto ama a Su pueblo. ¿Y qué clase de vocero es Jesús? El mejor, pues además es un maestro, sí, el Gran Maestro. No es de extrañar, pues tiene un Instructor sublime, el propio Jehová Dios (Juan 5:30; 6:45; 7:15, 16, 46; 8:26). Las palabras proféticas que Jesús pronuncia mediante Isaías confirman este hecho: “El Señor Soberano Jehová mismo me ha dado la lengua de los enseñados, para que sepa responder al cansado con una palabra. Él despierta mañana a mañana; me despierta el oído para que oiga como los enseñados” (Isaías 50:4).

10 Antes de venir a la Tierra, Jesús trabajó al lado de su Padre en los cielos. Proverbios 8:30 alude poéticamente a la afectuosa relación que existe entre el Padre y el Hijo: “Llegué a estar [...] [al lado de Jehová] como un obrero maestro, [...] y estuve alegre delante de él todo el tiempo”. Jesús, quien sentía profundo gozo al escuchar a su Padre, compartía Su amor por “los hijos de los hombres” (Proverbios 8:31). Ya en la Tierra, responde “al cansado con una palabra”. Comienza su ministerio leyendo un alentador pasaje de la profecía de Isaías: “El espíritu de Jehová está sobre mí, porque él me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, [...] para despachar a los quebrantados con una liberación” (Lucas 4:18; Isaías 61:1). ¡Buenas nuevas para los pobres! ¡Alivio para los cansados! Esta proclamación debería entusiasmar a todos los judíos, pero solo unos pocos se regocijan. Al final, la mayoría se niega a aceptar las credenciales de Jesús que prueban que Jehová le ha enseñado.

11 Hay, sin embargo, quienes desean aprender más y aceptan con gusto la afectuosa invitación de Jesús: “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen sobre

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sí mi yugo y aprendan de mí, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas” (Mateo 11:28, 29). Entre los que se acercan a él, se encuentran sus futuros apóstoles, quienes saben que aceptar el yugo de Jesús supone trabajar arduamente. Implica, entre otras cosas, predicar las buenas nuevas del Reino hasta los confines de la Tierra (Mateo 24:14). Al entregarse a esta labor, tanto ellos como los demás discípulos comprueban que de verdad les refresca el alma. Los cristianos fieles de hoy llevan a cabo esa misma obra y hallan un gozo similar. No es rebelde

12 Jesús no olvida que el propósito de su venida a la Tierra es cumplir la voluntad divina. Las Escrituras predicen cuál sería su actitud: “El Señor Soberano Jehová mismo me ha abierto el oído, y yo, por mi parte, no fui rebelde. No me volví en la dirección opuesta” (Isaías 50:5). Siempre obedece a Dios, y, de hecho, llega a decir: “El Hijo no puede hacer ni una sola cosa por su propia iniciativa, sino únicamente lo que ve hacer al Padre” (Juan 5:19). Tras su existencia prehumana, en la que ha colaborado con Él tal vez durante miles de millones de años, viene a la Tierra y sigue acatando Sus directrices. Cuánto más nosotros, discípulos imperfectos de Cristo, debemos cuidar de hacer lo que Jehová manda.

13 Algunos de los que rechazan al Hijo unigénito de Jehová lo persiguen, como también se predijo: “Mi espalda di a los golpeadores, y mis mejillas a los que mesaban el pelo. Mi rostro no oculté de cosas humilladoras ni del esputo” (Isaías 50:6). Según la profecía, el Mesías sufrirá dolor y humillación a manos de sus adversarios. Jesús lo sabe, y también sabe el punto al que llegará la persecución. Aun así, no se muestra atemorizado cuando se le acaba el tiempo en la Tierra. Con una determinación tan firme como el duro pedernal se dirige a Jerusalén, donde concluirá su vida humana. En el trayecto anuncia a sus discípulos: “Aquí estamos, subiendo hacia Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sacerdotes principales y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a hombres de las naciones, y se burlarán de él y le escupirán y lo azotarán y lo matarán, pero tres días después se levantará” (Marcos 10:33, 34). Todas estas vejaciones las instigarán quienes deberían ser los más informados: los principales sacerdotes y los escribas.

14 La noche del 14 de Nisán del año 33 de nuestra era, Jesús se encuentra en el jardín de Getsemaní con varios discípulos suyos. De

repente, mientras ora a Dios, una turba se presenta y se lo lleva preso. Pero él no siente miedo, pues sabe que cuenta con el apoyo de Jehová. A sus aterrorizados apóstoles les garantiza que, si quisiera, podría apelar a su Padre para que enviara más de doce legiones de ángeles a rescatarlo, pero añade: “En tal caso, ¿cómo se cumplirían las Escrituras[?]” (Mateo 26:36, 47, 53, 54).

15 Todas las predicciones relativas a las pruebas y la muerte del Mesías llegan a cumplirse. Tras el amañado juicio a que lo somete el Sanedrín, Poncio Pilato lo interroga y lo manda azotar. En cumplimiento de las palabras de Isaías, los soldados romanos ‘le dan en la cabeza con una caña y le escupen’ (Marcos 14:65; 15:19; Mateo 26:67, 68). Aunque la Biblia no lo mencione, sin duda le arrancan literalmente pelos de la barba —gesto que denota desprecio extremo—, tal como había predicho Isaías (Nehemías 13:25).

16 Frente a Pilato, Jesús no suplica que le perdone la vida, sino que mantiene una serena dignidad, consciente de que debe morir para que se cumplan las Escrituras. Cuando el gobernador romano le dice que sus atribuciones le permiten condenarlo a muerte o ponerlo en libertad, él replica sin temor: “No tendrías autoridad alguna contra mí a menos que te hubiera sido concedida de arriba” (Juan 19:11). Los soldados de Pilato le dispensan un trato inhumano, pero no consiguen avergonzarlo. ¿Por qué debería sentir vergüenza? No está recibiendo el justo castigo por alguna transgresión, sino que sufre por causa de la justicia. En este particular, se cumplen las palabras proféticas de Isaías: “El Señor Soberano Jehová mismo me ayudará. Por eso no tendré que sentirme humillado. Por eso he puesto mi rostro como pedernal, y sé que no seré avergonzado” (Isaías 50:7).

17 La valentía de Jesús nace de su absoluta confianza en Jehová. Su comportamiento está en total consonancia con las palabras de Isaías: “Aquel que me declara justo está cerca. ¿Quién puede contender conmigo? Pongámonos de pie juntos. ¿Quién es mi antagonista judicial? Que se me acerque. ¡Miren! El Señor Soberano Jehová mismo me ayudará. ¿Quién hay que pueda pronunciarme inicuo? ¡Miren! Todos ellos, cual prenda de vestir, se gastarán. Una mera polilla se los comerá” (Isaías 50:8, 9). El día de su bautismo, Jehová lo declara justo como hijo espiritual suyo. De hecho, en aquella ocasión se oye la propia voz de Dios diciendo: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado” (Mateo 3:17).

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Ya cercano el fin de su vida en la Tierra, mientras ora de rodillas en el jardín de Getsemaní, ‘se le aparece un ángel del cielo y lo fortalece’ (Lucas 22:41-43). De modo que Jesús sabe que su Padre aprueba la trayectoria de su vida. Sí, este Hijo perfecto de Dios no ha cometido ningún pecado (1 Pedro 2:22). Sus enemigos lo acusan de ser infractor de las leyes sabáticas, borracho y endemoniado, pero tales calumnias no lo deshonran. Si Dios está con él, ¿quién puede oponérsele? (Lucas 7:34; Juan 5:18; 7:20; Romanos 8:31; Hebreos 12:3.)

18 Jesús advierte a sus discípulos: “Si ellos me han perseguido a mí, a ustedes también los perseguirán” (Juan 15:20). Los acontecimientos pronto le dan la razón. En Pentecostés de 33 E.C., el espíritu santo desciende sobre sus fieles seguidores y nace la congregación cristiana. Casi de inmediato, los caudillos religiosos intentan acabar con la predicación de estos hombres y mujeres leales, a quienes Dios ha adoptado como hijos espirituales y que ya forman parte, junto con Cristo, de la “descendencia de Abrahán” (Gálatas 3:26, 29; 4:5, 6). Desde el siglo primero hasta nuestros días, los cristianos ungidos se han mantenido firmes a favor de la justicia, por lo que han tenido que soportar la propaganda engañosa y la persecución enconada de los enemigos de Jesús.

19 No obstante, recuerdan las animadoras palabras de su Maestro: “Felices son ustedes cuando los vituperen y los persigan y mentirosamente digan toda suerte de cosa inicua contra ustedes por mi causa. Regocíjense y salten de gozo, puesto que grande es su galardón en los cielos” (Mateo 5:11, 12). Por consiguiente, aun bajo el ataque más feroz, tienen la cabeza bien alta. Al margen de lo que afirmen quienes se les oponen, saben que Dios los ha declarado justos y que a Sus ojos están “sin tacha y no expuestos a ninguna acusación” (Colosenses 1:21, 22).

20 En tiempos modernos, los cristianos ungidos cuentan con el apoyo de “una gran muchedumbre” de “otras ovejas”, personas que también defienden la justicia y que, por tanto, han sufrido junto con ellos y “han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”. Jehová las ha declarado justas con la perspectiva de sobrevivir a “la gran tribulación” (Revelación 7:9, 14, 15; Juan 10:16; Santiago 2:23). Por fuertes que ahora parezcan los adversarios, la profecía de Isaías declara que, en el momento que Dios estime oportuno, se asemejarán a una prenda de vestir comida por la polilla, que solo sirve para tirarla.

Entre tanto, los ungidos y las “otras ovejas” se mantienen firmes merced a su constancia en la oración, el estudio de la Palabra de Dios y la asistencia a las reuniones cristianas. De esta forma reciben la instrucción de Jehová y aprenden a hablar con la lengua de los enseñados. Confiemos en el nombre de Jehová

21 Notemos ahora un acusado contraste: “¿Quién entre ustedes teme a Jehová, escuchando la voz de su siervo, que ha andado en oscuridad continua y para quien no ha habido resplandor? Confíe él en el nombre de Jehová y apóyese en su Dios” (Isaías 50:10). Los que escuchan la voz de Jesucristo, el Siervo de Dios, andan en la luz (Juan 3:21). No solo emplean el nombre Jehová, sino que cifran su confianza en el Dios que así se llama. Incluso si en un tiempo anduvieron en la oscuridad, ahora se apoyan en Jehová y no sienten el temor al hombre, que atenaza a quienes se obstinan en seguir los caminos de las tinieblas. Tal es el caso de Poncio Pilato. Este funcionario romano sabe que Jesús es inocente de los falsos cargos que se le imputan, pero el miedo le impide liberarlo. Aunque sus soldados asesinan al Hijo de Dios, Jehová lo resucita y lo corona con gloria y honra. ¿Qué sucede con Pilato? Según el historiador judío Flavio Josefo, tan solo cuatro años después de la muerte de Jesús se le destituye de su cargo de gobernador y se le ordena regresar a Roma para responder a graves acusaciones. ¿Y qué es de los judíos que provocan la muerte de Jesús? No han transcurrido cuatro décadas cuando los ejércitos romanos destruyen Jerusalén y dan muerte a sus habitantes o los llevan cautivos. No hay resplandor que ilumine el porvenir de quienes prefieren la oscuridad (Juan 3:19).

22 La profecía de Isaías explica por qué es el colmo de la insensatez buscar la salvación en los hombres: “¡Miren! Todos ustedes los que están encendiendo un fuego, haciendo que las chispas brillen, anden a la luz de su fuego, y entre las chispas que han encendido. De mi mano ciertamente llegarán a tener esto: En verdadero dolor yacerán” (Isaías 50:11). Los dirigentes humanos vienen y van. Un líder con carisma tal vez cautive la imaginación de la gente durante algún tiempo, pero hasta el más sincero de los seres humanos se ve limitado en lo que puede lograr. En vez de prender un buen fuego, como esperan sus partidarios, quizá solo encienda unas cuantas “chispas” que iluminan y calientan un poco, pero que no tardan en apagarse. Por otro lado, quienes cifran su confianza en Siló, el Mesías

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que Dios ha prometido, nunca se verán decepcionados.

Capítulo 51

*** ip-2 cap. 12 págs. 165-179 Consuelo para el pueblo de Dios *** Capítulo 12 Consuelo para el pueblo de Dios

Isaías 51:1-23 SETENTA años —toda una vida— estará

cautiva en Babilonia la nación de Judá (Salmo 90:10; Jeremías 25:11; 29:10). La mayoría de los desterrados israelitas envejecerán y morirán allí. Podemos pensar en la humillación que sienten al oír los insultos y burlas de sus enemigos, así como en el oprobio que caerá sobre su Dios, Jehová, cuando yazca desolada por tanto tiempo la ciudad en la que puso Su nombre (Nehemías 1:9; Salmo 132:13; 137:1-3). Ya no existirá el amado templo que se llenó de la gloria divina cuando lo dedicó Salomón (2 Crónicas 7:1-3). Pese a estas funestas perspectivas, Jehová predice mediante Isaías una restauración (Isaías 43:14; 44:26-28). En el capítulo 51 de su libro hallamos más profecías que comunican consuelo y confianza.

2 A los habitantes de Judá que lo buscan de corazón, Jehová les dice: “Escúchenme, ustedes los que están siguiendo tras la justicia, ustedes los que están procurando hallar a Jehová” (Isaías 51:1a). Quienes ‘sigan tras la justicia’ —expresión que implica actuar— no se limitarán a afirmar que son siervos de Dios, sino que se afanarán por ser justos y hacer la voluntad divina (Salmo 34:15; Proverbios 21:21). Verán en Jehová la única Fuente de justicia, y ‘procurarán hallarlo’ (Salmo 11:7; 145:17). No es que hayan olvidado quién es, o cómo elevarle sus oraciones. Más bien, se esforzarán por acercarse a él, adorarlo, orarle y procurar su dirección en todos sus pasos.

3 Ahora bien, en Judá son relativamente pocos los que de verdad anhelan la justicia, y es posible que este hecho los desaliente. Por ello, Jehová los anima con la ilustración de una cantera: “Miren a la roca de la cual fueron labrados, y al hueco del hoyo del cual fueron excavados. Miren a Abrahán su padre y a Sara que gradualmente los dio a luz con dolores de parto. Porque él era uno solo cuando lo llamé, y procedí a bendecirlo y a hacer que fuera muchos” (Isaías 51:1b, 2). “La roca” de la que fueron labrados los judíos es Abrahán, personaje histórico del que se enorgullece la nación (Mateo 3:9; Juan 8:33, 39). Él es su progenitor, su antecesor humano.

El “hueco del hoyo” es Sara, de cuyo seno salió Isaac, antepasado de Israel.

4 Abrahán y Sara no tenían descendencia, y ya se les había pasado la edad fértil. Pese a ello, Jehová prometió bendecir al patriarca y “hacer que fuera muchos” (Génesis 17:1-6, 15-17). Dios restableció la capacidad reproductora de ambos, de modo que en la vejez engendraron un hijo, del cual descendió el pueblo del pacto divino. De este modo, hizo de aquel hombre el padre de una gran nación cuyos habitantes llegaron a ser innumerables, como las estrellas del cielo (Génesis 15:5; Hechos 7:5). Por consiguiente, si Dios pudo tomar a Abrahán de una región distante y convertirlo en una nación poderosa, de seguro podrá llevar a cabo su promesa de liberar a un resto fiel del cautiverio en Babilonia, devolverlo a su tierra natal y hacer que de nuevo sea una gran nación. Si en el caso de Abrahán cumplió su palabra, lo mismo ocurrirá en el de los judíos cautivos.

5 Es probable que la extracción de la cantera a la que alude Isaías 51:1, 2 tenga otra aplicación. Deuteronomio 32:18 llama a Jehová “la Roca” que engendró a Israel y “Aquel que [...] produjo [a la nación] con dolores de parto”. En esta última expresión, se emplea el mismo verbo hebreo que en Isaías 51:2 con respecto al alumbramiento de Israel por parte de Sara. Por tanto, Abrahán es un tipo profético de Jehová, el Abrahán Mayor. Su esposa, Sara, constituye una prefiguración idónea de la organización celestial de criaturas espirituales, a la que se representa en las Santas Escrituras con el símbolo de la esposa, o mujer, de Dios (Génesis 3:15; Revelación [Apocalipsis] 12:1, 5). En el cumplimiento final de estas palabras de Isaías, la nación que surge de “la roca” es “el Israel de Dios”, es decir, la congregación de cristianos ungidos por espíritu, que nació en Pentecostés del año 33 de nuestra era. Como ya se ha mostrado en capítulos anteriores, aquella nación atravesó una etapa de cautiverio babilónico en 1918, pero en 1919 fue restaurada a un estado de prosperidad espiritual (Gálatas 3:26-29; 4:28; 6:16).

6 El consuelo que Jehová brinda a Sión (es decir, a Jerusalén) no se limita a la promesa de producir una nación populosa, pues leemos: “Jehová ciertamente consolará a Sión. De seguro consolará todos sus lugares devastados, y hará que su desierto sea como Edén, y su llanura desértica como el jardín de Jehová. Alborozo y regocijo mismos se hallarán en ella, acción de gracias y la voz de

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melodía” (Isaías 51:3). En los setenta años de desolación, la tierra de Judá se tornará en un desierto plagado de espinos, zarzas y otros tipos de vegetación silvestre (Isaías 64:10; Jeremías 4:26; 9:10-12). Por tanto, además de repoblar Judá, la restauración también tendrá que abarcar la rehabilitación de la tierra, que se convertirá en un jardín edénico con fértiles campos y huertos. Dará la impresión de que el terreno se regocija, y en comparación con su aspecto desolado durante el exilio, será un paraíso. En sentido espiritual, el resto ungido del Israel de Dios entró en un paraíso así en 1919 (Isaías 11:6-9; 35:1-7). Razones para confiar en Jehová

7 Jehová reclama de nuevo el interés de sus oyentes: “Préstenme atención, oh pueblo mío; y grupo nacional mío, a mí presten oído. Porque de mí saldrá una ley misma, y haré que mi decisión judicial repose hasta como una luz para los pueblos. Mi justicia está cerca. Mi salvación ciertamente saldrá, y mis propios brazos juzgarán hasta a los pueblos. En mí esperarán las islas mismas, y aguardarán mi brazo” (Isaías 51:4, 5).

8 El requerimiento de Jehová de prestarle oído no es una simple invitación a oír su mensaje, sino a escucharlo con atención para actuar en consecuencia (Salmo 49:1; 78:1). La nación debe comprender que Jehová es la Fuente de la instrucción, justicia y salvación, la única que da iluminación espiritual (2 Corintios 4:6). En última instancia es el Juez de la humanidad, por lo que las leyes y decisiones judiciales que de él emanan son una luz para quienes se dejan guiar por ellas (Salmo 43:3; 119:105; Proverbios 6:23).

9 Lo antedicho no solo es aplicable al pueblo del pacto divino, sino también a las personas de buen corazón de todo lugar —hasta de las islas más remotas—, quienes no verán defraudada su confianza en Dios y en su capacidad de intervenir a favor de sus siervos fieles y salvarlos. El brazo de Jehová, su poder, nunca flaquea; nadie puede detenerlo (Isaías 40:10; Lucas 1:51, 52). Del mismo modo, la celosa predicación que realizan hoy día los miembros restantes del Israel de Dios ha inducido a millones de seres humanos, muchos de ellos de distantes territorios insulares, a volverse a Jehová y cifrar fe en él.

10 Jehová pasa a referirse a una verdad que el rey Nabucodonosor tendrá que aprender: nada hay en Tierra y cielo que impida a Dios hacer Su voluntad (Daniel 4:34, 35). Leemos: “Levanten los ojos a los cielos mismos, y miren a la tierra abajo. Porque los mismísimos cielos tienen que

dispersarse en fragmentos justamente como humo, y cual prenda de vestir la tierra misma se gastará, y sus habitantes mismos morirán como un sencillo jején. Pero en cuanto a mi salvación, resultará ser aun hasta tiempo indefinido, y mi propia justicia no será destrozada” (Isaías 51:6). Aunque permitir el regreso de los cautivos a su tierra sea contrario a lo que los monarcas caldeos tienen por norma, nada evitará que Jehová salve a su pueblo (Isaías 14:16, 17). “Los cielos” —los poderes gobernantes— de Babilonia sufrirán el quebranto de la derrota, y “la tierra” —sus súbditos— se extinguirá de modo gradual. En efecto: ni siquiera la mayor potencia de la época puede oponerse al poderío de Jehová o truncar sus actos salvadores.

11 A los cristianos de hoy los reconforta saber que estas palabras proféticas se cumplieron en su totalidad. ¿Por qué? Porque el apóstol Pedro empleó expresiones similares respecto a un acontecimiento todavía futuro. Habló del inminente día de Jehová, “por el cual los cielos, estando encendidos, serán disueltos, y los elementos, estando intensamente calientes, se derretirán”. Luego añadió: “Hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en estos la justicia habrá de morar” (2 Pedro 3:12, 13; Isaías 34:4; Revelación 6:12-14). Aunque las naciones poderosas y sus dirigentes encumbrados como estrellas desafíen a Jehová, cuando él lo decida los aniquilará, aplastándolos como a un simple jején (Salmo 2:1-9). Un único gobierno, el justo gobierno de Dios, regirá para siempre a una justa sociedad humana (Daniel 2:44; Revelación 21:1-4).

12 A continuación, Jehová se dirige a “los que están siguiendo tras la justicia” para decirles: “Escúchenme, ustedes, los que conocen la justicia, el pueblo en cuyo corazón está mi ley. No tengan miedo al oprobio de los hombres mortales, y no se sobrecojan de terror simplemente a causa de sus palabras injuriosas. Porque la polilla se los comerá precisamente como si fueran una prenda de vestir, y la polilla de la ropa se los comerá tal como si fueran lana. Pero en cuanto a mi justicia, resultará ser aun hasta tiempo indefinido, y mi salvación hasta generaciones incontables” (Isaías 51:7, 8). A quienes confían en Jehová, su postura valerosa les acarreará deshonra y oprobio de parte de sus adversarios, pero no deben asustarse, pues estos son simples mortales que serán ‘comidos’ como una prenda de lana atacada por la polilla. Al igual que los judíos

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fieles de la antigüedad, los cristianos verdaderos actuales no tienen razón para temer a sus antagonistas. Jehová, el Dios eterno, es su salvación (Salmo 37:1, 2). En realidad, los insultos de los enemigos del Creador son prueba de que el pueblo de Jehová cuenta con Su espíritu (Mateo 5:11, 12; 10:24-31).

13 Como si llamara a Jehová para que actúe a favor de Su pueblo cautivo, Isaías dice: “¡Despierta, despierta, vístete de fuerza, oh brazo de Jehová! Despierta como en los días de mucho tiempo atrás, como durante las generaciones de tiempos del pasado remoto. ¿No eres tú el que hizo pedazos a Rahab, el que traspasó al monstruo marino? ¿No eres tú el que secó el mar, las aguas de la vasta profundidad? ¿El que hizo de las profundidades del mar un camino para que pasaran los recomprados?” (Isaías 51:9, 10).

14 Los ejemplos históricos a que alude el profeta están bien escogidos. Todo israelita sabe que su nación fue liberada del yugo egipcio y cruzó el mar Rojo (Éxodo 12:24-27; 14:26-31). Las expresiones “Rahab” y “monstruo marino” se refieren al Faraón y sus súbditos, quienes se opusieron al éxodo de Israel (Salmo 74:13; 87:4; Isaías 30:7). Con la cabeza en el delta del Nilo y el cuerpo alargado extendiéndose cientos de kilómetros río arriba en su fértil valle, el antiguo Egipto se asemejaba a una monstruosa serpiente (Ezequiel 29:3). Pero Jehová la cortó en pedazos enviándole las diez plagas, y al destruir a su ejército en las aguas del mar Rojo, la dejó traspasada, gravemente herida y debilitada. En efecto, Jehová demostró el poder de su brazo con aquella nación pagana. ¿Estará acaso menos dispuesto a luchar por su pueblo desterrado en Babilonia?

15 La profecía nos transporta ahora al futuro, al momento en que Israel queda libre de Babilonia: “Entonces los mismos redimidos de Jehová regresarán y tendrán que venir a Sión con un clamor gozoso, y regocijo hasta tiempo indefinido estará sobre la cabeza de ellos. Alborozo y regocijo alcanzarán. El desconsuelo y el suspiro ciertamente huirán” (Isaías 51:11). Pese a su deplorable situación en Babilonia, quienes buscan la justicia de Jehová tienen ante sí gloriosas perspectivas. Llegará el día en que su desconsuelo y suspirar quedarán atrás. De labios de los redimidos, o rescatados, se oirá un clamor de gozo, de regocijo, de alborozo. En el cumplimiento moderno de estas palabras proféticas, el Israel de Dios fue liberado del

cautiverio babilónico en 1919 y regresó a su heredad espiritual con gran alegría, una alegría que ha perdurado hasta hoy.

16 ¿Qué precio se pagará por la redención de los judíos? La profecía de Isaías ya ha revelado que Jehová da “a Egipto como rescate por ti, a Etiopía y Sebá en lugar de ti” (Isaías 43:1-4). Estas palabras se cumplirán más tarde, cuando el Imperio persa, tras tomar Babilonia y liberar a los judíos cautivos, conquiste Egipto, Etiopía y Sebá. Tales naciones le serán entregadas a cambio de las almas de los israelitas, en armonía con el principio que expone Proverbios 21:18: “El inicuo es un rescate para el justo; y el que obra traidoramente toma el lugar de los rectos”. Más garantías

17 Jehová da a su pueblo otra garantía: “Yo... yo mismo soy Aquel que está consolándolos. ¿Quién eres tú para que tengas miedo a un hombre mortal que ha de morir, y a un hijo de la humanidad que quedará como simple hierba verde? ¿Y para que te olvidaras de Jehová tu Hacedor, Aquel que extendió los cielos y colocó el fundamento de la tierra, de modo que estuviste en pavor constantemente durante todo el día a causa de la furia del que te cercaba, como si él estuviera listo para arruinarte? ¿Y dónde está la furia del que te cercaba?” (Isaías 51:12, 13). Les esperan años de exilio, pero no tienen razón para temer la furia de Babilonia. Aunque esta nación, la tercera potencia mundial de la historia bíblica, conquistará al pueblo de Dios y procurará ‘cercarlo’, es decir, bloquear su vía de escape, los judíos fieles saben que Jehová ha predicho que caerá a manos de Ciro (Isaías 44:8, 24-28). A diferencia del Creador —el Dios eterno, Jehová—, los babilonios perecerán como la hierba que se marchita durante la estación seca bajo los intensos rayos solares. ¿Dónde quedarán entonces su furia y sus amenazas? ¡Qué insensato es temer al hombre y olvidarse de Jehová, aquel que hizo los cielos y la Tierra!

18 Si bien el pueblo de Jehová pasará algún tiempo cautivo, “agachado en cadenas”, por así decirlo, su liberación será repentina. No serán exterminados en Babilonia ni morirán de inanición en el cautiverio, entregados sin vida al hoyo del Seol (Salmo 30:3; 88:3-5). Jehová les garantiza: “El que anda agachado en cadenas ciertamente será soltado velozmente, para que no vaya en muerte al hoyo y para que no le falte su pan” (Isaías 51:14).

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19 Jehová sigue consolando a Sión con estas palabras: “Pero yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que agita el mar para que sus olas estén bulliciosas. Jehová de los ejércitos es su nombre. Y pondré mis palabras en tu boca, y con la sombra de mi mano ciertamente te cubriré, a fin de plantar los cielos y colocar el fundamento de la tierra y decir a Sión: ‘Tú eres mi pueblo’” (Isaías 51:15, 16). La Biblia menciona en múltiples ocasiones el poder de Dios sobre el mar (Job 26:12; Salmo 89:9; Jeremías 31:35). Él controla por completo las fuerzas de la naturaleza, como demostró al liberar a su pueblo de Egipto. ¿Quién puede compararse, siquiera remotamente, a “Jehová de los ejércitos”? (Salmo 24:10.)

20 Los judíos aún son el pueblo del pacto divino, y Jehová les garantiza que tornarán a su tierra para vivir una vez más bajo Su Ley. Reedificarán Jerusalén y el templo, y reasumirán los deberes que les impone la alianza que Dios celebró con ellos mediante Moisés. Cuando el país empiece a poblarse de nuevo con los repatriados israelitas y sus animales domésticos, nacerá “una nueva tierra” bajo unos “nuevos cielos”, un nuevo sistema de gobierno (Isaías 65:17-19; Ageo 1:1, 14). Jehová volverá a decirle a Sión: “Tú eres mi pueblo”. Una llamada a la acción

21 Después de tranquilizarla, Jehová habla a Sión como si ya se hubieran acabado sus sufrimientos y le dirige una llamada a la acción: “Despiértate, despiértate, levántate, oh Jerusalén, tú que has bebido de la mano de Jehová su copa de furia. El cáliz, la copa que causa vértigo, has bebido, la has escurrido” (Isaías 51:17). En efecto, Jerusalén debe levantarse de su calamidad y recobrar su antigua posición y esplendor. Llegará la hora en que haya apurado la copa simbólica del castigo divino, sin dejar ni rastro de la furia que Dios sintió contra ella.

22 Sin embargo, ninguno de los “hijos” de Jerusalén, sus habitantes, podrá impedir el castigo que le sobrevendrá (Isaías 43:5-7; Jeremías 3:14). La profecía señala: “No hubo ninguno de todos los hijos que ella dio a luz que la condujera, y no hubo ninguno de todos los hijos que ella crió que la tomara de la mano” (Isaías 51:18). ¡Cuánto la harán padecer los babilonios! “Aquellas dos cosas te sobrevenían. ¿Quién se condolerá de ti? ¡Despojo violento y quebranto, y hambre y espada! ¿Quién te consolará? Tus propios hijos se han desmayado. Han yacido en

la cabecera de todas las calles como las ovejas silvestres en la red, como los que están llenos de la furia de Jehová, la reprensión de tu Dios.” (Isaías 51:19, 20.)

23 ¡Pobre Jerusalén! Aguantará “despojo violento y quebranto”, así como “hambre y espada”. Incapaces de guiarla y mantenerla en pie, sus “hijos” se hallarán indefensos, demacrados, demasiado débiles para repeler el ataque de los invasores babilonios. A plena vista, en las cabeceras (esquinas) de las calles, yacerán desmayados, endebles, exhaustos (Lamentaciones 2:19; 4:1, 2). Habrán bebido la copa de la furia divina y se verán impotentes, como animales atrapados en una red.

24 Esta penosa situación, sin embargo, llegará a su fin, como indican las reconfortantes palabras de Isaías: “Por lo tanto, escucha esto, por favor, oh mujer afligida y borracha, pero no con vino. Esto es lo que ha dicho tu Señor, Jehová, hasta tu Dios, que contiende por su pueblo: ‘¡Mira! Ciertamente quitaré de tu mano la copa que causa vértigo. El cáliz, mi copa de furia... ya no volverás a beber de ella. Y ciertamente la pondré en la mano de los que te irritan, que han dicho a tu alma: “Inclínate para que pasemos”, de manera que hacías que tu espalda fuera justamente como la tierra, y como la calle para los que pasaban’” (Isaías 51:21-23). Tras disciplinar a Jerusalén, Jehová está dispuesto a tenerle lástima y perdonarla.

25 Dios retirará entonces su cólera de Jerusalén y la volcará sobre Babilonia, la potencia que la habrá arrasado y humillado (Salmo 137:7-9). La capital de Judá ya no volverá a beber de una copa semejante de manos de ella ni de sus aliados. Por el contrario, Jehová quitará ese cáliz a Jerusalén y se lo dará a quienes se alegran por su desgracia (Lamentaciones 4:21, 22). Borracha perdida, Babilonia caerá (Jeremías 51:6-8). Sión, por el contrario, se levantará, de modo que ciertamente tiene motivos para consolarse con la perspectiva de un cambio tan extraordinario. Y los siervos de Jehová pueden estar seguros de que el nombre divino se santificará por medio de Sus actos de salvación.

¿QUÉ IDEAS DE LA LECTURA BÍBLICA DE ESTA

SEMANA PUEDEN SERVIRME EN LA

PREDICACIÓN?

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LECTURA DE LA BIBLIA (4 mins. o menos):

Isa 51:12-23. (Isaías 51:12-23) “Yo... yo mismo soy Aquel que está

consolándolos. ”¿Quién eres tú para que tengas miedo a

un hombre mortal que ha de morir, y a un hijo de la

humanidad que quedará como simple hierba verde? 13

¿Y para que te olvidaras de Jehová tu Hacedor, Aquel

que extendió los cielos y colocó el fundamento de la

tierra, de modo que estuviste en pavor constantemente

durante todo el día a causa de la furia del que [te]

cercaba, como si él estuviera listo para arruinar[te]? ¿Y

dónde está la furia del que [te] cercaba? 14

”El que anda

agachado en cadenas ciertamente será soltado

velozmente, para que no vaya en muerte al hoyo y para

que no [le] falte su pan. 15

”Pero yo, Jehová, soy tu Dios,

Aquel que agita el mar para que sus olas estén

bulliciosas. Jehová de los ejércitos es su nombre. 16

Y

pondré mis palabras en tu boca, y con la sombra de mi

mano ciertamente te cubriré, a fin de plantar los cielos y

colocar el fundamento de la tierra y decir a Sión: ‘Tú

eres mi pueblo’. 17

”Despiértate, despiértate, levántate,

oh Jerusalén, tú que has bebido de la mano de Jehová su

copa de furia. El cáliz, la copa que causa vértigo, has

bebido, la has escurrido. 18

No hubo ninguno de todos

los hijos que ella dio a luz que la condujera, y no hubo

ninguno de todos los hijos que ella crió que la tomara de

la mano. 19

Aquellas dos cosas te sobrevenían. ¿Quién se

condolerá de ti? ¡Despojo violento y quebranto, y

hambre y espada! ¿Quién te consolará? 20

Tus propios

hijos se han desmayado. Han yacido en la cabecera de

todas las calles como las ovejas silvestres en la red,

como los que están llenos de la furia de Jehová, la

reprensión de tu Dios.” 21

Por lo tanto, escucha esto, por

favor, oh mujer afligida y borracha, pero no con vino. 22

Esto es lo que ha dicho tu Señor, Jehová, hasta tu

Dios, que contiende por su pueblo: “¡Mira! Ciertamente

quitaré de tu mano la copa que causa vértigo. El cáliz,

mi copa de furia... ya no volverás a beber de ella. 23

Y

ciertamente la pondré en la mano de los que te irritan,

que han dicho a tu alma: ‘Inclínate para que pasemos’,

de manera que hacías que tu espalda fuera justamente

como la tierra, y como la calle para los que pasaban”.

SEAMOS MEJORES MAESTROS

(Vea la Guía de Actividades para la Reunión)Pag.1Preparemos las presentaciones de este mes (15 mins.): Análisis con el auditorio basado en “Ideas para presentar las publicaciones”. Ponga los videos de las presentaciones modelo y comente los aspectos más importantes. En febrero, dependiendo de la respuesta del amo de casa, los publicadores pueden ofrecer los folletos ¿Es la vida obra de un Creador? o El origen de la vida. Cinco cuestiones dignas de análisis (vea el recuadro “El origen de la vida. Cinco cuestiones dignas de análisis”).

NUESTRA VIDA CRISTIANA

Canción 89 Necesidades de la congregación (7 mins.): Como alternativa, analice con el auditorio las lecciones que podemos sacar del Anuario (yb16 págs. 144, 145). INDONESIA Jamás renunciamos a nuestra fe Daniel Lokollo AÑO DE NACIMIENTO: 1965 AÑO DE BAUTISMO: 1986 OTROS DATOS: Un precursor especial que fue fiel en tiempos de persecución.

MIENTRAS dirigía una reunión en la ciudad de Maumere (isla de Flores), el 14 de abril de 1989, unos agentes del gobierno entraron en la casa y nos arrestaron a mí y a tres hermanos más. Los guardias de la cárcel intentaron forzarnos a hacer el saludo a la bandera. Cuando nos negamos, nos dieron palizas, patadas y nos hicieron permanecer de pie al sol ardiente durante cinco días. Por la noche, temblábamos sobre el duro suelo de cemento de nuestras minúsculas celdas, sucio, exhausto y dolorido por los golpes. Uno de los guardias insistía en que transigiéramos,

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pero nosotros contestábamos: “Aunque nos maten, no haremos el saludo a la bandera”. Al igual que muchos otros cristianos antes que nosotros, sentíamos que era un privilegio sufrir “por causa de la justicia” (1 Ped. 3:14). INDONESIA La obediencia nos mantuvo con vida Blasius da Gomes AÑO DE NACIMIENTO: 1963 AÑO DE BAUTISMO: 1995 OTROS DATOS: Es un anciano que cuidó con amor de la congregación durante un conflicto religioso en Ambon (islas Molucas). LA ENEMISTAD entre musulmanes y cristianos provocó un conflicto violento el 19 de enero de 1999. Ocurrió a unos 3 kilómetros (1,8 millas) de mi casa y resultó en un caos.* Después de ver que mi familia estaba a salvo, llamé por teléfono a otros publicadores. Les pedí que mantuvieran la calma y evitaran las zonas de peligro. Luego los ancianos visitaron a los

hermanos para fortalecerlos espiritualmente y animarlos a reunirse en grupos pequeños. La sucursal pidió que desalojáramos a los hermanos que vivían en lugares peligrosos, así que les dimos esa instrucción a varias familias. Un grupo armado mató a un hermano que se negó a marcharse. Pero todos los que obedecieron las instrucciones de la sucursal sobrevivieron. El conflicto en las Molucas duró más de dos años e hizo que decenas de miles de personas dejaran sus hogares. Hazte amigo de Jehová: Obedece a Jehová (8 mins.): Análisis con el auditorio. Ponga el video Hazte amigo de Jehová: Obedece a Jehová. Luego pregunte: ¿Cuál es la razón más importante por la que debemos ser obedientes a Jehová? (Pr 27:11). ¿En qué cosas deben obedecer a Jehová los niños? ¿En qué cosas deben obedecer a Jehová los adultos?

ESTUDIO BÍBLICO DE LA CONGREGACIÓN:

EL REINO DE DIOS YA ESTÁ GOBERNANDO (kr) cap. cap. 8 párrs. 1-7 y recuadro “Buenas nuevas en más de

670 idiomas”. CAPÍTULO 8

Herramientas para la predicación: Se editan publicaciones para el mundo entero

IDEA CENTRAL DEL CAPÍTULO Jehová sigue dándonos las

herramientas para enseñar a personas de toda nación, tribu y

lengua

1, 2. a) ¿Qué don milagroso ayudó a difundir las buenas nuevas por todo el Imperio romano? b) ¿Qué prueba irrefutable tenemos en nuestro tiempo de que Jehová nos respalda? (Vea también el recuadro “Buenas nuevas en más de 670 idiomas”.)

DURANTE la fiesta del Pentecostés del año 33, los extranjeros que visitaban Jerusalén no podían creer lo que escuchaban: unos galileos se comunicaban con ellos en sus propios idiomas sin ninguna dificultad y les transmitían un mensaje que los dejaba fascinados. Los discípulos acababan de recibir el don divino de hablar en diferentes lenguas, una prueba de que contaban con el apoyo de Jehová (lea Hechos 2:1-8, 12, 15-17). Las buenas nuevas que proclamaron ese día llegaron a personas de distintas naciones y en poco tiempo

se difundieron por todo el Imperio romano (Col. 1:23).

2 En nuestro tiempo, los siervos de Dios no hemos recibido ese don milagroso que nos permita hablar en diferentes lenguas. Sin embargo, predicamos en muchos más idiomas que los cristianos del siglo primero, pues el mensaje del Reino se traduce a más de 670 idiomas (Hech. 2:9-11). El pueblo de Dios ha editado publicaciones en tantas lenguas y en cantidades tan grandes que el mensaje ha llegado a todos los rincones del

planeta*. Esto es también una prueba irrefutable

de que Jehová está usando a Jesucristo, el Rey que él ha nombrado, para dirigir la predicación (Mat. 28:19, 20). A continuación veremos algunas herramientas que hemos utilizado en los últimos cien años. También analizaremos cómo el Rey nos ha ido capacitando para predicar a las personas individualmente y para ser maestros de la Palabra de Dios (2 Tim. 2:2).

*Tan solo en la última década, el pueblo de Jehová ha impreso más de 20.000 millones de publicaciones bíblicas. Además, quienes tienen acceso a Internet —que superan los 2.700 millones en todo el mundo— pueden visitar nuestro sitio, jw.org.

26

(Hechos 2:1-8) Ahora bien, mientras estaba en

progreso el día [de la fiesta] del Pentecostés, todos se

hallaban juntos en el mismo lugar, 2 y de repente

ocurrió desde el cielo un ruido exactamente como el

de una brisa impetuosa y fuerte, y llenó toda la casa

en la cual estaban sentados. 3 Y lenguas como de

fuego se les hicieron visibles y fueron distribuidas en

derredor, y una se asentó sobre cada uno de ellos, 4 y

todos se llenaron de espíritu santo y comenzaron a

hablar en lenguas diferentes, así como el espíritu les

concedía expresarse. 5 Sucedía que moraban en

Jerusalén judíos, varones reverentes, de toda nación

de las que hay bajo el cielo. 6 De modo que, cuando

este sonido ocurrió, la multitud se juntó, y se

azoraron, porque cada uno los oía hablar en su propio

lenguaje. 7 En verdad, estaban pasmados, y

empezaron a admirarse y a decir: “Pues miren, todos

estos que están hablando son galileos, ¿verdad? 8 Y

sin embargo, ¿cómo es que oímos, cada uno de

nosotros, nuestro propio lenguaje en que nacimos?

(Hechos 2:12) Sí, todos estaban pasmados y

perplejos, y se decían unos a otros: “¿Qué querrá

decir esto?”.

(Hechos 2:15-17) Estos, de hecho, no están

borrachos, como suponen ustedes, pues es la hora

tercera del día. 16

Por el contrario, esto es lo que se

dijo por medio del profeta Joel: 17

‘“Y en los últimos

días —dice Dios— derramaré algo de mi espíritu

sobre toda clase de carne, y sus hijos y sus hijas

profetizarán, y sus jóvenes verán visiones y sus viejos

soñarán sueños;

BUENAS NUEVAS EN MÁS DE 670 IDIOMAS EN EL año 2000, el Cuerpo Gobernante aprobó un programa de capacitación sin precedentes para todos los equipos de traducción del mundo. El primer paso fue crear un curso de tres meses para comprender mejor el inglés. Veinticinco instructores lo impartieron a 1.944 traductores que componían 182 equipos de traducción. Este curso ayudó a los traductores a comprender a fondo el texto original en inglés antes de traducirlo a su propio idioma. Pero dicho curso no se limitó a enseñar aspectos básicos del idioma inglés; también les enseñó cómo estudiar el texto original, analizando su estructura, tono, estilo, objetivo y el público al que estaba dirigido. En el 2001, un grupo de traductores con experiencia desarrolló un curso sobre técnicas de traducción, el cual ya han recibido todos los equipos de traducción. Además de organizar dichos cursos, el Cuerpo Gobernante formó la Sección de Ayuda al Traductor. Su propósito es atender las consultas

que recibe por vía electrónica de los equipos de traducción. Estos envían sus preguntas cuando necesitan ayuda para comprender el texto original o tienen dudas sobre cómo aplicar una técnica de traducción en un caso particular. Cuando la Sección de Ayuda al Traductor recibe una pregunta de naturaleza más compleja, consulta con el compilador (o director de edición) de la publicación. Una vez que el equipo que hace la pregunta recibe la respuesta, esta se hace disponible a todos los equipos del mundo que están traduciendo la misma publicación. Además, la respuesta se guarda en un banco de datos al que todos los traductores pueden acceder, de modo que puedan consultarla y aplicarla al enfrentarse a un problema similar. ¿Cómo ha ayudado a los traductores la preparación que han recibido? Dejemos que una traductora nos conteste: “Gracias a esta capacitación, nos sentimos libres para usar las técnicas de traducción apropiadas, pero también sabemos que tenemos límites razonables para no asumir el papel de redactores. Nos sentimos bien equipados para enfrentarnos a los desafíos de cada día. Somos como viajeros que sabemos adónde vamos, qué rutas alternativas tomar y dónde detenernos”. Para el año 2013 había más de 2.700 traductores en más de 190 lugares, trabajando unidos para transmitir el mensaje de las buenas nuevas en más de 670 idiomas. Una labor de semejante magnitud solo es posible gracias a que cuenta con el respaldo del Rey, Jesucristo (Mat. 28:19, 20; Rev. 14:6).

El Rey equipa a sus siervos para plantar

las semillas de la verdad 3. ¿Por qué usamos diversas herramientas en

la predicación? 3 Jesús comparó “la palabra del reino” con

semillas, y el corazón de las personas con la tierra donde se siembran (Mat. 13:18, 19). Tal como un agricultor se vale de diversas herramientas para ablandar la tierra y prepararla para la siembra, el pueblo de Jehová ha usado diferentes herramientas a fin de preparar, por decirlo así, el corazón de millones de personas para que acepten el mensaje del Reino. Algunas de esas herramientas fueron útiles solo durante un tiempo; pero otras, como las revistas y los libros, lo siguen siendo hasta el día de hoy. A diferencia de los medios de comunicación masivos que vimos en el capítulo anterior, todas las herramientas que analizaremos en este capítulo han ayudado a los

27

publicadores del Reino a tener contacto directo con la gente (Hech. 5:42; 17:2, 3). 4, 5. ¿Cómo se usaba el gramófono en la

predicación, pero qué no permitía hacer? 4 Discursos grabados. En las décadas

de 1930 y 1940, los publicadores contaban con discursos bíblicos grabados, de menos de cinco minutos de duración, que reproducían en gramófonos portátiles. Algunos discos tenían títulos cortos como “La Trinidad”, “El Purgatorio” o “El Reino”. ¿Cómo se usaban esas grabaciones? Clayton Woodworth, hijo, quien se bautizó en 1930 en Estados Unidos, contó: “Llevaba un gramófono portátil de cuerda del tamaño de un maletín. Me acercaba a una puerta, abría la tapa del gramófono y lo preparaba. Para eso tenía que colocar el brazo del gramófono en su lugar y poner la aguja justo al principio del disco para que se escuchara bien. Entonces tocaba el timbre de la casa. Cuando la persona abría la puerta, le decía: ‘Traigo un mensaje importante que me gustaría que oyera’”. El hermano Woodworth añadió: “Muchas veces la gente escuchaba, otras veces simplemente me cerraban la puerta, y de vez en cuando creían que era un vendedor de gramófonos”.

5 Para 1940 ya se habían grabado más de noventa discursos y fabricado más de un millón de discos. John Barr, quien era entonces precursor en Gran Bretaña y tiempo después fue miembro del Cuerpo Gobernante, relató: “De 1936 a 1945, mi gramófono y yo fuimos inseparables. Es más, me sentía perdido sin él. Cuando me abrían la puerta, me animaba mucho escuchar la voz del hermano Rutherford: era como si estuviera allí, a mi lado. Claro, hay que reconocer que la predicación con gramófono no daba oportunidad para que uno enseñara a las personas, les llegara al corazón”. 6, 7. a) ¿Qué ventajas y desventajas tenían las

tarjetas de testimonio? b) ¿En qué sentido ha puesto Jehová palabras en nuestra boca?

6 Tarjetas de testimonio. A partir de 1933 se animó a los publicadores a usar tarjetas de

testimonio en su ministerio de casa en casa. Las tarjetas eran casi del tamaño del formulario que usamos para informar nuestro servicio del campo. Tenían un breve mensaje bíblico y mencionaban algunas de las publicaciones que se podían obtener. Los hermanos solo tenían que entregar la tarjeta a la persona que salía a la puerta y pedirle que la leyera. Lilian Kammerud, quien con los años llegó a ser misionera en Puerto Rico y la Argentina, dijo: “Me gustaba usar las tarjetas de testimonio. Lo que sucede es que a algunos se nos hacía difícil hablar en las casas. Pero gracias a esas tarjetas, me fui acostumbrando a abordar a la gente”.

7 El hermano David Reusch, quien se bautizó en 1918, comentó lo siguiente: “Las tarjetas de testimonio eran una gran ayuda para los hermanos, pues muchos no se creían capaces de expresarse bien”. Sin embargo, estas tarjetas también tenían sus desventajas. El hermano Reusch explicó: “Algunas personas creían que en realidad no podíamos hablar, y en cierto sentido era verdad: muchos no nos sentíamos capaces de hablar con las personas”. Y añadió: “Pero Jehová nos estaba preparando para que nos presentáramos como ministros suyos. Pronto iba a poner palabras en nuestra boca; nos iba a enseñar cómo usar las Escrituras al predicar en las casas. Y eso lo logró con la Escuela del Ministerio Teocrático, que comenzó en los años cuarenta” (lea Jeremías 1:6-9).

(Jeremías 1:6-9) Pero yo dije: “¡Ay, oh Señor

Soberano Jehová! Mira que realmente no sé hablar,

pues solo soy un muchacho”. 7 Y Jehová pasó a

decirme: “No digas: ‘Solo soy un muchacho’. Antes

bien, a todos aquellos a quienes te envíe, debes ir; y

todo lo que yo te mande, debes hablar. 8 No tengas

miedo a causa de sus rostros, porque: ‘Yo estoy

contigo para librarte’, es la expresión de Jehová”. 9 En esto, Jehová alargó la mano e hizo que esta me

tocara la boca. Entonces me dijo Jehová: “Mira que

he puesto mis palabras en tu boca.

Repaso de esta reunión y adelanto de la próxima (3 mins.)

Canción 98 y oración

4 –

DE ENERO _ 2 CRÓNICAS 29- 32

28

TEXTOS ESTUDIO DE LA ATALAYA

(Romanos 8:5) Porque los que están en conformidad

con la carne fijan la mente en las cosas de la carne; pero

los que están en conformidad con el espíritu, en las cosas

del espíritu.

1

(Romanos 8:15-17) Porque ustedes no recibieron un

espíritu de esclavitud que ocasione temor de nuevo, sino

que recibieron un espíritu de adopción como hijos,

espíritu por el cual clamamos: “¡Abba, Padre!”. 16

El

espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu de que

somos hijos de Dios. 17

Pues, si somos hijos, también

somos herederos: herederos por cierto de Dios, pero

coherederos con Cristo, con tal que suframos juntamente

para que también seamos glorificados juntamente.

2

(Romanos 8:23) No solo eso, sino que también nosotros

mismos los que tenemos las primicias, a saber, el

espíritu, sí, nosotros mismos gemimos en nuestro

interior, mientras aguardamos con intenso anhelo la

adopción como hijos, el ser puestos en libertad de

nuestros cuerpos por rescate.

(Romanos 3:23-26) Porque todos han pecado y no

alcanzan a la gloria de Dios, 24

y es como dádiva gratuita

que por su bondad inmerecida se les está

declarando justos mediante la liberación por el rescate

[pagado] por Cristo Jesús. 25

Dios lo presentó como

ofrenda para propiciación mediante fe en su sangre. Esto

fue con el fin de exhibir su propia justicia, porque estaba

perdonando los pecados que habían ocurrido en el

pasado mientras Dios estaba ejerciendo longanimidad; 26

para exhibir su propia justicia en esta época presente,

para que él sea justo hasta al declarar justo al hombre

que tiene fe en Jesús.

(Romanos 4:25) Él fue entregado a causa de nuestras

ofensas y fue levantado a fin de declararnos justos.

(Romanos 8:30) Además, a los que él predeterminó,

también llamó; y a los que llamó, también declaró ser

justos. Finalmente, a los que declaró justos, él también

glorificó.

29

3

(Romanos 4:20-22) Pero, a causa de la promesa de

Dios, no titubeó con falta de fe, sino que se hizo

poderoso por su fe, dando gloria a Dios 21

y estando

plenamente convencido de que lo que él había prometido

también lo podía hacer. 22

Por tanto, “le fue contado por

justicia”.

4

(Romanos 8:21) de que la creación misma también será

libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la

gloriosa libertad de los hijos de Dios.

5

(Romanos 8:4-13) para que el justo requisito de la Ley

se cumpliera en nosotros los que andamos, no en

conformidad con la carne, sino en conformidad con el

espíritu. 5 Porque los que están en conformidad con la

carne fijan la mente en las cosas de la carne; pero los

que están en conformidad con el espíritu, en las cosas

del espíritu. 6 Porque el tener la mente puesta en la carne

significa muerte, pero el tener la mente puesta en el

espíritu significa vida y paz; 7 porque el tener la mente

puesta en la carne significa enemistad con Dios, porque

esta no está sujeta a la ley de Dios, ni, de hecho, lo

puede estar. 8 Por eso los que están en armonía con la

carne no pueden agradar a Dios. 9 Sin embargo, ustedes

no están en armonía con la carne, sino con el espíritu, si

es que el espíritu de Dios verdaderamente mora en

ustedes. Pero si alguien no tiene el espíritu de Cristo,

este no le pertenece. 10

Pero si Cristo está en unión con

ustedes, el cuerpo verdaderamente está muerto a causa

del pecado, pero el espíritu es vida a causa de la justicia. 11

Por eso, si el espíritu del que levantó a Jesús de entre

los muertos mora en ustedes, el que levantó a Cristo

Jesús de entre los muertos vivificará también sus

cuerpos mortales mediante Su espíritu que reside en

ustedes. 12

Así pues, hermanos, no nos vemos obligados

a la carne, para vivir de acuerdo con la carne; 13

porque

si ustedes viven de acuerdo con la carne, de seguro

morirán; pero si por el espíritu hacen morir las prácticas

del cuerpo, vivirán.

(Romanos 1:7) a todos los que están en Roma como

amados de Dios, llamados a ser santos: Que tengan

bondad inmerecida y paz de parte de Dios nuestro Padre

y de[l] Señor Jesucristo.

6

(Romanos 2:28) Porque no es judío el que lo es por

fuera, ni es la circuncisión la que está afuera en la carne.

(1 Corintios 15:39) No toda carne es la misma carne,

sino que hay una de la humanidad, y hay otra carne del

ganado, y otra carne de las aves, y otra de los peces.

(1 Corintios 15:50) Sin embargo, esto digo, hermanos:

que carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios,

ni tampoco la corrupción hereda la incorrupción.

(Romanos 1:3) acerca de su Hijo, que provino de la

descendencia de David según la carne,

(Romanos 9:3) Porque podría desear que yo mismo

fuera separado del Cristo como el maldito a favor de mis

hermanos, mis parientes según la carne,

7

(Romanos 7:5) Porque cuando estábamos en

conformidad con la carne, las pasiones pecaminosas que

eran excitadas por la Ley obraban en nuestros miembros

para que produjéramos fruto para muerte.

8

(Romanos 16:17, 18) Ahora los exhorto, hermanos, a

que vigilen a los que causan divisiones y ocasiones de

tropiezo contrario a la enseñanza que ustedes han

aprendido, y que los eviten. 18

Porque hombres de esa

clase no son esclavos de nuestro Señor Cristo, sino de su

propio vientre; y con palabras melosas y habla lisonjera

seducen los corazones de los cándidos.

(Filipenses 3:18, 19) Porque hay muchos —solía

mencionarlos frecuentemente, pero ahora los menciono

también llorando— que andan como enemigos del

madero de tormento del Cristo, 19

y su fin es la

destrucción, y su dios es su vientre, y su gloria consiste

en su vergüenza, y tienen la mente puesta en las cosas de

la tierra.

(Judas 4) Mi razón es que se han metido

disimuladamente ciertos hombres que desde hace mucho

han estado señalados por las Escrituras a este juicio,

hombres impíos, que tornan la bondad inmerecida de

nuestro Dios en una excusa para conducta relajada, y

que demuestran ser falsos a nuestro único Dueño y

Señor, Jesucristo.

(Judas 8) De igual manera, no obstante, estos hombres,

también, entregados a sueños, están contaminando la

carne y desatendiendo el señorío y hablando

injuriosamente de los gloriosos.

(Judas 12) Estos son las rocas escondidas bajo agua en

sus fiestas de amor mientras banquetean con ustedes,

pastores que se apacientan a sí mismos sin temor; nubes

sin agua llevadas de acá para allá por los vientos; árboles

a finales del otoño, [pero] sin fruto, que han muerto dos

veces, que han sido arrancados de raíz;

30

(1 Corintios 5:1) De hecho, se informa que hay

fornicación entre ustedes, y tal fornicación como ni

siquiera la hay entre las naciones: que cierto [hombre]

tiene la esposa de [su] padre.

(Romanos 8:5, 6) Porque los que están en conformidad

con la carne fijan la mente en las cosas de la carne; pero

los que están en conformidad con el espíritu, en las cosas

del espíritu. 6 Porque el tener la mente puesta en la carne

significa muerte, pero el tener la mente puesta en el

espíritu significa vida y paz;

11

(1 Timoteo 5:23) Ya no bebas agua, sino usa un poco

de vino a causa de tu estómago y de tus frecuentes casos

de enfermedad.

(Juan 2:3-11) Cuando faltó el vino, la madre de Jesús le

dijo: “No tienen vino”. 4 Pero Jesús le dijo: “¿Qué tengo

que ver contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora”. 5 Su madre dijo a los que ministraban: “Todo cuanto les

diga, háganlo”. 6 Sucedió que había puestas allí seis

tinajas de piedra para agua según lo exigido por los

reglamentos de purificación de los judíos, cada una de

las cuales podía contener dos o tres medidas de líquido. 7 Jesús les dijo: “Llenen de agua las tinajas de agua”. Y

las llenaron hasta el borde. 8 Y les dijo: “Saquen un poco

ahora y llévenlo al director del banquete”. De modo que

ellos lo llevaron. 9 Pues bien, cuando el director del

banquete probó el agua que había sido convertida en

vino, pero no sabía de dónde venía, aunque lo sabían los

que ministraban que habían sacado el agua, el director

del banquete llamó al novio 10

y le dijo: “Todo otro

hombre pone primero el vino excelente, y cuando la

gente está embriagada, el inferior. Tú has reservado el

vino excelente hasta ahora”. 11

Jesús ejecutó esto en

Caná de Galilea como principio de sus señales, y puso

de manifiesto su gloria; y sus discípulos pusieron su fe

en él.

(Romanos 8:6) Porque el tener la mente puesta en la

carne significa muerte, pero el tener la mente puesta en

el espíritu significa vida y paz;

12

(2 Corintios 2:6-8) Esta reprensión dada por la mayoría

es suficiente para tal hombre, 7 de modo que, al contrario

ahora, deben perdonar[lo] bondadosamente y

consolar[lo], para que de un modo u otro tal hombre no

sea tragado por hallarse demasiado triste. 8 Por lo tanto,

los exhorto a que confirmen su amor para con él.

15

(Marcos 6:3) Este es el carpintero, el hijo de María y el

hermano de Santiago y de José y de Judas y de Simón,

¿no es verdad? Y sus hermanas están aquí con nosotros,

¿no es verdad?”. De modo que empezaron a tropezar a

causa de él.

(1 Tesalonicenses 2:9) Ciertamente ustedes recuerdan,

hermanos, nuestra labor y afán. Fue trabajando noche y

día, para no poner una carga costosa sobre ninguno de

ustedes, como les predicamos las buenas nuevas de

Dios.

16

(Hechos 18:2-4) Y halló a cierto judío de nombre

Áquila, un natural del Ponto que recientemente había

llegado de Italia, y a Priscila su esposa, por el hecho de

que Claudio había ordenado que todos los judíos se

fueran de Roma. De modo que fue a ellos 3 y, por ser del

mismo oficio, se quedó en su casa, y trabajaban, porque

el oficio de ellos era hacer tiendas de campaña. 4 Sin

embargo, todos los sábados pronunciaba un discurso en

la sinagoga y persuadía a judíos y a griegos.

(Hechos 20:20, 21) mientras no me retraje de decirles

ninguna de las cosas que fueran de provecho, ni de

enseñarles públicamente y de casa en casa. 21

Antes bien,

di testimonio cabalmente, tanto a judíos como a griegos,

acerca del arrepentimiento para con Dios y de la fe en

nuestro Señor Jesús.

(Hechos 20:34, 35) Ustedes mismos saben que estas

manos han atendido a las necesidades mías y a las de los

que andan conmigo. 35

En todas las cosas les he exhibido

que por medio de laborar así tienen que prestar ayuda a

los que son débiles, y tienen que tener presentes las

palabras del Señor Jesús, cuando él mismo dijo: ‘Hay

más felicidad en dar que en recibir’”.

(Romanos 15:15, 16) Sin embargo, les escribo más

francamente sobre algunos puntos, como dándoles un

recordatorio de nuevo, a causa de la bondad inmerecida

que de Dios me fue dada 16

de ser siervo público de

Cristo Jesús a las naciones, ocupándome en la obra santa

de las buenas nuevas de Dios, a fin de que la ofrenda, a

saber, estas naciones, resulte acepta, siendo santificada

con espíritu santo.

17

(Romanos 8:6) Porque el tener la mente puesta en la

carne significa muerte, pero el tener la mente puesta en

el espíritu significa vida y paz;

18

31

(Mateo 5:24) deja tu dádiva allí enfrente del altar, y

vete; primero haz las paces con tu hermano, y luego,

cuando hayas vuelto, ofrece tu dádiva.

(Romanos 15:33) Que el Dios que da paz esté con todos

ustedes. Amén.

(Romanos 16:20) Por su parte, el Dios que da paz

aplastará a Satanás bajo los pies de ustedes en breve.

Que la bondad inmerecida de nuestro Señor Jesús esté

con ustedes.

19

(Isaías 26:3) La inclinación que está bien sostenida la

salvaguardarás en paz continua, porque en ti se hace que

uno confíe.

(Romanos 5:1) Por lo tanto, ahora que hemos sido

declarados justos como resultado de fe, gocemos de paz

con Dios mediante nuestro Señor Jesucristo,

(Romanos 6:23) Porque el salario que el pecado paga es

muerte, pero el don que Dios da es vida eterna por Cristo

Jesús nuestro Señor.