Nº 625

4,40 € ● Junio 2009 ● Año LVIII ● La Revista de la Real Federación Española de Atletismo

atletismo español

La mejor primaveramaratoniana de la historia

Rafa Blanquer, parte de lahistoria del Atletismo Español

Yelena Isinbayeva, historia de 26récords mundiales

Eliud Kipchoge, el artistainesperado

Entrevistamos a loshermanos España

Los finalistas del atletismo español II

Técnica. estudio biomecánico delrécord de España de JacksonQuiñónez

portada Junio 2009:portada Julio 06 21/05/09 9:05 Página 1

Sumario

Rafa Blanqueres parte del

AtletismoEspañol

Yelena Isinbayeva, historiade 26 récords mundiales

atletismo españolPublicación de la Real Federación

Española de Atletismo

Número 625

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Junio 2009

La mejor primaveramaratoniana de lahistoria

Resultados34Veteranos, tiempo de Ruta, milla, 10km y maratón54Técnica: estudio biomecánico del récord de Jackson Quiñónez56Internacional64Raschid Ramzi, historia de un tramposo66Promoción júnior, Miguel Ángel Sancho68

Promoción Promesa, Estela García70Tienda72Noticias y competiciones74

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Los finalistas delAtletismo Español II,los más cualificados

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Entrevistamos a loshermanos España

Eliud Kipchoge, el artistainesperado

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Sumario Junio 09 prueba:sumario Agosto 21/05/09 10:26 Página 1

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R aschid Ramzi nos ha tomado el pe-lo. Dicen algunos que se veía venir,pero la previsibilidad de una decep-

ción no disminuye el cabreo en el deporte,ni en la vida. Desde que el marroquí que co-rre por Bahrein dio positivo por EPO CERA—una nueva generación de dopaje sanguí-neo indetectable en los controles hasta ha-ce unos meses-, cada marca, cada título, ca-da emoción transmitida en las carreras deeste hombre destila un repugnante aromade fraude. Le pillaron en los Juegos de Pe-kín, pero el mundo entero tiene derecho adudar de absolutamente toda su trayecto-ria. No en vano, existen sobrados ejemplosde medallistas que burlan los análisis hastaque un descuido personal o un avance tec-nológico destapa sus vergüenzas; así que, sihizo trampa para ganar la final olímpica de1.500 metros, ¿por qué hemos de creernossu doblete de Helsinki o el subcampeona-to mundial de Osaka?Ramzi empezó en el atletismo, igual quemuchos compatriotas, como una formade escapar de la pobreza. Había nacido enSafi, una ciudad costera a unos doscientoskilómetros al sudoeste de Casablanca, yera un atleta con marcas de ir por casa(1:47.12 y 3:40.1 a los 22 años) cuando se na-cionalizó bahreiní en el año 2002, al calorde los dólares. A partir de ahí, su progre-sión resulta exponencial. A las órdenes deKhalid Boulami, hermano y entrenador deBrahim, ex plusmarquista mundial de los3.000 metros obstáculos que fue suspen-dido por EPO, baja su crono en el kilóme-tro y medio a 3:39.30 en 2003. Nada impre-sionante… si no fuera porque a los pocosdías de obtenerla, derrota a un por enton-ces pletórico Saeed Saif Shaheen en losCampeonatos Asiáticos (3:41.66). En invierno de 2004, en los Mundiales In-door de Budapest, confirma su progre-sión al conquistar la plata en los 800metros (1:46.15).Llega la temporada de aire libre, y su trans-formación en estrella, abracadabra, se ha

completado. En una reunión local en El Dja-zair reaparece convertido en todo un espe-cialista: 3:31.87. Pero lo mejor está por lle-gar. En la Golden Gala de Roma, disputadapocos días después, el 2 de julio, se da a co-nocer al mundo con una marca formidable(3:30.25) y, sobre todo, una contundente vic-toria sobre Bernard Lagat e Hicham el Gue-rrouj, quien semanas después, en Atenas,saldaría su cuenta pendiente con los JuegosOlímpicos, merced a su doblete en 1.500 y5.000 metros.Pero el papel de Ramzi en Atenas, curiosa-mente, fue residual. Llegó cuarto en su se-rie clasificatoria (3:37.93), y undécimo y ló-gicamente eliminado en la primera semifi-nal (3:44.90). No parecía el mismo corredorde cuatro semanas antes.En 2005, el bahraní reencontró su mejor for-ma. Participó en el Mundial de Cross, y seclasificó en el puesto 32º en la prueba cor-ta. Se trataba de una simple incursión en elbarro: el recién surgido crack orientaba supreparación al sintético. Tras un contunden-te debut (3:34.74) en la reunión estadouni-dense de Palo Alto, parándose en los últi-mos metros, y una visita de cortesía a la dis-tancia anglosajona por excelencia del me-diofondo (3:51.33 en la milla de la Prefontai-ne Classic), revaloriza sus principales mar-cas personales: en 800 con una victoria enLausana (1:44.74), y en 1.500 con un triunfoen su reunión fetiche, Roma (3:30.00).Así las cosas, la federación de Bahrein le ins-cribe en esas dos distancias en el Mundialde Helsinki-2005, el campeonato que re-presenta su consagración, pero también elinicio de su negra leyenda.En primer lugar se disputan los 1.500 me-tros. Retirado El Guerrouj, la cita finlande-sa no tiene favorito, con Lagat ausente porsus trámites de nacionalización, y un puña-do de aspirantes entre los que se encuen-tra el propio Ramzi. El atleta de Bahrein gana sus dos rondaspreliminares con un estilo muy peculiar,ya que parece emplearse en ellas al máxi-

mo, sin guardarse fuerzas. Prueba de ello,por ejemplo, es que triunfa en su semifi-nal… con casi un segundo y medio de avan-ce sobre el resto (3:34.69 por 3:36.07 delsegundo, otro atleta que tampoco ahorra:el norteamericano Alan Webb). En la final,el papel del yanqui será fundamental, yaque con un cambio de ritmo suicida a los800 metros, dinamita todas las tácticas, ydespeja el camino de Ramzi, quien logracon aparente facilidad el primer oro de sucarrera. Esa tarde, da tristeza recordarlo,el legendario Said Aouita le señala comoel sucesor de El Guerrouj. Pocos apostaban, tras esta victoria, que Ras-chid se presentaría al día siguiente en las se-

reportaje

Raschid Ramzi: historia de un tramposo

Por: Juan Manuel Botella. Fotos: Cordon Press/Miguélez

Reportaje Ramzi:Maquetación 1 21/05/09 12:35 Página 66

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ries de los 800 metros. Los expertos dicenque no tiene nada que hacer, ya que hay has-ta 27 rivales con mejor marca personal queél, y además acumula el cansancio físico ypsicológico del 1.500. Desde que Peter Snellganara en Tokio-1964 el oro olímpico en 800y 1.500 metros, nadie ha logrado ese doble-te en competiciones de ámbito mundial.Pero a Ramzi todo esto le importa un rába-no, y presenta su candidatura al triunfo do-minando su serie (1:46.17), y siendo segun-do en semifinales, tras Yuriy Borzakovskiy,con 1:44.30.A pesar de su gran rendimiento, tampocoen la final es el favorito. Esa condición re-cae en el propio Yuriy, en el campeón mun-

dial de aquellos días Djabir Said-Guerni oen el siempre regular Wilfred Bungei. El out-sider de siempre, el atleta que no tiene cla-ra la fecha de su nacimiento, Ali Belal Man-soor, conduce al grupo en 52.48. No es unritmo duro, y por detrás hay apelotona-miento y empujones. Cuando Borzakovs-kiy va a remontar en los 600 metros, se to-pa con los codos del Mehdi Baala, que apla-ca así la ira por su eliminación en los 1.500metros. El resultado es que el ruso quedaretenido, arranca a contrapelo, y por delan-te Ramzi, ante el asombro del estadio, con-sigue su segundo oro nuevamente con mar-ca personal (1:44.24) y un avance de 27 cen-tésimas sobre Yuriy Borzakovskiy, el hom-bre que llegó demasiado tarde. Pese al en-tusiasmo de Aouita, la impresión unánimees que el doblete de Peter Snell ha sido re-editado por un atleta sin carisma, más pilloque talentoso.En 2006, Ramzi pulveriza sus marcas perso-nales. En Madrid registra 1:44.05 en 800 me-tros; y en Roma, tras despachar –atención–en 1:48 las dos primeras vueltas, finaliza se-gundo con 3:29.14, por detrás de Daniel Kip-chichir Komen. Raschid sufre una lesión de rodilla a princi-pios de 2007, y comienzan a airearse los pro-blemas de los médicos para realizarle con-troles antidopaje fuera de las competicio-nes. Su entorno se defiende con la risible,pero recurrente excusa, de que se entrenaen el desierto, en parajes durísimos e inco-municados. Bueno, bien, vale. Tan erráticaes su huida, que apenas compite en todo elaño, hasta el punto de que se presenta enlos Mundiales de Osaka-2007 con una mar-ca ridícula para él de 3:47 en 1.500 metros.Ya en la ciudad japonesa, sin embargo, secomporta magistralmente en preliminares,corriendo sin agobios en 3:38 y con un últi-mo 300 en 38 segundos. Sólo la mejor ver-sión de Bernard Lagat logra doblegarle enuna extraña final, a ritmo sostenido, en laque señala 3:35.00. Ramzi aparece despuésenfadado por su derrota cuando, más bien,tenía que ponerle una vela a la Vírgen de Fá-tima por su recuperación (de 3:47 a subcam-peón mundial).En un arranque de carácter, el barheiní tra-ta de defender su título en 800 metros, pe-ro en esta ocasión, la suerte no le sonríe, ycae en semifinales con 1:47.76.En el invierno 2008, Ramzi, como es habi-tual, aparece de la nada en los Mundialesde pista Cubierta de Valencia-2008, pero

esta vez tiene un punto menos de forma ytermina en un ínsipido quinto puesto(3:40.26): a la conclusión, como también estradicional en sus derrotas, se le ve rene-gando en la zona de calentamiento. Pocodespués, se traslada a Albuquerque, a pre-pararse dos meses en altitud. O eso alegaél. En medio de la preparación, Raschid co-mienza a probarse en distancias más largas.En el Prefontaine Classic, en Eugene, el 8 dejunio, le derrota Lagat en dos millas, aun-que logra una apreciable marca de 8:13.16(pasando por 7:43.85 los 3.000 metros).Un mes más tarde, el 13 de julio, en Tánger,debuta en 5.000 metros con 13:10.72. En los1.500 metros de Mónaco, renuncia a salirpor problemas en su visado.Así las cosas, aterriza en Pekín amenazandocon doblar en 1.500 y 5.000 metros, aunqueno llegará a correr en esta última distancia.En cambio, en el kilómetro y medio, su can-didatura al oro no ofrece dudas desde laprimera serie, que gana con 3:32.89, veintemetros de ventaja, y un irracional gasto deenergía (hizo menos de 51 segundos en laúltima vuelta, pese a que no le inquietabanadie). En la final, Asbel Kiprop le despejael camino con un ritmo notable al paso delos 800 metros (1:56.06), y con un último200 vertiginoso, Raschid se cuelga el oroolímpico.Ahora ya sabemos que todo aquello eramentira. Seguramente él, Ramzi, lo negará,presentará un informe médico estrambó-tico, anunciará la interposición de una de-manda, apelará a un Tribunal de ArbitrajeDeportivo, o blandirá la teoría de la cons-piración para despojarle de la medalla queganó en la pista. Incluso un defecto de for-ma por filtración de la noticia puede ayu-darle en un pleito bien llevado, que no fal-tan bufetes capaces de justificar cualquiertontería. Es tan raro que un tramposo reco-nozca su culpa…Lo único seguro es que el positivo de Ras-chid Ramzi produce desilusión. Ningún afi-cionado disfruta viendo que las sagradasclasificaciones de los Juegos son constan-temente revisadas. A nadie le alegra la ima-gen que da el atletismo cuando caen figu-ras del tamaño de un campeón olímpico.Bueno, dirán los optimistas, sólo son unaspocas manzanas podridas. Sí, pero, ¿cómono volverse paranoico de vez en cuando?¿cómo no preguntarse, aunque sólo sea porun instante, cuántos Ramzis más habrá com-pitiendo impunemente en las pistas? n

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