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ECONOMÍA INDUSTRIAL N. o 340 • 2001 / IV 43 La nueva economía: análisis, origen y consecuencias. Las amenazas y las oportunidades. Las transformaciones sociales, políticas, económicas y tecnológicas que se es- tán produciendo hacen necesario replantearse los postulados tradicionalmente aceptados en el siglo XX, de modo que se acomoden a la nueva realidad del comien- zo de milenio. Aunque resulta difícil pre- decir el tipo de civilización que está emer- giendo en el mundo, parece que nos en- contraremos en una época sin precedentes, en la que se conjugarán una serie de ten- dencias políticas pluralistas con la irrup- ción de una economía mundial más abier- ta, la globalización de los gustos de los consumidores, el imparable avance tecno- lógico en un mundo digitalizado y la preo- cupación compartida por los problemas ecológicos. Se trata de una nueva civiliza- ción, la llamada civilización global, y de una nueva economía (1). RAFAEL PAMPILLÓN Universidad San Pablo-CEU. Instituto de Empresa En conjunto, las fuerzas motrices que fa- vorecen el surgimiento de la nueva eco- nomía son más poderosas que las fuerzas que la obstaculizan. Entre las primeras se encuentran el mayor grado de apertura de los países, la mayor aceptación de las ideas de otras culturas, una mayor dispo- sición a emprender proyectos multilatera- les y un mayor reconocimiento de que los lazos de interdependencia económica deben intensificarse y adquirir un carácter cada vez más irreversible. Las autopistas de la información son una de las manifes- taciones del avance hacia un mundo in- terdependiente. El desarrollo de las telecomunicaciones y la informática no sólo contribuye a una mayor interconexión de todo el planeta, sino que actúa como testigo de un cam- bio de valores a escala mundial. Lo que hemos llamado civilización global emer- gente se está viendo impulsada por la convergencia de las telecomunicaciones de larga distancia y la reducción sustan- cial de los costes del proceso electrónico de datos. Cuando la información proce-

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ECONOMÍA INDUSTRIAL N.o 340 • 2001 / IV

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La nueva economía:análisis, origen

y consecuencias.Las amenazas y

las oportunidades.

Las transformaciones sociales, políticas, económicas y tecnológicas que se es-tán produciendo hacen necesario replantearse los postulados tradicionalmenteaceptados en el siglo XX, de modo que se acomoden a la nueva realidad del comien-

zo de milenio. Aunque resulta difícil pre-decir el tipo de civilización que está emer-giendo en el mundo, parece que nos en-contraremos en una época sin precedentes,en la que se conjugarán una serie de ten-dencias políticas pluralistas con la irrup-ción de una economía mundial más abier-ta, la globalización de los gustos de losconsumidores, el imparable avance tecno-lógico en un mundo digitalizado y la preo-cupación compartida por los problemasecológicos. Se trata de una nueva civiliza-ción, la llamada civilización global, y deuna nueva economía (1).

RAFAEL PAMPILLÓNUniversidad San Pablo-CEU. Instituto de Empresa

En conjunto, las fuerzas motrices que fa-vorecen el surgimiento de la nueva eco-nomía son más poderosas que las fuerzasque la obstaculizan. Entre las primeras seencuentran el mayor grado de aperturade los países, la mayor aceptación de lasideas de otras culturas, una mayor dispo-sición a emprender proyectos multilatera-les y un mayor reconocimiento de quelos lazos de interdependencia económicadeben intensificarse y adquirir un caráctercada vez más irreversible. Las autopistasde la información son una de las manifes-

taciones del avance hacia un mundo in-terdependiente.

El desarrollo de las telecomunicaciones yla informática no sólo contribuye a unamayor interconexión de todo el planeta,sino que actúa como testigo de un cam-bio de valores a escala mundial. Lo quehemos llamado civilización global emer-gente se está viendo impulsada por laconvergencia de las telecomunicacionesde larga distancia y la reducción sustan-cial de los costes del proceso electrónicode datos. Cuando la información proce-

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dente de cualquier lugar del mundo semueve a cualquier otro lugar a la veloci-dad de la luz, se produce una transforma-ción irreversible en la organización deltrabajo. Internet es solo un ejemplo.

La civilización global que está emergiendoestá exigiendo un proceso de transforma-ción de la mayoría de las instituciones y,en particular, de los Estados y las empre-sas. Esta transformación queda patente enla organización mundial del trabajo. Unode estos cambios concretos es la necesi-dad de operar a escala global, dentro deuna variedad extraordinariamente ampliade entornos nacionales y culturales. Elmercado global implica que hay que teneren cuenta varios cientos de países y cultu-ras diferentes.

En los últimos doscientos años, millonesde trabajadores manuales han sido susti-tuidos por máquinas. Pero, durante eseperíodo, el número de puestos de trabajono ha dejado de crecer, al igual que larenta de los trabajadores de los países in-dustrializados. Este crecimiento y enri-quecimiento no se ha producido a pesarde los avances tecnológicos, sino graciasa ellos. La idea de que la tecnología escapaz de crear más empleos de los quedestruye no es nueva para los economis-tas.

La nueva economíay las TIC

La nueva economía descansa fundamen-talmente en el rápido desarrollo y aplica-ción de las pujantes «tecnologías de la in-formación y la comunicación» (enadelante, TIC); es decir, ordenadores,software, telecomunicaciones, micropro-cesadores e Internet. El valor de las nue-vas tecnologías reside en su capacidadpara clasificar, almacenar, analizar e inter-cambiar información de una forma ins-tantánea, en cualquier parte del mundo ya un coste mínimo.

Desde esta perspectiva, debe subrayarseque a lo largo de los últimos años hairrumpido un nuevo factor productivo enel ámbito microeconómico: la informa-ción, es decir, cualquier elemento quepueda ser digitalizado o codificado como

un conjunto de bits. Cuando la informa-ción, gracias al soporte físico de las TIC,es utilizada con una finalidad económicapor el conjunto de los agentes, permitesu propia conversión en nuevas ideas yconocimientos. De esta manera, la infor-mación se suma a los factores tradiciona-les, trabajo y capital, modificando, engran medida, la importancia relativa delas fuentes tradicionales de la riqueza enla economía.

Es evidente que la información siempreha sido importante en la actividad econó-mica, pero sólo en estos momentos sehan consolidado unos verdaderos cam-bios de envergadura en la dimensión dela información disponible, los canales porlos que se transmite, la gestión y la acu-mulación de los datos, y la posibilidad desu reproducción y comercialización, gra-cias, principalmente, a las innovacionesde las TIC y a la masiva implantación delas mismas. Esta realidad aumenta las po-sibilidades económicas de la utilizaciónde la información, tanto en términos ab-solutos como relativos, planteando nue-vas oportunidades e interrogantes en elentorno general de la vida económica.

Los sectores de la información, aquellosque desarrollan y producen tanto elhardware (infraestructura y soporte tec-nológico) como el software (informa-ción), están irrevocablemente ligados,formando un claro ejemplo de comple-mentariedad. En este sentido, ni el soft-ware ni el hardware tienen valor el unosin el otro; son útiles justamente porquefuncionan juntos, como un sistema. Am-bos sectores comparten unas característi-cas específicas inherentes a su propia na-

turaleza y que las distinguen de las pau-tas que imperan en la lógica de otros sec-tores tradicionales.

En primer lugar, los sectores de la infor-mación presentan una estructura de cos-tes muy particular que implica que se de-ba incurrir, durante el proceso dedesarrollo y puesta en marcha de un de-terminado producto o servicio, en uncoste fijo inicial muy elevado, normal-mente no recuperable. Por el contrario,los costes marginales posteriores son, encomparación, muy reducidos y constan-tes (o incluso decrecientes).

De este modo, la economía clásica conclu-ye que al llegarse a un determinado nivelde output, la mayor parte de las industriascomienzan a experimentar productivida-des adicionales decrecientes —costes mar-ginales crecientes— a medida que siguenaumentando su producción y, por tanto,se enfrentan a rendimientos menguantes.Sin embargo, un volumen creciente deoutput de hardware y software de infor-mación (infraestructuras de telecomunica-ciones, ordenadores, libros, videos, CD,websites, servicios financieros, programasinformáticos, etc.) presenta rendimientoscrecientes. Se trata de bienes difíciles ycostosos de producir, pero fáciles y bara-tos de reproducir. Los altos costes fijos ini-ciales de las industrias de la informaciónpermiten que éstas se beneficien de enor-mes economías de escala.

Siguiendo con el ejemplo anterior, el de-sarrollo de un nuevo programa de softwarepuede costar millones de dólares, pero unavez producido, cada unidad adicional nosupone prácticamente ningún coste (mar-

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GRÁFICO 1ECONOMÍA INDUSTRIAL Y ECONOMÍA DIGITAL EN EE.UU.

60 68 70 84 92 00 01 AÑO

Economíaindustrial

% EE.UU.PNB

Economía digital

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ginal) para la empresa, tanto más si puededistribuirlo por Internet, prescindiendo delos gastos de transporte hasta el mercado.Lo mismo ocurre con el desarrollo de unatecnología de fibra óptica y el posteriortendido de su red en una ciudad; una vezque está instalada toda la infraestructura, elcoste de proporcionar el servicio práctica-mente no varía, siendo independiente delnúmero de usuarios de la red.

Desde el punto de vista de las conse-cuencias sobre la estructura del mercado,estas enormes economías de escala, des-de el lado de la oferta, permiten que, enel sector de la información, las grandesempresas pueden producir más eficiente-mente y con precios más reducidos quelas pequeñas, por lo que existirá una ten-dencia natural hacia la consolidación mo-nopolística de los sectores en torno agrandes multinacionales dominantes.

Desde la perspectiva de su demanda, lautilización de la información y su plas-mación en nuevos conocimientos eideas, como nuevo input fundamentalen la función de producción del conjun-to de las empresas del sistema, actúande forma muy diferente a lo que ocurrecon la mayor parte de los demás bieneso recursos productivos. El uso de un au-tomóvil, el servicio de un abogado, o laactividad de un trabajador en una fábri-ca son ejemplos de bienes rivales, es de-cir, el uso que hace un agente de ellosimpide que otro pueda hacerlo en elmismo momento. Ésta es una propiedadfundamental de la mayor parte de losbienes económicos.

Por el contrario, los bienes relacionadoscon la información presentan característi-cas de no-rivalidad y, hasta cierto punto,de no-exclusividad: una vez producidos,su utilidad no se altera, cualquiera quesea el número de usuarios o consumido-res (la información no se gasta), por loque resulta difícil impedir que otros seaprovechen del conocimiento agregadoque se va generando. Además, si la infor-mación puede ser reproducida a bajocoste, es evidente que puede ser copiada,igualmente, a bajo coste, acelerando sudifusión. Es, en muchos sentidos, un pro-ceso similar al que tiene lugar con la mú-sica, desde un enfoque estrictamente eco-nómico.

Estas características de los sectores de lainformación determinan la presencia deexternalidades positivas, también conoci-das como efectos de red. Ciertamente, lasTIC producen una serie de beneficios queno capturan únicamente sus proveedoresiniciales y que se extienden por el con-junto de la economía. Además, el valor yla utilización de un determinado bien oservicio de información, de hecho au-menta cuantos más usuarios haya delmismo, por lo que, cuanto mayor sea lademanda, mayor será la oferta, y el costeunitario de producción disminuirá, refor-zando el declive de los precios, la rápidadifusión y la magnitud de los rendimien-tos crecientes del productor.

Ésta es la razón que posibilita que este-mos asistiendo a una nueva revoluciónindustrial, en la medida en que las nue-vas tecnologías de la información se es-tán adentrando mucho más rápida y pro-fundamente en todo el sistema de lo quehabían hecho otras innovaciones tecno-lógicas en las anteriores fases del capita-lismo.

Hoy en día, la tecnología se compra y sevende y se transfiere a una mayor veloci-dad que antes, independientemente decuál sea su origen. Asimismo, la tecnolo-gía ha conseguido extender a todos losámbitos sociales las telecomunicaciones,el transporte, los aviones reactores y losordenadores. El resultado ha sido doble.Por un lado, la emergencia de mercadosde ámbito universal en demanda de pro-ductos de consumo estandarizados y auna escala inimaginable; por otro, esastecnologías, sobre todo las informáticas ylas de telecomunicación, están sirviendo

de vehículo de difusión de otras tecnolo-gías a una gran velocidad.

Junto con la velocidad en la transferen-cia internacional de tecnología, es preci-so considerar el acortamiento del ciclode vida de las tecnologías. Con el trans-curso del tiempo, el lapso entre la in-vención de un producto y su innovaciónse va acortando. Este acortamiento sedebe, entre otros factores, a los incre-mentos progresivos en las dotacionespresupuestarias para investigación apli-cada que realizan las empresas y los go-biernos. Al igual que se produce unprogresivo acortamiento del proceso in-novador, también se produce una rapi-dez cada vez mayor en la banalizaciónde las innovaciones. Es decir, el interva-lo de banalización se va acortando a lolargo de la historia (2).

Esto se debe a que el desarrollo tecnoló-gico rápido permite obtener constante-mente nuevos productos que sustituyen alos ya existentes, por lo que se precisaacelerar la masificación aprovechandoeconomías de escala que disminuyen loscostes unitarios para conseguir rápidosbeneficios (fase de crecimiento de la cur-va del ciclo de vida del producto). Ade-más, al reducirse dramáticamente el valorde los productos, las empresas se venobligadas a ofrecer otros más atractivos,reduciendo, de esta forma, el nivel decompetencia brutal que gira en torno alos bienes y servicios ya banalizados. Asi-mismo, el crecimiento histórico de la po-blación y de la renta per cápita permitenincrementar constante el grado de consu-mo y, por consiguiente, la mayor difusiónde los productos.

LA NUEVA ECONOMÍA: ANÁLIS IS , ORIGEN Y CONSECUENCIAS. . .

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GRÁFICO 2AÑOS EMPLEADOS PARA ALCANZAR 50 MILLONES DE USUARIOS

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En consecuencia, la competitividad de lasempresas, es decir, su capacidad paramantener y aumentar su cuota de merca-do, tanto nacional como internacional,viene claramente determinada por su ca-pacidad innovadora. Esto es, sólo las em-presas que lanzan nuevos o mejoradosproductos al mercado son capaces de so-brevivir. La situación de los mercados in-ternacionales es, pues, un referente obli-gado en nuestros días. Además, cada vezes más claro que si una empresa no in-vierte en otros intangibles como forma-ción adecuada de su personal, diseño eingeniería, marketing, reorganización dela producción y de la gestión de los re-cursos humanos, etc., los resultados delos gastos en investigación y desarrollopor sí solos son más que dudosos.

Avanzando en este razonamiento, unavez que los usuarios se han acostumbra-do a la utilización de una tecnología es-tandarizada y ampliamente difundida, se-rán, lógicamente, más reacios a cambiar,a menos que exista una alternativa mani-fiestamente mejor en cuanto a las posibi-lidades de su uso y su precio. Por lo tan-to, los consumidores de las tecnologíasde la información están visiblemente ex-puestos a los costes de cambiar y al lock-in, es decir, a la dependencia de una de-terminada marca: cuando se ha optadopor un tipo de tecnología, o un determi-nado bien para almacenar y procesar lainformación, cambiar puede resultar caroe ineficiente mientras esos activos siganteniendo valor para sus usuarios.

Y como este valor está en función de loutilizada que esté esa tecnología, las es-trategias competitivas de las empresas dela información buscarán, por encima decualquier otra disyuntiva, el logro de lamayor penetración o masa crítica posible,y así consolidar la fidelización de losagentes del mercado.

Estos razonamientos conllevan unas favo-rables consecuencias prácticas. Aunqueexista una tendencia evidente hacia lacompetencia imperfecta en los sectoresde la información, al tratarse de un mer-cado crecientemente desregularizado, ca-racterizado por transformaciones tecnoló-gicas cada vez más vertiginosas, lasempresas, aunque tengan cierto podermonopolístico, mantendrán en todo mo-

mento su orientación al mismo. Sólo asípodrán beneficiarse de sus economías deescala y de sus economías de red.

Consecuentemente, la conjunción de ba-jos precios, mayor producción, altas cali-dades y permanentes innovaciones bene-ficia a los consumidores y se consolidacomo la clave del éxito en las estrategiascompetitivas de las empresas líderes, paraque la competencia no suponga unaamenaza. Las ventajas del first-to-marketen el sector de la información son evi-dentes, y de esta forma cobra verdaderosentido el concepto de la «destruccióncreadora» shumpeteriana: las empresascon poder monopolístico invertirán cons-tantemente en I+D+I para mantener suposición, estableciendo mejoras constan-tes en los productos y evitando, de estaforma, poder ser copiadas.

Los efectos de las TICsobre la economía tradicional

En las empresas tradicionales, los efectosde los nuevos usos de la información es-tán suponiendo también una auténticatransformación en la forma de hacer ne-gocios. En efecto, las TIC no sólo sonmás baratas y fácilmente adoptables, sinoque presentan una serie de característicasadicionales que ofrecen muchas ventajasa cualquier agente productivo que las in-corpora.

En primer lugar, las tecnologías de la in-formación permiten incrementar la eficien-cia en prácticamente toda la cadena de va-lor de la industria; desde el diseño hasta elmarketing, pasando por la gestión de losaprovisionamientos y la contabilidad. Sur-gen nuevas oportunidades para que lasempresas tradicionales subcontraten todasaquellas actividades ajenas a su negocionuclear, conectándose con sus proveedo-res electrónicamente y a bajo coste a lolargo de la cadena de suministros. Así, és-tas pueden desapalancar enormementesus estructuras productivas mediante unadisminución de una gran parte de los cos-tes fijos, que hasta ahora conllevaban mu-chas ineficiencias: distribución, pedidos,inventarios, intermediarios, control, tiem-

pos, integraciones verticales, etc. Y todoello ganando en flexibilidad operativa ymejorando su orientación hacia el merca-do.

Además, la propia naturaleza de las TIChace que se conviertan en la primera re-volución tecnológica que aumente consi-derablemente la productividad no sólo enel sector secundario, sino también en losservicios, como sanidad, educación o fi-nanzas. Este dato es especialmente rele-vante si se tiene en cuenta que, en los pa-íses más desarrollados, en torno al 70%del PIB procede del sector terciario.

Igualmente, al potenciar el acceso iguali-tario a la información, las nuevas tecnolo-gías ayudan a que los mercados funcio-nen más eficientemente, mejorando sutransparencia. Internet, por ejemplo, tie-ne la capacidad de actuar como una redque reúne en un mismo lugar virtual, y aun coste insignificante, cantidades enor-mes de información y un amplio númerode compradores y vendedores que inter-cambian bienes y servicios a precios mu-cho más reducidos. En los sectores tradi-cionales que utilizan la información, lasbarreras de entrada se reducen, haciendoque la economía se acerque más al mo-delo teórico de la competencia perfecta.

Por último, las tecnologías de la infor-mación facilitan que una cantidad cre-ciente de información pueda ser almace-nada y enviada a cualquier lugar delmundo, de forma instantánea y a un pre-cio mínimo. En este sentido, las nuevastecnologías aumentan el ritmo de globa-lización de los mercados. Es más, estarelación entre tecnologías de la informa-ción y globalización forma un círculovirtuoso que se realimenta: las TIC in-centivan la globalización de la produc-ción y los mercados de capitales, y ésta,a su vez, permite desarrollar la competi-tividad y amplía los mercados, incre-mentando la velocidad de la difusión delas nuevas tecnologías mediante el co-mercio y la inversión internacional.

El aspecto más importante de la nuevaeconomía no es, por tanto, el obvio y cre-ciente peso del sector de las tecnologíasde la información o la proliferación de laspunto com y otras start-ups que han en-contrado un nuevo canal para llegar hasta

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el consumidor final, sino la manera enque las TIC permiten el desarrollo de losintercambios electrónicos (B2B…) y lasalianzas estratégicas entre empresas, au-mentando la eficiencia de las industriastradicionales que están sabiendo adaptarsus estructuras a las nuevas oportunida-des (por ejemplo, el e-procurement a tra-vés de Internet).

Al ser posible una mayor interdependen-cia entre las actividades productivas gra-cias a la mejora de la intercomunicación,las empresas tradicionales pueden flexibi-lizar ampliamente sus estructuras produc-tivas mediante el outsorcing de todos losaspectos ajenos a sus capacidades básicaso core competencies. Como resultado, lanecesidad que antes existía de integracio-nes verticales para asegurar las economí-as de escala en la producción se desvane-ce, mientras que, por el contrario, laseconomías de alcance logradas medianteacuerdos estratégicos con terceros seconvierten en el aspecto determinantepara asegurar la eficiencia operativa. To-do esto tiene consecuencias muy impor-tantes sobre el tamaño óptimo de las em-presas, que se ve reducido. En lascompañías tradicionales, el ahorro decostes y la mejora de su productividadsignifican un aumento de sus márgenes

En la actualidad nos encontramos en unafase de intenso desarrollo técnico y difu-sión de las TIC, fenómeno que frecuente-mente se evoca con la expresión nuevaeconomía. La pieza clave en todo esteproceso es Internet, gracias al cual hoydía existe la capacidad de acceso sin pre-cedentes a un vasto volumen de informa-ción, cuya explotación está cambiando lamanera al funcionar los mercados, estállevando a una reestructuración de lasempresas y está propiciando la apariciónde nuevas oportunidades de creación deriqueza.

En este escenario, el objetivo de este artí-culo es el análisis de la estrategia que es-tán desarrollando las autoridades euro-peas en el campo del fomento de lastecnologías de la información, a travésde la Iniciativa eEurope. Con este propó-sito, el trabajo se abre con un breve aná-lisis de los principales aspectos generalesrelacionados con las tecnologías de la in-formación, tanto en su vertiente micro

como macroeconómica, para, a continua-ción, pasar al estudio detallado de la Ini-ciativa eEurope: «una sociedad de la in-formación para todos».

La microeconomíade las TIC

Internet brinda la posibilidad de aumen-tar la productividad de las empresaseuropeas, algo que se observa ya en Esta-dos Unidos, donde son precisamente lasempresas más prósperas y que han gene-rado mayor crecimiento las que han con-seguido incorporar Internet en su cadenade producción y distribución (3). Efecti-vamente, Internet puede abaratar los cos-tes y aumentar la productividad de lasempresas como resultado, entre otros, delos siguientes factores:

✓ Abaratamiento de los factores deproducción, como los costes de laadquisición de productos y serviciosintermedios, al facilitar el acceso a másproveedores y al crear más competenciaen la contratación.

✓ Menor nivel de existencias, pues lareorganización de las empresas, con téc-nicas de abastecimiento y distribuciónjust-in-time, permite que Internet hagaposible un menor nivel de existencias y,por lo tanto, unos costes menores.

✓ Reducción del tiempo de llegada almercado de los productos y serviciosde las empresas, ya que procura a éstasdisminuir el tiempo de distribución.

✓ Disminución de los costes de trans-acciones, puesto que las operacionesfinancieras en línea son más baratas, a loque se une el hecho de que los usuariosdispongan de una mayor elección y demás información del producto.

✓ El ámbito de actuación de lasempresas es mayor, pues Internet abrenuevos mercados, y mucho más amplios,para la venta.

✓ Menores costes de acceso al merca-do, porque es más barato crear un sitioen Internet que recurrir a las formas tra-dicionales de comercialización.

Las mejoras en la tecnología de la infor-mación significan, esencialmente, una re-ducción de las incertidumbres asociadasa cualquier proceso manufacturero, dedistribución y de prestación de bienes oservicios, y de los recursos dedicados porlas empresas, sea cual sea el nivel de acti-vidad. Por todos estos motivos, las em-presas españolas y europeas deberían deaprovechar las ventajas que les ofrece In-ternet como fuente de mayor competitivi-dad y productividad, y, en consecuencia,de crecimiento económico y empleo. Elloes particularmente importante para las

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pequeñas empresas españolas —aquellasque cuentan con menos de diez emplea-dos—, ya que presentan más dificultadesa la hora de acceder a Internet.

Internet, además de transformar las em-presas existentes, ha servido para crearun nuevo servicio: el comercio electróni-co, es decir, la compraventa de servicios ybienes a través de Internet, se desarrollaentre consumidores y empresas, entreempresas, y entre empresas y administra-ciones públicas (4) (ver gráfico 3).

El comercio electrónico, en proceso deexpansión, desempeña un papel funda-mental dentro de los factores que contri-buyen a la mejora de la productividad ycompetitividad de las empresas, como seha señalado anteriormente.

El caso de España

En España, durante el año 2000, en tornoal 27% de las empresas tenían acceso a In-ternet (5), el 48% utilizaban ordenadorespersonales, el 27% estaban conectadas aInternet, el 20% tenían acceso al correoelectrónico y el 5% disponían de Intranet.En relación con el tipo de conexión usadopara acceder a Internet en el año 2000, lamayoría de las empresas accedían a Inter-net mediante conexión telefónica vía mó-dem (81%) (6) (ver cuadro 1).

En España solo el 2,5% de las empresascompraban mediante comercio electrónicoen el año 2000. Respecto a los diferentesprocesos del negocio relativos a las com-pras mediante comercio electrónico, un89% de las empresas lo usan para la peti-ción de bienes y servicios; un 38%, paraefectuar pagos, y un 35%, para recibirelectrónicamente los bienes y servicios.

Las empresas consideran, como principa-les ventajas por comprar mediante comer-cio electrónico, el aumento en la veloci-dad de los procesos (77%) y lasimplificación de las tareas (64%). Encuanto a los obstáculos aducidos por lasempresas para realizar compras mediantecomercio electrónico, un 25% de ellas in-dican que los bienes y servicios que co-mercializa la empresa no se pueden com-prar por Internet; un 19%, que existe

incertidumbre respecto a contratos, garan-tías y términos de entrega, y un 17%, queexiste incertidumbre respecto a los pagos.Otros obstáculos señalados por las empre-sas son la existencia de pocos suministra-dores (9%), los problemas logísticos (8%)y los costes de entrega o reparto (7%).

Cerca del 1% de las empresas utilizaban elcomercio electrónico para vender en 2000.Respecto a los diferentes procesos del ne-

gocio relativos a las ventas mediante co-mercio electrónico, un 91% de las empre-sas lo usan para informar sobre productos;un 74%, para recibir pedidos, y un 56% ,para informar sobre precios (ver gráfico 4).

El principal obstáculo encontrado por lasempresas para no vender sus productosmediante el comercio electrónico es quesus productos no son vendibles por estanueva forma de comercio (36,46%). Otro

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GRÁFICO 3EL COMERCIO ELECTRÓNICO EN SUS DISTINTAS MODALIDADES

Tecnologías

Ordenadores personales 949.594 47,59Intranet 102.318 5,13Correo electrónico 389.473 19,52Internet (con o sin presencia en la WEB) 542.420 27,18

FUENTE: INE (2002).

CUADRO 1IMPLANTACIÓN Y USO DE TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN

Y LAS COMUNICACIONES EN 2000

Empresas % sobre el total

GRÁFICO 4PROCESOS DEL NEGOCIO EN LOS QUE SE USA EL COMERCIO ELECTRÓNICO

PARA VENTAS EN 2000

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obstáculo importante es que se consideraprioritario el actual canal de ventas(35,76%).

En cuanto a las ventajas encontradas porlas empresas por realizar ventas mediantecomercio electrónico, un 79% señaló laexpansión geográfica del mercado; un68%, llegar a más y/o nuevos clientes, yun 56%, la velocidad de los procesos.Otras ventajas serían la simplificación delas tareas (42%), evitar ceder cuota demercado (42%), mejor calidad de servi-cios prestados (40%) y reducción y racio-nalización de costes (27%) (ver gráfico 5).

Asimismo, Internet constituye para losconsumidores españoles un medio de ac-ceder a los productos y servicios de unaforma más rápida, con una gama más am-plia de éstos, con un menor coste detransacción y con unos mejores precios.Esto último, por dos razones: en primer lu-gar, debido a que las empresas, en la me-dida en que pueden poner a disposiciónde los consumidores los productos queofrecen sin necesidad de la presencia físi-ca de éstos, están consiguiendo economi-zar los costes relacionados con este tipode actividad, lo que en algunos casos setraducirá en la eliminación de algunos in-termediarios; en segundo lugar, la reduc-ción, para el consumidor, de los costes detransacción (costes de acceso) de infor-marse sobre la gama de productos existen-tes en los diferentes mercados significará,en muchos casos, que las correspondien-tes empresas estén sometidas a una mayorcompetencia efectiva, y esta mayor pre-sión de la competencia ha de traducirse,en parte, en unos menores precios.

Por otra parte, el comercio electrónico pue-de servir para intensificar el proceso deconstrucción del mercado interior de laUnión Europea, pues a través de Internet senos facilita el acceso, desde nuestros hoga-res y oficinas, a todos los mercados de lospaíses miembros; es decir, que puede per-mitir superar algunas de las limitaciones alcomercio interior derivadas de la separacióngeográfica de empresas y consumidores.

Ahora bien, para llegar a esta situación esnecesario que en España aumente el nú-mero de hogares conectados a Internet.En la actualidad, en Europa (7), tan sóloun 23% de los hogares está conectado a

Internet. Si se compara con Estados Uni-dos, la cifra es relativamente baja, ya queallí su penetración es del 51%. Sin embar-go, dentro de Europa existen excepcio-nes, como es el caso de los países nórdi-cos, algunos de los cuales (especialmenteSuecia) han logrado una penetración deInternet mayor que Estados Unidos.

De lo anterior se desprende que es nece-sario fomentar el acceso de los hogareseuropeos a Internet, ya que los beneficiosde una nueva economía sólo se harán sen-tir si todo el mercado único alcanza una«masa crítica» de penetración. Sin ello,existe un riesgo de que surja una polariza-ción, en la que los beneficios se limitaríana los países más avanzados. Estas diferen-cias no sólo pondrían en situación de des-ventaja a los países que menos utilizan In-ternet, sino que toda Europa perdería laposibilidad de una economía integrada enredes y con un amplio sector de la pobla-ción conectada a ellas.

Conclusiones

En el turbulento comienzo de este mile-nio, los trabajadores y las empresas se ha-yan sumidos en un proceso de cambiosin precedentes. Hoy no es posible en-tender el trabajo ni la competencia comoen décadas anteriores. Ya no hay merca-dos locales; la invasión de las tecnologíasde la información está permitiendo la glo-balización y la transformación del trabajohacia una dimensión planetaria. En esteartículo se ha pretendido abordar el estu-

dio de la nueva economía: la irrupción dela información como nuevo factor pro-ductivo, gracias a la creciente penetraciónde las nuevas tecnologías, está suponien-do un cambio en la manera en que lasempresas interactúan entre sí, con susproveedores, y con sus clientes.

Los grandes retos que se plantean al tra-bajador y a la empresa en la civilizaciónglobal que se está forjando son: integrarseen la civilización global, comunicarse me-diante redes, reducir el tiempo de llegadaa los mercados globales, hacer posible laproducción en serie de productos adapta-dos al consumidor y, finalmente, afrontarlos desafíos interculturales. Todo lo ante-rior, implica importar ideas de una culturaa otra, crear centros de excelencia mun-dial, fomentar en las personas el desarro-llo de competencias interculturales e im-pulsar una cultura de cooperación global.

El entorno económico actual se caracterizapor el alto ritmo de innovación que supo-ne un acortamiento del ciclo de vida delos productos, la mayor incertidumbre ycomplejidad operativa, y la creciente com-petitividad derivada de la globalización.En este sentido, aspectos como la flexibili-dad y la capacidad de coordinación e inte-gración de las operaciones se conviertenen capacidades competitivas básicas paraasegurar la rentabilidad, e incluso la pro-pia supervivencia, de las empresas.

En este mismo sentido, es necesario plan-tearse las posibles implicaciones que so-bre el comercio tradicional puede llegar atener la aparición de los intercambios vía

LA NUEVA ECONOMÍA: ANÁLIS IS , ORIGEN Y CONSECUENCIAS. . .

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Internet. En la nueva economía la compe-titividad reside en la capacidad de crearvalor mediante un mejor uso de los recur-sos y no en el control mismo de los re-cursos y que la principal fuente de venta-ja competitiva de una empresa en lanueva economía es probablemente el co-nocimiento. Éste no es un ente estático,sino más bien el resultado de un procesodinámico de utilización, transformación ycompartimentación de la información dis-ponible.

Notas

(1) Por nueva economía se entiende el proce-so de trasformación de numerosas actividadeseconómicas que tiene lugar a medida que lastecnologías digitales permiten un acceso más

sencillo, rápido y barato al tratamiento y alma-cenamiento de la información.(2) Siguiendo a José Jané, definimos la banali-zación de un producto como aquel procesopor el cual una invención o una idea llega algran consumo de masas o, más técnicamente,diremos que un producto está banalizadocuando su índice de penetración o de difusiónen el mercado es suficientemente grande (al-rededor del 90%). Por intervalo de banaliza-ción entendemos el espacio de tiempo trans-currido desde que se produce una invenciónhasta que ésta (una vez transformada en inno-vación) llega a la fase de madurez (en térmi-nos de ciclo de vida del producto).(3) La evidencia empírica proporcionada porlos estudios recientes de contabilidad del cre-cimiento económico pone de manifiesto laaceleración del crecimiento de la productivi-dad total de los factores (PTF) que se ha pro-ducido en Estados Unidos durante el período1995-2000, respecto del período 1990-1995.Ello podría implicar que se haya superado laetapa de ralentización del crecimiento de laPTF que se había experimentado en EstadosUnidos y en las demás economías desarrolla-das durante los años setenta y ochenta.(4) B2B: bussiness to bussiness; B2C: bussi-ness to consumer; B2E: bussiness to emplo-

yee; B2P: bussiness to partne; B2G: bussinessto goberment; C2C: consumer to consumer.(5) Estos resultados han sido obtenidos a par-tir de la Encuesta Piloto de Comercio Electró-nico del año 2000, cuyo principal objetivo hasido obtener una primera aproximación a losaspectos más significativos sobre comercioelectrónico y sobre el uso de tecnologías de lainformación y las comunicaciones (TIC) enEspaña. El universo de este estudio piloto estáconstituido por la totalidad de la economía,excepto la agricultura, la construcción y lasactividades de no mercado.(6) Entre los obstáculos señalados por las em-presas para utilizar Internet, en el año 2000, des-tacan: la falta de beneficios tangibles (31%), lafalta de personal experto o no saber como ha-cerlo (15%) y tarifas demasiado elevadas (14%). (7) A. Coronil y R. Pampillón «La iniciativa e-Europa: Una sociedad de la información paratodos», en Régimen jurídico de Internet, coor-dinado por Javier Cremades, Edit. La Ley, Ma-drid, 2002.

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