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HECHICEROS……..HECHIZADOS “MALVA FELIZ”
Allá en tierra adentro, por la margen izquierda del río Tumbes se
encuentra ubicado un paraíso escondido que se llama Oidor, con paisajes
únicos que recrean la vista de quien lo visita tanto al llegar, por “Mal Paso” se
avizora algo único en Tumbes, que lo acompaña la majestuosa obra de
irrigación…aunque Tumbes tiene muchos lugares hermosos y desconocidos.
Oidor es uno de ellos. Es un paraíso silvestre, perdido casi desconocido.
Es el secreto mejor guardado de san Jacinto, ese paradisiaco lugar esta
a tan solo 20 Km de la Capital, antes con vías de acceso un poco difícil hace
unos años, pero hoy cuenta con una gran pista asfaltada hasta Francos y muy
pronto hasta el mismo pueblo. Aquí se han tejido muchas historias sobre
brujerías y curanderos, daños y embrujos. En cierta época existía un señor
que se llamaba Aniceto Atoche cuya fama se extendía a lo largo y ancho de la
margen izquierda y derecha del Rio Tumbes, sus cualidades de ser muy
bueno, curando maleficios y daños, en personas que habían sido perjudicadas
por sus enemigos mediante magia negra ganándose con esto el rencor de
hechiceros malos.
Ernesto era un joven parrandero que cierto día que andaba de parranda
con otros amigos, en la madrugada se antojaron de comer aves y se jalaron un
hermoso pavo de corral de una vecina conocida como “Josca”, lo llevaron el
pavo a preparar en el alambique que libaban licor, todos disfrutaron del
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exquisito aguadito en horas de la madrugada, luego se recogieron a su
domicilio cantando unas cumananas…
…“Perdóname finadito, Por lo que te voy a hacer;
De llevármela un ratito, A pasear a tu mujer”…
…“Dicen que los sapos muerden, Es mentira de la gente,
Porque yo tengo uno en mi casa, Que hasta le sobo la frente”
El día siguiente Doña Josca buscaba su pavo y no lo encontró pero vio
los rastros que entraban y salían de su corral así que se imagino que había
sido víctima de un robo.
Ernesto eructaba a pavo y sin contar a su esposa Goyita lo que había
hecho, la pobre ya estaba acostumbrada a las andanzas nocturnas de
Ernesto. Pasaron los días y Ernesto empezó a sufrir fuertes dolores de pies,
de tal forma que le impedía caminar; preocupada Goyita lo llevó donde el
“Doctor López”, en Corrales quien le ponía calmantes pero el mal persistía, lo
llevó donde médicos que la hacían gastar, tuvo que vender algunas de sus
cosas que tenía en su casa para poder hacerlo tratar y todo parecía inútil, hasta
que Doña Goyita se lo llevó donde Aniceto, y al verlo enseguida le dijo “ te han
fregado cuéntame que has hecho a alguien para que te brujeen …Ernesto
quiso negar…pero insistió Aniceto y Doña Goyita….y no tuvo más remedio que
contar todo…ya ves dijo Aniceto la dueña del pavo en estos momentos te tiene
clavando los pies .. Ha recogido tu rastro al otro día y con el San Antonio te
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tiene hincando. lo único que tienes que hacer es mandar alguien a pedirle que
te “suelte”.
Ernesto y Goyita se fueron a hablar con su compadre que era policía al
cual le decían “El Chato Espinoza”. Y él era gran amigo de la “Josca”, pero
antes fue doña Goyita donde su tía Fermina para que le preste cien soles y le
empeñaba una máquina de coser que era lo último que le quedaba de sus
cosas con esta enfermedad, consiguió el dinero y le entregaron a su compadre
“Chato”. Este le habló para que suelte a Ernesto y ella le dijo...Mira no sé
porque se meten conmigo…el “Chato” le rogó y le dice...todo fue a la
“palomillada” lo cogieron y se lo llevaron a comer a un alambique y ni siquiera
le llevó un pedazo a la comadre Goya, por eso yo le pago el pavo, dime
cuánto cuesta, pero “suéltalo”. Como “El Chato” siempre le hacía “gauchadas”
a la “Josca”, esta le dijo…bueno lo voy a hacer pero la próxima vez que no se
metan conmigo... Entró y sacó el San Antonio, le sacó los alfileres…ya le dijo
puedes ir y lo encontrarás muy bien…y así fue, en adelante Ernesto jamás
volvió a meterse en tonterías…
Don Aniceto, tenía su casa junto a un cerro que le llaman “La Pacacera”,
porque en el mismo se ve cuevas de pacazos y muchos de estos reptiles, pero
muchos contaban que este cerro era “encantado” y siempre aparecían tesoros
y se desaparecían, muchos se habían desaparecido, al intentar entrar a éste, y
cuentan que una pareja de enamorados que caminaba por allí al medio día la
vieron desaparecer y muchos fueron con palas y picos a tratar de encontrarlos
creyendo que estaban hundidos y nunca lo lograron, y a partir de la fecha los
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escuchan a las doce del día pidiendo ….¡¡¡ Auxilio….Auxilio…¡¡¡ también en
ese cerro encuentran gran cantidad de ceramios, huacos hasta objetos de
metal de origen colonial, como estribos, cascos, sables españoles, como señal
de que los Incas los tenían como reliquias de guerra y se enterraban con
estos...
En Cabuyal al otro lado del río vivía una muy temible y popular curandera
que le decía la “Tía Cata” a Ella sus nueras, Fermina y Meche, esposas de
Pancho y Julio, que siempre llegaban a su casa una noche a escondidas la
vieron que hacía bailar unos muñecos (San Antonio) sobre una mesa , y se
fueron asustadas, porque habían comprobado que su suegra si era bruja,
pasaron los días y no faltó una bronca de pareja entre Pancho y Fermina y
está en pelea le dice : ..¡¡¡Tu madre es una bruja!!! nosotros la hemos visto.
Pancho se quedó un poco sorprendido , pues no era la primera vez que esto
escuchaba sobre su mamá , intrigado fue al día siguiente donde su mamá y le
dijo a Doña “ Cata “ sobre lo ocurrido, y ella como siempre lo negó y le dijo
que era porque no tenía de que hablar , además son muy buenas conmigo y yo
con ellas, pero en fin ya vendrán para hablar con ellas…Manifestó la veterana
madre.
A los dos días Fermina resultó con un dolor de garganta, y se sentía que se
ahogaba y con las justas podía hablar y preocupado Pancho la llevó donde el
“Doctor López “ , que le dio medicina que no la pudo curar, por lo que tuvo
que ir donde Aniceto y le jugó las cartas y le alcanzó a ver que su suegra le
había” puesto” un pedazo de hígado en la garganta …y lo más práctico es de
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que hable su hijo para que te “suelte”. Pancho se fue donde su mamá y le
pidió de favor que la “suelte” a su esposa, el mismo que cometió el error de
contarle quien le había dicho…por lo que se molestó la “Tía Cata”… Está
bien hijo anda y ya encontrarás a tu Fermina curada y por favor dile que no
hable nada de mí a nadie…Pancho regresó a su casa y ya la encontró a
Fermina hablando muy bien sin ningún malestar. También Meche amaneció
con fuertes dolores y hemorragia vaginal imparable, también Julio la llevó
donde Aniceto y este le dijo lo mismo que tenía que pedirle a su mamá que
“suelte” a su esposa y también le pidió que no hable mal de Ella, en
adelante, y le dijo ya tu esposa está muy bien. Luego tuvieron que las dos
nueras asustadas por lo que les había pasado ir a disculparse con su suegra.
…Pasaron los días y la “Tía Cata” juró que se vengaría de Aniceto pues
mucho se metía en sus trabajos. Cierta noche en que Aniceto se encontraba
descansando en su hamaca se le apareció una enorme perra negra que lo
ladraba y mientras llamaba a su hijo para que le alcance su chonta esta
desapareció y al otro día Aniceto amaneció con su rostro desfigurado, su nariz
muy grande, y sus cachetes hinchados y no le quedó más que alistarse e irse
a las Huaringas de Huanca bamba, en esos tiempos se llegaba hasta allá en
mulas. En las Huaringas tenía su maestro curandero ….El Maestro desde las
Huaringas le hizo ver que lo había hechizado la “Tía Cata”… Mira Aniceto…Si
quieres de una vez la “Tiramos”...Desde acá y cuando llegues ya la encuentras
enterrándola… ! No le dijo Aniceto!...mejor dame tiempo de llegar hasta mi
tierra y luego le das “vuelta”... ..El Maestro agregó ...Ten cuidado con tu hijo
que tienes, que se lo quiere llevar el cerro “Encantado” que está detrás de tu
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casa...conforme llegas mándalo a vivir a Jauja porque le quieren dar “ vuelta”
…… y así fue retornó Aniceto a su casa y al siguiente día se puso mal la “Tía
Cata” en su cama se retorcía de dolor y llamó a su nuera Fermina que le
alcance unas tomas y grande fue la sorpresa
de Fermina cuando en la cama de su suegra encontró una gran perra negra
parada dentro del mosquetero de su cama en vez de su suegra, se regresó
corriendo a pasarle la voz a Pancho y entraron nuevamente al dormitorio, y ya
estaba la “Tía Cata” que se quejaba , y quejaba ,.dejando de existir… casi al
instante, muchos que le temían se alegraron de su muerte...Pero años después
se conoce que varios de sus descendientes tienen poderes extraños pero no
practican el curanderismo ni la brujería. Cierto día , José el hijo de Aniceto que
se había ido a la parte posterior de su casa vio que el cerro se le habría y
aparecían grandes tesoros , joyas de oro y plata y unas mujeres hermosas
que lo llamaban, pero él corrió dentro de su casa y le contó a su papá…...Ya
ves….. Le dijo te vas hoy mismo a Jauja, Allá tengo un amigo él te va a
recibir…. Y así hizo y nunca más regresó hasta se casó por allá tuvo sus
hijos, consiguió una buena chamba, su papá siempre lo iba a visitar. Con el
tiempo falleció Aniceto producto de una rara enfermedad…y siguen
apareciendo casos extraños en la “Pacacera”, así como encontrando bonitos
ceramios y objetos metálicos de origen español...
FIN